198_03-II-2000

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Nº 198/3-II-2000
SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA
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6 d e febrer o: Jornada por la Vid a
En este número
...y además
En portada
3-5
6 de febrero: Jornada por la Vida
Entrevista al profesor de Alban d´Entremont,
de la Universidad de Navarra:
Habrá una bomba demográfica,
pero de despoblación
En portada
6-7
La foto
8
Criterios
9
Usted tiene la palabra
10
Iglesia en Madrid
La voz del cardenal arzobispo
11
Aquí y ahora
Entrevista al Presidente
de la CONFER, Jesús María Lecea
12
Testimonio
14
El Día del Señor
15
Raíces
El Papa, tras las huellas de Moisés 16-17
Habla para Alfa y Omega
el cardenal López-Trujillo,
Presidente del Consejo Pontificio
para la Familia
España
Apuesta por la vida humana
18-19
Mundo
Ética global: el proyecto de la ONU.
La anulación matrimonial
no existe
20-21
Aquí y ahora
La vida
13
Adiós del Nuncio a los españoles:
Escribe monseñor Lajos Kada, al concluir
su misión pastoral en España
22-23
Desde la fe
Apuntes de antropología.
Opinión pública y defensa de la vida.
¿Qué es el matrimonio?
Amenazas contra el no nacido.
Cine: El nuevo rostro de Juana de Arco.
Libros, televisión
24--31
Contraportada
Etapa II - Número 198
Edita: Fundación San Agustín. Arzobispado de Madrid
Delegado episcopal: Alfonso Simón Muñoz
Redacción: Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid.
Horario de Secretaría: 8.30 a 15h. Téls: 91 365 18 13 - 91 366 78 64 Fax: 91 365 11 88
E-Mail: fsagustin@planalfa.es
Director: Miguel Ángel Velasco Puente
Redactor Jefe: José Francisco Serrano Oceja
Redactores: Inmaculada Álvarez Mira, Ricardo Benjumea de la Vega, Jesús Colina Díez (Roma)
Director de Arte: Francisco Flores Domínguez - Secretaría de Dirección: Sonsoles de la Vega Cabrera
Documentación: Dora Rivas Fernández
Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. - Depósito legal: M-41.048-1995.
Dirección de internet: http://www.archimadrid.es/alfayomega.htm
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ΑΩ En portada
Nº 198/3-lI-2000
3
Entrevista al profesor de Geografía Humana Alban d'Entremont, director
del Departamento de Geografía de la Universidad de Navarra
Habrá una bomba demográfica,
pero de despoblación
Manipular la población puede suponer una bomba de relojería a largo plazo, que estallará en las manos
de nuestros propios hijos dentro de treinta años. El profesor de origen canadiense don Alban
D‘Entremont, que actualmente enseña Geografía Humana en la Universidad de Navarra,
comenta para Alfa y Omega los últimos datos de la ONU sobre la población mundial
Q
ué se deduce a nivel mundial del último
informe de la ONU sobre la población?
¿Nos estancamos, caminamos hacia una debacle de la población, o no hay motivo de alarma?
Por este informe, está claro que la ONU se
ha dado cuenta, por fin, de los múltiples problemas que se derivan, no de la supuesta superpoblación del mundo, sino de la previsible
infrapoblación y de los desequilibrios que van
a ser el resultado directo del descenso de la natalidad, que conlleva necesariamente una penuria de juventud y un aumento de la proporción de población envejecida, sobre todo en los
países del ámbito occidental, y notablemente
en Europa. Esta dinámica a la baja acarrea muchos problemas, sobre todo el aumento de las
proporciones de gente en edad avanzada, lo
que hace dispararse los costes sociales. Es imposible que una población se estanque mediante el control de la natalidad; de forma inexorable, este control acelera el envejecimiento y,
a la larga, hace aumentar las tasas de mortali-
dad. En ausencia de una fuerte natalidad o de
otros factores, como por ejemplo la inmigración, a la postre la población no se estanca, sino
que no se renuevan las generaciones y la población total decrece, ya que la mortalidad llega a superar a la natalidad. Estamos en camino
hacia esa situación, que se puede producir en
menos de 30 años en Europa, si no cambian las
tendencias actuales. Hay motivo de alarma,
puesto que las señales están son inequívocas;
pero no tiene por qué producirse una debacle,
ya que estamos a tiempo para invertir las tendencias negativas actuales, aunque de momento
no se está produciendo dicha inversión.
¿Por qué cree usted que los Gobiernos del
primer mundo y las principales empresas multinacionales están tan interesados en el control
de la población, sobre todo en el tercer mundo? ¿Por qué las presiones son cada vez mayores sobre Hispanoamérica?
No me gusta hablar de estos aspectos, que no
son estrictamente científicos, y menos enjuiciar
las motivaciones de los demás, aunque sí parece
que éstas sean poco éticas. Está bastante documentado el hecho de que hay muchos intereses
económicos y políticos por parte de Gobiernos y
empresas occidentales, que se benefician del mantenimiento del statu quo en cuanto al reparto de
poder y de influencia en el mundo. Esto implica
controlar, entre otras cosas, los efectivos de población en los países del tercer mundo, que según
la mentalidad antinatalista son contemplados como competidores en los mercados mundiales.
En este sentido, Iberoamérica y Asia son vistas como las principales amenazas respecto de
la estabilidad actual de la estructura económica y política mundial. Pero no hace falta recurrir
a una intencionalidad supuestamente poco recta para advertir de los problemas derivados del
control demográfico en el mundo; la misma demografía basta para alertarnos de las consecuencias altamente negativas de este control.
La preocupación por el control de la población, ¿es original de la era moderna, o ha sido una constante en la Historia? ¿Cree usted
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En portada Α
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yo tengo publicado un artículo titulado La ecología como excusa demográfica, así que queda bastante claro que yo pienso que hay mucha coincidencia entre los planteamientos neomalthusianos y el pensamiento de no pocos ecologistas, sobre todo de aquellos que militan en
organizaciones no gubernamentales que preconizan abiertamente el control de la natalidad,
o acaso la idea de que la especie humana se halla en una situación de igualdad, pero no de superioridad, respecto de las demás especies animales y vegetales. Esto no quiere decir que todos los ecologistas sean controlistas, pero sí hay
muchas coincidencias, por regla general.
que hay relación entre los partidarios del control de la población y ciertos movimientos
ecologistas?
Thomas Robert Malthus, a principios del siglo XIX, intentó demostrar que el control de la
población es una constante histórica desde los
tiempos más antiguos, y que el control de la
natalidad es una condición indispensable para la supervivencia de la Humanidad. Fracasó
totalmente en sus apreciaciones y en sus premisas de partida. Puede ser cierto que los sujetos individuales hayan controlado su fecundidad a título personal en el ámbito íntimo desde
los albores de la Humanidad, pero los intentos
generalizados de control masivo son un fenómeno del siglo XX. Respecto de los ecologistas,
■■
Tengo la impresión de que los
dirigentes de todo el espectro
político, tienen miedo a la
hora de manifestarse en favor
del estímulo de la natalidad o
de la acogida de inmigrantes,
por temor a ser impopulares
■■
¿Por qué en países de Europa, como Francia, donde la población envejece a marchas
forzadas, se están liberalizando cada vez más
los métodos antinatalistas? ¿Cree usted que
los Gobiernos europeos no tienen todavía
verdadera conciencia del peligro que supone el envejecimiento de la población, o es que
las estrategias electorales están por encima
de las preocupaciones por el bien común a
largo plazo?
Usted pone el dedo en la llaga de la incoherencia de los Gobiernos europeos ante los problemas de la penuria demográfica; es decir, reconocen que hay problemas derivados del descenso de la natalidad, pero no ponen los remedios, que en un principio sólo pueden ser
fomentar la fecundidad o estimular la inmigración. Pero en ambos aspectos parece que
los Gobiernos de la Unión Europea –también
en España– se inhiben por razones que yo desconozco, aunque está claro que los dirigentes
políticos conocen perfectamente los peligros
del llamado invierno demográfico que se está
gestando en nuestro continente. Causa auténtica sorpresa la inhibición de los políticos en
este ámbito; tengo la impresión –¡ojalá me equivoque!– de que los dirigentes de todo el espectro político, como usted sospecha, tienen
miedo a la hora de manifestarse con rotundidad en favor del estímulo de la natalidad o de
la acogida de inmigrantes, por temor a expresar opiniones impopulares que harían perder
votos. Yo, personalmente, creo que esto no sería cierto, es decir, que la verdad expuesta con
sencillez no espantaría al electorado, mientras
que las medias tintas y la política de avestruz
no hacen más que exacerbar el problema y con-
LA POBLACIÓN EUROPEA
Cifras por cada 100 habitantes
NACIMIENTOS
Unión Europea
Bélgica
Dinamarca
Alemania
Grecia
España
Francia
Irlanda
Italia
Luxemburgo
Holanda
Austria
Portugal
Finlandia
Suecia
Reino Unido
10,6
11 , 1
12,5
9,3
9,9
9,4
12,6
14,3
9,1
13,0
12,6
9,5
11 , 3
11 , 2
9,9
11 , 9
FALLECIMIENTOS
9,9
10,1
11 , 1
10,3
9,5
9,4
9,1
8,4
9,9
8,9
8,9
9,4
10,9
9,3
10,6
10,8
*DIFERENCIA ENTRE NACIMIENT OS Y MUERTES
CRECIMIENTO
NATURAL*
0,7
1,0
1,5
-0,9
0,4
0,0
3,5
5,9
-0,8
4,1
3,7
0,1
0,5
1,8
-0,7
1,1
SALDO MIGRATORIO
1,9
1,0
1,9
2,3
1,4
0,9
0,8
5,0
2,3
9,3
2,7
1,1
1,5
0,6
1,4
2,9
CRECIMENT O TOTAL
2,6
2,0
3,3
1,4
1,8
0,9
4,3
10,9
1,5
13,4
6,4
1,2
2,0
2,4
0,6
4,0
ΑΩ En portada
Nº 198/3-lI-2000
5
Jornada por la Vida,
en Madrid
l cardenal arzobispo de Madrid,
don Antonio Mª Rouco Varela,
presidirá el próximo domingo 6 de
febrero, a las 19 h. en la catedral de
la Almudena, la Vigilia de Oración
por la Vida, organizada por la
Delegación diocesana de Pastoral
Familiar, junto con los movimientos
Pro-vida, dentro de la Jornada
promovida por la Subcomisión de
Familia y Vida de la Conferencia
Episcopal Española bajo el lema
Bendito el fruto de tu vientre. La
Jornada estará dedicada a orar por
el grave problema del aborto y la
eutanasia.
E
fundir a los ciudadanos. Yo opino que esta inhibición respecto de la verdad es un fraude, o
en todo caso una vía equivocada, que sólo puede acarrear mayores disfunciones. Yo apostaría
por una defensa coherente, inequívoca y rotunda del incremento de la natalidad, siempre
–claro está– que venga acompañada de una
política fuerte y generosa de fomento a la familia y a la procreación. Alternativamente,
apostaría por una política fuerte y generosa de
fomento y acogida de inmigrantes, lo que tampoco se está haciendo en el momento actual,
y no deja de causar asombro en vista de lo que
sabemos a ciencia cierta acerca de las consecuencias sumamente negativas de la desnatalidad en Europa.
Por último, usted definió hace tiempo el
neomalthusianismo como una religión. ¿Podría explicar esto más detalladamente?
Todas las religiones tienen una serie de
elementos que las caracterizan, como por
ejemplo un cuerpo de doctrina, creencias,
dogmas, profetas, libros sagrados, mandamientos, liturgia, ritos, finalidad, etc. En este sentido, el neomalthusianismo, más que
un movimiento basado en hechos reales
comprobados científicamente, gira en torno
a una serie de supuestos (doctrina, creencias) basados en el pensamiento de
Malthus (profeta), que en su famoso Ensayo sobre el principo de la población (libro sagrado)
dicta unas reglas fijas (mandamientos) y una
serie de métodos (liturgia, ritos) para llevar
a cabo el control de la natalidad, cuya aplicación es absolutamente necesaria e inamovible (dogma) para la supervivencia de la
Humanidad (finalidad).
Por esto digo que es una religión, que tiene
millones de adeptos que han hecho un acto de
fe en el pensamiento de Malthus, sin haber comprobado la falsedad de ese pensamiento, ni admitido la bondad de los argumentos contrarios, que no parten de creencias, sino de hechos
científicamente comprobados. Esto explica, en
parte, la gran cantidad de seguidores que tiene
este movimiento, cuya adhesión no obedece a
un raciocinio consciente, sino a una fe ciega, a
una defensa del control de la natalidad, basada
en una convicción que tiene dificultad a la hora de admitir la opinión contraria, a pesar de
las pruebas. Con esto no quiero decir que los
antinatalistas sean personas que obran de mala fe, y mi experiencia es que la mayoría siente
un auténtico interés sincero en ayudar a los demás. Pero están equivocadas en sus plantea-
mientos y en sus métodos: el neomalthusianismo no es un movimiento científico, sino una
religión, pero falsa.
Inma Álvarez
El tributo de los ídolos
E
l dolor producido por las acciones terroristas no
es el único que abate a nuestra sociedad. También produce dolor la noticia, difundida estos días,
del suicidio del responsable de finanzas de la CDU
alemana. Dolor y compasión, que lleva de inmediato a orar a Dios por su alma, para que sea acogida por la Misericordia infinita, y a orar por su
familia, para que no le falte el consuelo de Dios.
Es terrible, sin duda, que alguien se quite la vida,
pero no lo es menos que sociedades enteras destruyan su humanidad viviendo bajo la esclavitud de
los ídolos –Eliot los sintetizó certeramente en los
tres que han quedado en el mundo cuando se ha dado la espalda al Dios verdadero: el dinero, la lujuria
y el poder–. Son muchos los signos de esta destrucción; uno de ellos, y no precisamente el más
irrelevante, es esa perversión del lenguaje, que es
también una forma de idolatría, de quienes consideran al suicidio, o a la eutanasia, incluso como
una forma de dignidad, y ensalzan como expresiones de libertad las mayores aberraciones que hoy
esclavizan a hombres y mujeres de un modo más
terrible que las cadenas de la antigua esclavitud.
El autor de la carta a los Hebreos dice que Cristo ha dado la libertad a quienes por temor a la
muerte pasaban la vida como esclavos. Sin duda
hay diferencias entre las ostentosas esclavitudes
de la antigüedad y las disimuladas esclavitudes de
hoy, que, como decimos, hasta llegan a pasar por liberaciones; pero la realidad no se detiene en los
maquillajes, por sofisticados que sean, y antes o
después la condición de esclavos reaparece en toda su crudeza. Como los dioses del paganismo antiguo que reclamaban el sacrificio de víctimas humanas, también los ídolos del paganismo actual
exigen el tributo de víctimas humanas, con el agravante de que este impuesto revolucionario de inhumanidad suele ser directamente proporcional a
las multimillonarias cifras macroeconómicas ob-
jeto de la adoración de los idólatras contemporáneos.
Al dinero se sacrifica todo: tiempo, familia, amigos, convicciones..., en el mundo de la política, en
el de los negocios, en el de los medios de comunicación... La muerte trágica del responsable de las finanzas de la CDU alemana, desgraciadamente, no
es en absoluto un elemento extraño en la cultura
de adoración al dinero en que vivimos. Aunque el
común de la gente no llegue al suicidio físico, dar
fe de su progresiva deshumanización, que no conduce sino a la tristeza y a la pérdida del gusto de vivir, es inapelable. Es el ineludible tributo de víctimas humanas reclamado por los ídolos de hoy.
No es un tributo distinto el trágico balance de niños sacrificados en el seno materno, que conlleva
asimismo la tragedia irreparable de sus madres,
cada día en edades más tempranas. En esto también aparece el satánico disfraz del lenguaje. Últimamente prolifera en periódicos, radios y televisiones, no ya la publicidad de una práctica aberrante de la sexualidad humana –al orden del día a
todas horas–, sino el consejo –también cada vez
más a la orden del día–, revestido del halo de lo
estrictamente científico y médico, y por tanto –se dice– al margen de cualquier valoración moral –¡como si fuera posible la ciencia y la medicina sin la
moral!– de la píldora del día después, que no es
más que el instrumento asesino de un ser humano
ya concebido, tanto más cruel, si cabe, por cuanto
la edad de la víctima se cuenta todavía sólo por horas, y la de la madre –triste víctima también de la
idolatría contemporánea– se cuenta cada vez por
menos años.
Eso de que no se puede servir a dos señores: a
Dios y al dinero podrán empeñarse en olvidarlo
algunos. La testaruda realidad no lo olvida jamás.
Alfonso Simón
6
En portada Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
Entrevista con el cardenal Alfonso López Trujillo, Presidente del Consejo Pontificio para
Si no se respeta la vida, todo lo
L
leva diez años recorriendo los
cinco continentes para proclamar en todos los rincones el más
humano de los mensajes: la vida
es el don más grande, y la familia,
el ambiente en el que puede ser recibida con más cariño. Antes de
llegar a Roma, cuando Juan Pablo
II lo nombró, en 1990, Presidente
del Consejo Pontificio para la Familia, había sido Presidente del
Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y arzobispo de Medellín. Todos estos años de fatiga al
servicio de la causa de la vida colocan al cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, 64 años, en
un observatorio privilegiado a la
hora de hacer un balance del estado por el que atraviesa el más elemental de los derechos humanos.
Ahora, cinco años después de la
publicación de la Evangelium vitae,
la encíclica que este Papa ha dedicado a lo que considera una de las
emergencias más graves de los
tiempos modernos, el cardenal López Trujillo ofrece un panorama
del respeto a la vida en el mundo.
Comencemos precisamente
con la Evangelium vitae. En esa
encíclica, Juan Pablo II hablaba
de una confrontación entre una
cultura de la vida y una cultura
de la muerte. ¿Cómo podría definir cada una de ellas?
En estos días próximos celebraremos en el Aula del Sínodo del
Vaticano los cinco años de la publicación de esa encíclica. Será una
celebración presidida por el Santo Padre y que preparamos conjuntamente el Consejo Pontificio
para la Familia, el Consejo Pontificio para la Salud, y la Academia
Pontificia par la Vida. Es impresionante la fuerza profética de esta encíclica, solicitada como se sabe en el consistorio extraordinario
de los cardenales de 1990. El Santo
Padre recogió y lanzó con especial
vigor la buena noticia de la vida,
la admiración y el respeto que merece, con un anuncio gozoso. Asimismo hizo las denuncias correspondientes ante los casos de violación de los derechos fundamentales.
El conjunto de este anuncio, que
crea una conciencia más profunda
y arraigada del don maravilloso
de la vida, se denomina cultura de
la vida. Es algo que, si bien surge
como una actitud arraigada en el
ser del hombre, con una cierta espontaneidad, requiere ser cultivado. Hay que ayudar a formar la
conciencia amordazada por las
presiones, las agresiones y las manipulaciones de una cultura de la
El cardenal López Trujillo junto a Juan Pablo II
muerte. En esta lucha se juega buena parte del futuro de la Humanidad. Será, a la vez, el test que medirá el grado y el espesor de la verdadera calidad humana.
Son grandes los retos, pero son
muy grandes y con horizontes
mucho más amplios las esperanzas. Este siglo tendrá que ser el
del respeto de la dignidad humana, amenazada y conculcada. Sucede algo muy extraño, como lo
hemos estudiado en diversos congresos internacionales organizados por el Consejo Pontificio para
la Familia. Ponderar toda la riqueza de la defensa de los derechos humanos, y concretamente
de la Declaración de 1948 de la
ONU, es una conquista apreciable, pero golpea el contraste con
las difundidas negaciones de los
derechos fundamentales, precisamente contra el más básico, que
es el derecho a la vida, ratificado
en el artículo tercero de esa Declaración. Es una negación de la
universalidad e integridad en que
se sostiene. Los millones de víctimas, las más inermes e inocen-
tes, las del crimen del aborto (cerca de 50 millones anualmente),
constituyen una inmensa herida
abierta en el corazón de la Humanidad.
