Fagina !2.—Miércoles i6 a* D5de de tSU m. ban <fe! suelo como por milagro, levan- combates. Pero d día i9 de agosto asi tando verdaderos chorros de tierra pulve- prisionero.» El soldado calló al llegar á este pinato rizada y metralla. Le aseguro é usted que la euricfcidad y el estupor que llenaban de su interesante relato y se quedó mirtomi ánimo, podpn más que la temerosa dome con la sonrisa en los labios. Mi eo> opresión de mi instinto. Nuestro oficial rsosidad iba eo aumento. : nos mandó que nos agacháramos comple—Si salió usted ileso en teéoe ios ©orotamente, hasta tendemos en el suelo. En bates, le dije, y adem6s cayó usted priaquel momento, un estrépito formidable sionero; ¿cómo ea posible que esté usted! se desencadenó en el fondo del torrente aquí, con nosotros, y herido en la pierna? que estaba delante de nosotros. La infan—La explicación de este aparente enigtería enemiga, protegida por una sección ma, me respondió el soldado catalán, consde ametralladoras, abría el fuego con una tituye la parte más singular y-accidéntatela de mis aventuras. Eran aproximadamente las cinco de la furia indescriptible. . •: -Resumen del dfa tarde. El jarro de cerveza se había vaciad© «Los alemanes lo hacen todo en granJunto á las mesas estrechas del calíís #®®ps©ho de NSsete eomattiea que baret, bajo el techo abrumado y grasien- des proporciones. Todo lo suyo es desme- por completo. Hostigado por la'curiosidad fas trapa» ®Brisiass «6«spst©s sí a un vio» to, adornado con una admirable profusión surado, descomunal. Si oyera usted cuan- y con el buen propósito de-(rae el soldado I t i l i do empiezan á descargar sus ametrallado- acabara de contarme su heroico relato, de jamones, embutidos y,quesos colgando entrabo d e msaew© ®ss 83» ciudad! úm de la bóveda obscura y cavernosa, había ras, se quedaría pasmado. Aqueilo. es la mandé traer ptro jarro más grande y una una compacta y bulliciosa reunión de sol- abundancia traspasando los límites del buena porción de blando y perfumado dados, charlando alegremente. Nos senta- despilfarro. ¡Qué manera de echar pro- queso. Cuando todos los vasos se llenaron una 'flotilla da submarinos «lemanes Í10 Intentares ds nueve forzar I» é^tr.*da mos los tres y yo mandé traer un buen yectiles, Santo Dios! Las ametralladoras de nuevo, ej. soldado bebió largamente y del pisarla »m tés de Dowffirj sienilo re- jarro de'cerveza y algunos cortes delgados disparan rapidísimamente con una per-prosiguió diciendo lo que á continuación' h d per» l a s teaícriísa «te la casta, y sabrosos de jamón con que avivar nues- sistencia continua y sistemática que des- trasladaré con puntualidad perfecta. . s par algunos dsaíe-Kotorasj tra sed algo dormida por el frío inver- compone los nervios. Son las armas carGAZIEL qus han ®Stio «sisados a pique nal. Y así bebiendo y charlando en amis- gantes por excelencia. El fusil es ligero y táe l e s ssaismaeines* tad y reposo, vine á saber que el herido simpático. Disparado en grandes masas, llega á producir como una especie 8« pe-«pjs»*a Mita eomffaronola de los- ©n la pierna era natural, de Perpiñán y hasta de acorde casi armónico. La voz del cahabía pasado largas temporadas en BarCartas á LA VAN6UAB0IA -monarcas e®©»ise£s5ESBve»t quienes, 3.