OCTUBRE 2015 La cadena de valor automotriz regional: Un análisis de la integración comercial entre Argentina y Brasil DO C U M E N TO DE TR A BA J O Nº 10 G u i l l er m o B e y r n e - A gu s t i n a Lega s a ECONOMÍ A SECRETARÍA DE POLÍTICA ECONÓMICA Y PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO DOCUMENTO DE TRABAJO Nº 10 OCTUBRE DE 2015 “La cadena de valor automotriz regional: Un análisis de la integración comercial entre Argentina y Brasil” Guillermo Beyrne y Agustina Legasa Este documento analiza el comercio automotriz entre Argentina y Brasil desde una perspectiva de integración regional y con un enfoque de cadena global de valor, haciendo un repaso histórico-normativo del sector y observando su evolución en las últimas dos décadas. Con el fin de aportar mayor precisión al análisis, se realiza una desagregación de los principales componentes que forman parte de la cadena así como también de las empresas fabricantes de automóviles, para concluir cómo es la dinámica comercial en la región y los impactos que tiene en el país. PALABRAS CLAVE: comercio bilateral automotriz, Argentina y Brasil, cadenas de valor. CÓDIGOS JEL: F12, F13 y L1. Documento de Trabajo elaborado y editado por la Subsecretaría de Programación Macroeconómica durante el año 2015 y coordinado por Fernando Toledo. Como es habitual en estos casos, las opiniones vertidas en el presente documento no necesariamente representan a las instituciones de pertenencia de sus respectivos autores. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 -2- 1. INTRODUCCIÓN L a década de los noventa marcó un proceso de completa reconfiguración del sistema automotriz argentino. En sintonía con las transformaciones a nivel internacional, el sector adquirió una lógica de funcionamiento trasnacional. El marco regulatorio ideado en esta década, en consonancia con el proceso de integración regional llevado adelante a partir del Mercosur, dio lugar a una inserción particular del sector en las cadenas globales de valor. Si bien la reconfiguración del sector tuvo lugar durante el período de convertibilidad, hasta el año 2002 exhibió un pobre crecimiento. Sin embargo, a partir del año 2003 el crecimiento económico y la expansión de nuestros socios comerciales, especialmente de Brasil, convirtieron a la industria automotriz en un protagonista central del nuevo proceso de industrialización, al expandirse a una tasa promedio de 12,6%. La forma de inserción en las cadenas globales de valor heredadas del período neoliberal ha dejado desafíos pendientes para la evolución del sector. En efecto, durante la última década el sector realizó una contribución significativa al crecimiento económico al tiempo que propició la creación de empleo tanto de alta calificación dentro de las propias terminales, como de menor calificación en las empresas autopartistas. La forma de inserción en las cadenas globales de valor heredadas del período neoliberal ha dejado desafíos pendientes para la evolución del sector, lo que incluye la insuficiente integración de la producción nacional y, como consecuencia de ello, revertir el déficit comercial en el sector autopartista que en 2014 alcanzó más de 6 mil millones de dólares. En el presente documento analizaremos el esquema de integración regional, las políticas comerciales implementadas y otros incentivos económicos que determinaron la inserción particular de Argentina a la cadena global de valor automotriz. A tales efectos, en la segunda sección se presenta el enfoque de cadenas globales de valor y su desarrollo teórico. En la tercera sección se analizan los efectos de la integración regional, en particular entre Argentina y Brasil. En la cuarta sección se presentan las principales políticas comerciales implementadas en ambos países en el marco de la promoción de la industria automotriz. En la quinta sección se analiza la evolución del comercio bilateral del sector mientras que en la sexta sección se presenta un análisis de la integración regional en el sector autopartista. Por último, en la séptima sección se presentan las conclusiones D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 -3- 2. El enfoque de cadenas globales de valor La globalización ha modificado los procesos de producción mundial, permitiendo a las empresas trasnacionales pensar su línea de producción más allá de las fronteras donde se ubican sus casas matrices, optimizando las etapas según las ventajas competitivas con las que cuenten las distintas regiones y países e influyendo en las decisiones de inversión y localización de sus fábricas. De esta manera, se transforman los antiguos procesos de producción, al expandirse las líneas de montaje de un mismo bien a escala global. A esta continuidad en las distintas etapas de producción de un mismo bien a través de distintos países y regiones se la conoce como cadena global de valor. En una cadena global de valor se combina el diseño, la tecnología, los insumos materiales y la mano de obra para el ensamblado y posterior distribución del bien final. Este proceso puede ser llevado a cabo o bien por una sola empresa con una extensa integración vertical, o bien por varias empresas que participan en distintos eslabones y en distintos momentos de la cadena (Kout, 1985). El avance de esta “fragmentación” de la producción (Arndt y Kierzkowski, 2001) ha derivado en el fenómeno de la terciarización de tareas por parte de las empresas. Este fenómeno ocurre cuando las empresas trasnacionales derivan una parte de su proceso de producción a empresas externas localizadas usualmente en zonas donde cuentan con filiales. Habitualmente estas empresas de terciarización trabajan exclusivamente para las firmas trasnacionales, cumpliendo determinados estándares de producción y metodologías de implementación, asegurando la calidad del producto final. La participación de las casas matrices de las empresas trasnacionales en las etapas de mayor complejidad de las cadenas de valor global determina que sea en estas instancias cuando se agrega más valor al producto final. Esta decisión de las empresas trasnacionales de fragmentar su producción está determinada por los costos de transacción que representa para la firma la relación con las empresas de terciarización (Williamsom, 1975). Esta producción terciarizada requiere una elevada coordinación entre los actores involucrados que suele ser más sencilla de ejecutar cuando el producto en cuestión es más estandarizado, ya que los parámetros de calidad están más claramente establecidos, lo cual simplifica la firma de los contratos con los proveedores. Por el contrario, cuando un producto requiere mayor diferenciación las empresas trasnacionales tienen menos incentivos a terciarizar su producción, ya que los costos de transacción serán mayores debido a la complejidad de los acuerdos con los potenciales proveedores. Esta situación expone el rol que asigna el proceso de producción de una cadena global de valor a los distintos eslabones que participan en ella, reservando las etapas de mayor diferenciación y especificidad a los países donde se ubican las casas matrices de las firmas, y las etapas de producción estandarizada al resto de los países donde se encuentran filiales de las empresas y/o sus proveedores. La participación de las casas matrices de las empresas trasnacionales en las etapas de mayor complejidad de las cadenas de valor global determina que sea en estas instancias cuando se agrega más valor al producto final. Contrariamente, en los países donde se realizan las etapas de producción más estandarizadas, tales como ensamblaje, se genera menor valor agregado dentro de la cadena. A su vez, la producción en cadena de un mismo bien a través de distintos países deriva en un mayor flujo comercial internacional de insumos, los cuales deben comprar los países que forman parte de estas cadenas de valor (registrándose D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 -4- como importaciones) y luego vender a otros países que continúan con el proceso de producción del mismo bien (registrándose como exportaciones). Esta situación implica que un país que forma parte de una cadena global de valor requiera un flujo de divisas constante para poder hacer frente al intercambio comercial que se deriva de esta participación. Si bien un país puede recuperar e incluso aumentar su saldo de divisas a partir de la participación en una etapa de producción de una cadena global de valor determinada, siempre deberá comenzar relegando cierta cantidad de divisas para importar los insumos y partes producidas en un eslabón anterior de la misma cadena. Esto puede derivar en ciertos desbalances financieros de dicho país participante, ya que las ventas (exportaciones) de los productos realizados dependen de factores externos al país, tales como decisiones de la empresa trasnacional, demanda externa, situación económica mundial, entre otros. Actualmente 13 firmas abarcan el 87% de la fabricación mundial de automóviles. Tanto la disparidad en la generación de valor a lo largo de la cadena global de producción así como los desequilibrios financieros en términos de divisas que genera a un país participante el intercambio comercial de insumos deben ser aspectos centrales en el análisis de cadenas globales de valor independientemente de cuál sea el bien producido. 2.1 La cadena de valor de la industria automotriz La industria automotriz es una de las de mayor expansión global. Se caracteriza por una fuerte concentración de firmas fabricantes de vehículos con filiales en distintos países. Actualmente 13 firmas abarcan el 87% de la fabricación mundial de automóviles, que en el año 2012 superó las 63 millones de unidades, según la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), ubicándose sus casas matrices en países centrales como Estados Unidos, Francia o Alemania. A pesar de esta gran cantidad de unidades producidas por esta industria, sólo 40 países cuentan con fábricas de automóviles en su territorio, lo cual expone la fuerte integración que hoy tiene la cadena de valor automotriz en el mundo. Hasta la década del sesenta las grandes fábricas exportaban sus automóviles terminados hacia otros mercados. Sin embargo, los elevados costos de transacción, junto con las políticas comerciales proteccionistas implementadas en los países centrales en aquella época, hacían que éstas perdieran terreno frente a otras fábricas establecidas localmente. Es por ello que las empresas automotrices comenzaron a instalar fábricas ensambladoras de los modelos que se diseñaban en las casas matrices en los países cuyos mercados deseaban alcanzar, generando todo un sub-mercado en la región de autopartes y componentes necesarios para la fabricación de los automóviles. De esta manera, la industria automotriz comenzó a desarrollar un entramado productivo regional en el cual distintos países se especializaron en componentes y etapas específicas de la cadena de valor. A su vez, factores como las preferencias de los consumidores, nivel de ingresos, regulaciones y condiciones de los caminos, determinan la producción de modelos de automóviles diferentes entre distintas regiones, profundizando la segregación productiva de la industria automotriz y alejándose de la idea de un producto final estandarizado a nivel global. Por este motivo, es más acertado hablar de cadena regional de valor de la indus D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 -5- tria automotriz, en lugar de cadena global. La industria automotriz puede ser considerada como un sector clave para la economía de una región, entendiendo que existen ciertas actividades económicas que tienen el potencial de impulsar al resto a través de interdependencias (Rasmussen, 1963). Entre estas últimas, se encuentran los llamados “encadenamientos hacia delante y hacia atrás” utilizados en el análisis de Sistemas de Insumo-Producto (Hirschman, 1958). De acuerdo a esta clasificación, la industria automotriz podría catalogarse como un “sector impulsor” de la economía (o de fuerte arrastre), el cual se caracteriza por tener un consumo intermedio elevado (alto encadenamiento hacia atrás) y abastecedores de la demanda final (bajo encadenamiento hacia delante) (Schuschny, 2005). Por otra parte, la relación entre las firmas fabricantes de automóviles y sus proveedores regionales se fue modificando a lo largo del tiempo. El proceso productivo fue delegado crecientemente a las fábricas autopartistas de la región, gracias al conocimiento acumulado y a la mayor complejidad de los automóviles fabricados en el área. A su vez, las autopartistas regionales comenzaron a desarrollar soluciones propias de diseño, generando productos alternativos para la industria automotriz. la industria automotriz podría catalogarse como un “sector impulsor” de la economía (o de fuerte arrastre). Los impactos económicos positivos que tiene en una región la promoción de la industria automotriz son el nacimiento de un entramado autopartista generador de puestos de trabajo e impulsor de la industria; el aumento de la especificidad de la producción en el mediano plazo y el mayor valor agregado en los bienes producidos en la región; la transferencia de conocimiento tecnológico y el abaratamiento de los vehículos terminados. Sin embargo, hacia adentro de la cadena pueden existir asimetrías entre los países que participan de la cadena regional de valor, como consecuencia de posibles desbalances comerciales intra-región, así como por efecto de la disparidad en la localización de fábricas dentro del área. En la siguiente sección analizaremos los efectos del comercio internacional y la integración regional entre los países desde distintos enfoques teóricos. 