restaurar la identidad sexual - Parents and Friends of Ex

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RESTAURAR
LA IDENTIDAD
SEXUAL
Anne Paulk
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ESPERANZA PARA EL VIAJE
En 1982 emprendí un viaje que determinaría el resto de mi vida. Como muchos
viajes, éste incluía en el camino unas cuantas curvas y valles. Poco sabía entonces ─ni
podía prever─ a dónde me iba a llevar la aventura sólo dos décadas después. No me
hubiera podido imaginar que estaría casada y tendría una familia, que estaría rodeada por
tantas excelentes amistades femeninas y que me sentiría tan satisfecha siendo una madre
hogareña.
Con cada año que pasa, me maravillo de la obra que Dios ha realizado y todavía
realiza en mi vida. Las recompensas de este viaje ─paz, alegría, seguridad, satisfacción,
amistad y relaciones familiares ricas─ han compensado con creces las dificultades. Mi
anterior vida parece un árido desierto comparada con el exuberante paisaje que es mi vida
hoy.
Muy temprano experimenté en mi vida el tirón de la atracción sexual hacia algunas
mujeres. Recuerdo haber estado a la vez confusa y excitada por esos sentimientos y muy
insegura también acerca de lo que hacer con ellos. En el colegio, tras muchos años de
atracción hacia otras mujeres, asumí una identidad y un estilo de vida lésbico. Poco tiempo
después, tras un encuentro con Dios, comencé mi viaje para salir de la homosexualidad.
A lo largo de este camino, conté con la compañía de pastores, amigos y familia.
Algunos de ellos no sabían muy bien qué hacer conmigo, sin embargo, es cierto que todos
fueron buenos compañeros. Afortunadamente para mí, al final encontré otras mujeres en el
mismo camino, caminé junto a ellas, y encontré apoyo y comprensión en su compañía. Me
di cuenta entonces de que no estaba sola. Nos preguntábamos juntas qué nos depararía
esta nueva vida y si los resultados merecerían la pena del precio que estábamos pagando.
Tú puedes estar preguntándote lo mismo.
O quizá seas un amigo, un familiar o una persona que apoya (pastor, abogado o
asesor profesional) a una mujer que está luchando con su identidad sexual. Quizá estés
considerando cómo le puedes ayudar mejor mientras recorre el camino a través del
laberinto de consejos a veces contradictorios.
Ten la seguridad de que tu apoyo es importante. Aquellas de nosotras que tomamos
la decisión impopular de dejar la vida homosexual a menudo encontramos mucha oposición
y muy poco apoyo. Algunas mujeres deben dejar atrás un modo de vida que les ha
parecido ineludible y una comunidad de mujeres de la misma mentalidad que
representaban su único sistema de apoyo.
En las páginas siguientes leerás historias de muchas mujeres haciendo el mismo
viaje para dejar el lesbianismo. Dada la naturaleza íntima de este tema, muchas de las
historias son recopilaciones y no representan a ninguna persona concreta. Algunas de las
experiencias te parecerán particularmente semejantes a las tuyas, otras no. Puede que
también te identifiques con algunos de los resultados de una encuesta que realicé a 265
mujeres que habían dejado el estilo de vida lésbico. Son mujeres que han tomado la
importantísima decisión de emprender el viaje hacia la salud.
Hace años busqué ayuda cuando dejaba el lesbianismo pero casi no encontré
recursos. Afortunadamente, me hablaron de un consejero cristiano estupendo que estaba
dispuesto a ayudarme a conseguir mi meta. Pocos años después, me encontré con Exodus
International, una organización cristiana que ayuda a las personas a dejar atrás la
homosexualidad. En Exodus encontré a otras que había experimentado el tirón de la
tracción hacia el mismo sexo pero que habían experimentado un cambio. La esperanza
que encontré me motivó a compartir en este libro lo que aprendí y experimenté.
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Finalmente, no sé cómo ha ido a parar este libro a tus manos en este momento
concreto. Pero si te ha llegado como regalo de un amigo o pariente que te quiere, rezo para
que libere en ti el potencial para cambiar en tu vida.
Si lees este libro porque tienes una amiga o familiar luchando contra el lesbianismo,
mi propósito es que te ayude a comprender más completamente la lucha diaria a la que se
enfrenta tu ser querido.
Para aquellas de vosotras que estáis leyendo esto porque ya os encontráis en el
camino de vuestra recuperación como mujeres, mi esperanza es que encontréis mucho
ánimo en estas páginas.
No estás sola en el viaje.
CAPÍTULO 1.
TRES HISTORIAS
Hace unos pocos años, Focus on the Family, la amplia pastoral a la que mi marido
John y yo estamos vinculados, planificó un encuentro de un día sobre la homosexualidad,
que esperaban llevar a varias grandes ciudades del país. John, que dirigía este nuevo
programa, llamado Love Won Out, empezó a llamar a pastores de una amplia zona
metropolitana del noroeste, buscando una iglesia para la primera conferencia.
A muchos de nosotros nos consternó (y sorprendió) que John tuviera que hacer 25
llamadas antes de encontrar a un pastor que patrocinara el evento.
Ahora, sólo unos pocos años después, Love Won Out tiene una lista de espera de
iglesias a escala nacional que quieren ser sede de una conferencia. Se ha disparado el
interés por las cuestiones homosexuales en los círculos cristianos en poco tiempo. Quizá
esto lo cause la franqueza de los ex-gays que han hablado públicamente sobre sus propias
luchas con las atracciones hacia el mismo sexo con la esperanza de ayudar a otros que
también están luchando. O puede deberse en parte a los hombres y mujeres que han
luchado en secreto con su identidad sexual, en la esperanza de la posibilidad de cambiar.
También tiene que ver con amigos y parientes que desean aprender a hacer frente a la
noticia de que alguien al que aman es homosexual. Como resultado, allí donde John habla,
encontramos personas con preguntas sobre su propia sexualidad o sobre la de alguien que
está a su cuidado. Por mi historia personal las mujeres confían a menudo en mí. Un
ejemplo típico de las que he conocido son las tres mujeres cuyas historias vienen a
continuación: Megan, Taylor y Christina.
LOS ASUNTOS DEL CORAZÓN DE MEGAN.
Conocí a Megan, una joven cristiana de 28 años, a través de un amigo mutuo. Tras
tener noticia de mi ministerio con las mujeres que luchan con la atracción por el mismo
sexo, me llevó aparte y me preguntó si podíamos hablar. Con gran emoción, Megan me
dijo que le había estado suplicando a Dios: Por favor, Señor, quítame estos sentimientos
irresistibles que tengo hacia otras mujeres. ¡No comprendo por qué tengo que pasar esta
agonía! ¿Por qué no desaparecen mis tentaciones sexuales hacia las mujeres?
Megan se había sentido atraída hacia otras mujeres de vez en cuando desde que
tenía 14 años. Afortunadamente no había puesto en práctica esos sentimientos a pesar de
haber estado tentada a hacerlo dos veces. En vez de ello “apretaba los puños” hasta que
los sentimientos pasaban o la amistad que la tentaba llegaba a su fin. A veces la lucha era
tan difícil que se preguntaba si se las apañaría para no expresar sus sentimientos de un
modo u otro.
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Una relación particularmente difícil tuvo lugar en el instituto. Megan conoció a
Vanessa, una chica estupenda, de confianza, y una firme cristiana. Por el contrario, decía
Megan, “yo me sentaba callada cerca de Vanessa en clase, temerosa de que pudiera
apartarla a un lado de algún modo. Pronto comencé a expresar sólo aquellos aspectos de
mí que sabía que le gustaban a Vanessa ─mi sentido del humor, por ejemplo─ y dejé de
hacer cosas que a Vanessa no le interesaban. Me hice unidimensional”.
Megan contaba que observaba a los chicos rivalizar por la atención de Vanessa
pero que ésta apenas parecía notar la presencia de ella. Durante las visitas a casa de
Vanessa, Megan se sintió cordialmente acogida e incluida en el círculo íntimo de amigos de
Vanessa. Todos los días Megan pensaba mucho en Vanessa, fantaseando sobre una
relación exclusiva y contacto físico entre ellas. Buscaba pasar tiempo con Vanessa sólo
para poder abrazarla al comienzo y al final de cada visita. Finalmente, la personalidad de
Megan había desaparecido hasta tal punto que Vanessa perdió el interés por ella. Las
cualidades únicas y la identidad independiente de Megan habían cambiado por estar cerca
de Vanessa. Vanessa se había convertido el algo más que en un objeto de admiración ─se
había convertido en un ídolo.
Cuando Megan asistió a una universidad cristiana, su aguante fue puesto todavía
más a prueba. Durante su segundo año, se convirtió en la “mejor amiga” de Amy, una
compañera que estudiaba enfermería. Las dos jóvenes lo hacían todo juntas, pero la
tentación física no surgió hasta un día en el que Amy le hizo a Megan un gesto romántico.
En ese momento, Megan recordó un versículo de la Biblia que había aprendido y que
advertía contra esa clase de actividad:
“¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os
engañéis! Ni impuros, ni idólatras, ni adúlteros, ni afeminados, ni homosexuales, ni
ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni ultrajadores, ni explotadores heredarán el Reino
de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido
santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el
Espíritu de nuestro Dios” (1Co 6, 9-10).
Al instante, Megan se sintió culpable por su atracción hacia Amy. ¿Cómo pude
hacerte esto, Dios mío?, pensó Megan. En consecuencia, Megan rechazó las insinuaciones
de Amy y las dos reanudaron su amistad no sexual. Con el tiempo Megan se sintió segura.
Megan no sabía qué había causado o alimentado su atracción por otra mujer. Se
sentía torturada incluso por el hecho de que ellas estuvieran presentes. Pensaba que no
podía hablar con nadie sobre el tema, y menos con Amy.
Sólo con que Megan hubiera sabido que no estaba sola, que había otras que
habían tenido éxito al hacer frente y superar sentimientos como los suyos. Sólo con que se
hubiera sentido cómoda confiando a su pastor los combates que le causaban tanta
confusión. En cambio, captaba el mensaje de que las debilidades personales,
especialmente en el área de la atracción homosexual, se encontrarían probablemente con
una imposibilidad de ayuda, en el mejor de los casos, y con una etiqueta y un mayor
aislamiento, en el peor.
Cuando pregunté a Megan por qué no se había confiado a su pastor, me dijo que le
había oído demasiadas veces haciendo bromas condescendientes sobre los homosexuales
en un picnic de la iglesia. ¡Qué triste se sintió por esta falta de comprensión por parte de un
líder cristiano que debería haberla guiado.
Megan dijo: “No puedo acudir a mi pastor. Por otra parte, me parece que no puedo
acudir a cualquier otro consejero. Durante años he leído en periódicos y revistas que la
homosexualidad es innata y que la gente no puede cambiar. Así que, ¿de qué serviría?”.
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Curiosamente, su amiga Amy empezó a asistir a un grupo de apoyo gay e invitó a
Megan a ir con ella a una serie de conferencias regionales de Exodus North America para
personas que buscaban liberarse de la homosexualidad. En varias conversaciones que
mantuvimos durante la conferencia Megan rompió su silencio y su aislamiento por primera
vez. Al terminar la semana, le animé a compartir con Amy sus problemas y a considerar la
entrada en un grupo de apoyo cuando volviera a casa.
Megan sabía que el cambio sería difícil, pero estaba ilusionada. Aprovechó la
oportunidad y su esperanza, confianza y libertad empezaron a crecer durante los siguientes
seis meses, gracias a hermanos y hermanas en Cristo que conocían y comprendían sus
luchas.
Cuando nos encontramos en otra conferencia casi después de un año, Megan me
dijo que por fin había hablado con su pastor acerca de sus luchas. Le pregunté qué le
había motivado para hacer eso.
“Estoy tan ilusionada con lo que Dios está haciendo en mí que quería que lo
supiera… precisamente en el caso de otros que estaban luchando con la atracción hacia el
mismo sexo…”
“¿Qué respondió?”, pregunté.
“Se quedó boquiabierto”, me dijo, “pero me agradeció mi franqueza. Me dijo que no
sabía cómo ayudar a personas con esa lucha pero que me acompañaría gustosamente en
el camino. Quería ponerse al día sobre el tema y me preguntó por algún buen libro. ¡Me
estaba pidiendo ayuda a mí!”, exclamó sonriendo.
“¡Estupendo!”, dije. Después le pregunté por los descubrimientos que había hecho
desde que no nos veíamos.
“Bueno, vamos a ver…”, empezó. “Este año pasado he aprendido en qué consiste
la auténtica responsabilidad. Se trata de ser honesta en mi pequeño grupo sobre la
atracción, pero no con la persona hacia la que me siento atraída. He aprendido también
que mi atracción sexual hacia otra mujer no es solamente sexual. En realidad, se trata de
un signo de inseguridad emocional en mi vida”.
“¿Podrías ponerme un ejemplo?”, pregunté.
“Hace dos meses”, dijo Megan, “me sentía muy atraída por una mujer en el trabajo.
Se lo mencioné a la monitora de mi pequeño grupo y ésta me preguntó cosas que me
parecieron irrelevantes al principio. Me preguntó: ‘¿Estás sufriendo mucho estrés ahora?
¿Qué otras cosas estás sintiendo?’ ”
“Empecé a enumerar los cambios en mi vida: cambio de trabajo, amigos que se
habían mudado a otro estado y el hecho de que mi padre fuera intervenido quirúrgicamente
la semana siguiente. En seguida caí en la cuenta. Estaba intentando conseguir algo de
seguridad y comodidad. Mi corazón me decía que si mantenía una relación lesbiana con la
mujer de mi trabajo me sentiría mejor. Supongo que es el tipo de cosas que la bebida
ofrece a un alcohólico”.
En sólo un año, Megan había empezado a entender los desencadenantes de sus
atracciones y cómo enfrentarse a ellos adecuadamente.
TAYLOR, UN EJEMPLO DE LA GENERACIÓN JOVEN.
Un jueves por la tarde un chico que asistía a nuestra pastoral en un instituto me
indicó que rezara por una amiga suya. “Está pasando un mal momento ahora…”, dijo. Me
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presenté a la joven, quien me dijo que se llamaba Taylor. Sus hombros caídos y su aspecto
evidentemente triste me comunicó de inmediato que algo le estaba preocupando.
“¿Cómo puedo rezar por ti?”, pregunté.
Taylor apenas pudo levantar la cabeza para mirarme y responderme. Estaba claramente
deprimida y yo me preguntaba cómo podría ayudarla. Era una rubia muy atractiva, bien
vestida, y nada hacía imaginar que estuviera luchando con la homosexualidad. Pero ella
empezó a compartir conmigo sus problemas diciéndome: “Me temo que debo ser gay”.
“Por qué crees eso?”, pregunté.
“Bueno”, explicó Taylor, “he soñado varias veces con que soy gay”.
“¿Has sentido alguna vez atracción hacia otra chica u otra mujer estando despierta?”,
pregunté.
“No”.
“¿Te sientes atraída por los chicos?”, pregunté.
“Sí, desde siempre”.
“Aparte de tus sueños, ¿tienes otra razón para pensar que debes ser gay?”,
pregunté.
“No”, respondió pensativa.
Entonces ella me habló de las distintas influencias en su escuela. Los
administradores eras gays, muchos de los profesores eran abiertamente gays, los libros de
texto incluían referencias positivas a la homosexualidad en muchos pasajes, el club de la
coalición de gays y lesbianas tenía una voz en el campus y, por supuesto, la escuela
proporcionaba una preparación para la “tolerancia”. El mensaje que Taylor había recibido
era alto y claro, tan claro que empezaba a soñar con que era gay, a pesar de que no había
otros motivos para cuestionar su sexualidad.
“Los profesores siempre están hablando del tema”, concluyó Taylor. “Pero si no
estás de acuerdo con ellos y dices que la homosexualidad no es correcta ¡ojo!”.
Le expliqué lo que la Biblia decía sobre los fines de la sexualidad.
“El sexo no es malo, ¿sabes? De hecho, Dios es el creador de nuestra sexualidad y
nos ha señalado límites para nuestra protección emocional, espiritual y física. Quiere lo
mejor para nosotros y odia el pecado porque nos priva de eso bueno que él nos ofrece. La
relación matrimonial entre un hombre y una mujer refleja el carácter de Dios y su deseo de
relacionarse con nosotros”.
Esperé a que Taylor hablara, pero se quedó callada.
“¿Has tenido una relación personal con esta Persona, la más increíble del
universo?”, continué. “Necesitas saber que Jesús es una persona a la que le interesa tener
una relación contigo. Él dijo: ‘Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es
suave y mi caga ligera’ (Mt 11, 29-30)”.
“Taylor, creo que necesitas pedir a Jesús desde tu corazón. Pero también quiero
que sepas que se trata de una decisión seria. No debes sentirte presionada a hacerlo”. En
ese momento se nos unió la esposa del pastor. Juntas le enseñamos a Taylor otros
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muchos versículos de la Escritura que trataban de cómo hacerse cristiano. Finalmente
pregunté: “Taylor, ¿te gustaría mantener una relación con Aquel que te ha creado?”.
“Sí”, respondió ella con serena certeza.
Pusimos a Taylor delante de Cristo con una sencilla oración. En un increíble
instante, esta confundida joven cambió su destino espiritual y se convirtió en heredera de la
vida eterna, en una hija del gran Rey. Antes había vivido a su antojo y bajo la presión de su
grupo de compañeros en el instituto. Ahora podía empezar a vivir de los principios y
preceptos de la palabra de Dios, la cual daría sentido y forma a su vida. No tendría que
sentirse más gobernada por el influjo de emociones inconscientes. Ahora tenía un
fundamento sólido. A pesar de los mensajes que le comunicaban sus libros de texto,
compañeros y profesores, su corazón le decía algo más: su alma pagaría serios costes y
consecuencias si seguía el camino de sus terribles sueños.
Después de la oración, el rostro de Taylor irradiaba descanso, paz y confianza.
Mantenía alta la cabeza y sus ojos sonreían con seguridad. Parecía estar casi flotando por
la habitación. Dios se había encontrado con Taylor en su corazón, la había tranquilizado y
le había dado paz y esperanza.
Casi después de un mes me encontré con Taylor y le pregunte cómo le iban las cosas.
“Últimamente, el instituto ha ido muy bien”, me dijo. “Tengo mucha más confianza
en mí misma. Aunque no todo ha sido fácil. Mis amigos notaron algo diferente en mí y se
reían de mi entrega a Jesús. Para ser sincera, ha sido incómodo”.
También me preguntaba si ella conocía mejor el porqué de sus sueños recurrentes.
Cuando se lo dije a Taylor, me respondió: “No pensé en lo de mis pesadillas durante un
tiempo, pero creo que podían tener que ver con las constantes discusiones,
adoctrinamiento, libros y todo lo que oíamos en el instituto sobre la homosexualidad”.
Como ocurre con otros en la sociedad contemporánea, las actitudes de Taylor se
habían formado (o malformado) no desde la realidad, sino a través de los compañeros y
adultos influyentes entorno a ella.
CHRISTINA, UNA HISTORIA CLÁSICA.
Cuando conocí a Christina en una conferencia de Exodus, estaba viviendo desde
hacía tres años con su amante femenina, pero confesaba: “Anhelo algo o alguien más…
Me he pasado estos tres años pensando que lo tenía todo: una relación duradera, amigos,
un buen trabajo, pero me faltaba algo”.
Chris no había crecido en un hogar cristiano. Sus padres se casaron jóvenes y las
cosas no marcharon demasiado bien. Sus constantes luchas se convertían a menudo en
un aluvión de insultos, que dejaba heridos sus corazones. La madre de Chris siempre
parecía salir perdiendo o, más bien, abandonaba la discusión.
“¡Mujeres!”, decía a menudo su padre con frustración cuando abandonaba furioso la
casa como un torbellino.
La madre de Chris se quedaba hecha un mar de lágrimas con los tres niños
pequeños a los que cuidar. Chris, aunque era sólo una niña pequeña, era la mayor. Y
aunque sufría por su madre, su pequeño corazón estaba haciéndose cargo rápidamente de
una serie de cosas importantes. Recordaba haber decidido cuando sólo tenía cuatro años:
“Papá se la tiene jurada a mamá. No quiero ser débil y ser herida como mamá”. Se separó
de su madre y empezó a estar siempre con su padre. Chris comenzó a ayudarle en el
garaje, feliz de hacer con él cualquier cosa y separarse de su débil madre. A veces incluso
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se imaginaba siendo un chico. Y así comenzó su imagen de marimacho y su hábito de
imitar a su padre.
Por sus dificultades en casa, Chris no se llevaba bien con los demás en la escuela.
Era introvertida y difícil de llegar a conocer. Raramente hacía preguntas a los profesores y
se mostraba torpe con sus compañeros de clase. “Creo que me podía considerar una
solitaria”, explicó. “Quería reír y jugar con los demás niños pero no podía”.
En la escuela primaria, durante el período crítico de la pubertad, Chris se sintió aún
más sola y aislada. “Me sentía inadecuada. Por suerte era buena en los deportes. Eso me
dio una oportunidad con ciertos chicos que se hicieron mis colegas. Me gustaba eso, pero
me sentía fatal siendo chica. También recuerdo que despreciaba a mi madre. Ella había
sido como un felpudo que no hacía frente a mi padre ni a sus ataques verbales.
“Me sentía como si estuviera ahí para consolar, proteger y cuidar a mi madre.
Estaba pendiente de sus necesidades, pero ella no lo estaba de mí. A veces me sentía
como si fuera invisible. Nuestra relación en esos días es difícil de explicar, pero eso era lo
que sentía. Incluso cuando mi padre nos abandonó cuando yo tenía 15 años, mi madre me
parecía débil y me presionaba”.
En el instituto Chris se metió en el equipo de fútbol femenino y siguió encontrando
su identidad en los deportes. A través del fútbol se hizo amiga de otras chicas y se sentía
intrigada acerca de ellas. Por primera vez tenía realmente un grupo femenino que
“frecuentar”.
“Nos quedábamos a dormir en sus casas”, explicaba Chris, “pero nunca en la mía.
Era muy embarazoso. Una chica, Tammy, era muy guay. Parecía estar interesada por mí y
así fue como tuve mi primera atracción por una chica”.
Chris explicó que su amistad con Tammy se convirtió rápidamente en una relación
exclusiva y se hizo sexual. Finalmente, los padres de Tammy lo descubrieron y acabaron
con la amistad de las chicas. Chris y Tammy se sintieron humilladas. Y Chris estuvo sola
otra vez.
“Fue entonces cuando decidí que era gay y empecé a ir a bares gay. Tenía sólo 17
años, pero me dejaban entrar. Al final conocí un puñado de mujeres que me querían y me
aceptaban. Y me sentí bien, ¡realmente bien!
Disfrutaba bailando y conociendo a otras mujeres. No mucho después de ir por allí
conocí a una mujer de 25 años y empecé a salir con ella. En mi decimoctavo cumpleaños
me fui a vivir con ella. Sólo duró un año. Cuando terminó estaba hecha polvo. Después
tuve varias relaciones con mujeres, pero ninguna duró más de tres meses.
Ahora estoy con Karen. Hemos estado juntas tres años y la cosa va bien todavía. A
las dos nos gusta hacer excursiones, ir en bicicleta y cosas así… Hemos comprado nuestra
primera casa juntas. Pero me pregunto constantemente si no me estoy perdiendo algo. No
sé qué anda mal en mí. Debería ser feliz. Mi vida es por fin buena”.
“¿Cuál es el problema entonces?”, pregunté. Chris movió la cabeza desconcertada.
“Hace un par de años mi madre se hizo cristiana. Empezó a enviarme versículos de
la Biblia, folletos y cosas así. Estaba enfadada con ella porque me parecía hipócrita. No la
llamé durante un año. Entonces tuvimos una disputa y le dije lo furiosa que estaba porque
me enviara todo ese material cristiano. Le pregunté por qué pensaba que tenía derecho a
juzgarme. ‘¡Déjame sola de una vez!’, le dije. Pero incluso entonces, cada vez que mi
madre llamaba me decía que estaba rezando por Karen y por mí.
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Puede que haya venido a esta conferencia precisamente para averiguar si me estoy
perdiendo algo y ver lo que dice el cristianismo sobre ello. Creía que esto me ayudaría a
descartar el tema, pero en realidad me siento atraída de algún modo hacia esto”.
Le expliqué que ella había sido atraída a la conferencia por Dios. “El Espíritu Santo
está llamando suavemente a tu corazón. En Jesús encontrarás el consuelo, seguridad y
paz que estabas buscando. Es el único que puede satisfacer tus necesidades profundas”,
le expliqué. “Jesús es la Persona que adoramos en cada reunión vespertina. Dios ha hecho
tanto por nosotros, amándonos generosamente, que le devolvemos su amor cantando y
viviendo de una manera determinada. Esta es la razón para estar juntos durante esta
semana de conferencias”.
Chris asintió. Parecía no tener nada que decir.
Me reuní con Chris muchas veces esa semana para ponerla al día. Dios estaba
intentando atraer a Chris y, conforme asistía a los talleres y reuniones de oración
vespertinas, su corazón iba ablandándose. Uno de los profesores de un taller le dio una
Biblia y me contó excitada que había estado leyendo el evangelio de Juan hasta muy tarde
por la noche. Todas sus preguntas estaban siendo respondidas y zanjadas. En la última
noche de las conferencias, Chris entregó su vida a Cristo. Al final ella había encontrado a
Alguien en el que confiar completamente, Alguien que le prometía no dejarla ni olvidarla
jamás.
Los meses siguientes fueron difíciles. Chris volvió a casa a enfrentarse con Karen,
su amante, con la noticia de que se había hecho cristiana. Karen no estaba nada
entusiasmada.
“Se sentía traicionada, lo mismo que mis otras amigas lesbianas”, me dijo Chris. “No
sabían qué hacer conmigo. Pronto no quisieron saber nada de mí. Karen se sintió
realmente herida cuando le dije que no quería dormir más con ella. Algo en mí estaba
cambiando y ya no podía hacer como antes lo que me pareciera”.
“Chris, los cambios que se están dando dentro de ti vienen de Dios, que ahora vive
en ti a través de su Espíritu Santo”, le aseguré. Y le leí entonces dos pasajes de la Biblia:
“Es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos
ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros
corazones” (2Co 1, 21-22).
“Os digo esto: proceded según el Espíritu, y no deis satisfacción a las
apetencias de la carne. Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el
espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí tan opuestos que no hacéis lo
que queréis” (Gal 5, 16-17).
“Chris, el Espíritu Santo ha venido a morar en tu corazón cuando te hiciste
cristiana”, le dije. “Y esta es una prueba de que eres realmente cristiana. Conforme a
Colosenses 1, 12-14, que ahora se aplica a ti:
dando con alegría gracias al Padre que nos hizo capaces de participar en la
herencia de los santos en la luz. Él nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó
al Reino de su Hijo querido, en quien tenemos la redención: el perdón de los
pecados.
Chris, eres ahora ciudadana del cielo, heredera del Dios de toda la creación, y
naturalmente quieres agradar a Aquel que te lo ha dado todo. La vida ya nunca será la
misma para ti,” le dije con una sonrisa.
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Con el paso de los años, he conocido muchas mujeres como Chris que tomaron la difícil
decisión de dejar atrás su lesbianismo con el fin de conocer a Cristo. Y esta experiencia
siempre renueva. Pero no parece hacerlo más fácil. Las mujeres que pasan de su antigua
vida a una nueva encontrarán algunas dificultades.
EL PROCESO DE CRECIMIENTO.
Megan, Taylor y Christina tienen cada una de ellas historias diferentes y dramáticas
con desafíos únicos en su camino. Taylor, que sólo sufría por sus sueños sobre ser
lesbiana, encontró rápidamente una solución. Pero la mayoría de las mujeres que se
enfrentan a la atracción por el mismo sexo, como Megan y Chris, ven el proceso de cambio
precisamente como eso, como un proceso.
Un proceso similar al crecimiento desde la niñez a la vida adulta.
Mi hijo mediano, Alex, me decía hace poco que iba a ser un hombre y un padre. Se
trata de buenas aspiraciones en su caso, a su edad, le queda un largo camino hasta
rellenar esos zapatos. Como Alex, aspiramos a cosas buenas, pero necesitamos paciencia
para alcanzar a ser las mujeres que Dios desea que seamos. Queremos experimentar todo
lo que Él tiene para nosotras ahora, pero Dios utiliza el tiempo para curar nuestras heridas,
madurarnos emocionalmente y educarnos en el camino. Nos quiere mujeres tiernas y
fuertes, de serena confianza y madurez.
Megan estaba ahora empezando a superar la vergüenza de vérselas con las
atracciones hacia el mismo sexo, conociendo que era amada y aceptada por Dios a pesar
de sus combates. Necesitaba comprender y abrazar la gracia que Dios le había concedido.
Pasaría todavía un buen tiempo hasta que comprendiera el amor incondicional de Dios por
ella y descansara en él. Lo que Chris aprendió por necesidad, Megan tuvo que luchar para
obtenerlo. Quizá leerá con nuevos ojos el pasaje de 1Co 6, 9-11:
“¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os
engañéis! Ni impuros, ni idólatras, ni adúlteros, ni afeminados, ni homosexuales, ni
ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni ultrajadores, ni explotadores heredarán el Reino
de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido
santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el
Espíritu de nuestro Dios”.
Chris necesitaba primero y antes que nada llegar a conocer a su Salvador para
después enfrentarse al difícil problema de vivir en una casa con alguien que es
alternativamente hostil y seductor. Se enfrentó al problema de la separación de familias y
lloró la pérdida de su relación con Karen. Necesitaba encontrar un nuevo sistema y una
comunidad de apoyo después de haber sido rechazada por los anteriores.
El Cuerpo de Cristo está preparado para ser ese sistema de apoyo. Chris había
nacido en una nueva familia y con tiempo conocería hermanos y hermanas que había
salido de algún tipo de esclavitud hacia la libertad de Cristo.
Como Chris, Megan o cualquier otra mujer en camino, tenía delante muchos
desafíos, pero en cada uno tenía la compañía gozosa de Aquel que estaría más
infinitamente cercano que cualquier hermano o hermana: nuestro Señor mismo.
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CAPÍTULO 2.
¿DE DÓNDE VIENE LA ATRACCIÓN POR EL MISMO SEXO?
Acababa de hablar en una iglesia y estaba a punto de recoger mis notas para
marcharme cuando vi que una mujer se acercaba tímidamente a mí.
“Hola”, empezó, “soy Nicole”. Mientras se presentaba a sí misma, me di cuenta de
que estaba ligeramente gruesa y que su pelo negro azabache estaba descuidado. Estaba
nerviosa por hablar conmigo, pero conforme hablábamos se fue sincerando.
“Anne, me he liado sexualmente con mi mejor amiga y no sé que hacer”, me
confesó. “He preguntado a una asesora de mi iglesia y me ha dicho que había nacido gay y
que era mejor que lo aceptara y siguiera adelante”.
Nicole titubeó y preguntó: “¿Tiene razón la asesora? ¿He nacido gay?”.
Pasé los minutos siguientes tratando de responder a su importante pregunta, que se
me planteaba frecuentemente. Ciertamente, es un tema complicado. Y para responder de
la mejor manera posible prefiero separarlo en tres partes:
1. ¿Son las mujeres “invariables” en su sexualidad?
2. ¿Demuestra la biología que alguien puede nacer gay?
3. Si la ciencia no prueba que la homosexualidad sea innata, ¿qué factores
contribuyen a la atracción por el mismo sexo?
¿SON LAS MUJERES “INVARIABLES” EN SU SEXUALIDAD?
Después de haber hablado con muchas mujeres en los pasados años y haber
escuchado sus historias de atracción por el mismo sexo, estoy convencida de que la
respuesta a esta importante primera cuestión es que no. Algunas de las mujeres con las
que hablé admitían haberse sentido atraídas por el mismo sexo durante la mayor parte de
sus vidas. Pero también hablé con mujeres que habían estado casadas y eran
heterosexuales, pero se habían visto envueltas en relaciones homosexuales.
Otras habías compartido conmigo sus historias de experimentación infantil con otras
niñas y la culpa que todavía pesaba sobre ellas. Estas mujeres, también, habían sido
heterosexuales la mayor parte de su vida.
He oído interminables variaciones sobre el mismo tema. Todas apoyan la
conclusión de que la sexualidad de una mujer puede fluctuar relativamente a lo largo de su
vida. Esto aparece claramente en una encuesta que dirigí en el año 2000 entre mujeres
que salían de la homosexualidad1. De las 265 mujeres que respondieron a una extensa
encuesta, tres de cada cuatro habían tenido sexo con un hombre. Más sorprendente era
que tres de cada cinco de las mujeres encuestadas tenían relaciones sexuales con un
hombre después de haberse sentido atraídas por una mujer. Más adelante en la encuesta,
pregunté a mujeres solteras: “¿Has estado liada con un hombre incluso cuando te
considerabas lesbiana?”. Tres de cada diez respondían que lo habían estado, una
conducta que sería insólita en la comunidad gay masculina.
La fluctuación en la sexualidad femenina ha sido afirmada por varios investigadores.
Según la escritora y profesora feminista Carla Golden:
1
Un resumen de mi encuesta se encuentra en el Apéndice B.
11
“Para las mujeres, la sexualidad puede ser un aspecto de la identidad fluido y
dinámico, lo contrario de fijo e invariable. Llegué a pensar así de la sexualidad
femenina después de entrevistas y discusiones más generales con colegas mujeres
que estaban explorando su sexualidad” 2.
Incluso el Dr. Dean Hamer, que es activista gay e investigador en biología, está de
acuerdo. Basándose en pruebas anecdóticas que recogió, concluye: “Las mujeres tienden
a ser más sexualmente fluctuantes. Hemos entrevistado a lesbianas que siempre se han
identificado como tales, pero que tenían fantasías con hombres” 3.
LA GENERACIÓN JOVEN Y POSTERIORES. EXPERIMENTACIÓN LESBIANA.
El factor más reciente que está influyendo en las generaciones más jóvenes parece
ser algo singular: una atención casi exclusivamente centrada en la homosexualidad en
medios de comunicación e institutos. Creo que la importancia que está adquiriendo la
homosexualidad es esos lugares está causando un cambio en la expresión sexual de las
chicas. Esto llamó mi atención cuando Taylor me contó sus terribles sueños, como he dicho
en el capítulo 1. Mis entrevistas con chicas de instituto en varios estados me ha confirmado
el hecho.
Por ejemplo, pregunté a Rachel, una chica cristiana de 17 años, qué impacto tenía
la homosexualidad en su instituto. Rachel me dijo que nunca había tenido combates por la
homosexualidad, pero que el tema aparecía en discusiones de clase y en conversaciones
con los amigos. Me describió el siguiente incidente: “Algunas chicas y chicos comían juntos
un día y mi amiga Emily preguntó a los chicos: ‘¿Cuánto me pagáis si beso a Ally?’”.
Rachel recuerda haberse reído ante la ocurrencia pero se quedó de piedra cuando Emily
se inclinó para besar a Ally. Rachel se puso furiosa con su amiga al instante y le dijo: “¡qué
asco!”.
Lo que sorprendió más todavía a Rachel fue la reprensión de los demás estudiantes
que estaban a la mesa. Aunque no practicaban la homosexualidad, todos los chicos se
abalanzaron verbalmente sobre ella. Ella me dijo: “Me di cuenta de que no se me permitía
decir por qué pensaba que eso estaba mal. Lo curioso era que tanto los chicos como las
chicas eran heterosexuales. ¿No es algo raro?”.
Le dije a Rachel que lo que hacían sus amigos no me sorprendía y le conté una
experiencia similar que había tenido hacía pocos días. Yendo al centro comercial con mis
hijos, pasamos por al lado de unos alumnos de instituto. Dos chicas estaban entre un grupo
de chicos y una de ellas gritó lo bastante fuerte como para que lo oyeran los que pasaban:
“¿Qué chico me paga 50$ para que la bese?”. Le dije a Rachel que las chicas sólo trataban
de llamar la atención de los chicos.
Rachel asintió: “Sí, muy típico”.
“¿De modo que la homosexualidad es vista ahora como algo guay?”, pregunté.
“No, no del todo”, me respondió Rachel. “Los chicos usan el término ‘gay’ como
para decir ‘estúpido’. Las chicas que juegan a besar a otras chicas son consideradas guay
a menos que sean realmente gays. Normalmente se hace en presencia de algún chico por
el que se sienten atraídas. Otras chicas tienen la costumbre de besar a otras como un
juego, pero me pregunto si hay algo más serio detrás. Algunas lesbianas se consideran
guay por sus habilidades atléticas, pero no por su sexualidad”.
2
Carla Golden, “Diversity and Variability in Women´s Sexual Identities”, en Lesbian Psychologies:
Explorations and Challenges. Boston Lesbian Psychologies Collective, ed. (Chicago, University of
Illinois Press, 1987), p. 9.
3
John Gallager, “Gay for the Thrill of it”, en The Advocate (17 de febrero 17, 1998).
12
Después de haber hablado con media docena de jóvenes mujeres de diferentes
áreas geográficas, llegué a unas cuantas conclusiones. Las chicas que en otros aspectos
son heterosexuales se implican en conductas homosexuales posiblemente por varias
razones: atraer la atención de los chicos, falta de límites sexuales personales, no tener
razones para decir que no, o quizá por complicidad con una chica que quiere excitar a un
chico. Parte de este fenómeno está probablemente ligado a que las revistas pornográficas
que los chicos leen animan a la expresión sexual. Pero, como resultado de todo esto, toda
la generación de chicas jóvenes deberían tener modos de comprender esta
experimentación sexual acrítica, darse cuenta de a dónde les llevan esas experiencias y
aprender cómo alcanzar relaciones adultas sanas y plenas. ¿Hallarán las respuestas
correctas?
EXPERIMENTACIÓN INFANTIL.
Algunas mujeres experimentan todavía sentimientos contradictorios hacia
experiencias que tuvieron lugar en la infancia. Luchan con un sentimiento acuciante de
culpa, se cuestionan su sexualidad en la vida adulta o experimentan un enfado no deseado
hacia hombres y mujeres que se identifican a sí mismos como homosexuales.
Tomemos el ejemplo de Mary. Me la encontré en una firma de libros y empezó a
desahogar su corazón. Para Mary, la experimentación temprana con otra chica se volvió al
final una causa de remordimientos muy personal. “El haber tenido contactos sexuales con
otra chica ¿me convierte en lesbiana?”
Le aseguré que no.
En otra ocasión, me llamó una amiga y empezó a compartir conmigo sus penas.
Barbara me contó cómo una relación con una mujer mayor se había vuelto de carácter
sexual.
“Anne, esta mujer me trataba como a una hija”, me dijo Barbara. “De hecho, soy de
la edad de su hija, y esa es una de las razones de nuestra cercanía. Yo necesitaba
realmente los cuidados que me prodigaba, pero una noche nuestra amistad se transformó
en una relación más íntima, sexual. Me quedaba a pasar la noche allí de vez en cuando y
solíamos sentarnos hasta muy tarde hablando de los chicos con los que me había
acostado. La calidez de sus palabras me cautivaba. Sólo tenía 18 años, pero todavía me
siento como si esos encuentros fueran únicamente por mi culpa. Desde entonces me
pregunto: ¿soy homosexual?”
“Anne, quiero mucho a mi familia”, continuó Barbara. “Cada día doy gracias a Dios
por habérmela dado, pero siento esta vergüenza, esta culpa, y me siento furiosa por eso.
Me pregunto si puedes ayudarme de algún modo?”
Respondí a las preguntas básicas de Barbara, pero le pedí que después de nuestra
conversación visitara a un terapeuta cristiano que trabajaría con ella para solucionar sus
sentimientos de traición y culpa.
Barbara es una de las muchas mujeres que han tenido “escarceos” en la
experiencia sexual con su mismo sexo pero no han abrazado la homosexualidad como
identidad. Por el contrario, sus experiencias no han sido más que agua pasada. Nunca les
fue la identidad ni el estilo de vida, así que las descartaron. Pero, aun habiéndolo
superado, todavía sienten la carga del pasado, una carga pesada que comporta culpa y
vergüenza. Muchas de estas mujeres dicen que sus experiencias tempranas con el mismo
sexo “les quitaron” parte de la intimidad que anhelaban en su matrimonio.
Solucionar estos sentimientos de vergüenza es un paso importante en el proceso de
recuperación. Pero no todas las mujeres están heridas a causa de las experiencias
13
juveniles. A veces, su incursión en el lesbianismo llegó más tarde, quizá durante un período
de estrés.
UNA ATRACCIÓN QUE PARECE SURGIR “DE NINGUNA PARTE”.
Jill se vio metida en una relación lésbica tras una sorprendente serie de
acontecimientos. Mujer inteligente y bella a sus veintitantos años, se casó con un hombre
recientemente convertido al cristianismo. Llevaba lo que parecía una vida perfecta: un
nuevo hogar, un matrimonio romántico y éxito en los negocios. Era una diseñadora gráfica
con talento y su marido un ejecutivo de nivel medio en una empresa de alta tecnología.
Poseían el sueño americano, o eso parecía.
Tras el nacimiento de su primer hijo, Jill luchaba por encontrar tiempo para sí
misma. Tanto ella como su esposo estaban tan ocupados con los cólicos del bebé que no
tenían tiempo para ocuparse el uno del otro. Jill empezó a tener una crisis de identidad,
anhelando los elogios y la autoestima que le proporcionaba su éxito en los negocios.
Ninguno de sus amigos se dio cuenta de sus sentimientos. De modo que, en vez de
conseguir en la amistad el apoyo que necesitaba y deseaba, se volvió cada vez más
necesitada. Sus demandas de cuidado emocional exasperaban a su marido. El estrés
estaba poniendo seriamente a prueba su mutuo compromiso aunque todo pareciera
perfecto por fuera.
Un día Jill buscó la amistad de una colega. A pesar de saber que su amiga era gay,
Jill consintió en acompañarla a un bar de lesbianas. Nunca se había sentido seriamente
atraída hacia otra mujer, pero tuvo una amistad muy íntima con otra chica en la
universidad. Una noche se había dado cuenta de que esa amistad podía haberse vuelto
sexual.
Las dos amigas estaban solas una tarde compartiendo confidencias. Jill sentía una
profunda necesidad del consuelo de su amiga a causa de algunas dificultades en su vida y
sintió el tirón del deseo de ser abrazada por su amiga. Pero su pensamiento descartó el ir
más allá por el momento. Cuando el estado de ánimo le cambió y Tammy iba a marcharse,
Jill rechazó sus sentimientos diciéndose a sí misma que había sido una caída
momentánea. Por tanto, Jill había experimentado ya antes la atracción hacia el mismo
sexo, pero nunca lo había admitido, ni ante sí misma ni ante nadie más.
Ahora, en su difícil matrimonio, otra vez se veía enredada en emociones que
amenazaban con avergonzarla. Cuando su otra amiga le propuso salir una tarde, pensó
que disfrutar de una noche desenfadada sería divertido. Una buena diversión, se dijo. Pero
su belleza cautivó la mirada de muchas lesbianas. Se sentía bien atrayendo la atención,
aunque fuera por parte de las mujeres.
Durante un tiempo volvió al bar de lesbianas con su amiga. Jill se iba sintiendo
cautivada por la admiración que le tenían como mujer “hetero”. La compañía que
frecuentaba en los bares le despertó sentimientos latentes.
Al final, después de numerosos encuentros con lesbianas fuera del bar, Jill se
sentía cada vez más atraída por la admiración y la atención. Empezó a flirtear. Sentía un
profundo contraste entre las frustraciones del hogar y los sentimientos de atención que
recibía fuera. Le gustaba sentirse atractiva y deseada por el mundo lesbiano. Finalmente,
la tentación fue demasiado fuerte para ella. Se encontró fantaseando con ser acariciada
por otra mujer y participar en una relación sexual con otra lesbiana en particular,
Samantha. La fantasía acabó en flirteo y luego en la estimulante marcha de permisividad
que le proponía “Sam”. Tras meses de doble vida, decidió dejar a su esposo y a su joven
hijo por Samantha.
Por desgracia, la experiencia de Jill no es en absoluto única. Se han hecho
películas y escrito libros sobre esta dinámica: la ama de casa insatisfecha y poco valorada
14
que se abre a un adulterio. Por ejemplo, Los puentes de Madison. No es un tema
especialmente nuevo. Al contrario, la relación entre mujeres es una nueva edición de una
vieja historia.
En el capítulo 3 veremos más de cerca los temas típicos y el dolor que forman parte
del cuestionamiento de la propia identidad de género y que llevan a una mujer a adoptar
una identidad lesbiana. Sin embargo, las mujeres que experimentan una atracción hacia el
mismo sexo se preguntan si han nacido lesbianas 4. Plantean la pregunta: “Nunca he
elegido esas atracciones, ¿por qué las tengo?”. Pero prestemos atención ahora a las
creencias que se mantienen en nuestro país acerca de la biología de la homosexualidad y
la cuestión subsiguiente: ¿se nace gay?
¿SE NACE GAY? TEORÍAS: ¿CIENCIA O PREJUICIO?
En 1993 mi marido John y yo fuimos invitados al programa de Orphan Winfrey para
hablar de nuestra historia del cambio junto con otros representantes de la visión prohomosexual opuesta. Uno de estos invitados era el Dr. Richard A. Isay, homosexual y
profesor de psiquiatría en el Cornell Medical Center. A lo largo del programa el Dr. Isay dijo
bien alto que uno de sus colegas estaba a punto de probar sin lugar a dudas que la
homosexualidad era genética. El paso a la publicidad cortó la posibilidad de una discusión
posterior.
La audiencia en el estudio aceptó inmediatamente las noticias del Dr. Isay, pero
éste no llegó a ver dicha “inminente” prueba. Su colega no descubriría finalmente el “gen
gay”. Diez años después no se ha comunicado ninguna prueba.
Teniendo presente este episodio, echemos una mirada a algunos de los
argumentos expuestos por los defensores del “gen gay”. Se trata de una información
científica, pero importante para los temas que estamos tratando. Tras una rápida ojeada a
los tres estudios clave revisaremos las opiniones de lesbianas y feministas acerca de las
teorías sobre el “gen gay”.
EL ESTUDIO DEL CROMOSOMA X.
Sin duda, el Dr. Isay se estaba refiriendo al estudio del cromosoma X realizado por
el conocido científico gay Dr. Dean Hamer, publicado en Science el 16 de julio de 19935 .
En este estudio, el Dr. Hamer y su equipo pretendían haber identificado una región
específica del cromosoma X que dos tercios de los hermanos gays tenían en común en
algunas familias. La noticia sobre una correlación entre una porción del ADN y la
ocurrencia de hombres homosexuales en la familia fue difundida por la prensa popular
como una prueba de que la homosexualidad era hereditaria e innata.
Los métodos empleados en este estudio estaban viciados. Sólo dos años más
tarde, el Departamento Federal para la Integridad investigaba al Dr. Hamer bajo la
sospecha de incorrecciones en la investigación.
Según Philip L. Bereano, profesor de Tecnología y Política Pública en la
Universidad de Washington y uno de los fundadores de la ACLU (American Civil Liberties
Union),
“El estudio de Hamer está comprometido de manera importante por:
4
El catorce por cien de las mujeres de mi encuesta habían creído en un momento determinado que
habían nacido gays.
5
D.H. Hamer et al., “A Linkage between DNA Markers on the X-chromosome and Male Sexual
Orientation”, en Science 261, n. 5119, pp. 321-27.
15
1) no buscar el segmento (cromosoma x) en los varones heterosexuales de esas
familias; 2) definir quién es “gay” mediante una estimación extrema de la
prevalencia de la homosexualidad entre los varones americanos, un 2% (utilizando
la estimación comúnmente aceptada de un 5-10% se elimina la validez estadística
de sus resultados); y 3) saber que el Departamento Federal para la Integridad
estaba investigando el estudio porque uno de sus colaboradores había informado
de que el equipo investigador había ocultado datos”6 .
Muchos de los comentarios del estudio de Hamer realizados por sus colegas
genetistas, sociólogos y científicos critican la investigación por haber utilizado una muestra
muy pequeña, omitir el grupo de control para la comparación, establecimiento ampliado de
la correlación para incluir otros miembros de la familia (tíos y sobrinos), así como una
variedad de cuestiones más complicadas. La crítica más importante al estudio es que no ha
sido reproducido. Ningún laboratorio independiente ha sido capaz de producir los mismos
resultados. La posibilidad de repetición establece cierta validez e importancia para los
resultados comunicados en el estudio inicial pero, sin ella, cualquier hallazgo es puesto en
cuestión.
Cuando los investigadores canadienses realizaron el estudio, los hallazgos fueron
muy diferentes, como se dice abajo. Tanto los científicos como la comunidad gay
encontraron fallos en las conclusiones del estudio original. El Dr. Dean Byrd dice:
“Lo más interesante es que cuando el estudio de Hamer fue reproducido por
Rice et al.7 con una investigación más seria, se vio que los marcadores genéticos no
eran significativos. Rice concluye: ‘No está claro por qué nuestros resultados
discrepan tanto del estudio original de Hamer. Ya que nuestro estudio era más
amplio que el de Hamer et al. tenemos la capacidad adecuada para detectar un
efecto genético como el que comunica ese estudio. Sin embargo, nuestros datos no
apoyan la presencia de un gen en la posición XQ28 que tenga un efecto influyente
amplio en la orientación sexual’ ” 8.
The Advocate, la revista nacional del los gays y lesbianas, citaba al Dr. Hamer en
febrero de 1998 diciendo que “no hay un ‘gen gay’ único y omnipotente” 9. Lo mismo decía
Anne Fausto-Sterling, una profesora lesbiana de medicina en la Brown University: “No se
da una buena valoración auto crítica cuando la gente dice que hay un gen para esto o
aquello. Si consideras una conducta humana complicada como la timidez, que se modula a
lo largo de la vida, la separación entre la conducta y esa proteína es enorme”.
Otra observación, aunque ésta desde una perspectiva no académica, es la
realizada por muchos de los propios gays. Considere esta cita reciente de Peter Tatchel, de
la organización por derechos gays Outrage: “Me sorprende que se tomen tanto tiempo en
destruir lo que obviamente es una teoría insostenible. Es una elección y deberíamos
alegrarnos de que sea así y celebrarlo por nuestra parte”10.
ESTUDIO SOBRE EL OÍDO INTERNO.
Más o menos en la misma época en que el Dr. Hamer mismo admitía que no había
pruebas de un “gen gay”, Dennis McFadden, un profesor de psicología de la Universidad
de Texas, presentaba un estudio que relacionaba la preferencia sexual en varones y
6
Philip Bereano, “The Irrelevance of the ‘Gay Gen’”, Seattle Times, 25 de febrero de 1996.
Reimpreso en forma resumida en Professional Ethics Report, vol. IX, n. 2 (Primavera 1996).
7
George Rice et al., “Male Homosexuality: Absence of Linkage to Microsatellite Markers at Xp28”, en
Science, vol. 284 (abril 1999), p. 665.
8
A. Dean Byrd, Shirley E. Cox y Jeffrey W. Robinson, “The Innate-Immutable Argument Finds No
Basis in Science”, Salt Lake City Tribune, 27 de mayo de 2001).
9
John Gallagher, “Gay for the Thrill of it”, The Advocate (17 de febrero de 1998).
10
John Arlidge, “No Tears for Passing of ‘Gay Gene’”, The Observer (25 de abril de 1999).
16
mujeres con el oído interno11. El Dr. McFadden examinó 200 individuos adultos de cuatro
grupos diferentes: mujeres heterosexuales y homosexuales, y varones heterosexuales y
homosexuales. Algunos de entre los de cada grupo se identificaron más tarde como
bisexuales.
Lo que la investigación esperaba encontrar era que el amplificador del caracol
(especialmente utilizado en el proceso de la audición) era más sensible en las mujeres y
menos sensible en los varones. “Las mujeres, que tienen el caracol más sensible,
responden en mayor medida a esta prueba que los varones”, decía McFadden. “Esto es
cierto incluso entre los niños”.12 “Los resultados”, decía McFadden, “indican que las
lesbianas responden a los chasquidos de manera significativamente más débil que las
mujeres heterosexuales. La señal era todavía más débil para todos los varones, gay y
heteros”. El científico gay Dr. Michael Bailey de la Northwestern University describió
cautelosamente la causa posible de las diferencias en las mujeres homosexuales: “La
interpretación más probable es que se trata de algún tipo de efecto temprano de las
hormonas sobre el feto en desarrollo”13.
Las conclusiones acerca de esta diferencia fueron proclamadas por algunos medios
como prueba de una causa biológica para el lesbianismo. El divulgador científico de la
Associated Press Paul Recer escribe por ejemplo: “Los investigadores dicen que han
encontrado la primera prueba evidente de una diferencia física entre lesbianas y mujeres
heterosexuales: han hallado que el oído interno de las mujeres gay funciona de un modo
más parecido al de los varones. El descubrimiento añade puntos de apoyo a la teoría de
que la orientación sexual puede venir predispuesta antes de nacer” 14 (la cursiva es mía).
De manera más realista en sus pretensiones, el Dr. McFadden dice que los
andrógenos pueden también “alterar los centros cerebrales que producen la orientación
sexual”. “Pero”, sigue diciendo, “los investigadores no han encontrado todavía una
estructura cerebral que determine la orientación sexual en las mujeres”15 (el subrayado es
mío). Observa también McFadden que “cualquier conducta humana será resultado de una
compleja combinación de genética y entorno. Me sorprendería si esto no fuera cierto
también para la homosexualidad”16
De hecho, McFadden no ha probado por qué la sensibilidad del oído en las
lesbianas se diferencia de la de las mujeres heterosexuales. ¿Podría jugar un papel en
esto la exposición a ruidos más fuertes en el trabajo y la actividad social? ¿Podría ser que
las mujeres heterosexuales tuvieran el oído entrenado para oír ruidos más suaves como
consecuencia de intereses específicos, como el escuchar música clásica? ¿Se tuvieron en
cuenta estos factores? No, según el resumen del estudio.
Pero el resumen explica que a los sujetos estudiados se les advirtió que evitaran los
ruidos intensos y varias drogas comunes durante las 24 horas que precedieron al estudio.
Esto se debe a que McFadden sabía por su propia investigación publicada en 198417 y
199418 que dosis de aspirina o quinina producen pérdidas temporales de audición,
particularmente el tipo de audición que estaba analizando en este estudio.
11
D. McFadden y E.G. Pasanen, “Comparation of the Auditory Sistem of Heterosexuals and
Homosexuals: Click-Evoked Otoacoustic Emissions”, Proceedings of the National Academy of
Sciences USA, 95, pp.2709-2713.
12
Ibid.
13
Paul Recer, “Researchers Find Differences in Gays”, The Associated Press (2 de marzo, 1998).
14
Ibid.
15
Ibid.
16
“Scientists Challenge Notion that Homosexuality’s a Matter of Choice”, The Charlotte Observer, 9
de agosto, 1998.
17
D. McFadden y H.S. Plattsmier, “Aspirin Abolishes Spontaneous Otoacoustic Emissions”, Journal
of Acoustical Society of America, 76 (agosto 1984), pp. 443-448.
18
D. McFadden, “Otoacoustic Emissions and Quinine Sulfate”, Journal of Acoustical Society of
America, 95 (junio 1994), pp. 3460-74.
17
Pero en vez de las 24 horas de espera sin tomar aspirina, sus propios hallazgos en 1984
fueron que “el proceso de recuperación era idiosincrásico en gran medida: las emisiones de
algunos sujetos volvían a su fuerza normal tras 24 horas mientras que otros necesitaban
varios días para su total recuperación”19. El Dr. McFadden tendría que haber esperado tres
o cuatro días después que sus sujetos hubieran tomado la aspirina para medir la audición,
ya que ese es el tiempo que requieren todos los sujetos para recuperarse de la pérdida de
audición debida a la aspirina.
¿Prueba este estudio con algún grado de certeza que la homosexualidad es
biológica? ¡En absoluto! De hecho, McFadden enuncia una posible conclusión:
“Pueden darse muchas explicaciones para la CEOAEs débil [click-evoked
otoacoustic emissions, descrito como: ondas sonoras a modo de eco emitidas por el
caracol de oídos normales en respuesta a breves estimulaciones sonoras] en
mujeres homosexuales, bisexuales y heterosexuales. Como se ve, las OAEs
[otoacoustic emissions, “sonidos que se originan en el caracol y se propagan a
través del oído interno hasta el canal del oído externo”20] pueden quedar
disminuidas por exposición a sonidos intensos, ciertas drogas y otras
manipulaciones. Así, debe haber algo en el modo de vida de las mujeres
homosexuales y bisexuales que les lleva a estar expuestas a uno o más agentes de
los que reducen sus CEOAEs, ya sea temporal o permanentemente… Desde esta
explicación, la presencia de CEOAEs débiles en mujeres homosexuales y
bisexuales es una consecuencia secundaria del modo de vida adoptado por la
mayoría de estas mujeres y, por tanto, no es conceptualmente diferente de las
pérdidas de audición en los músicos de rock”21 (la cursiva es mía).
Otro experto en el tema de la biología de la homosexualidad, el Dr. Jeffrey
Satinover, ha escrito: “No hay prueba de que la homosexualidad sea simplemente
‘genética’, y ninguna de las investigaciones pretende que la haya. Sólo la prensa lo hace, al
citar para el público a ciertos investigadores” 22.
Me sorprende que el Dr. McFadden se salte la lógica de manera tan espectacular
no mencionando en la prensa la posibilidad más evidente de que la audición más débil en
mujeres homosexuales y bisexuales pueda ser “una consecuencia secundaria del modo de
vida adoptado por la mayoría de estas mujeres y, por tanto, no es conceptualmente
diferente de las pérdidas de audición en los músicos de rock”23. Anunciar dinamismos
prenatales no probados como bases biológicas de la homosexualidad en mujeres parece
tan poco científico como poco ético cuando se dispone de explicaciones más lógicas y
directas.
19
Ibid, 443.
D. McFadden y H.S. Plattsmier, “Aspirin Abolishes Spontaneous Otoacoustic Emissions”, p. 443.
21
D. McFadden y E.G. Pasanen, “Comparation of the Auditory Sistem of Heterosexuals and
Homosexuals: Click-Evoked Otoacoustic Emissions”, pp.2709-2713.
22
Jeffrey Satinover, “The Gay Gene?”, The Journal of Human Sexuality (1996). La respuesta franca
por parte de algunas lesbianas en Miami, Florida, revela cierta dosis de sentido común en lo
referente al estudio sobre el oído interno. Dorothy Acheson, colaboradora del Miami Herald, escribió:
“El estudio sobre el oído interno ha suscitado mucha discusión entre las lesbianas de aquí, haciendo
que muchas de nosotras le hiciéramos tanto caso como a una ‘paparucha’, en palabras de una
mujer durante una fiesta durante el fin de semana”. En otras palabras, los investigadores dan un
salto lógico al pasar de la presencia de andrógenos (hormonas masculinas) en el feto a la formación
de los oídos de las lesbianas. Otro salto lógico se da al afirmar que los andrógenos, suponiendo que
estén de hecho presentes en mayor número que en las mujeres heterosexuales durante la
gestación, tengan un impacto sobre una zona “desconocida” del cerebro de las mujeres que se
relacione precisamente con la sexualidad. Y otro salto lógico se da también cuando se dice que la
homosexualidad está causada en las mujeres por la misma dinámica que puede haber modificado el
caracol.
23
McFadden y Pasanen, “Comparation of the Auditory Systems of Heterosexuals and Homosexuals:
Click-Evoked Otoacoustic Emissions”, pp. 2709-2713.
20
18
EL ESTUDIO DE LA LONGITUD DE LOS DEDOS.
Un reciente tercer estudio intentaba correlacionar el lesbianismo con una variación
en la longitud del segundo y cuarto dedos de la mano de las mujeres. En el año 2000, un
equipo de investigadores, dirigido por S. Marc Breedlove, profesor de psicología en la
Universidad de California, en Berkeley, recorrieron los mercados callejeros de San
Francisco y encuestaron al público preguntándoles su género, edad, orientación sexual, si
eran diestros o zurdos y otros factores. Finalmente les sacaban una fotocopia de sus
manos.
El equipo midió la longitud de los dedos y concluyó:
“La proporción entre 2D:4D [segundo y cuarto dedos] en las mujeres
homosexuales era significativamente más masculino (esto es, más pequeña) que la
de las mujeres heterosexuales y no difería significativamente de la proporción en los
hombres homosexuales. Así, las proporciones en la longitud de los dedos, como las
emisiones acústicas del oído [“sonidos que se originan en el caracol y se propagan
a través del oído interno hasta el canal del oído externo”24 ], sugieren que al menos
las mujeres homosexuales estuvieron expuestas a niveles más altos de andrógenos
[hormona masculina] durante la gestación que las mujeres heterosexuales”25.
Encuentro interesante que Breedlove llegue a la conclusión de más alcance e
improbable posible basándose en el experimento de McFadden para sugerir fuertemente
que los andrógenos fetales afectan tanto a la longitud de los dedos como a la orientación
sexual.
Hemos discutido ya el estudio de McFadden sobre el oído interno. Veamos ahora
sólo las afirmaciones del estudio de Breedlove sobre la longitud de los dedos. El Dr.
Breedlove construye su teoría sobre muchos presupuestos: las hormonas masculinas están
presentes en el vientre de la madre excepto en el feto masculino, “acontecimientos
anteriores al nacimiento (o, incluso, anteriores a la concepción en el caso de hermanos
mayores) influyen en la orientación sexual”, y “los varones con hermanos mayores,
incluyendo a aquellos varones que desarrollan una orientación homosexual, podrían estar
expuestos a un nivel mayor de andrógenos prenatales” [hormona masculina]26 . Dicho de
otro modo, afirma que los hombres homosexuales pueden estar expuestos a mayores
cantidades de hormona masculina durante la gestación. En esencia, Breedlove y su equipo
atribuyen la causa de la homosexualidad en varones y mujeres a la excesiva presencia de
hormona masculina durante el desarrollo del feto.
El Dr. Breedlove realiza afirmaciones amplias y no concluyentes basándose en la
longitud de los dedos de varones y mujeres. Aunque gran parte de la ciencia relacionada
con los varones en este estudio es refutable, vamos a examinar un poco más de cerca las
conclusiones relacionadas con las mujeres homosexuales y heterosexuales. Antes que
nada, estas conclusiones están basadas en “modelos animales” demostrados en las
investigaciones anteriores del propio Dr. Breedlove, que mostraban que dosis
extraordinariamente altas de hormonas masculinas durante la gestación en ratas, ratones y
hamsters influían en el desarrollo del sistema nervioso y del cerebro27. En especial, dosis
excepcionales de esteroides influían en el área del cerebro de las ratas responsable del
aprendizaje espacial y el desarrollo muscular28.
Ya sabemos que tomar esteroides influye en el desarrollo muscular de las mujeres y
los hombres adultos. Pero los supuestos del Dr. Breedlove acerca de los otros resultados
24
McFadden y Pasanen, “Aspirine Abolishes Spontaneous Otoacoustic Emissions”, p. 443.
S. Marc Breedlove et al., “Finger-Length Ratios and sexual Orientation”, Nature, vol. 404 (30 de
marzo, 2000), pp. 455-56.
26
Ibid.
27
Breedlove y Arnold, 1980, Tabibnia y Breedlove, 1997, Hegstrom y Breedlove, 1997.
28
www.ns.msu.edu/neurosci/people/faculty/breedlove.htm.
25
19
en humanos no han sido verificados. De hecho, J. Richard Udry, profesor de salud
maternal e infantil y sociología en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, afirma:
“El feto femenino no produce por sí mismo nada de testosterona”. Por el contrario, Udry
explica:
“Aquí es donde la totalidad empieza a desmoronarse. El feto masculino produce
tanta testosterona durante la fase en la que diferencias como la longitud de los
dedos tiene lugar que la cantidad con que contribuye la madre es trivial. De modo
que la idea de que los andrógenos de la madre tendrían un efecto mensurable
sobre la longitud de los dedos es improbable”29.
¿Qué es exactamente lo que las investigaciones de Breedlove han encontrado?
Como máximo, una mínima relación entre la longitud de los dedos de la mano derecha y la
homosexualidad en las mujeres. Esta relación, aunque muy débil, muestra algún tipo de
correlación. Dejaré que Laurie Essig, una escritora lesbiana de Salon.com, comente este
aspecto:
“Esta clase de estudios utiliza la existencia de una correlación estadística
para defender la causalidad. Ciertos tipos de manos pueden aparecer más en los
cuerpos de mujeres que se identifican como lesbianas, pero ¿no se trata de una
correlación más bien que de una causa? La gente de ojos verdes tiene más
probabilidades de ser contable, pero es altamente improbable que exista una
relación causal entre ambas cosas”30.
¿QUÉ DICE LA CIENCIA EN DEFINITIVA?
Por el momento, la ciencia tiene muy poco que decir sobre las causas genéticas o
biológicas de la homosexualidad. La mayor parte de la investigación que afirma una causa
biológica ha sido llevada a cabo por hombres gay que estaban buscando específicamente
una causa biológica.
Incluso las escritoras lesbianas han comentado que las pruebas biológicas no son
concluyentes:
“A pesar de su atractivo ampliamente popular y su entusiasta aceptación
entre un amplio subgrupo de hombres gays, las teorías sobre el determinismo
biológico no son generalmente bien recibidas por las mujeres, que se sienten
presionadas al explicar sus propias inclinaciones eróticas”31.
Jan Clausen, escritora feminista y antigua activista lesbiana, comentaba también:
29
Shawna Vogel, “Double Digit Discovery”, ABC News.com, 29 de marzo de 2000.
Laurie Essig, “Lesbian Fingers”, Mothers Who Think, Salon.com, 16 de octubre de 2000. Mirando
el estudio desde otra perspectiva, Neil Whitehead examinó la validez de los datos estadísticos y de
las conclusiones. El estudio de Breedlove, Williams et al. sobre la longitud de los dedos “utiliza un
gran número de entrevistas. En tales circunstancias, aunque las longitudes medias de los dedos
pueden ser estadísticamente diferentes, con frecuencia son tan próximas que no son útiles para
describir la diferencia. Eso es lo que ocurre en el caso presente”. El Dr. Whitehead volvió a analizar
entonces los datos de los investigadores referentes a las mujeres lesbianas y heterosexuales y llegó
a la conclusión de que “evidentemente, hay una amplia superposición entre las dos poblaciones y,
aunque las dos medias pueden ser estadísticamente diferentes, la diferencias es sólo del 1%, un
resultado muy pequeño y en absoluto útil para el diagnóstico”. Whitehead añadió también que
aunque “hay un amplio número de mujeres heterosexuales que muestran proporciones en la
longitud de los dedos mucho más masculinas que muchas lesbianas… Esto no ha sido considerado
por los investigadores como relacionado con su orientación sexual” (Neil Whitehead, “The New
Finger-Length Study on Lesbians”, NARTH website, 24 de julio de 2001).
31
Jan Clausen, Apples and Oranges (Boston, Houghton Mifflin Company, 1999), xxvii.
30
20
“Creo que está bien ser gay o hetero por elección. Lo que no está bien es
mentir sobre complejas atracciones que culminan en simples etiquetas… Lo que
hay que parar es el fraude histórico la visión del tipo o bien/o bien permanente y
universal. Entiendo por qué este argumento puede parecer peligroso a los que se
ven rechazados por cuestiones eróticas, a los cuales la afirmación de una identidad
gay o lesbiana coherente e inmodificable les ha proporcionado una táctica
indispensable en la batalla contra la persecución homófoba”32.
Lesbian Psychologies, un volumen editado por terapeutas y escritoras feministas y
lesbianas del Boston Lesbian Psychologies Collective, reconoce una variedad de razones
por las que adoptar la identidad lesbiana: “Algunas de nosotras elegimos ser lesbianas
porque vimos que en nuestras relaciones con mujeres las cualidades espirituales y las
conexiones psicológicas o emocionales nos proporcionaban gran satisfacción y
aumentaban nuestro propio potencial. Algunas de nosotras elegimos ser lesbianas por
razones más estrictamente políticas, para contraatacar el privilegio heterosexual y
desarrollar estructuras no jerárquicas y no agresivas en las relaciones interpersonales…
Otras sentíamos que habíamos nacido lesbianas”33 (la cursiva se ha añadido para resaltar).
Encuentro interesante que el mensaje público de la comunidad gay hacia fuera es
casi uniformemente: “hemos nacido gay y no podemos cambiar. La homosexualidad es un
don de Dios”. Pero los mensajes de la comunidad intelectual lesbiana son contradictorios.
El mensaje del Boston Lesbian Psychologies Collective no era el de que la ciencia insiste
en que las personas que tienen atracciones hacia el mismo sexo han nacido así. Más bien,
dicen: “Otras sentíamos…”. Y añaden a la mezcla lo siguiente: “Para algunas de nosotras
la elección de vivir un estilo de vida lesbiano es una elección explícita de no vivir las vidas
de nuestros padres y, más en particular, las de nuestras madres”34.
¿POR QUÉ SON TAN PERSUASIVAS LAS TEORÍAS SOBRE LA “HOMOSEXUALIDAD
INNATA”?
Si los estudios no son concluyentes y la comunidad lesbiana no está
necesariamente de acuerdo, ¿por qué son tan persuasivos estos argumentos? Creo que
las teorías sobre la “homosexualidad innata” son atractivas por un par de razones. Primero,
proporcionan una explicación a los sentimientos de atracción que la mayoría de las mujeres
no pueden explicar de otro modo. Quizá estas ideas ayudan a una mujer a comprender
porqué se siente “diferente” o “fuera de lugar” entre sus compañeras al crecer. Dicho de
otro modo, dan forma a sus sentimientos. Una persona involucrada en la homosexualidad
puede decir por tanto: “Ah! Soy gay… por eso los otros niños me trataban tan mal cuando
estaba creciendo”.
Segundo, si una mujer o un varón “han nacido gays”, tanto la protesta interior como
la exterior son silenciadas. De repente, la homosexualidad no puede ser ya un problema
moral; deja de ser “incorrecta”. En cambio, “la homosexualidad se da por naturaleza y es
una variante común entre los seres humanos”35. ¿Cómo puede Dios condenar a alguien
por ser como ha sido creada? Pero la Biblia, de hecho, nos llama varones y mujeres, no
heterosexuales y homosexuales. En realidad, las Escrituras se refieren a la
homosexualidad como conducta, no como identidad.
Joe Dallas, escritor y primer director de Exodus International, escribe:
“Incluso si un día se demuestra que la homosexualidad es innata, innata no significa
necesariamente normal… Segundo, las tendencias innatas hacia determinadas
32
Ibid, xxix.
Boston Lesbian Psychologies Collective, ed., Lesbian Psychologies: Explorations and Challenges
(Chicago, University of Illinois Press, 1987), p. 4.
34
Ibid., p. 7.
35
Chris Bull, “Mom’s fault?”. The Advocate.com, 2000.
33
21
conductas (como la homosexualidad) no convierten a estas conductas en morales.
La obesidad y la conducta violenta se consideran ahora influenciadas por la
genética… Seguramente, no vamos a decir que la obesidad, la violencia, el
alcoholismo y el adulterio son legítimos porque fueron heredados. Lo mismo ocurre
con la homosexualidad. Tanto si es innata como adquirida, sigue siendo, como todo
contacto sexual fuera del matrimonio, inmoral. Y una conducta inmoral no puede
quedar legitimada mediante un rápido bautismo en la pila de los genes”36.
El Dr. Hamer hace esta afirmación sobre las limitaciones de la ciencia: “La biología es
amoral; no ofrece ayuda para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. Sólo las personas,
guiadas por sus valores y creencias, pueden decidir lo que es moral y lo que no lo es”37.
Pero si la ciencia no es adecuada para explicar la causa de la homosexualidad, ¿qué lo
explica? En el capítulo 3 miraremos de cerca algunas experiencias personales combinadas
con un siglo de teoría y datos de la psicología. Quizá podamos responder más
adecuadamente a la pregunta de la mujer que lucha: si no nací gay, ¿de dónde me vienen
estos sentimientos?
36
37
Joe Dallas, A Strong Delusion (Eugene, OR, Harvest House Publishers, 1996), pp. 116-17.
Ibid.
22
CAPÍTULO 3.
EL DESARROLLO CLÁSICO DE LA ATRACCIÓN LESBIANA
Cuando enseñaba en el instituto público conocí a Natalie, una estudiante joven y
atractiva de grandes ojos marrones y cabello castaño. Se me arrimó, alabándome
constantemente por mi maquillaje, tomando su comida cerca del comedor de profesores y
prefiriendo mi compañía a la de sus compañeros.
Mi conversación con Natalie había empezado por un trabajo que yo estaba escribiendo
para una clase de magisterio en la universidad. Se suponía que tenía que entrevistar a un par
de estudiantes sobre sus intereses y sobre la carrera que querían seguir. Pregunté a Natalie si
quería ser una de mis entrevistadas y ella accedió.
Lo que menos me imaginaba era que esta joven estaba buscando la atención por parte
de una mujer a la que respetaba. Como resultado, nuestra entrevista se fue complicando un
poco más de lo que había previsto.
Durante la primera parte de la entrevista le hice mis preguntas y me dio las respuestas
que necesitaba. Entonces, la conversación tomó un extraño viraje cuando Natalie empezó a
alabar mi maquillaje. “Me gusta como te das el colorete”, dijo Natalie. “Siempre parece tan
atractivo y natural… No como el de mi madre. Se pone demasiado. Probablemente porque a mi
padrastro le gusta así”, añadió con disgusto.
No hacía falta ser un científico espacial para darme cuenta de que Natalie tenía fuertes
sentimientos negativos hacia su madre.
Decidí sondearla un poco: “¿Cómo es tu madre?”, le pregunté.
“Es débil y hace todo lo que mi padrastro desea”, respondió Natalie. “Se separaron hace
años y me alegré. Mi madre ya había sido mangoneada bastante. Él nunca la trataba bien.
Pero ahora ha vuelto”.
Natalie me contó que su padre biológico había muerto cuando ella tenía cuatro años.
“Mi madre tuvo que hacerse cargo de las facturas sin él. Así que cuando conoció a mi
padrastro, se casó con él”, dijo con tristeza. “Mi padrastro es un auténtico estúpido. Siempre
está buscando cómo insultarnos a mi madre y a mí. Creía que nos ayudaba pagando las
facturas, pero es incapaz de mantener un trabajo… o no quiere hacerlo. En definitiva, que vive
a nuestra costa”.
La franqueza con la que Natalie me hablaba debería haberme dado una pista sobre sus
carencias emocionales… pero entonces no las vi.
Pronto Natalie se ponía a mi lado cuando yo salía de clase, era la primera alumna que
contestaba mis preguntas y sonreía ampliamente cuando me dirigía a ella aunque fuera sólo
durante un minuto. Finalmente me di cuenta de su conducta machacona conmigo y decidí que
debía establecer educadamente los límites con ella.
Estoy segura de que se sintió un poco herida al principio. Pero, como profesora, mi
responsabilidad era el cuidado emocional, académico y social de los adolescentes, y sabía que
lo que estaba haciendo era lo mejor. De hecho, ella sólo necesitaba un empujoncito para volver
atrás y relacionarse normalmente con sus compañeros otra vez. Y ahora sabía que yo era una
persona “segura” si necesitaba hablar.
ALGUNAS OBSERVACIONES.
Aunque Natalie no se veía a sí misma por aquella época como alguien que tiene
atracciones hacia el mismo sexo o relaciones lesbianas, al volver sobre nuestras
23
conversaciones veo algunos factores que la podrían haber empujado a una relación lesbiana
en cierto momento. Las mismas dinámicas han estado presentes en la vida de otras mujeres
que han acabado metidas en la atracción hacia el mismo sexo.
Un gran indicio era que Natalie juzgaba el modo de vida de su madre como mujer,
esposa y madre. El pobre ejemplo de su padrastro sobre cómo un hombre debería relacionarse
con su mujer también tuvo importancia, tanto como su lucha por encontrar un modelo femenino
que pudiera respetar.
Había visto este mismo patrón tantas veces que me sentí impulsada a preguntar en la
encuesta que realizaba entre las mujeres lesbianas: “¿Querías ser como tu madre cuando eras
pequeña?”. Por encima del ocho de cada diez de las mujeres respondían resueltamente:
“¡No!”38.
Cuando preguntaba: “¿Qué género crees que tiene las características más deseables a
las que parecerse?”, tres cuartas partes de 265 mujeres respondieron que los varones eran los
modelos más deseables. Cuando pregunté por sus razones, muchas de las mujeres
respondieron en esta línea: “Los varones son fuertes y tienen el control, no les afecta lo que les
rodea”, o “tienen menos probabilidades de ser víctimas”.
Cada respuesta que daba una visión positiva del papel masculino, reflejaba una visión
negativa de las mujeres. Por ejemplo, el comentario positivo “los varones son respetados y
valorados” implicaba que las mujeres, por contraste, no eran “respetadas y valoradas”.
La respuesta de una de las mujeres puede tomarse como típica: “No quiero ser vista
como un objeto sexual, como una propiedad, como débil o inferior”.
De algún modo esta mujer recibió mensajes potentes sobre las mujeres desde su infancia. El
mensaje puede haber sido que los hombres ven a la mujer como objeto sexual, en vez de verla
como compañera valiosa y sexualmente atractiva en un sentido positivo.
Al decir: “no quiero ser vista como un objeto sexual, como una propiedad, como débil o
inferior”, esta entrevistada en particular revelaba un clima de misoginia en su hogar. Misoginia
se define comúnmente como “odio a la mujer”39, pero yo la describiría personalmente como
“odio a lo femenino” manifestado en acciones y palabras de antagonismo hacia las mujeres,
comenzando normalmente por la mujer más cercana a uno y extendiéndose a las demás.
Tanto los varones como las mujeres pueden ser misóginos. De hecho, una mujer que
interioriza en su vida los mensajes, sutiles o no, de algún misógino acaba odiando ella misma a
las mujeres. Peor aún, puede llegar a alienarse de lo femenino de sí misma.
Por esta razón, la homosexualidad puede considerarse una tendencia reparativa, un
intento de reparar la conexión perdida con nuestro propio género, un intento de amarnos a
nosotros mismos. La Dra. Elisabeth Moberly identifica esta tendencia en su innovador libro
Homosexuality: A New Christian Ethic. Aunque su investigación se concentra en los varones
homosexuales, gran parte de lo que aprendió puede aplicarse también a las mujeres40.
Un punto de vista similar es expresado por Jan Clausen, una antigua activista lesbiana y
autora feminista (Apples and Oranges: My Journey to Sexual Identity). Ésta era su visión de la
mujer: “Veía a las lesbianas como una sublevación guerrillera contra el status quo del género,
más felices en nuestra difícil camaradería que las masas compactas de concubinas y amas de
casa que se aferraban al lado seguro del o bien/o bien erótico”41. Dicho de otro modo, ella veía
a las mujeres heterosexuales como de menor categoría que las mujeres homosexuales. Las
mujeres heterosexuales casadas eran vistas como “masas compactas” de irreflexivas
“concubinas”, esto es, de esclavas sexuales.
38
Un resumen de mi encuesta se encuentra en el Apéndice B.
Merriam-Webster’s Collegiate Dictionary Online, ©2002 Merriam-Webster, Incorporated.
40
Elisabeth Moberly, Homosexuality: A New Christian Ethic (Cambridge, James Clarke & Co., 1983).
41
Jan Clausen, Apples and Oranges (Boston, Houghton Mifflin Company, 1999), xvi.
39
24
Cuando se dispone a escribir su historia, Clausen explica: “No deseaba precisamente
recordar de dónde venía, recordar la humillación que asociaba con la feminidad convencional o
volver al decidido desdén con el que en otro tiempo miré la condición femenina”42.
Con meditada reflexión y significativa auto conciencia, Clausen escribe: “A lo largo de mi
vida, las cuestiones acerca del deseo y las luchas con sus consecuencias me han conectado
con el sentido de mi propio género como problema. La convicción de que ser una chica me
condenaba a una existencia de segunda categoría se me impuso fuertemente en mi
adolescencia…”.
Clausen, por supuesto, tenía fuertes sentimientos frente a la “condena” de ser una chica
y, sin embargo, era una de ellas. De algún modo y en algún momento este onflicto debía
resolverse. Su conexión intelectual con los chicos en estar contra las chicas en su adolescencia
pudo hacer de los chicos un grupo de compañeros más atractivo con el que identificarse. “¿Por
qué cuando salía del jardín de soledad infantil me volví un chico buscando la conexión que
ansiaba?... Era porque ese tipo de seres parecía tener mentes maravillosas, porque eran los
que movían los hilos… Nunca había conocido a una chica a la que considerara realmente
inteligente”43.
Cualquiera que fuera la razón de Clausen para desdeñar a su propio género, necesitaba
reconciliar de algún modo las dos partes de sí misma que estaban enfrentadas. Al entrar en la
fase lesbiana de su vida, muchas de las anotaciones en su diario revelan lo que esperaba
conseguir: “El amor homosexual es el gran regocijo de encontrar algo que parecía perdido…”.
Describe su atracción por una mujer específica en su vida adulta: “Ella es todo lo que deseo.
Ella soy yo misma o, mejor, yo soy ella”44. “Me he enamorado locamente de un género. Toda mi
vida he tenido problemas con los grupos de gente. Ahora deseo pertenecer”45. En lugar de su
estudiada distancia y desdén, Clausen empezó a abrazar una forma particular de feminidad.
Significó un enorme paso ver la feminidad de otras mujeres como deseable. Por primera vez,
ella deseaba pertenecer a un grupo de mujeres.
Una relación en particular con otra mujer cambió las ideas de Clausen sobre las
mujeres, dándole cierta resolución. Conforme leía su historia, supe que ella se sentiría libre
más tarde para apreciar su propia feminidad y quizá no se vería conducida más a una relación
homosexual. “Con ella experimenté una nueva relación con la ‘feminidad’, con la que estaba en
guerra desde la adolescencia… Si la condición de mujer podía ser un papel y no un destino,
entonces quizá necesitaba derribar mi auto respeto para relacionarme sexualmente con un
hombre al que deseara”46.
Clausen habla más tarde de dejar a su amante lesbiana con la que llevaba 12 años, así
como la vida y cultura lesbiana por completo, por un hombre del que se enamoró en un viaje a
Nicaragua. “No puedo seguir con esta división… Lo dejo [la vida lesbiana], finalmente, porque
no puedo sobrellevar la incomunicación. Lo dejo porque mi futuro está agonizando y debo
recuperarlo… Lo dejo porque necesito una vida por mi cuenta”47.
Casi por suerte, Clausen fue capaz de reconciliarse con el lado femenino de sí misma,
de amarse a sí misma sin proyectar esa necesidad sobre otra mujer. Y desde ahí fue capaz de
seguir adelante con su conexión emocional y su respeto por su propia feminidad. Quizá es raro
seguir adelante en la completa identificación interna con lo femenino mientras se está llevando
una vida y relaciones lesbianas, pero su experiencia ilustra claramente que la atracción
lesbiana es un intento de amar y de reconciliarse con la parte femenina de una misma.
42
Ibid, xvii.
Ibid., p. 40.
44
Ibid., p. 104.
45
Ibid., p. 125.
46
Ibid., p. 194.
47
Ibid., p. 222.
43
25
LA HISTORIA DE LATASHA.
Vamos a contemplar desde otro ángulo el desarrollo de la atracción lesbiana. Latasha
creció en un ambiente social en el que las mujeres eran vista como objetos sexuales y sujetos
de abuso sexual. La historia de su vida se adecúa perfectamente a la definición de ambiente
misógino (odio a las mujeres o a lo femenino) creado por los hombres en su vida.
La familia de Latasha vivía en el sur de Florida. Su madre tenía depresión crónica,
incluso antes de que Latasha naciera, y sufría abusos verbales y emocionales por parte de su
iracundo marido. Su furia se canalizaba sobre todo sexualmente hacia su mujer cuando estaba
bebido.
La madre de Latasha estuvo muy metida en el coro de la iglesia local, pero su fe nunca
influyó realmente en la vida del hogar. Su madre parecía muy débil e incapaz de plantar cara a
su padre. Una vez, estando Latasha en cuarto o quinto grado, presenció como su padre violaba
a su madre después de una borrachera. “¡Estaba tan furiosa!”, exclamó Latasha. “¡Tendría que
haber sido capaz de ayudarla, de detenerlo!”.
“Fue entonces cuando decidí que quería ser un chico”, recuerda. “Me convertí en un
marimacho y me comportaba y peleaba como un chico. En vez de cogerle el maquillaje a mi
madre y jugar con muñecas, opté por subirme a los árboles, pelear y montar en bicicleta. Por
aquella época empecé a enamorarme de mis profesoras”.
Latasha me decía que su habitación de casa era un refugio, “un territorio neutral”. Por
ello su madre se retiraba allí a menudo para evitar la confusión y el desastre de las otras partes
de la casa. Su madre se sentía segura en presencia de Latasha. De un modo muy sutil,
Latasha estaba recibiendo el mensaje mudo por parte de su madre de que era su protectora.
Los hermanos mayores de Latasha eran mujeriegos, tenían montones de pornografía
en sus habitaciones, en las que eran sexualmente promiscuos con chicas. Finalmente Latasha
descubrió que sus dos padres habían tenido aventuras extramatrimoniales. Su ruptura con la
heterosexualidad de su familia era un intento desesperado de sobrevivir emocionalmente. Más
tarde me decía:
“Veía que podía tratar a una mujer mejor que un hombre, del modo en que una
mujer debería ser tratada. No quería identificarme con la ‘especie más débil’, sino cuidar
de ella. Estaba segura de que había nacido gay porque deseaba ser un chico y me
sentía diferente de las otras chicas.
En el tercer año, mientras las otras chicas despertaban a la feminidad y
cambiaban, mis hormonas me impulsaban a enamorarme de las chicas. Pero en el
instituto entré en lo que llamaría mi ‘fase bisexual’. La llamo así porque, aunque me
sentía atraída por las chicas, estaba intentando encajar y me dí cuenta de que podía
sentirme atraída físicamente por los chicos. Sin embargo, tras una breve atracción
física, no quería saber nada de ellos. Las chicas, por otra parte, me hacían tartamudear,
me ponían nerviosa y me preguntaba: ¿Qué estoy diciendo y haciendo? A veces, las
chicas heterosexuales flirteaban conmigo. Me dí cuenta de que era realmente excitante
y yo les devolvía el flirteo. Ellas sólo estaban jugando conmigo, pero yo me lo tomaba
muy en serio. Sin embargo, no fue hasta llegar a la universidad cuando decidí que los
hombres eran una pérdida de tiempo. Soy gay, me declaré a mí misma, y estoy
dispuesta a buscar una esposa, mi versión modificada del sueño americano. No sé qué
podría haber hecho de no haber sido capaz de definirme gay. Puse mi esperanza en ser
gay. No iba a estar destinada a reproducir el modelo de vida de mi familia”.
Veamos más de cerca los factores individuales que llevaron a Latasha a anhelar
sexualmente el cariño femenino.
26
TRAUMA INFANTIL.
Tanto Chris (capítulo 1) como Latasha presenciaron formas de abuso contra sus
madres. En consecuencia, ambas se propusieron no ser como sus madres, débiles y
vulnerables. Las dos mujeres se modelaron a sí mismas como varones, rechazando sus
propias cualidades femeninas e involucrándose predominantemente en actividades masculinas.
De ahí el término “marimacho”.
De acuerdo con la encuesta que llevé a cabo entre antiguas lesbianas, más del 60%
habían presenciado alguna forma de abuso contra un miembro de la familia. Un increíble 90%
había sufrido abusos contra ellas mismas48.
La tres formas más comunes de abuso sufrido antes de los 18 años por estas mujeres
fueron emocional (70%), sexual (más del 60%) y verbal (más de la mitad de las mujeres).
De las que habían sufrido abusos por parte de varones, la mayoría (casi el 70%) fueron
acosadas por un hombre que no entra en las categorías de “familia” o “amigos”. Los grupos
más amplios de abusadores que le siguen eran “amigos de la familia” y “otro miembro de la
familia” que no incluía al padre, padrastro, hermano o hermanastro. Ambas categorías
sumaban un cuarto de los incidentes, pero los hermanos no se quedaban atrás, sumando un
20% de los abusadores.
El incidente de abuso sexual entre las lesbianas es increíblemente alto si lo
comparamos con las estimaciones nacionales de abuso sexual de mujeres en general. Las
estadísticas usuales predicen que un 2549 o 17%50 de las mujeres de Estados Unidos sufrirá
una violación a lo largo de su vida. ¡Pero más del 60% de las mujeres encuestadas sufrieron
abusos sexuales en la infancia! Mis estadísticas no incluyen la violación después de los 18
años. Según el Dr. Stanton Jones, “haber sufrido abuso sexual en la niñez significa tener más
del triple de probabilidades de declararse más tarde con una orientación homosexual”51.
Según el Third National Incidence Study of Child Abuse and Neglect (NIS-3)52, la
investigación más amplia que se ha realizado en los Estados Unidos sobre el abuso y
abandono de niños, la ocurrencia de estos pecados contra los niños va en aumento. He aquí
los cuatro hallazgos más importantes:

