Impactos y Vulnerabilidad I. Mestre, M.J. Casado, E. Rodríguez* Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), C/ Leonardo Prieto Castro, 8, 28071, Madrid *Correo electrónico: erodriguezc@aemet.es 2 Tendencias observadas y proyecciones de cambio climático sobre España Introducción El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (más conocido por sus siglas en LQJOpV ,3&& HV XQD HQWLGDG FLHQWt¿FD FUHDGD HQ por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Se constituyó para proporcionar información objetiva, clara, equilibrada y neutral del estado de conocimientos sobre el cambio climático a los responsables políticos y otros sectores interesados. El ,3&&HQVX4XLQWR,QIRUPHGH(YDOXDFLyQ,3&& FRQ¿UPD\UHIXHU]DORVUHVXOWDGRVGHDQWHULRUHVLQIRUPHV concluyendo que el cambio climático está teniendo lugar ya y continuará en las próximas décadas y siglos, siendo los humanos la causa principal de tal cambio. También FRQFOX\HTXHVLQRKD\XQDDFFLyQXUJHQWH\VLJQL¿FDWLYD para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, los impactos del cambio climático serán más JUDYHV,3&& El IPCC concluye que el calentamiento del VLVWHPD FOLPiWLFR HV LQHTXtYRFR 'HVGH VH KDQ observado cambios en el sistema climático que no tienen precedente, tanto si se comparan con registros históricos observacionales, que datan de mediados del siglo XIX, como si se comparan con registros paleoclimáticos referidos a los últimos milenios. Las observaciones SHUPLWHQ D¿UPDU TXH OD DWPyVIHUD \ ORV RFpDQRV VH KDQ calentado, que la cantidad y extensión de las masas de hielo y nieve han disminuido, que el nivel del mar ha subido y que las concentraciones de gases de efecto LQYHUQDGHURKDQDXPHQWDGR,3&& La temperatura media global muestra un LQFUHPHQWR GH & HQWUH & \ & HQ HO SHULRGR&DGDXQDGHODV~OWLPDVWUHVGpFDGDV KD VLGR PiV FiOLGD TXH WRGDV ODV DQWHULRUHV GHVGH siendo la primera década del siglo XXI la más cálida de WRGDV /DV WHQGHQFLDV HQ SHULRGRV FRUWRV HQWUH \ años) están muy afectadas por la variabilidad natural, tal \FRPRVXFHGHSRUHMHPSORHQORV~OWLPRVDxRVHQ los que la tasa de calentamiento ha sido inferior a la media UHJLVWUDGDGHVGH/DSUHFLSLWDFLyQKDDXPHQWDGRHQ las zonas terrestres de latitudes medias del hemisferio QRUWH GHVGH 6H KDQ REVHUYDGR FDPELRV HQ ORV HSLVRGLRV H[WUHPRV GHVGH (O Q~PHUR GH GtDV \ noches frías ha disminuido y el número de días y noches FiOLGDVKDDXPHQWDGRDQLYHOJOREDO,3&& Respecto a las proyecciones futuras y basándose en unos nuevos escenarios de emisión (las denominadas Sendas Representativas de Concentración o RCP, de sus VLJODV HQ LQJOpV TXH VH LGHQWL¿FDQ SRU VX IRU]DPLHQWR WRWDOSDUDHODxRYDULDQGRHQWUH:P25&3 \ :P2 5&3 HO ,3&& D¿UPD TXH ODV HPLVLRQHV continuadas de gases de efecto invernadero causarán un calentamiento adicional al actualmente existente. Unas emisiones iguales a las tasas actuales o superiores inducirán cambios en todos los componentes del sistema climático, algunos de ellos sin precedentes en cientos o miles de años. Los cambios tendrán lugar en todas las regiones del globo, incluyendo cambios en la tierra y en el océano, en el ciclo del agua, en la criosfera, en el nivel del mar, en algunos episodios extremos y en la acidez de los océanos. Muchos de estos cambios persistirán durante muchos siglos. La limitación del cambio climático requerirá reducciones substanciales y sostenidas de las emisiones de CO2,3&& (O FDPELR GH OD WHPSHUDWXUD VXSHU¿FLDO QR será regionalmente uniforme, si bien, en el largo plazo, el calentamiento será mayor sobre tierra que sobre los océanos. La Región Ártica se calentará más rápidamente. En un clima más cálido, el contraste en la precipitación 87 estacional media entre las regiones secas y húmedas aumentará en la mayor parte del globo. Las regiones VLWXDGDV HQ ODWLWXGHV DOWDV \ HQ HO RFpDQR 3DFt¿FR ecuatorial verán incrementarse sus precipitaciones. Las proyecciones para las próximas décadas de muchas magnitudes muestran cambios similares a los ya observados. En la mayoría de las regiones habrá más episodios relacionados con extremos de altas temperaturas y menos relacionados con extremos de bajas temperaturas. Las olas de calor serán más frecuentes y tendrán mayor duración. Los fríos invernales extremos continuarán ocurriendo ocasionalmente. En algunas áreas aumentará ODIUHFXHQFLDLQWHQVLGDG\RFDQWLGDGGHSUHFLSLWDFLRQHV IXHUWHV,3&& En la región Mediterránea tendrá lugar un incremento de temperatura superior a la media global, más pronunciado en los meses estivales que en los invernales. 