LASOPERACIONESBÉLICASDURANTELAGUERRADELA 23AL23DEOCTUBREDE2013 MONTEVIDEO, REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY PONENCIACORRESPONDIENTEAPARAGUAY ELPERÍMETROFORTIFICADODEHUMAITÁ.RECONSTRUCCIÓNVIRTUAL AUTORES : ABOG.EDUARDONAKAYAMA ARQ.MATEONAKAYAMA INTRODUCCIÓN El presente trabajo de investigación que culmina con la recreación digital de la parte principal del perímetro fortificado de Humaitá en la costa del río Paraguay es la continuación de un trabajo iniciado por los mismos autores en el ańo 2008 y que recoge prácticamente toda la bibliografía disponible sobre Humaitá, desde la erección del poblado en tiempos de la Colonia espańola, pasando por su época de guardia de paso antes de la llegada a la Villa del Pilar de Ńeembucú, y su enclave como núcleo defensivo. La efímera vida que tuvo Humaitá en el contexto del Paraguay de la segunda mitad del siglo XIX fue la misma que tuvo la majestuosa Iglesia de San Carlos Borromeo de Humaitá de 1861 a 1868 y que reflejó, en gran medida, los profundos cambios sociales, económicos y culturales que se vivieron en el Paraguay durante ese período, donde se pasó de un verdadero auge en todos los órdenes, a la ruina total, al punto de poner en peligro la existencia misma del país como Nación y como Estado independiente, cuya continuidad sólo fue posible gracias a la puja (y desconfianza) que se acentuó entre los dos mayores socios de la Alianza: la Argentina y el Imperio del Brasil; y a la letra del Tratado Secreto, que fue cumplida a medias. La Fortaleza de Humaitá, llegó a ser conocida como no sólo por su fama de inexpugnable, sino por la difusión que alcanzaría por detener el avance aliado hacia Asunción por tanto tiempo. Su sistema de defensas constituía en el corazón del cuadrilátero sirvió de base de operaciones y principal baluarte en la primera etapa de la Campańa Defensiva, y por tanto sería el principal blanco del intenso bombardeo aliado. Pero la destrucción de la mayor parte de la Fortaleza se daría luego de la toma por parte de las fuerzas brasileńas el 25 de julio de 1868, que cumplieron al pie de la letra lo estipulado en los artículos primero y segundo del Protocolo Adicional del Tratado Secreto de la Triple Alianza: do de Alianza de esta fecha, las fortificaciones de Humaitá serán demolidas, y no será permitido erigir otras de igual naturaleza, que puedan impedir la fiel ejecución de dicho Tratado; 2°) Que siendo una de las medidas necesarias para garantir la paz con el gobierno que se establecerá en el Paraguay, el no dejar allí armas ó elementos de guerra, los que se encuentran serán divididos por partes iguales entre los aliados Aunque la concepción estratégica del enclave de Humaitá como llave de paso para los buques en la cerrada curva del río Paraguay es disputada por varios autores, no cabe duda que el más poderoso y temido sistema defensivo paraguayo debe su diseńo y construcción final a la idea de los ingenieros militares George Thompson (británico) y Franz Wisner Von Morgenstern (austro-húngaro), ambos al servicio del gobierno paraguayo. La línea fortificada alcanzaba a tener un perímetro de más de 10 km. artillado tanto por tierra como por río con una cantidad de bocas de fuego que variarían a lo largo del conflicto pero que en su cenit alcanzaría un número de 200 piezas de distinto calibre albergar en su interior a una fuerza de entre 25.000 y 30.000 hombres y fue el Cuartel General de Operaciones del Mariscal Presidente Francisco Solano López. Además, en este trabajo se busca realizar una reseńa histórica de Humaitá desde los albores de su fundación y poblamiento, su conversión radical de área destinada a la ganadería y comercio a base estratégica y militar con la segunda mayor población del país en cuanto a número durante la movilización, la construcción de la fortaleza y sus características, y finalmente su destrucción. Se ha recurrido a fuentes directas en el Archivo Nacional de Asunción, a relevamientos topográficos, hidrográficos y geográficos de distintos autores como los que in situ realizaron el francés Emile Charles Jourdan (al servicio del Imperio del Brasil) y el polaco Robert Adolfo Chodasiewicz (al servicio del Ejército Argentino) y más recientemente al practicado por el Capitán de Navío e historiador Jaime Enrique Grau Paolini (Paraguay). Todo el trabajo investigativo por más exacto y completo que pudiese llegar a ser no cobraría vida si no fuese gracias a la tecnología de digitalización y construcción virtual de estructuras que nos permiten recrear los escenarios tal como lucían más de 150 ańos atrás. Cuando los autores encararon la reconstrucción virtual del templo de San Carlos Borromeo de Humaitá ya habían visualizado la necesidad de recrear todo el perímetro fortificado no sólo por la importancia histórica del lugar, sino sobre todo para permitir transportarnos a la época e imaginarnos en mayor detalle la disposición de todo el sistema defensivo, de sus baterías, de sus construcciones civiles, líneas de defensa, cuyo contorno y silueta (en el caso de las líneas) aún pueden ser visualizadas con fotografías satelitales. Este breve trabajo de investigación será ampliado y mejorado en lo sucesivo a medida que más elementos vayamos incorporando y la tecnología avance. Agradecimientos especiales a todos quienes colaboraron directa e indirectamente con nosotros, especialmente al Dr. Alfredo Boccia Romańach, Presidente de la Academia Paraguaya de la Historia; al historiador Luis Verón; al historiador naval Cap. Jaime Grau Paolini; al Prof. Andrew Nickson de la Universidad de Birminham (Inglaterra); al historiador espańol Marco Antonio Martín García; al historiador y genealogista Martín Romano García de Tiempo de Historia; al genealogista Eusebio Velázquez Nielsen; a la Prof. Vicenta Miranda de Humaitá; al historiador militar Cnel. Héctor Prechi, ex Director del Colegio Militar de la Nación; y a los amigos Ángel Piccinini, Sebastián Vargas y Natalia Ántola por el desinteresado apoyo, y a la Asociación Cultural Mandu`arâ. ŃÉEMBUCÚ DURANTE LA COLONIA ESPAŃOLA de la desde La Asunción sus vecinos