Las niñas sufrían abuso tres veces más a menudo que los niños.

Los niños corrían un riesgo más grande de abandono emocional y de sufrir
heridas graves que las chicas.

Los niños en general son sistemáticamente vulnerables al abuso sexual desde
los tres años.

La incidencia del maltrato no varía en función de la raza.53
El impacto del abuso y del trauma infantiles en las mujeres adultas puede ser
tremendamente devastador. El abuso escribe sobre el corazón y el alma de las niñas mensajes
aparentemente imborrables sobre su sentido del yo, sus relaciones y su habilidad para confiar
en otros.
48
Las definiciones de abuso se clasifican en el resumen del Apéndice B.
J. Fieldman y T. Crespi, “Child Sexual Abuse: Offenders, Disclosure, and School-Based Initiatives”,
Adolescence, vol. 37, n. 145, p. 151.
50
National Institute of Justice and Centres for Disease Control and Prevention, Prevalence, Incidence,
and Consequences of Violence Against Women Survey, 1998.
51
Stanton Jones y Mark Yarhouse, Homosexuality: The Use of Scientific Research in the Church’s Moral
Debate (Downers Grove, IL, InterVarsity Press, 2000), p. 57.
52
Abdrea J. Sedlak y Diane D. Broadhurst, Executive Sumary of the Third National Incidence Study of
Child Abuse and Neglect (U.S. Departament of Health and Human Services, 1996).
53
Ibid.
49
27
La Dra. Nancy Faulkner reseñó los hallazgos clínicos sobre el abuso sexual infantil en
su artículo “Pandora’s Box: The Secrecy of Child Sexual Abuse”. La Dra. Faulkner escribió:
“Las víctimas de abuso sexual experimentan frecuentemente sentimientos de vergüenza, culpa,
aislamiento, impotencia, pena e inadecuación. Pueden llegar a aceptar la responsabilidad del
abuso echándose la culpa a sí mismas”54.
Rosie O’Donell escribió en su reciente libro Find Me, en el que se identificaba como
lesbiana:
“Fui una niña abusada. Se trata de algo en lo que he elegido no detenerme en mi
vida pública… De modo que, sí, he sufrido abusos, aunque los detalles no son
importantes. Lo que sí es importante es que, supuestamente, había tratado las secuelas
en la terapia. ¡Qué ingenua era! El abuso es una continua saga para cualquiera que lo
haya vivido. Puede empezar y terminar en un tiempo real, pero en el tiempo mental dura
para siempre”.
O’Donell pone un ejemplo de su interminable saga: “¿Por qué me siento atraída por
Stacie?” [Stacie es una joven a la que ella intentaba ayudar a escapar de una situación de
abuso]. “Oh, por un millón de razones, una de las cuales es: revivir. Un sentido de estar
compartiendo el mismo dolor”55.
Con afirmaciones verdaderamente vulnerables, Rosie describe sus motivos para ayudar
a otros hoy: “Para ser sincera, no tengo límites. Cero, nada, nada de nada, ninguno… Estoy
continuamente funcionando como salvadora. Me guste o no, escucho sus voces [madres
biológicas en la agencia de adopción a la que ella ayuda], veo sus rostros, me pongo el traje de
superwoman y… ¡a aguantar el día!... Es una compulsión. No puedo ayudarme a mí misma”56.
Unas páginas más adelante, afirma:
“Quizá sea también algo abusivo. Cuando tus límites han sido violados, sencillamente
dejas de ver el espacio entre las personas, de manera que el dolor de la gente se
convierte en tu dolor y tienes que hacer algo para acabar con él. Al mismo tiempo, sin
embargo, la codependencia es una estratagema para distanciarse; estás tan ocupada
intentando salvar al mundo exterior que te olvidas de la gente que tienes cerca. Y
entonces, al final o al principio, te olvidas de ti misma, de que deberías ser una de las
que merece ser salvada”57.
Otro matiz de alguna de las historias de las mujeres de mi encuesta ha sido el de los
efectos del abuso sexual por parte de mujeres mayores58. Cuando esto ocurre, la joven puede
llegar a preguntarse si es lesbiana porque ha experimentado cierto grado de placer, primero,
por la atención que le ha prestado una mujer mayor y, segundo, por la propia actividad sexual.
En vez de consistir en actos de agresión, estas violaciones tienden a ser más bien de
carácter seductor. Una mujer me dijo que había recibido atenciones sexuales por parte de una
canguro cuando era muy joven, a los cinco años aproximadamente. Esta mujer era reacia a
admitir que el contacto había sido sexual porque supuso una atención por parte de la mujer
mayor que su madre era incapaz de proporcionarle. Sin embargo, la experiencia hizo que se
cuestionara su identidad sexual a una edad muy temprana.
54
Nancy Faulkner, “Pandora’s Box: The Secrecy of Child Sexual Abuse”, Sexual Counseling Digest
(octubre 1996). Faulkner añade:
“Finkelhor y Browne (1968) reconocen que los efectos del abuso sexual pueden ser negados en
la edad adulta. Los efectos a largo plazo de los que se informa frecuentemente y que se asocian
al abuso sexual incluyen depresión, conducta autodestructiva, ansiedad, sentimientos de
aislamiento y estigma, auto estima pobre, dificultad para confiar en los demás, tendencia a la
victimización, abuso de sustancias y desajuste sexual”.
55
Rosie O’Donell, Find Me (New York, Warner Books, 2002), p. 75.
56
Ibid., p. 6.
57
Ibid., p. 78.
58
Casi el 20% de las mujeres que participó en mi encuesta (recuperándose del lesbianismo) declararon
haber sufrido abusos por parte de otra mujer. El grupo concreto más ampliamente identificado como
autoras del abuso fue el de las canguros, con más de un 8%.
28
Por tanto, sufrir abuso infantil o presenciarlo puede llevar a una chica a rechazar desde
muy pronto su propio yo femenino59. Este rechazo temprano se observa claramente de muchas
maneras, como veremos en la próxima sección. Si el abuso infantil, trauma o abuso
específicamente sexual es algo que tú o tu amante podrían haber experimentado, puedes
aprender más sobre la curación de abuso en el capítulo 6.
RECHAZO DEL ROL DE GÉNERO.
El rechazo del rol de género consiste en adoptar los intereses y atributos masculinos de
forma deliberada, casi constantemente y con cierta inflexibilidad. Un experto desde hace
tiempo en el desorden de identidad de género (DIG), Georges A. Rekers, ha investigado
ampliamente sobre el DIG y publicado más de 55 artículos en revistas especializadas. El Dr.
Rekers tiene mucho que decir sobre el desarrollo psicológico del rol sexual:
“Como parte del proceso de la identidad de género normal en la familia, los niños
a menudo intentan una variedad de conductas relacionadas con el rol sexual con las
que aprenden a distinguir bien entre lo masculino y lo femenino. Algunos chicos llevan a
cabo ocasionalmente conductas que nuestra cultura tradicional ha reconocido como
femeninas, tales como ponerse un vestido, usar cosméticos o jugar haciendo el papel
de criar y cuidar bebés. De modo similar, muchas chicas pueden asumir ocasionalmente
un rol masculino, haciendo de ‘papá’ cuando juegan a las casitas o adoptando
temporalmente una serie de conductas masculinas que les lleva a que la sociedad les
llame ‘marimachos’. Esta clase de exploración temporal y episódica de las conductas
típicas del otro sexo es común a muchos chicos y chicas, y constituye normalmente una
experiencia de aprendizaje en el proceso de socialización del rol sexual normal
(Maccoby & Jacklin, 1974, Mischel, 1970; Serbin, 1980)… En casos patológicos [en los
que existe un desorden de identidad de género], sin embargo, los niños se desvían del
modelo normal de exploración de conductas masculinas y femeninas y desarrollan un
modelo inflexible, compulsivo, persistente y rígidamente estereotipado (Zucker, 1985)…
Aunque existe poca investigación sobre los desórdenes de género en mujeres, es
posible identificar condiciones parecidas de hiperfeminidad e hipermasculinidad
desajustada (Rekers & Mead, 1979, 1980). (Para más información sobre los estudios
citados por Rekers, véase su artículo en The Journal of Human Sexuality)60.
HISTORIA DE MARISA.
Marisa fue otra de las jóvenes mujeres con la que hablé de dejar el lesbianismo. Era
una mujer atractiva de unos veinte años, de vivos ojos y un gran sentido del humor. Me
describió su infancia:
“Mis padres estaban siempre peleándose [verbalmente]. Recuerdo que al
principio jugaba con muñecas y me ponía el maquillaje de mi madre. Pero recuerdo una
época en la que decidí: ¡fuera las muñecas! Voy a subirme a los árboles, jugar al balón
y armar jaleo con los chicos. En la escuela elemental me dí cuenta de qué les
interesaba a las otras chicas: llevar vestidos, jugar con muñecas y hacerse las uñas.
Eso no me iba. En cambio, en el recreo, cuando jugábamos a las casitas, adoptaba el
rol de padre.
Los que Marisa y otras muchas describen es “un modelo inflexible, compulsivo,
persistente y rígidamente estereotipado” de conducta masculinizada61. Más que una simple
imagen de marimacho, yo la veo como “un marimacho con el propósito de” no identificarse con
su modelo de rol femenino: su madre.
59
Jones y Yarhouse, Homosexuality, p. 57.
George Rekers et al., “Gender Identity Disorder”, The Journal of Human Sexuality (1996). Publicado
originalmente en The Journal of Family and Cultura, vol. 2, n. 3 (1986).
61
Ibid.
60
29
Marisa, Latasha y Chris no son los únicos ejemplos de esta dinámica. Casi el 90% de
las mujeres de mi encuesta que están en el proceso de superar personalmente la
homosexualidad se identificaron en su infancia como marimachos. Además, más del 60% eran
confundidas con un chico en alguna época de su infancia.
MODELOS DE JUEGO INFANTILES.
La Dra. Eliane Siegel fue una psicoanalista dedicada a pacientes lesbianas que no
buscaban cambiar su homosexualidad. Describe sus puntos de vista iniciales acerca de la
homosexualidad femenina:
“Ser una mujer liberal y liberada y no ver la homosexualidad como resultado de
un desarrollo perjudicial parecía a veces una traición a todo lo que había creído. Pero
ver a mis pacientes a través de los lentes de los pensadores y clínicos psicoanalistas,
pronto me hizo darme cuenta de que estaba dejándome seducir por la percepción de la
homosexualidad femenina como un estilo normal de vida, percepción que, tanto en mí
como en mis pacientes, había consolidado rígidamente el rechazo a un cambio de
cualquier tipo”62
La Dra. Siegel estudió conductas sexualmente tipificadas en los juegos con muñecas
infantiles, y dice: “Jugar con muñecas es considerado por [el investigador J. Kestenberg] como
principio base. En mi grupo de pacientes, tales juegos estaban llamativamente ausentes
(Siegel, 1986). No podían recordar haber jugado a ello en ninguna ocasión”63.
En el prólogo al libro de Siegel, Theo Dorpat escribe:
“La Dra. Siegal halló que ninguna de sus pacientes femeninas homosexuales
estuvo interesada por sus muñecas o por los juegos normales en la infancia. Demuestra
que [eran incapaces de] establecer la identidad de género mediante la introyección e
identificación con otras personas significativas (principalmente, sus madres). La
homosexualidad femenina surge por la necesidad de ciertas mujeres que se
traumatizaron en su desarrollo temprano de reparar su imagen corporal deficiente
buscando a otras como ellas. La investigación psicoanalítica del la Dra. Siegel y otros
análisis posteriores, muestran que el interés lesbiano por las mujeres es un modo
vicario de disfrutar la feminidad de otras mujeres”64.
Esta observación conduce a la Dra. Siegel a la siguiente conclusión:
“Una mujer que posee su cuerpo, es decir, que ha integrado internamente con
éxito sus órganos sexuales y su yo sexual, es capaz de hallar un compañero masculino
potencial sin resentimiento hacia él y sin competir con su masculinidad. Para las
mujeres que he tratado, ésta ha sido al principio una tarea inalcanzable porque tenían
que adquirir un sentido más completo de su imagen corporal y de sí mismas”65.
Desde otro punto de vista, el Dr. Stanton Jones, rector del Wheaton College y coautor
de Modern Psychotherapies, reseña los factores que causan la homosexualidad en su libro
Homosexuality: The Use of Scientific Research in the Church’s Moral Debate.
“Se está generalmente de acuerdo en que las manifestaciones de
disconformidad con el género en la infancia (tales como el interés de un chico por la
compañía, juguetes, juegos, vestidos y cosas así de las chicas) parece predisponer al
chico a la homosexualidad en la madurez… Los investigadores han llevado a cabo
recientemente un amplio análisis sobre la relación entre conductas típicas del sexo y
orientación sexual. Concluyen que ‘tanto para los chicos como para las chicas, la
62
Eliane V. Siegel, Homosexuality: Choice Without Volition, a Psychoanalytic Study (Hillsdale, NJ, The
Analytic Press, 1988), xii.
63
Ibid., p. 3.
64
Ibid., p. xvii.
65
Ibid., p. 6.
30
investigación establece firmemente que los sujetos homosexuales recuerdan
esencialmente más conductas del sexo contrario en la infancia que los sujetos
heterosexuales’66. En otras palabras, la mejor investigación realizada hasta la fecha
sugiere una relación entre la homosexualidad adulta y la no conformidad con el género
en la niñez”67.
De modo que la conducta infantil temprana, como evitar juegos y actividades
típicamente femeninas, preferir juegos masculinos a los femeninos, no desear o rechazar en
ocasiones o habitualmente los intereses femeninos es absolutamente significativo. Deberían
considerarse indicadores de cómo se ve y acepta a sí misma una chica como mujer en la
infancia. Téngase en cuenta, sin embargo, que la investigación reseñada por la Dra. Rekers
durante muchos años muestra que jugar en alguna ocasión a ser del género opuesto forma
parte del aprendizaje de las niñas. Esto sólo no predispone tampoco a una mujer a la atracción
homosexual posterior.
RELACIONES PADRE-HIJA.
El terapeuta Steven Donaldson explicaba en una clase dada durante la Evergreen
Conference en 2002:
“Los padres ejercen una enorme influencia en la formación de la auto percepción
de los niños… Podemos ver que los niños nacen en un estado de completa
dependencia. Necesitan no sólo comida, albergue y vestido, sino también atención,
aceptación, aprobación y afecto. Necesitan estos suministros emocionales tanto como la
comida o el agua. No disponen para ello de otra fuente. Deben recibirlos de sus propios
padres”68.
Un niño necesita recorrer etapas para alcanzar una imagen sana de sí mismo. Voy a
exponer una versión de una teoría del desarrollo psicosexual en la primera infancia que conocí
por primera vez a través de la clase dada por Steven Donaldson en Portland, Oregon.
RELACIÓN MADRE-HIJA.
La teoría dice algo así: en la primera fase, desde el nacimiento hasta los dos años y
medio, la niña pequeña se vincula a su primera cuidadora aprendiendo que su madre es digna
de confianza. Por ejemplo, cuando necesita comida o leche no puede preparársela, pero su
madre sí puede. Cuando necesita que un cambio de pañal tampoco puede hacerlo por sí
misma, pero su madre sí puede.
A través de este proceso la niña se asocia estrechamente con su madre. Como se
puede imaginar, un abandono por parte de la madre o de la primera cuidadora puede causar
estragos sobre este resultado deseado. En vez de aprender que está a salvo y que su
cuidadora es digna de confianza, la niña puede captar el mensaje de que su madre (u otra
persona) no es fiable. Por tanto, puede decidir no identificarse con o confiar en su madre.
Este primer periodo del desarrollo persigue otro objetivo principal: alcanzar una visión
relativamente correcta de sí misma y del mundo inmediato que le rodea. El resultado final
debería ser la confianza. Permítaseme otro ejemplo acerca de lo que quiero decir.
Supongamos que la niña supera el primer obstáculo adecuadamente y se vincula con su madre
según lo previsto. No duda de la atención, afecto y vínculo de la madre.
Empieza entonces a desarrollar su propia persona, independiente de la madre dando
pequeños pero significativos pasos. Desde el punto de vista del desarrollo, los niños pequeños
66
J. Michael Bailey y Keneth J. Zucker, “Childhood Sex-Typed Behavior and Sexual Orientation: A
Conceptual Analysis and Quantitative Review”, Developmental Psychology, 31 (1995), p. 49.
67
Jones y Yarhouse, Homosexuality, xvi.
68
Ibid.
31
empiezan a incorporarse por sí mismos a los seis meses aproximadamente, a gatear en los
meses inmediatamente siguientes y a caminar en torno al año. En ese proceso, nos
aventuramos a explorar nuestro pequeño mundo (la sala de estar) más allá de nuestra madre.
Cada uno de nosotros comenzamos nuestro viaje hacia la acción y la identidad independientes
pronto en nuestras vidas, pero también damos los primeros pasos hacia habilidades y vínculos
nuevos.
Cada uno de mis hijos pequeños exploraba sus nuevas habilidades dando unos pocos
pasos bajo mi vigilancia, pero a veces se caían y se hacían daño. Entonces me necesitaban
para que los cogiera y los consolara. Luego estaban preparados para aventurarse e intentarlo
de nuevo. Si se sentían amenazados o heridos de alguna manera, volvían temporalmente a mí
buscando consuelo y seguridad. Recuerdo a mi hijo Alex empezando a andar cuando tenía
cerca de un año. Estábamos de compras y el ritmo de la música de los almacenes le animó a
dar algunos pasos de más. Toda la familia aplaudía cuando llegaba a los 12 pasos, luego a los
14, y él se volvía buscando nuestra entusiasta aprobación. Todavía recuerdo la mirada
orgullosa de satisfacción en su rostro. ¡Qué recuerdo más hermoso!
Pero, por desgracia, pueden darse problemas causados por la falta de seguridad
personal de la madre (o primera cuidadora). El trabajo de la Dra. Siegel con pacientes
lesbianas describe un particular tipo de desajuste en la relación con la madre.
“Sus madres eran incapaces de promover la identificación de las hijas con su
propia feminidad. Estas madres son descritas como inmaduras y emocionalmente
frágiles que se mantienen distantes de las necesidades de sus hijas. No tratan a sus
hijas como personas sino como partes separadas de ellas mismas. Se da una inversión
de los roles de madre e hija, en la cual las madres esperan ser cuidadas por sus propias
hijas”69.
Los niños pequeños parecen impulsados a conquistar la independencia física, pero
necesitan la seguridad que sus madres les ofrecen. Según Steven Donaldson, las tareas
esenciales de la madre en relación a los niños y niñas son “1) proporcionar amor y seguridad
incondicional y 2) fortalecer la autonomía de los niños”70. La tarea evolutiva más importante
para la hija es crear una identidad femenina separada a partir de la madre.
Parece muy simple, pero ¿lo es? ¿Qué puede salir mal? Desgraciadamente, en algunos
casos la madre se molesta por, se resiste a o sofoca el sentido infantil de exploración segura
pero independiente. Estas madres, como las mencionadas en la investigación de la Dra. Siegel,
ven a sus hijas como una parte de sí mismas y rechazan emocionalmente la independencia de
las mismas.
La Dra. Siegel escribe:
“La madre de Cecilia utilizaba descaradamente a su pequeña hija como una
parte infravalorada al servicio de su propio yo narcisista. Se esperaba que la niña
actuara como criada de la madre. La madre de Tanya no parecía reconocer a la niña
como una entidad separada. Delilah era claramente una niña de repuesto… se
esperaba que reemplazara a la perdida… Cada una de estas mujeres [madres de sus
clientes] intercambiaba los roles con sus hijas, esperando ser cuidadas por [la hija]”71.
O quizá la madre no estaba emocionalmente disponible para su hija. El abandono
emocional es aterrador para una niña. “Los niños experimentan pánico al pensar en la pérdida
o la retirada de la aprobación paternal. Es más intenso que el miedo a la muerte. Es la
experiencia de perder su existencia… como si hubieran dejado de existir. Esto se relaciona con
la ansiedad frente a la aniquilación”72.
69
Siegal, Female Homosexuality, xvi.
Steven Donaldson, en una clase en el Evergreen Conference, 2002, Vancouver, Washington.
71
Siegal, Female Homosexuality, 219.
72
Donaldson, Evergreen Conference, 2002.
70
32
La Dra. Siegel continúa sus conclusiones acerca de las relaciones madre-hija en sus
clientes: “Las hijas recordaban con gran detalle cómo habían sido abandonadas a menudo y
cómo se habían esforzado tratando de complacer a sus madres. Por supuesto, se culpaban a
sí mismas por el fracaso…”73.
RELACIONES PADRE-HIJA.
Al mismo tiempo, la relación sana entre el padre y la hija se desarrolla fuera de la
seguridad e independencia de la relación madre-hija. La niña pequeña, segura de la
aprobación, aliento y aceptación de la madre, da sus primeros pasos hacia los brazos de su
padre. El padre desea reflejar a su hija su valor como mujer mediante la apreciación y la
valoración.
Desgraciadamente, algunos padres no son seguros o no están emocionalmente
disponibles para alentar este gozo de la “feminidad” en su hija. Si el padre abusa de su mujer,
si se siente amenazado de algún modo por la feminidad de su hija, o abusa de su hija,
probablemente ésta estará menos gozosa de su feminidad.
Una niña pequeña adora y admira con naturalidad a su padre. Recuerdo cómo sentía
esa especial relación con mi padre en mi infancia y cómo me llamaba “la niña de papá”. Ese
nombre era un motivo de orgullo para mí. De algún modo, en pocos años, en vez de seguir esa
pauta, algo cambió y empecé a imitar a mi padre para ganar su atención. Por ejemplo, aprendí
a jugar al golf, no porque estuviera especialmente interesada en ello sino porque podía hacerlo
con mi padre.
En sus comentarios sobre la dinámica padre-hija en sus pacientes, la Dra. Siegel
concluye:
“A pesar de los profundos anhelos [de las mujeres] de ganar la aprobación de
sus familias y sus intentos posteriores de cambiar las dinámicas familiares, no podían
obtenes la compasión de sus padres… Sospecho que la imagen de sí mismos que
tenían sus padres se veía gravemente atacada al hacer frente a sus ‘imperfectas’ hijas.
Sin embargo, en su vida diaria las hijas se comportaban con el mismo afán, ingenio y
valor que sus padres”74.
Si el padre es hostil, abusador o no está emocionalmente disponible hacia su hija, le
está comunicando sentimientos negativos a su hija acerca de ser mujer. Aquí tenemos otra
posibilidad todavía: si la madre está celosa de la relación padre-hija, la hija puede volverse
también muy insegura. La hija quiere conocer la fuerza del amor mutuo de sus padres, e
igualmente la fuerza llena de confianza de su madre. Esta dinámica, según la teoría
psicoanalítica, capacita a la niña pequeña para querer ser como su madre y desear casarse.
CARÁCTER PERSONAL.
La Dra. Siegel describe a sus pacientes durante la infancia como “llenas de talento y
muy precoces”75. Me di cuenta de la aptitud de las mujeres que había entrevistado durante
muchos años, especialmente por su habilidad para captar los mensajes mudos de sus familias.
Davies and Rentzel, en su libro Coming Out of Homosexuality, escriben:
“El temperamento innato y la forma corporal influye también en el desarrollo
temprano. La gente suele esperar que su joven hija sea débil, dulce y complaciente,
pero algunas salen del vientre materno chillando, dando patadas y con la apariencia de
estar dispuestas a entrenarse para el triatlón. Si los padres de la chica son también
73
Siegal, Female Homosexuality, 219.
Ibid., p. 218.
75
Ibid., p. 221.
74
33
agresivos y atléticos, probablemente crecerá como una mujer heterosexual fuerte y
segura. Pero, a veces, la madre tiene que luchar para aceptar a una hija activa y
agresiva y la pequeña sentirá la ambivalencia materna. Sintiéndose herida y rechazada,
la chica puede despegarse más tarde de la madre, separándose de la fuente de amor
que necesita como ayuda para desarrollar su identidad femenina propia. A su vez, ella
se queda con un déficit de amor por parte de su mismo sexo, permitiendo su
vulnerabilidad hacia un futuro desarrollo del lesbianismo”76.
¿QUÉ CAUSA LA ATRACCIÓN HACIA EL MISMO SEXO EN LAS MUJERES?
Como hemos visto, en el desarrollo de la atracción hacia el mismo sexo están
implicadas muchas influencias: trauma infantil, incluyendo incidentes de abuso sexual, rechazo
del rol de género, formas atípicas de juego infantil, relaciones madre-hija dañadas, relaciones
padre-hija insanas y temperamento personal. Investigadores desde prácticamente todos los
puntos de vista están de acuerdo en que una combinación de factores de peso impulsa a un
hombre o a una mujer hacia la atracción por el mismo sexo.
Podría considerarse que los factores biológicos contribuyen a los sentimientos
homosexuales en la madurez, pero la ciencia no ha proporcionado ninguna prueba de ello.
Quizá sorprenda que la Biblia hace una importante observación al hablar de nuestra
naturaleza, refiriéndose a nuestra naturaleza pecaminosa. “Mira que nací culpable, pecador me
concibió mi madre”, exclama el rey David. “Y tú amas la verdad en lo íntimo de mi ser, en mi
interior me inculcas sabiduría. Rocíame con hisopo hasta quedar limpio, lávame hasta
blanquear más que la nieve” (Sal 51, 5-7). Y considerando la naturaleza del hombre y de la
mujer que se extravía del designio de Dios, dice la Biblia: “Todos errábamos como ovejas, cada
uno marchaba por su camino, y Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros” (Is 53, 6).
Según la Biblia, todos nacemos con una disposición de corazón y de acción contraria a
nuestro Creador, pero él ha puesto remedio a nuestro déficit innato, nuestra inclinación hacia el
pecado (definido como pérdida de la presencia de Dios). Sacrificó a su propio Hijo como pago
por nuestras deudas y nos prometió una nueva naturaleza que no estuviera enfrentada con su
voluntad. El apóstol Pablo escribe en su carta a los Romanos:
“Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que
viven según el espíritu, lo espiritual. Pues las tendencias de la carne son muerte; mas
las del espíritu, vida y paz, ya que las tendencias de la carne llevan al odio a Dios: no se
someten a la Ley de Dios, ni siquiera pueden; así los que viven según la carne, no
pueden agradar a Dios” (Rom 8, 5-8).
Pablo explicará en gran parte la relación entre nuestra vieja naturaleza, nuestra nueva
naturaleza y nuestra obediencia de un modo increible en su carta a los Romanos, pero deseo
concluir con esto: hablando desde la Escritura, estamos predispuestos a tener una naturaleza
pecaminosa, pero no necesariamente homosexual. Pero las ventajas de “nacer de nuevo” en la
familia santa de Dios incluyen el perdón de nuestros pecados por Jesús, una nueva naturaleza
que desea obedecer la Ley de Dios y una herencia eterna que nadie nos podrá quitar.
Así debe ser cuando Pablo exclama: “Por tanto, el que está en Cristo es una nueva
creación; pasó lo viejo, todo es nuevo” (2Co 5, 17) y “considero que los sufrimientos presentes
no son comparables con la gloria que un día se nos revelará” (Rom 8, 18).
76
Bob Davies y Lori Rentzel, Coming Out of Homosexuality: New Freedom for Men and Women
(Downers Grove, InterVarsity Press, 1993), p. 47.
34
CAPÍTULO 4
DESARROLLO SANO DE GÉNERO FEMENINO
Todavía me río cuando recuerdo a la pequeña Karlyn viniendo a jugar a nuestra casa al
salir de la iglesia. Timmy, mi hijo mayor, tenía cuatro años y prefería jugar con chicos pero
Karlyn era la excepción. De alguna forma decidieron que Timmy podría hacer el rol del
superhéroe y que sus Bebés Beanies necesitarían su protección. El arreglo fue muy exacto
desde el punto de vista de una madre.
Karlyn había venido a nuestra casa todavía con su ropa para ir a la iglesia –un bonito
vestido de encajes, un lazo bonito en su pelo rizado, unos leotardos blancos como la nieve y
unos zapatos de vestir limpios. Le sugerí gentilmente que se pusiera algo más cómodo para
que no ensuciase su bonito vestido. Pero como John y yo tenemos chicos, no teníamos ropa
para niñas pequeñas. Cogí la ropa que tuviese colores menos masculinos que pude del
armario y le dije: “Aquí tienes, Señorita Karlyn. ¿Cuál te gustaría ponerte?”
La mirada de disgusto en la cara de Karlyn hizo que me destornillase de risa.
“No, gracias,” dijo educadamente mientras se viraba para irse corriendo a jugar.
“Karlyn, no puedes estar corriendo por los alrededores con tu ropa bonita y en casa no
tenemos ropa de niñas pequeñas pero veamos otra vez. Quizás podamos encontrar algo más,”
la animé.
De mala gana, me siguió otra vez, puso la misma cara pero cogió algo de ropa. Podía
leer sus pensamientos. Bien, creo que puedo ponerme esto durante una hora. Y luego se fue
con sus Bebés Beanies.
Podría haber considerado a Karlyn una marimacho simplemente porque era muy activa
y no se mostraba reticente con jugar con chicos pero ella trazaba unas líneas obvias que
limitaban hasta dónde llegaba en la identificación con ellos. ¡La ropa era claramente una de
esas líneas! Tuve que admirar su actitud.
EVIDENCIA DE IDENTIDAD FEMENINA SANA
Cuando ella no está jugando con Timmy, Karlyn prefiere jugar con Bitty Baby o las
muñecas de Hello Kitty. Muchas veces la he visto dando de comer a sus muñecas,
cepillándoles el pelo o llevándolas de compras. Si hubiésemos comprado un muñeco Batman y
se lo hubiésemos regalado por su cuarto cumpleaños, nos habría dado las gracias de forma
educada bajo el ojo corrector de su madre pero las muñecas de Hello Kitty realmente eran las
que le iluminaban el rostro. Gracias a Dios, Karlyn se identifica mucho más con su madre y
disfruta siendo una niña.
En contraste con las experiencias de las mujeres que describí en el capítulo anterior
que sufrieron mucho daño en su más tierna infancia, ser una niña pequeña es ser divertida,
imaginativa y encantadora. En vez de rechazar completamente jugar a las muñecas, las niñas
pequeñas que tienen base fértil para crecer suelen tener generalmente interés en jugar a ser
“madres” y a cuidar de sus muñecas. Se identifican con personajes femeninos de una película,
como Cenicienta, Pocahontas, Ariel, Batgirl y otras. No a todas les encanta lo mismo pero
trazan distinciones sanas entre las niñas y los niños.
Julie, una vecina y amiga mía, se describía como una “marimacho” mientras crecía. Me
contaba que llevaba a su hija mayor, Hannah, a la peletería para que comprase sus propios
zapatos por primera vez. Julie esperaba que Hannah, que entonces tenía tres años, cogiese
35
los prácticos para jugar todos los días. En efecto, Julie siguió dirigiendo a su hija a los “zapatos
menos frívolos.”
“No, mamá,” insistía Hannah, “me gustan los de los destellos.” Hanna no sería
disuadida. ¡Tenía que tener los zapatos brillantes! Hanna tiene ahora ocho años y todavía le
encantan las cosas verdaderamente femeninas: brillantes en su pintura de labios, lazos, ropa
con volantes y cosas así. También es buena en el fútbol y sabe jugar bien con los chicos pero
prefiere jugar con las chicas. Aunque los amigos de su hermano pequeño (Timmy, por ejemplo)
no son muy apasionantes con ella, jugará con ellos -¡pero sólo si no hay disponible nadie más!
Una mujer madura comunica su identidad femenina segura cuando su satisfacción
interior y su seguridad se irradian a los demás a través de su cara y de sus ojos. Mostramos
nuestras emociones, actitudes y perspectivas de forma no verbal –probablemente más de lo
que creemos. Esto es especialmente evidente cuando una mujer se encuentra en una tragedia
personal. El mundo mira y se maravilla cuando una mujer expresa fe y confianza en Dios en
medio de la adversidad y del dolor.
Lisa Beamer es un ejemplo maravilloso de una mujer piadosa que reaccionó con
dignidad y con confianza en Dios en un momento así. Su marido, Todd Beamer, y un grupo de
otros hombres a bordo del vuelo 93 de United Airlines intentaron recuperar el control del avión
de manos de los terroristas en el infame día 11 de septiembre de 2001.
A través del uso de los teléfonos móviles en el avión, a varios de los pasajeros les
habían dicho ya los trágicos sucesos que habían tenido lugar con anterioridad ese mismo día –
que los terroristas habían secuestrado otros dos aviones y los habían chocado
deliberadamente con las Torres Gemelas del World Trade Center de la ciudad de Nueva York.
Después de oír esas noticias, varios hombres decidieron intentar doblegar a los secuestradores
de su vuelo. A Todd se le oyó decir por el teléfono móvil: “En marcha.”
Todd Beamer y el grupo de hombres a bordo del avión no tuvieron éxito al intentar
conseguir el control del avión. Pero debido a sus acciones heroicas, el avión se estrelló en un
campo de Pennsylvania en vez de explotar contra la Casa Blanca o el Capitolio. Todd, la
tripulación del avión y todos los demás pasajeros perecieron en su intento valiente de tomar el
control de los hombres violentos.
Lisa, madre de dos hijos y embarazada del tercero, reaccionó con fe y confianza
aunque luchaba con la pérdida de su marido. Justo tres meses después del 11 de septiembre,
Lisa aceptó una invitación para estar en el programa de Larry King el día de Nochebuena de
2001. Cuando El Señor King le preguntó si la tragedia que había costado la vida de su marido
le había hecho cuestionarse su fe como cristiana, ella respondió con audacia y con elegancia.
“No,” respondió seriamente. “(Experimentar la muerte de mi padre cuando tenía quince
años) me llevó a un lugar en el que comprendo que simplemente porque tenga fe en Dios no
significa que Él me vaya a prevenir de cualquier tragedia que me vaya a suceder… o a
sacarme de las dificultades que este mundo nos da. Pero sé que Él va a protegerme en esas
dificultades y sólo va a permitir aquellas que quiere. Y luego, por medio de las dificultades, (Él)
ciertamente continuará mostrándome el amor que me tiene y la promesa de que voy a pasar la
eternidad con Él en el cielo. Esa es la perspectiva que pude obtener tras pocos años de lucha
por la muerte de mi padre y la perspectiva que me vino el 11 de septiembre y que ha golpeado
como pegamento desde entonces.” 77
El apóstol Pedro elogia las características específicas de las mujeres casadas en I
Pedro 3. “Vuestra belleza… debe ser la de vuestro interior, la belleza eterna de un espíritu
gentil y tranquilo, que tiene gran valor a los ojos de Dios. Porque esta es la forma en que las
santas mujeres del pasado que pusieron su esperanza en Dios utilizaron para hacerse bellas…
Vosotras sois hijas (de Sara) si hacéis lo que es correcto y no cedéis paso al temor” (I Pe 3,36). Lisa Beamer era una bella mujer moderna que confiaba totalmente en Dios en el rostro de la
tragedia.
77
CNN Larry King Live, Entrevista con Lisa Beamer, aired 24 de diciembre de 2001.
36
Pero ¿cómo llegan a ser las mujeres como Lisa Beamer? O mejor todavía -¿Cómo llega
a ser cualquier mujer la mujer que fue diseñada por Dios? ¿Cómo puede superar todas sus
inseguridades y convertirse en una mujer de confianza en todo lo que hace y es –una mujer
que celebre el don de su feminidad?
Aquellas de nosotras que hemos encontrado la libertad de la atracción hacia el mismo
sexo por medio de la fe en Jesucristo llevamos nuestra comprensión del plan de Dios para la
humanidad (y las mujeres en particular) de la Biblia. Y el primer libro de la Biblia –Génesis- nos
narra mucho de ese plan.
EL ORDEN DE LA CREACIÓN
La Biblia nos dice en sus primeros pasajes: “Al principio Dios creó los cielos y la tierra”
(Génesis 1,1). Nos da luego un relato del orden en el que creó el mundo y sus habitantes.
Repetidas a lo largo del relato de los primeros cinco días de la creación están las palabras: “Y
vio Dios que era bueno” (Génesis 1,31). Esta declaración positiva está hecha después de la
formación del hombre y de la mujer.
El sexto día, Dios creó un nuevo ser a Su propia imagen que habitaría la tierra. Dios
definió la creación del hombre y de la mujer como seres creados a Su propia imagen. En otras
palabras, el hombre y la mujer juntos representan la imagen de Dios y eso sigue siendo
verdadero todavía hoy en nuestro mundo caído que se ha desviado tanto del designio original
de Dios.
Cuando un relato más en profundidad del sexto día se da en el capítulo segundo del
Génesis, vemos la creación inicial del primer hombre, Adán. Inmediatamente, Dios le da a
Adán su primera lección.
El SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra e insufló en sus narices aliento de
vida, y resultó el hombre un ser viviente… El SEÑOR Dios tomó, pues al hombre y lo puso en
el Jardín del Edén para que lo labrase y lo cuidase… Dijo el SEÑOR Dios: “No es bueno que el
hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Génesis 2, 7.15.18).
En el versículo 18 leemos que el hombre por sí mismo estaba completamente… solo.
Encuentro interesante que Adán era consciente de su necesidad y de su soledad antes de que
Dios le proporcionase la solución. Continuamos la historia en Génesis 2,21-25:
Entonces el SEÑOR Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, que se durmió.
Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que el SEÑOR Dios
había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. El hombre dijo: “Esta sí
que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada ‘mujer’ porque ha sido
tomada del varón. Por esa razón dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su
mujer, y los dos serán una sola carne. El hombre y su mujer estaban los dos desnudos pero no
se avergonzaban el uno del otro (Génesis 2,21-25).
Qué relato increíblemente bello de la creación del hombre –varón y mujer. ¡Qué grande
es la sabiduría y el conocimiento de Dios! Hizo al hombre de la tierra pero a la mujer del
hombre. Muchos han notado cuando vuelven a leer esta parte de la Biblia que Dios hizo a la
mujer no del talón del hombre sino de su costado. No para ser utilizada y abusada sino para
ser amada como compañera y pareja.
Dios quiso darle a Adán no una ayuda inferior sino adecuada. En toda la creación en
ese momento, no se había encontrado ninguna ayuda adecuada para Adán y él sentía su
soledad. Entonces aceptó inmediatamente a Eva y la recibió como su esposa y su compañera.
Cuando leía esta parte de la Biblia cuando era joven cristiana, interpretaba mal el
sentido y riqueza de la creación. En vez de mostrar la dignidad y el valor de la mujer junto con
37
la del hombre, creía que Dios había creado a la mujer como una idea tardía. En efecto, sentía
como si Él se hubiese olvidado crearla. Por mis propias experiencias, no podía comprender que
la mujer no hubiese sido una idea tardía sino que fue creada de forma muy deliberada con un
propósito específico. ¿No había dicho Dios: “A imagen de Dios le creó; varón y mujer los creó”?
(Génesis 1,27). Dios definía al hombre como una unidad constituida tanto del hombre como de
la mujer.
Muchos años más tarde comprendí finalmente el significado de este pasaje y encontré
gran deleite con ello. Date cuenta una vez más de que el hombre fue hecho de la tierra pero la
mujer fue creada del hombre. ¿Por qué es eso importante? Las mujeres, por nuestra
naturaleza dada por Dios, estamos diseñadas por naturaleza a conectar con los demás.
Nuestra inclinación sexual es también muy relacional. Dios nos creó con el impulso de ayudar y
apoyar a los demás desde una posición de fortaleza, no de necesidad. Sospecho que es por
esto por lo que las mujeres heterosexuales necesitan con frecuencia cercanía emocional con
sus maridos para poder disfrutar de la intimidad sexual.
Debemos mantener en la mente que muy pronto tras el relato de la creación, la mujer y
el hombre caen en la tentación de desobedecer a Dios y desde entonces la humanidad ha
estado estropeada por el pecado y la naturaleza pecadora. Desde ese momento en adelante,
nadie sino el mismo Cristo nace con una naturaleza perfecta que no esté en oposición con Dios
nuestro Creador.
El resto de la Biblia es el relato de generaciones de error y rebelión deliberada del
hombre (tanto varón como mujer) contra nuestro divino Creador, nuestra incapacidad de
amarle y obedecerle y el plan divino de Dios de traer de nuevo a Su creación a una relación
plena con Él. John Elredge y Brent Curtis titularon su libro sobre esta intimidad El Romance
Sagrado. ¡Vaya título más apropiado!
Ahora que tenemos alguna idea del plan original de Dios para la mujer y Su deleite en
Su creación –nosotros- consideremos el desarrollo de la identidad sana de género en las
chicas.
MADRES
Una base firme para la seguridad de una niña pequeña como hembra se construye en
muchas etapas. A cada niña le esperan numerosos desafíos a lo largo del camino hacia la
madurez femenina. Pero mientras comprendemos estos desafíos, podemos ayudar a nuestras
hijas a superarlos y podemos echar una mirada atrás a nuestra propia infancia herida y
ayudarnos a sanar de sus efectos.
El primer bloque de edificación importante para una niña segura es una madre que
disfrute siendo una mujer y valore su rol como esposa y madre. Una chica que observa a su
madre satisfecha recibirá el mensaje importante de que ser una chica es algo bueno. Una
mujer así de confidente es descrita en la Biblia de esta forma: “Una esposa de noble carácter
¿quién la podrá encontrar? Vale más que el rubí… Está vestida de fortaleza y dignidad; no le
preocupa el mañana” (Proverbios 31, 10.25).
Un segundo bloque de edificación es una madre que ame a su marido y busque apoyar
sus objetivos –y su rol como hombre. En vez de comunicar que es una víctima indefensa de las
circunstancias o de su marido posiblemente abusador, acepta su responsabilidad en crear una
relación de confianza con su marido. “Su marido tiene total confianza en ella y no carece de
nada de valor. Le trae el bien, no el mal, todo los días de su vida” (Proverbios 31, 11-12).
Participa en la creación de un clima de confianza y seguridad dentro del hogar, proporcionando
buena tierra para que maduren su matrimonio y sus hijos.
Un tercer bloque de edificación es un padre (o figura paterna) que no degrade a su
esposa sino que la valore y le exprese su amor. He aquí un ejemplo de Proverbios 31: “Surgen
38
sus hijos y la llaman bendita. También su marido y la alaba, ‘Muchas mujeres hacen cosas
nobles pero tú las superas a todas.’ ”
Los padres tienen un rol especial al reforzar la verdad de que una mujer merece
confianza y respeto. Esta actitud sobrepasa la relación marido-mujer e impacta a los hijos de la
pareja. Los hijos varones de esa pareja aprenden cómo tratar a las chicas correctamente y las
chicas aprenden que ser mujer es deseable y merece la pena.
La consecuencia natural de este ambiente es que una niña pequeña crece dándose
cuenta de que su madre es fuerte y competente y que ser mujer es algo bueno. Deseará de
forma natural ser como su madre. Como imita a su madre y su madre o padre alaba o reconoce
estos intentos, muy probablemente llegará a la conclusión de que puede tener éxito en el rol de
la mujer.
Permíteme que te dé un ejemplo de la vida real de una pareja de mi iglesia que conocí.
Todd y Jennifer se casaron jóvenes y comenzaron a tener hijos enseguida –dos hijas primero y
luego un hijo. Jennifer tiene talento para muchas cosas- particularmente para el canto, pero
también para organizar a los demás, diseño gráfico, coser y cocinar, por citar sólo algunas.
Tiene confianza y seguridad como madre y ha estado emocionalmente presente para sus hijos,
utilizando todos sus dones naturales, incluyendo cantar en el coro de nuestra iglesia.
Todd era estable, responsable y emocionalmente en contacto con su esposa e hijos
mientras crecían. Admite que no siempre ha sido fácil –toda familia tiene sus problemas- pero
ha trabajado duro para mantener relaciones cálidas y de afecto con su esposa e hijos. Su hija
del medio, Alexis, me dijo una vez: “Cuando mi madre se estresaba debido a nuestro
presupuesto, mi padre siempre se tranquilizaba y le decía: ‘No te preocupes, yo me hago
cargo.’ Mi padre asumía el rol protector y responsable y eso permitía que los demás nos
relajásemos.”
Alexis, ahora con 19 años, compartió conmigo la visión que tenía de su madre cuando
era más pequeña: “Realmente admiro a mi madre por muchas cosas, quisiera ser como ella.
En tercer grado, mi amiga y yo empezamos una banda y cantamos una de las canciones de mi
madre en el show del talento del colegio. Lo hice porque mi madre había estado en bandas y
yo quería ser como ella. Sin embargo, fue terrible -¡no teníamos el mismo talento!”
Me encantó la descripción que Todd hizo de sus hijas: “Las dos chicas son muy atléticas
pero guapísimas. Son reinas de vuelta a casa. La voz de Todd se hinchaba de orgullo mientras
hablaba conmigo. Para mí era obvio que mostraba a sus hijas con palabras de adoración y
estímulo.
Cuando le mencioné sus comentarios a Alexis, ella me dijo: “Mi padre siempre tiene un
comentario preparado para animarme y eso me da mucha motivación para mi vida. ¡Realmente
soy una chica con suerte!”
PATERNALISMO SANO, NO PERFECTO
Alexis y su hermana han recibido una buena base sobre la que edificar una identidad
femenina segura. Eso no significa que sus padres fuesen perfectos sino que fueron un ejemplo
positivo para sus hijos. Ninguno de nosotros es un padre perfecto aquí en la tierra, y cuando
cometemos errores, debemos permanecer vulnerables, honestos y humildes. Decirle a un hijo:
“Lo siento,” no es en verdad muy difícil.
John y yo se lo hemos dicho ocasionalmente a nuestros hijos por nuestra frustración o
por haber perdido los estribos. Cuando esto ocurre y yo soy responsable, suelo ponerme en su
mismo nivel físico y comienzo con algo como esto: “Hijo, quiero que sepas que pequé contra ti
diciendo eso. No debí haberlo hecho. Quiero ser un reflejo de tu padre perfecto tu Padre
celestial- y entonces no lo hice bien. ¿Podrás perdonarme?” Me he dado cuenta de que mis
39
hijos están preparados para perdonarme y avanzar. Cuando los padres son transparentes con
sus hijos sobre sus errores, los hijos no tienden a guardar rencor.
Creo que se realizan tres cosas cuando los padres son honestos con sus hijos cuando
la madre o el padre se han enfadado. Primero, una apología valida la percepción del niño de
que algo no ha ido bien, que ha tenido lugar una violación de su sentido de la justicia. Segundo,
demuestra el amor paternal hacia ellos y un deseo honesto de educarlos bien. Y tercero, les
muestra por ejemplo que cuando tienen lugar los errores, Dios es el último e imparcial regidor
tanto sobre el padre como sobre el hijo y el padre no debe “tratar despóticamente” al hijo. El
Asesor Steve Donaldson escribe:
“Se pueden identificar fácilmente dos características en la terapia familiar que señalan
salud en los padres. La primera es la capacidad de los padres de ser genuinamente humildes.
Los padres sanos… pueden admitir sus errores y el impacto que estos errores tienen en su
hijo. No se excusan de sus errores; es más, están preocupados de forma genuina por el
impacto sobre su hijo. Una segunda característica es la capacidad de los padres de tolerar la
ira del hijo. Los padres sanos esperan que los hijos estén enfadados con ellos. Forma parte de
la vida. Menos padres sanos tienen dificultad en permitir esto y lo toman como insulto
personal… Los padres sanos necesitan poco de sus hijos mientras que los padres insanos
necesitan mucho. 78
PROGENITORES MASCULINOS
El rol del padre para afirmar a su hija no puede exagerarse. Además de una sombra de
duda, es un rol muy poderoso. El padre de una chica es el primer hombre del que ella se
enamora. Ella necesita sentirse adorada y protegida, no que le tomen ventaja. Su padre es
visto entonces como seguro y como refugio. Posteriormente en la vida, probablemente ella
querrá encontrar un hombre como su padre con quien casarse. En vez de ver el matrimonio
como algo que amenaza su valor como mujer, la hija ve el matrimonio por medio de los lentes
de sus padres como algo deseable y que vale la pena hacer. Como contraste, el 80 por ciento
de las mujeres con atracción hacia el mismo sexo que respondieron mi encuesta decía que sus
padres no hacían que el matrimonio pareciese deseable.
Está bien, lo admitiré… Estoy un poco más sentimental estos días porque estoy
embarazada mientras escribo esto. Pero mientras leía Ella Me Dice Papá de Robert
Wolgemuth, me encontré con lágrimas en los ojos. ¡El padre de una chica tiene un rol tan
importante en su vida! Déjame que te dé sólo un atisbo de lo que me conmovió. El Sr.
Woltgemuth escribe:
“Esta niña pequeña (su hija pequeña, Missy) me estaba robando el corazón. No podía
esperar a llegar a casa del trabajo para verla y cogerla… Una tarde, estaba tumbado en el piso
enmoquetado de nuestro salón, arrimado a ella. Estaba tumbada sobre su barriga, un pañal
limpio bajo su cabeza, con su cara mirando hacia mí. Yo estudiaba sus rasgos diminutos –su
piel aterciopelada, su pequeña nariz subida y su boca bien definida.
Aunque fue ayer, puedo recordar el sentimiento impresionante que tenía dentro de mi
alma, no muy diferente del momento en que una montaña rusa comienza a descender.
“Esta niña pequeña es mi responsabilidad,” respiré en voz alta. “Soy su padre, el único
que tendrá.”
El sentimiento era abrumador pero no un sentimiento abrumador de frustración o miedo.
Me sentía resuelto. Comprometido. Preparado para afrontar los obstáculos que seguramente
aparecerían.
78
Steven Donaldson, de una conferencia dada en el Evergreen Conference, 2002, Vancouver,
Washington.
40
Me acuerdo de pensar, tumbado allí cerca de la niña: Seré tu padre, pequeña niña.
Puedes contar conmigo. Puedo hacerlo. Sé que puedo. Por favor, Dios mío, ayúdame.” 79
Qué honor y responsabilidad se le da a un hombre que es padre de una niña pequeña.
El autor Gary Smalley dice:
“No hay mayor desafío para un hombre como ser padre de una niña… A los chicos con
frecuencia les encanta que su padre les alborote y se ría de ellos. A las chicas les encanta ser
queridas. A los chicos se les puede “hablar” con palabras simples, medias frases y gruñidos.
Las chicas quieren que sus padres les hablen con frases completas. Los chicos desean vivir sin
la protección de sus padres. La mayoría de las chicas crecen muy bien con confianza cuando
saben que su padre estará allí… No podía evitar impresionarme por la importancia que tiene el
honor –un padre que se toma el tiempo de honrar a su hija con su amor y su tiempo, que le
enseña a ella a honrarle y respetarle, le ayuda entonces a comprender la importancia de honrar
a Dios y a los demás. 80
LA IMPORTANCIA DE LOS HERMANOS
No sólo son importantes los roles del padre y la madre en la formación de la identidad
de un niño sino que las acciones de los hermanos pueden ayudar también a apoyar o a
disminuir el sentido de identidad de un niño. Alexis, la hija de Todd y Jennifer, ha tenido una
experiencia tremendamente positiva con su hermana mayor, Stephanie. Me decía ella:
“Stephanie es sólo dos años mayor que yo pero siempre fue como una segunda madre para
mí. Me incluía en todo lo que hacía y me hacía sentir alucinante conmigo misma. Incluso en la
universidad mi hermana todavía me estimula.”
Alexis recuerda con gratitud cómo Stephanie hizo una diferencia para ella cuando tenía
14 años, durante su primer año en el instituto. Alexis acababa de pasar por unos años de
desafíos sociales en la escuela media y su hermana cuidaba de ella de forma bastante
considerada. “Tenía a todos mis amigos dispuestos para mí,” recuerda Alexis. “El año de las
novatadas es un año duro y mi hermana hizo que fuese fácil para mí. Me dio motivación para
hacer deporte porque mi hermana hacía deporte. Seguía a mi hermana de muchas maneras.”
Los hermanos pueden magnificar lo seguros o inseguros que ya nos sintamos. Cuando
a una chica sus padres le dan una base sólida, las influencias negativas de las hermanas
tienen menos probabilidad de hacer estragos. Y el estímulo y el apoyo positivo de las
hermanas y hermanos hacen que afrontar los desafíos de la vida sea incluso más fácil.
Cuando Lisa Beamer estaba a punto de recibir noticias de United Airlines sobre la
conversación telefónica que su marido, Todd Beamer, había tenido durante el secuestro con un
operador de Airfone, Lisa se levantó de su cama para la llamada con el apoyo de su hermano.
¡Qué enorme apoyo pueden dar los hermanos en momentos de necesidad y tragedia!
GRUPOS DE COMPAÑEROS DE PREESCOLAR
Cuando se debate el desarrollo social de los jóvenes, el tema en Complete Book of
Baby & Child Care de la Familia dice que la interacción social de una chica con sus
compañeras “dependerá, en parte, de cómo sean sus relaciones en casa.”81
El manual continúa:
79
Robert. D. Wolgemuth, She Calls Me Daddy (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1996), p. 17.
Ibid., Xi.
81
Focus on the Family’s Physicians Resource Council, USA, The Complete Book of Baby and Childcare
(Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1996), p. 17.
80
41
“Si es amada y respetada consistentemente, tendrá más probabilidad de sentir
confianza y de ser amistosa con los demás niños y se complace en interactuar con ellos de
diferentes formas. Pero si ha recibido mensajes de que no vale mucho y de que el mundo en el
que vive es peligroso e impredecible, puede que evite tratar con los demás niños o puede ser
acosada fácilmente. De la misma forma, ver a los adultos en casa doblegando a los demás con
gritos y acciones amenazantes puede inspirarle el adoptar un acercamiento similar y agresivo a
sus compañeros o niños más pequeños.” 82
Una niña pequeña que se encuentra entre las edades de preescolar y la escuela
elemental que se siente bien consigo misma como niña preferirá juegos de “niñas,” ficciones y
muñecas, como ya se ha dicho. Preferirá jugar con otras niñas porque tienen interés en cosas
similares. Como se decía al principio del capítulo, podrán jugar con niños pero prefieren jugar
con niñas.
Posteriormente en esta etapa, las chicas etiquetan a los chicos como “piojos.” El mismo
veredicto les es devuelto con gran entusiasmo por los chicos. No puedo decirte la de veces que
he oído decir a los chicos en esta etapa: “¡Las chicas son ñoñas!” con todas sus caras
estrujadas para darle un énfasis extra. Generalmente siguen jugando con su propio género en
este punto. Déjame darte un ejemplo de mi hijo de preescolar.
La pre-escuela de Timmy dedicaba 15 minutos al comienzo para que los niños jugasen
con los juguetes en la clase. Me daba cuenta consistentemente del agrupamiento inconsciente
de los niños que jugaban con otros niños, centrándose en los animales, coches o los
superhéroes que tenían en su imaginación. El ruido resonaba de ese grupo. Un año, dos
tercios de la clase eran niños, por lo que el día comenzaba con gran ruido.
En la otra mitad de la clase, las chicas se agrupaban cerca de la cocina de juguete o
cerca de las muñecas bebés con los vestidos. El número más pequeño de niñas no era la única
razón de que esa área de la clase estuviese siempre mucho más calmada. Una de las chicas
solía dirigir: “Tú te sientas aquí en la mesa. Ahora, ¿qué te gustaría comer?”
He oído muchas veces, y me he dicho a mí misma, que una línea invisible parece existir
entre los géneros. Cuando los niños tenían la opción y se sentían bien consigo mismos,
gravitaban de forma natural hacia miembros de su mismo género. Un imán invisible parecía
unirlos socialmente.
LA ESCUELA ELEMENTAL
Un asunto popular en el desarrollo sano del género femenino desde los cinco a los once
años de edad es el “poder femenino.” Los dibujos animados Power Puff Girls, que enfatiza el
“poder femenino,” son muy populares en este grupo de chicas de esta edad. Casi puedo oír el
“¡humpf!” mientras una niña pequeña le vuelve la espalda a un niño pequeño agresivo en el
patio del colegio y camina de vuelta a su seguro grupo de amigas. Las chicas con frecuencia se
apoyan y se defienden unas a otras en esta edad. Las hormonas y la competición no han
llegado todavía de forma muy poderosa.
En su libro Educar a Chicos, El Dr. James Dobson compartía una carta que había
recibido de una niña de nueve años titulada: “Las chicas son mejores que los chicos.” Esta
joven proclamaba 31 razones por las que insistía en que las chicas eran mejores que los
chicos. Compartiré una parte de la lista dicha en sus propias palabras:





82
Las chicas mastican chicle con la boca cerrada.
Las chicas tienen la letra más bonita.
Las chicas tienen más talento.
Las chicas no se meten el dedo en la nariz.
Las chicas aprenden más rápido.
Ibid.
42





Las chicas no huelen tan mal.
Las chicas son más inteligentes.
Las chicas consiguen más cosas que quieren.
Las chicas son más creativas.
Las chicas son más atractivas. 83
El Dr. Dobson le dio a los chicos una oportunidad de responder en otra
carta y compilaron una lista de 47 razones de por qué “los chicos son mejores que las chicas
desde las respuestas. Diré sólo unas pocas de la lista de los chicos con sus propias palabras.







Los chicos pueden ver una película de miedo y no cierran los ojos ni una vez.
Los chicos no tienen que sentarse cada vez que van (al baño).
Los chicos pueden construir mejores foros que las chicas.
Los chicos son más tranquilos.
Los chicos no pierden sus vidas en el centro comercial.
Los chicos no hacen todos esos movimientos ondulantes cuando caminan.
Los chicos no cepillan el pelo de otro.
Y mi favorita:

Los chicos están orgullosos de su olor. 84
“A la edad de ocho años, aproximadamente el 85 por ciento de ambos sexos cree que
su propio sexo es el mejor,” 85 escribe el Dr. Neil Whitehead. Dice que a esta edad:
Las actividades “no permitidas a chicas” son comunes en los chicos, en el
intento, según creen algunos psicólogos, del chico de consolidar su identidad de género
siguiendo el cambio en la identificación a su padre… El grupo de compañeros tiene un
rol similar al del padre del mismo sexo. Encajar principalmente con su propio sexo
fortalece el sentido del niño de ser varón o mujer, y se profundizan las diferencias. 86
Se puede ver una distinción divertida cuando los chicos y chicas están jugando a sus
propios juegos a esta edad. He visto muchos ejemplos de esto yo misma: Cuando los chicos
están jugando al baloncesto y un chico se hace daño, el juego continúa sin él. De hecho, otro
chico puede entrar a jugar por él. Pero generalmente las chicas no actúan de la misma forma.
Si una de las chicas se hace daño, el juego suele detenerse y todas las chicas se apiñan a su
alrededor. Un adulto puede tener dificultad realmente en pasar por el grupo para ver si ella está
bien.
Neil y Briar Whitehead escriben también: “Las chicas, por otra parte, valoran las
relaciones, y, si un juego comienza a generar disputas, suele dejarse.” 87 Recuerda que, desde
el principio, la mujer fue creada para las relaciones (Génesis 2,18-24). Esa motivación continúa
hoy.
Esta es también la etapa en la que una niña pequeña necesitará saber que sus padres
estarán ahí para ella, que tiene defensores que la dejen llorar y la consuelen, y que tiene
defensores que harán frente a sus enemigos. Los padres pueden ofrecer protección emocional
a sus hijas durante los momentos difíciles. Aquí hay otro ejemplo del libro Ella Me Dice Papá:
Ashley entró corriendo por la puerta de la habitación familiar una vez cuando tenía seis
años. Estaba sollozando entre profundos jadeos. Cuando la tranquilizaron lo suficiente como
para poder hablar, les habló de la niña pequeña del frente –cómo le había quitado su dedo
pintor del colegio y lo había roto por la mitad.
83
James Dobson, Educar a Chicos (Downers Grove, IL: Tyndale House Publishers, 2001), p. 10.
Ibid, p. 11
85
Neil and Briar Whitehead, ¡Mis Genes hicieron que lo hiciera! (Lafayette, LA: Huntington House
Publishers, 2001), p. 10.
86
Ibid, p. 59.
87
Ibid.
84
43
“Entonces me di cuenta,” afirmó Dave, de que mi niña pequeña no necesitaba charlas.
Esta no era una oportunidad de enseñar para mí.” Dave bajó el periódico. Se volvió hacia su
hija y abrió los brazos. La sostuvo hasta que el llanto hubo terminado. No dijo una palabra.
“Lo que despertó en mí… fue que la vida trataba sobre los niños vecinos enfadados.
Sobre la injusticia. Y sobre las consecuencias. Ashley estaba llorando y cualquier cosa que
hubiera pasado, ella estaba pagándolo con sus propias lágrimas. Necesitaba seguridad.
Protección. Así que se la di.” 88
Qué mundo de diferencia significó la protección de los brazos de su padre en ese
momento. Ella podía llorar y ser consolada y luego estar preparada para entrar en el mundo
otra vez. Estaba fortalecida emocionalmente por la protección de su padre. Era bendecida por
tener un padre así. Muchas hijas no lo tienen.
ESCUELA MEDIA Y PUBERTAD
Cuando estaba haciendo prácticas de profesora, muchos de nosotros, profesores
estudiantes, esperábamos que trabajar con estudiantes de escuela media sería un desafío
simplemente debido a los cambios físicos, emocionales y sociales relacionados con la
pubertad. Y no nos equivocamos. Recuerdo también que esa época de mi propia vida, entre los
12 y los 14 años, cuando las tablas sociales resultaron en formas inesperadas. Junto con los
cambios físicos, mis amigas llegaron a ser competitivas mutuamente sobre varios chicos. La
pubertad es una época muy difícil –y no es de extrañar. Neil y Briar Whitehead explican
escuetamente los puntos de referencia de la pubertad en su libro Mis Genes Hicieron Que Lo
Hiciera:
“En los chicos, el cuerpo es inundado con la hormona masculina, la testosterona;
en las chicas, las hormonas femeninas, estrógeno y progesterona. En los chicos, la voz
se hace más grave, los genitales se agrandan y se espesa el pelo del cuerpo; en las
chicas, se desarrollan los pechos y comienza la menstruación. Ambos llegan a ser
conscientes de sí mismos como criaturas sexuales. Los chicos experimentan su primera
excitación erótica alrededor de los trece años y en las chicas comienza la fantasía
romántica. En la heterosexualidad, esta nueva sensación se expresa hacia el sexo
opuesto. Pero la pubertad no crea un impulso sexual que se antepone a las
orientaciones, preferencias, atracciones sexuales existentes y a los vínculos
emocionales. La sobrecarga hormonal erotiza solamente la orientación psicológica que
ya existe. En las personas con una orientación heterosexual en desarrollo, el deseo
sexual se expresa hacia el sexo opuesto.” 89
Pronto en la vida de una niña, probablemente experimentará y se identificará con la
feminidad poniéndose la ropa, zapatos y posiblemente el maquillaje de su madre. Esto puede
incluir también el cuidar a los demás, asumiendo el rol de la madre e imitando a su madre en
una miríada de formas. Puede incluso que tenga su pequeño monedero propio. En la
preadolescencia, una chica que se está identificando con su “feminidad” necesitará estar
preparada para su próxima transición a convertirse en una mujer. En otras palabras, necesita
estar preparada antes de tiempo para los cambios físicos y emocionales como el desarrollo de
los pechos, la irrupción de la menstruación, la aparición del pelo del pubis y la montaña rusa
emocional que puede acompañar a las hormonas que fluyen por su cuerpo. Necesita que su
madre tome la implicación de proporcionarle información y apoyo, además de ir a comprar
juntas el primer sujetador y otros productos femeninos.
Alexis tuvo una oportunidad maravillosa al tener una hermana, Stephanie, dos años
mayor que ella. Cuando Stephanie estaba pasando por este proceso de transición con su
madre, Alexis escuchaba.
88
89
Wolgemuth, Ella Me Dice Papá; p. 48
Whitehead, ¡ Mis Genes Hicieron Que Lo Hiciera! p. 59.
44
“Era algo embarazoso –mi hermana le preguntaba cualquier cosa a mi madre mientras
nos íbamos o veníamos del colegio pero esas conversaciones me preparaban bien a mí.
Cuando fuimos a comprar el primer sujetador para Stephanie, yo fui también y mi madre me
compró uno. Cuando compramos productos femeninos en la tienda, yo también los conseguía.
Por lo que en verdad estaba ya preparada años antes de que necesitase realmente todas esas
cosas.
Otra familia que conozco preparaba a sus hijos de forma muy deliberada alrededor de
un año antes de que entrasen en la pubertad. Cuando sus hijos estaban en sexto grado, la
escuela pública iba a presentar material de educación sexual a los niños con chicos y chicas en
la misma clase. En vez de ceder al plan del colegio, mi amiga Angie y su marido, Tony,
instituyeron sus propias clases.
“Mi sentimiento era que si puedes hablar con tus hijos de sexo y ellos pueden hablar
contigo, entonces hablarán contigo de cualquier cosa. Por lo que los quitamos del colegio y
elegimos un currículo que fuese divertido, que les hiciese leer en alta voz y que estuviese
hecho para su edad. Yo enseñaba a un pequeño grupo de cuatro o cinco chicas y mi marido
enseñaba a un grupo de cuatro o cinco chicos en otra habitación. Mientras que yo les hablaba
a las chicas de su aparato reproductor, les explicaba: ‘Estas son las partes que tiene vuestro
cuerpo y es maravilloso cómo Dios os ha diseñado.’ Les explicábamos por separado acerca del
acto sexual y de cómo se formaban los bebés.”
La hija de Angie, Isabella, ahora con 20 años, recuerda las partes incómodas de estas
charlas. “Era muy perturbador, no que suceda el acto sexual, sino que tu madre esté diciendo
que ella lo había hecho. Al menos dos veces, a propósito,” añadió Isabella, que tiene un
hermano, riéndose.
¡LOS AÑOS DEL INSTITUTO Y LOS CHICOS!
La vida de Alexis cambió de forma dramática cuando se desarrolló su cuerpo. “Antes de
la pubertad, no llamaba mucho la atención. Luego, en sexto grado (sobre los doce años) llegó
la pubertad y ya no era plana de pecho. Inmediatamente, uno de los chicos “populares” se
quedó prendado de mí y el interés de los chicos no ha parado desde entonces.
“Recuerdo una vez en clase,” continuó Alexis, “en la que un chico que estaba detrás de
mí rompió mi sujetador. Me levanté inmediatamente y le di una bofetada. Sentí que me había
faltado el respeto.”
“Pero,” añadí, “no le dejaste que se saliese con su conducta. Tu acción le hizo saber
que su conducta tendría repercusiones y que tú no le tolerarías sus faltas de respeto.”
Isabella tuvo experiencias similares. Las dos chicas se defendían de avances
inadecuados de chicos que estaban en la pubertad. Eran atractivas para los chicos que
estaban a su alrededor y ahora son dos mujeres muy guapas. Pero tuvieron la capacidad para
afirmar su dignidad y auto-respeto como chicas durante sus años escolares.
Por ejemplo, Isabella, una bella morena con una apariencia clásica italiana, tuvo un
momento particularmente desafiante con un chico en una fiesta que tuvo lugar en un río
cuando tenía 15 años. “Este tipo no deja de tocarme,” me dijo. “No me dejaba sola y a mí me
molestaba mucho ese tipo de conducta. Por lo que le dije que si no dejaba de tocarme, lo iba a
tirar al río que estaba cerca. Bastante seguro, lo volvió a hacer de nuevo, por lo que lo empujé
al agua.”
Como atraía mucho a los chicos, Isabella tomó clases de judo y de defensa personal y
comenzó a levantar pesas.
45
“Desde que tenía 13 años, los chicos habían estado adulándome con silbidos,
recibiendo atención sin pedirla e incluso siendo acosada. Cuando los chicos me faltaban el
respeto, ¡simplemente no lo toleraba! Mi hermano mayor, Josh, se enteró una vez de un chico
problemático y llegó a ser muy protector conmigo. Josh es muy simpático pero es grande y me
dijo que o ese chico dejaba de molestarme o se las tendría que ver con él. Siempre me he
sentido también muy apoyada por mis padres. Siempre podía ir a hablar con ellos y pensar una
forma de tratar estos problemas.”
Alexis me contó cómo su padre la protegía cuando un chico quería salir con ella.
“Mi padre entrevistaba al chico con el que iba a salir y le hacía preguntas. Lo único que
cada chico me decía tras la “entrevista” era cómo me describía mi padre. Decía: “Mi hija es
como una rosa para mí. Es lo más valioso de mi vida. Piensa en algo que es valioso para ti.
Bien, mi hija es diez veces más valiosa.” Oía esa frase de cada chico con el que salí.
Realmente era maravilloso oír que mi hermana y yo éramos tan especiales para él. Me sentía
muy honrada al saber que mi padre quería lo mejor para mí. Debido a esto, sabíamos que
éramos el mundo para él.”
Cada uno de este par de padres era claro al comunicar a sus hijas la belleza de los
planes y el diseño de Dios para el matrimonio. Podían hablar con sus hijas sobre sexo con
respeto, expresando la belleza de esperar hasta el matrimonio para tener sexo. Las dos
parejas declaraban la creación de Dios en que sus hijas “fueron creadas tremenda y
maravillosamente” (Salmo 139: 13-14).
Cada una de estas chicas encontró dificultades en sus vidas pero tenían una base de
seguridad y fortaleza como chicas para plantarse ante los desafíos de la vida.
Ahora Isabella ha encontrado un hombre joven con el que puede casarse, un hombre
que la quiere, que no le pide que comprometa sus valores cristianos, un hombre de fortaleza
que valora también su fortaleza como mujer. Dios quiere que el matrimonio sea una bendición,
una unión íntima y permanente que pueda proporcionar la estabilidad necesaria para educar a
niños sanos.
UNA IDEA FINAL
La Biblia ofrece una visión deliciosa del propósito de la creación de la mujer en el
capítulo 2 del Génesis. Las mujeres fueron diseñadas para encontrar valor y plenitud en sus
relaciones. Eso es lo que el Dr. Michael Gurian, autor de The Wonder of Girls, llama el
“imperativo íntimo… el anhelo oculto que existe en la vida de toda chica y mujer de vivir en un
plan seguro de relaciones íntimas.”90
Cuando se da un ambiente familiar sano, ciertamente no hay ninguno sin problemas, las
niñas pequeñas desean de forma natural imitar los modelos de rol dados por Dios –sus madres
(o cuidadoras primarias femeninas). Puede que jueguen con chicos e incluso verse como
marimachos porque son activas y no son intimidadas por los chicos pero limitan su
identificación con los chicos. Generalmente –especialmente hasta los diez años- las chicas
prefieren jugar con otras chicas cuando se les da la opción.
La verdadera belleza femenina es algo más que la profundidad de la piel, como escribió
el apóstol Pedro en I Pedro 3. Las mujeres que aman a Dios irradiarán la belleza que capacita
a una joven para convertirse en una mujer segura y con confianza. Una relación matrimonial
sólida y respetuosa demostrada entre el padre y la madre posibilita un gran recorrido para
asegurar la identidad de la hija como mujer. La humildad en el proceso de ser padres añade
una dimensión necesaria de la construcción del carácter tanto en los padres como en los hijos.
La paternidad sana, no perfecta, debe ser el objetivo de cualquier padre en la educación de su
hija.
90
Michael Gurian, The Wonder of Girls (New York: Simon and Schuster, 2002), p. 23.
46
En los años de desarrollo que preceden a la pubertad, la capacidad de los padres de
comunicarse y de escuchar a la hija le creará cierta seguridad emocional mientras encuentra
realidades dolorosas del mundo. Una madre que expone los próximos cambios producidos por
la pubertad de forma inteligente y sensible –antes de que tengan lugar- ayuda mucho a su hija.
Después de que llegue la pubertad, una chica necesitará el apoyo emocional de su
familia mientras negocia un tiempo volátil de su vida. Todavía necesita la protección y el afecto
físico y emocional de su padre, además de la comunicación y el apoyo de su madre, mientras
sus hormonas producen grandes cambios a lo largo de todo su ser.
Dios creó a la mujer por diseño y para Su deleite. Recuerda que después de que Dios
hubo creado tanto al hombre como a la mujer a Su imagen, declaró a Su obra “muy buena.”
Ya se case o no, una mujer joven necesita comprender la belleza de su diseño de un
Dios decidido. El Señor Dios sólo tiene la mejor de las intenciones para su vida. Como escribió
Jeremías: “Obedecedme y Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. Camina según los
mandatos que te doy para que te vaya bien” (Jeremías 7,23).
Tener una vida que “vaya bien” -¿no es lo que queremos todos?
47
CAPÍTULO 5
ESTABLECER UN SISTEMA DE APOYO
Cuando Dios recupera una vida destruida, con frecuencia utiliza la experiencia de
aquellos que han recorrido un camino similar. Como escribe el apóstol Pablo: “Bendito sea Dios
y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de compasión y el Dios de todo consuelo, que
nos consuela en todos nuestros problemas, para que nosotros podamos consolar a los que
tienen algún problema con el consuelo que nosotros mismos hemos recibido de Dios” (2
Corintios 1,3-4).
Cuando hemos experimentado la bondad de Dios, queremos que también los demás
experimenten Su amor. Por esa razón, estaría mal si no tomase algunos momentos y
expusiese la fuente principal de curación disponible para las mujeres lesbianas –llegar a
conocer a Cristo personalmente.
Si eres una mujer con problemas de atracción hacia el mismo sexo, los capítulos
anteriores pueden haber sacado a colación recuerdos dolorosos o haber provocado
sentimientos de pérdida. En este capítulo, quiero ofrecer alguna buena noticia y afirmar la
importancia de un buen sistema de apoyo en el proceso de curación.
El plan de Dios para nosotros –para ti y para mí- es bueno. Pero muchos de nosotros no
estamos acostumbrados a ser heridos, a que las relaciones fracasen, a luchar con el dolor de
nuestro pasado. Apenas podemos creer que nuestras vidas puedan mejorar. Sin embargo,
muchas mujeres, incluyéndome yo misma, hemos encontrado una vida que es infinitamente
mejor que nada que hayamos experimentado antes de haber respondido a la invitación de
Cristo a una nueva vida. Hemos pasado buscar la ilusión del lesbianismo a la realidad del
Único que puede consolarnos completamente –el Señor Jesucristo.
Quizás has estado “metida en la vida” el tiempo suficiente como para descubrir que las
relaciones del mismo sexo te dejan vacía y eventualmente con un sentimiento enorme de
pérdida. Mientras tanto, el ansia de intimidad verdadera continúa repitiéndose. Todos
compartimos una sed profunda de una relación satisfactoria que dure.
Me encanta la historia del evangelio de Jesús que se acerca a una mujer en un pozo –
una mujer que conocía el desencanto de las relaciones temporales- y le pide que le dé un poco
de agua. Él le dijo: “Si conocieras el Don de Dios y quién es el que te pide de beber, serías tú
quién le habría pedido a él y él te habría dado agua de vida eterna… Todo el que beba de esta
agua volverá a tener sed pero el que beba del agua que yo le dé tendrá dentro de sí una fuente
de agua que salte hasta la vida eterna” (Juan 4,10-14).
Yo puedo identificarme con esa mujer, ¿tú no? Si tú también, quizá ha llegado el
momento de abandonar los pozos rotos que se han secado y beber profundamente del Único
que ofrece esta agua de vida.
La buena noticia es que por medio de Jesucristo Dios nos ha abierto un camino para
darnos una nueva vida. Todo lo que tenemos que hacer es levantar la bandera blanca,
rendirnos ante Él y aceptar el abastecimiento de Dios para nuestras necesidades más
profundas -Jesús. De ahí en adelante, la vida se convierte en un proceso de aprendizaje para
vivir a través del poder de Jesucristo en nosotros.
Si el estilo de vida lésbico te ha dejado cansada y abrumada, te deleitarás en la
invitación de Jesucristo:
“Venid a mí, vosotros todos, que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Tomad
sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis
descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mateo 11,28-30).
48
Por medio del poder y de la amabilidad de Dios, una enorme cantidad de mujeres
lesbianas ha encontrado seguridad y deleite en su identidad como mujeres a pesar de las
terribles infancias y las opciones dañinas en la adultez. Estas mujeres han descubierto también
que Dios es el Gran Restaurador. Cuanto más recupera todo lo que hemos perdido mientras
seguíamos nuestra forma de vida lésbica. Y como eso no es bastante, entonces nos permite
tener el gozo de ofrecer consuelo a los demás que tienen problemas por las opciones que han
tomado.
Espero que hayas tomado la decisión de seguir a Cristo. Todo lo que sigue tendrá
mucho más sentido para ti si eres cristiana.
EL DIOS QUE RESTAURA
En el capítulo anterior veíamos los propósitos de Dios en la creación del hombre y de la
mujer. También veíamos la importancia de una familia sana en el desarrollo correcto de la
identidad sexual de una joven.
¿Pero qué sucede cuando faltan esos elementos vitales? ¿Cómo puede recuperarse
una mujer de la destrucción y el abuso de sus primeros años, incluyendo sus años de infancia
sobre los que no tenía ningún control? ¿Significa la ausencia de una familia fuerte y la probable
inseguridad que tiene como consecuencia que una mujer debe vivir para siempre con el dolor
que sigue? ¿Una mujer que ha rechazado su asignación de género femenino dada por Dios
entrar y disfrutar alguna vez de ser una mujer?
¡Sí! A todas estas preguntas –Y más. Nuestro Dios es un Dios que restaura. Una de las
promesas más apasionantes de la Biblia para cualquiera que haya sufrido dolor o pérdida
emocional extrema se encuentra en Joel 2,25-26. Dios le dice a su pueblo devastado:
“Yo os compensaré de los años en que os devoraron la langosta y el pulgón, el
saltamontes y la oruga, el gran ejército, que envié contra vosotros. Comeréis en abundancia
hasta hartaros y alabaréis el nombre del Señor vuestro Dios, que hizo maravillas con vosotros.
Mi pueblo no será avergonzado nunca más.”
Dios le da una nueva vida a todo aquél que acude a Él. Su invitación es para una vida
en abundancia, no a una vida triste con bagaje emocional de nuestro pasado. Como escribió el
apóstol Pablo con respecto a la vida cristiana: “Por tanto, el que está en Cristo es una nueva
creación; ¡pasó lo viejo, todo es nuevo!” (2 Corintios 5,17).
Mientras recorremos nuestra nueva vida, necesitamos apoyo. Por lo tanto, no hagas
este camino sola. Necesitas a los demás y ellos te necesitan a ti. Dios nos ha dado a los
demás para ayudarnos mutuamente. Como nos enseña la Biblia: “Ayudaos mutuamente a
llevar vuestras cargas y así cumpliréis la ley de Cristo” (Gálatas 6,2). Y una vez más, “Si un
miembro sufre, todos los miembros sufren con él; si un miembro es honrado, todos los
miembros se alegran con él. Ahora sois el cuerpo de Cristo y miembros individualmente de él”
(I Corintios 12,26-27).
La ayuda de los demás cristianos está disponible para nosotros, ya seamos nuevas
cristianas que todavía estemos luchando con la atracción hacia el mismo sexo; padres,
parientes o amigas de una lesbiana o un pastor u otro asesor que quiera aprender más sobre
las mujeres que deben trabajar por medio de su atracción hacia el mismo sexo.
MOTIVACIÓN PARA BUSCAR AYUDA
Nuestro dolor o deseo emocional nos conduce con frecuencia a buscar el apoyo de los
demás. Pero incluso para un padre de un niño con atracción hacia el mismo sexo, los
obstáculos para buscar buen asesoramiento son numerosos: miedo de revelar a su hijo, miedo
49
de no ser comprendido, miedo de la reputación, no saber a quién acudir y otros problemas
relacionados. Abrirse lo suficientemente para obtener la ayuda adecuada es a veces
arriesgado. Pero las páginas siguientes se ofrecen para minimizar los riesgos y maximizar lo
provechoso.
He visto que una mujer que experimenta atracción hacia el mismo sexo buscará ayuda
con frecuencia como consecuencia de uno o más acontecimientos de su vida:
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



