24.8 X 31 • 36 PAG. O.T. 4947 CUBIERTA 31/DIC/14 Carlos Marianidis Mima Castro Paloma y Venustiano llegan a la ciudad dejando atrás el lugar en que nacieron. Su valor e ingenio les permitirá ganar el respeto y la admiración de sus compañeros. Acompáñalos en su aventura para llegar hasta el Palacio Legislativo de San Lázaro como representantes de su grupo. ¿Cómo lo lograrán? Carlos Marianidis nació en Buenos Aires, Argentina. Publicó cuentos, poemas, obras de teatro y novelas en Cuba, Colombia, México, Ecuador y Argentina. Fue premiado, entre otras instituciones, por la Universidad de Belgrano, la Embajada de Chile, Casa de las Américas y Naciones Unidas. Mima Castro nació en Neuquén, Argentina. Dibujó desde pequeña. Recibió formación plástica en los talleres de Felipe Noé, Oscar Smoge, Miguel Dávila y Aníbal Carreño. Siempre disfrutó dibujar, pintar, recortar y pegar. Pintó muchos 082675 9 786077 ISBN: 978-607-708-267-5 cuadros e ilustró más de cincuenta libros con imágenes plenas de color. 12/31/14 2:30 PM 349 INTS.pdf 1 11/10/14 4:56 PM 320.4 M334a 2014 Marianidis, Carlos A mano alzada / Carlos Marianidis ; ilus. de: Mima Castro — México : Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación : Cangrejo Editores, 2014. 36 p. : il. : 31 cm ISBN: 978-607-708-267-5 Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ISBN: 978-958-8296-57-9 Cangrejo Editores 1. Educación cívica – México 2. Cuentos infantiles – México I. Castro, Mima, il. II. Tít. III. Ser. © Cangrejo Editores, 2014 Transv. 93 No. 63-76, Int. 16, Bogotá D.C., Colombia. Telefax: (571) 276 6440; 541 0592 E-mail: cangrejoedit@cangrejoeditores.com www.cangrejoeditores.com © INTERNATIONAL BECAN S.A DE C.V. Actipan 36, P-2, 201. Col. Insurgentes Mixcoac. México, D.F. C.P. 03920 D.R. © Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Carlota Armero núm. 5000, colonia CTM Culhuacán, CP 04480, delegación Coyoacán, México, DF. Teléfonos 5728-2300 y 5728-2400 ISBN: 978-607-708-267-5 Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ISBN: 978-958-8296-57-9 Cangrejo Editores Preparación editorial: Cangrejo Editores Preprensa digital: Cangrejo Editores Textos: Carlos Marianidis Ilustraciones: Mima Castro Ilustraciones páginas 15 y 21: Germán Bello Vargas Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de esta versión, por cualquier medio, sin la autorización escrita del titular de los derechos correspondientes. A mano alzada legal con catalog.pdf 1 12/31/14 2:10 PM Autor: Carlos Marianidis Ilustraciones: Mima Castro 349 INTS.pdf 3 11/10/14 4:56 PM Queda prohibida toda discriminación motivada por: origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo primero. 349 INTS.pdf 5 11/10/14 4:56 PM Paloma deja las montañas Cuando los Zamudio vendieron la casa, se mudaron a la ciudad. Esto no significó nada para la más pequeña de las hijas, que apenas era más grande que un bebé. Pero sí fue un enorme cambio para la mayor, ya que pronto debería despedirse de esos queridos amigos que la acompañaban desde la guardería. Con apenas nueve años, Paloma cuidaba a su hermana como si fuera la propia madre. Todas las tardes, al volver de la escuela, la tomaba de la mano y salía a jugar con ella al jardín. O a los cerros, donde el eco de sus risas llegaba hasta el río. Y si notaba que tenía sueño, la acunaba entre sus brazos igual que a una muñeca, hasta hacerla dormir. Paloma era una niña muy alegre. Le gustaba estudiar y disfrutaba las mañanas en la escuela, donde siempre aprendía algo nuevo y correteaba con sus amigos. Hasta los días de lluvia le daban felicidad, porque le encantaba ver cómo las gotas de agua quedaban colgadas en los pinos. 