3DUDHOHVFHQDULR5&3\SDUD¿QDOHVGHOVLJOR;;,OD región Mediterránea experimentará incrementos medios GHWHPSHUDWXUDGH&\GH&HQORVPHVHVLQYHUQDOHV y estivales, respectivamente, y reducciones medias de SUHFLSLWDFLyQGH\GHHQORVPHVHVLQYHUQDOHV y estivales, respectivamente. Habrá un aumento de los extremos relacionados con las precipitaciones de origen WRUPHQWRVR,3&& Mientras que la situación general se describe detalladamente a nivel global e incluso regional (región 0HGLWHUUiQHD ,3&& HQ HVWD FRQWULEXFLyQ VH resumen las tendencias climáticas tanto observacionales como proyectadas para el siglo XXI sobre el territorio HVSDxRO TXH SUHVHQWDQ FDUDFWHUtVWLFDV HVSHFt¿FDV \ diferenciadas. Tendencias observadas de temperatura y precipitación sobre España Datos y Metodología Para analizar las tendencias observadas de temperatura y precipitación sobre España se han seleccionado unas determinadas series atendiendo a su longitud temporal y haber sido sometidas a un control de calidad, relleno de lagunas y homogeneización. Para la temperatura se han considerado por un lado los UHVXOWDGRVREWHQLGRVSRU%UXQHWHWDOTXHXWLOL]DQ las 22 series más largas de temperaturas medias (Tmed), máximas (Tmax) y mínimas (Tmin) diarias españolas, TXHFXEUHQHOSHULRGR\SRURWURORVGH/XQD HWDOTXHXWLOL]DQXQFRQMXQWRGHREVHUYDWRULRV SULQFLSDOHVFRQGDWRVPHQVXDOHVGHWHPSHUDWXUDGH D (VWRV REVHUYDWRULRV KDQ VLGR VHOHFFLRQDGRV SRU AEMET atendiendo a criterios de representatividad JHRJUi¿FD\FRQWLQXLGDGHQHOWLHPSRWDQWRHQORTXHVH UH¿HUH D OD DXVHQFLD R HVFDVH] GH ODJXQDV HQ HO SDVDGR como en el futuro dado que son observatorios principales. 3DUD OD SUHFLSLWDFLyQ VH KD XWLOL]DGR XQ FRQMXQWR GH VHULHVPHQVXDOHVTXHFXEUHQHOSHULRGR/XQD HW DO /RV UHVXOWDGRV VH SUHVHQWDQ HQ IRUPD GH JUi¿FRV\WDEODVTXHPXHVWUDQODVLJQL¿FDFLyQHVWDGtVWLFD de las tendencias, anualmente y por estaciones y para dos periodos diferentes según la disponibilidad de los datos de ODYDULDEOHFRQVLGHUDGDHQ/XQDHWDO \SDUDWHPSHUDWXUD\\ para precipitación). Tendencias observadas de temperatura 6HJ~Q%UXQHWHWDOODVVHULHVPiVODUJDV muestran que los promedios anuales de la temperatura PHGLD GLDULD VH KDQ LQFUHPHQWDGR VLJQL¿FDWLYDPHQWH HQ &GpFDGD HQ HO SHULRGR DXQTXH QR GH IRUPDOLQHDO6HJ~Q/XQDHWDOFRQHOFRQMXQWR GHREVHUYDWRULRVVHKDHVWLPDGRTXHODWHQGHQFLDPHGLD VLJQL¿FDWLYDDOSDUDHOSHULRGRFRPSOHWR Figura 1. Figura 1. (YROXFLyQGHODWHPSHUDWXUDPHGLDDQXDOSDUD(VSDxDSHQLQVXODU\%DOHDUHVSDUDHOSHULRGR6HUHSUHVHQWDWDPELpQODVHULH VXDYL]DGDFRQXQ¿OWURloess (en rojo). )XHQWH(ODERUDGRDSDUWLUGH/XQDHWDO 88 Tabla 1. 7HQGHQFLDVGHODWHPSHUDWXUDPHGLDSDUD(VSDxDSHQLQVXODU\%DOHDUHVSDUDGRVSHULRGRVWHPSRUDOHVHQQHJULWDODVVLJQL¿FDWLYDVDO SHURQRDOHQQHJULWD\FXUVLYDODVVLJQL¿FDWLYDVDO/XQDHWDO Tendencias en ºC/10 años 1965-2010 1981-2010 AÑO 0.37 0.26 PRIM (MAM) 0.50 0.51 VER (JJA) 0.56 0.52 OTO (SON) 0.23 -0.05 INV (DEF) 0.13 0.04 HV GH & DxRV XQ YDORU FLHUWDPHQWH HOHYDGR TXH si se extrapolara a cien años conduciría a un valor de la WHQGHQFLD GHO RUGHQ GH YHFHV VXSHULRU D OD WHQGHQFLD PHGLD JOREDO HQ ORV ~OWLPRV DxRV 3DUD ORV ~OWLPRV DxRVODWHQGHQFLDVLJQL¿FDWLYDDOVHUHGXFHDOJR UHVXOWDQGRHQ&DxRV/DFXUYDGHWHPSHUDWXUD PHGLD DQXDO WDPELpQ VREUH (VSDxD )LJ PXHVWUD OD estabilización de las temperaturas en los últimos años detectada a nivel global por el IPCC. &RPR VH PXHVWUD HQ OD 7DEOD ODV GRV estaciones del año con mayor tendencia son primavera \ YHUDQR DPEDV FRQ WHQGHQFLDV PX\ VLJQL¿FDWLYDV estadísticamente en los dos periodos considerados. El YDORU GH HVWDV WHQGHQFLDV HV DSUR[LPDGDPHQWH & años. El otoño presenta la particularidad de mostrar una WHQGHQFLD OLJHUDPHQWH QHJDWLYD \ QR VLJQL¿FDWLYD HQ ORV ~OWLPRVDxRVVLELHQSDUDHOSHULRGRFRPSOHWR OD WHQGHQFLD HV SRVLWLYD \ VLJQL¿FDWLYD DO (O invierno es la estación que para el conjunto de los dos periodos considerados tiene menor tendencia, y en los ~OWLPRV DxRV FDVL QR WLHQH WHQGHQFLD /DV WHQGHQFLDV SDUDORVGRVSHULRGRVFRQVLGHUDGRVQRVRQVLJQL¿FDWLYDV HVWDGtVWLFDPHQWH DO VLHQGR OD ~QLFD HVWDFLyQ SDUD OD que sucede esto. Tendencias observadas de precipitación /XQDHWDO\/XQDHWDOEPXHVWUDQ TXH ODV