Ruptura de una relación intensamente emocional o sexual con otra mujer.
Una atracción no deseada que parece doblegarla.
Dolor emocional por un abuso del pasado.
Deseos de conectar con los demás no satisfechos.
Relación difícil en el trabajo o en la iglesia que saca a flote viejas heridas,
miedos o deseos.
Esta no es de ningún modo una lista completa pero aquí hay una motivación clave
adicional para una mujer que busca ayuda: Siente que sus deseos están en conflicto con su
relación con Dios. Puede que el Espíritu Santo haya estado trabajando de Su forma única y
espectacular, llevando al corazón de la mujer el que se dé cuenta de que sus sentimientos y
acciones están en oposición con Su voluntad. Este trabajo sobrenatural viene directamente del
Espíritu Santo de Dios y llega a convertirse en la propia motivación interna de una mujer para el
cambio.
CARACTERÍSTICAS DE ASESORAMIENTO SENSATO
Cuando una mujer toma la decisión de dejar el lesbianismo por las alegrías de la vida
cristiana, una mentora, una pastora o amiga de mucho tiempo que quiera caminar a su lado
para escucharla, apoyarla y animarla puede ser un recurso inestimable mientras pasa por este
proceso de cambio.
Al comienzo de mi proceso de dejar el lesbianismo, averigüé mucho de una mujer que
tuvo la voluntad de quererme y de acompañarme en el proceso. Era Anita Worthen, madre de
un chico gay y esposa de Frank Worthen, que ayudó a encontrar Exodus Internacional –la red
más grande del mundo de ministerios cristianos que ayudan a hombres y mujeres a dejar la
homosexualidad.
Anita admitió libremente: “No tengo todas las respuestas.” Pero escuchaba y aprendía
de las mujeres que acudían a ella a por ayuda. Qué profunda diferencia realizó en mi propia
vida. Si hubiese descartado su consejo y afecto simplemente porque ella no había superado
personalmente la homosexualidad, ¡habría perdido mucho de lo que Dios quería que hiciese en
mi vida!
La clave está en permitir que Dios te dirija a una asesora o mentora sensata. Para
discernir los consejos sabios de los estúpidos, veamos lo que dice el libro de los Proverbios. La
sabiduría se muestra…
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Escuchando y aprendiendo (Proverbios 1,5)
Aceptando el consejo, la corrección y la instrucción (Proverbios 9,8-9; 10,8;
12,15)
Temiendo al Señor y evitando el mal (Proverbios 14,16)
Palabras que promueven la curación, la instrucción y la reverencia de Dios
(Proverbios 12,18; 13,14)
Una mujer con sabiduría podría definirse como una que tiene humildad en su interior
para aprender de los demás, que ha interiorizado el amor y la ley de Dios, que ha preparado su
corazón para escuchar la corrección, que puede enseñar a los demás y dice palabras de
50
confianza y verdaderas. Como dice la Escritura, sus palabras promueven la curación pero no
ignora el conflicto ni promueve situaciones exaltadas (Proverbios 29,8).
Así que, ¿cuáles son los beneficios de buscar asesoramiento sensato? Primero,
nosotras también adquirimos sabiduría mientras escuchamos y aprendemos. La sabiduría,
personificada, nos proporciona apoyo psicológico para:
“Elegid mi instrucción en vez del oro y la plata, el conocimiento más que el oro puro,
porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas y ninguna cosa apetecible se le puede
igualar… Míos son el consejo y la habilidad; yo soy la inteligencia, mías es la fuerza… Yo amo
a los que me aman y los que me buscan me encontrarán. Conmigo están la riqueza y la
gloria… Porque el que me encuentra, encuentra la vida y recibe el favor del Señor. Pero el que
me ofende, se daña a sí mismo; todos los que me odian, aman la muerte (Proverbios 8,1011.14.17-18.35-36).
Otras muchas bendiciones importantes resultan de escuchar a la sabiduría:
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Heredar honor (Proverbios, 3,35)
Llevar alegría a los demás (Proverbios 10,1; 14,35)
Obtener la protección de la sabiduría (Proverbios 14,3)
Ganar almas (Proverbios 11,30)
… Y muchas más. (Para encontrare todos los beneficios de la sabiduría, puedes desear
dedicar unos pocos minutos al día a leer un capítulo del libro de los Proverbios y escribir
tus notas en un cuaderno. (¡Terminarás el libro en un mes!)
Debemos comprender que escuchar implica obedecer. Una y otra vez en la Escritura, el
Señor implora: “Si mi pueblo me escuchase, si Israel siguiese mis caminos…” (Salmo 81,13).
En contraste, no escuchar implica rebeldía y desobediencia: “Pero no escuchaste. Te rebelaste
contra los mandatos del Señor” (Deuteronomio 1,43).
Con frecuencia he utilizado este ejemplo de escucha con mis hijos. Les he dicho
muchas veces: “Poneos los zapatos, es hora de ir al colegio. Chicos, ¿estáis escuchando?”
Por supuesto, respondían: “Sí, mamá.” Pero yo no quiero que escuchen simplemente lo
que les digo, quiero que sigan mis instrucciones. Poniéndose los zapatos, muestran que han
escuchado.
¿Quieres tener sabiduría? Entonces debes escuchar y estar preparada para obedecer a
la Palabra de Dios.
“El que escucha una reprensión saludable tiene su morada entre los sabios. El que
ignora la disciplina se desprecia a sí mismo pero quien escucha la corrección adquiere
sensatez. El temor del Señor le enseña al hombre sabiduría y la humildad va delante de la
gloria” (Proverbios 15,31-33).
DÓNDE BUSCAR AYUDA
Puede que todo esto te suene bien pero no estás segura de a quién debes escuchar.
¿En quién se puede confiar? Yo recomiendo tener varias vías de apoyo, comenzando con
fuentes ya desarrolladas y luego ampliando tu búsqueda de forma responsable.
TU IGLESIA Y PASTOR
Si ya estás establecida en una iglesia, considera acordar una cita con tu pastor. Si tu
iglesia tiene una psicóloga de mujeres, puedes pedirle cita. Pero sé precavida: Los que somos
51
ministros en esta área hemos chocado con frecuencia con negativas del control del pastor: ¡Oh,
nadie tiene atracción hacia el mismo sexo en mi iglesia!” ¡Qué equivocados están muchas
veces!
Los pastores y líderes de iglesias deben realizar alguna investigación en esta área. Sé
de varios pastores que no tenían ni idea de cómo ayudar a los miembros de sus
congregaciones que les pidieron ayuda sobre asuntos del mismo sexo. Puedes ayudar a tu
pastor recomendándole otros recursos. Incluso puedes ir a tu cita con tu pastor con materiales
de ayuda, como este libro.
Jessica es una joven que hizo eso. Concertó una cita para hablar con su pastor sobre la
atracción hacia el mismo sexo que padecía su hermana. No estaba segura de qué esperaba
bajo forma de apoyo, pero llevó consigo algunos testimonios escritos del boletín informativo de
Exodus Internacional, Exodus Update, además de varios libros.
“Mi pastor tenía más preguntas de las que yo pensaba,” me dijo Jessica, “pero eso
también fue muy estimulante. Salí del encuentro sintiendo que me había escuchado y que se
había comprometido a leer y a aprender conmigo sobre cómo ayudar a mi hermana. En un tipo
de escenario médico, sentía que había conocido a un médico de familia y conseguido su
apoyo, más que un especialista. El médico de familia da afecto más inmediato y más frecuente.
Su apoyo significó mucho para mí.”
La iglesia cristiana debe ser un lugar seguro para los corazones heridos. Para los que
desean tener familia, a los que la han perdido en la infancia, Dios les proporciona una nueva
familia –el Cuerpo de Cristo, los que creen que Jesús es el Hijo de Dios y están en proceso de
dar testimonio de Jesús en el mundo. Nuestra actitud hacia los necesitados debe ser la misma
de la de Dios: “Un padre para los huérfanos, defensor de las viudas, es Dios en su santa
morada. Dios da a los desvalidos el cobijo de una casa, abre a los cautivos la puerta de la
dicha pero los rebeldes quedan en un suelo ardiente” (Salmo 68,5-6).
Pero incluso mientras buscamos apoyo en nuestras iglesias locales, necesitamos
mantener nuestros ojos bien abiertos para ver señales de aviso de que los líderes de nuestras
iglesias puede que no sean la mejor ayuda: mensajes que desaniman constantemente a los
cristianos de buscar apoyo psicológico en profesionales cristianos, la carencia de vulnerabilidad
y carencia de habilidades interpersonales.
Déjame darte otro ejemplo positivo. Cuando me convertí al cristianismo por primera vez
a los 18 años de edad, fui al pastor de mi grupo universitario y le pedí ayuda para tratar mi
homosexualidad. El pastor Bob era un orador maravilloso un regalo de polemista en la
comunidad secular y un profesor increíble pero no era un psicólogo.
“Anne,” me dijo el Pastor Bob, “estoy muy contento de que hayas venido a mí pero no
estoy preparado en el área de la psicología. Sin embargo, puedo referirte a un pastor local que,
además de preparado, ha trabajado en esa área. ¿Quieres que te dé su número?”
Cada vez que me veía desde entonces, el pastor Bob me preguntaba: “Anne, ¿cómo va
lo del psicólogo? ¿Te está ayudando?”
El resultado de ese importante diálogo fue que se me dio lo mejor de ambos mundos –
un pastor que me apoyaba de forma maravillosa y una excelente válvula de escape para
buscar ayuda. Ambos continuaron siendo fuertes apoyos y me ayudaron a madurar de forma
significativa.
AMIGAS
Si sientes que ir al pastor o a la psicóloga de la iglesia no es seguro, puedes acudir a
amigas que hayan sido probadas y verdaderas. Las amigas que se ofrecen a caminar contigo
mientras aprendes cómo tratar con la atracción hacia el mismo sexo son ¡de hecho amigas
valiosas!
52
¿Cómo puedes saber si una amiga es de confianza?

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
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No revela confidencias personales de los demás.
Es alguien que ha tenido dificultades en su propia vida. Mi marido dice con
frecuencia: “No confío en nadie que no haya estado destruido.”
No cree que lo sepa todo sino que quiere escucharte, te quiere y aprende
contigo.
Además, no es alguien que se encuentre todavía en el trance del lesbianismo
o que pueda tomar ventaja de tu vulnerabilidad.
Incluso te recomendaría hablar con más de una amiga, de forma particular si tienes
amigas de calidad. Si no has encontrado amigas, entonces busca otros recursos. (Se incluye
debate adicional de amistades femeninas sanas se incluye en el capítulo 8.)
Recuerda que la orientación sexual de una mujer no determina su efectividad como
oyente y amiga. Una mujer, Cheryl, me hablaba con gran duda de las reacciones de los
miembros de su familia después de haber revelado que estaba trabajando para superar un
problema de atracción hacia el mismo sexo. Les había dicho que estaba dejando una relación
sexual con una mujer casada para seguir a Dios. Tristemente, la esposa de su hermano vio la
revelación como una forma de tener experiencias lésbicas explotando la vulnerabilidad de
Cheryl. Cheryl quiso encontrarse conmigo ya que se sentía indefensa y quería poner límites.
Esto es extraño pero me gustaría poder decir que era la única ocasión en que había escuchado
este tipo de historia.
Todavía, mi propia experiencia con amigas y mi iglesia me sirvieron de ayuda. Encontré
apoyo para mi decisión de obedecer a Dios y salir del lesbianismo. Mi esperanza es que tú
experimentes el mismo apoyo dentro de la iglesia cristiana.
MENTORAS
Otro recurso importante de apoyo puede ser el de las mentoras o el de las discípulas.
Estas relaciones se pueden establecer con líderes de pequeños grupos, líderes del estudio de
la Biblia o un programa de discipulado dentro de tu iglesia. Utilizando los mismos criterios
mencionados para pastores y amigas, puedes evaluar el factor de la seguridad. Para algunas,
estos líderes pueden ser recursos valiosos –particularmente si has llegado a tener la
oportunidad de conocerles antes de compartir esta área especial de necesidad.
Estos individuos pueden ayudarte a pensar a través de lo que la Biblia dice sobre la
sexualidad y homosexualidad humana, rezar por ti y preguntarte cómo van las cosas en esta
área de tu vida. Una mujer debe ser la mentora de otra mujer pero recuerda siempre establecer
límites personales claramente. Con bastante frecuencia las mujeres líderes tienen dificultad en
establecer límites adecuados y claros.
Por lo que aquí te propongo unas guías de ayuda tanto para la mentora como para una
mujer afectada por la atracción hacia el mismo sexo:
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
Primero, establece momentos de encuentro, incluyendo los momentos de
comenzar y de acabar. Esto ayudará a evitar que la mentora se queme y a que
una mujer se apoye exclusivamente en ese recurso de ayuda.
Segundo, al terminar tu primera sesión, asigna investigación a la persona con
la que te estás reuniendo. Esta investigación puede incluir leer pasajes
específicos de la Escritura, ideas y sentimientos de revistas especializadas y
leer otros materiales útiles. Esto recuerda a la mentora que el peso del hombro
no está en sus hombros y estimula a buscar ayuda para “levantar los ojos” al
Único que da esperanza.
Tercero, minimiza las llamadas telefónicas y las visitas fuera de los momentos
del encuentro. Recuerda, la mujer que necesita ayuda debe establecer una
53
amplia base de apoyo. Las amigas y otras formas de apoyo tensan la cuerda.
No descartes el peligro de desarrollar un lazo emocional mutuo en este
sentido. Si eres mentora de una mujer que siente atracción hacia el mismo
sexo, lee sobre la dependencia emocional y la exclusión defensiva en el
capítulo 8. Esto te ayudará a comprender la importancia de esta fuerte
sugerencia.
Si estás siendo ayudada por una mentora, puedes demostrarle el respeto por ser la
única que te esté ayudando honrando su independencia, respetando el tiempo que tiene para
estar con su familia y concertando momentos para verse cuando puedas llamarla. No la llames
a media noche o muy temprano por la mañana. Mejor, pregúntale cuando puedes llamarla.
Incluso cuando concertáis una cita, muéstrale tu respeto cuando la llames, preguntándole: “¿Es
un momento conveniente para hablar?” Nunca sabes si está mandando a sus hijos al colegio,
haciendo de comer o terminando una conversación con otra persona. Gracias a Dios, estará
allí para ti en la cita concertada pero te recomiendo que se lo preguntes de todas formas.
La mejor combinación de lo que he oído para las mujeres que sienten atracción hacia el
mismo sexo me lo dijo otra psicóloga de Exodus. 91 Cuando se busca un denominador común
de las relaciones de mentorado femeninas, el personal se daba cuenta de que emparejar una
mujer con atracción hacia el mismo sexo con un matrimonio sano proporcionaba el sistema de
apoyo más fuerte. Eso no sólo prevenía a la mentora de caer en la trampa de la codependencia sino que además les daba a las mujeres una nueva visión de cómo deberían ser
tratadas las mujeres por los hombres. El marido tenía el rol muy importante de mostrar cómo un
hombre puede apreciar a su esposa.
GRUPOS DE APOYO CRISTIANOS
Exodus Internacional es la red más grande de apoyo cristiano para personas que
padecen la homosexualidad. Exodus tiene su sede en Orlando, Florida, y es una coalición de
ministerios de una variedad de denominaciones, iglesias sin denominaciones y organizaciones
de la iglesia. Muchos de los ministerios locales son llevados por individuos que han salido de la
homosexualidad o de la atracción hacia el mismo sexo. Todos creen que el cambio es posible –
de dentro a afuera. En otras palabras, el cambio no es sólo de la conducta, sino que se trata de
mucho más- la transformación de la identidad de una persona. Y ¡los psicólogos de Exodus
tienen historias de vida personal que demuestran ese punto!
Además, existen otros grupos de apoyo en los Estados Unidos y en el extranjero.
Courage es el grupo de apoyo católico para cambiar de la homosexualidad y de la atracción
hacia el mismo sexo. Homosexuales Anónimos aplica un programa de 12 pasos para cambiar
la conducta y mide el éxito bajo la forma de “sobriedad sexual.” Jonah es el ministerio judío que
apoya a los que sufren la homosexualidad. Otros muchos grupos de apoyo pueden estar
disponibles por medio de tu denominación específica. La mayoría de estos grupos están
afiliados en algún grado a Exodus Internacional y pueden localizarse contactando con la oficina
de Exodus.
Living Waters es otro buen recurso. Desert Stream Ministries, afiliado de Exodus con
sede en Anaheim, California, desarrolló el currículo y programa de formación de Living Waters
para que las iglesias ayuden en todas las áreas de ruptura sexual. El programa de Living
Waters se ha expandido literalmente por todo el mundo y es un excelente camino para el
cambio.
Puede que te sorprendas de ver ¡la cantidad de grupos diferentes de apoyo existen!
Hay ayuda disponible. Te animo a persistir en la búsqueda de ayuda hasta que surja una
oportunidad para ti.
91
Gracias a Ann Phillips, Primera Directora del Ministerio para Mujeres de Amor en Acción, Menphis,
Tennessee, por esta excelente sugerencia.
54
CONFERENCIAS DE FORMACIÓN
Además de los grupos de apoyo, se dan muchas conferencias para ayudar a las
personas que luchan con la atracción hacia el mismo sexo.
La conferencia de Un Día Ganó el Amor de Focus on The Family se centra en “dirigir,
comprender y prevenir la homosexualidad” y es presentada en diferentes ciudades de los
Estados Unidos al menos cuatro veces al año. Para más información, puedes llamar a 800
UNA FAMILIA (800-232-6549) y pide detalles sobre Ganó el Amor o puedes visitar su página
web en www.lovewonout.org.
Todos los veranos Exodus Internacional de América del Norte presenta una poderosa
conferencia de una semana de duración para líderes y personas que luchan con la
homosexualidad. Esta conferencia varía de lugar dentro de los Estados Unidos de año en año
pero siempre incorpora talleres, sesiones plenarias y oportunidades para relacionarse con los
demás que sufren la atracción hacia el mismo sexo. Te recomendaría estas dos conferencias
vitales.
RECURSOS DE FORMACIÓN
Exodus y Focus on the Family publican también materiales adicionales sobre el tema de
la atracción hacia el mismo sexo y la homosexualidad. Algunos materiales están dirigidos a
pastores, adolescentes, padres o familia y amigos. Regeneration Books es la librería oficial
para adquirir los materiales de Exodus y puede localizarse en www.exodusinternational.org/resources. Los recursos de Focus on the Family pueden conseguirse por
medio del correo (Focus on the Family, Colorado Springs, CO 80995), en la página de Internet
www.family.org o por teléfono en 800 UNA FAMILIA. (Para personas con problemas de
audición, el teléfono TDD es (877) 877-0503).
Afortunadamente, cada vez hay disponibles más libros que tratan este tema desde una
perspectiva cristiana en muchas librerías.
PSICÓLOGOS
SECULARES
PROFESIONALES
CRISTIANOS
Y
PSICÓLOGOS
PROFESIONALES
Para encontrar una psicóloga profesional en tu zona, contacta con Focus on the Family
o con Exodus International para referirte a una terapeuta cristiana. O puedes llamar a NARTH
(Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad), una red secular
de profesionales que creen en el proceso terapéutico como medio para solucionar la atracción
hacia el mismo sexo. Si estás asistiendo a una iglesia, puedes pedirle a tu pastor o a una
amiga psicóloga que te manden a una local.
Desafortunadamente, fuera de estas referencias, muchos psicólogos, trabajadores
sociales y psiquiatras de ahora creen que el cambio de la homosexualidad no es posible. Creen
esto no por los hechos (como decía en el capítulo 2) sino por la persuasión del lobby gay, a las
declaraciones falsas de los medios y la amenaza de ser considerado homofóbico o intolerante
dentro de sus asociaciones profesionales.
Debido a la presión que existe dentro de sus asociaciones, estos individuos pueden
intentar convencerte de que no debes buscar el cambio con respecto a tu atracción sexual.
Muchos terapeutas parecen valorar la expresión sexual por encima del sistema de creencias
personal del cliente e intentan convencerte de que cambies tus creencias que te proporcionan
la ayuda que realmente quieres. Por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría ha llegado a
la conclusión en su declaración de principios “Homosexualidad y Adolescencia,” “La terapia
55
dirigida específicamente al cambio de orientación sexual está contraindicada, ya que puede
llegar a producir sentimientos de culpa y ansiedad mientras se tiene poco o ningún potencial
para el cambio.” 92
Sin embargo, esta declaración no tuvo en cuenta los muchos estudios recientes que
contradicen cada premisa. Varios estudios han demostrado un índice de éxito en el cambio de
un 30 por ciento o mayor (Nicolosi, Byrd, & Potts, 2000; Spitzer, 2001). 93
En efecto, lee lo que escribió el terapeuta Steven Donaldson sobre este tema:
“En cada estudio importante dirigido sobre índices de cambio por la terapia de
reorientación, se ha afirmado el éxito. En efecto, los pacientes de la terapia narran índices de
cambio que son tan buenos o mejores que casi cualquier otra dificultad psicológica tratada por
la psicoterapia. Esto incluye cosas como la adicción la alcohol, adicción a las drogas, depresión
clínicamente significativa y ansiedad. Lo que es más impresionante es que los cambios no son
sólo en la conducta sino también en los deseos y fantasías sexuales. 94
CÓMO ENTREVISTAR A UN PSICÓLOGO
La mayoría de los profesionales de la salud mental siguen un principio ético básico de
que los pacientes o clientes tienen el derecho a la “auto-determinación.” En otras palabras, si le
dices a un terapeuta que buscas el cambio de la homosexualidad, ese terapeuta está obligado
a ayudarte o a referirte a alguien que pueda y que te ayude. Tanto la Asociación Americana de
Psicología como la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales están de acuerdo. Pero no te
fíes de esa promesa. Asegúrate de que tú y tu terapeuta trabajen juntos con el mismo
propósito.
Puedes hacerle a cualquier terapeuta estas preguntas al comienzo de vuestra relación:





¿Cree que los hombres y mujeres “nacen gay”?
¿Cree que querer dejar la homosexualidad es nocivo o peligroso?
¿Cree que el cambio es posible?
¿Puede ayudarme en mi deseo de cambiar?
¿Ha leído alguna investigación relevante con respecto a los temas del
desorden de identidad de género, homosexualidad y estructura familiar?
Si oyes respuestas que te conducen claramente a la conclusión de que
esta terapeuta –incluso una terapeuta cristiana- no puede apoyar tus objetivos, debes
considerar pedir que te refiera o buscar otra terapeuta.
Mosaic Counseling Associates recomienda también: “No vayas a un terapeuta que es
miembro de tu círculo social como una amiga o persona que se relaciona con la misma gente
que tú. Aunque no parezca ser un problema al principio, esto puede interrumpir la terapia a lo
largo del proceso.” 95 También recomiendan que te fíes de tu intuición. “Si alguien no te
produce una buena sensación, puede que haya una buena razón.” Además, “mira varios.
Algunos terapeutas hablarán contigo por teléfono, o incluso pueden verte en una sesión
gratuita.”
92
“Declaración de principios: “Homosexualidad y Adolescencia,” Academia Americana de Pediatría,
1993.
93
Joseph Nicolosi, “Retrospective Self-Reporting of Changes in Homosexual Orientation: A Consumer
Survey of Conversion Therapy Clients,” Psychology Reports, 86 (2000): pp. 1071-88.
94
Steven Donaldson, de una conferencia pronunciada en el Evergreen Conference, 2002, Vancouver,
Washington.
95
Mosaic Counseling Associates,
www.mosaiccounseling.com.
“Herramientas
para
encontrar
un
Buen
Terapeuta,”
56
Para más información sobre los tipos de formación y licenciatura, puedes visitar la
página web de Mosaic Counseling Associates (www.mosaiccounseling.com). También debaten
tipos de terapia, los costes del psicólogo y las herramientas para encontrar un buen terapeuta.
Para preguntas adicionales que quieras hacer a un terapeuta potencial, visita la página web del
Instituto para la Integridad Sexual, www.sexualintegrity.org.
Ahora que sabemos donde ir a buscar ayuda, vamos a aprender ¡cómo ayudar a los
demás a que nos ayuden!
TU MOTIVACIÓN
El cambio comienza siempre con motivación. ¿Estás sintiendo presión de los demás
para cambiar o estás auto-motivada? Con claridad, tu progreso dependerá de tu deseo de
cambiar. Si no quieres cambiar de las atracciones hacia el mismo sexo o la orientación lésbica,
pronto seguirás tu propio camino. Tus emociones pueden oscilar de esta forma y la otra pero tú
debes preguntarte: ¿Quiero cambiar?
Otra buena pregunta que te debes hacer es ¿Qué es lo que sigo –Jesús o el cambio?
Supongo que la pregunta puede hacerse con mejores palabras: ¿Qué es lo primero en mi vida,
el Señor de toda la creación o mi búsqueda de cambiar de la homosexualidad? Jesús dijo
nuestra vocación más grande: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y
con toda tu mente. Este es el primero y mayor mandamiento” (Mateo 22,37-38). Superar la
conducta, la atracción y la identidad homosexual es en última instancia una consecuencia de
seguir a Jesucristo en los momentos difíciles. Él basta para llevarnos por esos momentos que
desafían nuestra lealtad.
Recuerdo cuando áreas dolorosas de mi pasado me llevaban a sentir atracciones
poderosas hacia mujeres que nutrían mi vida. Lo único que podía hacer era “apoyarme en el
Señor” todo lo que podía mientras mi mundo parecía girar a mi alrededor. Me acordaba de que
cuando desertaron muchos de los seguidores de Jesús, Pedro respondió: “Señor, ¿a quién
vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna” (Juan 6,68). Y una mujer que había intentado
sin éxito todas las demás soluciones para su problema creyó que Jesús tenía el poder para
sanarla. “Ella se puso detrás de Él y le tocó el borde del manto, e inmediatamente se detuvo su
flujo de sangre” (Lucas 8,44). Cuando parecía que el proceso de cambio era demasiado grande
para mí, extendía las manos resueltamente para tocar el “dobladillo de su vestido.”
Me he dado cuenta de que mujeres (y hombres) que buscan el cambio como su primer
objetivo con frecuencia abandonan demasiado pronto. Como consecuencia, algunos que han
intentado cambiar ahora están proclamando públicamente la imposibilidad del cambio. Pero
uno podría preguntar: Si algunos no experimentasen el cambio en sentimientos ni acciones,
¿deberíamos invalidar la experiencia de miles de vidas que sí cambian?
Repito: La curación o el cambio de la atracción hacia el mismo sexo es la consecuencia
de una vida comprometida en el seguimiento de Jesucristo. Debemos elegir seguir a Jesucristo
cuando somos tentados y cuando no lo somos. Además, he aprendido un principio mucho
mayor: Dios no quiere solamente el área de la homosexualidad de tu vida. Te quiere a ti –todo
de ti.
CAMBIO REAL
¿Qué Pueden esperar las personas que quieren obedecer a Dios y ponerle en el primer
lugar? El cambio no es necesariamente la ausencia de la tentación homosexual sino más bien
el poder de elegir nuestra respuesta a la tentación. ¿Es irresistible la atracción hacia el mismo
sexo? Si es así, el cambio sólo está comenzando.
57
El cambio interior que perdura incluye adoptar una nueva identidad, reconocer la verdad
de uno mismo, de Dios y de los demás, y llegar a ser la mujer que Dios diseñó que fueses. No
requiere que te cases y tengas una familia.
El proceso de transformación interior suele durar mucho tiempo. La Biblia llama a este
proceso santificación. La santificación puede tener lugar tanto en un momento (separación
hacia Dios) como en un proceso (el transcurso de la vida acorde con los que están separados).
96
¿Cuánto tiempo tarda esa transformación? Eso puede variar mucho dependiendo de
cada mujer. Muchas encuentran su respuesta a la tentación y, de forma más importante, su
identidad interior cambia de forma significativa en un periodo de tiempo relativamente corto.
Pero todos somos criaturas únicas. Cada uno de nosotros tiene debilidades y fortalezas únicas
que pueden ayudar o entorpecer la tarea de Dios en nuestra vida.
La profundidad de nuestra implicación en las fantasías o relaciones del mismo sexo
influye en el proceso de cambio. Las mujeres que tuvieron una experiencia breve en la infancia
y luego progresaron a una implicación heterosexual adulta y las mujeres que han sido casi
exclusivamente heterosexuales y luego se comprometieron en una relación del mismo sexo
adulta, probablemente experimentarán la curación de forma relativamente rápida. Las que se
han visto envueltas en actividades o fantasías del mismo sexo durante un largo tiempo pueden
experimentar un proceso de más tiempo.
El impulso subyacente de tu atracción sexual hacia otras mujeres afecta también al nivel
de cambio. La verdad es que la atracción hacia el mismo sexo no es puramente sexual. La
atracción de una mujer hacia otras mujeres suele ser una reacción a sus propias necesidades
profundas. Estas necesidades no se encuentran en la superficie de los pensamientos o ideas
sino que más bien suelen ir unidas a sucesos emocionalmente dolorosos y conclusiones
erróneas. Dios, en su gran sabiduría, sabe cuando sacar tales experiencias a la superficie para
que puedan ser tratadas. Yo encontré esta parte del proceso muy similar al de pelar una
cebolla –la cebolla tiene más capas de las que podemos ver inicialmente pero parecen una a
un tiempo.
Como escribieron Bob Davies y Lori Rentzel en Salir de la Homosexualidad, los factores
adicionales juegan también un papel: “tu participación en el proceso de cambio” y “la soberanía
de Dios.”
“Por ejemplo, una lesbiana se unió a un grupo de apoyo de recuperación de
homosexuales, luego pasaba muchas horas al día haciendo obras de caridad y con su biblia,
escribiendo ideas en su diario y rezando con sus nuevas amigas del grupo. Tres años después
de su última relación lésbica, estaba felizmente casada y se sentía segura con su nueva
identidad.” 97
Mi experiencia fue similar a esta. Pero yo soy consciente de que a mujeres que han
pasado por un proceso muy similar de cambio les llevó mucho más tiempo sentirse seguras
como mujeres.
Déjame darte una breve lista de expectativas realistas:



Madurarás personalmente, aprende las motivaciones de tus deseos
homosexuales y gana base en la obediencia a Dios.
Experimentarás mayor poder o autoridad sobre tus propios sentimientos.
Dios bendecirá tu obediencia
de forma sobrenatural, cambiando tus
percepciones internas y perspectivas externas. Cambiar tu corazón es tarea de
Dios, no tuya (Jeremías 17,9. 14).
96
W. E. Vine, Vine’s Complete Expository Dictionary of Old and New Testament Words (Nashville, TN:
Tomas Nelson Publishers, 1996), pp. 210, 545
97
Bob Davies y Lory Rentzel, Salir de la Homosexualidad (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1993),
p. 26.
58


Si se trabaja duro, si hay obediencia, fe y perseverancia, cambiarás con el
tiempo.
Te verás a ti misma como otra mujer entre mujeres de todo tipo.
¿Cuáles son las expectativas no realistas?


No experimentarás nunca más sentimientos de atracción hacia el mismo sexo.
En efecto, la Biblia promete que siempre tendremos tentaciones en esta vida
(Romanos 6,11-14,19-23; 7,14-8,14; también I Corintios 10,13).
La intensidad de la atracción disminuirá mientras trabajamos con Dios en los
problemas subyacentes de nuestras vidas. Con frecuencia sucede lo contrario
–mientras afrontamos nuestras dificultades, las atracciones parecen
ofrecernos una pseudo-anestesia.
Me he dado cuenta de que con el tiempo la intensidad y frecuencia de la
atracción sexual hacia otras mujeres disminuye de forma significativa –un tema que
expondremos de forma más completa en el capítulo 7.
¿ES EL CAMBIO REALMENTE POSIBLE?
Mi experiencia personal, detallada en mi autobiografía, Ganó el Amor, muestra que el
cambio es más que ciertamente posible. 98 Mis debates con cientos de mujeres durante más
de diecisiete años de experiencia en este campo confirman que el cambio es posible. La
literatura sobre ambas partes del tema documenta que el cambio es posible.
He conocido sólo a seis parejas en las que el hombre y la mujer dejaron la
homosexualidad y están casados el uno con el otro. La mayoría de las lesbianas que han
solucionado la atracción hacia el mismo sexo y se han casado con un hombre se enamoraron
de un hombre “heterosexual.” Recuerda, el matrimonio no es válido para medir el cambio. Pero
para algunas de nosotras, tratar los problemas de nuestra atracción hacia el mismo sexo tuvo
como consecuencia un interés por el sexo opuesto y un eventual matrimonio.
Conozco personalmente a varias mujeres que han resuelto las atracciones hacia el
mismo sexo y que pueden desear el matrimonio pero que no han experimentado todavía la
combinación mágica con un hombre deseable. Estas mujeres solteras han experimentado un
auténtico cambio como lo han hecho seguramente las mujeres casadas. Otras mujeres solteras
que han experimentado el cambio encuentran una disminución en la atracción hacia el mismo
sexo pero no sienten atracción heterosexual. Otras se implicaron con mujeres durante sus años
de matrimonio y han resuelto desde entonces sus sentimientos y conductas homoeróticas.
¡Todas estas mujeres son una evidencia de que el cambio es posible!
La literatura psicológica sobre este tema se divide según dos fuertes puntos de vista.
Hablando en general, una se basa en la integración de una identidad gay y no valida la
investigación sobre el cambio de ningún tipo. El otro punto de vista comprende mejor los
puntos de vista religiosos y evalúa los datos de forma diferente.
Como afirma el Dr. Mark Yarhouse, un psicólogo clínico de la Universidad Regent:
“Muchos teóricos de afirmación gay afirman que la terapia no puede cambiar la
orientación sexual o que, al menos, no hay evidencia para demostrar que la terapia pueda
cambiar la orientación sexual... Las personas religiosas conservadoras que han mirado la
investigación sobre el cambio han afirmado que la orientación sexual no parece ser inmutable
98
John y Anne Paulk, Ganó el Amor (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1999).
59
(Satinover, 1996). Investigación reciente de MacIntosh (1994) ha desafiado la petición de la
absoluta inmutabilidad de la orientación sexual.” 99
Otro investigador, el Dr. Warren Throckmorton, ha publicado recientemente un artículo
en el diario de la Asociación Americana de Psicología, Psicología Profesional: Investigación y
práctica. En su artículo, el Dr Trockmorton detalla estos argumentos y estudios del cambio. En
su reportaje del estudio reciente del Dr. Robert Spitzer,100 el Dr Trockmorton escribe: “Spitzer
llegó a la conclusión de que la mayoría de los participantes hizo cambios sustanciales de la
tendencia predominante o exclusivamente homosexual al predominio de la heterosexual.”
El Dr. Throckmorton también se dio cuenta de que el cambio estaba “relacionado de
forma positiva con la motivación religiosa y con el bienestar emocional.” Una y otra vez, los
investigadores y profesionales de salud mental que han examinado el asunto del cambio
afirman que el sistema de creencias religiosas marca una tremenda diferencia en el proceso de
cambio. De hecho, el Dr. Throckmorton concluyó: la revisión de arriba sugiere con claridad que
la creencia religiosa es con frecuencia crucial tanto para la decisión de buscar el cambio como
para el mantenimiento del cambio” 101 (Puedes ver también Schaeffer, et al., 2000). 102
UNA PALABRA A LA PERSONA DE APOYO
Las personas que ayudan a las mujeres que experimentan atracción hacia el mismo
sexo hacen bien en recordar que la atracción homosexual no es esencialmente sexual. Se trata
de desarrollo. Pueden surgir tres resultados diferentes como consecuencia de un trauma
temprano de una mujer o de percepciones erróneas de su identidad –una de los cuales
(lesbianismo) es un vínculo insano con otras mujeres. Las raíces o problemas subyacentes son
con bastante frecuencia los mismos para muchos síntomas con los que luchan mujeres (u
hombres). Ten en mente que una lesbiana no es una pecadora “especial”; es más, está
expresando sus legítimas necesidades de conectar con otras mujeres de forma insana.
Debido a su necesidad de conectar con otras mujeres de forma sana, una mujer que
busque el cambio debe encontrarse con una terapeuta o persona de apoyo. Los hombres
pueden servir de ayuda pero su problema principal de vincularse correctamente es con las
mujeres. Simplemente un hombre no puede modelar relaciones femeninas sanas. Por otra
parte, si ya tiene mentora, puede que desee encontrarse con un pastor o terapeuta para
trabajar los problemas con los hombres. Pero las mujeres con atracción hacia el mismo sexo
necesitan trabajar absolutamente relaciones con mujeres.
Las terapeutas y mentoras deben tener en mente que nosotras, como mujeres,
podemos ser propensas a la co-dependencia. Dios nos diseñó mujeres para ser relacionales
pero la co-dependencia es el lado caído de nuestras naturalezas creadas por Dios. Echa una
buena mirada a tus motivaciones para estar en su vida. ¿Eres arrastrada de forma consistente
a las personas que te necesitan? ¿Has establecido un tiempo sano, el teléfono y límites físicos
que te eviten llegar a ser dependiente de tu terapeuta o tu mentora?
Una mentora o terapeuta que ayude es de confianza, no cotillea y quiere aprender. Una
mujer que busca ayuda debe sentir que te importa su bienestar sin cruzar vínculos
establecidos.
99
Mark A. Yarhouse y Lori A. Burkett, “Una Respuesta Inclusiva a LGB y Personas Religiosas
Conservadoras: El Caso de la Atracción y Conducta Homosexual,” Psicología Profesional. Investigación
y Práctica, vol. 33, nº 3, (junio 2002): pp. 235-241.
100
Robert Spitzer, “Sujetos Que Afirman Haberse Beneficiado de la Terapia de Reorientación Sexual,”
Presentada en la Conferencia Anual de 2001 de la Asociación Americana de Psiquiatría.
101
Warren Throckmorton, “Primeras Averiguaciones Clínicas y Empíricas Con Respecto A El Proceso de
Cambio de Ex –Gays,” Psicología Profesional: Investigación y Práctica, vol. 33, nº 3 (Junio 2002): pp.
242-248.
102
K.W. Schaeffer et al., “Cambio de Orientación Sexual Motivado por la Religión: Un Estudio A
Continuación,” Diario de Psicología y Cristianidad, 19 (1999): pp. 61-70.
60
Sobre todo, debe estar motivada para cambiar. No debes tomar personalmente sus
“fracasos” a lo largo del camino. Si ella entra en una relación sexual con otra mujer, no te está
rechazando. Ella es responsable ante Una persona por su vida –El Señor Jesucristo.
Escúchala bien y apóyala mientras camina con Dios a llegar a ser una mujer completa y plena.
Ten en mente que el camino hacia el cambio de la orientación e identidad sexual puede ser
largo y difícil y que tú estás allí para una estación específica de su vida. Tú no eres su
redentora.
Los que ayudan para establecer un grupo psicológico o de apoyo encontrarán con más
probabilidad una progresión emocional natural. Al principio, una persona necesitada puede
verte como que no la comprendes en absoluto. Luego, mientras confianza con ella, su
perspectiva puede cambiar a creer que la comprendes perfectamente. Tanto las conclusiones
desconectadas como las completamente vinculadas son falsas. En algún punto, probablemente
caerás del pedestal en el que te ha colocado, lo que puede hacerte sentir un poco de angustia.
Pero lo cierto es que muy probablemente comprendas algunas cosas sobre ella y quieras
ayudarla. El péndulo distorsionado puede balancearse demasiado lejos de cualquier forma.
Lo creas o no, el objetivo es que el Señor saque a relucir algún problema o conclusión
sin resolver de su vida, por lo que puede que tú misma te encuentres desencadenando una
herida del pasado sin ninguna intención. Si eres la responsable de hacerle daño, pídele
disculpas pero si tiene una reacción intensamente dolorosa, ten en mente que puede que
hayas tocado algo doloroso del pasado. Preguntarle si estos sentimientos sacan a flote algo del
pasado puede ser bastante esclarecedor. Si algo surge en este proceso, ten voluntad de
escuchar, rezar y tener empatía con ella.
Además, si te sientes totalmente superada en tu relación de ayuda con una mujer que
siente atracción hacia el mismo sexo, siempre puedes referirla a una terapeuta profesional
cristiana o a un grupo de apoyo de tu zona. Algunos ministerios de Exodus ofrecen apoyo
psicológico por correo electrónico también.
La mayoría de las mujeres que respondieron a mi encuesta (el 67 por ciento) ha tenido
algún tipo de depresión y un cuarto ha tenido intentos de suicidio. Otros síntomas típicos para
este grupo tienden a seguir con la depresión auto-medicada: sobrepeso, alcoholismo y
dependencia de las medicinas. Eran muy raros los casos de bulimia y anorexia. Depresión
severa, ideas de suicidio y formas extremas de abuso personal deben llevarte a referir a la
mujer a ayuda profesional, como síntomas de problemas serios de salud mental, como
desorden de frontera de personalidad, desorden disociativo o esquizofrenia paranoide.
Pero, debo añadir, los síntomas de dependencia que proceden de la mujer que estás
ayudando son una buena señal. Ella necesita tener un lugar seguro para unirse con otra mujer
y trabajar sus atracciones pasadas. Si has establecido buenos límites, como encontrarse en
una oficina durante una hora una vez a la semana, debes ser una mujer sana para
experimentar esos sentimientos poderosos y dialogar con ella. Sin embargo, no recomiendo
esto en una situación en la que la relación es principalmente de amistad o donde la que ayuda
está siendo arrastrada también hacia la atracción.
61
CAPÍTULO 6
SANAR DEL ABUSO
Conocí a Christine, una chica rubia de 20 años de Florida, en San Antonio, Texas, en el
verano de 1989. Ambas estábamos comenzando a tratar nuestra atracción hacia el mismo
sexo y nos conocimos asistiendo a nuestra primera Conferencia Anual de Exodus. Tras las
sesiones generales, nos reunimos con otras personas para cantar canciones de alabanza y
charlar. Desde entonces, Dios ha hecho cosas verdaderamente increíbles en nuestras vidas.
Pero la vida no fue siempre tan maravillosa para Christine. Volvió a contar la historia de
su vida en un número de Christian Single de Febrero de 2001:
“Mientras crecía en casa de mis padres, me di cuenta de que las mujeres, o eran
el objeto de la lujuria del hombre o la víctima de su abuso. No había nada intermedio. Mi
padre tenía montones de revistas pornográficas debajo de su cama y de forma rutinaria
le pegaba a mi madre.
Cuando tenía cuatro años, una noche ya muy tarde, se me reveló una escena
que me asaltó durante años. Estaba acostada en la cama con las mantas sobre mi
cabeza, intentando no oír las voces iracundas que salían de la habitación de al lado. No
podía dormir con todo ese escándalo, por lo que salí de puntillas de mi habitación y bajé
al hall desde donde miré al salón. Mi padre estaba mirando a mi madre con una mirada
fría e iracunda. Luego cogió una raqueta de tenis y le pegó, dándole en la parte
izquierda de su cuerpo. Ella se quedó allí quieta y no le devolvió el golpe.
Las lágrimas mancharon mi almohada aquella noche mientras juraba en mi
corazón que nunca permitiría que ningún hombre me hiriese de esa forma. Viendo el
matrimonio abusivo de sus padres, determiné no ser una víctima como mi madre.
Llegué a creer que ser femenina significaba ser débil y pasiva. Yo no quería eso para
mí. 103
¡Qué experiencias tan dolorosas tanto para la madre como para la hija! La madre de
Christine estuvo atrapada en un ciclo de abuso y co-dependencia, y Christine estaba
aprendiendo lecciones que afectarían a su vida en los años siguientes.
Esta historia demuestra el impacto de ser testigo del abuso de un miembro de la familia.
¡Cuánto mayor debe ser el impacto de experimentar el abuso en al infancia!
¿ES COMÚN EL ABUSO EN LA INFANCIA EN LAS LESBIANAS?
Cuando dirigía mi entrevista a mujeres que estaban superando la atracción al mismo
sexo, sospeché fuertemente que el abuso en la infancia pudo haber jugado un papel importante
en sus vidas. 104 Lo que me sorprendió fue la incidencia increíblemente alta de abuso en la
infancia contada por las mujeres. En efecto, de las 265 que respondieron, sólo el 23 por ciento
afirmó no haber experimentado abusos en la infancia. En otras palabras, ¡el 91.2 por ciento
afirmó haber sufrido abusos en la infancia!
No todas las mujeres afirmaron haber experimentado el mismo tipo de abuso y algunas
experimentaron varias formas de trauma infantil.


