Un amigo así

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A la venta el 30 de abril
Nº de páginas: 220 – PVP: 18,50 €
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MARTÍN CASARIEGO
Martín Casariego (Madrid, 1962) es licenciado en Historia del Arte por la Universidad
Complutense de Madrid. Se dio a conocer con Qué te voy a contar (Premio Tigre Juan a
la mejor opera prima 1989). En el ámbito editorial ha cultivado diversos géneros
narrativos, desde la novela hasta el ensayo, pasando por el relato o la literatura juvenil.
De entre sus novelas también podrían destacarse: Mi precio es ninguno (1996), La hija
del coronel (Premio de Novela Ateneo de Sevilla, 1997), La primavera corta, el largo
invierno (1999), o La jauría y la niebla (II Premio Logroño de Novela, 2008). De sus
novelas juveniles podrían señalarse títulos como Y decirte alguna estupidez, por
ejemplo, te quiero (1995), Qué poca prisa se da el amor (1997), Dos en una (2002), o
Por el camino de Ulectra (IV Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, 2007)
Casariego es también merecidamente reconocido por su labor como guionista de cine.
Es autor de guiones (siempre en colaboración) como los de Amo tu cama rica (1991), La
Fuente Amarilla (1999), Días azules (2006), o la adaptación de su novela Y decirte
alguna estupidez, por ejemplo, te quiero (estrenada en 2001). Ha colaborado con
artículos, columnas y relatos en medios de prensa como Diario 16, El Mundo, ABC y
Público. También ha sido profesor de guión cinematográfico en la escuela de creación
literaria Hotel Kafka.
Un amigo así es su última novela.
Para más información visita
http://unamigoasi.com.
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UN AMIGO ASÍ
La historia de una amistad y sus grietas
Martín Casariego ha escrito una maravillosa novela
que se lee con el corazón en un puño.
Tras un cuarto de siglo haciendo escalada juntos, José y Lucas deciden volver a reunirse
unas frías vacaciones de Navidad para celebrar sus cincuenta años volviendo a subir al
Mont Blanc, la mítica cumbre donde nació el alpinismo. Crampones, cuerda, guantes,
piolet, anclaje, tienda, plumas, gorro o mochila son términos que se han hecho
habituales en sus vidas, al igual que nieve, cuatromiles, frío, arista, hielo, risco o grieta.
Una pasión que les ha unido y que les sigue manteniendo ávidos de aventura. Chamonix
les recibe impasible en su alto trono blanco donde se aúnan soledad, belleza y peligro,
pero lo hace como un escenario agreste donde se adivina la tragedia, la oscura fatalidad.
“Su amistad había empezado en la montaña: allí José había contagiado a Lucas su
pasión, y allí se había fortalecido.”
Aunque separados en la distancia, y a veces influidos por opiniones dañosas de gente
muy cercana, los amigos habían sabido sobreponerse y cultivar una relación que se
mantenía firme a lo largo del tiempo, como las grandes cordilleras. Sin embargo, José
desconoce el secreto guardado por Lucas, que puede acabar resquebrajando esa sólida
amistad. En las peligrosas laderas del Mont Blanc, en una situación límite donde la
naturaleza libera sus fuerzas más extremas, los dos amigos tendrán que rendir cuentas
con el pasado que ahora se presenta a modo de gran losa de la que tienen que
desprenderse. Como las cosas nunca comentadas, o como los verbos que no se llegan a
conjugar, existen evidencias que aparentan no hacerse reales hasta que no se deciden
enfrentar... hasta que llegan momentos donde hablar del tema ya se convierte en algo
inevitable.
“Ambos sentían que solamente en las alturas, confrontados con una naturaleza hostil y
grandiosa, estaban a salvo de la mezquindad. Allí eran lo que eran; lo que podrían
haber sido de no vivir en sociedad, de haber sido ingenuos salvajes.”