6 349 INTS.pdf 6 11/10/14 4:56 PM Finalmente, a medida que se acercaba la hora de liar el petate, la niña sintió tristeza por tener que dejar sus montañas. Entonces, cuando subió al camión de la mudanza junto a sus padres, Paloma miró por la ventanilla y, con lágrimas en los ojos, se despidió de su valle. 7 349 INTS.pdf 7 11/10/14 4:56 PM Venustiano, el adiós al bosque La familia Atlaua, desde el mayor de los ancianos hasta el más pequeño de los nietos, vivía en el bosque. Y todos, de algún modo, eran hijos de los árboles. Porque de ellos recibían la sombra que aliviaba el calor en verano y un refugio contra el frío del invierno. De ellos sacaban madera para construir muebles y también el perfume que compraban las señoras de la ciudad. Mientras su padre le aserraba las ramas a un enorme árbol caído, Venustiano acariciaba su áspera corteza. —¿Quieres ayudarme? –preguntó el hombre. La sonrisa del niño resplandeció sobre la piel morena. —Bien. Entonces, despega con cuidado estos copales –señaló la mano de piel curtida– y guárdalos en aquella bolsita. Venustiano arrancó las blandas gotas que lagrimeaba el tronco por un costado. Entre más las calentaba el sol, más se perfumaba el aire del mediodía. Una hora después, con el saco lleno de esos trozos dorados, el niño se miró las manos pegajosas que olían a resina dulce. Y al final de la tarde, mientras su padre y su abuelo hablaban de él con orgullo, Venustiano comenzó el regreso al hogar. Los Atlaua habían trabajado en ese bosque desde la época de los mexicas, en el tiempo de las grandes pirámides. Todos estaban agradecidos por los regalos que daba la madre tierra y nadie quería irse de allí. Pero un día la crecida del río inundó la región. Así las cosas, los nativos debieron buscar –al menos por un tiempo– otro lugar para vivir. Y Venustiano abandonó ese paraíso para subirse a un tren con toda la familia, rumbo a la ciudad. 8 349 INTS.pdf 8 11/10/14 4:56 PM 9 349 INTS.pdf 9 11/10/14 4:56 PM Como sapos de otro charco Con una semana de diferencia, Paloma y Venustiano llegaron a su nueva escuela. Tarde, cuando ya todos se conocían entre sí. No es fácil mudarse. Y dejar atrás a los amigos queridos. Y entrar a un aula donde las clases comenzaron sin ti dos meses antes. Y que te miren como a un ser de otro mundo, mientras tú estás parado ahí, al frente, extrañando tus montañas o tu bosque. —¡Tenemos dos compañeritos nuevos! –anunció la maestra–. ¿Cómo los recibimos…? Nada más hubo dos o tres saludos desde los bancos. Alguna mano en alto, alguna sonrisa. El resto fue un silencio frío, casi de hielo. —Y ahora vamos a escucharlos, para saber cómo se llaman y de dónde vienen –agregó la señorita Clara. Al ver que el niño nuevo agachaba la cabeza y hacía unas marcas en el suelo con la punta de su zapato, Paloma se adelantó a presentarse. —¡Hola! –dijo–. Me llamo Paloma y soy… –Unas risas que venían del fondo del salón la interrumpieron. La maestra pidió silencio y el borboteo de voces terminó enseguida. Sin embargo, todos alcanzaron a oír una que quedó en el aire. —¡Es una paloma mensajera! La maestra volvió a pedir respeto. Pero se dio cuenta que la niña no quería hablar más. Entonces, tocó el hombro del niño. —Mi nombre es Venustiano –dijo él, con un hilo de voz. Y, otra vez, se escucharon las mismas risas, más fuertes. Velozmente, Venustiano giró la cabeza. Miró alrededor, igual que un águila en el borde de un peñasco. Y cuando clavó sus ojos en los que se estaban riendo de él, se hizo el silencio. –Mi nombre es Venustiano Atlaua –continuó el pequeño, con un gesto de guerrero en los labios apretados– y vengo de Morelos. 