Revista OCET Nº 011 Marzo DCCCXCII

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REVISTA Nº 011 – MARZO 2010
“ORDEN CATÓLICA ESPAÑOLA TEMPLARIA” ANNO TEMPLI DCCCXCII
Camino de Santiago
Camino Mágico
Rutas del Temple
Miravet
El Rey Arturo
y los Caballeros
de la Tabla Redonda
Sumario:
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PORTADA.
SUMARIO.
OTRAS ÓRDENES (Sta. María de Montesa y San Jorge de Alfama).
LOS CELTAS IV (Dioses y Diosas).
HOMBRES SANTOS (Roberto de Molesmes Principal cofundador del Cister).
SITIOS CON ENCANTO (Restaurante Medieval Villa Paramesa – Valladolid).
LOS SIMBOLOS SERPENTARIOS.
NOTICIAS OCET.
EL CAMINO MÁGICO DE SANTIAGO.
EL REY ARTURO Y LOS CABALLEROS DE LA TABLA REDONDA.
PERSONAJES CÉLEBRES (Prisciliano Obispo de Ávila – El Primer Hereje).
¡¡¡VA DE CINE!!! (Arturo y Los Caballeros de la Tabla Redonda).
CANTERÍA (Canteros y Maestros Canteros en la Edad Media).
LAS RUTAS DEL TEMPLE (Castillo Templario de Miravet).
RECORDEMOS AL ÚLTIMO MAESTRE Jacques DE MOLAY.
CONTRAPORTADA.
Editorial:
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Jaume Mestres i Capitán. Director de edición.
Federico Leiva i Paredes. Editor.
Guillermo Muñoz López. Maquetación.
Colaboradores:
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A Antonio Coca Navas (M.C. OCET)
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Publicación de artículos:
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Email: templarios_de_cristo@live.com
Publicación de anuncios:
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Email: anuncios_tdc@live.com
Contactos:
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www.templariosdecristo.org
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EDITA: OCET (Orden Católica Española del Temple).
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Orden de San Jorge de Alfama
La Orden de San Jorge fue fundada en 1201 por el rey Pedro
II de Aragón, con el título de Orden de San Jorge de Alfama, en
agradecimiento a su santo patrón, el cual le había dado protección
en la guerra contra los sarracenos. Pedro II necesitaba fondos para
mantener un ejército bien pertrechado y la fastuosidad de su corte,
pero estos dineros los obtenía de tributos que provocaban el
descontento popular. Una de sus ideas fue ampliar sus dominios
fuera de Aragón, Cataluña y Occitania (aunque había cierta unión
con su hermano Alfonso de Provenza sobre todo al morir este, pues
ejerció la tutoría de su sobrino y sus tierras) y deseaba arrebatar
nuevas tierras a los musulmanes. Con ese fin en 1201 creó la Orden
Militar, cuyos caballeros le ayudaran en la empresa y, a tal fin,
determinó fundar la Orden de San Jorge, a la que se añadiría “de
Alfama” por el señorío que le dio cerca de la villa de Tortosa.
Con ayuda de los caballeros de la Orden Militar, Pedro II de
Aragón conquistó a los musulmanes Ademuz, Castielfabib y Valencia. La Orden también participó en
la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), al llamamiento de ayuda del rey castellano Alfonso VIII y
además tomaría parte en el intento fallido de conquistar la isla de Mallorca. La Orden de San Jorge
también se enfrentó a dificultades de índole político-religiosas (el Catarismo fue el problema). La
Orden Militar, obligada, tanto a combatir con el rey que la había creado, como a entrar en combate
con las fuerzas protegidas por el Papa, chocaba a su Catolicismo. En las tierras Occitanas de Pedro
II, el catarismo estaba presente y con mucho vigor. El rey se hallaba ante un dilema: deseaba la
amistad de los nobles de Languedoc pero no quería enfrentarse al Papa, que había decretado una
Cruzada contra los Cátaros. Una vez que el Papa envió a la nobleza franca contra los cátaros
(occitanos), obligó a Pedro II a alienarse junto a éstos (se debía a ellos). Pedro II de Aragón y los
occitanos se enfrentaron a los francos dirigidos por Simón de Montfort a las puertas de Muret el 12
de septiembre de 1212. Pedro II resultó muerto y toda Occitania quedó en manos de los cruzados, lo
cual hizo que la Orden de San Jorge dejara de existir momentáneamente.
Pedro IV de Aragón, llamado el Ceremonioso, constituyó de nuevo la Orden Militar de San
Jorge, para la que solicitó del Papa Gregorio XI su aprobación. Esta fue otorgada y el rey entregó a la
Orden Militar el lugar de Aranda. La Orden Militar en este nuevo periodo participó en cuantas
empresas emprendió el rey Pedro IV el Ceremonioso. La Orden luchó en las llamadas guerras "de los
Pedros", entre la Corona de Aragón y los castellanos e incluso en época de Martín I de Aragón el
Humano contra la rebelión de los jueces de Arborea (Cerdeña), que ayudados por los genoveses
dominaban toda la isla a excepción del Alguero, Cagliari y Longorado, fieles a la corona aragonesa.
El rey quería fortalecer la Orden Militar, pero ya era demasiado tarde: se encontraba en decadencia.
Fue entonces cuando Martín I de Aragón el Humano pensó en unir la Orden de San Jorge con la
Orden de Montesa. El Papa Benedicto XIII dio su aprobación. La nueva situación aportó al principio
cierta autonomía propia a los miembros procedentes de la Orden de San Jorge, hasta que por fin
quedó absorbida de manera completa por la poderosa Orden de Montesa en el año 1400. Durante ese
tiempo los caballeros de San Jorge junto con los de Montesa participarían como un solo Cuerpo
Militar: Se enfrentaron no pocas veces a la Orden de Calatrava, en Valencia contra los nobles
sublevados en contra de Pedro IV el Ceremonioso, y en las guerras de Italia apoyando a Alfonso V,
en combate con los genoveses.
La Orden tenía como fines domus ordines, el rey le daría ese carácter: estableciendo la
oración, la misericordia, la caridad, la hospitalidad junto a la protección del necesitado y el rechazo
de los Sarracenos. La Orden de San Jorge seguía, como las demás Órdenes tradicionales, un
sistema de tipo feudal, en que los freires y cuantos estaban bajo la autoridad del dirigente, quedaban
unidos a él por vínculo de vasallaje.
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En el primer periodo de la Orden son llamados frates domus Sancti Georgii. En 1355 los
freires decidieron cambiar la denominación de Comendador Mayor por la de Maestre, y es a partir de
ahí cuando se puede hablar del Maestrazgo de San Jorge. El Superior de la Orden era elegido por los
freires (compuestos por clérigos y laicos) reunidos en asamblea llamada Capítulo (excepto los tres
últimos Maestres), de esa forma se evitaba que el monarca tuviera influencia. La Orden Militar se
regía por la Regla de San Agustín (confirmada en el año 1373). <<Qui sub Regula beati Augustini et
invocatione beati Georgii in loco de Alfama, Dertusenins diócesis, intitutus fuit et fundatus>>, en su
versión mas próxima a la constitución de los hospitalarios: prout frates Hospitalis Sancti Johannis
Hierosolymitani recipiunt.
En 1373 la ratificación de la Orden menciona: Un hábito blanco con roja Cruz a la altura del
pecho. En la bula de confirmación se describe así: <<Crucem rubeam in corum superioribus vestis
albis in latere sinistro de ferre temantur>>. La Orden de San Jorge de Alfama (fundada por Pedro II
de Aragón en 1201 no fue aprobada por la Sede Apostólica hasta 1373. La Orden de San Jorge
siempre tuvo como rival a la Orden de Calatrava y algunas veces incluso fue su enemiga. Tenía
como emblema la roja cruz de San Jorge. Tuvo una existencia de casi dos siglos (1201-1400). La
Orden contó con dos prioratos uno en Alfama y otro en Valencia.
La Orden de San Jorge al fusionarse con la Orden
de Montesa en 1399, dio su insignia como emblema, la
cual tomó la Orden de Montesa. A partir de ese momento
se llamó Orden de Santa María de Montesa y de San Jorge
de Alfama.
La Orden de San Jorge de Alfama tuvo dieciséis
Maestres…
Joan d’Almenara (1201-1213)
Guillém Auger (1225)
Guillém de Cardona (1229)
Guerau de Prat (1233-1238)
Arnau de Castellvell (1244-1254)
Ramón de Guardia (1286)
Bernat Gros (1288-1303)
Domingo de Beri (1306)
Pere Guacs (1307- 1312)
Jaume de Tarrega (1317-1327)
Pere Guacs (1327-1331)
Guillém Vidal (1337-1339)
Humbert Sescort (1341-1355)
Guillém Castel (1365-1385)
Cristóbal Gómez (1387-1394)
Francesc Ripollés (1394-1400)
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Orden de Santa María de Montesa
El rey de Aragón cedió a la orden el Castillo de
Montesa, enclavado en territorio valenciano, frontera con
los sarracenos de esa zona. Fue aprobada por el Papa Juan
XXII el 10 de junio de 1317, por bula, aprobando y
confirmando la Orden de Montesa como lo había propuesto
el rey don Jaime II de Aragón y Valencia, invirtiendo los
bienes de la orden de los Templarios extinguida por
Clemente V en dotar una nueva orden que pretendía fundar
el susodicho rey. La fundación se verificó el domingo 22 de
julio de 1319, en la capilla real del palacio de Barcelona,
siendo la cabeza y sacro convento de ella el de la villa de
Montesa de Valencia, de que el rey hizo donación a la orden
y de la cual tomó el nombre.
Por divisa tomó una cruz roja sin flores, y el manto
capitular blanco que aprobó Clemente VII el 5 de agosto de
1397. Pero más adelante, con motivo de haberse
incorporado a esta orden en 1399 la de San Jorge de Alfama, dejó aquella insignia y adoptó una cruz
de gules de color rojo por concesión de Benedicto XIII, otorgada en 1400 y que Martín V confirmó
posteriormente.
La orden sufrió numerosas dificultades. Según la bula de fundación, era el maestro de
Calatrava a quien le correspondía la creación de la nueva orden, así como la capacidad de armar a
los caballeros y hacer vestir los hábitos a los caballeros montesianos. Jaime II, con antelación, había
escrito al maestre de Calatrava para que acelerara la acción. El maestre, a quien no le gustaba
obedecer órdenes ni de su propio rey, el de Castilla, ni siquiera contestó a las misivas. El rey se
dirigió entonces al Papa para que diera la orden al de Calatrava. El Pontífice pasó el encargo al
arzobispo de Valencia, que tampoco recibió respuesta por parte del Maestre de Calatrava.
El arzobispo de Valencia envió finalmente hasta Castilla al abad del Monasterio de Nuestra
Señora de Benifazá, perteneciente a la Orden del Cister. El Maestre de Calatrava se negó a acudir a
Valencia, alegando que sus obligaciones custodiando la frontera se lo impedían, aunque la razón
real parece ser que era la poca disposición por parte de la Orden de Calatrava a ceder las
posesiones de Aragón a otra orden. Finalmente cedió y envió a Valencia a un procurador para que
obrara en su nombre.
Se nombró como primer Maestre de la nueva Orden a
Guillermo de Eril, un hombre anciano, gran experto en las artes
militares. El cargo le duró muy poco, ya que Eril fallecía setenta
días después de haber sido elegido.
El reino de Valencia se encontraba agitado debido a la
revuelta conocida como de la Unión, por la que algunos nobles
valencianos, apoyándose en el pueblo, deseaban emanciparse de
la tutela del Reino de Aragón y constituirse en un reino
independiente. El rey de Aragón encargó al Maestre de Montesa,
Arnaldo de Ferriol, que controlara a los sediciosos,
convirtiéndose así los montesianos en una baza muy importante
para que el rey Pedro IV de Aragón derrotara a los sublevados de
Valencia. La Orden se convirtió en la principal fuerza militar
defensora del trono.
Sin embargo, los reyes empezaban ya a tomar parte activa
en la elección de los Maestres. El rey Fernando II de Aragón
(Fernando el Católico) impuso como tal a su sobrino, Felipe de
Aragón y Navarra, revocando así el anterior nombramiento.
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El último Maestre fue Pedro Luis Garcerán de Borja, hijo del duque de Gandia, hermano de
san Francisco de Borja, elegido a los 17 años. En 1572, un tribunal de la Inquisición de Valencia
condenó a Garcerán de Borja por sodomía. Parece ser que Pedro Luis Garcerán de Borja había
estado enamorado tiempo antes de un tal Martín de Castro, un rufián dedicado a la prostitución y el
proxenetismo, tanto de hombres como de mujeres, y que fue sorprendido en la cama con el conde
de Ribagorza, Juan de Aragón. Martín de Castro, antes de ser ejecutado en 1574 en la corte, delató a
Pedro Luis Garcerán de Borja, dando escabrosos detalles y mostrando su falta de escrúpulos.
Garcerán de Borja, que había sido virrey y capitán general de los reinos de Tremecén, Túnez, Orán y
Mazalquivir, se vio comprometido por la crisis interna que sufría la Orden de Montesa, dividida en
facciones, y por las enemistades creadas al promocionar a sus favoritos. Felipe II, que fue
consultado por la Inquisición sobre la conveniencia del juicio, decidió emplear el proceso para dar
una lección a la nobleza levantisca, neutralizando a la vez la alianza de los Borja con la familia real
portuguesa.
Garcerán de Borja fue condenado a 10 años de reclusión en el convento de Montesa y una
multa de 6000 ducados, a razón de 1000 ducados al año. Sin embargo, ya en 1583, Garcerán de
Borja, tras unas disputas internas por la sucesión del Gran Maestre, supo congraciarse con el Rey y
negoció con Felipe II la incorporación a la corona de la última Orden que se mantenía independiente
el 8 de diciembre de 1587, gracias a una bula del papa Sixto V expedida en Roma. Como premio
obtuvo la Encomienda Mayor de Calatrava y en 1591 el Virreinato de Cataluña, falleciendo en 1592.
El convento de la Orden se encontraba en la villa de Montesa. Un terremoto en 1748 hizo que
se desplomara la roca en la que se situaba y mató a muchos de sus miembros. La Orden pasó a
tener su centro en Valencia, concretamente en la Casa del Temple, junto a la iglesia que aun hoy se
conoce como Iglesia del Temple, en la plaza del Temple.
La Orden de Montesa tuvo los
siguientes Maestres entre los cuales se
encuentra un miembro de la conocida familia
de los Borja o Borgia.
Guillermo de Eril (1319-1319)
Arnaldo de Ferriol (1319-1327)
Pedro de Tous (1327-1374)
Alberto de Tous (1374-1382)
Berenguer March (1382-1409)
Romero de Corbera (1410-1445)
Gilaberto de Monsavín (1445-1453)
Luís Despuig (1453-1482)
Felipe Vivas de Cañamanes y Boll (1482-1484
Felipe de Aragón y Navarra (1484-1488)
Felipe Vivas de Cañamanes y Boll (1488-1492)
Francisco Sanz (1493-1505)
Francisco Bernardo Despuig (1506-1537)
Francisco Llansol de Romaní (1537-1544)
Pedro Luís Garcerán de Borja (1545-1587)
Reyes de España (1587 en adelante)
(Por FLP)
Palacio e Iglesia del Temple en Valencia
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Dioses y Diosas Celtas
LA DIOSA DANA: (La Madre)
Entre los celtas Irlandeses y la Isla de Man: DANA. Entre los
celtas Escoceses: DONU. Entre los celtas Galeses y Britanos: DÒN.
Entre los celtas de la Bretaña Armoricana: ANA
Es la divinidad más antigua mencionada entre los celtas, de la
cuál derivan todos otros dioses de la mitología celta. Sabemos que los
hijos de Dana, llegaron a Irlanda la Madre no fue con ellos, aunque
todos son considerados extensiones de la Primigenia.
El concepto bien arraigado en la filosofía druida, cuando
hablamos de Una Única Deidad, con sus múltiples facetas que son
extensiones de ella, cada dios o diosa poseen sus peculiaridades
propias.
