Lamuch.c~r-----------------------~--------------------------------------------------------------~ deE/¡Msot» l••~itun••· de Rueda. en el dibujo. Una repre..nta· clón de u uñtul•, en SeMi\a {Toledo). y actuaciones deiTeatroy Coro, encandilaban Igualmente a los ancianos. Abajo. un boceto de E/ relicllrio. 1937, 76 más, o sea, 5.522 bibliotecas. La disminución de la actividad bibliotecaria a partir de 1935 se debe a la poda del presupuesto del patronato. Estas bibliotecas, por lo general, se destinaban a pueblos de menos de cuatrocientos habitantes y constaban de unos cien tomos. que. e aumentaban si el pueblo respondía. El Teatro y Coro, entre mayo de 1932 y julio de 1936. había actuado en unos trescientos pueblos. El Museo Circulante (creación personal de Cossio) entre 1933 y 1935 se habla instalado en 180 localidades, quedándo~e hasta quince dlas en muchas de ellas, dando y dejando a las escuelas reproducciones de las obras expuestas. El Patronato de Mi· siones Ptdagógicas que· dó constituido el 6 de agosto de 1931 , siendo nombrado presidente Manuel B. Cosslo y secretario Luis Santullano. Se reunió astduamente a partir de entonces para poder hacer la primera misión ya en diciembre a Ayllón (Segovia). Se quedó ocho dlas en la comarca y, a pesar del intenso frio y las dificultades materiales, se logró entusiasmar al pueblo con las películas y la música popular. Desde la primera misión se solian leer unas palabras de Cossío: •Somos una escuela ambulante que quiere ir de pueblo en pueblo.... lo primero a divertiros.... si os divirtieseis algo y la misión sirviese por lo menos de aguijón en alguno de vosotros para despertarle el amor a La lectura .. , el fin estaria logrado•. Un.a de las misiones posteriores mejor descrita es la que hace Teatro y Coro a San Martín de Castai'leda (Zamora): •La cincuentena de estudiantes que llegan con su carga de romances, cantares y comedias• no puede con la realidad miserable y los siglos de abandono de aquel lugar. Hacia falu una acción social más dtrecta: higiene y los medios para realizarla. la reforma de la escuela comedor, etcétera. Dieron part~ al patronato y volvieron er oto~o para ayudar al maestro destlustonado, a limpiar y pintar y adecuar la escuela, a llevar medicinas y a crear un comedor. Después pusieron cine y cantaron romances. Dieron charlas de higtene y sanidad, trabajaron abonando y sembrando uno:. terrenos y actuaron en las plazas y en las eras de la comarca. También repartieron bibliotecas. Cuarenta ailos después. to· davla hay viejos que recuerdan a los jóvenes de entonces. Antes de salir en una misión, se mandaba un aviso al alcalde. Se reunían en la puerta de Correos y se marchaban en uno o dos autocares y una camioneta. Primero cantaban en la plaza, o en el patio de la escuela. En verano paraban en corrales, pajares y eras. Después ponlan la obra de teatro y en el descanso y al final, d~:.pués de repartir la letra, reCttaban o cantaban unos romances. Tenían dos telones. - una mesa y una silla y a veces tenían que utilizar los recurso;) del pueblo. No habla diferencia e~tre los directores y los estu~hant~s. Todos apreciaban el mgemo, la paciencia y La sencillez d.e C~n~. Torner era pan bendtto e tmprovisaba música para algunas obras. Su conoci~iento de la mústca popular htro que a los do:. dlas los vecinos y~ cantasen alguna que otra canctón. Ponlan pellculas (llevándose los acumuladores pues no habla luz en mucho~ sitios). Las peUculas de Cbarlot gustaban más y el cine educativo les asol!lbró (por ejemplo, ver por pnmera vez el mar y darse cuenta de los peligros que hablan pasado sus hijos emigrados). Como en muchos pueblos desconoclan el cine a veces no miraban la sábana q~e servfa de pantalla. sino las pilas. Había que superar la desconftanza de la gente que creta que iban 3 pedir algo o hacer poliuca. Los m~estros viejos de derechas les mtraban con recelo y algún alcalde y-cuu que otro hacia propaganda en contra de ellos. f \ veces, las madres escondían a sus hijos. Pero siempre el recelo se convertla primero en curiosidad y después en afecto. Poco a poco se tba llenando la P.laza. Cada vecino se trata una stlla. Las mujeres de luto no acudían, pero a veces miraban por la gatera. Las otras esperaban el segundo dla. Era gracioso ver cómo los vecinos ~e identificaban con algunos personas de las obras que se ponian (una égloga de Encina, dos pasos de Lope de Rueda, dos entremeses de Cervantes y uno de Calderón, más obras cortas de Moratln, los Hermanos Quintero, Rtcardo de la Vega. Quiñones, Benavente, Ramón de la Cruz· Sancho Panza en la ínsula Ba~ rataria y El mancebo que casó con mujer brava, versiones de Casona). El Museo Ctrculante se Público en una representación de teatro en La C.brera (León). Abajo. misioneros entre función Yfunción. En las fotos de pie de pilgina. otros aspectos del público.