10 349 INTS.pdf 10 11/10/14 4:56 PM Un rumor recorrió el fondo. De pronto, ante otra mirada del desconocido, la clase entera enmudeció. —Y cuéntanos un poco –sonrió la señorita Clara– ¿cómo es allá? El niño puso las manos detrás de la espalda y miró, por la ventana, los lejanos edificios. Se llenó el pecho de aire, como si oliera la resina de un pino, soltó un pequeño suspiro y luego respondió: —Es todo verde. Mi casa estaba en el bosque. La maestra se paró en medio de sus nuevos alumnos y, acariciándole la cabeza a ambos, les explicó en qué trabajaba la clase. —Bueno… Ustedes están en un lugar nuevo, pero poco a poco, irán conociendo a sus compañeros y compañeras, se pondrán al día con la tarea y las cosas serán más fáciles, ya verán. Ahora, voy a contarles lo que estamos haciendo aquí para que participen con nosotros. ¿Comenzamos? 11 349 INTS.pdf 11 11/10/14 4:56 PM Un problema para resolver La maestra explicó que, semanas atrás, la clase se había dividido en cinco equipos de seis alumnos cada uno. Y cada equipo sería un partido. —¿Equipos? –preguntó Paloma, sin entender. —¿Partidos? ¿Igual que los partidos de futbol? –preguntó Venustiano. Y todos se rieron por lo bajo. —Veo que es un poco confuso, así que cambiaremos las palabras. Este curso se ha dividido en cinco grupos –sonrió la señorita Clara, mientras desplegaba sobre la pared un enorme mapa de México–. Dentro de unos meses habrá un congreso, una gran reunión a la que asistirán alumnos de todos los estados, desde Baja California hasta Yucatán. La idea es que cada niño hable de su región. De ese modo, nos conoceremos más. —¿Y quién va a ir de aquí? –se atrevió a preguntar Paloma. 12 349 INTS.pdf 12 11/10/14 4:56 PM Un rumor recorrió el aula y algunos compañeros se miraron. —Pues eso es lo que vamos a elegir entre todos: un representante –aclaró la maestra–. A ver, quién me ayuda y le dice a los compañeros lo que hemos aprendido. ¿Para qué sirve la política? —Para resolver los problemas de la gente –dijo Marta. —¡Correcto! ¿Cómo participamos? —Cada vez que hay elecciones –contestó Gabriela–, cuando ponemos el voto en una caja de cartón, para que después cuenten las boletas y sepamos quién ganó. La señorita Clara miró el techo y se quedó pensando un rato. Luego chasqueó los dedos. —Eso es lo que hacemos cada vez que elegimos un presidente, un gobernador, un presidente municipal. Pero, ¿se puede votar a cualquier edad? Un cuchicheo recorrió la clase hasta que David alzó la mano. —Hay que tener dieciocho años –dijo serio. Aunque enseguida miró a su maestra con una sonrisa–. Pero nosotros vamos a jugar a que somos ciudadanos y ya podemos votar. —¡Bien dicho! –festejó Clara–. Ahora, solamente falta saber a qué grupo van a entrar Paloma y Venustiano. De pronto, todo fue silencio. En algunos bancos, las cabezas de los niños se escondieron dentro de los cuadernos. En otros, miraron el mapa. Y al resto le dio ganas de acomodar los útiles debajo de las mesas. La maestra miró a cada uno en silencio. Finalmente, llamó al frente a Luis y a Enrique, los más traviesos. Y también llamó a Lupe y Gabriela, las que más participaban en clase. En fila, los cuatro compañeros se miraron entre sí, sin tener la menor idea de por qué estaban allí, en el centro de la atención. —A partir de hoy, ustedes formarán el Tribunal Electoral –dijo la maestra, con voz solemne–. Su principal misión será ver que todos los compañeros que quieran participar en las elecciones sean tratados con igualdad. 