3. Antecedentes en América Latina La integración regional puede generar diversos impactos sobre las relaciones comerciales entre los países miembros. Por un lado, si el comercio se mantiene en el ámbito regional, puede resultar en cierta dependencia para el país exportador de sus socios. Por el otro, la ampliación de mercado a nivel regional y el aprovechamiento de las economías de escala, brinda la posibilidad de adquirir ventajas dinámicas que permitan generar desarrollos tecnológicos, efectos de aprendizaje y especialización productiva que logren mejorar la competitividad general del bloque frente al mercado internacional, dando lugar a nuevas oportunidades de inserción en el mercado mundial. Los autores que se manifiestan en contra de la integración afirman que el establecimiento de preferencias comerciales da lugar a desvíos de comercio, a la asignación ineficiente de los recursos productivos y a pérdidas de bienestar sobre las economías involucradas y terceros países. Desde la perspectiva de la teoría neoclásica del comercio internacional, en la situación de desvío de comercio se incurre en pérdidas de bienestar porque algunos de los productores relativamente eficientes a nivel mundial son reemplazados por otros productores relativamente ineficientes y ello se traduce en un mayor precio del bien que se desea importar. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 -6- Por ello, afirman que los países deben especializarse en aquellos sectores donde cuentan con ventajas comparativas estáticas/ricardianas, porque de otra forma no se está maximizando la eficiencia.1 Para los seguidores de este enfoque, el mejor camino hacia el progreso es transitar hacia el libre comercio por la vía multilateral. Como ejemplo, Yeats (1997) considera que desde su creación el Mercosur indujo desvíos de comercio, cuyo correlato consiste en un proceso de regionalización a través del aumento de exportaciones de sectores en los cuales los países no contaban con ventajas comparativas con respecto a otros mercados. Los enfoques heterodoxos se diferencian de esta postura y plantean las posibilidades de inserción internacional que otorgan las ventajas comparativas dinámicas. Al desplazar a productores internacionales, el país beneficiado por el comercio preferencial verá incrementada su producción y generará aumentos del ingreso que serán difundidos en la zona a través del consumo y el comercio. Al mismo tiempo, la importación de insumos en condiciones preferenciales puede tener efectos similares al reducir el precio de los mismos y generar efectos encadenados de disminución de costos y precios internos. En este caso, los efectos de desvío de comercio no serían tan perjudiciales, ya que el área integrada sería beneficiada por aumentos de la producción, con su correlato sobre el bienestar global. Además, desde este enfoque se abandona la indiferencia que tiene el modelo H-O respecto del patrón de especialización que adopta cada país, siendo importante el sector en el que cada país resulta más productivo. Para Corden (1972) los esquemas de integración regional pueden ser medios para generar ganancias de eficiencia a partir del aprovechamiento de las economías de escala. El acceso preferencial entre dos o más economías permite cambiar las condiciones de competencia y elevar las exportaciones entre los miembros de la zona, lo que conlleva un incremento de producción y una caída en los costos medios de ciertas actividades sujetas a economías de escala. De esta forma las nuevas dimensiones del mercado ampliado permiten sortear las restricciones de los mercados nacionales para desarrollar actividades productivas sujetas a requerimientos técnicos de escala mínimos. Detrás de esta argumentación se halla el principio smithiano de la mayor especialización y división del trabajo derivado del incremento en el tamaño del mercado. Las nuevas teorías del comercio internacional profundizaron este marco analítico para las economías de especialización. En la concepción de esta corriente la ampliación de los mercados propicia la posibilidad de explotar plenamente las economías de escala en la producción de bienes diferenciados y estimular el desarrollo del comercio intraindustrial entre los miembros del esquema. De esta manera cada país puede especializarse en diseños particulares de determinados bienes y obtener ganancias de eficiencia. En condiciones de rendimientos crecientes a escala el esquema de integración comercial podría elevar los niveles de eficiencia y mover al sistema productivo de la zona integrada a niveles de productividad similares a los de los productores más eficientes en términos internacionales. En esta línea, Pack (1988) argumenta que el principal factor de ineficiencia de muchas empresas en países con regímenes de protección alto y mercados pequeños se encuentra asociado a series de producción cortas como consecuencia de la abundancia de diseños. La escuela estructuralista de la CEPAL, así como su heredera, la escuela neo-estructuralista, marcan la necesidad de la industrialización para el crecimiento sostenido. También los economistas evolucionistas complementan esta idea, haciendo hincapié en la necesidad de la innovación tecnológica y la conformación de un Sistema Nacional de Innovación para lograr el desarrollo de ventajas com D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 Los enfoques heterodoxos plantean las posibilidades de inserción internacional que otorgan las ventajas comparativas dinámicas. 1. El modelo de Heckscher Ohlin (H-O), que parte del planteo de ventajas comparativas de Ricardo, se basa en un criterio de eficiencia estática, donde cada país se especializará en los sectores que utilizan de forma intensiva el factor relativamente abundante. Siempre que los países no tengan las mismas dotaciones relativas de factores habrá motivos para el comercio y será beneficioso para ambos países. De acuerdo al patrón de especialización que queda determinado de esta forma, el comercio entre las dos naciones es de carácter inter-industrial. El libre comercio permite que suceda esta especialización, maximizando así la eficiencia global. En estos modelos el principio que está por detrás es el de producción indirecta, es decir, cada país produce aquello donde es más eficiente, mientras que lo que no se produce localmente se importa de otros países más eficientes en términos relativos a través del comercio internacional. -7- parativas dinámicas. La idea es desarrollar sectores estratégicos, aquellos con potencial de aprendizaje que en un futuro permitirán expandir las exportaciones hacia los países centrales, saliendo de los límites del comercio Sur-Sur. En este sentido, Amsden (1997) y Rodrik (1995) señalan la necesidad de llevar adelante un proceso de industrialización para adquirir ventajas comparativas que permitan la expansión de las exportaciones hacia nuevos mercados y remarcan que este proceso se puede reforzar al interior del bloque regional. Bekerman y Sirlin (1995) exponen que la integración económica permite impulsar el desarrollo de ambos tipos de eficiencia, tanto estática como dinámica, dado que genera cierta protección frente a la oferta extra-regional. Por un lado, un mercado más grande permite llevar a cabo un proceso de localización de los recursos más eficiente en la región. Esto a su vez posibilita explotar las ventajas de las economías de escala, aumentando la productividad y desarrollando nuevos fragmentos de la cadena de valor dentro de la región. Por otro lado, la incorporación de nuevas técnicas resulta en un desarrollo dinámico de aprendizaje que genera externalidades positivas en el resto de la estructura productiva, mejorando los niveles de competitividad. Al respecto, Bekerman, Dulcich y Vázquez (2014) sostienen que “En ese contexto los procesos de especialización y complementación productiva pueden ser clave para facilitar tanto el desarrollo de ventajas dinámicas como la convergencia estructural entre los países miembros de modo de hacer más equitativa la distribución de los beneficios de la integración.”2 Por otro lado, el patrón de especialización bilateral determina las ventajas comparativas que cada país puede ir consolidando gracias a la integración. La escuela estructuralista de la CEPAL, así como su heredera, la escuela neo-estructuralista, marcan la necesidad de la industrialización para el crecimiento sostenido. Sin perjuicio de ello, existe la posibilidad de que la productividad o la calidad local o regional nunca logren alcanzar los estándares internacionales. En este caso, bienes que son comercializables dentro de las fronteras regionales no lo son en el mercado global. Estos bienes son denominados bienes regionales. Los bienes regionales generan cierta fragilidad en los países exportadores al depender de la demanda del socio comercial y no poder colocarlos en otros mercados. En este sentido, el grado de fragilidad externa de la Argentina se encuentra relacionado con el nivel de dependencia que presenta con su mayor socio comercial, Brasil. El importante peso que tienen las exportaciones de nuestro país hacia dicho destino -más del 20% de nuestras ventas al exterior se dirigen a Brasil- muestra la dependencia respecto de la situación macroeconómica del país vecino. El crecimiento económico en Brasil implica en el corto plazo un crecimiento de las ventas al exterior de nuestro país, así como una caída de la actividad brasilera tiene impactos negativos sobre nuestra balanza comercial. Esta situación es particularmente relevante en el sector automotriz, donde aproximadamente el 50% de la producción nacional se destina a la exportación y Brasil representa el principal destino (concentra cerca del 80% de las ventas). Debido a que el mercado argentino no puede absorber la producción y no logra colocar el excedente en otros mercados externos, en momentos de baja demanda de nuestro socio, cae no sólo el comercio exterior sino también la producción nacional. Las nuevas condiciones de comercio que brinda la regionalización pueden alentar estrategias de complementación y especialización entre empresas de un mismo sector o subsidiarias de una misma empresa, pero esto no asegura que los beneficios derivados del tipo de especialización entre los socios de la región sean simétricos. Ello podría derivar en países que obtengan tipos de especializaciones más ventajosas, asociadas a la producción de bienes con mayor contenido de valor agregado capaces de generar más externalidades positivas. Por este motivo, D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 2. Bekerman, M., Dulcich, F. y Vázquez, D. (2014). Restricción externa y dependencia comercial: el caso de la Argentina. Buenos Aires: CENES. -8- es deseable que los procesos de integración cuenten con políticas de coordinación y regulación dirigidas a reducir los problemas y a potenciar los beneficios de la integración. En aquellos sectores estratégicos donde las propias fuerzas del mercado no les permiten desarrollarse, la intervención del Estado cobra vital importancia, al otorgar un marco de protección e incentivos mediante la aplicación de políticas de promoción. De esta forma, el Estado debe identificar aquellos sectores tecnológicamente más complejos y orientar las políticas de promoción hacia los mismos, con la intención de que vayan aumentando su productividad hasta generar ventajas comparativas dinámicas. Esta intervención del Estado se contrapone en cierta medida con el enfoque de cadenas globales de valor, ya que sin políticas industriales concretas resulta usual que en economías de desarrollo sólo prosperen los eslabones de menor valor agregado de la cadena (Milberg y Winkler, 2013). Para alcanzar la consolidación de una industria de alto valor agregado y tecnológico como la automotriz, es indispensable sostener políticas de promoción coherentes y constantes a lo largo del tiempo, ya que se trata de un proceso de largo plazo, gradual y con efectos acumulativos. De otra forma el proceso de industrialización no sólo no sería exitoso, sino que en el camino se desperdiciarían recursos. 