Niños en la Red, asomados al abismo

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A fondo
Niños en la Red,
asomados al abismo
1.230 millones de personas en el mundo son usuarias de Facebook, y de ellas, la mitad
tiene más de 200 amigos; 450 millones usan Whatsapp, y Snapchat, el último grito
para adolescentes, envía al día 700 millones de imágenes que se autodestruyen al llegar
a su destino. Para nuestros hijos, no hay diferencia entre el mundo virtual y el mundo
real y, aunque no hay que demonizar la redes sociales, lo cierto es que en ellas existen
los mismos peligros que fuera. Si uno no abre las puertas de su casa a un desconocido,
¿por qué lo agrega como amigo en las redes sociales?
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N
o abras la puerta a desconocidos,
no hables con extraños, no aceptes caramelos de alguien a quien
no conoces... Frases habituales de cuando éramos pequeños que repetimos
a nuestros hijos para protegerlos en el
mundo físico pero, ¿y en el virtual? Los
delincuentes acechan igual que antes,
pero ahora a través de las nuevas tecnologías. Los pedófilos, los impostores, los
estafadores, los ladrones... nos pueden
vaciar la cuenta del banco o pueden
llegar a abusar de nuestros hijos, que
tienen además la puerta abierta a las
drogas o se exponen a ser captados por
bandas violentas juveniles. Sus propios
compañeros de clase pueden convertirse en sus peores enemigos y difamarlos
ante medio mundo, o extorsionarles y
chantajearles.
“El uso que en casa se
le dé a Internet será el
modelo para el menor; la
implicación de la familia
debe ser integral”
No se trata de demonizar las nuevas
tecnologías, pero sí de hacer hincapié en
la importancia de mantener la seguridad
y de tomar precauciones exactamente
igual que lo hacemos cuando funcionamos en el mundo físico. “No hay que
entrar en ‘modo paranoico’, no hay que
criminalizar internet ni las redes sociales”, señala el jefe del Grupo de Delitos
Telemáticos (GDT) de la Guardia Civil, el
comandante Óscar de la Cruz, “la cuestión es que los padres sepan identificar
los riesgos que hay y trasladárselos a los
chavales” porque ponen en peligro su
propia seguridad, su privacidad y la economía familiar.
Y no sólo los padres; todo el entorno
familiar juega su papel. Julián Millán, policía investigador de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) del Cuerpo
Nacional de Policía y experto en redes
sociales, añade que “el uso que en casa
se le dé a Internet será el modelo para el
menor”. Por eso, “la implicación de tíos,
abuelos y familia más extensa debe ser
integral. Además, los consejos y adver26
La Revista de las Familias Numerosas
tencias de la vida real son extrapolables
a la vida virtual. En este sentido, el entorno familiar es el que trasmite el sentido común con el que se deben usar las
nuevas tecnologías”.
Grooming y ciberacoso, lo más peligroso
“¿Qué hace una niña de 8 años con
un perfil abierto en Facebook, encerrada en el baño de su casa con un portátil
y con la webcam funcionando?”, se pregunta el comandante De la Cruz al referir una de las últimas operaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil contra el
‘grooming’. Cuando la madre de la niña
se dio cuenta, ya era demasiado tarde:
su pequeña estaba siendo extorsionada
sexualmente por un auténtico depredador en Internet.
El ‘grooming’ es precisamente “lo
más peligroso a día de hoy vinculado a
las redes sociales. Un adulto que simula
ser menor de edad para entrar en contacto con otro menor y, una vez ganada
su confianza, le solicita fotos o vídeos de
contenido sexual. Una vez ha obtenido
esas primeras imágenes, comienzan las
amenazas: las difundirá a todo su círculo de amigos y familiares en Internet si
no continúa enviándole imágenes, cada
vez más explícitas. Esto se convierte en
una espiral que “en el peor de los casos
puede llegar a que intente concertar un
encuentro físico para abusar del menor”.
El agente Millán añade que los contactos se suelen producir antes de los 13
Con muchos hermanos...
