Unidad contra la derecha y el imperialismo

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Publicación quincenal de izquierda popular
Año 3
Número 35
Del 16 al 29 de
marzo de 2016
Precio: $12
¡NI UN PASO
ATRÁS!
Unidad contra la derecha y el imperialismo
Especial a 40
años del golpe
2
En este número...
S
alir a las calles. Esa es la tarea
del momento. Llenarlas de
rostros y sonrisas memoriosas, de puños cerrados de la
lucha por justicia, de portavoces
convencidos de la verdad histórica.
Ser miles, cientos de miles, quizás
millones de personas en todas las
ciudades del país.
Algunos, los más jóvenes, marcharán por primera vez, otros lo hacemos hace 10, 20 y más de 30 años. La
lucha por los derechos humanos de
ayer y hoy es una de las principales
reservas morales de nuestro pueblo.
Es un pilar para enfrentar la política
empresarial del gobierno, la ofensiva
@PatriaGrandeArg
yanqui en toda América Latina y la
extorsión de los buitres.
Justamente este 24, después de 19
años, un presidente yanqui volverá a
visitar nuestro país para respaldar la
política exterior de coloniaje y desintegración latinoamericana. Obama
mismo declaró con satisfacción que
“Argentina es un buen ejemplo de
cambio en cuanto a las relaciones de
Estados Unidos con otros gobiernos”.
Por otro lado, el mediador de la
justicia norteamericana, Dan Pollack,
felicitó a Mauricio Macri por su “actitud heroica”, al llegar a un acuerdo
con los fondos buitres que nuestros
historiadores recordarán como una
nueva traición a la patria, cargo en el
que entrarán también los legisladores
que sean cómplices de su aprobación.
Con el mismo “heroísmo buitre”,
Macri aseguró que si el Congreso Nacional no respalda el acuerdo “habrá ajuste
o hiperinflación”. Nuestra respuesta
será la masividad de las movilizaciones.
La campaña que realizamos con
otras organizaciones por #UnaSolaMarcha logró una muy buena acogida
popular, sin embargo no consiguió
su objetivo inmediato. Pero sí dejó
planteado en el seno de la militancia
popular la necesidad estratégica de
construir la unidad popular. Hacia
allá vamos.
Patria Grande
Colectivo Editorial:
Tristán Basile, Ulises Bosia, Diana
Broggi, Daniel Dveksler, Juan Manuel
Erazo, Ignacio Gelso, Verónica
Ibáñez, Manuel Martínez, Cecilia
Pato, Julia de Titto, Pablo Wahren.
Corrección
Micaela Difalcis
Diseño y diagramación
Ignacio Fernández Casas
Cambio es una publicación de PATRIA GRANDE. Se realiza bajo
licencia de Uso Creativo Compartido. Está permitida la copia y utilización de la obra siempre y cuando
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Parque Patricios  Universidad de Buenos Aires  Instituto Superior Joaquín V.
González  ENS Nº1  ENS N°2 Mariano
Acosta  ENS Nº7  Universidad Nacional del Arte  Barrio Carlos Mugica.
Provincia de Buenos Aires:
La Matanza: La Tablada  González
Catan  Villa Celina  Lanús: Lanús
Centro  Villa Caraza  Florencio Varela: Barrio Santa Rosa  Lomas de Zamora: Barrio Mariano Moreno  Barrio
Miró  Universidad Nacional de Lomas
de Zamora  Quilmes  Berazategui 
Ensenada  San Martín: Centro  La
Cárcova  Barrio Independencia  Vicente López San Isidro  Escobar: Villa
Alegre  Morón  Moreno: Centro  General Rodríguez  Barrio Villa Ángela 
Luján: Centro  Centro Cultural “José
Artigas”  Barrio Villa del Parque  Barrio San Fermín  Barrio Ameghino 
Universidad de Luján  Chivilcoy: Centro Cultural La Ronda  San Andrés de
Giles  San Miguel: Universidad Nacional de General Sarmiento  Pinamar 
Tandil  La Plata: Centro  Centro Social y Cultural “Olga Vázquez”  Universidad Nacional de La Plata  Barrio
Los Hornos  Abasto  Mar del Plata:
Centro Cultural “América Libre”  Centro  Barrio Gral Pueyrredón  Barrio
Palermo  Barrio Gral Pueyrredón 
Universidad Nacional de Mar del Plata
 Colón  Olavarría  Ayacucho.
Santa Fe:
Rosario: Centro  Barrio Bella Vista 
Barrio Hospitales  Universidad Nacional de Rosario  Casilda  Santa Fe.
“
Hay períodos de la historia,
como el que atravesamos,
donde las expectativas de
cambio retroceden a zonas
pantanosas. Pero la misma
historia demuestra que hay
flujos y reflujos y que la
expectativa vuelve. Todo esto
tiene que ver con la utopía.
Juan Gelman
Córdoba:
San Juan:
Córdoba Capital: Centro  Barrio Güemes 
San Juan: Centro Cultural “El Barro” 
Barrio Alberdi  Barrio Ciudad Oculta  Barrio Observatorio  Sede Universidad Nacional de Villa María  Universidad Nacional
de Córdoba  Villa María: Universidad Nacional de Villa María  Río Tercero: Barrio
Escuela  Barrio parque Montegrande 
Malvinas Argentinas  Juárez Celman.
Santiago del Estero:
Universidad Nacional de San Juan 
Calingasta.
Salta:
Salta: Centro  Universidad Nacional
de Salta.
Jujuy:
San Salvador: Barrio Coronel Arias.
Universidad Nacional de Santiago del Estero  Barrio La Católica.
Corrientes:
La Pampa:
Nacional del Nordeste.
Gral Pico  Santa Rosa  Universidad Nacional de La Pampa
Neuquén:
Neuquén  San Martín de Los Andes 
Universidad Nacional del Comahue.
Río Negro:
Bariloche  Cipolleti  Fiske Menuco (General Roca)  El Bolsón  Universidad
Nacional del Comahue.
Corrientes: Centro  Universidad
Entre Ríos:
Paraná
Chaco:
Resistencia: Centro  Universidad
Nacional del Nordeste.
Misiones:
Posadas.
“
EDITORIAL
ESCENA NACIONAL 3
Cambio  Publicación quincenal de izquierda popular  Año 3  Número 35  Del 16 al 29 de marzo de 2016
Unidad para resistir
No nos han derrotado
El triunfo de Macri significó un duro golpe. Pero nuestro pueblo tiene la fuerza aprendida en 40 años
de enfrentar adversidades. Hoy, lo esencial es construir la resistencia al macrismo, reorganizarnos como
campo popular y decidirnos a construir una propuesta superadora.
Por Ulises Bosia
L
“
a elección de un nuevo
gobierno es momento
propicio para terminar
con las mentiras sobre
los años 70 y las actuales violaciones de los derechos humanos”. Con estas palabras, La
Nación sintetizaba su editorial
del 23 de noviembre de 2015,
el día siguiente al balotaje que
llevó a Mauricio Macri a la
presidencia.
Fue el punto de partida de
una ofensiva de conjunto contra la lucha por la memoria,
la verdad y la justicia de todos
estos años. La continuación fue
la publicación de artículos en
los medios que desempolvaron
la teoría de los dos demonios,
la desarticulación de los programas dependientes del poder
ejecutivo que apoyan la realización de los juicios, las declaraciones y acciones de distintos
funcionarios que relativizan
la cifra de compañeros detenidos-desaparecidos, avalando
asociaciones pro impunidad y
promoviendo la prisión domiciliaria de los genocidas.
Es una misma ofensiva que
entrelaza sus objetivos con las
necesidades del gobierno en
la actualidad. La persecución
ideológica de miles de empleados públicos, la sanción del
protocolo represivo y la prisión
de Milagro Sala son muestras
elocuentes de un gobierno que
considera la militancia y la organización popular una amenaza.
Ellos entienden muy bien
que en estos 40 años la lucha
por los derechos humanos
“
nunca fue solamente una lucha
por el pasado. Todo lo contrario, es ante todo una lucha por
el presente y por el futuro. Por
eso ellos siguen dando batalla.
Y nosotros también.
¡Qué diferente sería nuestro país sin el ejemplo inextinguible de aquella generación
que dejó todo por los ideales de una patria socialista!
¡Quién puede imaginar los
últimos 40 años sin el empuje
de las madres y abuelas, presentes en todos aquellos acontecimientos que marcaron la
resistencia y el avance para el
pueblo! ¡Cómo proyectar un
futuro de felicidad y dignidad
si no es apoyado en los pisos
de memoria, verdad y justicia
conseguidos!
Esto no es un punto de
llegada. La lucha por los derechos humanos sigue, y deberá profundizarse mucho
más, algo evidente a 10 años
de la desaparición impune de
Jorge Julio López, recordando
a Luciano Arruga y a todos los
pibes y pibas de los barrios
perseguidos por la policía, a
las mujeres presas de redes de
trata para explotación sexual,
a los talleres de trabajo esclavo, a los pueblos fumigados
y contaminados, entre tantos
ejemplos.
 Obama, los buitres
y la manipulación
de los derechos
humanos
Este gobierno de empresarios viene por todo lo que
conseguimos hasta ahora. A
la par del cinismo del presidente, que habló de “nunca
La persecución
ideológica de miles
de empleados
públicos, la sanción
del protocolo
represivo y la prisión
de Milagro Sala son
muestras elocuentes
de un gobierno
que considera la
militancia y la
organización popular
una amenaza.
más” en la apertura de sesiones legislativas, se encuentra
un gobierno que representa
una continuación del modelo
económico neoliberal iniciado
en la dictadura y profundizado
en los años 90. En especial, el
acuerdo con los fondos buitres
es un regreso al megaendeudamiento. No se trata de resolver
un problema del pasado, como
lo presentan los funcionarios,
sino fundamentalmente de
reforzar las cadenas de la dependencia del país a la deuda
externa y el capital financiero
internacional.
Una decisión de estas características debería ser tomada de forma democrática
por el conjunto del pueblo
argentino en una consulta popular. Ellos se niegan porque
apuestan a conseguir los votos
de una parte suficiente de la
“oposición”, que pone por delante sus propios intereses por
sobre el bienestar de millones.
Aprobar este acuerdo con los
buitres es un acto de traición
a la patria.
En lugar de negar en el discurso la lucha por los derechos
humanos, la política del macrismo es tergiversarla y cambiarle el contenido. Para eso
cuenta con el presidente de los
Estados Unidos como aliado.
La visita de Barack Obama
tiene como trasfondo una fuerte
ofensiva continental para contrarrestar la pérdida de influencia yanqui en los primeros 15
años del siglo XXI. Su objetivo
es desandar los pasos dados
hasta ahora hacia la integración
latinoamericana y someternos
al poderío de su economía mediante la firma de tratados de
libre comercio, nuevas versiones del ALCA que enterramos
en Mar del Plata en 2005.
El gobierno argentino es
el instrumento con el que los
Estados Unidos pretenden
avanzar en sus planes en todo
el continente. Los ataques a
la Revolución Bolivariana utilizando los argumentos de la
defensa de los “derechos humanos” recuerdan el sinsentido del premio Nobel de la Paz
que obtuvo Obama.
40 años después del Plan
Cóndor, de las dictaduras apoyadas por Estados Unidos,
de los cursos de tortura y represión interna de la Escuela
de las Américas, la visita de
Obama despierta nuestro más
profundo repudio.