WUHV SULPHUDV GpFDGDV SUHVHQWDQ valores promediados muy similares a los de las tres ~OWLPDV PLHQWUDV TXH ODV GpFDGDV VRQODVPiVOOXYLRVDVGHOUHJLVWURFRLQFLGLHQGRFRQ un pico en la precipitación. Destaca también un máximo VHFXQGDULR HQ OD GpFDGD GH ORV VHJXLGR SRU DxRV GH VHTXtD FHQWUDGRV HQ (O FRQWUDVWH HQWUH HVWRV DxRV secos y los muy lluviosos que vienen a continuación, HQODGpFDGDGHORVGLEXMDQHOWUDPRDVFHQGHQWHPiV SURQXQFLDGRGHODVHULH¿OWUDGDHQOD)LJ Como muestra la Tabla 2, la tendencia a lo largo GHO SHULRGR FRPSOHWR GH DxRV HV GHVSUHFLDEOH GHO RUGHQ GH PP SRU VLJOR (Q FDPELR VL HPSH]DPRV OD VHULH HQ HQFRQWUDPRV XQD WHQGHQFLD GHFUHFLHQWH DSUHFLDEOHGHPPDxRVTXHVLQHPEDUJRQROOHJD DODVLJQL¿FDFLyQHVWDGtVWLFDDO(VHYLGHQWHGHOD)LJ SRURWUDSDUWHTXHVLHPSH]iUDPRVHQODWHQGHQFLD GHFUHFLHQWHVHUtDWRGDYtDPD\RUSXHVORVDxRVIXHURQ Figura 2. Figura 2. (YROXFLyQGHODSUHFLSLWDFLyQDFXPXODGDDQXDOSDUD(VSDxDSHQLQVXODU\%DOHDUHVSDUDHOSHULRGR6HUHSUHVHQWDWDPELpQOD VHULHVXDYL]DGDFRQXQ¿OWURloess (en rojo) )XHQWH(ODERUDGRDSDUWLUGH/XQDHWDO 89 Tabla 2.7HQGHQFLDVHQVHULHVODUJDVGHSUHFLSLWDFLyQPPDxRVSDUDGRVSHULRGRVWHPSRUDOHVHQQHJULWDODVWHQGHQFLDVVLJQL¿FDWLYDVDO SHURQRDOHQQHJULWD\FXUVLYDODVVLJQL¿FDWLYDVDO/XQDHWDO Tendencias en ºC/10 años 1901-2008 1951-2008 AÑO 0.8 -13.2 PRIM (MAM) -0.8 -2.1 VER (JJA) 0.05 -3.3 OTO (SON) 0.2 1.7 INV (DEF) 1.6 -9.9 UHODWLYDPHQWHVHFRV(VWDWHQGHQFLDHVHQHIHFWRGH PPDxRVYDORUTXHH[WUDSRODGRDXQVLJORVXSRQGUtD XQGHVFHQVRGHODSUHFLSLWDFLyQPHGLDGHFDVL&RQ WRGRHVWDWHQGHQFLDWDQDFXVDGDGHVGHQROOHJDDVHU VLJQL¿FDWLYDDOFRQHOWHVWGH0DQQ.HQGDOODXQTXH está muy cerca. Una conclusión que podemos extraer de este análisis es que la gran variabilidad decadal de la precipitación hace que puedan aparecer tendencias sobre varios decenios que no sean extrapolables sin más DSHULRGRVPiVODUJRV/XQDHWDO Las tendencias estacionales para el periodo completo son todas de magnitud pequeña (véase Tabla 2), QLQJXQDOOHJDDORVPPDxRV\WDPSRFRQLQJXQDHV HVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYD(QFDPELRVLHPSH]DPRV HQ HO LQYLHUQR PXHVWUD XQD WHQGHQFLD GHFUHFLHQWH LPSRUWDQWH GH FDVL PP DxRV TXH H[WUDSRODGD D un siglo reduciría a la mitad la precipitación invernal en España. Pese a su magnitud esta tendencia no es VLJQL¿FDWLYDHVWDGtVWLFDPHQWHDOFRQHOWHVWGH0DQQ .HQGDOOORTXHGDLGHDGHODLPSRUWDQWtVLPDYDULDELOLGDG interanual de la precipitación invernal. De hecho en esta HVWDFLyQ HO FRH¿FLHQWH GH YDULDFLyQ FRFLHQWH HQWUH OD GHVYLDFLyQWtSLFD\ODPHGLDHVGHXQHOPD\RU de todas las estaciones del año, seguido a corta distancia SRUHOYHUDQRFRQXQSHURODSUHFLSLWDFLyQPHGLD en verano es menos de la mitad que en invierno, lo que LQÀDHOFRH¿FLHQWHGHYDULDFLyQ(QRWRxR\SULPDYHUD HOFRH¿FLHQWHGHYDULDFLyQHVGHDOUHGHGRUGHO3DUD OD VHULH DQXDO HV LQIHULRU XQ /D ~QLFD WHQGHQFLD VLJQL¿FDWLYD RFXUUH HQ YHUDQR GHVGH FRQ XQD PDJQLWXG GH PP DxRV (Q HVWH PLVPR SHULRGR la primavera y el otoño muestran pequeñas tendencias, decreciente la primera y creciente el segundo (Luna et al. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, hoy Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) en el marco del Plan Nacional GH ,'L \ VX $FFLyQ (VWUDWpJLFD (QHUJtD \ Cambio Climático; (ii) Proyectos de regionalización de $(0(7LLL3UR\HFWR(16(0%/(6GHO3URJUDPD Marco de I+D de la UE. Los datos y la colección de variables consideradas por su utilidad para los distintos sectores activos en la evaluación de los efectos del cambio climático, están descritos con detalle en la FRUUHVSRQGLHQWHJXtDGHXVXDULRGH³(VFHQDULRV31$&& Datos mensuales” (disponible en KWWSZZZDHPHW HV). Todos los datos regionalizados utilizan modelos JOREDOHV GHO &0,3 \ HVFHQDULRV GH HPLVLyQ 65(6 correspondientes al Cuarto Informe de Evaluación del IPCC. Las características de los datos basados en regionalización dinámica (proyecto ESCENA) están GHVFULWDV HQ )HUQiQGH] HW DO PLHQWUDV TXH ODV características de los datos basados en regionalización estadística (proyecto ESTCENA) están descritas en *XWLpUUH]HWDO/RVGDWRVJHQHUDGRVSRU$(0(7 HVWiQGHVFULWRVHQ5DPRVHWDO/DLQIRUPDFLyQ VHSUHVHQWDHQJUi¿FRVTXHLQFOX\HQODHYROXFLyQPHGLD de todas las proyecciones obtenidas por los distintos modelos y técnicas de regionalización utilizados así como su incertidumbre, expresada en forma de banda FRORUHDGD TXH UHSUHVHQWD PiVPHQRV XQD GHVYLDFLyQ típica estándar