Testimonio de Catalina

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Testimonio de Catalina
Imprimatur:
Mons. Cristóbal Biaiasik
Obispo de la Diócesis de Oruro, Bolivia
Ciudad de Oruro, 21 de noviembre 2007
Día de la Presentación de la SSma. Virgen María
Propiedad registrada © 2007. Todo derecho reservado. Este libro se
publica en EEUU por Love and Mercy Publications en coordinación con
El Apostolado de la Nueva Evangelización (ANE).
De conformidad con los decretos del Papa Urbano VII, los editores
reconocen y aceptan que la autoridad final sobre las revelaciones
privadas a las que se hace referencia en este libro, la tiene la Santa
Sede de Roma, a cuya decisión se someten totalmente.
Si Jesús habló a tu corazón mientras leías este libro, por favor
comparte estas palabras fotocopiándolo para difundirlo a las
personas que quieran abrir su corazón a la Nueva Evangelización.
Invoca al Espíritu Santo para que te guíe y te conceda los dones que
necesitas para una buena conversión.
Permiso es otorgado para reproducir este libro en su totalidad, sin
haber sufrido cambios o adiciones, y siempre y cuando la
reproducción y distribución sean hechas únicamente sin fines de
lucro. Este documento está disponible sin costo ninguno, a través
del Internet. Se puede entrar en línea e imprimir de los siguientes
sitios en el WEB:
www.LoveAndMercy.org
Los libros están disponibles tanto en inglés como en castellano.
También se pueden hacer pedidos de estos y otros ejemplares (Ver
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publicaciones religiosas que no tiene fines de lucro.
Love and Mercy Publications
P.O. Box 1160
Hampstead, NC 28443 USA
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Indice
Imprimátur
5
Para alimentar nuestra fe
5
Prólogo
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EN ADORACIÓN - TESTIMONIO DE CATALINA
9
Dedicatoria
10
Mi Agradecimiento
11
Introducción - Jesús, el Buen Pastor
13
Capítulo I - El Trono de Dios
19
Capítulo II - Por quiénes pedir
23
Capítulo III - La Comunión de los Santos
27
Capítulo IV - Las ofensas a nuestro Redentor
33
Capítulo V - Los Misterios del Reino
38
Capítulo VI - Dios quiere habitarnos
43
Capítulo VII – “Vengan a Mí los agobiados...”
45
3
Capítulo VIII - Las pruebas de Su Presencia
Capítulo IX - Conocerse para cambiar
49
55
Capítulo X - La Misericordia del Señor
58
Capítulo XI - Un bálsamo y doce promesas
62
Capítulo XII - Juan Pablo cerca del Trono
68
Oración del Siervo de Dios: SS. Juan Pablo II
71
Apéndice A - Decreto de Derecho Canónigo Dando
Personería Jurídica Eclesiástica al Apostolado de la Nueva
Evangelización (ANE)
74
Apéndice B - ¿Qué es los ANE y sus Ministerios?
76
Apéndice C – Nota de el ANE
79
Apéndice D - Ayuda al ANE a ayudar
81
Apéndice E - Libros y Videos Disponibles
83
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IMPRIMÁTUR
Esta publicación “EN ADORAC1ON” es un nuevo aporte a la
reflexión sobre nuestra fe y sobre la Eucaristía.
En todo lo expuesto no encuentro nada contrario a la Sagrada
Escritura ni a las enseñanzas del Magisterio y ni a la Tradición de la
Iglesia. Creo sinceramente que es un testimonio de sublime
enseñanza sobre el amor a la Eucaristía y a la Misericordia del Señor.
Recomiendo su lectura a todo hijo de Dios para quien explícitamente
fue creado este maravilloso Obsequio.
Mons. Cristóbal Biaiasik
Obispo de la Diócesis de ORURO
BOLIVIA
Es dado en la cuidad de Oruro el 21 de noviembre 2007 día de la
Presentación de la SSma. Virgen María.
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.
PARA ALIMENTAR NUESTRA FE
L
a Iglesia nos enseña que el apostolado sólo puede conseguir su
plena eficacia con una formación sólida, variada y completa, y
que al participar de la misión de la Iglesia, las asociaciones seglares
deben fomentar, cuidadosa y asiduamente, esa formación. (Cfr.
Concilio Vaticano II. Decreto Apostolicam Actuositatem N° 28 - 30).
Alentados por la exhortación final de dicho documento (que “ruega
encarecidamente en el Señor a todos los seglares que respondan con
gozo, con generosidad y corazón dispuesto a la voz de Cristo, que se
le unan cada vez más. y se asocien a su misión salvadora” (Cfr. Idem
N° 33)), y en vistas a contribuir con ese proceso de formación, tan
5
necesario especialmente para los laicos, te ofrecemos los impresos
cuyas portadas puedes ver a continuación.
Quiera el Señor que te intereses por ellos, que puedas leerlos y
aprovecharlos personalmente, y que, como una obra de misericordia
espiritual, nos ayudes a difundirlos entre tus conocidos, para mayor
Gloria de Dios.
Apostolado de la Nueva Evangelización
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E
PROLOGO
l presente libro recoge el nuevo testimonio personal de Catalina
Rivas, publicado y compartido ahora con un doble propósito: el
de transmitir al lector una profunda perspectiva acerca de la
Adoración al Cristo Eucarístico -Misterio Vivo de nuestra
Redención-, y el de invitarle a meditar sobre la infinidad de gracias
que el alma recibe ante la sola presencia de Jesús Sacramentado.
“El culto que se da a la Eucaristía fuera de la Misa es de un valor
inestimable en la vida de la Iglesia.” -nos decía Juan Pablo II en la
Encíclica Ecclesia de Eucaristía; para más adelante agregar, con su
emotivo, profundo y personalísimo tono:
“Es hermoso estar con Él y, reclinados sobre su pecho como el discípulo
predilecto (Cfr. Jn 13, 25), palpar el amor infinito de su corazón.
Si el cristianismo ha de distinguirse en nuestro tiempo sobre todo por el
«arte de la oración», ¿cómo no sentir una renovada necesidad de estar
largos ratos en conversación espiritual, en adoración silenciosa, en
actitud de amor, ante Cristo presente en el Santísimo Sacramento?
¡Cuántas veces, mis queridos hermanos y hermanas, he hecho esta
experiencia y en ella he encontrado fuerza, consuelo y apoyo!” (Juan
Pablo II: Ecclesia de Eucaristía, Nº 25).
6
¿Quién de nosotros podría decir que no necesita de la fuerza, del
apoyo... y muchas veces del consuelo de Dios...? Y sin embargo,
qué difícil pareciera resultarnos acudir directamente a Él cuando
los problemas nos agobian, ¡y cuánto más arduo todavía el
acercarnos para decirle simplemente “gracias”, cuando todo va
bien...!
En las páginas que siguen, encontraremos un cúmulo de riquezas
espirituales, ofrecidas con amor a través de los diálogos, las
locuciones, las visiones y las reflexiones propias de la escritora.
“Cuando ustedes Me contemplan en la Eucaristía, sus ojos Me tocan ya,
con una sola mirada, llenos de amor, de fe, y entran inmediatamente en
Comunión Conmigo” -nos dice Jesús a través de estos escritos y
añade luego:
“Es en el Sagrario y en la Custodia santa donde los espero, para hacerles
participar de la celebración de la Gloria de Mi Padre, para que reciban las
llamas del Santo Espíritu; para hablar con voces amorosas del Cielo que les
espera, del Amor que les espera, de la felicidad que les prometo y les doy.”
“La primera realidad de la fe eucarística es el misterio mismo de Dios, el
amor trinitario.” -nos expresa Su Santidad, Benedicto XVI- “En la
Eucaristía, Jesús no nos da «algo», sino a sí mismo; ofrece su cuerpo y
derrama su sangre. Entrega así toda su vida, manifestando la fuente
originaria de este amor divino.
…Se trata de un don absolutamente gratuito, que se debe sólo a las
promesas de Dios, cumplidas por encima de toda medida [...] El «misterio
de la fe» es misterio del amor trinitario, en el cual, por gracia, estamos
llamados a participar. Por tanto, también nosotros hemos de exclamar con
san Agustín: «Ves la Trinidad si ves el amor».” (Bendicto XVI:
Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis. Nº 7 y 8)
Sabemos que la fe es un don inefable de Dios, pero también hemos
alcanzado a comprender, particularmente quienes no tuvimos ese
7
don por un largo tiempo a través de nuestras vidas, que se trata de
un regalo que el Señor está ansioso por distribuir entre todos sus
hijos. ¡Sólo hay que saber pedírselo!
Los católicos creemos que Cristo es el Pan bajado del Cielo, y
lamentamos con profundo y auténtico amor ecuménico su ausencia
sacramental entre las iglesias cristianas de diferentes
denominaciones, pero apenas vamos comprendiendo que ese Pan
no se quedó entre nosotros sólo “para ser comido”.
Decía San Agustín “Nadie come de esta carne sin antes adorarla [...],
pecaríamos si no la adoráramos” (Cfr. Enarrationes in Psalmos 98,9
CCL XXXIX 1385).
En el mismo acápite en el que el Sumo Pontífice recoge esta cita en
su Exhortación Apostólica, concluye diciéndonos: “La adoración
fuera de la santa Misa prolonga e intensifica lo acontecido en la misma
celebración litúrgica [...] ‘sólo en la adoración puede madurar una acogida
profunda y verdadera. Y precisamente en este acto personal de encuentro
con el Señor madura luego también la misión social contenida en la
Eucaristía, y que quiere romper las barreras no sólo entre el Señor y
nosotros, sino también y sobre todo las barreras que nos separan a los unos
de los otros’.” (S. C., Nº 66)
Esperamos, apreciado lector, que en esta obra puedas encontrar la
motivación suficiente para romper tú con esas barreras, a través de
la adoración frecuente al Cristo Eucarístico que cada día nos
aguarda, rebosante de ternura, en todos los Sagrarios del mundo.
Agradecidos a Dios por el regalo infinito del Cuerpo y la Sangre de
Cristo, quienes tenemos ahora el agrado de editar este pequeño
libro, le pedimos con fe y esperanza al Señor de la Vida que su
lectura te ayude a encontrarte más seguido con Él, para que -al
igual que el Apóstol Juan y Juan Pablo II-, puedas con gozo “palpar
8
el amor infinito de su corazón” mientras lo contemplas en la Sagrada
Hostia, cautivo de su propio amor por ti y por el género humano.
Apostolado de la Nueva Evangelización
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En Adoración
“Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en
él. Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y
Dios en él.” (1 Juan 4, 16 )
testimonio de catalina
Señor Jesús:
Cuando inicié este camino a Tu lado, me quedaba mucho tiempo en Tu
Presencia, repitiendo interiormente una canción que se canta en el momento
del Ofertorio y que dice:
“Un niño se Te acercó aquella tarde, sus cinco panes Te dio, para
ayudarte, los dos hicisteis que ya no hubiera hambre, También yo quiero
poner sobre Tu mesa, mis cinco panes que son una promesa, de darte
todo mi amor y mi pobreza”
Hoy no encuentro mejor manera de decirte gracias, Señor, por Tu infinito
Amor y Tu donación, por permitirme entregarte mis cinco panes.
25 de noviembre de 2007
Fiesta de Cristo Rey del Universo
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9
DEDICATORIA
A Su Santidad, Benedicto XVI
Cuyo pontificado lleva como sello la Eucaristía, con profundo respeto, y
admiración por su tenacidad en el esfuerzo de dignificar los Altares de
Jesús.
A Su Excelencia Rev. Mons. René Fernández Apaza
Arzobispo Emérito de Cochabamba, Bolivia
Fiel Custodio de la espiritualidad eucarística del ANE, en el décimo
aniversario del VI Congreso Eucarístico-Mariano de los Países
Bolivarianos, realizado en su Arquidiócesis.
A Su Excelencia Rev. Mons. Cristóbal Bialasik SVD
Obispo de Oruro, Bolivia
Y ardiente defensor de la vida y de la familia. Gracias por ser hombre de fe,
Pastor, padre y amigo de su rebaño
A Su Excelencia Rev. Mons. Ramón Castro C
Obispo de Campeche, México
Reflejo de Jesús en la caridad, generosidad, valentía y alegre servicio.
Maestro en su testimonio de trabajo, buscando hacer únicamente la
Voluntad de Dios. Que el Señor siga bendiciendo sus homilías, para el
bien de su pueblo.
A Su Excelencia Rev. Mons. Rafael Palma Capetillo
Obispo Auxiliar de Yucatán
Por su bondad, paciencia, gozo y humildad, atributos del hombre justo que
ama a Dios y ha conseguido el amor de sus fieles. Don preciado por todo
aquel que aspira a ser como Cristo, el Buen Pastor.
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MI AGRADECIMIENTO
A Mons. Abel Costas Montaño
Obispo emérito de Tarija-Bolivia
Incansable maestro de las generaciones jóvenes y valiente defensor de la
verdad. Por haber guiado espiritualmente a las señoritas que van a
consagrar su vida al Señor dentro de nuestro Apostolado, que el Señor lo
premie y sostenga.
Al Padre Alfredo Cirerol Ojeda
Rector del Santuario del Señor de la Divina Misericordia y celoso
guardián de la Capilla del Santísimo Sacramento, por su apoyo, sus
enseñanzas, su amistad y sus canciones. Porque en las horas de dolor su
presencia ha sido importante.
Al Padre Álvaro Tejada Coca
Primer sacerdote del ANE
Por su entrega y su Fiat a Dios. Que Jesús guíe sus pasos y moldee su
corazón a semejanza del Suyo, y así sea ejemplo para otros tantos jóvenes.
Al Padre Ricardo R. De León
Asesor Eclesiástico del ANE en Yucatán
Por su dedicación, su guía y su afecto a esta Obra de Dios. Que el Señor
premie abundantemente su confianza.
Al “Inst. Stella Maris” M.L.C.E.J.
Fundación concebida en los Sagrados Corazones de Jesús y de María,
hijas, hermanas, compañeras y una parte importante en mi vida:
recuerden que mi único legado será el amor al “Amor”.
11
A todos los sacerdotes
Que dignamente celebran la Eucaristía y hacen posible que los demás
podamos encontrarnos con Dios, cara a cara, especialmente a aquellos de
cuyas manos he recibido alguna vez a Jesús Sacramentado.
A todos nuestros bienhechores materiales y espirituales
Por quienes pedimos siempre. Que la generosidad de Dios siga bendiciendo
su vida temporal y los recompense con la vida eterna.
A las “muletas” que el Señor me dio, y en las cuales descanso:
Padre Renzo, Padre Jenaro, Hugo, Ricardo, Francisco y Tatiana, David y
Martha, Mireya, Octavio, Cecilias, Richis, Elenita.
Gracias por estar, de cerca o de lejos, junto a mí.
Al pueblo de Dios que peregrina en Mérida, Yucatán
Como homenaje de gratitud por estos siete años transcurridos entre
ustedes. Que el Señor premie su hospitalidad y derrame abundantes
bendiciones en sus Parroquias y Capillas, para que pronto ésta sea la
“Ciudad de Jesús y María”
A ustedes, familia toda del Apostolado de la Nueva
Evangelización
Quienes supieron responder al llamado que Jesús les hacía desde Sus
Altares. Jamás olviden que nuestra espiritualidad encuentra su fortaleza
frente a los Sagrarios.
Y a ti, querido lector
A quien quisiera abrazar luego de la lectura de este Testimonio, pidiéndote
oraciones y prometiéndote las mías
.
12
En el Amor Misericordioso de Jesús,
Catalina
Misionera laica del
Corazón Eucarístico de Jesús
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INTRODUCCIÓN - JESÚS, EL BUEN PASTOR
H
ace algunos años, fuimos invitados a una Conferencia
Mariana en la ciudad de Pittsburg, Pennsylvania, en los
Estados Unidos de Norteamérica. Esta conferencia se realiza todos
los años y son invitadas muchas personalidades de distintos grupos
marianos del mundo entero.
Hacía poco tiempo que habíamos comenzado a predicar en el
exterior, así es que al ver tanta gente en un auditórium enorme, me
sentía bastante nerviosa.
Lo poco que pude escuchar de las conferencias, de pasada, me
mostraba las vivencias o el conocimiento de las personas
participantes, así como su experiencia en este campo y aquello era
muy fuerte para mí, así es que sin tener un tema específico más que
mi testimonio de conversión, que consideré que no era para ese
público por su pobreza, me puse en oración, suplicando la
asistencia del Espíritu Santo.
Mi equipo se componía de un grupo de personas, todas muy
preparadas en su campo, científicos, sacerdotes, alguna otra gente
del grupo y bueno, yo.
13
Durante la Santa Misa, que era celebrada justamente antes de la
última charla que correspondía a nuestro grupo, pregunté al Señor
qué era lo que Él quería decirle a la gente a través de mí, que me
dejara saber para qué estaba yo allá.
Casi las tres mil personas asistentes comulgaron. Nosotros fuimos
de los primeros en hacerlo, por estar ubicados más cerca del
escenario donde debíamos subir luego. Recibí la Santa Eucaristía y
me puse de rodillas cerca a mi asiento, en ese momento tuve como
una pantalla dentro de mí, una gigante pantalla en la que vi un
campo enorme: había lugares verdes, pequeñas lomas con plantas,
arboledas, un lago muy grande... Era un lugar definitivamente
precioso.
Pero en medio de todo este campo había como una gran parcela
que no estaba trabajada, se veía fea, toda llena de espinas y tierra,
algo que se desdecía con aquel mágico paisaje.
Allá, en medio de todas esas espinas había una pequeña oveja
blanca, de la que no se podía ver mucho la piel porque estaba llena
de sangre. Tenía muchas heridas en las patitas, en el cuerpo y
lloraba incesante y dolorosamente. Intentaba salir de allí pero no
podía, caminaba dos pasos y las espinas comenzaban a crecer y a
lastimarla más.
El cielo estaba oscuro en ese lugar, había muchos nubarrones,
tronaban los rayos y un viento sucio hacía más fea la escena y
asustaba más al pequeño animal.
De pronto vi una mujer de espaldas a mí, vestida de azul y con un
velo muy blanco y supe en seguida que era la Santísima Virgen.
Ella extendía las manos y llamaba a la ovejita para que se acercase,
pero la ovejita asustada intentaba salir por otro lado, y puesto que
las espinas crecían rápidamente, se iba alejando más y más, como
tratando de escapar de las espinas y a la vez de las manos que la
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llamaban. Era tanto su miedo que no sabía hacia donde correr,
resbalaba, se caía y se le abría nuevamente la carne en sangrantes
heridas.
Por un momento la Virgen se dio la vuelta y pude ver su perfil, tan
hermoso y tan dulce. Miró hacia un punto lejano, como tratando de
buscar a alguien con la mirada y desapareció.
Al momento apareció ante mis ojos un hombre alto y fuerte,
vestido con una brillante túnica de color blanco perlado. Calzaba
sandalias y tenía un bastón alto. El cabello castaño oscuro le caía un
poco sobre los hombros; los brazos y la parte del cuello que se
alcazaba a ver cuando el viento le levantaba el pelo, mostraban su
piel bronceada. Tenía los brazos fuertes, de persona trabajadora.
Mi corazón iba a saltar de emoción: era Jesús, quien sin pensarlo
siquiera, se metió entre las espinas. Unas tres o cuatro veces, golpeó
las espinas altas con su bastón e hizo saltar las plantas. Sin
embargo, las demás espinas rompían también su piel, desgarraban
su túnica, que se enganchaba entre ellas, pero a Él parecía no
importarle que se desgarrara su ropa, ni que las espinas lastimasen
Su piel.
Se apresuraba en entrar y vi cómo la sangre saltaba de sus pies,
tobillos y piernas, salpicando la tierra por donde pasaba. La ovejita
se metía más y más hacia otra maraña de espinas, ya era
prácticamente una mancha de sangre cuando Jesús se agachó, la
tomó entre Sus brazos y comenzó a salir del campo. Ya ni se fijaba
en las espinas que parecían atacarlo, lacerando su piel. El único
objeto de Su atención era el animalito que llevaba en Sus brazos.
Salió de aquel campo caminando hacia un lugar donde yo podía
verlo de frente. Él estaba llorando, juntamente con la ovejita. Ella
temblaba entre Sus brazos, que estaban tiñéndose de sangre, y lo
15
miraba como buscando Su consuelo. Jesús la apretaba contra Su
pecho.
De pronto Él miró hacia el Cielo, su gesto se endureció un poco por
instantes, el tiempo suficiente para que desaparecieran velozmente
todas las nubes oscuras y comenzara a salir el sol. Sus ojos estaban
llenos de lágrimas, que corrían por sus mejillas.
Jesús comenzó a besar a la ovejita y allá, donde caía cada una de
sus lágrimas, o donde Él besaba, de golpe se cerraban las heridas
del pequeño animal y aparecía la blanca lana.
Eran tan grandes la ternura y el Amor de Jesús que parecía que
aquel animalito fuese todo lo que Él poseía. Llegó un momento en
que besaba la cabecita de la oveja, ella lamía Su mano mientras las
lágrimas de ambos se entremezclaban, y al tiempo que lloraban
juntos, Jesús sonreía y la ovejita emitía un débil balido.
Un momento después vi a Jesús caminando con pasos lentos, como
esperando a su pequeña compañera. Su porte era altivo. Pese a la
sencillez de Su vestir, era majestuoso como un Rey y la ovejita feliz,
con la cabeza muy levantada, sanita, corría detrás de Él, balando ya
más vigorosamente, lamiéndole la punta de los dedos de la mano,
de cuando en cuando. Por momentos Él le acariciaba la cabecita,
correspondiendo a su ternura.
Como en imágenes sucesivas, vi después a Jesús sentado sobre una
roca, Él hablaba, y la ovejita sentada sobre sus dos patas traseras,
como se sientan los perros, lo escuchaba atenta. De cuando en
cuando, Él tomaba la cabeza de ella entre Sus manos y la besaba
riendo. Luego era ella la que lamía los pies de Jesús y las heridas
del Señor se sanaban. Todas las heridas se vieron así cerradas, y
hasta la túnica de Jesús parecía nueva.
Ya no quedaban rastros de tanta sangre y tanto dolor. Era una
escena muy bella, ya no había nubes, el sol brillaba con unas luces
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doradas sobre la cabeza del Pastor, corría una brisa fresca que hacía
mover Su cabello y Él sonreía.
Se oyó otro balido lastimero y vi a Jesús caminando presuroso
nuevamente hacia el campo de espinas. Su semblante reflejaba
entre tristeza y preocupación; nuevamente se encaminaba en
búsqueda de otra ovejita, pero esta vez la que ya estaba sana se
adelantó al Señor y corrió a buscar a la que ahora gemía.
Como si fuera una experta, entró por los senderos más escarpados.
Se lastimaba, sí, pero era como si no le importara o no le doliera
mucho, porque corría, buscaba a su compañera y la guiaba hacia
donde estaba el Señor, a los brazos fuertes y seguros de Jesús…
En ese momento la voz del Sacerdote me volvió a la celebración
cuando dijo: “Oremos…” Miré en torno mío a toda aquella gente,
con mucha pena de que tan hermosa visión hubiera terminado.
Tenía el rostro cubierto de lágrimas y todavía se me escapaba algún
sollozo. Entonces me habló Jesús, que dulcemente me dijo así:
“Ahí tienes el tema, relata así tu conversión, porque esa primera
ovejita eres tú”.
Mientras hablaba la gente que me antecedía, ya no sentía yo temor
de hablar, apenas escuchaba lo que cada uno decía y los aplausos,
como si estuviese oyendo de lejos. Cerraba los ojos y podía ver el
bello Rostro de Jesús, unos momentos llorando y otros sonriendo, y
eso llenaba por completo mi corazón.
Sé que aquella fue una de mis mejores pláticas, porque puse todo
mi corazón en describir a la gente lo que el Señor me había
permitido vivir un momento antes. Cuando prendieron las luces y
pude ver al público, mucha gente lloraba, tal vez sintiéndose
identificada con la pequeña oveja que había sido rescatada del
campo espinoso del mundo y sanada con las lágrimas, la sangre y
el Infinito Amor de Jesús.
17
Han transcurrido varios años, tal vez ocho o nueve, desde aquel
día, y al escribir esta experiencia, el Señor me Ha permitido volver
a vivirla con una claridad y nitidez increíbles.
Desde aquel tiempo tengo en casa una imagen del Buen Pastor
frente a mi cama, para que nunca se me olvide el lugar del que fui
rescatada, para tener siempre presente la misión que Dios me ha
asignado en Su rebaño, y así poder vencer el temor o la comodidad
que pudiesen impedirme el salir en busca de otras almas
necesitadas de Jesús... Para poder mirar el futuro con esperanza y
confianza total en Su Divino Querer: todo en un himno de gratitud
que cada día y cada noche coloco, con el corazón enamorado, a los
pies de mi Buen Pastor.