 Desafíos por
delante
En estos primeros tres
meses de gobierno macrista, el
campo popular inició un proceso de reorganización de cara
a la nueva etapa política abierta
en la Argentina. En ese marco,
un conjunto de organizaciones
sociales, políticas, culturales y
de derechos humanos lanzamos
una campaña en todo el país
para llegar a este 24 de marzo
con #UnaSolaMarcha, de forma
tal de asestar un golpe político a
la ofensiva conservadora.
Sin embargo, no fue posible
lograrlo en la marcha a Plaza
de Mayo, ni tampoco en muchas ciudades del país. Este
es hoy uno de los principales
límites a la hora de construir
la resistencia al macrismo. A
pesar de que sobran los motivos para la unidad en una
fecha como esta, siguen estando por delante diferencias
secundarias que solamente
benefician al gobierno.
Los próximos meses nos
encontrarán en las calles.
Para impedir un retroceso de
magnitudes históricas, es fundamental asumir una actitud
autocrítica y ponernos a la
altura de las necesidades de
nuestro pueblo, que en este momento empiezan por construir
mayores marcos de unidad del
campo popular para resistir.
Inspirémonos en la entrega
de los compañeros y compañeras caídos bajo el terrorismo de
Estado y el coraje de las madres
y las abuelas durante estos 40
años para los grandes desafíos
que tenemos por delante.
4 ECONOMÍA POLÍTICA
Neoliberalismo: de la
dictadura a la democracia
Con la última dictadura se inició una larga etapa histórica de nuestro país marcada por las transformaciones
económicas, políticas y sociales debidas a la aplicación de las políticas neoliberales. En la actualidad, el
macrismo retoma el impulso para profundizar esa línea.
Por Pablo Wahren y
Daniel Dveksler
E
l golpe de Estado del
24 de marzo de 1976
tuvo, en lo económico,
un objetivo muy claro:
instaurar a sangre y fuego
el neoliberalismo en la Argentina. Para ello, desplegó
un conjunto de medidas –en
línea con lo propuesto por los
principales organismos internacionales– que reconfiguraron la economía local y su
inserción en la economía internacional. A su vez, dieron
paso a una brutal transferencia del ingreso de los sectores
asalariados a los capitalistas a
través de la represión estatal
más violenta de la historia argentina, en complicidad con
algunas de las empresas más
importantes del país.
Neoliberalismo a
sangre y fuego
La dictadura cívico-militar
no fue simplemente un cambio en el régimen político en
Argentina. El gobierno de
facto vino a impulsar un profundo proceso de transferencia de ingresos y a quebrar el
modelo de Industrialización
por Sustitución de Importaciones que imperaba en el país
para reemplazarlo por un esquema donde las finanzas tomaron un rol preponderante.
En relación a la distribución
del ingreso, se observa que los
salarios reales se retrajeron
un 52% entre 1976 y 1983, es
decir, perdieron la mitad de
su poder de compra. De esta
manera, se redujo la participación de los trabajadores en
el ingreso de 47,5% en 1976 a
tan solo 33,2% en 1983. Esta
brutal transferencia de ingresos no hubiera sido posible sin
la desarticulación y censura
total del movimiento obrero,
que presentaba altos niveles
de organización y sindicalización. Para ello, el gobierno de
facto recurrió a la prohibición
de los sindicatos, a la brutal represión y desaparición de personas y al desmantelamiento
de las industrias. Justamente
en el sector industrial se encontraban los sindicatos más
fuertes (ver entrevista a Victoria Basualdo en la página 8 de
este mismo número).
En línea con los preceptos
del neoliberalismo, la dictadura retrajo la intervención del
Estado en el comercio exterior
y en el mercado financiero, impulsando así un nuevo modelo
económico. Asistimos a una
liberalización de las importaciones a partir de la rebaja
de aranceles que permitió el
ingreso de productos de manera indiscriminada. Resulta
interesante ver la propaganda
de la época que muestra que
los productos nacionales que
se vendían en el país eran de
mala calidad y que, una vez liberadas las importaciones, la
competencia haría que la producción nacional mejorara.
Lo cierto es que los productos
extranjeros desplazaron a los
locales y, como resultado, la
participación de la industria
en la producción total del país
se redujo del 21,8% en 1976
al 13,2% en 1983. A su vez,
se eliminaron regulaciones y
subsidios a las exportaciones
luego de una fuerte campaña
contra la intervención estatal.
De este modo, se observó una
caída en la participación de las
exportaciones industriales: de
20,8% al inicio de la dictadura,
a 13,3% al finalizar.
En este marco, las empresas transnacionales se vieron
beneficiadas por la nueva Ley
“
Los productos
extranjeros desplazaron
a los locales y,
como resultado,
la participación de
la industria en la
producción total del
país se redujo del
21,8% en 1976 al 13,2%
en 1983.
“
Los salarios reales se
retrajeron un 52%
entre 1976 y 1983, es
decir, perdieron la
mitad de su poder
de compra. De esta
manera, se redujo la
participación de los
trabajadores en el
ingreso de 47,5% en
1976 a tan solo 33,2%
en 1983.
de Inversiones Extranjeras que
estipulaba la igualdad de derechos y obligaciones entre el capital nacional y el internacional
y, entre otras cosas, eliminaba
la posibilidad de que el Estado
oriente el capital extranjero a
determinadas actividades.
Al mismo tiempo que la industria perdía protagonismo
en la economía, las finanzas
se convertían en el foco central. En febrero de 1977, se
aprobó la Ley de Entidades
Financieras que sentaba las
bases institucionales para el
proceso de apertura financiera y posterior endeudamiento. Para dimensionar
la magnitud de este movimiento, entre 1978 y 1979 se
autorizó la apertura de 1.197
sucursales financieras. Hasta
mayo de 1977, la cantidad de
bancos y entidades de esta
índole apenas superaban las
100 en todo el país.
El gobierno de facto generó un modelo en el que las
tasas de interés locales eran
muy altas y las internacionales, bajas. Esto gestó una
afluencia de fondos especulativos hacia la plaza financiera
argentina, proceso conocido
como “bicicleta financiera”:
las empresas nacionales y
extranjeras se endeudaban
barato en dólares en el exterior, ingresaban el dinero en
la plaza financiera local para
ganar con tasas de interés
más altas que las extranjeras, y luego compraban nuevamente dólares y giraban
la plata al exterior. Como la
plata que salía en el mediano
plazo era mayor que la que
ingresaba, de alguna manera
fue necesario garantizar los
dólares para este proceso.
Así fue que la deuda externa cumplió el rol de garantizar que esta dinámica
se pueda llevar adelante. Si
en 1976 la deuda externa argentina era de 8.200 millones de dólares, para 1983 se
había quintuplicado a 45 mil
millones. Esta deuda no fue
solamente generada por préstamos internacionales otorgados por organismos de crédito
a Argentina. Mucha de esta
deuda se originó producto de
la intención deliberada del
gobierno militar de beneficiar
a diferentes grupos económicos. Por ejemplo, en 1981 se
comenzaron a aplicar seguros
de cambio donde el gobierno
le aseguraba a las empresas
cubrir la diferencia del tipo
de cambio que pudiera surgir
entre determinados periodos.
Esto generó un aumento del
endeudamiento externo, tan
solo en 1981, del 32%.
A su vez, muchas de las
empresas que se endeudaron
en esos años no devolvieron
los préstamos que solicitaron en el exterior. Así fue que
hacia el fin de la dictadura, y
bajo el argumento de que si
esas empresas quebraban el
país iba a entrar en crisis, el
gobierno de facto decide nacionalizar esas deudas y hacerse cargo de ellas. Se estima
que el Estado argentino se
hizo cargo de 23 mil millones
de dólares de empresas privadas que declararon no poder
afrontar los pagos que tenían
que hacer, entre ellas Socma
y Sevel, firmas pertenecientes
a Franco Macri, padre del actual presidente.
 De la coerción
al consenso
Mientras en la década del
70 la instauración del neoliberalismo se dio a la fuerza, en
“
A pesar de que
el kirchnerismo
desafió algunas de
estas tendencias
y postulados, las
continuidades son
claras: siguen vigentes
las leyes de Entidades
Financieras y de
Inversiones Extranjeras
Directas y la estructura
productiva heredada
de ese entonces.
los veinte años posteriores se
intentó crear un consenso en
torno al nuevo sistema económico, tarea que en Argentina
la dictadura cívico-militar
había allanado al desaparecer
a una generación entera de
personas que resistían estas
políticas.
Para dar legitimidad a
estas ideas, un grupo de economistas y pensadores en la
década del 50, entre los que
se destacan los de la Universidad de Chicago, creó diversas
instituciones, revistas académicas y premios, entre ellos
el Nobel de economía, donde
desarrollaban y premiaban
sus ideas. La caída del muro
de Berlín, sumado a la derrota
de los principales intentos
revolucionarios y movimientos de resistencia de las últimas décadas, contribuyó
a instaurar la idea de que el
capitalismo había triunfado
irremediablemente. Como se
proclamó en ese entonces, era
“el fin de la historia”.
Por eso, no es casual que
el decálogo de políticas neoliberales impulsado por los
Estados Unidos para llevar
adelante en todo el mundo
esta ideología económica se
haya denominado “Consenso
de Washington”. De repente,
el neoliberalismo era un sistema de “consenso” que se
5
Cambio  Publicación quincenal de izquierda popular  Año 3  Número 35  Del 16 al 29 de marzo de 2016
 Decálogo del “Consenso de Washington”
 Empresas beneficiadas por la estatización de su deuda (1982)
Disciplina presupuestaria, sin déficit público.
Reorientación del gasto público con recorte de subsidios.
Reforma tributaria.
Liberalización financiera, tasas de interés determinadas por el mercado.
Disminuir barreras aduaneras para liberalizar el comercio internacional.
Tipo de cambio competitivo.
Eliminar barreras a las inversiones extranjeras directas.
Privatización de empresas estatales.
Desregulación del mercado laboral y de productos y servicios.
Legislación a favor de la protección de la propiedad privada.
 Deuda externa, en millones de dólares
50
43,6
40
35,7
30
27
19
20
11,7
10
0
45
13,6
8,2
1976
1977
aplicó desde el Chile de Pinochet a los países de la ex
Unión Soviética.
Lo cierto es que el nuevo
esquema de producción mundial, basado en la globalización y la deslocalización de la
producción, requería el fortalecimiento de las medidas
de desregulación de la economía. La liberalización financiera era necesaria para poder
desplazar los capitales de un
país a otro y la reducción de
las barreras aduaneras para
deslocalizar la producción en
distintos países hasta ensamblar los productos: el Estado
no debía intervenir en estas
decisiones.
Este nuevo esquema de
producción, sustentado en
las políticas neoliberales, dio
lugar a una transferencia de
ingreso regresiva (es decir, en
detrimento de los que menos
tienen), no solo en la Argen-
1978
1979
1980
1981
tina, sino en el mundo entero.
Como plantea el reconocido
economista Thomas Piketty,
mientras que durante la década del 40 el 10% más rico
de la población se apropiaba
el 35% del ingreso, hoy se
queda con el 50%.
 El consenso
de la deuda
A partir de las crisis que
azotaron nuestra región a
principios del siglo XXI, Latinoamérica registró un quiebre
en la tendencia y se registró
una mejora en la distribución
del ingreso, a contramano de
lo que seguía sucediendo en
Europa y Estados Unidos.
