(TEMA 13).- TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y CAMBIOS SOCIALES EN EL SIGLO XIX Y PRIMER TERCIO DEL S. XX. 13.1. Transformaciones económicas, proceso de desamortización y cambios agrarios. Las peculiaridades de la incorporación de España a la Revolución Industrial. Modernización de las infraestructuras: el impacto del ferrocarril. Causas del retraso económico: La trayectoria de la economía española hasta 1868 la podemos calificar como una evolución lenta e inacabada, esto no significa que no hubiera cambios importantes, pero la transformación fue lenta, incompleta y traumática dando como resultado una economía débil; las causas de este retraso fueron varias: Las condiciones geográficas (orografía, clima…). Escasez de materias primas y fuentes de energía. Lento crecimiento demográfico. Pérdida de las colonias americanas. Falta de capitales y el papel del Estado. Agricultura.La poca industrialización que posee España se puede explicar por el escaso desarrollo del sector agrario que a su vez se debe a las malas condiciones edafológicas y climáticas. Pero también hay que tener en cuenta que es consecuencia de la forma adoptada por la reforma agraria liberal en la que se excluyó del acceso a la propiedad a los más interesados en cultivar es decir a los campesinos y como resultado se siguieron manteniendo unas cosechas muy bajas y los campesinos seguían viviendo en la misma pobreza. Aunque en la primera mitad del siglo XIX asistimos a la abolición de los señoríos, jurisdicciones, de la mesta, del diezmo y al papel destacado de las desamortizaciones, no se dio una verdadera reforma agraria. A finales del siglo XIX se había consolidado la propiedad privada, las tierras habían sido compradas por aquellos que podían es decir por los burgueses que se consolidó como una clase media favorable al régimen laboral, y que no eran cultivadores directos así que se puede afirmar que las desamortizaciones fueron unas grandes oportunidades perdidas para abordar unas reformas estructurales de la propiedad de la tierra y por ende fomentar la producción agrícola, que aumento gracias a los cambios de técnicas y a la comercialización de sus productos en la sociedad capitalista. Todo va a ser la base del crecimiento demográfico aunque sin olvidarnos de la disparidad de regiones españolas por lo que no se puede generalizar y las contribuciones de la agricultura al crecimiento son escasas. Con lo que se consolida el fracaso español hasta la segunda mitad del siglo XIX. Los cambios técnicos que se producen en el medio agrícola son lentos y durante los dos tercios del siglo perdura el ciclo antiguo característico. En este ciclo vemos malas cosechas y estas malas cosechas hacen que se incremente la mortalidad y se produce principalmente por las hambrunas, además estas hambrunas pueden darse en unas regiones o en otras no y cabe destacar que es casi imposible enviar los excedentes de un región a otra por la falta de vías de comunicación y transportes apropiados. Todos estos factores en conjunto es lo que se conoce como crisis de subsistencia que afecta principalmente a las clases más humildes, en cambio los grandes propietarios se benefician por el alza de los precios, debido a esto existe un estancamiento dentro de la agricultura ya que faltaba mano de obra y no hay mercado que demande los productos, por lo que si no se producen estos dos factores, la industria tampoco puede crecer ya que esta se beneficiaba del exceso de mano de obra de la agricultura. A finales del XIX, a pesar de todo, la España rural experimenta unos cambios importantes debido a una mejora en la articulación del mercado nacional y a una mejora en las variaciones del sistema de explotación. La adaptación de los cultivos a la climatología y a la tierra, tiene que ser realizada a cada peculiaridad de cada región por lo que se encontraba la especialización de los cultivos en cada región, así vemos como el maíz y la patata se difunden por el agro español, también se ve que el cereal predomina en el centro, los viñedos se van a ir hacia el litoral, además aumento el numero de tierras en cultivo por lo que aumento la producción y también aumento la superficie cultivada, como consecuencia se produce la mejora de la alimentación y la adaptación del sector agrícola al mercado nacional e internacional. En los años 80 creció la producción agrícola por una acumulación de una serie de años de muy buenas cosechas, a estas buenas cosechas hay que sumar la crisis del sector agrícola y vitivinícola de Francia (filoxera) por lo que aumentó la producción vinícola, hasta que Francia se recuperó. También aumentó la producción oleícola y de los cultivos de regadío mientras retrocedía la extensión del cereal, paralelamente las exportaciones disminuyeron, lo que generó una crisis de sobreproducción y como resultado se encuentra una caída en los precios agrícolas, caída en la renta, jornales que van a hacer que el campesinado español se muestre agitado y con cierto malestar hacia sus dirigentes. Industria.En el siglo XIX, las transformaciones del sector secundario aunque en España son importantes están mucho más agudizadas en otros países industrializados. A finales del siglo XIX la economía española es eminentemente agrícola y es incapaz de competir en el mercado internacional. Industria Textil.