con recursos propios habían explorado, conquistado y fundado ciudades, fuertes y pueblos en todos los puntos cardinales de la entonces Gobernación del Paraguay y Río de la Plata. Desde Santa Cruz de la Sierra en la actual Bolivia; Nueva Asunción, Santiago de Jerez, Ciudad Real, Villarrica, entre otras en el actual Brasil; Concepción del Bermejo, Corrientes, Santa Fe y Buenos Aires en la actual Argentina. La división de la Provincia del Paraguay y Río de la Plata en dos grandes unidades territoriales y jurisdiccionales en 1617 le había asestado el golpe inicial al que se sumaría el desistimiento definitivo de la Corona de buscar el camino a la Sierra del Plata por el Alto Paraguay y el Chaco, optándose por el largo trayecto terrestre que desde el emergente puerto de Buenos Aires se hacía por Tucumán. A mediados del siglo XVII, el centro de la conquista en el centro-sur de Sudamérica, Asunción, había agotado sus recursos y sus vecinos comenzarían a debatirse con los Jesuitas en un intrincado problema que continuaría prácticamente hasta la expulsión de los mismos en 1767. Además, esta unidad territorial y administrativa constituida por la Compańía de Jesús acarrearía al Paraguay independiente más de un problema territorial con sus vecinos. En medio de las revueltas comuneras que sacudían Asunción y el Paraguay entre 1721 y 1735, una Real Cédula del 6 de noviembre de 1726 Su Majestad disponía que los pueblos jesuíticos de la Provincia del Paraguay fuesen agregados temporalmente a Buenos Aires, lo que generaría en el futuro problemas de límites con la vecina Corrientes. Sin embargo, la temporalidad de la disposición se desprende no sólo del contexto político sino del texto mismo que decía: "en el ínterin que no mandare otra cosa estén en el todo las 30 reducciones de indios del cargo de la Compańía en el distrito del Paraguay bajo del mando y jurisdicción del Gobernador de Buenos Aires, con plena y absoluta inhibición del Gobernador y Justicia del Paraguay". Otra disposición anterior, la Real Cédula del 11 de febrero de 1724 había generado posteriormente un Laudo de fecha 8 de junio de 1727 por la que los Obispados de Paraguay y Buenos Aires acordaban claramente que el río Paraná (al menos en ese punto) formaba la frontera entre la gobernación del Paraguay y la del Río de la Plata, por lo que ambas disposiciones pueden interpretarse como complementarias y no contradictorias en el sentido que unívocamente hablaban , manteniendo el Paraná como límite de ambos obispados. Por entonces, salvo alguna excepción, los lugares conocidos como Curupayty, Humaitá y las Lomas de Pedro González se hallaban desiertas por las que de ahí se introducían a las misiones de San Ignacio, Santa María y Santiago con el objeto de robar ganado. En 1740 un tal Bargas y otros paraguayos más solicitaron y obtuvieron del Gobernador del Paraguay mercedes de tierras en ese territorio para lugares de estancias, así como un Cabrera que sacó por merced el mismo lugar donde más tarde se estableció la Capilla de Pedro González; así es que en la costa del Paraná y en otros lugares de esos contornos estaban poblados varios vecinos de la Asunción. A su vez, el Cabildo de Corrientes hizo lo propio y comenzó a otorgar las primeras mercedes para explotar la abundante madera del lugar, extraer cáscara de curupay (utilizada para curtir cueros), cazar animales silvestres, etc. Algunos de estos trabajadores fueron estableciéndose en el lugar, llevando a sus familias, rancheándose y estableciendo obrajes sin que el Gobierno del Paraguay pudiese conseguir la evacuación de su territorio, no queriendo violentarlos por ser todas estas provincias de un mismo origen y considerar que los límites del territorio del Paraguay eran tan ciertos y conocidos que en ningún tiempo podrían confundirse con las demarcaciones terminantes que existían, resultando de esta tolerancia el que los correntinos hiciesen un aprovechamiento valioso de sus riquezas naturales, y lo que es más, el pleito con el Gobierno y Cabildo de aquella provincia, pretendiendo apropiarse definitivamente de esos lugares, que para ello ya habían levantado la Capilla de Pedro González precisamente en el terreno propio del citado Cabrera, que obtuvo por merced, trayendo de vez en cuando al cura de las Ensenadas de Corrientes a decir allí misa y hacer otros ejercicios de cura. Ańos después se iniciaría un nuevo proceso de expansión demográfica desde La Asunción y que tenía como uno de sus ejes el extremo suroeste paraguayo en la zona de la confluencia de nuestros grandes ríos. Gobernador del Paraguay de 1778 a 1787 Don Pedro Melo de Portugal y Villena fue el fundador de la Villa del Pilar de Ńeembucú en 1779, hombre de gran prestigio, sería después Virrey del Río de la Plata de 1795 a 1797 Cuando el gobernador Pedro Melo de Portugal y Villena asumió el cargo, ya en tiempos del recientemente creado Virreinato del Río de la Plata siguió con la política expansiva de su antecesor Agustín Fernando de Pinedo integrando nuevas áreas para la ganadería y la explotación de la madera tanto al norte como al sur de Asunción. El problema con los correntinos al sur sin lugar a dudas fue uno de los factores que determinó el asentamiento de poblaciones paraguayas constantes en la zona de Ńeembucú. En 1778 se formó una expedición militar al mando del Tte. Cnel. José Antonio de Yegros, y en 1779 a la población de Remolinos, fundada por Pinedo ańos atrás se sumarían los parajes de Curupayty y Humaitá donde construyó pequeńas fortificaciones que operaban como guardias. Por Decreto del 16 de febrero de 1779 se convocó a todos quienes querían poblar la región atrayéndolos no sólo con las facilidades acostumbradas (como la tierra), sino también diez ańos de exención del servicio militar. Lo único que se les pedía era que defendieran su asentamiento. Poco después se empezó con la fundación a 12 leguas al norte de Curupayty en el área de Ńeembucú. Setenta vecinos (con ocho o nueve mil cabezas de ganado) se declararon listos para asentarse en el lugar. La fundación oficial de Nuestra Seńora del Pilar de Ńeembucú