© Paco Manzano Alfonso Ruiz de Assín Presidente de la Asociación Española de Radiodifusión Comercial Siempre habla en términos humorísticos de la mala salud de hierro de la radio española; número uno en popularidad y segunda en audiencia después de la televisión. Alfonso Ruiz de Assín, presidente de la Asociación Española de Radiodifusión Comercial, no le tiene miedo al futuro. Su idea es que la radio digital les permitirá aumentar el número de oyentes. P. La Asociación Española de Radios Privadas está compuesta por la totalidad de las empresas radiofónicas no integradas en el colectivo estatal. ¿Por qué se necesita una asociación de esta naturaleza? ¿Qué evolución histórica ha seguido la asociación? R. La Asociación inició sus actividades hace más de cuarenta años. Empezó llamándose Asociación Nacional de Radios Privadas, y posteriormente cambiamos el nacional por “española”, y hemos suprimido el “privadas” porque creemos que damos un servicio a la sociedad, y nos gusta más hacer referencia a nuestro medio de financiación, que es la publicidad; por tanto, optamos por adjetivarla como “comercial” y no como “privada”. Esta Asociación, como todas las asociaciones sectoriales, responde a un mismo principio, que es defender todos los asuntos de interés común. Las radios españolas compiten cada día duramente en el mercado de la publicidad y en el mercado de los oyentes, pero luego tienen una cantidad de asuntos de interés común, y la unión hace la fuerza. Tenemos al menos tres áreas de interés común que me parece especialmente interesante destacar: la primera es la relación con las administraciones públicas; nuestro ministerio es el de Ciencia y Tecnología, que es el que concede las licencias de radio; las administraciones públicas autonómicas son las que las renuevan y, por tan- to, la relación con los Planes Técnicos y con cuantos asuntos tienen que ver con las administraciones públicas el conjunto de las radios la encauzan a través de esta Asociación; la última iniciativa que hemos tenido que tratar con las administraciones públicas ha sido la nueva radio digital. La segunda área de interés es la denuncia de las emisoras ilegales, piratas, y la lucha contra ellas. En España fucionan varios centenares de emisoras piratas que surgen como hongos en distintos sitios de nuestro territorio, y nuestra función es denunciarlas a las comunidades autónomas y a la administración central para que las precinten y las cierren. Se consigue, me atrevería a decir, un éxito dudoso e intermedio, porque muchas veces se cierran y vuelven a aparecer en otros lados. Un tercer aspecto sería la presencia y la representación internacional. Pertenecemos a la Asociación Europea de Radios, de la que somos miembros fundadores y que tiene su sede en Bruselas, y a la Asociación Internacional de Radiodifusión, que está en Montevideo y que reúne a 16.000 emisoras de radio y televisión de las Américas y de Europa. Éstas son solo algunas de las áreas más relevantes; luego surgen muchos asuntos específicos durante el año, y, por supuesto, la Asociación lleva la relación con las entidades de gestión de derechos, la SGAE, la SOPE, la AFYVE y la AIE. P. ¿Qué relación mantienen con las entidades de gestión de los derechos de autor? R. La radio entiende, porque así lo dice la legislación y porque es justo, que tiene que retribuir a los autores, a los artistas, a los intérpretes, a los ejecutantes y a las compañías discográficas, porque la música es un ingrediente fundamental de la radio –no se puede concebir una radio sin — 423 — música–, y, por lo tanto, comprendemos que los derechos de todos esos colectivos deben de ser atendidos por las radios como usuarios. Pero entendemos también que la labor de promoción de la música española, de los autores españoles, de los artistas, intérpretes y ejecutantes que se hace a través de las emisoras poniendo continuamente sus discos y siendo un medio tan popular y tan seguido, sobre todo por la gente joven, es un servicio que nosotros proporcionamos a los autores, y, por eso, nuestra relación, que es cordial, debe también ver reflejada nuestra aportación, a través de unas tarifas justas y equitativas, que tengan en cuenta las mutuas aportaciones. En el tiempo que llevo aquí hemos firmado dos acuerdos de diez años de duración cada uno con estas entidades para el pago de los derechos correspondientes, pero siempre aquí se crea una situación curiosa, un tira y afloja, porque, por una parte, consideramos que debemos retribuir naturalmente a estos colectivos, pero también nos gustaría que las tarifas que se apliquen sean adecuadas al papel promocional que hacemos. A nosotros lo que nos gustaría, porque es el punto mayor de fricción que tenemos con las distintas entidades de gestión, es que cada emisora pagara de verdad por la música que usa; lo que pasa