13 349 INTS.pdf 13 11/10/14 4:56 PM Iguales, pero distintos —¡Pero no somos todos iguales! –le dijo Enrique a Luis, al oído, mientras se tapaba la boca con la mano. —¡Te escuché bien, Enrique! –sonrió la señorita–. Lo que estoy diciendo es otra cosa. Por ejemplo, Lupe y tú no son iguales como una moneda de diez pesos con otra… pero sí tienen los mismos derechos: a estudiar, a jugar, a ser respetados como personas que son. ¡Ésa es la igualdad que importa! La clase comenzó a zumbar como un panal de abejas. Y en medio del rumor creciente se alzó una mano. —Guardamos silencio y escuchamos a Adela –pidió la maestra–. La niña frunció la nariz con un gesto de duda, igual que un conejo ante un cajón de zanahorias. —No entiendo una cosa, señorita –murmuró–. Usted nos dijo que la ley es una regla que nos trata con igualdad. Pero no es lo mismo un niño que vive en la ciudad que uno que vive en el bosque. La señorita Clara se acercó a una ventana. Desde allí miró la calle invadida por autos, el humo de los escapes, los semáforos que pasaban del rojo al verde y pensó en el verde que se veía en un cerro de Chiapas, en el verde del mar de Sinaloa y en el verde de las alamedas de Durango. Luego dio media vuelta y habló: —Es cierto. Cada uno de nosotros es único, como la tierra de la que venimos –dijo y señaló el mapa–. De norte a sur, de este a oeste. ¡México es tan inmenso! Según el lugar donde nacimos, hablamos diferente, nos vestimos diferente, comemos diferente. Entonces, la ley tiene en cuenta todo eso y nos trata con igualdad. 14 349 INTS.pdf 14 11/10/14 4:56 PM Adela se sintió más confundida que antes. Y puso una cara tal que causó la risa de quienes la rodeaban. La señorita Clara, también sonriente, tomó un largo puntero de madera y, muy despacio, nombró cada uno de los treinta y un estados. Por último, señaló el Distrito Federal. –Nosotros estamos hoy aquí. Pero si queremos un día vivir en otro lugar de México, tendremos los mismos derechos y las mismas obligaciones, no importa qué tan lejos vayamos. Lupe y Gabriela se miraron entre sí. Luis y Enrique se dijeron algo al oído. La señorita Clara se paró frente a ellos, luego tomó asiento detrás de su escritorio. —Ahora –dijo, cruzándose de brazos– les daré tiempo para que resuelvan la situación. Si tienen dudas, me preguntan. Pero antes de que termine la hora, Paloma y Venustiano deben quedar anotados en algún grupo. Ustedes forman el Tribunal Electoral: la decisión está en sus manos… 15 349 INTS.pdf 15 11/10/14 4:56 PM Una pequeña discusión En el aula todo era silencio, hasta que Luis habló primero. —Enrique me hizo reír. —¡No! –gritó Enrique, veloz como un látigo–. ¡Tú te reíste solo! —Bueno, ya está bien… No se peleen –dijo Lupe, pensativa–. Nosotros éramos treinta. Nos dividimos en cinco grupos, así que en cada uno había seis personas. A mí me parece que no hay problema si se agregan dos más en alguno. —¡No! ¡Es mucha gente! –dijo Luis–. ¿Y si entran a grupos distintos? —Votemos –exclamó Enrique–, para ver quiénes están de acuerdo. —Correcto –dijo Gabriela–. Así se hacen las cosas en una democracia: elijamos entre todos, sin que nadie se quede afuera. A ver… ¡votemos ya! 16 349 INTS.pdf 16 11/10/14 4:56 PM Sin decir palabra, la maestra movió la cabeza en señal de conformidad. Enseguida, todas las manos se levantaron. —¡Muy bien! –continuó Lupe, que ya actuaba como la jueza que dirigía la sesión–. Ahora, ¿quiénes quieren a Paloma o a Venustiano en su grupo? Hubo un silencio general y todas las manos bajaron. Durante largo rato, los cuatro miembros del Tribunal dialogaron entre sí, hasta que a Gabriela se le ocurrió algo. Ante la curiosidad de todos, tomó un trozo de papel y lo cortó en cinco pedazos. Después anotó en ellos el nombre de cada grupo. —Los Delfines, Los Pingüinos –dijo en voz alta mientras escribía–, Las Pirañas, Los Canguros y Las Leonas. 