Sin embargo, actualmente
en Argentina estamos asistiendo otra vez a una redistribución regresiva del ingreso.
Como demostró un reciente
trabajo del CITRA-CONICET,
las medidas tomadas por el
1982
1983
01 – Cogasco SA 1.348.000.000
02 – Autopistas Urbanas SA
951.000.000
03 – Celulosa Argentina SA
836.000.000
04 – Acindar SA 649.000.000
05 – Banco Río 520.000.000
06 – Alto Paraná SA 425.000.000
07 – Banco de Italia 388.000.000
08 – Banco de Galicia 293.000.000
09 – Bridas SA 238.000.000
10 – Alpargatas SA 228.000.000
11 – CitiBank 213.000.000
12 – Cía. Naviera Pérez Companc
211.000.000
13 – Dalmine Siderca 186.000.000
14 – Banco Francés 184.000.000
15 – Papel De Tucumán 176.000.000
16 – Juan Minetti SA 173.000.000
17 – Banco Mercantil 167.000.000
18 – Aluar SA 163.000.000
19 – Banco Ganadero 157.000.000
20 – Celulosa Puerto Piray 156.000.000
21 – Banco Crédito Argentino
153.000.000
22 – Banco Comercial del Norte
137.000.000
23 – Banco de Londres 135.000.000
24 – Banco Tornquist 134.000.000
25 – Banco Español 134.000.000
26 – Sade 125.000.000
27 – Sevel 124.000.000
28 – Banco de Quilmes 123.000.000
29 – Parques Interama 119.000.000
30 – Cía. De Perforaciones Río Colorado
119.000.000
31 – Swift Armour 115.000.000
32 – IBM 109.000.000
33 – Banco Sudameris 107.000.000
34 – First National Bank Of Boston
103.000.000
35 – Astra A Evangelista SA 103.000.000
36 – Mercedes Benz 92.000.000
37 – Banco De Crédito Rural 92.000.000
gobierno de Macri afectaron
principalmente a los más pobres. Tras la suba de precios
que implicó la devaluación, la
quita de retenciones, la suba
de la luz y el aumento de los
alquileres, el 10% más pobre
de la población vio reducido
su poder adquisitivo en un
24%, siendo la franja de la
población más afectada. Asimismo, la inflación se ubica
actualmente en torno al 35%
anual en un contexto en el
que el gobierno nacional manifestó su intención de cerrar
las paritarias en 25%, lo que
generará disputas a lo largo
de todo el año.
La dictadura cívico-militar marcó el quiebre de
una serie de políticas proteccionistas y el final de un
Estado de tipo benefactor,
dando paso a una ideología
y a un sistema económico
que se mantiene al día de
38 – Deutsche Bank 90.000.000
39 – Industrias Metalúrgicas Pescarmona 89.000.000
40 – Banco Roberts 89.000.000
41 – Banco General de Negocios
87.000.000
42 – Alianza Naviera Argentina
82.000.000
43 – Propulsora Siderúrgica 81.000.000
44 – Ford 80.000.000
45 – Astilleros Alianza SA de Construc.
80.000.000
46 – Masuh SA 80.000.000
47 – Continental Illinois National Bank
76.000.000
48 – Banco Shaw 73.000.000
49 – Pirelli 70.000.000
50 – Deere and Company 69.000.000
51 – Cemento Noa 67.000.000
52 – Banco Supervielle 65.000.000
53 – Alimentaria San Luis 65.000.000
54 – Loma Negra 62 .000.000
55 – Selva Oil Incorporated 61.000.000
56 – Macrosa 61.000.000
57 – Sideco Argentina 61.000.000
58 – Chase Manhattan Bank
61.000.000
59 – Bank Of America 59.000.000
60 – Astra Cía. Argentina de Petroleo
59.000.000
61 – Deminex Argentina 57.000.000
62 – Industrias Pirelli 56.000.000
63 – Esso 55 La Penice S A 53.000.000
64 – Manufactures Hanover Trust
53.000.000
65 – Petroquímica Comodoro Rivadavia
52.000.000
66 – Cía. General Fabril Financiera
52.000.000
67 – Panedile Argentina 51.000.000
68 – Fiat 51.000.000
69 – Banco Pcia. de Buenos Aires
50.000.000
Otros 11.116.000.000
TOTAL: u$s 23.000.000.000
hoy. A pesar de que el kirchnerismo desafió algunas
de estas tendencias y postulados, las continuidades son
claras: siguen vigentes las
leyes de Entidades Financieras y de Inversiones Extranjeras Directas y la estructura
productiva heredada de ese
entonces. En este continuum,
las instituciones económicas
internacionales cumplen un
rol preponderante y determinante ya que exigen ciertas políticas que no pueden
ser modificadas a gusto de
cada país si quiere permanecer en los mercados internacionales. Un ejemplo de esto
son los límites que impone
la Organización Mundial del
Comercio al manejo de la política comercial.
Actualmente, el PRO
busca “reinsertar” a Argentina en el mundo a partir del
acuerdo multimillonario con
los fondos buitres para iniciar
un nuevo ciclo de endeudamiento externo. Esto sería la
plena reinserción de Argentina a un mundo donde perduran las reglas del Consenso
de Washington. Un mundo
donde la soberanía nacional
debe abandonarse para dar
paso a las reglas internacionales dictadas por los organismos internacionales y las
grandes potencias. Un mundo
donde la deuda opera como
mecanismo de dominación y
transferencia de rentas de los
países pobres a los ricos.
Los planteos ideológicos
del PRO justifican que la
apertura de Argentina en el
mundo será beneficiosa, el
sentido común instaurado durante décadas por un mundo
neoliberal lleva a que esta
idea no suene descabellada
a pesar de que la historia ha
demostrado lo contrario.
6 MEMORIA HISTÓRICA
Aquella militancia
Un rescate de la militancia setentista, con sus luces y sombras. La mirada de un compañero
cuyo compromiso fue forjado en aquel tiempo, pero renovado durante los 40 años
siguientes, llegando hasta el presente. Una respuesta ante la ofensiva conservadora.
Por Manuel Martínez
C
uando llegó la noticia de
que el Che había caído en
un valle de Bolivia en 1967,
algún nudo en la garganta
apretó a nuestra generación.
Éramos jóvenes, algunos muy
jóvenes. La onda expansiva de
la Revolución Cubana ya había
llegado años antes, dando lugar
a una nueva militancia que
rompía con las viejas estructuras de la izquierda reformista
de los años 60. Pero aquel
acontecimiento, nada menos
que la inmolación del Che, el
mayor ejemplo de entrega y
compromiso por la revolución,
se tradujo en una invitación
a la vida heroica para quienes
apenas balbuceábamos algún
proyecto político socialista en
Nuestra América.
Nos interpeló en primera persona, nos puso en la
disyuntiva de seguir pensando
en una salida individual o de
emprender el camino de la
lucha buscando de manera colectiva la liberación social. Y
esto último prendió en miles y
miles de jóvenes. Nos preguntábamos: “y ahora, ¿qué vas
a hacer?”, “¿vas a seguir pensando en las bondades de la
sociedad de consumo?”, “¿vas
a seguir pensando en ser un
profesional exitoso?”
El desafío planteado era
inmenso, y muchos de nosotros decidimos por la militancia. Sí, absolutamente, por
esa militancia que significaba
romper con la normalidad del
sistema, aprendiendo a vivir
de otra manera, entregándolo todo por la liberación de
nuestros pueblos. La Revolución Cubana, la enorme gesta
del Che, la lejana y al mismo
tiempo cercana guerra de
Vietnam, el Mayo Francés y la
Primavera de Praga de 1968,
el Cordobazo de 1969, el proceso revolucionario chileno
de principios de los 70: acontecimientos que se entremezclaban, que forjaban nuestra
conciencia y encendían el
fuego de nuestros corazones.
Ese fue el contexto. Ese
fue el escenario en el que se
formó la militancia multiforme de los años 70, sumándose a la de los 60, no como
“
simple suma aritmética sino
como extraordinaria suma
potencial que jugaría un rol
extraordinario en la historia
de nuestro país. Se puede –y
se debe– debatir aciertos y
errores: si el método guerrillero fue correcto o no, si la
construcción de organizaciones que buscaban enraizarse
en el movimiento obrero era
la mejor política, si era imprescindible estructurarse
en el movimiento peronista o
construir por fuera tendiendo
puentes hacia el peronismo,
etc. En cierta medida, 40
años después, estos debates
siguen planteados, tal vez, o
seguramente, con una mirada
más reflexiva, por cierto positiva, respecto de cómo se debatía en el fragor de la lucha
de aquellos años. Se dice que
la historia juega sus propias
volteretas, pero volver para
atrás, pensando en el presente
y jugando alguna apuesta al
futuro, resulta fundamental.
Las nuevas generaciones
militantes, que viven plenamente su juventud, no empezaron su acción desde un punto
cero. Aunque no lo hayan vivido, tienen atrás un pasado
que no deja de transmitirse,
de interpretarse y de juzgarse
de una u otra manera. Siguió
estando, más como legado que
como “pasado”, con luces y
sombras, recreándose en tantas luchas de los años 80, en la
resistencia al neoliberalismo
de los 90, en la propia rebelión
popular de diciembre de 2001,
en la generación que se incorporó a la política más adelante,
Las nuevas
generaciones
militantes, que
viven plenamente
su juventud, no
empezaron su acción
desde un punto
cero. Aunque no
lo hayan vivido,
tienen atrás un
pasado que no deja
de transmitirse, de
interpretarse y de
juzgarse de una u
otra manera.
motivada por la defensa de los
derechos humanos, la soberanía nacional y la justicia social.
Y hoy, aunque no siempre se lo
perciba, ese pretérito subyace
en la cotidianeidad de jóvenes
y no tan jóvenes que seguimos
ensayando e inventando formas, estilos y métodos militantes en este siglo XXI.
 Juicio crítico y
reivindicación
La militancia de los años 60
y 70 no debe endiosarse. Por eso
hablamos de luces y sombras.
Se la debe juzgar de manera
crítica, particularmente por su
fragmentación nunca superada,
por sus excesivas cargas ideológicas, por su confrontación
interna, etc. El fervor revolucionario era realmente transversal:
comprometía a los activistas de
fábricas, de oficinas, de bancos,
a estudiantes de universidades
y colegios, a intelectuales, artistas y periodistas, a los primeros
grupos feministas, a sacerdotes,
a nuestra gente de las villa. Ese
inmenso fervor, que se vivía
por todas partes, nunca cuajó
en una propuesta política unificada o mayoritaria que pudiera construir una alternativa
popular sumando fuerzas de la
izquierda peronista y marxista.
Es más, esa posibilidad parecía
un imposible. Fue impedida
por un dogmatismo destructivo, vigente por entonces, que
iba más allá del debate sobre la
participación electoral, más aún
cuando prácticamente todas las
organizaciones, incluyendo las
diferentes formaciones armadas, finalmente estaban a favor
de utilizar los mecanismos de la
democracia burguesa. Fue un
debate-no debate, en realidad
bloqueado, porque cada sector –con pocas excepciones– se
consideraba “la alternativa”.
Gran problema que también se
ha trasladado al presente.