¿Por qué toda esa historia a modo de introducción? Tal vez porque
aquellos que no han leído ninguno de los otros testimonios, o no saben de
qué barro está hecha la mujer que hoy les comparte las maravillas que el
Todopoderoso hace en cada uno de nosotros, podrían pensar que se trata de
alguna persona muy piadosa, que se pasó la vida frente al Tabernáculo,
adorando a Jesús Sacramentado.
Nada estaría más alejado de la verdad, soy una mujer conversa, tocada por
la Misericordia de Dios siendo ya madura. Consciente de mi miseria y de
mis muchos pecados, que trato de recubrir ante los ojos de Jesús
únicamente con mi amor.
Un día el Señor dijo que habían demasiados maestros en el mundo, y muy
pocos testigos. Fue esta aseveración la que motivó a que en nuestro
Apostolado se asumiera como carisma principal la Nueva Evangelización,
buscando que sus miembros adopten el deber de formarse EN el Señor, por
medio de la vida en Gracia y la recepción frecuente de los Sacramentos,
para ser testigos ante el mundo, con el propio testimonio de vida, del
Infinito Amor y la Misericordia de Dios, y de Su poder transformador.
18
Todo paso bueno que haya podido dar en estos años, lo he dado impulsada
por el Señor y Su Santísima Madre, quien no Ha dejado de proteger esta
Obra con Su maternal ternura.
Son ellos los autores responsables de todos estos libros, que han utilizado
caritativamente a esta “caña-hueca” para derramar Sus infinitas Gracias,
sobre la mujer y el hombre de hoy.

CAPÍTULO I - EL TRONO DE DIOS
Un día del mes de abril del año 2006, fui una vez más favorecida
por la Gracia del Señor, Quien quiso que comenzaran las
enseñanzas sobre lo que hoy compartiré con ustedes, y que tiene
que ver con una Hora Santa a la que fui invitada por Jesús, “para
que podamos regalarle al mundo un nuevo testimonio... unas
lecciones más en la materia de tu predilección, dentro de la
Escuela del Amor, que quiere impartirles este Maestro” me dijo
con dulzura el Señor
A la hora acordada, me dirigí a una Iglesia muy linda cerca de
casa, donde existe una capillita pequeña que tiene la Adoración
Perpetua al Santísimo Sacramento.
2)
Para las personas que no saben de qué se trata –ya sea por vivir
en lugares apartados, o por estar ellas alejadas de las prácticas
piadosas católicas- la Adoración Perpetua consiste en la exposición
permanente del Santísimo Sacramento, de día y de noche, de
manera tal que la gente haga turnos de Adoración Eucarística en
esos Sagrarios, para que Jesús nunca esté solo. Es una maravillosa
práctica que debería organizarse en toda Parroquia.
3)
Al aproximarme a la Capilla, vi que había mucha más luz de la
que usualmente hay y hasta pensé, torpemente, que tal vez habría
4)
19
sido mejor iluminar el lugar con menos luz o con una luz más
difusa, para crear un ambiente más íntimo del adorador con el
Señor.
También había música, porque desde antes de llegar a la Iglesia
escuché, primero muy de lejos, y conforme me aproximaba, más
fuertemente, las voces de muchísimas personas, como de un coro
polifónico –compuesto por niños, mujeres y varones- que
entonaban canciones con una melodía que me parecía haber
escuchado antes.
5)
Aquella música era muy especial para mí y todo el cuerpo se me
estremeció ante el recuerdo, por una fracción de unos segundos, de
otro momento vivido con anterioridad.
6)
Las voces se entremezclaban con sonidos de agua que cae como
en una cascada, violines, órganos o pianos, arpas y flautas, y unas
campanitas que, de cuando en cuando, al cesar unos segundos las
voces, tañían con un acorde que se me antojaba como de llamada a
Misa, quizás por los recuerdos de mi niñez, en las pequeñas
ciudades y pueblitos de mi Patria, donde se escuchaban a distintas
horas del día, y desde distintos lugares, las convocatorias a la Santa
Misa.
7)
Inmediatamente pensé que sería un reproductor de CD que
alguien habría llevado para acompañar con cantos de alabanza su
Adoración.
8)
Ya casi en la puerta de ingreso a la Capilla, veía como que iba
disminuyendo la luz, pero al mismo tiempo el lugar se hacía
inexplicablemente más claro… Al momento es difícil explicarlo,
pero supongo que luego podré hacerme entender.
9)
Al entrar vi a un hombre de mediana edad, de rodillas en un
reclinatorio frente a la Custodia que contenía la Divina Hostia. La
Luz que salía del Ostensorio bañaba todo el lugar, como si de ella
10)
20
salieran rayos de Luz que se abrían cubriendo todos los lugares de
aquel Santo recinto.
Me puse de rodillas para saludar al Señor, pero casi en seguida
me instruyó que me sentara para contemplar silenciosamente
aquello que estaba ocurriendo. Supe que ése sería también otro día
especial.
11)
Apenas me había arrodillado desapareció el Altar y las paredes
que estaban detrás de él, y ante mis ojos se abrió el Cielo, por
decirlo de alguna manera, aunque tal vez con lenguaje demasiado
terreno...
12)
En el lugar del altar había un inmenso trono, no puedo precisar
ahora si era dorado o plateado, pero sí sé que estaba lleno de luz, y
en él reposaba la hermosa Custodia. El trono tenía muchísimas
incrustaciones, como de piedras preciosas enormes, que se
iluminaban y relucían como si tuvieran luz propia, es decir, como si
la luz saliera de adentro.
13)
14) Agaché
la cabeza por un instante, y luego fui levantando la vista.
Así pude ver que eran tres asientos unidos los que formaban un
mismo trono, y en cada asiento estaba sentado “un Jesús”, o sea, el
mismo Señor pero como en triplicado –si es que puedo emplear ese
término, a fin de hacerme entender- pues eran tres personas
exactamente iguales...
15) No
había diferencia alguna entre los tres, aparte de la vestimenta:
Uno llevaba una hermosa túnica en color blanco, el otro la tenía
toda en dorado y el tercero en color rojo. Es difícil describirlo, pero
esos eran los tonos que predominaban en las vestiduras, aunque las
tres emanaban una resplandeciente luz.
Escuché la voz del Señor que me decía: “¿Dónde encontrarán
ayuda terrena para describirme a Mí, el Indescriptible? ¿Dónde
encontrarán su apoyo ahora que son viadores, para escalar a Mi
16)
21
Alteza? Nunca nadie ni nada podrá alcanzar y explicar toda Mi
dulce Esencia de Dios Trino y Uno, nadie comprenderá la infinita
Vida que anima todo Mi Ser.
Eleven su corazón y su mente a lo alto, porque deseo corregir
su torpe visión y darles el encanto del fulgente aspecto aun de
uno solo de Nosotros. ¡Oh, lazo glorioso, dulce Hijo que dejas al
Padre y entregas al Amor a los hombres descarriados que
caminan apesadumbrados en la tierra!
17)
Hijos, Criaturas Mías, pobres hombres, que no pueden ir más
allá, y puesto que nunca terminará su investigación de Mi
conocimiento, siempre estarán felices de descubrir infinitos y
deslumbrantes aspectos… Vengan al seno de Mi Divinidad y
permanezcan como nuestros invitados eternos.
18)
Aprendan más sobre el Divino Amor y dejen de poner
resistencia en ustedes y fuera de ustedes, para que Nuestra Paz
Infinita pueda ingresar en sus corazones, y traerles la
confirmación de que los quiero Conmigo, y con ello
manifestarme a ustedes y darles Mi Amor, darles la eterna vida y
la santidad infinita de Mi Ser.”
19)
Quedé sobrecogida, porque hasta ahora me es difícil llegar a
pensar que fue el Padre, a través del Verbo en el Espíritu Santo,
Quien me habló…
20)
21) A
la derecha del trono estaba la Santísima Virgen, bellísima como
nunca, traía las manos unidas en plegaria y el sereno Rostro muy
radiante. Llevaba una diadema con piedras preciosas de distintos
colores, que más parecían luces de colores, como las del trono.
Al lado de la Virgen estaba un hombre muy apuesto y varonil,
con barba pequeña y una postura que a la vez que mostraba
humildad y serenidad, también denotaba autoridad. Todo aquello
irradiaba una dignidad jamás vista... Supe que era San José.
22)
22
Inmediatamente detrás del Trono había algunos hombres, no
alcancé a contarlos, y la verdad es que ni se me ocurrió hacerlo.
Luego, mucho más atrás, en una especie de desnivel, se veía a
centenares de personas, como aquellas que describo en el libro del
Testimonio de La Santa Misa. Nuevamente ante mis ojos estaba
todo el Cielo. Miles y miles de Ángeles. ¡Eran ellos quienes
entonaban los cánticos que había estado escuchando yo al
acercarme a la Capilla!
23)
Era una música de alabanza que, bien sé, perdurará en mis oídos
y en mi espíritu mientras viva, pero que hoy no podría repetir. Y
sin embargo, desde aquel día, cada vez que empiezo a alabar al
Señor, escucho aquellas voces, que me acompañan todo el tiempo
mientras dura mi pobre alabanza.
24)

CAPÍTULO II - POR QUIÉNES PEDIR
N
o sé en qué momento cerré los ojos, pero cuando volví a
abrirlos estaba yo postrada en el suelo, en adoración, ante la
magnificencia de aquella visión que hasta me había hecho pensar
que tal vez estaría muerta… Aunque luego comprendí que
lastimosamente no era así.
En un instante desapareció casi todo: sólo se quedó Jesús, con su
regia vestimenta de color dorado. Llevaba puesta una preciosa
corona, agarraba un cetro de oro en la mano izquierda y pisaba
algo así como una nube de color verde…
2)
“Siéntate, hijita” me dijo muy dulcemente. Obedecí y me di
cuenta de que el hombre que estaba de rodillas allá, nada había
visto ni oído de lo que estaba sucediendo.
3)
23
El Señor me dijo: “Quiero que pidas, en primer lugar, por el
sacerdote que hizo posible este encuentro entre tú y Yo, por quien
consagró esta Hostia”. Así lo hice.
4)
Luego me dijo: “Pide por las personas que colaboraron al
construir este lugar dedicado a estos encuentros. Sí, pide por
ellos, porque hay muchas personas que lo hacen con la mayor
devoción y ellos reciben Mis primeras bendiciones desde este
lugar. Hay quienes trabajan y colaboran en la construcción de Mi
Casa, pero que no lo hacen por Mí, sino por ellos mismos, no para
que brille Yo, sino para brillar ellos.
5)
Hay otros tantos que sí lo hacen por amor a Mí, pero no son
capaces de venir a visitarme. Son quienes Me honran con los
labios pero no con el corazón.
6)
7) Pide
por las Parroquias y Capillas, en las cuales el responsable y
la comunidad aceptaron llevar a cabo las horas de Adoración
Eucarística.
Pide por aquellos que cierran su corazón ante Mis llamadas…
Por quienes combaten a los que vienen hasta Mí… Por quienes
mancillan y ofenden Mi Presencia con su falta de respeto, su
irreverencia o su poco recato al vestir. Observa…”
8)
En ese momento volví mi vista hacia donde Jesús miraba y pude
ver el Altar Mayor de la Iglesia (no el de la capillita donde ahora
estaba). Estaba el Santísimo Sacramento expuesto y había bastante
gente en el lugar, muchas personas arrodilladas, en oración, pero
había otras que, por detrás de los bancos, pasaban frente a Su
Trono, conversando entre ellas, comiendo algo, o masticando
dulces y gomas de mascar, como si no hubiera nadie.
9)
Algunos hacían un garabato en lugar de la señal de la Cruz,
sobre ellos mismos, y otros ni siquiera eso. Se sucedieron una serie
de imágenes (comprendo que de distintas ocasiones) de personas
10)
24
que yo veía sentadas a un lado de donde yo estaba. Unas
cuchicheaban entre ellas, otras estaban con las piernas cruzadas;
hombres y mujeres que hablaban entre sí o balanceaban el pie sin
descanso, como si estuviesen en una reunión informal…
11) Desaparecieron
de mi vista y enseguida entraron algunas parejas
que se sentaron muy juntas entre sí, pero alejadas de las otras
parejas. Me quedé azorada de ver cómo tenían manifestaciones de
afecto entre ellos, frente al Santísimo Sacramento expuesto, Aquello
era una verdadera vergüenza, como si estuviesen en algún lugar
reservado para ellos solos.
Nuevamente estos se esfumaron de mi vista y fue peor, porque
entraron unas mujeres jóvenes, y otras no tan jóvenes con
vestimenta tan poco apropiada, que más parecían yendo a la playa,
a una discoteca, o quién sabe a dónde; con partes de su cuerpo
descubiertas, como todas esas jovencitas que parecieran no tener
padres y que caminan con ropas que tal parece que son dos tallas
menos de la que deberían usar y que “dicen” está “de moda”…
¡Cuánta vergüenza y dolor sentí ante el Señor que miraba a todas
estas personas con muchísima tristeza!
12)
Sí, sentí dolor, pero al mismo tiempo tuve ganas de sacarlos a
empujones de allá, como otras veces me ha pasado, cuando
casualmente asisto a alguna celebración de matrimonio, Misas de
Promociones o de damitas que cumplen Quince Años.
13)
14) En
muchas de esas ocasiones he sentido vergüenza ajena al ver la
forma de entrar al Templo de algunas invitadas a dichos eventos.
¡Como si costara mucho el ponerse un chal sobre los hombros para
tapar los escotes y desnudez de los hombros y brazos durante los
pocos minutos que permanecerán en la Iglesia!
Finalmente, mientras esperan que empiece la celebración, todos
se ponen a conversar como si estuviesen realmente en plena
15)
25
recepción, y el silencio que debería haber en la Casa del Señor se
pierde, y con él, todo asomo de la preparación espiritual que
supone cada una de estas ceremonias.
16) Quiero
aprovechar esta ocasión para rogar a mis hermanos laicos
que no tengan temor de tomar el micrófono para pedir a los
presentes que guarden silencio, por respeto al lugar donde están;
para solicitar a las damas que se cubran al entrar al Templo, por
respeto al Señor, al sacerdote, a los asistentes y a su propia persona,
pues quien ve a una mujer vestida insinuantemente en la Casa de
Dios, inmediatamente piensa que es alguien que no siente respeto
por sí misma.
Qué bueno sería que, quien tenga el valor de dirigirse al
micrófono, invite a los fieles a hacer una oración por los futuros
contrayentes, bachilleres o egresados, según sea el caso, o de
intercesión por la joven por la cual se realizará la celebración. Así
ayudaríamos a nuestros hermanos, enseñándoles el respeto debido
a la Iglesia, y al mismo tiempo, cumpliríamos lo que la Iglesia nos
pide: rezar los unos por los otros… ¡Mucho más en ocasiones como
estas!
17)
Estamos llamados a edificar, y sin embargo nos afanamos en
desperdiciar los bienes de Dios, el dinamismo de la Gracia, la
fecundidad del Espíritu, porque tenemos miedo de anunciar a un
Dios vivo y mucho más, pedir el debido respeto a Su casa.
18)
Volví los ojos hacia Jesús y con lágrimas le pedí perdón, por esas
personas que le ocasionaban dolor y por nosotros, los que
supuestamente somos “conscientes” del lugar donde estamos, pero
nos mostramos cobardes para educar a nuestros semejantes. Me
sentí avergonzada por aquellos sentimientos de furia que también
cruzaron por mi mente.
19)
26
Jesús me dijo entonces: “Hijita, es tan difícil para el hombre de
hoy cambiar sus cómodos moldes, sin embargo, te aseguro que
por medio de estos testimonios mucha gente sencilla está
aprendiendo a conocerme, a saber de Mí en palabras también
sencillas, no te desanimes cuando estamos empezando.
20)
Mira, Yo traje al mundo una revolución de ideas que debería
asombrar a la floja humanidad, tan fácil de acomodarse, de
estancarse en las viejas costumbres, para no salir de una vida que
le es cómoda, porque no contradice a su amor propio, que es el
principal mal consejero suyo.
21)
No te sientas mal, Yo fui categórico y tampoco usé medios
términos,
precisamente
para
cortar
netamente
las
susceptibilidades y las tergiversaciones.
22)
El hombre es ingrato, Yo proveo a todos y todos viven en Mí.
Los doto, a unos más y a otros en menor grado, de la capacidad de
imitarme, según las disposiciones que tienen. Sin embargo,
parecería que no les doy garantías de estar interesado en sus
sufrimientos, decisiones, pruebas y mucho más que un padre
amoroso.”
23)

