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Universidad de Granada
Programa Doctoral en Ciencias de la Educación
TESIS DOCTORAL
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación
humanista del estudiantado universitario de la Licenciatura de
Estudios Socioculturales.
Autora: María Magdalena Hernández Morales
Granada, 2015
Editor: Universidad de Granada.Tesis Doctorales
Autor: María Magdalena Hernández Morales
ISBN: 978-84-9125-385-3
URI: http://hdl.handle.net/10481/41362 Título de la tesis doctoral:
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del
estudiantado universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales.
Tesis presentada para aspirar al grado de
doctor por D. María Magdalena Hernández Morales,
Dirigida por la Dra. Fuensanta Hernández Pina
Granada
15 de octubre 2015
Fdo. D. María Magdalena Hernández Morales
La Dra. Fuensanta Hernández Pina, Profesora del Departamento de Métodos
de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad de Murcia,
como directora de la tesis presentada para aspirar al grado de doctora por D.
María Magdalena Hernández Morales:
HACE CONSTAR:
Que la tesis Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación
humanista del estudiantado universitario de la Licenciatura de Estudios
Socioculturales, realizada por la citada doctoranda, reúne las condiciones
científicas y académicas necesarias para su presentación
Granada, 15 de octubre 2015
Fdo.: Dra. Fuensanta Hernández Pina
La doctorante María Magdalena Hernández Morales y la directora de la tesis
Fuensanta Hernández Pina. Garantizamos, al firmar esta tesis doctoral, que el
trabajo ha sido realizado por el doctorando bajo la dirección de los directores de
la tesis y hasta donde nuestro conocimiento alcanza, en la realización del
trabajo, se han respetado los derechos de otros autores al ser citados, cuando
se han utilizado sus resultados o publicaciones.
Granada, 15 de octubre 2015
Director/es de la Tesis
Doctorando
Fdo.:
Fdo.:
AGRADECIMIENTOS
A las universidades de Granada y Ciego de Ávila.
A la Dra. Leonor Buendía Eisman, hada madrina de tantos aspirantes.
Al profesorado del Programa Doctoral, por hacer realidad el sueño de todo profesional
permitiéndome aspirar a tan alto grado.
A la Dra. Fuensanta Hernández Pina, por sus consejos en la dirección de esta tesis.
A mis discípulos, fuente de inspiración en mi desarrollo profesional.
A todos los que me han alentado y ayudado a continuar, en especial al Dr. Edel Tusell Oropesa.
A mi familia, mi gran tesoro.
Sin ellos esta tesis no hubiera sido una realidad.
ÍNDICE
ÍNDICE
PAG.
INTRODUCCIÖN. …………………………………………………………….....… I
PRIMERA PARTE: ESTUDIO TEORICO
CAPITULO I: LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO
EDUCATIVO.
1. Educación y valores………………………………………………………………. 1
1.1. Los valores desde las principales teorías axiológicas…………………….….1
1.2. Acercamiento a las principales características de los valores…………. …10
2. Dimensión educativa de los valores………………………………………….....13
2.1. Perspectiva educativa de los valores ……………………………………..….13
3. La Educación Superior en Cuba, su papel social ………………………….….18
3.1. El Proyecto Tuning para América Latina …………………………………….20
3.1.1. Tuning y el sistema universitario cubano…………………………………..26
3.2. Fundamentos de la política educativa para una formación integral...... .....31
3.2.1. Formación de valores para el desarrollo integral del estudiantado
universitario ………………………………………………………………………..…35
3.2.2. La formación humanista del estudiantado universitario…………………..41
3.2.3. Caracterización de la carrera de Estudios Socioculturales a partir del
Modelo del Profesional ……………………………………………………………...50
4. El legado del pensamiento pedagógico cubano en la formación integral…..56
4.1. Félix Varela como modelo para la formación humanista en el contexto
actual…………………………………………………………………………………..56
CAPITULO II.: VIDA Y OBRA DE FELIX FRANCISCO DE LA CONCEPCION
VARELA Y MORALES.
2.1. Contexto histórico social en que se desarrolla el pensamiento de Félix
Varela …………………………………………………………………………..……..63
2.1.1 Acercamiento biográfico de Félix Varela…………………………….….…..68
2.1.1.1. Principales obras escrita .…………………………………………………78
2.1.1.2. Recepción del legado pedagógico, filosófico y revolucionario de Félix
Varela en la conformación de la nacionalidad cubana……………………….….82
2.2. La Constitución de 1812, su repercusión en la Isla de Cuba………………96
2.2.1. La Constitución de 1812, su influencia en la educación………………..110
2.2.2.1. Félix Varela ante la corte Española …………………………………….117
2.2.2.2. Proposición del diputado Varela referido a la Educación Superior en
Cuba………………………………………………………………………………….122
2.2.2.3.La significación del legado de Félix Varela en la conformación del
pensamiento científico en Cuba ……………………………………………….…127
CAPITULO III: LOS VALORES EN LA OBRA DE FÉLIX VARELA.
3. Análisis del pensamiento Vareliano desde una dimensión axiológica en las
Cartas a Elpidio y otros escritos…………………………………………………. 137
3.1. La dimensión valores en Félix Varela.………………………………………142
3.1.1. El humanismo……………………………………………………………….142
3.1.2. El patriotismo………………………………………………………………...160
CAPITULO IV: LOS VALORES EN LA OBRA CARTAS A ELPIDIO
4.1. Análisis de los valores contenidos en el tomo primero IMPIEDAD
4.1.1. Los valores en la carta primera ―La impiedad es la causa del descontento
individual y social‖…………………………………………………………………..175
4.1.2. Los valores en la carta tercera ―Causas de la impiedad‖……………….181
4.1.3. Los valores en la carta cuarta ―Modo de tratar a los impíos‖…………..189
4.1.4. Los valores en la carta sexta ―Furor de la impiedad‖……………………193
4.2. Análisis de los valores contenidos en el tomo segundo, SUPERSTICION
4.2.1. Los valores en la carta primera ―Naturaleza de la religión y de la
superstición. Efectos de esta. Paralelo entre ambas‖…………………..………195
4.2.2. Los valores en la carta segunda ―Como usa la política la superstición‖199
4.2.3. Los valores en la carta tercera ―Como debe impedirse la superstición‖202
4.2.4. Los valores en la carta quinta ―Tolerancia religiosa‖…………………….205
SEGUNDA PARTE: ESTUDIO EMPIRICO
CAPITULO V: PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACION
5.1. Motivaciones de estudio y problemática de investigación…………….…..209
5.2. Metodología utilizada …………………………………………………………220
5.2.1. Metodología de la investigación cualitativa…………………………..…..221
5.2.2. Características de la metodología cualitativa……………………….……225
5.3. Descripción de la muestra de contenido……………………………………228
5.3.1. Plan de investigación: Etapas y fases…………………………………….230
5.4. Métodos cualitativos…………………………………………………………..232
5.4.1. Análisis de contenido ………………………………………………………233
5.4.2. Fiabilidad y validez del análisis de contenido ……………………………248
5.4.2.1. Programas informáticos…………………………………………………..249
5.4.3. Procesamiento de datos cualitativos……………………………………...252
5.4.4. Triangulación de datos cualitativos……………………………………….253
CAPITULO VI: ANALISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS
DATOS
6.1. Texto Cartas a Elpidio, tomo I La Impiedad
6.1.1. Análisis de contenido: Documento carta primera………………………..259
6.1.2. Análisis de contenido: Documento carta segunda………………………262
6.1.3. Análisis de contenido: Documento carta cuarta………………………….265
6.1.4. Análisis de contenido: Documento carta sexta…………………………..269
6.1.5. Resumen del sistema de categorías aportado por las cartas………….273
6.2. Texto Cartas a Elpidio, tomo II La Superstición
6.2.1. Análisis de contenido: Documento carta primera………………………..275
6.2.2. Análisis de contenido: Documento carta segunda………………………280
6.2.3. Análisis de contenido: Documento carta tercera………………………...283
6.2.4. Análisis de contenido: Documento carta quinta…………………………286
6.2.5. Resumen del sistema de categorías aportado por las cartas………….294
6.3. Triangulación de documento en el análisis de contenido……………….. .297
CAPITULO VII: CONCLUSIONES………………………………………………. 301
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS…………………………………………….. 307
ANEXOS COMPLEMENTARIOS…………………………………………………335
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
El tema de los valores ha sido una vieja preocupación del ser humano. Qué aceptar como bueno, justo, bello o útil y
que calificar como malo, injusto, feo o perjudicial, han sido interrogantes a las que el hombre constantemente ha
tenido que buscar respuestas para orientarse en la vida, para encontrar las fuerzas motivacionales que guían su
actividad y conducta.
J. R. Fabelo Corso.
La temática de los valores cobra hoy una importancia extraordinaria para
el destino del hombre como género, no sólo en la comprensión teórica, sino, en
la actuación práctica; tema muy llevado y traído por especialistas en los
campos
del
saber
filosófico,
psicológico,
pedagógico,
incluyendo
las
valoraciones que como aspecto de la vida cotidiana suele realizar cualquier
individuo que se detenga a mirar el comportamiento humano, sus virtudes y
carencias ante un mundo cambiante y plagado de contradicciones de toda
índole.
En el ámbito de la actividad pedagógica, corresponde especialmente al
profesorado detenerse en estos aspectos y preguntarse cómo puede contribuir
al desarrollo integral de sus discípulos, desde la perspectiva de los contenidos
de la ciencia que imparte, y facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje
desde todas las dimensiones humanas. En esta actividad la formación de
valores ocupa un lugar especial, la cual penetra en las más diversas facetas de
la vida; de aquí la necesidad de ―una teoría axiológica coherente y
suficientemente amplia como para otorgarle el espacio necesario y poner en
conexión la multivariedad de expresiones de los valores‖ (Fabelo, 2003, p.12).
Las reflexiones de este autor sirven de base para la comprensión de la valía de
la axiología como instrumento para el análisis de la realidad.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
I
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Es inherente al ser humano la realización de acciones mediadas por una
actitud consciente, lo que lo diferencia de los demás seres vivos, por muy
inteligentes que sean; esa es una condición que los separa de la simple
supervivencia, aunque hoy el mundo se encuentra abocado a problemas
globales que afectan al hombre, y que en su sentido más profundo constituye
un requisito indispensable para su superación; por supuesto todo esto tiene
que ver con el complejo mundo de los valores y la llamada crisis de valores por
la que atraviesa. La educación debe convertirse en pilar fundamental para
ayudar a solventar estos problemas y contribuir a formar una actitud consciente
valorativa del educando como parte de las acciones prácticas que realiza.
La relación entre los componentes instructivos y educativos, lleva
implícita la formación de valores, si se quiere lograr una formación integral, en
la que el estudiantado sea agente activo y de cambio de la realidad; el proceso
deberá estar encaminado a inculcar en ellos, lo más valioso del legado histórico
cultural y las realizaciones prácticas del contexto socio histórico presente.
El proceso de formación de valores, en el marco de la institución
formativa deberá ser dinamizador y consciente para asumir los retos,
contradicciones y complejidades que caracterizan el contexto actual, no sólo en
los marcos de la universidad cubana, sino, a nivel mundial. La universidad
deberá asumir acciones concretas que conduzcan a la perspectiva del cambio
y la transformación que hoy se necesita.
La pertinencia, la calidad y el sentido humanista de los procesos
educativos son objeto de análisis en diferentes forum internacionales, por el
INTRODUCCIÓN
papel social que desempeña la Universidad ante la solución de los acuciantes
problemas actuales. La universidad cubana, no queda al margen de estas
exigencias. En sus estudios sobre la universidad cubana Hurruitiner (2006),
señala:
Al caracterizar la universidad cubana actual, se habla de su carácter
humanístico como una de sus cualidades principales, además de
científica y tecnológica. Tal afirmación ha de estar sustentada en
acciones concretas dirigidas a asegurar esa importante cualidad. En
particular, en la formación de profesionales, hoy se manifiesta como
tendencia el fortalecimiento de esa dimensión, a partir de conceptos
nuevos que involucran a toda la comunidad universitaria. (p.198)
El autor marca las pautas de lo que en términos formativos ha señalado
la dirección del Ministerio de Educación cubano.
La universidad centra su atención principal en la formación de los
valores que deben caracterizar a ese profesional, desde el contenido de la
carrera, disciplina y asignatura, creando espacios para alcanzar esos objetivos
desde el proceso de formación hasta su inserción en las diferentes esferas
sociales.
Los fundamentos epistemológicos y axiológicos que sustentan estas
valoraciones se basan en todo el acervo histórico-cultural acumulado y las
posibilidades que ofrece el sistema educacional cubano para el logro de este
empeño.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
III
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
La formación como proceso sustantivo integral no puede ser de calidad
si no se aprecia en alto grado los elementos de la cultura, las relaciones
humanas, la apropiación de los valores formados a través de la historia,
presentes en el pensamiento y las tradiciones de la sociedad cubana.
La educación humanista, encaminada a la formación de valores, ha sido
insuficiente y esquemática, y no se ha conjugado eficientemente la realización
práctica con el legado pedagógico que sustenta la teoría. Sobre este particular
señala Riol (2005), que:
No se ha sido esencialmente consecuente con lo mejor de la tradición
pedagógica cubana que siempre anheló conjugar los componentes
instructivos y educativos en un nivel que permita la formación de un
profesional eficazmente preparado para enfrentar los retos y desafíos
en el orden científico – técnico, en la misma medida que sea capaz de
interpretar e insertarse en los procesos sociales más generales con
creatividad y flexibilidad para ajustarse a realidades cambiantes, sin
que ello provoque un impacto sustancial en el sistema de normas y
valores. (p.8)
Se comparte el criterio de esta autora al constatar en la práctica
educativa esta carencia.
La revisión bibliográfica realizada y los referentes de la investigación
revelan, que es un tema de gran importancia, de un nivel de actualidad
manifestado en el modo de actuar de nuestros jóvenes en formación y que la
institución educacional debe preparar acorde con la exigencia social.
INTRODUCCIÓN
Entre los referentes epistemológicos, metodológicos y axiológicos que
sustentan todo el trabajo investigativo sobresalen los aportes de destacados
autores españoles y cubanos, entre los que podemos mencionar los textos:
Investigación Educativa (Colás & Buendía,1994,1998), Investigar en Educación
Social (López & Pozo, 2003), y Competencias Científicas para la Realización
de una Tesis Doctoral ( Colás, Buendía & Hernández, 2009); Valores de la
Educación Integral (Gervilla, 2000); Los valores en la educación ( Ortega &
Mínguez, 2001)Transmisión de Valores a través de los Cuentos Clásicos
Infantiles, tesis doctoral (Salmerón, 2005). Construcción de un Instrumento de
Categorías para analizar Valores en Documentos Escritos (Cámara, 2009).
Fue
muy
valioso,
además,
el
acercamiento
a
los
estudios
historiográficos, documentos, ensayos y monografías de importantes autores
cubanos entre los que se destacan: El Padre Varela: biografía del forjador de la
conciencia cubana (Hernández, 1949); ¿Quién fue…? Félix Varela (Santana,
1982); Apuntes sobre la Filosofía de Félix Varela (Serpa,1983); Félix Varela, Su
Pensamiento Político y su Época (Miranda, 1984); Félix Varela 1788-1853
(Reyes, 1989); El Legado del Padre Varela (Cartaya, 1998); Los Valores y su
Significación para el desarrollo de las Personas (González, 1998), Félix Varela
(Torres-Cuevas, 2002); Varela El Precursor, un Estudio de Época (Ibarra,
2008); Los Valores y sus Desafíos Actuales (Fabelo, 2003); Ese Sol del Mundo
Moral (Vitier, 2006); La Formación Humanística como Componente de la
Formación Integral del Profesional Universitario (Ramos, 2005); Análisis Del
Modelo Axiológico para la Formación Cultural de los Estudiantes Universitarios
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
V
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
a partir del Pensamiento de José Martí, tesis doctoral (Riol, 2005), entre otros,
incluida la obra de Félix Varela y Morales, objeto de estudio.
Basamento de esta investigación lo constituye la valoración de que los
análisis axiológicos desde la perspectiva sociocultural sirven de fundamento
para el estudio de los problemas sociales y favorecen la formación de valores
de la nueva generación.
En cuanto a los conceptos de educación integral y las posibilidades que
ofrece el análisis de contenido desde una perspectiva axiológica, la
investigación toma como fundamentos el modelo propuesto por el profesor
Gervilla (2000) y que fue corroborado y enriquecido por Álvarez (2003) y
contextualizado, aplicado y corroborado por Riol (2005) y Rodríguez (2009), así
como los fundamentos de la educación integral cubana y su dimensión
educativa, igualmente las perspectivas axiológicas que ofrece la obra de Félix
Varela y Morales y en especial, las Cartas a Elpidio sobre la Impiedad, la
Superstición y el Fanatismo, catalogada como su testamento intelectual.
Sirve, además, de referente a la investigación las valoraciones
realizadas por destacados intelectuales que muestran la vigencia y riqueza de
pensamiento del filósofo y pedagogo de la primera mitad del siglo XIX; su
legado se proyecta en la presente centuria, orientado hacia los intereses de la
patria y mantiene una vigencia para afrontar los problemas actuales que deben
ser examinados por todos aquellos interesados por su futuro, que al decir de
José Martí es preocuparse por la humanidad, porque ‗patria es humanidad‘.
INTRODUCCIÓN
La obra de Félix Varela y Morales contienen el pensamiento de un
hombre que trascendió, con sus ideas y su acción, el estrecho marco de su
época histórica. Un hombre cuyo ejemplo y legado debe ser estudiado en su
real dimensión. Su pensamiento pedagógico, filosófico, ético y político nos
proyecta hacia una nueva reflexión; precisamente porque los grandes hombres
trascienden épocas, por la manera como resuelven en la práctica las
cuestiones teóricas fundamentales, por las personas con quienes van de
acuerdo, por lo que enseñan y por lo que han logrado inculcar en sus
discípulos y seguidores, y éste es el legado que nos dejó esta personalidad
histórica.
Desde la perspectiva educativa, la mejor manera de incidir en el proceso
de formación de valores es profundizando en el estudio de las raíces
identitarias que nos legara esta figura histórica, la cual se entregó a la
educación y su ejemplo sirve de paradigma a las nuevas generaciones. El
estudio de su pensamiento reflejado en cada una de sus obras desde el
contenido de las materias es condición necesaria para todo el estudiantado, y
en especial los del área de las humanidades.
Es este, el fundamento que sirve para argumentar el porqué en esta
investigación se parte del análisis del modelo axiológico presente en el
pensamiento ético de Varela, como figura prominente cubana. Su obra se
convierte en objeto de estudio en la disciplina, Historia y Cultura, que reciben el
estudiantado universitario y en particular Teoría Filosófica y Sociopolítica de la
carrera de Estudios Socioculturales; sus potencialidades axiológicas han sido
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
VII
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
poco utilizadas para contribuir a la formación de valores de los futuros
profesionales, desde los contenidos de las materias, teniendo presente la
jerarquía axiológica a partir del presupuesto establecido de educación integral;
y las posibilidades que ofrecen sus escritos para el análisis de problemáticas
actuales debidamente ajustadas al momento histórico.
La primera parte del documeno esta dedicado al fundamento teórico de
la investidgación, a partir de la revisión docuental efectuada.
En el primer apartado, se hace una introducción de los valores y su
relación con el proceso docente educativo, desde las diferentes teorías
axiológicas y la valía del pensamiento vareliano para la formación de valores.
El segundo capítulo, dedicado la vida y obra de Félix Varela expone en
apretada síntesis su legado pedagogico, filosófico y científico en la
conformación de la nacionalidad cubana.
El tercer apartado, dedicado al análisis del pensamiento vareliano desde
una dimensión axiológica, se hace énfasis en su humanismo y su patriotismo.
El apartado cuarto está dedicado al análisis de contenido de cada una
de las epístolas objeto de estudio de la obra Cartas a Epidio.
La segunda parte del documento está destinado al estudio empírico, se
comienza con la descripción general de la investigación, los objetivos y la
metodología empleada, así como las variables más representativas, asimismo
se describe el sitema de categorías construido para extraer el contenido
axiológico de las cartas escogidas, en el apartado cinco.
INTRODUCCIÓN
En
el
apartado
sexto
se
realiza
el
análisis
e
interpretación
pormenorizado de los valores contenidos en las cartas objeto de estudio. La
interprestación de los datos y la exposición de los resultados se realiza a través
del análisis cualitativo con la ayuda del Programa Informático NUDIST VIVO.
El septimo apartado se centra en las conclusiones, en correspondencia
con los objetivos propuestos y hallasgos encontrados, así como las
proyecciones de futuras investigaciones.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
IX
CAPÍTULO I: LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL
PROCESO EDUCATIVO.
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
CAPÍTULO I: LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO
EDUCATIVO.
1. Educación y valores.
1.1. Los valores desde las principales teorías axiológicas.
Muchos son los criterios que se han dado acerca del concepto de
valores, pero todos encierran un profundo contenido social, por las aptitudes
que asumen los individuos en un contexto determinado constitutivos de la
experiencia humana adquirida en el proceso de la actividad práctica, funge
como la capacidad del hombre para evaluar el mundo que le rodea y designar
dentro de una escala valorativa el sentido de la vida humana, matizada por la
cultura, los modos de apreciar la realidad y la posibilidad de incidir sobre ella,
transformarla y construir su propia existencia.
Alfonso (2009) refiere a que los valores son significaciones positivas que
adquieren los objetos, sujetos, procesos, fenómenos, hechos, imágenes a partir
de la práctica concreta, activa y diaria de los individuos, grupos sociales, clases
y la sociedad en su conjunto. No solo significaciones positivas, sino también, de
expresiones contrarias que marcan los anti valores. Por su parte Vila (2005),
hace alusión a que:
Los valores, no pueden caracterizarse por el ser únicamente, sino que
tienen valor en sí, y ese valer forma también parte de su esencia y los
define, pero sin olvidar en ningún momento su origen socio-histórico a
través de la cultura a pesar de sus aspiraciones universalistas, por
naturaleza son cualitativos, son siempre dinámicos y susceptibles de
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
1
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
perfeccionamiento o mejora, pero su esencia última, su sentido radica
en su puesta en práctica. (Pp.50-51)
Las valoraciones de estos autores, apuntan hacia la consecución del
carácter objetivo y subjetivo de los valores, y la necesidad de llevarlos al
proceso de formación y desarrollo del individuo, su estrecha integración a la
sociedad a través de la institución educacional hace posible su realización.
Los valores se relacionan con la educación, y son estudiados por la
Teoría Filosófica o Axiología. La Axiología o Filosofía de los valores es la rama
que estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos, así autores como
Fabelo (2003), señala que para entender esta categoría es necesario tomar en
consideración tres planos de análisis:
 El sistema objetivo de valores (estos vistos como parte constitutiva de la
propia realidad y de la significación social que le atribuye el sujeto que
valora).
 Los valores subjetivos o de la conciencia (forma en que la significación
social es reflejada en la conciencia individual) mediados por la práctica
socio histórica y cultural.
 Sistema de valores institucionalizados (que evidencian el modo de
organización y funcionamiento de la sociedad en la que el sujeto vive y
se desarrolla).
La educación debe indagar en los valores tradicionales contenidos en la
cultura histórica que pueden ser rescatados y son necesarios para la formación
educativa actual. La acción de socializar y humanizar presuponen ambos, la
2
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
apropiación de valores, tomar como base el acervo pedagógico, histórico y
cultural como soporte fundamental en su formación.
En Cuba los valores desde una perspectiva histórica, encuentran
fundamento en los principios y fines axiológicos de las concepciones
pedagógicas vigentes en las figuras de José Agustín Caballero, Félix Varela,
José de la Luz y Caballero, Rafael María de Mendive y los postulados de José
Martí, como culminación de lo más avanzado del pensamiento pedagógico y
revolucionario del siglo XIX . Según refiere Fabelo(2003), la educación ha de
estar dirigida a:
Evitar la pobreza axiológica del ser humano, a elevarlo por encima de
sus necesidades corporales, a sensibilizarlo ante los productos
espirituales humanos, a enseñarlo, a percibir el consumo material
menos como un fin en sí mismo y más como un medio para la
realización personal en alguna esfera creativa. Se trata, en fin de
cuantas, de forjar un concepto de vida que dignifique el calificativo de
humana. (p.286)
Criterio que se comparte como fundamento esencial en la formación y
educación en valores de las nuevas generaciones desde la institución
educacional. Lo planteado nos lleva a retomar las valoraciones realizadas por
Baxter (2002) cuando significaba a los valores como:
Una compleja formación de la personalidad, contenida no sólo en la
estructura cognitiva, sino fundamentalmente en los profundos
procesos de la vida social, cultural y en la concepción del mundo del
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
3
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
hombre, que existen en la realidad, como parte de la conciencia social
y en estrecha correspondencia y dependencia del tipo de sociedad en
el que niños, adolescentes y jóvenes interactúan y se forman. (p.16)
Estas consideraciones de ambos autores están muy vinculadas al
proceso de formación de valores que se desarrolla a través de la educación. De
igual modo, resulta importante valorar los aportes que ha realizado desde la
perspectiva psicológica González (1998), al reconocer que los valores no
existen como abstracciones fuera del individuo y que la configuración subjetiva
de los valores se caracteriza por la integración de lo cognitivo y lo afectivo,
unidad que se expresa en la articulación de los elementos dinámicos que se
estructuran en su conformación, mientras que su expresión intencional se
produce a través de las representaciones conscientes que el sujeto construye
sobre ellos. Asume el argumento que los valores son, una expresión viva y
actuante de cada uno de los sectores constitutivos de la trama social, así como
de los individuos que la integran.
Asimismo, el psicólogo González (1998), señala que los valores
constituyen el tipo de motivación que define la forma en que nos implicamos en
los distintos sistemas de relación de lo que somos parte, el sentido social de
este proceso motivacional no es lineal, sino el resultado de una experiencia
individual en el desarrollo de la socialización, del que se derivan necesidades
que se convierten en valores, ellos se configuran en el proceso de socialización
del individuo y articulan su expresión en los distintos espacios, donde se
4
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
establece la relación entre lo individual y lo social. En otra de sus valoraciones,
señala González (1998), que:
La lógica del desarrollo de los valores sociales es inseparable de la de
los valores individuales, pues todo valor social declarado que no
aparezca configurado a nivel individual deja de serlo de la praxis, se
convierte en formal y vacío, presente solo en el discurso oficial, pero
sin ningún sentido para el comportamiento humano.(p.6)
En sentido general la formación de valores representa un proceso
complejo y multifacético en tanto requiere una infinidad de enfoques que van
desde lo filosófico, psicológico, sociológico, pedagógico, hasta lo cultural e
ideológico. Comprende todos los aspectos de la actividad social y se
fundamenta en el principio de la relación individuo sociedad, en la que se
produce y reproduce toda la vida humana, conformando el proceso histórico
cultural.
Los valores sintetizan las realizaciones humanas, por constituir fines que
marcan el actuar de los seres humanos en sus realizaciones individuales y
sociales, acuñadas por el contexto socio histórico en que viven; se manifiestan
a través de la actividad práctica; se presentan como guías que rigen la
conducta de los individuos en correspondencia con las cambiantes condiciones
sociales; en su formación intervienen aspectos psicológicos que marcan la
personalidad del individuo y le confiere un sentido a las valoraciones que el
individuo realiza de si mismo, y de la sociedad en que vive.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
5
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Conviene significar en este apartado la relación y la diferencia entre dos
conceptos de vital importancia para comprender esta problemática: la
formación de valores y la educación en valores.
Como bien señalara Baxter (1989), la educación en valores no es algo
actual o puntual en Cuba como país, sino que es el resultado de toda una
tradición, de aquellos que en el pasado con su ejemplo personal, sus
inquietudes revolucionarias y sobre todo su sentido de justicia, humanidad,
libertad, patria, o el viejo refrán de nuestros antecesores ―pobre pero honrado‖,
nos legaron hasta nuestros días.
La educación en valores y la formación de valores son términos
íntimamente vinculados entre sí que señalan dos planos del proceso de
formación de la personalidad: la primera, con un enfoque sociológico,
comprende la educación como un proceso a escala de toda la sociedad en el
marco del sistema de influencias y de la interacción del individuo con la
sociedad con el fin de su socialización como sujeto activo y transformador, en
lo que los valores histórico-culturales tienen un papel esencial.
La formación de valores se refiere al enfoque pedagógico, cuyo proceso
tiene como objeto la formación integral y armónica de la personalidad. En esta
integralidad se tiene en cuenta el lugar y papel de los valores en dicho proceso
formativo, al que por su complejidad se le debe prestar un tratamiento especial
e intencional, con la precisión de los métodos, procedimientos, vías, medios,
entre otros. Así lo deja explícito Chacón (2006), en su escrito Dimensión ética
de la Educación Cubana.
6
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
La educación en valores se refiere a un proceso más amplio en el que se
involucra toda la sociedad, es todo lo que se hace en la sociedad puede ser
una conversación familiar, una reunión en la comunidad en que vive, un
programa trasmitido por la radio o la televisión, razón por la que se enfatiza su
enfoque sociológico.
La formación de valores se refiere al proceso que se desarrolla en la
institución educativa, de forma intencional mediante la enseñanza-aprendizaje
de saberes, por lo que se jerarquiza su enfoque pedagógico. No obstante no se
debe perder la noción de interrelación entre educación en valores y formación
de valores, que se da en el estudiante, ambos procesos se deben tener en
cuenta para el trabajo de la institución educacional.
La educación en valores es un proceso complejo y contradictorio, como
parte de la educación de la personalidad, que se desarrolla en condiciones
histórico-sociales determinadas y en el que intervienen diversos factores
socializadores, como la familia, la escuela, la comunidad, los medios de
difusión, entre otros.
 Complejo: porque aborda de cerca un componente esencial: la
espiritualidad.
 Contradictorio:
ya
que
se
da
matizado
por
un
conjunto
de
contradicciones entre las que se encuentran lo ideal y lo material, lo
social y lo individual, lo universal y lo particular, lo nuevo y lo viejo, la
identidad y la diversidad.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
7
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
 Multifactorial: intervienen diversos factores como la familia – clave, en
tanto, aporta formación inicial y decisiva para la vida-, la institución
educativa -que tiene un encargo social-, la comunidad – esencial, en
tanto, portadora de la participación social-, los medios de difusión- que
forman y educan modelos, gustos, preferencias.
La formación de valores constituye un problema pedagógico complejo
solamente comprensible a partir de un análisis psicológico de la naturaleza del
valor en su función reguladora de la actuación humana.
En su conceptualización psicológica el valor debe ser analizado teniendo
en cuenta su naturaleza objetiva-subjetiva. La comprensión de la naturaleza
objetiva-subjetiva del valor es fundamental para su educación.
Tanto los valores más significativos para una sociedad como la igualdad,
la justicia, la solidaridad, como los valores más específicos, por ejemplo, en el
orden profesional, el amor a la profesión, la responsabilidad, son reflejados por
cada persona de manera diferente en función de su historia individual, de sus
intereses, capacidades; quiere decir que no siempre los valores jerarquizados
oficialmente por una sociedad como los más importantes (existencia objetiva
del valor) son asumidos de igual manera por los miembros de la sociedad
(existencia subjetiva del valor). Esto ocurre porque la formación de valores en
lo individual no es unidireccional y mecanicista, sino que pasa por un complejo
proceso de elaboración personal en virtud del cual los seres humanos, en
interacción con el medio histórico-social en el que se desarrollan, construyen
sus propios valores.
8
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
Las reflexiones de estos autores sirven de base para la comprensión de
la importancia de la axiología como instrumento para el análisis de la realidad
social.
Otros autores, como Ortega y Mínguez (2001), en sus estudios sobre los
valores concluyeron que:
Cuando hablamos de educación, necesariamente nos referimos a los
valores, a algo valioso que queremos se produzca en los educandos
no cabe un discurso sin que necesariamente, de un modo explícito o
implícito, estén presentes los valores. De otro modo, no habría un
acto educativo. (p.15)
Conviene significar la importancia que tiene la educación en este
proceso y el papel social que adquiere como agente de cambio en la conducta
del individuo. No se puede desarrollar una acción educativa si no se relaciona
con la actividad práctica, los valores se aprenden si se practican.
Asimismo, consideran Ortega y Mínguez (2001), que ―los valores no son
entes idealizados alejados de la realidad, de nuestra existencia, carentes, por
tanto, de fuerza para mover a los individuos a su realización‖ (p.30), de aquí
que los valores se enseñan y se aprenden desde la experiencia de los
educandos, desde el reconocimiento del valor, de la significación subjetiva y la
actuación práctica consecuente
Toda la sociedad, instituciones sociales, comunidad o grupo, expresa en
general, un conjunto de valores declarados que no agota el potencial moral de
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
9
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
su momento; la comprensión e interpretación de ellos, como resultado de la
experiencia individual a partir de situaciones y contradicciones que la persona
presenta en el proceso de socialización del que se derivan sus necesidades y
traduce en valores, mediados por su subjetividad, es condición ineludible en
este proceso.
Sin un compromiso de la institución educativa, una formación adecuada
del profesorado, la integración de los valores en el currículo y la cooperación
del resto de los factores que intervienen en la sociedad, tanto la educación
como la formación de valores se convierte en una tarea difícil.
1.2. Acercamiento a las principales características de los valores.
El proceso de formación y fortalecimiento de los valores espirituales del
individuo se convierten en uno de los componentes esenciales de la educación.
La educación en valores es un proceso sistémico, pluridimensional, intencional
e integrado, que contribuye a la formación de la personalidad del estudiantado.
La formación de valores y de su integración en las convicciones propias de la
personalidad del alumnado es una tarea compleja que requiere de un trabajo
muy sostenido por el profesorado.
La universidad comprometida con su sociedad está impuesta de
contribuir a la formación de valores como parte de la educación integral de los
futuros profesionales.
Los valores tienen dos dimensiones íntimamente vinculada entre si:
objetiva y subjetiva; la objetividad trasciende los deseos y aspiraciones
individuales del sujeto, es decir, un producto de la actividad humana, pero
10
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
trasciende, por su significación para la propia subjetividad que la crea y se
inserta con un lugar propio en el sistema de relaciones sociales; y depende de
las condiciones histórico concretas, manifestándose de forma cambiante y
dinámica.
Desde este punto de vista filosófico Fabelo (2003) señala que para
entender esta categoría es necesario tomar en consideración tres planos de
análisis:

El sistema objetivo de valores (estos vistos como parte constitutiva de la
propia realidad y de la significación social que le atribuye el sujeto que
valora).

Los valores subjetivos o de la conciencia (forma en que la significación
social es reflejada en la conciencia individual).

Sistema de valores institucionalizados (que evidencian el modo de
organización y funcionamiento de la sociedad en la que el sujeto vive y
se desarrolla).
Lo planteado conlleva a considerar a los valores, como una compleja
formación del sujeto, contenida no sólo en la estructura psicológica y cognitiva,
sino fundamentalmente en los profundos procesos de la vida histórico-social y
cultural, de concepción del mundo y de estrecho vínculo entre los aspectos de
la conciencia social e individual en correspondencia y dependencia del tipo de
sociedad en que vive y se desarrolla el individuo.
Dada su complejidad los valores requieren de un enfoque dialéctico,
porque constituyen la estructura más compleja de la personalidad y
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
11
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
condicionan los motivos, lo que hace muy difícil explicar uno por la significación
del otro, independientemente de la estrecha relación existente entre ambos, y
se configuran a través de las relaciones que establece el individuo en sus
relaciones sociales.
Desde la perspectiva educativa le corresponde a la escuela como
institución social traducir las exigencias sociales en el proceso de formación. La
formación de valores o el fortalecimiento de ellos, representa un proceso
continuo que requiere de la precisión de los objetivos de carácter educativos en
correspondencia con los lineamientos institucionales y exigencias del momento
histórico-cultural determinado.
Igualmente, Baxter (2002), señala que‖ los valores constituyen un
contenido de la educación, y su formación un proceso básico para elevar la
calidad en la labor que se realiza con las nuevas generaciones‖ (p.22). Opinión
que se comparte, si se tiene en cuenta la unidad entre lo educativo y lo
instructivo en el proceso de formación del profesional. Se puede educar en
valores a través de los contenidos de la ciencia que se enseña, y del ejemplo
personal del educando; como dijera José de la Luz y Caballero: ‗enseñar puede
cualquiera, educar solo el que sea un evangelio vivo‘, -como también señala-,
‗educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para la vida‘ (Sánchez
de Bustamante,1981,pp.167-168), estas frases expresan el contenido esencial
de la unidad orgánica entre la educación y la instrucción.
Consiguientemente, se establecen como características fundamentales
de los valores: la objetividad, asimilada en forma de orientación valorativa; el
12
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
carácter de sistema; el componente filosófico a través del cual el individuo
forma su concepción del mundo; el elemento psicológico que traduce en
actitudes y motivaciones y la institucionalización del proceso de formación en
cuyo contenido se expresa a través de la educación.
Carácter objetivo y subjetivo de los valores en tanto se establece el
reconocimiento de la realidad en la vida de toda persona y su vinculación a los
comportamientos y la conducta asumida. Los valores inevitablemente se dan
en tanto que la persona es ―un ser de valores y no puede dejar de serlo‖.
(Ortega & Mínguez, 2001, p.15)
2. Dimensión educativa de los valores.
2.1. Perspectiva educativa de los valores.
La formación de valores, como proceso consciente donde se pone de
manifiesto lo objetivo, lo subjetivo y lo institucionalizado, como señalara Fabelo
(2003), conforman una tríada en la teoría axiológica, debe partir de una
interiorización esencial de los modelos sociales a que se aspiran; todo
promovido y dinamizado desde la motivación, la comunicación y un entramado
de relaciones interpersonales, sustentado en un sistema jerárquico, donde está
presente el más preciado de los valores, el humano, y el despliegue de
cualidades que complementan la actitud del individuo en una sociedad
determinada; así, cualidades tales como: la cooperación, la justicia y la
solidaridad, entre otras, se integra al sistema de valores morales y sociales que
debe formar la institución educativa.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
13
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
La educación cubana tiene establecido el sistema de valores a formar
desde lo institucional, con el objetivo de lograr una formación integral, el cual
queda señalado en los planes y programas de estudio, sobre este particular
expone Cañas (2009) que la necesaria ―determinación de cuáles valores son
los que se procederán a desarrollar en un momento concreto es el resultado
del proceso de jerarquización de los mismos, a partir de las prioridades
sociales, grupales e individuales‖ (p.126). Jerarquizar valores para conformar
una escala, constituye un aspecto importante en la labor educativa y en la
consecución de las metas a alcanzar en la formación del profesional.
La jerarquización significa darle un orden o categoría las cosas
atendiendo a sus características o funciones; en términos de valores se elevan
a primer plano o priorizan aquellos que reflejan más directamente sus
necesidades e intereses, individuales y sociales. Esto lleva a plantearse que en
determinado momento los valores desempeñen un rol más relevante que otros,
aunque se tiene en cuenta que los mismos conforman un sistema.
Muchos autores tratan la jerarquización de los valores y los denominan
valores inferiores y superiores, según la herencia cultural de cada sociedad, y
la asimilación por cada integrante de la comunidad; tal es el caso de Frondizi
(2001) y Macías (2008), criterio que no se comparte totalmente, por cuanto no
existen valores inferiores o superiores, los valores conforman un sistema
históricamente asimilados e institucionalizados, determinados por los intereses
de grupos e individuos o de toda la sociedad.
14
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
Desde la perspectiva integradora Frondizi (2001), considera que la
jerarquía de valores debe atender al sujeto, al objeto y a la situación, es decir:
las reacciones del sujeto atendiendo a sus necesidades e intereses; las
cualidades del objeto, según su relevancia; y la situación, en dependencia de
las condiciones dadas.
Por su parte, Álvarez (2001) señala las condiciones que a nivel individual
afectan a los criterios de jerarquización: el ideal o modelo de la persona que se
tiene como referencia; las características del contexto histórico sociocultural en
el que la persona se desarrolla; y su dinamismo. Ambos autores parten de la
consideración de la jerarquización de los valores en el orden individual para el
sujeto, pero no tienen en cuenta que demanda la sociedad.
La jerarquización de los valores depende de tres factores, según lo
expresado por Fabelo (1996), grado de objetividad que posee, es decir, la
correspondencia con los valores objetivos del sistema social y las demandas
del progreso; el nivel de socialización que alcance a escala general y es
compartido por un mayor número de personas; y la función que desempeña en
la dinámica social depende de que en determinadas condiciones uno sea más
necesario que otro; de modo tal que la jerarquización de valores en el ámbito
institucional permita orientar el trabajo educativo y en general de formación del
profesional en concordancia con los intereses prioritarios de la sociedad.
Criterio que se comparte, si se tiene en cuenta la relación entre lo individual y lo
social, en el contexto educativo.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
15
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Así, la dirección del profesional del Ministerio de Educación Superior
(Horruitiner, 2006) indicaría, que la formación integral del estudiante es el
objetivo central del proceso docente – educativo que se desarrolla en la
educación superior; esto presupone comprender que la formación es ineficaz si
solo tiende a garantizar la apropiación de determinados conocimientos y
habilidades. Conjuntamente con ello, y de manera esencial, es necesario
abordar la apropiación por los estudiantes de valores, capaces de garantizar su
pleno desempeño como profesional en nuestra sociedad., interpretando las
necesidades sociales precisa cuales son los valores que se hacen necesarios
fortalecer a través de la institución educacional.
En las tesis doctorales, Salmerón (2005) y Rodríguez (2009), se hace
referencia a las clasificaciones ofrecidas por diversos autores como útiles para
alcanzar una aproximación a la gama de categorías que deben estar presentes
en un modelo de educación integral. Describen la clasificación de Ortega
(1999), quien contempla valores útiles, vitales, espirituales y religiosos e
indican el contenido de cada categoría con los correspondientes valores y anti
valores; los de Gasset (1973), Frondizi, (2001), y Marín (1976), en ambas tesis
se hace un análisis de la clasificación de estos autores, a los cuales no vamos
a referirnos en detalles, sólo aludiremos los escritos en los que el autor Enrique
Gervilla Castillo, realiza sus valoraciones.
En todos los escritos realizados por E. Gervilla (1988, 1989a, 1989b,
1990, 1991a, 1991b, 1993, 1994a, 1994b, 1998, 2000a, 2000b, 2000c, 2000d,
16
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
2001, 2006), se realiza un análisis acerca de la relación de los valores con la
educación en el proceso de formación integral como aspiración educativa.
Desde la perspectiva integradora Gervilla (2000a), establece cinco
dimensiones de los valores: la biológica, la afectiva, la intelectual, la social y la
individual. Así refiere:
El tema de los valores y la integridad de los mismos en el desarrollo
de la persona constituyen dos elementos fundamentales de
cualquier sistema educativo de calidad. El presente artículo, parte de
un concepto de persona, cuyo análisis permite constatar un conjunto
de valores, nacidos de cada una de sus dimensiones, cuyo
desarrollo nos conduce hacia la meta de la educación integral. Este
conjunto de valores procedentes de la naturaleza misma del ser
humano es la siguiente: de este animal dotado de razón y afecto
surgen los valores corporales, intelectuales y afectivos; de la
singularidad humana nacen los valores individuales, liberadores,
morales y volitivos; y de la apertura (relación) emanan los valores
sociales, ecológicos, instrumentales, estéticos, religiosos, espaciales
y temporales. (p. 253)
Este criterio permite la realización de valoraciones que demuestran la
universalidad de la problemática educativa y los valores, así como la unidad
indisoluble entre la educación y los valores, ―No hay otra posibilidad de educar
más que en valores‖ (p. 39).
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
17
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Criterio similar nos refieren Ortega y Mínguez (2001) en su libro Los
valores en la educación, cuando señalan:‖ los valores son contenidos explícitos
o implícitos inevitables de la educación‖ (p.15), evidentemente la relación entre
los componentes instructivo y educativo, lleva implícito los valores, si se quiere
lograr que los educandos sean agentes activos y transformadores de la
realidad en que vive.
Todos estos estudios sirven de antecedentes para encausar el propósito
de la presente investigación.
3. La Educación Superior en Cuba, su papel social.
En un mundo globalizado y, a la vez, paradójicamente fragmentado
como el actual, las universidades se enfrentan a retos de cuya respuesta
depende el éxito de su encargo social y su protagonismo en la ‗sociedad del
conocimiento‘ como señala López (2009), nos preguntamos ¿Cuáles son los
retos de la universidad de hoy? La universidad se encuentra ante un escenario
de cambios radicales, tanto sociales como en el desarrollo de las nuevas
tecnologías que dan las traste con la universidad del conocimiento. Para ello,
tratan
de
transformar:
sus
prácticas
docentes;
sus
concepciones
educacionales, así como, sus estructuras educacionales
Este tema es muy debatido por estudiantes, profesores y especialistas
de diversos países a partir de perspectivas y métodos de análisis diferentes,
ante las demandas sociales y culturales del mundo de hoy. También se habla
de la urgente necesidad de consolidar la capacidad de aportar soluciones a los
problemas de la sociedad, enmarcado en un ideal fundado en un imperativo
18
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
ético y moral, que se traduce en visión y acción práctica, según Muñoz (2009),
en equidad y justicia; cultura de paz, convivencia y fraternidad; información y
ciencia con , donde la utilización de la ciencia y las nuevas tecnologías de la
información y las comunicaciones se ponga al servicio de todos.
Por su parte, Tünnermann (2009), señala los dos fenómenos
contemporáneos
de
mayor
incidencia
de
la
educación
superior:
―la
globalización y la emergencia de las sociedades del conocimiento‖ (p.42). Más
delante plantea, ―Si se quisiera resumir en una frase el gran reto impuesto por
la globalización y la sociedad del conocimiento, sería el de forjar una educación
superior capaz de innovar, de transformarse, de participar creativamente y
competir en el conocimiento internacional‖ (p.45).
Asimismo
Sousa
(2006),
refiere
a
la
capacidad
de
análisis,
interpretación, explicación y evaluación, sustentados por la autorregulación y
actitud investigativa, humanista, honesta y flexible se convierte en lo que
distingue al profesional que está capacitado para enfrentar los desafíos de la
sociedad moderna, de ahí que un rol fundamental lo desempeñe el
profesorado.
La universidad tiene ante sí la necesidad de afrontar los retos de
formación en las nuevas perspectivas educativas y las transformaciones
sociales, económicas, políticas, científico- técnicas que ha experimentado la
sociedad, en la cual la formación humanista es condición indispensable para
alcanzar la integralidad en este proceso.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
19
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Refiere Cuevas (2009) al encargo social de la universidad dirigido a la
preservación, la creación y la difusión de la cultura, entendido por esta como
toda la obra creada por el ser humano; es decir, el conjunto de conocimientos,
técnicas, prácticas, creencias, valores, formas de creación, de relación y de
comunicación generado por el ser humano. Hace énfasis en la formación de
valores para el desarrollo integral del estudiantado universitario, como proceso
dialéctico manifiesto a través de las contradicciones entre las nuevas
aspiraciones, necesidades y puntos de vista sobre la realidad, que surge en el
proceso histórico, y las viejas formas o vías de satisfacción de las necesidades
y aspiraciones.
3.1. El Proyecto Tuning para América Latina y la universidad cubana.
Publicado en la Revista Iberoamericana de Educación, el proyecto
Tuning-América Latina c constituye una iniciativa de las universidades para las
universidades. Pretende iniciar un diálogo para intercambiar información y
mejorar la colaboración entre las instituciones de educación superior,
favoreciendo el desarrollo de la calidad, de la efectividad y de la transparencia
en sus relaciones del trabajo entre las 62 instituciones de educación superior
de los 18 países latinoamericanos participantes donde se identifiquen puntos
de referencia común en diferentes áreas del conocimiento, las titulaciones en la
región y con otras regiones del planeta.
El funcionamiento del proyecto está resguardado por el Programa Alfa.
20
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
Fuente: Proyecto Tuning América Latina. Revista Iberoamericana de Educación. Número 35, 2004. OEI.
El proyecto Tuning-América Latina 2004-2006 surge en un contexto de
intensa reflexión sobre educación superior, tanto a nivel regional como
internacional. Hasta ese momento Tuning había sido una experiencia exclusiva
de Europa, un logro de más de 135 universidades europeas, que, desde el año
2001 llevan adelante un intenso trabajo dirigido a la creación del Espacio
Europeo de Educación Superior. (González, Wagenaar & Beneitone, 2008).
Surge por la necesidad de alcanzar:
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
21
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
a) compatibilidad, comparabilidad y competitividad de la educación
superior, dado la movilidad de estudiantes y profesionales ante una era
globalizada.
b) internacionalización, la universidad, como actor social, se enfrenta a
desafíos y a responsabilidades.
c) asumir un rol más protagónico en los distintos procesos que se van
construyendo en la sociedad.
De este modo, se significa la importancia de llevar adelante una
propuesta como la de Tuning en América Latina, que surge en Europa pero que
ahora es formulada por los latinoamericanos. Durante la IV Reunión de
Seguimiento del Espacio Común de Enseñanza Superior de la Unión Europea,
América Latina y el Caribe (UEALC) en Córdoba (España) en octubre de 2002,
luego se presenta una propuesta en el 2003 y en el 2004 queda constituida.
La propuesta Tuning para América Latina es una idea intercontinental,
un proyecto que se ha nutrido de los aportes de académicos tanto europeos
como latinoamericanos.
De esta forma, el punto de partida del proyecto estaría en la búsqueda
de puntos de referencia comunes, centrándose en las competencias y en las
destrezas (basadas siempre en el conocimiento). Siguiendo su propia
metodología, Tuning-América Latina tiene cuatro grandes líneas:
22

competencias (genéricas y específicas de las áreas temáticas);

enfoques de enseñanza, aprendizaje y evaluación;

créditos académicos;
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO

calidad de los programas.
En su conceptualización las competencias representan un concepto
complejo; en el proceso de formación profesional no representa la suma de
saberes, habilidades y valores, sino la maestría con que el profesional articula
todos estos elementos en su proceso de actuación.
Así, varios autores citados por Ortiz (2010) consideran a las
competencias como: el afán integrador porque resulta un conjunto holístico que
emerge de la práctica. Considera Argudín (2000), que no es privativo de la
educación, pues fue objeto de primero en la gestión de recursos humanos
como respuesta a la formación laboral y a la selección de personal. Los autores
citados aportan elementos que contribuyen a definir las competencias a partir
de lo siguiente:

Conjunto
de
comportamientos
sociales,
afectivos
y
habilidades
cognoscitivas que permiten llevar a cabo adecuadamente un desempeño,
actividad o tarea.

Poseen un componente actitudinal que incluye lo afectivo, lo cognitivo y
lo comportamental.

Se convierten en un elemento que determina la calidad del desempeño
profesional.

Contienen
una
dinámica
y
compleja
combinación
de
atributos
(conocimientos, habilidades valores).

Resulta un concepto clave en el desempeño competente de acuerdo con
la ética profesional, con los valores y el contexto donde se manifiesta.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
23
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales

Existen competencias genéricas (trabajar en equipo, búsqueda de
información científica, uso de las nuevas tecnologías informáticas, uso
eficiente del idioma materno, etc.) y otras más específicas, en dependencia
de cada profesión.

No se pueden enseñar ni evaluar aisladas del contexto.

Constituyen un resultado de la educación integral de los educandos.
Es evidente, estas características contribuyen de manera efectiva y
precisa a comprender mejor en qué consisten las competencias en la
educación.
Por otro lado, las competencias pueden ser definidas, según Ortiz (2010)
como:
Aquellas cualidades de la personalidad que permiten la autorregulación
de la conducta del sujeto a partir de la integración de los conocimientos
científicos, las habilidades y las capacidades vinculadas con el ejercicio
de una profesión, así como de los motivos, sentimientos, necesidades y
valores asociados a ella que permiten, facilitan y promueven un
desempeño profesional eficaz y eficiente dentro de un contexto social
determinado. (p.60)
Manifiesta un enfoque integral de la personalidad en la unidad de lo
cognitivo, afectivo y conductual. Consiguientemente, la formación de los
profesionales universitarios no solo exige la presencia de cualidades eficaces
sino también axiológicas, que les permitan regular su conducta sobre la base
de determinados principios y normas ético-morales.
24
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
Es precisamente, en el proceso docente-educativo donde se concreta
esa unidad de los conocimientos y las habilidades con las necesidades,
intereses y motivos, los cuales se convierten en un poderoso elemento
autorregulador del individuo en su formación.
La contextualización de los contenidos de las materias que conforman el
currículo en las diferentes especialidades, su vínculo afectivo con la misión de
los profesionales de nivel superior en cada momento histórico, es condición
necesaria para cumplir la ley de la didáctica que establece las relaciones del
proceso docente-educativo con el contexto social. Así, la formación de
profesionales competentes exige, de una sólida preparación para resolver con
efectividad y eficiencia los problemas de su profesión y de un comportamiento
ético.
La formación por competencias constituye una herramienta válida para
lo que en el informe DELOR (2009), concibe como los cuatro pialares de la
educación del presente siglo: conocer y aprender a aprender, saber hacer,
saber ser y saber. Este enfoque integral debe permitir que la educación ofrezca
posibilidades del desarrollo en estos aspectos.
Así, se presenta en la literatura diversas corrientes que abordan las
competencias desde diferentes ángulos, como también existen diversos
criterios al catalogarlas, autores como Valdés, Senra y Rey (2008), las
clasifican en: básicas,- a los comportamientos elementales que se deberán
mostrar y que están asociados a conocimientos de índole formativo-,
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
25
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
genéricas,- describen comportamientos asociados a la capacidad de trabajo en
grupo, etc.- y específicas,- comportamiento de índole técnico-.
Esta clasificación se relaciona con la línea número uno planteada por el
proyecto Tunig para América Latina, referido al desarrollo de la Educación
Superior, en la cual Cuba se encuentra insertada.
3.1.1. Tuning y el sistema universitario cubano
El perfeccionamiento continuo de los planes de estudio de las carreras
en Cuba, ha estado dirigido al perfeccionamiento de los métodos que
posibilitan el aprendizaje significativo y desarrollador de las competencias
genéricas y específicas de cada profesión, así como la introducción paulatina
del créditos en el sistema de Educación Superior dirigidas al dominio de
determinadas competencias que se logran en el balance de actividades de tipo
presencial y no presencial que realizan los estudiantes, así como la integración
disciplinar e interdisciplinaria.
La posibilidad de intercambiar con otras universidades de la región
latinoamericana de aportar y enriquecer la experiencia cubana, ha sido uno de
los beneficios tributados por el Proyecto Tuning para América Latina.
Asimismo, el intercambio sistemático ha posibilitado el conocimiento de
concepciones curriculares que posibilitan la organización de los proyectos de
evaluación y acreditación de las carreras que esta llevando a cabo la región y
que se ha materializado a través de la red RAÍCES, permitiendo la movilidad de
alumnos y profesores en proceso de formación continua la homologación y
reconocimiento de titulaciones.
26
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
Cuba participa desde el 2004 en el proyecto a través de su Centro
Nacional Tuning y 6 participantes de las universidades que los representan en
las doce áreas temáticas, entre las que figuran: Administración de Empresas,
Arquitectura, Derecho, Educación, Enfermería, Física, Matemática, Geología,
Historia, Ingeniería Civil, Medicina y Química. Según lo señalado por Armas y
Espín (2004):
Son invitadas a participar los centros de Educación Superior teniendo
en cuenta las carreras que han sido seleccionadas por los
organizadores del proyecto: la Universidad de La Habana que es el
centro rector para el perfeccionamiento del currículo de las carreras
de Historia, Matemática y Ciencias Empresariales. (p.8)
El siguiente cuadro refleja la participación de Cuba representada en sus
Centros de Educación Superior, a los cuales el Ministerio de Educación
Superior les ha asignado tan alta responsabilidad por su tradición y desarrollo
en las carreras y el perfeccionamiento continuo que realiza centrado en la
Comisión Nacional de Carrera (C. N. C) para esa profesión.
Este proyecto esta conformado por 16 redes de áreas temáticas y una
red de Responsable de Políticas Universitarias, conformado e impulsado por
Universidades de distintos países, tanto latinoamericanos como europeos, con
más de 230 académicos y responsables de la educación superior. Entre los
países participantes se encuentran: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa
Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, 18 países de la
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
27
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
región latinoamericana; mientras que por la región europea participan 14
países: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Francia, Grecia,
Irlanda, Italia, Lituania, Países Bajos, Portugal y Rumania.
Universidades Cubanas Participantes
Universidad
Responsable
Área
Temática
Instituto
Superior Lourdes Ortega Morales
Arquitectura
Politécnico
lortega@arquitectura.cuja.edu.cu
Universidad de La Osvaldo de Melo Pereira
Habana
omelo@fisica.uh.cu
Física
Instituto Superior
Minero Metalúrgico
Geología
Carlos Alberto Leyva
cleyva@ismm.edu.cu/
Centros Rectores Sergio Guerra
Universidad de La
serguev@ffh.uh.cu
Habana
Instituto Superior
Politécnico
Historia
Julio Alberto Hernández Caneiro Ingeniería
jahcan@civil.cujae.edu.cu
Civil
Centros Rectores Baldomero Valiño
Universidad de La
bval@matcom.uh.cu
Habana
Matemáticas
Fuente: Proyecto Tuning (2004-2008) América Latina.
Teniendo en cuenta lo anterior, la participación de los centros rectores
en Tuning garantiza que los resultados a que arriben se socialicen a todas las
otras instituciones del país que desarrolla dicha carrera.
Un nuevo período (2011-2013) transcurre en el desarrollo de proyecto
Tuning para América Latina: Innovación Educativa y Social, en el que se busca
continuar con el debate en la primera mitad de su puesta en práctica, para
28
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
seguir perfeccionando las estructuras educativas a través de consensos, ―cuya
meta es identificar e intercambiar información y mejorar la colaboración entre
instituciones de la educación superior para el desarrollo de la calidad,
efectividad y transparencia‖ (Tuning A. L., 2013, p.2).
Universidades Cubanas Participantes
Universidad
Responsable
Área
Temática
Universidad Central de
Las Villas
Edith Águila Alcántara /
Ahmed Chacón Iznaga
editha@uclv.edu.cu
ahmedci@uclv.edu.cu
Agronomía
Instituto Superior
Politécnico
Lourdes Ortega Morales
Arquitectura
lortega@arquitectura.cujae.edu.cu
Universidad de La
Habana
Osvaldo de Melo Pereira
omelo@fisica.uh.cu
Carlos Alberto Leyva
Instituto Superior Minero
Rodríguez
Metalúrgico
cleyva@ismm.edu.cu
Física
Geología
Universidad de La
Habana
Eurídice González Navarrete
Historia
euridice@ffh.uh.cu
Instituto Superior
Politécnico
Roberto Sepúlveda Lima
sepul@ceis.cujae.edu.cu
Informática
Instituto Superior
Politécnico
Odalys Álvarez Rodríguez
oar@civil.cujae.edu.cu
Ingeniería
Civil
Universidad de La
Habana
Baldomero Valiño Alonso
bval@matcom.uh.cu
Matemáticas
Universidad de La
Habana
Roberto Corral Ruso
rcorral@psico.uh.cu
Psicología
Fuente: Proyecto Tuning (2011-2013) América Latina. Innovación Educativa y Social
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
29
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
En la tercera Reunión General del Proyecto efectuada en Santiago de
Chile, Chile en mayo del 2013, se debatió sobre la Innovación Educativa y
Social, cuyos ejes temáticos estuvieron centrados en La Innovación Social en
la Universidad, los aportes de América Latina y de Europa y la propuesta de un
modelo de Innovación Social Universitaria Responsable (I.S.U.R) presentado
por Aurelio Villa Sánchez (Coord.), de la Universidad de Deusto, España
En esta propuesta representa la continuación de la presentada en la
Ciudad de Bogotá, Colombia en mayo del 2011, donde se definió la ISUR,
como la competencia organizativa de las universidades en los ámbitos
sustantivos (docencia, investigación, extensión y gestión) para transformarse y
promover soluciones a los desafíos del entorno social y global.
Durante este período de trabajo se presentaron aportes significativos
desde Latinoamérica a la ISUR, que son publicadas por la CEPAL, según lo
expresado por Rodríguez y Alvarado ( 2008), tales como: recopilación de
3600 experiencias, guía útil para los encargados de tomar decisiones de
políticas; se resalta el proceso creativo de la propuesta innovadora, la
importancia de adaptación a nuevos contextos, de agentes facilitadores, de
participación activa del Estado para promover la Innovación y del aprendizaje
como motor de la innovación.
La propuesta del modelo de evaluación ISUR incluye varias direcciones
de trabajo entre las que se destaca: el compromiso con valores sociales
concretos, donde las universidades deben realizar acciones específicas.
30
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
En tal sentido, es necesario hacer un recuento histórico de la Educación
Superior en Cuba, para comprender los retos de la educación superior del
actual siglo y el papel de los educadores como agentes activos del desarrollo
social.
3.2. Fundamentos de la política educativa para una formación integral
Los estudios superiores en Cuba, remontan sus orígenes al año 1728,
cuando se crea la Real y Pontificia Universidad de la Habana, seguida de la
Universidad de Oriente en 1947 y la Universidad Central de las Villas en 1952.
Cuan centrado se encontraban los estudios universitarios y que distantes en el
tiempo la creación de centros que dieran la oportunidad de acceso a la
enseñanza superior; universidad elitista a la que sólo tenían acceso las capas
más pudientes de la sociedad cubana de entonces, unido a la enseñanza
enciclopédica, repetitiva, carente de base experimental y sobre todo, ajena a
las reales necesidades del desarrollo económico y social de nuestro país.
A partir del año 1959 se producen amplias transformaciones educativas
en la nación que deviene hoy en la masificación de la enseñanza y posibilidad
real de acceso a los estudios universitarios. Se han aplicado varias
generaciones de planes de estudios, cada uno de ellos en respuesta al
momento histórico en que ha sido implementados, como consecuencia de lo
cual la educación superior cubana ha ido madurando gradualmente un conjunto
de conceptos generales que caracterizan la actividad académica y el trabajo
del profesorado en la formación de las nuevas generaciones de profesionales.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
31
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
La universidad en Cuba ha experimentado un proceso gradual de
transformación iniciado en la década del 60 del siglo pasado con la Campaña
de Alfabetización y materializado en la actualidad mediante la presencia del
concepto universalización del conocimiento, como expresión del compromiso
social y el proyecto educativo cubano.
En los momentos actuales no solo debe dar respuesta a la producción
de conocimiento y atesorar la cultura de la humanidad, sino también, a las
exigencias sociales para universalizar ese conocimiento y tributar a la
formación integral del estudiantado en el se utilice el desarrollo científicotécnico en la transformación social.
La educación superior cubana tiene hoy la misión de ―preservar,
desarrollar y promover, a través de sus procesos sustantivos y en estrecho
vínculo con la sociedad, la cultura de la humanidad‖ (Horruitiner, 2006, p.6). Es
decir, garantizar la transferencia del acervo cultural de una generación a otra,
en el que, el educador como generación portadora del conocimiento, traslade el
mensaje cultural a la generación en formación, vincule el quehacer investigativo
y lo promueva a la sociedad.
La institución universitaria tiene ante sí la ingente tarea de preservar,
desarrollar y promover el conocimiento, la cultura de la humanidad a través del
proceso de formación académica, la investigación científica y la extensión de
estos saberes a la comunidad.
La universidad cubana actual es una universidad científica, porque se
convierte gradualmente en centros de investigación científica donde profesores
32
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
y estudiantes participan en las investigaciones como parte de su quehacer
académico; tecnológica, en tanto establece vínculos con las empresas,
industrias, instalaciones productivas, culturales y de servicios como parte del
proceso de formación; y humanista, porque deviene en compromiso social
como prioridad fundamental de su desarrollo.
En el libro La Universidad Cubana: el modelo de formación; editado por
el Ministerio de Educación Superior, se precisan los rasgos fundamentales de
la universidad cubana, se especifican las características y los retos de la
educación superior actual:

Universidad científica, tecnológica y humanística.

Formación sobre la base de un amplio perfil: unidad educación e
instrucción; vinculación estudio trabajo.

Educación de postgrado.

Investigación e innovación tecnológica.
Se centra la atención en la formación humanística como componente
esencial en la formación de valores, no sólo en las carreras de perfiles que
demandan una amplia cultura y formación humanista, sino, en todas las
especialidades, donde se potencie la historia de la profesión, la cultura medio
ambiental, los aspectos legales de la profesión, la comunicación, la ética, etc.;
desde las propias disciplinas básicas, y del ejercicio de la profesión. Este es
uno de los retos fundamentales que tiene ante sí la universidad cubana actual,
y que va mas allá del contexto estrecho de nuestro país para convertirse en
uno de los problemas globales del mundo contemporáneo de hoy.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
33
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Adrián Cuevas Jiménez (2009), en su artículo La Universidad Actual y
sus Retos, sintetiza que en la actualidad la educación superior ha
experimentado a lo largo de sus historia, un proceso de cambios e
innovaciones impulsados sobre todo por el desarrollo del conocimiento y las
transformaciones de la sociedad en que se insertan, cuestión que se comparte,
si se tiene en cuenta el rol social de la universidad en el cumplimiento del
encargo social.
La preparación del estudiantado debe estar centrada en el desarrollo de
estrategias y habilidades que le permitan constituirse en un sujeto dinámico,
activo, creativo y propositivo. Esto implica que las estrategias de aprendizaje
deben incorporar los nuevos conocimientos y tecnologías para formar un
profesional capaz de valorar y enfrentar los nuevos retos que va generando el
desarrollo de la sociedad.
La UNESCO en el documento DELOR (2009) plantea como pilares
formativos:
a) Aprender
a conocer, es decir, la apropiación de herramientas
conceptuales para comprender la realidad desde la estrategia de
aprender a aprender;
b) Aprender a hacer, supone la utilización de métodos y técnicas y modos
de actuación profesional;
c) Aprender a convivir, a través de la relación con los demás, el trabajo en
equipo, el intercambio social, la actitud de colaboración y la aceptación
de las diferencias.
34
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
Es aquí donde la formación de valores resulta imprescindible para lograr
que el individuo se inserte en la sociedad y pueda realizar las transformaciones
que demanda la misma.
Rodolfo Alarcón Ortiz (2008) en su artículo La Nueva Universidad
Cubana, analiza la trayectoria de la educación superior desde el triunfo de la
Revolución Cubana en 1959, destacando que la universalización del
conocimiento y la formación de valores han constituido el hilo conductor de la
gestión de la sociedad cubana por un pueblo integralmente culto. Se refiere a
los avances obtenidos y se precisan las transformaciones que han ocurrido en
la educación superior hasta llegar al momento actual. Puntualiza: ―Hoy la
Nueva Universidad Cubana, es portadora del nuevo paradigma, Educación
Superior de alta calidad para todos durante toda la vida‖ (p.5), en el que la
formación humanista ocupa un lugar central para entender los complejos
proceso sociales y asumir una actitud consecuente con el desarrollo y el
progreso humano.
3.2.1. Formación de valores para el desarrollo integral del estudiantado
universitario.
La
formación
de
valores
representa
un
proceso
continuo
de
transformaciones de la conducta de los individuos como resultado de las
contradicciones que ocurren entre las nuevas aspiraciones, necesidades y
puntos de vista de la realidad y las viejas formas o vías de satisfacción que no
dan respuesta a las nuevas exigencias. Contradicciones entre los nuevos
valores y los instituidos que frenan el desarrollo, entre lo individual y lo social,
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
35
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
pueden conducir a la crisis de valores o procesos de distorsión o deterioro de la
subjetividad, expresada en diferentes manifestaciones.
La formación integral del estudiante universitario incluye la formación de
valores y permite redimensionar su formación como sujeto de instrucción
profesional, constituye un gran reto para la universidad actual.
No puede analizarse la integralidad sin que en ella esté presente el
enfoque humanista donde el educando tenga una visión integral del mundo de
hoy, la cual:

Obliga a pensar al mundo y a la sociedad desde una perspectiva
humana.

A identificase con las posiciones más progresistas que defienden la
cultura ambientalista, ecológica, antimilitarista, en el sentido del
significado social que tiene la ciencia y la tecnología aplicadas a la
sociedad.

A reforzar la responsabilidad social y ética del profesional.
Tríada que expresa las aspiraciones del mundo de hoy, no sólo para la
escuela cubana; dotar al profesional de conocimientos en términos instructivos,
además de los conocimientos que aportan un profundo contenido social, tales
como:

ensanchamiento de la frontera del conocimiento,

repercusión de los adelantos científico-tecnológicos en la vida
económica, social y profesional,

36
carácter multidisciplinario del conocimiento,
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO

globalización de la economía, la información, el conocimiento,

rompimiento de las fronteras Ciencias Técnicas y Ciencias Sociales
En las condiciones actuales la formación socio humanista del
estudiantado universitarios atraviesa la lógica de la integralidad de la educación
multidisciplinaria que los prepare para valorar los procesos científico–
tecnológicos con una visión totalizadora (Sánchez, 1997). Que los persuada a
pensar al mundo y a la sociedad desde una perspectiva humana; que refuerce
la responsabilidad social y ética del profesional; que se identifique con los
movimientos sociales más progresistas que defienden la cultura ambientalista,
ecológica, antiimperialista y por la paz en el sentido del significado social que
tiene la ciencia y la tecnología, en otras palabras ciencia para que y para
quienes.
La universidad, encargada de la educación de esos profesionales, esta
llamada a desempeñar un papel activo en las transformaciones y acciones que
posibilite la supervivencia de la especie humana y el afrontamiento y
superación de los problemas que la ponen en peligro. Aspecto declarado por la
UNESCO (2009, p.62).
La institución universitaria debe lograr que el estudiante pueda pensar
críticamente sobre su realidad, para poder interpretarla, entender lo que esta
pasando y por qué; aquí el diálogo entre el profesorado y el estudiantado es
fundamental en la comunicación y cumplimiento de su rol como conductor del
proceso docente-educativo. El profesor se enriquece escuchando y ayudando a
pensar a sus alumnos, lo que le permite adecuar su programa como parte de la
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
37
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
flexibilidad que exige y reconoce el proceso de enseñanza–aprendizaje, y
propicia la posibilidad de investigación de manera individual y colectiva, con el
establecimiento de su propio método de enseñanza que permita un aprendizaje
activo, significativo y epistemológicamente efectivo.
―El magisterio es un arte en virtud del estudiante‖, así lo califica
Catbacart (2009); ante el profesorado se presenta un gran reto, orientar al
estudiante y para ello tiene que estar bien preparado en su ciencia, en la
didáctica de su enseñanza que le permita aportar el método para que el
discípulo logre independencia cognoscitiva, el espíritu investigativo. El
estudiantado universitario no sólo debe aprender contenidos instructivos, sino
solucionar problemas de la vida práctica, crear innovar, aplicar y relacionar de
manera integradora lo aprendido, materializando la dialéctica entre la teoría y la
práctica, con un sentido ético.
A la universidad de hoy le corresponde instruir y educar, es decir, formar
y entregar a la sociedad un hombre capaz de participar en la construcción de
nuestro modelo social y desarrollar un criterio propio. Las competencias
profesionales de los docentes como una de las vías para encaminar las
acciones en pos de la eficiencia y la calidad de la educación. Objetivo principal
de la Educación Superior es mejorar la eficacia de todos sus procesos y entre
los indicadores más importantes a través de los cuales se mide, está la calidad
de los egresados y del claustro de profesores.
El profesorado, además de instruir a los futuros profesionales
transmitiéndoles el conocimiento más avanzado de su época, debe ser un
38
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
investigador, un profesional de las ciencias pedagógicas, es decir, un educador
por excelencia, quien ha de especializarse y desarrollar sus competencias
laborales en el proceso docente - educativo. Aquí se destaca la importancia
social del profesorado universitario, es por tanto uno de los sujetos claves para
hacer realidad el objetivo de lograr la calidad del egresado al ser un factor
esencial del proceso de desarrollo integral del estudiantado. En sus
indicaciones el Ministro de Educación Superior, señalaba:
Hemos orientado el trabajo y el análisis porque es a lo que vamos a
dedicarle más tiempo y más esfuerzo en el próximo curso a dos
problemáticas fundamentales, el fortalecimiento del trabajo político
ideológico en las universidades dirigido y orientado a los profesores y de
los estudiantes para buscar más consolidación en todo el papel que tiene
que jugar la universidad a nivel social aportándole a nuestra Revolución y
también al perfeccionamiento educacional, y en la aplicación e
implementación de un grupo de procesos nuevos, que le van a tributar
calidad a la educación superior.(Díaz-Canel, 2010, p.3).
Orientaciones que se materializan en el trabajo desplegado por los
colectivos profesorales en los departamentos docentes y que se mantiene
como indicaciones en actual curso escolar.
En los último los dos cursos académicos se han indicado un grupo de
transformaciones en la educación superior que han exigido dedicación por
parte de alumnos y docentes en dos direcciones, el perfeccionamiento
educacional y el trabajo político educacional, ambos en función de elevar la
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
39
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
calidad en la educación superior. En este empeño la formación humanista es
parte intrínseca del proceso.
La formación humanista representa la elaboración y apropiación por
parte del sujeto a través de la vía curricular, de una concepción integral acerca
de la naturaleza del hombre y la sociedad así como de la activa y multilateral
interrelación entre ambas. Esta formación humanista debe ir acompañada de
profundas reflexiones de cómo lograr la formación en el estudiantado de los
valores morales, éticos, estéticos, políticos, sociales, ecológicos, intelectuales,
trascendentes, que acompañan las transformaciones del mundo actual.
Con esto no se quiere decir que se abarroten los programas de estudio
con disímiles asignaturas de corte humanístico, sino, que desde la perspectiva
del contenido de cada asignatura, se trate de lograr en el estudiantado la
conformación e integración sistémica coherente de conocimientos, que le sirva
de sustento profesional para la comprensión de la realidad y su transformación.
En tal sentido se señala las funciones que debe desempeñar la
formación humanista, según lo expresado por Ramos (2000,2005): intelectual,
económica, política, estética, ética, patriótica, concepción del mundo como
parte de la concepción filosófica; se destaca la necesaria correlación entre la
ciencia y la docencia a través de la educación humanista en la formación del
profesional, atendiendo a sus competencias formativas, cuestión que se
comparte, por cuanto, no puede analizarse la integralidad sin que en ella esté
presente el enfoque humanista.
40
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
La formación integral del estudiantado universitario obliga a pensar al
mundo y a la sociedad desde una perspectiva humana. El educando se
identifica con las posiciones más progresistas que defienden la cultura
ambientalista, ecológica, antimilitarista, en el sentido del significado social que
tiene la ciencia y la tecnología aplicadas a la sociedad. Refuerza la
responsabilidad social y ética del profesional, en cuanto al ensanchamiento de
la frontera del conocimiento; la repercusión de los adelantos científicotecnológicos en la vida económica, social y profesional; el carácter
multidisciplinario del conocimiento; la necesaria ruptura de las fronteras
Ciencias Técnicas y Ciencias Sociales y los exigencias sociales ante la
globalización de la economía, la información y el conocimiento.
Estas aspiraciones están contenidas en todo el acervo cultural
manifiesto en los destacados pensadores de nuestra historia, entre los que
sobresalen: José Agustín Caballero, Félix Varela y Morales, José de la Luz y
Caballero, José Martí Pérez, Enrique José Varona, quienes han legado su labor
pedagógica.
3.2.2. La formación humanista del estudiantado universitario
Una de las directrices fundamentales que se ha planteado la Educación
Superior cubana en los momentos actuales en el perfeccionamiento de su
trabajo dirigidas a la formación del profesional, ha sido la de lograr la
integralidad del futuro egresado. Dentro de este concepto de integralidad
podemos encontrar un aspecto de gran importancia y que redunda en la
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
41
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
preparación del hombre para vivir en sociedad acorde con su contexto histórico
y las exigencias que esta le plantea; es decir la formación humanista.
El refuerzo de la formación humanista constituye una de las tendencias
más importantes que se analizan en todas universidades del mundo y tiene su
fundamento en la interrelación tecnología-sociedad. Destaca Arana (1995), que
la comprensión de la tecnología como resultado del desarrollo humano, y por
tanto como fenómeno social que caracteriza en su evaluación y revolución al
desarrollo social, conduce al principio de que los egresados universitarios
deben estudiar humanidades, para poder brindar soluciones más apropiadas a
la lógica de la sociedad, así como, que el humanista debe estudiar tecnología,
para entender mejor el cambio social,
Un egresado del nivel superior que no sea capaz de tomar una decisión
profesional acompañada de claros conceptos de racionalidad económica, de
cuidado y conservación del medio ambiente y asumir gustos y costumbres
sociales, manejo de los recursos humanos como fuerza laboral, podrá tener
resultados exitosos en cuanto a factibilidad técnica pero no en cuanto a las
exigencias del desarrollo socio histórico.
La formación humanista es, ante todo, el conocimiento del valor de la
vida humana, el auto reconocimiento del hombre, el ubicarse como
agente de cambio y con responsabilidad transformadora de la
realidad, teniendo en cuenta circunstancias naturales, sociales e
históricas. Es descubrir la propia capacidad de autorrealización para
asumir su compromiso ante la vida. (Arana, 1995, p.7)
42
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
El autor subraya la responsabilidad que debe asumir el educando en su
proceso de formación para luego revertirlo una vez graduado. Esta aspiración
no puede lograrse si no se encausa el trabajo a una formación integral del
estudiantado.
El centro del trabajo pedagógico debe ser el estudiante, tanto en el
desarrollo de su personalidad como en el de su preparación técnica y ante todo
como ser humano capaz de dirigir no solo recursos materiales, sino humanos
con un alto grado de profesionalidad, responsabilidad, solidaridad, sentido del
deber, que sienta un compromiso ante la sociedad, entre otros valores morales.
Estas exigencias de la educación pueden ser efectivas en la práctica, de
manera que el hombre correctamente educado se comporte también como
corresponde a un ser humano bajo consideración de la situación de su época.
La universidad cubana, sustenta la relación dialéctica entre tres
elementos esenciales: valores, integralidad, formación humanista; para analizar
las exigencias en de la educación en el contexto actual (Sánchez, 1997).
Valores: Orientados a que su comportamiento se proyecte hacia la
superación de sus intereses individuales y actúen en correspondencia con
aspiraciones y necesidades en que se realice su propia individualidad. La
capacidad para interpretar la realidad desde una perspectiva crítica y asumir
actitudes consecuentes en su actuación práctica.
Integralidad: Formación de un profesional que desde su propio perfil
profesional, posea una proyección cultural capaz de generar con sus
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
43
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
capacidades, habilidades y valores, actividades de éxito para su país e
insertarse eficientemente en el entorno nacional e internacional.
Formación humanista: visión integral del mundo de hoy, lo cual:

Obliga a pensar al mundo y a la sociedad desde una perspectiva
humana.

A identificarse con las posiciones más progresistas que defienden la
cultura ambientalista, ecológica, antimilitarista, en el sentido del
significado social que tiene la ciencia y la tecnología aplicadas a la
sociedad.

A refuerzar la responsabilidad social y ética del profesional.
Tríada que expresa los anhelos del mundo de hoy, no sólo para la
escuela cubana sino para todo el orbe. Dotar al profesional de conocimientos
en términos instructivos, además de los conocimientos que aportan un
profundo contenido social, como son: ensanchamiento de la frontera del
conocimiento; repercusión de los adelantos científico-tecnológicos en la vida
económica, social y profesional, carácter multidisciplinario del conocimiento,
globalización de la economía, la información, entre otros aspectos.
En las condiciones actuales la formación humanista del estudiantado
universitario
atraviesa
la
lógica
de
la
integralidad
de
la
educación
multidisciplinaria que los prepare para valorar los procesos científico –
tecnológicos y culturales con una visión totalizadora. Que los obligue a pensar
desde una perspectiva humana; que refuerce la responsabilidad social y ética
44
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
del profesional; así queda expresado en los documentos rectores de la
educación superior.
Sobre la formación humanista, Ramos (2005), dice: ―representa la
elaboración y apropiación por parte del sujeto a través de la vía curricular, de
una concepción integral acerca de la naturaleza del hombre y la sociedad así
como de la activa y multilateral interrelación entre ambas‖ (p.15). Las
exigencias sociales marcan la interrelación dialéctica del individuo y la sociedad
traducida a la ley de la didáctica, donde por vía curricular el individuo se forma
para enfrentar y solucionar los problemas profesionales.
La formación humanista se encuentra en la base del pensamiento
pedagógico cubano, constituye una exigencia, donde se reconoce la necesidad
de ésta, que les permita a los educandos insertarse activamente en su
contexto, les esclarezca las cosas esenciales de la realidad y les ofrezca el
instrumental científico-teórico para su transformación.
A las Ciencias Sociales le es inherente la formación cultural y humanista
de los educandos, sin embargo, no solo a ellas le corresponde esta tarea, cada
ciencia tiene un profundo contenido humanista y los descubrimientos en el
plano científico, en última instancia, son expresiones del nivel de desarrollo
social y se ponen de manifiesto en una u otra esfera de su actividad. En todas
ellas está implícito el hombre y su papel social, su actitud, modo de actuación,
fines e intereses sociales, y en correspondencia con ello se debe educar.
Toda profesión existe con el fin de resolver determinado problema o
encargo social, es decir, una necesidad objetiva de transformación, que deba
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
45
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
ser respondida por un sujeto con capacidades y habilidades para ello, y es a
partir de estos problemas profesionales donde se precisa los propósitos y
aspiraciones a alcanzar por el estudiantado. De aquí se deriva el objeto de la
profesión y en consecuencia el objetivo de su formación, expresado en el
modelo del profesional como forma de materializar la relación dialéctica
universidad-sociedad.
Tener en cuenta las exigencias sociales ante la realidad cambiante del
entorno en que se desenvuelve el profesional es condición básica para
determinar las características de calidad del egresado en su actuación
profesional.
A la universidad le corresponde graduar un profesional competitivo con
dominio de los contenidos de la ciencia, pero con una formación humanista que
de sentido a su práctica dentro del marco total de la escuela, que lo haga ser
un hombre más pleno. Bajo estas condiciones, junto a los conocimientos que
sustenta la formación académica del profesional, es necesario reforzar
adecuadamente otros aspectos conducentes al desarrollo de habilidades y
actitudes ante la vida laboral y social.
Todo profesional dirige un proceso, y para ello debe hacer uso de
recursos materiales y humanos, de aplicar tecnologías, dirigir un proceso
social, y en tal sentido debe poseer conocimientos de amplias posibilidades de
aplicación, sustentadas en: creatividad, juicio crítico, comunicación, trabajo en
equipo y relaciones humanas, mentalidad flexible y liderazgo.
46
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
Es indudable que el desarrollo de actitudes sustentado en un sistema de
valores es fundamental para que el egresado como parte de su autorrealización
individual adquiera un compromiso con su profesión y una responsabilidad ante
la sociedad que oriente su actividad. En este sistema de valores deben estar
presentes aspectos, tales como: la identificación con la realidad social,
responsabilidad individual y colectiva; la honestidad; la modestia; seguridad en
sí mismo e iniciativa; preocupación por el medio ambiente; sentimiento de
calidad y excelencia; y sentido del deber.
La formación humanista se entrelaza con el objetivo del profesional en la
explicación de la relación individuo-sociedad; interpretar los problemas
profesionales que ya existen y pertenecen a la realidad como un todo, como un
sistema compuesto de elementos éticos, estéticos, económicos, ecológicos,
políticos ,etc. y que al ser desentrañados permiten su mejor tratamiento.
La comprensión e interpretación del sentido de la vida, la comunicación,
la ética, la personalidad y sistema de estructuras sociales, el humanismo y la
historia que se encaminan a la caracterización social y su desarrollo, son
aspectos por los cuales ha transitado la formación humanista. El individuo no
vive en abstracto, ni tampoco existe la sociedad sin las individualidades, por lo
que toda relación que escojamos está mediada por la actividad que despliega
el hombre en su entorno familiar, laboral, social, etc.; ello evidencia la
necesidad de la relación individuo- sociedad.
El trabajo es la célula de realización del hombre y de su sociedad y es
en la actividad profesional donde encontramos su realización más acabada.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
47
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Amar a su profesión, comprenderla en sus relaciones, utilizar metodología y
técnicas para la evaluación de impactos es asumir los objetivos de la sociedad
desde la cotidianidad. Ello conduce a la necesidad de conformar un marco
conceptual y valorativo, para la comprensión e interpretación del mundo de
hoy, con una visión integradora.
La necesidad de la formación humanista del egresado de la Educación
Superior se sustenta en la relación individuo.- profesión - sociedad, lo que
constituye una derivación de los requerimientos sociales y científico técnicos
del entorno nacional y mundial que se expresa en el modelo del profesional.
Asimismo, Bao y Aguilera (2008) señalan, que la formación humanista
del estudiante universitario es de vital importancia para que la misión de la
educación superior cubana pueda ser cumplida por sus egresados en el
empeño de preservar, desarrollar y promover la cultura de la humanidad, en
plena integración con la sociedad.
Álvarez de Sayas (1999), en su libro La Escuela en La Vida, define a la
formación como el ―proceso totalizador cuyo objetivo es preparar al hombre
como ser social, que agrupa en una unidad dialéctica los procesos educativos,
desarrollador e instructivo‖ (p.9). Lo educativo traducido en la formación del
hombre para la vida; el instructivo, la formación del hombre como trabajador,
para vivir; el desarrollador, la formación de sus potencialidades funcionales o
facultades. Conforman una tríada dialéctica donde se expresa la nueva
cualidad a formar: preparar al profesional para su desempeño exitoso en la
sociedad. Idea que se comparte, si se tiene en cuenta que la formación es, por
48
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
tanto, un proceso que abarca a la personalidad en su integridad, es decir,
comprende tanto lo cognitivo-instrumental como lo afectivo motivacional y
volitivo, traducido en comportamientos.
Como parte de los retos vinculados a la calidad de la labor formativa que
tiene ante sí la educación en general y la de nivel superior en particular, ocupa
un lugar trascendente el logro de una formación verdaderamente integral, a
nivel del sujeto en tanto individuo y parte de la sociedad, y a la vez como
profesional. Por ello, resulta necesario significar el lugar y papel de la formación
humanista en el sistema de la formación integral del profesional.
Todo este argumento permite considerar la necesidad de desarrollar el
proceso de formación humanista desde lo instructivo a partir de los contenidos
propios de las asignaturas y la integración con otras disciplinas.
La universidad debe lograr que el educando pueda pensar críticamente
sobre su realidad, para poder interpretarla, entender lo que está pasando y el
por qué; el diálogo entre el profesor y el estudiante es fundamental en la
comunicación y cumplimiento de su rol como conductor del proceso docenteeducativo. El profesor se enriquece escuchando y ayudando a pensar a sus
alumnos, lo que le permite adecuar su programa como parte de la flexibilidad
que exige y permite el proceso de enseñanza–aprendizaje, propiciar la
posibilidad de investigación de manera individual y colectiva, debe establecer
su propio método de enseñanza que permita un aprendizaje activo, significativo
y epistemológicamente efectivo.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
49
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Constituyen estos argumentos el fundamento básico para la realización
del análisis de los valores desde los contenidos de la asignatura y las
posibilidades que ofrece en el proceso de formación integral del estudiantado.
3.2.3. Caracterización de la Licenciatura en Estudios Socioculturales a partir del
Modelo del Profesional.
La comunidad ocupa un lugar privilegiado para el desarrollo del individuo
y los grupos sociales a los cuales se integran, las potencialidades que ofrece
este espacio para responder a lo que hoy se denomina desarrollo auto
sostenido y autogestionario.
La complejidad del contexto actual en el ámbito nacional e
internacional en la esfera económica y político-social, exigen de
profesionales con una rigurosa formación que les permita una
interpretación científica e integral de la realidad y simultáneamente,
los prepare para coordinar, inducir o sugerir las iniciativas, proyectos
o programas de desarrollo, que conduzca a cambios oportunos en el
ámbito psicosocial y sociocultural. (MES, 2003, p.8)
La comunidad es un fenómeno multidimensional en la que intervienen
elementos geográficos, sociológicos, naturales, territoriales, políticos, culturales
y sociales, que deben ser, conocidos, respetados e integrados para hacer de la
localidad un organismo social eficiente y efectivo en lo material y espiritual. Es
el espacio en el cual los procesos sociales ocurren en diversos escenarios y
contextos asociados a lo más cotidiano de la vida. Este es uno de sus mayores
50
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
retos; buscar una vida mejor donde sea asimilada lo más creativo y valioso del
desarrollo de la cultura del contexto histórico social.
El trabajo sociocultural prepara a las personas para que dentro de la
comunidad puedan participar en el control y transformación de su cotidianidad,
para ser protagonistas en la toma de decisiones sobre políticas y estrategias
que conduzcan a las acciones culturales y posibilita no ser solo consumidores
de bienes de servicios, sino promueve la creatividad colectiva y la participación
ciudadana.
El
trabajo
sociocultural
deviene
en
una
de
las
principales
preocupaciones del proyecto social cubano al considerar al hombre como
elemento esencial en el proceso de transformación social. En este sentido la
cultura juega un rol fundamental, es así como, se han desarrollado múltiples y
valiosas experiencias dirigidas a satisfacer las necesidades inmediatas o
propuestas de transformación y desarrollo en la esfera de las manifestaciones
culturales.
La creación de la carrera de Licenciatura en Estudios Socioculturales
obedece a una necesidad planteada en el país, donde existen centros de
Educación Superior que posibiliten la formación de graduados en las ramas de
humanidades y ciencias sociales, además de brindar las posibilidades de
estudios superiores a promotores e instructores y trabajadores comunitarios en
aspectos directamente vinculados con su labor. Esto constituye una necesidad
en el orden humanístico para el desarrollo de las propias universidades en el
territorio y no se estudian estas especialidades, y existen organismos e
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
51
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
instituciones que realizan trabajo social comunitario. Tal es el caso de la
provincia de Ciego de Ávila, en la cual se fundan los estudios superiores
universitarios en 1978, con especialidades de las ciencias agrícolas y técnicas.
Conviene destacar las palabras de la Dra. María Dolores Ortiz (1999),
asesora del ministro de la Educación Superior, en la visita efectuada a la
Institución Universitaria de Ciego de Ávila, a raíz celebración de la Feria del
Libro, cuando expresaba que no se puede hablar de Universidad sin una
Facultad de Humanidades, y puntualizaba, que este es un viejo anhelo que hoy
se vuelve realidad para todos los rincones del país que ayudará a entender los
grandes problemas sociales y como encauzar su solución; asimismo,
manifiesta la exigencia que tenía el territorio avileño de los estudios
humanísticos.
Los estudios socioculturales no tienen antecedentes directos en el
sistema de Educación Superior en Cuba. Sin embargo es integradora de
aspectos principales del sistema de conocimientos, habilidades y modos de
actuación de las licenciaturas de Letras, Historia del Arte, Historia, Sociología y
Ciencias Sociales. Al mismo tiempo, complementan la formación de
profesionales del medio de la cultura y el turismo que no poseen el perfil en el
tercer nivel de enseñanza.
Es un programa de formación de pregrado dirigido a formar un
profesional comprometido socialmente, capaz de utilizar, con enfoque
interdisciplinario, los recursos de las ciencias sociales y las experiencias del
trabajo cultural para propiciar la potenciación de iniciativas o proyectos que
52
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
contribuyan a la producción de cambios en la realidad sociocultural y que
favorezcan la elevación de la calidad de vida y el protagonismo de la población
en dicha transformación.
Es así, que en el curso 1998-1999 se da inicio con carácter experimental
en la Universidad de Cienfuegos, la carrera de Licenciatura en Estudios
Socioculturales. A partir del curso 1999-2000, ante la aceptación y perspectivas
que abría esta experiencia, se inicia progresivamente en otras universidades.
Asimismo, y como parte de las opciones que se ofrecen a los egresados
del programa de formación de trabajadores sociales, desarrollado primero en el
occidente y luego en todo el territorio nacional, se da inicio, en el curso 20012002, en la modalidad semipresencial de estudio de la carrera para
Trabajadores Sociales en ejercicio como vía de su formación profesional, lo
que después se amplia en el marco de las ofertas de la universalización de la
educación superior a otras fuentes de ingreso, convirtiéndose en una de las
carreras de mayor extensión en este sentido, atendiendo a las potencialidades
que para ello existían en los diversos territorios.
Se conforma, así, el perfil de una nueva profesión en el campo de las
ciencias sociales y humanísticas con sus especificidades. El objeto de trabajo
se centra en los procesos culturales que ocurren en diferentes contextos
sociales, especialmente, aquellos relacionados con el incremento de la calidad
de la vida colectiva, el enriquecimiento espiritual, el fortalecimiento de la
identidad cultural y la capacidad de participación de la población en dichos
procesos, es decir, el trabajo social comunitario.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
53
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Los campos de acción de la carrera se centran en la gestión y la
promoción sociocultural, la identificación y desarrollo del potencial cultural de
los territorios, la investigación, programación y gestión de proyectos sociales, el
trabajo sociocultural comunitario así como la docencia y la extensión cultural
que se realiza desde instituciones, organizaciones, comunidades, empresas y
otras entidades.
Su esfera de actuación están vinculadas tanto a la concepción cultural
del individuo, como a las zonas de relación sociocultural que demanda de un
trabajo especializado de detección, investigación e intervención. Su actividad
puede desarrollarse en Instituciones de la esfera de la cultura, el turismo, la
educación, organizaciones sociales, y organismos de la administración central
del Estado.
Como resultado de su preparación en el transcurso de la carrera el
egresado de la misma será capaz de cumplir los siguientes objetivos generales:

Revelar en su accionar práctico su compromiso ético profesional y
político ideológico, para participar en la construcción del proyecto social
que tengan al ser humano y su calidad de vida como centro.

Desarrollar científicamente tareas profesionales en la solución de los
problemas de la esfera sociocultural y que se concretan de forma
específica en los campos de acción, demostrando dominio de
conocimientos y herramientas científico- metodológicas que les permitan
consolidar continuamente una visión histórico-lógica del desarrollo
social, de la praxis cultural de la sociedad y, consecuentemente,
54
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
contribuir al incremento y consolidación de la participación de la
población y al protagonismo de los diferentes sujetos sociales
individuales y colectivos implicados en este proceso, con una actitud de
superación profesional permanente.
El plan de estudios esta concebido, a partir de una formación
humanística, con un perfil amplio. Tiene una duración de cinco años
académicos, organizados por semestres donde predominan la práctica laboral
investigativa, y su forma de culminación de estudios es el examen estatal o el
trabajo de diploma.
Ofrece una sólida formación en el campo de trabajo de la práctica y la
investigación sociológica, filosófica, cultural y otras ramas del conocimiento
humanístico. Agrupa sus disciplinas por niveles, lo cual propicia la articulación
vertical y horizontal partiendo de un enfoque sistémico y combina
adecuadamente la realización de diferentes actividades docentes teóricas con
las prácticas.
En el análisis realizado al currículo de la carrera, en las asignaturas del
tercer año del plan de estudios D, en el que se imparten los contenidos
referidos a las disciplinas Historia y Cultura, Teoría Filosófica y Sociopolítica,
correspondiente al nivel profesional, se evidencia la necesaria articulación
interdisciplinaria que permita el estudio de los contenidos de las materias, así
como de las personalidades históricas que sirven de base a la formación del
acervo cultural cubano; en especial el pensamiento de Félix Varela y Morales,
como personalidad histórica precursora del ideario revolucionario, ético y
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
55
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
filosófico de la primera mitad del siglo XIX; la cual ofrece posibilidades
axiológicas para contribuir a la formación de valores del estudiantado
universitario; asimismo de otras figuras históricas, tales como: José de la Luz y
Caballero, José Martí, Enrique José Varona; indispensables para profundizar
en las raíces históricas aportadas por estas personalidades, cuyo ideario ha
fructificado en el presente.
La bibliografía consultada, las investigaciones realizadas, la participación
en eventos científicos y el intercambio con expertos, nos ha permitido ganar en
claridad en cuanto a la necesidad de investigar los fundamentos del
pensamiento filosófico-educacional de Félix Varela, asunto poco estudiado por
los especialistas y en las materias de la carrera de Estudios Socioculturales,
cuyo contenido aborda el proceso de constitución de la nación y la nacionalidad
cubana, si bien en la formación del profesional de este perfil debe ser de
obligado conocimiento.
4. El legado del pensamiento pedagógico cubano en la formación integral.
4.1. Félix Varela como modelo para la formación humanista en el contexto
actual.
Al valorar personalidades históricas y su papel en la práctica
pedagógica, es posible encontrar y dinamizar sistemas de influencias
educativas y de mejoramiento humano; desde esta perspectiva, es necesario
destacar las posibilidades de perfeccionamiento axiológico que provienen del
mismo ajustado al contexto histórico social. Ese legado humanista nos acerca a
lo más valioso del fundamento axiológico precedentes y da la posibilidad de
56
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
establecer un acercamiento a las aspiraciones en términos de formación de las
nuevas generaciones presentes. El estudio de los aspectos más significativos
de la vida y obra de Félix Varela resultan, entonces, de vital importancia.
Entender su enseñanza nos acerca a expresiones únicas que se
renuevan constantemente, a partir de la profunda riqueza conceptual que
caracteriza su pensamiento y en específico los aspectos relacionados con la
ética, que puedan ser integrados armónicamente en un sistema que tenga
como base el enfoque de autoafirmación colectiva.
Uno de los aspectos más importantes para la presente centuria está
relacionado con la continuidad histórica en las enseñanzas pedagógicas, la
tradición filosófica, política y cultural de la Isla de Cuba, y en esa tradición están
presentes ideas y sentimientos indispensables para enfrentar los desafíos que
tiene ante sí el perfeccionamiento de la sociedad cubana.
El pensamiento de Varela, fue la síntesis más elevada en la que se
fusiona lo mejor del pensamiento cubano y latinoamericano, en la primera mitad
del siglo XIX, junto a su maestro José Agustín Caballero y su discípulo José de
la Luz y Caballero, tres filósofos del centenario como los calificara Monal
(1989), refiriéndose a Varela señalaría:
En la confianza del poder de la racionalidad y en el convencimiento de
que la conducta puede ser guiada por ello, junto a su afirmación de la
bondad originaria de los hombres, que Varela se da plenamente como
pensador del optimismo. Esa es, tal vez, una de las razones del
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
57
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
atractivo de su personalidad en la historia del pensamiento cubano.
(p.226)
Félix Varela se nutrió de todas las teorías de avanzada de la época
sobre todo del iluminismo francés y las enriqueció con un extraordinario
proceso de retroalimentación creadora que dio lugar al modelo educativo que
hoy se analiza, Monal (1989), ―comparece la concepción del método que
propuso Varela con la contraria ofrecida por el escolasticismo, para captar en
toda su magnitud el abismo que las separa. La descripción que el mismo
ofreció en Misceláneas es suficiente ilustrativa‖ (p.222). Todo lo anterior le
permitió comprender la necesidad de iniciar el camino del progreso de nuestra
nación a partir de la educación pues esta se presentaba como la más
importante condición contribuyente del fortalecimiento de la conciencia
nacional.
Al asumir esta perspectiva, se incluyen en el proceso docente de forma
cohesionada los componentes científicos, filosóficos, literarios, políticos,
educativos, la formación de valores, entre otros valiosos elementos, que en la
actualidad continúan siendo de extraordinaria importancia para todos aquellos
que se vinculen de una forma u otra a la labora educativa.
En toda la obra vareliana se manifiesta un tino para la formación del
hombre nuevo, pues en ella existen una serie de principios de enorme valía
para cualquier dimensión que se proyecte formar, al poder extraer elementos
esenciales y métodos generales para la formación de valores y la educación de
las nuevas generaciones. Rica en temas pedagógicos y de formación de
58
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
valores, los aportados por él, representan un importante papel los fundamentos
axiológicos sobre los que se sustenta la formación del individuo.
El pensamiento pedagógico vareliano se constituye, a diferencia de sus
predecesores y de la propia influencia de la metrópolis española, en un
verdadero sistema filosófico; mientras aquellos introducen su reflexión acerca
de la enseñanza en textos dispersos o en proyectos que tienen una destinación
puntual, el discurso pedagógico de Félix Varela forma parte de una reflexión
cuya coherencia se funda en una teoría general del conocimiento y de la ética.
Relevante escrito literario y filosófico es Cartas a Elpidio, obra de
contenidos moral y educativo, destinada a la juventud cubana y, reconocida
como antecedente de la amena y formativa revista martiana La Edad de Oro,
dedicada a llevar a los jóvenes de América los paradigmas sociales y
científicos de la creación humana.
Su ejemplo personal de entrega al magisterio educacional y sacerdotal,
así como su constante preocupación por los destinos de Cuba y los cubanos es
muestra elocuente de cómo Varela se preocupaba por la Patria y sabía que su
futuro descansaba en las realizaciones de la juventud, por eso les pedía a ellos
virtud, pero virtud integral, aquella que compromete toda la vida.
Refiriéndonos, a la vida y obra de una personalidad del siglo XIX que
desarrolló una labor encaminada a promover los mejores valores humanos, se
reafirma la importancia de estructurar un modelo axiológico a partir del legado
ético de Félix Varela. Si tenemos en cuenta que un modelo representa un ideal
alcanzable, un elemento que motiva a reconocer y compararse con él, lo
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
59
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
aportado por Varela es susceptible de llevarse al proceso docente educativo
como aspiración en el proceso de formación. Por consiguiente, los principios
esenciales de un modelo axiológico pueden encontrarse en su condición de
proyección estratégica y paradigmática de ideas y procesos relacionados con la
formación del individuo.
Por lo que se asume que en la obra de Varela esta presente un modelo
axiológico, susceptible de ser incorporado a la educación integral, pues posee
potencialidades axiológicas de trascendencia, no sólo porque llega a nuestros
días, sino porque contiene un profundo argumento que lo convierte en
expresión paradigmática bajo un contexto cualitativamente nuevo. La
fundamentos axiológicos contenidos en su obra son expresión de lo que en su
andar por la vida dejó como herencia, en ella se integran los valores como un
sistema donde cada uno encuentra base para el ulterior desarrollo del otro.
Así, los valores morales como centro de su estructura, están
íntimamente
relacionados
con
los
valores
intelectuales,
afectivos,
trascendentes, sociales, políticos, entre otros, en estrecha interrelación con las
dimensiones del proceso formativo.
Estas potencialidades axiológicas se insertan coherentemente en dicho
modelo axiológico contenido en la obra de Varela y las aspiraciones que en
términos educativos le legara a la juventud: su sensibilidad humana, su
bondad, su incitación a alcanzar la verdad, la virtud, su amor y compromiso con
Cuba,
60
LOS VALORES Y SU RELACIÓN CON EL PROCESO EDUCATIVO
La vigencia y articulación del legado que nos dejara Félix Varela en el
contexto socio educativo cubano, es preciso comprenderlo a partir de los nexos
de continuidad y ruptura del pensamiento filosófico, político y social transcurrido
desde el siglo XIX hasta nuestros días. La historia marca esos hitos en el
proceso de formación de la identidad nacional, y Varela, fue uno de sus
iniciadores.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
61
CAPÍTULO II: VIDA Y OBRA DE FÉLIX FRANCISCO DE
LA CONCEPCIÓN VARELA Y MORALES.
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
CAPÍTULO II: VIDA Y OBRA DE FÉLIX FRANCISCO DE LA CONCEPCIÓN
VARELA Y MORALES.
2.1. Contexto histórico-social en que se desarrolla el pensamiento de Félix
Varela.
Según la historiografía, Cuba, país ubicado en el Mar de las Antillas, fue
descubierto por Cristóbal Colón el 27 de octubre de 1492, fecha a partir de la
cual se recogen páginas de dominio, colonización y de aspiraciones de
independencia desde los primeros pobladores hasta nuestros días.
Fue Diego Velásquez de Cuellar quien dirigió las huestes conquistadoras
españolas, aplicó y desarrolló el sistema de colonización como un complejo
entramado, económico, social, jurídico, político y cultural, armónicamente
articulado devenido de la metrópoli española. El núcleo central de la
organización estaba en la concepción y creación de las villas, con sus
fundaciones se conseguían varios propósitos, así refieren Torres-Cuevas y
Loyola (2006):
En primer lugar, crear una base legal, organizativa y política en cada
región, lo cual se lograba al establecer en cada acto de fundación, la
institución del municipio garantizar la concentración y permanencia
mediante la vecindad (…). Un tercer objetivo, el más importante para
los que se establecían, era el reparto de indios, tierras y minas, sólo
obtenibles con la condición de vecinos. Un último objetivo en la
creación de dicha red poblacional fue establecer las villas en lugares
que, primero, fuesen centros para la expansión de la conquista al
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
63
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
continente, y después, núcleos de abastecedores de dichas regiones
y nexo comercial de La Española con Europa. (Pp.51-52)
Esta etapa, que algunos historiadores suelen llamar primera colonia
(1510-1542) se caracteriza por la existencia de una población aborigen que
pronto fue aniquilada. A la acción violenta para someterlos, se unieron otros
factores sociales, psicológicos y culturales. Esta forma de sometimiento no
estuvo exenta de criterios contrarios, ejemplo de ello fueron los miembros de la
orden dominica, los frailes Antón de Montesinos y Bartolomé de las Casas,
conocido como el protector de los indios; su experiencia en Cuba y luego en
tierras mexicanas, le permitió expresar un pensamiento radicalmente nuevo
cuyas raíces se encontraban en las tierras americanas.
Pronto, junto al establecimiento de la colonización española se produjo
el influjo de la trata negrera, que vendría a formar parte de lo que
posteriormente deviniera en formación de la sociedad criolla, reanimada por la
actividad económica, el comercio, el crecimiento poblacional fundamentalmente
de nacidos en el país, con un alto grado de mestizaje racial y sociocultural.
Sus rasgos definitorios irían tomando forma a través de un medio
natural, social y espiritual diferente a la de sus progenitores; gustos,
costumbres, tradiciones, hábitos, modos de pensar y de actuar, responden a
las necesidades a solventar en correspondencia con sus intereses específicos,
surgidos en un medio social nuevo.
De sus experiencias surgen nuevas tradiciones que tienden a reafirmar
su pertenencia a la tierra que los vio nacer y a conformar su propia
64
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
personalidad. Así, las tradiciones culturales, contrastadas no sólo por la
actividad económica fundamental básicamente agrícola, sino por nuevos
conceptos que sellan un nuevo modo de pensar. La espiritualidad marcada por
un matiz religioso propio de la época, se expresa a través de simbolizaciones
nuevas que cada Villa fundada va sintetizando en una expresión específica,
que pronto deviene en un sincretismo religioso, como resultado de la mezcla
sociocultural generada por la colonización española y la trata negrera. ´
La Virgen del Cobre deviene en símbolo de cubanía y distinción entre el
criollo y el español. ―La advocación mariana de la virgen de la Caridad del
Cobre está ligada íntimamente a la Historia de Cuba desde los inicios de la
colonización y la evangelización‖ (Portuondo,2015, p.3).
El concepto de criollo se aplicó a los naturales de la Isla desde el propio
siglo XVI. Sobre esto Torres-Cuevas y Loyola (2006), señalaban que ―por ello
los identificaba, definía y unía más allá de los factores étnicos, raciales,
religiosos o de origen de sus padres. Son los puntos de partida sobre los que
se asentará la configuración del cubano y su cultura que los distingue e
identifica.
Al mismo tiempo, la conformación del concepto criollo trajo consigo otro
de gran importancia y que ha guiado a cubanas y cubanos hasta nuestros día,
el concepto de patria, al que no sólo se pertenece por origen de nacimiento,
sino por los intereses y destinos comunes de los hombres que la habitan. Este
concepto de patria cristalizó dentro del contexto de políticas imperiales
española, que estrangulaban la vida económica y cultural de la isla impuesto
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
65
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
por el Absolutismo político del Consejo de Indias y el monopolio comercial de la
Casa de Contratación de Sevilla, así se hizo posible, a la vez que necesario el
surgimiento de rutas de contrabando en algunas Villas y zonas portuarias,
desarrollando sus economías sobre la base un ilegal, pero libre comercio.
Toda la etapa histórica que antecede a la segunda mitad del siglo XVIII,
condiciona el establecimiento de una sociedad criolla y esclavista, el desarrollo
de una economía de plantaciones, el latifundio y la concepción regional avizora
la situación de un final de siglo y uno nuevo que abarcaría dos etapas
fundamentales en su desarrollo: la primera caracterizada por el desarrollo de
de forma acelerada de factores económicos y sociales, que abarca los finales
del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, y el segundo, los que manifiestan los
síntomas de extinción del sistema productivo, político y social que lo sustentan.
La economía de plantación y la esclavitud, tanto doméstico-patriarcal
como plantacionista sustentan el proceso de desarrollo y formación de las
estructuras económicas y social cubana; todo este proceso tiene una profunda
significación histórica para comprender el contexto sociocultural en que vive
Varela. Es así como en la historiografía cubana, se recoge que :
El análisis de la personalidad y las ideas de Félix Varela sólo puede
alcanzar su verdadera dimensión si se comprende que la proyección
de sus ideas se enmarca dentro del primer período de la sociedad
esclavista, en el cual toda la sociedad, de una forma u otra, está
comprometida con la esclavitud. En esta dirección, el pensamiento
Vareliano adquiere su mayor significación y no es posible juzgarlo, ni
66
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
comprender lo atrevido de sus bases, desvinculándolo de su contexto.
(Torres-Cuevas, 2002, p.13)
Cuestión que es de vital importancia para el análisis de cualquier
aspecto y marcan las bases metodológicas de la historiografía.
La estructura socio clasista de la época contrastaba una composición
muy heterogénea y de carácter transaccional con un crecimiento poblacional
acelerado por la necesidad de fuerza de trabajo, sustentada por la inmigración
forzada africana y la inmigración libre europea. Crece la esclavitud en sus más
diversas manifestaciones, y se establece en Cuba la existencia de dos grandes
agrupaciones sociales: la población libre y la esclava. Solía considerarse así
una forma mucho más sencilla de división, la llamada división entre blancos y
negros; no obstante en el orden jurídico se estableció una gradación social por
el color de la piel, existiendo un estamento social que consideraba a los
blancos como superiores respecto a los indios y negros; y a sus descendientes
como resultado del mestizaje.
El carácter de la sociedad esclavista de la época hace que no sólo se
produzcan agrupaciones económicas y sociales, sino también otras de carácter
ideológico, que marcaban tendencias opuestas. Según Torres-Cuevas (2002),
―La abigarrada y heterogénea composición social…hacía difícil en los tiempos
de Varela la unión de intereses ante la problemática de la nación, negada
incluso por muchos, ellos se complicaban en extremo por su carácter
estamental‖ (p.17). Bajo todo este contexto histórico social vive Félix Varela, y
en él, va conformando su pensamiento político, social y filosófico; una sociedad
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
en constitución, con complejas contradicciones y que se encamina a la ruptura
de todo aquello que impide la convergencia en una posible integración
nacional.
2.1.1. Acercamiento biográfico de Félix Varela.
Aunque, no hay consenso entre los biógrafos e historiadores que han
estudiado la vida del presbítero Félix Varela y Morales sobre la fecha de su
nacimiento en la Habana; y tampoco hay conformidad a los acontecimientos
más importantes de los primeros años de sus infancia y adolescencia, toda la
literatura consultada apunta en considerar que nació el 20 de Noviembre de
1778 en la Habana, sito en la calle Obispo número 91, entre Villegas y
Aguacate, lugar en la que hoy suele llamarse, la Habana Vieja patrimonio de la
humanidad. Sus padres fueron Don Francisco Varela Pérez, español y Doña
Josefa Morales y Medina, cubana. Fue inscrito en la partida de bautizo de la
iglesia parroquial del Santo Ángel Custodio, en la ciudad de la Habana, el 27 de
noviembre de 1778.
A muy temprana edad queda huérfano al cuidado de su abuelo paterno,
quien lo guía en su proceso de formación pretendiendo que siguiera la tradición
familiar de vida militar; pero no logra tal propósito; años más tarde Varela pide
entrar a un seminario para hacerse sacerdote. Viaja en compañía de su abuelo
Don Bartolomé a San Agustín de la Florida, Estados Unidos de América, e
inicia sus estudios primarios con el Padre O´Reilly, quien le enseña latín,
gramática y música. De la familia heredaría el amor a Cuba, el aprecio a la
cultura hispana y la valentía en la defensa de sus ideas, la sensibilidad, y la
68
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
ternura; de su maestro, la unión entre lo católico y lo patriótico, el gusto musical
por el violín y la inquietud por el conocimiento.
Félix Varela comienza sus estudios para sacerdote en el Seminario San
Carlos de La Habana, y estudia a la vez, en la Universidad de La Habana,
siendo tan decidido y audaz en su empeño que a los 19 años comienza a
heredar las cátedras de sus propios profesores. A los 23 años, el 21 de
diciembre de 1811, recibe la ordenación sacerdotal en la Catedral de La
Habana.
Por su inteligencia y sagacidad ya a los 24 años de edad Félix Varela es
nombrado por el Obispo Espada profesor de Filosofía, Física y Ética en el
Seminario de San Carlos. Aquí, prepara el primer laboratorio de Física y
Química que tiene el país: cajas galvánicas, tubos de ensayo, máquinas
neumáticas, sistema planetario móvil y otros instrumentos para la enseñanza
de las ciencias mediante la experimentación. ―Con sus conocimientos, como
observador no profesional de la medicina y de la dinámica hospitalaria, supo
identificar las situaciones en que se asistían en un hospital de su época y
proponer soluciones correctas para ellas‖ (Cárdenas, it. al., 2012, p.1). Enseña
con los métodos pedagógicos más adelantados que pudieron introducirse en la
época; las ideas del iluminismo francés.
Fue considerado el mejor orador de su época, y el camino a la
educación fue tan decisivo y profundo, que ha sido llamado el ‗Sócrates
hispanoamericano‘ y el ‗generador del pensamiento cubano‘. Fundó escuelas
de todo tipo y niveles, y defendió el principio de que las mujeres también
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
69
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
debían adquirir una buena educación, idea bien atrevida para la época. En sus
escritos literarios se caracteriza por un estilo claro y flexible, donde sobresale
su criollismo, frases y expresiones propias del cubano. Es considerado un
escritor sereno, tranquilo, que logra hacer llegar sus pensamientos a todos los
que leen sus escritos.
A pesar de su dominio del latín, según testimonio de José de la Luz y
Caballero, como su propia lengua, renovó la enseñanza de la época utilizando
el español en sus clases y libros, en los que abandonó el escolasticismo
imperante por la filosofía ecléctica e introdujo la experimentación en el estudio
de las ciencias naturales. Da mucha importancia a que sus alumnos aprendan
a razonar con sus propias cabezas; lo importante es que aprendan a pensar y a
decidir por sí mismos, así lo asevera Varela. Por eso, su, discípulo, dijo:
Mientras se piense en Cuba, se pensará con respeto y veneración en el
primero que nos enseñó en pensar (Luz y Caballero, 1981, p.32).
Félix Varela formó en las aulas del Seminario San Carlos a los mejores
hombres de su época; los frutos de su labor como maestro se muestran en
aquellos patriotas como: José A. Saco, Domingo del Monte, literato y protector
de escritores y artistas; heredero de las enseñanzas de estos hombres y a su
vez alumno del Seminario fue también Rafael María de Mendive, el maestro de
José Martí.
Fue Félix Varela, el primero que abrió el camino de la educación para
todos cuando escribió:
70
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
La necesidad de instruir un pueblo es como la de darle de comer, que
no admite demora. Si se omite, produce la muerte civil retrogradando
la sociedad al estado salvajes‖. Refiriéndose al número de las
escuelas públicas y su papel en la enseñanza, se preguntó, ―¿Quién
puede negar que sea más ilustrado un pueblo en que todos saben
leer y escribir medianamente, que otro donde un corto número lo hace
con toda perfección pero la gran masa está en tinieblas?‖. Más
adelante refirió que esta debía ser gratuita, el mejor medio de
promover la instrucción pública es dejarla en perfecta libertad, dirigirla
por medio de la prensa, presentarla buenos modelos en los
establecimientos costeados de los fondos públicos. (Varela, 1829,
p.184)
Estas valoraciones publicadas en El Mensajero Semanal, constituyeron
verdaderas ideas renovadoras ante la concepción de una enseñanza marcada
por la diferencia socio clasista y clerical.
Realizó grandes esfuerzos para el fomento de la cultura de nuestro país:
fundó la primera Sociedad Filarmónica de La Habana, ingresó y trabajó en la
Sociedad Patriótica de Amigos del País, escribe obras de teatro que se
presentan en escenarios habaneros y escribe libros de textos para estudiantes
de Filosofía. Es admitido en la Real Sociedad Económica, que más tarde le
confirió el título de Socio de Mérito en 1817. Por estos años aparecieron sus
discursos en el Diario del Gobierno, El Observador Habanero y Memorias de la
Real Sociedad Económica de la Habana.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
71
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Su prolífera actividad intelectual hizo que en 1820, obtuviera por
oposición la cátedra de Constitución al Seminario de San Carlos, y el 18 de
enero de 1821, en el cual inaugura, la primera Cátedra de Derecho de América
Latina. Allí se enseña por primera vez en Cuba la legalidad, la responsabilidad
civil y el freno del poder absoluto. El mismo Varela llama a estas clases ‗la
Cátedra de la Libertad y de los Derechos Humanos, la fuente de las Virtudes
Cívicas y la base del gran edificio de nuestra felicidad‘. Aquí tiene su base el
ideario humanista de todo el pensamiento cubano en el proceso y desarrollo y
de conformación de la nación y la nacionalidad cubana, legado que nos llega
hasta nuestros días.
La concepción del carácter inalienable y sagrado de los derechos
humanos y el derecho de los pueblos a tener su libertad y a elegir su propio
destino, sembró así, las ideas políticas que más tarde habrían de conducir
inevitablemente a la lucha por la independencia de Cuba. Señalaría al
respecto, Torres-Cuevas (1990), que:
No es posible pasar por alto la significación de esta cátedra en
nuestra historia. ¿Acaso no lo escuchaban, atentos y emocionados,
jóvenes que escribirían páginas brillantes en el libro de Cuba? José
Antonio Saco, José de la Luz y Caballero, José María Heredia,
Domingo del Monte, Escobedo, Govantes y Aniceto Bermúdez, entre
otros muchos porque lo enseñado por Varela allí no era solo el texto
constitucional; sino, más bien, las bases de la soberanía del pueblo,
de las libertades individuales y colectivas. (p.114)
72
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
Todo esto hizo que Varela alcanzara un notable éxito y notoriedad,
aumentando la afluencia se jóvenes a la cátedra. Según nos revela Cartaya
(1995):
Su oratoria cálida, sencilla, correctamente articulada, coadyuvo a
quienes asistían u oían sus clases, comenzaron a pensar y a sentir
distinto. Ni los enemigos que ya tenía se extrañaron de su triunfo en el
aula. Pero tal vez si los sorprendió que aceptara (aunque no sin
titubeos) la solicitud del Obispo Espada para que se presentara como
candidato a delegado para asistir a las Cortes. (p.18)
El ejercicio de su labor en la cátedra fue interrumpido meses después
cuando resulta electo diputado a las Cortes Españolas de 1822-1823, como
representante de Cuba ante el parlamento español. Durante el corto tiempo
que ocupó esta destacada posición, ganó fama de ser el más activo de todos
los diputados, y se distinguió por el apoyo que siempre le dio a las ideas más
progresistas. Tres de los proyectos que preparó para presentarlos a las Cortes
se destacan de manera primordial. Ellos son: su proyecto para conceder
absoluta autonomía a Cuba y Puerto Rico; su dictamen a favor de entablar
conversaciones con las nuevas tacones suramericanas y, si era preciso, hasta
reconocer la independencia que de hecho ya las mismas habían obtenido; y su
otro, y más trascendental proyecto, declarando la liberación de los esclavos y la
abolición de la esclavitud en la Isla de Cuba, cuarenta años antes de que
Lincoln lo hiciera en los Estados Unidos, según Rogelio A de la Torre en su
Introducción General a la edición de 1996 de las Cartas a Elpidio.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
73
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
La grandeza que el padre Varela manifiesta en su anticipación histórica
no pudo cristalizar, pues no había penetrado aún lo suficiente en la conciencia
cubana. Al ser reimplantado el absolutismo por el rey Fernando VII, Varela
repudió este hecho y tuvo que refugiarse en Gibraltar, pues fue condenado a
muerte por sus ideas de avanzada. En diciembre de ese propio año llegó a
Estados Unidos, viéndose obligado a vivir en el exilio el resto de su vida,
primero en Filadelfia y después en Nueva York, donde publicó el periódico
independentista El Habanero, en el que definió su pensamiento político. En
este campo llegó a sembrar los sentimientos de amor a la libertad, y el deseo
de la independencia de los cubanos.
Redactó junto a José Antonio Saco, El Mensajero Semanal. En Nueva
York publicó en 1830 el periódico The Protestant Abridger and Annotator, en el
que defendía la fe católica frente a los ataques de los protestantes. Colaboró
en El Revisor Político y Literario, y la Revista Bimestre Cubana. Abrió varias
escuelas para niños y desplegó una amplia labor religiosa, lo cual le ganó
rápido prestigio. En 1837 fue nombrado vicario general de Nueva York. En
1841, el claustro de Teología del Seminario de Santa María de Baltimore le
confirió el grado de Doctor de la Facultad.
En colaboración con Justo Vélez escribió Máximas Morales y Sociales,
Instrucciones Sociales y Morales para la Juventud, e Instrucciones Morales y
Sociales para el uso de los Niños. Con el seudónimo un paisano suyo publicó
la primera edición de las Poesías (MINREX, 2010). Tradujo del inglés el Manual
de práctica parlamentaria para uso del Senado de los Estados Unidos (Nueva
74
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
York, Enrique Newton, 1826), y Elementos de Química Aplicada a la agricultura
(Nueva York, Imp. De Juan Gray, 1826) de Humphrey Davy. Discursos suyos
aparecieron en Revista de La Habana y El Kaleidoscopio.
Se dedicó por entero a realizar la labor sacerdotal y a la defensa de la
comunidad católica de trabajadores irlandeses de Nueva York y Boston. El
exilio le identificó plenamente con los inmigrantes y clases trabajadoras más
humildes de la sociedad norteamericana. Como minoría étnica y religiosa
discriminada y perseguida, los católicos irlandeses enfrentaban los prejuicios y
los abusos a que eran sometidos, ante un clima de intolerancia moral y social.
Las expresiones de solidaridad manifiesta por Varela con la comunidad
irlandesa, encontrarían su fundamento en la educación que le legara el irlandés
el Padre O´Reilly en su niñez, quien le enseñó el vínculo indisoluble entre la
religión, la cultura y la patria, y las mismas vicisitudes afrontadas por él y todos
los cubanos víctimas del dominio colonial español y de las pretensiones de la
corriente anexionista de hacer de la Isla de Cuba un apéndice de los Estados
Unidos, posteriormente.
Sin dudas, su amor a la patria hace que Varela rechazara las
insinuaciones que le realizara Gaspar Betancourt Cisneros, en 1849, cuando
rehusó discutir la cuestión. De igual manera expresó su negativa al reformismo,
confirmando sus convicciones de que el único camino para Cuba sería la
independencia. Varela nunca pudo estar de acuerdo con ninguna de estas
corrientes políticas de la época, así lo confirma su máxima de que ‗la Isla fuera
tan Isla en lo político como en lo geográfico‘, en el periódico El Habanero.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
75
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
De acuerdo con el historiador Ibarra (2008), fue José Martí el que
comprendió mejor que nadie el sentido del independentismo radical de Varela,
fue el primer compatriota que reconoció el valor y la significación que tuvo para
las generaciones de 1868 y 1895 la negativa del presbítero revolucionario de
retornar a la patria mientras esta fuese esclava, y su repudio a las corrientes
políticas de reformismo y anexionismo que se proclamaban.
Durante el exilio vivió la peor de las penurias, nunca recibió pensión
alguna de las familias adineradas de La Habana. Según Ibarra, (2008), “el
precursor de la independencia cubana no representó los intereses de esta
clase ni expresó sus demandas, razón por la cual no se sintieron obligados a
asignarle ninguna mesada ni a comprender ninguna suscripción a su favor‖
(p.305). Varela nunca sesgó en el empeño de ver su patria libre, ni hizo
concesión alguna ante las prerrogativas de la clase colonial o de la naciente
clase burguesa en Cuba.
Con tal motivo se identifica con la comunidad de inmigrantes irlandeses,
pues, formaban parte de una sociedad oprimida al igual que los cubanos,
víctimas del imperio británico y del dominio colonial español. Nos relata Ibarra
(2008), que:
Si la difícil situación que atravesaba la comunidad de irlandeses en
las grandes ciudades del Norte reclamaba la presencia militante del
sacerdote habanero, el creciente olvido y abandono de sus antiguas
amistades criollas tendían a desvincularlo cada vez más de los
acontecimientos de su patria. (p.304)
76
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
Es así como el eminente patriota se desplaza de la política a la entrega
total del sacerdocio en tierra extraña, sin desprenderse de su condición de
cubano, como él mismo referiría en su cuarta carta del tomo segundo a su
Cartas a Elpidio sobre el influjo de la superstición según los pueblos y en su
artículo Patriotismo.
La intensidad de su vida, las numerosas actividades a que se había
consagrado despreocupado de sí mismo, fueron debilitándolo poco a poco,
unido a la fragilidad de su constitución física y las precarias condiciones en que
vivió, azotaron fuertemente al sacerdote y sus últimos años de vida, los pasó
en San Agustín de la Florida donde había trascurrido gran parte de su infancia.
Respecto a la fecha exacta de su muerte, no existe consenso, por lo que
nos afiliamos a las señaladas por Torres-Cuevas, Ibarra y otros historiadores
que coinciden en marcar la del viernes 25 de febrero de 1853, a las ocho y
treinta de la noche. Su cuerpo fue sepultado en el Cementerio de San Agustín,
donde el Padre Ausbil rezó sobre su tumba. Después fue concebida la idea de
levantarle, allí mismo, una capilla como él mismo quería haber hecho en el
camposanto.
El 22 de marzo se colocó la primera piedra y el 13 de abril quedó
completada la obra, en una lápida quedó escrito, ‗Al padre Varela, los cubanos‘.
Allí descansó el padre Varela hasta el 6 de noviembre en que fueron
exhumados sus restos, en 1911 y trasladados a la Universidad de La Habana,
donde fueron colocado en un cenotafio de mármol blanco en el Aula Magna.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
77
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Allí están grabadas las siguientes palabras, según lo relatado por TorresCuevas (2000):
Aquí descansa Félix Varela. Sacerdote sin tacha, eximio filósofo,
egregio educador de la juventud, progenitor y defensor de la libertad
cubana quien viviendo honró a la Patria, y a quien muerto sus
conciudadanos honran en esta Universidad en el día 19 de noviembre
del año 1911 - la juventud estudiantil en memoria de tan gran hombre.
(p.394)
Reposan eternamente en la alta casa de estudios, el ‗patriota entero‘,
según lo definiera José Martí, o ‗el primero de los cubanos‘, al decir de José
Antonio Saco. Nunca se adaptaría ni al clima ni a las condiciones de la
sociedad estadounidense; nunca renunciaría a su cubanía ni a su Cuba.
2.1.1.2. Principales obras escritas.
Félix Varela y Morales, maestro, escritor y sacerdote liberal que obtiene
la Cátedra de Filosofía en el Real Colegio Seminario de San Carlos y San
Ambrosio en 1811, es considerado el modelo del maestro cubano por sus
virtudes y amor a la patria.
Revolucionario y renovador del pensamiento filosófico y pedagógico,
aboga por establecer los nexos entre razón, política y ética, ello lo convierte en
un agente de tránsito entre el iluminismo y el liberalismo.
Su legado escrito es de máxima significación, la huella que dejó en sus
discípulos del Seminario, labró con firmes cimientos toda la generación de
78
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
cubanos y a la preparación ideológica de la independencia de Cuba del yugo
colonial. Expresado por Buch (2001):
La obra escrita de Varela, constituye un legado filosófico y patriótico
de primera importancia. Sus Instituciones de Filosofía Ecléctica
(1812); Lecciones de Filosofía (1818); Miscelánea Filosófica (1819);
Cartas a Elpidio (1835-1838); así como elencos, elogios, sermones,
artículos periodísticos y traducciones, aún en nuestros días asombran
por su originalidad y contenido radical. (p.117)
Relacionarlas ya nos muestra su fecunda labor, profundizar en cada una
de ellas, nos llevaría a una larga y difícil labor. Sólo se mencionan algunas,
para luego centrar la atención en la prosa epistolar como propósito de estudio.

