Academia Chilena de la Lengua entrega premios 2015

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LATERCERA Miércoles 23 de septiembre de 2015
Sociedad
Cultura
Academia
Chilena
de la Lengua
entrega
premios 2015
R El columnista y crítico de cine
Héctor Soto recibió el galardón
Alejandro Silva de la Fuente.
Javier García
Algunos presentes bromeaban con la reacción que tendrían ante una posible réplica del terremoto. Otros se
intercambiaban libros o se
saludaban a distancia en una
sala colmada de invitados.
Fue el lunes pasado, cerca
de las 19.15, cuando comenzó la ceremonia de entrega
de los premios Academia
Chilena de la Lengua en el salón de honor de la institución. Para tranquilidad de
todos, ese día, en la sede de
calle Almirante Montt, no
hubo ningún sismo.
Eso sí, mucha emoción, en
el evento que reconoció a
cinco personalidades del
ámbito académico, artístico
y comunicacional. El acto
estuvo dirigido por Alfredo
Matus, director de la Academia Chilena de la Lengua.
Lo acompañaban la vicedirectora, Adriana Valdés, y el
profesor Juan Antonio
Massone.
La primera persona en recibir los aplausos fue el escritor Jaime Collyer, quien se
adjudicó el premio Academia, otorgado a la mejor obra
publicada en el país el año
anterior a la elección, por su
libro de relatos Swingers
(Random House, 2014).
“Los cuentos de Collyer incursionan en territorios nuevos, pero también reanudan
una tradición chilena de literatura fantástica”, señaló el
narrador Carlos Franz,
miembro de número de la
Academia Chilena.
El premio Alonso de Ercilla
lo recibió el académico Bernardo Subercaseaux; el premio Doctor Rodolfo Oroz, el
profesor Jaime Soto-Barba, y
el recién creado premio
Oreste Plath se le otorgó a la
folclorista Margot Loyola, fallecida en agosto, y a su esposo Osvaldo Cádiz, quien recibió el galardón.
El primer premio que creó
la Academia Chilena de la
Lengua es de 1953. Se llama
Alejandro Silva de la Fuente
y reconoce al periodista que
se ha destacado por el buen
uso de la lengua en su labor.
Este año el reconocimiento fue para Héctor Soto. Nacido en Valparaíso, en 1948,
de formación abogado, Soto
es crítico de cine, editor asociado de la sección Cultura y
columnista de La Tercera.
“Fue un debate muy breve
ante el premio dado por unanimidad a Soto”, señaló el
periodista Ascanio Cavallo,
miembro de número de la
Academia desde 2013.
Entre los presentes a la ceremonia estaban el escritor y
Premio Nacional de Humanidades Agustín Squella;
Abraham
Santibáñez,
miembro de la Academia y
ganador este año del Premio
RR Alfredo Matus, director de la Academia Chilena de la Lengua, junto al periodista Héctor Soto. FOTO: AGENCIAUNO
PREMIADOS
Héctor Soto
Nació en Valparaíso, en 1948.
Estudió Derecho y ejerció la
crítica de cine en Primer Plano,
revista de la U. Católica de
Valparaíso. Ha trabajado en
periodismo en revistas como
Mundo Diners, Enfoque y Capital. En la actualidad es editor
asociado de la sección Cultura
y columnista político del diario
La Tercera. Autor de Una vida
crítica , libro que reúne 45
años de críticas de cine.
Los otros ganadores
El escritor Jaime Collyer por su
libro Swingers (2014) recibió el
premio Academia. El académico Bernardo Subercaseaux
se adjudicó el premio Alonso
de Ercilla; y el premio Doctor
Rodolfo Oroz, el profesor Jaime Soto-Barba. Mientras que
el recién creado premio Oreste Plath se le otorgó a la
folclorista Margot Loyola y a
su compañero Osvaldo Cádiz,
quien recibió el galardón.
Nacional de Periodismo; Karen Müller, hija de Oreste
Plath, y Guillermo Turner,
director de La Tercera.
Ascanio Cavallo, quien
también es crítico de cine y
columnista de política de
este diario, hizo un breve resumen de la trayectoria profesional de Soto. “Comenzó
a escribir sobre cine en el
diario La Unión. En los 70
apareció como director de la
revista Primer Plano. Luego
se sumergió en alguno de
esos bancos que florecieron
después del gran shock económico a mediados de los
70, y reapareció en diarios
como El Mercurio, La Tercera, editando las revistas
Economía y Negocios y fundando Capital. También
como panelista de las radios
Duna y Beethoven”, señaló.
Sobre su labor de columnista político, agregó que
“nadie es perfecto”, lo que
provocó risas entre los presentes. Y definió la escritura
del autor de Una vida crítica como “elegante, delicada,
ajena a la vulgaridad, que ha
seguido dando brillo por más
de cuatro décadas a sus columnas”.
También destacó sus inicios en Primer Plano, revista que alcanzó cinco números y que sólo duró un año,
desde 1972. “Esa mínima
aparición cambió para siempre el estatuto de la crítica de
cine en Chile. Soto y sus amigos introdujeron un lenguaje nuevo, que le devolvía
cierta dignidad académica e
intelectual al estudio de las
películas. Todos los cinéfilos
agradecemos esa revolución
por la palabra”, comentó Cavallo, quien dio paso a las
palabras de Héctor Soto.
El periodista, que ha dirigido el Diplomado en Escritura Crítica de la UDP, partió diciendo que se sentía
“deslumbrado” por el reconocimiento. Luego de agradecer a la Academia Chilena
dijo que “cuando me comunicaron el premio mi primera reacción fue preguntarme si no había un error,
pero aún si lo hubiera créanme que estoy disfrutando
muy genuinamente el momento”. A su vez que agradeció las palabras de Cavallo. “Tengo una cerrada admiración por su trabajo y
por su prosa”, señaló, y luego bromeó amistosamente:
“Ascanio es un gran periodista, un notable analista
político, pero por coherencia conmigo mismo tendré
que morir diciendo que no es
un buen crítico de cine”.
Igualmente dio gracias a
sus padres, amigos, maestros y a Horacio Serrano, de
quien prepara la edición de
un libro de columnas periodísticas: “Un hombre que
perteneció a esta academia y
que fue muy importante
para mí. Cultivó un género
de escritos breves, inteligentes, divertidos, preguntones
y chispeantes”.
Sobre el periodismo, Soto
reflexionó: “Seguramente el
premio me ha inducido a reconocer mi deuda con este
oficio envolvente, pasajero y
a la vez definitivo. A veces
fastidioso, pero finalmente
cautivamente”.b
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