4. Políticas comerciales implementadas por Argentina y Brasil Al momento del establecimiento del Mercosur, Argentina y Brasil contaban no sólo con asimetrías de tamaño de mercado, sino también con diferencias significativas en la estructura y profundidad del tejido industrial. Con el establecimiento de la Unión Aduanera, se esperaba que estas diferencias se fueran erosionando paulatinamente y el mercado ampliado permitiera alcanzar un mayor grado de industrialización en ambos países. Sin embargo, Bekerman y Dalmasso (2010), sostienen que las asimetrías existentes entre ambos países, lejos de converger a niveles similares, han sido intensificadas. A partir del análisis comparativo de las políticas públicas implementadas entre 1994 y 2014 sostienen que – a pesar del cambio de rumbo favorable que se han empezado a observar durante los últimos años en nuestro país - contribuyó a este fenómeno el que Brasil haya logrado mantener a lo largo de veinte años políticas de Estado claves para el desarrollo3. En el marco de esta divergencia industrial estructural es que se instituye el régimen automotriz del Mercorsur en el año 2000. Si bien este régimen regula el comercio bilateral, existieron otras políticas aplicadas por cada país que afectaron afectar el desarrollo de la industria. A continuación se hará una exposición de los principales rasgos del régimen automotriz del Mercosur y un repaso de las principales herramientas utilizadas en ambos países para fomentar el crecimiento tanto de la industria automotriz como del comercio bilateral en dicho sector. 4.1 El régimen automotriz del Mercosur Más allá de las diferencias de políticas industriales a nivel global, desde la creación del Mercosur ambos países mantuvieron regímenes de promo D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 Las nuevas condiciones de comercio que brinda la regionalización pueden alentar estrategias de complementación y especialización entre empresas de un mismo sector o subsidiarias de una misma empresa. 3. Los autores concluyen que “la consecución de planes industriales y de competitividad, la selección coherente y constante de los sectores estratégicos y, en particular, el apoyo al sector productor de bienes de capital, la disponibilidad de instrumentos para el financiamiento de proyectos productivos estratégicos, el fomento a la innovación y el rol asignado al capital extranjero en la economía, son temas en los que se observan asimetrías considerables entre ambos países y que seguramente hayan repercutido en sus capacidades y patrones de producción y exportaciones, impactando, en efecto, sobre el comercio bilateral”. -9- ción automotriz nacionales que tendieron a converger y derivaron en el 2000 en un Régimen Automotriz en común. El Régimen Automotriz Argentino, vigente desde 1991, contemplaba un esquema de desgravaciones arancelarias a las importaciones de vehículos finales y autopartes destinadas a la producción mientras estuvieran compensadas por exportaciones. El esquema buscaba mantener una balanza comercial del sector equilibrada y promover inversiones tecnológicas y de capital. En un contexto de apertura comercial general de nuestro país, el régimen de promoción automotriz generaba proteccionismo al sector, esperando que la producción creciera a niveles compatibles con los internacionales y mejorando su competitividad para poder insertarse como un jugador global más en el comercio automotor. Arza y López (2008) explican que para alcanzar dichos objetivos “se estableció un período de transición durante el cual la industria estaría protegida por un sistema de cupos a la importación (…). A partir de la culminación del régimen -prevista originalmente para 1994 pero luego postergada hasta 1999 (…)- la industria se adaptaría a las reglas de la Organización Mundial del Comercio”4. Entre las medidas proteccionistas que abarcaba el régimen cabe mencionar las siguientes: se exigía un contenido máximo importado del 40%; se implementó un sistema de intercambio compensado obligatorio para las firmas; el 25% del valor de las exportaciones de las empresas terminales debía provenir de productos de empresas autopartistas independientes; y el establecimiento de un régimen de cupos para las importaciones. Además, el régimen contemplaba una relación especial con el país vecino. Mientras se iban sentando las bases para el libre comercio en la región, se acordó el libre intercambio de vehículos y autopartes entre los dos países, pero sujeto a los requisitos de desempeño que exigían los regímenes de cada país (Arza y López, 2008). Por otro lado, las autopartes provenientes de países del Mercosur se consideraban como nacionales a la hora de calcular el contenido de valor en la producción. desde la creación del Mercosur, BRASIL Y ARGENTINA mantuvieron regímenes de promoción automotriz nacionales que tendieron a converger y derivaron en el 2000 en un Régimen Automotriz en común. La crisis de fines de los noventa tuvo distintos efectos en los mayores socios comerciales del Mercosur. La industria argentina sufrió fuertes retrocesos, especialmente en aquellos sectores de mayor intensidad tecnológica entre los cuales resalta el sector automotor. En cambio, la implementación de la devaluación temprana en Brasil consiguió evitar la profundización de la crisis. De esta manera, entre 1998 y 2003 la industria automotriz cayó 9% en Argentina, mientras en Brasil se evidenció un crecimiento de 4% para el mismo período (Bekerman y Dalmasso, 2014). En un contexto en donde las empresas estaban cerrando en Argentina por un lado, y Brasil ofrecía desgravaciones impositivas, reducciones de aranceles y otros subsidios fiscales y crediticios, por el otro, las empresas automotrices multinacionales se instalaron mayoritariamente en Brasil, las cuales fueron acompañadas a su vez por empresas autopartistas. En el año 2000, Argentina y Brasil firmaron el Acuerdo sobre la Política Automotriz Común al Mercosur para administrar el comercio bilateral. Se buscaba fomentar la continuidad de inversiones en la industria automotriz y evitar que los subsidios brasileros distorsionasen el flujo de las mismas. El acuerdo establecía un arancel externo común del 35% para las importaciones de automóviles desde terceros países, mientras que las autopartes se dividieron en tres grupos con distintos niveles arancelarios que convergían al 14%, 16% y 18% en el año 2005 (Arza y López, 2008). D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 4. Arza, V. y López A. (2008) “El caso argentino”. En: López, A., Arza, V., Laplane, M., Sarti, F., Bittencourt, G., Domingo, R. y Rieg, N.: La industria automotriz en el Mercosur. Serie Red Mercosur N° 10, p. 64. - 10 - Para el comercio intra-zona, el comercio automotor sería con 100% de preferencia arancelaria, es decir, con arancel cero. Para acceder al arancel preferencial se estableció una cláusula de compensación comercial, mediante un coeficiente de desvío llamado “flex”. El coeficiente flex es un cociente entre las importaciones y exportaciones que permite mantener un comercio compensado entre ambos países. Dicho coeficiente ha sido ajustado a lo largo del tiempo para adaptarse a las diferentes necesidades de los distintos períodos, pasando de 2,6 en el 2005, a 1,95 en 2006, para posicionarse en 1,5 en 2014. De esta forma, el mecanismo establece que por cada dólar que un país exporta al otro sólo puede importar de ese país hasta 1,5 dólares de la industria automotriz. Si el comercio bilateral superara al coeficiente en cuestión, se cobraría un arancel del 75% del aplicado a las importaciones extra-zona de autopartes, y del 70% para el resto de los productos automotores. El análisis de desvío era calculado a nivel empresa, y las empresas superavitarias podrían transferir su crédito excedente a las firmas deficitarias. Por otro lado, el acuerdo exigía un contenido regional del 60% en las terminales automotrices, con lo que se pretendía reavivar la producción autopartista, y se penalizaba el uso de incentivos gubernamentales, al considerar como productos de extra-zona a aquellos producidos gracias a incentivos de cualquier organismo público. Además de regular el comercio mediante los acuerdos comerciales, cada país se valió de herramientas de promoción industriales. En junio de 2014 se prorrogó el régimen automotriz vigente hasta junio de 2015. El convenio además ajustó el coeficiente flex a 1,5 en un intento por equilibrar la balanza comercial de ambos países, lo que representa una mejora para el perfil exportador de la Argentina que en los útlimos años mostró fuertes déficits bilaterales en el sector. Si bien no logrará revertir el déficit del intercambio bilateral, dado se requiere de un cambio más estructural, por ejemplo diferenciar el coeficiente para autopartes por un lado y para los vehículos finales por el otro, al menos intentará reducirlo. Además el acuerdo dejó planteadas discusiones más de fondo para el año 2015, como la regla de origen, que buscará incrementar el contenido regional y de autopartes. Por otro lado, empresas privadas de ambos países firmaron un “Protocolo de Intenciones” mediante el cual se fijaron metas para mantener e incrementar mutuamente la participación en los mercados de automóviles y trabajar en la sustitución de autopartes importadas extra-zona. En este sentido, se acordó que la Argentina mantendría su participación de mercado en 11% del mercado brasilero, mientras que Brasil aseguraría su participación del 44,3% en los patentamientos de nuestro mercado. Como se puede observar, el régimen automotriz en Argentina lleva ya más de veinte años de aplicación, habiendo sufrido modificaciones a lo largo del tiempo para adaptarse a las nuevas necesidades que fueron emergiendo. Dicho régimen generó un espacio de protección a la industria local y regional, que le permitió desarrollarse y de esa manera liderar del crecimiento de nuestro país. Asimismo, fomentó la complementación de la producción regional, ampliando el comercio intra-zona y en particular con Brasil. 4.1 Políticas que afectan a la industria automotriz Además de regular el comercio mediante los acuerdos comerciales, cada país se valió de herramientas de promoción industriales, ya sea mediante políticas de estímulo a la demanda, incentivos fiscales para la radicación de inversiones y planes de crédito al sector, entre otros. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 11 - POLÍTICAS DE BRASIL a) Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI) Las importaciones de bienes en Argentina y Brasil están gravadas por el arancel externo común del Mercosur, pero también están sujetas a otros impuestos, como es el caso del Impuesto sobre los Productos Industrializados (IPI) que aplica Brasil. Se trata de un impuesto al consumo que afecta a una gran cantidad de productos industriales. En lo que respecta a los bienes automotores, el impuesto fue modificado en reiteradas ocasiones de acuerdo al contexto macroeconómico, por ejemplo subiéndolo en momentos en los que se pretendía desincentivar el consumo de automóviles importados o bajándolo en momentos de alta inflación para frenar el aumento de precios. La utilización de este tipo de POLÍTICAS INDUSTRIALES no está exenta de represalias. La industria automotriz fue una de las más beneficiadas por los incentivos fiscales que otorgó Brasil luego de la crisis del 2008. Dichos incentivos fueron prorrogados progresivamente hasta la actualidad para mantener el impulso de la economía a través del consumo. De esta manera, con el objetivo de proteger su industria automotriz nacional, en el año 2011 el gobierno brasilero decidió aumentar los impuestos sobre los bienes importados en Brasil. Esta medida afectaba no sólo a los vehículos importados, sino también aquellos de producción nacional que tengan menos del 65% de sus piezas producidas en el país. Los modelos extra-zona quedaron sujetos de esa manera al arancel externo de 35% al que se le sumó un IPI mayor. En el año 2012, en un escenario de marcado deterioro de los niveles de actividad, con un mercado interno y niveles de producción evidenciando contracciones respecto al año anterior, se bajó temporalmente el impuesto sobre los vehículos. En líneas generales, la medida consistió en la reducción temporal del impuesto entre 5,5 y 7 puntos porcentuales (en relación con el tamaño del motor y el tipo de combustible utilizado). La reducción del tributo implicó un traslado al precio final de los vehículos, mientras que se adicionó un compromiso por parte de las empresas de realizar reducciones adicionales. Es decir, se trató principalmente de una transferencia del Gobierno Federal hacia los compradores de automóviles en forma de renuncia de recaudación, existiendo también cierta transferencia secundaria realizada por las propias terminales automotrices como mecanismo de liquidación de sus stocks acumulados y recuperación de los niveles de actividad. Esta política, si bien se había implantado por un período inicial de tres meses, fue prorrogada varias veces con el fin de mantener el estímulo a la demanda en aquellos sectores que habían sido más golpeados por la crisis mundial. Además de reactivar las ventas internas al abaratar el precio de los vehículos, la medida pretendía frenar las presiones inflacionarias, ya que el país estaba llegando al techo de la meta de inflación del sistema monetario brasilero. En junio del 2014, el entonces Ministro de Economía brasilero anunció que la rebaja del IPI continuaría para los automóviles hasta fin de ese año, con el objetivo de reactivar el consumo5. La utilización de este tipo de instrumentos no está exenta de represalias. La Comisión Europea presentó ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) una queja para que se investigue a Brasil por implementar “medidas fiscales discriminatorias” que fomentan su producción nacional en detrimento de los productos importados de Europa, particularmente los automóviles, que se ven encarecidos por la aplicación del impuesto. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 5. En enero de 2015, el Ministro de Economía, Joaquim Levy, eliminó el subsidio al IPI, repercutiendo sobre el comercio bilateral. - 12 - b) Plan Brasil Maior. Inovar Auto El impacto que tuvo la crisis internacional sobre Brasil llevó a que en el año 2012 el gobierno brasilero lanzara un plan denominado “Brasil Maior”, como parte del intento para reactivar la economía. Dicho plan se implementó para resguardar la industria nacional de la competencia exterior y fomentar las exportaciones a través de subsidios específicos. El programa contemplaba, entre otras cuestiones, la devolución de impuestos a los exportadores de manufacturas y la creación de un fondo de financiación para la comercialización de bienes brasileros en el exterior. En el marco del Plan Maior, se aplicó un Programa de Incentivo a la Innovación Tecnológica y Fortalecimiento de la Cadena Productiva de Vehículos Automotores (Inovar Auto). Este programa se empleó desde principios de 2013 y tendrá vigencia hasta diciembre de 2017. El mismo busca alcanzar metas de seguridad, eficiencia energética y mayor competitividad de la industria automotriz brasilera. Tiene una serie de condiciones para poder acceder a las desgravaciones fiscales. Entre los principales requisitos se encuentra la obligación de utilizar un porcentaje mínimo de piezas y partes producidas en la región, que va aumentando progresivamente hasta alcanzar un mínimo de integración regional del 70% en cinco años. Se incluyó una cuota para las compras de automóviles desde países extra-zona, a la vez que se definió un cupo máximo de exportaciones con México (país con el cual mantiene un régimen de libre comercio a través del ACE 556) que rige hasta el 2015. Este cupo fue establecido por el fuerte déficit comercial que evidenciaba Brasil respecto de México. Por otro lado, las empresas que lleven adelante procesos de inversión en I+D, ingeniería, tecnología industrial básica y desarrollo de proveedores podrán reducir 2 puntos adicionales en el descuento total del IPI. En el marco del Plan Maior, se aplicó un Programa de Incentivo a la Innovación Tecnológica y Fortalecimiento de la Cadena Productiva de Vehículos Automotores (Inovar Auto). POLÍTICAS DE ARGENTINA c) Regímenes de Incentivos para Autopartes En 2005 se introdujo una nueva normativa nacional, el Régimen de Incentivo a la Competitividad de las Autopartes Locales, que reintegraba impuestos a las terminales sobre el valor ex-fábrica (de mercado antes de impuestos) de las autopartes nacionales. Para ello las autopartes debían tener un contenido importado menor al 30%. En el 2008 se sancionó la Ley 26.393, que creó el Régimen de Fortalecimiento del Autopartismo Argentino y el Régimen de Consolidación de la Producción Nacional de Motores y Cajas de Transmisión que contemplan reintegros en efectivo por la compra de dichas partes locales para la producción local. d) Impuesto a autos de alta gama Durante el 2013, de la mano del crecimiento del consumo interno, se observó un fuerte incremento del consumo de vehículos de lujo en Argentina. Al ser muchos de estos importados, este comportamiento ayudó a revertir el balance positivo que venía observándose en dicho segmento desde el año 2009. Teniendo en cuenta la capacidad contributiva de los consumidores y propendiendo a una mayor equidad tributaria, el gobierno nacional implementó un impuesto a los vehículos de alta gama. Las nuevas tasas tienen una intención recaudatoria y distributiva. Pero además, en la práctica el impuesto desalentó la compra de autos importados, ya que estos son mayoría entre los modelos de alta gama. El impuesto empezó a regir a principios del 2014 y considera como bienes suntuarios a aquellos automóviles que superen un precio establecido. La ley vigente7 contempla que para los autos cuyo precio de venta sin impuestos sea de entre 170.000 y 210.000 pesos pagarán un 30% de impuestos internos. Para los que superen estos topes pagarán un 50%. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 6. ACE No. 55 se refiere al Acuerdo de Complementación Económica No. 55 firmado entre los Estados Unidos Mexicanos y los países miembros del Mercosur. 7. Hasta el año 2014. - 13 - e) PRO.CRE.AUTO Otra herramienta común para fomentar el consumo es la facilitación del acceso al crédito. De esta forma, tras la caída de las ventas del sector automotor argentino en 2014 luego de años de ventas récord, el Estado Nacional lanzó en junio de ese año el Pro.Cre.Auto, una línea de préstamos personales para la compra de autos y pick ups 0 km de fabricación nacional, cuyo objetivo es mejorar las condiciones de financiamiento para la compra de vehículos. MEDIDAS TOMADAS POR AMBOS PAÍSES f) Licencias no automáticas Por último, otra herramienta de la que se valieron ambos países fue la utilización de licencias no automáticas (LNA) de Importación para proteger las industrias de cada país. Si bien en nuestro país el sector autopartista ya se encontraba protegido por el régimen de licencias desde el 2006, éste cobra especialmente fuerza en el 2011. En un escenario marcado por el recrudecimiento de la crisis internacional y el aumento de la presión competitiva a nivel global, a comienzos del 2011 se extendió el uso de las LNA, principalmente en el sector de autopartes, cuyo grado de cobertura en 2011 alcanzó al 64,5% del comercio sectorial (el sector representaba el 48% del volumen total del comercio comprendido en el régimen). tras la caída de las ventas del sector automotor argentino en 2014 luego de años de ventas récord, el Estado Nacional lanzó en junio de ese año el Pro.Cre.Auto. A su vez, los autos de alta cilindrada fueron incorporados al régimen. Esta situación generó fricciones con el país vecino, quien como represalia también extendió su régimen de LNA a los vehículos procedentes de Argentina, así como del resto del mundo. El nuevo panorama amenazaba con afectar el 50% del comercio bilateral, razón por la cual los ministros de ambos países se reunieron y acordaron liberar las restricciones de licencias de la industria automotriz para evitar una guerra comercial. Para no generar problemas con terceros países, la solución fue mantener el régimen de licencias como venía desarrollándose, pero el comercio automotriz bilateral sería liberado de las restricciones de licencias a través de un “Fast Track”, mecanismo que habilita a un país a sortear esos trámites de manera acelerada. De esta forma, esta herramienta no terminó alterando la dinámica del comercio con nuestro mayor socio comercial. 5. Evolución del comercio bilateral del sector automotriz Brasil tiene una gran importancia en el comercio exterior argentino, en tanto resulta el principal destinatario de nuestras exportaciones (21%). De la misma manera, es el principal proveedor de nuestro país, representando un cuarto de nuestras importaciones. Por su parte, Argentina es el tercer socio comercial brasileño en importancia, detrás de Estados Unidos y China, al representar aproximadamente 8% de las ventas y alrededor del 7% de las compras. En las dos décadas que transcurrieron entre 1994 y el 2014 el saldo comercial bilateral entre Argentina y Brasil resultó superavitario para nuestro país hasta 2002 (con la excepción de 1999 donde fue prácticamente equilibrado), para luego volverse estructuralmente deficitario para la Argentina hasta 2014 (con la misma excepción para 2009), donde volvió al equilibrio. En lo que se refiere particularmente al comercio automotriz, Brasil es receptor del 80% de nuestras ventas de automóviles y del 60% de autopartes. Mientras que alrededor de un 73% D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 14 - de nuestras compras de vehículos finales provienen de nuestro mayor socio comercial, así como el 45%delasautopartes.Brasil,porsuparte,adquierealrededordel50%desusvehículosimportados, y apenas el 7% de las autopartes producidas en Argentina. El 65% de sus exportaciones de autos tienen como destino nuestro país, mientras que de autopartes representan el 35% de sus envíos. Caberesaltarlaimportanciaquetienenestosnúmerossobrelaactividadlocal,yaqueel50%delaproducción argentina de automóviles (en unidades 8) es destinada a la venta en el exterior. Al ser Brasil el destinatariodel80%delasexportacionesautomotrices,esnotablesurelevanciaenlosnivelesdeactividadsectorial.ParaBrasilelpanoramaesotro,yaquedeltotaldesuproduccióndestinaalrededorde13% alaexportación(enunidades,fuenteANFAVEA9),dejandoelrestoparaelconsumolocaldesupaís. La evolución del nivel de actividad económica de Brasil, medido a través de su PIB y producción industrial, resulta determinante a la hora de explicar la dinámica de las exportaciones y producción argentinas de vehículos y autopartes. Como concluyen Dicovskiy y Kiper (2009), si bien la trayectoria del tipo de cambio real bilateral favorecería el desempeño exportador del complejo frente a Brasil, no resulta tan determinante como la evolución de la demanda brasilera. Por su parte, es necesario aclarar que debido al bajo nivel de integración local de la producción de vehículos finales nacionales -tema que se abordará en la Sección VI de este documento- existe una estrecha relación entre la evolución de la producción nacional de vehículos y la demanda de autopartes importadas. Esta situación evidencia la fuerte interdependencia que existe entre los dos países respecto del sector automotriz. En los siguientes gráficos se observa la evolución de la actividad económica en cada país y de las importaciones automotrices provenientes de su socio comercial, mostrando la estrecha relación que existe entre ambas variables. En los gráficos 3 y 4 se puede observar la alta sensibilidad que tienen las importaciones automotrices de cada país respecto a sus niveles de actividad. La demanda de compras de dicho sector resulta más elástica para el caso argentino, donde en años de bajo crecimiento se producen fuertes caídas en las compras del país vecino. GRÁFICO 1 Evolución del PIB de Argentina e Importaciones automotrices desde Brasil En lo que se refiere particularmente al comercio automotriz, Brasil es receptor del 80% de nuestras ventas de automóviles y del 60% de autopartes. Mientras que alrededor de un 73% de nuestras compras de vehículos finales provienen de nuestro mayor socio comercial, así como el 45% de las autopartes. En variación % anual Fuente: elaboración propia en base a datos de Comercio Exterior e INDEC. 