Me sorprende mucho que algunos de los defensores de los derechos humanos y de la lucha por la
libertad no tengan esta concreta
prioridad en sus programas. Los
nascituri son los más pobres de los
pobres, y las naciones, sometidas a
las presiones que quieren hacer pasar el delito como un derecho, merecen respeto y apoyo.
La ciencia demuestra día tras
día, con avances extraordinarios,
la maravilla de la vida humana
desde el instante de su concepción. Al mismo tiempo, impresiona profundamente la relación
única que se crea entre una mujer y el niño que lleva en su seno
desde los primeros momentos. Y,
sin embargo, las propuestas de
legalización o de ampliación de
los supuestos para el aborto siguen ahí. En la opinión pública
el aborto sigue siendo visto como
algo normal. ¿A qué atribuye usted este fenómeno?
La legalización del aborto es una
incoherencia que hiere la conciencia y que será, sin la menor duda,
un motivo de vergüenza histórica. Así como hoy la Humanidad
se avergüenza con sobrada razón
de la esclavitud y de las discriminaciones en este campo, así, muy
pronto, tendrá que avergonzarse
de tanta inhumanidad, como todo
lo que entraña la cultura de la
muerte en las legislaciones que son
inicuas y permisivas. Son legislaciones que contrastan con los mismos logros y revelaciones de la
misma ciencia.
Persisten actitudes, fruto de la
confusión y de proyectos que se
mostrarán endebles, y hasta se
busca agravar la situación en algunas naciones. Acaban convirtiéndose en un juego político, en
un empobrecimiento de la democracia. Se quiere imponer una verdad política que se detenta por mayorías parlamentarias de turno,
que son bien contingentes. Se suele imponer una disciplina que re-
ΑΩ En portada
Nº 198/3-lI-2000
la Familia
demás es arbitrario
emplaza a la debida información,
el diálogo, y se exalta como un
nuevo orden jurídico y una nueva
moral. El Papa, en su célebre discurso a la ONU en 1995, indicaba
la urgencia de una gramática que
parta del encuentro de las verdades ancladas en la naturaleza de
los hombres, una gramática que
permita el diálogo y la convergencia para dar un nuevo rostro a la
Humanidad.
Si bien hay nuevos desafíos y
presiones, hay también conversiones, incluso de políticos, y victorias en diferentes naciones. Hay
fuerzas de la cultura de la vida que
crecen, se fortalecen y tienen una
mayor influencia. Sería demasiado largo hacer el simple recuento.
Se conoce bien la novedad, sumamente oportuna, del Parlamento
de Estados Unidos con respecto al
llamado partial birth abortion (aborto tras nacimiento parcial) que es
todo un proceso terrible de inhumanidad y de crueldad. La voluntad absolutamente mayoritaria del
Parlamento no tuvo eco en el Presidente Bill Clinton, en nombre del
derecho de la mujer... Numerosos
políticos, científicos, etc., que eran
abortistas hoy no lo son. Y eso se
refleja en los mismos Parlamentos.
La lucha, desde luego, no se
concentra en el aborto, ni en otros
atentados contra la vida, como es
El cardenal López Trujillo durante la entrevista
la eutanasia. El problema de una
cultura de la vida se refiere a la institución natural que tiene como misión central la vida, es decir, la familia. La misión de procreación integral, entendida por tanto la educación, la acogida, el respeto y el
cuidado de la vida, sufren también
un duro golpe cuando la institu-
ción del matrimonio es erosionada, como ocurre con las uniones de
hecho. Es otra grave y terrible confusión que merecería mayor tiempo para su adecuado tratamiento.
La vida del niño requiere el regalo de un hogar estable, y hoy los
niños son las grandes víctimas
también en este campo. Está en
Las familias del mundo tienen
una cita con el Papa
L
a Santa Sede están preparando ya el Jubileo de las Familias, un encuentro multitudinario de familias de
los cinco continentes para anunciar el Evangelio de la vida. ¿Cuáles son las sorpresas que nos deparará en esa
cita jubilar con el Papa? El Jubileo de la Familia corresponde al tercer encuentro mundial de las familias
con el Santo Padre –explica el cardenal Alfonso López
Trujillo, Presidente del Consejo Pontificio para la Familia–. Es una cita eclesial que se inscribe en una dinámica pastoral. Es una ocasión de encuentro, intercambio de experiencias, y renueva el compromiso por
la causa central de la unidad familia-vida.
El lema será Los hijos: primavera de la familia y de la
sociedad. Tengo la confianza de que la consideración de
los hijos abre con amplio realismo a nuevos horizontes
–confiesa el purpurado colombiano–. Hoy se puede percibir precisamente en los hijos la magnitud de la catástrofe de los atentados contra la familia. Las grandes víctimas de la patología de la familia son los niños. La situación ayuda a ver cómo se ha tocado fondo y hay que
emerger de nuevo. Tengo la impresión de que esta realidad dramática debe mover a un cambio urgente de ruta.
El Jubileo de la Familia tendrá tres partes. En primer
lugar, se celebrará el Congreso teológico-pastoral, durante
los tres días previos a la celebración con el Papa. Luego
vendrá la primera parte de la celebración, el sábado 14 de
octubre, en la tarde, con un encuentro de testimonios,
de fiesta, de comunicación de experiencias. Será central
el mensaje del Santo Padre. Por último, el domingo 15 de
octubre, la celebración de los matrimonios y de la Eucaristía.
El Consejo Pontificio para la Familia está enviando
una serie de catequesis para que, en las diócesis, parroquias, con los movimientos apostólicos, se obtenga una
buena preparación para las celebraciones. Se enriquecen así los diversos aspectos del tema mencionado.
Sé que en España hay entusiasmo ante este encuentro –revela el cardenal López Trujillo–. Habrá una importante afluencia. Roma se prepara actualmente para
acoger a las familias. Encuentro en muchas partes de
España un momento muy positivo en la renovación de la
pastoral de la familia y de la vida. Sigo con admiración
todo un proceso y lo que se va sembrando, por ejemplo,
en el Instituto para la Familia de Valencia.
7
juego, nada menos, que el desarrollo armónico e integral del niño que tiene derecho a un verdadero hogar.
La vida no sólo se ve atacada
en sus primeros instantes. Está
amenazada también por dos fenómenos escalofriantes: la pena
de muerte y la eutanasia. Este último no es un fenómeno nuevo.
Hace pocos años muy poca gente
se atrevía a hacer propuestas de
eutanasia, pues podría ser acusado de nazi –la práctica fue auspiciada por Hitler–. ¿Cómo es posible que se esté dando un paso
atrás tan gigantesco?
Todo el problema reside en tener o no una buena antropología.
La verdad del hombre, su eminente dignidad, están en juego. El
hombre, el nascituro, el enfermo
terminal, si es concebido como
persona, imagen de Dios, como
fin, y no como medio, será tratado con el respeto que merece. De lo
contrario, todo cae en el dominio
de lo arbitrario. ¡Y habrá algunos
que se arroguen el derecho de si
una vida vale la pena de ser vivida
a o no! En todo esto opera la misma lógica. Si el embrión tratado
como cosa, no es persona, es manipulable, será también tratado como cosa el enfermo al que se le niega su dignidad de persona, para
adquirir la dimensión de una carga insoportable. La vida humana,
cuando se encuentra en circunstancias de mayor limitación, dolor
y necesidad, requiere más solidaridad, cuidado, compasión. No se
puede negar que algunas conductas y algunas legislaciones son de
tal forma arbitrarias e inmorales
que parecen fruto de sociedades
totalitarias.
Se piensa que la defensa de la
vida es un tema confesional, reducido o limitado a la preocupación
de los católicos. ¡No es así! Los valores y verdades fundamentales
que están implicados se refieren a
todos los hombres, a toda la Humanidad. Es también una exigencia del diálogo en la verdad. Es un
peligroso precedente politizar la
verdad. La democracia debería ser
el mejor humus para el amor, el respeto y el reconocimiento de la vida
como derecho fundamental.
Terminemos esta grata entrevista recordando la importancia
que tuvo la familia y la vida en el
Sínodo de Europa, en el cual participé. El cardenal arzobispo de Madrid, en sus relaciones como Relator
generalis, subrayó muy bien el fenómeno preocupante en Europa y
las posibilidades y urgencias para
el futuro. Son temas marginales en
los que se juega buena parte del futuro de la Iglesia y de la Humanidad. La Jornada Nacional para la
Vida se inscribe en esta realidad.
Jesús Colina. Roma
8
Nº 198/3-lI-2000
La foto Α
Ω
¡Ojalá el 2000 sea mejor!
Venezuela sufrió –y sigue sufriendo, aunque
olvidado en Occidente– el peor desastre del siglo
en toda Iberoamérica, incluido el terrible Mitch.
En Chechenia –véanse las otras dos fotos– el 2000
comenzó con destrucción y violencia; impresionan
esas dos mujeres que sobreviven en medio de ruinas
en la ciudad de Grozni y, todavía impresionan más,
esos dos niños que juegan con fusiles de asalto en el
centro de la capital chechena, que resiste
El paso del 1 al 2 –empezara el siglo este año o el que
viene– marca psicológicamente un antes y un después;
por algo, todos los Medios de comunicación han hecho
recuento y balance del siglo. Mientras todos nos
disponemos a vivir el año 2000 esperanzadamente,
conviene no olvidar a quienes lo han iniciado mal, muy
mal: en la foto de arriba, los venezolanos extienden
sus manos para recibir los víveres que les llegan.
ΑΩ Criterios
Nº 198/3-lI-2000
9
Televisión así,
no
s
Tras una emisión televisiva
ofensiva a la figura del Papa, la
Conferencia Episcopal Española
hizo pública la sigiuente Nota:
E
n la noche del pasado jueves, día 20 de enero, en un
conocido programa de una cadena privada de televisión se
emitió un supuesto debate sobre la persona, ministerio y salud del Santo Padre Juan Pablo
II. En su transcurso, los participantes en el mismo vertieron
descalificaciones e insultos y ridiculizaron la figura del Pastor
Supremo de la Iglesia católica.
La Oficina de Información
de la Conferencia Episcopal Española (CEE) recibió desde la
mañana del día siguiente numerosas comunicaciones de
ciudadanos y ciudadanas que
habían seguido la referida emisión, manifestando su malestar
y desaprobación por los contenidos y comentarios ofensivos e
injuriosos hacia el Papa expresados durante el programa.
La CEE deplora y rechaza esta emisión, a la vez que pide el
respeto y la consideración debidas a la figura del Papa. Dicho respeto y consideración,
exigible para cualquier persona, no coarta la libertad de expresión, bajo la que nunca se
puede amparar el insulto, la ridiculización, la burla, el sarcasmo o la calumnia.
Finalmente, la CEE invita a
los telespectadores y usuarios
católicos a que, cuando en programas y publicaciones se produzcan situaciones como la que
es objeto de esta Nota, protesten ante las empresas y responsables de las mismas, y opten,
en el ejercicio de su libertad, por
no seguir las aludidas emisiones.
Madrid, 27 de enero de 2000
¡Viva la vida!
Α
Ω
N
o es éste un grito
banal, y menos aún
irresponsable o ingenuo.
Expresa la convicción
más honda y neta. Desde sus mismos inicios,
Alfa y Omega no ha intentado otra cosa que
servir a ese deseo de vivir, y vivir en plenitud,
que constituye lo más
hondo de todo corazón
humano, y que ha encontrado respuesta cumplida en Aquel de cuyo
nacimiento en Belén de
Judá se cumplen ahora
dos mil años, Aquel que
es Principio y Fin de todos y de todo, el fundamento, la roca, sobre la
que se puede edificar
una humanidad plena y
verdadera. Sencillamente porque tiene que ver
con todo en la vida, porque tiene que ver con el
significado de la vida.
Más exactamente, porque es el significado y la
esperanza de la vida.
En el mercado de los
medios de comunicación
faltan respuestas a las
preguntas claves. Es
abrumadora la cantidad
de ofertas sobre todo tipo de cosas..., menos so-
bre aquello que más importa en la vida: su significado. En esto, el vacío es clamoroso. El semanario Alfa y Omega
surgió como imperiosa
necesidad de llenar este
vacío y, semana tras semana, ofrece a cuantos
lectores buscan el diario
ABC, cada jueves en su
kiosko, razones para vivir con esperanza y plenitud. El secreto de la existencia humana no consiste
sólo en vivir, sino en saber
para qué se vive. Estas palabras de Dostoyevski
explican muy bien el secreto de este semanario
de la Iglesia madrileña,
que en este número, dedicado precisamente a la
vida, franquea las fronteras de la Comunidad
de Madrid para asomarse a todos los horizontes
de España.
Amar y defender la
vida ha sido preocupación constante, manifestada de mil maneras, en
estas páginas a lo largo
ya de cinco años, y seguirá siéndolo. La vida
–decíamos en nuestro
primer editorial– es mucho más que una sucesión
de hechos sin sentido, de
sufrimientos que dejan cicatrices, y de gozos que no
perduran; es mucho más
que la «pasión inútil» de
que hablaba Jean Paul Sartre. La vida es un fuerte
grito, que clama por un
sentido, por una alegría que
dure, y que no haya que
comprar o fabricar artifi-
cialmente. En definitiva,
por una verdad y un amor
que permitan vivir la vida
y morir la muerte sin destruirse –¡todo lo contrario!– a lo largo del camino.
La existencia de ese
deseo –su nombre es sentido religioso– resulta escandalosa para un mundo que pretende bastarse
a sí mismo, y que nos
quiere hacer creer que la
felicidad consistiría precisamente en ahogarlo,
pero el sentido religioso
no puede ser amputado
del hombre sin quitarle
a éste lo esencial. Pocos
se atreven a decirlo, pero
el delicado momento
que vivimos, en España
y en el mundo, tiene muchísimo que ver con esto. Todo, la vida entera,
tiene que ver con esto, y
amputar al ser humano
el sentido religioso es algo que no se hace impunemente. Pasa factura.
Suele decirse que la
defensa de la vida humana desde el momento de
la concepción no es una
cuestión confesional; que
muchos no católicos, e incluso ateos, también la
defienden. Sin embargo,
los que así dicen no suelen explicar qué entienden por vida humana. Nacer, sentir, pensar, trabajar, casarse y tener hijos,
educarlos (¿cómo?, ¿para qué?), gozar, soñar, sufrir... vivir para, al final,
morir, no es lo mismo,
ciertamente, que vivir para, al final, vivir en la ple-
nitud de la vida eterna.
Afirmar la vida humana, sin reconocer que
es en verdad imagen de
Dios, con un destino eterno, es en definitiva reducirla a la pasión inútil
que decía Sartre, y defender entonces tal pasión
frente a los que manipulan y destruyen vidas
humanas, no sólo dejaría
a éstos completamente
fríos, sino que incluso les
daría razones para tal
manipulación y destrucción. No es verdad que
la fe católica sea irrelevante para la defensa de
la vida. Más bien, al contrario, es la única que hace plenamente exigible,
desde la máxima racionalidad, la defensa de la
vida humana, como realidad sagrada que es. Sólo el reconocimiento de
este carácter sagrado de
toda vida humana –su
radical pertenencia a
Otro, su único Creador y
Señor– hace posible vivirla en toda su verdad,
servirla, gozarla, y defenderla absolutamente,
cargado de razones.
10
CARTAS
AL
DIRECTOR
Sobre el divorcio
R
Usted tiene la palabra Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
espondo a la carta al Director
de Joaquín Rodríguez García,
en la que se habla de los hijos de
divorciados –y que supongo responde a una experiencia cercana
suya–, por haber leído infinidad
de ellas en el mismo sentido, y con
el único fin de exponer la otra cara
del problema.
Creo que deberíamos distinguir
claramente, por un lado, a aquellas personas que se casan sin fe
por la Iglesia y para las que, evidentemente, el acto no constituye
más que un mero compromiso humano que, como tal, puede romperse. Para este tipo de personas,
denominadas por don Joaquín como aquellos que tiraron cada uno
por su lado, a lo mejor la Iglesia debería de ser más valiente y afrontar
las consecuencias en la sociedad
de negarles el sacramento, o al menos cerciorarse, previamente a la
boda, de su fe, cosa harto difícil
con cursillos de una semana. Tenemos, por otro lado a los que se
casan conforme a su fe, que suelen constituir matrimonios unidos
y fieles, y que no se divorcian (como mucho se separan o piden la
nulidad). Y tenemos un tercer sector de matrimonios, como es mi
caso, en los que uno de los dos cree
y el otro es creyente, pero no practicante. Si al cabo de los años este
último decide divorciarse, el primero no tiene nada que hacer, salvo a lo mejor haberse ido vivir con
él/ella –y por tanto en pecado según la Iglesia católica– por si acaso posteriormente su pareja se
arrepentía. Puede contestarme don
Joaquín que estas parejas lo que
tenían que haber hecho era romper el noviazgo, pero recuerde que
se trata de creyentes no practicantes,
no de ateos, y que en cualquier caso les negamos la posibilidad de
regresar algún día a una fe que tenían olvidada.
En cualquier caso resulta, sobre
todo, obligado decir que la gran
mayoría de las separaciones no suponen actos vanos y festivos, sino
procesos tremendamente dolorosos y difíciles, en los que, la mayoría de las veces, los padres han
tenido muy en cuenta el hecho de
que es mejor para los hijos tener a
unos padres tranquilos, aunque
separados. No todos los hijos oyen
a sus padres ponerse verdes entre
sí; no todos quedan marcados para toda la vida; en muchos casos
les tranquiliza saber que sus padres luchan –ambos– por llevárselos consigo porque –ambos– los
quieren.
Por si sirve de ayuda, mi hija ve
a su padre cada vez que ambos
quieren y pueden, tiene fotos suyas en su habitación, es una niña
sumamente feliz en palabras de todos los que la rodean, y es la primera de su clase. ¿Aunque él o ella
hayan sido inadecuados maridos o
esposas, han de ser también, necesariamente, malos padres o madres?
Macarena Montero Estévez
comportamientos prudentes frente a los demás.
De nuestras relaciones de trabajo y de negocios, aprendemos
lecciones diarias de interacción y
de obtención de los mutuos beneficios esperados de toda negociación. La sabiduría, entonces, está
al alcance de la mano. Quien la desee y la anhele, sólo requiere que
ponga toda su intención en el
aprendizaje constante que toda acción, todo hecho, todo acontecimiento, toda relación conlleva.
Contra la sabiduría atenta la
mediocridad en nuestras acciones,
en nuestras tareas, aprendizajes,
relaciones. La mediocridad no permite profundizar en lo que hacemos y nos lleva por el camino del
facilismo y del activismo, sin que
vayan quedando huellas profundas de nuestro paso por las vidas
de las personas que nos rodean.
La sabiduría no anida en la vida
superficial, pero se solaza en habitar entre los emprendedores, reflexivos, estudiosos y entre los que,
de cada acción, hacen una experiencia.
Hernán Saldarriaga
(desde Medellín, Colombia)
Sobre los okupas
H
e leído con atención el comentario de don Andrés Merino, que en el número 195 de este
semanario y en su columna Punto
de vista habla de los okupas: una
cuestión que está en contra de la
doctrina social de la Iglesia, de lo
legalmente correcto y, por supuesto, del sentido común más
elemental: ocupar un piso o local
así, por las buenas, constituye un
delito de allanamiento de mora-
da y no hay ninguna razón social,
ni económica, ni ideológica, ni moral que justifique semejante tropelía. Estoy por eso completamente de acuerdo en lo que dice
el señor Merino: los que a sí mismos se autodenominan okupas, no
están sino tratando de justificar lo
injustificable: una apropiación indebida, por la fuerza, de una casa o de un local, lo que es claramente contrario a la ley y al sentido común.