tuvo lugar en octubre de 1779 (probablemente el 12 de ese mes, un día después del de su Santo Patrono). Estaba situada en la desembocadura del río Ńeembucú, al norte de las guarniciones de Curupayty y Humaitá y a unas 40 leguas de Asunción. El Rey Carlos III emitió una misiva con fecha del 1 de febrero de 1784 en la cual se pronunciaba a favor de otorgarle el estatus de villa. El Virrey Arredondo anunció oficialmente el 28 de septiembre de 1792 que dicho estatus había sido concedido y dio permiso para la constitución de un cabildo. El expediente se hubiese arrinconado a no ser por el Comandante de Ńeembucú Don José Espínola que había promovido en ese ańo de 1792 que le sea otorgado el título de Villazgo, pues la Villa del Pilar ya superaba con creces la exigencia de la Ley 6ta. del vecinos con su cura y cada uno de ellos su casa, 10 vacas de vientre, 4 bueyes o 2 bueyes y 2 novillos, una yegua de vientre, 20 ovejas de vientre de Castilla, 6 gallinas y un gallo. Para entonces los registros ya hablaban que había en Ńeembucú 105 vecinos que componían 400 almas de comunión y 160 párvulos con 13.346 vacas, 425 bueyes, 4.595 yeguas, 1570 caballos y 386 ovejas. Los 91 asentamientos existentes en el Paraguay a finales del período colonial según Kleinpenning y Gutiérrez. En rojo se resaltan las poblaciones que actualmente se hallan en el Departamento de Ńeembucú: 24) Curupayty; 31) Humaitá; 38) Laureles; 48) Pilar; 73) Guazú Cuá; y 80) Villa Franca (Remolinos) Aunque se hallaban poblados desde hacía décadas, tanto Curupayty como Humaitá fueron poblaciones de hecho que no adquirirían el estatus de villa o pueblo durante el resto del período colonial. Sin embargo, en los albores de la independencia paraguaya, podemos decir que el problema de la ocupación por parte de los correntinos ya se había resuelto hacía tiempo. Auto proveído por Don Joaquín Alós y Bru (Gobernador del Paraguay de 1787-1796) sobre la pretensión en la Ciudad de Corrientes para que desocupen y desalojen los pobladores en Curupayty y Humaitá. Archivo Nacional de Asunción, Colección Río Branco, ańo 1789. HUMAITÁ EN LOS TIEMPOS DEL SUPREMO DICTADOR Luego de las revoluciones de mayo (la de 1810 en Buenos Aires y la de 1811 en Asunción) comenzarían a soplar nuevos aires. La capital virreinal buscaba mantener la cohesión de las antiguas provincias pero con un discurso que no a todos terminaba por había generado todo tipo de repudio hacia Buenos Aires a la cual veían con mucha desconfianza. El Congreso de 1000 Diputados reunidos en el Convento de San José de los Mercedarios en Asunción desde el 30 de septiembre de 1813 debía resolver una cuestión capital: unirse a las demás provincias bajo el liderazgo de Buenos Aires (que había enviado emisarios especiales para buscar persuadir a los diputados), mantener la fidelidad a Espańa o declararse independiente de todo poder extrańo. La inteligencia y sagacidad del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia se impuso sobre las demás y el 12 de octubre de 1813 el Paraguay se proclamaba y erigía como la primera república de América del Sur y la tercera en América después de los Estados Unidos y Haití. El Dr. Francia, uno de los diputados del Congreso, había manifestado en su discurso: "Esta asamblea no perderá su tiempo debatiendo si el cobarde padre o el apocado hijo es el rey de Espańa. Cada uno de ellos ha abdicado dos veces. Los dos han demostrado su débil espíritu y su desleal corazón. Más sea o no sea rey de Espańa uno de ellos, ż qué nos importa a nosotros? Ninguno de ellos es ya rey del Paraguay. El Paraguay no es patrimonio de Espańa, ni provincia de Buenos Aires. El Paraguay es Independiente y es República. La única cuestión que debe debatirse en esta asamblea y decidirse por mayoría de votos es cómo debemos defender y mantener nuestra independencia contra Espańa, contra Lima, contra Buenos Aires y contra el Brasil; cómo debemos mantener la paz interna; cómo debemos fomentar la pública prosperidad y el bienestar de todos los habitantes del Paraguay." La organización de un nuevo sistema de gobierno implicaba una cuestión básica que era la de proteger la soberanía e integridad del territorio, considerándose como tal el comprendido por todas aquellas ciudades, villas, pueblos y parajes que habían sido fundados, poblados, colonizados, custodiados o donde se hayan realizado actos posesorios por parte de la Gobernación del Paraguay bajo el principio del UTI POSSIDETIS IURIS. La frontera sur, más aún con el antecedente de la invasión porteńa de 1810, tomó vital importancia: se reforzaron las guardias río debajo de Asunción y sobre los sucesivos comandantes de plaza la Villa del Pilar recaería gran parte de la responsabilidad de custodiar la frontera sur. Retrato del Dr. Francia en Yvyraí (Trinidad), hoy parte de Asunción Cuando el Dr. Francia asumió el poder absoluto del Paraguay bajo el título de Supremo Dictador Perpetuo de la República en 1816 debió lidiar con una carga muy pesada. El principal temor de Francia siguió siendo una invasión extranjera que tanto la Argentina, los partidarios de Artigas, el ejército de Bolívar o el Reino de Portugal podían (y aveces amenazaban) realizar. Cuidó con mucho celo no caer en provocaciones manteniéndose en una neutralidad única en un tiempo en que todo el continente mantuvo disputas internas y externas más o menos prolongadas manteniéndose al margen de los conflictos adas ocasiones a entrar en escena. Al Dr. Francia se debe la reorganización de las milicias y la creación genuina del Ejército Paraguayo, donde él mismo se puso al frente en la instrucción, en la compra de armamento, uniformes, control de fronteras, espionaje, contraespionaje, etc. Dejó atrás el sistema de instrucción militar espańol y adoptó las regulaciones militares que el General inglés William Carr Beresford impuso con extraordinario éxito en las entonces desmoralizadas tropas portuguesas luego de la huída de su Rey y toda la corte de Lisboa a Río de Janeiro. Reforzó todas las guardias y puestos de avanzada en las áreas de frontera manteniendo un férreo control no