-a 8»eaa::iiirá«js esam s u s í-csptecliwos iwá- celona, sirviendo de camarero en varios ñón es noble-, grave y retumbante. Pero nlstfe>a de EstsscS(95 para tratar de eiíss.» hoteles de la ciudad. Su. compañero, heri- la ametralladoras se parecen á esas mujeDESDE EL TAMES1S ti®n®s tjHsi á un mismo tie-mot* afee» do en el brazo, nació en Aigues Vives y res insoportables y nerviosas que hablan tan á OlraammresKs Sueeia y lioruega» había realizado también diversas excursio- por los codos. «Pa-pa-pa-pa-pa-pa-pa-panes por tierras de Cataluña. Este último pam!». Por Dios, señor! !Hay instantes en En Eéi§i«sa| ««egén la nota oficial recibió un balazo el primer día de entrar que oyéndolas disparar, le entran á uno feaneessa, 8@s aSíadc® s a -~-atttienen era en combate, cerca de Nancy. Ni tiempo tu- ganas de gritarles: «¿Pero, /.quieren usteLondres, diciembre 8 le® p»-;--ieiones. conquistadas raStiMta» vo para harcerse cargo de los trágicos ho- des hacer el favor de callarse, que aquí No ha habido nunca, por io que yo reenemte á pesar d© los violentos asaques SÍ®' €9t®sm»-5e« Ess ftEsacá», JE SÍ l o s airetie- rrores de la guerra. Pero su compañero, no nos entendemos'?». cuerdo, una, campaña militar durante la ifores «Se Steieteach» Bogco la infantería después de continuas y reiteradas deman»Todo el día 10 lo pasamos luchando cual el público de las naciones interesadas das que le hice, m © contó con toda suerte mamama una pequeüa ventaja sobre al borde del famoso torrente (que si mal en el conflicto, no critique al hombre ent»o®©i8»«ss en uno de s u s repetidos ata- de detalles su extraordinaria campaña, no recuerdo se llama de Braforts ó Tra- cargado de las operaciones y de la direcques En ©i resto del frente no oourrié que yo transcribo puntualmente, sin aña- forts), sin que nosotros lográramos atrave- ción de las fuerzas comprometidas. La nada úa®m@ el® ssiesseiéss. dir ni quitar plumada alguna, puesto que sarlo ni salir de él los alemanes. La gue- campaña suele. llevarse rodeada de misten su relato es por sí mismo interesante en rra,-vista á través del soldado, tiene ese rio. El público en general sabe muy poco',-Un despacho ofleial do Petrograde extremo y verdaderamente ejemplar: aspecto casi ridículo y extravagante de re- ó nada, del trabajo que realizan los Esta-sfá©3 as-;se en !JE regián ds i o s Cárpatos, . —Yo—comenzó diciendo Pedro Rexach ducirse á un torrente que es menester atra- dos Mayores respecto á, la organización, l e s austríacos están pasando ya l o s transporte y aprovisionadesfiladeros ém 0ukla9 De l o s demás (que así dijo llamarse el héroe catalán)— vesar ó á un pequeño altoza.no que es ne*- alimentación, tí» isaeíaSéa no hay nada que forinaba • parte • de la infantería de línea casarlo defender. Muchas veces, estando miento del ejército, sistema de-informaque á las órdenes del general Pau estaba metido en las trincheras en horas de ocio ción, mantenimiento del contactó de todas encargada, con otras varias .fuerzas con- y de.aburrimiento, me ha parecido impo- las secciones de las fuerzas, unas con otras; siderables y de todas armas, d© dirigir el sible que, siendo tan grande como es la conducta que se observa con el enfermo- j segundo movimiento ofensivo que los fran- tierra, á los malditos alemanes se les haya el herido, y, sobre todo, 'formación y desceses hemos emprendido en Lorena duran- ocurrido ir á pasar, precisamente, por don- arrollo del plan de- campaña. Y como eslde yo estoy apostado con tres ó cuatro de muy reducido el público que está entera-: actual. de tierras heroicas te .la»E1campaña día 7 de agosto, nuestras fuerzas mis compañeros. Y es que, para el sol- do de todas esas cosas, las cuales son. rnás que habían ocupado Mulhouse, en Alsacia, dado, el enemigo se reduce solamente á importantes que la batalla en sí, abundan .' ni' fueron desalojadas de la ciudad con gran- la punta de un casco prusiano que, de las críticas y las protestas. des pérdidas. Este contratiempo, según he cuando en cuando, aparece á lo lejos, asoDONOE SE CUENTAN LAS Así ha sucedido, hasta hoy, en el pr©»:1 mando por la hendidura' de una trinchera leído