Varias Proposiciones para el Ejercicio de los Bisoños, (1812).

Instituciones de Filosofía Ecléctica, (1812, tomos 1, 2 y 3; 1814, tomo 4).

Apuntes Filosóficos, (1813).

Elenco Doctrinas de Lógica, Metafísica y Moral para uso de los
Estudiantes del Seminario de San Carlos, (1816).

Máximas Morales y Sociales para el uso de las Escuelas y del Pueblo,
Elogio de Fernando VII; Elogio de Don José Pablo Valiente; Apuntes
Filosóficos sobre la Dirección Del Género Humano, (1818).

Apuntes Filosóficos y Lecciones de Filosofía. (1818, tomo 1, 1819, tomos
2, 3 y 4).

Miscelánea Filosófica. (primera edición 1819; 1821 segunda edición en
Madrid y tercera edición en Nueva York en 1827).
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
79
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales

Lecciones de Filosofía (1818-1819), segunda edición en 1824, tercera
edición en 1828. Nueva edición en 1841 con un prólogo.

Observaciones Sobre la Constitución Política de la Monarquía Española
(1821).

El Habanero, papel político, científico y literario, (1824-1826).

Instrucción Pública, (1829).

Espíritu Público, El Fenómeno de la Vida, (1834).

Cartas a Elpidio sobre la Impiedad, la Superstición y el Fanatismo, en sus
Relaciones con la Sociedad, (1835 y 1838).

Ensayo sobe el Origen de Nuestras Ideas, Ensayo sobre la Doctrina de
Kant y Carta de un Italiano a un Francés sobre las Doctrinas de M. de
Lammmenais, (1842).
Es de destacar que algunas de ellas marcan la impronta de su
pensamiento ético, político, revolucionario y humanista. Varela empleaba sin
cesar su caridad en consolar y con el propósito de aliviar los sufrimientos de los
pobres, privándose continuamente hasta de lo más necesario para socorrerlos.
Se despoja hasta de sus objetos personales más preciados.
Durante su largo destierro en los Estados Unidos, crea allí escuelas
parroquiales y orfanatos para niñas y niños pobres, así como una escuela para
jóvenes mujeres inmigrantes irlandesas; además, colabora en diferentes
revistas y periódicos.
El último libro escrito por Varela fue El Fenómeno de la Vida, en el que
además de exponer ampliamente la historia de su desarrollo conceptual, se
80
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
hace cargo desde la Biología, de la convicción de algunos físicos
contemporáneos que postulan, que para comprender el universo, hay primero
que comprender la vida.
Entre sus más bellas páginas está un escrito que es uno de los que más
profundamente revela el compromiso de Varela con los pobres y su resuelto
rechazo a la visión de las élites sociales. De ese trabajo, titulado Espíritu
Público, escrito en 1834, se recogen algunos párrafos:
¡Qué fértil en recursos es la vanidad, cuando se une la pereza! Unos
se quejan de que el pueblo nada aprecia, otros le ultrajan llamándole
ignorante; este otro le supone incorregible, y mientras que nada hace
para ilustrarle y moralizarle, creen hallar en su misma injusticia un
velo que cubre su vana indolencia. Llamémosla vana, porque si bien
se reflexiona, no tiene otro origen sino el deseo de la singularidad que
se pretende obtener y que por desgracia se obtiene a poca costa; y
esto nada importaría, si sólo pasasen por entes raros y no por
filósofos profundos. El pueblo no es tan ignorante como le suponen
sus acusadores. Verdad es que carece de aquel sistema de
conocimientos que forman las ciencias, pero no de las bases del
saber social; esto es de las ideas y sentimientos que se pueden hallar
en la gran masa, y que propiamente forman la ilustración pública. El
interés social no es un impulso de la sensibilidad, sino de la razón; y
algunas teorías, llamadas filosóficas para deshonra de la filosofía, no
son sino delirios que sirven de castigo a los mismos delirantes. Existe
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
81
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
sí, existe el espíritu público y mucho más en los pueblos cuyas
circunstancias proporcionan pábulo a esta llama que destruye el
crimen y acrisola la virtud (p.25).
Se puede evidenciar el nexo estrecho de las reflexiones contenidas en el
Espíritu Público y las Cartas a Elpidio publicadas al año siguiente.
Quedaría plasmada así, en cada uno de sus escritos la evolución de su
pensamiento político, ético y religioso que puso al servicio de su pueblo y de
las personas más humildes de América.
2.1.2. Recepción del legado pedagógico, filosófico y revolucionario de Félix
Varela en la conformación de la nacionalidad cubana.
Al valorar la recepción del legado de Félix Varela tomamos como punto
de partida el pensamiento de la destacada investigadora Isabel Monal (1989),
cuando plantea: ―Varela es una de las figuras de nuestra historia que más
fascinación inspira‖ (p.220), deviene en paradigma filosófico expresión cimera
de los más grandes de los cubanos, fue un precursor de la conciencia cubana.
La historiografía cubana destaca autores importantes que han escrito
sobre Félix Varela; entre los trabajos recientes más profundos y sugerentes se
destacan: de Monal (1989), el artículo Tres Filósofos del Centenario, donde la
autora realiza un profundo análisis de la continuidad histórica de José Agustín
Caballero, Félix Varela y José de la Luz y Caballero como lo más fructífero del
pensamiento de la primera mitad del siglo XIX; de Serpa (1983). su libro,
Apuntes sobre La Filosofía de Félix Varela , en apretada síntesis, este autor
recoge lo más valiosos del pensamiento vareliano, desde sus fuentes nutricias
82
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
hasta su etapa de madurez; de Miranda,(1984), el ensayo Félix Varela, su
Pensamiento Político y su Época, la autora expone un significativo aporte al
estudio de la formación y radicalización del ideario político-social de Varela, en
el contexto histórico en que vivió; de Reyes (1989), Félix Varela 1788-1853, sus
páginas nos ofrecen un adecuado análisis del pensamiento filosófico y político,
destacando sus características revolucionarias; de Torres-Cuevas, (1995), Félix
Varela, Los Orígenes de la Ciencia y Conciencia Cubanas, constituye esta obra
un verdadero tratado histórico sobre los orígenes del pensamiento científico, y
revolucionario cubano; Cartaya,(1998), El Legado del Padre Varela, con su
elocuencia la autora recrea la época histórica en que vive Varela, la formación
de su pensamiento sociopolítico y moral, su contribución al desarrollo de la
pedagogía y la educación para el patriotismo; de Ibarra (2008),. Varela El
Precursor, un estudio de Época, excelente historiografía donde se esclarece el
significado de los aportes de Varela al proceso de formación nacional, y de
Berchenko (1997), Félix Varela Ética y Anticipación del Pensamiento de la
Emancipación Cubana, en la que se ofrece un profundo análisis de la influencia
del pensamiento del sacerdote en el contexto histórico en que vivió. En estos
trabajos los estudios de la obra de Félix Varela han encontrado sustanciales
fundamentos de su integralidad cultural.
Gran importancia tienen a los estudios que sobre el presbítero y patriota
Félix Varela, realizó Medardo Vitier, en Valoraciones II publicado por la
Universidad Central de Las Villas, (1961) y posteriormente en el volumen Las
Ideas en Cuba, y la Filosofía en Cuba (2002), cuando señala :
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
83
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Varela publicó varios Elencos para sus cursos en los años de 1812,
1813, 1814, y 1816. Algunas de sus proposiciones definen bien el
alcance de los cambios que introducía el profesor, según se
consignan en Instituciones de Filosofía Ecléctica (1812-1814) que
apareció en cuatro tomos, el tercero de 1813 lo escribe en castellano;
los dos primeros todavía en latín,... . En los Estados Unidos publicó el
artículo Letter of an Italian... trata de las doctrinas de Lamennais,
apareció en The Catholic Expositor, en julio de 1842. En el mismo
periódico publicó el ensayo sobre Kant (1841). (Pp.26-28)
En su escrito, La Filosofía en Cuba, Medardo Vitier (2002), aborda el
tema referido a la Reforma del Padre Varela precisando que abarca cuatro
puntos:
Cambia el método a tenor de la Escolástica, el razonamiento era
"silogístico", con la rigidez que eso supone. Varela desecha esa vía.
Cambia el idioma, poco a poco introduce el español en la cátedra y
escribe sus textos en nuestro idioma. El latín lo va relegando a
ejercicios. Cambia la doctrina, al dar a conocer a Descartes y a
Condillac. Implanta la enseñanza de nuevas materias: Física y
Química. Todo esto implica que el contenido escolástico de la
Filosofía era reemplazado por doctrinas modernas. (Pp.62-63)
Varela abrió el camino para barrer con la escolástica, convirtiéndose en
opositor de la enseñanza oficial con un argumentado fundamento anticlerical.
84
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
Destaca con fuerza el papel de Varela, a partir de sus cursos de 1811 en
el Seminario de San Carlos, con el apoyo del Obispo de Espada, dando
continuidad al movimiento alterador del Padre Caballero. La enseñanza
vareliana se adelanta con creces y en tiempo a movimientos y corrientes que
tardarían su ejecutoria en países de América.
Continuador de la obra de Medardo, su hijo, Cintio Vitier escribe sobre el
quehacer que ha marcado a la nacionalidad la idiosincrasia del cubano, sus
objetivos porveniristas; el ensayo Ese Sol del Mundo Moral, es la muestra
elocuente de un esbozo para la historia de una eticidad cubana donde la
personalidad de Félix Varela cobra una importancia extraordinaria.
En educación mantiene una actitud de avanzada, proponiendo
soluciones viables para su época, tales como la educación masiva y la
eliminación de la enseñanza en latín, critica la enseñanza memorística y
defiende la educación de la mujer.
En relación con la instrucción y las ciencias en Cuba en el siglo XIX,
Varela (1826), señala:
Las ciencias son como los grandes edificios que se ponen en venta
pública, pero ya se entiende que están excluidos del concurso nueve
décimos de la sociedad. Si fuese dable formar un pueblo de sabios, lo
sería de felices; pero siendo imposible lo primero para aproximarse a
lo segundo, debe esparcirse la instrucción por todas las clases,
llevándolas no al grado que constituye ciencia, sino al que basta para
que el hombre tenga medios de conocerse sus deberes religiosos y
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
85
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
sociales, las particularidades de su estado, y los modos sencillos de
emplear la naturaleza para satisfacer las necesidades y proporcionar
sus goces. La riqueza científica es como la material, que si no se
esparce, presenta el cuadro lastimoso de un país rico habitado por un
pueblo pobre. (p.297)
Esta idea del Félix Varela adquiere una importancia extraordinaria
actualmente, donde las universidades tiene ante sí la era del conocimiento y
del desarrollo de la ciencia al servicio de la humanidad y la solución de los
problemas sociales. Las bases pedagógicas del nuevo modelo educativo hoy,
sobre todo en la nueva universidad, exigen que este tipo de formación deba
preparar a sus educandos para enfrentar el dinamismo de las transformaciones
científicas y tecnológicas, con altos valores éticos, aptos para participar en la
vida cívica en la cual tendrán que interactuar socialmente de manera
responsable.
Varela, nos lega esta máxima y en su época introduce el método
explicativo, cuya esencia consiste en hacer que los alumnos se expresen
adecuadamente como reflejo de las ideas exactas. Desarrolla el método
analítico utilizado con anterioridad por José Agustín Caballero; ya que lo
considera el único camino para adquirir la verdad, propone asimismo, la
experimentación y la inducción como vías del conocimiento.
Continuador de la labor reformadora del padre José Agustín Caballero;
el padre Félix Varela ocupó, a partir de 1811 y durante diez años, la cátedra de
Filosofía en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio; ganó por oposición,
86
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
en 1821, la Cátedra de Derecho Político o Constitución, que aunque breve en
tiempo, dejó una estela brillante y de incalculable valor en la formación de la
conciencia cubana.
Caracterizado por una religiosidad ortodoxa, consecuente con su
vocación de sacerdote, Varela tuvo una amplia y sólida formación científica,
refiere Buch (2001):
Muy al tanto de los conocimientos científico-particulares de la época
en que vivió, enseñó elementos de Física (o filosofía natural) y
escribió textos sobre esa disciplina, propiciando la difusión de esos
conocimientos entre sus discípulos, con los que leía libros y revistas
que recibía de Europa. (p.119)
En sus escritos, Elenco de 1816, referidas a los obstáculos del
conocimiento, Varela señalaría máximas importantes que clarifican la práctica
educativa científica apoyada por un nuevo método:

Atrasa nuestros conocimientos la práctica de no enseñar las ciencias en
la lengua nativa, y mucho más cuando se hace en un idioma muerto.

Igualmente es contrario al progreso de las ciencias, la práctica general e
irracional de aprender de memoria.

Las voces inventadas para cada ciencia, que llaman técnicas, confunden
las mismas ciencias, alucinando al vulgo con cuatro terminachos
despreciables a la vista de un filósofo que debe hablar en términos que
todos lo entiendan, y solamente debe inventar voces nuevas, cuando de
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
87
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
ningún modo halle en el lenguaje común palabras que expresen sus
pensamientos.

También atrasa nuestros primeros conocimientos la práctica de enseñar
a los niños mecánicamente, por creerlos incapaces de reflexión, y así
vemos que esperan a que lleguen al uso de la razón, del cual es capaz
todo hombre analizar sus pensamientos (Varela, 1816, p.3).
Esta forma de dialogar e intercambiar con sus alumnos hizo posible que
se manifestara una forma diferente a la que hasta ese momento propugnara el
escolasticismo, convirtiéndose en precursor de un nuevo método de
enseñanza. Se trataba, ante todo de enseñar mostrando el método del
pensamiento científico, el método inductivo-experimental en el idioma español.
Este fue su gran legado filosófico, por eso la historia lo nombra como que fue
‗el primero que nos enseño a pensar‘, lo cual minaba los basamentos
ideológicos y pedagógicos de la época y señalaba el camino para emprender el
destino de los cubanos, la independencia.
Buch (2001) señala que la obra Lecciones de Filosofía, constituye la
mejor muestra de lo que en originalidad y modernidad logró la filosofía cubana
a principios del siglo XIX. En el campo de la pedagogía filosófica, ―Varela supo
segregar definitivamente la filosofía de la teología filosófica, la razón de la fe,
colocando la investigación filosófica en el plano de total independencia y
autoridad racional (p.119).
La dimensión de su pensamiento pedagógico queda expresa también,
en sus concepciones acerca de la importancia de la educación musical en
88
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
niños y jóvenes. Integra orgánicamente la apreciación musical y la práctica
instrumental en su método de enseñanza activo, sobre este aspecto señaló
Varela citado por (Torres, Ibarra & García, 1997), ―la influencia de la música en
los jóvenes los ayuda a sobrepasar el período crítico de la adolescencia, o sea
de 15 a 18 años (...) evitar la imposición y las cuestiones especulativas‖
(p.312).
Varela consideraba que ese era el momento de llevarlos a ejercitar
materias prácticas como la música, el dibujo, las matemáticas y otras, y que
reconocía así, la experiencia de uno de sus profesores, a quien nada le
tranquilizaba tanto como el sonido de un instrumento tocado por alguno de sus
alumnos, cuando decía, refiere Torres, Ibarra y García (1997):
Este sonido me indica lo que piensa y lo que hace el que lo produce y
acaso muchos de los que le rodean, y mientras un muchacho está
tocando su instrumento yo no necesito cuidarlo. Yo respondo de su
cuerpo y de su alma. (p.388)
Más adelante señalan estos autores que en Lecciones de Filosofía,
escribió Varela:
La música tiene entrada libre en el corazón humano,... como la
música copia las modulaciones de la voz humana y de otros objetos
de la naturaleza tiene mucho dominio sobre nosotros (...) la música no
copia sino las cadencias de un lenguaje apasionado o algunos
particulares de la naturaleza y este modo de imitar, siendo más nuevo
y más ingenioso, tiene mucho atractivo. (p.252)
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
El desarrollo de los estudios psicomusicales actuales y su aplicación al
campo de la pedagogía en las escuelas de formación artística, dan muestra de
lo acertado de las ideas valerianas al diseñar y aplicar éstos en épocas tan
tempranas de los estudios educacionales en Cuba. Su consagración a la
práctica de una educación e instrucción musical, de amplio alcance social, tuvo
su expresión suprema con la creación de la Sociedad Filarmónica de la Habana
y su discurso de influencia ideológica, cuyo objetivo era sentar las pautas de
cómo crear una pedagogía nueva que tuviera por base el origen de las ideas.
Al mejoramiento artístico y musical de La Habana contribuyó, en primer
término la Sociedad Filarmónica, fundada gracias al entusiasmo y espíritu
superior que fue el Padre Varela, quien tocaba el violín a la perfección, según
lo expresado por el historiador cubano Guerra (1952), en su obra La Historia de
la Nación Cubana.
En esa concepción, las ideas son un resultado de la realidad por lo que
es la experiencia pedagógica propia, experimentar en las condiciones cubanas,
lo que permitirá crear un sistema educacional verdaderamente útil. La
argumentación que propone Varela difiere de las presentadas por algunos de
los miembros de la Sociedad Patriótica, proclives al establecimiento de
métodos foráneos, aplicables a minorías privilegiadas, mientras que el maestro
cubano proyectaba la enseñanza para las mayorías.
En 1818, publica la obra Máximas Morales y Sociales, que contiene
sentencias y fábulas educativas para el uso de las escuelas y el pueblo, escrita
con Justo Vélez por encargo de la Sociedad Patriótica, la obra es todo un
90
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
código ético que pretende influir en la vida social del país, y su aceptación fue
notable, ya que por más de veinte años se imprimieron nuevas ediciones.
Cuando Varela obtiene por oposición la cátedra de Constitución o
Cátedra de la Libertad de los derechos del hombre, en el Seminario de San
Carlos, de inmediato abre sus puertas con asistencia libre; como contenido
complementario al curso, escribió el texto Observaciones sobre la Constitución
Española, obra considerada como la primera respecto al tema constitucional en
nuestro continente.
Desde las primeras lecciones hubo expectación en la cátedra del Padre.
Varela, que en realidad eran de Derecho Político. Era tan grande el concurso
del pueblo que concurría a estas lecciones de política, como se las solía
denominar, que aunque el local escogido para darlas era el aula magna del
Colegio, los asientos de todos los bancos estaban ocupados y un público
numerosos se agrupaba a la puerta y a las ventanas, manteniéndose allí de
pie, para tener el gusto de escucharle. (Vitier, 2002). Varela vino al mundo, con
la misión de innovar en un momento histórico que era necesario, en la parte
más fecunda de su vida, la que pasó en Cuba. Innovó en la reforma docente
del Seminario; innovó al explicar su Cátedra de constitución, pues era materia
que él introducía; y como Diputado de Cuba, presentó en Cortes un proyecto
que solo algunos españoles liberales se dispusieron a secundar.
Félix Varela, no solo consolidó la reforma de los estudios filosóficos
iniciada por Caballero profundizando el rechazo al escolasticismo como
autoridad impuesta, implanta la enseñanza científica experimental de la Física
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
91
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
y la Química, y la filosofía de los representantes de la filosofía moderna
Descarte y Condillac.
En 1817 en su discurso pronunciado acerca de la ideología dejó sentada
las posiciones básicas de su quehacer pedagógico, lo que continuaría
posteriormente ante el proyecto de un plan único de educación para todos los
territorios, ofreciendo en el más acabado ensayo su concepción sobre la
educación, Observaciones sobre la Constitución Política de la Monarquía
Española; en el que señaló:
El método y el orden de colocar las materias, es uno de los puntos
más difíciles de la enseñanza, y que se desean mayores progresos, y
así conviene que se deje en libertad a los profesores para ensayar y
discutir en esta materia cuanto fuera posible, (…) bien sé que se trata
de la enseñanza y no de la libertad de pensar que genéricamente
tienen los españoles; pero siendo las primeras ideas como las bases
de todas las futuras, yo creo es como darle a uno la libertad para
caminar, después de haberle roto los pies, o por lo menos, después
de habituarles a torcerlos. (1821, p.284)
Estas ideas expuestas por Varela en pleno siglo XIX ante una
enseñanza
escolástica,
constituía
una
verdadera
transformación
y
enfrentamiento a lo establecido por el Gobierno español, muy valientemente
planteadas. Trasladándolas a otro tiempo y contexto social, no pierden
vigencia, si hoy se aboga por un currículo flexible y por una enseñanza
participativa donde el alumno sea agente activo del proceso docente educativo;
92
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
darle el método para apropiarse del conocimiento es una máxima vigente,
como legado vareliano. La llamada era del conocimiento a la que la humanidad
está abocada exige de métodos revolucionadores en el campo de la Pedagogía
para aplicar ciencia y la tecnología.
El reclamo de una educación científica y popular cuenta con una larga
historia esbozada por el padre José Agustín Caballero, que fortalecida por
Varela y José de la Luz, culmina en el siglo XIX con José Martí y Enrique José
Varona. Correspondió a Varona al alborear el siglo XX, implantar una reforma
consagrada a ese fin.
En el plano filosófico suele presentarse a Félix Varela como el iniciador
de la modernización de la filosofía en Cuba; con él comenzó el proceso de
radicalización de la filosofía con su eco iluminista, que seguía la tradición
francesa del siglo XVIII. Su pensamiento está impregnado de confianza en la
bondad y el poder de la razón humana, que es la clave de su estatura filosófica.
La evolución de su pensamiento transita de un reformismo intelectual
asimilado de su maestro José Agustín Caballero, manifiesto en su obra
Instituciones de Filosofía Ecléctica, a un pensamiento empirista francés del
siglo XVIII expreso en sus Elencos de 1816, para desembocar en un
pensamiento maduro manifiesto en sus obras Lecciones de Filosofía y
Misceláneas Filosóficas de 1818 y 1819 respectivamente, en ellas desarrolló su
teoría del conocimiento naturalista como base para romper con la escolástica.
La razón y el conocimiento son los dos mayores bienes que poseen los
hombres, lo que implica el lugar prominente que ocupan ambos dentro de sus
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
93
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
concepción filosófica. El optimismo filosófico de Varela mostrado en la
racionalidad humana es extendido al plano moral y de las ideas sociales, a esta
racionalidad confió una ética y una filosofía social donde el entendimiento de
los hombres primaría. El proceso del pensar depende del orden de la
naturaleza, de la cual se derivan las prescripciones del buen conocer.
Gran importancia concede Varela a la relación alma-cuerpo, le confiere
el carácter inmortal y de libre albedrío al alma. Miranda (1989), considera que
Varela tuvo vacilaciones entre el materialismo y el idealismo en el plano
filosófico, sin embargo, sus concepciones sobre la relación alma-cuerpo, el
carácter inmortal del alma y el abandono de ésta cuando el cuerpo muere, lo
lleva a sustentar una concepción idealista objetiva propia de una concepción
religiosa consecuente con sus labor sacerdotal. Varela católico, convencido de
su fe honradamente y de que era su religión la única verdadera.
No obstante, planteo que había que limpiar la filosofía y la ciencia de esa
mala hierba que fue el escolasticismo; de ahí su preocupación por erradicar los
obstáculos del entendimiento, entre los que significó el mal uso de la
terminología y el equivocar palabras por cosas, dos errores de método legado
por la escolástica.
La posición anticlerical de Varela, tenía por base el enfrentamiento a las
posiciones reaccionarias del clero, defensor a ultranza del dominio español en
Cuba y en América. Varela concilió la actitud combativa y sus creencias
religiosas, llevó a cabo la compleja tarea de separar la ciencia y la religión.
Como señala Miranda (1989), ―desde su etapa de profesor del seminario de
94
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
San Carlos (1811-1821), oponiendo de este modo a la problemática y al
método de la escolástica, una actitud radical‖ (p.258).
Las concepciones racionalistas y empiristas le sirvieron para oponerse al
principio de la autoridad de las Sagradas Escrituras en filosofía y las ciencias
naturales. Adoptó las nuevas concepciones filosóficas con un sentido crítico y
proclamó el derecho del hombre de usar sus facultades para desentrañar los
secretos de la naturaleza. Significa Miranda (1989), que para Varela:
Existen únicamente verdades de razón y verdades sobre la razón,
estas últimas, reservadas para los misterios y milagros de la religión,
vinculadas con el más allá, que el creador a conocer a la criatura
humana mediante la religión revelada, incluso en ese caso deben ser
analizadas por el hombre para comprobar, previamente, que no se
trata de supersticiones. (p.259)
Para Varela, cualquier supuesto milagro puede ser explicado por la
ciencia, esto significa que no lo era en realidad y que se trataba de una
superchería elaborada por fanáticos y supersticiosos, y un ateo, que se
escondían a veces en el propio seno de la iglesia, cuyos objetivos eran
desprestigiar a la institución y servir a los intereses de los tiranos empeñados
en sojuzgar a los pueblos. Por supuesto la ciencia no puede demostrar la
superstición; para desenmascarar a estos impostores escribió en Cartas a
Elpidio.
También criticó al silogismo, como conjunto de reglas o pasos formales
que por si solos pudieran conducir directamente al entendimiento, aunque no
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
95
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
negaba su valor, pero comprendía que sus conclusiones, al estar contenidas en
sus premisas no arrojaban nuevo conocimiento. La vía para lograr un nuevo
conocimiento, para Varela, era con la ayuda del método empírico que extrae
sus reglas del mismo proceso natural del conocimiento.
La ética y la filosofía social de Varela sobre su teoría del conocimiento,
partía de la sensoriedad para de ahí concluir que, por naturaleza el hombre
busca el placer y huye del dolor. Varela estableció un nexo entre la concepción
sensualista de la naturaleza humana y la teoría ética que estaba interesado en
estructurar. El conocimiento se convierte en la fuente de todo bienestar; es en
la confianza del poder de la racionalidad y en el convencimiento de que la
conducta puede ser guiada. Así nos legó su tratado de ética, Cartas a Elpidio.
2.2. La Constitución de 1812, su repercusión en la Isla de Cuba
Considerada por autores españoles como uno de los más importantes
documentos
legales
de
España
y
de
contribución
al
liberalismo
y
constitucionalismo internacional, la Constitución de Cádiz simboliza el inicio de
la constitucionalización de España extendida a América.
La Constitución de Cádiz influyó en el despertar de la conciencia liberal
española y tuvo una gran trascendencia en Cuba durante el siglo XIX. Acogida
por Don Luís de las Casas y el Obispo Espada quien visitara regularmente el
Seminario de San Carlos para escuchar las conferencias dictadas en la
Cátedra de Filosofía, deposita en uno de sus más ilustres sacerdotes cubanos
la divulgación de la Constitución entre la intelectualidad de la época. Fue Félix
Varela, quien llevaría a cabo tal proposición y más tarde representaría la Isla
96
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
ante las Cortes Española, alzando las voces de Cuba y América ante
problemáticas sociales tan importantes como: la educación, la libertad y la
abolición de la esclavitud.
Es pretensión exponer los aspectos esenciales que relacionan a la Isla
de Cuba con uno de los acontecimientos más importantes de España en el
siglo XIX. Según Escudero (2011):
La aparición de las constituciones en el mundo se explica por tres
causas principales: por el establecimiento de una comunidad política
como estado independiente, (…) por la agregación de comunidades
vecinas en un Estado único, (…) y porque una nación rompa en cierto
modo con las formas de gobierno de su pasado, pese a seguir
políticamente por nuevos principios (p.29)
Esto último fue lo que sucedió en España en el siglo XIX. Las Cortes de
Cádiz generales y extraordinarias se desarrollaron entre 1810-1813. En esas
Cortes el 19 de marzo de 1812 fue promulgada la primera Constitución
Española, que por su importancia y proyección en Europa y América, se refiere
en este apartado. Es significativo destacar que en las mismas participaron dos
cubanos, ―Andrés de Jáuregui y Juan Bernardo O´ Gavan, firmantes de la Carta
Magna‖ (Torres-Cuevas & Loyola, 2006, p.132); y por Bernal (2013), en su
artículo ―Los diputados cubanos en las primeras cortes de Cádiz‖.
Relata Escudero (2011) que se defendió una serie de proposiciones
leídas en forma de minuta de decreto. Esas proposiciones fueron las
siguientes:
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
97
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
1.
Que los diputados representaban la nación española, hallándose
constituidos en Cortes generales y extraordinarias en las que residía la
soberanía.
2.
Que reconocían como rey a Fernando VII, declarando nula la
cesión de la corona a Napoleón.
3.
Que procedía la separación de los tres poderes, Legislativo,
Ejecutivo y Judicial, de los cuales las Cortes encarnaban el primero.
4.
Que en ausencia del rey, serían responsables de sus actos los
titulares del poder Ejecutivo.
En realidad los cuatro principios quedarían resumidos en dos: asunción
de la soberanía por el pueblo y división de poderes, un verdadero terremoto
que, en pocos minutos, dinamitó más de tres siglos de monarquía absoluta. De
este modo, Pérez Garzón J. S. (2007) citado por Escudero (2011), señala: ―se
formó así de modo explícito el concepto de España como nación‖. (p.35)
El artículo primero de la Constitución se refiere a la censura de escritos
políticos, declarándose su supresión el 5 de noviembre de 1810 con la
promulgación de la libertad política de imprenta. Si bien no se modifica lo
referido a ―la censura de los religiosos, atributo de la Inquisición, se mantenía
indemne‖. (p.36)
En la Constitución de 1812 quedó expreso un juramento de lealtad a la
religión católica, al rey Fernando VII, a mantener la integridad de la nación
española y a desempeñar fielmente el cargo. Le anteceden las reformas de
1811, presentadas por Argüelles, con la proposición sobre la abolición de la
98
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
tortura. La propuesta generó un acuerdo unánime, según se relata en las
intervenciones parlamentarias contenidas en el Diario de Sesiones de las
Cortes Generales y Extraordinarias, quedando aprobadas finalmente después
de un proceso jurídico, el 22 de abril de 1811.
Tan detallada prohibición pasara de forma escrita al artículo 303 de la
Constitución de la siguiente manera: ―No se usará nunca el tormento ni de los
apremios‖ (p.41), la prohibición de la tortura judicial y la abolición de la
inquisición entre otros. En definitiva, el desmantelamiento del antiguo régimen.
La Constitución consta de diez títulos y 384 artículos, precedidos de un
extenso discurso preliminar. Según Escudero (2011):
El discurso preliminar constituye una explicación del espíritu de la
Constitución, y también una justificación, al hilo del articulado, de su
contenido y de las reformas que introduce. Asegura en lo relativo al
espíritu constitucional que no trata de introducir algo nuevo sino de
enlazar con la vieja tradición jurídica española. (p.45)
Explica, además, la estructura de la Constitución y habla de su capítulo
primero, referido a la nación Española, definida como la unión de todos los
españoles de ambos hemisferios, tanto de Europa como de las colonias de
América.
En su capítulo quinto se reseña los conceptos de ―hombres libres‖ y
―libertos desde que adquieren la libertad‖, asunto que las Cortes de Cádiz no
pueden afrontar. Años más tarde, en 1822, un cubano en representación de la
Isla de Cuba intenta presentar una moción sobre la abolición de la esclavitud y
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
99
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
es sentenciado a muerte por el propio rey Fernando VII, por sustentar ideas
liberadoras en defensa de las colonias de ultramar, teniendo que escapar por el
Estrecho de Gibraltar. Félix Varela y Morales, se vio obligado a vivir en el exilio
hasta el fin de sus días.
El título segundo mezcla temas heterogéneos y plantea la prohibición
expresa del ejercicio de cualquier religión que no fuera la católica, estimada
única y verdadera.
Esto explica como en Cuba la religión oficial era la católica, como
resultado de la fusión de los intereses de la Iglesia y el Estado, en
concordancia con la imposición del exclusivismo religioso, cuyas dos grandes
manifestaciones fueron: la creación de la inquisición española (1478) para
garantizar la naturaleza interna del catolicismo peninsular y el decreto de 1492
para la conversión forzosa o expulsión de los judíos y posteriormente en 1502
para los Moros, lo que marca el control de la jerarquía eclesiástica y la
propagación y defensa de la fe católica. Expresado, posteriormente en la
Constitución de Cádiz en la que se consagra la fórmula de un Estado
confesional; lo cual fundamenta el proceso de formación del sincretismo
religioso cubano, ya que los negros esclavos tenían que adorar sus deidades a
través de las imágenes religiosas católicas.
Es así, como Bolívar (1990) señala que ―la sincretización de los cultos
yorubas y la religión católica, es en un proceso natural y lógico‖ (p.42), como
resultado de la colonización española y la trata negrera, y expresión de la
formación de un proceso sociocultural propio.
100
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
Asimismo,considera Escudero (2011) que:
La aplicación y la vigencia de tan celebrada Constitución fue mucho
más breve de los que sus promotores pudieran suponer: algo más de
veinticinco meses entonces (19 de marzo de 1812 al 4 de mayo de
1814); los tres meses que del Trienio Constitucional y, en el reinado
de Isabel II, los diez meses que van del Martín de la Granja (12 de
agosto de 1836) a la promulgación de la Constitución de 1837 (18 de
junio). (p.47)
Con virtudes y defectos, justo es reconocer la enorme trascendencia de
la Constitución y su papel de agente decisivo en la transmisión del antiguo
régimen al estado contemporáneo. El eco de ella en América fue inmediato y
duradero. Influyó en los Estatutos y Constituciones de algunos países, como la
de Perú en 1823, calificada como ―instrumento político nocivo para los
intereses de España‖, según Stoetzer, D.C., citado por Escudero, (2011, p.48).
Disuelta en 1814 la Constitución, no sin antes establecerse un debate
inquisitorial que la declara abolida, por ser incompatible con ésta. Restablecida
posteriormente por el reinado de Fernando VII con sus vuelos absolutistas y
liberales. No es hasta 1834 en que se declaró su supresión definitiva.
A consideración de Escudero (2011), pueden resumirse los aportes de la
Constitución y del resto de medidas que las Cortes llevaron a cabo. ―La
Constitución trajo principalmente la entrega al pueblo de la soberanía nacional,
la división de poderes, así como la familiarización del concepto de nación y el
diseño de unas Cortes cuyos diputados habrían de representarlas‖. (p.52)
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
101
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
La repercusión de la Constitución de 1812 en Europa e Iberoamérica no
tuvo la misma significación. En Europa su limitación se transparenta a la luz de
la existencia de otras constituciones que ya formaban parte de la historia de los
países de Gran Bretaña, Francia y Alemania, para los que la repercusión de la
constitución española no fue significativa.1
Sin embargo, otra realidad se presentaría en Iberoamérica, pues la
influencia de la Constitución española de 1812 marcó el inicio de la historia
constitucional en la región como provincias de Ultramar. Su repercusión en
Cuba, puede encontrase en las valoraciones realizadas por el historiador
Guerra Vilaboy, S. (2013).
Según Stoetze, citado por Fernández (2011), ―la Constitución de Cádiz
era de fácil asimilación en la América Hispana por su intento de cambiar el
pensamiento tradicional español (tan conocido en América) con la nueva
filosofía iusracionalista que circulaba por Ultramar desde finales del siglo XVIII‖.
(p.65)
Conviene significar que el término de la filosofía iusracionalista encuentra su
base en el concepto de derecho desde dos puntos de vista primordiales;
primeros desde la corriente doctrinaria Iusnaturalista y segundo desde el punto
de vista de la corriente doctrinaria Iuspositivista.

La primera: Está formado por las reglas de conducta social, que brotan
espontáneamente de la consideración más evidente y elemental del fin del
102
1
Sobre la influencia que la Constitución de Cádiz tuvo en varios Estados europeos, puede verse:
“Valoración de la Constitución de Cádiz en la Europa del Siglo XIX (En Especial, Alemania, Inglaterra
y Francia)”. Federico de Montalvo Jääskeläinen Universidad Pontificia Comillas (ICADE). Documento
PDF
102
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
hombre y de la sociedad; por ejemplo, el Derecho del padre de educar al hijo y
la obligación de éste de obedecerle; la obligación de fidelidad de los cónyuges.
En definitiva el derecho Natural es el derecho que nace con el hombre por el
solo hecho de ser humano.

La segunda: Es el constituido por los mandatos que emanan de la
voluntad del legislador, el cual puede ser Divino, si deriva del propio Dios, como
los mandamientos del decálogo; Eclesiástico o Canónico si proviene de la
voluntad de la iglesia y humano si nace del querer del hombre, de la clase que
gobierna. El Derecho Positivo Humano se basa en el Derecho Natural, o sea, lo
confirma, asegura, concreta y complementa.
Los postulados básicos del Derecho Natural racionalista, sustenta sus
preceptos morales en la naturaleza racional del hombre. Esta filosofía con
carácter liberador, defiende lo más avanzado del pensamiento de la época.
Era de esperar que la implantación del texto constitucional suscitara la
misma repercusión en todas las provincias de Ultramar, en gran parte porque
las autoridades públicas españolas habían sido las primeras interesadas en
retrasar su aplicación y los virreyes eran reacios a poner en funcionamiento un
texto que socavaba sus amplios poderes. Si la primera reacción en 1808 había
sido jurar en favor de Fernando VII, apenas dos años más tarde, las tendencias
emancipadoras empezaron a surgir. Señala Fernández (2000), que:
La restauración absolutista, en 1814,si bien logró poner un freno a las
tendencias independentistas, incrementó también el número de
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
103
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
enemigos de la metrópoli ante el hostigamiento de Fernando VII. Los
revolucionarios, ahora más influidos por las teorías iusracionalistas,
reaccionaron agrupándose en tres congresos nacionales, el de
Apatzingán (Nueva España, 22 de octubre de 1814), Tucumán (Río
de la Plata, 9 de julio de 1816) y Angostura (Venezuela, 15 de febrero
de 1819). Así las cosas, cuando en 1820 la península restableció la
Constitución de 1812, y los liberales pretendieron trazar una política
distinta; más aperturista hacia las colonias (comenzando por la
amnistía de los insurrectos), América ya no estaba dispuesta a seguir
siendo un territorio de España. (p. 69)
Es de esperar que el Gran Imperio hubiera comenzado a derrumbarse y
la Constitución de Cádiz, indirectamente, también había contribuido a ello.
Comienzan así, las diferencias entre el restablecimiento de la Metrópoli que
habría de conducir a una Monarquía y el pasado mítico representado por la
comunidad indígena, cuyo resultado de esta imagen era la independencia;
hecho que queda manifiesto con la rebelión de Hatuey, que lo hace ser el
primer rebelde de la Isla. Caracterizando el sentimiento espiritual de la época
expresa Leal (2015):
Varela fue el iniciador; el horizonte de las ideas emancipadoras y
antiesclavistas está en él, al margen de la sangre derramada, del
sacrificio de los precursores, del dolor de los esclavos, de los líderes
ignotos nacidos de la propia esclavitud o de los indígenas, que
104
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
lucharon ferozmente, desde Anacaona y Caonabo, hasta Hatuey,
Guarina … .(p.5)
En abril de 1820 se reimplantó la Constitución de 1812 en España y esta
repercute en Cuba:
Entraba en el puerto habanero el bergantín Monserrate. Preguntado
desde el Morro qué cargo conducían sus tripulantes, contestaron:
―¡Constitución!‖ De esta forma se supo en Cuba la reimplantación de
la Constitución de 1812 en España. Ese mismo día los regimientos de
Málaga y Cataluña, de tránsito en la Isla, se lanzaron a las calles y
obligaron al gobierno de Juan Manuel Cajigal y de la Varga a aceptar
el régimen constitucional (Torres-Cuevas & Loyola, 2006, p.137).
Brotaron de inmediato las diversas corrientes políticas y el liberalismo
manifestó su contraposición a la Monarquía Absoluta, mientras que el
conservadurismo defendía las estructuras y escalas de valores del feudalismo.
El liberalismo tenía sus bases en las revoluciones burguesas, sus
principios eran el establecimiento del Estado constitucional; la soberanía como
patrimonio de la nación y no del rey; la división de poderes del Estado; el
derecho de los ciudadanos a elegir a sus representantes o ser elegidos para un
Parlamento o Cortes, y la defensa de las libertades individuales, incluida la
libertad religiosa. En lo económico, el liberalismo implicaba un cambio
sustancial. De la concepción del colonialismo de producción mercantilista y
rentista se pasó a la creación de relaciones económicas de dependencia de la
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
105
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
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metrópoli, en tanto la colonia se concebía como productora de materias primas
y productos alimenticios y como consumidores de la producción de la metrópoli.
Torres-Cuevas y Loyola (2006) señalan que, ―estas concepciones del
liberalismo peninsular estuvieron presentes en sus acciones políticas hacia
Cuba y sus objetivos económicos‖ (p.138); el contenido nacionalista del
liberalismo contenía en sí mismo la contradicción colonia metrópoli y sirvió para
fundamentar, en cada caso, las aspiraciones de las diferentes corrientes que
abogaban por transformaciones económicas, políticas y sociales en la Isla;
respaldadas por el independentismo latinoamericano, en contraposición con los
partidarios del absolutismo. Estas amenazaban con la autonomía o la anexión
a los Estados Unidos, en caso de que el movimiento liberal peninsular aplicase
medidas económicas o políticas que los perjudicara.
Es de significar cómo la historia recoge, ―que el saldo más importante de
estas luchas fue la definitiva diferenciación entre españoles y cubanos‖ (TorresCuevas & Loyola, 2006, p.139).
En las Cortes de Cádiz existían tres tendencias constitucionales: los
diputados realista (con mezcla en su afiliación doctrinal de escolasticismo e
historicismo nacionalista) con un fuerte contenido reformista; los liberales como
segunda tendencia basaban sus principios en la soberanía nacional, con una
concepción de división de poderes que convertirían a las cortes en el centro del
Estado; la tercera tendencia conformada por los diputados americanos, con la
idea del autogobierno de las provincias de Ultramar y que diesen una justa
representación en los órganos del Estado constitucional en las Cortes.
106
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
Con tendencias bien definidas en las Cortes, según lo descrito por
Varela Suanzes-Carpegna (2012), en diciembre de 1810 el diputado liberal
Antonio Oliveros propuso a las Cortes el nombramiento de una Comisión
encargada de redactar un proyecto de Constitución política de la Monarquía,
que tuviese presente los trabajos preparados por la Junta Central, la cual
quedaría aprobada y compuesta por quince miembros, entre los que se
encontraban los cubanos Andrés de Jáuregui2representante por la Habana y
Juan Bernardo O´ Gavan, por Santiago de Cuba.
Las reflexiones de Varela (2012), conducen a considerar que los
diputados americanos formaban la tercera tendencia constitucional presente en
las Cortes. Es preciso tener en cuenta que la invasión francesa de 1808 había
dado lugar, en los vastos territorios de la América española, a los inicios de un
proceso emancipador que culminaría noventa años más tarde con la
independencia de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, respecto a España, no a
Estados Unidos.
Una parte de las élites criollas seguía apostando por mantener los lazos
con la Madre Patria, aunque a través de una Constitución que tuviese en
cuenta el autogobierno de las provincias de Ultramar y que diesen una justa
representación a la población americana en los órganos del Estado
107
2
Andrés de Jáuregui, nacido en la Habana el 2 de diciembre de 1767, en el seno de una familia criolla de
ricos propietarios; es llamado por sus coterráneos ”el gran Jáuregui”, era aguacil mayor y teniente regidor
de su ayuntamiento cuando en 1810 fue elegido diputado para intervenir en las Cortes Extraordinarias de
Cádiz permaneciendo hasta 1814.
Juan Bernardo O´ Gavan y Guerra, nacido en Santiago de Cuba el 8 de febrero de 1782.Gran ilustrado de
la segunda mitad del siglo XIX, doctor en derecho canónico en la Universidad de la Habana, y catedrático
de filosofía en el Colegio de Seminario de San Carlos y San Ambrosio. Sustituye a José A. Caballero. Fue
maestro de Félix Varela. Fue seleccionado a participar en las Cortes, llega a Cádiz a escasos días de
promulgarse la Constitución de 1812 y permanece hasta 1814.
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
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constitucional en ciernes, sobre todo en las Cortes. En ambos puntos estaban
de acuerdo todos los americanos presentes en las Cortes de Cádiz, en cuyas
premisas constitucionales se mezclaban principios procedentes de la neo
escolástica española y del derecho de Indias con principios revolucionarios.
Como señalara Fernández (2011):
También
en
España
había
clara
conciencia
del
contenido
revolucionario del documento: durante el Trienio Liberal, los
moderados pretendieron infructuosamente interpretar el articulado
constitucional en un sentido más conservador. Pero eran conscientes
de la futilidad de su propósito, y de ahí que en 1834 optaran por un
modelo distinto, el del Estatuto Real, que entroncaba más con la
anglofilia. El modelo gaditano declina, pues, con el fin de los períodos
revolucionarios liberales (las revoluciones democráticas y socialistas
irían por otros derroteros), y se consume con las revoluciones
europeas de 1820 y con la consolidación de la independencia
americana. Pero dejó su impronta en el constitucionalismo del siglo
XIX, que respetó algunos de sus artículos y utilizó otros como contra
modelo. Y en todo caso, la Constitución de 1812 perduró como mito;
como el primer intento de derrocar el Antiguo Régimen. (p.87)
La Constitución de 1812 se convirtió así, durante el Trienio de 1820 a
1823 en un punto de referencia para todo el movimiento liberal y nacionalista
de Europa y de la América española, marcando un importante hito en la historia
del liberalismo en España.
108
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
En su estudio sobre la Educación en el Constitucionalismo, Puelles
(2012) significó que es precisamente la Constitución de 1812 la que nos revela
la conexión de la educación pública con la formación del nuevo Estado que los
diputados gaditanos desean construir; esto es, un Estado nacional y liberal, en
contraposición con el modelo josefino de los afrancesados que se ajustaba al
molde napoleónico, autoritario y en modo alguno liberal. Es en Cádiz donde,
por el contrario, nacionalismo y liberalismo aparecen unidos por primera vez.
En la conferencia dictada en el Congreso celebrado en Cádiz por el 200
Aniversario de la proclamación de la Constitución, Hernández (2012), examina
la importancia de la Constitución de Cádiz y la califica como un texto esencial
en la historia del constitucionalismo y del movimiento liberal de principios del
siglo XIX en España, así como en los países vecinos y América.
2.2.1. La Constitución de 1812, su influencia en la educación.
En este apartado se toma como referente lo recogido en el Documento
del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2004) en España, así como las
valoraciones realizadas por Puelles (2012), Hernández (2012) y los artículos
correspondientes a la sección IX de la Constitución de Cádiz de 1812.
En España, la Constitución de 1812 incorpora la idea de la educación
como un entramado en cuya organización, financiación y control debe intervenir
el Estado, con lo que se sientan las bases para el establecimiento del sistema
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
109
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
educativo español. Sin embargo, su concreción definitiva culmina con la
aprobación, en 1857, con la llamada Ley Moyano3.
En el título IX, dedicado a la regulación de la instrucción pública, se
considera la educación como un sistema que se articula en tres niveles
conectados entre sí; universalidad de la instrucción primaria; necesidad de una
mejor
estructuración
de
la
instrucción
intermedia
o
secundaria;
profesionalización de las universidades; gratuidad de la educación en todos sus
niveles; conveniencia, en fin, de una autoridad central -un órgano colegiadoque, con independencia de los gobiernos, dirija y vigile la educación pública,
según las valoraciones efectuadas por Puelles (2012), las Cortes de Cádiz:
Proclaman la soberanía de la ley sobre el rey y una nueva
organización de la sociedad basada en los principios de libertad,
igualdad y propiedad. Es la única Constitución en la historia de
España que ha dedicado un título en exclusiva, el IX, a la instrucción
pública. Este título, a pesar de respetar la estructura educativa
existente en ese momento—sólo se recoge la enseñanza primaria y la
de las universidades—, incluye importantes ideas renovadoras en el
campo educativo. Entre ellas cabe señalar su defensa de la
universalidad de la Educación Primaria para toda la población sin
excepciones y la uniformidad de los planes de enseñanzas para todo
110
3
Sobre la Influencia de la Ley Moyano en la educación, puede verse: Puelles Benítez, Manuel de. (2004).
Estado y educación en la España liberal (1809-1857). Un sistema educativo nacional frustrado.
Barcelona: Pomares, especial- mente los capítulos 4 a 6.
110
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
el Estado. Igualmente, se señala que las competencias en educación
recaen sobre las Cortes y no sobre el Gobierno. (p.1)
Así quedó estipulado en el capitulo denominado único de la Constitución
de 1812. En las líneas que siguen se transcribe literalmente el contenido de
estos artículos:
Art. 366. En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas
de primeras letras, en las que se enseñará a los niños a leer, escribir y contar,
y el catecismo de la religión católica, que comprenderá también una breve
exposición de obligaciones civiles.
Art. 367. Asimismo se arreglará y creará el número competente de
universidades y de otros establecimientos de instrucción, que se juzguen
convenientes para la enseñanza de todas las ciencias, literatura y bellas artes.
Art. 368. El plan general de enseñanza será uniforme en todo el reino,
debiendo explicarse la Constitución política de la Monarquía en todas las
universidades y establecimientos literarios, donde se enseñen las ciencias
eclesiásticas y políticas.
Art. 369. Habrá una dirección general de estudios, compuesta de
personas de conocida instrucción, a cuyo cargo estará, bajo la autoridad del
Gobierno, la inspección de la enseñanza pública.
Art. 370. Las Cortes, por medio de planes y estatutos especiales
arreglarán cuanto pertenezca al importante objeto de la instrucción pública.
Hernández (2012), considera que las aportaciones más relevantes de
esta Constitución en materia de educación se resumen como sigue:
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
111
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales

Reconocimiento de la educación universal para todos los ciudadanos,
especialmente la educación primaria.

La libertad de aprender y enseñar con el apoyo de fondos del Estado, y
también para la creación de escuelas privadas.

Creación de la educación secundaria como nivel educativo.
Conviene destacar que estos artículos de la Constitución representan un
paso de avance a tenor del desarrollo de la educación no sólo en la península,
sino su extensión a otras provincias de ultramar. Incluye además de las
valoraciones realizadas por Hernández (2012), la enseñanza superior en
desarrollo en la Isla, lo que impulsa el despertar de una conciencia criolla
dentro de la intelectualidad de la época.
Promulgada la Constitución, la siguiente preocupación de los diputados
fue la elaboración de una ley general de instrucción pública que ampliara y
desarrollara los principios constitucionales.
A tal efecto, Manuel José Quintana elaboró en 1814 un informe de gran
trascendencia para el futuro de la educación en España, contenidos en el
Documento del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2004) de España:
Informe para proponer los medios de proceder al arreglo de los
diversos ramos de instrucción pública (llamado Informe Quintana),
posteriormente convertido en norma legal en 1821, con algunas
modificaciones. El informe es una exposición de principios básicos en
la que se defiende que la instrucción debe ser igual, universal,
112
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
uniforme, pública y libre; es decir, que constituye la mejor formulación
del ideario liberal en lo que respecta a la educación. (p.2)
En este propio año se produce el primer alzamiento militar de la historia
del siglo XIX en España. El gobierno surgido del golpe de Estado declaró nula
la Constitución y los decretos de las Cortes, volviendo, de esta manera, al
Antiguo Régimen. En las cuestiones educativas, la principal consecuencia fue
la vuelta de la educación a manos de la Iglesia, fundamentalmente la
enseñanza primaria.
El trienio de 1820-1823 es un período importante para la historia de la
educación, ya que en él se regula una nueva estructura educativa con la
aprobación del Reglamento General de la Instrucción Pública de 1821. Fueron
tres años en que los liberales llevaron el peso de la política española.
El Reglamento de 1821, que supone la redacción en forma de ley del
Informe Quintana, ya citado, dio carácter legal a una estructura del sistema
educativo dividida en primera, segunda y tercera enseñanza, estructura
inexistente formalmente en el Antiguo Régimen. De igual modo, esta normativa
sancionaba la división de la instrucción en pública y privada y determinaba la
gratuidad de la enseñanza pública.
En 1823, según lo expresado en el Documento del Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte (2004), se restablece el poder absoluto de
Fernando VII por la intervención de las tropas francesas. Durante los diez años
que dura esta época, la reacción absolutista impone la derogación del
Reglamento General de Instrucción Pública de 1821 y la posterior
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
113
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
promulgación del Plan literario de estudios y arreglo general de las
universidades del Reino (1824), del Plan y Reglamento de escuelas de
primeras letras del Reino (1825), y del reglamento general de las escuelas de
latinidad y colegios de humanidades (1826). Estas reformas, que se
denominaron Plan de Calomarde, por ser éste el responsable de su
elaboración, significaron un claro intento de hacer de la instrucción pública un
instrumento eficaz del absolutismo.
Las aspectos más importantes serían; el establecimiento de la
uniformidad de los estudios de todas las universidades y su exhaustiva
reglamentación; la centralización de las universidades y la articulación
jerárquica del gobierno, la inspección y la dirección por parte de las escuelas.
En 1833 comienza la regencia de Mª Cristina y, con ella, la llamada
«década liberal». Durante esos diez años se definen dos tendencias entre los
liberales: los moderados y los progresistas.
Estos últimos lograrán afianzar sus ideas y su poder: desamortización,
supresión de señoríos y órdenes religiosas, así como la secularización de la
enseñanza. En 1836 se aprueba el Plan General de Instrucción Pública (Plan
del duque de Rivas), que apenas tuvo vigencia, pero supuso un importante
antecedente de la Ley Moyano de 1857.
Este Plan reguló los tres grados de enseñanza: la instrucción primaria,
que comprende la primaria elemental y la superior, la instrucción secundaria,
dividida en elemental y superior, y la instrucción superior, a las que
corresponden las facultades, las escuelas especiales y los estudios de
114
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
erudición, respectivamente. Tras la aprobación de la Constitución de 1837 hubo
intentos de desarrollar normativamente los preceptos constitucionales, pero la
sublevación de Espartero imposibilitó su aplicación.
Mientras, en la Isla se luchaba por una educación anti-escolástica
iniciada en el pensamiento de José Agustín Caballero y continuada por Félix
Varela. Al parecer Varela reinterpretó el principio de autoridad en el espíritu de
la duda cartesiana, cuando señala:
La autoridad es divina si procede de Dios, y humana si procede del
hombre. Conocemos la primera por las Escrituras y la Iglesia, y la
segunda por el testimonio de los hombres. Cada una, pues, tiene su
finalidad: la divina se ocupa de las cosas divinas; la humana, de las
cosas humanas. Aunque Dios, creador de la naturaleza, pudiera
también enseñarnos respecto a las cuestiones humanas, no nos
consta que así lo haya querido; más bien prefirió entregar el mundo a
las disputas de los hombres. (Varela, 1812, p.31)
Si la verdad teológica es revelación de las Sagradas Escrituras, la
científica se extrae de la naturaleza, por medio de métodos científicos
novedosos. De modo que la ciencia, liberada de la autoridad divina y de las
limitaciones impuestas por las autoridades eclesiásticas, puede seguir su
marcha por caminos que ya no están cerrados para ella. La divinidad y las
creencias tienen un objeto propio, de modo que la ciencia se convierte en
instrumento de la transformación de la naturaleza por el hombre. Aspecto que
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
115
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
continuaría uno de sus discípulos más connotados, José de la Luz y
Caballeros4.
En los textos de Varela, implícitamente se definen las funciones de la
Iglesia, la Escuela, la Ciencia, el Estado y las leyes, redefiniendo el lugar del
hombre en el universo, al que se le atribuye capacidad para regir su propio
destino. Así quedan abiertas las puertas para el perfeccionamiento futuro,
señalando que el hombre esta obligado a procurar su perfección y la sociedad
en que vive. Cuando haya llenado este deber, es decir sembrar para las
nuevas generaciones que existirán sobre la tierra, después cuando él y los
presentes hayan desaparecido. Queda abierta la puerta al laicismo en la
medida en que tiende a la separación de la Iglesia del Estado, mientras que la
escuela gana autonomía respecto a su misión instructiva y formadora del
ciudadano para la vida en una sociedad en democracia. Esto, ya de antemano,
preludia lo que pudo hacer después explicando la Constitución.
2.2.2.1. Félix Varela ante la Corte Española.
En su libro Félix Varela, Eduardo Torres–Cuevas (2002) hace referencia
a cómo se le asigna a Varela la ingente tarea de ser representante de la Isla de
Cuba ante las Cortes de España, por el Obispo Juan José Díaz de Espada.
Convencido éste de la necesidad de que: ―se extendiera entre los cubanos los
116
4
Se envió a las Cortes españolas una adhesión escrita, suscrita por 46 alumnos de Félix Varela en la
Cátedra de Constitución del Seminario de San Carlos, entre los que figuraba José de la. Luz y Caballero.
El documento de aquella «juventud laboriosa y ardiente de La Habana», como se autocalificaba en el
mensaje solidario de apoyo a Varela, constituyó “la primera rebeldía cubana”. Puede verse Hernández
Serrano, L (2014).
116
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
fundamentos teóricos de la Constitución; que debía explicársele a la juventud
cubana el contenido de los conceptos básicos de pueblo, soberanía, patria,
libertad, constitución, derecho natural, contrato social, entre otros” (p.272).
Espada estaba movido por la satisfacción que le producía el derrumbamiento
del absolutismo y la entrada en vigor de las libertades constitucionales.
Consignaba la Metrópoli la responsabilidad a ―La Sociedad Económica
Amigos del País‖, de sufragar los gastos de la cátedra de la Constitución y al
Obispo Juan José Díaz de Espada a que fuera su dignísimo socio honorario,
encargándose de elegir a la persona que pudiera representarla en la
presidencia de las oposiciones al individuo más digno para el empeño de esta
importante enseñanza.
El Obispo Espada encontró al hombre que debía consagrarse a estos
esfuerzos. Igual importancia concedía a la cátedra de Filosofía y la de
Constitución, por lo que le concedió al presbítero Félix Varela tal encomienda,
hombre en quien había recaído la Reforma de la Filosofía en Cuba, contando
con el precedente sustentado por el padre José Agustín Caballero.
El Obispo Espada visitaba asiduamente como de costumbre el
Seminario de San Carlos para escuchar a Varela en sus Lecciones de
Filosofía, y preguntar a los alumnos; satisfecho con la obra de este, le propone
que asumiera la Cátedra de la Constitución.
Con su acostumbrada modestia, refiere Torres-Cuevas (2002), según lo
relatado por A. Hernández Travieso, el primer biógrafo de Varela, lo siguiente:
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
117
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Para enseñar Constitución se necesita una persona aficionada al
Derecho, aunque le guste la política. Pudiera ser, replicó el Obispo
con cierta reticencia, pero diferimos, mi joven catedrático, en que lo tu
señalas se suple con el talento, y por lo que yo busco no se encuentra
fácilmente. Lo que de veras se necesita es un hombre enérgico, de
moral acrisolada, respetado y admirado por la juventud y no mal visto
por ninguno de los partidos. Ese hombre pienso que eres tú. (p.276)
El 18 de enero de 1821, siendo las 10 de la mañana, en el aula Magna
del Seminario de San Carlos, asume Varela la Cátedra de la Constitución. Allí
escribe sus Observaciones sobre la Constitución política de la Monarquía
española, dejando sentado lo que el solía llamar la Cátedra de la libertad. Así
refirió:
Si he de llamar por algún nombre a esta Cátedra, será por la libertad,
de los derechos del hombre, de las garantías nacionales, la que por
primera vez ha conciliado entre nosotros las Leyes con la Filosofía. En
fin, los estudios que contiene al fanático y al déspota y conservan a la
religión. (p.277)
Allí, en el Seminario de San Carlos, en las mismas aulas en que se
escuchaban las Lecciones de Filosofía, nacían los fundamentos teóricos del
patriotismo y, con él, el sentimiento de nacionalidad. Aquí, están las bases de
su pensamiento político y los principios morales y sociales que ya venía
planteando en sus escritos filosóficos conocidos como los Elencos de 1816.
118
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
Como bien asevera Torres–Cuevas (2000) refriéndose a sus escritos
Lecciones de Filosofía que la Cátedra de Constitución, ―en la cual debía
enseñar los fundamentos políticos y las regulaciones de la Carta Magna
española de 1812, se convirtió, o simplemente fue, el instrumento para
explicitar una concepción política que estaba esbozada en sus Lecciones‖
(p.278).
Señala Suárez (2012), que cuando Félix Varela presta juramento en el
Parlamento español el 3 de octubre de 1822, en calidad de Diputado a Cortes
por La Habana, recién había sido designado por el Obispo Espada para ocupar
la nueva Cátedra de Constitución en el Seminario de San Carlos en 1821. Fue
estando en este cargo que publica su última obra en La Habana,
Observaciones sobre la Constitución política de la monarquía española.
Se sintió Varela hombre de Cuba y de América (Suárez, 2012), pensó y
actuó en las condiciones socio-económicas y políticas de su isla caribeña; pero
no dejó de tener presente el horizonte del resto de América, en particular de
aquellos territorios del sur, por cuyos problemas e ideales también penó y se
afanó. Y esta vocación continental se expresó de manera acerada y viril en las
Cortes de 1823, al presentar el proyecto de reconocimiento de la
independencia de las repúblicas americanas. Quedó reafirmada cuando
subrayaba, haciendo mención a momentos decisivos de su vida política y
académica, que pensaba en cada uno de esos momentos como americano.
Varela como diputado a las Cortes defendió de manera firme el derecho
a la libertad de los pueblos colonizados y a elegir estos sus propios
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
119
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
gobernantes. La reimplantación del Absolutismo en España lo convirtió en
errante cubano que nunca olvidó ni abjuró de sus ideas cristianas, libertarias y
científicas. Fue condenado a muerte en la España de la Restauración del rey
Fernando VII.
En sus Observaciones sobre la Constitución política de la monarquía
española, realiza un conjunto de valoraciones acerca de la Constitución de
1812, señala Varela (1821) que:
El objeto de estas observaciones no es formar un comentario de la
Constitución política de la Monarquía Española, sino presentar sus
bases. La soberanía y libertad son los principios de que emana toda
constitución, y de ésta la división de poderes y sus atribuciones. (p.1)
Más adelante advierte, que se ha detenido en observaciones sobre
algunos de sus artículos más interesantes, y por la resolución de varias dudas
que pueden ofrecerse en la práctica, aunque no sigue un orden en los artículos.
Realiza algunas reflexiones sobre la soberanía; la libertad, la igualdad;
sobre qué es una constitución política y cuál es el objeto de la española; sobre
la división de poderes; y por qué no se han establecido en España dos
cámaras como en Inglaterra, si se han formado las Cortes por estamentos;
diputados; atribución de poderes; sobre ayuntamientos y juntas provinciales,
entre otras observaciones que componen un total de diez.
Vale detenerse en la Observación octava, sobre ayuntamientos y juntas
provinciales, porque hace referencia al artículo número 368, en que tratando de
la educación pública, se dice que el plan general de enseñanza sería uniforme
120
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
en todo el reino, y obliga a Varela a manifestar lo que piensa, sea cual fuere la
opinión que prevaleciera, afirmando:
Si la generalidad del plan es generalidad de doctrinas, no hay mayor
absurdo, pues o se supone que todos los españoles coinciden en
unas mismas ideas y que no pueden variarlas, lo cual es ridículo, o se
supone que sólo se enseñe lo que quiere el gobierno, quitando la
libertad de pensar aun en las materias que nada ofenden ni a la moral
ni a la política, lo cual no puede convenir a un pueblo libre. (p.36)
Otro de los aspectos tratados se refiere al método como uno de los
puntos más difíciles en la enseñanza, y en el que se desean mayores
progresos; y así aconseja que se deje en libertad a los profesores para ensayar
y discurrir en esta materia cuanto fuere posible. Varela era partidario del
método que promovía la reflexión, la explicación, el análisis, oponiéndose al
método escolástico que proclamaba la enseñanza oficial.
Esto queda explícito en el apartado segundo, considera Varela que:
Si se establece un método por el gobierno, ya no se pensará más que
en cumplir lo bueno o malo; ni se me diga que siempre queda el
derecho de representar, pues muy pocos querrán meterse en eso, y
solo se hará ya sean insufribles los atrasos que produzca el plan
establecido. Se dirá que la Nación debe estar uniforme en esto, ¿por
qué? Yo no alcanzo el fundamento, pues distinguiéndose los hombres
en sus ideas más que en sus rostros,… sé que se trata de la
enseñanza, y no de la libertad de pensar que genéricamente tienen
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
121
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
los españoles; pero siendo las primeras ideas como las bases de
todas las futuras, yo creo que es como darle a uno libertad para
caminar, después de haberle roto los pies, o por lo menos, después
de habituarle a torcerlos. (p.36)
Desde esta perspectiva no se puede entender la verdadera libertad de
las provincias, que bien queda manifiesto en la Constitución de 1812, pues no
se tiene en cuenta la especificidad de cada una de ellas; develando así sus
propias bases.
2.2.2.2. Proposición del diputado Varela referido a la Educación Superior en
Cuba.
Recogido en el Diario de las Cortes (1875), aparece que en la sesión del
7 de junio de 1823, en la comisión de Instrucción Pública, se dispuso una
proposición de Varela relativa a que en atención a la escasez de fondos que
había en la Habana para la enseñanza pública, se estableciera la Universidad
en el colegio de San Carlos, hasta que esta institución tuviera fondos
suficientes para la construcción de sus instalaciones.
Esta proposición de Varela, tiene como antecedentes, según lo
expresado por Guadarrama (2005), ―la solicitud con ese fin del dominico Fray
Diego Romero presentada en 1670. Aunque no fue negada, tampoco fue
propiciada de inmediato. Una segunda solicitud infructuosa también fue
posteriormente procurada en 1688 por el teniente Luís de Soto‖ (p.49).
En 1717 Bernardino de Membrive retoma las gestiones realizadas para
este fin, no sin antes haberse presentado innumerables obstáculos por algunos
122
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
sectores de la Iglesia a pesar de que el Papa Inocencio XIII en 1721 autorizaba
al Convento de San Juan y Letrán a otorgar grados académicos.
En el recuento histórico que se realiza durante la creación del nuevo
seminario de La Habana, Real y Conciliar colegio de San Carlos (2010), se
señala que:
El Obispo de la Habana Juan José Díaz de Espada, además de
agregarle al seminario ciertas reformas constructivas, instruyó la
formación de las cátedras de Química y Botánica y un gabinete de
Física. Durante el obispado de Díaz de Espada, el colegio alcanzó tal
renombre científico, que ni la universidad podía competir en cuanto al
saber avanzado de la época. En opinión de Emilio Roig de
Leuchsenring, sería este el período de más brillantez del Seminario.
(p.2)
Con la secularización de la enseñanza en Cuba, es decir, la separación
de los asuntos públicos en relación con los religiosos y la aplicación de la
enseñanza laica, hizo que la universidad dejara de ser la Real y Pontificia
Universidad de San Jerónimo de la Habana, para convertirse en centro de
Ciencias Modernas en 1728, y el colegio de San Carlos volvería a ser
exclusivamente Seminario religioso.
Es de señalar que, aunque la Real y Pontificia Universidad de San
Jerónimo de La Habana fue, la décima en América en fundarse por el poder
colonial español en 1728 en el convento dominico de San Juan de Letrán, ya
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
123
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
con anterioridad existían varias instituciones de educación superior en el seno
de algunas de las órdenes religiosas establecidas en la Isla.
Las ideas más avanzadas y renovadoras de la educación superior
cubana, no provinieron de la Universidad de La Habana que se mantenía
anclada en su escolasticismo, sino del Real Colegio Seminario de San Carlos y
San Ambrosio, que abrió sus puertas en 1774. Fueron José Agustín Caballero
y Félix Varela como su seguidor, los primeros en criticar públicamente el estado
de
la
educación
superior
cubana
y
proponer
reformas
para
su
perfeccionamiento.
En particular su Cátedra de Constitución se convertiría en una desafiante
tribuna de reclamación de libertad y derechos ciudadanos tan distantes de la
política colonial dominante, según señalaría Guadarrama (2005), ―tales ideas
provocaron un manifiesto amor a la libertad y odio a las tiranías de los
estudiantes que asistían a aquellas conferencias que han sido considerada
como ‗la primera manifestación escrita de rebeldía' de la juventud cubana‖
(p.50), más adelante, apunta que:
La posibilidad que dio la libertad de imprenta establecida en Cuba a
partir de la Constitución de Cádiz de 1812, permitieron algunas
expresiones del pensamiento político cubano que, al igual que los
ecos del proceso independentista en América, tendría obligada
resonancia en la vida universitaria cubana a pesar de la represión de
las autoridades coloniales.(p.51)
124
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
Al destacar la labor del Seminario de San Carlos en la educación
superior cubana Pichardo (1983), declara:
Y en 1795 el padre Agustín Caballero había pedido libertad para los
maestros; y hacía años que los profesores del Seminario habían roto
con los textos clásicos y redactado sus propios textos. Por eso fue tan
fecunda la enseñanza de ese centro y contribuyó mucho más que la
Universidad al adelanto del pensamiento y la ciencia en Cuba. (p.40)
La labor educativa del padre Caballero, con matiz renovador de la
educación superior en Cuba, la continuó y desarrolló Félix Varela, quien realiza
una severa crítica a la Escolástica5, encontraría más facilidad para desarrollar
sus proyectos en el Seminario de San Carlos, que en la Universidad de La
Habana. Asimismo, queda sentado en el Informe de la Educación Superior a la
UNESCO (2002), que en la segunda década del siglo XIX, el presbítero Félix
Varela, desde la cátedra de Filosofía del Seminario de San Carlos y San
Ambrosio, combate la escolástica y promueve una enseñanza científica y
experimental6, que influye en la Universidad de La Habana y que contribuye a
sentar las bases de un pensamiento científico más profundo.
125
5
Desde los albores del siglo XIX, el padre Félix Varela y Morales no ha dejado de repetirnos que
"Aprender de memoria es el mayor de los absurdos, pues si falla la memoria, falla todo lo estudiado; por
ello la constancia en el estudio consolida los conocimientos". Puede verse Cruz Palenzuela, M. J. (2014)
6
Varela fue un gran educador. Decía que un pueblo que no pensaba era un pueblo esclavo. "La necesidad
de instruir a un pueblo es como la de darle de comer que no admite demora”.
En clase no buscaba el aplauso de sus alumnos sino su crecimiento. "Mi único orgullo es oír hablar a mis
discípulos con ideas propias", repetía. Empleaba el "método explicativo", que consistía en que él
explicaba un tema y, tras aclarar las dudas, se cambiaban los papeles: el maestro se hacía alumno y
viceversa. El estudiante tenía que volver a explicar el tema mientras que Varela le preguntaba. Solo
cuando comprobaba que el alumno había entendido bien la lección, pasaba a la siguiente. Para Félix
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
125
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Tres de los proyectos que preparó para presentarlos a las Cortes se
destacan de manera primordial su proyecto para conceder absoluta autonomía
a Cuba y Puerto Rico; su dictamen a favor de entablar conversaciones con las
nuevas naciones suramericanas y, si era preciso, hasta reconocer la
independencia que de hecho ya las mismas habían obtenido; y su otro, y más
trascendental proyecto, declarando la liberación de los esclavos y la abolición
de la esclavitud7 en la isla de Cuba, cuarenta años antes de que Lincoln lo
hiciera en los Estados Unidos, según Rogelio A de la Torre, en su Introducción
General a la edición de 1996 de las Cartas a Elpidio.
Aunque no llegó a presentar esos proyectos ante las Cortes, si dejo
sentado su espíritu antiesclavista e independentista, que representaba lo más
avanzado del pensamiento de la época en su país.
Su propuesta a favor de la educación científica, experimental y anti
escolástica, sirve de fundamento a la conformación de un pensamiento
científico en Cuba y los estudios superiores en la Universidad de la Habana
Su fructífera labor y su aguzado verbo a favor de las naciones de
Ultramar hicieron que fuera acusado y mandado a matar como otros tantos, por
el rey Fernando VII. Lo que impide su retorno a la Isla para continuar su
Varela, "los que enseñan no son más que unos compañeros del que aprende". Pasan los años y personas
así nos siguen inspirando. Puede verse Ansó J. (2014).
7
Filósofo, pedagogo, escritor y periodista, Félix Varela reúne alta valía como intelectual revolucionario
en cada uno de estos campos. Varela escribió desde 1822 una Memoria respecto a la necesidad de
extinguir la esclavitud en Cuba, aunque no llegó a presentar el documento a las Cortes, disueltas
antes. Puede verse Denis Valle, M (2014).
126
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
fructífera labor política, educativa y sacerdotal, teniendo que vivir hasta el final
de sus días alejado de su patria.
2.2.2.3. La significación del legado de Félix Varela en la conformación del
pensamiento científico en Cuba.
El estudio de la visión orgánica entre la ciencia y su aplicación a los
problemas sociales nace en el siglo XIX, vinculado al proceso de formación de
la nacionalidad cubana y condicionada por los cambios en la estructura
económico-social en los marcos del régimen colonial español.
Históricamente la comprensión de los factores sociales influyeron en el
desarrollo del conocimiento, y de alguna manera la sociedad lo ha asimilado
para su beneficio o detrimento. La utilización de la ciencia y la técnica con
determinados fines impulsan el progreso social o destruye la especie humana.
Muchos estudiosos de las relaciones ciencia-sociedad en nuestros días,
suelen considerar que el pensamiento acerca de la relación ciencia- tecnología
y sociedad nace en la primera mitad del siglo XIX, precisamente con Félix
Varela y Morales, quien encuentra en su antecesor, Francisco de Arango y
Parreño (1765-1837), los fundamentos esenciales para comprender el papel
social de la ciencia y la técnica al servicio de la producción material, con su
Discurso sobre la Agricultura de La Habana y los Medios de Fomentarla.
En el Discurso, Arango y Parreño llama la atención acerca del nivel que la
agricultura había alcanzado en otras naciones por la superioridad de los
conocimientos científicos; consideraba necesario incorporar la técnica a la
agricultura habanera. Al proponer la incorporación de la ciencia y la técnica a la
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
127
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
agricultura, Arango expresaba los intereses de la burguesía esclavista, la nueva
clase que se formó y enriqueció bajo el influjo de los acontecimientos de la época.
Por
el
poder
económico
adquirido,
esta
clase
favoreció
cambios
educacionales y culturales en la dirección de un desarrollo capitalista y aspiró a un
mayor protagonismo en los asuntos de la Isla, sin embargo Varela nunca representó
los intereses de la naciente burguesía cubana que abrazaba para su bien los
adelantos científico-técnicos de la época
Sin lugar a dudas, Cuba fue, en la primera mitad del siglo XIX, escenario del
debate y reflexión más profunda, inspirada en la indagación sobre lo propio, el
rechazo al dogmatismo, la búsqueda de una educación científica, y de un
pensamiento independiente fundado en una ética de la justicia y la libertad.
Respecto a la ciencia, para este siglo puede hablarse también, de dos actitudes: la
económico-clasista, representada por Arango, y la patriótico-revolucionaria, que se
inicia con Félix Varela. Como expresar E. J. Varona (1989):
Varela, colono español, sacerdote católico, opositor de la cátedra de
Santo Tomás y Melchor Cano, es conjuntamente filósofo sensualista,
preconizador de la experimentación, innovador sagas y perseverante,
primer maestro en Cuba de las ciencias más útiles y prácticas, a
quien cabe la gloria de despertar a un pueblo, de aguijar su
conciencia amodorrada, a infundirle aspiraciones a la vida de la
inteligencia y la dignidad moral. (p.241)
La compresión vareliana de la relación ciencia-sociedad, implícita en su
pensamiento filosófico, pedagógico y político, debe analizarse en el contexto
128
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
del pensamiento que al respecto prevalecía a nivel internacional, la ilustración
de la cual Varela se nutrió, y asimiló críticamente.
La ciencia devino, por intermedio de la educación, en arma fundamental en el
combate de la Ilustración contra los valores del régimen feudal, considerándose que
la difusión de las ideas avanzadas permitiría transformar las costumbres, eliminar
los prejuicios y garantizar el progreso humano.
En Cuba, es Varela quien inicia, en las primeras décadas del siglo XIX desde
la Cátedra de Filosofía del Seminario de San Carlos, la reflexión sobre la ciencia en
la perspectiva de sus nexos con los destinos de América y en especial de Cuba, a la
que siempre deseó ver libre. En su obra Lecciones de Filosofía, introduce el
pensamiento moderno y científico en Cuba, señala Torres-Cuevas (2008):
Rompe con la lógica tradicional de Newton y entra victorioso a la
lógica del pensar. A partir de ello se puede hacer un estudio
experimental, analítico y racional de la realidad física y social cubana.
Enseña no solo lógica y métodos del conocimiento sino que se
convierte en una de nuestros más importantes fundadores de la
ciencia cubana, con sus tres tomos de Física Experimental. Si agudo
es en las ciencias físicas, no menos lo es en las ciencias sociales.
(p.8)
Su marcado anticlericalismo es el resultado de su afán de liberar al hombre
de la tutela de la iglesia en lo que al conocimiento y transformación del mundo
natural y social se refiere, como consecuencia lógica del choque de los intereses del
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
129
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
sector social que representaba en tanto fue hombre de ideas modernas, y su
posición como sacerdote honesto.
La difusión de la ciencia en Cuba por medio de la educación, también podía
ayudar a desterrar el escolasticismo, y enseñar a pensar creadoramente a la
juventud, pero sólo como fase previa a la formación de una conciencia patriótica
que permitiera luego luchar por la independencia y la libertad, en calidad de
premisas para alcanzar la justicia y el bienestar de todos los cubanos sin distinción
de raza y condición social, ―liberar al hombre de todo lo que limitaba el ejercicio de
sus propias posibilidades, crear una conciencia patriótica y buscar medios y formas
para la extinción de la esclavitud y la emancipación de su patria‖ (Torres-Cuevas,
1997, p.389).
La sociedad es un conjunto de hombres que se prestan auxilio y conspiran
todos a un bien general -significaba en la Lección Décimo Séptima de la naturaleza,
de la sociedad y del patriotismo, en sus Lecciones de Filosofía, señaló: ―… es la
madre común, que sustenta y protege a sus hijos, dándoles perfección en el espíritu
por la comunicación de los conocimientos; y auxilios en la parte corpórea, por la
conservación de la vida y las utilidades que les proporciona‖.(Varela, 1962b,p.62).
Esta sociedad se diferenciaba radicalmente de la entonces, las aspiraciones
de: independencia, libertad, justicia, desarrollo equilibrado, cooperación, solidaridad,
son rasgos que la caracterizan y determinan, a su vez, el nuevo papel que le
corresponde a la ciencia hoy día. La determinación social del conocimiento y la
contextualización a su tiempo es una de las ideas centrales de su pensamiento
filosófico, así lo significa Varela (1816), al plantear:
130
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
Los hombres cambian corrientemente de opinión según las circunstancias de
tiempo y lugar, de modo que la continuidad del general asentimiento no
existe más que cuando se trata de verdades evidentes; por lo que tales
verdades deben considerarse leyes de la naturaleza…la Naturaleza nos da
las primeras lecciones del análisis, y estas deben su progreso a las
necesidades y facultades del hombre, por lo que la sociedad aumentando en
parte las necesidades humanas, es una fuente abundante de conocimientos
(p.1).
Arremete en contra de la esclavitud como principal mal que queja a la
sociedad y que profundiza la división social del trabajo, las clases y las razas; donde
los esclavos eran empleados en la agricultura y en las labores domésticas y los
libres casi todos dedicados a las artes, con posibilidades de instrucción y acceso al
conocimiento, dividiese así, la sociedad en negros y blancos
La idea acerca de la influencia de la ciencia sobre la sociedad, al igual que la
de la determinación social, atraviesa toda la extensa obra de Varela, para él, el
conocimiento y su aplicación a las necesidades del hombre, su vida cotidiana y la
sociedad eran condición imprescindible. Conviene destacar aquí la famosa reflexión
que hace Varela a raíz de la pregunta que le hace uno de sus discípulos,
referenciado por Torres-Cuevas (2008), cuando destaca:
Padre Varela ¿para qué sirve esto? Confieso que me enseñó más con
aquella pregunta que lo que yo le había enseñado en muchas
lecciones. Fue para mí como un sacudimiento que despierta a un
hombre
de
un
profundo
letargo.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
¡Qué
imperio
tienen
las
131
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
circunstancias! Nada más me dijo, y me hizo pensar por muchos
años. (p.5)
La ciencia representaba uno de los medios más importantes para alcanzar el
bien común de hombres y mujeres; a estas últimas le concedió una gran importancia
en la sociedad, merecedoras de la instrucción y la participación en la gestión social,
incluida los conocimientos científicos, así mismo, le concede una gran importancia a
el acervo cultural legado por generaciones precedentes. Considera a la Historia
como:
La maestra de la vida y un depósito inagotable de objetos dignos de la
contemplación de un filósofo, pero al mismo tiempo suele ser principio
de innumerables errores, que se establecen, tanto más, cuanto se
creen confirmados por mayor número de hechos históricos.
Naturalmente pensamos que una cosa sucederá, cuando en
semejantes circunstancias siempre ha sucedido; mas aquí es donde
está el escollo en que muchos han naufragado. (Varela, 1819, p. 26)
Apuntan aquí, ideas importantes para la compresión del papel de la historia
de la ciencia como proceso social, vinculado a las diversas esferas de la vida, la
economía, la política, la ideología, y la ética
El resultado de su labor científica y educativa, dirigida en primer lugar a la
juventud, en la comprensión dialéctica de las relaciones entre ciencia y conciencia,
de la que hablara Hart (1999); el conocimiento de la historia de su patria, los
problemas de su época y los fundamentos del papel social de la ciencia, constituyen
132
VIDA Y OBRA DE FÉLIX VARELA
los cimientos de la comprensión ciencia y sociedad al servicio del hombre y el
desarrollo social.
En su obra Misceláneas Filosóficas, reflexiona sobre algunas causas del
atraso de la juventud en la carrera de las ciencias; advierte:
El vehemente deseo de progresar en la carrera de las ciencias suele
producir en algunos jóvenes un efecto muy contrario del que debía
esperarse, pues lejos de contribuir a su adelantamiento, causa su
atraso, sin disminuir, y acaso aumentando, su trabajo. Vence
acometer con avidez y energía en toda clase de empresa literaria,
pero ya sea por la multitud y complicación de estas, ya por la falta de
medios intelectuales para ellas, el triste resultado es la pérdida del
tiempo más precioso de la vida, y de unas tareas penosísimas. La
precipitación y la inconstancia suelen acompañar al laudable deseo
de saber, y por una fatal desgracia inutilizan muchos talentos
privilegiados (Varela, 1819, p.46).
Concede al método analítico un gran valor en la obtención del
conocimiento científico, cuando refiere:
Oye un joven decir que tal sabio dedica tantas horas a la lectura, y se
propone imitarlo, sin considerar que aquel entendimiento combina, y
digiere, por decirlo así, con la misma prontitud con que lee, y sin
averiguar por otra parte el verdadero método que sigue dicho sabio, si
su lectura como parece no está interrumpida por una multitud de
meditaciones sobre un punto, aunque sobre estos pase rápidamente
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
133
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
por serle demasiado familiares. El sabio en las materias que ignora es
un
principiante,
pero
un
principiante
que
habituado
a
las
combinaciones intelectuales, y, por decirlo así, habituado a saber,
lleva suma ventaja sobre un entendimiento poco acostumbrado a las
investigaciones. (Varela, 1819, p.47)
Gran importancia tiene para Varela, los niveles del conocimiento
científico, cuando señala:
Todas las ciencias son exactas y es un absurdo decir que alguna de
ellas no lo sea. En todas puede encontrarse la evidencia, y las
decantadas abstracciones metafísicas son tan fáciles y claras como la
operación más mecánica, si se examinan con un buen análisis, pues
se conocerá prontamente su exactitud o su repugnancia. (Varela,
1819, p.61).
La exactitud y validez de los conocimientos cientificos aportados, hace
de Varela un incansable luchador por estalecer las ideas más revolucionadoras
de la ciencia y la técnica al servicio de la sociedad. Hecho que a juicio de la
autora quedó truncado su desarrollo por los designios del destierro a que fue
confinado hasta sus últimos días, en los que tuvo que dedicarse a la labor
sacerdotal de total entrega a la sociedad de inmigrantes irlandeses, quienes
también, sufrían los bejámenes de la sociedad burguesa. Concedió, entonces
Varela, prioridad a advertir a la juventud cubana, a quienes llamó la ‗dulce
esperanza de la patria‘, en una de sus más proligas obras, verdadero tratado
moral dedicado a la juventud, las Cartas a Elpidio.
134
CAPÍTULO III: LOS VALORES EN LA
OBRA DE FÉLIX VARELA y MORALES
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
CAPÍTULO III: LOS VALORES EN LA OBRA DE FÉLIX VARELA.
3. Análisis del pensamiento Vareliano desde una dimensión axiológica en las
Cartas a Elpidio y otros escritos.
Entre los más relevantes escritos literarios realizados por Félix Varela se
encuentran las Cartas a Elpidio, sobre la impiedad, la superstición y el
fanatismo en sus relaciones con la sociedad, obra de profundo contenido moral
y educativo, destinada a la juventud cubana.
Considerada ésta como su testamento intelectual, descuellan aquí las
virtudes más típicas de Varela: austeridad de la conducta, ánimo heroico y
vigilante, profunda tolerancia, junto a las estrictas observaciones de los
principios morales avalados por la austeridad de su conducta.
La obra Cartas a Elpidio fue escrita en el exilio; en el mismo lugar y
similares circunstancias en que muchos años atrás su primer maestro, el padre
O'Reilly, le inculcara al niño Félix Varela el amor a la patria, a la religión católica
y el desprecio a los prejuicios raciales. Hizo uso de los medios que tenía a su
alcance: la correspondencia personal, la prensa y la que podríamos considerar
su obra cimera, un verdadero monumento de enseñanza moral, que constituye
su preciado legado a la juventud cubana de su época. Su grandeza queda
abreviada según Cartaya (1998), cuando escribió:
El Maestro dio a sus Cartas un contenido filosófico-moral sin que
faltara
el
componente
pedagógico-psicológico,
propio
de
su
magisterio. Su lectura es imprescindible para quienes deseen
profundizar en la personalidad y la obra valeriana, porque nos
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
137
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
muestra lo más puro de sus esperanzas como precursor, como
fundador de nuestra nacionalidad, mientras que simultáneamente nos
permite asomarnos al mundo de su desconsuelo, de su agonía por
vivir lejos de su tierra con la única y valedera esperanza de empinarse
hacia el futuro y el consuelo del deber cumplido. Nos dicen también
de su humorismo, sencillez y de la recta cubanía de su carácter y de
su expresión, matizada de espontáneos criollismos. (p.142)
Su publicación se efectuó en 1835, año en que vio la luz el primer tomo,
que trata sobre la Impiedad. El segundo tomo, titulado Superstición, se publicó
en 1838; el tercero, que debía referirse al Fanatismo, no llegó a ver la luz, pues
la indiferencia primero y la mala voluntad después, conque fueron recibidos los
dos tomos iníciales de la obra, disuadieron a Varela de entregarlo a la
imprenta. En el prólogo que acompaña al primer tomo Varela (1996), advierte:
Las Cartas a Elpidio no contienen una defensa a la religión, aunque, por
incidencia, se aprueban en ellas algunos de sus dogmas. Mi objeto sólo
ha sido, como anuncia el título, considerar la impiedad, la superstición y
el fanatismo en sus relaciones con el bienestar de los hombres,
reservándome para otro tiempo presentar un tratado polémico sobre
esta importante materia, … aunque puede decirse que cada tomito
forma una obra separada, he creído conveniente presentarlos como
partes de una sola, por la relación que entre sí tienen. Como mi objeto
no es exasperar, sino advertir, quedarán inéditos el segundo y el tercer
138
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
tomo, si por desgracia no tiene buena acogida el primero; y éste deberá,
entonces, considerarse una obra separada. (p.2)
Se evidencia aquí una amplia plataforma axiológica, de profundo
contenido humanista, que afirma lo expresado anteriormente. Elpidio simboliza
un cuerpo moral, la población cubana, y en particular su juventud. Sea una
persona o un recurso literario, como bien se discute, lo esencial es que le
escribe a la juventud a la cual califica como la esperanza de la patria.
Con su acostumbrada modestia advierte que la impiedad, la superstición
y el fanatismo, tres horribles monstruos corren por todas partes inmolando
nuevas víctimas, afirma: ―Vivo sin embargo muy tranquilo pues el tiempo y el
infortunio han luchado en mi pecho, hasta que convencidos de la inutilidad de
sus esfuerzos me han dejado en la posesión de mis antiguos y nunca alterados
sentimientos‖ (Varela, 1996, p.2).
Más adelante señala: ―he procurado seguir sus pasos, observar sus
acechanzas notar sus efectos y descubrir los medios que emplean para tantas
atrocidades y que ... por diversos caminos van a un mismo fin que es la
destrucción del género humano‖ (p. 5). Cuanta vigencia albergan estas
palabras, hoy en pleno siglo XXI, cuando el mundo se debate entre la
destrucción y la existencia humana, ante un mundo de paz o de hegemonía.
Es el Varela de siempre, filósofo y experimentador, hombre devoto y
práctico que quiere entender cómo y por qué ocurren los desastres morales y
que le dice a su figurado Elpidio ―la amistad es el bálsamo del desconsuelo,
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
139
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
permíteme que deposite (en tu) alma los sentimientos de la mía y que en una
serie de cartas te manifieste los resultados de mi investigación” (p.5).
Comienza Félix Varela con la Impiedad, primer tomo, y el 5 de junio de
1839, inquieto por las vicisitudes sufridas por sus Cartas a Elpidio, le escribe
desde Nueva York a José de la Luz y Caballero, y le reitera el 23 de agosto del
propio año, ―… suplico a usted me diga con franqueza por qué han sido mal
recibida mis Cartas a Elpidio. ¿Es por las doctrinas que contienen?, ¿Es por el
modo de presentarlas?‖ (1996, p.10). También se evidencia su ahogo
económico en las cartas que escribe por esta época a su más fiel amigo y
discípulo.
Las Cartas a Elpidio sólo tuvieron una acogida fervorosa en los
hombres más identificados con sus criterios, aquellos que lo seguían
considerando su Maestro. La frialdad general se debió a que
atacaban intereses y prejuicios muy poderosos y arraigados,
fomentando en la juventud una actitud crítica ante todas las cosas, …
este hecho significó para Varela un duro golpe. Por eso en misiva a
Luz, le habló de su decisión de no publicar la tercera y última parte de
su obra. (Cartaya, 1998, p.142).
No fueron, por supuesto, el corto alcance de esta obra, la fallida
selección de su problemática, o la insipidez de su autor para contarla, las
causas de la poca suerte que tuvo su edición, pues como se ha dicho antes,
fue un trabajo, acusador de la gran madurez que su pensamiento ostentaba
140
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
entonces; de extraordinaria lucidez y originalidad literarias, en el abordaje de
una temática que justamente se ubicaba en el epicentro de los conflictos socio
clasistas y nacionales de la época. Pero, esta valiosa semilla encontró que su
lugar de destino era un terreno baldío, de condiciones muy adversas, en el que
a pesar de los esfuerzos de algunos interesados y amigos del presbítero, no
podía germinar. Tales condiciones, son valoradas de manera sintética y
profunda, por Eduardo Torres-Cuevas en su obra Félix Varela (2002).
Las Cartas a Elpidio constituyen un verdadero monumento de
enseñanza moral, legado a la juventud cubana. Para uno biógrafos de Varela,
Antonio Hernández Travieso (1949), las cartas son uno de los mejores tratados
de antropología social que se hayan escrito en castellano.
Durante los últimos años de su vida, desde el exilio, continuó
enseñando, generando de ese modo una escuela de pensamiento, un estilo de
convivencia social y una actitud hacia la patria que deben irradiar, también hoy,
a todos los cubanos.
Sus observaciones sobre la naturaleza humana se desenvuelven en
cada epístola contenida en la obra, en las que no sólo examinan la
superstición, la impiedad y el fanatismo, sino quiénes son supersticiosos,
impíos o fanáticos y por qué lo son.
3.1 La dimensión valores en Félix Varela.
Aunque Varela no escribió una definición del concepto de valores, o por
lo menos no se ha encontrado, sí en toda su extensa obra quedan expresas un
sistema de valores trascendentes, morales, políticos y estéticos, que dan
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
141
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
certeza de su contenido axiológico, cuyo colofón lo constituyen las Cartas a
Elpidio. En este epígrafe se analiza el valor moral humanismo como ejemplo de
su entereza humana, y el valor político patriotismo por su profundo amor por
Cuba.
3.1.1. El humanismo
La presencia de la concepción humanista de Félix Varela se encuentra
presente en toda obra, y en especial en Cartas A Elpidio, en la que se expresa
tácitamente en la subordinación del bien individual al bien común, manifiesto no
solo en cada una de sus escritos, sino en su actuar como patriota y sacerdote.
En este trabajo reciben un tratamiento muy maduro, no obstante ha sido muy
poco abordado por los estudiosos de su obra.
Entre los trabajos dedicados al estudio de este particular, merecen
especial consideración el ensayo de Emilia Gallegos (1997) ‗No hay patria sin
virtud’ evocando la frase de Varela; la carta pastoral de Jaime Ortega (2003) de
igual remembranza; el prólogo a la obra Félix Varela, de Eduardo TorresCuevas (1997), así como el artículo de Bárbara Barata y Vilda Rodríguez
(2002), Humanismo y Asistencia Benéfica en las Cartas a Elpidio, los artículos
de Perla Cartaya Cota (1995,1996), Los Fundadores de Nuestra Nacionalidad
IV y VI; como también, los escritos de Pablo Guadarrama (2001), Humanismo
en el Pensamiento Latinoamericano y, Humanismo y Autenticidad en el
Pensamiento Filosófico Latinoamericano.
142
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
Entre las ediciones que dan luz e importancia de las Cartas a Elpidio, se
encuentran: la reedición que se realiza en 1996, en la Introducción General
realizada por Rogelio de la Torre; la Introducción a la compilación de los Tomos
I y II escrita por Humberto Piñera, retomado de la edición que hace la
Universidad de la Habana en 1944 y 1945, cuyo epílogo fue escrito por
Raimundo Lazo.
Calificada como una obra tardía, según lo expresado por Lazo (1945), de
una de las dos figuras que mejor representan a la primera generación de
prosistas de siglo XIX en Cuba, junto a Arango y Parreño (1765-1837), son
algunas de las valoraciones encontradas sobre este particular, unido a las
aportadas por Eduardo Torres Cuevas (2002), quien la considera como una
obra que, tomando factores humanos y sociales por lo general desarrollados
sobre una problemática religiosa, tiene también un sentido ideológico en la
sociedad política.
Considerada una de las obras más valiosas escritas por autores
cubanos, de gran importancia literaria, y un profundo alcance nacional y
patriótico; son la culminación de todo el ideario filosófico y pedagógico de gran
humanismo, y ante todo, una obra de infinito amor por Cuba y los jóvenes,
advirtiendo la necesidad de mantener la más inmaculada integridad moral,
cuando dice, ‗no hay patria sin virtud‘, y añade que ‗la libertad nada teme
cuando la virtud está segura‘. Obra de gran vigencia para la interpretación del
rescate y desarrollo de los valores morales, presentes en el legado de Varela.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
143
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Durante los largos años de silencio que se vieron sumidas, su uso fue
patrimonio casi exclusivo de la Iglesia; pero el mensaje humanista que la
misma lleva implícito, trasciende los marcos de la simple religiosidad. Desde
sus escritos Lecciones de Filosofía, Varela define a la sociedad como ―un
conjunto de hombres, que se prestan auxilio y conspiran todos a un bien
general‖ (p.32), refiere C. M. de Céspedes Menocal (1999), valorando el
pensamiento social del presbítero. Presente en esta definición la idea de la
unidad y la búsqueda del bien general del hombre en sentido genérico, no en el
bien individual, sino el bien social.
Cuando escribe Cartas a Elpidio, considera a la impiedad, la superstición
y el fanatismo en sus relaciones con el bienestar de los hombres, como un mal
que aqueja a la sociedad; es evidente que no lo está limitando a la visión
sacerdotal, que para este propósito podría resultar demasiado estrecha. Más
bien, esta idea se proyecta desde una perspectiva cívica y axiológica. Su
confianza en la juventud, a la que dedica sus epístolas, da certeza de ello.
Es de notar que en la primera mitad del siglo XIX, la preocupación por el
bienestar humano era una cuestión de la que sólo la Iglesia, instituciones
independientes como la Sociedad Patriótica o algún que otro ciudadano
adinerado y filántropo, se hacían eco. En los oprimidos que ansiaban, pero no
disfrutaban de ese bienestar, sólo podían prestar oídos sordos para sus
lamentos; porque la ignorancia impedía que llegaran a ellos sus ecos. Por eso
144
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
pasó mucho tiempo para que tuvieran trascendencia a nivel universal. Por tal
motivo Pichardo (1971), señala:
Las obras benéficas, recaían a menudo sobre los hombros del clero, a
pesar de que en las ordenanzas de Cáceres, vigentes en Cuba hasta
el siglo XIX, se pretendía que los gobernantes se ocuparan del bien
público, empleando fondos estatales dispuestos para estos fines. Esta
disposición, proveniente de la Metrópolis, no estuvo siempre entre los
primeros asuntos a atender por los gobernadores de turno en la Isla.
(p.110)
Condiciones que planteaba la Isla colonizada de la época. El
pensamiento renovador del padre Varela está imbuido de sus ideales de
humanismo, equilibrio social y preocupación ilimitada por el desarrollo humano
pleno en una nueva, justa y libre sociedad, línea temática que se manifiesta a
través de toda la obra del filósofo. El tratamiento conceptual de la sociedad, la
cooperación entre sus miembros, y la prestación de ayuda mutua, son
concebidos como claves para la convivencia de los seres humanos, constituyen
el centro de los análisis en sus primeros escritos, mientras que su ―Cartas a
Elpidio, se adentran más al análisis teórico, orientándose además, hacia la
esfera de los valores. El pensamiento vareliano se sitúa en un plano de
elaboración conceptual y axiológica que no encontrará paralelo hasta la
aparición del pensamiento martiano” (Gallegos, 1997, p.61). A nuestro modo de
ver, este salto no se produciría si no se tiene en cuenta la eticidad legada
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
145
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
también, por José de la Luz y Caballero, quien sirvió de puente entre Félix
Varela y José Martí.
En Varela los derechos y la dignidad personal del hombre son elementos
esenciales del desarrollo social. Establece la estrecha relación que debe existir
entre los proyectos e intereses individuales y los sociales. En el tomo primero
de las Cartas a Elpidio, titulado la Impiedad, el filósofo trata con mayor
sistematicidad esta problemática, que va desde la consideración de la impiedad
como causa del descontento individual y social, hasta llamarla destructora de la
confianza de los pueblos y sostén de la opresión.
A pesar de que reduce la causa de todos los males que aquejan a la
sociedad al fenómeno de la impiedad, limitando de esta forma las posibilidades
transformadoras de todo y todos los que están fuera de la doctrina que aquí se
defiende, es incuestionable el profundo sentimiento humanista que lo anima en
la descripción del modelo de sociedad a la que él aspira, Varela, (1996),
señalaría:
¡Qué feliz sería la sociedad, si poniendo freno a las pasiones y
obedeciendo a una ley divina, se guiasen los hombres por los
sentimientos de justicia y amor mutuo! Las diversas clases no serían
entonces unos ejércitos que prueban sus fuerzas y emplean todos sus
recursos para destruirse; sino por el contrario, serían unas familias
numerosas y bien gobernadas, que siendo partes de un cuerpo social
perfecto y noble, conservarían un mutuo interés y aprecio. Huiría la
146
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
envidia de la tierra y la discordia no se atrevería a asomar su horrible
cabeza; la paz, hija de la inocencia extendería su feliz reinado, y los
hombres libres de inquietudes trabajarían de acuerdo en la promoción
del bien social. Encontrarían la flaqueza humana en vez de fieras que
se prevalen de ellas para destruir al débil, encontrarían seres
benéficos, de quienes recibirían una dulce corrección y eficaz
remedio. (p.60)
Convendría señalar que también la ignorancia es otra de las causas de
los males que aquejan a la sociedad, y contra ese mal luchó.
Varela (1996) deseaba, la más plena igualdad entre los hombres en
cuanto a derechos y deberes sociales, para lograr la verdadera condición
humana. Así nos dice en su carta segunda del Volumen I:
La impiedad destruye la confianza de los pueblos y sirve de apoyo al
despotismo, ... aprenden los hombres a ser iguales sin dejar de ser
diferentes, puesto que los ricos y los pobres, los sabios y los
ignorantes, los poderosos y los débiles y aun los mismos príncipes,
unidos con sus vasallos, todos forman una familia, todos se
consideran sujetos a leyes y libres de opresión y de injusticia. (p.63)
Punto de partida del ideal social, después desarrollado y sostenido por
José Martí y Enrique José Varona.
La base de esa unidad y equilibrio sociales, las ve el filósofo justamente
en la caridad, la beneficencia y la ayuda mutua que deben prestarse los
hombres en la sociedad, lo cual insistentemente aconseja en aras de lograr el
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
147
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
tipo de sociedad a que él aspira. Nótese cómo está presente de forma implícita
la solidaridad, la cooperación, el respeto basado en el amor, cuando expresa:
La paz y la benevolencia, la mutua caridad, que más enérgica que las
leyes, suple los defectos de estas y conserva a los pueblos en
perfecta
armonía.
Incúlcales
todos
los
deberes
sociales
y
recomiéndales que jamás falten al amor mutuo, que lejos de
perseguirse deben prestarse todo auxilio. (p.63)
Sentencias tales, así lo demuestran en su discurso el 25 de octubre de
1812, a los feligreses del Santo Cristo del Buen Viaje en la misa del espíritu
santo:

Conservad la paz y el sosiego público.

No consideréis otra cosa que el bien de la patria.

Amor a la verdad y a la paz.