sólo del flujo migratorio, sino del comercio y todo efecto que entrara o saliera del país. Tanto en el norte (Fuerte Olimpo, San Carlos del Apa y Villa Real) con los portugueses como en el sur (Pilar, Itapúa y Candelaria) con los correntinos mantuvo un cuidado especial para prever cualquier movimiento. Pero si bien el Dr. Francia puso especial atención al sur en la zona de confluencia del Paraná y Paraguay, la comandancia tenía asiento en la Villa del Pilar, y en sus apuntes son escasas las menciones sobre Humaitá, por lo que la concepción de Humaitá como punto estratégico de defensa no fue de su autoría. HUMAITÁ EN TIEMPOS DE LOS LÓPEZ Desde el ascenso al poder de Don Carlos Antonio López, la vida política, social y económica del Paraguay nunca más fue la misma. Si bien existen serios detractores de su gobierno, nadie puede negar que el gran salto cualitativo que estaba dando el país no podría darse bajo la sombra de la dictadura francista. por el pintor y retratista francés Alfred de Lostalot. Colección Milda Rivarola López abrió las puertas del comercio, reformó y modernizó el Estado de una manera sin precedentes en la historia paraguaya. Durante dos décadas (desde 1845 hasta antes de iniciada a guerra), ningún otro país americano (exceptuando quizá a los Estados Unidos) contrató tal número de profesionales extranjeros (más de 200) para colaborar con la modernización del país. Muchos de estos profesionales eran muy encumbrados profesionales en sus respectivos países. Cabe destacar a los ingleses: Henry Godwin, JohnWhytehead, Alexander Grant, Thomas Norman Smith, George Paddison, William Richardson, William Newton y George Thompson; los alemanes Robert Fischer Von Treunfeld, Hans Fish, Hans Georg Bechmann, Silvester Weilman y Friederich Feiger; los franceses Guillaume Ponceaux y Frčderic Gall; el sueco Augustinus Liliedat; el polaco Edward Misch y el austro-húngaro Franz Wisner Von Morgenstern. Contraria a la versión de que los adelantos de la época sólo abarcaban el ámbito militar, podemos afirmar que no hubo actividad que escapara al influjo de estos profesionales y técnicos contratados, y su impronta quedó plasmada en la cultura y en obras literarias, fundación de escuelas superiores, etc. Los italianos Alessandro Ravizza y André Antonini; los ingleses John Owen Moyniham, Alonzo Taylor y Percy Purcell y el francés Jules Monet, entre otros, cambiaron la fisonomía de la ciudad de Asunción y de otras villas del interior. Los doctores ingleses William Stewart, Frederic Skinner, George P. Barton, John Fox, entre otros, contribuyeron a la formación de nuevos estudiantes de medicina y crearon la primera escuela de medicina y enfermería con que contó el país. En las letras y la educación, la labor del espańol Ildefonso Bermejo fue de gran importancia. Durante su gobierno, la relación con el Brasil se caracterizaría por las idas y las vueltas debido a los problemas limítrofes que ambos países heredaron de Portugal y Espańa y que no fueron resueltos durante la larga dictadura del Dr. Francia. En principio, el Imperio del Brasil no sólo se había adelantado a las demás naciones al reconocer al Paraguay como un país independiente, sino que había prestado su colaboración para que yo en aquel período fue ejercido por el Vizconde de Abrantes, Ministro brasileńo en Europa. Un primer intento bilateral por ajustar la disputa de límites fue el Tratado del 7 de octubre de 1844 firmado por el Presidente de la República Don Carlos Antonio López y el Encargado de Negocios y Cónsul General del Brasil en el Paraguay José Antonio Pimenta Bueno. Este Tratado sin embargo no fue ratificado por el Brasil porque se basaba en el Tratado de San Ildefonso de 1777, tesis despreciada por la diplomacia brasileńa. Varios intentos más se sucederían hasta el estallido de la Guerra de la Triple Alianza, y en medio también sucedieron roces de distinto tono con el Brasil que enfriaron las relaciones. Pero dos fueron los acontecimientos fundamentales que quedarían marcados en la historia y que a su vez replantearían la necesidad de fortificar mejor el río Paraguay: El incidente expedición de Pedro Ferreira de Oliveira en 1855. se produjo debido a la presencia de una guarnición brasileńa apostada en la margen izquierda del río Paraguay dentro del territorio que la República del Paraguay consideraba como propia o al menos, en disputa. El 2 de octubre de 1850 el Ministro de Relaciones Exteriores paraguayo Benito Varela advierte al Encargado de Negocios del Brasil Pedro Alcántara Bellagarde que de no producirse el retiro de los establecimientos, encontraría allanado el camino para hacerlo por . Bellegarde en vano intentó convencer al gobierno de las buenas intenciones del Imperio, e incluso remitió una nota al comandante del Fortín para que abandonase la plaza, pero como el Presidente de Mato Grosso se hallaba en el fuerte, ignoró la orden del diplomático, por lo que cerró el gobierno paraguayo las discusiones. La fuerza de asalto que había hecho una parada en la Villa Real de la Concepción recibió orden de seguir la marcha y dar cumplimiento a la misión. Al llegar se cursó una orden al jefe de la plaza quien replicó . Se pasó al bombardeo del fuerte y luego del desembarco y de una hora de lucha, la guarnición brasileńa se replegó. El Pan de Azúcar según un dibujo del Cnel. belga Charles Du Graty Como el Gobierno Imperial a través del Ministerio de Guerra había exigido a sus súbditos el desalojo del sitio, este incidente pasó casi inadvertido para los diplomáticos, que a su vez estaban más preocupados por los problemas en el Plata con Juan Manuel de Rosas. Se reforzó la relación con Paraguay al punto de firmar acuerdos de defensa, cooperación militar y provisión de armamento. Brasil remitió cańones en sucesivas ocasiones desde el ańo 1851 hasta el ańo 1853 (aún después del derrocamiento de Rosas), además de oficiales brasileńos como instructores que en la futura Guerra adquirirían mucha fama, tal fue el caso del artillero y Patrono del arma de Ingeniería del Ejército Brasileńo, Joäo Carlos Villagrán Cabrita y Hermenegildo de