es que todavía no se ha inventado un sistema de medir, casi a la nota musical, la música que realmente se utiliza, y entonces tienen que establecerse unas categorías demasiado amplias y demasiado genéricas, con las cuales muchas veces no estamos de acuerdo y las discutimos. Pero insisto en que radio y música y música y radio son dos socios necesarios en nuestro negocio radiofónico. La radio y la música son dos socios necesarios en nuestro negocio P. ¿Cuántas emisoras hay en su asociación? R. En España hay unas 1.150 emisoras, unas cien de onda media y más de mil de frecuencia modulada, y nuestra representatividad es del 98%. Solamente algunas emisoras muy locales no se han afiliado a la Asociación, pero somos altísimamente representativos. También están con nosotros los doce concesionarios digitales. Podemos afirmar que somos la Asociación que representa a la totalidad de las radios. P. Y las piratas, ¿cuánto tienen? R. Pues existen cientos de emisoras piratas en España. Es éste un problema muy importante y, curiosamente, aunque parecería fácil de resolver, porque una vez detectada una emisora pirata lo que hay que hacer es precintarla y cerrarla, sin embargo, la división de competencias entre la administración central y las comunidades autónomas, intereses concretos que siempre se dan en relación con las radios derivados de colores políti- — 424 — cos y de afinidades, pues acaban haciendo que impere un clima de tolerancia, con el cual nosotros estamos absolutamente en desacuerdo. Pero, bueno, uno de nuestros trabajos es ir haciendo esto, y tenemos, como decía antes, un éxito desigual, porque en algunos sitios se toman más en serio la lucha contra las ilegales y en otros sitios se mantiene esta tolerancia que nosotros sinceramente creemos que se debe erradicar. P. En la Asociación de Radios Comerciales hay grupos muy heterogéneos, con distinto poder en el panorama de la radiodifusión española: Unión Radio –que engloba la Ser, 40 Principales, M-80, Radio Olé, Radio Sinfo y Cadena Dial– predomina respecto a las otras dos grandes cadenas, Onda Cero –que agrupa Onda Cero, Onda Cero Música, Europa FM, Onda Rambla y Radio Marca– y COPE –COPE convencional y Cadena 100–, mientras que las independientes tienen un poder escaso. ¿Cómo se produce la toma de decisiones en un colectivo cuyos miembros no tienen los mismos problemas ni los mismos intereses? R. Las decisiones se toman en la Junta Directiva, en la que están representadas emisoras de todos los tamaños. Naturalmente, existe una proporcionalidad. Hay tres grandes cadenas, que pueden representar aproximadamente el 90% de la radio española, pero en el 10% restante tenemos también emisoras de tamaño medio, algunas de ellas con vocación regional, no nacional, y, luego, también hay un colectivo de pequeñas emisoras que tienen vocación de realizar una radio estrictamente local y también tienen sus representantes en la Junta Directiva. La Junta está formada por veinte personas, y en ella hay representantes de los tres tamaños, con lo cual la toma de decisiones atiende siempre a los intereses de todos, y en mi trabajo diario, como secretario general ejecutivo de la asociación, atiendo los intereses de todos de acuerdo con la problemática específica de las emisoras según su tamaño. concentración-pluralismo: parece que cuando hay exceso de concentración, eso puede afectar al pluralismo, pero también es cierto que si hubiera una excesiva fragmentación se haría imposible poner en marcha una radio de calidad y de volumen suficiente. En realidad, se podría decir que hay un tamaño óptimo de empresa radiofónica capaz, por una parte, de atender a los retos de las nuevas inversiones –por ejemplo, ahora, la nueva tecnología digital–, y de fichar a grandes estrellas, capaz de tener muy buenos profesionales. Todo eso no se puede hacer con un exceso de fragmentación de la oferta radiofónica; es imposible hoy día competir con la televisión, con la prensa, con las revistas, con la cantidad de medios que han surgido con tamaños excesivamente pequeños; pero también es cierto que una excesiva concentración significaría un número de voces dema- P. La radio en España se caracteriza por la concentración en escasas manos gestoras y el minifundismo de las pequeñas y abundantes empresas locales. ¿Responde esa tipología a las necesidades de la audiencia? R. Creo que sí. Tal como decía antes, existen en España grandes cadenas, emisoras grandes, radios regionales y muchas de ellas estrictamente locales. Con esa triple tipología, sí se responde a las necesidades de la audiencia española y cada uno las ejerce con arreglo a su vocación. Me parece especialmente relevante hacer alguna mención respecto a una polémica que es muy habitual en los medios de comunicación, que es el binomio — 425 — siado reducido. Creo que con lo que hay hoy en España disponemos de un amplio pluralismo radiofónico y se sirve a las necesidades de la audiencia. El futuro de la radio pasa por la segmentación de las audiencias y la especialización de los contenidos y de las programaciones P. La programación de la radio generalista es prácticamente la misma en las grandes cadenas. La fórmula tipo se basa en macroprogramas dirigidos por una estrella –Gabilondo, Del Olmo, Herrero, Herrera...