RESTAURAR LA IDENTIDAD SEXUAL Anne Paulk 1 ESPERANZA PARA EL VIAJE En 1982 emprendí un viaje que determinaría el resto de mi vida. Como muchos viajes, éste incluía en el camino unas cuantas curvas y valles. Poco sabía entonces ─ni podía prever─ a dónde me iba a llevar la aventura sólo dos décadas después. No me hubiera podido imaginar que estaría casada y tendría una familia, que estaría rodeada por tantas excelentes amistades femeninas y que me sentiría tan satisfecha siendo una madre hogareña. Con cada año que pasa, me maravillo de la obra que Dios ha realizado y todavía realiza en mi vida. Las recompensas de este viaje ─paz, alegría, seguridad, satisfacción, amistad y relaciones familiares ricas─ han compensado con creces las dificultades. Mi anterior vida parece un árido desierto comparada con el exuberante paisaje que es mi vida hoy. Muy temprano experimenté en mi vida el tirón de la atracción sexual hacia algunas mujeres. Recuerdo haber estado a la vez confusa y excitada por esos sentimientos y muy insegura también acerca de lo que hacer con ellos. En el colegio, tras muchos años de atracción hacia otras mujeres, asumí una identidad y un estilo de vida lésbico. Poco tiempo después, tras un encuentro con Dios, comencé mi viaje para salir de la homosexualidad. A lo largo de este camino, conté con la compañía de pastores, amigos y familia. Algunos de ellos no sabían muy bien qué hacer conmigo, sin embargo, es cierto que todos fueron buenos compañeros. Afortunadamente para mí, al final encontré otras mujeres en el mismo camino, caminé junto a ellas, y encontré apoyo y comprensión en su compañía. Me di cuenta entonces de que no estaba sola. Nos preguntábamos juntas qué nos depararía esta nueva vida y si los resultados merecerían la pena del precio que estábamos pagando. Tú puedes estar preguntándote lo mismo. O quizá seas un amigo, un familiar o una persona que apoya (pastor, abogado o asesor profesional) a una mujer que está luchando con su identidad sexual. Quizá estés considerando cómo le puedes ayudar mejor mientras recorre el camino a través del laberinto de consejos a veces contradictorios. Ten la seguridad de que tu apoyo es importante. Aquellas de nosotras que tomamos la decisión impopular de dejar la vida homosexual a menudo encontramos mucha oposición y muy poco apoyo. Algunas mujeres deben dejar atrás un modo de vida que les ha parecido ineludible y una comunidad de mujeres de la misma mentalidad que representaban su único sistema de apoyo. En las páginas siguientes leerás historias de muchas mujeres haciendo el mismo viaje para dejar el lesbianismo. Dada la naturaleza íntima de este tema, muchas de las historias son recopilaciones y no representan a ninguna persona concreta. Algunas de las experiencias te parecerán particularmente semejantes a las tuyas, otras no. Puede que también te identifiques con algunos de los resultados de una encuesta que realicé a 265 mujeres que habían dejado el estilo de vida lésbico. Son mujeres que han tomado la importantísima decisión de emprender el viaje hacia la salud. Hace años busqué ayuda cuando dejaba el lesbianismo pero casi no encontré recursos. Afortunadamente, me hablaron de un consejero cristiano estupendo que estaba dispuesto a ayudarme a conseguir mi meta. Pocos años después, me encontré con Exodus International, una organización cristiana que ayuda a las personas a dejar atrás la homosexualidad. En Exodus encontré a otras que había experimentado el tirón de la tracción hacia el mismo sexo pero que habían experimentado un cambio. La esperanza que encontré me motivó a compartir en este libro lo que aprendí y experimenté. 2 Finalmente, no sé cómo ha ido a parar este libro a tus manos en este momento concreto. Pero si te ha llegado como regalo de un amigo o pariente que te quiere, rezo para que libere en ti el potencial para cambiar en tu vida. Si lees este libro porque tienes una amiga o familiar luchando contra el lesbianismo, mi propósito es que te ayude a comprender más completamente la lucha diaria a la que se enfrenta tu ser querido. Para aquellas de vosotras que estáis leyendo esto porque ya os encontráis en el camino de vuestra recuperación como mujeres, mi esperanza es que encontréis mucho ánimo en estas páginas. No estás sola en el viaje. CAPÍTULO 1. TRES HISTORIAS Hace unos pocos años, Focus on the Family, la amplia pastoral a la que mi marido John y yo estamos vinculados, planificó un encuentro de un día sobre la homosexualidad, que esperaban llevar a varias grandes ciudades del país. John, que dirigía este nuevo programa, llamado Love Won Out, empezó a llamar a pastores de una amplia zona metropolitana del noroeste, buscando una iglesia para la primera conferencia. A muchos de nosotros nos consternó (y sorprendió) que John tuviera que hacer 25 llamadas antes de encontrar a un pastor que patrocinara el evento. Ahora, sólo unos pocos años después, Love Won Out tiene una lista de espera de iglesias a escala nacional que quieren ser sede de una conferencia. Se ha disparado el interés por las cuestiones homosexuales en los círculos cristianos en poco tiempo. Quizá esto lo cause la franqueza de los ex-gays que han hablado públicamente sobre sus propias luchas con las atracciones hacia el mismo sexo con la esperanza de ayudar a otros que también están luchando. O puede deberse en parte a los hombres y mujeres que han luchado en secreto con su identidad sexual, en la esperanza de la posibilidad de cambiar. También tiene que ver con amigos y parientes que desean aprender a hacer frente a la noticia de que alguien al que aman es homosexual. Como resultado, allí donde John habla, encontramos personas con preguntas sobre su propia sexualidad o sobre la de alguien que está a su cuidado. Por mi historia personal las mujeres confían a menudo en mí. Un ejemplo típico de las que he conocido son las tres mujeres cuyas historias vienen a continuación: Megan, Taylor y Christina. LOS ASUNTOS DEL CORAZÓN DE MEGAN. Conocí a Megan, una joven cristiana de 28 años, a través de un amigo mutuo. Tras tener noticia de mi ministerio con las mujeres que luchan con la atracción por el mismo sexo, me llevó aparte y me preguntó si podíamos hablar. Con gran emoción, Megan me dijo que le había estado suplicando a Dios: Por favor, Señor, quítame estos sentimientos irresistibles que tengo hacia otras mujeres. ¡No comprendo por qué tengo que pasar esta agonía! ¿Por qué no desaparecen mis tentaciones sexuales hacia las mujeres? Megan se había sentido atraída hacia otras mujeres de vez en cuando desde que tenía 14 años. Afortunadamente no había puesto en práctica esos sentimientos a pesar de haber estado tentada a hacerlo dos veces. En vez de ello “apretaba los puños” hasta que los sentimientos pasaban o la amistad que la tentaba llegaba a su fin. A veces la lucha era tan difícil que se preguntaba si se las apañaría para no expresar sus sentimientos de un modo u otro. 3 Una relación particularmente difícil tuvo lugar en el instituto. Megan conoció a Vanessa, una chica estupenda, de confianza, y una firme cristiana. Por el contrario, decía Megan, “yo me sentaba callada cerca de Vanessa en clase, temerosa de que pudiera apartarla a un lado de algún modo. Pronto comencé a expresar sólo aquellos aspectos de mí que sabía que le gustaban a Vanessa ─mi sentido del humor, por ejemplo─ y dejé de hacer cosas que a Vanessa no le interesaban. Me hice unidimensional”. Megan contaba que observaba a los chicos rivalizar por la atención de Vanessa pero que ésta apenas parecía notar la presencia de ella. Durante las visitas a casa de Vanessa, Megan se sintió cordialmente acogida e incluida en el círculo íntimo de amigos de Vanessa. Todos los días Megan pensaba mucho en Vanessa, fantaseando sobre una relación exclusiva y contacto físico entre ellas. Buscaba pasar tiempo con Vanessa sólo para poder abrazarla al comienzo y al final de cada visita. Finalmente, la personalidad de Megan había desaparecido hasta tal punto que Vanessa perdió el interés por ella. Las cualidades únicas y la identidad independiente de Megan habían cambiado por estar cerca de Vanessa. Vanessa se había convertido el algo más que en un objeto de admiración ─se había convertido en un ídolo. Cuando Megan asistió a una universidad cristiana, su aguante fue puesto todavía más a prueba. Durante su segundo año, se convirtió en la “mejor amiga” de Amy, una compañera que estudiaba enfermería. Las dos jóvenes lo hacían todo juntas, pero la tentación física no surgió hasta un día en el que Amy le hizo a Megan un gesto romántico. En ese momento, Megan recordó un versículo de la Biblia que había aprendido y que advertía contra esa clase de actividad: “¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni impuros, ni idólatras, ni adúlteros, ni afeminados, ni homosexuales, ni ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni ultrajadores, ni explotadores heredarán el Reino de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios” (1Co 6, 9-10). Al instante, Megan se sintió culpable por su atracción hacia Amy. ¿Cómo pude hacerte esto, Dios mío?, pensó Megan. En consecuencia, Megan rechazó las insinuaciones de Amy y las dos reanudaron su amistad no sexual. Con el tiempo Megan se sintió segura. Megan no sabía qué había causado o alimentado su atracción por otra mujer. Se sentía torturada incluso por el hecho de que ellas estuvieran presentes. Pensaba que no podía hablar con nadie sobre el tema, y menos con Amy. Sólo con que Megan hubiera sabido que no estaba sola, que había otras que habían tenido éxito al hacer frente y superar sentimientos como los suyos. Sólo con que se hubiera sentido cómoda confiando a su pastor los combates que le causaban tanta confusión. En cambio, captaba el mensaje de que las debilidades personales, especialmente en el área de la atracción homosexual, se encontrarían probablemente con una imposibilidad de ayuda, en el mejor de los casos, y con una etiqueta y un mayor aislamiento, en el peor. Cuando pregunté a Megan por qué no se había confiado a su pastor, me dijo que le había oído demasiadas veces haciendo bromas condescendientes sobre los homosexuales en un picnic de la iglesia. ¡Qué triste se sintió por esta falta de comprensión por parte de un líder cristiano que debería haberla guiado. Megan dijo: “No puedo acudir a mi pastor. Por otra parte, me parece que no puedo acudir a cualquier otro consejero. Durante años he leído en periódicos y revistas que la homosexualidad es innata y que la gente no puede cambiar. Así que, ¿de qué serviría?”. 4 Curiosamente, su amiga Amy empezó a asistir a un grupo de apoyo gay e invitó a Megan a ir con ella a una serie de conferencias regionales de Exodus North America para personas que buscaban liberarse de la homosexualidad. En varias conversaciones que mantuvimos durante la conferencia Megan rompió su silencio y su aislamiento por primera vez. Al terminar la semana, le animé a compartir con Amy sus problemas y a considerar la entrada en un grupo de apoyo cuando volviera a casa. Megan sabía que el cambio sería difícil, pero estaba ilusionada. Aprovechó la oportunidad y su esperanza, confianza y libertad empezaron a crecer durante los siguientes seis meses, gracias a hermanos y hermanas en Cristo que conocían y comprendían sus luchas. Cuando nos encontramos en otra conferencia casi después de un año, Megan me dijo que por fin había hablado con su pastor acerca de sus luchas. Le pregunté qué le había motivado para hacer eso. “Estoy tan ilusionada con lo que Dios está haciendo en mí que quería que lo supiera… precisamente en el caso de otros que estaban luchando con la atracción hacia el mismo sexo…” “¿Qué respondió?”, pregunté. “Se quedó boquiabierto”, me dijo, “pero me agradeció mi franqueza. Me dijo que no sabía cómo ayudar a personas con esa lucha pero que me acompañaría gustosamente en el camino. Quería ponerse al día sobre el tema y me preguntó por algún buen libro. ¡Me estaba pidiendo ayuda a mí!”, exclamó sonriendo. “¡Estupendo!”, dije. Después le pregunté por los descubrimientos que había hecho desde que no nos veíamos. “Bueno, vamos a ver…”, empezó. “Este año pasado he aprendido en qué consiste la auténtica responsabilidad. Se trata de ser honesta en mi pequeño grupo sobre la atracción, pero no con la persona hacia la que me siento atraída. He aprendido también que mi atracción sexual hacia otra mujer no es solamente sexual. En realidad, se trata de un signo de inseguridad emocional en mi vida”. “¿Podrías ponerme un ejemplo?”, pregunté. “Hace dos meses”, dijo Megan, “me sentía muy atraída por una mujer en el trabajo. Se lo mencioné a la monitora de mi pequeño grupo y ésta me preguntó cosas que me parecieron irrelevantes al principio. Me preguntó: ‘¿Estás sufriendo mucho estrés ahora? ¿Qué otras cosas estás sintiendo?’ ” “Empecé a enumerar los cambios en mi vida: cambio de trabajo, amigos que se habían mudado a otro estado y el hecho de que mi padre fuera intervenido quirúrgicamente la semana siguiente. En seguida caí en la cuenta. Estaba intentando conseguir algo de seguridad y comodidad. Mi corazón me decía que si mantenía una relación lesbiana con la mujer de mi trabajo me sentiría mejor. Supongo que es el tipo de cosas que la bebida ofrece a un alcohólico”. En sólo un año, Megan había empezado a entender los desencadenantes de sus atracciones y cómo enfrentarse a ellos adecuadamente. TAYLOR, UN EJEMPLO DE LA GENERACIÓN JOVEN. Un jueves por la tarde un chico que asistía a nuestra pastoral en un instituto me indicó que rezara por una amiga suya. “Está pasando un mal momento ahora…”, dijo. Me 5 presenté a la joven, quien me dijo que se llamaba Taylor. Sus hombros caídos y su aspecto evidentemente triste me comunicó de inmediato que algo le estaba preocupando. “¿Cómo puedo rezar por ti?”, pregunté. Taylor apenas pudo levantar la cabeza para mirarme y responderme. Estaba claramente deprimida y yo me preguntaba cómo podría ayudarla. Era una rubia muy atractiva, bien vestida, y nada hacía imaginar que estuviera luchando con la homosexualidad. Pero ella empezó a compartir conmigo sus problemas diciéndome: “Me temo que debo ser gay”. “Por qué crees eso?”, pregunté. “Bueno”, explicó Taylor, “he soñado varias veces con que soy gay”. “¿Has sentido alguna vez atracción hacia otra chica u otra mujer estando despierta?”, pregunté. “No”. “¿Te sientes atraída por los chicos?”, pregunté. “Sí, desde siempre”. “Aparte de tus sueños, ¿tienes otra razón para pensar que debes ser gay?”, pregunté. “No”, respondió pensativa. Entonces ella me habló de las distintas influencias en su escuela. Los administradores eras gays, muchos de los profesores eran abiertamente gays, los libros de texto incluían referencias positivas a la homosexualidad en muchos pasajes, el club de la coalición de gays y lesbianas tenía una voz en el campus y, por supuesto, la escuela proporcionaba una preparación para la “tolerancia”. El mensaje que Taylor había recibido era alto y claro, tan claro que empezaba a soñar con que era gay, a pesar de que no había otros motivos para cuestionar su sexualidad. “Los profesores siempre están hablando del tema”, concluyó Taylor. “Pero si no estás de acuerdo con ellos y dices que la homosexualidad no es correcta ¡ojo!”. Le expliqué lo que la Biblia decía sobre los fines de la sexualidad. “El sexo no es malo, ¿sabes? De hecho, Dios es el creador de nuestra sexualidad y nos ha señalado límites para nuestra protección emocional, espiritual y física. Quiere lo mejor para nosotros y odia el pecado porque nos priva de eso bueno que él nos ofrece. La relación matrimonial entre un hombre y una mujer refleja el carácter de Dios y su deseo de relacionarse con nosotros”. Esperé a que Taylor hablara, pero se quedó callada. “¿Has tenido una relación personal con esta Persona, la más increíble del universo?”, continué. “Necesitas saber que Jesús es una persona a la que le interesa tener una relación contigo. Él dijo: ‘Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi caga ligera’ (Mt 11, 29-30)”. “Taylor, creo que necesitas pedir a Jesús desde tu corazón. Pero también quiero que sepas que se trata de una decisión seria. No debes sentirte presionada a hacerlo”. En ese momento se nos unió la esposa del pastor. Juntas le enseñamos a Taylor otros 6 muchos versículos de la Escritura que trataban de cómo hacerse cristiano. Finalmente pregunté: “Taylor, ¿te gustaría mantener una relación con Aquel que te ha creado?”. “Sí”, respondió ella con serena certeza. Pusimos a Taylor delante de Cristo con una sencilla oración. En un increíble instante, esta confundida joven cambió su destino espiritual y se convirtió en heredera de la vida eterna, en una hija del gran Rey. Antes había vivido a su antojo y bajo la presión de su grupo de compañeros en el instituto. Ahora podía empezar a vivir de los principios y preceptos de la palabra de Dios, la cual daría sentido y forma a su vida. No tendría que sentirse más gobernada por el influjo de emociones inconscientes. Ahora tenía un fundamento sólido. A pesar de los mensajes que le comunicaban sus libros de texto, compañeros y profesores, su corazón le decía algo más: su alma pagaría serios costes y consecuencias si seguía el camino de sus terribles sueños. Después de la oración, el rostro de Taylor irradiaba descanso, paz y confianza. Mantenía alta la cabeza y sus ojos sonreían con seguridad. Parecía estar casi flotando por la habitación. Dios se había encontrado con Taylor en su corazón, la había tranquilizado y le había dado paz y esperanza. Casi después de un mes me encontré con Taylor y le pregunte cómo le iban las cosas. “Últimamente, el instituto ha ido muy bien”, me dijo. “Tengo mucha más confianza en mí misma. Aunque no todo ha sido fácil. Mis amigos notaron algo diferente en mí y se reían de mi entrega a Jesús. Para ser sincera, ha sido incómodo”. También me preguntaba si ella conocía mejor el porqué de sus sueños recurrentes. Cuando se lo dije a Taylor, me respondió: “No pensé en lo de mis pesadillas durante un tiempo, pero creo que podían tener que ver con las constantes discusiones, adoctrinamiento, libros y todo lo que oíamos en el instituto sobre la homosexualidad”. Como ocurre con otros en la sociedad contemporánea, las actitudes de Taylor se habían formado (o malformado) no desde la realidad, sino a través de los compañeros y adultos influyentes entorno a ella. CHRISTINA, UNA HISTORIA CLÁSICA. Cuando conocí a Christina en una conferencia de Exodus, estaba viviendo desde hacía tres años con su amante femenina, pero confesaba: “Anhelo algo o alguien más… Me he pasado estos tres años pensando que lo tenía todo: una relación duradera, amigos, un buen trabajo, pero me faltaba algo”. Chris no había crecido en un hogar cristiano. Sus padres se casaron jóvenes y las cosas no marcharon demasiado bien. Sus constantes luchas se convertían a menudo en un aluvión de insultos, que dejaba heridos sus corazones. La madre de Chris siempre parecía salir perdiendo o, más bien, abandonaba la discusión. “¡Mujeres!”, decía a menudo su padre con frustración cuando abandonaba furioso la casa como un torbellino. La madre de Chris se quedaba hecha un mar de lágrimas con los tres niños pequeños a los que cuidar. Chris, aunque era sólo una niña pequeña, era la mayor. Y aunque sufría por su madre, su pequeño corazón estaba haciéndose cargo rápidamente de una serie de cosas importantes. Recordaba haber decidido cuando sólo tenía cuatro años: “Papá se la tiene jurada a mamá. No quiero ser débil y ser herida como mamá”. Se separó de su madre y empezó a estar siempre con su padre. Chris comenzó a ayudarle en el garaje, feliz de hacer con él cualquier cosa y separarse de su débil madre. A veces incluso 7 se imaginaba siendo un chico. Y así comenzó su imagen de marimacho y su hábito de imitar a su padre. Por sus dificultades en casa, Chris no se llevaba bien con los demás en la escuela. Era introvertida y difícil de llegar a conocer. Raramente hacía preguntas a los profesores y se mostraba torpe con sus compañeros de clase. “Creo que me podía considerar una solitaria”, explicó. “Quería reír y jugar con los demás niños pero no podía”. En la escuela primaria, durante el período crítico de la pubertad, Chris se sintió aún más sola y aislada. “Me sentía inadecuada. Por suerte era buena en los deportes. Eso me dio una oportunidad con ciertos chicos que se hicieron mis colegas. Me gustaba eso, pero me sentía fatal siendo chica. También recuerdo que despreciaba a mi madre. Ella había sido como un felpudo que no hacía frente a mi padre ni a sus ataques verbales. “Me sentía como si estuviera ahí para consolar, proteger y cuidar a mi madre. Estaba pendiente de sus necesidades, pero ella no lo estaba de mí. A veces me sentía como si fuera invisible. Nuestra relación en esos días es difícil de explicar, pero eso era lo que sentía. Incluso cuando mi padre nos abandonó cuando yo tenía 15 años, mi madre me parecía débil y me presionaba”. En el instituto Chris se metió en el equipo de fútbol femenino y siguió encontrando su identidad en los deportes. A través del fútbol se hizo amiga de otras chicas y se sentía intrigada acerca de ellas. Por primera vez tenía realmente un grupo femenino que “frecuentar”. “Nos quedábamos a dormir en sus casas”, explicaba Chris, “pero nunca en la mía. Era muy embarazoso. Una chica, Tammy, era muy guay. Parecía estar interesada por mí y así fue como tuve mi primera atracción por una chica”. Chris explicó que su amistad con Tammy se convirtió rápidamente en una relación exclusiva y se hizo sexual. Finalmente, los padres de Tammy lo descubrieron y acabaron con la amistad de las chicas. Chris y Tammy se sintieron humilladas. Y Chris estuvo sola otra vez. “Fue entonces cuando decidí que era gay y empecé a ir a bares gay. Tenía sólo 17 años, pero me dejaban entrar. Al final conocí un puñado de mujeres que me querían y me aceptaban. Y me sentí bien, ¡realmente bien! Disfrutaba bailando y conociendo a otras mujeres. No mucho después de ir por allí conocí a una mujer de 25 años y empecé a salir con ella. En mi decimoctavo cumpleaños me fui a vivir con ella. Sólo duró un año. Cuando terminó estaba hecha polvo. Después tuve varias relaciones con mujeres, pero ninguna duró más de tres meses. Ahora estoy con Karen. Hemos estado juntas tres años y la cosa va bien todavía. A las dos nos gusta hacer excursiones, ir en bicicleta y cosas así… Hemos comprado nuestra primera casa juntas. Pero me pregunto constantemente si no me estoy perdiendo algo. No sé qué anda mal en mí. Debería ser feliz. Mi vida es por fin buena”. “¿Cuál es el problema entonces?”, pregunté. Chris movió la cabeza desconcertada. “Hace un par de años mi madre se hizo cristiana. Empezó a enviarme versículos de la Biblia, folletos y cosas así. Estaba enfadada con ella porque me parecía hipócrita. No la llamé durante un año. Entonces tuvimos una disputa y le dije lo furiosa que estaba porque me enviara todo ese material cristiano. Le pregunté por qué pensaba que tenía derecho a juzgarme. ‘¡Déjame sola de una vez!’, le dije. Pero incluso entonces, cada vez que mi madre llamaba me decía que estaba rezando por Karen y por mí. 8 Puede que haya venido a esta conferencia precisamente para averiguar si me estoy perdiendo algo y ver lo que dice el cristianismo sobre ello. Creía que esto me ayudaría a descartar el tema, pero en realidad me siento atraída de algún modo hacia esto”. Le expliqué que ella había sido atraída a la conferencia por Dios. “El Espíritu Santo está llamando suavemente a tu corazón. En Jesús encontrarás el consuelo, seguridad y paz que estabas buscando. Es el único que puede satisfacer tus necesidades profundas”, le expliqué. “Jesús es la Persona que adoramos en cada reunión vespertina. Dios ha hecho tanto por nosotros, amándonos generosamente, que le devolvemos su amor cantando y viviendo de una manera determinada. Esta es la razón para estar juntos durante esta semana de conferencias”. Chris asintió. Parecía no tener nada que decir. Me reuní con Chris muchas veces esa semana para ponerla al día. Dios estaba intentando atraer a Chris y, conforme asistía a los talleres y reuniones de oración vespertinas, su corazón iba ablandándose. Uno de los profesores de un taller le dio una Biblia y me contó excitada que había estado leyendo el evangelio de Juan hasta muy tarde por la noche. Todas sus preguntas estaban siendo respondidas y zanjadas. En la última noche de las conferencias, Chris entregó su vida a Cristo. Al final ella había encontrado a Alguien en el que confiar completamente, Alguien que le prometía no dejarla ni olvidarla jamás. Los meses siguientes fueron difíciles. Chris volvió a casa a enfrentarse con Karen, su amante, con la noticia de que se había hecho cristiana. Karen no estaba nada entusiasmada. “Se sentía traicionada, lo mismo que mis otras amigas lesbianas”, me dijo Chris. “No sabían qué hacer conmigo. Pronto no quisieron saber nada de mí. Karen se sintió realmente herida cuando le dije que no quería dormir más con ella. Algo en mí estaba cambiando y ya no podía hacer como antes lo que me pareciera”. “Chris, los cambios que se están dando dentro de ti vienen de Dios, que ahora vive en ti a través de su Espíritu Santo”, le aseguré. Y le leí entonces dos pasajes de la Biblia: “Es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones” (2Co 1, 21-22). “Os digo esto: proceded según el Espíritu, y no deis satisfacción a las apetencias de la carne. Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí tan opuestos que no hacéis lo que queréis” (Gal 5, 16-17). “Chris, el Espíritu Santo ha venido a morar en tu corazón cuando te hiciste cristiana”, le dije. “Y esta es una prueba de que eres realmente cristiana. Conforme a Colosenses 1, 12-14, que ahora se aplica a ti: dando con alegría gracias al Padre que nos hizo capaces de participar en la herencia de los santos en la luz. Él nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino de su Hijo querido, en quien tenemos la redención: el perdón de los pecados. Chris, eres ahora ciudadana del cielo, heredera del Dios de toda la creación, y naturalmente quieres agradar a Aquel que te lo ha dado todo. La vida ya nunca será la misma para ti,” le dije con una sonrisa. 9 Con el paso de los años, he conocido muchas mujeres como Chris que tomaron la difícil decisión de dejar atrás su lesbianismo con el fin de conocer a Cristo. Y esta experiencia siempre renueva. Pero no parece hacerlo más fácil. Las mujeres que pasan de su antigua vida a una nueva encontrarán algunas dificultades. EL PROCESO DE CRECIMIENTO. Megan, Taylor y Christina tienen cada una de ellas historias diferentes y dramáticas con desafíos únicos en su camino. Taylor, que sólo sufría por sus sueños sobre ser lesbiana, encontró rápidamente una solución. Pero la mayoría de las mujeres que se enfrentan a la atracción por el mismo sexo, como Megan y Chris, ven el proceso de cambio precisamente como eso, como un proceso. Un proceso similar al crecimiento desde la niñez a la vida adulta. Mi hijo mediano, Alex, me decía hace poco que iba a ser un hombre y un padre. Se trata de buenas aspiraciones en su caso, a su edad, le queda un largo camino hasta rellenar esos zapatos. Como Alex, aspiramos a cosas buenas, pero necesitamos paciencia para alcanzar a ser las mujeres que Dios desea que seamos. Queremos experimentar todo lo que Él tiene para nosotras ahora, pero Dios utiliza el tiempo para curar nuestras heridas, madurarnos emocionalmente y educarnos en el camino. Nos quiere mujeres tiernas y fuertes, de serena confianza y madurez. Megan estaba ahora empezando a superar la vergüenza de vérselas con las atracciones hacia el mismo sexo, conociendo que era amada y aceptada por Dios a pesar de sus combates. Necesitaba comprender y abrazar la gracia que Dios le había concedido. Pasaría todavía un buen tiempo hasta que comprendiera el amor incondicional de Dios por ella y descansara en él. Lo que Chris aprendió por necesidad, Megan tuvo que luchar para obtenerlo. Quizá leerá con nuevos ojos el pasaje de 1Co 6, 9-11: “¿No sabéis acaso que los injustos no heredarán el Reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni impuros, ni idólatras, ni adúlteros, ni afeminados, ni homosexuales, ni ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni ultrajadores, ni explotadores heredarán el Reino de Dios. Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios”. Chris necesitaba primero y antes que nada llegar a conocer a su Salvador para después enfrentarse al difícil problema de vivir en una casa con alguien que es alternativamente hostil y seductor. Se enfrentó al problema de la separación de familias y lloró la pérdida de su relación con Karen. Necesitaba encontrar un nuevo sistema y una comunidad de apoyo después de haber sido rechazada por los anteriores. El Cuerpo de Cristo está preparado para ser ese sistema de apoyo. Chris había nacido en una nueva familia y con tiempo conocería hermanos y hermanas que había salido de algún tipo de esclavitud hacia la libertad de Cristo. Como Chris, Megan o cualquier otra mujer en camino, tenía delante muchos desafíos, pero en cada uno tenía la compañía gozosa de Aquel que estaría más infinitamente cercano que cualquier hermano o hermana: nuestro Señor mismo. 10 CAPÍTULO 2. ¿DE DÓNDE VIENE LA ATRACCIÓN POR EL MISMO SEXO? Acababa de hablar en una iglesia y estaba a punto de recoger mis notas para marcharme cuando vi que una mujer se acercaba tímidamente a mí. “Hola”, empezó, “soy Nicole”. Mientras se presentaba a sí misma, me di cuenta de que estaba ligeramente gruesa y que su pelo negro azabache estaba descuidado. Estaba nerviosa por hablar conmigo, pero conforme hablábamos se fue sincerando. “Anne, me he liado sexualmente con mi mejor amiga y no sé que hacer”, me confesó. “He preguntado a una asesora de mi iglesia y me ha dicho que había nacido gay y que era mejor que lo aceptara y siguiera adelante”. Nicole titubeó y preguntó: “¿Tiene razón la asesora? ¿He nacido gay?”. Pasé los minutos siguientes tratando de responder a su importante pregunta, que se me planteaba frecuentemente. Ciertamente, es un tema complicado. Y para responder de la mejor manera posible prefiero separarlo en tres partes: 1. ¿Son las mujeres “invariables” en su sexualidad? 2. ¿Demuestra la biología que alguien puede nacer gay? 3. Si la ciencia no prueba que la homosexualidad sea innata, ¿qué factores contribuyen a la atracción por el mismo sexo? ¿SON LAS MUJERES “INVARIABLES” EN SU SEXUALIDAD? Después de haber hablado con muchas mujeres en los pasados años y haber escuchado sus historias de atracción por el mismo sexo, estoy convencida de que la respuesta a esta importante primera cuestión es que no. Algunas de las mujeres con las que hablé admitían haberse sentido atraídas por el mismo sexo durante la mayor parte de sus vidas. Pero también hablé con mujeres que habían estado casadas y eran heterosexuales, pero se habían visto envueltas en relaciones homosexuales. Otras habías compartido conmigo sus historias de experimentación infantil con otras niñas y la culpa que todavía pesaba sobre ellas. Estas mujeres, también, habían sido heterosexuales la mayor parte de su vida. He oído interminables variaciones sobre el mismo tema. Todas apoyan la conclusión de que la sexualidad de una mujer puede fluctuar relativamente a lo largo de su vida. Esto aparece claramente en una encuesta que dirigí en el año 2000 entre mujeres que salían de la homosexualidad1. De las 265 mujeres que respondieron a una extensa encuesta, tres de cada cuatro habían tenido sexo con un hombre. Más sorprendente era que tres de cada cinco de las mujeres encuestadas tenían relaciones sexuales con un hombre después de haberse sentido atraídas por una mujer. Más adelante en la encuesta, pregunté a mujeres solteras: “¿Has estado liada con un hombre incluso cuando te considerabas lesbiana?”. Tres de cada diez respondían que lo habían estado, una conducta que sería insólita en la comunidad gay masculina. La fluctuación en la sexualidad femenina ha sido afirmada por varios investigadores. Según la escritora y profesora feminista Carla Golden: 1 Un resumen de mi encuesta se encuentra en el Apéndice B. 11 “Para las mujeres, la sexualidad puede ser un aspecto de la identidad fluido y dinámico, lo contrario de fijo e invariable. Llegué a pensar así de la sexualidad femenina después de entrevistas y discusiones más generales con colegas mujeres que estaban explorando su sexualidad” 2. Incluso el Dr. Dean Hamer, que es activista gay e investigador en biología, está de acuerdo. Basándose en pruebas anecdóticas que recogió, concluye: “Las mujeres tienden a ser más sexualmente fluctuantes. Hemos entrevistado a lesbianas que siempre se han identificado como tales, pero que tenían fantasías con hombres” 3. LA GENERACIÓN JOVEN Y POSTERIORES. EXPERIMENTACIÓN LESBIANA. El factor más reciente que está influyendo en las generaciones más jóvenes parece ser algo singular: una atención casi exclusivamente centrada en la homosexualidad en medios de comunicación e institutos. Creo que la importancia que está adquiriendo la homosexualidad es esos lugares está causando un cambio en la expresión sexual de las chicas. Esto llamó mi atención cuando Taylor me contó sus terribles sueños, como he dicho en el capítulo 1. Mis entrevistas con chicas de instituto en varios estados me ha confirmado el hecho. Por ejemplo, pregunté a Rachel, una chica cristiana de 17 años, qué impacto tenía la homosexualidad en su instituto. Rachel me dijo que nunca había tenido combates por la homosexualidad, pero que el tema aparecía en discusiones de clase y en conversaciones con los amigos. Me describió el siguiente incidente: “Algunas chicas y chicos comían juntos un día y mi amiga Emily preguntó a los chicos: ‘¿Cuánto me pagáis si beso a Ally?’”. Rachel recuerda haberse reído ante la ocurrencia pero se quedó de piedra cuando Emily se inclinó para besar a Ally. Rachel se puso furiosa con su amiga al instante y le dijo: “¡qué asco!”. Lo que sorprendió más todavía a Rachel fue la reprensión de los demás estudiantes que estaban a la mesa. Aunque no practicaban la homosexualidad, todos los chicos se abalanzaron verbalmente sobre ella. Ella me dijo: “Me di cuenta de que no se me permitía decir por qué pensaba que eso estaba mal. Lo curioso era que tanto los chicos como las chicas eran heterosexuales. ¿No es algo raro?”. Le dije a Rachel que lo que hacían sus amigos no me sorprendía y le conté una experiencia similar que había tenido hacía pocos días. Yendo al centro comercial con mis hijos, pasamos por al lado de unos alumnos de instituto. Dos chicas estaban entre un grupo de chicos y una de ellas gritó lo bastante fuerte como para que lo oyeran los que pasaban: “¿Qué chico me paga 50$ para que la bese?”. Le dije a Rachel que las chicas sólo trataban de llamar la atención de los chicos. Rachel asintió: “Sí, muy típico”. “¿De modo que la homosexualidad es vista ahora como algo guay?”, pregunté. “No, no del todo”, me respondió Rachel. “Los chicos usan el término ‘gay’ como para decir ‘estúpido’. Las chicas que juegan a besar a otras chicas son consideradas guay a menos que sean realmente gays. Normalmente se hace en presencia de algún chico por el que se sienten atraídas. Otras chicas tienen la costumbre de besar a otras como un juego, pero me pregunto si hay algo más serio detrás. Algunas lesbianas se consideran guay por sus habilidades atléticas, pero no por su sexualidad”. 2 Carla Golden, “Diversity and Variability in Women´s Sexual Identities”, en Lesbian Psychologies: Explorations and Challenges. Boston Lesbian Psychologies Collective, ed. (Chicago, University of Illinois Press, 1987), p. 9. 3 John Gallager, “Gay for the Thrill of it”, en The Advocate (17 de febrero 17, 1998). 12 Después de haber hablado con media docena de jóvenes mujeres de diferentes áreas geográficas, llegué a unas cuantas conclusiones. Las chicas que en otros aspectos son heterosexuales se implican en conductas homosexuales posiblemente por varias razones: atraer la atención de los chicos, falta de límites sexuales personales, no tener razones para decir que no, o quizá por complicidad con una chica que quiere excitar a un chico. Parte de este fenómeno está probablemente ligado a que las revistas pornográficas que los chicos leen animan a la expresión sexual. Pero, como resultado de todo esto, toda la generación de chicas jóvenes deberían tener modos de comprender esta experimentación sexual acrítica, darse cuenta de a dónde les llevan esas experiencias y aprender cómo alcanzar relaciones adultas sanas y plenas. ¿Hallarán las respuestas correctas? EXPERIMENTACIÓN INFANTIL. Algunas mujeres experimentan todavía sentimientos contradictorios hacia experiencias que tuvieron lugar en la infancia. Luchan con un sentimiento acuciante de culpa, se cuestionan su sexualidad en la vida adulta o experimentan un enfado no deseado hacia hombres y mujeres que se identifican a sí mismos como homosexuales. Tomemos el ejemplo de Mary. Me la encontré en una firma de libros y empezó a desahogar su corazón. Para Mary, la experimentación temprana con otra chica se volvió al final una causa de remordimientos muy personal. “El haber tenido contactos sexuales con otra chica ¿me convierte en lesbiana?” Le aseguré que no. En otra ocasión, me llamó una amiga y empezó a compartir conmigo sus penas. Barbara me contó cómo una relación con una mujer mayor se había vuelto de carácter sexual. “Anne, esta mujer me trataba como a una hija”, me dijo Barbara. “De hecho, soy de la edad de su hija, y esa es una de las razones de nuestra cercanía. Yo necesitaba realmente los cuidados que me prodigaba, pero una noche nuestra amistad se transformó en una relación más íntima, sexual. Me quedaba a pasar la noche allí de vez en cuando y solíamos sentarnos hasta muy tarde hablando de los chicos con los que me había acostado. La calidez de sus palabras me cautivaba. Sólo tenía 18 años, pero todavía me siento como si esos encuentros fueran únicamente por mi culpa. Desde entonces me pregunto: ¿soy homosexual?” “Anne, quiero mucho a mi familia”, continuó Barbara. “Cada día doy gracias a Dios por habérmela dado, pero siento esta vergüenza, esta culpa, y me siento furiosa por eso. Me pregunto si puedes ayudarme de algún modo?” Respondí a las preguntas básicas de Barbara, pero le pedí que después de nuestra conversación visitara a un terapeuta cristiano que trabajaría con ella para solucionar sus sentimientos de traición y culpa. Barbara es una de las muchas mujeres que han tenido “escarceos” en la experiencia sexual con su mismo sexo pero no han abrazado la homosexualidad como identidad. Por el contrario, sus experiencias no han sido más que agua pasada. Nunca les fue la identidad ni el estilo de vida, así que las descartaron. Pero, aun habiéndolo superado, todavía sienten la carga del pasado, una carga pesada que comporta culpa y vergüenza. Muchas de estas mujeres dicen que sus experiencias tempranas con el mismo sexo “les quitaron” parte de la intimidad que anhelaban en su matrimonio. Solucionar estos sentimientos de vergüenza es un paso importante en el proceso de recuperación. Pero no todas las mujeres están heridas a causa de las experiencias 13 juveniles. A veces, su incursión en el lesbianismo llegó más tarde, quizá durante un período de estrés. UNA ATRACCIÓN QUE PARECE SURGIR “DE NINGUNA PARTE”. Jill se vio metida en una relación lésbica tras una sorprendente serie de acontecimientos. Mujer inteligente y bella a sus veintitantos años, se casó con un hombre recientemente convertido al cristianismo. Llevaba lo que parecía una vida perfecta: un nuevo hogar, un matrimonio romántico y éxito en los negocios. Era una diseñadora gráfica con talento y su marido un ejecutivo de nivel medio en una empresa de alta tecnología. Poseían el sueño americano, o eso parecía. Tras el nacimiento de su primer hijo, Jill luchaba por encontrar tiempo para sí misma. Tanto ella como su esposo estaban tan ocupados con los cólicos del bebé que no tenían tiempo para ocuparse el uno del otro. Jill empezó a tener una crisis de identidad, anhelando los elogios y la autoestima que le proporcionaba su éxito en los negocios. Ninguno de sus amigos se dio cuenta de sus sentimientos. De modo que, en vez de conseguir en la amistad el apoyo que necesitaba y deseaba, se volvió cada vez más necesitada. Sus demandas de cuidado emocional exasperaban a su marido. El estrés estaba poniendo seriamente a prueba su mutuo compromiso aunque todo pareciera perfecto por fuera. Un día Jill buscó la amistad de una colega. A pesar de saber que su amiga era gay, Jill consintió en acompañarla a un bar de lesbianas. Nunca se había sentido seriamente atraída hacia otra mujer, pero tuvo una amistad muy íntima con otra chica en la universidad. Una noche se había dado cuenta de que esa amistad podía haberse vuelto sexual. Las dos amigas estaban solas una tarde compartiendo confidencias. Jill sentía una profunda necesidad del consuelo de su amiga a causa de algunas dificultades en su vida y sintió el tirón del deseo de ser abrazada por su amiga. Pero su pensamiento descartó el ir más allá por el momento. Cuando el estado de ánimo le cambió y Tammy iba a marcharse, Jill rechazó sus sentimientos diciéndose a sí misma que había sido una caída momentánea. Por tanto, Jill había experimentado ya antes la atracción hacia el mismo sexo, pero nunca lo había admitido, ni ante sí misma ni ante nadie más. Ahora, en su difícil matrimonio, otra vez se veía enredada en emociones que amenazaban con avergonzarla. Cuando su otra amiga le propuso salir una tarde, pensó que disfrutar de una noche desenfadada sería divertido. Una buena diversión, se dijo. Pero su belleza cautivó la mirada de muchas lesbianas. Se sentía bien atrayendo la atención, aunque fuera por parte de las mujeres. Durante un tiempo volvió al bar de lesbianas con su amiga. Jill se iba sintiendo cautivada por la admiración que le tenían como mujer “hetero”. La compañía que frecuentaba en los bares le despertó sentimientos latentes. Al final, después de numerosos encuentros con lesbianas fuera del bar, Jill se sentía cada vez más atraída por la admiración y la atención. Empezó a flirtear. Sentía un profundo contraste entre las frustraciones del hogar y los sentimientos de atención que recibía fuera. Le gustaba sentirse atractiva y deseada por el mundo lesbiano. Finalmente, la tentación fue demasiado fuerte para ella. Se encontró fantaseando con ser acariciada por otra mujer y participar en una relación sexual con otra lesbiana en particular, Samantha. La fantasía acabó en flirteo y luego en la estimulante marcha de permisividad que le proponía “Sam”. Tras meses de doble vida, decidió dejar a su esposo y a su joven hijo por Samantha. Por desgracia, la experiencia de Jill no es en absoluto única. Se han hecho películas y escrito libros sobre esta dinámica: la ama de casa insatisfecha y poco valorada 14 que se abre a un adulterio. Por ejemplo, Los puentes de Madison. No es un tema especialmente nuevo. Al contrario, la relación entre mujeres es una nueva edición de una vieja historia. En el capítulo 3 veremos más de cerca los temas típicos y el dolor que forman parte del cuestionamiento de la propia identidad de género y que llevan a una mujer a adoptar una identidad lesbiana. Sin embargo, las mujeres que experimentan una atracción hacia el mismo sexo se preguntan si han nacido lesbianas 4. Plantean la pregunta: “Nunca he elegido esas atracciones, ¿por qué las tengo?”. Pero prestemos atención ahora a las creencias que se mantienen en nuestro país acerca de la biología de la homosexualidad y la cuestión subsiguiente: ¿se nace gay? ¿SE NACE GAY? TEORÍAS: ¿CIENCIA O PREJUICIO? En 1993 mi marido John y yo fuimos invitados al programa de Orphan Winfrey para hablar de nuestra historia del cambio junto con otros representantes de la visión prohomosexual opuesta. Uno de estos invitados era el Dr. Richard A. Isay, homosexual y profesor de psiquiatría en el Cornell Medical Center. A lo largo del programa el Dr. Isay dijo bien alto que uno de sus colegas estaba a punto de probar sin lugar a dudas que la homosexualidad era genética. El paso a la publicidad cortó la posibilidad de una discusión posterior. La audiencia en el estudio aceptó inmediatamente las noticias del Dr. Isay, pero éste no llegó a ver dicha “inminente” prueba. Su colega no descubriría finalmente el “gen gay”. Diez años después no se ha comunicado ninguna prueba. Teniendo presente este episodio, echemos una mirada a algunos de los argumentos expuestos por los defensores del “gen gay”. Se trata de una información científica, pero importante para los temas que estamos tratando. Tras una rápida ojeada a los tres estudios clave revisaremos las opiniones de lesbianas y feministas acerca de las teorías sobre el “gen gay”. EL ESTUDIO DEL CROMOSOMA X. Sin duda, el Dr. Isay se estaba refiriendo al estudio del cromosoma X realizado por el conocido científico gay Dr. Dean Hamer, publicado en Science el 16 de julio de 19935 . En este estudio, el Dr. Hamer y su equipo pretendían haber identificado una región específica del cromosoma X que dos tercios de los hermanos gays tenían en común en algunas familias. La noticia sobre una correlación entre una porción del ADN y la ocurrencia de hombres homosexuales en la familia fue difundida por la prensa popular como una prueba de que la homosexualidad era hereditaria e innata. Los métodos empleados en este estudio estaban viciados. Sólo dos años más tarde, el Departamento Federal para la Integridad investigaba al Dr. Hamer bajo la sospecha de incorrecciones en la investigación. Según Philip L. Bereano, profesor de Tecnología y Política Pública en la Universidad de Washington y uno de los fundadores de la ACLU (American Civil Liberties Union), “El estudio de Hamer está comprometido de manera importante por: 4 El catorce por cien de las mujeres de mi encuesta habían creído en un momento determinado que habían nacido gays. 5 D.H. Hamer et al., “A Linkage between DNA Markers on the X-chromosome and Male Sexual Orientation”, en Science 261, n. 5119, pp. 321-27. 15 1) no buscar el segmento (cromosoma x) en los varones heterosexuales de esas familias; 2) definir quién es “gay” mediante una estimación extrema de la prevalencia de la homosexualidad entre los varones americanos, un 2% (utilizando la estimación comúnmente aceptada de un 5-10% se elimina la validez estadística de sus resultados); y 3) saber que el Departamento Federal para la Integridad estaba investigando el estudio porque uno de sus colaboradores había informado de que el equipo investigador había ocultado datos”6 . Muchos de los comentarios del estudio de Hamer realizados por sus colegas genetistas, sociólogos y científicos critican la investigación por haber utilizado una muestra muy pequeña, omitir el grupo de control para la comparación, establecimiento ampliado de la correlación para incluir otros miembros de la familia (tíos y sobrinos), así como una variedad de cuestiones más complicadas. La crítica más importante al estudio es que no ha sido reproducido. Ningún laboratorio independiente ha sido capaz de producir los mismos resultados. La posibilidad de repetición establece cierta validez e importancia para los resultados comunicados en el estudio inicial pero, sin ella, cualquier hallazgo es puesto en cuestión. Cuando los investigadores canadienses realizaron el estudio, los hallazgos fueron muy diferentes, como se dice abajo. Tanto los científicos como la comunidad gay encontraron fallos en las conclusiones del estudio original. El Dr. Dean Byrd dice: “Lo más interesante es que cuando el estudio de Hamer fue reproducido por Rice et al.7 con una investigación más seria, se vio que los marcadores genéticos no eran significativos. Rice concluye: ‘No está claro por qué nuestros resultados discrepan tanto del estudio original de Hamer. Ya que nuestro estudio era más amplio que el de Hamer et al. tenemos la capacidad adecuada para detectar un efecto genético como el que comunica ese estudio. Sin embargo, nuestros datos no apoyan la presencia de un gen en la posición XQ28 que tenga un efecto influyente amplio en la orientación sexual’ ” 8. The Advocate, la revista nacional del los gays y lesbianas, citaba al Dr. Hamer en febrero de 1998 diciendo que “no hay un ‘gen gay’ único y omnipotente” 9. Lo mismo decía Anne Fausto-Sterling, una profesora lesbiana de medicina en la Brown University: “No se da una buena valoración auto crítica cuando la gente dice que hay un gen para esto o aquello. Si consideras una conducta humana complicada como la timidez, que se modula a lo largo de la vida, la separación entre la conducta y esa proteína es enorme”. Otra observación, aunque ésta desde una perspectiva no académica, es la realizada por muchos de los propios gays. Considere esta cita reciente de Peter Tatchel, de la organización por derechos gays Outrage: “Me sorprende que se tomen tanto tiempo en destruir lo que obviamente es una teoría insostenible. Es una elección y deberíamos alegrarnos de que sea así y celebrarlo por nuestra parte”10. ESTUDIO SOBRE EL OÍDO INTERNO. Más o menos en la misma época en que el Dr. Hamer mismo admitía que no había pruebas de un “gen gay”, Dennis McFadden, un profesor de psicología de la Universidad de Texas, presentaba un estudio que relacionaba la preferencia sexual en varones y 6 Philip Bereano, “The Irrelevance of the ‘Gay Gen’”, Seattle Times, 25 de febrero de 1996. Reimpreso en forma resumida en Professional Ethics Report, vol. IX, n. 2 (Primavera 1996). 7 George Rice et al., “Male Homosexuality: Absence of Linkage to Microsatellite Markers at Xp28”, en Science, vol. 284 (abril 1999), p. 665. 8 A. Dean Byrd, Shirley E. Cox y Jeffrey W. Robinson, “The Innate-Immutable Argument Finds No Basis in Science”, Salt Lake City Tribune, 27 de mayo de 2001). 9 John Gallagher, “Gay for the Thrill of it”, The Advocate (17 de febrero de 1998). 10 John Arlidge, “No Tears for Passing of ‘Gay Gene’”, The Observer (25 de abril de 1999). 16 mujeres con el oído interno11. El Dr. McFadden examinó 200 individuos adultos de cuatro grupos diferentes: mujeres heterosexuales y homosexuales, y varones heterosexuales y homosexuales. Algunos de entre los de cada grupo se identificaron más tarde como bisexuales. Lo que la investigación esperaba encontrar era que el amplificador del caracol (especialmente utilizado en el proceso de la audición) era más sensible en las mujeres y menos sensible en los varones. “Las mujeres, que tienen el caracol más sensible, responden en mayor medida a esta prueba que los varones”, decía McFadden. “Esto es cierto incluso entre los niños”.12 “Los resultados”, decía McFadden, “indican que las lesbianas responden a los chasquidos de manera significativamente más débil que las mujeres heterosexuales. La señal era todavía más débil para todos los varones, gay y heteros”. El científico gay Dr. Michael Bailey de la Northwestern University describió cautelosamente la causa posible de las diferencias en las mujeres homosexuales: “La interpretación más probable es que se trata de algún tipo de efecto temprano de las hormonas sobre el feto en desarrollo”13. Las conclusiones acerca de esta diferencia fueron proclamadas por algunos medios como prueba de una causa biológica para el lesbianismo. El divulgador científico de la Associated Press Paul Recer escribe por ejemplo: “Los investigadores dicen que han encontrado la primera prueba evidente de una diferencia física entre lesbianas y mujeres heterosexuales: han hallado que el oído interno de las mujeres gay funciona de un modo más parecido al de los varones. El descubrimiento añade puntos de apoyo a la teoría de que la orientación sexual puede venir predispuesta antes de nacer” 14 (la cursiva es mía). De manera más realista en sus pretensiones, el Dr. McFadden dice que los andrógenos pueden también “alterar los centros cerebrales que producen la orientación sexual”. “Pero”, sigue diciendo, “los investigadores no han encontrado todavía una estructura cerebral que determine la orientación sexual en las mujeres”15 (el subrayado es mío). Observa también McFadden que “cualquier conducta humana será resultado de una compleja combinación de genética y entorno. Me sorprendería si esto no fuera cierto también para la homosexualidad”16 De hecho, McFadden no ha probado por qué la sensibilidad del oído en las lesbianas se diferencia de la de las mujeres heterosexuales. ¿Podría jugar un papel en esto la exposición a ruidos más fuertes en el trabajo y la actividad social? ¿Podría ser que las mujeres heterosexuales tuvieran el oído entrenado para oír ruidos más suaves como consecuencia de intereses específicos, como el escuchar música clásica? ¿Se tuvieron en cuenta estos factores? No, según el resumen del estudio. Pero el resumen explica que a los sujetos estudiados se les advirtió que evitaran los ruidos intensos y varias drogas comunes durante las 24 horas que precedieron al estudio. Esto se debe a que McFadden sabía por su propia investigación publicada en 198417 y 199418 que dosis de aspirina o quinina producen pérdidas temporales de audición, particularmente el tipo de audición que estaba analizando en este estudio. 11 D. McFadden y E.G. Pasanen, “Comparation of the Auditory Sistem of Heterosexuals and Homosexuals: Click-Evoked Otoacoustic Emissions”, Proceedings of the National Academy of Sciences USA, 95, pp.2709-2713. 12 Ibid. 13 Paul Recer, “Researchers Find Differences in Gays”, The Associated Press (2 de marzo, 1998). 14 Ibid. 15 Ibid. 16 “Scientists Challenge Notion that Homosexuality’s a Matter of Choice”, The Charlotte Observer, 9 de agosto, 1998. 17 D. McFadden y H.S. Plattsmier, “Aspirin Abolishes Spontaneous Otoacoustic Emissions”, Journal of Acoustical Society of America, 76 (agosto 1984), pp. 443-448. 18 D. McFadden, “Otoacoustic Emissions and Quinine Sulfate”, Journal of Acoustical Society of America, 95 (junio 1994), pp. 3460-74. 