COMISIONES MIXTAS Año 1997 VI Legislatura Núm. 71 PARA EL ESTUDIO DEL PROBLEMA DE LAS DROGAS PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. JUAN MORANO MASA Sesión núm. 9 celebrada el jueves, 23 de octubre de 1997, en el Palacio del Congreso de los Diputados Páginax ORDEN DEL DÍA: Comparecencia del señor Ministro del Interior (Mayor Oreja) para explicar las recientes actuaciones policiales en Madrid relacionadas con las drogodependencias. A solicitud del Grupo Socialista del Congreso. (Número de expediente 213/000317) .................................................................................. 1440 Proposiciones no de ley: — Sobre la participación del Gobierno en el diálogo político y social sobre el fenómeno de las drogas. Presentada por el Grupo Socialista del Congreso. (Número de expediente 161/000517) ........ 1449 – 1440 – CORTES GENERALES Se abre la sesión a las cuatro y cinco minutos de la tarde. — COMPARECENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DE INTERIOR (MAYOR OREJA) PARA EXPLICAR LAS RECIENTES ACTUACIONES POLICIALES EN MADRID RELACIONADAS CON LAS DROGODEPENDENCIAS. A SOLICITUD DEL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número de expediente 213/000317). El señor PRESIDENTE: Buenas tardes. Vamos a iniciar la sesión de la Comisión mixta para el estudio del problema de las drogas. El primer punto del orden del día es la comparecencia ante la Comisión del señor ministro de Interior, don Jaime Mayor Oreja, para explicar las recientes actuaciones policiales en Madrid relacionadas con las drogodependencias. Después de dar la bienvenida al señor ministro, tiene la palabra. El señor MINISTRO DE INTERIOR (Mayor Oreja): Señor presidente, señorías, comparezco por segunda vez ante esta Comisión mixta para el estudio del problema de las drogas. Quiero agradecer la petición del Grupo Socialista, porque sea cual sea la iniciativa nos permite siempre reflexionar y debatir sobre un tema que preocupa a toda la sociedad española sin excepción, como es el problema de la lucha contra la droga. Quiero empezar resaltando el importante grado de acuerdo que ha presidido los debates de esta Comisión mixta y que, sin duda, constituye el criterio básico que debe caracterizar la continuidad y la coherencia de la política en materia de drogas, tal y como acordaron todos los grupos parlamentarios en el primer punto de la moción sobre política de drogas, que fue aprobada el pasado 11 de marzo de 1997 en el Pleno de esta Cámara. Entrando ya estrictamente en el contenido de la comparecencia que hoy celebramos, expondré a SS. SS., aunque sea brevemente, algunos antecedentes que nos sitúan ante el escenario de los primeros días de junio de este año. El tráfico de sustancias estupefacientes que se advierte en distintos barrios de nuestra ciudad es causa de una cierta alarma social entre los vecinos de estas zonas. La preocupación ante esta situación, la necesidad de dar una respuesta al problema, llevó a los vecinos de estos barrios a agruparse colectivamente, reclamando la adopción de medidas necesarias a fin de erradicar y atajar el problema, que tiene una notoria incidencia en la seguridad y en la convivencia ciudadanas. Como ustedes saben, señorías, tal perturbación social ha tenido una especial relevancia en las zonas sur y sureste de Madrid, habiéndose producido concentraciones y manifestaciones vecinales en protesta por esa situación, con la amenaza permanente de mayores movilizaciones. Ante esta situación de cierta gravedad, y con la finalidad de adoptar medidas y coordinar actuaciones, se celebraron una serie de reuniones con el delegado del Go- 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 bierno en Madrid, a las que asistieron representantes de las instituciones afectadas y entidades vecinales de Usera y Villaverde, anunciándose en tal sentido la adopción de medidas para impedir esa actividad delictiva. Con tal compromiso, y siempre dentro de lo que dispone la Ley Orgánica sobre protección de seguridad ciudadana, se estableció un dispositivo policial en diferentes barrios con el objetivo de patrullar, controlar e impedir el tráfico de drogas. La misión principal era desmantelar los puntos de venta y abastecimiento de sustancias estupefacientes por parte de los traficantes para su posterior venta. Otro de los objetivos era la identificación selectiva de personas con el fin de comprobar que las mismas no portaban sustancias estupefacientes y que la presencia activa de las patrullas sirviera como elemento disuasorio y preventivo del tráfico de drogas. La Delegación del Gobierno en Madrid organizó el dispositivo policial con el fin de dar respuesta a los problemas expuestos, como antes decía, por diferentes asociaciones de vecinos afectadas por el problema del tráfico ilegal de sustancias estupefacientes, lo que sin duda ninguna les provoca una verdadera situación de inseguridad ciudadana y de angustia. Las investigaciones policiales y las denuncias de los colectivos ciudadanos permiten, como ustedes saben, realizar determinadas estimaciones indirectas sobre el consumo de heroína en Madrid en base al número de personas que acuden diariamente a los poblados en los que los drogodependientes se suministran de estas sustancias. Estos centros de venta de drogas, heroína especialmente, han sido objeto de atención por parte de medios de comunicación social, por parte de todos, y son el entorno en el que la actuación policial, tanto en materia de investigación como de dispositivos preventivos para evitar la delincuencia, debe desarrollarse de manera intensa. Los datos obtenidos de la vigilancia y observación policial hacen suponer que estos lugares son el último eslabón de una organización de tráfico y venta de drogas organizada y estructurada, y esta perspectiva nos obliga a considerar prioritaria la lucha contra los traficantes asentados en estos núcleos marginales, los cuales los utilizan en beneficio de su ilícita actividad, toda vez que lejos de representar un pequeño tráfico o un menudeo constituyen un elemento fundamental, esencial, de la mencionada cadena de venta de drogas, y por ello es necesario también proceder a la investigación del significado real de esa larga cadena en materia de tráfico. Los objetivos básicos que pretendía, por ello, el dispositivo policial eran los siguientes. Primero, descubrir a los vendedores de drogas e impedir su ilícita actividad. Segundo, impedir que dichos vendedores obtengan sustancias estupefacientes de sus proveedores para ejercer ese tráfico ilegal. Tercero, restablecer los niveles de seguridad ciudadana, cuyo deterioro ha sido denunciado por los vecinos en numerosas ocasiones. Cuarto, impedir que los habitantes de estos barrios sean objeto de agresiones por parte de ciertos vecinos, que los hacen responsables del tráfico de droga y la inseguridad ciudadana. En cumplimiento de estos objetivos, el dispositivo se desarrolló en los barrios de La Celsa, Torregrosa, La Rosi- – 1441 – CORTES GENERALES lla y Boetticher, comenzando a funcionar en la noche del día 6 de junio, prolongándose hasta el día 14, aunque continuó de forma más reducida a lo largo de dicho mes, enmarcándose en la llamada operación verano. Dicha operación es continuación de otras muchas que permanentemente se realizan con el fin de perseguir el tráfico de drogas y que han pasado desapercibidas. Como consecuencia de la operación policial se produjeron dos fenómenos distintos: de un lado, una paulatina aglomeración de drogodependientes en las inmediaciones de los barrios sometidos a la vigilancia policial, habida cuenta de que no podían adquirir sus dosis diarias por la presencia policial; y de otro, el que los propios traficantes cesaron o redujeron su ilícito comercio, habida cuenta de que, cuando se produce el cierre de los núcleos de distribución, el resultado inmediato es la paralización de la venta hasta que los efectivos policiales abandonan el lugar. Los resultados de la operación policial especial antidroga, desarrollada en el mes de junio, podrían sintetizarse en los siguientes datos. Se produjeron 132 actuaciones, 11 registros, 92 actas por tenencia y consumo y 71 detenidos. En cuanto a nivel de droga intervenida, heroína 1.106,32 gramos; cocaína, 4.010,45 gramos; sicotrópicos, 153 dosis; hachís, 46.531 gramos. Como ustedes bien saben, cuando se produce este tipo de operación hay un volumen significativo, imposible de calcular, de droga destruida, además de los datos que les he dado, que es droga decomisada. Con independencia de los datos anteriores, que se refieren exclusivamente al tráfico y consumo de estupefacientes, se produjeron otras detenciones, cuyo resumen es el siguiente: por busca y captura se detuvo a 43 personas; robos de vehículos, 14; receptación, tres; otros delitos, 36, con un total de 168 detenidos. En relación con la cobertura y apoyo sanitario al dispositivo policial prestado por organizaciones no gubernamentales, entidades públicas, privadas o instituciones de carácter benéfico, es de señalar que actuaron en algunas de estas zonas distintos servicios de organizaciones no gubernamentales, concretamente en La Rosilla, por espacio de tres días, sendas carabanas de ayuda al drogadicto y retro. En el poblado de La Celsa intervino el autobús conocido como el Isidro o el Isidrobús, que durante el tiempo en el que duró la operación la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid procedió a variar sus paradas para que permanecieran un mayor número de horas en Torregrosa, La Rosilla, Boetticher y La Celsa, con el objeto de dar información de alternativas de rehabilitación de los drogodependientes. Además, se puso en marcha otro dispositivo móvil más pequeño para cubrir los huecos en el itinerario habitual del Isidrobús. Días después se procedió al reordenamiento del dispositivo asistencial, ubicando de forma continua dos vehículos de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid en Torregrosa y La Celsa, un vehículo de Médicos del Mundo en Boetticher y un vehículo del Ayuntamiento de Madrid en La Rosilla, siempre tratando de informar de las alternativas y posibilidades de la siempre difícil captación y rehabilitación de drogodependientes. No obstante, los 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 centros hospitalarios de Madrid informaron a la Delegación del Gobierno en esta ciudad que no se había producido un aumento de asistencia a enfermos por motivos del síndrome de abstinencia. En este punto, señorías, conviene precisar, y son los datos los que lo confirman, lo que he señalado con anterioridad, que no se trató de una operación contra los drogodependientes, sino contra los traficantes de droga. Sin embargo, y ustedes también lo saben bien, lo que sucede es que en los asentamientos los pequeños traficantes tratan de esconderse de las fuerzas de seguridad del Estado, transformándose aparentemente en consumidores; y es en estos lugares donde ciertamente se produce una complicada situación que crea, a su vez, al Gobierno una complejidad enorme para tratar de aplicar la ley sobre los narcotraficantes ante lo que es un deliberado intento de confusión —a lo que antes me remitía—, de forma y manera que ciertamente hay una singular dificultad. En todo caso, señorías, y aun cuando la operación