Sin embargo, con todas esas
sombras, la militancia de los
60 y 70 contenía características
realmente sublimes. La idea de
Hombre Nuevo del Che encuadraba una práctica militante que
se desafiaba constantemente,
y desde la cual la entrega por
la causa significaba múltiples
renuncias, “privaciones”, digámoslo así, capacidad de moverse
a donde sea necesario, lejos de la
casa, de la familia y de las amistades. El compromiso militante
político-social no sólo contenía
alta autodisciplina –algo fundamental en tiempos de confrontación–, también incluía,
por ejemplo, la posibilidad de
proletarizarse, es decir, de transformarse en obrero, asumiendo
todo lo que ello implica. En este
contexto, la solidaridad, la camaradería, el aprender a compartir todo, la casa y la comida,
fueron una constante. Nuestras
relaciones personales se inscribían en ese marco, con libertad,
lejos del moralismo y la hipocresía del sistema.
Todo esto, que es inmenso y
que trasciende la visión de que
lo nuestro era voluntarismo,
contenía valores humanistas que estaban lejos de cualquier prebenda. Los actuales
ataques a la militancia, publicados por periodistas y otras
especies que se reciclaron en
la derecha, pretenden mostrar
otra cosa, asocian la militancia con el clientelismo, incluso
ponen en cuestión que haya
habido 30 mil desparecidos en
la noche negra de la dictadura.
Es infame que esto suceda a 40
años del golpe de 1976.
En la militancia de los 60
y los 70 existían convicciones
por las cuales se luchaba. Lo
que se disputaba, incluso en
medio de la fragmentación,
era el poder realmente existente. La valoración crítica de
esa militancia, como corresponde, nos devuelve ideales y
valores que hoy debemos resignificar.
INTERNACIONAL 7
Cambio  Publicación quincenal de izquierda popular  Año 3  Número 35  Del 16 al 29 de marzo de 2016
La gira de Obama busca una
nueva subordinación a EEUU
En su segundo mandato, Obama decidió recalcular su estrategia y avanzar en una nueva ofensiva, con
las dos facetas habituales, zanahoria y garrotes. Por estos días, podemos apreciar ambas: el avance de la
distensión con Cuba y, a la vez, un nuevo ataque contra Venezuela. ¿Cómo debe leerse esta gira clave, que
incluye la histórica visita a Cuba y la vuelta a la Argentina?
Por Leandro Morgenfeld
Docente UBA. Investigador
Adjunto del CONICET. Autor de
Vecinos en conflicto. Argentina
y Estados Unidos en las
conferencias panamericanas, de
Relaciones peligrosas. Argentina
y Estados Unidos y del blog
vecinosenconflicto.blogspot.com
E
n sus últimos meses
como presidente, Barack Obama intensifica
la ofensiva de Estados
Unidos para recuperar el liderazgo regional. Si en la
posguerra fría su hegemonía
en América Latina y el Caribe
parecía estar exenta de grandes desafíos, en los primeros
años de este nuevo siglo debió
enfrentar tanto los proyectos de cooperación política e
integración alternativa que
impulsaron los llamados gobiernos progresistas, como
la competencia china, que se
transformó en un socio comercial y financiero indispensable para muchos países.
Desde el final de la Segunda
Guerra Mundial, Estados
Unidos consolidó su dominio regional y llevó a fondo
la doctrina Monroe de 1823:
América para los (norte)americanos. Logró erigir un sistema interamericano bajo su
dominio, en torno a la Organización de Estados Americanos
(OEA), cuya sede no casualmente se encuentra en Washington, a escasos metros de la
Casa Blanca (un “ministerio de
colonias”, según la caracterizó
el Che) y cuyo instrumento
militar, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
(TIAR), solo se invocó cuando
Estados Unidos lo necesitó y
no, por ejemplo, cuando debió
intervenir en favor de la Argentina en el conflicto con
Gran Bretaña, en 1982. Esa
hegemonía fue desafiada por
la Revolución Cubana y por
los movimientos de liberación
nacional y de izquierda en los
años sesenta y setenta. Estados
Unidos impulsó la Doctrina de
Seguridad Nacional, entrenó a
millares de militares latinoamericanos en la Escuela de las
Américas y apañó golpes militares y dictaduras, además de
esquemas represivos como el
Plan Cóndor.
Tras la caída de la Unión
Soviética, la guerra fría y el
consecuente peligro rojo ya no
pudieron usarse como excusas.
Se impuso el llamado “Consenso de Washington” y el gobierno de George Bush lanzó la
“Iniciativa para las Américas”,
que luego se transformaría en
el proyecto del ALCA. Esa iniciativa pretendía consolidar la
subordinación económica latinoamericana y otorgar mejores condiciones al gran capital
estadounidense para competir
contra los de otros países y, a
la vez, subsumir más acabadamente el trabajo. La ofensiva
neoliberal avanzó raudamente
en la última década del siglo
pasado, pero provocó crisis
económicas y levantamientos
políticos y sociales. El cambio
en la correlación de fuerzas
a nivel continental y el surgimiento del llamado ciclo
progresista o posneoliberal
permitió a Nuestra América resistir y derrotar el ALCA hace
una década y, a la vez, construir herramientas novedosas
como la UNASUR, la CELAC
o el ALBA. La hegemonía estadounidense fue doblemente
desafiada, con relativo éxito, lo
cual implicó una singularidad
histórica.
 Promesas
rápidamente
defraudadas
En 2009, Obama llegó a la
Casa Blanca con la promesa
de impulsar un giro radical en
la política exterior de su país,
en particular hacia Nuestra
América, que tanto había re-
“
pudiado a su antecesor, George
W. Bush. Sin embargo, más rápido que tarde, las expectativas
que había generado se vieron
defraudadas: continuó la militarización (mantuvo la IV Flota
del Comando Sur y la cárcel de
Guantánamo, instauró nuevas
bases militares y continuó con
la nefasta “guerra contra las
drogas”), el injerencismo (golpes de nuevo tipo en Honduras
y Paraguay, intentos de desestabilización en Venezuela,
Ecuador y Bolivia), espionaje
contra gobiernos (denunciados
por Edward Snowden) y las
agresivas políticas hacia Cuba
(bloqueo económico, comercial y financiero, boicot a su
inclusión en las Cumbres de las
Américas, financiamiento de
grupos opositores, campañas
políticas e ideológicas contra
la isla). Nuestra América, en
tanto, avanzó en la integración
regional y profundizó los vínculos con potencias extra hemisféricas, como China y Rusia,
disminuyendo la subordinación con Estados Unidos.
En los últimos años, sin
embargo, la crisis internacional afectó el precio de los
commodities, generando estancamiento y recesión en la
región, luego de una década
de acelerado crecimiento y, en
marzo de 2013, con la muerte
de Chávez, se ralentizó además
el proceso de integración alternativa. Estos cambios económicos y políticos impulsaron a
Estados Unidos a intentar recuperar la hegemonía en lo que
históricamente consideraron
su exclusivo “patio trasero”.
Obama busca realzar
internacionalmente
la figura de Macri e
impulsarlo como el
nuevo líder regional
de la restauración
conservadora.
Obama inició negociaciones
con Raúl Castro para retomar
las relaciones diplomáticas –
hito concretado el 20 de julio
pasado–, para disminuir el rechazo que la anterior política
agresiva hacia la isla generó en
el mundo entero, pero aún resta
mucho para normalizar las relaciones bilaterales –persisten el
bloqueo, la ocupación de Guantánamo, la injerencia en los
asuntos internos y la demanda
de indemnización por las pérdidas multimillonarias que causó
el bloqueo. El saliente mandatario estadounidense busca pasar
a la historia como el primero en
visitar la isla en 88 años y, a la
vez, apuesta a impulsar la restauración capitalista en la isla
y un movimiento político que
reclame el fin de la revolución.
Como esa política de distensión
le generó críticas internas de
los sectores más anti-castristas,
equilibró el viaje incluyendo en
la gira a la Argentina.
Obama busca realzar internacionalmente la figura de
Macri e impulsarlo como el
nuevo líder regional de la restauración conservadora: en las
antípodas del eje bolivariano,
impulsor de una política exterior alineada con Estados
Unidos y la Unión Europea, y
de una política económica de
matriz neoliberal, en el marco
de las exigencias de los organismos financieros internacionales. Además, pretende
que Argentina se incorpore
al Acuerdo Transpacífico de
Cooperación Económica y que
la DEA y el Pentágono trabajen más estrechamente con las
fuerzas de seguridad que comanda Patricia Bullrich.
Aunque con una estrategia distinta a la empleada por
Henry Kissinger en los años setenta para alinear a los dictadores latinoamericanos, la Casa
Blanca sigue procurando mantener su hegemonía regional
y evitar que avancen proyectos de integración alternativa
como los que impulsaron los
países bolivarianos en los últimos años. El desafío, para los
movimientos populares de la
región, es desenmascarar las
políticas imperialistas, más
allá de las distintas formas
que adopten. El 24 de marzo,
organismos de derechos humanos, sindicatos, centros de
estudiantes y múltiples agrupaciones políticas repudiarán
las complicidades imperiales
con la última dictadura militar, pero también los intentos
actuales para volver a subordinar a una región que sigue a
la expectativa de construir la
patria grande que imaginó Bolívar hace dos siglos.
8 SINDICALES
Entrevista a Victoria Basualdo, investigadora de CONICET y del Área de Economía y Tecnología de FLACSO
“La dictadura cambió
laborales de manera
Victoria Basualdo es historiadora y hace más de 15 años trabaja interrogando nuestro pasado. El grabador todavía
estaba apagado y en el primer cruce de palabras ratificamos que la historia es un arma cargada de futuro. Que en
todas las voces trabajadoras, reprimidas, desaparecidas, que resisten el olvido, está nuestro presente.
Por Cecilia Pato
Cambio: ¿Cuál fue el marco de
organización obrera y sindical
que precedió al golpe?
Victoria Basualdo: En primer lugar, está bueno pensar
los 40 años del golpe desde
el proceso de organización
sindical y desde la historia
de la clase trabajadora. Hay
que hablar de los orígenes de
la organización sindical en
la Argentina en la segunda
mitad del siglo XIX con consolidación en las primeras
décadas del siglo XX, de un
proceso de estructuración del
movimiento sindical durante
el peronismo muy significativo, que se caracterizaba, por
un lado, por ser muy centralizado, verticalizado en gremios
por ramas de actividad; y por
una presencia muy fuerte en
los lugares de trabajo, por
otro. Es una marca muy significativa de nuestro país.
Esto supuso una estructura
sindical que creció exponencialmente durante el peronismo. Para tener una idea,
desde mediados de los años
40 hasta mediados de los 50
se triplica la cantidad de afiliados. Pero, además, estamos
hablando de un movimiento
con fuerte presencia en los
establecimientos laborales, lo
que marca una capacidad del
movimiento sindical de llegar
al lugar de trabajo, y una capacidad de los trabajadores
de poner presión sobre el liderazgo gremial. Y aun después de la ofensiva que operó
después del ‘55, cuando no
hubo solo una contra el peronismo sino contra el movimiento sindical y contra la
clase trabajadora, en los 60 se
dio una reactivación del proceso de disputa, desde antes
del Cordobazo.