Una voz narradora muy cercana a los dos amigos, pero que no terminará de identificarse
hasta el final de la novela, irá abriendo camino a una historia plagada de recuerdos, de
referencias a célebres montañeros y escritores, de sentimientos y de verdades ocultas
que pugnan por salir pero que parecen quedarse atoradas, impotentes, congeladas como
si una ráfaga de viento glacial les impidiera convertirse en palabras.
“¿Qué buscaban en sus ascensiones? ¿La paz? ¿Algo abstracto o algo que se pudiera
palpar con las manos? ¿Una aproximación al silencio? Y también los olores, el de las
rocas, el de la tierra, el del aire fresco y puro... Incluso el de la nieve.”
La tormenta que les impide avanzar y un funesto percance no previsto, les someterá a
una tensión física y mental que allí, cobijados en una tienda amenazada por la nieve,
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parece obligar a Lucas a sincerarse con su amigo, a liberar aquel secreto que cada vez se
le hace más duro. Sin embargo, cuando las posibilidades de rescate son nulas, y lo único
que puede hacer por mantener despierto a José es leerle el periódico del día anterior, el
tiempo se ralentiza hasta extremos que pueden ser verdaderamente agobiantes. El
ascenso que se planteaba como liberación se convierte en una duro trayecto de ida, sin
vuelta atrás.
“Prensa y montañismo se habían desarrollado de modo paralelo, tímidamente en el
siglo XVIII, con mucho empuje en el XIX y con imparable fuerza en el XX, y eran
muestra del apogeo de la civilización occidental. Y por ello, de la misma manera que
adoraba las montañas y lo que representaban, José consideraba que un periódico era
casi un objeto sagrado.”
PERSONAJES APASIONADOS DE LA MONTAÑA
JOSE
José es honesto, generoso, idealista e ingenuo, un hombre corpulento que normalmente
lleva la iniciativa en cada escalada. Su gran pasión es el montañismo, algo que heredó
de su abuelo. Sus grandes amores, aparte de la montaña, son su mujer Susana y su hijo
Adrián. Vive de una pequeña imprenta que en esos momentos está al borde de la
quiebra. Será víctima de la ‘posesión infernal’ que en cierto momento invadió a su
mejor amigo. Desde el principio el narrador hace partícipe al lector de una confesión
que marca toda la historia: a José le quedan cuarenta horas de vida. A partir de ahí, la
cuenta atrás se convierte en un escalada de final incierto, donde el desasosiego se pliega
a los recuerdos, a las experiencias pasadas y los momentos compartidos que ya no
tendrán futuro.
“Subido a lo alto de una peña en Gredos, el niño escuchaba con los ojos muy abiertos.
Saussure fue quien tuvo una idea revolucionaria, le explicaba su abuelo. A lo largo de
doscientos años, sobre sus ideas se auparon Whymper, Mummery, Mallory y Bonatti.
Aquellos nombres extranjeros hacían soñar al nieto con hazañas y peligros. El
alpinismo no consiste en que un señor suba una montaña, continuaba el anciano. Es
una construcción mental, obra de Europa, y nació en el Mont Blanc, en su corazón.”
LUCAS
Lucas es un vividor y apasionado de las mujeres, que conquista fácilmente sobre todo
entre sus alumnas. Son lo que más le importa en la vida, junto a la familia, la montaña,
los números y su amistad con José. Es profesor de matemáticas en la universidad de
Ulm en Alemania. De José aprendió a amar la escalada y a vivirla como una experiencia
única. Solo una vez traicionó a su amigo, en un arrebato inesperado, como si de una
posesión se tratase. Algo que ha silenciado durante años en un vano intento por
olvidarlo, pero que ya no puede callar más.
“—Siento que tú siempre me has dado más. Quiero que sepas que tu amistad es una de
las cuatro cosas más importantes de mi vida.”