CAPÍTULO III - LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
E
l Señor permitió que pasaran rápidamente por mi mente,
imágenes de campañas políticas. Escenarios iluminados y
grandes cantidades de gente, gritando enardecidas. Ya en un
partido de pelota, ya en un concierto de algún artista o cantante de
moda, en una concentración política… rindiendo tributo a seres
humanos, de barro… Y el Rey de Reyes, el Señor de toda la
humanidad, sentado en un Trono bellísimo, iluminado por Su
27
misma Luz y abandonado, esperando por nosotros… Sólo una
minoría de gente se detenía allá ante Él.
Al observarlos, me di cuenta de que ellos no podían verlo como
yo lo estaba contemplándolo, rodeado de todos los hermosos y
radiantes seres que habitan el Cielo, pero veían Su trono terreno, es
decir, el lugar donde Él estaba: en una inmaculada Hostia, dentro
de una hermosa Custodia.
2)
Entre la gente que entraba y se arrodillaba frente a Jesús, había
respeto, deseos de adorarlo, algunos mostraban en su semblante
mucho dolor, tristeza, otros tantos miedo, temor y unos pocos,
muchísimo amor.
3)
Cuando entraba una persona, Jesús la miraba, le extendía la
mano, la persona se arrodillaba o se sentaba y de pronto
desaparecían las demás personas. Era como si sólo estuvieran allí
Jesús y esa persona. Entonces Él la abrazaba y besaba la mejilla de
la persona, pero todo con gestos de inmensa ternura, como un
enamorado recibe al ser amado, o como lo hace un padre: con
dicha, con la alegría de la Bienvenida.
4)
La persona comenzaba a hablarle y Jesús primero la escuchaba
atentamente, pero luego, Él susurraba algunas Palabras al oído de
la persona y finalmente, levantando los ojos, casi entrecerrándolos
luego, elevaba los brazos al Cielo.
5)
Finalmente bendecía a la persona y se quedaba contemplándola
con amorosa mirada, como si fuese el único ser en el mundo…
6)
¡Cuánta Luz salía de Jesús e iluminaba todo el lugar! ¡Cuánta
reverencia y respeto, adoración y amor alrededor Suyo, por parte
de muchísimos Santos, de Ángeles y una cantidad enorme de
personas que parecían tener también luz propia, por la dicha que
reflejaban en sus rostros…! Esta imagen, al igual que la de la
7)
28
Santísima Madre y San José, aparecía y desaparecía de mis ojos de
cuando en cuando.
8) El
Señor estaba enseñándome que todos necesitamos que se abran
nuestros ojos para poder contemplar mejor las cosas de Dios,
porque nuestros ojos con frecuencia, o se cierran, o se entorpecen
para observar las cosas del Espíritu.
El Señor me dijo: “Recuerda que en el Salmo 24,4-6 se les
advierte que para ver las cosas de Dios se necesita tener el
corazón limpio; es decir, limpieza de ojos, limpieza de corazón,
rectitud de conciencia y pureza de intención, para poder llegar un
día al conocimiento de Mis Divinos secretos...
9)
¡Aprendan de otros seres que los antecedieron y que hoy son
Santos! Para ellos, el mejor lugar de descanso eran Mis manos, la
mejor medicina y el más suave alivio era recurrir a Mi Cuerpo
Sacramentado, buscando Mi compañía, la conversación Conmigo.
10)
Por eso pasaban momentos prolongados en oración y de ese
tiempo de adoración, conseguían un renovado vigor y mayores
fuerzas para enfrentar la vida con todos sus sufrimientos, dolores
y humillaciones, propios de su condición, y que servirían luego
para su corona de gloria.
11)
Es primordial que se enseñe a los hombres que no basta
confesarse y venir a recibirme, volver a cometer los mismos
pecados y luego nuevamente la confesión… Deben unirse a Mí
en el pensamiento, en el sentimiento, en la voluntad. Es decir, con
el cuerpo y con el alma… Con el corazón.
12)
Es así como su vida humana logra participar de Mi Vida
Divina, de modo que sea Yo mismo quien conduzca su existencia
por el viaje que los conduce hacia las Delicias Eternas.
13)
29
No olvides que, cuanto mayor sea tu entrega a Mi Voluntad,
mayores Gracias recibirás en el transcurso de tu visita a Mi
Presencia Eucarística.”
14)
¡Cuánta privación obtienen las almas permaneciendo lejos de los
lugares donde se Adora al Santísimo Sacramento! ¡Cuánta
ignorancia y cuánta ceguera espiritual que no nos permite creer en
esta verdad absoluta...!
15)
¿Qué estamos haciendo, humanidad, que permitimos y hasta
fomentamos los espectáculos inmorales, la degradación de nuestros
jóvenes y la destrucción del planeta, y no corremos hacia el Dios
Vivo para suplicar Su Misericordia?
16)

Esa noche casi no pude dormir, me sentía culpable por estar ahí
en mi cama, tan lejos y sin embargo tan cerca de Jesús. Lejos porque
ya no estaba en la contemplación de aquello que me había
permitido vivir, y cerca porque parecía que mi pulso, el latido de
mi propio corazón no era mío, sino Suyo, es decir, sentía el Corazón
de Jesús sobre mi corazón.
17)
Entonces le prometí a Jesús que desde ese instante, cada vez que
me despertara en la noche, haría una Alabanza a Jesús
Sacramentado, para saludarlo… Y gracias a Dios, despierto varias
veces, así puedo decir algo como esto: “En el Cielo, en la tierra y en
todo lugar, sea por siempre bendito y alabado el Divino Corazón de Jesús
Sacramentado” o “Bendito sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del
Altar, y la Virgen concebida sin pecado original”.
18)
19) En
otras ocasiones me sitúo, mental y espiritualmente frente a un
Sagrario, en cualquier Templo que haya conocido y allí, desde mi
cama, hago oración como si estuviese postrada ante Su Divina
Presencia y le pido que me permita acompañarlo con el
pensamiento y con el corazón.
30
¡Cuántas personas enfermas a quienes he enseñado este tipo de
acompañamiento y adoración, desde el lugar en el que están
postrados, dicen haber sentido la amante Presencia de Jesús junto a
su lecho! ¡Es que el Amor de Dios no se deja ganar en generosa
retribución...!
20)
21) Casi
al amanecer, Jesús me permitió hacerme presente en espíritu
en una Iglesia de mi ciudad que tiene un Altar precioso con un
Sagrario imponente y allí me postré para adorarlo. En cierto
momento escuché…
“Cuando ustedes Me contemplan en la Eucaristía, sus ojos Me
tocan ya, con una sola mirada, llenos de amor, de fe, y entran
inmediatamente en comunión Conmigo.
22)
23) ¡Pero
si se alimentan de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, viven de la
misma vida de Dios, habitan un anticipo de la vida en el Cielo...!
Porque Me miran con los ojos de la fe, mientras aguardan para
verme, cara a cara, en la claridad de la Gloria.
El que en verdad se alimenta de Mi Cuerpo con una fe viva, y
es animado por la caridad hacia sus hermanos, gozará de la vida
eterna, puesto que habrá llegado al final de su existencia
renunciando a vivir de otra manera en la tierra…
24)
¡Cuánto mayor grado de perfección alcanzará quien renuncie a
todas las cosas mundanas para tenerlo todo! Es decir, quien
renuncie a todo lo creado para tenerme a Mí que fui increado.
25)
Objeto de Mis delicias es quien está dispuesto a perderlo todo
para ganar a Dios. A morir para poder vivir luego Con y En
todo…”
26)
Yo no Me canso de invitar a Mis amados a la fuente, para
refrescarse en la inmensa sed que viven, sed del amor que Yo He
colocado en ustedes para su propio bien.
27)
31
¿Acaso creen que Yo Estoy en los Tabernáculos o en las
Custodias, así quieto, sin actuar, sin darles a conocer que Soy la
Vida perenne y santa? Estoy aquí para hacerme desear por
ustedes, para que cuando vengan a recibir Mi Cuerpo y Mi
Sangre como alimento en la Comunión, Me escuchen decirles:
“Llévenme en su corazón, porque es calor lo que busco y no estoy
conforme si quedo olvidado por ustedes”.
28)
Permanezco en la tierra para hacerme tomar fácilmente por
todos aquellos que no Me olvidan, que saben cuáles son Mis
alegrías y Me las proporcionan recibiéndome gozosos, humildes
y ardientes de amor santo.
29)
30) Di
a Mis amados que vengan a Quien los ama verdaderamente,
que vengan a alimentarse, no sólo con Mi Cuerpo y Sangre, sino a
alimentarse de Mi Presencia, porque el hambre que tienen es un
Don Mío y es hambre de Mí, aunque sea cubierta y disfrazada
por tantas apetencias desordenadas.
Los espero aquí para obsequiar, junto con la Madre que les He
dado y con todos sus hermanos del Cielo, a la dulce Trinidad que
Yo mismo llevo, a quien no Me rechaza sino que Me busca y tan
fácilmente puede encontrarme, oculto y vivo; llameante y como
ilusionado de verlos junto a Mí, para darles muchos rayos de luz
y de fuego. Para estrecharlos a Mí y participarles dosis y dosis de
Mi propia Santidad.
31)
Es en el Sagrario y en la Custodia santa donde los espero, para
hacerles participar de la celebración de la Gloria de Mi Padre,
para que reciban las llamas del Santo Espíritu; para hablar con
voces amorosas del Cielo que les espera, del Amor que les espera,
de la felicidad que les prometo y les doy.”
32)

32
CAPÍTULO IV - LAS OFENSAS A NUESTRO REDENTOR
T
ranscurrieron varios días desde aquella comunicación y un
amanecer me despertó el Señor como entre las 5 y 6 de la
madrugada. Me pidió que me pusiera en oración por aquellas
personas que habían profanado los Sagrarios, cometiendo actos
sacrílegos y robando Su Preciosa Presencia en las Hostias
Consagradas.
Me puse a llorar de sólo pensarlo y luego me llené de terror.
Comenzaron a pasar ante mis ojos escenas de gente que destrozaba
los Sagrarios, que los violentaba y sacaba las Hostias Consagradas,
con sus manos sucias, arrojándolas a alguna bolsa o caja,
destrozándolas y pisoteándolas…
2)
Personas humanas pero de las que se desprendía un olor
nauseabundo, sus cuerpos y sus manos estaban llenos de pelos,
como lanas oscuras, y caminaban torvos, como cuando un animal
cuadrúpedo se pone en dos patas, medio chuecos…
3)
No soy capaz de describir lo mal que me sentí en ese momento,
pero fue horrible, física y espiritualmente; creí que iba a morir de
dolor. La impotencia e inutilidad para pedir perdón al Señor, para
reparar de algún modo aquellos horribles pecados, me agobiaba y
verdaderamente sentía que el corazón se me iba a salir del pecho, el
pulso latía en toda mi cabeza, me ahogaba, me faltaba oxígeno.
4)
Salté de la cama, me puse de rodillas pidiendo perdón a Dios por
tan terribles crímenes, y comprendí que eso solamente puede ser
obra de satanás, a través de sus seguidores, la gente ignorante y
tonta que se deja envolver por los grupos satánicos. ¡Sólo el diablo
puede inspirar el ocuparse de tan vil sacrilegio!
5)
Lo único que se me ocurría en oración era pedirle al Señor: “Por
favor, Jesús, retira Tu adorable presencia de esas Hostias, por favor, Señor,
6)
33
no permitas que Te lastimen nuevamente, Te lo suplico con todo el amor
de mi corazón…
Sé bien que es poco, pero es todo lo que puedo ofrecerte, este pobre amor
que quiere reparar todo lo que estos salvajes están haciendo. Tómame,
ponme a mí en ese lugar para que hagan conmigo todo lo que piensan
hacer con Tu Cuerpo Sacrosanto, Tú lo puedes todo, por favor, Señor, sal
de ahí, elévate hacia Tu Trono Glorioso, no permanezcas en esas
Hostias…”
7)
En un momento sentí que mi sollozo no era sólo, alguien más
lloraba conmigo y luego no era sólo el sollozo profundo de un
hombre, sino también el de varias personas, que poco a poco se
volvían muchísimas más. Supe que era el mismo Jesús Quien
sollozaba por el dolor al ver el pecado de Sus hijos, y junto a Él, la
Virgen Santísima y todos los Santos… Corrí a ponerme algo encima
y me fui a la capillita del Santísimo, para acompañar a mi amado.
8)
Estaba allí, en la Hostia Consagrada, podía ver Su Rostro, como
impreso en la Forma. Como la cabeza del Divino Rostro, doliente,
con la Corona de Espinas, claramente dibujada sobre Su adorable
cabeza. Pensé en Judas, en el dolor de Jesús y del Padre cuando Su
Hijo iba a ser entregado, y en ese momento me llegó la voz de
Jesús:
9)
10) “Nunca
olvides, hija Mía que la caridad, el Amor del Ágape, se
afirma con obras. La caridad del Padre se plasma en un don: “Dios
ha amado tanto al mundo que le ha dado su Hijo Único” (3,16). Y Yo, el
Hijo, a Mi vez, para manifestar Mi Amor, entrego Mi Vida.
11) No
olvides este momento ni esta enseñanza: Al venir al mundo,
pasé de la forma de Dios a la forma de Hombre y luego de
esclavo, al lavar los pies de Mis Apóstoles.
Sepan que el Verbo encarnado jamás se apartó en lo sucesivo
de esta actitud servicial. Les dije: “Estoy entre vosotros como el
12)
34
que sirve” y Mi programa de humilde abandono fue realizarlo
hasta derramar sangre.
También hoy Estoy entre ustedes como el que sirve, pero aún
en forma más grandiosa, porque les entrego Mi Cuerpo, Mi
Sangre, Mi Alma y Divinidad, para alimentarlos, para
fortalecerlos, para sanarlos.
13)
Luché tanto contra el espíritu judaico de Mi propio tiempo,
contra los Ministros del Templo israelita, y acabé como ustedes
saben. Y aun hoy, hay muchos que deberían avergonzarse,
sabiendo que Mis enemigos más crueles compran o roban las
Hostias consagradas para hacer con ellas cosas infernales.
14)
15) De
este modo, Mis enemigos creen en Mi Presencia Eucarística,
en tanto que Mis amigos de siempre niegan con las palabras y los
hechos, la permanencia, esta Presencia Mía en la Hostia
debidamente Transubstanciada… ¡Oh, crueldad inmensa!
Díganme, ¿qué les He hecho...?, díganme, ¿por qué se alinean con
Mi enemigo?
16) Ustedes,
los que rebeldes aún pertenecen a Mi Iglesia, ¿por qué
no devuelven a Mis Altares la dignidad que le han robado?
Los insto a que tengan menos disquisiciones y más fidelidad,
más oración y menos palabrería, más docilidad y menos espíritu
crítico, más disciplina y menos evasiones.
17)
Hija, pide también por aquellos malos hijos que vienen a
pedirme cosas que son inconvenientes para otra persona, para las
obras de Dios y para su propia alma. Egoístamente piensan en sí
mismas, en sus posesiones o en su comodidad, y algunas veces
ignoran el bien que esa persona está trayendo a su vida…
18)
Sí, pide por ellos, porque a la hora que menos piensen, la
justicia Divina se volcará contra ellos, actuando sobre sus propios
19)
35
seres queridos. Lo que desearon para otro es lo que sembraron, y
cosecharán las consecuencias…”