C: ¿Y qué
Cordobazo?
significó
el
VB: A mediados de los años
60, existieron disputas muy
significativas en muchos gremios, procesos de organización y huelgas muy largas
como la de los portuarios en
el 68, la creación de la CGT de
los Argentinos como polo de
articulación de un sector sindical combativo. Lo que hace
el Cordobazo es visibilizar a
nivel nacional la existencia
de este activismo tanto estudiantil como obrero, que son
las dos líneas que confluyen,
y marcan de algún modo un
límite muy acentuado de disputa entre el 69 y el 73, hasta
que se logra el retorno a la democracia. Esto es central para
entender lo que está en disputa entre el 73 y el 76, que no
es sólo un proceso de militancia política sino, además, una
disputa, en torno a las formas
de organización económica
y social, de los distintos proyectos de país que estaban
en juego. Y yo diría que eso
fue muy complejo, porque no
se daba sólo a niveles de los
sectores dominantes y de los
trabajadores, sino que también existían distintos proyectos dentro del movimiento
sindical.
C: ¿Cómo podés describir a
esos sectores?
VB: Por un lado, estaban
los sectores vinculados con
el gobierno peronista, con
un gran poder en los años
74-75. Y otros sectores, crecientemente radicalizados,
algunos vinculados a las organizaciones políticas y político-militares que buscaban
una transformación radical,
y que criticaban a los más
ortodoxos por querer obtener mejoras parciales que no
alcanzaban para delinear lo
que ellos defendían como un
proyecto de transformación
radical de la sociedad y de la
economía.
C: Y en ese contexto, ¿cuál
era el poder de la clase
trabajadora?
VB: Hay algunos elementos que nos permiten mirar
el grado de poder obrero en
esa etapa, como la participación en el ingreso o su distribución funcional, que mide
los salarios y beneficios en
el Producto Bruto nacional.
Antes del derrocamiento del
peronismo había una participación que se acercaba a los
“
Había un conjunto de
empresarios que no
eran víctimas sino parte
misma del proceso
represivo, que no
presentaron quejas
formales ni informales
durante ni después de
la dictadura.
48 puntos, luego de haber alcanzado el famoso “50-50”.
Esto es lo que se busca reconfigurar de la Revolución
Libertadora en adelante, y se
va recuperando con el ciclo
de conflictividad desde fines
de los años 60 hasta alcanzar
nuevamente una participación cercana a los 45 puntos
en el año 1974, antes de las
políticas de ajuste de Rodrigo
y luego de Mondelli.
Otro elemento que ayuda
a ver el grado de poder de la
clase trabajadora es el nivel
de movilización y el grado de
respuesta que tuvieron ante
momentos de ajuste. Hubo
históricas movilizaciones
entre junio y julio de 1975 que
muestran una respuesta muy
grande frente a los intentos
de ajuste. Y si hay algo que
marca la conflictividad de la
clase en la primera mitad de
los años 60 es su importancia,
su alcance y su extensión dentro de los lugares de trabajo.
Se daban procesos de organización desde las bases con delegados y comisiones internas
que se enfrentaban no sólo a
la patronal sino también a sus
propias direcciones sindicales, y estos representantes de
base lideraron muchos procesos de organización.
C: ¿Qué significó el 24 de
marzo en todo este proceso
de organización?
VB: Para entender el golpe sí
o sí hay que entender la represión a los trabajadores que se
acentúa desde 1974 en adelante. En una investigación
reciente sobre 25 casos de empresas en todo el país, confirmamos que existió un proceso
represivo muy fuerte en Córdoba en 1974, con el cambio de
gobierno y el avance del sector
de derecha del peronismo,
una persecución sistemática
a los líderes sindicales como
Tosco o Salamanca, que están
en la clandestinidad desde
ese momento. Hay un proceso de represión muy fuerte
en Tucumán que coincide con
el Operativo Independencia,
que tiene una rama de represión al movimiento sindical
muy importante. También en
casos emblemáticos, como el
Ingenio Ledesma, el proceso
represivo empieza en 1975 y la
persecución se acentúa desde
ese momento. Lo mismo en
todo el cordón industrial de
la zona norte del Gran Buenos
Aires hasta el sur de Santa Fe,
en donde se produce un proceso de represión muy fuerte
desde 1975, un año exacto
antes del golpe, con epicentro
en Villa Constitución, donde
se toma por asalto la localidad
y se detiene a dos camadas sucesivas de dirigentes obreros
de Acindar. Frente a esto, los
trabajadores responden con
dos meses de huelga y una
gran inserción territorial.
Y en el 24 de marzo hay
un punto de inflexión y una
transformación. Se impuso
una prohibición de derechos
básicos de toda organización,
prohibición del derecho a
huelga, de la petición colectiva, una reconfiguración de
todos los derechos de organización que van a barrer con el
proceso de acumulación del
que hablábamos. Eso es lo
que se desarticula. Y todo un
sector, que en la etapa previa
daba la disputa incluso desde
la clandestinidad, es un sector que va a ser desaparecido,
exiliado, que va a tener que
esconderse bajo las piedras.
C: Intentando profundizar en
ese punto de inflexión que supuso la dictadura, ¿podés explicar la conexión entre las fuerzas
militares y el poder económico?
9
Cambio  Publicación quincenal de izquierda popular  Año 3  Número 35  Del 16 al 29 de marzo de 2016
las relaciones
brutal”
VB: La dictadura impuso un
enorme cambio estructural a
partir de la reforma financiera
de 1977, de la apertura en
1979, de una transformación
brutal de los precios relativos
de la economía y de una dramática reconfiguración del
endeudamiento externo. En el
golpe confluyeron elementos
de carácter económico, laboral y represivo. No podemos
pensar a las fuerzas armadas
como un sujeto excluyente,
sino que hubo un entramado
de poder que la sostuvo. Y,
en este sentido, claramente
el papel de los empresarios
fue fuerte en términos de las
redes que hicieron posible la
configuración de un equipo
económico liderado por una
figura empresarial como
Martínez de Hoz, que pasó
de ser presidente de Acindar
a ministro de Economía de
la dictadura. Y, además, por
la densidad e intensidad que
asumió la confrontación capital-trabajo. En la etapa previa
hay un involucramiento muy
importante del empresariado
en la represión.
C: ¿Podés contar con más detalle ese rol de los empresarios y las complicidades
civiles?
VB: Hubo una relación orgánica, de provisión de cuadros.
“
sión, a partir de cuestiones
muy concretas: la elaboración de listas de trabajadores
a ser detenidos, la provisión
de vehículos para detener,
la no presentación de alguna
queja ante la utilización de la
propiedad privada para fines
represivos que incluye la
provisión de recursos financieros. Luego registramos la
presencia de varios empresarios en momentos de tortura y
en 5 de los 25 casos registramos la existencia de centros
clandestinos de detención y
tortura en los propios predios
de la fábrica. Esto es lo que
nosotros llamamos proceso
de “militarización de la fábrica”, es decir, una presencia
militar explícita con operativos masivos con tanques, helicópteros. Y no se restringió
al momento del golpe, sino
que existieron operativos muy
significativos o incluso presencia militar permanente.
Había un conjunto de empresarios que no eran víctimas
sino parte misma del proceso
represivo, que no presentaron
quejas formales ni informales durante ni después de la
dictadura.
Las empresas son
núcleos centrales del
poder económico
en la actualidad y
aquello que pasó en la
dictadura reconfiguró
relaciones económicas,
sociales y laborales
que permitieron otra
forma de explotación
y disciplinamiento de
los trabajadores que
permanece hasta la
actualidad.
En un informe abordamos la
forma en que se involucraron
las empresas en la represión
a través de 25 casos en todo
el país y confirmamos tendencias más amplias. El caso de
Acindar, el papel de Martínez
de Hoz y el tipo de represión
que allí existió no era un caso
único. Y vimos que, efectivamente, en estos 25 casos de
grandes empresas hay una
participación muy fuerte de
los empresarios en la repre-
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Estamos viviendo los primeros días de una nueva etapa política en el país.
Una mirada sobre la ofensiva de la nueva derecha.
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die!
VB: Es muy difícil revisar
estas historias y tienen que
ver con una reconfiguración
del papel de los trabajadores en la sociedad. El caso
de Jorge Julio López es muy
claro en ese sentido, su propia
familia no conocía parte de su
historia justamente porque él
no había querido transmitirles lo que le había sucedido.
Padecían el miedo, la estigmatización, la participación
sindical como algo peligroso,
de la mano de un proceso
complejo que es el afianzamiento de otra práctica de
militancia sindical. Las patronales no quieren evitar del
todo esa militancia porque la
necesitan de algún modo, entonces la dictadura implicó
persecución sistemática de
los sectores combativos, pero
también un proceso de reconfiguración de las estructuras
sindicales fortaleciendo a los
sectores dirigentes más reaccionarios y vinculados a las
dirigencias patronales.
En los 80 se produce una
recuperación parcial de algunos sectores de la militancia
sindical pero en un marco que
condiciona muy fuertemente
sus capacidades de organización, con crisis crecientes
hasta llegar a la hiperinflación
de 1989 y a lo que va a ser la
“
Hubo históricas
movilizaciones entre
junio y julio de
1975 que muestran
una respuesta muy
grande frente a los
intentos de ajuste.
Y si hay algo que
marca la conflictividad
de la clase en la
primera mitad de
los años setenta es
su importancia, su
alcance y su extensión
dentro de los lugares
de trabajo.
segunda ola de reformas neoliberales. Esto venía acompañado de un fortalecimiento de
los sectores que van a avalar
las reformas liberales y van
a sacar beneficios personales
e institucionales de ese segundo enorme retroceso de
los trabajadores.
Entonces, claramente la
dictadura instauró una nueva
etapa en las relaciones laborales, cambió las relaciones de
fuerza de manera brutal. Por
ejemplo, en 1974, los trabajadores tenían 45 puntos del
ingreso nacional y en 1982,
entre la crisis inflacionaria y
la salida de la dictadura, 22
puntos del ingreso nacional.
Esto implicó una reconfiguración de relaciones sociales
que marcaron nuestra historia posterior.
C: ¿Ves alguna relación de lo
que sucedía entonces con lo
que estamos viviendo en los
últimos meses en nuestro
país?
VB: Estas empresas que comentaba son muchas que a la
vez investigamos por violación
de los derechos laborales y sindicales de manera sostenida
en la actualidad, a partir de la
implementación de políticas
empresariales como la tercerización (factor de disciplinamiento y división del colectivo
laboral que divide trabajadores
de primera y de segunda, es
decir, trabajadores de planta
reconocidos con todos los derechos y trabajadores tercerizados, que son externos, que no
son parte del colectivo laboral
formalmente y por los cuales
las empresas no responden).
Estas empresas no son
parte del pasado, son núcleos
centrales del poder económico
en la actualidad y aquello que
pasó en la dictadura reconfiguró relaciones económicas,
sociales y laborales que permitieron otra forma de explotación y disciplinamiento de
los trabajadores que permanecen hasta la actualidad.
El nuevo intento de refundación económica y social que
está haciendo el macrismo hay
que verlo desde esta perspectiva. De algún modo, a 40 años
del golpe tenemos una disputa
histórica: si como trabajadores elaboramos estos procesos
podemos encontrar vías de salidas en la actualidad.
10 DERECHOS HUMANOS
Voces por #UnaSolaMarcha
Junto a distintas
organizaciones
políticas, sociales,
culturales y de
derechos humanos
hemos trabajado en
el último mes para
que en todo el país
las movilizaciones
por el 24 de marzo
sean en unidad.