Sacrificad vuestros intereses privados en obsequio de la sociedad.
(Varela, 1952,p.2)
Aunque deposita en el cristianismo toda su confianza de la que extrae la
moral religiosa como la verdadera fuerza capaz de unir a los hombres,
reconoce la existencia de ‗hombres caritativos, sobrios y justicieros‘, que
igualmente merecen aprecio por sus actos, en las sectas religiosas. De aquí se
deduce una referencia a las iglesias protestantes, con las cuales hubo de
dialogar y a las que reseña en su carta quinta del segundo tomo sobre la
tolerancia religiosa. Más adelante, refiere a que el cristianismo es irreconciliable
148
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
con la tiranía y que toda sociedad verdaderamente cristiana es verdaderamente
libre. Evidentemente Varela es consecuente con sus ideas religiosas, reflejo de
la época en que vive; religioso y reformador social, revolucionario y patriota.
Durante su ejercicio sacerdotal en los Estados Unidos, se mantuvo
ofreciendo servicio a los pobres. Fundó una escuela para niños y otra para
niñas, organizó un círculo infantil y un orfanato de medio-pensionistas para
hijos de viudas o viudos; fundó una asociación de mujeres costureras para
vestir al que carecía de ropa y dar trabajo al que no lo tenía; atendió
esmeradamente a los enfermos y estableció la asociación católica de Nueva
York para la temperancia, que respondiera a uno de los problemas de aquella
ciudad: el alcoholismo. Fue considerado por sus feligreses, compuesta
fundamentalmente por inmigrantes irlandeses, como un verdadero apóstol por
su entrega y desprendimiento material y de abrigo espiritual a los más pobres.
Asistió a los enfermos del cólera, epidemia que azotaba el país en 1832,
y luego continuó en el socorro y asilo a los huérfanos. Prestó auxilio en los
infructuosos intentos de sofocar el incendio del Convento de las Ursulinas en
Cambridge; fue un permanente defensor de los indios norteamericanos, atendió
a musulmanes, negros esclavos, polacos, y todo el que necesitara su servicio
pastoral.
Alternaba su labor humanista con los estudios científicos y confeccionó
un aparato para acondicionar el aire, proyecto que envió a Cuba, el cual tenía
como finalidad aliviar los males de los enfermos hospitalizados. Este proyecto
fue publicado en 1841, aunque resultó infructuosa su aspiración. Otro de sus
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
149
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
proyectos ideados fue el de mejorar las condiciones del Camposanto y levantar
en él una capilla para orar; proyecto que no pudo ver realizado, pero que poco
después de su muerte fue erigido en su honor.
El amor al prójimo se vio siempre manifiesto en sus acciones benéficas
destinadas no solo a los inmigrantes cubanos, irlandeses y de otras regiones,
sino, en su preocupación constante por los destinos de la patria, así sentenció
en su obra Cartas a Elpidio:

No hay sociedad perfecta, sin amor perfecto,

Fomentase las buenas obras con premio y atérrense los vicios con
castigos.
Es evidente la presencia de los valores morales de Varela, alentando lo
bueno y reprobando lo malo en las relaciones sociales de los hombres.
C. M. de Céspedes García-Menocal (1999), considera que en ―el
dominio de la teología, el pensamiento del presbítero fue inteligentemente
conservador y tradicional; en el dominio de la Filosofía en cambio, fue
renovador, ecléctico o electivo y utilitarista, capaz de incluir en primer lugar el
cultivo de la virtud como la cualidad más útil para la persona que vive y se
desarrolla en determinado marco social, y con amor ayuda al prójimo como
ente desarrollador de esa virtud. Señala Varela (1996), que:
El gran secreto de mejorar a la juventud, sacando partido de sus
talentos y buenas disposiciones, consiste en estudiar el carácter
individual de cada joven y arreglar por él nuestra conducta. La
150
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
oposición que se hace a un joven, si queremos que produzca buen
efecto debe ser casi insensible, y es preciso procurar que él mismo
sea su corrector. (p. 38)
Valiosas reflexiones psicológicas para la educación individualizada que
requiere todo joven, cada individuo es una personalidad, con virtudes y
defectos que requieren encausarse acorde a las exigencias del contexto socio
histórico.
A la juventud dedicó sus cartas, y en ellas expuso toda su entrega y
profunda sensibilidad humana; refiriéndose a la triste situación que vivía su
patria ante el sistema político imperante de su época, decía:‖ ¡Ah! Mi Elpidio,
que lúgubres ideas excita en mi alma el tristísimo cuadro que he empezado a
describir, y que no puedo continuar, la pluma se desliza de mi trémula mano y
una nube de lágrimas acompaña mis ojos (Varela, 1996, p.59). Al citarlo, no
queda más que decir, ¡Que belleza! Qué alma tan limpia y pura que no
esconde sus sentimientos patrios.
Aquí se sintetiza el humanismo vareliano, toda la lucidez de un hombre
defensor de una moral religiosa, encarna una verdad apreciable en la que con
una riqueza axiológica, conduce a la juventud por el camino de la virtud. Su
filosofía no puede más que reflejar la necesidad de fomentar un sistema de
valores que sirvan de fundamento para la transformación social, y hoy ante la
crisis de valores que se afronta, estas palabras de Varela, adquieren una
vigencia extraordinaria. Se evidencia aquí un conjunto de valores y anti valores
que trascienden épocas.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
151
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Propugna desde su epístola, la necesidad de conocer lo más objetiva y
acertadamente la posible realidad, que está allí donde está la comunidad con
sus entes. Es por eso que considera que la voz de los pueblos aún da más
fuerza a los argumentos que la sana filosofía que debe ser destinada a
potenciarla. Varela (1996), deja claro que la sociedad es de todos y para todos
y que aquellos que dañen conscientemente el objetivo común serán
rechazados por ella, y sentencia: ―La repulsa social existe y existirá siempre y
es más enérgica que todas las leyes‖ (p. 61). Se refiere a la moral, a la fuerza
de la moral en la sociedad, un optimismo que lo lleva a considerar la posibilidad
de lograr una sociedad más justa y orientar una vía acertada de dignificación
humana,
que
permitan
la
transformación
de
las
circunstancias
que
deshumanizan a los pueblos. Esta clara la necesidad de la conformación de
una ética, en cuyo centro se encuentra como valor supremo el hombre.
En su carta primera, referida a la impiedad, como causa del descontento
individual y social, destaca su honda proyección humana y social subrayando la
necesidad de cultivar el talento en la consecución de la verdad, lo cual queda
evidenciado cuando destaca, ―el hombre nunca pierde el sentido de la justicia y
el feliz impulso que lo dirige hacia la verdad‖ (Varela, 1996, p.13). En cada una
de sus cartas destaca la esencia de su condición humana. Un recorrido
apretado de las mismas nos lleva a considerar la grandeza de su pensamiento.
La obra Cartas a Elpidio, es un canto a la esperanza, y vía hacia la igualdad
plena.
152
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
En efecto, estos escritos, aparecen como un hito a la confianza del ser
humano y el autor prefirió la forma epistolar, porque creyó que de ese modo
resultaría más atractiva y más intima su comunicación con la juventud cubana.
Constituye una obra muy madura, que ha sido poco estudiada, en
comparación con el resto de las obras del Maestro; se expresan ideas que
muestran su humanismo manifiesto en las enseñanzas que nos legara,
contemplando la subordinación del bien individual al bien común; representa la
búsqueda constante del deber ser de la sociedad cubana y por último, hace
depositar su confianza no sólo en los jóvenes, sino, en todos aquellos que se
sintieran capaces de llevar a cabo su proyecto de justicia social, independencia
y espiritualidad creadora.
Antiesclavista por excelencia lo calificaría Emilio Roig de Leuchsenring
(1997), hojeando las páginas de El Habanero cuando refirió:
Encontramos que Varela es, en el tiempo, el primer cubano que
mantiene decididamente, sin vacilaciones de ninguna clase, la
necesidad imprescindible que, para ser feliz y próspera, para lograr
libertad y justicia, tenía Cuba que romper los lazos que la
esclavizaban a España; Varela el primer cubano intelectual que
predica, porque de ello está convencido, que no es por la evolución
bajo la soberanía de la metrópoli, sino por la revolución, como Cuba
puede y debe conquistar sus derechos políticos y económicos. (p.5)
Varela fue el primer cubano que planteo la abolición de la esclavitud, la
independencia de Cuba y de América, aunque su precursor José Agustín
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
153
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Caballero ya la había calificado como la cuestión candente, nuestro mayor
veneno social, nuestra lepra dentro de la problemática socioeconómica y
política de Cuba; de la cual hiciera referencia C. Manuel De Céspedes, GarcíaMenocal (1997):
El padre Caballero fue partidario de la abolición progresiva de la
esclavitud, así lo deja plasmado en el Papel Periódico, 5 y 8 de Mayo
de 1779, con el título A los Nobilísimos Cosecheros de Azúcar,
Señores Amos de Ingenios, Mis Predilectos Paisanos; el segundo en
un informe a la Sociedad Patriótica, fechado el 24 de noviembre de
1798, titulado Consideración de la Esclavitud en este país. (p.24)
Pero, Varela va mucho más allá, plantea la abolición de la esclavitud
ante la corte española y es deportado por sustentar ideas revolucionarias muy
avanzadas para la época, lo cual afectaba profundamente al gobierno español.
Félix Varela era un estorbo para la metrópolis, luego fue mandado a
matar años más tarde, cuando ya Colombia y Perú habían derrocado al ejército
español. Diría Varela (1825), ―en La Habana solo se trata de perseguir a mi
pobre Habanero, y de mandar a asesinar a su autor, ‖ (Pp.169-70).
Refieren varios autores entre los que se encuentra Cartaya (1998), que
fue el asesino a asueldo apodado ―el Tuerto Morejón‖, quien en 1825 pretendió
realizar tan abominable acción.
La influencia del padre José Agustín Caballero sobre su discípulo, fue
muy profundo y amplia, no sólo en los aspectos sociopolíticos e intelectuales,
154
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
sino también su concepción católica, fue su guía espiritual, un hermano mayor.
El padre Caballero es considerado como un pensador de transición; inició la
ruptura de la escolástica, pero no culminó esa obra, fue sobre todo Varela,
estimulado por el obispo Espada, el que desarrolló las ideas que le había
proporcionado su maestro.
Varela se separa del tutelaje teológico, tal separación es loable, pero no
fue pese a su sacerdocio, entonces la iglesia monopolizaba el poder como
había sucedido en Europa, la salida de la escolástica no había sido posible sin
adoptar su ropaje religioso; no podía ser de otra manera y no hay nada que
lamentar por eso. En algún sentido, no fue a pesar, sino gracias a su
sacerdocio, que pudo iniciar su labor de suplantar la escolástica.
José Agustín Caballero si hubiera llegado al deísmo hubiera roto con la
escolástica, a ese punto llaga su sobrino José de la Luz y Caballero, pasando
por Varela. Quizás sea difícil pero se considera que la historia fluye, sería de
investigar y determinar como esto sucede, cada cual ofreciendo en el
precedente dejado por otro. El deísmo está a un paso del materialismo; muy
probablemente José Martí haya sido un deísta panteísta, siguiendo en medida
considerable a José de la Luz y Caballero.
Fue Enrique José Varona quien culminó la tendencia seguida por sus
antecesores, desembocando en un materialismo científico natural, propio de la
etapa pre marxista del pensamiento filosófico. La superación de Varona, en
este aspecto, sólo se podía lograr con el materialismo dialéctico marxista.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
155
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Lo hecho por el padre José Agustín Caballero, sin embargo, está
presente en ese recorrido desde el pasado hasta los días de hoy, pues fue
quien inició el camino, después continuado y desarrollado por Varela, Luz,
Martí y Varona. Propugnaba éste el trato humano a los esclavos, pero no fue
radical en su humanismo, esto le correspondió a Varela. Es cierto que en su
momento no podía hacerlo como después lo hizo Varela en condiciones
distintas, ya iniciados los procesos nacionales liberadores en Hispanoamérica y
ocurrida la revolución burguesa en España, que en 1812 fue coronada con una
constitución de ese carácter clasista.
En el Proyecto y Memorias presentada ante las cortes españolas para la
extinción de la esclavitud en la Isla de Cuba, Félix Varela (1823), señalara con
enérgica palabra:
Me atrevo a asegurar que la voluntad general del pueblo de la Isla de
Cuba es que no haya esclavos, y sólo desea encontrar otro medio
para suplir necesidades. Yo estoy seguro de que pidiendo la libertad
de los africanos conciliada con el interés de los propietarios y la
seguridad del orden público por medidas prudentes, sólo pido lo que
quiere el pueblo de Cuba. Mas yo no quiero anticipar el plan de mis
ideas, y suplico a las Cortes me permitan continuar la narración de los
hechos que sirven de base a las proposiciones que debo hacer sobre
esta materia. (p.19)
156
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
Refiere a la situación que presentaban Haití y Santo Domingo en cuanto
a la esclavitud, lo cual agravaba la situación de la región; significa además,
que:
La introducción de africanos en la Isla de Cuba dio origen a la clase
de mulatos, de los cuales muchos han recibido la libertad por sus
mismos padres, más otros sufren la esclavitud. Esta clase, aunque
menos ultrajada, experimentan los efectos consiguientes a su
nacimiento. No es tan numerosa, pues no ha recibido los esfuerzos
que la de negros en los repetidos cargamentos de esta mercancía
humana, que han llegado de África; pero como son menos destruidos,
se multiplican considerablemente. Ambas clases reunidas forman la
de originarios de África, que según los cómputos más exactos a
principios de 1821, excedía a la población blanca como tres a uno.
(Varela, 1823, p.19)
Para tener una idea más clara de la composición de la sociedad cubana
de los años anteriores y posteriores al nacimiento de Félix Varela, hasta su
salida definitiva y primeros años de su exilio, refiere De Céspedes (1997),
algunas cifras muy elocuentes, que nos dan la dimensión de la estructura social
cubana de la época.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
157
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Años
Blancos
Esclavos
Libres
Total
Total
de color
de color
general
1775
96 440
44 333
30 847
75 180
171 620
1791
133 559
84 590
54 152
138 742
272 301
1811
274 000
212 000
14 000
326 000
600 000
1817
239 830
149145
115 058
313 203
553 033
1825
325 000
260 000
130 000
390 000
715 000
1827
311 051
286 942
106 494
393 436
704 487
Las proporciones en todos esos años son, pues, las siguientes:
Años
Blancos
Esclavos
Libres
Total
de color
de color
1775
56%
26%
18%
44%
1791
49
31
20
51
1811
45,5
35,5
19
54,5
1817
43
37
20
57
1825
46
36
18
54
1827
44
41
15
56
Tabla 2: Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal. Revista Bimestre Cubana. No. 6, Enero-Junio
1997, Volumen LXXXI, Época III, p.19.
Es evidente el decrecimiento de la población blanca respecto a la negra,
en esta etapa. Teniendo en cuenta las cifras aportadas, no solo nos debe
sorprender la afirmación de José Antonio Saco, quien nos llegó a decir: ‗ser
abolicionista es más peligroso que ser independentista‘, De Céspedes (1997).
Eran muchos los intereses acumulados en el caso de los propietarios, y de los
traficantes de esclavos.
Félix Varela conoció la sociedad en la que le tocó nacer y vivir hasta la
etapa del exilio, en la que formó su personalidad, conoció la esclavitud, y se
158
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
movió en un ámbito en que pululaban las opiniones divergentes acerca de la
esclavitud, de su conveniencia o no de su mantenimiento; sea por razones
económicas u otras. Es de significar que a pesar de su origen, Varela nunca
tuvo un esclavo, así lo aceveran varios autores, entre los que se encuentra
Enrique José Varona.
Refiere así mismo a la estructura socio clasista imperante, la situación
económica de la Isla y lo que representaba la mano de obra de la población
negra para las labores agrícolas, significó:
Es preciso no perder de vista que la población blanca de la isla de
Cuba se halla casi toda en las ciudades y pueblos principales, mas los
campos puede decirse que son de los negros, pues el número de
mayorales, y otras personas blancas que cuidan de ellos es tan corto,
que puede computarse por nada. También debe advertirse que
saliendo veinte leguas de La Habana, se encuentran dilatados
terrenos enteramente desiertos, y así está la mayor parte de la isla.
(Varela, 1823, p.20)
La propuesta de la abolición de la esclavitud representó un documento
valiente y adelantado para su época y una muestra de su profundo humanismo
y entrega a sus semejantes.
En síntesis, se coincide en considerar las valoraciones de Pupo (2008),
cuando señala, ―el humanismo vareliano comprometido con el drama del
hombre y con los destinos de la patria, fundado en presupuestos éticos
morales, hurga en su cosmovisión, y en su método para sacarlos más a la
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
159
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
realidad inmediata‖ (p.21). Así, desarrolla Varela su pensamiento humanista,
revolucionario y patriótico.
3.1.2. El patriotismo.
En la vida de Varela, la religiosidad y el patriotismo aparecen como
sellos característicos de su existencia personal, ―en su caso lo religioso no
frenó al patriota, por el contrario, el misticismo lo acicateó en la consecución del
propósito terrenal por lograr un mundo de equidad y justicia para sus
compatriotas‖ (Chávez, 2000, p.417).
El ideario moral de Félix Varela, desde sus primeras expresiones
conceptuales tiene como principio rector el patriotismo, así lo deja expresado
en toda su extensa obra, desde sus primeros y hasta sus últimos escritos.
Dejó escrito un mensaje de despedida antes de su partida a la Metrópoli
Española de inestimable valor, para lo que luego difundiría desde el obligado
exilio que le fue impuesto por las autoridades española, su profundo amor por
Cuba y su entrega a la patria; referiría así:
No hay sacrificios, honor, placer, es todo cuanto se renuncia en
obsequio a la Patria. Ya sea que el árbitro de los destinos,
separándome de los mortales, me prepare una mansión funesta en
las inmensas olas, ya los tiranos para oprimir la España ejerzan todo
su poder contra el augusto congreso en que os habéis dignado
colocarme, nada importa: un hijo de la libertad, un alma americana,
desconoce el miedo. Mis conciudadanos, haciéndome el mayor de los
160
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
honores, me habéis impuesto la más grande de las obligaciones. Yo
no seré feliz si no la reempeño. Entre tantos recibid mis votos‖
(Varela, 1977, p.259)
Qué valentía, qué civismo tenía este humilde hombre de la patria al
habérsele encomiado tan importante misión ante las Cortes españolas de 1822
a1823.
En Lecciones de Filosofía, Varela argumenta la obligación que tiene el
hombre en la consolidación de su patria y aboga por su prosperidad. Al
desarrollar su criterio sobre el patriotismo, hace prevalecer el bien de la patria,
el bien común, sobre el bien personal; proclama la pertinencia de la felicidad
individual, pero sólo si esta se logra a través de la felicidad de la patria, que es
el bien mayor. Realizó una profunda crítica a quienes encubriéndose en
supuestos intensiones patrióticas tratan de resolver sus problemas personales.
En esta obra se vislumbra, con toda claridad, el núcleo primigenio de
una ética patriótica, que luego se despliega con mayor radicalismo en el
periódico El Habanero, donde llama a la unidad y la necesaria independencia
de Cuba. Considerado el primer periódico independentista revolucionario, vio la
luz su primera publicación en el año 1824, en folletos de pequeño tamaño que
se enviaban a Cuba en sobre sin indicación de procedencia y era distribuido
clandestinamente de forma gratuita.
Así señalaría Varela (1962a), en tan importante publicación periódica, ―la
patria a nadie debe, todos sus hijos le deben sus servicios: Cuando se
presentan méritos patrióticos es para ver que ha cumplido unas obligaciones.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
161
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Esta debe ser la máxima de un patriota‖ (p.5). En este argumento se manifiesta
una actitud encomiada a servir a la patria y de condena todo proceder que
tienda a servirse de ella. Además esta argumentación de partida sostenida en
El Habanero y contenidas en las Cartas a Elpidio, nos permite comprender el
sustrato conceptual que le posibilitó conjugar armónicamente sus creencias
religiosas con su quehacer patriótico.
Obra de vital importancia en la que queda explicita su actitud patriótica y su
identificación a la tierra que lo vio nacer, fue Cartas a Elpidio. En la cuarta carta
del tomo segundo, sobre el influjo de la superstición según los pueblos, señala:
Yo soy en el afecto un natural de este país, aunque no soy ciudadano
ni lo seré jamás por haber formado una firme resolución de no serlo
de país alguno de la tierra, desde que circunstancias que no ignoras
me separaron de mi patria. No pienso volver a ella, pero creo deberla
un tributo de cariño y de respeto no uniéndome a otra alguna. (Varela,
1996, p.100)
Queda expresada así su profundo amor por Cuba, y su verdadero
patriotismo, hecho que cobra hoy una extraordinaria importancia.
A solicitud de la Sociedad Patriótica, pronuncia en 1818 su Elogio de
Fernando VII, en el cual trasluce en loas su hondo amor por su país con una
poética descripción, Varela (1972), señalaría:
La naturaleza puso en la entrada de un apacible golfo, que baña a los
opulentos países del Nuevo Mundo, una Isla afortunada en que
162
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
imprimió sus carismas. No quiso mandar a ella la víbora venenosa, ni
la cruel langosta; separó las fieras devoradoras, como extrañas de la
mansión de la paz, prohibió se acercasen al huracán furioso, el
pesado granizo y la escarcha destructora; al mismo rayo le puso
justos límites; reprimió el volcán abrasador para que no vomitase sus
mortíferas lavas sobre el país de su cariño; hizo brotar ríos numerosos
que serpenteando por los risueños prados comunicasen la fertilidad, y
se detienen de mil modos, pues parece que dejan con pesar un suelo
privilegiado. El sol prometió acompañarla siempre, más sin hacerla
sentir los rigores que sufre el tostado africano. Por todas partes una
tierra hambrienta convida al hombre a entregarle copiosas semillas,
ofreciéndole pagar con usura. Un mar benigno baña sus costas, y
hundiéndolas por diversos parajes, forma puertos en que respeta las
naves, como para convidarlas a que vuelvan. (p.7)
Su manifiesto amor por Cuba queda explícito con una claridad meridiana
en su artículo Patriotismo, escrito en1819. Este artículo ya se hallaba contenido
en las Lecciones de Filosofía pero, según Varela, deseaba ampliarlo. Ese
deseo estaba motivado por sus experiencias políticas durante la década de los
años ochocientos veinte; por ello determinó insertarlo y enriquecerlo, en
Misceláneas Filosóficas.
Este trabajo constituye la obra de fundamentación teórica no solo del
pensamiento filosófico de Varela, también el lugar donde se encuentran las
bases del modo en que penetró en la naturaleza social cubana y en las
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
163
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
concepciones políticas que explicitara con posterioridad. Así señalara Varela
(1829):
Al amor que tiene todo hombre al país en que ha nacido y al interés
que
toma
en
su
prosperidad,
le
llamamos
patriotismo.
La
consideración del lugar en que por primera vez apreciamos en el gran
cuadro de los seres, donde recibimos las más gratas impresiones que
son las de la infancia, por la novedad que tienen para nosotros todos
los objetos, y por la serenidad con que los contemplamos cuando
ningún pesar funesto agita nuestro espíritu; impresiones cuya
memoria siempre nos recrea la multitud de los objetos a que estamos
unidos por vínculos sagrados de naturaleza, de gratitud y de amistad;
todo esto nos inspira una irresistible inclinación y un amor indeleble
hacia nuestra patria. En cierto modo nos identificamos con ella,
considerándola como nuestra madre, y nos resentimos de todo lo que
pueda perjudicarla. Como el hombre no se desprecia a sí mismo,
tampoco desprecia, ni sufre que se desprecie a su patria, que reputa,
si puedo valerme de esta expresión, como parte suya. De aquí
procede el empeño en defender todo lo que pertenece, ponderar sus
perfecciones y disminuir sus defectos. (p.77)
En estas palabras de impresionante belleza y de compromiso, se
desborda su amor por la Isla y queda expresado los valores políticos manifiesto
164
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
a través del patriotismo, sobresalen además, los valores afectivos y sociales.
Más adelante, referiría a la unidad nacional y expresa:
Aunque establecidas las grandes sociedades, la voz patria no significa
un pueblo, una cuidad, ni una provincia, sin embargo los hombres dan
una preferencia a los objetos más cercanos, o por mejor decir, más
ligados con sus intereses individuales, y son muy pocos los que
perciben las relaciones generales de la sociedad, y muchos menos los
que por ellas sacrifican las utilidades inmediatas o que les son más
privativas. De aquí procede lo que suele llamarse provincialismo, esto
es, el afecto hacia la provincia en que cada uno nace, llevado a un
término contrario a la razón y a la justicia. Sólo en este sentido podré
admitir que el provincialismo sea reprensible, pues a la verdad nunca
será excusable un amor patrio que conduzca a la injusticia; mas
cuando se ha pretendido que el hombre
porque pertenece a una
nación toma igual interés por todos los puntos de el, y no prefiera
suelo en que ha nacido o a que tiene ligados sus intereses
individuales, no se ha consultado el corazón del hombre y se habla
por meras teorías, que no serían capaces de observar los mismos que
las establece. Para mi el provincialismo racional que no infringe los
derechos de ningún país, ni los generales de la nación, es la principal
de las virtudes cívicas. (p.78)
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
165
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
En el contexto de la lucha ideológica actual, estas reflexiones de Varela
cobran una singular significación, cuando se trata de socavar las bases de un
proceso social en desarrollo; señalaría al respecto:
Muchos hacen del patriotismo un mero título de especulación, quiero
decir, un instrumento aparente para obtener empleos, y otras ventajas
de la sociedad. Patriotas hay (de nombre) que no cesan de pedir la
paga de sus patriotismo que le vociferan por todas partes, y dejan de
ser patriotas cuando dejan de ser pagados. ¡Ojalá no hubiera yo
tenido tantas ocasiones de observar a estos indecentes traficantes de
patriotismo! ¡Cuánto cuidado debe ponerse para no confundirlos con
los verdaderos patriotas! (p.79)
Más adelante significaría:
El patriotismo es una virtud cívica, que a semejanza de las morales,
suele no tenerla el que dice que la tiene, y hay una hipocresía política
mucho más baja que la religiosa. Nadie opera sin interés, todo patriota
quiere merecer de su patria, pero cuando el interés se contrae a la
persona en términos que ésta no le encuentre en el bien general de
su patria, se convierte en depravación e infamia. Patriotas hay quien
venderían a su patria si les dieran más de lo que reciben de ella. La
juventud es muy fácil de alucinarse con estos cambia-colores y de ser
conducida a muchos desaciertos. No es patriota el que no sabe hacer
sacrificios a favor de sus patria, o el que pide por éstos una paga, que
166
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
acaso cuesta mayor sacrificio que el que se ha hecho por obtenerla,
cuando no para merecerla. (p.79)
Refiere a los valores y anti valores, propios de todas las épocas y en los
momentos actuales suelen presentarse con una marcada frecuencia, conviene
destacar sus palabras cuando puntualiza que otro de los obstáculos que
presenta al bien público el falso patriotismo, consiste en que muchas personas,
las más ineptas, y a veces las más inmorales, se escudan en él, disimulando el
espíritu de especulación, y el vano deseo de figurar. No ver un mal más grave
en el cuerpo político y en nada debe ponerse mayor empeño que en conocer y
despreciar a los especuladores.
Los verdaderos patriotas desean contribuir con sus luces y todos sus
recursos al bien de su patria, pero siendo éste su verdadero objeto, no tienen la
ridícula pretensión de ocupar puestos que no puedan desempeñar;‖ ¡Cuantos
males causa en la política este imprudente patriotismo! ―(Varela, 1819, p.80).
En lo político se aprecia en Varela el tránsito de la posición reformistaautonomista, de una cubanía provinciana sujeta a España como rama al tronco
del árbol. Se opera después en Varela una toma de conciencia nacional de
cubanía, y adopta una actitud independentista y revolucionaria.
Este artículo representa el documento más elocuente para el reclamo
que hace la política del Ministerio de Educación Superior Cubana, en el
contenido de la formación integral del estudiantado universitario, en la labor
formativa y educativa queda plasmado con una belleza extraordinaria las
aspiraciones de libertad y de amor a la patria, que cobra hoy una gran
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
167
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
importancia. Descuellan aquí los valores políticos, morales y trascendentes,
válidos para todo individuo que sienta suya el suelo en que nació, como
símbolo de identidad y pertenencia a algún lugar.
Al respecto Torres-Cuevas (2008) referiría:
De Varela a Martí, transcurre ese siglo XIX que el Apóstol llamó ‗de
labor patriótica‘; ese siglo en que se pensó, construyó y conquistó ‘la
idea cubana‘; aquella centuria en que se sembraron las ideas de la
nación portadora de cualidad esencial: la cubanía sentida, partera, a
su vez, de la cubanía pensada desde la universidad del
conocimiento y desde la originalidad de una realidad propia. (p.6)
La idea patriótica, está contenida en su famosa lección única de
patriotismo, todo el conocimiento está en función de la construcción de una
obra nueva,‘ la patria auténtica y cubana‘, como exigencia surgida de de un
acaecimiento irrepetible, singular, propio.
En su lección sobre patriotismo traza principios para la práctica política:
hace solo lo que es posible hacer; preferir el bien común al individual; no hacer
nada que pueda ir contra la unidad social. Aquí sienta las bases de su ideario
independentista, que posteriormente plasmara en el periódico El Habanero,
donde dejaría sentado sentencias tales como: ―los americanos nacen con el
amor a la independencia‖ (p.91); ―la revolución, o mejor dicho, el cambio
político en la Isla de Cuba, es inevitable, la diferencia estará solo en el tiempo y
en el modo‖ (p.66). Se honra en encontrarse entre los que luchan por alterar el
168
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
orden de las cosas contrario al bien de un pueblo, como él mismo señalara, ―yo
me glorío de contarme entre esos revolucionarios‖ (p.128).
Como bien señalara García (2012),‖una revolución independentista
requiere de determinadas condiciones inexistentes en la época de Varela. Su
papel fue crear una conciencia y una concepción patriótica cubanas‖ (p.41).
Varela no podía ir más allá de lo que su época le exigía y permitía dado el
contexto histórico social de la primera mitad el siglo XIX.
Félix Varela, fue ‗el padre fundador de la idea patriótica cubana; el padre
de los padres de la Patria‘. De su pluma y de su corazón brota como fuerza
permanente de su condición humana, el amor, la sensibilidad, la pasión por la
tierra que lo vio nacer y añoraba en el forzoso exilio.
Sintetizan el valor patriotismo manifiesto en Varela estas hermosas
palabras; ―hacer patria es, en la tierra de estos padres, edificar la sociedad que
soñaron y pensaron. No es un esquema sino un espíritu vivificador que vibra
ante toda realidad cambiada y cambiante‖ (Torres-Cuevas, 2012, p.5)
El humanismo y el patriotismo de Varela representan una unidad
orgánica en su pensamiento, sintetizan lo más preciado de lo que en teoría y
práctica cotidiana nos legara.
Conviene destacar la importancia que reviste el legado de uno de los
más grandes hombres de la primera mitad del siglo XIX en el proceso de
conformación de la nación y la nacionalidad cubana, a la que justamente
merece hacer distinción por las cualidades que encierra su personalidad y a la
que en la práctica cotidiana no se le rinde el merecido honor.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
169
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Si la iglesia católica necesita de milagros para elevar su espíritu a la
santificación, a juicio de esta autora, la mejor prueba que fundamenta su
grandeza es la de haber llevado a los cubanos a pensar con cabeza propia, a
ser libres e independientes, ha ser humanos y dignos, lo que se resumen en su
frase ―No hay patria sin virtud‖. Así como José Martí nos legara su concepto de
libertad y de patria, éstos tienen por base lo aportado por Varela como
continuidad del proceso histórico enriquecido en su contexto; justamente fue
catalogado por Martí ‗patriota entero‘.
Beber del acervo cultural en nuestros tiempos es defender la identidad, y
acercarlo a la práctica pedagógica es de vital importancia sobre todo para el
estudiantado, y a todos los que de una u otra manera se interese por conocer
las raíces sobre las que se alza historia cubana. La trascendencia de esta
necesidad se resume en las palabras de Leal (2015), cuando señala:
Ya en 1853, en una casa humilde … había nacido José Martí. En ese
mismo año muere el Padre Varela …, revolucionario integral que opta
por la abolición de la esclavitud, por el reconocimiento de la
independencia americana que se convierte en defensor de los pobres,
que publica su periódico y lo envía a Cuba. Sus discípulos le lloraron,
pero nadie sabía que en la propia pira bautismal en que había sido
bautizado José Julián, había sido también bautizado el Padre Varela.
Cuando desapareció uno, nació el otro. Y ese joven llamado a un
170
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
poderoso destino es el que hoy evocamos, al conmemorar la hazaña
de la unidad de la nación … . (p.7)
La historia distingue, fortalece, unifica, avizora y se convierte en
identidad. Conocer el pasado es afianzar el presente y proyectar la continuidad
del futuro, esto es exigencia de nuestro tiempo. Apelar a la historia, es defender
la identidad
Aunque los estudiosos del tema aseguran que la nacionalidad cubana se
comienza a conformar a partir de finales del siglo XVIII, aun no se comparte
bien esa afirmación porque ese proceso arranca desde el momento en que
comienzan a existir las primeras generaciones de hombres y mujeres nacidos
en Cuba después de la conquista.
Claro, es en la recta final del XVIII que encontramos las primeras
creaciones artísticas, literarias y periódicos producidos por los criollos, la
aparición de fuertes preocupaciones entre ellos por los destinos de algo que ya
no consideran español y las primeras formas de organización que responden a
estos intereses como fue la Sociedad Económica de Amigos del País surgida
en 1793. Así como, la valoraciones realizadas por Félix Varela en sus
Lecciones de Filosofía, y en las conferencias dictadas en la Cátedra de la
Libertad y posteriormente en sus escritos desde el exilio, donde sobresalen el
periódico El Habanero y las Cartas a Elpidio, que dan prueba de cómo en esta
época ya se gestaba este proceso.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
171
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Sin embargo, el proceso de constitución de la nación cubana como es
conocido por todos, comienza con la revolución independentista en la segunda
mitad del siglo XIX.
El concepto de patria, entonces, tiene una larga historia vinculada a la
identidad cultural aunque se consolida con el surgimiento y desarrollo de las
naciones, no puede circunscribirse este concepto de patria únicamente a lo
político, es necesario comprender que tiene sobre todo un contenido cultural.
La patria es una configuración social subjetiva de base cultural que
alcanza connotaciones políticas por la intervención numerosos intereses. Por
eso se defiende la idea de que la patria es la madre cultural. La madre
biológica nos garantiza sobrevivir, hacernos fuertes. La cultural nos garantiza
ser seres humanos y unos seres humanos diferentes de otros de la misma
especie, claro que la madre biológica y la cultural son aliados porque gracias a
la primera, la segunda encuentra la colaboradora inicial que nos trasmite
idioma, costumbre, tradiciones, etc. , no es casual que Félix Varela identifique
el amor patrio con el amor materno.
El patriotismo es el reconocimiento, el amor y la defensa de la madre
cultural. Es por eso que para formar ese valor es imprescindible recurrir no solo
a conceptos políticos, es necesario también abordarlo culturalmente.
La identidad cultural, según García (2015), es un factor decisivo para
seguir luchando con éxito por mantener la independencia, la libertad y para
seguir apostando por el mejoramiento humano. Sin identidad cultural, sin patria
172
LOS VALORES EN LA OBRA DE FELIX VARELA
se es huérfano, no se tiene un seno para ser protegido, se deteriora la calidad
humana y por supuesto se limita la posibilidad de aportar al bienestar de
nuestra especie, porque patria es humanidad al decir de Martí.
La autoconciencia de lo nacional permite que el grupo humano sea más
resistente a la adversidad, a la agresión cultural y de todo tipo; si la identidad
se fecunda alrededor de los mejores valores eso permite un desarrollo hermoso
al pueblo de que se trate.
Por naturaleza los jóvenes se orientan hacia el presente y hacia el
futuro, lo cual es bueno, todo lo novedoso los conquista, como tendencia lo
tradicional no les seduce a no ser que encierre rasgos de espectacularidad,
esto es un riesgo porque en lugar de ser pasajero puede estabilizarse en la
personalidad donde lo ideal es el equilibrio entre el interés por la tradición y el
interés por el presente y el futuro. El riesgo consiste en el desarraigo.
Muchas veces cuando los jóvenes se involucra con una cultura
homogénea mundialmente mercantilizada lo hacen por la necesidad de ser
distintos, de ser aceptados por los de su edad, por el temor a quedarse detrás,
por la seducción que sobre ellos ejerce el brillo de lo novedoso, fabricado
precisamente, exagerando ese brillo.
Que eso ocurra puede depender mucho de cómo los jóvenes
se
comuniquen con sus raíces, de que concienticen el asecho, la competencia que
a su cultura nacional le hacen otros productos culturales estimuladores del
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
173
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
consumo y que son nuevos, que son de su tiempo; pero para eso necesitamos
que estén identificados con su cultura.
La Pedagogía cubana, no hace suficiente énfasis en la educación en las
raíces, se pone el énfasis en el aprendizaje de conocimientos y habilidades, en
el enfrentamiento a la subversión, se politiza inadecuadamente el proceso
educativo, se intenta reducir la tradición a lo vinculado con la política.
Para educar en el valor patriotismo y la identidad es preciso comprender
el estrecho vinculo que existe entre identidad y creatividad, o sea los que
asimilan la identidad deben hacerlo no solo repitiendo los valores culturales del
pasado sino creando cultura desde las posibilidades de cada individuo y cada
grupo, en su contexto histórico.
174
CAPÍTULO IV: LOS VALORES EN LA OBRA
CARTAS A ELPIDIO, sobre la Impiedad, la Superstición
y el Fanatismo.
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
CAPÍTULO IV: LOS VALORES EN LA OBRA CARTAS A ELPIDIO.
4.1 Análisis de los valores contenidos en el tomo primero, LA IMPIEDAD.
Los análisis que se realizan en este apartado, tiene como referencia
bibliográfica la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, reeditada en 1996. Se
realiza una selección de los escritos de forma intensional.
4.1.1. Los valores en la carta primera ―La impiedad es la causa del descontento
individual y social‖
En su carta primera, destaca Varela su honda proyección humana y
social subrayando la necesidad de cultivar el talento en la consecución de la
verdad, lo cual queda evidenciado cuando subraya, ―el hombre nunca pierde el
sentido de la justicia y el feliz impulso que lo dirige hacia la verdad‖ (p.13).
En esta carta el maestro, convencido de su actitud católica, nos dice que
los hombres se desvían de la senda del bien y se arrojan en los brazos de la
maldad a causa de estos tres males: la impiedad, la superstición y el fanatismo.
El primero suele presentarse como el odio humano a Dios, aunque en realidad
el ateo, al que llama impío, trata de disimular los sentimientos del espíritu.
Conviene destacar sus propias palabras cuando señala:
¿Por qué, me decía yo a mí mismo, por qué unas ideas tan claras y
unos ejemplos tan nobles no atraen todos los hombres hacia el
verdadero objeto del amor justo? ¿Por qué no siguen la majestuosa y
palpable senda de la felicidad? ¿Por qué esparcen la muerte los
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
175
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
depositarios de la vida? ¿Por qué aborrecen los que nacieron para
amar? ¿Por qué cubre la tristeza unos rostros en que debe brillar la
alegría? ¿Qué causas funestísimas convierten la sociedad de los hijos
de un Dios de paz, en inmensas hordas de ministros del furor? ¡Ah!,
mi amado Elpidio, estas interesantes preguntas hallaron muy pronto
su respuesta. Vence estampada sobre las ruinas de tantos objetos
apreciables, las huellas de tres horribles monstruos que los
derrotaron, y que aun corren por todas partes inmolando nuevas
víctimas. Vence la insensible impiedad, la sombría superstición, el
cruel fanatismo, que por diversos caminos van a un mismo fin, que es
la destrucción del género humano. (p.4)
Estos tres monstruos a los que hace referencia han sido objeto de sus
constantes reflexiones y han llenado su alma de amargura y como la ―amistad
es el bálsamo del desconsuelo, y la comunicación de ideas el alivio de las
almas sensibles‖ (p.5). Pone en su querido Elpidio los resultados de sus
meditaciones.
Agrupa a los impíos en tres categorías: los que niegan la existencia de
Dios; los que admiten, pero supeditada a sus caprichos e ideas; y los que
aceptan tanto la existencia de Dios como sus leyes, pero se niegan a acatar a
aquél y éstas, obstinados de sus vicios confiesan que hay un dios que le ha
dado una ley, más movidos por una horrible desesperación no quieren
obedecerle y renuncian a su felicidad eterna por lo que plantea que la impiedad
176
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
es más una corrupción que una ignorancia. Así pues, el ateísmo, a lo sumo, es
un estado de duda, y el impío pretende que, por difusión, alcance su idea una
mayor probabilidad. Señala Varela, que:
Por más que diga el impío que no sabe si hay Dios, es muy fácil
descubrir que él no sabe que no lo hay; quedando, de este modo,
convencido de que su aserción positiva de la no existencia del Ser
Supremo no es el resultado de un convencimiento. Tenemos pues,
que el ateísmo no puede pasar de una duda, y que darle el carácter
de una doctrina fundamental y norma de operaciones en el más
importante de todos los negocios, no puede ser sino efecto de
pasiones desarregladas. Considerémosle ahora en el estado de mera
duda, y veremos que es puramente negativa, puesto que se funda en
la imposibilidad de percibir el objeto y no en su repugnancia. (p.7)
Deja claro su defensa a la religión y en especial a la religión católica,
señalando así, si ni el amor a los hombres, ni su felicidad, es lo que mueve al
impío, ¿qué puede serlo? ¿Por qué finge no creer? Porque, en realidad, se
preocupa de la ignorancia en materia de religión como no lo hace con respecto
a las ciencias. Evidentemente, se parte de concepciones del mudo diferentes,
que en términos filosóficos conviene señalar su antítesis.
Refiere Varela también, al descontento de los impíos, en los cuales
reconoce dos tipos de causas: por una parte la contradicción con el resto del
género humano, por otra, su duda acerca del carácter permanente del bien. Por
eso se afirma que las doctrinas destructoras de la libertad tienen por autores a
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
177
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
los impíos, pues, no pueden sobreponerse a sus pasiones y se declaran
esclavos de ella.
En su carta Félix Varela, hace referencia a que, aunque pase el tiempo y
con ellos los hombres, la verdad seguirá estando presente hasta precipitarse
con pasos vacilantes en el abismo de la eternidad donde el aviso de la
divinidad fija la atención en un mundo subterráneo, en el cual yacen los ídolos
del amor, el odio, los despojos del guerrero y las cenizas del sabio las víctimas
del poder y los mismos poderosos. Todos por igual llegarán al mismo lugar sin
importar qué fueron o cómo fueron antes, es decir, sin importar si fueron ricos o
pobres, creyentes o impíos.
Varela ve la impiedad como la sombría superstición, el cruel fanatismo
que por diversos caminos va a un mismo fin, que es la destrucción del género
humano. La impiedad es un monstruo, puesto que sus operaciones contrarían
la naturaleza. Declara que la impiedad ha sido siempre detestada por su
pernicioso efecto, y el orden social y la paz de los hombres han sido siempre
victima de los impíos, como lo ha sido siempre de los supersticiosos y de los
fanáticos. Expone que sin gobierno no hay orden, y que sin orden no hay
contento.
Propone terminar con términos tan tristes como sus reflexiones, aunque
no el sentimiento que ellas causan y le pide a Elpidio, es decir a las nuevas
generaciones que es a quien este dedica sus escritos, que sea feliz.
178
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
Los valores sociales y afectivos son una constante en el discurso
ofrecido por Varela, precisamente porque es la esencia del maravilloso ser
humanos que fue.
Plantea que los hábitos llegaran a formar parte de la naturaleza, los
sentimientos religiosos nutridos desde la infancia son muy fuertes en el alma de
los prosélitos. Afirma que nadie habla más de religión que el que no la tiene,
por lo que expresa, ―como un espíritu ocupado siempre de un negocio de tanta
importancia, puede conservar esa tranquilidad que afecta con tan poco tino a
los impíos‖ (p.4).
Considera que es muy importante denotar la ignorancia de los hombres
en materia de ciencias naturales y en otros varios puntos interesantísimos de la
sociedad, llama la atención de los incrédulos y muy pocos de ellos ven que se
aplican en la ilustración del pueblo en tales materias, y en caso de hacerlo no
demuestran tanto interés como en cuestiones religiosas y por más esfuerzos
que ha hecho la impiedad para probar que la religión es ominosa, solo ha
conseguido demostrar que es benéfica al linaje humano.
Varela, con sus ideas apela a la historia de los filósofos impíos y a las
páginas de los inmensos volúmenes que han dejado estampados inmensos
errores acerca de la sociedad que demuestran no solo que jamás vivieron
contentas en ellas, sino que la detestaron, no por virtud sino por
desesperación. Señala al célebre Grocio que no lo considera entre los impíos y
no se atreve a contarlo entre los católicos, señala que éste sostiene que hemos
nacido para la guerra, y por consiguiente que el estado de paz es contra la
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
179
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
naturaleza, lo cual considera un absurdo, porque haciendo la guerra a las
ciencias se la hacía a la sociedad, y que ―sin ella queda reducida a una masa
inorgánica y viene a ser como un gran conjunto de piedras y diversos
materiales; que aglomerados sin orden jamás podrá formar un edificio y mucho
menos una hermosa ciudad‖ (p.16).
Habla sobre las doctrinas destructoras de la libertad humana, y le dice a
su amado Elpidio, ―examina su origen y verás que solo tuvieron por autores, y
solo tienen por partidarios a los impíos que no pudiendo superar sus pasiones
se declararon esclavos de ella‖(p.18).
Plantea que la santa religión y la amable filosofía están dadas de la
mano y rodeadas de paz, compadece las miserables suertes de los que por no
conocerlas han creído dividirla. En su escrito sobresalen los valores
individuales, pues encontramos el alma, la vida, el hombre, y señala:
El alma llena de tristísimos meditaciones y reflexiones, la vida como
algo sagrado, la felicidad por la cual se debe luchar, la tristeza que
cubre los rostros en donde debe brillar la alegría, la esperanza de una
sociedad más justa, alegre donde la religión y la filosofía se den las
manos y el conocimiento sea adquirido por todos, religiosos, ateos,
pobres y ricos. (p.5)
Se refiere a la paz como algo necesario para el bien de todos, como un
símbolo de unidad, de libertad de expresión y de conocimiento. Hace alusión a
los valores ecológicos como la luz, el sol, la naturaleza como un signo de
180
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
origen de los seres humanos. Entre los trascendentales se encuentran la
religión, dios, creencias, divinidad y otros.
Confiesan otros que hay un Ser Supremo; pero quieren que reciba
sus órdenes, que todo sea conforme a sus ideas, que todo halague
sus pasiones; y concluyen por confesar un Dios que no es Dios, un
infinito ilimitado, un Ser Supremo sujeto al capricho de sus criaturas.
Hay otros que, obstinados en sus vicios, confiesan que hay un Dios, y
que ha dado una ley, más movidos por una horrible desesperación, no
quieren obedecerle y renuncian a su felicidad eterna. (p.6)
Evidentemente Varela sustenta la interpretación de la felicidad con un
fundamento teológico, y su moralidad religiosa.
Se hace énfasis en sus ideas acerca de la asistencia benéfica y de la
subordinación del bien individual al bien común, cuestiones que constituyen
una línea temática permanente dentro de su pensamiento.
En su carta resaltan anti valores como son la ignorancia, el odio, el mal,
la infelicidad y otros, que para Varela son aspectos que no debían existir para
la formación de la verdadera libertad del individuo.
4.1.2. Los valores en la carta tercera ―Causas de la impiedad‖.
En esta, su tercera carta Félix Varela le plantea a Elpidio: ―Investigando,
querido amigo, las causas de la impiedad, creo poder reducirlas a dos clases
bien distintas. Unas están en el corazón humano y otras son fruto del
entendimiento‖ (p.67).
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
181
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Señala Varela, que el vicioso comienza por desatender la virtud y
concluye haciéndole frente, porque la persistencia en el mal hace que llegue a
considerar los remordimientos como quiméricos. Estos impíos convienen todos
en oponerse a los objetos de la religión porque, dicen no son claramente
perceptibles. Pero, reflexiona también, son misterios los fundamentos últimos
de las ciencias naturales, de las matemáticas, etc.; evidentemente su visión
teológica lo conduce a esta meditación.
Piensa además, que las combinaciones de ideas que realizan los
hombres sobre la religión forman un sistema religioso y, son las que conducen
a la impiedad. La religión puede sistematizarse, según Varela, ella no puede
ser, para el hombre, una ciencia de evidencia (como para Dios), sino sólo un
conjunto de hechos; así, los sistemas religiosos son obras puramente humana
y cuando se pretende divinizarlos inducen a la infelicidad por su contradicción
con los hechos. Así, señala:
La religión, amado Elpidio, no es un sistema, porque no es obra del
hombre, y aunque es cierto que puede sistematizarse, no lo es que se
pueda sujetar necesariamente a estos planes puramente humanos.
Los dogmas no se derivan unos de otros como las verdades
geométricas y no se pueden establecer principios cuya aplicación nos
descubra los misterios. Adviértase solamente una conveniencia entre
los dogmas, que basta para probar que no hay repugnancia entre
182
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
ellos, pero nunca se puede llegar a su demostración por medios
puramente naturales. (p.78)
Evidentemente,
la
religión
tiene
sus
dogmas
que
no
exigen
demostración, y Varela es consecuente con sus concepción religiosa, aunque
va mucho más allá de de esta concepción del mundo en su práctica sacerdotal.
Las personas que llevan dentro o practican la impiedad son seres que
carecen de sensibilidad. Para éstas, la religión es considerada por completo
una manifestación anti-todo, pues no creen en nada y mucho menos constan
de conciencia o deber.
Para Varela, el hombre cree que su origen es algo propuesto a la
imaginación como posible o verdadero, no siéndolo quimérico. Después de no
conocer sobre manifestaciones de solidaridad, amistad y mucho menos sobre
dioses y creencias que nos conllevan a una vida justa pensando en el prójimo,
se quiere enfrentar a la justicia y la bondad, o sea, quieren hacer y hacen una
doctrina religiosa falta de piedad.
Plantea la diferencia que existe entre un ser infinitamente sabio y justo
que da a conocer las verdades de la vida sin ningún tipo de interés o modo de
cambiar el pensamiento de las personas, que solo exige una creencia, la más
racional por ser la más fundada. Por lo que a partir de ese momento es
evidente la falsedad de las ideas contrarias a estas doctrinas. Un hombre que
debe creer sin contradicción es aquel ser que todo lo hace inteligentemente,
pensando en el bien social. Que distinta la situación de aquel ser humano falto
de piedad que no comprende nada y entonces niega todo. Aquel que se pone
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
183
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
las barreras en frente al pensar que muy pocas cosas tienen explicación. Y no
es más que un ignorante. Que lleva una vida la cual no entiende, pues su forma
de pensar no le permite tener un guía hacia lo justo.
Le dice Varela a su amigo Elpidio que en la situación en que se
encuentra el hombre solo cree en la existencia de los objetos terrenos, pues la
existencia se conoce por la acción. Solo creen en la ciencia y se imponen a
cualquier otro tipo de creencia que les ponga a pensar y deja atrás un completo
disfrute de la vida. Es por ese motivo que los impíos odian la religión, la
consideran su enemiga, pues esta se manifiesta de una forma por completo
opuesta a ellos. Viven los impíos de una forma ruda y encerrada, para ellos
feliz, para el mundo infeliz. ¿Hay sabios impíos? Sí, plantea Varela, pero se
reconoce desde lejos su impiedad. Sus ideas son discordantes, van y vienen,
van cambiando según sus intereses. Sus escritos solo tratan el tema de las
negociaciones, haciendo el bien a los demás y sanando sus heridas, como
aquel médico que atiende a un paciente con mucha dulzura, pero le cobra un
gran impuesto por la atención.
Los impíos consideran la religión algo que le cambia las ideas y les
niega la realización de algunas actividades, que los harían felices, le dice a
Elpidio:
La impiedad, se encuentra en el entendimiento y va endureciendo en
el corazón: Entremos en la consideración de otro género de causas
de impiedad, que podremos llamar ideológicas, porque están en el
184
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
entendimiento, y sólo producen en el corazón una dureza para recibir
los sentimientos religiosos, mas no un afecto a los criminales de otra
clase. (p.83)
Por otro lado Félix Varela hace hincapié en su carta en el sistema moral
el cual según él tiene dos influencias que pueden darle varias direcciones a los
afectos. Una, es la que tiene por causa la sensibilidad convirtiendo al hombre
en un irreligioso libre. La impiedad puede comenzar por ideas antes de que
este afecto se esté dando, y esto le impide que vea a los seres espirituales y
para ellos lo que existe sea sólo lo material y lo que ha establecido la sociedad
como los principios que se deben tener.
Pues, el espíritu puede gobernar lo que percibe, lo que ve, pero no
puede asegurar las cosas que no pude observar y tiene como verdaderas. La
impiedad a la que se refiere se encuentra acompañada de justicia social. Estos
irreligiosos que todavía tienen sentimientos, relacionados con las ideas
religiosas, pero si ellos mismos le dan las armas a sus enemigos creyendo
antes de parecerle y dándole la razón antes de estar seguro.
Conducen a la impiedad las ideas que forman el sistema religioso. Pues
los dogmas religiosos no están derivados uno de otro, ni responden a una
réplica de la naturaleza, ni fueron creados por el hombre. Estos dogmas no
están relacionados en un orden que sea el obligatorio y conociendo uno no
quiere decir que se conozcan todos.
La religión no necesita meditación ni pensar, pues, teniendo a Dios
presente todas las cosas estarán presentes y solo hay que esperarlas. El
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
185
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
hombre no puede evidenciar la religión como él desea, pues el mortal, no tiene
la misma capacidad que Dios.
Los individuos piensan que la religión es un conjunto de hechos nada
más, pero los hechos y el pensamiento religioso se encuentran en
contradicción. El sistema religioso es realizado por la humanidad, por esta
razón, el carácter divino pude estar en contradicción con el sistema y este
puede tener dificultades. La verdadera religión no admite duda porque si no se
cree en Dios, no es religión y si no se creer en Dios, no se conoce bien la
verdadera piedad. Si está fuera la de la autoridad de los seres humanos estos
podrían manifestarla a su forma y entonces ésta no lograría satisfacer las
necesidades de los semejantes.
El propio Varela señala: ―La verdadera religión no admite duda o disputa
alguna; pues si no se cree en Dios, no hay que hablar de religión, y si se cree
en Dios no hay que hablar de dudas‖ (p.84).
Para Félix Varela hay impíos que tienen una actitud moral buena y tratan
de convencer que esto tiene que ver con la razón de ser irreligiosas. Según él,
hay dos formas en que se expresan los impíos, unos son los que dicen que no
pueden creer y no dan respuesta a por qué no pueden profesar y otros que
tienen múltiples ideas de que por qué no puede creer. Aquí se muestra que hay
una diversidad de causas por las que son impíos, y en esta variedad de
criterios se nota el gran error de no creer en aquellas cosas que no se ven o
que no pueden ser probadas científicamente. Es sobre todo una falsedad
186
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
ridícula, pues el individuo debe afirmar lo que aprecia pero no debe estar tan
seguro de que no existan estos misterios religiosos, de los cuales el no puede
afirmar que no existen. Por tanto, todo proviene de un error que puede causar
errores más graves.
Las personas que no creen en la religión normalmente tienen creencias
en determinados misterios. Los enigmas de los hombres se ven y si ello niega
que existan están negando estos enigmas. Al negar que exista la verdad se
está demostrando su existencia. Indiscutiblemente la verdad tiene que existir
porque como se va a probar que algo es verídico o falso si no existe la verdad.
Este misterio de la verdad se trata como algo sorprendente. En fin, las
personas llegan a advertir lo fácil como bien y lo difícil como un obstáculo.
A Elpidio le comenta que la impiedad es el efecto de los malos principios
y los errores en la ideología, pues el sabio alumbra como el sol y es muy
maléfica la presencia de ignorantes que se creen filósofos en temáticas
religiosas, afirma que si la ciencia es juiciosa y humilde puede lograr
predisponer a las personas de lo que quiere llevar Dios a ellos, pero esta
ciencia también ayuda a conservar estas verdades, las ciencias naturales
llevan a las personas a no creer en la religión. La zoología y la botánica le
presentan cosas sorprendentes a las ciencias naturales y favorecen la religión,
aunque por otro lado las ciencias matemáticas alejan al individuo de las
palabras divinas ya que estas prueban y demuestran sus hechos. Los impíos,
considera Varela, no han intentado nunca demostrarse esas pruebas para
probar que su ciencia les está exponiendo lo correcto.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
187
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Estos para atacar los misterios crean otros misterios y para confundir a
los creyentes se hacen pasar por esto. Plantean que todos estos enigmas son
los defectos que le atribuye a la naturaleza la religión. Estos impíos creen
ciegamente en la naturaleza. Concluye Varela, diciendo:
Observa, Elpidio, que entre estos impíos dotados de virtudes cívicas,
hay unos que sólo dicen que no pueden creer, mas no atinan ellos
mismos a dar la razón de su incredulidad; pero
hay otros que
presentan infinitas dificultades y tienen a la mano mil respuestas a
todos los argumentos en favor de la religión. La diferencia de esta
conducta prueba la diversidad de su causa. Niegan unos porque no
perciben y otros porque han formado ideas erróneas; pero en ambos
casos proviene el mal de una equivocación funestísima que consiste
en suponer que no se debe afirmar lo que no se puede percibir con
toda claridad, y que por consiguiente la misma naturaleza del misterio
induce a negar su existencia, o por lo menos a un prudente
escepticismo. (p.95)
Félix Varela le plantea a su amigo Elpidio en una comparación con la
obra de Cervantes El Quijote, que el hombre en la esfera que esté no se
despega de su locura. Compara la impiedad con la hierba seca en un jardín
que poco a poco se va adueñando del campo sin darnos cuenta.
188
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
Alerta que hay que tener cuidado de la impiedad y los grandes daños
que puede llegar a causar, además de plantearnos lo que nos puede llevar
hacia ella. Sella Varela su carta con estas hermosas palabras:
¡Qué estado tan feliz el de un pueblo moral e instruido! ¡Qué paz tan
inalterable! ¡Qué amistad tan justa! ¡Qué unión tan firme! ¡Ah! mi caro
Elpidio. Si yo viese a la horrible impiedad, que acosada por la ciencia
y la virtud, corría a esconderse en las cavernas infernales de donde
ha salido, tendría, por efecto de la misericordia divina, el privarme de
la vida, para no exponerme a perder tanta felicidad si por desgracia
volviese este espantoso aborto del Averno … mi más tierno
afecto.(p.97)
Resalta la importancia de los valores morales como componente
esencial en la educación, no pueden más que estar en una estrecha relación.
4.1.3. Los valores en la carta cuarta ―Modo de tratar a los impíos‖.
Aunque todas las epístolas del tomo primero de las Cartas a Elpidio
forman un cuerpo orgánicamente muy bien integrado en un todo, por el tema
de la impiedad, por las firmes y rectas ideas del autor, y por su estilo, la cuarta
resalta como un innovador sistema psicológico sobre la mejor manera de
encauzar la conducta humana y, en especial la de la juventud.
Varela,
desarrolla
un
método
aparentemente
sencillo
pero
extraordinariamente sabio para comprender, dirigir y encaminar a los impíos,
que puede aplicarse a todos los individuos en innumerables circunstancias a
través de los tiempos, lo cual prueba su sagacidad como conocedor del alma
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
189
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
así, como su anticipación en esta materia en Cuba y en el modo en que
confirma estas ideas con su propia experiencia, de que los jóvenes siempre
aman cuando conocen que son amados y que mediante el amor se les puede
tratar fácilmente y se les inclina favorablemente a la virtud por el buen juicio
que forman de quien con inteligente amor se la propone.
Asevera que la juventud propende a la justicia, y que el mejor modo de
tratar a los jóvenes es: ―llevarlos con dulzura por la senda del cariño que conduce a la paz‖ (p.110). Recomienda el estudio del carácter individual de cada
joven y acomodar a él nuestra conducta, pues dice que éste es el gran secreto
de manejar la juventud, sacando partido de sus talentos y buenas disposiciones. Añade que la oposición debe ser rigurosa y que se debe buscar que el
joven sea su propio corrector.
En cuanto a la juventud, es posible corregir la impiedad con dulzura y
cariño, ya que ella propende generalmente a la justicia. Es muy conveniente recomienda- observar el carácter individual del joven impío y ajustar a él la
conducta a seguir; cosa ésta que resulta decisiva, sobre todo en la escuela. No
así el odioso régimen de premios y castigos, que sólo conduce a la formación
de hipócritas. De igual forma debe hacerse con el afán de crítica que abruma a
la juventud; lo eficaz en estos casos es que dediquen su actividad a otras
cosas, como la música, las ciencias, entre otras.
En virtud de su experiencia y de sus reflexiones sobre la educación de la
juventud, Varela estima que todo estímulo o compulsión que no sea conforme a
190
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
la religión misma es perjudicial y sólo sirve para destruirla. Y que aun en los
incentivos religiosos debe ejercitarse mucha ponderación, pues un sermón
continuo se convierte en una cantinela insoportable, especialmente para los
jóvenes. Y asevera sabiamente, ―el que quiera que un joven no tenga religión,
háblele siempre de ella” (p.114).
El Padre Varela tiene fe en la juventud, y señala que aunque haya
personas empeñadas en demostrar lo contrario, los jóvenes, a pesar de que
estén sumidos en los placeres y la impiedad, siempre agradecen los empeños
que se hacen para mejorarlos, si perciben que no se intenta oprimirlos.
Continuando sus explicaciones, Varela manifiesta que no hay un niño
que no quiera ser grande de cuerpo, ni joven que no quiera serlo en ideas y
sentimientos y que los jóvenes, por demostrar que ya son hombres, empiezan
a hablar, no con franqueza sino con osadía, de diversas materias y de religión.
Varela aclara, que no debe descuidarse este interesante asunto pero que es
errónea la actitud de aquellos que los humillan recordándoles su juventud y su
falta de experiencia y además,‖ con un modo que más ofende que mueve, los
que así proceden no han estudiado el corazón humano ni saben todos los
recursos de la vanidad‖ (p.115).
En esta carta, explica Varela, que él ha seguido un plan contrario y que
su experiencia lo autoriza a recomendarlo como útil y asequible. Que él los
trata como si ya fueran lo que quieren ser, es decir, hombres ya formados.
Aclara el maestro que en esa forma él les comunica su propia experiencia
dejándoles creer que lo han engañado en el sentido de que lo han persuadido
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
191
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
de que antes ellos ya la tenían; de esta manera los jóvenes se convierten en
sus colaboradores, figurándose ellos que han avanzado mucho y que ya han
pasado el vértigo de las locuras juveniles. Después de formados, estos jóvenes
son utilísimos porque comprenden el valor de la estratagema, afirma,‖ he aquí
formado a veces un quijotico religioso por la imprudencia de un maestro‖ (p.
115).
Así mismo, lamenta el concepto que tienen muchos padres de que el
estudio de las ciencias naturales es una pérdida de tiempo porque no producen
mucho dinero. Considera que es un grave error de los padres pensar
solamente en la retribución económica que rendirán los estudios de los
jóvenes, sin considerar el perfeccionamiento moral e intelectual de sus hijos.
Deplora lo que él llama la venalidad de las ciencias, refiriéndose a que
se venden sus servicios sólo por dinero, y se aprecian únicamente en la
medida en que sirven para ganarlo; el interés personal debe ser conciliado con
el científico, afirma el maestro.
Comenta Varela también, en esta carta la impiedad y la psicología de las
mujeres; aspecto bien atrevido para su época, su rectitud y perspicacia son
evidentes en su afirmación de que las mujeres han sido inutilizadas por
ignorancia y política, haciéndoselas desgraciadas, y que la sociedad las ha
encadenado de diversas formas. Considera que la impiedad femenina se debe
a tres causas: la vanidad, el enamoramiento y la perversidad, son estas últimas
a las que llama feo-tontas.
192
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
Las ideas expuestas por Varela en la cuarta carta del tomo primero
representan un gran paso adelante en la progresión científica en materia
educativa; emplea su experiencia y su vasto conocimiento del hombre para
analizar la impiedad, y en ella imprime una original anticipación psicológica en
relación con el trato que debe darse a los jóvenes que es de aplicación general
a la juventud en relación con otros conflictos morales, espirituales o educativos,
tanto en su tiempo como en el presente.
Conviene destacar las valoraciones de Pupo (2008), cuando refiere a la
valía del pensamiento Vareliano en la intelectualidad cubana, señala:
―Caracteriza con acuciante certeza la cogitación expositiva de Varela, apegado
creadoramente aún a las normas de su tiempo, en cuanto a escritura,
influencias, orden lógico y espíritu persuasivo de sus explicaciones‖ (p.2). Así
trasciende el legado del maestro, sacerdote y revolucionario, conformando una
eticidad de raíz religiosa, válida para todos los aspectos de la vida.
4.1.4. Los valores en la carta sexta ―Furor de la impiedad‖.
Comienza Varela su carta, refiriendo, lo siguiente:
No quisiera, mi amado Elpidio, presentar a tu imaginación imágenes
terribles que no pueden menos de conmover un alma sensible como
la tuya; pero tal es la impresión que causa en la mía el cuadro
horroroso de los furores de la impiedad, que para buscar un consuelo,
me he determinado a manifestarte en esta carta las tristísimas
reflexiones que he hecho sobre esta miseria poderosa, que llenando
de espanto a los mortales, es al mismo tiempo humillada bajo la mano
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
193
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
de un Dios vengador, que la permite como castigo de tan audaces
criminales.(p.161)
Comenta Varela a su amado Elpidio, en esta carta, que al impío le
enfurece la religión, que en vano pretende presentar como ilusión, pues es su
alma misma la que dice que la ilusión es incompatible con la verdadera
felicidad. Su desesperación proviene simultáneamente de su aislamiento y de
su impotencia, de su engaño y humillación, como causas del furor de la
impiedad.
Realiza una comparación entre la vida y la muerte, describiéndola con
una belleza sin par, y dice:
La vida es un tormento, pero aun lo es mucho mayor la muerte.
Empieza a conocer la religión que jamás se destruye, si bien pueden
seducirse algunos de sus cultivadores, y que cuando más arraigado
se cree que está el árbol de la impiedad y más frondoso en vicios que
llaman delicias, un soplo cuyo origen no puede conocer le despoja de
sus hojas, esparce por los aires sus funestas ramas y abate su
erguido tronco. (p.163)
Ahora bien, señala Varela, que no debe alabarse ni a los que matan por
Dios ni a los que lo hacen por ir en contra de él. Mucho se habla de la
persecución religiosa pero no de la persecución impía, para lo cual es
argumento decisivo el martirologio cristiano.
194
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
Varela advierte también sobre otras de las causas del furor de la
impiedad, y le dice a Elpidio:
No hay furor más implacable que el que proviene de la vanidad
burlada. Reflexiona sobre los diversos lances de la vida humana y te
convencerás sobre la exactitud de este pensamiento. Las injurias que
no vienen unidas con ultraje son unas pérdidas a las cuales se
resigna el hombre fácilmente, sirviendo a veces la misma vanidad de
medio para la resignación; mas cuando aquélla es abatida, a no serlo
por la mano de la virtud, excita un furor tan constante que el tiempo
sólo sirve para aumentarlo. (p.166)
Refiere Varela a la necesidad de la virtud para aplacar el furor de la
impiedad.
4.2. Análisis de los valores contenidos en el tomo segundo, LA SUPERSTICIÓN.
4.2.1. Los valores en la carta primera‖ Naturaleza de la religión y de la
superstición. Efectos de esta. Paralelo entre ambas‖.
Relata Varela en esta carta cómo se produjeron en él los sentimientos
religiosos, y como se entregó por entero al sacerdocio, le cuenta a su Elpidio:‖
¡Oh! ¡Pudiera yo expresar las sublimes emociones de mi alma en aquella
noche memorable, que derramó sobre mí un raudal de fortaleza y de consuelo!
¡Noche que bendecirán todos mis días!‖(p.2).
En esta carta Varela nos refiere a que el hombre debe tener un
conocimiento exacto de su creador como base de su religión, y que la exactitud
de un conocimiento es la conformidad con su objeto, que si es uno e
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
195
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
inalterable, el conocimiento debe ser igual; si no, es error. Así la religión ora
natural, ora revelada, es una e inalterable, en tanto que la pluralidad de
religiones es un absurdo filosófico. Así expresa Varela:
La obediencia, la gratitud y el amor, suponen un conocimiento, que si
no es exacto, hace ridículos aquellos homenajes, por ser tributados
realmente
a
un
objeto
imaginario.
Tenemos,
pues,
que
el
conocimiento que forma el hombre de su Creador, debe ser exacto,
para que lo sea su religión y no quede reducida a una farsa. Pero la
exactitud de un conocimiento es la conformidad con su objeto, y
siendo éste uno e inalterable, debe aquél: también ser uno inalterable;
si no, es que pasa a ser error. De aquí resulta, que la religión natural
es una e inalterable. Mas el hombre percibe la inmensa distancia
entre su facultad cognoscitiva y el infinito a que la aplica y ansía por
excederse a sí mismo y profundizar aun más la sublime idea de un ser
tan perfecto; y he aquí cómo advierte la insuficiencia de la religión
natural para hacerle feliz. Percibe al mismo tiempo, que el Ser Infinito
puede comunicarle, como don gratuito, conocimientos que él no
puede adquirir con esfuerzo natural; y aquí la posibilidad de la
revelación, la cual desde que es necesaria y posible, debe suponerse
existente, a menos que no se blasfeme contra la bondad divina. (p.2)
Para Varela la verdad es revelada, el problema de la relación entre la fe
y la razón tiene una significación decisiva en la formación de su concepción del
196
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
mundo, en materia de religión acepta los dogmas teológicos; en filosofía, busca
la verdad en el conocimiento de la naturaleza por medio de las ciencias. En su
filosofía está separado el saber del creer. Ya desde sus Instituciones de
Filosofía Ecléctica lo deja sentado cuando expresa que los únicos medios de
adquirir la verdad, ‗son la fe para la cosas divinas y la experiencia para las
humanas‘. También le dice:
Ah! ¡Mi Elpidio! ¡Qué tristes reflexiones formó mi espíritu, comparando
estas doctrinas con la historia de las vicisitudes religiosas de los
pueblos! ¡Qué horrible me pareció en aquellos momentos el monstruo
de la superstición! Ella ha separado a los hombres de su Dios y de si
mismo; ella ha acibarado el corazón humanos; ella ha inquietado las
familias, incendiado las ciudades, asolado las naciones y cubierto el
orbe de víctimas de su crueldad. (p.3).
Advierte Varela el peligro de la superstición que destruye la unidad de
sentimiento y con esta la armonía y la paz, teniendo los hombres también en
división. Por eso es la superstición peor que la impiedad y la herejía, causa de
su disfraz sagrado.
La religión es, en si misma, una; pero, en el sentimiento humano, varia; de
donde concluye que la superstición es la religión humana, en el entendimiento,
en cuanto que la divina es la verdadera, perfecta, permanente y causa de todo
amor, mientras que la otra lo es de todo mal. Reflexiona Varela:
¡Oh! Si cubriese la tierra una sola familia unida en una sola y pura
creencia, ¿no presentaría la imagen del cielo? Allí, sin duda, no hay
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
197
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
más que una familia, allí no hay divisiones, allí reina la verdad, que
siempre es una y pura. (p.5)
Comparaba la religión con la superstición, considerándolas bajo dos
puntos de vista, como creencia y como sentimiento. Señala:
No es preciso advertirte que esta distinción es necesaria; pues una
misma creencia puede estar acompañada de distintos y aun
contrarios sentimientos y unos mismos sentimientos pueden asociarse
con distintas creencias. Pueden las falsas y la verdadera religión
hallarse en pechos filantrópicos y, por consiguiente es claro que la
identidad de sentimientos no arguye identidad de creencia. (p.6)
La superstición como creencia extraña a la fe religiosa o fe desmedida y
contraria a la razón se opone a toda reforma, siendo en todo momento causa
de escándalo y violencia. Incluso el mismo clero es afectado por la superstición
al compartir esta errónea actitud popular, aunque claro está que no el clero
ilustrado. Al respeto significa:
Aun quiero que notes, mi caro amigo, otro resultado no menos funesto, y es
que los juiciosos se apresuran tanto en demostrar que lo son, que a veces
dejan de serlo y caen en errores que después se empeñan en sostener por la
miseria humana, que siempre se resiente de ser abatida. Principalmente en los
eclesiásticos es muy peligrosa esta tentación y ojalá no pudiera yo citarle
ejemplos de muchos que han caído en ella. (p.13). Concluye Varela su
reflexión:
198
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
Si la superstición no causase otro mal que éste, bastaría él solo para
hacerla detestable, pues degradando a las personas de quienes el
pueblo podía esperar su reforma, queda éste sin apoyo y hecho el
juguete de cuantos quieren especular con su ruina. Salta así el
consejo, y como abunda la ignorancia y están desencadenadas las
pasiones, puedes inferir que la corrupción es general y también lo es
el desaliento (p.29).
Quedando la ciencia y la virtud aprisionadas por la superstición.
Con elocuencia establece Varela un paralelo entre la religión y la
superstición, lo cual queda manifiesto en sus propias palabras, ―no quiero
abusar más de tu paciencia, si bien no te ofrezco enmendarme, pues me
preparo a dirigirte otra carta para desahogo de mi espíritu, que siempre
encuentra gran consuelo en tu correspondencia. Horror a la superstición. No
me olvides‖ (p.39). Así se despide de su bien ponderado Elpidio.
4.2.2. Los valores en la carta segunda ―Como usa la política la superstición‖
Comienza Varela en esta carta haciendo una reflexión profunda acerca
de la relación entre la política y la superstición, de cómo la primera se vale de
la segunda haciendo gala de los intereses de las clases dominantes. El propio
Varela apunta: ―La política, que jamás se para en los medios si convienen a sus
fines, se vale gustosa de la superstición como el mejor apoyo de la tiranía, que
es el ídolo de casi todos los gobernantes‖ (p.41).
Evidentemente hay en Varela el deseo de denunciar los males de la
sociedad y uno de ellos es la superstición, de la cual se valen los gobernantes
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
199
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
de turno para hacer sufrir al pueblo, la fusión intereses que en determinado
momento histórico se han establecido entre la Iglesia y el Estado con un fin
político, mella los sentimientos religiosos.
Y a esto se refirió en su contexto histórico, que no deja de trascender y
no pocos ejemplos actuales han dado cuenta de ello. Con su modestia y
sencillez, Varela describe:
¡Ah,
mi Elpidio! Te escribe un hombre que jamás ha desobedecido
una autoridad, pero te escribe un hombre franco y firme, que no
sacrifica la verdad en aras del Poder, y que sea cual fuere el resultado
de sus esfuerzos los dirige todos a presentar las cosas como son en
sí y no como hipócritamente se quiere que aparezcan (Pp.42-43).
Más adelante, señala:
Declarase protectores de la religión los mismos que la profanan y al
momento hallan ilusos que de buena fe los defiendan y pícaros que
los elogien por especulación. Este es el origen de varias máximas
perniciosas que sancionan la tiranía y califican de favor o gracia el
cumplimiento de las leyes y la conservación de los derechos más
sagrados. (p.44)
Pone ejemplos en los que los reyes se hacen eco de estas
manifestaciones, claro está refiriéndose a la sociedad española de entonces,
con Fernando VII.
Significa Varela:
200
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
Entre otras doctrinas escandalosas, ¿no has oído, mi Elpidio, sí, no
has oído la blasfemia moral y política de que los reyes son señores de
vidas y haciendas? Lo son, sin duda, respecto a los delincuentes, y
entonces es la ley la señora de esas vidas y de esas haciendas,
cuyos indignos poseedores castiga justamente; mas creer que los
reyes pueden matar cuando les dé gana y coger la propiedad que
mejor les parezca, es un error funesto, que tiene su origen en la más
horrenda superstición. (p.44)
El propio Varela es asediado por esas ideas y mandado a matar por
sostener pensamientos revolucionarios.
Valoraciones importantes realiza Varela cuando dice que movidos por la
efervescencia popular como resultado de su sufrimiento, dan muerte al tirano;
la superstición saca partido de estas sutilezas político religiosas y la política a
su vez no se descuida en aplicarlas
Concluye Varela su reflexión, reconociendo, las ventajas que consigue la
infame superstición y confiesa su inmenso poder; ―mas no me acobarda, y por
débiles e infructuosos que sean mis esfuerzos, la mera resistencia al crimen es
un placer de que no me privaré sino cuando me falte la vida. Espera, pues, otra
carta, … recibe mi afecto‖ (p.65). Se despide de su amado Elpidio con muestra
de gran devoción.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
201
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
4.2.3. Los valores en la carta tercera ―Como debe impedirse la superstición‖
Comienza Varela esta carta, señalando como la política se vale de la
superstición sacando partido de ella, lo cual lamenta y da algunos consejos de
cómo debe impedirse ésta. Señalando así:
Siempre me ha parecido un papel muy poco airoso el de llorón, y pues
que he tenido la desgracia de verme precisado a hacerlo, indicando
los medios de que se vale la política para sacar partido de la
superstición, quiero, mi caro Elpidio, distraer la pena que esto me
causa, manifestando las medidas que creo convenientes para evitar
unos males tan funestos. La primera de estas medidas es la
paciencia. (p.67)
Señala que desear una cura instantánea no asequible a este mal es un
obstáculo y que la precipitación es la prueba más evidente de la debilidad
humana, así como la mesurada espera lo es de heroica fortaleza. Otro de los
males asociados a la superstición es la a vanidad humana, la cual quiere
siempre ostentar sabiduría y poder.
Aclara Varela que el término de la paciencia no implica que dejemos
correr el mal y aboguemos por el plan de tranquila destrucción que tienen a
bien llamar la laudable prudencia, sino que, el combate de la superstición debe
ser continuo y sin tregua, al igual que con el cruel fanatismo. Señala además,
que:
202
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
En esta materia, como en todas las morales y políticas el primer paso
debe ser ponernos en el lugar de las personas que deseamos corregir
o ilustrar y hacer todo esfuerzo para sentir y pensar como la razón nos
dicta que ellos sentirían en tales o cuales circunstancias. (p.69)
A lo cual agrega que desea provocar en ellos la meditación, dirigida por
la caridad, la honradez y el verdadero patriotismo; porque en términos políticos
hay que hacer la cura con energía pero también con prudencia, pues en la
política son mucho más arriesgados que en la medicina.
Precisa como debe impedirse la superstición, dando dos consejos
fundamentalmente:

La paciencia,

El desprecio a los supersticiosos
A continuación se refiere al autor a su noción del egoísmo, que difiere
completamente de las que ha recibido, pues él cree que el hombre debe
procurar su propio bien y perfeccionamiento por sí mismo y lo antes posible, sin
mirara al futuro; sin pensar que actúa con vistas a éste. No hay derecho a
sacrificar el presente en aras del futuro, pues esta consideración sólo debe
tener la en mente el hombre en lo que atañe la vida eterna. Es precisamente
una fingida prudencia, que difiere justificadamente lo que debe ser la obra del
presente, en lo que se ha apoyado la pereza en la generalidad de los casos.
Aboga por la supresión de la superstición y critica a aquellos que lo
dejan todo al tiempo, el cual considera, que no es más que una sucesión de
existencias, y si ésta es inactiva e irreflexiva su prolongación solo servirá para
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
203
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
radicar los males y perder hasta el hábito de desear remediarlos. Advierte
que:‖La inmoralidad nunca produce sino males y el que empieza por robar
nunca consigue convencer‖ (p.76).
Concluye el autor diciéndonos que otro medio de destruir la superstición
es asumir el desprecio al supersticioso por un trato basado en el aprecio
personal con lo cual se evita la posibilidad de que los supersticiosos (que se
creen puros creyentes), lleguen a sentirse mártires de una causa injustamente
perseguida. ―Para atacar la superstición de un modo eficaz es absolutamente
necesario que los reformadores no necesiten reformas y que puedan presentar
la cara, sin medio de que se descubran en ellas manchas que las desfiguren‖
(p.77).
Resulta ser Varela, ante una breve mirada, un sacerdote católico de
absoluta integridad, que a la vez que un hombre de ideas liberales
perfectamente definidas, era un filósofo de claro pensamiento que se
encontraba al día en las disciplinas científicas de su tiempo. Todo este acervo
estaba puesto al servicio de Cuba, ya que tuvo una visión previsora que llega
hasta nuestros días, resulta sorprendente como a tantos años de distancia, con
el acontecer diario tal parece que fuera escrita hace apenas unos días.
Del carácter previsor y formador de las juventudes se puede observar en
sus escritos un fuerte sentido humanista.
204
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
4.2.4. Los valores en la carta quinta ―Tolerancia religiosa‖.
Con una belleza extraordinaria, escribe Varela sobre la Tolerancia
Religiosa, comienza su carta señalando:
Al fin, querido Elpidio, exige el orden de nuestra correspondencia que
te acerca de la tolerancia religiosa, que ha sido objeto de tantas
disputas y causa de tantos disgustos. Pero qué dirás, si afirmo que la
materia es muy sencilla y la confusión es fruto de la ignorancia o de la
malicia? Tal es mi opinión, cuyos fundamentos procuraré presentar
con la claridad que me sea posible.(p.133)
Distingue las clases de tolerancia, una teológica, otra social, y otra legal
o civil y señala que de estas tres clases de tolerancia sólo la legal puede existir
con toda perfección, la social es muy difícil, y la teológica es imposible. Así, la
tolerancia legal o civil sujeta a sus infractores a castigo, la prudencia de no
mortificar a nadie con motivo de su religión, debe caracterizar a la tolerancia
social, algo que en la práctica socio histórica ha sido muy difícil de lograr; la
teológica equivalente a la admisión o indiferencia, sólo esta,- según Varela-, en
el entendimiento.
Comienza Varela analizando cada uno de los tipos de tolerancia,
señalando así: ―Entremos, pues, en el asunto, empezando por la tolerancia
dogmática o teológica considerándola primero como existente en el
entendimiento‖ (p.134). Considera que una persona tenga o no creencia
religiosa y admita que otros la tengan, es algo que puede entenderse, en
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
205
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
términos de tolerancia, pero no que asumiendo una admita la existencia de
otras, por cuanto no es consecuente con su propia concepción religiosa.
Y se pregunta, cómo puede un hombre que no admite ceerncia religiosa
alguna adscribirse a una clase de ellos, o sea a una religión, para vivir en paz y
sacar partido de ella, y que se diga que es verdadero creyente, al respecto
señala:
Hablaré más claro: no creo al que use de semejante lenguaje, a
menos que por otras circunstancias no me conste que es un tonto de
recibo, o un iluso tan rematado en su locura religiosa, que no advierte
la significación de las palabras, cuando coge sus tema de
tolerantismo, sea como fuere, pues lo que le importa es no pasar por
intolerante. Paréceme tan clara esta verdad que no juzgo necesario
detenerme en demostrarla, y por otra parte no hay que esperar que se
convenzan los que, o no pueden percibir por ser estúpidos, o no
quieren percibir por ser ilusos. (p.134)
Considera no existente la tolerancia teológica y advierte:
Sé muy bien que el proselitismo tiene por causa la vanidad y a veces
los intereses de la política; pero también me consta que no son estas
las únicas causas y que muchas veces no influyen de modo alguno,
debiéndose todo a un sentimiento caritativo, aunque errado, por la
salud de las almas. (p.135)
206
LOS VALORES EN LA BRA CARTAS A ELPIDIO
Considera el proselitismo una infracción de la tolerancia teológica, o
mejor dicho, una prueba de que no existe.
A renglón seguido señala, que todas las sectas tienen este espíritu de
proselitismo y que no omiten esfuerzo alguno para convertir todo el género
humano a su creencia. ―Dónde está pues la tolerancia teológica o dogmática?.
La misma impiedad es intolerante, pues no puede admitir que haya creyentes‖
(p.136). Recalca que habla del intolerantismo teológico y no del legal, que no
pertenece a la naturaleza de la religión, sino al poder puramente civil que tiene
a bien o no, el establecerlo.
En controversia establecida con la iglesia protestante, advierte, ante los
ataques recibidos:
Sabéis que soy un sacerdote católico y aquí me tenéis en vuestra
presencia como en un tribunal: juzgadme según vuestros principios
religiosos. Os pregunto: ¿puedo yo salvarme? Si respondéis que sí;
ya habéis negado vuestra doctrina; si respondéis que no; ya habéis
confesado la mía. Yo os dejo la elección. (p.138)
Con sabias palabras responde al agrabio, cuando asevera: ―el Dios de
inocencia nunca castigará sino a los culpados ... Esta es, sin duda, vuestra
respuesta, a menos que no queráis condenar a eternas llamas a todos los
católicos y entonces incurriréis en el mismo error que queréis combatir‖ (p.139).
Refiere además, a los horrores de la santa inquisición,cuando dice: ―La
historia nos prueba que los pueblos, lejos de mirar con indulgencia a los
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
207
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
enemigos de su culto, los han perseguido con más o menos furor y crueldad,
pero siempre, con el mismo empeño‖ (p.141).
Más adelante, refieriendose a los Estadois Unidos, país al que tuvo que
recurrir tras su deportación de España, señala: ―En cuanto a este país, me es
doloroso decir que sólo existe una tolerancia legal, pero no social, por lo menos
respecto de los católicos, pues las sectas entre sí se guardan más
consideración‖ (p.142).
Toda esta carta gira alrededor de si existe la tolerancia y cuales son sus
tipos, y Varela va analizando cada una de ellas, aflorando en su s valoraciones
un sistema de valores y antivalores que magistralmente queda explícito. En el
apartado VI se aportan los pomenores.
Las cartas escogidas muestran lo que son en realidad las Cartas a
Elpidio, sin duda alguna, un ensayo de fundamentación de la vida moral sobre
la base de la creencia en la religión revelada y el acatamiento a sus preceptos.
Como hombre de firme creencia está convencido de que sobre la base
de sus creencias pueden asentarse la moral; simultáneamente como liberal y
progresista, siente la necesidad de oponerse a los males sociales y los que se
arraigan en la religión misma. Con su admonitoria elocuencia deja sentada sus
ideas liberadoras, admitiendo una moral social y la libertad de conciencia; sin
dejar de defender la legitimidad de la religión, que tiene por única y verdadera.
208
CAPÍTULO V: PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO
DE LA INVESTIGACIÓN.
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
CAPÍTULO V: PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN.
5.1. Motivaciones de estudio y problemática de investigación.
Hoy, la educación mantiene como objetivo principal el desarrollo del ser
humano y establece como paradigma que el alumnado sea centro de su propio
aprendizaje, aprenda a pensar por sí mismo y sea capaz de desarrollar el
pensamiento crítico y creativo. La educación como formación humana, en
correspondencia con las necesidades de la práctica social, garantiza su
incorporación a la sociedad, persigue ‗preparar a los hombres para la vida‘,
contribuir a formar sus valores y sentimientos. Al decir de José Martí,
refiriéndose a la educación y la época histórica.
Preparar al hombre para la vida, representa no sólo la interpretación de
las exigencias de la época presente, sino además, la valoración de la
trascendencia que tiene las creaciones aportadas en cada contexto. Beber del
acervo cultural precedente es una condición necesaria para dar continuidad
histórica a todo proceso social, tomando en cuenta lo aportado por sus
personalidades prominentes.
Una aproximación a la ejemplar obra patriótica, científica y humanista de
Félix Varela, con el propósito de incentivar a los jóvenes al estudio de su
excepcional magisterio, constituye una finalidad obligada. Diversos y
cautivadores aspectos muestra su precursora y revolucionaria obra, elogiada
por biógrafos, historiadores, ensayistas, religiosos, periodistas, políticos,
educadores y otros estudiosos.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
209
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
En la revisión bibliográfica realizada se encuentran numerosos autores
que desde concepciones diferentes han abordado la personalidad de Félix
Varela, sus datos biográficos, sus obras más representativas, la grandeza de
pensamiento pedagógico, filosófico, moral y su labor sacerdotal, pero ninguna
desde la perspectiva del análisis axiológico que encierra su obra como caudal
inagotable para la formación de valores de las nuevas generaciones, incluso
bajo contextos socio históricos diferentes, aun cuando su pensamiento
revolucionario en su integralidad, ha cristalizado en las realizaciones sociales
de nuestro país, sobre todo su concepto de libertad.
Un acercamiento al estudio de la obra de Félix Varela, principalmente a
sus escritos filosóficos, periodísticos y literarios más importantes, se ha
encontrado en sitios, tales como: El Centro Cultural Félix Varela, el Seminario
de San Carlos y San Ambrosio; el Instituto de Filosofía de la Habana; Instituto
de Historia de Cuba; la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, la
Universidad de la Habana, entre otros; referenciado por destacados estudiosos
del pensamiento filosófico cubano.
Es importante destacar el trabajo realizado en la Biblioteca Nacional
José Martí, por María Margarita León Ortiz (2000), sobre los procedimientos
para el análisis de los textos de pensadores cubanos del siglo XIX, puestos en
práctica en el análisis de las obras del presbítero Félix Varela y Morales; un
estudio como instrumental para el análisis de la creación intelectual, el análisis
210
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
de contenido, con diseño de una base de datos en CDS/ISIS propias de las
Ciencias de la Información.
Todo este análisis conllevó a realizar un estudio sobre esta personalidad
histórica, cuyo ideario pedagógico, filosófico, sacerdotal, político y moral sirve
de fundamento para la formación de valores de las nuevas generaciones de
cubanos; teniendo en cuenta que su pensamiento siempre estuvo dirigido al rol
que debía desempeñar los jóvenes de su época; ideas que han trascendido y
abonan las aspiraciones de formación de los jóvenes de hoy, manifiesto en las
bases del ideario martiano, que tuvo por fuente las enseñanzas del maestro
Varela.
La casualidad histórica hizo que José Martí prócer de nuestra
independencia, naciera el 28 de enero de 1853, un mes antes del deceso del
padre Varela, pero que asimilara sus enseñanzas y diera continuidad a sus
ideas. Como dijera el destacado historiador cubano Eduardo Torres-Cueva,
defiriéndose a Varela: ―Moría físicamente el iniciador del pensamiento de la
independencia de Cuba; nacía quien llevaría ese pensamiento a su elaboración
más alta y a la práctica liberadora‖. (2002, p.15)
De Félix Varela, refieren distinguidas personalidades en el ámbito de la
cultura universal y cubana desde el siglo XIX hasta nuestros días, es así como
Luz y Caballero (1981), escribió, ―Varela fue el primero que nos enseño en
pensar‖, frase inmortalizada que identifica la personalidad del filósofo. Martí
(1963a) lo llamó patriota entero, y con motivo de su visita a la tumba del
precursor de la independencia cubana, escribió:
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
211
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Patriota entero, que cuando vio incompatible el gobierno de España
con el carácter y las necesidades criollas, dijo sin miedo lo que vio, y
vino a morirse cerca de Cuba, tan cerca de Cuba como pudo, sin
alocarse o apresurarse; ni confundir el justo respeto a un pueblo de
instituciones libres con la necesidad injustificable de agregarse al
pueblo extraño y distinto, que no posee sino lo mismo que con
nuestro esfuerzo y nuestra calidad probadas podemos llegar a poseer
los restos del padre Varela. (p. 96)
Fue José Martí, como continuador de su legado quien comprendió mejor
que nadie el sentido de la independencia radical de Varela y la decisión de
quedar como ejemplo para las generaciones no sólo las del 1868 que dieron
inicios a la guerra por la independencia de Cuba y las de 1895, en las que
participara como ideólogo; sino, la previsión de aquellas que continuarían
posteriormente hasta lograr la definitiva soberanía.
Por su parte, Emilio Roig de Leushsenring referenciado por Ternevoi
(1981), valoró el papel de Varela en la Historia de Cuba, y señaló,‖ fue, pues,
Varela, maestro de maestros, maestro de filósofos, maestro de intelectuales y
maestro de revolucionarios‖. Fue también Varela, ‗el primero de nuestros
intelectuales revolucionarios‘ (p.184).
Sobresale en Varela (Roig, 1997), su independentismo como postulado
esencial, imprescindible para la realización de la justicia social tanto como para
212
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
el logro de la verdadera libertad, es por ello que lo califica como ―el gran
precursor ideológico, el gran maestro de revolucionarios‖ (p.4).
El líder espiritual, su santidad Juan Pablo II en su mensaje pronunciado
el 23 de enero de 1998, en el aula Magna de la Universidad de la Habana, en
el Encuentro con el Mundo de la Cultura, dijo:
Hijo preclaro de esta tierra es el Padre Félix Varela y Morales,
considerado por muchos como piedra fundacional de la nacionalidad
cubana. Él mismo es, en persona, la mejor síntesis que podemos
encontrar entre fe cristiana y cultura cubana, … fue el primero que
habló de independencia de estas tierras
resaltando a la vez las
exigencias que de ellas se derivan, … personas educadas para la
libertad y la responsabilidad. (Pp.15-16)
Por su parte, Benedicto XVI (2012) evocando a Félix Varela en su
Homilía pronunciada en la misa de La Habana, lo calificó como el hijo ilustre de
la Ciudad quien refiriera ‗no hay patria sin virtud‘; resume así, la grandeza de su
pensamiento religioso y político.
Torres-Cuevas (2002), refiere a que es Varela quien ofrece por primera
vez en la historia de la filosofía cubana, algo que hasta entonces no se había
logrado, unir el pensamiento cubano al pensamiento universal, unir el
conocimiento universal a la realidad cubana, que no siempre se puede
encontrar; creó una filosofía electiva, una filosofía de elección. Punto de
referencia de la SOFÍA cubana, tan cubana como la griega. Trazó los puntos
cardinales del pensamiento de la emancipación, y asevera, hay dos cosas, el
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
213
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
pensamiento de la emancipación y la emancipación del pensamiento, en tanto
rompe con los esquemas de la edad media y al mismo tiempo crea un
pensamiento para la emancipación cubana, de profundo contenido patriótico.
Martí decía que en Varela y en todo el siglo XIX, fue un siglo de labor patriótica,
y el pensamiento de Varela siempre culmina con la patria; con las ideas del
patriotismo.
El Historiador de la Habana, Eusebio Leal Spangler (2005), señaló que
es, un sacerdote católico, un cristiano convencido, es un hombre en el cual
muchos en su tiempo consideraron haber visto aparecer en él las virtudes
heroicas de un santo, del primer santo cubano8. Considera excelente la idea de
haber aportado además el primer sacerdote santo revolucionario, y puntualiza
que, es un privilegio que le ha tocado a Cuba; las virtudes heroicas del primer
santo cristiano, su reconocimiento hizo que la revolución cubana le diera la
connotación que merece y creara la orden de primer grado Félix Varela, que se
otorga a personalidades relevantes de la cultura con méritos excepcionales.
214
8
Es de señalar aún no se ha canonizado el presbítero a pesar de haberse introducido el proceso de
santificación, pero muchas personalidades incluida el Historiador de la Habana, lo considera el primer
santo cubano. Se le ha considerado Siervo de Dios. Con motivo de la celebración del II Encuentro
Nacional en La Habana (2006), cuya clausura coincidió con el 143 aniversario de su muerte, antes de
concluir la Misa solemne en la Catedral, se efectuó la Apertura Oficial del proceso de Beatificación y
Canonización de Félix Varela. Sólo se han beatificado el padre Olallo Valdés, el 29 de noviembre del
2008; de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, en la ciudad de Camagüey, y el padre Fray José López
Piteira, primer beato cubano, en Jatibonico, Santi Spíritus. Con motivo de la visita efectuada a la Habana
en el 2013, el Papa Benedicto XVI autorizó a la Congregación para la Causa de los Santos que
promulgara el decreto por el que se reconocen las “virtudes heroicas al sacerdote cubano”. Primer paso
hacia la santidad del religioso, fue informado por el Vaticano, el 14 de marzo del 2013. El Papa Francisco
autorizó a la Congregación para la Causa de los Santos que promulgara el decreto por el que se reconocen
las “virtudes heroicas al sacerdote cubano nacido en La Habana el 20 de noviembre de 1788 y fallecido
en San Agustín el 25 de febrero de 1853. Este decreto papal es un primer paso a la beatificación . Puede
verse Cosano, R. (2014).
214
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
Señala además, que el exceso de politicidad en Varela preocupaba a
muchos, inclusive dentro del sacerdocio; esto hizo que cuando se resuelven
traer a la patria sus restos no se llevaran a una iglesia, ni al seminario. Es de
significar que ni el obispo ni los sacerdotes de entonces lo acogieron, ni
acompañaron su despojos a la Universidad, ‗nadie sospeche livianamente que
esta abstención envolvía resquemores de amor propio, indignos de un alma
cristiana, o menosprecio de los nobles caballeros que formaban la Comisión
Gestora para el homenaje al P. Varela , o, lo que desde luego es imposible,
indiferencia por el ilustre y santo sacerdote‘, así lo refiere el Boletín eclesiástico
de la Habana de noviembre de 1911, citado por el Monseñor Ramón Suárez
Polcari (2010).
Es de constatar que el clero de la diócesis de La Habana estaba
compuesto en su mayoría por españoles y seguía siendo representante de La
Corona como en el siglo XIX, que ignoró por su opción política, la ejemplaridad
del sacerdote cubano extraordinario.
Por su parte, alegó Suárez (2010), ―la indiferencia hacia lo cubano en
una buena parte del clero que trabajó en Cuba durante la primera mitad del
siglo XX, propició lo ocurrido con los resto del padre Varela‖. (p.15)
Sus restos lo reclama la Universidad de la Habana como símbolo de
hidalguía para su reposo eterno en el Aula Magna, allí están los restos del
primero que nos ‗enseño en pensar‘, en pensar en Cuba; más que sus huesos,
más que sus reliquias materiales, su legado forma parte la identidad nacional
cubana. Por su parte, Rojas (2012) significó este hecho cuando escribió:
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
215
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Ha de sobrecogernos a todos los cubanos ver dentro de una sobria
vitrina la urna que guarda los restos de este fundador. El sencillo
monumento es lo más solemne de todo cuanto hay en el Aula Magna
de la Universidad de la Habana. Aunque ese objeto material es solo
un símbolo de la grandeza patriótica, intelectual y religiosa de Varela,
que debe aprehenderse de sus escritos y su vida. (p.6)
Es importante significar, que las palabras de recepción de estos restos
estuvieron a cargo de otro cubano eminente, Enrique José Varona; alguien muy
diferente de él, pero de cualquier modo, continuador de su obra. Su figura se
convierte en símbolo de quijotismo, no sólo para todos los cubanos sino para
distinguir a personalidades relevantes.
Haciendo referencia a tan importante distinción, instituida por el Consejo
de Estado y de Ministros de Cuba, Armando Hart Dávalos (2005), explica que,
cuando se propuso al Consejo de Estado, que se le concediera a los
intelectuales y hombres de cultura de más alto nivel por sus méritos
excepcionales una orden que llevara el nombre de Félix Varela, fue porque es
una de las piedras angulares iníciales de la cultura nacional; vale insistir en la
necesidad de reconocer el valor del legado de Varela en estos momentos.
En otra de sus valoraciones, expresa Hart, que se puede hablar de su
inmensa cultura humanista, de sus sentimientos patrióticos, incluso de su fe
religiosa y de su ejemplo personal, pero lo que más puede interesarnos de
Varela, es algo que hubo de señalar en una conferencia que convocó la
216
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
UNESCO en la Habana (1999), y es que en el hombre que nos enseño en
pensar están articuladas dos categorías esenciales para la cultura de hoy, dos
principios fundamentales, la conciencia aunque fundamentada en su fe
religiosa, los principios éticos; y el pensamiento científico. Ciencia y ética,
ciencia y conciencia, es un binomio que no resulta muy usual en el
pensamiento filosófico de occidente, puntualizaba el destacado intelectual.
Por su parte, Cintio Vitier (2006) lo cataloga como un hombre de un
carácter entero, enérgico y capaz de asumir una actitud verticalmente
revolucionaria. El padre Varela fue, mansedumbre con los pobres y altivez con
los déspotas. También es muy importante ese americanismo, sobre la
independencia. Cuba debía ser tan isla en lo geográfico como en lo político,
refiere que en El Habanero, él no quiso que intervinieran en Cuba, ni Estados
Unidos ni nadie, y establece que si la revolución no se forma por los de casa se
formará inevitablemente por los de afuera, cualquiera que estas sean, y que el
primer caso es mucho más ventajoso, pues sólo, el esfuerzo propio hace nacer
merecedores de la libertad.
Aquí está el cimiento de las ideas independentistas que han
acompañado cada etapa de nuestras luchas y en el momento actual por
mantener la plena independencia económica, política y social. Castro (2015),
referiría del venerable presbítero Félix Varela, ―… queremos que las
generaciones futuras hereden de nosotros la dignidad de los hombres y
recuerden lo que cuesta recuperarla para que teman perderla … ‖(p.2).
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
217
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
En estas ideas, se resumen la importancia que alcanza la personalidad
de Félix Varela y Morales en la formación de las nuevas generaciones de
cubanos y en especial la juventud, para sembrar el sentimiento patrio y a la vez
humanista que cristalizara en toda la historia del pensamiento revolucionario
cubano.
Sería muy pretencioso querer aportar valoraciones después de estas
elocuentes y profundas reflexiones sobre figura tan prominente; pero en el
orden de la práctica pedagógica y formativa que se asiste como continuadores
de su obra, muy humildemente se propone llevar su estudio a quienes en
nuestras aulas asumen la responsabilidad de inculcar valores y profundizar en
las raíces de la cubanía, y que mejor que el referente que nos confiara el
hombre de la primera mitad del siglo XIX, quien dejo su legado político y moral
como se le conoce en la Historia de Cuba.
Sobre esta base se plantea en el orden educativo, la necesidad de
investigar la importancia que inviste la personalidad de Félix Varela en el
contexto cultural y educativo para los estudiantes de la carrera de Estudios
Socioculturales; así como, el sistema de valores que plantea formar en el
estudiantado el plan de estudios de la carrera en la materia de Sociedad y
Religión, y los aportados por Varela a partir del análisis de contenido axiológico
de la obra Cartas a Elpidio; no sólo para esta especialidad, sino para el estudio
de las disciplinas que forman el Ciclo de Ciencias Sociales (Teoría Filosófica y
218
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
Sociopolítica, Cultura cubana e Historia de Cuba), que reciben como materias
básicas.
Se pretende develar además, si el valor moral humanismo es condición
necesaria en la formación de este profesional y el rol que desempeñan las
personalidades históricas en la transmisión de la herencia cultural, asimismo
cómo la ética trascendente de Félix Varela Morales puede integrarse en un
modelo axiológico para la formación integral del estudiantado universitario.
Se plantea la siguiente problemática: ¿Cómo determinar el modelo
educativo presente en el pensamiento Vareliano para establecer la relación
existente con lo planteado en el modelo del profesional de la carrera de
Estudios Socioculturales, que contribuya a la formación integral del
estudiantado?
De aquí se nos presentaron las siguientes interrogaciones:
1. ¿Qué importancia ofrece la personalidad de Félix Varela en el
contexto educativo cubano?
2. ¿Qué interrelación puede evidenciarse entre la dimensión educativa
y los procesos formativos?
3. ¿Cuál es el sistema de valores que plantea formar en el estudiantado
el plan de estudios de la carrera de estudios Socioculturales y su relación con
el ofrecido por Varela?
4. ¿El valor moral humanismo es condición necesaria en la formación
de éste profesional?
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
219
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
5. ¿Qué valores presentes en el pensamiento ético de Félix Varela
pueden integrarse en el modelo axiológico para la educación integral del
estudiantado universitario?
Para dar respuesta a estas interrogantes se ha planteado los siguientes
objetivos.
5.1. Objetivos de la investigación.
A partir del estudio realizado y la determinación de los aspectos a tratar
se propone los siguientes objetivos:
Objetivo General de la investigación:
Identificar el modelo axiológico presente en la obra de Félix Varela
Morales, a través del análisis de contenido de la obra Cartas a Elpidio, para la
formación humanista del estudiantado universitario de la Carrera de Estudios
Socioculturales.
5.1.1. Objetivos específicos.
1.
Valorar la importancia de la personalidad de Félix Varela en el
contexto educativo y filosófico cubano.
2.
Analizar el concepto de valor moral humanismo y su relación con
los procesos sociales y educacionales en general.
3.
Analizar desde la perspectiva axiológica el contenido de la obra
Cartas a Elpidio, para verificar la presencia de valores con relación a un modelo
axiológico de educación integral, que sirva de fundamento educativo en la
formación del profesional.
220
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
4.
Comparar
la
relación
existente
entre
los
valores
institucionalizados y los contenidos en la obra vareliana para el proceso
formativo.
5.2. Metodología utilizada.
Partiendo del presupuesto de la investigación cualitativa y sus ventajas
como se expresa por diversos autores, para conocer y profundizar en los
discursos presentes en el universo de estudio a propósito de los valores, se
asume en el presente estudio el uso una metodología de investigación de
naturaleza cualitativa.
Así referimos a los autores que son partidarios de esta metodología,
acercándonos a las características de la misma, haciendo una breve historia de
la evolución que ha experimentado ésta, a partir del proceso seguido por cada
una de las diferentes áreas que han conformado la manera de entender la
investigación en el campo de las ciencias sociales, sobre todo desde la
antropología, la sociología y la pedagogía.
5.2.1. Metodología de la investigación cualitativa.
Como señalan acertadamente Tylor y Bogdan (1986), ―la metodología
cualitativa, a semejanza de la metodología cuantitativa, consiste en más que un
conjunto de técnicas para recoger datos, es un modo de encarar el mundo
empírico‖ (p.23), asimismo destacan como características las siguientes:

La investigación cualitativa es inductiva, en el sentido que los
investigadores desarrollan conceptos, explicaciones y comprensiones
partiendo de los datos, y no recogiendo datos para evaluar modelos,
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
221
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
hipótesis o teorías preconcebidas. El diseño de la investigación es flexible.

En la metodología cualitativa el investigador ve al escenario y a las
personas en una perspectiva holística; las personas, los escenarios o los
grupos no son reducidos a variables, sino considerados como un todo.

Los investigadores cualitativos tratan de comprender a las personas
dentro del marco de referencia de ellas mismas.
Para el investigador cualitativo todas las perspectivas son valiosas. Los métodos
cualitativos son humanistas. Los métodos mediante los cuales estudiamos a las
personas necesariamente influyen sobre el modo en que las vemos. Cuando
reducimos las palabras y actos de las personas a ecuaciones estadísticas,
perdemos de vista el aspecto humano de la vida social. Si estudiamos a las
personas cualitativamente, llegamos a conocerlas en lo personal y a
experimentar lo que ellas sienten en sus luchas cotidianas en la sociedad.

Los investigadores cualitativos dan énfasis a la validez en su
investigación. Están destinados a asegurar un estrecho ajuste entre los
datos y lo que la gente dice y hace. Para el investigador cualitativo, todos
los escenarios y personas son dignos de estudio. Ningún aspecto de la vida
social es demasiado frívolo o trivial para ser estudiado.

La investigación cualitativa es un arte. Los métodos cualitativos no han
sido tan refinados y estandarizados como otros enfoques investigativos,
es un reflejo de la naturaleza de los métodos en sí mismos.
Para LeCompte (1995), citado por Rodríguez, Gil y García (2008) la
222
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
investigación cualitativa podría entenderse como una ‗categoría de diseños de
investigación que extraen descripciones a partir de observaciones que adaptan
la forma de entrevistas, narraciones, notas de campo, grabaciones,
transcripciones de audio y videos, registros de escritos de todo tipo‘. (p.34)
Se entiende la metodología cualitativa, según Anguera (1886) citado por
Revuelta (2010), como:
una estrategia de investigación fundamentada en una depurada y
rigurosa descripción contextual del evento, conducta o situación que
garantice la máxima objetividad en la captación de la realidad,
siempre compleja, y preserve la espontánea continuidad temporal que
le es inherente, con el fin de que la correspondiente recogida
sistemática de datos, categóricos por naturaleza, y con independencia
de su orientación preferentemente ideográfica y procesal, posibilite
un análisis que dé lugar a la obtención de conocimiento válido con
suficiente potencia explicativa.(p.3)
Desde una perspectiva sociológica Bogdan y Biklen (1982) sitúan sus
raíces dentro de los Estados Unidos, a inicios del siglo XX, utilizando la
encuesta social como vía para llamar la atención sobre las condiciones de vida
urbana de la sociedad Norteamericana. Señalan la importancia de la encuesta
social para la comprensión de la historia de la investigación cualitativa en
educación debido a su relación con los problemas sociales y su particular
posición intermedia entre el estudio revelador descriptivo de una realidad social
necesitada de un cambio y el estudio científico.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
223
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
En el entorno Europeo, se sitúa el estudio de Leplay de 1855 publicado
bajo el nombre Les Ouvriers Europeans (Los obreros europeos), donde se
describe la situación de las familias de la clase trabajadora, a través del método
de trabajo la observación participante, según lo planteado por Rodríguez, Gil y
García (2008).
La incorporación de la metodología cualitativa al estudio de los
fenómenos educativos, como lo planteado por Colás (1994) se debe a múltiples
factores, entre ellos, ―el replanteamiento epistemológico sobre algunos
presupuestos
que
guiaban
anteriores
investigaciones
y
su
evolución
metodológica propiciada por su práctica en disciplinas afines al campo de la
educación: sociología, psicología, antropología‖ (pp.249), básicamente.
Señala además Colás (1994), que existen diversos enfoques que sucinta
objetivos científicos específicos para cada uno de ellos, menciona:
La Psicología ecológica, cuya meta se centra en describir de forma
detallada y objetiva las conductas naturales a fin de descubrir las
leyes que la rigen. La etnografía holística, cuyo centro de interés será
la exploración, descripción y análisis de los patrones culturales de
cada grupo, mediante la identificación de creencias y prácticas
concretas. La etnografía de la comunicación, la cual se ―configura a
partir de la sociolingüística, la comunicación no verbal, la antropología
y
224
la
microetnografía…el
interaccionismo
simbólico,
en
esta
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
perspectiva el individuo y la sociedad se ven como un todo
inseparable. (Pp.249-250).
Cada uno de estos enfoques aportan temáticas de estudio y
orientaciones metodológicas para su aplicación a contextos educativos,
proporcionando datos importantes para la comprensión de de los fenómenos
educativos.
Todas se engloban desde la perspectiva de sus aplicaciones prácticas
bajo la denominación de la metodología cualitativa, por cuanto comparten
principios generales básicos acerca de la naturaleza del fenómeno educativo y
la forma de bordarlo.
Tras este breve repaso sobre distintas visiones en torno a la
investigación cualitativa, se establecen las características básicas de este tipo
de investigación, siendo conscientes de lo difícil y polémico que puede resultar
sintetizar tanta pluralidad en una tipología básica.
5.2.2. Características de la metodología cualitativa.
Dentro de las reflexiones realizadas por diversos autores sobre los
rasgos que tipifican a este tipo de metodología se encuentra la de Colás
(1994,1998, 2009) quien considera que la investigación cualitativa es una
metodología cada vez más utilizada en los trabajos de investigación y las tesis
doctorales, y que tiene las siguientes características siguiendo los preceptos
establecidos por los autores Guba y Lincoln (1982,1985), los cuales que
quedan resumidos de la siguiente forma:
1. Concepción múltiple de la realidad
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
225
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
2. El principal objetivo científico será la comprensión de los fenómenos.
3. Investigador
y
objeto
de
investigación
están
relacionadas,
interaccionando e influyendo mutuamente.
4. El objetivo de la investigación es desarrollar un cuerpo de conocimientos
ideográficos que describan los casos individuales.
5. La simultaneidad de los fenómenos e interacciones mutuas en el hecho
educativo hace imposible distinguir la causa de los efectos.
6. Los valores están implícitos en la investigación, reflejándose en las
preferencias por un paradigma, elección de una teoría.
La metodología cualitativa no es única, sino que incluye la diversidad de
perspectivas y metodologías de investigación, así queda explícitos en los
estudios realizados por Colás (2009, p101), sobre las formas metodológicas y
las líneas de investigación, en los que se identifican los objetivos científicos a
los cuales se orientan cada una de estas perspectivas y enfoques,
describiéndose de la siguiente manera:

Fenomenología, descripción de vivencias, representación del mundo
en los sujetos;

Etnografía, describir y analizar culturas para descubrir patrones de
comportamiento;

Interaccionismo Simbólico, procesos de interacción simbólica para
comprender la conducta;
226
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN

Etnometodología, estudia el pensamiento práctico como los sujetos
interpretan cada situación.
Cada uno de ellos destinados a el cumplimiento de objetivos científicos
muy diversos que incluye: descripciones de procesos, contextos, sistemas; la
identificación de problemas, el desarrollo de nuevos conceptos, clarificar ,
explicar y crear generalizaciones, propios del alcance interpretativo que
persigue la investigación; o la verificación teórica y evaluación de procesos
educativos, entre otros.
Siguiendo las aportaciones de Guba y Lincoln (1994), citados por Colás
(2009), destacamos que existen una serie de niveles de análisis que permiten
establecer características comunes de la adversidad de enfoques y tendencias
que la literatura recoge; éstos se definen de la manera siguiente:
Ontológico: Naturaleza de la realidad
Epistemológico: Vía inductiva
Metodológico: Vías o formas de Investigación
Técnico/instrumental: Recogida de datos
Contenido: Aplicación a determinada ciencia
En definitiva, no existe una ―investigación cualitativa, sino múltiples
enfoques cuyas diferencias fundamentales viene marcadas por las opciones
que se tomen en cada uno de los niveles que se ha presentado anteriormente y
que coincide con los aportados por Guba y Lincoln (1994). La adopción de una
u otra alternativa, de todas las posibles que se presentan en cada nivel,
determinarán el tipo de estudio cualitativo que se realice.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
227
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Con la finalidad de realizar un estudio exploratorio, dado que ―el objetivo
es examinar un tema o problema de investigación poco estudiado o que no ha
sido abordado antes‖ (p100), como lo definen Hernández, Fernández y Baptista
(2006). El tema en cuestión no ha sido abordado desde la perspectiva
axiológica y su valía en la labor educativa del profesorado desde los contenidos
de la ciencia que se imparte.
En la investigación se toma como base el enfoque interpretativo propio
de la metodología cualitativa. Su finalidad se dirige a comprender los
fenómenos educativos, lográndose a través del análisis de las percepciones e
interpretaciones de los sujetos que intervienen en la acción educativa.
Como bien se describe por Colás, Buendía y Hernández (2009), la
posición
paradigmática
descrita
anteriormente
genera
procedimientos
metodológicos propios y específicos, que quedan sintetizados de la siguiente
manera: se trabaja en contextos y situaciones naturales; el investigador es el
principal instrumento de recogida de datos; las técnicas que emplea para la
recogida de datos son abiertas, es decir, entrevistas, observaciones, relatos e
historias de vida, documentos, etc., y su muestreo se realiza de forma
intencional, los datos obtenidos se analizan de forma inductiva-deductiva.
Para llevar a cabo la investigación se tiene en cuenta dos aspectos: la
perspectiva en que se enmarca el estudio y el objetivo que se pretende lograr.
Se
determina
la
utilización
de
una
metodología
cualitativa
de
tipo
etnometológico, la cual estudia el pensamiento práctico de los sujetos y como
228
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
ellos interpretan cada situación (Colás, 2009). Sus aplicaciones a la
investigación educativa pueden sintetizarse en dos orientaciones básicamente:
la interpretación que los actores dan a sus prácticas educativas, y el análisis de
discursos educativos. En este caso lo retomaremos para analizar escritos que
sirven de fundamento para la labor educativa del estudiantado.
5.3. Descripción de la muestra de contenidos.
Del universo que forma la obra del presbítero se selecciona una que por
su importancia, como se describe en capítulos anteriores y en específico en el
Capitulo IV, le merece un estudio profundo por la forma en que están escritas,
de manera coloquial; a quienes van dirigidas, a la juventud; y por el mensaje
intencional educativo que expresan. Posee un profundo contenido moral,
concretamente de moral social, aunque no se propuso escribir una obra sobre
los valores. Varela nunca escribió una texto específico consagrado a los
valores, sino que estos están implícitos en el conjunto de toda su obra y
manifiesto en las prácticas de su vida, particularmente en la que se toma en
calidad de objeto de estudio.
Varela, ubicado en su momento histórico ha pensado que la fuente de la
moral radica en una buena religión. ―El pensamiento social del padre Varela no
se entiende sin la moral; y la moral no se sustenta en otra filosofía o religión
que no sea la cristiana‖ (Rodríguez, 2012, p.12). Las Cartas a Elpidio fueron
escritas para la juventud cubana del siglo XIX, válida y aplicable a todos los
tiempos. Extraer el contenido esencial de sus predicas morales es de vital
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
229
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
importancia en una época de crisis de valores en la que la sociedad cubana
está abocada.
Es una obra de una vigencia permanente, y ―constituye como tal una
ética pensada para Cuba desde la fe cristiana católica, en la que el santo
sacerdote pone la solución de los problemas de la patria‖, así lo significa el
monseñor Antonio Rodríguez Díaz (2012, p.13), que a nuestro modo de ver, no
sólo son los defectos religiosos los que ocasionan los males de la patria, sino el
sistema colonial imperante.
Se realiza una selección de las epístolas contenidas en la obra Cartas a
Elpidio como objeto de estudio, y se determina el análisis de contenido
axiológico a ocho de ellas a modo ilustrativo, con el fin de esclarecer el modelo
axiológico que estas manifiestan.
Las variables a medir están relacionadas con el valor moral humanismo
contenidas en las cartas escogidas, así como otros valores que en su conjunto
forman un sistema. El sistema de categorías que se toma como referente a
partir de lo aportado por Gervilla, es el de la tesis doctoral de Mirna Riol (2005),
el cual fue adaptado para los estudiantes de la Universidad de Ciego de Ávila y
validado por el criterio de expertos con la personalidad histórica de José Martí,
que incluía al estudiantado de la especialidad de estudios Socioculturales.
5.3.1. Plan de la investigación: Etapas y fases.
El diseño de investigación que describimos contiene varias fases, todas
precedidas de la revisión bibliográfica existente relacionada con el tema de
230
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
investigación, para establecer el marco teórico conceptual de que se parte. En
cada uno de los capítulos se describe los pasos realizados.
Primero se determina la muestra de estudio: materiales.
En la primera fase, fue necesario realizar una lectura profunda de las
obras del autor para determinar si era pertinente seleccionar las Cartas a
Elpidio, como ejemplo de lo aportado por Varela a la ética, y que sirve de
fundamento a las reflexiones que acompañan la presente investigación del
porqué se escoge la misma. Por su complejidad para el análisis se hizo
necesario elaborar un glosario de términos y aforismos que facilitara su mejor
comprensión. Anexos Glosarios de términos y de aforismos
Todo esto, nos permitió establecer también los criterios con los que se
analiza la selección de la muestra que formaría parte del análisis de la
investigación. Procedimos, asimismo, a la adaptación del sistema de categorías
del que partimos, el Modelo Axiológico de Educación Integral, de Gervilla
(2000), a la naturaleza específica del objeto de estudio; los valores contenidos
en el plan de estudio de la carrera, los cuales debían se formados o
desarrollados, así como las potencialidades que brinda la obra escogida en el
proceso de formación humanista del estudiantado de la carrera de Estudios
Socioculturales.
Seguidamente se determinaron las unidades de análisis, las categorías y
códigos, que están relacionadas con las variables implicadas y por el sistema
de categorías que previamente se ha definido que permite ir agrupando y
clasificando dicha información.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
231
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Tras el análisis de datos con la ayuda del programa informático NVivo se
realiza un análisis de frecuencia a los textos escogidos, de los resultados
obtenidos se hace una comparación entre los valores declarados en el Plan de
estudio y el manifiesto en la obra Cartas a Elpidio; se procede a la
interpretación de los resultados presentándose en función de los objetivos
planteados, descritos en el presente apartado.
Seguidamente se determina las posibles líneas de investigación que
marcarían la continuidad del análisis aquí referido.
Estas fases quedan resumidas en el siguiente esquema.
FASES DE LA
INVESTIGACIÓN
Planteamiento del
problema
Formulación de los objetivos
Fase I

Pre análisis del
documento.
 Selección del
documento.
 Muestreo.
Fase II



232
Determinación de las unidades de
registro y contexto.
Reducción
de
los
datos
(categorías y códigos).
Análisis e interpretación de los
datos.
Fase III


Descripción de
las Figura 5.1
conclusiones.
Planteamiento
de nueva líneas
de investigación
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
En el segundo momento se determina el método a utilizar en los análisis
de documentos y el procedimiento para el análisis e interpretación de los datos.
5.4. Métodos cualitativos
Realmente resulta difícil llegar a establecer cuales son los métodos de
investigación cualitativa y establecer una tipología de los mismos, así nos da
cuenta la literatura revisada Rodríguez, Gil y García (2008); en ella se
establecen las causas a que obedece este particular:

Proliferación de métodos que podrían objetivarse como cualitativos.

