La política de colonización franquista en el término de Don Benito: su influencia en la transformación social y agrícola de la zona. Juan Ángel Ruiz Rodríguez Juan Carlos Pulido Gómez Francisco Javier Caballero Babiano J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano Para Candi, Maite y Felisa, por todo. 5 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano 6 Índice Prólogo....................................................................................... 11 1. Introducción .......................................................................... 15 Capítulo I................................................................................... 23 LA TRANSFORMACIÓN AGRÍCOLA DEL ESPACIO .... 23 1. Antecedentes históricos del Plan Badajoz. ............................. 25 2. El Plan Badajoz ...................................................................... 34 3. El Plan General de Colonización del canal de Orellana. ........ 39 4. Los Planes Coordinados de Obras del canal de Orellana........ 51 5. Expropiación de fincas y concentración parcelaria................. 62 6. El Plan General de Colonización del canal del Zújar. ............ 73 7. El asentamiento de los colonos y sus relaciones con el INC. . 77 8. El lento proceso industrializador de la zona: realidades. ........ 81 9. Estudio de un plan de explotación: Gargáligas en 1960. ........ 89 Capítulo II ................................................................................. 99 LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN ............... 99 1. Los nuevos pueblos............................................................... 101 2. Dinámica de la población y grupos sociales. ........................ 104 3. Estructura de la población. ................................................... 110 5. El Régimen Administrativo de los nuevos pueblos. ............. 125 7. El factor humano: los colonos. ............................................. 137 Capítulo III.............................................................................. 149 ARQUITECTURA Y URBANISMO EN LOS PUEBLOS. 149 1. Características de los trazados de ordenación de los nuevos pueblos...................................................................................... 151 2. Las tipologías edificatorias. .................................................. 167 2.1. Las viviendas. ............................................................... 168 7 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano Capítulo IV .............................................................................. 173 LA POLÍTICA EDUCATIVA DEL INC.............................. 173 1. La Ley de Educación Primaria de 17 de julio de 1945. ........ 175 2. Las Escuelas Primarias Nacionales de Orient. Agrícola. ...... 181 2.1. La Junta Municipal de Enseñanza Primaria. ................. 194 2.2. Los Maestros de escuela en los nuevos pueblos .......... 196 2.3. El nivel cultural y la asistencia escolar.......................... 202 2.4. Los edificios escolares. ................................................. 207 3. Análisis de una Escuela de O.A.: el caso de Vivares. ........... 215 Capítulo V................................................................................ 223 SINGULARIDADES DE LOS NUEVOS PUEBLOS.......... 223 1. Conquista del Guadiana. ....................................................... 225 2. El Torviscal........................................................................... 233 3. Gargáligas. ............................................................................ 241 4. Hernán Cortés. ...................................................................... 253 5. Ruecas................................................................................... 263 6. Valdehornillos....................................................................... 269 7. Vivares .................................................................................. 273 Anexos ...................................................................................... 281 Bibliografía y fuentes documentales...................................... 289 Cuadros, gráficos, ilustraciones, tablas y fotografías........... 