– incluso con contenidos simétricos: información, tertulias, entretenimiento, etc., que varían ligeramente en función de que la emisión sea por la mañana, por la tarde o por la noche. Con este panorama, ¿en qué se articula la competencia si no existe divergencia en los contenidos, en quién hace mejor lo mismo? R. Seguramente se trate, en lo esencial, de quién hace mejor lo mismo, pero básicamente es lo mismo que pasa en televisión, en prensa y en las revistas; tenemos, por ejemplo, varias cadenas de televisión comerciales, que tienen una programación muy similar y que pelean por hacer mejor que los otros el mismo tipo de televisión comercial. En los periódicos pasa lo mismo: se trata de hacer un mejor periódico de información general, pero todos ellos tienen las mismas secciones. En radio, esencialmente, en cuanto a las tres grandes cadenas y ese tipo de fórmula de gran cadena comercial, creo que se trata de hacer mejor que la competencia el mismo tipo de programación, lo cual es bueno, y es una garantía para los oyentes que haya, en este caso, tres cadenas grandes en España, luchando por hacer una mejor programación. Que haya programadores regionales y autonómicos que quieran hacer una mejor programación y que haya radiodifusores locales luchando por hacer mejor radio que sus colegas, incluso que sus colegas de las públicas, porque no podemos olvidar que, además de esto que estamos diciendo de la radio comercial, en España existe RNE, están las radios autonómicas y las radios municipales, con las cuales también competimos. Es decir que sí, se trata, en principio, de hacer mejor lo mismo, en cada uno de los formatos, que, por otra parte, son variados. P. ¿Y las estrellas? R. Las estrellas son muy importantes, pero son importantes también los proyectos radiofónicos; sobre todo en una realidad como la actual, que es multimedia. Hoy día, salvo la cadena COPE, que hace radio y solamente radio, todos los demás hacen radio, tienen periódicos en su área empresarial, tienen también participaciones en televisión, y en esos casos el proyecto radiofónico va cobrando cada vez más importancia sobre las estrellas. El futuro de la radio es un futuro de segmentación de las audiencias, de especialización de los contenidos y de las programaciones, y creo que en el futuro, seguramente, las macroestrellas actuales que hemos conocido irán desapareciendo. Pero, hoy por hoy, siguen siendo un elemento fundamental y muy popular de la radio española, a la que han contribuido a darle el prestigio que tiene, de manera muy relevante. — 426 — P. La evolución de la audiencia en la radio generalista se mantiene casi constante en los últimos años. Está liderada por la Cadena Ser, con unos cuatro millones de oyentes, y por RNE, con dos millones, y se producen cambios relativos entre Onda Cero y la Cadena COPE. ¿Ha llegado a un techo la radio en el número de oyentes, situado entre el 50% y el 75% de la población? R. Siempre hablo, en términos humorísticos, de la mala salud de hierro de la radio española, porque, efectivamente, es el primer medio en popularidad de España, el segundo en audiencia después de la televisión y, sin embargo, es solamente el cuarto en facturación, y por eso hablo de su mala salud de hierro. Hemos visto la llegada de las televisiones privadas, han llegado el satélite y el cable, ha aumentado enormemente la competencia, y, no obstante, la radio sigue manteniendo sus posiciones. Por eso, la primera afirmación que haría es la de la capacidad de resistencia y de estar presente con un peso importante en el mercado de la radio española. Sin embargo, tenemos que mejorar. La radio española puede superar sus propios techos, y, en este sentido, probablemente la radio digital, con posibilidad de nuevos servicios de valor añadido adicionales, suponga en el futuro una oportunidad de romper sustancialmente al alza los techos actuales. P. Los datos del Estudio General de Medios son importantes, porque de ellos depende el reparto publicitario. ¿Qué opina del EGM? ¿Tiene tanta credibilidad? R. Nuestra Asociación respalda absolutamente al EGM. Ha habido críticas. Hay argumentos en contra de algunos de los parámetros técnicos que se utilizan, críticas que, algunas de ellas, pueden tener alguna base o algún grado de justificación; sin embargo, nos parece que es el mejor sistema, el más fiable de medición de audiencias, y, entonces, mientras no haya