- La Expansión de la industrial moderna española es principalmente la expansión de la industria catalana y cuando se habla de industria catalana se está hablando de la industria textil. Cabe recalcar que durante los siglos XVI, XVII, XVIII la industria textil está extendida por toda la península teniendo núcleos importantes como Palencia, Salamanca, Málaga. En estos siglos la producción textil es eminentemente lanera muy importante por La Mesta, es en el siglo XIX es cuando se va a variar la materia prima: de lana hacía el algodón, pero como España no es un país productor de algodón tiene que traerlo de las colonias pero después de su independencia tiene que importarlo de USA, por lo que la mayor parte de los centros textiles seguirán usando la lana y la que realmente evoluciona es la industria catalana, por el uso del algodón. Por otro lado también hay que mencionar que las técnicas de producción de la industria textil van a conocer el proceso de mecanización. Pronto se mecanizará la hilatura y posteriormente la tejedura, gracias a la máquina de vapor, estas mecanizaciones van a hacer que la producción textil aumente y se disminuyan los costes de producción, por lo tanto si los costes disminuyen y hay más producción los precios disminuyen y al aumentar la demanda se produce un auge que va a estar apoyado por la política proteccionista (aranceles aduaneros) que son leyes que favorecen la industria nacional. Industria Siderúrgica.- Para hablar sobre la industria siderúrgica hay que hacer hincapié en la minería y también hay que mencionar las fuentes de energía utilizadas ya que se había pasado del uso de energías eólicas, hidráulicas y animales hacia el uso de la energía proporcionada por la combustión del carbón. Dicho esto hay que mencionar los tipos de carbón existentes que son tres: Lignito. Hulla. Antracita. La hulla se encuentra en mayores cantidades en Asturias, pero presenta un inconveniente ya que su extracción se dificulta debido a lo pequeño de sus vetas que miden entre tres y cuatro metros. Esta situación hace que se necesiten técnicas costosas para su extracción y por lo tanto se explica que pocos empresarios españoles invirtieran en la minería y que esta quedará en manos del capital extranjero (francés o inglés). Diversos empresarios van a hacer esfuerzos para consolidar el sector siderúrgico pero van a fracasar ya que las antiguas ferrerías van a predominar durante los primero 30 años del siglo XIX, aunque también se debe decir que lugares como la zona Málaga-marbellí se produce esta transformación con lo que la hegemonía de la siderurgia se establece en esta zona y se mantiene explotando los recursos de Jaén (Ojen), cabe recalcar que esta explotación es llevada a cabo por las empresas Constancia y Concepción, pero la hegemonía no dura mucho, ya que el núcleo marbellí no tiene un buen carbón y debido a esto sus productos van a ser muy costosos, debido a los altos costes de producción. La zona leonesa cuenta con carbón y hierro. En la ferrería del s. XVIII de Sabero comienza a modernizarse y se hacen los primeros hornos de Coque y los primeros altos hornos de la siderurgia moderna de España, esto es posible debido a que poseen buen carbón y buen hierro “in situ”, pero su “hegemonía” no dura mucho ya que sus productos tienen poca salida debido a su falta de infraestructura, el transporte del hierro fundido va a ser costoso, es una zona montañosa y tampoco tienen salida al mar, por lo que por lo que no pueden competir con Asturias. Asturias es la región que toma el relevo en los años sesenta con los altos hornos de Trubia y La Felguera, esta industria asturiana logró mantenerse en primer lugar hasta que los empresarios vascos se dieron cuenta de que la siderurgia era un buen negocio, y como tienen buen hierro, pero no buen carbón, para sacar provecho, comienzan a importar carbón de el país de Gales a un muy buen precio, todo esto condujo a la consolidación de la siderurgia en el País Vasco y Vizcaya que se hizo con la hegemonía española ya que ofrece hierro y todos sus derivados a muy buen precio, cabe destacar que la industria siderúrgica también se mantiene gracias a la política arancelaria. Ferrocarril y desarrollo del transporte.Durante la primera mitad del siglo XIX la situación del ferrocarril y del transporte es deficiente aun cuando el siglo anterior fue considerado como el siglo de hacer caminos, pero lo que verdaderamente se hizo en el siglo XVIII fue reparar caminos y es en siglo XIX cuando se vio como aumentaba el número de kilómetros de carreteras sobre todo durante el reinado de Isabel II y a partir de 1840 se estableció una nueva forma del transporte: el ferrocarril, que a su vez causó una revolución por su velocidad, pero sobre todo por su capacidad de carga, así el primer ferrocarril se establecería en la ruta BarcelonaMataró en 1848, luego en 1851 Madrid-Aranjuez y por último en 1855 Langreo-Gijón. Estos ferrocarriles fueron colocados como se esperaba en los focos urbanos de España y no será hasta 1855 con la ley general de ferrocarriles cuando se lleve a cabo todo el trazado de la red ferroviaria que se amplía durante el siguiente decenio, por lo que viendo el número de kilómetros de tendidos se puede afirmar que la ley general de 1855 consolidó la estructura radial del ferrocarril español. La existencia de una red radial tanto