293 8 La política de colonización franquista en el término de Don Benito ABREVIATURAS A.D.P.B.: Archivo Histórico Provincial de Badajoz A.M.D.B.: Archivo Municipal de Don Benito Art. cit.: artículo citado BOE: Boletín Oficial del Estado BOPB: Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz E.O.A.: Escuela de Orientación Agrícola Ha.: Hectárea INC: Instituto Nacional de Colonización IRA: Instituto de Reforma Agraria IRYDA: Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario J.M.E.P.: Junta Municipal de Enseñanza Primaria Núm.: número Ob. cit.: obra citada p./pp.: página/páginas 9 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano 10 La política de colonización franquista en el término de Don Benito Prólogo Cuando me propusieron que prologara este libro, titulado “La política franquista en el término de Don Benito: su influencia en la transformación social y agrícola de la zona” no pude negarme, no sólo por el interés que tengo por el tema tratado, sino por la amistad y admiración que guardo por los autores de este trabajo de investigación, que ha sido merecedor de un accésit en el premio de investigación Santiago González del año 2010. Es preciso resaltar que este premio, año tras año, está contribuyendo de forma destacada a promocionar la cultura y el conocimiento de Don Benito y su comarca. Este trabajo aborda uno de los acontecimientos que más ha condicionado la realidad socio-económica de las Vegas del Guadiana. Los autores, en la introducción del trabajo, haciéndose eco de estudios previos, nos avisan de cual podría ser la situación de Don Benito de no haber sido por el “Plan Badajoz”. Según ellos Don Benito sería un pueblo venido a menos y en plena regresión demográfica, como les viene sucediendo a otras poblaciones de la provincia. El Plan Badajoz ha sido como se ha conocido el Plan de Obras, Colonización, Industrialización y Electrificación de la Provincia de Badajoz. El citado plan fue el resultado de la elaboración de un Plan de Ordenación Económico-Social de la provincia en el año 1945, motivado por una visita que realizó Franco a Extremadura para la inauguración de un canal en las Vegas Bajas del Guadiana. En esta visita el régimen franquista 11 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano pudo evidenciar la calamitosa situación social que atravesaba la provincia pacense. El presente trabajo que analiza el desarrollo del plan, desde sus inicios hasta el año 1975, se encuentra estructurado en cinco capítulos que permiten al lector seguir una lectura ordenada del texto. Todos los capítulos vienen encabezados por unos emotivos versos de Luis Chamizo, poeta que expresa como nadie la crudeza y la belleza de la Extremadura rural de la primera mitad del siglo pasado. El profesor Félix Rebollo Sánchez, estudioso de la trayectoria literaria de Chamizo, refiriéndose a la obra del poeta dice: "A esta tierra canta, quizás para olvidar y, al mismo tiempo, para señalar este trozo de geografía esquilmado y abandonado, donde el analfabetismo, la opresión, el paro ocupan lugar destacado. Son los frutos del latifundismo". Por tanto, podemos considerar que representa un gran acierto citar sus versos en una obra que trata de la transformación del agro extremeño a mediados del siglo XX. El trabajo además de riguroso y acertado podemos considerarlo completo; abarcando en sus cinco capítulos los aspectos más representativos del Plan Badajoz, como son: la transformación agrícola, la dimensión social, la arquitectura y el urbanismo, la política educativa del Instituto Nacional de Colonización (INC) y las singularidades en los nuevos pueblos. En la transformación agrícola del espacio se presta atención a los antecedentes históricos, haciendo un recorrido muy interesante que va desde las ideas regeneracionistas de 12 La política de colonización franquista en el término de Don Benito principios del siglo XX, que demandaban una mayor atención al desarrollo económico y cultural de la sociedad, “escuela y despensa”, hasta el decreto que aprobaba el Plan del Canal de Orellana en 1955. Una vez realizada la introducción histórica los autores nos desvelan los distintos planes que se engloban dentro del Plan Badajoz, así como el asentamiento de los colonos y sus relaciones con el INC, donde podemos encontrarnos con elementos tan característicos como: la libreta del colono, el período de tutela, el período de propiedad. Elementos que nos ayudan a conocer la realidad del proceso colonizador. En el segundo capítulo, a través del análisis de la estructura y dinámica de la población, los grupos sociales y la definición del régimen administrativo de los pueblos, podemos acercarnos a la realidad social del proceso de colonización. Quizás el urbanismo de los pueblos de colonización sea su factor más característico. El perfecto orden y trazado de las calles, así como la tipología de las viviendas nos ayudan a diferenciar a simple vista un pueblo de colonización del resto de los pueblos extremeños. Según nos recuerdan los autores, los estudios de las características urbanas de los pueblos de colonización son prácticamente inexistentes, presentando un campo muy amplio sobre el que desarrollar futuras investigaciones. La educación es un factor clave en el desarrollo del proceso colonizador. Por tanto, se hacía imprescindible una revisión de la política educativa como la que se presenta en el capítulo cuarto. 