Albuquerque Portocarrero, comandante del Fuerte de Coimbra al inicio de la Campańa de Mato Grosso. Si bien existen versiones acerca de la participación de estos oficiales en distintos relevamientos, no existe evidencia documental de que hayan sugerido el enclave humaiteńo como lugar de erección de una gran fortaleza. Si es reconocido el gran aporte realizado en materia de instrucción, donde sobresale la figura del Gral. José María Bruguéz como uno de los más avanzados alumnos de Cabrita. Esta fue la segunda misión de cooperación brasileńa, la primera se había extendido de 1847 a 1849 e incluía a los instructores Francisco Domingo Caminade y a Joao Soares Pinto. Como si no bastaran los interminables problemas de límites con Brasil, que generaban cansancio y malestar en la diplomacia paraguaya, se sumó un incidente con el Encargado de Negocios brasileńo en Asunción Felipe José Pereira Leal a quien el Gobierno paraguayo entregó sus credenciales . Se suspendieron de hecho las relaciones entre El Paraguay y el Imperio, y la delicada situación diplomática obligó al Gobierno Nacional a fortalecer su posición económica y defensiva. A su regreso de Europa, el Brigadier General Francisco Solano López realizó una parada en Río de Janeiro, donde fue informado del conflicto suscitado con el Imperio a consecuencia de la expulsión de Pereira Leal, que derivó en la misión encomendada al Comandante Pedro Ferreira de Oliveira, conocida en los anales de la Oliveira, al mando de una poderosa escuadra, se dirigió al Río de la Plata para llegar al Paraguay con severas exigencias: una amplia satisfacción por la ofensa inferida a un representante del Imperio, la firma de un tratado de libre navegación, que debería obtener por cualquier medio y si se dieran las condiciones, acordar un tratado de límites atendiendo a las pretensiones imperiales. El almirante, ante la alarma argentina por la presencia de las unidades de guerra del Brasil, afirmó que su misión era pacífica y no habiendo estado de beligerancia con el Paraguay, no necesitaba la venia de Buenos Aires ni del gobierno confederado de Paraná, para remontar el río. Ni siquiera había pasado mucho tiempo del incidente del Water Witch con los Estados Unidos en Itapirú, cuando la flota de guerra imperial llegaba a las Tres Bocas. Aunque compuesta de veinte naves con más de 120 bocas de fuego, fue advertido por las defensas costeras de Paraguay que solamente sería recibido en misión pacífica y de acuerdo a las normas de estilo, a lo que el almirante Ferreira comunicó al ministro José Falcón que venía revestido de plenipotencias y que estaba dispuesto a dejar su escuadra fuera de las aguas territoriales. Falcón advirtió a Ferreira que, pese a que todo el apresto bélico de la armada a su cargo constituía una injuria y una humillación a la República, el presidente accedía a recibirlo siempre y cuando se aviniera a arribar en condiciones pacíficas, como correspondía a la misión que decía representar. "Si por desgracia para ambos Estados, V.E. no quisiese prestarse a este paso conciliatorio, e insiste en remontar el río Paraguay con su fuerza naval, V.E. habrá iniciado las hostilidades a la República....y cargará con la responsabilidad de agresor gratuito y no provocado....". Ferreira accedió a la advertencia y remontó el río Paraguay en el buque de guerra Amazonas, en un viaje incidentado y poco feliz debido a que su buque no estaba preparado para tales travesías fluviales, ni contaba con buenos prácticos que conocieran a profundidad la navegación por el río Paraguay. Luego de pasar frente a Humaitá sin hacer el saludo de rigor, sufrió una varadura cerca de la boca del Bermejo, que le obligó, después de larga espera, a solicitar auxilio al gobierno de Asunción. Pudo llegar al fin a bordo de una nave menor, la Ipiranga y presentar sus plenipotencias al Presidente López. Se habían apagado los aires arrogantes del impetuoso almirante del Imperio. El almirante Ferreira, realizó su correspondiente reclamación por los agravios inferidos al Imperio por la expulsión de su comisionado Pereira Leal, y exigía que "para una reparación suficiente y eficaz se concordara un ajuste satisfactorio que pusiera término a esta desagradable ocurrencia" y para interés y salvaguarda del decoro de S.M. el Emperador, aceptaría una salva de honor de veintiún cańonazos a la bandera imperial, izada en el nave brasileńa. La salva se hizo con la solemnidad del caso y fue respondida por igual número de disparos por la artillería del Ipiranga. Francisco Solano López Carrillo Este incidente ocurrido en 1855 convencería al Viejo López y su hijo el Comandante en Jefe de Brigadier General Francisco Solano López que la inversión en la modernización del ejército y del sistema defensivo era una cuestión impostergable por la vulnerabilidad de las defensas costeras y la consecuente facilidad con la que los buques extranjeros remontaban el río desde las Tres Bocas hasta Asunción. En la inteligencia de que una mayor apertura comercial hacia Europa le daría mayor prestigio, y apenas verificada la reelección de Don Carlos, se envió a Europa una numerosa comitiva encabezada por el general Francisco Solano López, quien llevaba la misión de adquirir maquinarias para promover la industrialización y contratar técnicos e intelectuales que pudieran impulsar el desarrollo material y cultural de la nación. Se negoció en Inglaterra la construcción de una moderna cańonera bautizada Tacuarí y en Francia fue recibido por el emperador Napoleón III. Es en este período que el pequeńo poblado de Humaitá, cuyos habitantes se dedicaban a la pesca, la ganadería y la agricultura familiar, en un lapso relativamente corto de tiempo vería modificada la fisonomía del modesto pueblo para convertirse en el mayor complejo militar de la República del Paraguay. Los principales encargados de llevar adelante esta tarea de monumentales proporciones serían el Arquitecto e Ingeniero Militar austro-húngaro FRANZ WISNER VON MORGENSTERN y el Ingeniero Militar escocés GEORGE THOMPSON. Habiendo servido antes para varios países europeos, para el