TENDENCIAS TEMPORALES DEL ÍNDICE MEJORADO DE LA VEGETACIÓN (EVI) EN CINCO COBERTURAS NATURALES DEL OCCIDENTE, NORTE Y NOROESTE DE MÉXICO DURANTE EL PERIODO 2000-2013. a Luis Carlos BRAVO-PEÑA , Alejandro CASTELLANOS-VILLEGASb , Luis Carlos c d ALATORRE-CEJUDO , María Elena TORRES-OLAVE a,c y d. b Programa de Licenciatura en Geoinformática, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Carretera Cuauhtémoc-Anáhuac, Cd. Cuauhtémoc Chihuahua. Dirección de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, Universidad de Sonora, Hermosillo Sonora. Correo de contacto: luis.bravo@uacj.mx RESUMEN Se caracterizó el comportamiento del Índice Mejorado de la Vegetación (EVI) en cinco tipos de vegetación (Bosques de Encino, y Encino-Pino; Selva Baja Caducifolia, Matorral Xerófilo del Desierto Sonorense, y del Desierto Chihuahuense) desde Enero del 2000 hasta Abril de 2013. Se utilizaron 140 imágenes MODIS mensuales de la serie MOD13, con los máximos mensuales de EVI en el mismo periodo. Para el análisis se aplicó la prueba Mann Kendall Contextual, que considera la autocorrelación espacial para identificar tendencias temporales. Los resultados indican que el EVI se ha reducido notoriamente en los Matorrales Xerófilos del Desierto Sonorense, en particular en zonas colindantes con el Golfo de California, que históricamente han estado sujetas a explotación ganadera. Este proceso se vincula probablemente, con una sinergia entre degradación de ecosistemas y cambio climático. Palabras clave: EVI, Tendencias, CMK, Impactos. 1. INTRODUCCIÓN. Los modelos regionales de cambio climático para el suroeste de los Estados Unidos y Noroeste de México, sugieren reducciones en la cantidad de lluvia que van del 20 al 40 %, dependiendo de los controles que se ejerzan sobre las emisiones antropogénicas de CO2 (USGCRP, 2009). Estos cambios pueden generar impactos severos sobre las comunidades vegetales de la región, y no hay suficientes datos para conocer las tendencias actuales sobre la producción de biomasas por decrementos en la cantidad de lluvia. Una alternativa para comprender los impactos potenciales de los cambios en la precipitación, es el estudio multitemporal de procesos vinculados con la producción primaria aérea bruta (PPA). La PPA, o producción total de biomasa vegetal por encima del suelo, es un buen indicador de la respuesta de los ecosistemas a cambios en la precipitación pluvial (Huxman et al., 2004), y puede caracterizarse con el uso de Índices de Vegetación (Wu et al., 2011), relaciones matemáticas entre bandas espectrales, que permiten documentar la evolución de la productividad vegetal en series largas de tiempo, mediante el procesamiento espectral de información satelital. El objetivo de este trabajo fue determinar las tendencias espacio-temporales del Índice Mejorado de la Vegetación (EVI, Enhanced Vegetation Index), en cinco coberturas naturales (Bosque de Encino y Bosque de Encino-Pino), Selva Baja Caducifolia, Matorral Xerófilo del Desierto Chihuahuense y Matorral Xerófilo del Desierto Sonorense) que destacan por su superficie en los estados del Occidente, Norte y Noroeste de México. El monitoreo se realizó con compuestos del EVI obtenidos en imágenes MODIS mensuales de la serie MOD13, correspondientes al periodo Enero de 2000 a Abril de 2013. 2. MÉTODOS Y MATERIALES. 2.1. Área de estudio y coberturas evaluadas. La distribución espacial de las comunidades vegetales evaluadas en este trabajo se obtuvo del mapa “Cobertura del suelo de América del Norte, 2005” generado en el marco del proyecto tri-nacional “Sistema de Monitoreo del Cambio en la Cobertura del Suelo de América del Norte”, de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte. Esta información está disponible en la mapoteca digital de CONABIO (http: //www.conabio.gob.mx/ informacion/gis/). Las clases del mapa anterior se reagruparon con base en su afinidad florística y distribución espacial, a fin de facilitar el despliegue y análisis en este trabajo. El criterio para su inclusión en el área de