17 Pero en vez de las 24 horas de espera sin tomar aspirina, sus propios hallazgos en 1984 fueron que “el proceso de recuperación era idiosincrásico en gran medida: las emisiones de algunos sujetos volvían a su fuerza normal tras 24 horas mientras que otros necesitaban varios días para su total recuperación”19. El Dr. McFadden tendría que haber esperado tres o cuatro días después que sus sujetos hubieran tomado la aspirina para medir la audición, ya que ese es el tiempo que requieren todos los sujetos para recuperarse de la pérdida de audición debida a la aspirina. ¿Prueba este estudio con algún grado de certeza que la homosexualidad es biológica? ¡En absoluto! De hecho, McFadden enuncia una posible conclusión: “Pueden darse muchas explicaciones para la CEOAEs débil [click-evoked otoacoustic emissions, descrito como: ondas sonoras a modo de eco emitidas por el caracol de oídos normales en respuesta a breves estimulaciones sonoras] en mujeres homosexuales, bisexuales y heterosexuales. Como se ve, las OAEs [otoacoustic emissions, “sonidos que se originan en el caracol y se propagan a través del oído interno hasta el canal del oído externo”20] pueden quedar disminuidas por exposición a sonidos intensos, ciertas drogas y otras manipulaciones. Así, debe haber algo en el modo de vida de las mujeres homosexuales y bisexuales que les lleva a estar expuestas a uno o más agentes de los que reducen sus CEOAEs, ya sea temporal o permanentemente… Desde esta explicación, la presencia de CEOAEs débiles en mujeres homosexuales y bisexuales es una consecuencia secundaria del modo de vida adoptado por la mayoría de estas mujeres y, por tanto, no es conceptualmente diferente de las pérdidas de audición en los músicos de rock”21 (la cursiva es mía). Otro experto en el tema de la biología de la homosexualidad, el Dr. Jeffrey Satinover, ha escrito: “No hay prueba de que la homosexualidad sea simplemente ‘genética’, y ninguna de las investigaciones pretende que la haya. Sólo la prensa lo hace, al citar para el público a ciertos investigadores” 22. Me sorprende que el Dr. McFadden se salte la lógica de manera tan espectacular no mencionando en la prensa la posibilidad más evidente de que la audición más débil en mujeres homosexuales y bisexuales pueda ser “una consecuencia secundaria del modo de vida adoptado por la mayoría de estas mujeres y, por tanto, no es conceptualmente diferente de las pérdidas de audición en los músicos de rock”23. Anunciar dinamismos prenatales no probados como bases biológicas de la homosexualidad en mujeres parece tan poco científico como poco ético cuando se dispone de explicaciones más lógicas y directas. 19 Ibid, 443. D. McFadden y H.S. Plattsmier, “Aspirin Abolishes Spontaneous Otoacoustic Emissions”, p. 443. 21 D. McFadden y E.G. Pasanen, “Comparation of the Auditory Sistem of Heterosexuals and Homosexuals: Click-Evoked Otoacoustic Emissions”, pp.2709-2713. 22 Jeffrey Satinover, “The Gay Gene?”, The Journal of Human Sexuality (1996). La respuesta franca por parte de algunas lesbianas en Miami, Florida, revela cierta dosis de sentido común en lo referente al estudio sobre el oído interno. Dorothy Acheson, colaboradora del Miami Herald, escribió: “El estudio sobre el oído interno ha suscitado mucha discusión entre las lesbianas de aquí, haciendo que muchas de nosotras le hiciéramos tanto caso como a una ‘paparucha’, en palabras de una mujer durante una fiesta durante el fin de semana”. En otras palabras, los investigadores dan un salto lógico al pasar de la presencia de andrógenos (hormonas masculinas) en el feto a la formación de los oídos de las lesbianas. Otro salto lógico se da al afirmar que los andrógenos, suponiendo que estén de hecho presentes en mayor número que en las mujeres heterosexuales durante la gestación, tengan un impacto sobre una zona “desconocida” del cerebro de las mujeres que se relacione precisamente con la sexualidad. Y otro salto lógico se da también cuando se dice que la homosexualidad está causada en las mujeres por la misma dinámica que puede haber modificado el caracol. 23 McFadden y Pasanen, “Comparation of the Auditory Systems of Heterosexuals and Homosexuals: Click-Evoked Otoacoustic Emissions”, pp. 2709-2713. 20 18 EL ESTUDIO DE LA LONGITUD DE LOS DEDOS. Un reciente tercer estudio intentaba correlacionar el lesbianismo con una variación en la longitud del segundo y cuarto dedos de la mano de las mujeres. En el año 2000, un equipo de investigadores, dirigido por S. Marc Breedlove, profesor de psicología en la Universidad de California, en Berkeley, recorrieron los mercados callejeros de San Francisco y encuestaron al público preguntándoles su género, edad, orientación sexual, si eran diestros o zurdos y otros factores. Finalmente les sacaban una fotocopia de sus manos. El equipo midió la longitud de los dedos y concluyó: “La proporción entre 2D:4D [segundo y cuarto dedos] en las mujeres homosexuales era significativamente más masculino (esto es, más pequeña) que la de las mujeres heterosexuales y no difería significativamente de la proporción en los hombres homosexuales. Así, las proporciones en la longitud de los dedos, como las emisiones acústicas del oído [“sonidos que se originan en el caracol y se propagan a través del oído interno hasta el canal del oído externo”24 ], sugieren que al menos las mujeres homosexuales estuvieron expuestas a niveles más altos de andrógenos [hormona masculina] durante la gestación que las mujeres heterosexuales”25. Encuentro interesante que Breedlove llegue a la conclusión de más alcance e improbable posible basándose en el experimento de McFadden para sugerir fuertemente que los andrógenos fetales afectan tanto a la longitud de los dedos como a la orientación sexual. Hemos discutido ya el estudio de McFadden sobre el oído interno. Veamos ahora sólo las afirmaciones del estudio de Breedlove sobre la longitud de los dedos. El Dr. Breedlove construye su teoría sobre muchos presupuestos: las hormonas masculinas están presentes en el vientre de la madre excepto en el feto masculino, “acontecimientos anteriores al nacimiento (o, incluso, anteriores a la concepción en el caso de hermanos mayores) influyen en la orientación sexual”, y “los varones con hermanos mayores, incluyendo a aquellos varones que desarrollan una orientación homosexual, podrían estar expuestos a un nivel mayor de andrógenos prenatales” [hormona masculina]26 . Dicho de otro modo, afirma que los hombres homosexuales pueden estar expuestos a mayores cantidades de hormona masculina durante la gestación. En esencia, Breedlove y su equipo atribuyen la causa de la homosexualidad en varones y mujeres a la excesiva presencia de hormona masculina durante el desarrollo del feto. El Dr. Breedlove realiza afirmaciones amplias y no concluyentes basándose en la longitud de los dedos de varones y mujeres. Aunque gran parte de la ciencia relacionada con los varones en este estudio es refutable, vamos a examinar un poco más de cerca las conclusiones relacionadas con las mujeres homosexuales y heterosexuales. Antes que nada, estas conclusiones están basadas en “modelos animales” demostrados en las investigaciones anteriores del propio Dr. Breedlove, que mostraban que dosis extraordinariamente altas de hormonas masculinas durante la gestación en ratas, ratones y hamsters influían en el desarrollo del sistema nervioso y del cerebro27. En especial, dosis excepcionales de esteroides influían en el área del cerebro de las ratas responsable del aprendizaje espacial y el desarrollo muscular28. Ya sabemos que tomar esteroides influye en el desarrollo muscular de las mujeres y los hombres adultos. Pero los supuestos del Dr. Breedlove acerca de los otros resultados 24 McFadden y Pasanen, “Aspirine Abolishes Spontaneous Otoacoustic Emissions”, p. 443. S. Marc Breedlove et al., “Finger-Length Ratios and sexual Orientation”, Nature, vol. 404 (30 de marzo, 2000), pp. 455-56. 26 Ibid. 27 Breedlove y Arnold, 1980, Tabibnia y Breedlove, 1997, Hegstrom y Breedlove, 1997. 28 www.ns.msu.edu/neurosci/people/faculty/breedlove.htm. 25 19 en humanos no han sido verificados. De hecho, J. Richard Udry, profesor de salud maternal e infantil y sociología en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, afirma: “El feto femenino no produce por sí mismo nada de testosterona”. Por el contrario, Udry explica: “Aquí es donde la totalidad empieza a desmoronarse. El feto masculino produce tanta testosterona durante la fase en la que diferencias como la longitud de los dedos tiene lugar que la cantidad con que contribuye la madre es trivial. De modo que la idea de que los andrógenos de la madre tendrían un efecto mensurable sobre la longitud de los dedos es improbable”29. ¿Qué es exactamente lo que las investigaciones de Breedlove han encontrado? Como máximo, una mínima relación entre la longitud de los dedos de la mano derecha y la homosexualidad en las mujeres. Esta relación, aunque muy débil, muestra algún tipo de correlación. Dejaré que Laurie Essig, una escritora lesbiana de Salon.com, comente este aspecto: “Esta clase de estudios utiliza la existencia de una correlación estadística para defender la causalidad. Ciertos tipos de manos pueden aparecer más en los cuerpos de mujeres que se identifican como lesbianas, pero ¿no se trata de una correlación más bien que de una causa? La gente de ojos verdes tiene más probabilidades de ser contable, pero es altamente improbable que exista una relación causal entre ambas cosas”30. ¿QUÉ DICE LA CIENCIA EN DEFINITIVA? Por el momento, la ciencia tiene muy poco que decir sobre las causas genéticas o biológicas de la homosexualidad. La mayor parte de la investigación que afirma una causa biológica ha sido llevada a cabo por hombres gay que estaban buscando específicamente una causa biológica. Incluso las escritoras lesbianas han comentado que las pruebas biológicas no son concluyentes: “A pesar de su atractivo ampliamente popular y su entusiasta aceptación entre un amplio subgrupo de hombres gays, las teorías sobre el determinismo biológico no son generalmente bien recibidas por las mujeres, que se sienten presionadas al explicar sus propias inclinaciones eróticas”31. Jan Clausen, escritora feminista y antigua activista lesbiana, comentaba también: 29 Shawna Vogel, “Double Digit Discovery”, ABC News.com, 29 de marzo de 2000. Laurie Essig, “Lesbian Fingers”, Mothers Who Think, Salon.com, 16 de octubre de 2000. Mirando el estudio desde otra perspectiva, Neil Whitehead examinó la validez de los datos estadísticos y de las conclusiones. El estudio de Breedlove, Williams et al. sobre la longitud de los dedos “utiliza un gran número de entrevistas. En tales circunstancias, aunque las longitudes medias de los dedos pueden ser estadísticamente diferentes, con frecuencia son tan próximas que no son útiles para describir la diferencia. Eso es lo que ocurre en el caso presente”. El Dr. Whitehead volvió a analizar entonces los datos de los investigadores referentes a las mujeres lesbianas y heterosexuales y llegó a la conclusión de que “evidentemente, hay una amplia superposición entre las dos poblaciones y, aunque las dos medias pueden ser estadísticamente diferentes, la diferencias es sólo del 1%, un resultado muy pequeño y en absoluto útil para el diagnóstico”. Whitehead añadió también que aunque “hay un amplio número de mujeres heterosexuales que muestran proporciones en la longitud de los dedos mucho más masculinas que muchas lesbianas… Esto no ha sido considerado por los investigadores como relacionado con su orientación sexual” (Neil Whitehead, “The New Finger-Length Study on Lesbians”, NARTH website, 24 de julio de 2001). 31 Jan Clausen, Apples and Oranges (Boston, Houghton Mifflin Company, 1999), xxvii. 30 20 “Creo que está bien ser gay o hetero por elección. Lo que no está bien es mentir sobre complejas atracciones que culminan en simples etiquetas… Lo que hay que parar es el fraude histórico la visión del tipo o bien/o bien permanente y universal. Entiendo por qué este argumento puede parecer peligroso a los que se ven rechazados por cuestiones eróticas, a los cuales la afirmación de una identidad gay o lesbiana coherente e inmodificable les ha proporcionado una táctica indispensable en la batalla contra la persecución homófoba”32. Lesbian Psychologies, un volumen editado por terapeutas y escritoras feministas y lesbianas del Boston Lesbian Psychologies Collective, reconoce una variedad de razones por las que adoptar la identidad lesbiana: “Algunas de nosotras elegimos ser lesbianas porque vimos que en nuestras relaciones con mujeres las cualidades espirituales y las conexiones psicológicas o emocionales nos proporcionaban gran satisfacción y aumentaban nuestro propio potencial. Algunas de nosotras elegimos ser lesbianas por razones más estrictamente políticas, para contraatacar el privilegio heterosexual y desarrollar estructuras no jerárquicas y no agresivas en las relaciones interpersonales… Otras sentíamos que habíamos nacido lesbianas”33 (la cursiva se ha añadido para resaltar). Encuentro interesante que el mensaje público de la comunidad gay hacia fuera es casi uniformemente: “hemos nacido gay y no podemos cambiar. La homosexualidad es un don de Dios”. Pero los mensajes de la comunidad intelectual lesbiana son contradictorios. El mensaje del Boston Lesbian Psychologies Collective no era el de que la ciencia insiste en que las personas que tienen atracciones hacia el mismo sexo han nacido así. Más bien, dicen: “Otras sentíamos…”. Y añaden a la mezcla lo siguiente: “Para algunas de nosotras la elección de vivir un estilo de vida lesbiano es una elección explícita de no vivir las vidas de nuestros padres y, más en particular, las de nuestras madres”34. ¿POR QUÉ SON TAN PERSUASIVAS LAS TEORÍAS SOBRE LA “HOMOSEXUALIDAD INNATA”? Si los estudios no son concluyentes y la comunidad lesbiana no está necesariamente de acuerdo, ¿por qué son tan persuasivos estos argumentos? Creo que las teorías sobre la “homosexualidad innata” son atractivas por un par de razones. Primero, proporcionan una explicación a los sentimientos de atracción que la mayoría de las mujeres no pueden explicar de otro modo. Quizá estas ideas ayudan a una mujer a comprender porqué se siente “diferente” o “fuera de lugar” entre sus compañeras al crecer. Dicho de otro modo, dan forma a sus sentimientos. Una persona involucrada en la homosexualidad puede decir por tanto: “Ah! Soy gay… por eso los otros niños me trataban tan mal cuando estaba creciendo”. Segundo, si una mujer o un varón “han nacido gays”, tanto la protesta interior como la exterior son silenciadas. De repente, la homosexualidad no puede ser ya un problema moral; deja de ser “incorrecta”. En cambio, “la homosexualidad se da por naturaleza y es una variante común entre los seres humanos”35. ¿Cómo puede Dios condenar a alguien por ser como ha sido creada? Pero la Biblia, de hecho, nos llama varones y mujeres, no heterosexuales y homosexuales. En realidad, las Escrituras se refieren a la homosexualidad como conducta, no como identidad. Joe Dallas, escritor y primer director de Exodus International, escribe: “Incluso si un día se demuestra que la homosexualidad es innata, innata no significa necesariamente normal… Segundo, las tendencias innatas hacia determinadas 32 Ibid, xxix. Boston Lesbian Psychologies Collective, ed., Lesbian Psychologies: Explorations and Challenges (Chicago, University of Illinois Press, 1987), p. 4. 34 Ibid., p. 7. 35 Chris Bull, “Mom’s fault?”. The Advocate.com, 2000. 33 21 conductas (como la homosexualidad) no convierten a estas conductas en morales. La obesidad y la conducta violenta se consideran ahora influenciadas por la genética… Seguramente, no vamos a decir que la obesidad, la violencia, el alcoholismo y el adulterio son legítimos porque fueron heredados. Lo mismo ocurre con la homosexualidad. Tanto si es innata como adquirida, sigue siendo, como todo contacto sexual fuera del matrimonio, inmoral. Y una conducta inmoral no puede quedar legitimada mediante un rápido bautismo en la pila de los genes”36. El Dr. Hamer hace esta afirmación sobre las limitaciones de la ciencia: “La biología es amoral; no ofrece ayuda para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. Sólo las personas, guiadas por sus valores y creencias, pueden decidir lo que es moral y lo que no lo es”37. Pero si la ciencia no es adecuada para explicar la causa de la homosexualidad, ¿qué lo explica? En el capítulo 3 miraremos de cerca algunas experiencias personales combinadas con un siglo de teoría y datos de la psicología. Quizá podamos responder más adecuadamente a la pregunta de la mujer que lucha: si no nací gay, ¿de dónde me vienen estos sentimientos? 36 37 Joe Dallas, A Strong Delusion (Eugene, OR, Harvest House Publishers, 1996), pp. 116-17. Ibid. 22 CAPÍTULO 3. EL DESARROLLO CLÁSICO DE LA ATRACCIÓN LESBIANA Cuando enseñaba en el instituto público conocí a Natalie, una estudiante joven y atractiva de grandes ojos marrones y cabello castaño. Se me arrimó, alabándome constantemente por mi maquillaje, tomando su comida cerca del comedor de profesores y prefiriendo mi compañía a la de sus compañeros. Mi conversación con Natalie había empezado por un trabajo que yo estaba escribiendo para una clase de magisterio en la universidad. Se suponía que tenía que entrevistar a un par de estudiantes sobre sus intereses y sobre la carrera que querían seguir. Pregunté a Natalie si quería ser una de mis entrevistadas y ella accedió. Lo que menos me imaginaba era que esta joven estaba buscando la atención por parte de una mujer a la que respetaba. Como resultado, nuestra entrevista se fue complicando un poco más de lo que había previsto. Durante la primera parte de la entrevista le hice mis preguntas y me dio las respuestas que necesitaba. Entonces, la conversación tomó un extraño viraje cuando Natalie empezó a alabar mi maquillaje. “Me gusta como te das el colorete”, dijo Natalie. “Siempre parece tan atractivo y natural… No como el de mi madre. Se pone demasiado. Probablemente porque a mi padrastro le gusta así”, añadió con disgusto. No hacía falta ser un científico espacial para darme cuenta de que Natalie tenía fuertes sentimientos negativos hacia su madre. Decidí sondearla un poco: “¿Cómo es tu madre?”, le pregunté. “Es débil y hace todo lo que mi padrastro desea”, respondió Natalie. “Se separaron hace años y me alegré. Mi madre ya había sido mangoneada bastante. Él nunca la trataba bien. Pero ahora ha vuelto”. Natalie me contó que su padre biológico había muerto cuando ella tenía cuatro años. “Mi madre tuvo que hacerse cargo de las facturas sin él. Así que cuando conoció a mi padrastro, se casó con él”, dijo con tristeza. “Mi padrastro es un auténtico estúpido. Siempre está buscando cómo insultarnos a mi madre y a mí. Creía que nos ayudaba pagando las facturas, pero es incapaz de mantener un trabajo… o no quiere hacerlo. En definitiva, que vive a nuestra costa”. La franqueza con la que Natalie me hablaba debería haberme dado una pista sobre sus carencias emocionales… pero entonces no las vi. Pronto Natalie se ponía a mi lado cuando yo salía de clase, era la primera alumna que contestaba mis preguntas y sonreía ampliamente cuando me dirigía a ella aunque fuera sólo durante un minuto. Finalmente me di cuenta de su conducta machacona conmigo y decidí que debía establecer educadamente los límites con ella. Estoy segura de que se sintió un poco herida al principio. Pero, como profesora, mi responsabilidad era el cuidado emocional, académico y social de los adolescentes, y sabía que lo que estaba haciendo era lo mejor. De hecho, ella sólo necesitaba un empujoncito para volver atrás y relacionarse normalmente con sus compañeros otra vez. Y ahora sabía que yo era una persona “segura” si necesitaba hablar. ALGUNAS OBSERVACIONES. Aunque Natalie no se veía a sí misma por aquella época como alguien que tiene atracciones hacia el mismo sexo o relaciones lesbianas, al volver sobre nuestras 23 conversaciones veo algunos factores que la podrían haber empujado a una relación lesbiana en cierto momento. Las mismas dinámicas han estado presentes en la vida de otras mujeres que han acabado metidas en la atracción hacia el mismo sexo. Un gran indicio era que Natalie juzgaba el modo de vida de su madre como mujer, esposa y madre. El pobre ejemplo de su padrastro sobre cómo un hombre debería relacionarse con su mujer también tuvo importancia, tanto como su lucha por encontrar un modelo femenino que pudiera respetar. Había visto este mismo patrón tantas veces que me sentí impulsada a preguntar en la encuesta que realizaba entre las mujeres lesbianas: “¿Querías ser como tu madre cuando eras pequeña?”. Por encima del ocho de cada diez de las mujeres respondían resueltamente: “¡No!”38. Cuando preguntaba: “¿Qué género crees que tiene las características más deseables a las que parecerse?”, tres cuartas partes de 265 mujeres respondieron que los varones eran los modelos más deseables. Cuando pregunté por sus razones, muchas de las mujeres respondieron en esta línea: “Los varones son fuertes y tienen el control, no les afecta lo que les rodea”, o “tienen menos probabilidades de ser víctimas”. Cada respuesta que daba una visión positiva del papel masculino, reflejaba una visión negativa de las mujeres. Por ejemplo, el comentario positivo “los varones son respetados y valorados” implicaba que las mujeres, por contraste, no eran “respetadas y valoradas”. La respuesta de una de las mujeres puede tomarse como típica: “No quiero ser vista como un objeto sexual, como una propiedad, como débil o inferior”. De algún modo esta mujer recibió mensajes potentes sobre las mujeres desde su infancia. El mensaje puede haber sido que los hombres ven a la mujer como objeto sexual, en vez de verla como compañera valiosa y sexualmente atractiva en un sentido positivo. Al decir: “no quiero ser vista como un objeto sexual, como una propiedad, como débil o inferior”, esta entrevistada en particular revelaba un clima de misoginia en su hogar. Misoginia se define comúnmente como “odio a la mujer”39, pero yo la describiría personalmente como “odio a lo femenino” manifestado en acciones y palabras de antagonismo hacia las mujeres, comenzando normalmente por la mujer más cercana a uno y extendiéndose a las demás. Tanto los varones como las mujeres pueden ser misóginos. De hecho, una mujer que interioriza en su vida los mensajes, sutiles o no, de algún misógino acaba odiando ella misma a las mujeres. Peor aún, puede llegar a alienarse de lo femenino de sí misma. Por esta razón, la homosexualidad puede considerarse una tendencia reparativa, un intento de reparar la conexión perdida con nuestro propio género, un intento de amarnos a nosotros mismos. La Dra. Elisabeth Moberly identifica esta tendencia en su innovador libro Homosexuality: A New Christian Ethic. Aunque su investigación se concentra en los varones homosexuales, gran parte de lo que aprendió puede aplicarse también a las mujeres40. Un punto de vista similar es expresado por Jan Clausen, una antigua activista lesbiana y autora feminista (Apples and Oranges: My Journey to Sexual Identity). Ésta era su visión de la mujer: “Veía a las lesbianas como una sublevación guerrillera contra el status quo del género, más felices en nuestra difícil camaradería que las masas compactas de concubinas y amas de casa que se aferraban al lado seguro del o bien/o bien erótico”41. Dicho de otro modo, ella veía a las mujeres heterosexuales como de menor categoría que las mujeres homosexuales. Las mujeres heterosexuales casadas eran vistas como “masas compactas” de irreflexivas “concubinas”, esto es, de esclavas sexuales. 38 Un resumen de mi encuesta se encuentra en el Apéndice B. Merriam-Webster’s Collegiate Dictionary Online, ©2002 Merriam-Webster, Incorporated. 40 Elisabeth Moberly, Homosexuality: A New Christian Ethic (Cambridge, James Clarke & Co., 1983). 41 Jan Clausen, Apples and Oranges (Boston, Houghton Mifflin Company, 1999), xvi. 39 24 Cuando se dispone a escribir su historia, Clausen explica: “No deseaba precisamente recordar de dónde venía, recordar la humillación que asociaba con la feminidad convencional o volver al decidido desdén con el que en otro tiempo miré la condición femenina”42. Con meditada reflexión y significativa auto conciencia, Clausen escribe: “A lo largo de mi vida, las cuestiones acerca del deseo y las luchas con sus consecuencias me han conectado con el sentido de mi propio género como problema. La convicción de que ser una chica me condenaba a una existencia de segunda categoría se me impuso fuertemente en mi adolescencia…”. Clausen, por supuesto, tenía fuertes sentimientos frente a la “condena” de ser una chica y, sin embargo, era una de ellas. De algún modo y en algún momento este onflicto debía resolverse. Su conexión intelectual con los chicos en estar contra las chicas en su adolescencia pudo hacer de los chicos un grupo de compañeros más atractivo con el que identificarse. “¿Por qué cuando salía del jardín de soledad infantil me volví un chico buscando la conexión que ansiaba?... Era porque ese tipo de seres parecía tener mentes maravillosas, porque eran los que movían los hilos… Nunca había conocido a una chica a la que considerara realmente inteligente”43. Cualquiera que fuera la razón de Clausen para desdeñar a su propio género, necesitaba reconciliar de algún modo las dos partes de sí misma que estaban enfrentadas. Al entrar en la fase lesbiana de su vida, muchas de las anotaciones en su diario revelan lo que esperaba conseguir: “El amor homosexual es el gran regocijo de encontrar algo que parecía perdido…”. Describe su atracción por una mujer específica en su vida adulta: “Ella es todo lo que deseo. Ella soy yo misma o, mejor, yo soy ella”44. “Me he enamorado locamente de un género. Toda mi vida he tenido problemas con los grupos de gente. Ahora deseo pertenecer”45. En lugar de su estudiada distancia y desdén, Clausen empezó a abrazar una forma particular de feminidad. Significó un enorme paso ver la feminidad de otras mujeres como deseable. Por primera vez, ella deseaba pertenecer a un grupo de mujeres. Una relación en particular con otra mujer cambió las ideas de Clausen sobre las mujeres, dándole cierta resolución. Conforme leía su historia, supe que ella se sentiría libre más tarde para apreciar su propia feminidad y quizá no se vería conducida más a una relación homosexual. “Con ella experimenté una nueva relación con la ‘feminidad’, con la que estaba en guerra desde la adolescencia… Si la condición de mujer podía ser un papel y no un destino, entonces quizá necesitaba derribar mi auto respeto para relacionarme sexualmente con un hombre al que deseara”46. Clausen habla más tarde de dejar a su amante lesbiana con la que llevaba 12 años, así como la vida y cultura lesbiana por completo, por un hombre del que se enamoró en un viaje a Nicaragua. “No puedo seguir con esta división… Lo dejo [la vida lesbiana], finalmente, porque no puedo sobrellevar la incomunicación. Lo dejo porque mi futuro está agonizando y debo recuperarlo… Lo dejo porque necesito una vida por mi cuenta”47. Casi por suerte, Clausen fue capaz de reconciliarse con el lado femenino de sí misma, de amarse a sí misma sin proyectar esa necesidad sobre otra mujer. Y desde ahí fue capaz de seguir adelante con su conexión emocional y su respeto por su propia feminidad. Quizá es raro seguir adelante en la completa identificación interna con lo femenino mientras se está llevando una vida y relaciones lesbianas, pero su experiencia ilustra claramente que la atracción lesbiana es un intento de amar y de reconciliarse con la parte femenina de una misma. 42 Ibid, xvii. Ibid., p. 40. 44 Ibid., p. 104. 45 Ibid., p. 125. 46 Ibid., p. 194. 47 Ibid., p. 222. 43 25 LA HISTORIA DE LATASHA. Vamos a contemplar desde otro ángulo el desarrollo de la atracción lesbiana. Latasha creció en un ambiente social en el que las mujeres eran vista como objetos sexuales y sujetos de abuso sexual. La historia de su vida se adecúa perfectamente a la definición de ambiente misógino (odio a las mujeres o a lo femenino) creado por los hombres en su vida. La familia de Latasha vivía en el sur de Florida. Su madre tenía depresión crónica, incluso antes de que Latasha naciera, y sufría abusos verbales y emocionales por parte de su iracundo marido. Su furia se canalizaba sobre todo sexualmente hacia su mujer cuando estaba bebido. La madre de Latasha estuvo muy metida en el coro de la iglesia local, pero su fe nunca influyó realmente en la vida del hogar. Su madre parecía muy débil e incapaz de plantar cara a su padre. Una vez, estando Latasha en cuarto o quinto grado, presenció como su padre violaba a su madre después de una borrachera. “¡Estaba tan furiosa!”, exclamó Latasha. “¡Tendría que haber sido capaz de ayudarla, de detenerlo!”. “Fue entonces cuando decidí que quería ser un chico”, recuerda. “Me convertí en un marimacho y me comportaba y peleaba como un chico. En vez de cogerle el maquillaje a mi madre y jugar con muñecas, opté por subirme a los árboles, pelear y montar en bicicleta. Por aquella época empecé a enamorarme de mis profesoras”. Latasha me decía que su habitación de casa era un refugio, “un territorio neutral”. Por ello su madre se retiraba allí a menudo para evitar la confusión y el desastre de las otras partes de la casa. Su madre se sentía segura en presencia de Latasha. De un modo muy sutil, Latasha estaba recibiendo el mensaje mudo por parte de su madre de que era su protectora. Los hermanos mayores de Latasha eran mujeriegos, tenían montones de pornografía en sus habitaciones, en las que eran sexualmente promiscuos con chicas. Finalmente Latasha descubrió que sus dos padres habían tenido aventuras extramatrimoniales. Su ruptura con la heterosexualidad de su familia era un intento desesperado de sobrevivir emocionalmente. Más tarde me decía: “Veía que podía tratar a una mujer mejor que un hombre, del modo en que una mujer debería ser tratada. No quería identificarme con la ‘especie más débil’, sino cuidar de ella. Estaba segura de que había nacido gay porque deseaba ser un chico y me sentía diferente de las otras chicas. En el tercer año, mientras las otras chicas despertaban a la feminidad y cambiaban, mis hormonas me impulsaban a enamorarme de las chicas. Pero en el instituto entré en lo que llamaría mi ‘fase bisexual’. La llamo así porque, aunque me sentía atraída por las chicas, estaba intentando encajar y me dí cuenta de que podía sentirme atraída físicamente por los chicos. Sin embargo, tras una breve atracción física, no quería saber nada de ellos. Las chicas, por otra parte, me hacían tartamudear, me ponían nerviosa y me preguntaba: ¿Qué estoy diciendo y haciendo? A veces, las chicas heterosexuales flirteaban conmigo. Me dí cuenta de que era realmente excitante y yo les devolvía el flirteo. Ellas sólo estaban jugando conmigo, pero yo me lo tomaba muy en serio. Sin embargo, no fue hasta llegar a la universidad cuando decidí que los hombres eran una pérdida de tiempo. Soy gay, me declaré a mí misma, y estoy dispuesta a buscar una esposa, mi versión modificada del sueño americano. No sé qué podría haber hecho de no haber sido capaz de definirme gay. Puse mi esperanza en ser gay. No iba a estar destinada a reproducir el modelo de vida de mi familia”. Veamos más de cerca los factores individuales que llevaron a Latasha a anhelar sexualmente el cariño femenino. 26 TRAUMA INFANTIL. Tanto Chris (capítulo 1) como Latasha presenciaron formas de abuso contra sus madres. En consecuencia, ambas se propusieron no ser como sus madres, débiles y vulnerables. Las dos mujeres se modelaron a sí mismas como varones, rechazando sus propias cualidades femeninas e involucrándose predominantemente en actividades masculinas. De ahí el término “marimacho”. De acuerdo con la encuesta que llevé a cabo entre antiguas lesbianas, más del 60% habían presenciado alguna forma de abuso contra un miembro de la familia. Un increíble 90% había sufrido abusos contra ellas mismas48. La tres formas más comunes de abuso sufrido antes de los 18 años por estas mujeres fueron emocional (70%), sexual (más del 60%) y verbal (más de la mitad de las mujeres). De las que habían sufrido abusos por parte de varones, la mayoría (casi el 70%) fueron acosadas por un hombre que no entra en las categorías de “familia” o “amigos”. Los grupos más amplios de abusadores que le siguen eran “amigos de la familia” y “otro miembro de la familia” que no incluía al padre, padrastro, hermano o hermanastro. Ambas categorías sumaban un cuarto de los incidentes, pero los hermanos no se quedaban atrás, sumando un 20% de los abusadores. El incidente de abuso sexual entre las lesbianas es increíblemente alto si lo comparamos con las estimaciones nacionales de abuso sexual de mujeres en general. Las estadísticas usuales predicen que un 2549 o 17%50 de las mujeres de Estados Unidos sufrirá una violación a lo largo de su vida. ¡Pero más del 60% de las mujeres encuestadas sufrieron abusos sexuales en la infancia! Mis estadísticas no incluyen la violación después de los 18 años. Según el Dr. Stanton Jones, “haber sufrido abuso sexual en la niñez significa tener más del triple de probabilidades de declararse más tarde con una orientación homosexual”51. Según el Third National Incidence Study of Child Abuse and Neglect (NIS-3)52, la investigación más amplia que se ha realizado en los Estados Unidos sobre el abuso y abandono de niños, la ocurrencia de estos pecados contra los niños va en aumento. He aquí los cuatro hallazgos más importantes: Las niñas sufrían abuso tres veces más a menudo que los niños. Los niños corrían un riesgo más grande de abandono emocional y de sufrir heridas graves que las chicas. Los niños en general son sistemáticamente vulnerables al abuso sexual desde los tres años. La incidencia del maltrato no varía en función de la raza.53 El impacto del abuso y del trauma infantiles en las mujeres adultas puede ser tremendamente devastador. El abuso escribe sobre el corazón y el alma de las niñas mensajes aparentemente imborrables sobre su sentido del yo, sus relaciones y su habilidad para confiar en otros. 48 Las definiciones de abuso se clasifican en el resumen del Apéndice B. J. Fieldman y T. Crespi, “Child Sexual Abuse: Offenders, Disclosure, and School-Based Initiatives”, Adolescence, vol. 37, n. 145, p. 151. 50 National Institute of Justice and Centres for Disease Control and Prevention, Prevalence, Incidence, and Consequences of Violence Against Women Survey, 1998. 51 Stanton Jones y Mark Yarhouse, Homosexuality: The Use of Scientific Research in the Church’s Moral Debate (Downers Grove, IL, InterVarsity Press, 2000), p. 57. 52 Abdrea J. Sedlak y Diane D. Broadhurst, Executive Sumary of the Third National Incidence Study of Child Abuse and Neglect (U.S. Departament of Health and Human Services, 1996). 53 Ibid. 49 27 La Dra. Nancy Faulkner reseñó los hallazgos clínicos sobre el abuso sexual infantil en su artículo “Pandora’s Box: The Secrecy of Child Sexual Abuse”. La Dra. Faulkner escribió: “Las víctimas de abuso sexual experimentan frecuentemente sentimientos de vergüenza, culpa, aislamiento, impotencia, pena e inadecuación. Pueden llegar a aceptar la responsabilidad del abuso echándose la culpa a sí mismas”54. Rosie O’Donell escribió en su reciente libro Find Me, en el que se identificaba como lesbiana: “Fui una niña abusada. Se trata de algo en lo que he elegido no detenerme en mi vida pública… De modo que, sí, he sufrido abusos, aunque los detalles no son importantes. Lo que sí es importante es que, supuestamente, había tratado las secuelas en la terapia. ¡Qué ingenua era! El abuso es una continua saga para cualquiera que lo haya vivido. Puede empezar y terminar en un tiempo real, pero en el tiempo mental dura para siempre”. O’Donell pone un ejemplo de su interminable saga: “¿Por qué me siento atraída por Stacie?” [Stacie es una joven a la que ella intentaba ayudar a escapar de una situación de abuso]. “Oh, por un millón de razones, una de las cuales es: revivir. Un sentido de estar compartiendo el mismo dolor”55. Con afirmaciones verdaderamente vulnerables, Rosie describe sus motivos para ayudar a otros hoy: “Para ser sincera, no tengo límites. Cero, nada, nada de nada, ninguno… Estoy continuamente funcionando como salvadora. Me guste o no, escucho sus voces [madres biológicas en la agencia de adopción a la que ella ayuda], veo sus rostros, me pongo el traje de superwoman y… ¡a aguantar el día!... Es una compulsión. No puedo ayudarme a mí misma”56. Unas páginas más adelante, afirma: “Quizá sea también algo abusivo. Cuando tus límites han sido violados, sencillamente dejas de ver el espacio entre las personas, de manera que el dolor de la gente se convierte en tu dolor y tienes que hacer algo para acabar con él. Al mismo tiempo, sin embargo, la codependencia es una estratagema para distanciarse; estás tan ocupada intentando salvar al mundo exterior que te olvidas de la gente que tienes cerca. Y entonces, al final o al principio, te olvidas de ti misma, de que deberías ser una de las que merece ser salvada”57. Otro matiz de alguna de las historias de las mujeres de mi encuesta ha sido el de los efectos del abuso sexual por parte de mujeres mayores58. Cuando esto ocurre, la joven puede llegar a preguntarse si es lesbiana porque ha experimentado cierto grado de placer, primero, por la atención que le ha prestado una mujer mayor y, segundo, por la propia actividad sexual. En vez de consistir en actos de agresión, estas violaciones tienden a ser más bien de carácter seductor. Una mujer me dijo que había recibido atenciones sexuales por parte de una canguro cuando era muy joven, a los cinco años aproximadamente. Esta mujer era reacia a admitir que el contacto había sido sexual porque supuso una atención por parte de la mujer mayor que su madre era incapaz de proporcionarle. Sin embargo, la experiencia hizo que se cuestionara su identidad sexual a una edad muy temprana. 54 Nancy Faulkner, “Pandora’s Box: The Secrecy of Child Sexual Abuse”, Sexual Counseling Digest (octubre 1996). Faulkner añade: “Finkelhor y Browne (1968) reconocen que los efectos del abuso sexual pueden ser negados en la edad adulta. Los efectos a largo plazo de los que se informa frecuentemente y que se asocian al abuso sexual incluyen depresión, conducta autodestructiva, ansiedad, sentimientos de aislamiento y estigma, auto estima pobre, dificultad para confiar en los demás, tendencia a la victimización, abuso de sustancias y desajuste sexual”. 55 Rosie O’Donell, Find Me (New York, Warner Books, 2002), p. 75. 56 Ibid., p. 6. 57 Ibid., p. 78. 58 Casi el 20% de las mujeres que participó en mi encuesta (recuperándose del lesbianismo) declararon haber sufrido abusos por parte de otra mujer. El grupo concreto más ampliamente identificado como autoras del abuso fue el de las canguros, con más de un 8%. 28 Por tanto, sufrir abuso infantil o presenciarlo puede llevar a una chica a rechazar desde muy pronto su propio yo femenino59. Este rechazo temprano se observa claramente de muchas maneras, como veremos en la próxima sección. Si el abuso infantil, trauma o abuso específicamente sexual es algo que tú o tu amante podrían haber experimentado, puedes aprender más sobre la curación de abuso en el capítulo 6. RECHAZO DEL ROL DE GÉNERO. El rechazo del rol de género consiste en adoptar los intereses y atributos masculinos de forma deliberada, casi constantemente y con cierta inflexibilidad. Un experto desde hace tiempo en el desorden de identidad de género (DIG), Georges A. Rekers, ha investigado ampliamente sobre el DIG y publicado más de 55 artículos en revistas especializadas. El Dr. Rekers tiene mucho que decir sobre el desarrollo psicológico del rol sexual: “Como parte del proceso de la identidad de género normal en la familia, los niños a menudo intentan una variedad de conductas relacionadas con el rol sexual con las que aprenden a distinguir bien entre lo masculino y lo femenino. Algunos chicos llevan a cabo ocasionalmente conductas que nuestra cultura tradicional ha reconocido como femeninas, tales como ponerse un vestido, usar cosméticos o jugar haciendo el papel de criar y cuidar bebés. De modo similar, muchas chicas pueden asumir ocasionalmente un rol masculino, haciendo de ‘papá’ cuando juegan a las casitas o adoptando temporalmente una serie de conductas masculinas que les lleva a que la sociedad les llame ‘marimachos’. Esta clase de exploración temporal y episódica de las conductas típicas del otro sexo es común a muchos chicos y chicas, y constituye normalmente una experiencia de aprendizaje en el proceso de socialización del rol sexual normal (Maccoby & Jacklin, 1974, Mischel, 1970; Serbin, 1980)… En casos patológicos [en los que existe un desorden de identidad de género], sin embargo, los niños se desvían del modelo normal de exploración de conductas masculinas y femeninas y desarrollan un modelo inflexible, compulsivo, persistente y rígidamente estereotipado (Zucker, 1985)… Aunque existe poca investigación sobre los desórdenes de género en mujeres, es posible identificar condiciones parecidas de hiperfeminidad e hipermasculinidad desajustada (Rekers & Mead, 1979, 1980). (Para más información sobre los estudios citados por Rekers, véase su artículo en The Journal of Human Sexuality)60. HISTORIA DE MARISA. Marisa fue otra de las jóvenes mujeres con la que hablé de dejar el lesbianismo. Era una mujer atractiva de unos veinte años, de vivos ojos y un gran sentido del humor. Me describió su infancia: “Mis padres estaban siempre peleándose [verbalmente]. Recuerdo que al principio jugaba con muñecas y me ponía el maquillaje de mi madre. Pero recuerdo una época en la que decidí: ¡fuera las muñecas! Voy a subirme a los árboles, jugar al balón y armar jaleo con los chicos. En la escuela elemental me dí cuenta de qué les interesaba a las otras chicas: llevar vestidos, jugar con muñecas y hacerse las uñas. Eso no me iba. En cambio, en el recreo, cuando jugábamos a las casitas, adoptaba el rol de padre. Los que Marisa y otras muchas describen es “un modelo inflexible, compulsivo, persistente y rígidamente estereotipado” de conducta masculinizada61. Más que una simple imagen de marimacho, yo la veo como “un marimacho con el propósito de” no identificarse con su modelo de rol femenino: su madre. 59 Jones y Yarhouse, Homosexuality, p. 57. George Rekers et al., “Gender Identity Disorder”, The Journal of Human Sexuality (1996). Publicado originalmente en The Journal of Family and Cultura, vol. 2, n. 3 (1986). 61 Ibid. 60 29 Marisa, Latasha y Chris no son los únicos ejemplos de esta dinámica. Casi el 90% de las mujeres de mi encuesta que están en el proceso de superar personalmente la homosexualidad se identificaron en su infancia como marimachos. Además, más del 60% eran confundidas con un chico en alguna época de su infancia. MODELOS DE JUEGO INFANTILES. La Dra. Eliane Siegel fue una psicoanalista dedicada a pacientes lesbianas que no buscaban cambiar su homosexualidad. Describe sus puntos de vista iniciales acerca de la homosexualidad femenina: “Ser una mujer liberal y liberada y no ver la homosexualidad como resultado de un desarrollo perjudicial parecía a veces una traición a todo lo que había creído. Pero ver a mis pacientes a través de los lentes de los pensadores y clínicos psicoanalistas, pronto me hizo darme cuenta de que estaba dejándome seducir por la percepción de la homosexualidad femenina como un estilo normal de vida, percepción que, tanto en mí como en mis pacientes, había consolidado rígidamente el rechazo a un cambio de cualquier tipo”62 La Dra. Siegel estudió conductas sexualmente tipificadas en los juegos con muñecas infantiles, y dice: “Jugar con muñecas es considerado por [el investigador J. Kestenberg] como principio base. En mi grupo de pacientes, tales juegos estaban llamativamente ausentes (Siegel, 1986). No podían recordar haber jugado a ello en ninguna ocasión”63. En el prólogo al libro de Siegel, Theo Dorpat escribe: “La Dra. Siegal halló que ninguna de sus pacientes femeninas homosexuales estuvo interesada por sus muñecas o por los juegos normales en la infancia. Demuestra que [eran incapaces de] establecer la identidad de género mediante la introyección e identificación con otras personas significativas (principalmente, sus madres). La homosexualidad femenina surge por la necesidad de ciertas mujeres que se traumatizaron en su desarrollo temprano de reparar su imagen corporal deficiente buscando a otras como ellas. La investigación psicoanalítica del la Dra. Siegel y otros análisis posteriores, muestran que el interés lesbiano por las mujeres es un modo vicario de disfrutar la feminidad de otras mujeres”64. Esta observación conduce a la Dra. Siegel a la siguiente conclusión: “Una mujer que posee su cuerpo, es decir, que ha integrado internamente con éxito sus órganos sexuales y su yo sexual, es capaz de hallar un compañero masculino potencial sin resentimiento hacia él y sin competir con su masculinidad. Para las mujeres que he tratado, ésta ha sido al principio una tarea inalcanzable porque tenían que adquirir un sentido más completo de su imagen corporal y de sí mismas”65. Desde otro punto de vista, el Dr. Stanton Jones, rector del Wheaton College y coautor de Modern Psychotherapies, reseña los factores que causan la homosexualidad en su libro Homosexuality: The Use of Scientific Research in the Church’s Moral Debate. “Se está generalmente de acuerdo en que las manifestaciones de disconformidad con el género en la infancia (tales como el interés de un chico por la compañía, juguetes, juegos, vestidos y cosas así de las chicas) parece predisponer al chico a la homosexualidad en la madurez… Los investigadores han llevado a cabo recientemente un amplio análisis sobre la relación entre conductas típicas del sexo y orientación sexual. Concluyen que ‘tanto para los chicos como para las chicas, la 62 Eliane V. Siegel, Homosexuality: Choice Without Volition, a Psychoanalytic Study (Hillsdale, NJ, The Analytic Press, 1988), xii. 63 Ibid., p. 3. 64 Ibid., p. xvii. 65 Ibid., p. 6. 30 investigación establece firmemente que los sujetos homosexuales recuerdan esencialmente más conductas del sexo contrario en la infancia que los sujetos heterosexuales’66. En otras palabras, la mejor investigación realizada hasta la fecha sugiere una relación entre la homosexualidad adulta y la no conformidad con el género en la niñez”67. De modo que la conducta infantil temprana, como evitar juegos y actividades típicamente femeninas, preferir juegos masculinos a los femeninos, no desear o rechazar en ocasiones o habitualmente los intereses femeninos es absolutamente significativo. Deberían considerarse indicadores de cómo se ve y acepta a sí misma una chica como mujer en la infancia. Téngase en cuenta, sin embargo, que la investigación reseñada por la Dra. Rekers durante muchos años muestra que jugar en alguna ocasión a ser del género opuesto forma parte del aprendizaje de las niñas. Esto sólo no predispone tampoco a una mujer a la atracción homosexual posterior. RELACIONES PADRE-HIJA. El terapeuta Steven Donaldson explicaba en una clase dada durante la Evergreen Conference en 2002: “Los padres ejercen una enorme influencia en la formación de la auto percepción de los niños… Podemos ver que los niños nacen en un estado de completa dependencia. Necesitan no sólo comida, albergue y vestido, sino también atención, aceptación, aprobación y afecto. Necesitan estos suministros emocionales tanto como la comida o el agua. No disponen para ello de otra fuente. Deben recibirlos de sus propios padres”68. Un niño necesita recorrer etapas para alcanzar una imagen sana de sí mismo. Voy a exponer una versión de una teoría del desarrollo psicosexual en la primera infancia que conocí por primera vez a través de la clase dada por Steven Donaldson en Portland, Oregon. RELACIÓN MADRE-HIJA. La teoría dice algo así: en la primera fase, desde el nacimiento hasta los dos años y medio, la niña pequeña se vincula a su primera cuidadora aprendiendo que su madre es digna de confianza. Por ejemplo, cuando necesita comida o leche no puede preparársela, pero su madre sí puede. Cuando necesita que un cambio de pañal tampoco puede hacerlo por sí misma, pero su madre sí puede. A través de este proceso la niña se asocia estrechamente con su madre. Como se puede imaginar, un abandono por parte de la madre o de la primera cuidadora puede causar estragos sobre este resultado deseado. En vez de aprender que está a salvo y que su cuidadora es digna de confianza, la niña puede captar el mensaje de que su madre (u otra persona) no es fiable. Por tanto, puede decidir no identificarse con o confiar en su madre. Este primer periodo del desarrollo persigue otro objetivo principal: alcanzar una visión relativamente correcta de sí misma y del mundo inmediato que le rodea. El resultado final debería ser la confianza. Permítaseme otro ejemplo acerca de lo que quiero decir. Supongamos que la niña supera el primer obstáculo adecuadamente y se vincula con su madre según lo previsto. No duda de la atención, afecto y vínculo de la madre. Empieza entonces a desarrollar su propia persona, independiente de la madre dando pequeños pero significativos pasos. Desde el punto de vista del desarrollo, los niños pequeños 66 J. Michael Bailey y Keneth J. Zucker, “Childhood Sex-Typed Behavior and Sexual Orientation: A Conceptual Analysis and Quantitative Review”, Developmental Psychology, 31 (1995), p. 49. 67 Jones y Yarhouse, Homosexuality, xvi. 68 Ibid. 31 empiezan a incorporarse por sí mismos a los seis meses aproximadamente, a gatear en los meses inmediatamente siguientes y a caminar en torno al año. En ese proceso, nos aventuramos a explorar nuestro pequeño mundo (la sala de estar) más allá de nuestra madre. Cada uno de nosotros comenzamos nuestro viaje hacia la acción y la identidad independientes pronto en nuestras vidas, pero también damos los primeros pasos hacia habilidades y vínculos nuevos. Cada uno de mis hijos pequeños exploraba sus nuevas habilidades dando unos pocos pasos bajo mi vigilancia, pero a veces se caían y se hacían daño. Entonces me necesitaban para que los cogiera y los consolara. Luego estaban preparados para aventurarse e intentarlo de nuevo. Si se sentían amenazados o heridos de alguna manera, volvían temporalmente a mí buscando consuelo y seguridad. Recuerdo a mi hijo Alex empezando a andar cuando tenía cerca de un año. Estábamos de compras y el ritmo de la música de los almacenes le animó a dar algunos pasos de más. Toda la familia aplaudía cuando llegaba a los 12 pasos, luego a los 14, y él se volvía buscando nuestra entusiasta aprobación. Todavía recuerdo la mirada orgullosa de satisfacción en su rostro. ¡Qué recuerdo más hermoso! Pero, por desgracia, pueden darse problemas causados por la falta de seguridad personal de la madre (o primera cuidadora). El trabajo de la Dra. Siegel con pacientes lesbianas describe un particular tipo de desajuste en la relación con la madre. “Sus madres eran incapaces de promover la identificación de las hijas con su propia feminidad. Estas madres son descritas como inmaduras y emocionalmente frágiles que se mantienen distantes de las necesidades de sus hijas. No tratan a sus hijas como personas sino como partes separadas de ellas mismas. Se da una inversión de los roles de madre e hija, en la cual las madres esperan ser cuidadas por sus propias hijas”69. Los niños pequeños parecen impulsados a conquistar la independencia física, pero necesitan la seguridad que sus madres les ofrecen. Según Steven Donaldson, las tareas esenciales de la madre en relación a los niños y niñas son “1) proporcionar amor y seguridad incondicional y 2) fortalecer la autonomía de los niños”70. La tarea evolutiva más importante para la hija es crear una identidad femenina separada a partir de la madre. Parece muy simple, pero ¿lo es? ¿Qué puede salir mal? Desgraciadamente, en algunos casos la madre se molesta por, se resiste a o sofoca el sentido infantil de exploración segura pero independiente. Estas madres, como las mencionadas en la investigación de la Dra. Siegel, ven a sus hijas como una parte de sí mismas y rechazan emocionalmente la independencia de las mismas. La Dra. Siegel escribe: “La madre de Cecilia utilizaba descaradamente a su pequeña hija como una parte infravalorada al servicio de su propio yo narcisista. Se esperaba que la niña actuara como criada de la madre. La madre de Tanya no parecía reconocer a la niña como una entidad separada. Delilah era claramente una niña de repuesto… se esperaba que reemplazara a la perdida… Cada una de estas mujeres [madres de sus clientes] intercambiaba los roles con sus hijas, esperando ser cuidadas por [la hija]”71. O quizá la madre no estaba emocionalmente disponible para su hija. El abandono emocional es aterrador para una niña. “Los niños experimentan pánico al pensar en la pérdida o la retirada de la aprobación paternal. Es más intenso que el miedo a la muerte. Es la experiencia de perder su existencia… como si hubieran dejado de existir. Esto se relaciona con la ansiedad frente a la aniquilación”72. 69 Siegal, Female Homosexuality, xvi. Steven Donaldson, en una clase en el Evergreen Conference, 2002, Vancouver, Washington. 71 Siegal, Female Homosexuality, 219. 72 Donaldson, Evergreen Conference, 2002. 