ferroviaria como de transporte se puede explicar debido al deseo de establecer un estado centralizado por Madrid. Además se deben destacar otros datos como la existencia de un ancho de vía que era de 1,67 respecto del 1,44 del resto de Europa, este ancho de vía fue establecido debido a problemas geográficos y técnicos y también se debió a que se trató de alejar a las empresas extranjeras del ferrocarril español, situación no cierta del todo ya que a partir de 1880 el ferrocarril español quedó en manos de empresas inglesas y francesas en la que hay que destacar a las de Rostchild y Pereire. Los efectos positivos del ferrocarril no se limitaron a la etapa de su construcción, demanda sobre el sector siderúrgico o de maquinaria que podía haber provocado unas consecuencias muy positivas sobre la incipiente industria por el tendido de la red, aunque jugó un papel muy importante en la articulación del mercado interior de cereales, y a finales del siglo contribuyó a la exportación nacional de materias primas (vino, cítricos, minerales…) Urbanismo.Durante el siglo XIX la población española es eminentemente rural ya que los dos tercios de la población vive en el campo, pero también hay que decir que a lo largo de este siglo vamos a ver que la población urbana sufre un crecimiento de forma igual o mayor que el crecimiento demográfico. El proceso de urbanización ha seguido un ritmo constante, pero de intensidad desigual, en relación con las vicisitudes económicas y sociales del país. Además este crecimiento no se da en todas las ciudades por igual, sino que, las ciudades que más se desarrollan son las ciudades más industrializadas, sobre todo las ciudades del norte y este español, en cambio las ciudades del centro y sur siguen estancadas, con la excepción de Madrid ya que es la capital administrativa y política del estado. Hasta mediados del siglo XIX el proceso fue muy lento, hasta1857 la población urbana representaba solo el 16% del total, sin embargo a finales de siglo la proporción es del 32%. Desde mediados del siglo XIX se comienza ver una constante en España: la creciente progresión de la urbanización; por lo que podemos ver que un cuarto de los españoles viven en poblaciones de más de 2000 habitantes y hay que destacar la existencia de lugares con más de 100.000 habitantes como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga. La preocupación por esta creciente urbanización es lo relativo a la habitación y a la higiene que afecta principalmente a los más humildes por lo que debido a estas condiciones se promueve el derribo y desaparición de las murallas y cercas que rodean las ciudades y así poder establecer programas de ensanches urbanísticos. Así en 1860 se establecen los planes de Madrid y Barcelona, el plan de ensanche de Madrid va a ser dirigido por Castro y el de Barcelona por Cerdá. Estos dos planes son muy parecidos tanto en su concepción como en su ejecución, se basan en planos geométricos en retículas de damero, formando manzanas rodeadas de parques, zonas verdes, etc, pero que no se llevan a cabo hasta finales de siglo. Comercio.Antes del siglo XIX la economía española era prácticamente ultramarina es decir con las colonias pero a partir del XIX la situación cambio ya que las colonias se habían independizado, pero teniendo en cuenta datos objetivos se puede hablar de un crecimiento sostenido. Las importaciones en España revelan los primeros progresos de la industria española, pero las exportaciones siguen mostrando a una España preindustrial, hasta mediados del siglo XIX vamos a encontrarnos con una economía cuyos productos de intercambio son eminentemente agrícolas, por ejemplo aceite, vino, lana…, la industria tiene muy poco peso. Pero a finales del siglo XIX vamos a ver cómo ha cambiado esta situación ya que se está importando algodón, carbón, minerales y productos agrícolas. Estas cifras y su evolución nos muestran una vinculación progresiva de la economía española en el mercado internacional. En 1870 tenemos un balanza económica favorable, positiva, hasta estas fechas el gobierno había estado siguiendo una “política de librecambismo”, en boga por toda Europa, pero debido a esta buena balanza se establecerá una economía proteccionista que trata de poner trabas a los productos extranjeros y así facilitar la producción y venta de los productos nacionales. Después de que se abolieran las aduanas interiores peninsulares en 1820 se creó una aduana general, un arancel único para toda España y se prohibió importar muchos productos. Por otro lado hay que destacar que en 1869 se estableció un nuevo arancel, el arancel Figuerola que estableció unos derechos arancelarios pequeños y que no tiene nada que envidiar al arancel propuesto por el tratado Cabiten-Chevalier que estableció el hito del triunfo del librecambio de Europa del siglo XIX. 13.2. Transformaciones económicas. Crecimiento demográfico. De la sociedad estamental a la de clases. Génesis y desarrollo del movimiento obrero en España. Evolución socio-económica del siglo XIX (1833-75) La sociedad española en la primera mitad del s.XIX se nos presenta agitada e inestable. Es el tránsito de la sociedad estamental del Antiguo Régimen a la sociedad burguesa liberal implicando una serie de cambios en los hábitos de vida, en las mentalidades así como en las condiciones económicas. Dichos cambios