Forzando la puerta como unos
vulgares rateros, poco antes del
verano pasado se metieron un grupo de sucios melenudos en una casa del barrio de Prosperidad. Yo
vivo cerca, lo mismo que sus legítimos dueños, con los cuales hablé personalmente pocos días después de producirse el (esperado)
desalojo por parte de la Policía.
Ahora yo pregunto: ¿Con qué derecho pintaron a brochazos (en color azul eléctrico) toda la fachada a
sus legítimos dueños? Y lo que aún
duele más: ¿Cómo se atreven a garabatear un amenazante Volveremos, junto a la hoz y el martillo, sobre la misma pared?
La propiedad privada debe revertir en beneficio de los demás:
eso es, dicho con otras palabras, lo
que nos enseña la doctrina social
de la Iglesia. Muy distinto hubiera
sido si un grupo de Hermanas de
la Caridad, de Franciscanos o de
Hermanos de San Juan de Dios, le
hubiera pedido a los dueños de ese
piso el espacio para crear un dispensario para pobres, un centro de
oración o un centro de acogida para inmigrantes. Las cosas se piden
por favor, y se deben respetar y
cuidar cuando no son de uno.
Sabiduría y trabajo
L
a sabiduría tiene que ver con
la conducta prudente en la vida o en los negocios y con el conocimiento profundo en diversos
campos del acontecer humano. La
disciplina personal de la consagración al estudio es fuente de sabiduría. El análisis de los hechos,
su investigación, su discusión y
sus conclusiones, contribuyen a
enriquecer nuestros conocimientos. La observación constante de
nuestro trabajo nos da un saber a
profundidad sobre lo que hacemos, y nos ayuda a disfrutarlo. La
conversación seria con nuestros
amigos, acerca de los acontecimientos de nuestras vidas, nos
permite entenderlas y enrutarlas.
La vivencia a plenitud de la vida
de hogar nos enseña indelebles
Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas.
Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido
Federico Babé
ΑΩ Iglesia en Madrid
Nº 198/3-lI-2000
11
La voz del cardenal arzobispo ante la Jornada por la Vida
La causa de la vida pone en juego
el futuro de la Humanidad
La causa de la vida: decisiva para el futuro de la Humanidad y para la salvación del hombre es el título de la exhortación
que nuestro cardenal arzobispo ha escrito esta semana, en la que dice:
L
a Iglesia se prepara ya para celebrar la Jornada por la Vida en este año, el 2000 del
Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, el próximo domingo día seis de febrero, con la conciencia creciente de que una de las más decisivas causas en las que se va a jugar el futuro de
la Humanidad y la salvación del hombre en este siglo y milenio, que acaban de comenzar, va
a ser la causa de la vida.
Se ha escrito mucho en estos últimos meses
sobre el siglo XX que concluye. Crónica y valoración histórica se han mezclado, a la hora
de hacer el balance retrospectivo de lo que han
supuesto en el progreso de la Humanidad, los
acontecimientos, personajes, ideas, corrientes
culturales y sociales que lo han caracterizado
más significativamente. Los juicios valorativos
han sido muy diversos según la perspectiva o
criterio de interpretación ideológico adoptados. Pero hay un dato en el que apenas se constatan divergencias: el siglo XX ha sido, como
dice Otto de Habsburgo, el siglo de las guerras, de
las más terribles de toda la historia humana.
Desde la perspectiva de la fe católica, habría
que añadir, además: el período histórico, dentro
de la era cristiana, en el que el valor fundamental de la vida se ha visto más universalmente amenazado y más abiertamente puesto
en cuestión. Tanto es así que la Iglesia, primero
en el Concilio Vaticano II, y luego a través de un
Magisterio Pontificio siempre alerta a los signos de los tiempos, el de Pablo VI y Juan Pablo
II, ha considerado la relativización generalizada del valor y del derecho a la vida como uno
de los primeros retos doctrinales y pastorales a
los que sus hijos y sus hijas han de dar respuesta
lúcida, generosa, valiente y apostólica en los
próximos años.
Juan Pablo II no ha vacilado en articular y
proponer a todos los creyentes y a todos los
hombres de buena voluntad una respuesta teórica y práctica en forma global, desde las raíces mismas del Misterio de Cristo, que él ha
llamado bella y genialmente el Evangelio de la
vida. En su Carta encíclica Evangelium vitae, del
25 de marzo de 1995, ofrece la gran alternativa
cristiana al mundo contemporáneo, como un
esperanzado, realista y gozoso canto a la vida:
El Evangelio del amor de Dios al hombre –nos dice
el Papa–, el Evangelio de la dignidad de la persona
humana y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio.
NUEVAS
AMENAZAS A LA VIDA
Nuevas y gravísimas amenazas se ciernen
sobre la vida y la dignidad de la persona humana en el umbral del siglo XXI. La guerra se sigue utilizando sin escrúpulos como método
brutal de solución de los problemas políticos. A
nuestra vista, casi ya insensible e impasible, se
está desplegando diariamente muy cerca de
nosotros, en Chechenia, una nueva y larga acción bélica con la serie cruelísima e intermina-
Son múltiples las nuevas amenazas a la vida humana. En la foto, un niño refugiado checheno
ble de víctimas inocentes: niños, enfermos, ancianos, familias enteras... Se usa y se justifica
el terrorismo con su secuela de asesinatos, crímenes, vidas y familias destrozadas como recurso legítimo para obtener no se sabe bien qué
fines políticos, sociales o culturales. Sus zarpazos los conocemos bien en España. Hace escasamente una semana llorábamos a su última
víctima en Madrid. La vida de los no nacidos,
de los enfermos terminales, de los ancianos, de
los disminuidos de todo tipo... se encuentra cada vez más desamparada no sólo por las leyes
vigentes, sino también por las costumbres y estilos de vida más en boga en la sociedad actual.
Parece que se trata de vidas humanas de inferior valor y menos dignas de protección jurídica y social que las de los sanos, fuertes y autosuficientes en lo físico, lo psíquico y lo económico-social. Es evidente: gana terreno lo que el
Papa ha calificado como la cultura de la muerte.
Pero la muerte ha sido vencida en su misma
entraña por el Evangelio de la vida, por Jesucristo, muerto en la Cruz y resucitado por nuestra
salvación.
Los cristianos desde el principio mismo de la
Iglesia, como haciéndose eco jubiloso de las pri-
meras palabras del Evangelio de la vida, le dirían
a María: Bendito el fruto de tu vientre. Del mismo modo, acogiendo en nuestra plegaria las
palabras de la exclamación de Isabel al recibir el
saludo de su prima María –bendita tú entre las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre– desde lo
más hondo de nuestro corazón, dispuestos a la
purificación y conversión cada vez más comprometida de la conciencia y de la conducta,
privada y pública, debemos y queremos celebrar la Jornada por la Vida del Año Jubilar, que
culminará con la Vigilia de Oración en la catedral de La Almudena al atardecer del próximo
domingo. La pugna entre las concepciones materialistas y utilitaristas del hombre, que reducen progresivamente el círculo de las personas
a las que se les reconoce el derecho a la vida, y
la visión trascendente de la dignidad personal
de todo ser humano desde el momento de su
concepción hasta su muerte natural, va a ser
larga y dura. No hay que arredrarse. La apuesta cristiana ganará, porque es la apuesta de la
Cruz de Cristo: la apuesta del amor y de la vida.
† Antonio Mª Rouco Varela
12
Aquí y ahora Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
El Presidente de la CONFER, a Alfa y Omega
La calidad de la vida religiosa
Un viejo reloj Junghan sólo se para si dejas de darle cuerda. En la sala de espera de la
comunidad calasancia, a la que pertenece el escolapio Jesús María Lecea, el viejo testigo
del tiempo había dejado de dar las señales de vida. El testimonio del padre Lecea
contribuye a reanimar el reloj de la vida religiosa en nuestro país
P
adre Lecea, ¿cuál es la temperatura vital de la vida religiosa hoy, en nuestro país?
Yo diría que la vida religiosa en
España tiene una buena calidad de
vida. Es cierto que estos últimos
años, cuando se habla de religiosos,
enseguida se habla de la cantidad.
Las estadísticas dicen que, en número, vamos bajando y, también, que
el promedio de edad de los religiosos
y religiosas de España va subiendo.
Vivimos, aún, del impulso renovador que nos dio el Concilio Vaticano II. Ahí se produjo un impulso que
poco a poco, a través de los años, ha
influido en la renovación religiosa.
Se ha mejorado la calidad de la vida
comunitaria; la atención a la experiencia espiritual; la expresión celebrativa, por ejemplo, litúrgica; y el
aspecto apostólico, hacia fuera: la misión de la vida religiosa.
Habrá quien crea que nos está
mostrando un retrato excesivamente optimista.
Pienso más en lo que es la esencia, el ser de la vida religiosa, porque también creo que cada vez
más entendemos la misión de los
religiosos no como un hacer, hacer, hacer... pura actividad, sino como algo que viene motivado desde
dentro, desde lo que el religioso se
siente llamado a ser en la Iglesia,
como contribución a su misión,
que es lo que Cristo nos encomienda a todos. Desde ese punto
de vista del ser de la vida religiosa,
soy optimista, pero no prescindo
ni ignoro, porque están ahí, los serios problemas que tiene en este
momento.
Seguro que usted los conoce
bien.
Hay un problema, que será
siempre permanente en la vida religiosa, que es lo que podemos llamar la fidelidad a su propia identidad. En el momento presente hay
un problema de identidad en la vida religiosa, y esto no contradice
lo que he dicho antes de que se hayan dado pasos positivos en la calidad de la vida religiosa hacia dentro. Una crisis de identidad que
puede venir de dos fuentes: interna
a la vida religiosa, desde esa pregunta que todos nos hacemos –institucional y personalmente– sobre
si estamos a la altura de esa fidelidad que se debe a nuestra vocación
cristiana de consagrados; si realmente tenemos claro, no solamen-
El padre Jesús María Lecea, escolapio
te las ideas, sino también, y sobre
todo, en la práctica, en la experiencia, esa identidad de lo que somos en la Iglesia, de lo que la Iglesia quiere de nosotros.
Y hay una fuente externa que
es la realidad que circunda a la
vida religiosa, porque también estamos en el mundo y somos de
una sociedad concreta. Podemos
decir que existe un desfase, un
problema de acomodación. Y no
entiendo la acomodación como
un mundanizarnos, sino la dificultad de estar a la altura de las
circunstancias, con calidad, desde
lo que somos y hacemos. Esto
produce esa sensación en los religiosos de cierta incomodidad, desasosiego.
El Decreto sobre la renovación
de la vida religiosa, del Concilio
Vaticano II, viene a decir que las
mejores adaptaciones a nuestro
tiempo sirven, si las anima una vida espiritual.
Estoy muy convencido de lo que
ahí se dice, evidentemente. Se cita
además, como contexto práctico,
una frase que creo que es de Rahner, que dijo que el próximo será un
siglo de místicos o no será, cristianamente hablando. Yo creo que la vida religiosa se transformará a mejor desde una experiencia espiritual auténtica, porque es el Espíritu el que mueve toda realidad
eclesial. Cuando se aboga por una
fidelidad carismática, se está diciendo que se aboga también por
una experiencia seria, fuerte, espiritual.
Permítame una referencia a la
actualidad. Muchos religiosos fueron mártires en nuestra guerra civil. ¿En qué medida este hecho les
interpela?
El martirio es un signo extraordinario de fidelidad al Evangelio, y
esto siempre ha sido así desde los
orígenes del cristianismo. El testimonio que llega a ser martirial es
hermosísimo, y muestra la calidad
de fe de esas personas. Por eso yo
creo que, dadas las circunstancias,
un hecho martirial para la Iglesia
española es algo que hay que agradecer al Señor, aun sabiendo que
es una realidad trágica, dolorosa,
triste... Siempre uno se refiere a él
pensando que redundará en bien
de la misma Iglesia. Muchos de estos mártires pertenecieron a Institutos religiosos, que ahora los recuerdan con ese deseo de apoyar
su propia fe en el testimonio que
su martirio nos da. Y me gusta resaltar que algunas Congregaciones
han dicho que no hacían esto para
reabrir heridas del pasado, o mantener divisiones o enfrentamientos,
sino con el deseo de que sea su memoria un factor de reconciliación.
Su participación en el Sínodo
especial de los Obispos para Europa ha supuesto un reconocimiento a la labor de coordinación
de las iniciativas de los religiosos
españoles.
En varios momentos del trabajo
sinodal, y después también en las
proposiciones o conclusiones que
quedan ahí sugeridas al Papa, se
hace una llamada también a la vida religiosa de Europa para que
contribuya, desde su identidad, a
la evangelización del viejo continente, pensando que la vida religiosa sea un factor que cree esperanza dentro de la sociedad. El Sínodo ha expresado esto, en primer
lugar, haciendo memoria. Ha reconocido todo lo que la vida monástica ya significó en tiempos lejanos para la construcción de la
misma Europa. También se aludía
a la presencia religiosa en el mundo cultural, sobre todo pensando
en el mundo de la teología y de la
investigación bíblica, etc... Yo quisiera recalcar algo, porque algún
medio de comunicación parecía
que ponía en contraposición a Institutos de vida religiosa y nuevos
Movimientos, señalando que la vida religiosa ya ha tenido su momento, ya ha pasado, y ahora es el
momento de los nuevos Movimientos. El Sínodo rechazó esta
dialéctica. Reconociendo el valor
que tienen los Movimientos, que
lo tienen, nacidos en el contexto
presente y respondiendo a necesidades de la Iglesia actual, también
se reconoce que todo lo que ha nacido en el pasado tiene derecho a
sobrevivir. Es más, conviene que
sobreviva y, por tanto, el Sínodo
anima a que los religiosos superen
las dificultades que tengan. Una
cosa no quita a la otra.
José Francisco Serrano
ΑΩ Aquí y ahora
Nº 198/23-lI-2000
13
Adiós del Nuncio a los españoles
A
cepto con mucho gusto la
oportunidad que me brinda
el director de Alfa y Omega para escribir unas líneas en este precioso
semanario, a modo de despedida,
al finalizar mi misión pastoral en
España. Ha sido un período lleno
de acontecimientos diversos y variados, unos muy agradables y
otros menos gratos.
Cabe destacar, en primer lugar, el trienio dedicado a la progresiva preparación del acontecimiento del Gran Jubileo, con
motivo del 2.000 aniversario del
misterio de la Encarnación, que
estamos gozosamente celebrando este año en toda la Iglesia. Las
emotivas aperturas de las Puertas Santas de las cuatro grandes
basílicas romanas, con solemnes
ritos ejecutados y presididos por
el mismo Santo Padre, subrayan,
por sí solas, la extraordinaria importancia y trascendencia de este acontecimiento jubilar, aumentado por la masiva participación de una multitud de peregrinos que han querido
aprovechar, y seguirán aprovechando, las gracias especiales del
Año Jubilar en Roma, en Jerusalén y en tantísimos otros lugares
destinados a tal práctica devocional. ¡Quiera el Señor que el
aniversario del nacimiento de su
Hijo sea para muchísimos un
tiempo de conversión y de santificación, portador de paz y de
reconciliación!
No puedo omitir el hacer una
particular mención del Año Jacobeo. Peregrinos –casi ocho millones, cifra récord que supera todas
las estadísticas anteriores– de toda España y del extranjero, muchas veces con no pocos sacrificios,
se han dado cita en Santiago de
Compostela para venerar la tumba
del Apóstol, lucrar las indulgencias del santo Jubileo y conseguir
el perdón de sus pecados.
Para las Iglesias en los países
europeos ha sido de gran importancia la segunda Asamblea para
Europa del Sínodo de los Obispos,
en el que ha tenido un papel relevante, como Relator General, el
cardenal arzobispo de Madrid,
monseñor Rouco Varela. Ha sido
un Sínodo que ha trazado líneas
muy claras para la tarea pastoral
y evangelizadora en estos próximos años.
30
NUEVOS OBISPOS
Con gran satisfacción quiero resaltar los treinta nombramientos
episcopales, con los que el Santo
Padre ha resuelto la provisión de
las diversas diócesis españolas vacantes, o ha querido dotar de obispos auxiliares a ordinarios de de-
Sus Majestades los Reyes saludan al Nuncio, Decano del Cuerpo Diplomático acreditado en España
terminadas demarcaciones de gran
extensión territorial o de complejidad pastoral. Quiera Dios que estos nuevos obispos puedan ser mediaciones eficaces para la revitalización de la fe y de las sanas tradiciones populares, llenando de
entusiasmo a los fieles, particularmente a los jóvenes, e incorporarlos al quehacer evangelizador y
misionero de la construcción del
Reino de Dios.
Por la grave crisis de valores
que atravesamos y por los pecu-
taría advertir a los lectores de estas
sencillas palabras y a los católicos
españoles, en general, la necesidad
de conocer y valorar los numerosos documentos, muchos de ellos
de gran actualidad coyuntural y
rico contenido doctrinal, elaborados en estos últimos años por la
Conferencia Episcopal Española.
La lectura, reflexión y vivencia testimonial de los mismos podrían
marcar pautas de comportamiento
y criterios de actuación sumamente prácticos, no sólo para la vi-
■■
«Siento la urgencia de llamar la atención
de los padres de familia sobre
su extraordinaria responsabilidad
en la educación de sus hijos»
■■
liares modos de convivencia que
van surgiendo en la sociedad de
nuestros días, siento la urgencia
de llamar la atención de los padres
de familia sobre su extraordinaria
responsabilidad en la educación
de sus hijos. Con sus gestos y palabras, con su presencia cariñosa
y, sobre todo, con el testimonio de
vida, deben hacer que la familia
sea un verdadero santuario y una
pequeña Iglesia doméstica. España
podría dejar de ser una nación católica si continúa el dramático descenso de la natalidad, si los padres
no educan en la fe cristiana a sus
hijos y si persiste la preocupante
sequía vocacional a la vida sacerdotal y religiosa.
En otro orden de cosas, me gus-
da religiosa, sino también para la
vida social, política, económica...
PROMESAS
INCUMPLIDAS
Con honda preocupación y lamentándolo mucho, tengo que referirme al problema de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Durante esta última legislatura, a punto de terminar, no se
han cumplido las promesas de solucionar esta cuestión tan importante. La sociedad española, las familias (padres e hijos) han perdido
cuatro años preciosos de difícil
compensación. Los actuales gobernantes asumieron, en su momento, graves responsabilidades
con resultados hasta ahora falli-
dos. Si les es posible, tendrán que
reparar en el futuro lo que han
omitido en el pasado.
España ha hecho durante estos
cuatro últimos años un gran esfuerzo y ha experimentado un considerable progreso. Creció su peso específico y participación en el
foro internacional, en el campo de
las finanzas, con notables logros
económicos y comerciales. Hay
que construirla sobre unos sólidos
cimientos de principios éticos, morales y religiosos, si es que verdaderamente quiere subsistir.
Para conseguir estas metas, hay
que hacer todo lo posible para fortalecer la familia, base fundamental de la sociedad civil y de la comunidad eclesial. Sin la consolidación y robustecimiento de la familia, el futuro de España no
podrá ser muy prometedor.
Quiero terminar estas líneas con
unas palabras de comunión y agradecimiento a la Conferencia Espicopal Española, por la deferencia y
buen trato que siempre me han
dispensado. Nunca podré olvidar
estos años, en los que he procurado trabajar en estrecha unión con
los obispos españoles. Llevo conmigo un gratísimo recuerdo de la
Iglesia en España, de todas y cada
una de sus diócesis, de sus pueblos y de sus gentes... ¡de toda España!, a la que he aprendido a
amar y a respetar.
Agradecido al Señor por tantas
cosas, puedo asegurar que esta
querida Nación española estará
siempre en mi recuerdo y en mis
oraciones.
