PONENCIA JESÚS ZAPATERO: Mi hijo lo quiere todo. Pautas para las familias Buenas tardes. En primer lugar vaya por delante el agradecimiento de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía a la organización por su invitación y por tener en cuenta la perspectiva psicopedagógica en estas las jornadas. También queremos mostrar nuestra solidaridad con aquellas personas y familias que en este momento lo están pasando muy mal. Es fácil dar consejos pero es muy difícil ponerse en la penosa situación de tener que afrontar una situación familiar, el cuidado y la educación de unos hijos o el pago de una hipoteca cuando no tienes empleo o cuando se han terminado los ingresos económicos. Hasta hace pocos años era frecuente que los padres te pidieran consejo porque sus hijos lo querían todo y daba igual lo que les dijeras porque al final, la mayoría, lo conseguían todo o casi todo. El problema se agrava ahora cuando sus hijos lo siguen queriendo todo, porque hasta ahora lo habían conseguido, pero ahora la mayoría de sus padres no es que no quieran dárselo todo, sino que probablemente no pueden, que es muy diferente. En fin, sea por unas razones u otras, la cuestión es que los patrones de consumo y, sobre todo, los recursos disponibles para el consumo, tanto privado como público, han cambiado. Mis paisanos Isidro y Moisés dicen en el vídeo que ha dado la vuelta al mundo que “la economía tiene que venir por uno mismo, ganar cinco y gastar uno. Esa es la economía verdadera"… No se puede decir más con menos… Uno de los aspectos que más está modificando nuestros hábitos y comportamientos es la globalización nuestros comportamientos. Nuestras conductas ya no son individuales y personales, ahora se miden, se estudian, se calculan y se programan a miles de quilómetros del lugar en el que estamos cada uno de nosotros. Atendemos a tendencias de consumo, a modas, a necesidades prefabricadas, prediseñadas y precocinadas… y hasta recalentadas… Es el sistema … y nosotros hemos jugado en ese sistema, en ese engranaje, la parte que otros (seguramente como nosotros pero también seguramente con más medios) han decidido… ¿Quién se resiste a no formar parte de ese engranaje? ¿Qué precio tiene quedarse fuera? No se habla aquí de quedarse fuera, ni mucho menos, en este marco se habla de hacer las cosas de manera diferente, con criterio propio, lo que antes se decía… con “personalidad”. Se trata de ajustar las decisiones a los propios valores y principios. Se trata de poner por delante el sentido común de Isidro y Moisés, los abuelos de Valdegeña, las necesidades reales, no las impuestas, las posibilidades reales, no las virtuales, las expectativas razonables, no las infinitas y los riesgos responsables no los irresponsables. Se trata de no comprar el cariño con regalos, de no sustituir el juego por el juguete, de no cambiar la comunicación por el “twuit” o por el “washap” ni la caricia por el “emoticón”. No se trata de ser “padres.com” desde el muro de Facebook sino desde el muro de las lamentaciones y de las pequeñas o grandes, frustraciones , que a veces nos da la vida real. Se trata de tener un proyecto de vida consensuado entre las partes, es decir, primero entre los padres y luego entre padres e hijos. Se trata de ir adquiriendo unos principios basados en la confianza y en la seguridad en uno mismo, y en los demás. De aceptarnos como somos y por lo que somos, no por lo que tenemos o podemos tener. Se trata de aprender que el valor de las cosas no tiene nada que ver con su precio y que algunas cosas no tienen precio pero valen mucho. Se trata de aprender que no vale todo para tenerlo todo. Se trata de aprender a vivir y convivir en equilibrio con uno mismo y con los demás, con el medio ambiente y con el desarrollo, con el presente y con el futuro. Se trata de valorar los pequeños gestos y las emociones positivas. Desde un punto de vista sistémico todos los comportamientos están interrelacionados unos con otros. Se ha demostrado ya, por fin, la importancia que tiene la parte emocional de nuestra inteligencia a la hora de tomar decisiones. Se ha derribado el mito del método cartesiano de Descartes según el cual todo lo importante para el ser humano dependía de su razón y sólo de su razón. Es probable que los profesionales del márqueting y del mundo de la economía lo supieran hace tiempo… pero ahora tenemos ya constancia científica de que la mayoría de las decisiones se toman por motivos y con mecanismos que regulan el mundo de las emociones. Habría que preguntarse, por tanto, ¿Qué está sucediendo con nuestras emociones? ¿Qué