Las distintas disciplinas que se aproximan al estudio del hecho
educativo, dejando cada una de ellas su impronta metodológica.
 El propio significado del concepto de método, bajo el cual llegan a
englobarse otros tales como aproximaciones, técnicas, enfoques o
procedimientos.
Así cada investigación se propone objetivos científicos desde diferentes
perspectivas u enfoques que nos dan el alcance de la misma y determina los
métodos a considerar; ese carácter instrumental del método de investigación
surge bajo las concepciones y necesidades de los investigadores que trabajan
desde una disciplina concreta del saber, la cual determina a su vez, la
utilización de los métodos concretos y las posibles cuestiones a tratar.
Varios autores, entre los que se destacan: Rodríguez, Gil y García
(2008) y Colás (2009), coinciden en considerar en algunos de los métodos de
investigación cualitativa, como los siguientes: Fenomenología; etnografía;
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
233
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
teoría fundamentada; etnometodología, análisis del discurso; el interaccionismo
simbólico, investigación acción y la biografía.
Los métodos cualitativos intentan dar cuenta de la realidad social,
comprender cual es su naturaleza más que explicarla o predecirla.
En
la
presente
investigación
se
toma
como
fundamento
la
etnometodología, para realizar análisis de discursos contenidos en escritos que
se convierten en nuestro objeto de estudio.
5.4.1. Análisis de contenido
En este apartado se fundamenta teóricamente los criterios aportados
para la selección del análisis de contenido como una vía para la investigación e
interpretación de los datos aportados en los textos objeto de estudio.
La literatura consultada evidencia que existen varios criterios para definir
y evaluar el análisis de contenido; algunos autores lo consideran como un
método y otros lo asumen como una técnica. A continuación se exponen
algunas reflexiones de éstos y los preceptos que se adoptan en la presente
investigación.
De acuerdo con la definición clásica de Berelson (1952), citado por
(Hernández, Fernández & Batista, 2006):
El análisis de contenido es una técnica para estudiar y analizar la
comunicación de una manera objetiva, sistemática y cuantitativa,
extiende la definición del análisis de contenido a una técnica de
investigación para hacer inferencias válidas y confiables de datos con
234
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
respecto a su contexto. …una técnica muy útil para analizar los
procesos de comunicación en muy diversos contextos. El análisis de
contenido puede ser aplicado virtualmente a cualquier forma de
comunicación (programas televisivos o radiofónicos, artículos en
prensa, libros, poemas, conversaciones, pinturas, discursos, cartas,
melodías, reglamentos), entre otros. (p.293)
Asimismo, el análisis de contenido tiene varios usos, tales como:

Describir tendencias en el contenido de la comunicación.

Develar diferencias en el contenido de la comunicación (entre
personas, grupos, instituciones, países).

Compara mensajes, niveles y medios de comunicación.

Auditar el contenido de la comunicación y compararlo contra
estándares u objetivos.

Construir y aplicar estándares de comunicación (políticas, normas).

Exponer técnicas publicitarias y de propaganda.

Medir claridad de mensajes.

Identificar intensiones, relaciones y características de comunicadores.

Descifrar mensajes ocultos y otras aplicaciones a la inteligencia militar
y a la seguridad política.

Revelar ―centros‖ de interés y atención para una persona, un grupo
una comunidad.

Determinar el estado psicológico de personas y grupos.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
235
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales

Obtener indicios del desarrollo verbal (en la escuela, como resultado
de la capacitación, el aprendizaje de conceptos).

Anticipar respuestas a comunicaciones.

Reflejar actitudes, valores y creencias de personas, grupos o
comunidades.

Cerrar preguntas abiertas
Otro de los criterios es el de Hernández (2006), según este autor el
análisis de contenido puede en cuestión práctica aplicarse para conocer las
diferencias ideológicas entre varios periódicos, en términos generales o en un
tema en particular; para conocer y comparar la posición respecto al problema
de la deuda externa; para comparar el vocabulario aprendido por niños que se
exponen a mayor contenido televisivo en relación con niños que ven menos
televisión; para analizar las estrategias publicitarias a través de algún medio
respecto a un producto, y también expone en líneas generales que puede servir
para analizar la personalidad de alguien, evaluando sus escritos. Como es el
caso que se presenta en esta investigación.
El análisis de contenido se efectúa por medio de la codificación, el
proceso en virtud del cual las características relevantes del contenido de un
mensaje son transformados a unidades que permitan su descripción y análisis
preciso: lo importante del mensaje se convierte en algo susceptible de describir
y analizar, para pode codificar es necesario definir el universo, las unidades de
análisis y las categorías de análisis.
236
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
En nuestra investigación el universo representa la obra de Félix Varela y
de ella la referente a la llamada Cartas a Elpidio, en el Capítulo III se
fundamenta el por qué de esta selección.
Las unidades de análisis se establecen los segmentos contenidos en cada una
de las cartas seleccionadas, que son caracterizadas para ubicarlas dentro de
las categorías establecidas. En este sentido, Berelson (1952) menciona cinco
unidades de análisis, de las que se describe a continuación:
1. La palabra: es la unidad de análisis más simple, aunque puede existir
otra más pequeña como letras, fonemas, símbolos. Así, se puede medir
cuantas veces aparece una palabra en un mensaje.
2. El Tema: se define a menudo una oración, un enunciado respecto a
algo.
3. El ítem: Tal vez es la unidad de análisis más utilizada.
4. El personaje: un individuo, un personaje televisivo, un líder histórico.
5. Medidas de espacio-tiempo: Son unidades físicas como el centímetrocolumna (por ejemplo, en la prensa), la línea (en escrito)
De éstas se selecciona las palabras que aludan a algún valor y el tema
esencial que trata cada una de ellas, en correspondencia con los objetivos de
la investigación.
Por su parte Delgado y Del Villar (1994), señalan que el análisis de
contenido es ―un procedimiento para la categorización de datos verbales o de
conducta, con fines de clasificación y tabulación‖, referenciado a Fox (1981,
p.709). Por su parte Raparot (1974) apunta que el análisis de contenido es
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
237
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
también una ciencia. Esta ciencia está reforzada, por ejemplo, por un
ordenador y este análisis científico fija la atención sobre ciertas propiedades del
texto que no son discernibles de otro modo. Apunta además, que las
conclusiones del análisis de contenido tiene que tener procedimientos definidos
para decidir si una conclusión es justificada o no y con qué probabilidad.
Existen tres posibles finalidades básicas de investigación que el análisis
de contenido puede cumplir:

Calcular la frecuencia de ocurrencia de palabras. Análisis de contenido
semántico.

Conocer el tono de la referencia. Análisis del tono comunicado por un
conjunto de datos.

Realizar deducciones sobre las intenciones. Análisis del contenido de las
fuentes.
Podemos considerar dos enfoques o niveles en el análisis de contenido:
distinción entre lo que se hace a nivel manifiesto y lo que se hace a nivel
latente.
En el primer caso, lo que se ha dicho, nivel manifiesto, se hace una
transcripción directa de la respuesta en función de un código determinado. En
este proceso el reporte de texto que nos ofrece el paquete informático Nudist,
permite evaluar los textos directamente, como se ofrece en el Capítulo VI, las
pruebas de fiabilidad y de validez se hacen más altas tras un mayor
entrenamiento por parte del investigador.
238
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
En el segundo caso, se trata de codificar el significado de la respuesta o
de la motivación subyacente que motiva la conducta descrita, nivel latente.
Descritas en el reporte de códigos, realizados con la misma herramienta
informática.
Se selecciona el análisis de contenido como método de trabajo porque
describe la comunicación oral o escrita y destaca las ideas valorativas del texto.
Gervilla (2000) lo define como‖ un conjunto de técnicas de análisis que de
modo sistémico y objetivo permite el conocimiento a profundidad de los valores
presentes en cualquier universo, así como su modo de presencia.
El análisis de contenido axiológico se caracteriza por:

Objetividad: o la posibilidad de alcanzar los mismos resultados en
diversas ocasiones y por personas distintas.

Sistematicidad: categorías que engloban el contenido del texto.

Generalización: los datos obtenidos pueden conducirnos a conclusiones
extrapolables a otras pruebas.

Cuantificación: numérica, de grado, controlando las ausencias y
presencias de las categorías.

Nivel de contenido manifiesto o latente: según el significado sea implícito
o explícito.
Otros autores, Navarro y Díaz (1995), lo considera como una de las
técnicas que mejor se prestan para el análisis de contenido. En este sentido, su
misión es recopilar, comparar y clasificar expresiones para relacionarlas con el
sistema expresivo al que pertenecen.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
239
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Lo utilizamos con la finalidad de codificar el mensaje contenidos en la
obra objeto de estudio, las Cartas a Elpidio, de Félix Varela y hacer una
valoración del escrito que nos ofrece el autor, tomando como fundamento la
posibilidad de alcanzar resultados con un alto grado de objetividad y
generalización por diferentes personas que se interesen por el estudio de
contenido, para determinar la presencia o ausencia de valores implícitos en el
documento.
Según Camará (2009), ―con el análisis de contenido axiológico se pone
de manifiesto lo oculto, se profundiza en el mensaje, descubrimos la frecuencia
de aparición de ciertas características del contenido, así como la presencia o
ausencia de valores‖ (p.60). Este criterio es válido para el objetivo de nuestra
investigación en el que pretendemos identificar el modelo axiológico presente
en el escrito discursivo.
El procedimiento seguido para el análisis de contenido se tiene en
cuenta el aportado por (Colás & Buendía, 1994) donde se precisan los
objetivos de la investigación; se selecciona el documento, se realiza el pre
análisis de documentos; el muestreo; la determinación de unidades de registro
y contexto; la reducción de datos donde se establecen las categorías y códigos,
es decir, palabras o expresiones que aludan o se relacionen con un valor, las
reglas de numeración y conteo, equivalente a la frecuencia con que aparecen
las categorías para valorar las de mayor significación; y por último el análisis e
interpretación de los datos.
240
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
Se describe el sistema de categorías establecidas en la investigación y
se toma como instrumento de categorización de las unidades básicas de
análisis el Modelo Axiológico de Educación Integral (MAEI) de Gervilla (2000d),
por presentar un modelo integral en el que se consideran todas las
dimensiones de la persona, y ser un modelo validado, pues ha sido utilizado ya
en otras investigaciones anteriormente citadas, tales como: Álvarez (2003),
Salmerón (2005)en análisis de cuentos infantiles; Riol (2005) en obra de José
Martí; y Rodríguez (2009), en las obras de Blas Ibáñez y Enrique José Varona,
en el contexto educativo cubano y Cámara (2009) en su estudio sobre la
construcción de un instrumento de categorías para analizar valores en
documentos escritos
Para la presente investigación se considera que este sistema de
categorías debe ser abordado desde la dimensión educativa como parte del
proceso docente educativo, unido a la dimensión instructiva y desarrolladora,
en el proceso formativo.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
241
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
EDUCATIVA
DESARROLLADORA
INSTRUCTIVA
PROCESO DOCENTE
EDUCATIVO
PROCESO FORMATIVO
Figura 5.2. Dimensiones del Proceso Formativo
Este sistema es adecuado, pues se concibe el proceso de formación
Como un todo desde la perspectiva dialéctica del todo y sus partes:

La instrucción como el proceso y resultado, cuya función es la de formar
profesionales en una rama del saber humano, de una profesión.

La desarrolladora como proceso y resultado también, cuya función es la
de formar individuos en plenitud de sus facultades tanto espirituales
como físicas.

La educación como proceso y resultado cuya función es la de formar
hombres para la vida en toda sus complejidad.
242
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
Tres dimensiones porque son tres procesos íntimamente relacionados
en uno integrador que es, el formativo. Tres procesos que se dan a la vez, se
educa cuando se instruye y viceversa, marcan la unidad orgánica entre la
educación y la instrucción.
D
E
R
I
V
A
C
I
O
N
G
R
A
D
U
A
L
Dimensión educativa
VALORES Plan De Estudio
Intelectuales, Morales, Sociales,
Políticos, Estéticos.
VALORES Disciplina T. F. S.




Intelectuales: Reflexión
Político: Patriotismo.
Moral: Humanismo, honestidad.
Social:
Tolerancia,
Solidaridad
responsabilidad.
VALORES
Religión.




Asignatura
Sociedad
y
Intelectuales: Reflexión.
Político: Patriotismo.
Moral: Humanismo.
Social: Solidaridad, Tolerancia.
Basándonos en la clasificación de E. Gervilla en su trabajo Un Modelo
Axiológico de Educación Integral (2000d).
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
243
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Persona o Sujeto de la
Educación
Animal de inteligencia
emocional
Valores Fin de
la Educación
Valores
Anti valores
Corporales
Salud, alimento
Enfermedad, hambre
Intelectuales
Saber, crítica
analfabetismo
Ignorancia,
AFECTO
Afectivos
Amor, pasión
Odio, egoísmo
… singular y libre de
sus decisiones
Individuales
Intimidad, conciencia
CUERPO
RAZÓN
SINGULARIDAD
…
de
naturaleza
abierta o relacional
APERTURA
… en el espacio y en el
tiempo
Dependencia, alienación
Liberadores
Libertad, fidelidad
pasividad
Esclavitud,
Morales
Justicia, verdad
Injusticia, mentira
Volitivos
Querer, decidir
Indecisión, pereza
Sociales
Familia, fiesta
Ecológicos
Montaña, playa
Instrumentales
Vivienda, coche
consumo
Estéticos
Bello, agradable
Feo, desagradable
Religiosos
Díos, oración, fe
Ateísmo, no creencia
Espaciales
Grande,
Temporales
Hora, día, año
Enemistad, guerra
Contaminación
Chabolismo,
pequeño
Tabla 1. Sistema de Categorías Axiológicas, según el Modelo Axiológico Integral (MAEI).
Gervilla (2000) Revista Educación, Volumen 1, No. 7-9
Se ha definido el criterio de clasificación de las unidades de registro,
aplicando ciertas modificaciones para adecuarlas al análisis objeto de estudio.
Cada categoría está compuesta por aquellos valores que están presentes y
que se identifican con una palabra determinada, estableciéndose como un
código.
Estas clasificaciones son adecuadas para esta investigación y se
sostiene a partir de la siguiente identificación, asignándose un código para
244
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
cada categoría o valor: A - afectivos, C - Corporales, E -ecológicos, ES estéticos, IN - individuales, S – sociales, M - morales, I - intelectuales, Trastrascendentales, P - políticos, T - temporales. Así se realiza con cada uno de
los valores o categorías establecidas.
Entre la presencia de diferentes grupos de valores que constituyen
puntos de partidas en esta investigación, se describen los siguientes:

Los valores Intelectuales: se incluyen en esta categoría los códigos que
están relacionados con la capacidad del hombre de desarrollar los
procesos cognoscitivos, tales como: instrucción, conocimiento, mente,
razón, creatividad, inteligencia, reflexión, juicio, saber y pensamiento.

Los valores Afectivos: se consideran los que se vinculan a la disposición
de ánimo del ser humano en la que se destacan sus emociones y
sentimientos, relacionados con el conocimiento y desarrollo de las
capacidades de valoración personal, motivación, interés, equilibrio
afectivo y emocional; amor, afecto, emociones, sentimientos, llanto, dolor,
corazón, ternura, pasión, beso.

Los valores Sociales: se definen como conjunto de aspectos relacionados
con la interrelación entre el ser humano y su contexto social, referidos a
su capacidad de sociabilidad, de interactuar y desarrollar las relaciones
interpersonales en la convivencia social, cooperación, solidaridad, raza,
soledad, amistad, participación, conveniencia, colectivo, comunidad,
tolerancia.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
245
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales

Los valores Morales: se vinculan a la dimensión de compromiso y
valoración ética que fundamenta las diferentes actitudes humanas, a
partir de la noción del bien y el deber en una noción reguladora de la
conducta del ser humano en su proyección personal y social,
responsabilidad, justicia, honradez, humanismo, deber, virtud, respeto,
bien, verdad, dignidad.

Los valores Estéticos: se identifican con la búsqueda permanente de la
armonía y la belleza, relacionados con la capacidad de apreciar, crear,
expresar y disfrutar lo bello, gusto, música, teatro, pintura, literatura,
poeta, elegancia, creación.

Los valores Políticos: expresan la interrelación del individuo con el
entorno político en que se desenvuelve, a partir de su sentido de
pertenencia a una entidad política y su vínculo con este poder
institucional, patria, democracia, libertad, independencia, país, gobierno,
paz, política, constitución, partido.

Los valores Individuales: son aquellos que se relacionan con el carácter
singular e íntimo de la persona en una perspectiva de autoafirmación y
reconocimiento espiritual; la identidad, autoestima, voluntad, subjetividad,
alma, modestia, vida, hombre, intimidad, personalidad.

Los valores Trascendentales: incluyen aspectos derivados del ser
humano pero que exceden más allá del individuo al expresar las
aspiraciones humanas de elevación, trascendencia y perdurabilidad
246
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
espiritual, orgullo, fama, grandeza, mérito, religión, dios, espiritualidad,
creencia, iglesia, gloria.

Los valores Ecológicos: se incluyen aquellos relacionados con la
naturaleza, el conocimiento, respeto y defensa del medio ambiente como
valor fundamental en su relación con el ser humano, vegetación, sol,
luna, cielo, mar, aire, agua, luminosidad, cultivos, flores.

Los valores Temporales: expresan el tiempo en un nivel de significación y
reflexión valorativa para el ser humano, futuro, presente, mañana,
porvenir, meses, años, época, edad, días, siglos.

Los valores Corporales: aquellos relacionados con la dimensión física del
individuo y su aspecto material; cuerpo, alimento, descanso, placer,
salud, vitalidad, dormir, sexo, higiene, ejercicio.
Estos valores descritos se relacionan con lo señalado por el Ministerio
de Educación Superior cubano en su Programa director para la educación en el
sistema de valores de la Revolución Cubana, aprobado el 5 de mayo del 2012,
en el que se expresa su orientación hacia el bien, el deber ser, el progreso
social y humano.
A partir de los planteamientos anteriormente expuestos sobre la tipología
de valores y sus categorías que presentan los distintos tipos de valores en
relación con el ser, se asume la posición que se adopta en esta investigación a
partir de lo que aporta el análisis de contenido de documentos.
Se seleccionan los documentos a analizar tomando como criterio la
importancia que reviste la figura de Félix Varela y Morales, dentro de las
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
247
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
personalidades representantes de la cultura cubana estudiadas en el Plan de
Estudio de la carrera y en particular en el año académico, a través de las
asignaturas Sociedad y Religión.
Se establece como unidad genérica las epístolas del autor seleccionado
y las palabras o expresiones establecidas como códigos, que aludan o se
relacionen con un valor dentro del sistema categorial : valores intelectuales,
valores morales, valores afectivos, valores estéticos, valores trascendentes,
valores políticos, valores sociales, valores individuales, valores ecológicos,
valores temporales y valores corporales.
Se procede al análisis de las epístolas seleccionadas a partir de:

fechas en que fueron escritas,

contenido esencial relativo a los valores morales y,

posibilidades de su análisis en el contexto actual.
Se seleccionan para su estudio los escritos contenidos en la obra Cartas
a Elpidio, sobre la Impiedad, la Superstición y el Fanatismo, de Félix Varela y
Morales, editadas por primera vez en Nueva York en la imprenta de D.
Guillermo Newell. Calle de Nassau, No. 162 en el año 1835, su primer tomo
titulado la IMPIEDAD. En esta investigación se toma como referente la
reimpresión publicada en 1996. Del tomo primero se escoge cuatro cartas y del
tomo segundo escrito en 1838, titulado SUPERSTICIÓN se seleccionan cuatro,
lo que representa el 90 % de las cartas contenidas en la obra publicada.
248
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
La selección obedece al grado de relación que existe entre sus
contenidos, la finalidad con que fueron escritos, nivel de actualidad, así como
las posibilidades de integración de la dimensión axiológica de la obra con el
sistema de valores declarados en el documento rector de la carrera, que
tributan al logro de los objetivos educativos del nivel académico.
5.4.2. Fiabilidad y validez del análisis de contenido.
Para el demostrar la fiabilidad y validez del análisis de contenido
asumido en nuestra investigación, por los objetivos propuestos y en
correspondencia con la etnometodología, utilizamos programas informáticos
destinados al análisis cualitativo de datos.
5.4.2.1 Programas informáticos.
En la literatura revisada se señala que los programas para el análisis de
información cualitativa asistidos por computadora se han convertido en una
herramienta básica para los investigadores cualitativos ya que los ayuda en su
proceso de investigación.
Entre las ventajas de usar los programas informatizados para asistir el
análisis cualitativo podemos destacar que estos instrumentos nos facilitan el
proceso de segmentación, categorización, anotación, recuperación y búsqueda
entre y a través de los documentos y categorías, acortando el tiempo empleado
para el cotejo de la información.
Uno de los pasos a seguir en su selección es conocer previamente el
catálogo de programas existentes en el mercado, así como, las característica
definitoria de la propia investigación que queremos llevar a cabo y así decidir
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
249
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
qué programa o grupo de programas van a ser nuestros facilitadores en dicha
tarea.
Existe una gran variedad de instrumentos para análisis cualitativo de
datos que están actualmente disponibles en el mercado, dentro de los más
utilizados se encuentran: Nudist Vivo, Atlas ti, Aquad Cinco, Ethnograph Cinco,
Winmax, Maxqda.
En la presente investigación se elige el Nudist porque es uno de los
programas más utilizados como herramienta informática para la investigación
cualitativa y es adecuado para alcanzar los objetivos propuestos. Las siglas de
Nudist significan: Datos no estructurados y no numéricos, indexar, registrar y
teorizar; soporta los procesos de categorización deductiva e inductiva, incluso
ambas. Esta habilidad posibilita que podamos diseñar a priori un sistema de
categorías desarrolladas a partir de teorías existentes o establecidas en base al
objeto de la investigación.
Una de las características de este programa señaladas por Revuelta
(2010), es que estas categorías las podemos agrupar y organizar de forma
jerárquica. Esto permite al investigador observar las relaciones que existen
entre los múltiples conceptos o categorías tratadas, compararlas mediante
operadores específicos (contextuales, negativos, inclusivos, exclusivos) para
esbozar conclusiones relativas a los temas de investigación.
A través del programa Nudist, se puede dividir la información textual
recogida en la investigación, asignar categorías, establecer relaciones entre
250
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
ellas, realizar búsquedas textuales específicas, construir matrices y tablas de
frecuencia con información relevante.
Los investigadores pueden gestionar tanto datos enriquecidos, como
texto enriquecido, usando negrita, cursiva, colores y otros formatos con amplia
habilidad para editar, visualizar códigos y vincular documentos tal y como son
creados, codificados, filtrados, manejados y registrados. El programa en
definitiva nos permite:

Analizar textos enriquecidos con unidades de análisis no fijas.
 Editar texto del documento sin desorganizar la codificación.

Relacionar anotaciones, archivos externos y páginas web.

Relacionar documentos memo editables y codificables.

Ver y hacer informes de la codificación de varias maneras.

Hojear y depurar codificación en un visualizador de nudos que
proporciona acceso al contexto.

Archivar demográficos y otros datos descriptivos.

Organizar y describir documentos y nodos automáticamente.

Buscar datos en esquemas de texto y palabras clave auto codificado.

Integrar la búsqueda de códigos, atributos y esquemas de texto.

Buscar un subconjunto de los datos y extender el resultado codificado.

Cruzar algunos nudos, valores de atributo y esquemas textuales y
exportar la tabla
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
251
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales

Conceptuar las ideas en una herramienta gráfica de modelo que enlaza
los datos.
QSR NVivo o Nudist, es un programa altamente avanzado para el
manejo del análisis de datos cualitativos en proyectos de investigación,
utilizamos la versión 2 de este programa, porque sus ventajas están
relacionadas con:

Manejo de Documentos.

Codificación.

Manejo de datos.

Modelado (Representación Gráfica).

Informes y exportación.

Facilidades para el proyecto.
A través de este programa se puede dividir la información textual
recogida en la investigación, asignar categorías, establecer relaciones entre
ellas, realizar búsquedas textuales específicas, construir matrices y tablas de
frecuencias con la información relevante, como se examina en el Capítulo VII.
5.4.3. Procesamiento de los datos cualitativos.
Los programas informáticos para la ayuda del análisis cualitativo son
herramientas que nos facilitan la larga tarea de reducir los datos obtenidos en
el proceso de investigación, dentro de un paradigma cualitativo Nudist es uno
de los más utilizados como herramienta informática para la investigación
cualitativa, diseñada para soportar una amplia variedad de investigaciones.
252
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
NUDIST Vivo o QSR NVIVO, es un programa diseñado por la empresa
australiana QSR Qualitative Solution and Research, publicado en abril de 1999.
Es un programa altamente avanzado para el manejo del análisis de datos
cualitativos, ya que soporta los procesos de categorización deductiva-inductiva,
incluso ambas. Como señalan Gil y Perera (2001), referenciado por Olmedo y
Buendía (2009):
Una de las características de este programa es que las categorías se
pueden agrupar y organizar de forma jerárquica. Esto permite
observar las relaciones que existen entre los múltiples conceptos o
categorías tratadas, y compararlas mediante operadores específicos,
para
esbozar
conclusiones
relativas
a
los
temas
de
investigación.(p.189)
Se aplica con la finalidad de realizar análisis a los textos objeto de
estudio y extraer las categorías para su interpretación cualitativa.
Para el análisis de datos cualitativos se utiliza el programa Nudist como
herramienta informática para realizar la codificación de textos y la recuperación
de fragmentos codificados en la descripción y de los elementos identificados y
clasificados en el conjunto de datos, las categorías que se han establecido.
(Rodríguez, Gil y García, 2008). La utilización de este procesador de texto, nos
permite obtener el sistema de categorías válidas y la constatación empírica del
discurso ofrecido siendo adecuado para los objetivos que se persigue en la
presente investigación.
5.4.4. Triangulación de datos cualitativos.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
253
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
El método de la Triangulación para el análisis de contenido es uno de los
más usados en investigaciones cualitativas, permite la comparación, la
confrontación y/o la comprobación de datos. En la literatura consultada se
evidencia diversos criterios acerca de este particular.Arias (2010) señala que:
La triangulación es un término originariamente usado en los círculos
de la navegación por tomar múltiples puntos de referencia para
localizar una posición desconocida. Campbell y Fiske son conocidos
en la literatura como los primeros que aplicaron en 1959 la
triangulación en la investigación. (p.3)
Asume convencionalmente que la triangulación es el uso de múltiples
métodos en el estudio de un mismo objeto. Esta es la definición genérica, pero
es solamente una forma de la estrategia; se concibe la triangulación incluyendo
variedades de datos, investigadores y teorías, así como metodologías.
Denzin (1978) citado por Rodríguez (2011), refiere a que la triangulación
en la investigación:
Es la combinación de dos o más teorías, fuentes de datos, métodos
de investigación, en el estudio de un fenómeno singular. Un escrutinio
cercano revela que la combinación puede ser interpretada de varias
formas; … y hacen explicaciones acerca de la manera más adecuada
de realizarla. (p.2)
254
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
Por su parte Cowman (1993), señala que:‖la triangulación se define
como la combinación de múltiples métodos en un estudio del mismo objeto o
evento para abordar mejor el fenómeno que se investiga‖ (p.788).
Este análisis supone realizar un tipo de contrastación de resultados y
conclusiones, que implica hacer una comparación transversal de los hallazgos
y los resultados derivadas de cada caso, con las categorías utilizadas que dan
forma al estudio realizado. Pero, a su vez, permite entrecruzar la información,
las medidas de correlación y los análisis de frecuencias y porcentajes de las
categorías en los agrupamientos realizados en los datos textuales.
De esta forma se efectúan revisiones al Plan de estudio de la Carrera de
Estudios Socioculturales, las disciplinas que lo integran y las asignaturas, para
determinar si existe correspondencia entre el sistema de valores a formar en
los educandos en cada uno de los niveles estructurales del proceso docente
educativo; y verificar si en ellos están presentes los valores: intelectuales,
morales, políticos, sociales y estéticos.
Así mismo, se pretende constatar si existe relación entre los valores
declarados a formar en los documentos oficiales emanados de la dirección de
formación profesional del Ministerio de Educación Superior cubano, y los que
identifican las estudiantes que son necesarios en su proceso de formación,
asimismo, si en orden jerárquico dan una mayor relevancia a los valores
sociales como la solidaridad; los valores morales como el humanismo, y los
valores intelectuales y políticos, los que quedan explicitados en el Capitulo VI.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
255
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio de Félix Varela, en la formación humanista del
estudiantado de la carrera Estudios Socioculturales
Otros de los aspectos a considerar en la triangulación es el referido a
analizar si el sistema de categorías aportados por el (MAEI) de Gervilla (2000),
ajustado al contexto educativo cubano, como se explicita en este apartado, se
corresponde con los aportados por Félix Varela en la obra objeto de estudio. Si
los análisis de contenido axiológicos realizados evidencian un acercamiento
entre el modelo educativo propuesto por el autor español y el manifiesto en la
obra del cubano en contextos históricos diferentes, es decir, en época histórica
y entornos sociales distintos.
Así las categorías ofrecidas por Gervilla (2000), en el siglo XX, y las
contenidas en la obra de Varela escritas en la primera mitad del siglo XIX,
encuentran puntos de contacto para el análisis de realidades diferentes que
son susceptibles de ser analizadas por la valía de sus contenidos y el matiz
metodológico de su proyección en la presente centuria.
El análisis de contenido y la triangulación de información obtenida,
permite en la práctica investigativa en el campo de las ciencias sociales en
general y en particular en la que nos ocupa, construir un objeto de estudio
como procedimiento para la selección y el análisis de textos educativos que
objetivamente son significativos para examinarlos desde una perspectiva
teórica, y que son válidos o pertinentes para poner a prueba las condiciones
tanto particulares como generales, en virtud de las cuales éstos han sido
empleados o pueden serlo en cualquier tipo de comunicación educativa.
256
PROBLEMA, OBJETIVOS Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
Las alternativas de análisis que subyacen a este procedimiento realizado
sirviéndonos de los recursos de software disponibles, nos permiten comprobar
la validez y fiabilidad del mismo aplicado a investigaciones de tipo cualitativo.
Todo este análisis nos lleva a considerar como aporte teórico de este
estudio la sistematización de la concepción de los valores como expresión la
axiología en el reconocimiento de la significación de la relación axiologíaeducación en el pensamiento Vareliano a través del modelo que ofrece la obra
Cartas a Elpidio.
Como alcance práctico se presenta que el pensamiento Vareliano por
naturaleza, esencia y significación constituye un patrimonio, símbolo de
identidad de un caudal inapreciable de enseñanza para enriquecer nuestro
acervo, en el complejo presente de la sociedad cubana.
La novedad científica se centra en el develamiento de los nexos entre la
concepción axiológica y educativa en el pensamiento Vareliano, a través de su
obra, la que ofrece claves aplicables a la práctica educativa actual
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
257
CAPÍTULO VI: ANÁLISIS PORMENORIZADO
E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS.
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
CAPÍTULO VI: ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS
DATOS.
En este apartado se ofrece un estudio exhaustivo y la interpretación de
los datos aportado en cada uno de los textos analizados para dar cumplimiento
al objetivo general propuesto, identificar el modelo axiológico contenido en la
obra objeto de análisis Con la aplicación del procesador de texto NVivo, se
determinaron Nodes correspndientes, precisándose los valores y códigos
establecidos a cada uno de ellos, según queda expresado en los anexos
complementarios.
Se procedió en cada texto de la misma manera;se introducen los datos y
se realiza un analisis de código y de texto, para develar los valores contenidos
en cada escrito, en correspndencia con las categorías y códigos establecidos,
explicados en el apartado V.
6.1 Texto Cartas a Elpidio sobre la impiedad la superstición y el fanatismo.
Tomo I, LA IMPIEDAD.
En este capítulo se analizan ocho de las once epístolas contenidas en los
escritos del volumen I y del volumen II cuyo fundamento teórico queda
expresado en el apartado IV.
6.1.1 Análisis de Contenido: Documento Carta primera, LA IMPIEDAD ES LA
CAUSA DEL DESCONTENTO INDIVIDUAL Y SOCIAL. Reportes de código y
texto. Anexo 1
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
259
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
El analisis realizado indica que están presentes en la Carta objeto de análisis
los valores: endividuales, afectivos, morales, sociales, sociales, políticos,
trascendentes, temporales y ecológicos; en orden. La siguiente tabla de
frecuencias refleja los resultados.
Categorías
Políticos
Trascendentes
Morales
Sociales
Individuales
Temporales
Intelectuales
Afectivos
Ecológicos
Códigos
Paz
Gobierno
Dios
Espíritu
Religión
Justicia
Verdad
Virtud
Humanismo
Sociedad
Amistad
Hombre
Vida
Siglos
Tiempo
Razón
Saber
Amor
Corazón
Pasión
Sol
Naturaleza
Frecuencias
5
1
2
1
7
1
7
4
2
4
5
4
1
1
3
4
2
2
3
6
2
1
Total
6
6
1
10
1
14
9
9
5
5
4
4
6
6
1
11
3
3
En el reporte de códigos se aprecia en oden jerárquico, el predominio de
los valores morales, trascendentes y afectivos en el discurso ofrecido en el
texto. Anexo 1
Se evidencia en cada Node el agrupamiento de los valores manifiestos
en el escrito, así en el primer Node se ordenan los valores temporales,
260
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
morales, individuales y afectivos; quedan agrupados en los Node segundo,
cuatro, sexto y séptimo respectivamente, los valores morales, afectivos e
individuales; en el tercero y el decimotercero los valores trascendentes; en el
octavo los valores políticos, en el noveno los valores sociales, en el décimo los
valores individuales, en el onceno los valores ecológicos y en el duodécimo los
valores intelectuales.
En los Node dos y cuatro Varela reflexiona sobre los valores morales y
afectivos, aboga por la vida y se pregunta: ―¿Por qué, me decía yo a mí mismo,
por qué unas ideas tan claras y unos ejemplos tan nobles no atraen todos los
hombres hacia el verdadero objeto del amor justo? ¿Por qué no siguen la
majestuosa y palpable senda de la felicidad? ¿Por qué esparcen la muerte los
depositarios de la vida? ¿Por qué aborrecen los que nacieron para amar? ¿Por
qué cubre la tristeza unos rostros en que debe brillar la alegría? ¿Qué causas
funestísimas convierten la sociedad de los hijos de un Dios de paz, en
inmensas hordas de ministros del furor? ¡Ah!, mi amado Elpidio, estas
interesantes preguntas hallaron muy pronto su respuesta‖.
Más adelante, señala: ―Vence la insensible impiedad, la sombría
superstición, el cruel fanatismo, que por diversos caminos van a un mismo fin,
que es la destrucción del género humano‖. Se aprecian aquí anti valores, los
cuales repudia.
Aboga por el fomento de los valores morales, sociales y afectivos entre
los individuos y con profundo dolor le dice su amado Elpidio: ―Bien se echa de
ver que estas tristísimas meditaciones deben haber llenado mi alma de
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
261
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
amargura; y como la amistad es el bálsamo del desconsuelo, y la comunicación
de ideas el alivio de las almas sensibles, permíteme que deposite en la tuya los
sentimientos de la mía, y que en una serie de cartas te manifieste los
resultados de mi investigación‖.
Queda aquí sentada las bases para lo que en el transcurso de sus
escritos expusiera todas sus reflexiones avizorando los males que se
asechaban sobre la sociedad cubana de entonces.
6.1.2 Análisis de Contenido: Documento Carta segunda. CAUSAS DE LA
IMPIEDAD. Reportes de código y texto. Anexo 2
Están presentes en la carta objeto de análisis los valores: trascendentes,
morales,
afectivos,
endividuales,
ecológicos,
sociales,
intelectuales,
temporales, y políticos, en orden. La siguiente tabla de frecuencias refleja los
resultados.
262
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
Categorías
Políticos
Trascendentes
Morales
Sociales
Individuales
Temporales
Códigos
Paz
Dios
Crencia
Gloria
Religión
Bien
Justicia
Verdad
Virtud
Sociedad
Amistad
Hombre
Vida
Tiempo
Frecuencias
1
6
1
1
9
1
1
6
4
1
4
7
1
3
Total
1
1
17
1
12
5
5
8
8
3
3
Intelectuales
Razón
4
4
4
Afectivos
Ecológicos
Afecto
Sentimiento
Corazón
Luz
Naturaleza
2
2
6
2
7
1
10
9
9
En el reporte, se aprecia el predominio de los valores: trascendentes,
morales afectivos, individuales y ecológicos, en orden jerárquicos.
Con el reporte de texto se determinó el predominio de los valores en
cada uno de los Nodes establecidos; así queda reflejado de la manera
siguiente: en el primer Node, los valores morales; en el segundo los valores
afectivos; en el tercero los valores temporales; en el cuarto los valores políticos;
en el quinto los valores sociales; en el sexto los valores individuales; en el
séptimo los valores ecológicos; en el octavo los valores intelectuales; en el
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
263
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
noveno los valores trascendentes y en el décimo los valores afectivos y
morales.
Aunque en cada uno de los pasajes analizados refleja el predominio de
determinados valores, no quiere esto decir que no estén presentes otros como
un todo orgánico, los valores en esta carta forman un sistema.
Sintetiza en los anti valores las causas de la impiedad y su influjo en la
sociedad, tales como: la hipocresía, la vanidad, la desesperación, el odio, el
furor, la ignorancia, la humillación, la destrucción y la soberbia.
En el Node primero le manifiesta a su Elpidio: ―Investigando, querido
amigo, las causas de la impiedad, creo poder reducirlas a dos clases bien
distintas. Unas están en el corazón humano y otras son fruto del
entendimiento‖. Resalta aquí los valores afectivos e intelectuales.
En el Node noveno refiere a los valores trascendentes, puntualizando:
―La verdadera religión no admite duda o disputa alguna; pues si no se cree en
Dios, no hay que hablar de religión, y si se cree en Dios no hay que hablar de
dudas‖.
Califica a la impiedad como: ―todos los monstruos del abismo, no puede
vivir en una atmósfera pura y tiene por pasto la ignorancia. Purifíquense las
costumbres, difúndase la ilustración, destrúyanse los errores y desaparecerán
los impíos, o quedarán reducidos a un corto número, que en nada podrá
perjudicar a la sociedad, ni afearla con sus deformidades‖. Llama Varela, al
desarrollo del conocimiento y el fomento de la virtud como único modo de
264
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
barrer con la impiedad, que ¡bella lección moral!, sentencias tales, así lo refleja,
¡Qué estado tan feliz el de un pueblo moral e instruido! ¡Qué paz tan
inalterable! ¡Qué amistad tan justa! ¡Qué unión tan firme!
Reflexiona Varela sobre otra fuente de impiedad, el placer que causa a
un espíritu malévolo el sarcasmo y la invectiva. Advierte, que ―La juventud
propende mucho a esta clase de impiedad, por ser más análoga a su carácter,
y así es que suelen algunos jóvenes corregirse de este vicio cuando llegan a
edad de más reflexión‖.
Concluye su carta llena de valores afectivos, despidiéndose así: ―… a un
amigo a quien consagro, con esta carta, mi más tierno afecto‖.
6.1.3 Análisis de Contenido: Documento Carta cuarta. EXTENSIÓN DE LA
IMPIEDAD. MODO DE TRATAR A LOS IMPÍOS. Reportes de código y texto.
Anexo 3
En el analisis realizado en esta escrito están presentes los valores:
trascendentes,
morales,
afectivos,
endividuales,
ecológicos,
sociales,
intelectuales, temporales, estéticos y políticos. La siguiente tabla de
frecuencias refleja los resultados.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
265
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Categorías
Códigos
Políticos
Paz
Patria
Libertad
Dios
Crencia
Gloria
Religión
Bien
Justicia
Verdad
Virtud
Humanismo
Sociedad
Amistad
Hombre
Vida
Tiempo
Años
Saber
Juicio
Inteligencia
Amor
Afecto
Sentimiento
Corazón
Belleza
Música
Luz
Naturaleza
Trascendentes
Morales
Sociales
Individuales
Temporales
Intelectuales
Afectivos
Estéticos
Ecológicos
Frecuencias
2
1
2
6
1
1
9
1
1
5
3
6
3
6
7
1
3
1
4
6
4
5
2
2
6
5
4
2
7
Total
5
17
16
99
88
44
14
15
9
9
En el reporte, se aprecia el predominio de los valores: trascendentes,
morales afectivos, intelectuales y sociales, en orden jerárquicos. Manifiesta en
esta carta una difícil controversia con los impíos, y el modo de tratarlos
haciendo uso de la tolerancia, y no el enfrentamiento. En el Node cinco, se
266
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
refiere con gran énfasis a los valores morales, señala: ―Si un impío pretende
propagar su impiedad pierde todo derecho al sufrimiento de parte de los
creyentes, quienes autorizados para oponerse a sus depravadas intenciones,
esto pueden hacerlo, o dejando su compañía, o advirtiéndole su error, o
castigándole con un justo desprecio.
El primer modo es el más acertado, pero no siempre es posible, y en tal
caso, respecto de las personas poco instruidas, el tercer medio es el más
conveniente. Ningún castigo puede dárseles ni más severo, ni más adecuado.
No hay cosa que tanto mortifique a un impío como el silencio, si va
acompañado de ciertos signos que no le permitan equivocarse, creyendo que
es efecto de convicción o de falta de razones con que rebatir sus argumentos,
o mejor dicho, sus vagas aserciones, pues ya sabe que a esto se reducen
todas sus disputas‖.
Sugiere la necesidad del respeto y la consideración, la amistad y la
condescendencia pero, advierte: ―sin comprometer mis principios‖. Asimismo,
señala:‖Verdad es que el silencio nada explica, pero no es tan inerte como
parece‖, y apunta que a veces es necesario para, ―contrarrestar a ilusos que
sus raciocinios son tan infundados que ni merecen disputa, lo cual es un
estímulo para que los examinen con más detención y se convenza a sí mismo,
que es el más sólido convencimiento‖.
Da mucha importancia al conocimiento para establecer polémicas y
reflexiones sobre determinados tema, significando: ―nada es más ridículo que
disputar sin saber sobre que objeto‖. Advierte la necesidad de tener una cultura
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
267
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
religiosa para pode debatir sobre tales temas, y dice: ―como los llama Feijoo,
sólo los teólogos de corbata, se atrevería a emprender tal explicación‖.
Elocuente estas palabra, no sólo para dialogar sobre temas religiosos, o de lo
que se trate.
Continúa refiriendo Varela en el Node cinco, a la relación existente entre
los valores morales e intelectuales, cuando señala: ―el gran secreto de manejar
a la juventud, sacando partido de sus talentos, consiste en estudiar el carácter
individual de cada joven y arreglar por él nuestra conducta‖, y continúa con su
consejo educativo: ―las oposiciones que se hacen a un joven, si queremos que
produzca un buen efecto, debe ser casi insensible, y es preciso procurar que él
mismo sea su corrector‖. Advierte del error que suelen cometer los maestros,
padres, tutores, entre otros que llevan sobre sus hombros la educación de los
jóvenes.
Una excelente lección moral para conducir los primeros pasos a la
juventud, y afirma:‖ sí, esta es la causa que muchos jóvenes se entreguen a
todos los vicios, frustrando las esperanzas de sus amorosos padres y haciendo
silencio inútil de todas las lecciones de sus sabios maestros.
Critica el método de premios y castigos, y dice: ―los premios sirven para
formar hipócritas y especuladores y establecer en los jóvenes una religión
puramente humana, porque se acostumbran a agradar a los hombres y a
esperar de ellos lo que sólo deben esperar de Dios‖. No olvidemos que su
concepción moral se fundamenta en principios éticos religiosos.
268
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
Los castigos, por otro lado, destruyen los sentimientos verdaderamente
religiosos y producen también la hipocresía, aunque de un carácter muy
distinto, porque es reservada y en cierto modo feroz.
Significa la importancia que tiene para la juventud el estudio de la
música y las ciencias, tales como, la química, la física y las matemáticas, en su
proceso de formación, dice que nada es más tranquilizante que el sonido de un
instrumento tocado por algunos de sus alumnos, este sonido dice lo que
piensa.
Otros de los males que aquejan a la sociedad, refiere Varela, en los
Node noveno y decimoprimero, es el de las mujeres impías y del mal de la
prostitución que la propia sociedad las lleva a adoptar, lo cual lamenta porque a
ellas le merece un gran respeto. Llama a la necesidad de la virtud, siente los
errores humanos y alerta para que no se cometan, lo cual puede llevar al odio y
al desenfreno.
Concluye con una máxima muy importante que establece la relación
entre los valores morales y los intelectuales: ―La franqueza siempre es
necesaria y mucho mas cuando tratase con personas de algún talento‖.
6.1.4 Análisis de Contenido: Documento Carta sexta. FUROR DE LA
IMPIEDAD. Reportes de código y texto. Anexo 4
Están presentes en la carta objeto de análisis los valores: trascendentes,
morales, políticos, afectivos, endividuales, ecológicos, sociales, intelectuales,
temporales, estéticos. La siguiente tabla de frecuencias refleja los resultados.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
269
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Categorías
Políticos
Trascendentes
Morales
Sociales
Individuales
Temporales
Intelectuales
Afectivos
Estéticos
Ecológicos
Corporales
Códigos
Paz
Patria
Libertad
Dios
Crencia
Gloria
Religión
Bien
Justicia
Verdad
Virtud
Humanismo
Sociedad
Hombre
Vida
Tiempo
Años
Saber
Amor
Sentimiento
Corazón
Belleza
Luz
Naturaleza
Placer
Frecuencias
2
8
2
6
1
1
9
1
1
4
2
6
1
7
5
3
1
3
2
2
4
1
2
7
1
Total
1
2
1
7
1
4
1
1
2
4
3
8
1
6
1
En el reporte, se aprecia el predominio de los valores: trascendentes,
morales, políticos, individuales y afectivos, en orden jerárquicos.
En el reporte de códigos se puede apreciar que en cada Node quedan
agrupados los valores prevaleciendo de la siguiente manera: En el primero ,
los valores afectivos, en el segundo los valores corporales, en el tercero los
valores estéticos, en el cuarto los valores individuales, en el quinto los valores
intelectuales, en el sexto los valores morales, en el séptimo los valores
270
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
políticos, en el octavo los valores sociales, en el noveno los valores temporales,
en el décimo los valores trascendentes y el decimoprimero los valores
ecológicos.
Describe Varela en esta carta los males que aquejan a la sociedad y que
conducen al furor de la impiedad. Como defensor de una ética religiosa, refiere
a los enemigos del cristianismo y de los que conduce al hombre a no acatar a
la religión. Sobresale en ella un conjunto de anti valores con los cuales va
describiendo cada paso donde se manifiesta el furor de la impiedad, tales
como: injusticia, vanidad, desesperación, odio, destrucción, humillación,
soberbia, hipocresía, mal, muerte, ignorancia, impiedad, etcétera.
Así, en el Node primero menciona un grupo de ellos cuando señala:
―Empieza el impío a notar que todo no está reducido a este mundo y que del
otro descienden destellos de una luz de muy distinta naturaleza. He aquí un
nuevo origen de furor. Su engaño es cierto y también lo es su humillación, mas
su soberbia es tan grande que se resiente de ser humillado hasta por el mismo
Dios. No quiere que haya de ser alguno superior a él y advirtiendo en su
corazón estos remordimientos, que prueban estar de algún modo inclinado a
admitirlo y sujetarse a sus leyes, se convierte como tigre contra sí mismo y
quisiera devorar sus mismas entrañas para que no le atormentasen de un
modo tan horrendo. Queda, pues, convertido en enemigo de Dios, de los
hombres y de sí mismo. No existen ya para el miserable sino objetos de odio y
de furor‖.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
271
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Ferviente defensor de la religión y de la virtud le pide a su amado Elpidio
que sea valedor de sus ideas, así lo deja manifiesto en estas elocuentes
palabras: ‖Tal vez, se ha realizado, mi sospecha; tal vez he dado pábulo a
sentimientos humanos tratando la causa del cielo. Baste, pues, de impiedad, y
pueda yo verla destruida. Para concluir, tengo una súplica que hacerte: No
ignoras que si circunstancias inevitables me separan para siempre de mi patria,
sabes también que la juventud a quien consagré en otro tiempo mis desvelos,
me conserva en su memoria, y decidme que la naciente no oye con indiferencia
mi nombre. Te encargo, pues, que seas el órgano de mis sentimientos y que
procures, de todos modos, separarlas del escollo de la irreligiosidad. Si mi
experiencia puede dar algún peso a mis razones, diles que un hombre, de cuya
ingenuidad no creo que dudan, y que por desgracia o por fortuna conoce a
fondo a los impíos, puede asegurarles que son unos desgraciados y les
advierte y suplica que eviten tan funesto precipicio. Diles que ellos son la dulce
esperanza de la patria, y que no hay patria sin virtud, ni virtud con impiedad‖.
Sobresalen aquí los valore morales, trascendentes y políticos.
Consecuente con su humanismo, repudia los males sociales, y advierte:
―Yo soy el primero en lamentar la ilusión de los que para honrar a Dios han
creído necesario matar a los hombres; mas también deploro la perversidad de
los que piensan probar que no hay Dios matando a los que le confiesan y
alaban‖. Estas reflexiones de Varela cobran una vigencia, extraordinaria para
272
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
preocuparse sobre lo que en el mundo sucede con cualquiera de los
sentimientos religiosos que son ultrajados.
Muestra de su humildad y sencillez, queda expresa en estas bellas
palabras, en el Node cuarto:‖ ¡Oh, mi Elpidio! Yo imploro tu amistad para que
perdones, si, en la profunda tristeza que oprime mi corazón en estos
momentos, trasmito al papel expresiones fuertes que contra mi voluntad
pueden parecer alusivas. Yo espero toda indulgencia si por desgracia dejo
hablar al hombre cuando sólo quiero que hable el sacerdote‖.
En el Node sexto deja explicita una máxima moral de gran importancia
para enfrentar los avatares de la vida: ―No hay furor más implacable que el que
proviene de la vanidad burlada. Reflexiona sobre los diversos lances de la vida
humana y te convencerás sobre la exactitud de este pensamiento‖.
6.1.5 Resumen del sistema de categorías aportados en las cartas escogidas.
Como se puede apreciar en los gráficos resumen, los valores que en
orden jerárquico predominan, son los siguientes: los valores morales, los
afectivos, los trascendentes y los sociales, seguido de los políticos e
intelectuales, los individuales, los temporales, y los estéticos; lo cual confirma el
presupuesto de que la obra Cartas a Elpidio es un verdadero tratado de ética. Y
que contiene un modelo educativo donde se integran como un todo orgánico un
sistema de valores en orden jerárquico, susceptible de ser aprovechado en la
práctica educativa, a través del estudio de la misma en la disciplina filosófica,
significando el papel social de ésta y su importancia en el contexto actual.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
273
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Comparación Cartas Tomo I
100%
90%
80%
70%
60%
Valores 50%
40%
30%
20%
10%
0%
Carta
1
Carta
3
Carta
4
Carta
6
Cartas
C
T
E
Tras
In
P
Es
M
S
A
I
El análisis porcentual realizado para indicar su presencia, así lo muestra.
Valores Tomo I
I
A
4%
6%
0%
9%
S
16%
15%
M
Es
P
In
7%
13%
9%
0%
21%
Tras
E
T
C
Como se aprecia en el grafico resumen los valores que alcanzan una
mayor presencia son: los valores morales con el 21%, los afectivos con el 16%
y los trascendentes con el 15%. Se evidencia a así una jerarquía de valores,
ocupando los valores morales la supremacía.
274
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
6.2. Texto Cartas a Elpidio sobre la impiedad la superstición y el fanatismo.
Tomo II. LASUPERSTICIÓN.
Se compendian aquí el análisis realizado a cuatro de las cinco espístolas
contenidas en este volumen.
Se sigue los pasos realizados en el análisis de las cartas contenidas en
el primer volumen y que fundamentan en el apartado IV se describen en el
apartado V
6.2.1 Análisis de Contenido: Documento Carta primera. NATURALEZA DE LA
RELIGIÓN Y DE LA SUPERSTICIÓN. EFECTOS DE ESTA. PARALELO
ENTRE AMBAS. Reportes de código y texto. Anexo 5
Están presentes en la Carta objeto de análisis los valores políticos,
morales, sociales, individuales, trascendentes, corporales, intelectuales,
estéticos
y
temporales;
con
mayor
énfasis,
en
orden,
los
valores:
trascendentes, políticos, morales y sociales. La siguiente tabla de frecuencias
refleja los resultados.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
275
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Categorías
Políticos
Trascendentes
Morales
Afectivos
Sociales
Individuales
Estéticos
Temporales
Intelectuales
Corporal
Ecológicos
Códigos
Libertad
Partido
Paz
Política
Alma
Creencia
Dios
Espíritu
Iglesia
Religión
Bien
Deber
Justicia
Dignidad
Moral
Verdad
Humanismo
Corazón
Afecto
Sentimiento
Emociones
Amistad
Tolerancia
Hombre
Vida
Creación
Armonía
Años
Días
Juicio
Razón
Saber
Salud
Sol
Cielo
Frecuencias
5
6
2
8
2
3
4
1
11
10
5
3
3
2
4
6
7
8
3
5
4
2
11
6
6
2
1
4
2
2
3
5
2
5
3
Total
21
30
31
20
13
12
3
6
10
2
8
Como se aprecia los valores presentes en orden jerárquicos son: los
valores morales, los valores trascendentes, los valores políticos, los valores
afectivos y los valores sociales.
276
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
En cada uno de los Nodes predominan los valores en este orden, en el
primer Noden estan agrupados los valores afectivos, en el segundo los
corporales, en el tercero los estéticos, en el cuarto los individuales, en el quinto
los intelectuales, en el sexto los morales, en el séptimo los políticos, en el
octavo los temporales, en el noveno los trascendentes, y en el décimo y
úndécimo los valores sociales y estéticos respectivamente.
Se refiere Varela en esta carta a la naturaleza de la Religión y la
Superstición. Califica a la Supersición como un horrible mostruo que separa al
hombre de Dios y de sí mismo hacibarando el corazón humano e inquietando
las familias, así señala: ―Ella ha hecho gemir al saber, gloriarse la impiedad,
desmayar la energía, elevarse la prudencia, decaer la religión y erigirse la
infame hipocrecía‖.
Resalta además que la Superstición esta permeada de un conjunto de
antivalores , tales como: la furia, la venganza, la sobervia, el desorden y el
odio. Señala que la Supertición sin ceder a la Impiedad y la herejía en cuanto a
errores, la supera en bajeza.
En el noden primero compara la religión con la supertición,
considerándola bajo dos puntos de vista, como creencia y como sentimiento, y
advierte que esta distinción es necesaria, pues ―una misma creencia puede
estar acompañada de distintos y aun contrarios sentimientos y unos mismos
sentimientos pueden asociarse con distintas creencias‖.
Asimismo señala que es preciso examinar la relación de las creencias
con los sentimientos y observar la tendencia de cada una de ellas. Es claro que
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
277
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
la religión en sí misma, no puede ser sino una; mas la religión en el
entendimiento humano puede ser varia, según cada uno ve las cosas o se
figura verlas. Por consiguiente, ―la superstición es la religión humana, o la
religión en el entendimiento, cuando no es conforme con la religión verdadera o
en sí misma y pura‖.
Puntualiza la diferencia entre la religión y la superstición: ―El carácter
divino de la primera, indica unidad, consecuencia, sublimidad, justicia y
constancia; porque Dios es uno, porque en sus obras no hay contradicción,
porque es infinitamente sublime y justo y porque es eterno y por consiguiente
inalterable‖. Ella produce amor mútuo, humildad, sentimiento noble y le dice a
su Elpidio ―Qué noble y elevada se me presentaba esta santa religión, que
dando signos evidentes de su divino origen, los daba también de la felicidad
social, que debe producir sobre la tierra! Yo la contemplaba como los rayos de
la luz pura del sol de justicia, reanimando los seres amortecidos durante una
larga noche de ignorancia, de dudas, de espanto y de lamento‖.
Califica a la superstición como imperfección y tiene su origen en el odio,
en la duda, en la soberbia o en la desconfianza; lo considera más funesta por
ser más alevosa que la impiedad, y señala:‖ Como creencia es esencialmente
varia, por ser obra, o de la soberbia, que cual furioso huracán agita al
entendimiento humano con impetuosidad y desorden, o del capricho, que es
tan vario como ridículo‖
278
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
Considera la superstición como uno de los males sociales y dice: ―La
misma variedad inspira temores y la multitud produce confusión, resultando una
perenne lucha de los hombres entre sí y de cada uno consigo mismo. De aquí
resultan grandes trastornos e innumerables males en la sociedad, siendo una
de las consecuencias la degradación del espíritu, que por lo regular se entrega
a todas las bajezas imaginables, sólo por sostener como de origen divino y por
consiguiente constante, cuantas nociones religiosas ha sugerido el capricho o
la perfidia‖.
En el Noden sexto, hace enfasis en los valores morales y llama a la
justicia, la honradez, el humanismo, la virtud, la dignidad, para contarrestar las
manifestaciones de la superstición como mal de la sociedad. Refiere Varela a
que ―el supersticioso ninguna razón alega, si ya no es que se tiene por tal su
capricho o una serie de disparates, que él mismo no examina, por no verse en
la necesidad de rechazarlos. Es la superstición una suave enfermedad, que
llega a ser amada por el mismo paciente, y así es que su cura presenta
muchas dificultades que vencer‖.
Establece Varela la diferencia entre el impío y el supersticioso, y dece:
―El impío nunca niega su impiedad, antes blasona de ella; mas el supersticioso
niega serlo, detesta la impiedad y se enfurece contra los que le acusan de ella‖
... ―permíteme, Elpidio, que continuando el paralelo entre la religión y la
superstición te indique las meditaciones que he hecho sobre el modo diverso
con que ambas influyen en la sociedad.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
279
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Y concluye diciendole a su Elpidio,‖ no quiero abusar más de tu
paciencia, si bien no te ofrezco enmendarme, pues me preparo a dirigirte otra
carta para desahogo de mi espíritu, que siempre encuentra gran consuelo en tu
correspondencia. Horror a la superstición. No me olvides‖.
De forma muy elocuente Varela deja explísita en estos escritos sus
profundo amor por la religión y el rechazo a todo lo que en términos impuros
alejan al hombre de ella.
6.2.2 Análisis de Contenido: Documento Carta segunda. COMO USA LA
POLÍTICA LA SUPERSTICIÓN. Reportes de código y texto. Anexo 6
En la Carta objeto de análisis estan presentes los valores políticos,
morales, trascendentes, sociales, individuales y afectivos, ecológicos e
intelectualesen orden jerárquicos. La siguiente tabla de frecuencias refleja los
resultados.
280
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
Categorías
Políticos
Trascendentes
Morales
Afectivos
Sociales
Individuales
Intelectuales
Ecológicos
Códigos
Libertad
Partido
Paz
Política
Iglesia
Religión
Bien
Moral
Verdad
Humanismo
Corazón
Amistad
Tolerancia
Hombre
Vida
Razón
Sol
Frecuencias
5
2
2
8
4
6
2
3
3
2
3
2
2
2
1
1
2
Total
17
10
11
3
4
3
1
2
Se presentan aquí los anti valores: vanidad, furia, sufrimiento, dolor, que
caracterizan el análisis de la relación entre la política y a superstición.
En el Node primero, Varela realiza una reflexión acerca de la relación
entre la política y la superstición al servicio de la clase dominante de su época
y señala:‖La política, que jamás se para en los medios si convienen a sus fines,
se vale gustosa de la superstición como el mejor apoyo de la tiranía, que es el
ídolo de casi todos los gobernantes‖.
Caracteriza la época en que le tocó vivir y sus experiencias personales
de las relaciones que se estableció entre la Iglesia y el Estado, lo cual condujo
a su más cruel exilio. Apunta Varela en esta carta: ―Un gobernante que respeta
las leyes, aun cuando aumenta errores está seguro del aprecio popular; mas si
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
281
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
se erige en árbitro de la suerte de los hombres debe esperar las maldiciones de
éstos. Los míseros que se hacen acreedores a ella, procuran acallarlas
llamando en su auxilio la superstición, que siempre encuentra medios de
cohonestar y santificar las injusticias‖.
En elocuente reflexión así lo deja expreso: ―los reyes son los primeros
cautivos y las primeras víctimas de la superstición manejadas por los
mandarines, o sea reyezuelos. Para demostrarlo pongámonos en una
disyuntiva necesaria y saquemos las consecuencias. O el rey es cristiano o es
impío. Si es cristiano le hacen entender que la religión peligra, que él debe dar
el primer ejemplo de obediencia a sus divinos mandatos y que éstos le
prohíben tal y tal y tal cosa... y aquí entra el catálogo de necedades o de
picardías, apoyadas con informes y autoridades sin número, como el fruto del
más profundo estudio teológico‖.
Y continúa con su razonamiento: ―Créese, entonces, un buen rey
obligado por una humildad cristiana a no preferir su juicio al de tantos varones
sabios y virtuosos y al clamor de los pueblos, que así procuran persuadírselo.
He aquí un rey esclavo. Mas supongamos la segunda parte de la disyuntiva,
supongamos que el rey es impío. Al verse rodeado por la superstición, teme
que se descubra su impiedad, y creyendo que ya el enemigo es muy fuerte y
no importándole mucho el conquistarlo, porque no se cuida de la religión y lo
que quiere es mandar, transige fácilmente y da pábulo a los sentimientos que
pueden sostenerlo en el trono. He aquí otro rey esclavo‖.
282
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
En esta carta sobresalen los valores políticos manifiestos en el Node
sexto, así como los valores morales en el Node quinto, los trascendentes en el
Node octavo y sociales en el séptimo, en este orden. Máximas como estas son
expresión locuaz de sus reflexiones: ―bien conoces que nada es tan sensible
como reconocer y confesar las ventajas del enemigo‖, ―Yo siempre he tenido
por máxima de conducta pensar que los hombres son buenos mientras no me
conste que son malos‖.
Así le dice Varela a su amado Elpidio a modo de despedida: ―Reconozco
sí, las ventajas que consigue la infame superstición y confieso su inmenso
poder; mas no me acobarda, y por débiles e infructuosos que sean mis
esfuerzos, la mera resistencia al crimen es un placer de que no me privaré sino
cuando me falte la vida. Espera, pues, otra carta, y entre tanto recibe mi
afecto‖.
6.2.3 Análisis de Contenido. Documento Carta tercera. COMO DEBE
IMPEDIRSE LA SUPERSTICIÓN. Reportes de código y texto. Anexo 7
Están presentes en la Carta objeto de análisis los valores políticos,
morales, trascendentes y sociales, los afectivos, temporales e intelectuales
respectivamente y los ecológicos, y en orden jerárquicos sobresalen los
políticos, los morales y los trascendentes. La siguiente tabla de frecuencias
refleja los resultados.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
283
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Categorías
Políticos
Trascendentes
Morales
Afectivos
Sociales
Individuales
Intelectuales
Ecológicos
Temporales
Códigos
Libertad
Partido
Paz
Política
Iglesia
Religión
Bien
Moral
Verdad
Humanismo
Corazón
Amistad
Tolerancia
Hombre
Vida
Razón
Saber
Sol
Días
Frecuencias
5
2
2
8
3
5
5
4
3
5
3
6
2
1
1
1
2
1
3
Total
17
8
17
3
4
2
3
1
3
En esta carta sobresalen en orden los valores: políticos manifiestos en el
Node sexto, así como los valores morales en el Node quinto, los trascendentes
en el Node noveno y sociales en el séptimo.
Reflexiona Varela en esta carta en cómo debe impedirse la superstición
como uno de los males que aquejan a la sociedad y dice: ―La primera de estas
medidas es la paciencia‖. Refiere Varela: ―Deseo que los esfuerzos para
contener la superstición sean continuos y que jamás se haga tregua con ella,
mas también deseo que un fanatismo político no destruya la obra del sensato
patriotismo y de la pura moral‖.
284
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
Puntualiza que:‖Los males intelectuales exigen, más que otros, que la
cura se deba a la misma naturaleza por reflexión y convencimiento. Créese
acaso que basta, para destruir la superstición, suponerla destruida y
permanecer en un reposo ideal como unos quijotes políticos, teniendo después
que lamentar las cuitas‖.
Da consejos a los jóvenes: ‖El hombre está obligado a procurar su
perfección y la de la sociedad en que habita; y cuando haya llenado este deber,
en hora buena que piense en sembrar para las generaciones que existirán
sobre la tierra cuando él y las presentes hayan desaparecido‖.
Considera la pereza y la indolencia como males que afectan a la
sociedad y de la cual se debe librar, y señala: ―Aplicando estos principios a la
superstición, se deduce claramente que debemos trabajar para suprimirla y que
no pueden excusarse los que lo dejan todo al tiempo, el cual no es más que
una sucesión de existencia, y si ésta es inactiva e irreflexiva su prolongación
sólo servirá para radicar los males y perder hasta el hábito de desear
remediarlos. Dejar la sociedad sumergida en la superstición sin hacer esfuerzo
para mejorarla, es un crimen horrendo y detestable; al mismo tiempo que el
aventurar remedios peligrosos es una imprudencia funestísima. Corrijamos
hasta donde se pueda sin peligro, pero corrijamos‖. Asimismo, es enemigo de
la inmoralidad y la hipocresía como males sociales.
Toda esta carta esta llena de valoraciones en la que Varela deja bien
delimitados los valores que deben fomentarse en contraposición a aquellos
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
285
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
males (anti valores) que aquejan a la sociedad y que considera deben ser
eliminados.
6.2.4 Análisis de Contenido: Documento Carta quinta. TOLERANCIA
RELIGIOSA. Reportes de código y texto. Anexo 8
La siguiente tabla de frecuencias refleja los resultados arrojados en el
análisis de los códigos correspondientes a cada categoría.
Categorías
Políticos
Trascendentes
Morales
Sociales
Individuales
Estéticos
Temporales
Intelectuales
Corporal
286
Códigos
Libertad
País
Partido
Paz
Política
Alma
Creencia
Dios
Espíritu
Iglesia
Méritos
Religión
Bien
Deber
Justicia
Dignidad
Moral
Verdad
Humanismo
Colectivo
Tolerancia
Hombre
Vida
Belleza
Años
Tiempo
Saber
Salud
Frecuencias
5
8
1
2
4
1
11
4
1
16
1
13
5
2
3
1
1
6
7
2
16
6
4
2
4
3
2
1
Total
24
43
27
18
10
2
7
2
1
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
Sobresalen en este análisis los valores políticos, morales, sociales,
individuales, trascendentes, corporales, intelectuales, estéticos y temporales;
con mayor énfasis, en orden, los valores: trascendentes, políticos, morales y
sociales.
En el Node 6, se aprecia el predominio de los valores políticos y
trascendentes en el discurso ofrecido en el texto. Se valora la relación religión –
política, y cómo la primera se pone en función de la segunda; aborda además
el termino de Tolerancia Religiosa, la cual considera que no es posible que
exista, y lo hace a partir del análisis de la lógica formal, y se pregunta: ¿Quién
puede conceder que un dogma envuelva en sí mismo la aprobación de su
contrario, que es decir, la confesión de su falsedad? Es preciso que el dogma
no sea dogma y que sólo repitamos palabras sin entenderlas. Los enemigos de
la religión conocen muy bien esta verdad, aunque pretenden lo contrario….Si
existiera una verdadera tolerancia teológica, no habría tanto empeño en
mortificar a otros con argumentos y muchas veces con sátiras e invectivas, sólo
por separarlos de su modo de pensar en materias religiosas.
Considera al proselitismo una contravención de la tolerancia teológica o
dogmática, señalando que no existe la tolerancia dogmática o teológica o a lo
sumo considerándola primero como existe en el entendimiento humano.
El Node 22, refiere a la tolerancia teológica o dogmática y expresa que
solo existe en el entendimiento humano; acepta el hecho de que un hombre no
cree en religión alguna, le es indiferente que otros crean en ellos o no
encuentra dificultad en tolerarlos o en adscribirse a una religión, es entendible,
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
287
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
señala; pero no admite que se proclame verdadero creyente si aprueba o tiene
por cierto otras que son contrarias a las que profesa; no si se es consecuente
con la creencia religiosa que profesa o prefiere sacar provecho de ella; el
propio Varela expresa: ―Si un hombre me dice que no creyendo en religión
alguna, le es indiferente que otros crean en ellas, y que riéndose de todos los
creyentes, no encuentra dificultad en tolerarlos, y aun en adscribirse a una
clase de ellos, o sea a una religión, para vivir en paz y sacar partido, ya lo
entiendo y no hay que disputar; pero que me diga que es verdadero creyente
de una de las religiones, y que sin embargo, aprueba, o tiene por ciertas las
otras, que son contrarias a la que profesa, no puedo entenderlo‖.
Manifestaciones como estas afloran en momentos actuales donde se ha
experimentado un crecimiento de la religiosidad del cubano a partir de la
década del 90. Aspectos que han sido analizados por Jorge Ramírez Calzadilla
(2003), del centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS),
cuando señala: ―… Al inicio del siglo XXI el incremento religioso es medible por
indicadores cuantitativos y también cualitativos. …. Es evidente una particular
necesidad de la vida espiritual de la población. La opción religiosa presenta
atractivos que legitiman su utilidad‖ (p.38).
Esta Carta contiene un fundamento esencial para comprender la
influencia de la religión en la sociedad y las relaciones que se establecen entre
la religión y la política; la religión y la cultura y otros aspectos de la vida social;
más que describir un fenómeno social vivenciado por los cubanos en contextos
288
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
históricos diferentes incita a reflexiones profundas a partir de un análisis
desprejuiciado sobre las posibles derivaciones, beneficios, costos, riesgos, del
incremento de la vida religiosa en condiciones de serias dificultades además de
su capacidad de influencia en la sociedad cubana, incluyendo a las propias
organizaciones religiosas involucradas.
El Node 23, nos acerca al análisis realizado por Varela sobre la
Tolerancia religiosa, social y civil, a través de ejemplos vividos por él que
marcan los valores morales con un profundo sentimiento humanista, así
expresaría: ―Entre otros casos, me refirieron que viniendo en procesión para la
Iglesia las niñas católicas de la escuela dominical, conducidas por las
hermanas de la caridad y varias señoras, tuvieron algunos bárbaros la crueldad
de pisarles los pies y echarles humo de tabaco en la cara, para ver si aquellas
inocentes se dispersaban atemorizadas. En otra ocasión, les echaron vino tinto
desde una ventana, bajo la cual pasaban, mas acertaron a manchar a una de
las señoritas conductoras, cuyo padre tomó el partido que debía, que fue
averiguar quién fue el agresor y presentarse contra él, no como católico, por el
ultraje que había sufrido en el ejercicio de su religión, sino como padre de la
muchacha que había sido insultada y como propietario del vestido que ella
llevaba. El tribunal mandó que el marchante pagase doscientos pesos‖. En otro
de los ejemplos narrados expresa: ―El día de Pentecostés, poco antes de la
misa mayor, hallándose un gran concurso a la puerta y cercanías de la iglesia
esperando que fuese tiempo de empezar la fiesta, echaron por una ventana de
la casa de enfrente una cruz atada al cordel por medio del cual la hacían subir
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
289
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
y bajar, jugando con ella a su antojo. En el momento que los católicos
conocieron la burla entraron a preguntar al señor Obispo qué harían: Venerad les dijo- esa cruz que echan por esa ventana, por más que se empeñen en
profanarla, y suplicad a esos señores que ejerzan todo su influjo para que se
ponga una cruz en cada puerta de las casas de Boston. Con esta prudente
respuesta se calmaron los católicos, que estaban dispuestos a entrar en la
casa y hacer pasar un buen susto a los de la sacrílega jarana.‖
Distingue las clases de tolerancia en el Node 32, una teológica, otra
social, y otra legal o civil y señala que de estas tres clases de tolerancia sólo la
legal puede existir con toda perfección, la social es muy difícil, y la teológica es
imposible. Así, la tolerancia legal o civil sujeta a sus infractores a castigo, la
prudencia de no mortificar a nadie con motivo de su religión, debe caracterizar
a la tolerancia social, algo que en la práctica socio histórica ha sido muy difícil
de lograr; la teológica equivalente a la admisión o indiferencia, sólo esta, según
Varela, en el entendimiento.
Retomando esta máxima expuesta por Varela, conviene analizar en el
orden pedagógico a importancia que adquiere en el contexto actual.
En su libro Los siete saberes necesarios para la educación del futuro,
Edgar Morín (1999), aborda el aspecto referido a la interiorización de la
tolerancia, en el Capítulo VI .Enseñar la comprensión, señala: ―La verdadera
tolerancia no es indiferente a las ideas o escepticismos generalizados; ésta
supone una convicción, una fe, una elección ética y al mismo tiempo la
290
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
aceptación de la expresión de las ideas, convicciones, elecciones contrarias a
las nuestras‖ (p. 47).
Según su criterio existen cuatro grados de tolerancia:
 Respetar el derecho de proferir un propósito que nos parece innoble; no
se trata de respetar lo innoble,
 Nutrirse de opiniones diversas y antagónicas; así, el principio
democrático ordena a cada uno respetar la expresión de las ideas
antagónicas a las suyas.
 Hay una verdad en la idea antagónica a la nuestra, y es esta verdad la
que hay que respetar.
 La proveniente de la conciencia de las enajenaciones humanas por los
mitos, ideologías, ideas o dioses así como de la conciencia de los
desvíos que llevan a los individuos mucho más lejos y a un lugar
diferente de donde quieren ir.
La tolerancia vale, claro está, para las ideas no para los insultos,
agresiones o actos homicidas.
Significan estas ideas en el orden de los valores, la necesidad en estos
tiempos de lograr la unidad y el respeto a la diversidad de criterios y opiniones.
De enseñar a los educandos a intercambiar con las más variadas opiniones y
alcanzar la verdad. La vigencia de las enseñanzas de Varela confluye con los
preceptos actuales planteados por la educación
En el Node 33, prevalecen los valores morales, individuales,
intelectuales y trascendentes. Da una verdadera lección moral a los
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
291
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
representantes de la iglesia protestantes, con un lenguaje diáfano y seguro de
su concepción, refiere:‖Luego de escuchar varios insultos a su condición de
presbítero de la iglesia católica, responde: Luego que les vi tirar tales patadas
conocí el mal de que adolecían y que todo su objeto era evitar la cuestión en
que habían entrado y conseguir, por otra parte, su intento presentándome
como un hombre astuto que no pudiendo sostener mi doctrina, o la de mi
Iglesia, había tomado el partido de disfrazarla; es decir, que me acusaban del
crimen que ellos cometían. Pedí la palabra y dije: Alégrame mucho de que la
cuestión de principios haya pasado a ser cuestión de hecho. Ya no se niega
que mi doctrina es exacta, sino se pretende que no es la doctrina de la Iglesia
católica. …. Los hechos van a hablar y nuestra discusión sobre este punto está
terminada. Mas yo estoy cierto -dije volviéndome al auditorio- que vuestros
ministros sólo han tratado de buscar un refugio y que yo permaneceré en mi
Iglesia sin que nadie me perturbe‖.
Ejemplo de tolerancia legal o civil queda explícito en el Node 34, donde
resaltan los valores morales y temporales. Destaca ejemplos de tolerancia civil
o legal al visitar a un enfermo que quería hablarle en privado en un Hospital,
impidiéndosele realizar su acto de confesión. Refiere Varela: ―Oída nuestra
queja, expresaron lo sensible que les era y prontamente averiguaron quién era
la persona que había tenido el altercado conmigo y resultó ser uno de los
funcionarios de la iglesia bautista. Dieron orden para que se le hiciese entender
que ningún ministro de ninguna religión debía ser molestado en el hospital y
292
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
que si volvía a infringir la regla se le prohibiría la entrada. Observa, Elpidio, que
cuando se trata de leyes y de reglas todo va bien, pero en los sentimientos no
hay tolerancia‖. Quedan implícitos sus profundos valores humanos.
Reflexión importante aparece en el Node 35, cuando se señala: ―No se
trata de si debe existir la religión, sino se supone existente; no se trata de fingir
que se cree, sino de creer sinceramente lo que se profesa; refiriéndose a la
tolerancia social señalaba, no se trata de cuestionar si es posible que sea
observada por una gran parte de la sociedad, sino si puede llegar a tal
perfección, que sean tan pocos sus infractores, que no llamen la atención, ni
produzcan desagrado en el trato socia‖.
Hay aquí un punto importante para lograr la unidad, y sobre todo en la
construcción de un proyecto social que le es común a todos los hombres que
desean vivir en ella; donde su participación en la gestión social sea igualitaria y
un deber individual. La Constitución de la República así lo deja sentado, desde
la colonia hasta hoy.
Hace referencia a la intolerancia teológica y legal, la cual no se pueden
ser confundir. La Iglesia católica, como obra de dios, dice abiertamente:‖no
deseo complacer a los hombres, sino salvarlos; y convencida de que el camino
que les demuestro es el único que puede conducirlos a la vida eterna, no
puedo sancionar que se siga ningún otro, y el que lo siguiere, por el mero
hecho se ha separado de mí, y no pertenece. He aquí un intolerantismo
teológico fundado en justicia y caridad, y expresado con una noble franqueza
… hablo del intolerantismo teológico y no del legal, que no pertenece a la
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
293
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
naturaleza de la religión, sino al poder puramente civil que tiene a bien o no, el
establecerlo. Es preciso no confundir estas dos líneas u órdenes de cosas, si
queremos juzgar con acierto, evitando escándalos infundados‖.
La historia de la humanidad recoge no pocos ejemplos de cómo en
muchos pueblos lejos de mirar con indulgencia a los enemigos de su culto, lo
han perseguido con más o menos furor y crueldad. Hoy pasa algo muy similar
con los problemas que afectan a la humanidad, por ejemplo en el conflicto del
Medio Oriente, se utiliza el nombre de Dios para justificar la violencia y los
muertos; y de lo que se trata imperiosamente es mantener la paz.
La religión es un fenómeno social y no pocas veces ha servido a
determinados intereses mezquinos y mancha la dignidad humana, explotar al
hombre y emprender acciones políticas inmorales, pero no deja de ser un
hecho profundamente humano y ha servido históricamente para ennoblecerlo,
que puede compartir con otras religiones e incluso con concepciones ateas.
Hay que actuar con un nuevo paradigma y aceptar la diversidad.
6.2.5 Resumen del sistema de categorías aportados en las cartas escogidas.
Como se puede apreciar en los gráficos resumen, los valores que en
orden jerárquico predominan en son: los valores morales, los trascendentes,
los políticos y afectivos, seguido de los sociales y ecológicos, los individuales,
los ecológicos, los temporales, los estéticos y los corporales; lo cual confirma el
presupuesto de que en la obra de Varela está presente un modelo axiológico
294
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
de educación integral, válido para el análisis de los problemas en el contexto
actual.
Comparación Cartas Tomo II
C
100%
Te
80%
E
60%
T
40%
In
Valores
P
20%
Es
0%
Carta
1
Carta
2
Carta
3
M
Carta
5
S
A
Cartas
I
El análisis porcentual realizado para demostrar su presencia, así lo
indica.
Valores Tomo II
I
A
5%
4% 1%
6%
S
13%
M
19%
8%
Es
P
In
8%
13%
2%
21%
T
E
Te
C
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
295
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
El 21% de los valores manifiestos en la muestra tomada del segundo
tomo de la obra, corresponden a los valores morales, seguido de los
trascendentes con el 19%, los afectivos y políticos con el 13% respectivamente.
El análisis comparativo entre las cartas objeto de estudio se evidencia
que los valores morales representan la supremacía dentro del sistema de
valores ordenados en orden jerárquicos. Lo que confirma el presupuesto
establecido de que la obra en su conjunto constituye un verdadero tratado
moral.
Como se pretende formar en los educandos los valores morales a través
de la instrucción, los escritos analizados ofrecen la posibilidad de ser
incorporados a sus actitudes, a través del estudio de las materias filosóficas,
históricas y sociopolíticas.
En el escrito sobresale la concepción del modelo pedagógico expresado
en una relación de cuatro planos, de la que emergen dimensiones y
cualidades.

Educativos: enseñanza anti escolástica, científica, estimula la reflexión,
creación de un pensamiento propio.

Psicológicos: consejos de cómo conducirse ante los jóvenes en su proceso
de formación.

Éticos-axiológico: sistema de valores (intelectuales, afectivos, sociales,
morales, estéticos, políticos, individuales, trascendentales, ecológicos,
296
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
temporales y corporales) que trasciende épocas.