70 32 La Dra. Siegel continúa sus conclusiones acerca de las relaciones madre-hija en sus clientes: “Las hijas recordaban con gran detalle cómo habían sido abandonadas a menudo y cómo se habían esforzado tratando de complacer a sus madres. Por supuesto, se culpaban a sí mismas por el fracaso…”73. RELACIONES PADRE-HIJA. Al mismo tiempo, la relación sana entre el padre y la hija se desarrolla fuera de la seguridad e independencia de la relación madre-hija. La niña pequeña, segura de la aprobación, aliento y aceptación de la madre, da sus primeros pasos hacia los brazos de su padre. El padre desea reflejar a su hija su valor como mujer mediante la apreciación y la valoración. Desgraciadamente, algunos padres no son seguros o no están emocionalmente disponibles para alentar este gozo de la “feminidad” en su hija. Si el padre abusa de su mujer, si se siente amenazado de algún modo por la feminidad de su hija, o abusa de su hija, probablemente ésta estará menos gozosa de su feminidad. Una niña pequeña adora y admira con naturalidad a su padre. Recuerdo cómo sentía esa especial relación con mi padre en mi infancia y cómo me llamaba “la niña de papá”. Ese nombre era un motivo de orgullo para mí. De algún modo, en pocos años, en vez de seguir esa pauta, algo cambió y empecé a imitar a mi padre para ganar su atención. Por ejemplo, aprendí a jugar al golf, no porque estuviera especialmente interesada en ello sino porque podía hacerlo con mi padre. En sus comentarios sobre la dinámica padre-hija en sus pacientes, la Dra. Siegel concluye: “A pesar de los profundos anhelos [de las mujeres] de ganar la aprobación de sus familias y sus intentos posteriores de cambiar las dinámicas familiares, no podían obtenes la compasión de sus padres… Sospecho que la imagen de sí mismos que tenían sus padres se veía gravemente atacada al hacer frente a sus ‘imperfectas’ hijas. Sin embargo, en su vida diaria las hijas se comportaban con el mismo afán, ingenio y valor que sus padres”74. Si el padre es hostil, abusador o no está emocionalmente disponible hacia su hija, le está comunicando sentimientos negativos a su hija acerca de ser mujer. Aquí tenemos otra posibilidad todavía: si la madre está celosa de la relación padre-hija, la hija puede volverse también muy insegura. La hija quiere conocer la fuerza del amor mutuo de sus padres, e igualmente la fuerza llena de confianza de su madre. Esta dinámica, según la teoría psicoanalítica, capacita a la niña pequeña para querer ser como su madre y desear casarse. CARÁCTER PERSONAL. La Dra. Siegel describe a sus pacientes durante la infancia como “llenas de talento y muy precoces”75. Me di cuenta de la aptitud de las mujeres que había entrevistado durante muchos años, especialmente por su habilidad para captar los mensajes mudos de sus familias. Davies and Rentzel, en su libro Coming Out of Homosexuality, escriben: “El temperamento innato y la forma corporal influye también en el desarrollo temprano. La gente suele esperar que su joven hija sea débil, dulce y complaciente, pero algunas salen del vientre materno chillando, dando patadas y con la apariencia de estar dispuestas a entrenarse para el triatlón. Si los padres de la chica son también 73 Siegal, Female Homosexuality, 219. Ibid., p. 218. 75 Ibid., p. 221. 74 33 agresivos y atléticos, probablemente crecerá como una mujer heterosexual fuerte y segura. Pero, a veces, la madre tiene que luchar para aceptar a una hija activa y agresiva y la pequeña sentirá la ambivalencia materna. Sintiéndose herida y rechazada, la chica puede despegarse más tarde de la madre, separándose de la fuente de amor que necesita como ayuda para desarrollar su identidad femenina propia. A su vez, ella se queda con un déficit de amor por parte de su mismo sexo, permitiendo su vulnerabilidad hacia un futuro desarrollo del lesbianismo”76. ¿QUÉ CAUSA LA ATRACCIÓN HACIA EL MISMO SEXO EN LAS MUJERES? Como hemos visto, en el desarrollo de la atracción hacia el mismo sexo están implicadas muchas influencias: trauma infantil, incluyendo incidentes de abuso sexual, rechazo del rol de género, formas atípicas de juego infantil, relaciones madre-hija dañadas, relaciones padre-hija insanas y temperamento personal. Investigadores desde prácticamente todos los puntos de vista están de acuerdo en que una combinación de factores de peso impulsa a un hombre o a una mujer hacia la atracción por el mismo sexo. Podría considerarse que los factores biológicos contribuyen a los sentimientos homosexuales en la madurez, pero la ciencia no ha proporcionado ninguna prueba de ello. Quizá sorprenda que la Biblia hace una importante observación al hablar de nuestra naturaleza, refiriéndose a nuestra naturaleza pecaminosa. “Mira que nací culpable, pecador me concibió mi madre”, exclama el rey David. “Y tú amas la verdad en lo íntimo de mi ser, en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con hisopo hasta quedar limpio, lávame hasta blanquear más que la nieve” (Sal 51, 5-7). Y considerando la naturaleza del hombre y de la mujer que se extravía del designio de Dios, dice la Biblia: “Todos errábamos como ovejas, cada uno marchaba por su camino, y Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros” (Is 53, 6). Según la Biblia, todos nacemos con una disposición de corazón y de acción contraria a nuestro Creador, pero él ha puesto remedio a nuestro déficit innato, nuestra inclinación hacia el pecado (definido como pérdida de la presencia de Dios). Sacrificó a su propio Hijo como pago por nuestras deudas y nos prometió una nueva naturaleza que no estuviera enfrentada con su voluntad. El apóstol Pablo escribe en su carta a los Romanos: “Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual. Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz, ya que las tendencias de la carne llevan al odio a Dios: no se someten a la Ley de Dios, ni siquiera pueden; así los que viven según la carne, no pueden agradar a Dios” (Rom 8, 5-8). Pablo explicará en gran parte la relación entre nuestra vieja naturaleza, nuestra nueva naturaleza y nuestra obediencia de un modo increible en su carta a los Romanos, pero deseo concluir con esto: hablando desde la Escritura, estamos predispuestos a tener una naturaleza pecaminosa, pero no necesariamente homosexual. Pero las ventajas de “nacer de nuevo” en la familia santa de Dios incluyen el perdón de nuestros pecados por Jesús, una nueva naturaleza que desea obedecer la Ley de Dios y una herencia eterna que nadie nos podrá quitar. Así debe ser cuando Pablo exclama: “Por tanto, el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo” (2Co 5, 17) y “considero que los sufrimientos presentes no son comparables con la gloria que un día se nos revelará” (Rom 8, 18). 76 Bob Davies y Lori Rentzel, Coming Out of Homosexuality: New Freedom for Men and Women (Downers Grove, InterVarsity Press, 1993), p. 47. 34 CAPÍTULO 4 DESARROLLO SANO DE GÉNERO FEMENINO Todavía me río cuando recuerdo a la pequeña Karlyn viniendo a jugar a nuestra casa al salir de la iglesia. Timmy, mi hijo mayor, tenía cuatro años y prefería jugar con chicos pero Karlyn era la excepción. De alguna forma decidieron que Timmy podría hacer el rol del superhéroe y que sus Bebés Beanies necesitarían su protección. El arreglo fue muy exacto desde el punto de vista de una madre. Karlyn había venido a nuestra casa todavía con su ropa para ir a la iglesia –un bonito vestido de encajes, un lazo bonito en su pelo rizado, unos leotardos blancos como la nieve y unos zapatos de vestir limpios. Le sugerí gentilmente que se pusiera algo más cómodo para que no ensuciase su bonito vestido. Pero como John y yo tenemos chicos, no teníamos ropa para niñas pequeñas. Cogí la ropa que tuviese colores menos masculinos que pude del armario y le dije: “Aquí tienes, Señorita Karlyn. ¿Cuál te gustaría ponerte?” La mirada de disgusto en la cara de Karlyn hizo que me destornillase de risa. “No, gracias,” dijo educadamente mientras se viraba para irse corriendo a jugar. “Karlyn, no puedes estar corriendo por los alrededores con tu ropa bonita y en casa no tenemos ropa de niñas pequeñas pero veamos otra vez. Quizás podamos encontrar algo más,” la animé. De mala gana, me siguió otra vez, puso la misma cara pero cogió algo de ropa. Podía leer sus pensamientos. Bien, creo que puedo ponerme esto durante una hora. Y luego se fue con sus Bebés Beanies. Podría haber considerado a Karlyn una marimacho simplemente porque era muy activa y no se mostraba reticente con jugar con chicos pero ella trazaba unas líneas obvias que limitaban hasta dónde llegaba en la identificación con ellos. ¡La ropa era claramente una de esas líneas! Tuve que admirar su actitud. EVIDENCIA DE IDENTIDAD FEMENINA SANA Cuando ella no está jugando con Timmy, Karlyn prefiere jugar con Bitty Baby o las muñecas de Hello Kitty. Muchas veces la he visto dando de comer a sus muñecas, cepillándoles el pelo o llevándolas de compras. Si hubiésemos comprado un muñeco Batman y se lo hubiésemos regalado por su cuarto cumpleaños, nos habría dado las gracias de forma educada bajo el ojo corrector de su madre pero las muñecas de Hello Kitty realmente eran las que le iluminaban el rostro. Gracias a Dios, Karlyn se identifica mucho más con su madre y disfruta siendo una niña. En contraste con las experiencias de las mujeres que describí en el capítulo anterior que sufrieron mucho daño en su más tierna infancia, ser una niña pequeña es ser divertida, imaginativa y encantadora. En vez de rechazar completamente jugar a las muñecas, las niñas pequeñas que tienen base fértil para crecer suelen tener generalmente interés en jugar a ser “madres” y a cuidar de sus muñecas. Se identifican con personajes femeninos de una película, como Cenicienta, Pocahontas, Ariel, Batgirl y otras. No a todas les encanta lo mismo pero trazan distinciones sanas entre las niñas y los niños. Julie, una vecina y amiga mía, se describía como una “marimacho” mientras crecía. Me contaba que llevaba a su hija mayor, Hannah, a la peletería para que comprase sus propios zapatos por primera vez. Julie esperaba que Hannah, que entonces tenía tres años, cogiese 35 los prácticos para jugar todos los días. En efecto, Julie siguió dirigiendo a su hija a los “zapatos menos frívolos.” “No, mamá,” insistía Hannah, “me gustan los de los destellos.” Hanna no sería disuadida. ¡Tenía que tener los zapatos brillantes! Hanna tiene ahora ocho años y todavía le encantan las cosas verdaderamente femeninas: brillantes en su pintura de labios, lazos, ropa con volantes y cosas así. También es buena en el fútbol y sabe jugar bien con los chicos pero prefiere jugar con las chicas. Aunque los amigos de su hermano pequeño (Timmy, por ejemplo) no son muy apasionantes con ella, jugará con ellos -¡pero sólo si no hay disponible nadie más! Una mujer madura comunica su identidad femenina segura cuando su satisfacción interior y su seguridad se irradian a los demás a través de su cara y de sus ojos. Mostramos nuestras emociones, actitudes y perspectivas de forma no verbal –probablemente más de lo que creemos. Esto es especialmente evidente cuando una mujer se encuentra en una tragedia personal. El mundo mira y se maravilla cuando una mujer expresa fe y confianza en Dios en medio de la adversidad y del dolor. Lisa Beamer es un ejemplo maravilloso de una mujer piadosa que reaccionó con dignidad y con confianza en Dios en un momento así. Su marido, Todd Beamer, y un grupo de otros hombres a bordo del vuelo 93 de United Airlines intentaron recuperar el control del avión de manos de los terroristas en el infame día 11 de septiembre de 2001. A través del uso de los teléfonos móviles en el avión, a varios de los pasajeros les habían dicho ya los trágicos sucesos que habían tenido lugar con anterioridad ese mismo día – que los terroristas habían secuestrado otros dos aviones y los habían chocado deliberadamente con las Torres Gemelas del World Trade Center de la ciudad de Nueva York. Después de oír esas noticias, varios hombres decidieron intentar doblegar a los secuestradores de su vuelo. A Todd se le oyó decir por el teléfono móvil: “En marcha.” Todd Beamer y el grupo de hombres a bordo del avión no tuvieron éxito al intentar conseguir el control del avión. Pero debido a sus acciones heroicas, el avión se estrelló en un campo de Pennsylvania en vez de explotar contra la Casa Blanca o el Capitolio. Todd, la tripulación del avión y todos los demás pasajeros perecieron en su intento valiente de tomar el control de los hombres violentos. Lisa, madre de dos hijos y embarazada del tercero, reaccionó con fe y confianza aunque luchaba con la pérdida de su marido. Justo tres meses después del 11 de septiembre, Lisa aceptó una invitación para estar en el programa de Larry King el día de Nochebuena de 2001. Cuando El Señor King le preguntó si la tragedia que había costado la vida de su marido le había hecho cuestionarse su fe como cristiana, ella respondió con audacia y con elegancia. “No,” respondió seriamente. “(Experimentar la muerte de mi padre cuando tenía quince años) me llevó a un lugar en el que comprendo que simplemente porque tenga fe en Dios no significa que Él me vaya a prevenir de cualquier tragedia que me vaya a suceder… o a sacarme de las dificultades que este mundo nos da. Pero sé que Él va a protegerme en esas dificultades y sólo va a permitir aquellas que quiere. Y luego, por medio de las dificultades, (Él) ciertamente continuará mostrándome el amor que me tiene y la promesa de que voy a pasar la eternidad con Él en el cielo. Esa es la perspectiva que pude obtener tras pocos años de lucha por la muerte de mi padre y la perspectiva que me vino el 11 de septiembre y que ha golpeado como pegamento desde entonces.” 77 El apóstol Pedro elogia las características específicas de las mujeres casadas en I Pedro 3. “Vuestra belleza… debe ser la de vuestro interior, la belleza eterna de un espíritu gentil y tranquilo, que tiene gran valor a los ojos de Dios. Porque esta es la forma en que las santas mujeres del pasado que pusieron su esperanza en Dios utilizaron para hacerse bellas… Vosotras sois hijas (de Sara) si hacéis lo que es correcto y no cedéis paso al temor” (I Pe 3,36). Lisa Beamer era una bella mujer moderna que confiaba totalmente en Dios en el rostro de la tragedia. 77 CNN Larry King Live, Entrevista con Lisa Beamer, aired 24 de diciembre de 2001. 36 Pero ¿cómo llegan a ser las mujeres como Lisa Beamer? O mejor todavía -¿Cómo llega a ser cualquier mujer la mujer que fue diseñada por Dios? ¿Cómo puede superar todas sus inseguridades y convertirse en una mujer de confianza en todo lo que hace y es –una mujer que celebre el don de su feminidad? Aquellas de nosotras que hemos encontrado la libertad de la atracción hacia el mismo sexo por medio de la fe en Jesucristo llevamos nuestra comprensión del plan de Dios para la humanidad (y las mujeres en particular) de la Biblia. Y el primer libro de la Biblia –Génesis- nos narra mucho de ese plan. EL ORDEN DE LA CREACIÓN La Biblia nos dice en sus primeros pasajes: “Al principio Dios creó los cielos y la tierra” (Génesis 1,1). Nos da luego un relato del orden en el que creó el mundo y sus habitantes. Repetidas a lo largo del relato de los primeros cinco días de la creación están las palabras: “Y vio Dios que era bueno” (Génesis 1,31). Esta declaración positiva está hecha después de la formación del hombre y de la mujer. El sexto día, Dios creó un nuevo ser a Su propia imagen que habitaría la tierra. Dios definió la creación del hombre y de la mujer como seres creados a Su propia imagen. En otras palabras, el hombre y la mujer juntos representan la imagen de Dios y eso sigue siendo verdadero todavía hoy en nuestro mundo caído que se ha desviado tanto del designio original de Dios. Cuando un relato más en profundidad del sexto día se da en el capítulo segundo del Génesis, vemos la creación inicial del primer hombre, Adán. Inmediatamente, Dios le da a Adán su primera lección. El SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente… El SEÑOR Dios tomó, pues al hombre y lo puso en el Jardín del Edén para que lo labrase y lo cuidase… Dijo el SEÑOR Dios: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Génesis 2, 7.15.18). En el versículo 18 leemos que el hombre por sí mismo estaba completamente… solo. Encuentro interesante que Adán era consciente de su necesidad y de su soledad antes de que Dios le proporcionase la solución. Continuamos la historia en Génesis 2,21-25: Entonces el SEÑOR Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, que se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que el SEÑOR Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. El hombre dijo: “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada ‘mujer’ porque ha sido tomada del varón. Por esa razón dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. El hombre y su mujer estaban los dos desnudos pero no se avergonzaban el uno del otro (Génesis 2,21-25). Qué relato increíblemente bello de la creación del hombre –varón y mujer. ¡Qué grande es la sabiduría y el conocimiento de Dios! Hizo al hombre de la tierra pero a la mujer del hombre. Muchos han notado cuando vuelven a leer esta parte de la Biblia que Dios hizo a la mujer no del talón del hombre sino de su costado. No para ser utilizada y abusada sino para ser amada como compañera y pareja. Dios quiso darle a Adán no una ayuda inferior sino adecuada. En toda la creación en ese momento, no se había encontrado ninguna ayuda adecuada para Adán y él sentía su soledad. Entonces aceptó inmediatamente a Eva y la recibió como su esposa y su compañera. Cuando leía esta parte de la Biblia cuando era joven cristiana, interpretaba mal el sentido y riqueza de la creación. En vez de mostrar la dignidad y el valor de la mujer junto con 37 la del hombre, creía que Dios había creado a la mujer como una idea tardía. En efecto, sentía como si Él se hubiese olvidado crearla. Por mis propias experiencias, no podía comprender que la mujer no hubiese sido una idea tardía sino que fue creada de forma muy deliberada con un propósito específico. ¿No había dicho Dios: “A imagen de Dios le creó; varón y mujer los creó”? (Génesis 1,27). Dios definía al hombre como una unidad constituida tanto del hombre como de la mujer. Muchos años más tarde comprendí finalmente el significado de este pasaje y encontré gran deleite con ello. Date cuenta una vez más de que el hombre fue hecho de la tierra pero la mujer fue creada del hombre. ¿Por qué es eso importante? Las mujeres, por nuestra naturaleza dada por Dios, estamos diseñadas por naturaleza a conectar con los demás. Nuestra inclinación sexual es también muy relacional. Dios nos creó con el impulso de ayudar y apoyar a los demás desde una posición de fortaleza, no de necesidad. Sospecho que es por esto por lo que las mujeres heterosexuales necesitan con frecuencia cercanía emocional con sus maridos para poder disfrutar de la intimidad sexual. Debemos mantener en la mente que muy pronto tras el relato de la creación, la mujer y el hombre caen en la tentación de desobedecer a Dios y desde entonces la humanidad ha estado estropeada por el pecado y la naturaleza pecadora. Desde ese momento en adelante, nadie sino el mismo Cristo nace con una naturaleza perfecta que no esté en oposición con Dios nuestro Creador. El resto de la Biblia es el relato de generaciones de error y rebelión deliberada del hombre (tanto varón como mujer) contra nuestro divino Creador, nuestra incapacidad de amarle y obedecerle y el plan divino de Dios de traer de nuevo a Su creación a una relación plena con Él. John Elredge y Brent Curtis titularon su libro sobre esta intimidad El Romance Sagrado. ¡Vaya título más apropiado! Ahora que tenemos alguna idea del plan original de Dios para la mujer y Su deleite en Su creación –nosotros- consideremos el desarrollo de la identidad sana de género en las chicas. MADRES Una base firme para la seguridad de una niña pequeña como hembra se construye en muchas etapas. A cada niña le esperan numerosos desafíos a lo largo del camino hacia la madurez femenina. Pero mientras comprendemos estos desafíos, podemos ayudar a nuestras hijas a superarlos y podemos echar una mirada atrás a nuestra propia infancia herida y ayudarnos a sanar de sus efectos. El primer bloque de edificación importante para una niña segura es una madre que disfrute siendo una mujer y valore su rol como esposa y madre. Una chica que observa a su madre satisfecha recibirá el mensaje importante de que ser una chica es algo bueno. Una mujer así de confidente es descrita en la Biblia de esta forma: “Una esposa de noble carácter ¿quién la podrá encontrar? Vale más que el rubí… Está vestida de fortaleza y dignidad; no le preocupa el mañana” (Proverbios 31, 10.25). Un segundo bloque de edificación es una madre que ame a su marido y busque apoyar sus objetivos –y su rol como hombre. En vez de comunicar que es una víctima indefensa de las circunstancias o de su marido posiblemente abusador, acepta su responsabilidad en crear una relación de confianza con su marido. “Su marido tiene total confianza en ella y no carece de nada de valor. Le trae el bien, no el mal, todo los días de su vida” (Proverbios 31, 11-12). Participa en la creación de un clima de confianza y seguridad dentro del hogar, proporcionando buena tierra para que maduren su matrimonio y sus hijos. Un tercer bloque de edificación es un padre (o figura paterna) que no degrade a su esposa sino que la valore y le exprese su amor. He aquí un ejemplo de Proverbios 31: “Surgen 38 sus hijos y la llaman bendita. También su marido y la alaba, ‘Muchas mujeres hacen cosas nobles pero tú las superas a todas.’ ” Los padres tienen un rol especial al reforzar la verdad de que una mujer merece confianza y respeto. Esta actitud sobrepasa la relación marido-mujer e impacta a los hijos de la pareja. Los hijos varones de esa pareja aprenden cómo tratar a las chicas correctamente y las chicas aprenden que ser mujer es deseable y merece la pena. La consecuencia natural de este ambiente es que una niña pequeña crece dándose cuenta de que su madre es fuerte y competente y que ser mujer es algo bueno. Deseará de forma natural ser como su madre. Como imita a su madre y su madre o padre alaba o reconoce estos intentos, muy probablemente llegará a la conclusión de que puede tener éxito en el rol de la mujer. Permíteme que te dé un ejemplo de la vida real de una pareja de mi iglesia que conocí. Todd y Jennifer se casaron jóvenes y comenzaron a tener hijos enseguida –dos hijas primero y luego un hijo. Jennifer tiene talento para muchas cosas- particularmente para el canto, pero también para organizar a los demás, diseño gráfico, coser y cocinar, por citar sólo algunas. Tiene confianza y seguridad como madre y ha estado emocionalmente presente para sus hijos, utilizando todos sus dones naturales, incluyendo cantar en el coro de nuestra iglesia. Todd era estable, responsable y emocionalmente en contacto con su esposa e hijos mientras crecían. Admite que no siempre ha sido fácil –toda familia tiene sus problemas- pero ha trabajado duro para mantener relaciones cálidas y de afecto con su esposa e hijos. Su hija del medio, Alexis, me dijo una vez: “Cuando mi madre se estresaba debido a nuestro presupuesto, mi padre siempre se tranquilizaba y le decía: ‘No te preocupes, yo me hago cargo.’ Mi padre asumía el rol protector y responsable y eso permitía que los demás nos relajásemos.” Alexis, ahora con 19 años, compartió conmigo la visión que tenía de su madre cuando era más pequeña: “Realmente admiro a mi madre por muchas cosas, quisiera ser como ella. En tercer grado, mi amiga y yo empezamos una banda y cantamos una de las canciones de mi madre en el show del talento del colegio. Lo hice porque mi madre había estado en bandas y yo quería ser como ella. Sin embargo, fue terrible -¡no teníamos el mismo talento!” Me encantó la descripción que Todd hizo de sus hijas: “Las dos chicas son muy atléticas pero guapísimas. Son reinas de vuelta a casa. La voz de Todd se hinchaba de orgullo mientras hablaba conmigo. Para mí era obvio que mostraba a sus hijas con palabras de adoración y estímulo. Cuando le mencioné sus comentarios a Alexis, ella me dijo: “Mi padre siempre tiene un comentario preparado para animarme y eso me da mucha motivación para mi vida. ¡Realmente soy una chica con suerte!” PATERNALISMO SANO, NO PERFECTO Alexis y su hermana han recibido una buena base sobre la que edificar una identidad femenina segura. Eso no significa que sus padres fuesen perfectos sino que fueron un ejemplo positivo para sus hijos. Ninguno de nosotros es un padre perfecto aquí en la tierra, y cuando cometemos errores, debemos permanecer vulnerables, honestos y humildes. Decirle a un hijo: “Lo siento,” no es en verdad muy difícil. John y yo se lo hemos dicho ocasionalmente a nuestros hijos por nuestra frustración o por haber perdido los estribos. Cuando esto ocurre y yo soy responsable, suelo ponerme en su mismo nivel físico y comienzo con algo como esto: “Hijo, quiero que sepas que pequé contra ti diciendo eso. No debí haberlo hecho. Quiero ser un reflejo de tu padre perfecto tu Padre celestial- y entonces no lo hice bien. ¿Podrás perdonarme?” Me he dado cuenta de que mis 39 hijos están preparados para perdonarme y avanzar. Cuando los padres son transparentes con sus hijos sobre sus errores, los hijos no tienden a guardar rencor. Creo que se realizan tres cosas cuando los padres son honestos con sus hijos cuando la madre o el padre se han enfadado. Primero, una apología valida la percepción del niño de que algo no ha ido bien, que ha tenido lugar una violación de su sentido de la justicia. Segundo, demuestra el amor paternal hacia ellos y un deseo honesto de educarlos bien. Y tercero, les muestra por ejemplo que cuando tienen lugar los errores, Dios es el último e imparcial regidor tanto sobre el padre como sobre el hijo y el padre no debe “tratar despóticamente” al hijo. El Asesor Steve Donaldson escribe: “Se pueden identificar fácilmente dos características en la terapia familiar que señalan salud en los padres. La primera es la capacidad de los padres de ser genuinamente humildes. Los padres sanos… pueden admitir sus errores y el impacto que estos errores tienen en su hijo. No se excusan de sus errores; es más, están preocupados de forma genuina por el impacto sobre su hijo. Una segunda característica es la capacidad de los padres de tolerar la ira del hijo. Los padres sanos esperan que los hijos estén enfadados con ellos. Forma parte de la vida. Menos padres sanos tienen dificultad en permitir esto y lo toman como insulto personal… Los padres sanos necesitan poco de sus hijos mientras que los padres insanos necesitan mucho. 78 PROGENITORES MASCULINOS El rol del padre para afirmar a su hija no puede exagerarse. Además de una sombra de duda, es un rol muy poderoso. El padre de una chica es el primer hombre del que ella se enamora. Ella necesita sentirse adorada y protegida, no que le tomen ventaja. Su padre es visto entonces como seguro y como refugio. Posteriormente en la vida, probablemente ella querrá encontrar un hombre como su padre con quien casarse. En vez de ver el matrimonio como algo que amenaza su valor como mujer, la hija ve el matrimonio por medio de los lentes de sus padres como algo deseable y que vale la pena hacer. Como contraste, el 80 por ciento de las mujeres con atracción hacia el mismo sexo que respondieron mi encuesta decía que sus padres no hacían que el matrimonio pareciese deseable. Está bien, lo admitiré… Estoy un poco más sentimental estos días porque estoy embarazada mientras escribo esto. Pero mientras leía Ella Me Dice Papá de Robert Wolgemuth, me encontré con lágrimas en los ojos. ¡El padre de una chica tiene un rol tan importante en su vida! Déjame que te dé sólo un atisbo de lo que me conmovió. El Sr. Woltgemuth escribe: “Esta niña pequeña (su hija pequeña, Missy) me estaba robando el corazón. No podía esperar a llegar a casa del trabajo para verla y cogerla… Una tarde, estaba tumbado en el piso enmoquetado de nuestro salón, arrimado a ella. Estaba tumbada sobre su barriga, un pañal limpio bajo su cabeza, con su cara mirando hacia mí. Yo estudiaba sus rasgos diminutos –su piel aterciopelada, su pequeña nariz subida y su boca bien definida. Aunque fue ayer, puedo recordar el sentimiento impresionante que tenía dentro de mi alma, no muy diferente del momento en que una montaña rusa comienza a descender. “Esta niña pequeña es mi responsabilidad,” respiré en voz alta. “Soy su padre, el único que tendrá.” El sentimiento era abrumador pero no un sentimiento abrumador de frustración o miedo. Me sentía resuelto. Comprometido. Preparado para afrontar los obstáculos que seguramente aparecerían. 78 Steven Donaldson, de una conferencia dada en el Evergreen Conference, 2002, Vancouver, Washington. 40 Me acuerdo de pensar, tumbado allí cerca de la niña: Seré tu padre, pequeña niña. Puedes contar conmigo. Puedo hacerlo. Sé que puedo. Por favor, Dios mío, ayúdame.” 79 Qué honor y responsabilidad se le da a un hombre que es padre de una niña pequeña. El autor Gary Smalley dice: “No hay mayor desafío para un hombre como ser padre de una niña… A los chicos con frecuencia les encanta que su padre les alborote y se ría de ellos. A las chicas les encanta ser queridas. A los chicos se les puede “hablar” con palabras simples, medias frases y gruñidos. Las chicas quieren que sus padres les hablen con frases completas. Los chicos desean vivir sin la protección de sus padres. La mayoría de las chicas crecen muy bien con confianza cuando saben que su padre estará allí… No podía evitar impresionarme por la importancia que tiene el honor –un padre que se toma el tiempo de honrar a su hija con su amor y su tiempo, que le enseña a ella a honrarle y respetarle, le ayuda entonces a comprender la importancia de honrar a Dios y a los demás. 80 LA IMPORTANCIA DE LOS HERMANOS No sólo son importantes los roles del padre y la madre en la formación de la identidad de un niño sino que las acciones de los hermanos pueden ayudar también a apoyar o a disminuir el sentido de identidad de un niño. Alexis, la hija de Todd y Jennifer, ha tenido una experiencia tremendamente positiva con su hermana mayor, Stephanie. Me decía ella: “Stephanie es sólo dos años mayor que yo pero siempre fue como una segunda madre para mí. Me incluía en todo lo que hacía y me hacía sentir alucinante conmigo misma. Incluso en la universidad mi hermana todavía me estimula.” Alexis recuerda con gratitud cómo Stephanie hizo una diferencia para ella cuando tenía 14 años, durante su primer año en el instituto. Alexis acababa de pasar por unos años de desafíos sociales en la escuela media y su hermana cuidaba de ella de forma bastante considerada. “Tenía a todos mis amigos dispuestos para mí,” recuerda Alexis. “El año de las novatadas es un año duro y mi hermana hizo que fuese fácil para mí. Me dio motivación para hacer deporte porque mi hermana hacía deporte. Seguía a mi hermana de muchas maneras.” Los hermanos pueden magnificar lo seguros o inseguros que ya nos sintamos. Cuando a una chica sus padres le dan una base sólida, las influencias negativas de las hermanas tienen menos probabilidad de hacer estragos. Y el estímulo y el apoyo positivo de las hermanas y hermanos hacen que afrontar los desafíos de la vida sea incluso más fácil. Cuando Lisa Beamer estaba a punto de recibir noticias de United Airlines sobre la conversación telefónica que su marido, Todd Beamer, había tenido durante el secuestro con un operador de Airfone, Lisa se levantó de su cama para la llamada con el apoyo de su hermano. ¡Qué enorme apoyo pueden dar los hermanos en momentos de necesidad y tragedia! GRUPOS DE COMPAÑEROS DE PREESCOLAR Cuando se debate el desarrollo social de los jóvenes, el tema en Complete Book of Baby & Child Care de la Familia dice que la interacción social de una chica con sus compañeras “dependerá, en parte, de cómo sean sus relaciones en casa.”81 El manual continúa: 79 Robert. D. Wolgemuth, She Calls Me Daddy (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1996), p. 17. Ibid., Xi. 81 Focus on the Family’s Physicians Resource Council, USA, The Complete Book of Baby and Childcare (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1996), p. 17. 80 41 “Si es amada y respetada consistentemente, tendrá más probabilidad de sentir confianza y de ser amistosa con los demás niños y se complace en interactuar con ellos de diferentes formas. Pero si ha recibido mensajes de que no vale mucho y de que el mundo en el que vive es peligroso e impredecible, puede que evite tratar con los demás niños o puede ser acosada fácilmente. De la misma forma, ver a los adultos en casa doblegando a los demás con gritos y acciones amenazantes puede inspirarle el adoptar un acercamiento similar y agresivo a sus compañeros o niños más pequeños.” 82 Una niña pequeña que se encuentra entre las edades de preescolar y la escuela elemental que se siente bien consigo misma como niña preferirá juegos de “niñas,” ficciones y muñecas, como ya se ha dicho. Preferirá jugar con otras niñas porque tienen interés en cosas similares. Como se decía al principio del capítulo, podrán jugar con niños pero prefieren jugar con niñas. Posteriormente en esta etapa, las chicas etiquetan a los chicos como “piojos.” El mismo veredicto les es devuelto con gran entusiasmo por los chicos. No puedo decirte la de veces que he oído decir a los chicos en esta etapa: “¡Las chicas son ñoñas!” con todas sus caras estrujadas para darle un énfasis extra. Generalmente siguen jugando con su propio género en este punto. Déjame darte un ejemplo de mi hijo de preescolar. La pre-escuela de Timmy dedicaba 15 minutos al comienzo para que los niños jugasen con los juguetes en la clase. Me daba cuenta consistentemente del agrupamiento inconsciente de los niños que jugaban con otros niños, centrándose en los animales, coches o los superhéroes que tenían en su imaginación. El ruido resonaba de ese grupo. Un año, dos tercios de la clase eran niños, por lo que el día comenzaba con gran ruido. En la otra mitad de la clase, las chicas se agrupaban cerca de la cocina de juguete o cerca de las muñecas bebés con los vestidos. El número más pequeño de niñas no era la única razón de que esa área de la clase estuviese siempre mucho más calmada. Una de las chicas solía dirigir: “Tú te sientas aquí en la mesa. Ahora, ¿qué te gustaría comer?” He oído muchas veces, y me he dicho a mí misma, que una línea invisible parece existir entre los géneros. Cuando los niños tenían la opción y se sentían bien consigo mismos, gravitaban de forma natural hacia miembros de su mismo género. Un imán invisible parecía unirlos socialmente. LA ESCUELA ELEMENTAL Un asunto popular en el desarrollo sano del género femenino desde los cinco a los once años de edad es el “poder femenino.” Los dibujos animados Power Puff Girls, que enfatiza el “poder femenino,” son muy populares en este grupo de chicas de esta edad. Casi puedo oír el “¡humpf!” mientras una niña pequeña le vuelve la espalda a un niño pequeño agresivo en el patio del colegio y camina de vuelta a su seguro grupo de amigas. Las chicas con frecuencia se apoyan y se defienden unas a otras en esta edad. Las hormonas y la competición no han llegado todavía de forma muy poderosa. En su libro Educar a Chicos, El Dr. James Dobson compartía una carta que había recibido de una niña de nueve años titulada: “Las chicas son mejores que los chicos.” Esta joven proclamaba 31 razones por las que insistía en que las chicas eran mejores que los chicos. Compartiré una parte de la lista dicha en sus propias palabras: 82 Las chicas mastican chicle con la boca cerrada. Las chicas tienen la letra más bonita. Las chicas tienen más talento. Las chicas no se meten el dedo en la nariz. Las chicas aprenden más rápido. Ibid. 42 Las chicas no huelen tan mal. Las chicas son más inteligentes. Las chicas consiguen más cosas que quieren. Las chicas son más creativas. Las chicas son más atractivas. 83 El Dr. Dobson le dio a los chicos una oportunidad de responder en otra carta y compilaron una lista de 47 razones de por qué “los chicos son mejores que las chicas desde las respuestas. Diré sólo unas pocas de la lista de los chicos con sus propias palabras. Los chicos pueden ver una película de miedo y no cierran los ojos ni una vez. Los chicos no tienen que sentarse cada vez que van (al baño). Los chicos pueden construir mejores foros que las chicas. Los chicos son más tranquilos. Los chicos no pierden sus vidas en el centro comercial. Los chicos no hacen todos esos movimientos ondulantes cuando caminan. Los chicos no cepillan el pelo de otro. Y mi favorita: Los chicos están orgullosos de su olor. 84 “A la edad de ocho años, aproximadamente el 85 por ciento de ambos sexos cree que su propio sexo es el mejor,” 85 escribe el Dr. Neil Whitehead. Dice que a esta edad: Las actividades “no permitidas a chicas” son comunes en los chicos, en el intento, según creen algunos psicólogos, del chico de consolidar su identidad de género siguiendo el cambio en la identificación a su padre… El grupo de compañeros tiene un rol similar al del padre del mismo sexo. Encajar principalmente con su propio sexo fortalece el sentido del niño de ser varón o mujer, y se profundizan las diferencias. 86 Se puede ver una distinción divertida cuando los chicos y chicas están jugando a sus propios juegos a esta edad. He visto muchos ejemplos de esto yo misma: Cuando los chicos están jugando al baloncesto y un chico se hace daño, el juego continúa sin él. De hecho, otro chico puede entrar a jugar por él. Pero generalmente las chicas no actúan de la misma forma. Si una de las chicas se hace daño, el juego suele detenerse y todas las chicas se apiñan a su alrededor. Un adulto puede tener dificultad realmente en pasar por el grupo para ver si ella está bien. Neil y Briar Whitehead escriben también: “Las chicas, por otra parte, valoran las relaciones, y, si un juego comienza a generar disputas, suele dejarse.” 87 Recuerda que, desde el principio, la mujer fue creada para las relaciones (Génesis 2,18-24). Esa motivación continúa hoy. Esta es también la etapa en la que una niña pequeña necesitará saber que sus padres estarán ahí para ella, que tiene defensores que la dejen llorar y la consuelen, y que tiene defensores que harán frente a sus enemigos. Los padres pueden ofrecer protección emocional a sus hijas durante los momentos difíciles. Aquí hay otro ejemplo del libro Ella Me Dice Papá: Ashley entró corriendo por la puerta de la habitación familiar una vez cuando tenía seis años. Estaba sollozando entre profundos jadeos. Cuando la tranquilizaron lo suficiente como para poder hablar, les habló de la niña pequeña del frente –cómo le había quitado su dedo pintor del colegio y lo había roto por la mitad. 83 James Dobson, Educar a Chicos (Downers Grove, IL: Tyndale House Publishers, 2001), p. 10. Ibid, p. 11 85 Neil and Briar Whitehead, ¡Mis Genes hicieron que lo hiciera! (Lafayette, LA: Huntington House Publishers, 2001), p. 10. 86 Ibid, p. 59. 87 Ibid. 84 43 “Entonces me di cuenta,” afirmó Dave, de que mi niña pequeña no necesitaba charlas. Esta no era una oportunidad de enseñar para mí.” Dave bajó el periódico. Se volvió hacia su hija y abrió los brazos. La sostuvo hasta que el llanto hubo terminado. No dijo una palabra. “Lo que despertó en mí… fue que la vida trataba sobre los niños vecinos enfadados. Sobre la injusticia. Y sobre las consecuencias. Ashley estaba llorando y cualquier cosa que hubiera pasado, ella estaba pagándolo con sus propias lágrimas. Necesitaba seguridad. Protección. Así que se la di.” 88 Qué mundo de diferencia significó la protección de los brazos de su padre en ese momento. Ella podía llorar y ser consolada y luego estar preparada para entrar en el mundo otra vez. Estaba fortalecida emocionalmente por la protección de su padre. Era bendecida por tener un padre así. Muchas hijas no lo tienen. ESCUELA MEDIA Y PUBERTAD Cuando estaba haciendo prácticas de profesora, muchos de nosotros, profesores estudiantes, esperábamos que trabajar con estudiantes de escuela media sería un desafío simplemente debido a los cambios físicos, emocionales y sociales relacionados con la pubertad. Y no nos equivocamos. Recuerdo también que esa época de mi propia vida, entre los 12 y los 14 años, cuando las tablas sociales resultaron en formas inesperadas. Junto con los cambios físicos, mis amigas llegaron a ser competitivas mutuamente sobre varios chicos. La pubertad es una época muy difícil –y no es de extrañar. Neil y Briar Whitehead explican escuetamente los puntos de referencia de la pubertad en su libro Mis Genes Hicieron Que Lo Hiciera: “En los chicos, el cuerpo es inundado con la hormona masculina, la testosterona; en las chicas, las hormonas femeninas, estrógeno y progesterona. En los chicos, la voz se hace más grave, los genitales se agrandan y se espesa el pelo del cuerpo; en las chicas, se desarrollan los pechos y comienza la menstruación. Ambos llegan a ser conscientes de sí mismos como criaturas sexuales. Los chicos experimentan su primera excitación erótica alrededor de los trece años y en las chicas comienza la fantasía romántica. En la heterosexualidad, esta nueva sensación se expresa hacia el sexo opuesto. Pero la pubertad no crea un impulso sexual que se antepone a las orientaciones, preferencias, atracciones sexuales existentes y a los vínculos emocionales. La sobrecarga hormonal erotiza solamente la orientación psicológica que ya existe. En las personas con una orientación heterosexual en desarrollo, el deseo sexual se expresa hacia el sexo opuesto.” 89 Pronto en la vida de una niña, probablemente experimentará y se identificará con la feminidad poniéndose la ropa, zapatos y posiblemente el maquillaje de su madre. Esto puede incluir también el cuidar a los demás, asumiendo el rol de la madre e imitando a su madre en una miríada de formas. Puede incluso que tenga su pequeño monedero propio. En la preadolescencia, una chica que se está identificando con su “feminidad” necesitará estar preparada para su próxima transición a convertirse en una mujer. En otras palabras, necesita estar preparada antes de tiempo para los cambios físicos y emocionales como el desarrollo de los pechos, la irrupción de la menstruación, la aparición del pelo del pubis y la montaña rusa emocional que puede acompañar a las hormonas que fluyen por su cuerpo. Necesita que su madre tome la implicación de proporcionarle información y apoyo, además de ir a comprar juntas el primer sujetador y otros productos femeninos. Alexis tuvo una oportunidad maravillosa al tener una hermana, Stephanie, dos años mayor que ella. Cuando Stephanie estaba pasando por este proceso de transición con su madre, Alexis escuchaba. 88 89 Wolgemuth, Ella Me Dice Papá; p. 48 Whitehead, ¡ Mis Genes Hicieron Que Lo Hiciera! p. 59. 44 “Era algo embarazoso –mi hermana le preguntaba cualquier cosa a mi madre mientras nos íbamos o veníamos del colegio pero esas conversaciones me preparaban bien a mí. Cuando fuimos a comprar el primer sujetador para Stephanie, yo fui también y mi madre me compró uno. Cuando compramos productos femeninos en la tienda, yo también los conseguía. Por lo que en verdad estaba ya preparada años antes de que necesitase realmente todas esas cosas. Otra familia que conozco preparaba a sus hijos de forma muy deliberada alrededor de un año antes de que entrasen en la pubertad. Cuando sus hijos estaban en sexto grado, la escuela pública iba a presentar material de educación sexual a los niños con chicos y chicas en la misma clase. En vez de ceder al plan del colegio, mi amiga Angie y su marido, Tony, instituyeron sus propias clases. “Mi sentimiento era que si puedes hablar con tus hijos de sexo y ellos pueden hablar contigo, entonces hablarán contigo de cualquier cosa. Por lo que los quitamos del colegio y elegimos un currículo que fuese divertido, que les hiciese leer en alta voz y que estuviese hecho para su edad. Yo enseñaba a un pequeño grupo de cuatro o cinco chicas y mi marido enseñaba a un grupo de cuatro o cinco chicos en otra habitación. Mientras que yo les hablaba a las chicas de su aparato reproductor, les explicaba: ‘Estas son las partes que tiene vuestro cuerpo y es maravilloso cómo Dios os ha diseñado.’ Les explicábamos por separado acerca del acto sexual y de cómo se formaban los bebés.” La hija de Angie, Isabella, ahora con 20 años, recuerda las partes incómodas de estas charlas. “Era muy perturbador, no que suceda el acto sexual, sino que tu madre esté diciendo que ella lo había hecho. Al menos dos veces, a propósito,” añadió Isabella, que tiene un hermano, riéndose. ¡LOS AÑOS DEL INSTITUTO Y LOS CHICOS! La vida de Alexis cambió de forma dramática cuando se desarrolló su cuerpo. “Antes de la pubertad, no llamaba mucho la atención. Luego, en sexto grado (sobre los doce años) llegó la pubertad y ya no era plana de pecho. Inmediatamente, uno de los chicos “populares” se quedó prendado de mí y el interés de los chicos no ha parado desde entonces. “Recuerdo una vez en clase,” continuó Alexis, “en la que un chico que estaba detrás de mí rompió mi sujetador. Me levanté inmediatamente y le di una bofetada. Sentí que me había faltado el respeto.” “Pero,” añadí, “no le dejaste que se saliese con su conducta. Tu acción le hizo saber que su conducta tendría repercusiones y que tú no le tolerarías sus faltas de respeto.” Isabella tuvo experiencias similares. Las dos chicas se defendían de avances inadecuados de chicos que estaban en la pubertad. Eran atractivas para los chicos que estaban a su alrededor y ahora son dos mujeres muy guapas. Pero tuvieron la capacidad para afirmar su dignidad y auto-respeto como chicas durante sus años escolares. Por ejemplo, Isabella, una bella morena con una apariencia clásica italiana, tuvo un momento particularmente desafiante con un chico en una fiesta que tuvo lugar en un río cuando tenía 15 años. “Este tipo no deja de tocarme,” me dijo. “No me dejaba sola y a mí me molestaba mucho ese tipo de conducta. Por lo que le dije que si no dejaba de tocarme, lo iba a tirar al río que estaba cerca. Bastante seguro, lo volvió a hacer de nuevo, por lo que lo empujé al agua.” Como atraía mucho a los chicos, Isabella tomó clases de judo y de defensa personal y comenzó a levantar pesas. 45 “Desde que tenía 13 años, los chicos habían estado adulándome con silbidos, recibiendo atención sin pedirla e incluso siendo acosada. Cuando los chicos me faltaban el respeto, ¡simplemente no lo toleraba! Mi hermano mayor, Josh, se enteró una vez de un chico problemático y llegó a ser muy protector conmigo. Josh es muy simpático pero es grande y me dijo que o ese chico dejaba de molestarme o se las tendría que ver con él. Siempre me he sentido también muy apoyada por mis padres. Siempre podía ir a hablar con ellos y pensar una forma de tratar estos problemas.” Alexis me contó cómo su padre la protegía cuando un chico quería salir con ella. “Mi padre entrevistaba al chico con el que iba a salir y le hacía preguntas. Lo único que cada chico me decía tras la “entrevista” era cómo me describía mi padre. Decía: “Mi hija es como una rosa para mí. Es lo más valioso de mi vida. Piensa en algo que es valioso para ti. Bien, mi hija es diez veces más valiosa.” Oía esa frase de cada chico con el que salí. Realmente era maravilloso oír que mi hermana y yo éramos tan especiales para él. Me sentía muy honrada al saber que mi padre quería lo mejor para mí. Debido a esto, sabíamos que éramos el mundo para él.” Cada uno de este par de padres era claro al comunicar a sus hijas la belleza de los planes y el diseño de Dios para el matrimonio. Podían hablar con sus hijas sobre sexo con respeto, expresando la belleza de esperar hasta el matrimonio para tener sexo. Las dos parejas declaraban la creación de Dios en que sus hijas “fueron creadas tremenda y maravillosamente” (Salmo 139: 13-14). Cada una de estas chicas encontró dificultades en sus vidas pero tenían una base de seguridad y fortaleza como chicas para plantarse ante los desafíos de la vida. Ahora Isabella ha encontrado un hombre joven con el que puede casarse, un hombre que la quiere, que no le pide que comprometa sus valores cristianos, un hombre de fortaleza que valora también su fortaleza como mujer. Dios quiere que el matrimonio sea una bendición, una unión íntima y permanente que pueda proporcionar la estabilidad necesaria para educar a niños sanos. UNA IDEA FINAL La Biblia ofrece una visión deliciosa del propósito de la creación de la mujer en el capítulo 2 del Génesis. Las mujeres fueron diseñadas para encontrar valor y plenitud en sus relaciones. Eso es lo que el Dr. Michael Gurian, autor de The Wonder of Girls, llama el “imperativo íntimo… el anhelo oculto que existe en la vida de toda chica y mujer de vivir en un plan seguro de relaciones íntimas.”90 Cuando se da un ambiente familiar sano, ciertamente no hay ninguno sin problemas, las niñas pequeñas desean de forma natural imitar los modelos de rol dados por Dios –sus madres (o cuidadoras primarias femeninas). Puede que jueguen con chicos e incluso verse como marimachos porque son activas y no son intimidadas por los chicos pero limitan su identificación con los chicos. Generalmente –especialmente hasta los diez años- las chicas prefieren jugar con otras chicas cuando se les da la opción. La verdadera belleza femenina es algo más que la profundidad de la piel, como escribió el apóstol Pedro en I Pedro 3. Las mujeres que aman a Dios irradiarán la belleza que capacita a una joven para convertirse en una mujer segura y con confianza. Una relación matrimonial sólida y respetuosa demostrada entre el padre y la madre posibilita un gran recorrido para asegurar la identidad de la hija como mujer. La humildad en el proceso de ser padres añade una dimensión necesaria de la construcción del carácter tanto en los padres como en los hijos. La paternidad sana, no perfecta, debe ser el objetivo de cualquier padre en la educación de su hija. 90 Michael Gurian, The Wonder of Girls (New York: Simon and Schuster, 2002), p. 23. 46 En los años de desarrollo que preceden a la pubertad, la capacidad de los padres de comunicarse y de escuchar a la hija le creará cierta seguridad emocional mientras encuentra realidades dolorosas del mundo. Una madre que expone los próximos cambios producidos por la pubertad de forma inteligente y sensible –antes de que tengan lugar- ayuda mucho a su hija. Después de que llegue la pubertad, una chica necesitará el apoyo emocional de su familia mientras negocia un tiempo volátil de su vida. Todavía necesita la protección y el afecto físico y emocional de su padre, además de la comunicación y el apoyo de su madre, mientras sus hormonas producen grandes cambios a lo largo de todo su ser. Dios creó a la mujer por diseño y para Su deleite. Recuerda que después de que Dios hubo creado tanto al hombre como a la mujer a Su imagen, declaró a Su obra “muy buena.” Ya se case o no, una mujer joven necesita comprender la belleza de su diseño de un Dios decidido. El Señor Dios sólo tiene la mejor de las intenciones para su vida. Como escribió Jeremías: “Obedecedme y Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. Camina según los mandatos que te doy para que te vaya bien” (Jeremías 7,23). Tener una vida que “vaya bien” -¿no es lo que queremos todos? 47 CAPÍTULO 5 ESTABLECER UN SISTEMA DE APOYO Cuando Dios recupera una vida destruida, con frecuencia utiliza la experiencia de aquellos que han recorrido un camino similar. Como escribe el apóstol Pablo: “Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de compasión y el Dios de todo consuelo, que nos consuela en todos nuestros problemas, para que nosotros podamos consolar a los que tienen algún problema con el consuelo que nosotros mismos hemos recibido de Dios” (2 Corintios 1,3-4). Cuando hemos experimentado la bondad de Dios, queremos que también los demás experimenten Su amor. Por esa razón, estaría mal si no tomase algunos momentos y expusiese la fuente principal de curación disponible para las mujeres lesbianas –llegar a conocer a Cristo personalmente. Si eres una mujer con problemas de atracción hacia el mismo sexo, los capítulos anteriores pueden haber sacado a colación recuerdos dolorosos o haber provocado sentimientos de pérdida. En este capítulo, quiero ofrecer alguna buena noticia y afirmar la importancia de un buen sistema de apoyo en el proceso de curación. El plan de Dios para nosotros –para ti y para mí- es bueno. Pero muchos de nosotros no estamos acostumbrados a ser heridos, a que las relaciones fracasen, a luchar con el dolor de nuestro pasado. Apenas podemos creer que nuestras vidas puedan mejorar. Sin embargo, muchas mujeres, incluyéndome yo misma, hemos encontrado una vida que es infinitamente mejor que nada que hayamos experimentado antes de haber respondido a la invitación de Cristo a una nueva vida. Hemos pasado buscar la ilusión del lesbianismo a la realidad del Único que puede consolarnos completamente –el Señor Jesucristo. Quizás has estado “metida en la vida” el tiempo suficiente como para descubrir que las relaciones del mismo sexo te dejan vacía y eventualmente con un sentimiento enorme de pérdida. Mientras tanto, el ansia de intimidad verdadera continúa repitiéndose. Todos compartimos una sed profunda de una relación satisfactoria que dure. Me encanta la historia del evangelio de Jesús que se acerca a una mujer en un pozo – una mujer que conocía el desencanto de las relaciones temporales- y le pide que le dé un poco de agua. Él le dijo: “Si conocieras el Don de Dios y quién es el que te pide de beber, serías tú quién le habría pedido a él y él te habría dado agua de vida eterna… Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed pero el que beba del agua que yo le dé tendrá dentro de sí una fuente de agua que salte hasta la vida eterna” (Juan 4,10-14). Yo puedo identificarme con esa mujer, ¿tú no? Si tú también, quizá ha llegado el momento de abandonar los pozos rotos que se han secado y beber profundamente del Único que ofrece esta agua de vida. La buena noticia es que por medio de Jesucristo Dios nos ha abierto un camino para darnos una nueva vida. Todo lo que tenemos que hacer es levantar la bandera blanca, rendirnos ante Él y aceptar el abastecimiento de Dios para nuestras necesidades más profundas -Jesús. De ahí en adelante, la vida se convierte en un proceso de aprendizaje para vivir a través del poder de Jesucristo en nosotros. Si el estilo de vida lésbico te ha dejado cansada y abrumada, te deleitarás en la invitación de Jesucristo: “Venid a mí, vosotros todos, que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mateo 11,28-30). 