Nuestra deidad Primigenia, llamada también Anu o Ana, cuyo
nombre puede significar la Diosa madre o reina. También se cita como significado “Agua del cielo”,
curiosidad ésta, pues el río Danubio tomaría su nombre de ella, curiosidad porque desde en
nacimiento de este río, es desde donde se supone que empezó la gran expansión céltica.
Como Diosa benéfica es mencionada en el “Glosario de Cormac” como equivalente a BUANNANN interpretado como Buena Madre. Como deidad menos benéfica compone la Trinidad del destino
con Macha y Badd, conocidas como una tríada.
En el condado de Kerry (Irlanda) dos montañas o cimas gemelas, son identificadas como “Los
pezones de Anu” (Da Chich Dannan) dado que tiene formas redondeadas semejantes a pechos
femeninos.
Curiosamente siguen siendo veneradas por las gentes actuales del lugar.
Es la Madre Universal y Madre de todos los dioses, asimilada a la luna y gobernante de las
mareas, mecenas de vates y augures. Los Druidas, en general solicitaban su permiso para
encomendar a las almas de los difuntos a través de las puertas de los “Sidhs” para alcanzar la vida
en el otro mundo.
Su cónyuge es Bilé, un dios del inframundo, del cuál dicen algunas leyendas surgieron los
primeros hombres.
En Gales a Dana se la conoció con el nombre de Dòn, Madre también Primigenia y de dioses
como Amaethon, Gwyddyon, Gofannnon, Math, LLud y Arianhrod.
Algunas investigaciones asocian esta deidad con una diosa arcaica indoeuropea, asimilada
por la cultura celta en sus invasiones. Otras a diosas con parecidos apelativos, como Anna Purna
ded la India o con una diosa pelasga llamada Ana, hermana de Belo y que los romanos llamaron
Anna Perenna y los sumerios Anna-Nin y otras la relacionan con la Danae griega y con las primeras
invasiones indoeuropeas a Grecia.
Durante la cristianización de los celtas, un culto exagerado por parte de las gentes hacia la
Madre de todos, diosa de la fertilidad Madre-tierra, se optó por no combatirlo y asimilarlo, en la
nueva forma de Santa Ana la madre de María convertida desde entonces en un personaje protector,
de notable raigambre céltica.
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Culto que perduró hasta la Edad Media, incluso hasta finales del S.XVII, por lo cuál el clero
cristiano no tuvo más remedio asimilarlo plenamente.
DEIDAD BALOR Ó BALAR.
Balor o Balar, es el nombre irlandés de un dios de la mitología
druida-celta. Pertenecía a los dioses llamados “Fomoré”. Poseía un ojo
en la frente y otro en la parte posterior del cráneo, que era maligno y
que habitualmente mantenía cerrado, cuando lo abría su mirada era
mortal para en quien la fijara. Era como el rayo.
Balor fue quién mató al rey de los Tuatha Dé Dannan, Nuada,
durante la “Segunda batalla de Magh Tuiredh”. Lugh queriendo vengar
a Nuada, se aproximó a Balor 8cuyo ojo maligno se cerró después de
matar a Nuada). Al dar cuenta de que Lugh se le aproximaba intentó
volverlo a abrir, pero Lugh fue muy rápido y con su honda le lanzó un
proyectil, que acertó de pleno en el maligo ojo, atravesándole el cráneo,
cayó muerto de inmediato. Balor o Balar era abuelo materno de de Lugh.
Una leyenda irlandesa cuenta otra versión de los hechos. Un druida predijo a Balor que
moriría a manos de su nieto. Tenía una sola hija Ethnè, la encerró en un torreón, éste estaba
construido encima de una roca inaccesible en la isla de Tory. Le acompañaron 12 mujeres con el
propósito de impedir que supiera que existían varones en el mundo.
Creció prisionera sin saber de la existencia de los hombres. Desde el torreón se veían pasar
barcos y observó que los que los conducían no tenían el mismo aspecto que las mujeres que la
acompañaban. Pidió explicaciones del hecho, pero ase negaron a hacerlo.
Delante de la isla, en la costa vivían tres hermanos, Gavida, MaC Samhtainn y Mac Kineely, el
primero era herrero, el tercero tenía una vaca que daba abundante leche, Balor quiso robarla, el
hermano guardián cometió el error de dejarla en manos de Balor y éste se la llevó a la isla.
Mac Kineely urdió una venganza, y con la ayuda de un druida y un hada, se presentó en el
torreón donde habitaba Ethnè, vestido de mujer. Pidió asilo y le fue concedido, el hada durmió a las
compañeras de Ethné. Al despertar vieron que la supuesta mujer no estaba. Ethné quedó
embarazada y nacieron tres niños, Balor los envolvió en un manto y ordenó que los arrojaran al mar.
Mientras los transportaban, el alfiler se desprendió del manto, uno de los niños cayó al agua.
Allí el hada lo recogió. Los otros dos hermanos perecieron ahogados y el niño fue confiado a un
herrero para su cuidado. Balor se vengó decapitando a Mac Kineely. Su hermano Gavida y el niño
aprendiz de herrero, pasaron a trabajar para Balor. Un día Balor fue a la fragua y se jactó de sus
hazañas, el joven herrero tomó una barra y golpeó a Balor y se la introdujo en el ojo maligno,
matándolo al instante. El joven herrero era Lugh.
DIOSA SCATAGH - (La Victoriosa).
Es una de las diosas más arcaicas de la mitología celta. Se puede considerar una deidad de ámbito
pan-céltico, su influencia y culto se difundió en las costas de continente europeo, llegando hasta los
Alpes. Durante la dominación romana de la Galia, los galos, asimilaron costumbres latinas, erigieron
santuarios honor a la diosa, si bien su veneración está más documentada en Irlanda más
concretamente en el Ulster, donde aparece en distintas ocasiones en lo que hoy se conoce como
leyendas del ciclo ultoniano o ciclo de las sagas del Ulster.
Se la conoce como deidad del Mundo Inferior, considerada como una diosa guerrera. Reina de una
comunidad de mujeres que enseñaban a jóvenes seleccionadas artes que luego abastecían las filas
de la Legiones Rojas. Se cuenta que Finn Mac Cumhall fue uno de sus discípulos, así como el hijo
del “firbolg” Daman, cuyo nombre era Ferdía, amigo de Cuchulain, que posteriormente sería muerto
por éste mismo.
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Es la más hábil y diestra en las Artes del Combate, así como
en otras, siendo la que enseñó a Cuchulain, técnicas de
combate, hechizos variados para la construcción de armas
mágicas. Regaló al héroe del Ulster, la famosa lanza “Gae
Bolga” que debía ser lanzada con los pies y una vez clavada
en el cuerpo del enemigo soltaba una carga de dardos que
destrozaban el interior del cuerpo del mismo. También lo
educó sexualmente hincándolo en las artes amatorias.
Aún siendo Reina del Mundo Inferior celta, su morada se
situaba en la Isla de Sky (Isla de las Sombras) la mayor de
las Hébridas Interiores, en Escocia. Su morada estaba
protegida por el “Puente de los Saltos” que al ser pisado en
uno de sus extremos se alzaba y devolvía al punto de
origen al que intentara pasar y al saltar sobre él se perdía el
equilibrio y se precipitaba al abismo.
Scatagh, recibió por parte de sus seguidores algunos
sobrenombres que indicaban su condición de Diosa
guerrera, así la llamaron “Scatagh Nuamaind” (La
Invencible) o “Scatagh Buanand” (La Victoriosa).
EL mundo celta la consideró como una mujer guerrera de un cuerpo formidable y de gran belleza, sin
edad, no demasiado alta, de miembros perfectos, musculatura sólida pero muy femenina y su
cabello, rojo ardiente. Usaba siempre vestimenta de guerra sobre su cuerpo desnudo. Su rival, su
hermana Aoiffe a la que venció en batalla contando con la ayuda de Cuchulainn, la cuál después se
convirtió en amante de éste.
Su hija, la bella Uatach (espectro) cuyo cometido en el reino era el de servir la comida de los
estudiantes de la escuela de su madre, también fue amante de Cuchulainn (menudo “vitamina” el
amigo) durante un breve tiempo y antes de Aoiffè. Poseía el reino su propio sanador, Osmiach,
conocedor de pociones y brebajes, aunque el habitante más conocido del Reino, fue sin duda el
portero y paladín conocido como “Cochar Croibhe”, maestro en todas las armas y experto lanzador
de lanzas y jabalinas. Fue muerto por Cuchilainn en una disputa a causa de Uatach.
Es la Diosa Scatagh, la maestra que enseña, instruye, educa, etc. que tanto puede ser terrible como
protectora, ocupando un lugar muy prominente en la mitología celta pagana, siendo destronada con
la introducción de los cultos romanos y posteriormente cristianos.
DIOSA AINÈ
La Diosa Ainé: Patrona del Munster (Irlanda), la cuál aún en
nuestros días, es venerada por los paganos en este lugar.
También conocida como Knockayne. Existe un nombre
asociado este último y es el de una montaña del Munster, en
un lago llamado Gur, la montaña de Ainé o Knock Ainé. No se
habla mucho de esta diosa en las leyendas ni entre los bardos
pero tiene una relevancia especial en el folclore del Munster,
donde aún hoy en día, en la noche del solsticio de verano se la
honra, especialmente por los campesinos.
Es hija de uno de los Tuatha dé Dannan, llamado Owell. Lo
más característico de esta diosa, es que se trata de una diosa
del amor que inspira pasión a los humanos. También es diosa
de los ganados, del sol y del fuego. Era diosa del maíz y una
repartidora de fertilidad. Su legado a permanecido muchos
años desde sus orígenes, incluso después de la llegada del
cristianismo, especialmente entre las gentes de ámbito rural.
En estos parajes aún se hacen procesiones con antorchas de heno y paja, encendiéndolas y
agitándolas de noche por las
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colinas (personalmente he podido constatar algo parecido) y en los campos y los pastos agitando
las antorchas sobre las cosechas y el ganado invocando la buena suerte. Hay leyendas en el
Munster que aseguran en ocasiones varias se ha visto en la procesión a la propia Ainé, al frente de
una comitiva fantasmal dirigiendo la procesión de antorchas.
La diosa, asegura la leyenda que fue raptada y violada por un rey de Munster, llamado Aillil Ollum, al
que posteriormente la propia Ainé destruyó con sus artes mágicas. Como resultado de este ultraje,
ella misma se impuso una obligación, la de no acostarse con ningún hombre que tuviera el cabello
canoso. Más tarde se enamoró de Finn Mac Cumhall, pero debido a su encantamiento cambió el
color de sus cabellos por canos. Ainé, aunque afligida, mantuvo su promesa y no se acostó con el
joven y apuesto Finn.
Se narra en las leyendas, otro idilio mortal de la diosa con otro humano, Fitzgerald, con el que tuvo
descendencia. Es preciso anotar que en el S. XI el monarca irlandés Brian Boru, el que unió toda
Irlanda, ordenó que toda familia irlandesa debía adoptar algún apellido con el objeto de la correcta
preservación de su historia y genealogía. Cada familia tuvo la libertad de elegir su apellido, que tenía
que hacer referencia a alguno de sus ancestros y, generalmente, tomaron como apellido el nombre
de alguno de sus ascendientes o del jefe del clan que hubiera destacado por su valor, sabiduría o
alguna otra virtud. Así muchos añadieron a su propio nombre el de su padre, abuelo o de algún
antecesor. En primer lugar anteponiendo el prefijo “MAC” que quiere decir “hijo de “ y en los
restantes el prefijo “UA” después modernizado en “O” que significa nieto o descendiente, ejemplo
O´Connor, otros adoptaron el prefijo “FITZ” que es sinónimo de “MAC”.
DIOSA MORRINGHAN – (La Gran Reina).
La Morrigu, Morrigan, Morigan, Morrighan, Morgana. Esta Diosa
celta es conocida por cada uno de estos nombres, desde Irlanda
hasta Gales e Inglaterra, pero a parte de ellos tiene otros apelativos
que hacen referencia a su condición, tales como la “Gran Reina”,
“Diosa suprema de la guerra”, “Reina de los fantasmas” “Reina de
los espectros”, “Lavador en el vado”.
Es una Diosa compleja, al estar compuesta por una Tríada como
acontece con otros dioses celtas. El 3, es un símbolo de la totalidad
y la eternidad, entre otras simbologías. Morrigan forma parte de una
tríada con dos nombre más: Badbh y Macha. Es la misma Diosa con
diferentes aspectos y facetas. Incluso se la relaciona con la “Gran
Diosa Blanca”, “La Gran Madre”, “La Diosa Luna”, “La Reina de las
Hadas”, que era Dana (Dè Ana) (Diosa Ana o Anu) en su aspecto
más sombrío, en este caso formarían la Trinidad del Destino c on
Dana, Badbh y Macha y en conjunto son llamadas “Las Morrigan”,
tres aspectos diferente de la misma Diosa, realmente una trama muy enrevesada.
La Morrigan es la Diosa de la muerte que asume la forma de un cuervo. Las leyendas irlandesas
Morga, es la Morrigan a la cuál se invoca a la batalla por medio de una incitación de los cuernos de
guerra o de los graznidos de los cuervos. Los cráneos de los caídos en batalla eran llamados “las
bellotas de laz Morrigan”, es decir, de la Diosa del Destino huymano.
Fue amante de reyes, Ayudó A los Tuatha dé Danann en sus batallas. Intentó seducir a Cuchulainn,
presentándose como una bella mujer, siendo rechazada por éste. Morrigan enojada le ataca
cambiando de forma, águila, lobo, vaca, pero Cuchulainn siempre la vence pero al final le lleva hacia
su destino, la muerte, descendiendo sobre él en forma de cuervo, cuando está herido de muerte,
atado a un árbol.
Estando los celtas en batalla veían o escuchaban a la Morrigan sobrevolándolos, sabían que había
llegado el momento de trascender, dando lo mejor de ellos realizando todo tipo de actos heroicos,
enardeciéndose en la batalla y no temiendo a la muerte. Decimos trascender, ya que la muerte no
significaba para los bravos celtas un final sino un comienzo en el más allá. Lo peor no era morir,
sino, ser hecho prisionero o quedar lisiado. En la cultura Celta la muerte representa la trascendencia
de la vida y el inicio de un nuevo ciclo. Pero aún así daba una gran seguridad a los guerreros.
11
Dada la facultad de metamorfearse, siendo su animal preferido el
cuervo. Con este aspecto se presenta ante el Donn de Cuailnge,
avisándole de que va a morir. Sus profecías no siempre eran de
este augurio, en ocasiones sus sabios consejos era tenidos en
cuenta, como en el caso de Daghda, que le aconsejó como tratar
a los Fomorianos, enemigos como ya se ha dicho de los “Tuatha
dé Danann”.
También es símbolo del amor carnal y cierta promiscuidad
sexual, pero sin culpa, dado que los celtas no consideraban el
sexo como algo vergonzoso. En una ocasión se presentó, por
Samhain ante el Daghda, dios de la tribu y a horcajadas sobre un
río practicaron sexo, por ello es la Diosa de la Fertilidad y del
emparejamiento.
Cuando aparece en los arroyos, lavando los ropajes de aquellos
que van a morir, como el caso de Cuchulainn, es el heraldo de la
muerte y es llamada el “Lavador del vado”.
El nombre de esta Diosa lleva a
las leyendas artúricas, ya que
sobre
todo
el
furor
y
artúrica viene de un antiguo
mar) cuyo equivalente irlandés
pensar en el hada Morgana de
se le asemeja en varios puntos,
sexualidad. Pero la Morgana
nombre, “Morigena” (nacida del
sería “Muirgen”.
También
se
coincide
en
Guerra, del Destino y de la
lagos y aguas dulces.
señalarla, además de Diosa de la
Muerte, como Diosa de ríos,
Otro razón que podemos
la gran relevancia de lo
dejaba constancia de sus
respetando siempre el rol
igualarlo al hombre. Con casi
para la temprana época en que
estaban casi siempre en
obligaciones, entre los pueblos
encima, incluso, de griegos y
observar de las Diosas celtas, es
femenino, en un pueblo que
cualidades
viriles,
pero
femenino llegando incluso a
todos sus derechos, se dice, que
vivieron, las mujeres celtas
igualdad
de
derechos
y
paganos de la época, por
romanos.