De rodillas frente a Él, dejé que fluyeran finalmente torrentes de
lágrimas de mis ojos, No me contuve como en otras oportunidades.
20)
Era como una necesidad profunda de lavar mi dolor, mi culpa…
Sí, me sentía culpable por ser parte de la Iglesia y callar todo esto.
Por no salir valientemente a las calles, a los colegios, a todas partes,
a decirle al mundo que Jesús está allá, en esa Hostia Consagrada,
esperando por todos nosotros.
21)
Sentí angustia por la culpa, por dejar que los prejuicios y la
“prudencia” de no incomodar a algunos personajes con mis
testimonios, me cerrara la boca en tantas oportunidades.
22)
Sentí la culpa del laico, porque si el mundo fuera realmente
educado, si enseñásemos lo que significa la Presencia de Jesús Vivo
y en Gloria en cada Hostia Consagrada, una gran parte de los laicos
estaríamos haciendo guardia en los Templos y las Capillas, para
evitar que los malditos demonios profanen el Sacramento más
grande del Amor.
23)
Le pedí con todas mis fuerzas a Jesús que permitiera que el
testimonio del librito de La Santa Misa corriera con Su Gracia por
todo el mundo, para educar a los laicos, para tocar a todas las
personas que Él quisiera, que me hiciera verdaderamente una
Misionera de Su Corazón Eucarístico, a través de ese pequeño
testimonio.
24)
Que Su Poder llevara el pequeño libro a todos los países donde
yo no podía llegar y a todas las personas que Él quisiera tocar con
Su Gracia A los pocos meses ese testimonio había dado la vuelta al
mundo y hoy, para mayor Gloria del que Todo lo puede, está
traducido a más de idiomas, sin que hayamos movido un dedo.
25)
36
Cuando entré en mi dormitorio, más tarde, recostada sobre la
cama me quedé contemplando la imagen que tengo en la pared del
frente, que representa a Jesús como el Buen Pastor, mirando
sonriente a su ovejita negra entre los brazos. Entonces llegó la voz
de Jesús, muy dulcemente:
26)
“Tú sabes que las ovejas están marcadas para que no se
introduzcan cambios en los distintos rebaños. También ustedes,
como ovejitas, están marcadas por Mi Padre, que quiere
ofrecerlos a Mí.
27)
28) Si
pudieran contemplar qué Divina señal Ha impreso Mi Padre
en sus frentes, no dudarían en entrar definitivamente a través de
Mi puerta.
Son Mis ovejitas, porque además de morir por ustedes, Estoy
siempre demostrándoles que los cuido, los purifico, los alimento
y los protejo. Yo interrumpo las acciones perturbadoras que va
diseminando en ustedes Mi enemigo, el que Me odia a Mí y a
ustedes. Ojo, que ese lobo está siempre intentando reiterar sus
obras de destrucción, y Soy Yo Quien lo interrumpe.
29)
Por todo esto les pido que Me sigan dócilmente, sin desistir.
Que vengan a Mí para conocer la dulzura de este su Pastor que se
Ha hecho desangrar, a fin de evitarles la muerte…”
30)
Entones recordé la charla que había dado en aquella conferencia
mariana, y el Señor me dijo: “Un día vas a tener que transcribirla,
para poder insertarla en un libro”.
31)
Hoy he terminado de transcribirla, y por obediencia a Jesús y a
un sacerdote que durante los tres últimos años ha venido
ayudándome a través de sus cartas, y a quien verdaderamente
aprecio mucho, la he insertado al inicio de este libro, a manera de
introducción, siempre buscando la mayor gloria de Dios y el bien
de otras ovejitas.
32)
37

CAPÍTULO V - LOS MISTERIOS DEL REINO
Algunas semanas después de la primera visión, una noche que
llovía mucho y me quedé acompañando al Señor, se iluminó más
el Altar donde estaba la Custodia, como si entraran rayos de sol por
alguna ventana. No podía ser un relámpago, porque de serlo habría
durado muy poco y ésta permanecía brillando. Acababa de
sentarme, pero al ver la luz volví a ponerme de rodillas en el
reclinatorio.
Entonces vi dos Ángeles enormes, con grandes alas. Estaban de
rodillas y con las manos juntas a los lados de la Custodia en la que
se encontraba Jesús en la Eucaristía, sus ropajes de un color plata
muy claro parecían de una textura aterciopelada.
2)
Eran tan bellos y tan majestuosos que su presencia me hizo
comprender que esas Criaturas están en el Cielo en Presencia de
Dios, como otros tantos espejos en los cuales la pureza infinita del
Señor se refleja. Ese Dios de Amor, goza de que los Ángeles sean
semejantes a él, porque su semejanza es reverberación de la
purísima Luz de Su Espíritu.
3)
Me di cuenta de que nosotros, desde la tierra, admiramos en los
Ángeles, no propiamente a ellos, sino a Dios, a la vez que tendemos
hacia Él por medio de ellos. Y así como los Ángeles, todo lo que es
de Dios nos atrae.
4)
No sabía lo que me estaba pasando, como me ha sucedido otras
veces: Era como si hubiera leído muy rápidamente algún libro,
como si hubieran introducido una luz en mi mente. Por decirlo de
alguna manera, “supe” que la luz angélica es pureza del eterno
Dios, dada a los espíritus celestiales para Su gozo y para el inmenso
gozo de estas criaturas.
5)
38
En el caso de los ángeles custodios, su trabajo agrada a Dios,
porque por medio de él nos llevan gustosamente a la claridad del
Amor celestial, poseído por ellos en diversos grados, pero en
absoluta y total pureza.
6)
Sin embargo, nosotros no seguimos su obra, al contrario, muchas
veces la obstaculizamos con no pocos pesos y enormes y variadas
oscuridades.
7)
En aquel momento desaparecieron los Ángeles y sentí la
necesidad de agradecer a Jesús por mi Ángel Custodio, a quien
verdaderamente amo y de quien siento en todo momento la
poderosa ayuda e intercesión.
8)
Comenzó nuevamente esa música mezclada con campanitas y
caídas de agua, y esa melodía, en lugar de distraerme, me fue
adentrando en la contemplación de mi oración y diálogo con el
Señor. Aquello duró todo el tiempo de mi encuentro con Jesús y sé
que el mensaje fue: “Los coros de Ángeles nos acompañan cuando
estamos en adoración.”
9)
Esa noche Jesús dulcemente me instruyó sobre los beneficios de
recibirlo en la Santa Comunión en la forma debida, y conforme iba
hablando, más sentía aquella hoguera de gratitud dentro de mí.
10)
Él decía: “Cuando ustedes Me piden algo, meditando en Mi
Pasión o durante la Santa Misa, conmueven Mi Corazón, porque
Me lo piden en compañía de Mi Madre y de Juan, al pie de la
Cruz, porque pocos piden firmemente. Por eso varían las
peticiones, de acuerdo a la forma que tienen al pedir y a la
esperanza que ponen a su petición.
11)
Su oración al pie de la Cruz debe ser humilde pero firme,
pacífica pero ardiente. Llena de compasión por Mis sufrimientos,
llena de gratitud por Mi Resurrección.
12)
39
Deténganse a meditar y a vivir mejor el Martirio y renovación
que les ofrezco en la Eucaristía, invitándolos a la unión con el
Celebrante, anulando las distracciones, atentos a quien renueva
Mis penas y ora Conmigo al Padre.
13)
Yo Me someto, Estoy a la voluntad del Sacerdote, en su tiempo
y en su oración y ustedes tantas veces se distraen, están ausentes
aún estando presentes físicamente en la Celebración. ¡Les cuesta
tanto tener una continua adhesión a las oraciones y al espíritu
que mueven a Mi Iglesia…!
14)
Cuando comulgan Yo mismo le otorgo al alma los elementos
que requiere para transformarla y llevarla a un camino de mayor
santidad. Así cada vez se parecen más a Mí en su manera de
pensar, de sentir, de reaccionar, de vivir…
15)
16) Es
el Sacramento de la unión Conmigo y con sus hermanos; por
eso cuanto menos obstáculos Yo encuentre en un alma para que
sea más perfecta esta unión, serán mayores las Gracias que
recibirán de este encuentro.”
En un instante comprendí, por un conocimiento que yo misma
no entiendo cómo fue, que cuando el sacerdote nos dice: “El
Cuerpo de Cristo”, está diciéndonos: “Aquí tienes la comida que te
nutrirá en vida y te salvará a la hora de la muerte” Y esa respuesta
nuestra: “Amen” es el “Sí, deseo salvarme”, o “Hágase en mí como tú
dices”. Sí, es nuestro Fiat ese “Amen”, y seguramente esto no va a
llamar la atención de ningún sacerdote porque lo conocen, lo saben.
Pero para nosotros, el común de los laicos, todo esto es “novedad”,
es parte importante de la “Buena Nueva”.
17)
Y esa entrega del alma al Señor y a Su Divina Voluntad, es la
disposición para que Él pueda hacer maravillas en ella, con todo Su
poder y con todas Sus Gracias, para ayudarnos a corregir el rumbo,
para fortalecernos, para amarnos.
18)
40
19) Oí
la voz de mi Jesús “¡Cuánto amor les tendrá Quien los formó,
que para salvarlos debe ocultarse! Y lo hago de esta manera para
evitar que Mi Majestad los enceguezca, para que Mi Gloria no
ahogue su deseo de Mí, sus sentimientos hacia Mí, y eso lo hago
con todos. No saben lo que es amar así sin ser comprendido,
aceptado, correspondido en el Amor.
Desconocen cuán santo es este único Sacramento, con el cual
Me doy a ustedes, cuán incomprendido es y cuán maltratado.
20)
Ese es el por qué de estos libros llamados “Testimonios”,
porque una gran parte de Mi Iglesia, que son los laicos,
desconoce tantas cosas que para la otra parte son “comunes y
hasta corrientes”.
21)
Deseo hacer del laico un ser que, teniendo el conocimiento de
los Misterios del Reino, de las cosas a las que por su naturaleza
no ha tenido acceso o educación, en un encuentro sencillo y
amoroso, por medio de estos escritos eleve su corazón hacia el
encuentro con el Cielo.
22)
Di a los hombres que vengan a Mí, que aquí Estoy Yo, el
Omnipotente, el Infinito, que se dejen traer por Mis Ángeles ante
Mi Presencia y que Me basta un soplo para alejar el polvo que
anida en ustedes.”
23)
24) En
ese momento pude ver, a lo lejos, una persona que se acercaba
hacia la Capilla del Santísimo Sacramento, pero no iba sola, había
cuatro Ángeles, uno delante, otro detrás y dos a los costados de
ella. Los de los lados y el de atrás estaban rodeados de una luz
plateada y el que caminaba (o más bien se deslizaba) delante de la
persona, iba envuelto en luces doradas. “Ese es el Ángel Custodio”
me aclaró la voz de Jesús.
En ese instante entendí por qué decía que “nos dejemos llevar
ante Su Presencia por los Ángeles”. Son ellos los que nos están
25)
41
invitando permanentemente a visitar a Jesús Sacramentado, y
cuando escuchamos Sus invitaciones, Ellos mismos nos
acompañan. El porqué son tres más, no lo sé aún.
Muchas veces, cuando acabo de recibir a Jesús en la Santa
Comunión, pienso en que no se cómo aún estoy viva, cómo no me
he muerto ante la maravilla de tener la certeza de que estoy unida
de esa manera a mi Dios y Señor, al Ser que amo por sobre todas las
cosas, a Aquel que me ama con un Amor sin límites, al punto de
perdonarme una y otra vez todas las ofensas y omisiones de mi
vida cotidiana.
26)
Entonces sube una oleada de amor que me envuelve y hace que
emerja como de un remolino de agua fresca y dorada, abrazada a
Él, o bailando para Él hasta la superficie en la cual todo está lleno
de ese sentimiento que emana y penetra el corazón al mismo
tiempo. Son los segundos del “Yo te amo con todo mi ser, gracias Jesús,
gracias mi Señor.”
27)
28) Es
ese desear que nadie te hable, que nadie se acerque, que nadie
diga nada: sólo permanecer unida a Jesús esperando una palabra
Suya, un nuevo gesto, un suspiro, o un silencio que lo dice todo a
gritos…
En varias ocasiones, lo único que he repetido en mi tiempo de
adoración ha sido la oración que el Ángel dio en Fátima a los tres
pastorcitos: “Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te
adoro profundamente. Yo te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los Tabernáculos del mundo,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que se le
ofende. Y por los méritos infinitos de Su Sacratísimo Corazón, y por el
Corazón Inmaculado de María, yo Te suplico por la conversión de los
pobres pecadores. Amen.”
29)
42
En otras oportunidades, cuando me siento tan cohibida por la
Presencia amorosa de Jesús, solo puedo repetirle que lo amo, que
quiero amarlo más, que quiero ser como Él quiere que yo sea y
luego guardo silencio, notando que me ruborizo como una
adolescente frente al muchacho que la mira cariñosamente.
30)
Cuán grande es constatar que es por Él, por el amado, por
nuestro Jesús, que todas las cosas subsisten, y que el ir hacia Él, el
estar a Su lado, el unirnos con Él, significa encontrar, ganar, poseer
el Amor de Aquel por Quien existimos nosotros y existe el
Universo entero. Como los santos, deberíamos desear estar en
lugar de los Ángeles, porque los Ángeles permanecen rodeando los
Sagrarios.
31)

CAPÍTULO VI - DIOS QUIERE HABITARNOS
U
n amanecer el Señor me pidió que me quedara en absoluto
silencio después de hablarme sobre el encuentro silencioso y
profundo con Dios. Me dijo que llegar a este estado, cuando el alma
es habitada por su Creador, es a lo más grande a lo que aspiran las
almas que buscan la unión con Él.
Me explicó que muchas cosas se han escrito al respecto, pero que
aún los que han escrito sobre estas capacidades del alma, no han
podido avanzar sino hasta el punto en que han sido llevados por su
razonamiento natural.
2)
Había un silencio absoluto, en momentos me puse tan tensa
tratando de escuchar algún sonido, que podía oír hasta mi propia
respiración mientras procuraba hacerla más suave. Luego, en un
instante, no sé si yo estaba o no dentro de mi cuerpo, tenía los ojos
cerrados, no sentía ni oía más nada y no sé cuánto tiempo pasé así.
3)
43
Cuando abrí los ojos, había una inmensa luz frente a mí que me
hizo parpadear dos o tres veces. Era una luz que no deslumbraba,
sino que me atraía poderosamente, entraba en mí por los ojos, por
la nariz, por la boca, por cada poro de mi piel, dejándome sumida
en una paz indescriptible...
4)
Por unos instantes me invadió un silencio aún mucho más
profundo que el anterior y después sentí dentro de mí como un
murmullo primero, luego como un viento y en seguida una voz que
dijo: “Mía, te Amo”… Luego se desvanecieron dentro de mí la luz
y la voz.
5)
Nuevamente estaba frente a mí Jesús en la Eucaristía, en la
Custodia, en la Hostia blanca, inmaculada, pero yo sentía una paz y
un gozo tan grandes que tenía ganas de reír y de llorar al mismo
tiempo… y creo que lo hice. Fue una sonrisa tímida y luego una
amplia sonrisa mezclada con mi llanto, dulce, gozoso, agradecido.
6)
Había un libro encima del reclinatorio y Jesús me dijo que lo
tomara y leyese donde estaba marcado. Era la Liturgia de la Iglesia
en la oración después de la Comunión de un Domingo del Tiempo
Ordinario y decía así: “La gracia de esta comunión, Señor, penetre
en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu, para que sea su fuerza, no
nuestro sentimiento, lo que mueva nuestra vida.”
7)
Supe que lo que me estaba pidiendo Jesús en ese momento era la
meditación sobre las condiciones debidas para recibir Su Cuerpo
Sacrosanto, no solamente en las disposiciones normales que pide
nuestra Iglesia, sino en las disposiciones internas, del alma, para
recibir la mayor cantidad de Gracias posibles de este maravilloso
regalo de Dios.
8)
No sé nada de teología, pero en mi simplicidad de ama de casa
pienso que si tenemos la seguridad de que Jesús está Presente en la
Hostia Consagrada, lo menos que podemos entregarle es nuestro
9)
44
agradecimiento, nuestra confianza, nuestra voluntad, nuestro
amor…y el deseo de intimidad, de conocerlo, de permanecer
unidos a Él.
10) ¿Para
qué? Para que pueda utilizarnos como instrumentos Suyos.
Dios no deposita una cierta cantidad de poder en el hombre; Él
retiene el poder en Sí mismo, los recursos infinitos se encuentran
únicamente en Él.
Es solamente cuando estamos unidos a Él, cuando somos
accesibles a Él y le permitimos que trabaje dentro de nosotros y a
través nuestro, que podemos llegar a ver las grandes y poderosas
cosas que Él hace. Es sólo de ese modo como “su fuerza y no
nuestro sentimiento, es lo que mueve nuestra vida.”
11)