obtuvo determinados resultados, como acabo de exponerles, reconozco, como lo hice ya el 25 de junio en el Congreso y en el Senado tratando este mismo tema, que las próximas actuaciones policiales que se pongan en marcha tienen que acompasarse de una manera más coordinada con las actuaciones de asistencia sanitaria. Éste debe ser el camino y el criterio que tiene que presidir actuaciones de esta índole. Por ello, señorías, si bien el Gobierno reconoce en este caso concreto una insuficiente coordinación, también quiere manifestar que se han adoptado medidas a partir de esa fecha para tratar de superar estos problemas. Quiero insistir en estos momentos (como tuve ocasión de hacerlo en el mes de junio al explicarles exactamente las mismas cosas que hace unos minutos acabo de exponer) en que lo importante es lo que hemos hecho después de esa fecha, de forma y manera que marque lo que es una línea de actuación mejor para poder abordar la difícil situación que representan estos asentamientos en la Comunidad de Madrid. Las medidas que se adoptaron fueron las siguientes. En primer lugar, en el Ministerio del Interior se convocó una reunión, a finales del mes de junio de este año, en la que participaron representantes de las tres administraciones competentes: Administración central, autonómica y local, con asistencia del ministro de Sanidad, del presidente de la Comunidad de Madrid, el alcalde de Madrid, los delegados del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Madrid y el delegado del Plan nacional sobre drogas, también con la presencia del ministro del Interior. En esta reunión, además de reflexionar sobre la necesidad de intensificar la coordinación en este tipo de actuaciones, se constató que en la Comunidad de Madrid, a pesar de contar con un plan asistencial de drogodependencias de importante envergadura, éste no es suficiente para atender adecuadamente a toda la población drogodependiente de esta Comunidad. En esta primera reunión se consideró que todas las actuaciones de esta índole en el futuro deberán ser coordinadas por la Delegación del Gobierno para el Plan nacional sobre drogas, al objeto de que las actuaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el – 1442 – CORTES GENERALES necesario apoyo asistencial se produzcan de manera acompasada y equilibrada. En segundo lugar, la segunda medida, es que se ha producido el nombramiento de un nuevo director gerente de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid para reforzar, aún más si cabe, la necesaria e indispensable coordinación. El nuevo responsable de este órgano, José Cabrera, médico forense, que hasta entonces era subdirector del Instituto Toxicológico de Madrid, tomó posesión de su cargo el pasado 1 de agosto de 1997. En tercer lugar, fruto de la constatación de la necesidad de ampliación de los dispositivos de sustitutos como la metadona, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad Autónoma firmaron el 30 de junio un convenio con la Cruz Roja, Cruz Roja-Asamblea de Madrid. La finalidad de este convenio es hacer posible la ampliación del número de plazas disponibles en programas de sustitutos. Como ya les apuntaba en anteriores comparecencias para tratar este mismo asunto, en el año 1995 —para que tengan idea exactamente de la dimensión del esfuerzo que se está desarrollando— en la Comunidad de Madrid había 699 plazas de tratamiento con metadona; en junio de este año contábamos con 2.400 plazas; y a partir del convenio mencionado se crean 1.500 nuevas plazas antes del mes de junio de 1998, de las cuales 750, antes de finalizar este año, estarán ubicadas en los distritos de Villaverde, en la Casa de Campo, Hortaleza, Latina y Carabanchel, y las otras 750 plazas se pondrán en marcha en el primer semestre de 1998. Por esta razón, quiero resaltar la importancia de este convenio, que viene a atender la creciente demanda de este tipo de plazas, sumando los esfuerzos de las administraciones autonómica y local para dar una respuesta solidaria al problema de la drogodependencia en la Comunidad de Madrid. En cuarto lugar, para incrementar la oferta de servicios y programas dirigidos al colectivo drogodependiente, la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid va a ampliar los convenios suscritos con distintos ayuntamientos, induciendo la posibilidad de que en los centros ubicados en sus términos municipales se dispense la metadona. De este modo, y a partir del 1 de noviembre de 1997, los ayuntamientos de Aranjuez, Arganda, Colmenar Viejo, Fuenlabrada, Leganés, Parla, San Fernando de Henares, San Sebastián de los Reyes, Torrejón de Ardoz, Coslada, Collado Villalba, Alcobendas, contarán cada uno de ellos con 50 nuevas plazas de dispensación de metadona y el Ayuntamiento de Getafe, que dispondrá de otras 75 plazas. Este esfuerzo de la Comunidad de Madrid se traduce, por tanto, en un total de 625 plazas de nueva creación, que habrá que sumar a las 1.500 del convenio Asamblea de Madrid-Comunidad de Madrid-Cruz Roja. En quinto lugar, además de lo anteriormente expuesto, conviene destacar que el Insalud, de forma experimental, va a poner en marcha 150 nuevas plazas de dispensación de metadona en la Comunidad de Madrid. En sexto lugar, otro esfuerzo importante de esta Comunidad se traduce en el aumento del número de farmacias que dispensan metadona, pasando de 16, que atendían a 80 drogodependientes, a 52, que atienden a 260 jóvenes. 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 En conclusión, señorías, como resultado de las distintas actuaciones y medidas adoptadas, puedo anunciarles que antes del próximo verano la Comunidad de Madrid contará con 4.935 plazas de dispensación de metadona, que viene a significar un aumento en un año de un cien por cien de las que contamos en 1997, lo que viene a significar también un crecimiento ciertamente espectacular respecto, como antes señalaba, de las cifras de que disponíamos en el año 1995. En definitiva, señorías, todos sabemos que para que la lucha contra la droga sea eficaz tiene que ser equilibrada. Tenemos que saber rectificar o mejorar los esfuerzos de coordinación y de equilibrio, de forma y manera que lo que significa la prevención vaya adquiriendo un lugar predominante y que las acciones, las actuaciones represivas policiales respecto de lo que significan tratamientos asistenciales tengan un equilibrio permanente. Ésa es, al menos para el Gobierno, la gran conclusión de la operación policial producida en los primeros días del mes de junio. Eso es, en definitiva, señorías, lo que les puedo decir respecto del núcleo central de la petición de comparecencia que hacía el Grupo Socialista. El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el representante del Grupo Socialista, que es el que pidió la comparecencia. El señor MARTINÓN CEJAS: Señor ministro, muchas gracias por su presencia y por sus explicaciones. Ésta es una comparecencia que solicitamos hace ahora cuatro meses y que en algún momento hemos dudado si transcurrido tanto tiempo tenía interés la celebración de la misma para hablar de estas cuestiones. Después de haberle oído, creo que podemos llegar a la conclusión de que sí ha valido la pena, porque incluso a veces creo que este tipo de asuntos, vistos con una cierta perspectiva temporal, pasado cierto tiempo podemos analizarlos con más objetividad, incluso podemos preguntarnos cuál fue la eficacia de aquel espectacular cerco policial que la Delegación del Gobierno en Madrid puso a esos poblados madrileños. Su recuerdo del consenso me ha parecido oportuno. Creo que siempre es oportuno en esta Comisión recordar que la política que desde las administraciones públicas se lleva a cabo, ante los múltiples y complejos problemas asociados al fenómeno de las drogas, debe hacerse desde una posición básica de consenso o de consenso básico. Desde luego, esta operación policial que se llevó a cabo no puede decirse que se enmarque en ningún tipo de consenso, sobre lo que tampoco queremos dramatizar ni exagerar, sino simplemente queremos señalarlo. Creo que su propia intervención —donde reconoce algunas deficiencias de aquella operación policial— viene a poner las cosas en su sitio. En nuestra opinión —creo que en parte su intervención lo confirma—, señor ministro, la operación policial se realiza para dar satisfacción a una demanda de los vecinos. Hay grupos de vecinos que sienten —usted empleó la expresión— inseguridad ciudadana, viven en una situación – 1443 – CORTES GENERALES de angustia y con la operación policial se pretendió dar respuesta a esa situación de inseguridad ciudadana y a esa situación de angustia. Posiblemente, durante algún tiempo, alguien pueda pensar que la situación de inseguridad ciudadana disminuyó o que la situación de angustia disminuyó, pero quien eche un vistazo a los periódicos de aquellos días llegará a la conclusión contraria: la inseguridad ciudadana aumentó no ya sólo en los poblados de los que estamos hablando, sino en todo Madrid. La escasez de droga disparó el precio de la misma y aumentó, por lo tanto, la necesidad de búsqueda de recursos por parte de aquellos que querían consumirla. La impresión que tenemos, señor ministro, es que fundamentalmente fue una operación de imagen, con aspectos de dudosa constitucionalidad (como no permitir que ciudadanos españoles pudieran caminar libremente por el territorio, prohibiéndoles el acceso y el paso a determinados barrios) y, como usted ha señalado —y no quiero insistir porque cuando estamos todos de acuerdo parece superfluo e innecesario seguir insistiendo—, fue una operación sin medidas asistenciales. Yo tengo un tipo de información que dice que al delegado del Gobierno se le advirtió que una operación policial sin medidas asistenciales simultáneas era un disparate. Se le hizo la advertencia previamente a la operación policial, pero parece que fue inútil. Usted ha señalado varias veces que ésta no fue una operación contra los drogodependientes, sino contra los traficantes —y no tengo la menor duda de que ésa fue la intención de la operación—, pero lo cierto es que, fundamentalmente, se convirtió en una operación contra los drogodependientes. Usted me ha indicado un número de detenidos, de kilos de heroína, una serie de índices acerca del éxito de la operación policial. Estoy seguro que los datos que usted me da son ciertos, pero no he oído en qué medida aumentó el número de delitos durante el tiempo que duró la operación policial. Decía que los objetivos principales de la operación eran desmantelar los puntos de venta e identificar a pequeños traficantes. No estoy seguro de que se hayan desmantelado los puntos de venta, no voy a decir con un carácter definitivo o para siempre, pero durante un período de tiempo largo. Desde luego, la operación policial dio lugar a la dimisión del responsable de la Agencia Antidroga de Madrid y, por lo que usted nos ha explicado, como consecuencia del cerco policial —o como consecuencia de los acontecimientos de aquellos días— hubo una importante reunión a finales del mes de junio. Dado el nivel de las personas que se reunieron, creo que hubiera sido una magnífica oportunidad para impulsar algún tipo de políticas que, finalmente, fueran más eficaces. Por lo que le he entendido, señor ministro, en esa reunión de finales de junio se adoptó un primer acuerdo, que era que el delegado del Gobierno para el Plan nacional sobre drogas sea el responsable de la coordinación de cualquier tipo de operaciones de este tipo, lo que me parece una magnífica idea. Creo que es la persona que puede mantener un mayor equilibrio entre el aspecto policial y el aspecto de atención al drogodependiente. 