+Lajos Kada
14
Testimonio Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
Adevida: Un servicio eficaz y gratuito
«En 1999 salvamos 589 vidas»
H
an pasado 18 años y aún resuenan aquellas palabras del
Papa en la plaza de Lima de Madrid: ¡Nadie puede legitimar la muerte de un inocente…! Sin embargo,
en el mismo mundo civilizado que
lucha por la abolición de la pena
de muerte, se sigue consumando
el aborto, el asesinato del ser más
inocente, al que ni siquiera se da
opción a defenderse. Algunos políticos y buena parte de la población pasa olímpicamente sobre un
tema, no ya moral, sino simplemente ético y hasta logístico en
una nación como España, con el
índice de natalidad más bajo conocido y con una protección familiar decadente.
En Madrid, desde 1979, funciona Adevida, asociación sin ánimo
de lucro cuyo único fin es ayudar a
la mujer que se encuentra sola ante su maternidad, sin una mano
que le ayude. En su sede social de
Campomanes 10 he preguntado a
su presidenta, María Teresa Segura de Tafur, por su tarea en la que
asesoras reciben y acogen a las madres gestantes; y un equipo médico (pediatras, psiquiatras) y otro
de abogados, más los socios con
su aportación económica, colaboran de manera absolutamente gratuita.
¿Dependen de alguien?
Únicamente de Dios y de su divina Providencia.
¿Cuentan con subvenciones?
El Ayuntamiento de Madrid
nos ayuda con tres millones y medio de pesetas, y la Dirección de
Asuntos Sociales con cuatro. La
mayoría de recursos proceden de
donaciones, casi todas anónimas,
aunque el dinero entregado a la
Asociación en Defensa de la Vida
desgrava fiscalmente. También recibimos ayuda material: alimentos para las madres que esperan
un niño y ropa infantil. Nos ayu-
dan Cruz Roja, Operación Kilo, las
Cáritas de algunas parroquias, el
Banco de Alimentos, la Orden de
Malta, algunos colegios como el
Loreto…
¿Practican algún credo religioso?
Los integrantes de Adevida somos católicos. Sin Dios, no valdríamos nada. Pero la organización
es aconfesional. A nuestra puerta
llaman y son acogidas mahometanas, protestantes, sintoistas, jansenistas… y esa puerta siempre
está abierta sin mirar credo, color,
culpabilidad o inocencia. Sólo nos
importa salvar a una criatura y
ayudar a su madre para que sepa
ocuparse de su hijo que va a nacer. Si una madre, por desesperada
que esté, se siente ayudada, es ca-
paz de recibir al hijo. Si se siente
sola, puede caer en la tentación de
eliminarlo.
¿Cuál es el perfil de la mujer
que acude?
Una mayoría de solteras, hispanoamericanas y marroquíes.
Siempre por falta de medios y que
quieren abortar. Muchas acuden
creyendo que aquí se practica la
planificación familiar. Aunque en
algunos casos falle, la mayoría de
las veces, al sentirse ayudadas, deciden dar a luz a su hijo. Este año
nos fallaron dos que decidieron
abortar, y que luego han acudido a
Adevida para que el psiquiatra las
atienda y alivie el remordimiento
que sobreviene después de matar
al hijo que llevaban en sus entra-
Oración por la vida
O
h María,
aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Madre, el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia
o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar, con firmeza y amor,
a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con solícita constancia, para contruir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida.
ñas. En Japón existe un cementerio de abortados: es el cementerio
más visitado y siempre está cubierto de flores. En general, aunque lleguen buscando ayuda para
abortar, cuando se les deja ver El
grito silencioso, la película del doctor Nathanson, se echan a llorar y
suelen cambiar de idea. Este médico norteamericano, después de
practicar más de 70.000 abortos, se
arrepintió e hizo esta película para
que el mundo compruebe con horror cómo se destroza el diminuto cuerpo de un ser vivo en el seno
de su madre. Hemos intentado
emitirlo en todas las televisiones,
por su valor científico e informativo, y todas nos han pedido siempre sumas superiores a los 30 millones por los diez minutos que
dura.
La Asociación no se hace publicidad. ¿Cómo les encuentran?
La mayoría nos conocen por el
boca a boca, o por las asistentes sociales del Ayuntamiento y Cáritas
parroquiales. Ofrecemos medicinas, alimentos, ropa y la lactancia
de sus hijos hasta que tienen un
año. Alojamiento si carecen de él,
antes del parto y un año después
del mismo. Luego, además de ayudarles a buscar trabajo, atención
médica hasta que el niño tiene año
y medio.
Ustedes salvan niños, ¿y luego?
En 1999 se han salvado 598 vidas. Aunque consigamos trabajo
a sus madres, el problema añadido
es que éstas no pueden ir a trabajar
con el bebé en brazos y nosotros
carecemos de medios para fundar
una casa cuna o una guardería.
Hemos acudido a todos los estamentos oficiales sin resultado.
Nuestra esperanza radica en esa
providencial institución de la Iglesia católica que es Cáritas. Abogados, médicos, ATS… gracias a Dios
y a Santa María la Virgen, que
aceptó ser madre, no nos faltan.
Necesitamos más asesoras; las preparamos en un cursillo especial.
¿No les da miedo que acudan
más y más madres buscando ayuda?
¡No! ¡En ningún momento tenemos miedo! Como dependemos
de la Providencia divina ésta nunca nos faltará. Queremos que vengan muchas madres gestantes en
apuros. Recuerdo una frase de la
Madre Teresa de Calcuta: El pobre
más pobre entre los pobres es la madre que quiere abortar. También dijo:
No lo matéis, ¡dádmelos a mí!
Juan Mayor de la Torre
Juan Pablo II
ΑΩ El Día del Señor
Nº 198/3-lI-2000
15
V Domingo del tiempo ordinario
«Todo el mundo te busca»
Evangelio
E
n aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y
Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano
y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirlos. Al anochecer,
cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y poseídos. La
población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos
de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: Todo el mundo te busca.
Él les respondió: Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas,
para predicar también allí; que para eso he venido.
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
Marcos 1, 29-39
J
esús aparece en este evangelio
investido de una misión universal. Todo el mundo te busca, le dicen los suyos arrancándole de la
oración. Y llama la atención cómo
se agranda el escenario de la acción de Jesús: del reducido espacio de la casa de Pedro, donde cura a su suegra, se pasa al conjunto
de la población agolpada a la puerta y, más adelante, a las aldeas vecinas donde Cristo quiere predicar. Por último, Jesús recorre toda
la Galilea, símbolo del mundo gentil. Cristo se revela así devorado
por el afán de predicar y de curar a
los enfermos y poseídos. Su misión no se ciñe a Cafarnaúm, ni a
los pueblos vecinos, sino que pretende encender un fuego que consuma a toda la tierra. Yo para esto
he venido, dice a quienes tienen la
tentación de retenerlo entre ellos
y poner límites a su misión.
Cristo es un derecho de cada
hombre por la sencilla razón de
que todo hombre necesita la salvación. Tiene derecho a recibirla. En este sentido, todo hombre,
aun sin saberlo, busca a Cristo.
Y lo busca desde la más básica y
radical necesidad de su ser: la de
ser sanado. La imagen de los enfermos y poseídos colocados a
los pies de Cristo es la más sugerente representación de la Humanidad que busca descargar su
connatural miseria en quien puede soportarla sobre sí como Siervo de Dios y de los hombres. Así
lo profetizó Isaías cuando presenta al Mesías como Aquel que
cargó sobre sí todas las dolencias
y enfermedades de los hombres.
Éste es el telón de fondo para interpretar lo que hace Jesús cuando cura a un leproso, paralítico
o sordomudo y cuando libera a
un poseído. Es el Cristo que carga sobre sí lo que el hombre no
tiene fuerzas para llevar él solo,
como aquel sobrecogedor Cruci-
La mano de un peregrino ante la Puerta Santa de la basílica de San Pedro
ficado de Grünewald, lleno de
heridas, llagas y postemas, que
pintó para colocarlo en un convento donde los apestados podían clavar en él su última mirada
antes de morir, con el consuelo
de que el Hijo de Dios compadecía con ellos.
Secuestrar a Cristo de la vida
de los hombres, retenerlo en nuestro pequeño cafarnaúm para el
propio disfrute, impedirle llegar
al último confín de la tierra es el
mayor atentado contra la compasión que todo hombre necesita. Es
el secuestro de la salud eterna, a
la que todos tenemos derecho. Es
privar al hombre de vivir rescatado de la impotencia de salvarse a sí
mismo. Cristo ha venido para predicar a todo hombre y ofrecerle la
salud. Y quienes no comparten esta misión de Cristo claudican ante
lo que Bernanos consideraba una
forma de impostura: vivir sólo para ser queridos. Lo opuesto, justamente, al vivir de Jesús.
+ César Franco
Obispo auxiliar de Madrid
Año de Gracia
E
l Evangelio de la vida no es una mera reflexión,
aunque original y profunda, sobre la vida humana; ni sólo un mandamiento para sensibilizar la
conciencia y causar cambios significativos en la sociedad; menos aún una promesa ilusoria de un futuro
mejor. El Evangelio de la vida es una realidad concreta y personal: el anuncio de la persona misma
de Jesús, el cual se presenta al apóstol Tomás, y en
él a todo hombre, con estas palabras: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Jesús es el Hijo que, desde la eternidad, recibe la vida del Padre y que ha
venido a los hombres para hacerles partícipes de
este don: Yo he venido para que tengan vida y la
tengan en abundancia.
Defender y promover, respetar y amar la vida es
una tarea que Dios confía a cada hombre, llamándolo, como imagen palpitante suya, a participar de
la soberanía que Él tienen sobre el mundo: Y Dios los
bendijo , y les dijo: «Sed fecundos y multiplicaos, y
henchid la tierra y sometedla». Esta participación del
hombre en la soberanía de Dios se manifiesta en la
responsabilidad específica que le es confiada en relación con la vida propiamente humana; alcanza
su vértice en el don de la vida mediante la procreación por parte del hombre y la mujer en el matrimonio. La generación de un hijo es un acontecimiento profundamente humano y altamente religioso, en cuanto implica a los cónyuges, que forman una sola carne, y también a Dios mismo, que
se hace presente. Precisamente en esta función suya como colaboradores de Dios que transmiten su
imagen a la nueva criatura, está la grandeza de los
esposos. La vida transmitida por los padres tiene su
origen en Dios: Antes de formarte en el seno materno –dice el Señor–, te conocía, y antes de que
nacieses, te tenía consagrado.
Juan Pablo II
de la encíclica Evangelium vitae
16
Raíces Α
Ω
Nº 198/3-Il-2000
Tras las huellas de M
El Papa visitará Egipto.
Aplazada por el momento la
primera etapa en el recorrido
por la Historia de Salvación,
que había de seguir las huellas
de Abraham por tierras hoy
iraquíes, la peregrinación
comenzará por el país que
acogió a la Sagrada Familia y
vio la esclavitud y el éxodo del
pueblo de Israel. El viaje de
Juan Pablo II tiene además un
significado muy especial para la
minoría copta, 8 de los 65
millones de egipcios, de los que
sólo unos 300.000 son
católicos. Pero si los coptos se
han distinguido por algo es
precisamente por su
compromiso en pro de la
unidad de los cristianos. Y por
una fe a prueba de
persecuciones y martirios
E
n los albores del siglo cuarto,
el césar Máximo ordenó que
todos los habitantes de la comarca acudieran a Alejandría para
ofrecer sacrificios a los dioses. Los
castigos habrían de ser ejemplares
para todo aquel que se negara. Pero, según cuenta la tradición, las
amenazas no hicieron demasiada
mella en la joven Catalina, que refutó uno por uno los argumentos
del tirano. Incapaz de seguir él la
discusión, y prendado de la hermosura de Catalina, mandó llamar
a los más famosos sabios del Imperio, pero ella los convirtió al cristianismo, y hubieron de pagar la
cólera imperial con el martirio. Siguieron el mismo destino generales, cortesanos y la propia emperatriz. A Catalina, en cambio, la sacó
de la mazmorra y le ofreció compartir el trono, pero ésta prefirió ser
decapitada que acceder a tal pro-
posición. Y así murió, manando de
su cuerpo leche en lugar de sangre.
¿Crónica o leyenda? Fuera lo que
fuere, sirve a la perfección como parábola para ilustrar la historia de los
coptos, un pueblo que ha sufrido
como pocos las persecuciones, desde san Marcos, su Patrono y evangelizador, hasta prácticamente nuestros días. Hoy Egipto, quizás con
Líbano
y
Siria,
el
país del Creciente Fértil con mayor
libertad religiosa, no está exento de
inconvenientes para los cristianos.
Restaurar o construir iglesias supone tener que lidiar con complicadas
trabas burocráticas; hay ciertas restricciones reales para acceder a altos cargos públicos; y, sobre todo,
están en el punto de mira de minoritarios pero ruidosos grupos de integristas musulmanes, que, nostálgicos de los sueños nasseristas de
independencia frente a Occidente, ol-
ΑΩ Raíces
Nº 198/3-Il-2000
Moisés
En la página izquierda, arriba, el padre Jeremías, del monasterio de Santa Catalina
del Sinaí, se retira a su celda; debajo, icono de este monasterio con Moisés recibiendo las Tablas de la Ley y evocando el episodio de la zarza que ardía sin consumirse; en el centro, vista general del monasterio de Santa Catalina; debajo, monjes
coptos del monasterio de San Macario; sobre estas líneas, vista del monasterio de
Santa Catalina, desde el nordeste, en el ascenso a la cima del Sinaí; a izquierda y
derecha, también del monasterio de Santa Catalina: icono de Cristo Pantocrátor
(detalle), uno de los más antiguos y mejor conservados de los más de 2.000 que
posee el monasterio; y mosaico de Moisés recibiendo las Tablas de la Ley (detalle)
vidan el pasado cristiano del país y
contemplan a los coptos como poco
menos que agentes de la CIA.
No sólo han escrito los coptos
algunas de las mejores páginas de
la historia de Egipto, sino también
de la cristiandad. De aquí surgió,
por ejemplo, el monacato, que tuvo
y tiene un centro muy especial en
el monasterio de Santa Catalina, a
los pies del Sinaí, hoy regentado
por monjes greco-ortodoxos. Éste
será uno de los puntos centrales de
la visita de Juan Pablo II.
En su jardín de olivos, donde estaba la zarza por la que Dios habló
a Moisés, el Santo Padre presidirá la
liturgia de la Palabra. No es un acto ecuménico sin más. Católicos y
ortodoxos coinciden en que la presencia entre ellos del Papa es una
inyección de estímulo para persistir ante la adversidad, para renovar un coraje del que, como santa
Catalina, difícilmente podrían haber dado más muestras.
Ricardo Benjumea
17
18
España Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
RELACIÓN DE CONGREGACIONES
CON CENTROS PARA MADRES SOLTERAS
Centros o residencias para madres solteras gestantes y/o con niños.
APOSTÓLICAS DEL SAGRADO CORAZÓN
Centro de Acogida “Luz Casanova”
Dña. Claudia Moreno Chocano
Santa Engracia 11. 28010 MADRID
Tel.: 91 445 41 69
HIJAS DE LA CARIDAD
Residencia “VillaPaz”
Juan Valles 6. 28023 Pozuelo de Alarcón (MADRID)
Tel.: 91 715 59 12
Centro “Labeaga”
Sor Matilde de la Maza
Labeaga 22. 20700 Urretxu (GUIPUZCOA)
Tel.: 943 72 16 10
HERMANAS OBLATAS
DEL SANTISIMO REDENTOR
Residencia “Tu casa”
Rodriguez Lázaro 13. 28025 MADRID
Tel.: 91 462 27 87
Residencia en Primitivo Pérez 11-A.
08010 ALICANTE. Tel.: 984 555555
Residencia en Etxezarrea 37. 01007 VITORIA (ÁLAVA)
Tel.: 945 13 12 50
Residencia en Elvira 98. 18014 GRANADA
Tel.: 958 20 19 30
RELIGIOSAS ADORATRICES DEL SANTÍSIMO
SACRAMENTO Y DE LA CARIDAD
Centro “Los Almendros”.
Santa Virgilia 25. 28033 MADRID
Tel.: 91 763 19 18
Centro “La Casita”
Carretera del Centro -Tarifa 9.
35017 LAS PALMAS DE GRAN CAN. ( LAS PALMAS)
Tel.: 928 35 18 34
RELIGIOSAS ADORATRICES DEL SANTÍSIMO
SACRAMENTO Y DE LA CARIDAD
Centro “Adoratrices”.
Alexander Henderson 1. 11207
ALGECIRAS (CADIZ)
Tel.: 956 60 55 55
Centro “Fuente de Vida”
Toledo-Avda. del Brillante 14. 14012 CÓRDOBA
Tel.: 957 27 00 88
Centro “Acogida Adoratrices”
Avda. Francisco Ayala 31. 18014 GRANADA
Tel.: 958 20 19 30
Centro “Madres Jóvenes”
Dña. Maria del Carmen Murillo Salcedo
Lirio 25. 13004 CIUDAD REAL
Tel.: 926 27 00 88
INSTITUTO SECULAR CRUZADAS
EVANGÉLICAS
Obra social “Ascensión Sánchez”
Dña. Maria Teresa Sánchez
Iglesia 15. 28063 COSLADA (MADRID)
Tel.: 91 671 02 38
Centro “C.A.M.S.”
Camino de Carbajosa 9. 37900 SANTA MARTA
DE TORMES (SALAMANCA)
Tel.: 923 20 03 88
ESCLAVAS DE LA VIRGEN DOLOROSA
Garcia Martín 25.
28224 POZUELO DE ALARCON (MADRID)
Tel.: 91 352 19 45
FILIPENSES-HIJAS DE MARIA DOLOROSA
Centro Maternal “Nuestra Sra. de la Paz”
Avda. de los Majuelos 17. 38018 TACO
(SANTA CRUZ DE TENERIFE) Tel.: 922 61 20 50
SS.SIERVAS DE LA PASIÓN
Casa Cuna “Santa Isabel”.
Casa Misericordia 8. 46010 VALENCIA
Tel.: 96 379 01 33
Avda. Dr. Corbal 33. 36207 VIGO (PONTEVEDRA)
Tel.: 96 137 64 27
Gregorio López 5. 10120 LOGROSAN (CÁCERES)
Tel.: 927 36 04 91
Llobet I.Vall Lloseras 12. 08032 BARCELONA
Tel.: 93 347 17 10 y 93 436 39 57
AUXILIARES DIOCESANAS DEL BUEN PASTOR
Torrijo 4 y 6. 48010 SEVILLA
Tel.: 95 433 38 99
SALESIANOS SOCIEDAD SAN FRANCISCO DE
SALES
Servicio Materno Infantil “ Madres Jóvenes”
D. Joan Codina
Venus S/N. 08930 SAN ADRIÁN DE BESOS
(BARCELONA) Tel.: 93 381 15 28
COMPAÑÍA HIJAS DE LA C. DE SAN VICENTE
Sor Amparo Moratal Gisbert
Pular del Pau.Josep Jopver 2. 08023 BARCELONA
Tel.: 93 418 70 23
Sor Maria Dolores Sole Segura
Casa Solaz Infantil “L´Agora”
Nazaret 66-76. 08035 BARCELONA
Tel.: 93 381 15 28
HH. TT. FF. DEL REBAÑO DE MARIA
Hogar Madre Encarnación “Si a la vida”
Hna. Benigna Lorenzo Cruz.
Músico Falla 16. 27004 LUGO
Tel.: 93 418 70 23
ΑΩ España
Nº 198/3-lI-2000
19
Apuesta por la vida humana
Todas las sociedades mínimamente civilizadas han defendido siempre el derecho a
la vida, escribe el Presidente de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia
Episcopal Española. Esto no obsta para que también todas las comunidades humanas
hayan atentado frecuentemente contra tal derecho. El siglo XX ha contemplado un
cambio de mentalidad significativo. Junto con un rechazo teórico cada vez mayor
de la guerra, de la pena de muerte y de todo acto violento, han aparecido, ancladas en un concepto perverso de libertad individual, nuevas amenazas contra la vida humana, afirmando como derecho lo que hasta ahora se consideraba delito,
vaciando de contenido el gran mandamiento: «¡No matarás!»