estudio, fue que se ubicaran espacialmente en aquellas zonas del occidente, norte y noroeste de México donde la precipitación pluvial en los meses de Julio, Agosto y Septiembre representa más del 50 % anual. Para la identificación de estas zonas, se agregaron por suma simple, mediante álgebra de mapas, las superficies interpoladas de precipitación generadas por Tellez et al (2011), disponibles en http:// idrisi.uaemex.mx/index.php/ligas/geodatos/306 -superficies-climaticas-para-mexico. Con estas superficies en formato raster, se obtuvo el agregado correspondiente a los meses de Julio, Agosto y Septiembre, y se identificaron aquellas zonas cuyo valor acumulado representara el 50 % o más del total anual. Con el mapa resultante se cortaron las coberturas de cubierta vegetal generadas por el proyecto “Sistema de Monitoreo del Cambio en la Cobertura del Suelo de América del Norte”. El resultado final representa el área de estudio de este trabajo (Figura 1). Las comunidades vegetales identificadas en la figura 1 se ubican en una región del occidente, norte y noroeste de México sometida a la influencia del Monzón de Norteamérica (NAM). El NAM contabiliza hasta el 60 y el 75 por ciento de la lluvia anual en el suroeste de los Estados Unidos y el Noroeste de México (Méndez-Barroso et al., 2009). Figura 1. Coberturas Evaluadas en este trabajo mediante el EVI. Periodo 2000-2013. El área evaluada involucra 109,525.69 km2 de Matorrales Xerófilos del Desierto Sonorense, distribuidos desde el sur de la Península de Baja California hasta las Planicies Costeras y Piedemontes de de la Sierra Madre Occidental en el Estado de Sonora, 2) 94,752.35 km2 de Selva Baja Caducifolia, 31,396.73 km2 de Bosques de Encino y 49,346.72 km2 de Bosque de Encino-Pino, ubicados en las faldas y elevaciones de la misma formación montañosa, en los estados de Jalisco, Nayarit, Durango, Sinaloa, Chihuahua y Sonora, y 3) 194,633.44 km2 de Matorrales Xerófilos en las planicies, depresiones y elevaciones del Desierto Chihuahuense, en Chihuahua, Coahuila, Durango y Zacatecas. 2.2. El Índice Mejorado de la Vegetación (EVI) en Imágenes MODIS. El EVI combina en una misma ecuación las bandas azul (A), rojo (R) e infra-rojo cercano (IRC), a fin de extraer los valores del verdor del dosel, discriminando las variaciones asociadas a la interferencia del suelo y a los aerosoles atmosféricos (Huete et al., 2011), con base en la siguiente ecuación: EVI = 2.5 𝐼𝑅𝐶 − 𝑅 𝐼𝑅𝐶 + 𝐶1 ∗ 𝑅 − 𝐶2 ∗ 𝐴 + 𝐿 Donde: IRC, R y A son las reflectancias correspondientes a las mismas bandas, y el coeficiente L es un factor de ajuste del suelo, mientras que C1 y C2, son los pesos de resistencia de los aerosoles atmosféricos. En este caso, el índice se obtuvo de las imágenes MODIS mensuales de la serie MOD13. Se utilizaron los compuestos de EVI con resolución de 0.050 por 0.050, disponibles en el sitio: http:// modis- land.gsfc.nasa.gov/vi.html. 2.3. Análisis de la serie de tiempo. Las imágenes con los valores de EVI, se analizaron mediante la prueba Mann Kendall Contextual (CMK), extensión de la prueba de Mann Kendall simple (MK), ampliamente utilizada para determinar tendencias en series de tiempo hidro-meteorológicas (precipitación), o bien de escurrimiento (Zhang et al., 2011). La diferencia básica es que en MK, los cálculos se realizan pixel por pixel, (Xu et al., 2010), mientras que en CMK el análisis se hace por matrices o Kernels de varios pixeles (Neeti & Eastman, 2011). Para mayores referencias de este método, se sugiere consultar a Xu et al (2010), Alcaraz et al (2010), y Neeti & Eastman (2011). Los análisis se hicieron con el módulo CMK (Mann Kendall Contextual) del programa IDRISI (Versión Taiga). Las series de tiempo se construyeron en este software, y a partir de ellas se obtuvo: a) Los valores promedio del EVI, máximos y mínimos por cobertura. b) El comportamiento típico, anual, del EVI por cada cobertura. c) Las tendencias del índice por cobertura, considerando todas las imágenes, desde Enero de 2000 a Abril de 2013. Las tendencias se reclasificaron en tres clases. 