L
os expertos consultados coinciden en señalar que en familias numerosas, lo
ideal será implicar a los hermanos mayores en la guía de los menores para un
buen uso de las redes sociales. “Es cierto que el control parental requiere un
tiempo de dedicación a los hijos, y en familias numerosas el tiempo se divide, pero
los hermanos mayores pueden perfectamente tutorizar a los menores. Además,
los pequeños son más receptivos cuando la información llega de otro menor”, señala Guillermo Cánovas, a lo que el comandante jefe del GDT de la Guardia Civil
añade: “Al mayor se le podrá dar cierta responsabilidad, aunque él también va a
tener sus problemas como adolescente”. El agente del CNP Julián Millán indica que
“siempre existe un familiar mayor con el que el niño tiene un mayor grado de afinidad y del que va a aceptar ‘mejor’ los consejos y advertencias”. Y concluye: “Hay que
crear un clima de confianza para conocer cualquier problema que pueda surgir”.
A fondo
años para satisfacer sus pretensiones
sexuales una vez cumplida esa edad,
que es la de “consentimiento sexual real,
sin engaños, amenaza, violencia o dinero”. O bien se puede contactar con un
hermano mayor cuando el objetivo real
es uno de menos edad.
El otro gran peligro que en la actualidad existe en Internet es el ‘ciberbullying’, que se agrava con respecto al
acoso escolar tradicional en función de
dos condicionantes: es constante, no
hay descanso para la víctima puesto que
no acaba al salir del colegio ni los fines
de semana; y por otro lado, su difusión
es mucho mayor, ya que se extiende a
amigos de amigos de amigos, de modo
que un chaval puede estar siendo acosado por personas que ni siquiera conoce y expuesto a un linchamiento virtual,
un auténtico ensañamiento público del
que es muy difícil escapar.
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El mejor control parental es hablar con los hijos
P
artiendo de la base de que el mejor sistema de control parental es el diálogo, en el mercado están disponibles herramientas para instalar en los ordenadores, los smartphone y las tablet. Algunas son más agresivas y otras, en
base a determinadas reglas, generan alarmas cuando lo que está escribiendo el
menor puede ser peligroso. Entonces, le envía un mensaje al padre.
iOS, Android y Windows ya incorporan en sus sistemas mecanismos de control parental, de modo que se puede programar qué días y cuánto tiempo usar
la tablet, el smartphone o el ordenador, si permite reproducción de música dependiendo del tipo de letra de las canciones, prohibir hacer compras, elegir si
se quiere ver mensajes publicitarios, bloquear el acceso a determinadas páginas,
informar de la actividad en Internet...
Entre los sistemas actuales, que en la mayoría de los casos tienen versiones para
PC y aparatos móviles, se encuentran: AVG Family Safety, Norton Online Family,
Windows Live Family Safety, Kaspersky Pure, Cyberpatrol, Cybersieve, Cybersitter,
K9 Web Proteccion, Mac OS Parental Control, McAfee Family Protection, Mobcip,
Net Nanny, Net Intelligence, Open DNS Home, Optenet PC Web Filter, Profil Parental Filter 2, Puresight Owl, Safe Eyes, Xooloo, Family Shield, Escudo Web.
Conductas saludables en Internet
•No descargues aplicaciones que piden
permisos que no son necesarios para
hacerla funcionar (por ejemplo, las linternas que piden acceso a tus fotos y contactos).
•Bloquea el acceso a tu webcam de aquellas Apps para las que no sea necesaria y
ten siempre tapada tu webcam mientras
no la estés utilizando.
•Activa la geolocalización de tu dispositivo sólo cuando sea necesario. Recuerda
que además si haces fotos con la geolocalización activada, en la foto quedan
grabados metadatos entre los se encuentran las coordenadas del sitio en el que
hiciste la foto.
•Envía a través de los sistemas de mensajería instantánea sólo archivos o imágenes
que no te importaría que llegaran a ser
públicas. Al subir una foto, piensa si estás
dispuesto a que la pueda ver todo el mundo, y para siempre. Nunca uses estos sistemas como privados, porque no lo son.
•No añadas a nadie a tu perfil social que
no conozcas en la vida real.
•Explica claramente a tus hijos que conocido no es lo mismo que amigo.