17 349 INTS.pdf 17 11/10/14 4:56 PM La niña hizo cinco bolitas y, con los brazos detrás de la espalda, las mezcló entre sus manos. Por último, indicó: —Ahora, que pasen los nuevos a sacar un papel. Y al que le toca, le toca. —¡Nooo...! –gritaron algunos, descontentos con la idea. Molesta, Gabriela levantó los hombros. Velozmente, los miembros del Tribunal se formaron en círculo para resolver lo que harían. La maestra los observó un buen rato. Después, habló: —Supongo que ya se decidieron. Ante la mirada de Gabriela, Enrique y Luis, Lupe se adelantó a contestar. —Sí, señorita. Este Tribunal propone que se forme un grupo más, de dos. —No estaría mal. En nuestro congreso hay grupos grandes y también pequeños, con igual derecho a expresarse –dijo la maestra. Luego, miró a los alumnos nuevos–. ¿Están de acuerdo en trabajar juntos? ¿Los dos solos? Paloma y Venustiano se miraron sonrientes y aceptaron el desafío. —¡Bien! Ahora, nada más falta que le pongan nombre a su grupo. Los dos niños cuchichearon un momento, luego habló Venustiano. —Las Lombrices –dijo. Y la clase entera explotó de risa. La maestra pidió silencio. Sin embargo, risueña, también tuvo curiosidad. —¡Es divertido! Aunque, entre tantos animales que había para elegir, ¿por qué Las Lombrices? —Porque amamos la tierra donde nacimos –respondió Paloma seria–. Pero podemos vivir en cualquier otra. Y todos quedaron en silencio. 18 349 INTS.pdf 18 11/10/14 4:56 PM 19 349 INTS.pdf 19 11/10/14 4:56 PM Salvados en el último momento Al margen de tanto grupo, candidatos y propuestas, las clases y las tareas continuaban como en cualquier escuela. Dicho de otro modo, los problemas de matemáticas, los dictados, las tareas manuales, todo seguía igual que siempre. Sin embargo, con el entusiasmo de las elecciones, muchos se habían olvidado de estudiar. En realidad, la mayoría. Durante unas cuantas mañanas, la maestra había anunciado prueba de Historia. Antes del timbre de salida, en cada mediodía, recordaba: —Este viernes traigan las carpetas. ¡No lo olviden! Finalmente, llegó el último día de la semana. Y al regreso del recreo sonó en el aula la frase tan temida: saquen una hoja. En algunos bancos hubo preocupación. En otros, un repaso a las prisas. De pronto, al ver las caras de terror, la señorita Clara protestó: —No me hagan gestos. Yo les avisé –dijo. Aunque hizo una larga pausa para abrir la carpeta de asistencia. Después anunció algo que a muchos les devolvió el alma al cuerpo–. Está bien. Cambiaré la prueba escrita por una lección oral. Pase al frente... Atlaua. Venustiano avanzó, se paró junto al escritorio y esperó la pregunta. —¿Qué significa para ti una serpiente emplumada? Enseguida, el niño narró la leyenda de Quetzalcóatl, describió la ciudad de Tenochtitlán y cómo hacían los aztecas para saber cuándo sembrar. 