1) Decremento, desde -0.01 a -0.05, 2) Estable o sin certeza estadística de cambio, 3) Incremento, desde 0.01 hasta 0.05. 3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN. 3.1. Estadística descriptiva y comportamiento típico anual del EVI. De manera global se observó que la Selva Baja Caducifolia obtuvo el mayor valor promedio de EVI en todas las estaciones (Tabla 1). En orden decreciente le siguieron el Bosque de Encino, el Bosque de Encino-Pino, y el Matorral Xerófilo. El máximo de EVI correspondió a la Selva Baja Caducifolia, mientras que el mínimo correspondió al Matorral Xerófilo, en particular el perteneciente al Desierto Chihuahuense. Sólo en el caso de la Selva Baja Caducifolia se observaron desviaciones estándar elevadas, que denotan la gran variabilidad de este tipo de vegetación.Todas las clases alcanzaron los valores mayores de EVI durante el verano (Figura 2), en un patrón claramente vinculado con las precipitaciones del NAM. La vegetación de ambientes subhúmedos o húmedos, como la Selva Baja Caducifolia, y los Bosques de Encino y Encino Pino alcanzaron valores más altos. Tabla. 1. Estadísticos descriptivos del EVI por tipo de Vegetación. Media D. E. Min. Max. Bosque Encino Bosque Encino Pino Selva Baja Caduc. Mat. Xerófilo Chihuahua Mat. Xerófilo Sonora 0.272 0.075 0.175 0.444 0.250 0.034 0.198 0.326 0.284 0.124 0.148 0.542 0.135 0.028 0.102 0.240 0.150 0.034 0.106 0.250 0.60 Valores del EVI 0.50 0.40 0.30 0.20 0.10 0.00 Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Meses Bosque de Encino Selva Baja Caducifolia Mat. Xer. Des. Sonorense evapotranspiración durante los meses de verano –naturalmente alta en una zona áridase compensa con la precipitación asociada al NAM, y la productividad es elevada (Nilsen et al., 1983). Así, aunque se trata de una zona con baja precipitación anual, sus elevados valores de EVI en el verano, comparables con los obtenidos por la vegetación de ambientes más húmedos (Bosque de Encino, entre Junio y Julio), confirman que el Desierto Sonorense es un desierto muy productivo (Yetman & Burquez, 1994). 3.2. Tendencias del EVI. El 6.1 % del área total muestreada mostró decrementos significativos del EVI al nivel de P elegido (P < 0.05). Esta superficie corresponde fundamentalmente, a grandes extensiones de Matorral Xerófilo en las planicies costeras del centro y norte de Sonora, y pequeños polígonos en el extremo sur de Baja California Sur, o en el Desierto Chihuahuense, en Coahuila (Figura 3). Bosque de Encino-Pino Mat. Xer. Des. Chihuahuense Figura 2. Comportamiento Típico Anual del EVI por Tipo de Vegetación. En los ambientes secos y áridos, destaca la diferencia entre el Matorral Xerófilo del Desierto Sonorense y el Matorral Xerófilo del Desierto Chihuahuense, pues el primero alcanza valores marcadamente superiores durante los meses de verano, incluso parecidos a los del Bosque de Encino-Pino. Este comportamiento refleja un efecto menos pronunciado del NAM en la fenología del Desierto Chihuahuense, pues su precipitación está condicionada por el efecto de “Sombra de Lluvia” que la Sierra Madre Occidental impone a los vientos húmedos del Pacífico (Hernández, 2006). Por el contrario, el Matorral Xerófilo del Desierto Sonorense, no condicionado por el fenómeno anterior, exhibe máximos más elevados. En el área de distribución de este último, la Figura 3. Cambios del EVI para las cuatro coberturas analizadas De hecho en el Matorral Xerófilo del Desierto Sonorense, la superficie con tendencia negativa (26,453.83 km2) representó el 24.15 % del área total analizada en esta cobertura (109,525.69 km2). En los otros tipos, la superficie con tendencia negativa en todo el periodo, es mucho menos importante (Tabla 2). Por lo que se refiere a superficies con tendencia positiva, el 0.54 % (2581.55 km2, Tabla 2) del área total evaluada (479,654 km2) mostró incrementos significativos del EVI, y esto se observó en pequeños polígonos de mayor productividad, ubicados espacialmente en la porción centro y sur de la Península de Baja California, por los litorales del Golfo de California y del Pacífico (Figura 3). Tabla. 