13 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano Podemos concluir que estamos ante un trabajo apasionante, que analiza uno de los periodos de la historia que más ha incidido en la configuración actual de las Vegas del Guadiana. Nunca antes se había producido un cambio tan importante en la estructura de la producción agraria, tanto en lo que respecta a la distribución de la propiedad como a la puesta en valor de las tierras gracias al regadío. Con sus luces y sus sombras los efectos del Plan Badajoz explican de forma concisa y clara el desarrollo económico y social de las Vegas del Guadiana. Desarrollo que ha permitido a Don Benito y su área de influencia situarse dentro de las zonas más productivas de Extremadura. José Antonio Gutiérrez Gallego 14 La política de colonización franquista en el término de Don Benito 1. Introducción La tradición agrarista y colonizadora llevada a cabo a lo largo de los últimos siglos en España, sobre todo a partir de los ministros ilustrados de Carlos III durante la segunda mitad del siglo XVIII, se verá continuada en el siglo XX. En nuestra zona de estudio contamos con un claro ejemplo de esa política colonizadora cuando Fernando VII concede, en 1827, a un centenar de vecinos de Don Benito la formación de la nueva población de Santa Amalia en unos baldíos comuneros ubicados en los términos de Don Benito y de Guareña. Se trata del último intento de colonización interior puesto en práctica, que venía a dar respuesta a la secular demanda de tierras para cultivar por parte de los vecinos más modestos de Don Benito. El siguiente período en el que se vuelven a retomar viejos proyectos colonizadores en esta zona está relacionado con la política llevada a cabo por el nuevo régimen franquista, a través del Instituto Nacional de Colonización, a partir de la segunda mitad del siglo XX. La situación social y económica de Don Benito, justo antes de ponerse en marcha el Plan Badajoz, distaba mucho de ser boyante. Es más, podemos afirmar que poco había cambiado con respecto a la que presentaba durante la centuria decimonónica en lo que se refiere a la estructura de la propiedad agraria o a la preeminencia de unos sectores sociales sobre otros. Así, la excesiva concentración de la propiedad de la tierra en un reducido número de personas, el elevado número de trabajadores del campo dependientes de un 15 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano jornal y la escasa población activa dedicada a los sectores secundarios y terciarios, eran notas características de esa sociedad rural y agraria. Por lo que respecta al ámbito educativo local, otro de los objetos de este estudio, baste decir que se apreciaba una clara deficiencia en la oferta educativa, con una falta evidente de escuelas y maestros, consecuencia de lo cual, el nivel de analfabetismo existente en la localidad era muy elevado.1 Todo este sombrío panorama comienza a cambiar con la aprobación del Plan Badajoz en el año 1952 que supuso importantes mejoras, no sólo para la localidad de Don Benito, sino también para los cientos de familias que, procedentes de otros puntos de la región extremeña, se trasladaron a vivir a los nuevos pueblos de colonización creados bajo la tutela del Instituto Nacional de Colonización. Y es que, la política de colonización franquista tuvo una gran influencia en el término municipal de Don Benito, tanto desde el punto de vista de la transformación agraria como por la creación de nuevos pueblos, como tendremos ocasión de comprobar. Así, las actuaciones desarrolladas por el INC en el término de Don Benito dieron lugar a la aparición de ocho nuevos pueblos: Conquista del Guadiana, El Torviscal, Gargáligas, Hernán Cortés, Ruecas, Valdehornillos, Vivares y Zurbarán. En el caso del núcleo de Zurbarán, a pesar de que de sus 2.838 1 Algunos datos sobre el estado en que se encontraba la localidad de Don Benito en la década de los años 50, así como la incidencia que supuso el Plan Badajoz, puede verse en SOTO VALADÉS, D.: “El Plan Badajoz en Don Benito”, en Actas I Congreso Nacional sobre Desarrollo Rural y Agrario en las Vegas del Guadiana. Cáceres, 2004, pp. 26-38. 