RECUPERACIÓN 3ª EVALUACIÓN (LITERATURA) 1. RESUMIR Y ESTUDIAR: • • • • EL ROMANTICISMO: BÉCQUER. EL REALISMO: GALDÓS Y CLARÍN. EL MODERNISMO: RUBÉN DARÍO. LA GENERACIÓN DEL 98: MACHADO Y VALLE INCLÁN. 2. ESTUDIA LAS PARTES DEL COMENTARIO DE TEXTO (Están también en la Web). 3. COMENTA LOS SIGUIENTES TEXTOS: Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugo su llanto y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino: ella, por otro; pero al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún, ¿por qué callé aquel día? Y ella dirá, ¿por qué no lloré yo? ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte; los jazmines de Oriente, los nulumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real, el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. ¿Será verdad que cuando toca el sueño con sus dedos de rosa nuestros ojos, de la cárcel que habita huye el espíritu en vuelo presuroso? ¿Será verdad que, huésped de las nieblas, de la brisa nocturna al tenue soplo, alado sube a la región vacía a encontrarse con otros? ¿Y allí desnudo de la humana forma, allí los lazos terrenales rotos, breves horas habita de la idea el mundo silencioso? ¿Y ríe y llora y aborrece y ama y guarda un rastro del dolor y el gozo, semejante al que deja cuando cruza el cielo un meteoro? […] «-¡Confesión general -estaba pensando!- Eso es la historia de toda la vida». Una lágrima asomó a sus ojos que eran garzos, y corrió hasta mojar la sábana. Se acordó de que no había conocido a su madre. Tal vez de esa desgracia nacían sus mayores pecados. «Ni madre ni hijos». Esta costumbre de acariciar la sábana con la mejilla la había conservado desde la niñez. Una mujer seca, delgada, fría, ceremoniosa, la obligaba a acostarse todas las noches antes de tener sueño. Apagaba la luz y se iba. Anita lloraba sobre la almohada, después saltaba del lecho ; pero no se atrevía a andar en la oscuridad y pegada a la cama seguía llorando, tendida así, de bruces, como ahora, acariciando con el rostro la sábana que mojaba con lágrimas también. Aquella blandura de los colchones era todo lo maternal con que ella podía contar; no había más suavidad para la pobre niña. Entonces debía de tener, según sus vagos recuerdos, cuatro años. Veintitrés habían pasado, y aquel dolor aún la enternecía. Después, casi siempre, había tenido grandes contrariedades en la vida, pero ya despreciaba su memoria; una porción de necios se había conjurado contra ella; todo aquello le repugnaba recordarlo; pero su pena de niña, la injusticia de acostarla sin sueño, sin cuentos, sin caricias, sin luz, la sublevaba todavía y le inspiraba una dulcísima pena de sí misma. Como aquél a quien, antes de descansar en su lecho el tiempo que necesita, obligan a levantarse, siente sensación extraña que podría llamarse nostalgia de blandura y de calor de su sueño, así, con parecida sensación, había Ana sentido nostalgia del regazo de su madre. […] El compás canalla de la música, las luces en el fondo de los espejos, el vaho de humo penetrado del temblor de los arcos voltaicos cifran su diversidad en una sola expresión. Entran extraños, y son de repente transfigurados en aquel triple ritmo, MALA ESTRELLA y DON LATINO. MAX: ¿Qué tierra pisamos? DON LATINO: El Café Colón. MAX: Mira si está Rubén. Suele ponerse enfrente de los músicos. DON LATINO: Allá está como un cerdo triste. MAX: Vamos a su lado, Latino. Muerto yo, el cetro de la poesía pasa a ese negro. DON LATINO: No me encargues de ser tu testamentario. MAX: ¡Es un gran poeta! [….]