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 Hay un segundo punto que se refiere a un nuevo gerente del plan de Madrid que nos parece muy bien, ya que si el anterior había dimitido había que poner uno. Luego creo que ha citado hasta cuatro acuerdos, cuatro conclusiones o cuatro medidas, que se tomaron como consecuencia de esa reunión, todas ellas referidas a aumentar el número de plazas de metadona. Ya le he oído varias veces que el número de plazas de metadona en Madrid ha aumentado de forma importante, espectacular y supongo que toma como punto de referencia los últimos meses de Gobierno socialista en la Comunidad de Madrid. Sólo me queda felicitarle —aunque creo que ya lo he hecho, pero si no lo hago ahora por primera vez— por aumentar, de forma tan importante, el número de plazas de metadona. Me parece, señor ministro, que al final oyéndole (y créame que con mucha atención e interés) me quedo con la doble imagen de que desde el Gobierno se pretende, por un lado, mejorar la eficacia policial, mejorar la eficacia contra el narcotráfico —contra el tráfico pequeño o grande— y, por otro lado, aumentar el número de plazas de metadona. Son dos medidas sin duda importantes, las dos son necesarias, pero, señor ministro, le tengo que decir que son insuficientes. La complejidad de los fenómenos asociados —de marginalidad, fundamentalmente— que ocurren en los barrios de los que estamos hablando (que los hay en Madrid y en toda España) no se resuelven sólo con plazas de metadona y con medidas policiales. Le digo esto porque prácticamente sólo le he oído hablar de medidas policiales y de plazas de metadona. Esta Comisión aprobó, hace ya casi un año, una proposición no de ley referida a zonas de alto riesgo y pensábamos, fundamentalmente, en barrios, en poblados —como éstos de Madrid de los que estamos hablando— y en zonas, a lo mejor, donde el tráfico de alto nivel tiene lugar, como pueden ser algunas zonas de la costa gallega. Decíamos todos los grupos en aquella proposición no de ley (porque fue una proposición no de ley consensuada y aprobada por unanimidad) que era imprescindible y necesario abordar el fenómeno en toda su complejidad, atendiendo a todas las caras del problema; que era necesaria una actuación coordinada desde el ámbito de la educación, del empleo, de la sanidad, de los servicios sociales, de la policía, de la atención al drogodependiente, desde todos los ámbitos; que no sólo era imprescindible que participaran todas las administraciones, sino que incluso, dentro de una propia administración, sería imprescindible que distintos departamentos también participaran y que se confeccionara un plan integral de actuación. Se lo recuerdo, señor ministro, porque me parece que sólo así abordaremos de forma razonable este problema. El estallido que se produjo en junio tiene su origen más cercano, más inmediato —no estoy diciendo que haya sido la única causa, pero sí una de las principales— en el traslado de un grupo de personas vinculadas a la prostitución, a la droga, a la inmigración, que estaban en una determinada zona de Madrid y que se les dice, se les insinúa o se les sugiere que se trasladen a la antigua fábrica Boetticher. Ese traslado importante de una zona relativamente céntrica de Madrid a este poblado o a este barrio hizo que aumen- – 1444 – CORTES GENERALES tara de pronto, de forma importante, la presencia de personas que no estaban integradas socialmente en aquella zona y, por lo tanto, provocaron —como usted muy bien decía— una sensación de inseguridad ciudadana (digo sensación porque a veces es mayor la sensación que la inseguridad objetiva) y, en cualquier caso, una situación de angustia que, obviamente, es siempre subjetiva. Este traslado a la antigua fábrica Boetticher se produjo por una operación inmobiliaria que tuvo lugar aquí, en el centro de Madrid. No estoy diciendo que tengamos que resignarnos a que los focos de marginalidad que existen en el centro de Madrid continúen. Lo que le estoy pidiendo es casi justo lo contrario, que acabemos con ello, pero que acabemos no sólo trasladándolos al extrarradio de Madrid, sino de una forma integral. Señor ministro, por nuestra parte, hay una preocupación, que ojalá sea infundada, por el mayor peso policial en las actuaciones del Gobierno en este problema. Se lo he dicho varias veces y, con motivo de esta comparecencia, debo repetírselo. Ya lo hablamos cuando comentamos el plan de medidas del Gobierno. Queda claro, echando un vistazo a los Presupuestos Generales del Estado para 1998 que ha presentado el Gobierno, que de los dos programas que se refieren a la droga, uno, el de medidas policiales de actuación —en el que interviene la Delegación del Gobierno en el Plan nacional sobre drogas, pero también interviene la Guardia Civil y la policía— aumenta un 22 por ciento, mientras que el programa del Plan nacional sobre drogas aumenta un 5,5 por ciento. Y dentro de ese programa del Plan nacional sobre drogas, el capítulo 4, de transferencias corrientes, capítulo fundamental, como reconoció en su día el delegado del Gobierno en el plan, iba a decir que no aumenta nada, pero para ser absolutamente justos y exactos aumenta en 500.000 pesetas de un total de más de 4.000 millones de pesetas. Esta preocupación, impresión o duda que tenemos sobre el mayor peso policial en la política sobre drogas se extiende también a otras áreas de su departamento, y perdóneme que aproveche la ocasión para decírselo, al ver cómo, en mi isla de Tenerife, ante una huelga de profesores, la Guardia Civil va por los institutos preguntando no sólo el número que va a ir a dicha huelga, sino, a veces, los nombres de los profesores. Señor ministro, yo comparto con usted que frente a estos problemas no cabe la resignación, resignarnos, nunca; ante la marginación no cabe la resignación. Pero me parece que la respuesta a los problemas no puede ser exclusivamente policial ni exclusivamente de más plazas de metadona. Desde el liderazgo del Ministerio de Interior y, en particular, desde la Delegación del Gobierno para el Plan nacional sobre drogas, desde ese liderazgo social que parece que todos le reconocemos, desde esa posición preeminente, me parece que hay que involucrar a todas las administraciones y, dentro de cada administración, insisto, a todos los departamentos, en un plan integral que de verdad aborde las raíces de los problemas. Sólo de esa forma me parece que estamos avanzando. Porque creo, señor ministro, y usted que es el principal responsable gubernamental lo sabe, que ante este problema, a veces, en la sociedad, puede avanzar una sensa- 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 ción de desánimo al pensar que las políticas que llevamos a cabo no son todo lo eficaces que deberían ser. Esa sensación persiste pese a los éxitos en la captura de droga, en los alijos tan importantes que se están haciendo todos los días, ya que todas las semanas se bate el récord, todas las semanas se dice: nunca hasta ahora habíamos conseguido un alijo tan importante como el que esta semana se ha cogido. Ese tipo de éxitos, que sin duda son muy importantes y de los que todos nos felicitamos, sin embargo, los ciudadanos no lo perciben como tal, porque simultáneamente no avanzamos en que el problema cada vez sea menor. Y siendo todos conscientes de que nadie tiene la solución mágina, en esta Comisión todos los grupos llegamos a la conclusión hace tiempo de que la complejidad del problema, las mil caras del mismo, obligan a buscar mil tipos de soluciones desde todos los ámbitos, insisto, desde el ámbito educativo, sanitario o de la asistencia social, y no sólo desde el policial. Señor ministro, cuanto haga en esta línea que le comento, se lo he dicho varias veces y se lo repito hoy con mucho gusto, tendrá no sólo la conformidad de nuestro grupo sino su apoyo explícito. El señor PRESIDENTE: El señor ministro tiene la palabra. El señor MINISTRO DE INTERIOR (Mayor Oreja): Señor presidente, intervengo brevemente para agradecer la intervención del señor Martinón. En primer lugar, quiero decirle que, a pesar de que estamos a tres meses del momento en el que se produce esa operación, siempre tiene interés una petición de comparecencia de esta naturaleza, porque aunque no tiene la inmediatez de una comparecencia una semana después de haberse producido el hecho, siempre son reflexiones útiles, ya que la lucha contra la droga tiene un carácter intemporal significativo, por lo cual, en ese sentido quiero seguir felicitándole por la iniciativa para que hoy tengamos aquí la posibilidad de reflexionar. Señor Martinón, un Gobierno tiene que saber rectificar o aprender de los errores que va cometiendo en el ejercicio de sus competencias y de sus funciones; en ese sentido, me encontrará siempre dispuesto a saber aceptar, cuando es preciso, una mejor coordinación. Quiero decirle que muchas de las medidas que se van adoptando también tienen un impulso —para eso estamos en un sistema parlamentario— desde la propia oposición, y ésta, al marcar una línea crítica en la actuación del Gobierno, obliga a ese Gobierno a que tome medidas, y a lo mejor alguna de las medidas que se han adoptado también está impulsada por el ejercicio crítico de las iniciativas que en su momento adoptaron los grupos parlamentarios de la oposición. Usted mismo lo ha dicho. Probablemente, una de las mayores dificultades que tenemos en la lucha contra la droga se refiere a esos asentamientos que hoy existen en la Comunidad de Madrid. Luchar contra el gran tráfico en el fondo tiene una mecánica. Quiero decir que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están teniendo resultados importantes y significativos en esa materia, pero lo difícil, – 1445 – CORTES GENERALES políticamente hablando, es tomar una decisión en unos lugares donde hay traficantes y donde, al mismo tiempo, sabemos que hay consumidores; donde hay delincuentes y donde hay enfermos, y donde, además, hay delincuentes que tratan, en un momento determinado, cuando son detenidos por la policía, o al menos hay una aproximación policial, de hacerse pasar por consumidores, lo cual hace que una actuación policial tenga una doble dificultad para afrontar una actuación de esa naturaleza. Y está claro que ahí hay que buscar el equilibrio entre esa política de la no resignación, es decir, no podemos resignarnos a ver esas colas de vehículos alrededor de determinados asentamientos de Madrid, y al mismo tiempo, tenemos que saber que dentro de esos asentamientos, muchas veces se producen situaciones difíciles y dramáticas de enfermos; ciertamente, he de decir que es de esas políticas de orden público o de seguridad ciudadana especialmente difíciles y significativas, donde probablemente nunca se acierta del todo, y de lo que se trata es de que corrijamos disfunciones o el déficit de coordinación que se pueda ir produciendo. Por eso, le quería decir, cuando usted hablaba de que