otro que lo mejore, la Asociación de Radio, en su conjunto, apoya totalmente al EGM. En estos momentos, se están ensayando en el mundo, y también en España, otros sistemas de medición de audiencia que pueden contribuir, y eso es muy importante para nosotros, a demostrar que hay más oyentes de radio de los que están dando las mediciones actuales. Fundamentalmente, existe un reloj que explota una empresa que se llama Radiocontrol, que puede permitir la medición automática de la radio que están oyendo todos los portadores del reloj; esto sería un sistema de medición diaria, y con esto se sustituiría el sistema de oleadas actuales y se conseguiría una mayor fiabilidad. Pero todo esto está actualmente en experimentación y están por ver los resultados finales. P. En el reparto de la publicidad no interviene RNE, ya que no emite anuncios en ninguna de sus cinco cadenas y solo se ven afectadas algunas radios autonómicas. ¿Qué opina de este hecho diferencial respecto a las televisiones donde RTVE sí emite publicidad y compite con las cadenas privadas? R. RNE nunca tuvo publicidad, y televisión sí; éste es un primer elemento diferencial muy importante. En estos días se está hablando de la posibilidad de introducir publicidad en RNE, posibilidad que nosotros rechazamos absolutamente y así lo hemos hecho notar, tanto a los gestores del ente público como a la SEPI, que es la entidad que, en última instancia, tiene que tomar esta decisión. Consideramos a los profesionales de la radio pública como colegas nuestros; están en la — 427 — misma actividad, una actividad que queremos entrañablemente, y, por tanto, entendemos que debe haber radio pública, que RNE hace una programación excelente, y que está cumpliendo perfectamente su papel de servicio público. Sin embargo, pensamos que debe continuar siendo financiada sin publicidad y que debe de ser financiada con recursos públicos. Éste es el único punto que podríamos tener de discrepancia. Y luego, hablando de diferencias entre la radio y la televisión, la televisión factura 350 mil millones y nosotros solamente 80 mil; quizá si facturáramos nosotros 350 mil millones estaríamos más dispuestos a admitir que hubiera publicidad en las públicas, pero con una facturación publicitaria cinco veces inferior, sinceramente es algo que no nos podemos permitir, por razones, además, económicas. comerciales y a continuación del programa de servicio público te ponen otra serie de anuncios comerciales. La publicidad marca el estilo de las programaciones; nosotros somos radio comercial y nuestros recursos únicos son los anuncios publicitarios, y entendemos que en España debería marcarse una clara diferencia entre la radio pública y la radio privada y entre la televisión pública y la televisión privada, y diferenciar también rotundamente los recursos con los que se financian. P. El incremento de la facturación publicitaria en la radio se sitúa en torno al 8% anual en los últimos años. ¿Cómo afecta la publicidad a la programación? R. La afecta de manera rotunda. Por eso somos tan partidarios de que las radios y las televisiones públicas se financien con recursos públicos, y las comerciales, de titularidad privada, con recursos comerciales. La publicidad tiñe con su carácter toda la programación. Es muy difícil decir que eres una radio de servicio público si antes te han puesto un bloque de anuncios cuarenta millones de receptores En España hay cuarenta millones de aparatos de radio; con la radio digital habría que cambiar esos P. La radio digital puede revolucionar el mercado radiofónico al no depender ya las cadenas de frecuencias y postes repetidores para tener mayor cobertura territorial, puesto que basta una única frecuencia para llegar a todo el territorio. Sin embargo, este fenómeno no parece despegar por el elevado coste de los aparatos receptores. ¿Están preparadas las grandes cadenas para asumir este reto? — 428 — R. Sí. La radio comercial española fue la pionera, la que más insistió para que existiera en España una radio digital. El gobierno dio las concesiones digitales y en este momento tenemos doce concesiones de radio comercial, más seis concesiones de RNE que podrán emitir en la totalidad del territorio nacional; esto supone un gran reto para la radio española en el sentido de que altera totalmente el mapa actual. Esta Asociación pidió, cuando llegó la radio digital, que, en alguna medida, como se trataba simplemente de un cambio tecnológico, se mantuviera más o menos el mismo mapa que había en el momento actual, pero el Gobierno decidió dar una licencia a cada uno de los grupos y, entre ellos, a muchos grupos nuevos. Por decirlo de una manera gráfica, empezó una nueva carrera, puso a todos los competidores otra vez en una nueva línea de salida y a partir del momento en que la radio digital comience a ser una