hace que nuestros hijos lo quieran todo? ¿No es hasta cierto punto normal que a los 15 años un adolescente lo “quiera todo”? . Recuerdo que mi abuela me decía, “ante el vicio de pedir está la virtud de no dar…” ¿Lo extraño no será que consigan, o mejor dicho, les demos todo lo que piden?. ¿Qué mecanismos emocionales se esconden detrás de este tipo de decisiones? Es cierto que las circunstancias sociales, el ritmo de vida y de trabajo, también influyen en cómo distribuimos nuestro tiempo y nuestro dinero, en suma, nuestros recursos. Pero no es menos cierto que nuestras emociones, es decir, las emociones de cada uno de nosotros, también influyen, tanto o más, en las decisiones que tomamos y que tanta repercusión tienen en aspectos de la economía. Si sucumbimos o no a la última versión del último aparato tecnológico… o esperamos un tiempo para amortizar la versión anterior, todavía perfectamente útil y válido, si descargamos las películas de internet, incluso aunque no las veamos, si nos quedamos viendo la tele en lugar de jugar una partida de lo que sea, si le ponemos al niño la tele y el ordenador en su cuarto o los compartimos para toda la familia, si hacemos gestos solidarios o no, si cultivamos la afición por las cosas bien hechas o preferimos las prisas, si…. En definitiva, es una actitud ante la vida y la vida no se compra ni se vende, la vida se vive, aunque nos equivoquemos a veces… No se trata de que les compremos todo se trata de que les exijamos en función de sus posibilidades y de que les transmitamos confianza en sí mismos. Esto sólo lo podremos hacer si nos exigimos a nosotros mismos según nuestras posibilidades y si confiamos en nosotros mismos. Y para terminar, he preguntado a mis alumnos qué consejos darían ellos si unos padres les pidieran consejo porque sus hijos lo quieren todo… y estas han sido algunas de sus respuestas… 1. No dar todos los días lo que pide ya que entonces lo estarías malcriando y seguro que sólo necesita la mitad de cosas que pide. 2. Le compras lo que quiere. 3. Yo le daría una parte razonable de lo que quisiera ya que no son tiempos de oro y no tenemos lo suficiente necesario como para desperdiciarlo. 4. Comprarle lo máximo que puedas de lo que él quiere para que esté más contento. 5. Tienes que explicarle que no se le puede dar todo lo que pida ya que todo cuesta dinero y no podemos tener el dinero y las cosas que queremos. 6. Yo le compraría la mitad de lo que quiere si el dinero no nos faltara y lo demás que se lo compre ella. 7. Darle lo que pueda, pero tampoco darle todos los caprichos. Si se lo gana y te lo puedes permitir sí que le puedes comprar lo que pida. 8. No dárselo, más que nada porque todo no se puede tener, y si le das todo lo que pide siempre querrá más. 9. Darle lo que se merezca, y lo que necesite, sin exagerar por que si les das todo luego querrán más y más porque así somos las personas. Cuanto más tienes más quieres. 10. Explicarle a tu hijo que no se puede tener todo y comprarle solo lo que necesite. Alguna vez le puedes comprar algo que quiera pero que no lo necesite. 11. Lo que puedes hacer es preguntarle que es lo que más le gusta y explicarle que como no se puede comprar todo lo que quiere, poco a poco, si se comporta bien recibiría lo que más le guste, y si no para navidades o su cumple. 12. Enseñarle a valorar lo que tiene y comprándole sólo lo que necesite. 13. Le enseñaría que no se puede tener todo porque no hay que malacostumbrarlo. Si no viviría en una vida de consumismo y querrá tener todo lo más nuevo. 14. Hay que darle lo que creas que es conveniente para él. 15. En esta vida no se puede tener todo. Entonces le daría una cosa pero no más porque se le das todo se va a pensar que siempre lo va a poder tener todo y no es así. 16. Yo le daría lo que se merezca, dependiendo del comportamiento, estudios, todo en general. Para una persona que se porta bien y hace lo necesario, estudios, tareas en casa, es más normal compensarle con algunas cosas que quiera, pero sin excederse, sin pasarse. 17. No dárselo, tantos caprichos no son buenos para desarrollar su conducta. 18. Hay que darle lo que creas conveniente. 19. Explicarle que hay gente que no tiene nada para comer ni vestir y que solamente por eso no le va a comprar todo lo que quiera. 20. Tienes que imponerle el todo que tu quieras para reducirle sus expectativas para que se conforme con poco y así ser más fácil sorprenderle. 21. En realidad todos queremos todo, pero debemos ganarlo con esfuerzo y trabajo. Está bien darle cosas que quiera pero hasta un punto porque después, cuando el crea que tendrá que trabajar y ganar cosas por sus propios medios. 