han sido insuficientes las medidas que se han adoptado, que estoy acotando lo que son las medidas inmediatas a efectos de corregir esos déficit de coordinación a los que nos hemos referido en esta operación. Hacía falta más coordinación, y por eso se produjo de inmediato esa reunión; hacía falta reforzar la colaboración con la Agencia regional de drogas, y por eso se ha producido, en un momento determinado, la elección de una nueva persona para esta función, aunque es evidente que ello depende del presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, y por eso me he referido exclusivamente a las cuestiones como el déficit de asistencia que en un momento determinado se produce y a lo que era déficit de coordinación, lo cual no significa que éstas sean sólo las medidas que se van a ir adoptando en los próximos meses ni por la Delegación ni por la Comunidad Autónoma de Madrid. En tal sentido, quiero decirle, en primer lugar, que hay un plan de realojos, porque está claro que el asunto de las viviendas y la sustitución de esos lugares es un factor determinante. No se puede hacer nada si no hay un plan de realojos y de viviendas en condiciones razonables. No me he referido a ello porque ya está trabajando la Comunidad de Madrid y porque, evidentemente, la experiencia nos ha enseñado que tenemos que mejorar los niveles de coordinación y de asistencia cuando se hacen esas operaciones. Quiero volver a decir que el convenio que hemos firmado en este año 1997 entre el Ministerio de Interior, Insalud y el Ministerio de Educación ya se refiere a programas de prevención en zonas de alto riesgo, de forma y manera que al menos en ese convenio ya se tiene en cuenta ese criterio al que se hace referencia permanentemente en muchas intervenciones y que en su momento usted expuso en la Cámara. Quiero también decir que se han subvencionado, por vez primera por parte de la Delegación, programas de prevención para menores, y quiero añadir, aunque yo creo que no es el momento hoy porque para eso está el debate de presupuestos, que el presupuesto de la Delegación aumenta un 28 por ciento, que viene a significar un 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 crecimiento significativo respecto de la media de crecimiento del presupuesto para 1998. Señoría, yo creo que será en otro momento en el que a lo mejor su grupo puede hacer alguna pregunta sobre cuestiones como la de Tenerife, y yo evidentemente tendré ocasión de responderle. Pero termino diciendo algo a lo que usted supongo que se refería al final de su intervención. Yo no sé si nosotros ponemos el acento en la represión; no es nuestra voluntad ni nuestro impulso principal. Nosotros lo que queremos es reiterar que en todas las cuestiones, absolutamente en todas, que tienen repercusiones en la seguridad ciudadana, siempre hay problemas de fondo que tienen que ser abordados simultáneamente con los estrictamente de represión, y al menos estamos tratando de hacer un esfuerzo de un ministerio transparente en esta materia para que en ese sentido pueda gozar de la confianza de los ciudadanos; que no lo consigamos, especialmente para algunos grupos de la oposición, pues probablemente será por nuestras limitaciones a efectos de poder explicar lo que en el fondo es nuestra principal preocupación, que son políticas equilibradas y políticas siempre en diversos frentes, porque son las que abordan de verdad las causas profundas de este tipo de situaciones. El señor PRESIDENTE: ¿Grupos parlamentarios que quieren intervenir? (Pausa.) Tiene la palabra la señora diputada portavoz del Grupo Catalán (Convergència i Unió). La señora RIERA I BEN: Ante todo, señor ministro, quiero agradecerle su comparecencia, y después de haberle escuchado quiero agradecérselo doblemente. Nuestro grupo parlamentario piensa que en un ministerio como el que tiene usted, normalmente le toca bailar con la más fea, o sea, tiene usted responsabilidades que son difíciles, son lacras sociales en las que todos los grupos políticos hacemos cantos al consenso y procuramos que en las cuestiones sobre las que usted tiene gobierno, por decirlo de alguna manera, como terrorismo o como la que estamos hablando de orden interior, de drogodependencias, la voluntad de consenso esté por encima de las disputas lógicas partidistas. Era fácil hoy, si usted hubiese tenido otro tipo de intervención, recriminarle la actuación que hubo en la Comunidad Autónoma de Madrid referente a este tema, porque, evidentemente, sin entrar en la valoración de los motivos que provocaron la misma —al menos mi grupo no se cuestiona que los motivos seguramente eran los que usted ha expuesto—, se trataba de intentar dar una respuesta a una inquietud ciudadana y conseguir un sosiego para familias que viven en estas zonas y que deben estar muy preocupadas. No obstante las intenciones, la realidad fue bastante distinta, y en muchos casos simplemente se consiguió o una mayor alarma social o un desplazamiento de un núcleo problemático a otro. Incluso los taxistas estos días, cuando circulábamos por la ciudad —los que somos de fuera tenemos que coger este medio de transporte a menudo—, comentaban como un hecho del que ellos tuvieron constancia que la situación alrededor de estos barrios fue muy preo- – 1446 – CORTES GENERALES cupante y que se vivieron escenas de dramatismo. Me acuerdo que me comentaba un taxista que un día me acompañaba al aeropuerto que chavales que eran casi niños y estaban muy enfermos no sabían dónde podían recoger su dosis; que tenías la impresión que estaban dispuestos a todo, a cualquier cosa, incluso a morirse o a contaminarse de cualquier infección por la necesidad imperiosa que tenían. Entonces, como evidentemente los objetivos que se pretenden no son éstos, algo se hizo mal. Usted lo ha reconocido, señor ministro, y pienso que la postura que ha tenido le enaltece, porque no hay nada peor, me parece, para un Gobierno que cuando una cosa no se ha hecho lo suficientemente bien, en vez de reconocer que puede mejorarse o que puede hacerse de otra manera, se intenta defender a capa y espada lo que se ha hecho para justificarse. No lo ha hecho así y se lo agradecemos. Señor ministro, con su intervención y con la aclaración que ha hecho al diputado del Grupo Socialista se ha extendido bastante en lo que piensa usted que tienen que ser las líneas de actuación, pero quiero ponerle de manifiesto y trasladarle nuestra inquietud, y es que ante este grave problema que es la droga existen unos delincuentes, pero básicamente unos enfermos, y como tales hay que tratarles, como personas a las que toda la sociedad tenemos la obligación de ayudar y procurar no tan sólo que salgan de esta situación lamentable, sino, sobre todo —que también es muy importante—, evitar con medidas muy concretas que los más jóvenes o las personas de mayor edad que están en peligro de caer en estas patologías, de convertirse en estas lacras sociales por su situación económica, por su ambiente, entren en este círculo vicioso. Quisiéramos hacerle un comentario un poco al margen de la cuestión que hoy se plantea. Es tan complejo el problema, señor ministro, como usted mismo decía, que quizá sería bueno que los responsables del Gobierno que están intentando luchar con este tema, en sus discursos, en sus intervenciones hicieran un esfuerzo por tener la mentalidad abierta y no cerrarse en banda a ninguna de las posibilidades que, en principio, en alguna comunidad o en más de una pueden ponerse sobre la mesa para intentar luchar contra el tema de la droga. Estos días, en algún medio de comunicación se ha hablado de que comunidades como la mía, Cataluña, y también la de Andalucía, pensaban poner en práctica medidas que ya se han llevado a cabo en otros países de la Unión Europea para intentar paliar de alguna manera los efectos de las drogodependencias graves como puede ser la de la heroína, y sorprendentemente, al menos para esta diputada, vemos cómo algún responsable político se atreve a hacer manifestaciones muy duras, muy tajantes o muy taxativas respecto a estas normas. Yo no pretendo, porque ni soy la persona más adecuada ni me siento cualificada para ello, decir si esto es bueno o es malo; lo que pretendo es que, ya que el tema es tan complejo, estemos dispuestos a dar pasos más allá quizá de lo que son simplemente tratamientos de metadona o tratamientos represivos contra los traficantes, y seamos capaces de tomar medidas o de promover acciones que de alguna manera puedan servir, ahora y en un futuro, para tener unos mé- 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 todos más eficaces de lucha cuando se tiene un problema como es la droga. Nada más. El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la diputada portavoz de Izquierda Unida. La señora SABANÉS NADAL: Gracias, señor ministro, por la celebración de esta comparecencia. Con carácter previo quería hacer un matiz sobre el tema de las reivindicaciones del sur y del sureste de Madrid, no porque sea competencia de su Ministerio, sino porque por lo que parece está en el origen del problema que se suscitó en el mes de junio en determinadas zonas de la Comunidad Autónoma de Madrid. El sur y el sureste de Madrid llevan reivindicando desde hace años actuaciones específicas y globales y un plan integral para la dignificación del sur en la Comunidad Autónoma de Madrid, y que yo sepa nunca han reivindicado ni actuaciones parceladas ni actuaciones enfocadas a determinado nivel o con determinada prioridad. Existen, además, compromisos muy serios de todas las administraciones en lo que significa el desarrollo del plan integral del sur de Madrid por cuanto que es un problema serio, y lo que el sur y el sureste reivindican, con independencia de que algunos grupos tuvieran una preocupación especial acotando al tema de la seguridad, es un mayor esfuerzo por la educación en dotaciones culturales, en infraestructuras y viviendas, en policía de barrio, y, con carácter más pedagógico, en planes de prevención en centros escolares y en integración, en un mayor nivel de atención integrada a drogodependientes y en una mejor y más racional política de realojo y de construcción de viviendas, en incrementar los centros de información y distribución de metadona y en avanzar en cualquier medida que pueda significar una mejora global del problema. Lo cierto es que el sur y el sureste de Madrid tienen una gran incineradora, varios centros culturales muy cercanos a estas zonas de las que estamos hablando, pero cerrados por falta de presupuestos, persistencia de cierta cultura del prefabricado en centros escolares y una muy deficiente estructura sanitaria y de policía —aunque como usted nos expresaba se han intentado mejoras—, así como una falta de cobertura de todas las necesidades de distribución de metadona. Ésa es la realidad del sur y del sureste de Madrid y la reivindicación que siempre han planteado, en lo que yo conozco, los movimientos asociativos, de forma integral y global, y nunca, que yo sepa, de forma acotada y parcelada, ni exigiendo tan siquiera una priorización por un tema preocupante pero que nunca se ha planteado en esos términos. He puesto de manifiesto cuál es el sentir de la población de esa zona de la Comunidad Autónoma de Madrid, pero, finalmente quería expresar, en nombre de mi