hace poco en.el Bvlletin des ér-mées, ESTUPENDAS PERIPECIAS senté estupendo conflicto; pero se ha hecho fue debido, al-parecer, á falta de cohesión encubierta. Vista- así la guerra, verdadera- la luz merced á un minucioso despacho' D& UN SOiJDADO. CATALÁN mente, parece raro que á aquel desconociy de tacto' en las órdenes emanadas de los del frente, dando detalles de la viguasón del casco se le haya ocurrido enviado Lyon, 7 ¿fe ákiemhre . x jefes. Como consecuencia, se encargó al do sita, del rey al cuartel general del ejército meterse debajo de tierra, á unos quinienPau, hombre inteligentísimo y.mibritánico' en • Flandes, que ha sido el he-' '""'Andaba yo ayer.tarde vagando por las general tos ó seiscientos metros de distancia, con cho litar consumado, la dirección de las operasobresaliente' de la última semana. Escalles <de Lyon,. cuando al subir la cuesta en Alsacia y Lorena... . .. el. fl,aco propósito de descerrajarle á uno el más voluminoso y;el más sorprendente del puente Lafayette,. vi de pronto delante ciones, unos cuantos disparos en seguida que se »E1día 10 de agosto, al rayar el alba, le presente la ocasión propicia.. Sólo cuan- de: los despachos enviados • desde ía línea' de mí á dos soldados heridos que cami- nuestro cuerpo de. ejército, que ocupaba do reiunlba la voz del cañón y, oculto eo de fuego.-El público no ha podido comnaban, muy despacio, hablando entre, sí co- las inmediaciones de Sarrebourg, recibió su trinchera, el soldado ve pasar sobre su prender todavía toda su importancia, pero mo buenos y viejos amigos. Tenía el uno la orden de avanzar enérgicamente. En cabeza un huracán de fuego y plomo ar- cuando se conozca la trascendencia de los encogida y colgante, sin tocar al suelo, su mi vida había sentido una emoción seme- diente, se da cuenta ele que hay algo, más hechos, cuando ésta se revele completapierna -derecha,- y andaba con ayuda de Antes de abandonar las trincheras grande se puede predecir con seguridad" un par de muletas, .que se arqueaban bajo jante. más fuerte por encima del débil mente, habíamos pasado la noche del 9 al esfuerzoyindividual, que,el público habrá de sentirse profun-1 ©i peso de su cuerpo robusto y de elevada donde que coordina y dirige 10—una noche clara, apacible, sin un'.há- el empuje de tantos miles de hombres es- damente conmovido y habrá de admirar estatura. Su compañero, "en cambio, era lito de aire, con la luna llena en te alto parcidos y ocultos en los campos de ba- no ya sólo á los hombres que ahora están bajo'y rechoncho, con aire d© bondad pa- del cielo dilatado y profundo,—recuerdo talla. combatiendo, sino también á los que tracífica é inofensiva, nada guerrero ni pro- que un compañero mío me presentó un bajaron en'su organización' y loe dirigift-' vpcativo. Su herida consistía, al parecer, cacho de espejo que llevaba en el zurrón y »Los días l i , 12 iS, y 14 de agosto, los ron después. en alguna lesiónr recibida en su brazo si- me dijo sonriendo:-«Mírate"bien, amigo, pasamos luchando; sin Entre los departamentos,visitados por eí niestro, puesto me lo llevaba pendiente que acaso sea la última vez». Tomé yo el descansar. completamente Más'tarde, repasando los perió- rey en el frente, sé cuenta la Army Signed del cuello en cabestrillo. Ambos andaban, espejo, sin decir palabra, y me miré. Al dicos de aquella fecha, me he dado Office, una rama del servicio de la cual eomo he-dicho, muy. lenta y sosegadamen- ver mi rostro sano y robusto, coloreado de que la atención pública no se hacuenta tiene el público escasas referencias. En.el te, fumando sendas pipas mugrientas y por el aire sutil y picante del amanecer, lo debidamente en nuestra campañafijado de informe