•Crea en tus hijos desconfianza con respecto a internet: se puede manipular
cualquier cosa, las fotografías, los perfiles,
las edades... Es bueno que los chicos no
se lo crean todo, que se cuestionen todo,
incluso si la persona con la que están chateando es real o no.
•Usa siempre contraseñas en el ordenador
y en los dispositivos móviles, y nunca se las
des a tus hijos, aunque te abrumen con su
insistencia.
•Desmarca siempre las opciones de recordar contraseñas. Y cuando las escribas, o
introduzcas datos bancarios, hazlo mejor
con el teclado virtual.
•Ojo con las App gratuitas; suelen ser las
más agresivas, ya que pueden esconder
troyanos que robarán toda la información
que tengas en el teléfono: agenda, cuentas
de correo electrónico, fotografías y vídeos
personales, datos de todo tipo... Hay que
supervisarlas y aconsejar a nuestros hijos.
•Borra aplicaciones que no uses habitualmente.
•Que tus hijos usen siempre en los chats
apodos, y que nunca sean sugerentes ni
llamativos ni tampoco que les identifiquen
con su nombre, edad, lugar de residencia...
•No cuelgues tu vida en Facebook, y tampoco la de tus hijos. Guillermo Cánovas
explica que “hay niños que están en las redes desde que son una ecografía; ¿cómo
les van a explicar de mayores los padres la
importancia de la privacidad en las redes
sociales? Se vuelca toda la infancia de los
hijos en internet sin tener en cuenta su
opinión”. Además, si la configuración es
abierta, tus datos personales pueden ser
utilizados o aprovechados por malintencionados. “No es la primera vez que los
delincuentes aprovechan el anuncio de las
vacaciones en Facebook para ir a robar a
una casa o planificar un secuestro exprés”,
añade el comandante De la Cruz.
•Para que Whatsapp sea más seguro vacía
por completo los chats y bórralos, así como
controla la descarga de contenido multimedia.
•Recuerda que el mejor antivirus eres
tú. Ten cuidado con las wifi ya que, como
explica el agente Millán, “no todas son de
confianza”; utiliza encriptadores de archivos si son sensibles; opera en páginas con
protocolo SSL (verás una ‘s’ detrás de ‘http’
y un candado en la barra de navegación),
elimina siempre el historial de navegación;
nunca reveles por email o móvil datos personales (dirección postal, datos bancarios,
claves de acceso...).
•Que cada hijo tenga en el ordenador una
cuenta de acceso, jamás con privilegios
de administrador aunque sí de usuario
controlados por los padres.
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“El ciberacoso es una conducta
aprendida: casi la mitad de los menores
que acosan han sido previamente víctimas de acoso”, destaca Guillermo Cánovas, presidente de Protégeles, que añade: “Se trata de un sistema para hacerse
respetar, para alcanzar el éxito o bien
para solucionar problemas. La detección
en casa no es fácil, aunque por norma la
víctima suele tener cambios bruscos de
humor y de estado anímico, se vuelve
más retraído, deja de conectarse a internet, de mirar su correo...”.
Algunos ejemplos de ciberacoso son:
dar de alta a la víctima en un sitio web en
el que se la pueda estigmatizar o ridiculizar; crear un perfil falso en nombre de
la víctima para realizar demandas u ofertas sexuales; usurpar su identidad para
hacer comentarios ofensivos sobre ter-
Sistemas de mensajería instantánea en alza
Whatsapp. Es la aplicación estrella; crece a un ritmo de 8.300 usuarios
al día. El pasado mes de febrero, Facebook compró Whatsapp, dos años
después de haberse hecho con Instagram.
Snapchat. Con 100 millones de usuarios registrados, es la que más
gusta a los adolescentes ya que las fotos y vídeos que se envían se autodestruyen en el dispositivo receptor en un tiempo mínimo de 10 segundos. Al destruirse las imágenes es campo abonado para el ‘sexting’,
aunque no evita el que se hagan capturas de pantalla y las imágenes
se distribuyan después.