(Por Jaume Mestres i Capitán)
12
Roberto de Molesmes
Sobre Roberto de Molesmes no consta mucha información
que no conozcamos ya. Los orígenes de la reforma Cisterciense
están inseparablemente ligados a Roberto (1028-1111), Alberico
(c.1050-1108) y a Esteban Harding (1066-1134), Roberto nació hacia
1028 en el Condado de Champagne. Como muchos otros monjes de
esta época pertenecía a las clases altas de la sociedad, pero muy
poco cultivadas poseían tierras, siervos y relaciones con la nobleza.
Sus padres se llamaban Thierry (Theodoricus) y Ermengarda. A los
quince años fue admitido en el monasterio de Montier-la-Celle y
unos 10 después le encontramos como Prior del mismo.
Lo que a continuación vais a leer no es un articulo elaborado
sobre la vida de Roberto de Molesmes, ya que hemos creído que el
documento que a continuación presentamos lo hace mucho mejor
que lo haríamos nosotros. La "Vita" de Roberto que presentamos,
fue redactada como apoyo a la canonización de S. Roberto en 1222.
El autor es un monje anónimo de Molesmes, que la escribe a
petición de su abad, Odón II (1215-1227). Habían pasado más de
cien años desde la muerte de Roberto, y todos los recuerdos
directos hacía tiempo habían desaparecido. Salvo algunos prodigios milagrosos, parece que las
grandes líneas de su vida están relatadas de manera seria. Sin embargo, se debe tener en cuenta que
el propósito era ante todo hacer una obra de edificación y defensa, no una biografía o relato
histórico de la carrera de Roberto de Molesmes.
1 Aquí comienza la vida del Bienaventurado Roberto, Abad de Molesmes y Citeaux.
El Bienaventurado Roberto fue oriundo de la región de Champagne. Brilló como una flor de
los campos, y su innata belleza de buenas costumbres agradaba a todos los que le contemplaban.
La fragancia de su santa reputación se extendía ampliamente e invitaba a muchos a imitarle. Creo
que este hombre santo puede ser comparado con una flor, ya
que las Sagradas escrituras dicen de ellos: "Florecen en la
ciudad como hierba sobre la tierra”. Poseía también cierta
nobleza, ¡dichosos los padres que dieron tal hijo al mundo!
Su padre era Thierry (Teodorico) y su madre se llamaba
Ermengarda. Por su honrada conducta eran distinguidos
tanto por el mundo como ante Dios. Poseían abundantes
bienes temporales, pero los usaban más como mayordomos
del cabeza de familia que como propietarios de los bienes de
este mundo.
Sabiendo que los que tienen misericordia de los
pobres sirven al Señor, limpiaban el polvo de la vida terrena
con la limosna. No vivían según la carne aunque estaban en
ella, sino que por sus pensamientos y anhelos tenían la
morada en el cielo, adornando sus coronas con obras
virtuosas como piedras preciosas de virtud. Digo esto para
demostrar cuán santa fue la raíz de cuya savia se alimentó
nuestro santo como un retoño del árbol de la vida.
13
Ya que hemos mencionado a sus padres, narraremos
brevemente cómo el Espíritu Santo descendió sobre él
concediéndole dones exquisitos, cuando aún estaba en el
vientre de su madre. Cuando su madre estaba embarazada,
la Virgen María, la Gloriosa Madre de Dios se le apareció en
sueños con un anillo de oro en su mano. Y le dijo:
"Ermengarda, quiero que el hijo que llevas en tu vientre se
despose conmigo con este anillo". Dichas estas palabras
desapareció. Cuando Ermengarda despertó, comenzó a
reflexionar en lo que había visto. La Madre de Dios se
apareció de nuevo a la mujer, como en otros tiempos se
apareció el Señor por segunda vez a Samuel para confirmar
su promesa. Cumplido el tiempo, la mujer dio a luz un niño.
Cuando creció, quiso que se dedicase a estudios literarios,
sobrepasando en esto a todos sus contemporáneos, ya que
bebiera de las fuentes del Salvador con un corazón puro la
gracia de la salvación, que luego enseñara a sus
contemporáneos.
Cuando cumplió los quince años, para evitar el contagio del mundo, decidió consagrarse al
Señor; así pues, ofreció al Señor la flor de su juventud, y recibió el hábito en el monasterio de San
Pedro de Celle. Allí, día y noche, se entregó a la plegaria y al ayuno, ofreciendo al Señor un grato
servicio, sujetando la carne al espíritu y el espíritu a su Creador.
Llegó el tiempo en que Dios fuera glorificado en su servidor, y la lámpara que había estado
oculta bajo un celemín fuera colocada en lo alto para dar luz a la Iglesia. Dios, en cuyas manos están
los corazones de los hombres, inspiró a los hermanos de la casa que eligieran al hombre de Dios,
Roberto, como Prior. Era muy justo que quien, bajo la guía de la gracia, hubiera aprendido con una
larga práctica a gobernar su vida, fuera árbitro y moderador de otros.
2 Sobre un cierto Ermitaño y la conversión de dos caballeros.
En aquel tiempo, había, en la parte más profunda del bosque, un ermitaño que quería servir a
Dios libre y secretamente. Castigaba su carne con ayunos y reforzaba el espíritu con fervientes
plegarias. El Señor vio su humildad y por un milagro hizo que por él creciera el número de los
siervos de Dios. Había dos hermanos, según la carne, que sin embargo no estaban unidos por el
espíritu. Llenos de vanagloria, dedicados a mostrar sus habilidades, buscaban en las ferias lucirse
en torneos. En uno de estos viajes sucedió que pasaron por el bosque donde el ermitaño antes
mencionado llevaba su vida solitaria. Ambos empezaron a pensar en secreto matarse mutuamente.
Los dos estaban corroídos por el veneno de la envidia y pensaban quedarse con las posesiones del
otro si uno de ellos moría. Dios Todopoderoso, sin embargo, sabía que se convertirían en recipientes
de misericordia y no les permitió ser tentados más allá de sus posibilidades, sino que les asistió en
la tentación para que no llevasen a cabo todo el mal que habían concebido. La providencia de Dios
les permitió ser tentados con tal tentación maligna para que luego progresaran en virtud, sin
atribuirse a sus propios méritos lo que tenían, sino que lo atribuyeran a Aquel cuya misericordia los
había hecho libres.
Cuando hubieron cumplido con el negocio que era el propósito de su viaje, y lo habían
cumplido valerosamente, tal como lo realizan las gentes de esa clase, y recibiendo las alabanzas de
todos los presentes, llegaron cargados de éxitos a la región donde vivían y al lugar donde habían
concebido el pensamiento de matarse. Allí, recriminados en cierto modo por el mismo lugar de su
nacimiento, por inspiración divina comenzaron a sentir remordimiento y repugnancia por la maldad
que habían planeado, y angustiarse por el crimen que habían concebido. Recordaron que estaban
cerca de la cabaña del ermitaño antes citado, y se encaminaron ambos a la vez hacía el lugar donde
vivía. Con una humilde confesión vomitaron el virus escondido en sus corazones, y eliminada esta
suciedad, prepararon en sí mismos una morada agradable a Dios. Finalmente, después de haber sido
reprimidos por el hombre de Dios por la maldad que habían planeado, le dejaron, acompañados por
sus saludables consejos.
14
Las benévolas palabras del ermitaño removieron en su interior los buenos deseos, limpió por
completo sus ambiciones de dignidades terrenales, y fue creciendo en su interior, dulce y
profundamente, el fuego de la virtud. Cuando llegaron al lugar donde habían pensado luchar uno
contra otro, comenzaron a hablar entre ellos y a charlar. Uno de ellos dijo: "¿Qué estabas pensando
ayer, querido hermano, en este mismo lugar cuándo pasamos por aquí?". El otro reveló a su
hermano el secreto de su corazón. Y el primero contestó: "Yo pensaba exactamente lo mismo".
Luego, traspasados por los remordimientos, volvieron al hombre de Dios, y despreciando las
pompas mundanas y pisoteando todas sus ostentaciones, comenzaron a vivir una vida espiritual en
su compañía, inclinando humildemente el cuello de sus corazones para llevar el dulce yugo de
Cristo.
¿Quién duda que su conversión se debiera a los méritos del Bienaventurado Roberto? Como
lo probará lo que vamos a decir, serían instruidos por sus enseñanzas en la disciplina regular. Dios,
que consuela al humilde, multiplicó el número de sus servidores, de modo que en un breve espacio
de tiempo llegaron a ser siete- cuyo número indica los siete dones del Espíritu Santo- por lo que
reconocemos que la salvación de muchos se realizó a través de su siervo el Bienaventurado
Roberto. El mismo Espíritu preparó a estos siete hombres, como siete columnas de la morada
espiritual y a través de ellos empezó a resurgir el orden monástico. Alimentándose con la savia de la
gracia empezaron a producir frutos espirituales. Y si se pensaba que estaba ya agotado, la esencia
de la gracia todavía germinó y produjo hojas como una planta joven.
3 Cómo el Bienaventurado Roberto llegó a ser Abad de Tonnerre.
Mientras tanto, el Bienaventurado Roberto se hizo famoso por santidad y gracia ante Dios y
los hombres, y fue elegido Abad por los monjes del monasterio de San Miguel de Tonnerre. Estos
ermitaños no tenían a nadie que pudiera instruirlos en la disciplina regular, y cuando se enteraron de
la reputación del hombre bienaventurado, se apresuraron a enviar a dos de sus hermanos para
entrevistarse con él. Cuando llegaron al lugar donde el hombre de Dios servía fielmente a Dios,
encontraron al Prior de la casa para escuchar. Le hicieron saber el propósito que los animaba y la
causa de su viaje, y con mucha dificultad e innumerables súplicas lograron que les oyera en un lugar
secreto. El antiguo Prior había sido atravesado por la espada de la envidia, y pensaba para sí que
saldría perdiendo si el Señor lograba el provecho de los otros por el loable trabajo de su servidor.
Por consiguiente logró convencer a los hermanos de la casa y a los compañeros del abad, para que
no consintieran en la petición de los hermanos que habían ido a buscar al hombre de Dios para
hacerlo su superior. Sin embargo, el Bienaventurado Roberto, cuando aceptó su proposición y sus
justas esperanzas, quiso satisfacer sus deseos sólo con la condición de que los hermanos de
Tonnerre se lo pidieran por unanimidad. Instruidos por tan sanas amonestaciones, les acompañó
con sus oraciones y les fortaleció con su bendición, y los envió a su lugar de origen. Les infundió la
esperanza de que tan pronto como el Señor le diese la oportunidad, les llenaría de alegría con su
presencia.
Es grato reflexionar aquí brevemente en los planes
de Dios. Aunque su propósito fuera santo y su deseo
conveniente, se fue retrasando para que el deseo fuese
creciendo; y así cuando lograran lo que buscaban, lo
apreciarían más y lo observarían convenientemente.
El hombre del Señor seguía meditando, no en las
cosas terrenas sino en las de Dios. Cuando vio que los
hermanos de aquel lugar abandonaban los caminos de
justicia, temió que la compañía del mal contagiase con tal
plaga al que irradiaba sencillez, y convirtiese la faz de su
hermosa alma en algo horrible, pues en las costumbres
suelen influir aquellos con quienes se convive. Así que
partió hacia el monasterio de Celle, de donde había salido.
Allí dejó un tiempo el trabajo de Lía y gozaba de los
deseados abrazos de su amada Raquel, bebiendo de las
fuentes de la salvación, lo que después, concedería a los
fieles para su salvación.
15
4 Cómo lo nombraron Prior de Saint Ayoul.
Como una ciudad construida sobre una montaña no puede estar oculta, el Bienaventurado
Roberto, firmemente enraizado y teniendo como base la montaña de Cristo, fue elegido de nuevo, a
la muerte del Prior de Saint Ayoul, pastor del humilde rebaño de Cristo. Fue elegido prior con el voto
y el deseo unánime de los hermanos. Estos eremitas, animados por el amor de una vida celestial,
cuando vieron que el hombre de Dios hacía constantes progresos hacia Dios y en sí mismo, se
reunieron en consejo y enviaron a dos de los hermanos a la Sede Apostólica para obtener del Sumo
Pontífice, por sus plegarias, que el hombre de Dios, el Bienaventurado Roberto se convirtiese en el
pastor y padre del pequeño rebaño de Cristo. Sabían que era un crimen contradecir al Sumo
Pontífice, o que actuaban imprudentemente si iban contra sus órdenes. El Sumo Pontífice oyó su
proposición y se alegró enormemente. Amablemente aprobó su petición y fortalecidos con la
bendición apostólica, los envió muy alegres a su casa. Escribió una carta apostólica al Abad de Celle
autorizándole que cualquiera de los hermanos que fuera elegido lo recibieran como abad. El Abad de
Celle, sabiendo que el Sumo Pontífice lo ordenaba, entregó al Bienaventurado Roberto a los que se
lo solicitaban. Roberto quedó triste y apenado pero no se atrevió a desobedecer el mandato
apostólico. Vio que su tribulación y la de lo suyos era consuelo para otros, porque una firme e
incorruptible columna de cedro era llevada a su casa.
5 Cómo fue Superior de los Ermitaños.
El Bienaventurado Roberto aceptó el cargo de pastor con buena voluntad, viendo que su
trabajo era fructífero, porque el rebaño despreciaba unánimemente las cosas terrenales y buscaba
sólo las del cielo, obedeciendo a sus saludables consejos. Por lo cual se unió de nuevo a Lía en la
vida activa con el propósito de formar hijos espirituales. En su interior servía al Señor con espíritu
de humildad, pero exteriormente cumplía su ministerio con gran energía. En aquel lugar que ahora
llaman Colan, sirvieron al Señor en hambre y sed, con frío y desnudez, con ayunos y oraciones,
llevando el peso de los días y del calor con ecuanimidad, sembrando con lágrimas para alegrarse
cuando trajeran al granero del Señor gavillas de justicia. La vista de los compañeros de trabajo es un
consuelo para el trabajador; y Dios, que vela y contempla los deseos de los humildes, multiplicó a
sus siervos tan rápidamente que Regaron a ser trece, e imitaban a los apóstoles, en cuanto podían,
por las buenas costumbres y el número.
6 Cómo el hombre Bienaventurado creó Molesmes.
Roberto, el hombre del Señor,
considerando lo inadecuado del lugar, dejó
allí algunos vigilantes y tomando a los
hermanos se retiró a un bosque llamado
Molesmes. Trabajando con sus propias
manos, cortaron ramas de los árboles, y
construyeron con ellas un albergue donde
podían vivir en paz. Hicieron luego un oratorio
con los mismos materiales, donde ofrecían a
Dios con espíritu contrito, víctimas y
sacrificios. Como no tenían pan, cuando
tenían que comer para restaurar sus fuerzas,
después de una jornada laboriosa, comían
solamente legumbres.
7 Los visita el Obispo de Troyes.
Sucedió que el Obispo de Troyes viajaba a través del bosque donde estos hombres de Dios
servían al Señor con suma pobreza y humildad, y llegó al lugar con numeroso cortejo a la hora de la
comida. Los hombres de Dios los recibieron con muchas atenciones, pero preocupados porque no
tenían nada para darles de comer. El Obispo quedó edificado por su humildad y pobreza y lleno de
remordimientos les dijo adiós y continúo su camino.