20 349 INTS.pdf 20 11/10/14 4:56 PM Desde la primera fila, algunos compañeros le hicieron señas desesperadas para que fuera más despacio, así pasaba la hora. Entonces, Venustiano se frenó de repente y empezó a hablar con lentitud. De ese modo, para alivio de muchos que no habían estudiado, la serpiente emplumada tardó varios minutos en bajar por la Pirámide del Sol y contar de dónde venía. Mientras su compañero de banco seguía con el relato, Paloma observó las caras de miedo de los demás. Casi con pena, vio varias cabezas hundidas en los libros, a la espera de ser llamadas. —¡Muy bien, Venustiano! –felicitó la maestra al alumno nuevo y abrió su carpeta para llamar a otro. Entonces, ante la sorpresa de toda la clase, Paloma levantó la mano. —¿Puedo pasar, maestra? La señorita Clara levantó la vista y miró con ternura a la niña. —Pero Zamudio... –le dijo en broma–, tú estás al final de la lista. ¿De verdad quieres pasar a exponer? Ante la mirada agradecida de las últimas filas, Paloma se levantó para ocupar el lugar de su amigo junto al escritorio. —Sí, maestra –respondió. Y, a continuación, habló de esas leyendas que tanto le gustaban. Las mismas que, años atrás, su madre le leía antes de dormir. Y así, sin que nadie se diera cuenta, el tiempo voló. Hasta que con el timbre de salida todo el mundo, aliviado, comenzó a guardar sus útiles para volver a casa. 21 349 INTS.pdf 21 11/10/14 4:56 PM Carrera hacia el Congreso Por último, había que crear una forma interesante de contar a los demás el trabajo hecho y decir qué más haría aquella persona que fuera elegida para hablar por todos. Durante los meses que faltaban para la gran reunión, cada uno de los seis grupos anunciaría sus propuestas, hasta que llegara la elección final. Ese día se sabría quién sería el o la representante para el congreso. Cuando la señorita Clara colgó en una pared aquella cartulina con dibujos y flechas, las cabezas se agolparon para leer lo que decía: C O NG R ES O NA C I O NA L D E NI Ñ O S El ecci ón de r ep r esent a nt e:1 5 de no vi emb r e Sesiones en el Congreso: 6 al 1o de diciembre Poco a poco, el aula comenzó a llenarse de carteles. En ellos, cada grupo expresaba su pensamiento o prometía lo que iba a hacer si ganaba las elecciones. Y también otras cosas… 22 349 INTS.pdf 22 11/10/14 4:56 PM 23 349 INTS.pdf 23 11/10/14 4:56 PM Ni vencedores ni vencidos Una mañana, antes de comenzar la clase, la directora llamó a la puerta del aula. Luego conversó en voz baja con la maestra mientras le daba un papel. Después se despidió y salió. Hubo un largo silencio, colmado de miradas curiosas. Al final de tanto misterio, la señorita Clara anunció algo que entusiasmó a todos. —¡Hay novedades! –dijo, sonriente–. Hasta hoy, sólo un representante iba a viajar al congreso. Pero me acaban de confirmar esto: los miembros del grupo que gane las elecciones acompañarán al representante, en calidad de secretarios. El griterío y los aplausos brotaron desde todos los bancos. —Y los que no ganen ¿qué harán? –preguntó alguien en la primera fila. La maestra le acarició la cabeza con cariño, aunque su respuesta fue para la clase entera. —Así funciona esto: algunos son elegidos y otros no. En realidad, democracia es mucho más que poder elegir: es un modo de convivencia. Después, los demás podemos colaborar con los que ganaron para que tengan éxito. Con aplausos, con críticas, pero siempre con respeto... Aun cuando se ponga difícil, es el mejor camino para que un país crezca de verdad. 24 349 INTS.pdf 24 11/10/14 4:56 PM 25 349 INTS.pdf 25 11/10/14 4:56 PM La democracia es una fiesta Los Canguros hicieron láminas de cartulina y cuadros para mostrar la contaminación del aire. Las Leonas leyeron, entre todas, un reportaje que le habían hecho a un abogado. En la nota, el hombre explicaba cuáles son los diez derechos del niño y por qué es importante que estén en la escuela y no en la calle. 