Backchat. Creada recientemente por Daniel Singer, un joven de 14
años, esta aplicación está basada en el anonimato. El propio Singer ha
asegurado que Backchat es una forma de luchar contra los padres que
fisgonean lo que sus hijos hacen en las redes sociales. En Backchat, que
tiene 3 millones de usuarios, la identidad del remitente es siempre secreta, de ahí que a los adolescentes les produzca hasta cierta emoción.
Sus mensajes también se autodestruyen.
Whisper. No está permitido su uso a menores de 17 años, aunque la
inmensa mayoría de los adolescentes no lo sabe, y de hecho, no se vigila la edad de los que acceden a ella. En esta aplicación los post no
están ligados a una identidad, con lo que prima también el anonimato.
El usuario escribe un mensaje y la aplicación le busca una foto adaptada
al contenido, de modo que lo que se difunde es un texto sobreimpresionado en una foto, al estilo de los ‘memes’ de Internet.
Telegram. Se ha convertido en el principal competidor de Whatsapp:
en seis meses de vida se ha hecho con 5 millones de usuarios, y crece a
un ritmo de 100 nuevas solicitudes de alta por segundo.
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ceros; hacer correr en las redes sociales
rumores sobre comportamientos reprochables atribuidos a la víctima; divulgar
grabaciones en Internet en las que se la
intimida, agrede o persigue...
Delincuentes desde casa
Pero nuestros hijos no sólo se exponen a ser las víctimas de un delito;
también pueden ser autores. Guillermo
Cánovas asegura que “sin saberlo, en muchas ocasiones desde su dormitorio, en
pijama, mientras sus padres están viendo tranquilamente la tele en el salón, los
menores pueden estar difundiendo contenidos ilegales, pueden estar amenazando, calumniando o usurpando identidades en redes sociales”. Y es que a veces
no son conscientes, por ejemplo, de que
enviar una fotografía con contenido sexual a la pareja siendo menores de edad,
es distribución de pornografía infantil,
que está penado con entre 1 y 5 años de
cárcel (art. 189.1 del Código Penal).
Esto es lo que se conoce como ‘sexting’, otro de los grandes peligros en la
actualidad. El problema está, además, en
cuando rompe la pareja: imágenes que se
compartieron de forma voluntaria y en un
clima de confianza se convierten en una
potente arma arrojadiza, ya que se pueden convertir en virales sin ningún tipo
de control. Y su sola tenencia (si los protagonistas de estas imágenes son menores
de edad) es ya delito, y acarrea una pena
de prisión de entre tres meses y 1 año.
“Hay que vigilar al menor y advertirle
de que puede incurrir en cualquier tipología delictiva, y de que, como autor de
la misma, responderá legalmente. Y, en
última instancia, responderán sus tutores
legales”, advierte el agente Julián Millán.
El ‘hasta mañana’ ha dejado
de existir
En los últimos seis meses de 2013,
Tuenti, la que fuera red social por excelencia de los adolescentes y jóvenes,
perdió el 58 % de sus usuarios. Facebook,
también en caída libre, se ha quedado
sin 3 millones de usuarios jóvenes en
dos años. ¿Por qué? La explicación está
en la explosiva entrada de los sistemas
de mensajería instantánea en nuestras
A fondo
Clash of Clans, el juego de moda
A
rrasa entre los adolescentes y ya ocupa el primer puesto de los juegos
multijugador online. Se trata de un juego de estrategia ambientando en el
mundo vikingo que, aunque posee muchas virtudes, también tiene ciertos
peligros. El principal, como señala Guillermo Cánovas, es que es un juego de alianzas y como tal, si esto no se controla, los chavales pueden acabar interaccionando
con personas que no conocen. Por tanto, la regla de oro es que “pase lo que pase,
nunca digas quién eres en realidad ni dónde vives ni facilites a otros jugadores tu
verdadera dirección de correo electrónico o imágenes y fotografías tuyas”.
vidas. Whatsapp es sin duda la estrella, pero ya tiene fuertes competidores,
como es el caso de Telegram. La popularización de los smartphones (ya hay más
gente que se conecta a internet desde
el móvil que desde el ordenador) y la inmediatez en las conversaciones son sin
duda sus grandes ventajas. “Ha desaparecido el ‘hasta mañana’, porque con estos
sistemas se puede estar constantemente hablando”, comenta Cánovas. En este
sentido, señala que “para ellos ya no se
lleva Tuenti porque en realidad buscan la
inmediatez y la rapidez. Los sistemas de
mensajería instantánea son sus nuevas
redes sociales: crean sus grupos, hablan
en tiempo real y están en contacto con
la gente que realmente quieren”.