Imperio del Brasil y la Confederación Argentina, Wisner de Morgenstern se estableció en el país en 1846 y tuvo una importante actuación en la construcción de edificaciones defensivas a lo largo del las costas del río Paraguay y Paraná. También se le atribuye haber sugerido al presidente Carlos Antonio López la instalación de una planta siderúrgica, la que fue construida en Ybycuí. El Viejo López nombró además a Wisner de Morgenstern como comandante de la escuadra nacional, y en nombre del Gobierno fue el firmante de una convención fluvial con Corrientes. Pero, poco después, por deficiencias en la recuperación de las ex misiones jesuíticas y desinteligencias con Don Carlos se retiró a la vida privada, instalándose en la actual población de Artigas, Itapúa, donde se dedicó a la agricultura y a la explotación forestal. El Cnel. Francisco Wisner de Morgenstern en el libro de Luis G. Benítez A principios de mayo de 1854 fue reincorporado y en 1859, acompańó al general Francisco Solano López a la misión diplomática en Buenos Aires, cuando se logró el pacto de San José de Flores. En los ańos siguientes siguió trabajando en varios emprendimientos gubernamentales, entre la que destacó la construcción de la monumental iglesia de San Carlos Borromeo de Humaitá y de gran parte del Campamento en diferentes etapas. En 1864 se le confirió el grado de Coronel del Ejército paraguayo. Terminada la Guerra, continuaría prestando servicios a los sucesivos gobiernos hasta su fallecimiento en 1878 en Asunción. A su vez, el Coronel Thompson, había nacido en Escocia hacia el ańo 1840, llegó al Paraguay muy joven con cerca de 20 ańos de edad para desempeńarse como asistente ingeniero de la construcción de la vía férrea. Thompson, pese a no tener estudios universitarios de ingeniería, por su avidez a la lectura y la simpatía que despertó en el Ingeniero y Arquitecto Naval William Henry Keld Whytehead (Director en Jefe de los Ingenieros del Estado Paraguayo) hizo que éste lo ayudara a avanzar en sus libros de ingeniería de Whytehead y a la vez se convirtió en uno de los mejores alumnos de guaraní, por lo que era amado por los paraguayos. Era un hombre de extrema confianza de Francisco Solano López y fue enviado a varias misiones especiales a bre todo en la ampliación, nivelación del terreno, construcción y modificación de las líneas fortificadas de Humaitá y de otros fuertes paraguayos sobre el río Paraguay. En la zona del cuadrilátero también diseńó el sistema de represas que funcionaban en los esterales aumentando o bajando el nivel del agua según necesidad. Observaciones de Chodaziewicz sobre las represas que encontró en el Cuadrilátero y que elevaban el nivel del río por más de un metro sobre el natural Cuando estalló la guerra, siguió prestando su valiosa ayuda como ingeniero militar y López lo ascendió al rango de Coronel confiándole el mando de la Fortaleza de Angostura, que después de Humaitá fue el último y gran baluarte del Paraguay. Thompson sería el encargado de mejorar el perímetro fortificado de Humaitá y de dejarlo a punto para que se convierta en el Cuartel General del Mariscal Francisco Solano López. Durante la guerra las mejoras serían constantes. López le otorgaría le condecoración de la Orden de Mérito. Publicó en Londres en 1871 que hasta hoy día es utilizada con mucha frecuencia por los investigadores por su veracidad y por constituir fuente directa. Después de terminada la Guerra, al igual que Morgenstern, fijaría residencia en el Paraguay hasta que la muerte lo sorprendió en 1876 siendo aún muy joven. El Cnel. Jorge Thompson, extraído del Álbum del Centenario, gentileza de Luís Verón Hasta los tiempos de la Guerra Civil Norteamericana, la historia de la guerra moderna había sido una de creciente número de tropas y cada vez más sofisticados sistemas de fortalezas y armamentos. Cuando Gustavus Adolphus introdujo las baterías de cańones livianos, revolucionó el combate al hacer posible concentrar el fuego en un blanco único y mover los cańones rápidamente. Napoleón mejoró esta idea al concentrar el fuego de un ejército completo en un único sector del campo de batalla para preparar el camino de un asalto decisivo de infantería. La ubicación de los cańones de Humaitá demostraba que Solano López y sus consejeros habían aprendido algo de estos precedentes europeos, ya que las armas más livianas podían moverse fácilmente en apoyo del fuego de los cańones más pesados. El plan de asedio de Sebastopol durante la Guerra de Crimea (1853-1856), colaboración del historiador LA CONSTRUCCIÓN DE LA FORTALEZA Para fines de 1855 el Fuerte de Humaitá no pasaba de ser un pequeńo fortín de guardia go permanecer con los ojos bien abiertos y con la espalda cubierta. En este contexto se inicia la construcción de la Fortaleza de Humaitá. El enclave era ideal, localizado a 25 kilómetros al norte de la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná, dominando una cerrada curva en el río Paraguay, exigía que los buques de diferente tonelaje debieran aminorar o detener la marcha para efectuar el paso, quedando a tiro de cańón desde diferentes ángulos. Estaba también excepcionalmente bien protegida al sur y al este por pantanos y lagunas. Las pocas áreas secas podían ser reforzadas con tropas de manera a frustrar cualquier eventual ataque por tierra. Parte del relevamiento topográfico e hidrográfico practicado en Humaitá y que se conserva en el Archivo Nacional de Asunción. En la imagen se observa un dibujo del sitio con la medición de las distancias de costa a costa en dos diferentes puntos: A-B y C-B cuya hondura según la numeración es en cinco hasta veinte y cuatro varas, todo el fondo es pedregoso, principalmente en el punto número 10 entre dos 24 donde se forma un cerrito en pura piedra menos en la línea C-D que todo ello es tierra pura según viene el operario (sic) Bajo la dirección de Morgenstern y otros técnicos europeos recientemente llegados con Francisco Solano López se inició la construcción de la fortaleza y el campamento comenzaría a cobrar vida. Se erigió una línea de fortificaciones de más de 2000 metros sobre la margen izquierda del río Paraguay. La línea estaba construida de adobe compacto, ladrillos cocinados y troncos de madera maciza (urundey y quebracho). Contenía grupos de parapetos y ocho baterías separadas de cańones. Con 150 metros de frente y 6 metros de alto, la Batería Londres era la más notable de las ocho. Consistía en una larga ventana de ladrillos con paredes de casi dos metros de ancho y cubierta con arcos de lodo compactado. Con abertura para dieciséis cańones, tenía montados dos de 68 libras, dos de 56, tres de 32 y uno de 8,75 pulgadas. Las otras siete baterías estaban principalmente situadas sobre plataformas altas a barbeta, con techos de paja y parcialmente reforzadas con muros de ladrillo o barro. apostada en la ribera del río Paraguay y estaba compuesta por: NOMBRE TIPO DE CONSTRUCCIÓN Nro. BOCAS DE FUEGO Casamata 16 Barbeta 11 Barbeta 5 Barbeta 3 Barbeta 6 Barbeta 11 Barbeta 2 Barbeta 18 El perímetro fortificado se completaba con más de 8 kilómetros de líneas que fueron mejoradas en la década de 1860 por Thompson integrado a un sistema de represas que inundaban los extramuros en un terreno de por si pantanoso que colaboraban para que se ofreciera una resistencia formidable por todos los flancos. A intervalos regulares se situaban empalizadas y caballetes de frisa, y en el extremo sur se estableció otro conjunto de baterías comandando los esterales. También se construyeron polvorines con forma de tatakuá (abovedados como iglús) con gran cantidad de pólvora negra, muelles barracas para doce mil soldados, amplios depósitos para almacenar alimentos y armas, herrería, aserradero, carbonería, hospitales y clínicas. En el centro se erigía la gran Iglesia de San Carlos Borromeo (en honor a Don Carlos Antonio López) cuya autoría también pertenece a Morgenstern y fuera inaugurada con bombos y platillos en enero de 1861. La cúpula de la Iglesia con sus tres torres era la primera cosa visible cuando los barcos bordeaban el recodo desde cualquier dirección. Otras construcciones que valen la pena ser mencionadas son el Cuartel del General Francisco Solano López, el Estado Mayor y sus oficinas, el Comisariato, el Campamento de Caballería, el Campamento de Rifleros, el Cuartel de Artillería, el Polvorín, el Cuartel de Infantería de Acompańamiento, la Comandancia del Área Oeste, el Hospital, la Casa de Madame res, el Cuartel General de Infantería, el Campamento de la 9na. Tacuaras (ex-ladrillería), la Residencia de los Médicos, Enfermeros y Camilleros, el Mangrullo y la Vigilancia de Avanzada, la Casa de los Sacerdotes, Santos y el Cementerio y por supuesto la Población Civil detrás de la Iglesia Como parte Paraguay desde la margen oriental al Chaco sobre embarcaciones. NOMBRE Nro. BOCAS DE FUEGO 12 14 (cantidad desconocida) 10 36 44 11 El total aproximado de bocas de fuego era de 199 (ciento noventa y nueve) en todo el perímetro. También debemos mencionar al telégrafo y a su utilización en Humaitá como otro adelanto científico inédito para la época y cuya construcción y puesta en funcionamiento estuvo a cargo del ingeniero telegrafista alemán Robert Fischer Von capital el 31 de marzo de 1865. Conservado en el Archivo Nacional de Asunción, esta fue la primera comunicación telegráfica en poner esta noche en actividad la Estación Telegráfica en Humaitá que pues desde ahora queda pronta cher (sic) a S.E. el Ministro de Guerra y Marina No se conservan los planos originales de la fortificación, pero los relevamientos realizados por el francés al servicio del Imperio Emile Charles Jourdan, autor de un gran Atlas de la Guerra; y los del polaco al servicio de la República Argentina Robert Adolfo Chodasiewicz contienen todos los datos necesarios para la reconstrucción digital como sitema de los muros, los perfiles de las distintas líneas, parapetos, escarpas, materiales empleados, etc. Robert Adolfo Chodasiewicz La calidad y minuciosidad en el trabajo de Chodasiewicz hizo que la tarea de en el Museo Mitre de Buenos Aires y los presentamos a continuación no sin antes hacer un expreso agradecimiento al historiador argentino Héctor Precchi por la ayuda brindada. Todas las recreaciones virtuales anexas forman la parte final del presente trabajo en soporte digital. - - - - CONCLUSIÓN La erección de la Fortaleza de Humaitá coronó un proceso de desarrollo económico y militar sin precedentes en la Historia del Paraguay de la segunda mitad del siglo XIX. La necesidad de contar con un sistema defensivo real y acorde a los tiempos modernos se hizo palpable durante el gobierno de Don Carlos Antonio López cuando a raíz de algunas desinteligencias con el Brasil quedó al descubierto la vulnerabilidad del Paraguay en una hipótesis de conflicto. El ascenso al poder del Brigadier General Francisco Solano López luego de la muerte de su padre sólo evidenció de derecho lo que de hecho ya venía ocurriendo desde hacía sistema defensivo. El contacto con la firma Blyth & Co. de Londres para contratar técnicos y profesionales especializados en las más distintas áreas para crear las condiciones para una capacidad de producción autónoma fueron eficaces y varios de los adelantos tecnológicos que fueron implementados revolucionaron la vida del país y permitieron obtener una ventaja estratégica sobre los aliados que significó la prolongación conflicto de una manera inimaginable al inicio de las hostilidades por las grandes asimetrías entre los contendientes en materia de recursos de todo tipo. Pero el tiempo todo lo puede. Absolutamente cercado por agua y tierra el vasto atrincheramiento paraguayo, su posición era insostenible, por lo que el Mariscal resolvió retirarse por el Chaco. La artillería fue concentrada en Humaitá; en el cuadrilátero sólo quedaron reducidas guarniciones. El 2 de marzo de 1868 el Mariscal Francisco Solano López dejaba Paso Pucú para dirigirse a Humaitá, y a medianoche cruzó en bote a Timbó desembarcando en el Chaco. En la noche del 22 todo el ejército hizo lo propio en canoas y botes, realizándose en forma brillante el desprendimiento, sin reacción del ejército y la escuadra