fueron traumáticos para los sectores populares, que vieron endurecer sus condiciones de vida según avanzaba el proceso de revolución liberal. El liberalismo en el ámbito político impidió que los sectores populares se identificaran con el nuevo régimen, lo que explica la inestabilidad existente en esta época. Podemos hablar de dos etapas: una primera de represión y oscurantismo (reinado de Fernando VII) otra con el reinado de Isabel II coincidente con el movimiento romántico. Demografía.Durante el siglo XIX Europa se encuentra en el ciclo de transición demográfica por países que han llevado a cabo su revolución industrial, los adelantos medicinales y sanitarios hacen que la natalidad descienda pero se mantienen las altas tasa de natalidad. En España nos encontramos con un panorama de “revolución industrial” con una evolución singular, pero no excepcional. Las diferencias de la industrialización en Europa se ven entre el Norte y Centro con el Sur y Este, es decir España a lo largo del siglo XIX sigue siendo un país eminentemente agrícola ya que esta actividad proporciona trabajo a los 2/3 de la población, pero la población creció de forma importante a lo largo del siglo XIX, a finales del s. XVIII había en España unos 11 millones, en 1833 se habían convertido en 12,4 millones, 1858 ascendían a 15,5 millones. La tasa de crecimiento de 40% hasta 1833 ascendió a un 65% desde entonces hasta 1875. España seguía teniendo unas características más propias del ciclo demográfico antiguo que de la nueva etapa demográfica de transición al ciclo moderno. El principal lastre demográfico español era la alta mortalidad (tasa 27%). Las razones son tres: Las sucesivas guerras, las epidemias infecciosas y las crisis agrarias cíclicas. Entre 1800 y 1900 se produce un aumento de la población espectacular pero que no lo es tanto si lo comparamos con otros países industrializados, en la restauración se produjo una desaceleración en el crecimiento demográfico y a finales del siglo XIX sigue siendo un país preindustrial, este crecimiento demográfico no sirvió para impulsar una revolución industrial, pero se puede ver a finales de siglo lo que va a ser una constante, es decir se ve una España dual, dividida en 2 zonas con un desarrollo demográfico e industrial distinto que son la España de la periferia y la interior. A finales aunque se sigue siendo preindustrial, la zona centro está muy atrasada económicamente y se dedica exclusivamente a la agricultura, en contraposición está la periferia donde se encuentran las zonas más industrializadas. La migración española es una de los más elevados de Europa, en el siglo XIX comienza la movilidad espacial, es decir, comienza a haber una migración interna y externa, cabe destacar que los movimientos migratorios internos son mucho más importantes que los transoceánicos, porque después de la pérdida de las colonias la migración a América se prohibió, por parte del gobierno, hasta 1853, pero desde los años sesenta las corrientes migratorias hacia América comenzaron a crecer. Estos movimientos migratorios se producen por la escasez de oportunidades que se tienen en el campo, que fue incapaz de proporcionar trabajo a todos. Pero también hay que tener en cuenta el desarrollo de las ciudades que por su creciente industrialización se convirtieron en un foco de gran atracción por ejemplo Madrid, Barcelona. Por el contrario nos encontramos con el despoblamiento del interior, las dos Castillas, Aragón, Extremadura, las migraciones transoceánicas tienen como destino principal las colonias y las nuevos países de habla española, la motivación es puramente económica, porque en la península los salarios son muy bajos. En el último cuarto del XIX se inició el ciclo de transición demográfica que durara hasta 1930. Sociedad.En el ámbito social se produjo una honda transformación ya que se pasó de una sociedad estamental a una sociedad de clases que se organiza según el grado de poder (Político, Económico, etc). Durante la primera mitad del XIX en España se intenta desmantelar la sociedad estamental por medio de leyes, constituciones e implantar un sociedad liberal y progresista por medio de la universalización de la condición de ciudadanos, abolición de los privilegios y del régimen señorial y las desamortizaciones. A pesar de todas estas condiciones de querer eliminar el antiguo régimen señorial, la alta nobleza y clero conservan su preponderancia social y económica. A partir de la segunda mitad del XIX es ya una sociedad de clases moderna se había configurado una nueva sociedad conforme a los principios de libertad e igualdad y se van a componer tanto en la vida política como en la económica mediante el establecimiento de la propiedad privada, libertad de producir y de comerciar, declaración de la propiedad privada como inviolable y afirmando la igualdad ante la ley. Podemos dividirla en tres grandes grupos sociales: la clase dirigente, las clases medias y los sectores populares Esta nueva articulación social puede decirse que no fue igual para todos y así se ve que hay dos grupos muy perjudicado y otros muy favorecidos: Perjudicados 1. El campesinado es uno de los grupos muy perjudicados porque el campesinado aumento y el campo fue incapaz de proporcionar trabajo para todos, además las medidas tomadas en el siglo XIX hace que el campesinado padezca situaciones perores que en épocas anteriores y como consecuencia aumenta el número de bandoleros, la mendicidad, se ocuparon tierras de manera violenta, se producen levantamientos revolucionarios, etc. 2. El bajo clero también se ve perjudicado, son numerosos, influyentes y asisten a su decadencia por la abolición de los privilegios y por las desamortizaciones. Favorecidos 1. La alta nobleza vio aumentar su poder militar y económico a costas de la baja nobleza que prácticamente desaparece, para evitar la extinción de su linaje se multiplicó la forma de alianzas matrimoniales por ejemplo con la Burguesía. 