grupo parlamentario, la preocupación que significa una tendencia a la simplificación o a la parcelación de las actuaciones que acaban por desenfocar la globalidad del problema. Si somos rigurosos —y creo que en esta Comisión lo somos y desde el Ministerio también— tendremos que concluir que – 1447 – CORTES GENERALES la complejidad del problema no puede permitir actuar con precipitación, no puede permitir entrar en compromisos o acciones que trasladen a la sociedad que determinadas acciones a corto plazo o de impacto rápido, como la que se produjo en Madrid en el mes de junio, pueden incidir de forma inmediata en la problemática global de la droga. Siendo rigurosos tendremos que trasladar a la ciudadanía y a la sociedad que el problema es bastante más complejo, y el de esas zona concretas de Madrid lo es más todavía. Nosotros, por tanto, le queremos recomendar un mayor nivel de prudencia en las actuaciones y una gran sensibilidad —que usted ya ha expresado, pero nosotros recomendamos que se siga por ese camino— en el equilibrio que deben significar las medidas de represión del narcotráfico, las medidas de prevención, asistencia y reducción de riesgos. En Madrid entiendo que en ese momento se rompió ese equilibrio y lo que no se quería que fuera una operación contra el drogodependiente, realmente lo fue en la práctica. El nivel de inseguridad de la zona, yo se lo aseguro porque vivo en ella, de tener algún efecto, lo tuvo negativo. Nuestro grupo, en una actitud que entiendo le honra a usted en el sentido de dar una explicación y un tratamiento coherente al tema, plantea que es necesario avanzar globalmente, desde el consenso, en atajar el problema, sin descartar, como le planteaba la representante de Convergència i Unió, a priori ninguna solución ni ninguna experiencia que pueda significar avanzar en la resolución de un problema de una enorme complejidad. El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la portavoz del Grupo Parlamentario Popular. La señora CAVA DE LLANO Y CARRIÓ: Señor ministro, en nombre de mi grupo también le agradecemos su comparecencia esta tarde en esta Comisión para hablar de un tema que, si bien es un poco extemporáneo, teniendo en cuenta las razones por las que se solicitó hace cuatro meses, sí que ha servido para que explicara cuáles son las medidas adoptadas últimamente en relación a la lucha contra la droga. Hay una cosa cierta, y es que cualquier acción humana es criticable y también es perfectible, en consecuencia, todos sabemos que es muy fácil criticar y decir que las cosas se podían hacer mejor, porque siempre las cosas se pueden hacer mejor. Pero también convendrán todos conmigo en que cuando se tienen responsabilidades de gobierno no se puede uno cruzar de brazos. Hay problemas importantes que preocupan enormemente a la sociedad y quien tiene responsabilidad de gobierno tiene también responsabilidad de intentar solucionarlos. Efectivamente, hubo una petición de los vecinos, se habían creado unas patrullas vecinales integradas por gran número de personas que pretendían, con su actitud, alejar a los camellos de determinados barrios o poblados periféricos que constituían auténticos puntos negros en venta de droga. A estos poblados, al parecer, acudían toxicómanos y delincuentes que dejaban tras de sí un rastro de robos y atracos y, a petición de los vecinos y pensando 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 en la responsabilidad que debe tener el Gobierno, se decidió montar un dispositivo, no sólo policial sino también asistencial. En cuanto al dispositivo policial tal y como ha manifestado el ministro con los datos que nos ha suministrado, podemos decir que sus resultados fueron positivos. En cuanto al dispositivo asistencial, quizá hubo alguna carencia, quizá hubo algún error. Cuando se habló de este tema en los medios de comunicación se comentaba que había pocas plazas de metadona. Nosotros hemos dicho que la metadona es algo que no se puede suministrar alegremente; hay que conocer el estado físico y sanitario del drogodependiente, hay que conocer cuál es la dosis de heroína que está tomando y, por tanto, cuál es la tolerancia a las dosis de metadona que se les pueden dar, y hay multitud de cuestiones que nos llevan a manifestar públicamente que no se resuelve todo con la metadona. Los objetivos de la operación que ha citado el ministro han sido interpretados por el portavoz del Grupo Socialista como que las medidas habían sido policiales o de suministro de metadona. Yo he oído que el ministro decía que el Isidrobús procedió a variar sus paradas para que permaneciera mayor número de horas en determinados barrios con el objeto de informar de las alternativas de la rehabilitación de los drogodependientes. Por lo que ha dicho también el ministro, entiendo que la operación perseguía captar a un grupo numeroso de drogadictos que llevan entre quince y veinte años de adicción a las drogas, que se encuentran en una situación de deterioro físico importantísima y que pueden necesitar otro tipo de asistencia que no sea simplemente el suministro de metadona. Por ejemplo, se me ocurre decir que a esas personas conviene desviarlas a programas de contacto para poder evaluar sanitariamente su situación haciéndoles analíticas, derivándolos a centros de salud o, si hace falta, por qué no, suministrándoles metadona. Lo cierto es, señorías, que ese dispositivo no iba contra los drogodependientes; sí iba contra los narcotraficantes en cumplimiento del programa electoral del Partido Popular, en el que decíamos que considerábamos a los drogadictos como enfermos y que la política represiva, policial o coercitiva, que se iba a hacer por parte del Gobierno tenía como objetivo únicamente a los narcotraficantes. Quizá no hubo la coordinación deseada, tal y como reconoció el ministro, pero lo importante es haber reaccionado y adoptado la profusión de medidas que nos ha enunciado el ministro: coordinación, a partir de ahora, a través del delegado del Plan de Gobierno; el nombramiento de un nuevo director gerente de la Agencia Antidroga; el convenio con la Cruz Roja; la creación de nuevas plazas de metadona. Aquí, por cierto, me viene a la memoria un dato significativo, y es que ha habido una ampliación de plazas de metadona en instituciones penitenciarias y hemos pasado de 2.000 a 5.800 plazas. Ha hablado también de los convenios con los distintos ayuntamientos, de la distribución por parte del Insalud, de la distribución de la metadona en cantidad de farmacias, etcétera. Señorías, yo creo que todas estas operaciones denotan cuál es el interés del Gobierno, y sobre todo del Ministerio del Interior, en todos estos temas. – 1448 – CORTES GENERALES El plan de medidas que se aprobó en el Consejo de Ministros el 24 de enero ha sido cumplido en su totalidad, excepto en dos cuestiones puntuales: la creación del observatorio español de drogas, que acaba de anunciar el ministro que se va a hacer en una próxima fecha, y la constitución de la comisión técnica para la investigación de los bienes de los narcotraficantes, que se va a constituir mañana. En cuanto a los presupuestos, también denota el interés del Gobierno el incremento que ha habido en los mismos. Aquí no puedo dejar de hacer un comentario a mi compañero, el señor Martinón, que ha hablado del aumento —yo no diré de las orgías de incremento, como calificó él el aumento de presupuesto en la comparecencia del delegado del Gobierno en la Comisión de Presupuestos— en este momento de un 5,5 en el programa 313.G, y de un 22 por ciento, que en realidad es un 28 por ciento, en el programa 222.C. A mí, señor Martinón, los aumentos de presupuesto no me preocupan, los que me preocupa enormemente son los recortes de presupuestos, concretamente el que con respecto al Plan nacional sobre drogas efectuó el Gobierno socialista en los presupuestos de 1995, que, como usted sabe, recortó 1.500 millones de pesetas, lo que suponía un 40 por ciento del dinero destinado en los presupuestos al Plan nacional sobre drogas. Dicho esto, que me parecía oportuno hacerlo porque muchas veces es bueno refrescar la memoria de todos nosotros, quisiera decirles que creo que el nivel de aumento del presupuesto, unido al cumplimiento de la ejecución de las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros y a las medidas que nos acaba de anunciar en esta comparecencia el ministro, denotan que el Gobierno del Partido Popular va por buen camino, y que si no conseguimos erradicar, porque es muy difícil, el problema de la droga, sí que entre todos vamos a conseguir paliarlo. El señor PRESIDENTE: Señor ministro, tiene la palabra. El señor MINISTRO DE INTERIOR (Mayor Oreja): Señorías, muchas gracias por las intervenciones de todos ustedes. Simplemente quería hacer alguna referencia a la intervención de la diputada de Convergència i Unió y a la de la representante de Izquierda Unida. En primer lugar, a la representante de Convergència i Unió quería decirle que no hay ningún cierre en banda, como decía. Además, va a haber ocasión para que, sobre ésta y sobre otras muchas cuestiones, puedan participar desde las comunidades autónomas todos aquellos que tienen sugerencias que hacer. Quiero decirle que el 19 de noviembre está convocada la Comisión interautonómica del Plan nacional; el 20 de noviembre se convoca el Consejo asesor de lucha contra la droga; el Consejo superior de lucha contra la droga está sin convocar, pero se realizará el mes de diciembre, y la Comisión sectorial del Plan nacional tendrá lugar en febrero de 1998. Usted se refería al asunto de la sustitución de la heroína. Quiero decirle que el Gobierno está abierto a cualquier posibilidad. España es firmante de la Convención de Nacio- 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 nes Unidas sobre drogas, y estamos esperando a que se produzca una evaluación definitiva de un experimento llevado a cabo en Suiza de programas de sustitutivos de heroína; hasta que no terminen estas pruebas, que tendrá lugar en la primavera de 1998, el Gobierno de España no se va a manifestar. Pero le reitero que no nos cerramos en banda, y le he citado un conjunto de reuniones previamente convocadas en las que los representantes de todos los gobiernos autónomos van a tener la posibilidad de reflexionar con nosotros en la lucha contra la droga. La representante de Izquierda Unida ha fundamentado su intervención en lo que significa tratar de evitar la parcelación en la lucha contra la droga, y quiero decirle que estoy absolutamente de acuerdo. En ese sentido, dentro de lo que es globalizar el problema, es decir, de afrontarlo desde muchos ángulos, desde muchos frentes, desde muchas perspectivas, le quiero anunciar un conjunto de medidas concretas que van a tener lugar en los próximos meses. En primer lugar —lo ha anticipado la portavoz del Grupo Popular, pero quiero decirlo expresamente—, el observatorio español sobre las drogas se va a constituir en el mes de noviembre de este año. Como usted sabe, este órgano será el encargado de hacer la primera función a la hora de evitar la parcelación a la que usted se refería, porque cuanta más información tengamos de diferentes fuentes, nacionales e internacionales, afrontaremos más y mejor, de manera más global, esta cuestión. Como usted sabe también, su