Culturales: distingue elementos de identidad socioculturales.
En la obra se aprecia un modelo axiológico bien definido donde los
valores morales ocupan un lugar central y coincide con las aspiraciones
trazadas por el sistema educacional cubano en el proceso de formación del
profesional de la educación universitaria superior. La aplicación de éste puede
ser llevada a cabo en el proceso de formación.
6.3. Triangulación de documentos en el análisis de contenido
Se triangularon los documentos rectores del proceso de formación del
profesional, teniendo en cuenta los objetivos educativos declarados en el Plan
de Estudio de la carrera de Estudios Socioculturales, el programa de las
disciplinas Teoría Filosófica y Sociopolítica e Historica, y las materias recibidas
en el 3er. Año académico, tales como: Sociedad y Religión; Cultura Cubana I, e
Historia de Cuba I y lasde Ética, Cultura y Sociedad, a través de las cuales, se
accede al estudio de los elementos forjadores de la nacionalidad cubana, así
como el carácter y esencia revolucionaria de las transformaciones sociales
ocurridas en Cuba.
Se realizó este análisis con el objetivo de analizar el sistema de valores
que plantea formar en los estudiantes el plan de estudios de la carrera de
estudios Socioculturales y su relación con el ofrecido por Varela.
La realización del estudio documental permitió el análisis cualitativo de
datos, teniéndose en cuenta los siguientes elementos:
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
297
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Documento: Plan de estudio de la carrera de Estudios Socioculturales.
Objetivo: Caracterizar la carrera de Estudios Socioculturales para la
delimitación del objeto de trabajo, modo de actuación y campos de acción de
este profesional.
Objeto:
Organización
del
currículo
de
la
carrera
de
Estudios
Socioculturales, en específico el tercer año académico.
Población: Los programas de las disciplinas: Teoría filosófica y
sociopolítica, Historia y Cultura.
Unidad de Análisis: Las materias que integran las disciplinas descritas y
que encuentran puntos de contacto en los contenidos y objetivos formativos en
articulación horizontal en el año académico, Historia de Cuba I, Cultura Cubana
I, Ética, cultura y sociedad, y Sociedad y Religión.
Variables: Integración de contenidos y valores declarados, en las
disciplinas descritas.
Aspectos a evaluar: Presencia, frecuencia y coherencia.
Niveles: explícito, implícito.
El análisis permitió delimitar los objetivos y contenidos presentes en
cada uno de los programas de las asignaturas referidas, en todas se coinciden
en presentar la personalidad de Félix Varela y Morales, desde diferentes
perspectivas: cultural, histórica, ética y religiosa; donde confluyen estas
dimensiones estrechamente relacionadas, y que dan la clave para revelar un
298
ANÁLISIS PORMENORIZADO E INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
modelo axiológico válido en el proceso de formación del profesional de la
especialidad de Estudios Socioculturales.
Al realizar un análisis comparativo de las informaciones obtenidas se
contata la coincidencia en cuanto a los datos recogidos respecto a los objetivos
a alcanzar y los contenidos que se deben desplegar en sentido general, así
como el sistema de valores a desarrollar.
Lo declarado en el plan de estudio, y el modelo educativo manifiesto en
la obra Cartas a Elpidio, evidencian una equivalencia.
La triangulación realizada a los resultados, permitió corroborar la
fiabilidad del presupuesto establecido de que existe correspondencia entre los
objetivos educativos declarados en el plan de estudio con sus disciplinas y
materias, estableciéndose una articulación entre los objetivos y contenidos de
las materias descritas en el año académico; los preceptos necesarios en su
proceso de formación; y el modelo axiológico contenido en la obra de Varela, lo
cual sirve de base a la formación de valores desde los contenidos de la
disciplinas descritas.
.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
299
CAPITULO VII: CONCLUSIONES.
CONCLUSIONES
CAPÍTULO VII: CONCLUSIONES
En este apartado se presentan las conclusiones y hallazgos que se han
obtenido en el transcurso de la investigación realizada sobre el análisis
axiológico de la obra Cartas a Elpidio, sobre la Impiedad, la Superstición y el
Fanatismo en sus relaciones con la sociedad, de Félix Varela y Morales.
Se da respuesta al problema científico planteado y a los objetivos
formulados; finalmente se ofrecen recomendaciones o propuestas para
investigaciones futuras.
Objetivo general de la investigación:
Identificar el modelo axiológico presente en la obra de Félix Varela
Morales, a través del análisis de contenido de la obra Cartas a Elpidio, para la
formación humanista del estudiantado universitario de la Carrera de Estudios
Socioculturales.
La formación de valores es un proceso complejo y multifacético sin el
cual no se logra el desarrollo integral del educando, por lo que deberá ser
asumido como el núcleo central de este proceso. Se identificó el sistema de
valores contenidos en la obra y las posibilidades que ofrece su estudio en la
formación de valores, manifiesto en la riqueza cultural y ética de su contenido.
Significando la importancia de la dimensión axiológica de los procesos
educacionales ante los desafíos actuales de la formación profesional
esencialmente la formación humanista.
De igual forma, se demostraron las posibilidades que ofrecen las
diferentes vías y métodos para dinamizar el proceso de educación en valores
desde los contenidos de las asignaturas del perfil del profesional en el proceso
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
301
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
de formación.
Objetivos Específicos:
1.
Valorar la importancia de la personalidad de Félix Varela y Morales en el
contexto educativo y filosófico cubano.
A partir de la fundamentación ofrecida por prestigiosos investigadores e
intelectuales cubanos se pudo comprobar la posibilidad de asumir a Félix
Varela y Morales como la figura más importante de la historia y la cultura
nacional de la primera mitad del siglo XIX, junto a José Agustín Caballero y
José de la Luz y Caballero. Precursor de la nación y la nacionalidad cubana
cuyo legado sirvió de fundamento a la pedagogía y la filosofía cubana.
A partir de estos preceptos se pudo constatar que el conocimiento de la
obra de Varela conduce al afianzamiento de su vigencia y que su riqueza
axiológica puede dinamizarse como modelo portador de valores a las nuevas
generaciones. Su legado se conforma de un sistema de conceptos válidos en el
presente y con proyección en el futuro.
En su obra se evidencia una estrategia para la formación del hombre
nuevo, en condiciones nuevas, sentencias como: ‗educar es sembrar‘, ‗urge
enseñar a estudiar‘, ‗mi único orgullo es oír hablar a mis discípulos con ideas
propias', dan cuenta de ello, pues en ella existen una serie de principios válidos
para cualquier dimensión que se pretenda en este empeño formativo, al poder
extraer elementos esenciales y métodos generales para la formación de
valores y la educación de las nuevas generaciones.
302
CONCLUSIONES
La obra de Varela, ofrece potencialidades axiológicas, susceptible de ser
estructurada y proyectada sobre los fundamentos de un modelo de educación
integral, pues en ella encontramos un sistema de valores de trascendencia,
contemporaneidad y de contenido paradigmático.
2.
Analizar el concepto de valor moral humanismo y su relación con los
procesos sociales y educacionales en general.
Se pudo constatar la validez del fundamento del proceso educacional
cubano, centrado en un profundo fundamento histórico humanista, que tiene
sus bases en el acerbo pedagógico y filosófico que data del siglo XIX con los
primeros pensadores de la época. El fundamento humanista de la educación se
proyecta hacia la formación de hombres capaces de transformar la realidad con
una actitud crítica y consciente de todos los problemas de su entorno social y
cultural. Su vigencia está presente en hombres como José Martí, por medio del
cual llega hasta los días de hoy. En los lineamientos programáticos de la
educación esta presente la necesidad de la formación humanista, por
caracterizar el sistema educación, además de científica.
3.
Analizar desde la perspectiva axiológica el contenido de la obra Cartas a
Elpidio, para verificar la presencia de valores con relación a un modelo
axiológico de educación integral, que sirva de fundamento educativo en la
formación del profesional.
El análisis de contenido nos facilitó el acceso al estudio de los valores,
cuyo objetivo consiste en determinar los valores de cualquier contenido
informativo. Por ello, el análisis de contenido desde la visión axiológica, se
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
301
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
convierte en un instrumento adecuado para el estudio de valores en los
documentos escritos.
En la obra analizada existe la presencia de un conjunto importante de
valores que permiten la conformación de un modelo axiológico en una
perspectiva integral al englobar dimensiones tan importantes como: valores,
afectivos, políticos, morales, sociales, individuales, trascendentales, estéticos,
intelectuales, ecológicos, y temporales.
Es posible establecer una jerarquía axiológica a partir de la intensidad de
la frecuencia con que aparecen en el cuerpo de la obra. En orden jerárquico las
categorías se ponen de manifiesto los valores morales, trascendentes, políticos
y sociales. Los códigos más recurrentes se centran en: iglesia, religión, país,
humanismo, bien, y tolerancia. Esta jerarquía manifiesta esencialmente el
fundamento de la concepción religiosa de su ética, pero que no entra en
contradicción con los preceptos morales que sustentan la educación. Varela
asumió una concepción deísta del mundo rompiendo con la escolástica y
advirtiendo a la juventud sobre su propia responsabilidad en el papel social que
debe desempeñar.
Los análisis realizados a cada tomo de la obra Cartas a Elpidio,
evidencia el predominio de los valores morales, lo que confirma el presupuesto
establecido de que el texto escogido para el análisis, es un verdadero tratado
de ética y la misma contiene un modelo axiológico de educación integral que
puede ser aprovechado en la formación de valores desde los contenidos de la
304
CONCLUSIONES
materia Sociedad y Religión, así como en Filosofía, Sociología y otras de perfil
sociopolíticos.
4.
Comparar la relación existente entre los valores institucionalizados y los
contenidos en la obra vareliana para el proceso formativo.
Es posible afirmar que, a pesar de estas diferencias, no se constataron
divergencias esenciales en cuanto al contenido o proyección axiológica de
cada una de las categorías, y las establecidas en el plan de estudios, por lo
que confluyen en el enfoque sistémico e integral del modelo educativo que se
estructura a partir de los fundamentos pedagógicos y formativos analizados en
ambas jerarquías axiológicas. Lo que se corresponde con las exigencias
formativas planteadas por los documentos rectores.
Además, se corroboró la vigencia y posibilidades que el acercamiento a
la vida y obra de Félix Varela y Morales desde un modelo axiológico de
perspectiva integral, ofrece posibilidades para enfrentar los retos de la
educación superior en el contexto actual, referidos esencialmente a la
formación de valores, susceptibles de ser tenidos en presentes en todos los
casos de patriotas ejemplares.
Se analizaron ocho cartas de las once que componen los dos tomos de
la obra, que representa el 90% de los contenidos objeto de estudio, lo cual
evidencia un sistema de educación integral que puede ser aprovechado en el
proceso de perfeccionamiento educativo cubano; asimismo se elaboró un
glosario de términos y aforismos que sirven de soporte a la mejor comprensión
de la obra. De igual manera se presenta como resultado una Multimedia que
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
301
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
lleva por título ―Canto a la Esperanza‖ como alegoría a la juventud, en la que se
ofrece un amplio compendio biblográfico.
La aplicación del método de la triangulación para el análisis de contenido
corrobora su validez, evidenciando correspondencia entre los valores
manifiestos en la obra de Varela y los presupuestos de formación planteados
por el Ministerio de Educación, como aspiración en el proceso de formación del
profesional de la carrera de Estudios Socioculturales.
Recomendaciones para futuras investigaciones se nos presentan un
estudio más profundo de los contenidos del resto de la obras del maestro, con
la finalidad de completar los análisis correspondientes y ofrecer una
metodología para su estudio, aplicable a las asignaturas de la carrera de
estudios Socioculturales y otras de perfil humanístico.
306
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
301
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
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Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
331
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
Glosario de Aforismos
¿Qué son en realidad las Cartas a Elpidio? Sin dudas, un ensayo de fundamentación de
la vida moral sobre la base de la creencia de la religión revelada y el consiguiente
acatamiento al principio de la autoridad que la misma representa, podría, pues,
denominárseles con cierta reserva un tratado de ética teológica.
Humberto Piñera
Introducción. Cartas a Elpidio, edición 1996.
Agrupados y precisados de esta manera los caracteres de las Cartas a Elpidio, la figura
histórica de sus autor adquiere si esfuerzo caracteres sobresalientes en el panorama
literario de Cuba. (…) especie de Feijoo en la literatura cubana. (…)Es, en fin el
primer moralista de su país, cronológicamente, y uno de los primeros por su valor
literario y filosófico, a cuya obra faltó siempre el pedestal de circunstancias favorables,
no el mérito, para ser mejor conocidas y justamente apreciadas.
Raimundo Lazo.
Epílogo el padre Varela y las Cartas a Elpidio, edición 1996.
En las Cartas a Elpidio, Varela profundizó en la crítica de todo poder político, de
origen divino o terrenal, y en el análisis de la relación entre Gobierno y pueblo que
había iniciado en las Observaciones sobre la Constitución Política de la Monarquía
Española.
Jorge Ibarra Cuesta
Varela el precursor. Un estudio de época, pág.290
El Maestro dio a sus Cartas un contenido filosófico-moral sin que faltara el
componente pedagógico-psicológico, propio de su magisterio. Su lectura es
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
335
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
imprescindible para quienes deseen profundizar en la personalidad y la obra vareliana,
porque nos muestra lo más puro de sus esperanzas como precursor, como fundador de
nuestra nacionalidad.
Perla Cartaya Cota
El legado del padre Varela, pág.142
Las Cartas a Elpidio es una obra política de proyecciones ideológicas y sociales.
Eduardo Torres-Cuevas
Félix Varela, pág.363
Cartas a Elpidio sobre la impiedad la superstición (1835, 1838), obra de moralista
intensamente preocupado por afinar la sensibilidad espiritual de sus compatriotas,
partiendo de que `no hay patria sin virtud ´.
Cintio Vitier
Ese Sol del Mundo Moral, pág. 22
La religión, según plantea Varela en el primer tomo de sus Cartas a Elpidio dedicado a
la impiedad, no es un sistema porque no es obra de hombres; aunque puede
sistematizarse.
Olivia Miranda
Félix Varela su pensamiento político y su época, pág.218
Motivado por diferentes sucesos vividos por él con respecto a la religión católica,
decidió escribir y publicar las Cartas a Elpidio con el objetivo de demostrar que en
Estados Unidos no había en realidad libertad de expresión, y que por lo tanto la
democracia norteamericana era limitada.
Eusébio Reyes Fernández
Félix Varela 1788-1853, pág.95
Sus Cartas a Elpidio nos acercan a sus sentimientos, sus decepciones y desencantos del
final de la década de los años treinta.
Joaquín G. Santana
¿Quién fue...? Félix Varela, pág. 114
336
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
IMPIEDAD
Carta Primera, tomo I, IMPIEDAD. LA IMPIEDAD ES LA CAUSA DEL
DESCONTENTO INDIVIDUAL Y SOCIAL
La insensible impiedad, la sombría superstición, el cruel fanatismo, que por
diversos caminos van a un mismo fin, que es la destrucción del género
humano.
La AMISTAD es el bálsamo del desconsuelo y la comunicación de ideas el
alivio de las almas sensibles.
La impiedad es más una corrupción que una ignorancia.
Nadie habla más de religión que los que no la tienen
Es muy de notar que la ignorancia de los hombres en materias de ciencias
naturales y en otros varios puntos interesantísimos a la sociedad, no llama la
atención de los incrédulos, y muy pocos de ellos vemos que se aplican a la
ilustración del pueblo en tales materias, y en caso de hacerlo no demuestran
tanto interés como en las cuestiones religiosas.
El hombre nunca pierde el sentimiento de justicia y el feliz impulso que lo dirige
hacia la verdad.
Un poeta visionario, como casi todos ellos, aseguró que el temor fue el autor de
los dioses.
Carta Segunda, tomo I, IMPIEDAD LA IMPIEDAD DESTRUYE LA CONFIANZA
DE LOS PUEBLOS
La política, que jamás se para en los medios si convienen a sus fines, se vale
gustosa de la superstición como el mejor apoyo de la tiranía, que es el ídolo de
casi todos los gobernantes.
La confianza, que debe ser fundamento de toda suerte de relaciones humanas,
ha de asentarse sobre los sentimientos de justicia, de sensatez y de honor, o
sea sobre principios morales.
Sólo es verdaderamente libre el que no puede ser esclavo, y esta prerrogativa
sólo conviene al virtuoso.
Un hombre franco y firme, no sacrifica la verdad en aras del Poder, y que sea
cual fuere el resultado de sus esfuerzos los dirige todos a presentar las cosas
como son en sí y no como hipócritamente se quiere que aparezcan.
Carta Tercera, tomo I, IMPIEDAD CAUSAS DE LA IMPIEDAD
Las causas de la impiedad, creo poder reducirlas a dos clases bien distintas.
Unas están en el corazón humano y otras son fruto del entendimiento.
Atrévase el vicioso a hacer frente a la virtud, que sólo antes desatendido, y su
osadía lo conduce muy pronto al templo de una pomposa ignorancia que
usurpa el nombre de la filosofía.
La verdadera religión no admite duda o disputa alguna; pues si no se cree en
Dios, no hay que hablar de religión, y si se cree en Dios no hay que hablar de
dudas.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
337
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Negar que exista la verdad es confesar que existe.
Carta Cuarta, tomo I, IMPIEDAD. EXTENSIÓN DE LA IMPIEDAD. MODO DE
TRATAR A LOS IMPÍOS
Conviene distinguir al impío por convicción de los aparentes.
La caridad y la dulzura, pero al mismo tiempo la firmeza. Y, sobre todo nada de
insultos.
El mejor modo de tratar a los jóvenes es llevarlos con dulzura por la senda del
cariño que conduce a la paz y contento.
En cuanto a la juventud es posible corregir la impiedad con dulzura y cariño, ya
que ella propende generalmente a la justicia.
No así el odioso régimen de premios y castigos, que sólo conduce a la
formación de hipócritas.
El que quiera que un joven no tenga religión háblele siempre de ella.
Ese novelero afán de crítica que abruma a la juventud y el cual no debe ser
combatido humillando a los que la ejerce. Por el contrario, lo eficaz es procurar
que dediquen su actividad a otras cosas, como la música, las ciencias, etc.
El interés personal debe ser conciliado con el científico.
La impiedad femenina suele deberse a tres causas diversas: la vanidad, el
enamoramiento, y (aunque muy contadas veces) la perversidad.
En cuanto a las mujeres impías por mera vanidad, es preciso que
consideremos que la mayor parte de ellas proviene de un deseo de presentarse
superiores a su sexo, que siempre es débil y piadoso, y de aproximarse al
carácter varonil que envidian sobremanera.
La franqueza siempre es necesaria y mucho más cuando tratase con personas
de algún talento; y de aquí resulta que si llegan a observar que efectivamente
no nos hemos equivocado acerca de su mérito y que no les hacemos injusticia
ni tampoco les tributamos honores que no merecen, llegan al fin a formar un
buen concepto de nosotros, y ésta es la mejor disposición para que nos oigan
sin animosidad.
Vivamos con los impíos de un modo que pueda inducirlos a dejar de serlo.
Carta Quinta, tomo I, IMPIEDAD. QUEJAS JUSTAS E INJUSTAS DE LOS
IMPÍOS
Quéjense con razón los impíos de la crueldad con que muchas veces han sido
tratados.
Quéjense justamente de la hipocresía de muchos especuladores, que
pretenden ser muy religiosos, sólo para ocultar mejor la impiedad y conseguir
cuanto quieren declamando contra los impíos.
Quéjense de los robos que repetidas veces se han hecho bajo el pretexto de
religión.
Quéjense de las tinieblas que han esparcido personas ignorantes, y algunas
muy perversas, bajo el pretexto de difundir la luz de la fe, cuyos fundamentos
desconocen.
338
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
Quéjense de la iniquidad con que se ha hecho uso de la religión como
instrumento de la política.
Cuando se procede sin cortesía ni prudencia, se destruye la paz y armonía
sociales.
Los más ingratos y siempre se están quejando de ingratitud.
Los defectos de los grandes hombres siempre han sido el mejor correctivo para
enmendar a los medianos.
La verdadera ilustración es el escudo contra los dardos de la falsa ciencia.
Carta Sexta, tomo I, IMPIEDAD. FUROR DE LA IMPIEDAD
No hay furor más implacable que el que proviene de la vanidad burlada.
Los verdaderos patriotas nunca roban las iglesias y los verdaderos
eclesiásticos nunca son insensibles a las necesidades de la patria.
No debe alabarse ni a los que matan por Dios ni a los que hacen por ir en
contar de él.
No hay sociedad perfecta, sin amor perfecto.
Fomentase las buenas obras con premio y atérrense los vicios con castigos.
Las injurias que no vienen unidas con ultraje son unas pérdidas a las cuales se
resigna el hombre fácilmente.
La Iglesia de Dios ha extinguido siempre el fuego de las persecuciones; con la
sangre de sus hijos y en mar de lágrimas de ternura, ha sumergido en todos
tiempos las enfurecidas huestes de la funesta impiedad.
SUPERSICIÓN
Carta Primera, tomo II, SUPERSTICIÓN. NATURALEZA DE LA RELIGIÓN Y
DE LA SUPERSTICIÓN. PARALELO ENTRE AMBAS
La religión ora natural, ora revelada, es una e inalterable, en tanto que la
pluralidad de religiones es un absurdo filosófico.
La superstición consiste en adorar una fingida divinidad o en tributar un culto
absurdo a la verdadera.
La superstición destruye la unidad de sentimientos y con esta la armonía y la
paz, teniendo los hombres que apelar a la tolerancia, que es una medida de
paz, pero también de división.
Una misma creencia puede combinarse con distintos sentimientos y unos
mismos sentimientos pueden asociarse con distintas creencias.
La religión es, en sí misma, una; pero, el sentimiento humano, varía.
Carta Segunda, tomo II, SUPERSTICIÓN. COMO USA LA POLITICA DE LA
SUPERSTICIÓN
La política, cuyo fin justifica cualquier medio, emplea la superstición como
mejor apoyo de la tiranía.
Nada es tan sensible como reconocer y confesar las ventajas del enemigo.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
339
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Yo siempre he tenido por máxima de conducta pensar que los hombres son
buenos mientras no me conste que son malos.
El confesar una propensión de la naturaleza humana, no es hacer sospechosos
a los que la tienen.
Los supersticiosos siempre han confundido la cuestión de la obediencia con la
de la justicia.
Una cosa es decir que debe obedecerse por evitar males mayores y otra cosa
es legitimar la injusticia.
No es trono sino cadalso el que no eleva al que lo ocupa sino para hacerlo
detestable.
Carta Tercera, tomo II, SUPERSTICIÓN. COMO DEBE IMPEDIRSE LA
SUPERTICIÓN
No debe confundirse la prudencia con el plan de tranquila destrucción en que
vendría a resolverse una paciencia rayana en la indiferencia, aun cuando no
debe la destrucción de la superstición afectar al sano patriotismo ni la pura
moral, por obra del fanatismo político.
El hombre debe procurar su propio bien y perfeccionamiento por si mismo y lo
antes posible.
El hombre está obligado a procurar su perfección y la de la sociedad en que
habita; y cuando haya llenado este deber, en hora buena que piense en
sembrar para las generaciones que existirán sobre la tierra cuando él y las
presentes hayan desaparecido.
Dejar la sociedad sumergida en la superstición sin hacer esfuerzo para
mejorarla, es un crimen horrendo y detestable; al mismo tiempo que el
aventurar remedios peligrosos es una imprudencia funestísima. Corrijamos
hasta donde se pueda sin peligro, pero corrijamos.
Carta Cuarta, tomo II, SUPERSTICIÓN. INFLUJO DE LA SUPERSTICIÓN
SEGÚN LOS PUEBLOS
La miseria humana introduce la superstición en todos los pueblos y hace que
participe en cierto modo del carácter de sus instituciones.
La superstición permea todas las instituciones; conduce a la estupidez y al
desenfreno, dando origen al despotismo y a la crueldad.
En los pueblos en que se halla establecida la única y verdadera religión, que es
la católica.
Carta Quinta, tomo II, SUPERSTICIÓN. TOLERANCIA RELIGIOSA
Creo que deben distinguirse tres clases de tolerancia, una teológica, otra
social, y otra legal o civil.
La tolerancia teológica se refiere a los dogmas, y así equivale a la admisión de
todos ellos o por lo menos a la indiferencia;
La tolerancia social consiste en la prudencia de no mortificar a nadie con
motivo de su religión.
340
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
Glosarios de términos.
Para la mejor comprensión de los contenidos en la obra CARTAS A ELPIDIO,
SOBRE LA IMPIEDAD, LA SUPERSTICIÓN Y EL FANATISMO EN SUS
RELACIONES CON LA SOCIEDAD, del presbítero Félix Varela y Morales.
Aforismo. (Del lat. aphorismus, y este del gr. ἀυορισμός). m. Sentencia breve
y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte. (DRAE)
Alabar. (Del lat. tardío alapāri, jactarse). tr. Elogiar, celebrar con palabras. U. t.
c. prnl. || 2. prnl. Jactarse o vanagloriarse. (DRAE)
Anatema: la mayor censura eclesiástica impuesta por la perseverancia en el
mal de uno de los fieles.
Apologética: Ciencia que expone las pruebas y fundamentos de la verdad de
la religión. Es una rama de la Teología. Hacer apologías es defender con
alabanzas.
Apología: (Del lat. apologĭa, y este del gr. ἀπολογία). f. Discurso de palabra o
por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo.
Ateísmo: Opinión o doctrina del ateo. (DRAE) (doctrina que niega la existencia
de Dios. Actitud de incredulidad religiosa).
Ateo: a. (Del lat. athĕus, y este del gr. ἄθεος). adj. Que niega la existencia de
Dios. Apl. a pers., u. t. c. s. (DRAE)
Cívica: Ciencia práctica que tiene como objetivo preparara al hombre para vivir
en sociedad y conocer los derechos y deberes que tiene como persona y como
ciudadano. Esta materia tiene como fin salvaguardar la dignidad de la persona
humana y educarla para participar libre, conciente y responsablemente en la
sociedad civil. Es el fundamento de la democracia. Actitud cívica es aquella que
se mantiene según los derechos, deberes y correspondencia del ciudadano con
su dignidad personal y con el respeto a la convivencia pacífica. Virtudes
cívicas: aquellas que tiene que ver con la moral y que dan fuerza interior al
ciudadano para obrar el bien en la sociedad a pesar de leyes injustas u otros
abusos y corrupciones.
Chocarrería. (De chocarrero). f. Chiste grosero. || 2. ant. fullería (ǁ trampa en
el juego). (DRAE)
Cohonestar: (Del lat. Cohonestāretr. Dar apariencia de justa o razonable a una
acción que no lo es. El fuerte busca razones con que cohonestar sus
violencias. || 2. Hacer compatible una cualidad, actitud o acción con otra.
Cohonestar exigencias contrarias. (DRAE)
Clérigo: (Del lat. clerĭcus, y este del gr. κληρικός). m. Hombre que ha recibido
las órdenes sagradas. || 2. Hombre que tenía la primera tonsura. || 3. En la
Edad Media, hombre letrado y de estudios escolásticos, aunque no tuviese
orden alguna, en oposición al indocto y especialmente al que no sabía latín. ||
4. En la Edad Media, hombre sabio en general, aunque fuese pagano || ~ de
cámara, m. El que ha obtenido un nombramiento honorífico en el palacio del
Papa || ~ de corona, m. El que solo tenía la primera tonsura || ~ de menores,
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
341
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
m. El que solo tenía las órdenes menores o alguna de ellas || ~ de misa, m.
Presbítero o sacerdote || ~ pobre de la Madre de Dios, m. escolapio (ǁ
sacerdote de las Escuelas Pías). (DRAE)
Comunidad civil: (Del lat. communĭtas, -ātis). f. Cualidad de común (ǁ que, no
siendo privativamente de ninguno, pertenece o se extiende a varios). || 2.
Conjunto de las personas de un pueblo, región o nación. || 3. Conjunto de
naciones unidas por acuerdos políticos y económicos. (DRAE).
Deísmo. (Del lat. Deus, Dei, Dios). m. Doctrina que reconoce un dios como
autor de la naturaleza, pero sin admitir revelación ni culto externo. (DRAE).
Despotismo: De déspota). m. Autoridad absoluta no limitada por las leyes. || 2.
Abuso de superioridad, poder o fuerza en el trato con las demás personas || ~
ilustrado m. Política de algunas monarquías absolutas del siglo XVIII,
inspirada en las ideas de la Ilustración y el deseo de fomentar la cultura y
prosperidad de los súbditos. (DRAE
Dogmatismo: (Del lat. dogmatismus). m. Presunción de quienes quieren que
su doctrina o sus aseveraciones sean tenidas por verdades inconcusas. || 2.
Conjunto de las proposiciones que se tienen por principios innegables en una
ciencia. || 3. Conjunto de todo lo que es dogmático en religión. || 4. Escuela
filosófica opuesta al escepticismo, la cual, considerando la razón humana
capaz del conocimiento de la verdad, siempre que se sujete a método y orden
en la investigación, afirma principios que estima como evidentes y ciertos.
(DRAE)
Escéptico, ca. (Del lat. sceptĭcus, y este del gr. σκεπτικός). adj. Que profesa el
escepticismo. Filósofo escéptico. Hombre escéptico. Apl. a pers., u. t. c. s. || 2.
Que no cree o afecta no creer. U. t. c. s. (DRAE).
Escolástico, ca. (Del lat. scholastĭcus) adj. Perteneciente o relativo a las
escuelas medievales o a quienes estudiaban en ellas. || 2. Perteneciente o
relativo al escolasticismo. Apl. a pers., u. t. c. s. || 3. Dicho de una persona: Que
enseña el escolasticismo. U. t. c. s. || 4. Que lo profesa. U. t. c. s. || 5. f.
Escolasticismo. ORTOGR. Escr. con may. inicial. □ V. latín ~, teología ~.
Espíritu: (Del lat. spirĭtus). m. Ser inmaterial y dotado de razón. || 2. Alma
racional. || 3. Don sobrenatural y gracia particular que Dios suele dar a algunas
criaturas. Espíritu de profecía. || 4. Principio generador, carácter íntimo, esencia
o sustancia de algo. El espíritu de una ley, de una corporación, de un siglo, de
la literatura de una época. || 5. Vigor natural y virtud que alienta y fortifica el
cuerpo para obrar. Los espíritus vitales. || 6. Ánimo, valor, aliento, brío,
esfuerzo. || 7. Vivacidad, ingenio. (DRAE)
Excomulgado: Declarar a una persona fuera de la comunión de la iglesia.
Apartar de la comunidad de los fieles y de los sacramentos a personas que se
mantiene en rebeldía y sin arrepentimiento con relación a uno de los mandatos
graves de la iglesia.
Fanatismo: Tenaz preocupación, apasionamiento del fanático. (DRAE).
Intolerancia, intransigencia: Apasionamiento sin razones. Fanático es el que
342
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
defiende apasionadamente y sin medidas una idea o creencia. El que sostiene
ciegamente una posición.
Frivolidad: Ligereza, inconsecuencia, superficial, banal. Las actuaciones y
personas frívolas son aquellas que no tienen fundamento ni profundidad.
Dícese de los que actúan no siendo consecuentes con sus principios.
Herejía. (De hereje). f. Error en materia de fe, sostenido con pertinacia. || 2.
Sentencia errónea contra los principios ciertos de una ciencia o arte. || 3.
Disparate, acción desacertada. || 4. Palabra gravemente injuriosa contra uno. ||
5. Daño o tormento grandes infligidos injustamente a una persona o animal.
(DRAE)
Iconoclastas: Dícese del que niega el culto a las imágenes. Adversario
sistemático de los valores consagrados o religiosos. En sentido amplio
personas opuestas a la religión.
Ídolo: En sentido amplio toda criatura, cosa o fenómeno al que se rinde el culto
reservado a Dios. En sentido estricto, objeto material especialmente si es
fabricado, al que se adora como imagen, representación, figura o símbolo de la
divinidad. Actualmente se considera ídolo, además a la valoración exagerada y
absoluta del sexo, el prestigio, el poder, el culto a la personalidad, etc.
Ilustración: Espíritu y movimiento filosófico y cultural europeo del siglo XVIII,
llamado por ellos siglo de las luces. Sus raíces se remontan al renacimiento y
sus antecedentes inmediatos fueron la filosofía racionalista y la ciencia natural
del siglo XVII. Sus rasgos fundamentales son: la convicción y orgullo de haber
salido de la larga noche de las tinieblas, de haberse emancipado de todos los
prejuicios tradicionales, de toda tutela dogmática, una concepción optimista del
mundo y del hombre basado en el poder de la razón.
Impiedad: Del lat. impiĕtas, -ātis). f. Falta de piedad, sentimiento o virtud. || 2.
Falta de religión. || 3. Desprecio u hostilidad a la religión. || 4. Acción o
expresión impía. (DRAE).Crueldad y dureza del alma. Sin compasión ni
solidaridad.
Impío, a: (Del lat. impĭus, con el acento de pío). adj. Falto de piedad. Apl. a
pers., u. t. c. s. || 2. Falto de religión. Apl. a pers., u. t. c. s. || 3. Contrario, hostil
a la religión. Apl. a pers., u. t. c. s. || 4. f. hierba impía.
Inquisición: Tribunal eclesiástico, establecido para inquirir los delitos contra la
fe. Antes del siglo XIII esta era una función de los obispos. El Papa Gregorio IX
organizó la inquisición en 1223. Desapareció definitivamente en el siglo XVIII y
en los Estados pontificios en 1848.Hubo tribunales de Inquisición tanto
católicos como protestantes.
Latrocinio: Hurto, robo o costumbre de defraudar en sus interesas a los
demás.
Martirologio. (Del gr. tardío μαρτσρολόγιον). m. Libro o catálogo de los
mártires. || 2. Libro de todos los santos conocidos. || 3. Lista de las víctimas de
una causa. (DRAE)
Miseria (humana): (Del lat. miserĭa). f. Desgracia, trabajo, infortunio. || 2.
Estrechez, falta de lo necesario para el sustento o para otra cosa, pobreza
extremada. || 3. Avaricia, mezquindad y demasiada parsimonia. || 4. Plaga
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
343
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
pedicular, producida de ordinario por el sumo desaseo de quien la padece. || 5.
coloq. Cantidad insignificante. Me envió una miseria. || comerse alguien de ~.
fr. coloq. Padecer gran pobreza y vivir miserablemente. (DRAE)
Mística: Conjunto de prácticas que conducen a la unión íntima y directa del
alma humana con la divinidad. Según los místicos, para legar a esta unión hay
que desprenderse no sólo de todo lo sensible, sino también de todo lo
puramente racional. Parte de la teología que estudia la viada espiritual y
contemplativa. Por extensión se dice de aquella fuerza interior, de aquella
espiritualidad, de aquel amor desinteresado que mueve ala hombre a
entregarse por entero a una causa o a una obra con la que se identifica
totalmente.
Obcecación: Ofuscación tenaz y persistente arrebato)
Obstinación: Terquedad, porfiado, mantenerse en su propia posición o
resolución sin escuchar ni aceptar razonamientos ni evidencias. El que se
niega a la persuasión y se cierra al cambio.
Panteísta, adj. Que sigue la doctrina del panteísmo. U. t. c. s. || 2.
Perteneciente o relativo al panteísmo.
Patria: Tierra de los padres, donde nacimos y nos criamos. Lugar donde
encontramos las raíces históricas, culturales y patrimoniales que nos unen a
una familia y a una nación.
Paz. (Del lat. pan, pacis). f. Situación y relación mutua de quienes no están en
guerra. || 2. Pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a
la guerra o a la turbulencia. || 3. Tratado o convenio que se concuerda entre los
gobernantes para poner fin a una guerra. U. t. en pl. con el mismo significado
que en sing. || 4. Sosiego y buena correspondencia de unas personas con
otras, especialmente en las familias, en contraposición a las disensiones, riñas
y pleitos. || 5. Reconciliación, vuelta a la amistad o a la concordia. U. m. en p ||
6. Virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego, opuestos a la turbación y
las pasiones || 7. Genio pacífico, sosegado y apacible || 8. portapaz, || 9. Rel.
En la celebración de la eucaristía según la liturgia romana, rito que precede a la
comunión, en el que toda la asamblea se ofrece mutuamente un gesto de paz,
como signo de reconciliación. En otras liturgias, como la hispano-mozárabe, se
realiza antes de la presentación de las ofrendas de la eucaristía || hacer las
paces, fr. reconciliarse (ǁ volver a las amistades) sacar a ~ y a salvo a
alguien fr. Librarle de todo peligro o riesgo. || vaya, o vete, en ~, o con la ~ de
Dios, frs. Vaya con Dios, || venir alguien de ~fr. Venir sin ánimo de reñir, ~.
(DRAE)
Pirronismo: Escéptico, escepticismo. Doctrina del filósofo griego Pirrón (hacia
360-270 antes de Cristo) en la que sostenía que no es posible conocer las
cosas, y que debemos suspender todo juicio acerca de las cosas y
mantenernos indiferentes ante ellas y así lograremos la felicidad.
Religión: Relación del hombre con Dios, es decir, con su Ser trascendente y
absoluto, personal e inteligente, creador y ordenador del mundo de quien
depende el hombre y todas las demás cinturas. Conjunto de creencias o
dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos y de veneración y temor hacia
344
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
ella, de normas de conducta individual y social y de prácticas rituales,
principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.
Rayano, na. adj. Que confina o linda con algo. || 2. Que está en la raya que
divide dos territorios. || 3. Cercano, con semejanza que se aproxima a igualdad
(DRAE)
Ser: Esencia o naturaleza es vivos || 3. ser humano. Es un ser admirable.
Seres desgraciados | 4. Valor, precio, estimación de las cosas. En esa palabra
está todo el ser de la proposición || 5. Modo de existir || Ser supremo, m.
Dios,|| en ~, o en su ~locs. advs. Sin haberse gastado, consumido o deshecho.
(DRAE)
Secta: Doctrina particular señala da por un maestro. Doctrina heterodoxa o
contraria a las grandes religiones
Superstición: (Del lat. superstitĭo, -ōnis). f. Creencia extraña a la fe religiosa y
contraria a la razón. || 2. Fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo.
Superstición de la ciencia. (DRAE)
Teología: Ciencia que trata de Dios, de sus atributos y de las cosas divinas.
Tiranía: Gobierno ejercido por un tirano
Tolerancia: Respeto y consideración hacia las opiniones o prácticas de los
demás.
Verdad: f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la
mente. || 2. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.
Realidad (ǁ existencia real de algo). || la pura ~f. La verdad indubitable, clara y
sin tergiversación.(RDAE)
Virtud: Hábito de obrar bien, independientemente de los preceptos de la ley,
por sola la bondad de la operación y conformidad con la razón natural. Cada
una de las tres, fe, esperanza y caridad, cuyo objeto directo es Dios. (DRAE)
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
345
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Anexo 1
Reporte de Código y de Texto. Tomo I. Impiedad
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Carta 1 Tomo I
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Modified: 29/11/2011 - 13:48:40
Description:
IMPIEDAD
Nodes in Set:
All Free Nodes
Node 1 of 13
temporales, individuales, morales
Passage 1 of 1
Section 0, Para 5, 110 chars.
5: Pasan los tiempos, y con ellos los hombres, mas la verdad inmóvil observa los giros de su mísera carrera hasta
———————————————————————————————————
Node 2 of 13
morales
Passage 1 of 16
Section 0, Para 5, 26 chars.
5: de la flaqueza humana, l
———————————————————————————————————
Passage 3 of 16
Section 0, Para 6, 6 chars.
6: virtud
———————————————————————————————————
Passage 4 of 16
Section 0, Para 6, 6 chars.
6: verdad
———————————————————————————————————
Passage 5 of 16
Section 0, Para 6, 6 chars.
6: virtud
———————————————————————————————————
Passage 6 of 16
Section 0, Para 10, 7 chars.
10: bondad,
———————————————————————————————————
Passage 7 of 16
Section 0, Para 11, 6 chars.
11: humano
———————————————————————————————————
Passage 8 of 16
Section 0, Para 28, 6 chars.
28: humano
———————————————————————————————————
Passage 9 of 16
Section 0, Para 28, 6 chars.
28: verdad
———————————————————————————————————
Passage 10 of 16
Section 0, Para 31, 9 chars.
31: justicia
———————————————————————————————————
Passage 12 of 16
Section 0, Para 31, 7 chars.
31: verdad;
———————————————————————————————————
Passage 13 of 16
Section 0, Para 37, 6 chars.
37: Verdad
———————————————————————————————————
Passage 14 of 16
Section 0, Para 39, 7 chars.
39: virtud,
———————————————————————————————————
Passage 15 of 16
Section 0, Para 44, 7 chars.
44: verdad
———————————————————————————————————
Passage 16 of 16
Section 0, Para 49, 6 chars.
49: virtud
———————————————————————————————————
Node 3 of 13
trascendentes
Passage 1 of 1
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6: espíritu
———————————————————————————————————
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afectivos
Passage 1 of 15
Section 0, Para 6, 8 chars.
346
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
6: pasiones
———————————————————————————————————
Passage 2 of 15
Section 0, Para 6, 8 chars.
6: pasiones
———————————————————————————————————
Passage 3 of 15
Section 0, Para 7, 7 chars.
7: alegría
———————————————————————————————————
Passage 4 of 15
Section 0, Para 9, 10 chars.
9: entimiento
———————————————————————————————————
Passage 5 of 15
Section 0, Para 10, 4 chars.
10: amor
———————————————————————————————————
Passage 6 of 15
Section 0, Para 10, 8 chars.
10: pasiones
———————————————————————————————————
Passage 7 of 15
Section 0, Para 12, 8 chars.
12: pasiones
———————————————————————————————————
Passage 8 of 15
Section 0, Para 18, 6 chars.
18: pasión
———————————————————————————————————
Passage 9 of 15
Section 0, Para 19, 7 chars.
19: corazón
———————————————————————————————————
Passage 10 of 15
Section 0, Para 21, 6 chars.
21: corazón
———————————————————————————————————
Passage 11 of 15
Section 0, Para 26, 4 chars.
26: amor
———————————————————————————————————
Passage 12 of 15
Section 0, Para 28, 7 chars.
28: corazón
———————————————————————————————————
Passage 13 of 15
Section 0, Para 31, 20 chars.
31: razón y las pasiones
———————————————————————————————————
Passage 14 of 15
Section 0, Para 37, 5 chars.
37: amor
———————————————————————————————————
Passage 15 of 15
Section 0, Para 38, 8 chars.
38: pasiones
———————————————————————————————————
Node 5 of 13
temporales
Passage 1 of 3
Section 0, Para 6, 6 chars.
6: siglos
———————————————————————————————————
Passage 2 of 3
Section 0, Para 6, 8 chars.
6: tiempo
———————————————————————————————————
Passage 3 of 3
Section 0, Para 20, 6 chars.
20: tiempo
———————————————————————————————————
Node 6 of 13
individuales, morales, afectivos
Passage 1 of 1
Section 0, Para 7, 9 chars.
7: verdadero
———————————————————————————————————
Node 7 of 13
individuales, afectivos
Passage 1 of 1
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7: vida
———————————————————————————————————
Node 8 of 13
políticos
Passage 1 of 8
Section 0, Para 6, 14 chars.
6: pueblos,
———————————————————————————————————
Passage 2 of 8
Section 0, Para 28, 6 chars.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
347
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
28: pueblo
———————————————————————————————————
Passage 3 of 8
Section 0, Para 40, 5 chars.
40: paz
———————————————————————————————————
Passage 4 of 8
Section 0, Para 43, 3 chars.
43: paz
———————————————————————————————————
Passage 5 of 8
Section 0, Para 49, 2 chars.
49: paz
———————————————————————————————————
Passage 6 of 8
Section 0, Para 51, 3 chars.
51: paz
———————————————————————————————————
Passage 7 of 8
Section 0, Para 54, 4 chars.
54: paz
———————————————————————————————————
Passage 8 of 8
Section 0, Para 55, 8 chars.
55: gobierno
———————————————————————————————————
Node 9 of 13
sociales
Passage 1 of 9
Section 0, Para 9, 8 chars.
9: amistad
———————————————————————————————————
Passage 2 of 9
Section 0, Para 10, 5 chars.
10: amigo
———————————————————————————————————
Passage 3 of 9
Section 0, Para 28, 8 chars.
28: sociedad
———————————————————————————————————
Passage 4 of 9
Section 0, Para 28, 5 chars.
28: amigo
———————————————————————————————————
Passage 5 of 9
Section 0, Para 31, 5 chars.
31: amigo
———————————————————————————————————
Passage 6 of 9
Section 0, Para 39, 8 chars.
39: sociedad
———————————————————————————————————
Passage 7 of 9
Section 0, Para 44, 5 chars.
44: amigo
———————————————————————————————————
Passage 8 of 9
Section 0, Para 49, 13 chars.
49: sociedad
———————————————————————————————————
Passage 9 of 9
Section 0, Para 53, 8 chars.
53: sociedad
———————————————————————————————————
Node 10 of 13
individuales
Passage 1 of 18
Section 0, Para 9, 5 chars.
9: almas
———————————————————————————————————
Passage 2 of 18
Section 0, Para 20, 5 chars.
20: vidas
———————————————————————————————————
Passage 3 of 18
Section 0, Para 23, 6 chars.
23: hombre
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Passage 4 of 18
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26: hombre
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Passage 5 of 18
Section 0, Para 26, 5 chars.
26: vida
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Passage 6 of 18
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26: hombres
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Passage 7 of 18
Section 0, Para 27, 7 chars.
27: hombres
348
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
———————————————————————————————————
Passage 8 of 18
Section 0, Para 28, 7 chars.
28: hombres
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Passage 9 of 18
Section 0, Para 31, 7 chars.
31: hombre
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Passage 10 of 18
Section 0, Para 37, 9 chars.
37: hombres,
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Passage 11 of 18
Section 0, Para 38, 4 chars.
38: hombre
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Passage 12 of 18
Section 0, Para 39, 7 chars.
39: hombre
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Passage 13 of 18
Section 0, Para 40, 6 chars.
40: hombre
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Passage 14 of 18
Section 0, Para 43, 4 chars.
43: vida
———————————————————————————————————
Passage 15 of 18
Section 0, Para 45, 5 chars.
45: vida
———————————————————————————————————
Passage 16 of 18
Section 0, Para 45, 5 chars.
45: vida
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Passage 17 of 18
Section 0, Para 49, 6 chars.
49: hombre
———————————————————————————————————
Passage 18 of 18
Section 0, Para 54, 9 chars.
54: hombres
———————————————————————————————————
Node 11 of 13
ecológicos
Passage 1 of 8
Section 0, Para 10, 5 chars.
10: razón
———————————————————————————————————
Passage 2 of 8
Section 0, Para 10, 9 chars.
10: iluminada
Passage 3 of 8
Section 0, Para 10, 2 chars.
10: sol
———————————————————————————————————
Passage 4 of 8
Section 0, Para 20, 6 chars.
20: tiempo
———————————————————————————————————
Passage 5 of 8
Section 0, Para 31, 2 chars.
31: sol
———————————————————————————————————
Passage 6 of 8
Section 0, Para 40, 10 chars.
40: naturaleza
———————————————————————————————————
Passage 7 of 8
Section 0, Para 51, 6 chars.
51: flores
———————————————————————————————————
Passage 8 of 8
Section 0, Para 53, 11 chars.
53: naturaleza
Node 12 of 13
intelectuales
Passage 1 of 4
Section 0, Para 10, 4 chars.
10: razón
———————————————————————————————————
Passage 2 of 4
Section 0, Para 20, 5 chars.
20: saber
———————————————————————————————————
Passage 3 of 4
Section 0, Para 29, 6 chars.
29: razón
———————————————————————————————————
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
349
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Passage 4 of 4
Section 0, Para 31, 20 chars.
31: razón y las pasiones
———————————————————————————————————
Node 13 of 13
trascendente
Passage 1 of 9
Section 0, Para 10, 5 chars.
10: Dios
———————————————————————————————————
Passage 2 of 9
Section 0, Para 10, 5 chars.
10: Dios,
———————————————————————————————————
Passage 3 of 9
Section 0, Para 28, 8 chars.
28: religión
———————————————————————————————————
Passage 4 of 9
Section 0, Para 28, 8 chars.
28: eligiosa
———————————————————————————————————
Passage 5 of 9
Section 0, Para 28, 8 chars.
28: religión
———————————————————————————————————
Passage 6 of 9
Section 0, Para 28, 9 chars.
28: religión
———————————————————————————————————
Passage 7 of 9
Section 0, Para 29, 7 chars.
29: eligión
———————————————————————————————————
Passage 8 of 9
Section 0, Para 51, 9 chars.
51: religión
———————————————————————————————————
Passage 9 of 9
Section 0, Para 53, 8 chars.
53: religión
NVivo revision 2.0.163
Licensee: casa
Project: Carta 1 Tomo I
User: Administrator Date: 29/11/2011 - 14:06:08
DOCUMENT TEXT REPORT
Document:
Carta 1 Tomo I
Created: 29/11/2011 - 10:20:07
Modified: 29/11/2011 - 13:48:40
Description:
IMPIEDAD
Document Text:
1: IMPIEDAD
2: CARTA PRIMERA
3: LA IMPIEDAD ES LA CAUSA DEL DESCONTENTO INDIVIDUAL Y SOCIAL
4:
5: Pasan los tiempos, y con ellos los hombres, mas la verdad inmóvil observa los giros de su mísera carrera hasta verlos precipitarse
con pasos vacilantes en el abismo de la eternidad, dejando signos indelebles de que sólo convinieron en la impotencia... Sí... No hay
duda...La voz unísona de los sepulcros eleva al cielo la triste confesión de la flaqueza humana, y las bóvedas celestes arrojan sobre
los mortales el eco aterrador, que los detiene y enerva en sus locas empresas e infaustas ilusiones. Este aviso de la Divinidad fija
nuestra atención en un mundo subterráneo, donde yacen los ídolos del amor, los objetos del odio, los despojos del guerrero y las
cenizas del sabio, las víctimas del poder inicuo y los mismos poderosos; que todos, sí, todos, en perpetua calma, advierten a los
ilusos que sobre ellos caminan, que la verdad está en lo alto, es una e inmutable, santa y poderosa, origen de la paz y fuente del
consuelo; que habita en el seno del Ser sin principio y causa de los seres.
6: Así pensaba yo, mi caro Elpidio, en unos terribles momentos en que mi espíritu, angustiado por la memoria de los que fueron y
no son, meditaba sobre la historia lamentable de los errores humanos, de los funestos efectos de pasiones desenfrenadas, de los
sufrimientos de la virtud siempre perseguida, y de los triunfos del vicio, siempre entronizado. Recorriendo al través de los siglos los
anales de los pueblos, el orbe nos presenta un inmenso campo de horror y de exterminio, donde el tiempo ha dejado algunos
monumentos para testimonio eterno de su poder asolador y humillación de los soberbios mortales. Mas, entre tantas ruinas
espantosas, se descubren varios puntos brillantísimos, que jamás oscurecieron las sombras de la muerte: vence, querido Elpidio, los
sepulcros de los justos, que encierran las reliquias de aquellos templos de sus almas puras, que volaron al centro de la verdad; cuyo
amor fue su norma y por cuyo influjo vivieron siempre unidos y tranquilos. Sobre las losas que cubren estos sagrarios de la virtud,
resuelven sus imitadores el gran problema de la felicidad y arrojan miradas de compasión sobre los que, fascinados por míseras
pasiones, corren tras sombras falaces, y, burlados, se dividen; divididos, se odian, y odiados, se destruyen.
7: ¿Por qué, me decía yo a mí mismo, por qué unas ideas tan claras y unos ejemplos tan nobles no atraen todos los hombres hacia el
verdadero objeto del amor justo? ¿Por qué no siguen la majestuosa y palpable senda de la felicidad? ¿Por qué esparcen la muerte los
depositarios de la vida? ¿Por qué aborrecen los que nacieron para amar? ¿Por qué cubre la tristeza unos rostros en que debe brillar la
alegría? ¿Qué causas funestísimas convierten la sociedad de los hijos de un Dios de paz, en inmensas hordas de ministros del furor?
350
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
¡Ah!, mi amado Elpidio, estas interesantes preguntas hallaron muy pronto su respuesta. Vense estampada sobre las ruinas de tantos
objetos apreciables, las huellas de tres horribles monstruos que los derrotaron, y que aun corren por todas partes inmolando nuevas
víctimas.
8: Vense la insensible impiedad, la sombría superstición, el cruel fanatismo, que por diversos caminos van a un mismo fin, que es
la destrucción del género humano.
9: Estos monstruos han sido el constante objeto de mis observaciones; he procurado seguir sus pasos, observar sus asechanzas, notar
sus efectos y descubrir los medios que emplean para tantas atrocidades. Bien se echa de ver que estas tristísimas meditaciones
deben haber llenado mi alma de amargura; y como la amistad es el bálsamo del desconsuelo, y la comunicación de ideas el
alivio de las almas sensibles, permíteme que deposite en la tuya los sentimientos de la mía, y que en una serie de cartas te
manifieste los resultados de mi investigación. Ocupémonos, por ahora, de la impiedad.
10: Si la experiencia no probara que hay impíos, no podría la razón probar que puede haberlos. Cuando la naturaleza inspira el amor
—y éste va necesariamente hacia las perfecciones con más fuerza que el acero al vigoroso imán, o que los cuerpos celestes hacia el
centro de su circulación— ¿cómo puede dejar un Ser perfectísimo de atraer la voluntad humana, y por qué anomalía inexplicable
puede ésta convertir en objeto de odio el bien por esencia? Pero, no, el supuesto es imposible, el hombre nunca odia al Ser
Supremo; si bien, en su delirio, procura disimular los sentimientos de su espíritu. He aquí una de las pruebas más evidentes de que
la impiedad es un monstruo, puesto que sus operaciones contrarían la naturaleza, que puede ser desatendida pero jamás conquistada.
Observa, mi amigo, que entre la multitud de los impíos hay varias clases, porque el error es el principio de la división; pero
jamás se encuentra uno que confesando la existencia del Ser Infinito, y principio de toda bondad, pretenda odiarlo. Procuran
unos cohonestar sus desvaríos negando que existe el mismo Ser que siempre les ocupa, y cuyas perfecciones los acometen por todas
partes y en todos momentos; mas ellos pretenden desconocer su origen, para llevar a cabo unas ideas que jamás pudieron
satisfacerlos; semejantes a un demente que, por extraña manía, no quisiese levantar los ojos de la tierra, y viéndola toda iluminada,
dijese: “no existe el sol”. Confiesan otros que hay un Ser Supremo; pero quieren que reciba sus órdenes, que todo sea conforme a
sus ideas, que todo halague sus pasiones; y concluyen por confesar un Dios que no es Dios, un infinito ilimitado, un Ser Supremo
sujeto al capricho de sus criaturas. Hay otros que, obstinados en sus vicios, confiesan que hay un Dios, y que ha dado una ley, más
movidos por una horrible desesperación, no quieren obedecerle y renuncian a su felicidad eterna.
11: Entremos en la consideración del terrible estado del espíritu humano, en los tres casos que acabamos de exponer, y veremos que
la impiedad es más una corrupción que una ignorancia.
12: Por más que diga el impío que no sabe si hay Dios, es muy fácil descubrir que él no sabe que no lo hay; quedando, de este modo,
convencido de que su aserción positiva de la no existencia del Ser Supremo no es el resultado de un convencimiento. Tenemos,
pues, que el ateísmo no puede pasar de una duda, y que darle el carácter de una doctrina fundamental y norma de
operaciones en el más importante de todos los negocios, no puede ser sino efecto de pasiones
13: desarregladas. Considerémosle ahora en el estado de mera duda, y veremos que es puramente negativa, puesto que se funda en la
imposibilidad de percibir el objeto y no en su repugnancia.
14: Es cierto que el impío afirma que repugna un Ser sin principio, pero advirtamos que él tiene que
15: admitir una materia eterna, o un mundo que empezó a existir antes de existir; de modo que operaba sin existir, puesto que se
supone que se dio la existencia, lo cual es una operación infinita. ¿Puede haber algo más repugnante que una materia eterna? ¿Puede
darse una ficción?
16: más ridícula que la de un ser operando antes de existir? Sólo un desvarío del entendimiento humano puede servir de excusa a tan
repugnantes aserciones, pero jamás un sano juicio podrá
17: abrigarlas. Queda, pues, desvanecida toda duda. El Ser sin principio no repugna, puesto que el
18: mismo impío que pretende probar su repugnancia admite una materia eterna; y publica, con este aserto, que no le convence su
argumento y que sólo le mueve su pasión.
19: Dejemos, pues, a la miseria humana seguir su delirio; cúbrase de todos modos el horrendo cáncer que devora el corazón del
impío; no pretendamos convencerle; él lo está, para su tormento. Un mal corrido velo deja percibir los signos de la inquietud, y entre
las ponderaciones
20: de un profundo saber, se escapan algunas dudas, cual chispas de un volcán reprimido. Figúrate un orgulloso piloto que habiendo
hecho gran ostentación de su pericia, empieza a dudar de sus cálculos y a temer la proximidad de un peligro cierto, que en vano
pretende suponer imposible; mas, por una obstinación lamentable, no quiere confesar su error; antes da pábulo a una infundada
esperanza, fruto de su vanidad, y se entrega a la suerte, que ya por signos bien sensibles indica que ha decidido su ruina. Obsérvalo
confuso y pensativo, ora silencioso y triste, ora iracundo y arrojado, ya procurando disimular su agitación, ya dando pruebas
evidentes de ella: los libros no dicen lo que él quiere, y la naturaleza dice abiertamente lo contrario; el tiempo, juez inflexible, va
muy pronto a dar su irrevocable sentencia; los que por desgracia están bajo su dirección y le han confiado el precioso tesoro de sus
vidas, empiezan, a dudar unos, a temer otros y muchos a decir abiertamente que los lleva a la muerte. Agitado por el temor y el
remordimiento, procura separarse de todos, esperando que una idea feliz, un acaso inesperado, pueda sacarlo con honor de tanta
empresa; y otras veces, no hallando en la soledad el consuelo, va a buscarlo entre sus desgraciados compañeros, a quienes procura
alucinar de mil maneras.
21: Sus preguntas le embarazan, sus miradas, cual penetrantes saetas penetran hasta su corazón;
22: siéntese inclinado a abrirlo, para desahogar su pena, mas al momento se acusa de debilidad y precipitación; hace un esfuerzo de
despecho, que él llama de heroísmo, y determina aparecer siempre sereno, sea cual fuere el lastimoso estado de su espíritu. ¿No es la
imagen que acabo
23: de presentarte la del hombre más desgraciado sobre la tierra? Pues tal es la imagen del impío.
24: Compárala con el original y te convencerás de su exactitud.
25: ¿No ves con cuánto empeño procura obtener sufragios? Pues no es otro su objeto sino encontrar probabilidad en sus ideas, por
su difusión. Reconoce su debilidad, y para acallar las inquietudes que ella le causa, quiere convencerse a sí mismo probando que es
un recelo infundado, pues no es probable que muchos entendimientos perciban del mismo modo, sin que
26: haya sólidas razones para esta unidad. No es por cierto el amor de sus semejantes, el que le mueve con tanta constancia, no; su
fin es otro. Los hombres, según los principios de la impiedad, no son más que instrumentos de que debemos servirnos sin cuidarnos
mucho de ellos, y los impíos saben, por su propia conciencia, que los que se les asemejan no pueden ser de alguna utilidad. Por otra
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
351
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
parte, si todo termina con la vida y la felicidad consiste en pasar contentos los pocos días que estamos sobre la tierra, ¿por qué tanto
empeño en convencer a los hombres del error de sus ideas? La felicidad, en tal caso, es un término relativo, y si el piadoso la
encuentra en su piedad, ¿por qué privarle de ella para que sea feliz? ¿No es ésta uno contradicción palpable? Los hábitos llegan a
formar parte de la naturaleza, y el impío conoce que es imposible, o por lo menos muy difícil, que los sentimientos religiosos
nutridos desde la infancia, no produzcan una terrible agitación en el alma de sus prosélitos y que los golpes del remordimiento no
pueden permitir que continúe la serenidad momentánea que pueda conseguirse a fuerza de capciosos argumentos y vanas
reflexiones. No es, pues, la felicidad de los hombres el objeto de tantos esfuerzos, ¿Qué interés, me dirás, puede tener el impío en
fingir que no cree? ¿Por qué hemos de suponerle agitado por esos terribles remordimientos? Más justo sería confesar que, dotado de
un espíritu fuerte, ha vencido las preocupaciones que introdujo la ignorancia y confirmó la malicia.
27: ¡Ah!, querido amigo, con estas y otras reflexiones semejantes han procurado alucinar a muchos, empezando por alucinarse a sí
mismos. Bastaría responder que del mismo modo se disculpan el fanático, el supersticioso y el hipócrita. Todos aseguran, y aun
prueban, que su conducta sólo les proporciona sufrimientos, pero ¿no es cierto que a veces se encuentra un interés en sufrir? Esa
misma victoria sobre las preocupaciones, ese mismo título de espíritu fuerte, esa superioridad sobre los demás hombres ¿no son un
interés, y muy marcado? Sucede con los espíritus fuertes como con los duelistas, que van a batirse haciendo esfuerzos para contener
el temblor, y afectan una serenidad de que carecen.
28: Nadie habla más de religión que los que no la tienen, y al paso que aseguran que es una quimera, tratan de ella día y noche. No
hay lugar ni circunstancias en que no procuren introducir cuestiones religiosas los mismos que ridiculizan a los creyentes por
cuidarse de ellas. ¿No es ésta una prueba de que el asunto les interesa? ¿Y cómo puede un espíritu ocupado siempre de un negocio
de tanta importancia, y según ellos sujeto a tantas dudas; cómo, repito, puede conservar esa tranquilidad que afectan con tan poco
tino los impíos? Es muy de notar que la ignorancia de los hombres en materias de ciencias naturales y en otros varios puntos
interesantísimos a la sociedad, no llama la atención de los incrédulos, y muy pocos de ellos vemos que se aplican a la ilustración del
pueblo en tales materias, y en caso de hacerlo no demuestran tanto interés como en las cuestiones religiosas. Si la religión fuese,
como dicen ellos, un vano fantasma, ¿no sería muy ridículo darle preferencia a objetos reales y de utilidad evidente? Ni se diga, mi
amigo, que quieren disipar las sombras de un error funesto, que causa males infinitos; pues claro está que la idea de un castigo
eterno, lejos de inducir al crimen, será siempre un freno que detiene al criminal; y por más esfuerzos que ha hecho la impiedad para
probar que la religión es ominosa, sólo ha conseguido demostrar que es benéfica al linaje humano. Un pueblo religioso y criminal es
como un círculo cuadrado, que sólo tiene existencia en los labios que pronuncian las palabras. Esto sabe, y aun palpa el impío, y en
vano procura cerrar los ojos a la luz de la verdad, pues su influjo penetra hasta el agitado corazón, y para arrancar el cáncer que lo
consume, causa necesariamente intensísimos tormentos.
29: Mientras las doctrinas de una religión que se dice venida del cielo puedan ser ciertas, la felicidad no existe para el impío; y
siendo por lo menos probable su futura y terrible desgracia, no podemos creerlo cuando nos dice que está satisfecho y tranquilo.
Prescindiendo de la evidencia de los argumentos que se le proponen, y que nunca ha podido satisfacer, su razón le indica que ni
posee ni puede ostentar infalibilidad. Esto sería admitir el mismo principio religioso y declararse ridículamente una divinidad, al
paso que niega la existencia de un ser semejante. Si sus ideas no son infalibles, las contrarias son probables, o por lo menos
posibles; y he aquí al miserable convencido por sí mismo; he aquí una confesión de su delirio. Encuéntrese, sin saber cómo,
haciendo un papel bien ridículo; encuéntrese dogmatizando sin infalibilidad, y pretendiendo probar que nada teme, cuando sus
mismos principios prueban que debe temer, o
30: ha perdido el juicio.
31: Las pomposas declamaciones de los incrédulos me han parecido siempre como los quejidos de un doliente, que mientras más
agudos, mayor daño indican en las entrañas del miserable a quien deseamos ver curado, mas no quisiéramos acompañar en la suerte.
Lejos, pues, de convencernos de la utilidad de su doctrina, nos predicen el deber de no admitirla, y se convierten en objetos de
compasión los que vanamente pretendieron serlo del aplauso. Nada se sabe en materias religiosas, nos dicen estos apóstoles de la
ignorancia, que seguramente debemos creer que están guiados por el principio que predican, y que por lo menos en esta parte, han
querido ser justos haciendo un homenaje a la verdad. Las nubes del error, conducidas y condensadas hacia un punto por el soplo de
la soberbia, roban la vista del sol de la justicia y dejan en tinieblas a estos miserables, que llegan a tal grado de obstinación y de
demencia, que hacen a la ignorancia árbitro de su suerte. Mas no, mi amigo, no es posible tanta degradación en la obra del
Omnipotente; el hombre nunca pierde el sentimiento de justicia y el feliz impulso que lo dirige hacia la verdad; mas de aquí resulta
un choque terrible y continuo entre la razón y las pasiones, y una inquietud lamentable en el alma del impío, quien más que nadie
quisiera verse libre de su impiedad. ¡A cuántos he oído decir que quisieran creer, porque, sin duda, serían felices! ¿Y no es ésta una
franca confesión de que la felicidad está en la creencia y de que el infiel vive en tormentos? Esta prueba irrefragable, que he tenido
varias veces, me ha convencido de que los impíos son los primeros que en secreto detestan la impiedad. ¿Y por qué la sostienen?
¿Por qué la propagan, si tanto la detestan? Porque estos espíritus fuertes son muy débiles cuando entran en lucha con sus
preocupaciones, aunque tanto se glorían de haber destruido las ajenas.
32: Si volvemos la vista a la segunda clase de impíos, que admitiendo la existencia de un Ser Supremo quieren sujetarle a sus ideas,
no podremos menos de creer que, o están locos, o viven en una constante ansiedad. La misma idea de supremacía que confiesan, les
prueba que deben recibir la doctrina y no inventarla; que constituirse oráculos de la Divinidad, cuando pretenden negar que los
tienen, no es más que descubrir un trastorno mental el más ridículo, o un estado el más triste. De aquí la variedad de sentencias, de
aquí las contiendas religiosas, y la infinidad de sectas. La duda es el acíbar de la vida, y si admitida la existencia del Ser
Supremo no tuviéramos otra prueba que la necesidad de unas verdades conocidas, determinadas e infalibles, nos bastaría,
para creer que las hay, el horroroso estado de un hombre vacilante en tales materias; pues jamás podremos persuadirnos
que un Ser infinitamente sabio y justo, pudiese destinar al género humano a vivir en tanta pena, y por muy poco que se
reflexione sobre esta situación dolorosa, conoceremos que no es compatible con la bondad divina.
33: Volvamos el rostro para no ver la espantosa imagen del impío que admitiendo que hay un Dios, y que ha dado una ley, no quiere
obedecerla, antes la considera irracional e injusta. ¡Qué
34: delirio! Hay un Dios, éste ha dado una ley, y al darla dejó de ser Dios, puesto que la ley es injusta. No continuemos, no, en más
investigaciones sobre el estado de un espíritu semejante.
35: Es presa de la desesperación y víctima de la ignorancia; a sus solas se desprecia a sí mismo y
36: no duda del desprecio de los hombres.
352
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
37: La contradicción de la mayor parte del género humano es otra de las causas del descontento del impío, que pierde la esperanza
de reducirlo a seguir sus delirios, y no puede sufrir sus constantes y poderosos ataques. Conoce que es un ser raro, y la rareza casi
siempre es compañera del ridículo. Queriendo sacar ventajas de los hombres, no puede serle favorable el horror con que éstos le
miran, y el amor propio mortificado no le deja tranquilo. Verdad es que
38: parece encontrar ventajas y placeres en esta misma contradicción, mas nunca pueden compensarse los terribles sentimientos
causados por el desprecio. Un estado tan violento da pábulo a pasiones funestísimas. Odia el impío, detesta y maldice y se llena de
agravios, sólo por conocerse su origen. Conoce que los hombres no se afectan al oír sus insultantes frases, porque no le tienen en
rango de los humanos; antes le asemejan a los irracionales, cuyos golpes deben evitarse, mas nunca causan ofensa. Créese, pues,
rodeado de enemigos, teniendo por tales a cuantos no aprueban su locura, y la sociedad se convierte para él en un lugar de
tormentos.
39: Si mis ideas parecieran inexactas, o acaso se creyese que doy realidad a meras sospechas, yo apelo a la historia de los filósofos
impíos, y a las páginas de los inmensos volúmenes en que han dejado estampados inmensos errores acerca de la sociedad; que todos,
bien examinados, demuestran, no sólo que jamás vivieron contentos en ella, sino que la detestaron, no por virtud, sino por
desesperación. Un delirante que por desgracia ha tenido muchos imitadores se empeñó en probarnos que el hombre no es un ente
social.
40: El célebre Grocio, a quien no clasificaré entre los impíos, y aun no sé si me atreva a contarle entre los católicos, pero que
ciertamente participaba del delirio de aquellos miserables; este hombre, por otra parte ilustre, sostiene que hemos nacido para la
guerra, y por consiguiente que el estado de paz es contra la naturaleza. ¿Puede darse mayor absurdo? ¿Y qué pudo inducir a este
filósofo, sino el descontento, a dejar en sus obras, donde brilla su talento, esta prueba evidente de su miseria y de la confusión de su
espíritu? No ignoras que un iluso se constituyó abogado de la ignorancia a impulsos de la soberbia; y que haciendo la guerra a las
ciencias, la hacía a la sociedad; que sin ellas, queda reducida a una masa inorgánica, y viene a
41: ser como un gran conjunto de piedras y diversos materiales; que aglomerados sin orden jamás
42: podrán formar un edificio y mucho menos una hermosa ciudad.
43: Observa a los impíos en su conducta individual y en el carácter de sus juntas, y verás que los miserables jamás están contentos; y
que no es su desavenencia con los oyentes la causa de este mal, puesto que lo sufren, y aun mayor, cuando están por sí solos y
proceden enteramente según sus principios. Sus sociedades siempre han terminado con escándalo, después de haber sido objeto de
la risa del pueblo, pues aun los más ignorantes perciben su vehemencia. No leerás la vida de ninguno de estos infelices sin encontrar
mil anécdotas que le ponen en ridículo, mil lances en que descubres su flaqueza; y, en fin, toda la serie de sus acciones te indicará
que su espíritu está en tormento y que la paz huye tanto más de sus sociedades cuanto más se desvían sus ideas del cielo. Enemigos
de todos y tiranos de sí mismos, viven temiendo y odiando... ¿Quieres más, Elpidio? El cuadro es lastimoso, y nada más se necesita
para convencernos.
44: No puedo, sin embargo, pasar en silencio una de las mayores pruebas de la verdad que hasta ahora he expuesto. Quiero, mi
amigo, quiero que observes al impío en la desgracia, y palparás que jamás fue feliz, puesto que nunca poseyó los medios de impedir
el dejar de serlo.
45: El contento es fruto de la seguridad, y mientras dudamos de la permanencia del bien, nos causa tanta mayor inquietud cuanto
más perfecto. Cuando enervado el cuerpo se niega a los placeres, o adversa la fortuna no da los medios de proporcionarlos, se
encuentra el impío sin consuelo ni recurso alguno, a la manera de un incauto navegante que previendo un naufragio no preparó los
medios de salvarse, y entregado a las enfurecidas olas no encuentra objeto alguno de qué asirse, al paso que para más tormento ve a
otros boyantes por haberse preparado. Da entonces pábulo al furor, maldice, blasfema y odiase a sí mismo, como autor de su
desgracia. La vida humana nos presenta, Elpidio, más lances de dolor que de placer, y el número de los desgraciados excede en
mucho al de los que viven en próspera fortuna. ¡Qué frecuente y funesto es, por tanto, este horroroso efecto de la impiedad, y qué
miserable es la vida del impío!
46: Descríbenos Virgilio las furias de los vientos que reprimidos y encadenados logran al fin libre salida, y arrojándose sobre el mar
Tirreno levantan olas formidables, que conmueven, precipitan y destruyen los bajeles del príncipe troyano. Todo presenta confusión
y ruina; pero una divinidad pone término a tantos males, restablece la calma, y vuelve el contento. El alma del impío en la desgracia
nos presenta una imagen de aquel agitado mar y las violentas e indómitas pasiones son más formidables que aquellos desatados
vientos; mas como el impío nada admite divino, el cuadro es aun más espantoso, pues el consuelo es imposible y el desastre
inevitable.
47: Medita, Elpidio, sobre las doctrinas destructoras de la libertad humana, examina su origen, y verás que sólo tuvieron por autores,
y sólo tienen por partidarios, a los impíos, que no pudiendo
48: superar sus pasiones se declararon esclavos de ellas. Entregándose a las olas como nave sin gobierno, después de muchos y
repetidos esfuerzos para contrarrestarlas, y queriendo sucumbir con decoro inventaron un Hado ciego y tirano; los mismos que no
quisieron admitir un Dios sabio y clemente. ¡Oh vana ilusión! ¿No hay un principio universal, un Ser todopoderoso, y sin embargo
hay un poder a que todo cede, y que subyuga aun la misma voluntad del hombre? ¡El destino opera sin someterse a nadie, ni ser
formado por nadie! ¡Esto admite el impío que se atreve a decirnos que repugna que haya un Dios!
49: Esparcidas en la sociedad por los impíos estas doctrinas desoladoras, se produce un fatal descontento, que inutiliza a los
hombres privándoles de toda esperanza. Tales absurdos encuentran muchos y decididos impugnadores; y en la tremenda lucha,
interrúmpase la paz, enciéndase el odio, excitase la venganza, halla disculpa el vicio, pierde su precio la virtud, el trabajo parece
inútil y la inacción medida prudente, todo se trastorna y, para mayor pena, se cree imposible el remedio. ¿Por qué, pues, invocan el
nombre consolador de la filosofía, los que con sus doctrinas se privan a sí mismos y a sus semejantes de todo consuelo? ¿Aman la
sabiduría, son filósofos, lo que niegan existe? Los que se degradan hasta cohonestar su flaqueza declarándose esclavos de un ciego
destino ¿cómo pueden persuadirnos de que poseen aquella santa libertad filosófica, que eleva al hombre sobre los seres materiales,
le hace superior a la adversidad y le conserva firme en medio de los peligros? ¡De todo dudan y sobre todo deciden, nada saben y
todo lo enseñan; la desgracia, dicen, es necesaria y exhortan que se evite; constitúyanse guías del género humano y confiesan que
ignoran el camino de la felicidad y que en vano le han buscado toda su vida!
50: Entréganse a la suerte estos malhadados, y seguidos de millares de incautos empiezan a recorrer el escabroso campo de la
sociedad, envueltos en la densa nube del error y vendados los ojos por la mano de la soberbia. Aquí resbalan, allá tropiezan, ora
caen, ora se levantan; desríscanse unos, sumérgense otros; sepáranse varios; pero no siendo más prudentes que sus
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
353
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
51: antiguos guías, entran sin reflexión y quedan enredados en espesos bosques, de donde en vano pretenden salir; y vence, por
último, muchos miserables luchando con la muerte que recibieron de la desesperación. Pero ¡ah! mientras estas turbas de obcecados,
siguiendo a sus infaustos caudillos, discurren por todas partes, sin fijarse en ninguna, y hollan las fragantes flores que la virtud había
sembrado en el campo social; dos hijas hermosísimas del Eterno, mi querido Elpidio; sí, la santa religión y la amable filosofía, dadas
las manos y rodeadas de un iris de paz, observantes de el alto cielo este campo de dolor, siguen con la vista los pasos del horrendo
monstruo dela impiedad, y compadecen la miserable suerte de los que, por no conocerlas, han creído dividirlas.
52: ¿Por qué funesta desgracia se ha procurado dar diverso origen a estas dos emanaciones de la sabiduría divina? De aquí el
trastorno de los principios sociales; de aquí la desconfianza mutua; de aquí la debilidad de las leyes; de aquí, en una palabra, la ruina
de la sociedad. Una religión irracional y una filosofía irreligiosa son dos monstruos del abismo, que en vano procurarán ataviarse
con ajenos vestidos y tomar el lugar de aquellas dos hijas de la luz; y ángeles de paz que, siempre unánimes, envían al espíritu
humano rayos de diversa naturaleza, pero de un mismo origen, y le llenan de consuelo.
53: Compara el cuadro lamentable que acabo de describir con el que presenta una sociedad piadosa: imagínate aquel mismo campo
recorrido, no por unos furiosos y obcecados que todo lo destruyen, sino por una multitud de justos que, sin renunciar a las
prerrogativas de hombres, no tienen la locura de desconocer su origen y respetan la divinidad. Mira aquella misma filosofía, cuyo
nombre profanaron los impíos; mírala cuán alegre los conduce, advirtiéndoles hasta el más ligero precipicio y corrigiéndoles el
menor desvío de la senda del saber. Observa la religión aplaudiendo la actividad humana, gloriándose en los progresos de las luces;
pero, al mismo tiempo, señalando al cielo, donde les promete una ciencia perfecta y un bienestar eterno. Vivid, les dice, vivid como
hermanos; investigad como filósofos; adorad como creyentes; y cuando estos seres, que por su naturaleza deben terminar, os
abandonen, un Ser inalterable debe recibiros. A la vista de estos dos cuadros, ¿será difícil distinguir el de la felicidad?
54: La voz de los pueblos aun da más fuerza a los argumentos de la sana filosofía y declara que la impiedad ha sido siempre
detestada por sus perniciosos efectos; y que el orden social y la paz de los hombres han sido siempre víctimas de los impíos, como
lo han sido también de los supersticiosos y de los fanáticos. Considerando, pues, la impiedad sólo en sus relaciones con la política, y
sin respeto alguno a los bienes eternos, debe evitarse como funesta; a no ser que un argumento, de experiencia en tantas
generaciones, sea desatendido por seguir las teorías de algunos alucinados. Los mismos argumentos con que el impío quiere
introducir la impiedad prueban que debe detestarse. Un poeta visionario, como casi todos ellos, aseguró que el temor
55: fue el autor de los dioses; y esta sentencia, que pudo ser cierta en cuanto a las falsas deidades, se ha aplicado con impiedad a la
creencia del Ser Supremo. Más ¿no prueba la misma invención de nuevas deidades el convencimiento y experiencia de los pueblos
acerca de los efectos de la impiedad? El mismo remedio que buscaron indicaba la causa del mal que padecían. ¡Ah! Si se dijese que
el temor ha inducido a muchos a quererse persuadir a sí mismos de que no hay Dios, sin duda se acertaría. Pero concedamos lo que
ni el entendimiento ni el corazón pueden conceder; sí, concedamos que todo es una invención humana. ¿No dicen los que la
suponen, que fue fruto de la necesidad de gobernar los pueblos? Luego en el estado de impiedad no pudieron gobernarse, y es
claro que sin gobierno no hay orden, y sin orden no hay contento.
56: Pongamos término a tan tristes reflexiones, aunque no al sentimiento que ellas causan. Puedan los pueblos desechar la impiedad,
pueda la filosofía descubrir este monstruo, cuyo aspecto horrible basta para detestarlo. Tú, piadoso Elpidio, sé feliz.
354
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
Anexo 2
Reporte de código y de texto. Tomo I. Impiedad
NVivo revision 2.0.163
Licensee: casa
Project: Cartas Tomo I
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Carta 3 Tomo I
Created: 29/11/2011 - 10:17:37
Modified: 29/11/2011 - 16:46:00
Description:
IMPIEDAD
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All Free Nodes
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morales
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Section 0, Para 6, 4 chars.
6: bien
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Passage 2 of 15
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9: virtud
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16: virtud,
———————————————————————————————————
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19: verdad
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Section 0, Para 30, 8 chars.
30: verdades
———————————————————————————————————
Passage 6 of 15
Section 0, Para 91, 8 chars.
91: verdad e
———————————————————————————————————
Passage 7 of 15
Section 0, Para 139, 6 chars.
139: verdad
———————————————————————————————————
Passage 8 of 15
Section 0, Para 140, 6 chars.
140: verdad
———————————————————————————————————
Passage 9 of 15
Section 0, Para 198, 8 chars.
198: justicia
———————————————————————————————————
Passage 10 of 15
Section 0, Para 230, 7 chars.
230: morales
———————————————————————————————————
Passage 11 of 15
Section 0, Para 267, 5 chars.
267: moral
———————————————————————————————————
273: verdad
———————————————————————————————————
Passage 13 of 15
Section 0, Para 276, 8 chars.
276: verdad
———————————————————————————————————
Passage 14 of 15
Section 0, Para 354, 6 chars.
354: verdad
———————————————————————————————————
Passage 15 of 15
Section 0, Para 376, 6 chars.
376: virtud
———————————————————————————————————
Node 2 of 14
afectivos
Passage 1 of 7
Section 0, Para 6, 8 chars.
6: corazón
———————————————————————————————————
Passage 2 of 7
Section 0, Para 18, 7 chars.
18: corazón
———————————————————————————————————
Passage 3 of 7
Section 0, Para 24, 12 chars.
24: sentimientos
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
355
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
———————————————————————————————————
Passage 4 of 7
Section 0, Para 24, 7 chars.
24: corazón
———————————————————————————————————
Passage 5 of 7
Section 0, Para 66, 8 chars.
66: corazón,
———————————————————————————————————
Passage 6 of 7
Section 0, Para 154, 8 chars.
154: corazón
———————————————————————————————————
Passage 7 of 7
Section 0, Para 179, 7 chars.
179: corazón
———————————————————————————————————
Node 3 of 14
temporales
Passage 1 of 3
Section 0, Para 103, 6 chars.
103: tiempo
———————————————————————————————————
Passage 2 of 3
Section 0, Para 108, 6 chars.
108: tiempo
———————————————————————————————————
Passage 3 of 3
Section 0, Para 362, 7 chars.
362: tiempos
———————————————————————————————————
Node 4 of 14
políticos
Passage 1 of 1
Section 0, Para 147, 4 chars.
147: paz
———————————————————————————————————
Node 5 of 14
sociales
Passage 1 of 6
Section 0, Para 238, 5 chars.
238: amigo
———————————————————————————————————
Passage 2 of 6
Section 0, Para 363, 6 chars.
363: amigo
———————————————————————————————————
Passage 3 of 6
Section 0, Para 371, 8 chars.
371: sociedad
———————————————————————————————————
Passage 4 of 6
Section 0, Para 375, 7 chars.
375: amistad
———————————————————————————————————
Passage 5 of 6
Section 0, Para 379, 5 chars.
379: amigo
———————————————————————————————————
Passage 6 of 6
Section 0, Para 381, 6 chars.
381: afecto
———————————————————————————————————
Node 6 of 14
individuales
Passage 1 of 8
Section 0, Para 14, 6 chars.
14: hombre
———————————————————————————————————
Passage 2 of 8
Section 0, Para 25, 6 chars.
25: hombre
———————————————————————————————————
Passage 3 of 8
Section 0, Para 34, 6 chars.
34: hombre
———————————————————————————————————
Passage 4 of 8
Section 0, Para 122, 7 chars.
122: hombre
———————————————————————————————————
Passage 5 of 8
Section 0, Para 218, 7 chars.
218: hombre
———————————————————————————————————
Passage 6 of 8
Section 0, Para 252, 6 chars.
252: hombre
———————————————————————————————————
Passage 7 of 8
Section 0, Para 350, 6 chars.
350: hombre
———————————————————————————————————
Passage 8 of 8
Section 0, Para 377, 4 chars.
356
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
77: vida
———————————————————————————————————
Node 7 of 14
ecológicos
Passage 1 of 10
Section 0, Para 14, 10 chars.
14: naturaleza
———————————————————————————————————
Passage 2 of 10
Section 0, Para 57, 10 chars.
57: naturaleza
———————————————————————————————————
Passage 3 of 10
Section 0, Para 59, 3 chars.
59: luz
———————————————————————————————————
Passage 4 of 10
Section 0, Para 144, 10 chars.
144: naturaleza
———————————————————————————————————
Passage 5 of 10
Section 0, Para 249, 10 chars.
249: naturaleza
———————————————————————————————————
Passage 6 of 10
Section 0, Para 254, 10 chars.
254: naturaleza
———————————————————————————————————
Passage 7 of 10
Section 0, Para 258, 11 chars.
258: naturaleza
———————————————————————————————————
Passage 8 of 10
Section 0, Para 265, 3 chars.
265: luz
———————————————————————————————————
Passage 9 of 10
Section 0, Para 283, 20 chars.
283: luz de la naturaleza
———————————————————————————————————
Passage 10 of 10
Section 0, Para 314, 10 chars.
314: naturaleza
———————————————————————————————————
Node 8 of 14
intelectuales
Passage 1 of 4
Section 0, Para 20, 5 chars.
20: razón
———————————————————————————————————
Passage 2 of 4
Section 0, Para 31, 6 chars.
31: razón
———————————————————————————————————
Passage 3 of 4
Section 0, Para 38, 6 chars.
38: razón,
———————————————————————————————————
Passage 4 of 4
Section 0, Para 243, 5 chars.
243: razón
———————————————————————————————————
Node 9 of 14
Passage 1 of 18
trascendente
Section 0, Para 9, 7 chars.
9: virtud.
———————————————————————————————————
Passage 2 of 18
Section 0, Para 26, 8 chars.
26: religión
———————————————————————————————————
Passage 3 of 18
Section 0, Para 36, 4 chars.
36: Dios
———————————————————————————————————
Passage 4 of 18
Section 0, Para 41, 8 chars.
41: religión
———————————————————————————————————
Passage 5 of 18
Section 0, Para 101, 9 chars.
101: religión.
———————————————————————————————————
Passage 6 of 18
Section 0, Para 119, 7 chars.
119: gloria.
———————————————————————————————————
Passage 7 of 18
Section 0, Para 132, 8 chars.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
357
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
132: religión
———————————————————————————————————
Passage 8 of 18
Section 0, Para 149, 4 chars.
149: Dios
———————————————————————————————————
Passage 9 of 18
Section 0, Para 213, 4 chars.
213: Dios
———————————————————————————————————
Passage 10 of 18
Section 0, Para 215, 8 chars.
215: religión
———————————————————————————————————
Passage 11 of 18
Section 0, Para 216, 4 chars.
216: Dios
———————————————————————————————————
Passage 12 of 18
Section 0, Para 219, 4 chars.
219: Dios
———————————————————————————————————
Passage 13 of 18
Section 0, Para 225, 8 chars.
225: religión
———————————————————————————————————
Passage 14 of 18
Section 0, Para 226, 4 chars.
226: Dios
———————————————————————————————————
Passage 15 of 18
Section 0, Para 238, 8 chars.
238: religión
———————————————————————————————————
Passage 16 of 18
Section 0, Para 243, 5 chars.
243: creer
———————————————————————————————————
Passage 17 of 18
Section 0, Para 286, 8 chars.
286: religión
———————————————————————————————————
Passage 18 of 18
Section 0, Para 295, 8 chars.
295: religión
———————————————————————————————————
Node 10 of 14
afectivos, morales
Passage 1 of 2
Section 0, Para 12, 22 chars.
12: sentimientos virtuosos
———————————————————————————————————
Passage 2 of 2
Section 0, Para 381, 6 chars.
381: afecto
———————————————————————————————————
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IMPIEDAD
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1: IMPIEDAD
2: Tomo Primero
3: Carta Tercera
4: Causas de la impiedad
5: Investigando, querido amigo, las causas de la impiedad, creo poder reducirlas a dos clases
6: bien distintas. Unas están en el corazón humano y otras son fruto del entendimiento.
7: Es el vicio como un cáncer que hace insensibles las partes de que se apodera, y de aquí la
8: indiferencia con que oye el criminal los consejos de la sabiduría y lo poco que se cuida de los
9: ejemplos de la virtud. Llegan sin embargo, a serle importunos y quiere verse libre de ellos, más
10: advirtiendo que es imposible conseguirlo sin destruir la religión, se declara su enemigo sin
11: examinarla. No cree necesario este trabajo, pues se halla resuelto a no perder unos placeres que
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ANEXOS COMPLEMENTARIOS
12: no pueden ser compensados por los sentimientos virtuosos, para los cuales falta, o es muy débil,
13: su sensibilidad. El hábito de resistir los remordimientos llega a hacerlos mucho menos eficaces; y
14: juzgando de su naturaleza por sus efectos, empieza el hombre a sospechar que su origen es
15: quimérico. He aquí el primer paso a la impiedad.
16: Atrévese el vicioso a hacer frente a la virtud, que sólo antes había desatendido, y su osadía
17: lo conduce muy pronto al templo de una pomposa ignorancia que usurpa el nombre de filosofía.
18: Hállense en éste los ídolos que su corrompido corazón adora y que han tomado nombres
19: sacrosantos, como para hacer un homenaje a la verdad en el mismo atentado del engaño.
20: Llámese, Elpidio, “el templo de la razón”, sólo porque en él se halla aprisionada; y a su vista se
21: ofrecen inciensos al monstruo de la impiedad, usurpador inicuo de su augusto trono. Muy pronto
22: se ve el vicioso en el número de estos necios idólatras, y cree estarlo en el de los filósofos.
23: Desde este momento cesa de pensar y se entrega a un dogmatismo impío, sólo por sacudir
24: el religioso. La analogía entre sus nuevas ideas y los sentimientos de su corazón es un gran
25: argumento en favor de aquéllas, y llegando el hombre a querer ser impío, consigue serlo.
26: Empieza a desechar como malos pensamientos las ideas de religión, y teme entrar en su
27: examen, por no exponerse a perder el delicioso estado en que se encuentra. Lo repito, mi caro
28: Elpidio, es un dogmático impío, al par que ridiculiza los dogmas de la santa religión, y se halla
29: encadenado por la impiedad como el creyente por la fe divina. Pero ¡qué diferencia entre estas
30: cadenas! Un Ser infinitamente sabio y justo manifiesta sublimes verdades por signos indudables,
31: por obras cuyo origen no puede ser el poder creado, y dada esta razón suficiente, exige una
32: creencia la más racional por ser la más fundada. Desde este momento, no pueden presentarse
33: sino evidentemente falsas las ideas contrarias a estas doctrinas evidentemente ciertas, y un
34: hombre de sano juicio, un verdadero filósofo puede y debe creer sin repugnancia;
35: considerándose más libre que nunca, pues lo está de caer en error, y adora la providencia de un
36: Dios de bondad, que le advierte los precipicios en que hubiera perecido.
37: ¡Qué distinta es la situación del impío! Niega, porque no comprende; y convencido por mil
38: experiencias de que no puede comprenderlo todo y que es muy poco lo que entiende, su razón,
39: a pesar suyo, clama y le avisa que es vano el fundamento de su incredulidad, y para mortificar su
40: soberbia le recuerda que es ignorante. Quéjese de las trabas que pone a su entendimiento la
41: religión benéfica, como un niño que se queja de la severidad de su cariñosa madre, que no le
42: permite correr hacia un derriscadero; y para completar su demencia, consiente que la impiedad
43: le prive de todo guía, y que entregado a sí mismo, le oscurezca con una nube de pasiones
44: desarregladas y le invite a correr sin precaución. ¡Qué pesadísimas cadenas, mi amado Elpidio,
45: las que agobian y fijan contra la tierra un espíritu emanación del cielo!
46: En este miserable estado no puede el hombre percibir otros objetos que los terrenos, y
47: llega a creer que son los únicos —porque la existencia se conoce por la acción— y no hay otros
48: que la produzcan en su alma aprisionada. Concluye, pues, que es un absurdo el fingir seres que
49: no dan signo alguno de su existencia y que es una lastimosa debilidad el llenarse de vanos
50: temores, privándose de los placeres de la vida. Por infundado que sea este discurso, se presenta
51: a su entendimiento como una demostración; y adquiere nuevo brío para continuar con toda
52: confianza en la impiedad, que ha honrado con el nombre de ciencia. Quedan, por tanto,
53: remachadas las cadenas, y el mísero ya no hace esfuerzo alguno para romperlas; antes las ama,
54: para mayor desgracia.
55: Sin embargo, los destellos de la luz divina iluminan a veces esta oscura cárcel y sus
56: horrores se presentan con toda claridad; pero no pudiendo sufrirla, los ojos del impío se cierran
57: por debilidad que él llama naturaleza, y elevando la soberbia una nube de las más desarregladas
58: pasiones restablece la amada oscuridad y vuelve con ella el funesto reposo. Forma entonces
59: nuevos planes y toma nuevos recursos para impedir la entrada a esta luz importuna, que
60: interrumpe el agradable sueño de sus placeres, y se declara enemigo de todo el que atente a
61: introducirla. Sí, querido Elpidio, de aquí viene el odio que tienen los impíos a las personas
62: religiosas, cuya existencia los alarma, al paso que las miran con el más alto desprecio. Creen
63: que serían felices, si esta luz fatua de la religión dejase de perturbarlos, y si una multitud de
64: ilusos no se empeñase en difundirla. Para engañarse a sí mismos de un modo más plausible,
65: consideran como efecto de una mala educación y de los hábitos adquiridos desde la infancia, el
66: descontento, y los remordimientos que a veces los agitan; y entrando en lucha con su corazón,
67: hacen que fatigado ceda y se tranquilice. Bien conocen que no puede durar esta tranquilidad si
68: no se evita la reflexión, y de ahí el empeño en distraerse y la vida ligera que pasan la mayor
69: parte de estos pretendidos filósofos. Es preciso divertirse en la prisión y el medio es figurarse
70: que no existe, sino que por el contrario es el alcázar de la libertad.
71: Sigamos los pasos de este infeliz esclavo de las pasiones, y nos compadeceremos más y
72: más de su miserable situación. Adquiere una especie de irritabilidad, que es excitada por la más
73: ligera causa, y de aquí proviene que su entendimiento jamás se halla en estado de discurrir con
74: calma y acierto. Experimenta un furor continuo, que produce todo su efecto luego que no es
75: mitigado por una ligereza y aun chocarrería la más ridícula; y como no le es posible conseguir
76: sus fines, vive en un estado lastimoso. La obstinación toma el lugar de la prudencia, y de este
77: modo, queda radicada la impiedad. No hay duda, Elpidio, este horrible crimen no se presenta
78: con toda su deformidad a la vista del impío; porque éste se encuentra siempre en un estado
79: brutal, que él llama filosófico, quiero decir, en una apatía fruto de la insensibilidad de que ya he
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
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80: hablado, o en una agitación frenética que le convierte en un loco respetado. Es, pues, un
81: mármol, o una fiera, y por consiguiente, sólo sirve, o para monumento de ignorancia, o para
82: ejemplo de furia. Bien conoces que llegando a ser habituales aunque alternativamente
83: interrumpidos estos lamentables estados del espíritu, deben alejar la piedad como también la
84: ciencia.
85: Sin duda, me responderás que hay sabios impíos, y que por tanto mi observación es
86: infundada. Examinemos este punto, mi caro amigo, y no me acuses de animosidad, pues mi
87: alma está libre de ella, y poseída sólo por un sentimiento de aprecio y compasión hacia una gran
88: multitud de mis semejantes, que sufren la más peligrosa enfermedad, que es la que se presenta
89: como un estado de salud perfecta. Sabes que una ciencia no es un conjunto de conocimientos
90: varios, y aun opuestos, sin orden ni enlace; antes bien, debe formar un hermosísimo cuadro,
91: donde la verdad está representada con colores vivos y durables, que causan gran placer sin
92: atormentar la vista. Por este motivo no pertenecen a las ciencias las disputas, antes se suscitan
93: por falta de ellas, y sólo sirven como materiales brutos, puestos a prueba para ver si pueden
94: usarse en el gran edificio. Recordando estas nociones, examina las obras de los impíos y verás
95: que nada hay fijo sino la constante aserción de impiedad, como podría un loco repetir su tema.
96: Observaras que no serán tan acordes entre sí, ni consigo mismos sobre ningún punto; que sus
97: escritos son un tejido de disputas, o de negociaciones, signos evidentes de la ignorancia. La
98: verdad, sin embargo, les viene a los labios, y con frecuencia dicen que nada se sabe,
99: haciéndose tan ridículos como los antiguos pirrónicos.
100: De aquí resulta, mi amigo, la gran diferencia que se observa entre las obras de los impíos
101: sobre ciencias naturales y las que tratan de religión. En aquéllas observarás más orden y solidez
102: que en éstas, porque no tocan la tecla de la locura, y así dan tiempo a una tranquila meditación.
103: Mas el hábito de delirar sobre materias religiosas, les hace perder mucho tiempo a los impíos,
104: aun en las que no lo son, y así verás que entre los célebres filósofos y matemáticos se
105: encuentran muy pocos impíos. Aunque ya es ridículo hablar de Voltaire, permíteme que lo cite
106: para recordarte que pobre cosa es su Filosofía de Newton, sembrada de cuando en cuando de
107: muy buenos disparates y sin contener nada que indique sino unos conocimientos muy
108: superficiales en la materia. Los que han perdido el tiempo, y algo más, en la lectura de sus
109: obras, no habrán encontrado cosa alguna que pruebe gran instrucción en las ciencias naturales,
110: ni en otros ramos, sino literatura (no muy rica), y en el funestísimo de la difusión del pirronismo y
111: de la impiedad.
112: No creas que es mi ánimo disminuir el aprecio en que tienen muchos las obras literarias de
113: los impíos. Poco importa el engaño sobre esta materia y en cuanto a Voltaire, yo podría referirme
114: al buen Pirrón, que era tan malo o peor que él; pero a quien, sin embargo, hizo un acto de
115: justicia al despojarlo del fatuo esplendor que le adquirió su estudiada y violenta agudeza, y la
116: redujo a la línea de los genios medianos, aunque en el rango de los más soberbios. Pero
117: dejando aparte el mérito científico, real o fingido, de los que, por desgracia, son víctimas de la
118: impiedad, me limitaré a observar que ella se radica por este mismo medio; cuya idea es siempre
119: exagerada, en el entendimiento del impío, por los impulsos y deleites de una vana gloria. He aquí
120: nuevas cadenas, he aquí, mi amigo, un obstáculo para la verdadera ilustración, que siempre es
121: fruto de la imparcialidad. Nada gusta sino lo que aumenta este pretendido mérito, y como el
122: hombre rara vez contempla con detenimiento los objetos que no le agradan, resulta
123: necesariamente una aversión al estudio de las máximas religiosas y un deleite en los sofismas
124: con que son impugnadas.
125: Da, pues, el impío un paso, el más imprudente, en la carrera de sus atentados, y se atreve
126: a asegurarnos que sólo hay placer en la impiedad y que son quiméricos los encantos de la virtud;
127: que el bienestar de los hombres es irreconciliable con las privaciones que ha inventado la
128: religión; y poco a poco va enajenándose, siguiendo estas ideas, hasta que, semejante a un
129: sonámbulo, corre por todas partes sin advertir él mismo, ni tampoco los que le rodean, el sueño
130: que le ocupa y las monstruosas imágenes que forma su extraviado entendimiento. Necesitase,
131: pues, un gran estímulo para sacarle de este ridículo y lastimoso estado; y como no es posible
132: encontrar este eficaz agente sino en la misma religión que él desprecia, llega su mal a ser
133: incurable, por no consentir la aplicación del remedio.
134: En tan lamentables circunstancias suele producirse un efecto no menos perjudicial que la
135: indiferencia o el furor: hablo, Elpidio, de la opresora tristeza. No ignoras el fatal influjo de esta
136: pasión en la moral, y así no dudo que convendrás conmigo en que no puede avenirse con la
137: verdadera piedad, que es la fuente más pura de alegría. Prodúcese la tristeza del impío no sólo
138: por la incertidumbre de su suerte, sino por la falta del que podemos llamar sustento del espíritu,
139: esto es, la adquisición de la verdad. Llega a fastidiarse el incrédulo de sus mismas impiedades, y
140: no se cree feliz porque no encuentra la verdad; sin que baste a satisfacerle el demostrar (allá, a
141: su modo) que los otros no la han encontrado. Mas observa, Elpidio, la diferencia entre la tristeza
142: que a veces asalta al justo y la que se apodera del impío, y conocerás claramente el origen de
143: ambas.
144: Cede el justo a uno de los afectos de la naturaleza humana y se entrega a la tristeza, pero
145: sólo para que le sirva de amparo y de barrera que le obligue a retroceder con más prontitud, y
146: sin repugnancia, de los límites de la región del infortunio, que es el siglo corrompido, la deliciosa
147: de la paz que es su corazón. Sí, mi amigo, parece que el alma del justo, disgustada por la
148: horrorosa vista del crimen y del conjunto de las miserias humanas, retrocede, y conservando una
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ANEXOS COMPLEMENTARIOS
149: santa firmeza vuelve inalterable a entregarse en los brazos de un Dios de consuelo, que jamás
150: podrán robarle sus más encarnizados enemigos. Hallase el justo ratificado más que nunca en
151: una santa alegría al ver que la conserva en medio de las tribulaciones; y que éstas son para su
152: alma como los vestidos respecto del cuerpo, que pueden desfigurarle, mas no alterar su
153: naturaleza, ni privarle de su robustez. Sirve para aumentar su impiedad, y como oprobio de la
154: naturaleza, ratificarle en ella. Nada hay en su corazón que pueda consolarle, pues de él mismo
155: provino la tristeza; el mundo nada le ofrece, y hallando por todas partes un gran vacío, fúndase
156: en este hecho como en una prueba de experiencia, ratificase en su idea, sin advertir su delirio, y
157: cree que su impiedad es el resultado de una demostración más correcta. No se contenta ya con
158: decir que ignora, no presenta ya dudas, sino que con un tono decisivo afirma que todos son unos
159: fanáticos que viven de ficciones. He aquí radicada la impiedad por la tristeza.
160: Otra fuente de impiedad es el placer que causan a un espíritu malévolo el sarcasmo y la
161: invectiva. Como los objetos religiosos nada tienen de común con los mundanos, y se hallan
162: además rodeados de una noche misteriosa, dan materia a un truhán para mil anécdotas, burlas y
163: cuchufletas, que él mismo cree injustas, pero que le divierten sobremanera, y mucho más si
164: percibe que han producido el efecto intentado. Llegan algunos a adquirir este hábito maligno, y a
165: la manera de niños traviesos e incorregibles, no pierden ocasión de mortificar a los devotos con
166: alguna mofa o calumnia ridícula. Suelen éstos corresponder también con burlas, que lejos de
167: convencer al impío, sólo sirven para exasperarlo; y he aquí un gran incentivo para la impiedad y
168: un obstáculo casi insuperable para una justa libertad filosófica. Bien se echa de ver que esta
169: clase de impíos lo son más por venganza que por sistema; pero, sin embargo, llegan a serles tan
170: familiares estas ideas, que al fin las adoptan sin examinarlas. Encuéntrense siendo
171: verdaderamente impíos habiendo empezado sólo por ser chocarreros. La juventud propende
172: mucho a esta clase de impiedad, por ser más análoga a su carácter, y así es que suelen algunos
173: jóvenes corregirse de este vicio cuando llegan a edad de más reflexión. Sin embargo, estos
174: casos no son muy comunes, y regularmente se observa que el hábito de la impiedad, que no
175: puede tener otro nombre, continúa produciendo sus funestos efectos toda la vida, a menos que
176: por un extraordinario efecto de la divina gracia no se produzca una conversión, la más difícil, por
177: ser la más radicada enfermedad.
178: Entremos en la consideración de otro género de causas de impiedad, que podremos llamar
179: ideológicas, porque están en el entendimiento, y sólo producen en el corazón una dureza para
180: recibir los sentimientos religiosos, mas no un afecto a los criminales de otra clase. Por lo regular,
181: todos los impíos son inmorales; mas a veces se observa el extraordinario fenómeno de hombres
182: de una vida arreglada, o no escandalosa por lo menos, que, sin embargo, son irreligiosos. Estos
183: ejemplos son funestísimos y acaso producen más daños que las relaciones de otros impíos pues
184: sirven de escudo al crimen que pretende siempre defenderse y probar que no es causa de la
185: impiedad. ¡Qué horrendo es este monstruo, cuando hasta el mismo crimen se sonroja de haberle
186: dado el ser, y finge desconocerlo!
187: Advierte, querido Elpidio, que en el sistema moral hay dos especies de influjos, que a la
188: manera de los vientos dan diversa dirección a los afectos. Cuando tienen por causa la
189: sensibilidad y empiezan en el corazón del que se apoderan, aunque son hechuras, levantan una
190: nube que oscurece el entendimiento, quedando ellos perfectamente libres para impeler al
191: hombre a que se entregue a los placeres criminales, y he aquí formado un impío disoluto. Mas
192: otras veces empieza la impiedad por combinaciones de ideas antes de haberse producido, o por
193: lo menos radicado afecto alguno, y entonces causan un alucinamiento que impide percibir las
194: cosas abstractas y los seres espirituales; mas no los materiales, ni aquellos principios que
195: podemos llamar de moral pública, sostenidos no sólo por las leyes, sino por la opinión.
196: Hallándose aún libre de fuertes pasiones, puede el espíritu gobernarse en cuanto a lo que
197: percibe, mas no puede respecto de lo que no alcanza, ni a lo que erróneamente ha establecido
198: como verdad indudable. Resulta, pues, una impiedad acompañada de cierta justicia social y de
199: un honor que se resiente del más leve ataque y aun del más ligero desdén de la opinión pública.
200: Estos impíos son creyentes prácticos sin advertirlo y nunca se han despojado de unos
201: sentimientos que, sin las ideas religiosas, serían unas honradas simplezas; pues, como ya he
202: anotado en mi carta anterior, el hombre que sin creer se sujeta a los mandatos de la opinión y de
203: la virtud, pudiendo infringirlos impunemente, es un necio el más ridículo; puesto que entrega él
204: mismo a sus enemigos las armas con que deben destruirlo, quiero decir, los medios de
205: convencerle de su necesidad, si sus sentimientos son ingenuos, o de su perfidia si son fingidos.
206: Más, ¿cuáles son, me dirás, esas combinaciones de ideas que conducen a la impiedad?
207: Todas las que forman un sistema religioso. La religión, amado Elpidio, no es un sistema, porque
208: no es obra del hombre, y aunque es cierto que puede sistematizarse, no lo es que se pueda
209: sujetar necesariamente a estos planes puramente humanos. Los dogmas no se derivan unos de
210: otros como las verdades geométricas y no se pueden establecer principios cuya aplicación nos
211: descubra los misterios. Adviértese solamente una conveniencia entre los dogmas, que basta
212: para probar que no hay repugnancia entre ellos, pero nunca se puede llegar a su demostración
213: por medios puramente naturales. Sabida, por ejemplo, la existencia de Dios, no puede inferirse la
214: idea de la Trinidad, y conocida ésta, tampoco se puede inferir la idea de la Encarnación, ni dada
215: esa idea se puede deducir la de los Sacramentos. Parece, mi caro Elpidio, que siendo la religión
216: una parte de la ciencia divina no es discursiva, pues sabes muy bien que teniendo Dios todas las
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217: cosas presentes, no discurre, lo cual es sólo propio de las criaturas que ignoran y así necesitan
218: aprender deduciendo unas verdades de otras. En el hombre no puede formar la religión una
219: ciencia de evidencia como en Dios; sólo tiene la certeza y carácter científico el más sublime, por
220: la evidencia de la infalibilidad del principio de que procede. Resulta, pues, que respecto de
221: nosotros la religión es un conjunto de hechos y nada más. Por consiguiente, la formación de
222: sistemas religiosos es obra puramente humana, y cuando se pretende darle el carácter divino
223: induce a la infidelidad, por hallarse frecuentemente en contradicción abierta con los hechos.
224: Corre esta religión humana el riesgo de todos los sistemas, y ya sabes que no hay uno libre de
225: graves dificultades. La verdadera religión no admite duda o disputa alguna; pues si no se cree en
226: Dios, no hay que hablar de religión, y si se cree en Dios no hay que hablar de dudas. Siempre he
227: dicho que los infieles que no son ateos son unos tontos y que los ateos son unos brutos. Esta
228: tontería y esta brutalidad no son muy perceptibles para los míseros que padecen tantos males,
229: porque su objeto no es sujeta a los sentidos, y no tiene término de comparación. De aquí resulta
230: la gran dificultad de convencer a uno de estos impíos que podremos llamar morales, por no
231: hallarse encenagados en los vicios groseros y perceptibles que degradan a otros incrédulos.
232: Empiezan por alucinarse creyendo que su buena moral es indicio de la rectitud de sus principios
233: y tienen por efecto de preocupación o de una ridícula animosidad cuantos esfuerzos se hacen
234: para convencerlos. El impío corrompido tiene un estímulo continuo para salir de su impiedad por
235: el testimonio de su conciencia y la fuerza de los argumentos sensibles que se oponen a su
236: conducta; pero el que sólo comete un error intelectual, es un enfermo mucho más grave, porque
237: nada puede excitarlo.
238: No advierten los incrédulos, querido amigo, que si la religión pudiese ser el fruto de sus
239: discursos, no podría tener más autoridad que la suya; la cual a ellos mismos no les satisface; y
240: que la prueba más evidente del divino origen de nuestro dogma es esa misma
241: incomprensibilidad de que tanto se lamentan.
242: Observa, Elpidio, que entre estos impíos dotados de virtudes cívicas, hay unos que sólo
243: dicen que no pueden creer, mas no atinan ellos mismos a dar la razón de su incredulidad; pero
244: hay otros que presentan infinitas dificultades y tienen a la mano mil respuestas a todos los
245: argumentos en favor de la religión. La diferencia de esta conducta prueba la diversidad de su
246: causa. Niegan unos porque no perciben y otros porque han formado ideas erróneas; pero en
247: ambos casos proviene el mal de una equivocación funestísima que consiste en suponer que no
248: se debe afirmar lo que no se puede percibir con toda claridad, y que por consiguiente la misma
249: naturaleza del misterio induce a negar su existencia, o por lo menos a un prudente escepticismo.
250: ¡Cuántos males ha causado este raciocinio al parecer tan fundado, y qué absurdo es si lo
251: analizamos con imparcialidad! Reflexiona, querido amigo, y verás que es un sofisma el más
252: ridículo. No hay duda que sólo se debe afirmar lo que se percibe, ni podría el hombre hacer otra
253: cosa aunque quisiera, a menos que no hablase como un delirante, sin saber lo que dice; pero
254: esta verdad innegable se aplica malamente cuando se refiere a la naturaleza de los misterios y
255: no a su existencia. Percibe el entendimiento la posibilidad de unos hechos superiores a su
256: capacidad, y después también percibe la existencia de tales hechos convencidos por pruebas
257: que percibe claramente; y así es que nunca afirma sino lo que sabe; mas, en cuanto a la
258: naturaleza del objeto incomprensible, nada afirma como fruto de su estudio; por el contrario,
259: confiesa su incapacidad. He aquí cómo todo proviene de una equivocación en aplicar un
260: principio el más sólido, pero que, por la misma razón, alucina mucho más y es causa de errores
261: más perniciosos.
262: Nos convenceremos mucho más de estas verdades si observamos que, de hecho, hasta
263: los mismos incrédulos admiten misterios, aunque de distinta naturaleza. El argumento que voy a
264: proponer es bien común pero muy poco meditado, y en consecuencia han dicho los impíos que
265: no es más que un refugio de la religión para escaparse de ser puesta en claro por la brillante luz
266: de la filosofía. De este modo, se han esparcido las más densas tinieblas, bajo el pretexto de
267: difundir la ilustración y rectificar la moral. Sean, pues, el buen sentido y la imparcialidad los
268: jueces, y yo no dudo que convencerán a un verdadero filósofo las siguientes reflexiones.
269: El hombre es un misterio para sí mismo, y si quiere ser ingenuo debe confesar que no se
270: conoce, ni sabe cómo existe ni cómo opera. Si, a causa de esta ignorancia, se atreve a negar los
271: hechos, esto es, a negarse a sí mismo, forma entonces un nuevo misterio, pues tal es un
272: Pirrónico, cuya posibilidad no comprende el entendimiento y cuya existencia no se creería si no
273: la testificase la historia. Negar que existe la verdad es confesar que existe, y como no te
274: disgustan las autoridades de los Santos Padres, citaré al incomparable San Agustín, que
275: expresa este sublime pensamiento con su acostumbrada decisión y solidez. “Supongamos, dice,
276: que la verdad no existe, ¿no será cierto que no existe? Pero esto no puede ser verdadero si no
277: existe la verdad. Luego la verdad siempre existe.”(Lib. II, Soliloq., c. 2.) Efectivamente, querido
278: Elpidio, el pirronismo es mayor misterio que todos los que nos rodean en el orden de los seres
279: materiales y en el mundo moral; sólo una falta de reflexión puede autorizarlo. Resulta, pues, que
280: ora crea el hombre, ora niega, siempre admite un misterio en cada una de sus operaciones
281: intelectuales, que bien analizadas le conducen con claridad, hasta cierto punto; mas parece que
282: pasados los límites de la comprensión humana, luego que entra en la región de lo infinito, se
283: encuentra a oscuras, porque la débil luz de la naturaleza no alcanza a iluminar aquellas
284: dilatadísimas regiones. ¿Por qué, pues, tanta resistencia de parte de los impíos contra la misión
285: de los misterios religiosos? El mismo San Agustín da la razón de este fenómeno, que consiste en
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ANEXOS COMPLEMENTARIOS
286: ser los portentos de la naturaleza más comunes que los de la religión, aunque no menos
287: incomprensibles. Llega el espíritu a creer fácil lo que percibe con frecuencia, y la novedad de un
288: misterio es el mayor obstáculo para su creencia.
289: Es, por tanto, la impiedad, en muchos casos, un efecto lamentable de la mala aplicación de
290: un principio y de erróneas combinaciones ideológicas. Un entendimiento verdaderamente
291: ilustrado no tarda mucho en salir de tan funesto estado luego que se entrega a la meditación;
292: pero los necios suelen confundirse mucho más y radicarse en sus errores mientras más
293: reflexionan. Esto me indujo a escribir en otra ocasión que el sabio es como el sol que ayuda a
294: disipar las nubes que por un momento se oscurecen. Nada hay más temible que un ignorante
295: con pretensiones de filósofo en materia de religión, bien que en todos casos los semisabios son
296: bichos muy perjudiciales. Una ignorancia completa, si está unida a una laudable y juiciosa
297: humildad, es una predisposición para admitir verdades sublimes, que el Ser Supremo se digna
298: comunicar a los hombres haciéndolos depositarios, y no dueños, y menos autores, de tan
299: inestimable tesoro; pero una ciencia humilde no sólo predispone a recibir este divino influjo, sino
300: que ayuda a conservarlo. Como propio de las ciencias naturales, repiten, muchos que las
301: ignoran, que ellas conducen a la incredulidad; siendo así que no habría incrédulos si todos
302: fueran filósofos. Medita sobre este punto, mi amado Elpidio, y verás que no me engaño, y para
303: que sepas cómo pienso sobre esta materia, haré algunas ligeras indicaciones.
304: Hay unas ciencias naturales que propiamente no merecen este nombre sino en cuanto a la
305: aplicación que en ellas se hace de otras ciencias; y tales son la mineralogía, la zoología y la
306: botánica, que sólo sirve para presentarnos una colección de portentos de la naturaleza. ¿Y cuál
307: puede ser el resultado? Conocer mucho más la sabiduría y omnipotencia de su autor y
308: prepararnos para admitir otros muchos hechos incomprensibles, siempre que se pruebe que
309: tienen la misma causa. He aquí evidente que estas ciencias lejos de perjudicar favorecen la
310: religión. Hay otras ciencias, cuyo objeto es la cantidad y están comprendidas bajo el nombre
311: genérico de matemáticas; y éstas, por la solidez y claridad de sus demostraciones, alejan todo
312: sofisma de nuestro entendimiento, y nos hacen percibir la gran potencia de los seres y la infinita
313: de su causa, dándose de este modo continuas lecciones de religión; pues no son otra cosa que
314: pruebas evidentes de nuestra impotencia, comparadas con la acción de la naturaleza y la
315: demostración de la infinita sabiduría en los movimientos que tan armoniosamente dirigen el gran
316: sistema del Universo. ¿Qué puede haber en tan sublimes cálculos y en un estudio tan profundo
317: que se oponga a la creencia religiosa? Podrá haber mucho contra la ridícula superstición, pero
318: esto prueba que el estudio de estas ciencias, lejos de formar incrédulos, rectifica los creyentes.
319: En cuanto a la física y la química, es preciso ser muy ignorante en ellas para atreverse a
320: sospechar que puedan servir de apoyo a la incredulidad. Estas ciencias ponen al hombre en un
321: verdadero contacto con la naturaleza y le dan a conocer de un modo evidente que su ciencia no
322: sólo es limitada, sino contraída a una mera historia de los hechos, si bien algunos de ellos se
323: presentan como principios de otros. Las verdaderas causas, quiero decir, las primarias, nos son
324: desconocidas, y así es que hablando con ingenuidad nadie está más dispuesto a admitir
325: misterios que el físico y el químico; que por estudio y convencimiento saben que estos arcanos
326: incomprensibles, pero innegables, son mucho más comunes de lo que el vulgo se persuade. La
327: expresión de los impíos “no lo admito porque no lo comprendo”, no puede salir de los labios de
328: un físico o de un químico ilustrado, sin que inmediatamente su corazón le arguya de falacia y su
329: entendimiento le convenza de error; y así es que jamás han intentado los impíos presentar
330: prueba alguna deducida de dicha ciencia.
331: Lo más notable, y no sé si diga lo más ridículo, es que para atacar los misterios se ocurre a
332: otros misterios, convirtiéndose el ataque en una verdadera defensa; y para censurar a los que
333: creen sin entender, se presentan los impíos con la misma creencia, aunque tiene diverso objeto.
334: Repara, mi amigo, que no cesan de ponderar los infinitos medios de la naturaleza y sus
335: incomprensibles arcanos, en los cuales pretenden se hallan encerrados todos los defectos que la
336: religión atribuye a un orden sobrenatural. Jamás prometen abrir estos arcanos ni se atreven a
337: decirnos que los han abierto y visto en ellos los efectos que examinan. Creen, pues, ciegamente,
338: por la convicción en que están del gran poder de la naturaleza; creen, pues, fundados en la
339: manifestación que suponen haber hecho ésta de su gran potencia; creen, mi Elpidio, fundados
340: en una que podremos llamar autoridad natural los que no quieren admitir la divina. Sí, lo repito,
341: son unos verdaderos creyentes, aunque no religiosos.
342: Pero, cómo, me dirás, ¿cómo pueden conciliarse estas doctrinas con la experiencia de
343: tantos impíos dotados de unos profundos conocimientos de las ciencias naturales? Podría
344: responderse con otra pregunta, esto es, ¿cómo puede sostenerse que las ciencias naturales
345: forman los impíos, habiendo tantos piadosos eminentes en ellas? Sin embargo, quiero dar una
346: respuesta directa, haciéndote observar que esos sabios impíos no dicen, y si lo dicen no
347: prueban, que su ciencia los ha inducido a la incredulidad. No hay duda que un entendimiento
348: ejercitado y brillante tiene una inclinación continua a operar, y a veces corre gran peligro; mas no
349: proviene esta desgracia de las facultades intelectuales, sino de su abuso. Por lo regular, todos
350: los asesinos se hallan en perfecta salud y robustez, y apenas podrá contarse un hombre débil
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
363
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
351: que tome el puñal para detener a un caminante. ¿Se dirá, por esto, que la robustez forma los
352: asesinos? ¿No será más justo decir que el asesino abusa de este precioso don que debía
353: emplear para bien suyo y de sus semejantes? Lo mismo debemos discurrir acerca de las
354: facultades del espíritu y las fuerzas de que éste abusa empleándolas contra la verdad; nunca
355: podrá decirse que son la causa de un crimen tan enorme.
356: Está, pues, demostrado que la impiedad que proviene del entendimiento sin presuponer la
357: malicia del corazón es un efecto de combinaciones de ideas inexactas, ya provenga este error de
358: falta de atención, o de un lamentable alucinamiento; y que los impíos que presumen de serlo, en
359: consecuencia de dilatadas y profundas reflexiones, son unos locos filosóficos, que habiendo
360: repetido su tema por muchos años, llegan a persuadirse que tienen en su favor la experiencia y
361: tratan de bisoños e inexpertos a todos los que no ven como ellos, ni quieren aprobar su manía.
362: Siempre se ha dicho que Cervantes escribió una obra adaptada a todos tiempos y condiciones,
363: si bien tomó por objeto la caballería andante; y créeme, amigo mío, que cada vez estoy más
364: persuadido de que este elogio es muy justo y que aquel genio extraordinario consideró al hombre
365: en todas sus condiciones. Tenemos reyes Quijotes, taberneros Quijotes y filósofos Quijotes, que
366: por más que salgan estropeados, apaleados y chasqueados, jamás desisten de su rara locura, ni
367: dejan el tono magistral y ridículo a que están habituados.
368: La impiedad, como todos los monstruos del abismo, no puede vivir en una atmósfera pura y
369: tiene por pasto la ignorancia. Purifíquense las costumbres, difúndase la ilustración, destrúyanse
370: los errores y desaparecerán los impíos, o quedarán reducidos a un corto número, que en nada
371: podrá perjudicar a la sociedad, ni afearla con sus deformidades. Vendrían a ser como algunas
372: yerbas secas esparcidas acá y allá en un florido jardín, que ni siquiera se notan, y si por
373: casualidad se descubren no alteran la agradable impresión que ha producido en nuestra alma el
374: gran conjunto. ¡Qué estado tan feliz el de un pueblo moral e instruido! ¡Qué paz tan inalterable!
375: ¡Qué amistad tan justa! ¡Qué unión tan firme! ¡Ah! mi caro Elpidio. Si yo viese a la horrible
376: impiedad, que acosada por la ciencia y la virtud, corría a esconderse en las cavernas infernales
377: de donde ha salido, tendría, por efecto de la misericordia divina, el privarme de la vida, para no
378: exponerme a perder tanta felicidad si por desgracia volviese este espantoso aborto del Averno.
379: Privado de tanta dicha, consuélame sin embargo el escribir a un amigo, que libre del común
380: contagio, percibe las bellezas de la santa religión y el alucinamiento de sus impugnadores; a un
381: amigo a quien consagro, con esta carta, mi más tierno afecto.
364
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
Anexo 3
Reporte de código y texto Carta 4 Tomo Impiedad
NVivo revision 2.0.163
Licensee: casa
Project: Carta 1 Tomo I
User: Administrator Date: 05/05/2012 - 16:10:16
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Carta 4 Tomo I
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Modified: 05/05/2012 - 16:09:39
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Tomo Primero
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afectivos
Passage 1 of 13
Section 0, Paras 60 to 63, 320 chars.
60: Resulta, pues, de estas observaciones, que los impíos obstinados no son tan numerosos
61: como tímida o astutamente se quiera suponer; puesto que la mayor parte de ellos son
62: especuladores, que no tratarían de reprimir los sentimientos religiosos de su corazón, antes
63: procurarían fomentarlos si encontrasen en éstos interés.
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Passage 2 of 13
Section 0, Paras 99 to 116, 1588 chars.
99: Nada más opuesto a la conversión que el insulto, y desgraciadamente lo vemos practicado
100: por hombres muy piadosos, cuando se trata de atacar a los impíos. Suelen ponerse en ridículo
101: imitando a sus enemigos en la truhanería y creen que haciendo reír un poco a los que no dudan
102: de la verdad de la religión, convencen a los que la niegan. Este es un medio antievangélico que
103: sólo sirve para satisfacer pasiones humanas, y tomar venganza de insultos recibidos. No ignoro
104: que algunos tienen muy diverso motivo y que sólo intentan hacer bien, pero, sin duda, se
105: equivocan en los medios. La ligereza en creer cuanto se dice, siempre que sea contra las
106: personas a quienes se quiere impugnar, es un defecto en que incurren los piadosos no menos
107: que los impíos; y cuando se llega a probar una equivocación, pierden toda su fuerza los
108: argumentos más sólidos y dan franca salida al enemigo. Esta palabra me recuerda una doctrina
109: de San Agustín, que si la tuviesen presente todos los que se ven precisados a lidiar con impíos,
110: evitarían muchos malos ratos y podrían hacer mucho en favor de la religión. “Distíngase “dice
111: este Santo Padre “en el criminal la obra de Dios y la obra del Diablo; el hombre es obra de Aquél,
112: y el pecado de éste. Amemos, pues, al hombre y aborrezcamos el crimen.”En ningún caso se
113: debe, mi Elpidio, se debe odiar a ninguna de las obras del Ser Supremo; y así los impíos deben
114: tratarse como a hermanos que tienen la desgracia de sufrir una enfermedad espiritual, o mejor
115: dicho una muerte, y sólo la gracia puede traerles a la vida, que debe ser todo nuestro interés y
116: anhelo.
117:
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Passage 3 of 13
Section 0, Paras 216 to 230, 1335 chars.
216: la Iglesia de Dios como lo fueron los arrianos y todos los antiguos herejes y como lo fueron y son
217: y serán los ingleses. Si cualquiera de las sectas pudiese oprimir a las demás, renovaría los
218: tiempos de Enrique VIII e Isabel; y si los impíos tuviesen fuerzas suficientes nos presentarían en
219: América las sangrientas escenas de la Revolución Francesa. ¿Qué hay, pues, me dirás, qué hay
220: en ese país que tanto se celebra? Un tino social, fruto de la educación y de la experiencia, por el
221: cual los hombres aunque se detesten se respetan, y jamás interrumpen la buena armonía de una
222: concurrencia con insultos personales. Si por desgracia ocurre algún lance desagradable, o falta
223: alguno a esta prudencia que podemos llamar general, el ofendido encuentra muy pronto
224: satisfacción en la conducta y expresiones de la generalidad, y se calma, por decirlo así,
225: quedando la sociedad tranquila y unánime en operación o conducta civil, aunque más que nunca
226: dividida en sentimientos religiosos. Yo sé perfectamente que muchos de los que me tratan con
227: respeto, y a quienes yo trato del mismo modo, si oyeran decir que me había muerto, dirían que
228: había un diablo menos sobre la tierra; pero también estoy seguro de que esos mismos nunca se
229: permitirán el insultarme por no ponerse en ridículo a los ojos de la generalidad. He aquí la fuerza
230: de la opinión.
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Passage 4 of 13
Section 0, Paras 344 to 364, 1909 chars.
344: Permíteme, querido Elpidio, que transcriba un párrafo del incomparable Bossuet en su
345: elocuentísimo sermón sobre la unidad de la Iglesia, en que haciéndose cargo de las aflicciones
346: que pasan los justos por la difusión de la impiedad, representa uno de estos espíritus
347: atormentados y le dirige las siguientes palabras: “Me dirás: se encuentran tantos impíos; su
348: número es infinito, que no puede vivir en su compañía. Hermano mío, ¿adónde irás?
349: Encontrarás impíos por toda la tierra, hállanse por todas partes mezclados con los buenos: algún
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
365
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
350: día se corregirán, mas aun no ha llegado su hora. ¿Qué debemos hacer entretanto? Separarnos
351: en el corazón, reprenderlos con libertad a fin de que se corrijan; y si no corrigiesen debemos
352: sufrirlos con caridad para confundirlos. Hermanos míos, no sabemos los consejos de Dios, hay
353: inicuos que se corregirán y es preciso esperar con paciencia; hay otros que perseverarán en su
354: malicia y puesto que Dios los sufre, ¿no deberemos nosotros sufrirlos? Algunos están destinados
355: a ejercitar la virtud en unos y castigar el crimen en otros; serán quitados del medio cuando
356: terminen su obra... no anticipemos este juicio. Amad a vuestros hermanos, dice San Juan (I.
357: Joan, 2, 10) y no sufriréis ningún escándalo. ¿Por qué?, dice San Agustín; porque el que ama a
358: su hermano sufre todo por conservar la unidad.”(Bossuet, tom. 2, p. 63 y 64.)
359: Si el espíritu que guió la pluma del enérgico y piadoso Bossuet moviese el corazón en los
360: que tanto se quejan de la multitud de impíos, el mal sería mucho menos sensible; pero
361: desgraciadamente se observa que la mayor parte de estos lamentadores desean encontrar
362: objeto de sus lamentos y lo fingen cuando no lo encuentran. Apenas hay un hombre ilustrado, a
363: quien cierta multitud de fanáticos piadosos, que siempre abundan, no representen como el
364: mayor impío; y otros fanáticos pícaros, o fanáticos fingidos, no calumnien del modo más inicuo.