48 Por medio del poder y de la amabilidad de Dios, una enorme cantidad de mujeres lesbianas ha encontrado seguridad y deleite en su identidad como mujeres a pesar de las terribles infancias y las opciones dañinas en la adultez. Estas mujeres han descubierto también que Dios es el Gran Restaurador. Cuanto más recupera todo lo que hemos perdido mientras seguíamos nuestra forma de vida lésbica. Y como eso no es bastante, entonces nos permite tener el gozo de ofrecer consuelo a los demás que tienen problemas por las opciones que han tomado. Espero que hayas tomado la decisión de seguir a Cristo. Todo lo que sigue tendrá mucho más sentido para ti si eres cristiana. EL DIOS QUE RESTAURA En el capítulo anterior veíamos los propósitos de Dios en la creación del hombre y de la mujer. También veíamos la importancia de una familia sana en el desarrollo correcto de la identidad sexual de una joven. ¿Pero qué sucede cuando faltan esos elementos vitales? ¿Cómo puede recuperarse una mujer de la destrucción y el abuso de sus primeros años, incluyendo sus años de infancia sobre los que no tenía ningún control? ¿Significa la ausencia de una familia fuerte y la probable inseguridad que tiene como consecuencia que una mujer debe vivir para siempre con el dolor que sigue? ¿Una mujer que ha rechazado su asignación de género femenino dada por Dios entrar y disfrutar alguna vez de ser una mujer? ¡Sí! A todas estas preguntas –Y más. Nuestro Dios es un Dios que restaura. Una de las promesas más apasionantes de la Biblia para cualquiera que haya sufrido dolor o pérdida emocional extrema se encuentra en Joel 2,25-26. Dios le dice a su pueblo devastado: “Yo os compensaré de los años en que os devoraron la langosta y el pulgón, el saltamontes y la oruga, el gran ejército, que envié contra vosotros. Comeréis en abundancia hasta hartaros y alabaréis el nombre del Señor vuestro Dios, que hizo maravillas con vosotros. Mi pueblo no será avergonzado nunca más.” Dios le da una nueva vida a todo aquél que acude a Él. Su invitación es para una vida en abundancia, no a una vida triste con bagaje emocional de nuestro pasado. Como escribió el apóstol Pablo con respecto a la vida cristiana: “Por tanto, el que está en Cristo es una nueva creación; ¡pasó lo viejo, todo es nuevo!” (2 Corintios 5,17). Mientras recorremos nuestra nueva vida, necesitamos apoyo. Por lo tanto, no hagas este camino sola. Necesitas a los demás y ellos te necesitan a ti. Dios nos ha dado a los demás para ayudarnos mutuamente. Como nos enseña la Biblia: “Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y así cumpliréis la ley de Cristo” (Gálatas 6,2). Y una vez más, “Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; si un miembro es honrado, todos los miembros se alegran con él. Ahora sois el cuerpo de Cristo y miembros individualmente de él” (I Corintios 12,26-27). La ayuda de los demás cristianos está disponible para nosotros, ya seamos nuevas cristianas que todavía estemos luchando con la atracción hacia el mismo sexo; padres, parientes o amigas de una lesbiana o un pastor u otro asesor que quiera aprender más sobre las mujeres que deben trabajar por medio de su atracción hacia el mismo sexo. MOTIVACIÓN PARA BUSCAR AYUDA Nuestro dolor o deseo emocional nos conduce con frecuencia a buscar el apoyo de los demás. Pero incluso para un padre de un niño con atracción hacia el mismo sexo, los obstáculos para buscar buen asesoramiento son numerosos: miedo de revelar a su hijo, miedo 49 de no ser comprendido, miedo de la reputación, no saber a quién acudir y otros problemas relacionados. Abrirse lo suficientemente para obtener la ayuda adecuada es a veces arriesgado. Pero las páginas siguientes se ofrecen para minimizar los riesgos y maximizar lo provechoso. He visto que una mujer que experimenta atracción hacia el mismo sexo buscará ayuda con frecuencia como consecuencia de uno o más acontecimientos de su vida: Ruptura de una relación intensamente emocional o sexual con otra mujer. Una atracción no deseada que parece doblegarla. Dolor emocional por un abuso del pasado. Deseos de conectar con los demás no satisfechos. Relación difícil en el trabajo o en la iglesia que saca a flote viejas heridas, miedos o deseos. Esta no es de ningún modo una lista completa pero aquí hay una motivación clave adicional para una mujer que busca ayuda: Siente que sus deseos están en conflicto con su relación con Dios. Puede que el Espíritu Santo haya estado trabajando de Su forma única y espectacular, llevando al corazón de la mujer el que se dé cuenta de que sus sentimientos y acciones están en oposición con Su voluntad. Este trabajo sobrenatural viene directamente del Espíritu Santo de Dios y llega a convertirse en la propia motivación interna de una mujer para el cambio. CARACTERÍSTICAS DE ASESORAMIENTO SENSATO Cuando una mujer toma la decisión de dejar el lesbianismo por las alegrías de la vida cristiana, una mentora, una pastora o amiga de mucho tiempo que quiera caminar a su lado para escucharla, apoyarla y animarla puede ser un recurso inestimable mientras pasa por este proceso de cambio. Al comienzo de mi proceso de dejar el lesbianismo, averigüé mucho de una mujer que tuvo la voluntad de quererme y de acompañarme en el proceso. Era Anita Worthen, madre de un chico gay y esposa de Frank Worthen, que ayudó a encontrar Exodus Internacional –la red más grande del mundo de ministerios cristianos que ayudan a hombres y mujeres a dejar la homosexualidad. Anita admitió libremente: “No tengo todas las respuestas.” Pero escuchaba y aprendía de las mujeres que acudían a ella a por ayuda. Qué profunda diferencia realizó en mi propia vida. Si hubiese descartado su consejo y afecto simplemente porque ella no había superado personalmente la homosexualidad, ¡habría perdido mucho de lo que Dios quería que hiciese en mi vida! La clave está en permitir que Dios te dirija a una asesora o mentora sensata. Para discernir los consejos sabios de los estúpidos, veamos lo que dice el libro de los Proverbios. La sabiduría se muestra… Escuchando y aprendiendo (Proverbios 1,5) Aceptando el consejo, la corrección y la instrucción (Proverbios 9,8-9; 10,8; 12,15) Temiendo al Señor y evitando el mal (Proverbios 14,16) Palabras que promueven la curación, la instrucción y la reverencia de Dios (Proverbios 12,18; 13,14) Una mujer con sabiduría podría definirse como una que tiene humildad en su interior para aprender de los demás, que ha interiorizado el amor y la ley de Dios, que ha preparado su corazón para escuchar la corrección, que puede enseñar a los demás y dice palabras de 50 confianza y verdaderas. Como dice la Escritura, sus palabras promueven la curación pero no ignora el conflicto ni promueve situaciones exaltadas (Proverbios 29,8). Así que, ¿cuáles son los beneficios de buscar asesoramiento sensato? Primero, nosotras también adquirimos sabiduría mientras escuchamos y aprendemos. La sabiduría, personificada, nos proporciona apoyo psicológico para: “Elegid mi instrucción en vez del oro y la plata, el conocimiento más que el oro puro, porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas y ninguna cosa apetecible se le puede igualar… Míos son el consejo y la habilidad; yo soy la inteligencia, mías es la fuerza… Yo amo a los que me aman y los que me buscan me encontrarán. Conmigo están la riqueza y la gloria… Porque el que me encuentra, encuentra la vida y recibe el favor del Señor. Pero el que me ofende, se daña a sí mismo; todos los que me odian, aman la muerte (Proverbios 8,1011.14.17-18.35-36). Otras muchas bendiciones importantes resultan de escuchar a la sabiduría: Heredar honor (Proverbios, 3,35) Llevar alegría a los demás (Proverbios 10,1; 14,35) Obtener la protección de la sabiduría (Proverbios 14,3) Ganar almas (Proverbios 11,30) … Y muchas más. (Para encontrare todos los beneficios de la sabiduría, puedes desear dedicar unos pocos minutos al día a leer un capítulo del libro de los Proverbios y escribir tus notas en un cuaderno. (¡Terminarás el libro en un mes!) Debemos comprender que escuchar implica obedecer. Una y otra vez en la Escritura, el Señor implora: “Si mi pueblo me escuchase, si Israel siguiese mis caminos…” (Salmo 81,13). En contraste, no escuchar implica rebeldía y desobediencia: “Pero no escuchaste. Te rebelaste contra los mandatos del Señor” (Deuteronomio 1,43). Con frecuencia he utilizado este ejemplo de escucha con mis hijos. Les he dicho muchas veces: “Poneos los zapatos, es hora de ir al colegio. Chicos, ¿estáis escuchando?” Por supuesto, respondían: “Sí, mamá.” Pero yo no quiero que escuchen simplemente lo que les digo, quiero que sigan mis instrucciones. Poniéndose los zapatos, muestran que han escuchado. ¿Quieres tener sabiduría? Entonces debes escuchar y estar preparada para obedecer a la Palabra de Dios. “El que escucha una reprensión saludable tiene su morada entre los sabios. El que ignora la disciplina se desprecia a sí mismo pero quien escucha la corrección adquiere sensatez. El temor del Señor le enseña al hombre sabiduría y la humildad va delante de la gloria” (Proverbios 15,31-33). DÓNDE BUSCAR AYUDA Puede que todo esto te suene bien pero no estás segura de a quién debes escuchar. ¿En quién se puede confiar? Yo recomiendo tener varias vías de apoyo, comenzando con fuentes ya desarrolladas y luego ampliando tu búsqueda de forma responsable. TU IGLESIA Y PASTOR Si ya estás establecida en una iglesia, considera acordar una cita con tu pastor. Si tu iglesia tiene una psicóloga de mujeres, puedes pedirle cita. Pero sé precavida: Los que somos 51 ministros en esta área hemos chocado con frecuencia con negativas del control del pastor: ¡Oh, nadie tiene atracción hacia el mismo sexo en mi iglesia!” ¡Qué equivocados están muchas veces! Los pastores y líderes de iglesias deben realizar alguna investigación en esta área. Sé de varios pastores que no tenían ni idea de cómo ayudar a los miembros de sus congregaciones que les pidieron ayuda sobre asuntos del mismo sexo. Puedes ayudar a tu pastor recomendándole otros recursos. Incluso puedes ir a tu cita con tu pastor con materiales de ayuda, como este libro. Jessica es una joven que hizo eso. Concertó una cita para hablar con su pastor sobre la atracción hacia el mismo sexo que padecía su hermana. No estaba segura de qué esperaba bajo forma de apoyo, pero llevó consigo algunos testimonios escritos del boletín informativo de Exodus Internacional, Exodus Update, además de varios libros. “Mi pastor tenía más preguntas de las que yo pensaba,” me dijo Jessica, “pero eso también fue muy estimulante. Salí del encuentro sintiendo que me había escuchado y que se había comprometido a leer y a aprender conmigo sobre cómo ayudar a mi hermana. En un tipo de escenario médico, sentía que había conocido a un médico de familia y conseguido su apoyo, más que un especialista. El médico de familia da afecto más inmediato y más frecuente. Su apoyo significó mucho para mí.” La iglesia cristiana debe ser un lugar seguro para los corazones heridos. Para los que desean tener familia, a los que la han perdido en la infancia, Dios les proporciona una nueva familia –el Cuerpo de Cristo, los que creen que Jesús es el Hijo de Dios y están en proceso de dar testimonio de Jesús en el mundo. Nuestra actitud hacia los necesitados debe ser la misma de la de Dios: “Un padre para los huérfanos, defensor de las viudas, es Dios en su santa morada. Dios da a los desvalidos el cobijo de una casa, abre a los cautivos la puerta de la dicha pero los rebeldes quedan en un suelo ardiente” (Salmo 68,5-6). Pero incluso mientras buscamos apoyo en nuestras iglesias locales, necesitamos mantener nuestros ojos bien abiertos para ver señales de aviso de que los líderes de nuestras iglesias puede que no sean la mejor ayuda: mensajes que desaniman constantemente a los cristianos de buscar apoyo psicológico en profesionales cristianos, la carencia de vulnerabilidad y carencia de habilidades interpersonales. Déjame darte otro ejemplo positivo. Cuando me convertí al cristianismo por primera vez a los 18 años de edad, fui al pastor de mi grupo universitario y le pedí ayuda para tratar mi homosexualidad. El pastor Bob era un orador maravilloso un regalo de polemista en la comunidad secular y un profesor increíble pero no era un psicólogo. “Anne,” me dijo el Pastor Bob, “estoy muy contento de que hayas venido a mí pero no estoy preparado en el área de la psicología. Sin embargo, puedo referirte a un pastor local que, además de preparado, ha trabajado en esa área. ¿Quieres que te dé su número?” Cada vez que me veía desde entonces, el pastor Bob me preguntaba: “Anne, ¿cómo va lo del psicólogo? ¿Te está ayudando?” El resultado de ese importante diálogo fue que se me dio lo mejor de ambos mundos – un pastor que me apoyaba de forma maravillosa y una excelente válvula de escape para buscar ayuda. Ambos continuaron siendo fuertes apoyos y me ayudaron a madurar de forma significativa. AMIGAS Si sientes que ir al pastor o a la psicóloga de la iglesia no es seguro, puedes acudir a amigas que hayan sido probadas y verdaderas. Las amigas que se ofrecen a caminar contigo mientras aprendes cómo tratar con la atracción hacia el mismo sexo son ¡de hecho amigas valiosas! 52 ¿Cómo puedes saber si una amiga es de confianza? No revela confidencias personales de los demás. Es alguien que ha tenido dificultades en su propia vida. Mi marido dice con frecuencia: “No confío en nadie que no haya estado destruido.” No cree que lo sepa todo sino que quiere escucharte, te quiere y aprende contigo. Además, no es alguien que se encuentre todavía en el trance del lesbianismo o que pueda tomar ventaja de tu vulnerabilidad. Incluso te recomendaría hablar con más de una amiga, de forma particular si tienes amigas de calidad. Si no has encontrado amigas, entonces busca otros recursos. (Se incluye debate adicional de amistades femeninas sanas se incluye en el capítulo 8.) Recuerda que la orientación sexual de una mujer no determina su efectividad como oyente y amiga. Una mujer, Cheryl, me hablaba con gran duda de las reacciones de los miembros de su familia después de haber revelado que estaba trabajando para superar un problema de atracción hacia el mismo sexo. Les había dicho que estaba dejando una relación sexual con una mujer casada para seguir a Dios. Tristemente, la esposa de su hermano vio la revelación como una forma de tener experiencias lésbicas explotando la vulnerabilidad de Cheryl. Cheryl quiso encontrarse conmigo ya que se sentía indefensa y quería poner límites. Esto es extraño pero me gustaría poder decir que era la única ocasión en que había escuchado este tipo de historia. Todavía, mi propia experiencia con amigas y mi iglesia me sirvieron de ayuda. Encontré apoyo para mi decisión de obedecer a Dios y salir del lesbianismo. Mi esperanza es que tú experimentes el mismo apoyo dentro de la iglesia cristiana. MENTORAS Otro recurso importante de apoyo puede ser el de las mentoras o el de las discípulas. Estas relaciones se pueden establecer con líderes de pequeños grupos, líderes del estudio de la Biblia o un programa de discipulado dentro de tu iglesia. Utilizando los mismos criterios mencionados para pastores y amigas, puedes evaluar el factor de la seguridad. Para algunas, estos líderes pueden ser recursos valiosos –particularmente si has llegado a tener la oportunidad de conocerles antes de compartir esta área especial de necesidad. Estos individuos pueden ayudarte a pensar a través de lo que la Biblia dice sobre la sexualidad y homosexualidad humana, rezar por ti y preguntarte cómo van las cosas en esta área de tu vida. Una mujer debe ser la mentora de otra mujer pero recuerda siempre establecer límites personales claramente. Con bastante frecuencia las mujeres líderes tienen dificultad en establecer límites adecuados y claros. Por lo que aquí te propongo unas guías de ayuda tanto para la mentora como para una mujer afectada por la atracción hacia el mismo sexo: Primero, establece momentos de encuentro, incluyendo los momentos de comenzar y de acabar. Esto ayudará a evitar que la mentora se queme y a que una mujer se apoye exclusivamente en ese recurso de ayuda. Segundo, al terminar tu primera sesión, asigna investigación a la persona con la que te estás reuniendo. Esta investigación puede incluir leer pasajes específicos de la Escritura, ideas y sentimientos de revistas especializadas y leer otros materiales útiles. Esto recuerda a la mentora que el peso del hombro no está en sus hombros y estimula a buscar ayuda para “levantar los ojos” al Único que da esperanza. Tercero, minimiza las llamadas telefónicas y las visitas fuera de los momentos del encuentro. Recuerda, la mujer que necesita ayuda debe establecer una 53 amplia base de apoyo. Las amigas y otras formas de apoyo tensan la cuerda. No descartes el peligro de desarrollar un lazo emocional mutuo en este sentido. Si eres mentora de una mujer que siente atracción hacia el mismo sexo, lee sobre la dependencia emocional y la exclusión defensiva en el capítulo 8. Esto te ayudará a comprender la importancia de esta fuerte sugerencia. Si estás siendo ayudada por una mentora, puedes demostrarle el respeto por ser la única que te esté ayudando honrando su independencia, respetando el tiempo que tiene para estar con su familia y concertando momentos para verse cuando puedas llamarla. No la llames a media noche o muy temprano por la mañana. Mejor, pregúntale cuando puedes llamarla. Incluso cuando concertáis una cita, muéstrale tu respeto cuando la llames, preguntándole: “¿Es un momento conveniente para hablar?” Nunca sabes si está mandando a sus hijos al colegio, haciendo de comer o terminando una conversación con otra persona. Gracias a Dios, estará allí para ti en la cita concertada pero te recomiendo que se lo preguntes de todas formas. La mejor combinación de lo que he oído para las mujeres que sienten atracción hacia el mismo sexo me lo dijo otra psicóloga de Exodus. 91 Cuando se busca un denominador común de las relaciones de mentorado femeninas, el personal se daba cuenta de que emparejar una mujer con atracción hacia el mismo sexo con un matrimonio sano proporcionaba el sistema de apoyo más fuerte. Eso no sólo prevenía a la mentora de caer en la trampa de la codependencia sino que además les daba a las mujeres una nueva visión de cómo deberían ser tratadas las mujeres por los hombres. El marido tenía el rol muy importante de mostrar cómo un hombre puede apreciar a su esposa. GRUPOS DE APOYO CRISTIANOS Exodus Internacional es la red más grande de apoyo cristiano para personas que padecen la homosexualidad. Exodus tiene su sede en Orlando, Florida, y es una coalición de ministerios de una variedad de denominaciones, iglesias sin denominaciones y organizaciones de la iglesia. Muchos de los ministerios locales son llevados por individuos que han salido de la homosexualidad o de la atracción hacia el mismo sexo. Todos creen que el cambio es posible – de dentro a afuera. En otras palabras, el cambio no es sólo de la conducta, sino que se trata de mucho más- la transformación de la identidad de una persona. Y ¡los psicólogos de Exodus tienen historias de vida personal que demuestran ese punto! Además, existen otros grupos de apoyo en los Estados Unidos y en el extranjero. Courage es el grupo de apoyo católico para cambiar de la homosexualidad y de la atracción hacia el mismo sexo. Homosexuales Anónimos aplica un programa de 12 pasos para cambiar la conducta y mide el éxito bajo la forma de “sobriedad sexual.” Jonah es el ministerio judío que apoya a los que sufren la homosexualidad. Otros muchos grupos de apoyo pueden estar disponibles por medio de tu denominación específica. La mayoría de estos grupos están afiliados en algún grado a Exodus Internacional y pueden localizarse contactando con la oficina de Exodus. Living Waters es otro buen recurso. Desert Stream Ministries, afiliado de Exodus con sede en Anaheim, California, desarrolló el currículo y programa de formación de Living Waters para que las iglesias ayuden en todas las áreas de ruptura sexual. El programa de Living Waters se ha expandido literalmente por todo el mundo y es un excelente camino para el cambio. Puede que te sorprendas de ver ¡la cantidad de grupos diferentes de apoyo existen! Hay ayuda disponible. Te animo a persistir en la búsqueda de ayuda hasta que surja una oportunidad para ti. 91 Gracias a Ann Phillips, Primera Directora del Ministerio para Mujeres de Amor en Acción, Menphis, Tennessee, por esta excelente sugerencia. 54 CONFERENCIAS DE FORMACIÓN Además de los grupos de apoyo, se dan muchas conferencias para ayudar a las personas que luchan con la atracción hacia el mismo sexo. La conferencia de Un Día Ganó el Amor de Focus on The Family se centra en “dirigir, comprender y prevenir la homosexualidad” y es presentada en diferentes ciudades de los Estados Unidos al menos cuatro veces al año. Para más información, puedes llamar a 800 UNA FAMILIA (800-232-6549) y pide detalles sobre Ganó el Amor o puedes visitar su página web en www.lovewonout.org. Todos los veranos Exodus Internacional de América del Norte presenta una poderosa conferencia de una semana de duración para líderes y personas que luchan con la homosexualidad. Esta conferencia varía de lugar dentro de los Estados Unidos de año en año pero siempre incorpora talleres, sesiones plenarias y oportunidades para relacionarse con los demás que sufren la atracción hacia el mismo sexo. Te recomendaría estas dos conferencias vitales. RECURSOS DE FORMACIÓN Exodus y Focus on the Family publican también materiales adicionales sobre el tema de la atracción hacia el mismo sexo y la homosexualidad. Algunos materiales están dirigidos a pastores, adolescentes, padres o familia y amigos. Regeneration Books es la librería oficial para adquirir los materiales de Exodus y puede localizarse en www.exodusinternational.org/resources. Los recursos de Focus on the Family pueden conseguirse por medio del correo (Focus on the Family, Colorado Springs, CO 80995), en la página de Internet www.family.org o por teléfono en 800 UNA FAMILIA. (Para personas con problemas de audición, el teléfono TDD es (877) 877-0503). Afortunadamente, cada vez hay disponibles más libros que tratan este tema desde una perspectiva cristiana en muchas librerías. PSICÓLOGOS SECULARES PROFESIONALES CRISTIANOS Y PSICÓLOGOS PROFESIONALES Para encontrar una psicóloga profesional en tu zona, contacta con Focus on the Family o con Exodus International para referirte a una terapeuta cristiana. O puedes llamar a NARTH (Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad), una red secular de profesionales que creen en el proceso terapéutico como medio para solucionar la atracción hacia el mismo sexo. Si estás asistiendo a una iglesia, puedes pedirle a tu pastor o a una amiga psicóloga que te manden a una local. Desafortunadamente, fuera de estas referencias, muchos psicólogos, trabajadores sociales y psiquiatras de ahora creen que el cambio de la homosexualidad no es posible. Creen esto no por los hechos (como decía en el capítulo 2) sino por la persuasión del lobby gay, a las declaraciones falsas de los medios y la amenaza de ser considerado homofóbico o intolerante dentro de sus asociaciones profesionales. Debido a la presión que existe dentro de sus asociaciones, estos individuos pueden intentar convencerte de que no debes buscar el cambio con respecto a tu atracción sexual. Muchos terapeutas parecen valorar la expresión sexual por encima del sistema de creencias personal del cliente e intentan convencerte de que cambies tus creencias que te proporcionan la ayuda que realmente quieres. Por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría ha llegado a la conclusión en su declaración de principios “Homosexualidad y Adolescencia,” “La terapia 55 dirigida específicamente al cambio de orientación sexual está contraindicada, ya que puede llegar a producir sentimientos de culpa y ansiedad mientras se tiene poco o ningún potencial para el cambio.” 92 Sin embargo, esta declaración no tuvo en cuenta los muchos estudios recientes que contradicen cada premisa. Varios estudios han demostrado un índice de éxito en el cambio de un 30 por ciento o mayor (Nicolosi, Byrd, & Potts, 2000; Spitzer, 2001). 93 En efecto, lee lo que escribió el terapeuta Steven Donaldson sobre este tema: “En cada estudio importante dirigido sobre índices de cambio por la terapia de reorientación, se ha afirmado el éxito. En efecto, los pacientes de la terapia narran índices de cambio que son tan buenos o mejores que casi cualquier otra dificultad psicológica tratada por la psicoterapia. Esto incluye cosas como la adicción la alcohol, adicción a las drogas, depresión clínicamente significativa y ansiedad. Lo que es más impresionante es que los cambios no son sólo en la conducta sino también en los deseos y fantasías sexuales. 94 CÓMO ENTREVISTAR A UN PSICÓLOGO La mayoría de los profesionales de la salud mental siguen un principio ético básico de que los pacientes o clientes tienen el derecho a la “auto-determinación.” En otras palabras, si le dices a un terapeuta que buscas el cambio de la homosexualidad, ese terapeuta está obligado a ayudarte o a referirte a alguien que pueda y que te ayude. Tanto la Asociación Americana de Psicología como la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales están de acuerdo. Pero no te fíes de esa promesa. Asegúrate de que tú y tu terapeuta trabajen juntos con el mismo propósito. Puedes hacerle a cualquier terapeuta estas preguntas al comienzo de vuestra relación: ¿Cree que los hombres y mujeres “nacen gay”? ¿Cree que querer dejar la homosexualidad es nocivo o peligroso? ¿Cree que el cambio es posible? ¿Puede ayudarme en mi deseo de cambiar? ¿Ha leído alguna investigación relevante con respecto a los temas del desorden de identidad de género, homosexualidad y estructura familiar? Si oyes respuestas que te conducen claramente a la conclusión de que esta terapeuta –incluso una terapeuta cristiana- no puede apoyar tus objetivos, debes considerar pedir que te refiera o buscar otra terapeuta. Mosaic Counseling Associates recomienda también: “No vayas a un terapeuta que es miembro de tu círculo social como una amiga o persona que se relaciona con la misma gente que tú. Aunque no parezca ser un problema al principio, esto puede interrumpir la terapia a lo largo del proceso.” 95 También recomiendan que te fíes de tu intuición. “Si alguien no te produce una buena sensación, puede que haya una buena razón.” Además, “mira varios. Algunos terapeutas hablarán contigo por teléfono, o incluso pueden verte en una sesión gratuita.” 92 “Declaración de principios: “Homosexualidad y Adolescencia,” Academia Americana de Pediatría, 1993. 93 Joseph Nicolosi, “Retrospective Self-Reporting of Changes in Homosexual Orientation: A Consumer Survey of Conversion Therapy Clients,” Psychology Reports, 86 (2000): pp. 1071-88. 94 Steven Donaldson, de una conferencia pronunciada en el Evergreen Conference, 2002, Vancouver, Washington. 95 Mosaic Counseling Associates, www.mosaiccounseling.com. “Herramientas para encontrar un Buen Terapeuta,” 56 Para más información sobre los tipos de formación y licenciatura, puedes visitar la página web de Mosaic Counseling Associates (www.mosaiccounseling.com). También debaten tipos de terapia, los costes del psicólogo y las herramientas para encontrar un buen terapeuta. Para preguntas adicionales que quieras hacer a un terapeuta potencial, visita la página web del Instituto para la Integridad Sexual, www.sexualintegrity.org. Ahora que sabemos donde ir a buscar ayuda, vamos a aprender ¡cómo ayudar a los demás a que nos ayuden! TU MOTIVACIÓN El cambio comienza siempre con motivación. ¿Estás sintiendo presión de los demás para cambiar o estás auto-motivada? Con claridad, tu progreso dependerá de tu deseo de cambiar. Si no quieres cambiar de las atracciones hacia el mismo sexo o la orientación lésbica, pronto seguirás tu propio camino. Tus emociones pueden oscilar de esta forma y la otra pero tú debes preguntarte: ¿Quiero cambiar? Otra buena pregunta que te debes hacer es ¿Qué es lo que sigo –Jesús o el cambio? Supongo que la pregunta puede hacerse con mejores palabras: ¿Qué es lo primero en mi vida, el Señor de toda la creación o mi búsqueda de cambiar de la homosexualidad? Jesús dijo nuestra vocación más grande: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y mayor mandamiento” (Mateo 22,37-38). Superar la conducta, la atracción y la identidad homosexual es en última instancia una consecuencia de seguir a Jesucristo en los momentos difíciles. Él basta para llevarnos por esos momentos que desafían nuestra lealtad. Recuerdo cuando áreas dolorosas de mi pasado me llevaban a sentir atracciones poderosas hacia mujeres que nutrían mi vida. Lo único que podía hacer era “apoyarme en el Señor” todo lo que podía mientras mi mundo parecía girar a mi alrededor. Me acordaba de que cuando desertaron muchos de los seguidores de Jesús, Pedro respondió: “Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna” (Juan 6,68). Y una mujer que había intentado sin éxito todas las demás soluciones para su problema creyó que Jesús tenía el poder para sanarla. “Ella se puso detrás de Él y le tocó el borde del manto, e inmediatamente se detuvo su flujo de sangre” (Lucas 8,44). Cuando parecía que el proceso de cambio era demasiado grande para mí, extendía las manos resueltamente para tocar el “dobladillo de su vestido.” Me he dado cuenta de que mujeres (y hombres) que buscan el cambio como su primer objetivo con frecuencia abandonan demasiado pronto. Como consecuencia, algunos que han intentado cambiar ahora están proclamando públicamente la imposibilidad del cambio. Pero uno podría preguntar: Si algunos no experimentasen el cambio en sentimientos ni acciones, ¿deberíamos invalidar la experiencia de miles de vidas que sí cambian? Repito: La curación o el cambio de la atracción hacia el mismo sexo es la consecuencia de una vida comprometida en el seguimiento de Jesucristo. Debemos elegir seguir a Jesucristo cuando somos tentados y cuando no lo somos. Además, he aprendido un principio mucho mayor: Dios no quiere solamente el área de la homosexualidad de tu vida. Te quiere a ti –todo de ti. CAMBIO REAL ¿Qué Pueden esperar las personas que quieren obedecer a Dios y ponerle en el primer lugar? El cambio no es necesariamente la ausencia de la tentación homosexual sino más bien el poder de elegir nuestra respuesta a la tentación. ¿Es irresistible la atracción hacia el mismo sexo? Si es así, el cambio sólo está comenzando. 57 El cambio interior que perdura incluye adoptar una nueva identidad, reconocer la verdad de uno mismo, de Dios y de los demás, y llegar a ser la mujer que Dios diseñó que fueses. No requiere que te cases y tengas una familia. El proceso de transformación interior suele durar mucho tiempo. La Biblia llama a este proceso santificación. La santificación puede tener lugar tanto en un momento (separación hacia Dios) como en un proceso (el transcurso de la vida acorde con los que están separados). 96 ¿Cuánto tiempo tarda esa transformación? Eso puede variar mucho dependiendo de cada mujer. Muchas encuentran su respuesta a la tentación y, de forma más importante, su identidad interior cambia de forma significativa en un periodo de tiempo relativamente corto. Pero todos somos criaturas únicas. Cada uno de nosotros tiene debilidades y fortalezas únicas que pueden ayudar o entorpecer la tarea de Dios en nuestra vida. La profundidad de nuestra implicación en las fantasías o relaciones del mismo sexo influye en el proceso de cambio. Las mujeres que tuvieron una experiencia breve en la infancia y luego progresaron a una implicación heterosexual adulta y las mujeres que han sido casi exclusivamente heterosexuales y luego se comprometieron en una relación del mismo sexo adulta, probablemente experimentarán la curación de forma relativamente rápida. Las que se han visto envueltas en actividades o fantasías del mismo sexo durante un largo tiempo pueden experimentar un proceso de más tiempo. El impulso subyacente de tu atracción sexual hacia otras mujeres afecta también al nivel de cambio. La verdad es que la atracción hacia el mismo sexo no es puramente sexual. La atracción de una mujer hacia otras mujeres suele ser una reacción a sus propias necesidades profundas. Estas necesidades no se encuentran en la superficie de los pensamientos o ideas sino que más bien suelen ir unidas a sucesos emocionalmente dolorosos y conclusiones erróneas. Dios, en su gran sabiduría, sabe cuando sacar tales experiencias a la superficie para que puedan ser tratadas. Yo encontré esta parte del proceso muy similar al de pelar una cebolla –la cebolla tiene más capas de las que podemos ver inicialmente pero parecen una a un tiempo. Como escribieron Bob Davies y Lori Rentzel en Salir de la Homosexualidad, los factores adicionales juegan también un papel: “tu participación en el proceso de cambio” y “la soberanía de Dios.” “Por ejemplo, una lesbiana se unió a un grupo de apoyo de recuperación de homosexuales, luego pasaba muchas horas al día haciendo obras de caridad y con su biblia, escribiendo ideas en su diario y rezando con sus nuevas amigas del grupo. Tres años después de su última relación lésbica, estaba felizmente casada y se sentía segura con su nueva identidad.” 97 Mi experiencia fue similar a esta. Pero yo soy consciente de que a mujeres que han pasado por un proceso muy similar de cambio les llevó mucho más tiempo sentirse seguras como mujeres. Déjame darte una breve lista de expectativas realistas: Madurarás personalmente, aprende las motivaciones de tus deseos homosexuales y gana base en la obediencia a Dios. Experimentarás mayor poder o autoridad sobre tus propios sentimientos. Dios bendecirá tu obediencia de forma sobrenatural, cambiando tus percepciones internas y perspectivas externas. Cambiar tu corazón es tarea de Dios, no tuya (Jeremías 17,9. 14). 96 W. E. Vine, Vine’s Complete Expository Dictionary of Old and New Testament Words (Nashville, TN: Tomas Nelson Publishers, 1996), pp. 210, 545 97 Bob Davies y Lory Rentzel, Salir de la Homosexualidad (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1993), p. 26. 58 Si se trabaja duro, si hay obediencia, fe y perseverancia, cambiarás con el tiempo. Te verás a ti misma como otra mujer entre mujeres de todo tipo. ¿Cuáles son las expectativas no realistas? No experimentarás nunca más sentimientos de atracción hacia el mismo sexo. En efecto, la Biblia promete que siempre tendremos tentaciones en esta vida (Romanos 6,11-14,19-23; 7,14-8,14; también I Corintios 10,13). La intensidad de la atracción disminuirá mientras trabajamos con Dios en los problemas subyacentes de nuestras vidas. Con frecuencia sucede lo contrario –mientras afrontamos nuestras dificultades, las atracciones parecen ofrecernos una pseudo-anestesia. Me he dado cuenta de que con el tiempo la intensidad y frecuencia de la atracción sexual hacia otras mujeres disminuye de forma significativa –un tema que expondremos de forma más completa en el capítulo 7. ¿ES EL CAMBIO REALMENTE POSIBLE? Mi experiencia personal, detallada en mi autobiografía, Ganó el Amor, muestra que el cambio es más que ciertamente posible. 98 Mis debates con cientos de mujeres durante más de diecisiete años de experiencia en este campo confirman que el cambio es posible. La literatura sobre ambas partes del tema documenta que el cambio es posible. He conocido sólo a seis parejas en las que el hombre y la mujer dejaron la homosexualidad y están casados el uno con el otro. La mayoría de las lesbianas que han solucionado la atracción hacia el mismo sexo y se han casado con un hombre se enamoraron de un hombre “heterosexual.” Recuerda, el matrimonio no es válido para medir el cambio. Pero para algunas de nosotras, tratar los problemas de nuestra atracción hacia el mismo sexo tuvo como consecuencia un interés por el sexo opuesto y un eventual matrimonio. Conozco personalmente a varias mujeres que han resuelto las atracciones hacia el mismo sexo y que pueden desear el matrimonio pero que no han experimentado todavía la combinación mágica con un hombre deseable. Estas mujeres solteras han experimentado un auténtico cambio como lo han hecho seguramente las mujeres casadas. Otras mujeres solteras que han experimentado el cambio encuentran una disminución en la atracción hacia el mismo sexo pero no sienten atracción heterosexual. Otras se implicaron con mujeres durante sus años de matrimonio y han resuelto desde entonces sus sentimientos y conductas homoeróticas. ¡Todas estas mujeres son una evidencia de que el cambio es posible! La literatura psicológica sobre este tema se divide según dos fuertes puntos de vista. Hablando en general, una se basa en la integración de una identidad gay y no valida la investigación sobre el cambio de ningún tipo. El otro punto de vista comprende mejor los puntos de vista religiosos y evalúa los datos de forma diferente. Como afirma el Dr. Mark Yarhouse, un psicólogo clínico de la Universidad Regent: “Muchos teóricos de afirmación gay afirman que la terapia no puede cambiar la orientación sexual o que, al menos, no hay evidencia para demostrar que la terapia pueda cambiar la orientación sexual... Las personas religiosas conservadoras que han mirado la investigación sobre el cambio han afirmado que la orientación sexual no parece ser inmutable 98 John y Anne Paulk, Ganó el Amor (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1999). 59 (Satinover, 1996). Investigación reciente de MacIntosh (1994) ha desafiado la petición de la absoluta inmutabilidad de la orientación sexual.” 99 Otro investigador, el Dr. Warren Throckmorton, ha publicado recientemente un artículo en el diario de la Asociación Americana de Psicología, Psicología Profesional: Investigación y práctica. En su artículo, el Dr Trockmorton detalla estos argumentos y estudios del cambio. En su reportaje del estudio reciente del Dr. Robert Spitzer,100 el Dr Trockmorton escribe: “Spitzer llegó a la conclusión de que la mayoría de los participantes hizo cambios sustanciales de la tendencia predominante o exclusivamente homosexual al predominio de la heterosexual.” El Dr. Throckmorton también se dio cuenta de que el cambio estaba “relacionado de forma positiva con la motivación religiosa y con el bienestar emocional.” Una y otra vez, los investigadores y profesionales de salud mental que han examinado el asunto del cambio afirman que el sistema de creencias religiosas marca una tremenda diferencia en el proceso de cambio. De hecho, el Dr. Throckmorton concluyó: la revisión de arriba sugiere con claridad que la creencia religiosa es con frecuencia crucial tanto para la decisión de buscar el cambio como para el mantenimiento del cambio” 101 (Puedes ver también Schaeffer, et al., 2000). 102 UNA PALABRA A LA PERSONA DE APOYO Las personas que ayudan a las mujeres que experimentan atracción hacia el mismo sexo hacen bien en recordar que la atracción homosexual no es esencialmente sexual. Se trata de desarrollo. Pueden surgir tres resultados diferentes como consecuencia de un trauma temprano de una mujer o de percepciones erróneas de su identidad –una de los cuales (lesbianismo) es un vínculo insano con otras mujeres. Las raíces o problemas subyacentes son con bastante frecuencia los mismos para muchos síntomas con los que luchan mujeres (u hombres). Ten en mente que una lesbiana no es una pecadora “especial”; es más, está expresando sus legítimas necesidades de conectar con otras mujeres de forma insana. Debido a su necesidad de conectar con otras mujeres de forma sana, una mujer que busque el cambio debe encontrarse con una terapeuta o persona de apoyo. Los hombres pueden servir de ayuda pero su problema principal de vincularse correctamente es con las mujeres. Simplemente un hombre no puede modelar relaciones femeninas sanas. Por otra parte, si ya tiene mentora, puede que desee encontrarse con un pastor o terapeuta para trabajar los problemas con los hombres. Pero las mujeres con atracción hacia el mismo sexo necesitan trabajar absolutamente relaciones con mujeres. Las terapeutas y mentoras deben tener en mente que nosotras, como mujeres, podemos ser propensas a la co-dependencia. Dios nos diseñó mujeres para ser relacionales pero la co-dependencia es el lado caído de nuestras naturalezas creadas por Dios. Echa una buena mirada a tus motivaciones para estar en su vida. ¿Eres arrastrada de forma consistente a las personas que te necesitan? ¿Has establecido un tiempo sano, el teléfono y límites físicos que te eviten llegar a ser dependiente de tu terapeuta o tu mentora? Una mentora o terapeuta que ayude es de confianza, no cotillea y quiere aprender. Una mujer que busca ayuda debe sentir que te importa su bienestar sin cruzar vínculos establecidos. 99 Mark A. Yarhouse y Lori A. Burkett, “Una Respuesta Inclusiva a LGB y Personas Religiosas Conservadoras: El Caso de la Atracción y Conducta Homosexual,” Psicología Profesional. Investigación y Práctica, vol. 33, nº 3, (junio 2002): pp. 235-241. 100 Robert Spitzer, “Sujetos Que Afirman Haberse Beneficiado de la Terapia de Reorientación Sexual,” Presentada en la Conferencia Anual de 2001 de la Asociación Americana de Psiquiatría. 101 Warren Throckmorton, “Primeras Averiguaciones Clínicas y Empíricas Con Respecto A El Proceso de Cambio de Ex –Gays,” Psicología Profesional: Investigación y Práctica, vol. 33, nº 3 (Junio 2002): pp. 242-248. 102 K.W. Schaeffer et al., “Cambio de Orientación Sexual Motivado por la Religión: Un Estudio A Continuación,” Diario de Psicología y Cristianidad, 19 (1999): pp. 61-70. 60 Sobre todo, debe estar motivada para cambiar. No debes tomar personalmente sus “fracasos” a lo largo del camino. Si ella entra en una relación sexual con otra mujer, no te está rechazando. Ella es responsable ante Una persona por su vida –El Señor Jesucristo. Escúchala bien y apóyala mientras camina con Dios a llegar a ser una mujer completa y plena. Ten en mente que el camino hacia el cambio de la orientación e identidad sexual puede ser largo y difícil y que tú estás allí para una estación específica de su vida. Tú no eres su redentora. Los que ayudan para establecer un grupo psicológico o de apoyo encontrarán con más probabilidad una progresión emocional natural. Al principio, una persona necesitada puede verte como que no la comprendes en absoluto. Luego, mientras confianza con ella, su perspectiva puede cambiar a creer que la comprendes perfectamente. Tanto las conclusiones desconectadas como las completamente vinculadas son falsas. En algún punto, probablemente caerás del pedestal en el que te ha colocado, lo que puede hacerte sentir un poco de angustia. Pero lo cierto es que muy probablemente comprendas algunas cosas sobre ella y quieras ayudarla. El péndulo distorsionado puede balancearse demasiado lejos de cualquier forma. Lo creas o no, el objetivo es que el Señor saque a relucir algún problema o conclusión sin resolver de su vida, por lo que puede que tú misma te encuentres desencadenando una herida del pasado sin ninguna intención. Si eres la responsable de hacerle daño, pídele disculpas pero si tiene una reacción intensamente dolorosa, ten en mente que puede que hayas tocado algo doloroso del pasado. Preguntarle si estos sentimientos sacan a flote algo del pasado puede ser bastante esclarecedor. Si algo surge en este proceso, ten voluntad de escuchar, rezar y tener empatía con ella. Además, si te sientes totalmente superada en tu relación de ayuda con una mujer que siente atracción hacia el mismo sexo, siempre puedes referirla a una terapeuta profesional cristiana o a un grupo de apoyo de tu zona. Algunos ministerios de Exodus ofrecen apoyo psicológico por correo electrónico también. La mayoría de las mujeres que respondieron a mi encuesta (el 67 por ciento) ha tenido algún tipo de depresión y un cuarto ha tenido intentos de suicidio. Otros síntomas típicos para este grupo tienden a seguir con la depresión auto-medicada: sobrepeso, alcoholismo y dependencia de las medicinas. Eran muy raros los casos de bulimia y anorexia. Depresión severa, ideas de suicidio y formas extremas de abuso personal deben llevarte a referir a la mujer a ayuda profesional, como síntomas de problemas serios de salud mental, como desorden de frontera de personalidad, desorden disociativo o esquizofrenia paranoide. Pero, debo añadir, los síntomas de dependencia que proceden de la mujer que estás ayudando son una buena señal. Ella necesita tener un lugar seguro para unirse con otra mujer y trabajar sus atracciones pasadas. Si has establecido buenos límites, como encontrarse en una oficina durante una hora una vez a la semana, debes ser una mujer sana para experimentar esos sentimientos poderosos y dialogar con ella. Sin embargo, no recomiendo esto en una situación en la que la relación es principalmente de amistad o donde la que ayuda está siendo arrastrada también hacia la atracción. 61 CAPÍTULO 6 SANAR DEL ABUSO Conocí a Christine, una chica rubia de 20 años de Florida, en San Antonio, Texas, en el verano de 1989. Ambas estábamos comenzando a tratar nuestra atracción hacia el mismo sexo y nos conocimos asistiendo a nuestra primera Conferencia Anual de Exodus. Tras las sesiones generales, nos reunimos con otras personas para cantar canciones de alabanza y charlar. Desde entonces, Dios ha hecho cosas verdaderamente increíbles en nuestras vidas. Pero la vida no fue siempre tan maravillosa para Christine. Volvió a contar la historia de su vida en un número de Christian Single de Febrero de 2001: “Mientras crecía en casa de mis padres, me di cuenta de que las mujeres, o eran el objeto de la lujuria del hombre o la víctima de su abuso. No había nada intermedio. Mi padre tenía montones de revistas pornográficas debajo de su cama y de forma rutinaria le pegaba a mi madre. Cuando tenía cuatro años, una noche ya muy tarde, se me reveló una escena que me asaltó durante años. Estaba acostada en la cama con las mantas sobre mi cabeza, intentando no oír las voces iracundas que salían de la habitación de al lado. No podía dormir con todo ese escándalo, por lo que salí de puntillas de mi habitación y bajé al hall desde donde miré al salón. Mi padre estaba mirando a mi madre con una mirada fría e iracunda. Luego cogió una raqueta de tenis y le pegó, dándole en la parte izquierda de su cuerpo. Ella se quedó allí quieta y no le devolvió el golpe. Las lágrimas mancharon mi almohada aquella noche mientras juraba en mi corazón que nunca permitiría que ningún hombre me hiriese de esa forma. Viendo el matrimonio abusivo de sus padres, determiné no ser una víctima como mi madre. Llegué a creer que ser femenina significaba ser débil y pasiva. Yo no quería eso para mí. 103 ¡Qué experiencias tan dolorosas tanto para la madre como para la hija! La madre de Christine estuvo atrapada en un ciclo de abuso y co-dependencia, y Christine estaba aprendiendo lecciones que afectarían a su vida en los años siguientes. Esta historia demuestra el impacto de ser testigo del abuso de un miembro de la familia. ¡Cuánto mayor debe ser el impacto de experimentar el abuso en al infancia! ¿ES COMÚN EL ABUSO EN LA INFANCIA EN LAS LESBIANAS? Cuando dirigía mi entrevista a mujeres que estaban superando la atracción al mismo sexo, sospeché fuertemente que el abuso en la infancia pudo haber jugado un papel importante en sus vidas. 104 Lo que me sorprendió fue la incidencia increíblemente alta de abuso en la infancia contada por las mujeres. En efecto, de las 265 que respondieron, sólo el 23 por ciento afirmó no haber experimentado abusos en la infancia. En otras palabras, ¡el 91.2 por ciento afirmó haber sufrido abusos en la infancia! No todas las mujeres afirmaron haber experimentado el mismo tipo de abuso y algunas experimentaron varias formas de trauma infantil. 103 104 Casi el setenta por ciento afirmó haber experimentado abuso emocional. Dos tercios, abuso sexual. Christine Sneeringer, “About face,” Christian Single (Febrero 2001): p. 12 Anne Paulk, Estudio de las Raíces, Causas y Tratamiento del Lesbianismo, 2001. 62 Más de la mitad, abuso verbal. Casi el cincuenta por ciento, abandono Un tercio, abuso físico Un cuarto, descuidos El veinte por ciento, abuso espiritual Además, ¡dos tercios de estas mujeres fueron testigos también del abuso de una miembro de su familia! Las formas principales de abuso del que fueron testigos fueron: físico (casi el 60 por ciento), verbal y emocional (casi la mitad de cada). 105 Estas averiguaciones difieren de forma notable de los índices nacionales del abuso afirmado. En un reportaje del departamento de Justicia de los Estados Unidos en noviembre del año 2000, el 17.6 por ciento de todas las mujeres entrevistadas dijo que “habían sido víctimas de un intento o de una violación consumada en algún momento de su vida.” 106 Date cuenta del contraste entre esta entrevista y la mía: casi el 18 por ciento durante toda una vida para esta población de mujeres contra la averiguación de mi entrevista de casi un 65 por ciento de índice de trato injusto antes de los 18 años de edad. Además, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de U.S.A afirma que los índices de abuso que han sufrido mujeres antes de los 18 años era un total del 12.5 por ciento en 1999. 107 Esta figura incluye los reportajes de todos los estados para los siguientes tipos de abusos durante 1999: abandono, físico, sexual, médico y psicológico. Pueden parecer bajos cuando se comparan al 90 por ciento de las mujeres de mi entrevista pero los índices del Departamento de Salud y Servicios Humanos de U.S.A. reflejan la conciencia e intervención del Estado y por tanto subestiman el abuso en la nación simplemente porque el abuso no se denuncia siempre a las autoridades. Tomando todas esas consideraciones en cuenta, la experiencia narrada de abuso en la infancia para las mujeres que luego sufrieron atracción hacia el mismo sexo es todavía extremadamente alta. NIÑOS CON DISCAPACIDADES El Departamento de Salud y Servicios Humanos de U.S.A. dice también: “Los niños con discapacidades son más vulnerables a los malos tratos que los niños sin discapacidades.” 108 El único estudio nacional que lo demuestra (Crosse, Kaye & Ratnofsky) se completó en 1993. El estudio encontró que los niños con discapacidades tenían un 1.7 veces más de probabilidad de ser maltratados que los niños sin discapacidades. La publicación también afirmaba que el abandono es la forma más común de maltrato de los niños con discapacidades. 109 Además, abordaba la relación entre la forma de discapacidad y el tipo de abuso. La investigación encontró que los niños con desórdenes de conducta eran los que corrían mayor riesgo, seguidos de los niños con desórdenes de habla/ lenguaje, retardación mental y deterioros de salud. 110 Algunos investigadores han creado la hipótesis de que un amplio porcentaje de individuos de la comunidad de sordos sufren de homosexualidad o de atracción hacia el mismo sexo más que en la población oyente en general. ¿Podría estar eso relacionado con que su discapacidad los coloca en un mayor riesgo de abuso y / o en mayor dificultad de conectar de forma segura con sus padres? 105 Para ver las definiciones utilizadas en la entrevista de cada tipo de abuso, mira en el apéndice B. Patricia Tjaden y Nancy Thoennes, “Predominio, Incidencia y Consecuencia de la Violencia contra las Mujeres,” Instituto Nacional de Justicia y Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (Noviembre 2000). 107 Tabla 2-9, Índices de maltrato por Edad, Sexo y Tipo, DCDC, La Administración paras Niños y Familias, Departamento de Salud y Servicios humanos (1999). 108 “En Núcleo: El Riesgo y Prevención de los Malos Tratos a los Niños con Discapacidades,” Cámara de Compensación Nacional sobre el Abuso y Abandono del Niño, Departamento de Salud y Servicios Sociales de U.S.A. (Febrero 2001). 109 Ibid. 110 Ibid 106 63 ¿CUÁLES SON LOS COSTES DEL ABUSO? Los devastadores resultados a corto y largo plazo del abuso han sido bien documentados por el gobierno de U.S.A. y por los profesionales de las industrias de la salud. La Oficina Central Nacional sobre la Información del Abuso y Abandono Infantil afirma: “El abuso y abandono infantil tienen efectos perjudiciales sobre el desarrollo físico, psicológico, cognitivo y conductual de los niños (Consejo Nacional de Investigación, 1993). Estas consecuencias abarcan de menores a severas e incluyen heridas físicas, daño cerebral, baja auto-estima crónica, problemas con los vínculos y para formar relaciones, retrasos en el desarrollo, desórdenes de aprendizaje y conducta agresiva. Las condiciones clínicas relacionadas con el abuso y el abandono incluyen la depresión, desorden de estrés posttraumático y desórdenes de conducta... Más allá del trauma infligido sobre los niños, el maltrato infantil ha sido unido también a consecuencias sociales negativas a largo plazo. Por ejemplo, los estudios relacionan el maltrato a los niños con un aumento del riesgo de un bajo aprobado académico, consumo de drogas, embarazo adolescente, delincuencia juvenil y criminalidad adulta (Wisdom, 1992, Kelly, Thornberry, and Smith, 1997). 