función será la evaluación y medida de la evolución del consumo de las drogas en España, y se basará en la recogida, en el análisis y la difusión de información de todo lo que se refiere a las drogas por parte del plan, para que haya una adecuada planificación global y para que se pongan en marcha un conjunto de actuaciones globales en esta materia. En la misma línea, quiero decir al señor Martinón que se da cumplimiento también al apartado tercero de la moción aprobada por el Pleno de esta Cámara el 11 de marzo, que señalaba textualmente: Se insta al Gobierno a que promueva, mediante la colaboración entre el Observatorio Europeo de la droga y las toxicomanías, y el que se cree en España, la realización de estudios e informes que permitan ampliar las perspectivas en la forma de abordar el problema de las drogas. Estoy convencido de que este observatorio español sobre drogas —existen en este momento otros dos en España— ayudará a la planificación de las estrategias políticas en su conjunto y a la adopción de actuaciones ante las nuevas situaciones que se vayan creando en el problema de la droga. Éste es un servicio que depende del Plan nacional, que está dentro del Plan nacional, que está integrado por un consejo asesor, una comisión técnica y el Sistema estatal de Información Permanente de Toxicomanías. Le reitero que su entrada en vigor será inmediata a la prestación del mismo, y tendrá lugar en el mes de noviembre de este mismo año. También dentro de ese esfuerzo de globalización quiero decir que la Comisión técnica para el estudio de las investigaciones patrimoniales de los narcotraficantes, que es una de las mayores dificultades legales con las que nos encontramos, tendrá una reunión el mismo 24 de octubre, que es – 1449 – CORTES GENERALES mañana, para seguir avanzando en el problema, todavía no resuelto, de la famosa inversión de la carga de la prueba, donde creo que se escudan buena parte de lo que son los narcotraficantes relevantes en la geografía española. Respecto a la no parcelación, insisto en la necesidad de avanzar simultáneamente en muchas de las cuestiones, que sumado a lo que significan las modificaciones en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, del agente encubierto, viene a significar otro respaldo a una acción importante que es la acción judicial, no estrictamente policial, y confirma un avance paulatino y sistemático en muchos frentes y en muchos procesos. En este mismo esfuerzo de no parcelación, quiero decirles que en el mes de diciembre se va a presentar un documento que a mí me parece básico. Es un documento sobre lo que significan análisis, criterios y propuestas en el ámbito de la prevención, no quiero llamarlo libro blanco, porque algunas veces la proliferación excesiva de términos únicamente viene a desvirtuarlos. Vamos a trabajar en un análisis serio y riguroso sobre la prevención y lo vamos a hacer conjuntamente desde el plan nacional con las comunidades autónomas. En ese sentido, deben constar las prioridades que en este área ha mantenido la Delegación del Gobierno, de forma y manera que en la prevención hagamos un especial esfuerzo de análisis conjunto, insistiendo en la no parcelación de esta lucha. Asimismo, le puedo decir, señoría, que sobre lo que significan los ámbitos familiares en la prevención, y sobre lo que significan determinados servicios sociales, también habrá otra serie de manuales que en este trimestre el Plan nacional pretende trasladar. Por último, quiero reiterarle una vez más que hace falta acrecentar, para no parcelar esta acción, la dimensión internacional. Siempre he sostenido, y no lo digo sólo aquí sino en todas las reuniones con otros ministros de Interior europeos, que desde la perspectiva nacional afrontamos siempre mal la lucha contra la droga, en todos los países, porque falta un escalón de cooperación internacional. En Europa tenemos un problema, pero hoy existe un estado de opinión similar en el tema de la droga, preocupa de forma similar y, sin embargo, no tenemos el impulso necesario para darle una dimensión europea a la lucha contra la droga. Cuántas veces, cuando uno ve campañas de un ayuntamiento o de una comunidad, uno piensa por qué no se hace alguna campaña en materia de prevención, pero a nivel europeo; porque en los problemas de seguridad, cuando ya se crea un estado de opinión similar en todos y cada uno de los países, ya hay condiciones para abordarlos con una dimensión superior. Ésta es la clave en la materia contra la droga, porque está claro que todos los países somos incapaces, insuficientes e incompetentes a la hora de abordar esta materia, y hace falta, fundamentalmente, entender que hay que cambiar la dimensión de la lucha, que debe ser supranacional. En este caso tenemos una magnífica ocasión de crear nuevos espacios de solidaridad, que es el ejemplo de lo que estamos haciendo con la Unión Europea. Le reitero que ésa es nuestra preocupación, y le puedo decir que los días 18 y 19 de noviembre, en Bruselas, habrá un mecanismo de cooperación de la Unión Euro- 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 pea con América Latina y Caribe y en esa reunión estará presente la delegación de España. Asimismo, se va a celebrar, con el Parlamento Europeo, un seminario de la política de drogas en la Unión Europea, en Madrid, el 5 de diciembre. Tendremos así dos buenas ocasiones para tratar de dar ese impulso a la lucha contra la droga y, como usted bien dice, para acabar con ese criterio de parcelación, que incluso tiene dimensiones territoriales limitadas. En lo que se refiere a esta lucha y a esta acción, una vez más deseo y confío que goce del apoyo y el consenso de todos los grupos políticos. El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias, señor Ministro del Interior, en nombre mío y en nombre de la Comisión. Suspendemos la sesión por diez minutos. Se suspende la sesión. Se reanuda la sesión. PROPOSICIONES NO DE LEY: — SOBRE LA PARTICIPACIÓN DEL GOBIERNO EN EL DIÁLOGO POLÍTICO Y SOCIAL SOBRE EL FENÓMENO DE LAS DROGAS. PRESENTADA POR EL GRUPO SOCIALISTA DEL CONGRESO (Número de expediente 161/000517). El señor PRESIDENTE: Se reanuda la sesión. El segundo y último punto del orden del día es: Proposición no de ley sobre la participación del Gobierno en el diálogo político y social sobre el fenómeno de las drogas, propuesta por el Grupo Socialista del Congreso. Para su defensa, tiene la palabra la diputada doña María Jesús-Arrate Varela Vázquez, por el Grupo Socialista. Si no digo el nombre completo, me regaña el señor Martinón. La señora VARELA VÁZQUEZ: Gracias, señor presidente, por decir el nombre entero y los apellidos. Cuando alguien lee el plan de medidas para luchar contra las drogas, se encuentra con tres partes bien diferenciadas. Una, las medidas de lucha contra la oferta, el narcotráfico y el blanqueo de capitales; otra, las medidas de prevención y, otra, las medidas asistenciales y de reinserción. El primer bloque de medidas está dividido a su vez en varias partes. La primera son las medidas normativas, como la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el anteproyecto de real decreto sobre desarrollo de la ley de creación de un fondo procedente de los bienes decomisados por tráfico de drogas, el anteproyecto de real decreto sobre medidas de control de sustancias químicas catalogadas susceptibles de desvío para la fabricación ilícita de drogas o la puesta en marcha de una ponencia técnica para el estudio de las investigaciones patrimoniales del narcotraficante. – 1450 – CORTES GENERALES La segunda, la oficina central nacional, que sirve para potenciar la coordinación operativa entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y el Servicio de Vigilancia Aduanera, está adscrita a la Comisaría General de Policía Judicial, integrada por funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y Servicio de Vigilancia Aduanera. La tercera, la creación de unidades especiales de lucha contra la droga, blanqueo de capitales y delitos conexos, desarrollándose además un plan para implantación de la policía de proximidad. Estas unidades especiales, dice, verán reforzadas en una primera fase las unidades existentes mediante el incremento de funcionarios y desarrollarán, en una segunda fase, un nuevo modelo de organización estructurado en los siguientes niveles: uno, unidades locales; dos, unidades provinciales regionales y, tres, unidad central. Y las unidades de droga y crimen organizado, de nueva creación, con las que se pretende dar respuesta a las expresiones delictivas de la denominada delincuencia organizada. En el plan de medidas se especifica, además, la ubicación, competencias, principios de actuación de dichas unidades, formación, recursos, cooperación internacional y coordinación. El Plan nacional de drogas dedica diecisiete folios a la explicación de las medidas policiales y represivas, dos folios y medio a las medidas de prevención y dos folios escasos a las medidas asistencias y de reinserción. Por tanto, es posible, o al menos yo estoy convencida de ello, señor presidente, señorías, que este plan de medidas para luchar contra las drogas cayera en manos de los portugueses, quienes, realmente preocupados por este tema, comenzaron a preguntarse entre otras cosas: ¿Ha dejado de crecer un solo día el consumo de drogas en el mundo desde que se impuso la narcoinquisición? ¿Ha disminuido la oferta de drogas ilegales en Europa? ¿Ha decrecido el poder político de las mafias de drogas? ¿Ha disminuido el volumen de beneficios de los narcotraficantes? Y ante las inquietantes respuestas a estas preguntas, el presidente de la República de Portugal, señor Jorge Sampaio, dice que ha llegado la hora de debatir seriamente y sin prejuicios la no prohibición de las drogas. Y el presidente de la Asamblea, señor Antonio Almeida, siguiendo la línea argumental del señor Sampaio, propone la adopción de un acuerdo internacional para despenalizar el consumo —cosa que en España ya está resuelta—, y la adquisición de estupefacientes a nivel estatal para su posterior distribución en estado puro a los poseedores de un documento de identidad como toxicómanos, con certificación médica de la droga de que dependen y la cantidad mínima que precisan. Esto también está resuelto en España con la metadona. El señor Almeida, y estoy segura de que muchas personas más, desconfía por completo de las vías represivas frente a las poderosas organizaciones de narcotraficantes cada vez más sofisticadas. Por tanto, en Portugal se han puesto a pensar que, si se legaliza lo que ahora es ilegal, quizá se acabase con dos problemas: primero, con los narcotraficantes y, segundo, con los robos y asesinatos cometidos por toxicómanos para poder comprar las dosis que necesitan. 