26 349 INTS.pdf 26 11/10/14 4:56 PM Para todos, la elección final fue difícil. Al llegar el día del debate, cada grupo pasó al frente y expuso sus ideas. Los Pingüinos crearon un proyecto de ley para que los animales dejaran de trabajar en los circos. Su propuesta era cambiarlos por acróbatas, bailarines y otros artistas. Los Delfines tenían recortes Las Pirañas llevaron un valle en miniatura hecho con cartón cubierto de hierba, montañas de lodo seco y un espejo para el lago. Con él explicaron el ciclo del agua y qué hacer para cuidarla mejor. de periódicos acerca de grandes hombres que lucharon por la paz. Después, opinaron cómo veían el mundo y dieron algunas ideas para acabar con las guerras. 27 349 INTS.pdf 27 11/10/14 4:56 PM 28 349 INTS.pdf 28 11/10/14 4:56 PM Pero, a pesar de los buenos trabajos que se presentaron, la mayoría de la clase votó por un mismo equipo. El grupo elegido fue el que, además de láminas y recortes, llevó a dos invitados especiales. Uno era un anciano nahua, quien contó la historia de su familia, que trabajó en el bosque hasta que la creciente del río inundó todo. —La Tierra es nuestra madre –dijo el hombre del cabello blanco. En su rostro, tostado por miles de soles, había arrugas que ya estaban ahí cuando la escuela recién se construía. Y mientras mostraba sus manos encallecidas, su voz resonó igual que si hablara dentro de una caverna. –Si nosotros cuidamos nuestra Tierra, ella nos cuida. Si regamos nuestros árboles, ellos nos alimentan. Si respetamos la montaña, ella nos da cobijo. 29 349 INTS.pdf 29 11/10/14 4:56 PM La otra invitada fue una mujer que, mientras mecía a su hija de un año, habló de lo importante que era para los niños tener una familia. Recordó cómo sus abuelos habían plantado los primeros álamos para protegerse del viento en el valle y les contó su experiencia al abandonar las montañas para mudarse a la ciudad. —Esto que están haciendo ustedes es muy importante –murmuró la señora del pañuelo a lunares que se hamacaba en su silla de un lado a otro–. Porque ya desde chiquitos aprenden a interesarse por su patria, a escuchar a sus mayores… En el fondo, un país es como el hogar. Si cada uno anda por su lado y no se preocupa por las cosas que ocurren dentro, es muy difícil ir para adelante. Pero cuando nos contamos lo que nos pasa, nos escuchamos y buscamos la solución, todo es más fácil. 30 349 INTS.pdf 30 11/10/14 4:56 PM —Parece una tontería, aunque es una gran verdad –la interrumpió el anciano–. Por ejemplo, en Jalisco viven los pueblos indígenas nahuas y huicholes, en Querétaro hay pames, en Sinaloa hay mayos. ¡Debemos querernos y cuidarnos entre nosotros, porque somos una gran familia! El silencio invadió el aula. Como casi todos ya habían hecho preguntas a los invitados, los integrantes del grupo decidieron cerrar el debate. —Si llegamos al congreso –anunciaron–, vamos a pedir que haya una ley para proteger los derechos de la tierra, igual que si fuera una persona. —Entonces nadie podrá separarla de la familia que la cuida. Porque lo más importante dentro de un hogar o un país es estar unidos. Al final de la entrevista hubo un largo aplauso desde la primera a la última fila de bancos. Y como el grupo ganador de la elección era el más pequeño de la clase –el de Las Lombrices–, la señorita Clara propuso que sus dos miembros fueran al congreso y se dividieran el tiempo para hablar. —A ver, ¿quiénes están de acuerdo? –preguntó la maestra. Y todas las manos se levantaron. 