Mediante una
campaña de
afiches, mesas
en las esquinas,
intervenciones en
las redes sociales
y en los medios de
comunicación, la
propuesta fue muy
bien recibida por
miles de personas
y conseguimos
instalar el debate
en el seno de la
militancia popular,
si bien en la
mayor parte de
las ciudades por
ahora no logramos
nuestro objetivo.
Recopilamos
acá algunas de
esas voces, que
para nosotros
representan un
punto de partida
para la tarea de
largo aliento de
construir la unidad
popular en la
Argentina.
 José Schulman, secretario
nacional de la Liga
Argentina por los Derechos
del Hombre (LADH)
 Carlos del Frade,
periodista y diputado
provincial de Santa Fe por
el Frente Social y Popular
 Natalia Vinelli, docente
universitaria, referente de
la comunicación popular e
integrante de Barricada TV
Obama viene a la Argentina cual un
cónsul imperial romano que acaba de
recuperar el control pleno de un territorio lejano y apreciado. No solo quieren
nuestras riquezas y agraviar la causa de
la unidad americana. Buscan borrar el
carácter subversivo de la memoria construida como invocación de las luchas por
la Patria socialista y pretenden transformarlas en un miserable repudio a la “violencia política”, como ha dicho Macri en
el Congreso. Pretenden robarnos hasta
el 24 de marzo y ponerlo al servicio de la
“guerra al terrorismo”.
Si el genocidio fue contra todo un
pueblo, solo en unidad se podrá romper
el ciclo de derrotas posibilitadas por la
ausencia de una alternativa popular verdadera. ¿Si no nos unimos el 24, con qué
cara miraremos a los despedidos, golpeados, verdugueados y hambreados por
el macrismo? La división siempre hace
más fuerte al enemigo. Unirse, entonces,
no solo es la opción más eficaz políticamente, sino la más ética y coherente con
la memoria de los treinta mil.
El cambio de gobierno es fundamental para analizar todo lo que está pasando en materia económica, política y,
fundamentalmente, social.
Lo que hay que decir es que este 24 de
marzo necesitamos tener en las calles de
las grandes ciudades de la Argentina la
mayor cantidad de gente posible. A partir de eso, lo importante es que se pueda
convocar desde un mismo lugar y con
una sola marcha. Claramente, existen
diferencias, pero si hacemos hincapié en
lo que significa para las grandes mayorías esta fecha no nos vamos a equivocar.
Las diferencias pequeñas tienen que minimizarse por la presencia de las grandes
mayorías en las calles.
Cuando pensamos en los 40 años,
estoy convencido de que no nos han vencido, como dice la vieja consigna. Creo
que es una frase que nos identifica a
todos los sectores y creo que, además de
muy linda, es muy acertada. Y la puede
enarbolar cualquiera que quiera ocupar
un lugar público el 24 de marzo, y en
este sentido nos podemos unir.
Este aniversario del golpe de Estado del
24 de marzo de 1976 cobra una relevancia
especial por dos razones fundamentales.
La primera es que se recodará el golpe
en el marco del nuevo gobierno de la derecha liberal, que es portadora de muchos de
los valores que la dictadura había venido a
imponer a sangre y fuego. Podemos decir
que hoy gobiernan los civiles del “proceso”.
La segunda razón es la presencia de
Barack Obama en el país, lo cual es una
novedad después de las reiteradas visitas de presidentes yanquis en la década
menemista. La llegada de Obama será el
broche de oro con el que Mauricio Macri y
su banda de CEOs pretenden coronar los
cuatro meses de gestión.
En esta nueva situación política,
es necesario que las diferencias entre
las organizaciones y movimientos del
campo popular y la izquierda sean puestas en el lugar que corresponde, que para
nosotros es el debate hacia adentro que
permite profundizar sin chicanas. El
enemigo es uno y claro, y viene por todo.
No podemos enfrentarlo divididos, a
riesgo de que se consolide cada día más.
 Diego Montón, referente
del Movimiento Nacional
Campesino Indígena (MNCI)
y de la Coordinadora
Latinoamericana de
Organizaciones del Campo
(CLOC – Vía Campesina)
 Jonathan Thea, referente
de Seamos Libres
 Laura Ferrer, secretaria
general del Sindicato de
Docentes e Investigadores
de la Universidad Nacional
de Rosario (COAD)
Para nosotros, el golpe del 24 de
marzo del 76 no significó solamente un
golpe a la democracia sino, principalmente, la imposición por medio de la
violencia de la subordinación de nuestro
país y nuestra economía a los intereses
del capital financiero internacional.
Hoy estamos viviendo un contexto
en el que, si bien el macrismo llegó al
gobierno por medio de las elecciones,
vemos de nuevo el intento de subordinarnos a los intereses del capital financiero y también vemos distintos resortes
de violencia institucional.
Frente a eso creemos que es bien importante que los sectores populares, en
todas sus expresiones, nos mostremos
unidos y contra ese proyecto de subordinación y en defensa de la democracia,
la soberanía nacional y la justicia social.
El contexto político debe servirnos a
las fuerzas sociales y políticas de la democracia para comprender que debemos
estar unidas en este momento. Tenemos
que mostrar una posición unificada
frente al rumbo que han tenido las políticas en materia de memoria, verdad y
justicia durante los últimos años.
Hay una embestida, tanto a través
del vaciamiento de agencias y programas estatales destinados a trabajar estos
temas como a partir de declaraciones de
distintos funcionarios del gobierno de
Mauricio Macri, que han amenazado con
paralizar los juicios por crímenes de lesa
humanidad, intentando reinstalar la teoría de los dos demonios y cuestionando
la cantidad de compañeros desaparecidos por el Estado genocida.
Este 24 de marzo, a 40 años del golpe
cívico militar, que entre otras muchas
cosas prohibió el derecho a huelga y anuló
los convenios de trabajo, anulando las paritarias, buscando debilitar el poder de la
clase obrera organizada, que secuestró,
encarceló y asesinó a miles de trabajadores y trabajadoras en nuestro país, es importante estar unidos.
Hoy nos imponen un “protocolo antipiquete”, devalúan nuestro salario, hoy nos
debemos ocupar en la construcción de una
nueva mayoría gremial sólida y unificada
con la que podamos enfrentar la realidad
que intentan imponernos desde los sectores dominantes. No podemos darnos
el lujo de un paso atrás en las conquistas
alcanzadas.
11
Cambio  Publicación quincenal de izquierda popular  Año 3  Número 35  Del 16 al 29 de marzo de 2016
Los juicios, una conquista
a seguir defendiendo
A pesar de los vaivenes en las voluntades políticas y de la demora en el
curso de los procesos, los juicios que se están llevando adelante en distintas
provincias del país son una conquista obtenida por el movimiento popular
en estos 40 años de lucha por memoria, verdad y justicia. Un resumen de la
actualidad de los juicios. Más que nunca, ni olvido ni perdón.
Jujuy
Grupo Tumbaya – La causa investiga el secuestro de 17 militantes del Partido Comunista conocidos como el Grupo Tumbaya.
Son juzgados 14 ex militares, policías jujeños,
federales y agentes del servicio penitenciario.
Salta
La Veloz del Norte – Investiga la participación
de Marcos Levín, dueño de La veloz del Norte,
en el secuestro y tortura de uno de los empleados y delegado de la UTA.
Víctimas de Oran – Es el noveno juicio que
se lleva adelante en esta provincia e inició
en octubre de 2015. De las 24 víctimas hay
19 que fueron asesinadas o se encuentran
desaparecidas.
El 29 de junio de 2015 un tribunal dictó sentencia contra seis represores por el secuestro
y homicidio de 17 víctimas, entre ellas el ex gobernador Miguel Ragone, en marzo de 1976.
Catamarca
En noviembre de 2015 terminó el tercer juicio
por delitos de lesa humanidad de esta provincia. Se dictaron dos sentencias de 9 y 12 años
de prisión y absolvió a otros tres.
La Rioja
Megacausa Batallón 141 – Entre los imputados está Roberto Catalán, ex juez de la dictadura que se juzga como cómplice civil de la
represión, y tiene como máximo responsable
a Luciano Benjamín Menéndez, que ya acumula 10 condenas a prisión perpetua.
San Juan
Represores libres – Con 42 procesados, la
mitad de ese número goza del beneficio de
prisión domiciliaria.
San Luis
Juicio abreviado a Menéndez – Este juicio
tiene como único imputado a Menéndez ya
que no pudo ser juzgado junto a los 28 represores condenados el 10 de abril de 2015. Investiga 11 homicidios calificados, 29 hechos
de tormentos con privación de la libertad y
29 hechos de privación abusiva y agravada de
la libertad.
Mendoza
El juicio a los jueces – En este proceso se encuentran, entre los 40 imputados, cuatro ex
integrantes del poder judicial de la provincia.
Iniciado en febrero del 2014, el juicio está en
etapa de alegatos.
San Rafael – Tiene 27 imputados. Los delitos
investigados son contra 78 víctimas.
Chaco
Brigada de Investigaciones - En marzo inicia en
Chaco el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad de la provincia. Hay 11 imputados.
Ligas Agrarias – Se encuentra en etapa de instrucción, y hay procesado en enero de este año
a 1 ex militar y 5 ex policías.
Córdoba
Megacausa La Perla – En la última semana
de enero se reinició el Juicio “La Perla” donde
se investigan los delitos cometidos contra 716
víctimas y que tiene 44 imputados.
Santa Fe
Megacausa Santa Fe – Es el primer juicio en la
capital provincial. Hay 52 víctimas y se espera
escuchar el testimonio de 185 personas.
Rosario – Inició en junio de 2015. Se investiga
el secuestro y asesinato de Osvaldo Cambiaso y
Eduardo Pereyra Rossi en mayo de 1983. Entre
los 12 imputados se encuentra Luis Patti.
Entre Ríos
Área Paraná II – El expediente tiene ocho imputados y se investigan secuestros, apremios
ilegales y torturas contra 22 detenidos políticos.
Capital Federal
Megacausa ESMA - Es uno de los procesos
más grandes del país, y se encuentra en su
etapa final. La causa tiene 56 imputados y se
investigan 789 delitos.
Plan Cóndor - En el juicio “Operación Cóndor” se estima que el veredicto podría conocerse en abril.
Provincia de Buenos Aires
En la provincia de Buenos Aires inició en febrero de este año un juicio ante el TOF N° 1
de San Martín. El proceso tiene 11 imputados
y se investigarán delitos cometidos contra 60
víctimas.
Causa Triple A, Bahía Blanca – En septiembre
de 2015 se dictó la prisión preventiva de cinco
civiles acusados de integrar la Triple A entre
1974 y 1975.
Causa “Base Naval III”, Mar del Plata – Tiene
16 acusados de cometer delitos contra 123 víctimas. El juicio se inició en mayo de 2015 y es
el séptimo juicio que se realiza en la ciudad.
Concentración Nacionalista Universitaria,
Mar del Plata– En febrero reinició el juicio
por los 8 asesinatos cometidos por la CNU en
1975. Están siendo juzgados nueve civiles y un
militar retirado, que habrían sido liderados
por el ex fiscal Gustavo Demarchi.
Neuquén
La Escuelita IV – El juicio comenzó en diciembre del 2015 y tiene 22 imputados. Muchos de
ellos ya tienen condena en juicios anterior por
delitos de lesa humanidad. De las 28 víctimas,
14 continúan desparecidas.