16
8 Cómo el Bienaventurado Roberto envió hermanos a Troyes sin dinero y descalzos.
Pasado algún tiempo como los hermanos no tuvieran nada para subsistir, pidieron consejo al
Bienaventurado Roberto. Este que nunca basaba su fuerza en las riquezas ni las conocía, dijo: "Tú
eres " confianza", y les enseñó a confiar en Dios, pues sabía que Dios no permite que el alma de un
justo sea afligida por el hambre durante mucho tiempo. Aunque no tenían dinero los envió a Troyes a
comprar alimentos, basándose en el consejo del profeta: "Los que no tenéis dinero, venid, daos
prisa para comprar y comer". Cuando entraron descalzos en la ciudad de Troyes, llegó la noticia
hasta el Obispo. Este hizo que los condujeran a su presencia, los recibió cariñosamente, y mostró su
amor a Dios atendiendo las necesidades de los siervos de Dios. Los vistió con vestiduras nuevas de
acuerdo con la Regla, y los envió a sus hermanos con un carro cargado de ropa y alimentos. Los
hermanos quedaron grandemente confortados por aquellas bendiciones, y aprendieron así a ser
pacientes en las adversidades; y desde aquel día siempre hubo alguien que les ayudó en las
necesidades de alimento y vestidos.
9 Su traslado a Aux.
Siguieron perseverando en el servicio de Dios con gran constancia, y atrajeron a muchos que
huían del mundo, rechazando su carga y colocando su cuello bajo el dulce yugo del Señor. Algunos
les enviaban desde países lejanos lo que necesitaban, con el fin de recibir la recompensa del justo,
porque en la presente vida proporcionaban al justo todo lo necesario para sobrevivir. Pero la
abundancia de cosas da lugar a la indigencia moral, y cuando empezaron a poseer en abundancia
los bienes materiales, se encontraron espiritualmente vacíos y su maldad crecía como la espiga del
trigo. El Bienaventurado Roberto no ponía su corazón en la abundancia de riquezas, sino que trataba
de ir progresando en Dios, viviendo rectamente y con una vida sobria y piadosa según la Regla de
San Benito. Cuando los hijos de Belial vieron esto se levantaron cruelmente contra el hombre de
Dios, provocándolo a la amargura y crucificando el alma del justo con sus malas acciones. Lector, te
suplico que no te escandalices si te digo que el mal reinaba en esta santa comunidad, pues el
orgullo se apoderó de las mentes celestes, alejándolas del país celestial y llevándolas a su propio
terreno; y sepultó entre polvo y cenizas a los que acostumbraban a estar entre púrpura y fino lino.
Las Sagradas Escrituras nos enseñan que un día, los hijos de Dios, se presentaron ante Dios, y
Satán estaba en medio de ellos. En la Iglesia siempre habrá justos que progresan y malvados que
sirven de tropiezo. Cuando el hombre de Dios vio que sus correcciones eran infructuosas y que la
observancia de la disciplina regular se dejaba a un lado, yendo cada uno por el camino que su
depravado corazón le trazaba, decidió abandonarlos, no sucediera que procurando vanamente
obtener algún provecho espiritual de ellos, él perdiera su propia alma. Surgió una discordia entre
ellos, y se retiró a un lugar llamado Aux, donde había oído que vivían hermanos sirviendo al Señor
con espíritu de humildad. Cuando llegó fue devotamente recibido y vivió con ellos durante algún
tiempo, trabajando con sus propias manos, para tener algo que dar a los que sufrían necesidad. Era
incesantemente ferviente en vigilias y oraciones y servía al Señor incansablemente. Aunque
superaba a todos en santidad, servía a todos y se tenía por el último de todos. Por estas razones
poco tiempo después fue elegido abad., y procuró actuar como superior con la mayor modestia, sin
ejercer dominio sobre el grupo, sino siendo con todo el corazón un modelo para el rebaño, cuidando
a los débiles y animando a los fuertes.
10 Cómo fue reclamado a Molesmes.
Mientras tanto, los monjes de Molesmes, arrepentidos por haber ofendido al hombre de Dios,
y haberío apartado de ellos por su desobediencia, deploraban su ruina moral y material.
Experimentaban en sí mismos cómo por los méritos del Bienaventurado Roberto el Señor les había
concedido la abundancia, incluso en bienes temporales. Habiéndose reunido en consejo se llegaron
al Sumo Pontífice, y apoyados en su autoridad llamaron al hombre de Dios a Molesmes. Una vez allí,
intensificó la oración y el ayuno, y estimuló a sus súbditos de tal modo con el celo de Dios, que en
poco tiempo reformó la observancia de la disciplina monástica.
Había entre ellos cuatro hombres muy fuertes de espíritu, es decir Alberico y Esteban, y otros
dos, a los que, después de practicar los ejercicios elementales del claustro, les atraía la vida solitaria
del desierto. Dejaron el monasterio de Molesmes y llegaron a un lugar llamado Vivicus. Después de
haber vivido allí durante cierto tiempo, bajo la instigación de los monjes de Molesmes, recibieron de
Joceran, Obispo de Langrés, una sentencia de excomunión si no volvían.
17
11 Establecen su residencia por primera vez en Citeaux.
Obligados a abandonar el lugar del que antes hemos hablado, llegaron a una zona boscosa
llamada Citeaux por sus habitantes. Construyeron un oratorio en honor de la Bienaventurada Virgen
María, Madre de Dios, y en lo sucesivo ni las amenazas ni los ruegos pudieron apartarlos de su
propósito. Sirvieron a Dios noche y día con espíritu ferviente y sin desfallecer.
12 Cómo el Bienaventurado Roberto se estableció en Citeaux.
Cuando el Bienaventurado Roberto oyó hablar de su santa vida, tomando consigo a veintidós
hermanos, se unió a ellos, para participar en su propósito y ayudarles. Le recibieron cariñosamente
y él los dirigió durante algún tiempo con solicitud paternal, enseñándoles a vivir y actuar de acuerdo
con la Regla, sirviéndoles siempre de ejemplo y modelo tanto en observancia religiosa como en
bondad.
13 Cómo volvió de Citeaux a Molesmes.
Los monjes de Molesmes estaban disgustados por haber perdido tan buen pastor y visitaron
al Sumo Pontífice con el propósito de que el Bienaventurado Roberto, hombre de Dios, fuese
obligado a volver a la iglesia de Molesmes que él había fundado. Cuando el Sumo Pontífice oyó que
la nueva fundación Cisterciense había echado fuertes raíces, se alegró enormemente y comprobó
que abundaba en buenas obras, y que animados por el ejemplo del Bienaventurado Roberto,
observaban la Regla de San Benito con gran fervor. Viendo que los monjes de Molesmes iban a
desaparecer si se les privaba de la presencia del hombre de Dios, escribió al Arzobispo de Lyon con
el fin de nombrar otro Abad para Citeaux y obligar al Bienaventurado Roberto a volver a Molesmes.
Cuando se enteró de esto, el Bienaventurado Roberto, que sabía que la obediencia es
preferible al sacrificio y que el incumplimiento es semejante al crimen de idolatría, habiendo
realizado las disposiciones pertinentes a la observancia del nuevo instituto, nombró abad a Alberico,
hombre loable a Dios, que había sido uno de los primeros monjes de las iglesia de Molesmes.
Entonces, dejando todo bien dispuesto, volvió al monasterio de Molesmes, que él había fundado en
honor de la Virgen María. Cuando Alberico murió dos años después, le sucedió Esteban, nombrado
abad de los Cistercienses por el Bienaventurado Roberto. Como era el fundador del nuevo
monasterio, la administración de ambas casas (Molesmes y Citeaux) quedó bajo su mando.
Volvió a Molesmes con dos monjes: los Cistercienses lloraron su marcha, mientras que los
monjes de Molesmes se alegraban de su vuelta. Una enorme multitud le dio la bienvenida en la
ciudad de Bar-sur Seine y le recibió con gran bullicio y alabanzas a Dios. Roberto, sin embargo, con
su pequeño rebaño, principalmente el grupo de Molesmes, entró en el lugar que le había sido
preparado por Dios. Glorificó con gran fervor a la divina providencia que había dispuesto todo. Con
amor de padre educó el rebaño que le habían asignado, enseñándoles las enseñanzas de la Regla;
más bien se convirtió en un ejemplo viviente de la Regla, viviendo entre ellos conforme a la Regla.
Cómo este hombre santo emigró de la prisión de la carne y con qué señales mostró el Señor que su
muerte era agradable a sus ojos lo expondré más ampliamente a su caridad
14 Fallecimiento del Bienaventurado Roberto.
Como el Bienaventurado Roberto había luchado en muchas batallas a favor del Señor, se
encontraba fatigado por el tedio de la vida presente y anhelaba con ardiente deseo morir y estar con
Cristo. Dios oyó sus plegarias y eligió revelarle la hora de su partida muchos días antes, como él lo
había deseado. Roberto, sabiendo que ésta era inminente, se lo comunicó a sus hermanos. Aquejado
algún tiempo por una enfermedad corporal, acumuló méritos con la virtud de la paciencia,
gloriándose de su enfermedad y preparando una grata morada al poder de Cristo. A sus ochenta y
tres años, el 17 de abril, su cuerpo volvió a la tierra y su espíritu lo entregó a Dios, a cuyo servicio se
había entregado incansablemente. La tierra lloró y el cielo se alegró. Sus hijos, los monjes de
Molesmes, de los que había sido solaz y alegría, asistieron devotamente a los ritos funerarios de su
reverendo padre llorando amargamente. No dudaban de que recibiera la recompensa celestial por
sus méritos, ni que ellos recibirían favores a través de dichos méritos. Pero estaban angustiados
porque la presencia de su padre no les alumbraba ya con su luz. Y como por sus obras santas,
mientras permaneció en la tierra, había probado que era hijo de la luz, Dios hizo saber en el momento
de su muerte cuándo lo estimaba.
18
Restaurante Medieval Villa Paramesa
En la localidad de Villanubla, en Valladolid,
encontramos lo que en otro tiempo fuera un
aprisco de ganado, y más tarde un entrañable bar
musical llamado " El Corral ", dio paso al actual
Restaurante Medieval, fruto de la imaginación, del
buen hacer y del sacrificio de gentes anónimas que
dieron lo mejor de sí en pos de un objetivo:
agradar a quien les visite con una esmerada puesta
en escena.
Arquitectura, decoración, música...hasta el
olor a incienso nos hace recordar aquella mágica y
enigmática etapa de nuestra historia, el medievo.
La amabilidad y la cortesía, indispensables en cualquier actividad, tienen que serlo sobre
todo en esta. Alicia, es, junto al personal que dirige, la imagen simpática del lugar.
La excelente cocina, dirigida por José Ignacio quien, perteneciente a la nueva generación de
esforzados cocineros, trata, en cada uno de sus platos, de agradarnos el paladar y de hacernos
partícipes de la actual cultura gastronómica.
Miembro de la asociación internacional EUROTOQUES, comenzó su trayectoria profesional
de la mano del vizcaíno Joseba Fernández.
Especialidad:
Vieras encebolladas con papada ibérica y yema trufada;
Corvina salvaje con ajoblanco, langostinos y huevas de arenque;
Pluma de ibérico, buñuelo de queso de Valdeón y salsa de mango y jengibre.
Un lugar que merece ser visitado y digno de todo buen paladar.
(Por FLP)
19
“La serpiente es un ser ctonico, guardiana de recintos sagrados o del mundo subterráneo, guía de
animas, símbolo sexual ambiguo (masculino por su forma fálica, femenino por su vientre que todo lo
devora) y de la energía capaz de renovarse incesantemente (por sus cambios de piel)”
UDO BECKER
La serpiente es uno de los animales más representados en todas las civilizaciones de Oriente
y Occidente. Por su vinculación con el pecado original, el Antiguo Testamento la sitúa como bestia
impura, paradigma del diablo; pero también es símbolo de la astucia y de la inteligencia. Los judíos
veneraron durante mucho tiempo a una serpiente de bronce, como prefiguración de Cristo, la cual
fue capaz de salvar a aquellos mortales, mordidos por este terrenal animal, con solo mirarla. El
primitivo cristianismo no dudo en comparar a la mitológica Midgard, el gigantesco y nefasto reptil
que rodea a la tierra, amenazando el equilibrio y el orden del mundo, con el Leviatán. El arte
cristiano, que sigue a pies juntillas tales conceptos, refleja por lo tanto una imagen negativa de este
animal, al que relaciona con la mujer, continuadora de Eva. No es una casualidad que, en muchos
incunables altomedievales cristianos, aparezcan serpientes representadas con cabeza y pechos de
mujer.
Sin embargo, en la mitología griega clásica, la serpiente esta relacionada con el culto a la
divinidad de Asclepios (Esculapio), el dios de la medicina, en relación con su poder de renovación
de la vida por si misma.
LA VARA DE ASCLEPIOS
La vara, o caduceo, que en el símbolo de la medicina
ostenta la serpiente sagrada enroscada en ella, admite asimismo
varias interpretaciones. Puede representar el bastón que
Asclepios utilizo durante su peregrinaje por la tierra, antes de
instalarse en el Olimpo como dios de la medicina. Las numerosas
representaciones, tanto griegas como romanas, conservadas
hasta la fecha nos lo presentan muy a menudo apoyado en una
vara, símbolo pues, de la constante disposición del medico a
prestar socorro a un enfermo, aunque el camino para llegar a el
sea largo y penoso. En los santuarios donde se rendía culto a
Esculapio, el dormir y el soñar eran importantes métodos de
tratamiento de la medicina practicada en aquella época en los
templos.
En la antigua Grecia, los médicos habían formado la
corporación de los asclepiades. Bajo la influencia de Hipócrates,
se fundo en la isla de Cos la famosa escuela medica que llevaba
su nombre, donde, tomando como base el empirismo racional, la
medicina fue desposeída de sus representaciones mágicoreligiosas. Con motivo de una grave epidemia de peste que se
extendió en el año 291 A.c., Roma adopto el culto a Asclepios. El
dios griego de la Medicina hizo la entrada en el Panteón, santuario
romano de los dioses construido en el año 27 A.c., bajo el nombre
de Esculapio. Los romanos veneraban asimismo a la serpiente,
como símbolo de la actividad medica.
El caduceo hermético aparece en uno de los canecillos de la iglesia Templaría de San Gil, en
Luna (Zaragoza), templo perteneciente a una influyente encomienda del Temple, construido en 1174;
al lado, en otro canecillo se representa la hoja del roble sagrado, con lo cual se relaciona a los
caballeros con los conocimientos del mundo celta. La serpiente y la vara, los dos atributos del dios
Asclepios, o Esculapio, simbolizan la constante renovación de la vida eterna, un rejuvenecimiento y
renacimiento, así como la continuidad de la vida, el crecimiento y la fertilidad.
20
LOS PODERES TERRENALES
Los Templarios, ya en los siglos medievales, conocedores de
tales símbolos, cuyas raíces sobre su formación y significado se
pierden en la oscuridad de las representaciones místicas, rindieron
un justo homenaje a la serpiente, y también al caduceo, o vara;
elementos ambos vinculados con el rejuvenecimiento del cuerpo.
En este sentido, es preciso recordar a las wuivres, las serpientes
subterráneas celtas, citadas en la mitología germánica, de las
cuales se nutrieron igualmente los Templarios.
La serpiente, bien en su forma habitual, bien alada, desde la
óptica del mundo cristiano ha sido un animal vinculado con la
destrucción, con la fantasía, lo negativo; como ser maléfico,
siempre se ha considerado un monstruo relacionado con las
desgracias para la humanidad, desde que fue elegido de
intermediario entre la fruta y el hombre, a través de la mujer; es, por
tanto un animal que precede a la lujuria, al pecado, al infierno. Pero
esta vinculación en el cosmos cristiano hunde sus raíces en los
cultos paganos de la antigüedad; recordemos que la serpiente fue venerada como animal próximo a
las fuerzas telúricas, de las profundidades, entre las cuales, se incluye el culto a Serapis
En el simbolismo de la alquimia, la serpiente crucificada significa la fijación de lo volátil. La
serpiente también era símbolo de la fecundidad humana y de la fertilidad en las tareas agrarias;
valores que la iglesia no supo entender, cambiando los aspectos positivos por los negativos, como
se ve en la Biblia. Sin embargo, los Templarios ajenos a los dictámenes del cristianismo, supieron
recuperar para la serpiente aquellos atributos que habían sido ignorados por el cristianismo, como
se puede confirmar en numerosos enclaves de la geografía hispana.