31 349 INTS.pdf 31 11/10/14 4:56 PM La entrada al Palacio Legislativo de San Lázaro fue emocionante. Los dos muy juntos, Paloma y Venustiano, entraron al salón gigantesco. Casi con miedo comenzaron a caminar por una alfombra que parecía hierba y, lentamente, alzaron los ojos. No lo podían creer: ¡todo era verde! Un verde claro que invadía el lugar, tapizaba los asientos y se perdía allá arriba, entre palcos y galerías. A izquierda y derecha había centenares de butacas vacías. Y al fondo, sobre la pared contraria, desde las alturas, colgaban dos banderas de México. Eran inmensos listones de seda reluciente que se acercaban hasta unirse en un moño de tres colores. En medio de ambos, por encima del Escudo Nacional, brillaba el bronce de una frase: La patria es primero 32 349 INTS.pdf 32 11/10/14 4:56 PM 33 349 INTS.pdf 33 11/10/14 4:56 PM Los niños subieron los escalones que llevaban a sus curules de pequeños diputados. Y, una vez allí, después de acomodar las carpetas sobre el pupitre, estrecharon sus manos emocionados. A los pocos minutos comenzaron a llegar al palacio los representantes elegidos de cada estado, cada distrito y escuela del país. También ellos habían hecho un largo camino para entrar a ese lugar. A la media hora, el congreso estaba habitado por unos quinientos niños que convertían el salón en una colmena ruidosa y alegre. Con lágrimas que empujaban tras sus ojos, Paloma y Venustiano cantaron el Himno Nacional. A su fin, los aplausos llenaron el aire, cayendo desde los balcones más altos hasta ese piso que parecía el musgo en primavera. Después de la presentación de las autoridades y el agradecimiento a los docentes, llegó el momento soñado. Entonces la presidenta de la Cámara de Diputados tomó el micrófono e inauguró la sesión: —¡Bienvenidos todos al Congreso Nacional de Niños de México! En medio de la alegría y el griterío general, Paloma y Venustiano se miraron de reojo, inmensamente felices. Luego se prepararon para hablar... ¡Bienvenidos! 34 349 INTS.pdf 34 11/10/14 4:56 PM 35 349 INTS.pdf 35 11/10/14 4:56 PM Y si quieres saber más… Entra a la página del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Es el que organiza y resuelve todos los conflictos derivados de una elección, tanto de los partidos políticos y sus candidatos, como del ciudadano común al momento de emitir su voto: www.te.gob.mx 349 INTS.pdf 36 11/10/14 4:56 PM 24.8 X 31 • 36 PAG. O.T. 4947 CUBIERTA 31/DIC/14 Carlos Marianidis Mima Castro Paloma y Venustiano llegan a la ciudad dejando atrás el lugar en que nacieron. Su valor e ingenio les permitirá ganar el respeto y la admiración de sus compañeros. Acompáñalos en su aventura para llegar hasta el Palacio Legislativo de San Lázaro como representantes de su grupo. ¿Cómo lo lograrán? Carlos Marianidis nació en Buenos Aires, Argentina. Publicó cuentos, poemas, obras de teatro y novelas en Cuba, Colombia, México, Ecuador y Argentina. Fue premiado, entre otras instituciones, por la Universidad de Belgrano, la Embajada de Chile, Casa de las Américas y Naciones Unidas. Mima Castro nació en Neuquén, Argentina. Dibujó desde pequeña. Recibió formación plástica en los talleres de Felipe Noé, Oscar Smoge, Miguel Dávila y Aníbal Carreño. Siempre disfrutó dibujar, pintar, recortar y pegar. Pintó muchos 082675 9 786077 ISBN: 978-607-708-267-5 cuadros e ilustró más de cincuenta libros con imágenes plenas de color. 12/31/14 2:30 PM