Fuente: notas.org.ar
12 COMUNICACIÓN POPULAR
Medios y dictadura
La complicidad
de los medios
ayer y hoy
De cómplices y aplaudidores de la dictadura a promotores de la teoría de los dos demonios, tras cuatro
décadas, los medios hegemónicos, operadores por excelencia en la conciencia social, siguen estando en la
vereda de enfrente del pueblo y la lucha por los derechos humanos.
Por Julia de Titto
E
n 2001 se hizo famosa
aquella frase pintada
con aerosol en las calles
argentinas: “Nos están
meando y los medios dicen
que llueve”. Si hubiera que
aplicarla al rol de la mayoría
de los grandes medios de 1976
en adelante, se podría reformular “Nos están desapareciendo y dicen que jugamos a
las escondidas”.
“Las Fuerzas Armadas
asumen el poder; detúvose
a la Presidente”, anunciaba
La Nación en su tapa el 25
de marzo. “Nuevo gobierno”,
afirmaba Clarín, sin decir
quiénes o cómo habían llegado allí. Quisieron mostrar
cierta “naturalidad” en los
acontecimientos. Vale mirar
con atención cómo las condiciones para el golpe cívico-militar fueron instaladas
desde antes del 24 de marzo.
Pero no se quedaron ahí.
Así como con los secuestros,
las torturas y las desapariciones, como con las medidas económicas, políticas y culturales,
el silencio, la justificación y la
repetición acrítica del discurso
de las fuerzas armadas fue lo
Tapas de Clarín y La Nación del 24 de marzo de 1976. Los
medios intentaron construir un escenario de “normalidad”
frente al golpe.
que predominó en los medios.
El régimen necesitaba quienes lo legitimen, le den posibilidades de existir y aire para
accionar. Los medios gráficos
fueron, entonces –salvo honrosas excepciones–, cómplices
del genocidio.
Allí estaba La Nación, histórico diario de expresión de las
clases dominantes argentinas,
oligárquico casi de nacimiento,
exultante –con su sobrio estilo
propio– con la “lucha antisubversiva” y, al menos en un
primer momento, defensor sin
matices del plan económico.
Clarín, que por entonces tenía
una línea marcadamente desarrollista, también apoyó la
represión y la dictadura, pero
marcó cierta distancia con el
plan económico de Martínez de
Hoz. A ninguno de los dos medios le tembló el pulso para hacerse con las acciones de Papel
Prensa ni para vivar el triunfo
mundialista ni tratar de “antiargentinas” a las denuncias
por violaciones de los derechos
humanos.
En Decíamos ayer. La
prensa argentina bajo el Proceso, Eduardo Blaustein y
Martín Zubieta aseguran que
el periodismo de la época dejó
Editorial de La Nación del 2 de abril de 1977. En referencia
a un discurso de Videla se refiere a la democracia
como “espíritu ciudadano más que la fachada de las
instituciones”.
de hacer las dos preguntas más
significativas: por qué y cómo.
Está claro que Clarín y La Nación no han sido los únicos medios que apuntalaron el silencio
y la aceptación social de la dictadura (basta con mencionar
al entonces masivo La Razón,
Crónica, Revista Gente, entre
otros), pero su rol en la actualidad los coloca en un lugar destacado para el análisis.
Es desde sus mismas páginas que defendieron los indultos de Menem y reivindicaron,
desde la vuelta de la democracia, la teoría de los dos demonios. La Nación, en un artículo
Gente y todos los medios gráficos publicaron en tapa
la noticia de la muerte de Norma Arrostito, dirigente
montonera. Mientras tanto, “la Gaby” se encontraba
detenida ilegalmente en la ESMA y sería luego asesinada.
13
Cambio  Publicación quincenal de izquierda popular  Año 3  Número 35  Del 16 al 29 de marzo de 2016
“
Así como con los
secuestros, las torturas
y las desapariciones,
como con las medidas
económicas, políticas y
culturales, el silencio,
la justificación y la
repetición acrítica del
discurso de las fuerzas
armadas fue lo que
predominó en los
medios. El régimen
necesitaba quienes
lo legitimen, le den
posibilidades de existir
y aire para accionar.
Los medios gráficos
fueron, entonces
–salvo honrosas
excepciones–,
cómplices del
genocidio.
editorial de 1989, afirmaba:
“Los acontecimientos iniciados por el terrorismo ideológicamente comprometido con
la extrema izquierda –y ese
carácter de haber sido el iniciador del drama desatado no
puede ignorarse– y los que siguieron, a raíz de una metodología represiva que no atendió
como era menester principios
éticos insoslayables, dejaron
huellas imborrables en la memoria de los argentinos”. “La
acción subversiva trajo consigo
la represión y se conformó un
círculo de hierro cuya lógica
final no era sino la matanza
entre hermanos”, decía Clarín
en 1990.
Si el periodismo “es la primera versión de la historia”,
como sintetizaba el ganador
del premio Pulitzer Bill Kovachs, el accionar de los medios
de comunicación es la usina
de construcción de los relatos
sobre el pasado y el presente.
Lo dicho y lo silenciado intenta
convencer a la sociedad y dialogar con el poder político en
un único acto. Es así que desde
la derogación de las leyes de
Obediencia Debida y Punto
Final, las posiciones editoriales se tornaron más moderadas y tácticas en este tema (no
en tantos otros), sabiendo que
Clarín informa en tapa la adquisición de Papel Prensa. Luego
se sabría que fue vendida a Clarín, La Nación y La Razón por
la presión -secuestros y tortura mediante- a los sucesores
del antiguo dueño David Graiver, muerto en un misterioso
accidente aéreo en México en 1976.
el contrato de credibilidad y
confianza de la sociedad con
los medios se había roto o por
lo menos ajado.
Juzgar a los genocidas, reivindicar la militancia setentista,
destruir el concepto de “inocencia” de las víctimas para construir el de plan sistemático de
secuestro, tortura, desaparición
y apropiación de niños y niñas,
tal como organismos de derechos humanos y organizaciones
políticas y sindicales habían sostenido a lo largo de las décadas,
fue un simbronazo que desplazó
la verdad mediática sobre lo
acontecido en la dictadura como
discurso único a nivel masivo.
Clarín, convertido en grupo
multimediático y decidido a
ser un actor político y empresarial de peso, supo leer que
el público policlasista a quien
se dirigía ya no compraba
acríticamente. La Nación, en
cambio, con un arraigo mucho
más firme en las clases altas y
media altas, sectores agrarios,
eclesiásticos y castrenses, sostuvo –y sostiene– su mirada
sobre la dictadura, los juicios
de lesa humanidad y los derechos humanos en general.
En 2007, el centenario
diario se sinceraba contra
la decisión de la Corte Suprema de anular el indulto
a un miembro del ejército:
“Desde esta columna editorial, hemos sostenido en reiteradas ocasiones, frente a
la violencia de los años 70,
la necesidad de encaminarnos hacia una reconciliación
nacional, que por ahora no
parece fácil. Pero si se fragmenta caprichosamente la
realidad, si la memoria y las
lecciones del pasado no son
asumidas de manera integral,
sino como una forma de obtener venganza y prolongar los
conflictos, sólo lograremos
retroalimentar odios y aquella ansiada reconciliación estará cada vez más lejos”.
A fines de 2015, el periódico fundado por Bartolomé
Mitre volvió a la carga. En la
nota editorial titulada “No
más venganza”, publicada
un día después del triunfo de
Mauricio Macri en el balotaje,
insistió con la estigmatización
de la militancia de aquella
época y abogó por la prisión
domiciliaria y el ablandamiento de las penas contra
los genocidas. El rechazo fue
tan grande que los trabajadores del propio diario alzaron
su voz, junto con decenas de
referentes de la lucha por los
derechos humanos y dirigentes políticos.
Ediciones de La Razón, con una tirada de 480 mil ejemplares
en 1970 y 305 mil en 1980 (por encima de los 250 mil de La
Nación de la época), los días antes del golpe.
“
Está claro que Clarín
y La Nación no han
sido los únicos medios
que apuntalaron el
silencio y la aceptación
social de la dictadura,
pero su rol en la
actualidad los coloca
en un lugar destacado
para el análisis.
Pero aun con esa contundente reacción, necio sería pensar que la batalla cultural por
definir qué pasó en la dictadura,
qué responsabilidades les cabe
a militares, empresarios, curas
y los distintos miembros de la
sociedad civil que fueron partícipes, apoyaron o corrieron
la mirada del genocidio que
ocurría en nuestro país, está
ganada. Sostener la mirada crítica sobre el rol de los medios de
comunicación ayer, es parte crucial de comprender y cuestionar
la construcción de relatos hoy
y, como militantes populares,
darnos las herramientas para
influir en ellos.
Cínica tapa de La Nación sobre la reunión entre Videla y
el entonces presidente estadounidense. Los medios, en
consonancia con el discurso oficial, aseguraban que las
denuncias por violaciones de derechos humanos eran
“antiargentinas”.
14 FEMINISMO POPULAR
La dictadura
utilizó las armas
del patriarcado,
desde la agresión
simbólica y cultural
hasta la más cruda
tortura, persecución
y muerte por
violencia de género.
Sin embargo,
paradójicamente,
en medio del
terror surgieron
las Madres de
Plaza de Mayo,
resignificando
y politizando la
maternidad y los
lazos de familia.
Una experiencia
para seguir
reflexionando y
aprendiendo.
Por María Paula García
P
ara llevar a cabo el control, el terror y el disciplinamiento social, la
dictadura cívico militar
apeló fuertemente a las armas
del patriarcado, tanto en lo
simbólico y cultural como en
la violencia material concreta.
Los años de represión produjeron un enorme retroceso en
materia de género respecto de
la década anterior. Mientras
que a las mujeres se les impusieron roles tradicionales
que las relegaban al espacio
doméstico y las anclaba en
la pasividad, a las identidades sexuales disidentes se las
persiguió.
La violencia hacia las mujeres fue el arma de dominio
y de castigo, fundamentalmente hacia todas aquellas
que se corrían del rol tradicional y eran militantes
políticas: casi todas las que
estuvieron detenidas en centros clandestinos de detención reconocen haber sufrido
alguna forma de violencia
y/o abuso sexual. Y aunque
no figuraron ni en la CONADEP ni en los reclamos de
los organismos de derechos
humanos, también existieron
personas detenidas y desaparecidas por su orientación
sexual: Carlos Jáuregui en su
libro La Homosexualidad en
la Argentina estima que unos
400 homosexuales fueron detenidos durante la dictadura,
muchos de ellos torturados,
violados y hasta asesinados,
y agrega que “el trato que recibieron fue similar al de los
compañeros judíos desapare-
Las Madres, de
la casa a la plaza
cidos, especialmente sádico y
violento”.
La familia como institución fue la otra pieza clave
del terrorismo de Estado.
Sus mismos ideólogos estaban convencidos de que era
imposible la “reorganización
nacional” sin el aporte de
“una familia fuerte, arraigada
profundamente a las más nobles tradiciones de la Patria”.
Todos sus integrantes estaban
llamados a colaborar con los
objetivos del “Proceso”, pero
recaía especialmente sobre
las madres cuidar a los hijos
e hijas de “la subversión”.