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 No es nuestra intención, ni mucho menos, entrar al viejo debate: legalizar drogas, sí o no, sino poner de manifiesto que nos han llamado poderosamente la atención las declaraciones del delegado del Gobierno para el Plan nacional de drogas, señor Gonzalo Robles, contra el presidente de la Asamblea de Portugal, en las que manifestó que el señor Almeida ha pedido despenalizar las drogas bajo el síndrome de la pérdida de su hija —que, por cierto, murió por sobredosis— y que no tiene derecho a llevar a la sociedad su drama personal y su culpabilidad. Estas declaraciones, que suponen una total falta de respeto y una enorme descalificación hacia las opiniones del presidente de la Asamblea de Portugal, sostienen, en primer lugar, la tesis de que los políticos que son padres de toxicómanos no tienen derecho a llevar al ámbito público sus reflexiones ante los problemas que origina el fenómeno de las drogas. Por extensión y por esa regla de tres, los políticos que tengan hijos en período escolar no podrán opinar de educación, ni los que tengan hijos enfermos podrán opinar sobre sanidad, ni los que tengan hijas podrán opinar sobre problemática de las mujeres, y así sucesivamente. En segundo lugar, esas declaraciones ponen de manifiesto e insisten en la culpabilidad de los padres que tienen un hijo drogodependiente, culpabilidad que es negada por todas las asociaciones y centros de rehabilitación de toxicómanos, al igual que no es culpable el padre cuyo hijo tenga un accidente de coche por haberle comprado un vehículo, o al padre cuyo hijo tenga cualquier tipo de accidente practicando un deporte por el mero hecho de dejárselo practicar, por citar unos ejemplos. Nos preocupan las declaraciones del señor Gonzalo Robles porque entendemos que transmiten la idea que sobre este tema tiene el Gobierno, Gobierno que parece negado a discutir nuevas políticas y a escuchar a quienes saben, conocen y padecen sus problemas y tienen algo que decir sobre el tema. Sabemos que el problema del uso indebido de drogas constituye una de las principales preocupaciones de la sociedad y, por tanto, debe recibir una respuesta del Estado promoviendo políticas contra el fenómeno. Sabemos que ante la complejidad de las drogodependencias no se puede tener una perspectiva uniforme y cerrada y mucho menos una actitud dogmática. Sabemos que, en el ámbito parlamentario, las ideas sobre este tema deben ser estudiadas, analizadas y ponderadas con sosiego y equilibrio. Sabemos que en este tema no hay recetas y todos, incluidos representantes de otros países, podemos y pueden reflexionar, dar ideas y ofrecer propuestas. Sabemos que la diversidad de respuestas en cada país, estén éstos más atrasados o más adelantados que el nuestro, enriquece el conocimiento y la experiencia colectiva, pudiéndose así abordar globalmente el fenómeno. Sabemos que el Gobierno tiene que mantener, respecto al problema asociado de las drogas, un diálogo y una discusión responsable, serena y prudente. Sabiendo todo lo anteriormente expuesto, el Grupo Parlamentario Socialista presenta la siguiente proposición no de ley: la Comisión mixta para el estudio del problema de las drogas insta al Gobierno a que su participación en el debate político y social sobre el fenómeno de las drogas se – 1451 – CORTES GENERALES realice con respeto a las opiniones de todos, sin descalificar las ideas por la situación personal de quienes las defienden, sin culpabilizar a los padres, con actitud abierta a experiencias que puedan realizarse en otros países, de forma que contribuya a un clima de serenidad y apertura que favorezca la madurez social ante el fenómeno. El señor PRESIDENTE: Hay una enmienda in voce del Grupo Popular. La señora DÍEZ LÓPEZ: La enmienda dice: La Comisión mixta para el estudio del problema de las drogas insta al Gobierno a que su participación en el debate político y social sobre el fenómeno de las drogas se continúe realizando con respeto a las opiniones de todos, sin descalificar las ideas por la situación personal de quienes las defienden, sin culpabilizar a los padres, con actitud abierta a experiencias que puedan realizarse en otros países, de forma que contribuya a un clima de serenidad y apertura que favorezca la madurez social ante el fenómeno. El señor PRESIDENTE: ¿El grupo proponente la acepta? La señora VARELA VÁZQUEZ: Entendemos que no modifica la esencia de la proposición; por tanto, la aceptamos. El señor PRESIDENTE: ¿Algún otro grupo quiere intervenir? Me parece que le corresponde en primer lugar al Grupo de Convergència i Unió. Don Jaume Cardona i Vila, ilustre senador, tiene la palabra. El señor CARDONA I VILA: Si me permite, señor presidente, voy a hacer una consideración, que es una cuestión de orden. Yo creo entender —aunque mi grupo y yo nos sometemos a lo que diga a los efectos oportunos el letrado— que en el orden de intervención, toda vez que la Comisión es representación de las Cortes, Congreso y Senado, de menor a mayor, según el reglamento del Congreso, sería primero Izquierda Unida y después Convergència i Unió, porque el número de parlamentarios, diputados y senadores es menor por parte del Grupo de Izquierda Unida que por parte de Convergència i Unió. Ésta es una observación que quería hacer. Y vayamos a la cuestión. El señor PRESIDENTE: Señor senador, tiene usted razón y la Presidencia asume los errores. Me he equivocado. En consecuencia, tiene la palabra la portavoz de Izquierda Unida, doña Inés Sabanés Nadal. La señora SABANÉS NADAL: Señor presidente, voy a intervenir en nombre de Izquierda Unida para fijar nuestra posición con respecto a la proposición no de ley presentada por el Grupo Socialista y a la que ya adelanto nuestra disposición a votar favorablemente. Ha sido acep- 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 tada la enmienda que en todo caso también votaríamos favorablemente. De todas formas, para nuestro grupo, y lo hemos venido reiterando muchas veces, la manifestación en política sobre droga tiene una enorme importancia, no sólo en los contenidos específicos, que la tiene, sino también en la forma de trasladar a la sociedad las diferentes actuaciones y los debates pertinentes. En este contexto nosotros siempre hemos considerado que es esencial hacer todos los esfuerzos posibles y por todas las partes para mantener un consenso básico en este tema de drogas y es evidente que en este esfuerzo por el consenso todos los grupos de alguna manera tienen que trabajar a distinto ritmo, no en un programa de máximos sobre sus objetivos, tienen que establecer en algunas ocasiones otros ritmos y prioridades. Sin embargo, consideramos que es un momento en el que va a ser especialmente importante ser capaces de afrontar nuevos debates que permitan equilibrar, con el menor grado de dramatismo posible, aquellas cuestiones que objetivamente deben constituir nuevos objetivos en el futuro, redefinir conceptos y acciones que desde la evaluación de las políticas aplicadas tuviéramos que considerar susceptibles de mejora o más adecuadas en un nuevo marco. Nuestro grupo también quiere mostrar, como lo ha hecho la representante del Grupo Socialista, la preocupación por la situación de las ganancias económicas crecientes de las organizaciones criminales, que han tomado tal proporción que pueden poner en riesgo los fundamentos de las instituciones y del propio Estado de Derecho. En este contexto, debemos reconocer que, pese a los esfuerzos, a las medidas legislativas y a los recursos destinados a contrarrestar tales efectos, habríamos de ser capaces de considerar en términos objetivos y no dramáticos el cierto fracaso que representa sobre los esfuerzos realizados el cada vez más creciente poder de las estructuras reconocido por las propias autoridades policiales y penitenciarias. Con esa realidad, también entendemos que no es bueno predeterminar los debates, que deben ser globales y amplios, y supongo que, sin intención pero descalificando proyectos y opiniones, si trasladamos desde las instituciones mensajes simplistas a la sociedad, hacemos un flaco favor para la consolidación del consenso, que requiere no pocos esfuerzos de todos y cada uno de los grupos que aquí estamos representados. No puedo remediar citar otra opinión que desde las instituciones he leído en los últimos días por parte de los responsables del Plan nacional de drogas, descalificando algunas de las experiencias que algunas comunidades estaban evaluando, como la comunidad de Andalucía o la catalana, para poner en marcha el suministro de heroína de forma muy controlada, en circunstancias especialmente graves, de forma similar a otras experiencias que ya funcionan en el entorno europeo y sobre las que la Comunidad Europea ha pedido reiteradamente la consideración, el análisis para avanzar en el equilibrio sobre las actuaciones en cuanto al tema de drogas. Si los grupos, y en este caso el Gobierno, no nos esforzamos en un nivel rigurosísimo de estudio de las propuestas, sin descartar a priori ninguna – 1452 – CORTES GENERALES solución ni ninguna aportación, será imposible avanzar en un nuevo consenso, en un nuevo debate al que nos tenemos que dirigir; nos podría llevar a otros derroteros. Entiendo que habría que esforzarse, y no simplificar los debates, en trasladar a la opinión pública que éste es un debate complejo, que requiere soluciones complejas y que en ningún caso se va a solucionar de forma sencilla. Por todo esto, por la importancia que tiene trasladar a la sociedad de una forma equilibrada este consenso, la necesidad de avanzar en un debate, pero sin dramatizar, para que quede expresada de forma clara la vinculación del Gobierno, de las instituciones y de los propios grupos parlamentarios, nosotros vamos a apoyar la proposición no de ley del Grupo Socialista. El señor PRESIDENTE: Ahora sí tiene la palabra el señor senador. El señor CARDONA I VILA: Ahora sí, intervengo para fijar la posición de nuestro grupo parlamentario sobre esta proposición no de ley. Que conste también que sólo quería hacer la observación y continuar mi intervención. Queremos hacer una serie de reflexiones, una serie de consideraciones, en relación, en primer lugar, a la parte dispositiva de la proposición. Es difícil no estar de acuerdo con su texto, porque la participación del Gobierno en el debate político, en el debate social, sobre un fenómeno con tantas implicaciones, con tantas connotaciones y de muchos tipos como es el de las drogas, ha de hacerse, naturalmente, con un respeto total y absoluto a las opiniones de todos. Esto es difícilmente rechazable y nosotros participamos de ello. Tampoco deben descalificarse las ideas de nadie en este sentido; en nada, pero menos aún en este tema; todavía menos, si cabe, si quienes las defienden lo hacen por motivos personales. También estamos de acuerdo en que desde los poderes públicos no debe emitirse un mensaje de culpabilización a los padres. Suficiente tormento deben tener, y si de alguna forma podemos calificar las drogas es de una típica enfermedad social, siendo uno de los ámbitos más afectados precisamente el de la familia. Por tanto, cuidado con culpabilizar a los padres, aunque la intención quiera ser alertarles —tal vez, repito, con buena intención— del problema de sus hijos y, en consecuencia, de su responsabilidad en la vigilancia, en la educación y en su formación, en definitiva, en la prevención. Dice también que el Gobierno debe adoptar o tener una actitud abierta a experiencias que puedan realizarse en otros países. Naturalmente, se podrá estar de acuerdo o no con esas experiencias, pero siempre habrá que respetarlas y, en cualquier caso, considerarlas, para que se contribuya a un clima de serenidad, de apertura, que favorezca esta madurez social con la que es necesario afrontar el fenómeno, como reza el tenor literal de la parte dispositiva de la proposición no de ley. El texto nos parece tan genérico que, repito, es fácilmente aceptable para cualquiera y difícilmente podrán encontrarse inconvenientes o hacer objeciones al mismo. 