L
as leyes que permiten el aborto constituyen
el primer peligro serio para la vida humana.
Tal como quedan recogidas en la legislación española, aunque se establecen determinados supuestos, la situación de hecho es que –bajo el
supuesto de riesgo para la salud física o psíquica de la madre– estamos prácticamente ante un aborto legal libre o cuasi-libre. Las víctimas son unos 50.000 al año, según los datos oficiales. A ello se suma la administración de fármacos que impiden la implantación –y por
tanto la supervivencia– del óvulo ya fecundado.
La llamada píldora del día siguiente está a la orden
del día en los servicios de urgencias de muchos
hospitales. Estos abortos tempranos no se contabilizan en las cifras oficiales, pero todo indica que pueden ser más numerosos que los anteriores. En las técnicas de fecundación in vitro, sólo un mínimo porcentaje de embriones
llega a implantarse y a progresar; el resto son
congelados, o fracasa su implantación. El diagnóstico prenatal, siendo bueno como técnica
orientada al cuidado o curación del embrión,
desgraciadamente, en no pocos casos, conduce
a un aborto, si se sospecha cualquier posible
malformación o enfermedad hereditaria.
Al aborto hay que añadir la eutanasia y el
suicidio asistido, que atentan contra la vida terminal, o con limitaciones graves, de personas
mayores o jóvenes. Por ahora no tienen cabida
legal, pero no está ausente su proposición en
diversas asociaciones y formaciones políticas.
¿Cuáles son las raíces de este nuevo desprecio de la vida humana? Haciendo un esfuerzo
de síntesis podría decirse que, junto a los condicionantes de pobreza y de carencias externas,
hay tres factores que favorecen esta nueva mentalidad anti-vida: el primero es la pérdida del
carácter sagrado y de la dignidad de toda vida humana; el segundo, la aparición de una antropología no adecuada; y en tercer lugar una
concepción perversa de la libertad.
¿QUÉ
PODEMOS HACER?
La censura pública y académica de la pregunta por Dios ha ido originando paulatinamente lo que el Papa llama el eclipse de Dios,
que priva a la inteligencia humana de la luz necesaria para reconocer sin dificultad que cada
hombre –varón o mujer– procede de Dios y está llamado a que Él sea su plenitud eternamente. Su vida humana, creada a imagen y semejanza de Dios, posee una dignidad en su origen, es alguien único e irrepetible en su ser y
alcanza todo su sentido al saberse orientada finalmente a Dios: Bien supremo, Verdad plena y
Belleza infinita, cumplimiento de las exigencias de todo corazón humano. El eclipse de Dios
provocado por el ateísmo, la increencia y el agnosticismo, se traduce prácticamente en relati-
vismo moral que antepone otros intereses a la
realidad de alguien que nunca puede ser utilizado, porque es un fin en sí mismo.
La ausencia de una antropología adecuada se
pone en evidencia cuando se niega la dignidad
de la persona a los concebidos-no-nacidos, o a los
deficientes, o a los llamados terminales. Cada ser
humano es único e irrepetible e insustituible, no en
cuanto individuo de la especie humana, sino
en cuanto persona. Ésta es su dignidad y por
eso nunca puede ser tratado como un objeto,
sino siempre como sujeto, en su inalienable subjetividad.
El tercer factor que posibilita el dominio sobre la
vida del otro es la perversión de la libertad. Esto
ocurre cuando se olvida que ésta no se fundamenta
en sí misma, sino que va precedida por el conocimiento de la verdad. Romper el binomio libertadverdad es afirmar que la libertad es una fuerza indeterminada que no reconoce más cauces de expresión que los que ella crea e inventa. Posiblemente éste sea el drama cultural más serio del
momento presente, ya que reduce al hombre, varón
o mujer, a ser producto de las sensaciones y emociones, del placer o la utilidad. Desligada la libertad
de la verdad (el bien inteligible) y unida a un concepto individualista de la persona, se hace imposible la educación, y sin más norte que lo útil y placentero, el hombre va a la deriva, es susceptible de
cualquier tipo de manipulación y está a merced
del emotivismo y de los componentes irracionales.
La cultura dominante, omnipresente en los
medios de comunicación, ha facilitado rápidamente el cambio de mentalidad entre tantos españoles que aceptan que la libertad individual
pueda tener dominio sobre la vida del no-nacido, del deficiente o del terminal. En este caso,
la libertad, en vez de reconocer el camino de la
verdad de la persona, se transforma en una
fuerza despótica y tiránica, siendo utilizada para matar. Ésta es la crisis más profunda de nuestra civilización, que se agrava todavía más
cuando el Estado ampara con sus leyes la muerte del inocente, como en el aborto.
¿Qué podemos hacer los católicos ante las
nuevas amenazas que se ciernen sobre la vida
humana? La solución pasa necesariamente por
la evangelización del mundo y de la cultura.
Ante el ocultamiento de Dios, se hace urgente la
presencia de testigos que anuncien explícitamente a Jesucristo, el Evangelio de la vida. En es-
te Año Jubilar celebramos el bimilenario de la
venida de Cristo al mundo, que tuvo por objetivo, precisamente, anunciar a los hombres el
valor trascendente de su vida. La Encarnación
del Verbo revela de modo explícito la grandeza
del hombre, el sentido de su libertad y el fin
excelso al que es llamado. Su muerte en la cruz
dignifica hasta extremos inimaginables el valor de cada vida humana.
Quienes escuchan su voz y se dejan impregnar de su misericordia sabrán apostar fuerte por la vida, constituyendo familias cristianas abiertas generosamente a la procreación e
imaginando todos los servicios posibles para
que no se destruya ninguna vida por falta de
acogida y de cuidado amoroso.
+Juan Antonio Reig
20
Mundo Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
Una ideología de fondo incompatible con la fe cristiana
Ética global: el proyecto de la ONU
En septiembre de 2000, en la Cumbre del Milenio, una Carta para la Democracia Global será presentada ante la Asamblea
de la ONU para asegurar el futuro de la tierra. Aunque en el pasado fallaron los intentos de conseguir el apoyo
de la Asamblea General para adoptarla, no se han dejado de promover sus ideas
D
esde hace tiempo un grupo está trabajando para conseguir la aprobación de las Naciones Unidas para lo que llaman la Carta de la
Tierra. Según informó hace poco el servicio Noticias de la ONU, el proyecto viene promovido
por los Programas de las Naciones Unidas para el
Desarrollo y para el Medio ambiente, aunque implícitamente. Además, forman parte de los grupos que apoyan la idea el Fondo para la Población, la Comisión y el Comité de Derechos Humanos, la Comisión sobre la Condición de la Mujer y el
Comité de Seguimiento de la Convención de Eliminación de toda forma de Discriminación de la Mujer.
La lista de los promotores y las ONG´s y políticos que apoyan la Carta para la Democracia Global llena ocho páginas. Encontramos dos docenas, al menos, de ONG’s con estatuto consultivo
ante el Consejo Económico Social de las Naciones
Unidas; al Vice-presidente del Comité de ONG’s
para el Desarrollo Sostenible de la ONU, Richard
Jordan; y a Tom Spencer, inglés, funcionario de
la ONU, del masónico Foro del Estado del Mundo.
Mientras la ONU ha hecho cosas positivas
en defender a los pobres y promover los derechos humanos, según Mary Jo Anderson en el
Catholic World Report, se puede percibir en muchos de sus proyectos una ideología incompatible con la fe cristiana. La mezcla de feminismo,
marxismo, ecología radical y pensamiento New
Age, que infunde muchos de sus proyectos, pretende reemplazar los principios morales y religiosos tradicionales. Intenta aumentar el papel
de los tratados internacionales formulados por
un grupo de activistas radicales, con el apoyo de
fundaciones filantrópicas norteamericanas y
de algunos Gobiernos.
A inicios del octubre pasado, en San Francisco, se tuvo la quinta reunión del State of the
World Forum, con el tema central La Necesidad de
un nuevo espíritu mundial. Una de las fuerzas
que está detrás de este foro es la Fundación del
ex-líder soviético Gorbachov. Además, cuenta
con el apoyo del Carnegie Endowment for International Peace, las fundaciones Ford, Mellon y
Pew y la Cruz Verde Internacional. En algunas de
las ponencias se criticó abiertamente la doctrina cristiana como dañosa para la ecología, y
postulan una ética menos antropocéntrica y
más circular, en la cual se concibe la Tierra como
una forma de vida vital que conecta todos los
seres vivientes en una especie de espirituali-
Las ONG'S católicas
se preparan para Pekín+5
P
or iniciativa del Consejo Pontificio de la Familia, presidido por el cardenal Alfonso López
Trujillo, se celebró recientemente en Roma una
reunión de representantes de organizaciones no
gubernamentales católicas para discutir cuál es
la estrategia que hay que adoptar en previsión de
la sesión especial de la Asamblea General de las
Naciones Unidas que debería sancionar la aplicación de la Plataforma de Acción, de la Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada
en Pekín en 1995. La Asamblea de la ONU, conocida con el acrónimo de Pekín+5, tendrá lugar
en Nueva York del 5 al 9 junio de 2000.
Monseñor Renato Martino, Observador permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas,
explicó la ambivalencia que caracteriza a estas
grandes asambleas internacionales. Por una parte, están pensadas para afrontar problemas importantes, como la desigualdad social, política y
económica, la injusticia y la discriminación de
las mujeres en el mundo industrializado, el abuso
y la devastadora pobreza en el mundo en vías de
desarrollo. En estos puntos importantes para la
promoción de la mujer, la Santa Sede ofrece su
apoyo. Sin embargo –añadió el embajador del Papa ante la ONU–, en conformidad con la naturaleza particular de su misión, la Santa Sede se ha
visto obligada a expresar sus reservas en aquella
parte del documento final (de Pekín 1995) en la
que se habla con evidente exageración de la llamada salud «sexual» y «reproductiva» de las mujeres. Esta parte contiene un lenguaje ambiguo,
que podría ser interpretado como una invitación
a promover el aborto y la homosexualidad. Monseñor Martino aclaró que la Santa Sede no se hace ilusiones y sabe muy bien que el planteamiento de «Pekín +5» representará un momento para
afrontar nuevas batallas sobre la llamada salud
reproductiva, sobre los «derechos» a la anticoncepción para los adolescentes sin el consentimiento de sus padres, sobre los «derechos» de
los homosexuales y sobre la libertad para abortar.
dad. Una de las organizaciones que promueve
este pensamiento es el grupo World Goodwill,
la cara pública del Lucis Trust, una organización teosófica fundada en 1933 por Alice y Foster Bailey.
La Carta de la Tierra, proyecto lanzado en
1994 por Maurice Strong, del Consejo de la Tierra, y por Mijail Gorbachov, pretende lograr
cambios fundamentales en las actitudes y valores, y propone medidas para limitar el número de hijos, redistribuir la riqueza, cambiar
los sistemas económicos y adoptar una ética
del tipo New Age. Los países del tercer mundo
son especialmente vulnerables a sus presiones: durante una reunión en La Haya el representante declaró que Nicaragua aceptaría
los programas de educación sexual y control
de población, porque la mitad de su presupuesto nacional viene del Banco Mundial. Uno de los
personajes que está detrás de la organización
de la ONU en este campo es Maurice Strong,
un hombre de 70 años, proveniente de Canadá, consejero del Secretario General de la
ONU, Kofi Anan, y también del presidente
del Banco Mundial, James Wolfensohn, y es
miembro del consejo directivo de la Fundación Rockefeller. Strong es el dueño de un rancho en Colorado, donde tiene un centro New
Age, que cuenta con un zigurat y un templo
védico.
En los pasados meses se han tenido varias
reuniones para promover el proyecto de la Carta de la Tierra. En el centro del Consejo Mundial
de Iglesias, Ginebra, Suiza, un grupo de cincuenta eruditos cristianos, teólogos y ministros
se dedicaron dos días y medio a celebrar conferencias y discusiones sobre la Carta de la Tierra.
El próximo julio tendrá lugar una Conferencia
sobre Espiritualidad y Desarrollo Sostenible en Asís,
Italia, que reunirá a algunos grupos involucrados en el proceso de la Carta de la Tierra en Europa.
J. C. Roma
ΑΩ Mundo
Nº 198/3-lI-2000
Juan Pablo II a la Rota Romana
HABLA
EL
21
PAPA
La «anulación»
matrimonial no existe
Las religiones
no son
equivalentes
H
E
l divorcio católico, la mal llamada anulación no existe. De hecho, ni siquiera el obispo de Roma
puede anular un matrimonio. Lo
declaró Juan Pablo II el pasado 21
de enero, al recibir a los jueces de
la Rota Romana, el Tribunal ordinario de segunda instancia de la
Santa Sede, conocido ante todo por
su específica competencia sobre
causas matrimoniales.
Lo que hacen los tribunales
eclesiásticos es declarar la nulidad
de un matrimonio, es decir, que la
unión nunca existió, a pesar de la
celebración de la ceremonia. Ahora bien, según señaló el Santo Padre, constatar que un matrimonio
nunca tuvo lugar no puede estar
en oposición con el principio de la
indisolubilidad.
Frente a la mentalidad divorcista
tan influyente en estos momentos
–fueron términos utilizados por él
mismo–, el sucesor de Pedro insistió en que la Iglesia, siendo fiel a
Cristo, no puede dejar de repetir con
firmeza el alegre anuncio del carácter
definitivo del amor conyugal, que encuentra en Cristo su fundamento y
fuerza, a todos aquellos que en nuestros días consideran difícil o incluso
imposible unirse a una persona para
toda la vida, y a quienes se encuentran arrastrados por una cultura que
rechaza la indisolubilidad matrimonial y que se ríe abiertamente del compromiso de los esposos a la fidelidad.
Si los pastores predicaran lo
contrario, aclaró el Papa, aceptarían la tesis de que no existe ningún
matrimonio absolutamente indisoluble, lo cual sería contrario al sentido en
el que la Iglesia ha enseñado y enseña
la indisolubilidad del vínculo matrimonial. Se trata de una doctrina enseñada por el Magisterio que ha de
■■
Lo que hacen los
tribunales es declarar
que la unión nunca
existió
■■
ser considerada como definitiva, aunque haya sido declarada en forma solemne mediante un acto definitorio.
El Santo Padre concluyó recordando, además, que se trata de una
doctrina confirmada por la práctica de
siglos de la Iglesia, mantenida con plena fidelidad y con heroísmo incluso
ante graves presiones de los poderosos de este mundo.
Antes de la intervención de
Juan Pablo II, el nuevo decano de
la Rota Romana, monseñor Raffaelo Funghini, lamentó la ligereza
con que se afronta el problema matrimonial incluso por parte de contrayentes que se dicen católicos, la preocupante debilitación de las defensas
morales, la falta de la conciencia del
pecado, la dificultad para aceptar una
opción de vida que comporte un compromiso duradero y vinculante en los
buenos y en los malos momentos, el
rechazo del sacrificio, y una concepción desviada de la libertad que se convierte en aceptación implícita del divorcio como solución a situaciones humanamente adversas y dolorosas.
Es una constatación que requiere una atención cuidadosa por
parte de la Iglesia y que interpela
también a los jueces eclesiásticos,
quienes tienen que valorar el influjo en el consenso de una mentalidad como ésta radicalmente secularizada y opuesta al genuino concepto de
matrimonio como sacramento, dijo
monseñor Funghini.
En el pasado 1999, las causas
matrimoniales decididas por sentencia de la Rota Romana han sido 151: 76 fueron afirmativas, con
la consiguiente declaración de nulidad; y 75 negativas, es decir, con
confirmación de la validez del matrimonio. El 80% de las sentencias
fueron patrocinadas, para que no
implicara ningún gasto por parte
de los interesados.
J. C.
an surgido algunas ambigüedades entre corrientes teológicas que consideran el diálogo interreligioso como una justificación del
sincretismo. En los últimos años en
algunos ambientes eclesiales ha surgido una mentalidad que tiende a
relativizar la revelación de Cristo y
su mediación única y universal de
cara a la salvación. Para poner remedio a esta mentalidad es necesario reafirmar el carácter definitivo y
completo de la revelación de Cristo. Por tanto, es contraria a la fe de
la Iglesia la tesis sobre el carácter
limitado de la revelación de Cristo,
que encontraría un complemento
en las otras religiones. Según esta
teoría, la verdad sobre Dios no podría ser percibida y manifestada en
su globalidad y por completo por
ninguna religión histórica, ni por el
cristianismo, ni por el mismo Jesucristo.
Si se es coherente, no se puede
aceptar a Cristo y rechazar la Iglesia que Él fundo. Por eso yerra
quien considera a la Iglesia como
una vía de salvación al igual que las
otras religiones. Por tanto, se debe
excluir un relativismo religioso que
lleva a considerar que una religión
equivalga a otra.
Los no cristianos pueden alcanzar la vida eterna bajo el influjo de
la gracia, si buscan a Dios con corazón sincero. Pero, en su sincera
búsqueda de la verdad de Dios, están ordenados de hecho a Cristo y a
su Cuerpo, la Iglesia. De todos modos, se encuentran en una situación
deficitaria, si se compara con la de
quienes, en la Iglesia, tienen la plenitud de los medios de salvación.
(28-I-2000)
b
22
La vida Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
Nueva colección discográfica
Nombres propios
J
uan Pablo II se conmovió profundamente durante la película de
Andrzej Wajda El señor Tadeo, que el director de cine polaco le
proyectó en el Vaticano (ha contado que, en una secuencia de reconciliación y perdón, al Papa se le saltaron las lágrimas). El señor Tadeo es
un personaje de un poema del poeta polaco Mickiewicz, a quien Juan Pablo II conoce y ama: habla de su tierra y de los problemas polacos.
Ha fallecido monseñor Mauro Rubio Repullés, obispo emérito de Salamanca. Tenía 81 años. Ordenado sacerdote en 1948, fue el primer consiliario nacional de la juventud de Acción Católica. Consagrado obispo
en 1964, asistió al Concilio Vaticano II, donde tuvo una significativa intervención sobre apostolado seglar. Rigió la diócesis de Salamanca hasta 1995, y fue Gran Canciller de la Universidad Pontificia de 1964 a
1970. Descanse en paz.
Don Alejandro Llano, catedrático de metafísica en la Universidad de
Navarra, de la que fue Rector, ha sido nombrado miembro de la Academia Pontificia de Santo Tomás de Aquino, en Roma. Esta academia se dedica al estudio de las cuestiones teológicas y filosóficas que afectan a nuestro tiempo, a la luz de la tradición del pensamiento occidental.
Los catedráticos don José Manuel Pérez-Prendes, don José T. Raga,
don Cándido Pérez Gállego, don Paulino Castañeda, don Mario Hernández Sánchez-Barba y el arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos
Amigo, que lo inauguró, son los protagonistas del ciclo de conferencias
organizadas por el Foro de Opinión 2000, con la colaboración del Centro
Universitario Francisco de Vitoria, en el Casino de Madrid a las 20 h., sobre América, nuevo mundo, proyección sobre Europa, viejo mundo, los días 8 y 22 de febrero, 14 de marzo, 11 de abril y 17 de mayo.
Don Evaristo de Vicente es el responsable del programa radiofónico Valores en alza que acaba de lanzar radio Intereconomía. Se podrá escuchar todos los domingos a las 23 h.; dura 1 hora y trata de
ser una mirada en profundidad a la persona, sus inquietudes, problemas, intereses y esperanzas. Nace con indudable carácter cristiano,
solidario y laical.
Manuel Ortuño, Director General de Eurest Inflate Services, ha
presentado el proyecto Star 2000: líderes para el nuevo milenio, un
programa, que él mismo coordina, de desarrollo personal, dirigido a jóvenes, para orientar su esfuerzo personal y su tiempo libre. La iniciativa es de un grupo de padres, también empresarios,
que quieren para los jóvenes calidad empresarial y formación.