CAPÍTULO VII - “VENGAN A MÍ LOS AGOBIADOS...”
C
uántas veces nos privamos de caminar con esa maravillosa
Compañía, porque no sabemos primero llenarnos de Él y
dejarnos “dorar” por el Sol de Su Presencia Eucarística.
Nos privamos de Su protección continua; de poder ver la
abundancia de frutos en nuestra vida, en los momentos buenos y
en los adversos especialmente, porque es en momentos críticos
cuando puede verse si los frutos que llevamos son permanentes.
2)
Qué lástima por aquellas personas que reciben al Señor con la
costumbre de la rutina diaria, sin el asombro de decirle nada nuevo
a Jesús, sino siempre las mismas palabras gastadas, o lo que es
peor, no decirle nada, no sentir nada. Como si realmente estuvieran
recibiendo un pedazo de pan.
3)
45
Jesús dijo: “Qué puede asombrarte de los laicos si la mayoría
apenas conoce de Mi Presencia Eucarística, están comenzando a
creer que aquí Estoy vivo…
4)
Qué puede asombrarte, si en muchas ocasiones compruebo en
Mis propios hermanos, que las lecciones que He querido darles a
través de tantos Milagros Eucarísticos, han resbalado sobre sus
almas sin penetrarlas.
5)
¡Qué tristeza comprobar que tantos de los Míos, desde el
momento de su ordenación no han adquirido aún Mi Espíritu,
Mis sentimientos, y Mi programa de vida: rescatar al hombre
mediante Mi entrega absoluta, abajarme hasta hacerme pan y
levantarlo de su pobreza a Mi Divinidad para conferirle Mi
propia heredad.
6)
Hijos Míos, se engañaría quien solamente viese en esta
determinación un gesto espectacular y fugaz, tan sólo la lección,
ingeniosa de un pedagogo incomparable.
7)
En la tierra representé un papel al que Me entregué por entero.
La voluntad de servicio brotaba de Mis entrañas, porque la
decisión tomada por Dios de anonadarse, de humillarse y de
sacrificarse, estaba siempre despierta, desde una eternidad, en las
profundidades de Mí, el Verbo.
8)
Es difícil comprender el alcance de Mi gesto, si no se Me coloca
en la perspectiva de la Encarnación redentora.
9)
10) Comprendan
por qué deben cargar con su cruz de cada día: Así
como era imposible participar en el más allá de Mi sociedad si Yo
no Me humillaba y no pagaba Mi rescate de dolor, del mismo
modo es imposible colaborar aquí abajo en la obra de salvación,
si el que Me sigue no se conforma a la Voluntad de Dios. Las dos
ideas están ligadas.
46
Que no les llame la atención la metamorfosis que exijo a Mis
Apóstoles aún hoy en día: La autoridad implica servicio. Yo, Hijo
de Dios, asumí una naturaleza de esclavo. Sin embargo, no Me
despojé de Mi personalidad Divina, aun sirviendo a Mis propios
sirvientes, Me abajé sin perder Mi rango: no abandoné Mis
prerrogativas.
11)
Mi misión por excelencia ha sido siempre la de poner en
evidencia el vacío del hombre, la laguna moral que Mi Amor
Divino venía a llenar en el corazón de las Criaturas.
12)
Mi tarea Divina es la de producir en el corazón endurecido e
insensible de los hombres la impresión de su miseria, y hacerles
recurrir al Dios de toda gracia, al Dios que muchos de ellos
rechazan, para ser salvados de su ruina, ser perdonados y
justificados.
13)
Esta es la obra maravillosa que He cumplido en este mundo, y
cumplo aún por medio de Mis Palabras y la acción del Santo
Espíritu. Si la Luz descubre las faltas, también está ahí el Amor,
presto para cubrirlas.
14)
Acerquen al hombre a Mis Altares. No saben las cosas que se
pierden por no acudir ante Mi Presencia para aprender a pedirlas.
Tienen necesidades económicas y recurren a los Bancos o
prestamistas, tienen problemas de salud y van de un médico a
otro en busca del remedio para sanarse, tienen problemas con sus
hijos y buscan instituciones y gente profesional para que los
ayude a lidiar con ellos… Casi todos ellos tienen problemas
espirituales y observa esta Capilla, construida para que Mis hijos
vengan a contarme sus congojas, sus alegrías, y casi nunca viene
nadie.
15)
16) (El
Señor hizo referencia a una capilla en un país de Sudamérica, donde
yo estaba en ese momento y que fue construida para que se hicieran
muchas horas de Adoración Eucarística al mes)
47
Comencé a llorar diciéndole a Jesús que Él sabía cuántas veces y
de qué maneras insistí para que esto se llevara a cabo. Aparte de un
día a la semana, en el que un Santo Obispo va a celebrar la Santa
Misa y expone a continuación el Santísimo Sacramento para Su
Adoración, raras son las personas que acuden para acompañar al
Señor durante el día.
17)
Con Su dulzura acostumbrada, me consoló diciéndome que las
personas que allá acudían eran escuchadas con especial atención,
puesto que lo hacían con amor, sin un afán de ser vistas por otra
persona que no fuera el mismo Jesús y que eso compensaba el
desamor de los que únicamente asistían a grandes Iglesias cuando
estaban llenas de gente, para llamar la atención de los sacerdotes o
para tomar el ambón y dirigir las oraciones que eran hechas más
para ser escuchadas por el hombre que por Dios.
18)
19) Dijo
a continuación: “Así están las cosas hoy en día, hijita, todos
te dirán que no tienen tiempo, pero todos tienen problemas.
Cuántos hay que esperan, para ocuparse de Dios y de las
necesidades de su alma "un momento oportuno" que jamás se
presenta; o que confían este cuidado a otros hombres que han
sido establecidos para cumplir ese deber, y no faltan quienes han
tenido que vender la religión y sus principios morales, como
quien vende cualquier artículo que sobra en el mercado.
Y cuando está en necesidad o enfermedad, el hombre acepta de
buen grado un poco de religión para tranquilizar la conciencia, en
cuanto a su responsabilidad de criatura delante de Dios; pero no
la suficiente para acallar la solicitud de lo que pide el corazón.
20)
21) Cómo
quisiera que todos fuesen como Nicodemo, en el aspecto
de que no fue salvado ni por su ciencia ni por su religión sino por
su sencilla fe en Mis obras, que aunque no las comprendía en su
totalidad, confiaba en ellas, sabiendo que su salvación no venía
de él, sino únicamente de Dios.
48
Cómo quisiera que todos respondieran a esa poderosa Gracia
que les es ofrecida con Amor. Ese hombre sabio y prestigioso ante
sus semejantes, llega a comprender que la obra de la salvación es
por sí mismo algo imposible de cumplir. Pero aprende también
que Dios Ha intervenido para librarlo de su estado de ruina y
perdición.
22)
Fue en presencia de su Salvador que el doctor de Israel
descubrió el estado desesperado de su alma. En ningún otro lugar
habría podido descubrir que La Luz y el Amor Divino habían
cumplido su obra de salvación.”
23)

CAPÍTULO VIII - LAS PRUEBAS DE SU PRESENCIA
E
n una oportunidad habíamos ido a predicar en una cárcel de
alta seguridad, y cuando salíamos, el guardia que nos
acompañó me dijo: “Gracias por venir, señora, ojalá que sus palabras
hayan llegado a los reclusos, porque necesitan de ellas.” Le pregunté qué
le habían parecido mis palabras a él. Dijo: “Pues, bien, pero usted
estaba predicando a los internos del penal, no a nosotros.” Le dije que
había predicado sobre el Amor de Jesús a todos cuantos me oían y
que él y todos los guardias necesitaban de ese amor, tanto como los
reclusos. Que todos necesitamos del Evangelio y el Amor de Dios
porque esos beneficios no se encuentran en ninguna otra parte y en
ninguna otra persona.
2) Era
jueves Santo, Jesús se había derramado, pleno de Misericordia
aquella tarde en el pabellón de los “castigados”, donde muchos
tenían miedo entrar. Nosotros sentimos que Jesús mismo nos había
abierto la reja al llegar allá, que Él era nuestro Anfitrión.
Así fue porque hubo muchísimas confesiones. Mi director
espiritual confesaba, mientras un coro alternaba entre mis prédicas
3)
49
y oraciones. De cinco a diez de la noche pasaron por el
confesionario hombres rudos, gozando de una manera inolvidable
del quebrantamiento que se experimenta cuando se ha vuelto a la
vida después de veinte y hasta cincuenta años. Habían obtenido un
nuevo rótulo en sus pechos, en vez de un número ahora tenían la
palabra “Perdonado”
Ante Jesús en la hermosa Custodia de la capillita, estaba
pensando ese día en esas personas. En cómo se sentiría Jesús los
días “Jueves Santo”, cada año… En qué habría sentido cuando les
lavaba los pies a Sus discípulos.
4)
“Hijita, quiero que queden grabados en tu memoria y
esculpidos en tu corazón todos los detalles de la escena que
revivo ante tus ojos
5)
Aquel jueves estaban todos con mucho entusiasmo, conocía a
fondo a esos hombres ante cuyos pies Me arrodillaba y leía su
corazón sin tener necesidad de ser informado por ellos sobre lo
secreto de sus almas.
6)
No ignoraba, en particular, que uno de ellos urdía un proyecto
satánico y se preparaba contra Mí, como el animal que rabioso
muerde la mano del amo que le da la comida.”
7)
Hundí la cara entre las manos sollozando por la tristeza que
sentía en la voz de mi Señor. Cuando volví a mirar, vi a Jesús y a
unos hombres (Sus Apóstoles) reclinados sobre una mesa. Jesús se
levantó de la mesa y quitándose el manto, se quedó con una túnica
blanca. Tomó un pedazo de tela y lo ató alrededor de Su cintura.
8)
Ya en otras oportunidades el Señor me había hecho el regalo
inmenso de permitirme contemplar escenas como esta. Pero
siempre adquieren un matiz distinto. Algo diferente en lo que me
detengo.
9)
50
En esta oportunidad me llamó la atención verlo vestido tan
pobremente, sin Su hermoso manto. Jesús siguió Su relato: “Era el
vestido de un siervo, de un criado cualquiera que no fuera de la
raza de Israel, porque ellos estaban exentos de este servicio.
10)
Detentaba en Mis manos la potestad soberana, aquella
autoridad universal que El Padre, en Su bondad, Me Había
comunicado.
11)
En este preciso momento Mi mirada los penetró, y quise
prevenir la crisis que sacudiría la generosidad de Mis Apóstoles.
Eran todo fuego, como una llama y prometían seguirme hasta la
muerte, pero los entusiasmos del espíritu no suprimen las
flaquezas de la carne, y Yo penetraba el porvenir.
12)
Toda Mi vida humana, encierra un misterio: Yo pasaba Mi
existencia amando a los Míos. El Hijo, exegeta de Dios daba así,
como Hombre y para los hombres, la definición del Padre: “Dios
es Amor”.
13)
Por eso es que, en Mi Corazón es donde ustedes deben buscar
el sentido y la importancia de esta hora suprema: Yo, que había
consumido Mi Vida en Amar, les reservaba un testimonio
supremo de Mi caridad. ¡El colmo del Amor al final de Mi
existencia!
14)
Experimenté entonces, con extraordinaria fuerza, el
sentimiento que acusó tu querida mamá y todos aquellos que se
van en Gracia sabiendo que la vida es apenas un paso a la Casa
del Padre, y que la perspectiva de la separación aviva el afecto de
los que se van por parte de los que se quedan.
15)
16) Hijos
Míos, pidan que Yo los adiestre y revista de Mi grandeza
natural y de Mis abajamientos voluntarios, a fin de que al menos,
en su pequeñez natural, no pongan ustedes dificultad en bajarse
de su pobre pedestal y en servir a sus hermanos.
51
No están cerrados los Sagrarios sino sus corazones. Qué pocos
logran entender cómo Yo, que Estoy oculto y encerrado, tengo la
libertad de manifestarme, de hacerme sentir vivo, ahí en la Hostia
que encierra cada uno de esos Tabernáculos.
17)
18) Mi
Presencia puede ser notada si se tiene la mente, el corazón y
el alma despejados. Quien acude así ante Mí, recibe pruebas de
Mi Presencia Eucarística, ya que suscito este maravilloso
prodigio, precisamente para acercarme a ustedes, para acogerlos,
para consolar a los sufrientes de la vida que pasa.”
Qué torpes somos los hombres y mujeres al no pensar en todo
esto. En el momento en el que Jesús va a entregarse a la Voluntad
del Padre para salvarnos, sabiendo todo lo que Era desde la
eternidad, en el Presente y lo que iba a ser por los siglos de los
siglos, después de Su Resurrección y Ascensión a los Cielos, Su
Amor Ha llegado a la cima y lo expresa, no abrazándolos, sino que
Se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la
toalla que se había ceñido.
19)
Continuó el Señor diciendo: “Y dirás a Mi Pueblo que oren por
sus autoridades. Especialmente por las autoridades de la Iglesia
porque: que los poderosos busquen con la mayor avidez el honor
y la gloria, que los hombres corran detrás de los títulos externos
para hacerse llamar “Bienhechores” o “Salvadores”, y que los
monarcas impongan su poder a sus subordinados, es
normalmente esperado por el hombre, porque son glorias que
vienen del hombre.
20)
Pero dentro de Mi Iglesia, entre las comunidades eclesiales,
jamás debería suceder esto. Las autoridades eclesiásticas tienen el
estricto deber de inclinarse a la entrega, para cumplir el deseo
exclusivo de la Gloria de Dios.
21)
La Transubstanciación es prodigio no ilusorio, es prodigio que
permanece. Es llamarme, participarme a ustedes, y no es
22)
52
solamente un pan bendecido. No se Transubstancia dejando del
pan sólo pan, porque de este modo no habría cambio de
substancia.
He dicho: “Es Mi Cuerpo”, y esta afirmación tiene la fuerza de
Mi Omnipotencia, si es pronunciada por Mis verdaderos
Ministros.
23)
Pobres y desdichados los Ministros que ponen en duda Mis
Palabras y hacen tanto daño a las almas…
24)
Me dejo desangrar en muchas Hostias, ante sus ojos, para que
tengan la certeza de que los Milagros siguen ocurriendo ante su
incredulidad, hoy como ayer o más que ayer. ¿Deberá el asno
humillar nuevamente al ser humano, arrodillándose delante de
Mi Presencia Eucarística? (*)
25)
Exprésales que Yo Me esfuerzo, por todos los medios, en
arrancar de las garras de Mi adversario un alma ya comprometida.
26)
Que lucho incansablemente, hasta el fin, le manifiesto una
extrema delicadeza y una paciencia sin límites. Interna y
externamente le hago saber que no se Me escapa nada del drama
que se desarrolla en su corazón o en su mente, en su alma o en
sus sentidos. Todo lo pongo de Mi parte y tan sólo pido lo que
están menos dispuestos a darme: su voluntad.”
27)
28) (*)
En vista de que Jesús me hablaba de un asno, y que no sabía a
qué se refería, consulté con un Teólogo y me aclaró que se refiere a
un pasaje de la vida de San Antonio de Padua, que seguramente es
bien conocido por todos los sacerdotes y religiosos, pero no por la
mayoría de los laicos; o al menos, de aquellos laicos a quienes el
Señor quiera llegar con este pequeño libro. Por eso considero
importante transcribir el texto que este Padre me hizo llegar:
29) “En
la vida de San Antonio de Padua, sucedió un hecho sorprendente
y por todos conocido. Había un hereje, llamado Guillardo, que no creía
53
en la Presencia real de Jesús en la Eucaristía, no obstante las
conversiones numerosas que hacía la predicación de San Antonio. Este
hereje vivía confundiendo a la gente con sus errores.
Un día San Antonio públicamente comenzó una discusión con
Guillardo y éste se vio humillado, y sin saber qué contestar contra la
magistral defensa que hacía el santo. Entonces, para salir del paso pidió
al Santo que hiciese un milagro para creer en la Presencia Real de la
Eucaristía. Y le propuso: “yo tengo una mula, la voy a privar
durante tres días de alimento y si después de estos días renuncia
a la comida que ofreceré para adorar la Hostia consagrada que tú
le presentes y en la cual tú dices que está Cristo verdadera y real
y sustancialmente, entonces abrazaré la doctrina de la Iglesia
Católica plenamente”
30)
San Antonio, movido por Dios, aceptó la propuesta y pasó aquellos
tres días dedicado a la oración y la penitencia. Terminado el tercer día,
Antonio celebró la Santa Misa y luego, sin quitarse las vestiduras
sagradas, tomó la Hostia Consagrada y, acompañado de una multitud de
fieles, se presentó en medio de la plaza. Guillardo sacó de la cuadra la
mula hambrienta y puso ante ella el forraje. Entonces el Santo,
dirigiéndose a la mula, le dijo: “En Nombre de tu Creador, a quien yo
tengo en mis manos, te mando que te postres inmediatamente
ante Él, para que los herejes conozcan que toda la creación está
sujeta al Cordero que se inmola en nuestros altares”.
31)
Ante la admiración de todos los presentes, la mula que estaba
hambrienta, ignorando por completo su comida que le era ofrecida por
Guillardo, se dirigió ante el Santísimo Sacramento sostenido por el
Santo y, doblando sus patas delanteras quedó postrada inmóvil, con una
actitud de profunda reverencia. Este hecho hizo que se convirtiera no
solo Guillardo, sino muchos herejes que habían asistido al desafío.
32)
54
Por este hecho que corrió rápidamente por todo el mundo, San
Antonio recibió el apelativo de “Martillo de los herejes”. Es un
verdadero testimonio histórico y de público reconocimiento”.
33)

CAPÍTULO IX - CONOCERSE PARA CAMBIAR
podríamos vivir la vida eterna si no resucitamos con
¿Cómo
Jesús? El Señor dijo: "quien come mi carne y bebe mi sangre tiene
vida eterna". Hoy esto tiene el mismo sentido de presente: El que
come el Pan de vida hoy " vive de vida eterna" y está resucitado, en
cuerpo y alma. Esto es un Misterio de Fe.
Y esa fe, cuando es verdadera, sólida, nos insta a renunciar a
todas las cosas para tenerlo TODO, como decía anteriormente el
Señor. Y podemos estar seguros de que debemos pasar por
momentos difíciles y molestos, pero éstos son necesarios para
nuestra propia purificación. Es preciso que llegue el sufrimiento, el
dolor o la pasión para alcanzar la resurrección. Este y no otro, es el
verdadero camino del cristiano.
2)
Un día, durante la Comunión me dijo: “Te lavaré con Mi Sangre,
te saciaré con todo Yo mismo, porque quiero que tú estés tan
unida a Mí que te sea muy fácil amarme en la tierra, en el Cielo,
dondequiera que Me escondo, cubriéndome todo Yo con el Pan y
con el Vino. Ven siempre a Mi fuego, Soy el eterno, el invencible
Amor; Soy tu Dios…”
3)
Ese día aprendí otra cosa: que al darse en la Comunión, Jesús nos
dona Su Espíritu, lo hace difundiendo ese Amor evangélico que Él
quiere que mantengamos encendido en nuestros corazones.
4)
Este Amor no es terreno, limitado, sino que es universal como el
del Padre que, hagamos lo que hagamos, Él nos envía la lluvia y el
5)
55
sol a todos, tanto a los buenos como a los malos, como dicen las
Sagradas Escrituras.
Es un Amor que no vive esperando algo de los demás, porque
toma siempre la iniciativa, porque es el primero en amar. Es un
sentimiento que se hace uno con todos: para sufrir con nosotros,
para gozar con cada uno de nosotros. Un Amor que se preocupa
por todos, que espera a todos. Ese tipo de Amor que no es
simplemente sentimental, no sólo de palabra, sino de hechos que lo
hacen evidente.
6)
Todos necesitamos que Jesús nos done Su Espíritu. Hay tantas
personas, sobre todo en esta época, que tal vez a consecuencia de su
poca fe o poco conocimiento de Dios, padecen de enfermedades
que secan el espíritu y que le impiden realizar una positiva labor
espiritual.
7)
Necesitamos del Santo Espíritu. Quien acoge al Espíritu de Dios,
entra en un proceso de conversión, ya que Su misión es transformar
“creyentes” en discípulos, y discípulos en testigos de Jesucristo.
8)
Cuán lamentable es ver que tantas personas que acuden
puntualmente a la Misa dominical, están espiritualmente inactivas,
como desganadas de toda inquietud de crecer espiritualmente, de
conocer un poco más su fe.
9)
Ahí se los ve, hundidos en una pasividad alarmante, sin
preocuparse no sólo por mejorar su vida espiritual sino también
incapaces de obrar el bien, como si su espíritu estuviese enfermo, a
punto de languidecer. Es como si ignoraran o no creyeran que
Jesús vino precisamente para conseguir que el hombre fuera capaz
de levantarse contra él mismo, penetrando hasta lo íntimo de su ser
para destrozar aquello que de viejo y feo tiene dentro de sí.
10)
Como si no entendiesen que Jesús sigue entre nosotros para
hacer que en cada uno florezca lo que tiene de admirable y bello,
11)
56
para que el hombre sea capaz de alejar de sí las cadenas de su
egoísmo, que lo convierte en el centro del planeta, para que el
hombre sea capaz de sentirse no sólo hijo del Altísimo sino también
hermano de los demás hombres.
Y no digo que esa gente no esté en Gracia, eso no. Seguramente
que la Gracia está, pero inactiva, sin proyección...
12)
Yo creo que el conocimiento real de la Presencia de Jesús en la
Eucaristía, debe animarnos a apoyarnos completamente en ese
Cristo que quiere sacarnos de esa languidez espiritual, porque Él
nos Ha prometido estar con nosotros hasta el último de nuestros
días. Necesitamos caldear nuestro corazón con el fuego del Espíritu
Santo, para que sane nuestros desánimos.
13)
Si es débil nuestra fe, la Eucaristía es aquella fuente que
necesitamos para alimentarla. En la Persona de Cristo encontramos
alivio a nuestros males. Es Su contacto en la Comunión, el diálogo
en las horas de Adoración Eucarística, lo que libra nuestra vida de
los efectos de las peligrosas enfermedades espirituales.
14)
Donde está una de las Personas de la Santísima Trinidad están
las otras Dos, ahí es donde debemos adorar y agradecer al Padre y
recibir al Santo Espíritu. Muchos nos hemos llenado no de fuego
sino de luces artificiales, pero necesitamos luz, calor y fuego de
Dios para existir, para crecer, para acoger, para comprender, para
transformarnos y ayudar a los otros a recorrer este mismo camino.
Pedirle a Él, que habla en el silencio del alma, que nos dé un
espíritu de recogimiento, para comprender lo que Dios quiere de
nosotros; que nos dé la fortaleza, para animarnos a hacerlo.
15)
16) Decía
Jesús: “… pidan al Espíritu Santo que los habite para que
siempre reconozcan las huellas de Dios, para que les devele el
grandioso plan que el Padre tiene para cada uno de ustedes…
57
para que trabaje en sus corazones cerrándolos a toda mezquina
ambición, a la apariencia, a la superficialidad, a la cobardía…
Cada persona debe saber desarrollar sus capacidades. Así, en
vez de fijarse en los defectos de los demás, el discípulo es aquél
que aprende a fijarse en sus propios defectos y debe pedir al
Espíritu Santo que le enseñe a ser fructífero en su vida personal,
de familia y como miembro de la Iglesia.”
17)

CAPÍTULO X - LA MISERICORDIA DEL SEÑOR
H
ace cuatro años le pedí al Señor que, si era Su Voluntad, me
recogiera en un día en que la Iglesia festeja a la Divina
Misericordia y a la hora exacta: las tres de la tarde, donde fuera que
yo me encontrara, claro está. He vivido antes algunas experiencias
ese día y a esa hora, pero hoy quiero relatar la correspondiente a
este año.
Como todos estos años, procuro estar bien confesada, preparo
documentos, arreglo mis cosas, roperos y todo antes de ese día.
Esta vez no fue distinto, salvo el inmenso consuelo de que nuestro
padre fundador, por motivos de salud se encontraba entre
nosotros. Celebró la Santa Misa, aún convaleciente, a las dos y
treinta de la tarde.
2)
Cuando estábamos en el Ofertorio, cerré los ojos entregando a mi
Ángel mi ofrenda a fin de que la lleve hasta el Altar, pero una luz
iluminó mis ojos y mi mente, volví a abrir los ojos y vi a Jesús, es
decir el contorno de Jesús, la silueta del Señor de la Divina
Misericordia y los rayos que salían de Su pecho y que me
alumbraba fuertemente; tuve un leve sobresalto que fue notado por
el padre Renzo, quien más tarde me lo dijo.
3)
58
Jesús habló a mi corazón pidiéndome que me abandonara a Él.
Cerré los ojos y en seguida me vi ante el Trono que tantas veces se
me ha permitido ver. Veía a alguien, un ser lleno de luz plateada y
supe que era Papá Dios. Pensé; “Me he muerto” y vi a Jesús frente a
mí, vestido como Jesús Misericordioso.
4)
De pronto me veo a mí misma y estaba envuelta en unos aros,
como anillos rojo y blanco pero sueltos, como un barril que me
cubría, pero yo sabía que abajo estaba desnuda, y comienzo a
sentirme mal, avergonzada porque temo que Dios Padre se dé
cuenta. Alzo la vista, buscando a Jesús a mi izquierda, pero delante
de mí, al otro lado de Jesús, a mi derecha, hay un ser que está
vestido de fuego, pero es un fuego entre rojo y dorado, no me
asusta, más bien me hace sentirme muy bien.
5)
En ese instante es cuando me doy cuenta…. Me estaba
presentando ante Dios Padre, ante la Santísima Trinidad, y estaba
vestida únicamente por los colores de la Misericordia Divina…
¡Comprendí que lo único que puede hacernos dignos para
presentarnos ante el Trono de Dios es la Misericordia de Jesús, y
que a Ella debemos acogernos!
6)
Miré a ese Ser lleno de luz y alcancé a percibir Sus ojos, unos ojos
enormes, como los de mi Jesús, pero con una mirada de ternura:
sabia, madura, amorosa, como invitándome a confiar y a no
temerle. Esa mirada “sonreía”, no podía ver nada más, todo era luz,
pero aquellos ojos, más bien aquella mirada, la veía claramente.
Repetí junto a muchas voces; “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”, lo repetimos por
tres veces.
7)
Una voz muy dulce, que reconocí en seguida como la de mi
Madrecita Santa, dijo: “Santo Dios”… y mis ojos se fueron hacia
Papá Dios, luego repitió la Virgen: “Santo Fuerte”, y mis ojos se
8)
59
fueron hacia el Ser vestido de fuego, y cuando la Virgen dijo; “Santo
Inmortal”, mis ojos buscaron a Jesús. ¡Eso era: Dios Padre es el
Santo, el Fuerte es el Espíritu Santo y el Inmortal, el que Ha vencido
a la muerte es Jesús...!
9) Mi
mente se estaba abriendo a cosas que, indudablemente pueden
ser muy conocidas en la formación de un sacerdote, de una
religiosa, de un laico con estudios religiosos, pero para nosotros, los
laicos del montón, para mí, era una revelación. Dijo la Voz de Jesús
-pero sabía que era el Padre Quien me hablaba-: “Dile al mundo
que repita esta oración con el conocimiento que has tenido
ahora.”
Supe en ese momento que no estaba muerta, que el Señor me
daba otro tiempo y que me asignaba una nueva misión: preparar al
hombre para que su encuentro con Dios, a la hora de su muerte, sea
revestido de Su Misericordia, de los Méritos Infinitos de Jesús, pues
es con lo única “vestidura” que podemos presentarnos ante el
Trono de Dios para ser juzgados…
10)
Fui arrancada de allí por una fuerza que me absorbía y me vi,
como si estuviese flotando en el cielo (seguramente que así ven los
paracaidistas): era un lugar con montañas, pero yo bajaba
lentamente, atravesando las nubes, sobre una planicie.
11)
Pensé; “seguramente es un lugar frío, porque tiene montañas”. Al
bajar más pude ver que había unos hombres y mujeres, en mayor
cantidad hombres, vestidos de negro y tomados de la mano, uno al
lado del otro. Conforme iba descendiendo, sentía una fuerza que
me pedía que diga la oración, y comencé: “Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero” De repente,
unos cuantos personajes, de entre esos, desaparecieron y yo subí un
poco, repetí otra vez la oración y sucedió lo mismo. Entonces
comencé a repetirla una y otra vez y subí, subí, subí y las personas
12)
60
iban desapareciendo hasta que las perdí de vista y escuché la voz
del sacerdote siguiendo con la Celebración.
Me puse a llorar, no podía evitarlo, por un lado sentía pena,
dolor por haber dejado aquel majestuoso lugar y aquella visión,
pero también estaba contenta, porque el Señor me confiaba otra
misión.
13)
Apenas terminó la celebración pedí que rezáramos la Coronilla
de la Divina Misericordia frente a Jesús Sacramentado y cuando
repetía la oración del “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten
piedad de nosotros y del mundo entero”, escuchaba o sentía dentro de
mí que muchas voces se unían a nosotros para acompañarnos.
14)
15) Ahí
me di cuenta de que la visión que tuve, suspendida en el aire
y con todos esos seres debajo, como esperando algo, era la de las
almas que iban a morir, y que esperaban una plegaria por ellas.
Les he contado esto porque deseo pedir a todos los que
buenamente puedan acompañarme en este apostolado por los
moribundos, que cada vez que se acuerden, repitan esta oración,
presentando al Señor a todos los que van a morir en el transcurso
de ese día, para que la Gracia y la Misericordia de Dios los alcance
en el momento de su muerte, y puedan unirse a esas plegarias
nuestras, por medio de nuestros y sus ángeles custodios, a quienes
pediremos se las digan al oído de los moribundos, de manera que
ellos repitan, aunque sólo sea una vez, la oración y así puedan
salvarse.
16)

61
CAPÍTULO XI - UN BÁLSAMO Y DOCE PROMESAS
H
ay muchas formas de encontrarse con Dios, pero existe un
momento único, privilegiado, en el cual podemos, como
nunca, nutrirnos de Su Presencia, y es cuando estamos frente al
Santísimo Sacramento. Sin percibir nada más que esa blanca Hostia,
podemos orar e ir profundamente a la búsqueda de esa directa
relación con Jesús.
Para ello basta con recogernos y buscar silenciosamente, primero
al Santo Espíritu de Dios, esa fuente que está en nuestro interior y
de la cual comienza a brotar, de a poquito, el agua Celestial: Jesús,
que está enfrente, pero va ingresando a través de Su Amor, Su
Ternura, Sus Palabras o Su murmullo, hasta que va arreciando el
manantial, como aumentando el caudal de agua para aplacar
nuestra sed, para bañar la aridez de nuestros pensamientos y
sentimientos, hasta que podemos llegar a sentir a Jesús en total
unión con nosotros, (en verdadera Comunión), de manera que ya
no somos Él y yo, sino “Tú en mí y yo en Ti…”
2)
Una tarde en que las imágenes de “los tres Jesús” o la Santísima
Trinidad con tres personas iguales vino a mi mente, recordando
aquella visión que anteriormente he relatado, Jesús habló a mi
Corazón desde la Custodia:
3)
“Cuando dije: Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida. Nadie viene al
Padre sino por mí. Si me conocéis, mi Padre os conocerá también:Desde
ahora le conocéis y le habéis visto... lo hice para que sepan que no es
posible, conocerme sin conocer también al Padre, ver al uno sin el
otro, oír Mis palabras y contemplar Mis obras sin percibir las
palabras y las obras del Padre.
4)
Este diálogo con Santo Tomás, debería introducirlos en una
meditación prolongada. Debería, bajo la guía de Mi Santo
Espíritu, llevarlos a escrutar las profundidades que un día
5)
62
también lograron hacer que muchos santos fueran transportados
a alturas inaccesibles a la inteligencia natural. ¡Hacia las cimas
vertiginosas del Evangelio que cuenta tantas cumbres!
Hijos Míos, jamás lenguaje humano ha enunciado realidades
más sublimes. Yo, en lenguaje suelto y perentorio pronuncié
sentencias decisivas, el idioma humano, sin embargo, ignora la
plenitud de éstas.
6)
Deseo que Me conozcan, no como un día Me conocieron Mis
Apóstoles, según la carne, es un estímulo a que penetren más allá
de las apariencias para que adquieran una contemplación amante,
superior al conocimiento abstracto y especulativo de muchos
filósofos.
7)
Quienes Me visitan en Mis Altares, sepan que están ya pisando
los jardines del Paraíso porque si bien es cierto que el Cielo está
en el final, tienen ya más certeza de que es su herencia, porque
por la fe les asegura en sus tribulaciones y dudas, un triunfo
cierto.”
8)
Un día, durante mi meditación pensaba en lo desconcertante que
es ver la resistencia del mundo a la Buena Nueva, la dura oposición
al mensaje de vida, de gozo. Pareciera que el rencor se encarnizara
contra el Amor...
9)
Pensaba entonces ¿cómo puede uno defenderse contra el
agresor?
10)
Cuántas veces chocamos contra la ignorancia y contra la
indiferencia, que a menudo parecen ser peores que la agresión...
11)
Muchas veces nos inquieta pensar por qué en lugar de éxito,
cuando buscamos acercar al mundo al Amor de Dios, recibimos
persecución, y tantas veces sentimos como un pesado fardo la
sensación de haber fracasado en el empeño...
12)
63
Me sobresalté al oír a Jesús, respondiendo a mis inquietudes: “A
través de esta unión, quiero enseñarles a no abandonarse en las
adversidades y lamentaciones vanas, sino a hacer frente al odio
del mundo en una atmósfera de calma y alegría, con un alma de
vencedor.
13)
14) Y
no teman, siempre fue así y será así. Más bien gócense cuanto
más sean perseguidos porque cada vez que el mundo maltrata a
sus víctimas, éstas penetran más adelante en Mi ciencia, en la
inteligencia de la cruz.
Quiero fortalecerlos en la fe y que aprendan a Amarme aún
más, a través de sus visitas, de sus confidencias, de sus diálogos
Conmigo, aunque muchas veces no los perciben como tales.
15)
El alma que tiende a ser recta, que es dócil a la gracia interior,
se abre plena a la luz del Espíritu, no ocurre así con las almas
egoístas, desleales. Porque éstas, imbuidas de su ciencia, y
obstinadas en tener razón, oscurecen sus miradas huyendo de las
claridades de la fe. Es el pecado de las tinieblas contra la luz.”
16)
Aquellas palabras que dije: “Venid a Mí” fueron y están
dirigidas a todas las almas, sin excepción; a todos los que sufren y
llevan cargas o traumas que les son muy difíciles de sobrellevar,
y son las palabras que les prometen el más real consuelo para sus
sufrimientos y el alivio más eficaz para sus trabajos.
17)
Pero sepan, hijitos Míos, que los trabajos y sufrimientos
aceptados como venidos de la mano de Dios y mirados con
criterio sobrenatural, les abren las puertas del Cielo.
18)
Todo esto lo comprenden cuando pasan momentos en oración
frente a Mí, y eso es porque hablo a su alma, aunque la mayoría
de las veces no lo perciben, de esos encuentros salen con
renovado vigor y con fuerzas aumentadas para enfrentar la vida
con todos sus dolores y humillaciones.”
19)
64
20) En
diversas ocasiones Jesús manifestó que el camino del cielo era
difícil, y lleno de renunciamientos, y que la vida del hombre es una
continua lucha, que la puerta del cielo es angosta; en cambio ahora,
desde Su Presencia Eucarística nos advierte que todo eso se puede
convertir en algo suave y fácil, “siempre que lo hagamos con Él,
ayudados por Él.”
En una oportunidad, mientras yo veía a uno de nuestros
hermanos de Apostolado visitando a Jesús Sacramentado, el Señor
me explicó que el primer beneficio de estas visitas es el otorgarnos
Su paz, para que cada momento difícil de nuestros días sea
enfrentado con serenidad. Dijo que Él retribuye con innumerables
beneficios terrenos y espirituales al alma que corresponde a Su
invitación.
21)
22) Reconocí
que, efectivamente, esa persona había cambiado mucho
a partir de sus visitas al Santísimo Sacramento. Comprobé
eficazmente cómo era que la persona, con solo ir a visitar a Jesús, va
transformando su vida.
Repentinamente vi a esa persona como en un globo de luz, y vi
que mientras rezaba el globo de luz iba creciendo, ensanchándose y
alcanzaba a su esposa, a su familia. De pronto vi un coche
corriendo a alta velocidad, vi como chocaba, y el auto quedaba
destrozado. Pero la persona que salió del coche estaba ilesa,
rodeada de un halo un poco más claro que el envolvía al hombre
que oraba frente al Señor.
23)
Supe que el Señor quería mostrarme la protección de Dios a los
seres que ama uno. Tanto valor tiene para Jesús la oración, la
compañía que voluntariamente le hace un ser humano en el
Sagrario, que como retribución Él se encarga de sus seres queridos
y de todo lo suyo.
24)
65
Un atardecer de un día jueves, en otra capilla, un sacerdote
dirigía la Adoración Eucarística con sus fieles. Había bastante gente
en la Iglesia. Yo miraba desde afuera y veía salir un globo similar al
anteriormente descrito, pero con luces rojas y blancas, que rodeaba
toda la periferia de la capilla, iba rezando la gente con el sacerdote
y esas luces, como en ondas expansivas, iban extendiéndose un
bloque o manzano más y luego otro más, y otro...
25)
Miré en otra dirección y pude ver dos capillas, relativamente
cerca la una de la otra, de cada una de ellas salían estas ondas de
color blanco y rojo y se extendían hasta juntarse con las que salían
de la otra capilla.
26)
“¡Dios mío! –pensé- esa es la forma de proteger una ciudad y a
toda su comunidad”.
27)
Jesús vino en mi auxilio y me dijo: “escribe estas promesas que
hoy te digo:
28)
Yo prometo al alma que Me visite con frecuencia en este
Sacramento del Amor, que la recibiré cariñosamente junto a todos
los Bienaventurados y Ángeles del Cielo; que cada visita suya
será escrita en el Libro de su Vida y le concederé:
29)
1) Todas las peticiones que sean presentadas ante el Altar de Dios
en favor de la Iglesia, el Papa y las almas consagradas.
2) La anulación del poder de satanás sobre su persona y sus seres
queridos.
3) La protección especial en casos de terremotos, huracanes y
otros desastres naturales, que de otro modo le afectarían.
4) Será apartada amorosamente del mundo y de sus atractivos,
que son causa de perdición.
5) La elevación del alma, deseando alcanzar la santificación, en
vistas a la contemplación eterna de Mi Rostro.
66
6) El alivio de las penas del Purgatorio de sus seres queridos.
7) Mi bendición para todos los proyectos materiales y espirituales
que emprenda, si son para el bien de la propia alma.
8) Recibir Mi visita, en compañía de Mi Madre, en el momento de
su muerte.
9) Escuchar y atender las necesidades de las personas por las
cuales pida.
10) La intercesión de los Santos y de los Ángeles a la hora de la
muerte, para disminuir la pena temporal.
11) Que Mi Amor suscite santas vocaciones consagradas a Dios
entre sus seres queridos y amigos.
12) El alma que conserve una verdadera devoción a Mi Presencia
en la Eucaristía no se condenará, no morirá sin los Sacramentos
de la Iglesia
A los sacerdotes y religiosas que propaguen la devoción a la
Adoración, les otorgaré muchas gracias especiales, el
reconocimiento total de sus pecados y la Gracia para enmendarse.
Les ayudaré a formar comunidades de fieles devotos y santos, y
alcanzarán muchos privilegios.
30)
Prometo estas cosas a todas las personas, con sólo dos
condiciones que son el fruto del genuino amor hacia Mi Presencia
Real en la Eucaristía, y que son absolutamente imprescindibles
para hacer realidad en sus vidas Mis promesas:
31)
a) Que luchen por conservar la dignidad en Mis Altares.
b) Que sean misericordiosas con su prójimo.

67
CAPÍTULO XII - JUAN PABLO CERCA DEL TRONO
M
ucho antes de comenzar las visiones que fueron insertadas en
este pequeño trabajo, el Señor me permitió vivir algo muy
hermoso, manifestado a muy pocas personas anteriormente. Él
desea que sea yo quien transcriba esa experiencia ahora y aquí; yo
sólo obedezco porque sé que Jesús tiene un motivo especial para
pedírmelo.
2) Era
el amanecer del 3 de abril del año 2005, hacía poco que habían
anunciado la muerte de S.S. Juan Pablo II, y me es muy difícil
describir los sentimientos que embargaban mi corazón. Estaba
frente al Santísimo Sacramento, rezando toda la corona del Santo
Rosario.
Llegó el momento de pedir por las intenciones del Santo Padre y
ahí me quebranté, sentí la orfandad que habrán sentido millones de
católicos; sentimiento que me acompañó los días siguientes hasta el
nombramiento de S.S. Benedicto XVI. Cada vez que recitaba el
Rosario, decía: ¡Dios mío, no tenemos por quién rezar! Y sé que
habrá muchas respuestas, pero ese era mi sentimiento.
3)
Lloré mucho. En menos de dos meses, mi director espiritual tuvo
que irse de mi lado para cumplir su nueva obediencia, después de
haberme guiado por más de ocho años, y ahora nuestro Padre
espiritual, a quien amé profundamente, acababa de morir.
4)
Miré a Jesús pidiendo compasión para aquel sentimiento de
soledad, para aquella sensación de estar parada sobre una cuerda
que se movía peligrosamente, porque el demonio levantaba mucho
viento, y sucio.
5)
Transcurrieron varias horas y ya levantada la mañana, cuando
casi concluía mis oraciones, vi desaparecer la pared del fondo de la
capilla y el lado izquierdo se iluminó mucho, atrayendo mi vista
6)
68
hacia allá. Estaba la Virgen Santísima, vestida de blanco, con un
velo largo celeste muy claro y una corona dorada con muchas luces
como diamantes. Se la veía hermosa, majestuosa, con esa dignidad
que la caracteriza.
Me dijo dulcemente y con una sonrisa: “Hija, no llores, Mi hijo
amado ya está Conmigo”, mirando hacia un lado. Unos pasos
detrás de Ella, el lugar se iluminó también y vi al Santo Padre, Juan
Pablo II, muy erguido, muchísimo más joven, como lucía quince o
veinte años antes de su muerte, sonriente y vestido con una túnica
de color blanco, una capa y algo que asomaba por debajo de la
capa, a la altura de la cintura, como un cíngulo dorado. Su cara
estaba llena de luz, sonriente, muy feliz.
7)
Desapareció la visión que me dejó una felicidad muy grande, una
paz inmensa. Al ver nuevamente a Jesús Eucarístico delante de mí,
le di gracias con todo mi corazón por ese inmenso regalo.

8)
Soy una convencida de que, si aún tenemos hermanos que están
abandonando nuestra Iglesia, obviamente es porque no somos
testimonio ante ellos. Y no podemos ser testimonio si ignoramos lo
que significa el profundo Amor de Jesús, que quiere abajarse hasta
nuestra miserable humanidad para darse como alimento espiritual
y vivir con nosotros en la Sagrada Eucaristía.
9)
No hace falta leerse grandes tratados, aunque eso sería lo ideal
para cada cristiano, pero el legado Eucarístico que nos ha dejado
Juan Pablo II es de un valor inmenso, y ahora aún tenemos el regalo
de que Jesús haya permitido que su sucesor, el actual Papa,
Benedicto XVI, sea un hombre cuyo corazón y pensamiento están
profundamente enraizados en la Eucaristía.
10)
Leer algo de lo que ellos han escrito y han dicho de este
maravilloso y único Sacramento, estudiar la Palabra de Dios y
11)
69
permanecer unos minutos periódicamente, meditando, ante Su
Divina Presencia, es suficiente para conocer lo que es vivir junto a
un Dios que te mira de cerca, que te escucha, que te habla, que te
besa, que limpia tus lágrimas y que sonríe ante tus momentos
felices.
Sepamos reaccionar y correr hacia Él, antes de que sea
demasiado tarde. Tenemos una sola vida y no es un ensayo, es la
única presentación de la obra, que continúa con la vida eterna.
12)
13) Querido
hermano, ha llegado el momento de despedirnos, quiero
que sepas que hay una comunidad eucarística que rezará por ti, por
cada uno de ustedes, los lectores de este escrito, pues sólo gracias a
estos encuentros con el Señor, ha nacido un Instituto de vida
consagrada que hace intercesión para que todos estos testimonios
alcancen muchos otros testimonios de vidas santas, para Gloria de
Dios y bien de nuestra Iglesia.
Quiero decirte adiós, con una oración de aquel que pasó todo
sufrimiento y salió de él robustecido y triunfante. Su fuerza nacía
frente al Sagrario y, de la mano amorosa de María, caminó hasta la
cruz, guiando como el Buen Pastor a todo el pueblo de Dios.
14)
15) Para
Dios y el Cielo, no hay tiempo ni distancia, por eso te invito
a que tú y yo, en este momento, nos pongamos en la Presencia de
Jesús y de Juan Pablo II, para elevar juntos esta oración. Dios sabe
que será de plena comunión...

70
ORACIÓN DEL SIERVO DE DIOS: SS. JUAN PABLO II
Señor Jesús:
Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como
somos.
Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que
tú eres el Hijo de Dios" (Jn. 6,69). Tu presencia en la Eucaristía ha
comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y
donación de todo lo que eres.
Aumenta nuestra FE.
Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar
al Padre para decirle nuestro SÍ unido al tuyo.
Contigo ya podemos decir: Padre nuestro.
Siguiéndote a ti, “camino, verdad y vida”, queremos penetrar en el
aparente “silencio" y "ausencia” de Dios, rasgando la nube del Tabor para
escuchar la voz del Padre que nos dice: “Este es mi Hijo amado, en quien
tengo mi complacencia: Escuchadlo” (Mt. 17,5).
Con esta FE, hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras
situaciones personales, así como los diversos sectores de la vida familiar y
social.
Tú eres nuestra ESPERANZA, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y
amigo. Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives
"siempre intercediendo por nosotros" (Heb. 7,25).
Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino
apresurado contigo hacia el Padre. Queremos sentir como tú y valorar las
cosas como las valoras tú. Porque tú eres el centro, el principio y el fin de
todo.
Apoyados en esta ESPERANZA, queremos infundir en el mundo esta
escala de valores evangélicos por la que Dios y sus dones salvíficos ocupan
el primer lugar en el corazón y en las actitudes de la vida concreta.
71
Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo
que eres. Quisiéramos decir como San Pablo: "Mi vida es Cristo" (Flp.
1,21).
Nuestra vida no tiene sentido sin ti. Queremos aprender a “estar con
quien, sabemos, nos ama”, porque “con tan buen amigo presente todo se
puede sufrir”. En ti aprenderemos a unirnos a la voluntad del Padre,
porque en la oración “el amor es el que habla” (Sta. Teresa).
Entrando en tu intimidad, queremos adoptar determinaciones y actitudes
básicas, decisiones duraderas, opciones fundamentales según nuestra
propia vocación cristiana.
CREYENDO, ESPERANDO Y AMANDO, TE ADORAMOS con una
actitud sencilla de presencia, silencio y espera, que quiere ser también
reparación, como respuesta a tus palabras: “Quedaos aquí y velad
conmigo” (Mt. 26,38).
Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras;
por eso queremos aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal
como es, y callando con un silencio de amigo y con una presencia de
donación.
El Espíritu Santo que has infundido en nuestros corazones nos ayuda a
decir esos “gemidos inenarrables” (Rom. 8,26) que se traducen en actitud
agradecida y sencilla, y en el gesto filial de quien ya se contenta con solo tu
presencia, tu amor y tu palabra.
En nuestras noches físicas y morales, si tú estás presente, y nos amas, y
nos hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la
consolación.
Aprendiendo este más allá de la ADORACIÓN, estaremos en tu
intimidad o “misterio”. Entonces nuestra oración se convertirá en respeto
hacia el “misterio” de cada hermano y de cada acontecimiento, para
insertarnos en nuestro ambiente familiar y social y construir la historia
con este silencio activo y fecundo que nace de la contemplación.
72
Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en
capacidad de AMAR y de SERVIR.
Nos has dado a tu Madre como nuestra, para que nos enseñe a meditar y
adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica,
se hizo la más perfecta Madre.
Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando
tu Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los
hermanos.
Amén.
Juan Pablo II