oficial se describe este departadespidiendo' densas y- satisfechas bocanadas sentí un extraño .calofrío. Conservo vivísi- Alsacia y Lorena. Era por aquel entonces mento''.como-'el centro nervioso del -ejército' de humo. mo en mi alma ©1 recuerdo de--esta escena cuando las fuerzas alemanas iban inva"el campo. En dicha oficina se mantieEs tan común en Lyon el espectáculo de trivial, porque, como diré más tarde, la diendo, con movimientos rápidos y extra- en por decirlo así, lostentáculosdel" los heridos paseándose por las caües, que próxima vez que volví á contemplar mi ordinariamente enérgicos, las tierras de nen, campo de operaciones, desde la base de los dos qu© venían bajando ayer tarde la rostro me quedé mudo de horror, sin re- Bélgica. La ansiedad popular estaba del las mismas y desde Inglaterra. Por telécuesta del puente Lafayette no me llama- conocerme á mí mismo. todo dirigida hacia la parte occidental del grafo, en líneas aéreas ó por cable,, telefóron la atención más de lo ordinario. Pero «Salimos, pues, de las trincheras y inmenso frente de batalla y no se concedió nicamente y por/mensajes de los motociimagines© mi estupor y asombro cuando, agachados sobre' la suave pendiente del la importancia debida á nuestro colosal es- ciclistas,- de dicha oficina salen • y á dicha' al pasar junto á mí, oigo de pronto que el suelo, que iba declinando hasta quebrarse fuerzo. Sólo- con el tiempo se sabrá en el oficina llegan- todos los informes. El totalmás alto y peor herido de los dos soldados en la sima de''un torrente cercano y som- mundo cuánto y cuan duramente sufrimos de los" mensajes servidos • al •'cabo. del día decía á su- amigo estas mismas y textua- brío, fuimos avanzando lentamente, sepa- los que peleamos en Alsacia y Lorena du- ascienden á 3.000, siendo la mayoría de les palabras: . considerable extensión. Guando elreyvirados unos de otros á cosa de veinte.me- rante la primera quincena de agosto. —Llamp de Den quí t'atrapes an aque- tros, con nuestro buen oficial, sitó dicha oficina funcionaban en ella máA. Four«Atacados de continuo por fueraas lla mala bestia, de centinellal .quinas de diversos sistemas. Lo mismo por nier, marchando á la cabeza. A nuestro muy superiores en número y animadas Yo me quedé pasmado, inmóvil, com- alrededor todo estaba tranquilo, en silen- por" el primer impulso de invasión y con- lo que se refiere al telégrafo que al teléfopletamente estupefacto. Los dos heridos se cio. Verdeaban los campos desiertos, entre quista, estuvimos luchando más de cien no, se-veían los aparatos más modernos^ dieron cuenta en'seguida de que yo estaba la tenue humedad de la neblina. Nadie hu- lioras, sin comer ni descansar, defendien- algunos de ellos capaces para transmitir mirándoles con asombro, y se pararon biera dicho que marchábamos al combate, do palmo á palmo el terreno que nos sus- mensajes á razón de 800 palabras por mitambién á contemplarme. Mas cuando yo ni era posible adivinar el enemigo por tentaba. Al igual que todos mis compañe- nuto. Puede imaginarse este trabajo y la, empecé á hablarles en catalán y ellos siparte. Uno de los soldados que ros, yo estaba poseído de una rabia febril suma de inteligencia que requiere en el. guieron respondiendo maravillados en la ninguna iban avanzando á mis lados, me gritó con é indomable. Después de largas horas de curso de un día. Un cuerpo de unos cien misma lenguas nos dimos los tres un apre- la voz apagada por la distancia: «Tu, pier- luchar en las primeras filas, se nos releva- telegrafistas militares está ocupado en estón de manos estrechísimo, fuerte y cor- nas-largas; cualquiera diría que andamos ba cuando ya íbamos á caer rendidos, tos menesteres