realidad, tendrán que ganar la carrera, lo cual, en el fondo, será un momento muy interesante y aportará también beneficios a nuestros oyentes, porque, al partir de cero, todo el mundo tendrá que hacer un esfuerzo por ganarse otra vez la adhesión, en la nueva tecnología, de todos los oyentes. Sin embargo, es cierto que en este momento no existe mercado digital porque no existen aparatos receptores ni en cantidad ni en precio para poder crear un mercado. En España hay cuarenta millones de aparatos de radio; con la radio digital habría que cambiar los cuarenta millones de aparatos, y en este momento no tenemos suficientes aparatos como para poder, a cortísimo plazo, hablar de la realidad de la radio digital. Sin embargo, sí creemos que es el futuro de la radio; lo que no sabemos es para cuándo, y todo ello después de un amplio período de coexistencia de las dos tecnologías. P. ¿Y cuándo y cómo se puede producir esa transición? R. Los plazos están siendo más lentos de lo que inicialmente se preveía en toda Europa. Calculo que esta transición durará todavía entre cinco y diez años. Se va hacia la digitalización porque todos los demás medios, la televisión, la prensa y las revistas se están digitalizando, y si la radio se queda con la tecnología actual analógica, irá, lenta pero inexorablemente, perdiendo posiciones. La única manera de defendernos en esta competencia es la de digitalizarnos nosotros también; pero no creo que se pueda calcular un plazo. En los próximos diez años se irán produciendo seguramente combinaciones y coexistencia de las dos tecnologías hasta que definitivamente se imponga la tecnología digital. La lucha contra las emisoras ilegales es uno de los aspectos que las radios emprenden en común a través de nuestra Asociación P. La radio por Internet posibilita una mayor interactividad con el oyente al poder retransmitir también imágenes en directo y establecer un contacto inmediato vía correo electrónico que no colapsa el teléfono. ¿Qué futuro le ve a esta innovación tecnológica? R. Pues está por ver. Por el momento, no hay una cantidad enorme de oyentes por Internet. La audiencia de radio por Internet es pequeña, pero vamos hacia una convergencia tecnológica entre — 429 — todos los medios electrónicos: la televisión, el móvil, la radio; es decir, todo ello estará disponible en el futuro horizonte digital para que todos los medios tengan capacidad para ver televisión, escuchar radio y hablar por teléfono a través de cualquiera de los soportes. Eso puede suponer para la radio una importante oportunidad de futuro; pero va a ser una lucha muy cerrada entre todos los soportes por ganarse las preferencias de los ciudadanos. Por tanto, la vemos con esperanza y con optimismo, pero también con la preocupación que suscita el saber que vamos a entrar en un horizonte completamente distinto de coexistencia y de competencia entre los medios. Vamos a entrar en un horizonte completamente distinto de coexistencia y de competencia entre los medios P. ¿Qué tipo de oyente es usted, qué radios son las que sintoniza? R. Me gusta muchísimo la radio. Creo que tiene una virtud que no tiene ningún otro medio, que es la versatilidad, o sea que, empiezo por la mañana y en la mesilla de noche ya, en cuanto me despierto, le doy al botoncito, voy al cuarto de baño y tengo otra radio, en la cocina tengo otra radio, me subo en el coche y voy escuchando la radio. Es decir, que ese prime time de la radio que empieza entre seis y nueve de la mañana, en esas tres horas, escucho muchísima radio; luego, en el trabajo, desafortunadamente, tengo que desconectar porque tiene uno que trabajar, pero luego también escucho algo por la tarde, los informativos, me gustan los programas informativos de última hora de la tarde, y lo que no soy es un excesivo oyente deportivo; esa hora punta también de la radio de los programas deportivos de las doce de la noche, la verdad, me coge muy cansado, y prefiero leer un libro o descansar. P. ¿Qué planes tiene para el futuro la Asociación? R. En primer lugar, resistir a la competencia; la competencia es tan fuerte, la oferta de los nuevos medios de comunicación es tan grande que, por lo pronto, el primer reto de la radio es, como ha hecho hasta ahora con brillantez, resistir la aparición de nuevos soportes y de nuevos medios. A continuación, las nuevas tecnologías nos van a dar una oportunidad no solo de resistir, sino incluso de incrementar nuestro peso relativo. Tengo esperanza de que en un futuro la radio digital va a representar una nueva oportunidad para la radio española y vamos a poder resistir las competencias, las leales y algunas que no son tan leales, que son las que he mencionado antes, cuando los medios públicos consideran que pueden tener dobles fuentes de recursos, mientras que los privados solamente pueden tener una. — 430 —