2. Tendencias del EVI por tipo de Vegetación. Area Total Area Tendencia Negativa Area Tendencia Positiva Bosque Encino Bosque Encino Pino Selva Baja Caduc. Mat. Xerófilo Chihuahua Mat. Xerófilo Sonora 31396.7 49346.7 94752.4 194633.4 109525.7 931.5 593.0 986.0 822.1 26453.8 0 0 55.5 55.5 2470.6 Se requieren otros análisis para esclarecer las causas de este fenómeno, pero debido a que la PPA de zonas áridas y la precipitación se correlacionan estrechamente (Weiss, et al 2004), el patrón dominante sugiere que a) Los ecosistemas tienden a ser menos productivos frente a la lluvia o b) La precipitación es menor o c) Una combinación de ambas. Respecto a la primera posibilidad, esta podría deberse a degradación de los ecosistemas vinculada con actividades antropogénicas regionales, pues la zona se encuentra sometida a sobrepastoreo ganadero, y a desmontes intensos para la introducción de praderas que sostienen esta actividad (Bravo et al., 2010). De hecho, la eficiencia de uso de la lluvia en un ecosistema degradado se reduce (Bai et al., 2008b). Ya se ha documentado que la conversión de matorrales desérticos en praderas ganaderas, reduce la PPA y los valores de índices de vegetación (Franklin et al., 2006) sustentados en los mismos principios físicos que el EVI. Respecto a la segunda posibilidad, los modelos regionales de cambio climático consideran para la zona reducciones en la cantidad de lluvia que van del 20 al 40 %, dependiendo de los controles que se ejerzan sobre las emisiones antropogénicas de CO2 (USGCRP, 2009), y es probable que estas reducciones ya estén ocurriendo, con impactos consecuentes en la productividad primaria aérea de las comunidades vegetales. La tercera posibilidad, una sinergia entre la degradación de la vegetación y reducciones en la cantidad de lluvia, implica que la presión antropogénica ocurre en un escenario geográfico caracterizado por disminuciones en la precipitación. Esta posibilidad no se ha estudiado localmente, pero referencias recientes en otros sitios del mundo, demuestran las sinergias existentes entre sobrepastoreo y cambio climático sobre las reducciones en índices de vegetación (Liu et al., 2013). Puede pensarse que la tendencia observada en este trabajo, se hará más marcada en el futuro, sobre todo considerando los escenarios previstos de reducción en la cantidad de lluvia. Prácticas ganaderas inadecuadas, en combinación con un clima carente de humedad, que inhibe la descomposición y reincorporación de la materia orgánica, y que no favorece la regeneración del suelo, pueden facilitar la desertificación rápida de un sitio (Withford, 2002). 4. CONCLUSIONES. Los escenarios de cambio climático para México sugieren efectos de diversa índole sobre los ecosistemas del país, pero se requieren evaluaciones de procesos ecosistémicos a gran escala, para identificar las tendencias futuras de cambio. En este trabajo se han generado datos que contribuyen a esclarecer esta cuestión, y nuestros hallazgos en las tendencias del EVI, sugieren decrementos espacialmente importantes de la PPA en todas de las coberturas analizadas, que son particularmente mayores en el Matorral Xerófilo del Desierto Sonorense. La degradación de ecosistemas, en sinergia con disminuciones de largo plazo en la cantidad de lluvia, pueden retroalimentar este proceso. 5. LITERATURA CITADA. Alcaraz‐segura, D., Chuvieco, E., Epstein, H. E., Kasischke, E. S., & Trishchenko, A. (2010). Debating the greening vs. browning of the North American boreal forest: differences between satellite datasets. Global Change Biology, 16(2), 760–770. Bai, Y., Wu, J., Xing, Q., Pan, Q., Huang, J., Yang, D., & Han, X. (2008a). Primary Production and Rain Use Efficiency across a Precipitation Gradient on the Mongolia Plateau. Ecology, 89(8), 2140–2153. Bai, Z. G., Dent, D. L., Olsson, L., & Schaepman, M. E. (2008b). 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