alrededor de la evolución media. A todas las proyecciones se les ha asignado el mismo peso. El número de modelos y técnicas utilizados para cada HVFHQDULRHVWiLQGLFDGRHQWUHSDUpQWHVLVHQODV¿JXUDV 7RGDV ODV JUi¿FDV TXH VH SUHVHQWDQ HQ HVWD VHFFLyQ están referidas a cambios en las variables consideradas UHVSHFWRDOSHULRGRGHUHIHUHQFLD Temperatura Proyecciones de cambio climático Datos y Metodología Los datos utilizados en esta contribución –salvo TXHH[SOtFLWDPHQWHVHLQGLTXHORFRQWUDULRSURFHGHQGH ODEDVHGHGDWRVGHQRPLQDGD³(VFHQDULRV31$&&'DWRV mensuales” que constituye la colección de escenarios climáticos regionalizados del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. La colección de datos procede de distintas fuentes que abarcan metodologías alternativas de regionalización: (i) dos proyectos (ESCENA, de regionalización dinámica y ESTCENA, GHUHJLRQDOL]DFLyQHVWDGtVWLFD¿QDQFLDGRVSRUHODQWLJXR 90 Todas las proyecciones generadas muestran un aumento progresivo de las temperaturas máximas a lo ODUJRGHOVLJOR;;,)LJPiVUiSLGRSDUDHOHVFHQDULR SRES más emisivo (A2) y más lento para el escenario PHQRVHPLVLYR%$VtSDUD¿QDOHVGHVLJORFXDQGRORV aumentos son mayores, es probable que la variación del valor medio de la temperatura máxima de los dos últimos GHFHQLRV UHVSHFWR DO YDORU GH UHIHUHQFLD HVWpFRPSUHQGLGDHQWUH&\&SDUDHOHVFHQDULR GHHPLVLRQHVDOWDV$\HQWUH&\&SDUDXQ HVFHQDULR GH HPLVLRQHV EDMDV % /DV WHPSHUDWXUDV máximas estivales son las que experimentarán mayores FDPELRVHQWUH&\&PLHQWUDVTXHODVLQYHUQDOHV VRQ ODV TXH WHQGUiQ PHQRV YDULDFLRQHV HQWUH & \ Figura 3. Figura 3. Evolución del cambio en temperatura máxima diaria. Promedio para España Peninsular e Islas Baleares a partir de datos integrados SURGXFLGRVSRU$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$(67&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORVHVFHQDULRVGHHPLVLyQ $$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUHSDUpQWHVLVLQGLFDQHOQ~PHURGH proyecciones utilizadas )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 & DPEDV SDUD HO HVFHQDULR GH HPLVLRQHV PHGLDV DOWDV $% 5HVSHFWR D OD LQFHUWLGXPEUH GHELGD D ORV modelos globales y las técnicas de regionalización, estas son mayores en el verano. Los resultados con la base de GDWRV LQWHJUDGD DTXt XWLOL]DGD FRQ¿UPDQ ORV UHVXOWDGRV REWHQLGRV SRU &DVDGR \ 5DPRV FRQ XQRV GDWRV que incluyen un menor número de miembros en las simulaciones. Estos cambios en las temperaturas máximas inducen cambios en los índices extremos asociados a HVWDYDULDEOH(OSHUFHQWLOGHODWHPSHUDWXUDPi[LPD diaria (referido al mismo periodo de referencia) (Fig. PXHVWUD PD\RUHV FDPELRV TXH HO FRUUHVSRQGLHQWH DO valor medio indicando un ensanchamiento de la curva de distribución de probabilidad. La longitud máxima de las olas de calor aumentará progresivamente a lo largo del siglo. Este aumento será más rápido en la zona interior del cuadrante sureste de la península. También se observa un aumento apreciable de la incertidumbre inducida por los modelos JOREDOHVSDUD¿QDOHVGHVLJOR)LJ Figura 4. Figura 4. (YROXFLyQGHOFDPELRGHOSHUFHQWLOGHODWHPSHUDWXUDPi[LPDGLDULD3URPHGLRSDUD(VSDxD3HQLQVXODUH,VODV%DOHDUHVDSDUWLUGH GDWRVLQWHJUDGRVSURGXFLGRVSRU$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$(67&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORVHVFHQDULRV GHHPLVLyQ$$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUHSDUpQWHVLVLQGLFDQHO número de proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 91 Figura 5. Figura 5. Evolución del cambio en la longitud máxima de las olas de calor. Promedio para España Peninsular e Islas Baleares a partir de datos LQWHJUDGRVSURGXFLGRVSRU$(0(7XWLOL]DQGRPpWRGRVHVWDGtVWLFRVUHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORVHVFHQDULRVGHHPLVLyQ$$%%\( (OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUHSDUpQWHVLVLQGLFDQHOQ~PHURGHSUR\HFFLRQHV utilizadas. )XHQWHZZZDHPHWHV Al igual que para la temperatura máxima, WRGDV ODV SUR\HFFLRQHV GH WHPSHUDWXUD PtQLPD )LJ muestran un aumento progresivo a lo largo del siglo ;;,HQWRGDVODV]RQDVJHRJUi¿FDVGH(VSDxDSHQLQVXODU aunque menor que para la temperatura máxima. Por WDQWR ORV PD\RUHV DXPHQWRV VH REWLHQHQ SDUD ¿QDOHV de siglo. Sin embargo, la rapidez con la que se puede producir este aumento varía, principalmente, según el HVFHQDULR