PALABRAS DEL TENIENTE CORONEL D. JESÚS NARCISO NÚÑEZ CALVO, JEFE INTERINO DE LA COMANDANCIA DE LA GUARDIA CIVIL DE CÁDIZ, CON MOTIVO DEL CLXX ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL. SALUTACION A LAS AUTORIDADES Y ASISTENTES: Hoy, 14 de mayo de 2014, con este sencillo pero emotivo acto, conmemoramos solemnemente el CLXX Aniversario de la Fundación del Cuerpo de la Guardia Civil. Hoy, hace 170 años, la Gaceta de Madrid, antecedente histórico del actual Boletín Oficial del Estado, publicaba en la primera página de su número 3.530, correspondiente al martes 14 de mayo de 1844 el Real Decreto, fechado el día anterior y rubricado por S.M. la Reina Isabel II, que daba carta de naturaleza a la fundación de nuestro Cuerpo. Constituye por lo tanto un honor, la oportunidad que tengo, como Jefe Interino de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, de dirigirme a todos los presentes, con motivo de tan trascendental efemérides. Hace 170 años, España y los españoles, estaban muy necesitados de una fuerza de seguridad pública que garantizara el Orden y la Ley en sus poblaciones y en sus caminos. Eran tiempos muy difíciles. A pesar de los esfuerzos e interés de los sucesivos gobiernos de la época, todas las instituciones de seguridad pública, tanto de carácter civil como militar, que se habían ido creando, no cuajaron y fueron fracasando por una u otra razón. Sin embargo, en 1844 surgió un Cuerpo, de naturaleza militar, con vocación de permanencia y de futuro, robusto, austero, disciplinado, sacrificado, eficaz, eficiente e integrado por un personal que fue seleccionado entre los mejores. No fue ni empresa ni tarea fácil, todo lo contrario, pues no faltaron obstáculos ni enemigos. 1 Pero gracias al espíritu que supo inculcar nuestro fundador, el Duque de Ahumada, y que quedó recogido en nuestro código deontológico, que no es otro que la Cartilla del Guardia Civil, nuestro Benemérito Instituto se fue convirtiendo en la fuerza de seguridad pública más respetada, más querida, más eficaz, más prestigiosa, con mayor número de efectivos y mayor despliegue territorial en el Estado Español. Aquellos primeros Guardias Civiles, guiados por el espíritu del Duque de Ahumada, acreditaron que el Honor era su principal divisa, conservándolo sin mancha; fueron prudentes sin debilidad, firmes sin violencia y políticos sin bajeza; sus primeras armas fueron la persuasión y la fuerza moral; no eran temidos sino de los malhechores, ni temibles, sino a los enemigos del Orden; procuraron ser un pronóstico feliz para el afligido, y que a su presentación el que se creía cercado de asesinos, se viera libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, considerase el incendio apagado; el que viera a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo creyera salvado; y que cuando tenían la fortuna de realizar un servicio importante, sólo esperaban un recuerdo de gratitud de aquél a quien habían favorecido, pues no habían hecho más que cumplir con su deber. Han transcurrido 170 años y nuestro Cuerpo, que ha mantenido desde entonces su carácter militar, piedra angular de su singular idiosincrasia, ha sabido adaptarse a los tiempos, evolucionar, modernizarse, especializarse y seguir creciendo, tanto en competencias como en proyección, incluida la internacional, y por lo tanto incrementar su eficacia, eficiencia y prestigio. Hoy son hombres y mujeres distintos los que visten el honroso uniforme de la Guardia Civil, pero su compromiso para con España y la Sociedad, y su espíritu de servicio, sacrificio y lealtad siguen siendo los mismos de quienes la fundaron. A los Guardias Civiles que hoy formáis en este patio os pido, como depositarios del legado que recibisteis de quienes os precedieron, que no sólo sigáis manteniéndolo sino que lo acrecentéis. En muchos casos ese legado lo recibisteis de vuestros padres, abuelos, bisabuelos, etc., lo cual agranda aún más, si cabe, vuestro compromiso y vuestra responsabilidad. 2 Todos debéis sentir el legítimo orgullo de pertenecer a una de las instituciones más valoradas, año tras año por la Sociedad, y por lo tanto por España, siendo vuestra obligación y vuestra gloria servirla con honor y lealtad. Hoy, 170 años después de nuestra Fundación, renovamos como Guardias Civiles nuestro compromiso de lealtad a España, al Ordenamiento Constitucional, y de servicio y sacrificio, con la misma entrega, ilusión y fortaleza de siempre. Habéis sido testigos de los Diplomas entregados y del beso que han dado a nuestra Bandera, símbolo de nuestra Patria, algunos de nuestros compañeros, que recientemente han pasado a la Reserva o a Retiro, así como de las emotivas palabras pronunciadas por el más caracterizado en nombre de todos ellos. Tener presente que algún día ocuparéis su sitio. Mostrarles siempre vuestro agradecimiento, vuestra consideración, vuestro compañerismo, vuestro respeto y vuestro reconocimiento, pues sin ellos vosotros no seríais lo que sois ahora. ¡Gracias por vuestro servicio, vuestro amor a la Guardia Civil y vuestra entrega a España!. También, hoy tenemos el honor de que nos acompañen unos guardias civiles singulares, unos guardias civiles honoríficos, que conforme a la normativa vigente hace unas décadas, se les concedió dicho nombramiento. Ninguno llegó a vestir nuestro uniforme ni portó nuestro sombrero, pero sus corazones y su espíritu estaban impregnados como el que más, del legado del Duque de Ahumada. Procedentes de diferentes estamentos de la sociedad civil o militar, supieron hacerse acreedores a tan excepcional distinción, y hoy, en la conmemoración del CLXX Aniversario de la Fundación de la Guardia Civil, quiero agradeceros personal y públicamente vuestro Amor a nuestro Benemérito Cuerpo. ¡Gracias de verdad y de corazón!. Así mismo quiero felicitar muy sinceramente a los condecorados con la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. En unos pocos se han reconocido los méritos de muchos. Os doy la enhorabuena por vuestro ejemplo de servicio, sacrificio y lealtad. 3 Su concesión debe servir de honrada satisfacción para vosotros y de honesto estímulo para los demás. Por último, quiero agradecer muy sinceramente en este CLXX Aniversario, la presencia, el afecto y el cariño que nos aportan las diferentes autoridades civiles y militares así como los diversos responsables y representantes de las instituciones y organismos directamente vinculados con nuestra actividad diaria, nuestros compañeros de las Fuerzas Armadas, del Cuerpo Nacional de Policía, de la Policía Adscrita a la Junta de Andalucía, de la Policía Local y demás representantes de la Sociedad Civil que hoy nos honran con su compañía, incluidos por supuesto los medios de comunicación social. Gracias a todos por su asistencia y finalizo mis palabras, invocando la protección de nuestra Excelsa Patrona, la Virgen del Pilar, en el largo camino que nuestro Benemérito Cuerpo todavía ha de recorrer, así como honrando la memoria de los miles de Guardias Civiles que desde hace 170 años han entregado su vida por España en el cumplimiento del deber. Cádiz, 14 de mayo de 2014. 4