Por ejemplo en un capitel del interior de la
iglesia románica de Santiago, en la localidad de
Villafranca del Bierzo (León). Tras pasar la portada
de acceso, el peregrino se dirige hacia un pilar
próximo al altar mayor, y sin dudar un segundo se
postra ante una columna a rezar; pero elevando los
ojos en dirección al capitel, formado por varias
serpientes enroscadas, momentos después se
produce el milagro: el viajero se levanta de golpe,
consecuencia de haber sido como recargado su
cuerpo de energía positiva, y, apartando lentamente
la vista del capitel y la columna, hace un recorrido
visual por el interior del templo, despidiéndose
seguidamente del sagrado lugar y reemprendiendo,
tras salir al exterior el camino a la vecina Galicia.
En este caso, vemos como la serpiente se convierte en la coronación de un símbolo animal
terrestre, transmisor de energías ancestrales y positivas, y un caduceo que es sustituido por una
columna de mármol. Recordar que esta iglesia, que contó con un importante hospital de peregrinos
durante los siglos medievales, estrechamente relacionada con los templarios, tiene la potestad de
sustituir al destino final del Camino, Santiago, para quienes, por enfermedad u otro imperativo
mayor, no pudiesen proseguir el viaje. Villafranca del Bierzo, que fue repoblada por familias francas,
era apodada como la pequeña Compostela.
Otro caso de poderes sobrenaturales relacionados con las serpientes, y vinculados con el
Temple, lo encontramos en otra etapa de este camino de las Estrellas, concretamente en la villa de
Estella. Situada en la falda del Montejurra, sobre la orilla derecha de las aguas del río Ega, la ciudad
de Estella fue fundada en 1090 por Sancho Ramírez, mientras este monarca navarro ponía sitio a la
ciudad de Toledo.
21
Paralelamente tuvo lugar la milagrosa explosión en el
cielo de una verdadera tormenta y cascada de luminosas
estrellas, con la consiguiente aparición de la Virgen de Puy,
en el interior de una gruta de esta montaña. En el siglo XIII,
gracias a los Templarios, alcanzo un notable equilibrio entre
las culturas y religiones de su época, fruto de ello sin duda
es la parroquia de San Pedro de la Rua, que corona un
escarpado risco al pie de la peña de los Castillos. La mayor
iglesia de Estella, de gran alzada y cuya fachada se muestra
altiva a los ojos de los peregrinos, exhibe una portada donde
se entremezcla una extraña combinación de influencias
moriscas y cistercienses. Se dice que San Pedro de la Rua
fue un centro gnóstico e iniciativo de reunión de canteros
durante los siglos medievales. En esta iglesia también esta
presente la huella de los Templarios. El claustro, del siglo
XIII, fue utilizado en la edad media como cementerio de
peregrinos; algunas de sus columnas, como sucede en
Caracena (Soria), se esculpieron contorneadas entre si,
evocando los cuerpos de tres serpientes enroscadas, que
simbolizan los tres principios básicos de la alquimia o los
saberes gnósticos. Pero es en el interior de la iglesia donde
la serpiente parece cobrar vida. Esto ocurre en la columna de
la derecha del presbiterio, formada por tres serpientes de pie
entrelazadas, demostrando que el conocimiento serpentario
sostiene el templo y uniendo, al mismo tiempo, la tierra (pavimento del presbiterio) con el cielo
(bóveda del interior del ábside). Enfrente, sobre el altar mayor, la imagen de la Virgen de la O, o de
Belén, un culto cristiano que arraiga con las más profundas tradiciones celticas, al relacionarse con
la divinidad Belenos.
Además de los anteriormente
citados, son numerosos los enclaves
mágicos de nuestra geografía en donde
los Templarios dejaron una buena
representación de serpientes, como
animales
esotéricos
cargados
de
energía, a través de unas obras
escultóricas del mayor interés. Destacar
la iglesia de San Martín, de Matalbaniega
(Palencia),
con
la
representación
escultórica en un canecillo de una mujer
amamantando a una serpiente, escena
que también se repite en la iglesia de
Santa María la Real de Sangüesa
(Navarra). En el interior de la iglesia
parroquial de Muros de San Pedro (A
Coruña)-localidad asentada en la falda del monte Costitos y tierra de ancestrales cultos paganos,
que conserva el castro celta-, concretamente en la pila bautismal que hay junto al Cristo que llego
del mar de las tinieblas (océano Atlántico), una serpiente esta grabada en piedra en el fondo de la
pila de agua bendita; de este modo, los feligreses, al santiguarse, tomaban parte de la sabiduría
gnóstica de la serpiente, en forma de gotas de agua bendita.
(Por Antonio Coca Navas)
22
Con
motivo
del
696
aniversario de la muerte del último
Maestre de la Orden del Temple
Jacques Bernard de Molay y del
Preceptor de Normandía Geofrey de
Charnay, la Encomienda valenciana
de la OCET celebrará Dios mediante
una misa en su honor en la Iglesia
Renacentista del Patriarca.
Dicha misa será ofrecida en
latín y cantada en gregoriano por el
reconocido y extraordinario Coro del
Patriarca.
Se retoma con este acto el
testigo que dejara la propulsora de
esta iniciativa, la A. C. Encomienda
Templaría 13 de Octubre de
Valencia, cuyos miembros ya
celebraron en su día este significativo acto. Que se completará con la Comida de Hermandad para
celebrar el primer aniversario de la legalización de la OCET que casualmente coincide con la fecha
de la muerte de Jacques de Molay, (18 de marzo).
Desde aquí queremos agradecer eternamente a la Iglesia del Patriarca y a sus sacerdotes el
apoyo y colaboración en este acto.
4ª ENTREGA DE LA COLECCIÓN “ORDEN DEL TEMPLE”
Se hizo esperar, pero al fin lo tenemos entre las
manos. El pasado día 1 de enero vio la luz la cuarta entrega
de la magnifica colección de libros “La Orden del Temple”
(La Cataluña Templaría) cuyo autor es nuestro querido
hermano Canciller Jaume Mestres i Capitán.
Una vez más Jaume Mestres i Capitán se sumerge
en las profundidades de la historia del Temple en Cataluña
para ofrecernos este aséptico trabajo de campo, tras
largos días de viajes, visitas a enclaves y todo lo que
conlleva realizar un buen trabajo de investigación y
literario.
Recordaros que estos ejemplares no están
disponibles en librerías y que solo se pueden obtener
solicitándolos al autor a la siguiente dirección de correo:
cancillería.ocet@gmail.com
23
La peregrinación es un hecho común a todas las religiones. Los
tres grandes centros del peregrinaje cristianos son, Jerusalén, donde
murió Jesucristo, Roma donde está la tumba de San Pedro y Santiago de
Compostela donde el mito cristiano sitúa los restos del Apóstol Santiago.
Se trata de lugares que a modo de imán han atraído siempre a los
fieles, metas sagradas a las que se llega tras un viaje en que el peregrino
se enfrenta a la naturaleza y se encuentra consigo mismo.
El hombre ha peregrinado siempre, desde sus orígenes se ha
desplazado a tierras prometidas, hacía lugares desconocidos. Movido por
razones de fe o impulsado por la necesidad misma de caminar, el ser
humano está lanzado casi obligado a la búsqueda y a lo largo de los
tiempos ha manifestado esta necesidad de conocer lugares nuevos, de
andar por tierras extrañas que le permitan avanzar en su trayecto.
Nos marcamos ciertas metas y emprendemos el camino, el peligro está presente durante todo
el ascenso, pues en todo trayecto surge la dificultad, la lucha, el enfrentamiento con las fuerzas
externas y de uno mismo. Elegir el viaje es saber que uno va a dejar atrás muchas cosas. Es más, el
hombre puede peregrinar desde una perspectiva interior y así, el trayecto externo del camino tiene
su correspondencia en el viaje interior que ofrece todo peregrinaje. Esa es la Verdadera Magia del
Camino.
El Camino de Santiago es la ruta mágica por excelencia de
Occidente, ruta que fue desarrollada y elevada al máximo por el
cristianismo, impulsada por los monjes cluniacenses, pero que sin
embargo posee un innegable origen precristiano.
El Camino de Santiago, como Camino Mágico hay que
entenderlo desde la definición de magia, lo grande de nosotros
mismos, lo que nos trasciende, lo que va más allá de la
personalidad. Magia es, cuando nosotros somos capaces de
atender a la vida de tal manera que la vida se muestra ante nosotros
en todas las percepciones, no solo en la racional, también la
intuitiva, la estética y lo que los místicos podrían llamar la espiritual.
El Camino de Santiago es el resultado de muchos años, no es
una idea creada en un despacho, sino que se fue generando por una
serie de circunstancias, económicas, políticas y culturales. Uno de
los elementos importantes fue que, las órdenes monásticas,
fundamentalmente la Orden de San Benito y del Cister sufrieron una
transformación, creando monasterios que se convirtieron en
centros de desarrollo económico principalmente agrario con las
tierras que circundaban los monasterios, estos centros se fueron extendiendo, enfrentándose a la
línea que formaba el mundo musulmán. Estos habían llegado hasta Francia y aquello alarmó a la
cristiandad. Y entonces los monasterios eran asentamientos que iban tomando cuerpo y formando a
través de los siglos una frontera, esa frontera que va de este a oeste y que lega hasta Santiago de
Compostela, y así se va creando ese Camino. Al mismo tiempo que se crea el Camino se genera el
mito y este mito lo que hace es articular todo un pensamiento, toda una ideología católica
floreciente, fuerte, frente al pensamiento musulmán. Por lo tanto son los Reinos Cristianos, el Sacro
Imperio Romano los que conforman la vieja Europa, evidentemente en el origen de Europa no está
solo el cristianismo, pero si está también el cristianismo, sobre todo está el cristianismo en cuanto a
que se confronta con el pensamiento musulmán, con la cultura musulmana en la propia Europa.
24
Desde el siglo IX y X hasta nuestros
días son mil años moviendo influencias,
en la música, en la arquitectura, en la
economía, el trafico de influencias
políticas, los reyes, los nobles, los
obispos y los papas vienen a Compostela,
y de Compostela salían los productos
económicos y productos culturales de
Galicia por el mundo adelante.
En los siglos X, XI y XII el norte de
la península conoció un esplendor
religioso cultural excepcional, un hecho
histórico transcendental que marcó el
origen de lo que hoy es Europa. De él
guardan buena cuenta las construcciones,
monasterios, iglesias o castillos que el
románico y el gótico han dejado a lo largo del Camino. La magistral arquitectura cristiana es de una
fuerza evidente, pero tras ella se hallan capas más profundas que descubren el Camino más remoto,
un trazado más antiguo, construido sobre las vías romanas que llevaban al Finisterre atlántico y a
su vez se habían servido de antiguos trayectos sobre los que ya caminaban las tribus más
primitivas. Y es en la pista de lo pagano donde descubrimos el trazado de un Camino mucho más
antiguo, lleno de magia y misterio.
Hoy la ciudad de Santiago es más que una meta cristiana, es una metáfora abierta al paso de
los tiempos, un símbolo que invita a reflexionar a todo caminante que se dirige a ella. La ciudad de
Santiago es un símbolo, es un mito, es una creencia, es una ciudad mágica y hay que partir desde
ese punto.
Son muchos y no uno los Compostelas posibles, la ciudad es un ser vivo en continua
transformación que se regenera y se adapta al devenir de los tiempos sin perder su dimensión
espiritual. Compostela acoge maternal a peregrinos de todos los países, devotos, turistas, cristianos
o no, que han elegido realizar el Camino y adaptar el reloj al ritmo de sus propios pasos.
Compostela es una ciudad muy vieja y es previa a
la
propia época cristiana, de hecho en las excavaciones que se
hicieron en la catedral durante la década de los sesenta en las
que se intentaba encontrar vestigios que enlazaran el
descubrimiento del Apóstol con la antigüedad, fundamentalmente
la Iglesia Católica trató de buscar improntas que le dieran
argumentos históricos al mito del Camino de Santiago, al
enterramiento de Santiago. Y si, encontraron enterramientos, de
notables, de épocas previas al cristianismo incluso, y se
aprovecharon estos enterramientos indudablemente para asentar
sobre ellos el mito del Apóstol.
Se construye poco a poco el Camino Jacobeo y frente a
Mahoma el Mensajero de Alá, los cristianos proponían a Santiago,
discípulo y hermano de Jesús, así encontramos a Santiago
Peregrino convertido en Santiago Matamoros, santo convertido
en guerrero alzando su espada y subido a su blanco caballo.
En torno al Apóstol y al Camino se han generado muchas leyendas, pero la primera leyenda y
la que hay incluso un intento general de haberla presentado como histórica por las partes
interesadas, fundamentalmente de la Iglesia Católica. Es la leyenda de la Traslatio o Translación del
Apóstol Santiago a Compostela, donde hipotéticamente estaría hoy enterrado, cuenta esta leyenda
que el hijo mayor del Zebedeo Santiago, es decapitado en Jerusalén por las autoridades judías, los
discípulos cogen su cuerpo lo ocultan y lo trasladan en una barca por todo el Mediterráneo a través
del estrecho de Gibraltar, que es donde se decía que estaban las columnas de Hércules, que era la
puerta de entrada al Océano Atlántico.
25
Atravesando las Columnas de Hércules suben por toda
la Península Ibérica delante de Portugal y entran por el río
Ulla y llegan a Iria Flavia, allí los discípulos intentan buscar
un lugar noble, un lugar importante donde enterrar el cuerpo
del Apóstol y allí encuentran la colaboración de una reina, la
Reina Lupa que vivía en un monte que hoy recibe el nombre
de Pico Sacro y que les prestó toda su ayuda para enterrar al
Apóstol. Desde ese momento se oculta a este y desaparece
durante siglos, hasta el siglo VIII o IX cuando se produce el
descubrimiento.
Muchos son los que se preguntan cuando llegan a
Santiago conocedores de la historia y de la imposibilidad
histórica de que ahí descansen los restos del Apóstol
Santiago, ¿Quién entonces está enterrado aquí?
No son pocos los que creen que quien realmente esta
enterrado en la Catedral de Santiago no es otro que
Prisciliano, Obispo de Ávila, (del cual hablaremos en un
monográfico propio) ya que parece más real que la leyenda
del Apóstol que resulta más fantástica, llega a Compostela en una barca de piedra y eso resulta
como menos creíble. Prisciliano como veremos es un heresiarca, un hereje, detenido por enfrentarse
a Roma, juzgado y ajusticiado en Tréveres, cortándole la cabeza al igual que hipotéticamente a
Santiago.
El proceso del Camino se apoyó muchísimo en los monasterios del Cister, esto conllevaba
todo un desarrollo urbanístico, un desarrollo de monasterios, de catedrales, hospitales que a lo largo
de los años fueron atrayendo la mano de obra, los canteros, los braceros, carpinteros y también a
los maestros de obras, sobre estos se tejieron leyendas de misterio, pero hay verdades como puños
que son las obras que han levantado estos arquitectos
construyendo un Camino, un Camino de piedra.
Se decide trabajar la piedra como elemento
constructor, pero la Iglesia no era quien directamente
trabajaba la piedra, ni quien diseñaba la arquitectura de los
edificios, sin duda hay que agradecerles mucho en el
Camino de Santiago a sus artífices, los constructores. Se
encomienda la construcción de albergues, iglesias etc., a
los compañeros constructores, maestros de la cantería,
profesión harto antigua que cobra nuevamente fuerza. Y es
que el Camino de Santiago es principalmente un camino
creado, esculpido, elevado por constructores. Para ellos
suponía también un camino iniciático, en el que el Maestro
constructor había pasado por diversas fases hacía el
conocimiento de su materia, la mayoría de los capataces
recorrieron el Camino y su saber parece estar plagado de la
espiritualidad de todo camino iniciático.