2. La Burguesía se consolido como clase media preponderante a partir de 1830 se impuso en la política, en la cultura, etc. Aparece una nueva clase social que es el proletariado gracias a las leyes liberalizadoras de la economía industrial y gracias a la supresión de los gremios y a la revolución agrícola. El proletario dependía de su trabajo y del sueldo y como ganaba poco se encuentra en una situación difícil. Durante este periodo se consolida una sociedad basada en la economía de mercado donde todo se puede vender y revender, a su vez las relaciones económicas se basa en el contrato y en el acuerdo mutuo. Los elementos que intervienen en la producción son: Renta de la tierra por la utilización de tierras ajenas. Salario como contrapartida del trabajo realizado. Beneficio como rendimiento de la inversión de un capital. Todos los procesos de cambio asociados al liberalismo son lentos en la vida cotidiana y se van a llevar al ámbito familiar y también al personal. Estas transformaciones son más evidentes en el mundo urbano que en el rural, ofrecen un importante abanico diferenciador entre las regiones españolas. En términos generales las estructuras familiares tienden a la progresiva extinción de la familia extensa unida por lazos de parentesco que conviven en un misma casa para ponerse en su lugar la familia nuclear que esta familia, así esta familia se adaptara mejor a la propiedad privada libre y a la mayor movilidad, todos los miembros de la familia participan en la producción, ya que trabajan hombres mujeres y niños, pero las mujeres y los niños se encuentran en una situación de discriminación salarial y laboral ya que realizan trabajos poco cualificados y mal remunerados. La génesis del movimiento obrero.Al principio los trabajadores son muy pocos, de un total de 7.000.000 de población activa española solo 155.000 eran “jornaleros en las fábricas” (proletarios), concentrados en las zonas más industriales. El limitado proceso industrial en España explica que el número de obreros fuese escaso y concentrado en las zonas industriales del país, Barcelona, Madrid y centros siderúrgicos. Es a partir de 1840 cuando comienza la verdadera industrialización, y con ella, el sindicalismo comienza a tener auge en ciertos sectores a pesar de la oposición de los empresarios y del gobierno. Los obreros luchaban contra la oposición del gobierno y contra la masiva maquinización, que permitía eliminar puestos de trabajo, mediante la destrucción de la maquinaria (ludismo) el más famoso fue el incendio de la fábrica Bonaplata en Barcelona 1835. Sin embargo, el obrerismo se parece más a los gremios que a los sindicatos modernos, aunque igualmente significó un salto cualitativo en la toma de conciencia del proletariado, y marco el inicio del sindicalismo de clase. A Cádiz llegan los primeros ideales del socialismo utópico (Fourier, Sant Simón, Cabet, Owen), que se extienden formando núcleos dirigidos por personas como Joaquín Abreu, partidario de Fourier; Felipe Monlau y Abdón Terrado, partidarios de Sant Simón; Narcis Monturiol, partidario de Cabet; y Fernando Garrido, partidario de las ideas cooperativistas. Hasta el Bienio Progresista (1854) la mayoría de los obreros no comprendían bien lo que estaba pasando, contra quién se enfrentaban sus intereses, casi todos hacían causa común con los patronos oponiéndose a los gobiernos progresistas. Debido a esta situación, el movimiento obrero conoce una etapa de expansión gracias al apoyo dado a los progresistas en la revolución. En esta época los trabajadores van a separar su movilización de la de los patronos y se va a producir la primera huelga general en Barcelona: la represión ejercida fue muy dura y le malestar se extiende a otras regiones españolas, proliferando así las agitaciones sociales. El resultado del bienio fue la demostración a los trabajadores que el partido progresista defendía los intereses de los patronos. En adelante el movimiento obrero se politizó pasando a apoyar a demócratas y republicanos. La revolución de 1868 va a significar la apertura y el reconocimiento de libertades y un aumento de tolerancia, permitiendo que las asociaciones obreras salieran de la clandestinidad y se manifestaran públicamente. Gracias a todo esto vemos como en España existen las ideas socialistas y marxistas vinculadas a la AIT. Será la decepción posterior a la rev. 68, el olvido por parte de los demócratas de sus reivindicaciones, lo que empuje al movimiento obrero hacia el sindicalismo. El proletariado español no contó ni con el apoyo del partido liberal, ni de los progresistas ni siquiera de los republicanos. Por ello, el Sexenio significó una etapa de clara toma de conciencia política y organizativa, el movimiento obrero se va a vincular a la AIT (primera internacional), donde dominan las ideas marxistas y anarquistas. En el 1868 Bakunin envía a G. Fanelli con el objetivo de organizar la sección española de la Internacional, sobre la base de las tesis anarquistas, así funda los primeros núcleos anarquistas de Barcelona y Madrid. El anarquismo contó con muchos afiliados en Andalucía. En 1870 se reúnen en Barcelona donde fundan la FRE (este congreso también aprueba el recurso de la huelga como manera de protesta y pone de manifiesto la necesidad de preparar al obrero para poder llevar a cabo la revolución social). Este movimiento obrero crece de manera espectacular y en 1873 ya cuenta con más de 40.000 afiliados. Por otro lado, Marx envía a Paul Lafargue, que se instala en Madrid en 1871, y a su alrededor se juntan numerosas personas como Francisco Moro, José Mesa o Pablo Iglesias. Este núcleo marxista se va a valer del periódico “La Emancipación” para expresar sus ideas contrarias al anarquismo. La discrepancia entre estos dos movimientos se va a saldar con la salida del grupo madrileño (marxista) fundando la NFM. Cuando llega la Restauración, las autoridades declaran ilegales a estas agrupaciones, con lo que el movimiento obrero pasa a la clandestinidad. La represión que ejerce el gobierno continúa hasta 1881 cuando suben al poder los liberales que permiten el asociacionismo obrero. Tras este período de clandestinidad el movimiento obrero está escindido claramente en dos corrientes diferentes, anarquistas y socialistas Anarquismo.- en 1881 la FRE se reorganiza y se adecua a la nueva legalidad, que prohíbe que las asociaciones obreras estén vinculadas a asociaciones internacionales. Debido a esto cambian el nombre a FTRE, y ya no están vinculados a la AIT. Este movimiento desarrolla una acción social reivindicativa muy importante, dentro de la cual vamos a ver dos opciones de actuación: acción sindical y acción directa. La complejidad de todo esto se pone de manifiesto en los hechos concretos sucedidos en Cádiz y Jerez llevados a cabo por la denominada 'Mano Negra', que fue definida por el gobierno como una organización de asesinos anarquistas, que lleva a cabo asesinatos y delitos comunes más que políticos. La actuación de las autoridades es muy dura, y desde las altas instancias del gobierno se organiza una fuerte represión contra el anarquismo andaluz. Durante los 90 los anarquistas llevan a cabo tres tipos de acciones: Acción sindical (huelgas, reivindicaciones como trabajo de ocho horas, reconocimiento del día del trabajador, etc). Producción cultural (es su vehículo de trasmisión de ideas). Acción directa: atentados de Barcelona en el 93 y en el 96, y el asesinato de Cánovas del Castillo que se supone fue llevado a cabo por un anarquista. La última década del siglo y la primera del s.XX se caracterizaron por una serie de atentados contra reyes, presidentes de gobierno…etc. La respuesta de las autoridades no hizo más que alimentar una dinámica de acción-represión continua. La represión fue sistemática, en el momento clave de esta espiral de violencia, y tras un atentado en 1896 se producen los procesos de Montjuic de 1897, donde se realizan cientos de detenciones, destierros, decenas de ejecuciones, etc. Este proceso conlleva una protesta generalizada por parte de los intelectuales y políticos contra esta represión indiscriminada. Como consecuencia, se profundiza la división en el seno anarquista; así, el anarquismo va dividirse en dos opciones: continuar con la acción violenta o conseguir una acción de masas, que se plantea como objetivo conseguir una revolución social por medio de la organización y reivindicaciones sindicales: en 1907 se crea “Solidaridad Obrera”, y en el 1910 se crea la CNT, organización de clara ideología anarcosindicalista. Socialismo.- la NFM cambia de nombre en 1879 y se convierte en la ASM (fundada por Pablo Iglesias), que va a ser el núcleo del partido socialista (PSOE), fundado en mayo de 1879. Tuvo unos inicios muy difíciles pues carecía de respaldo tanto político como social. Se caracterizaba por: Influencia del marxismo francés (actuación dirigida solo a obreros industriales) Defensa de su doctrina social: plantean la lucha contra las fuerzas políticas burguesas. Creencia en el inevitable hundimiento del capitalismo (subordinan la lucha sindical a la lucha política) En 1888 se crea en Barcelona la UGT, sindicato de inspiración socialista, va a estar subordinada al PSOE que tiene una buena implantación en Madrid, Asturias, etc. Este se define como marxista de orientación obrerista y partidario de la revolución social. Se afilia a la segunda internacional, y, siguiendo las directrices de participación en la vida política, tiene sus inicios en 1910, cuando en unión con los republicanos se presentan a elecciones y consiguen un escaño (que ocupará Pablo Iglesias). En este final de siglo también intentan organizarse movimientos obreros de inspiración católica, a partir de la encíclica Rerum Novarum de León XIII, donde se denunciaba al socialismo, se criticaba al capitalismo, se animaba a mejorar la vida de los obreros a través del evangelio. Las organizaciones católicas apenas arraigaron, ya que esta clase social no relacionaba al cristianismo con las reformas sociales. 