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 Algo similar cabría decir sobre las consideraciones que se hacen en la motivación, al menos sobre las de tipo general —después hablaremos de las particulares—. Porque qué duda cabe de que la complejidad del fenómeno hace necesario un diálogo social y político, un diálogo prudente, naturalmente, sereno, responsable, para ir buscando, encontrando y aplicando soluciones. La mayor parte de las veces serán soluciones parciales, no lo olvidemos; no totales ni definitivas. Anteriormente se ha debatido que en el ámbito de la prevención tampoco se puede parcelar, sino que ha de hacerse de una forma global y, además, desde todos los frentes. Los programas o campañas políticas destinados a disminuir los daños y los riesgos asociados —esta tarde también se ha hablado de ello— al consumo de drogas, tienen hoy en día, por otra parte, un cierto predicamento generalizado entre los expertos que tratan con estos enfermos, tanto en nuestro país como fuera de nuestro entorno, al menos en los países más avanzados. Finalmente, también estamos de acuerdo en lo referente al informe emitido por la Comisión mixta en la pasada legislatura. No podríamos o no deberíamos estar en contra, sino defenderlo, puesto que colaboramos en su configuración y lo aceptamos con nuestro voto. Ahora bien, ¿por qué se suscita y se presenta para su debate y votación esta proposición no de ley? Si no quedaba suficientemente claro en la exposición de motivos, se ha insistido en ello en la intervención que se ha hecho al defenderla. Se comentan en esta justificación las declaraciones del delegado del Gobierno en el Plan nacional sobre drogas criticando las manifestaciones del presidente de la Asamblea de Portugal sobre la liberalización del consumo de drogas, intentando justificarlo o decir que las mismas eran consecuencia de que era padre de una víctima de las drogas. Eso salió en los periódicos y sinceramente a nosotros tampoco nos parecieron adecuadas en su momento, ni nos lo parecen ahora, las declaraciones del delegado para el Plan nacional sobre drogas; lo criticamos abiertamente, que conste, aunque en su ánimo seguramente —estamos convencidos— estuviera no influir a nuestra sociedad y a los jóvenes sobre dicha liberalización del consumo. Aun así, con esta finalidad, no quedaría justificado el medio empleado y mucho menos la forma que se utilizó. Se podía hacer de otras formas, pero en ningún caso se podía querer imputarlo a una situación de tipo familiar. No entremos más en ello, dejémoslo, porque, en definitiva, sólo tenemos la versión de los medios de comunicación y no la del propio interesado. Nos hubiera parecido más adecuado, por ejemplo, pedir su comparecencia para que explicara en la Comisión, no sólo los términos de sus declaraciones, sino los motivos —que también hubieran podido ser objeto, por otra parte, de una pregunta, oral o escrita, en la propia Comisión—, toda la filosofía, las causas, los objetivos, los criterios, las consecuencias en las que sustentaba o pretendía sustentar sus manifestaciones. Con toda sinceridad —y permítanmelo, señor presidente, señorías—, quiero decirles que todo este proceso me recuerda, lamentablemente, en cierta forma lo ocurrido en la pasada legislatura en esta misma Comisión. Cuando – 1453 – CORTES GENERALES el entonces delegado del Gobierno decía que era un debate que estaba en la calle y que debiera discutirse en el seno de la Comisión, porque era lo propio, refiriéndose a la permisividad del consumo del hachís, el entonces portavoz del Grupo Parlamentario Popular, y hoy delegado del Gobierno, lo que son las cosas —y aun cuando esto no obedezca a una casualidad, probablemente, y es un juicio de intenciones—, pidió públicamente su reprobación y presentó una interpelación y una moción consecuencia de interpelación en el Pleno del Congreso de los Diputados. La actitud de unos y otros parece continuar siendo la misma, en algunas ocasiones, no siempre, evidentemente —y nos congratulamos de que no sea siempre—, pero con los papeles cambiados. Pues bien, la nuestra también continúa siendo la misma. En este tema —y también se ha oído esta tarde— nadie puede dar lecciones de nada y no será pretensión de nuestro grupo hacerlo, aunque sí queremos hacer, al menos, una llamada a la serenidad de todos para que los trabajos de esta Comisión sean provechosos para las Cortes Generales que nos han comisionado, para las administraciones públicas y, en definitiva, para la sociedad a la cual representamos. En definitiva, nuestro voto, si nos dejáramos llevar por el corazón, sería de abstención; ya se arreglarán con esas luchas partidistas y electoralistas. pero con la enmienda in voce del Grupo Parlamentario Popular, que se ha leído y que se ha dicho que se aceptaría, nosotros votaremos favorablemente, además, con toda nuestra vocación, con el cerebro fundamentalmente, con toda nuestra esencia, con todo nuestro ser, con toda nuestra voluntad, precisamente en aras al consenso y al trabajo fructífero de esta Comisión, que tiene que ser lo que la guíe y no otras cosas que en el día a día del Parlamento es natural que surjan y nosotros tenemos que decir que lo entendemos perfectamente. El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra la portavoz del Grupo Popular, doña Rosa Isabel Díez López. La señora DÍEZ LÓPEZ: En la proposición no de ley de referencia, presentada por el Grupo Parlamentario Socialista, se recogen determinados conceptos y criterios acerca de la labor del Gobierno y, por ende, de la delegación del Gobierno para el Plan nacional sobre drogas que en ningún caso se corresponden con la realidad. Parece desprenderse de la misma que la complejidad del fenómeno de la droga y la gravedad de sus problemas asociados se afrontan desde el Ejecutivo ignorando el esfuerzo que pueden ofrecer las fuerzas políticas y el conjunto de la sociedad para definir las respuestas que las instituciones públicas deben aportar al problema, cuando se da precisamente la situación contraria. Un análisis, aunque sólo sea somero, del plan de medidas para luchar contra las drogas aprobado el 24 de enero del presente año deja meridianamente claro que se adoptan y ponen en marcha, en su práctica totalidad, las recomendaciones contenidas en el informe de la Comisión mixta de diciembre de 1995, verdadero documento maestro parlamentario en esta materia. 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 Desde el punto de vista del diálogo responsable, sereno y prudente que exigen los problemas asociados al fenómeno de las drogas, parece que ustedes desconocen la actividad que se viene realizando, dado que es continua la convocatoria con todos los órganos oficiales y agentes sociales más directamente implicados. De este modo se han celebrado, entre otras, reuniones del Consejo superior de la lucha contra el tráfico de drogas y blanqueo de capitales de grupo asesor homónimo, de la Conferencia sectorial del Plan nacional sobre drogas, de la Comisión mixta interautonómica del Plan nacional sobre drogas, de la Comisión mixta Delegación del Gobierno para el Plan nacional sobre drogas, coordinadoras de las ONG con los planes regionales y municipales de Madrid y el Insalud, con el consejo de administración de la agencia antidroga de la Comunidad de Madrid, con el Instituto de la Juventud, así como con organismos internacionales entre los que se encuentran el Observatorio europeo de las drogas y la toxicomanía. Señorías, en ningún momento, y por lo que hace referencia a las supuestas críticas sobre las manifestaciones del presidente de la Asamblea de Portugal sobre la no prohibición de las drogas, por parte del titular de la Delegación del Gobierno se ha querido reprobar o descalificar lo manifestado. Antes bien, respetuosamente comprende que, en situaciones familiares tan trágicas como la vivida por aquél, se puede llegar a formular o a tener opiniones como las que ha manifestado públicamente. Sin embargo, ello no conlleva, necesariamente, que se tengan que compartir, sobre todo teniendo en cuenta la fuerte carga emocional presente en las mismas. Ciertamente los responsables públicos —como cualquier otro ciudadano con problemas familiares de toxicomanías— tienen derecho a formular en público sus reflexiones, pero no es difícil comprender que el abordaje de un fenómeno tan complejo como es el de las drogas requiere no dejarse arrastrar por situaciones como la indicada, máxime si se tiene en cuenta la necesidad de discusión responsable, serena y prudente necesaria que exigen los problemas asociados al fenómeno de las drogas. Además, si cabe, la conciencia de tal complejidad debe ser tenida más en cuenta por tales responsables públicos. Ni en esta ocasión ni en ninguna otra anterior se ha culpado a los padres de responsabilidad alguna por el hecho de tener un hijo drogodependiente. Cualquier manifestación en este sentido no es más que una interpretación sesgada de la realidad. Son varias las experiencias de distintos países que vienen aportando diversas respuestas ante la posibilidad de despenalización de la droga e, indudablemente, la experiencia colectiva puede y debe ser tenida en cuenta, pero siempre que se demuestre que da resultados positivos. Hasta ahora —y haciendo referencia a Naciones Unidas, en la que nos integramos— los informes de la Junta internacional de fiscalización de estupefacientes señalan claramente que los lugares donde se tolera la distribución de algunas drogas han atraído a traficantes de otras y han dado lugar a una mayor concentración de drogodependientes. Experiencias como la de los Países Bajos se consideran erróneas a la vista de la modificación más reciente de su normativa, en sentido claramente restrictivo. Como en – 1454 – CORTES GENERALES el resto de los países europeos, también en el nuestro se adoptan medidas destinadas a disminuir los riesgos asociados al consumo de drogas y así se contiene en el ya referido Plan de medidas de 24 de enero último, en el que se consideran prioritarios los proyectos y programas encaminados a este fin. Por todo ello, señorías, queda claro que todos los conceptos que contiene la proposición no de ley vienen siendo la norma de la Delegación del Gobierno para el Plan nacional sobre drogas en la materia de sus competencias, con un debate político y social abierto a todos los órganos y grupos implicados, sin descalificación de ideas y con respeto a las opiniones de todos, pero también teniendo en cuenta la mayoritaria opinión de la sociedad y del general posicionamiento internacional. 23 DE OCTUBRE DE 1997.–NÚM. 71 Por lo tanto, mi grupo agradece la aceptación de la enmienda planteada. El señor PRESIDENTE: Sometemos a consideración de la Comisión la proposición no de ley que ha instado el Grupo Socialista, con la enmienda in voce que acaba de realizar el Grupo Popular. ¿Se aprueba por unanimidad? Efectuada la votación, dijo: El señor PRESIDENTE: Queda aprobado por unanimidad. Se levanta la sesión. Eran las seis y diez minutos de la tarde.