Fray Rafael del Pozo ha recogido de manos de Su Majestad la
Reina el premio Reina Sofía 1999 de Rehabilitación e Integración,
otorgado a la entidad franciscana Paz y bien, creada en Sevilla en
1979, que atiende a 500 personas con retraso mental y da empleo a
400 con y sin discapacidad, en las provincias de Sevilla y Huelva.
El periodista y autor teatral Vicente Alejandro Guillamón ha
organizado el primer encuentro de grupos teatrales y aficionados al teatro, con el fin de estimular la creación de grupos de este
género en parroquias, asociaciones, movimientos, colegios, etc.
INTERNET
http://www.foreigntv.com
La dirección de la semana
l Centro Televisivo Vaticano (CTV) ha comenzado a publicar, con
la empresa ForeignTV.com, un magazine televisivo en Internet,
Octava Dies, sobre la actividad de cada semana del Papa y de la Santa Sede. El informativo se actualiza cada miércoles.
E
Dirección: http://www.foreigntv.com
Comentario: Para acceder, pinchar en la columna de la izquierda de la página de ForeignTV, en el apartado WorldNewsTV.
L
a misa solemne Santa Cecilia, de
Gounod, y el Te Deum, de Bizet
son las dos espléndidas obras con las
que el sello discográfico RTVE-Música y la consejería de Cultura de Cantabria acaban de incicar una nueva colección discográfica que recogerá los
conciertos más destacados del Festival Internacional de Santander. Estas
dos obras fueron interpretadas en la
iglesia de Santa María, de Laredo, por
el coro Concentus Músicus, dirigido
por Mariano Rodríguez Saturio, por
la coral Salvé, de Laredo, y por la orquesta sinfónica Transilvania, que dirige Gerard Talbot, quien fue el director
del concierto.
Master en inmigración,
por Internet
E
l Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones, de la Universidad
Pontificia Comillas, convoca sus programas de Master y especialista Universitario en Inmigración que, por primera vez, se podrá cursar a distancia, a
través de Internet, para dar opción a los numerosos profesionales y personas
interesadas que no pueden asistir a cursos que requieren lugar y horario fijo.
El plazo de pre-inscripción se cerrará el próximo 7 de febrero.
Más información, telf: 917 34 39 50, fax: 917 34 45 70; Página Web:
www.upco.es/pagnev/iem.
Sínodo diocesano en Cádiz-Ceuta
L
a decisión de destinar el 10% de los ingresos diocesanos a los necesitados es una de las propuestas del Sínodo diocesano que se está celebrando en la diócesis de Cádiz-Ceuta. Junto a esa medida, la tercera
sesión de la asamblea sinodal aprobó también destinar el 0,7% de todos
los ingresos de la Iglesia diocesana a la ayuda al tercer mundo.
Jornadas de ética y política
E
l departamento fe-cultura del Centro de estudios teológicos de Tenerife, en colaboración con la Universidad de La Laguna, está celebrando un curso titulado Etica y política 2000, dirigido de manera especial a cuantos prestan un servicio social en el orden religioso, político,
cultural y económico. Un grupo de responsables de la cátedra de ética
y política, y de acreditados expertos, reflexionan sobre ética, política y
compromiso social. Dirigidos por doña Elvira Durán, don Carlos García de Andoin y don Domingo Navarro Mederos.
El cardenal Ratzinger,
en Madrid
E
l cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe,
intervendrá en el primer Congreso Internacional que tendrá lugar los próximos días
16, 17 y 18 de febrero en Madrid sobre la encíclica Fides et ratio, organizado por la Facultad de Teología de San Dámaso, que tiene como objetivo fomentar el intercambio científico filosófico y teológico con otros profesores españoles y extranjeros; hacer presente
a la Facultad de Teología en la vida de la archidiócesis y en la vida de la ciudad; y favorecer un clima de encuentro y de amistad en
torno a la reflexión filosófica y teológica. La
conferencia pública del cardenal Ratziger será el miércoles 16 de febrero, a las 20.30 horas,
en el Palacio de Congresos de Madrid.
ΑΩ La vida
Dos libros «bluf»
U
no lee el título El hombre espiritual y el
subtítulo Etica, moral y religión ante el
nuevo milenio, y ve
quién es el autor,
Javier Sádaba, y lógicamente dice para sus adentros: Éste tiene que ser por
fuerza un libro interesante. A medida que uno lo va leyendo, le entra a
uno un progresivo
desencanto al irse
acrecentando la impresión –que al final del libro es mucho más que una
impresión– de que
el autor, tras un infumable prólogo de más de 20
páginas, se pierde, en la primera parte del libro, en una especie de batiburrillo en el que
mezcla, sin ton ni son, a los vascos con China
y con Toro Sentado y con una barahúnda de
milenarismos, calendarios, pseudomovimientos religiosos, mesianismos secularizados a lo
Marx, chimpancés, Mircea Elíade, cabalística…, y un uso muy reiterado de las palabras
mito y fundamentalismo.
En la segunda parte se acumulan citas y más
citas de pensamiento no débil, sino debilísimo,
de intento de buscarle una lógica al misterio, y de
mucho juego, un tanto pedante, de palabras; por
ejemplo: Sabemos que las teorías formalistas
de la utilidad económica quedan arruinadas
por lo que se entiende bajo la denominación de
«disonancias cognitivas». ¡Ah!, bueno, pues entonces nada… Curiosa idea la que tiene de la
moral (separada de la religión) este autor que
da la impresión de creer que Dios funciona con
la lógica humana y se enmaraña al tratar de explicarlo. Da también un poco la impresión de
que el autor añora lo que critica, y ha de reconocer que la moral sola no tiene en su mano resolver el sentido de la vida. La tercera parte del
libro contiene algunas divagaciones lúcidas sobre amistad, solidaridad, y nacionalismo.
H
ay ideas desaprovechadas que merecen el
aplauso del lector, por su genialidad, por su
capacidad de construir nuevo pensamiento. En el libro que edita PPC,
El Padrenuestro.
Un puente hacia
un mundo mejor,
de C. G. Weeramantry, vicepresidente del Tribunal
Internacional de la
Haya, nos encontramos con la interesante propuesta
de construir el pretendido Nuevo Orden Internacional
sobre la oración del Señor. Ahora bien, la cuestión radica en la exégesis que queramos hacer
del texto base, en las claves con las que queramos interpretar su significado, ¿meramente humanista o ciertamente cristológico?, o en el
contenido que queramos dar a las palabras de la
oración dominical.
Nº 198/3-lI-2000
23
Nueva revista diocesana
en Córdoba
C
onstruir una Humanidad sobre bases verdaderas: ésta
es la propuesta que hace monseñor Javier Martínez,
obispo de Córdoba, desde las páginas de una nueva publicación que acaba de aparecer como revista mensual de la
diócesis cordobesa, titulada Primer día. Consta de 32 páginas a todo color y espléndidamente ilustradas. En su primer editorial, bajo el título Porque nos importa la vida de los
hombres, se lee que esta revista nace con el propósito de
ser un instrumento más en la misión que ha recibido la
Iglesia de anunciar el reino de Dios con libertad y extenderlo a todos los pueblos de la Historia, en unos momentos
de ilusión, de esperanza, pero también de grave crisis cultural. Es una tarea apasionante en la que deseamos el mayor éxito a la Delegación Diocesana de Medios de Comunicación Social de Córdoba que edita la revista.
Gráficos que hablan por sí solos
Días lectivos en la escuela por Comunidades Autónomas
Comunidad Autónoma
Andalucía
Aragón
Asturias
Baleares
Canarias
Cantabria
Castilla-La Mancha
Castilla y León
Cataluña
C. Valenciana
Extremadura
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
La Rioja
TOTAL
Infantil Primaria
174,5
172,3
172
175
177
169
173,2
173,7
176
172
172
172
176
176
176
174
173,8
Fuente: ABC-CEAPA Faltan los datos de Galicia
El chiste de la semana
Máximo, en El País
Eso
169,1
168
167
170
165
164
168,6
168,5
171
166
166
167
170
176
175
167
169
Bachillerato
160
168
162
155
165
164
163,6
163,6
171
166
161
164
170
160
160
167
164
24
Desde la fe Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
El Evangelio de la vida
Apuntes de antropología
M
i crimen? ¿Qué crimen? ¿Es un crimen matar a un parásito
vil y nocivo? Es la respuesta evasiva de Raskólnikov –el joven protagonista de Crimen y
castigo, del literato ruso
Fiódor Dostoyevsky–
cuando se le reprocha su
asesinato de una anciana usurera. ¿Qué hay de
malo? ¿Por qué no? ¿No
hemos quedado en que
todo vale, que lo moral
es siempre relativo, opinable? La antropología
cristiana afirma, en cambio, que todo ser humano posee una dignidad
sagrada e inviolable, absoluta; que el modo adecuado de tratar a cualquier hombre es el respeto incondicionado.
¿Por qué? Consideremos algunos rasgos
esenciales de la identidad humana a la luz del
mensaje y de la obra de
Jesucristo.
HIJO,
AMADO,
HERMANO
En primer lugar, el
hombre es hijo. Se trata
de una experiencia básica y fundamental, en el
amanecer de nuestra
conciencia. Sin formularla, la vivimos así: No
soy un producto, una mercancía, ni un individuo
más de la especie. Yo soy
hijo/a: he recibido la vida
de mis padres, que me cuidan porque me quieren;
soy único para ellos; soy el
desbordarse de su amor
mutuo.
Los padres, por su
parte, tienen conciencia
de que el hijo no es meramente algo que ellos
han fabricado; saben
que es alguien, una persona que trasciende radicalmente lo material.
En su amor conyugal ha
fructificado, ha florecido el hijo, asombrosamente, como una perla
preciosa, como un tesoro
escondido.
Además, la Revelación bíblica nos ayuda a
descubrir que la fuente
última de toda paternidad está en el Creador.
El hontanar de cada per-
sona se halla en una lejanía misteriosa y eterna, en el seno amoroso
y omnipotente de la Trinidad. Cada ser humano existe porque ha sido pensado y amado
por Dios; y destinado a
la vida plenamente feliz
con Dios.
El hombre –nos enseña la Biblia– fue creado a
imagen y semejanza de
■■
El único
método
para descubrir
y promover
el sentido
pleno
de la vida
del hombre
sigue siendo
el amor
auténtico,
cuya forma
más grande es
el amor
cristiano
■■
Dios. El nosotros dentro
de Dios quiere reflejarse en el nosotros esponsal, familiar y social. En
Cristo, Hijo amado, todo
hombre es invitado a saberse en íntima relación
con el Padre Eterno, a
reconocerse hijo amado
de Dios. El hombre –dice
Juan Pablo II en su primera encíclica, Redemptor hominis– no puede vivir sin amor. Él permanece
para sí mismo un ser incomprensible; su vida está
privada de sentido si no se
le revela el amor, si no se
encuentra con el amor, si
no lo experimenta y lo hace propio, si no participa
en él vivamente. Por esto,
precisamente, Cristo redentor revela plenamente
el hombre al mismo hombre.
Quien descubre su
profunda identidad filial comprende que los
otros son también hijos;
que cualquier prójimo
no es un extraño, sino
otro yo, igual a mí, mi
hermano, familiar mío.
Y la sensibilidad, la finura humana, le lleva a
percibir el lenguaje de la
persona y del amor en la
presencia del hermano:
¡No me maltrates, acógeme, ámame, vivamos tú y
yo en fraternidad, en comunión!
PARA PROMOVER
LA CULTURA
DE LA VIDA
Al final, después de
mucho vagar en las tinieblas, Raskólnikov
despierta felizmente de
su pesadilla. Descubre
la verdad de su horrible
crimen y la verdad de sí
mismo. Gracias –precisamente– al amor de su
hermana, Dunia, y de su
novia, Sonia. Un amor
intenso, tozudo, fiel, generoso, hondamente
cristiano. Su prometida
le acompañará en el presidio de Siberia. Debajo
de la almohada tenía unos
Evangelios. Sacó maquinalmente el libro. Pertenecía a Sonia: era el mismo
donde le había leído la resurrección de Lázaro.
El Papa nos invita
hoy a todos a contrarrestar las manifestaciones de anticultura de
muerte y a fomentar el
Evangelio de la vida. El
único método para descubrir y promover el
sentido pleno de la vida
del hombre sigue siendo el amor auténtico, cuya forma más grande es
el amor cristiano.
José Miguel
Granados Temes
ΑΩ Desde la fe
Nº 198/3-lI-2000
25
Iglesia, vida y medios de comunicación
El coraje de no arredrarse
E
n qué medida la Iglesia está perdiendo la batalla de la vida en la
opinión pública? ¿Cómo se traduce la cultura de la muerte en el espacio público?
Comenzamos con un giro de cabeza hacia nuestro gran hermano del
norte de América, del que inevitablemente nos vienen las modas y corrientes de uso y consumo mediático. El profesor Russell Shaw, en un
excelente artículo recogido en el libro Comunicación y Cultura de la vida, publicado por la Librería Editrice Vaticana, recordaba cómo hace pocos
años The Washington Post había ignorado completamente una multitudinaria manifestación a favor de la vida, que recorrió las calles de la capital norteamericana. En los días sucesivos, cientos de misivas de los
lectores advirtieron, en la sección de cartas al director, este hecho. La
única explicación que fue capaz de dar el diario señalaba que ninguno de
sus periodistas tenía contactos frecuentes con personas relacionadas
con los movimientos Provida. Debemos tener en cuenta, además,
que según las investigaciones recientes sobre los valores de los profesionales del periodismo en Estados Unidos, esta profesión se caracteriza por una baja tasa de frecuencia de asistencia al culto
religioso, conjugado con un alto nivel de permisivismo. El movimiento a favor de la vida no puede arredrarse ante los medios, es
decir, ante los directivos, mandos
intermedios y profesionales.
Ya en la encíclica Evangelium vitae, Juan Pablo II desenmascara el
marco de la confrontación. Conviene que recordemos sus clarividentes palabras: Más allá de las intenciones, que pueden ser diversas y
presentar tal vez aspectos convincentes
incluso en nombre de la solidaridad,
estamos ante una objetiva «conjura
frente a la vida», que ve implicadas incluso a Instituciones internacionales,
dedicadas a alentar y programar auténticas campañas de difusión de la anticoncepción, de la esterilización y del
aborto. Finalmente, no se puede negar
que los medios de comunicación social
son, con frecuencia, cómplices de esta
conjura, creando en la opinión pública
una cultura que presenta el recurso a la anticoncepción, la esterilización, el
aborto y la misma eutanasia como un signo del progreso y conquista de la libertad,
mientras muestran como enemigas de la libertad y del progreso las posiciones incondicionales a favor de la vida.
LA
ESPIRAL DEL SILENCIO
No olvidemos que estas palabras se encuadran en el contexto de la
confrontación entre cultura de la vida y cultura de la muerte, entendida
esta última como la legitimación y el soporte social, jurídico y ético de la
acción contra los seres humanos más inocentes e indefensos. Es, según autores como G. Miranda, una visión social que considera la muerte de los
seres humanos desde un cierto favor, que se traduce en una cadena de actitudes, comportamientos y leyes que la causan y la hacen posible. Si
damos la vuelta al argumento, con Juan Pablo II también descubrimos que
uno de los mecanismos de la cultura de la muerte, en la opinión pública,
es que los signos positivos de vida encuentran, a menudo, dificultades para manifestarse y ser reconocidos públicamente en los medios de comunicación. Quizá por aquello que se dice en el periodismo clásico de que
una buena noticia, no es noticia.
En la otra orilla, la de la siempre difícil definible opinión pública, nos
topamos con fenómenos que reinan y gobiernan en el imaginario colectivo. Cómo no citar la teoría de la espiral del silencio, de la omnipresente socióloga E. Noelle-Neumann, cuando nos cuenta que las opiniones que
compiten en el escenario público están desigualmente representadas.
Unas se ven favorecidas por el hecho de aparecer repetidamente en los
medios. Son las que conforman los climas de opinión, y son capaces de
generar corrientes de asentimiento por parte de los consumidores, circunstancia que hace que las otras opiniones se aislen socialmente y pierdan la confrontación. Es decir, el debate se establece, en la percepción
de los usuarios, en desigualdad de condiciones. Así, ante un clima de
opinión favorable a la píldora del día siguiente, valga por caso, la dinámica
de la producción de la información sistemáticamente se inclinará a generar informaciones y opiniones desde esa óptica. La persona que se enfrente a esa mayoría unánime se sentirá presionada a subirse al carro de
un presunto vencedor, carro de fuego de paraísos nada inocentes. Y ni qué
decir tiene que podemos seguir sumando corrientes científicas, teoría
de la tematización, de las limitaciones, o la del periodista guarda-barrera, para explicar algo que nos ocurre y que de lo que parece no nos
damos cuenta.
Lo que no podemos ser, incluso por
mandato evangélico, es ingenuos.
En una reciente carta pastoral, el
obispo de Ávila insistía en la incidencia que la opinión pública tiene en la percepción del mensaje
cristiano, incluso para los propios
creyentes. Los discípulos de Cristo
–señala monseñor González Montes– parecen haber sucumbido a un
modelo de vida sin convicciones ciertas, de forma que su propia fe, minada
de raíz, se debilita y poco a poco se va
sustituyendo por convicciones a las que
da cauce la opinión pública... Entre nosotros incluso, algunos celebrados escritores, considerados por la opinión
oficial como cualificados intelectuales,
son particularmente dados a la exhibición de una notable ignorancia en materia de religión; inconscientes muchos
de ellos de los nuevos mitos a los que se
han adherido después de haberse empeñado con dureza y pasión en la desmitificación del cristianismo.
AGUAFIESTAS,
NO
Hay medios que achacan a la Iglesia
el estar permanentemente aguando la fiesta del disfrute de la vida,
de representar la cultura oscurantista de los peores pasados y de mostrar la realidad con la obsesión de la moral de esclavos. ¡Qué lejos están de
una ponderada auscultación de la realidad de la Iglesia, que es la vida, que
representa y que recuerda lo que significa la vida para todos los hombres y para todo el hombre!
Ahora bien, debemos confesar que carecemos de recetas mágicas. O
que quizá nuestra principal solución arranca sólo de una auscultación de
la realidad que mira favorablemente al hombre, incluso de la naturaleza
de los medios de comunicación. Ante las campañas institucionalizadas
que periódicamente se representan en el escenario de la cultura de la
muerte, no nos basta sólo con contratar a las más relevantes empresas de
ingeniería social, como hicieron los obispos norteamericanos, en abril
de 1990, con la Hill and Knowlton. Tenemos que ser conscientes de que
nuestro argumentario, todo lo lógico y lo específico que creamos, se enfrenta a las rutinas de producción de unos medios viciados por su propia
historia de intereses nada inocentes. Una vez, el cardenal O´Connor, preguntado por las posiciones ideológicas de la prensa neoyorquina, señaló algo que bien pudiera, mutatis mutandis, traerse a nuestros predios:
Por ejemplo –dijo–, en la prensa sensacionalista, por cada artículo que me pone
en la picota, aparece otro que me elogia. Pienso que el «New York Times» ha intentado, en más de una ocasión, ser justo con la Iglesia, pero están tan obcecados
en su ideología proabortista que nunca van a conseguir ese derecho. Nunca serán capaces de redactar un editorial que se deje leer sobre este tema.
José Francisco Serrano
26
Desde la fe Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
¿Qué es el matrimonio?
La autora es abogado de la Rota de España
A
lo largo de mi vida profesional me he encontrado con muchos que me han dicho:
Para mí el matrimonio es algo muy difícil; alguien
más desesperado, me ha llegado a decir: Para mí
el matrimonio es un infierno. Una vez, un señor
muy religioso dijo: Para mí el matrimonio es el
sacramento de la alegría y, después, me precisó
que había sufrido dificultades económicas hasta llegar a no tener más que 1.000 pesetas, y que
uno de sus hijos pequeños era mongólico, pero
que él había experimentado que el matrimonio
era el sacramento de la alegría. Una amiga mía,
abogada como yo, me dijo: Para mí el matrimonio
es lo más importante que tengo entre manos. Si esto fuera así en todos los casos, ¡qué distintas
serían las cosas!
