Fiesta de la familia, del amor y la vida

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“Familias al servicio de la Familia”
Cartilla N
359
Diciembre de 2015
Fiesta de la familia, del amor y la vida.
“Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va
a buscar al niño para matarlo” (Mt 2,13)
P. Ricardo Facci
Diciembre, un mes que mundialmente es muy especial. Para muchos, es el último mes del año y
nada más. Éstos se preparan solamente para recibir un año nuevo. Para otros, es un mes de encuentros
empresariales, de amigos, de familiares, de compromisos sociales, para despedir el año y para darle
algún color a la previa de una fiesta que llaman “navidad”, sin saber bien, por qué. Para los cristianos, es
el mes en el que celebramos el misterio de la Encarnación, donde se contempla el inmenso gesto, de
parte de Dios, de bajarse hasta la misma naturaleza humana para salvarnos.
Vivimos la fiesta de la vida y la familia, manifestada en varias fechas: la Sagrada Familia, base de
la espiritualidad de los miembros del hogar; los Santos Inocentes, fiesta del triunfo del martirio, el paso
del sufrimiento injusto al gozo eterno del Señor; Navidad, donde las familias celebran el misterio de la
Encarnación.
Con la Sagrada Familia, cada hogar, se expresa en un amor que se manifiesta gratuito, acogedor y
con inmensa entrega. Por esto, la familia reconoce, respeta y valora, por sí mismo, a cada miembro, por
el hecho de ser persona, en su ser de esposa, esposo, padre, madre, hijo, hermano o abuelo.
Fundamentalmente, porque cada uno de ellos, necesita una casa, un ámbito acogedor donde desarrollar
la vida. La clave es saberla construir. Realizar un hogar donde se experimente ser acogido y
comprendido. Además, en el convivir cotidiano del ámbito familiar se aprende, también, la fraternidad y
la sociabilidad, necesario para que la familia no quede cerrada en cuatro paredes, sino para que se abra
al mundo que le rodea. ¡Multipliquemos las Sagradas Familias en el mundo!
La celebración de los Santos Inocentes, es una ocasión para recordar a los niños martirizados por
Herodes y el dolor de cada familia ante la pérdida de su tesoro más preciado. Nos conduce a la misión de
la familia, que entre otros temas, está llamada a transmitir la vida y educar a los hijos, como comunidad
de vida y amor. Por esto, la familia es una institución de la que la sociedad no debe prescindir, bajo
ningún concepto. Ella está conformada por células, que es cada familia, si éstas enferman muere la
sociedad. Si le quitamos vida o amor a las familias, se enferman y se transforman en un verdadero
cáncer social, porque, en primer lugar, son un daño para sus integrantes.
Por otro lado, el amor de los esposos es base de la relación entre padres e hijos, que produce el
descubrimiento de ser hermanos, esto es, fruto del mismo amor, que porta intrínsecamente, una
relación de fraternidad, que conlleva una riqueza especial, el hecho de compartir un único amor: el de
los padres. En torno a esta celebración, tampoco puede olvidar la familia a los miembros débiles, porque
la familia, pequeña Iglesia, está llamada a servir a todos los que la forman, especialmente, los más
necesitados: la debilidad de un bebé, el acompañamiento a quienes tienen diferentes capacidades, los
enfermos y ancianos. La maravilla de la familia, es que desde esta experiencia, se convierte en escuela de
fraternidad y solidaridad, abriendo el horizonte hacia otras familias, para construir un mundo y una
sociedad mejor.
Servir al evangelio de la vida implica que, en Hogares Nuevos, se debe trabajar para que se valore
cada día más el don tan preciado y primero que recibió cada ser humano: la vida, en toda su extensión,
desde la concepción hasta la muerte natural.
Se contrapone a todo esto, una sociedad que oculta el doloroso sentimiento post-aborto que
tanto dolor y sufrimiento provoca en las mujeres que no apostaron por la vida, sea por la causa que
fuere. Siempre injustificada y desproporcionada entre el problema y la solución. Ningún problema puede
solucionarse con la muerte de otra persona. “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto;
quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Como en aquel
momento, está en peligro el mayor tesoro de la familia, el hijo. La vida del Hijo de Dios fue amenazada
desde su nacimiento, por la pobreza y la persecución. Herodes atentaba contra la vida del niño, y, al
verse burlado por los Magos, mandó matar a todos los niños de Belén y sus alrededores. Los Santos
Inocentes de Belén son los primeros de tantos niños inocentes, víctimas de los intereses egoístas de
muchos. Ninguna circunstancia, por dramática que sea, puede justificar el que se mate a un ser humano
inocente. No se soluciona una situación difícil con un “crimen abominable” (Gaudium et Spes, 51). ¡Qué
los Santos Inocentes nos hagan levantar banderas de VIDA, para que no mueran más inocentes en
nuestro mundo!
La Navidad, como fiesta de la familia y de la vida, es un grito profético frente a tantas amenazas y
asechanzas contra la familia. La familia sana es el fundamento de una sociedad libre y justa. En cambio,
la familia enferma descompone el tejido humano de la sociedad. Tenemos la oportunidad, en estos días
navideños de tantos encuentros de familia, de sentir ante el niño de Belén la llamada a amar más
nuestras familias, y servir y defender la vida humana, especialmente, cuando es débil e indefensa.
En estos días de Navidad, que traen a nuestra meditación el nacimiento y la infancia del Hijo de
Dios hecho hombre, y en la fiesta de la Sagrada Familia que ve amenazada la vida de su Hijo recién
nacido, sentimos el vivo deseo de reafirmar con energía que la familia, ¡toda familia!, está llamada a ser
santuario de la vida, lugar de acogida y amor para todos sus miembros.
Oración
Señor Jesús,
queremos estos días de espíritu navideño,
celebrar en familia nuestro compromiso Contigo,
y desde él, nuestro amor por la familia y la vida.
Es nuestro profundo deseo que te Encarnes en el corazón de nuestro hogar,
y, desde allí, nos enseñes y guíes a cuidar la familia,
amándonos cada vez más y respetando el don de la vida en cada uno de nosotros.
Que esta Navidad sea para nuestro hogar una renovación del compromiso
de multiplicar Tu Encarnación en muchas otras familias.
Gracias, por vivir entre nosotros. Amén.
Trabajo Alianza
1.- Cada miembro de nuestra familia, ¿se siente acogido por los demás?
2.- ¿Promovemos y defendemos el don de la vida, desde la concepción hasta el último instante?
3.- ¿Cómo preparamos en casa la Navidad para que sea verdaderamente una fiesta cristiana?
Trabajo Bastón
1.- ¿Qué rasgos espirituales podemos imitar en la Sagrada Familia?
2.- Enumerar diferentes atropellos en la actualidad, a la vida humana de muchos inocentes.
3.- ¿Qué significa preparar una Navidad cristiana para nuestras familias?
Les deseo a todos los Hogares Nuevos, una feliz y Santa Navidad, vivida en una
plena relación con el misterio de la Encarnación del Hijo, que bajó hasta nosotros
para salvación de cada hogar, proyectándolo hacia el Hogar del Cielo. Que 2016, nos
encuentre a todos trabajando para que cada familia sea un Hogar Nuevo.
PEREGRINACIONES PARA AGENDAR:
Julio de cada año, Camino de Santiago (España);
Julio 2016, JMJ Cracovia (Polonia);
Febrero 2017, Santuarios Marianos de Europa;
Febrero 2018, Tierra Santa (Israel) el viaje de la vida;
2019 Roma e Italia (Asís, P. Pío, Padua, Florencia, Venecia, Milán…)
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