13.3 Transformaciones culturales. Cambio en las mentalidades. La educación y la prensa. La Sociedad La sociedad de la España de la Restauración era: por un lado un inmenso interior agrario con formas de vida y subsistencias muy atrasadas, y por otro unas pocas zonas industrializadas donde poco a poco se abría paso una sociedad moderna, situadas básicamente en la periferia excepto Madrid. Entre ambas sociedades había una relación bastante débil. Muchas comarcas del interior vivían en un gran aislamiento. En general nos hallamos ante una sociedad en la que la pobreza está muy extendida debido a las bajísimas rentas de la población. Se pueden distinguir varios grupos sociales: por una parte una oligarquía agraria predominante en las dos Castillas, Extremadura y Andalucía; por otro las clases medias bajas formadas por propietarios, arrendatarios y aparceros; le siguen los campesinos sin tierras ya sean jornaleros o braceros, que sufren una situación de paro y bajos salarios. Esta amplia masa de población sufre una situación caracterizada por la alimentación deficiente, las carencias sanitarias e higiénicas y la falta de una cultura elemental con unas tasas enormes de analfabetismo. Esto produjo que periódicamente hubiera estallidos sociales violentos que serán reprimidos por las autoridades. El lento desarrollo minero e industrial propicio por su parte una modernización en determinadas zonas del país. En el País Vasco la industria siderúrgica y la banca más prospera del país; en Cataluña la industria textil del algodón. En las ciudades encontramos una compleja estructura social: una heterogénea clase media entre la que encontramos una amplia masa apolítica, ligada a los hábitos tradicionales, con un gran temor a cualquier tipo de cambio influenciado fuertemente por la iglesia. Entre las clases trabajadoras distinguimos una masa mayoritaria de artesanos, ligados a empleos tradicionales, y un creciente número de obreros. La educación La enseñanza se dividía en tres niveles según la Ley de Institución Pública promovida en 1857: 1. Enseñanza primaria: era obligatoria y gratuita, su deficiencia fue paliada por asociaciones privadas que gracias a ellas el analfabetismo bajo pero la mitad de los españoles seguían siéndolo. 2. Enseñanza secundaria: se daba en los institutos y solo se lo podían permitir los que tenían recursos económicos. En 1900 había un instituto por cada capital de provincia 3. Enseñanza universitaria: estaba reservada a las elites. El estado era el que poseía el control de la enseñanza pero estaba en manos de otras instituciones ya que el estado apenas invertía en las escuelas y lo poco que invertía iba a las universidades. La cultura La cultura se difundió a través de: 1. Los medios oficiales o estatales, como las academias. Se abrió al público obras de arte, objetos históricos… destacan el Museo del Prado y el Museo Arqueológico Nacional. 2. Las instituciones privadas: destaca el Ateneo de Madrid. Los cambios políticos influenciaron a la literatura y a las artes de las que destacaron: - El Romanticismo, alcanzó su culminación en la décadas de 1830 y 1840 en la que abundaron las poesías exaltadas, los relatos costumbristas, la novela histórica y el teatro neomedieval. En pintura destacaron los temas históricos y los retratos burgueses. Entre ellos destacan en poesía José de Espronceda con El estudiante de Salamanca. En prosa Gustavo Adolfo Bécquer con Rimas, Mariano José de Larra con Artículos. En teatro José Zorrilla con Don Juan Tenorio entre otros. - El Realismo, mostraba una actitud cientificista y prosaica hacia el arte y crearon poesías líricas, novelas realistas, teatro conservador, arquitectura ecléctica y pintura realista. Entre ellos destacan en prosa Benito Pérez Caldos con Fortunata y Jacinta, Clarín con La regenta. En pintura Mariano Fortuna con La batalla de Tetuán, Joaquín Sorolla con La playa de Valencia. En opera Felipe Pedrell con Cleopatra. La generación del 98 Desde finales del siglo XIX hacia 1880 crecen en sectores intelectuales y populares críticas a la política de la restauración (caciquismo, desequilibrios sociales y corrupción del poder) Aunque el clima de descontento es anterior a 1898, año de la pérdida de las colonias, esta fecha queda como símbolo del periodo y algunos intelectuales la identificaron con decadencia, pesimismo y anhelos regeneracionistas. Para acabar de entender el contexto en que se hallaban en Europa se daba el existencialismo, la crisis europea de fin de siglo, lo cual en España se refleja en el modernismo y en la generación del 98.La generación del 98 se inicia a partir de 1913 a raíz de un artículo de Azorín y Ortega y Gasset, denominando así a un grupo que en juventud expresaron su profundo desagrado con la sociedad de la restauración y proclamaban la necesidad de cambios sociales, culturales y estéticos. El género más empleado era el ensayo y también cultivan el teatro y la novela. Los integrantes eran: Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Rubén Darío, Ramón María del Valle Inclán, Jacinto Benavente y Azorín. A partir de 1905 siguen evoluciones muy dispares y se alejan de sus orígenes radicales y reformadores. Sus antecedentes se encuentran más en pensadores que en corrientes literarias, los ilustrados, Larra, los liberales reformistas y los krausistas. Hasta aquí entra para el examen 2º EVA. Lo demás es de la tercera pero aun