El muchas ocasiones, el marido, y ahora también a veces la mujer, muy preocupado por conseguir ingresos para sacar a los suyos adelante,
hace que el trabajo sea lo más importante de
su día y... ¡va en perjuicio de la relación con su
mujer!, y el amor que no se cuida se va enfriando. Volver a casa es asumir obligaciones:
atender a los niños, trabajar en la casa... Hay
que hacer del hogar algo agradable, con ratos
entrañables, que hagan que valga la pena volver
al hogar: estar los dos juntos y a solas, conversar, compartir, agradar...
Yo a él le diría: Si no es por ellos, no vale la pena tanto esfuerzo, tanto trabajo, tanta brega... Y el
que sea por ellos es darles lo que de verdad ellos
están necesitando, que a veces puede ser el dinero que tú ganas con tanto esfuerzo; pero, otras
veces, será tu tiempo y tu dedicación a ellos,
aunque aportes menos dinero.
La mujer puede volcarse en alguien tan natural como los hijos y descuidar la atención de
su marido; poco a poco, se descuidan detalles
que son totalmente necesarios para que el amor
entre los dos esté vivo. Yo podría decir que para una esposa lo más importante no son los hijos, es el marido; y, para los dos, marido y mujer, lo más importante son los hijos. Si esto no se
vive bien, habrá problemas...
Es verdad que el ama de casa es la madre, no
el padre, por regla general. Pero también me
he encontrado el caso de una chica que, no hacía mucho, se había casado y que quería a su
marido, pero me protestaba: ¿Yo, qué he ganado
casándome? Antes, de soltera, cuando volvía del
trabajo a mi casa, todo lo tenía hecho; y, ahora, sigo
con el mismo trabajo y, cuando vuelvo a casa, todo está por hacer...
Hay que ser razonable, hay que conseguir
que el marido ayude desde el principio en las
cosas de la casa. Y, si es conveniente, hay que
buscarse una ayuda en el hogar, porque no se
puede estar en dos sitios al mismo tiempo, si
no hay efectos especiales a lo Spielberg.
Me he encontrado con patologías del matrimonio. A una chica joven, guapa, casada, con
varios hijos pequeños, su marido alcohólico le
llegó a decir: Lo primero en mi vida no eres tú, es
la botella. Esta mujer puede tener una causa para que su matrimonio se declare nulo por los
Tribunales de la Iglesia. ¿Por qué? Porque, si
cuando se casó él ya era alcohólico, el esposo
puede haber prestado un consentimiento matrimonial nulo, porque era incapaz de asumir
y cumplir las obligaciones esenciales del matrimonio.
Por eso yo diría: cásate, pero conociendo
bien al otro; y, no te engañes –si hay problemas
importantes en el otro, o en la otra– diciendo: El
amor y el matrimonio lo curará; yo lo resolveré. Porque no es así, los problemas serios hay que arreglarlos antes de la boda.
El noviazgo es, sobre todo, para conocer muy
bien al otro: es fundamental hablar a fondo de
temas importantes de la vida, de la vida futura,
de la vida presente y no tener miedo a conocer
la vida pasada del otro. ¡No dar lugar a que
luego vengan las sorpresas!
EQUILIBRIO
Y FIDELIDAD
No se sabe por qué, pero muchas veces la
mujer casada tira más para su familia que el
marido para la suya. Me refiero a los padres y
hermanos de uno y otro. A veces ese tirar hacia... es ayudar más a sus propios padres que a
sus suegros. Tengo experimentado que la mujer que, siendo abnegada, sabe ayudar a sus
suegros cuando es necesario, después esa ayuda revierte en su propio beneficio, porque la
imagen que tiene el marido de su mujer crece
enormemente, y los une a los dos mucho más
que antes. La mujer, que es intuitiva por naturaleza, debe descubrir esa necesidad de ayudar sin que haya que pedírselo...
También he visto casos en los que el marido
está muy pegado a la familia de su mujer porque ella ha tirado para ellos y falta equilibrio en
las relaciones con los padres de uno y otra: más
con los padres de ella que con los padres de él.
Yo diría: ¡Busca el equilibrio en el trato, en los regalos, en la ayuda...! Si tú eres una sola carne con él,
los parientes de él son, necesariamente, los tuyos.
No lo olvides!
Recuerdo a un compañero de trabajo que de-
cía: Si se te casa una hija, has ganado un hijo; si se te
casa un hijo, has perdido al hijo. Si esto es así, he encontrado casos en los que luego se paga, porque
el matrimonio no va tan bien como debería ir...
También en mi despacho profesional he tenido el caso contrario: el marido que no ve ni
decide si no es por los ojos y la voz de su madre.
Siempre han sido casos de una madre superprotectora que ha impedido el desarrollo adecuado
de la personalidad del hijo. Han sido casos, de
tal inmadurez en el hijo, que el matrimonio se
ha declarado nulo, ya por falta de discreción de
juicio acerca de los derechos esenciales del matrimonio, ya por incapacidad para asumir las obligaciones esenciales del matrimonio por causas de naturaleza psíquica en el esposo. Antes de la sentencia del Tribunal, se ha pasado por una prueba pericial psiquiátrica que ha hecho un
dictamen claro sobre el trastorno de personalidad del marido.
Hay que guardar la afectividad y la fidelidad. Yo le diría a ella: Acompaña a tu marido,
siempre que puedas, a los viajes, a las cenas. Hay
que no dar lugar a lo que no debe entrar. Hay
que cortar cuando, al principio, se puede cortar.
Te recuerdo: Tu matrimonio es lo más importante
que tienes entre manos.
¿Qué es el matrimonio? Un vínculo. Una vez
que nace ese vínculo es ya para siempre, hasta
que la muerte nos separe. Ese vínculo, para que
no sea una atadura insostenible y que ahoga,
tiene que estar fundado en el amor. Y el amor
exige cuidarlo, cultivarlo, defenderlo, aumentarlo día a día con un esfuerzo de cada uno,
que nadie puede hacer por otro.
Rosa Corazón Corazón
ΑΩ Desde la fe
Nº 198/3-lI-2000
27
Amenazas contra el no nacido.
Situación legal en España
Los avances en el campo de la biología permiten a muchas parejas infértiles tener hijos
por medio de la fecundación in vitro. Al mismo tiempo, la posibilidad de que los científicos
puedan manipular el embrión, en los estadios iniciales de su vida, resulta inquietante
para el futuro de la familia humana. La autora es jurista y profesora en el Centro
Universitario Francisco de Vitoria
L
a investigación, experimentación y manipulación genética
y embriológica encierran peligros
para el ser humano. Todos los días
aparecen noticias en los medios sobre clonación, experimentación en
embriones, nacimientos múltiples
fruto de fecundaciones in vitro…
No existe una regulación efectiva
que marque unos límites al actuar
del científico. Los legisladores de
todos los países se plantean cómo
incluir, en sus respectivos ordenamientos jurídicos, leyes que regulen la aplicación de las nuevas biotecnologías sobre el ser humano,
sin que vayan en contra de los
principios morales. En España, las
leyes no protegen suficientemente
al concebido no nacido.
Las más importantes en estas
materias son dos: La Ley 35/88 sobre Técnicas de Reproducción Humana, y la 42/88 de Donación y
Utilización de Embriones y Fetos o
de sus Células, Tejidos u Órganos.
Pero ninguna de ellas da una debida protección al embrión humano. La primera acoge, en su exposición de motivos, el término preembrión, concepto que no existe en
biología y que acuñó la embrióloga McLaren. Ella quiere indicar,
con este término, el período de
tiempo desde la concepción hasta
la anidación, más o menos el día
14 después de la fecundación. En
estos 14 días ella afirma, contra toda evidencia biológica, que no hay
todavía vida humana. Este concepto es meramente convencional,
carece de fundamento científico.
Sólo trata de evitar la discusión ética acerca de la licitud o la ilicitud
de la manipulación de los embriones en este período de su vida.
SER
ÚNICO E IRREPETIBLE
La biología afirma que la unión
de los gametos masculino y femenino marca el inicio de una nueva
vida humana independiente, con
una información genética que le
convierte en un ser humano único e irrepetible, distinto a cualquier
otro individuo. Es decir, que para
los biólogos no hay una fase previa
a la embrionaria, aunque las leyes
se empeñen en lo contrario, dejando sin la protección debida al
concebido no nacido. Si se admite
do, hay otros mandatos constitucionales que las citadas leyes no
respetan: el derecho del hijo a nacer en el seno de una familia formada por sus dos progenitores,
padre y madre, se violenta al permitir que la mujer sola acceda a la
reproducción asistida; el anonimato del donante, que niega al hijo el derecho a conocer la identidad de sus padres biológicos y de
investigar esta paternidad, produce una ruptura en las relaciones
paterno-filiales de consecuencias
imprevisibles para el desarrollo intelectual y psico-emocional de estos niños. El legislador ha olvidado
que no hay un derecho al hijo, sino
un derecho del hijo a nacer en un
ambiente favorable que le permita
desarrollar plenamente su personalidad.
UN
Manifestación antiaborto en Madrid
que durante estos primeros 14 días no hay vida humana, se justifica la destrucción de los embriones
portadores de anomalías genéticas, como se pretende (aquellos a
los que se considera no viables).
Esta actitud da lugar a una eugenesia de cuya experiencia tenemos
amargos recuerdos a lo largo de la
Historia.
La congelación de embriones se
justifica, también, según este criterio. Estos embriones congelados
se utilizarían para investigación o
se destruirían. La Comisión Nacional de Reproducción Asistida
es un órgano consultivo en estas
materias, formado por expertos en
Ética, en Derecho y en Ciencias
biomédicas. En su informe presentado a los medios de comunicación social, fruto de los trabajos
del año 98, se manifestó en contra
de la adopción prenatal de los
25.000 embriones congelados en
España, y aconsejó al Gobierno su
destrucción. El pretexto es que los
padres biológicos no han prestado su consentimiento para que se
adopten. Sin embargo, la ley es clara en este punto, ya que afirma
que, si pasados dos años los embriones no han sido reclamados
por los padres, quedan bajo la custodia del banco de embriones, que
los mantendrá congelados hasta
que puedan ser implantados en
una mujer que lleve a término el
embarazo. Esta decisión de la Comisión no fue unánime, ya que hubo votos particulares en contra que
no se tuvieron en consideración.
Cómo decía el ilustre genetista
doctor Lejeune: ¿Por qué se condena
a muerte a estos jovencísimos seres
humanos?
Independientemente del derecho a la vida, al que me he referi-
OLVIDO GRAVE
La Ley 35/88 sobre Técnicas de
Reproducción Humana y la Ley
42/88 de Donación y Utilización
de Embriones y Fetos o de sus Células, Tejidos u Órganos se recurrieron en el año 88 por el Grupo
Popular, entonces en la oposición.
Sorprende que los recurrentes no
presentaran ninguna prueba demostrando que la vida humana
empieza en el momento de la concepción, a pesar de que los expertos en embriología reconocen que
la vida humana comienza con este
hecho.
El fallo del Constitucional, julio 99, desestima el recurso porque
considera que sólo los nacidos son
titulares del Derecho a la vida sin
que de la letra de la ley se desprenda
que este derecho deba extenderse al no
nacido. Se olvida el Tribunal del art.
29 de nuestro vigente Código Civil, y del resto de los ordenamientos jurídicos de los pueblos occidentales que, siguiendo la tradición del Derecho Romano, consideran al concebido como nacido
para todo aquello que le sea favorable. ¿Hay algo más favorable que
la vida? Suprimido el derecho a la
vida, se suprimen todos los demás.
Las corrientes de opinión que
ensalzan el progreso científico, y
los diversos grupos de intereses que
presionan para que los embriones
se utilicen en experimentación, están provocando que se pierda el
respeto a la dignidad del hombre,
sin tener en cuenta que la ciencia
ha de ser un instrumento a su servicio. Un medio, nunca un fin.
María Bárcena Beltrán
28
Desde la fe Α
Ω
Nº 198/3-lI-2000
Cine
El nuevo rostro de Juana de Arco
Hacía mucho tiempo que no
se estrenaba en España una
película histórica sobre la
vida de un santo. En esta
ocasión el cine nos brinda
uno de los personajes más
difíciles de catalogar dentro
de la historia de la Iglesia:
santa Juana de Arco. Y
sorprendentemente quien
ha hecho esa elección es
uno de los cineastas más
presuntamente
postmodernos, comerciales
y efectistas de los noventa,
Luc Besson, el director de El
quinto elemento
Q
ue un director con fama de vacuo, y además en los tiempos
que corren, se haya atrevido a llevar al cine a una de las figuras más
controvertidas de la historia cristiana, es motivo suficiente para esperar cualquier despropósito inefable. Pero afortunadamente no ha sido así. Ciertamente la película Juana de Arco tiene excesos y defectos,
pero globalmente es seria y aceptablemente digna, tanto en sus intenciones como en sus resultados.
En la historia del cine nos encontramos con dos tradiciones iconográficas muy distintas en torno
a la Doncella de Orleans. Por un
lado la americana, con films de Cecil B. de Mille, Victor Fleming y
Otto Preminger, que narran la historia real de la santa con más o menos acierto; por otro lado, la tradición europea, que indaga de una
forma mucho más personal en los
entresijos espirituales y humanos
más profundos. Nos referimos a
la obra maestra expresionista de
Carl Dreyer y a la puesta en escena
del Proceso de Juana de Arco, de
Bresson, quizá la obra más austera
del séptimo arte.
Sin duda alguna, Luc Besson se
lo había puesto a sí mismo muy
difícil. Pero ha escogido una vía
inteligente: ha tendido un puente
entre las dos tradiciones. De nacionalidad francesa como la santa, ha hecho una película americana. Y de esa conjunción ha nacido
un film que combina el cine histórico clásico con una indagación introspectiva del personaje. Es en esto último donde el guión de Juana
de Arco juega su carta más arriesgada y probablemente menos satisfactoria. Los mensajes divinos
que recibe la santa son deudores
del efectismo típico del Besson más
■■
«Estamos ante un film
lo suficientemente brillante
como para ir a verlo,
y lo suficientemente
ambiguo como
para suscitar debate»
■■
Fotogramas del film Juana de Arco, de Luc Besson
comercial, y son difícilmente legibles desde una óptica no pueril.
Más complejo y delicado es el tratamiento de la conciencia de santa
Juana, materializada en el personaje de Dustin Hoffman. Quiere
hacer un retrato semejante al conflicto interior que vivió Cristo en
el Monte de los Olivos, pero lo que
consigue es una cierto barullo teológico en que la voz milagrosa de
Dios, la voz de la conciencia de
Juana y las sugerencias de Satanás
se confunden en unos diálogos finales ambiguos que son cosecha
propia de Besson. Al final no está
muy claro si las hazañas que la
santa ha hecho en nombre de Dios
resultan ser inmorales y perversas, fruto de su mente vanidosa y
arbitraria. Es el punto más discu-
tible y oscuro del film, aunque
nunca tratado con ligereza o deliberada tendenciosidad.
También hay que reconocer que
la actriz Milla Jovovich tiene el mérito de recrear una Juana de Arco
bastante normal, sin rasgos histéricos, sin embobamientos pseudomísticos, y a medio camino entre
una mujer fuerte por su cercanía
a Dios, y una mujer débil y temerosa por sus jóvenes dieciocho
años.
En el otro plano, el de la narración histórica, el film es brillante,
aunque excesivo en su duración.
Las escenas de época son muy atractivas, con una dirección artística a
lo grande. Las secuencias bélicas
están rodadas con planos medios
para adoptar el punto de vista de
la santa, siempre cercana a sus soldados.
El rey Carlos está interpretado
magistralmente por John Malkovich, que muestra un monarca tímido y de débil psicología, pero
con un juicio último de buen olfato, aunque siempre condicionado
por su mayúscula suegra Yolanda
de Aragón, que encarna la oscarizada Faye Dunaway.
En definitiva estamos ante un
film lo suficientemente brillante
como para ir a verlo, y lo suficientemente ambiguo como para suscitar debate. Y debatir con quien
ha hecho el esfuerzo de su vida
por hacer una obra seria, es sin duda interesante.
Juan Orellana
ΑΩ Desde la fe
Nº 198/3-lI-2000
Cuestión
de creencias
Del arte
y la belleza
E
E
l intersantísimo mundo de los toros tiene sus propias leyes y su propia liturgia,
que rigen todo un entramado de relaciones
humanas, verdaderamente singulares, en
torno a un fenómeno humano, al que únicamente sus furibundos detractores le niegan la innegable dimensión de arte y de belleza, de señorío y de caballerosidad que
encierra.
Que alguien cuyo apellido es De Cossío escriba un libro sobre los toros, dedicado a su noble antepasado José María
de Cossío, que ha sido quien más y mejor ha escrito sobre ese mundo, nada tiene de particular. El autor soñaba con escribir un libro sobre la persona de su
ilustre antepasado. Dos años de intenso
trabajo y la ayuda de amigos y expertos
han hecho posible la realidad de estas
doscientas sesenta páginas que ahora
acaba de editar Espasa en su colección
La tauromaquia. Recopila la parte inédita, familiar y menos conocida por sus
historiadores y meros biógrafos del gran
personaje humano e intelectual que fue
José María de Cossío: su vida, sus aficiones, su obra literaria, sus vivencias
con sus amigos. Abundantes fotografias
y reproducción de autógrafos sumamente
interesantes, como los de Lorca, Jorge
Guillén, Alberti, Gerardo Diego, o correspondencia con Unamuno, Marañón,
Sánchez Mejías, Gallito, Miguel Hernández, Rafael Morales, etc., enriquecen el ya de por sí rico texto de este intersante libro que prologa la duquesa de
Alba.
Mirando
nuestra verdad
S
ólo quien previamente ha sido capaz, en su vida, de hacer una síntesis entre fe y pensamiento puede presentar a la opinión pública un texto de
este calado.
Para ser sinceros hay que confesar
que presentar un nuevo libro de Carlos Díaz siempre es complicado. No sólo por el amplio arco de la profundiad
de su pensamiento, combinado con una
inteligente ironía y con una no menos
destacable capacidad de atracción. Y
digo que suele ser complicado, entre
otras razones, porque probablemente
ya, en este momento, haya puesto en
los escaparates de las librerías otro libro. Pese a todo, su Soy amado, luego
existo. Yo y tú, de la editorial Desclée de
Brouwer, asume todas las virtudes de la
obra de este profesor de Universidad,
pensador cristiano y representante cualificado de la filosofía personalista.
Este texto es el primer volumen de
una tetralogía que, en palabras de su
autor, pretende sustituir el pienso, luego
existo, por el soy amado, luego existo. Todo
un proyecto de refundación de una antropología, y por qué no de una teología, en la clave de las necesarias relaciones entre fe y cultura. Porque lo que
nadie puede achacar a Carlos Díaz es
DE
VISTA
PUNTO
LIBROS
29
que no sea moderno, contemporáneo, y,
si ustedes quieren, incluso posmoderno. Todo esto no significa ni merma su
capacidad para llamar a las cosas por
su nombre, para presentar la necesaria
religación antropológica en clave trinitaria. O para ofrecernos la joya de una
carta a sus hijos, que bien merece una
lectura más que pausada.
n su última comparecencia en televisión antes de las
elecciones generales del 1 de marzo de 1979, el presidente
Adolfo Suárez desarrolló una intervención en tonos
dramáticos. Suscitaba el llamado voto del miedo. Entre otras
cosas, alertó al electorado sobre posibles consecuencias de
votar al partido socialista, como que se aprobase la
legalización del aborto, y además con cargo a la Seguridad
Social. El voto del miedo funcionó, y la Unión de Centro
Democrático ganó las elecciones, incluso con mayor margen
que en 1977. En aquella oportunidad el líder del PSOE, Felipe
González, reprochó públicamente a Suárez su intervención
televisada, y en relación con la cuestión del aborto, afirmó que
había sido un golpe bajo.