GH HPLVLyQ SRQLpQGRVH GH PDQL¿HVWR HVWD GLIHUHQFLD D ¿QDOHV VH VLJOR /RV DXPHQWRV PD\RUHV son más probables en los escenarios más emisivos, así, es probable que la variación del valor medio de la temperatura mínima de España peninsular para los dos ~OWLPRV GHFHQLRV HVWp FRPSUHQGLGD HQWUH & \ & SDUDHOHVFHQDULRPiVHPLVLYR$\HQWUH&\& SDUDHOHVFHQDULRPHQRVHPLVLYR%/RVFDPELRVVRQ PD\RUHV HQ ORV PHVHV HVWLYDOHV HQWUH & \ & \ PHQRUHVHQLQYLHUQR&\&\SULPDYHUDSDUDHO HVFHQDULRGHHPLVLRQHVPHGLDVDOWDV$%5HVSHFWRD la incertidumbre debida a modelos globales y técnicas de regionalización, también son mayores en el verano que en el invierno. Al igual que en el caso de la temperatura máxima, los resultados con la base de datos integrada DTXt XWLOL]DGD FRQ¿UPDQ ORV UHVXOWDGRV REWHQLGRV SRU &DVDGR\5DPRV Figura 6. Figura 6. Evolución del cambio en temperatura mínima diaria. Promedio para España Peninsular e Islas Baleares a partir de datos integrados SURGXFLGRVSRU$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$(67&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORVHVFHQDULRVGHHPLVLyQ $$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUHSDUpQWHVLVLQGLFDQHOQ~PHURGH proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 92 Figura 7. Figura 7. (YROXFLyQGHOFDPELRGHOQ~PHURGHGtDVGHKHODGD7PLQ&HQWHPSHUDWXUDPtQLPDGLDULD3URPHGLRSDUD(VSDxD3HQLQVXODUH,VODV %DOHDUHVDSDUWLUGHGDWRVLQWHJUDGRVSURGXFLGRVSRU$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$(67&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR \SDUDORVHVFHQDULRVGHHPLVLyQ$$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUH paréntesis, indican el número de proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 Igualmente al caso de la temperatura máxima, este aumento de la temperatura mínima lleva consigo una variación de los índices extremos asociados a esta variable. Así, se estima una disminución en el número GHGtDVGHKHODGDV7PLQ&)LJHVSHFLDOPHQWH HQHOiUHDSLUHQDLFD(QHVWD]RQD\SDUD¿QDOHVGHVLJOR SHULRGRHVSUREDEOHTXHKD\DHQWUH\ GtDVPHQRVGHKHODGDVTXHHQHOSHULRGR(Q las zonas de la mitad sur peninsular y zonas costeras, donde actualmente se registran pocos días de heladas, es PX\SUREDEOHTXHSDUD¿QDOHVGHVLJORODVWHPSHUDWXUDV QREDMHQSRUGHEDMRGHORV& (OSHUFHQWLOGHODWHPSHUDWXUDPtQLPDGLDULD UHIHULGRDOPLVPRSHULRGRGHUHIHUHQFLD)LJPXHVWUD cambios menores que el correspondiente al valor medio indicando un ensanchamiento de la curva de distribución de probabilidad. A lo largo del siglo XXI habrá un aumento progresivo en el número de noches cálidas (Tmin!& $VtSDUD¿QDOHVGHVLJOR\DQLYHOGHOD(VSDxDSHQLQVXODU es probable que el porcentaje de noches cálidas anuales DXPHQWHKDVWDHQGtDVUHVSHFWRDOSHULRGRGHUHIHUHQFLD SDUDHOHVFHQDULRPiVHPLVRU)LJ(VWHDXPHQWRVHUi más acusado en la parte sur y este peninsular y más suave en la cornisa cantábrica. Figura 8. Figura 8. (YROXFLyQGHOFDPELRGHOSHUFHQWLOGHODWHPSHUDWXUDPtQLPDGLDULD3URPHGLRSDUD(VSDxD3HQLQVXODUH,VODV%DOHDUHVDSDUWLUGH GDWRVLQWHJUDGRVSURGXFLGRVSRU$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$(67&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORVHVFHQDULRV GHHPLVLyQ$$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUHSDUpQWHVLVLQGLFDQHO número de proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 93 Figura 9. Figura 9. (YROXFLyQ GHO FDPELR HQ HO Q~PHUR GH GtDV FRQ7PLQ ! & 3URPHGLR SDUD (VSDxD 3HQLQVXODU H ,VODV %DOHDUHV D SDUWLU GH GDWRV LQWHJUDGRVSURGXFLGRVSRU$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$(67&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORVHVFHQDULRVGH HPLVLyQ$$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUHSDUpQWHVLVLQGLFDQHOQ~PHUR de proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 Precipitación A diferencia de las temperaturas máximas y mínimas, para la precipitación acumulada no todas las proyecciones muestran una tendencia similar, incluso en el signo. Mayoritariamente, se aprecia una tendencia a la disminución de la precipitación aunque existen SUR\HFFLRQHV TXH QR PXHVWUDQ WHQGHQFLD VLJQL¿FDWLYD o incluso pueden tener una tendencia positiva. Las proyecciones de los escenarios más emisivos son las que muestran mayor acuerdo en sí (más de la mitad de las SUR\HFFLRQHV PXHVWUDQ WHQGHQFLD VLJQL¿FDWLYD \ pVWDV son todas negativas) y dan mayor disminución