111 EFECTOS RESIDUALES DEL ABUSO FÍSICO Muchas mujeres que experimentan atracción hacia el mismo sexo padecerán también algunas de estas otras consecuencias. Una amiga mía se convirtió al cristianismo hace justo cinco años y dejó su amante lesbiana para seguir a Jesucristo. Su infancia había sido terrible – su padre abusó físicamente de ella y sus hermanas. Los dos padres tenían expectativas irrazonables sobre sus hijos y si parecían fracasar, los padres los despreciaban con abuso verbal y emocional. Y eso fue sólo la cima del iceberg. Julie es una persona muy activa que es al mismo tiempo campechana y sofisticada. Es capaz de trabajar con gente de todos los días como con líderes de organizaciones. Nunca olvidaré una vez en la que estábamos comiendo al aire libre en mi casa y le di una palmada en el hombro. ¡Dio un respingo como si fuese a pegarle! Me sentí muy mal por ella. Era un área residual que le quedaba del abuso físico del pasado. Además, Julie lucha actualmente por unirse a los demás, formar amistades íntimas y confiar en los demás lo bastante como para ser responsable de alguien. Pero, gracias a Dios, reconoce sus problemas y está invirtiendo en su propia curación a través de la ayuda psicológica. EFECTOS RESIDUALES DEL ABANDONO Grace, una amiga y antigua compañera de habitación que también sentía atracción hacia el mismo sexo, había sufrido tanto abandono como abuso sexual. Un ejemplo es que ella no aprendió el simple ejercicio de higiene dental de lavarse los dientes hasta que comenzó a ir al instituto. Desafortunadamente, la mayoría de sus dientes de leche se habían podrido de caries por entonces. También se le permitía vaguear por su pequeña ciudad sin ser supervisada desde que tenía ocho años de edad. Varios años después, cuando era estudiante 111 Pagos de Prevención: Los Costes de No Prevenir el Abuso y el Abandono Infantil, Oficina Central Nacional de Información sobre el Abuso y el Abandono Infantil, Departamento de Salud y Servicios Humanos de U.S.A., con fecha de 19 de abril de 2002. Para los estudios individuales mencionados en la cita, mira abajo: Consejo de Investigación Nacional, “Comprender el Abuso y el Abandono Infantil” (Washington, D.C.: National Academy Press, 1993). C.S. Widow, “El Ciclo de la Violencia” (Washington, D.C.: Instituto nacional de Justicia, 1992). B.T. Kelley, T.P. Thornberry y C.A. Smith, “En el Despertar de la Violencia Infantil” (Washington, D.C.: Instituto Nacional de Justicia, 1997). 64 de segundo curso en el instituto, Grace fue a visitar a su primo durante el verano y cuando regresó a casa se encontró con que su familia se había mudado a otra ciudad. Ni siquiera pensaron en llamarla y decirle que se estaban mudando. Generaciones de padres negligentes de su familia habían abierto la puerta también al abuso sexual. Un primo, tío u otro varón de los muchos miembros de la familia habían abusado de muchos de los niños de la familia, tanto niños como niñas. De hecho, la madre de Grace había sido violada por su abuelo cuando era una adolescente. No hubo contacto físico sano en la infancia de Grace. Su padre debía haber sabido lo del abuso sexual de sus hijos porque una vez en la que Grace era muy pequeña, la puso en su regazo y le dijo: “Nunca te haré daño.” Desde ese comentario, Grace asumió que quería decir que no abusaría sexualmente de él. Ese momento dulce de ser abrazada por su cariñoso padre terminó abruptamente cuando accidentalmente se le cayó el tubo de una estufa, teniendo como consecuencia serias quemadas en su brazo y la retirada del contacto de su padre. Más tarde en su vida, Grace tuvo una serie de relaciones íntimas exclusivamente del mismo sexo en las que pudo experimentar el contacto de una forma placentera aunque nunca se consideró lesbiana. Y luego durante un periodo de tiempo, después de tratar muchos de los problemas que subyacen de sus atracciones hacia el mismo sexo, pudo casarse con un marido encantador y empezar su propia familia. Eso no quiere decir que las consecuencias de su infancia desaparecieran completamente sino que Grace había progresado con el éxito suficiente como para confiar en los hombres y criar a sus hijos. Las consecuencias del rechazo en los hijos han sido estudiadas y documentadas en una publicación titulada Consecuencias del Abandono a Corto y Largo Plazo, publicada por la Oficina Central nacional de Información sobre el Abuso y Abandono Infantil. El reportaje afirma: “La teoría del aprendizaje social se ha empleado también para explicar las diferencias que se encuentran entre los niños que sufren abusos y los abandonados. Los niños abandonados parecen ser generalmente más pasivos y retirados socialmente en sus interacciones con los compañeros mientras que los niños víctimas de abuso son más agresivos y activos... (Los niños abandonados en edad pre-escolar) eran los menos creativos para buscar soluciones... eran distraídos e hiperactivos, reacios a buscar ayuda y mostraban el efecto más negativo y menos positivo de los niños. Eran también los menos persistentes para resolver un problema. Los niños abandonados físicamente padecían las consecuencias más severas del desarrollo de los cuatro grupos de niños maltratados estudiados –abandonados, víctimas de abuso físico, víctimas de abuso sexual y niños cuyos padres no estuvieron disponibles psicológicamente.112 Como víctima de abandono en la infancia, Grace demostraba algunos de estos efectos en su vida adulta. Antes de conseguir ayuda a través del ministerio de grupo de apoyo de Exodus, Grace comenzaba fácilmente relaciones sexuales con otras mujeres. Pero también las terminaba fácilmente. Su carencia de capacidad para vincularse en una relación íntima, el nivel emocional se mostraba incluso dentro de sus relaciones lésbicas. ABUSO SEXUAL Como se ha dicho, dos tercios de las mujeres que respondieron a mi encuesta afirmaron haber sufrido abuso sexual. Todas estas mujeres sufrieron abusos de hombres; sin embargo, un cuarto de las chicas que sufrieron abusos de hombres afirmaron también haberlos sufrido de mujeres. Los efectos a largo plazo del abuso sexual han sido bien documentados tanto por los investigadores como por los implicados en las profesiones sanitarias. Un investigador famoso y 112 Consecuencias de Abandono a Corto y a Largo Plazo, Oficina Central Nacional de Información sobre el Abuso y Abandono Infantil, Departamento de Salud y Servicios Sociales de U.S.A. (Con fecha de 6 de Abril de 2001). 65 de mucho tiempo en este área es el Dr. David Finkerlhor de la Universidad de New Hampshire. En su revisión de 1990 de la literatura, publicada en Psicología Profesional. Investigación y Práctica, el Dr. Finkelhor escribe: “Los chicos, como las chicas, muestran un notable impacto como consecuencia del abuso tanto enseguida como a largo plazo... Los estudios que evalúan a los niños poco después de la revelación muestran a los chicos con los mismos patrones de síntomas relacionados con el estrés que las chicas: miedo, problemas de sueño y distracción... Para las mujeres, sin embargo, la psicopatología relacionada con la historia del abuso era más amplia, cayendo en el área de los desórdenes afectivos (depresión, manía), desórdenes de ansiedad (fobias, pánico y conducta obsesivocompulsiva) y abuso de alcohol. Estudios previos han demostrado que las chicas que han sufrido abusos tienen más probabilidad de volver a padecer maltrato más tarde en su vida.” 113 Otra revisión afirma: “Las víctimas del abuso sexual experimentan con frecuencia sentimientos de vergüenza, culpa, aislamiento, impotencia y de inadecuación. Incluso pueden aceptar responsabilidad del abuso culpándose a sí mismos... La identificación temprana de las víctimas del abuso sexual parece crucial para la reducción del sufrimiento, la mejora del desarrollo psicológico y para el funcionamiento adulto sano... Mientras la revelación continúe siendo un problema para las jóvenes víctimas, el miedo, el sufrimiento y la angustia psicológica permanecerán, como el secreto, con ellas.” 114 Consideremos por un momento los efectos sobre una chica que sufre abusos sexuales de otra mujer. Si la chica sufre abusos de una mujer mayor, puede cuestionarse naturalmente su identidad sexual. Este puede ser el caso especialmente si la chica no se siente conectada ni identificada con su madre, si tiene necesidades emocionales insatisfechas de atención y crianza de su madre o si la interacción pseudo-íntima le produjo algo de placer. Como puede estar desesperada por un sentimiento de ser especial e importante, la joven puede malinterpretar la atención que está consiguiendo de una mujer que abusa de ella como amor. La necesidad válida pero insatisfecha de una chica de conectar con su madre puede ser transferida al contacto sexual con otras chicas. Chastity Bono es un ejemplo de esta dinámica. En su libro El Fin de la Inocencia, Chastity reescribe sobre Joan, una lesbiana que era amiga de su madre. Escribe: “Mi madre no estaba siempre por los alrededores, ya que estaba trabajando, por lo que Joan llenaba ese vacío de alguna manera. Siempre dedicaba tiempo y esfuerzo para hacerme sentir amada y apreciada. Mi madre estaba sobrecargada y por una buena razón: Tenía dos hijos y otros miembros de la familia a los que atender. Pero en esa época yo no podía racionalizar que mi madre pensase en mí y en mis necesidades trabajando: Me centraba en el hecho de que no me prestaba atención lo suficiente y que con frecuencia me sentía sola y abandonada. Cuando pasaba tiempo con Joan, me sentía el centro de la atención, incluso cuando había otra mucha gente a su alrededor. Ella tenía el don de hacer que la gente se sintiese especial.” 115 Ese sentimiento de ser especial –si se generaba por medio de una relación inadecuadaserá un día la fuente de dolor para la mayoría de mujeres que sufrieron abuso cuando eran niñas. Consideremos los procesos que estas y otras mujeres han tratado frecuentemente con el dolor desde el pasado. 113 David Finkelhor, “Efectos a Corto y Largo Plazo del Abuso Sexual Infantil: Una Actualización,” Psicología Profesional: Investigación y Práctica, vol. 21, nº 5 (1990): pp. 325-30. 114 Nancy Faulkner, “La Caja de Pandora: El Secreto del Abuso Sexual Infantil,” Sexual Counseling Digest (Octubre 1996). 115 Chastity Bono, El Fin de la Inocencia: Una Biografía (Irondale, AL: Advocate Books, 2002), p. 10. 66 RECUPERARSE DEL ABUSO Como hemos visto, se dispone de muchas opciones de ayuda para el tratamiento del abuso infantil, incluyendo terapeutas cristianos especialistas en el dolor o en problemas específicos de la infancia, terapeutas matrimoniales y de familia y grupos de apoyo. Pero más allá de estos, otras herramientas han demostrado servir de ayuda para muchas mujeres (y hombres) que tratan con un pasado difícil. Una de estas herramientas es la Sagrada Escritura. Muchos de nosotros hemos encontrado gran fuerza y solaz cuando vemos que Dios nos habla de nuestra identidad en la Biblia. Por ejemplo, Dios dice que cada una de nosotras es amada por Dios y guardada para Cristo Jesús. “Los que son llamados, amados en Dios y guardados para Jesucristo” (Judas 1). También se nos dice en la Escritura que somos hijas del Gran Rey con una herencia en el cielo: “También hemos obtenido una herencia, habiendo sido predestinados según Su designio que realiza todo conforme a la decisión de Su voluntad... En Él, también vosotros, tras haber oído la palabra de la verdad, el evangelio de vuestra salvaciónhabiendo creído también en él, fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, que se da como prenda de nuestra herencia... (Efesios 1,11.13-14). Hay cientos de grandes promesas para los que creen. Tenemos el mejor Padre bueno ahora. Sólo Dios puede abastecernos con el amor perfecto y puro que siempre hemos ansiado y no encontramos en las relaciones terrenales. Sólo Él tiene amor y afecto infinito hacia nosotras. Todos los demás pozos se secarán rápidamente pero no el de Dios. Meditando en la Escritura y memorizando algunos de los grandes versículos de curación, podemos renovar nuestra mente... cambiar literalmente nuestra mente sobre nuestra identidad –y nuestro pasado. Tristemente, con demasiada frecuencia repetimos palabras y obras dolorosas de nuestro pasado en nuestra mente como un disco rayado. Al hacer eso, reforzamos continuamente el dolor del pasado. Mike Haley, colega cristiano y amigo mío, y también anteriormente homosexual- escribió las mentiras que creía de sí mismo en una cara de las fichas y luego les daba la vuelta y escribía la verdad de la Escritura en la otra cara. Cuando estaba empezando a creer una de esas viejas mentiras, leía el lado bíblico de la ficha. El concepto de renovar nuestras mentes es uno de los remedios de Dios para superar el dolor del pasado. Escribe el apóstol Pablo: “No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.” (Romanos 12,2). RECONOCER EL DOLOR La mayoría de nosotras tendemos a huir de nuestro pasado. He oído decir a muchos predicadores: “No mires atrás, sólo sigue adelante.” Pero esa actitud puede animar a gente herida a continuar caminando de forma herida. Tratar tu pasado doloroso es el comienzo de un nuevo inicio en la vida. Tú eres la única que puede detener alguno de los ciclos que te han herido. Pero primero debes reconocer tus experiencias pasadas por lo que fueron –errores. No deberías haber tenido que pasar por esas experiencias tan dolorosas en la infancia pero lo hiciste. Las opciones de otros –su acción o su inacción- puede haber sido devastadora. Jan Frank, autor de Una Puerta de Esperanza, escribe con respecto a este paso: “El primer paso de recuperación es afrontar el problema –la herida infectada que no ha sanado.” 116 116 Jan Frank, Una Puerta de Esperanza: Reconocer y Solucionar los Dolores de Tu Pasado (Nashville, TN. Thomas Nelson Publishers, revisado en 1995), p. 21. 67 En vez de salir corriendo de nuestro Cirujano, el Doctor de nuestras almas, ¡tenemos que quedarnos quietos para que pueda operar! Jesús dijo: “No son los sanos los que necesitan un médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a pecadores” (Marcos 2,17). VOLVER A CONTAR EL ABUSO Volver a contar el abuso puede ser un paso particularmente difícil, por lo que tienes que estar segura de que estás en un ambiente seguro y confidencial. Jan Frank anima: “Hablar del incidente no cambia el suceso ni su impacto pero alivia algo de la emoción que rodea a tu experiencia... Para la víctima, es extremadamente importante que mire en profundidad a su experiencia porque se ha pasado la vida evitando el dolor.” 117 PERMITIRTE EXPERIMENTAR SENTIMIENTOS Cuando me convertí al cristianismo y comencé a afrontar un incidente de abuso sexual de mi temprana infancia (cuatro años de edad), comencé volviendo a contar el incidente a mi psicólogo pastoral. Al principio no sentí particularmente nada con respecto al incidente. Mis emociones parecían congeladas y excluidas –como si no fuese yo la que fue herida por el individuo. Mis sentimientos tardaron un tiempo en conectar con esa niña pequeña (yo) que estaba tan confundida en esa edad tan infantil. Algunas personas se preocupan de que si se permiten sentir, caerán en un hoyo sin fondo de desesperación o ira. Pero he visto una y otra vez que la preocupación da forma al descanso que puede traer el expresar oralmente nuestros sentimientos auténticos con un psicólogo. “Experimentar sentimientos es importante para cualquiera que ha padecido una herida emocional,” escribe Jan Frank. “Desafortunadamente la comunidad cristiana nos aconseja con frecuencia que ignoremos, mencionemos muy de pasada o dejemos de lado nuestros sentimientos. Esto puede ser imprudente porque nuestros sentimientos tienen una forma de salir sigilosamente de cualquier forma, y de formas que pueden ser destructivas.” 118 COLOCAR LA RESPONSABILIDAD DONDE CORRESPONDE Nuestro deseo de proteger y mantener relaciones insanas puede impedir nuestra capacidad de colocar la responsabilidad del abuso donde realmente corresponde. En efecto, esto es tan común entre las mujeres clientes que un psicólogo que es experto en tratar los abusos de la infancia probablemente esperará encontrarse con este problema. Nunca me sorprendo cuando lo oigo. Déjame darte un ejemplo. María, una joven hispana, venía en coche por una autopista excepcionalmente larga para asistir a un grupo de apoyo que dirigíamos varias de nosotras en Marin County, California. Después de haber estado asistiendo durante pocos meses, comenzó a hablarnos sobre sus problemas de ira en su casa. Supimos de su relación con su madre, que había estado enferma psicológicamente durante la mayoría de su vida. Cuando salieron a flote sus sentimientos sobre el pobre trato que le dio su madre, agitaba la varita mágica temporal de desestimación: “En verdad, ella no podía ayudarse. Estaba enferma.” Estos comentarios no hacían nada para validar el dolor que María había sufrido en manos de su madre enferma mental. En vez de eso, desestimando la responsabilidad de su madre, María se quedaba sin salida. El mensaje que se daba repetidamente era no confiar en 117 118 Ibid., p. 48. Ibid., p. 61. 68 su propia intuición, no permitirse sentir y trabajar por medio del dolor. Por lo que se estancaba en el lugar del dolor hasta que pudiese colocar la responsabilidad donde correspondiese. Quizás la fuerte lealtad familiar que existe en la comunidad hispana reforzaba también esta idea. Eventualmente, María se derrumbó y rompió a llorar durante uno de nuestros encuentros. ¡Pudo permitirse sentir –finalmente! Y esa libertad vino realmente como consecuencia de darse cuenta de que ella no tenía la culpa del abuso físico y verbal que su madre había desencadenado sobre ella desde la infancia. Sus lágrimas de dolor eran también lágrimas de alivio. Mis propios sentimientos emergieron de forma más plena después de que comencé a examinar quién era realmente el responsable de mi abuso sexual. Me había sentido sucia por la experiencia y asumía que al menos era responsable en parte aunque tuviese cuatro años y el sujeto del abuso doce. Mientras comenzaba a pensar sobre ello en la consulta de apoyo psicológico, particularmente la vulnerabilidad de una niña de cuatro años de edad comparada con la fuerza de un chico de doce, me puse muy enfadada. Comencé a sentir. Después de la sesión, salí de la consulta, encontré un lugar tranquilo y simplemente lloré. Aquí está lo que dice Jan Frank sobre la responsabilidad de los niños: “Dejadme hacer una afirmación muy osada pero factual. Una víctima infantil es el 100 por ciento libre de cualquier responsabilidad. El agresor es siempre totalmente responsable.” 119 ENFRENTARSE AL ABUSADOR El enfrentarte con tu abusador no es siempre posible ni es siempre recomendable. Debes consultar antes con tu doctor antes de dar este paso. Si no se ha programado y preparado correctamente, puede ser nocivo emocionalmente en vez de servir de ayuda. Una de mis amigas que estaba saliendo del lesbianismo había sido víctima de abusos por su abuelo. Como Leslie estaba en los treinta y tantos y su abuelo había fallecido hacía más de una década, enfrentarse con él era imposible. Leslie estaba yendo a casa para el cumpleaños de su madre. Antes de ir, se preparó para visitar la tumba de su abuelo e incluso le escribió una nota sobre sus sentimientos de dolor y confusión. Una tarde Leslie fue al cementerio y le leyó la nota alto a la lápida como si su abuelo estuviese allí. Ciertamente, él estaba muerto pero la lápida permanecía en su lugar. Allí, sola ante la tumba del hombre que abusó de ella, Leslie era libre para llorar y expresar sus sentimientos. Volvió a casa más resuelta y con capacidad de progresar en su vida. Tu terapeuta puede animarte a escribir una nota o carta a la persona que te hizo daño pero no para enviársela. En vez de ello, llévala a tu cita y léesela a tu terapeuta, simulando que es la persona que te ofendió. Como articula tan claramente Jan Frank: “La confrontación... posibilita a la víctima tomar la carga de la responsabilidad y colocarla en las manos correctas del agresor y todo el que contribuyó.” 120 PERDONAR AL OFENSOR El perdón es un signo característico del cristianismo, de seguir a Jesucristo. Pecamos, pedimos perdón a Dios y somos perdonados gratuitamente –“Si confesamos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia. Si decimos que 119 120 Ibid. P. 71. Ibid., p. 109. 69 no hemos pecado, Le hacemos mentiroso y su palabra no está en nosotros” (I Juan 1,9-10). La oración del Señor demuestra nuestra responsabilidad de tener ese perdón con los demás: “Perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros” (Lucas 11,4). Jesús explicaba el perdón también en una parábola: “¿No debías también tú compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti? Y encolerizado su Señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano (Mateo 18,33-35).” Una vez que hemos reconocido quién es el responsable del abuso o abandono de nuestra infancia y nos hemos permitido sentir el dolor de la herida, el siguiente paso es comenzar el proceso del perdón. Se puede decir mucho sobre lo que es el perdón, lo que no es y cómo abordarlo. Primero de todo, el perdón es algo que no se merece. Según el Vine’s Expository Dictionary, perdonar es “condonar o perdonar las deudas, siendo estas totalmente canceladas” y “conceder un favor de forma incondicional.” 121 Algunas mujeres dicen que son reacias a perdonas a sus ofensores porque temen que su perdón suprima la pena o responsabilidad de la ofensa. Pero debemos comprender que todos somos pecadores, lo que significa “no dar en el blanco.” El apóstol Pablo declara: “Porque todos pecaron y se vieron privados de la gloria de Dios” (Romanos 3,23). Y una vez más, “Mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.” (Romanos 5,8). Pedro nos enseña que el carácter de Dios es que “es paciente contigo, no queriendo que nadie perezca sino que todos lleguen a arrepentirse” (2 Pedro 3,9). Para recibir el perdón celestial, el abusador tiene que arrepentirse, creer y volverse a Dios para recibir el perdón –igual que hacemos todos nosotros. Quizás Dios suavice su corazón para arrepentirse o quizás no. Esa llamada es del Señor, no nuestra. Si no tienes voluntad de perdonar, mi primera recomendación es que al menos tengas voluntad de tener voluntad para perdonar. Recuerdo pasar un mal momento ¡incluso con esa simple tarea! Pero mi oración durante semanas y lo que parecía durante meses era: “Señor, no tengo voluntad de perdonar a la persona que abusó de mí. Pero quiero tenerla.” Cuando finalmente pude avanzar hacia el paso siguiente, ofrecí una forma legal de perdón. No era nada emocional pero al menos pude decir las palabras en oración: “Señor, perdono a ese joven.” Lo que fue mucho más duro fue perdonar a este hombre ¡desde mi corazón! Podía decir las palabras pero sabía que el perdón de corazón superaba mi propia capacidad. Por lo que una vez más, recé seriamente: “Señor, me pides que perdone de corazón pero yo no puedo cambiar mi corazón. Haz esta tarea para que pueda obedecerte de esta forma también.” Requirió tiempo pero sentía que mi corazón iba cambiando hacia mi abusador. Comencé a sentir compasión por él y a reconocer que yo también le había hecho daño a gente mi vida. En efecto, comencé a comprender que sólo merecía la muerte y la separación de Dios pero Cristo me había perdonado. Mi corazón fue movido con verdadera compasión hacia ese individuo por primera vez. Dios había escuchado mi oración. Después de conceder verdadero perdón a los que más me habían hecho daño, encontré gran libertad para convertirme en la mujer de confianza y gozo que Dios había querido siempre que fuese. Mi obediencia y la provisión de Dios me liberaron de la esclavitud de la amargura y la ira podrida. Y chica, ¡eso hace que te sientas bien! UN BREVE RESUMEN Las experiencias infantiles de abuso (o presenciar el abuso) pueden tener consecuencias devastadoras en la vida de una mujer (o de un hombre). Lejos de tener un 121 W.E. Vine, Vine’s Complete Expository Dictionary of Old and New Testament Words(Nashville, TN: Thomas Nelson Publishers, 1996) pp. 250-51. 70 impacto simplemente momentáneo, los efectos residuales pueden distorsionar la percepción durante el resto de la vida de la víctima si no es tratada. Los efectos comunes para la mujer son la depresión, ansiedad, abuso de alcohol y dificultad de establecer relaciones íntimas con los demás. Comparadas con los datos estadísticos sobre el índice de abuso, las mujeres que sufren atracción hacia el mismo sexo indicaron índices mucho más altos de abuso en todas las categorías, según mi estudio del año 2000. Pero los heridos pueden encontrar esperanza en la Palabra de Dios, en Su Iglesia, y por medio de Su Espíritu (“ Corintios 1,3, Mateo 5,4 e Isaías 61,1-3). En contraste con el dolor del pasado, la Palabra de Dios nos proporciona aceptación, amor y nueva identidad. Sólo Él puede romper el poder de las palabras y experiencias negativas del pasado y darnos esperanza y un futuro. “Porque conozco los planes que tengo para ti,” declara el Señor,“planes para que prosperes y no para hacerte daño, planes para darte una esperanza y un futuro” (Jeremías 29,11). 71 CAPÍTULO 7 VENCER LA TENTACIÓN “Soy una mujer soltera de 30 años y antes de conocer a Cristo hace pocos años... tuve tres relaciones amorosas con amigas,” escribió una mujer en Crosswalk.com. “Pero en los años siguientes,” continuaba, “cuando me acerco a una amiga, siento las tentaciones y necesito dominar constantemente mis emociones hacia ellas (Me ha sucedido con cuatro mujeres) porque sé que está mal.” 122 Algunas estrategias para superar la tentación son más efectivas que otras. El simple dominio no va muy lejos al tratar las atracción hacia el mismo sexo. En efecto, muy pocos son capaces de superar cualquier forma de tentación solamente con fuerza de voluntad. Por lo que no me sorprendí cuando leí la siguiente frase de la mujer. “Pero ahora he sucumbido a la tentación con una de estas mujeres.” Me sorprendió que mantuviera las tres primeras relaciones sin mantener sexo lésbico. Continuó en su siguiente carta, en la que escribió sobre su conversión al cristianismo sólo unos años antes: “Me prometí a mí misma el querer vivir una vida llena de Espíritu, correcta y libre de pecado. Hice la promesa de 2 Corintios 5,17: “Por tanto, el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, llegó lo nuevo.” Estaba tan contenta de saber esto que me dije a mí misma que no volvería a tener relaciones lésbicas nunca más.” Afirmó que ahora tendría la fuerza y el poder para “impedir todos los pensamientos y tentaciones (lésbicas) cuando apareciesen.” 123 Desafortunadamente, esta mujer tuvo un par de asunciones que no la ayudaron. Primero, cuando se convirtió al cristianismo, parecía creer que el poder de Cristo sería bastante para luchar contra las tentaciones. Segundo, pensaba que quizás la atracción que sentía hacia las mujeres antes de conocer a Cristo se desvanecería completamente. Tristemente, probablemente la mujer no tendrá éxito en su búsqueda de vivir una “vida llena de Espíritu, correcta y libre de pecado” a menos que investigue las razones de por qué es arrastrada con tanta fuerza hacia otras mujeres. También se beneficiaría seguramente de conocer unas pocas herramientas más prácticas y bíblicas para vencer la tentación. En las siguientes páginas, veremos el proceso de la tentación y exploraremos algunas formas prácticas de tratarlo. La estimulación es mi objetivo principal. No estás sola. Tu tentación no es única. Otras antes que tú han tenido éxito. Algunas han fracasado a veces pero progresaron para encontrar la plenitud en Cristo. LA HISTORIA DE JANE “Cuando tenía cinco años, acepté a Cristo en mi corazón. Bendecía a Dios, asistía a la Iglesia y ahora llevo casada casi veinte años,” decía Jane Boyer en la conferencia de Focus on the Family’s Love Won Out . “Pero durante una buena parte de mi matrimonio llevé una doble vida. Una como cristiana y otra como lesbiana... Estaba llena de culpa, vergüenza y auto-desprecio.” 124 Jane habló también sobre su base familiar. “Mi padre era un hombre violento y abusador, por lo que desarrollé un intenso odio en mi corazón hacia los hombres... Mi madre estaba indisponible emocionalmente para satisfacer mis necesidades como niña porque era víctima de la violencia de mi padre.” 122 “¿Es esto un Defecto de Nacimiento?” www.crosswalk.com/experts/snyder. “Cedí ante la Tentación,” www.crosswalk.com/experts/snyder. 124 Jane Boyer, de su testimonio de la conferencia de Focus on the Family –Love Won Out, Philadelphia, PA, 21 de abril de 2001. 123 72 “Yo era quien la cuidaba, su protectora y sentía resentimiento hacia ella porque la percibía muy débil, inefectiva y pasiva... Si ser mujer significaba ser una víctima –inofensiva, vulnerable al abuso, utilizada como objeto sexual por los hombres –yo no quería eso para mí.” Mirando hacia el pasado, dijo Jane: “Mis necesidades de amor y aceptación no estaban siendo satisfechas en casa.” Por lo que cuando tuvo 13 años, se dedicó al alcohol y a las drogas, “para reducir y calmar el dolor y la soledad.” Más tarde, se casó y enseguida se introdujo en bares gay y comenzó su doble vida. Cuando habló de los bares gay, Jane explicó lo que la arrastraba con tanta fuerza: “Pertenecía y me sentía aceptada porque procedía de una base de rechazo, por lo que la aceptación era algo que buscaba, cualquiera que fuese el coste.” Con respecto a la tentación y sus intentos de romper con la escena del bar gay, decía Jane: “Una y otra vez, juraba que no volvería a ir más al bar gay, para regresar una y otra vez… El tirón de amor y de aceptación era muy fuerte. Mientras pasaba el tiempo, comencé a ver a mis amigos gay también con un profundo dolor emocional de su pasado y muchos estaban en conflicto por sus sentimientos homosexuales… Todos buscábamos el amor perfecto y la relación perfecta y nunca parecía que la encontraríamos.” TENTACIÓN VERSUS PECADO La tentación ofrece un medio de resolver nuestras necesidades de una forma que está en oposición a la voluntad explícita de Dios. Por ejemplo, si considero el traicionar una confidencia personal como solución del sentimiento de desconexión de los demás en la iglesia o en un ambiente social, estoy siendo tentada. El cotilleo va contra la voluntad explícita de Dios (Proverbios 11,13, 2 Corintios 12,20). Asimismo, un pensamiento de una relación sexual anterior es un ofrecimiento para escapar de frustraciones o presiones diarias. Es una tentación. Pero la tentación no es pecado. El pecado, como contraste, es aceptar el ofrecimiento. El pecado tiene lugar cuando actuamos con voluntad desafiante a la ley y al carácter de Dios. Ya no estamos sentados como observadores pasivos; en vez de ello, nos convertimos en participantes. ¿Cómo ocurre la transición entre la tentación y el pecado? Un proceso de consentimiento tiene lugar en nuestros corazones. Para algunas de nosotras, el proceso ocurre de forma muy rápida y no vemos que ya se ha tomado una decisión. Otras de nosotras pueden estar muy duchas en no actuar sobre una idea errante pero todavía podemos ser inconscientes de los pasos que tienen lugar entre la tentación y el pecado. Debemos recordar que la tentación no es juzgada en la Biblia; es más, el pecado sí. En efecto, incluso el Señor Jesucristo fue tentado. El ejemplo más obvio tuvo lugar después de que Jesús fue bautizado por Juan en el río Jordán y “fue conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado por el demonio” (Mateo 4,1). El escritor de Hebreos declaró: “Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote, que penetró los cielos –Jesús, el Hijo de Dios- mantengamos nuestra confesión de fe. Pues no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, ya que ha sido probado en todo como nosotros, excepto en el pecado” (Hebreos 4,14-15). CUALIDADES DE LA TENTACIÓN Durante el transcurso de más de veinte años de ministerio cristiano ex gay y otros, me he dado cuenta de algunas cualidades comunes de la tentación. La tentación promete con 73 frecuencia solucionar de forma inmediata nuestras necesidades o deseos. En otras palabras, la tentación es a veces un atajo inapropiado; nos ofrece la oportunidad de tomar el control de nosotros mismos en vez de esperar la respuesta y la provisión de Dios para nuestras necesidades. El pecado es una solución falsa a nuestras necesidades. No hay que esperar. No hay que ejercitar el auto-control. Sólo acción inmediata –y luego culpa y vergüenza. La Biblia promete que encontraremos pruebas y tentaciones. “Queridos amigos, no os extrañéis del fuego que ha prendido en medio de vosotros para probaros, como si os sucediera algo extraño” (I Pedro 4,12). La forma personal de tu tentación no es única. En efecto, la Biblia la declara “común al hombre (haciendo referencia al varón y a la mujer)” (I Corintios 10,13). EL CICLO DE LA TENTACIÓN Y EL PECADO Echemos una mirada más en profundidad al ciclo de la tentación y del pecado. Como ya se ha dicho, el ciclo comienza con frecuencia con una necesidad o deseo sin resolver. Por lo que el primer paso es un anhelo de satisfacción de algún área de nuestra vida. Todos deseamos relaciones con sentido, un objetivo que cumplir y esperanza para el futuro. Podemos sentir frustración en el trabajo o en cualquier otro sitio, practicar el no perdonar, una carencia de actitud de gratitud o simplemente una lucha con los cambios diarios de la vida. Recientemente hablaba con una mujer que estaba experimentando toda clase de cambios maravillosos en su vida y en su carrera pero esos cambios la hacían sentir vulnerable ante la tentación lésbica. Sydney, una mujer de 20 años, me decía: “Ansiaba un contacto seguro con otra mujer que me dijese que todo iba a salir bien.” Sus necesidades sin resolver eran de seguridad y estabilidad. El paso dos es la atracción. Debemos recordar que otra fuerza está en el trabajo de nuestro universo, alguien que quiere robarnos. Jesús dijo: “El ladrón viene sólo para robar, matar y destruir” (Juan 10,10). Al demonio se le llama también “el tentador” (I Tesalonicenses 3,5). Sus estratagemas principales son la atracción, el desánimo y la intimidación ya que una vez que nos hicimos cristianas, en verdad tenemos mucho más poder que Satanás. Esto es sólo porque, como escribió el apóstol Juan: “El que está en vosotros es más que el que está en el mundo” (I Juan 4,4). Veamos el incentivo de Sydney. Deseaba seguridad y estabilidad en un momento de su vida que estaba lleno de cambio. La solución falsa fue una conexión sexual con otra mujer. ¿Solucionaría eso su problema de sentirse insegura y desconectada? Sólo de una forma incompleta y temporal. Su relación sexual con otra mujer le había hecho sentir “aislada” de su relación con Dios. Es importante notar esta desconexión con Dios. Sucedió no sólo en mi propia vida en 1986 sino también en las vidas de muchas otras mujeres que intentan superar la atracción hacia el mismo sexo. En efecto, las mujeres que participaron en mi encuesta buscaban salir del lesbianismo por su “relación con Dios” (el 95 por ciento dijo esta razón).125 La atracción encuentra una debilidad en nosotras porque todavía tenemos una naturaleza pecadora. Eso es lo que tiene que decir Santiago: “Cuando sea tentado, que nadie diga: “Es Dios quien me prueba”; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie. Sino que cada uno es probado, arrastrado y seducido por su propia concupiscencia” (Santiago 1, 1314). La atracción también implica algo de aliciente para nosotros. El Diccionario Expositivo de Vine define la atracción principalmente como “ser seducido por un cebo.” 126 Un elemento seductor atrae a nuestra naturaleza más baja y nos hace querer seguir al cebo. 125 Un resumen de mi encuesta está en Apéndice B. W.E. Vine, Diccionario Expositivo Completo de Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento de Vine (Nashville, TN. Thomas Nelson Publishers, 1996), pp. 203-04. 126 74 El tercer paso del ciclo de tentación/ pecado es una preocupación mental con el cebo. En el libro La Batalla de Todo Hombre de Stephen Arterburn, Fred Stoecker y Mike Yorkey, los autores instruyen a los hombres a luchar por la pureza sexual desarrollando un perímetro externo con sus ojos. “Piensa en el primer perímetro (tus ojos) como tu defensa más externa, una muralla con señales de ‘protección’ a su alrededor. Defiende a tus ojos por convenio (como hizo Job: ‘Hice un convenio con mis ojos para no mirar con lujuria a una chica’), y lo haces entrenando tus ojos para rechazar objetos de lujuria.” 127 La primera mirada es gratis; la segunda mirada no. Lo mismo sucede con las mujeres que sienten atracción hacia el mismo sexo. El hecho de que eres tentada no debe preocuparte pero debes decidir qué hacer con la tentación. En 1993, Oprah Winfrey me preguntó en su programa de tertulia si todavía me enfrentaba con pensamientos homosexuales. Respondí: Sí pero la intensidad ha disminuido. Es casi como “quitarme una mosca del hombro.” El problema no es loa tentación sino nuestra morada en la tentación. Podemos detener fácilmente el ciclo en este paso. Detenerlo más tarde puede ser mucho más difícil. Déjame utilizar otro ejemplo de mi vida. Este incidente no tenía nada que ver con la atracción hacia el mismo sexo pero me enfrentaba con la tentación de todas formas. Estaba comprando y mi hijo de un año había cogido un paquete de pilas del mostrador de la caja sin mi permiso. La cajera no lo vio tampoco y salí del supermercado con el carro sin pagar las pilas. Una vez fuera, me di cuenta de lo que había pasado y dudé por un momento. Me vino un pensamiento: “Gastas mucho dinero aquí –llévatelas.” Pero descarté ese pensamiento y volví a entrar al supermercado. Le expliqué a la empleada de servicio del cliente lo que había sucedido y le di las pilas que no había pagado. ¡Deberías haber visto su cara de sorpresa! En vez de coger el cebo, rechacé ser conducida por un pensamiento errante de robar. Entonces me puse en acción corregir la situación. Devolver las pilas había sido mucho más duro si hubiera salido con ellas sabiéndolo. Habría tenido que dar la vuelta no sólo a mi carro sino también a mi voluntad. Pude haber aceptado la justificación de robar: me lo deben.” Digo este ejemplo porque a veces podemos ver con más facilidad los pasos de la tentación en un área más que en la tentación sexual. En el paso cuatro planeamos, hacemos estrategias y nos asociamos de forma deliberada con la tentación. Aquí es también donde comienza el pecado. Quizás has oído el dicho: “No puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza pero puedes evitar que hagan un nido en tu pelo.” La fantasía y la preocupación invitan a la tentación al nido. El paso cinco es comprometerse en la acción pecadora. Ya no estamos en la fantasía o en la etapa del planeamiento –estamos allí. Y puede que te sientas bien pero sólo por un momento. La satisfacción es fugaz. “Por la fe, Moisés, ya adulto, rehusó ser llamado hijo de la hija del Faraón, prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar el efímero goce del pecado” (Hebreos 11,24-25). Cualquiera que haya pecado puede reconocer que su placer es “pasajero.” El aspecto irónico del pecado se encuentra en el paso seis, la condena. Lo que era atractivo ahora se levanta para condenarnos. No sólo se le llama a Satán “el tentador” sino que también se le llama “el acusador” (Apocalipsis 12,10). Ahora que se han virado las tornas, tratamos con una lista de emociones negativas como la culpa, la vergüenza, la condena y el remordimiento. Y el pecado “vacía nuestro bolsillo” de lo que poseíamos antes de que comenzase el ciclo –confianza, paz con Dios, gozo, relaciones verdaderamente sólidas, sano juicio, poder y autoridad, sólo por nombrar algunos. Podemos creer también de que ahora no podemos acudir a Dios con nuestros problemas. ¿No tenemos que limpiar nuestro acto primero? 127 Stephen Arterburn, Fred Stoeker y Mike Yorkey, La Batalla de Todo Hombre: Ganar la Guerra sobre la Tentación Sexual Una Victoria a Tiempo (Colorado Springs: WaterBrook Press, 2000), p. 104. 75 La quiebra espiritual puede conducirnos a todo el ciclo de pecado otra vez. Gracias a Dios, sin embargo, ¡tenemos otro remedio! O el pecado nos vuelve a engañar otra vez (Hebreos 3,13) o podemos acudir a Él que puede purificarnos de todo pecado. Si elegimos huir de Dios, volveremos eventualmente al pecado. Y si eligiéramos pecar una y otra vez, encontraríamos más esclavitud espiritual. El pecado siempre requiere más pecado y formas más profundas de depravación para conseguir el mismo alivio temporal. La espiral descendente continúa. Morgan, una mujer de California de cuarenta y tantos años, me hablaba recientemente de su proceso. “Cuando tenía 20 años, empecé mi implicación lésbica buscando a esa mujer increíble con la que poder compartir mi vida. Pero después de cinco años, me encontré yendo de relación en relación. En los bares, nunca podía quitar los ojos para buscar a la siguiente pareja potencial –incluso cuando estaba ‘con’ otra persona. Su historia ilustra las palabras de Pablo: “¿No sabéis que al ofreceros a alguno como esclavos para obedecerle, os hacéis esclavos de aquél a quien obedecéis –bien del pecado, para la muerte, bien de la obediencia, para la justicia?... Pues si ofrecisteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y a la iniquidad por la iniquidad, ofrecedlos igualmente ahora a la justicia para la santidad” (Romanos 6,16.19). ESPERANZA PARA EL CORAZÓN HERIDO Así que, ¿qué hacemos si nos encontramos en el ciclo del pecado o hemos pecado? ¡Tenemos gran esperanza porque Dios sabe cómo tratar con el pecado! Esta es una razón de por qué sabía que Dios cambiaría mi corazón en el área de la atracción hacia el mismo sexo. Si la homosexualidad es pecado, entonces Dios tiene el plan y los recursos ¡para salvarnos del pecado! El apóstol Pablo escribió con respecto al sí mismo y a la dinámica del pecado: “¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? ¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor!” (Romanos 7,24-25). ¡Qué maravilla! Jesús murió para liberarnos de la esclavitud del pecado. Y lo que es más, nos estimula a “acercarnos al trono de gracia con confianza, para que podamos recibir misericordia y hallar gracia que nos ayude en nuestro momento de necesidad” (Hebreos 4,16). En vez de huir de Dios, podemos correr hacia Dios ¡como somos! Otro de mis versículos preferidos es I Juan 1,9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y purificarnos de toda injusticia.” ¿Significa eso que podemos seguir pecando y pidiendo perdón sin someternos a la voluntad de Dios? Dios dirige con elegancia todos estos pensamientos y preocupaciones en gran profundidad en su carta a los Romanos, específicamente de los capítulos 6 a 8. En el capítulo 6 escribe: “¿Debemos permanecer en el pecado para que la gracia se multiplique? ¡De ningún modo! Los que hemos muerto al pecado ¿Cómo seguir viviendo en él?” (Romanos 6,12). Y, de nuevo, en el capítulo 8: “Si vivís según la carne (es decir, la naturaleza de pecado), moriréis. Pero si con el espíritu hacéis morir las obras del cuerpo (otra vez, la naturaleza de pecado), viviréis. En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son Hijos de Dios (Romanos 8,13-14).” El demonio utiliza la tentación para hacernos vacilar y caer pero Dios permite que seamos probados para probar nuestra fe y moldear nuestro carácter. También desea que dominemos la tentación (Génesis 4,6-7; Santiago 1,2-4; I Pedro 1, 6-9). “¡Feliz el hombre que soporta la prueba! Porque superada la prueba, recibirá la corona de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman” (Santiago 1,12). 76 AYUDA PRÁCTICA CUANDO TRATAMOS CON LA TENTACIÓN “Está bien,” dices, “comprendo la diferencia entre tentación y pecado, el ciclo de la tentación y del pecado, el hecho de poder acercarnos a Dios y que aunque Satán pretenda el mal, Dios nos prueba para aprobarnos. ¡Bien! Pero ¿cómo tendré éxito en la superación de la tentación casi diaria de mis relaciones lésbicas, la vida de fantasía o la lucha solitaria de varias formas de pornografía y adicción sexual?” ¡Qué pregunta tan excelente! Mi esperanza es que esta sección te guíe por medio de algunas guías prácticas que puedan ayudarte a ganar tus batallas. RESPONSABILIDAD Como dije en el capítulo 5, establecer un sistema de apoyo y hablar con otra persona pueden hacer una gran diferencia. Elige sabiamente con quien hablar. Si realmente quieres ganar la batalla que tienes ante ti, debes elegir individuos que puedan animarte con tus objetivos. Por ejemplo, no te recomiendo buscar a alguien que esté actualmente en el estilo de vida gay para el apoyo personal. En vez de eso, el diseño de Dios para Su iglesia es “confesar los pecados mutuamente y rezar los unos por los otros para que podáis ser sanados. La oración de un hombre justo es poderosa y efectiva” (Santiago 5,16). Pedir a nuestros hermanos y hermanas en Cristo que recen por nosotras es una forma poderosa de sacar nuestras luchas a la luz en oposición a mantenerlas en privado, la esclavitud callada a nuestros patrones de pecado. Esto, por supuesto, tiene que tener lugar con cristianos de confianza y maduros. Otra buena idea es darles permiso para preguntarte: “¿Cómo te va con lo que me dijiste?” MIRA MÁS ALLÁ DE LA TENTACIÓN A veces podemos centrarnos con demasiada intensidad en nuestras tentaciones. En vez de ello, tenemos que comprender lo que son realmente nuestros deseos más auténticos y más profundos y luego buscar satisfacerlos de forma piadosa. Volvamos por un momento a Sydney. Sus necesidades profundas eran de seguridad y estabilidad emocional mientras pasaba por los cambios emocionantes que sucedían en su vida. Más tarde subrayaba: “Solía creer que luchar con la homosexualidad era lo más difícil del mundo de superar. No sólo me sentía perfectamente insegura hablándolo con cualquier persona. También era consciente del estigma que iba unido al tema de la atracción hacia el mismo sexo. Estaba totalmente convencida de que no había nada más doloroso que desear algo que parecía tan natural como respirar, aunque sabía que la satisfacción de esos deseos a través de la homosexualidad estaría en oposición directa con el corazón de Dios. Estaba segura de que nadie más luchaba como lo hacía yo.” Cuando comenzó a hablar de sus luchas con una terapeuta cristiana, Sydney comenzó a darse cuenta de cómo la lucha anterior de la terapeuta con sus deseos inadecuados hacia un hombre casado eran paralelos a sus propias tentaciones. Explicaba Sydney: “Comprendía desde un nivel muy personal y empático todo con lo que yo estaba tratando, aunque ella no había luchado nunca con la homosexualidad. Estaba tan obsesionada con el elemento de atracción hacia el mismo sexo cuando lo que realmente estaba en el núcleo de mi corazón tenía muy poco que ver con el sexo. Se 77 me ha hecho evidente de forma abundante que muchas mujeres están buscando encontrar su suficiencia en alguien o algo más, más que en Dios. No estoy sola.” Tómate un momento y piensa unas preguntas que podrías hacerte a ti misma. Pueden ayudarte a precisar el por qué eres vulnerable a la tentación. ¿Qué presiones tengo actualmente en mi vida? ¿Qué, si hay algo, está cambiando en mi mundo? ¿Qué emociones están agitándose? ¿Soledad? ¿Aburrimiento? ¿Miedo o aprehensión? ¿Tristeza? ¿Ira? ¿Pérdida de control? ¿Estoy centrándome en una relación con una mujer para satisfacer mis necesidades? ¿Estoy progresando demasiado rápido en mi amistad con otra mujer? ¿Puedo ver sus defectos al mismo tiempo que sus dones y habilidades? A veces los pensamientos subyacentes que nos motivan están ocultos debajo de la superficie y no son obvios. Por ejemplo, si siento que no merece la pena relacionarse conmigo, puedo aferrarme con mucha fuerza a alguien que parezca contradecir esa creencia interna. Si finalmente estoy comenzando a mirar los recuerdos dolorosos de mi pasado, el deseo de distraerme emocionalmente del dolor o del miedo del dolor, puede ser lo que me motive a intentar conectar sexualmente con otra mujer o por medio de la fantasía. En resumen, somos criaturas complejas con muchos más pensamientos y sentimientos de los que probablemente reconocemos. Para ver nuestras motivaciones verdaderas, necesitamos mirar más allá de la misma tentación a lo que está sucediendo emocionalmente dentro de nosotros. Luego debemos preguntarnos. ¿El sexo con esa mujer por la que me siento atraída ahora mismo solucionaría la necesidad real que estoy afrontando? La respuesta es claramente que no. Por lo que sé honesta con tus sentimientos reales hacia las personas que te quieren y busca expresar esos sentimientos de forma que agrade a Dios. Si estás desanimada o sola o te sientes insegura, habla de tus sentimientos con alguien en quien confíes. Tu mentora, psicóloga, pastor o amiga pueden ayudarte a encontrar formas para dirigir correctamente tus necesidades verdaderas. Estos sentimientos les sucede también pero pueden hacerlas vulnerables a una forma diferente de tentación. Como descubrió Sydney, ¡tienes mucho más en común con los demás de lo que piensas! LÍMITES ESPECÍFICOS Con independencia de la intensidad que puedan tener tus sentimientos, no puedo enfatizar lo suficiente este primer principio: No digas tu atracción a la mujer hacia la que te sientes atraída. La única excepción es que podrías decirle tu atracción a tu terapeuta, que no es amiga y que te ve dentro de ciertos parámetros de tiempo preestablecidos. “¿Por qué no debo contarle mi atracción a ella?” podrías preguntar. “Aunque es amiga, no es de base homosexual.” Seguir este principio es importante por varias razones. Primero, estoy asumiendo que quieres superar la atracción hacia el mismo sexo. Eres responsable de “no hacer provisión para la carne (naturaleza de pecado) para satisfacer sus concupiscencias” (Romanos 13,14). Contándole tu atracción, estás abriendo la posibilidad de una relación sexual con ella. Nunca sabes lo que ella puede estar pasando en su vida –dificultad en su matrimonio, problemas de paternidad, decepciones personales, la necesidad de sentirse especial para alguien... y la lista continúa. Otra razón es que las atracciones vienen y van. Nuestros sentimientos desaparecerán cuando llegamos a conocer a la persona. Una buena forma de rezar es: Señor, ayúdame a verla como tú la ves. Nuestras emociones pueden calmarse cuando llegamos a conocer la persona verdadera e independiente que admiramos. 78 Por último, si le decimos a otra mujer lo de nuestra atracción hacia ella, pasamos de tratar nuestros sentimientos con seguridad y de superar la atracción a la posibilidad del rechazo. El “objeto de tu afecto” puede tratarte de forma diferente y distante de ahí en adelante o quizás puede echarse atrás completamente. Evita lugares que pueden conducir directamente al pecado: librerías, fiestas, bares y otros lugares así, gay o lésbicos. Sólo tú sabes qué otros puntos débiles tienes. Siempre puedes permitir que tu mentora, terapeuta u otra compañera de responsabilidad sepan donde necesitas ayuda y te puedan preguntar por ello. También evita las drogas y el alcohol, que perjudican a tu pensamiento cuando eres tentada. Y no estés sola con alguien por quien te sientes atraída después de media noche. Como dice con frecuencia Mike Haley, Analista de Género y Juventud de Focus on the family, “¡No puede pasar nada bueno después de la media noche!” TOMA LA INICIATIVA EN RENOVAR TU MENTE Renovar nuestras mentes, de lo que se ha hablado en el capítulo anterior, es un concepto simple pero puede ser bastante desafiante para aplicar mientras superamos la tentación. La Escritura nos habla de reducir a cautiverio todo entendimiento sometiéndolo a Cristo” (2 Corintios 10,5). Y una vez más, “Todo lo que sea verdadero, noble, justo, puro, amable y admirable –todo cuanto sea de virtud o valor- tenedlo en aprecio” (Filipenses 4,8). Esto se aplica a trabajar tu forma de compañerismo actual, retrospectivas a antiguas relaciones y a cualquier imagen mental que puedas tratar. Cuando un pensamiento que no ha sido invitado llega a la mente, tú debes decidir qué hacer con él. Cuando estaba dejando por primera vez las relaciones lésbicas, recuerdo el surgimiento de sentimientos que acompañaban a cualquier recuerdo de mi “ex.” Nuestras mentes tienen la capacidad de enfocar escenas de nuevo desencadenadas por sonidos, aromas, mujeres de apariencia física similar y otras cosas así. Pero tenemos la capacidad de redirigir nuestro pensamiento. Mientras menos permanezcamos en esos recuerdos, más poder tendremos sobre ellos. Se harán más débiles y nosotros nos haremos más fuertes. ¿Pero cómo poner en práctica este principio? Primero, llenamos nuestra mente con lo que es bueno, amable, admirable, puro y verdadero mientras no estemos afrontando la tentación. Memorizar la Escritura es la mejor forma de hacerlo. Llena nuestra mente de las palabras de Dios y nos ayudará en nuestros momentos de tentación. Segundo, cuando los pensamientos no invitados despierten, redirígelos a algo que merezca tu atención. Cuando yo acababa de comenzar mi salida de una relación lésbica y tuve la ayuda de un ministerio de Exodus International, los sentimientos me superaban frecuentemente durante los primeros meses. Súbitamente, tenía lugar una retrospectiva a un momento de intimidad sexual de la tristeza. En mi determinación de no permanecer en el pensamiento, intentaba distraerme, mirando por la ventana y hablando conmigo misma en alta voz: “¡Qué árbol tan bonito hay allí... los colores de esas hojas son preciosos.” Sí, parece una tontería, lo admito –pero para mí, funcionó. No tenía idea en ese momento de que estaba renovando mi mente. Esa práctica mental me dio una habilidad ¡que demostraría ser muy útil!” Además, recuerda que las retrospectivas a antiguas relaciones no ofrecen nunca una realidad clara. En vez de eso, Satán nos ofrece lo mejor de ayer o una ilusión perfecta. En el momento de la tentación, el embustero no nos recordará los conflictos que tuvimos en esa relación, mala respiración, pies olorosos o un sentido de soledad que tuvimos mientras teníamos esa relación. Estas cosas arruinarían el atractivo de la tentación. Él sabe muy bien 79 que la ilusión es más atractiva que la realidad. Como dicen los autores de La Batalla de Cada Hombre: “Los hechos son el virus asesino de las atracciones.” 