esta sin revisar bien. 13.2 Sociedad y mentalidad. La educación (1875-1902) (Tema expuesto por alumnos) La Sociedad La sociedad de la España de la Restauración era: por un lado un inmenso interior agrario con formas de vida y subsistencias muy atrasadas, y por otro unas pocas zonas industrializadas donde poco a poco se abría paso una sociedad moderna, situadas básicamente en la periferia excepto Madrid. Entre ambas sociedades había una relación bastante débil. Muchas comarcas del interior vivían en un gran aislamiento. En general nos hallamos ante una sociedad en la que la pobreza está muy extendida debido a las bajísimas rentas de la población. Se pueden distinguir varios grupos sociales: por una parte una oligarquía agraria predominante en las dos Castillas, Extremadura y Andalucía; por otro las clases medias bajas formadas por propietarios, arrendatarios y aparceros; le siguen los campesinos sin tierras ya sean jornaleros o braceros, que sufren una situación de paro y bajos salarios. Esta amplia masa de población sufre una situación caracterizada por la alimentación deficiente, las carencias sanitarias e higiénicas y la falta de una cultura elemental con unas tasas enormes de analfabetismo. Esto produjo que periódicamente hubiera estallidos sociales violentos que serán reprimidos por las autoridades. El lento desarrollo minero e industrial propicio por su parte una modernización en determinadas zonas del país. En el País Vasco la industria siderúrgica y la banca más prospera del país; en Cataluña la industria textil del algodón. En las ciudades encontramos una compleja estructura social: una heterogénea clase media entre la que encontramos una amplia masa apolítica, ligada a los hábitos tradicionales, con un gran temor a cualquier tipo de cambio influenciado fuertemente por la iglesia. Entre las clases trabajadoras distinguimos una masa mayoritaria de artesanos, ligados a empleos tradicionales, y un creciente número de obreros. La educación La enseñanza se dividía en tres niveles según la Ley de Institución Pública promovida en 1857: 1. Enseñanza primaria: era obligatoria y gratuita, su deficiencia fue paliada por asociaciones privadas que gracias a ellas el analfabetismo bajo pero la mitad de los españoles seguían siéndolo. 2. enseñanza secundaria: se daba en los institutos y solo se lo podían permitir los que tenían recursos económicos. En 1900 había un instituto por cada capital de provincia 3. enseñanza universitaria: estaba reservada a las elites. El estado era el que poseía el control de la enseñanza pero estaba en manos de otras instituciones ya que el estado apenas invertía en las escuelas y lo poco que invertía iba a las universidades. La cultura La cultura se difundió a través de: 1. Los medios oficiales o estatales, como las academias. Se abrió al público obras de arte, objetos históricos… destacan el Museo del Prado y el Museo Arqueológico Nacional. 2. Las instituciones privadas: destaca el Ateneo de Madrid. Los cambios políticos influenciaron a la literatura y a las artes de las que destacaron: - El Romanticismo, alcanzó su culminación en la décadas de 1830 y 1840 en la que abundaron las poesías exaltadas, los relatos costumbristas, la novela histórica y el teatro neomedieval. En pintura destacaron los temas históricos y los retratos burgueses. Entre ellos destacan en poesía José de Espronceda con El estudiante de Salamanca. En prosa Gustavo Adolfo Bécquer con Rimas, Mariano José de Larra con Artículos. En teatro José Zorrilla con Don Juan Tenorio entre otros. - El Realismo, mostraba una actitud cientificista y prosaica hacia el arte y crearon poesías líricas, novelas realistas, teatro conservador, arquitectura ecléctica y pintura realista. Entre ellos destacan en prosa Benito Pérez Caldos con Fortunata y Jacinta, Clarín con La regenta. En pintura Mariano Fortuna con La batalla de Tetuán, Joaquín Sorolla con La playa de Valencia. En opera Felipe Pedrell con Cleopatra. La generación del 98 Desde finales del siglo XIX hacia 1880 crecen en sectores intelectuales y populares críticas a la política de la restauración (caciquismo, desequilibrios sociales y corrupción del poder) Aunque el clima de descontento es anterior a 1898, año de la pérdida de las colonias, esta fecha queda como símbolo del periodo y algunos intelectuales la identificaron con decadencia, pesimismo y anhelos regeneracionistas. Para acabar de entender el contexto en que se hallaban en Europa se daba el existencialismo, la crisis europea de fin de siglo, lo cual en España se refleja en el modernismo y en la generación del 98. La generación del 98 se inicia a partir de 1913 a raíz de un artículo de Azorín y Ortega y Gasset, denominando así a un grupo que en juventud expresaron su profundo desagrado con la sociedad de la restauración y proclamaban la necesidad de cambios sociales, culturales y estéticos. El género más empleado era el ensayo y también cultivan el teatro y la novela. Los integrantes eran: Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Rubén Darío, Ramón María del Valle Inclán, Jacinto Benavente y Azorín. A partir de 1905 siguen evoluciones muy dispares y se alejan de sus orígenes radicales y reformadores. Sus antecedentes se encuentran más en pensadores que en corrientes literarias, los ilustrados, Larra, los liberales reformistas y los krausistas.