Andalucía Edu E a cativ Laboral l derecho de las mujeres a su imagen y los trastornos en las conductas alimentarias. Los estereotipos culturales y su transmisión por los medios de comunicación y propaganda están proyectando, sobre todo en los últimos años y en los países del primer mundo, una relación determinista entre la imagen de las mujeres y su éx ito personal, profesional y social. Al intentar llegar a esta «imagen perfecta» impuesta por los estereotipos, las mujeres, se están exponiendo a todo tipo de trastornos (ina daptacio nes sociales, r echazo a su pro pio cuer po, abus o de medicamentos ,....) entre los que se encuentran los desórdenes alimentarios que están teniendo una alta incidencia en adolescentes y jóvenes. Reproducimos aquí un artículo que Lucía Valenzuela, profesional de la salud, ha querido compartir con nosotras sobre este tema. REFLEXIONES SOBRE LA ANOREXIA NERV IOSA Gracias a la epidemiología se ha podido estudiar la distribución de la enfermedad en los grupos humanos así como los diferentes factores que la determinan, sexo, edad, etnia y clase social fundamentalmente. La enfermedad, la salud y la muerte se distribuye en las socie dades hum anas de f orma disti nta según su desar rollo socioeconómico. Quiere esto decir que «las formas de vida» de una sociedad determinan «las formas de enfermar» de la misma. El desarrollo socioeconómico de España determina la mayor prevalencia de enfermedades sociales crónicas y de accidentes. Pues bien, resulta que tanto la anorexia nerviosa y la bulimia son un ejemplo de patologías que encontramos en sociedades desarrolladas y fundamentalmente en mujeres. Son cuadros que afectan a la población femenina (su prevalencia entre las adolescentes y jóvenes adultas es del 1–3% aproximadamente siendo entre los varones diez veces menor) ,ya que a la mujer se le aplican unos criterios estéticos mucho más rígidos que al hombre; sin embargo, alrededor de un 5% de los pacientes son varones (siendo mucho más frecuente entre homosexuales), y parece ser mucho más prevalente en las sociedades industriales (en los países del tercer mundo son cuadros prácticamente inexistentes), en las que abunda la comida y en las que estar delgado se relaciona estrechamente con el atractivo físico, consolidándose esta cultura de la delgadez por la presión que ejercen la publicidad y los medios de comunicación de masas. Podría considerarse como uno de los «burkas» ocultos de las sociedades occidentales? Los trastornos de la conducta alimentaria son considerados en la actualidad desde una perspectiva multidimensional, como una patología pluricausal, con factores predisponentes, precipitantes y mantenedores de índole genética, biológica, psicológica, familiar o social. Según la OMS hay una evidencia cada vez mayor de que existe una serie de factores socioculturales y biológicos que interactúan entre sí y contribuyen a su presentación y mantenimiento, en los que participan también mecanismos psicológicos y una vulnerabilidad de la personalidad. Personalmente pienso que es necesario dar más peso a los factores culturales en la etiopatogenia de la enfermedad, considerarlos como la primera causa y por tanto abordar desde las instituciones estrategias para disminuir su prevalencia. CONCEPTO La anorexia nerv iosa forma parte de un grupo de trastornos caracterizados por una alteración del comportamiento alimentario Los criterios diagnósticos del DSM IV son: ∙ Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del v alor mínimo esperado. ∙ Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso/a. ∙ Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales. ∙ Amenorrea. Se distinguen dos tipos el restrictiv o y el compulsivo/ purgativo. En los/as anoréxicas hay una insatisfacción de la imagen cor pora l que pued e to mar aspe ct os de li ra nte s, las pacientes ven algunas partes de su c ue rp o muy g ruesas y de fo rm es, a p esar d e la disminución de peso, por lo cual deben continuar sin comer sin que lleguen a darse cuenta de su delgadez o desnutrición; esto parece ser que no es debido a fallos perceptivos sino que es la insatisfacción corporal la causa de esta percepción alterada. Básicamente, hay que incidir en tres niveles de prevención de este trastorno, tanto en la prevención primaria en la población general y de riesgo (gimnastas, bailarinas, actrices y modelos entre otras), como su detección precoz e interv ención en personas que lo sufran. Son importantes los diseños de programas psicoeducativos, con acciones locales en el centro de salud y en la escuela, dirigidos fundamentalmente a jóvenes y adolescentes, principalmente las mujeres, encaminados a conseguir una buena educación en hábitos alimentarios y a fomentar una actitud crítica frente a la presión social para estar delgados/as a expensas en los costes en salud. Hay que resaltar la importancia de contar con instrumentos de evaluación que permitan detectar de forma precoz la presencia de trastornos alimentarios. En cuanto a la intervención, el tratamiento de la anorexia no corresponde a una única especialidad, debe basarse en la cooperación del personal sanitario ( médic@ de familia, psiquiatras, psicólog@s, endocrin@s y ginecólog@s). Estos podrían ser los pilares fundamentales: reeducación de hábitos alimentarios, control de peso, ejercicio físico (eliminarlo inicialmente e introducirlo progresivamente), control analítico para vigilar las complicaciones, terapia farmacológica y psicoterapia: encaminada a modificar los pensamientos y hábitos respecto al peso, imagen corporal y la alimentación. Se usan: la terapia cognitiva-conductual, la psicoanalítica, la interpersonal y la de grupo, que puede usarse en combinación con las otras o como único tratamiento. Existen también las asociaciones de familiares donde intercambiar experiencias, conocer mejor la enfermedad, etc. 19 8 d la Mujer de USTEA e Marzo Increíble, pero cierto... Lucía Valenzuela.