de las SUHFLSLWDFLRQHVSDUD¿QDOHVGHVLJOR(OFDPELRUHODWLYR GHODSUHFLSLWDFLyQPHGLDGHOSHULRGRUHVSHFWR DOSHULRGRGHUHIHUHQFLDVHVLW~DHQWUH\SDUD HOHVFHQDULR$\HQWUHHO\HO±SDUDHOHVFHQDULR % &DVDGR \ 5DPRV (Q WpUPLQRV DEVROXWRV \ promediados para toda la península la reducción en la precipitación acumulada anual puede llegar a alcanzar ORVPPPHV)LJ El desacuerdo entre las proyecciones es mayor en el invierno (algo más de la mitad de las proyecciones REWHQLGDV SDUD HO HVFHQDULR $% PXHVWUDQ WHQGHQFLD QHJDWLYDVLHQGRVLJQL¿FDWLYDVVRORHQXQFXDUWRGHHOODV con una variación de la precipitación invernal entre \ SDUD ¿QDOHV GH VLJOR 3DUD HO UHVWR GH ODV estaciones, el acuerdo entre las proyecciones es mayor DOUHGHGRUGHOWLHQHQXQDWHQGHQFLDQHJDWLYDVLHQGR VLJQL¿FDWLYD SDUD OD PLWDG GH HOODV /DV UHGXFFLRQHV mayores se producirían en otoño y primavera (Casado y 5DPRV Figura 10. Figura 10. (YROXFLyQ GHO FDPELR HQ OD SUHFLSLWDFLyQ WRWDO DFXPXODGD DQXDO H[SUHVDGR HQ PPPHV 3URPHGLR SDUD (VSDxD 3HQLQVXODU H ,VODV %DOHDUHVDSDUWLUGHGDWRVLQWHJUDGRVSURGXFLGRVSRU$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$(67&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR \SDUDORVHVFHQDULRVGHHPLVLyQ$$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUH paréntesis, indican el número de proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 94 Figura 11. Figura 11. (YROXFLyQGHOFDPELRHQHOPi[LPRQ~PHURGHGtDVFRQVHFXWLYRVVLQSUHFLSLWDFLyQRFRQSUHFLSLWDFLyQPHQRUTXHPP3URPHGLR para España Peninsular e Islas Baleares a partir de datos integrados producidos por AEMET y por los proyectos ENSEMBLES, ESCENA, ESTCENA UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORVHVFHQDULRVGHHPLVLyQ$$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RV números en la leyenda, entre paréntesis, indican el número de proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 Respecto al número de días con y sin precipitación, se ha documentado una tendencia a aumentar el número de días sin precipitación o con SUHFLSLWDFLyQ LQIHULRU D PP PDQLIHVWiQGRVH PiV FODUDPHQWH KDFLD ¿QDO GH VLJOR \ OOHJDQGR D VLWXDUVH HO incremento entorno a 20 días para el escenario de emisión $%FRQODFRQVLJXLHQWHGLVPLQXFLyQHQHOQ~PHURGH GtDVFRQSUHFLSLWDFLyQVXSHULRUDPP(VWDYDULDFLyQHQ más apreciable en las proyecciones basadas en modelos regionales de clima que en algoritmos estadísticos muy probablemente debido a la mayor tendencia a suavizar extremos de los algoritmos estadísticos (Ramos et al. 3HWLVFR HW DO (VWDV WHQGHQFLDV WDPELpQ VH aprecian claramente cuando se calcula el cambio en el número de días consecutivos con y sin precipitación. Como en el presente informe se analizan los impactos y vulnerabilidades al cambio climático de los bosques y la biodiversidad, en este apartado se aborda el análisis de la sequía, desde el punto de vista meteorológico, y el índice considerado para ello es el del máximo número de días consecutivos sin precipitación o con precipitación inferior DPPREVHUYiQGRVHSDUDHVWHtQGLFHXQDXPHQWRGHO RUGHQGHGtDVHQHOVXU\HVWHSHQLQVXODU\GH días en el resto. Para la España peninsular este cambio se mueve con bastante incertidumbre también en el entorno GH GtDV )LJ 7DPELpQ VRQ LQWHUHVDQWHV ORV extremos de precipitación relacionados con eventos LQWHQVRV 5DPRV HW DO HVWLPDQ XWLOL]DQGR solamente datos de modelos regionales para el escenario $% TXH HO FDPELR HQ HO tQGLFH GH FRQWULEXFLyQ GH OD precipitación muy intensa (fracción de la precipitación DQXDOGHELGDDHYHQWRVTXHH[FHGHQHOSHUFHQWLOGHO Figura 12. Figura 12 Evolución del cambio en el número de días con precipitación superior a 20 mm. Promedio para España Peninsular e Islas Baleares a SDUWLUGHGDWRVLQWHJUDGRVSURGXFLGRVSRU$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$(67&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORV HVFHQDULRVGHHPLVLyQ$$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUHSDUpQWHVLV indican el número de proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 95 Figura 13. Figura 13. (YROXFLyQGHOFDPELRHQODYHORFLGDGPi[LPDGHOYLHQWRDPH[SUHVDGRHQPV3URPHGLRSDUD(VSDxD3HQLQVXODUH,VODV%DOHDUHV DSDUWLUGHGDWRVLQWHJUDGRVSURGXFLGRV$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORVHVFHQDULRV GHHPLVLyQ$$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUHSDUpQWHVLVLQGLFDQHO número de proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 SHULRGRGHUHIHUHQFLDDXPHQWDDOUHGHGRUGHFRQXQD EDQGDGHLQFHUWLGXPEUHGHDOUHGHGRUGH del viento y asimismo una pequeña reducción en la intensidad de las rachas máximas. Finalmente, se aprecia una disminución en el número de días con precipitación superior a 20 mm del RUGHQGHGtDVKDFLD¿QDOGHVLJOR)LJ /D )LJ PXHVWUD HO FDPELR HQ OD LQWHQVLGDG de las rachas máximas. Solamente el escenario de HPLVLyQPHGLRDOWR$%SRVHHXQQ~PHURVX¿FLHQWHGH simulaciones como para otorgar robustez a los resultados. Las simulaciones con otros escenarios son pocas y no OOHJDQKDVWD¿QDOGHVLJORSRUORTXHODUREXVWH]GHORV resultados es escasa. Viento La velocidad del viento muestra un comportamiento bastante irregular tanto espacialmente como en su distribución anual. Una descripción exhaustiva del comportamiento de esta variable puede YHUVH HQ 0RUDWD 3RGHPRV VHxDODU DTXt FRPR característica más destacable de las proyecciones de esta YDULDEOH\HQSURPHGLRVREUHWRGDODSHQtQVXOD,EpULFD una ligera disminución de la componente meridional Nubosidad La nubosidad es uno de los parámetros proporcionados por los modelos climáticos que poseen más incertidumbre y que por lo tanto son más dependientes de Figura 14. Figura 14. (YROXFLyQGHOFDPELRHQODQXERVLGDGWRWDOH[SUHVDGRHQ3URPHGLRSDUD(VSDxD3HQLQVXODUH,VODV%DOHDUHVDSDUWLUGHGDWRVGHO SUR\HFWR(16(0%/(6UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDHOHVFHQDULRGHHPLVLyQ$%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQ típica). )XHQWHZZZDHPHWHV 96 ODIRUPXODFLyQHVSHFt¿FDGHFDGDPRGHOR6LQHPEDUJR utilizando la base de datos de modelos regionales del proyecto ENSEMBLES se obtiene una tendencia relativamente robusta para el cambio porcentual de la nubosidad total alcanzándose valores medios para toda OD SHQtQVXOD ,EpULFD GH DSUR[LPDGDPHQWH SDUD HO HVFHQDULR GH HPLVLyQ$% \ SDUD ¿QDOHV GHO VLJOR ;;, )LJ(VWRVYDORUHVVRQFRQVLVWHQWHVFRQORVFDPELRV proyectados en precipitación, temperatura y humedad relativa (véase más abajo). Humedad relativa La humedad relativa consistentemente con la temperatura muestra una tendencia decreciente que para ¿QDOHV GHO VLJOR ;;, \ SDUD HO HVFHQDULR GH HPLVLyQ $% VH VLW~D DOUHGHGRU GH )LJ 7DPELpQ consistentemente con la tendencia de las temperaturas máxima y mínima, la humedad relativa muestra una mayor tendencia negativa en los meses estivales que en los invernales. La tendencia negativa en la humedad relativa también es consistente con la tendencia negativa estimada en las proyecciones de precipitación y nubosidad. 0RUDWD KD DQDOL]DGR OD WHQGHQFLD GH RWUDV YDULDEOHV WDOHV FRPR OD HYDSRWUDQVSLUDFLyQ \ OD HVFRUUHQWtDHVWUHFKDPHQWHUHODFLRQDGDVFRQODKXPHGDG relativa, la nubosidad y la precipitación. Concluye utilizando solamente datos de ENSEMBLES para el HVFHQDULR GH HPLVLRQHV $% TXH OD HVFRUUHQWtD SXHGH DOFDQ]DUSDUD¿QDOHVGHOVLJOR;;,UHGXFFLRQHVVXSHULRUHV DODSUHFLSLWDFLyQKDVWDYDORUHVFHUFDQRVDOPLHQWUDV que para la evapotranspiración las reducciones pueden OOHJDUKDVWDYDORUHVSUy[LPRVDO7DQWRODVWHQGHQFLDV de la escorrentía como de la evapotranspiración muestran diferencias estacionales similares a la precipitación. Conclusiones El territorio español muestra unas características diferenciadas de los promedios globales y regionales que SUHVHQWDSRUHMHPSORHO,3&&WDQWRHQFXDQWRDODV observaciones del clima pasado como a las proyecciones para el siglo XXI. En esta contribución se ha resumido, utilizando fundamentalmente los datos de una colección integrada de proyecciones regionalizadas de cambio FOLPiWLFR FDOFXODGD HVSHFt¿FDPHQWH SDUD (VSDxD ODV principales características de la posible evolución del clima dependiendo de los diferentes escenarios de emisión contemplados. Las temperaturas, tanto máximas como mínimas, muestran una clara tendencia a incrementarse a lo largo del siglo XXI tanto más cuanto más emisor sea el escenario contemplado. Esta tendencia es consistente con la observación en el siglo XX, HVSHFLDOPHQWH D SDUWLU GH ORV DxRV ¶V (VWH incremento es mayor que el promedio global HVWLPDGR SRU HO ,3&& (VWD WHQGHQFLD HV asimismo consistente con las tendencias de los extremos relacionados con las temperaturas, por ejemplo, disminución de días de heladas, aumento de días y noches cálidos, mayor longitud y frecuencia de olas de