80% 70% 60% 44% 39% 40% 20% 9% 15% 8% 8% 33% 3% 0% 30% 9% 0% 18% 8% -20% 1% 3% 0% 8. Fuente: ADEFA - Asociación de Fábricas de Automotores. -15% -40% 2005 2006 2007 2008 -32% 2009 2010 PIB Argentina D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 2011 2012 2013 -34% 2014 9. Associação Nacional dos Fabricantes de Veículos Automotores. Importaciones desde Brasil - 15 - GRÁFICO 2 Evolución del PIB de Brasil e Importaciones automotrices desde Argentina En variación % anual Fuente: elaboración propia en base a datos de Comercio Exterior e IBGE. 60% 50% 41% 40% 46% 49% 39% 39% 30% 16% 20% 10% 4% 3% 6% 8% 5% 0% 4% 11% 3% 2% 0% 0% 0% -1% -10% -20% -18% -30% 2005 2006 PIB Brasil 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 El crecimiento de ambas economías y de sus respectivas industrias en el período bajo análisis permitió un aumento del comercio bilateral del sector automotriz. 2014 Importaciones brasileras desde Argentina El crecimiento de ambas economías y de sus respectivas industrias en el período bajo análisis permitió un aumento del comercio bilateral del sector automotriz, tanto de las exportaciones como de las importaciones, pero en general con un crecimiento mayor por parte de las importaciones argentinas desde el país vecino10. En base a la dinámica observada a lo largo del período bajo análisis, 19942014, se pueden identificar cinco sub-períodos (ver Gráfico 1): GRÁFICO 3 Comercio bilateral, exportaciones e importaciones En millones de USD y variación % anual Fuente: elaboración propia en base a datos de Comercio Exterior. 14.000 140% 12.000 120% 10.000 100% 8.000 80% 6.000 60% 4.000 40% 2.000 20% 0 0% -20% -4.000 -40% -6.000 -60% 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 -2.000 Exportaciones Importaciones D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 10. Para simplificar el análisis, nos referiremos a exportaciones para denotar aquellas ventas desde nuestro país con destino a Brasil, y las importaciones aquellas compras de nuestro país con origen brasilero. Flujo comercial - 16 - El primero va desde la consolidación del Mercosur hasta la crisis económica del 2001/2002 (1994-2002). El segundo corresponde a la recuperación después de la crisis hasta 2008, caracterizada por un crecimiento constante y sostenido tanto de las importaciones como de las exportaciones, dando como resultado una fuerte expansión del comercio bilateral que casi se quintuplicó entre ambas puntas del período. Luego, como resultado de la crisis de 2009, se redujo el intercambio a lo largo de dicho año, cayendo con mayor intensidad las importaciones argentinas que las exportaciones. El cuarto período contempla la recuperación a partir de 2010, donde se alcanzaron máximos históricos de intercambio automotriz entre ambas naciones en el año 2013. El último período que analizaremos será el año 2014, para el cual se puede ver una fuerte contracción del intercambio comercial bilateral, con mayor fuerza por parte de las importaciones, que lleva a valores de comercio aún más bajos que los obtenidos en el año 2010. • Período 1994-2002 La primera etapa del período bajo análisis, 1994-2002, se caracterizó por bajos niveles de comercio automotriz bilateral, con una tendencia al crecimiento en la primera mitad del período hasta el 1998, para ir retrocediendo progresivamente hasta llegar en 2002 a flujos de comercio más bajos incluso que los de 1995. A lo largo del período en cuestión, se observó un mayor crecimiento de las exportaciones, si bien las importaciones también se expandieron. La primera etapa del período bajo análisis, 1994-2002, se caracterizó por bajos niveles de comercio automotriz bilateral. Se trató de una etapa mayormente superavitaria para nuestro país, con la excepción de 1994 cuando fue deficitaria, así como en 1999, donde resultó prácticamente equilibrada. Este desempeño se explicó por un superávit en el segmento de vehículos finales a lo largo de todos esos años, mientras que el segmento autopartista mantuvo sus saldos negativos estructurales, con la excepción de 2002, momento en el que se redujeron las importaciones por la crisis económica de tal manera que revirtió la tendencia estructural que presenta dicho segmento. GRÁFICO 4 Saldo automotriz y saldo por segmentos En millones de USD FFuente: elaboración propia en base a datos de Comercio Exterior. 1.000 750 500 250 0 -250 -500 1994 1995 1996 Saldo vehículos finales 1997 1998 1999 Saldo autopartes D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 2000 2001 2002 Saldo automotriz - 17 - • Período 2003-2008 La segunda etapa identificada se caracterizó por un aumento sostenido del comercio bilateral. En el año 2008 el comercio pasó a ser cinco veces más grande que el observado en el 2003, gracias al aumento tanto de las exportaciones argentinas, como de las importaciones desde Brasil. Dado que el volumen exportado es menor al importado, y ambos crecieron a tasas semejantes, se observó un fuerte aumento del déficit de nuestro país, que pasó de -431 millones de dólares en 2003, a -2.376 millones de dólares. Las exportaciones automotrices desde nuestro país crecieron a tasas promedio de 32% interanual (en valores), dando como resultado un aumento de las ventas hacia el país vecino que se sextuplicaron entre ambas puntas del período. Si bien hubo un crecimiento tanto de las ventas de autopartes como de vehículos finales, fueron estos últimos quienes motorizaron la dinámica. Por el lado de las importaciones, estas mostraron un crecimiento promedio mayor al de las exportaciones (58% i.a., en valores), también aumentando casi seis veces el flujo de comercio. En este segmento la contribución al crecimiento fue muy equitativa entre el aumento de las compras de autopartes y de automóviles. La segunda etapa identificada se caracterizó por un aumento sostenido del comercio bilateral. Ambos segmentos, autopartes y vehículos finales, presentaron déficit con Brasil en estos seis años. Sin embargo, se observa un cambio de tendencia después de 2006. En el intervalo que va desde 2003 a 2005, más de un 70% de este déficit estuvo explicado por el saldo negativo presentado por las importaciones de vehículos. En el año 2006, el déficit sectorial estuvo repartido equitativamente por los saldos negativos de ambos segmentos, para luego en 2007 revertir la tendencia previa: a partir de entonces fue el déficit de autopartes el que pasó a explicar más de un 75% del resultado negativo. El incremento del flujo comercial, como cabe suponer, estuvo asociado a un mayor nivel de producción local, que creció a una tasa promedio de 30% anual (en unidades) en este período. La producción se expandió más fuertemente los primeros años (54% i.a. en 2003), para luego seguir creciendo, pero a tasas cada vez más moderadas (10% i.a. en 2008). El aumento de la producción se explicó tanto por las mayores exportaciones como por el incremento de ventas internas de productos nacionales, que al igual que la producción comenzaron el período con altas tasas de crecimiento, para de a poco ir morigerando su ritmo. A partir de 2007 y 2008 las exportaciones pasaron a tener más peso sobre la producción local. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 18 - GRÁFICO 5 Argentina: producción automotriz local, ventas internas de autos nacionales y exportaciones de vehículos finales En unidades y variación % interanual Fuente: elaboración propia en base a datos de ADEFA. 800000 80% 600000 60% 400000 40% 200000 20% 0 0% -200000 El período 20032008 consistió en una etapa de crecimiento sostenido tanto para la industria de ambos países como para el intercambio entre los mismos. -20% 2003 2004 2005 Producción de autos en Argentina Ventas de autos nacionales (eje der) 2006 2007 2008 Exportaciones (eje der) De forma análoga, el país vecino también vio crecer su producción automotriz, pero a tasas menores que las presentadas en Argentina. Esto se vio en parte explicado por un efecto de base de comparación, debido a que Brasil partía de altos niveles de producción, mientras que en Argentina se había destruido buena parte de su industria como consecuencia de la crisis. A diferencia de lo ocurrido en nuestro país, desde 2006 comienza a tener más peso la venta local de productos nacionales, mientras que las exportaciones pasan incluso a mostrar variaciones interanuales negativas. GRÁFICO 6 Brasil:producciónautomotrizlocal,ventasinternasde autosnacionalesyexportacionesdevehículosfinales En unidades y variación % interanual Fuente: elaboración propia en base a datos de ANFAVEA. 4000000 60% 3000000 45% 2000000 30% 1000000 15% 0 0% -1000000 -15% 2003 2004 2005 Producción brasilera de autos Exportaciones brasileras (eje der) D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 2006 2007 2008 Venta local de autos brasileros (eje der) - 19 - El período 2003-2008 consistió entonces en una etapa de crecimiento sostenido tanto para la industria de ambos países como para el intercambio entre los mismos. El régimen automotriz estuvo regulado hasta mediados del 2006 por un coeficiente de compensación de 2,6, que se redujo a 2,1 en el 2006 y luego a 1,95 en el 2007. Este último se mantuvo vigente hasta mediados del 2014. Si bien el comercio bilateral históricamente nunca superó los límites que marca el coeficiente11, es importante hacer una distinción entre los distintos segmentos de comercio automotriz. Esto significa que si bien la relación entre las importaciones automotrices totales y exportaciones totales del complejo no superaron en este período valores del 2,1, no sucede lo mismo si se aprecia lo que ocurre en el comercio de autopartes y vehículos finales por separado. Para los años 2004 y 2005, se observaron coeficientes de 3,1 y 2,7 para los vehículos finales, lo que quiere decir que Argentina le importó tres veces más automóviles que lo que le exportó a su socio, dando como resultado un fuerte déficit en esos años. De cualquier forma, el régimen contempla el comercio automotriz a nivel agregado, por lo que aunque un segmento haya superado el coeficiente establecido, a nivel general se mantuvo dentro de lo acordado, con lo cual no hubo ningún tipo de represalias para ninguno de los dos países. En cuanto a la inserción de cada país en el mercado vecino, durante este período Brasil compró desde Argentina en promedio 57% de sus vehículos importados. En un mercado donde la participación de las ventas de autos importados representó apenas el 8% de las ventas totales, significó para Argentina casi una participación de 5% en el mercado brasilero. Entre ambas puntas del período nuestro país ganó 4 puntos porcentuales de participación de mercado sobre las ventas totales, pasando de tener el 3% de las ventas de vehículos en Brasil en 2003 al 7% en el 2008. En la economía local, donde las ventas de vehículos importados representaban un 60% de las ventas totales de automóviles, Brasil acaparó casi un 45% las ventas totales de nuestro mercado interno. La tercera etapa identificada corresponde al año 2009, en el cual la industria automotriz y el comercio bilateral del sector se resintieron como consecuencia de la crisis internacional desatada en 2008. •Año 2009 La tercera etapa identificada corresponde al año 2009, en el cual la industria automotriz y el comercio bilateral del sector se resintieron como consecuencia de la crisis internacional desatada en 2008. El impacto de la crisis fue más profundo en nuestro país, donde la producción automotriz se redujo 14% i.a. en unidades, mientras que Brasil logró mantener un mínimo nivel de crecimiento de 1% respecto a 2008. En el año 2009 se observó un fuerte cambio de tendencia respecto a lo ocurrido en la segunda etapa. El comercio se redujo un 20% en relación al año anterior, explicado casi exclusivamente por la fuerte caída de nuestras importaciones desde el mayor socio comercial argentino. Las ventas automotrices a Brasil en 2009 se redujeron 1% i.a., explicadas por la caída de las exportaciones de autopartes (-19% i.a.), mientras que las ventas de autos crecieron 7% i.a., una tasa mucho menor a las observadas a lo largo de toda la primera etapa. Por el lado de las importaciones, se observó una fuerte reducción (-32% i.a.). Esto respondió sobre todo a las menores compras de automóviles, que retrocedieron 42% i.a., pero también por la caída de las compras de autopartes (-22% i.a.), explicada a su vez por la retracción en la producción local. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 11. Se excluye el año 2001 en el cálculo de compensación, debido a que en el marco de la recesión del 2001, los temas establecidos en la Política Automotriz del Mercosur no fueron puestos en práctica por las automotrices. - 20 - Luego de seis años de déficit sectorial y bilateral creciente se produjo un quiebre de esta tendencia al mostrar un intercambio prácticamente equilibrado. Esto se debió al resultado positivo del segmento de vehículos finales, que casi llegó a compensar el saldo negativo de las autopartes. La caída de las compras y de la producción estuvo asociada a las menores ventas locales que se redujeron 22% i.a., como consecuencia de la caída de la actividad y demanda nacional, y entre las cuales cayeron más las ventas de productos importados que de vehículos de producción nacional. En cambio, en Brasil se dio un crecimiento de las ventas en su país, que se debió sobre todo a un aumento de las ventas de vehículos importados, lo que explica el aumento de nuestras ventas de vehículos finales. En cuanto a la participación de mercado, Argentina ganó 1,5 puntos porcentuales en el mercado brasilero, acaparando 8,5% del total de las ventas. Por su parte, Brasil mantuvo estable su participación en el mercado automotriz argentino. •Período 2010-2013 La cuarta etapa corresponde al período 2010-2013 que se caracterizó por presentar los mayores niveles de comercio automotriz que se han registrado en la relación bilateral. Este sub-período comenzó con una fuerte recuperación luego de la crisis del 2009, incluso superando en 2010 los valores de 2008, hasta entonces el mejor año de comercio entre ambos países. Sin embargo, la dinámica de este período no fue homogénea. Ello se debió a que tanto la producción como los flujos comerciales se vieron afectados por los coletazos de la crisis financiera. La cuarta etapa corresponde al período 2010-2013 que se caracterizó por presentar los mayores niveles de comercio automotriz que se han registrado en la relación bilateral. La producción nacional de vehículos se expandió en los años 2010 y 2011 a tasas de 40% i.a. y 10% i.a., respectivamente, para luego contraerse en 2012 8% i.a. Las exportaciones motorizaron tanto el crecimiento de los primeros años, como la contracción que le siguió. En tanto las ventas de autos nacionales contribuyeron positivamente a la producción a lo largo de toda esta etapa. En el país vecino se observó una dinámica similar, aunque con menores tasas de variaciones interanuales. De esta forma, la producción brasilera creció 10% i.a. y 1% i.a. en los años 2010 y 2011, respectivamente, para luego estancarse en 2012, como resultado de la caída de las exportaciones brasileras. Las industrias automotrices de ambos países crecieron en 2013 gracias a la expansión de sus ventas al exterior y, en menor medida, al aumento de las ventas de autos nacionales en sus respectivos mercados locales. El comercio bilateral alcanzó en 2013 el mayor nivel de intercambio sectorial entre ambos países, superando los 20.000 millones de dólares, 60% más que el flujo de 2008. Este incremento se debió principalmente a las mayores compras que realizó Argentina desde Brasil, acompañadas, aunque en menor medida, por las mayores exportaciones con destino a dicho país. Tal situación redundó en un incremento del desequilibrio comercial en perjuicio de nuestro país, que presentó grandes saldos negativos en todo el período, siendo el del año 2011 el mayor observado desde 1994. Las exportaciones con destino a Brasil evidenciaron aumentos anuales a lo largo de estos cuatro años (2010-2013), con un promedio de crecimiento de 16%. Los incrementos mostraron mayor intensidad en los primeros años de la etapa. Principalmente fueron las mayores ventas de vehículos finales las que explicaron dicha dinámica, aunque también cooperaron positivamente los envíos de autopartes. El crecimiento de nuestras ventas de vehículos finales a Brasil evidenciado en estos D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 21 - años se debió en parte a las políticas de estímulo llevadas a cabo por el país vecino, así como del incremento del consumo privado. Las desgravaciones que aplicó el gobierno brasilero a miembros del Mercosur y México -en particular la exención del pago adicional del IPI - otorgaron ciertas ventajas que permitieron explicar parte de la dinámica del mercado de vehículos importados brasileros. A su vez, la implementación del cupo a los automóviles de México (segundo mayor proveedor de autos de Brasil) permitió que Argentina mejorara su porción en el mercado brasilero. Así, en este período nuestro país ganó dos puntos porcentuales de mercado respecto a 2009, acaparando en el 2013 casi 11% de las ventas totales de automóviles en Brasil. Por el lado de las importaciones, las mismas crecieron a mayores tasas que las exportaciones a lo largo de esta etapa, con un incremento promedio de 39% i.a., exceptuando el período de contracción de 15% i.a. en el año 2012. El comportamiento de los segmentos fue heterogéneo en esta etapa. Durante 2010 y 2011 tanto las compras de vehículos finales como de autopartes dinamizaron las mayores importaciones, así como ambos segmentos motorizaron la caída de 2012. En 2013, las mayores compras fueron explicadas exclusivamente por el incremento de vehículos finales, dado que se contrajeron las compras de autopartes. En 2013, la expansión de la demanda interna explicó el récord histórico de las ventas de automóviles. En 2013, la expansión de la demanda interna explicó el récord histórico de las ventas de automóviles, siendo mayor en el caso de los de origen importado, que aumentaron a una tasa promedio de 24% i.a., mientras que las ventas de autos nacionales creció a tasas menores (16% i.a. en promedio). En cuanto a la participación de mercado, en esta etapa Brasil perdió un punto porcentual respecto a las etapas anteriores, aunque continuó acaparando buena parte de nuestro mercado, con el 43% de las ventas locales. GRÁFICO 7 Saldo bilateral, exportaciones e importaciones En millones de dólares y variación % interanual Fuente: elaboración propia en base a datos de Comercio Exterior. 8.000 80% 4.000 40% 0 0% -4.000 2010 2011 Saldo automotriz Importaciones a Brasil (eje der) D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 -40% 2012 2013 Exportaciones a Brasil (eje der) - 22 - El período 2010-2013 consistió entonces en una etapa de crecimiento (aunque no sostenido) del intercambio comercial entre ambos países. El comercio regulado por el coeficiente de compensación de 1,95 nunca superó este límite. De manera similar a lo ocurrido en la primera etapa, al observar la relación entre las importaciones y exportaciones en cada segmento se aprecia que las compras de autopartes siempre superaron a las ventas en mayor medida que la permitida por el coeficiente de compensación flex, mientras que la relación entre los vehículos finales ayudó a compensar el desajuste de las autopartes, dando como resultado un comercio total dentro de los parámetros establecidos por el régimen. GRÁFICO 8 Relación entre las importaciones y exportaciones del complejo automotriz y el coeficiente de compensación Durante 2014 se observó una fuerte contracción del comercio bilateral. En proporción (importaciones/exportaciones) Fuente: elaboración propia en base a datos de Comercio Exterior. 3,5 3,0 2,5 Flex = 1,95 2,0 1,5 1,0 0,5 0,0 2010 2011 FLEX Vehículos Finales FLEX Automotriz 2012 2013 FLEX Autopartes Antiguo FLEX (1,95) • Año 2014 El último período bajo análisis corresponde al año 2014. Durante este año se observó una fuerte contracción del comercio bilateral, promovido tanto por las menores ventas a Brasil, como por las menores compras realizadas desde dicho país. Si bien en parte las variaciones negativas se encuentran explicadas por el efecto base de comparación que otorga el año 2013 -en el que se dieron los mayores picos de producción, ventas y comercio en ambos países- esta razón no es suficiente para explicar las fuertes reducciones producidas en 2014. Las exportaciones hacia nuestro mayor socio comercial cayeron 18% i.a., asociado principalmente a las menores ventas de vehículos finales y, en menor medida, de autopartes. Por su parte, las importaciones retrocedieron 34% i.a., también impulsadas por la merma en la compras de autos. Las menores exportaciones se encuentran asociadas a la caída del nivel de actividad D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 23 - de Brasil, afectando particularmente la demanda de vehículos importados, la cual cayó 13% i.a. Pero además, Brasil redujo más sus compras desde nuestro país que desde el resto del mundo, dando como resultado una pérdida de un punto porcentual de la participación argentina en el mercado brasilero, que en 2014 representó 9,5%. Esta situación, que ya se vislumbraba a mediados del año en cuestión, llevó a que en el acuerdo firmado en junio de dicho año se acordara mantener los valores de participación de mercado de la etapa previa, alrededor de 11% del mercado en Brasil. La actividad económica tiene una notable influencia sobre la venta de vehículos importados y también en la dinámica de ventas de autos nacionales. La caída de las compras del complejo automotriz estuvo vinculada a la depreciación del tipo de cambio ocurrida a principios del año en Argentina y al efecto del impuesto a los vehículos de alta gama, que generaron un fuerte aumento en los precios, reduciendo la demanda de los mismos. Las ventas cerraron el año con una caída interanual de 36%, con más intensidad para las ventas de importados (-44% i.a.) que de nacionales (-24% i.a.). Este desenvolvimiento puede explicarse en parte por el impacto del plan Pro.Cre.Auto, que promovió las compras de vehículos de producción nacional12. La industria automotriz presenta una fuerte integración hacia el interior de la región, distribuyéndose la producción de autopartes entre los principales países. Por su parte, la dinámica de las importaciones de autopartes estuvo explicada por el comportamiento de la producción nacional con destino a Brasil y la producción destinada al mercado interno. La caída de la actividad del sector para 2014 se ubicó en 22% i.a. Por último, debido a que la caída de las importaciones fue casi el doble que la contracción de las exportaciones, luego de cuatro años de profundización del desbalance comercial el 2014 cerró con un resultado comercial bilateral modestamente positivo para el complejo automotriz. A partir de lo expuesto hasta el momento, queda en evidencia cierta permeabilidad del Régimen Automotriz a diversas políticas unilaterales. Asimismo, si bien se observa un fuerte crecimiento en los volúmenes producidos y comerciados entre Argentina y Brasil entre ambas puntas del período analizado, el intercambio sigue siendo desigual y sensible al crecimiento brasilero. 6. La integración regional en el sector autopartista La industria automotriz presenta una fuerte integración hacia el interior de la región, distribuyéndose la producción de autopartes entre los principales países. Es por eso que resulta pertinente analizar cómo se desarrolla dicho comercio y qué rol juega cada país en la cadena de valor regional. En efecto, los países que se destacan dentro de la región por el tamaño de sus parques automotores son Brasil, México y Argentina, registrando una producción anual en 2013 de 3,7 millones, 2,9 millones y 791 mil automóviles, respectivamente. En lo que respecta al sector autopartista regional, en un año se comercializan más de 8 mil millones de dólares, según los datos de Comtrade para el año 2013, lo cual representa casi el 20% del comercio total anual del sector automotriz intra-región. Del total de autopartes comercializadas en 2013, Brasil es responsable de más del 60% de las exportaciones a la región, seguido por Argentina que representa un 26% D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 12. Un análisis presentado por ADEFA (2014) muestra el impacto que tuvo el programa de créditos hasta el momento: permitió que aquellos vehículos incorporados en el programa aumentaran levemente sus ventas, o al menos cayeran en menores proporciones que el resto de los automóviles. - 24 - del total de autopartes exportadas y México qué abarca el 10% del total de ventas. En lo que respecta a las importaciones, Argentina es responsable de más de la mitad de las compras intra-región, abarcando el 52% del total de autopartes importadas, seguido por Brasil que representa el 35% y por México con un 10% de las compras. GRÁFICO 9 Participación por país en el comercio intra-regional de autopartes. Año 2013 En porcentaje Fuente: elaboración propia en base a datos de Comtrade. EXPORTACIONES Paraguay 0% IMPORTACIONES Uruguay Mexico 10% 1% Argentina Uruguay Paraguay 1% 1% Mexico 10% 27% Argentina 53% Brasil 35% En lo que respecta a las importaciones, Argentina es responsable de más de la mitad de las compras intra-región, abarcando el 52% del total de autopartes importadas. Brasil 62% Si se comparan estos porcentajes con los datos de comercio intra-región de vehículos finalizados, se observa la necesidad de importación de autopartes de Argentina para la exportación de automóviles, ya que nuestro país es el responsable del 42% de las ventas de unidades terminadas hacia la región, seguido de Brasil, con 40%, y México, con 17%. En lo que respecta a las importaciones de vehículos terminados, Brasil es el principal comprador intra-región, abarcando el 53% de las compras, seguido por Argentina que representa el 40%. Resalta la baja participación de México en las importaciones intra-región, ya que sólo compra el 4% de los vehículos terminados producidos en estos países. Para diferenciar los distintos componentes de un automóvil, a continuación se muestra un mapa de flujo comercial de autopartes intra-regional, destacando las principales autopartes comercializadas por cada país y su destino. Dentro de ellas se observa como Argentina se presenta como principal socio comercial de Brasil, exportando hacia ese país principalmente cajas de cambio y carrocerías, mientras que las compras principales de nuestro país desde Brasil corresponden a chasis, frenos, neumáticos y motores. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 25 - GRÁFICO 10 Flujo comercial representativo intra-regional de principales autopartes. Año 2013 Por tipo de autoparte Fuente: elaboración propia en base a datos de Comtrade. 2,9 Milllones Motores Cajas de cambio Autos Fabricados Paragolpes Chasis 3,7 Milllones Motores Autos Fabricados Motores Neumáticos Cajas de cambio Airbags Frenos Paragolpes Motores 791 Mil Autos Fabricados lo que determina en definitiva el comercio intra-regional de autopartes son las decisiones de producción que toman las distintas empresas terminales establecidas en los distintos países. Paragolpes Carrocerías Cajas de cambio Si bien en cada país se destacan algunas autopartes comercializadas dentro de la región, no existe una exclusividad de producción de autopartes por país, ya que un mismo componente puede ser exportado e importado por un mismo miembro de la región para la producción local de distintos modelos de automóviles. Esto expone una situación que prevalece en toda la región: lo que determina en definitiva el comercio intra-regional de autopartes son las decisiones de producción que toman las distintas empresas terminales establecidas en los distintos países. A continuación se detalla la participación de cada país en las compras de las principales autopartes comerciadas intra-región entre 2010 y 2014: D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 26 - GRÁFICO 11 Participación de las principales autopartes en las importaciones autopartistas totales intra-región, participación de cada país en las importaciones de cada rubro y participación del principal proveedor de cada rubro en cada país importador. Período 2010-2014. Fuente: elaboración propia en base a datos de Comtrade. Participación de principales autopartes importadas intra-región 50% Brasil 96% 25% Brasil 97% 28% 10% Participación de la autoparte en las importaciones autopartistas totales 10% Participación del país en las importaciones de la autoparte Arg 10% Participación del principal proveedor en las importaciones del país 23% Arg 65% 2% Brasil Resto Motores Argentina México 54% 32% Arg 90% Brasil 90% 18% Cajas de cambio Brasil 13% Brasil 70% 1% Argentina México Resto 13% 10% El componente automotor MÁS COMERCIADO intraregionalmente son los motores, abarcando 28% del total, siendo Argentina el principal demandante. 72% Brasil 98% 5% Mex 76% Brasil 99% Brasil México Frenos Argentina 5% Resto 85% Brasil 99% 13% 4% Brasil 99% 2% México Resto Chasis Argentina 72% Arg 98% 21% Brasil 99% 2% Carrocerías 5% 2% Bra Brasil México Argentina Resto 56% Brasil 95% 26% Arg 56% 8% Otros Argentina Brasil D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 10% 7% Brasil 97% México Resto - 27 - El componente automotor transado intra-regionalmente con mayor peso dentro de las autopartes son los motores, abarcando 28% del total, siendo Argentina el principal demandante con el 50% de las compras, de las cuales el 96% provienen de Brasil. México compra el 25% de los motores transados en la región, de los cuales el 97% provienen desde Brasil. Estos datos resaltan el rol de Brasil como exportador de motores en la región, aunque no está exento de comprarlos, ya que abarca el 23% de las importaciones de motores totales, siendo el 65% provenientes desde Argentina. El segundo componente con mayor peso dentro del comercio intra-regional del complejo autopartista son las cajas de cambio, ya que el 18% de las compras totales dentro de la región corresponden a ellas. En este rubro, Brasil es el principal demandante, abarcando el 54% de las compras siendo el 90% de ellas provenientes de Argentina, denotando el perfil exportador de nuestro país en este tipo de autopartes. Por su parte, Argentina adquiere el 32% de las importaciones de este componente siendo el 90% de estas provenientes de Brasil, comprobando la fuerte integración comercial entre ambos países aún en un mismo rubro de autopartes. Cómo se observa en el Gráfico 9, en el tercer y cuarto componente con mayor peso dentro de las compras intra-región, los cuales representan el 5% y 4% de las importaciones totales de autopartes de la región en su totalidad, se observa un fuerte rol importador de Argentina como comprador de frenos y chasis provenientes desde Brasil, abarcando el 72% y 85%, respectivamente, de las importaciones totales de estos componentes en la región. resulta relevante analizar el comercio intra-empresa para poder conocer con mayor precisión el comportamiento de éstas en la cadena regional de valor del sector. En lo que respecta a las carrocerías, que abarcan el 2% de las importaciones totales de autopartes de la región, claramente Brasil es el principal comprador, abarcando el 72% de las compras de este componente, ya que el 98% de estas proceden desde Argentina, mientras que el 21% de las importaciones corresponden a compras de México provenientes desde Brasil. Por último, agrupando otras autopartes compradas intra-regionalmente, que abarcan el 8% de las importaciones autopartistas totales, Argentina abarca el 56% de ellas, siendo Brasil el principal proveedor, seguido por Brasil que representa el 26%, siendo el 56% de sus compras provenientes desde Argentina. Por su parte, México participa en el 10% de las importaciones de este grupo, siendo Brasil su principal vendedor. 6.1 El comercio automotriz regional intra-empresa La dinámica del comercio intra-región de autopartes responde principalmente a las decisiones de producción que realizan las empresas trasnacionales instaladas en la zona y la relación de estas con sus proveedores y sus filiales en los distintos países. Es por esto que resulta relevante analizar el comercio intra-empresa para poder conocer con mayor precisión el comportamiento de éstas en la cadena regional de valor del sector. A partir de las principales empresas fabricantes se realiza un análisis diferenciado para poder determinar cuáles de ellas presentan mayor integración nacional de piezas y autopartes y cuáles dependen en mayor medida de la importación de autopartes para la fabricación de sus automóviles. A su vez, este abordaje se contrastará contra las exportaciones de dichos vehículos terminados para así determinar las empresas que representan un costo de divisas para el país por producir en nuestro territorio y cuáles representan un superávit. Si bien la participación en la producción nacional de las siete principales empresas D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 28 - fabricantes se encuentra distribuida homogéneamente, la composición de autopartes por vehículo (distinguiendo entre locales y extranjeras) difiere notablemente, siendo el promedio general un 34% de autopartes producidas localmente y un 66% de autopartes importadas. De las siete empresas con mayor producción, la empresa A es la de mayor integración de autopartes nacionales, con un 47% de autopartes nacionales y un 53% de autopartes importadas, y es la anteúltima en términos de producción para el año 2013. En tanto la empresa con menor nivel de integración de autopartes (la G) alcanza sólo un 22% de componentes nacionales y un 78% de autopartes importadas, siendo esta la quinta empresa entre las que mayor producción de automóviles registró en 2013. GRÁFICO 12 Composición de autopartes por vehículo según procedencia, por empresa radicada en Argentina. Año 2013 Fuente: elaboración propia en base a datos de Comercio Exterior. 100% 90% 80% 70% 53% 58% 59% 60% 75% 76% 77% 78% 25% 24% 23% 22% la composición de autopartes por vehículo (distinguiendo entre locales y extranjeras) difiere notablemente, siendo el promedio general un 34% de autopartes producidas localmente y un 66% de autopartes importadas. 50% 40% 30% 20% 47% 42% 41% 10% 0% Empresa A Empresa B Empresa C Empresa D Empresa E Empresa F Empresa G Autopartes Importadas Autopartes Nacionales Si bien aproximadamente la mitad de la producción local se exporta hacia el interior de la región, no todas las empresas automotrices tienen el mismo perfil exportador de automóviles terminados. Mientras algunas abarcan aproximadamente el 20% de las exportaciones totales del país de vehículos finales, según el promedio del período 2010-2014, otras participan apenas del 7%. Es interesante analizar cuál es el balance comercial de cada empresa contemplando tanto las autopartes que requieren para la producción de sus vehículos como los automóviles terminados que exportan e importan, ya que como se mencionó anteriormente, participar de la cadena global de valor de un determinado bien puede tener consecuencias en la balanza comercial de un país. El siguiente gráfico muestra las empresas que representan un superávit comercial para el país en su participación de la cadena global de valor y aquellas que representan un déficit comercial: D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 29 - GRÁFICO 13 Resultado comercial de autopartes y vehículos terminados, por empresa radicada en Argentina. Año 2014 En millones de dólares Fuente: elaboración propia en base a datos de Comercio Exterior. 2.000 1.500 1479 1.000 738 364 500 240 61 0 -9 -500 -373 -448 -1.000 -1.500 Todas las empresas tienen resultados negativos en lo que respecta al comercio de autopartes. 100 -208 -217 -114 -331 -394 -294 -375 -489 -359 -689 -955 -1418 -2.000 Empresa D Empresa B Empresa G Empresa A Empresa E Empresa F Empresa C Resultado autopartes Resultado Vehículos Resultado Total Todas las empresas tienen resultados negativos en lo que respecta al comercio de autopartes, lo que denota la baja integración de las autopartes nacionales en la producción nacional. Sólo una empresa presenta superávit comercial entre las autopartes que importó y los automóviles terminados que exportó, siendo esta a su vez la que menor cantidad de automóviles produjo en 2013. Este resultado positivo se explica por el fuerte rol exportador que tiene la filial argentina de la empresa, ya que la integración de autopartes nacionales en su producción es una de las más bajas del mercado, lo que deriva en tener también el principal déficit de autopartes. Por otra parte, el déficit comercial de la empresa con menor déficit en 2014 (empresa B) - de apenas U$S 9 millones se explicó principalmente por la mayor integración nacional de autopartes en su producción y por la elevada participación en las exportaciones de vehículos, aunque compensado por el alto perfil importador de automóviles terminados de la empresa. En el otro extremo se encuentran las empresas que evidencian elevado déficit comercial para el país, debido al resultado negativo en ambos conceptos (autopartes y vehículos finales). Es importante remarcar que las tres empresas con mayor déficit comercial son, a su vez, las empresas que lideran la producción nacional de automóviles. A modo de síntesis, presentamos la siguiente matriz de comercio exterior por empresa fabricante de automóviles radicada en Argentina donde se combina el resultado de su balanza comercial, el porcentaje de componentes nacionales utilizados por vehículo y su participación en la producción local. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 30 - GRÁFICO 14 Matriz de comercio exterior intra-firma. Año 2014. En millones de dólares y porcentaje de autopartes nacionales Superávit comercial intra-empresa -> Fuente: elaboración propia en base a datos de Comercio Exterior. <- Déficit comercial intra-empresa 0% Cuadrante II. Empresas con superávit comercial y bajo porcentaje de componentes locales 900 700 Cuadrante I. Empresas con superávit comercial y alto porcentaje de componentes locales 500 300 Empresa D 100 10% 20% 30% -100 Empresa G Empresa E -300 Empresa 3 40% 50% 60% Empresa A -500 -700 Cuadrante III. Empresas con déficit comercial y bajo porcentaje de componentes locales Empresa B -900 <- Menor porcentaje de componentes nacionales Empresa C Cuadrante IV. Empresas con déficit comercial y alto porcentaje de componentes locales Mayor porcentaje de componentes nacionales -> el conjunto de empresas fabricantes de automóviles debe seguir avanzando hacia una mayor integración nacional y mejoras en términos de balance comercial. En el cuadrante I (arriba a la derecha) se sitúan las empresas que tienen un superávit comercial y que a su vez presentan una mayor participación de las autopartes nacionales en su producción. Estas empresas, que llamaremos “Autosustentables en términos de divisas y traccionadoras”, son las que generan mayor valor agregado, ya que motorizan la economía local mediante la compra de autopartes a otros proveedores locales y también generan mayor entrada de divisas como consecuencia de su balance comercial positivo intra-firma. En el cuadrante II (arriba a la izquierda) se encuentran las empresas que también tienen un superávit comercial pero que su producción muestra un nivel de integración con las autopartes locales bajo, requiriendo la importación de estos productos intermedios para la finalización de los automóviles. Estas empresas, que llamaremos “Autosustentables en términos de divisas y principalmente ensambladoras”, son armadoras con bajo valor agregado en la economía, pero con un importante perfil exportador hacia la región, lo que deriva en sus resultados positivos en el balance comercial intra-firma. En el cuadrante IV (abajo a la derecha) se ubican las empresas que muestran una mayor participación de los componentes nacionales en su producción pero que sin embargo no exhiben resultados comerciales totales positivos, ya sea por su baja participación en las exportaciones del sector o por la elevada importación de vehículos finales. Estas empresas, que llamaremos “Dependientes en términos de divisas y traccionadoras” generan cierto encadenamiento hacia atrás en la economía local, agregando valor a la producción, pero a costa de una pérdida de divisas para el país. Por último, en el cuadrante III (abajo a la izquierda) se hallan las empresas que además de tener en su producción una baja participación de las autopartes nacionales, su resultado comercial total resulta ser deficitario. Estas empresas, que llamaremos “Dependientes en términos de divisas y principalmente ensambladoras”, no agregan valor a la economía, siendo principalmente armadoras de las autopartes que importan, a la vez que se ocupan mayoritariamente de vender internamente vehículos importados terminados antes que de exportar hacia la región los vehículos terminados localmente. Si bien son generadoras de empleo, estas empresas representan un elevado costo para el país en términos de divisas sin que traccionen eslabones claves de la economía. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 31 - Siguiendo el análisis de esta matriz, podríamos definir cuatro grupos de empresas. En un primer grupo, se encuentran las empresas A y B, que si bien aún no alcanzan un superávit comercial intra-firma, se ubican muy próximos al cuadrante I. El siguiente paso para estas dos empresas sería potenciar su perfil exportador para lograr ser autosustentables en términos de divisas. En un segundo grupo podríamos incluir a la empresa D que, si bien es la única empresa autosustentable en términos de divisas, aún no ha logrado integrar a su producción un elevado porcentaje de componentes locales, lo cual hace que su dependencia respecto de las autopartes importadas, así como su requerimiento de divisas para importarlas, sea elevado. El siguiente paso para esta empresa sería avanzar en dicha integración nacional para lograr mayor tracción en los eslabones locales de la cadena y menor dependencia externa. En un tercer grupo encontramos a la empresa C que, si bien presenta una elevada integración con las autopartes locales, exhibe el déficit comercial intra-firma más elevado. Es por esto que dicha empresa debería reforzar su rol de exportador e incluir en sus líneas de producción local algunos modelos que en la actualidad importa terminados desde otros países de la región. Por último, en un cuarto grupo se presentan las empresas que menor valor generan en la economía local y que mayor costo en términos de divisas representan para el país. Este grupo estaría conformado por tres empresas (E, F y G). Si bien estas empresas deberían avanzar tanto en la integración de autopartes locales para su producción como en su auto-sostenibilidad de divisas, creemos que deberían privilegiar esta última vía mediante el reemplazo de modelos terminados actualmente importados por su incorporación en sus líneas de producción local, combinándolo con un refuerzo de su perfil exportador en la región. En una segunda etapa, debido a que requiere mayor tiempo para lograrlo, deberían avanzar hacia una mayor utilización de componentes locales para la producción de estos vehículos. Resulta ineludible estudiar el comercio automotriz bilateral entre Argentina y Brasil desde una perspectiva regional. En resumen, de las siente principales empresas productoras de autos finales en el país, tres se encuentran cerca de los cuadrantes positivos –aunque en un caso persiste la necesidad de ampliar la integración local de autopartes y en los otros dos de mejorar la balanza comercial de las empresas. A estas últimas se puede sumar una empresa que, con similar proporción de componentes nacionales, tiene un déficit de balanza comercial muy abultado. Por otra parte, tres empresas aún tienen un largo camino por recorrer en ambos aspectos. Más allá de este análisis diferenciado por empresa, el conjunto de empresas fabricantes de automóviles debe seguir avanzando hacia una mayor integración nacional y mejoras en términos de balance comercial. 7. REFLEXIONES FINALES A lo largo del presente documento se analizó la dinámica comercial del sector automotriz de Argentina, principalmente en su relación bilateral con Brasil, desde una perspectiva de integración regional dentro de un enfoque de cadena global de valor. Se examinaron los distintos hitos históricos que marcaron esta relación así como las principales políticas públicas que se implementaron en ambos países para impulsar y fortalecer al sector regional y localmente. Resulta ineludible estudiar el comercio automotriz bilateral entre Argentina y Brasil desde una perspectiva regional, ya que la producción del sector a nivel mundial toma la forma de distintas cadenas de valor principalmente acotadas a un área particular compuesta por una cierta cantidad de países, lo que hace que sea más acertado hablar de cadena regional de valor para este sector. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 32 - Los beneficios para una región de albergar a la industria automotriz en su territorio son múltiples, principalmente porque es una de las llamadas industrias “impulsoras”, es decir que tracciona otros sectores de la economía para abastecerse de insumos y componentes para la fabricación de vehículos. Esto desarrolla un entramado productivo en la región, generando puestos de trabajo, fomentando la generación de conocimiento tecnológico y disminuyendo el precio de los automóviles, entre otros efectos positivos. La industria automotriz a nivel regional ha tenido un comportamiento sumamente positivo en las últimas dos décadas, explicado en parte por el marco regulatorio establecido en la primera mitad del período que generó las condiciones favorables para la inserción de las fábricas terminales, y por otra parte por el fuerte crecimiento económico que experimentó la región en la segunda mitad del período, que mejoró significativamente el nivel de ingresos de la población e impulsó la demanda de la industria. El comercio intra-regional ha crecido sostenidamente en las últimas dos décadas, explicado principalmente por el comercio bilateral entre Argentina y Brasil. Esto ha derivado en una fuerte dependencia mutua entre estos países, afectando la evolución del mercado interno de un país respecto del comportamiento del mercado interno de su socio comercial. Esta dependencia impacta mayormente en Argentina debido a la diferencia de tamaño de ambos mercados, ya que el mercado brasilero equivale a casi cuatro veces el argentino. Es por esto que sería importante, como primer desafío, que nuestro país avance en las relaciones bilaterales con otros países, como México y Colombia (cuya industria automotriz se encuentra en fuerte expansión), y así evitar que los vaivenes de la economía brasilera amenacen el desempeño de la industria local. Los beneficios para una región de albergar a la industria automotriz en su territorio son múltiples, principalmente porque es una de las llamadas industrias “impulsoras”. Sin perjuicio de ello, hacia adentro de la región, los efectos pueden ser dispares entre los distintos países que conforman el área de alcance de la cadena regional de valor, reservando eslabones de mayor producción industrial y agregación de valor para ciertos países y eslabones de ensamblaje y baja agregación de valor para otros. Se observa que en la región existe una distribución heterogénea de las instancias de la cadena de producción en los distintos países del área, en la cual Argentina muestra un desequilibrio en el comercio regional de autopartes, siendo el principal importador de componentes intra-región. Esta situación deja en evidencia el bajo porcentaje de integración de autopartes nacionales en la producción automotriz local, cuyo promedio general de las principales empresas fabricantes se ubica en torno al 34%. Un segundo desafío para nuestro país sería avanzar en la producción e integración de componentes locales en las fábricas automotrices establecidas, por ejemplo en los rubros de frenos y chasis, ya que son los que presentan los desbalances más profundos y que actualmente se importan casi en su totalidad desde Brasil. La distribución de las distintas instancias de la cadena de producción en los países de la región se encuentra determinada principalmente por decisiones estratégicas de cada empresa automotriz fabricante. Es por esto que resulta primordial analizar el comportamiento de estas empresas por separado para comprender la dinámica del sector y sus efectos en el país. Se diferencian cuatro grupos de empresas en Argentina según su dinámica comercial intra-firma: las empresas “Autosustentables en términos de divisas y traccionadoras”; las empresas “Autosustentables en términos de divisas y principalmente ensambladoras”; las empresas “Dependientes en términos de divisas y traccionadoras”; y por último las empresas “Dependientes en términos de divisas y principalmente ensambladoras”. D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 - 33 - Esta dependencia de autopartes extranjeras genera un elevado costo en términos de divisas para Argentina. Es por ello que el conjunto de empresas deberían asegurar su auto-sostenibilidad de divisas a partir de su comercio intra-firma, ya sea fortaleciendo su perfil exportador de automóviles terminados hacia otros países de la región, o bien incorporando ciertos modelos que en la actualidad se importan finalizados en sus líneas de montaje locales. Lograr la auto-sostenibilidad en términos de divisas de cada una de las empresas automotrices sería el tercer desafío hacia el que deberían dirigirse los esfuerzos en Argentina, para así continuar desarrollando y fortaleciendo la actividad de la industria automotriz local sin que esto represente una amenaza hacia el nivel de reservas. El avance en estos tres desafíos planteados determinará en gran medida la evolución en los próximos años del sector automotriz a nivel nacional y los efectos que tendrá sobre nuestro país su desarrollo D O C U M E N TO D E T R A B A J O N º 10 Esta dependencia de autopartes extranjeras genera un elevado costo en términos de divisas para Argentina. Es por ello que el conjunto de empresas deberían asegurar su auto-sostenibilidad de divisas a partir de su comercio intra-firma. - 34 - BIBLIOGRAFÍA Arndt, S. y Kierzkowski, H. (2001), Fragmentation: New Production Patterns in the World Economy. Oxford University Press. Arza, V. y López A. (2008), “El caso argentino”. En: López, A., Arza, V., Laplane, M., Sarti, F., Bittencourt, G., Domingo, R., Rieg, N.: La industria automotriz en el Mercosur. Serie Red Mercosur N° 10, pp. 53-146. Avellaneda, B., Araya, E., Terrera, T., Brennan, C., Escobedo, A., y Pérez, L. (2006), “MERCOSUR Automotriz: desafíos y dilemas”. 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