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SUSANA
Susana es la mujer de José, su gran amor. Se conocieron cuando ella era todavía muy
joven y ya no han sabido separarse. Bella, inquieta y seguidora fiel de sus esposo en su
afición por el montañismo, ahora con la edad, intenta frenar un poco sus impulsos de
escalada, pero no termina de conseguirlo. Entre Lucas y ella existe cierta animadversión
que no termina de cerrarse y que a José, resignado, le termina doliendo mucho.
“Creo que ya ha quedado claro que para ellos la amistad no era una simple palabra
decorativa, sino un don sagrado. Pero justamente el hecho de que exista algo sagrado
es lo que permite una profanación.”
ADRIÁN
Adrián es el hijo de Susana y José. Igual que el abuelo consiguió transmitir al nieto
profundas enseñanzas, historias de montañeros ilustres, y el amor por la montaña, pues
ahora lo mismo hace José con su hijo. Con casi diez años es su gran ilusión: ver como
Adrián va adquiriendo sus mismos ideales y aficiones.
“Las revoluciones se desencadenan por el hambre, pero tienen su origen en las ideas,
nos aseguraba un profesor de historia. Para un griego lo bello era un olivar, un río
sereno, unos pastos: aquello que hacía más llevadera la vida humana. Las montañas
eran lugares inhóspitos, morada de monstruos y dragones, o bien, por el contrario, de
dioses. Y esta visión prevaleció en Occidente hasta los siglos XVIII y XIX, cuando el
mundo cambió porque cambió la forma de ver el mundo.”
HÉROES DEL MONTAÑISMO
Los recuerdos, vivencias y sensaciones que los dos amigos comparten en ese último
ascenso, se intercalan con referencias continuas a los perfiles de grandes alpinistas,
aquellos que dibujaron la Historia del montañismo, los que con sus teorías, retos y
grandes escaladas, sirvieron de ejemplo a generaciones posteriores. Aventuras que
normalmente están ligadas a grandes historias, de superación, lucha o incluso calumnia.
Así, la progresión de José y Lucas, se va desarrollando en cierto modo paralela a la
historia que en su momento vivieron Balmat y Paccard, pioneros en el ascenso al Mont
Blanc. Pero también a la de Mallory o Bonnati. Semejanzas que buscan poner de
manifiesto el carácter tenaz y perseverante que tienen este tipo de personas.
“¿Era la cima su objetivo? Ciertamente, no. Era más bien la excusa. Lo importante era
la aventura, y todo lo bueno y lo malo que sucedía durante el ascenso y el descenso y la
marca que ello imprimía en el alma.”
Durante la preparación y posterior expedición, los pensamientos de ambos montañeros
se entremezclan para abrir al lector, desde los respectivos puntos de vista, sus más
profundas ansias, percepciones, sentimientos, aprendizajes y dudas. Pero lo hacen de
una forma muy personal, íntima, sin exponerlo al amigo, como si ya algo oculto
estuviese mermando y royendo la realidad que ahora les une. La lectura de un periódico
se presenta como la única opción para evitar conversaciones que parecen no querer
emprender. Así, se produce un íntimo contraste entre la realidad social y política del
mundo con la que ellos mismos viven en sus diarios discursos.
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“Todo el rato, mientras ascendían, a Lucas le había estado lacerando una duda.
¿Debía aprovechar aquella escapada, que muy bien podría ser la última, para
mantener una conversación con su amigo? Y no una conversación cualquiera, no: la
conversación, la que llevaba años posponiendo. Destapar su verdadero rostro, sacar a
la luz el retrato de Dorian Gray. Esa duda debió de agrandarse al estar en la tienda,
solos, y supongo que esa especie de prórroga que le concedía la lectura le alivió. Sacó
el periódico de la mochila y se dispuso a leer en voz alta.”
La condición humana se pone a prueba en esta historia de amistad y de amor por la
montaña. En cada página se respira una literatura que crea imágenes de lucha, tenacidad
y fuerza, imágenes de un mundo que solo se puede vivir en el respeto a la naturaleza.