Así como los Templarios tenían un precepto,
hablamos de los Templarios occidentales, que era hacer el
Camino de Santiago a caballo y sus protegidos la
hermandad de constructores del Camino, también tenían
entre sus preceptos para ascender en el oficio, de albañil a arquitecto, el peregrinar hasta el fin del
mundo, hasta el Finisterre, la Vía Láctea de los alquimistas. Para un Maestro constructor Galicia era
la escuela suma, el final del camino en su carrera, solo después de haber conocido el granito, de
haber tallado el granito uno era verdaderamente un Maestro constructor.
Los Templarios encargaron muchas de sus construcciones a estas hermandades, a estos
gremios de constructores. Bien es sabido que estos tenían el propósito de custodiar el Camino y
proteger a los peregrinos y darles servicio y asistencia.
26
A través de un camino iniciático los
Templarios al igual que los constructores vivían su
espiritualidad a través de niveles que se relacionan
con las fases alquímicas en busca del
conocimiento, la Piedra Filosofal. La alquimia era,
digamos, el arte de las artes y la ciencia de las
ciencias que se desarrolló en la Edad Media a
partir del concepto de la pirámide, la pirámide
clásica egipcia era de cuatro caras, que
simbolizaba los cuatro aspectos del conocimiento,
la ciencia, la filosofía, la religión y el arte. Pero la
alquimia suponía, además, un camino de
transformación, porque sin transformación no se
podía acceder a aquel estado de sensibilidad que
permitía hacer la unión de los cuatro saberes, la
alquimia era una cocción de conocimiento interior
a lo largo del Camino que tenía que cocinarse dentro del horno
alquímico del alma, de la experiencia y de la vivencia del propio
caminante.
Uno de los gremios más conocido es Los Pata de Oca, Los
Patucos, que marcaban la piedra con esta marca. La Oca también
es un animal guía, sagrado para los antiguos celtas, y hay muchos
lugares del Camino que guardan relación con los jares (pata de
oca), jar era el antiguo idioma. Castrojeriz, (Ciudad de ocas),
Manjarín. (Hombre de Oca), Montes de Oca. También el Juego de
la Oca está relacionado con los Templarios y con el Camino de
Santiago, algunas teorías apuntan a que este podría tratarse de un
juego inventado por los Caballeros Templarios que a modo de
símbolo lo utilizaban para recordar el Camino de Santiago, lo
ideasen o no, no es extraño pensar que los Templarios utilizasen
este juego como metáfora del Camino Jacobeo, pues se puede
trazar una correspondencia entre las casillas del tablero y sus
correspondientes lugares físicos a lo largo del Camino y la
analogía se presenta más que atractiva.
Puente de Órbigo
Puente La Reina
Si resulta significativo, El Laberinto, El Puente, en el Camino hay dos puentes simbólicos e
importantes, Puente de Órbigo y Puente La Reina en Navarra, Ponferrada sería el Laberinto, ahí se
pierden la mayoría de los peregrinos por su mala señalización, esta La Posada que serían los
albergues, La Cárcel que bien podría ser el Valle de Valcárcel a dos jornadas de Manjarín y los dados
serían la piedra angular de las catedrales. Lo correcto en este viaje sería ir de Oca en Oca, es decir
protegido al abrigo de un castillo o encomienda Templaría.
27
Los romanos también influyeron en
la configuración del mito Jacobeo, en El
Bierzo se sitúan Las Medulas, minas de oro
romanas que dan muestra de una época de
esplendor que fue decayendo con las
invasiones bárbaras.
El Camino Jacobeo se construyó
partiendo de la antigua ruta de las estrellas
de ahí que también se ha llamado Camino
de las Estrellas o Vía Láctea. Aunque hoy
Vía Láctea sea el modo de designar a toda
nuestra galaxia, antes hacía referencia a esa
banda de hileras estrelladas que podemos
observar extendiéndose en el cielo, sobre
todo en las noches de verano despejadas. Esa banda lechosa que es la Vía Láctea, ha guiado a todos
los pueblos que a lo largo de los tiempos peregrinaron hacía los Finisterres Atlánticos, el Camino de
las Estrellas sigue la dirección de la Vía Láctea, atravesando el norte de la Península Ibérica por el
paralelo 42’5 aproximadamente, una vía en la que encontramos abundantes elementos relacionados
con el mundo celeste. Pero este antiguo eje sufrió sus transformaciones para adaptarse al
institunacionalizado Camino Medieval. Como sus antepasados los constructores del Camino
Jacobeo, clérigos, constructores, capataces, alquimistas o Templarios al elegir sus emplazamientos
conservaron lugares simbólicos de la antigua Ruta de las Estrellas. Muchos de estos lugares llevan
aun el nombre de estrellas recordando ese Camino astrológico.
El verdadero final del Camino no es la ciudad compostelana, sino el mar, el símbolo del
peregrino que el cristianismo asumió como propio es una concha de viera, cuando Santiago
supuesto final del Camino es una ciudad sin mar. La Concha Jacobea, Venera o Viera, tiene un
significado que antecede en Galicia a lo cristiano y que hace referencia al reino sagrado de las
aguas. El agua tiene una memoria de nuestro inconsciente colectivo, el sentir de purificación, y la
concha ha sido utilizada en diversas culturas a lo largo de los tiempos como elemento de culto, la
concha es en el Camino Mágico la Diosa Madre que acoge al peregrino, el origen y el final, la muerte
y la resurrección.
Desde el cabo, el peregrino del pasado
observaba con respeto y cierto miedo la caída del
sol, imponente se ofrecía a ser contemplado, como
si la fuerza mítica de la Costa Da Morte guardara un
secreto al que muy pocos tenían acceso. Y es que
donde el sol se pone, en el horizonte se sitúa el final
de todos los Caminos, como la muerte es la meta
biológica de toda vida, pero si lo biológico y la
materia tienen la posibilidad de transformarse, el
peregrino como el alquimista puede transformar su
materia interior a lo largo de este camino mágico.
Lo verdaderamente importante del Camino de
Santiago, es que como cualquiera de los caminos de
la vida habla a cada persona en su propio lenguaje,
el Camino es suficientemente poderoso para que
cualquiera que siga la ruta del sol, desde su
nacimiento hasta su muerte, recorra ese mismo
Camino Solar dentro de si, y si él es un peregrino atento el Camino habla claramente para él con
todo lo que él está necesitando saber y cuando vuelve a su casa vuelve convertido en otra persona,
en un caminante, en un guerrero, una persona que enfrentará la vida de una manera más profunda,
más intensa, más personal y más autentica.
(Por FLP)
28
Y los Caballeros de la Tabla redonda
En un lugar de Bretaña conocido como Camelot
existió presuntamente, ya que en cuanto a este
personaje hay mucho de leyenda y poco rigor histórico,
una vez un rey llamado Arturo, en cuya corte había unos
caballeros que se reunían alrededor de una mesa: La
Tabla redonda.
Del rey Arturo y sus caballeros surgió una rica
mitología, que narrada o leída nutriría la fantasía de
muchas generaciones. Esta mitología lejos de haberse
extinguido sobrevive hoy en día gracias a Wagner, Mark
Twain y tantos otros.
En el S.IX Nenius escribió una historia, en ella se
mencionaba a un caudillo celta llamado Arturo que
luchaba contra los invasores sajones derrotándolos en
la batalla de Mons Baldonicus. Estos son los
documentos más antiguos referidos a Arturo.
Arturo nació en Cornualles en un lugar llamado Tintagel. El rey de ese lugar se llamaba
Garlois y estaba casado con Ingerna, mujer muy bella. El rey Uther Pendragón se enamoró de ella y
por mediación de Merlín El Mago, que con su magia le da el aspecto de Garlois, pudiendo poseer a
Ingerna, quedando preñada dio a luz a Arturo. AL poco tiempo Garlois murió y se desposó con
Uther, de este modo Arturo quedó legitimado.
Siendo niño, consiguió arrancar la espada Excalibur de la roca donde se hallaba, un hecho
que le predestinó a reinar. Era la prueba ideada por Merlín para detectar al futuro rey. Oras versiones
dice que le fue entregada por La Dama del Lago.
Camelot
Instaló su corte en Camelot en lo que hoy es el castillo
de Cadbury, en Somerset. Su esposa Ginebra dama apetecible
y no le guardó la fidelidad debida, manteniendo amoríos con
Lancelot que era hijo del rey Ban de Banoic, Lanzarote tuvo un
hijo de la princesa Eliane, Sir Galahd, el caballero místico.
Los caballeros de Arturo se reunían en torno a La Tabla
Redonda, diseñada por Merlín (como no) para que todos se
instalaran de una forma democrática sin sitio preferente. Tan
famosa constitución inspiró gran parte de las órdenes de
caballería creadas por los monarcas europeos.
Arturo luchó contra los sajones derrotándolos en la
batalla de Badon en 516. Llevó la guerra a Noruega y Francia,
donde derrotó a un ejército romano que pretendía obligarlo a
pagar tributo. Se disponía ha proseguir la guerra cuando
recibió el aviso de que en Gran Bretaña Mordred se había
sublevado, regresó y se enfrento a los rebeldes en la batalla de
Carmlann, el que ambos murieron. En su agonía llamó a Sir
Bedivere y le encomendó que devolviera la espada Excalibur al
lago. Cuando la espada entraba en las aguas una mano misteriosa emergió, la empuñó, la levantó
tres veces y finalmente despareció en el lago.
29
Las fuentes sitúan el reinado de Arturo en el S. VI de
nuestra era, quizá naciera hacia el año 470. Al ser su nombre latino
especula que fue quizá un general romano que luchó contra los
sajones.
Hacia 1125, William de Malmesbury visitó la abadía de
Glastonbury y un monje le narró la historia de Arturo. Tiempo
después Geoffrey de Monmouth, divulgó las leyendas artúricas.
Enrique II para prestigiar la monarquía identificó su dinastía con la
de Arturo.
En 1184, la abadía de Glastonbury sufrió un gran incendio.
Cuando se estaba reconstruyendo encontraron a unos metros de
profundidad una losa de piedra y una cruz de plomo con la
inscripción “HIC IACET SEPULTUS INCLITUS REX ARTURIUS IN
INSULA AVALONIA” (Aquí yace sepultado el famoso rey Arturo, en la isla de Avalon). Debajo de la
losa había un enorme tronco ahuecado que contenía un esqueleto cuyo cráneo mostraba señales de
heridas. Al lado había huesos más delicados, posiblemente de una mujer y restos de cabello rubio
¿Ginebra? Los restos fueron preservados por los monjes con todos honores y colocados como la
más preciada reliquia de la abadía.
En el castillo de Dover se guarda la calavera de Gawain, en el de Winchester hoy en día se
puede admirar, la mismísima Tabla Redonda, es un grueso tablero circular de cinco metros y medio
de diámetro, en la orla aparecen los nombres de los caballeros del rey Arturo, señalando el asiento
cada uno de ellos.
Desde el siglo S. XII se habla del nacimiento de Arturo de Tintagel, se levantó un castillo en
1150. De acuerdo con los arqueólogos, en Tintagel existió un monasterio céltico datado entre los S,V
y VI de nuestra era, es decir, en época artúrica.
Muchos lugares de Inglaterra se han disputado el honor de haber sido sede de la corte de
Arturo: Caerleon, Cornualles y Winchester, entre otros. Pero desde el siglo pasado uno de los
candidatos destacó sobre el resto: Cadbury Castle, en Somerset (citado anteriormente) ¿Es el
castillo de Cadbury, cercano al pueblo de Camel, el Camelot de Arturo?
Cadbury Castle, es una colina coronada por los restos de un fuerte prerromano. Una leyenda
sostiene que en la noche de San Juan se percibe el rumor de caballos que descienden de la colina,
son Arturo y sus caballeros que van a abrevar sus cabalgaduras en una fuente vecina.
En Cadbury, los arqueólogos han descubierto varios
niveles de ocupación. Sobre un asentamiento neolítico se
estableció una comunidad celta que perduró desde el año 600
aC. hasta la ocupación romana. La conclusión fue que entre el
400 y el 1000 dC. había sido fortificado primero por los celtas,
luego por los anglosajones en el S.VII. Una impresionante
muralla construida hacía el año 500, habría estado formada por
una estructura de madera, piedra y relleno interior de
escombros, idéntica a la que usaban los celtas en época
prerromana. Pero la fortificación hallada en Cadbury tenía que
ser prerromana, es decir artúrica, por una razón: en estratos
inferiores y en el mismo relleno de la muralla se encontraron
restos romanos. Una cosa está clara Cadbury fue la residencia
de un gran caudillo, es lógico suponer que ese caudillo era
Arturo, de todas maneras todo queda a la imaginación de cada
uno, una cosa es cierta, sea por sugestión del lugar o por el
interés de creer, puedo asegurar que en ambos asentamientos,
Tintagel y Cadbury, se respira un aire de misterio, como si de
un momento a otro fueran a aparecer los famosos caballeros.
(Por Jaume Mestres i Capitán)
30
Prisciliano Obispo de Ávila
Prisciliano de Ávila (Bética o Lusitánica o Gallaecia,
aprox. 340-385 (Civitas Treverorum, actual Tréveris,),
obispo hereje hispano, fundador del priscilianismo, fue,
junto a otros compañeros, el primer hereje ajusticiado por
el gobierno secular en nombre de la Iglesia Católica.
Según Próspero de Aquitania, se cree que nació en
la provincia romana de Gallaecia , en el entorno de una
familia senatorial. Pero, por las referencias a su origen
noble, es probable su ligación con la Bética o Lusitánica,
donde había un mayor desarrollo de fondos aristocráticos
que en la Gallaecia, aunque otros autores han señalado
una mayor importancia de este tipo de latifundios en el
noroeste de la Península Ibérica de la considerada hasta
ahora. En torno al año 370 viaja a Burdigala (Burdeos) para
formarse con el retórico Delphidius. A las afueras de esta
ciudad funda una comunidad de tendencia rigorista junto a
su mentor y la mujer de éste, Eucrocia. Se le reconoce una
relación con la hija de ambos, Prócula, aunque San
Jerónimo hace mención a una mujer llamada Gala como su
pareja oficial. Su principal adversario, Itacio de Ossonoba,
atribuye sus conocimientos de astronomía y magia a un tal
Marcos de Memphis. Sin embargo, este nombre parece
remitir a un mago alejandrino del siglo I citado por San
Ireneo en su Adversus haereses. Hacia el 379, durante el consulado de Ausonio y de Olybrio vuelve
al noroeste peninsular y comienza su período predicante. Sus ideas obtuvieron gran éxito, en
especial entre las mujeres y las clases populares, por su rechazo a la unión de la Iglesia con el
Estado imperial y a la corrupción y enriquecimiento de las jerarquías. Ante la rápida extensión de
sus enseñanzas, Higinio de Córdoba, el sucesor de Osio, envía una carta informando de la situación
al obispo de la sede metropolitana de Emerita Augusta (Mérida, capital de la Diócesis Hispaniarum).
Estos dos obispos, junto a Itacio de Ossonoba, convocan el Concilio de Caesaraugusta
(actual Zaragoza) en el año 380 (otras fuentes lo sitúan unos años antes, en el 378 ), con el fin de
condenar las ideas priscilianistas. A este sínodo acudieron dos obispos aquitanos y diez hispanos,
lo que parece indicar una fuerte y rápida expansión del movimiento ascético iniciado por Prisciliano,
pero la ausencia de los dos principales obispos acusados de priscilianistas, Instancio y Salviano,
evita la condena en firme. Las actas dicen que el obispo de Astorga, Simposio (padre de Dictinio,
quien años más tarde ocupará esa sede) abandonó el Concilio al segundo día. Este prelado ocupará
años después un lugar relevante entre los discípulos del hereje galaico. El obispo Valerio, anfitrión
del sínodo, recoge las recomendaciones de Dámaso, obispo de Roma, de evitar la condena in
absentia. Poco después esos dos obispos (Instancio y Salviano) elevarán a Prisciliano a la sede
vacante de Ábula (Ávila).
