Quaderns de Filologia. Estudis lingüístics. Vol. XVII (2012) 9-11 INTRODUCCIÓN Julia Pinilla Martínez, Virginia González García & Cecilio Garriga Escribano Universitat de València & Universitat Autònoma de Barcelona el lenguaje es uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la actividad científica. Bertha Gutiérrez Rodilla El presente número de Quaderns de Filologia. Estudis lingüístics tiene como objetivo presentar la estrecha relación existente entre la lengua y la ciencia en sus facetas sincrónica y diacrónica. Este estrecho vínculo se manifiesta de manera especial en la recepción del discurso científico. En el primer artículo, Agustí Nieto-Galán describe el interés creciente por la divulgación científica a partir de la segunda mitad del siglo XIX en la figura del científico francés Louis Figuier y cómo este adopta un género literario diferente del utilizado en las universidades, pero alejado de la ciencia ficción, en alza en aquel momento. Eusebio Llácer y Fernando Ballesteros analizan las especificidades léxicas del discurso científico en la actualidad y cómo son utilizadas por las pseudociencias para dar mayor respetabilidad a sus argumentos. M.ª Ángeles López Orellana abunda en esta misma cuestión al estudiar el tratamiento dado a un mismo tema científico en medios distintos en función de si los lectores son científicos o legos. Las claves que definen las estrategias que se deben seguir para adaptar un artículo científico para un público no especializado las dan en su artículo Martí Domínguez y Anna Mateu, Director y Jefa de redacción respectivamente de la revista científica Mètode. Finalmente, Chantal Ferrer y Andrea Bombi reflexionan sobre la distorsión de los mensajes que se producen al trasmitirlos sucesivamente a diferentes lenguas. Directamente relacionadas con este último estudio se encuentran los trabajos de tres autores sobre traducción. No debemos olvidar que las traducciones de obras científicas han formado parte igualmente del discurso científico en 10 Julia Pinilla, Virginia González & Cecilio Garriga español pues estas fueron numerosas y variadas. El campo de la medicina es objeto de dos estudios. En el primero, Noelia Micó analiza las convergencias y divergencias entre un texto médico publicado en francés en 1865 y las dos traducciones al español de ese texto llevadas a cabo por dos autores distintos y en épocas diferentes, una en 1880 y otra en 1976. En el segundo, M.ª Elena Jiménez realiza un estudio comparativo de dos traducciones de una misma obra origen, escrita en francés, publicadas con seis años de diferencia, en 1836 la primera y 1845 la segunda. En su análisis, la autora destaca las diferencias traductológicas entre los dos textos y las estudia en relación con los lectores a quienes iban dirigidas. Sabemos que en el siglo XIX la técnica fue igualmente objeto de traducción, pues la introducción de nuevas máquinas, como el ferrocarril, exigía textos que tratasen aspectos técnicos. Como queda patente en el texto de Francesc Rodríguez, los primeros textos en español sobre el ferrocarril llegaron a través de las traducciones de obras francesas, que eran asimismo traducciones de obras inglesas. El autor ofrece un análisis de las traducciones al español en el contexto de la historia de la ciencia y de la técnica de la primera mitad del siglo XIX. Otro de los ejes importantes en que se basa la relación entre lengua y ciencia es la lexicografía. La necesidad de disponer de obras de consulta que facilitasen la comprensión de los textos científicos, por un lado, y que ayudasen a los traductores en su labor traductológica, por otro, llevó a los autores a introducir glosarios en sus obras. En su artículo, Marta Gómez destaca la existencia de un glosario escondido en una traducción realizada en el siglo XVII de un texto del siglo XIII, y analiza el tipo de información que el autor ofrece en este glosario. Pilar Díez de Revenga y Miguel Ángel Puche centran su estudio en los repertorios lexicográficos españoles sobre la minería. Ofrecen un inventario detallado de los numerosos repertorios redactados por los propios especialistas desde el siglo XVII al XIX a ambos lados del Atlántico. Este tipo de obras eran sobre todo apéndices de estudios o tratados, en algunos casos suplementos de revistas sobre minería y muy raramente fueron publicadas como obras independientes. Del interés que la lexicografía “menor” despierta en los investigadores por su relevancia en la comprensión de textos científico-técnicos no actuales da fe el estudio de José Ramón Carriazo y Yolanda Congosto. En él analizan las voces del glosario de Rubio Serrano, considerado por los autores un documento imprescindible para la comprensión del contenido de las Ordenanzas navales de 1618. A pesar del valor reconocido de las obras lexicográficas en todos sus formatos: glosarios, repertorios, vocabularios, etc., las instituciones no siempre apoyaron las iniciativas de los científicos. Bertha Gutiérrez da a conocer Introducción 11 algunas de las propuestas que se recibieron en la Real Academia de Medicina a finales del siglo XVIII y principios del XIX que no llegaron a ver la luz, entre las cuales se encuentran la traducción de un diccionario médico y un proyecto de diccionario de higiene y economía rural veterinaria. Los estudios sobre repertorios lexicográficos presentados por los autores en este número tienen un punto en común: fueron elaborados para facilitar la descodificación de unos textos especializados cuya terminología era desconocida en muchos casos por sus lectores. En el siglo XVIII Duhamel du Monceau manifestó en una de sus obras la idea de que la adquisición de la ciencia botánica pasaba obligatoriamente por el estudio previo de su nomenclatura, es decir, no se puede dominar una ciencia si se desconoce su código lingüístico. Los tres últimos artículos versan sobre la relación entre ciencia y lengua en su faceta terminológica de la que hablaba Duhamel. A partir de una selección terminológica extraída del Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento, M.ª Jesús Mancho procede a un estudio de la etimología y origen de las voces seleccionadas, presenta asimismo las posibles variantes de estas y su datación, haciendo hincapié en los neologismos. Antoni Nomdedeu estudia la presencia de esta creación terminológica en el campo de la botánica. Analiza los 141 neologismos señalados por Miguel Barnadés en su obra Principios de botánica (1767), tomando como referencia su presencia o ausencia en los diccionarios del español. Por último, Alexandra Soares ofrece un estudio comparativo de términos portugueses y latinos de albeitería con el fin de establecer su procedencia, sea por una adaptación culta de los términos latinos sea del portugués o de lenguas no románicas. Los editores deseamos agradecer a los autores la respuesta entusiasta a la convocatoria que hicimos para participar en este número monográfico, que constituye una buena muestra de la vitalidad que ha adquirido la línea de investigación que relaciona la lengua y la ciencia, un ámbito que se aborda desde diferentes áreas de conocimiento, que recorre diferentes épocas y lenguas, y que ha abierto espacios de colaboración impensables hace unos años. Estamos seguros de que la calidad de los estudios publicados en este número de Quaderns de Filologia. Estudis lingüístics van a convertirlo en una referencia obligada en la investigación acerca de la lengua de la ciencia.