365:
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Passage 5 of 13
Section 0, Paras 414 to 437, 2203 chars.
414: Esta digresión, que acaso te parecerá inoportuna, tiene por objeto manifestar que el poco
415: tino en atacar la impiedad en los primeros pasos de la juventud, cuando las pasiones empiezan a
416: soltarse; el poco tino en manejar a los jóvenes en la edad más peligrosa de la vida, es la causa
417: de la desmoralización de muchos; que se hace inexplicable a los irreflexivos, que dicen, con gran
418: sorpresa, “¡y se educó en un colegio!”sin expresar qué colegio y manejado por qué cabezas. A la
419: verdad, mi Elpidio, que son tan pocos los colegios que valen algo sobre este punto, que un
420: hombre de juicio, lejos de sorprenderse del que parece un fenómeno, encontraría su causa muy
421: natural en el mismo hecho que se presenta para hacerlo extraordinario, y diría que tal joven es
422: impío precisamente porque se educó en un colegio. Hace muchos años que la lectura del
423: juiciosísimo Tratado de Estudios de Rollin me abrió los ojos, por decirlo así, sobre esta materia; y
424: créeme, que desde entonces no he cesado de hacer observaciones, que todas ellas me han
425: confirmado en las luminosas ideas de aquel sabio maestro y prudente director de la juventud. En
426: muchos colegios, y aun diré en la mayor parte, se descuida enteramente el interesante objeto de
427: la religión, inspirándose de este modo cierto desprecio, o por lo menos, cierta indiferencia acerca
428: de ella; y en otros tratan los profesores de inspirarla a la moruna, a fuerza de castigos, que sólo
429: producen un odio mortal hacia los que los imponen y una aversión completa e indeleble al objeto
430: que los causa. No debe haber indulgencia alguna con los jóvenes en materia de impiedad, pero
431: conviene que sólo perciban nuestro disgusto, y oigan en vez de oprobios, cariñosas
432: insinuaciones, y que aun para los actos religiosos que no deben omitir se les conduzca con
433: suavidad. Puedo decirte, por experiencia, que los jóvenes siempre aman cuando conocen que
434: son amados y el que tiene la felicidad de conseguir su amor está seguro de manejarlos como le
435: parezca, pues llegan a formar un juicio favorable de los objetos por la buena idea que tienen del
436: que los propone y así es que entran en el examen sin repugnancia y sin preocupación, o más
437: bien con la saludable en favor de la virtud.
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Passage 6 of 13
Section 0, Paras 440 to 452, 1116 chars.
440: os premios sirven para formar hipócritas especuladores y establecer en
441: el corazón de los jóvenes una religión puramente humana, porque se acostumbran a agradar a
442: los hombres y a esperar de ellos lo que sólo deben esperar de Dios, pudiendo al fin aplicárseles
443: las palabras del Evangelio: “ya recibieron su paga”(acceperunt merceden suam). Los castigos,
444: por otra parte, destruyen los sentimientos verdaderamente religiosos y producen también la
445: hipocresía, aunque de un carácter muy distinto, porque es reservada y en cierto modo feroz. Es,
446: pues, evidente que todo estímulo o compulsión religiosa, que no es conforme a la misma religión,
447: sólo sirve para destruirla, y por tanto, solo debe estimularse con la elevación de las ideas
448: celestiales y los atractivos de la virtud y sólo debe compelerse con los horrores del crimen y las
449: iras de un Dios vengador. Aun en esto debe haber mucha prudencia, pues un sermón continuo
450: llega a ser una cantinela, principalmente para los jóvenes, que no pueden sufrir por mucho
451: tiempo unos pensamientos tan serios. El que quiera que un joven no tenga religión háblele
452: siempre de ellas.
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Passage 7 of 13
Section 0, Paras 453 to 462, 837 chars.
453: Yo desearía, mi amado Elpidio, que los que dirigen a los jóvenes no olvidasen una
454: debilidad, en que casi todos incurren y de que debemos prevalernos para beneficios de ellos
455: mismos. No hay niño que no quiera ser grande en cuerpo y no hay joven que no quiera serlo en
456: ideas y sentimientos. De aquí proviene que así como los niños procuran todas las ocasiones de
457: levantar pesos que ellos consideran enormes y de ostentar de todos modos que se van
458: aproximando al estado perfecto de la naturaleza, cuando ya todas las facultades físicas han
459: adquirido su entero vigor; así los jóvenes que ya consideran haber llegado o no distar mucho de
460: ese estado de perfección, aspiran a manifestar que también han llegado al de las perfecciones
461: intelectuales; y así es que siempre emprenden cosas arduas y se creen capaces de cualquier
462: trabajo científico.
366
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
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Passage 8 of 13
Section 0, Paras 473 to 493, 1812 chars.
473: En tan delicadas circunstancias, bien conoces, mi Elpidio, que se necesita una gran
474: prudencia para no hacer reventar la cuerda y templarla al mismo tiempo, pues sería el mayor de
475: los absurdos el descuidarse en tan interesante asunto. Muchos toman el partido de humillarlos
476: recordándoles su poca edad, su falta de experiencia, y esto con un modo que más ofende que
477: mueve; y te aseguro que los que así proceden no han estudiado el corazón humano ni saben
478: todos los recursos de la vanidad. Por mi parte, he seguido un plan contrario, y creo que la
479: experiencia me autoriza a recomendarlo como útil y asequible. Siempre he procurado tratarlos
480: como si fueran lo que ellos quieren ser, esto es, hombres ya formados; y ya que se han atrevido
481: a asomarse, por decirlo así, a la puerta del santuario del deber, yo he procurado empellarlos
482: para que acaben de entrar. Entonces, tratándoles ya como hombres de experiencia, he
483: procurado comunicarles la mía y dejarles que crean que me han engañado persuadiéndome de
484: que antes la tenían; y de este modo he solido convertirlos en mis colaboradores, figurándose que
485: ya han avanzado mucho, puesto que hasta pasaron el primer vértigo que induce la juventud a mil
486: locuras. Estos viejitos lampiños suelen ser utilísimos, y feliz la sociedad que abunde en ellos,
487: porque efectivamente acaban por conocer la astucia con que se les ha manejado, cuando ya
488: ellos mismos se han formado y son capaces de valuar el mérito de tan útil estratagema. Yo
489: nunca he querido tener por enemigo a muchachos y menos entrar en disputa con ninguno de
490: ellos, antes he procurado siempre hacerles entender que los amo y los respeto; y siempre me he
491: prevalido de tal cual concepto que sabía formaban de mí, para usarlo como instrumento, el más
492: eficaz, para hacerles admitir mis ideas y seguir mis consejos.
493: Per
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Passage 9 of 13
Section 0, Para 574, 7 chars.
574: corazón
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Passage 10 of 13
Section 0, Paras 575 to 589, 1312 chars.
575: Ya otras veces me he lamentado contigo de la que propiamente puede llamarse venalidad
576: en las ciencias, porque se venden sus servicios sólo por dinero y se aprecian sólo como un
577: medio de adquirirlo. Llámanlas, por consiguiente, ciencias de carrera, porque constituyen al
578: hombre en sociedad y le proporcionan medios de sostenerse. Ningún hombre de juicio puede
579: oponerse a ellas, pues nada es más justo que recibir la compensación de dilatados estudios e
580: incomodidades y nada más prudente que asegurar la subsistencia para no sufrir y ser gravosos a
581: los demás; pero al mismo tiempo, considerando los objetos desde este punto de vista, el mismo
582: interés personal está conciliado con el científico. No cabe duda que un joven cuyo espíritu está
583: ejercitado y cuyo corazón está libre de afecciones fuertes, y más bien inclinado a las emociones
584: pacíficas que causa la contemplación de la naturaleza, siempre será más capaz de hacer
585: progresos y ganarse el afecto, que tanto influye en el bien social. Repara, mi amigo, que se
586: encuentran muchos perversos enriquecidos por medios inícuos, pero jamás hallarás uno que
587: adquiera una gran fortuna por medios lícitos, y en consecuencia, del aprecio popular. El pueblo,
588: por más corrompido que esté, cuando media el interés, sabe tratar a los impíos mejor que los
589: sabios y piadosos.
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Passage 11 of 13
Section 0, Paras 609 to 628, 1755 chars.
609: A veces proviene este horrible crimen del carácter vano de muchas mujeres, que en este
610: como en otros muchos casos suelen ser víctimas de un deseo de ser elogiadas; otras veces, es
611: afecto de enamoramiento, por agradar a la persona que aman, si ésta por desgracia no tiene
612: religión; y otras veces, aunque muy raras, proviene de perversidad de corazón y de las diversas
613: causas que ya he indicado en otra de mis cartas. Estas observaciones pueden guiarnos en el
614: manejo de tan perjudiciales impías, pues deben tratarse de distinta manera, según el origen de
615: su mal, y toda equivocación en este punto puede tener muy funestas consecuencias.
616: En cuanto a las mujeres impías por mera vanidad, es preciso que consideremos que la
617: mayor parte de ellas proviene de un deseo de presentarse superiores a su sexo, que siempre es
618: débil y piadoso, y de aproximarse al carácter varonil que envidian sobremanera. No sé, mí
619: querido Elpidio, si habrás notado que esta clase de mujeres es más numerosa de lo que tal vez
620: creen algunos irreflexivos. Figúranse muchos que las mujeres se hallan muy contentas con sus
621: privilegios y que sólo envidian las fuerzas físicas y la representación social de los hombres; pero
622: se equivocan mucho, pues existe por lo menos en muchas de ellas un deseo de igualarlos en
623: todo y sienten no pertenecer a corporaciones literarias y a toda junta en que las luces deben
624: guiar la sociedad. Entre otros ejemplos clásicos podría citar el de la célebre Madame Staël, que
625: tanto ha admirado a la Francia y puedo decir a toda la Europa con sus obras. Todos los que la
626: trataron aseguran no podía disimular sus sentimientos de no ser hombre o poder manejarse
627: como tal, y aunque conservaba las manías de su sexo, siempre se presentó como si no le
628: perteneciese.
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Passage 12 of 13
Section 0, Paras 778 to 802, 2258 chars.
778: He aquí probado por experiencia que los impíos, cuando, por desgracia de la sociedad,
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
367
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universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
779: encuentran una mujer que adopte sus principios y tenga valor para difundirlos, jamás dejan de
780: valerse de ella y consiguen por este medio tan infame lo que nunca hubieran podido conseguir
781: por sí mismos. Si el director de esta desgraciada se hubiera presentado al público, no hubiera
782: acaso obtenido aplauso alguno, antes lo hubieran detestado; mas preséntase una mujer y la
783: rareza del hecho unida al privilegio del sexo, hizo que fuese oída con gusto y muchas veces
784: vitoreada. ¿Creerás que sólo asistían a sus lecciones los hombres depravados y las mujeres sin
785: honor? Pues debo decirte que me consta que fueron a oírla muchos hombres honrados y de
786: gran talento y muchas mujeres virtuosas. Si la intención de estas personas hubiera sido
787: prepararse para rebatir los errores que difundía aquella malhadada, no serían tan reprensibles;
788: pero me consta que sólo iban por divertirse. ¡Funesta diversión que fomentaba la impiedad
789: haciendo creer a los incautos que era muy grande el número de sus secuaces! Me acuerdo
790: haber tenido con un amigo, que era uno de los de la jarana, varias conversaciones muy serias
791: sobre este punto. Decíame muchas veces que estando firme en los principios de su creencia,
792: sólo iba a oír a la impía predicadora por divertirse; viendo hasta dónde llega el descaro de un
793: mujer y que al fin le agradaba oírla porque efectivamente pronunciaba muy bien el idioma inglés
794: y sus discursos eran elocuentes. Más ¿podrá calcularse, preguntaba yo, el inmenso mal que
795: causa la presencia de los hombres de mérito en semejante concurrencia? ¿No es un desacierto
796: el fomentar la soberbia de esa mujer, haciendo que juzgue que sus talentos no tienen igual y que
797: sus objeciones merecen la atención que los ministros no han querido concederle?
798: Efectivamente, yo creo que por una especial providencia divina no sólo los sacerdotes de la
799: verdadera Iglesia, sino también los ministros de las diversas sectas convinieron, sin hablarse, en
800: el plan que debía observarse respecto de esta heroína de las tinieblas. Ninguno se dignó atacar
801: ni sus escritos ni sus discursos o arengas; y todos procuraron dar al pueblo incauto, con el
802: desprecio, la respuesta a sus capciosas objeciones
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Passage 13 of 13
Section 0, Paras 802 to 811, 767 chars.
802: Este desprecio produjo un efecto admirable,
803: porque el pueblo conoció que el silencio era una medida prudente para no dar margen a
804: mayores escándalos. También tuvimos en consideración que una cuestión hubiera producido
805: mucho dinero a los especuladores que movían la máquina y este interés pecuniario hubiera
806: hecho interminable toda disputa. Siempre lamentaremos la corrupción de costumbres, que causó
807: esta mujer infeliz, mas habremos al mismo tiempo el consuelo de no haber aumentado el mal
808: con medidas imprudentes y de haber defendido la religión de un modo el más noble y eficaz, sin
809: que nadie, aun los más impíos, sospechase la más ligera debilidad. ¡Cuántas imitadoras de
810: Fanny Wright encontramos por todas partes, aunque menos descaradas, pero no menos
811: perversas!
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Node 2 of 16
ecológicos
Passage 1 of 3
Section 0, Paras 216 to 230, 1335 chars.
216: la Iglesia de Dios como lo fueron los arrianos y todos los antiguos herejes y como lo fueron y son
217: y serán los ingleses. Si cualquiera de las sectas pudiese oprimir a las demás, renovaría los
218: tiempos de Enrique VIII e Isabel; y si los impíos tuviesen fuerzas suficientes nos presentarían en
219: América las sangrientas escenas de la Revolución Francesa. ¿Qué hay, pues, me dirás, qué hay
220: en ese país que tanto se celebra? Un tino social, fruto de la educación y de la experiencia, por el
221: cual los hombres aunque se detesten se respetan, y jamás interrumpen la buena armonía de una
222: concurrencia con insultos personales. Si por desgracia ocurre algún lance desagradable, o falta
223: alguno a esta prudencia que podemos llamar general, el ofendido encuentra muy pronto
224: satisfacción en la conducta y expresiones de la generalidad, y se calma, por decirlo así,
225: quedando la sociedad tranquila y unánime en operación o conducta civil, aunque más que nunca
226: dividida en sentimientos religiosos. Yo sé perfectamente que muchos de los que me tratan con
227: respeto, y a quienes yo trato del mismo modo, si oyeran decir que me había muerto, dirían que
228: había un diablo menos sobre la tierra; pero también estoy seguro de que esos mismos nunca se
229: permitirán el insultarme por no ponerse en ridículo a los ojos de la generalidad. He aquí la fuerza
230: de la opinión.
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Passage 2 of 3
Section 0, Paras 281 to 293, 1132 chars.
281: Proviene la convicción de innumerables
282: circunstancias del entendimiento que se quiere convencer, y, más que todo, depende de una luz
283: celestial, que no se deriva de los hombres; y por lo que hace a la conversión es fruto de la
284: gracia, que siempre es misteriosa. El mismo San Pablo predicó a concursos numerosos y sólo
285: creyeron los que estaban dispuestos para la vida eterna. Sin embargo, son responsables de los
286: malos efectos de una disputa imprudente los que la emprenden notando por signos bien claros
287: su inutilidad y su peligro. Advierte, amigo mío, que los hombres, cuando quieren instruirse y no
288: vencer y ridiculizar a los que llaman sus contrarios, disputan muy poco y sólo hacen algunas
289: preguntas, oyendo con tranquilidad sus respuestas. Notarás, a veces, cierta reserva que se
290: manifiesta por más que trate de ocultarse, pero este silencio y moderación afectada no puede
291: confundirse con la sincera conducta de un espíritu verdaderamente despreocupado, que trata de
292: ilustrarse. He aquí los únicos síntomas que pueden indicarse para guiarnos en la investigación
293: del estado de enfermedad o mejoría de estos enfermos espirituales.
368
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
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Passage 3 of 3
Section 0, Paras 453 to 462, 837 chars.
453: Yo desearía, mi amado Elpidio, que los que dirigen a los jóvenes no olvidasen una
454: debilidad, en que casi todos incurren y de que debemos prevalernos para beneficios de ellos
455: mismos. No hay niño que no quiera ser grande en cuerpo y no hay joven que no quiera serlo en
456: ideas y sentimientos. De aquí proviene que así como los niños procuran todas las ocasiones de
457: levantar pesos que ellos consideran enormes y de ostentar de todos modos que se van
458: aproximando al estado perfecto de la naturaleza, cuando ya todas las facultades físicas han
459: adquirido su entero vigor; así los jóvenes que ya consideran haber llegado o no distar mucho de
460: ese estado de perfección, aspiran a manifestar que también han llegado al de las perfecciones
461: intelectuales; y así es que siempre emprenden cosas arduas y se creen capaces de cualquier
462: trabajo científico.
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Node 3 of 16
individuales
Passage 1 of 15
Section 0, Paras 44 to 57, 1272 chars.
44: Ya en primera carta procuraré llamar tu atención sobre este punto, considerando como un
45: ardid de los déspotas el exagerar los progresos de la impiedad, que siendo reales, en mucha
46: parte dan fundamento a la ficción que sirve a un gran interés de la política. ¿Dirías que hay
47: muchos virtuosos donde hay muchos que fingen serlo? Pues lo mismo debes decir que hay
48: muchos impíos donde hay muchos que se presentan como tales. No ignoro que la piedad se
49: pierde por el mero hecho de hacer ostentación de ser impío, mas esto debe entenderse de
50: moralidad, que no puede ser justa siendo perversa, pero no del estado de entendimiento. He
51: aquí por qué, contra mi costumbre, te he recordado los dos términos escolásticos de impiedad
52: formal y material, pues seguramente explican con toda exactitud este asunto. Los impíos por
53: convicción, aunque errónea, y que más bien puede llamarse alucinamiento, no dejan de serlo
54: con facilidad, antes es preciso vencerlos; mas los títeres de moda bailan de cualquier manera y
55: son reprensibles más en su conducta que en sus ideas. Sabido es que la menor duda admitida
56: con obstinación por nuestro entendimiento acerca de un dogma constituye un hereje, y en cuanto
57: a la vida eterna, produce los mismos efectos que la negación más completa de una verdad
58:
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Passage 2 of 15
Section 0, Paras 60 to 77, 1559 chars.
60: Resulta, pues, de estas observaciones, que los impíos obstinados no son tan numerosos
61: como tímida o astutamente se quiera suponer; puesto que la mayor parte de ellos son
62: especuladores, que no tratarían de reprimir los sentimientos religiosos de su corazón, antes
63: procurarían fomentarlos si encontrasen en éstos interés. La corrupción de todas las clases de la
64: sociedad suele afectar de tal manera la mente de los devotos, que la consideran como un
65: enfermo desahuciado, y acaso como un moribundo, que ya no da esperanza y sólo puede ser
66: objeto del llanto. ¡Cuántos males se derivan de estas ideas! Trátase ya, no de atraer, sino de
67: evitar los impíos; no de curarlos sino de abandonarlos en su grave enfermedad, que justamente
68: consideran muy contagiosa. En consecuencia, se aumenta el número de ellos, porque se
69: consideran invencibles, o porque considerándose como otro bando o partido, que se supone ya
70: muy extenso, incita mucho más a los especuladores a desear ser miembros de tan potente
71: familia. Yo hablo por observaciones que he hecho y no por meras teorías. Me consta, Elpidio,
72: que uno de los medios de que se vale la impiedad para extenderse es suponer que ya está muy
73: extendida. Sin duda, percibirás que este ardid es practicado por todos los partidos, ya políticos,
74: ya religiosos; que produce gran efecto por la natural propensión que tienen los hombres a
75: reunirse, la cual los induce a querer formar parte de las grandes sociedades; a menos que no se
76: presente un interés contrario, que en materias religiosas no puede haberlo, según las ideas
77: mundanas
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Passage 3 of 15
Section 0, Paras 78 to 140, 5673 chars.
78: No es posible enumerar, ni aun aproximadamente, los impíos, porque no tienen templo ni
79: distintivo alguno: es un ejército sin bandera, ni uniforme, ni divisa alguna, y sólo se hace notable
80: por los males que acá y allá produce en la sociedad. Vienen a ser como las guerrillas, cuyo
81: número y operaciones nunca puede determinarse; y así, a veces, se supone un territorio
82: inundado de ellas, cuando sólo unas pocas lo recorren. De aquí proviene la gran ansiedad que
83: causan en los buenos estos enemigos de la virtud, pues la suponen asaltada por todas partes, y
84: efectivamente lo está; porque es universal el contagio, en cuanto a que se observa en todas las
85: clases y en todos los países. Si los hombres se persuadiesen de que este mal tan formidable
86: puede curarse y que su incremento se debe a la apatía de los buenos, verías, mi amigo,
87: disminuida considerablemente, si no extinguida, la impiedad.
88: ¿Cómo deben, pues, tratarse los impíos? Según las máximas del Evangelio. Con caridad y
89: dulzura y al mismo tiempo con firmeza. Esta debe manifestarse, no por medio de persecuciones
90: —que la razón y la experiencia prueban que sólo sirven para encender más el fuego devorador
91: de la impiedad— sino por un carácter noble y decidido de parte de los creyentes; por un santo
92: menosprecio de los asaltos de este monstruo, por un valor cristiano, que lejos de irritar al
93: enemigo le atrae y le encadena con los vínculos del respeto, del aprecio y de la consideración.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
369
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
94: Los que no pueden atraerse de este modo, es preciso dejarlos a su suerte; aunque siempre debe
95: continuarse en el mismo plan de curación, y si se pierden, será culpa suya. Pidamos a Dios que
96: con su misericordia mueva sus empedernidos corazones, y en cuanto a nosotros estemos
97: satisfechos por haber llenado nuestro deber, aunque sin fruto; y si al fin se los lleva el diablo,
98: cree, mi Elpidio, que no se llevará nada ajeno.
99: Nada más opuesto a la conversión que el insulto, y desgraciadamente lo vemos practicado
100: por hombres muy piadosos, cuando se trata de atacar a los impíos. Suelen ponerse en ridículo
101: imitando a sus enemigos en la truhanería y creen que haciendo reír un poco a los que no dudan
102: de la verdad de la religión, convencen a los que la niegan. Este es un medio antievangélico que
103: sólo sirve para satisfacer pasiones humanas, y tomar venganza de insultos recibidos. No ignoro
104: que algunos tienen muy diverso motivo y que sólo intentan hacer bien, pero, sin duda, se
105: equivocan en los medios. La ligereza en creer cuanto se dice, siempre que sea contra las
106: personas a quienes se quiere impugnar, es un defecto en que incurren los piadosos no menos
107: que los impíos; y cuando se llega a probar una equivocación, pierden toda su fuerza los
108: argumentos más sólidos y dan franca salida al enemigo. Esta palabra me recuerda una doctrina
109: de San Agustín, que si la tuviesen presente todos los que se ven precisados a lidiar con impíos,
110: evitarían muchos malos ratos y podrían hacer mucho en favor de la religión. “Distíngase “dice
111: este Santo Padre “en el criminal la obra de Dios y la obra del Diablo; el hombre es obra de Aquél,
112: y el pecado de éste. Amemos, pues, al hombre y aborrezcamos el crimen.”En ningún caso se
113: debe, mi Elpidio, se debe odiar a ninguna de las obras del Ser Supremo; y así los impíos deben
114: tratarse como a hermanos que tienen la desgracia de sufrir una enfermedad espiritual, o mejor
115: dicho una muerte, y sólo la gracia puede traerles a la vida, que debe ser todo nuestro interés y
116: anhelo.
117: Toda la personalidad es un obstáculo a la convicción, y así es que las disputas privadas, en
118: que casi nunca deja de ofenderse a individuos determinados, rara vez producen buen efecto y
119: por lo regular dan origen a innumerables males. Cuando se ataca el vicio sin determinar los
120: viciosos, ninguno quiere ser contado en este número, y nadie se da por ofendido. Del mismo
121: modo, si se ataca una clase haciendo distinción de los que en ella no merecen sino elogios, no
122: hay uno que no pretende pertenecer a este número, y todos dan signos de contento (unos en
123: realidad y otros fingidamente) por el justo castigo que la opinión impone a los criminales; pero si
124: el ataque es universal y sin distinción, o individual y marcado, seguramente exaspera y no
125: produce otro afecto que la obstinación. Esta doctrina debe aplicarse a toda clase de disputas y
126: en todos los casos en que chocan entre sí los intereses sociales, pero mucho más en materia de
127: religión. Es muy difícil que el hombre que sufre en una visita un desaire, un desdén, y aun a
128: veces un desprecio, sólo porque es impío, no salga más resuelto a continuar en su impiedad;
129: que acaso hubiera abominado si en vez de esta rudeza hubiera recibido un tratamiento cortés y
130: caritativo. Yo sé muy bien que debe evitarse el trato con los impíos, y ojalá esta doctrina se
131: llevase a efecto; mas debe contenerse en su impiedad, mas no en las relaciones sociales, que
132: jamás deben interrumpirse con groserías. Enhorabuena que se evite aun el trato social con
133: semejante clase de gentes, porque rara vez puede tenerse sin peligro de ser mortificados por
134: sus majaderías, si no corrompidos por su inmoralidad; pero cuando es preciso tratarlos, o
135: cuando por casualidad se reúnen con los creyentes, deben éstos tratarlos como hombres, y si lo
136: merecen, como caballeros; y nada hay más ridículo ni más contrario al espíritu del Evangelio,
137: que el mortificar a un individuo en sociedad cuando no da motivo alguno. Verdad es que San
138: Pablo nos dice que ni siquiera debemos comer con ellos, pero esto se entiende, si hay peligro de
139: ser pervertidos; como lo había respecto de los fieles a quienes escribía el apóstol, y cuando se
140: aspira a su familiaridad, que siempre es causa de un hábito vicioso.
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Passage 4 of 15
Section 0, Paras 158 to 169, 993 chars.
158: De este modo, créeme, Elpidio, les he dado
159: mucho que pensar, y acaso he producido más efecto que si abiertamente hubiese entrado en
160: disputas interminables, porque se establecen con este intento, y las pasiones siempre
161: encuentran medios de conseguirlo. Puedo decirte, que a veces han hecho varios impíos un
162: esfuerzo para despreciarme, y no han podido. Su semblante me daba a entender que su corazón
163: era mío, y yo contento con esta propiedad no me cuidaba mucho de sus delirios. En estos casos,
164: siempre he recordado un consejo y una comparación admirable de San Agustín. Si nos
165: aproximamos al lecho de un hombre agitado por una fiebre intensa y que acaso delira, nos
166: recibirá tal vez con aspereza, despreciará nuestros consejos y puede que hasta nos tire a la cara
167: la medicina que le ofrecemos: mas sería muy necio el que se ofendiese por estas acciones y
168: abandonase al paciente. ¿Y por qué? Porque está enfermo. Pues bien, nos dice el Santo Padre,
169: todos los pecadores están gravemente enfermos.
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Passage 5 of 15
Section 0, Paras 170 to 182, 1047 chars.
170: Me dirás que el silencio no puede ilustrar, y que más bien sirve para que se radiquen los
171: errores no siendo rebatidos. Te equivocas, mi amigo, si así piensas. Verdad es que el silencio
172: nada explica, pero no es tan inerte como parece. La impiedad proviene, como he manifestado en
173: mis cartas anteriores, o de corrupción o de alucinamiento; y en ambos casos un prudente
174: silencio sirve de antídoto, porque demuestra al perverso que le conocemos y que por prudencia y
370
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
175: caridad no le despreciamos; y al iluso que sus raciocinios son tan infundados, que ni merecen
176: respuesta; lo cual es un estímulo para que los examine con más detención y se convenza a sí
177: mismo, que es el más sólido convencimiento. No debemos perder de vista que la mayor parte de
178: los impíos hacen grandes esfuerzos para serlo, y así es una cosa arbitraria que deja de existir
179: luego que se quiere; y por tanto, ganando la voluntad, muy pronto se atrae el entendimiento; mas
180: si aquélla llega a exasperarse no hay que pensar en que éste se convenza, o por lo menos se dé
181: por convencido.
182: A
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Passage 6 of 15
Section 0, Paras 199 to 207, 799 chars.
199: Habrás oído mucho acerca de la libertad religiosa de este país, acompañada de una
200: armonía social y una paz admirable; y a pesar de tu gran talento, como sé el afecto que
201: producen las distancias de los pueblos y las diversas costumbres en los juicios de los hombres,
202: temo que no hayan adquirido ideas correctas sobre este punto, y que te hayas dejado llevar de
203: las exageraciones de unos y de la injusticia de otros. No será, pues, fuera de propósito presentar
204: las cosas como son en realidad. Siendo considerado este pueblo como norma de la tolerancia
205: religiosa, es preciso no formarnos ideas equivocadas acerca de él porque al fin desaniman a sus
206: imitadores, cuando la experiencia les demuestra que no han llegado y que acaso es imposible
207: llegar a una perfección imaginaria, que toman por existente.
208:
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Passage 7 of 15
Section 0, Paras 231 to 236, 508 chars.
231: Mientras no consiga en los pueblos este hábito de respeto, de esta condescendencia
232: social, jamás podrán imitar a los Estados Unidos del Norte de América, sea cual fuere el sistema
233: de gobierno. Los hombres somos como los niños, que lloran porque les hacen burla, y nada
234: omiten para vengarse de los agresores. Las más sabias instituciones, los escritos más juiciosos
235: y los ejemplos más heroicos no bastarán a conservar la paz mientras no se pueda ir a pasar un
236: rato en una tertulia sin exponerse a un insulto.
237:
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Passage 8 of 15
Section 0, Paras 245 to 253, 772 chars.
245: Preciso es acostumbrarnos a los objetos morales lo mismo que a los físicos: vemos
246: hombres sanos y enfermos, unos árboles perfectos y otros viciados, piedras preciosas y otras
247: ordinarias, y la vista de esta diversidad de objetos sólo nos induce a formar distintos juicios de su
248: mérito, mas no causa inquietud, ni excita fuertes pasiones; así debe operarse respecto de los
249: hombres buenos y perversos, sabios e ignorantes. La opinión acerca de ellos es diversa, pero no
250: debe afectarnos. Permíteme un ejemplo personal, porque al fin escribo a un amigo. Suelo
251: encontrar, y me ha detenido en la calle con frecuencia, un impío de marca, escritor irreligioso
252: desaforado, que francamente me ha solido decir que es ateo. Yo a veces he estado por darle la
253: picante respuesta del abate
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Passage 9 of 15
Section 0, Paras 281 to 293, 1132 chars.
281: Proviene la convicción de innumerables
282: circunstancias del entendimiento que se quiere convencer, y, más que todo, depende de una luz
283: celestial, que no se deriva de los hombres; y por lo que hace a la conversión es fruto de la
284: gracia, que siempre es misteriosa. El mismo San Pablo predicó a concursos numerosos y sólo
285: creyeron los que estaban dispuestos para la vida eterna. Sin embargo, son responsables de los
286: malos efectos de una disputa imprudente los que la emprenden notando por signos bien claros
287: su inutilidad y su peligro. Advierte, amigo mío, que los hombres, cuando quieren instruirse y no
288: vencer y ridiculizar a los que llaman sus contrarios, disputan muy poco y sólo hacen algunas
289: preguntas, oyendo con tranquilidad sus respuestas. Notarás, a veces, cierta reserva que se
290: manifiesta por más que trate de ocultarse, pero este silencio y moderación afectada no puede
291: confundirse con la sincera conducta de un espíritu verdaderamente despreocupado, que trata de
292: ilustrarse. He aquí los únicos síntomas que pueden indicarse para guiarnos en la investigación
293: del estado de enfermedad o mejoría de estos enfermos espirituales.
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Passage 10 of 15
Section 0, Paras 344 to 364, 1909 chars.
344: Permíteme, querido Elpidio, que transcriba un párrafo del incomparable Bossuet en su
345: elocuentísimo sermón sobre la unidad de la Iglesia, en que haciéndose cargo de las aflicciones
346: que pasan los justos por la difusión de la impiedad, representa uno de estos espíritus
347: atormentados y le dirige las siguientes palabras: “Me dirás: se encuentran tantos impíos; su
348: número es infinito, que no puede vivir en su compañía. Hermano mío, ¿adónde irás?
349: Encontrarás impíos por toda la tierra, hállanse por todas partes mezclados con los buenos: algún
350: día se corregirán, mas aun no ha llegado su hora. ¿Qué debemos hacer entretanto? Separarnos
351: en el corazón, reprenderlos con libertad a fin de que se corrijan; y si no corrigiesen debemos
352: sufrirlos con caridad para confundirlos. Hermanos míos, no sabemos los consejos de Dios, hay
353: inicuos que se corregirán y es preciso esperar con paciencia; hay otros que perseverarán en su
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
371
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
354: malicia y puesto que Dios los sufre, ¿no deberemos nosotros sufrirlos? Algunos están destinados
355: a ejercitar la virtud en unos y castigar el crimen en otros; serán quitados del medio cuando
356: terminen su obra... no anticipemos este juicio. Amad a vuestros hermanos, dice San Juan (I.
357: Joan, 2, 10) y no sufriréis ningún escándalo. ¿Por qué?, dice San Agustín; porque el que ama a
358: su hermano sufre todo por conservar la unidad.”(Bossuet, tom. 2, p. 63 y 64.)
359: Si el espíritu que guió la pluma del enérgico y piadoso Bossuet moviese el corazón en los
360: que tanto se quejan de la multitud de impíos, el mal sería mucho menos sensible; pero
361: desgraciadamente se observa que la mayor parte de estos lamentadores desean encontrar
362: objeto de sus lamentos y lo fingen cuando no lo encuentran. Apenas hay un hombre ilustrado, a
363: quien cierta multitud de fanáticos piadosos, que siempre abundan, no representen como el
364: mayor impío; y otros fanáticos pícaros, o fanáticos fingidos, no calumnien del modo más inicuo.
365:
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Passage 11 of 15
Section 0, Paras 462 to 472, 946 chars.
462: En cuanto a la religión, viendo que ha sido combatida por hombres muy
463: notables y que sus ataques prueban, como ellos dicen, fuerza de espíritu, nada puede halagar
464: tanto su deseo de demostrar perfección intelectual como el presentarse en la palestra cual
465: campeones denodados. Desde la infancia se les ha enseñado la religión (aunque la mayor parte
466: sólo aprendieron a saber que existe), y sus madres, conservando el dominio absoluto que les da
467: la niñez, solían llevarlos al templo y hacerles practicar algunos ejercicios religiosos.
468: Persuádense, pues, que el primer paso que deben dar para demostrar que ya son hombrecitos y
469: que ya han salido, como suele decirse, de las faldas de la madre, es empezar a hablar, no con
470: franqueza, sino con osadía, sobre materias de religión. Si logran opositores, tanto mejor para su
471: intento; juzgan de su valor por el caso que se hace de ellos y se consideran por este mero hecho
472: unos hombres de gran consecuencia.
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Passage 12 of 15
Section 0, Paras 473 to 493, 1812 chars.
473: En tan delicadas circunstancias, bien conoces, mi Elpidio, que se necesita una gran
474: prudencia para no hacer reventar la cuerda y templarla al mismo tiempo, pues sería el mayor de
475: los absurdos el descuidarse en tan interesante asunto. Muchos toman el partido de humillarlos
476: recordándoles su poca edad, su falta de experiencia, y esto con un modo que más ofende que
477: mueve; y te aseguro que los que así proceden no han estudiado el corazón humano ni saben
478: todos los recursos de la vanidad. Por mi parte, he seguido un plan contrario, y creo que la
479: experiencia me autoriza a recomendarlo como útil y asequible. Siempre he procurado tratarlos
480: como si fueran lo que ellos quieren ser, esto es, hombres ya formados; y ya que se han atrevido
481: a asomarse, por decirlo así, a la puerta del santuario del deber, yo he procurado empellarlos
482: para que acaben de entrar. Entonces, tratándoles ya como hombres de experiencia, he
483: procurado comunicarles la mía y dejarles que crean que me han engañado persuadiéndome de
484: que antes la tenían; y de este modo he solido convertirlos en mis colaboradores, figurándose que
485: ya han avanzado mucho, puesto que hasta pasaron el primer vértigo que induce la juventud a mil
486: locuras. Estos viejitos lampiños suelen ser utilísimos, y feliz la sociedad que abunde en ellos,
487: porque efectivamente acaban por conocer la astucia con que se les ha manejado, cuando ya
488: ellos mismos se han formado y son capaces de valuar el mérito de tan útil estratagema. Yo
489: nunca he querido tener por enemigo a muchachos y menos entrar en disputa con ninguno de
490: ellos, antes he procurado siempre hacerles entender que los amo y los respeto; y siempre me he
491: prevalido de tal cual concepto que sabía formaban de mí, para usarlo como instrumento, el más
492: eficaz, para hacerles admitir mis ideas y seguir mis consejos.
493: Per
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Passage 13 of 15
Section 0, Paras 590 to 608, 1738 chars.
590: ¡Con cuánta pena advertimos diariamente los progresos de la impiedad, donde no parece
591: que deben esperarse, quiero decir, en el bello sexo! Esta es la clase más peligrosa, por los
592: privilegios que la sociedad le ha concedido y por el grandísimo influjo que tiene en ellas. Debe
593: ponerse todo empeño en manejar esta familia, que si se desatiende causa la ruina del pueblo.
594: Acaso te causará risa el que yo pretenda dar reglas para manejar las mujeres, que no tienen
595: más ley que su capricho y sólo son constantes en la inconstancia. Tal es el lenguaje común y de
596: él se prevalen para hacer lo que les da la gana; y a veces se les antoja causar males enormes, y
597: después se quedan tan frescas como si hubieran esparcido un puñado de flores. Los hombres
598: irreflexivos son los encaprichados y de ellos se burlan completamente cuatro muchachuelas cuyo
599: capricho e inconstancia es pura afectación, pues, en realidad, tienen más constancia en sus
600: proyectos que los hombres más firmes y decididos. El privilegio de causar mal difundiendo la
601: impiedad no debe concederse a ningún sexo, clase o condición; antes debe impedirse tan
602: horrible atentado por medios prudentes. Yo siempre he creído que por una ignorancia que llaman
603: atención y política, se han inutilizado las mujeres y al paso que se la ha hecho desgraciadas, en
604: cierto modo, se las ha dado la facultad de causar muchas desgracias. Sin embargo, sería muy
605: ridículo el empeño de reformar la sociedad en este punto y sólo conviene tomar las precauciones
606: necesarias para impedir los males. Ya he observado que muchas señoras fomentan la impiedad
607: de los hombres aprobando y oyendo con gusto sus blasfemias; y ahora quiero que notes, mi caro
608: Elpidio, que también suelen ser ellas las impías y blasfemas.
372
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
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Passage 14 of 15
Section 0, Paras 778 to 802, 2258 chars.
778: He aquí probado por experiencia que los impíos, cuando, por desgracia de la sociedad,
779: encuentran una mujer que adopte sus principios y tenga valor para difundirlos, jamás dejan de
780: valerse de ella y consiguen por este medio tan infame lo que nunca hubieran podido conseguir
781: por sí mismos. Si el director de esta desgraciada se hubiera presentado al público, no hubiera
782: acaso obtenido aplauso alguno, antes lo hubieran detestado; mas preséntase una mujer y la
783: rareza del hecho unida al privilegio del sexo, hizo que fuese oída con gusto y muchas veces
784: vitoreada. ¿Creerás que sólo asistían a sus lecciones los hombres depravados y las mujeres sin
785: honor? Pues debo decirte que me consta que fueron a oírla muchos hombres honrados y de
786: gran talento y muchas mujeres virtuosas. Si la intención de estas personas hubiera sido
787: prepararse para rebatir los errores que difundía aquella malhadada, no serían tan reprensibles;
788: pero me consta que sólo iban por divertirse. ¡Funesta diversión que fomentaba la impiedad
789: haciendo creer a los incautos que era muy grande el número de sus secuaces! Me acuerdo
790: haber tenido con un amigo, que era uno de los de la jarana, varias conversaciones muy serias
791: sobre este punto. Decíame muchas veces que estando firme en los principios de su creencia,
792: sólo iba a oír a la impía predicadora por divertirse; viendo hasta dónde llega el descaro de un
793: mujer y que al fin le agradaba oírla porque efectivamente pronunciaba muy bien el idioma inglés
794: y sus discursos eran elocuentes. Más ¿podrá calcularse, preguntaba yo, el inmenso mal que
795: causa la presencia de los hombres de mérito en semejante concurrencia? ¿No es un desacierto
796: el fomentar la soberbia de esa mujer, haciendo que juzgue que sus talentos no tienen igual y que
797: sus objeciones merecen la atención que los ministros no han querido concederle?
798: Efectivamente, yo creo que por una especial providencia divina no sólo los sacerdotes de la
799: verdadera Iglesia, sino también los ministros de las diversas sectas convinieron, sin hablarse, en
800: el plan que debía observarse respecto de esta heroína de las tinieblas. Ninguno se dignó atacar
801: ni sus escritos ni sus discursos o arengas; y todos procuraron dar al pueblo incauto, con el
802: desprecio, la respuesta a sus capciosas objeciones
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Passage 15 of 15
Section 0, Paras 866 to 878, 1143 chars.
866: La historia de la mayor parte de las mujeres que se han hecho célebres por su impiedad,
867: bien que dotadas de talentos brillantísimos, prueba claramente, mi querido Elpidio, que no son
868: vanas conjeturas sino lecciones de experiencia las que acabo de exponer. Acuérdate de las
869: favoritas de los más célebres filósofos impíos o seudofilósofos del siglo dieciséis; cuyos
870: nombres, por más excecrables que sean, no quiero indicar; y te convencerías, por innumerables
871: pasajes de su vida, que desconocían el honor y sólo abundaban en medios de aparentarlo. En
872: los siglos posteriores y aun en la época presente encontramos mil ejemplos que confirman lo
873: mismo y a la verdad que casi es imposible indicar uno que pruebe lo contrario. ¡Cuánto hubiera
874: ganado la moral si los hombres de juicio hubiesen conseguido que se les oyese cuando
875: declamaron contra estas impostoras! Mas, desgraciadamente, en casi todos los hombres y
876: mucho más en los literatos se advierte una fatal propensión a disimular los defectos de las
877: mujeres de algún talento; y por otra parte llegan éstas a hacerse también por los infinitos
878: recursos que tienen para hacer mal y quedar impune.
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Node 4 of 16
intelectuales
Passage 1 of 8
Section 0, Paras 14 to 29, 1416 chars.
14: Gradúanla muchos por el número de los charlatanes que no siendo capaces de hacerse notables
15: de otro modo, han adoptado el de presentarse como impíos; mas este cálculo es muy
16: equivocado, pues ni estos miserables forman todos el número y muchos de ellos acaso no
17: pertenecen a él sino en apariencia. Son más débiles que depravados, y en los momentos en que
18: se olvidan del papel que quieren representar, dan indicios bien patentes de su farsa. Otros
19: computan la extensión de la impiedad por el número de las obras que la promueven; y este
20: cómputo sería correcto si la mitad de esas obras no fuese un fruto de la codicia, y a veces del
21: hambre, y no de la convicción del entendimiento. Creo que sabrás, mi amigo, que en Francia
22: (nación famosa por cuanto hay de grande y cuanto hay de ridículo), hace mucho tiempo que el
23: oficio de escritor es como el de carpintero, que está a las órdenes del que quiera emplearlo para
24: hacer la pieza que le pidan, sin averiguar otra cosa que el precio que debe pagarse. Muchos de
25: estos escritores componen una novena piadosísima para una sociedad religiosa y en seguida el
26: libro más impío por orden de un librero, que acaso imprime por su cuenta ambas obras como
27: objeto de mera especulación. Yo no ignoraba estos hechos, mas tuve un comprobante de ellos
28: por informe de nuestro común amigo..., quien tuvo en sus manos una de estas novenas y supo
29: su autor por el mismo librero que la vendía.
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Passage 2 of 8
Section 0, Paras 44 to 59, 1454 chars.
44: Ya en primera carta procuraré llamar tu atención sobre este punto, considerando como un
45: ardid de los déspotas el exagerar los progresos de la impiedad, que siendo reales, en mucha
46: parte dan fundamento a la ficción que sirve a un gran interés de la política. ¿Dirías que hay
47: muchos virtuosos donde hay muchos que fingen serlo? Pues lo mismo debes decir que hay
48: muchos impíos donde hay muchos que se presentan como tales. No ignoro que la piedad se
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
373
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
49: pierde por el mero hecho de hacer ostentación de ser impío, mas esto debe entenderse de
50: moralidad, que no puede ser justa siendo perversa, pero no del estado de entendimiento. He
51: aquí por qué, contra mi costumbre, te he recordado los dos términos escolásticos de impiedad
52: formal y material, pues seguramente explican con toda exactitud este asunto. Los impíos por
53: convicción, aunque errónea, y que más bien puede llamarse alucinamiento, no dejan de serlo
54: con facilidad, antes es preciso vencerlos; mas los títeres de moda bailan de cualquier manera y
55: son reprensibles más en su conducta que en sus ideas. Sabido es que la menor duda admitida
56: con obstinación por nuestro entendimiento acerca de un dogma constituye un hereje, y en cuanto
57: a la vida eterna, produce los mismos efectos que la negación más completa de una verdad
58: revelada; pero es innegable que la impiedad no está radicada cuando el entendimiento aun no
59: confía en sus dictámenes y admite, siquiera como posible, la existencia de los misterios.
60:
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Passage 3 of 8
Section 0, Paras 294 to 309, 1451 chars.
294: Sobre todo, mi amado Elpidio, conviene no dar pábulo a la grosería y perversidad de
295: muchos truhanes, que según he observado en otra de mis anteriores, suelen entrar en disputas
296: religiosas sólo por reírse de los devotos, y créeme que esta clase de impugnadores es la más
297: frecuente. Luego que salen de la tertulia o que se retira la persona con quien disputaban, suelen
298: reírse ellos mismos de sus argumentos, o por lo menos les interesan tan poco, que sólo se
299: ocupan de la sensación desagradable que causaron y de los gestos y ademanes que hicieron
300: sus antagonistas. Acuérdome de haber oído a un eclesiástico, amigo mío, que un fraile chusco y
301: al mismo tiempo muy prudente se desembarazaba con facilidad de estos majaderos
302: suplicándoles que le explicasen la doctrina cristiana y sus fundamentos antes de entrar en
303: disputa sobre ella, pues les decía con mucha sensatez, que nada es más ridículo que disputar
304: sin saber sobre qué objeto. Pueden inferir que ninguno de los galanes, o como los llamaba
305: Feijoo, teólogos de corbata, se atrevía a emprender tal explicación; y el buen fraile, luego que
306: conocía su embarazo, sacaba de la manga una moneda de oro y la ofrecía por premio al que
307: explicase la materia. Volvía con mucha risa a guardar la moneda, diciéndoles que tenían permiso
308: para hablar como lo tienen todos los locos, puesto que, por experiencia, se probaba que lo
309: hacían sin juicio y sólo por manías. ¡Cuántas veces me he acordado del buen fraile!
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Passage 4 of 8
Section 0, Paras 414 to 437, 2203 chars.
414: Esta digresión, que acaso te parecerá inoportuna, tiene por objeto manifestar que el poco
415: tino en atacar la impiedad en los primeros pasos de la juventud, cuando las pasiones empiezan a
416: soltarse; el poco tino en manejar a los jóvenes en la edad más peligrosa de la vida, es la causa
417: de la desmoralización de muchos; que se hace inexplicable a los irreflexivos, que dicen, con gran
418: sorpresa, “¡y se educó en un colegio!”sin expresar qué colegio y manejado por qué cabezas. A la
419: verdad, mi Elpidio, que son tan pocos los colegios que valen algo sobre este punto, que un
420: hombre de juicio, lejos de sorprenderse del que parece un fenómeno, encontraría su causa muy
421: natural en el mismo hecho que se presenta para hacerlo extraordinario, y diría que tal joven es
422: impío precisamente porque se educó en un colegio. Hace muchos años que la lectura del
423: juiciosísimo Tratado de Estudios de Rollin me abrió los ojos, por decirlo así, sobre esta materia; y
424: créeme, que desde entonces no he cesado de hacer observaciones, que todas ellas me han
425: confirmado en las luminosas ideas de aquel sabio maestro y prudente director de la juventud. En
426: muchos colegios, y aun diré en la mayor parte, se descuida enteramente el interesante objeto de
427: la religión, inspirándose de este modo cierto desprecio, o por lo menos, cierta indiferencia acerca
428: de ella; y en otros tratan los profesores de inspirarla a la moruna, a fuerza de castigos, que sólo
429: producen un odio mortal hacia los que los imponen y una aversión completa e indeleble al objeto
430: que los causa. No debe haber indulgencia alguna con los jóvenes en materia de impiedad, pero
431: conviene que sólo perciban nuestro disgusto, y oigan en vez de oprobios, cariñosas
432: insinuaciones, y que aun para los actos religiosos que no deben omitir se les conduzca con
433: suavidad. Puedo decirte, por experiencia, que los jóvenes siempre aman cuando conocen que
434: son amados y el que tiene la felicidad de conseguir su amor está seguro de manejarlos como le
435: parezca, pues llegan a formar un juicio favorable de los objetos por la buena idea que tienen del
436: que los propone y así es que entran en el examen sin repugnancia y sin preocupación, o más
437: bien con la saludable en favor de la virtud.
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Passage 5 of 8
Section 0, Paras 503 to 514, 1033 chars.
503: Puedo asegurar, Elpidio, por experiencia propia, que algunos de los jóvenes que ambos
504: apreciamos por su honradez y principios religiosos, me alarmaron mucho en la edad que
505: propiamente podemos llamar peligrosa, quiero decir de quince a dieciocho. Estos tres años de la
506: vida exigen gran atención y prudencia de parte de los encargados de la juventud. Es muy raro el
507: joven que en este período no dé signos más o menos sensibles de una lamentable impiedad, y
508: ya he insinuado de qué modo deben manejarse. Conviene tomar algunas precauciones que
509: hagan innecesarias la corrección y entre ellas, creo que una de las principales consiste en
510: distraer últimamente el ánimo de los jóvenes y aplicarlos al mismo tiempo a estudios sólidos,
511: pero sin contacto con la religión ni la moral. Deben evitarse todas las cuestiones puramente
512: especulativas y nutrirlos con una cantidad escogida de conocimientos prácticos. Por esta razón,
513: opino que es la edad en que más conviene aplicarlos a la música y al dibujo, las matemáticas, la
374
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
514: física y la química.
515:
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Passage 6 of 8
Section 0, Paras 529 to 549, 1875 chars.
529: Acuérdome haberle oído decir muchas veces a uno de mis maestros, que para bien de
530: la juventud se halla a la cabeza de uno de los más acreditados establecimientos literarios de mí
531: patria, que nada le tranquilizaba tanto como el sonido de un instrumento tocado por alguno de
532: los alumnos. “Este sonido, decía, me indica lo que piensa y lo que hace el que lo produce y
533: acaso muchos de los que le rodean, y mientras un muchacho está tocando su instrumento, yo no
534: necesito cuidarlo. Yo respondo de su cuerpo y de su alma.”¡Cuántas veces me he acordado,
535: Elpidio, de esta juiciosa observación, que entre otras muchas conservo como tesoro inestimable,
536: con que me enriqueció un hombre a quien olvidaré con la muerte!
537: Por la misma razón, opino que el estudio de las matemáticas y el de la física y la química
538: deben fomentarse como antídoto contra la corrupción de la juventud y de impiedad en los años
539: peligrosos. Es claro que mientras un joven se ocupa de resolver un problema de geometría, su
540: alma está separada de este mundo y se halla como un sueño utilísimo, porque al paso que evita
541: todos los objetos que podían perjudicarle, fija la atención sobre verdades sólidas, y aplicables sin
542: temor de errar, y va poco a poco acostumbrando su entendimiento a no alimentarse de ilusiones
543: ni gustar de disputas en que nada puede resolverse. He aquí la gran ventaja, he aquí el remedio
544: para los casos en que, por relaciones sociales, se ven los jóvenes entre personas imprudentes
545: que suscitan cuestiones religiosas. Un joven matemático descubre muy pronto que estos
546: charlatanes no tienen orden en sus ideas y que su lenguaje es ridículo. De aquí suele resultar un
547: efecto muy contrario al que se proponen estos pedantes, y es que lejos de mofar, son ellos los
548: mofados, y Dios le libre a uno de caer en manos de muchachos, que ora tiren piedras, o
549: chufletas sarcásticas: siempre son los mismos.
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Passage 7 of 8
Section 0, Paras 550 to 560, 1009 chars.
550: En cuanto a la física y la química es evidente que distraen más que ningún otro estudio y
551: no se necesita mucho para probar que un joven que está haciendo o preparando un experimento
552: en nada se ocupa que pueda perjudicar la moral ni la religión, y que si le asalta uno u otro
553: pensamiento de impiedad, como no es tan agradable como las sensaciones que causan los
554: objetos físicos, muy pronto lo desvanece y sin hacer mucho esfuerzo. Tengo, pues, por el medio
555: más prudente, cuando se advierte que un joven empieza a desbarrar en materias de religión, el
556: proporcionarle todos los medios para el estudio de las ciencias mencionadas y proponerle toda
557: clase de premios, sin que llegue a conocer nuestro intento; pues, en tal caso, sólo por un espíritu
558: de contradicción, de que tanto gustan los jóvenes, llegarán a ser desagradables las mismas
559: ciencias que forman las delicias de los hombres pensadores y el más útil entretenimiento en las
560: aflicciones, que la sociedad humana siempre proporciona a las almas sensibles.
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Passage 8 of 8
Section 0, Paras 561 to 590, 2574 chars.
561: o he deplorado siempre el alucinamiento de muchos padres, que consideran como
562: perdido el tiempo que emplean sus hijos en el estudio de las ciencias naturales. No perciben las
563: ventajas porque no se valúan por tanto o cuánto, y para hablar más claro, porque no producen
564: dinero. ¡Qué error tan funesto! Como si nada valiese la perfección intelectual y moral de sus
565: hijos; sí, lo repito, Elpidio, la perfección moral, pues no cabe duda que muchos jóvenes se
566: hubieran atrevido enteramente y hubieran sido unos impíos, a no haberse ejercitado y distraído
567: con el estudio amenísimo de las ciencias naturales en el período de la edad peligrosa. Rara vez
568: encontrarás un joven brillante por sus talentos y apreciable por su instrucción en dichas ciencias,
569: que se degrade entrando en conversaciones indecentes o escandalice con impiedades; y sí
570: hallarás muchos que sirven de freno a los demás, no porque se metan a predicadores, sino
571: porque su ejemplo es una verdadera predicación, y la más eficaz. Satisfechos de poder entretener
572: una sociedad si quisiesen, y no necesitando entretenerla para llamar en ella la atención por
573: sus conocimientos, no tienen la majadería de importunar con sandeces impías, que, por otra
574: parte, su corazón acostumbrado a lo recto jamás aprueba.
575: Ya otras veces me he lamentado contigo de la que propiamente puede llamarse venalidad
576: en las ciencias, porque se venden sus servicios sólo por dinero y se aprecian sólo como un
577: medio de adquirirlo. Llámanlas, por consiguiente, ciencias de carrera, porque constituyen al
578: hombre en sociedad y le proporcionan medios de sostenerse. Ningún hombre de juicio puede
579: oponerse a ellas, pues nada es más justo que recibir la compensación de dilatados estudios e
580: incomodidades y nada más prudente que asegurar la subsistencia para no sufrir y ser gravosos a
581: los demás; pero al mismo tiempo, considerando los objetos desde este punto de vista, el mismo
582: interés personal está conciliado con el científico. No cabe duda que un joven cuyo espíritu está
583: ejercitado y cuyo corazón está libre de afecciones fuertes, y más bien inclinado a las emociones
584: pacíficas que causa la contemplación de la naturaleza, siempre será más capaz de hacer
585: progresos y ganarse el afecto, que tanto influye en el bien social. Repara, mi amigo, que se
586: encuentran muchos perversos enriquecidos por medios inícuos, pero jamás hallarás uno que
587: adquiera una gran fortuna por medios lícitos, y en consecuencia, del aprecio popular. El pueblo,
588: por más corrompido que esté, cuando media el interés, sabe tratar a los impíos mejor que los
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
375
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
589: sabios y piadosos.
590: ¡
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Node 5 of 16
morales
Passage 1 of 21
Section 0, Paras 5 to 29, 2261 chars.
5: Cubre la tierra, mi amado Elpidio, cual sombra funesta la ominosa y pérfida impiedad, que
6: diseminada por todas partes corrompe, destruye y aniquila a los míseros que la abrigan; y el
7: gran número de las víctimas, es un signo del gran poder que las sacrifica. No hay clase ni
8: condición que se vea libre de ella, no hay lugar ni tiempo en que no ejerza sus crueldades, no
9: hay objeto que la distraiga, ni barrera que la detenga; todo lo desprecia, todo lo ultraja, todo lo
10: derroca, todo lo holla; y bárbara, indómita, atrevida e insolente blasona de sus triunfos sobre la
11: virtud, la ciencia y la religión, que atadas a su detestable carro gimen sobre un suelo, que en
12: vano han procurado colmar de beneficios. Ya en mis cartas anteriores he hecho ver las causas y
13: efectos de este cáncer de la sociedad, y ahora me propongo manifestarte su extensión.
14: Gradúanla muchos por el número de los charlatanes que no siendo capaces de hacerse notables
15: de otro modo, han adoptado el de presentarse como impíos; mas este cálculo es muy
16: equivocado, pues ni estos miserables forman todos el número y muchos de ellos acaso no
17: pertenecen a él sino en apariencia. Son más débiles que depravados, y en los momentos en que
18: se olvidan del papel que quieren representar, dan indicios bien patentes de su farsa. Otros
19: computan la extensión de la impiedad por el número de las obras que la promueven; y este
20: cómputo sería correcto si la mitad de esas obras no fuese un fruto de la codicia, y a veces del
21: hambre, y no de la convicción del entendimiento. Creo que sabrás, mi amigo, que en Francia
22: (nación famosa por cuanto hay de grande y cuanto hay de ridículo), hace mucho tiempo que el
23: oficio de escritor es como el de carpintero, que está a las órdenes del que quiera emplearlo para
24: hacer la pieza que le pidan, sin averiguar otra cosa que el precio que debe pagarse. Muchos de
25: estos escritores componen una novena piadosísima para una sociedad religiosa y en seguida el
26: libro más impío por orden de un librero, que acaso imprime por su cuenta ambas obras como
27: objeto de mera especulación. Yo no ignoraba estos hechos, mas tuve un comprobante de ellos
28: por informe de nuestro común amigo..., quien tuvo en sus manos una de estas novenas y supo
29: su autor por el mismo librero que la vendía.
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Passage 2 of 21
Section 0, Paras 30 to 43, 1233 chars.
30: Bien sé que esta misma facilidad en hablar contra la religión, esta indiferencia a escribir en
31: favor o en contra de ella, y el mismo interés que encuentran los especuladores en publicar las
32: obras impías, prueban que sus sentimientos de piedad se hallan extinguidos; y si no tomásemos
33: en consideración otras razones, yo también diría que el juicio es exactísimo; pero yo distinguiré
34: siempre los frutos de la necesidad, de los que provienen de un estado habitual del espíritu. Si se
35: habla de una impiedad bien podremos llamar chocarrería, yo convengo con los que así piensan;
36: y también confieso, aun hablando de la impiedad formal, o una verdadera e ingenua admisión de
37: los principios irreligiosos; mas debo, en honor del género humano, asegurar que no es tan
38: común como se pretende. Repito que la impiedad se halla en todas las clases, y esto hace que
39: se presente con un poder exagerado; repito que por todas partes se notan sus estragos, y esto
40: hace creer a muchos que su acción es general; pero advierte, mi caro Elpidio, que siempre ha
41: sido una desgracia y una fortuna de las clases el que se las apropie una denominación buena o
42: mala por la conducta de un gran número; que, sin embargo, es insignificante respecto a la
43: totalidad.
44:
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Passage 3 of 21
Section 0, Para 57, 6 chars.
57: verdad
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Passage 4 of 21
Section 0, Paras 78 to 98, 1867 chars.
78: No es posible enumerar, ni aun aproximadamente, los impíos, porque no tienen templo ni
79: distintivo alguno: es un ejército sin bandera, ni uniforme, ni divisa alguna, y sólo se hace notable
80: por los males que acá y allá produce en la sociedad. Vienen a ser como las guerrillas, cuyo
81: número y operaciones nunca puede determinarse; y así, a veces, se supone un territorio
82: inundado de ellas, cuando sólo unas pocas lo recorren. De aquí proviene la gran ansiedad que
83: causan en los buenos estos enemigos de la virtud, pues la suponen asaltada por todas partes, y
84: efectivamente lo está; porque es universal el contagio, en cuanto a que se observa en todas las
85: clases y en todos los países. Si los hombres se persuadiesen de que este mal tan formidable
86: puede curarse y que su incremento se debe a la apatía de los buenos, verías, mi amigo,
87: disminuida considerablemente, si no extinguida, la impiedad.
88: ¿Cómo deben, pues, tratarse los impíos? Según las máximas del Evangelio. Con caridad y
89: dulzura y al mismo tiempo con firmeza. Esta debe manifestarse, no por medio de persecuciones
90: —que la razón y la experiencia prueban que sólo sirven para encender más el fuego devorador
91: de la impiedad— sino por un carácter noble y decidido de parte de los creyentes; por un santo
92: menosprecio de los asaltos de este monstruo, por un valor cristiano, que lejos de irritar al
93: enemigo le atrae y le encadena con los vínculos del respeto, del aprecio y de la consideración.
94: Los que no pueden atraerse de este modo, es preciso dejarlos a su suerte; aunque siempre debe
376
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
95: continuarse en el mismo plan de curación, y si se pierden, será culpa suya. Pidamos a Dios que
96: con su misericordia mueva sus empedernidos corazones, y en cuanto a nosotros estemos
97: satisfechos por haber llenado nuestro deber, aunque sin fruto; y si al fin se los lleva el diablo,
98: cree, mi Elpidio, que no se llevará nada ajeno.
99:
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Passage 5 of 21
Section 0, Paras 141 to 158, 1626 chars.
141: Si un impío pretende propagar su impiedad pierde todo derecho al sufrimiento de parte de
142: los creyentes, quienes autorizados para oponerse a sus depravadas intenciones, esto pueden
143: hacerlo, o dejando su compañía, o advirtiéndole su error, o castigándole con un justo desprecio.
144: El primer modo es el más acertado, pero no siempre es posible, y en tal caso, respecto de las
145: personas poco instruidas, el tercer medio es el más conveniente. Ningún castigo puede dárseles
146: ni más severo, ni más adecuado. No hay cosa que tanto mortifique a un impío como el silencio,
147: si va acompañado de ciertos signos que no le permitan equivocarse, creyendo que es efecto de
148: convicción o de falta de razones con que rebatir sus argumentos, o mejor dicho, sus vagas
149: aserciones, pues ya sabe que a esto se reducen todas sus disputas. Hablo por experiencia, y
150: acaso habrá pocos que la tengan tan dilatada en esta materia. Mi profesión y los diversos
151: incidentes de mi vida, que no te son desconocidos, me han puesto en contacto con toda clase de
152: personas, por muchos años, y puedo decirte que he tratado los mayores impíos y los mayores
153: fanáticos. Después de muy serias reflexiones, he adoptado el plan de no contes-tarles sino con
154: cierta expresión del semblante y con una u otra sonrisa acompañada de vagos monosílabos, que
155: les indiquen claramente lo mucho que podría decirles si no los considerase incapaces de una
156: discusión franca e imparcial, y si no conociese sus miras. He procurado siempre indicarles mí
157: respeto y consideración a sus personas, mi buena amistad y mi condescendencia hasta donde
158: he podido llevarla, sin comprometer mis principios.
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Passage 6 of 21
Section 0, Paras 170 to 182, 1047 chars.
170: Me dirás que el silencio no puede ilustrar, y que más bien sirve para que se radiquen los
171: errores no siendo rebatidos. Te equivocas, mi amigo, si así piensas. Verdad es que el silencio
172: nada explica, pero no es tan inerte como parece. La impiedad proviene, como he manifestado en
173: mis cartas anteriores, o de corrupción o de alucinamiento; y en ambos casos un prudente
174: silencio sirve de antídoto, porque demuestra al perverso que le conocemos y que por prudencia y
175: caridad no le despreciamos; y al iluso que sus raciocinios son tan infundados, que ni merecen
176: respuesta; lo cual es un estímulo para que los examine con más detención y se convenza a sí
177: mismo, que es el más sólido convencimiento. No debemos perder de vista que la mayor parte de
178: los impíos hacen grandes esfuerzos para serlo, y así es una cosa arbitraria que deja de existir
179: luego que se quiere; y por tanto, ganando la voluntad, muy pronto se atrae el entendimiento; mas
180: si aquélla llega a exasperarse no hay que pensar en que éste se convenza, o por lo menos se dé
181: por convencido.
182: A
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Passage 7 of 21
Section 0, Paras 259 to 270, 1058 chars.
259: La experiencia te probará, Elpidio, que éste es el mejor plan de conducta respecto de los
260: impíos, y que toda oposición imprudente sólo sirve para agravar los males. No ignoro que es un
261: deber la defensa de la verdad y un acto de justicia el ilustrar al ignorante, mas esto debe hacerse
262: conforme a los dictámenes de la prudencia, pues no debemos echar margaritas a los puercos.
263: Siempre que se conoce que un individuo está dispuesto a admitir la verdad y que la busca
264: sinceramente, debemos manifestársela y sacarle de su error, si somos capaces de hacerlo; pero
265: si no lo somos, dicta la misma prudencia que nos contentemos con dirigirlo a personas
266: competentes o le suministremos libros que puedan ilustrarlo. Un mal defensor hace mala y
267: pierde la mejor causa. Lo mismo sucede en materia religiosa; y, créeme, Elpidio, que es una
268: desgracia para la religión el que algunos charlatanes se atrevan a defenderla. Por lo regular, la
269: desfiguran y presentan horrorosa y llena de contradicciones que existen en las respuestas necias
270: y no en las doctrinas fundamentales.
271:
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Passage 8 of 21
Section 0, Paras 294 to 309, 1451 chars.
294: Sobre todo, mi amado Elpidio, conviene no dar pábulo a la grosería y perversidad de
295: muchos truhanes, que según he observado en otra de mis anteriores, suelen entrar en disputas
296: religiosas sólo por reírse de los devotos, y créeme que esta clase de impugnadores es la más
297: frecuente. Luego que salen de la tertulia o que se retira la persona con quien disputaban, suelen
298: reírse ellos mismos de sus argumentos, o por lo menos les interesan tan poco, que sólo se
299: ocupan de la sensación desagradable que causaron y de los gestos y ademanes que hicieron
300: sus antagonistas. Acuérdome de haber oído a un eclesiástico, amigo mío, que un fraile chusco y
301: al mismo tiempo muy prudente se desembarazaba con facilidad de estos majaderos
302: suplicándoles que le explicasen la doctrina cristiana y sus fundamentos antes de entrar en
303: disputa sobre ella, pues les decía con mucha sensatez, que nada es más ridículo que disputar
304: sin saber sobre qué objeto. Pueden inferir que ninguno de los galanes, o como los llamaba
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
377
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
305: Feijoo, teólogos de corbata, se atrevía a emprender tal explicación; y el buen fraile, luego que
306: conocía su embarazo, sacaba de la manga una moneda de oro y la ofrecía por premio al que
307: explicase la materia. Volvía con mucha risa a guardar la moneda, diciéndoles que tenían permiso
308: para hablar como lo tienen todos los locos, puesto que, por experiencia, se probaba que lo
309: hacían sin juicio y sólo por manías. ¡Cuántas veces me he acordado del buen fraile!
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Passage 9 of 21
Section 0, Paras 310 to 334, 2286 chars.
310: Yo me atrevería a aconsejar a mis hermanos eclesiásticos que en este punto fuesen mucho
311: más precavidos que los seglares, si bien tienen más medios para defender la causa de la
312: religión. Es preciso no olvidar que empezamos con una gran desventaja y es la de creer muchos
313: que sólo promovemos nuestro interés y que nos duele mucho, no la pérdida de las almas, sino la
314: de nuestras comodidades. Por enormes que sean estas calumnias, vemos que son muy
315: comunes y hallan acogida en personas de quienes acaso no se espera tanta injusticia. Por
316: consiguiente, todo acaloramiento en estas disputas suele presentarse por los impíos como
317: prueba de una disposición hostil en nuestro espíritu, y con suma hipocresía invocan el Evangelio
318: los mismos que lo detestan, sólo para calumniar a los eclesiásticos, haciendo ver que no poseen
319: los sentimientos inspirados por aquel santo libro. Hay otro peligro, aun mayor, y es que los
320: impíos se cuidan muy poco de la verdad; y así es que no les cuesta mucho inventar anécdotas
321: que suponen pasadas en estas disputas, y consiguen ridiculizar a los eclesiásticos. No perdamos
322: de vista que aun los más reflexivos se dejan guiar por impresiones que podamos llamar
323: personales porque son producidas precisamente por la consideración de las personas. De aquí
324: resulta que cuando los ministros de la religión se hacen ridículos por algunas simplezas, o
325: cuando son maliciosamente ridiculizados, siempre sufre la Iglesia; porque el ridículo, como un
326: veneno, va pasando, y extendiéndose cada vez más, llega a producir funestísimos efectos. Muy
327: pocos tienen la ilustración y prudencia necesarias para respetar el culto cuando no se respetan
328: sus ministros. Es, por tanto, incalculable el mal que causan a la religión y a la moral pública los
329: que por una condescendencia criminal, y a veces por miras perversas, animan con sus risas a
330: ciertos bufones, que tienen gran placer en demostrar su despreocupación burlándose de los
331: eclesiásticos. Aun prescindiendo de las consideraciones puramente religiosas, siempre causará
332: un gran perjuicio a la sociedad semejante conducta respecto de los ministros de su culto. Esto,
333: por su parte, deben evitarlo de todas maneras, pues nada gana la Iglesia con sus buscados e
334: innecesarios sufrimientos, antes pierde mucho la causa de la religión.
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Passage 10 of 21
Section 0, Paras 335 to 344, 768 chars.
335: Suelen los piadosos llegar a disgustarse tanto por las majaderías de los impíos, que pasan
336: una vida llena de amargura. Si ésta proviene del sentimiento de ver tantos miserables en tan
337: horrible estado, sin duda es muy fundada, y prueba un alma verdaderamente cristiana; pero si
338: proviene del sufrimiento personal, en consecuencia de los ataques de estos furiosos, lejos de ser
339: un sentimiento propiamente religioso, es una debilidad manifiesta y una disimulada soberbia. La
340: mitad de los que se quejan de los impíos acaso no se acordarían de ellos si pudiesen verse
341: libres de sus insultos. No así la caridad cristiana, mí amado Elpidio: antes procura sufrir y sufre
342: con cierto placer inexplicable, si de este modo puede contribuir al bien de otros y a la gloria de
343: Dios.
344: P
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Passage 11 of 21
Section 0, Paras 365 to 394, 2715 chars.
365: Sirven estas calumnias para radicar la preocupación, en cierta manera inocente, por el mismo
366: temor que tienen los piadosos de que se difunda la impiedad; sin advertir que, a veces, llegan al
367: extremo de faltar a la justicia sospechando, y aun creyendo sin fundamento, que todos son
368: impíos; y a la caridad, que les dicta no creerlos incurables hasta no haber agotado los recursos.
369: También producen dichas calumnias otro efecto mucho más funesto, y es inducir a la impiedad a
370: muchos que estarían muy lejos de ella. Este mal es gravísimo, pues no hay cosa más sensible
371: que el formar impíos precisamente por defender la piedad; y, créeme, querido Elpidio, que es
372: muy común, y que ha privado a las ciencias, a las artes y a la sociedad entera de muchos
373: miembros que podrían haber sido muy útiles y han venido a ser perjudiciales.
374: En cuanto a la juventud, creo que se juzga con suma precipitación acerca de su impiedad,
375: que sin duda es real en muchos casos, mas en otros es sólo una majadería, o mejor dicho una
376: niñada; y así es que no debemos desesperar de su corrección, ni perder la tranquilidad de
377: nuestro espíritu por las travesuras de los jóvenes. Cuando yo lo era, tenía por una vana
378: esperanza la que alimentaban muchos de más provecta edad acerca de la futura enmienda de
379: algunos de los aturdidos que mortificaban a la sociedad con sus blasfemias; pero el tiempo me
380: ha demostrado, en muchos casos, que no eran tan infundadas sus esperanzas, y que, por lo
381: menos, se nota mucha más prudencia, si es que aun se conservan las mismas ideas. No
382: pretendo por esto que se abandone la juventud y se permita en ella todo exceso, bajo el pretexto
383: de futura enmienda, ni menos pretendo disculparla. Sólo deseo que los jóvenes sean tratados,
384: en materias de religión, como los niños cuando empiezan a ser molestos por sus travesuras.
385: Efectivamente, los primeros esfuerzos del entendimiento son tan vacilantes como los primeros
386: pasos de la niñez. Sin embargo, esta debilidad en cuanto a la percepción de los objetos, se halla
387: siempre acompañada de un gran vigor y determinación para operar, y así es que nada sirve de
378
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
388: obstáculo a un joven que empieza a figurar en la sociedad. El mejor medio para obtener, si no
389: una reforma, por lo menos alguna moderación en la conducta religiosa de los jóvenes, es
390: llevarlos con dulzura por la senda del cariño que conduce a la paz y contento. Observa, Elpidio,
391: que la juventud propende a la justicia, por más que se empeñen en probar lo contrario algunos
392: alucinados o irreflexivos; y así es que por más entregado que esté un joven a los placeres y a la
393: impiedad, siempre da signos de gratitud por los esfuerzos que se hacen para mejorar su estado,
394: si percibe que no hay intención de oprimirle.
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Passage 12 of 21
Section 0, Paras 395 to 437, 3870 chars.
395: El gran secreto de manejar la juventud, sacando partido de sus talentos y buenas
396: disposiciones, consiste en estudiar el carácter individual de cada joven y arreglar por él nuestra
397: conducta. La oposición que se hace a un joven, si queremos que produzca buen efecto, debe ser
398: casi insensible, y es preciso procurar que él mismo sea su corrector. Tiene la naturaleza toda su
399: fuerza en la primera edad y las pasiones son muy vivas; la razón está muy poco ejercitada, y la
400: experiencia, siendo casi nula, no ha podido producir el hábito de moderación que suele
401: conseguirse en la mayor edad. Resulta, pues, que un joven se deleita en toda lucha, sea de la
402: clase que fuere, y que la resistencia sólo sirve para aumentar sus esfuerzos, pero nunca para
403: conquistar sus inclinaciones. Suelen muchos encargados de la educación equivocarse en este
404: punto, creyendo haber conseguido gran victoria sobre las inclinaciones de los jóvenes, cuando
405: por temor no las manifiestan, que es decir, cuando han adquirido suficiente malicia para
406: defenderse con tino y táctica premeditada. Este error ha producido muchos y muy lamentables
407: efectos, que se demuestran con toda evidencia cuando cesan las opresiones y la naturaleza
408: corrompida brota libremente la inmundicia de los crímenes que por tanto tiempo había estado
409: retenida. Esta es la causa, mi amado Elpidio, sí, ésta es la causa por que muchos jóvenes
410: educados en colegios mal dirigidos se entregan a todos los vicios, y especialmente al de la
411: impiedad, luego que salen de la que consideran como una dilatada prisión, frustrando las
412: esperanzas de sus amorosos padres y haciendo silencio inútil todas las lecciones de sus sabios
413: maestros.
414: Esta digresión, que acaso te parecerá inoportuna, tiene por objeto manifestar que el poco
415: tino en atacar la impiedad en los primeros pasos de la juventud, cuando las pasiones empiezan a
416: soltarse; el poco tino en manejar a los jóvenes en la edad más peligrosa de la vida, es la causa
417: de la desmoralización de muchos; que se hace inexplicable a los irreflexivos, que dicen, con gran
418: sorpresa, “¡y se educó en un colegio!”sin expresar qué colegio y manejado por qué cabezas. A la
419: verdad, mi Elpidio, que son tan pocos los colegios que valen algo sobre este punto, que un
420: hombre de juicio, lejos de sorprenderse del que parece un fenómeno, encontraría su causa muy
421: natural en el mismo hecho que se presenta para hacerlo extraordinario, y diría que tal joven es
422: impío precisamente porque se educó en un colegio. Hace muchos años que la lectura del
423: juiciosísimo Tratado de Estudios de Rollin me abrió los ojos, por decirlo así, sobre esta materia; y
424: créeme, que desde entonces no he cesado de hacer observaciones, que todas ellas me han
425: confirmado en las luminosas ideas de aquel sabio maestro y prudente director de la juventud. En
426: muchos colegios, y aun diré en la mayor parte, se descuida enteramente el interesante objeto de
427: la religión, inspirándose de este modo cierto desprecio, o por lo menos, cierta indiferencia acerca
428: de ella; y en otros tratan los profesores de inspirarla a la moruna, a fuerza de castigos, que sólo
429: producen un odio mortal hacia los que los imponen y una aversión completa e indeleble al objeto
430: que los causa. No debe haber indulgencia alguna con los jóvenes en materia de impiedad, pero
431: conviene que sólo perciban nuestro disgusto, y oigan en vez de oprobios, cariñosas
432: insinuaciones, y que aun para los actos religiosos que no deben omitir se les conduzca con
433: suavidad. Puedo decirte, por experiencia, que los jóvenes siempre aman cuando conocen que
434: son amados y el que tiene la felicidad de conseguir su amor está seguro de manejarlos como le
435: parezca, pues llegan a formar un juicio favorable de los objetos por la buena idea que tienen del
436: que los propone y así es que entran en el examen sin repugnancia y sin preocupación, o más
437: bien con la saludable en favor de la virtud.
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Passage 13 of 21
Section 0, Paras 440 to 452, 1116 chars.
440: os premios sirven para formar hipócritas especuladores y establecer en
441: el corazón de los jóvenes una religión puramente humana, porque se acostumbran a agradar a
442: los hombres y a esperar de ellos lo que sólo deben esperar de Dios, pudiendo al fin aplicárseles
443: las palabras del Evangelio: “ya recibieron su paga”(acceperunt merceden suam). Los castigos,
444: por otra parte, destruyen los sentimientos verdaderamente religiosos y producen también la
445: hipocresía, aunque de un carácter muy distinto, porque es reservada y en cierto modo feroz. Es,
446: pues, evidente que todo estímulo o compulsión religiosa, que no es conforme a la misma religión,
447: sólo sirve para destruirla, y por tanto, solo debe estimularse con la elevación de las ideas
448: celestiales y los atractivos de la virtud y sólo debe compelerse con los horrores del crimen y las
449: iras de un Dios vengador. Aun en esto debe haber mucha prudencia, pues un sermón continuo
450: llega a ser una cantinela, principalmente para los jóvenes, que no pueden sufrir por mucho
451: tiempo unos pensamientos tan serios. El que quiera que un joven no tenga religión háblele
452: siempre de ellas.
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Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
379
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Passage 14 of 21
Section 0, Paras 473 to 549, 6925 chars.
473: En tan delicadas circunstancias, bien conoces, mi Elpidio, que se necesita una gran
474: prudencia para no hacer reventar la cuerda y templarla al mismo tiempo, pues sería el mayor de
475: los absurdos el descuidarse en tan interesante asunto. Muchos toman el partido de humillarlos
476: recordándoles su poca edad, su falta de experiencia, y esto con un modo que más ofende que
477: mueve; y te aseguro que los que así proceden no han estudiado el corazón humano ni saben
478: todos los recursos de la vanidad. Por mi parte, he seguido un plan contrario, y creo que la
479: experiencia me autoriza a recomendarlo como útil y asequible. Siempre he procurado tratarlos
480: como si fueran lo que ellos quieren ser, esto es, hombres ya formados; y ya que se han atrevido
481: a asomarse, por decirlo así, a la puerta del santuario del deber, yo he procurado empellarlos
482: para que acaben de entrar. Entonces, tratándoles ya como hombres de experiencia, he
483: procurado comunicarles la mía y dejarles que crean que me han engañado persuadiéndome de
484: que antes la tenían; y de este modo he solido convertirlos en mis colaboradores, figurándose que
485: ya han avanzado mucho, puesto que hasta pasaron el primer vértigo que induce la juventud a mil
486: locuras. Estos viejitos lampiños suelen ser utilísimos, y feliz la sociedad que abunde en ellos,
487: porque efectivamente acaban por conocer la astucia con que se les ha manejado, cuando ya
488: ellos mismos se han formado y son capaces de valuar el mérito de tan útil estratagema. Yo
489: nunca he querido tener por enemigo a muchachos y menos entrar en disputa con ninguno de
490: ellos, antes he procurado siempre hacerles entender que los amo y los respeto; y siempre me he
491: prevalido de tal cual concepto que sabía formaban de mí, para usarlo como instrumento, el más
492: eficaz, para hacerles admitir mis ideas y seguir mis consejos.
493: Pero ¡qué difícil es salir avante en tan ardua empresa! La más ligera imprudencia destruye
494: todo el plan dándole el aspecto de una falacia despreciable, cuando sólo es un medio prudente
495: de conservar la verdad y evitar innumerables males. En tal caso, lejos de conseguirse un buen
496: resultado, sólo se consigue desenfrenar las pasiones del educando, que se cree con un derecho
497: a vengar lo que él llama un engaño malicioso. Figúrase entonces que le tenemos miedo, que sus
498: argumentos son insolubles y que nuestra derrota sería inevitable si no tomásemos tan ridículas
499: precauciones. He aquí formado a veces un quijotico religioso por la imprudencia de un maestro;
500: y después de causado tan enorme daño, es muy difícil o casi imposible el repararlo. La juventud
501: es ingenua y así se resiente más que otra edad alguna de cualquiera tentativa que se haga para
502: engañarla, y por consiguiente, recela de cuantos quieran después satisfacerla.
503: Puedo asegurar, Elpidio, por experiencia propia, que algunos de los jóvenes que ambos
504: apreciamos por su honradez y principios religiosos, me alarmaron mucho en la edad que
505: propiamente podemos llamar peligrosa, quiero decir de quince a dieciocho. Estos tres años de la
506: vida exigen gran atención y prudencia de parte de los encargados de la juventud. Es muy raro el
507: joven que en este período no dé signos más o menos sensibles de una lamentable impiedad, y
508: ya he insinuado de qué modo deben manejarse. Conviene tomar algunas precauciones que
509: hagan innecesarias la corrección y entre ellas, creo que una de las principales consiste en
510: distraer últimamente el ánimo de los jóvenes y aplicarlos al mismo tiempo a estudios sólidos,
511: pero sin contacto con la religión ni la moral. Deben evitarse todas las cuestiones puramente
512: especulativas y nutrirlos con una cantidad escogida de conocimientos prácticos. Por esta razón,
513: opino que es la edad en que más conviene aplicarlos a la música y al dibujo, las matemáticas, la
514: física y la química.
515: Aunque entiendo bien poco de medicina me parece muy fundada la práctica de algunos
516: célebres profesores, que en ciertos casos de delirio toman el partido de adormecer a los
517: pacientes por medio del opio, suministrado a veces con profusión, pero siempre con suma
518: prudencia. Su objeto, me han dicho, es detener enteramente el uso de las potencias intelectuales
519: y dar tiempo a que se fortifiquen las físicas, cesando la excesiva acción de los nervios. Luego
520: que el enfermo vuelve de este sueño, procuran que no haya objeto que le recuerde su antigua
521: manía; antes por el contrario, ordenan que sean tratados como si nunca hubiesen sufrido
522: enfermedad alguna, y de este modo me han asegurado que han conseguido curar muchos. Lo
523: mismo creo, mi amado Elpidio, que debe procederse respecto de la que propiamente podemos
524: llamar locura impía de los jóvenes en la edad mencionada. El mejor partido es procurar que no
525: piensen sobre unos objetos tan sublimes hasta que no sean capaces de hacerlo con solidez,
526: cuando se hayan dejado de su manía. Bien conoces que el mejor narcótico para la juventud es la
527: música, y he aquí en qué me fundo para considerar su estudio, así como el de otras bellas artes
528: (aunque con preferencia a todas), como el más adecuado para prevenir o curar un mal tan
529: funesto. Acuérdome haberle oído decir muchas veces a uno de mis maestros, que para bien de
530: la juventud se halla a la cabeza de uno de los más acreditados establecimientos literarios de mí
531: patria, que nada le tranquilizaba tanto como el sonido de un instrumento tocado por alguno de
532: los alumnos. “Este sonido, decía, me indica lo que piensa y lo que hace el que lo produce y
533: acaso muchos de los que le rodean, y mientras un muchacho está tocando su instrumento, yo no
534: necesito cuidarlo. Yo respondo de su cuerpo y de su alma.”¡Cuántas veces me he acordado,
535: Elpidio, de esta juiciosa observación, que entre otras muchas conservo como tesoro inestimable,
536: con que me enriqueció un hombre a quien olvidaré con la muerte!
537: Por la misma razón, opino que el estudio de las matemáticas y el de la física y la química
538: deben fomentarse como antídoto contra la corrupción de la juventud y de impiedad en los años
539: peligrosos. Es claro que mientras un joven se ocupa de resolver un problema de geometría, su
540: alma está separada de este mundo y se halla como un sueño utilísimo, porque al paso que evita
380
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
541: todos los objetos que podían perjudicarle, fija la atención sobre verdades sólidas, y aplicables sin
542: temor de errar, y va poco a poco acostumbrando su entendimiento a no alimentarse de ilusiones
543: ni gustar de disputas en que nada puede resolverse. He aquí la gran ventaja, he aquí el remedio
544: para los casos en que, por relaciones sociales, se ven los jóvenes entre personas imprudentes
545: que suscitan cuestiones religiosas. Un joven matemático descubre muy pronto que estos
546: charlatanes no tienen orden en sus ideas y que su lenguaje es ridículo. De aquí suele resultar un
547: efecto muy contrario al que se proponen estos pedantes, y es que lejos de mofar, son ellos los
548: mofados, y Dios le libre a uno de caer en manos de muchachos, que ora tiren piedras, o
549: chufletas sarcásticas: siempre son los mismos.
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Passage 15 of 21
Section 0, Paras 561 to 589, 2572 chars.
561: o he deplorado siempre el alucinamiento de muchos padres, que consideran como
562: perdido el tiempo que emplean sus hijos en el estudio de las ciencias naturales. No perciben las
563: ventajas porque no se valúan por tanto o cuánto, y para hablar más claro, porque no producen
564: dinero. ¡Qué error tan funesto! Como si nada valiese la perfección intelectual y moral de sus
565: hijos; sí, lo repito, Elpidio, la perfección moral, pues no cabe duda que muchos jóvenes se
566: hubieran atrevido enteramente y hubieran sido unos impíos, a no haberse ejercitado y distraído
567: con el estudio amenísimo de las ciencias naturales en el período de la edad peligrosa. Rara vez
568: encontrarás un joven brillante por sus talentos y apreciable por su instrucción en dichas ciencias,
569: que se degrade entrando en conversaciones indecentes o escandalice con impiedades; y sí
570: hallarás muchos que sirven de freno a los demás, no porque se metan a predicadores, sino
571: porque su ejemplo es una verdadera predicación, y la más eficaz. Satisfechos de poder entretener
572: una sociedad si quisiesen, y no necesitando entretenerla para llamar en ella la atención por
573: sus conocimientos, no tienen la majadería de importunar con sandeces impías, que, por otra
574: parte, su corazón acostumbrado a lo recto jamás aprueba.
575: Ya otras veces me he lamentado contigo de la que propiamente puede llamarse venalidad
576: en las ciencias, porque se venden sus servicios sólo por dinero y se aprecian sólo como un
577: medio de adquirirlo. Llámanlas, por consiguiente, ciencias de carrera, porque constituyen al
578: hombre en sociedad y le proporcionan medios de sostenerse. Ningún hombre de juicio puede
579: oponerse a ellas, pues nada es más justo que recibir la compensación de dilatados estudios e
580: incomodidades y nada más prudente que asegurar la subsistencia para no sufrir y ser gravosos a
581: los demás; pero al mismo tiempo, considerando los objetos desde este punto de vista, el mismo
582: interés personal está conciliado con el científico. No cabe duda que un joven cuyo espíritu está
583: ejercitado y cuyo corazón está libre de afecciones fuertes, y más bien inclinado a las emociones
584: pacíficas que causa la contemplación de la naturaleza, siempre será más capaz de hacer
585: progresos y ganarse el afecto, que tanto influye en el bien social. Repara, mi amigo, que se
586: encuentran muchos perversos enriquecidos por medios inícuos, pero jamás hallarás uno que
587: adquiera una gran fortuna por medios lícitos, y en consecuencia, del aprecio popular. El pueblo,
588: por más corrompido que esté, cuando media el interés, sabe tratar a los impíos mejor que los
589: sabios y piadosos.
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Passage 16 of 21
Section 0, Paras 609 to 628, 1755 chars.
609: A veces proviene este horrible crimen del carácter vano de muchas mujeres, que en este
610: como en otros muchos casos suelen ser víctimas de un deseo de ser elogiadas; otras veces, es
611: afecto de enamoramiento, por agradar a la persona que aman, si ésta por desgracia no tiene
612: religión; y otras veces, aunque muy raras, proviene de perversidad de corazón y de las diversas
613: causas que ya he indicado en otra de mis cartas. Estas observaciones pueden guiarnos en el
614: manejo de tan perjudiciales impías, pues deben tratarse de distinta manera, según el origen de
615: su mal, y toda equivocación en este punto puede tener muy funestas consecuencias.
616: En cuanto a las mujeres impías por mera vanidad, es preciso que consideremos que la
617: mayor parte de ellas proviene de un deseo de presentarse superiores a su sexo, que siempre es
618: débil y piadoso, y de aproximarse al carácter varonil que envidian sobremanera. No sé, mí
619: querido Elpidio, si habrás notado que esta clase de mujeres es más numerosa de lo que tal vez
620: creen algunos irreflexivos. Figúranse muchos que las mujeres se hallan muy contentas con sus
621: privilegios y que sólo envidian las fuerzas físicas y la representación social de los hombres; pero
622: se equivocan mucho, pues existe por lo menos en muchas de ellas un deseo de igualarlos en
623: todo y sienten no pertenecer a corporaciones literarias y a toda junta en que las luces deben
624: guiar la sociedad. Entre otros ejemplos clásicos podría citar el de la célebre Madame Staël, que
625: tanto ha admirado a la Francia y puedo decir a toda la Europa con sus obras. Todos los que la
626: trataron aseguran no podía disimular sus sentimientos de no ser hombre o poder manejarse
627: como tal, y aunque conservaba las manías de su sexo, siempre se presentó como si no le
628: perteneciese.
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Passage 17 of 21
Section 0, Paras 640 to 777, 12416 chars.
640: Cuál será, pues el remedio? No celebrarlas. Este es el mayor castigo y la mejor cura;
641: pero, al mismo tiempo, es preciso que no comprendan que se ha conocido el origen de su
642: enfermedad. Esto equivaldría a declararlas feas, y ya escribía yo en otra ocasión que las mujeres
643: jamás perdonan al que las da tal nombre. Sin duda, es preciso mucho tino para dejar que
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
381
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
644: perciban nuestra desaprobación y no su causa; pero esta reserva es tan necesaria, que cuando
645: no puede conseguirse, o se teme no salir avante, el mejor partido es evitar el trato, y si fuere
646: necesario, sólo resta el silencio. Mi Elpidio, no insultes a mujer alguna, pues todas ellas, en este
647: caso, se convierten en víboras, que jamás lograrás amansar. El modo más seguro de ratificarlas
648: en su impiedad sería ponerlas en el caso de defenderse contra la sospecha de que es sólo un
649: recurso para suplir la falta de talento y de belleza. Una mujer, en tales circunstancias, jamás
650: cede, pues bien se echa de ver que esto sería confesar que se conocen a sí mismas y no dudan
651: que son tontas y feas. El mero sonido de estas voces hace saltar a una mujer, y jamás las
652: pronuncies en su presencia si no quieres exponerte a un mal rato.
653: Vale más sacar partido de ellas y embaucarlas con artificio en la defensa de la sana
654: doctrina, lo cual, sin duda, hacen con gusto, porque su impiedad es sólo de especulación y ésta
655: la encuentran en el mismo aprecio que se hace de ellas graduando sus talentos, de mucha
656: importancia para la defensa de nuestra causa. Me dirás que esto equivale a inducirlas a una
657: detestable hipocresía, pero yo respondo que no es sino separarlas de una verdadera hipocresía,
658: y que la otra es aparente, y que de este modo se impide que continúen haciendo mal y
659: destruyéndose a sí mismas. No dudo que la vanidad es el resorte que ponemos en acción, pero
660: ésta es buena y aquélla no es necesaria, pues bien pueden y deben hacerse obras laudables,
661: sin que se mezcle el veneno de la vanagloria. Será, pues, un defecto de ellas y no de los que las
662: inducen a dedicarse a obras virtuosas, si pierden el mérito de ellas por sentimientos ajenos de la
663: verdadera piedad. A veces nos vemos precisados, mi caro amigo, a echar mano, por decirlo así,
664: de las armas del enemigo para defendernos y destruirlo; y ésta nunca será una alevosía, antes
665: debe graduarse por una acción prudente y heroica.
666: Por lo que hace a las enamoradas, sólo puedo decirte que están locas y que deben tratarse
667: como tales. No hay duda que es muy sensible oírlas desatinar, pero debe esperarse que duren
668: los despropósitos mientras dure la locura del amor. Hay un gran inconveniente para la reforma
669: de estas infelices y consiste en que tienen por un ataque contra el objeto de su amor cuanto se
670: dice en apoyo de los principios religiosos que él detesta o por lo menos no admite. Bien puedes
671: inferir cuán difícil es el convencimiento cuando el ánimo se halla con semejantes disposiciones, y
672: así es que conviene más evitar que emprender disputas con muchachuelas enamoradas. Esta
673: situación es muy peligrosa; si no hay mucha prudencia en manejar estas impías de amor, se
674: llega a producir en ellas un carácter atrevido e indomable, porque falta el freno de la religión y
675: tienen el estímulo de una de las más poderosas pasiones. Conviene hacerlas entender de todas
676: maneras que estamos muy lejos de querer entrar en discusiones, y mucho más de ofenderlas.
677: Nunca debemos insinuar que sabemos el origen de su impiedad, sino sea cual fuere su causa
678: nuestro ánimo es curarlas por medios suaves. Si vemos que nuestra indicación produce
679: disgusto, conviene desistir inmediatamente, porque es tiempo perdido; mas no por esto debemos
680: abandonarlas, sino esperar otra oportunidad. La experiencia prueba que este delirio pasa por la
681: mera alteración de circunstancias, pues o llegan esas jóvenes a unirse en matrimonio a los
682: impíos y al muy poco tiempo están bien aburridas de la impiedad, porque notan sus efectos; o
683: son abandonadas y el odio es implacable. Detestan, pues, la impiedad por un motivo contrario
684: del que antes las inducía a admitirlas, pues así como antes se proponían agradar, después se
685: empeñan en ofender a los que tanto apreciaban y sólo desean vengarse.
686: Las mujeres impías por perversidad de corazón quiero decir, las que no son guiadas por
687: amor ni vanagloria, sino por no tener freno alguno que detenga sus desarregladas pasiones,
688: créeme Elpidio, que son peores que todos los hombres impíos y que su corrección es dificilísima.
689: Los medios suaves rara vez producen efecto y los severos casi siempre exasperan. Sólo hay un
690: partido que tomar con ellas, que consiste en convencerlas de sus defectos morales sin dejarlas
691: entrar en cuestiones especulativas, ni hacer caso alguno de sus blasfemias; y luego que les
692: consta que estamos en posesión de hechos, que prueban su relajación, ellas mismas ceden
693: sonrojadas, porque conocen que nuestra indiferencia en rebatir sus errores proviene del
694: conocimiento en que estamos de que son voluntarios y por miras deshonrosas. Si no podemos
695: convencerlas de que son perversas, conviene por lo menos insinuarles que tal es nuestro juicio
696: por más que rabien, pues no tienen otra cura; y mientras permanezcan siendo perversas ocultas
697: serán impías manifiestas. Existe afortunadamente una gran diferencia entre las mujeres y los
698: hombres inmorales, pues aquéllas jamás sufren pasar por tales a menos que ya no sean unas
699: rameras, y éstos con mucha frecuencia se jactan de sus relajaciones. Resulta de aquí la mayor
700: facilidad de contener a las mujeres por la fuerza de la opinión; y si llegan a percibir que tomamos
701: su impiedad como signo de su desarreglo, nada omiten para desvanecer esta impresión y
702: empiezan por no dar escándalo con sus disparates y concluyen por olvidarlos enteramente,
703: recobrando la razón su imperio; y vuelve la virtud a un pecho donde antes sólo habitaban
704: crímenes horrendos. A la verdad que estos casos son muy raros, pero basta que sean posibles y
705: que se hayan efectuado algunas veces, para que no perdamos la esperanza, antes procuramos
706: su repetición.
707: Sin duda te causa risa que yo haya ocupado tu atención por tan largo tiempo acerca de la
708: impiedad de las mujeres, no mereciendo este objeto la más ligera consideración: ni entre los
709: filósofos, que siempre juzgan de ellas como de los niños, ni entre la generalidad de los hombres
710: que las ha concedido el privilegio de hablar como mejor las parezca, puesto que sus palabras no
711: son consideradas sino cuando se refieren al amor. ¡Cuánto se engañan los que así piensan!
712: Oímos este lenguaje muchas veces, pero siempre es desmentido por la experiencia, que nos
382
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
713: demuestra que la sociedad casi puede decirse que es gobernada por las mujeres; y así es que
714: su relajación, en cualquier sentido que sea, produce siempre los más funestos efectos. Por una
715: miseria de la naturaleza humana, jamás quieren los hombres ser superados por el sexo que
716: impropiamente llaman débil, sólo porque carece de fuerzas físicas (no tanto por constitución
717: como por inercia); y habiendo, por otra parte, caído en el lamentable error de considerar como
718: espíritus fuertes a los impíos, resulta, mi amado Elpidio, que la impiedad de las mujeres viene a
719: ser como un escollo en que naufragan muchos. Entre la gente que suelen llamarse de mundo, no
720: por la experiencia que en él hayan adquirido, sino al contrario, porque no lo conocen y llegan a
721: ser sus esclavos, apenas encontrarás uno, aun de los más moderados, que no se presente como
722: impío, o por lo menos como indiferente a la impiedad cuando se halla en compañía de señoras
723: nominales que ostentan ser incrédulas. Sin ocurrir a anécdotas privadas puedo recordarte un
724: hecho público y reciente que prueba a la evidencia el fundamento de mis observaciones.
725: Acaso habrás oído hablar de un diablo vestido de mujer a quien llaman Fanny Wright, o sea
726: Francisquita Wright. Esta infernal criatura se presenta como la madre de la impiedad, pues la
727: practica y enseña de todas las maneras. Asegúranme los que la han visto que carece de
728: hermosura y aun podríamos sin injusticia llamarla fea. Dotada del conocimiento de algunas
729: lenguas, según dicen, aunque no me consta que haya hablado públicamente en otra que la
730: inglesa; y teniendo mucha facilidad o mejor dicho, mucho descaro, se ha constituído maestra
731: pública de la inmoralidad predicándola en teatros y otros parajes espaciosos donde se reúnen
732: millares de individuos para oírla. Ha visitado por segunda vez este país sembrando semillas de
733: impiedad que será muy difícil destruir y se ha vuelto a continuar sus escándalos en Inglaterra.
734: Predicaba contra toda creencia y cuando ya consideró que sus partidarios se hallaban bien
735: despreocupados, esto es, bien embrutecidos, empezó a predicar abiertamente contra los más
736: esenciales puntos de la moral. No se atrevió, sin embargo, a hacerlo con tanta libertad en público
737: como en privado, pues temía exponerse a lo que al fin sucedió, a pesar de todas sus
738: preocupaciones; esto es, que impresas algunas de sus cartas contra el matrimonio de una
739: manera la más baja y seductora, cayó enteramente en un desprecio y abominación universal. Ha
740: pervertido a una gran multitud y ha dado oportunidad a otros muchos, que ya lo estaban, de
741: presentarse con descaro, como miembros de una nueva secta, que hace alarde y blasona de no
742: pertenecer a ninguna creencia, bien que no se atreven a decir, de no tener moral alguna.
743: ¡Dícenme que esta impugnadora del matrimonio al fin se ha casado! Esto es para que veamos
744: que hay hombres para todo y que no hay absurdo que no llegue a realizarse.
745: Mi objeto en darte esta idea de la heroína moderna de la impiedad, no ha sido otro sino
746: preparar el campo donde quiero que observes realizadas mis indicaciones, para lo cual necesito
747: darte la historia, en cierto modo secreta, de este gran ascendiente que adquirió una mujer
748: despreciable por tantos títulos.
749: Todos los que no se han dejado conducir por apariencias conocen muy bien que esta mujer
750: perniciosa es, y ha sido siempre, un mero instrumento de que se han valido varios impíos y en
751: especial cierto individuo que se supone ser el autor de todas las arengas o lecciones depravadas
752: con que ha causado tanto daño. Este hecho prueba que los impíos conocen muy bien de cuánto
753: valor es una mujer en su partido, y los creyentes deben aprender a evitar tales antagonistas. La
754: estratagema se conoció bien en dos ocasiones muy notables. Concedieron a esta impía en la
755: ciudad de Filadelfia el uso de una de estas que llaman Iglesias y que sirven para todo; hubo un
756: concurso extraordinario para oír las blasfemias de esta miserable, mas entre los concurrentes
757: había un joven abogado que llevaba muy distintas intenciones, pues sólo se propuso ridiculizar a
758: esta mujer perversa y hacer ver que como he dicho no es más que un vil instrumento. Después
759: que ella habló con la mayor elocuencia, desafiando a todo el mundo y ofreciendo explicar los
760: puntos más difíciles y responder a los que vulgarmente se creen argumentados poderosos y que
761: ella trataba de necedades, el chusco abogadito pidió permiso para hablar y empezó su discurso
762: por un elogio de las talentos de la portentosa defensora de la impiedad; y cuando consideró que
763: había llamado la atención, y que ella misma lo oía con gusto, empezó con mucha cortesía, pero
764: con una firmeza incalculable a rebatirla en unos términos que todos esperaban que hubiese
765: respondido, mas todo lo que hizo fué irse cuando antes. En una mujer moderada ésta hubiera
766: sido acaso prueba de delicadeza, mas en una descaradísima no pudo ser prueba sino de
767: incapacidad y de que sólo podía repetir de memoria la lección que otros la habían dado por
768: escrito, que es la sospecha que justamente tenía su astuto impugnador. En la ciudad de Boston
769: la sucedió otro chasco aun más pesado, pues un hombre de conocimientos se disfrazó,
770: presentándose como un carretero, y cuando la arengadora impía se hallaba en lo más fuerte de
771: su discurso, entró mi buen hombre y para hacer mejor su papel de rústico la interrumpió
772: diciéndola que quería hacerla una pregunta. Esta fué tan ardua que la cuitada pensó
773: desvanecerlo tratando con desprecio al que la hizo y continuando su discurso; mas el
774: preguntador volvió a interrumpirla con otra pregunta mucho más fuerte y la risa de los
775: concurrentes indicó a la arengadora que estaban penetrados del asunto, y no dió más respuesta
776: sino salir inmediatamente del concurso y en pocas horas de la ciudad de Boston, donde
777: seguramente supieron tratarla mejor que en parte alguna.
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Passage 18 of 21
Section 0, Paras 812 to 848, 3310 chars.
812: No ha faltado quien sospeche que, a pesar del desinterés que aparentaba, la famosa
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
383
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
813: predicadora no dejaba de echar sus miradas a las pesetas que ganó en abundancia por la
814: imprudencia de muchos que gustan de comprar todo lo malo; y así es que siempre se vendieron
815: sus escritos impíos, aunque destituidos de todo mérito literario. Este es uno de los escollos más
816: formidables para las jóvenes de algún talento, si por otra parte son algo interesadas; y no hay
817: duda que la vanidad hace que muchas adolezcan de este mal, que siempre es peligroso y
818: destructor. Desea una mujer los medios de satisfacer sus caprichos, y al mismo tiempo quisiera
819: pasar por instruida, lo cual no es muy fácil a menos que posea un carácter extraordinario; pero sí
820: puede conseguirse con muy poco trabajo, en logrando ahogar, por decirlo así, la conciencia,
821: entregándose a la impiedad. Esta suele ser más ventajosa que la prostitución y no lleva consigo
822: tanta deshonra entre los hombres, y así es que suelen muchas mujeres constituirse meros
823: instrumentos de algunos perversos, siendo unas verdaderas esclavas. Fanny Wright pertenece a
824: esta clase y ha sido una de las notables por ser una de las más atrevidas.
825: He querido hacer estas observaciones, para probar que la impiedad de las mujeres por lo
826: común proviene de la de los hombres y que el único medio de manejar estas impías es, como ya
827: he hecho, hacer que conozcan que no se nos oculta su miseria y que no damos otro valor a sus
828: palabras que el que tiene su pasión, que es ninguno. De este modo se consigue disgustarlas de
829: sí mismas, y faltando o aminorándose la vanidad, no es difícil que sigan los dictámenes de la
830: recta razón y sana moral. Es preciso tratarlas en su línea como a las rameras en la suya, pues
831: en ambas clases de mujeres perdidas tiene el crimen un mismo origen, aunque no siempre se
832: hallan juntos ambos defectos. No sé si habrás notado que la incredulidad no es muy común en
833: las prostitutas y más bien son personas obstinadas en sus crímenes, con la vana esperanza de
834: enmendarse; y no bien se hallan en peligro de muerte cuando ellas mismas piden ser
835: reconciliadas con Dios y con su Iglesia. No me acuerdo de haber encontrado una sola incrédula.
836: ¿De qué proviene esta fe aunque muerta? De la gracia que sin ser santificante prepara a la
837: santificación y excita al alma continuamente para sacarla de un estado tan miserable; pero
838: también hay otra causa y es que la incredulidad no traería ventaja alguna en cuanto a las miras
839: temporales de estas miserables; y así es que no se cuidan mucho de pensar sobre puntos de
840: religión, puesto que aun cuando ésta no existiese serían tratadas del mismo modo en la
841: sociedad. Por lo que hace a los remordimientos de la conciencia no puede acallarlos la impiedad,
842: que mucho menos cuando ellas mismas conocen su depravado origen, pues viene a ser un
843: recurso subsecuente a la comisión de crímenes que tratan de continuar. Es, por tanto, mucho
844: más lamentable la situación de las impías decentes que la de estas mujeres inmorales, aunque
845: el mundo dé a veces títulos muy honrosos a aquellas perversas, que causan mucho mayores
846: daños; pues una prostituta no tiene influjo para inducir a muchas a que lo sean y una impía
847: condecorada y aplaudida ejerce con gran poder sobre las jóvenes de su sexo y arrastra muchas
848: de ellas a la perdición.
849:
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Passage 19 of 21
Section 0, Paras 849 to 878, 2650 chars.
849: asta ahora, he comparado estas dos clases de mujeres como si efectivamente fueran
850: diferentes, mas yo creo, Elpidio, que a tu penetración y sano juicio no podrá escaparse que
851: forman dos especies de una clase general, que se divide en públicas, y ocultas, o sea
852: degradadas y aplaudidas. Puede establecerse como regla que tiene pocas excepciones, que
853: todas las mujeres impías son disolutas, o se preparan para serlo, y sólo se detienen porque aun
854: no han podido perder el hábito de respetar la virtud, que ellas consideran como una invención
855: humana y como una lamentable debilidad. Las observaciones que anteriormente he hecho sobre
856: las causas de la impiedad deben tenerse presentes, con mucha más razón cuando nos vemos
857: precisados a tratar mujeres impías, que escudadas con las prerrogativas de su sexo, suelen
858: ocultar una inmoralidad la más desenfrenada bajo el velo de ilustración. Siempre he
859: compadecido a los simples que se dejan alucinar con los discursos y chistes de estas perversas,
860: llegando la tontería de muchos hasta el extremo de contraer matrimonio con ellas, que es la
861: última desgracia que puede suceder a un hombre de honor. Yo quisiera, Elpidio, que los jóvenes
862: tuviesen presentes los daños que pueden causarles estas mujeres peligrosas de quienes sólo
863: puede esperarse engaños de todas clases, porque tienen talento para practicarlos, decoro y
864: prestigio con que disimular sus maldades y ninguna clase de vínculo que las una a la virtud, y así
865: es que llegan a connaturalizarse con los crímenes.
866: La historia de la mayor parte de las mujeres que se han hecho célebres por su impiedad,
867: bien que dotadas de talentos brillantísimos, prueba claramente, mi querido Elpidio, que no son
868: vanas conjeturas sino lecciones de experiencia las que acabo de exponer. Acuérdate de las
869: favoritas de los más célebres filósofos impíos o seudofilósofos del siglo dieciséis; cuyos
870: nombres, por más excecrables que sean, no quiero indicar; y te convencerías, por innumerables
871: pasajes de su vida, que desconocían el honor y sólo abundaban en medios de aparentarlo. En
872: los siglos posteriores y aun en la época presente encontramos mil ejemplos que confirman lo
873: mismo y a la verdad que casi es imposible indicar uno que pruebe lo contrario. ¡Cuánto hubiera
874: ganado la moral si los hombres de juicio hubiesen conseguido que se les oyese cuando
875: declamaron contra estas impostoras! Mas, desgraciadamente, en casi todos los hombres y
876: mucho más en los literatos se advierte una fatal propensión a disimular los defectos de las
877: mujeres de algún talento; y por otra parte llegan éstas a hacerse también por los infinitos
878: recursos que tienen para hacer mal y quedar impune.
384
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
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Passage 20 of 21
Section 0, Paras 879 to 888, 848 chars.
879: Este es uno de los principales motivos por que se han autorizado las iniquidades de las
880: mujeres impías, en las cortes de los reyes donde una porción de pretendientes siempre está
881: pronta para la adulación, aunque tenga el objeto más infame. No hay quien se atreva a hacer
882: frente a estas malévolas cortesanas, que sin presentarse a los monarcas suelen manejarlos por
883: segunda mano y disponer de la tranquilidad y a veces aun de la vida de los más honrados
884: miembros de la sociedad. El temor es la verdadera causa de este gran valimiento, y es muy
885: difícil, por no decir imposible, encontrar hombres denonados, que se hagan superiores a todas
886: las persecuciones y nada teman. La generalidad sigue un partido bien contrario y de aquí resulta
887: que la sociedad en las grandes cortes presenta más refinamiento, pero al mismo tiempo mucha
888: más acendrada malicia.
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Passage 21 of 21
Section 0, Paras 889 to 901, 1118 chars.
889: He aquí otro inconveniente de mucha consideración para la reforma de las costumbres y
890: restablecimiento del orden social, que jamás puede ser guardado cuando está en manos de los
891: impíos. Es sabido que las ciudades menores y mucho más las de provincia toman siempre por
892: modelo la corte y que el espíritu de imitación llega a ser extremo. De aquí resulta que muy pronto
893: se encuentran filósofas de provincia e impías descaradas, que se consideran discípulas de las
894: que desmoralizan la capital; y los especuladores, que creen ganar cerca del trono agradando a
895: estas indecentes que mueven a los que rodean a los monarcas, no cesan de celebrar a las
896: ilustradas provinciales para que los recomienden y sacar partido. Este es el mundo, Elpidio, y
897: ojalá pudieran todos conocerlo. Lo más sensible es que los mundanos son los que menos
898: conocen el mundo y teniendo grandes pretensiones al saber, presenta una gran dificultad su
899: corrección. Llevan un golpe tras otro y los desengaños se suceden, pero tal es la vana idea que
900: han formado de su mérito y experiencia, que siempre atribuyen a casualidad los resultados de su
901: ignorancia.
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Node 6 of 16
políticos
Passage 1 of 6
Section 0, Paras 5 to 13, 845 chars.
5: Cubre la tierra, mi amado Elpidio, cual sombra funesta la ominosa y pérfida impiedad, que
6: diseminada por todas partes corrompe, destruye y aniquila a los míseros que la abrigan; y el
7: gran número de las víctimas, es un signo del gran poder que las sacrifica. No hay clase ni
8: condición que se vea libre de ella, no hay lugar ni tiempo en que no ejerza sus crueldades, no
9: hay objeto que la distraiga, ni barrera que la detenga; todo lo desprecia, todo lo ultraja, todo lo
10: derroca, todo lo holla; y bárbara, indómita, atrevida e insolente blasona de sus triunfos sobre la
11: virtud, la ciencia y la religión, que atadas a su detestable carro gimen sobre un suelo, que en
12: vano han procurado colmar de beneficios. Ya en mis cartas anteriores he hecho ver las causas y
13: efectos de este cáncer de la sociedad, y ahora me propongo manifestarte su extensión.
14:
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Passage 2 of 6
Section 0, Paras 44 to 59, 1452 chars.
44: a en primera carta procuraré llamar tu atención sobre este punto, considerando como un
45: ardid de los déspotas el exagerar los progresos de la impiedad, que siendo reales, en mucha
46: parte dan fundamento a la ficción que sirve a un gran interés de la política. ¿Dirías que hay
47: muchos virtuosos donde hay muchos que fingen serlo? Pues lo mismo debes decir que hay
48: muchos impíos donde hay muchos que se presentan como tales. No ignoro que la piedad se
49: pierde por el mero hecho de hacer ostentación de ser impío, mas esto debe entenderse de
50: moralidad, que no puede ser justa siendo perversa, pero no del estado de entendimiento. He
51: aquí por qué, contra mi costumbre, te he recordado los dos términos escolásticos de impiedad
52: formal y material, pues seguramente explican con toda exactitud este asunto. Los impíos por
53: convicción, aunque errónea, y que más bien puede llamarse alucinamiento, no dejan de serlo
54: con facilidad, antes es preciso vencerlos; mas los títeres de moda bailan de cualquier manera y
55: son reprensibles más en su conducta que en sus ideas. Sabido es que la menor duda admitida
56: con obstinación por nuestro entendimiento acerca de un dogma constituye un hereje, y en cuanto
57: a la vida eterna, produce los mismos efectos que la negación más completa de una verdad
58: revelada; pero es innegable que la impiedad no está radicada cuando el entendimiento aun no
59: confía en sus dictámenes y admite, siquiera como posible, la existencia de los misterios.
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Passage 3 of 6
Section 0, Paras 199 to 215, 1517 chars.
199: Habrás oído mucho acerca de la libertad religiosa de este país, acompañada de una
200: armonía social y una paz admirable; y a pesar de tu gran talento, como sé el afecto que
201: producen las distancias de los pueblos y las diversas costumbres en los juicios de los hombres,
202: temo que no hayan adquirido ideas correctas sobre este punto, y que te hayas dejado llevar de
203: las exageraciones de unos y de la injusticia de otros. No será, pues, fuera de propósito presentar
204: las cosas como son en realidad. Siendo considerado este pueblo como norma de la tolerancia
205: religiosa, es preciso no formarnos ideas equivocadas acerca de él porque al fin desaniman a sus
206: imitadores, cuando la experiencia les demuestra que no han llegado y que acaso es imposible
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
385
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
207: llegar a una perfección imaginaria, que toman por existente.
208: Figúranse muchos que en este pueblo no tiene influjo alguno la religión, o que por lo menos
209: en nada altera la paz de los ánimos; que todo es indiferente y que no existen rivalidades ni
210: rencillas religiosas. Esto anima a los impíos, creyendo que es la sociedad que más les conviene;
211: y a los piadosos, creyendo que es la más tranquila. Ni unos ni otros se equivocan en el hecho;
212: pero sí en sus circunstancias. Los impíos tienen campo libre y los devotos tienen seguridad, pero
213: todo es puramente externo y no es tanto un efecto de las leyes como de la opinión. Saben los
214: impíos que son detestados por los creyentes, como lo podrían ser en cualquier otro país; y saben
215: éstos que aquéllos son sus más encarnizados enemigos.
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Passage 4 of 6
Section 0, Paras 231 to 244, 1183 chars.
231: Mientras no consiga en los pueblos este hábito de respeto, de esta condescendencia
232: social, jamás podrán imitar a los Estados Unidos del Norte de América, sea cual fuere el sistema
233: de gobierno. Los hombres somos como los niños, que lloran porque les hacen burla, y nada
234: omiten para vengarse de los agresores. Las más sabias instituciones, los escritos más juiciosos
235: y los ejemplos más heroicos no bastarán a conservar la paz mientras no se pueda ir a pasar un
236: rato en una tertulia sin exponerse a un insulto.
237: Aplicando estas observaciones al asunto de que tratamos, diré que los impíos deben ser
238: manejados como en este país, en cuanto a la sociedad privada. Los sensatos siempre procuran
239: alejarlos de sus casas, pero si entran en ellas son recibidos con el mayor respeto. Si faltando a
240: estas leyes de urbanidad y buena acogida se atreven a mortificar la sociedad con sus delirios,
241: pierden todo derecho a la consideración; y muy pronto leen en el semblante de los concurrentes
242: la sentencia indeleble de un alto desprecio si ya no es que el amo de la casa les indica el abuso
243: que han hecho de ella. Este es, amigo mío, el gran misterio de la tranquilidad religiosa de este
244: país normal.
245:
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Passage 5 of 6
Section 0, Paras 575 to 608, 3051 chars.
575: Ya otras veces me he lamentado contigo de la que propiamente puede llamarse venalidad
576: en las ciencias, porque se venden sus servicios sólo por dinero y se aprecian sólo como un
577: medio de adquirirlo. Llámanlas, por consiguiente, ciencias de carrera, porque constituyen al
578: hombre en sociedad y le proporcionan medios de sostenerse. Ningún hombre de juicio puede
579: oponerse a ellas, pues nada es más justo que recibir la compensación de dilatados estudios e
580: incomodidades y nada más prudente que asegurar la subsistencia para no sufrir y ser gravosos a
581: los demás; pero al mismo tiempo, considerando los objetos desde este punto de vista, el mismo
582: interés personal está conciliado con el científico. No cabe duda que un joven cuyo espíritu está
583: ejercitado y cuyo corazón está libre de afecciones fuertes, y más bien inclinado a las emociones
584: pacíficas que causa la contemplación de la naturaleza, siempre será más capaz de hacer
585: progresos y ganarse el afecto, que tanto influye en el bien social. Repara, mi amigo, que se
586: encuentran muchos perversos enriquecidos por medios inícuos, pero jamás hallarás uno que
587: adquiera una gran fortuna por medios lícitos, y en consecuencia, del aprecio popular. El pueblo,
588: por más corrompido que esté, cuando media el interés, sabe tratar a los impíos mejor que los
589: sabios y piadosos.
590: ¡Con cuánta pena advertimos diariamente los progresos de la impiedad, donde no parece
591: que deben esperarse, quiero decir, en el bello sexo! Esta es la clase más peligrosa, por los
592: privilegios que la sociedad le ha concedido y por el grandísimo influjo que tiene en ellas. Debe
593: ponerse todo empeño en manejar esta familia, que si se desatiende causa la ruina del pueblo.
594: Acaso te causará risa el que yo pretenda dar reglas para manejar las mujeres, que no tienen
595: más ley que su capricho y sólo son constantes en la inconstancia. Tal es el lenguaje común y de
596: él se prevalen para hacer lo que les da la gana; y a veces se les antoja causar males enormes, y
597: después se quedan tan frescas como si hubieran esparcido un puñado de flores. Los hombres
598: irreflexivos son los encaprichados y de ellos se burlan completamente cuatro muchachuelas cuyo
599: capricho e inconstancia es pura afectación, pues, en realidad, tienen más constancia en sus
600: proyectos que los hombres más firmes y decididos. El privilegio de causar mal difundiendo la
601: impiedad no debe concederse a ningún sexo, clase o condición; antes debe impedirse tan
602: horrible atentado por medios prudentes. Yo siempre he creído que por una ignorancia que llaman
603: atención y política, se han inutilizado las mujeres y al paso que se la ha hecho desgraciadas, en
604: cierto modo, se las ha dado la facultad de causar muchas desgracias. Sin embargo, sería muy
605: ridículo el empeño de reformar la sociedad en este punto y sólo conviene tomar las precauciones
606: necesarias para impedir los males. Ya he observado que muchas señoras fomentan la impiedad
607: de los hombres aprobando y oyendo con gusto sus blasfemias; y ahora quiero que notes, mi caro
608: Elpidio, que también suelen ser ellas las impías y blasfemas.
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Passage 6 of 6
Section 0, Paras 902 to 927, 2285 chars.
902: La suerte de estos miserables es digna de compasión, y mucho más cuando, abandonados
903: por los que acaso podrían remediar su desdicha, no solamente llegan a considerarse ilustrados
904: sino con un título adquirido, como suelen decir, a fuerza de experiencia, para constituirse guías
905: de la sociedad. Es muy peligroso hacer frente a estos maestros y tanto más cuanto que
906: habiéndose dado ellos mismos el título no es fácil que lo revoquen. Lo más conveniente es no
386
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
907: presentarles argumentos, sino hechos, y algunas insinuaciones sobre sus causas, dejando a su
908: entendimiento que haga las inferencias que deben convencerlos. De ningún modo apruebo el
909: plan de algunos que piensan sacar ventaja por medio de una baja adulación, y así es que
910: tributan mil elogios a los medianos talentos de algunos impíos, creyendo que de este modo oirán
911: con más interés las verdades que niegan sin debido examen. Estas supercherías, además de ser
912: ilícitas, producen siempre un efecto contrario, pues apenas hay un hombre tan fatuo que no
913: conozca cuando le elogian más de lo que merece; aunque hay muchos que gusten de estos
914: elogios exagerados sólo porque suponen un engaño en el panegirista, que sirve a los intereses
915: del elogiado aunque no convenza su entendimiento. La consecuencia que suele sacarse en
916: estos casos es que la admiración proviene de ignorancia, y bien puedes percibir, mi amigo, que
917: el que así piense no estará muy dispuesto a seguir los consejos de un fatuo, a quien ha sabido
918: engañar. La franqueza siempre es necesaria y mucho más cuando trátase con personas de
919: algún talento; y de aquí resulta que si llegan a observar que efectivamente no nos hemos
920: equivocado acerca de su mérito y que no les hacemos injusticia ni tampoco les tributamos
921: honores que no merecen, llegan al fin a formar un buen concepto de nosotros, y ésta es la mejor
922: disposición para que nos oigan sin animosidad.
923: Vivamos con los impíos de un modo que pueda inducirlos a dejar de serlo. Este remedio,
924: que tú siempre has aplicado con tanto acierto, es el que yo quisiera ver difundido por todo el orbe
925: y especialmente por el país que ambos queremos y donde tú, cual Títiro bajo la sombra de los
926: árboles de una eterna primavera, seguramente no olvidas a tu Melibeo que, lejos de la patria,
927: espera los rigores de un severo invierno.
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Node 7 of 16
sociales
Passage 1 of 16
Section 0, Paras 14 to 29, 1416 chars.
14: Gradúanla muchos por el número de los charlatanes que no siendo capaces de hacerse notables
15: de otro modo, han adoptado el de presentarse como impíos; mas este cálculo es muy
16: equivocado, pues ni estos miserables forman todos el número y muchos de ellos acaso no
17: pertenecen a él sino en apariencia. Son más débiles que depravados, y en los momentos en que
18: se olvidan del papel que quieren representar, dan indicios bien patentes de su farsa. Otros
19: computan la extensión de la impiedad por el número de las obras que la promueven; y este
20: cómputo sería correcto si la mitad de esas obras no fuese un fruto de la codicia, y a veces del
21: hambre, y no de la convicción del entendimiento. Creo que sabrás, mi amigo, que en Francia
22: (nación famosa por cuanto hay de grande y cuanto hay de ridículo), hace mucho tiempo que el
23: oficio de escritor es como el de carpintero, que está a las órdenes del que quiera emplearlo para