En un intento de acercar posturas, Instancio y Salviano viajan a Emerita Augusta (Mérida)
para entrevistarse con Hidacio pero se ven obligados a huir de una turba de exaltados arengada por
el obispo metropolitano. Se produce entonces un nutrido cruce de acusaciones epistolares entre
priscilianistas y ortodoxos. Hay que tener en cuenta que la extensión de las enseñanzas de
Prisciliano se produce en todos los estratos sociales, incluyendo muchas familias influyentes de
casi todas las provincias hispanas. Finalmente, una carta enviada por Hidacio a Ambrosio, obispo de
Mediolanum (Milán), donde se encuentra instalada la corte imperial, convence a éste para obtener un
rescripto del emperador Graciano excomulgando y desterrando de sus sedes a Prisciliano y a sus
seguidores.
31
Corre el año 382 y Prisciliano decide viajar a Roma para defenderse, pero el obispo de Roma,
Dámaso (en plena pugna por obtener la primacía de la sede romana y convertirse, así, en el primer
Papa "oficial"), y también de familia oriunda de Hispania, se niega a recibirle por no considerarse
competente para anular un rescripto del emperador. Finalmente viaja a Milán, y aprovecha la
ausencia de Graciano para convencer a su Magister Ofifciorum de que anule el anterior decreto
imperial.
De este modo regresa a Hispania,
reafirmando la situación de su grupo y
consiguiendo, de paso, que Itacio sea
acusado de perturbador de la Iglesia. El
procónsul Volvencio ordena la detención
del obispo antipriscilianista y éste se ve
obligado a huir a Tréveris, bajo el amparo
del obispo Brito.
En el año 383 el también hispano
Magno Clemente Máximo, gobernador de
Britania, cruza a las Galias al mando de
130.000 soldados haciendo huir al
emperador Graciano, a quien finalmente
asesina en una emboscada en los
bosques de Lugdunum (Lyon). Sus
legiones lo nombran nuevo imperator de
Occidente, pero este nombramiento no es
visto con buenos ojos por Teodosio, emperador de los territorios Orientales. Esta situación delicada
le hace buscar apoyos en la Iglesia Católica, a su vez necesitada de amparo institucional para
enfrentarse a los numerosos movimientos disidentes que la asedian (arrianos, rigoristas, binionitas,
patripasianos, novacianos, nicolaitas, ofitas, maniqueos, homuncionitas, catáfrigos, borboritas, o los
propios priscilianistas.
En esa alianza de conveniencia se encuadra el desarrollo posterior de los acontecimientos: la
Iglesia oficial se enfrenta a un movimiento popular muy extendido por toda la península Ibérica y
buena parte de las Galias, y Máximo desea ofrecer una mano tendida en forma de condena oficial al
priscilianismo. Pero la aplicación de una sentencia por herejía conlleva la confiscación por parte del
Estado de todos los templos de la secta, lo que no interesa a la jerarquía eclesiástica ni sirve a los
intereses del emperador. De este modo se diseña un proceso judicial ad hoc que pretende condenar
a los obispos hispanos por maleficium (brujería). Esta sentencia, más favorable a las arcas del nuevo
emperador, incluye la requisa de todas las propiedades personales de los acusados, quienes,
recordemos, pertenecen a pudientes familias hispanas, sin afectar al patrimonio eclesiástico.
Se convoca, entonces, un nuevo concilio en Burdeos al que deciden acudir Prisciliano y
varios de sus seguidores, y en el que se condena de nuevo la herejía priscilianista, pero del que sólo
se obtiene de facto la deposición de Instancio de su sede. Durante la celebración de este cónclave,
una multitud enajenada lapida a Urbica, una discípula de Prisciliano. Éste abandona el cónclave y se
dirige al norte, a Tréveris, en la Germania Superior, donde Máximo ha establecido su corte, para
convencer al emperador de que tercie a favor de su grupo, sin saber que allí Itacio de Ossonoba ya
ha tejido la red que acabará con su vida.
En el año 385 Prisciliano llega a Tréveris, donde es acusado, a través de Evodio, prefecto del
emperador, de la práctica de rituales mágicos que incluyen danzas nocturnas, el uso de hierbas
abortivas y la práctica de la astrología cabalística. Tras obtener mediante tortura una confesión del
mismo Prisciliano, es decapitado junto a sus seguidores Felicísimo, Armenio, Eucrocia (la viuda de
Delphidius), Latroniano, Aurelio y Asarino. Todos ellos se convierten en los primeros herejes
ajusticiados por la Iglesia Católica a través de una institución secular.
Tras la ejecución de Prisciliano el movimiento herético se mantuvo en vigor durante al menos
dos siglos más, sobre todo en su Gallaecia de origen, como lo demuestran los sucesivos concilios
convocados para tratar el tema.
32
Inmediatamente después del proceso de Tréveris, Máximo envía dos comisarios a Hispania
para depurar las sedes episcopales de todo rastro de priscilianismo, iniciándose una cadena de
ajusticiamientos y deportaciones que acabaron por despertar las iras de sectores de la iglesia oficial
descontentos con el curso de los acontecimientos. Martín de Tours, Jerónimo en Roma y Ambrosio
de Milán representaban una facción, dentro del cuadro de ortodoxos leales a Roma, que se había
opuesto desde un principio a la injerencia imperial en asuntos eclesiásticos. Son estos padres de la
Iglesia, en especial Martín, quienes detienen el desproporcionado movimiento itaciano, denominado
así por su principal impulsor, Itacio, el obispo de Ossobona.
En el año 388 Máximo es derrotado y decapitado por Teodosio, y la situación da un vuelco
hasta el punto de que el propio Itacio es excomulgado en el 389 por su implicación directa en el
juicio secular contra Prisciliano. En este año, según Sulpicio Severo, varios discípulos viajan hasta
Tréveris con el permiso de Roma para exhumar los restos de su líder y llevarlos a su Gallaecia natal.
A la cabeza de esta delegación se encuentra Dictinio, autor de uno de los pocos opúsculos
priscilianistas de los que se conoce su existencia, aunque no se conserva ningún ejemplar.
En el año 396 se convoca un Concilio en Toledo en el que los seguidores de Prisciliano
abjuran de sus ideas y declaran haber abandonado los errores de la secta, pero la constatación de la
pervivencia de costumbres priscilianistas (consagración de la eucaristía con leche y uvas, ayuno, la
presencia de clérigos con el pelo largo...) obliga a la celebración de un nuevo concilio en Toletum en
el año 400. En este sínodo se asegura que once de los doce obispos de la Gallaecia eran
priscilianistas. El único obispo no priscilianista era el de la diócesis de Bretoña, no galaica, sino
británica. (Entre los siglos IV y V miles de celtas de la provincia romana de Britania bajo el mando del
obispo Maeloc cruzan a Armorica, en la Galia, y a Gallaecia, fundando la provincia-obispado de
Bretoña. Un par de siglos después será también un monje bretón, Pelagio, el que anuncie el
descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago). Las actas de ese concilio recogen el testimonio
de abjuración de su herejía de Simposio, su hijo Dictinio y el presbítero Cornasio.
Tras la muerte de Máximo, Teodosio se proclama emperador de Oriente y Occidente; pero su
muerte en el 395 deja de nuevo el imperio dividido entre sus dos hijos. Al mayor, Arcadio, le
corresponden los territorios orientales y al joven Honorio, con apenas once años, el imperio
occidental, tutelado por Estilicón. El movimiento priscilianista se ha ido transformando en este
tiempo en una sociedad secreta, que ejerce el suficiente poder en el noroeste peninsular para que el
papa Inocencio I decrete la Regula fidei contra omnes hereses, maxime contra Priscillianistas en el
año 404. Entre las filas del movimiento priscilianista algunos autores han incluido a Baquiario, un
monje itinerante de finales del siglo IV, y a Egeria, autora de la primera crónica de viajes a Tierra
santa del cristianismo escrito por una mujer.
En el año 409 Honorio define su política decantándose en contra del movimiento priscilianista,
condenando a sus seguidores a perder sus bienes y derechos civiles, llegando a imponer multas a
los funcionarios civiles remisos a perseguir la herejía.
Es el año en que los bárbaros se desbordarán por el imperio, y el priscilianismo sobrevivirá
en el noroeste peninsular, sobre todo en el entorno rural, al amparo de la independencia política de
Roma. A mediados del siglo V, Santo Toribio, obispo de Astorga, se aplicó a arrebatar de manos de
los fieles todos los libros priscilianistas y, comprendiendo que todavía este remedio era ineficaz,
remitió al papa San León el Magno el Communitorium, enumeración de los errores consignados en
los libros apócrifos, y el Libellus, donde refutaba el priscilianismo. San León aconsejó la celebración
de un concilio en Toledo, o un sínodo de obispos galaicos, si lo anterior fuese imposible por el
estado de independencia política de Gallaecia respecto a Roma y el conflicto generalizado en la
Península Ibérica. Se convocó el sínodo de Aquis Caelenis (actual Caldas de Reis), donde los
heterodoxos, aún aparentando admitir la Assertio fidei, perseveraron en sus doctrinas y prácticas,
hasta mediado el siglo VI. Finalmente el primer Concilio de Braga (561) vuelve a hacer referencia al
problema, condenándose en siete de sus diecisiete cánones las proposiciones priscilianistas. El
segundo concilio de Braga, celebrado varios años después, aún refleja en sus actas alusiones a la
secta, e incluso aparece una alusión en el IV concilio de Toledo (683), en el que se condena como
lacra priscilianista, el delirante pecado de no cortarse el pelo de los clérigos de la provincia Gallega.
33
Prisciliano fundó una escuela ascética, rigorista, de
talante libertario, precursora del movimiento monacal,
inspirada en la tradición gnóstica, y opuesta a la creciente
opulencia de la jerarquía eclesiástica imperante en el siglo IV.
Los aspectos más polémicos, en cuestiones formales, son el
nombramiento de “maestros” o “doctores” a laicos, la
presencia de mujeres en las reuniones de lectura y su
marcado carácter ascético. Las fuentes principales que
informan de la particular liturgia del priscilianismo son los
cánones promulgados en los sucesivos concilios. En el
concilio de Caesaraugusta de 380, por ejemplo, se hace
referencia a costumbres indeseables como "mujeres que
asisten a lecturas de la Biblia en casas de hombres con
quienes no tienen parentesco; el ayuno dominical y la
ausencia de las iglesias durante la cuaresma; la recepción de
las especies eucarísticas en la iglesia sin consumirlas de
inmediato; el apartamiento en celdas y retiros en la montaña,
andar descalzos.
Intentó la reforma del clero a través del celibato y la
pobreza voluntaria, y posteriormente amplió la reforma a
todos los fieles. Su carácter maniqueo (dualismo alma-cuerpo, la primera divina, el segundo mortal
y, por lo tanto, corrupto) lleva al establecimiento de un ascetismo difícil de practicar, sentando así
las bases (de manera parecida a la herejía donatista) del camino de perfección cátaro: una moral más
laxa para los fieles y otra más estricta para los Perfectos.
Abogó por la interpretación personal de los textos evangélicos, planteando el principio del
libre examen. Exigió que la Iglesia volviera a unirse a los pobres. Enfatizó el estudio de los símbolos
y la superación del literalismo en la interpretación de la Biblia. No es fácil separar las aserciones
genuinas de Prisciliano de las atribuidas a él por sus enemigos, ni de las que posteriormente
hicieron grupos que fueron etiquetados como "priscilianistas". El hecho es que, para lograr su
condena, fue acusado de usar magia (delito castigado por la ley romana), de reuniones nocturnas
con mujeres, gnosticismo y maniqueísmo, y posteriormente de negar que las tres personas de Dios
son distintas y con ello negar el misterio de la Trinidad. Su pensamiento real o supuesto es llamado
priscilianismo.
Sus reuniones, frecuentemente nocturnas, en bosques, cuevas o en “villae” alejadas de las
ciudades, y con el baile como una parte importante de la liturgia, incluían tanto a hombres como a
mujeres. Sustituyó la consagración oficial con pan y vino por leche y uvas; acogió a las mujeres y
los esclavos en las sesiones de lectura de textos evangélicos (incluyendo apócrifos) e incorporó el
concepto del emanatismo: el alma “surge” de una especie de almacén y debe descender hasta el
mundo terrenal, donde es inevitablemente corrompida por el maligno. Este origen divino del alma,
junto con la concepción sabeliana del dogma de la Trinidad, son los principales motivos de
controversia teológica con los sectores más ortodoxos de la Iglesia Católica.
En el año 813 un ermitaño llamado Payo comunica a Teodomiro, obispo de Iria Flavia, que en
el bosque de su diócesis llamado Libredón se ven unas luces extrañas. El obispo referirá después al
rey Alfonso II el Casto que buscando el origen de las luces halló un sepulcro, que no duda en atribuir
inmediatamente al Apóstol Santiago. La noticia se hace oficial con León III.
En el año 1900 el hagiógrafo Louis Duchesne publica en la revista de Toulouse Annales du
Midí un artículo bajo el título "Saint Jacques en Galice" en el que sugiere que el que realmente está
enterrado en Compostela es Prisciliano, basándose en el viaje que sus discípulos hicieron con los
restos mortales del hereje hasta su tierra natal. Posteriormente Sánchez-Albornoz y Unamuno se
hacen eco de esta hipótesis que ha pasado a convertirse en una hipótesis muy popular, incluso más
que la alternativa cristiana.
(Por FLP)
34
La leyenda del Rey Arturo es una de las más
queridas de la historia y sin duda una de las más
representadas a través de la gran pantalla, con versiones
para todos los gustos, sin embargo esta adaptación
cinematográfica minimiza los elementos fantásticos y en
cambio le da una nueva visión de fantasía al siglo VI en
Inglaterra: un brillo típico de Hollywood con toda la
deslumbrante pompa del formato Cinemascope y un
espectáculo extraordinario situado en 1950. Robert
Taylor es Sir Lancelot, conjurado a servir al Rey Arturo
(Mel Ferrer) pero leal a su reina (Ava Gardner). Richard
Thorpe, quien formó equipo con Taylor en ocho
películas, dirige esta colorida versión épica de valentía y
honor. Una película que sin duda hará entusiasmarse a
cualquier espectador.
Titulo original: The Knights of the Round Table.
Director: Richard Thorpe.
Año; 1953.
País: USA.
Reparto: Robert Taylor, Mel Ferrer, Ava Gardner,
Stanley Baker, Felix Aylmer.
Sinopsis: ¡Larga vida al rey Arturo y Camelot! Aunque
la paz se ha reestablecido en toda la antigua Inglaterra, hay
un factor que amenaza con destruir el reinado de Arturo: la
creciente pasión entre Sir Lancelot y la bella Reina Ginebra.
(Por FLP)
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Canteros y Maestros Canteros en la Edad Media
En el Románico, la construcción de las Iglesias estaba a cargo del llamado Magíster Muri. Se
le solía representar con una Virga (bastón de mando) en la mano. El maestro tenía conocimientos
específicos para concluir la obra, también se encargaba de la organización del trabajo, del traslado
de los materiales, de la invención de nuevas maquinas y de nuevos sistemas de construcción.
De este maestro dependían los capataces y de éstos los
obreros que eran los que se enfrentaban a los problemas
prácticos que iban surgiendo según se desarrollaban las
obras. El maestro también solía agrupar a escultores, tallistas,
marmolistas, cortadores de piedra, carpinteros, pintores, etc.
Estos grupos eran conocidos con el nombre de
“Corporaciones”, y las grandes obras a veces requerían más
de uno de estos grupos, ya fueran nacionales o extranjeros.
Los Magíster Muri y los canteros poseían conocimientos y
estudios prácticos de matemáticas, geometría y arquitectura.
Las Marcas de Cantero, son signos personales
grabados por los canteros en la piedra para indicar,
generalmente, que es suyo el trabajo y de esta forma cobrar
por la cantidad de piedras labradas. También estos signos,
podían ser marcas de posición en la obra, para que el albañil
las colocase de determinada manera. La hipótesis más común
fue expuesta Viollet-le-Duc, en el siglo XIX.
Las formas de estas marcas son muy variadas e
imaginativas: cruces, letras, números, figuras geométricas, herramientas, objetos religiosos,
símbolos de Alquimia, instrumentos musicales, de animales o vegetales. Estudiándolas, se pueden
conocer muchos detalles acerca de estos personajes anónimos, las rutas que hacían, grado de
experiencia, cuantos canteros trabajaron en la obra, etc.
Las marcas de cantero se pueden hallar en muy
diferentes etapas de la construcción. Por ejemplo, el
cantero que trabajaba en la cantera, fabricando
groseramente el bloque marcaba también sus piedras,
marca que generalmente no es visible porque está en la
parte interior del muro, pero que se ha descubierto en la
remodelación de catedrales europeas. El cantero tallista
marcaba a su vez la piedra, y el cantero asentador de la
piedra en el muro también tenía su marca.
Los gremios cantero y carpintero en sus inicios
formaban parte del mismo grupo. Los carpinteros
marcaban a su vez las vigas de igual manera que los
canteros, pero su obra apenas ha trascendido porque era
más perecedera y los incendios, frecuentes en la época
medieval, las eliminaron en su gran mayoría.
Hasta mediados del siglo XIX, estos signos no
tenían gran interés, ni se estudiaban. En una
enciclopedia de principios del siglo XX, se los describía
como: conjunto de signos extraños, encontrados en casi
todas las paredes de nuestras iglesias, catedrales, y construcciones medievales, se suponen signos
"mágicos". Las marcas de cantero desaparecen en su totalidad a partir del siglo XVIII.
36
También es frecuente encontrar signos lapidarios
grabados en las piedras de iglesias, monasterios y catedrales,
mezclados con las marcas de cantero; muchas veces son únicos
en cada monumento y sin aparente significado.
Los miembros de estos gremios viajaban libremente por
Europa, manteniendo entre ellos estrechos lazos fraternales y de
hospitalidad. Cada marca de cantero no sólo representa al
maestro que la trabajaba, sino también al grupo al que
pertenecía, compuesto generalmente entre 6 y 15 personas, entre
mujeres, niños, aprendices, peones y ayudantes. El dinero
cobrado en la obra se repartía por el maestro cantero entre todo
el grupo para cubrir sus necesidades y crear un fondo común
para enfermedades, de modo similar en su funcionamiento a una
mutualidad actual.
Cuando el neófito solicitaba el ingreso, recibía un signo
lapidario, que debía reproducir en todas sus obras, y que era su
marca de honor, con el tiempo si llegaba a ser Maestro, el signo se modificaba, en algunos casos
doblando unos de los brazos (si era una cruz) transformándose en la cabeza de un báculo. Los hijos
podían utilizar la marca del padre al pertenecer a su grupo. Cuando decidían independizarse añadían
alguna característica, un travesaño adicional en la cruz, o finalizar en una bola un extremo. Así se
pueden encontrar marcas muy semejantes en la misma obra, que indican el trabajo en grupo de
miembros de la misma familia.
Las marcas de cantero no solo podían ser del cantero que trabajaba, con gran frecuencia hay
marcas de encargo, por ejemplo del que pagaba la construcción, unas veces podían ser una cofradía
de un santo, otras veces un gremio laboral. El cantero marcaba con su símbolo las piedras que le
pagaban, con marcas muy elaboradas que poco tienen que ver con las marcas propias de labor. Hay
también con frecuencia marcas atípicas, generalmente de juegos (tres en raya y similares) usadas
para entretenimiento. En el claustro de la catedral de Santiago, en el suelo de la planta baja, pueden
verse gran cantidad de marcas a modo de plano que fueron utilizadas por los canteros para el encaje
de las piedras que luego formarían los arcos de la bóveda.
Muchos de los canteros y de los Magíster Muri
poseían una firma (marca de cantero) que les identificaba
como autores de la obra (al Magíster Muri como
constructor de la obra y al cantero como tallador de la
piedra). Pero estas marcas de cantero en ocasiones
poseían otro significado aparte del explicado, una
simbología que relacionaban estas marcas con el
Temple, etc. De este modo se elevó la piedra, mediante
su elaboración y tallado, al campo de lo simbólico. Se
vincula a los Maestros legendariamente con los
constructores del Templo de Salomón, poseedores y a la
vez depositarios de un saber ancestral. Así, los Maestros
deberán transmitir sus secretos a los iniciantes a los que
también les asignarán una nueva marca de cantero que
deberán plasmar en todas sus obras futuras. Los
instrumentos de los canteros adquieren un gran
significado en todo este proceso, por lo que la
representación de escuadras, compases, picos, etc. Es
frecuente entre las marcas de cantero.
Al principio de la época románica las logias de
canteros se organizaron alrededor de la Orden
Benedictina, transformándose en verdaderas escuelas de
arquitectos. A finales del siglo X y principios del siglo XI los arquitectos y canteros de la época, que
comenzaban a firmar sus obras con marcas y signos, se reagruparon en sociedades casi secretas y
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puramente laicas y fundaron en el Sacro Imperio Romano Germánico, la Bauhütte, sin renunciar a su
vinculación con la Iglesia.
La Bauhütte se creó como federación de las logias
de los talladores de piedra, la de Estrasburgo fue
reconocida como la Gran Logia Suprema y el Maestro de
Obras de su catedral ejercía la autoridad sobre todas las
asociaciones locales dependientes de otras logias.
La hipótesis más generalizada sobre las marcas de
cantero, es la expuesta por M. Didron y Viollet-le-Duc en
el siglo XIX, que considera que “las marcas de cantero
son signos lapidarios pertenecientes a la categoría de
signaturas personales de los canteros, aparejadores y
Maestros de Obra, que en muchos casos servían para
señalar el trabajo realizado por cada uno, para así
determinar el estipendio correspondiente”. Pero no debemos olvidar que no todos los signos
lapidarios que pueden aparecer en una obra son marcas de cantero.
Hay también con frecuencia marcas atípicas, generalmente de juegos (tres en raya y
similares) usadas para entretenimiento. En el claustro de la catedral de Santiago, en el suelo de la
planta baja, pueden verse gran cantidad de marcas a modo de plano que fueron utilizadas por los
canteros para el encaje de las piedras que luego formarían los arcos de la bóveda. En muchas de las
construcciones Románicas y Góticas que se encuentran a lo largo del Camino de Santiago podemos
observar pequeñas marcas realizadas en la piedra, en ocasiones signos lapidarios, en otras marcas
de cantero, signos masónicos o francmasónicos.
De los estudios de Franz Rziha sobre las marcas de la catedral de Estrasburgo deduce que la
marca, con su origen geométrico, demuestra la pertenencia de un hombre a una Logia. El masón
viajero cuando traza su marca ofrece una justificación geométrica y simbólica: la marca legitima al
obrero y vale más que cualquier pasaporte.
No obstante, no pensemos que estas marcas son exclusivas de otras latitudes, ya que a lo
largo de todo el Camino de Santiago jalonan las grandes Obras de los Maestros Canteros. Podemos
comenzar con la enigmática Nuestra Señora de Eunate, hasta las abundantes marcas del la nave del
Evangelio de la Catedral de Santiago de Compostela.
(Por FLP)
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Castillo Templario de Miravet
El nombre de Miravet parece algo confuso, ya desde tiempos musulmanes en el siglo IX se le
cita como Murabit, que en árabe quiere decir ermitaño, por lo que cabe la posibilidad que en su
origen fuera una casa o alquería aislada a orillas del Ebro.
Los primeros restos de los que tenemos constancia corresponden al siglo II AC con la
ocupación de la zona por población de origen ibera.
A principios del siglo X el califa de Córdoba Abd-al-Rahman III ordena fortificar la frontera del
Ebro para defenderse de los continuos ataques de los cristianos del norte de la frontera del AlAndalus. La entonces alquería de Murabit es fortificada. De la época musulmana sólo quedan
escasos restos; la actual configuración del castillo es Templaría, ya que en este lugar los monjes
Templarios establecieron una Encomienda de la Orden.
La distribución de las dependencias del castillo sigue
unas pautas comunes al resto de los castillos Templarios, de
hecho guarda bastante similitud con el castillo de Peñiscola.
Alrededor de un patio central se levantan las distintas
dependencias; similar distribución que tienen los
monasterios, pues al fin y al cabo los Templarios además de
guerreros eran monjes.
El castillo estaba ocupado por los almorávides,
guerreros musulmanes fanáticos de la religión mahometana.
Contra ellos se lanzaría Ramón Berenguer IV príncipe de
Aragón y conde de Barcelona, al frente de su ejercito y de los
monjes Templarios. En 1153 (siglo XII) el castillo es tomado y
Ramón Berenguer entrega el castillo a los monjes guerreros
en la persona del Maestre Per Rovira.
Los Templarios reformarían el castillo en su totalidad,
dándole la actual configuración que hoy podemos observar.
El castillo protegería el paso del Ebro desde la cercana
Tortosa hacía el interior.
En 1314 la Orden del Temple fue disuelta por el papa y los bienes Templarios pasaron a poder
de la Orden del Hospital. El castillo de Miravet sería, el último reducto Templario en rendirse a las
tropas reales. La Orden del Hospital mantendría la titularidad del castillo hasta 1835 en que fueron
obligados a abandonar el castillo. Este es vendido a particulares y en 1990 es comprado por la
Generalidad de Cataluña.
El castillo de Miravet, sería escenario y protagonista de múltiples conflictos bélicos. Las
Guerras de las Germanías, las guerras carlistas y sobre todo sería testigo en época más reciente de
una de las decisivas batallas de la Guerra Civil Española, pues por este lugar pasarían las tropas
republicanas camino de la Batalla del Ebro.
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El castillo de Miravet era el lugar de residencia del Maestre de la Orden del Temple de la
Corona de Aragón, en la Torre del Tesoro, se custodiaban los bienes del Temple y los archivos de la
Orden. En la conocida como torre de la Sangre, se dice que allí fueron ajusticiados los últimos
templarios que no quisieron rendir el castillo después de la orden de disolución e la Orden del
Temple. Hoy se sabe que esa historia es falsa.
Después de la conquista cristiana del castillo, la
población de la zona seguiría siendo musulmana y no sería
hasta 1609 con el decreto de expulsión de los moros en que la
zona quedaría prácticamente despoblada.
Características
En el castillo se adivinan tres fases constructivas: la
etapa andalusí (siglos XI y XII) de la que sólo restan algunos
pocos de lienzos de muralla. La segunda etapa datada durante
los siglos XII y XIII se corresponde con la fortaleza Templaría que le da su actual fisonomía. En la
tercera etapa durante los siglos XVII y XIX el castillo es adaptado a las nuevas circunstancias de la
guerra, como es el uso de la artillería y las armas de fuego. Podemos dividir el castillo en dos
recintos: el inferior o albacara y el superior también llamado recinto soberano que es el castillo
propiamente dicho.
Recinto inferior formado por dos terrazas completamente amuralladas comunicadas entre sí
por un vano abierto en el muro de separación formado por un arco escarzano. Protegía el recinto
superior y al mismo tiempo cumplía funciones de albacara, ya que en caso de ataque enemigo la
población que se erigía en la falda de la montaña, podía refugiarse junto con el ganado para
protegerse de los atacantes. En este recinto encontramos las caballerizas, un aljibe, la conocida
como terraza sur que asoma al río Ebro y una gran terraza situada al este que asoma a la villa de
Miravet. En esta última terraza se situaban las distintas dependencias auxiliares que servían de
complemento al castillo. Las construcciones eran de madera por lo que no han llegado hasta
nosotros.
En este espacio encontramos un aljibe o cisterna, mayor que el encontraremos más adelante
en la cocina. Con unas medidas de 12m metros de largo x 5 metros de ancho y una profundidad de 6
metros, permitía el abastecimiento de agua a la población en caso de asedio. En el recinto cabe
destacar una torre situada en una de las esquinas que protegía el acceso de subida al castillo. Al
interior del castillo se accedía a través de una puerta formado por un arco rebajado y situada en
codo.
Caballerizas Se trata de una
dependencia de planta rectangular
semisubterranea y formada por dos
pisos. Aunque se le denomina
caballerizas, no está claro que haya
cumplido esa función, inclinándose
más por la posibilidad de tratarse de
graneros o almacenes. Terraza sur
Desde este lugar se vigilaba el acceso
desde el acantilado del Ebro, para
impedir el asalto enemigo.
Recinto superior El segundo
recinto
es
el
llamado
recinto
soberano, se articula alrededor de un
patio central al cual vienen a dar el
resto de las dependencias del castillo.
Su estructura guarda cierta similitud
con la distribución monacal (claustro
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central alrededor del cual giran el resto de las dependencias); no en balde los templarios era una
orden militar y monacal. De aproximadamente 2.500 m2, tiene forma poligonal con cinco torres de
planta rectangular.
A este recinto se accede a través un pasadizo con una puerta formada por un arco escarzano
y bóveda de medio cañón. Sobre la parte superior del arco una inscripción en un ovalo de piedra que
dice Reynando A 1839, que se corresponde con la reina Isabel II. La misma gira en 90º y permite el
paso al patio interior. A la izquierda de la entrada una habitación (hoy cerrada por una verja) cumplía
con las funciones de cuerpo de guardia.
Patio de armas Saliendo del túnel a
través de un arco de medio punto
entramos al patio de armas. Desde este
lugar
accedemos
a
las
distintas
dependencias del castillo. Así una
pequeña habitación rectangular cumplía
funciones de cocina. En la misma
podemos encontrar un aljibe subterráneo
excavado en la roca donde se almacenaba
el agua de lluvia. Junto a esta
dependencia encontramos otra habitación rectangular cubierta con bóveda de medio cañón
apuntada mucho más grande y que era el refectorio. En esta sala comían los monjes mientras uno de
ellos leía pasajes de la Biblia. Los monjes Templarios al contrario que otras órdenes religiosas
tenían permiso para comer carne tres días a la semana en contraposición con otras órdenes cuya
dieta era básicamente vegetariana.
Parte principal de este recinto superior era la Capilla y el Palacio del Comendador, situados
frente a la entrada. En su fachada encontramos dos vanos formados por arcos de medio punto que
dan al patio de armas. En una cámara situada en la parte baja encontramos el granero, los
almacenes y la bodega. En estas dependencias se reunían los silos para el almacén de granos, el
aceite y el vino y todos aquellos productos que servían de sustento a los habitantes del castillo. La
habitación usada como bodega antes de su uso como tal a partir del siglo XVII era usada como
prisión.
En la planta superior encontramos la capilla del castillo. Su
acceso se realizaba a través de una escalera de piedra que nos lleva a
una galería o logia formada por cuatro ventanales de medio punto
cubierta con bóvedas de cañón. Cumplía funciones de claustro y era
un perfecto mirador sobre el patio. Desde esta galería y a través de un
portada formada por un arco de medio punto se entraba en la Capilla
Templaría. Posteriormente la capilla sería utilizada como Iglesia bajo la
advocación de Santa María de Gracia. La iglesia dispuso de un retablo
barroco en su Altar Mayor hoy desaparecido.
La capilla de planta basilical y una sola nave, se cubre con bóveda
de cañón ligeramente apuntada y la cabecera con ábside semicircular. En
la cabecera encontramos una habitación que cumplía funciones de
sacristía y un acceso que permitía la subida a la conocida como torre del
tesoro. A los pies de la iglesia encontramos el acceso a la terraza a
través de una larga escalera de caracol. En el muro testero de la capilla
un oculo circular permite la iluminación de la capilla.
La terraza es el punto más alto de la fortaleza, desde ella se divisa todo el contorno del Valle
del Ebro, además de permitir la comunicación entre las distintas defensas superiores. Actualmente
está completamente restaurada hasta el punto de haber perdido todas sus referencias militares y
medievales. En un lateral se alza la garita por la que se sube y se baja a través de la citada escalera
de caracol.
Otro lugar importante es el Palacio del Comendador, que ocupaba el segundo piso, en él
además de la habitación del Comendador encontramos los dormitorios de los monjes.
(Por FLP)
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Roguemos por el alma de nuestro último
Maestre
Jacques de Molay y la de Geofrey de Charnay
injustamente ajusticiados por el infame
rey de Francia Felipe IV El Hermoso.
¡¡¡Siempre en nuestra memoria!!!
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