APÉNDICE A
DECRETO DE DERECHO CANÓNIGO DANDO PERSONERÍA JURÍDICA
ECLESIÁSTICA AL APOSTOLADO DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN (ANE)
ARZOBISPADO DE COCHABAMBA
Casilla 129-Telfs.: (042) 56562 (042) 56563
Fax (042) 50522-Cochabamba, Bolivia
DECRETO 1999/118
MONS. RENÉ FERNÁNDEZ APAZA
ARZOBISPO DE COCHABAMBA
Considerando que los promotores del “Apostolado de la
Nueva Evangelización” (A.N.E.) han presentado una
solicitud con la correspondiente documentación para su
constitución como asociación Católica privada.
73
Que las finalidades y objetivos del “Apostolado de la
Nueva Evangelización” concuerdan con los señalados
para el apostolado laical por el Concilio Vaticano II y por
el Magisterio de la Iglesia Católica.
Que según el Código de Derecho Canónico la autoridad
eclesiástica legitima para constituir una asociación de
fieles con carácter privado y otorgarle personería jurídica
es el obispo diocesano dentro de su propio territorio (C.
312).
DECRETAMOS
Art. 1 – Aprobar la Constitución del “Apostolado de la
Nueva Evangelización” (A.N.E.) con la categoría de
asociación Católica privada, con personería jurídica
eclesiástica a tenor del Código de Derecho Canónico (CC.
113-123, 298-329) y demás normas pertinentes.
Art. 2 – Dar por revisado el Estatuto del “Apostolado de la
Nueva Evangelización”, anexo a este Decreto.
Exhortamos a los promotores, directivos y miembros de
ANE a cumplir fielmente las finalidades de la Asociación
y a promover la Nueva Evangelización bajo la guía del
Magisterio de la Iglesia y de sus legítimos pastores.
Es dado en el Arzobispado de Cochabamba el día primero
de mayo de mil novecientos noventa y nueve.
[Sello del Arzobispado]
/Firmado/
+ MONS. RENÉ FERNÁNDEZ A.
ARZOBISPO DE COCHABAMBA
74
Por mandato del Sr. Arzobispo
/ Firmado/
ENRIQUE JIMENEZ,
CHANCELLOR
APÉNDICE B
¿QUÉ ES EL ANE Y SUS MINISTERIOS?
omos un movimiento apostólico de laicos, que hemos
escuchado el llamado del Señor, y hemos decidido ponernos a
su servicio.
Tratamos de llevar la Buena Nueva del Evangelio a todos
nuestros hermanos, para contribuir al establecimiento del Reino de
Dios entre los hombres.
Comprometidos con Jesucristo y con la Iglesia Católica,
respondemos al insistente llamado de Juan Pablo II, manifestado en
tres de las frases más repetidas a lo largo de su pontificado:
“Sed santos”; “Es la hora de los laicos” y “Vamos a promover la
Nueva Evangelización del mundo” Asumimos la responsabilidad
de trabajar, con esfuerzo y creatividad, en la Nueva Evangelización,
procurando utilizar estrategias y métodos eficaces para llamar a la
conversión a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
S
Nuestros objetivos
Difundir entre los hombres la presencia viva de nuestro Señor
Jesucristo y ayudarlos a vivir su fe, de acuerdo con el Evangelio,
unidos a María en la oración.
Constituir pequeñas comunidades eclesiales “Casitas de
Oración”, donde nos formamos en la oración y en el conocimiento
del Evangelio, dentro de los lineamientos del magisterio de la
75
Iglesia, procurando dar un testimonio de vida coherente con las
enseñanzas de Jesús.
Promover el crecimiento espiritual y humano de los integrantes
del Apostolado, incentivando la vida sacramental de cada uno de
ellos y propiciando el estudio de las Sagradas Escrituras, los
documentos de la Iglesia, las biografías de Santos y el material
bibliográfico propio del ANE.
Los miembros del ANE tenemos el deber de evangelizarnos,
evangelizar y asistir es decir y ayudar a los más necesitados, lo que
no es otra cosa que “evangelizar” a través del testimonio y del
ejemplo.
Nuestros Ministerios
“Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del Reino que ha
sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque
tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me
dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa.
Anduve sin ropas, y me vistieron. Estuve enfermo, y fueron a
visitarme. Estuve en la cárcel, y me fueron a ver. [...] En verdad les
digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de
estos mis hermanos, me lo hicieron a mí” (Mt 25, 34-35. 40).
Entre estos Ministerios destacan principalmente los siguientes:
Salud de los Enfermos:
Asiste espiritualmente a los enfermos y a sus familiares,
especialmente en hospitales y otros centros de salud: a) Ayudando
a “bienmorir” a los hermanos que se nos adelantarán en el camino,
a través de la oración y la mayor frecuencia en la recepción de los
Sacramentos; b) Consolando y fortaleciendo en Dios a los familiares
de los enfermos. c) Invitando a los enfermos transitorios a ofrecer
su dolor al Señor y a acercarse a Él aprovechando la circunstancia
que están viviendo.
76
Apoyo a la Iglesia:
Busca los recursos para poder colaborar con la gente que necesita
ayuda material: parroquias, religiosos y religiosas, seminarios,
familias marginadas y de escasos recursos en general.
Ministerio de Comunicación:
Produce los mensajes de evangelización destinados a la difusión
masiva, ya sea a través de la radio, la TV, videos, diarios, nuestra
revista, Internet, cintas de audio y CD’s.
Catequesis:
Planifica, coordina y supervisa la formación catequética de los
agentes del ANE y los contenidos del Catecismo en la
evangelización que realizamos.
Labor Penitenciaria:
Acompaña a los hermanos que han tenido la desgracia de perder
temporalmente su libertad, invitándolos a liberar el alma a través
del Señor; recordándoles que hay una realidad distinta a ese duro
medio que les rodea, y que nuestra verdadera esperanza debe estar
puesta en Dios. En el Reclusorio de Mérida, nuestro Apostolado
tiene a su cargo el módulo de enfermos de SIDA.
ANE Pro-Vida:
Trabaja incesantemente por difundir campañas en favor de la
defensa de la vida y la paternidad responsable, y por lo tanto, en
contra del aborto, la eutanasia y la clonación.
CASANE
Son los “Centros de Asistencia del Apostolado de la Nueva
Evangelización”. Asisten en forma directa a los más necesitados, a
través de comedores y roperos populares, dispensarios médicos,
programas de catequesis y evangelización, programas de
rehabilitación, planes de alfabetización, entrega de despensas , y
servicios de consejería.
77
Casitas de Oración:
Coordina el trabajo para el desarrollo ordenado de la estructura del
ANE y promueve el vínculo entre los distintos grupos que
conforman nuestro Apostolado.
Apostolado de la Nueva Evangelización
APÉNDICE C
L
NOTA DE EL ANE
os libros de “La Gran Cruzada” forman parte de una colección
de textos, que cuenta ya con más de 15 volúmenes, cuyas
enseñanzas transmiten la espiritualidad del Apostolado de la
Nueva Evangelización (ANE), que se fundamenta en las Sagradas
Escrituras y el Catecismo de la Iglesia.
El ANE es un movimiento católico de laicos, que surge como
respuesta al insistente llamado de Juan Pablo II a los bautizados,
para que se comprometan en la tarea de promover la Buena Nueva
de que Cristo ha muerto y resucitado para salvarnos del pecado.
Como católicos que somos, nos sometemos completamente al
Magisterio de la Iglesia, que sobre el tema de las “Revelaciones
Privadas” expresa lo siguiente:
Canon 66: “La economía cristiana, por ser alianza nueva y
definitiva, nunca pasará; ni hay que esperar otra revelación
pública antes de la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”
(Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática ‘Dei Verbum’ 3
AAS 58)
Sin embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está
completamente explicitada; corresponderá a la fe cristiana
comprender gradualmente todo su contenido en el transcurso
de los siglos.”
78
Canon 67: “A lo largo de los siglos ha habido revelaciones
llamadas ‘privadas’, algunas de las cuales han sido reconocidas
por la autoridad de la Iglesia.
Éstas, sin embargo, no
pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de ‘mejorar’
o ‘completar’ la Revelación definitiva de Cristo, sino la de
ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la
historia.
Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles
(sensus fidelium) sabe discernir lo que en estas revelaciones
constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la
Iglesia.
La fe cristiana no puede aceptar ‘revelaciones’ que pretenden
superar o corregir la Revelación de la que Cristo es la plenitud.
Es el caso de ciertas religiones no cristianas y también de ciertas
sectas recientes que se fundan en semejantes ‘revelaciones’. ”
Catecismo de la Iglesia Católica
cánones 66 y 67
Como puede verse en el interior de nuestros libros, la mayoría de
ellos cuentan con el debido “IMPRIMATUR”, otorgado por Obispos
de la Iglesia Católica, de los Ritos Latino y Caldeo. Han sido
traducidos a más de seis idiomas y son recomendados por varios
obispos, quienes estiman que su lectura ayuda al crecimiento
espiritual de los fieles católicos.
Los primeros libros de esta serie de la “Gran Cruzada” no fueron
impresos con el sistema offset, sino que se distribuyeron a través de
fotocopias, tomadas directamente de los primeros originales
transcritos.
Con el correr del tiempo, muchas personas -entendemos que con
muy buena voluntad- colaboraron “retranscribiendo y poniendo
formato a los textos” para luego fotocopiarlos, dado que “las copias
de las copias” ya resultaban en ciertas circunstancias ilegibles...
79
Lamentablemente, en estos procesos se cometieron demasiados
errores, no sólo de ortografía, sino también de transcripción
(tecleado), que en algunos casos terminaron por modificar el
sentido de los textos, acarreándonos no pocos problemas.
Precisamente por ese motivo, el Apostolado de la Nueva
Evangelización, por sugerencia de algunos sacerdotes y obispos, ha
decidido pedir a los lectores que, por ninguna causa y bajo ninguna
circunstancia, estos mensajes sean transcritos nuevamente, sin la
estricta vigilancia y la debida autorización de nuestro Director
General.
Apostolado de la Nueva Evangelización
APÉNDICE D
AYUDA AL ANE A AYUDAR
odos estos libros constituyen un verdadero regalo de Dios
para las personas que desean crecer espiritualmente, y es por
eso que el precio de su venta apenas permite cubrir los costos de
impresión.
Sin embargo, el Apostolado de la Nueva Evangelización, en su
seguimiento de Cristo, desarrolla una vasta serie de obras de
misericordia espiritual y corporal, atendiendo a indigentes en siete
comedores y roperos populares, distribuyendo centenares de
despensas con productos básicos de la canasta familiar,
promoviendo las misiones evangelizadoras y catequéticas en
pueblos alejados, apoyando espiritual y materialmente a nuestros
hermanos de numerosas cárceles y hospitales (principalmente en
América Latina), entre otras actividades...
Todo este trabajo puede ser realizado sólo gracias a la
generosidad de las personas que, atendiendo la Voz del Señor, se
solidarizan con los más necesitados y donan su tiempo, su
T
80
esfuerzo, y los recursos materiales que pueden destinar a la
caridad.
Si la lectura de este libro ha generado en ti el deseo de
ayudarnos en la edificación del Reino, contáctate por favor con
nosotros, a través de las direcciones y teléfonos que se consignan
en la última página de este libro. Los obreros siempre serán pocos
para la abundante mies...
Asimismo, si deseas aportar económicamente con el desarrollo
de esta Obra, puedes enviando tu donación deducible de tus
impuestos a la Renta (IRS) a: Love & Mercy Publications, P.O Box
1160, Hampstead, NC 28443, USA. Puede enviar su donativo
juntamente con su pedido de libros o videos, pero en cheque o giro
(money order) separado, a nombre del “ANE-USA”, ya que las
donaciones serán transferidas a la oficina principal de ANE
Internacional.
En el nombre del Señor, te agradecemos anticipadamente por la
colaboración que pudieses brindarnos, y a El le pedimos que,
generoso y providente como es, te recompense al ciento por uno.
Que Dios te bendiga.
Apostolado de la Nueva Evangelización
LAS OFICINAS DE ANE
www.a-n-e.net - www.jesucristovivo.org
CASA CENTRAL:
Calle 1- H N° 104 X 20
Col. México Norte, C.P. 97128
Mérida, Yucatán, México
Telephone: (52) (999) 944 0540
(52) (999) 948 30 05
Telefax: (52) (999) 948 1777
81
MERIDA Y PEDIDOS DEL EXTERIOR
Merida - Mexico
anemer@prodigy.net.mx
Tel. (01999) 948-18-16
(01999) 944-05-40
Cochabamba – Bolivia
0591 04 4295130
ane.bolivia@gmail.com
La Paz – Bolivia
ane.lapaz.bo@hotmail.com
Oruro – Bolivia
ane.oruro.bo@gmail.com
Tarija – Bolivia
yrmteran@hotmail.com
Santa Cruz – Bolivia
myriamillescas@hotmail.com
CONTACTO PARA AYUDA:
ane.internacional@gmail.com
APÉNDICE E
LIBROS Y VIDEOS DISPONIBLES A TRAVÉS DE “LOVE AND
MERCY PUBLICATIONS”
ove and Mercy Publications es parte de una organización
religiosa, educativa sin fines de lucro (aprobación IRS 501c)
dedicada a la difusión de libros, videos y otros materiales religiosos
concernientes al gran Amor y Misericordia de Dios. Como parte de
su misión, esta organización distribuye, con la debida autorización,
los libros que contienen los mensajes dictados por El Señor y la
Virgen María a Catalina (Katya) Rivas, así como otros materiales
L
82
relacionados a este tema. El contenido de estos libros de Catalina,
ha sido revisado por autoridades de la Iglesia Católica quienes han
determinado que son consistentes con la fe y enseñanzas de la
Iglesia. Mayor información al respecto se puede encontrar al
principio de cada libro.
Todos los libros están disponibles sin costo alguno en el Internet en:
www.LoveAndMercy.org. Conforme vayan saliendo las traducciones
de los libros y folletos en otros idiomas, se les irá colocando, en
versión electrónica, en la biblioteca de estas páginas Web, de donde
las podrá bajar sin costo alguno. Así mismo, estas páginas Web
contienen información sobre las direcciones de otras organizaciones
donde se pueden obtener copias de estos folletos y otros libros de
Catalina. Los libros y folletos de “Love and Mercy Publications”
que tenemos a su disposición en este momento (o que lo estarán en
un futuro cercano) son los siguientes:
Libros testimoniales y devocionales
La Santa Misa: Una enseñanza profunda con un Imprimátur sobre la
Santa Misa, que contiene visiones durante la Misa y mensajes
dictados por la Virgen María y El Señor a Catalina, que pueden
profundizar nuestra experiencia espiritual durante la Santa
Eucaristía. Este es el mas leído de los libros de Catalina.
Hora Santa: Una devoción hermosa con un Imprimátur para leer y
orar ante el Santísimo Sacramento que fue dictado por la Virgen
María a Catalina e incluye oraciones tradicionales y versos de la
Biblia. El lector puede ver y experimentar el gran amor que la
Madre de Dios tiene hacia el Santísimo Sacramento.
La Pasión: Reflexiones sobre el misterio del sufrimiento de El Señor
y el valor que tiene en la Redención, como lo dictaron El Señor,
Dios Padre y la Virgen María a Catalina. Este es un relato
verdaderamente profundo sobre la Pasión de Cristo con un
83
Imprimátur que tocará y cambiará muy profundamente los
corazones, aumentando nuestro amor por Jesús.
Las Estaciones de la Cruz (Vía Crucis): Las meditaciones sobre la Pasión
de Cristo en este libro fueron casi todas extraídas de “La Pasión”,
un libro que fue dictado por El Señor a Catalina. El resto fue
extraído de la Biblia. Estas meditaciones están organizadas para
seguir la tradicional devoción de “Las Estaciones de la Cruz”, que
proveerán al lector la experiencia conmovedora de caminar con El
Señor, y escucharle a Él describir y explicar Su Pasión de acuerdo a
como sucedió.
Providencia Divina: Una enseñanza profunda sobre la muerte y el
Sacramento de la Reconciliación incluyendo visiones y mensajes
dictados por El Señor a Catalina, como también su relato personal
sobre las muertes de su madre y hermano en un plazo de días entre
uno y otra en Junio 2003. Este libro cuenta con una recomendación
formal del Arzobispo Emérito de Cochabamba. Este libro da
mucha esperanza y consuelo a todos, pues todos en la vida,
experimentamos la muerte de seres queridos, y en ultima instancia,
experimentaremos nuestra muerte y nacimiento a la vida eterna. El
lector podrá también obtener un entendimiento más profundo
sobre los Sacramentos de la Reconciliación y la Unción de los
Enfermos (o La Extrema Unción).
Del Sinaí al Calvario: Visiones y enseñanzas profundas dictadas por El
Señor a Catalina sobre Sus siete últimas palabras durante Su
Pasión, que fue dado a Catalina en el período entre diciembre 2003enero 2004. Completado en 2004 con un Imprimátur.
Mi Cristo Roto camina sobre las aguas: Testimonio de Catalina con un
Imprimátur sobre la obra “Mi Cristo Roto” del P. Ramón Cué, SJ.
Completado en 2005 con un Imprimátur.
El Rostro visible del Dios invisible: Un testimonio que nos habla de la
importancia de vivir nuestro cristianismo conscientemente y de
84
profundizar nuestra conversión... Nos invita a redescubrir el
compromiso que, como bautizados, hemos adquirido, para que así
podamos asumir esta responsabilidad con la seriedad que
corresponde. El texto en Español fue completado en 2005 con un
Imprimátur. La traducción en Inglés comenzó a principios de 2009.
En Adoración: Un nuevo aporte a la reflexión sobre nuestra fe y sobre
la Eucaristía. Es un testimonio de sublime enseñanza sobre el
amor a la Eucaristía y a la Misericordia del Señor. El texto en
Español fue completado en 2007 con un Imprimátur.
He Dado Mi Vida por Ti: Este libro es una recopilación de mensajes que
Jesús dio a Catalina durante las Cuaresmas de los años 2005, 2006,
2007, 2008, y el inicio de la Cuaresma del 2009 y luego fue
publicado en Español. Su precioso contenido es un nuevo llamado
del Señor a cada lector, para unirse a Él en los dramáticos
momentos en los que se disponía a entregar Su Vida por la
salvación de la humanidad. La traducción al Inglés comenzó a
mediados de 2009.
Rezando el Rosario: Al comienzo de “La Santa Misa”, Catalina relata
que El Señor y La Virgen María le dieron instrucciones de como
rezar el Rosario, tales instrucciones aparecen en mensajes que han
sido publicados en varios de los libros, todos los cuales recibieron
un Imprimátur. Este libro es una recopilación de un número de
esos mensajes por Love and Mercy Publications.
Catalina continua recibiendo mensajes. Para obtener información
sobre la disponibilidad actual de los libros de Catalina por favor
visita: www.LoveAndMercy.org
Libros de Enseñanzas Formativas
Palabras de Jesús con las visiones y reflexiones de Catalina
publicado 2000 a través de 2009:
85
La Gran Cruzada del Amor, La Puerta del Cielo, La Gran Cruzada de la
Misericordia y La Gran Cruzada de la Salvación: Entre el otoño de 1993 y
la primavera de 1998 Catalina recibió un gran número de
profundas enseñanzas dictadas por Jesús, La Virgen María y por
algunos santos. Los aquí nombrados son cuatro de seis libros que
contienen tales enseñanzas. Todos ellos han recibido el Imprimátur.
Los otros dos, que fueron sus primeros, están agotados
temporalmente, pero serán revisados por Catalina y vueltos a
imprimir. Estos son: Manantiales de Misericordia y El Arca de la Nueva
Alianza.
Otros Libros Recomendados
Razones para Creer: Una estatua llora y sangra. Dios dicta a Catalina
Rivas mensajes y enseñanzas. Un trozo de pan se transforma en
carne. ¿Son verdaderas estas manifestaciones? ¿Qué tiene que
decir la ciencia? Este es el fascinante viaje del abogado Australiano,
Ron Tesoriero, en la búsqueda de respuestas. En el camino invita al
famoso periodista de investigación, Mike Willesee a reunirse con el.
Lo que descubren será un desafío para la mente y el corazón de
cada lector.
Videos y DVDs
Un Llamado a la Humanidad: Este video documenta recientes y
remarcables eventos sobrenaturales en Bolivia. El video fue
producido por un abogado Australiano y productor de
documentales, Ron Tesoriero.
Este video también incluye
cobertura de 2-horas de la transmisión del canal “FOX TV”, en
horario principal (prime-time), de: “Señales de Dios – La Ciencia
examina la Fe”, concerniente a la imagen de Cristo, el busto de
Cristo que sangra, y sobre la experiencia y mensajes de Catalina.
La Santa Eucaristía - En Comunión Conmigo: Este documental es un
instrumento educativo y de evangelización que ofrece clara
información sobre este importantísimo Sacramento. También
86
presenta determinados Milagros Eucarísticos que han sido
aprobados por la Iglesia Católica.
Estos son poderosos
recordatorios de la presencia verdadera de Jesucristo en la
Eucaristía. Este documental fue producido por Michael Willesee y
Ron Tesoriero.
LIBROS Y VIDEOS
Disponibles in inglés a menos que se indique de otro modo
Los precios incluyen envió dentro de EEUU. Para pedidos
internacionales incluye por favor una donación para cubrir los
gastos adicionales de envió. Ten a bien sacar una copia de la/s
página/s y encerrar en un círculo el artículo que pides, o de otro
modo hacer una lista en una hoja aparte e indicar la cantidad, en
caso de pedir más dos o más del mismo titíulo, e incluir tu
dirección y pago con el pedido. Favor de indicar también si pides
versiones en inglés.
LOS LIBROS DE CATALINA
Libros testimoniales y devocionales de la Eucaristía
La Santa Misa (Ver Descuento en cantidad) 1
$2 1
Hora Santa (Ver Descuento en cantidad) 1
$2 1
En Adoración ~ PUBLICADO RECIENTEMENTE ~
$7
VVEENNTTAA EESSPPEECCIIAALL DDEE LLOOSS 33 LLIIBBRROOSS AANNTTEERRIIOORREESS EENN EESSPPAAÑÑOOLL
The Holy Mass (Ver Descuento en cantidad) 1
$9
$2 1
Holy Hour (Ver Descuento en cantidad) 1
$2 1
In Adoration ~ PUBLICADO RECIENTEMENT ~
$7
VVEENNTTAA EESSPPEECCIIAALL DDEE LLOOSS 33 LLIIBBRROOSS AANNTTEERRIIOORREESS EENN IINNGGLLÉÉSS
$9
87
Libros testimoniales, devocionales y
de instrucción sobre la Pasión
La Pasión (Ver Descuento en cantidad) 3
$4 3
Las Estaciones de la Cruz (Ver Descuento en cantidad) 2
$2 2
Del Sinaí al Calvario
$7
VVEENNTTAA EESSPPEECCIIAALL DDEE LLOOSS 33 LLIIBBRROOSS AANNTTEERRIIOORREESS EENN EESSPPAAÑÑOOLL
He Dado Mi Vida por Ti
$11
The Passion (Ver Descuento en cantidad) 3
$4 3
The Stations of the Cross (Ver Descuento en cantidad) 2
$2 2
From Sinai to Calvary
$7
VVEENNTTAA EESSPPEECCIIAALL DDEE LLOOSS 33 LLIIBBRROOSS AANNTTEERRIIOORREESS EENN IINNGGLLÉÉSS
I Have Given My Life for You (Ver nota)
$11
n/a 6
n/a 4
Otros testimonios y devociones espirituales
Providencia Divina (Ver Descuento en cantidad) 3
$4 3
Mi Cristo Roto camina sobre las aguas ~ ¡NUEVA!
$6
Rezando el Rosario ~ ¡NUEVA!
n/a 6
El Rostro visible del Dios invisible ~ ¡NUEVA!
$6
Divine Providence (Ver Descuento en cantidad) 3
$4 3
My Broken Christ Walks over the Waters ~ ¡NUEVA!
$6
Praying the Rosary ~ ¡NUEVA!
n/a 6
The Visible Face of the Invisible God (Ver nota)
n/a 4
Libros de Enseñanzas Formativas
La Gran Cruzada del Amor
$10
La Puerta del Cielo
$8
88
La Gran Cruzada de la Misericordia
$11
La Gran Cruzada de la Salvación
$9
El Arca de la Nueva Alianza (Ver nota)
n/a 5
Manantiales de Misericordia (Ver nota)
The Great Crusade of Love
n/a 5
$10
The Door to Heaven
$8
The Great Crusade of Mercy (Ver nota)
n/a 4
The Great Crusade of Salvation (Ver nota)
n/a 4
Ark of the New Covenant (Ver nota)
n/a 4
Springs of Mercy (Ver nota)
n/a 4
(1)
Descuento en cantidad: 10 ejemplares - $1.50 c/u; 25 - $1 c/u; 50 - $.85 c/u; 100 - $.75
c/u; 500 - $.65 c/u; 1000 - $.50 c/u.
Descuento en cantidad: 10 ejemplares - $1.75 c/u; 25 - $1.50 c/u; 50 - $1.25 c/u; 100 $1 c/u.
(3) Descuento en cantidad: 10 ejemplares - $3 c/u; 25 - $2 c/u; 50 - $1.75 c/u; 100 - $1.50
c/u.
(4) Al presente están siendo traducidos al inglés.
(5) Será publicado cuando esté lista la traducción en Inglés.
(6) Disponible en línea en “www.LoveAndMercy.org” – la versión impresa estará disponible
próximamente.
(2)
Otros Libros Recomendados por LMP
Reason to Believe ~ PUBLICADO RECIENTEMENTE ~
$20
Razones para Creer ~ PUBLICADO RECIENTEMENTE ~
$20
89
[NTSC formato]
Nota: Ambos DVDs. contienen las versiones inglesas y españolas
VIDEOS Y DVDS
Un Llamado a la Humanidad + A Plea to Humanity - DVD
La Santa Eucaristía - En Comunión Conmigo + The Eucharist - In
Communion with Me - DVD
Venta especial de 2 DVDs de los mencionados arriba
$18
Un Llamado a la Humanidad ~ VHS (Solo en español)
$18
$18
$28
La Santa Eucaristía - En Comunión Conmigo ~ VHS (Solo en español) $18
A Plea to Humanity ~ VHS (Solo en inglés)
$18
The Eucharist-In Communion with Me ~ VHS (Solo en inglés)
$18
Subtotal de los artículos ordenados:
Donativo (Deducible de IRS) extra para cubrir
costos de estampilla e impresión:
La Suma total adjunta para este Pedido:
________
________
________
Donativo (Deducible de IRS) adicional para ANE Internacional (Por
favor, vea los apéndices B y C). Utilice un cheque por separado o un
giro bancario (money order) a nombre de “ANE-USA”:
________
Envíe el Pedido con el pago a:
Love and Mercy Publications
P.O. Box 1160, Hampstead, NC 28443
¡El importe debe ser enviado con su pedido
EN DIVISA AMERICANA!

90

En este Testimonio, Jesús le dice a Catalina:
“Es en el Sagrario y en la Custodia santa donde
los espero, para hacerles participar de la
celebración de la Gloria de Mi Padre, para que
reciban las llamas del Santo Espíritu; para
hablar con voces amorosas del Cielo que les
espera, del Amor que les espera, de la felicidad
que les prometo y les doy.” [Capítulo III, el último
párrafo]
“Quienes Me visitan en Mis Altares, sepan que
están ya pisando los jardines del Paraíso porque
si bien es cierto que el Cielo está en el final,
tienen ya más certeza de que es su herencia,
porque por la fe les asegura en sus tribulaciones
y dudas, un triunfo cierto.” [Capítulo XI, párrafo
8]
“Quiero fortalecerlos en la fe y que aprendan a
Amarme aún más, a través de sus visitas, de sus
confidencias, de sus diálogos Conmigo, aunque
muchas veces no los perciben como tales.”
[Capítulo XI, párrafo 16]
“Aquellas palabras que dije: "Venid a Mí"
fueron y están dirigidas a todas las almas, sin
excepción; a todos los que sufren y llevan cargas
o traumas que les son muy difíciles de
sobrellevar, y son las palabras que les prometen
el más real consuelo para sus sufrimientos y el
91
alivio más eficaz para sus trabajos.” [Capítulo XI,
párrafo 18]
Y Jesús da las Promesas entonces incluso el conceder de
12 gracias especiales a almas que lo visitan en el
Santísimo Sacramento.
92
Descargar