24: hacer la pieza que le pidan, sin averiguar otra cosa que el precio que debe pagarse. Muchos de
25: estos escritores componen una novena piadosísima para una sociedad religiosa y en seguida el
26: libro más impío por orden de un librero, que acaso imprime por su cuenta ambas obras como
27: objeto de mera especulación. Yo no ignoraba estos hechos, mas tuve un comprobante de ellos
28: por informe de nuestro común amigo..., quien tuvo en sus manos una de estas novenas y supo
29: su autor por el mismo librero que la vendía.
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Passage 2 of 16
Section 0, Paras 60 to 77, 1559 chars.
60: Resulta, pues, de estas observaciones, que los impíos obstinados no son tan numerosos
61: como tímida o astutamente se quiera suponer; puesto que la mayor parte de ellos son
62: especuladores, que no tratarían de reprimir los sentimientos religiosos de su corazón, antes
63: procurarían fomentarlos si encontrasen en éstos interés. La corrupción de todas las clases de la
64: sociedad suele afectar de tal manera la mente de los devotos, que la consideran como un
65: enfermo desahuciado, y acaso como un moribundo, que ya no da esperanza y sólo puede ser
66: objeto del llanto. ¡Cuántos males se derivan de estas ideas! Trátase ya, no de atraer, sino de
67: evitar los impíos; no de curarlos sino de abandonarlos en su grave enfermedad, que justamente
68: consideran muy contagiosa. En consecuencia, se aumenta el número de ellos, porque se
69: consideran invencibles, o porque considerándose como otro bando o partido, que se supone ya
70: muy extenso, incita mucho más a los especuladores a desear ser miembros de tan potente
71: familia. Yo hablo por observaciones que he hecho y no por meras teorías. Me consta, Elpidio,
72: que uno de los medios de que se vale la impiedad para extenderse es suponer que ya está muy
73: extendida. Sin duda, percibirás que este ardid es practicado por todos los partidos, ya políticos,
74: ya religiosos; que produce gran efecto por la natural propensión que tienen los hombres a
75: reunirse, la cual los induce a querer formar parte de las grandes sociedades; a menos que no se
76: presente un interés contrario, que en materias religiosas no puede haberlo, según las ideas
77: mundanas
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Passage 3 of 16
Section 0, Paras 141 to 158, 1626 chars.
141: Si un impío pretende propagar su impiedad pierde todo derecho al sufrimiento de parte de
142: los creyentes, quienes autorizados para oponerse a sus depravadas intenciones, esto pueden
143: hacerlo, o dejando su compañía, o advirtiéndole su error, o castigándole con un justo desprecio.
144: El primer modo es el más acertado, pero no siempre es posible, y en tal caso, respecto de las
145: personas poco instruidas, el tercer medio es el más conveniente. Ningún castigo puede dárseles
146: ni más severo, ni más adecuado. No hay cosa que tanto mortifique a un impío como el silencio,
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
387
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
147: si va acompañado de ciertos signos que no le permitan equivocarse, creyendo que es efecto de
148: convicción o de falta de razones con que rebatir sus argumentos, o mejor dicho, sus vagas
149: aserciones, pues ya sabe que a esto se reducen todas sus disputas. Hablo por experiencia, y
150: acaso habrá pocos que la tengan tan dilatada en esta materia. Mi profesión y los diversos
151: incidentes de mi vida, que no te son desconocidos, me han puesto en contacto con toda clase de
152: personas, por muchos años, y puedo decirte que he tratado los mayores impíos y los mayores
153: fanáticos. Después de muy serias reflexiones, he adoptado el plan de no contes-tarles sino con
154: cierta expresión del semblante y con una u otra sonrisa acompañada de vagos monosílabos, que
155: les indiquen claramente lo mucho que podría decirles si no los considerase incapaces de una
156: discusión franca e imparcial, y si no conociese sus miras. He procurado siempre indicarles mí
157: respeto y consideración a sus personas, mi buena amistad y mi condescendencia hasta donde
158: he podido llevarla, sin comprometer mis principios.
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Passage 4 of 16
Section 0, Paras 170 to 198, 2544 chars.
170: Me dirás que el silencio no puede ilustrar, y que más bien sirve para que se radiquen los
171: errores no siendo rebatidos. Te equivocas, mi amigo, si así piensas. Verdad es que el silencio
172: nada explica, pero no es tan inerte como parece. La impiedad proviene, como he manifestado en
173: mis cartas anteriores, o de corrupción o de alucinamiento; y en ambos casos un prudente
174: silencio sirve de antídoto, porque demuestra al perverso que le conocemos y que por prudencia y
175: caridad no le despreciamos; y al iluso que sus raciocinios son tan infundados, que ni merecen
176: respuesta; lo cual es un estímulo para que los examine con más detención y se convenza a sí
177: mismo, que es el más sólido convencimiento. No debemos perder de vista que la mayor parte de
178: los impíos hacen grandes esfuerzos para serlo, y así es una cosa arbitraria que deja de existir
179: luego que se quiere; y por tanto, ganando la voluntad, muy pronto se atrae el entendimiento; mas
180: si aquélla llega a exasperarse no hay que pensar en que éste se convenza, o por lo menos se dé
181: por convencido.
182: Advierte igualmente, mi amigo, que la mayor parte de las disputas religiosas, suscitadas en
183: las tertulias, son una estratagema de que se valen algunos ociosos para divertir criminalmente a
184: los que tienen la debilidad de celebrarlos y reírse de sus chistes y de sus atrevimientos. Muchas
185: de las señoras son muy culpables en este punto, pues no hay duda que una multitud de estos
186: graciosos dejarían de serlo si encontrasen, en vez de apoyo, una justa corrección de parte de
187: ellas; que pueden darla francamente, o sin peligro, porque la sociedad, que las ha encadenado
188: de tantas maneras, las ha concedido al mismo tiempo el permiso de decir y de hacer lo que les
189: parece en estos y otros muchos casos semejantes. Desgraciadamente, siguen un plan
190: equivocado, pues, o celebran a estos blasfemos, temiendo pasar por gazmoñas, y exponerse a
191: mofas; o empiezan a dar signos de gran inquietud y escándalo, que es precisamente lo que
192: habían intentado estos truhanes. Pero si las señoras, guardando compostura y serenidad, no se
193: dignasen atender a estos simples, y con un prudente comportamiento les hiciesen advertir que
194: no puede darse escándalo cuando no hay, o ignorancia para admitir errores, o perversidad para
195: imitar los crímenes; pero que un alma ilustrada y virtuosa no recibe escándalo y sólo compadece
196: al que lo intenta; si no les diesen el gusto de excitar admiración, ni hacerse objetos dignos de ser
197: combatidos, no tardarían mucho en desterrarse unas conversaciones tan inicuas como
198: desagradables.
199:
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Passage 5 of 16
Section 0, Paras 231 to 258, 2437 chars.
231: Mientras no consiga en los pueblos este hábito de respeto, de esta condescendencia
232: social, jamás podrán imitar a los Estados Unidos del Norte de América, sea cual fuere el sistema
233: de gobierno. Los hombres somos como los niños, que lloran porque les hacen burla, y nada
234: omiten para vengarse de los agresores. Las más sabias instituciones, los escritos más juiciosos
235: y los ejemplos más heroicos no bastarán a conservar la paz mientras no se pueda ir a pasar un
236: rato en una tertulia sin exponerse a un insulto.
237: Aplicando estas observaciones al asunto de que tratamos, diré que los impíos deben ser
238: manejados como en este país, en cuanto a la sociedad privada. Los sensatos siempre procuran
239: alejarlos de sus casas, pero si entran en ellas son recibidos con el mayor respeto. Si faltando a
240: estas leyes de urbanidad y buena acogida se atreven a mortificar la sociedad con sus delirios,
241: pierden todo derecho a la consideración; y muy pronto leen en el semblante de los concurrentes
242: la sentencia indeleble de un alto desprecio si ya no es que el amo de la casa les indica el abuso
243: que han hecho de ella. Este es, amigo mío, el gran misterio de la tranquilidad religiosa de este
244: país normal.
245: Preciso es acostumbrarnos a los objetos morales lo mismo que a los físicos: vemos
246: hombres sanos y enfermos, unos árboles perfectos y otros viciados, piedras preciosas y otras
247: ordinarias, y la vista de esta diversidad de objetos sólo nos induce a formar distintos juicios de su
248: mérito, mas no causa inquietud, ni excita fuertes pasiones; así debe operarse respecto de los
249: hombres buenos y perversos, sabios e ignorantes. La opinión acerca de ellos es diversa, pero no
250: debe afectarnos. Permíteme un ejemplo personal, porque al fin escribo a un amigo. Suelo
251: encontrar, y me ha detenido en la calle con frecuencia, un impío de marca, escritor irreligioso
252: desaforado, que francamente me ha solido decir que es ateo. Yo a veces he estado por darle la
253: picante respuesta del abate Lammenais a otro aturdido semejante: hace tiempo que deseaba ver
388
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
254: un animal de esa especie, y me alegro de haberlo conseguido; mas esto no hubiera sido
255: conforme al sistema de la sociedad americana, y así siempre le he respondido con una risa, y
256: después de una conversación amistosa nos separamos; sabiendo yo que él continúa riéndose
257: por haberse entretenido con un iluso, y yo también, por mi parte, he seguido riéndome, por haber
258: encontrado un oso manso con pretensiones de hombre.
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Passage 6 of 16
Section 0, Paras 281 to 293, 1132 chars.
281: Proviene la convicción de innumerables
282: circunstancias del entendimiento que se quiere convencer, y, más que todo, depende de una luz
283: celestial, que no se deriva de los hombres; y por lo que hace a la conversión es fruto de la
284: gracia, que siempre es misteriosa. El mismo San Pablo predicó a concursos numerosos y sólo
285: creyeron los que estaban dispuestos para la vida eterna. Sin embargo, son responsables de los
286: malos efectos de una disputa imprudente los que la emprenden notando por signos bien claros
287: su inutilidad y su peligro. Advierte, amigo mío, que los hombres, cuando quieren instruirse y no
288: vencer y ridiculizar a los que llaman sus contrarios, disputan muy poco y sólo hacen algunas
289: preguntas, oyendo con tranquilidad sus respuestas. Notarás, a veces, cierta reserva que se
290: manifiesta por más que trate de ocultarse, pero este silencio y moderación afectada no puede
291: confundirse con la sincera conducta de un espíritu verdaderamente despreocupado, que trata de
292: ilustrarse. He aquí los únicos síntomas que pueden indicarse para guiarnos en la investigación
293: del estado de enfermedad o mejoría de estos enfermos espirituales.
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Passage 7 of 16
Section 0, Paras 369 to 394, 2336 chars.
369: También producen dichas calumnias otro efecto mucho más funesto, y es inducir a la impiedad a
370: muchos que estarían muy lejos de ella. Este mal es gravísimo, pues no hay cosa más sensible
371: que el formar impíos precisamente por defender la piedad; y, créeme, querido Elpidio, que es
372: muy común, y que ha privado a las ciencias, a las artes y a la sociedad entera de muchos
373: miembros que podrían haber sido muy útiles y han venido a ser perjudiciales.
374: En cuanto a la juventud, creo que se juzga con suma precipitación acerca de su impiedad,
375: que sin duda es real en muchos casos, mas en otros es sólo una majadería, o mejor dicho una
376: niñada; y así es que no debemos desesperar de su corrección, ni perder la tranquilidad de
377: nuestro espíritu por las travesuras de los jóvenes. Cuando yo lo era, tenía por una vana
378: esperanza la que alimentaban muchos de más provecta edad acerca de la futura enmienda de
379: algunos de los aturdidos que mortificaban a la sociedad con sus blasfemias; pero el tiempo me
380: ha demostrado, en muchos casos, que no eran tan infundadas sus esperanzas, y que, por lo
381: menos, se nota mucha más prudencia, si es que aun se conservan las mismas ideas. No
382: pretendo por esto que se abandone la juventud y se permita en ella todo exceso, bajo el pretexto
383: de futura enmienda, ni menos pretendo disculparla. Sólo deseo que los jóvenes sean tratados,
384: en materias de religión, como los niños cuando empiezan a ser molestos por sus travesuras.
385: Efectivamente, los primeros esfuerzos del entendimiento son tan vacilantes como los primeros
386: pasos de la niñez. Sin embargo, esta debilidad en cuanto a la percepción de los objetos, se halla
387: siempre acompañada de un gran vigor y determinación para operar, y así es que nada sirve de
388: obstáculo a un joven que empieza a figurar en la sociedad. El mejor medio para obtener, si no
389: una reforma, por lo menos alguna moderación en la conducta religiosa de los jóvenes, es
390: llevarlos con dulzura por la senda del cariño que conduce a la paz y contento. Observa, Elpidio,
391: que la juventud propende a la justicia, por más que se empeñen en probar lo contrario algunos
392: alucinados o irreflexivos; y así es que por más entregado que esté un joven a los placeres y a la
393: impiedad, siempre da signos de gratitud por los esfuerzos que se hacen para mejorar su estado,
394: si percibe que no hay intención de oprimirle.
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Passage 8 of 16
Section 0, Paras 473 to 493, 1812 chars.
473: En tan delicadas circunstancias, bien conoces, mi Elpidio, que se necesita una gran
474: prudencia para no hacer reventar la cuerda y templarla al mismo tiempo, pues sería el mayor de
475: los absurdos el descuidarse en tan interesante asunto. Muchos toman el partido de humillarlos
476: recordándoles su poca edad, su falta de experiencia, y esto con un modo que más ofende que
477: mueve; y te aseguro que los que así proceden no han estudiado el corazón humano ni saben
478: todos los recursos de la vanidad. Por mi parte, he seguido un plan contrario, y creo que la
479: experiencia me autoriza a recomendarlo como útil y asequible. Siempre he procurado tratarlos
480: como si fueran lo que ellos quieren ser, esto es, hombres ya formados; y ya que se han atrevido
481: a asomarse, por decirlo así, a la puerta del santuario del deber, yo he procurado empellarlos
482: para que acaben de entrar. Entonces, tratándoles ya como hombres de experiencia, he
483: procurado comunicarles la mía y dejarles que crean que me han engañado persuadiéndome de
484: que antes la tenían; y de este modo he solido convertirlos en mis colaboradores, figurándose que
485: ya han avanzado mucho, puesto que hasta pasaron el primer vértigo que induce la juventud a mil
486: locuras. Estos viejitos lampiños suelen ser utilísimos, y feliz la sociedad que abunde en ellos,
487: porque efectivamente acaban por conocer la astucia con que se les ha manejado, cuando ya
488: ellos mismos se han formado y son capaces de valuar el mérito de tan útil estratagema. Yo
489: nunca he querido tener por enemigo a muchachos y menos entrar en disputa con ninguno de
490: ellos, antes he procurado siempre hacerles entender que los amo y los respeto; y siempre me he
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
389
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
491: prevalido de tal cual concepto que sabía formaban de mí, para usarlo como instrumento, el más
492: eficaz, para hacerles admitir mis ideas y seguir mis consejos.
493: Per
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Passage 9 of 16
Section 0, Para 560, 9 chars.
560: sociedad
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Passage 10 of 16
Section 0, Paras 590 to 608, 1738 chars.
590: ¡Con cuánta pena advertimos diariamente los progresos de la impiedad, donde no parece
591: que deben esperarse, quiero decir, en el bello sexo! Esta es la clase más peligrosa, por los
592: privilegios que la sociedad le ha concedido y por el grandísimo influjo que tiene en ellas. Debe
593: ponerse todo empeño en manejar esta familia, que si se desatiende causa la ruina del pueblo.
594: Acaso te causará risa el que yo pretenda dar reglas para manejar las mujeres, que no tienen
595: más ley que su capricho y sólo son constantes en la inconstancia. Tal es el lenguaje común y de
596: él se prevalen para hacer lo que les da la gana; y a veces se les antoja causar males enormes, y
597: después se quedan tan frescas como si hubieran esparcido un puñado de flores. Los hombres
598: irreflexivos son los encaprichados y de ellos se burlan completamente cuatro muchachuelas cuyo
599: capricho e inconstancia es pura afectación, pues, en realidad, tienen más constancia en sus
600: proyectos que los hombres más firmes y decididos. El privilegio de causar mal difundiendo la
601: impiedad no debe concederse a ningún sexo, clase o condición; antes debe impedirse tan
602: horrible atentado por medios prudentes. Yo siempre he creído que por una ignorancia que llaman
603: atención y política, se han inutilizado las mujeres y al paso que se la ha hecho desgraciadas, en
604: cierto modo, se las ha dado la facultad de causar muchas desgracias. Sin embargo, sería muy
605: ridículo el empeño de reformar la sociedad en este punto y sólo conviene tomar las precauciones
606: necesarias para impedir los males. Ya he observado que muchas señoras fomentan la impiedad
607: de los hombres aprobando y oyendo con gusto sus blasfemias; y ahora quiero que notes, mi caro
608: Elpidio, que también suelen ser ellas las impías y blasfemas.
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Passage 11 of 16
Section 0, Paras 778 to 802, 2258 chars.
778: He aquí probado por experiencia que los impíos, cuando, por desgracia de la sociedad,
779: encuentran una mujer que adopte sus principios y tenga valor para difundirlos, jamás dejan de
780: valerse de ella y consiguen por este medio tan infame lo que nunca hubieran podido conseguir
781: por sí mismos. Si el director de esta desgraciada se hubiera presentado al público, no hubiera
782: acaso obtenido aplauso alguno, antes lo hubieran detestado; mas preséntase una mujer y la
783: rareza del hecho unida al privilegio del sexo, hizo que fuese oída con gusto y muchas veces
784: vitoreada. ¿Creerás que sólo asistían a sus lecciones los hombres depravados y las mujeres sin
785: honor? Pues debo decirte que me consta que fueron a oírla muchos hombres honrados y de
786: gran talento y muchas mujeres virtuosas. Si la intención de estas personas hubiera sido
787: prepararse para rebatir los errores que difundía aquella malhadada, no serían tan reprensibles;
788: pero me consta que sólo iban por divertirse. ¡Funesta diversión que fomentaba la impiedad
789: haciendo creer a los incautos que era muy grande el número de sus secuaces! Me acuerdo
790: haber tenido con un amigo, que era uno de los de la jarana, varias conversaciones muy serias
791: sobre este punto. Decíame muchas veces que estando firme en los principios de su creencia,
792: sólo iba a oír a la impía predicadora por divertirse; viendo hasta dónde llega el descaro de un
793: mujer y que al fin le agradaba oírla porque efectivamente pronunciaba muy bien el idioma inglés
794: y sus discursos eran elocuentes. Más ¿podrá calcularse, preguntaba yo, el inmenso mal que
795: causa la presencia de los hombres de mérito en semejante concurrencia? ¿No es un desacierto
796: el fomentar la soberbia de esa mujer, haciendo que juzgue que sus talentos no tienen igual y que
797: sus objeciones merecen la atención que los ministros no han querido concederle?
798: Efectivamente, yo creo que por una especial providencia divina no sólo los sacerdotes de la
799: verdadera Iglesia, sino también los ministros de las diversas sectas convinieron, sin hablarse, en
800: el plan que debía observarse respecto de esta heroína de las tinieblas. Ninguno se dignó atacar
801: ni sus escritos ni sus discursos o arengas; y todos procuraron dar al pueblo incauto, con el
802: desprecio, la respuesta a sus capciosas objeciones
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Passage 12 of 16
Section 0, Paras 825 to 848, 2130 chars.
825: He querido hacer estas observaciones, para probar que la impiedad de las mujeres por lo
826: común proviene de la de los hombres y que el único medio de manejar estas impías es, como ya
827: he hecho, hacer que conozcan que no se nos oculta su miseria y que no damos otro valor a sus
828: palabras que el que tiene su pasión, que es ninguno. De este modo se consigue disgustarlas de
829: sí mismas, y faltando o aminorándose la vanidad, no es difícil que sigan los dictámenes de la
830: recta razón y sana moral. Es preciso tratarlas en su línea como a las rameras en la suya, pues
831: en ambas clases de mujeres perdidas tiene el crimen un mismo origen, aunque no siempre se
832: hallan juntos ambos defectos. No sé si habrás notado que la incredulidad no es muy común en
833: las prostitutas y más bien son personas obstinadas en sus crímenes, con la vana esperanza de
834: enmendarse; y no bien se hallan en peligro de muerte cuando ellas mismas piden ser
835: reconciliadas con Dios y con su Iglesia. No me acuerdo de haber encontrado una sola incrédula.
836: ¿De qué proviene esta fe aunque muerta? De la gracia que sin ser santificante prepara a la
837: santificación y excita al alma continuamente para sacarla de un estado tan miserable; pero
390
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
838: también hay otra causa y es que la incredulidad no traería ventaja alguna en cuanto a las miras
839: temporales de estas miserables; y así es que no se cuidan mucho de pensar sobre puntos de
840: religión, puesto que aun cuando ésta no existiese serían tratadas del mismo modo en la
841: sociedad. Por lo que hace a los remordimientos de la conciencia no puede acallarlos la impiedad,
842: que mucho menos cuando ellas mismas conocen su depravado origen, pues viene a ser un
843: recurso subsecuente a la comisión de crímenes que tratan de continuar. Es, por tanto, mucho
844: más lamentable la situación de las impías decentes que la de estas mujeres inmorales, aunque
845: el mundo dé a veces títulos muy honrosos a aquellas perversas, que causan mucho mayores
846: daños; pues una prostituta no tiene influjo para inducir a muchas a que lo sean y una impía
847: condecorada y aplaudida ejerce con gran poder sobre las jóvenes de su sexo y arrastra muchas
848: de ellas a la perdición.
849:
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Passage 13 of 16
Section 0, Paras 866 to 878, 1143 chars.
866: La historia de la mayor parte de las mujeres que se han hecho célebres por su impiedad,
867: bien que dotadas de talentos brillantísimos, prueba claramente, mi querido Elpidio, que no son
868: vanas conjeturas sino lecciones de experiencia las que acabo de exponer. Acuérdate de las
869: favoritas de los más célebres filósofos impíos o seudofilósofos del siglo dieciséis; cuyos
870: nombres, por más excecrables que sean, no quiero indicar; y te convencerías, por innumerables
871: pasajes de su vida, que desconocían el honor y sólo abundaban en medios de aparentarlo. En
872: los siglos posteriores y aun en la época presente encontramos mil ejemplos que confirman lo
873: mismo y a la verdad que casi es imposible indicar uno que pruebe lo contrario. ¡Cuánto hubiera
874: ganado la moral si los hombres de juicio hubiesen conseguido que se les oyese cuando
875: declamaron contra estas impostoras! Mas, desgraciadamente, en casi todos los hombres y
876: mucho más en los literatos se advierte una fatal propensión a disimular los defectos de las
877: mujeres de algún talento; y por otra parte llegan éstas a hacerse también por los infinitos
878: recursos que tienen para hacer mal y quedar impune.
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Passage 14 of 16
Section 0, Paras 879 to 888, 848 chars.
879: Este es uno de los principales motivos por que se han autorizado las iniquidades de las
880: mujeres impías, en las cortes de los reyes donde una porción de pretendientes siempre está
881: pronta para la adulación, aunque tenga el objeto más infame. No hay quien se atreva a hacer
882: frente a estas malévolas cortesanas, que sin presentarse a los monarcas suelen manejarlos por
883: segunda mano y disponer de la tranquilidad y a veces aun de la vida de los más honrados
884: miembros de la sociedad. El temor es la verdadera causa de este gran valimiento, y es muy
885: difícil, por no decir imposible, encontrar hombres denonados, que se hagan superiores a todas
886: las persecuciones y nada teman. La generalidad sigue un partido bien contrario y de aquí resulta
887: que la sociedad en las grandes cortes presenta más refinamiento, pero al mismo tiempo mucha
888: más acendrada malicia.
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Passage 15 of 16
Section 0, Paras 889 to 901, 1118 chars.
889: He aquí otro inconveniente de mucha consideración para la reforma de las costumbres y
890: restablecimiento del orden social, que jamás puede ser guardado cuando está en manos de los
891: impíos. Es sabido que las ciudades menores y mucho más las de provincia toman siempre por
892: modelo la corte y que el espíritu de imitación llega a ser extremo. De aquí resulta que muy pronto
893: se encuentran filósofas de provincia e impías descaradas, que se consideran discípulas de las
894: que desmoralizan la capital; y los especuladores, que creen ganar cerca del trono agradando a
895: estas indecentes que mueven a los que rodean a los monarcas, no cesan de celebrar a las
896: ilustradas provinciales para que los recomienden y sacar partido. Este es el mundo, Elpidio, y
897: ojalá pudieran todos conocerlo. Lo más sensible es que los mundanos son los que menos
898: conocen el mundo y teniendo grandes pretensiones al saber, presenta una gran dificultad su
899: corrección. Llevan un golpe tras otro y los desengaños se suceden, pero tal es la vana idea que
900: han formado de su mérito y experiencia, que siempre atribuyen a casualidad los resultados de su
901: ignorancia.
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Passage 16 of 16
Section 0, Paras 902 to 927, 2285 chars.
902: La suerte de estos miserables es digna de compasión, y mucho más cuando, abandonados
903: por los que acaso podrían remediar su desdicha, no solamente llegan a considerarse ilustrados
904: sino con un título adquirido, como suelen decir, a fuerza de experiencia, para constituirse guías
905: de la sociedad. Es muy peligroso hacer frente a estos maestros y tanto más cuanto que
906: habiéndose dado ellos mismos el título no es fácil que lo revoquen. Lo más conveniente es no
907: presentarles argumentos, sino hechos, y algunas insinuaciones sobre sus causas, dejando a su
908: entendimiento que haga las inferencias que deben convencerlos. De ningún modo apruebo el
909: plan de algunos que piensan sacar ventaja por medio de una baja adulación, y así es que
910: tributan mil elogios a los medianos talentos de algunos impíos, creyendo que de este modo oirán
911: con más interés las verdades que niegan sin debido examen. Estas supercherías, además de ser
912: ilícitas, producen siempre un efecto contrario, pues apenas hay un hombre tan fatuo que no
913: conozca cuando le elogian más de lo que merece; aunque hay muchos que gusten de estos
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
391
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
914: elogios exagerados sólo porque suponen un engaño en el panegirista, que sirve a los intereses
915: del elogiado aunque no convenza su entendimiento. La consecuencia que suele sacarse en
916: estos casos es que la admiración proviene de ignorancia, y bien puedes percibir, mi amigo, que
917: el que así piense no estará muy dispuesto a seguir los consejos de un fatuo, a quien ha sabido
918: engañar. La franqueza siempre es necesaria y mucho más cuando trátase con personas de
919: algún talento; y de aquí resulta que si llegan a observar que efectivamente no nos hemos
920: equivocado acerca de su mérito y que no les hacemos injusticia ni tampoco les tributamos
921: honores que no merecen, llegan al fin a formar un buen concepto de nosotros, y ésta es la mejor
922: disposición para que nos oigan sin animosidad.
923: Vivamos con los impíos de un modo que pueda inducirlos a dejar de serlo. Este remedio,
924: que tú siempre has aplicado con tanto acierto, es el que yo quisiera ver difundido por todo el orbe
925: y especialmente por el país que ambos queremos y donde tú, cual Títiro bajo la sombra de los
926: árboles de una eterna primavera, seguramente no olvidas a tu Melibeo que, lejos de la patria,
927: espera los rigores de un severo invierno.
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Node 8 of 16
temporales
Passage 1 of 5
Section 0, Paras 5 to 29, 2261 chars.
5: Cubre la tierra, mi amado Elpidio, cual sombra funesta la ominosa y pérfida impiedad, que
6: diseminada por todas partes corrompe, destruye y aniquila a los míseros que la abrigan; y el
7: gran número de las víctimas, es un signo del gran poder que las sacrifica. No hay clase ni
8: condición que se vea libre de ella, no hay lugar ni tiempo en que no ejerza sus crueldades, no
9: hay objeto que la distraiga, ni barrera que la detenga; todo lo desprecia, todo lo ultraja, todo lo
10: derroca, todo lo holla; y bárbara, indómita, atrevida e insolente blasona de sus triunfos sobre la
11: virtud, la ciencia y la religión, que atadas a su detestable carro gimen sobre un suelo, que en
12: vano han procurado colmar de beneficios. Ya en mis cartas anteriores he hecho ver las causas y
13: efectos de este cáncer de la sociedad, y ahora me propongo manifestarte su extensión.
14: Gradúanla muchos por el número de los charlatanes que no siendo capaces de hacerse notables
15: de otro modo, han adoptado el de presentarse como impíos; mas este cálculo es muy
16: equivocado, pues ni estos miserables forman todos el número y muchos de ellos acaso no
17: pertenecen a él sino en apariencia. Son más débiles que depravados, y en los momentos en que
18: se olvidan del papel que quieren representar, dan indicios bien patentes de su farsa. Otros
19: computan la extensión de la impiedad por el número de las obras que la promueven; y este
20: cómputo sería correcto si la mitad de esas obras no fuese un fruto de la codicia, y a veces del
21: hambre, y no de la convicción del entendimiento. Creo que sabrás, mi amigo, que en Francia
22: (nación famosa por cuanto hay de grande y cuanto hay de ridículo), hace mucho tiempo que el
23: oficio de escritor es como el de carpintero, que está a las órdenes del que quiera emplearlo para
24: hacer la pieza que le pidan, sin averiguar otra cosa que el precio que debe pagarse. Muchos de
25: estos escritores componen una novena piadosísima para una sociedad religiosa y en seguida el
26: libro más impío por orden de un librero, que acaso imprime por su cuenta ambas obras como
27: objeto de mera especulación. Yo no ignoraba estos hechos, mas tuve un comprobante de ellos
28: por informe de nuestro común amigo..., quien tuvo en sus manos una de estas novenas y supo
29: su autor por el mismo librero que la vendía.
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Passage 2 of 5
Section 0, Paras 216 to 230, 1335 chars.
216: la Iglesia de Dios como lo fueron los arrianos y todos los antiguos herejes y como lo fueron y son
217: y serán los ingleses. Si cualquiera de las sectas pudiese oprimir a las demás, renovaría los
218: tiempos de Enrique VIII e Isabel; y si los impíos tuviesen fuerzas suficientes nos presentarían en
219: América las sangrientas escenas de la Revolución Francesa. ¿Qué hay, pues, me dirás, qué hay
220: en ese país que tanto se celebra? Un tino social, fruto de la educación y de la experiencia, por el
221: cual los hombres aunque se detesten se respetan, y jamás interrumpen la buena armonía de una
222: concurrencia con insultos personales. Si por desgracia ocurre algún lance desagradable, o falta
223: alguno a esta prudencia que podemos llamar general, el ofendido encuentra muy pronto
224: satisfacción en la conducta y expresiones de la generalidad, y se calma, por decirlo así,
225: quedando la sociedad tranquila y unánime en operación o conducta civil, aunque más que nunca
226: dividida en sentimientos religiosos. Yo sé perfectamente que muchos de los que me tratan con
227: respeto, y a quienes yo trato del mismo modo, si oyeran decir que me había muerto, dirían que
228: había un diablo menos sobre la tierra; pero también estoy seguro de que esos mismos nunca se
229: permitirán el insultarme por no ponerse en ridículo a los ojos de la generalidad. He aquí la fuerza
230: de la opinión.
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Passage 3 of 5
Section 0, Paras 245 to 258, 1254 chars.
245: Preciso es acostumbrarnos a los objetos morales lo mismo que a los físicos: vemos
246: hombres sanos y enfermos, unos árboles perfectos y otros viciados, piedras preciosas y otras
247: ordinarias, y la vista de esta diversidad de objetos sólo nos induce a formar distintos juicios de su
248: mérito, mas no causa inquietud, ni excita fuertes pasiones; así debe operarse respecto de los
249: hombres buenos y perversos, sabios e ignorantes. La opinión acerca de ellos es diversa, pero no
250: debe afectarnos. Permíteme un ejemplo personal, porque al fin escribo a un amigo. Suelo
251: encontrar, y me ha detenido en la calle con frecuencia, un impío de marca, escritor irreligioso
252: desaforado, que francamente me ha solido decir que es ateo. Yo a veces he estado por darle la
392
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
253: picante respuesta del abate Lammenais a otro aturdido semejante: hace tiempo que deseaba ver
254: un animal de esa especie, y me alegro de haberlo conseguido; mas esto no hubiera sido
255: conforme al sistema de la sociedad americana, y así siempre le he respondido con una risa, y
256: después de una conversación amistosa nos separamos; sabiendo yo que él continúa riéndose
257: por haberse entretenido con un iluso, y yo también, por mi parte, he seguido riéndome, por haber
258: encontrado un oso manso con pretensiones de hombre.
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Passage 4 of 5
Section 0, Paras 271 to 281, 972 chars.
271: No creo que pueden darse reglas para determinar estos casos. Juzgo que en esta materia
272: sucede lo que en la medicina, que todas las observaciones presentadas en los libros valen muy
273: poco si el médico no tiene cierto tino, que no puede ser obra del arte sino del talento, delicadeza
274: de sentidos y otras cualidades personales. Es preciso no dejarse llevar de expresiones
275: capciosas y protestas ridículas con que pretenden probar muchos su buena fe, al mismo tiempo
276: que traman el ataque más alevoso contra la religión. Las circunstancias personales y locales
277: deben guiarnos en esta interesante y delicadísima empresa, que si se frustra, produce males a
278: veces incurables, pues se radica mucho más la impiedad gloriándose de su victoria. Sería un
279: absurdo y ridícula vanidad el esperar que siempre que se entre en una disputa sobre religión se
280: consiga convencer y mucho convertir a los impíos con quienes se contiende; y por tanto, no
281: puede ser digno de imprudencia el mal suceso.
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Passage 5 of 5
Section 0, Paras 575 to 589, 1312 chars.
575: Ya otras veces me he lamentado contigo de la que propiamente puede llamarse venalidad
576: en las ciencias, porque se venden sus servicios sólo por dinero y se aprecian sólo como un
577: medio de adquirirlo. Llámanlas, por consiguiente, ciencias de carrera, porque constituyen al
578: hombre en sociedad y le proporcionan medios de sostenerse. Ningún hombre de juicio puede
579: oponerse a ellas, pues nada es más justo que recibir la compensación de dilatados estudios e
580: incomodidades y nada más prudente que asegurar la subsistencia para no sufrir y ser gravosos a
581: los demás; pero al mismo tiempo, considerando los objetos desde este punto de vista, el mismo
582: interés personal está conciliado con el científico. No cabe duda que un joven cuyo espíritu está
583: ejercitado y cuyo corazón está libre de afecciones fuertes, y más bien inclinado a las emociones
584: pacíficas que causa la contemplación de la naturaleza, siempre será más capaz de hacer
585: progresos y ganarse el afecto, que tanto influye en el bien social. Repara, mi amigo, que se
586: encuentran muchos perversos enriquecidos por medios inícuos, pero jamás hallarás uno que
587: adquiera una gran fortuna por medios lícitos, y en consecuencia, del aprecio popular. El pueblo,
588: por más corrompido que esté, cuando media el interés, sabe tratar a los impíos mejor que los
589: sabios y piadosos.
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Node 9 of 16
trascendente
Passage 1 of 18
Section 0, Paras 5 to 13, 845 chars.
5: Cubre la tierra, mi amado Elpidio, cual sombra funesta la ominosa y pérfida impiedad, que
6: diseminada por todas partes corrompe, destruye y aniquila a los míseros que la abrigan; y el
7: gran número de las víctimas, es un signo del gran poder que las sacrifica. No hay clase ni
8: condición que se vea libre de ella, no hay lugar ni tiempo en que no ejerza sus crueldades, no
9: hay objeto que la distraiga, ni barrera que la detenga; todo lo desprecia, todo lo ultraja, todo lo
10: derroca, todo lo holla; y bárbara, indómita, atrevida e insolente blasona de sus triunfos sobre la
11: virtud, la ciencia y la religión, que atadas a su detestable carro gimen sobre un suelo, que en
12: vano han procurado colmar de beneficios. Ya en mis cartas anteriores he hecho ver las causas y
13: efectos de este cáncer de la sociedad, y ahora me propongo manifestarte su extensión.
14:
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Passage 2 of 18
Section 0, Paras 30 to 43, 1233 chars.
30: Bien sé que esta misma facilidad en hablar contra la religión, esta indiferencia a escribir en
31: favor o en contra de ella, y el mismo interés que encuentran los especuladores en publicar las
32: obras impías, prueban que sus sentimientos de piedad se hallan extinguidos; y si no tomásemos
33: en consideración otras razones, yo también diría que el juicio es exactísimo; pero yo distinguiré
34: siempre los frutos de la necesidad, de los que provienen de un estado habitual del espíritu. Si se
35: habla de una impiedad bien podremos llamar chocarrería, yo convengo con los que así piensan;
36: y también confieso, aun hablando de la impiedad formal, o una verdadera e ingenua admisión de
37: los principios irreligiosos; mas debo, en honor del género humano, asegurar que no es tan
38: común como se pretende. Repito que la impiedad se halla en todas las clases, y esto hace que
39: se presente con un poder exagerado; repito que por todas partes se notan sus estragos, y esto
40: hace creer a muchos que su acción es general; pero advierte, mi caro Elpidio, que siempre ha
41: sido una desgracia y una fortuna de las clases el que se las apropie una denominación buena o
42: mala por la conducta de un gran número; que, sin embargo, es insignificante respecto a la
43: totalidad.
44:
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Passage 3 of 18
Section 0, Paras 60 to 77, 1559 chars.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
393
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
60: Resulta, pues, de estas observaciones, que los impíos obstinados no son tan numerosos
61: como tímida o astutamente se quiera suponer; puesto que la mayor parte de ellos son
62: especuladores, que no tratarían de reprimir los sentimientos religiosos de su corazón, antes
63: procurarían fomentarlos si encontrasen en éstos interés. La corrupción de todas las clases de la
64: sociedad suele afectar de tal manera la mente de los devotos, que la consideran como un
65: enfermo desahuciado, y acaso como un moribundo, que ya no da esperanza y sólo puede ser
66: objeto del llanto. ¡Cuántos males se derivan de estas ideas! Trátase ya, no de atraer, sino de
67: evitar los impíos; no de curarlos sino de abandonarlos en su grave enfermedad, que justamente
68: consideran muy contagiosa. En consecuencia, se aumenta el número de ellos, porque se
69: consideran invencibles, o porque considerándose como otro bando o partido, que se supone ya
70: muy extenso, incita mucho más a los especuladores a desear ser miembros de tan potente
71: familia. Yo hablo por observaciones que he hecho y no por meras teorías. Me consta, Elpidio,
72: que uno de los medios de que se vale la impiedad para extenderse es suponer que ya está muy
73: extendida. Sin duda, percibirás que este ardid es practicado por todos los partidos, ya políticos,
74: ya religiosos; que produce gran efecto por la natural propensión que tienen los hombres a
75: reunirse, la cual los induce a querer formar parte de las grandes sociedades; a menos que no se
76: presente un interés contrario, que en materias religiosas no puede haberlo, según las ideas
77: mundanas
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Passage 4 of 18
Section 0, Paras 78 to 116, 3455 chars.
78: No es posible enumerar, ni aun aproximadamente, los impíos, porque no tienen templo ni
79: distintivo alguno: es un ejército sin bandera, ni uniforme, ni divisa alguna, y sólo se hace notable
80: por los males que acá y allá produce en la sociedad. Vienen a ser como las guerrillas, cuyo
81: número y operaciones nunca puede determinarse; y así, a veces, se supone un territorio
82: inundado de ellas, cuando sólo unas pocas lo recorren. De aquí proviene la gran ansiedad que
83: causan en los buenos estos enemigos de la virtud, pues la suponen asaltada por todas partes, y
84: efectivamente lo está; porque es universal el contagio, en cuanto a que se observa en todas las
85: clases y en todos los países. Si los hombres se persuadiesen de que este mal tan formidable
86: puede curarse y que su incremento se debe a la apatía de los buenos, verías, mi amigo,
87: disminuida considerablemente, si no extinguida, la impiedad.
88: ¿Cómo deben, pues, tratarse los impíos? Según las máximas del Evangelio. Con caridad y
89: dulzura y al mismo tiempo con firmeza. Esta debe manifestarse, no por medio de persecuciones
90: —que la razón y la experiencia prueban que sólo sirven para encender más el fuego devorador
91: de la impiedad— sino por un carácter noble y decidido de parte de los creyentes; por un santo
92: menosprecio de los asaltos de este monstruo, por un valor cristiano, que lejos de irritar al
93: enemigo le atrae y le encadena con los vínculos del respeto, del aprecio y de la consideración.
94: Los que no pueden atraerse de este modo, es preciso dejarlos a su suerte; aunque siempre debe
95: continuarse en el mismo plan de curación, y si se pierden, será culpa suya. Pidamos a Dios que
96: con su misericordia mueva sus empedernidos corazones, y en cuanto a nosotros estemos
97: satisfechos por haber llenado nuestro deber, aunque sin fruto; y si al fin se los lleva el diablo,
98: cree, mi Elpidio, que no se llevará nada ajeno.
99: Nada más opuesto a la conversión que el insulto, y desgraciadamente lo vemos practicado
100: por hombres muy piadosos, cuando se trata de atacar a los impíos. Suelen ponerse en ridículo
101: imitando a sus enemigos en la truhanería y creen que haciendo reír un poco a los que no dudan
102: de la verdad de la religión, convencen a los que la niegan. Este es un medio antievangélico que
103: sólo sirve para satisfacer pasiones humanas, y tomar venganza de insultos recibidos. No ignoro
104: que algunos tienen muy diverso motivo y que sólo intentan hacer bien, pero, sin duda, se
105: equivocan en los medios. La ligereza en creer cuanto se dice, siempre que sea contra las
106: personas a quienes se quiere impugnar, es un defecto en que incurren los piadosos no menos
107: que los impíos; y cuando se llega a probar una equivocación, pierden toda su fuerza los
108: argumentos más sólidos y dan franca salida al enemigo. Esta palabra me recuerda una doctrina
109: de San Agustín, que si la tuviesen presente todos los que se ven precisados a lidiar con impíos,
110: evitarían muchos malos ratos y podrían hacer mucho en favor de la religión. “Distíngase “dice
111: este Santo Padre “en el criminal la obra de Dios y la obra del Diablo; el hombre es obra de Aquél,
112: y el pecado de éste. Amemos, pues, al hombre y aborrezcamos el crimen.”En ningún caso se
113: debe, mi Elpidio, se debe odiar a ninguna de las obras del Ser Supremo; y así los impíos deben
114: tratarse como a hermanos que tienen la desgracia de sufrir una enfermedad espiritual, o mejor
115: dicho una muerte, y sólo la gracia puede traerles a la vida, que debe ser todo nuestro interés y
116: anhelo.
117:
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Passage 5 of 18
Section 0, Paras 199 to 215, 1517 chars.
199: Habrás oído mucho acerca de la libertad religiosa de este país, acompañada de una
200: armonía social y una paz admirable; y a pesar de tu gran talento, como sé el afecto que
201: producen las distancias de los pueblos y las diversas costumbres en los juicios de los hombres,
202: temo que no hayan adquirido ideas correctas sobre este punto, y que te hayas dejado llevar de
203: las exageraciones de unos y de la injusticia de otros. No será, pues, fuera de propósito presentar
204: las cosas como son en realidad. Siendo considerado este pueblo como norma de la tolerancia
205: religiosa, es preciso no formarnos ideas equivocadas acerca de él porque al fin desaniman a sus
394
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
206: imitadores, cuando la experiencia les demuestra que no han llegado y que acaso es imposible
207: llegar a una perfección imaginaria, que toman por existente.
208: Figúranse muchos que en este pueblo no tiene influjo alguno la religión, o que por lo menos
209: en nada altera la paz de los ánimos; que todo es indiferente y que no existen rivalidades ni
210: rencillas religiosas. Esto anima a los impíos, creyendo que es la sociedad que más les conviene;
211: y a los piadosos, creyendo que es la más tranquila. Ni unos ni otros se equivocan en el hecho;
212: pero sí en sus circunstancias. Los impíos tienen campo libre y los devotos tienen seguridad, pero
213: todo es puramente externo y no es tanto un efecto de las leyes como de la opinión. Saben los
214: impíos que son detestados por los creyentes, como lo podrían ser en cualquier otro país; y saben
215: éstos que aquéllos son sus más encarnizados enemigos.
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Passage 6 of 18
Section 0, Paras 216 to 230, 1335 chars.
216: la Iglesia de Dios como lo fueron los arrianos y todos los antiguos herejes y como lo fueron y son
217: y serán los ingleses. Si cualquiera de las sectas pudiese oprimir a las demás, renovaría los
218: tiempos de Enrique VIII e Isabel; y si los impíos tuviesen fuerzas suficientes nos presentarían en
219: América las sangrientas escenas de la Revolución Francesa. ¿Qué hay, pues, me dirás, qué hay
220: en ese país que tanto se celebra? Un tino social, fruto de la educación y de la experiencia, por el
221: cual los hombres aunque se detesten se respetan, y jamás interrumpen la buena armonía de una
222: concurrencia con insultos personales. Si por desgracia ocurre algún lance desagradable, o falta
223: alguno a esta prudencia que podemos llamar general, el ofendido encuentra muy pronto
224: satisfacción en la conducta y expresiones de la generalidad, y se calma, por decirlo así,
225: quedando la sociedad tranquila y unánime en operación o conducta civil, aunque más que nunca
226: dividida en sentimientos religiosos. Yo sé perfectamente que muchos de los que me tratan con
227: respeto, y a quienes yo trato del mismo modo, si oyeran decir que me había muerto, dirían que
228: había un diablo menos sobre la tierra; pero también estoy seguro de que esos mismos nunca se
229: permitirán el insultarme por no ponerse en ridículo a los ojos de la generalidad. He aquí la fuerza
230: de la opinión.
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Passage 7 of 18
Section 0, Paras 259 to 281, 2030 chars.
259: La experiencia te probará, Elpidio, que éste es el mejor plan de conducta respecto de los
260: impíos, y que toda oposición imprudente sólo sirve para agravar los males. No ignoro que es un
261: deber la defensa de la verdad y un acto de justicia el ilustrar al ignorante, mas esto debe hacerse
262: conforme a los dictámenes de la prudencia, pues no debemos echar margaritas a los puercos.
263: Siempre que se conoce que un individuo está dispuesto a admitir la verdad y que la busca
264: sinceramente, debemos manifestársela y sacarle de su error, si somos capaces de hacerlo; pero
265: si no lo somos, dicta la misma prudencia que nos contentemos con dirigirlo a personas
266: competentes o le suministremos libros que puedan ilustrarlo. Un mal defensor hace mala y
267: pierde la mejor causa. Lo mismo sucede en materia religiosa; y, créeme, Elpidio, que es una
268: desgracia para la religión el que algunos charlatanes se atrevan a defenderla. Por lo regular, la
269: desfiguran y presentan horrorosa y llena de contradicciones que existen en las respuestas necias
270: y no en las doctrinas fundamentales.
271: No creo que pueden darse reglas para determinar estos casos. Juzgo que en esta materia
272: sucede lo que en la medicina, que todas las observaciones presentadas en los libros valen muy
273: poco si el médico no tiene cierto tino, que no puede ser obra del arte sino del talento, delicadeza
274: de sentidos y otras cualidades personales. Es preciso no dejarse llevar de expresiones
275: capciosas y protestas ridículas con que pretenden probar muchos su buena fe, al mismo tiempo
276: que traman el ataque más alevoso contra la religión. Las circunstancias personales y locales
277: deben guiarnos en esta interesante y delicadísima empresa, que si se frustra, produce males a
278: veces incurables, pues se radica mucho más la impiedad gloriándose de su victoria. Sería un
279: absurdo y ridícula vanidad el esperar que siempre que se entre en una disputa sobre religión se
280: consiga convencer y mucho convertir a los impíos con quienes se contiende; y por tanto, no
281: puede ser digno de imprudencia el mal suceso.
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Passage 8 of 18
Section 0, Paras 281 to 293, 1132 chars.
281: Proviene la convicción de innumerables
282: circunstancias del entendimiento que se quiere convencer, y, más que todo, depende de una luz
283: celestial, que no se deriva de los hombres; y por lo que hace a la conversión es fruto de la
284: gracia, que siempre es misteriosa. El mismo San Pablo predicó a concursos numerosos y sólo
285: creyeron los que estaban dispuestos para la vida eterna. Sin embargo, son responsables de los
286: malos efectos de una disputa imprudente los que la emprenden notando por signos bien claros
287: su inutilidad y su peligro. Advierte, amigo mío, que los hombres, cuando quieren instruirse y no
288: vencer y ridiculizar a los que llaman sus contrarios, disputan muy poco y sólo hacen algunas
289: preguntas, oyendo con tranquilidad sus respuestas. Notarás, a veces, cierta reserva que se
290: manifiesta por más que trate de ocultarse, pero este silencio y moderación afectada no puede
291: confundirse con la sincera conducta de un espíritu verdaderamente despreocupado, que trata de
292: ilustrarse. He aquí los únicos síntomas que pueden indicarse para guiarnos en la investigación
293: del estado de enfermedad o mejoría de estos enfermos espirituales.
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Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
395
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Passage 9 of 18
Section 0, Paras 310 to 334, 2286 chars.
310: Yo me atrevería a aconsejar a mis hermanos eclesiásticos que en este punto fuesen mucho
311: más precavidos que los seglares, si bien tienen más medios para defender la causa de la
312: religión. Es preciso no olvidar que empezamos con una gran desventaja y es la de creer muchos
313: que sólo promovemos nuestro interés y que nos duele mucho, no la pérdida de las almas, sino la
314: de nuestras comodidades. Por enormes que sean estas calumnias, vemos que son muy
315: comunes y hallan acogida en personas de quienes acaso no se espera tanta injusticia. Por
316: consiguiente, todo acaloramiento en estas disputas suele presentarse por los impíos como
317: prueba de una disposición hostil en nuestro espíritu, y con suma hipocresía invocan el Evangelio
318: los mismos que lo detestan, sólo para calumniar a los eclesiásticos, haciendo ver que no poseen
319: los sentimientos inspirados por aquel santo libro. Hay otro peligro, aun mayor, y es que los
320: impíos se cuidan muy poco de la verdad; y así es que no les cuesta mucho inventar anécdotas
321: que suponen pasadas en estas disputas, y consiguen ridiculizar a los eclesiásticos. No perdamos
322: de vista que aun los más reflexivos se dejan guiar por impresiones que podamos llamar
323: personales porque son producidas precisamente por la consideración de las personas. De aquí
324: resulta que cuando los ministros de la religión se hacen ridículos por algunas simplezas, o
325: cuando son maliciosamente ridiculizados, siempre sufre la Iglesia; porque el ridículo, como un
326: veneno, va pasando, y extendiéndose cada vez más, llega a producir funestísimos efectos. Muy
327: pocos tienen la ilustración y prudencia necesarias para respetar el culto cuando no se respetan
328: sus ministros. Es, por tanto, incalculable el mal que causan a la religión y a la moral pública los
329: que por una condescendencia criminal, y a veces por miras perversas, animan con sus risas a
330: ciertos bufones, que tienen gran placer en demostrar su despreocupación burlándose de los
331: eclesiásticos. Aun prescindiendo de las consideraciones puramente religiosas, siempre causará
332: un gran perjuicio a la sociedad semejante conducta respecto de los ministros de su culto. Esto,
333: por su parte, deben evitarlo de todas maneras, pues nada gana la Iglesia con sus buscados e
334: innecesarios sufrimientos, antes pierde mucho la causa de la religión.
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Passage 10 of 18
Section 0, Paras 335 to 364, 2676 chars.
335: Suelen los piadosos llegar a disgustarse tanto por las majaderías de los impíos, que pasan
336: una vida llena de amargura. Si ésta proviene del sentimiento de ver tantos miserables en tan
337: horrible estado, sin duda es muy fundada, y prueba un alma verdaderamente cristiana; pero si
338: proviene del sufrimiento personal, en consecuencia de los ataques de estos furiosos, lejos de ser
339: un sentimiento propiamente religioso, es una debilidad manifiesta y una disimulada soberbia. La
340: mitad de los que se quejan de los impíos acaso no se acordarían de ellos si pudiesen verse
341: libres de sus insultos. No así la caridad cristiana, mí amado Elpidio: antes procura sufrir y sufre
342: con cierto placer inexplicable, si de este modo puede contribuir al bien de otros y a la gloria de
343: Dios.
344: Permíteme, querido Elpidio, que transcriba un párrafo del incomparable Bossuet en su
345: elocuentísimo sermón sobre la unidad de la Iglesia, en que haciéndose cargo de las aflicciones
346: que pasan los justos por la difusión de la impiedad, representa uno de estos espíritus
347: atormentados y le dirige las siguientes palabras: “Me dirás: se encuentran tantos impíos; su
348: número es infinito, que no puede vivir en su compañía. Hermano mío, ¿adónde irás?
349: Encontrarás impíos por toda la tierra, hállanse por todas partes mezclados con los buenos: algún
350: día se corregirán, mas aun no ha llegado su hora. ¿Qué debemos hacer entretanto? Separarnos
351: en el corazón, reprenderlos con libertad a fin de que se corrijan; y si no corrigiesen debemos
352: sufrirlos con caridad para confundirlos. Hermanos míos, no sabemos los consejos de Dios, hay
353: inicuos que se corregirán y es preciso esperar con paciencia; hay otros que perseverarán en su
354: malicia y puesto que Dios los sufre, ¿no deberemos nosotros sufrirlos? Algunos están destinados
355: a ejercitar la virtud en unos y castigar el crimen en otros; serán quitados del medio cuando
356: terminen su obra... no anticipemos este juicio. Amad a vuestros hermanos, dice San Juan (I.
357: Joan, 2, 10) y no sufriréis ningún escándalo. ¿Por qué?, dice San Agustín; porque el que ama a
358: su hermano sufre todo por conservar la unidad.”(Bossuet, tom. 2, p. 63 y 64.)
359: Si el espíritu que guió la pluma del enérgico y piadoso Bossuet moviese el corazón en los
360: que tanto se quejan de la multitud de impíos, el mal sería mucho menos sensible; pero
361: desgraciadamente se observa que la mayor parte de estos lamentadores desean encontrar
362: objeto de sus lamentos y lo fingen cuando no lo encuentran. Apenas hay un hombre ilustrado, a
363: quien cierta multitud de fanáticos piadosos, que siempre abundan, no representen como el
364: mayor impío; y otros fanáticos pícaros, o fanáticos fingidos, no calumnien del modo más inicuo.
365:
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Passage 11 of 18
Section 0, Paras 414 to 437, 2203 chars.
414: Esta digresión, que acaso te parecerá inoportuna, tiene por objeto manifestar que el poco
415: tino en atacar la impiedad en los primeros pasos de la juventud, cuando las pasiones empiezan a
416: soltarse; el poco tino en manejar a los jóvenes en la edad más peligrosa de la vida, es la causa
417: de la desmoralización de muchos; que se hace inexplicable a los irreflexivos, que dicen, con gran
418: sorpresa, “¡y se educó en un colegio!”sin expresar qué colegio y manejado por qué cabezas. A la
419: verdad, mi Elpidio, que son tan pocos los colegios que valen algo sobre este punto, que un
420: hombre de juicio, lejos de sorprenderse del que parece un fenómeno, encontraría su causa muy
421: natural en el mismo hecho que se presenta para hacerlo extraordinario, y diría que tal joven es
396
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
422: impío precisamente porque se educó en un colegio. Hace muchos años que la lectura del
423: juiciosísimo Tratado de Estudios de Rollin me abrió los ojos, por decirlo así, sobre esta materia; y
424: créeme, que desde entonces no he cesado de hacer observaciones, que todas ellas me han
425: confirmado en las luminosas ideas de aquel sabio maestro y prudente director de la juventud. En
426: muchos colegios, y aun diré en la mayor parte, se descuida enteramente el interesante objeto de
427: la religión, inspirándose de este modo cierto desprecio, o por lo menos, cierta indiferencia acerca
428: de ella; y en otros tratan los profesores de inspirarla a la moruna, a fuerza de castigos, que sólo
429: producen un odio mortal hacia los que los imponen y una aversión completa e indeleble al objeto
430: que los causa. No debe haber indulgencia alguna con los jóvenes en materia de impiedad, pero
431: conviene que sólo perciban nuestro disgusto, y oigan en vez de oprobios, cariñosas
432: insinuaciones, y que aun para los actos religiosos que no deben omitir se les conduzca con
433: suavidad. Puedo decirte, por experiencia, que los jóvenes siempre aman cuando conocen que
434: son amados y el que tiene la felicidad de conseguir su amor está seguro de manejarlos como le
435: parezca, pues llegan a formar un juicio favorable de los objetos por la buena idea que tienen del
436: que los propone y así es que entran en el examen sin repugnancia y sin preocupación, o más
437: bien con la saludable en favor de la virtud.
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Passage 12 of 18
Section 0, Paras 440 to 452, 1116 chars.
440: os premios sirven para formar hipócritas especuladores y establecer en
441: el corazón de los jóvenes una religión puramente humana, porque se acostumbran a agradar a
442: los hombres y a esperar de ellos lo que sólo deben esperar de Dios, pudiendo al fin aplicárseles
443: las palabras del Evangelio: “ya recibieron su paga”(acceperunt merceden suam). Los castigos,
444: por otra parte, destruyen los sentimientos verdaderamente religiosos y producen también la
445: hipocresía, aunque de un carácter muy distinto, porque es reservada y en cierto modo feroz. Es,
446: pues, evidente que todo estímulo o compulsión religiosa, que no es conforme a la misma religión,
447: sólo sirve para destruirla, y por tanto, solo debe estimularse con la elevación de las ideas
448: celestiales y los atractivos de la virtud y sólo debe compelerse con los horrores del crimen y las
449: iras de un Dios vengador. Aun en esto debe haber mucha prudencia, pues un sermón continuo
450: llega a ser una cantinela, principalmente para los jóvenes, que no pueden sufrir por mucho
451: tiempo unos pensamientos tan serios. El que quiera que un joven no tenga religión háblele
452: siempre de ellas.
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Passage 13 of 18
Section 0, Paras 462 to 472, 946 chars.
462: En cuanto a la religión, viendo que ha sido combatida por hombres muy
463: notables y que sus ataques prueban, como ellos dicen, fuerza de espíritu, nada puede halagar
464: tanto su deseo de demostrar perfección intelectual como el presentarse en la palestra cual
465: campeones denodados. Desde la infancia se les ha enseñado la religión (aunque la mayor parte
466: sólo aprendieron a saber que existe), y sus madres, conservando el dominio absoluto que les da
467: la niñez, solían llevarlos al templo y hacerles practicar algunos ejercicios religiosos.
468: Persuádense, pues, que el primer paso que deben dar para demostrar que ya son hombrecitos y
469: que ya han salido, como suele decirse, de las faldas de la madre, es empezar a hablar, no con
470: franqueza, sino con osadía, sobre materias de religión. Si logran opositores, tanto mejor para su
471: intento; juzgan de su valor por el caso que se hace de ellos y se consideran por este mero hecho
472: unos hombres de gran consecuencia.
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Passage 14 of 18
Section 0, Para 560, 16 chars.
560: almas sensibles.
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Passage 15 of 18
Section 0, Paras 609 to 628, 1755 chars.
609: A veces proviene este horrible crimen del carácter vano de muchas mujeres, que en este
610: como en otros muchos casos suelen ser víctimas de un deseo de ser elogiadas; otras veces, es
611: afecto de enamoramiento, por agradar a la persona que aman, si ésta por desgracia no tiene
612: religión; y otras veces, aunque muy raras, proviene de perversidad de corazón y de las diversas
613: causas que ya he indicado en otra de mis cartas. Estas observaciones pueden guiarnos en el
614: manejo de tan perjudiciales impías, pues deben tratarse de distinta manera, según el origen de
615: su mal, y toda equivocación en este punto puede tener muy funestas consecuencias.
616: En cuanto a las mujeres impías por mera vanidad, es preciso que consideremos que la
617: mayor parte de ellas proviene de un deseo de presentarse superiores a su sexo, que siempre es
618: débil y piadoso, y de aproximarse al carácter varonil que envidian sobremanera. No sé, mí
619: querido Elpidio, si habrás notado que esta clase de mujeres es más numerosa de lo que tal vez
620: creen algunos irreflexivos. Figúranse muchos que las mujeres se hallan muy contentas con sus
621: privilegios y que sólo envidian las fuerzas físicas y la representación social de los hombres; pero
622: se equivocan mucho, pues existe por lo menos en muchas de ellas un deseo de igualarlos en
623: todo y sienten no pertenecer a corporaciones literarias y a toda junta en que las luces deben
624: guiar la sociedad. Entre otros ejemplos clásicos podría citar el de la célebre Madame Staël, que
625: tanto ha admirado a la Francia y puedo decir a toda la Europa con sus obras. Todos los que la
626: trataron aseguran no podía disimular sus sentimientos de no ser hombre o poder manejarse
627: como tal, y aunque conservaba las manías de su sexo, siempre se presentó como si no le
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
397
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
628: perteneciese.
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Passage 16 of 18
Section 0, Paras 802 to 811, 767 chars.
802: Este desprecio produjo un efecto admirable,
803: porque el pueblo conoció que el silencio era una medida prudente para no dar margen a
804: mayores escándalos. También tuvimos en consideración que una cuestión hubiera producido
805: mucho dinero a los especuladores que movían la máquina y este interés pecuniario hubiera
806: hecho interminable toda disputa. Siempre lamentaremos la corrupción de costumbres, que causó
807: esta mujer infeliz, mas habremos al mismo tiempo el consuelo de no haber aumentado el mal
808: con medidas imprudentes y de haber defendido la religión de un modo el más noble y eficaz, sin
809: que nadie, aun los más impíos, sospechase la más ligera debilidad. ¡Cuántas imitadoras de
810: Fanny Wright encontramos por todas partes, aunque menos descaradas, pero no menos
811: perversas!
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Passage 17 of 18
Section 0, Paras 825 to 848, 2130 chars.
825: He querido hacer estas observaciones, para probar que la impiedad de las mujeres por lo
826: común proviene de la de los hombres y que el único medio de manejar estas impías es, como ya
827: he hecho, hacer que conozcan que no se nos oculta su miseria y que no damos otro valor a sus
828: palabras que el que tiene su pasión, que es ninguno. De este modo se consigue disgustarlas de
829: sí mismas, y faltando o aminorándose la vanidad, no es difícil que sigan los dictámenes de la
830: recta razón y sana moral. Es preciso tratarlas en su línea como a las rameras en la suya, pues
831: en ambas clases de mujeres perdidas tiene el crimen un mismo origen, aunque no siempre se
832: hallan juntos ambos defectos. No sé si habrás notado que la incredulidad no es muy común en
833: las prostitutas y más bien son personas obstinadas en sus crímenes, con la vana esperanza de
834: enmendarse; y no bien se hallan en peligro de muerte cuando ellas mismas piden ser
835: reconciliadas con Dios y con su Iglesia. No me acuerdo de haber encontrado una sola incrédula.
836: ¿De qué proviene esta fe aunque muerta? De la gracia que sin ser santificante prepara a la
837: santificación y excita al alma continuamente para sacarla de un estado tan miserable; pero
838: también hay otra causa y es que la incredulidad no traería ventaja alguna en cuanto a las miras
839: temporales de estas miserables; y así es que no se cuidan mucho de pensar sobre puntos de
840: religión, puesto que aun cuando ésta no existiese serían tratadas del mismo modo en la
841: sociedad. Por lo que hace a los remordimientos de la conciencia no puede acallarlos la impiedad,
842: que mucho menos cuando ellas mismas conocen su depravado origen, pues viene a ser un
843: recurso subsecuente a la comisión de crímenes que tratan de continuar. Es, por tanto, mucho
844: más lamentable la situación de las impías decentes que la de estas mujeres inmorales, aunque
845: el mundo dé a veces títulos muy honrosos a aquellas perversas, que causan mucho mayores
846: daños; pues una prostituta no tiene influjo para inducir a muchas a que lo sean y una impía
847: condecorada y aplaudida ejerce con gran poder sobre las jóvenes de su sexo y arrastra muchas
848: de ellas a la perdición.
849:
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Passage 18 of 18
Section 0, Paras 889 to 901, 1118 chars.
889: He aquí otro inconveniente de mucha consideración para la reforma de las costumbres y
890: restablecimiento del orden social, que jamás puede ser guardado cuando está en manos de los
891: impíos. Es sabido que las ciudades menores y mucho más las de provincia toman siempre por
892: modelo la corte y que el espíritu de imitación llega a ser extremo. De aquí resulta que muy pronto
893: se encuentran filósofas de provincia e impías descaradas, que se consideran discípulas de las
894: que desmoralizan la capital; y los especuladores, que creen ganar cerca del trono agradando a
895: estas indecentes que mueven a los que rodean a los monarcas, no cesan de celebrar a las
896: ilustradas provinciales para que los recomienden y sacar partido. Este es el mundo, Elpidio, y
897: ojalá pudieran todos conocerlo. Lo más sensible es que los mundanos son los que menos
898: conocen el mundo y teniendo grandes pretensiones al saber, presenta una gran dificultad su
899: corrección. Llevan un golpe tras otro y los desengaños se suceden, pero tal es la vana idea que
900: han formado de su mérito y experiencia, que siempre atribuyen a casualidad los resultados de su
901: ignorancia.
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Node 10 of 16
corporales
Passage 1 of 5
Section 0, Paras 453 to 462, 837 chars.
453: Yo desearía, mi amado Elpidio, que los que dirigen a los jóvenes no olvidasen una
454: debilidad, en que casi todos incurren y de que debemos prevalernos para beneficios de ellos
455: mismos. No hay niño que no quiera ser grande en cuerpo y no hay joven que no quiera serlo en
456: ideas y sentimientos. De aquí proviene que así como los niños procuran todas las ocasiones de
457: levantar pesos que ellos consideran enormes y de ostentar de todos modos que se van
458: aproximando al estado perfecto de la naturaleza, cuando ya todas las facultades físicas han
459: adquirido su entero vigor; así los jóvenes que ya consideran haber llegado o no distar mucho de
460: ese estado de perfección, aspiran a manifestar que también han llegado al de las perfecciones
461: intelectuales; y así es que siempre emprenden cosas arduas y se creen capaces de cualquier
462: trabajo científico.
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398
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
Passage 2 of 5
Section 0, Paras 590 to 608, 1738 chars.
590: ¡Con cuánta pena advertimos diariamente los progresos de la impiedad, donde no parece
591: que deben esperarse, quiero decir, en el bello sexo! Esta es la clase más peligrosa, por los
592: privilegios que la sociedad le ha concedido y por el grandísimo influjo que tiene en ellas. Debe
593: ponerse todo empeño en manejar esta familia, que si se desatiende causa la ruina del pueblo.
594: Acaso te causará risa el que yo pretenda dar reglas para manejar las mujeres, que no tienen
595: más ley que su capricho y sólo son constantes en la inconstancia. Tal es el lenguaje común y de
596: él se prevalen para hacer lo que les da la gana; y a veces se les antoja causar males enormes, y
597: después se quedan tan frescas como si hubieran esparcido un puñado de flores. Los hombres
598: irreflexivos son los encaprichados y de ellos se burlan completamente cuatro muchachuelas cuyo
599: capricho e inconstancia es pura afectación, pues, en realidad, tienen más constancia en sus
600: proyectos que los hombres más firmes y decididos. El privilegio de causar mal difundiendo la
601: impiedad no debe concederse a ningún sexo, clase o condición; antes debe impedirse tan
602: horrible atentado por medios prudentes. Yo siempre he creído que por una ignorancia que llaman
603: atención y política, se han inutilizado las mujeres y al paso que se la ha hecho desgraciadas, en
604: cierto modo, se las ha dado la facultad de causar muchas desgracias. Sin embargo, sería muy
605: ridículo el empeño de reformar la sociedad en este punto y sólo conviene tomar las precauciones
606: necesarias para impedir los males. Ya he observado que muchas señoras fomentan la impiedad
607: de los hombres aprobando y oyendo con gusto sus blasfemias; y ahora quiero que notes, mi caro
608: Elpidio, que también suelen ser ellas las impías y blasfemas.
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Passage 3 of 5
Section 0, Paras 609 to 628, 1755 chars.
609: A veces proviene este horrible crimen del carácter vano de muchas mujeres, que en este
610: como en otros muchos casos suelen ser víctimas de un deseo de ser elogiadas; otras veces, es
611: afecto de enamoramiento, por agradar a la persona que aman, si ésta por desgracia no tiene
612: religión; y otras veces, aunque muy raras, proviene de perversidad de corazón y de las diversas
613: causas que ya he indicado en otra de mis cartas. Estas observaciones pueden guiarnos en el
614: manejo de tan perjudiciales impías, pues deben tratarse de distinta manera, según el origen de
615: su mal, y toda equivocación en este punto puede tener muy funestas consecuencias.
616: En cuanto a las mujeres impías por mera vanidad, es preciso que consideremos que la
617: mayor parte de ellas proviene de un deseo de presentarse superiores a su sexo, que siempre es
618: débil y piadoso, y de aproximarse al carácter varonil que envidian sobremanera. No sé, mí
619: querido Elpidio, si habrás notado que esta clase de mujeres es más numerosa de lo que tal vez
620: creen algunos irreflexivos. Figúranse muchos que las mujeres se hallan muy contentas con sus
621: privilegios y que sólo envidian las fuerzas físicas y la representación social de los hombres; pero
622: se equivocan mucho, pues existe por lo menos en muchas de ellas un deseo de igualarlos en
623: todo y sienten no pertenecer a corporaciones literarias y a toda junta en que las luces deben
624: guiar la sociedad. Entre otros ejemplos clásicos podría citar el de la célebre Madame Staël, que
625: tanto ha admirado a la Francia y puedo decir a toda la Europa con sus obras. Todos los que la
626: trataron aseguran no podía disimular sus sentimientos de no ser hombre o poder manejarse
627: como tal, y aunque conservaba las manías de su sexo, siempre se presentó como si no le
628: perteneciese.
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Passage 4 of 5
Section 0, Paras 634 to 652, 1622 chars.
634: En cuanto a la gracia, es muy difícil
635: conseguirla sin talento, y la rareza trae consigo el ridículo, a menos que por circunstancias
636: particulares no se haya conciliado la admiración. Creen, pues, que la impiedad puede llenar este
637: objeto, por haber tantos célebres impíos y tantos impíos de tertulia, que al instante se unen a
638: esta miserable, sólo porque les sirven de apoyo y para divertirse. He aquí el secreto de muchas
639: impías feo-tontas.
640: ¿Cuál será, pues el remedio? No celebrarlas. Este es el mayor castigo y la mejor cura;
641: pero, al mismo tiempo, es preciso que no comprendan que se ha conocido el origen de su
642: enfermedad. Esto equivaldría a declararlas feas, y ya escribía yo en otra ocasión que las mujeres
643: jamás perdonan al que las da tal nombre. Sin duda, es preciso mucho tino para dejar que
644: perciban nuestra desaprobación y no su causa; pero esta reserva es tan necesaria, que cuando
645: no puede conseguirse, o se teme no salir avante, el mejor partido es evitar el trato, y si fuere
646: necesario, sólo resta el silencio. Mi Elpidio, no insultes a mujer alguna, pues todas ellas, en este
647: caso, se convierten en víboras, que jamás lograrás amansar. El modo más seguro de ratificarlas
648: en su impiedad sería ponerlas en el caso de defenderse contra la sospecha de que es sólo un
649: recurso para suplir la falta de talento y de belleza. Una mujer, en tales circunstancias, jamás
650: cede, pues bien se echa de ver que esto sería confesar que se conocen a sí mismas y no dudan
651: que son tontas y feas. El mero sonido de estas voces hace saltar a una mujer, y jamás las
652: pronuncies en su presencia si no quieres exponerte a un mal rato.
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Passage 5 of 5
Section 0, Paras 825 to 848, 2130 chars.
825: He querido hacer estas observaciones, para probar que la impiedad de las mujeres por lo
826: común proviene de la de los hombres y que el único medio de manejar estas impías es, como ya
827: he hecho, hacer que conozcan que no se nos oculta su miseria y que no damos otro valor a sus
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
828: palabras que el que tiene su pasión, que es ninguno. De este modo se consigue disgustarlas de
829: sí mismas, y faltando o aminorándose la vanidad, no es difícil que sigan los dictámenes de la
830: recta razón y sana moral. Es preciso tratarlas en su línea como a las rameras en la suya, pues
831: en ambas clases de mujeres perdidas tiene el crimen un mismo origen, aunque no siempre se
832: hallan juntos ambos defectos. No sé si habrás notado que la incredulidad no es muy común en
833: las prostitutas y más bien son personas obstinadas en sus crímenes, con la vana esperanza de
834: enmendarse; y no bien se hallan en peligro de muerte cuando ellas mismas piden ser
835: reconciliadas con Dios y con su Iglesia. No me acuerdo de haber encontrado una sola incrédula.
836: ¿De qué proviene esta fe aunque muerta? De la gracia que sin ser santificante prepara a la
837: santificación y excita al alma continuamente para sacarla de un estado tan miserable; pero
838: también hay otra causa y es que la incredulidad no traería ventaja alguna en cuanto a las miras
839: temporales de estas miserables; y así es que no se cuidan mucho de pensar sobre puntos de
840: religión, puesto que aun cuando ésta no existiese serían tratadas del mismo modo en la
841: sociedad. Por lo que hace a los remordimientos de la conciencia no puede acallarlos la impiedad,
842: que mucho menos cuando ellas mismas conocen su depravado origen, pues viene a ser un
843: recurso subsecuente a la comisión de crímenes que tratan de continuar. Es, por tanto, mucho
844: más lamentable la situación de las impías decentes que la de estas mujeres inmorales, aunque
845: el mundo dé a veces títulos muy honrosos a aquellas perversas, que causan mucho mayores
846: daños; pues una prostituta no tiene influjo para inducir a muchas a que lo sean y una impía
847: condecorada y aplaudida ejerce con gran poder sobre las jóvenes de su sexo y arrastra muchas
848: de ellas a la perdición.
849:
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Node 11 of 16
estéticos
Passage 1 of 5
Section 0, Paras 503 to 514, 1033 chars.
503: Puedo asegurar, Elpidio, por experiencia propia, que algunos de los jóvenes que ambos
504: apreciamos por su honradez y principios religiosos, me alarmaron mucho en la edad que
505: propiamente podemos llamar peligrosa, quiero decir de quince a dieciocho. Estos tres años de la
506: vida exigen gran atención y prudencia de parte de los encargados de la juventud. Es muy raro el
507: joven que en este período no dé signos más o menos sensibles de una lamentable impiedad, y
508: ya he insinuado de qué modo deben manejarse. Conviene tomar algunas precauciones que
509: hagan innecesarias la corrección y entre ellas, creo que una de las principales consiste en
510: distraer últimamente el ánimo de los jóvenes y aplicarlos al mismo tiempo a estudios sólidos,
511: pero sin contacto con la religión ni la moral. Deben evitarse todas las cuestiones puramente
512: especulativas y nutrirlos con una cantidad escogida de conocimientos prácticos. Por esta razón,
513: opino que es la edad en que más conviene aplicarlos a la música y al dibujo, las matemáticas, la
514: física y la química.
515:
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Passage 2 of 5
Section 0, Paras 529 to 549, 1875 chars.
529: Acuérdome haberle oído decir muchas veces a uno de mis maestros, que para bien de
530: la juventud se halla a la cabeza de uno de los más acreditados establecimientos literarios de mí
531: patria, que nada le tranquilizaba tanto como el sonido de un instrumento tocado por alguno de
532: los alumnos. “Este sonido, decía, me indica lo que piensa y lo que hace el que lo produce y
533: acaso muchos de los que le rodean, y mientras un muchacho está tocando su instrumento, yo no
534: necesito cuidarlo. Yo respondo de su cuerpo y de su alma.”¡Cuántas veces me he acordado,
535: Elpidio, de esta juiciosa observación, que entre otras muchas conservo como tesoro inestimable,
536: con que me enriqueció un hombre a quien olvidaré con la muerte!
537: Por la misma razón, opino que el estudio de las matemáticas y el de la física y la química
538: deben fomentarse como antídoto contra la corrupción de la juventud y de impiedad en los años
539: peligrosos. Es claro que mientras un joven se ocupa de resolver un problema de geometría, su
540: alma está separada de este mundo y se halla como un sueño utilísimo, porque al paso que evita
541: todos los objetos que podían perjudicarle, fija la atención sobre verdades sólidas, y aplicables sin
542: temor de errar, y va poco a poco acostumbrando su entendimiento a no alimentarse de ilusiones
543: ni gustar de disputas en que nada puede resolverse. He aquí la gran ventaja, he aquí el remedio
544: para los casos en que, por relaciones sociales, se ven los jóvenes entre personas imprudentes
545: que suscitan cuestiones religiosas. Un joven matemático descubre muy pronto que estos
546: charlatanes no tienen orden en sus ideas y que su lenguaje es ridículo. De aquí suele resultar un
547: efecto muy contrario al que se proponen estos pedantes, y es que lejos de mofar, son ellos los
548: mofados, y Dios le libre a uno de caer en manos de muchachos, que ora tiren piedras, o
549: chufletas sarcásticas: siempre son los mismos.
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Passage 3 of 5
Section 0, Paras 590 to 608, 1738 chars.
590: ¡Con cuánta pena advertimos diariamente los progresos de la impiedad, donde no parece
591: que deben esperarse, quiero decir, en el bello sexo! Esta es la clase más peligrosa, por los
592: privilegios que la sociedad le ha concedido y por el grandísimo influjo que tiene en ellas. Debe
593: ponerse todo empeño en manejar esta familia, que si se desatiende causa la ruina del pueblo.
594: Acaso te causará risa el que yo pretenda dar reglas para manejar las mujeres, que no tienen
595: más ley que su capricho y sólo son constantes en la inconstancia. Tal es el lenguaje común y de
400
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
596: él se prevalen para hacer lo que les da la gana; y a veces se les antoja causar males enormes, y
597: después se quedan tan frescas como si hubieran esparcido un puñado de flores. Los hombres
598: irreflexivos son los encaprichados y de ellos se burlan completamente cuatro muchachuelas cuyo
599: capricho e inconstancia es pura afectación, pues, en realidad, tienen más constancia en sus
600: proyectos que los hombres más firmes y decididos. El privilegio de causar mal difundiendo la
601: impiedad no debe concederse a ningún sexo, clase o condición; antes debe impedirse tan
602: horrible atentado por medios prudentes. Yo siempre he creído que por una ignorancia que llaman
603: atención y política, se han inutilizado las mujeres y al paso que se la ha hecho desgraciadas, en
604: cierto modo, se las ha dado la facultad de causar muchas desgracias. Sin embargo, sería muy
605: ridículo el empeño de reformar la sociedad en este punto y sólo conviene tomar las precauciones
606: necesarias para impedir los males. Ya he observado que muchas señoras fomentan la impiedad
607: de los hombres aprobando y oyendo con gusto sus blasfemias; y ahora quiero que notes, mi caro
608: Elpidio, que también suelen ser ellas las impías y blasfemas.
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Passage 4 of 5
Section 0, Paras 634 to 652, 1622 chars.
634: En cuanto a la gracia, es muy difícil
635: conseguirla sin talento, y la rareza trae consigo el ridículo, a menos que por circunstancias
636: particulares no se haya conciliado la admiración. Creen, pues, que la impiedad puede llenar este
637: objeto, por haber tantos célebres impíos y tantos impíos de tertulia, que al instante se unen a
638: esta miserable, sólo porque les sirven de apoyo y para divertirse. He aquí el secreto de muchas
639: impías feo-tontas.
640: ¿Cuál será, pues el remedio? No celebrarlas. Este es el mayor castigo y la mejor cura;
641: pero, al mismo tiempo, es preciso que no comprendan que se ha conocido el origen de su
642: enfermedad. Esto equivaldría a declararlas feas, y ya escribía yo en otra ocasión que las mujeres
643: jamás perdonan al que las da tal nombre. Sin duda, es preciso mucho tino para dejar que
644: perciban nuestra desaprobación y no su causa; pero esta reserva es tan necesaria, que cuando
645: no puede conseguirse, o se teme no salir avante, el mejor partido es evitar el trato, y si fuere
646: necesario, sólo resta el silencio. Mi Elpidio, no insultes a mujer alguna, pues todas ellas, en este
647: caso, se convierten en víboras, que jamás lograrás amansar. El modo más seguro de ratificarlas
648: en su impiedad sería ponerlas en el caso de defenderse contra la sospecha de que es sólo un
649: recurso para suplir la falta de talento y de belleza. Una mujer, en tales circunstancias, jamás
650: cede, pues bien se echa de ver que esto sería confesar que se conocen a sí mismas y no dudan
651: que son tontas y feas. El mero sonido de estas voces hace saltar a una mujer, y jamás las
652: pronuncies en su presencia si no quieres exponerte a un mal rato.
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Passage 5 of 5
Section 0, Paras 825 to 848, 2130 chars.
825: He querido hacer estas observaciones, para probar que la impiedad de las mujeres por lo
826: común proviene de la de los hombres y que el único medio de manejar estas impías es, como ya
827: he hecho, hacer que conozcan que no se nos oculta su miseria y que no damos otro valor a sus
828: palabras que el que tiene su pasión, que es ninguno. De este modo se consigue disgustarlas de
829: sí mismas, y faltando o aminorándose la vanidad, no es difícil que sigan los dictámenes de la
830: recta razón y sana moral. Es preciso tratarlas en su línea como a las rameras en la suya, pues
831: en ambas clases de mujeres perdidas tiene el crimen un mismo origen, aunque no siempre se
832: hallan juntos ambos defectos. No sé si habrás notado que la incredulidad no es muy común en
833: las prostitutas y más bien son personas obstinadas en sus crímenes, con la vana esperanza de
834: enmendarse; y no bien se hallan en peligro de muerte cuando ellas mismas piden ser
835: reconciliadas con Dios y con su Iglesia. No me acuerdo de haber encontrado una sola incrédula.
836: ¿De qué proviene esta fe aunque muerta? De la gracia que sin ser santificante prepara a la
837: santificación y excita al alma continuamente para sacarla de un estado tan miserable; pero
838: también hay otra causa y es que la incredulidad no traería ventaja alguna en cuanto a las miras
839: temporales de estas miserables; y así es que no se cuidan mucho de pensar sobre puntos de
840: religión, puesto que aun cuando ésta no existiese serían tratadas del mismo modo en la
841: sociedad. Por lo que hace a los remordimientos de la conciencia no puede acallarlos la impiedad,
842: que mucho menos cuando ellas mismas conocen su depravado origen, pues viene a ser un
843: recurso subsecuente a la comisión de crímenes que tratan de continuar. Es, por tanto, mucho
844: más lamentable la situación de las impías decentes que la de estas mujeres inmorales, aunque
845: el mundo dé a veces títulos muy honrosos a aquellas perversas, que causan mucho mayores
846: daños; pues una prostituta no tiene influjo para inducir a muchas a que lo sean y una impía
847: condecorada y aplaudida ejerce con gran poder sobre las jóvenes de su sexo y arrastra muchas
848: de ellas a la perdición.
849:
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NVivo revision 2.0.163
Licensee: casa
Project: Carta 1 Tomo I
User: Administrator Date: 05/05/2012 - 16:24:35
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
401
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
DOCUMENT TEXT REPORT
Document:
Carta 4 Tomo I
Created: 29/11/2011 - 10:18:02
Modified: 05/05/2012 - 16:23:45
Description:
Tomo Primero
Document Text:
1: Tomo Primero
2: Carta Cuarta
3: Extensión de la impiedad.
4: Modo de tratar los impíos
5: Cubre la tierra, mi amado Elpidio, cual sombra funesta la ominosa y pérfida impiedad, que
6: diseminada por todas partes corrompe, destruye y aniquila a los míseros que la abrigan; y el
7: gran número de las víctimas, es un signo del gran poder que las sacrifica. No hay clase ni
8: condición que se vea libre de ella, no hay lugar ni tiempo en que no ejerza sus crueldades, no
9: hay objeto que la distraiga, ni barrera que la detenga; todo lo desprecia, todo lo ultraja, todo lo
10: derroca, todo lo holla; y bárbara, indómita, atrevida e insolente blasona de sus triunfos sobre la
11: virtud, la ciencia y la religión, que atadas a su detestable carro gimen sobre un suelo, que en
12: vano han procurado colmar de beneficios. Ya en mis cartas anteriores he hecho ver las causas y
13: efectos de este cáncer de la sociedad, y ahora me propongo manifestarte su extensión.
14: Gradúanla muchos por el número de los charlatanes que no siendo capaces de hacerse notables
15: de otro modo, han adoptado el de presentarse como impíos; mas este cálculo es muy
16: equivocado, pues ni estos miserables forman todos el número y muchos de ellos acaso no
17: pertenecen a él sino en apariencia. Son más débiles que depravados, y en los momentos en que
18: se olvidan del papel que quieren representar, dan indicios bien patentes de su farsa. Otros
19: computan la extensión de la impiedad por el número de las obras que la promueven; y este
20: cómputo sería correcto si la mitad de esas obras no fuese un fruto de la codicia, y a veces del
21: hambre, y no de la convicción del entendimiento. Creo que sabrás, mi amigo, que en Francia
22: (nación famosa por cuanto hay de grande y cuanto hay de ridículo), hace mucho tiempo que el
23: oficio de escritor es como el de carpintero, que está a las órdenes del que quiera emplearlo para
24: hacer la pieza que le pidan, sin averiguar otra cosa que el precio que debe pagarse. Muchos de
25: estos escritores componen una novena piadosísima para una sociedad religiosa y en seguida el
26: libro más impío por orden de un librero, que acaso imprime por su cuenta ambas obras como
27: objeto de mera especulación. Yo no ignoraba estos hechos, mas tuve un comprobante de ellos
28: por informe de nuestro común amigo..., quien tuvo en sus manos una de estas novenas y supo
29: su autor por el mismo librero que la vendía.
30: Bien sé que esta misma facilidad en hablar contra la religión, esta indiferencia a escribir en
31: favor o en contra de ella, y el mismo interés que encuentran los especuladores en publicar las
32: obras impías, prueban que sus sentimientos de piedad se hallan extinguidos; y si no tomásemos
33: en consideración otras razones, yo también diría que el juicio es exactísimo; pero yo distinguiré
34: siempre los frutos de la necesidad, de los que provienen de un estado habitual del espíritu. Si se
35: habla de una impiedad bien podremos llamar chocarrería, yo convengo con los que así piensan;
36: y también confieso, aun hablando de la impiedad formal, o una verdadera e ingenua admisión de
37: los principios irreligiosos; mas debo, en honor del género humano, asegurar que no es tan
38: común como se pretende. Repito que la impiedad se halla en todas las clases, y esto hace que
39: se presente con un poder exagerado; repito que por todas partes se notan sus estragos, y esto
40: hace creer a muchos que su acción es general; pero advierte, mi caro Elpidio, que siempre ha
41: sido una desgracia y una fortuna de las clases el que se las apropie una denominación buena o
42: mala por la conducta de un gran número; que, sin embargo, es insignificante respecto a la
43: totalidad.
44: Ya en primera carta procuraré llamar tu atención sobre este punto, considerando como un
45: ardid de los déspotas el exagerar los progresos de la impiedad, que siendo reales, en mucha
46: parte dan fundamento a la ficción que sirve a un gran interés de la política. ¿Dirías que hay
402
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
47: muchos virtuosos donde hay muchos que fingen serlo? Pues lo mismo debes decir que hay
48: muchos impíos donde hay muchos que se presentan como tales. No ignoro que la piedad se
49: pierde por el mero hecho de hacer ostentación de ser impío, mas esto debe entenderse de
50: moralidad, que no puede ser justa siendo perversa, pero no del estado de entendimiento. He
51: aquí por qué, contra mi costumbre, te he recordado los dos términos escolásticos de impiedad
52: formal y material, pues seguramente explican con toda exactitud este asunto. Los impíos por
53: convicción, aunque errónea, y que más bien puede llamarse alucinamiento, no dejan de serlo
54: con facilidad, antes es preciso vencerlos; mas los títeres de moda bailan de cualquier manera y
55: son reprensibles más en su conducta que en sus ideas. Sabido es que la menor duda admitida
56: con obstinación por nuestro entendimiento acerca de un dogma constituye un hereje, y en cuanto
57: a la vida eterna, produce los mismos efectos que la negación más completa de una verdad
58: revelada; pero es innegable que la impiedad no está radicada cuando el entendimiento aun no
59: confía en sus dictámenes y admite, siquiera como posible, la existencia de los misterios.
60: Resulta, pues, de estas observaciones, que los impíos obstinados no son tan numerosos
61: como tímida o astutamente se quiera suponer; puesto que la mayor parte de ellos son
62: especuladores, que no tratarían de reprimir los sentimientos religiosos de su corazón, antes
63: procurarían fomentarlos si encontrasen en éstos interés. La corrupción de todas las clases de la
64: sociedad suele afectar de tal manera la mente de los devotos, que la consideran como un
65: enfermo desahuciado, y acaso como un moribundo, que ya no da esperanza y sólo puede ser
66: objeto del llanto. ¡Cuántos males se derivan de estas ideas! Trátase ya, no de atraer, sino de
67: evitar los impíos; no de curarlos sino de abandonarlos en su grave enfermedad, que justamente
68: consideran muy contagiosa. En consecuencia, se aumenta el número de ellos, porque se
69: consideran invencibles, o porque considerándose como otro bando o partido, que se supone ya
70: muy extenso, incita mucho más a los especuladores a desear ser miembros de tan potente
71: familia. Yo hablo por observaciones que he hecho y no por meras teorías. Me consta, Elpidio,
72: que uno de los medios de que se vale la impiedad para extenderse es suponer que ya está muy
73: extendida. Sin duda, percibirás que este ardid es practicado por todos los partidos, ya políticos,
74: ya religiosos; que produce gran efecto por la natural propensión que tienen los hombres a
75: reunirse, la cual los induce a querer formar parte de las grandes sociedades; a menos que no se
76: presente un interés contrario, que en materias religiosas no puede haberlo, según las ideas
77: mundanas.
78: No es posible enumerar, ni aun aproximadamente, los impíos, porque no tienen templo ni
79: distintivo alguno: es un ejército sin bandera, ni uniforme, ni divisa alguna, y sólo se hace notable
80: por los males que acá y allá produce en la sociedad. Vienen a ser como las guerrillas, cuyo
81: número y operaciones nunca puede determinarse; y así, a veces, se supone un territorio
82: inundado de ellas, cuando sólo unas pocas lo recorren. De aquí proviene la gran ansiedad que
83: causan en los buenos estos enemigos de la virtud, pues la suponen asaltada por todas partes, y
84: efectivamente lo está; porque es universal el contagio, en cuanto a que se observa en todas las
85: clases y en todos los países. Si los hombres se persuadiesen de que este mal tan formidable
86: puede curarse y que su incremento se debe a la apatía de los buenos, verías, mi amigo,
87: disminuida considerablemente, si no extinguida, la impiedad.
88: ¿Cómo deben, pues, tratarse los impíos? Según las máximas del Evangelio. Con caridad y
89: dulzura y al mismo tiempo con firmeza. Esta debe manifestarse, no por medio de persecuciones
90: —que la razón y la experiencia prueban que sólo sirven para encender más el fuego devorador
91: de la impiedad— sino por un carácter noble y decidido de parte de los creyentes; por un santo
92: menosprecio de los asaltos de este monstruo, por un valor cristiano, que lejos de irritar al
93: enemigo le atrae y le encadena con los vínculos del respeto, del aprecio y de la consideración.
94: Los que no pueden atraerse de este modo, es preciso dejarlos a su suerte; aunque siempre debe
95: continuarse en el mismo plan de curación, y si se pierden, será culpa suya. Pidamos a Dios que
96: con su misericordia mueva sus empedernidos corazones, y en cuanto a nosotros estemos
97: satisfechos por haber llenado nuestro deber, aunque sin fruto; y si al fin se los lleva el diablo,
98: cree, mi Elpidio, que no se llevará nada ajeno.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
403
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
99: Nada más opuesto a la conversión que el insulto, y desgraciadamente lo vemos practicado
100: por hombres muy piadosos, cuando se trata de atacar a los impíos. Suelen ponerse en ridículo
101: imitando a sus enemigos en la truhanería y creen que haciendo reír un poco a los que no dudan
102: de la verdad de la religión, convencen a los que la niegan. Este es un medio antievangélico que
103: sólo sirve para satisfacer pasiones humanas, y tomar venganza de insultos recibidos. No ignoro
104: que algunos tienen muy diverso motivo y que sólo intentan hacer bien, pero, sin duda, se
105: equivocan en los medios. La ligereza en creer cuanto se dice, siempre que sea contra las
106: personas a quienes se quiere impugnar, es un defecto en que incurren los piadosos no menos
107: que los impíos; y cuando se llega a probar una equivocación, pierden toda su fuerza los
108: argumentos más sólidos y dan franca salida al enemigo. Esta palabra me recuerda una doctrina
109: de San Agustín, que si la tuviesen presente todos los que se ven precisados a lidiar con impíos,
110: evitarían muchos malos ratos y podrían hacer mucho en favor de la religión. “Distíngase “dice
111: este Santo Padre “en el criminal la obra de Dios y la obra del Diablo; el hombre es obra de Aquél,
112: y el pecado de éste. Amemos, pues, al hombre y aborrezcamos el crimen.”En ningún caso se
113: debe, mi Elpidio, se debe odiar a ninguna de las obras del Ser Supremo; y así los impíos deben
114: tratarse como a hermanos que tienen la desgracia de sufrir una enfermedad espiritual, o mejor
115: dicho una muerte, y sólo la gracia puede traerles a la vida, que debe ser todo nuestro interés y
116: anhelo.
117: Toda la personalidad es un obstáculo a la convicción, y así es que las disputas privadas, en
118: que casi nunca deja de ofenderse a individuos determinados, rara vez producen buen efecto y
119: por lo regular dan origen a innumerables males. Cuando se ataca el vicio sin determinar los
120: viciosos, ninguno quiere ser contado en este número, y nadie se da por ofendido. Del mismo
121: modo, si se ataca una clase haciendo distinción de los que en ella no merecen sino elogios, no
122: hay uno que no pretende pertenecer a este número, y todos dan signos de contento (unos en
123: realidad y otros fingidamente) por el justo castigo que la opinión impone a los criminales; pero si
124: el ataque es universal y sin distinción, o individual y marcado, seguramente exaspera y no
125: produce otro afecto que la obstinación. Esta doctrina debe aplicarse a toda clase de disputas y
126: en todos los casos en que chocan entre sí los intereses sociales, pero mucho más en materia de
127: religión. Es muy difícil que el hombre que sufre en una visita un desaire, un desdén, y aun a
128: veces un desprecio, sólo porque es impío, no salga más resuelto a continuar en su impiedad;
129: que acaso hubiera abominado si en vez de esta rudeza hubiera recibido un tratamiento cortés y
130: caritativo. Yo sé muy bien que debe evitarse el trato con los impíos, y ojalá esta doctrina se
131: llevase a efecto; mas debe contenerse en su impiedad, mas no en las relaciones sociales, que
132: jamás deben interrumpirse con groserías. Enhorabuena que se evite aun el trato social con
133: semejante clase de gentes, porque rara vez puede tenerse sin peligro de ser mortificados por
134: sus majaderías, si no corrompidos por su inmoralidad; pero cuando es preciso tratarlos, o
135: cuando por casualidad se reúnen con los creyentes, deben éstos tratarlos como hombres, y si lo
136: merecen, como caballeros; y nada hay más ridículo ni más contrario al espíritu del Evangelio,
137: que el mortificar a un individuo en sociedad cuando no da motivo alguno. Verdad es que San
138: Pablo nos dice que ni siquiera debemos comer con ellos, pero esto se entiende, si hay peligro de
139: ser pervertidos; como lo había respecto de los fieles a quienes escribía el apóstol, y cuando se
140: aspira a su familiaridad, que siempre es causa de un hábito vicioso.
141: Si un impío pretende propagar su impiedad pierde todo derecho al sufrimiento de parte de
142: los creyentes, quienes autorizados para oponerse a sus depravadas intenciones, esto pueden
143: hacerlo, o dejando su compañía, o advirtiéndole su error, o castigándole con un justo desprecio.
144: El primer modo es el más acertado, pero no siempre es posible, y en tal caso, respecto de las
145: personas poco instruidas, el tercer medio es el más conveniente. Ningún castigo puede dárseles
146: ni más severo, ni más adecuado. No hay cosa que tanto mortifique a un impío como el silencio,
147: si va acompañado de ciertos signos que no le permitan equivocarse, creyendo que es efecto de
148: convicción o de falta de razones con que rebatir sus argumentos, o mejor dicho, sus vagas
149: aserciones, pues ya sabe que a esto se reducen todas sus disputas. Hablo por experiencia, y
150: acaso habrá pocos que la tengan tan dilatada en esta materia. Mi profesión y los diversos
151: incidentes de mi vida, que no te son desconocidos, me han puesto en contacto con toda clase de
404
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
152: personas, por muchos años, y puedo decirte que he tratado los mayores impíos y los mayores
153: fanáticos. Después de muy serias reflexiones, he adoptado el plan de no contes-tarles sino con
154: cierta expresión del semblante y con una u otra sonrisa acompañada de vagos monosílabos, que
155: les indiquen claramente lo mucho que podría decirles si no los considerase incapaces de una
156: discusión franca e imparcial, y si no conociese sus miras. He procurado siempre indicarles mí
157: respeto y consideración a sus personas, mi buena amistad y mi condescendencia hasta donde
158: he podido llevarla, sin comprometer mis principios. De este modo, créeme, Elpidio, les he dado
159: mucho que pensar, y acaso he producido más efecto que si abiertamente hubiese entrado en
160: disputas interminables, porque se establecen con este intento, y las pasiones siempre
161: encuentran medios de conseguirlo. Puedo decirte, que a veces han hecho varios impíos un
162: esfuerzo para despreciarme, y no han podido. Su semblante me daba a entender que su corazón
163: era mío, y yo contento con esta propiedad no me cuidaba mucho de sus delirios. En estos casos,
164: siempre he recordado un consejo y una comparación admirable de San Agustín. Si nos
165: aproximamos al lecho de un hombre agitado por una fiebre intensa y que acaso delira, nos
166: recibirá tal vez con aspereza, despreciará nuestros consejos y puede que hasta nos tire a la cara
167: la medicina que le ofrecemos: mas sería muy necio el que se ofendiese por estas acciones y
168: abandonase al paciente. ¿Y por qué? Porque está enfermo. Pues bien, nos dice el Santo Padre,
169: todos los pecadores están gravemente enfermos.
170: Me dirás que el silencio no puede ilustrar, y que más bien sirve para que se radiquen los
171: errores no siendo rebatidos. Te equivocas, mi amigo, si así piensas. Verdad es que el silencio
172: nada explica, pero no es tan inerte como parece. La impiedad proviene, como he manifestado en
173: mis cartas anteriores, o de corrupción o de alucinamiento; y en ambos casos un prudente
174: silencio sirve de antídoto, porque demuestra al perverso que le conocemos y que por prudencia y
175: caridad no le despreciamos; y al iluso que sus raciocinios son tan infundados, que ni merecen
176: respuesta; lo cual es un estímulo para que los examine con más detención y se convenza a sí
177: mismo, que es el más sólido convencimiento. No debemos perder de vista que la mayor parte de
178: los impíos hacen grandes esfuerzos para serlo, y así es una cosa arbitraria que deja de existir
179: luego que se quiere; y por tanto, ganando la voluntad, muy pronto se atrae el entendimiento; mas
180: si aquélla llega a exasperarse no hay que pensar en que éste se convenza, o por lo menos se dé
181: por convencido.
182: Advierte igualmente, mi amigo, que la mayor parte de las disputas religiosas, suscitadas en
183: las tertulias, son una estratagema de que se valen algunos ociosos para divertir criminalmente a
184: los que tienen la debilidad de celebrarlos y reírse de sus chistes y de sus atrevimientos. Muchas
185: de las señoras son muy culpables en este punto, pues no hay duda que una multitud de estos
186: graciosos dejarían de serlo si encontrasen, en vez de apoyo, una justa corrección de parte de
187: ellas; que pueden darla francamente, o sin peligro, porque la sociedad, que las ha encadenado
188: de tantas maneras, las ha concedido al mismo tiempo el permiso de decir y de hacer lo que les
189: parece en estos y otros muchos casos semejantes. Desgraciadamente, siguen un plan
190: equivocado, pues, o celebran a estos blasfemos, temiendo pasar por gazmoñas, y exponerse a
191: mofas; o empiezan a dar signos de gran inquietud y escándalo, que es precisamente lo que
192: habían intentado estos truhanes. Pero si las señoras, guardando compostura y serenidad, no se
193: dignasen atender a estos simples, y con un prudente comportamiento les hiciesen advertir que
194: no puede darse escándalo cuando no hay, o ignorancia para admitir errores, o perversidad para
195: imitar los crímenes; pero que un alma ilustrada y virtuosa no recibe escándalo y sólo compadece
196: al que lo intenta; si no les diesen el gusto de excitar admiración, ni hacerse objetos dignos de ser
197: combatidos, no tardarían mucho en desterrarse unas conversaciones tan inicuas como
198: desagradables.
199: Habrás oído mucho acerca de la libertad religiosa de este país, acompañada de una
200: armonía social y una paz admirable; y a pesar de tu gran talento, como sé el afecto que
201: producen las distancias de los pueblos y las diversas costumbres en los juicios de los hombres,
202: temo que no hayan adquirido ideas correctas sobre este punto, y que te hayas dejado llevar de
203: las exageraciones de unos y de la injusticia de otros. No será, pues, fuera de propósito presentar
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
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204: las cosas como son en realidad. Siendo considerado este pueblo como norma de la tolerancia
205: religiosa, es preciso no formarnos ideas equivocadas acerca de él porque al fin desaniman a sus
206: imitadores, cuando la experiencia les demuestra que no han llegado y que acaso es imposible
207: llegar a una perfección imaginaria, que toman por existente.
208: Figúranse muchos que en este pueblo no tiene influjo alguno la religión, o que por lo menos
209: en nada altera la paz de los ánimos; que todo es indiferente y que no existen rivalidades ni
210: rencillas religiosas. Esto anima a los impíos, creyendo que es la sociedad que más les conviene;
211: y a los piadosos, creyendo que es la más tranquila. Ni unos ni otros se equivocan en el hecho;
212: pero sí en sus circunstancias. Los impíos tienen campo libre y los devotos tienen seguridad, pero
213: todo es puramente externo y no es tanto un efecto de las leyes como de la opinión. Saben los
214: impíos que son detestados por los creyentes, como lo podrían ser en cualquier otro país; y saben
215: éstos que aquéllos son sus más encarnizados enemigos. Las diversas sectas son tan hostiles a
216: la Iglesia de Dios como lo fueron los arrianos y todos los antiguos herejes y como lo fueron y son
217: y serán los ingleses. Si cualquiera de las sectas pudiese oprimir a las demás, renovaría los
218: tiempos de Enrique VIII e Isabel; y si los impíos tuviesen fuerzas suficientes nos presentarían en
219: América las sangrientas escenas de la Revolución Francesa. ¿Qué hay, pues, me dirás, qué hay
220: en ese país que tanto se celebra? Un tino social, fruto de la educación y de la experiencia, por el
221: cual los hombres aunque se detesten se respetan, y jamás interrumpen la buena armonía de una
222: concurrencia con insultos personales. Si por desgracia ocurre algún lance desagradable, o falta
223: alguno a esta prudencia que podemos llamar general, el ofendido encuentra muy pronto
224: satisfacción en la conducta y expresiones de la generalidad, y se calma, por decirlo así,
225: quedando la sociedad tranquila y unánime en operación o conducta civil, aunque más que nunca
226: dividida en sentimientos religiosos. Yo sé perfectamente que muchos de los que me tratan con
227: respeto, y a quienes yo trato del mismo modo, si oyeran decir que me había muerto, dirían que
228: había un diablo menos sobre la tierra; pero también estoy seguro de que esos mismos nunca se
229: permitirán el insultarme por no ponerse en ridículo a los ojos de la generalidad. He aquí la fuerza
230: de la opinión.
231: Mientras no consiga en los pueblos este hábito de respeto, de esta condescendencia
232: social, jamás podrán imitar a los Estados Unidos del Norte de América, sea cual fuere el sistema
233: de gobierno. Los hombres somos como los niños, que lloran porque les hacen burla, y nada
234: omiten para vengarse de los agresores. Las más sabias instituciones, los escritos más juiciosos
235: y los ejemplos más heroicos no bastarán a conservar la paz mientras no se pueda ir a pasar un
236: rato en una tertulia sin exponerse a un insulto.
237: Aplicando estas observaciones al asunto de que tratamos, diré que los impíos deben ser
238: manejados como en este país, en cuanto a la sociedad privada. Los sensatos siempre procuran
239: alejarlos de sus casas, pero si entran en ellas son recibidos con el mayor respeto. Si faltando a
240: estas leyes de urbanidad y buena acogida se atreven a mortificar la sociedad con sus delirios,
241: pierden todo derecho a la consideración; y muy pronto leen en el semblante de los concurrentes
242: la sentencia indeleble de un alto desprecio si ya no es que el amo de la casa les indica el abuso
243: que han hecho de ella. Este es, amigo mío, el gran misterio de la tranquilidad religiosa de este
244: país normal.
245: Preciso es acostumbrarnos a los objetos morales lo mismo que a los físicos: vemos
246: hombres sanos y enfermos, unos árboles perfectos y otros viciados, piedras preciosas y otras
247: ordinarias, y la vista de esta diversidad de objetos sólo nos induce a formar distintos juicios de su
248: mérito, mas no causa inquietud, ni excita fuertes pasiones; así debe operarse respecto de los
249: hombres buenos y perversos, sabios e ignorantes. La opinión acerca de ellos es diversa, pero no
250: debe afectarnos. Permíteme un ejemplo personal, porque al fin escribo a un amigo. Suelo
251: encontrar, y me ha detenido en la calle con frecuencia, un impío de marca, escritor irreligioso
252: desaforado, que francamente me ha solido decir que es ateo. Yo a veces he estado por darle la
253: picante respuesta del abate Lammenais a otro aturdido semejante: hace tiempo que deseaba ver
254: un animal de esa especie, y me alegro de haberlo conseguido; mas esto no hubiera sido
255: conforme al sistema de la sociedad americana, y así siempre le he respondido con una risa, y
256: después de una conversación amistosa nos separamos; sabiendo yo que él continúa riéndose
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ANEXOS COMPLEMENTARIOS
257: por haberse entretenido con un iluso, y yo también, por mi parte, he seguido riéndome, por haber
258: encontrado un oso manso con pretensiones de hombre.
259: La experiencia te probará, Elpidio, que éste es el mejor plan de conducta respecto de los
260: impíos, y que toda oposición imprudente sólo sirve para agravar los males. No ignoro que es un
261: deber la defensa de la verdad y un acto de justicia el ilustrar al ignorante, mas esto debe hacerse
262: conforme a los dictámenes de la prudencia, pues no debemos echar margaritas a los puercos.
263: Siempre que se conoce que un individuo está dispuesto a admitir la verdad y que la busca
264: sinceramente, debemos manifestársela y sacarle de su error, si somos capaces de hacerlo; pero
265: si no lo somos, dicta la misma prudencia que nos contentemos con dirigirlo a personas
266: competentes o le suministremos libros que puedan ilustrarlo. Un mal defensor hace mala y
267: pierde la mejor causa. Lo mismo sucede en materia religiosa; y, créeme, Elpidio, que es una
268: desgracia para la religión el que algunos charlatanes se atrevan a defenderla. Por lo regular, la
269: desfiguran y presentan horrorosa y llena de contradicciones que existen en las respuestas necias
270: y no en las doctrinas fundamentales.
271: No creo que pueden darse reglas para determinar estos casos. Juzgo que en esta materia
272: sucede lo que en la medicina, que todas las observaciones presentadas en los libros valen muy
273: poco si el médico no tiene cierto tino, que no puede ser obra del arte sino del talento, delicadeza
274: de sentidos y otras cualidades personales. Es preciso no dejarse llevar de expresiones
275: capciosas y protestas ridículas con que pretenden probar muchos su buena fe, al mismo tiempo
276: que traman el ataque más alevoso contra la religión. Las circunstancias personales y locales
277: deben guiarnos en esta interesante y delicadísima empresa, que si se frustra, produce males a
278: veces incurables, pues se radica mucho más la impiedad gloriándose de su victoria. Sería un
279: absurdo y ridícula vanidad el esperar que siempre que se entre en una disputa sobre religión se
280: consiga convencer y mucho convertir a los impíos con quienes se contiende; y por tanto, no
281: puede ser digno de imprudencia el mal suceso. Proviene la convicción de innumerables
282: circunstancias del entendimiento que se quiere convencer, y, más que todo, depende de una luz
283: celestial, que no se deriva de los hombres; y por lo que hace a la conversión es fruto de la
284: gracia, que siempre es misteriosa. El mismo San Pablo predicó a concursos numerosos y sólo
285: creyeron los que estaban dispuestos para la vida eterna. Sin embargo, son responsables de los
286: malos efectos de una disputa imprudente los que la emprenden notando por signos bien claros
287: su inutilidad y su peligro. Advierte, amigo mío, que los hombres, cuando quieren instruirse y no
288: vencer y ridiculizar a los que llaman sus contrarios, disputan muy poco y sólo hacen algunas
289: preguntas, oyendo con tranquilidad sus respuestas. Notarás, a veces, cierta reserva que se
290: manifiesta por más que trate de ocultarse, pero este silencio y moderación afectada no puede
291: confundirse con la sincera conducta de un espíritu verdaderamente despreocupado, que trata de
292: ilustrarse. He aquí los únicos síntomas que pueden indicarse para guiarnos en la investigación
293: del estado de enfermedad o mejoría de estos enfermos espirituales.
294: Sobre todo, mi amado Elpidio, conviene no dar pábulo a la grosería y perversidad de
295: muchos truhanes, que según he observado en otra de mis anteriores, suelen entrar en disputas
296: religiosas sólo por reírse de los devotos, y créeme que esta clase de impugnadores es la más
297: frecuente. Luego que salen de la tertulia o que se retira la persona con quien disputaban, suelen
298: reírse ellos mismos de sus argumentos, o por lo menos les interesan tan poco, que sólo se
299: ocupan de la sensación desagradable que causaron y de los gestos y ademanes que hicieron
300: sus antagonistas. Acuérdome de haber oído a un eclesiástico, amigo mío, que un fraile chusco y
301: al mismo tiempo muy prudente se desembarazaba con facilidad de estos majaderos
302: suplicándoles que le explicasen la doctrina cristiana y sus fundamentos antes de entrar en
303: disputa sobre ella, pues les decía con mucha sensatez, que nada es más ridículo que disputar
304: sin saber sobre qué objeto. Pueden inferir que ninguno de los galanes, o como los llamaba
305: Feijoo, teólogos de corbata, se atrevía a emprender tal explicación; y el buen fraile, luego que
306: conocía su embarazo, sacaba de la manga una moneda de oro y la ofrecía por premio al que
307: explicase la materia. Volvía con mucha risa a guardar la moneda, diciéndoles que tenían permiso
308: para hablar como lo tienen todos los locos, puesto que, por experiencia, se probaba que lo
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
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309: hacían sin juicio y sólo por manías. ¡Cuántas veces me he acordado del buen fraile!
310: Yo me atrevería a aconsejar a mis hermanos eclesiásticos que en este punto fuesen mucho
311: más precavidos que los seglares, si bien tienen más medios para defender la causa de la
312: religión. Es preciso no olvidar que empezamos con una gran desventaja y es la de creer muchos
313: que sólo promovemos nuestro interés y que nos duele mucho, no la pérdida de las almas, sino la
314: de nuestras comodidades. Por enormes que sean estas calumnias, vemos que son muy
315: comunes y hallan acogida en personas de quienes acaso no se espera tanta injusticia. Por
316: consiguiente, todo acaloramiento en estas disputas suele presentarse por los impíos como
317: prueba de una disposición hostil en nuestro espíritu, y con suma hipocresía invocan el Evangelio
318: los mismos que lo detestan, sólo para calumniar a los eclesiásticos, haciendo ver que no poseen
319: los sentimientos inspirados por aquel santo libro. Hay otro peligro, aun mayor, y es que los
320: impíos se cuidan muy poco de la verdad; y así es que no les cuesta mucho inventar anécdotas
321: que suponen pasadas en estas disputas, y consiguen ridiculizar a los eclesiásticos. No perdamos
322: de vista que aun los más reflexivos se dejan guiar por impresiones que podamos llamar
323: personales porque son producidas precisamente por la consideración de las personas. De aquí
324: resulta que cuando los ministros de la religión se hacen ridículos por algunas simplezas, o
325: cuando son maliciosamente ridiculizados, siempre sufre la Iglesia; porque el ridículo, como un
326: veneno, va pasando, y extendiéndose cada vez más, llega a producir funestísimos efectos. Muy
327: pocos tienen la ilustración y prudencia necesarias para respetar el culto cuando no se respetan
328: sus ministros. Es, por tanto, incalculable el mal que causan a la religión y a la moral pública los
329: que por una condescendencia criminal, y a veces por miras perversas, animan con sus risas a
330: ciertos bufones, que tienen gran placer en demostrar su despreocupación burlándose de los
331: eclesiásticos. Aun prescindiendo de las consideraciones puramente religiosas, siempre causará
332: un gran perjuicio a la sociedad semejante conducta respecto de los ministros de su culto. Esto,
333: por su parte, deben evitarlo de todas maneras, pues nada gana la Iglesia con sus buscados e
334: innecesarios sufrimientos, antes pierde mucho la causa de la religión.
335: Suelen los piadosos llegar a disgustarse tanto por las majaderías de los impíos, que pasan
336: una vida llena de amargura. Si ésta proviene del sentimiento de ver tantos miserables en tan
337: horrible estado, sin duda es muy fundada, y prueba un alma verdaderamente cristiana; pero si
338: proviene del sufrimiento personal, en consecuencia de los ataques de estos furiosos, lejos de ser
339: un sentimiento propiamente religioso, es una debilidad manifiesta y una disimulada soberbia. La
340: mitad de los que se quejan de los impíos acaso no se acordarían de ellos si pudiesen verse
341: libres de sus insultos. No así la caridad cristiana, mí amado Elpidio: antes procura sufrir y sufre
342: con cierto placer inexplicable, si de este modo puede contribuir al bien de otros y a la gloria de
343: Dios.
344: Permíteme, querido Elpidio, que transcriba un párrafo del incomparable Bossuet en su
345: elocuentísimo sermón sobre la unidad de la Iglesia, en que haciéndose cargo de las aflicciones
346: que pasan los justos por la difusión de la impiedad, representa uno de estos espíritus
347: atormentados y le dirige las siguientes palabras: “Me dirás: se encuentran tantos impíos; su
348: número es infinito, que no puede vivir en su compañía. Hermano mío, ¿adónde irás?
349: Encontrarás impíos por toda la tierra, hállanse por todas partes mezclados con los buenos: algún
350: día se corregirán, mas aun no ha llegado su hora. ¿Qué debemos hacer entretanto? Separarnos
351: en el corazón, reprenderlos con libertad a fin de que se corrijan; y si no corrigiesen debemos
352: sufrirlos con caridad para confundirlos. Hermanos míos, no sabemos los consejos de Dios, hay
353: inicuos que se corregirán y es preciso esperar con paciencia; hay otros que perseverarán en su
354: malicia y puesto que Dios los sufre, ¿no deberemos nosotros sufrirlos? Algunos están destinados
355: a ejercitar la virtud en unos y castigar el crimen en otros; serán quitados del medio cuando
356: terminen su obra... no anticipemos este juicio. Amad a vuestros hermanos, dice San Juan (I.
357: Joan, 2, 10) y no sufriréis ningún escándalo. ¿Por qué?, dice San Agustín; porque el que ama a
358: su hermano sufre todo por conservar la unidad.”(Bossuet, tom. 2, p. 63 y 64.)
359: Si el espíritu que guió la pluma del enérgico y piadoso Bossuet moviese el corazón en los
360: que tanto se quejan de la multitud de impíos, el mal sería mucho menos sensible; pero
361: desgraciadamente se observa que la mayor parte de estos lamentadores desean encontrar
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ANEXOS COMPLEMENTARIOS
362: objeto de sus lamentos y lo fingen cuando no lo encuentran. Apenas hay un hombre ilustrado, a
363: quien cierta multitud de fanáticos piadosos, que siempre abundan, no representen como el
364: mayor impío; y otros fanáticos pícaros, o fanáticos fingidos, no calumnien del modo más inicuo.
365: Sirven estas calumnias para radicar la preocupación, en cierta manera inocente, por el mismo
366: temor que tienen los piadosos de que se difunda la impiedad; sin advertir que, a veces, llegan al
367: extremo de faltar a la justicia sospechando, y aun creyendo sin fundamento, que todos son
368: impíos; y a la caridad, que les dicta no creerlos incurables hasta no haber agotado los recursos.
369: También producen dichas calumnias otro efecto mucho más funesto, y es inducir a la impiedad a
370: muchos que estarían muy lejos de ella. Este mal es gravísimo, pues no hay cosa más sensible
371: que el formar impíos precisamente por defender la piedad; y, créeme, querido Elpidio, que es
372: muy común, y que ha privado a las ciencias, a las artes y a la sociedad entera de muchos
373: miembros que podrían haber sido muy útiles y han venido a ser perjudiciales.
374: En cuanto a la juventud, creo que se juzga con suma precipitación acerca de su impiedad,
375: que sin duda es real en muchos casos, mas en otros es sólo una majadería, o mejor dicho una
376: niñada; y así es que no debemos desesperar de su corrección, ni perder la tranquilidad de
377: nuestro espíritu por las travesuras de los jóvenes. Cuando yo lo era, tenía por una vana
378: esperanza la que alimentaban muchos de más provecta edad acerca de la futura enmienda de
379: algunos de los aturdidos que mortificaban a la sociedad con sus blasfemias; pero el tiempo me
380: ha demostrado, en muchos casos, que no eran tan infundadas sus esperanzas, y que, por lo
381: menos, se nota mucha más prudencia, si es que aun se conservan las mismas ideas. No
382: pretendo por esto que se abandone la juventud y se permita en ella todo exceso, bajo el pretexto
383: de futura enmienda, ni menos pretendo disculparla. Sólo deseo que los jóvenes sean tratados,
384: en materias de religión, como los niños cuando empiezan a ser molestos por sus travesuras.
385: Efectivamente, los primeros esfuerzos del entendimiento son tan vacilantes como los primeros
386: pasos de la niñez. Sin embargo, esta debilidad en cuanto a la percepción de los objetos, se halla
387: siempre acompañada de un gran vigor y determinación para operar, y así es que nada sirve de
388: obstáculo a un joven que empieza a figurar en la sociedad. El mejor medio para obtener, si no
389: una reforma, por lo menos alguna moderación en la conducta religiosa de los jóvenes, es
390: llevarlos con dulzura por la senda del cariño que conduce a la paz y contento. Observa, Elpidio,
391: que la juventud propende a la justicia, por más que se empeñen en probar lo contrario algunos
392: alucinados o irreflexivos; y así es que por más entregado que esté un joven a los placeres y a la
393: impiedad, siempre da signos de gratitud por los esfuerzos que se hacen para mejorar su estado,
394: si percibe que no hay intención de oprimirle.
395: El gran secreto de manejar la juventud, sacando partido de sus talentos y buenas
396: disposiciones, consiste en estudiar el carácter individual de cada joven y arreglar por él nuestra
397: conducta. La oposición que se hace a un joven, si queremos que produzca buen efecto, debe ser
398: casi insensible, y es preciso procurar que él mismo sea su corrector. Tiene la naturaleza toda su
399: fuerza en la primera edad y las pasiones son muy vivas; la razón está muy poco ejercitada, y la
400: experiencia, siendo casi nula, no ha podido producir el hábito de moderación que suele
401: conseguirse en la mayor edad. Resulta, pues, que un joven se deleita en toda lucha, sea de la
402: clase que fuere, y que la resistencia sólo sirve para aumentar sus esfuerzos, pero nunca para
403: conquistar sus inclinaciones. Suelen muchos encargados de la educación equivocarse en este
404: punto, creyendo haber conseguido gran victoria sobre las inclinaciones de los jóvenes, cuando
405: por temor no las manifiestan, que es decir, cuando han adquirido suficiente malicia para
406: defenderse con tino y táctica premeditada. Este error ha producido muchos y muy lamentables
407: efectos, que se demuestran con toda evidencia cuando cesan las opresiones y la naturaleza
408: corrompida brota libremente la inmundicia de los crímenes que por tanto tiempo había estado
409: retenida. Esta es la causa, mi amado Elpidio, sí, ésta es la causa por que muchos jóvenes
410: educados en colegios mal dirigidos se entregan a todos los vicios, y especialmente al de la
411: impiedad, luego que salen de la que consideran como una dilatada prisión, frustrando las
412: esperanzas de sus amorosos padres y haciendo silencio inútil todas las lecciones de sus sabios
413: maestros.
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
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414: Esta digresión, que acaso te parecerá inoportuna, tiene por objeto manifestar que el poco
415: tino en atacar la impiedad en los primeros pasos de la juventud, cuando las pasiones empiezan a
416: soltarse; el poco tino en manejar a los jóvenes en la edad más peligrosa de la vida, es la causa
417: de la desmoralización de muchos; que se hace inexplicable a los irreflexivos, que dicen, con gran
418: sorpresa, “¡y se educó en un colegio!”sin expresar qué colegio y manejado por qué cabezas. A la
419: verdad, mi Elpidio, que son tan pocos los colegios que valen algo sobre este punto, que un
420: hombre de juicio, lejos de sorprenderse del que parece un fenómeno, encontraría su causa muy
421: natural en el mismo hecho que se presenta para hacerlo extraordinario, y diría que tal joven es
422: impío precisamente porque se educó en un colegio. Hace muchos años que la lectura del
423: juiciosísimo Tratado de Estudios de Rollin me abrió los ojos, por decirlo así, sobre esta materia; y
424: créeme, que desde entonces no he cesado de hacer observaciones, que todas ellas me han
425: confirmado en las luminosas ideas de aquel sabio maestro y prudente director de la juventud. En
426: muchos colegios, y aun diré en la mayor parte, se descuida enteramente el interesante objeto de
427: la religión, inspirándose de este modo cierto desprecio, o por lo menos, cierta indiferencia acerca
428: de ella; y en otros tratan los profesores de inspirarla a la moruna, a fuerza de castigos, que sólo
429: producen un odio mortal hacia los que los imponen y una aversión completa e indeleble al objeto
430: que los causa. No debe haber indulgencia alguna con los jóvenes en materia de impiedad, pero
431: conviene que sólo perciban nuestro disgusto, y oigan en vez de oprobios, cariñosas
432: insinuaciones, y que aun para los actos religiosos que no deben omitir se les conduzca con
433: suavidad. Puedo decirte, por experiencia, que los jóvenes siempre aman cuando conocen que
434: son amados y el que tiene la felicidad de conseguir su amor está seguro de manejarlos como le
435: parezca, pues llegan a formar un juicio favorable de los objetos por la buena idea que tienen del
436: que los propone y así es que entran en el examen sin repugnancia y sin preocupación, o más
437: bien con la saludable en favor de la virtud. Estos pequeños impíos necesitan ser manejados de
438: un modo particular y se pierden miserablemente si son tratados por las reglas comunes de
439: premios y castigos. Por mi parte, te aseguro que jamás he premiado ni castigado ningún joven
440: por ejercicios religiosos. Los premios sirven para formar hipócritas especuladores y establecer en
441: el corazón de los jóvenes una religión puramente humana, porque se acostumbran a agradar a
442: los hombres y a esperar de ellos lo que sólo deben esperar de Dios, pudiendo al fin aplicárseles
443: las palabras del Evangelio: “ya recibieron su paga”(acceperunt merceden suam). Los castigos,
444: por otra parte, destruyen los sentimientos verdaderamente religiosos y producen también la
445: hipocresía, aunque de un carácter muy distinto, porque es reservada y en cierto modo feroz. Es,
446: pues, evidente que todo estímulo o compulsión religiosa, que no es conforme a la misma religión,
447: sólo sirve para destruirla, y por tanto, solo debe estimularse con la elevación de las ideas
448: celestiales y los atractivos de la virtud y sólo debe compelerse con los horrores del crimen y las
449: iras de un Dios vengador. Aun en esto debe haber mucha prudencia, pues un sermón continuo
450: llega a ser una cantinela, principalmente para los jóvenes, que no pueden sufrir por mucho