Nuestros hijos no sólo
se exponen a ser las
víctimas de un delito,
también pueden ser
autores
Pero además, los smartphones y las
tablet se han convertido ya en la puerta
de acceso al mundo de internet y redes
sociales de los más pequeños de la casa.
Como pone de manifiesto Guillermo
Cánovas, “hemos detectado una bajada
en la edad de inicio de las nuevas tecnologías. Antes se accedía a internet a los
13-14 años, desde el ordenador de casa;
ahora se hace a los 7-8-9 a través de la
conectividad móvil, fundamentalmente
desde los smartphones y las tablet de los
padres”. Y desde luego no es nada raro
ya ver a niños de 2 ó 3 años trasteando
con la tablet. De hecho, el 38 % de los
El 40 % de los jóvenes
considera divertido
hablar con un
desconocido
en las redes
sociales, y lo
que es más
preocupante, el
50 % de los jóvenes
de entre 13 y 19 años
no ve muy peligroso
quedar con un
contacto desconocido
de la Red
niños menores de 2 años utiliza tablets y
smartphones, según un estudio de Common Sense Media, y a los 8 años, el 72 %
de los niños ya ha utilizado un smartphone o tablet.
Esto sin duda puede ser una gran
oportunidad para los padres, tal y como
reconoce el presidente de Protégeles: “A
muchos padres les es difícil llegar a sus
hijos adolescentes, y sin embargo trabajar la prevención con niños de 8 años es
fácil, porque a esa edad pasan todo el
tiempo con sus padres, son más receptivos, no les importa que vean sus fotos...
Es más, les gusta que los padres estén al
tanto de todo y enseñarles lo que hacen”.
Los padres podrán así explicarle a un hijo
cómo configurar la privacidad de Instagram, por ejemplo, y hacerle ver que hay
fotos en las que también hay amiguitos
suyos y no es bueno compartirlas o qué
decir y cómo decirlo por Whatsapp... “Se
trata de normas vividas con los hijos”,
concluye Cánovas. Sólo hay un problema: si los padres no están pendientes,
los riesgos de exposición al ciberacoso y
otras conductas peligrosas o la difusión
de datos privados en internet se producen mucho antes.
Y cuando ya son más mayores, entra
en juego el componente de intimidad
y privacidad. El comandante Óscar de
la Cruz señala que “cuanto menor sea el
niño, menos rechazo va a haber hacia
una injerencia de los padres; cuando se
trata de un adolescente, los padres tienen la obligación de estar pendientes”,
pero respetando su intimidad. Siempre
se pueden usar sistemas de control parental, aunque no es nada recomendable
usar programas espías: “Las herramientas
espía se meten en el correo, ven los
mensajes... Esto no es recomendable,
no es la mejor manera de solucionar un
problema, más que nada porque el chico
se va a poder conectar desde cualquier
lado”. Hay que supervisar, educar e informar, pero no espiar: el control parental
no es sinónimo de espionaje de los hijos.
Guillermo Cánovas añade que “si un
padre le dice a su hijo de 14 años que
le deja tener un perfil en Facebook con
la condición de que le agregue como
amigo, lo normal es que el hijo se abra
un segundo perfil con sus amigos. Si
queremos ser respetuosos y prácticos,
esas normas de supervisión se tienen
que poner en práctica antes de los 1314. En definitiva, un niño que se inicia
en las nuevas tecnologías a los 10 años
con sus padres cuando tenga 14 ya tiene 4 de experiencia, y ya sabe qué se
puede decir, cómo se configura una
privacidad” y cuáles son los comportamientos de riesgo.
Direcciones útiles
www.protegeles.es
www.kidsandteensonline.com
www.gdt.guardiacivil.es
www.elblogdeangelucho.com
www.policia.es / #crecerseguros
www.osi.es
www.alia2.org
www.seguridadweb20.es
www.chaval.es
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