En 1982, como se sabe, el PSOE ganó arrolladoramente las
elecciones. Menos de un año después, desde el Gobierno se
anunció una legislación permisiva del aborto provocado,
aunque sólo en determinados casos límite. La reforma del
Código Penal de 1985 ya sabemos en qué terminos se aprobó y
los resultados que ha producido, que no tienen nada que ver,
desde luego, con los casos límite, sino que, por el contrario, son
la manifestación de un fraude de ley gigantesco, de
proporciones seguramente imposibles de comparar con
cualquier otra actividad entre nosotros y, claro está, con cargo
a la Seguridad Social…, si hay médicos dispuestos a practicar
los abortos en los hospitales públicos. Resulta, pues, que la
experiencia ha demostrado que no hubo en 1979 tal golpe bajo,
sino que Suárez vio con claridad los propósitos del PSOE, y
González, con su protesta, simplemente trató de engañar al
público.
Desde aquel ya lejano 1979 hasta ahora son ya muy
perceptibles en nuestra sociedad los efectos anestésicos que han
producido la legislación en esta materia y las prácticas que hizo
posibles. Los sondeos de opinión, a principios de los 80,
indicaban que más del 80% de la población estaba en contra de
cualquier forma de legalización del aborto. Los términos ya se
habían invertido a finales de la década, aunque el 80%
favorable únicamente la aceptaba para casos límite. La
sensibilidad social sobre esta carnicería silenciosa se ha ido
difuminando hasta el extremo de que se considera de mal gusto
referirse a la condición humana de las víctimas de los abortos.
Muchos no quieren siquiera discutir sobre la naturaleza de
un aborto provocado, porque los avances genéticos, médicos y
quirúrgicos en la fase prenatal son demasiado rotundos y
espectaculares y destruyen por sí mismos cualquier duda al
respecto. Pero a algo hay que recurrir para justificar la
aceptación social del aborto, y las conciencias anestesiadas
han recurrido a un pseudo-argumento descalificador de las
actitudes pro-vida, que consiste en decir que la cuestión es
básicamente religiosa. Defender o rechazar el aborto es
cuestión de creencias, algo que hay que aceptar en nombre de
la tolerancia, por muy estrafalarias que las creencias sean. Los
creyentes deben permitir las opiniones contrarias a las suyas,
del mismo modo que a ellos se les toleran sus creencias (que se
entienden así como si fueran manías estrambóticas o
supersticiones de chiflados).
Y, en efecto, esta cuestión es de creencias, sí, pero no tal
como se presenta, sino como son igualmente cuestión de
creencias la esclavitud o la tortura, rechazables también por
razones religiosas y, más concretamente, cristianas: la
Redención por Cristo ha otorgado la dignidad de hijo de Dios
a todo ser humano, cuya vida e integridad física y moral son
intangibles. Pero contra la tortura y la esclavitud es
beligerante hoy la conciencia social, que si alguna vez estuvo
anestesiada en torno a estas prácticas, ha salido ya felizmente
de su deformación. Por eso, porque la insensibilidad no es un
camino sin retorno, y porque la verdad de las cosas siempre
acaba abriéndose paso, soy optimista. Costará probablemente
mucho tiempo y mucho esfuerzo, pero un día nos
avergonzaremos de haber consentido una legislación inicua,
inhumana y cruel como la que está hoy vigente en España.
J. F. S.
Ramón Pi
PUNTO
30
Desde la fe Α
Ω
Nº 198/23-lI-2000
GENTES
DE VISTA
El asombro
ante la vida
André Mutien-Léonard, obispo de Namur (Bélgica)
«La cultura es una de las grandes preocupaciones de Juan Pablo II. La oportunidad
que representa para la fe cristiana el hecho de estar presentes en la cultura es grande. Hay que estar presentes en los lugares donde se produce la cultura de hoy.
Desde este punto de vista, yo insisto en que la Iglesia debe promover mucho más
las obras de arte.
Actualmente nos falta arquitectura, escultura, pintura, música, literatura o poesía
inspiradas por la fe cristiana. Necesitamos nuevos Green, Mauriac, Bernanos. Se les
echa en falta. Por tanto, es preciso crear premios, por ejemplo, para promover una
producción de cultura inspirada por la fe cristiana, por Cristo, y no sólo por un valor cristiano vago y descolorido».
C
on gran agudeza observaba la
filósofa hebrea Hannah Arendt
que buena parte de los hombres
modernos tiene una disposición
afectiva hacia el rencor... contra todo
lo que es dado, incluso la propia
existencia; y que la duda ocupa el
mismo lugar central que ocupó
durante siglos la maravilla por todo lo
que es, en cuanto es. De ahí la
incapacidad de tantos para reconocer
la evidencia de que cada nuevo ser
humano crece y se desarrolla
misteriosamente en el seno de la
madre, sin que ella ponga otra cosa
que su sencilla aceptación. Ni ella, ni
el Estado, ni los poderes de este
mundo dirigen la formación de sus
miembros, ni establecen el color de
sus ojos o los ritmos de su gestación.
Contra este realismo sencillo, se
levanta hoy un prejuicio
ampliamente cultivado, del que
Arendt nos daba la clave: que el
hombre puede modelar la realidad a
su antojo, sin otra ley que su decisión
autónoma. Por ejemplo, si el hijo
concebido pone en dificultad la vida
de la madre, ¿por qué no eliminarlo?
Esta degradación de la conciencia
personal y social en lo que se refiere
al valor de la vida humana es
inseparable del proceso que ha
llevado a Occidente a alejarse de las
raíces de las que ha surgido. La
pérdida del sentido de Dios en la vida
cotidiana ha abierto un profundo
agujero negro que impide a muchos
situarse frente a la realidad. Como
dice el cardenal Ratzinger, si el
mundo no proviene de un acto
creador de Dios, sino que es fruto del
azar, entonces puede ser manipulado
sin ningún límite. Por ello, la tarea de
defender la vida no puede agotarse
en batallas jurídicas o políticas, que
en todo caso sería preciso librar con
inteligencia y realismo.
El fondo de la cuestión radica en
recuperar una mirada
verdaderamente humana, que
reconozca en cada hombre, pobre o
poderoso, nacido o no nacido,
enfermo o desbordante de salud, su
dignidad infinita, porque es imagen
de Dios. Se trata de convertir ese
rencor frente a la realidad, en
asombro agradecido ante la vida, tal
como no es dada, acompañándola
con verdadera simpatía
especialmente cuando es pobre y
vulnerable. Frente al cinismo y la
desesperación imperantes, me
permito secundar las palabras de
Hannah: Yo en realidad soy muy
feliz... El mundo, tal y como Dios lo
ha creado, me parece bueno. La
Iglesia está llamada a proclamar y
hacer palpable esa verdad.
Benito Zambrano, director de cine (ganador de 5 Goyas)
«Cuando recojo un premio, lo hago en nombre de todo un equipo que me ha ayudado; cuando estaba haciendo la película, me sentía a veces como un aprendiz.
También tengo que reconocer que después de tantos reconocimientos, sale el lado
más tenebroso de los premios, y surge el miedo de que se vuelvan contra ti. Cuando me siento a trabajar, lejos de la locura de la gente y de los fotográfos, tengo un
poco de miedo».
Eugenio Romero Pose, obispo auxiliar de Madrid
«Solamente desde la pobreza puede haber obediencia al Señor. Seremos los anunciadores y sanadores si vivimos desprendidamente. La pobreza es el espacio donde le es permitido actuar al Espíritu del Resucitado. Sólo mediante los gestos de pobres se visibiliza la misericordia y se hace concreto y legible el mensaje del Reino.
Pidamos al Espíritu que nos haga bienaventurados viviendo en debilidad, en pobreza, de lo contrario confiaremos en nosotros mismos y no en Dios».
MUESTRARIO
DE CRISTIANOS
El inocente
N
ada más lejos de la realidad que tener al inocente por un cristiano ingenuo y apocado que aguanta –¡y qué remedio!– las bromas y las ocurrencias de todos sus convecinos. Nada más lejos de la
verdad que relacionarlo obligatoriamente con ese festival de inocentadas que se desata cada veintiocho
de diciembre. El inocente no es un cristiano crédulo y bobalicón. Ni mucho menos.
Y, sin embargo, algo tiene que ver con aquellos críos –los inocentes– que murieron sin comerlo ni
beberlo en la matanza que ordenó Herodes al saber que había nacido un Niño que podría poner en peligro su trono. Allí los inocentes, de rebote, salieron perdiendo (Mt 2, 16). ¿Pagaron justos por pecadores?
Está claro.
Pero lo que tiene bien claro el inocente es que hubo otro gran inocente, el Maestro, que voluntariamente echó sobre sus espaldas los pecados de todos los hombres y que pagó por ellos el precio de su pasión y de su muerte. Al Maestro, el Gran Inocente de la Humanidad y de la Historia, es al que pretende asemejarse el inocente. Él sabe que perder por culpa de los demás no se lleva.
Pero le basta con acudir al varón de dolores que fue el siervo de Jahvé (Is 53) para entender el papel del inocente entre los hombres. Y bien cierto parece que no se trata de lo que vulgarmente se llama
una inocentada.
Joaquín L. Ortega
José Luis Restán
ΑΩ Desde la fe
Nº 198/3-lI-2000
NO
Benito Zambrano, el magnífico
director de esa asombrosa película que es Solas, es, además, un hombre muy generoso. Tanto, que, con ocasión de los Goya, ha dicho: Almodóvar se merece todos los premios. Pues, mire
usted, no es verdad; siento mucho ir contracorriente, pero Almodóvar no se merece todos los premios. A mi juicio, ni siquiera se merece el Goya a la mejor película del año que le
acaban de regalar. Es mucho mejor, infinitamente mejor la suya, señor Zambrano. Si el cine es industria, dinero, marketing, mera técnica, virtuosismo artificial y formal …, entonces puede que la última película de Almodovar
mereciera el premio. Pero es que el cine –o al
menos eso es lo que yo creo– es bastante más,
mucho más que técnica y que dinero. Y ahí,
en lo esencial, Almodovar naufraga, por mucho que su reconocida humildad le haya hecho
decir estos días esta frase que tanto le honra
como desenmascara: Lo significativo no es que me
premien; lo sería que no lo hicieran. Yo sé que esto que digo no sólo no es políticamente correcto, sino que políticamente es incorrectísimo. Pero, naturalmente, me importa poco. Sé
que lo piensan muchas más personas, lúcidas,
inteligentes y responsables, pero no se atreven a decirlo. Una sociedad cobarde, sórdida
y desquiciada, da lo que tiene y premia lo sustancialmente sórdido y desquiciado, por muy
maravillosamente que esté realizado desde el
punto de vista técnico y formal. Lo siento.
Por otra parte, tampoco es verdad que los
«Goya» se rinden ante Pedro Almodóvar, como
ha titulado El País en portada, a todo trapo: si
es verdad que de 14 candidaturas obtuvo 7
Goyas, no lo es menos que Solas, de 11 candidaturas obtuvo 5, y Goya en Burdeos, de 10 candidaturas, obtuvo otras 5; así que menos rendiciones, o, en todo caso, reparto de rendiciones, ¿no?
Antonio Gala, cuando habla de los
mártires de la guerra civil se pone nerviosísimo. Tanto que, para intentar desahogar su resentimiento, trata de insultar, olvidando su
acreditado senequismo cordobés, y necesita
recurrir a palabras sagradas pertenecientes a la
realidad que pretende denigrar. ¡Pobre Gala!
Ni la villanía llegó nunca a más, ni Gala a menos. Es todo lo que dan de sí estos progres de
guardarropilla y de boquilla, tipo Sardá –quien
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ES VERDAD
demanda un poquito de caridad cristiana con
los mequetrefes, haría bien en pensar que la
mejor caridad es decirles la verdad–; o tipo Javier Bardem, que confiesa: Desconozco mis límites como actor; o tipo Santiago Segura, que
confiesa: Como no tengo la suerte de ser Cary
Grant, hago lo que sea; o tipo Berlanga, que hace el ridículo en los Goya (por cierto, ni se acordaron de su Tombuctu, ¿no se le caerá la cara de
vergüenza?) Todos ellos, por lo visto, carecen
de límites y hacen lo que sea. Todo vale. Pues
no, todo no vale.
Juan G. Bedoya escribe en El País: El
pasado año, la Conferencia Episcopal que preside el
cardenal Rouco decidió no pedir perdón para la
Iglesia… ni siquiera por su implicación… en la terrible guerra incivil de 1936. No es verdad, y él
sabe que no es verdad. La Conferencia Episcopal Española que preside el cardenal Rouco
pidió expresamente perdón por el error de esa
guerra incivil y lo hizo, obviamente, en nombre de los dos bandos. Afirmar lo contrario es
mentir.
Gonzalo de Berceo
TELEVISIÓN
Los Simpson
U
na entrañable familia de clase mediabaja americana, compuesta por cinco
miembros con personalidades perfectamente definidas, pone en evidencia la sociedad y la cultura del país más influyente
del mundo. Homer, el padre, es un gordo,
calvo y mediocre, que consume cerveza y
eructa sin pudor ante el televisor, que marca las pautas de su vida. Es vago, torpe,
ruin y chaquetero. Posee, en fin, un cúmulo de virtudes que le convierten en el
modélico padre de familia, elegido por
Matt Groening para protagonizar esta serie
de humor. Marge, su esposa, es la juiciosa
y buena madre de Burt, Lisa y Maggie. Lisa es la voz intelectual de la familia, repelentemente aplicada y encantadora, y su
hermano presenta un comportamiento socialmente reprensible, pero tiene un gran
corazón.
Estos dibujos, de una creatividad que los
mantiene desde hace años en las distintas
cadenas americanas y europeas, a pesar de
la censura de muchas de ellas en EE.UU.,
son de una complejidad tal en cuanto a sus
contenidos y la psicología de los personajes, que los convierten en un producto para
adultos y no para niños, que, no obstante,
son sus espectadores habituales. Es recomendable, en el caso del público infantil,
que los mayores estén a su lado, para explicarles lo que no pueden entender, así como
para ayudarles a hacer un juicio adecuado
de lo que están viendo.
Sin duda es uno de los programas más
inteligentes e imaginativos, que actualmente pueden verse en antena, cargado de de-
talles de una fina ironía. Muchos de los capítulos acaban bien, incluso sorprende a veces la positividad que muestran; pero, en general, la acidez de su visión del mundo, apenas nos deja tregua. La serie realiza una feroz
crítica, en clave de humor, del sistema de enseñanza, del clasismo social, de los medios
de comunicación, de la violencia, del consumismo, de los valores que promueve la
sociedad americana (y por influencia la nuestra), del trato a la tercera edad, de la lectura
que los americanos hacen de su propia historia, de la competitividad propia del capitalismo, de la corrupción del ser humano en
todos los órdenes; que por una parte es muy
acertada, pero por otra nos muestra un mundo tan inconsistente, que no permite al individuo comprometerse con ningún aspecto de él. Es, por tanto, una mirada sobre las
cosas, fruto de la mentalidad liberal americana, en la que no existe ningún problema
para tratar cualquier tema, pero finalmente
escéptica. La realidad no tiene significado.
Esto puede apreciarse con claridad en los
capítulos en los que se habla de Dios o de la
religión, que, según Homer, no sirven para
nada. Sólo la familia y el afecto a los seres
queridos permanecen intactos a lo largo de
todas las entregas, y ésta es una de las facetas más interesantes –y por eso quizás más
dañina, al aparecer sin su raíz religiosa– de
esta ficción. Los Simpson se quieren y se
aceptan con todos los defectos que les caracterizan y la unidad entre ellos permanece a pesar de no ser precisamente perfectos.
Patricia López Schlichting
ΑΩ
ΑΩ
Contraportada
La verdadera naturaleza
del «birth control»
El gran escritor y periodista inglés convertido al catolicismo, Gilbert K. Chesterton, escribió ya contra la falacia del control
de la natalidad... en los años 20. Ofrecemos a continuación el resumen de dos proféticos artículos suyos sobre este tema,
publicados en el Lansbury‘s labour Weekly, en 1925 y 1927, y que forman parte de una recopilación
publicada por Rialp bajo el título El amor o la fuerza del sino
L
a historia real
del mundo es?
tá llena de casos exlata
n
traños,
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mismas de forma com¿Co
pleta. El ejemplo más reciente es la noción extraordinaria de que lo que se
Así lo ha visto
llama control de la nata«Time»
lidad es una reforma social que avanza junto a
otras reformas sociales favorecidas por gente progresista.
La historia empezó con
Godwin, el amigo de Shelley, y el fundador de tantas esperanzas sociales
que se llaman revolucionarias. Los viejos oligarcas estaban dispuestos a
usar cualquier herramienta contra los nuevos
demócratas; y un día tuvieron la suerte funesta de
apoderarse de una herramienta llamada Malthus.
Es claro y manifiesto que
Malthus escribió una respuesta a Godwin. Si Godwin intentaba mostrar
que era posible que la Humanidad fuera más feliz
y más humana, Malthus
intentaba mostrar que no
había posibilidad de conseguir que la Humanidad
fuera más feliz y más humana. El argumento que
utilizó era éste: si se ayuda
al hombre que se muere
de hambre para ser más o
menos libre o medianamente próspero, se casará,
tendrá un número determinado de hijos y no habrá alimento para todos. La conclusión, por supuesto: dejar que
se muriese de hambre. Reafirmó
la cuestión sobre el aumento de
hijos con una curiosa fórmula
matemática sobre la progresión geométrica, que cualquier ser humano puede ver claramente que es inaplicable a los seres vivientes.
Pero lo que importa aquí es que Malthus quería que su argumento fuera un argumento contra la reforma social. Nunca pensó
en utilizarlo de otra manera: lo usó como un argumento en contra de la
antigua costumbre de la caridad humana. Advirtió a la gente contra
cualquier arranque de generosidad al dar limosna. Su teoría se echaba
siempre como un jarro de agua fría sobre cualquier propuesta de dar
propiedad al hombre pobre o un estado mejor en la vida. Tal es la noble historia del nacimiento del control de la natalidad.
La única diferencia es ésta: que los capitalistas de antaño eran más
sinceros y más científicos, mientras que los modernos capitalistas son
más hipócritas y más nebulosos: mezclan su idea vieja, sencilla y brutal (la de prohibir que los pobres tengan hijos) con un montón de ideales sociales abandonados y enfermizos, y con promesas que son totalmente incompatibles con ella. Pero, a fin de cuentas, es un hombre
práctico, y cuando llega al terreno práctico será tan brutal como sus
antepasados. Nunca dicen que sufrimos debido a una provisión demasiado generosa de banqueros o que los financieros cosmopolitas no deben tener familias numerosas. No
dicen que la elegante muchedumbre de Ascot necesite ser disminuida, o que es deseable diezmar la gente que cena en
el hotel Ritz o en el Savoy. Los
controladores de la natalidad
no tienen el más mínimo
deseo de controlar esa
jungla. Es demasiado
peligroso tocarla. Tiene tigres. Nunca hablan de un peligro
procedente de las
clases acomodadas. Lo que
desea controlar es al populacho, y
así lo reconoce en la
práctica.
Siempre insiste en que
un obrero
no tiene derecho a tener
tantos niños,
o que una
barriada pobre es peligrosa porque
produce tantos y
tantos niños. La
pregunta que le
aterra es: ¿Por qué el
obrero no tiene un salario mejor? ¿Por qué la
familia del barrio pobre no
tiene una casa mejor? Su
manera de evitarlas no es sugerir una casa más grande, sino
una familia más pequeña. El arrendatario o el patrón dicen a su manera,
tan tierna y generosa: La verdad es que no
puedes esperar que yo me quede sin mis dineros. Pero
voy a hacer un sacrificio. Me quedaré sin tus hijos.
Me divierte reflexionar en esa batalla que se avecina, y recordar que
cuanto más control de la natalidad practiquen mis adversarios, tantos
menos serán ese día para luchar contra nosotros.
G. K. Chesterton
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