calor La evolución de la precipitación muestra mayor discrepancia e incertidumbre en cuanto a su posible evolución en el siglo XXI. Incluso las observaciones a lo largo del siglo XX no muestran tendencias sostenidas y en muchos casos sin VLJQL¿FDFLyQ HVWDGtVWLFD (Q WpUPLQRV JHQHUDOHV la precipitación en el siglo XXI muestra una tendencia hacia una reducción más acusada en las latitudes más bajas y en términos porcentuales más acusada en los meses estivales que en los invernales. Consistentemente con esta tendencia hay una ligera reducción del número de días con precipitación, un aumento de la longitud máxima Figura 15. Figura 15. (YROXFLyQGHOFDPELRHQODKXPHGDGUHODWLYDDPH[SUHVDGRHQ3URPHGLRSDUD(VSDxD3HQLQVXODUH,VODV%DOHDUHVDSDUWLUGH GDWRVLQWHJUDGRVSURGXFLGRV$(0(7\SRUORVSUR\HFWRV(16(0%/(6(6&(1$UHVSHFWRDOSHULRGR\SDUDORVHVFHQDULRVGHHPLVLyQ $$%\%(OVRPEUHDGRLQGLFDVXLQFHUWLGXPEUHXQDGHVYLDFLyQWtSLFD/RVQ~PHURVHQODOH\HQGDHQWUHSDUpQWHVLVLQGLFDQHOQ~PHURGH proyecciones utilizadas. )XHQWH(VFHQDULRV31$&&'DWRVPHQVXDOHV$(0(7 97 de los periodos secos y un aumento de la fracción de la precipitación que cae en los percentiles más altos (menos precipitaciones pero más intensas). Con respecto a la sequía meteorológica, se REVHUYDXQDXPHQWRGHDGtDVHQHOPi[LPR número de días consecutivos sin precipitación en la España peninsular. También se han incluido por completitud las tendencias de otras variables no tan habituales en los estudios climáticos pero de indudable interés HQVHFWRUHVHVSHFt¿FRVWDOHVFRPRODQXERVLGDG humedad, viento, escorrentía, etc. 5HIHUHQFLDVELEOLRJUiÀFDV Brunet M, Saladie O, Jones P, Sigró J, Aguilar E, Moberg $/LVWHU':DOWKHU$/RSH]'$OPDU]D& 7KHGHYHORSPHQWRIDQHZGDWDVHWRI6SDQLVKGDLO\ DGMXVWHGWHPSHUDWXUHVHULHV6'$76± International Journal Climatology &DVDGR0-5DPRV3(YLGHQFLDV\HVFHQDULRVGH cambio climático. ROP (Revista de Obras Públicas) Gutiérrez JM, Ribalaygua J, Llasat C, Romero R, $EDXUUHD - 5RGUtJXH] ( (VFHQDULRV 31$&& GHVFULSFLyQ \ DQiOLVLV GH ORV resultados de regionalización estadística. Cambio Climático: extremos e impactos. Actas del 8º Congreso Asociación Española de Climatología (AEC)SS )HUQiQGH] - )LWD ) *DUFtD'tH] 0 0RQWiYH] -3 -LPpQH]*XHUUHUR 3 'RPtQJXH] 0 5RPHUD 5 López de la Franca N, Sánchez E, Liguori G, Cabos :' *DHUWQHU 0$ (VFHQDULRV31$&& 5HVXOWDGRV GH UHJLRQDOL]DFLyQ GLQiPLFD Cambio Climático: extremos e impactos. Actas del 8º Congreso Asociación Española de Climatología (AEC).SS ,3&&The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. &DPEULGJH8QLYHUVLW\3UHVV&DPEULGJHDQG1HZ York /XQD < /ySH] -$ *XLMDUUR -$ 7HQGHQFLDV Observadas en España en Precipitación y Temperatura. Revista Española de Física /XQD < *XLMDUUR -$ /ySH] -$ E $ PRQWKO\ SUHFLSLWDWLRQ GDWDEDVH IRU 6SDLQ ± reconstruction, homogeneity and trend. Advances in Science & Research 0RUDWD $ *XtD GH HVFHQDULRV UHJLRQDOL]DGRV de cambio climático sobre España a partir de los UHVXOWDGRVGHO,3&&$5Nota Técnica AEMET. 3HWLVFR ( 5DPRV 3 0DUWtQ -0 ([WUHPRV GH temperatura y precipitación para el siglo XXI en España. Cambio Climático: extremos e impactos. Actas del 8º Congreso Asociación Española de Climatología (AEC). 98 5DPRV 3 3HWLVFR 5RGUtJXH] ( 7HPSHUDWXUH and precipitation extremes over Spain for the VW FHQWXU\ EMS Annual Meeting Abstracts 5DPRV33HWLVFR(0DUWtQ-05RGUtJXH]( 'RZQVFDOHGFOLPDWHFKDQJHSURMHFWLRQVRYHU 6SDLQDSSOLFDWLRQWRZDWHUUHVRXUFHVInternational Journal of Water Resources Development 5DPRV 3 3HWLVFR ( 0DUWtQ -0 5RGUtJXH] ( 'RZQVFDOHG FOLPDWH FKDQJH SURMHFWLRQV RYHU 6SDLQDSSOLFDWLRQWRZDWHUUHVRXUFHV,QWHUQDWLRQDO -RXUQDORI:DWHU5HVRXUFHV'HYHORSPHQW Acrónimos AEMET: Agencia Estatal de Meteorología &0,3 Coupled Model Intercomparison Project 3KDVH ENSEMBLES: 3UR\HFWRGHO3URJUDPD0DUFRGH,' de la UE ESCENA: Programa coordinado para la generación de escenarios regionalizados de cambio climático: Regionalización dinámica ESTCENA: Programa coordinado para la generación de escenarios regionalizados de cambio climático: Regionalización estadística IPCC: Intergovernmental Panel on Climate Change OMM: Organización Meteorológica Mundial PNUMA: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNACC: Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático RCP: 5HSUHVHQWDWLYH&RQFHQWUDWLRQ3DWKZD\V SRES: Special Report on Emissions Scenarios