y todos los movimientos del dial, y una vez puesto yo en medio de los por ahí buscando setas!». Y acompañó su muertos de cansancio. Algo alejados del cuartel general son comunicados por medos compañeros, fuimos descendiendo los frase burlona y' alegre con bajo una lluvia de balas, comía- dio de los aparatos de transmisión. tres la calzada éel puente, unidos por una contenida de colegial travieso.una risotada frente, mos sin ningún apetito manjares que se Otro de los departamentos que visitó entrañable--corriente, de-amistad y simpaimpregnaban del olor á pólvora que des- el rey es la lntelligen.ee Section del Esta»En el propio instante un zumbido metía. estridente, desgarró la pureza del pedían nuestras manos. La angustia que do Mayor, rama que se-encarga especialHada hay como la guerra para dar lu- tálico, aire y granada alemana cayó á losexperimentábamos era tal, que nos tarda- mente de proporcionar informes con refegar ,¿ sucesos y aventuras inesperadas y pies de una mi amigo, con explosión instantá- ba en llegar la orden de entrar nuevamen- rencia al enemigo, recogiéndolos de todas sorprendentes. Jamás hubiera creído yo nea, sorda, profunda. Una leve humareda te en combate, como si de cada uno d© las fuentes y cotejándolos y analizándolos «samtrar en Lyón dos soldados heridos quedó Sotando sobre la Mi compa- nosotros dependiera única y exclusivamen- eomo conviene. Acmí pudo ver el rey 4 mn. los eiiales pudiera hablar tan fami- ñero trocó su carcajadatierra. muchos oficiales ocupados examinando cuipor un alarido te la salvación de Francia. liarmente como si me encontrara aún en ronco, brevísimo, y dando un salto las jnformack»iee obtenidas «Dimos cargas é la bayoneta memoraproCataluña. Mientras íbamos andando los digioso, como impulsado por una máxima bles, para desalojar al enemigo parapeta- dadosamente en una porción mapas de todas suertes. tres y hablando de continuo, los pasantes y brusca distensión de todos los músculos do en sus trincheras, detras de fuertes Por encima dede estas dos organizaciones aos miraban extrañados al escuchar nues- de su cuerpo, cayó de bruces y se quedó alambradas que nosotros arrancábamos —una para la transmisión de informaciotras palabras, nuevas para ellos é ininte- inmóvil, destrozado. furiosamente como ai fueran pajas leves y nes de todas clases y otra para recoger y, ligibles. Después de pasear durante breve coordinar aquellas que se refieren al ene»Este es quizá el más claro de mis re- entretenidas. rato, encantado sobremanera con su commigo—está la Sección de Operaciones del «Pero nuestro esfuerzo salió victorioso cuerdos. De lo que sucedió después no me pañía y curioso de saber el motivo de la y el día 19 de agosto habíamos llegado ya Estado Mayor, rama que aprecia la situaexclamación que me había hecho trabar di cuenta en absoluto. Comenzaron á caer hasta Dieuze, Morhange, les Etangs, Sa- ción tal como a» presenta en su aspecto amistad con los dos heridos, les invité á granadas sobre toda la extensión del cam- rrebourg, Detone y Cháteau-Salins. Aquel inmediato, por lo que afecta á loa otro» po. El espectáculo era verdaderamente entrar .en. el cabaret-du Mal-assis, lugar fue un día inolvidable, eternamente gra- dos servicios, y obra en consecuencia. Esexcéntrico y peregrino donde se bebe la extraordinario para mí. Yo estaba como bado la historia de mi vida. Yo había tas tres organiasaciones están ba¿« «i rnaafresca y matosa mnm& ou* mes.- encantado, casi maravillado de ver aquel salidaentmfteskajmsúM ¡km «a todas te i» áal jal* ári triuk» M e ti de Imiasjreidaa igue t r ó ^ perra europea' m a n í a yA u s t r i a ••;., , .-.• contra Francia, Rusia é Inglaterra El Estado Mayor