Cada capítulo se convierte en una visita inesperada a la historia de la geología, de sus
inexpugnables picos y de los testimonios de sus grandes descubridores.
“Bueno, quizá dentro de unas horas el tiempo mejoraría y podrían fotografiarse
abrazados en el Mont Blanc, como habían hecho en tantas otras cimas, en el Mulhacén
y en el Teide y en el mismo Mont Blanc, hacía veinte años ya, en el Monte Della
Disgrazia y el Nadelhorn y el Ararat, que los turcos llaman Montaña del Dolor y... Esa
colección que se podría titular «Lucas y José felices y agotados en las cumbres» y que a
Susana, sin querer reconocérselo, le producía un poco de envidia o recelo.”
UNA LUCHA A CUERPO CON LA NATURALEZA
Con un estilo ágil, Casariego sabe enlazar dos mundos, el de los protagonistas, que por
distantes no quiere decir no puedan complementarse. Una historia de amistad que se
sustenta en la fidelidad y el silencio, como ese permanente diálogo interno que termina
confluyendo en un punto común, una persona, un nombre. Híbrido entre la novela de
aventuras y el relato de corte más intimista, el libro apuesta por la acertada mezcla de
géneros así como de diferentes registros narrativos.
“Vencer las dificultades, luchar y esforzarse para luego alcanzar el merecido descanso,
y sin infligir daño a nadie: José pensaba que era por eso por lo que valía la pena vivir.
Sentirse, aunque fuera falso, como bravos guerreros que desafiaban el dolor y la
muerte, guerreros que no se enfrentaban a otros combatientes, sino a la naturaleza y,
sobre todo, a sí mismos, como Filípides.”
Narración que rompe con la estructura lineal de la novela clásica para presentarnos la
trama central a saltos, entre el pasado y el presente, pasando del lenguaje periodístico y
documental al interior e inquieto de los grandes viajeros. Esta forma de escribir la
domina el autor a la perfección, consiguiendo una coherencia y una tensión narrativa
digna del lector ávido de conocimiento. La emoción alcanzada entonces deja de ser solo
subjetiva, para hacerse también estética.
“No era solamente una amistad de placer, propia de la juventud, ni de utilidad, más
frecuente en el mundo adulto, ambas pasajeras, que se forman y terminan con facilidad.
La verdadera amistad, la que resiste el paso del tiempo, la que es una variedad del
amor y por lo tanto es exclusiva, supone mucho más que el simple disfrute o el beneficio
mutuo.”
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En Un amigo así, realidad y ficción van de la mano, de la misma manera que el miedo y
el montañismo, o la amistad y la fidelidad. Hasta que algo se rompe y empieza a pudrir
la manzana que antes se compartía. Los temas trascendentes como el amor, la lealtad, el
paso del tiempo o la moralidad humana laten en esta novela de profundos temores y
grandes silencios. Pero si algo prevalece en el fondo de esta magnética novela no solo es
el sentimiento de amistad que siempre pervive, sino el reconocimiento de esa fuerza
impulsora y poderosa que ha permitido con los años la manifestación del montañismo.
“En cierta ocasión, a Mallory le preguntaron el porqué de su obsesión por escalar el
Everest. Respondió: «Porque está ahí».”
El lector finalmente podrá reconocer que aunque el tiempo pueda borrarlo todo, sí hay
algo que permanece indeleble, y es el sentimiento de culpa, que ni con la revelación o el
reconocimiento suele saldarse. Y otra vez aquí surge el paralelismo con los grandes
conquistadores de las alturas: por muchas cimas que se coronen, reveses que se tengan o
tragedias que se vivan, lo que en ellos siempre permanecerá duradero e imborrable, es la
atracción por la cumbre, por ese lugar donde todo es puro y no existe la mentira.
“—A menudo los matemáticos somos como los alpinistas, conquistadores de lo inútil.”
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