103
104
Casi el setenta por ciento afirmó haber experimentado abuso emocional.
Dos tercios, abuso sexual.
Christine Sneeringer, “About face,” Christian Single (Febrero 2001): p. 12
Anne Paulk, Estudio de las Raíces, Causas y Tratamiento del Lesbianismo, 2001.
62





Más de la mitad, abuso verbal.
Casi el cincuenta por ciento, abandono
Un tercio, abuso físico
Un cuarto, descuidos
El veinte por ciento, abuso espiritual
Además, ¡dos tercios de estas mujeres fueron testigos también del abuso
de una miembro de su familia! Las formas principales de abuso del que fueron testigos fueron:
físico (casi el 60 por ciento), verbal y emocional (casi la mitad de cada). 105 Estas
averiguaciones difieren de forma notable de los índices nacionales del abuso afirmado. En un
reportaje del departamento de Justicia de los Estados Unidos en noviembre del año 2000, el
17.6 por ciento de todas las mujeres entrevistadas dijo que “habían sido víctimas de un intento
o de una violación consumada en algún momento de su vida.” 106 Date cuenta del contraste
entre esta entrevista y la mía: casi el 18 por ciento durante toda una vida para esta población
de mujeres contra la averiguación de mi entrevista de casi un 65 por ciento de índice de trato
injusto antes de los 18 años de edad.
Además, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de U.S.A afirma que los
índices de abuso que han sufrido mujeres antes de los 18 años era un total del 12.5 por ciento
en 1999. 107 Esta figura incluye los reportajes de todos los estados para los siguientes tipos de
abusos durante 1999: abandono, físico, sexual, médico y psicológico. Pueden parecer bajos
cuando se comparan al 90 por ciento de las mujeres de mi entrevista pero los índices del
Departamento de Salud y Servicios Humanos de U.S.A. reflejan la conciencia e intervención
del Estado y por tanto subestiman el abuso en la nación simplemente porque el abuso no se
denuncia siempre a las autoridades. Tomando todas esas consideraciones en cuenta, la
experiencia narrada de abuso en la infancia para las mujeres que luego sufrieron atracción
hacia el mismo sexo es todavía extremadamente alta.
NIÑOS CON DISCAPACIDADES
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de U.S.A. dice también: “Los niños con
discapacidades son más vulnerables a los malos tratos que los niños sin discapacidades.” 108 El
único estudio nacional que lo demuestra (Crosse, Kaye & Ratnofsky) se completó en 1993. El
estudio encontró que los niños con discapacidades tenían un 1.7 veces más de probabilidad de
ser maltratados que los niños sin discapacidades. La publicación también afirmaba que el
abandono es la forma más común de maltrato de los niños con discapacidades. 109 Además,
abordaba la relación entre la forma de discapacidad y el tipo de abuso. La investigación
encontró que los niños con desórdenes de conducta eran los que corrían mayor riesgo,
seguidos de los niños con desórdenes de habla/ lenguaje, retardación mental y deterioros de
salud. 110
Algunos investigadores han creado la hipótesis de que un amplio porcentaje de
individuos de la comunidad de sordos sufren de homosexualidad o de atracción hacia el mismo
sexo más que en la población oyente en general. ¿Podría estar eso relacionado con que su
discapacidad los coloca en un mayor riesgo de abuso y / o en mayor dificultad de conectar de
forma segura con sus padres?
105
Para ver las definiciones utilizadas en la entrevista de cada tipo de abuso, mira en el apéndice B.
Patricia Tjaden y Nancy Thoennes, “Predominio, Incidencia y Consecuencia de la Violencia contra las
Mujeres,” Instituto Nacional de Justicia y Centros para el Control y Prevención de Enfermedades
(Noviembre 2000).
107
Tabla 2-9, Índices de maltrato por Edad, Sexo y Tipo, DCDC, La Administración paras Niños y
Familias, Departamento de Salud y Servicios humanos (1999).
108
“En Núcleo: El Riesgo y Prevención de los Malos Tratos a los Niños con Discapacidades,” Cámara de
Compensación Nacional sobre el Abuso y Abandono del Niño, Departamento de Salud y Servicios
Sociales de U.S.A. (Febrero 2001).
109
Ibid.
110
Ibid
106
63
¿CUÁLES SON LOS COSTES DEL ABUSO?
Los devastadores resultados a corto y largo plazo del abuso han sido bien
documentados por el gobierno de U.S.A. y por los profesionales de las industrias de la salud.
La Oficina Central Nacional sobre la Información del Abuso y Abandono Infantil afirma:
“El abuso y abandono infantil tienen efectos perjudiciales sobre el desarrollo físico,
psicológico, cognitivo y conductual de los niños (Consejo Nacional de Investigación, 1993).
Estas consecuencias abarcan de menores a severas e incluyen heridas físicas, daño cerebral,
baja auto-estima crónica, problemas con los vínculos y para formar relaciones, retrasos en el
desarrollo, desórdenes de aprendizaje y conducta agresiva. Las condiciones clínicas
relacionadas con el abuso y el abandono incluyen la depresión, desorden de estrés posttraumático y desórdenes de conducta... Más allá del trauma infligido sobre los niños, el maltrato
infantil ha sido unido también a consecuencias sociales negativas a largo plazo. Por ejemplo,
los estudios relacionan el maltrato a los niños con un aumento del riesgo de un bajo aprobado
académico, consumo de drogas, embarazo adolescente, delincuencia juvenil y criminalidad
adulta (Wisdom, 1992, Kelly, Thornberry, and Smith, 1997). 111
EFECTOS RESIDUALES DEL ABUSO FÍSICO
Muchas mujeres que experimentan atracción hacia el mismo sexo padecerán también
algunas de estas otras consecuencias. Una amiga mía se convirtió al cristianismo hace justo
cinco años y dejó su amante lesbiana para seguir a Jesucristo. Su infancia había sido terrible –
su padre abusó físicamente de ella y sus hermanas. Los dos padres tenían expectativas
irrazonables sobre sus hijos y si parecían fracasar, los padres los despreciaban con abuso
verbal y emocional. Y eso fue sólo la cima del iceberg.
Julie es una persona muy activa que es al mismo tiempo campechana y sofisticada. Es
capaz de trabajar con gente de todos los días como con líderes de organizaciones. Nunca
olvidaré una vez en la que estábamos comiendo al aire libre en mi casa y le di una palmada en
el hombro. ¡Dio un respingo como si fuese a pegarle! Me sentí muy mal por ella. Era un área
residual que le quedaba del abuso físico del pasado. Además, Julie lucha actualmente por
unirse a los demás, formar amistades íntimas y confiar en los demás lo bastante como para ser
responsable de alguien. Pero, gracias a Dios, reconoce sus problemas y está invirtiendo en su
propia curación a través de la ayuda psicológica.
EFECTOS RESIDUALES DEL ABANDONO
Grace, una amiga y antigua compañera de habitación que también sentía atracción
hacia el mismo sexo, había sufrido tanto abandono como abuso sexual. Un ejemplo es que ella
no aprendió el simple ejercicio de higiene dental de lavarse los dientes hasta que comenzó a ir
al instituto. Desafortunadamente, la mayoría de sus dientes de leche se habían podrido de
caries por entonces. También se le permitía vaguear por su pequeña ciudad sin ser
supervisada desde que tenía ocho años de edad. Varios años después, cuando era estudiante
111
Pagos de Prevención: Los Costes de No Prevenir el Abuso y el Abandono Infantil, Oficina Central
Nacional de Información sobre el Abuso y el Abandono Infantil, Departamento de Salud y Servicios
Humanos de U.S.A., con fecha de 19 de abril de 2002. Para los estudios individuales mencionados en la
cita, mira abajo:
Consejo de Investigación Nacional, “Comprender el Abuso y el Abandono Infantil” (Washington, D.C.:
National Academy Press, 1993).
C.S. Widow, “El Ciclo de la Violencia” (Washington, D.C.: Instituto nacional de Justicia, 1992).
B.T. Kelley, T.P. Thornberry y C.A. Smith, “En el Despertar de la Violencia Infantil” (Washington, D.C.:
Instituto Nacional de Justicia, 1997).
64
de segundo curso en el instituto, Grace fue a visitar a su primo durante el verano y cuando
regresó a casa se encontró con que su familia se había mudado a otra ciudad. Ni siquiera
pensaron en llamarla y decirle que se estaban mudando. Generaciones de padres negligentes
de su familia habían abierto la puerta también al abuso sexual. Un primo, tío u otro varón de los
muchos miembros de la familia habían abusado de muchos de los niños de la familia, tanto
niños como niñas. De hecho, la madre de Grace había sido violada por su abuelo cuando era
una adolescente.
No hubo contacto físico sano en la infancia de Grace. Su padre debía haber sabido lo
del abuso sexual de sus hijos porque una vez en la que Grace era muy pequeña, la puso en su
regazo y le dijo: “Nunca te haré daño.” Desde ese comentario, Grace asumió que quería decir
que no abusaría sexualmente de él. Ese momento dulce de ser abrazada por su cariñoso padre
terminó abruptamente cuando accidentalmente se le cayó el tubo de una estufa, teniendo como
consecuencia serias quemadas en su brazo y la retirada del contacto de su padre.
Más tarde en su vida, Grace tuvo una serie de relaciones íntimas exclusivamente del
mismo sexo en las que pudo experimentar el contacto de una forma placentera aunque nunca
se consideró lesbiana. Y luego durante un periodo de tiempo, después de tratar muchos de los
problemas que subyacen de sus atracciones hacia el mismo sexo, pudo casarse con un marido
encantador y empezar su propia familia. Eso no quiere decir que las consecuencias de su
infancia desaparecieran completamente sino que Grace había progresado con el éxito
suficiente como para confiar en los hombres y criar a sus hijos.
Las consecuencias del rechazo en los hijos han sido estudiadas y documentadas en
una publicación titulada Consecuencias del Abandono a Corto y Largo Plazo, publicada por la
Oficina Central nacional de Información sobre el Abuso y Abandono Infantil. El reportaje afirma:
“La teoría del aprendizaje social se ha empleado también para explicar las
diferencias que se encuentran entre los niños que sufren abusos y los abandonados.
Los niños abandonados parecen ser generalmente más pasivos y retirados socialmente
en sus interacciones con los compañeros mientras que los niños víctimas de abuso son
más agresivos y activos... (Los niños abandonados en edad pre-escolar) eran los menos
creativos para buscar soluciones... eran distraídos e hiperactivos, reacios a buscar
ayuda y mostraban el efecto más negativo y menos positivo de los niños. Eran también
los menos persistentes para resolver un problema. Los niños abandonados físicamente
padecían las consecuencias más severas del desarrollo de los cuatro grupos de niños
maltratados estudiados –abandonados, víctimas de abuso físico, víctimas de abuso
sexual y niños cuyos padres no estuvieron disponibles psicológicamente.112
Como víctima de abandono en la infancia, Grace demostraba algunos de estos efectos
en su vida adulta. Antes de conseguir ayuda a través del ministerio de grupo de apoyo de
Exodus, Grace comenzaba fácilmente relaciones sexuales con otras mujeres. Pero también las
terminaba fácilmente. Su carencia de capacidad para vincularse en una relación íntima, el nivel
emocional se mostraba incluso dentro de sus relaciones lésbicas.
ABUSO SEXUAL
Como se ha dicho, dos tercios de las mujeres que respondieron a mi encuesta afirmaron
haber sufrido abuso sexual. Todas estas mujeres sufrieron abusos de hombres; sin embargo,
un cuarto de las chicas que sufrieron abusos de hombres afirmaron también haberlos sufrido
de mujeres.
Los efectos a largo plazo del abuso sexual han sido bien documentados tanto por los
investigadores como por los implicados en las profesiones sanitarias. Un investigador famoso y
112
Consecuencias de Abandono a Corto y a Largo Plazo, Oficina Central Nacional de Información sobre
el Abuso y Abandono Infantil, Departamento de Salud y Servicios Sociales de U.S.A. (Con fecha de 6 de
Abril de 2001).
65
de mucho tiempo en este área es el Dr. David Finkerlhor de la Universidad de New Hampshire.
En su revisión de 1990 de la literatura, publicada en Psicología Profesional. Investigación y
Práctica, el Dr. Finkelhor escribe:
“Los chicos, como las chicas, muestran un notable impacto como consecuencia
del abuso tanto enseguida como a largo plazo... Los estudios que evalúan a los niños
poco después de la revelación muestran a los chicos con los mismos patrones de
síntomas relacionados con el estrés que las chicas: miedo, problemas de sueño y
distracción... Para las mujeres, sin embargo, la psicopatología relacionada con la
historia del abuso era más amplia, cayendo en el área de los desórdenes afectivos
(depresión, manía), desórdenes de ansiedad (fobias, pánico y conducta obsesivocompulsiva) y abuso de alcohol. Estudios previos han demostrado que las chicas que
han sufrido abusos tienen más probabilidad de volver a padecer maltrato más tarde en
su vida.” 113
Otra revisión afirma:
“Las víctimas del abuso sexual experimentan con frecuencia sentimientos de
vergüenza, culpa, aislamiento, impotencia y de inadecuación. Incluso pueden aceptar
responsabilidad del abuso culpándose a sí mismos... La identificación temprana de las
víctimas del abuso sexual parece crucial para la reducción del sufrimiento, la mejora del
desarrollo psicológico y para el funcionamiento adulto sano... Mientras la revelación
continúe siendo un problema para las jóvenes víctimas, el miedo, el sufrimiento y la
angustia psicológica permanecerán, como el secreto, con ellas.” 114
Consideremos por un momento los efectos sobre una chica que sufre abusos sexuales
de otra mujer. Si la chica sufre abusos de una mujer mayor, puede cuestionarse naturalmente
su identidad sexual. Este puede ser el caso especialmente si la chica no se siente conectada ni
identificada con su madre, si tiene necesidades emocionales insatisfechas de atención y
crianza de su madre o si la interacción pseudo-íntima le produjo algo de placer. Como puede
estar desesperada por un sentimiento de ser especial e importante, la joven puede
malinterpretar la atención que está consiguiendo de una mujer que abusa de ella como amor.
La necesidad válida pero insatisfecha de una chica de conectar con su madre puede ser
transferida al contacto sexual con otras chicas.
Chastity Bono es un ejemplo de esta dinámica. En su libro El Fin de la Inocencia,
Chastity reescribe sobre Joan, una lesbiana que era amiga de su madre. Escribe:
“Mi madre no estaba siempre por los alrededores, ya que estaba trabajando, por
lo que Joan llenaba ese vacío de alguna manera. Siempre dedicaba tiempo y esfuerzo
para hacerme sentir amada y apreciada. Mi madre estaba sobrecargada y por una
buena razón: Tenía dos hijos y otros miembros de la familia a los que atender. Pero en
esa época yo no podía racionalizar que mi madre pensase en mí y en mis necesidades
trabajando: Me centraba en el hecho de que no me prestaba atención lo suficiente y que
con frecuencia me sentía sola y abandonada. Cuando pasaba tiempo con Joan, me
sentía el centro de la atención, incluso cuando había otra mucha gente a su alrededor.
Ella tenía el don de hacer que la gente se sintiese especial.” 115
Ese sentimiento de ser especial –si se generaba por medio de una relación inadecuadaserá un día la fuente de dolor para la mayoría de mujeres que sufrieron abuso cuando eran
niñas. Consideremos los procesos que estas y otras mujeres han tratado frecuentemente con
el dolor desde el pasado.
113
David Finkelhor, “Efectos a Corto y Largo Plazo del Abuso Sexual Infantil: Una Actualización,”
Psicología Profesional: Investigación y Práctica, vol. 21, nº 5 (1990): pp. 325-30.
114
Nancy Faulkner, “La Caja de Pandora: El Secreto del Abuso Sexual Infantil,” Sexual Counseling
Digest (Octubre 1996).
115
Chastity Bono, El Fin de la Inocencia: Una Biografía (Irondale, AL: Advocate Books, 2002), p. 10.
66
RECUPERARSE DEL ABUSO
Como hemos visto, se dispone de muchas opciones de ayuda para el tratamiento del
abuso infantil, incluyendo terapeutas cristianos especialistas en el dolor o en problemas
específicos de la infancia, terapeutas matrimoniales y de familia y grupos de apoyo.
Pero más allá de estos, otras herramientas han demostrado servir de ayuda para
muchas mujeres (y hombres) que tratan con un pasado difícil.
Una de estas herramientas es la Sagrada Escritura. Muchos de nosotros hemos
encontrado gran fuerza y solaz cuando vemos que Dios nos habla de nuestra identidad en la
Biblia. Por ejemplo, Dios dice que cada una de nosotras es amada por Dios y guardada para
Cristo Jesús. “Los que son llamados, amados en Dios y guardados para Jesucristo” (Judas 1).
También se nos dice en la Escritura que somos hijas del Gran Rey con una herencia en el
cielo:
“También hemos obtenido una herencia, habiendo sido predestinados según Su
designio que realiza todo conforme a la decisión de Su voluntad... En Él, también
vosotros, tras haber oído la palabra de la verdad, el evangelio de vuestra salvaciónhabiendo creído también en él, fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la
promesa, que se da como prenda de nuestra herencia... (Efesios 1,11.13-14).
Hay cientos de grandes promesas para los que creen. Tenemos el mejor Padre bueno
ahora. Sólo Dios puede abastecernos con el amor perfecto y puro que siempre hemos ansiado
y no encontramos en las relaciones terrenales. Sólo Él tiene amor y afecto infinito hacia
nosotras. Todos los demás pozos se secarán rápidamente pero no el de Dios. Meditando en la
Escritura y memorizando algunos de los grandes versículos de curación, podemos renovar
nuestra mente... cambiar literalmente nuestra mente sobre nuestra identidad –y nuestro
pasado. Tristemente, con demasiada frecuencia repetimos palabras y obras dolorosas de
nuestro pasado en nuestra mente como un disco rayado. Al hacer eso, reforzamos
continuamente el dolor del pasado.
Mike Haley, colega cristiano y amigo mío, y también anteriormente homosexual- escribió
las mentiras que creía de sí mismo en una cara de las fichas y luego les daba la vuelta y
escribía la verdad de la Escritura en la otra cara. Cuando estaba empezando a creer una de
esas viejas mentiras, leía el lado bíblico de la ficha.
El concepto de renovar nuestras mentes es uno de los remedios de Dios para superar el
dolor del pasado. Escribe el apóstol Pablo: “No os acomodéis al mundo presente, antes bien
transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es
la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.” (Romanos 12,2).
RECONOCER EL DOLOR
La mayoría de nosotras tendemos a huir de nuestro pasado. He oído decir a muchos
predicadores: “No mires atrás, sólo sigue adelante.” Pero esa actitud puede animar a gente
herida a continuar caminando de forma herida. Tratar tu pasado doloroso es el comienzo de un
nuevo inicio en la vida. Tú eres la única que puede detener alguno de los ciclos que te han
herido. Pero primero debes reconocer tus experiencias pasadas por lo que fueron –errores. No
deberías haber tenido que pasar por esas experiencias tan dolorosas en la infancia pero lo
hiciste. Las opciones de otros –su acción o su inacción- puede haber sido devastadora. Jan
Frank, autor de Una Puerta de Esperanza, escribe con respecto a este paso: “El primer paso
de recuperación es afrontar el problema –la herida infectada que no ha sanado.” 116
116
Jan Frank, Una Puerta de Esperanza: Reconocer y Solucionar los Dolores de Tu Pasado (Nashville,
TN. Thomas Nelson Publishers, revisado en 1995), p. 21.
67
En vez de salir corriendo de nuestro Cirujano, el Doctor de nuestras almas, ¡tenemos
que quedarnos quietos para que pueda operar! Jesús dijo: “No son los sanos los que necesitan
un médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a pecadores” (Marcos
2,17).
VOLVER A CONTAR EL ABUSO
Volver a contar el abuso puede ser un paso particularmente difícil, por lo que tienes que
estar segura de que estás en un ambiente seguro y confidencial. Jan Frank anima: “Hablar del
incidente no cambia el suceso ni su impacto pero alivia algo de la emoción que rodea a tu
experiencia... Para la víctima, es extremadamente importante que mire en profundidad a su
experiencia porque se ha pasado la vida evitando el dolor.” 117
PERMITIRTE EXPERIMENTAR SENTIMIENTOS
Cuando me convertí al cristianismo y comencé a afrontar un incidente de abuso sexual
de mi temprana infancia (cuatro años de edad), comencé volviendo a contar el incidente a mi
psicólogo pastoral. Al principio no sentí particularmente nada con respecto al incidente. Mis
emociones parecían congeladas y excluidas –como si no fuese yo la que fue herida por el
individuo. Mis sentimientos tardaron un tiempo en conectar con esa niña pequeña (yo) que
estaba tan confundida en esa edad tan infantil.
Algunas personas se preocupan de que si se permiten sentir, caerán en un hoyo sin
fondo de desesperación o ira. Pero he visto una y otra vez que la preocupación da forma al
descanso que puede traer el expresar oralmente nuestros sentimientos auténticos con un
psicólogo. “Experimentar sentimientos es importante para cualquiera que ha padecido una
herida emocional,” escribe Jan Frank. “Desafortunadamente la comunidad cristiana nos
aconseja con frecuencia que ignoremos, mencionemos muy de pasada o dejemos de lado
nuestros sentimientos. Esto puede ser imprudente porque nuestros sentimientos tienen una
forma de salir sigilosamente de cualquier forma, y de formas que pueden ser destructivas.” 118
COLOCAR LA RESPONSABILIDAD DONDE CORRESPONDE
Nuestro deseo de proteger y mantener relaciones insanas puede impedir nuestra
capacidad de colocar la responsabilidad del abuso donde realmente corresponde. En efecto,
esto es tan común entre las mujeres clientes que un psicólogo que es experto en tratar los
abusos de la infancia probablemente esperará encontrarse con este problema. Nunca me
sorprendo cuando lo oigo.
Déjame darte un ejemplo. María, una joven hispana, venía en coche por una autopista
excepcionalmente larga para asistir a un grupo de apoyo que dirigíamos varias de nosotras en
Marin County, California. Después de haber estado asistiendo durante pocos meses, comenzó
a hablarnos sobre sus problemas de ira en su casa. Supimos de su relación con su madre, que
había estado enferma psicológicamente durante la mayoría de su vida. Cuando salieron a flote
sus sentimientos sobre el pobre trato que le dio su madre, agitaba la varita mágica temporal de
desestimación: “En verdad, ella no podía ayudarse. Estaba enferma.”
Estos comentarios no hacían nada para validar el dolor que María había sufrido en
manos de su madre enferma mental. En vez de eso, desestimando la responsabilidad de su
madre, María se quedaba sin salida. El mensaje que se daba repetidamente era no confiar en
117
118
Ibid., p. 48.
Ibid., p. 61.
68
su propia intuición, no permitirse sentir y trabajar por medio del dolor. Por lo que se estancaba
en el lugar del dolor hasta que pudiese colocar la responsabilidad donde correspondiese.
Quizás la fuerte lealtad familiar que existe en la comunidad hispana reforzaba también esta
idea.
Eventualmente, María se derrumbó y rompió a llorar durante uno de nuestros
encuentros. ¡Pudo permitirse sentir –finalmente! Y esa libertad vino realmente como
consecuencia de darse cuenta de que ella no tenía la culpa del abuso físico y verbal que su
madre había desencadenado sobre ella desde la infancia. Sus lágrimas de dolor eran también
lágrimas de alivio.
Mis propios sentimientos emergieron de forma más plena después de que comencé a
examinar quién era realmente el responsable de mi abuso sexual. Me había sentido sucia por
la experiencia y asumía que al menos era responsable en parte aunque tuviese cuatro años y
el sujeto del abuso doce. Mientras comenzaba a pensar sobre ello en la consulta de apoyo
psicológico, particularmente la vulnerabilidad de una niña de cuatro años de edad comparada
con la fuerza de un chico de doce, me puse muy enfadada. Comencé a sentir. Después de la
sesión, salí de la consulta, encontré un lugar tranquilo y simplemente lloré.
Aquí está lo que dice Jan Frank sobre la responsabilidad de los niños: “Dejadme hacer
una afirmación muy osada pero factual. Una víctima infantil es el 100 por ciento libre de
cualquier responsabilidad. El agresor es siempre totalmente responsable.” 119
ENFRENTARSE AL ABUSADOR
El enfrentarte con tu abusador no es siempre posible ni es siempre recomendable.
Debes consultar antes con tu doctor antes de dar este paso. Si no se ha programado y
preparado correctamente, puede ser nocivo emocionalmente en vez de servir de ayuda.
Una de mis amigas que estaba saliendo del lesbianismo había sido víctima de abusos
por su abuelo. Como Leslie estaba en los treinta y tantos y su abuelo había fallecido hacía más
de una década, enfrentarse con él era imposible. Leslie estaba yendo a casa para el
cumpleaños de su madre. Antes de ir, se preparó para visitar la tumba de su abuelo e incluso le
escribió una nota sobre sus sentimientos de dolor y confusión.
Una tarde Leslie fue al cementerio y le leyó la nota alto a la lápida como si su abuelo
estuviese allí. Ciertamente, él estaba muerto pero la lápida permanecía en su lugar. Allí, sola
ante la tumba del hombre que abusó de ella, Leslie era libre para llorar y expresar sus
sentimientos. Volvió a casa más resuelta y con capacidad de progresar en su vida.
Tu terapeuta puede animarte a escribir una nota o carta a la persona que te hizo daño
pero no para enviársela. En vez de ello, llévala a tu cita y léesela a tu terapeuta, simulando que
es la persona que te ofendió.
Como articula tan claramente Jan Frank: “La confrontación... posibilita a la víctima tomar
la carga de la responsabilidad y colocarla en las manos correctas del agresor y todo el que
contribuyó.” 120
PERDONAR AL OFENSOR
El perdón es un signo característico del cristianismo, de seguir a Jesucristo. Pecamos,
pedimos perdón a Dios y somos perdonados gratuitamente –“Si confesamos nuestros pecados,
fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia. Si decimos que
119
120
Ibid. P. 71.
Ibid., p. 109.
69
no hemos pecado, Le hacemos mentiroso y su palabra no está en nosotros” (I Juan 1,9-10). La
oración del Señor demuestra nuestra responsabilidad de tener ese perdón con los demás:
“Perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a los que pecan contra
nosotros” (Lucas 11,4). Jesús explicaba el perdón también en una parábola:
“¿No debías también tú compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo
me compadecí de ti? Y encolerizado su Señor, le entregó a los verdugos hasta que
pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial si no
perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano (Mateo 18,33-35).”
Una vez que hemos reconocido quién es el responsable del abuso o abandono de
nuestra infancia y nos hemos permitido sentir el dolor de la herida, el siguiente paso es
comenzar el proceso del perdón. Se puede decir mucho sobre lo que es el perdón, lo que no es
y cómo abordarlo. Primero de todo, el perdón es algo que no se merece. Según el Vine’s
Expository Dictionary, perdonar es “condonar o perdonar las deudas, siendo estas totalmente
canceladas” y “conceder un favor de forma incondicional.” 121
Algunas mujeres dicen que son reacias a perdonas a sus ofensores porque temen que
su perdón suprima la pena o responsabilidad de la ofensa. Pero debemos comprender que
todos somos pecadores, lo que significa “no dar en el blanco.” El apóstol Pablo declara:
“Porque todos pecaron y se vieron privados de la gloria de Dios” (Romanos 3,23). Y una vez
más, “Mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores,
murió por nosotros.” (Romanos 5,8). Pedro nos enseña que el carácter de Dios es que “es
paciente contigo, no queriendo que nadie perezca sino que todos lleguen a arrepentirse” (2
Pedro 3,9). Para recibir el perdón celestial, el abusador tiene que arrepentirse, creer y volverse
a Dios para recibir el perdón –igual que hacemos todos nosotros. Quizás Dios suavice su
corazón para arrepentirse o quizás no. Esa llamada es del Señor, no nuestra.
Si no tienes voluntad de perdonar, mi primera recomendación es que al menos tengas
voluntad de tener voluntad para perdonar. Recuerdo pasar un mal momento ¡incluso con esa
simple tarea! Pero mi oración durante semanas y lo que parecía durante meses era: “Señor, no
tengo voluntad de perdonar a la persona que abusó de mí. Pero quiero tenerla.” Cuando
finalmente pude avanzar hacia el paso siguiente, ofrecí una forma legal de perdón. No era nada
emocional pero al menos pude decir las palabras en oración: “Señor, perdono a ese joven.”
Lo que fue mucho más duro fue perdonar a este hombre ¡desde mi corazón! Podía decir
las palabras pero sabía que el perdón de corazón superaba mi propia capacidad. Por lo que
una vez más, recé seriamente: “Señor, me pides que perdone de corazón pero yo no puedo
cambiar mi corazón. Haz esta tarea para que pueda obedecerte de esta forma también.”
Requirió tiempo pero sentía que mi corazón iba cambiando hacia mi abusador.
Comencé a sentir compasión por él y a reconocer que yo también le había hecho daño a gente
mi vida. En efecto, comencé a comprender que sólo merecía la muerte y la separación de Dios
pero Cristo me había perdonado. Mi corazón fue movido con verdadera compasión hacia ese
individuo por primera vez. Dios había escuchado mi oración.
Después de conceder verdadero perdón a los que más me habían hecho daño,
encontré gran libertad para convertirme en la mujer de confianza y gozo que Dios había
querido siempre que fuese. Mi obediencia y la provisión de Dios me liberaron de la esclavitud
de la amargura y la ira podrida. Y chica, ¡eso hace que te sientas bien!
UN BREVE RESUMEN
Las experiencias infantiles de abuso (o presenciar el abuso) pueden tener
consecuencias devastadoras en la vida de una mujer (o de un hombre). Lejos de tener un
121
W.E. Vine, Vine’s Complete Expository Dictionary of Old and New Testament Words(Nashville,
TN: Thomas Nelson Publishers, 1996) pp. 250-51.
70
impacto simplemente momentáneo, los efectos residuales pueden distorsionar la percepción
durante el resto de la vida de la víctima si no es tratada. Los efectos comunes para la mujer
son la depresión, ansiedad, abuso de alcohol y dificultad de establecer relaciones íntimas con
los demás. Comparadas con los datos estadísticos sobre el índice de abuso, las mujeres que
sufren atracción hacia el mismo sexo indicaron índices mucho más altos de abuso en todas las
categorías, según mi estudio del año 2000.
Pero los heridos pueden encontrar esperanza en la Palabra de Dios, en Su Iglesia, y
por medio de Su Espíritu (“ Corintios 1,3, Mateo 5,4 e Isaías 61,1-3). En contraste con el dolor
del pasado, la Palabra de Dios nos proporciona aceptación, amor y nueva identidad. Sólo Él
puede romper el poder de las palabras y experiencias negativas del pasado y darnos
esperanza y un futuro.
“Porque conozco los planes que tengo para ti,” declara el Señor,“planes para que
prosperes y no para hacerte daño, planes para darte una esperanza y un futuro” (Jeremías
29,11).
71
CAPÍTULO 7
VENCER LA TENTACIÓN
“Soy una mujer soltera de 30 años y antes de conocer a Cristo hace pocos
años... tuve tres relaciones amorosas con amigas,” escribió una mujer en
Crosswalk.com. “Pero en los años siguientes,” continuaba, “cuando me acerco a una
amiga, siento las tentaciones y necesito dominar constantemente mis emociones hacia
ellas (Me ha sucedido con cuatro mujeres) porque sé que está mal.” 122
Algunas estrategias para superar la tentación son más efectivas que otras. El simple
dominio no va muy lejos al tratar las atracción hacia el mismo sexo. En efecto, muy pocos son
capaces de superar cualquier forma de tentación solamente con fuerza de voluntad. Por lo que
no me sorprendí cuando leí la siguiente frase de la mujer. “Pero ahora he sucumbido a la
tentación con una de estas mujeres.” Me sorprendió que mantuviera las tres primeras
relaciones sin mantener sexo lésbico.
Continuó en su siguiente carta, en la que escribió sobre su conversión al cristianismo
sólo unos años antes: “Me prometí a mí misma el querer vivir una vida llena de Espíritu,
correcta y libre de pecado. Hice la promesa de 2 Corintios 5,17: “Por tanto, el que está en
Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, llegó lo nuevo.” Estaba tan contenta de saber esto
que me dije a mí misma que no volvería a tener relaciones lésbicas nunca más.” Afirmó que
ahora tendría la fuerza y el poder para “impedir todos los pensamientos y tentaciones (lésbicas)
cuando apareciesen.” 123
Desafortunadamente, esta mujer tuvo un par de asunciones que no la ayudaron.
Primero, cuando se convirtió al cristianismo, parecía creer que el poder de Cristo sería bastante
para luchar contra las tentaciones. Segundo, pensaba que quizás la atracción que sentía hacia
las mujeres antes de conocer a Cristo se desvanecería completamente. Tristemente,
probablemente la mujer no tendrá éxito en su búsqueda de vivir una “vida llena de Espíritu,
correcta y libre de pecado” a menos que investigue las razones de por qué es arrastrada con
tanta fuerza hacia otras mujeres. También se beneficiaría seguramente de conocer unas pocas
herramientas más prácticas y bíblicas para vencer la tentación.
En las siguientes páginas, veremos el proceso de la tentación y exploraremos algunas
formas prácticas de tratarlo. La estimulación es mi objetivo principal. No estás sola. Tu
tentación no es única. Otras antes que tú han tenido éxito. Algunas han fracasado a veces pero
progresaron para encontrar la plenitud en Cristo.
LA HISTORIA DE JANE
“Cuando tenía cinco años, acepté a Cristo en mi corazón. Bendecía a Dios,
asistía a la Iglesia y ahora llevo casada casi veinte años,” decía Jane Boyer en la
conferencia de Focus on the Family’s Love Won Out . “Pero durante una buena parte de
mi matrimonio llevé una doble vida. Una como cristiana y otra como lesbiana... Estaba
llena de culpa, vergüenza y auto-desprecio.” 124
Jane habló también sobre su base familiar. “Mi padre era un hombre violento y
abusador, por lo que desarrollé un intenso odio en mi corazón hacia los hombres... Mi madre
estaba indisponible emocionalmente para satisfacer mis necesidades como niña porque era
víctima de la violencia de mi padre.”
122
“¿Es esto un Defecto de Nacimiento?” www.crosswalk.com/experts/snyder.
“Cedí ante la Tentación,” www.crosswalk.com/experts/snyder.
124
Jane Boyer, de su testimonio de la conferencia de Focus on the Family –Love Won Out, Philadelphia,
PA, 21 de abril de 2001.
123
72
“Yo era quien la cuidaba, su protectora y sentía resentimiento hacia ella porque la
percibía muy débil, inefectiva y pasiva... Si ser mujer significaba ser una víctima –inofensiva,
vulnerable al abuso, utilizada como objeto sexual por los hombres –yo no quería eso para mí.”
Mirando hacia el pasado, dijo Jane: “Mis necesidades de amor y aceptación no estaban
siendo satisfechas en casa.” Por lo que cuando tuvo 13 años, se dedicó al alcohol y a las
drogas, “para reducir y calmar el dolor y la soledad.” Más tarde, se casó y enseguida se
introdujo en bares gay y comenzó su doble vida.
Cuando habló de los bares gay, Jane explicó lo que la arrastraba con tanta fuerza:
“Pertenecía y me sentía aceptada porque procedía de una base de rechazo, por lo que la
aceptación era algo que buscaba, cualquiera que fuese el coste.”
Con respecto a la tentación y sus intentos de romper con la escena del bar gay, decía
Jane: “Una y otra vez, juraba que no volvería a ir más al bar gay, para regresar una y otra
vez… El tirón de amor y de aceptación era muy fuerte. Mientras pasaba el tiempo, comencé a
ver a mis amigos gay también con un profundo dolor emocional de su pasado y muchos
estaban en conflicto por sus sentimientos homosexuales… Todos buscábamos el amor
perfecto y la relación perfecta y nunca parecía que la encontraríamos.”
TENTACIÓN VERSUS PECADO
La tentación ofrece un medio de resolver nuestras necesidades de una forma que está
en oposición a la voluntad explícita de Dios. Por ejemplo, si considero el traicionar una
confidencia personal como solución del sentimiento de desconexión de los demás en la iglesia
o en un ambiente social, estoy siendo tentada. El cotilleo va contra la voluntad explícita de Dios
(Proverbios 11,13, 2 Corintios 12,20). Asimismo, un pensamiento de una relación sexual
anterior es un ofrecimiento para escapar de frustraciones o presiones diarias. Es una tentación.
Pero la tentación no es pecado. El pecado, como contraste, es aceptar el ofrecimiento.
El pecado tiene lugar cuando actuamos con voluntad desafiante a la ley y al carácter de Dios.
Ya no estamos sentados como observadores pasivos; en vez de ello, nos convertimos en
participantes.
¿Cómo ocurre la transición entre la tentación y el pecado? Un proceso de
consentimiento tiene lugar en nuestros corazones. Para algunas de nosotras, el proceso ocurre
de forma muy rápida y no vemos que ya se ha tomado una decisión. Otras de nosotras pueden
estar muy duchas en no actuar sobre una idea errante pero todavía podemos ser inconscientes
de los pasos que tienen lugar entre la tentación y el pecado.
Debemos recordar que la tentación no es juzgada en la Biblia; es más, el pecado sí. En
efecto, incluso el Señor Jesucristo fue tentado. El ejemplo más obvio tuvo lugar después de
que Jesús fue bautizado por Juan en el río Jordán y “fue conducido por el Espíritu al desierto
para ser tentado por el demonio” (Mateo 4,1). El escritor de Hebreos declaró:
“Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote, que penetró los cielos –Jesús, el Hijo de
Dios- mantengamos nuestra confesión de fe. Pues no tenemos un sumo sacerdote que no
pueda compadecerse de nuestras flaquezas, ya que ha sido probado en todo como nosotros,
excepto en el pecado” (Hebreos 4,14-15).
CUALIDADES DE LA TENTACIÓN
Durante el transcurso de más de veinte años de ministerio cristiano ex gay y otros, me
he dado cuenta de algunas cualidades comunes de la tentación. La tentación promete con
73
frecuencia solucionar de forma inmediata nuestras necesidades o deseos. En otras palabras, la
tentación es a veces un atajo inapropiado; nos ofrece la oportunidad de tomar el control de
nosotros mismos en vez de esperar la respuesta y la provisión de Dios para nuestras
necesidades. El pecado es una solución falsa a nuestras necesidades. No hay que esperar. No
hay que ejercitar el auto-control. Sólo acción inmediata –y luego culpa y vergüenza.
La Biblia promete que encontraremos pruebas y tentaciones. “Queridos amigos, no os
extrañéis del fuego que ha prendido en medio de vosotros para probaros, como si os sucediera
algo extraño” (I Pedro 4,12). La forma personal de tu tentación no es única. En efecto, la Biblia
la declara “común al hombre (haciendo referencia al varón y a la mujer)” (I Corintios 10,13).
EL CICLO DE LA TENTACIÓN Y EL PECADO
Echemos una mirada más en profundidad al ciclo de la tentación y del pecado. Como ya
se ha dicho, el ciclo comienza con frecuencia con una necesidad o deseo sin resolver. Por lo
que el primer paso es un anhelo de satisfacción de algún área de nuestra vida. Todos
deseamos relaciones con sentido, un objetivo que cumplir y esperanza para el futuro. Podemos
sentir frustración en el trabajo o en cualquier otro sitio, practicar el no perdonar, una carencia
de actitud de gratitud o simplemente una lucha con los cambios diarios de la vida.
Recientemente hablaba con una mujer que estaba experimentando toda clase de
cambios maravillosos en su vida y en su carrera pero esos cambios la hacían sentir vulnerable
ante la tentación lésbica. Sydney, una mujer de 20 años, me decía: “Ansiaba un contacto
seguro con otra mujer que me dijese que todo iba a salir bien.” Sus necesidades sin resolver
eran de seguridad y estabilidad.
El paso dos es la atracción. Debemos recordar que otra fuerza está en el trabajo de
nuestro universo, alguien que quiere robarnos. Jesús dijo: “El ladrón viene sólo para robar,
matar y destruir” (Juan 10,10). Al demonio se le llama también “el tentador” (I Tesalonicenses
3,5). Sus estratagemas principales son la atracción, el desánimo y la intimidación ya que una
vez que nos hicimos cristianas, en verdad tenemos mucho más poder que Satanás. Esto es
sólo porque, como escribió el apóstol Juan: “El que está en vosotros es más que el que está en
el mundo” (I Juan 4,4).
Veamos el incentivo de Sydney. Deseaba seguridad y estabilidad en un momento de su
vida que estaba lleno de cambio. La solución falsa fue una conexión sexual con otra mujer.
¿Solucionaría eso su problema de sentirse insegura y desconectada? Sólo de una forma
incompleta y temporal. Su relación sexual con otra mujer le había hecho sentir “aislada” de su
relación con Dios.
Es importante notar esta desconexión con Dios. Sucedió no sólo en mi propia vida en
1986 sino también en las vidas de muchas otras mujeres que intentan superar la atracción
hacia el mismo sexo. En efecto, las mujeres que participaron en mi encuesta buscaban salir del
lesbianismo por su “relación con Dios” (el 95 por ciento dijo esta razón).125
La atracción encuentra una debilidad en nosotras porque todavía tenemos una
naturaleza pecadora. Eso es lo que tiene que decir Santiago: “Cuando sea tentado, que nadie
diga: “Es Dios quien me prueba”; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie. Sino
que cada uno es probado, arrastrado y seducido por su propia concupiscencia” (Santiago 1, 1314). La atracción también implica algo de aliciente para nosotros. El Diccionario Expositivo de
Vine define la atracción principalmente como “ser seducido por un cebo.” 126 Un elemento
seductor atrae a nuestra naturaleza más baja y nos hace querer seguir al cebo.
125
Un resumen de mi encuesta está en Apéndice B.
W.E. Vine, Diccionario Expositivo Completo de Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento de Vine
(Nashville, TN. Thomas Nelson Publishers, 1996), pp. 203-04.
126
74
El tercer paso del ciclo de tentación/ pecado es una preocupación mental con el cebo.
En el libro La Batalla de Todo Hombre de Stephen Arterburn, Fred Stoecker y Mike Yorkey, los
autores instruyen a los hombres a luchar por la pureza sexual desarrollando un perímetro
externo con sus ojos. “Piensa en el primer perímetro (tus ojos) como tu defensa más externa,
una muralla con señales de ‘protección’ a su alrededor. Defiende a tus ojos por convenio (como
hizo Job: ‘Hice un convenio con mis ojos para no mirar con lujuria a una chica’), y lo haces
entrenando tus ojos para rechazar objetos de lujuria.” 127 La primera mirada es gratis; la
segunda mirada no. Lo mismo sucede con las mujeres que sienten atracción hacia el mismo
sexo. El hecho de que eres tentada no debe preocuparte pero debes decidir qué hacer con la
tentación.
En 1993, Oprah Winfrey me preguntó en su programa de tertulia si todavía me
enfrentaba con pensamientos homosexuales. Respondí: Sí pero la intensidad ha disminuido.
Es casi como “quitarme una mosca del hombro.” El problema no es loa tentación sino nuestra
morada en la tentación. Podemos detener fácilmente el ciclo en este paso. Detenerlo más tarde
puede ser mucho más difícil.
Déjame utilizar otro ejemplo de mi vida. Este incidente no tenía nada que ver con la
atracción hacia el mismo sexo pero me enfrentaba con la tentación de todas formas. Estaba
comprando y mi hijo de un año había cogido un paquete de pilas del mostrador de la caja sin
mi permiso. La cajera no lo vio tampoco y salí del supermercado con el carro sin pagar las
pilas.
Una vez fuera, me di cuenta de lo que había pasado y dudé por un momento. Me vino
un pensamiento: “Gastas mucho dinero aquí –llévatelas.” Pero descarté ese pensamiento y
volví a entrar al supermercado. Le expliqué a la empleada de servicio del cliente lo que había
sucedido y le di las pilas que no había pagado. ¡Deberías haber visto su cara de sorpresa!
En vez de coger el cebo, rechacé ser conducida por un pensamiento errante de robar.
Entonces me puse en acción corregir la situación. Devolver las pilas había sido mucho más
duro si hubiera salido con ellas sabiéndolo. Habría tenido que dar la vuelta no sólo a mi carro
sino también a mi voluntad. Pude haber aceptado la justificación de robar: me lo deben.” Digo
este ejemplo porque a veces podemos ver con más facilidad los pasos de la tentación en un
área más que en la tentación sexual.
En el paso cuatro planeamos, hacemos estrategias y nos asociamos de forma
deliberada con la tentación. Aquí es también donde comienza el pecado. Quizás has oído el
dicho: “No puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza pero puedes evitar que hagan
un nido en tu pelo.” La fantasía y la preocupación invitan a la tentación al nido.
El paso cinco es comprometerse en la acción pecadora. Ya no estamos en la fantasía o
en la etapa del planeamiento –estamos allí. Y puede que te sientas bien pero sólo por un
momento. La satisfacción es fugaz. “Por la fe, Moisés, ya adulto, rehusó ser llamado hijo de la
hija del Faraón, prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar el efímero goce del
pecado” (Hebreos 11,24-25). Cualquiera que haya pecado puede reconocer que su placer es
“pasajero.”
El aspecto irónico del pecado se encuentra en el paso seis, la condena. Lo que era
atractivo ahora se levanta para condenarnos. No sólo se le llama a Satán “el tentador” sino que
también se le llama “el acusador” (Apocalipsis 12,10). Ahora que se han virado las tornas,
tratamos con una lista de emociones negativas como la culpa, la vergüenza, la condena y el
remordimiento. Y el pecado “vacía nuestro bolsillo” de lo que poseíamos antes de que
comenzase el ciclo –confianza, paz con Dios, gozo, relaciones verdaderamente sólidas, sano
juicio, poder y autoridad, sólo por nombrar algunos. Podemos creer también de que ahora no
podemos acudir a Dios con nuestros problemas. ¿No tenemos que limpiar nuestro acto
primero?
127
Stephen Arterburn, Fred Stoeker y Mike Yorkey, La Batalla de Todo Hombre: Ganar la Guerra sobre
la Tentación Sexual Una Victoria a Tiempo (Colorado Springs: WaterBrook Press, 2000), p. 104.
75
La quiebra espiritual puede conducirnos a todo el ciclo de pecado otra vez. Gracias a
Dios, sin embargo, ¡tenemos otro remedio! O el pecado nos vuelve a engañar otra vez
(Hebreos 3,13) o podemos acudir a Él que puede purificarnos de todo pecado. Si elegimos huir
de Dios, volveremos eventualmente al pecado. Y si eligiéramos pecar una y otra vez,
encontraríamos más esclavitud espiritual. El pecado siempre requiere más pecado y formas
más profundas de depravación para conseguir el mismo alivio temporal. La espiral
descendente continúa.
Morgan, una mujer de California de cuarenta y tantos años, me hablaba recientemente
de su proceso. “Cuando tenía 20 años, empecé mi implicación lésbica buscando a esa mujer
increíble con la que poder compartir mi vida. Pero después de cinco años, me encontré yendo
de relación en relación. En los bares, nunca podía quitar los ojos para buscar a la siguiente
pareja potencial –incluso cuando estaba ‘con’ otra persona. Su historia ilustra las palabras de
Pablo:
“¿No sabéis que al ofreceros a alguno como esclavos para obedecerle, os hacéis
esclavos de aquél a quien obedecéis –bien del pecado, para la muerte, bien de la obediencia,
para la justicia?... Pues si ofrecisteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y a la
iniquidad por la iniquidad, ofrecedlos igualmente ahora a la justicia para la santidad” (Romanos
6,16.19).
ESPERANZA PARA EL CORAZÓN HERIDO
Así que, ¿qué hacemos si nos encontramos en el ciclo del pecado o hemos pecado?
¡Tenemos gran esperanza porque Dios sabe cómo tratar con el pecado! Esta es una razón de
por qué sabía que Dios cambiaría mi corazón en el área de la atracción hacia el mismo sexo. Si
la homosexualidad es pecado, entonces Dios tiene el plan y los recursos ¡para salvarnos del
pecado!
El apóstol Pablo escribió con respecto al sí mismo y a la dinámica del pecado: “¡Pobre
de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? ¡Gracias sean dadas a Dios
por Jesucristo nuestro Señor!” (Romanos 7,24-25). ¡Qué maravilla! Jesús murió para liberarnos
de la esclavitud del pecado. Y lo
que es más, nos estimula a “acercarnos al trono de gracia
con confianza, para que podamos recibir misericordia y hallar gracia que nos ayude en nuestro
momento de necesidad” (Hebreos 4,16).
En vez de huir de Dios, podemos correr hacia Dios ¡como somos! Otro de mis
versículos preferidos es I Juan 1,9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonarnos nuestros pecados y purificarnos de toda injusticia.”
¿Significa eso que podemos seguir pecando y pidiendo perdón sin someternos a la
voluntad de Dios? Dios dirige con elegancia todos estos pensamientos y preocupaciones en
gran profundidad en su carta a los Romanos, específicamente de los capítulos 6 a 8. En el
capítulo 6 escribe: “¿Debemos permanecer en el pecado para que la gracia se multiplique? ¡De
ningún modo! Los que hemos muerto al pecado ¿Cómo seguir viviendo en él?” (Romanos 6,12). Y, de nuevo, en el capítulo 8: “Si vivís según la carne (es decir, la naturaleza de pecado),
moriréis. Pero si con el espíritu hacéis morir las obras del cuerpo (otra vez, la naturaleza de
pecado), viviréis. En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son Hijos de
Dios (Romanos 8,13-14).”
El demonio utiliza la tentación para hacernos vacilar y caer pero Dios permite que
seamos probados para probar nuestra fe y moldear nuestro carácter. También desea que
dominemos la tentación (Génesis 4,6-7; Santiago 1,2-4; I Pedro 1, 6-9).
“¡Feliz el hombre que soporta la prueba! Porque superada la prueba, recibirá la corona
de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman” (Santiago 1,12).
76
AYUDA PRÁCTICA CUANDO TRATAMOS CON LA TENTACIÓN
“Está bien,” dices, “comprendo la diferencia entre tentación y pecado, el ciclo de la
tentación y del pecado, el hecho de poder acercarnos a Dios y que aunque Satán pretenda el
mal, Dios nos prueba para aprobarnos. ¡Bien! Pero ¿cómo tendré éxito en la superación de la
tentación casi diaria de mis relaciones lésbicas, la vida de fantasía o la lucha solitaria de varias
formas de pornografía y adicción sexual?”
¡Qué pregunta tan excelente! Mi esperanza es que esta sección te guíe por medio de
algunas guías prácticas que puedan ayudarte a ganar tus batallas.
RESPONSABILIDAD
Como dije en el capítulo 5, establecer un sistema de apoyo y hablar con otra persona
pueden hacer una gran diferencia. Elige sabiamente con quien hablar. Si realmente quieres
ganar la batalla que tienes ante ti, debes elegir individuos que puedan animarte con tus
objetivos. Por ejemplo, no te recomiendo buscar a alguien que esté actualmente en el estilo de
vida gay para el apoyo personal.
En vez de eso, el diseño de Dios para Su iglesia es “confesar los pecados mutuamente
y rezar los unos por los otros para que podáis ser sanados. La oración de un hombre justo es
poderosa y efectiva” (Santiago 5,16). Pedir a nuestros hermanos y hermanas en Cristo que
recen por nosotras es una forma poderosa de sacar nuestras luchas a la luz en oposición a
mantenerlas en privado, la esclavitud callada a nuestros patrones de pecado. Esto, por
supuesto, tiene que tener lugar con cristianos de confianza y maduros. Otra buena idea es
darles permiso para preguntarte: “¿Cómo te va con lo que me dijiste?”
MIRA MÁS ALLÁ DE LA TENTACIÓN
A veces podemos centrarnos con demasiada intensidad en nuestras tentaciones. En
vez de ello, tenemos que comprender lo que son realmente nuestros deseos más auténticos y
más profundos y luego buscar satisfacerlos de forma piadosa.
Volvamos por un momento a Sydney. Sus necesidades profundas eran de seguridad y
estabilidad emocional mientras pasaba por los cambios emocionantes que sucedían en su vida.
Más tarde subrayaba:
“Solía creer que luchar con la homosexualidad era lo más difícil del mundo de
superar. No sólo me sentía perfectamente insegura hablándolo con cualquier persona.
También era consciente del estigma que iba unido al tema de la atracción hacia el
mismo sexo. Estaba totalmente convencida de que no había nada más doloroso que
desear algo que parecía tan natural como respirar, aunque sabía que la satisfacción de
esos deseos a través de la homosexualidad estaría en oposición directa con el corazón
de Dios. Estaba segura de que nadie más luchaba como lo hacía yo.”
Cuando comenzó a hablar de sus luchas con una terapeuta cristiana, Sydney comenzó
a darse cuenta de cómo la lucha anterior de la terapeuta con sus deseos inadecuados hacia un
hombre casado eran paralelos a sus propias tentaciones. Explicaba Sydney:
“Comprendía desde un nivel muy personal y empático todo con lo que yo estaba
tratando, aunque ella no había luchado nunca con la homosexualidad. Estaba tan
obsesionada con el elemento de atracción hacia el mismo sexo cuando lo que
realmente estaba en el núcleo de mi corazón tenía muy poco que ver con el sexo. Se
77
me ha hecho evidente de forma abundante que muchas mujeres están buscando
encontrar su suficiencia en alguien o algo más, más que en Dios. No estoy sola.”
Tómate un momento y piensa unas preguntas que podrías hacerte a ti misma. Pueden
ayudarte a precisar el por qué eres vulnerable a la tentación.
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

¿Qué presiones tengo actualmente en mi vida?
¿Qué, si hay algo, está cambiando en mi mundo?
¿Qué emociones están agitándose? ¿Soledad? ¿Aburrimiento? ¿Miedo o
aprehensión? ¿Tristeza? ¿Ira? ¿Pérdida de control?
¿Estoy centrándome en una relación con una mujer para satisfacer mis
necesidades?
¿Estoy progresando demasiado rápido en mi amistad con otra mujer? ¿Puedo ver
sus defectos al mismo tiempo que sus dones y habilidades?
A veces los pensamientos subyacentes que nos motivan están ocultos debajo de la superficie y
no son obvios. Por ejemplo, si siento que no merece la pena relacionarse conmigo, puedo
aferrarme con mucha fuerza a alguien que parezca contradecir esa creencia interna. Si
finalmente estoy comenzando a mirar los recuerdos dolorosos de mi pasado, el deseo de
distraerme emocionalmente del dolor o del miedo del dolor, puede ser lo que me motive a
intentar conectar sexualmente con otra mujer o por medio de la fantasía. En resumen, somos
criaturas complejas con muchos más pensamientos y sentimientos de los que probablemente
reconocemos. Para ver nuestras motivaciones verdaderas, necesitamos mirar más allá de la
misma tentación a lo que está sucediendo emocionalmente dentro de nosotros.
Luego debemos preguntarnos. ¿El sexo con esa mujer por la que me siento atraída
ahora mismo solucionaría la necesidad real que estoy afrontando? La respuesta es claramente
que no. Por lo que sé honesta con tus sentimientos reales hacia las personas que te quieren y
busca expresar esos sentimientos de forma que agrade a Dios. Si estás desanimada o sola o
te sientes insegura, habla de tus sentimientos con alguien en quien confíes. Tu mentora,
psicóloga, pastor o amiga pueden ayudarte a encontrar formas para dirigir correctamente tus
necesidades verdaderas. Estos sentimientos les sucede también pero pueden hacerlas
vulnerables a una forma diferente de tentación. Como descubrió Sydney, ¡tienes mucho más en
común con los demás de lo que piensas!
LÍMITES ESPECÍFICOS
Con independencia de la intensidad que puedan tener tus sentimientos, no puedo
enfatizar lo suficiente este primer principio: No digas tu atracción a la mujer hacia la que te
sientes atraída. La única excepción es que podrías decirle tu atracción a tu terapeuta, que no
es amiga y que te ve dentro de ciertos parámetros de tiempo preestablecidos.
“¿Por qué no debo contarle mi atracción a ella?” podrías preguntar. “Aunque es amiga,
no es de base homosexual.”
Seguir este principio es importante por varias razones. Primero, estoy asumiendo que
quieres superar la atracción hacia el mismo sexo. Eres responsable de “no hacer provisión para
la carne (naturaleza de pecado) para satisfacer sus concupiscencias” (Romanos 13,14).
Contándole tu atracción, estás abriendo la posibilidad de una relación sexual con ella. Nunca
sabes lo que ella puede estar pasando en su vida –dificultad en su matrimonio, problemas de
paternidad, decepciones personales, la necesidad de sentirse especial para alguien... y la lista
continúa.
Otra razón es que las atracciones vienen y van. Nuestros sentimientos desaparecerán
cuando llegamos a conocer a la persona. Una buena forma de rezar es: Señor, ayúdame a
verla como tú la ves. Nuestras emociones pueden calmarse cuando llegamos a conocer la
persona verdadera e independiente que admiramos.
78
Por último, si le decimos a otra mujer lo de nuestra atracción hacia ella, pasamos de
tratar nuestros sentimientos con seguridad y de superar la atracción a la posibilidad del
rechazo. El “objeto de tu afecto” puede tratarte de forma diferente y distante de ahí en adelante
o quizás puede echarse atrás completamente.
Evita lugares que pueden conducir directamente al pecado: librerías, fiestas, bares y
otros lugares así, gay o lésbicos. Sólo tú sabes qué otros puntos débiles tienes. Siempre
puedes permitir que tu mentora, terapeuta u otra compañera de responsabilidad sepan donde
necesitas ayuda y te puedan preguntar por ello.
También evita las drogas y el alcohol, que perjudican a tu pensamiento cuando eres
tentada. Y no estés sola con alguien por quien te sientes atraída después de media noche.
Como dice con frecuencia Mike Haley, Analista de Género y Juventud de Focus on the family,
“¡No puede pasar nada bueno después de la media noche!”
TOMA LA INICIATIVA EN RENOVAR TU MENTE
Renovar nuestras mentes, de lo que se ha hablado en el capítulo anterior, es un
concepto simple pero puede ser bastante desafiante para aplicar mientras superamos la
tentación. La Escritura nos habla de reducir a cautiverio todo entendimiento sometiéndolo a
Cristo” (2 Corintios 10,5). Y una vez más, “Todo lo que sea verdadero, noble, justo, puro,
amable y admirable –todo cuanto sea de virtud o valor- tenedlo en aprecio” (Filipenses 4,8).
Esto se aplica a trabajar tu forma de compañerismo actual, retrospectivas a antiguas
relaciones y a cualquier imagen mental que puedas tratar. Cuando un pensamiento que no ha
sido invitado llega a la mente, tú debes decidir qué hacer con él.
Cuando estaba dejando por primera vez las relaciones lésbicas, recuerdo el surgimiento
de sentimientos que acompañaban a cualquier recuerdo de mi “ex.” Nuestras mentes tienen la
capacidad de enfocar escenas de nuevo desencadenadas por sonidos, aromas, mujeres de
apariencia física similar y otras cosas así. Pero tenemos la capacidad de redirigir nuestro
pensamiento. Mientras menos permanezcamos en esos recuerdos, más poder tendremos
sobre ellos. Se harán más débiles y nosotros nos haremos más fuertes.
¿Pero cómo poner en práctica este principio? Primero, llenamos nuestra mente con lo
que es bueno, amable, admirable, puro y verdadero mientras no estemos afrontando la
tentación. Memorizar la Escritura es la mejor forma de hacerlo. Llena nuestra mente de las
palabras de Dios y nos ayudará en nuestros momentos de tentación.
Segundo, cuando los pensamientos no invitados despierten, redirígelos a algo que
merezca tu atención. Cuando yo acababa de comenzar mi salida de una relación lésbica y tuve
la ayuda de un ministerio de Exodus International, los sentimientos me superaban
frecuentemente durante los primeros meses. Súbitamente, tenía lugar una retrospectiva a un
momento de intimidad sexual de la tristeza. En mi determinación de no permanecer en el
pensamiento, intentaba distraerme, mirando por la ventana y hablando conmigo misma en alta
voz: “¡Qué árbol tan bonito hay allí... los colores de esas hojas son preciosos.” Sí, parece una
tontería, lo admito –pero para mí, funcionó. No tenía idea en ese momento de que estaba
renovando mi mente. Esa práctica mental me dio una habilidad ¡que demostraría ser muy útil!”
Además, recuerda que las retrospectivas a antiguas relaciones no ofrecen nunca una
realidad clara. En vez de eso, Satán nos ofrece lo mejor de ayer o una ilusión perfecta. En el
momento de la tentación, el embustero no nos recordará los conflictos que tuvimos en esa
relación, mala respiración, pies olorosos o un sentido de soledad que tuvimos mientras
teníamos esa relación. Estas cosas arruinarían el atractivo de la tentación. Él sabe muy bien
79
que la ilusión es más atractiva que la realidad. Como dicen los autores de La Batalla de Cada
Hombre: “Los hechos son el virus asesino de las atracciones.” 128
LA BATALLA ESPIRITUAL DE LA ORACIÓN
Otros principios poderosos demostrarán ser útiles también para superar la tentación.
Porque como escribió el apóstol Pablo a los Corintios: “Las armas de nuestro combate no son
carnales, antes bien, para la causa de Dios, son capaces de arrasar fortalezas. Deshacemos
sofismas y cualquier baluarte levantado contra el conocimiento de Dios” (2 Corintios 10,4-5).
Así que tienes algunas ideas convincentes para utilizarlas en la oración, particularmente útiles
en un grupo de al menos otras dos guerreras de la oración.