128 LA BATALLA ESPIRITUAL DE LA ORACIÓN Otros principios poderosos demostrarán ser útiles también para superar la tentación. Porque como escribió el apóstol Pablo a los Corintios: “Las armas de nuestro combate no son carnales, antes bien, para la causa de Dios, son capaces de arrasar fortalezas. Deshacemos sofismas y cualquier baluarte levantado contra el conocimiento de Dios” (2 Corintios 10,4-5). Así que tienes algunas ideas convincentes para utilizarlas en la oración, particularmente útiles en un grupo de al menos otras dos guerreras de la oración. Renuncia oralmente a la esclavitud del pecado y acepta tu nuevo rol como “Templo del Señor” (Romanos 6,19; I Corintios 3,16). Permítete llorar la pérdida de una ex –pareja o de una relación emocionalmente exclusiva. Cuando dejamos una relación de pecado, experimentamos también la pérdida de lo bueno que tenía la relación. Rompe algunas uniones de la misma carne o vínculos del alma espiritual en la oración. Pídele al Señor que corte cualquier vínculo insano que permanezca con la persona en el mundo espiritual. Dale las relaciones pasadas al Señor y luego haz una bendición sobre cada individuo. La Biblia nos enseña que cuando tiene lugar la actividad sexual, se forma un nexo espiritual entre individuos. (I Corintios 6, 15-20). Pídele a Dios que te dé Su perspectiva sobre lo que hechiza a tu naturaleza de pecado. Con frecuencia tenemos una doble mente cuando comenzamos a buscar el cambio. Por una parte, estamos avergonzados y deseamos la intimidad con Dios. Por la otra parte la lucha muestra que amamos nuestro pecado. En otras palabras, pídele a Dios que te dé odio hacia tu pecado y también un corazón indiviso (Salmo 86,11; Jeremías 17,7-14, Ezequiel 11,19). Es corriente una idea tonta de que la gente buena no sabe lo que significa la tentación. Esto es una mentira obvia. Sólo los que intentan resistir a la tentación saben lo fuerte que es... Un hombre que cede a la tentación después de cinco minutos simplemente no sabe lo que habría sido una hora después... nunca averiguamos la fortaleza del impulso maligno que hay dentro de nosotros hasta que intentamos luchar contra él: Y Cristo, Como fue el único hombre que nunca se rindió ante la tentación, es el único hombre que sabe la plenitud de lo que significa la tentación –el único realista completo (C.S. Lewis).129 TRATAR LA FANTASÍA SEXUAL O ADICCIÓN Además de la tentación normal de día a día común a la atracción hacia el mismo sexo, debemos saber también cómo tratar la conducta sexualmente adictiva. No todas las mujeres afrontan este tema pero muchas lo hacen con diferentes elementos de conducta adictiva. De las 265 mujeres de mi encuesta, más del 90 por ciento trataba la fantasía con el mismo sexo bajo la forma de imaginación personal. Y casi el 60 por ciento había visto películas que implicaban fantasía del mismo sexo. Casi la mitad había usado pornografía visual, el 20 por ciento había buscado pornografía lésbica en Internet. Y un tercio de las mujeres se había visto envuelta en fantasía del mismo sexo por medio de novelas o romances lésbicos. 130 No es necesario decir que la fantasía y la adicción sexual son problemas que deben afrontar las mujeres que luchan con el lesbianismo. En nuestra era de Internet, llegan generaciones de mujeres y de hombres que pueden engancharse más profundamente a una edad más temprana. La investigación actual parece indicar que el “ciber sexo” está avivando 128 Arterburn et al., La Batalla de Cada Hombre, p. 159. C.S. Lewis, Mero Cristianismo; pp. 124-125. 130 Un resumen de mi encuesta está en Apéndice B. 129 80 más la conducta sexual compulsiva y adictiva. Los psicólogos de las universidades Stanford y Duquesne publicaron un estudio en el diario, Adicción y Compulsión Sexual, confirmando que esto es una “explosión oculta de peligro de salud pública.” 131 FANTASÍA Y ADICCIÓN SEXUAL La fantasía podría definirse como “deseo sin el estorbo de la realidad.” La adicción es definida por la Dra. Maressa Hecht Orzack, psicóloga de la universidad de Harvard, como “cuando no puedes parar, no lo puedes dejar y cada vez necesitas hacerlo más y con más frecuencia. Hay un ansia cuando no está. Uno se deprime, se irrita o se enfada,” cuando no puedes acceder a lo que eres adicto. 132 La fantasía y la adicción tienen mucho en común. La fantasía y la adicción sexual son sustitutas ambas de la intimidad genuina. Stephen Watters, en su libro Soluciones Reales para Superar las Adicciones a Internet, escribió: “La tentación que afronta todo el mundo, sin embargo, es el deseo de tomar un atajo –conformarse con lo que (un famoso autor) llama ‘falsa intimidad.’ En vez de hacer el esfuerzo requerido para tener intimidad real, la gente se conforma con frecuencia con una ilusión –una imagen retocada, una realidad virtual, una aventura cibernética –algo que parece dar más sin daño, éxtasis sin expectativas, satisfacción sin fallos.” 133 EL PODER DE NUESTRA IMAGINACIÓN Con diferencia, nuestra propia imaginación es la forma más fácil y más fácilmente disponible de fantasía del mismo sexo. También es, sin duda, la más difícil de evitar. Debemos permanecer lejos de películas, revistas y novelas lésbicas además de evitar utilizar Internet en casa, ya que llevamos nuestras mentes con nosotros a todos sitios. Una mujer comenzó a asistir a nuestro grupo de apoyo Exodus no porque estuviese envuelta en una relación sexual con otra mujer sino debido a su bien desarrollada vida de fantasía. Llevaba dando vida a fantasías sexuales en su mente durante años e iba eventualmente a la biblioteca a sacar un libro lésbico que llevase sus sentimientos al nivel siguiente. Sus visitas ocultas a la biblioteca se hicieron cada vez más regulares y más difíciles de ocultar debido a sus responsabilidades como esposa y madre de cuatro hijos. En vez de estar presente emocionalmente para su familia, se convirtió en una mujer más recluida y desvinculada emocionalmente. Quizás estés pensando: “ Bien, Puede que no fuese tan malo. Después de todo, ¡era sólo su imaginación! En efecto, sin tener en cuenta la sustancia o el método, la adicción puede tener efectos devastadores en nuestras vidas y sobre los que nos quieren. Hablando neurológicamente, la fantasía puede convertirse en un camino gastado. Piensa sólo en cualquier otra acción repetitiva que haces en tu día. Por ejemplo, piensa que vas en coche al trabajo o a los grandes almacenes. Al principio, cuando te mudaste a tu casa, necesitaste tiempo para saber donde estaba todo. Tres meses o tres años después, puedes coger la misma ruta básicamente con el “piloto automático.” Lo mismo sucede con la fantasía sexual. Al principio, requiere trabajo hacer que tenga lugar la fantasía, pero el despertar sexual envía un flujo de adrenalina y endorfina a tu cerebro que inserta la memoria con seguridad. En el contexto del matrimonio, este proceso refuerza la intimidad y la atracción marital. Pero aparte de la relación ordenada por Dios entre marido y mujer, la fantasía y el despertar sexual construye una autopista gastada que es difícil de erradicar de nuestras mentes. 131 “Cybersex Addiction. Survey sees ‘Health Hazard,’” The Gazette, May 6, 2000. Kimberly S. Young, Atrapado en la Red (Nueva York: John Wiley & Son, 1998), p. 27. 133 Stephen Watters, Soluciones Reales para Superar las Adicciones a Internet (Ann Arbor, MI: Vine Books, 2001), p. 88. 132 81 Ted Roberts escribió en su libro Puro Deseo: “Cuando estoy ante un buen libro, siempre lo leo con un lápiz que subraya en mano para poder encontrar la información crítica rápidamente en el futuro. De forma similar, nuestro cerebro subraya químicamente ciertos sucesos por alusión instantánea, separando lo significante de lo insignificante. Un aspecto importante de la actividad sexual es un fuerte alivio de adrenalina y endorfina, que es la causa del por qué los sucesos sexuales quedan impresos en el cerebro.” 134 ¿Estás ejercitando tu mente? ¿En qué estás pensando? ¿Estás desarrollando una novela mental abierta o estás pensando en lo que es verdadero, noble, correcto y puro? Sin comprobar, la fantasía del mismo sexo en tu imaginación te conducirá a otras formas de fantasía y adicción. Esa es la cadena natural de acontecimientos. MASTURBACIÓN Y FANTASÍA Aunque no he encontrado una mención específica a la masturbación en la Escritura, no vamos a fantasear claramente sobre los otros. Los cuerpos de las mujeres fueron diseñados para tener una libido mayor durante el momento del mes en que estamos ovulando. En el matrimonio y durante los años de tener hijos, este ciclo natural del cuerpo de una mujer le facilita concebir un hijo. Si somos solteras, ese puede ser un momento del mes difícil para nosotras, aunque la masturbación no sea una práctica común en nuestras vidas. En el proceso de buscar ayuda, varias mujeres me han hablado en confidencia sobre el asunto de la masturbación. En vez de tratar simplemente de las hormonas del ciclo menstrual mensual, estas mujeres luchaban con la masturbación compulsiva –a veces diaria, a veces varias veces al día. Una mujer me dijo que lo hacía más si estaba aburrida o decepcionada. El tema de adicción tradicional HALT encaja en su conducta perfectamente: Hambrienta, Enfadada, Sola o Cansada desencadenaba su compulsión. PORNOGRAFÍA LÉSBICA Y SEXO POR INTERNET Si no se trata la fantasía en nuestras mentes, puede conducirnos a alquilar películas pornográficas, a conectarnos con pornografía en Internet o si no a complementar nuestras propias fantasías personales con las de otra persona. Esto aviva la adicción sexual a la pornografía. Se requieren cada vez más pasos para conseguir la misma respuesta erótica. “Internet está revolucionando la sexualidad,” decía Al Cooper, director clínico de una clínica de sexualidad de San José, California. Dijo a los psicólogos que el sexo cibernético está cambiando la definición de compulsión sexual “de la misma forma que la cocaína crack cambió el campo del abuso de drogas.” 135 Aquí hay un par de preguntas a considerar: ¿Hasta qué punto estás consolidada en la utilización de los materiales? ¿Te has dado cuenta de la necesidad de más contenido sexual para conseguir el mismo resultado? ¿Has evolucionado de porno suave a materiales de más dureza? La pornografía, ya sea en revistas, libros o en Internet, suele atraer con más facilidad a las mujeres que quieren mantener su distancia de la verdadera intimidad y de las relaciones verdaderas, incluyendo quizás a mujeres que están luchando con deseos pero no quieren 134 135 Ted Roberts, Puro Deseo (Ventura, CA: Regal Books, 1999) p. 32. “Cybersex Addiction: Survey sees ‘Health Hazard,’” The Gazette, 6 de Mayo de 2000. 82 llevar una doble vida. La pornografía también puede incitar a las luchadoras sordas debido a sus problemas inherentes de comunicación en las relaciones interpersonales. NOVELAS LÉSBICAS Y CHAT ROOMS Las novelas románticas de los grandes almacenes han estado dirigidas durante mucho tiempo a mujeres lectoras que buscan una huida romántica de los aspectos aburridos de la vida. El volumen de ventas de novelas románticas debe ser asombroso. Siempre parece haber una novela romántica orientada hacia las mujeres en la lista de los libros más vendidos. Las novelas lésbicas y la escritura creativa tienden a tener contenidos muy sexuales y centrarse en la relación erótica de la pareja. Las escritoras lesbianas están utilizando el mismo atractivo que las novelas románticas heterosexuales pero son más gráficas en los contenidos y se dirigen a la mujer con atracción hacia el mismo sexo. Recuerda, la base de toda la sexualidad femenina está enraizada en la relación. Así es cómo fuimos diseñadas. Las novelas románticas avivan un sentido de relación con un atractivo de ilusión ficticia a un sentido pervertido de nuestra feminidad. Eso contrasta con la conducta de algunos hombres gay que mantienen encuentros sexuales anónimos con otros hombres en un parque, un baño de un centro comercial o baños públicos sin ni siquiera saber el nombre del otro hombre. Yo especularía que las mayoría de las mujeres no considerarían nunca esta forma de expresión sexual –incluso en los trances de la adicción. No, los baños públicos y los clubs de sexo lésbico son todavía la minoría de la experiencia lésbica debido al vestigio de nuestro diseño original para la relación. PASOS PARA SUPERAR LA ADICCIÓN SEXUAL Para experimentar la libertad de la adicción, debemos afrontar la verdad y admitir que somos adictos sexuales. Este es el primer paso valiente en el camino hacia la salud sexual. Decir la verdad es poderoso y requiere acción. También es una lección de humildad. Por esta razón, un prerrequisito importante es, como escriben Stephen Arterburn y Fred Stoeker, “Has decidido que la esclavitud de tu pecado sexual no merece tu amor al pecado sexual.” 136 Segundo, debemos hablar con alguien más en quien confiemos. La confesión, no el silencio, puede romper el ciclo. Cuando hablamos con otra persona, debemos utilizar el lenguaje clínico (pechos versus tetas) y no entrar en detalles gráficos de lo que hemos hecho. ¡Nuestro objetivo debe ser conseguir ayuda y no darle a otra persona una imagen mental que tratar posteriormente! El silencio y la privacidad mantienen la adicción, por lo que la confesión y el compartir es un paso muy importante para superar la adicción sexual. Tercero, con la ayuda de un buen psicólogo cristiano de adicciones, debes comenzar el proceso de reconocer tus patrones de adicción y romperlos. Al principio, esto puede ser tan difícil como detener una locomotora poderosa. Pero el cambio se facilita con la práctica y pequeños éxitos aquí y allí. Aprenderás por medio de este patrón que tu adicción puede ser controlada. Pedirle a Dios que te muestre tus puntos de detención a través de tu ciclo puede servir de mucha ayuda. Reza y espera las emociones o circunstancias que desencadenan el comienzo del proceso. Pide la fuerza para resistir –y celebra tus éxitos. Al principio, puede que tengas problemas para reconocer los pasos que te conducen a actuar sobre tu conducta adictiva pero con el tiempo te darás cuenta fácilmente de los pasos progresivos en tu pensamiento. Date cuenta de las causas subyacentes de tu adicción. Por ejemplo, ¿estás evitando una realidad incómoda, temiendo el rechazo en tus relaciones o haciéndole frente al dolor sin resolver de tu pasado por medio de la adicción sexual? Stephen Watters afirma que “las 136 Arterburn et al., La Batalla de Cada Hombre, p. 71. 83 adicciones sexuales con frecuencia van unidas al abuso sexual. El Dr. Patrick Carnes estima que más del 80 por ciento de los adictos al sexo sufrieron abusos sexuales en algún punto de sus vidas.” Marnie Ferree, psicóloga del área de adicciones sexuales en la mujer, señala que “la adicción sexual femenina con frecuencia va unida a los desórdenes de intimidad avivados por la carencia de crianza, además del abuso sexual y traumas de relaciones del pasado y del presente.” 137 Finalmente, si lo has intentado todo de forma consistente durante al menos un año y continúas cayendo en las mismas trampas y conductas de forma rutinaria, puedes considerar pedir a cristianos maduros que se dediquen en un cierto momento y lugar a rezar contigo. Todo lo que implica debe prepararse con ayuno y oración ( a no ser que exista una condición física que los limite de esto). Llega esperando que Dios te dé ayuda sobrenatural más que esperando que los que recen tengan las respuestas. Durante la sesión de oración, deja oralmente tu conducta (2 Corintios 4,2) y ofrece tus preocupaciones al Señor. Luego espera y escucha. Finalmente, pídele a Dios que quite el poder del obstáculo y que te bendiga de las formas que sólo Él puede. Después de una sesión de oración como esta, una amiga mía salió con una libertad nueva. “Nunca antes supe que tenía una alternativa. Es como si se encendiese una bombilla. ¡Ahora puede que la tentación no haya desaparecido completamente pero sé que se me ha devuelto el poder de elegir!” UNA PALABRA FINAL DE ÁNIMO Stephen Watters articula bien por qué debemos comprometernos con los demás y no desconectarnos en la fantasía y la adicción. “La huida, el colocón, el sentido de control, el efecto de adormecimiento –cualquiera que sea que te hayas encontrado buscando- está robándote una gran experiencia. Pero no está solamente robándote una alegría real; está robándote la alegría que sigue al dolor. Las mejores experiencias de la vida implican superar desafíos, resolver conflictos, hacer esfuerzos y sacrificios. Las adicciones no te producen dolor y sacrificio –te animan a tomar el camino de mínimo esfuerzo. La solución está en superar el problema, no en evitarlo.” 138 137 Watters, Soluciones Reales para Superar las Adicciones a Internet, 66. Patrick Carnes, Out of the Shadows :Understanding Sexual Addiction (Center City, MN: Hazelden Information Education, 1992), xiii. 138 Watters, Soluciones Reales para Superar Adicciones a Internet, p. 169. 84 CAPÍTULO 8 AMISTADES FEMENINAS SANAS ANSIA DE INTIMIDAD Desde la infancia a la adultez, la mujeres necesitan contacto con los demás para sentirse realizadas. Idealmente, un sentido de intimidad sana se establece primero en la relación de una chica con su madre, luego su padre, hermanos, otros miembros de la familia y finalmente sus amigas. De relaciones sólidas y afirmantes, obtiene un sentimiento de su propio valor y competencia y el sentido de que se puede confiar en los demás. Muchas de nosotras, sin embargo, nos perdimos estos elementos fundamentales de nuestros primeros años. Si este es el caso en tu vida, te animo a perseverar y a luchar para conseguir lo que se perdió pronto en el pasado. El mismo Dios puede reconstruir esa base en nuestras vidas pero nosotras no podemos sentarnos pasivamente y esperar a que nos cojan de la mano las relaciones y habilidades doradas que tanto deseamos. En vez de ello, tenemos que buscar activamente la salud y la plenitud. Mike Haley dijo en una sesión general de la conferencia de Exodus International del año 2002 que una de las cinco características de las personas que tienen éxito en superar la homosexualidad es que sus acciones son diferentes de las que abandonan el proceso de cambio. 139 Lo elaboró diciendo: “Estas personas realizan todos los esfuerzos para obedecer a Cristo,” refiriéndose a 2 Pedro 1,5-9. También citó a Jeff Konrad, autor de No Tienes que Ser Gay: “Estas personas toman la iniciativa y no son reactivas.” Con independencia de nuestras luchas sexuales, nuestro sentido de seguridad que se deriva de la temprana infancia (o nuestra carencia de él) puede impactar en nuestra capacidad de relacionarnos confidencialmente con la autoridad y con cualquier persona que conozcamos. La Dra. Brenda Hunter, psicóloga de mujeres con Minirth-Meier New Life Clinic explica en su libro titulado En Compañía de Mujeres: Finalmente, tengo que decir al principio de nuestro camino juntas que no siempre me he sentido cómoda en compañía de mujeres. Aunque Granny me enseñó que la intimidad era posible, mi madre me enseñó que la intimidad hacía daño. Para mi madre, ella misma huérfana de madre, la intimidad era igual a pérdida y abandono –un legado que me dejó. Fue sólo en mis cuarenta años cuando traté con esta relación temprana y poderosa. Y, después de mucho trabajo duro y no poca curación, he llegado a mi lugar presente en la vida en el que soy rica en amigas, cercana emocionalmente a mi marido y a mis hijas, y en paz con mi madre y conmigo misma. Cuando he crecido en más auto-aceptación, he llegado a valorar los grandes regalos que se dan mutuamente las mujeres. Mi amiga Heidi Brennan lo resumió cuando dijo: “ Para que te guste tu sexo, tienes que gustarte a ti misma.” 140 Aceptar lo que tu madre tuvo que ofrecerte es también una clave para la superación. Ella pudo haberte educado de forma inadecuada pero la curación procede de la identificación con cómo pudo amarte. Si un rasgo común de las mujeres que sienten atracción hacia el mismo sexo, como se dijo en el capítulo 3, es desvincularse de sus madres, entonces una ruta de curación es perdonarla y aceptar lo que pudo dar. Las mujeres que sienten la atracción hacia el mismo sexo no son las únicas que afrontan este desafío. Otras muchas se han encontrado con este mismo proceso en su camino a la madurez como mujeres. La Dra. Hunter cuenta el proceso por el que pasó: “Y, como 139 Michael Haley, “Enduring Freedom,” discurso general en la Conferencia de Exodus International de 2002. 140 Brenda Hunter, En Compañía de Mujeres, (Sisters, OR: Multnomah Books, 1994), pp. 28-29. 85 descubrí cuando pasé por el anhelo de mi propia madre, una vez que superamos nuestro propio resentimiento y aceptamos lo bueno que nuestra madre nos dio, nos sentimos mejor con nosotras mismas y con nuestro sexo.” 141 Muchas de nosotras que tratamos con la atracción hacia el mismo sexo, hemos tenido necesidad de conectar con otras mujeres íntimamente pero a veces la cercanía que comenzamos a experimentar como adultas puede confundirse con sentimientos sexuales. Algunas mujeres han optado por evitar relaciones con otras mujeres para prevenir sentimientos sexuales que puedan emerger. Tristemente, esto no sólo aísla sino que también crea un pozo de necesidad que puede conducirnos de nuevo eventualmente a la intimidad lésbica. En vez de eso, si aceptamos amistades femeninas y encontramos nuestro sitio en la comunidad más amplia de las mujeres –iglesia, trabajo, intereses sociales e interacción con la cultura en que vivimos- encontraremos más intereses comunes con otras mujeres de los que esperamos alguna vez. Sentirte segura y contenta de ser “simplemente otra mujer” solucionará en sí mismo mucho de nuestra atracción hacia el mismo sexo. Las mujeres serán desmitificadas y también encantadoras de una forma nueva. Entonces se nos darán ojos nuevos para ver encanto en las relaciones con mujeres, como dicen las escritoras Dee Brestin y Brenda Hunter en sus libros sobre las relaciones femeninas piadosas. BLOQUES DEL CAMINO A LA INTIMIDAD SANA CON MUJERES Cuando, en mi encuesta, pedí a las mujeres con atracción hacia el mismo sexo que identificasen los aspectos más desafiantes de superar el lesbianismo, una mayoría respondió que la soledad. La segunda respuesta más alta fue “echar de menos la intimidad sexual con una mujer.” 142 Estas dos respuestas revelan que la intimidad es el deseo del corazón lésbico. Quizás la intimidad sexual sea la única forma en que las mujeres pudiesen sentirse conectadas emocionalmente con otra mujer. LA HISTORIA DE ALYSSA Alyssa creció en una familia fuertemente religiosa del Medio Oeste. En efecto, sus padres se habían mudado a la pequeña ciudad para ayudar a implantar una iglesia. En el instituto Alyssa “se sentía diferente” y luchó con la atracción hacia el mismo sexo en la universidad. Rezaba para liberarse de sus atracciones pero nunca se lo dijo a nadie. Al final de la universidad, conoció y se casó con su esposo, Eric. De forma secreta, esperaba que el matrimonio y la familia le solucionarían su batalla de toda la vida con la atracción hacia las mujeres. “Estaba segura de mi completa curación, hasta poco después de que nos casamos. Luchaba contra los pensamientos, emociones y atracciones. Todavía mantuve mi silencio y Dios también. Siempre estaba sola; nadie me conocía. Como consecuencia, nunca me sentí amada realmente. Yo era la que ellos –familia y amigos-querían que fuese. Pero nunca conocieron a mi yo verdadero...cómo me sentía, contra lo que luchaba, lo que deseaba. Estaba convencida de que si lo supiesen, no me iban a querer.” Alyssa se encontró en una forma de confinamiento solitario que fue terriblemente doloroso. En vez de compartir sus luchas antes en su vida y obtener apoyo de los demás, su elección de guardarlo para ella misma la aisló todavía más. Como no podía darse a conocer (“el yo verdadero”) a los demás que la querían, ella no podía recibir su amor. Y ahora, era esposa y madre de hijos pequeños. Estaba en juego mucho más que cuando era soltera. 141 142 Ibid., p. 76. Un resumen de mi encuesta está en el Apéndice B. 86 EXCLUSIÓN DEFENSIVA Esta forma de confinamiento solitario emocional o relacional se ha llamado “exclusión defensiva.” Bob Davies y Lori Rentzel, en su libro Salir de la Homosexualidad, define la exclusión defensiva como “Cuando nos cerramos de forma auto-protectora a las relaciones íntimas.”143 La exclusión defensiva es común entre las mujeres con atracción hacia el mismo sexo. Casi un tercio de las mujeres que entrevisté “tienden a evitar desarrollar amistades con mujeres.” 144 Para imaginar lo que es la exclusión defensiva, piensa en un embalse. Nuestras necesidades de relación son el agua que fluye y la exclusión defensiva es el embalse que contiene a nuestras necesidades. Debido a nuestra incapacidad, temores o rechazo previo en las relaciones, podemos detener el fluir de la intimidad en nuestras vidas. Esta muralla se construye para protegernos de la verdadera vulnerabilidad con los demás y crea gran presión – soledad, tristeza y depresión. Este es el estado en que Alyssa y tantas de nosotras nos hemos encontrado. Dependiendo de nuestra solución de no permitir entrar nunca a nadie, el embalse puede quedarse en el lugar durante algún tiempo. En efecto, puede haber estado allí durante tanto tiempo –quizás desde la infancia- que puede que no seamos conscientes de que estamos excluidas de forma defensiva. Bob Davis y Lori Rentzel describen también la exclusión defensiva de esta forma: “La mayoría de nosotras que luchamos con la exclusión defensiva somos las últimas en creer que tenemos un problema. En efecto, tendemos a ser las únicas que estamos orgullosas de no tener problemas. Si algo nos mete en problemas, nos sentimos seguras de poder manejarlo nosotras solas.” 145 LA FALSA INTIMIDAD DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL Si la exclusión defensiva es la muralla del embalse, la dependencia emocional es la tendencia a abrir las compuertas cuando encontramos finalmente a alguien en quien podemos confiar. Las dos están relacionadas, como las caras opuestas de una moneda. Eventualmente alguien que está excluido girará hacia el vínculo pero sin las habilidades para unirse de forma adulta y sana. Lori Rentzel, autora del panfleto Dependencia Emocional, define la dependencia emocional como que tiene lugar “cuando se cree que es necesaria la presencia continua y nutriente de otra persona para la seguridad personal.” 146 La Señora Rentzel describe algunos síntomas de la dependencia emocional: (Una) ve a las demás personas como una amenaza a la relación, prefiere pasar tiempo sola con esta amiga y se queda frustrada cuando no sucede esto, se enfada o se deprime de forma irracional cuando la otra se retira ligeramente, pierde interés en otras amistades, experimenta sentimientos románticos o sexuales que conducen a la fantasía sobre esta persona, no tiene voluntad de hacer planes a corto o a largo plazo que no incluyan a la otra persona... Y la lista continúa. 143 Bob Davies y Lori Rentzel, Salir de la Homosexualidad: Nueva Libertad Para Hombres y Mujeres (Downers Grove: InterVarsity Press, 1993), p. 108. 144 Un resumen de mi encuesta en Apéndice B. 145 Davies y Rentzel, Salir de la Homosexualidad, p. 108. 146 Lori Rentzel, Dependencia Emocional (Downers Grove, IL. InterVarsity Press, 1990), p. 7. 87 Considera esta ilustración de las propiedades como un embalse de la dependencia emocional. La presión de las necesidades relacionales aumenta con el tiempo y eventualmente viene una mujer que es sensible y empática o tiene otras características que admiramos y decidimos confiar en esta mujer. Quizás es sana en su vida personal y sube al embalse con un cuartel de bomberos. En vez de cumplir una pequeña cantidad de necesidades de relación, la persona con exclusión defensiva girará a la dependencia emocional, abriendo un maremoto de necesidades de relación. Por lo que la nueva amiga más que encontrar una relación sana e interdependiente, encuentra una muralla abrumadora de agua apunto de ahogarla. En este punto, si la amiga es razonablemente sana, puede soportar y poner límites en la relación (una reacción ideal), o puede echarse atrás completamente. La mujer en quien se confía puede decirse a sí misma: Voy a ser tragada por esta inmensidad de necesidad. En un esfuerzo por preservar su propia vida, huirá. La reacción común de la persona herida con una reserva de necesidades de relación es decir: “¡Mira! Sabía que no podía confiar en los demás.” Y así, el ciclo auto-protector de la exclusión defensiva comienza de nuevo hasta que la presión sube hasta el límite. Por otra parte, si esa mujer en quien se confía está ella misma necesitada de sus propias únicas maneras, puede sentirse halagada por la atención y exclusividad, y puede conducir eventualmente al pecado sexual. Volvamos a la historia de Alyssa para oír lo que esto parece en la vida de una mujer. “Fue en medio de ese dolor y soledad cuando Nicole entró en mi vida. Nuestros hijos tenían la misma edad, ella y su marido amaban al Señor y teníamos muchos intereses comunes. Era segura, la persona más segura que había conocido. De ella manaba compasión –realmente amaba y aceptaba (a los demás) donde estuviesen. Fue de seis a nueve meses después de hacernos amigas cuando le hablé sobre mis luchas. Mantuve la respiración pero nunca me condenó. En vez de ello, me preguntaba, me quería y rezaba por mí. Como puedes imaginar, Nicole se convirtió en la persona más importante de mi vida. Después de todo, conocía a mi yo “real” y todavía me quería. Fue la primera aceptación genuina que había experimentado en mis 39 años de vida.” Su relación se estableció esencialmente desde la idolatría o dependencia de la amistad desde el comienzo ya que Nicole era la única persona que conocía a la auténtica Alyssa. Ni siquiera al marido de Alyssa se le había dado la oportunidad de conocerla tan profundamente. Cuando leí la carta de Alyssa más adelante, no me sorprendió encontrar que habían mantenido relaciones sexuales. “Durante los últimos dos años,” escribió Alyssa, “nuestra amistad se convirtió en un lío emocional insano... Yo dependía de ella en cada situación. Buscaba su opinión y le decía mis pensamientos más íntimos. Debido a esta intimidad, periódicamente hemos permitido que esta relación entrase en dimensiones físicas inadecuadas.” Gracias a Dios, hoy Alyssa se está liberando de su prisión interior. A través de su búsqueda desesperada de ayuda y cambio, confió en su marido, padres, pastor y otra mentora cristiana. Su muro de silencio se ha roto y está recibiendo corrección y amor de un número de fuentes. Debido a su error, está siendo liberada –para vivir honestamente y salir de su confinamiento solitario. AMISTADES FEMENINAS SANAS “Está bien,” dices. “Me has convencido de que evitar relacionarme con mujeres es una mala idea y que depender demasiado de cualquier persona no es sano. Ahora, ¿cómo desarrollo amistades sanas con otras mujeres?” En el resto de este capítulo aprenderemos cómo establecer amistades sanas. Descubriremos algunas de las herramientas que te 88 capacitarán para tener expectativas razonables en tus amistades femeninas y que te ayuden a evitar abrumar a las demás con avalanchas de necesidades de relación. En el verano de 2002, di una clase sobre amistades femeninas sanas con una querida amiga, Lori Leander. Yo estaba especialmente emocionada debido a su perspectiva distintivamente heterosexual y también porque ha aprendido mucho en sus relaciones con mujeres –los riesgos y recompensas. Enfatizó en la clase: “Las buenas amigas están verdaderamente entre los grandes tesoros de la vida pero tienes que discernir sobre a quien permites entrar en tu círculo íntimo.” Continuaba Lori: “En cualquier momento en que te hagas vulnerable a una amistad con sentido, te haces vulnerable a un dolor potencial. Eso es inherente a ser vulnerable a otra persona. Sin embargo, debe ser un riesgo calculado.” NIVELES DIFERENTES DE AMISTAD No toda relación será o debe ser íntima. El mismo Jesús, Dios en la tierra, tuvo diferentes niveles de relaciones con la gente. Se relacionó con multitudes, su grupo mayor de discípulos, los 12 discípulos elegidos y Su círculo interior de los tres discípulos más íntimos. Yo comparo estos diferentes grupos con conocidos, amigos, buenos amigos y amigos íntimos. CONOCIDAS En la vida de Jesús, los conocidos podían ser consideradas las personas que le habían oído hablar o que habían compartido un milagro de multiplicación de los panes cuando dio de comer a 5000 personas (Mateo 14,14-21). Esta esfera más externa de las relaciones puede incluir a cientos de personas, de gente que reconoces en la iglesia a gente que encuentras en las tiendas. Este contacto preliminar con los demás puede progresar o no hacia la amistad. Puedes ser amistosa con ellas, pero no las conoces bien ni ellos a ti tampoco. AMIGAS El segundo grupo de relaciones podría considerarse como amigas. Hemos hecho un intento deliberado de llegar a conocer a estas personas y ellos también de forma recíproca hasta cierto grado. Iniciar amistad entre mujeres es ir más allá que simplemente acoger a otra mujer a un contacto intencional: tomar café juntas, cenar en un pequeño grupo o visitarse después del estudio de la Biblia. El compromiso interpersonal es mayor pero no significativo. Estas mujeres pueden ser amigas con las que creciste o colegas con las que te tomas un café en el descanso. Este es el tipo de relación que Jesús pudo haber tenido con todos sus seguidores. Algunos de sus discípulos no fueron firmes y huyeron cuando comenzó a hablar de las verdades más difíciles (Juan 6,41-66). Fácilmente puedes tener diez o más amigas de este segundo nivel. Este tipo de amistad es necesaria como un trampolín para las que posteriormente serán amigas más íntimas. Es un lugar bueno y relativamente seguro para examinar y evaluar las cualidades de tu relación antes de establecer cualquier compromiso a largo plazo. Quizás la amiga entrará en el siguiente grupo en algún punto –buenas amigas- o puede que no. Lo maravilloso de esta etapa es que los riesgos no son muy altos debido a que ambas se han tomado tiempo para llegar a conocerse mutuamente. BUENAS AMIGAS Las buenas amigas se desarrollan con bastante frecuencia como un cruce de vidas y / o intereses. Puedes tener el placer de tener cinco o más amigas de esta calidad de compromiso 89 y confianza. Al desarrollar buenas amistades, puedes encontrar que ambas disfrutan con el mismo tipo de películas, hobbies similares, intereses de trabajo, profundidad similar de compromiso con Dios o podéis estar pasando por etapas similares en vuestras vidas, por ejemplo: soltería, criando niños o la madurez. Cuando hice la pregunta ¿Has tenido éxito al establecer relaciones sanas de largo tiempo con otras mujeres?, tres cuartos de las mujeres que entrevisté respondieron que sí. Cuando pregunté que qué les había ayudado a establecer esas relaciones, dos tercios respondieron que su “pequeño grupo de socias.” 147 Casi una mitad respondió que los grupos de estudio de la Biblia habían sido clave para llegar a conocer a otras mujeres. En esos marcos, las vidas de la mujeres pueden cruzarse más de una vez y pueden conocer las cualidades y puntos de vista mutuos en un lugar seguro concretándose durante un periodo de tiempo antes de decidir ser vulnerables una con la otra. Las buenas amigas son increíblemente valiosas: Puedo elegir hablar de forma selectiva con mis buenas amigas sobre mis miedos más profundos, mis problemas matrimoniales o con los hijos. Pasar de ser conocida a ser amiga y luego a ser buena amiga lleva tiempo –quizás un año o más. Las verdaderas buenas amigas no se desarrollan ni de la noche a la mañana ni durante una serie de semanas. El compromiso crece en un periodo mucho más largo de tiempo. Los doce discípulos pudieron haber sido buenos amigos de Jesús. La traición de un buen amigo, como Jesús fue traicionado por Judas, es muy dolorosa. El Rey David escribió sobre el mismo dolor: “Incluso mi amigo, en quien confiaba, que compartía mi pan, ha levantado su talón contra mí” (Salmo 41,9). En momentos de dureza, tragedia personal o de éxito, vemos las cualidades más auténticas de nuestros amigos. Los Doctores Les y Leslie Parrot citan a Churton Collins en su libro Relaciones 101: “En la prosperidad nuestros amigos nos conocen, en la adversidad nosotros conocemos a nuestros amigos.”148 Y el libro de los Proverbios declara: “Un amigo ama en todo tiempo y un hermano nace para la adversidad” (Proverbios 17,17). AMIGAS ÍNTIMAS Las amigas íntimas son una categoría especial de su propiedad. Con aproximadamente tres amigas íntimas, nuestro círculo de intimidad se llena rápidamente. Si eres casada, tu marido debe estar dentro de ese círculo. Si consideramos que tenemos más de tres o cuatro amigas íntimas que encajan en nuestras vidas en cualquier momento, probablemente estamos malinterpretando el nivel de nuestras amistades. Proverbios 18,24 afirma: “Un hombre de muchos amigos va a la ruina”. Una vez más, la verdadera intimidad requiere tiempo para conocerse, seguridad para compartir confidencias y libertad para pedir consejo o perspectiva. ¡Evaluar cómo proceder en el desarrollo de amistades antes de lanzarse es esencial! Desafortunadamente, en el caso de las mujeres con atracción hacia el mismo sexo, podemos conducir apresuradamente a alguien de ser conocida a ser amiga íntima. En efecto, intentar una maniobra así en el primer encuentro no deja de escucharse. Si sucede esto, ten cuidado – la dependencia emocional puede conducir rápidamente a algunas consecuencias inesperadas: celos, envidia, ira y depresión. Las verdaderas amigas íntimas son imperecederas. Tengo varias amigas por el país a las que considera amigas íntimas. Pueden pasar semanas o meses entre nuestras conversaciones pero siempre parecemos cogerlas donde las dejamos y rara vez pasamos un momento difícil introduciendo una conversación cómoda y con frecuencia vulnerable. Julie es un ejemplo perfecto de una amiga así. Cuando la llamo por teléfono o ella me llama a mí, parece que no ha pasado el tiempo entre las conversaciones. Podemos apoyarnos y querernos 147 148 Un resumen de mi encuesta está en el Apéndice B. Parrott y Parrott, Relaciones 101, p. 23. 90 mutuamente aunque estemos a cinco estados de distancia. Esto no significa que debemos ignorar a nuestras amigas más íntimas, porque como escribe Parrotts, “Incluso las amistades fuertes requieren regarse o seguramente se marchitarán o desaparecerán.” 149 En la vida y ministerio de Jesús en la Tierra, quizás los tres discípulos –Pedro, Santiago y Juan- encajan en ese círculo de amigos íntimos. Estos fueron los tres que Jesús seleccionó específicamente para que le acompañasen al Monte de la Transfiguración en Marcos 9,2-4. Allí los tres vieron a Jesús en Su gloria –No estuvo oculto sino que más bien fue revelada Su autoridad. ¿QUÉ TAL LAS MEJORES AMIGAS? Como explicaba mi amiga Lori en la conferencia de Exodus de 2002: “Incluso desde un punto de vista heterosexual, en verdad no es una buena idea tener a una persona coronada como tu mejor amiga. Cada amiga es un don y enriquece nuestras vidas de formas diferentes. Segundo, si tienes de tres a cinco amigas y coronas a una como tu mejor amiga, ¿qué sucede con las demás? Probablemente comenzarán a echarse atrás y a no invertir en tu relación. Y finalmente, como otras mujeres se están echando atrás, eso os deja a ti y a tu “mejor amiga” aisladas en vuestra relación.” Desde una perspectiva ex–gay, buscar constantemente una mejor amiga como solución a las necesidades de relación nos señala directamente como que hemos regresado a la dependencia emocional (que podría llamarse también idolatría de la amistad). Recuerda el ejemplo del embalse versus la presión de relación normal de un cuartel de bomberos. Las mujeres que superan la atracción hacia el mismo sexo pueden creer que lo que necesitan es la intimidad con una mujer. Pero no debemos adorar a otra criatura imperfecta como la solución a todas nuestras necesidades. Te dices de forma secreta: Si simplemente pudiese encontrar a esa mejor amiga, ¿me quedará satisfecha? Si es así, en vez de buscar la mujer perfecta, busca a la única persona perfecta –El Mismo Dios. Proverbios 18,24 explica: “Hay amigos más unidos que hermanos.” Bien, adivina quién es esa amiga. ¿Quién soporta la cabeza y lleva a hombros toda la competición? “Porque ¿quién en las nubes se puede comparar con el Señor? ¿Quién es como el Señor entre los seres celestiales? Dios es temible en el consejo de los santos, grande y terrible para toda su corte. Señor Dios Todopoderoso, ¿Quién como tú? Eres poderoso, tu lealtad te circunda” (Salmo 89, 6-8). ¿Sabes que el Señor te llevará a su confianza? Proverbios 3,32 dice: “El Señor aborrece a los perversos pero brinda su confianza a los rectos.” ¿Por qué debes intercambiar semejante intimidad con el Ser más fidedigno, decidido, puro e increíblemente hermoso que existe por la ilusión que ofrece la dependencia emocional? Esto es como intercambiar diamantes por mera gravilla. Como dice Jeremías: “Maldito el que se fía del hombre, y hace de la carne su apoyo, y del Señor se aparta en su corazón... Pero bendito es el hombre que confía en el Señor, pues no defraudará el Señor su confianza. Será como árbol plantado a la vera del agua, que junto a la corriente echa sus raíces. No temerá cuando viene el calor, y estará frondoso su follaje; en año de sequía no se inquieta ni se retrae de dar fruto (Jeremías 17,5. 7-8). 149 Ibid., p. 26. 91 APRENDER A SER AMIGA Realmente, la única forma de tener amigas es serlo para las demás. Pero las habilidades para la amistad no son innatas y nuestras familias puede que no las hayan modelado para nosotras, por lo que tenemos que desarrollarlas conscientemente. Tendremos que aprender de nuestros éxitos y fracasos mientras practicamos estas habilidades críticas. Recuerda que mientras practicamos, las recompensas potenciales son increíbles. Debemos aprender el arte de atraer a los demás con la conversación, escuchando, haciendo buenas preguntas, sirviendo a los demás y manteniendo compromisos. Atraer a los demás con la conversación es en efecto una forma de arte. Algunas de nosotras evitamos pequeñas charlas cuando llegamos a conocer a otros pero eso puede limitar enormemente nuestras interacciones con ellos. Por ejemplo, cuando mis hijos están comenzando un curso escolar, disfruto conociendo a los padres de otros niños de sus clases. Si rehusara a hablar con los demás puede que nunca llegase a conocerlos en absoluto. Estando en cola con otros padres para la matriculación, nos hacíamos preguntas mutuamente como ‘¿En qué clase está tu hijo o hija?’ ‘¿Tienes más hijos?’ Estas preguntas simples pueden conducir a conversaciones más profundas. Tras varias agradables interacciones, progresamos frecuentemente hacia temas de preocupación general para esposas y madres, incluso nos pedimos consejos de madres mutuamente. Y eventualmente, después de llegar a conocernos por medio de conversaciones básicas, empezamos a hablar de nuestros sentimientos. Incluso para comenzar a atraer a las demás en la conversación, debemos participar en actividades que nos coloquen en grupos con los demás. Como señala Brenda Hunter, “Tenemos que buscar nuestros propios intereses. Seremos más felices y estaremos más satisfechos si estamos persiguiendo nuestros sueños y cazándolos más que esperando que venga alguien y valide nuestro valor.” 150 Cuando llegamos a conocer a otras mujeres, no debemos tratar de alcanzar la intimidad muy rápidamente. Compartir nuestras necesidades más profundas o nuestras experiencias más problemáticas no es sabio en las primeras relaciones. Yo lo llamo “vertedero” porque esta práctica hace que los demás se sientan como si les pusieses sacos de arena sobre sus hombros. Escribió la Dra. Hunter. “Sólo la gente necesitada dice secretos de forma indiscriminada.” 151 Escuchar a los demás es una habilidad crítica de amistad. Y esta habilidad va cogida de la mano con hacer buenas preguntas. Como dice mi amiga Lori: “La gente interesante es aquella que está interesada.” En otras palabras, otras personas estarán interesadas en llegar a conocer a una mujer que esté interesada por ellas. Si no escuchamos ni hacemos preguntas de nuestras amigas sino que hacemos un monólogo interminable sobre nuestras vidas, estamos siendo egocéntricas. Amigas potenciales pueden llegar a creer que después de todo no estamos interesadas por ellas. Hacer preguntas es un arte. Se pueden responder algunas preguntas con un simple sí o no; otras sondean sobre cómo piensa o se siente la otra persona sobre algo. Puedes reaccionar a la afirmación de tu amiga sobre algo o sobre alguien preguntando: “¿Por qué te sientes así?” Luego cállate y escucha. No prepares tu frase o pregunta siguiente antes de tiempo. Como dice Proverbios 18,13: “Responder antes de escuchar es necedad y bochorno.” Servir a los demás es otra forma de salir de nuestro propio mundo y nuestros problemas y expresar preocupación por los demás. Envía una nota de ánimo cuando una amiga esté pasando por un momento difícil. Prepara comida para la que esté enferma. Esas acciones pueden ser demostraciones poderosas de preocupación y amistad. Reconocer la amabilidad de 150 151 Hunter, En Compañía de las Mujeres, p. 133. Ibid., p. 134. 92 otra persona es también importante. Las notas de agradecimiento han existido durante generaciones por una razón –reconocen la magnanimidad de otro. Cuando una amiga te invite a cenar a su casa, pregúntale: “¿Qué puedo llevar? o ¿Cómo puedo ayudar?” Si te responde: “Nada,” lleva un regalo por la hospitalidad que le guste –un bote de mermelada, aceite de realce gastronómico o algo simbólico de la estación del año, como un adorno navideño que no sea caro o una vela de calabaza. Algunas mujeres sirven con motivos erróneos pero puede que no sean conscientes de sus sentimientos. Evita regalar lo que tus amigas puedan considerar regalos románticos o caros. Elige otra cosa que no sean rosas o tarjetas declarando tu afecto. Una buena pregunta que debes hacerte es: “¿Cómo me sentiría si un hombre me diese a mí (o a mi amiga) estos regalos?” Otra pregunta que revela motivaciones es: “¿Doy siempre (o con frecuencia) regalos a la misma amiga?” Las amigas también se desarrollan en sus compromisos. Si dices que vas a ir al cine con alguien, cumple tu palabra. Si haces compromisos precipitadamente, aprende a crear algo de tiempo en el proceso. Dile a tu amiga que se lo harás saber más tarde y dale una hora aproximada en la que se lo dirás. No te olvides de llamarla a más tardar a la fecha u hora convenida para informarle de tu decisión. Si declinas la invitación, no tienes que explicar el por qué, sino que cuanto más íntima sea la amistad, más probabilidad tendrás de explicarlo. QUÉ CUALIDADES BUSCAR EN LAS AMISTADES Así que ¿cuáles son las buenas características que hay que buscar en una amiga? En mi opinión, esta es la número uno: Debéis estar dirigidas a la misma dirección espiritual. Si quieres crecer, necesitas amistades con otras mujeres que te apoyen espiritualmente y te ayuden a madurar. La honestidad, la confianza y el compromiso con el Señor son también atributos sólidos que se deben buscar en otras mujeres. Encuentra amigas que rechacen el cotilleo. Como escribió en su libro Dee Brestin, Las Amistades de las Mujeres: “Seremos como nuestras mejores amigas.” 152 Yo valoro otras dos cualidades de carácter en mis amigas. Dicen la verdad, aun cuando no quiero oírla. Se unen a mí en mi dolor, frustración o pena. En otras palabras, valoro las amigas que son auténticas y espero devolverles estas cualidades a mis amigas. “Más valen golpes leales de amigo que besos falaces de enemigo” (Proverbios 27,6). Cicerón escribió en el año 50 B.C.: “Parece que la amistad genuina no puede existir donde una de las partes no tenga voluntad de escuchar la verdad y la otra no esté igualmente dispuesta a decirla.” La reciprocidad o dar y recibir en la amistad es importante. Esto se aplica a conversaciones (la amistad no debe centrarse en los hechos o preocupaciones de una sola persona) además del tiempo y esfuerzo implicado en buscar o mantener la relación. Si una persona siempre está llamando y la otra nunca lo hace, entonces la relación está desequilibrada. Si una persona quiere conducir por la ciudad para visitar a otra pero la otra no quiere bajar la calle, entonces la energía y el esfuerzo no están equilibrados. Cuando una amistad no es recíproca, alguien no se sentirá valorado. Una solución es reducir la velocidad y ejercer menos energía. Otra es preguntarle a la persona sobre la discrepancia. Quizás esté encontrando problemas con la depresión, pérdida de trabajo u otras cosas que le estén haciendo difícil la amistad. O puede que simplemente no esté interesada. Dependiendo de las circunstancias, puedes elegir tener paciencia o simplemente puedes reconsiderar la intimidad que quisieras alcanzar. 152 Brestin, Las Amistades de las Mujeres, p. 102. 93 SEÑALES DE AVISO EN EL CAMINO HACIA LA INTIMIDAD Aquí hay unas “banderas rojas” que deben hacer reducir la velocidad en el desarrollo de una amistad. Cualquiera que no haga caso a estas señales de aviso puede hacerse daño profundamente. Primero, ten cuidado con las que cotillean. Dee Brestin anota este comentario de Gail MacDonald: “Suelo encontrar que si una persona habla fácilmente de otra gente de forma negativa, puedo asumir que va a hacer lo mismo conmigo.” 153 Otras señales a tener en cuenta son los celos y la envidia. En vez de alegrarnos con nuestros éxitos, algunas personas pueden hacerse competitivas con nosotros. En vez de apreciarnos como personas y animarnos en nuestro propio crecimiento personal, alguien que sea competitiva, envidiosa o celosa de nosotras puede buscar atrofiar nuestro crecimiento personal. Los celos constriñen las relaciones y no las enriquecen. Como decía mi amiga Lori, “Si amas a alguien y tienes sus mejores intereses en tu corazón, entonces compartes sus victorias y logros en vez de sentirnos amenazadas por ellos.” Una amiga que es celosa puede buscar aislarnos de otras amistades. Una verdadera amiga no alberga resentimiento cuando tenemos otras amistades íntimas. En su libro En Compañía de las Mujeres, Brenda Hunter identifica esta tendencia como una toxina. “La segunda toxina clave en cualquier amistad es la dependencia asfixiante y pegajosa. Las amigas controlan a las demás “chupándoles la vida.” No podemos buscar amigas para que nos llenen –proporcionarles algo que no poseemos... Sólo cuando aprendemos a amarnos a nosotras mismas y tenemos compasión de nosotras mismas podremos tener amistades sanas.” 154 Como contraste, Lori Rentzel escribe que en las amistades sanas, las dos amigas “... son felices cuando a una amiga le cae bien otra persona. En una buena amistad, deseamos ver que los demás alcanzan todo su potencial, desarrollando nuevos intereses y habilidades.” 155 ACEPTAR LAS LIMITACIONES Y FALLOS DE NUESTRAS AMIGAS “Cuando tienes una variedad de amistades,” decía Lori Leander, “tiendes a presionar menos a una para satisfacer todas tus necesidades. Por lo tanto, puedes aceptar mejor sus debilidades y defectos. Definitivamente, necesitas darles un respiro por ser humanas.” Por ejemplo, si tienes una amiga que tiene dificultades para ser puntual, no cuentes con que va a ser puntual en un acontecimiento importante. Si has oído que tu amiga dice secretos de las demás a sus espaldas, no te sorprendas si lo hace contigo. Este es un ejemplo de señal de aviso en el camino a la intimidad, del que ya hemos hablado. Sin embargo, debes reconocer que tus amigas son personas imperfectas –del mismo modo que tú- y que algunos días sus debilidades pueden verse con más claridad que otros. Soportar las debilidades del otro es más fácil si hemos elegido a nuestras amigas con sensatez al principio. LÍMITES QUE CONSERVAN SANA UNA AMISTAD Como ya hemos visto, debemos aprender a desarrollar las amistades lentamente. Esto es particularmente sensato para la mujer ex–gay. Una mujer que supere la atracción hacia el mismo sexo y que desarrolla amistades sanas con otras mujeres puede experimentar confusión entre la emoción de la relación y la atracción sexual. En ese caso, la mujer tiene que tomarse 153 Ibid., p. 91. Hunter, En Compañía de Mujeres, p. 152. 155 Rentzel, Dependencia Emocional, p. 9. 154 94 con bastante calma la amistad para no estimular esos antiguos sentimientos. Necesitará tiempo para revisarlos. Cuando hacemos amigas nuevas, debemos tomarnos tiempo para mantener amistades queridas y establecidas. Invierte en tus relaciones actuales. Cuida a otras amigas de forma separada y mantén tu individualidad. Una base amplia de amistades te ayudará en tus momentos de tentación y atracción. Recuerda también no confiar en tu amiga que estás luchando con tu atracción hacia ella. Puedes volver a ver este tema en el capítulo 7, Superar la Tentación. Las razones están probadas y son verdaderas. LA EXPERIENCIA DE JENNA Jenna es una mujer que conocí en mi trabajo de investigación. Es de la Costa Este y tiene treinta y tantos años. Aunque ha luchado durante la mayor parte de su vida con la atracción hacia el mismo sexo, Jenna no ha expresado nunca esos sentimientos. Después de consultarme, comenzó a ver a una terapeuta cristiana para trabajar honestamente sus sentimientos. De alguna forma, se encuentra en el comienzo de su proceso en el tratamiento de su atracción sexual mantenida durante tanto tiempo hacia las mujeres. Jenna me describió sus sentimientos confusos: “Parece que mis sentimientos lésbicos son más de un problema de intimidad que de sexualidad. Pero estoy tan confundida por ello, Anne. He desarrollado un vínculo muy fuerte con Olivia (su terapeuta), porque creo que dijiste que sería bueno para trabajar estos sentimientos. Pero a veces mis sentimientos pueden ser espantosos porque son muy fuertes. Pero sé que son tan irreales, en el sentido de que no son y que no pueden ser verdad. Olivia nunca será mi madre. Y no es sólo ella... ha habido un modelo de mujeres que me atrae, de personalidad sensata, gente que admiro. Ahora mismo son Olivia y otra amiga de la iglesia. Con Olivia, sólo hablar de mis sentimientos o de nuestra relación... bien, a veces apenas puedo pensar. Vuelvo a la edad de tres años y me siento cautivada por la idea de estar cerca de ella. Lo que me confunde es que a veces tengo esos sentimientos fisiológicamente y luego parecen sentimientos “sexuales.” Por lo que me siento arrastrada, me siento segura con ella como una niña de tres años pero luego tengo esos otros sentimientos que vienen con ello. No tengo la intención de tener sentimientos sexuales y no estoy pensando de forma sexual pero ahí están.” Animé a Jenna diciéndole que esto es un proceso normal en el tratamiento de la atracción hacia el mismo sexo y que debería revisar sus sentimientos. Su ansia de intimidad y conexión con una cuidadora segura a una edad muy temprana no había sido satisfecha. Esos deseos todavía estaban con ella a sus treinta y tantos años, revueltos con sentimientos adultos de admiración, emoción y adrenalina, que estaban desencadenando una reacción sexual. En un sentido, Jenna era al mismo tiempo una niña de tres años y una mujer inteligente, articulada y cultivada. Pero mientras perseveraba en el desafío de relacionarse con su terapeuta y la mujer de la iglesia, comenzó a desenredar sentimientos que habían estado bien conectados durante todos sus años de adultez. Comenzó a sentir, a llorar lo que había perdido en esa edad tan temprana y a tratar con los deseos de su niña pequeña. También comenzó a comprender su necesidad de intimidad emocional con otras mujeres como parte de su naturaleza diseñada por Dios. Christine Sneeringer, que había sido lesbiana y ahora es directora de un ministerio de Exodus en Florida, lo puso de esta forma: “Si notas algo sobre otra mujer –como que es bonita o que su personalidad es muy atractiva –la idea que puede seguir inmediatamente es “Arggh, soy lesbiana.” En otras palabras, Christine está haciendo mención a la confusión de admiración y la atracción sexual. 95 Christine recuerda su primera amistad íntima después de dejar la forma de vida lésbica: “Mi primera amiga íntima heterosexual fue la más dura. Era lo más desafiante porque daba miedo darse cuenta de que mientras más intimábamos, no tenía nada que comparar de esta intimidad con mis anteriores relaciones lésbicas. Una vez, esta amiga y yo salimos a comer después de salir de la iglesia y miré sus ojos y pensé: Tiene unos ojos preciosos. Me llevó algo de tiempo darme cuenta de que las mujeres heterosexuales hacen cumplidos y admiran a otras mujeres heterosexuales. Ahora me doy cuenta de que otras mujeres se admiran y se hacen cumplidos mutuamente todo el tiempo –“Estás estupenda,” o “Estás radiante hoy.” En el pasado, me habría sentido como una lesbiana al darme cuenta de la belleza de una mujer. Con estas ideas en mente, date tiempo para revisar los sentimientos revueltos de admiración y atracción. La admiración es confundida comúnmente simplemente porque siempre hemos hecho antes ese salto. Ahora, más de 15 años después de comenzar a trabajar esos sentimientos revueltos de atracción lésbica, noto que las mujeres se admiran mutuamente todo el tiempo, forjándose mutuamente en conversaciones casuales. Con frecuencia hago cumplidos a otras mujeres sobre su ropa, el color de sus ojos u otro rasgo atractivo. Una noche asistí a una sinfonía de Navidad con mi marido y llevaba puesto un elegante vestido verde con una chaqueta torera de seda púrpura en mis hombros. Me sentía muy guapa y lo aparentaba. Hombres y mujeres sin diferencia me echaban miradas de admiración. Pero las mujeres caminaban con más frecuencia hacia donde estaba y me decían cosas así: “Estás increíblemente preciosa,” o “¡Qué vestido tan bonito!” Las mujeres heterosexuales dan cumplidos a mujeres heterosexuales libremente. Si estableces la prioridad de amar a Dios, mantén primero tu relación con Él y luego preocúpate de los demás. Así tendrás éxito al tratar la dependencia emocional. Sólo recuerda darte tiempo para aprender y practicar habilidades de amistad. Necesitamos gracia mientras aprendemos y crecemos ya que cometeremos errores. Si utilizas errores para ganar comprensión en vez de intimidarte, aprenderás estas habilidades de amistad claves y te convertirás en una amiga atractiva. No tengas miedo de las amistades femeninas. Son una rica bendición de Dios para ti. Dejar el lesbianismo no significa que tengas que dejar la intimidad. Realmente descubrirás la forma correcta para disfrutar de amistades íntimas con mujeres con seguridad y confianza. 96 CAPÍTULO 9 HOMBRES, SOLTERÍA Y MATRIMONIO UNA DISTANCIA SEGURA Una vez que las mujeres con atracción hacia el mismo sexo hemos aprendido cómo tener relaciones íntimas de larga duración con otras mujeres y encajamos en la comunidad femenina, podemos comenzar a mirar a los hombres de una forma nueva y diferente. Aunque nuestros métodos pueden haber diferido, muchas de nosotras hemos mantenido probablemente a los hombres a una distancia segura durante mucho tiempo de nuestras vidas. Esto seguirá siendo una actitud apropiada mientras la mujer que deja el lesbianismo aprenda a abrazar su identidad femenina y comience el proceso hacia su madurez como mujer. No podemos relacionarnos de forma apropiada con el sexo opuesto hasta que no nos relacionemos correctamente con las personas que son del mismo que nosotras. Por esta razón, no aconsejó quedar con hombres antes de saber quienes somos como mujeres. Las mujeres que han experimentado abuso en manos de hombres han llegado a la conclusión de que todos los hombres son abusadores, depredadores sexuales o viles. Una vez que comenzamos a tratar los problemas del abuso (discutidos en capítulo 6), podemos darnos cuenta también de que se puede confiar en algunos hombres. Si nuestro dolor del pasado no se ha solucionado, podemos elegir mantener una distancia segura de los hombres. Algunas mujeres hacen esto comiendo demasiado y otras intentando parecer tan masculinas como los hombres para evitar las atracciones. El treinta por ciento de las mujeres de mi encuesta dijeron que tratan el dolor comiendo demasiado. Una mujer, que creo que representa a muchas, dijo que descubrió su motivación por tener sobrepeso cuando comenzó a subir peso otra vez después de perder varias libras con éxito. Me dijo que la posibilidad de que los hombres la encontrasen atractiva le producía dejar la dieta y ganar todo el peso por el que había luchado tan duramente por perderlo. Penny Dalton, co-directora de Whosoever Will Ministry, miembro del consejo de Exodus, y anteriormente lesbiana, decía que utilizaba “comentarios mordaces que cortaban a los hombres hasta el corazón” si avanzaban hacia ella. “Si no fuese porque Cristo entró en mi vida, nunca habría pasado por el proceso de perdonar a mi padre el incesto. Nunca habría llegado a la conclusión de que no todos los hombres son iguales. Dios me ha traído, durante varios años, a un lugar de comprensión de que hay otra mitad de humanidad. Que Su creación, hombre y mujer, es encantadora y que se complementan mutuamente.” Esto no quiere decir que todas las mujeres que tienen atracción hacia el mismo sexo no se relacionen bien con los hombres. Pero si miras de cerca puedes darte cuenta de que muchas de nosotras se relacionan a una distancia emocional segura. Las relaciones seguras con hombres son platónicas. Son amistades con esposos de amigas, hombres ex –gay y otros que no están disponibles o no están interesados en buscar una relación más íntima. Ser amigos o colegas de hombres puede reflejar que una mujer se identifique personalmente con otro hombre. Sé que experimenté ese sentido de seguridad platónica con hombres en la universidad y más allá. Como luchaba con la atracción hacia el mismo sexo, me sentía muy cómoda relacionándome con hombres a su nivel, hablando con ellos, compartiendo intereses, haciendo actividades divertidas juntos e incluso abrazándoles. Sin embargo, nunca esperé la reacción que recibí con frecuencia de estos chicos solteros universitarios. Durante esos años, un puñado de chicos con los que me sentía una comunidad se sentían atraídos por mí físicamente y me pedían citas. Yo siempre me sorprendía y me preguntaba: ¿Cómo puede pasar esto? 97 Christine Sneeringer tuvo experiencias similares en sus años universitarios: “un tenista era mi mejor amigo cuando estaba en mi primer paso para dejar la homosexualidad. Hacíamos toda clase de cosas juntos cuando estaba en la universidad. Pero una vez me pidió que me sentase y me dijo: ‘Tengo que hacerte una pregunta- necesito saber si querrías salir conmigo.’ Le miré como diciendo: ¿Estás loco? Eso nunca me había ocurrido. Me sentí diciendo: ‘No –eso es una grosería. Sería como besar a mi hermano.’ Fue muy divertido. Sólo que no podía comprender por qué dijo eso.” SE PUEDE CONFIAR EN ALGUNOS HOMBRES La idea de que se puede confiar en algunos hombres nunca se me había ocurrido. Un verano muy caluroso y húmedo en San Antonio, Texas, asistí a mi primera conferencia de Exodus. Iba caminando sola sobre las 11 de la noche a encontrarme con unas amigas después de una sesión de la tarde cuando me topé con mi mayor miedo. El camino que había elegido estaba vacío hasta que un hombre comenzó a caminar por la misma ruta detrás de mí. Me sentía corriendo ya que su paso al caminar era más rápido que el mío y se me estaba acercando. En vez de eso, me detuve y giré para encarar con él y dejarle pasar. Afortunadamente para mí, era un director de un ministerio para hombres de Exodus que me saludó cálidamente. Entonces me dijo que me había visto antes en el momento de la alabanza, rodeada de los hombres de mi ministerio y declaró: “Era tan bonito verla rodeada de esos hombres. Parecía que la rodeaban para protegerla.” Me quedé desconcertada por varias cosas: Primero, que ese extraño tuviera una cara amistosa, que necesitase la protección de los hombres y finalmente por esa idea extraña de que los hombres podían ser protectores. Apenas recuerdo si le di las gracias, ya que me quedé muy atónita. Pero me acuerdo de pensar: Quizás se puede confiar en algunos hombres. HOMBRES Y MUJERES NO SON TAN DIFERENTES... ¿O SÍ? Cuando aceptamos nuestro parecido con otras mujeres y apreciamos lo que somos como mujeres, comenzamos a comprender las diferencias entre los hombres y las mujeres. Después de graduarme de un curso de Exodus live-in en 1990, me quedé en el área y continué asistiendo a la iglesia en la que me había sentido cómoda. También llegué a implicarme más en los retiros sociales mensuales y anuales de mujeres, que me ayudaban a salir de donde me encontraba. Un día, me di cuenta de que estas mujeres me aceptaban y me trataban como a una hermana. También me di cuenta de que me había llegado a gustar ser una mujer. Comprendí en lo profundo de mi corazón que Dios me había creado mujer de forma deliberada y que siempre me apreciará como tal. De alguna forma a lo largo del camino había cambiado sutilmente mi punto de vista y había abrazado mi propio género con un sentido profundo de satisfacción. En ese mismo momento me sentí menos cómoda siendo “amiga” de los hombres. Llegué a darme cuenta de que la lucha libre, los abrazos e incluso dar una palmada en el hombro de hombres ex-gay estaban comenzando a ser un territorio nada familiar. Estaba comenzando a relacionarme con hombres con mi nueva feminidad, reconociendo que éramos diferentes. Algo estaba cambiando. En el pasado, no dudaba en “salir de farra” con un hombre como si yo fuese otro pero ahora estaba comenzando a ver nuestras diferencias. Sentía como si estuviese viendo por una ventana una escena que había visto toda mi vida pero que realmente no había visto nunca antes. Experimenté un despertar. 98 Los hombres son raros y distintos a mí, concluí. También eran intrigantes. Con las mujeres, por otra parte, ahora sentía camaradería, una profunda similitud. Comencé a “encapricharme” con algunos atentos hombres ex–gay. Mis sentimientos eran casi tontos –me sentía como una chica de séptimo grado. ¡La pubertad parecía golpearme a los 25 años! HOMBRES –PRÁCTICAMENTE UNA ESPECIE DIFERENTE Desde que me casé con mi amor, mi marido John, en 1992, hemos trabajado duro para comunicarnos y comprendernos mutuamente. En el primer año de nuestro matrimonio fuimos a un terapeuta cristiano para tratar problemas que pensábamos que tenían que ver con nuestros pasados homosexuales. Teníamos que aprender cómo trabajar nuestros desacuerdos. También quería huir del conflicto hasta que me tranquilizaba, mientras que John quería solucionar nuestro desacuerdo inmediatamente con indiferencia de lo enfadados que estuviésemos. Nunca olvidaré cómo se reía en alto nuestro terapeuta y luego nos decía divirtiéndose: “John... Anne... estos desacuerdos que estáis teniendo están relacionados con las diferencias que existen entre los hombres y las mujeres. Todo matrimonio pasa por estos problemas mientras el marido y la mujer aprenden a comprenderse mutuamente.” Desde entonces hemos estado en varios estudios de la Biblia con otras parejas y como hemos conocido a otras parejas que no comparten nuestra base homosexual, vemos que estamos pasando por problemas similares. Los hombres y mujeres somos diferentes. Educar a tres hijos me ha confirmado esta conclusión de muchas formas. Esta realidad se refleja en el popular libro de John Gray, Los Hombres Son de Marte, Las Mujeres Son de Venus. La gente se ha identificado tanto con sus conceptos de diferencias de género que ha tenido éxito al crear un número de otros productos, incluyendo un vídeo, una serie de TV e incluso un juego de mesa de Mattel. Por supuesto, nuestros cuerpos son diferentes pero la forma en que procesamos información es también dramáticamente diferente y lo ha sido así desde que estábamos en el útero. Los hombres experimentan un lavado de hormona testosterona seis o siete semanas después de la concepción. Como escribe el Dr. James Dobson en su libro Educar Chicos: En un sentido real, este “baño hormonal,” como se le llama alguna vez, daña realmente al cerebro en forma de nuez y altera su estructura de muchas formas. Incluso cambia su color. El corpus callosum, que es la cuerda de fibras nerviosas que conecta los dos hemisferios, se hace menos eficiente. Eso limita el número de transmisiones eléctricas que pueden fluir de un lado del cerebro al otro, lo que tendrá implicaciones durante toda la vida. 156 Una de las repercusiones de ese temprano baño hormonal es que los hombres tienden a centrarse en una cosa a una vez, mientras que las mujeres pueden hacer varias cosas con más facilidad. Como escribe el terapeuta Michael Gurian, en su libro aclamado en todo el país The Wonder of Boys: Esta diferencia (la baja conectividad del corpus callosum) es una razón principal de por qué los hombres están tan “orientados a la tarea,” poniéndose a prueba como menos capaces que las mujeres para hacer un número de tipos de diferentes tareas al mismo tiempo; y por qué los hombres reaccionan a interrupciones en sus pensamientos con más de un sentido de invasión de lo que tienden las mujeres, y unido a la agresión de la testosterona, con más fuerza.” 157 156 157 James Dobson, Criar Chicos (Downers Grove, IL: Tyndale House Publishers, 2001), pp. 19-20. Michael Gurian y Jeremy Tarcher, The Wonder of Boys (New York: Penguin Putnam, 1996), p. 15. 99 He visto esto todos los días mientras crío a mis hijos. Ellos deben hacer al menos tres tareas antes de poder salir para el colegio: lavarse los dientes, hacer la cama, ponerse los zapatos y... oh, no os olvidéis de la mochila. En vez de recordar y seguir mi pequeña lista, nuestro hijo de seis años puede que haga uno o dos de los puntos y luego se distrae. En verdad lo está intentando pero se distrae. En vez de frustrarme o enfadarme, intento acordarme de que su cerebro está hecho de esa forma. Por lo que ahora lo controlo después de que una o dos de las tareas estén terminadas y le recuerdo el resto. El Dr. Dobson resume el impacto de la testosterona de esta forma: “La mayoría de los expertos cree que la tendencia de los chicos a tomar riesgos, a ser más asertivos, a luchar y competir, a discutir, a jactarse y a sobresalir en ciertas habilidades, como en resolver problemas, matemáticas y ciencias, está unido directamente a la forma en que el cerebro se integra y a la presencia de la testosterona. Esto puede explicar el por qué los chicos tienen “hormigas en los pantalones” cuando están en la clase y el por qué los profesores los llaman pequeños “gusanos ondulados.”... Simplemente es la forma en que Dios los hizo. 158 Mi marido y yo decidimos no darle a Timmy, nuestro hijo mayor, ninguna pistola para jugar –ni siquiera pistolas de agua. Teníamos la concepción errónea de que jugar con pistolas le podía producir agresividad posteriormente. Nuestro niño pequeño hizo de mi espátula de cocina un arma. No tardamos tiempo en darnos cuenta de que simplemente esta era la forma de ser de los niños pequeños. Posteriormente en la vida, si es bien cuidado y dirigido, su deseo natural de luchar contra los “malos” le conducirá a su capacidad de proteger a los que ama. Otras diferencias cerebrales y hormonales hacen también a los hombres diferentes de las mujeres. Como dice el Dr. Gurian en su libro, una diferencia es “un neurotransmisor, la serotonina, que inhibe la conducta agresiva y que existe en niveles más altos en las chicas que en los chicos.” 159 El Dr. Dobson añade: “Si la testosterona es la gasolina que propulsa al cerebro, la serotonina reduce la velocidad y ayuda a gobernar.” 160 Para que no pensemos pobremente del diseño de Dios de la masculinidad, añadiré este comentario del Dr. Dobson sobre la naturaleza complementaria de los dos sexos: “Considera de nuevo las tendencias básicas de la masculinidad y la feminidad. Como el privilegio y la bendición de las mujeres es el dar a luz a los hijos, están inclinadas a la predictibilidad, estabilidad, seguridad, cuidado y a la serenidad.... El temperamento femenino se presta a la crianza, al cariño, la sensibilidad, ternura y la compasión. Los hombres, por otra parte, han sido diseñados para otro rol. Ellos valoran el cambio, la oportunidad, el riesgo, la especulación y la aventura. Están diseñados para mantener físicamente a sus familias y protegerles del daño y del peligro. 161 ¿SOLTERÍA O MATRIMONIO? Aunque sientas atracción hacia el mismo sexo, puede que te estés preguntando: ¿Tengo que casarme? Mi respuesta carece de ambigüedad –absolutamente no. En efecto, si no quieres casarte, lo más sensato es que no te cases. Evitar un compromiso matrimonial es mejor que intentar salir de uno después. Hacerlo rompería no sólo una alianza ante Dios sino también en el corazón del hombre. 158 Dobson, Criar Chicos, p. 25 Gurian y Tarcher, The Wonder of Boys, p. 14. 160 Dobson, Criar Chicos, p. 25. 161 Ibid., p. 27. 159 100 O puede que te preguntes: ¿Demuestra casarse que he superado la atracción hacia el mismo sexo? Una vez más respondo: no. El matrimonio no es prueba de cambio. Y si eliges casarte, debes hacerlo por las razones correctas. Quizás él es tu “alma gemela,” puede que no puedas imaginar tu futuro son él o puede que sea tu mejor amigo, el que sostiene tu corazón. Miraremos con más profundidad el matrimonio después de ver los asuntos de la atracción hacia el mismo sexo más tarde en el capítulo. Si te estás preguntando, ¿Qué es mejor, las soltería o el matrimonio?, considera lo que el apóstol Pablo tuvo que decir sobre este asunto: “Por tanto, pienso que es cosa buena, a causa de la angustia presente, quedarse el hombre así. ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿No estás unido a mujer? No la busques... La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido. Os digo esto para vuestro bien, no para tenderos un lazo sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin distracciones.” (I Corintios 7,26-27. 34-35). Por otra parte, Dios no sólo diseñó el matrimonio sino que también ordenó la relación marital entre hombre y mujer (Génesis 2,24-25; Mateo 19,5-6). Penny Dalton, que es soltera y está en sus cincuenta y tantos, decía esto sobre la vida de soltera: “El propósito de mi soltería es estar resuelta para Cristo. La emoción que he sentido al saber lo que Cristo ha hecho en mi vida es que estoy cómoda conmigo misma. He sido redimida primero para la relación con Dios y segundo para con los demás. Ahora me siento igualmente cómoda con hombres y con mujeres. Sé que me relaciono correctamente con mujeres, teniendo relaciones sanas con mujeres. Sé que soy una mujer plena en Cristo y que puedo relacionarme de forma sana y santa tanto con hombres como con mujeres.” ¿QUÉ TAL LAS AMISTADES CON LOS HOMBRES? Estoy segura de que mujeres ex-gay pueden tener amistades platónicas con hombres pero una vez que vamos progresando hacia nuestra plenitud como mujeres, debemos tener más cuidado con la forma en que nos relacionamos con los hombres. Ya estén casados o solteros, tenemos que mantener mayores límites con los hombres que anteriormente. Tenemos que tener cuidado de no tener demasiado contacto físico con ellos. Por ejemplo, aprendemos a utilizar el abrazo corporal A (donde sólo contactan tus hombros y cuello) o el abrazo de lado cuando los saludamos. Si tu amigo está casado, tu amistad debe ser primero con su esposa y luego con el hombre. De esa forma, no pones en problemas su matrimonio: es más, lo estás respetando. Si es soltero, ten cuidado de no dedicarle mucho tiempo. Si es heterosexual, puede comenzar fácilmente a sentir algo por ti que tú no puedes hacer recíproco. Pasa tiempo con él en grupos, particularmente si no tienes interés en que tu amistad progrese hacia el siguiente paso posible. Como mujer casada, disfruto con los esposos de mis amigas. Cuando salimos a cenar en parejas, disfruto totalmente con las conversaciones que tenemos. Me encanta introducirme en discusiones teológicas o diseccionar una teoría social. Ya puede que te hayas dado cuenta de que me encanta bromear un poco y soltar ideas de un tirón. Por lo que encuentro satisfactoria la amistad con los hombres pero sólo en ciertos contextos. Como mujer casada, no iría sola a cenar con otro hombre. Eso no sería prudente y las Escrituras nos instruye en que evitemos la aparición del mal (I Tesalonicenses 5,22). 101 ¿ESTOY PREPARADA PARA SALIR CON UN HOMBRE? John y yo hemos dado varias clases sobre el tema de saber si se está preparado para salir con alguien del sexo opuesto. Los hombres ex-gay suelen hacer esta pregunta debido a que su naturaleza como hombres es actuar. Pero creo que esta información sirve de ayuda también a las mujeres. Muchas mujeres que buscan superar la atracción hacia el mismo sexo me han preguntado por correo electrónico o por carta acerca de salir con hombres. Suelen preguntar cuando un hombre tiene interés en salir con ellas. Aquí tenemos algunas cosas a considerar desde la perspectiva ex-gay. Si has estado tratando de forma deliberada y seria con tus problemas de atracción hacia el mismo sexo durante menos de un año, te sugiero que esperes un poco. En efecto, cuando yo estaba en un programa de discipulado de Exodus intensivo y durante un año, la norma era no salir con un hombre durante ese año. Esta guía nos ayudó a mantener nuestra atención en algunos asuntos muy difíciles de nuestras vidas. ¿Te parecen aburridas generalmente las mujeres ahora en algún sentido porque te sientes una de ellas? Si es así, puedes estar preparada para trabajar algún sentimiento sin resolver hacia hombres importantes de tu vida como tu padre. Si en vez de eso, con frecuencia te sientes atraída sexualmente hacia otras mujeres, consumida por tus relaciones emocionales femeninas o llena de desdén hacia mujeres heterosexuales, este no es un buen momento para comenzar a salir con un hombre. Estar absorta en relaciones femeninas es natural cuando se supera la atracción hacia el mismo sexo pero el romance con un hombre no debería entrar en escena hasta que hayas estado en la “asociación” de mujeres durante un tiempo –el tiempo suficiente como para sentirte cómoda con tu identidad femenina. ¿No estás segura de tus sentimientos hacia un hombre en particular? Si estás insegura sobre tu interés o no estás interesada, no sigas pasando tiempo sola con él. Sé honesta con él sobre donde estás y eso le librará. Jugar con el corazón de un hombre no está bien. ¿Tienes interés en casarte? Si no, ¿por qué molestar saliendo con un hombre? Me acuerdo de cuando John estaba expresando por primera vez un interés en mí. Yo sabía que no quería salir con nadie. Y después de pasar tiempo con diferentes hombres en grupos, supe que me interesaba John. Supe también que no saldría con nadie por deporte y que potencialmente esto era muy serio. En ese momento me agitaba pensar que nuestra relación podía llevarnos al matrimonio. De alguna forma nunca había imaginado ese resultado. Pero me interesaba –me interesaba mucho. ¡Qué momento tan emocionante! Debo añadir que estaba muy satisfecha con mi vida de soltera de ese momento. Cuando John vino a llamarme, enfoqué nuestra relación como una persona segura, no buscando validación saliendo con nadie. CONTACTOS, COMPROMISO Y MATRIMONIO Si tu amistad con un hombre puede conducirte a salir con él y más, probablemente contemples revelarle tu historia personal. Recomiendo enormemente que antes del compromiso le hables de tu pasado y de cualquier problema persistente. La mayoría de los hombres puede tener un sentido de intimidad contigo y de alivio por la oportunidad para admitir sus propios asuntos sexuales del pasado. Con John, tuve el privilegio de salir con un hombre que ya sabía mi pasado y yo sabía el suyo. Incluso así, tuvimos que ser honestos mutuamente sobre cómo nuestros pasados podían estar afectándonos todavía. Nos hicimos mutuamente preguntas duras, como ¿Hasta qué punto sientes todavía atracción hacia personas de tu mismo sexo? También hablamos de nuestras relaciones con personas del mismo sexo que habíamos mantenido en el pasado –no 102 detalles gráficos sino un resumen de nuestras relaciones pasadas y presentes con esas personas. Si has solucionado mucho de tu atracción hacia el mismo sexo pero todavía experimentas alguna tentación ocasional, no estás descalificada necesariamente para salir con un hombre y para el matrimonio. Pero, ¿con qué frecuencia sientes el arrastre de la atracción sexual hacia personas de tu mismo sexo? ¿Cómo lo tratas? Debido a que los hombres sienten comúnmente la tentación sexual, hazle a él también preguntas duras. Si progresáis hacia el compromiso, estas preguntas serán vitales. Vosotros dos necesitáis conocer de antemano con quién vais a tener más intimidad. La sexualidad no es la única parte de tu vida sobre la que hablar con un hombre con el que comienzas a salir. Tendréis que considerar cómo cada uno de vosotros piensa sobre gestionar el dinero, asistir a la iglesia, tener hijos y relacionarse con la familia y la familia política. ¿Estáis en comunión con respecto a la eternidad y la teología? La Biblia avisa sobre los cristianos que salen con los no cristianos (2 Corintios 6,14; I Corintios 7,39). He conocido mujeres heterosexuales que “se han casado de forma misionera” y ahora están soportando el dolor de corazón de no saber si sus amados maridos estarán con ellas en la eternidad. Esta es una ruta muy dolorosa a seguir. Debes ser sensata para evitarla. Trata cualquier abuso sexual del pasado antes de casarte. Eso no significa que tu matrimonio no será afectado sino que le das a tu matrimonio potencial la mejor posibilidad de sobrevivir dirigiendo áreas en las que has sido herida. Si no tratas el abuso sexual de tu pasado, él interferirá con tu capacidad de relacionarte sexualmente con tu marido. La terapeuta Jan Frank y su marido, Don, escribieron un libro sobre este tema titulado: Equipaje no Reclamado: Tratar el Pasado en Tu Camino a un Matrimonio Más Fuerte. 162 Lo Recomiendo fuertemente para las mujeres que han sufrido abuso y están considerando el matrimonio. La base para un buen matrimonio tiene muchos aspectos –más de los que pueden tratarse en un capítulo de este libro. Por esa razón, si el matrimonio es una opción para ti, te recomiendo fuertemente que leas alguno de los muchos libros excelentes que hay disponibles. Los autores que recomiendo mucho incluyen a los Drs. Parrott, Stephen Arterburn, Dr. Dobson, Dan Allender, Al Janssen, Gary Smalley, John Trent y Larry Crabb, por citar unos pocos. También os recomiendo a ti y a tu posible pareja que os encontréis con vuestro pastor y asistáis a unos cursillos prematrimoniales. Recuerda mirar más allá de tu pasión por un momento y construye una buena base para el futuro. Recuerdo el día en que John y yo fuimos a la primera “cita real” al Napa Wine Country de California. Sé que él estaba tan nervioso como yo –ninguno de los dos pudimos almorzar antes de salir en nuestro largo viaje en coche. Después de un rato, pudimos dejar atrás nuestros nervios y me cogió la mano mientras conducía. ¡Habla de algo con chispa! Nunca pensé que cogerle la mano a otra persona podía moverme tanto. Realmente tuvimos que establecer guías después de esa cita. ¡Qué momento tan emocionante fue ese! La Biblia nos ordena evitar el sexo prematrimonial. Sin embargo, si has sido sexualmente activa en el pasado, asegúrate de que has estado pura sexualmente durante al menos dos años antes de casarte. Confiadamente, no has tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio. Pero si este no es el caso, Cristo puede restaurar un sentido de virginidad. Cuando John y yo nos casamos, estaba nerviosa acerca de la noche de bodas. Pero mis reservas se solucionaron muy rápidamente. Cuando John y yo tuvimos relaciones sexuales después de casarnos, me acuerdo de despertarme la mañana siguiente esperando sentir vergüenza o arrepentimiento del pecado probablemente porque eso había sucedido en mis otras relaciones). Pero ahora no había. Como dice el Génesis 2,25: “El hombre y su esposa estaban desnudos y no sentían vergüenza.” La experiencia coronó nuestro unión matrimonial con la bendición de Dios. Después de todo, estábamos participando en Su designio. 162 Don y Jan Frank, Equipaje no Reclamado (Colorado Springs: NavPress, 2003). 103 Además, una mujer heterosexual casada me había dado el consejo destructivo de que si mi marido estaba interesado en el sexo y yo no, simplemente debía seguir adelante y “hacerlo” por amor a él. Puede que eso hubiese funcionado para ella pero para una víctima de abuso sexual, eso me daba miedo. Quería participar pero me sentía muy honrada y querida por mi marido cuando reaccionaba: “Anne, si no te encuentras bien, entonces yo tampoco. Puedo esperar.” John no utilizaba ningún poder para empujarme a mantener relaciones con él. Eso era muy sanador para mí. Reforzaba mi valor como mujer y me mostraba cuánto me amaba John. ¿QUÉ SUCEDE SI ESTOY CASADA Y SIENTO ATRACCIÓN HACIA PERSONAS DE MI MISMO SEXO? Sin duda, sentir atracción hacia el mismo sexo estando casada es incluso más problemático. Si nunca has hablado con tu marido sobre tus sentimientos hacia las mujeres, puede que se sienta traicionado y enfadado contigo cuando le reveles tu lucha. Si tienes hijos, particularmente hijos pequeños, esta revelación puede romper su mundo. La dificultad entre el padre y la madre tiende a crear inseguridad en ellos. Su mundo depende de la estabilidad de la relación de sus padres. No hay duda de que querrás considerar con cuidado cuando y cómo decirle a tu marido lo de tus luchas. Deberías también reafirmar tu compromiso. ¿Quieres trabajar estos sentimientos y no abandonar a tu marido ( y familia)? Prepárate para responder esta pregunta importante con honestidad –a ti misma y también a él. Aconsejamos a una mujer casada que esperase a revelar sus luchas hasta que decidiese si luchar o no por su matrimonio. Conozco varias madres jóvenes casadas que han luchado con la atracción hacia el mismo sexo para restaurar sus matrimonios. Eventualmente, la verdad de las atracciones de una esposa sale a la luz. Cuando eso sucede, prepárate para empatizar con tu marido, explicarle que las causas de la atracción hacia el mismo sexo no son sexuales y escucha humildemente su frustración y dolor. Ten en mente que la reacción más común de los hombres es la ira. Y con frecuencia expresan ira por cualquier tipo de sentimientos –traición, daño y dolor. Lloran menos generalmente pero si algo puede hacer que llore un hombre, puede ser esto. La parte más dura para él es que no confiases antes en él. Debo decir, bajo forma de estímulo, que en mis años de proporcionar ayuda psicológica, he encontrado rechazo de un marido de forma muy poco común en estos casos. Por supuesto, siempre existe la posibilidad pero el rechazo ha sido raro en mi experiencia de ayudar a mujeres casadas. Sí, los maridos experimentan un periodo doloroso de duelo pero muchos quieren seguir el proceso de curación con sus esposas. Conozco también algunos matrimonios restaurados que se han hecho más fuertes después de este proceso doloroso pero importante. Una palabra para la sensatez en esta situación: No esperes que tu marido comprenda tus sentimientos. Más aun, prepárate para ofrecerle material de lectura que le proporcione información. Puedes pedir cintas de cassette a la oficina de Exodus sobre todo tipo de temas, incluyendo “Tengo Algo que Decirte: Revelación con Éxito,” y “Lesbianismo y la Mujer Casada.” Los testimonios de hombres y mujeres están también disponibles en cintas. 163 LA EXPERIENCIA DE JANE BOYER En el capítulo 7, les conté una parte de la historia de Jane Boyer. Recibió al Señor Jesucristo a la joven edad de los cinco años en un hogar con un padre alcohólico y abusador y 163 Estas cintas también se pueden conseguir en www.christian-tapes.com o www.regenbooks.org. 104 una madre débil. A pesar del dolor que representaron varios hombres en su vida, se casó a una edad temprana sin solucionar sus problemas del pasado. Sus conflictos internos la llevaron eventualmente a llevar una doble vida como mujer cristiana casada y como lesbiana. De alguna forma logró mantener sus mundos del enfrentamiento durante aproximadamente cinco años pero un día salió a la luz la verdad. Mike, su marido, volvió a casa de un largo viaje y encontró una carta de amor en la mesa de la cocina dirigida a Jane de su amante lésbica. Su reacción inmediata fue gritar rezando: “Dios mío, ayúdame. ¡Mira lo que le está pasando a mi matrimonio! ¡Necesito que intervengas y hagas algo con esto! Jane volvió a contar: “En la hora Mike me llamó a la oficina: ‘Jane, tienes que decidirte. No puedes seguir viviendo de esta forma. Pero déjame avisarte. Si decides vivir balo la forma de vida gay, no permitiré que nuestros hijos sean educados en ese tipo de ambiente.” Sabía que tenía razón. Afrontaba tomar la decisión más difícil de mi vida: elegir entre el hombre con el que me casé –al que no deseaba- y la mujer con la que sentía que no podía vivir sin ella. Tenía que elegir entre la comunidad gay donde me sentía apoyada y aceptada, y la iglesia –que parecía tan fría y excluyente.” “Estaba tan rasgada emocionalmente sobre lo que hacer. No podía tomar la decisión inmediatamente,” me decía Jane recientemente. “Afortunadamente, mi marido fue lo bastante sensato como para darme el espacio y el tiempo que necesitaba para tomar esa decisión. Mike buscó también asesoramiento y le dijeron que yo necesitaba tiempo y que él tenía que darme ese tiempo. Como consecuencia, me dio libertad para trabajar mis sentimientos sin ninguna presión por su parte ni de la mujer con la que había estado comprometida.” “No creía que pudiese cambiar o que hubiese una salida de la homosexualidad,” dijo. “Mis amigas gay me habían dicho una y otra vez que yo había nacido gay y había llegado a creerme esas palabras.” Por lo que con toda esa confusión, jane gritó pidiéndole ayuda a Dios: ‘Señor Jesús... he hecho de mi vida un lío. ¡Ayúdame!’” En los días de la confrontación, su marido se detuvo en una librería cristiana y cogió un testimonio personal de superación de la homosexualidad. Jane me dijo que devoró el libro de una sentada. Así fue como encontró Exodus. Jane asistió a una conferencia de Exodus, donde experimentó una profunda alabanza y oyó historias personales que le dieron esperanza para el cambio. Mucho más significativo fue oír la conclusión de I Corintios 6,9-11. jane había leído y oído que los que practican la homosexualidad “no heredarán el reino de Dios” (I Corintios 6,10) pero nunca se había dado cuenta del versículo 11, que dice: “Y eso es lo que fuisteis algunos de vosotros. Pero fuisteis lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.” La conclusión de Jane fue: “Sí, el cambio era posible. Ya no importaba lo que dijese la investigación secular. ¡Jesús había dicho con claridad que podía ser libre!” Además, Jane tuvo una poderosa experiencia en la conferencia: “Durante un tiempo de oración en la conferencia, con los “ojos de mi corazón,” vi una imagen. Yo tenía tres años y estaba de pie a pocos pies de Jesús. Sus brazos estaban extendidos, sus ojos irradiaban amor. Entonces me cogió y me sostuvo. En ese momento el amor de Jesús entró en mi corazón, llenándolo hasta rebosar. Me di cuenta entonces y allí de que el amor lésbico era una falsificación. Nunca había llenado y nunca había satisfecho las necesidades más profundas de mi corazón. Pero ahora había encontrado a Jesús. Era un hombre en quien podía confiar, alguien cuyo amor llena y satisface realmente. 105 No dudé. Al fin sabía la verdad. En mi corazón cerré la puerta una vez y para siempre a la homosexualidad. Luché durante un tiempo pero nunca miré atrás. 164 La reacción de Mike fue medida y requería reconstruir la confianza con Jane. Por lo que el proceso por el que pasó ella durante los años siguientes progresó con más rapidez que por el que pasó Mike. “Necesitaba tiempo para trabajar la ira y para aprender a confiar en mí de nuevo,” explicó Jane. “Mike era extremadamente cauteloso y estuvo cerrado hacia mí durante algún tiempo. Por lo que cuando estaba preparada para trabajar sobre la reconstrucción de nuestro matrimonio, tenía que esperar a que él trabajase sus sentimientos. Sólo cuando pudo dejar salir su ira y ofrecer perdón pudimos introducirnos en una relación matrimonial mutua.” Jane sintió que le llevó cerca de un año llegar al punto de reconstruir su matrimonio. “Y ahora, es como si ese episodio de mi vida no hubiese sucedido nunca. Es muy remoto, 15 años después. Ahora, puedo estar tan completamente libre y vulnerable con mi marido que nuestra intimidad matrimonial va mejorando cada vez más, incluyendo nuestra intimidad sexual. Es bonito estar experimentando el matrimonio juntos de la forma en que Dios quiere que sea realmente.” Dios le otorga un valor muy alto al matrimonio. No se puede acceder a él a la ligera –ya sea por parejas heterosexuales como por personas que han dejado la homosexualidad. Cualquier hombre o mujer que ha tenido un pasado homosexual necesitará considerar por medio de la oración muchas cosas antes de decidir casarse. Mi mejor consejo para ti como mujer en el camino hacia la plenitud es dejar que Dios tenga tiempo para trabajar Su voluntad en ti. No apresures las cosas. El programa de Dios puede tener muchas sorpresas en reserva. Permítele que sea Él, no tú, el que se haga cargo de tus relaciones futuras con hombres. 164 Bob Davies con Lela Gilbert, Retratos de Libertad: 14 Personas Que Salieron de la Homosexualidad (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2001), pp. 66-67. 106 CAPÍTULO 10 PATERNIDAD Y LA MUJER EX-GAY John y yo tenemos el privilegio de conocer a cierto número de hombres y mujeres que dejaron la homosexualidad y se casaron eventualmente. Muchos han criado también a hijos sanos y seguros. Algunas de estas parejas se han convertido en nuestros amigos a distancia; otros son más cercanos en proximidad. Somos bendecidos con la oportunidad de hablar de problemas paternales mutuamente. Muchas de estas parejas han afrontado valientemente su pasado, han madurado y progresado antes de comprometerse en el matrimonio y fundar una familia. Otras han comenzado a tratar su homosexualidad después de casarse y tener hijos. No tuvieron la oportunidad de corregir sus vidas antes, por lo que tuvieron que hacer alguna tarea de reparación posteriormente. Otros padres están comenzando este proceso de afrontar y trabajar su pasado. No importa donde encajes en estos escenarios, te animo a que permanezcas en el camino hacia el cambio. Al hacerlo, obtendrás perspectivas y actitudes más sanas, que se filtrarán naturalmente para nutrir las almas de tus hijos. Muchas que están trabajando la atracción hacia el mismo sexo están motivadas a crear un ambiente más sano para sus hijos y experimentan una curación significativa más rápidamente. Muchos de mis consejos prácticos de las páginas que siguen se basan en conversaciones personales además de teorías de desarrollo claves con respecto a la orientación sexual. Para ilustraciones, recurriré a mis relaciones con familias con al menos un padre ex-gay. Para lectoras que dudan acerca de si serán madres alguna vez –por favor, leed este capítulo de todas formas. Mientras vemos los roles de los padres en la vida de un niño, probablemente verás otra pieza perdida del puzzle de tu propia crianza. Y a veces comprender lo que nos sucedió mientras se formaba nuestra identidad de género puede ayudarnos a dejar atrás algunos de los problemas para formar una identidad más sana. LA IMPORTANCIA DE LA MATERNIDAD Pocos discutirán que las madres son de vital importancia para el bienestar de los niños –tanto hijos como hijas. Las mujeres podemos modelar mejor la conexión y educar a nuestros hijos desde el comienzo de sus frágiles vidas. Estamos hechas para comprometernos completamente con nuestros hijos, disfrutando de su mirada serena cuando nacen y más tarde leyéndoles libros y escuchando compasivamente sus problemas del colegio. Nosotras, como madres, estamos hechas para proporcionarles un ambiente cálido en el que amar a nuestros hijos. Como la Dra. Brenda Hunter pregunta en su libro En Compañía de las Mujeres: ¿Por qué es tan básico el amor maternal que algunas mujeres pasan la mayor parte de sus vidas adultas o disfrutando de su riqueza o trabajando para comprender por qué sus madres no pudieron amarlas?” 165 Yo misma como madre, continúo maravillándome del vínculo increíble que compartí con mis hijos desde el momento en que nacieron. Después de cada nacimiento (por cesárea), mi marido me traía a mis dulces niños pequeños a los que podía ver, tocar y besar. Todo lo que podía mover era mi cabeza pero mis sentimientos maternales hacia ellos me arrastraban. 165 Brenda Hunter, En Compañía de las Mujeres (Sisters, OR: Multnomah Books, 1994), pp.32-33. 107 Lágrimas de profundo gozo inundaban mi cara. No podía quitar mis ojos de ellos. Sí, me había enamorado. No sólo se enamora la madre de su hijo sino que nuestros hijos también se enamoran de nosotras. Durante meses, mientras estaban todavía en nuestro seno, nuestro hijo o hija se unían principalmente a nuestra voz. Escribe el Dr. Hunter: “Nacemos, entonces, programados para enamorarnos de nuestra madre. Como bebés resonábamos a su sonrisa; nos dábamos cuenta de su estado de ánimo; le hablábamos con nuestros arrullos. Si éramos afortunados, escuchaba, nos mantenía cerca, nos arrullaba y establecía contacto con los ojos una y otra vez. Comenzaba un dueto encantador entre una madre y su hijo.” 166 En El Poder del Amor Maternal, concluye la Dra. Hunter: “Mis años de terapeuta sólo han puesto de relieve mi convicción de que nuestro vínculo más temprano con nuestra madre es primordial, formando todos los demás vínculos íntimos además de nuestro sentido de identidad.” 167 ACTITUDES DE GÉNERO INSANAS Los niños son mucho más perceptivos de lo que creemos. Se dan cuenta de mensajes sutiles, como la mentira de que los hombres son “inútiles” o que las mujeres son “débiles.” Nuestros niños leen nuestras actitudes y escuchan nuestros mensajes no hablados. Desafortunadamente algunas de nosotras hemos vivido con pensamientos errantes durante tanto tiempo que ni siquiera reconocemos lo que estamos comunicando en nuestros hogares. RELACIONES CON LOS HIJOS Por ejemplo, si una madre tiene un resentimiento generalizado hacia los hombres – incluyendo a su marido- sus hijos reaccionarán a sus actitudes. Un niño puede absorber el mensaje mientras que otro lo descartará o se rebelará contra él. Si un hijo absorbe el mensaje de que la masculinidad no es buena, no sabrá lo que pensar de su propia masculinidad en desarrollo y posteriormente puede girar a relaciones gay para resolver sus problemas de identidad. Su homosexualidad es un resultado natural de haber acogido el mensaje de que la masculinidad es mala, rechazando esa parte de sí mismo, y necesitando posteriormente conectar con su masculinidad. El resentimiento generalizado o el odio hacia los hombres puede conducir también a otras reacciones de los hijos. Quizás el hijo rechace la visión de los hombres que tiene su madre. Puede comenzar a mostrar su desacuerdo por medio de la rebeldía. Después de todo, ella no está creando un ambiente en el que él pueda sentirse bien con su masculinidad. La consecuencia será probablemente una relación tensa entre madre e hijo. Varias familias con hijos maduros se han dado cuenta de que estas dinámicas estaban en acción cuando sus hijos eran más jóvenes. Me decía una madre: “Nunca me di cuenta del impacto que mis actitudes hacia los hombres podrían tener sobre mis hijos. Ahora mi hijo mayor está reaccionando demostrando su masculinidad con una dosis extra de machismo y mi hijo menor es gay. Aquí estoy yo con 43 años, solucionando mi atracción hacia personas de mi 166 167 Ibid., p. 33. Brenda Hunter, El Poder del Amor Maternal (Colorado Springs, CO: WaterBrook Press, 1997), xiii. 108 mismo sexo y las malas actitudes hacia los hombres,” me decía, “y mis hijos están viviendo una búsqueda dolorosa de sus identidades masculinas. Me duele saber que he contribuido a eso.” RELACIONES CON LAS HIJAS ¿Qué hay de las madres ex-gay que todavía experimentan una desconexión sin resolver de su propio género? Esto puede ser extremadamente problemático para las hijas. Puede que la madre no esté disponible emocionalmente para su hija pequeña, puede que no esté criando a su hija, y/ o puede que no apruebe la feminidad de su hija. Todos estos resultados derivan de no haber afrontado el pasado y pueden tener consecuencias devastadoras en una niña pequeña. Incluso si una madre ex-gay ha podido “estar allí” emocionalmente para su hija, puede que la madre encuentre ciertas expresiones de la feminidad difícil de su hija. Por ejemplo, me decía Jane Boyer: “Mi hija quería que le rizase el pelo, que le ayudase a aprender a cocinar y que comprase ropa con ella. Yo no soy una experta en peluquería ni en cocinar y comprar no es ciertamente mi pasatiempos preferido. Este tipo de cosas eran muy problemáticas para mí.” Para muchas mujeres que trabajamos nuestra atracción hacia el mismo sexo, hemos aprendido que nuestros atributos masculinos fueron sobre desarrollados y los femeninos subdesarrollados durante nuestra infancia. Debido a esta dinámica, relacionarse con una hija puede suponer más dificultad que relacionarse con un hijo. Podemos conectar más fácilmente con la competitividad de nuestros hijos e interesarnos en la lucha atlética que sentarnos y hacer proyectos de artesanía con nuestras hijas. Cada madre puede elegir ser exigida en estas áreas, conectar con su hija en actividades femeninas y crecer en curación debido a su relación con su hija. Las chicas desean sentirse valoradas por sus padres y quieren permanecer conectadas emocional y relacionalmente con ellos. Pero en vez de experimentar esta conexión, que necesita de forma tan desesperada desde su nacimiento, la hija de una mujer con confusión de género probablemente encontrará una distancia y una desvinculación de su madre. Si continúa este ciclo sin dirección, la hija puede sufrir durante el resto de su vida, preguntándose por su valor y el por qué le costaba tanto a su madre amarla. Shelley, una mujer que conocí en el medio oeste, acababa de dejar una relación lésbica dos años antes y había vuelto con su marido y familia. Habló conmigo sobre los problemas de su relación con su hija. “Anne, me casé joven porque era lo que se hacía. No estaba enamorada de mi marido. Intentaba tapar mi inseguridad como persona. Luego, nació mi primer hijo –una niña llamada Amanda. En verdad no sabía cómo relacionarme con ella. No podía vincularme con ella. Ella parecía demasiado cercana, demasiado como yo, y no podía tratarlo. Por lo que mantuve una distancia emocional. Gracias a Dios que mi marido pudo conectar emocionalmente con ella. Ahora que Amanda tiene 11 años, estamos tratando las consecuencias de mi ausencia emocional por un par de años cuando me dediqué completamente a mi ex-amante. Sé que los arrebatos y la distancia emocionales de mi hija están relacionadas con el hecho de que no he estado allí para ella.” No sólo la maternidad nos cambia y nos hace más vulnerables emocionalmente sino que como explica la Dra. Brenda Hunter: “El embarazo y la nueva maternidad llevan a la mujer a casa. Hogar para su primera relación íntima. Hogar al matrimonio de sus padres. Hogar a sus sentimientos más tempranos de vulnerabilidad y dependencia... Si fuiste amada, puedes abrazar la maternidad porque 109 recuerdas con todo el corazón lo que se siente al ser cogida en los brazos amantes y la mirada de tu madre. Tardas en pasar este rico legado.” 168 Por otra parte, dice la Dra. Hunter, “El pasado de una mujer importa mientras afronta la inminente maternidad. Importa enormemente si tuvo una historia de crianza positiva o negativa, porque esta es la parte del pozo del que sacará para criar a su hijo.” 169 MOTIVACIÓN PARA TRATAR EL PASADO Ten en mente que lo que experimentaste cuando eras niña se pondrá al descubierto en tu propia paternidad a no ser que la trates con honestidad. Considera que la mujer que fue disciplinada en la ira o en el abuso físico cuando era niña. A menos que establezca deliberadamente nuevos patrones, puede continuar muy bien estos patrones negativos con sus propios hijos. Para proporcionar un ambiente sano tanto para los hijos como para las hijas, nosotras, madres, debemos examinar cómo nos sentimos con nosotras mismas y lo que creemos de los hombres. Si no podemos ver la bondad de los dos sexos, no podremos proporcionar un ambiente sano en el que nuestros preciosos niños pequeños puedan convertirse en hombres y mujeres sanos. Sólo podemos dar lo que tenemos. Pero si afrontamos el desafío de tratar nuestro pasado, seremos recompensados personalmente y les daremos el don de la plenitud a nuestros hijos. HABILIDADES ESPECÍFICAS DE PATERNIDAD En el capítulo 4, dirigí el tema del desarrollo sano de género femenino, por lo que para una revisión completa puedes volver a ver ese capítulo, leyéndolo con la perspectiva de una madre. Aquí me gustaría guiar y fortalecer tus relaciones con tus hijos –particularmente tus hijos pequeños. Consideraremos el contacto, las palabras de afecto, límites relacionados con la desnudez, poner a tu esposo delante de los niños y estimular la relación con el padre del mismo sexo. La disciplina y la formación de los hijos es un asunto importante y ya otros han escrito extensivamente sobre él. Los libros que he encontrado particularmente útiles incluyen Dirigir el Corazón de un Niño, de Tedd Trip, Reto a la Disciplina, del Dr. James Dobson y Ella Me Dice Papá, de Robert Wolgemuth. Según su consejo, simplemente añadiré que la disciplina debe ser utilizada para formar a los niños. Como padres, debemos tomar el rol de liderazgo de formar a nuestros hijos modelando la conducta piadosa primero, estableciendo parámetros antes de tiempo y luego llevándolo a cabo consistentemente hasta consecuencias razonables. Las consecuencias no deben administrarse nunca con ira sino con amor y con el objetivo de proporcionarles límites y direcciones sanas para nuestros hijos. Consolar y educar a nuestros hijos es también muy importante. Si tu hijo está llorando y quiere que lo abraces, no le retires tu afecto. Consolar a un niño es probablemente el mejor uso de los brazos de una persona. Si tu hijo tiene miedo, no minimices sus miedos sino háblale de la realidad de la situación y consuela a tu hijo tanto con tus palabras como con tus brazos. Sacrifica cualquier tarea que estés realizando, ponte en el nivel de tu hijo y ofrécele tu atención sin distracción. 168 169 Hunter, El Poder del Amor Maternal, p. 26. Ibid., p. 27. 110 EL VALOR DEL CONTACTO Desde el nacimiento, los bebés necesitan ser cogidos, amados y acariciados. Crecen muy bien con el contacto visual de sus padres y otros amigos cercanos y miembros de la familia. El contacto es esencial para su supervivencia, como afirman Neil y Briar Whitehead en su libro ¡Los genes Hicieron que lo Hiciera! Los autores citan un informe del siglo trece de un intento del estudio del desarrollo del lenguaje de Federico II de Alemania. Este dictador sacó a los niños de sus casas y familias y puso a enfermeras para que los atendiesen sólo para darles de comer o bañarles. “No se les podía abrazar, acariciar ni hablar. Los niños no sobrevivieron mucho tiempo para desarrollar ningún lenguaje. Todos murieron.” 170 El contacto es crucial para el bienestar de los hijos e hijas, pero el contacto no se debe forzar. Soy sensible a mis hijos incluso en el área de hacerles cosquillas. Después de un breve momento, paro y si ellos quieren continuar el juego, me piden que continúe. A nuestros hijos les encanta que les lleven en los hombros de sus padres, luchar con su padre en el césped o arrimarse a uno de nosotros mientras vemos la televisión. Tengo tantos recuerdos maravillosos con ellos, aunque todos los tres sean todavía chicos jóvenes, que no puedo evitar sonreír y mirar adelante con impaciencia por los buenos momentos que nos quedan por compartir como familia. Robert Wolgemuth afirma que el contacto es un lenguaje de amor para nuestras hijas. “Para vuestras hijas, el contacto es la clave para su corazón.” 171 Un abrazo, un beso en la mejilla, acariciarle el pelo, nombrarla –el contacto adecuado siempre dice “Te quiero” y “Eres preciosa para mí.” EL VALOR DE LAS PALABRAS DE AFECTO Tanto los chicos como las chicas necesitan oír palabras de amor y afecto de sus padres. Necesitan saber que te das cuenta de en qué son buenos, que hablas bien de su género y que a pesar de su conducta imperfecta, los quieres. Mis hijos están actualmente en las edades en las que les gusta hacer carreras, saltar y jugar duro. Se prueban a sí mismos contra las habilidades e intereses de sus amigos. Cuando Timmy, mi hijo de seis años, me habla de un juego de superhéroes al que jugó con sus amigos en el colegio, le respondo con entusiasmo. “¡Qué bien, Timmy! ¿Qué superhéroe eras tú?” Con dos breves comentarios, afirmaba su masculinidad y sus intereses. Wolgemuth describe tus palabras de afecto a tus hijas. “’Palabras de afecto’ –frases de afecto- son el acuerdo que sella el contacto físico. Definen exactamente lo que estás pensando o sintiendo. No dejan lugar a dudas.” 172 A la hora de acostarse cuando hemos terminado de leer un libro, mi marido o yo les contamos una historia sobre lo mucho que cada uno de nuestros hijos significa para nosotros. Los chicos escuchan en silencio y atentamente mientras hablamos sobre las cosas graciosas que solían hacer cuando eran bebés y lo mucho que les queremos. No puedo leerles ciertos libros sin llorar, como Adivina Cuánto Te Quiero de Sam McBratney. Y luego tengo que explicarles por qué estoy llorando. Seguro que ahora soy una buenaza- No siempre lo fui. Todos sabemos que las palabras pueden edificar o destruir. Debemos tener mucho cuidado con lo que sale de nuestras bocas. Si te encuentras degradando a tus hijos con palabras, insultándolos o criticándolos constantemente, pide ayuda inmediatamente. Puedes conseguir dirección de un pastor o terapeuta cristiano, pero busca ayuda. Porque como dice la 170 Neil y Briar Whitehead, ¡Los Genes Hicieron que lo Hiciera! (Lafayette, LA: Huntington House Publishers, 1999), pp. 50-51. 171 Robert D. Wolgemuth, Ella Me Dice Papá (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1996), p. 84. 172 Ibid., p. 90. 111 Escritura: “Hay charlatanes que hieren como espadas, la lengua del sabio es medicina” (Proverbios 12,18). ASUNTOS DE LA DESNUDEZ A una edad muy joven, ver a la madre o al padre sin ropa no es un problema realmente. En efecto, desde el nacimiento a los dos años, tendrás que dejar la puerta del baño abierta o meter a tu hijo dentro contigo. Si no, los estragos o el peligro pueden arrasar como un tornado. Incluso a los tres años, la mayoría de los niños no se da cuenta en verdad del cuerpo de sus padres ni experimenta ninguna forma de vergüenza. Cuando empiezan a darse cuenta del cuerpo del padre del género opuesto es cuando el padre no debe permitirles ya que lo o la vean en la ducha o cambiándose de ropa. De acuerdo con mi experiencia, eso empieza a suceder cuando los niños están entre los tres y los cuatro años. El pudor entra en vigor también sobre esta época. Está bien si un niño continúa bañándose con su padre –después de todo, su padre es como él. Pero es en esa época cuando el cuerpo del padre del género opuesto comienza a parecerle misterioso. Los límites suben en el área de la desnudez. Como madre, todavía baño a mis hijos pero también respeto su pudor. Si quieren, giro mi cabeza hasta estén cubiertos en la bañera. Todavía necesito estar allí para asegurarme de que están seguros y de que se lavan el pelo. Asimismo, mi hijo de seis años sabe respetarme no entrando en mi cuarto de baño cuando estoy bañándome o cambiándome. El Dr. Stanton Jones, coautor de Homosexualidad: El Uso de la Investigación Científica en el Debate Moral de la Iglesia, afirma una teoría clave que ha desarrollado Daryl Bem, profesor de psicología de la Universidad Cornell de Nueva York, llamada la teoría de “Lo Exótico Se Hace Erótico.” Bem sugiere que “las personas pueden sentirse atraídas eróticamente a tipos de personas de las que se sintieron diferentes durante la infancia.” 173 El Dr. Jones escribe. “Bem sugiere que ser criado para ser más familiar con el grupo de tu mismo sexo tiene como consecuencia cierto misterio o ‘exotismo’ del otro sexo y lo que es exótico tiende a ser considerado como atractivo sexualmente o ‘erótico’ en la vida adulta.” 174 El cuerpo femenino debe convertirse en “misterioso” para nuestros hijos y el cuerpo masculino misterioso para nuestras hijas. Cuando nuestros hijos del sexo opuesto tengan cuatro años de edad, ya no debemos estar desnudos en su presencia. En vez de eso, deben identificarse con el cuerpo del padre del mismo género. EDIFICAR A TU ESPOSO Los niños reciben un gran beneficio cuando su padre y madre se demuestran respeto mutuamente. Los hijos necesitan ver que su madre nora a su padre verbalmente y viceversa. Asimismo, necesitan ver a su padre expresando el amor a su esposa con palabras y acciones. Cuando los hijos ven respeto, honor y afecto entre sus padres, aprenden cómo va a funcionar un matrimonio –como debe tratar un hombre a su mujer y cómo una esposa debe responder con amor a su marido. Leemos en el Nuevo Testamento: “Maridos, amad a vuestras esposas como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa 173 Daryl J. Bem, “¿Está apoyada la Teoría EBE por la evidencia? ¿Es Androcéntrica? Una Respuesta a Peplau et al.,” Revisión Psicológica 105, nº 2 (1998): p. 395. 174 Stanton Jones y Mark Yarhouse, Homosexualidad: El Uso de la Investigación Científica en el Debate Moral de la Iglesia (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2000), p. 57. 112 parecida, sino que sea santa e inmaculada. Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo.” (Efesios 5,25-28). ¡Esa es una orden bastante grande que los hombres deben cumplir! A la esposa, le dice la Escritura: “Mujeres, someteos a vuestros maridos como al Señor,” y “la esposa debe respetar a su marido” (Efesios 5,22-33). Si la palabra “feminidad” implica debilidad para algunas de nosotras mujeres, ¡cuanto más “sumisión” suena disonante a nuestros oídos! Pero debemos comprender que en el uso bíblico, sumisión no quiere decir “eres menos que.” Simplemente implica una orden. Si nadie se somete a un general en un ejército, el ejército no puede funcionar. Los hombres se someten aun jefe en el trabajo, en el ejército, además de en la iglesia –sin pensarlo dos veces. Incluso el Vicepresidente se somete al Presidente de los Estados Unidos. Tú, como esposa, eres la vicepresidenta de tu familia. Sólo ten en mente que sumisión no es igual a “menos valor” sino que describe un orden de autoridad. ESTIMULAR LA RELACIÓN DEL NIÑO CON EL PADRE DEL MISMO SEXO Nosotras madres tenemos que estimular la relación entre padre e hijo y no interceptar sus comunicaciones. Nuestros hijos necesitan relacionarse directamente e identificarse con su padre. Las mujeres podemos intervenir fácilmente debido a nuestra naturaleza intuitiva –pero eso no es apropiado. Déjame que te dé un ejemplo personal. Estaba recogiendo la ropa sucia en la habitación de mi hijo cuando se giró hacia mí y me dijo: “Mamá, estoy mal con papá.” “ Timmy, ¿qué es lo que ocurre?” le pregunté. Para ser honesta, no puedo recordar cual era la queja pero dándome cuenta de que era seria, le dije: “¿Por qué no vas y hablas con tu padre de ello?” Timmy siguió mi consejo y bajó al piso de abajo para hablar con su padre. En unos minutos, el problema estaba solucionado y se unieron incluso más. Lo mismo sucede con la relación madre-hija. Los padres deben animar a las hijas y a sus madres a conectar o a volver a conectar, a no ser que tengan una relación insana. Si la madre no ha tratado problemas psicológicos que tiene, como un desorden bipolar o res constantemente crítica con su hija, resto puede hacer más daño en vez de ayudar a su hija. Asumiendo que existe esperanza para una relación sana entre las dos, el padre debe estimular el vínculo y salir de su intimidad en desarrollo. Tus hijos necesitan también tener buenas relaciones con el padre del género opuesto, como se ha dicho de formas extensa en el capítulo 4. RELACIONES DEL CLAN FAMILIAR Cuando hablo con otros padres ex-gay, a veces me sorprendo de sus historias sobre los miembros del clan familiar que están teniendo problemas al criar los niños. Me decía una amiga: “Aunque he tratado con “mi problema” y he progresado, mi hermana heterosexual no fue al asesoramiento sobre nuestra educación. Siempre decía: “La Homosexualidad es tu problema, no el mío. ¿Para qué necesito yo ayuda psicológica?” “Bien, a mis hijos les está yendo muy bien pero los hijos de mi hermana están luchando con su identidad de género. Se puede ver de lejos. Y, lo que es peor, puedo verla duplicando la 113 crítica de mi madre hacia los hombres y la sobre-dependencia de sus hijos. Realmente es aterrador. ¡Si esos niños no terminan siendo gay, será un milagro!” He oído esto tantas veces que ya no me sorprende. Si los hermanos no quieren afrontar las dificultades de su vida, perdonar y trabajar un proceso similar de curación de las heridas de la infancia como su hermano o hermana con atracción hacia el mismo sexo, probablemente duplicarán la paternidad errónea que recibieron. La negación no nos protege de las repercusiones del ambiente familiar original. En vez de eso, las dinámicas familiares erróneas se duplican por generaciones a no ser que sean confrontadas de forma deliberada. Como dicen muchos padres cristianos: “Esta es nuestra oportunidad de detener los patrones insanos para la próxima generación. Estas cosas no pueden continuar. Tengo la oportunidad y la responsabilidad de cambiarlo por mis hijos.” ¡Si nuestros clanes familiares lo sintiesen de esa forma tan fuerte! TRANSMITIENDO UNA NUEVA HERENCIA Aunque no hayas trabajado en solucionar tu pasado y las dinámicas de familia de origen antes de tener hijos, todavía estás a tiempo de reparar cualquier daño que puedes haber pasado a tus hijos. La humildad y el perdón pueden ser una ayuda poderosa para curar las heridas. Tienes que trabajar tus propios problemas de la infancia y tus hijos también. Esto comienza el proceso de dejarles una nueva herencia. Como madres, tenemos que darnos cuenta de que nuestra educación es increíblemente valiosa e impactará sobre el resto de las vidas de nuestros hijos –especialmente sobre su capacidad de vincularse con sus seres queridos. La relación madre-niño es la primera relación íntima significativa que experimentamos los humanos y forma todas las demás que siguen. Debemos trabajar los problemas de nuestro propio pasado para que nuestros hijos reciban la educación de nosotros que necesitan desesperadamente. Nosotros padres tenemos que ser conscientes de las actitudes residuales que están infectadas de nuestras ideas pasadas. Si comunicamos que los hombres son malos o las mujeres débiles, afectaremos naturalmente a las percepciones que nuestros hijos tienen de sí mismos. En vez de eso, debemos evaluar con cuidado lo que estamos comunicando sobre el género a nuestros hijos y corregirnos si es necesario. Afortunadamente para nosotras y para nuestros hijos, Dios está por la labor de vendar los corazones rotos y curar sus heridas (Salmo 147,3). Alguien mayor que nosotros quiere luchar a nuestro lado en la batalla por la salud y la plenitud. Como promete Su Palabra: “”El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido el Señor. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación y a los reclusos la libertad; a pregonar año de gracia del Señor, día de venganza de nuestro Dios, para consolar a todos los que lloran, para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto, alabanza en vez de espíritu abatido (Isaías 61,1-3). NUESTRO VERDADERO OBJETIVO Una mujer que ha abandonado su lesbianismo descubrirá que Dios le o frece una vida de satisfacción. Esa vida puede incluir o no un marido e hijos. Pero siempre incluirá el mejor designio de Dios para esa mujer en particular. Mi consejo, entonces, es no buscar un marido –no necesariamente una relación romántica con un hombre. Mejor aún, espera a ver lo que Dios tiene que ofrecerte. Prepárate para permanecer soltera pero prepárate también para un hombre especial si eso es lo que Dios ha elegido para ti. 114 De forma similar, tu futuro puede que incluya o puede que no la maternidad. Alégrate tanto si Dios dice sí como si dice no. Nuestro objetivo debe ser siempre recibir lo mejor de Dios. Como aconsejaba el evangelista Dwight Moody hace más de cien años: “Extiende tu petición ante Dios y luego di: ‘Que se haga, Señor, tu voluntad, y no la mía.’ La lección más dulce que he aprendido de la escuela de Dios es dejar que el Señor elija por mí.” Mientras progreses en tu plenitud como mujer, haz de este tu dicho. No te arrepentirás. AL SEPARARNOS “Dichosos los que sacan de ti sus fuerzas, cuando piensan en sus subidas. Al pasar por el valle del llanto, lo van transformando en hontanar y las lluvias los cubren de bendiciones. Caminan de altura en altura y Dios se les muestra en Sión.” (Salmo 84,5-7) Al comienzo de este libro, comparé el salir de la homosexualidad con un camino. Hice mención a que el camino tendría sus subidas y bajadas, sus curvas y gracias a Dios, sus agradables autovías rectas en las que puedes acelerar con relativa facilidad. Dentro de unas pocas páginas más, cerrarás la tapa de este libro. Espero que hayas encontrado respuestas y estímulo en sus páginas y que acudas a él las veces que sientas que es necesario. Al mismo tiempo, me doy cuenta de que tu historia es única y de que los muchos avatares y giros que hay delante de ti harán que tengas que hacer elegir a lo largo del camino. Lo que decidas en cada coyuntura determinará tu propio camino personal. Si has entregado tu vida a Jesucristo, tendrás un compañero preparado a lo largo del camino: “Ya gires a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una voz detrás de ti, que dice: ‘Este es el camino, adelante” (Isaías 30,21). Te corresponde a ti escucharle y progresar hacia la plenitud. LA MESETA EX-GAY Si eres como la mayoría de las mujeres que supera la atracción y la identidad homosexual, puedes llegar a un lugar de descanso a lo largo del camino y sentirte reacia a levantarte y avanzar. Tras afrontar el dolor y el cambio, necesitamos descanso. Pero eventualmente, debemos continuar nuestro largo camino para conseguir lo que nos espera. El permanecer en una identidad incompleta ha sido llamado “la meseta ex-gay” por Sy Rogers, un portavoz popular de la comunidad ex-gay. Para la mayoría de nosotras, el proceso de abrazar nuestras identidades femeninas dadas por Dios y de salir luego a las vidas de otros es la forma de salir de la meseta ex-gay. A mí me ha ayudado durante los años saber que no soy significativamente diferente de otras mujeres de mi alrededor. Ni tú tampoco. La diferencia suele residir en la expresión externa de cómo hemos tratado nuestras inseguridades, miedos y heridas, más que en nuestras naturalezas como mujeres. En el capítulo 7 cité a una Señora joven llamada Sydney que me decía: “Solía quedarme agarrada al elemento de atracción hacia el mismo sexo, cuando lo que en verdad estaba en el núcleo de mi pecado tenía muy poco que ver con el sexo. Se me ha hecho muy evidente que muchas mujeres están buscando encontrar su suficiencia en alguien o algo más, en otro que no es Dios. Yo no estoy sola.” Mi esperanza es que tú te sientas de forma similar a Sydney –que no estás sola en tu situación ni luchas. Mi esperanza es que puedas comenzar a ver los parecidos entre tú misma y otras mujeres que no tienen atracción hacia el mismo sexo. 115 CERRAR LA PUERTA DE ATRÁS Una forma segura de evitar ser golpeada en el proceso de cambio es cerrar la puerta trasera –suprimir para siempre tu opción de volver a las relaciones, identidad o cultura lésbicas. Uno de mis pastores solía decir: “Cubre con tablas las ventanas y tapia la vieja puerta. Comprométete a no volver al pasado.” Para aplicar este principio, simplemente pídele a Dios que te dé un corazón indiviso dedicado a Sus caminos, comprométete en la oración a no volver a tu pasado y pídele que te conceda despreciar tu pecado. Esa última sugerencia fue bastante profunda en mi vida. Había estado trabajando en mis problemas de atracción hacia el mismo sexo durante un par de años cuando me aventuré a pedirle a Dios que me concediera despreciar mi pecado. Como consecuencia de esa oración, comencé a ver la homosexualidad y las relaciones homosexuales con una luz totalmente nueva. En vez de mi atracción típica hacia las mujeres que parecían ser lesbianas, me encontré experimentando una tristeza nueva y profunda. No me sentía sentenciosa, áspera ni enfadada. Es más, me sentía triste. Creo que Dios me estaba dando un atisbo de la destrucción del pecado. Por ejemplo, me acuerdo de ir a un torneo de béisbol a animar a un amigo. Mientras veía el partido, me di cuenta de que había varias lesbianas y esperaba sentir atracción hacia ellas. En vez de eso, notaba el dolor que había bajo sus exteriores defensivos. Me di cuenta, mirando a algunas de las mujeres, de que habían rechazado profundamente su propio valor como mujeres, probablemente debido a sus experiencias dolorosas del pasado. Tenía ojos que podían ver más allá de lo exterior entrando en sus corazones. La experiencia me impactó profundamente. Por otra parte, pudimos asumir que el pasado se va de nuestros recuerdos para siempre y que posiblemente no podía volver a las antiguas formas. Considero esta imprudencia porque todavía llevamos con nosotros una naturaleza de pecado (Salmo 51,5; Romanos 8,12-14) que se eliminará para siempre cuando entremos en la eternidad (Apocalipsis 22,3-5.14). Hasta entonces, mi falibilidad humana permanece como parte de mí y necesitada del Señor Jesucristo y del liderazgo diario del Espíritu Santo (Romanos 8,5-9; Hebreos 12,1-3). Me doy cuenta de que si llega a tener lugar la tentación hacia el mismo sexo, tengo las herramientas, la comprensión y la relación con Dios para superar cualquier tentación. Siempre tenemos una salida ante cualquier tentación (I Corintios 10,13), Además, intento no sentirme avergonzada si soy tentada, ya que la tentación no es el pecado. Tengo la opción de cómo responder a la tentación. Las antiguas soluciones eran dulces pero nada más –son amargas y no dan fruto. Finalmente, debes saber que el Cuerpo de Cristo está necesitado de mujeres (y hombres) actualmente que sean transparentes y capaces de utilizar su pasado para ayudar a los demás. La iglesia en general puede sacar provecho de las lecciones de la vida que aprendes y aplicas. Mi esperanza es que hagas de este uno de tus objetivos. Muchas mujeres luchan todavía diariamente con los problemas que tú ya has resuelto. Tú puedes ayudarles formando parte de un grupo de apoyo local, ofreciendo asistencia económica y voluntaria a los ministerios que ayudan a las mujeres que luchan con la homosexualidad a progresar hacia una nueva vida, y lo más importante, rezando por estos ministerios y las mujeres que buscan ayuda en ellos. Dios te bendiga en tu camino. “Que Él, el Dios de la Paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama y es Él el que lo hará” (I Tesalonicenses 5,23-24). 116 APÉNDICE A: PREGUNTAS QUE SE HACEN CON FRECUENCIA Debido a mi experiencia personal con el lesbianismo y la naturaleza del ministerio en el que estoy implicada, con frecuencia se me hacen ciertas preguntas básicas. Aquí hay algunas de esas “preguntas que se hacen con frecuencia” con breves respuestas. Si el tema está más desarrollado en los capítulos de Restaurar la Identidad Sexual, hago mención a los capítulos en que se expone ese tema. ¿Los hombres y mujeres con sentimientos homosexuales “nacen gay”? Los medios de comunicación populares promueven la idea de que los hombres y mujeres nacen homosexuales pero la investigación simplemente no corrobora esa afirmación. Un argumento más fuerte favorece la influencia de un número de factores: abuso sexual en la infancia, conclusiones internas sobre el valor del género de la persona y el género del padre que la persona modeló cuando era niña. Este tema se trata más ampliamente en los capítulos 2 y 3. ¿Puede una mujer cambiar realmente su orientación sexual? Ciertamente el cambio puede tener lugar. En efecto, el terapeuta Steven Donaldson afirma que cambiar la orientación sexual de una persona puede ser más fácil que superar la adicción a las drogas o al alcohol. En mi vida y en las vidas de las 265 mujeres que respondieron a mi encuesta, el primer cambio importante fue la nueva apreciación de la feminidad. Ese cambio inicial ayudó a producir la identificación heterosexual. Para más información, puedes leer el capítulo 5. ¿Dejaré algún día de tener tentaciones con sentimientos sexuales hacia otras mujeres? Con frecuencia cuando comenzamos a tratar los problemas que subyacen en la atracción hacia el mismo sexo, los sentimientos homosexuales pueden parecer un poco más fuertes. Pero mientras afrontamos los problemas que pueden parecer sin relación con nuestras tentaciones, nuestra atracción hacia el mismo sexo disminuye y eventualmente se queda en segundo plano ante otras luchas y problemas de nuestras vidas. En 1987, cuando comencé a afrontar los problemas de una forma deliberada, me encontré luchando con pensamientos lésbicos en una dosis diaria. Pero ahora, 16 años después, como esposa y madre, encuentro tales pensamientos una rareza. Este tema se trata totalmente en el capítulo 7 y hay más ejemplos de mi vida en mi autobiografía y la de mi marido Ganó el Amor. Una amiga del trabajo es lesbiana. Dice que es feliz pero me gustaría hablar con ella sobre su vida. ¿Qué debo hacer? Primero, recuerda que la homosexualidad en su raíz no es sexual. En vez de eso es una forma de pareja ineficaz –una forma falsa de amar y de nutrirse. En la base de la atracción homosexual hay una desconexión con el sentido de la mujer y con el gozo de ser mujer. Puede parecer feliz para el mundo exterior pero en los momentos de tranquilidad probablemente experimenta los mayores sentimientos de insatisfacción. 117 Lo que necesita más que nada es la relación con Jesucristo y el alimento que procede solamente de Dios. Reza para que pueda conocer el consuelo y la paz que supera a la comprensión. Dios es el único que puede hacerle comprender que las relaciones lésbicas “no están bien” y que no son Su deseo o designio para ella. Mi compañera de trabajo dice que es cristiana y lesbiana. Incluso va a la Iglesia regularmente. Estoy confundida -¿Se puede ser ambas cosas al mismo tiempo? Puede ser cristiana muy bien –Sólo Dios puede juzgar su corazón. La gente ha desarrollado muchos argumentos utilizando varios pasajes de las Escrituras para justificar la conducta homosexual. Lo creas o no, algunas personas enseñan una llamada “teología gay” pero esta es una visión revisionista de las Escrituras. En otras palabras, si está reivindicando que la Biblia dice que el lesbianismo es aceptable, debe haber reinterpretado la Escritura para encajar sus sentimientos. La forma más fácil de evaluar las reivindicaciones de la “teología gay” es ver si en algún lugar de la Escritura Dios respalda la sexualidad fuera de los límites del matrimonio entre un hombre y una mujer. En ningún lugar la Escritura respalda la expresión sexual entre dos mujeres o dos hombres. Para más información, lee el libro de Joe Dallas: Un Fuerte Engaño: Confrontando el Movimiento “Cristiano Gay” (Harvest House Publishers, 1996). Mi hija acaba de decirme que es gay y me siento abrumada de dolor. ¿Qué puedo hacer? Muchos padres lloran profundamente cuando se enteran de la homosexualidad de su hija. Afrontan abandonar los deseos del matrimonio heterosexual de su hija y los hijos naturales. Pueden preguntarse cómo es que no conocían a su hija lo bastante bien como para no haberse dado cuenta de su lucha. Y puede que sientan que su hija rechace su matrimonio. Estos sentimientos pueden ser muy fuertes. Yo te animaría a encontrar apoyo de padres que han sobrevivido a la admisión de la atracción hacia el mismo sexo de su hija. Algunos de estos padres no sólo han sobrevivido sino que realmente se han hecho personas más fuertes. La oficina de Exodus puede referirte a un ministerio que se encarga de los padres de hijos con homosexualidad. Además te recomiendo que conciertes una cita para hablar con tu pastor o cura y te arriesgues eventualmente a hablar con tus amigas más íntimas sobre ello. Tienes gran necesidad de apoyo y comprensión en este momento. Como madre, me pregunto qué hice mal. ¿Soy responsable de la homosexualidad de mi hija? Nadie es responsable de las acciones o sentimientos de otra persona. Pero si lees los capítulos 3 y 4 y encuentras que has contribuido a sus luchas de alguna forma, siempre puedes dar el paso de decir: “Lo siento.” También es importante tener en mente que las percepciones de tu hija de las circunstancias y decisiones basadas en sus experiencias formaron una parte importante en el desarrollo del déficit y atracción hacia el mismo sexo. Puede que sea sensato preguntarle sus puntos de vista y sentimientos sobre la vida cuando vaya creciendo. Si decides hacerlo, prepárate para escuchar sin defenderte y estarás abriendo una puerta muy importante de comunicación con tu hija. Que el Señor te bendiga mientras buscas comprensión y una relación de corazón a corazón con ella. ¿Dónde puedo encontrar recursos adicionales? 118 En el capítulo 5 hice referencia a varios recursos de apoyo. Para materiales escritos, recomiendo que te pongas en contacto con Exodus en (888) 264-0877 0 www.exodusinternational.org y pidas una lista de libros. También he sugerido una lista de recursos adicionales en la página 259. APÉNDICE B: RESULTADOS DE LA ENCUESTA La siguiente encuesta no se hizo en un marco académico y no es un proyecto de investigación científica. Sin embargo, refleja los corazones de las mujeres que participaron en ella. La información subordinada que tan generosamente proporcionaron estas mujeres en sus respuestas ofrece introspección, ánimo, afirmación y dirección a todas aquellas de nosotras que hemos luchado con la atracción hacia el mismo sexo. En abril de 1999 se me ocurrió la idea de entrevistar a mujeres que estén superando o hayan superado la homosexualidad. El principal objetivo de la investigación era proporcionar datos para Restaurar la Identidad Sexual. Sentía que el estudio era importante por varias razones. Faltan datos cuantitativos sobre las experiencias y antecedentes de las mujeres con atracción hacia personas del mismo sexo. Quería probar algunas de las teorías sobre el desarrollo del lesbianismo. Y finalmente, creía que las mujeres interesadas en superar el lesbianismo estarían interesadas en responder una entrevista así y en ver cómo la experiencia de otras coincidía o se diferenciaba de la suya propia. Mi intención era preguntar a mujeres de Exodus International, una red organizada de ministerios que ayuda a hombres y mujeres a dejar la homosexualidad. También intenté tener un grupo de control más pequeño de aproximadamente 40 a 50 mujeres identificadas como lesbianas. EL PROCESO DE DESARROLLO En septiembre de 1999 hice una lista inicial en borrador de dos páginas de preguntas. Desde entonces hasta marzo del 2000, obtuve revisión de contenido y ayuda de desarrollo de 11 expertos del movimiento ex-gay cristiano, además de tres expertos adicionales de otras áreas. Entre los revisores se encontraban Bob Davies (antiguo Director Ejecutivo de Exodus International), cinco líderes nacionales de mujeres de Exodus y tres terapeutas profesionales. A finales de marzo del 2000 había desarrollado una lista de 142 preguntas. En el desarrollo final de mayo de 2000, la entrevista tenía ocho páginas. A lo largo del camino, varias personas contribuyeron con su destreza e introspección en el área de la revisión de diseño. En particular, Katy Vorce acudió para minimizar los márgenes de error de las preguntas, reestructurar el orden de las preguntas y revisar la redacción para darle claridad y consistencia. Me proporcionó una ayuda inestimable en esta área con esas tres revisiones. John McKeever me aconsejó sobre la distribución de la encuesta. Envié una copia final a cada uno de mis revisores y les pedí que buscasen preguntas duplicadas, fluidez de preguntas, preguntas en las secciones equivocadas, significadas de palabras o preguntas que no estuviesen claros y preguntas que pudiesen interpretarse de dos o más formas. En junio de 2000 distribuí 1884 encuestas a través de ministerios referentes de Exodus, predominantemente en los Estados Unidos y Canadá. Un afiliado de Exodus de Singapur estuvo también interesado y distribuyó 11 encuestas. 119 Además, anuncié la encuesta en los programas de radio Renewing the Heart de Focus on the Family y America de Janet Parshall. Recibí 28 peticiones individuales de encuestas como consecuencia. De forma adicional, en agosto de 2000 distribuí 150 encuestas en la Conferencia anual de Exodus de Norteamérica. Al final, distribuí 1912 encuestas. De estas, rellenaron y me devolvieron 265 en marzo de 2001 (un índice de entrega del 14%). La encuesta lésbica tuvo mejores resultados en el porcentaje de entregas (32%) pero el pequeño número de encuestas devueltas (nueve) era inadecuada para un grupo de control. DATOS DEMOGRÁFICOS GENERALES De las 265 mujeres con atracción hacia el mismo sexo que respondieron la encuesta, más de dos tercios tenían entre 25 y 45 años de edad. Un poco más del 8% tenían menos de 25. Casi el 20% tenían 45 años y más. De las que respondieron, el 83% eran del Cáucaso, el 5% eran afroamericanas, el 4% eran asiáticas, el 5% eran latinas /hispanas y el 3% se describían como “otras.” Poco más del 2% de las mujeres tenía problemas de audición. Casi el 55% tenía unos ingresos anuales de entre 20,000 $ y 50,000 $, por encima del 25% de las mujeres cobraba menos de 20,000 $ anuales y casi una de seis (16%) cobraba más de 50,000 al año. Un tercio había terminado estudios universitarios, otro tercio se había graduado de la universidad y el 16% había conseguido un master o un nivel más alto. El catorce por ciento había logrado solamente estudios de secundaria. Casi dos tercios de las mujeres no se había casado nunca, por debajo de un cuarto estaban actualmente casadas y aproximadamente el 10% estaban divorciadas o separadas. Un tercio de las mujeres llevaba entre uno y tres años recibiendo ayuda para su atracción hacia el mismo sexo, mientras que el 15% había pasado menos de un año recibiendo ayuda. Otro 20% estuvo de cuatro a siete años recibiendo ayuda y casi el 20% restante pasó de ocho a diez años obteniendo ayuda. Un poco más de la mitad de las mujeres había recibido ayuda por medio de Exodus, la mitad recibía ayuda adicional por medio de terapia profesional y más de un tercio utilizaba otros medios, que incluían ayuda psicológica pastoral o laica. Alrededor del 43% utilizaba medios múltiples para alcanzar sus objetivos. La combinación más común era un ministerio de Exodus y una terapeuta profesional (casi el 20%). Antes de la ayuda el 57% de las mujeres se identificaban como lesbianas, el 19% como bisexuales y el resto como heterosexuales, “ex-lesbianas” u “otras.” Las mujeres declararon su identificación sexual en el momento de la entrevista como heterosexuales (43%), ex-lesbianas (un tercio), lesbianas (7%), bisexuales (5%) y otras (11%). De las 219 mujeres encuestadas que dijeron que habían experimentado o habían sido diagnosticadas con problemas psicológicos, casi el 40% había experimentado uno o dos problemas de esos en algún momento. Casi el 30% había experimentado más de cuatro problemas psicológicos en algún momento de sus vidas. Más del 17% expresó que no tenían problemas psicológicos. La encuesta incluía los siguientes temas: depresión, intentos de suicidio, dependencia química /uso de pastillas, comer demasiado, bulimia, anorexia, conducta alcohólica, auto-mutilación y otras. Estas fueron las respuestas: depresión –(67%) alcoholismo –(38%) comer demasiado –(31%) 120 Uso de pastillas /dependencia química –(28%) Intentos de suicidio –(25%) Los problemas psicológicos menos frecuentes eran la auto-mutilación (16%), anorexia (7%) y bulimia (7%). Cuando se les preguntó la causa de su depresión o de sus intentos de suicidio, respondieron: La ruptura de una relación sexual o romántica con una persona del mismo sexo (61%) Desesperación general (58%) Falta de esperanza de cambio real (55%) Depresión clínica (34%) Otras (22%) Presión de otros para que cambie de orientación (21%) Ninguna de las encuestadas respondió “presión” como respuesta singular. Todas las demás respuestas sí se dijeron a veces como causas singulares. RELACIONES CON PADRES /FAMILIA De las encuestadas, el 7% fueron adoptadas cuando eran niñas y un 4% fueron colocadas en casas de acogida cuando eran niñas. Un poco más de la mitad (57%) fueron educadas en un hogar activamente cristiano. En casi el 30% de las familias, los padres se habían divorciado o separado antes de que las encuestadas tuviesen 18 años de edad. Si los padres se habían divorciado, la gran mayoría (93%) se quedó viviendo con su madre. Casi el 40% de las mujeres crecieron en familias en las que el padre era alcohólico. El padre que abusaba del alcohol era el padre en el 30% de los casos, la madre (7%), seguidos del padrastro (4%). Algunas familias tenían más de un padre que abusaba del alcohol. El abuso de sustancias por los padres era mucho menor –15%. Cuando se le preguntó a la encuestada con quién se sentía más cercana cuando crecía, el 42% dijo que con la madre, un cuarto marcó el padre y el 32% no seleccionó a ningún padre. MADRES En respuesta a la pregunta: “¿Cómo veías a tu madre cuando estabas creciendo?” las cuatro descripciones y sus respuestas más señaladas fueron: crítica (49%) dominante (37%) excluida (37%) débil (34%) Tristemente, pocas mujeres pudieron describir a sus madres como: educadoras (23%) implicadas de forma activa (22%) afirmativas (17%) Casi un tercio de las encuestadas dijeron que su madre estuvo ausente durante un periodo crítico de su infancia. 121 Cuando se les preguntó si les habría gustado ser como sus madres cuando estaban creciendo, un asombroso 84% dijo que no. PADRES Cuando se les pidió que describiesen a sus padres cuando estaban creciendo, los adjetivos más utilizados por las mujeres fueron: excluidos (46%) críticos (37%) fuertes (35%) pasivos (33%) abusadores (28%) Tres de los cuatro visiones positivas de sus padres estaban al final de la lista: afirmativo (18%) educador (16%) implicado de forma activa (15%) A pesar de estas descripciones y de las relaciones más íntimas con sus Madres, el 75% de las mujeres veía al género masculino como modelos de rol más deseables. OTRAS DINÁMICAS FAMILIARES / DE INFANCIA Casi la mitad de las encuestadas (46%) creció oyendo comentarios negativos o degradantes sobre las mujeres. Casi dos tercios (62%) de los comentarios eran afirmados por sus padres mientras que el otro tercio (35%) procedía de los hermanos de las chicas (35%) y un cuarto (27%) de las madres. ABUSO Estas son las definiciones de abuso en la encuesta: abuso verbal –llamar a un chico insultándole o diciéndole constantes palabras con ira sin tener en cuenta la conducta de la niña. Abuso emocional – palabras de manipulación, como culpar a la niña de los problemas del adulto, arrepintiéndose del nacimiento de la niña, controlándola por medio de la culpa o la vergüenza y utilizando a la niña como apoyo emocional esponsal. Abuso físico –herida física de daño sustancial o amenaza genuina de daño sustancial por un padre o cuidador (excluyendo accidentes). Negación –el no proporcionar lo básico de comida, ropa, refugio y supervisión adecuada, así como el no sacar a la niña de una situación en la que está expuesta al abuso. Abandono –la carencia de presencia emocional o física o dejar a la niña sin supervisión. Abuso espiritual –la autoridad espiritual mal dirigida o coerción sobre la vida de otra persona. Abuso sexual –incluye cualquier tipo de intercambio sexual entre un niño y alguien mayor, más fuerte, desde el contacto inadecuado a besos, contacto con los genitales de la niña, también incluye exhibicionismo ante la niña, exponerla a 122 materiales pornográficos o utilizar a la niña para realizar materiales pornográficos (puede incluir o no contacto vaginal, oral o anal) Un asombroso 91% de las mujeres había experimentado alguna forma de abuso mientras crecía. Los abusos citados con más frecuencia fueron el abuso emocional (69%), seguido muy de cerca por el abuso sexual (66%) y del abuso verbal (53%). (Mira el capítulo 6 para más información). Casi dos tercios (62%) de las mujeres afirmó presenciar el abuso de un miembro de la familia. Predominantemente los abusos presenciados eran verbales (72%), emocionales (72%) y físicos (57%), abandono (26%), aunque en el 10% de esos casos, la niña presenció abuso sexual perpetrado por un miembro de la familia. Tres cuartos de las mujeres que fueron víctimas de abuso sexual sufrieron el abuso por primera vez entre los tres y los diez años de edad (75%). Dos tercios de las encuestadas habían sufrido abusos sexuales por parte de un hombre antes de los 18 años. De esas mujeres que sufrieron abuso, el 85% fueron violadas por un hombre. El hombre más común que perpetró el abuso fue descrito como un hombre ajeno a la familia (58%), seguido de un “amigo de la familia” (24%), “otro miembro de la familia,” que no incluía al padre, hermano o hermanastro (23%) y luego un “hermano” (23%). Las encuestadas afirmaron sufrir abuso por parte de mujeres en el 17% de los casos. Si sufrieron abusos de una mujer, el grupo más grande de las que perpetraron el abuso era una niñera (18%), seguidas de la madre (14%), otros miembros de la familia (sin ser madre y hermana) (11%), amiga de la familia (9%) y finalmente una hermana y líder de la iglesia (5%). El grupo más grande que se indicó como responsable del abuso sexual de mujer a mujer fue el de “otra mujer” –alguien que no encajaba en las demás categorías. La mayoría de estas mujeres que sufrieron abuso de una mujer (89%) lo sufrieron solamente de una persona. Como contraste, si una chica sufrió abuso por un hombre, lo que sucedió a cuatro veces el número de mujeres, era más probable que hubiera sufrido abuso también por un segundo hombre (24%). RELACIONES CON AMIGAS EN LA INFANCIA Aunque el 60% de las encuestadas experimentó el ridículo de sus amigas y el 44% fue insultada con relación al género o la sexualidad, sólo el 22% fue insultada con nombres homosexuales. Cuando se les preguntó: “¿Te tomaron alguna vez por un chico?” una amplia mayoría (61%) respondió que sí. La mayoría de las mujeres se consideraban “marimachos” cuando crecían (87%). A las mujeres se les preguntó cómo se sentían siendo una chica cuando estaban creciendo. Casi el 90% se sentían en algún lugar desde la ambivalencia a no gustarles nada en absoluto ser una chica. Más del 70% afirmó ser más intrigadas o cautivadas por chicas que por chicos durante la adolescencia. Sólo un tercio de las mujeres con atracción hacia el mismo sexo experimentó el sexo con otra mujer antes de los 13 años de edad. EXPERIENCIAS CON EL GÉNERO OPUESTO Esta parte de los resultados de la encuesta parecen confirmar la fluidez de la sexualidad femenina. 123 Como se dijo anteriormente, casi dos tercios de las encuestadas (64%) se identificaban como lesbianas antes de recibir ayuda con respecto a la atracción hacia el mismo sexo. Antes de los 18 años de edad, más de la mitad de las mujeres (51%) esperaba casarse con un hombre encantador. El sesenta por ciento había experimentado sentirse protegida por un hombre. Una mitad (51%) afirmaba haber tenido una relación sexual atractiva con un hombre casi tres cuartos de las mujeres dijeron que habían tenido una experiencia sexual intencional con un hombre. La mayoría de estas mujeres (61%) decía haber tenido esta experiencia después de su primera atracción sexual hacia personas del mismo género. Tres de cada diez (32%) tuvieron sexo deliberado con un hombre antes de experimentar atracción sexual por otra mujer. A pesar de eso, una amplia mayoría de las mujeres (88%) dijo que habían tratado a los hombres en general con desconfianza u hostilidad. Quizás haber experimentado abuso sexual en la infancia (66%) por un hombre contribuyó a su desconfianza y hostilidad. Sólo el 42% afirmó que necesitan realmente a los hombres en sus vidas. ATRACCIÓN HACIA EL MISMO SEXO Con diferencia, la mayoría de las encuestadas (83%) reconoció “sentirse diferente” de otras chicas o mujeres. Había una correlación significativa entre “sentirse diferente” y experimentar primero atracción hacia el mismo sexo. Una enorme mayoría de las mujeres (89%) había participado en una experiencia sexual con una persona del mismo sexo. Adicionalmente, el 91% había tenido fantasías sexuales del mismo género. Las tres formas de fantasía experimentadas, según respondieron las encuestadas, fueron la imaginación personal (83%), películas (52%), pornografía visual (41%) y novelas lésbicas o románticas (31%). Una mayoría (62%) tuvo fantasías del mismo sexo antes de los 18 años. Pregunté a las encuestadas: “¿Has tenido alguna vez una relación intensamente emocional y exclusiva con otra mujer?” Una vez más, la mayoría (93%) respondió que sí. De esas, el 68% tuvo hasta seis relaciones de esas, mientras que exactamente la mitad se consideraba heterosexual antes de la experiencia. La mayoría (57%) dijo que tenían una relación personal con Jesucristo antes de implicarse en una relación sexual lésbica. Adicionalmente, casi tres cuartos de las mujeres (74%) sentían que su atracción hacia el mismo sexo estaba en conflicto con su fe o su conciencia. Lo que encuentro intrigante es el retraso de un par de años entre la atracción hacia el mismo sexo y la experiencia. Casi un tercio (30%) de las mujeres fue iniciada en una experiencia sexual lésbica por mujeres que eran tres o más años mayores. De estas, el 41% fue seducida por alguien con un “rol de autoridad.” El cuarenta por ciento de las encuestadas fue seducida a su primera experiencia sexual lésbica y a su vez sedujeron a otras mujeres a su primera experiencia sexual lésbica. De ellas, el 82% decía que habían llevado a dos personas en su primera experiencia homosexual. Entre las mujeres que tuvieron una experiencia lésbica, tres cuartos habían tenido hasta siete parejas sexuales femeninas. Con respecto al tiempo de duración de las relaciones lésbicas, tres cuartos de las mujeres (78%) decían haber tenido una relación durante mucho tiempo, definida por el 65% como “hasta cinco años.” El máximo tiempo de las relaciones era dos o tres años (32%). Más de una mitad (55%) reconoció haber utilizado la manipulación emocional para mantener una relación lésbica y un sorprendente un tercio (36%) experimentó un episodio de abuso físico con una amante. 124 MATRIMONIO E IMPLICACIÓN LÉSBICA La mitad (52%) de las mujeres casadas (o anteriormente casadas) había estado implicada sexualmente con otra mujer antes de casarse. Un tercio (35%) estuvo implicado sexualmente con otra mujer durante su matrimonio, mientras que el 44% se vieron implicadas siguiendo la ruptura de su matrimonio. Algunas de las mujeres estuvieron implicadas con otras mujeres antes, durante y después de sus matrimonios. Casi la mitad de las mujeres casadas (46%) sufrieron abuso de parte de su esposo. Las formas principales de dificultad fueron la negación emocional (68%) y el abuso emocional y verbal (59% cada uno). Casi el 20% dejaron a sus maridos para implicarse en una relación lésbica. Muchas menos (6%) dejaron a sus hijos por una amante. EXPERIENCIA / CULTURA LÉSBICA Casi la mitad de las mujeres (47%) adoptó la etiqueta lésbica y la amplia mayoría (77%) lo hizo entre los 15 y los 25 años de edad. Una vez más, generalmente transcurrían varios años entre el momento en que una mujer sentía atracción hacia el mismo sexo y adoptaba una identidad “lésbica.” Dos tercios de las encuestadas afirmaban la implicación de la subcultura lésbica. El sesenta por ciento decía estar apenas implicadas de forma moderada. Otro cuarto estaba muy implicada y el 10% estaba inmersa completamente en la subcultura lésbica. Para las que estaban implicadas, los bares lésbicos o gay eran el principal punto de encuentro (86%); fiestas lésbicas (62%) y deportes de mujeres adultas (45%) eran seguidos por acontecimientos de mujeres feministas (23%). De las implicadas en la subcultura lésbica, el 60% se distanciaba de las amistades no homosexuales. Más de un tercio (36%) tenía miembros de familia que llegaban a ellas de forma amorosa pesar de no aprobar su implicación lésbica. La buena noticia es que el 88% de esas mujeres decía haberse reconciliado con esos miembros de su familia. Entre este grupo las situaciones siguientes eran raras: registrarse con una pareja femenina (4%), conmemorar una relación lésbica con una ceremonia de compromiso religioso (7%) o utilizar esperma donado para tener un niño en una pareja lésbica (1%). BUSCAR EL CAMBIO La razón más citada para buscar el cambio era la “relación con Dios” (95%). Los sentimientos de vergüenza (35%) y las parejas lésbicas insanas (15%) seguían como la segunda y tercera razón para buscar el cambio. La presión social o familiar aparecía como una razón para buscar el cambio por solamente el 6% y el 8% d las encuestadas respectivamente. Cuando se preguntaba la confianza que tenían en que cambiarían, las mujeres respondían que tenían mucha confianza (58%), esperanza (31%); no estaban seguras (10%), tenían dudas (2%). Como las que tenían esperanza y mucha confianza se comprometían casi nueve de cada diez de las respuestas (89%). Las encuestadas afirmaron casi de forma universal (98%) tener una relación personal con Jesucristo. Casi todas (97%) dijeron que creen que la conducta homosexual es pecado y que no creen que hayan nacido homosexuales aunque el 40% creía antes que habían nacido gay. Cuando se les preguntó por los dos aspectos más problemáticos de superar el lesbianismo, pusieron como más frecuente la “soledad” (55%) y “echar de menos la intimidad (o potencial) sexual con una mujer” (44%). Las siguientes respuestas más comunes eran un 125 “limbo de identidad” (24%), “miedo a la intimidad” (23%), “dificultad para afrontar el pasado” (18%) y “miedo al cambio” (13%). Los problemas menos mencionados eran “echar de menos la comunidad” (9%) y tratar la “idea del haber nacido gay” (0.4%). Cuando se les preguntó: ¿Cuáles son los dos aspectos más gratificantes de superar el lesbianismo? Las mujeres respondieron primero la “presencia de Dios” en sus vidas (79%) y la “paz” (43%). Otras respuestas incluían “esperanza para el futuro” (27%), “potencial de matrimonio / familia” (16%), “gozo” (15%), “confianza” (11%) y “superar otras dificultades con más facilidad” (10%). Les pregunté si alguna vez le habían dicho o habían demostrado atracción hacia otra mujer que luchaba contra el lesbianismo mientras buscaban el cambio de orientación sexual. Entonces a las que respondieron que sí les pregunté si sus proposiciones habían sido un precursor a una experiencia sexual con la mujer. La mitad de las mujeres admitió que habían demostrado atracción hacia otra mujer que luchaba con el lesbianismo mientras buscaban el cambio y un tercio de esas encuestadas confirmó que tuvo lugar una relación sexual después de esa revelación. En general, el 18% se implicó sexualmente con otra mujer mientras trabajaba en el proceso de cambio. IMPLICACIÓN CRISTIANA Con respecto a su implicación cristiana, casi todas las encuestadas (97%) dijeron que asistían a una iglesia local. Cuando se les preguntó que con qué frecuencia, la mitad respondió que semanalmente (51%) y el 43% afirmó que asistía varias veces a la semana. En otras palabras, estas mujeres son algunas de los miembros más comprometidos de la iglesia. Adicionalmente, exactamente dos tercios asistían también a un pequeño grupo o estaban implicadas en un estudio de la Biblia en sus iglesias locales. SISTEMA DE APOYO Casi el 60% dijo que tenían una persona de apoyo en su iglesia local. De ellas, el 90% tienen una mujer de apoyo. Los principales escenarios que han ayudado a desarrollar estas relaciones fueron enumeradas como pequeño grupo de amigas (40%), estudio de la Biblia (18%) y psicóloga de la iglesia (14%). Los “otros” incluían un grupo adicional de cuatro de cada diez experiencias. Los problemas que afrontaban las mujeres para mantener una relación sana con la mentora se enumeraron como miedo al rechazo (39%), problemas de confianza (31%), sentimientos de vulnerabilidad (27%), disponibilidad (25%), miedo de atracción (18%) y miedo a la intimidad (14%). De las que no tenían mentora, el 82% deseaba esa relación. Los principales problemas citados cuando se encuentra a una mentora incluían “no haber encontrado a la persona adecuada” (31%), “dificultad para confiar en los demás” (31%), “dificultad para pedir ayuda” (29%), “dificultad para encontrar a alguien en quien confiar” (29%), “abuso espiritual previo” (15%) y “no estar comprometida con una iglesia local” (8%). AMIGAS Casi tres cuartos (71%) afirmaron tener buenas relaciones desde hacía mucho tiempo con otras mujeres cristianas. Del otro 30%, las mujeres afirmaron estas razones principales: “No siento que encaje” (67%), “miedo al rechazo” (53%), “dificultad en la confianza” (46%), “miedo a la intimidad” (40%), “miedo a la vulnerabilidad” (36%) y miedo a la atracción” (35%): La más baja en el puesto simbólico era tener demasiado altas las expectativas (24%). Casi un tercio dijo que tendían a evitar amistades femeninas. 126 LA IDENTIDAD SEXUAL AHORA Entonces se les preguntó a las mujeres sobre el cambio a la identidad heterosexual. Nueve de cada diez de las mujeres (93%) dijeron haber experimentado al menos algún cambio. De ellas, el grupo más amplio de encuestadas respondió haber experimentado un cambio significativo en la identidad sexual (37%). Sólo el 8% dijeron que no habían experimentado ningún cambio. En algún punto, sería interesante correlacionar su experiencia afirmada de cambio con la duración de tiempo y el método de conseguir el cambio. La amplia mayoría (98%) de las mujeres que respondió a mi encuesta sentía que su identidad como mujer cristiana había cambiado de forma positiva. Siete de cada diez afirmó experimentar un cambio significativo o mejor de perspectiva. Cuando se les preguntó cómo se sentían sobre ser un mujer ahora, dos tercios respondieron que les gustaba o que disfrutaban totalmente siendo mujeres. Este resultado se sitúa en un dramático contraste con cómo se sentían estas mujeres cuando estaban creciendo (nueve de cada diez oscilaban de la ambivalencia a no gustarles absolutamente nada el hecho de ser mujeres). Un cuarto de las encuestadas (26%) marcó la mitad de una gama de cinco y el 8% seleccionó las dos opciones más cercanas a no gustarles ser una mujer. CONCLUSIÓN Las averiguaciones más fuertes entre las 265 mujeres con atracción hacia el mismo sexo implicaban el hilo común de una infancia dolorosa y el abuso (91%). Las perspectivas comunes de las mujeres parecen conducir a una devaluación externa y luego interna de las mujeres y feminidad claves durante la infancia demostradas por un rechazo definitivo de su madre como modelo de rol, un mayor deseo de emular los modelos de rol masculinos y el hecho de que antes de los 13 años de edad la mayoría se sentía en algún lugar entre la ambivalencia y el no gustarle absolutamente nada ser una chica. La imagen y las acciones externas acompañaban a las creencias internas de las mujeres, evidenciadas por el hecho de que una gran mayoría se consideraban marimachos, que otras habían sido tomadas como chicos y por su desconfianza u hostilidad hacia los hombres en general. El problema común de la depresión acompañado por el alcoholismo, las drogas o el comer demasiado parece sugerir un intento de auto-medicarse. Quizás podría considerarse a las relaciones lésbicas como un intento también de auto-medicarse. Incluso el alto índice de intentos de suicidio tiene sentido a la luz de los pasados solorosos sin resolver de las mujeres. A pesar de los acontecimientos dolorosos de sus vidas, a estas mujeres les motivó enormemente la creencia religiosa personal para cambiar la orientación. Después de todo, la mayor razón para buscar el cambio se dijo casi de forma unánime que era “la relación con Dios.” Este grupo de mujeres estaba quizás más comprometido con sus iglesias locales que la cristiana regular. La mayoría de las mujeres (85%) pudieron hacer la transición de una identidad lésbica o bisexual a una identidad heterosexual o ex-lesbiana (81%) en un promedio de dos años y medio y comúnmente con la ayuda de Exodus International y / o terapia profesional. Pudieron realizar un impacto significativo no sólo sobre su identidad sexual sino también sobre cómo se sentían consigo mismas como mujeres. Finalmente, la información recogida de este grupo de mujeres asevera fuertemente no sólo que el cambio es posible sino que en una cantidad de tiempo relativamente breve, puede tener lugar un cambio significativo. 127 128