aliada, lo que fue posible porque los acorazados imperiales se colocaron más arriba de Timbó sin obstaculizar el cruce de las embarcaciones paraguayas que transportaban armas y tropas. Para la defensa de Humaitá quedaron 3.000 hombres y 180 piezas al mando del Coronel Paulino Alén, quien pretendía que la fortaleza resistiera al enemigo hasta que terminaran las obras de defensa del río Tebicuary que proyectaba ocupar el ejército aliado. Su segundo fue el Coronel Francisco Martínez. Al iniciarse julio Humaitá continuaba manteniendo el intenso duelo de artillería entablado semanas atrás con las poderosas y nutridas baterías aliadas, hasta que el Marqués de Caxías, tras producirse un intercambio de parlamentarios entre las líneas de ambos contendientes ofreció al Coronel Alén 2.500.000 francos oro, garantizándole el grado y el mando bajo el gobierno de los vencedores si entregaba la fortaleza, quien le respondió: Usted consciente entregarme su ejército, yo me comprometo, en nombre del Presidente . Alén sabía sin embargo que no podría resistir mucho tiempo, y en un estado depresivo se disparó un tiro en la sien, que por no ser certero lo dejó con vida para intentar nuevamente quitarse la vida disparándose en el vientre, también sin lograr su cometido. El Coronel Martínez tomó el mando y rechazó sangrientamente el ataque combinado por dos flancos diferentes de Osorio y Argollo el 16 de julio de 1868. La Fortaleza de Humaitá fue finalmente evacuada el día 24 de julio de 1868 hacia Timbó, y el 26 los aliados advirtieron que la última guarnición se evadía por la Laguna Berá, trabándose nuevamente un combate de grandes proporciones bajo un fuego infernal. Al iniciarse agosto se produjo una furiosa embestida de canoas paraguayas para romper el bloqueo aliado en Laguna Berá, cuya batalla adquirió nuevamente proporciones homéricas suscitando el asombro de los generales aliados que no puedieron ocultar su aproximaron a las líneas paraguayas parlamentarios aliados ofreciéndoles una capitulación honrosa. El Coronel Martínez, que apenas podía sostenerse de pie por no haber probado bocado desde hacía seis días, finalmente capituló con los heroicos sobrevivientes de Humaitá. El General argentino Rivas concedió a los vencidos todos los honores de la guerra y los jefes y oficiales fueron autorizados a conservar sus cuestión de tiempo que se proceda con la destrucción del ya deteriorado sistema defensivo, y a la vez el clima, el río y el tiempo hagan lo propio para intentar borrar del mapa a este pedazo de tierra que fue escenario de las más valientes e intrépidas hazańas de heroísmo del pueblo paraguayo. Pero nosotros no dejaremos que su memoria quede en el olvido, y con este pequeńo y humilde aporte queremos demostrar nuestro respeto y sentido de profunda admiración a los forjadores de nuestra Patria. BIBLIOGRAFÍA Académique Internationale y Academia Nacional de la Historia (Argentina). Buenos Aires, 2003 Tinsley Brothers. London, 1870 de 1944 de Editorial Guarania de Asunción-Paraguay. Corrientes, 2013 FRANCIA Vol. I, II y III. Editorial Tiempo de Historia. Asunción, 2009 y 2010 Triple Alianza. Edición propia. Asunción, 1961 Typographía de Laemmert & C., Río de Janeiro, 1890 -1870 una geografía temática Editorial Tiempo de Historia. Asunción, 2011 MEMORIA CARTOGRÁFICA DEL PARAGUAY. Desde la Colonia hasta nuestros días. Artes Gráficas Zamphirópolos. Asunción, 2011 torial Tiempo de Historia. Asunción, 2010. Brasileira de História Militar. Río de Janeiro, 2012 Press, London, 2013 RODRÍGUEZ ALCALÁ, Guido y ALCÁZAR, Jos documentos sobre las relaciones binacionales 1844Historia. Asunción, 2007 , tomos I y II Asunción SALUM FLECH Guerra de 1864- Ediciones Montoya. Asunción, 2010 WHIGHAM, Thom Asunción, 2010 ARCHIVOS y BIBLIOTECAS CONSULTADAS Archivo Nacional de Asunción (CRB y SH) Archivo Bartolomé Mitre, Buenos Aires Biblioteca Nacional de Río de Janeiro ANEXO - IMÁGENES DE LA RECONSTRUCCIÓN VIRTUAL Imagen satelital de la zona del perímetro fortificado de Humaitá. En un cinturón verde intenso se observa claramente el antiguo perímetro de línea terrestre hoy invadido por árboles Acercando la foto se divisan perfectamente las formas triangulares de lo que serían los baluartes, bastiones o revellines Otra imagen en 3D desde el flanco sur (línea K-L) Mapa del sitio de Humaitá, la Batería Londres y el Mangrullo de Paso Tanumby. EC Jourdan Digitalización minuciosa sobre el plano original Digitalización inicial del plano considerando hidrografía de las adyacencias y agrupación de las distintas líneas perimetrales identificadas por Chodaziewicz Digitalización total del mapa que incluye a la fortaleza, sus líneas de defensa perimetrales, y la colocación de algunos de los edificios y baterías Digitalización completa del perímetro fortificado e identificación de las distintas líneas Parte de la defensa costera (baterías y barbetas) y las líneas de fortificación del flanco Noroeste (línea FG; línea GH; línea HI; línea IJ; línea JK) La más extensa y uniforme línea de defensa era la que protegía el flanco Sur (línea KL) por donde intentaría ingresar Argollo el 16 de julio de 1868 Líneas de defensa de los flancos Sudeste, Este y Norte (L-LL; LLM y MN) por donde intentaría ingresar Osório también el 16 de julio de 1868 Corte transversal de una de las líneas de defensa (MN). Recreación del corte siguiendo los apuntes de Chodaziewicz (abajo) Vista de la fortificación desde el Sudeste Otra vista desde el Este Cerca de Itá Punta se erigía un mangrullo de observación. Atrás se aprecian las baterías a barbeta, más al esia de San Carlos Borromeo En primer plano La Iglesia de San Carlos Borromeo de Humaitá, a la derecha el Cuartel del Mariscal Francisco Solano López y al fondo se observan los campamentos de Caballería (fondo a derecha de la imagen) y el de los Rifleros (fondo a la izquierda de la imagen) El Estado Mayor del Ejército Desde detrás de una de las torres de la Iglesia de San Carlos Borromeo se observan la artillería dispuesta en la línea cost El Cuartel de López en primer plano y al fondo, el Estado Mayor del Ejército Ba