22. Yo creo que si siempre has tenido todo lo que quieres y aun así estás inconforme y quieres más, no has aprendido a valorar lo que tienes. En cambio si aprendes a trabajar y a ganar lo que quieres, aprendes también el valor de conseguir las cosas. 23. Le puedes permitir unos pocos vicios pero también le tienes que hacer entender que el dinero no sale de debajo de las piedras sino que con el esfuerzo lo tienes que conseguir. Los padres tienen que darle pocos vicios para que el hijo no se va acostumbrando a tenerlo todo. 24. Si no se conforma con lo que tiene, se tiene que aguantar. Le explicaría por que no puede tener lo que pide y si lo entiende bien y si no también. Por mucho contestar no va a tener lo que pide así que el que pierde es él. 25. Explicarle la situación social y decirle que no se puede tener todo en la vida. 26. Según las perras que tengas, si tienes muchas vale pero aún así y si no tuviese le haría comprender que no hay dinero. 27. Hablaría con él o ella porque no siempre va a tener todo en e mundo. 28. Hablaría con él para decirle que todo no se puede tener 29. Primero puedes hablar con él/ella y si no funciona puedes ir quitándole poco a poco cada una de las cosas que quería. 30. Hasta que se tenga que esforzar para conseguir cada una de las cosas haciendo tareas de las casa. 31. Comprarle una parte de las coas que quiere y calmarlo y explicarle porque no puede tener lo que él quiere. 32. Yo le diría que también quiero muchas cosas pero no las tengo así que me aguanto y ella o él tiene que hacer lo mismo. Cunado gane dinero, si quiere que se lo compre. Lo mejor que puede hacer es aguantarse. 33. Sinceramente le diría que le dijera a su hijo la verdad, que ahora no son tiempos para gastar, que quizás para reyes o papa Noel, incluso para su cumpleaños lo podría tener, no todo, pero lo que más ilusión les hace. Defiendo la frase no es más rico quién más tiene sino el que menos necesita. 34. Yo personalmente me sentaría a hablar con él para hacerle entender que los bienes materiales, ropa, dinero, móviles,… no los lo más importante y a veces los sobrevaloramos. Hay muchas personas en el nunca que matarían por cosas que nosotros tenemos y lo vemos normal: un hogar, medicinas, o incluso agua potable. Deberías decirle que busque otra meta para ser feliz que no sea querer tenerlo todo, pues siempre habrá alguien que tenga más que tú. 35. Debes hacerle entender que no es más rico el que más tienen sino el que menos necesita, que no por tenerlo todo va a se mejor que nadie. Además de los tiempos que corren… puedes darle algún capricho pero el tenerlo todo no te llena totalmente, así que no hay necesidad de pedirlo todo. Será un poco complejo hacérselo entender y más si es adolescente, pero hay que explicárselo con calma. 36. No darle todo lo que pida. Tendrías que darle las cosas más imprescindibles y los vicios se los niegas y cuando más se queje h más te pida, menos le das cada vez. 37. Yo le quitaría todo al hijo. TODO!, el móvil, internet, el ordenador, colchón d la cama, para que se diera cuenta de lo que es no tener nada para que viera que tienen más que suficiente… 38. Tiene que explicarle la situación económica en la que están actualmente, y no se pueden dar vicios, hasta que la cosa mejore, hay que darle las cosas claras. 39. Explicarle a su hijo que las coas no salen de sí, sino que hay que trabajar para poderlas conseguir y eso no es lo más importante en la vida, no es lo esencial para vivir. Para conseguir estas cosas ponerle a hacer coas para que lo conseguido sea como el resultado de su trabajo. 40. Lo primero que le daría es que en esta vida todo no se puede tener y que por no tenerlo todo no se puede enfadar ni estar de mal humor. “Para vicios no quitar, vicios no dar”. 41. Lo primer que haría sería acostumbrarlo a no tenerlo todo y decirle que no se puede tener todo en este mundo. Para conseguir las coas cuesta mucho esfuerzo y dedicación. Pero para que no lleguemos a este extremo es no dar muchos vicios y así no habrá que quitarlos y nos evitaremos problemas. Después de leer estas respuestas de nuestros hijos y alumnos quizás podemos llegar a la conclusión de que el problema está en nosotros, los adultos, y que una de las causas es que no hemos sabido poner los límites adecuados en cada momento. De algo que debería ser natural, y más o menos sencillo, hemos creado un problema y una complicación. Muchas gracias Jesús Zapatero Herranz Orientador y miembro de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía