Imagina que son las 10 de la mañana y al pasar por la escuela que

© UNICEF-RD/Pedro Guzmán
Imagina que son las 10 de la mañana y al pasar por la escuela que está en la esquina de tu
casa decides entrar a conocerla. Caminas por pasillos de colores alegres y vas viendo que en
las aulas están Laura, la hija de la modista, Pedrito, el que trabajaba como limpiabotas,
Daniela, la hermana de Juan, que había abandonado la escuela hacía años, y hasta Julito en
su silla de ruedas. Están todos allí, todos los niños, niñas y adolescentes de tu barrio.
Algunos están cantando, otros aprenden a resolver ecuaciones y otros disfrutan corriendo en
el patio. Hay agua potable en las llaves y los inodoros están limpios. Y es en ese momento
cuando te das cuenta de que el sueño anhelado de una educación para todos y todas se ha
hecho realidad.
El Día Internacional de los Derechos Humanos se celebra el 10 de diciembre en todo el
mundo para conmemorar la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948. Los derechos humanos
son derechos inherentes a la dignidad humana y, por eso, son universales, indivisibles e
interdependientes, lo que significa que pertenecen a todas las personas del mundo por igual y
que el incumplimiento de uno de ellos afecta negativamente a todos los demás.
Queremos aprovechar este día tan importante para llamar la atención sobre el derecho
humano a la educación, el derecho que tienen todos nuestros niños, niñas y adolescentes, sin
distinción de raza, sexo, origen, color o estatus social, a adquirir de forma gratuita los
conocimientos y habilidades necesarias para el pleno desarrollo de sus capacidades.
La educación juega un papel determinante en la vida de las personas, pues un mayor nivel de
educación se traduce en mayores ingresos económicos, más salud y por tanto, una vida más
larga. La educación ayuda a romper el círculo de la pobreza, facilita el acceso a niveles
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superiores de formación y promueve la equidad de género. También abre las puertas al
ejercicio de otros derechos y determina la prosperidad de una nación.
Por esa razón, aplaudimos que el Presidente Danilo Medina haya cumplido su compromiso de
asignar en el presupuesto del Gobierno el 4% del PIB a la Educación. Este es un paso
necesario para alcanzar ese sueño común de millones de dominicanos y dominicanas de
participar en el progreso de una sociedad libre, democrática y justa. El gran reto ahora
consiste en lograr ese objetivo, gestionando de manera transparente y eficiente un
presupuesto de 99.600 millones de pesos para mejorar sustancialmente la calidad y cobertura
de la educación en el país.
El sistema educativo de República Dominicana tiene que sentar las bases para ofrecer a todos
los niños, niñas y adolescentes iguales oportunidades de aprendizaje y que esos aprendizajes
sean útiles para una sociedad global. Por eso, queremos dar protagonismo a los beneficiarios
directos del incremento presupuestario y de la reforma educativa y recordar hoy a los miles
de niños, niñas y adolescentes que están fuera de la escuela porque no están inscritos en el
registro civil, porque han sufrido violencia, porque trabajan, porque no pudieron seguir
estudiando por falta de aulas en sus comunidades, porque tienen capacidades diferentes,
porque quedaron embarazadas, en definitiva, a los más excluidos y marginados.
El Ministerio de Educación, las organizaciones de la sociedad civil, el sector empresarial, los
sindicatos de profesores, las asociaciones de padres y madres y las agencias de cooperación
debemos aprovechar esta oportunidad histórica y trabajar juntos para hacer este sueño
realidad. La Iniciativa Dominicana por una Educación de Calidad (IDEC) quiere contribuir a
lograr que el aumento de la inversión redunde en mejores niveles de calidad. Para ello, se
están definiendo las acciones prioritarias de las 10 políticas educativas y se está diseñando un
mecanismo único de monitoreo y seguimiento, en el que participarán distintos actores del
sistema, los donantes activos en el sector y la sociedad dominicana.
¡Hoy estamos más cerca de la escuela de la esquina!
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