Justamente, por ser quienes
se encargaban de las tareas
de cuidado y de crianza, las
madres debían controlar las
lecturas, las compañías, los
lugares que frecuentaban, las
actividades.
La familia era considerada
la base fundamental para
formar a las nuevas generaciones: tenía la misión de “extirpar” las “células enfermas”
del tejido social, con el fin de
formar un país “sano”. Tal es
así que muchos apropiadores
justificaron el robo de bebés,
niños y niñas, a través de la
cínica explicación que los
asignaban a otras familias
respetables para que crecieran a salvo del “veneno de la
subversión”.
 Con mujeres
tendrán que pelear
Como una ironía del destino, fueron mujeres las que
llevaron adelante la más contundente de las oposiciones
a la más feroz de las dictaduras, y la hicieron tambalear.
Un día de 1977 aparecieron
“
Como una ironía
del destino, fueron
mujeres las que
llevaron adelante
la más contundente
de las oposiciones
a la más feroz de
las dictaduras, y la
hicieron tambalear.
catorce madres que aún no se
habían ganado la “M” mayúscula. Se dieron cita en Plaza
de Mayo para entregarle un
petitorio a Videla. Querían
saber el paradero de sus hijos
e hijas secuestrados por comandos misteriosos.
Ser mujeres y madres no
las colocaba fuera de peligro:
algunas de ellas pagaron con
su vida tamaña osadía, como
Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce de
Bianco, iniciadoras del movimiento que fueron secuestradas y desaparecidas por el
trabajo de Alfredo Astiz, que
se infiltró entre sus filas.
Las madres se juntaban
en la plaza. Llegaba la policía y las echaba. Ellas volvían. Las llevaban presas. Y
volvían. Como les ordenaban
circular, comenzaron a dar
vueltas alrededor de la Pirámide, con la fotografía de sus
hijas e hijos desaparecidos.
Empezaron poniéndose un
pañal en la cabeza para reconocerse entre ellas. Luego,
comenzaron a marchar lle-
vando la foto de cualquiera.
Su ronda de los jueves restituyó a la Plaza de Mayo como
un espacio de movilización
contra el poder. Y rondando
y rondando comenzaron a
ser las Madres de todos, las
madres de los 30 mil, encarnando un discurso y una
práctica que echó por tierra
aquellos mandatos sobre la
maternidad que los viriles
padres uniformados pretendían imponerles.
 La maternidad
como un hecho
político
Las Madres de Plaza de
Mayo se constituyeron como
un movimiento que, a partir
de la coyuntura política y en
medio del terror y el dolor,
llegó a consolidarse como un
grupo social de lucha y transformación social. Un grupo
de mujeres que, basándose
en su condición de madres,
entró al mundo público y político que hasta ese momento
les había sido vedado.
Se trata de una experiencia inédita sobre la que hoy,
40 años después, es necesario seguir reflexionando y sacando lecciones. Todo lo que
afrontaron lo politizaron.
Frente a la imposición del
silencio y la resignación dentro de las casas, politizaron el
duelo. Y ante los mandatos,
ejercieron una maternidad
desobediente de las reglas
patriarcales, resignificando
los lazos de sangre sobre la
base de una construcción política y colectiva. En ese camino, también enfrentaron el
sentido común del poder que
las tildaba de “madres de los
terroristas”. El temor frente
a la dictadura hacía que muchas familias dijesen “mi hijo
no hizo nada”, “mi hija solamente iba al barrio”, “mi hijo
solamente estudiaba”. Y así,
miles y miles de militantes
quedaban marginados y la
militancia era estigmatizada.
Las Madres no lo permitieron y los reivindicaron como
revolucionarios y revolucionarias. Todos revolucionarios: quienes tomaron las
armas, quienes alfabetizaban, quienes militaban en la
Iglesia del Tercer Mundo, en
la fábrica o en el centro de estudiantes; los que escribían o
cantaban; en fin, los que soñaban y luchaban por un país
más justo y solidario.
“Nuestros hijos nos parieron. Yo lo tomé desde la
realidad más pura: nuestros
hijos desaparecieron, y nacimos nosotras. Yo, hasta el 7
de febrero de 1977, era todo
lo que viví en el pueblecito
chiquitito donde me crié. Y
el día en que me desapareció
mi hijo me convertí en Hebe
de Bonafini”, relataba Hebe
en un reportaje realizado por
Graciela Di Marco.
Pero también es verdad
que las Madres nos parieron
a todas y todos con su lucha.
Sus experiencias y su intransigencia frente al poder,
plasmadas en consignas
como “Aparición con vida”
durante la dictadura y “Ni un
paso atrás” y “No olvidamos,
no nos reconciliamos” después, en las primeras épocas
de la democracia, transmitieron grandes enseñanzas
para las nuevas generaciones
militantes.
DEPORTES 15
Cambio  Publicación quincenal de izquierda popular  Año 3  Número 35  Del 16 al 29 de marzo de 2016
Mundial 78
Cuando la política
abusó del fútbol
Repensar la manipulación que se hizo de la práctica deportiva para el fortalecimiento de un proyecto
político, económico y social en tiempos de dictadura resulta interesante a días de cumplirse 40 años
del golpe genocida en Argentina.
“
Por Verónica Ibáñez
E
l régimen militar instaurado en 1976 tuvo entre
sus objetivos imponer el
disciplinamiento de la
sociedad, terminar con el llamado “flagelo subversivo” y
establecer un sistema de claro
tinte liberal.
Al dictador Jorge Rafael Videla nunca le interesó el fútbol
hasta que halló en él una herramienta para difundir pautas de
comportamiento que afianzaran una nueva concepción de
sociedad. El denominado Proceso de Reorganización Nacional se ejecutaría también desde
el deporte, por lo que el XI
Campeonato Mundial se tornó
una obsesión para los militares.
Bajo la responsabilidad
del general Omar Actis, la
Junta Militar creó el Ente
Autárquico Mundial 78. Días
antes de presentar su proyecto mundialista, el general
fue asesinado. Tras su dudosa
muerte, la entidad quedó en
manos del almirante Carlos Lacoste, amigo íntimo de
Emilio Massera.
La remodelación total del
edificio de ATC y la construcción de un faraónico centro
de producción significó un
gasto millonario. Además, la
construcción de los estadios
en Córdoba, Mar del Plata y
Mendoza, así como la realización de obras en River Plate,
Rosario Central y Vélez Sársfield costaron alrededor de
700 millones de dólares.
En la inauguración de la
Copa el 1 de junio, Videla condecoró a Joao Havelange presidente de la FIFA. Como si fuera
poco, dirigentes fascistas (como
Henry Kissinger, secretario de
Estado norteamericano) se florearon por el palco oficial.
 El día en el que
empezó el horror
El 24 de marzo de 1976
quedará grabado en la historia
del fútbol nacional. La selección se encontraba de gira por
Europa y el itinerario marcaba
que ese día debía enfrentar a
Polonia. Este fue el escenario
en el que los dirigidos por el
A partir de conceptos
como eficiencia,
organización,
disciplina y
modernización, los
militares creyeron
dar un mensaje
hacia el interior y el
mundo. Los triunfos
obtenidos en 1978
y el campeonato
mundial juvenil 1979
fueron aprovechados
por el gobierno de
facto.
“Detrás de la pantalla: la realidad”. Afiche del boicot francés al Mundial.
Flaco Menotti se enteraron
del golpe de Estado.
Ante la noticia, algunos
jugadores expresaron la necesidad de regresar al país,
pero el secretario general de
la AFA, Pedro Orgambide,
recibió un llamado: se debía
cumplir con el partido y continuar con la gira. En medio
de la conmoción, Argentina
salió al campo de juego y venció 2-1 a Polonia.
La Junta Militar que había
interrumpido la programación
de radio y televisión para difundir los comunicados por
cadena nacional sorprendía
con su comunicado número
23: la transmisión del partido
Polonia-Argentina. Aquel día,
Massera y Videla ratificaron su
sueño de montar un proyecto
político a partir del fútbol.
 El modelo deportivo
Nadie podría negar que la
selección argentina de Menotti
tuviera la capacidad para salir
campeón, pero la conquista de
la Copa quedará empañada de
algunas sospechas. La historia
pondrá en duda eternamente
el 6-0 frente a Perú.
El trabajo realizado por la
albiceleste contó con un prolongado tiempo de preparación,
algo atípico en el fútbol local. El
supuesto proceso de modernización por el que atravesaba el
país se vio reflejado en el modelo deportivo. El periodismo
de aquellos tiempos aseguraba que el jugador argentino
era bien dotado técnicamente
pero que carecía de ambición.
Las mejoras llegarían con la
incorporación de valores tecnocráticos: se descartaría la
improvisación y los jugadores
estarían sujetos a las normas de
trabajo y de disciplinamiento
fijadas por los expertos.
Resulta interesante visualizar cómo el régimen militar
tejió un discurso monolítico
acerca de los motivos por
los cuales se consiguió aquel
campeonato. Para llevar adelante su plan, la Junta contó
con el apoyo incondicional
del diario Clarín, la revista El
Gráfico y el periodista José
María Muñoz.
A partir de conceptos como
eficiencia, organización, disciplina y modernización, los militares creyeron dar un mensaje
hacia el interior y el mundo. Los
triunfos obtenidos en 1978 y el
campeonato mundial juvenil
1979 fueron aprovechados por
el gobierno de facto.
La final del mundo fue
contra Holanda en el estadio
Monumental, a tan solo mil
metros de la Escuela de Mecánica de la Armada, el mayor
centro de tortura y exterminio. Los locales se consagraron en tiempo de alargue por
3 a 1. En la ceremonia de premiación, los jugadores holandeses se negaron a saludar a
los jefes de la dictadura.
 El otro Mundial
La Copa arrancó el 1 de
junio con una fastuosa ceremonia pero, en ese mismo
momento, otro derby se jugaba frente a la Casa Rosada.
El arquero de la selección
sueca Ronnie Hellstrom
acompañaba en su ronda a las
Madres de Plaza de Mayo.
Periodistas de Holanda
y Francia encabezaron una
campaña para obstaculizar el
Mundial. Se creó así el Comité
Organizador de Boicot contra
la Argentina (COBA), encabe-
zado por el periodista Francois
Geze con el objetivo de denunciar las atrocidades de las fuerzas armadas.
El holandés Johan Cruyff,
considerado uno de los cuatro mejores jugadores del siglo
XX, decidió no participar del
campeonato denunciando la
violación de DDHH y las desapariciones forzadas de personas.
El 23 de junio, días antes de
la final del mundo, Adolfo Pérez
Esquivel, preso por la dictadura,
era liberado gracias a la presión
internacional. Un día después
del partido final, en el Hospital
Militar, nacía Guido, el nieto de
Estela de Carlotto.
Tanto en tiempos de dictadura como en democracia, el
fútbol es un poder en disputa y
la capacidad de mimetización
con la política es una constante a lo largo de la historia.
Basta pensar en el Fútbol para
Todos o el recorrido biográfico
del actual presidente Macri
para encarnar esta indisoluble
relación. Con tan solo conocer
los aportes que la AFA ha percibido de los distintos gobiernos y las enormes deudas que
acorralan a los clubes argentinos, es posible comprender
el hilo de plata que mantiene
irremediablemente la dependencia fútbol-política.
VÁYANSE
AL CARAJO
Que aquí hay un pueblo digno
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