451: tiempo unos pensamientos tan serios. El que quiera que un joven no tenga religión háblele
452: siempre de ellas.
453: Yo desearía, mi amado Elpidio, que los que dirigen a los jóvenes no olvidasen una
454: debilidad, en que casi todos incurren y de que debemos prevalernos para beneficios de ellos
455: mismos. No hay niño que no quiera ser grande en cuerpo y no hay joven que no quiera serlo en
456: ideas y sentimientos. De aquí proviene que así como los niños procuran todas las ocasiones de
457: levantar pesos que ellos consideran enormes y de ostentar de todos modos que se van
458: aproximando al estado perfecto de la naturaleza, cuando ya todas las facultades físicas han
459: adquirido su entero vigor; así los jóvenes que ya consideran haber llegado o no distar mucho de
460: ese estado de perfección, aspiran a manifestar que también han llegado al de las perfecciones
461: intelectuales; y así es que siempre emprenden cosas arduas y se creen capaces de cualquier
462: trabajo científico. En cuanto a la religión, viendo que ha sido combatida por hombres muy
463: notables y que sus ataques prueban, como ellos dicen, fuerza de espíritu, nada puede halagar
464: tanto su deseo de demostrar perfección intelectual como el presentarse en la palestra cual
465: campeones denodados. Desde la infancia se les ha enseñado la religión (aunque la mayor parte
466: sólo aprendieron a saber que existe), y sus madres, conservando el dominio absoluto que les da
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ANEXOS COMPLEMENTARIOS
467: la niñez, solían llevarlos al templo y hacerles practicar algunos ejercicios religiosos.
468: Persuádense, pues, que el primer paso que deben dar para demostrar que ya son hombrecitos y
469: que ya han salido, como suele decirse, de las faldas de la madre, es empezar a hablar, no con
470: franqueza, sino con osadía, sobre materias de religión. Si logran opositores, tanto mejor para su
471: intento; juzgan de su valor por el caso que se hace de ellos y se consideran por este mero hecho
472: unos hombres de gran consecuencia.
473: En tan delicadas circunstancias, bien conoces, mi Elpidio, que se necesita una gran
474: prudencia para no hacer reventar la cuerda y templarla al mismo tiempo, pues sería el mayor de
475: los absurdos el descuidarse en tan interesante asunto. Muchos toman el partido de humillarlos
476: recordándoles su poca edad, su falta de experiencia, y esto con un modo que más ofende que
477: mueve; y te aseguro que los que así proceden no han estudiado el corazón humano ni saben
478: todos los recursos de la vanidad. Por mi parte, he seguido un plan contrario, y creo que la
479: experiencia me autoriza a recomendarlo como útil y asequible. Siempre he procurado tratarlos
480: como si fueran lo que ellos quieren ser, esto es, hombres ya formados; y ya que se han atrevido
481: a asomarse, por decirlo así, a la puerta del santuario del deber, yo he procurado empellarlos
482: para que acaben de entrar. Entonces, tratándoles ya como hombres de experiencia, he
483: procurado comunicarles la mía y dejarles que crean que me han engañado persuadiéndome de
484: que antes la tenían; y de este modo he solido convertirlos en mis colaboradores, figurándose que
485: ya han avanzado mucho, puesto que hasta pasaron el primer vértigo que induce la juventud a mil
486: locuras. Estos viejitos lampiños suelen ser utilísimos, y feliz la sociedad que abunde en ellos,
487: porque efectivamente acaban por conocer la astucia con que se les ha manejado, cuando ya
488: ellos mismos se han formado y son capaces de valuar el mérito de tan útil estratagema. Yo
489: nunca he querido tener por enemigo a muchachos y menos entrar en disputa con ninguno de
490: ellos, antes he procurado siempre hacerles entender que los amo y los respeto; y siempre me he
491: prevalido de tal cual concepto que sabía formaban de mí, para usarlo como instrumento, el más
492: eficaz, para hacerles admitir mis ideas y seguir mis consejos.
493: Pero ¡qué difícil es salir avante en tan ardua empresa! La más ligera imprudencia destruye
494: todo el plan dándole el aspecto de una falacia despreciable, cuando sólo es un medio prudente
495: de conservar la verdad y evitar innumerables males. En tal caso, lejos de conseguirse un buen
496: resultado, sólo se consigue desenfrenar las pasiones del educando, que se cree con un derecho
497: a vengar lo que él llama un engaño malicioso. Figúrase entonces que le tenemos miedo, que sus
498: argumentos son insolubles y que nuestra derrota sería inevitable si no tomásemos tan ridículas
499: precauciones. He aquí formado a veces un quijotico religioso por la imprudencia de un maestro;
500: y después de causado tan enorme daño, es muy difícil o casi imposible el repararlo. La juventud
501: es ingenua y así se resiente más que otra edad alguna de cualquiera tentativa que se haga para
502: engañarla, y por consiguiente, recela de cuantos quieran después satisfacerla.
503: Puedo asegurar, Elpidio, por experiencia propia, que algunos de los jóvenes que ambos
504: apreciamos por su honradez y principios religiosos, me alarmaron mucho en la edad que
505: propiamente podemos llamar peligrosa, quiero decir de quince a dieciocho. Estos tres años de la
506: vida exigen gran atención y prudencia de parte de los encargados de la juventud. Es muy raro el
507: joven que en este período no dé signos más o menos sensibles de una lamentable impiedad, y
508: ya he insinuado de qué modo deben manejarse. Conviene tomar algunas precauciones que
509: hagan innecesarias la corrección y entre ellas, creo que una de las principales consiste en
510: distraer últimamente el ánimo de los jóvenes y aplicarlos al mismo tiempo a estudios sólidos,
511: pero sin contacto con la religión ni la moral. Deben evitarse todas las cuestiones puramente
512: especulativas y nutrirlos con una cantidad escogida de conocimientos prácticos. Por esta razón,
513: opino que es la edad en que más conviene aplicarlos a la música y al dibujo, las matemáticas, la
514: física y la química.
515: Aunque entiendo bien poco de medicina me parece muy fundada la práctica de algunos
516: célebres profesores, que en ciertos casos de delirio toman el partido de adormecer a los
517: pacientes por medio del opio, suministrado a veces con profusión, pero siempre con suma
518: prudencia. Su objeto, me han dicho, es detener enteramente el uso de las potencias intelectuales
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
519: y dar tiempo a que se fortifiquen las físicas, cesando la excesiva acción de los nervios. Luego
520: que el enfermo vuelve de este sueño, procuran que no haya objeto que le recuerde su antigua
521: manía; antes por el contrario, ordenan que sean tratados como si nunca hubiesen sufrido
522: enfermedad alguna, y de este modo me han asegurado que han conseguido curar muchos. Lo
523: mismo creo, mi amado Elpidio, que debe procederse respecto de la que propiamente podemos
524: llamar locura impía de los jóvenes en la edad mencionada. El mejor partido es procurar que no
525: piensen sobre unos objetos tan sublimes hasta que no sean capaces de hacerlo con solidez,
526: cuando se hayan dejado de su manía. Bien conoces que el mejor narcótico para la juventud es la
527: música, y he aquí en qué me fundo para considerar su estudio, así como el de otras bellas artes
528: (aunque con preferencia a todas), como el más adecuado para prevenir o curar un mal tan
529: funesto. Acuérdome haberle oído decir muchas veces a uno de mis maestros, que para bien de
530: la juventud se halla a la cabeza de uno de los más acreditados establecimientos literarios de mí
531: patria, que nada le tranquilizaba tanto como el sonido de un instrumento tocado por alguno de
532: los alumnos. “Este sonido, decía, me indica lo que piensa y lo que hace el que lo produce y
533: acaso muchos de los que le rodean, y mientras un muchacho está tocando su instrumento, yo no
534: necesito cuidarlo. Yo respondo de su cuerpo y de su alma.”¡Cuántas veces me he acordado,
535: Elpidio, de esta juiciosa observación, que entre otras muchas conservo como tesoro inestimable,
536: con que me enriqueció un hombre a quien olvidaré con la muerte!
537: Por la misma razón, opino que el estudio de las matemáticas y el de la física y la química
538: deben fomentarse como antídoto contra la corrupción de la juventud y de impiedad en los años
539: peligrosos. Es claro que mientras un joven se ocupa de resolver un problema de geometría, su
540: alma está separada de este mundo y se halla como un sueño utilísimo, porque al paso que evita
541: todos los objetos que podían perjudicarle, fija la atención sobre verdades sólidas, y aplicables sin
542: temor de errar, y va poco a poco acostumbrando su entendimiento a no alimentarse de ilusiones
543: ni gustar de disputas en que nada puede resolverse. He aquí la gran ventaja, he aquí el remedio
544: para los casos en que, por relaciones sociales, se ven los jóvenes entre personas imprudentes
545: que suscitan cuestiones religiosas. Un joven matemático descubre muy pronto que estos
546: charlatanes no tienen orden en sus ideas y que su lenguaje es ridículo. De aquí suele resultar un
547: efecto muy contrario al que se proponen estos pedantes, y es que lejos de mofar, son ellos los
548: mofados, y Dios le libre a uno de caer en manos de muchachos, que ora tiren piedras, o
549: chufletas sarcásticas: siempre son los mismos.
550: En cuanto a la física y la química es evidente que distraen más que ningún otro estudio y
551: no se necesita mucho para probar que un joven que está haciendo o preparando un experimento
552: en nada se ocupa que pueda perjudicar la moral ni la religión, y que si le asalta uno u otro
553: pensamiento de impiedad, como no es tan agradable como las sensaciones que causan los
554: objetos físicos, muy pronto lo desvanece y sin hacer mucho esfuerzo. Tengo, pues, por el medio
555: más prudente, cuando se advierte que un joven empieza a desbarrar en materias de religión, el
556: proporcionarle todos los medios para el estudio de las ciencias mencionadas y proponerle toda
557: clase de premios, sin que llegue a conocer nuestro intento; pues, en tal caso, sólo por un espíritu
558: de contradicción, de que tanto gustan los jóvenes, llegarán a ser desagradables las mismas
559: ciencias que forman las delicias de los hombres pensadores y el más útil entretenimiento en las
560: aflicciones, que la sociedad humana siempre proporciona a las almas sensibles.
561: Yo he deplorado siempre el alucinamiento de muchos padres, que consideran como
562: perdido el tiempo que emplean sus hijos en el estudio de las ciencias naturales. No perciben las
563: ventajas porque no se valúan por tanto o cuánto, y para hablar más claro, porque no producen
564: dinero. ¡Qué error tan funesto! Como si nada valiese la perfección intelectual y moral de sus
565: hijos; sí, lo repito, Elpidio, la perfección moral, pues no cabe duda que muchos jóvenes se
566: hubieran atrevido enteramente y hubieran sido unos impíos, a no haberse ejercitado y distraído
567: con el estudio amenísimo de las ciencias naturales en el período de la edad peligrosa. Rara vez
568: encontrarás un joven brillante por sus talentos y apreciable por su instrucción en dichas ciencias,
569: que se degrade entrando en conversaciones indecentes o escandalice con impiedades; y sí
570: hallarás muchos que sirven de freno a los demás, no porque se metan a predicadores, sino
571: porque su ejemplo es una verdadera predicación, y la más eficaz. Satisfechos de poder entretener
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ANEXOS COMPLEMENTARIOS
572: una sociedad si quisiesen, y no necesitando entretenerla para llamar en ella la atención por
573: sus conocimientos, no tienen la majadería de importunar con sandeces impías, que, por otra
574: parte, su corazón acostumbrado a lo recto jamás aprueba.
575: Ya otras veces me he lamentado contigo de la que propiamente puede llamarse venalidad
576: en las ciencias, porque se venden sus servicios sólo por dinero y se aprecian sólo como un
577: medio de adquirirlo. Llámanlas, por consiguiente, ciencias de carrera, porque constituyen al
578: hombre en sociedad y le proporcionan medios de sostenerse. Ningún hombre de juicio puede
579: oponerse a ellas, pues nada es más justo que recibir la compensación de dilatados estudios e
580: incomodidades y nada más prudente que asegurar la subsistencia para no sufrir y ser gravosos a
581: los demás; pero al mismo tiempo, considerando los objetos desde este punto de vista, el mismo
582: interés personal está conciliado con el científico. No cabe duda que un joven cuyo espíritu está
583: ejercitado y cuyo corazón está libre de afecciones fuertes, y más bien inclinado a las emociones
584: pacíficas que causa la contemplación de la naturaleza, siempre será más capaz de hacer
585: progresos y ganarse el afecto, que tanto influye en el bien social. Repara, mi amigo, que se
586: encuentran muchos perversos enriquecidos por medios inícuos, pero jamás hallarás uno que
587: adquiera una gran fortuna por medios lícitos, y en consecuencia, del aprecio popular. El pueblo,
588: por más corrompido que esté, cuando media el interés, sabe tratar a los impíos mejor que los
589: sabios y piadosos.
590: ¡Con cuánta pena advertimos diariamente los progresos de la impiedad, donde no parece
591: que deben esperarse, quiero decir, en el bello sexo! Esta es la clase más peligrosa, por los
592: privilegios que la sociedad le ha concedido y por el grandísimo influjo que tiene en ellas. Debe
593: ponerse todo empeño en manejar esta familia, que si se desatiende causa la ruina del pueblo.
594: Acaso te causará risa el que yo pretenda dar reglas para manejar las mujeres, que no tienen
595: más ley que su capricho y sólo son constantes en la inconstancia. Tal es el lenguaje común y de
596: él se prevalen para hacer lo que les da la gana; y a veces se les antoja causar males enormes, y
597: después se quedan tan frescas como si hubieran esparcido un puñado de flores. Los hombres
598: irreflexivos son los encaprichados y de ellos se burlan completamente cuatro muchachuelas cuyo
599: capricho e inconstancia es pura afectación, pues, en realidad, tienen más constancia en sus
600: proyectos que los hombres más firmes y decididos. El privilegio de causar mal difundiendo la
601: impiedad no debe concederse a ningún sexo, clase o condición; antes debe impedirse tan
602: horrible atentado por medios prudentes. Yo siempre he creído que por una ignorancia que llaman
603: atención y política, se han inutilizado las mujeres y al paso que se la ha hecho desgraciadas, en
604: cierto modo, se las ha dado la facultad de causar muchas desgracias. Sin embargo, sería muy
605: ridículo el empeño de reformar la sociedad en este punto y sólo conviene tomar las precauciones
606: necesarias para impedir los males. Ya he observado que muchas señoras fomentan la impiedad
607: de los hombres aprobando y oyendo con gusto sus blasfemias; y ahora quiero que notes, mi caro
608: Elpidio, que también suelen ser ellas las impías y blasfemas.
609: A veces proviene este horrible crimen del carácter vano de muchas mujeres, que en este
610: como en otros muchos casos suelen ser víctimas de un deseo de ser elogiadas; otras veces, es
611: afecto de enamoramiento, por agradar a la persona que aman, si ésta por desgracia no tiene
612: religión; y otras veces, aunque muy raras, proviene de perversidad de corazón y de las diversas
613: causas que ya he indicado en otra de mis cartas. Estas observaciones pueden guiarnos en el
614: manejo de tan perjudiciales impías, pues deben tratarse de distinta manera, según el origen de
615: su mal, y toda equivocación en este punto puede tener muy funestas consecuencias.
616: En cuanto a las mujeres impías por mera vanidad, es preciso que consideremos que la
617: mayor parte de ellas proviene de un deseo de presentarse superiores a su sexo, que siempre es
618: débil y piadoso, y de aproximarse al carácter varonil que envidian sobremanera. No sé, mí
619: querido Elpidio, si habrás notado que esta clase de mujeres es más numerosa de lo que tal vez
620: creen algunos irreflexivos. Figúranse muchos que las mujeres se hallan muy contentas con sus
621: privilegios y que sólo envidian las fuerzas físicas y la representación social de los hombres; pero
622: se equivocan mucho, pues existe por lo menos en muchas de ellas un deseo de igualarlos en
623: todo y sienten no pertenecer a corporaciones literarias y a toda junta en que las luces deben
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
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624: guiar la sociedad. Entre otros ejemplos clásicos podría citar el de la célebre Madame Staël, que
625: tanto ha admirado a la Francia y puedo decir a toda la Europa con sus obras. Todos los que la
626: trataron aseguran no podía disimular sus sentimientos de no ser hombre o poder manejarse
627: como tal, y aunque conservaba las manías de su sexo, siempre se presentó como si no le
628: perteneciese. Yo no podré enumerarla entre las impías, porque teniendo recursos intelectuales
629: con que imitar y exceder aun a los sabios nunca necesitó de la impiedad para llamar la atención
630: y arrancar aplausos; pero hay una gran multitud de mujeres ignorantísimas, que agitadas por la
631: misma pasión y careciendo de los medios que poseía aquella mujer ilustre, se entregan a todos
632: los delirios de la incredulidad, a lo menos aparente. Las tontas y feas están más expuestas a
633: esta miseria, porque a las menguadas, no pudiendo alterar su cara y no dando más su cabeza,
634: sólo les queda el recurso de la gracia, o de la rareza. En cuanto a la gracia, es muy difícil
635: conseguirla sin talento, y la rareza trae consigo el ridículo, a menos que por circunstancias
636: particulares no se haya conciliado la admiración. Creen, pues, que la impiedad puede llenar este
637: objeto, por haber tantos célebres impíos y tantos impíos de tertulia, que al instante se unen a
638: esta miserable, sólo porque les sirven de apoyo y para divertirse. He aquí el secreto de muchas
639: impías feo-tontas.
640: ¿Cuál será, pues el remedio? No celebrarlas. Este es el mayor castigo y la mejor cura;
641: pero, al mismo tiempo, es preciso que no comprendan que se ha conocido el origen de su
642: enfermedad. Esto equivaldría a declararlas feas, y ya escribía yo en otra ocasión que las mujeres
643: jamás perdonan al que las da tal nombre. Sin duda, es preciso mucho tino para dejar que
644: perciban nuestra desaprobación y no su causa; pero esta reserva es tan necesaria, que cuando
645: no puede conseguirse, o se teme no salir avante, el mejor partido es evitar el trato, y si fuere
646: necesario, sólo resta el silencio. Mi Elpidio, no insultes a mujer alguna, pues todas ellas, en este
647: caso, se convierten en víboras, que jamás lograrás amansar. El modo más seguro de ratificarlas
648: en su impiedad sería ponerlas en el caso de defenderse contra la sospecha de que es sólo un
649: recurso para suplir la falta de talento y de belleza. Una mujer, en tales circunstancias, jamás
650: cede, pues bien se echa de ver que esto sería confesar que se conocen a sí mismas y no dudan
651: que son tontas y feas. El mero sonido de estas voces hace saltar a una mujer, y jamás las
652: pronuncies en su presencia si no quieres exponerte a un mal rato.
653: Vale más sacar partido de ellas y embaucarlas con artificio en la defensa de la sana
654: doctrina, lo cual, sin duda, hacen con gusto, porque su impiedad es sólo de especulación y ésta
655: la encuentran en el mismo aprecio que se hace de ellas graduando sus talentos, de mucha
656: importancia para la defensa de nuestra causa. Me dirás que esto equivale a inducirlas a una
657: detestable hipocresía, pero yo respondo que no es sino separarlas de una verdadera hipocresía,
658: y que la otra es aparente, y que de este modo se impide que continúen haciendo mal y
659: destruyéndose a sí mismas. No dudo que la vanidad es el resorte que ponemos en acción, pero
660: ésta es buena y aquélla no es necesaria, pues bien pueden y deben hacerse obras laudables,
661: sin que se mezcle el veneno de la vanagloria. Será, pues, un defecto de ellas y no de los que las
662: inducen a dedicarse a obras virtuosas, si pierden el mérito de ellas por sentimientos ajenos de la
663: verdadera piedad. A veces nos vemos precisados, mi caro amigo, a echar mano, por decirlo así,
664: de las armas del enemigo para defendernos y destruirlo; y ésta nunca será una alevosía, antes
665: debe graduarse por una acción prudente y heroica.
666: Por lo que hace a las enamoradas, sólo puedo decirte que están locas y que deben tratarse
667: como tales. No hay duda que es muy sensible oírlas desatinar, pero debe esperarse que duren
668: los despropósitos mientras dure la locura del amor. Hay un gran inconveniente para la reforma
669: de estas infelices y consiste en que tienen por un ataque contra el objeto de su amor cuanto se
670: dice en apoyo de los principios religiosos que él detesta o por lo menos no admite. Bien puedes
671: inferir cuán difícil es el convencimiento cuando el ánimo se halla con semejantes disposiciones, y
672: así es que conviene más evitar que emprender disputas con muchachuelas enamoradas. Esta
673: situación es muy peligrosa; si no hay mucha prudencia en manejar estas impías de amor, se
674: llega a producir en ellas un carácter atrevido e indomable, porque falta el freno de la religión y
675: tienen el estímulo de una de las más poderosas pasiones. Conviene hacerlas entender de todas
676: maneras que estamos muy lejos de querer entrar en discusiones, y mucho más de ofenderlas.
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ANEXOS COMPLEMENTARIOS
677: Nunca debemos insinuar que sabemos el origen de su impiedad, sino sea cual fuere su causa
678: nuestro ánimo es curarlas por medios suaves. Si vemos que nuestra indicación produce
679: disgusto, conviene desistir inmediatamente, porque es tiempo perdido; mas no por esto debemos
680: abandonarlas, sino esperar otra oportunidad. La experiencia prueba que este delirio pasa por la
681: mera alteración de circunstancias, pues o llegan esas jóvenes a unirse en matrimonio a los
682: impíos y al muy poco tiempo están bien aburridas de la impiedad, porque notan sus efectos; o
683: son abandonadas y el odio es implacable. Detestan, pues, la impiedad por un motivo contrario
684: del que antes las inducía a admitirlas, pues así como antes se proponían agradar, después se
685: empeñan en ofender a los que tanto apreciaban y sólo desean vengarse.
686: Las mujeres impías por perversidad de corazón quiero decir, las que no son guiadas por
687: amor ni vanagloria, sino por no tener freno alguno que detenga sus desarregladas pasiones,
688: créeme Elpidio, que son peores que todos los hombres impíos y que su corrección es dificilísima.
689: Los medios suaves rara vez producen efecto y los severos casi siempre exasperan. Sólo hay un
690: partido que tomar con ellas, que consiste en convencerlas de sus defectos morales sin dejarlas
691: entrar en cuestiones especulativas, ni hacer caso alguno de sus blasfemias; y luego que les
692: consta que estamos en posesión de hechos, que prueban su relajación, ellas mismas ceden
693: sonrojadas, porque conocen que nuestra indiferencia en rebatir sus errores proviene del
694: conocimiento en que estamos de que son voluntarios y por miras deshonrosas. Si no podemos
695: convencerlas de que son perversas, conviene por lo menos insinuarles que tal es nuestro juicio
696: por más que rabien, pues no tienen otra cura; y mientras permanezcan siendo perversas ocultas
697: serán impías manifiestas. Existe afortunadamente una gran diferencia entre las mujeres y los
698: hombres inmorales, pues aquéllas jamás sufren pasar por tales a menos que ya no sean unas
699: rameras, y éstos con mucha frecuencia se jactan de sus relajaciones. Resulta de aquí la mayor
700: facilidad de contener a las mujeres por la fuerza de la opinión; y si llegan a percibir que tomamos
701: su impiedad como signo de su desarreglo, nada omiten para desvanecer esta impresión y
702: empiezan por no dar escándalo con sus disparates y concluyen por olvidarlos enteramente,
703: recobrando la razón su imperio; y vuelve la virtud a un pecho donde antes sólo habitaban
704: crímenes horrendos. A la verdad que estos casos son muy raros, pero basta que sean posibles y
705: que se hayan efectuado algunas veces, para que no perdamos la esperanza, antes procuramos
706: su repetición.
707: Sin duda te causa risa que yo haya ocupado tu atención por tan largo tiempo acerca de la
708: impiedad de las mujeres, no mereciendo este objeto la más ligera consideración: ni entre los
709: filósofos, que siempre juzgan de ellas como de los niños, ni entre la generalidad de los hombres
710: que las ha concedido el privilegio de hablar como mejor las parezca, puesto que sus palabras no
711: son consideradas sino cuando se refieren al amor. ¡Cuánto se engañan los que así piensan!
712: Oímos este lenguaje muchas veces, pero siempre es desmentido por la experiencia, que nos
713: demuestra que la sociedad casi puede decirse que es gobernada por las mujeres; y así es que
714: su relajación, en cualquier sentido que sea, produce siempre los más funestos efectos. Por una
715: miseria de la naturaleza humana, jamás quieren los hombres ser superados por el sexo que
716: impropiamente llaman débil, sólo porque carece de fuerzas físicas (no tanto por constitución
717: como por inercia); y habiendo, por otra parte, caído en el lamentable error de considerar como
718: espíritus fuertes a los impíos, resulta, mi amado Elpidio, que la impiedad de las mujeres viene a
719: ser como un escollo en que naufragan muchos. Entre la gente que suelen llamarse de mundo, no
720: por la experiencia que en él hayan adquirido, sino al contrario, porque no lo conocen y llegan a
721: ser sus esclavos, apenas encontrarás uno, aun de los más moderados, que no se presente como
722: impío, o por lo menos como indiferente a la impiedad cuando se halla en compañía de señoras
723: nominales que ostentan ser incrédulas. Sin ocurrir a anécdotas privadas puedo recordarte un
724: hecho público y reciente que prueba a la evidencia el fundamento de mis observaciones.
725: Acaso habrás oído hablar de un diablo vestido de mujer a quien llaman Fanny Wright, o sea
726: Francisquita Wright. Esta infernal criatura se presenta como la madre de la impiedad, pues la
727: practica y enseña de todas las maneras. Asegúranme los que la han visto que carece de
728: hermosura y aun podríamos sin injusticia llamarla fea. Dotada del conocimiento de algunas
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729: lenguas, según dicen, aunque no me consta que haya hablado públicamente en otra que la
730: inglesa; y teniendo mucha facilidad o mejor dicho, mucho descaro, se ha constituído maestra
731: pública de la inmoralidad predicándola en teatros y otros parajes espaciosos donde se reúnen
732: millares de individuos para oírla. Ha visitado por segunda vez este país sembrando semillas de
733: impiedad que será muy difícil destruir y se ha vuelto a continuar sus escándalos en Inglaterra.
734: Predicaba contra toda creencia y cuando ya consideró que sus partidarios se hallaban bien
735: despreocupados, esto es, bien embrutecidos, empezó a predicar abiertamente contra los más
736: esenciales puntos de la moral. No se atrevió, sin embargo, a hacerlo con tanta libertad en público
737: como en privado, pues temía exponerse a lo que al fin sucedió, a pesar de todas sus
738: preocupaciones; esto es, que impresas algunas de sus cartas contra el matrimonio de una
739: manera la más baja y seductora, cayó enteramente en un desprecio y abominación universal. Ha
740: pervertido a una gran multitud y ha dado oportunidad a otros muchos, que ya lo estaban, de
741: presentarse con descaro, como miembros de una nueva secta, que hace alarde y blasona de no
742: pertenecer a ninguna creencia, bien que no se atreven a decir, de no tener moral alguna.
743: ¡Dícenme que esta impugnadora del matrimonio al fin se ha casado! Esto es para que veamos
744: que hay hombres para todo y que no hay absurdo que no llegue a realizarse.
745: Mi objeto en darte esta idea de la heroína moderna de la impiedad, no ha sido otro sino
746: preparar el campo donde quiero que observes realizadas mis indicaciones, para lo cual necesito
747: darte la historia, en cierto modo secreta, de este gran ascendiente que adquirió una mujer
748: despreciable por tantos títulos.
749: Todos los que no se han dejado conducir por apariencias conocen muy bien que esta mujer
750: perniciosa es, y ha sido siempre, un mero instrumento de que se han valido varios impíos y en
751: especial cierto individuo que se supone ser el autor de todas las arengas o lecciones depravadas
752: con que ha causado tanto daño. Este hecho prueba que los impíos conocen muy bien de cuánto
753: valor es una mujer en su partido, y los creyentes deben aprender a evitar tales antagonistas. La
754: estratagema se conoció bien en dos ocasiones muy notables. Concedieron a esta impía en la
755: ciudad de Filadelfia el uso de una de estas que llaman Iglesias y que sirven para todo; hubo un
756: concurso extraordinario para oír las blasfemias de esta miserable, mas entre los concurrentes
757: había un joven abogado que llevaba muy distintas intenciones, pues sólo se propuso ridiculizar a
758: esta mujer perversa y hacer ver que como he dicho no es más que un vil instrumento. Después
759: que ella habló con la mayor elocuencia, desafiando a todo el mundo y ofreciendo explicar los
760: puntos más difíciles y responder a los que vulgarmente se creen argumentados poderosos y que
761: ella trataba de necedades, el chusco abogadito pidió permiso para hablar y empezó su discurso
762: por un elogio de las talentos de la portentosa defensora de la impiedad; y cuando consideró que
763: había llamado la atención, y que ella misma lo oía con gusto, empezó con mucha cortesía, pero
764: con una firmeza incalculable a rebatirla en unos términos que todos esperaban que hubiese
765: respondido, mas todo lo que hizo fué irse cuando antes. En una mujer moderada ésta hubiera
766: sido acaso prueba de delicadeza, mas en una descaradísima no pudo ser prueba sino de
767: incapacidad y de que sólo podía repetir de memoria la lección que otros la habían dado por
768: escrito, que es la sospecha que justamente tenía su astuto impugnador. En la ciudad de Boston
769: la sucedió otro chasco aun más pesado, pues un hombre de conocimientos se disfrazó,
770: presentándose como un carretero, y cuando la arengadora impía se hallaba en lo más fuerte de
771: su discurso, entró mi buen hombre y para hacer mejor su papel de rústico la interrumpió
772: diciéndola que quería hacerla una pregunta. Esta fué tan ardua que la cuitada pensó
773: desvanecerlo tratando con desprecio al que la hizo y continuando su discurso; mas el
774: preguntador volvió a interrumpirla con otra pregunta mucho más fuerte y la risa de los
775: concurrentes indicó a la arengadora que estaban penetrados del asunto, y no dió más respuesta
776: sino salir inmediatamente del concurso y en pocas horas de la ciudad de Boston, donde
777: seguramente supieron tratarla mejor que en parte alguna.
778: He aquí probado por experiencia que los impíos, cuando, por desgracia de la sociedad,
779: encuentran una mujer que adopte sus principios y tenga valor para difundirlos, jamás dejan de
780: valerse de ella y consiguen por este medio tan infame lo que nunca hubieran podido conseguir
781: por sí mismos. Si el director de esta desgraciada se hubiera presentado al público, no hubiera
416
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
782: acaso obtenido aplauso alguno, antes lo hubieran detestado; mas preséntase una mujer y la
783: rareza del hecho unida al privilegio del sexo, hizo que fuese oída con gusto y muchas veces
784: vitoreada. ¿Creerás que sólo asistían a sus lecciones los hombres depravados y las mujeres sin
785: honor? Pues debo decirte que me consta que fueron a oírla muchos hombres honrados y de
786: gran talento y muchas mujeres virtuosas. Si la intención de estas personas hubiera sido
787: prepararse para rebatir los errores que difundía aquella malhadada, no serían tan reprensibles;
788: pero me consta que sólo iban por divertirse. ¡Funesta diversión que fomentaba la impiedad
789: haciendo creer a los incautos que era muy grande el número de sus secuaces! Me acuerdo
790: haber tenido con un amigo, que era uno de los de la jarana, varias conversaciones muy serias
791: sobre este punto. Decíame muchas veces que estando firme en los principios de su creencia,
792: sólo iba a oír a la impía predicadora por divertirse; viendo hasta dónde llega el descaro de un
793: mujer y que al fin le agradaba oírla porque efectivamente pronunciaba muy bien el idioma inglés
794: y sus discursos eran elocuentes. Más ¿podrá calcularse, preguntaba yo, el inmenso mal que
795: causa la presencia de los hombres de mérito en semejante concurrencia? ¿No es un desacierto
796: el fomentar la soberbia de esa mujer, haciendo que juzgue que sus talentos no tienen igual y que
797: sus objeciones merecen la atención que los ministros no han querido concederle?
798: Efectivamente, yo creo que por una especial providencia divina no sólo los sacerdotes de la
799: verdadera Iglesia, sino también los ministros de las diversas sectas convinieron, sin hablarse, en
800: el plan que debía observarse respecto de esta heroína de las tinieblas. Ninguno se dignó atacar
801: ni sus escritos ni sus discursos o arengas; y todos procuraron dar al pueblo incauto, con el
802: desprecio, la respuesta a sus capciosas objeciones. Este desprecio produjo un efecto admirable,
803: porque el pueblo conoció que el silencio era una medida prudente para no dar margen a
804: mayores escándalos. También tuvimos en consideración que una cuestión hubiera producido
805: mucho dinero a los especuladores que movían la máquina y este interés pecuniario hubiera
806: hecho interminable toda disputa. Siempre lamentaremos la corrupción de costumbres, que causó
807: esta mujer infeliz, mas habremos al mismo tiempo el consuelo de no haber aumentado el mal
808: con medidas imprudentes y de haber defendido la religión de un modo el más noble y eficaz, sin
809: que nadie, aun los más impíos, sospechase la más ligera debilidad. ¡Cuántas imitadoras de
810: Fanny Wright encontramos por todas partes, aunque menos descaradas, pero no menos
811: perversas!
812: No ha faltado quien sospeche que, a pesar del desinterés que aparentaba, la famosa
813: predicadora no dejaba de echar sus miradas a las pesetas que ganó en abundancia por la
814: imprudencia de muchos que gustan de comprar todo lo malo; y así es que siempre se vendieron
815: sus escritos impíos, aunque destituídos de todo mérito literario. Este es uno de los escollos más
816: formidables para las jóvenes de algún talento, si por otra parte son algo interesadas; y no hay
817: duda que la vanidad hace que muchas adolezcan de este mal, que siempre es peligroso y
818: destructor. Desea una mujer los medios de satisfacer sus caprichos, y al mismo tiempo quisiera
819: pasar por instruída, lo cual no es muy fácil a menos que posea un carácter extraordinario; pero sí
820: puede conseguirse con muy poco trabajo, en logrando ahogar, por decirlo así, la conciencia,
821: entregándose a la impiedad. Esta suele ser más ventajosa que la prostitución y no lleva consigo
822: tanta deshonra entre los hombres, y así es que suelen muchas mujeres constituirse meros
823: instrumentos de algunos perversos, siendo unas verdaderas esclavas. Fanny Wright pertenece a
824: esta clase y ha sido una de las notables por ser una de las más atrevidas.
825: He querido hacer estas observaciones, para probar que la impiedad de las mujeres por lo
826: común proviene de la de los hombres y que el único medio de manejar estas impías es, como ya
827: he hecho, hacer que conozcan que no se nos oculta su miseria y que no damos otro valor a sus
828: palabras que el que tiene su pasión, que es ninguno. De este modo se consigue disgustarlas de
829: sí mismas, y faltando o aminorándose la vanidad, no es difícil que sigan los dictámenes de la
830: recta razón y sana moral. Es preciso tratarlas en su línea como a las rameras en la suya, pues
831: en ambas clases de mujeres perdidas tiene el crimen un mismo origen, aunque no siempre se
832: hallan juntos ambos defectos. No sé si habrás notado que la incredulidad no es muy común en
833: las prostitutas y más bien son personas obstinadas en sus crímenes, con la vana esperanza de
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
417
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
834: enmendarse; y no bien se hallan en peligro de muerte cuando ellas mismas piden ser
835: reconciliadas con Dios y con su Iglesia. No me acuerdo de haber encontrado una sola incrédula.
836: ¿De qué proviene esta fe aunque muerta? De la gracia que sin ser santificante prepara a la
837: santificación y excita al alma continuamente para sacarla de un estado tan miserable; pero
838: también hay otra causa y es que la incredulidad no traería ventaja alguna en cuanto a las miras
839: temporales de estas miserables; y así es que no se cuidan mucho de pensar sobre puntos de
840: religión, puesto que aun cuando ésta no existiese serían tratadas del mismo modo en la
841: sociedad. Por lo que hace a los remordimientos de la conciencia no puede acallarlos la impiedad,
842: que mucho menos cuando ellas mismas conocen su depravado origen, pues viene a ser un
843: recurso subsecuente a la comisión de crímenes que tratan de continuar. Es, por tanto, mucho
844: más lamentable la situación de las impías decentes que la de estas mujeres inmorales, aunque
845: el mundo dé a veces títulos muy honrosos a aquellas perversas, que causan mucho mayores
846: daños; pues una prostituta no tiene influjo para inducir a muchas a que lo sean y una impía
847: condecorada y aplaudida ejerce con gran poder sobre las jóvenes de su sexo y arrastra muchas
848: de ellas a la perdición.
849: Hasta ahora, he comparado estas dos clases de mujeres como si efectivamente fueran
850: diferentes, mas yo creo, Elpidio, que a tu penetración y sano juicio no podrá escaparse que
851: forman dos especies de una clase general, que se divide en públicas, y ocultas, o sea
852: degradadas y aplaudidas. Puede establecerse como regla que tiene pocas excepciones, que
853: todas las mujeres impías son disolutas, o se preparan para serlo, y sólo se detienen porque aun
854: no han podido perder el hábito de respetar la virtud, que ellas consideran como una invención
855: humana y como una lamentable debilidad. Las observaciones que anteriormente he hecho sobre
856: las causas de la impiedad deben tenerse presentes, con mucha más razón cuando nos vemos
857: precisados a tratar mujeres impías, que escudadas con las prerrogativas de su sexo, suelen
858: ocultar una inmoralidad la más desenfrenada bajo el velo de ilustración. Siempre he
859: compadecido a los simples que se dejan alucinar con los discursos y chistes de estas perversas,
860: llegando la tontería de muchos hasta el extremo de contraer matrimonio con ellas, que es la
861: última desgracia que puede suceder a un hombre de honor. Yo quisiera, Elpidio, que los jóvenes
862: tuviesen presentes los daños que pueden causarles estas mujeres peligrosas de quienes sólo
863: puede esperarse engaños de todas clases, porque tienen talento para practicarlos, decoro y
864: prestigio con que disimular sus maldades y ninguna clase de vínculo que las una a la virtud, y así
865: es que llegan a connaturalizarse con los crímenes.
866: La historia de la mayor parte de las mujeres que se han hecho célebres por su impiedad,
867: bien que dotadas de talentos brillantísimos, prueba claramente, mi querido Elpidio, que no son
868: vanas conjeturas sino lecciones de experiencia las que acabo de exponer. Acuérdate de las
869: favoritas de los más célebres filósofos impíos o seudofilósofos del siglo dieciséis; cuyos
870: nombres, por más excecrables que sean, no quiero indicar; y te convencerías, por innumerables
871: pasajes de su vida, que desconocían el honor y sólo abundaban en medios de aparentarlo. En
872: los siglos posteriores y aun en la época presente encontramos mil ejemplos que confirman lo
873: mismo y a la verdad que casi es imposible indicar uno que pruebe lo contrario. ¡Cuánto hubiera
874: ganado la moral si los hombres de juicio hubiesen conseguido que se les oyese cuando
875: declamaron contra estas impostoras! Mas, desgraciadamente, en casi todos los hombres y
876: mucho más en los literatos se advierte una fatal propensión a disimular los defectos de las
877: mujeres de algún talento; y por otra parte llegan éstas a hacerse también por los infinitos
878: recursos que tienen para hacer mal y quedar impune.
879: Este es uno de los principales motivos por que se han autorizado las iniquidades de las
880: mujeres impías, en las cortes de los reyes donde una porción de pretendientes siempre está
881: pronta para la adulación, aunque tenga el objeto más infame. No hay quien se atreva a hacer
882: frente a estas malévolas cortesanas, que sin presentarse a los monarcas suelen manejarlos por
883: segunda mano y disponer de la tranquilidad y a veces aun de la vida de los más honrados
884: miembros de la sociedad. El temor es la verdadera causa de este gran valimiento, y es muy
885: difícil, por no decir imposible, encontrar hombres denonados, que se hagan superiores a todas
886: las persecuciones y nada teman. La generalidad sigue un partido bien contrario y de aquí resulta
418
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
887: que la sociedad en las grandes cortes presenta más refinamiento, pero al mismo tiempo mucha
888: más acendrada malicia.
889: He aquí otro inconveniente de mucha consideración para la reforma de las costumbres y
890: restablecimiento del orden social, que jamás puede ser guardado cuando está en manos de los
891: impíos. Es sabido que las ciudades menores y mucho más las de provincia toman siempre por
892: modelo la corte y que el espíritu de imitación llega a ser extremo. De aquí resulta que muy pronto
893: se encuentran filósofas de provincia e impías descaradas, que se consideran discípulas de las
894: que desmoralizan la capital; y los especuladores, que creen ganar cerca del trono agradando a
895: estas indecentes que mueven a los que rodean a los monarcas, no cesan de celebrar a las
896: ilustradas provinciales para que los recomienden y sacar partido. Este es el mundo, Elpidio, y
897: ojalá pudieran todos conocerlo. Lo más sensible es que los mundanos son los que menos
898: conocen el mundo y teniendo grandes pretensiones al saber, presenta una gran dificultad su
899: corrección. Llevan un golpe tras otro y los desengaños se suceden, pero tal es la vana idea que
900: han formado de su mérito y experiencia, que siempre atribuyen a casualidad los resultados de su
901: ignorancia.
902: La suerte de estos miserables es digna de compasión, y mucho más cuando, abandonados
903: por los que acaso podrían remediar su desdicha, no solamente llegan a considerarse ilustrados
904: sino con un título adquirido, como suelen decir, a fuerza de experiencia, para constituirse guías
905: de la sociedad. Es muy peligroso hacer frente a estos maestros y tanto más cuanto que
906: habiéndose dado ellos mismos el título no es fácil que lo revoquen. Lo más conveniente es no
907: presentarles argumentos, sino hechos, y algunas insinuaciones sobre sus causas, dejando a su
908: entendimiento que haga las inferencias que deben convencerlos. De ningún modo apruebo el
909: plan de algunos que piensan sacar ventaja por medio de una baja adulación, y así es que
910: tributan mil elogios a los medianos talentos de algunos impíos, creyendo que de este modo oirán
911: con más interés las verdades que niegan sin debido examen. Estas supercherías, además de ser
912: ilícitas, producen siempre un efecto contrario, pues apenas hay un hombre tan fatuo que no
913: conozca cuando le elogian más de lo que merece; aunque hay muchos que gusten de estos
914: elogios exagerados sólo porque suponen un engaño en el panegirista, que sirve a los intereses
915: del elogiado aunque no convenza su entendimiento. La consecuencia que suele sacarse en
916: estos casos es que la admiración proviene de ignorancia, y bien puedes percibir, mi amigo, que
917: el que así piense no estará muy dispuesto a seguir los consejos de un fatuo, a quien ha sabido
918: engañar. La franqueza siempre es necesaria y mucho más cuando trátase con personas de
919: algún talento; y de aquí resulta que si llegan a observar que efectivamente no nos hemos
920: equivocado acerca de su mérito y que no les hacemos injusticia ni tampoco les tributamos
921: honores que no merecen, llegan al fin a formar un buen concepto de nosotros, y ésta es la mejor
922: disposición para que nos oigan sin animosidad.
923: Vivamos con los impíos de un modo que pueda inducirlos a dejar de serlo. Este remedio,
924: que tú siempre has aplicado con tanto acierto, es el que yo quisiera ver difundido por todo el orbe
925: y especialmente por el país que ambos queremos y donde tú, cual Títiro bajo la sombra de los
926: árboles de una eterna primavera, seguramente no olvidas a tu Melibeo que, lejos de la patria,
927: espera los rigores de un severo invierno.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
Anexo 4
Reporte de códigos y texto. Carta 6 Tomo I Impiedad
NVivo revision 2.0.163
Licensee: casa
Project: Carta 1 Tomo I
User: Administrator Date: 14/05/2012 - 10:09:14
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Carta 6 Tomo I
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Modified: 14/05/2012 - 10:08:45
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Tomo Primero
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afectivos
Passage 1 of 8
Section 0, Paras 14 to 17, 351 chars.
14: Enfurécese el impío a la vista de una religión en que encuentran su consuelo millones de
15: seres dichosos, que en vano ha procurado presentar como ilusos; pues su misma alma le dice
16: que la ilusión es incompatible con la felicidad verdadera y que el tiempo, que ha acabado con
17: todas las ilusiones, lejos de destruir, conforma y propaga la santa religión.
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Passage 2 of 8
Section 0, Paras 37 to 45, 759 chars.
37: Empieza el impío a notar que todo no está reducido a este mundo y que del otro descienden
38: destellos de una luz de muy distinta naturaleza. He aquí un nuevo origen de furor. Su engaño es
39: cierto y también lo es su humillación, mas su soberbia es tan grande que se resiente de ser
40: humillado hasta por el mismo Dios. No quiere que haya de ser alguno superior a él y advirtiendo
41: en su corazón estos remordimientos, que prueban estar de algún modo inclinado a admitirlo y
42: sujetarse a sus leyes, se convierte como tigre contra sí mismo y quisiera devorar sus mismas
43: entrañas para que no le atormentasen de un modo tan horrendo. Queda, pues, convertido en
44: enemigo de Dios, de los hombres y de sí mismo. No existen ya para el miserable sino objetos de
45: odio y de furor.
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Passage 3 of 8
Section 0, Paras 127 to 138, 1117 chars.
127: Acuérdome que entre las agudezas impías del sarcástico Pirrón se encuentra su epitafio,
128: que él mismo escribió para que a nadie quedase duda de cómo había pasado su triste vida, que
129: por más que pretendía disimularlo fué un continuo tormento. Decía pues el malhadado, “aquí
130: yace Pirrón, que vivió sin saber lo que era y murió sin saber adónde iba”. Horroriza, Elpidio, que
131: un ser racional pueda escribir semejante confesión de su ignorancia y de su imprudencia en no
132: querer reconocerla, sino al contrario, guiarse por ella. ¿Qué furia puede compararse a un alma
133: en tan terrible estado? Yo me figuro el pecho de un hombre en tal estado como un infierno
134: ambulante e inseparable donde arde en vida el mísero impío, que a no estar del todo alucinado
135: bien podría saber lo que era y adónde iba si no tomaba otro camino. Seguramente no es Pirrón
136: el único en estos sentimientos aunque ha tenido muy pocos imitadores en la ingenuidad de
137: confesarlos; y por el estado de su alma atormentada puedes inferir el de sus semejantes y a muy
138: corta reflexión que hagas conocerás que estos miserables son víctimas de un furor inexplicable.
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Passage 4 of 8
Section 0, Paras 158 to 167, 842 chars.
158: La Iglesia de Dios ha extinguido siempre el fuego de las persecuciones; con la sangre de
159: sus hijos y en mar de lágrimas de ternura, ha sumergido en todos tiempos las enfurecidas
160: huestes de la funesta impiedad. Permitidme, ilustres mártires del cristianismo, que yo también
161: me atreva a elogiaros, no para agregar cosa alguna a vuestra gloria, sino para excitar en mi alma
162: las dulces emociones que causa su recuerdo. Permitidme que celebre vuestra inaudita victoria
163: ganada con la muerte de los vencedores y la vida de los vencidos. ¡Cuántos nacieron para el
164: cielo, siempre que murieron unos pocos para el mundo! Tú, anfiteatro romano, respetado por el
165: tiempo cual monumento del triunfo de la santa religión; tú recuerdas, con tu inmenso ámbito y
166: elevados muros, los innumerables testigos de la constancia, mansedumbre y denuedo de los
167: mártires.
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Passage 5 of 8
Section 0, Paras 167 to 180, 1256 chars.
167: A tu vista vacila el incrédulo advirtiendo que una ilusión no pudo ser origen de tanto y
168: tan raro heroísmo, ni arrancar con su ejemplo tantas víctimas de las manos de la impiedad y
169: sacrificarlas para destruirlas. Vese levantado en tu centro el árbol de la cruz,1 como en el paraíso
170: de la vida, y a su alrededor entonan los cristianos cánticos de victoria al Dios paciente, cuyos
171: imitadores esmaltaron con su sangre aquel suelo consagrado a las glorias de la Iglesia por sus
172: más encarnizados enemigos. Paréceme que veo las furias infernales huir espantadas al ver el
173: teatro de sus crueldades convertido en un nuevo Edén del cristianismo y que allá, a lo lejos, se
174: devoran arrojando miradas de desesperación sobre la nueva escena de gloria que ha sido efecto
175: de sus asaltos contra la esposa del cordero inmaculado.
176: Pero ¡ah! No fué la pena de los mártires, los dolores ni la muerte, sino la persecución de la
177: Santa Iglesia. Este fué el verdadero tormento de aquellas almas justas y lo es ahora de infinitos
420
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
178: creyentes al contemplar que sin ser tan comunes los mártires, es mucho más común la causa del
179: martirio. Toma la impiedad distinto camino, para ver si consigue destruir la religión que tanto
180: odia, y se presenta mucho más furiosa, aunque más disimulada.
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Passage 6 of 8
Section 0, Paras 262 to 275, 1309 chars.
262: El bien de los pueblos ha sido siempre el objeto de la Iglesia, no sólo en lo espiritual sino
263: también en lo temporal en cuanto dice relación a la paz y mutua caridad, en una palabra, a la
264: vida eterna que es la única felicidad. Por consiguiente, en las grandes urgencias del Estado y las
265: calamidades públicas la Iglesia es la primera en dar auxilio, y los ministros del santuario, lejos de
266: oponerse a la alienación de los bienes eclesiásticos, deben presentarlos sin repugnancia alguna,
267: pues de este modo se promueve la gloria de Dios y el verdadero esplendor de su Iglesia.
268: Siempre lamantaré la terquedad con que algunos eclesiásticos defienden los bienes, como si
269: dependiese de ellos nuestra santa religión; sin advertir que las siniestras interpretaciones de que
270: es susceptible su celo causa una pérdida mucho más considerable en el verdadero tesoro de la
271: Iglesia que es el amor y respeto de los fieles. Si hay bienes de que hacer uso, empléense
272: conforme al espíritu del Evangelio, y si no los hay, no debe causar inquietud su falta, según el
273: mismo espíritu divino. Conviene, sin embargo, que los impíos adviertan que los conocemos y
274: que su mal fundado furor encuentre siempre una barrera que los detenga; y ésta no puede
275: formarse de otros materiales que la verdadera ilustración, la caridad y la franqueza.
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Passage 7 of 8
Section 0, Paras 320 to 333, 1267 chars.
320: En tan peligrosas circunstancias ¡qué triste es la situación de la Iglesia! Vese atacada del
321: modo más injusto, que es haciéndola responsable por los atentados de sus mismos enemigos y
322: convirtiendo en acusaciones las pruebas muy evidentes de su santidad. Por cuanto que muchos
323: con suma hipocresía se fingen creyentes sólo para cometer errores contra la misma fe, que no
324: tienen; y a nombre de la religión cometen infinitos crímenes contra ella, quieren sus enemigos
325: inferir que tales atentados tienen por origen la Iglesia, que los lamenta. ¿No sería más justo
326: deducir lo contrario, esto es, que la Iglesia es santa, puesto que entre sus hijos sólo son
327: criminales los que no observan sus mandatos y son virtuosos los que la obedecen? ¿No debería
328: ser éste un motivo para proteger la Iglesia y no para perseguirla? ¡Ah, mi Elpidio! Esta verdad es
329: muy palpable, pero también lo es el deseo de no percibirla, y con tales disposiciones, no
330: debemos admirarnos de tan funestos efectos. Observamos que hombres de talento y algunos de
331: ellos de bastante instrucción y buena lógica, incurren en este defecto que sería reprensible en un
332: muchacho principiante, y han escrito innumerables obras fundadas en este ridículo sofisma, que
333: sus autores no sufrirían en ninguna otra materia.
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Passage 8 of 8
Section 0, Paras 366 to 376, 983 chars.
366: Tal vez, se ha realizado, mi sospecha; tal vez he dado pábulo a sentimientos humanos
367: tratando la causa del cielo. Baste, pues, de impiedad, y pueda yo verla destruída. Para concluir,
368: tengo una súplica que hacerte: No ignoras que si circunstancias inevitables me separan para
369: siempre de mi patria, sabes también que la juventud a quien consagré en otro tiempo mis
370: desvelos, me conserva en su memoria, y dícenme que la naciente no oye con indiferencia mi
371: nombre. Te encargo, pues, que seas el órgano de mis sentimientos y que procures, de todos
372: modos, separarlas del escollo de la irreligiosidad. Si mi experiencia puede dar algún peso a mis
373: razones, diles que un hombre, de cuya ingenuidad no creo que dudan, y que por desgracia o por
374: fortuna conoce a fondo a los impíos, puede asegurarles que son unos desgraciados y les
375: advierte y suplica que eviten tan funesto precipicio. Diles que ellos son la dulce esperanza de la
376: patria, y que no hay patria sin virtud, ni virtud con impiedad.
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Node 2 of 17
corporales
Passage 1 of 1
Section 0, Paras 54 to 71, 1512 chars.
54: Siendo un mal
55: incalculable, produce un odio a todos los que lo causan, y así es que convierte el impío su dulce
56: furor contra sus semejantes no menos que contra los creyentes.
57: Esta idea me recuerda una observación que varias veces he hecho, acerca de los
58: sepulcros de los dos corifeos de la impiedad en el siglo pasado. Sabrás, mi Elpidio, que con
59: profanación del templo de Santa Genoveva le han convertido en panteón, y entre los muchos
60: impíos que en él han colocado se notan uno frente al otro los sepulcros de Voltaire y Rousseau.
61: Acaso no ignoras que los ilusos filósofos que cuidan del profanado templo y enseñan a los
62: extranjeros los sepulcros de los diversos personajes, luego que llegan al de Voltaire, dicen, con
63: gran énfasis: “Le tombeau de Voltaire”, y al momento se quitan todos el sombrero. Pasan
64: después al sepulcro de Rousseau y le hacen los mismos honores. ¡Qué fanática impiedad! ¡Qué
65: contradicción tan palpable según los principios de los incrédulos! ¡Los católicos son unos ilusos
66: porque veneran las reliquias de los santos, y ellos se creen muy ilustrados haciendo tales
67: homenajes a los restos de Voltaire! De éste, según su doctrina, sólo queda una inerte materia; él
68: no tuvo alma o si la tuvo pereció con el cuerpo; y para decirlo de una vez, ya Voltaire no es más
69: que un nombre sin objeto y a este hombre vano se le hacen los honores de un ser real. ¿Puede
70: darse mayor simpleza que pretender honrar un objeto que no existe? Con más razón deberían
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
421
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
71: quitarse el sombrero delante de sus obras.
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Node 3 of 17
estéticos
Passage 1 of 1
Section 0, Paras 83 to 92, 847 chars.
83: Sin duda me acusarás de haber hecho una digresión y yo, con toda franqueza, confesaré
84: que lo conozco; mas creo que no se te ocultan mis motivos y que ellos pueden servirme de
85: disculpa. Yo, sin embargo, podría presentar los héroes de que he tratado como unas normas de
86: furor no menos que de impiedad y de soberbia. Acuérdate cuando el viejo Voltaire saltó de la
87: cama donde yacía enfermo y casi desnudo se puso a bailar de cólera delante de sus amigos;
88: sólo porque uno de ellos le dijo que el tunante de Federico, emperador de Prusia, celebrando a
89: un joven poeta dijo que era un sol en el cenit y que Voltaire era un sol en su ocaso. Bien que
90: parte de esta furia le venía como poeta, porque todos ellos son furiosos cuando se trata de sus
91: versos, y son más celosos de su crédito poético que las mujeres de su hermosura, que es cuanto
92: puede decirse.
93:
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Node 4 of 17
individuales
Passage 1 of 12
Section 0, Paras 4 to 13, 932 chars.
4: No quisiera, mi amado Elpidio, presentar a tu imaginación imágenes terribles que no
5: pueden menos de conmover un alma sensible como la tuya; pero tal es la impresión que causa
6: en la mía el cuadro horroroso de los furores de la impiedad, que para buscar un consuelo, me he
7: determinado a manifestarte en esta carta las tristísimas reflexiones, que he hecho sobre esta
8: miseria poderosa, que llenando de espanto a los mortales, es al mismo tiempo humillada bajo la
9: mano de un Dios vengador, que la permite como castigo de tan audaces criminales. Créese el
10: hombre superior a todo cuando de nada se cuida; y esto, que en el virtuoso es origen de paz y
11: alegría, lo es de inquietud y tristeza en el impío, cuya situación ya he considerado en mis cartas
12: anteriores; mas quiero ahora entrar en ciertos detalles, cuyo examen arroja mil pruebas de que la
13: impiedad es el más horrendo de los monstruos y la más lamentable de todas las calamidades.
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Passage 2 of 12
Section 0, Paras 14 to 17, 350 chars.
14: Enfurécese el impío a la vista de una religión en que encuentran su consuelo millones de
15: seres dichosos, que en vano ha procurado presentar como ilusos; pues su misma alma le dice
16: que la ilusión es incompatible con la felicidad verdadera y que el tiempo, que ha acabado con
17: todas las ilusiones, lejos de destruir, conforma y propaga la santa religión
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Passage 3 of 12
Section 0, Paras 30 to 36, 649 chars.
30: esgraciado! Y si la destruyese, ¿vendría la paz a habitar en su pecho? No, mi amigo.
31: Sólo se aumentaría su furor. Este es de tal naturaleza que no se calma, como los demás, con la
32: destrucción del objeto odiado; y esta particularidad le deja entrever al impío un origen, cuyo
33: conocimiento quiere eludir de todas las maneras. Prueba, sí, un origen divino en la religión,
34: puesto que el sentimiento de haberla destruído no puede evitarse por ningún esfuerzo humano; y
35: al paso que una vana Filosofía, fascinando el espíritu le persuade que ha difundido las luces, una
36: voz desconocida, pero la más imperiosa, clama continuamente contra tan impío atentado.
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Passage 4 of 12
Section 0, Paras 37 to 45, 759 chars.
37: Empieza el impío a notar que todo no está reducido a este mundo y que del otro descienden
38: destellos de una luz de muy distinta naturaleza. He aquí un nuevo origen de furor. Su engaño es
39: cierto y también lo es su humillación, mas su soberbia es tan grande que se resiente de ser
40: humillado hasta por el mismo Dios. No quiere que haya de ser alguno superior a él y advirtiendo
41: en su corazón estos remordimientos, que prueban estar de algún modo inclinado a admitirlo y
42: sujetarse a sus leyes, se convierte como tigre contra sí mismo y quisiera devorar sus mismas
43: entrañas para que no le atormentasen de un modo tan horrendo. Queda, pues, convertido en
44: enemigo de Dios, de los hombres y de sí mismo. No existen ya para el miserable sino objetos de
45: odio y de furor.
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Passage 5 of 12
Section 0, Paras 45 to 52, 652 chars.
45: La vida es un tormento, pero aun lo es mucho mayor la muerte.
46: Empieza a conocer la religión que jamás se destruye, si bien pueden seducirse algunos de
47: sus cultivadores, y que cuando más arraigado se cree que está el árbol de la impiedad y más
48: frondoso en vicios que llaman delicias, un soplo cuyo origen no puede conocer le despoja de sus
49: hojas, esparce por los aires sus funestas ramas y abate su erguido tronco. La mano de un ser
50: omnipotente se deja sentir por todas partes y sus correcciones no producen lo que las de un
51: padre cariñoso en el alma de un hijo obediente, sino las de un juez inexorable y justo sobre un
52: delincuente soberbio y obstinado
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Passage 6 of 12
Section 0, Paras 54 to 71, 1512 chars.
54: Siendo un mal
55: incalculable, produce un odio a todos los que lo causan, y así es que convierte el impío su dulce
56: furor contra sus semejantes no menos que contra los creyentes.
422
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
57: Esta idea me recuerda una observación que varias veces he hecho, acerca de los
58: sepulcros de los dos corifeos de la impiedad en el siglo pasado. Sabrás, mi Elpidio, que con
59: profanación del templo de Santa Genoveva le han convertido en panteón, y entre los muchos
60: impíos que en él han colocado se notan uno frente al otro los sepulcros de Voltaire y Rousseau.
61: Acaso no ignoras que los ilusos filósofos que cuidan del profanado templo y enseñan a los
62: extranjeros los sepulcros de los diversos personajes, luego que llegan al de Voltaire, dicen, con
63: gran énfasis: “Le tombeau de Voltaire”, y al momento se quitan todos el sombrero. Pasan
64: después al sepulcro de Rousseau y le hacen los mismos honores. ¡Qué fanática impiedad! ¡Qué
65: contradicción tan palpable según los principios de los incrédulos! ¡Los católicos son unos ilusos
66: porque veneran las reliquias de los santos, y ellos se creen muy ilustrados haciendo tales
67: homenajes a los restos de Voltaire! De éste, según su doctrina, sólo queda una inerte materia; él
68: no tuvo alma o si la tuvo pereció con el cuerpo; y para decirlo de una vez, ya Voltaire no es más
69: que un nombre sin objeto y a este hombre vano se le hacen los honores de un ser real. ¿Puede
70: darse mayor simpleza que pretender honrar un objeto que no existe? Con más razón deberían
71: quitarse el sombrero delante de sus obras.
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Passage 7 of 12
Section 0, Paras 93 to 108, 1488 chars.
93: No hay furor más implacable que el que proviene de la vanidad burlada. Reflexiona sobre
94: los diversos lances de la vida humana y te convencerás sobre la exactitud de este pensamiento.
95: Las injurias que no vienen unidas con ultraje son unas pérdidas a las cuales se resigna el
96: hombre fácilmente, sirviendo a veces la misma vanidad de medio para la resignación; mas
97: cuando aquélla es abatida, a no serlo por la mano de la virtud, excita un furor tan constante que
98: el tiempo sólo sirve para aumentarlo. De aquí resulta que hallándose el alma del impío
99: despojada de toda virtud, su furor es incomparable con el más terrible que pueda apoderarse del
100: alma de un creyente. Ya he observado en mis cartas anteriores que las virtudes de los impíos no
101: son ni verdaderas ni meritorias sino meramente calculadas para la moral civil. No ejercen, pues,
102: en su alma el imperio de la verdadera virtud y así es que no pueden tranquilizarlo. Las leyes
103: nada dicen sobre el odio ni la vanidad, porque sólo se dirigen al arreglo de las operaciones
104: sociales, seguridad personal y derechos mutuos, importándole muy poco al legislador que un
105: necio reviente de vanagloria y que odie a todo el mundo, si a nadie perjudica. Resulta, pues, que
106: la virtud de los impíos, limitada siempre a la observancia de las leyes (cuando no pueden
107: infringirla sin riesgo) viene a ser de ningún valor cuando se trata de objetos no comprendidos en
108: esta esfera; y por consiguiente, lejos de reprimir su furor sólo sirven para aumentarlo.
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Passage 8 of 12
Section 0, Paras 118 to 126, 771 chars.
118: De aquí resulta que destruyen y matan a sangre fría, cuidándose mucho menos de otros actos
119: de menor consideración. La mano de un asesino que por fortuna conserva alguna fe tiembla y a
120: veces se detiene al dar el golpe, aunque pueda escaparse de la acción de las leyes; mas el
121: impío, que tiene por ignorancia y debilidad un sentimiento semejante, hiere sin temor y sólo
122: recibe placer en dar pábulo a su furia. Poco importa el número de las víctimas. El crimen es sólo
123: una voz y la venganza una delicia. Si el odio llega a destruir los vínculos que la naturaleza y la
124: educación han estrechado entre los hombres, nada queda sino una furia desenfrenada, que no
125: sintiendo pena alguna en los estragos que causa, los repite gustosa, desconociendo el valor de
126: la palabra crueldad.
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Passage 9 of 12
Section 0, Paras 127 to 138, 1117 chars.
127: Acuérdome que entre las agudezas impías del sarcástico Pirrón se encuentra su epitafio,
128: que él mismo escribió para que a nadie quedase duda de cómo había pasado su triste vida, que
129: por más que pretendía disimularlo fué un continuo tormento. Decía pues el malhadado, “aquí
130: yace Pirrón, que vivió sin saber lo que era y murió sin saber adónde iba”. Horroriza, Elpidio, que
131: un ser racional pueda escribir semejante confesión de su ignorancia y de su imprudencia en no
132: querer reconocerla, sino al contrario, guiarse por ella. ¿Qué furia puede compararse a un alma
133: en tan terrible estado? Yo me figuro el pecho de un hombre en tal estado como un infierno
134: ambulante e inseparable donde arde en vida el mísero impío, que a no estar del todo alucinado
135: bien podría saber lo que era y adónde iba si no tomaba otro camino. Seguramente no es Pirrón
136: el único en estos sentimientos aunque ha tenido muy pocos imitadores en la ingenuidad de
137: confesarlos; y por el estado de su alma atormentada puedes inferir el de sus semejantes y a muy
138: corta reflexión que hagas conocerás que estos miserables son víctimas de un furor inexplicable.
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Passage 10 of 12
Section 0, Paras 141 to 157, 1480 chars.
141: Yo soy el primero en lamentar la ilusión de los que para honrar a
142: Dios han creído necesario matar a los hombres; mas también deploro la perversidad de los que
143: piensan probar que no hay Dios matando a los que le confiesan y alaban. Nada más frecuente
144: que las declamaciones contra la persecución religiosa, que siempre se exagera y acrimina; pero
145: se oye con indiferencia la que podemos llamar persecución impía. Empezó ésta desde el
146: principio del mundo y es muy simple el creer que durará hasta su fin. Variará de escena, de
147: medios y de grados; pero jamás de naturaleza. ¿Para qué, pues, el ocuparnos de ella? Para
148: aprender a sufrirla y ofrecerla en sacrificio a un Dios de bondad que fué el más perseguido. Para
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
423
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
149: evitar el ser nosotros el instrumento o causa de este crimen horrible. Para aterrar a los impíos
150: sacrificadores con la misma serenidad y mansedumbre de sus víctimas. Para indicar con el dedo
151: bañado con la sangre de los que, por gloria del autor de ella, recibieron la muerte. Para elevar a
152: la santa religión templos indestructibles, cimentados en sólidas virtudes, que no siendo obras de
153: los hombres no cedan a sus esfuerzos ni perezcan con ellos. ¡Oh, mi Elpidio! Yo imploro tu
154: amistad para que perdones, si, en la profunda tristeza que oprime mi corazón en estos
155: momentos, trasmito al papel expresiones fuertes que contra mi voluntad pueden parecer
156: alusivas. Yo espero toda indulgencia si por desgracia dejo hablar al hombre cuando sólo quiero
157: que hable el sacerdote.
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Passage 11 of 12
Section 0, Paras 167 to 180, 1256 chars.
167: A tu vista vacila el incrédulo advirtiendo que una ilusión no pudo ser origen de tanto y
168: tan raro heroísmo, ni arrancar con su ejemplo tantas víctimas de las manos de la impiedad y
169: sacrificarlas para destruirlas. Vese levantado en tu centro el árbol de la cruz,1 como en el paraíso
170: de la vida, y a su alrededor entonan los cristianos cánticos de victoria al Dios paciente, cuyos
171: imitadores esmaltaron con su sangre aquel suelo consagrado a las glorias de la Iglesia por sus
172: más encarnizados enemigos. Paréceme que veo las furias infernales huir espantadas al ver el
173: teatro de sus crueldades convertido en un nuevo Edén del cristianismo y que allá, a lo lejos, se
174: devoran arrojando miradas de desesperación sobre la nueva escena de gloria que ha sido efecto
175: de sus asaltos contra la esposa del cordero inmaculado.
176: Pero ¡ah! No fué la pena de los mártires, los dolores ni la muerte, sino la persecución de la
177: Santa Iglesia. Este fué el verdadero tormento de aquellas almas justas y lo es ahora de infinitos
178: creyentes al contemplar que sin ser tan comunes los mártires, es mucho más común la causa del
179: martirio. Toma la impiedad distinto camino, para ver si consigue destruir la religión que tanto
180: odia, y se presenta mucho más furiosa, aunque más disimulada.
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Passage 12 of 12
Section 0, Paras 320 to 333, 1267 chars.
320: En tan peligrosas circunstancias ¡qué triste es la situación de la Iglesia! Vese atacada del
321: modo más injusto, que es haciéndola responsable por los atentados de sus mismos enemigos y
322: convirtiendo en acusaciones las pruebas muy evidentes de su santidad. Por cuanto que muchos
323: con suma hipocresía se fingen creyentes sólo para cometer errores contra la misma fe, que no
324: tienen; y a nombre de la religión cometen infinitos crímenes contra ella, quieren sus enemigos
325: inferir que tales atentados tienen por origen la Iglesia, que los lamenta. ¿No sería más justo
326: deducir lo contrario, esto es, que la Iglesia es santa, puesto que entre sus hijos sólo son
327: criminales los que no observan sus mandatos y son virtuosos los que la obedecen? ¿No debería
328: ser éste un motivo para proteger la Iglesia y no para perseguirla? ¡Ah, mi Elpidio! Esta verdad es
329: muy palpable, pero también lo es el deseo de no percibirla, y con tales disposiciones, no
330: debemos admirarnos de tan funestos efectos. Observamos que hombres de talento y algunos de
331: ellos de bastante instrucción y buena lógica, incurren en este defecto que sería reprensible en un
332: muchacho principiante, y han escrito innumerables obras fundadas en este ridículo sofisma, que
333: sus autores no sufrirían en ninguna otra materia.
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Node 5 of 17
intelectuales
Passage 1 of 3
Section 0, Paras 73 to 82, 815 chars.
73: Hallábase en una casa de campo, que
74: cabalmente está frente a la de Voltaire. Díjole uno de sus amigos (señalando hacia la dicha
75: casa) que allí estaba Voltaire, y él respondió, “si es así, me parece que hasta el aire que viene de
76: ese lado, me inficiona”. Voltaire, por su parte, sabemos que no se quedaba atrás en punto a
77: sarcasmos y dicterios contra Rousseau. Ahora bien, ¿cuál de los dos era tan tonto que no
78: conocía el mérito, o tan perverso que lo atacaba? ¿Cuál de los dos merece aquel sumiso
79: homenaje? ¿No es claro que ninguno? Sin embargo estos dos angelitos, que se odiaron a
80: muerte sobre la tierra y que nunca tuvieron doctrina fija, yacen uno enfrente de otro y son
81: honrados a la par como antorcha del saber y normas de la virtud. Como si pudiera haber virtud
82: con odio personal y ciencia con incertidumbre.
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Passage 2 of 3
Section 0, Paras 127 to 139, 1119 chars.
127: Acuérdome que entre las agudezas impías del sarcástico Pirrón se encuentra su epitafio,
128: que él mismo escribió para que a nadie quedase duda de cómo había pasado su triste vida, que
129: por más que pretendía disimularlo fué un continuo tormento. Decía pues el malhadado, “aquí
130: yace Pirrón, que vivió sin saber lo que era y murió sin saber adónde iba”. Horroriza, Elpidio, que
131: un ser racional pueda escribir semejante confesión de su ignorancia y de su imprudencia en no
132: querer reconocerla, sino al contrario, guiarse por ella. ¿Qué furia puede compararse a un alma
133: en tan terrible estado? Yo me figuro el pecho de un hombre en tal estado como un infierno
134: ambulante e inseparable donde arde en vida el mísero impío, que a no estar del todo alucinado
135: bien podría saber lo que era y adónde iba si no tomaba otro camino. Seguramente no es Pirrón
136: el único en estos sentimientos aunque ha tenido muy pocos imitadores en la ingenuidad de
137: confesarlos; y por el estado de su alma atormentada puedes inferir el de sus semejantes y a muy
138: corta reflexión que hagas conocerás que estos miserables son víctimas de un furor inexplicable.
139: N
424
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
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Passage 3 of 3
Section 0, Paras 187 to 207, 1958 chars.
187: Alégase la perversidad de muchos de los católicos, y lo que es más sensible, de muchos
188: de los ministros del altar. Sobre este punto se extienden los incrédulos y creen que sus
189: ponderaciones tienen fuerza de argumentos. Las faltas reales se exageran y otras muchas se
190: fingen maliciosamente. ¿Pero acaso prueba esto cosa alguna contra la Iglesia? Muy al contrario
191: se deduce que la Iglesia es una y santa. Son perversos los miembros de ella que no observan su
192: doctrina e infringen sus leyes; mas nunca podrán serlo los que la obedecen. ¡Qué ceguedad! Se
193: quiere probar que una ley es mala porque lo son los que la infringen, siendo justos los que la
194: observan. ¿No debería bastar esta reflexión para contener a los furiosos perseguidores de la
195: Iglesia? Debería bastar, no hay duda, si los guiase la razón cuyos derechos tanto vociferan; pero
196: vemos diariamente ponerse en ridículo estos pretendidos filósofos, que tienen por guías sus
197: desenfrenadas pasiones. ¿No es la mayor de las injusticias y la más inaudita de las crueldades
198: atacar la inocencia, sólo porque es atacada? La Iglesia, cual tierna madre, lamenta los extravíos
199: de sus hijos; ¿y no es injusticia aumentar su dolor imputándola estos mismos crímenes que
200: detesta? El argumento es ridículo y la intención es depravada. Sí, mi amigo, los que publican los
201: defectos de los cristianos nominales, hacen una pública confesión de la santidad del
202: cristianismo, que no se aviene con ellos; y por tanto, lejos de perseguirlo, debían promoverlo si
203: efectivamente fuese su intención corregir estos defectos. ¡Qué hipócritas son los impíos cuando
204: ostentan un celo extraordinario por la virtud que desconocen y desprecian! ¡Qué ridículo es su
205: furor contra los vicios de los católicos, cuando por más que disimulen, no intentan corregirlos
206: sino destruir a los viciosos; no porque lo son, sino por ser creyentes! Estos enemigos de la
207: hipocresía son los mayores hipócritas y todo lo reducen a una verdadera especulación.
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Node 6 of 17
morales
Passage 1 of 14
Section 0, Paras 73 to 82, 815 chars.
73: Hallábase en una casa de campo, que
74: cabalmente está frente a la de Voltaire. Díjole uno de sus amigos (señalando hacia la dicha
75: casa) que allí estaba Voltaire, y él respondió, “si es así, me parece que hasta el aire que viene de
76: ese lado, me inficiona”. Voltaire, por su parte, sabemos que no se quedaba atrás en punto a
77: sarcasmos y dicterios contra Rousseau. Ahora bien, ¿cuál de los dos era tan tonto que no
78: conocía el mérito, o tan perverso que lo atacaba? ¿Cuál de los dos merece aquel sumiso
79: homenaje? ¿No es claro que ninguno? Sin embargo estos dos angelitos, que se odiaron a
80: muerte sobre la tierra y que nunca tuvieron doctrina fija, yacen uno enfrente de otro y son
81: honrados a la par como antorcha del saber y normas de la virtud. Como si pudiera haber virtud
82: con odio personal y ciencia con incertidumbre.
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Passage 2 of 14
Section 0, Paras 93 to 108, 1488 chars.
93: No hay furor más implacable que el que proviene de la vanidad burlada. Reflexiona sobre
94: los diversos lances de la vida humana y te convencerás sobre la exactitud de este pensamiento.
95: Las injurias que no vienen unidas con ultraje son unas pérdidas a las cuales se resigna el
96: hombre fácilmente, sirviendo a veces la misma vanidad de medio para la resignación; mas
97: cuando aquélla es abatida, a no serlo por la mano de la virtud, excita un furor tan constante que
98: el tiempo sólo sirve para aumentarlo. De aquí resulta que hallándose el alma del impío
99: despojada de toda virtud, su furor es incomparable con el más terrible que pueda apoderarse del
100: alma de un creyente. Ya he observado en mis cartas anteriores que las virtudes de los impíos no
101: son ni verdaderas ni meritorias sino meramente calculadas para la moral civil. No ejercen, pues,
102: en su alma el imperio de la verdadera virtud y así es que no pueden tranquilizarlo. Las leyes
103: nada dicen sobre el odio ni la vanidad, porque sólo se dirigen al arreglo de las operaciones
104: sociales, seguridad personal y derechos mutuos, importándole muy poco al legislador que un
105: necio reviente de vanagloria y que odie a todo el mundo, si a nadie perjudica. Resulta, pues, que
106: la virtud de los impíos, limitada siempre a la observancia de las leyes (cuando no pueden
107: infringirla sin riesgo) viene a ser de ningún valor cuando se trata de objetos no comprendidos en
108: esta esfera; y por consiguiente, lejos de reprimir su furor sólo sirven para aumentarlo.
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Passage 3 of 14
Section 0, Paras 109 to 117, 783 chars.
109: virtud, que sin embargo de ser
110: aparente cuesta algunos sacrificios, puede conciliar al impío consigo mismo después de haber
111: sufrido una herida su vanidad, se entrega más que nunca a la rabia y la desesperación.
112: Advierte, Elpidio, que no apreciando el impío del mismo modo que el creyente, ni bajo las
113: mismas relaciones, su furor también es de distinta especie o mejor dicho es más furor que otros
114: algunos, pues nada le sirve de obstáculo sino la fuerza física. Los objetos sólo tienen un valor
115: relativo a su persona y en tanto valen en cuanto sirven. Por consiguiente, su destrucción, cuando
116: ya no son útiles, en nada afecta a los impíos. El mismo mal que causan se presenta a veces a su
117: vista como un deber, no percibiendo y menos admitiendo cosa alguna relativa a un estado futuro.
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Passage 4 of 14
Section 0, Paras 181 to 207, 2475 chars.
181: Excusado es decir que no es sólo en las cárceles y en los cadalsos donde se sufren los
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
425
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
182: rigores de la persecución y que el modo filosófico puesto en práctica por los enemigos del
183: cristianismo es cruelísimo. Mas, ¿por qué persiguen los impíos la Santa Iglesia? Sólo porque su
184: origen es divino y la misma persecución es un signo evidente de esta verdad, que en vano
185: pretenden obscurecer. Examinemos las causas que se alegan y ellas mismas servirán de prueba
186: del ciego furor y lamentable ignorancia de los perseguidores.
187: Alégase la perversidad de muchos de los católicos, y lo que es más sensible, de muchos
188: de los ministros del altar. Sobre este punto se extienden los incrédulos y creen que sus
189: ponderaciones tienen fuerza de argumentos. Las faltas reales se exageran y otras muchas se
190: fingen maliciosamente. ¿Pero acaso prueba esto cosa alguna contra la Iglesia? Muy al contrario
191: se deduce que la Iglesia es una y santa. Son perversos los miembros de ella que no observan su
192: doctrina e infringen sus leyes; mas nunca podrán serlo los que la obedecen. ¡Qué ceguedad! Se
193: quiere probar que una ley es mala porque lo son los que la infringen, siendo justos los que la
194: observan. ¿No debería bastar esta reflexión para contener a los furiosos perseguidores de la
195: Iglesia? Debería bastar, no hay duda, si los guiase la razón cuyos derechos tanto vociferan; pero
196: vemos diariamente ponerse en ridículo estos pretendidos filósofos, que tienen por guías sus
197: desenfrenadas pasiones. ¿No es la mayor de las injusticias y la más inaudita de las crueldades
198: atacar la inocencia, sólo porque es atacada? La Iglesia, cual tierna madre, lamenta los extravíos
199: de sus hijos; ¿y no es injusticia aumentar su dolor imputándola estos mismos crímenes que
200: detesta? El argumento es ridículo y la intención es depravada. Sí, mi amigo, los que publican los
201: defectos de los cristianos nominales, hacen una pública confesión de la santidad del
202: cristianismo, que no se aviene con ellos; y por tanto, lejos de perseguirlo, debían promoverlo si
203: efectivamente fuese su intención corregir estos defectos. ¡Qué hipócritas son los impíos cuando
204: ostentan un celo extraordinario por la virtud que desconocen y desprecian! ¡Qué ridículo es su
205: furor contra los vicios de los católicos, cuando por más que disimulen, no intentan corregirlos
206: sino destruir a los viciosos; no porque lo son, sino por ser creyentes! Estos enemigos de la
207: hipocresía son los mayores hipócritas y todo lo reducen a una verdadera especulación.
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Passage 5 of 14
Section 0, Paras 208 to 226, 1665 chars.
208: Observa, también, mi amigo amado Elpidio, que con los hechos contrarían sus palabras y
209: confiesan la debilidad de su argumento y la injusticia del furor con que atacan a los católicos. Por
210: más alucinados que estén los impíos, no pueden negar que entre ellos hay muy pocos que no
211: sean totalmente desmoralizados, y por consiguiente, si tuviese algún valor el argumento
212: deducido de la mala conducta de los creyentes, debería tener el mismo valor respecto de la
213: impiedad, y ésta debería excitar contra ella el furor de los impíos. Si valiera, pues, este modo de
214: discurrir, quedarían justificadas por ellos mismos todas las persecuciones que sufren y el furor
215: con que a veces han procedido sus enemigos.
216: Para que se note mucho más claramente la debilidad de este argumento, o mejor dicho, de
217: este pretexto para enfurecerse contra la religión y los que la profesan, observa, Elpidio, el gran
218: número de perversos que hay entre los impíos; y si su perversidad pudiese ser un justo motivo
219: del furor, deberían empezar por enmendarse, para tener derecho de hablar; y de lo contrario,
220: sólo deberían enfurecerse contra sí mismos. Si reflexionas sobre las declamaciones de los
221: impíos en materia de inmoralidad, verás que todas ellas admiten una retorsión y que siempre
222: puede decirse mutato nomine de te fabula narratur. Por lo que hace a hipocresía, ninguna es
223: peor que la que consiste en fingir que no se tiene, y que antes bien, se detesta y ataca. Ya
224: supongo que conocerás que casi todos los impíos pertenecen a esta clase de hipócritas y
225: pueden inferir el derecho que tienen a nuestra consideración y qué fundamento tiene el furor que
226: ostentan con efecto de un celo ilustrado.
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Passage 6 of 14
Section 0, Paras 235 to 258, 2118 chars.
235: Espero que no creerás, mi
236: amigo, que yo abogo por la excesiva riqueza y mucho menos por la personal de los individuos
237: del clero; mas es preciso confesar que sin medios pecuniarios no siempre puede hacerse el bien
238: y que el ministerio cae en desprecio y está expuesto cuando carece de cierto decoro que la
239: sociedad considera necesario. No hay duda que la principal dignidad y esplendor del clero debe
240: consistir en sus virtudes, pues sin ellas nunca podrá hacerse respetar y mucho menos podrá ser
241: amado por los pueblos; mas poseyéndolas podrá hacer un uso santo de las riquezas; y éstas,
242: por sí, nunca deben atraer sobre el clero la indignación de los sensatos. El exceso, en ésta como
243: en todas las cosas, siempre será reprensible y la Iglesia es la primera en condenarlo; mas no por
244: eso deben persuadirse los fieles que es incompatible con el ministerio de los apóstoles la
245: posesión de algo más de lo que ellos tuvieron. Debemos, sin embargo, considerar las riquezas
246: como los vestidos, que conviene despojarnos de ellos cuando sirven de estorbo a la lucha,
247: pudiendo asirse de ellos el contrario. Así, pues, en la constante lucha de la Iglesia contra el siglo
248: corrompido deben abandonarse las riquezas si llegan a ser perjudiciales al verdadero interés,
249: que es la salvación de las almas; y en este caso, un ministerio pobre, sin más defensa que la
250: cruz, saldrá siempre victorioso de todos sus enemigos. Mas ¿por qué se enfurecen y declaman
251: los impíos contra las riquezas eclesiásticas? ¿Para poseerlas ellos? Esta es la verdad, mas no
252: creo que quieran decirla. Si las riquezas de que se priva a las iglesias se emplean en beneficio
253: de los pueblos y principalmente de los pobres, no se hace más que darlas su verdadera y natural
254: aplicación; pues la Iglesia nunca las posee con otro objeto, sino para el auxilio espiritual en el
426
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
255: decoro del culto y administración de los sacramentos y para el socorro material de sus hijos
256: predilectos que son los pobres. Mas cuando dichas riquezas pasan a servir de pábulo al lujo y de
257: recompensa al crimen, puedes ya inferir, mi amigo, la naturaleza del celo que anima a los
258: expoliadores.
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Passage 7 of 14
Section 0, Paras 262 to 275, 1309 chars.
262: El bien de los pueblos ha sido siempre el objeto de la Iglesia, no sólo en lo espiritual sino
263: también en lo temporal en cuanto dice relación a la paz y mutua caridad, en una palabra, a la
264: vida eterna que es la única felicidad. Por consiguiente, en las grandes urgencias del Estado y las
265: calamidades públicas la Iglesia es la primera en dar auxilio, y los ministros del santuario, lejos de
266: oponerse a la alienación de los bienes eclesiásticos, deben presentarlos sin repugnancia alguna,
267: pues de este modo se promueve la gloria de Dios y el verdadero esplendor de su Iglesia.
268: Siempre lamantaré la terquedad con que algunos eclesiásticos defienden los bienes, como si
269: dependiese de ellos nuestra santa religión; sin advertir que las siniestras interpretaciones de que
270: es susceptible su celo causa una pérdida mucho más considerable en el verdadero tesoro de la
271: Iglesia que es el amor y respeto de los fieles. Si hay bienes de que hacer uso, empléense
272: conforme al espíritu del Evangelio, y si no los hay, no debe causar inquietud su falta, según el
273: mismo espíritu divino. Conviene, sin embargo, que los impíos adviertan que los conocemos y
274: que su mal fundado furor encuentre siempre una barrera que los detenga; y ésta no puede
275: formarse de otros materiales que la verdadera ilustración, la caridad y la franqueza.
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Passage 8 of 14
Section 0, Paras 276 to 288, 1119 chars.
276: No hay que equivocarse: mientras el pueblo crea que los eclesiásticos tienen empeño en
277: ser ricos, sentirá que lo sean; y por más que se procure presentar motivos verdaderamente
278: religiosos, será ésto desatendido y sólo se fijará la vista sobre las pruebas ostensibles de interés
279: mundano. Un noble desprendimiento hace conocer a los mal intencionados que la religión no se
280: compra y que sus ministros no la predican como mercenarios, sino como pastores de las almas.
281: Los impíos se ven entonces en la necesidad de confesar que son movidos por el odio a la
282: religión y no por la justicia. Digo esto en cuanto a los meramente impíos, mas no en cuanto a los
283: ladrones, pues éstos agarrarán siempre que puedan, sin ceremonia de disculpa alguna; y contra
284: ellos no hay precaución que valga, ni más remedio que soltar la bolsa como sucede con los
285: salteadores de camino. Ya es sabido que cuando el dinero cae en manos de semejante familia,
286: desaparece del todo y ni el público en general ni las sociedades particulares reciben beneficio
287: alguno; pero éste es un mal que debe sufrirse en completo silencio, pues todo reclamo lo
288: empeora.
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Passage 9 of 14
Section 0, Paras 289 to 295, 587 chars.
289: Es preciso confesar que muchos eclesiásticos perversos suponen robadas las iglesias
290: cuando se impiden que ellos las roben, haciendo un uso ilegítimo de sus caudales, y tratan de
291: acumularlos para tenerlos a su disposición. Siempre me acuerdo, Elpidio, que cuando me
292: hallaba envuelto en el torbellino político tenía entre mis compañeros a un eclesiástico de gran
293: ciencia y virtud, que solía decirme que muchos de nuestros hermanos eclesiásticos son como las
294: lloronas de entierro, que lloran sin que les duela y sólo por oficio, al paso que los que
295: verdaderamente sufren rara vez se quejan.
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Passage 10 of 14
Section 0, Paras 296 to 333, 3510 chars.
296: este asunto con toda imparcialidad, debo decir claramente que es una de las
297: muchas comedias que suelen representar los pícaros, de las cuales sacan utilidad real, esto es,
298: pecuniaria, en cambio de sus ficciones. Los unos se disfrazan con los atavíos de la religión y los
299: otros con los del patriotismo, y representan sus papeles con tanto empeño, que a veces alucinan
300: aún a los más sensatos. Un actor grita “respétense los bienes eclesiásticos”, y en su corazón
301: agrega “para que yo los disfrute”, y otro exclama “quítense a los eclesiásticos unos bienes que
302: no necesitan”, mas en voz baja dice “y que me toque parte”. Hay sin embargo una diferencia
303: entre estas dos clases de especuladores y consiste en que los pobres reciben mucho de los
304: fingidos religiosos y rara vez reciben un centavo de los fingidos patriotas. Para conseguir su
305: intento exageran los unos las necesidades de la Iglesia y los otros las del Estado; necesidades
306: que ellos mismos forman y por consiguiente están seguros de su existencia y duración. Cuando
307: oigan hablar, Elpidio, de las deudas nacionales y principalmente en España, sábete que tocan a
308: robar y que ésta es una de las mayores necesidades. Los verdaderos patriotas nunca roban las
309: iglesias y los verdaderos eclesiásticos nunca son insensibles a las necesidades de la patria, y si
310: conforme a la doctrina de San Agustín pueden y a veces deben romper los cálices y vender su
311: oro para socorrer a los pobres, también pueden y deben romperlos para socorrer a la patria que
312: es la madre común, cuya ruina produciría millones de pobres. Sin embargo, así como sería un
313: crimen vender los cálices para socorrer pobres fingidos, o a los reales si pueden sustentarse por
314: otros medios, así lo es respecto de las necesidades fingidas o reales del Estado. Dame buena
315: intención y yo respondo de la buena armonía. Manejen los asuntos patrios religiosos, que es
316: decir verdaderos patriotas; sean todos hijos de la Iglesia; vivan como hermanos, que es decir
317: sean cristianos, y habrá dinero para todo y para todos. El furor de los impíos contra los
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
427
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
318: eclesiásticos por los bienes que éstos poseen no es más que una envidia y codicia disfrazada y
319: no merece la menor atención, siendo sólo necesario emplear medios para evitar sus estragos.
320: En tan peligrosas circunstancias ¡qué triste es la situación de la Iglesia! Vese atacada del
321: modo más injusto, que es haciéndola responsable por los atentados de sus mismos enemigos y
322: convirtiendo en acusaciones las pruebas muy evidentes de su santidad. Por cuanto que muchos
323: con suma hipocresía se fingen creyentes sólo para cometer errores contra la misma fe, que no
324: tienen; y a nombre de la religión cometen infinitos crímenes contra ella, quieren sus enemigos
325: inferir que tales atentados tienen por origen la Iglesia, que los lamenta. ¿No sería más justo
326: deducir lo contrario, esto es, que la Iglesia es santa, puesto que entre sus hijos sólo son
327: criminales los que no observan sus mandatos y son virtuosos los que la obedecen? ¿No debería
328: ser éste un motivo para proteger la Iglesia y no para perseguirla? ¡Ah, mi Elpidio! Esta verdad es
329: muy palpable, pero también lo es el deseo de no percibirla, y con tales disposiciones, no
330: debemos admirarnos de tan funestos efectos. Observamos que hombres de talento y algunos de
331: ellos de bastante instrucción y buena lógica, incurren en este defecto que sería reprensible en un
332: muchacho principiante, y han escrito innumerables obras fundadas en este ridículo sofisma, que
333: sus autores no sufrirían en ninguna otra materia.
——————————————————————————————————— Passage 11 of 14
to 343, 938 chars.
334: Suele decirse que la persecución es contra los eclesiásticos y no contra la Iglesia, y con
335: ésta y otras distinciones, aun más ridícula que todas las de los más rancios escolásticos, se ha
336: procurado acallar los clamores e imprecaciones de los creyentes. Si se manifestase tan sólo un
337: justo empeño en corregir los abusos no podría llamarse persecución, sino protección de la
338: Iglesia contra sus más crueles adversarios que son los que fingen ser sus hijos sólo para tener
339: fácil acogida en su seno y herirla con más facilidad; pero el furor de los impíos no se calma sino
340: con la destrucción de las personas, bajo el pretexto de que no es posible reformarlas, y faltando
341: éstas es claro que sufre mucho el culto y por consiguiente la religión. En vano se procura
342: cohonestar esta persecución diciendo que sólo se dirige a los malos eclesiásticos, pues la
343: impiedad dice que todos lo son, y verdaderamente lo serían si no fuesen atacados por ella.
——————————————————————————————————— Passage 12 of 14
to 348, 379 chars.
344: Tenemos, pues, que todos son perseguidos, con la sola diferencia que los viciosos dan un
345: motivo ostensible para ser atacados y aquellos cuya conducta no es escandalosa vienen a ser
346: mucho más odiados porque afirman una religión que los impíos desean destruir. De modo que
347: puede decirse que en un pueblo en que se halle generalizada la impiedad un hábito eclesiástico
348: es un baldón.
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Passage 13 of 14
Section 0, Paras 349 to 365, 1602 chars.
349: No quisiera entrar en el examen de los funestos resultados de esta mofa que se hace de
350: los eclesiásticos, porque no sé si es más lamentable la osadía de los mofadores que la debilidad
351: de los mofados. Muchos se exasperan en términos de incurrir en el mismo defecto que sus
352: enemigos, enfureciéndose contra ellos y dando pábulo a la venganza personal cohonestada con
353: el título de celo religioso; y otros capitulan con ellos y entran en sus filas sólo para ser
354: ridiculizados. Sí, mi Elpidio, muchos eclesiásticos se jactan de ser liberales sin ser más que unos
355: viles aduladores de una partida de perversos, que tiene la audacia de llamarse hombres libres,
356: como si pudieran serlo los esclavos del demonio. ¡Ojalá fueran todos los eclesiásticos liberales!
357: Pero de los que pretenden serlo, muchos son libertinos y otros fundan su liberalismo en una
358: debilidad inicua por la cual hacen las más infames concesiones, sacrificando a veces la doctrina
359: evangélica, sólo por granjearse el aprecio del mundo. Estos sin embargo se llaman eclesiásticos
360: y la Iglesia sufre por ellos. Acuérdome que un compañero mío, eclesiástico de mucho mérito, que
361: pasaba por servir sólo porque no era loco, me decía que, en su opinión, el partido que había que
362: tomar con estos seudoeclesiásticos sería abrirles puerta franca para que saliesen del santuario,
363: ya que no quieren estar en él, y degradarlos y echarlos al estado secular, donde Dios acaso los
364: traería a la penitencia; y si continuaban sus servicios al diablo, no serían tan nocivos a la Iglesia.
365: Te aseguro, Elpidio, que no disto mucho de la opinión de mi virtuoso compañero
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Passage 14 of 14
Section 0, Paras 371 to 376, 523 chars.
371: Te encargo, pues, que seas el órgano de mis sentimientos y que procures, de todos
372: modos, separarlas del escollo de la irreligiosidad. Si mi experiencia puede dar algún peso a mis
373: razones, diles que un hombre, de cuya ingenuidad no creo que dudan, y que por desgracia o por
374: fortuna conoce a fondo a los impíos, puede asegurarles que son unos desgraciados y les
375: advierte y suplica que eviten tan funesto precipicio. Diles que ellos son la dulce esperanza de la
376: patria, y que no hay patria sin virtud, ni virtud con impiedad.
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Node 7 of 17
políticos
Passage 1 of 12
Section 0, Paras 9 to 13, 391 chars.
9: Créese el
10: hombre superior a todo cuando de nada se cuida; y esto, que en el virtuoso es origen de paz y
11: alegría, lo es de inquietud y tristeza en el impío, cuya situación ya he considerado en mis cartas
12: anteriores; mas quiero ahora entrar en ciertos detalles, cuyo examen arroja mil pruebas de que la
428
Section 0, Paras 334
Section 0, Paras 344
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
13: impiedad es el más horrendo de los monstruos y la más lamentable de todas las calamidades.
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Passage 2 of 12
Section 0, Paras 30 to 36, 649 chars.
30: esgraciado! Y si la destruyese, ¿vendría la paz a habitar en su pecho? No, mi amigo.
31: Sólo se aumentaría su furor. Este es de tal naturaleza que no se calma, como los demás, con la
32: destrucción del objeto odiado; y esta particularidad le deja entrever al impío un origen, cuyo
33: conocimiento quiere eludir de todas las maneras. Prueba, sí, un origen divino en la religión,
34: puesto que el sentimiento de haberla destruído no puede evitarse por ningún esfuerzo humano; y
35: al paso que una vana Filosofía, fascinando el espíritu le persuade que ha difundido las luces, una
36: voz desconocida, pero la más imperiosa, clama continuamente contra tan impío atentado.
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Passage 3 of 12
Section 0, Paras 227 to 235, 815 chars.
227: Otra de las causas que alegan los impíos para enfurecerse contra la Iglesia es la posesión
228: de bienes temporales, y con suma hipocresía nos recuerdan los bíenes apostólicos. ¡Ojalá los
229: viésemos renovados, que la Iglesia de nada necesitaría y los fieles, al ofrecer sus dones, no se
230: creerían gravados, sino complacidos! Es muy juiciosa la respuesta de Eneas Silvio, después Pío
231: II, a Maierio de Maguncia: “(Vos, que a imitación de la Iglesia primitiva, deseáis, le dice, un
232: sacerdocio pobre, debéis desear también con él un pueblo pobre, imitando en ambas cosas a los
233: primitivos cristianos. Por tanto, es preciso que mandéis que el pueblo mendigue con el clero,
234: según hacían nuestros mayores, o que permitáis que ambos sean ricos conforme al siglo
235: presente.”(Vido Schwarz apud Sardagna, Teol. Dog. tom. II pag. 524.)
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Passage 4 of 12
Section 0, Paras 262 to 275, 1309 chars.
262: El bien de los pueblos ha sido siempre el objeto de la Iglesia, no sólo en lo espiritual sino
263: también en lo temporal en cuanto dice relación a la paz y mutua caridad, en una palabra, a la
264: vida eterna que es la única felicidad. Por consiguiente, en las grandes urgencias del Estado y las
265: calamidades públicas la Iglesia es la primera en dar auxilio, y los ministros del santuario, lejos de
266: oponerse a la alienación de los bienes eclesiásticos, deben presentarlos sin repugnancia alguna,
267: pues de este modo se promueve la gloria de Dios y el verdadero esplendor de su Iglesia.
268: Siempre lamantaré la terquedad con que algunos eclesiásticos defienden los bienes, como si
269: dependiese de ellos nuestra santa religión; sin advertir que las siniestras interpretaciones de que
270: es susceptible su celo causa una pérdida mucho más considerable en el verdadero tesoro de la
271: Iglesia que es el amor y respeto de los fieles. Si hay bienes de que hacer uso, empléense
272: conforme al espíritu del Evangelio, y si no los hay, no debe causar inquietud su falta, según el
273: mismo espíritu divino. Conviene, sin embargo, que los impíos adviertan que los conocemos y
274: que su mal fundado furor encuentre siempre una barrera que los detenga; y ésta no puede
275: formarse de otros materiales que la verdadera ilustración, la caridad y la franqueza.
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Passage 5 of 12
Section 0, Paras 276 to 288, 1119 chars.
276: No hay que equivocarse: mientras el pueblo crea que los eclesiásticos tienen empeño en
277: ser ricos, sentirá que lo sean; y por más que se procure presentar motivos verdaderamente
278: religiosos, será ésto desatendido y sólo se fijará la vista sobre las pruebas ostensibles de interés
279: mundano. Un noble desprendimiento hace conocer a los mal intencionados que la religión no se
280: compra y que sus ministros no la predican como mercenarios, sino como pastores de las almas.
281: Los impíos se ven entonces en la necesidad de confesar que son movidos por el odio a la
282: religión y no por la justicia. Digo esto en cuanto a los meramente impíos, mas no en cuanto a los
283: ladrones, pues éstos agarrarán siempre que puedan, sin ceremonia de disculpa alguna; y contra
284: ellos no hay precaución que valga, ni más remedio que soltar la bolsa como sucede con los
285: salteadores de camino. Ya es sabido que cuando el dinero cae en manos de semejante familia,
286: desaparece del todo y ni el público en general ni las sociedades particulares reciben beneficio
287: alguno; pero éste es un mal que debe sufrirse en completo silencio, pues todo reclamo lo
288: empeora.
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Passage 6 of 12
Section 0, Paras 289 to 295, 587 chars.
289: Es preciso confesar que muchos eclesiásticos perversos suponen robadas las iglesias
290: cuando se impiden que ellos las roben, haciendo un uso ilegítimo de sus caudales, y tratan de
291: acumularlos para tenerlos a su disposición. Siempre me acuerdo, Elpidio, que cuando me
292: hallaba envuelto en el torbellino político tenía entre mis compañeros a un eclesiástico de gran
293: ciencia y virtud, que solía decirme que muchos de nuestros hermanos eclesiásticos son como las
294: lloronas de entierro, que lloran sin que les duela y sólo por oficio, al paso que los que
295: verdaderamente sufren rara vez se quejan.
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Passage 7 of 12
Section 0, Paras 296 to 319, 2243 chars.
296: este asunto con toda imparcialidad, debo decir claramente que es una de las
297: muchas comedias que suelen representar los pícaros, de las cuales sacan utilidad real, esto es,
298: pecuniaria, en cambio de sus ficciones. Los unos se disfrazan con los atavíos de la religión y los
299: otros con los del patriotismo, y representan sus papeles con tanto empeño, que a veces alucinan
300: aún a los más sensatos. Un actor grita “respétense los bienes eclesiásticos”, y en su corazón
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
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Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
301: agrega “para que yo los disfrute”, y otro exclama “quítense a los eclesiásticos unos bienes que
302: no necesitan”, mas en voz baja dice “y que me toque parte”. Hay sin embargo una diferencia
303: entre estas dos clases de especuladores y consiste en que los pobres reciben mucho de los
304: fingidos religiosos y rara vez reciben un centavo de los fingidos patriotas. Para conseguir su
305: intento exageran los unos las necesidades de la Iglesia y los otros las del Estado; necesidades
306: que ellos mismos forman y por consiguiente están seguros de su existencia y duración. Cuando
307: oigan hablar, Elpidio, de las deudas nacionales y principalmente en España, sábete que tocan a
308: robar y que ésta es una de las mayores necesidades. Los verdaderos patriotas nunca roban las
309: iglesias y los verdaderos eclesiásticos nunca son insensibles a las necesidades de la patria, y si
310: conforme a la doctrina de San Agustín pueden y a veces deben romper los cálices y vender su
311: oro para socorrer a los pobres, también pueden y deben romperlos para socorrer a la patria que
312: es la madre común, cuya ruina produciría millones de pobres. Sin embargo, así como sería un
313: crimen vender los cálices para socorrer pobres fingidos, o a los reales si pueden sustentarse por
314: otros medios, así lo es respecto de las necesidades fingidas o reales del Estado. Dame buena
315: intención y yo respondo de la buena armonía. Manejen los asuntos patrios religiosos, que es
316: decir verdaderos patriotas; sean todos hijos de la Iglesia; vivan como hermanos, que es decir
317: sean cristianos, y habrá dinero para todo y para todos. El furor de los impíos contra los
318: eclesiásticos por los bienes que éstos poseen no es más que una envidia y codicia disfrazada y
319: no merece la menor atención, siendo sólo necesario emplear medios para evitar sus estragos.
320:
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Passage 8 of 12
Section 0, Paras 334 to 343, 938 chars.
334: Suele decirse que la persecución es contra los eclesiásticos y no contra la Iglesia, y con
335: ésta y otras distinciones, aun más ridícula que todas las de los más rancios escolásticos, se ha
336: procurado acallar los clamores e imprecaciones de los creyentes. Si se manifestase tan sólo un
337: justo empeño en corregir los abusos no podría llamarse persecución, sino protección de la
338: Iglesia contra sus más crueles adversarios que son los que fingen ser sus hijos sólo para tener
339: fácil acogida en su seno y herirla con más facilidad; pero el furor de los impíos no se calma sino
340: con la destrucción de las personas, bajo el pretexto de que no es posible reformarlas, y faltando
341: éstas es claro que sufre mucho el culto y por consiguiente la religión. En vano se procura
342: cohonestar esta persecución diciendo que sólo se dirige a los malos eclesiásticos, pues la
343: impiedad dice que todos lo son, y verdaderamente lo serían si no fuesen atacados por ella.
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Passage 9 of 12
Section 0, Paras 344 to 348, 379 chars.
344: Tenemos, pues, que todos son perseguidos, con la sola diferencia que los viciosos dan un
345: motivo ostensible para ser atacados y aquellos cuya conducta no es escandalosa vienen a ser
346: mucho más odiados porque afirman una religión que los impíos desean destruir. De modo que
347: puede decirse que en un pueblo en que se halle generalizada la impiedad un hábito eclesiástico
348: es un baldón.
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Passage 10 of 12
Section 0, Paras 349 to 365, 1602 chars.
349: No quisiera entrar en el examen de los funestos resultados de esta mofa que se hace de
350: los eclesiásticos, porque no sé si es más lamentable la osadía de los mofadores que la debilidad
351: de los mofados. Muchos se exasperan en términos de incurrir en el mismo defecto que sus
352: enemigos, enfureciéndose contra ellos y dando pábulo a la venganza personal cohonestada con
353: el título de celo religioso; y otros capitulan con ellos y entran en sus filas sólo para ser
354: ridiculizados. Sí, mi Elpidio, muchos eclesiásticos se jactan de ser liberales sin ser más que unos
355: viles aduladores de una partida de perversos, que tiene la audacia de llamarse hombres libres,
356: como si pudieran serlo los esclavos del demonio. ¡Ojalá fueran todos los eclesiásticos liberales!
357: Pero de los que pretenden serlo, muchos son libertinos y otros fundan su liberalismo en una
358: debilidad inicua por la cual hacen las más infames concesiones, sacrificando a veces la doctrina
359: evangélica, sólo por granjearse el aprecio del mundo. Estos sin embargo se llaman eclesiásticos
360: y la Iglesia sufre por ellos. Acuérdome que un compañero mío, eclesiástico de mucho mérito, que
361: pasaba por servir sólo porque no era loco, me decía que, en su opinión, el partido que había que
362: tomar con estos seudoeclesiásticos sería abrirles puerta franca para que saliesen del santuario,
363: ya que no quieren estar en él, y degradarlos y echarlos al estado secular, donde Dios acaso los
364: traería a la penitencia; y si continuaban sus servicios al diablo, no serían tan nocivos a la Iglesia.
365: Te aseguro, Elpidio, que no disto mucho de la opinión de mi virtuoso compañero
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Passage 11 of 12
Section 0, Paras 366 to 376, 983 chars.
366: Tal vez, se ha realizado, mi sospecha; tal vez he dado pábulo a sentimientos humanos
367: tratando la causa del cielo. Baste, pues, de impiedad, y pueda yo verla destruída. Para concluir,
368: tengo una súplica que hacerte: No ignoras que si circunstancias inevitables me separan para
369: siempre de mi patria, sabes también que la juventud a quien consagré en otro tiempo mis
370: desvelos, me conserva en su memoria, y dícenme que la naciente no oye con indiferencia mi
371: nombre. Te encargo, pues, que seas el órgano de mis sentimientos y que procures, de todos
372: modos, separarlas del escollo de la irreligiosidad. Si mi experiencia puede dar algún peso a mis
373: razones, diles que un hombre, de cuya ingenuidad no creo que dudan, y que por desgracia o por
374: fortuna conoce a fondo a los impíos, puede asegurarles que son unos desgraciados y les
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ANEXOS COMPLEMENTARIOS
375: advierte y suplica que eviten tan funesto precipicio. Diles que ellos son la dulce esperanza de la
376: patria, y que no hay patria sin virtud, ni virtud con impiedad.
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Passage 12 of 12
Section 0, Para 386, 8 chars.
386: patria.
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Node 8 of 17
sociales
Passage 1 of 1
Section 0, Paras 296 to 319, 2243 chars.
296: este asunto con toda imparcialidad, debo decir claramente que es una de las
297: muchas comedias que suelen representar los pícaros, de las cuales sacan utilidad real, esto es,
298: pecuniaria, en cambio de sus ficciones. Los unos se disfrazan con los atavíos de la religión y los
299: otros con los del patriotismo, y representan sus papeles con tanto empeño, que a veces alucinan
300: aún a los más sensatos. Un actor grita “respétense los bienes eclesiásticos”, y en su corazón
301: agrega “para que yo los disfrute”, y otro exclama “quítense a los eclesiásticos unos bienes que
302: no necesitan”, mas en voz baja dice “y que me toque parte”. Hay sin embargo una diferencia
303: entre estas dos clases de especuladores y consiste en que los pobres reciben mucho de los
304: fingidos religiosos y rara vez reciben un centavo de los fingidos patriotas. Para conseguir su
305: intento exageran los unos las necesidades de la Iglesia y los otros las del Estado; necesidades
306: que ellos mismos forman y por consiguiente están seguros de su existencia y duración. Cuando
307: oigan hablar, Elpidio, de las deudas nacionales y principalmente en España, sábete que tocan a
308: robar y que ésta es una de las mayores necesidades. Los verdaderos patriotas nunca roban las
309: iglesias y los verdaderos eclesiásticos nunca son insensibles a las necesidades de la patria, y si
310: conforme a la doctrina de San Agustín pueden y a veces deben romper los cálices y vender su
311: oro para socorrer a los pobres, también pueden y deben romperlos para socorrer a la patria que
312: es la madre común, cuya ruina produciría millones de pobres. Sin embargo, así como sería un
313: crimen vender los cálices para socorrer pobres fingidos, o a los reales si pueden sustentarse por
314: otros medios, así lo es respecto de las necesidades fingidas o reales del Estado. Dame buena
315: intención y yo respondo de la buena armonía. Manejen los asuntos patrios religiosos, que es
316: decir verdaderos patriotas; sean todos hijos de la Iglesia; vivan como hermanos, que es decir
317: sean cristianos, y habrá dinero para todo y para todos. El furor de los impíos contra los
318: eclesiásticos por los bienes que éstos poseen no es más que una envidia y codicia disfrazada y
319: no merece la menor atención, siendo sólo necesario emplear medios para evitar sus estragos.
320:
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Node 9 of 17
temporales
Passage 1 of 4
Section 0, Paras 4 to 9, 541 chars.
4: No quisiera, mi amado Elpidio, presentar a tu imaginación imágenes terribles que no
5: pueden menos de conmover un alma sensible como la tuya; pero tal es la impresión que causa
6: en la mía el cuadro horroroso de los furores de la impiedad, que para buscar un consuelo, me he
7: determinado a manifestarte en esta carta las tristísimas reflexiones, que he hecho sobre esta
8: miseria poderosa, que llenando de espanto a los mortales, es al mismo tiempo humillada bajo la
9: mano de un Dios vengador, que la permite como castigo de tan audaces criminales.
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Passage 2 of 4
Section 0, Paras 109 to 117, 783 chars.
109: virtud, que sin embargo de ser
110: aparente cuesta algunos sacrificios, puede conciliar al impío consigo mismo después de haber
111: sufrido una herida su vanidad, se entrega más que nunca a la rabia y la desesperación.
112: Advierte, Elpidio, que no apreciando el impío del mismo modo que el creyente, ni bajo las
113: mismas relaciones, su furor también es de distinta especie o mejor dicho es más furor que otros
114: algunos, pues nada le sirve de obstáculo sino la fuerza física. Los objetos sólo tienen un valor
115: relativo a su persona y en tanto valen en cuanto sirven. Por consiguiente, su destrucción, cuando
116: ya no son útiles, en nada afecta a los impíos. El mismo mal que causan se presenta a veces a su
117: vista como un deber, no percibiendo y menos admitiendo cosa alguna relativa a un estado futuro.
———————————————————————————————————Passage 3 of 4
to 167, 842 chars.
158: La Iglesia de Dios ha extinguido siempre el fuego de las persecuciones; con la sangre de
159: sus hijos y en mar de lágrimas de ternura, ha sumergido en todos tiempos las enfurecidas
160: huestes de la funesta impiedad. Permitidme, ilustres mártires del cristianismo, que yo también
161: me atreva a elogiaros, no para agregar cosa alguna a vuestra gloria, sino para excitar en mi alma
162: las dulces emociones que causa su recuerdo. Permitidme que celebre vuestra inaudita victoria
163: ganada con la muerte de los vencedores y la vida de los vencidos. ¡Cuántos nacieron para el
164: cielo, siempre que murieron unos pocos para el mundo! Tú, anfiteatro romano, respetado por el
165: tiempo cual monumento del triunfo de la santa religión; tú recuerdas, con tu inmenso ámbito y
166: elevados muros, los innumerables testigos de la constancia, mansedumbre y denuedo de los
167: mártires.
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Passage 4 of 4
Section 0, Paras 258 to 261, 351 chars.
258: Desgraciadamente, en la historia de los despojos que en todos tiempos ha sufrido
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
Section 0, Paras 158
431
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
259: la Iglesia, no sé si se cuenta uno solo que no pertenezca a esta última clase, y este argumento
260: de experiencia no puede responderse con arengas y demuestra que la furia de los impíos en
261: estos casos tiene por origen la sed del oro, por más que quiera tomar otro colorido.
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Node 10 of 17
trascendente
Passage 1 of 17
Section 0, Paras 4 to 9, 541 chars.
4: No quisiera, mi amado Elpidio, presentar a tu imaginación imágenes terribles que no
5: pueden menos de conmover un alma sensible como la tuya; pero tal es la impresión que causa
6: en la mía el cuadro horroroso de los furores de la impiedad, que para buscar un consuelo, me he
7: determinado a manifestarte en esta carta las tristísimas reflexiones, que he hecho sobre esta
8: miseria poderosa, que llenando de espanto a los mortales, es al mismo tiempo humillada bajo la
9: mano de un Dios vengador, que la permite como castigo de tan audaces criminales.
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Passage 2 of 17
Section 0, Paras 14 to 17, 351 chars.
14: Enfurécese el impío a la vista de una religión en que encuentran su consuelo millones de
15: seres dichosos, que en vano ha procurado presentar como ilusos; pues su misma alma le dice
16: que la ilusión es incompatible con la felicidad verdadera y que el tiempo, que ha acabado con
17: todas las ilusiones, lejos de destruir, conforma y propaga la santa religión.
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Passage 3 of 17
Section 0, Paras 17 to 29, 1097 chars.
17: Entra la soberbia a
18: atormentar al impío y más de una vez repite la exclamación sacrílega del jefe de los famosos
19: incrédulos del siglo dieciocho: ¡será posible que tantos filósofos no podamos destruir la obra de
20: doce pobres ignorantes! Pone en acción todo su talento y hace nuevos esfuerzos, que
21: resultando vanos, sólo sirven para aumentar su furor. La vista de un templo, que para los
22: creyentes es una fuente de consuelo, excita en su alma un odio mortal a cuantos le sostienen; y
23: siendo éstos tan innumerables se ve el impío convertido en enemigo de casi todos los hombres,
24: y horrorizado de su aislamiento maldice su existencia. Desea pasar una vida feliz, mas
25: conociendo que la duración de la suya no basta a ver acabados unos males (que tal los llama),
26: tan antiguos y arraigados, que se han burlado de todos los esfuerzos de los grandes filósofos de
27: todas edades, cae el impío en la mayor desesperación, pues nada consigue en este mundo y el
28: otro es para él una quimera. Infiere su furor, mi amado Elpidio, infiere su odio contra la religión y
29: no te admirarás de sus tentativas para destruirla.
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Passage 4 of 17
Section 0, Paras 37 to 45, 759 chars.
37: Empieza el impío a notar que todo no está reducido a este mundo y que del otro descienden
38: destellos de una luz de muy distinta naturaleza. He aquí un nuevo origen de furor. Su engaño es
39: cierto y también lo es su humillación, mas su soberbia es tan grande que se resiente de ser
40: humillado hasta por el mismo Dios. No quiere que haya de ser alguno superior a él y advirtiendo
41: en su corazón estos remordimientos, que prueban estar de algún modo inclinado a admitirlo y
42: sujetarse a sus leyes, se convierte como tigre contra sí mismo y quisiera devorar sus mismas
43: entrañas para que no le atormentasen de un modo tan horrendo. Queda, pues, convertido en
44: enemigo de Dios, de los hombres y de sí mismo. No existen ya para el miserable sino objetos de
45: odio y de furor.
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Passage 5 of 17
Section 0, Paras 45 to 52, 652 chars.
45: La vida es un tormento, pero aun lo es mucho mayor la muerte.
46: Empieza a conocer la religión que jamás se destruye, si bien pueden seducirse algunos de
47: sus cultivadores, y que cuando más arraigado se cree que está el árbol de la impiedad y más
48: frondoso en vicios que llaman delicias, un soplo cuyo origen no puede conocer le despoja de sus
49: hojas, esparce por los aires sus funestas ramas y abate su erguido tronco. La mano de un ser
50: omnipotente se deja sentir por todas partes y sus correcciones no producen lo que las de un
51: padre cariñoso en el alma de un hijo obediente, sino las de un juez inexorable y justo sobre un
52: delincuente soberbio y obstinado
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Passage 6 of 17
Section 0, Paras 141 to 157, 1480 chars.
141: Yo soy el primero en lamentar la ilusión de los que para honrar a
142: Dios han creído necesario matar a los hombres; mas también deploro la perversidad de los que
143: piensan probar que no hay Dios matando a los que le confiesan y alaban. Nada más frecuente
144: que las declamaciones contra la persecución religiosa, que siempre se exagera y acrimina; pero
145: se oye con indiferencia la que podemos llamar persecución impía. Empezó ésta desde el
146: principio del mundo y es muy simple el creer que durará hasta su fin. Variará de escena, de
147: medios y de grados; pero jamás de naturaleza. ¿Para qué, pues, el ocuparnos de ella? Para
148: aprender a sufrirla y ofrecerla en sacrificio a un Dios de bondad que fué el más perseguido. Para
149: evitar el ser nosotros el instrumento o causa de este crimen horrible. Para aterrar a los impíos
150: sacrificadores con la misma serenidad y mansedumbre de sus víctimas. Para indicar con el dedo
151: bañado con la sangre de los que, por gloria del autor de ella, recibieron la muerte. Para elevar a
152: la santa religión templos indestructibles, cimentados en sólidas virtudes, que no siendo obras de
153: los hombres no cedan a sus esfuerzos ni perezcan con ellos. ¡Oh, mi Elpidio! Yo imploro tu
432
ANEXOS COMPLEMENTARIOS
154: amistad para que perdones, si, en la profunda tristeza que oprime mi corazón en estos
155: momentos, trasmito al papel expresiones fuertes que contra mi voluntad pueden parecer
156: alusivas. Yo espero toda indulgencia si por desgracia dejo hablar al hombre cuando sólo quiero
157: que hable el sacerdote.
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Passage 7 of 17
Section 0, Paras 158 to 167, 842 chars.
158: La Iglesia de Dios ha extinguido siempre el fuego de las persecuciones; con la sangre de
159: sus hijos y en mar de lágrimas de ternura, ha sumergido en todos tiempos las enfurecidas
160: huestes de la funesta impiedad. Permitidme, ilustres mártires del cristianismo, que yo también
161: me atreva a elogiaros, no para agregar cosa alguna a vuestra gloria, sino para excitar en mi alma
162: las dulces emociones que causa su recuerdo. Permitidme que celebre vuestra inaudita victoria
163: ganada con la muerte de los vencedores y la vida de los vencidos. ¡Cuántos nacieron para el
164: cielo, siempre que murieron unos pocos para el mundo! Tú, anfiteatro romano, respetado por el
165: tiempo cual monumento del triunfo de la santa religión; tú recuerdas, con tu inmenso ámbito y
166: elevados muros, los innumerables testigos de la constancia, mansedumbre y denuedo de los
167: mártires.
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Passage 8 of 17
Section 0, Paras 167 to 180, 1256 chars.
167: A tu vista vacila el incrédulo advirtiendo que una ilusión no pudo ser origen de tanto y
168: tan raro heroísmo, ni arrancar con su ejemplo tantas víctimas de las manos de la impiedad y
169: sacrificarlas para destruirlas. Vese levantado en tu centro el árbol de la cruz,1 como en el paraíso
170: de la vida, y a su alrededor entonan los cristianos cánticos de victoria al Dios paciente, cuyos
171: imitadores esmaltaron con su sangre aquel suelo consagrado a las glorias de la Iglesia por sus
172: más encarnizados enemigos. Paréceme que veo las furias infernales huir espantadas al ver el
173: teatro de sus crueldades convertido en un nuevo Edén del cristianismo y que allá, a lo lejos, se
174: devoran arrojando miradas de desesperación sobre la nueva escena de gloria que ha sido efecto
175: de sus asaltos contra la esposa del cordero inmaculado.
176: Pero ¡ah! No fué la pena de los mártires, los dolores ni la muerte, sino la persecución de la
177: Santa Iglesia. Este fué el verdadero tormento de aquellas almas justas y lo es ahora de infinitos
178: creyentes al contemplar que sin ser tan comunes los mártires, es mucho más común la causa del
179: martirio. Toma la impiedad distinto camino, para ver si consigue destruir la religión que tanto
180: odia, y se presenta mucho más furiosa, aunque más disimulada.
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Passage 9 of 17
Section 0, Paras 187 to 207, 1958 chars.
187: Alégase la perversidad de muchos de los católicos, y lo que es más sensible, de muchos
188: de los ministros del altar. Sobre este punto se extienden los incrédulos y creen que sus
189: ponderaciones tienen fuerza de argumentos. Las faltas reales se exageran y otras muchas se
190: fingen maliciosamente. ¿Pero acaso prueba esto cosa alguna contra la Iglesia? Muy al contrario
191: se deduce que la Iglesia es una y santa. Son perversos los miembros de ella que no observan su
192: doctrina e infringen sus leyes; mas nunca podrán serlo los que la obedecen. ¡Qué ceguedad! Se
193: quiere probar que una ley es mala porque lo son los que la infringen, siendo justos los que la
194: observan. ¿No debería bastar esta reflexión para contener a los furiosos perseguidores de la
195: Iglesia? Debería bastar, no hay duda, si los guiase la razón cuyos derechos tanto vociferan; pero
196: vemos diariamente ponerse en ridículo estos pretendidos filósofos, que tienen por guías sus
197: desenfrenadas pasiones. ¿No es la mayor de las injusticias y la más inaudita de las crueldades
198: atacar la inocencia, sólo porque es atacada? La Iglesia, cual tierna madre, lamenta los extravíos
199: de sus hijos; ¿y no es injusticia aumentar su dolor imputándola estos mismos crímenes que
200: detesta? El argumento es ridículo y la intención es depravada. Sí, mi amigo, los que publican los
201: defectos de los cristianos nominales, hacen una pública confesión de la santidad del
202: cristianismo, que no se aviene con ellos; y por tanto, lejos de perseguirlo, debían promoverlo si
203: efectivamente fuese su intención corregir estos defectos. ¡Qué hipócritas son los impíos cuando
204: ostentan un celo extraordinario por la virtud que desconocen y desprecian! ¡Qué ridículo es su
205: furor contra los vicios de los católicos, cuando por más que disimulen, no intentan corregirlos
206: sino destruir a los viciosos; no porque lo son, sino por ser creyentes! Estos enemigos de la
207: hipocresía son los mayores hipócritas y todo lo reducen a una verdadera especulación.
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Passage 10 of 17
Section 0, Paras 216 to 226, 967 chars.
216: Para que se note mucho más claramente la debilidad de este argumento, o mejor dicho, de
217: este pretexto para enfurecerse contra la religión y los que la profesan, observa, Elpidio, el gran
218: número de perversos que hay entre los impíos; y si su perversidad pudiese ser un justo motivo
219: del furor, deberían empezar por enmendarse, para tener derecho de hablar; y de lo contrario,
220: sólo deberían enfurecerse contra sí mismos. Si reflexionas sobre las declamaciones de los
221: impíos en materia de inmoralidad, verás que todas ellas admiten una retorsión y que siempre
222: puede decirse mutato nomine de te fabula narratur. Por lo que hace a hipocresía, ninguna es
223: peor que la que consiste en fingir que no se tiene, y que antes bien, se detesta y ataca. Ya
224: supongo que conocerás que casi todos los impíos pertenecen a esta clase de hipócritas y
225: pueden inferir el derecho que tienen a nuestra consideración y qué fundamento tiene el furor que
226: ostentan con efecto de un celo ilustrado.
Tesis doctoral María Magdalena Hernández Morales
433
Análisis axiológico de la obra Cartas a Elpidio, en la formación humanista del estudiantado
universitario de la Licenciatura de Estudios Socioculturales
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Passage 11 of 17
Section 0, Paras 227 to 258, 2933 chars.
227: Otra de las causas que alegan los impíos para enfurecerse contra la Iglesia es la posesión
228: de bienes temporales, y con suma hipocresía nos recuerdan los bíenes apostólicos. ¡Ojalá los
229: viésemos renovados, que la Iglesia de nada necesitaría y los fieles, al ofrecer sus dones, no se
230: creerían gravados, sino complacidos! Es muy juiciosa la respuesta de Eneas Silvio, después Pío
231: II, a Maierio de Maguncia: “(Vos, que a imitación de la Iglesia primitiva, deseáis, le dice, un
232: sacerdocio pobre, debéis desear también con él un pueblo pobre, imitando en ambas cosas a los
233: primitivos cristianos. Por tanto, es preciso que mandéis que el pueblo mendigue con el clero,
234: según hacían nuestros mayores, o que permitáis que ambos sean ricos conforme al siglo
235: presente.”(Vido Schwarz apud Sardagna, Teol. Dog. tom. II pag. 524.) Espero que no creerás, mi
236: amigo, que yo abogo por la excesiva riqueza y mucho menos por la personal de los individuos
237: del clero; mas es preciso confesar que sin medios pecuniarios no siempre puede hacerse el bien
238: y que el ministerio cae en desprecio y está expuesto cuando carece de cierto decoro que la
239: sociedad considera necesario. No hay duda que la principal dignidad y esplendor del clero debe
240: consistir en sus virtudes, pues sin ellas nunca podrá hacerse respetar y mucho meno
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