Renuncia oralmente a la esclavitud del pecado y acepta tu nuevo rol como “Templo
del Señor” (Romanos 6,19; I Corintios 3,16).
Permítete llorar la pérdida de una ex –pareja o de una relación emocionalmente
exclusiva. Cuando dejamos una relación de pecado, experimentamos también la
pérdida de lo bueno que tenía la relación.
Rompe algunas uniones de la misma carne o vínculos del alma espiritual en la
oración. Pídele al Señor que corte cualquier vínculo insano que permanezca con la
persona en el mundo espiritual. Dale las relaciones pasadas al Señor y luego haz
una bendición sobre cada individuo. La Biblia nos enseña que cuando tiene lugar la
actividad sexual, se forma un nexo espiritual entre individuos. (I Corintios 6, 15-20).
Pídele a Dios que te dé Su perspectiva sobre lo que hechiza a tu naturaleza de
pecado. Con frecuencia tenemos una doble mente cuando comenzamos a buscar el
cambio. Por una parte, estamos avergonzados y deseamos la intimidad con Dios.
Por la otra parte la lucha muestra que amamos nuestro pecado. En otras palabras,
pídele a Dios que te dé odio hacia tu pecado y también un corazón indiviso (Salmo
86,11; Jeremías 17,7-14, Ezequiel 11,19).
Es corriente una idea tonta de que la gente buena no sabe lo que significa la tentación.
Esto es una mentira obvia. Sólo los que intentan resistir a la tentación saben lo fuerte que es...
Un hombre que cede a la tentación después de cinco minutos simplemente no sabe lo que
habría sido una hora después... nunca averiguamos la fortaleza del impulso maligno que hay
dentro de nosotros hasta que intentamos luchar contra él: Y Cristo, Como fue el único hombre
que nunca se rindió ante la tentación, es el único hombre que sabe la plenitud de lo que
significa la tentación –el único realista completo (C.S. Lewis).129
TRATAR LA FANTASÍA SEXUAL O ADICCIÓN
Además de la tentación normal de día a día común a la atracción hacia el mismo sexo,
debemos saber también cómo tratar la conducta sexualmente adictiva. No todas las mujeres
afrontan este tema pero muchas lo hacen con diferentes elementos de conducta adictiva. De
las 265 mujeres de mi encuesta, más del 90 por ciento trataba la fantasía con el mismo sexo
bajo la forma de imaginación personal. Y casi el 60 por ciento había visto películas que
implicaban fantasía del mismo sexo. Casi la mitad había usado pornografía visual, el 20 por
ciento había buscado pornografía lésbica en Internet. Y un tercio de las mujeres se había visto
envuelta en fantasía del mismo sexo por medio de novelas o romances lésbicos. 130
No es necesario decir que la fantasía y la adicción sexual son problemas que deben
afrontar las mujeres que luchan con el lesbianismo. En nuestra era de Internet, llegan
generaciones de mujeres y de hombres que pueden engancharse más profundamente a una
edad más temprana. La investigación actual parece indicar que el “ciber sexo” está avivando
128
Arterburn et al., La Batalla de Cada Hombre, p. 159.
C.S. Lewis, Mero Cristianismo; pp. 124-125.
130
Un resumen de mi encuesta está en Apéndice B.
129
80
más la conducta sexual compulsiva y adictiva. Los psicólogos de las universidades Stanford y
Duquesne publicaron un estudio en el diario, Adicción y Compulsión Sexual, confirmando que
esto es una “explosión oculta de peligro de salud pública.” 131
FANTASÍA Y ADICCIÓN SEXUAL
La fantasía podría definirse como “deseo sin el estorbo de la realidad.” La adicción es
definida por la Dra. Maressa Hecht Orzack, psicóloga de la universidad de Harvard, como
“cuando no puedes parar, no lo puedes dejar y cada vez necesitas hacerlo más y con más
frecuencia. Hay un ansia cuando no está. Uno se deprime, se irrita o se enfada,” cuando no
puedes acceder a lo que eres adicto. 132
La fantasía y la adicción tienen mucho en común. La fantasía y la adicción sexual son
sustitutas ambas de la intimidad genuina. Stephen Watters, en su libro Soluciones Reales para
Superar las Adicciones a Internet, escribió: “La tentación que afronta todo el mundo, sin
embargo, es el deseo de tomar un atajo –conformarse con lo que (un famoso autor) llama ‘falsa
intimidad.’ En vez de hacer el esfuerzo requerido para tener intimidad real, la gente se
conforma con frecuencia con una ilusión –una imagen retocada, una realidad virtual, una
aventura cibernética –algo que parece dar más sin daño, éxtasis sin expectativas, satisfacción
sin fallos.” 133
EL PODER DE NUESTRA IMAGINACIÓN
Con diferencia, nuestra propia imaginación es la forma más fácil y más fácilmente
disponible de fantasía del mismo sexo. También es, sin duda, la más difícil de evitar. Debemos
permanecer lejos de películas, revistas y novelas lésbicas además de evitar utilizar Internet en
casa, ya que llevamos nuestras mentes con nosotros a todos sitios.
Una mujer comenzó a asistir a nuestro grupo de apoyo Exodus no porque estuviese
envuelta en una relación sexual con otra mujer sino debido a su bien desarrollada vida de
fantasía. Llevaba dando vida a fantasías sexuales en su mente durante años e iba
eventualmente a la biblioteca a sacar un libro lésbico que llevase sus sentimientos al nivel
siguiente. Sus visitas ocultas a la biblioteca se hicieron cada vez más regulares y más difíciles
de ocultar debido a sus responsabilidades como esposa y madre de cuatro hijos. En vez de
estar presente emocionalmente para su familia, se convirtió en una mujer más recluida y
desvinculada emocionalmente.
Quizás estés pensando: “ Bien, Puede que no fuese tan malo. Después de todo, ¡era
sólo su imaginación! En efecto, sin tener en cuenta la sustancia o el método, la adicción puede
tener efectos devastadores en nuestras vidas y sobre los que nos quieren.
Hablando neurológicamente, la fantasía puede convertirse en un camino gastado.
Piensa sólo en cualquier otra acción repetitiva que haces en tu día. Por ejemplo, piensa que
vas en coche al trabajo o a los grandes almacenes. Al principio, cuando te mudaste a tu casa,
necesitaste tiempo para saber donde estaba todo. Tres meses o tres años después, puedes
coger la misma ruta básicamente con el “piloto automático.” Lo mismo sucede con la fantasía
sexual. Al principio, requiere trabajo hacer que tenga lugar la fantasía, pero el despertar sexual
envía un flujo de adrenalina y endorfina a tu cerebro que inserta la memoria con seguridad. En
el contexto del matrimonio, este proceso refuerza la intimidad y la atracción marital. Pero aparte
de la relación ordenada por Dios entre marido y mujer, la fantasía y el despertar sexual
construye una autopista gastada que es difícil de erradicar de nuestras mentes.
131
“Cybersex Addiction. Survey sees ‘Health Hazard,’” The Gazette, May 6, 2000.
Kimberly S. Young, Atrapado en la Red (Nueva York: John Wiley & Son, 1998), p. 27.
133
Stephen Watters, Soluciones Reales para Superar las Adicciones a Internet (Ann Arbor, MI: Vine
Books, 2001), p. 88.
132
81
Ted Roberts escribió en su libro Puro Deseo:
“Cuando estoy ante un buen libro, siempre lo leo con un lápiz que subraya en
mano para poder encontrar la información crítica rápidamente en el futuro. De forma
similar, nuestro cerebro subraya químicamente ciertos sucesos por alusión instantánea,
separando lo significante de lo insignificante. Un aspecto importante de la actividad
sexual es un fuerte alivio de adrenalina y endorfina, que es la causa del por qué los
sucesos sexuales quedan impresos en el cerebro.” 134
¿Estás ejercitando tu mente? ¿En qué estás pensando? ¿Estás desarrollando una
novela mental abierta o estás pensando en lo que es verdadero, noble, correcto y puro? Sin
comprobar, la fantasía del mismo sexo en tu imaginación te conducirá a otras formas de
fantasía y adicción. Esa es la cadena natural de acontecimientos.
MASTURBACIÓN Y FANTASÍA
Aunque no he encontrado una mención específica a la masturbación en la Escritura, no
vamos a fantasear claramente sobre los otros. Los cuerpos de las mujeres fueron diseñados
para tener una libido mayor durante el momento del mes en que estamos ovulando. En el
matrimonio y durante los años de tener hijos, este ciclo natural del cuerpo de una mujer le
facilita concebir un hijo. Si somos solteras, ese puede ser un momento del mes difícil para
nosotras, aunque la masturbación no sea una práctica común en nuestras vidas.
En el proceso de buscar ayuda, varias mujeres me han hablado en confidencia sobre el
asunto de la masturbación. En vez de tratar simplemente de las hormonas del ciclo menstrual
mensual, estas mujeres luchaban con la masturbación compulsiva –a veces diaria, a veces
varias veces al día. Una mujer me dijo que lo hacía más si estaba aburrida o decepcionada. El
tema de adicción tradicional HALT encaja en su conducta perfectamente: Hambrienta,
Enfadada, Sola o Cansada desencadenaba su compulsión.
PORNOGRAFÍA LÉSBICA Y SEXO POR INTERNET
Si no se trata la fantasía en nuestras mentes, puede conducirnos a alquilar películas
pornográficas, a conectarnos con pornografía en Internet o si no a complementar nuestras
propias fantasías personales con las de otra persona. Esto aviva la adicción sexual a la
pornografía. Se requieren cada vez más pasos para conseguir la misma respuesta erótica.
“Internet está revolucionando la sexualidad,” decía Al Cooper, director clínico de una
clínica de sexualidad de San José, California. Dijo a los psicólogos que el sexo cibernético está
cambiando la definición de compulsión sexual “de la misma forma que la cocaína crack cambió
el campo del abuso de drogas.” 135
Aquí hay un par de preguntas a considerar:


¿Hasta qué punto estás consolidada en la utilización de los materiales?
¿Te has dado cuenta de la necesidad de más contenido sexual para conseguir el
mismo resultado? ¿Has evolucionado de porno suave a materiales de más dureza?
La pornografía, ya sea en revistas, libros o en Internet, suele atraer con más facilidad a
las mujeres que quieren mantener su distancia de la verdadera intimidad y de las relaciones
verdaderas, incluyendo quizás a mujeres que están luchando con deseos pero no quieren
134
135
Ted Roberts, Puro Deseo (Ventura, CA: Regal Books, 1999) p. 32.
“Cybersex Addiction: Survey sees ‘Health Hazard,’” The Gazette, 6 de Mayo de 2000.
82
llevar una doble vida. La pornografía también puede incitar a las luchadoras sordas debido a
sus problemas inherentes de comunicación en las relaciones interpersonales.
NOVELAS LÉSBICAS Y CHAT ROOMS
Las novelas románticas de los grandes almacenes han estado dirigidas durante mucho
tiempo a mujeres lectoras que buscan una huida romántica de los aspectos aburridos de la
vida. El volumen de ventas de novelas románticas debe ser asombroso. Siempre parece haber
una novela romántica orientada hacia las mujeres en la lista de los libros más vendidos.
Las novelas lésbicas y la escritura creativa tienden a tener contenidos muy sexuales y
centrarse en la relación erótica de la pareja. Las escritoras lesbianas están utilizando el mismo
atractivo que las novelas románticas heterosexuales pero son más gráficas en los contenidos y
se dirigen a la mujer con atracción hacia el mismo sexo. Recuerda, la base de toda la
sexualidad femenina está enraizada en la relación. Así es cómo fuimos diseñadas. Las novelas
románticas avivan un sentido de relación con un atractivo de ilusión ficticia a un sentido
pervertido de nuestra feminidad.
Eso contrasta con la conducta de algunos hombres gay que mantienen encuentros
sexuales anónimos con otros hombres en un parque, un baño de un centro comercial o baños
públicos sin ni siquiera saber el nombre del otro hombre. Yo especularía que las mayoría de las
mujeres no considerarían nunca esta forma de expresión sexual –incluso en los trances de la
adicción. No, los baños públicos y los clubs de sexo lésbico son todavía la minoría de la
experiencia lésbica debido al vestigio de nuestro diseño original para la relación.
PASOS PARA SUPERAR LA ADICCIÓN SEXUAL
Para experimentar la libertad de la adicción, debemos afrontar la verdad y admitir que
somos adictos sexuales. Este es el primer paso valiente en el camino hacia la salud sexual.
Decir la verdad es poderoso y requiere acción. También es una lección de humildad. Por esta
razón, un prerrequisito importante es, como escriben Stephen Arterburn y Fred Stoeker, “Has
decidido que la esclavitud de tu pecado sexual no merece tu amor al pecado sexual.” 136
Segundo, debemos hablar con alguien más en quien confiemos. La confesión, no el
silencio, puede romper el ciclo. Cuando hablamos con otra persona, debemos utilizar el
lenguaje clínico (pechos versus tetas) y no entrar en detalles gráficos de lo que hemos hecho.
¡Nuestro objetivo debe ser conseguir ayuda y no darle a otra persona una imagen mental que
tratar posteriormente! El silencio y la privacidad mantienen la adicción, por lo que la confesión y
el compartir es un paso muy importante para superar la adicción sexual.
Tercero, con la ayuda de un buen psicólogo cristiano de adicciones, debes comenzar el
proceso de reconocer tus patrones de adicción y romperlos. Al principio, esto puede ser tan
difícil como detener una locomotora poderosa. Pero el cambio se facilita con la práctica y
pequeños éxitos aquí y allí. Aprenderás por medio de este patrón que tu adicción puede ser
controlada. Pedirle a Dios que te muestre tus puntos de detención a través de tu ciclo puede
servir de mucha ayuda. Reza y espera las emociones o circunstancias que desencadenan el
comienzo del proceso. Pide la fuerza para resistir –y celebra tus éxitos. Al principio, puede que
tengas problemas para reconocer los pasos que te conducen a actuar sobre tu conducta
adictiva pero con el tiempo te darás cuenta fácilmente de los pasos progresivos en tu
pensamiento.
Date cuenta de las causas subyacentes de tu adicción. Por ejemplo, ¿estás evitando
una realidad incómoda, temiendo el rechazo en tus relaciones o haciéndole frente al dolor sin
resolver de tu pasado por medio de la adicción sexual? Stephen Watters afirma que “las
136
Arterburn et al., La Batalla de Cada Hombre, p. 71.
83
adicciones sexuales con frecuencia van unidas al abuso sexual. El Dr. Patrick Carnes estima
que más del 80 por ciento de los adictos al sexo sufrieron abusos sexuales en algún punto de
sus vidas.” Marnie Ferree, psicóloga del área de adicciones sexuales en la mujer, señala que
“la adicción sexual femenina con frecuencia va unida a los desórdenes de intimidad avivados
por la carencia de crianza, además del abuso sexual y traumas de relaciones del pasado y del
presente.” 137
Finalmente, si lo has intentado todo de forma consistente durante al menos un año y
continúas cayendo en las mismas trampas y conductas de forma rutinaria, puedes considerar
pedir a cristianos maduros que se dediquen en un cierto momento y lugar a rezar contigo. Todo
lo que implica debe prepararse con ayuno y oración ( a no ser que exista una condición física
que los limite de esto). Llega esperando que Dios te dé ayuda sobrenatural más que esperando
que los que recen tengan las respuestas.
Durante la sesión de oración, deja oralmente tu conducta (2 Corintios 4,2) y ofrece tus
preocupaciones al Señor. Luego espera y escucha. Finalmente, pídele a Dios que quite el
poder del obstáculo y que te bendiga de las formas que sólo Él puede.
Después de una sesión de oración como esta, una amiga mía salió con una libertad
nueva. “Nunca antes supe que tenía una alternativa. Es como si se encendiese una bombilla.
¡Ahora puede que la tentación no haya desaparecido completamente pero sé que se me ha
devuelto el poder de elegir!”
UNA PALABRA FINAL DE ÁNIMO
Stephen Watters articula bien por qué debemos comprometernos con los demás y no
desconectarnos en la fantasía y la adicción. “La huida, el colocón, el sentido de control, el
efecto de adormecimiento –cualquiera que sea que te hayas encontrado buscando- está
robándote una gran experiencia. Pero no está solamente robándote una alegría real; está
robándote la alegría que sigue al dolor. Las mejores experiencias de la vida implican superar
desafíos, resolver conflictos, hacer esfuerzos y sacrificios. Las adicciones no te producen dolor
y sacrificio –te animan a tomar el camino de mínimo esfuerzo. La solución está en superar el
problema, no en evitarlo.” 138
137
Watters, Soluciones Reales para Superar las Adicciones a Internet, 66. Patrick Carnes, Out of the
Shadows :Understanding Sexual Addiction (Center City, MN: Hazelden Information Education, 1992), xiii.
138
Watters, Soluciones Reales para Superar Adicciones a Internet, p. 169.
84
CAPÍTULO 8
AMISTADES FEMENINAS SANAS
ANSIA DE INTIMIDAD
Desde la infancia a la adultez, la mujeres necesitan contacto con los demás para
sentirse realizadas. Idealmente, un sentido de intimidad sana se establece primero en la
relación de una chica con su madre, luego su padre, hermanos, otros miembros de la familia y
finalmente sus amigas. De relaciones sólidas y afirmantes, obtiene un sentimiento de su propio
valor y competencia y el sentido de que se puede confiar en los demás.
Muchas de nosotras, sin embargo, nos perdimos estos elementos fundamentales de
nuestros primeros años. Si este es el caso en tu vida, te animo a perseverar y a luchar para
conseguir lo que se perdió pronto en el pasado. El mismo Dios puede reconstruir esa base en
nuestras vidas pero nosotras no podemos sentarnos pasivamente y esperar a que nos cojan de
la mano las relaciones y habilidades doradas que tanto deseamos. En vez de ello, tenemos que
buscar activamente la salud y la plenitud.
Mike Haley dijo en una sesión general de la conferencia de Exodus International del año
2002 que una de las cinco características de las personas que tienen éxito en superar la
homosexualidad es que sus acciones son diferentes de las que abandonan el proceso de
cambio. 139 Lo elaboró diciendo: “Estas personas realizan todos los esfuerzos para obedecer a
Cristo,” refiriéndose a 2 Pedro 1,5-9. También citó a Jeff Konrad, autor de No Tienes que Ser
Gay: “Estas personas toman la iniciativa y no son reactivas.”
Con independencia de nuestras luchas sexuales, nuestro sentido de seguridad que se
deriva de la temprana infancia (o nuestra carencia de él) puede impactar en nuestra capacidad
de relacionarnos confidencialmente con la autoridad y con cualquier persona que conozcamos.
La Dra. Brenda Hunter, psicóloga de mujeres con Minirth-Meier New Life Clinic explica en su
libro titulado En Compañía de Mujeres:
Finalmente, tengo que decir al principio de nuestro camino juntas que no siempre me he
sentido cómoda en compañía de mujeres. Aunque Granny me enseñó que la intimidad era
posible, mi madre me enseñó que la intimidad hacía daño. Para mi madre, ella misma huérfana
de madre, la intimidad era igual a pérdida y abandono –un legado que me dejó. Fue sólo en
mis cuarenta años cuando traté con esta relación temprana y poderosa. Y, después de mucho
trabajo duro y no poca curación, he llegado a mi lugar presente en la vida en el que soy rica en
amigas, cercana emocionalmente a mi marido y a mis hijas, y en paz con mi madre y conmigo
misma. Cuando he crecido en más auto-aceptación, he llegado a valorar los grandes regalos
que se dan mutuamente las mujeres. Mi amiga Heidi Brennan lo resumió cuando dijo: “ Para
que te guste tu sexo, tienes que gustarte a ti misma.” 140
Aceptar lo que tu madre tuvo que ofrecerte es también una clave para la superación.
Ella pudo haberte educado de forma inadecuada pero la curación procede de la identificación
con cómo pudo amarte. Si un rasgo común de las mujeres que sienten atracción hacia el
mismo sexo, como se dijo en el capítulo 3, es desvincularse de sus madres, entonces una ruta
de curación es perdonarla y aceptar lo que pudo dar.
Las mujeres que sienten la atracción hacia el mismo sexo no son las únicas que
afrontan este desafío. Otras muchas se han encontrado con este mismo proceso en su camino
a la madurez como mujeres. La Dra. Hunter cuenta el proceso por el que pasó: “Y, como
139
Michael Haley, “Enduring Freedom,” discurso general en la Conferencia de Exodus International de
2002.
140
Brenda Hunter, En Compañía de Mujeres, (Sisters, OR: Multnomah Books, 1994), pp. 28-29.
85
descubrí cuando pasé por el anhelo de mi propia madre, una vez que superamos nuestro
propio resentimiento y aceptamos lo bueno que nuestra madre nos dio, nos sentimos mejor con
nosotras mismas y con nuestro sexo.” 141
Muchas de nosotras que tratamos con la atracción hacia el mismo sexo, hemos tenido
necesidad de conectar con otras mujeres íntimamente pero a veces la cercanía que
comenzamos a experimentar como adultas puede confundirse con sentimientos sexuales.
Algunas mujeres han optado por evitar relaciones con otras mujeres para prevenir sentimientos
sexuales que puedan emerger. Tristemente, esto no sólo aísla sino que también crea un pozo
de necesidad que puede conducirnos de nuevo eventualmente a la intimidad lésbica.
En vez de eso, si aceptamos amistades femeninas y encontramos nuestro sitio en la
comunidad más amplia de las mujeres –iglesia, trabajo, intereses sociales e interacción con la
cultura en que vivimos- encontraremos más intereses comunes con otras mujeres de los que
esperamos alguna vez. Sentirte segura y contenta de ser “simplemente otra mujer” solucionará
en sí mismo mucho de nuestra atracción hacia el mismo sexo. Las mujeres serán
desmitificadas y también encantadoras de una forma nueva. Entonces se nos darán ojos
nuevos para ver encanto en las relaciones con mujeres, como dicen las escritoras Dee Brestin
y Brenda Hunter en sus libros sobre las relaciones femeninas piadosas.
BLOQUES DEL CAMINO A LA INTIMIDAD SANA CON MUJERES
Cuando, en mi encuesta, pedí a las mujeres con atracción hacia el mismo sexo que
identificasen los aspectos más desafiantes de superar el lesbianismo, una mayoría respondió
que la soledad. La segunda respuesta más alta fue “echar de menos la intimidad sexual con
una mujer.” 142 Estas dos respuestas revelan que la intimidad es el deseo del corazón lésbico.
Quizás la intimidad sexual sea la única forma en que las mujeres pudiesen sentirse conectadas
emocionalmente con otra mujer.
LA HISTORIA DE ALYSSA
Alyssa creció en una familia fuertemente religiosa del Medio Oeste. En efecto, sus
padres se habían mudado a la pequeña ciudad para ayudar a implantar una iglesia. En el
instituto Alyssa “se sentía diferente” y luchó con la atracción hacia el mismo sexo en la
universidad. Rezaba para liberarse de sus atracciones pero nunca se lo dijo a nadie. Al final de
la universidad, conoció y se casó con su esposo, Eric. De forma secreta, esperaba que el
matrimonio y la familia le solucionarían su batalla de toda la vida con la atracción hacia las
mujeres.
“Estaba segura de mi completa curación, hasta poco después de que nos casamos.
Luchaba contra los pensamientos, emociones y atracciones. Todavía mantuve mi silencio y
Dios también. Siempre estaba sola; nadie me conocía. Como consecuencia, nunca me sentí
amada realmente. Yo era la que ellos –familia y amigos-querían que fuese. Pero nunca
conocieron a mi yo verdadero...cómo me sentía, contra lo que luchaba, lo que deseaba. Estaba
convencida de que si lo supiesen, no me iban a querer.”
Alyssa se encontró en una forma de confinamiento solitario que fue terriblemente
doloroso. En vez de compartir sus luchas antes en su vida y obtener apoyo de los demás, su
elección de guardarlo para ella misma la aisló todavía más. Como no podía darse a conocer
(“el yo verdadero”) a los demás que la querían, ella no podía recibir su amor. Y ahora, era
esposa y madre de hijos pequeños. Estaba en juego mucho más que cuando era soltera.
141
142
Ibid., p. 76.
Un resumen de mi encuesta está en el Apéndice B.
86
EXCLUSIÓN DEFENSIVA
Esta forma de confinamiento solitario emocional o relacional se ha llamado “exclusión
defensiva.” Bob Davies y Lori Rentzel, en su libro Salir de la Homosexualidad, define la
exclusión defensiva como “Cuando nos cerramos de forma auto-protectora a las relaciones
íntimas.”143 La exclusión defensiva es común entre las mujeres con atracción hacia el mismo
sexo. Casi un tercio de las mujeres que entrevisté “tienden a evitar desarrollar amistades con
mujeres.” 144
Para imaginar lo que es la exclusión defensiva, piensa en un embalse. Nuestras
necesidades de relación son el agua que fluye y la exclusión defensiva es el embalse que
contiene a nuestras necesidades. Debido a nuestra incapacidad, temores o rechazo previo en
las relaciones, podemos detener el fluir de la intimidad en nuestras vidas. Esta muralla se
construye para protegernos de la verdadera vulnerabilidad con los demás y crea gran presión –
soledad, tristeza y depresión.
Este es el estado en que Alyssa y tantas de nosotras nos hemos encontrado.
Dependiendo de nuestra solución de no permitir entrar nunca a nadie, el embalse puede
quedarse en el lugar durante algún tiempo. En efecto, puede haber estado allí durante tanto
tiempo –quizás desde la infancia- que puede que no seamos conscientes de que estamos
excluidas de forma defensiva.
Bob Davis y Lori Rentzel describen también la exclusión defensiva de esta forma: “La
mayoría de nosotras que luchamos con la exclusión defensiva somos las últimas en creer que
tenemos un problema. En efecto, tendemos a ser las únicas que estamos orgullosas de no
tener problemas. Si algo nos mete en problemas, nos sentimos seguras de poder manejarlo
nosotras solas.” 145
LA FALSA INTIMIDAD DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL
Si la exclusión defensiva es la muralla del embalse, la dependencia emocional es la
tendencia a abrir las compuertas cuando encontramos finalmente a alguien en quien podemos
confiar. Las dos están relacionadas, como las caras opuestas de una moneda. Eventualmente
alguien que está excluido girará hacia el vínculo pero sin las habilidades para unirse de forma
adulta y sana. Lori Rentzel, autora del panfleto Dependencia Emocional, define la dependencia
emocional como que tiene lugar “cuando se cree que es necesaria la presencia continua y
nutriente de otra persona para la seguridad personal.” 146
La Señora Rentzel describe algunos síntomas de la dependencia emocional:
(Una) ve a las demás personas como una amenaza a la relación, prefiere pasar tiempo
sola con esta amiga y se queda frustrada cuando no sucede esto, se enfada o se deprime de
forma irracional cuando la otra se retira ligeramente, pierde interés en otras amistades,
experimenta sentimientos románticos o sexuales que conducen a la fantasía sobre esta
persona, no tiene voluntad de hacer planes a corto o a largo plazo que no incluyan a la otra
persona...
Y la lista continúa.
143
Bob Davies y Lori Rentzel, Salir de la Homosexualidad: Nueva Libertad Para Hombres y Mujeres
(Downers Grove: InterVarsity Press, 1993), p. 108.
144
Un resumen de mi encuesta en Apéndice B.
145
Davies y Rentzel, Salir de la Homosexualidad, p. 108.
146
Lori Rentzel, Dependencia Emocional (Downers Grove, IL. InterVarsity Press, 1990), p. 7.
87
Considera esta ilustración de las propiedades como un embalse de la dependencia
emocional. La presión de las necesidades relacionales aumenta con el tiempo y eventualmente
viene una mujer que es sensible y empática o tiene otras características que admiramos y
decidimos confiar en esta mujer. Quizás es sana en su vida personal y sube al embalse con un
cuartel de bomberos. En vez de cumplir una pequeña cantidad de necesidades de relación, la
persona con exclusión defensiva girará a la dependencia emocional, abriendo un maremoto de
necesidades de relación. Por lo que la nueva amiga más que encontrar una relación sana e
interdependiente, encuentra una muralla abrumadora de agua apunto de ahogarla.
En este punto, si la amiga es razonablemente sana, puede soportar y poner límites en la
relación (una reacción ideal), o puede echarse atrás completamente. La mujer en quien se
confía puede decirse a sí misma: Voy a ser tragada por esta inmensidad de necesidad. En un
esfuerzo por preservar su propia vida, huirá.
La reacción común de la persona herida con una reserva de necesidades de relación es
decir: “¡Mira! Sabía que no podía confiar en los demás.” Y así, el ciclo auto-protector de la
exclusión defensiva comienza de nuevo hasta que la presión sube hasta el límite. Por otra
parte, si esa mujer en quien se confía está ella misma necesitada de sus propias únicas
maneras, puede sentirse halagada por la atención y exclusividad, y puede conducir
eventualmente al pecado sexual.
Volvamos a la historia de Alyssa para oír lo que esto parece en la vida de una mujer.
“Fue en medio de ese dolor y soledad cuando Nicole entró en mi vida. Nuestros hijos
tenían la misma edad, ella y su marido amaban al Señor y teníamos muchos intereses
comunes. Era segura, la persona más segura que había conocido. De ella manaba compasión
–realmente amaba y aceptaba (a los demás) donde estuviesen.
Fue de seis a nueve meses después de hacernos amigas cuando le hablé sobre mis
luchas. Mantuve la respiración pero nunca me condenó. En vez de ello, me preguntaba, me
quería y rezaba por mí. Como puedes imaginar, Nicole se convirtió en la persona más
importante de mi vida. Después de todo, conocía a mi yo “real” y todavía me quería. Fue la
primera aceptación genuina que había experimentado en mis 39 años de vida.”
Su relación se estableció esencialmente desde la idolatría o dependencia de la amistad
desde el comienzo ya que Nicole era la única persona que conocía a la auténtica Alyssa. Ni
siquiera al marido de Alyssa se le había dado la oportunidad de conocerla tan profundamente.
Cuando leí la carta de Alyssa más adelante, no me sorprendió encontrar que habían mantenido
relaciones sexuales.
“Durante los últimos dos años,” escribió Alyssa, “nuestra amistad se convirtió en un lío
emocional insano... Yo dependía de ella en cada situación. Buscaba su opinión y le decía mis
pensamientos más íntimos. Debido a esta intimidad, periódicamente hemos permitido que esta
relación entrase en dimensiones físicas inadecuadas.”
Gracias a Dios, hoy Alyssa se está liberando de su prisión interior. A través de su
búsqueda desesperada de ayuda y cambio, confió en su marido, padres, pastor y otra mentora
cristiana. Su muro de silencio se ha roto y está recibiendo corrección y amor de un número de
fuentes. Debido a su error, está siendo liberada –para vivir honestamente y salir de su
confinamiento solitario.
AMISTADES FEMENINAS SANAS
“Está bien,” dices. “Me has convencido de que evitar relacionarme con mujeres es una
mala idea y que depender demasiado de cualquier persona no es sano. Ahora, ¿cómo
desarrollo amistades sanas con otras mujeres?” En el resto de este capítulo aprenderemos
cómo establecer amistades sanas. Descubriremos algunas de las herramientas que te
88
capacitarán para tener expectativas razonables en tus amistades femeninas y que te ayuden a
evitar abrumar a las demás con avalanchas de necesidades de relación.
En el verano de 2002, di una clase sobre amistades femeninas sanas con una querida
amiga, Lori Leander. Yo estaba especialmente emocionada debido a su perspectiva
distintivamente heterosexual y también porque ha aprendido mucho en sus relaciones con
mujeres –los riesgos y recompensas. Enfatizó en la clase: “Las buenas amigas están
verdaderamente entre los grandes tesoros de la vida pero tienes que discernir sobre a quien
permites entrar en tu círculo íntimo.” Continuaba Lori: “En cualquier momento en que te hagas
vulnerable a una amistad con sentido, te haces vulnerable a un dolor potencial. Eso es
inherente a ser vulnerable a otra persona. Sin embargo, debe ser un riesgo calculado.”
NIVELES DIFERENTES DE AMISTAD
No toda relación será o debe ser íntima. El mismo Jesús, Dios en la tierra, tuvo
diferentes niveles de relaciones con la gente. Se relacionó con multitudes, su grupo mayor de
discípulos, los 12 discípulos elegidos y Su círculo interior de los tres discípulos más íntimos. Yo
comparo estos diferentes grupos con conocidos, amigos, buenos amigos y amigos íntimos.
CONOCIDAS
En la vida de Jesús, los conocidos podían ser consideradas las personas que le habían
oído hablar o que habían compartido un milagro de multiplicación de los panes cuando dio de
comer a 5000 personas (Mateo 14,14-21). Esta esfera más externa de las relaciones puede
incluir a cientos de personas, de gente que reconoces en la iglesia a gente que encuentras en
las tiendas. Este contacto preliminar con los demás puede progresar o no hacia la amistad.
Puedes ser amistosa con ellas, pero no las conoces bien ni ellos a ti tampoco.
AMIGAS
El segundo grupo de relaciones podría considerarse como amigas. Hemos hecho un
intento deliberado de llegar a conocer a estas personas y ellos también de forma recíproca
hasta cierto grado. Iniciar amistad entre mujeres es ir más allá que simplemente acoger a otra
mujer a un contacto intencional: tomar café juntas, cenar en un pequeño grupo o visitarse
después del estudio de la Biblia. El compromiso interpersonal es mayor pero no significativo.
Estas mujeres pueden ser amigas con las que creciste o colegas con las que te tomas
un café en el descanso. Este es el tipo de relación que Jesús pudo haber tenido con todos sus
seguidores. Algunos de sus discípulos no fueron firmes y huyeron cuando comenzó a hablar de
las verdades más difíciles (Juan 6,41-66).
Fácilmente puedes tener diez o más amigas de este segundo nivel. Este tipo de amistad
es necesaria como un trampolín para las que posteriormente serán amigas más íntimas. Es un
lugar bueno y relativamente seguro para examinar y evaluar las cualidades de tu relación antes
de establecer cualquier compromiso a largo plazo. Quizás la amiga entrará en el siguiente
grupo en algún punto –buenas amigas- o puede que no. Lo maravilloso de esta etapa es que
los riesgos no son muy altos debido a que ambas se han tomado tiempo para llegar a
conocerse mutuamente.
BUENAS AMIGAS
Las buenas amigas se desarrollan con bastante frecuencia como un cruce de vidas y / o
intereses. Puedes tener el placer de tener cinco o más amigas de esta calidad de compromiso
89
y confianza. Al desarrollar buenas amistades, puedes encontrar que ambas disfrutan con el
mismo tipo de películas, hobbies similares, intereses de trabajo, profundidad similar de
compromiso con Dios o podéis estar pasando por etapas similares en vuestras vidas, por
ejemplo: soltería, criando niños o la madurez.
Cuando hice la pregunta ¿Has tenido éxito al establecer relaciones sanas de largo
tiempo con otras mujeres?, tres cuartos de las mujeres que entrevisté respondieron que sí.
Cuando pregunté que qué les había ayudado a establecer esas relaciones, dos tercios
respondieron que su “pequeño grupo de socias.” 147 Casi una mitad respondió que los grupos
de estudio de la Biblia habían sido clave para llegar a conocer a otras mujeres. En esos
marcos, las vidas de la mujeres pueden cruzarse más de una vez y pueden conocer las
cualidades y puntos de vista mutuos en un lugar seguro concretándose durante un periodo de
tiempo antes de decidir ser vulnerables una con la otra.
Las buenas amigas son increíblemente valiosas: Puedo elegir hablar de forma selectiva
con mis buenas amigas sobre mis miedos más profundos, mis problemas matrimoniales o con
los hijos. Pasar de ser conocida a ser amiga y luego a ser buena amiga lleva tiempo –quizás un
año o más. Las verdaderas buenas amigas no se desarrollan ni de la noche a la mañana ni
durante una serie de semanas. El compromiso crece en un periodo mucho más largo de
tiempo.
Los doce discípulos pudieron haber sido buenos amigos de Jesús. La traición de un
buen amigo, como Jesús fue traicionado por Judas, es muy dolorosa. El Rey David escribió
sobre el mismo dolor: “Incluso mi amigo, en quien confiaba, que compartía mi pan, ha
levantado su talón contra mí” (Salmo 41,9).
En momentos de dureza, tragedia personal o de éxito, vemos las cualidades más
auténticas de nuestros amigos. Los Doctores Les y Leslie Parrot citan a Churton Collins en su
libro Relaciones 101: “En la prosperidad nuestros amigos nos conocen, en la adversidad
nosotros conocemos a nuestros amigos.”148 Y el libro de los Proverbios declara: “Un amigo ama
en todo tiempo y un hermano nace para la adversidad” (Proverbios 17,17).
AMIGAS ÍNTIMAS
Las amigas íntimas son una categoría especial de su propiedad. Con aproximadamente
tres amigas íntimas, nuestro círculo de intimidad se llena rápidamente. Si eres casada, tu
marido debe estar dentro de ese círculo. Si consideramos que tenemos más de tres o cuatro
amigas íntimas que encajan en nuestras vidas en cualquier momento, probablemente estamos
malinterpretando el nivel de nuestras amistades. Proverbios 18,24 afirma: “Un hombre de
muchos amigos va a la ruina”. Una vez más, la verdadera intimidad requiere tiempo para
conocerse, seguridad para compartir confidencias y libertad para pedir consejo o perspectiva.
¡Evaluar cómo proceder en el desarrollo de amistades antes de lanzarse es esencial!
Desafortunadamente, en el caso de las mujeres con atracción hacia el mismo sexo, podemos
conducir apresuradamente a alguien de ser conocida a ser amiga íntima. En efecto, intentar
una maniobra así en el primer encuentro no deja de escucharse. Si sucede esto, ten cuidado –
la dependencia emocional puede conducir rápidamente a algunas consecuencias inesperadas:
celos, envidia, ira y depresión.
Las verdaderas amigas íntimas son imperecederas. Tengo varias amigas por el país a
las que considera amigas íntimas. Pueden pasar semanas o meses entre nuestras
conversaciones pero siempre parecemos cogerlas donde las dejamos y rara vez pasamos un
momento difícil introduciendo una conversación cómoda y con frecuencia vulnerable. Julie es
un ejemplo perfecto de una amiga así. Cuando la llamo por teléfono o ella me llama a mí,
parece que no ha pasado el tiempo entre las conversaciones. Podemos apoyarnos y querernos
147
148
Un resumen de mi encuesta está en el Apéndice B.
Parrott y Parrott, Relaciones 101, p. 23.
90
mutuamente aunque estemos a cinco estados de distancia. Esto no significa que debemos
ignorar a nuestras amigas más íntimas, porque como escribe Parrotts, “Incluso las amistades
fuertes requieren regarse o seguramente se marchitarán o desaparecerán.” 149
En la vida y ministerio de Jesús en la Tierra, quizás los tres discípulos –Pedro, Santiago
y Juan- encajan en ese círculo de amigos íntimos. Estos fueron los tres que Jesús seleccionó
específicamente para que le acompañasen al Monte de la Transfiguración en Marcos 9,2-4. Allí
los tres vieron a Jesús en Su gloria –No estuvo oculto sino que más bien fue revelada Su
autoridad.
¿QUÉ TAL LAS MEJORES AMIGAS?
Como explicaba mi amiga Lori en la conferencia de Exodus de 2002:
“Incluso desde un punto de vista heterosexual, en verdad no es una buena idea
tener a una persona coronada como tu mejor amiga. Cada amiga es un don y enriquece
nuestras vidas de formas diferentes. Segundo, si tienes de tres a cinco amigas y
coronas a una como tu mejor amiga, ¿qué sucede con las demás? Probablemente
comenzarán a echarse atrás y a no invertir en tu relación. Y finalmente, como otras
mujeres se están echando atrás, eso os deja a ti y a tu “mejor amiga” aisladas en
vuestra relación.”
Desde una perspectiva ex–gay, buscar constantemente una mejor amiga como solución
a las necesidades de relación nos señala directamente como que hemos regresado a la
dependencia emocional (que podría llamarse también idolatría de la amistad). Recuerda el
ejemplo del embalse versus la presión de relación normal de un cuartel de bomberos. Las
mujeres que superan la atracción hacia el mismo sexo pueden creer que lo que necesitan es la
intimidad con una mujer. Pero no debemos adorar a otra criatura imperfecta como la solución a
todas nuestras necesidades.
Te dices de forma secreta: Si simplemente pudiese encontrar a esa mejor amiga, ¿me
quedará satisfecha? Si es así, en vez de buscar la mujer perfecta, busca a la única persona
perfecta –El Mismo Dios. Proverbios 18,24 explica: “Hay amigos más unidos que hermanos.”
Bien, adivina quién es esa amiga. ¿Quién soporta la cabeza y lleva a hombros toda la
competición?
“Porque ¿quién en las nubes se puede comparar con el Señor? ¿Quién es como el
Señor entre los seres celestiales? Dios es temible en el consejo de los santos, grande y terrible
para toda su corte. Señor Dios Todopoderoso, ¿Quién como tú? Eres poderoso, tu lealtad te
circunda” (Salmo 89, 6-8).
¿Sabes que el Señor te llevará a su confianza? Proverbios 3,32 dice: “El Señor
aborrece a los perversos pero brinda su confianza a los rectos.” ¿Por qué debes intercambiar
semejante intimidad con el Ser más fidedigno, decidido, puro e increíblemente hermoso que
existe por la ilusión que ofrece la dependencia emocional? Esto es como intercambiar
diamantes por mera gravilla. Como dice Jeremías:
“Maldito el que se fía del hombre, y hace de la carne su apoyo, y del Señor se aparta en
su corazón... Pero bendito es el hombre que confía en el Señor, pues no defraudará el Señor
su confianza. Será como árbol plantado a la vera del agua, que junto a la corriente echa sus
raíces. No temerá cuando viene el calor, y estará frondoso su follaje; en año de sequía no se
inquieta ni se retrae de dar fruto (Jeremías 17,5. 7-8).
149
Ibid., p. 26.
91
APRENDER A SER AMIGA
Realmente, la única forma de tener amigas es serlo para las demás. Pero las
habilidades para la amistad no son innatas y nuestras familias puede que no las hayan
modelado para nosotras, por lo que tenemos que desarrollarlas conscientemente. Tendremos
que aprender de nuestros éxitos y fracasos mientras practicamos estas habilidades críticas.
Recuerda que mientras practicamos, las recompensas potenciales son increíbles. Debemos
aprender el arte de atraer a los demás con la conversación, escuchando, haciendo buenas
preguntas, sirviendo a los demás y manteniendo compromisos.
Atraer a los demás con la conversación es en efecto una forma de arte. Algunas de
nosotras evitamos pequeñas charlas cuando llegamos a conocer a otros pero eso puede limitar
enormemente nuestras interacciones con ellos. Por ejemplo, cuando mis hijos están
comenzando un curso escolar, disfruto conociendo a los padres de otros niños de sus clases.
Si rehusara a hablar con los demás puede que nunca llegase a conocerlos en absoluto.
Estando en cola con otros padres para la matriculación, nos hacíamos preguntas mutuamente
como ‘¿En qué clase está tu hijo o hija?’ ‘¿Tienes más hijos?’ Estas preguntas simples pueden
conducir a conversaciones más profundas.
Tras varias agradables interacciones, progresamos frecuentemente hacia temas de
preocupación general para esposas y madres, incluso nos pedimos consejos de madres
mutuamente. Y eventualmente, después de llegar a conocernos por medio de conversaciones
básicas, empezamos a hablar de nuestros sentimientos.
Incluso para comenzar a atraer a las demás en la conversación, debemos participar en
actividades que nos coloquen en grupos con los demás. Como señala Brenda Hunter,
“Tenemos que buscar nuestros propios intereses. Seremos más felices y estaremos más
satisfechos si estamos persiguiendo nuestros sueños y cazándolos más que esperando que
venga alguien y valide nuestro valor.” 150
Cuando llegamos a conocer a otras mujeres, no debemos tratar de alcanzar la intimidad
muy rápidamente. Compartir nuestras necesidades más profundas o nuestras experiencias
más problemáticas no es sabio en las primeras relaciones. Yo lo llamo “vertedero” porque esta
práctica hace que los demás se sientan como si les pusieses sacos de arena sobre sus
hombros. Escribió la Dra. Hunter. “Sólo la gente necesitada dice secretos de forma
indiscriminada.” 151
Escuchar a los demás es una habilidad crítica de amistad. Y esta habilidad va cogida de
la mano con hacer buenas preguntas. Como dice mi amiga Lori: “La gente interesante es
aquella que está interesada.” En otras palabras, otras personas estarán interesadas en llegar a
conocer a una mujer que esté interesada por ellas. Si no escuchamos ni hacemos preguntas de
nuestras amigas sino que hacemos un monólogo interminable sobre nuestras vidas, estamos
siendo egocéntricas. Amigas potenciales pueden llegar a creer que después de todo no
estamos interesadas por ellas.
Hacer preguntas es un arte. Se pueden responder algunas preguntas con un simple sí o
no; otras sondean sobre cómo piensa o se siente la otra persona sobre algo. Puedes
reaccionar a la afirmación de tu amiga sobre algo o sobre alguien preguntando: “¿Por qué te
sientes así?” Luego cállate y escucha. No prepares tu frase o pregunta siguiente antes de
tiempo. Como dice Proverbios 18,13: “Responder antes de escuchar es necedad y bochorno.”
Servir a los demás es otra forma de salir de nuestro propio mundo y nuestros problemas
y expresar preocupación por los demás. Envía una nota de ánimo cuando una amiga esté
pasando por un momento difícil. Prepara comida para la que esté enferma. Esas acciones
pueden ser demostraciones poderosas de preocupación y amistad. Reconocer la amabilidad de
150
151
Hunter, En Compañía de las Mujeres, p. 133.
Ibid., p. 134.
92
otra persona es también importante. Las notas de agradecimiento han existido durante
generaciones por una razón –reconocen la magnanimidad de otro.
Cuando una amiga te invite a cenar a su casa, pregúntale: “¿Qué puedo llevar? o
¿Cómo puedo ayudar?” Si te responde: “Nada,” lleva un regalo por la hospitalidad que le guste
–un bote de mermelada, aceite de realce gastronómico o algo simbólico de la estación del año,
como un adorno navideño que no sea caro o una vela de calabaza.
Algunas mujeres sirven con motivos erróneos pero puede que no sean conscientes de
sus sentimientos. Evita regalar lo que tus amigas puedan considerar regalos románticos o
caros. Elige otra cosa que no sean rosas o tarjetas declarando tu afecto. Una buena pregunta
que debes hacerte es: “¿Cómo me sentiría si un hombre me diese a mí (o a mi amiga) estos
regalos?” Otra pregunta que revela motivaciones es: “¿Doy siempre (o con frecuencia) regalos
a la misma amiga?”
Las amigas también se desarrollan en sus compromisos. Si dices que vas a ir al cine
con alguien, cumple tu palabra. Si haces compromisos precipitadamente, aprende a crear algo
de tiempo en el proceso. Dile a tu amiga que se lo harás saber más tarde y dale una hora
aproximada en la que se lo dirás. No te olvides de llamarla a más tardar a la fecha u hora
convenida para informarle de tu decisión. Si declinas la invitación, no tienes que explicar el por
qué, sino que cuanto más íntima sea la amistad, más probabilidad tendrás de explicarlo.
QUÉ CUALIDADES BUSCAR EN LAS AMISTADES
Así que ¿cuáles son las buenas características que hay que buscar en una amiga? En
mi opinión, esta es la número uno: Debéis estar dirigidas a la misma dirección espiritual. Si
quieres crecer, necesitas amistades con otras mujeres que te apoyen espiritualmente y te
ayuden a madurar. La honestidad, la confianza y el compromiso con el Señor son también
atributos sólidos que se deben buscar en otras mujeres. Encuentra amigas que rechacen el
cotilleo. Como escribió en su libro Dee Brestin, Las Amistades de las Mujeres: “Seremos como
nuestras mejores amigas.” 152
Yo valoro otras dos cualidades de carácter en mis amigas. Dicen la verdad, aun cuando
no quiero oírla. Se unen a mí en mi dolor, frustración o pena. En otras palabras, valoro las
amigas que son auténticas y espero devolverles estas cualidades a mis amigas. “Más valen
golpes leales de amigo que besos falaces de enemigo” (Proverbios 27,6). Cicerón escribió en
el año 50 B.C.: “Parece que la amistad genuina no puede existir donde una de las partes no
tenga voluntad de escuchar la verdad y la otra no esté igualmente dispuesta a decirla.”
La reciprocidad o dar y recibir en la amistad es importante. Esto se aplica a
conversaciones (la amistad no debe centrarse en los hechos o preocupaciones de una sola
persona) además del tiempo y esfuerzo implicado en buscar o mantener la relación. Si una
persona siempre está llamando y la otra nunca lo hace, entonces la relación está
desequilibrada. Si una persona quiere conducir por la ciudad para visitar a otra pero la otra no
quiere bajar la calle, entonces la energía y el esfuerzo no están equilibrados.
Cuando una amistad no es recíproca, alguien no se sentirá valorado. Una solución es
reducir la velocidad y ejercer menos energía. Otra es preguntarle a la persona sobre la
discrepancia. Quizás esté encontrando problemas con la depresión, pérdida de trabajo u otras
cosas que le estén haciendo difícil la amistad. O puede que simplemente no esté interesada.
Dependiendo de las circunstancias, puedes elegir tener paciencia o simplemente puedes
reconsiderar la intimidad que quisieras alcanzar.
152
Brestin, Las Amistades de las Mujeres, p. 102.
93
SEÑALES DE AVISO EN EL CAMINO HACIA LA INTIMIDAD
Aquí hay unas “banderas rojas” que deben hacer reducir la velocidad en el desarrollo de
una amistad. Cualquiera que no haga caso a estas señales de aviso puede hacerse daño
profundamente. Primero, ten cuidado con las que cotillean. Dee Brestin anota este comentario
de Gail MacDonald: “Suelo encontrar que si una persona habla fácilmente de otra gente de
forma negativa, puedo asumir que va a hacer lo mismo conmigo.” 153 Otras señales a tener en
cuenta son los celos y la envidia. En vez de alegrarnos con nuestros éxitos, algunas personas
pueden hacerse competitivas con nosotros. En vez de apreciarnos como personas y animarnos
en nuestro propio crecimiento personal, alguien que sea competitiva, envidiosa o celosa de
nosotras puede buscar atrofiar nuestro crecimiento personal. Los celos constriñen las
relaciones y no las enriquecen. Como decía mi amiga Lori, “Si amas a alguien y tienes sus
mejores intereses en tu corazón, entonces compartes sus victorias y logros en vez de sentirnos
amenazadas por ellos.”
Una amiga que es celosa puede buscar aislarnos de otras amistades. Una verdadera
amiga no alberga resentimiento cuando tenemos otras amistades íntimas. En su libro En
Compañía de las Mujeres, Brenda Hunter identifica esta tendencia como una toxina.
“La segunda toxina clave en cualquier amistad es la dependencia asfixiante y
pegajosa. Las amigas controlan a las demás “chupándoles la vida.” No podemos buscar
amigas para que nos llenen –proporcionarles algo que no poseemos... Sólo cuando
aprendemos a amarnos a nosotras mismas y tenemos compasión de nosotras mismas
podremos tener amistades sanas.” 154
Como contraste, Lori Rentzel escribe que en las amistades sanas, las dos amigas “...
son felices cuando a una amiga le cae bien otra persona. En una buena amistad, deseamos ver
que los demás alcanzan todo su potencial, desarrollando nuevos intereses y habilidades.” 155
ACEPTAR LAS LIMITACIONES Y FALLOS DE NUESTRAS AMIGAS
“Cuando tienes una variedad de amistades,” decía Lori Leander, “tiendes a presionar
menos a una para satisfacer todas tus necesidades. Por lo tanto, puedes aceptar mejor sus
debilidades y defectos. Definitivamente, necesitas darles un respiro por ser humanas.”
Por ejemplo, si tienes una amiga que tiene dificultades para ser puntual, no cuentes con
que va a ser puntual en un acontecimiento importante. Si has oído que tu amiga dice
secretos de las demás a sus espaldas, no te sorprendas si lo hace contigo. Este es un
ejemplo de señal de aviso en el camino a la intimidad, del que ya hemos hablado. Sin
embargo, debes reconocer que tus amigas son personas imperfectas –del mismo modo que
tú- y que algunos días sus debilidades pueden verse con más claridad que otros. Soportar
las debilidades del otro es más fácil si hemos elegido a nuestras amigas con sensatez al
principio.
LÍMITES QUE CONSERVAN SANA UNA AMISTAD
Como ya hemos visto, debemos aprender a desarrollar las amistades lentamente. Esto
es particularmente sensato para la mujer ex–gay. Una mujer que supere la atracción hacia el
mismo sexo y que desarrolla amistades sanas con otras mujeres puede experimentar confusión
entre la emoción de la relación y la atracción sexual. En ese caso, la mujer tiene que tomarse
153
Ibid., p. 91.
Hunter, En Compañía de Mujeres, p. 152.
155
Rentzel, Dependencia Emocional, p. 9.
154
94
con bastante calma la amistad para no estimular esos antiguos sentimientos. Necesitará tiempo
para revisarlos.
Cuando hacemos amigas nuevas, debemos tomarnos tiempo para mantener amistades
queridas y establecidas. Invierte en tus relaciones actuales. Cuida a otras amigas de forma
separada y mantén tu individualidad. Una base amplia de amistades te ayudará en tus
momentos de tentación y atracción.
Recuerda también no confiar en tu amiga que estás luchando con tu atracción hacia
ella. Puedes volver a ver este tema en el capítulo 7, Superar la Tentación. Las razones están
probadas y son verdaderas.
LA EXPERIENCIA DE JENNA
Jenna es una mujer que conocí en mi trabajo de investigación. Es de la Costa Este y
tiene treinta y tantos años. Aunque ha luchado durante la mayor parte de su vida con la
atracción hacia el mismo sexo, Jenna no ha expresado nunca esos sentimientos. Después de
consultarme, comenzó a ver a una terapeuta cristiana para trabajar honestamente sus
sentimientos. De alguna forma, se encuentra en el comienzo de su proceso en el tratamiento
de su atracción sexual mantenida durante tanto tiempo hacia las mujeres. Jenna me describió
sus sentimientos confusos:
“Parece que mis sentimientos lésbicos son más de un problema de intimidad que de
sexualidad. Pero estoy tan confundida por ello, Anne. He desarrollado un vínculo muy fuerte
con Olivia (su terapeuta), porque creo que dijiste que sería bueno para trabajar estos
sentimientos. Pero a veces mis sentimientos pueden ser espantosos porque son muy fuertes.
Pero sé que son tan irreales, en el sentido de que no son y que no pueden ser verdad. Olivia
nunca será mi madre. Y no es sólo ella... ha habido un modelo de mujeres que me atrae, de
personalidad sensata, gente que admiro. Ahora mismo son Olivia y otra amiga de la iglesia.
Con Olivia, sólo hablar de mis sentimientos o de nuestra relación... bien, a veces apenas puedo
pensar. Vuelvo a la edad de tres años y me siento cautivada por la idea de estar cerca de ella.
Lo que me confunde es que a veces tengo esos sentimientos fisiológicamente y luego
parecen sentimientos “sexuales.” Por lo que me siento arrastrada, me siento segura con ella
como una niña de tres años pero luego tengo esos otros sentimientos que vienen con ello. No
tengo la intención de tener sentimientos sexuales y no estoy pensando de forma sexual pero
ahí están.”
Animé a Jenna diciéndole que esto es un proceso normal en el tratamiento de la
atracción hacia el mismo sexo y que debería revisar sus sentimientos. Su ansia de intimidad y
conexión con una cuidadora segura a una edad muy temprana no había sido satisfecha. Esos
deseos todavía estaban con ella a sus treinta y tantos años, revueltos con sentimientos adultos
de admiración, emoción y adrenalina, que estaban desencadenando una reacción sexual. En
un sentido, Jenna era al mismo tiempo una niña de tres años y una mujer inteligente, articulada
y cultivada.
Pero mientras perseveraba en el desafío de relacionarse con su terapeuta y la mujer de
la iglesia, comenzó a desenredar sentimientos que habían estado bien conectados durante
todos sus años de adultez. Comenzó a sentir, a llorar lo que había perdido en esa edad tan
temprana y a tratar con los deseos de su niña pequeña. También comenzó a comprender su
necesidad de intimidad emocional con otras mujeres como parte de su naturaleza diseñada por
Dios.
Christine Sneeringer, que había sido lesbiana y ahora es directora de un ministerio de
Exodus en Florida, lo puso de esta forma: “Si notas algo sobre otra mujer –como que es bonita
o que su personalidad es muy atractiva –la idea que puede seguir inmediatamente es “Arggh,
soy lesbiana.” En otras palabras, Christine está haciendo mención a la confusión de admiración
y la atracción sexual.
95
Christine recuerda su primera amistad íntima después de dejar la forma de vida lésbica:
“Mi primera amiga íntima heterosexual fue la más dura. Era lo más desafiante porque
daba miedo darse cuenta de que mientras más intimábamos, no tenía nada que comparar de
esta intimidad con mis anteriores relaciones lésbicas. Una vez, esta amiga y yo salimos a
comer después de salir de la iglesia y miré sus ojos y pensé: Tiene unos ojos preciosos. Me
llevó algo de tiempo darme cuenta de que las mujeres heterosexuales hacen cumplidos y
admiran a otras mujeres heterosexuales. Ahora me doy cuenta de que otras mujeres se
admiran y se hacen cumplidos mutuamente todo el tiempo –“Estás estupenda,” o “Estás
radiante hoy.” En el pasado, me habría sentido como una lesbiana al darme cuenta de la
belleza de una mujer.
Con estas ideas en mente, date tiempo para revisar los sentimientos revueltos de
admiración y atracción. La admiración es confundida comúnmente simplemente porque
siempre hemos hecho antes ese salto. Ahora, más de 15 años después de comenzar a trabajar
esos sentimientos revueltos de atracción lésbica, noto que las mujeres se admiran mutuamente
todo el tiempo, forjándose mutuamente en conversaciones casuales. Con frecuencia hago
cumplidos a otras mujeres sobre su ropa, el color de sus ojos u otro rasgo atractivo.
Una noche asistí a una sinfonía de Navidad con mi marido y llevaba puesto un elegante
vestido verde con una chaqueta torera de seda púrpura en mis hombros. Me sentía muy guapa
y lo aparentaba. Hombres y mujeres sin diferencia me echaban miradas de admiración. Pero
las mujeres caminaban con más frecuencia hacia donde estaba y me decían cosas así: “Estás
increíblemente preciosa,” o “¡Qué vestido tan bonito!” Las mujeres heterosexuales dan
cumplidos a mujeres heterosexuales libremente.
Si estableces la prioridad de amar a Dios, mantén primero tu relación con Él y luego
preocúpate de los demás. Así tendrás éxito al tratar la dependencia emocional. Sólo recuerda
darte tiempo para aprender y practicar habilidades de amistad. Necesitamos gracia mientras
aprendemos y crecemos ya que cometeremos errores. Si utilizas errores para ganar
comprensión en vez de intimidarte, aprenderás estas habilidades de amistad claves y te
convertirás en una amiga atractiva.
No tengas miedo de las amistades femeninas. Son una rica bendición de Dios para ti.
Dejar el lesbianismo no significa que tengas que dejar la intimidad. Realmente descubrirás la
forma correcta para disfrutar de amistades íntimas con mujeres con seguridad y confianza.
96
CAPÍTULO 9
HOMBRES, SOLTERÍA Y MATRIMONIO
UNA DISTANCIA SEGURA
Una vez que las mujeres con atracción hacia el mismo sexo hemos aprendido cómo
tener relaciones íntimas de larga duración con otras mujeres y encajamos en la comunidad
femenina, podemos comenzar a mirar a los hombres de una forma nueva y diferente. Aunque
nuestros métodos pueden haber diferido, muchas de nosotras hemos mantenido
probablemente a los hombres a una distancia segura durante mucho tiempo de nuestras vidas.
Esto seguirá siendo una actitud apropiada mientras la mujer que deja el lesbianismo aprenda a
abrazar su identidad femenina y comience el proceso hacia su madurez como mujer. No
podemos relacionarnos de forma apropiada con el sexo opuesto hasta que no nos
relacionemos correctamente con las personas que son del mismo que nosotras. Por esta
razón, no aconsejó quedar con hombres antes de saber quienes somos como mujeres.
Las mujeres que han experimentado abuso en manos de hombres han llegado a la
conclusión de que todos los hombres son abusadores, depredadores sexuales o viles. Una vez
que comenzamos a tratar los problemas del abuso (discutidos en capítulo 6), podemos darnos
cuenta también de que se puede confiar en algunos hombres.
Si nuestro dolor del pasado no se ha solucionado, podemos elegir mantener una
distancia segura de los hombres. Algunas mujeres hacen esto comiendo demasiado y otras
intentando parecer tan masculinas como los hombres para evitar las atracciones. El treinta por
ciento de las mujeres de mi encuesta dijeron que tratan el dolor comiendo demasiado. Una
mujer, que creo que representa a muchas, dijo que descubrió su motivación por tener
sobrepeso cuando comenzó a subir peso otra vez después de perder varias libras con éxito.
Me dijo que la posibilidad de que los hombres la encontrasen atractiva le producía dejar la dieta
y ganar todo el peso por el que había luchado tan duramente por perderlo.
Penny Dalton, co-directora de Whosoever Will Ministry, miembro del consejo de Exodus,
y anteriormente lesbiana, decía que utilizaba “comentarios mordaces que cortaban a los
hombres hasta el corazón” si avanzaban hacia ella.
“Si no fuese porque Cristo entró en mi vida, nunca habría pasado por el proceso de
perdonar a mi padre el incesto. Nunca habría llegado a la conclusión de que no todos los
hombres son iguales. Dios me ha traído, durante varios años, a un lugar de comprensión de
que hay otra mitad de humanidad. Que Su creación, hombre y mujer, es encantadora y que se
complementan mutuamente.”
Esto no quiere decir que todas las mujeres que tienen atracción hacia el mismo sexo no
se relacionen bien con los hombres. Pero si miras de cerca puedes darte cuenta de que
muchas de nosotras se relacionan a una distancia emocional segura. Las relaciones seguras
con hombres son platónicas. Son amistades con esposos de amigas, hombres ex –gay y otros
que no están disponibles o no están interesados en buscar una relación más íntima. Ser
amigos o colegas de hombres puede reflejar que una mujer se identifique personalmente con
otro hombre.
Sé que experimenté ese sentido de seguridad platónica con hombres en la universidad
y más allá. Como luchaba con la atracción hacia el mismo sexo, me sentía muy cómoda
relacionándome con hombres a su nivel, hablando con ellos, compartiendo intereses, haciendo
actividades divertidas juntos e incluso abrazándoles. Sin embargo, nunca esperé la reacción
que recibí con frecuencia de estos chicos solteros universitarios. Durante esos años, un
puñado de chicos con los que me sentía una comunidad se sentían atraídos por mí físicamente
y me pedían citas. Yo siempre me sorprendía y me preguntaba: ¿Cómo puede pasar esto?
97
Christine Sneeringer tuvo experiencias similares en sus años universitarios:
“un tenista era mi mejor amigo cuando estaba en mi primer paso para dejar la
homosexualidad. Hacíamos toda clase de cosas juntos cuando estaba en la universidad. Pero
una vez me pidió que me sentase y me dijo: ‘Tengo que hacerte una pregunta- necesito saber
si querrías salir conmigo.’ Le miré como diciendo: ¿Estás loco? Eso nunca me había ocurrido.
Me sentí diciendo: ‘No –eso es una grosería. Sería como besar a mi hermano.’ Fue muy
divertido. Sólo que no podía comprender por qué dijo eso.”
SE PUEDE CONFIAR EN ALGUNOS HOMBRES
La idea de que se puede confiar en algunos hombres nunca se me había ocurrido. Un
verano muy caluroso y húmedo en San Antonio, Texas, asistí a mi primera conferencia de
Exodus. Iba caminando sola sobre las 11 de la noche a encontrarme con unas amigas después
de una sesión de la tarde cuando me topé con mi mayor miedo. El camino que había elegido
estaba vacío hasta que un hombre comenzó a caminar por la misma ruta detrás de mí. Me
sentía corriendo ya que su paso al caminar era más rápido que el mío y se me estaba
acercando. En vez de eso, me detuve y giré para encarar con él y dejarle pasar.
Afortunadamente para mí, era un director de un ministerio para hombres de Exodus que
me saludó cálidamente. Entonces me dijo que me había visto antes en el momento de la
alabanza, rodeada de los hombres de mi ministerio y declaró: “Era tan bonito verla rodeada de
esos hombres. Parecía que la rodeaban para protegerla.” Me quedé desconcertada por varias
cosas: Primero, que ese extraño tuviera una cara amistosa, que necesitase la protección de los
hombres y finalmente por esa idea extraña de que los hombres podían ser protectores. Apenas
recuerdo si le di las gracias, ya que me quedé muy atónita. Pero me acuerdo de pensar: Quizás
se puede confiar en algunos hombres.
HOMBRES Y MUJERES NO SON TAN DIFERENTES... ¿O SÍ?
Cuando aceptamos nuestro parecido con otras mujeres y apreciamos lo que somos
como mujeres, comenzamos a comprender las diferencias entre los hombres y las mujeres.
Después de graduarme de un curso de Exodus live-in en 1990, me quedé en el área y
continué asistiendo a la iglesia en la que me había sentido cómoda. También llegué a
implicarme más en los retiros sociales mensuales y anuales de mujeres, que me ayudaban a
salir de donde me encontraba. Un día, me di cuenta de que estas mujeres me aceptaban y me
trataban como a una hermana. También me di cuenta de que me había llegado a gustar ser
una mujer.
Comprendí en lo profundo de mi corazón que Dios me había creado mujer de forma
deliberada y que siempre me apreciará como tal. De alguna forma a lo largo del camino había
cambiado sutilmente mi punto de vista y había abrazado mi propio género con un sentido
profundo de satisfacción.
En ese mismo momento me sentí menos cómoda siendo “amiga” de los hombres.
Llegué a darme cuenta de que la lucha libre, los abrazos e incluso dar una palmada en el
hombro de hombres ex-gay estaban comenzando a ser un territorio nada familiar. Estaba
comenzando a relacionarme con hombres con mi nueva feminidad, reconociendo que éramos
diferentes. Algo estaba cambiando.
En el pasado, no dudaba en “salir de farra” con un hombre como si yo fuese otro pero
ahora estaba comenzando a ver nuestras diferencias. Sentía como si estuviese viendo por una
ventana una escena que había visto toda mi vida pero que realmente no había visto nunca
antes. Experimenté un despertar.
98
Los hombres son raros y distintos a mí, concluí. También eran intrigantes. Con las
mujeres, por otra parte, ahora sentía camaradería, una profunda similitud.
Comencé a “encapricharme” con algunos atentos hombres ex–gay. Mis sentimientos
eran casi tontos –me sentía como una chica de séptimo grado. ¡La pubertad parecía golpearme
a los 25 años!
HOMBRES –PRÁCTICAMENTE UNA ESPECIE DIFERENTE
Desde que me casé con mi amor, mi marido John, en 1992, hemos trabajado duro para
comunicarnos y comprendernos mutuamente. En el primer año de nuestro matrimonio fuimos a
un terapeuta cristiano para tratar problemas que pensábamos que tenían que ver con nuestros
pasados homosexuales. Teníamos que aprender cómo trabajar nuestros desacuerdos.
También quería huir del conflicto hasta que me tranquilizaba, mientras que John quería
solucionar nuestro desacuerdo inmediatamente con indiferencia de lo enfadados que
estuviésemos.
Nunca olvidaré cómo se reía en alto nuestro terapeuta y luego nos decía divirtiéndose:
“John... Anne... estos desacuerdos que estáis teniendo están relacionados con las diferencias
que existen entre los hombres y las mujeres. Todo matrimonio pasa por estos problemas
mientras el marido y la mujer aprenden a comprenderse mutuamente.”
Desde entonces hemos estado en varios estudios de la Biblia con otras parejas y como
hemos conocido a otras parejas que no comparten nuestra base homosexual, vemos que
estamos pasando por problemas similares. Los hombres y mujeres somos diferentes. Educar a
tres hijos me ha confirmado esta conclusión de muchas formas.
Esta realidad se refleja en el popular libro de John Gray, Los Hombres Son de Marte,
Las Mujeres Son de Venus. La gente se ha identificado tanto con sus conceptos de diferencias
de género que ha tenido éxito al crear un número de otros productos, incluyendo un vídeo, una
serie de TV e incluso un juego de mesa de Mattel.
Por supuesto, nuestros cuerpos son diferentes pero la forma en que procesamos
información es también dramáticamente diferente y lo ha sido así desde que estábamos en el
útero. Los hombres experimentan un lavado de hormona testosterona seis o siete semanas
después de la concepción. Como escribe el Dr. James Dobson en su libro Educar Chicos:
En un sentido real, este “baño hormonal,” como se le llama alguna vez, daña realmente
al cerebro en forma de nuez y altera su estructura de muchas formas. Incluso cambia su color.
El corpus callosum, que es la cuerda de fibras nerviosas que conecta los dos hemisferios, se
hace menos eficiente. Eso limita el número de transmisiones eléctricas que pueden fluir de un
lado del cerebro al otro, lo que tendrá implicaciones durante toda la vida. 156
Una de las repercusiones de ese temprano baño hormonal es que los hombres tienden
a centrarse en una cosa a una vez, mientras que las mujeres pueden hacer varias cosas con
más facilidad. Como escribe el terapeuta Michael Gurian, en su libro aclamado en todo el país
The Wonder of Boys:
Esta diferencia (la baja conectividad del corpus callosum) es una razón principal de por
qué los hombres están tan “orientados a la tarea,” poniéndose a prueba como menos capaces
que las mujeres para hacer un número de tipos de diferentes tareas al mismo tiempo; y por qué
los hombres reaccionan a interrupciones en sus pensamientos con más de un sentido de
invasión de lo que tienden las mujeres, y unido a la agresión de la testosterona, con más
fuerza.” 157
156
157
James Dobson, Criar Chicos (Downers Grove, IL: Tyndale House Publishers, 2001), pp. 19-20.
Michael Gurian y Jeremy Tarcher, The Wonder of Boys (New York: Penguin Putnam, 1996), p. 15.
99
He visto esto todos los días mientras crío a mis hijos. Ellos deben hacer al menos tres
tareas antes de poder salir para el colegio: lavarse los dientes, hacer la cama, ponerse los
zapatos y... oh, no os olvidéis de la mochila. En vez de recordar y seguir mi pequeña lista,
nuestro hijo de seis años puede que haga uno o dos de los puntos y luego se distrae. En
verdad lo está intentando pero se distrae. En vez de frustrarme o enfadarme, intento acordarme
de que su cerebro está hecho de esa forma. Por lo que ahora lo controlo después de que una o
dos de las tareas estén terminadas y le recuerdo el resto.
El Dr. Dobson resume el impacto de la testosterona de esta forma:
“La mayoría de los expertos cree que la tendencia de los chicos a tomar riesgos,
a ser más asertivos, a luchar y competir, a discutir, a jactarse y a sobresalir en ciertas
habilidades, como en resolver problemas, matemáticas y ciencias, está unido
directamente a la forma en que el cerebro se integra y a la presencia de la testosterona.
Esto puede explicar el por qué los chicos tienen “hormigas en los pantalones” cuando
están en la clase y el por qué los profesores los llaman pequeños “gusanos
ondulados.”... Simplemente es la forma en que Dios los hizo. 158
Mi marido y yo decidimos no darle a Timmy, nuestro hijo mayor, ninguna pistola para
jugar –ni siquiera pistolas de agua. Teníamos la concepción errónea de que jugar con pistolas
le podía producir agresividad posteriormente. Nuestro niño pequeño hizo de mi espátula de
cocina un arma. No tardamos tiempo en darnos cuenta de que simplemente esta era la forma
de ser de los niños pequeños. Posteriormente en la vida, si es bien cuidado y dirigido, su deseo
natural de luchar contra los “malos” le conducirá a su capacidad de proteger a los que ama.
Otras diferencias cerebrales y hormonales hacen también a los hombres diferentes de
las mujeres. Como dice el Dr. Gurian en su libro, una diferencia es “un neurotransmisor, la
serotonina, que inhibe la conducta agresiva y que existe en niveles más altos en las chicas que
en los chicos.” 159
El Dr. Dobson añade: “Si la testosterona es la gasolina que propulsa al cerebro, la
serotonina reduce la velocidad y ayuda a gobernar.” 160
Para que no pensemos pobremente del diseño de Dios de la masculinidad, añadiré este
comentario del Dr. Dobson sobre la naturaleza complementaria de los dos sexos:
“Considera de nuevo las tendencias básicas de la masculinidad y la feminidad. Como el
privilegio y la bendición de las mujeres es el dar a luz a los hijos, están inclinadas a la
predictibilidad, estabilidad, seguridad, cuidado y a la serenidad.... El temperamento femenino
se presta a la crianza, al cariño, la sensibilidad, ternura y la compasión.
Los hombres, por otra parte, han sido diseñados para otro rol. Ellos valoran el cambio,
la oportunidad, el riesgo, la especulación y la aventura. Están diseñados para mantener
físicamente a sus familias y protegerles del daño y del peligro. 161
¿SOLTERÍA O MATRIMONIO?
Aunque sientas atracción hacia el mismo sexo, puede que te estés preguntando:
¿Tengo que casarme? Mi respuesta carece de ambigüedad –absolutamente no. En efecto, si
no quieres casarte, lo más sensato es que no te cases. Evitar un compromiso matrimonial es
mejor que intentar salir de uno después. Hacerlo rompería no sólo una alianza ante Dios sino
también en el corazón del hombre.
158
Dobson, Criar Chicos, p. 25
Gurian y Tarcher, The Wonder of Boys, p. 14.
160
Dobson, Criar Chicos, p. 25.
161
Ibid., p. 27.
159
100
O puede que te preguntes: ¿Demuestra casarse que he superado la atracción hacia el
mismo sexo? Una vez más respondo: no. El matrimonio no es prueba de cambio. Y si eliges
casarte, debes hacerlo por las razones correctas. Quizás él es tu “alma gemela,” puede que no
puedas imaginar tu futuro son él o puede que sea tu mejor amigo, el que sostiene tu corazón.
Miraremos con más profundidad el matrimonio después de ver los asuntos de la atracción
hacia el mismo sexo más tarde en el capítulo.
Si te estás preguntando, ¿Qué es mejor, las soltería o el matrimonio?, considera lo que
el apóstol Pablo tuvo que decir sobre este asunto:
“Por tanto, pienso que es cosa buena, a causa de la angustia presente, quedarse el
hombre así. ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿No estás unido a mujer?
No la busques...
La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de
ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de
cómo agradar a su marido. Os digo esto para vuestro bien, no para tenderos un lazo sino para
moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin distracciones.” (I Corintios 7,26-27.
34-35).
Por otra parte, Dios no sólo diseñó el matrimonio sino que también ordenó la relación
marital entre hombre y mujer (Génesis 2,24-25; Mateo 19,5-6).
Penny Dalton, que es soltera y está en sus cincuenta y tantos, decía esto sobre la vida
de soltera:
“El propósito de mi soltería es estar resuelta para Cristo. La emoción que he sentido al
saber lo que Cristo ha hecho en mi vida es que estoy cómoda conmigo misma. He sido
redimida primero para la relación con Dios y segundo para con los demás. Ahora me siento
igualmente cómoda con hombres y con mujeres. Sé que me relaciono correctamente con
mujeres, teniendo relaciones sanas con mujeres. Sé que soy una mujer plena en Cristo y que
puedo relacionarme de forma sana y santa tanto con hombres como con mujeres.”
¿QUÉ TAL LAS AMISTADES CON LOS HOMBRES?
Estoy segura de que mujeres ex-gay pueden tener amistades platónicas con hombres
pero una vez que vamos progresando hacia nuestra plenitud como mujeres, debemos tener
más cuidado con la forma en que nos relacionamos con los hombres. Ya estén casados o
solteros, tenemos que mantener mayores límites con los hombres que anteriormente. Tenemos
que tener cuidado de no tener demasiado contacto físico con ellos. Por ejemplo, aprendemos a
utilizar el abrazo corporal A (donde sólo contactan tus hombros y cuello) o el abrazo de lado
cuando los saludamos. Si tu amigo está casado, tu amistad debe ser primero con su esposa y
luego con el hombre. De esa forma, no pones en problemas su matrimonio: es más, lo estás
respetando.
Si es soltero, ten cuidado de no dedicarle mucho tiempo. Si es heterosexual, puede
comenzar fácilmente a sentir algo por ti que tú no puedes hacer recíproco. Pasa tiempo con él
en grupos, particularmente si no tienes interés en que tu amistad progrese hacia el siguiente
paso posible.
Como mujer casada, disfruto con los esposos de mis amigas. Cuando salimos a cenar
en parejas, disfruto totalmente con las conversaciones que tenemos. Me encanta introducirme
en discusiones teológicas o diseccionar una teoría social. Ya puede que te hayas dado cuenta
de que me encanta bromear un poco y soltar ideas de un tirón. Por lo que encuentro
satisfactoria la amistad con los hombres pero sólo en ciertos contextos. Como mujer casada,
no iría sola a cenar con otro hombre. Eso no sería prudente y las Escrituras nos instruye en
que evitemos la aparición del mal (I Tesalonicenses 5,22).
101
¿ESTOY PREPARADA PARA SALIR CON UN HOMBRE?
John y yo hemos dado varias clases sobre el tema de saber si se está preparado para
salir con alguien del sexo opuesto. Los hombres ex-gay suelen hacer esta pregunta debido a
que su naturaleza como hombres es actuar. Pero creo que esta información sirve de ayuda
también a las mujeres. Muchas mujeres que buscan superar la atracción hacia el mismo sexo
me han preguntado por correo electrónico o por carta acerca de salir con hombres. Suelen
preguntar cuando un hombre tiene interés en salir con ellas.
Aquí tenemos algunas cosas a considerar desde la perspectiva ex-gay. Si has estado
tratando de forma deliberada y seria con tus problemas de atracción hacia el mismo sexo
durante menos de un año, te sugiero que esperes un poco. En efecto, cuando yo estaba en un
programa de discipulado de Exodus intensivo y durante un año, la norma era no salir con un
hombre durante ese año. Esta guía nos ayudó a mantener nuestra atención en algunos
asuntos muy difíciles de nuestras vidas.
¿Te parecen aburridas generalmente las mujeres ahora en algún sentido porque te
sientes una de ellas? Si es así, puedes estar preparada para trabajar algún sentimiento sin
resolver hacia hombres importantes de tu vida como tu padre. Si en vez de eso, con frecuencia
te sientes atraída sexualmente hacia otras mujeres, consumida por tus relaciones emocionales
femeninas o llena de desdén hacia mujeres heterosexuales, este no es un buen momento para
comenzar a salir con un hombre. Estar absorta en relaciones femeninas es natural cuando se
supera la atracción hacia el mismo sexo pero el romance con un hombre no debería entrar en
escena hasta que hayas estado en la “asociación” de mujeres durante un tiempo –el tiempo
suficiente como para sentirte cómoda con tu identidad femenina.
¿No estás segura de tus sentimientos hacia un hombre en particular? Si estás insegura
sobre tu interés o no estás interesada, no sigas pasando tiempo sola con él. Sé honesta con él
sobre donde estás y eso le librará. Jugar con el corazón de un hombre no está bien.
¿Tienes interés en casarte? Si no, ¿por qué molestar saliendo con un hombre? Me
acuerdo de cuando John estaba expresando por primera vez un interés en mí. Yo sabía que no
quería salir con nadie. Y después de pasar tiempo con diferentes hombres en grupos, supe que
me interesaba John. Supe también que no saldría con nadie por deporte y que potencialmente
esto era muy serio. En ese momento me agitaba pensar que nuestra relación podía llevarnos al
matrimonio. De alguna forma nunca había imaginado ese resultado. Pero me interesaba –me
interesaba mucho. ¡Qué momento tan emocionante!
Debo añadir que estaba muy satisfecha con mi vida de soltera de ese momento.
Cuando John vino a llamarme, enfoqué nuestra relación como una persona segura, no
buscando validación saliendo con nadie.
CONTACTOS, COMPROMISO Y MATRIMONIO
Si tu amistad con un hombre puede conducirte a salir con él y más, probablemente
contemples revelarle tu historia personal. Recomiendo enormemente que antes del
compromiso le hables de tu pasado y de cualquier problema persistente. La mayoría de los
hombres puede tener un sentido de intimidad contigo y de alivio por la oportunidad para admitir
sus propios asuntos sexuales del pasado.
Con John, tuve el privilegio de salir con un hombre que ya sabía mi pasado y yo sabía el
suyo. Incluso así, tuvimos que ser honestos mutuamente sobre cómo nuestros pasados podían
estar afectándonos todavía. Nos hicimos mutuamente preguntas duras, como ¿Hasta qué
punto sientes todavía atracción hacia personas de tu mismo sexo? También hablamos de
nuestras relaciones con personas del mismo sexo que habíamos mantenido en el pasado –no
102
detalles gráficos sino un resumen de nuestras relaciones pasadas y presentes con esas
personas.
Si has solucionado mucho de tu atracción hacia el mismo sexo pero todavía
experimentas alguna tentación ocasional, no estás descalificada necesariamente para salir con
un hombre y para el matrimonio. Pero, ¿con qué frecuencia sientes el arrastre de la atracción
sexual hacia personas de tu mismo sexo? ¿Cómo lo tratas? Debido a que los hombres sienten
comúnmente la tentación sexual, hazle a él también preguntas duras. Si progresáis hacia el
compromiso, estas preguntas serán vitales. Vosotros dos necesitáis conocer de antemano con
quién vais a tener más intimidad.
La sexualidad no es la única parte de tu vida sobre la que hablar con un hombre con el
que comienzas a salir. Tendréis que considerar cómo cada uno de vosotros piensa sobre
gestionar el dinero, asistir a la iglesia, tener hijos y relacionarse con la familia y la familia
política.
¿Estáis en comunión con respecto a la eternidad y la teología? La Biblia avisa sobre los
cristianos que salen con los no cristianos (2 Corintios 6,14; I Corintios 7,39). He conocido
mujeres heterosexuales que “se han casado de forma misionera” y ahora están soportando el
dolor de corazón de no saber si sus amados maridos estarán con ellas en la eternidad. Esta es
una ruta muy dolorosa a seguir. Debes ser sensata para evitarla.
Trata cualquier abuso sexual del pasado antes de casarte. Eso no significa que tu
matrimonio no será afectado sino que le das a tu matrimonio potencial la mejor posibilidad de
sobrevivir dirigiendo áreas en las que has sido herida. Si no tratas el abuso sexual de tu
pasado, él interferirá con tu capacidad de relacionarte sexualmente con tu marido. La terapeuta
Jan Frank y su marido, Don, escribieron un libro sobre este tema titulado: Equipaje no
Reclamado: Tratar el Pasado en Tu Camino a un Matrimonio Más Fuerte. 162 Lo Recomiendo
fuertemente para las mujeres que han sufrido abuso y están considerando el matrimonio.
La base para un buen matrimonio tiene muchos aspectos –más de los que pueden
tratarse en un capítulo de este libro. Por esa razón, si el matrimonio es una opción para ti, te
recomiendo fuertemente que leas alguno de los muchos libros excelentes que hay disponibles.
Los autores que recomiendo mucho incluyen a los Drs. Parrott, Stephen Arterburn, Dr.
Dobson, Dan Allender, Al Janssen, Gary Smalley, John Trent y Larry Crabb, por citar unos
pocos. También os recomiendo a ti y a tu posible pareja que os encontréis con vuestro pastor y
asistáis a unos cursillos prematrimoniales. Recuerda mirar más allá de tu pasión por un
momento y construye una buena base para el futuro.
Recuerdo el día en que John y yo fuimos a la primera “cita real” al Napa Wine Country
de California. Sé que él estaba tan nervioso como yo –ninguno de los dos pudimos almorzar
antes de salir en nuestro largo viaje en coche. Después de un rato, pudimos dejar atrás
nuestros nervios y me cogió la mano mientras conducía. ¡Habla de algo con chispa! Nunca
pensé que cogerle la mano a otra persona podía moverme tanto. Realmente tuvimos que
establecer guías después de esa cita. ¡Qué momento tan emocionante fue ese!
La Biblia nos ordena evitar el sexo prematrimonial. Sin embargo, si has sido
sexualmente activa en el pasado, asegúrate de que has estado pura sexualmente durante al
menos dos años antes de casarte. Confiadamente, no has tenido relaciones sexuales fuera del
matrimonio. Pero si este no es el caso, Cristo puede restaurar un sentido de virginidad.
Cuando John y yo nos casamos, estaba nerviosa acerca de la noche de bodas. Pero
mis reservas se solucionaron muy rápidamente. Cuando John y yo tuvimos relaciones sexuales
después de casarnos, me acuerdo de despertarme la mañana siguiente esperando sentir
vergüenza o arrepentimiento del pecado probablemente porque eso había sucedido en mis
otras relaciones). Pero ahora no había. Como dice el Génesis 2,25: “El hombre y su esposa
estaban desnudos y no sentían vergüenza.” La experiencia coronó nuestro unión matrimonial
con la bendición de Dios. Después de todo, estábamos participando en Su designio.
162
Don y Jan Frank, Equipaje no Reclamado (Colorado Springs: NavPress, 2003).
103
Además, una mujer heterosexual casada me había dado el consejo destructivo de que
si mi marido estaba interesado en el sexo y yo no, simplemente debía seguir adelante y
“hacerlo” por amor a él. Puede que eso hubiese funcionado para ella pero para una víctima de
abuso sexual, eso me daba miedo. Quería participar pero me sentía muy honrada y querida por
mi marido cuando reaccionaba: “Anne, si no te encuentras bien, entonces yo tampoco. Puedo
esperar.” John no utilizaba ningún poder para empujarme a mantener relaciones con él. Eso
era muy sanador para mí. Reforzaba mi valor como mujer y me mostraba cuánto me amaba
John.
¿QUÉ SUCEDE SI ESTOY CASADA Y SIENTO ATRACCIÓN HACIA PERSONAS DE MI
MISMO SEXO?
Sin duda, sentir atracción hacia el mismo sexo estando casada es incluso más
problemático. Si nunca has hablado con tu marido sobre tus sentimientos hacia las mujeres,
puede que se sienta traicionado y enfadado contigo cuando le reveles tu lucha. Si tienes hijos,
particularmente hijos pequeños, esta revelación puede romper su mundo. La dificultad entre el
padre y la madre tiende a crear inseguridad en ellos. Su mundo depende de la estabilidad de la
relación de sus padres.
No hay duda de que querrás considerar con cuidado cuando y cómo decirle a tu marido
lo de tus luchas. Deberías también reafirmar tu compromiso. ¿Quieres trabajar estos
sentimientos y no abandonar a tu marido ( y familia)? Prepárate para responder esta pregunta
importante con honestidad –a ti misma y también a él. Aconsejamos a una mujer casada que
esperase a revelar sus luchas hasta que decidiese si luchar o no por su matrimonio.
Conozco varias madres jóvenes casadas que han luchado con la atracción hacia el
mismo sexo para restaurar sus matrimonios. Eventualmente, la verdad de las atracciones de
una esposa sale a la luz. Cuando eso sucede, prepárate para empatizar con tu marido,
explicarle que las causas de la atracción hacia el mismo sexo no son sexuales y escucha
humildemente su frustración y dolor. Ten en mente que la reacción más común de los hombres
es la ira. Y con frecuencia expresan ira por cualquier tipo de sentimientos –traición, daño y
dolor. Lloran menos generalmente pero si algo puede hacer que llore un hombre, puede ser
esto. La parte más dura para él es que no confiases antes en él.
Debo decir, bajo forma de estímulo, que en mis años de proporcionar ayuda psicológica,
he encontrado rechazo de un marido de forma muy poco común en estos casos. Por supuesto,
siempre existe la posibilidad pero el rechazo ha sido raro en mi experiencia de ayudar a
mujeres casadas. Sí, los maridos experimentan un periodo doloroso de duelo pero muchos
quieren seguir el proceso de curación con sus esposas. Conozco también algunos matrimonios
restaurados que se han hecho más fuertes después de este proceso doloroso pero importante.
Una palabra para la sensatez en esta situación: No esperes que tu marido comprenda
tus sentimientos. Más aun, prepárate para ofrecerle material de lectura que le proporcione
información. Puedes pedir cintas de cassette a la oficina de Exodus sobre todo tipo de temas,
incluyendo “Tengo Algo que Decirte: Revelación con Éxito,” y “Lesbianismo y la Mujer Casada.”
Los testimonios de hombres y mujeres están también disponibles en cintas. 163
LA EXPERIENCIA DE JANE BOYER
En el capítulo 7, les conté una parte de la historia de Jane Boyer. Recibió al Señor
Jesucristo a la joven edad de los cinco años en un hogar con un padre alcohólico y abusador y
163
Estas cintas también se pueden conseguir en www.christian-tapes.com o www.regenbooks.org.
104
una madre débil. A pesar del dolor que representaron varios hombres en su vida, se casó a una
edad temprana sin solucionar sus problemas del pasado. Sus conflictos internos la llevaron
eventualmente a llevar una doble vida como mujer cristiana casada y como lesbiana. De alguna
forma logró mantener sus mundos del enfrentamiento durante aproximadamente cinco años
pero un día salió a la luz la verdad.
Mike, su marido, volvió a casa de un largo viaje y encontró una carta de amor en la
mesa de la cocina dirigida a Jane de su amante lésbica. Su reacción inmediata fue gritar
rezando: “Dios mío, ayúdame. ¡Mira lo que le está pasando a mi matrimonio! ¡Necesito que
intervengas y hagas algo con esto! Jane volvió a contar:
“En la hora Mike me llamó a la oficina: ‘Jane, tienes que decidirte. No puedes seguir
viviendo de esta forma. Pero déjame avisarte. Si decides vivir balo la forma de vida gay, no
permitiré que nuestros hijos sean educados en ese tipo de ambiente.”
Sabía que tenía razón. Afrontaba tomar la decisión más difícil de mi vida: elegir entre el
hombre con el que me casé –al que no deseaba- y la mujer con la que sentía que no podía vivir
sin ella. Tenía que elegir entre la comunidad gay donde me sentía apoyada y aceptada, y la
iglesia –que parecía tan fría y excluyente.”
“Estaba tan rasgada emocionalmente sobre lo que hacer. No podía tomar la decisión
inmediatamente,” me decía Jane recientemente. “Afortunadamente, mi marido fue lo bastante
sensato como para darme el espacio y el tiempo que necesitaba para tomar esa decisión. Mike
buscó también asesoramiento y le dijeron que yo necesitaba tiempo y que él tenía que darme
ese tiempo. Como consecuencia, me dio libertad para trabajar mis sentimientos sin ninguna
presión por su parte ni de la mujer con la que había estado comprometida.”
“No creía que pudiese cambiar o que hubiese una salida de la homosexualidad,” dijo.
“Mis amigas gay me habían dicho una y otra vez que yo había nacido gay y había llegado a
creerme esas palabras.” Por lo que con toda esa confusión, jane gritó pidiéndole ayuda a Dios:
‘Señor Jesús... he hecho de mi vida un lío. ¡Ayúdame!’”
En los días de la confrontación, su marido se detuvo en una librería cristiana y cogió un
testimonio personal de superación de la homosexualidad. Jane me dijo que devoró el libro de
una sentada. Así fue como encontró Exodus.
Jane asistió a una conferencia de Exodus, donde experimentó una profunda alabanza y
oyó historias personales que le dieron esperanza para el cambio. Mucho más significativo fue
oír la conclusión de I Corintios 6,9-11. jane había leído y oído que los que practican la
homosexualidad “no heredarán el reino de Dios” (I Corintios 6,10) pero nunca se había dado
cuenta del versículo 11, que dice: “Y eso es lo que fuisteis algunos de vosotros. Pero fuisteis
lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el
Espíritu de nuestro Dios.” La conclusión de Jane fue: “Sí, el cambio era posible. Ya no
importaba lo que dijese la investigación secular. ¡Jesús había dicho con claridad que podía ser
libre!”
Además, Jane tuvo una poderosa experiencia en la conferencia:
“Durante un tiempo de oración en la conferencia, con los “ojos de mi corazón,” vi una
imagen. Yo tenía tres años y estaba de pie a pocos pies de Jesús. Sus brazos estaban
extendidos, sus ojos irradiaban amor. Entonces me cogió y me sostuvo. En ese momento el
amor de Jesús entró en mi corazón, llenándolo hasta rebosar.
Me di cuenta entonces y allí de que el amor lésbico era una falsificación. Nunca había
llenado y nunca había satisfecho las necesidades más profundas de mi corazón. Pero ahora
había encontrado a Jesús. Era un hombre en quien podía confiar, alguien cuyo amor llena y
satisface realmente.
105
No dudé. Al fin sabía la verdad. En mi corazón cerré la puerta una vez y para siempre a
la homosexualidad. Luché durante un tiempo pero nunca miré atrás. 164
La reacción de Mike fue medida y requería reconstruir la confianza con Jane. Por lo que
el proceso por el que pasó ella durante los años siguientes progresó con más rapidez que por
el que pasó Mike.
“Necesitaba tiempo para trabajar la ira y para aprender a confiar en mí de nuevo,”
explicó Jane. “Mike era extremadamente cauteloso y estuvo cerrado hacia mí durante algún
tiempo. Por lo que cuando estaba preparada para trabajar sobre la reconstrucción de nuestro
matrimonio, tenía que esperar a que él trabajase sus sentimientos. Sólo cuando pudo dejar
salir su ira y ofrecer perdón pudimos introducirnos en una relación matrimonial mutua.”
Jane sintió que le llevó cerca de un año llegar al punto de reconstruir su matrimonio. “Y
ahora, es como si ese episodio de mi vida no hubiese sucedido nunca. Es muy remoto, 15 años
después. Ahora, puedo estar tan completamente libre y vulnerable con mi marido que nuestra
intimidad matrimonial va mejorando cada vez más, incluyendo nuestra intimidad sexual. Es
bonito estar experimentando el matrimonio juntos de la forma en que Dios quiere que sea
realmente.”
Dios le otorga un valor muy alto al matrimonio. No se puede acceder a él a la ligera –ya
sea por parejas heterosexuales como por personas que han dejado la homosexualidad.
Cualquier hombre o mujer que ha tenido un pasado homosexual necesitará considerar por
medio de la oración muchas cosas antes de decidir casarse. Mi mejor consejo para ti como
mujer en el camino hacia la plenitud es dejar que Dios tenga tiempo para trabajar Su voluntad
en ti. No apresures las cosas. El programa de Dios puede tener muchas sorpresas en reserva.
Permítele que sea Él, no tú, el que se haga cargo de tus relaciones futuras con hombres.
164
Bob Davies con Lela Gilbert, Retratos de Libertad: 14 Personas Que Salieron de la Homosexualidad
(Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2001), pp. 66-67.
106
CAPÍTULO 10
PATERNIDAD Y LA MUJER EX-GAY
John y yo tenemos el privilegio de conocer a cierto número de hombres y mujeres que
dejaron la homosexualidad y se casaron eventualmente. Muchos han criado también a hijos
sanos y seguros. Algunas de estas parejas se han convertido en nuestros amigos a distancia;
otros son más cercanos en proximidad. Somos bendecidos con la oportunidad de hablar de
problemas paternales mutuamente.
Muchas de estas parejas han afrontado valientemente su pasado, han madurado y
progresado antes de comprometerse en el matrimonio y fundar una familia. Otras han
comenzado a tratar su homosexualidad después de casarse y tener hijos. No tuvieron la
oportunidad de corregir sus vidas antes, por lo que tuvieron que hacer alguna tarea de
reparación posteriormente. Otros padres están comenzando este proceso de afrontar y trabajar
su pasado.
No importa donde encajes en estos escenarios, te animo a que permanezcas en el
camino hacia el cambio. Al hacerlo, obtendrás perspectivas y actitudes más sanas, que se
filtrarán naturalmente para nutrir las almas de tus hijos. Muchas que están trabajando la
atracción hacia el mismo sexo están motivadas a crear un ambiente más sano para sus hijos y
experimentan una curación significativa más rápidamente.
Muchos de mis consejos prácticos de las páginas que siguen se basan en
conversaciones personales además de teorías de desarrollo claves con respecto a la
orientación sexual. Para ilustraciones, recurriré a mis relaciones con familias con al menos un
padre ex-gay.
Para lectoras que dudan acerca de si serán madres alguna vez –por favor, leed este
capítulo de todas formas. Mientras vemos los roles de los padres en la vida de un niño,
probablemente verás otra pieza perdida del puzzle de tu propia crianza. Y a veces comprender
lo que nos sucedió mientras se formaba nuestra identidad de género puede ayudarnos a dejar
atrás algunos de los problemas para formar una identidad más sana.
LA IMPORTANCIA DE LA MATERNIDAD
Pocos discutirán que las madres son de vital importancia para el bienestar de los niños
–tanto hijos como hijas. Las mujeres podemos modelar mejor la conexión y educar a nuestros
hijos desde el comienzo de sus frágiles vidas. Estamos hechas para comprometernos
completamente con nuestros hijos, disfrutando de su mirada serena cuando nacen y más tarde
leyéndoles libros y escuchando compasivamente sus problemas del colegio. Nosotras, como
madres, estamos hechas para proporcionarles un ambiente cálido en el que amar a nuestros
hijos.
Como la Dra. Brenda Hunter pregunta en su libro En Compañía de las Mujeres: ¿Por
qué es tan básico el amor maternal que algunas mujeres pasan la mayor parte de sus vidas
adultas o disfrutando de su riqueza o trabajando para comprender por qué sus madres no
pudieron amarlas?” 165
Yo misma como madre, continúo maravillándome del vínculo increíble que compartí con
mis hijos desde el momento en que nacieron. Después de cada nacimiento (por cesárea), mi
marido me traía a mis dulces niños pequeños a los que podía ver, tocar y besar. Todo lo que
podía mover era mi cabeza pero mis sentimientos maternales hacia ellos me arrastraban.
165
Brenda Hunter, En Compañía de las Mujeres (Sisters, OR: Multnomah Books, 1994), pp.32-33.
107
Lágrimas de profundo gozo inundaban mi cara. No podía quitar mis ojos de ellos. Sí, me había
enamorado.
No sólo se enamora la madre de su hijo sino que nuestros hijos también se enamoran
de nosotras. Durante meses, mientras estaban todavía en nuestro seno, nuestro hijo o hija se
unían principalmente a nuestra voz. Escribe el Dr. Hunter:
“Nacemos, entonces, programados para enamorarnos de nuestra madre. Como
bebés resonábamos a su sonrisa; nos dábamos cuenta de su estado de ánimo; le
hablábamos con nuestros arrullos. Si éramos afortunados, escuchaba, nos mantenía
cerca, nos arrullaba y establecía contacto con los ojos una y otra vez. Comenzaba un
dueto encantador entre una madre y su hijo.” 166
En El Poder del Amor Maternal, concluye la Dra. Hunter: “Mis años de terapeuta sólo
han puesto de relieve mi convicción de que nuestro vínculo más temprano con nuestra madre
es primordial, formando todos los demás vínculos íntimos además de nuestro sentido de
identidad.” 167
ACTITUDES DE GÉNERO INSANAS
Los niños son mucho más perceptivos de lo que creemos. Se dan cuenta de mensajes
sutiles, como la mentira de que los hombres son “inútiles” o que las mujeres son “débiles.”
Nuestros niños leen nuestras actitudes y escuchan nuestros mensajes no hablados.
Desafortunadamente algunas de nosotras hemos vivido con pensamientos errantes durante
tanto tiempo que ni siquiera reconocemos lo que estamos comunicando en nuestros
hogares.
RELACIONES CON LOS HIJOS
Por ejemplo, si una madre tiene un resentimiento generalizado hacia los hombres –
incluyendo a su marido- sus hijos reaccionarán a sus actitudes. Un niño puede absorber el
mensaje mientras que otro lo descartará o se rebelará contra él. Si un hijo absorbe el mensaje
de que la masculinidad no es buena, no sabrá lo que pensar de su propia masculinidad en
desarrollo y posteriormente puede girar a relaciones gay para resolver sus problemas de
identidad. Su homosexualidad es un resultado natural de haber acogido el mensaje de que la
masculinidad es mala, rechazando esa parte de sí mismo, y necesitando posteriormente
conectar con su masculinidad.
El resentimiento generalizado o el odio hacia los hombres puede conducir también a
otras reacciones de los hijos. Quizás el hijo rechace la visión de los hombres que tiene su
madre. Puede comenzar a mostrar su desacuerdo por medio de la rebeldía. Después de todo,
ella no está creando un ambiente en el que él pueda sentirse bien con su masculinidad. La
consecuencia será probablemente una relación tensa entre madre e hijo.
Varias familias con hijos maduros se han dado cuenta de que estas dinámicas estaban
en acción cuando sus hijos eran más jóvenes. Me decía una madre: “Nunca me di cuenta del
impacto que mis actitudes hacia los hombres podrían tener sobre mis hijos. Ahora mi hijo
mayor está reaccionando demostrando su masculinidad con una dosis extra de machismo y mi
hijo menor es gay. Aquí estoy yo con 43 años, solucionando mi atracción hacia personas de mi
166
167
Ibid., p. 33.
Brenda Hunter, El Poder del Amor Maternal (Colorado Springs, CO: WaterBrook Press, 1997), xiii.
108
mismo sexo y las malas actitudes hacia los hombres,” me decía, “y mis hijos están viviendo una
búsqueda dolorosa de sus identidades masculinas. Me duele saber que he contribuido a eso.”
RELACIONES CON LAS HIJAS
¿Qué hay de las madres ex-gay que todavía experimentan una desconexión sin
resolver de su propio género? Esto puede ser extremadamente problemático para las hijas.
Puede que la madre no esté disponible emocionalmente para su hija pequeña, puede que no
esté criando a su hija, y/ o puede que no apruebe la feminidad de su hija. Todos estos
resultados derivan de no haber afrontado el pasado y pueden tener consecuencias
devastadoras en una niña pequeña.
Incluso si una madre ex-gay ha podido “estar allí” emocionalmente para su hija, puede
que la madre encuentre ciertas expresiones de la feminidad difícil de su hija. Por ejemplo, me
decía Jane Boyer: “Mi hija quería que le rizase el pelo, que le ayudase a aprender a cocinar y
que comprase ropa con ella. Yo no soy una experta en peluquería ni en cocinar y comprar no
es ciertamente mi pasatiempos preferido. Este tipo de cosas eran muy problemáticas para mí.”
Para muchas mujeres que trabajamos nuestra atracción hacia el mismo sexo, hemos
aprendido que nuestros atributos masculinos fueron sobre desarrollados y los femeninos
subdesarrollados durante nuestra infancia. Debido a esta dinámica, relacionarse con una hija
puede suponer más dificultad que relacionarse con un hijo. Podemos conectar más fácilmente
con la competitividad de nuestros hijos e interesarnos en la lucha atlética que sentarnos y
hacer proyectos de artesanía con nuestras hijas. Cada madre puede elegir ser exigida en estas
áreas, conectar con su hija en actividades femeninas y crecer en curación debido a su relación
con su hija.
Las chicas desean sentirse valoradas por sus padres y quieren permanecer conectadas
emocional y relacionalmente con ellos. Pero en vez de experimentar esta conexión, que
necesita de forma tan desesperada desde su nacimiento, la hija de una mujer con confusión de
género probablemente encontrará una distancia y una desvinculación de su madre. Si continúa
este ciclo sin dirección, la hija puede sufrir durante el resto de su vida, preguntándose por su
valor y el por qué le costaba tanto a su madre amarla.
Shelley, una mujer que conocí en el medio oeste, acababa de dejar una relación lésbica
dos años antes y había vuelto con su marido y familia. Habló conmigo sobre los problemas de
su relación con su hija.
“Anne, me casé joven porque era lo que se hacía. No estaba enamorada de mi marido.
Intentaba tapar mi inseguridad como persona. Luego, nació mi primer hijo –una niña llamada
Amanda. En verdad no sabía cómo relacionarme con ella. No podía vincularme con ella. Ella
parecía demasiado cercana, demasiado como yo, y no podía tratarlo. Por lo que mantuve una
distancia emocional. Gracias a Dios que mi marido pudo conectar emocionalmente con ella.
Ahora que Amanda tiene 11 años, estamos tratando las consecuencias de mi ausencia
emocional por un par de años cuando me dediqué completamente a mi ex-amante. Sé que los
arrebatos y la distancia emocionales de mi hija están relacionadas con el hecho de que no he
estado allí para ella.”
No sólo la maternidad nos cambia y nos hace más vulnerables emocionalmente sino
que como explica la Dra. Brenda Hunter:
“El embarazo y la nueva maternidad llevan a la mujer a casa. Hogar para su primera
relación íntima. Hogar al matrimonio de sus padres. Hogar a sus sentimientos más tempranos
de vulnerabilidad y dependencia... Si fuiste amada, puedes abrazar la maternidad porque
109
recuerdas con todo el corazón lo que se siente al ser cogida en los brazos amantes y la mirada
de tu madre. Tardas en pasar este rico legado.” 168
Por otra parte, dice la Dra. Hunter, “El pasado de una mujer importa mientras afronta la
inminente maternidad. Importa enormemente si tuvo una historia de crianza positiva o negativa,
porque esta es la parte del pozo del que sacará para criar a su hijo.” 169
MOTIVACIÓN PARA TRATAR EL PASADO
Ten en mente que lo que experimentaste cuando eras niña se pondrá al descubierto en
tu propia paternidad a no ser que la trates con honestidad. Considera que la mujer que fue
disciplinada en la ira o en el abuso físico cuando era niña. A menos que establezca
deliberadamente nuevos patrones, puede continuar muy bien estos patrones negativos con sus
propios hijos.
Para proporcionar un ambiente sano tanto para los hijos como para las hijas, nosotras,
madres, debemos examinar cómo nos sentimos con nosotras mismas y lo que creemos de los
hombres. Si no podemos ver la bondad de los dos sexos, no podremos proporcionar un
ambiente sano en el que nuestros preciosos niños pequeños puedan convertirse en hombres y
mujeres sanos. Sólo podemos dar lo que tenemos. Pero si afrontamos el desafío de tratar
nuestro pasado, seremos recompensados personalmente y les daremos el don de la plenitud a
nuestros hijos.
HABILIDADES ESPECÍFICAS DE PATERNIDAD
En el capítulo 4, dirigí el tema del desarrollo sano de género femenino, por lo que para
una revisión completa puedes volver a ver ese capítulo, leyéndolo con la perspectiva de una
madre. Aquí me gustaría guiar y fortalecer tus relaciones con tus hijos –particularmente tus
hijos pequeños. Consideraremos el contacto, las palabras de afecto, límites relacionados con la
desnudez, poner a tu esposo delante de los niños y estimular la relación con el padre del
mismo sexo.
La disciplina y la formación de los hijos es un asunto importante y ya otros han escrito
extensivamente sobre él. Los libros que he encontrado particularmente útiles incluyen Dirigir el
Corazón de un Niño, de Tedd Trip, Reto a la Disciplina, del Dr. James Dobson y Ella Me Dice
Papá, de Robert Wolgemuth. Según su consejo, simplemente añadiré que la disciplina debe
ser utilizada para formar a los niños. Como padres, debemos tomar el rol de liderazgo de
formar a nuestros hijos modelando la conducta piadosa primero, estableciendo parámetros
antes de tiempo y luego llevándolo a cabo consistentemente hasta consecuencias razonables.
Las consecuencias no deben administrarse nunca con ira sino con amor y con el objetivo de
proporcionarles límites y direcciones sanas para nuestros hijos.
Consolar y educar a nuestros hijos es también muy importante. Si tu hijo está llorando y
quiere que lo abraces, no le retires tu afecto. Consolar a un niño es probablemente el mejor uso
de los brazos de una persona. Si tu hijo tiene miedo, no minimices sus miedos sino háblale de
la realidad de la situación y consuela a tu hijo tanto con tus palabras como con tus brazos.
Sacrifica cualquier tarea que estés realizando, ponte en el nivel de tu hijo y ofrécele tu atención
sin distracción.
168
169
Hunter, El Poder del Amor Maternal, p. 26.
Ibid., p. 27.
110
EL VALOR DEL CONTACTO
Desde el nacimiento, los bebés necesitan ser cogidos, amados y acariciados. Crecen
muy bien con el contacto visual de sus padres y otros amigos cercanos y miembros de la
familia. El contacto es esencial para su supervivencia, como afirman Neil y Briar Whitehead en
su libro ¡Los genes Hicieron que lo Hiciera! Los autores citan un informe del siglo trece de un
intento del estudio del desarrollo del lenguaje de Federico II de Alemania. Este dictador sacó a
los niños de sus casas y familias y puso a enfermeras para que los atendiesen sólo para darles
de comer o bañarles. “No se les podía abrazar, acariciar ni hablar. Los niños no sobrevivieron
mucho tiempo para desarrollar ningún lenguaje. Todos murieron.” 170
El contacto es crucial para el bienestar de los hijos e hijas, pero el contacto no se debe
forzar. Soy sensible a mis hijos incluso en el área de hacerles cosquillas. Después de un breve
momento, paro y si ellos quieren continuar el juego, me piden que continúe. A nuestros hijos
les encanta que les lleven en los hombros de sus padres, luchar con su padre en el césped o
arrimarse a uno de nosotros mientras vemos la televisión. Tengo tantos recuerdos maravillosos
con ellos, aunque todos los tres sean todavía chicos jóvenes, que no puedo evitar sonreír y
mirar adelante con impaciencia por los buenos momentos que nos quedan por compartir como
familia.
Robert Wolgemuth afirma que el contacto es un lenguaje de amor para nuestras hijas.
“Para vuestras hijas, el contacto es la clave para su corazón.” 171 Un abrazo, un beso en la
mejilla, acariciarle el pelo, nombrarla –el contacto adecuado siempre dice “Te quiero” y “Eres
preciosa para mí.”
EL VALOR DE LAS PALABRAS DE AFECTO
Tanto los chicos como las chicas necesitan oír palabras de amor y afecto de sus padres.
Necesitan saber que te das cuenta de en qué son buenos, que hablas bien de su género y que
a pesar de su conducta imperfecta, los quieres.
Mis hijos están actualmente en las edades en las que les gusta hacer carreras, saltar y
jugar duro. Se prueban a sí mismos contra las habilidades e intereses de sus amigos. Cuando
Timmy, mi hijo de seis años, me habla de un juego de superhéroes al que jugó con sus amigos
en el colegio, le respondo con entusiasmo. “¡Qué bien, Timmy! ¿Qué superhéroe eras tú?” Con
dos breves comentarios, afirmaba su masculinidad y sus intereses.
Wolgemuth describe tus palabras de afecto a tus hijas. “’Palabras de afecto’ –frases de
afecto- son el acuerdo que sella el contacto físico. Definen exactamente lo que estás pensando
o sintiendo. No dejan lugar a dudas.” 172
A la hora de acostarse cuando hemos terminado de leer un libro, mi marido o yo les
contamos una historia sobre lo mucho que cada uno de nuestros hijos significa para nosotros.
Los chicos escuchan en silencio y atentamente mientras hablamos sobre las cosas graciosas
que solían hacer cuando eran bebés y lo mucho que les queremos. No puedo leerles ciertos
libros sin llorar, como Adivina Cuánto Te Quiero de Sam McBratney. Y luego tengo que
explicarles por qué estoy llorando. Seguro que ahora soy una buenaza- No siempre lo fui.
Todos sabemos que las palabras pueden edificar o destruir. Debemos tener mucho
cuidado con lo que sale de nuestras bocas. Si te encuentras degradando a tus hijos con
palabras, insultándolos o criticándolos constantemente, pide ayuda inmediatamente. Puedes
conseguir dirección de un pastor o terapeuta cristiano, pero busca ayuda. Porque como dice la
170
Neil y Briar Whitehead, ¡Los Genes Hicieron que lo Hiciera! (Lafayette, LA: Huntington House
Publishers, 1999), pp. 50-51.
171
Robert D. Wolgemuth, Ella Me Dice Papá (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1996), p. 84.
172
Ibid., p. 90.
111
Escritura: “Hay charlatanes que hieren como espadas, la lengua del sabio es medicina”
(Proverbios 12,18).
ASUNTOS DE LA DESNUDEZ
A una edad muy joven, ver a la madre o al padre sin ropa no es un problema realmente. En
efecto, desde el nacimiento a los dos años, tendrás que dejar la puerta del baño abierta o
meter a tu hijo dentro contigo. Si no, los estragos o el peligro pueden arrasar como un
tornado.
Incluso a los tres años, la mayoría de los niños no se da cuenta en verdad del cuerpo de
sus padres ni experimenta ninguna forma de vergüenza. Cuando empiezan a darse cuenta del
cuerpo del padre del género opuesto es cuando el padre no debe permitirles ya que lo o la
vean en la ducha o cambiándose de ropa. De acuerdo con mi experiencia, eso empieza a
suceder cuando los niños están entre los tres y los cuatro años. El pudor entra en vigor también
sobre esta época. Está bien si un niño continúa bañándose con su padre –después de todo, su
padre es como él. Pero es en esa época cuando el cuerpo del padre del género opuesto
comienza a parecerle misterioso. Los límites suben en el área de la desnudez.
Como madre, todavía baño a mis hijos pero también respeto su pudor. Si quieren, giro
mi cabeza hasta estén cubiertos en la bañera. Todavía necesito estar allí para asegurarme de
que están seguros y de que se lavan el pelo. Asimismo, mi hijo de seis años sabe respetarme
no entrando en mi cuarto de baño cuando estoy bañándome o cambiándome.
El Dr. Stanton Jones, coautor de Homosexualidad: El Uso de la Investigación Científica
en el Debate Moral de la Iglesia, afirma una teoría clave que ha desarrollado Daryl Bem,
profesor de psicología de la Universidad Cornell de Nueva York, llamada la teoría de “Lo
Exótico Se Hace Erótico.” Bem sugiere que “las personas pueden sentirse atraídas
eróticamente a tipos de personas de las que se sintieron diferentes durante la infancia.” 173 El
Dr. Jones escribe. “Bem sugiere que ser criado para ser más familiar con el grupo de tu mismo
sexo tiene como consecuencia cierto misterio o ‘exotismo’ del otro sexo y lo que es exótico
tiende a ser considerado como atractivo sexualmente o ‘erótico’ en la vida adulta.” 174
El cuerpo femenino debe convertirse en “misterioso” para nuestros hijos y el cuerpo
masculino misterioso para nuestras hijas. Cuando nuestros hijos del sexo opuesto tengan
cuatro años de edad, ya no debemos estar desnudos en su presencia. En vez de eso, deben
identificarse con el cuerpo del padre del mismo género.
EDIFICAR A TU ESPOSO
Los niños reciben un gran beneficio cuando su padre y madre se demuestran respeto
mutuamente. Los hijos necesitan ver que su madre nora a su padre verbalmente y viceversa.
Asimismo, necesitan ver a su padre expresando el amor a su esposa con palabras y acciones.
Cuando los hijos ven respeto, honor y afecto entre sus padres, aprenden cómo va a funcionar
un matrimonio –como debe tratar un hombre a su mujer y cómo una esposa debe responder
con amor a su marido. Leemos en el Nuevo Testamento:
“Maridos, amad a vuestras esposas como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí
mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la
palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa
173
Daryl J. Bem, “¿Está apoyada la Teoría EBE por la evidencia? ¿Es Androcéntrica? Una Respuesta a
Peplau et al.,” Revisión Psicológica 105, nº 2 (1998): p. 395.
174
Stanton Jones y Mark Yarhouse, Homosexualidad: El Uso de la Investigación Científica en el Debate
Moral de la Iglesia (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000), p. 57.
112
parecida, sino que sea santa e inmaculada. Así deben amar los maridos a sus mujeres como a
sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo.” (Efesios 5,25-28).
¡Esa es una orden bastante grande que los hombres deben cumplir!
A la esposa, le dice la Escritura: “Mujeres, someteos a vuestros maridos como al
Señor,” y “la esposa debe respetar a su marido” (Efesios 5,22-33). Si la palabra “feminidad”
implica debilidad para algunas de nosotras mujeres, ¡cuanto más “sumisión” suena disonante a
nuestros oídos! Pero debemos comprender que en el uso bíblico, sumisión no quiere decir
“eres menos que.” Simplemente implica una orden. Si nadie se somete a un general en un
ejército, el ejército no puede funcionar. Los hombres se someten aun jefe en el trabajo, en el
ejército, además de en la iglesia –sin pensarlo dos veces. Incluso el Vicepresidente se somete
al Presidente de los Estados Unidos. Tú, como esposa, eres la vicepresidenta de tu familia.
Sólo ten en mente que sumisión no es igual a “menos valor” sino que describe un orden de
autoridad.
ESTIMULAR LA RELACIÓN DEL NIÑO CON EL PADRE DEL MISMO SEXO
Nosotras madres tenemos que estimular la relación entre padre e hijo y no interceptar
sus comunicaciones. Nuestros hijos necesitan relacionarse directamente e identificarse con su
padre. Las mujeres podemos intervenir fácilmente debido a nuestra naturaleza intuitiva –pero
eso no es apropiado.
Déjame que te dé un ejemplo personal. Estaba recogiendo la ropa sucia en la
habitación de mi hijo cuando se giró hacia mí y me dijo: “Mamá, estoy mal con papá.”
“ Timmy, ¿qué es lo que ocurre?” le pregunté.
Para ser honesta, no puedo recordar cual era la queja pero dándome cuenta de que era
seria, le dije: “¿Por qué no vas y hablas con tu padre de ello?” Timmy siguió mi consejo y bajó
al piso de abajo para hablar con su padre. En unos minutos, el problema estaba solucionado y
se unieron incluso más.
Lo mismo sucede con la relación madre-hija. Los padres deben animar a las hijas y a
sus madres a conectar o a volver a conectar, a no ser que tengan una relación insana. Si la
madre no ha tratado problemas psicológicos que tiene, como un desorden bipolar o res
constantemente crítica con su hija, resto puede hacer más daño en vez de ayudar a su hija.
Asumiendo que existe esperanza para una relación sana entre las dos, el padre debe estimular
el vínculo y salir de su intimidad en desarrollo.
Tus hijos necesitan también tener buenas relaciones con el padre del género opuesto,
como se ha dicho de formas extensa en el capítulo 4.
RELACIONES DEL CLAN FAMILIAR
Cuando hablo con otros padres ex-gay, a veces me sorprendo de sus historias sobre los
miembros del clan familiar que están teniendo problemas al criar los niños. Me decía una
amiga:
“Aunque he tratado con “mi problema” y he progresado, mi hermana heterosexual no
fue al asesoramiento sobre nuestra educación. Siempre decía: “La Homosexualidad es tu
problema, no el mío. ¿Para qué necesito yo ayuda psicológica?”
“Bien, a mis hijos les está yendo muy bien pero los hijos de mi hermana están luchando
con su identidad de género. Se puede ver de lejos. Y, lo que es peor, puedo verla duplicando la
113
crítica de mi madre hacia los hombres y la sobre-dependencia de sus hijos. Realmente es
aterrador. ¡Si esos niños no terminan siendo gay, será un milagro!”
He oído esto tantas veces que ya no me sorprende. Si los hermanos no quieren afrontar
las dificultades de su vida, perdonar y trabajar un proceso similar de curación de las heridas de
la infancia como su hermano o hermana con atracción hacia el mismo sexo, probablemente
duplicarán la paternidad errónea que recibieron. La negación no nos protege de las
repercusiones del ambiente familiar original.
En vez de eso, las dinámicas familiares erróneas se duplican por generaciones a
no ser que sean confrontadas de forma deliberada. Como dicen muchos padres cristianos:
“Esta es nuestra oportunidad de detener los patrones insanos para la próxima generación.
Estas cosas no pueden continuar. Tengo la oportunidad y la responsabilidad de cambiarlo por
mis hijos.”
¡Si nuestros clanes familiares lo sintiesen de esa forma tan fuerte!
TRANSMITIENDO UNA NUEVA HERENCIA
Aunque no hayas trabajado en solucionar tu pasado y las dinámicas de familia de origen
antes de tener hijos, todavía estás a tiempo de reparar cualquier daño que puedes haber
pasado a tus hijos. La humildad y el perdón pueden ser una ayuda poderosa para curar las
heridas. Tienes que trabajar tus propios problemas de la infancia y tus hijos también. Esto
comienza el proceso de dejarles una nueva herencia.
Como madres, tenemos que darnos cuenta de que nuestra educación es increíblemente
valiosa e impactará sobre el resto de las vidas de nuestros hijos –especialmente sobre su
capacidad de vincularse con sus seres queridos. La relación madre-niño es la primera relación
íntima significativa que experimentamos los humanos y forma todas las demás que siguen.
Debemos trabajar los problemas de nuestro propio pasado para que nuestros hijos reciban la
educación de nosotros que necesitan desesperadamente.
Nosotros padres tenemos que ser conscientes de las actitudes residuales que están
infectadas de nuestras ideas pasadas. Si comunicamos que los hombres son malos o las
mujeres débiles, afectaremos naturalmente a las percepciones que nuestros hijos tienen de sí
mismos. En vez de eso, debemos evaluar con cuidado lo que estamos comunicando sobre el
género a nuestros hijos y corregirnos si es necesario. Afortunadamente para nosotras y para
nuestros hijos, Dios está por la labor de vendar los corazones rotos y curar sus heridas (Salmo
147,3). Alguien mayor que nosotros quiere luchar a nuestro lado en la batalla por la salud y la
plenitud. Como promete Su Palabra:
“”El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido el Señor. A anunciar la
buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los
cautivos la liberación y a los reclusos la libertad; a pregonar año de gracia del Señor, día de
venganza de nuestro Dios, para consolar a todos los que lloran, para darles diadema en vez de
ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto, alabanza en vez de espíritu abatido (Isaías
61,1-3).
NUESTRO VERDADERO OBJETIVO
Una mujer que ha abandonado su lesbianismo descubrirá que Dios le o frece una vida
de satisfacción. Esa vida puede incluir o no un marido e hijos. Pero siempre incluirá el mejor
designio de Dios para esa mujer en particular.
Mi consejo, entonces, es no buscar un marido –no necesariamente una relación
romántica con un hombre. Mejor aún, espera a ver lo que Dios tiene que ofrecerte. Prepárate
para permanecer soltera pero prepárate también para un hombre especial si eso es lo que Dios
ha elegido para ti.
114
De forma similar, tu futuro puede que incluya o puede que no la maternidad. Alégrate
tanto si Dios dice sí como si dice no. Nuestro objetivo debe ser siempre recibir lo mejor de Dios.
Como aconsejaba el evangelista Dwight Moody hace más de cien años: “Extiende tu petición
ante Dios y luego di: ‘Que se haga, Señor, tu voluntad, y no la mía.’ La lección más dulce que
he aprendido de la escuela de Dios es dejar que el Señor elija por mí.”
Mientras progreses en tu plenitud como mujer, haz de este tu dicho. No te arrepentirás.
AL SEPARARNOS
“Dichosos los que sacan de ti sus fuerzas, cuando piensan en sus subidas. Al pasar por
el valle del llanto, lo van transformando en hontanar y las lluvias los cubren de bendiciones.
Caminan de altura en altura y Dios se les muestra en Sión.” (Salmo 84,5-7)
Al comienzo de este libro, comparé el salir de la homosexualidad con un camino. Hice
mención a que el camino tendría sus subidas y bajadas, sus curvas y gracias a Dios, sus
agradables autovías rectas en las que puedes acelerar con relativa facilidad.
Dentro de unas pocas páginas más, cerrarás la tapa de este libro. Espero que hayas
encontrado respuestas y estímulo en sus páginas y que acudas a él las veces que sientas que
es necesario. Al mismo tiempo, me doy cuenta de que tu historia es única y de que los muchos
avatares y giros que hay delante de ti harán que tengas que hacer elegir a lo largo del camino.
Lo que decidas en cada coyuntura determinará tu propio camino personal. Si has entregado tu
vida a Jesucristo, tendrás un compañero preparado a lo largo del camino: “Ya gires a la
derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una voz detrás de ti, que dice: ‘Este es el camino,
adelante” (Isaías 30,21). Te corresponde a ti escucharle y progresar hacia la plenitud.
LA MESETA EX-GAY
Si eres como la mayoría de las mujeres que supera la atracción y la identidad
homosexual, puedes llegar a un lugar de descanso a lo largo del camino y sentirte reacia a
levantarte y avanzar. Tras afrontar el dolor y el cambio, necesitamos descanso. Pero
eventualmente, debemos continuar nuestro largo camino para conseguir lo que nos espera. El
permanecer en una identidad incompleta ha sido llamado “la meseta ex-gay” por Sy Rogers,
un portavoz popular de la comunidad ex-gay.
Para la mayoría de nosotras, el proceso de abrazar nuestras identidades femeninas
dadas por Dios y de salir luego a las vidas de otros es la forma de salir de la meseta ex-gay. A
mí me ha ayudado durante los años saber que no soy significativamente diferente de otras
mujeres de mi alrededor. Ni tú tampoco. La diferencia suele residir en la expresión externa de
cómo hemos tratado nuestras inseguridades, miedos y heridas, más que en nuestras
naturalezas como mujeres.
En el capítulo 7 cité a una Señora joven llamada Sydney que me decía: “Solía
quedarme agarrada al elemento de atracción hacia el mismo sexo, cuando lo que en verdad
estaba en el núcleo de mi pecado tenía muy poco que ver con el sexo. Se me ha hecho muy
evidente que muchas mujeres están buscando encontrar su suficiencia en alguien o algo más,
en otro que no es Dios. Yo no estoy sola.”
Mi esperanza es que tú te sientas de forma similar a Sydney –que no estás sola en tu
situación ni luchas. Mi esperanza es que puedas comenzar a ver los parecidos entre tú misma
y otras mujeres que no tienen atracción hacia el mismo sexo.
115
CERRAR LA PUERTA DE ATRÁS
Una forma segura de evitar ser golpeada en el proceso de cambio es cerrar la puerta
trasera –suprimir para siempre tu opción de volver a las relaciones, identidad o cultura lésbicas.
Uno de mis pastores solía decir: “Cubre con tablas las ventanas y tapia la vieja puerta.
Comprométete a no volver al pasado.”
Para aplicar este principio, simplemente pídele a Dios que te dé un corazón indiviso
dedicado a Sus caminos, comprométete en la oración a no volver a tu pasado y pídele que te
conceda despreciar tu pecado.
Esa última sugerencia fue bastante profunda en mi vida. Había estado trabajando en
mis problemas de atracción hacia el mismo sexo durante un par de años cuando me aventuré a
pedirle a Dios que me concediera despreciar mi pecado. Como consecuencia de esa oración,
comencé a ver la homosexualidad y las relaciones homosexuales con una luz totalmente
nueva. En vez de mi atracción típica hacia las mujeres que parecían ser lesbianas, me
encontré experimentando una tristeza nueva y profunda. No me sentía sentenciosa, áspera ni
enfadada. Es más, me sentía triste. Creo que Dios me estaba dando un atisbo de la
destrucción del pecado.
Por ejemplo, me acuerdo de ir a un torneo de béisbol a animar a un amigo. Mientras
veía el partido, me di cuenta de que había varias lesbianas y esperaba sentir atracción hacia
ellas. En vez de eso, notaba el dolor que había bajo sus exteriores defensivos. Me di cuenta,
mirando a algunas de las mujeres, de que habían rechazado profundamente su propio valor
como mujeres, probablemente debido a sus experiencias dolorosas del pasado. Tenía ojos que
podían ver más allá de lo exterior entrando en sus corazones. La experiencia me impactó
profundamente.
Por otra parte, pudimos asumir que el pasado se va de nuestros recuerdos para siempre
y que posiblemente no podía volver a las antiguas formas. Considero esta imprudencia porque
todavía llevamos con nosotros una naturaleza de pecado (Salmo 51,5; Romanos 8,12-14) que
se eliminará para siempre cuando entremos en la eternidad (Apocalipsis 22,3-5.14). Hasta
entonces, mi falibilidad humana permanece como parte de mí y necesitada del Señor
Jesucristo y del liderazgo diario del Espíritu Santo (Romanos 8,5-9; Hebreos 12,1-3).
Me doy cuenta de que si llega a tener lugar la tentación hacia el mismo sexo, tengo las
herramientas, la comprensión y la relación con Dios para superar cualquier tentación. Siempre
tenemos una salida ante cualquier tentación (I Corintios 10,13), Además, intento no sentirme
avergonzada si soy tentada, ya que la tentación no es el pecado. Tengo la opción de cómo
responder a la tentación. Las antiguas soluciones eran dulces pero nada más –son amargas y
no dan fruto.
Finalmente, debes saber que el Cuerpo de Cristo está necesitado de mujeres (y
hombres) actualmente que sean transparentes y capaces de utilizar su pasado para ayudar a
los demás. La iglesia en general puede sacar provecho de las lecciones de la vida que
aprendes y aplicas. Mi esperanza es que hagas de este uno de tus objetivos. Muchas mujeres
luchan todavía diariamente con los problemas que tú ya has resuelto. Tú puedes ayudarles
formando parte de un grupo de apoyo local, ofreciendo asistencia económica y voluntaria a los
ministerios que ayudan a las mujeres que luchan con la homosexualidad a progresar hacia una
nueva vida, y lo más importante, rezando por estos ministerios y las mujeres que buscan ayuda
en ellos.
Dios te bendiga en tu camino.
“Que Él, el Dios de la Paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu,
el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel
es el que os llama y es Él el que lo hará” (I Tesalonicenses 5,23-24).
116
APÉNDICE A:
PREGUNTAS QUE SE HACEN CON FRECUENCIA
Debido a mi experiencia personal con el lesbianismo y la naturaleza del
ministerio en el que estoy implicada, con frecuencia se me hacen ciertas preguntas básicas.
Aquí hay algunas de esas “preguntas que se hacen con frecuencia” con breves respuestas. Si
el tema está más desarrollado en los capítulos de Restaurar la Identidad Sexual, hago mención
a los capítulos en que se expone ese tema.
¿Los hombres y mujeres con sentimientos homosexuales “nacen gay”?
Los medios de comunicación populares promueven la idea de que los hombres y
mujeres nacen homosexuales pero la investigación simplemente no corrobora esa afirmación.
Un argumento más fuerte favorece la influencia de un número de factores: abuso sexual en la
infancia, conclusiones internas sobre el valor del género de la persona y el género del padre
que la persona modeló cuando era niña. Este tema se trata más ampliamente en los capítulos
2 y 3.
¿Puede una mujer cambiar realmente su orientación sexual?
Ciertamente el cambio puede tener lugar. En efecto, el terapeuta Steven Donaldson
afirma que cambiar la orientación sexual de una persona puede ser más fácil que superar la
adicción a las drogas o al alcohol. En mi vida y en las vidas de las 265 mujeres que
respondieron a mi encuesta, el primer cambio importante fue la nueva apreciación de la
feminidad. Ese cambio inicial ayudó a producir la identificación heterosexual. Para más
información, puedes leer el capítulo 5.
¿Dejaré algún día de tener tentaciones con sentimientos sexuales hacia otras
mujeres?
Con frecuencia cuando comenzamos a tratar los problemas que subyacen en la
atracción hacia el mismo sexo, los sentimientos homosexuales pueden parecer un poco más
fuertes. Pero mientras afrontamos los problemas que pueden parecer sin relación con nuestras
tentaciones, nuestra atracción hacia el mismo sexo disminuye y eventualmente se queda en
segundo plano ante otras luchas y problemas de nuestras vidas.
En 1987, cuando comencé a afrontar los problemas de una forma deliberada, me
encontré luchando con pensamientos lésbicos en una dosis diaria. Pero ahora, 16 años
después, como esposa y madre, encuentro tales pensamientos una rareza. Este tema se trata
totalmente en el capítulo 7 y hay más ejemplos de mi vida en mi autobiografía y la de mi marido
Ganó el Amor.
Una amiga del trabajo es lesbiana. Dice que es feliz pero me gustaría hablar con
ella sobre su vida. ¿Qué debo hacer?
Primero, recuerda que la homosexualidad en su raíz no es sexual. En vez de eso es
una forma de pareja ineficaz –una forma falsa de amar y de nutrirse. En la base de la atracción
homosexual hay una desconexión con el sentido de la mujer y con el gozo de ser mujer. Puede
parecer feliz para el mundo exterior pero en los momentos de tranquilidad probablemente
experimenta los mayores sentimientos de insatisfacción.
117
Lo que necesita más que nada es la relación con Jesucristo y el alimento que procede
solamente de Dios. Reza para que pueda conocer el consuelo y la paz que supera a la
comprensión.
Dios es el único que puede hacerle comprender que las relaciones lésbicas “no están
bien” y que no son Su deseo o designio para ella.
Mi compañera de trabajo dice que es cristiana y lesbiana. Incluso va a la Iglesia
regularmente. Estoy confundida -¿Se puede ser ambas cosas al mismo tiempo?
Puede ser cristiana muy bien –Sólo Dios puede juzgar su corazón. La gente ha
desarrollado muchos argumentos utilizando varios pasajes de las Escrituras para justificar la
conducta homosexual. Lo creas o no, algunas personas enseñan una llamada “teología gay”
pero esta es una visión revisionista de las Escrituras. En otras palabras, si está reivindicando
que la Biblia dice que el lesbianismo es aceptable, debe haber reinterpretado la Escritura para
encajar sus sentimientos.
La forma más fácil de evaluar las reivindicaciones de la “teología gay” es ver si en algún
lugar de la Escritura Dios respalda la sexualidad fuera de los límites del matrimonio entre un
hombre y una mujer. En ningún lugar la Escritura respalda la expresión sexual entre dos
mujeres o dos hombres. Para más información, lee el libro de Joe Dallas: Un Fuerte Engaño:
Confrontando el Movimiento “Cristiano Gay” (Harvest House Publishers, 1996).
Mi hija acaba de decirme que es gay y me siento abrumada de dolor. ¿Qué puedo
hacer?
Muchos padres lloran profundamente cuando se enteran de la homosexualidad de su
hija. Afrontan abandonar los deseos del matrimonio heterosexual de su hija y los hijos
naturales. Pueden preguntarse cómo es que no conocían a su hija lo bastante bien como para
no haberse dado cuenta de su lucha. Y puede que sientan que su hija rechace su matrimonio.
Estos sentimientos pueden ser muy fuertes. Yo te animaría a encontrar apoyo de padres
que han sobrevivido a la admisión de la atracción hacia el mismo sexo de su hija. Algunos de
estos padres no sólo han sobrevivido sino que realmente se han hecho personas más fuertes.
La oficina de Exodus puede referirte a un ministerio que se encarga de los padres de hijos con
homosexualidad. Además te recomiendo que conciertes una cita para hablar con tu pastor o
cura y te arriesgues eventualmente a hablar con tus amigas más íntimas sobre ello. Tienes
gran necesidad de apoyo y comprensión en este momento.
Como madre, me pregunto qué hice mal. ¿Soy responsable de la homosexualidad
de mi hija?
Nadie es responsable de las acciones o sentimientos de otra persona. Pero si lees los
capítulos 3 y 4 y encuentras que has contribuido a sus luchas de alguna forma, siempre puedes
dar el paso de decir: “Lo siento.”
También es importante tener en mente que las percepciones de tu hija de las
circunstancias y decisiones basadas en sus experiencias formaron una parte importante en el
desarrollo del déficit y atracción hacia el mismo sexo. Puede que sea sensato preguntarle sus
puntos de vista y sentimientos sobre la vida cuando vaya creciendo. Si decides hacerlo,
prepárate para escuchar sin defenderte y estarás abriendo una puerta muy importante de
comunicación con tu hija. Que el Señor te bendiga mientras buscas comprensión y una relación
de corazón a corazón con ella.
¿Dónde puedo encontrar recursos adicionales?
118
En el capítulo 5 hice referencia a varios recursos de apoyo. Para materiales escritos,
recomiendo que te pongas en contacto con Exodus en (888) 264-0877 0 www.exodusinternational.org y pidas una lista de libros. También he sugerido una lista de recursos
adicionales en la página 259.
APÉNDICE B:
RESULTADOS DE LA ENCUESTA
La siguiente encuesta no se hizo en un marco académico y no es un proyecto de
investigación científica. Sin embargo, refleja los corazones de las mujeres que participaron en
ella. La información subordinada que tan generosamente proporcionaron estas mujeres en sus
respuestas ofrece introspección, ánimo, afirmación y dirección a todas aquellas de nosotras
que hemos luchado con la atracción hacia el mismo sexo.
En abril de 1999 se me ocurrió la idea de entrevistar a mujeres que estén superando o
hayan superado la homosexualidad. El principal objetivo de la investigación era proporcionar
datos para Restaurar la Identidad Sexual. Sentía que el estudio era importante por varias
razones. Faltan datos cuantitativos sobre las experiencias y antecedentes de las mujeres con
atracción hacia personas del mismo sexo. Quería probar algunas de las teorías sobre el
desarrollo del lesbianismo. Y finalmente, creía que las mujeres interesadas en superar el
lesbianismo estarían interesadas en responder una entrevista así y en ver cómo la experiencia
de otras coincidía o se diferenciaba de la suya propia.
Mi intención era preguntar a mujeres de Exodus International, una red organizada de
ministerios que ayuda a hombres y mujeres a dejar la homosexualidad. También intenté tener
un grupo de control más pequeño de aproximadamente 40 a 50 mujeres identificadas como
lesbianas.
EL PROCESO DE DESARROLLO
En septiembre de 1999 hice una lista inicial en borrador de dos páginas de preguntas.
Desde entonces hasta marzo del 2000, obtuve revisión de contenido y ayuda de desarrollo de
11 expertos del movimiento ex-gay cristiano, además de tres expertos adicionales de otras
áreas. Entre los revisores se encontraban Bob Davies (antiguo Director Ejecutivo de Exodus
International), cinco líderes nacionales de mujeres de Exodus y tres terapeutas profesionales. A
finales de marzo del 2000 había desarrollado una lista de 142 preguntas. En el desarrollo final
de mayo de 2000, la entrevista tenía ocho páginas.
A lo largo del camino, varias personas contribuyeron con su destreza e introspección en
el área de la revisión de diseño. En particular, Katy Vorce acudió para minimizar los márgenes
de error de las preguntas, reestructurar el orden de las preguntas y revisar la redacción para
darle claridad y consistencia. Me proporcionó una ayuda inestimable en esta área con esas tres
revisiones. John McKeever me aconsejó sobre la distribución de la encuesta.
Envié una copia final a cada uno de mis revisores y les pedí que buscasen preguntas
duplicadas, fluidez de preguntas, preguntas en las secciones equivocadas, significadas de
palabras o preguntas que no estuviesen claros y preguntas que pudiesen interpretarse de dos
o más formas.
En junio de 2000 distribuí 1884 encuestas a través de ministerios referentes de Exodus,
predominantemente en los Estados Unidos y Canadá. Un afiliado de Exodus de Singapur
estuvo también interesado y distribuyó 11 encuestas.
119
Además, anuncié la encuesta en los programas de radio Renewing the Heart de Focus
on the Family y America de Janet Parshall. Recibí 28 peticiones individuales de encuestas
como consecuencia. De forma adicional, en agosto de 2000 distribuí 150 encuestas en la
Conferencia anual de Exodus de Norteamérica.
Al final, distribuí 1912 encuestas. De estas, rellenaron y me devolvieron 265 en marzo
de 2001 (un índice de entrega del 14%). La encuesta lésbica tuvo mejores resultados en el
porcentaje de entregas (32%) pero el pequeño número de encuestas devueltas (nueve) era
inadecuada para un grupo de control.
DATOS DEMOGRÁFICOS GENERALES
De las 265 mujeres con atracción hacia el mismo sexo que respondieron la encuesta,
más de dos tercios tenían entre 25 y 45 años de edad. Un poco más del 8% tenían menos de
25. Casi el 20% tenían 45 años y más.
De las que respondieron, el 83% eran del Cáucaso, el 5% eran afroamericanas, el 4%
eran asiáticas, el 5% eran latinas /hispanas y el 3% se describían como “otras.”
Poco más del 2% de las mujeres tenía problemas de audición. Casi el 55% tenía unos
ingresos anuales de entre 20,000 $ y 50,000 $, por encima del 25% de las mujeres cobraba
menos de 20,000 $ anuales y casi una de seis (16%) cobraba más de 50,000 al año.
Un tercio había terminado estudios universitarios, otro tercio se había graduado de la
universidad y el 16% había conseguido un master o un nivel más alto. El catorce por ciento
había logrado solamente estudios de secundaria.
Casi dos tercios de las mujeres no se había casado nunca, por debajo de un cuarto
estaban actualmente casadas y aproximadamente el 10% estaban divorciadas o separadas.
Un tercio de las mujeres llevaba entre uno y tres años recibiendo ayuda para su
atracción hacia el mismo sexo, mientras que el 15% había pasado menos de un año recibiendo
ayuda. Otro 20% estuvo de cuatro a siete años recibiendo ayuda y casi el 20% restante pasó
de ocho a diez años obteniendo ayuda.
Un poco más de la mitad de las mujeres había recibido ayuda por medio de Exodus, la
mitad recibía ayuda adicional por medio de terapia profesional y más de un tercio utilizaba otros
medios, que incluían ayuda psicológica pastoral o laica. Alrededor del 43% utilizaba medios
múltiples para alcanzar sus objetivos. La combinación más común era un ministerio de Exodus
y una terapeuta profesional (casi el 20%).
Antes de la ayuda el 57% de las mujeres se identificaban como lesbianas, el 19% como
bisexuales y el resto como heterosexuales, “ex-lesbianas” u “otras.”
Las mujeres declararon su identificación sexual en el momento de la entrevista como
heterosexuales (43%), ex-lesbianas (un tercio), lesbianas (7%), bisexuales (5%) y otras (11%).
De las 219 mujeres encuestadas que dijeron que habían experimentado o habían sido
diagnosticadas con problemas psicológicos, casi el 40% había experimentado uno o dos
problemas de esos en algún momento. Casi el 30% había experimentado más de cuatro
problemas psicológicos en algún momento de sus vidas. Más del 17% expresó que no tenían
problemas psicológicos. La encuesta incluía los siguientes temas: depresión, intentos de
suicidio, dependencia química /uso de pastillas, comer demasiado, bulimia, anorexia, conducta
alcohólica, auto-mutilación y otras. Estas fueron las respuestas:



depresión –(67%)
alcoholismo –(38%)
comer demasiado –(31%)
120



Uso de pastillas /dependencia química –(28%)
Intentos de suicidio –(25%)
Los problemas psicológicos menos frecuentes eran la auto-mutilación (16%),
anorexia (7%) y bulimia (7%).
Cuando se les preguntó la causa de su depresión o de sus intentos de suicidio,
respondieron:






La ruptura de una relación sexual o romántica con una persona del mismo sexo
(61%)
Desesperación general (58%)
Falta de esperanza de cambio real (55%)
Depresión clínica (34%)
Otras (22%)
Presión de otros para que cambie de orientación (21%)
Ninguna de las encuestadas respondió “presión” como respuesta singular. Todas las
demás respuestas sí se dijeron a veces como causas singulares.
RELACIONES CON PADRES /FAMILIA
De las encuestadas, el 7% fueron adoptadas cuando eran niñas y un 4% fueron
colocadas en casas de acogida cuando eran niñas.
Un poco más de la mitad (57%) fueron educadas en un hogar activamente cristiano. En
casi el 30% de las familias, los padres se habían divorciado o separado antes de que las
encuestadas tuviesen 18 años de edad. Si los padres se habían divorciado, la gran mayoría
(93%) se quedó viviendo con su madre.
Casi el 40% de las mujeres crecieron en familias en las que el padre era alcohólico. El
padre que abusaba del alcohol era el padre en el 30% de los casos, la madre (7%), seguidos
del padrastro (4%). Algunas familias tenían más de un padre que abusaba del alcohol. El abuso
de sustancias por los padres era mucho menor –15%.
Cuando se le preguntó a la encuestada con quién se sentía más cercana cuando crecía,
el 42% dijo que con la madre, un cuarto marcó el padre y el 32% no seleccionó a ningún padre.
MADRES
En respuesta a la pregunta: “¿Cómo veías a tu madre cuando estabas creciendo?” las
cuatro descripciones y sus respuestas más señaladas fueron:




crítica (49%)
dominante (37%)
excluida (37%)
débil (34%)
Tristemente, pocas mujeres pudieron describir a sus madres como:



educadoras (23%)
implicadas de forma activa (22%)
afirmativas (17%)
Casi un tercio de las encuestadas dijeron que su madre estuvo ausente durante un
periodo crítico de su infancia.
121
Cuando se les preguntó si les habría gustado ser como sus madres cuando estaban
creciendo, un asombroso 84% dijo que no.
PADRES
Cuando se les pidió que describiesen a sus padres cuando estaban creciendo, los
adjetivos más utilizados por las mujeres fueron:





excluidos (46%)
críticos (37%)
fuertes (35%)
pasivos (33%)
abusadores (28%)
Tres de los cuatro visiones positivas de sus padres estaban al final de la lista:



afirmativo (18%)
educador (16%)
implicado de forma activa (15%)
A pesar de estas descripciones y de las relaciones más íntimas con sus
Madres, el 75% de las mujeres veía al género masculino como modelos de rol más deseables.
OTRAS DINÁMICAS FAMILIARES / DE INFANCIA
Casi la mitad de las encuestadas (46%) creció oyendo comentarios negativos o
degradantes sobre las mujeres. Casi dos tercios (62%) de los comentarios eran afirmados por
sus padres mientras que el otro tercio (35%) procedía de los hermanos de las chicas (35%) y
un cuarto (27%) de las madres.
ABUSO
Estas son las definiciones de abuso en la encuesta:







abuso verbal –llamar a un chico insultándole o diciéndole constantes palabras con
ira sin tener en cuenta la conducta de la niña.
Abuso emocional – palabras de manipulación, como culpar a la niña de los
problemas del adulto, arrepintiéndose del nacimiento de la niña, controlándola por
medio de la culpa o la vergüenza y utilizando a la niña como apoyo emocional
esponsal.
Abuso físico –herida física de daño sustancial o amenaza genuina de daño
sustancial por un padre o cuidador (excluyendo accidentes).
Negación –el no proporcionar lo básico de comida, ropa, refugio y supervisión
adecuada, así como el no sacar a la niña de una situación en la que está expuesta
al abuso.
Abandono –la carencia de presencia emocional o física o dejar a la niña sin
supervisión.
Abuso espiritual –la autoridad espiritual mal dirigida o coerción sobre la vida de otra
persona.
Abuso sexual –incluye cualquier tipo de intercambio sexual entre un niño y alguien
mayor, más fuerte, desde el contacto inadecuado a besos, contacto con los
genitales de la niña, también incluye exhibicionismo ante la niña, exponerla a
122
materiales pornográficos o utilizar a la niña para realizar materiales pornográficos
(puede incluir o no contacto vaginal, oral o anal)
Un asombroso 91% de las mujeres había experimentado alguna forma de abuso
mientras crecía. Los abusos citados con más frecuencia fueron el abuso emocional (69%),
seguido muy de cerca por el abuso sexual (66%) y del abuso verbal (53%). (Mira el capítulo 6
para más información).
Casi dos tercios (62%) de las mujeres afirmó presenciar el abuso de un miembro de la
familia. Predominantemente los abusos presenciados eran verbales (72%), emocionales (72%)
y físicos (57%), abandono (26%), aunque en el 10% de esos casos, la niña presenció abuso
sexual perpetrado por un miembro de la familia.
Tres cuartos de las mujeres que fueron víctimas de abuso sexual sufrieron el abuso por
primera vez entre los tres y los diez años de edad (75%).
Dos tercios de las encuestadas habían sufrido abusos sexuales por parte de un hombre
antes de los 18 años. De esas mujeres que sufrieron abuso, el 85% fueron violadas por un
hombre. El hombre más común que perpetró el abuso fue descrito como un hombre ajeno a la
familia (58%), seguido de un “amigo de la familia” (24%), “otro miembro de la familia,” que no
incluía al padre, hermano o hermanastro (23%) y luego un “hermano” (23%).
Las encuestadas afirmaron sufrir abuso por parte de mujeres en el 17% de los casos. Si
sufrieron abusos de una mujer, el grupo más grande de las que perpetraron el abuso era una
niñera (18%), seguidas de la madre (14%), otros miembros de la familia (sin ser madre y
hermana) (11%), amiga de la familia (9%) y finalmente una hermana y líder de la iglesia (5%).
El grupo más grande que se indicó como responsable del abuso sexual de mujer a mujer fue el
de “otra mujer” –alguien que no encajaba en las demás categorías.
La mayoría de estas mujeres que sufrieron abuso de una mujer (89%) lo sufrieron
solamente de una persona. Como contraste, si una chica sufrió abuso por un hombre, lo que
sucedió a cuatro veces el número de mujeres, era más probable que hubiera sufrido abuso
también por un segundo hombre (24%).
RELACIONES CON AMIGAS EN LA INFANCIA
Aunque el 60% de las encuestadas experimentó el ridículo de sus amigas y el 44% fue
insultada con relación al género o la sexualidad, sólo el 22% fue insultada con nombres
homosexuales.
Cuando se les preguntó: “¿Te tomaron alguna vez por un chico?” una amplia mayoría
(61%) respondió que sí. La mayoría de las mujeres se consideraban “marimachos” cuando
crecían (87%). A las mujeres se les preguntó cómo se sentían siendo una chica cuando
estaban creciendo. Casi el 90% se sentían en algún lugar desde la ambivalencia a no gustarles
nada en absoluto ser una chica.
Más del 70% afirmó ser más intrigadas o cautivadas por chicas que por chicos durante
la adolescencia. Sólo un tercio de las mujeres con atracción hacia el mismo sexo experimentó
el sexo con otra mujer antes de los 13 años de edad.
EXPERIENCIAS CON EL GÉNERO OPUESTO
Esta parte de los resultados de la encuesta parecen confirmar la fluidez de la sexualidad
femenina.
123
Como se dijo anteriormente, casi dos tercios de las encuestadas (64%) se identificaban
como lesbianas antes de recibir ayuda con respecto a la atracción hacia el mismo sexo. Antes
de los 18 años de edad, más de la mitad de las mujeres (51%) esperaba casarse con un
hombre encantador. El sesenta por ciento había experimentado sentirse protegida por un
hombre. Una mitad (51%) afirmaba haber tenido una relación sexual atractiva con un hombre
casi tres cuartos de las mujeres dijeron que habían tenido una experiencia sexual intencional
con un hombre. La mayoría de estas mujeres (61%) decía haber tenido esta experiencia
después de su primera atracción sexual hacia personas del mismo género. Tres de cada diez
(32%) tuvieron sexo deliberado con un hombre antes de experimentar atracción sexual por otra
mujer.
A pesar de eso, una amplia mayoría de las mujeres (88%) dijo que habían tratado a los
hombres en general con desconfianza u hostilidad. Quizás haber experimentado abuso sexual
en la infancia (66%) por un hombre contribuyó a su desconfianza y hostilidad. Sólo el 42%
afirmó que necesitan realmente a los hombres en sus vidas.
ATRACCIÓN HACIA EL MISMO SEXO
Con diferencia, la mayoría de las encuestadas (83%) reconoció “sentirse diferente” de
otras chicas o mujeres. Había una correlación significativa entre “sentirse diferente” y
experimentar primero atracción hacia el mismo sexo.
Una enorme mayoría de las mujeres (89%) había participado en una experiencia sexual
con una persona del mismo sexo. Adicionalmente, el 91% había tenido fantasías sexuales del
mismo género. Las tres formas de fantasía experimentadas, según respondieron las
encuestadas, fueron la imaginación personal (83%), películas (52%), pornografía visual (41%) y
novelas lésbicas o románticas (31%). Una mayoría (62%) tuvo fantasías del mismo sexo antes
de los 18 años.
Pregunté a las encuestadas: “¿Has tenido alguna vez una relación intensamente
emocional y exclusiva con otra mujer?” Una vez más, la mayoría (93%) respondió que sí. De
esas, el 68% tuvo hasta seis relaciones de esas, mientras que exactamente la mitad se
consideraba heterosexual antes de la experiencia. La mayoría (57%) dijo que tenían una
relación personal con Jesucristo antes de implicarse en una relación sexual lésbica.
Adicionalmente, casi tres cuartos de las mujeres (74%) sentían que su atracción hacia el
mismo sexo estaba en conflicto con su fe o su conciencia. Lo que encuentro intrigante es el
retraso de un par de años entre la atracción hacia el mismo sexo y la experiencia.
Casi un tercio (30%) de las mujeres fue iniciada en una experiencia sexual lésbica por
mujeres que eran tres o más años mayores. De estas, el 41% fue seducida por alguien con un
“rol de autoridad.”
El cuarenta por ciento de las encuestadas fue seducida a su primera experiencia sexual
lésbica y a su vez sedujeron a otras mujeres a su primera experiencia sexual lésbica. De ellas,
el 82% decía que habían llevado a dos personas en su primera experiencia homosexual. Entre
las mujeres que tuvieron una experiencia lésbica, tres cuartos habían tenido hasta siete parejas
sexuales femeninas.
Con respecto al tiempo de duración de las relaciones lésbicas, tres cuartos de las
mujeres (78%) decían haber tenido una relación durante mucho tiempo, definida por el 65%
como “hasta cinco años.” El máximo tiempo de las relaciones era dos o tres años (32%).
Más de una mitad (55%) reconoció haber utilizado la manipulación emocional para
mantener una relación lésbica y un sorprendente un tercio (36%) experimentó un episodio de
abuso físico con una amante.
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MATRIMONIO E IMPLICACIÓN LÉSBICA
La mitad (52%) de las mujeres casadas (o anteriormente casadas) había estado
implicada sexualmente con otra mujer antes de casarse. Un tercio (35%) estuvo implicado
sexualmente con otra mujer durante su matrimonio, mientras que el 44% se vieron implicadas
siguiendo la ruptura de su matrimonio. Algunas de las mujeres estuvieron implicadas con otras
mujeres antes, durante y después de sus matrimonios.
Casi la mitad de las mujeres casadas (46%) sufrieron abuso de parte de su esposo. Las
formas principales de dificultad fueron la negación emocional (68%) y el abuso emocional y
verbal (59% cada uno). Casi el 20% dejaron a sus maridos para implicarse en una relación
lésbica. Muchas menos (6%) dejaron a sus hijos por una amante.
EXPERIENCIA / CULTURA LÉSBICA
Casi la mitad de las mujeres (47%) adoptó la etiqueta lésbica y la amplia mayoría (77%) lo hizo
entre los 15 y los 25 años de edad. Una vez más, generalmente transcurrían varios años entre
el momento en que una mujer sentía atracción hacia el mismo sexo y adoptaba una identidad
“lésbica.”
Dos tercios de las encuestadas afirmaban la implicación de la subcultura lésbica. El
sesenta por ciento decía estar apenas implicadas de forma moderada. Otro cuarto estaba muy
implicada y el 10% estaba inmersa completamente en la subcultura lésbica. Para las que
estaban implicadas, los bares lésbicos o gay eran el principal punto de encuentro (86%); fiestas
lésbicas (62%) y deportes de mujeres adultas (45%) eran seguidos por acontecimientos de
mujeres feministas (23%).
De las implicadas en la subcultura lésbica, el 60% se distanciaba de las amistades no
homosexuales. Más de un tercio (36%) tenía miembros de familia que llegaban a ellas de forma
amorosa pesar de no aprobar su implicación lésbica. La buena noticia es que el 88% de esas
mujeres decía haberse reconciliado con esos miembros de su familia. Entre este grupo las
situaciones siguientes eran raras: registrarse con una pareja femenina (4%), conmemorar una
relación lésbica con una ceremonia de compromiso religioso (7%) o utilizar esperma donado
para tener un niño en una pareja lésbica (1%).
BUSCAR EL CAMBIO
La razón más citada para buscar el cambio era la “relación con Dios” (95%). Los
sentimientos de vergüenza (35%) y las parejas lésbicas insanas (15%) seguían como la
segunda y tercera razón para buscar el cambio. La presión social o familiar aparecía como una
razón para buscar el cambio por solamente el 6% y el 8% d las encuestadas respectivamente.
Cuando se preguntaba la confianza que tenían en que cambiarían, las mujeres
respondían que tenían mucha confianza (58%), esperanza (31%); no estaban seguras (10%),
tenían dudas (2%). Como las que tenían esperanza y mucha confianza se comprometían casi
nueve de cada diez de las respuestas (89%).
Las encuestadas afirmaron casi de forma universal (98%) tener una relación personal
con Jesucristo. Casi todas (97%) dijeron que creen que la conducta homosexual es pecado y
que no creen que hayan nacido homosexuales aunque el 40% creía antes que habían nacido
gay.
Cuando se les preguntó por los dos aspectos más problemáticos de superar el
lesbianismo, pusieron como más frecuente la “soledad” (55%) y “echar de menos la intimidad
(o potencial) sexual con una mujer” (44%). Las siguientes respuestas más comunes eran un
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“limbo de identidad” (24%), “miedo a la intimidad” (23%), “dificultad para afrontar el pasado”
(18%) y “miedo al cambio” (13%). Los problemas menos mencionados eran “echar de menos la
comunidad” (9%) y tratar la “idea del haber nacido gay” (0.4%).
Cuando se les preguntó: ¿Cuáles son los dos aspectos más gratificantes de superar el
lesbianismo? Las mujeres respondieron primero la “presencia de Dios” en sus vidas (79%) y la
“paz” (43%). Otras respuestas incluían “esperanza para el futuro” (27%), “potencial de
matrimonio / familia” (16%), “gozo” (15%), “confianza” (11%) y “superar otras dificultades con
más facilidad” (10%).
Les pregunté si alguna vez le habían dicho o habían demostrado atracción hacia otra
mujer que luchaba contra el lesbianismo mientras buscaban el cambio de orientación sexual.
Entonces a las que respondieron que sí les pregunté si sus proposiciones habían sido un
precursor a una experiencia sexual con la mujer. La mitad de las mujeres admitió que habían
demostrado atracción hacia otra mujer que luchaba con el lesbianismo mientras buscaban el
cambio y un tercio de esas encuestadas confirmó que tuvo lugar una relación sexual después
de esa revelación. En general, el 18% se implicó sexualmente con otra mujer mientras
trabajaba en el proceso de cambio.
IMPLICACIÓN CRISTIANA
Con respecto a su implicación cristiana, casi todas las encuestadas (97%) dijeron que
asistían a una iglesia local. Cuando se les preguntó que con qué frecuencia, la mitad respondió
que semanalmente (51%) y el 43% afirmó que asistía varias veces a la semana. En otras
palabras, estas mujeres son algunas de los miembros más comprometidos de la iglesia.
Adicionalmente, exactamente dos tercios asistían también a un pequeño grupo o estaban
implicadas en un estudio de la Biblia en sus iglesias locales.
SISTEMA DE APOYO
Casi el 60% dijo que tenían una persona de apoyo en su iglesia local. De ellas, el 90%
tienen una mujer de apoyo. Los principales escenarios que han ayudado a desarrollar estas
relaciones fueron enumeradas como pequeño grupo de amigas (40%), estudio de la Biblia
(18%) y psicóloga de la iglesia (14%). Los “otros” incluían un grupo adicional de cuatro de cada
diez experiencias.
Los problemas que afrontaban las mujeres para mantener una relación sana con la
mentora se enumeraron como miedo al rechazo (39%), problemas de confianza (31%),
sentimientos de vulnerabilidad (27%), disponibilidad (25%), miedo de atracción (18%) y miedo
a la intimidad (14%).
De las que no tenían mentora, el 82% deseaba esa relación. Los principales problemas
citados cuando se encuentra a una mentora incluían “no haber encontrado a la persona
adecuada” (31%), “dificultad para confiar en los demás” (31%), “dificultad para pedir ayuda”
(29%), “dificultad para encontrar a alguien en quien confiar” (29%), “abuso espiritual previo”
(15%) y “no estar comprometida con una iglesia local” (8%).
AMIGAS
Casi tres cuartos (71%) afirmaron tener buenas relaciones desde hacía mucho tiempo
con otras mujeres cristianas. Del otro 30%, las mujeres afirmaron estas razones principales:
“No siento que encaje” (67%), “miedo al rechazo” (53%), “dificultad en la confianza” (46%),
“miedo a la intimidad” (40%), “miedo a la vulnerabilidad” (36%) y miedo a la atracción” (35%):
La más baja en el puesto simbólico era tener demasiado altas las expectativas (24%). Casi un
tercio dijo que tendían a evitar amistades femeninas.
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LA IDENTIDAD SEXUAL AHORA
Entonces se les preguntó a las mujeres sobre el cambio a la identidad heterosexual.
Nueve de cada diez de las mujeres (93%) dijeron haber experimentado al menos algún cambio.
De ellas, el grupo más amplio de encuestadas respondió haber experimentado un cambio
significativo en la identidad sexual (37%). Sólo el 8% dijeron que no habían experimentado
ningún cambio. En algún punto, sería interesante correlacionar su experiencia afirmada de
cambio con la duración de tiempo y el método de conseguir el cambio.
La amplia mayoría (98%) de las mujeres que respondió a mi encuesta sentía que su
identidad como mujer cristiana había cambiado de forma positiva. Siete de cada diez afirmó
experimentar un cambio significativo o mejor de perspectiva.
Cuando se les preguntó cómo se sentían sobre ser un mujer ahora, dos tercios
respondieron que les gustaba o que disfrutaban totalmente siendo mujeres. Este resultado se
sitúa en un dramático contraste con cómo se sentían estas mujeres cuando estaban creciendo
(nueve de cada diez oscilaban de la ambivalencia a no gustarles absolutamente nada el hecho
de ser mujeres). Un cuarto de las encuestadas (26%) marcó la mitad de una gama de cinco y el
8% seleccionó las dos opciones más cercanas a no gustarles ser una mujer.
CONCLUSIÓN
Las averiguaciones más fuertes entre las 265 mujeres con atracción hacia el mismo
sexo implicaban el hilo común de una infancia dolorosa y el abuso (91%). Las perspectivas
comunes de las mujeres parecen conducir a una devaluación externa y luego interna de las
mujeres y feminidad claves durante la infancia demostradas por un rechazo definitivo de su
madre como modelo de rol, un mayor deseo de emular los modelos de rol masculinos y el
hecho de que antes de los 13 años de edad la mayoría se sentía en algún lugar entre la
ambivalencia y el no gustarle absolutamente nada ser una chica.
La imagen y las acciones externas acompañaban a las creencias internas de las
mujeres, evidenciadas por el hecho de que una gran mayoría se consideraban marimachos,
que otras habían sido tomadas como chicos y por su desconfianza u hostilidad hacia los
hombres en general. El problema común de la depresión acompañado por el alcoholismo, las
drogas o el comer demasiado parece sugerir un intento de auto-medicarse. Quizás podría
considerarse a las relaciones lésbicas como un intento también de auto-medicarse. Incluso el
alto índice de intentos de suicidio tiene sentido a la luz de los pasados solorosos sin resolver de
las mujeres.
A pesar de los acontecimientos dolorosos de sus vidas, a estas mujeres les motivó
enormemente la creencia religiosa personal para cambiar la orientación. Después de todo, la
mayor razón para buscar el cambio se dijo casi de forma unánime que era “la relación con
Dios.” Este grupo de mujeres estaba quizás más comprometido con sus iglesias locales que la
cristiana regular.
La mayoría de las mujeres (85%) pudieron hacer la transición de una identidad lésbica o
bisexual a una identidad heterosexual o ex-lesbiana (81%) en un promedio de dos años y
medio y comúnmente con la ayuda de Exodus International y / o terapia profesional. Pudieron
realizar un impacto significativo no sólo sobre su identidad sexual sino también sobre cómo se
sentían consigo mismas como mujeres.
Finalmente, la información recogida de este grupo de mujeres asevera fuertemente no
sólo que el cambio es posible sino que en una cantidad de tiempo relativamente breve, puede
tener lugar un cambio significativo.
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