16 La política de colonización franquista en el término de Don Benito ha, 2.400 ha pertenecían al término de Don Benito y tan sólo 438 ha al de Villanueva de la Serena, pasó finalmente, en 1978, a depender de ésta última localidad. Por ese motivo, al no depender actualmente de Don Benito, no ha sido desarrollado en este trabajo como el resto de pueblos, auque sí citado en numerosas ocasiones. En la actualidad, seis de esas nuevas poblaciones creadas al amparo del INC han pasado a ser Entidades Locales Menores mientras que una, Conquista del Guadiana, sigue siendo pedanía, y todas ellas dependientes administrativamente de Don Benito como núcleo matriz. Esta investigación abarca, cronológicamente, desde el inicio del Plan Badajoz hasta su finalización definitiva, es decir, desde 1952 hasta 1975, aunque hemos tenido que remontarnos algunos años antes del inicio del Plan para conocer el marco legal y la política hidráulica que se intentó llevar a cabo. Las fuentes documentales básicas que han sido utilizadas para la elaboración de esta investigación proceden, en su mayoría, del Centro de Estudios Agrarios de la Consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura, de la Biblioteca del Ministerio de Agricultura y del Archivo Municipal de Don Benito. Estas fuentes primarias, básicas para este estudio, han sido complementadas con la bibliografía disponible, así como con una amplia variedad de fuentes hemerográficas que al final relacionamos. La documentación sobre los pueblos de colonización de Don Benito existente en el Centro de Estudios 17 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano Agrarios de la Consejería de Agricultura es muy abundante, aunque hay grandes diferencias según de qué pueblos se trate.2 Creemos que la realización del presente estudio está suficientemente justificada ante la carencia casi absoluta de investigación histórica sobre el proceso colonizador en los pueblos pertenecientes al término de Don Benito. Hasta ahora contábamos tan sólo con algunas referencias a los mismos en publicaciones generales, pero sin ahondar en los objetivos que aquí se persiguen: conocer la influencia que la aparición de estos pueblos tuvo, tanto desde el punto de vista agrícola, como social.3 En última instancia, estamos convencidos de que la historia de Don Benito es también la historia de sus “desconocidos” pueblos de colonización. El impacto de la colonización franquista en Extremadura arrojó luces y sombras, pero es cierto que el Don Benito de hoy, la Extremadura actual, no es posible entenderla en toda su extensión sin el estudio de la colonización llevada a cabo a partir de la segunda mitad del siglo XX. Con este trabajo, por tanto, queremos contribuir a un mejor conocimiento de la historia de Don Benito y, por extensión, de Extremadura, en su etapa más reciente que, atendiendo a la producción bibliográfica existente, no ha sido objeto de una gran atención investigadora. 2 El núcleo con un mayor número de documentos es El Torviscal (96 documentos), le siguen Gargáligas (91), Ruecas (71), Hernán Cortés (67), Vivares (59) Conquista (27) y Valdehornillos, que tan sólo dispone de 7 documentos. 3 Una de las pocas referencias existentes, pero centrada en las Vegas Altas, fue el Congreso celebrado en Don Benito en 2003 y cuyos estudios se publicaron en Actas I Congreso Nacional sobre Desarrollo Rural y Agrario en las Vegas del Guadiana. Cáceres, 2004. 18 La política de colonización franquista en el término de Don Benito Está fuera de esta investigación abordar la polémica cuestión sobre el éxito o fracaso del Plan Badajoz. No obstante, tal y como han puesto de manifiesto algunos investigadores que han profundizado en el estudio de los efectos de la colonización franquista en Extremadura, todo parece indicar que la pretensión de crear auténticas empresas agrarias y de transformación no se ha conseguido4, aunque no cabe duda que la extensión del regadío y la transformación del espacio agrario, con la aparición de un nuevo parcelario y nuevos núcleos de población, son realidades visibles que el citado Plan trajo consigo. El hecho de dejar el desarrollo industrial de la zona en manos de la iniciativa privada puede considerarse, seguramente, como uno de los defectos del Plan Badajoz. Es evidente que la obra colonizadora llevada a cabo por el régimen franquista en el término de Don Benito fue decisiva para el desarrollo económico y social de la localidad. Tanto la transformación agrícola, con la extensión del regadío y el aumento de la producción y productividad agraria, como el asentamiento de un elevado número de familias en los nuevos pueblos, supuso una mejora considerable en sus condiciones de vida. Lo que sí resulta más visible es que, como resultado de la política colonizadora franquista, hemos asistido a una 4 JUÁREZ SÁNCHEZ-RUBIO, C. y RODRÍGUEZ CANCHO, M.: “Efectos de la política de colonización en el regadío de Extremadura: balance y perspectiva”, en VV.AA: Historia y evolución de la colonización agraria en España. Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Secretaría General Técnica, vol. II, pp. 35-59. 19 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano importante modificación del paisaje agrario tradicional en el término de Don Benito. Así, ha aparecido un nuevo parcelario, muy diferente de las antiguas dehesas de pasto y arbolado de encina que caracterizaban la zona regable; nuevos cultivos destinados a la agroindustria de transformación en detrimento de los cereales tradicionales; una nueva estructura de las explotaciones, así como nuevas relaciones sociales, fruto de la creación de los núcleos de población. Es destacable, por último, el importante cambio experimentado en la estructura de la propiedad de la tierra con el aumento de pequeños propietarios que cultivan directamente sus parcelas. En este sentido, las palabras que escribía A. Baigorri hace ya treinta años son, en cierto modo, una buena conclusión de los efectos del Plan Badajoz sobre estas tierras: “Gracias a los riegos la población ha sido retenida en Vegas Altas, incluida el área VillanuevaDon Benito. Sin los regadíos, estas dos grandes ciudades que hoy compiten con Badajoz no habrían ido mucho más allá que Castuera o Herrera del Duque, por poner dos ejemplos de ciudades venidas a menos”.5 No quisiéramos acabar esta introducción sin reconocer nuestro agradecimiento a los responsables y encargados de los diferentes registros y archivos que tuvimos necesidad de consultar por su amabilidad y disposición a colaborar. En este sentido, la ayuda prestada por el personal del archivo del 5 BAIGORRI, A. et al.: “La gestión del agua”, en GAVIRIA et al., El modelo extremeño. Ecodesarrollo de la Siberia y La Serena, 1980, pp. 151-171, ref. en p. 165. 20 La política de colonización franquista en el término de Don Benito Centro de Estudios Agrarios de la Junta de Extremadura, especialmente Domingo Cáceres, es digna de destacar. Del mismo modo, queremos agradecer las facilidades dadas por Ana Isabel Rosas García, directora del CEIP “Ntra. Sra. de Guadalupe” de Vivares, para consultar la documentación allí custodiada. De igual manera, nuestro agradecimiento a don Agustín Mohacho, director de la Biblioteca Pública Francisco Valdés de Don Benito, por hacernos más accesible la consulta de los fondos hemerográficos. De manera muy particular queremos mencionar aquí a esos vecinos de los pueblos de colonización que con sus testimonios, de indudable valor histórico, han venido a enriquecer este trabajo, aportando el lado más humano de la colonización, un aspecto éste que los documentos escritos nunca hubieran podido proporcionarnos. Por ello, este estudio va dedicado a todos ellos. Un recuerdo especial para nuestro querido amigo don Miguel Ángel Suárez Álvarez, profesor de Historia en el IES Cuatro Caminos, que nos proporcionó una interesantísima documentación pero, sobre todo, por los consejos y apoyos que nos brindó desde el mismo momento en que comenzamos este ilusionante proyecto. Por último, como no podía ser de otra forma, queremos manifestar nuestra deuda con nuestras mujeres Candi Peña, Maite García y Felisa Rodríguez, sin cuyo apoyo la tarea de escribir este libro hubiera sido, sin ninguna duda, mucho más complicada. Un reconocimiento especial para Felisa Rodríguez, pues su participación en este trabajo ha sido 21 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano excepcional y desinteresada, contribuyendo de forma notable al enriquecimiento del mismo. Para terminar, nuestro gratitud hacia los miembros del jurado del X Premio de Investigación “Santiago González” por haber concedido a esta obra el accésit. A la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Don Benito, encarnada en la persona de don Manuel A. Núñez García, por considerar que esta obra reunía la calidad suficiente para ser publicada en la colección del fondo editorial. A las entidades convocantes del certamen, Ayuntamiento de Don Benito, Asociación Cultural y Recreativa Círculo de Artesanos y a la Asociación de Amigos de la Cultura Extremeña, nuestro apoyo para que sigan fomentando este tipo de iniciativas culturales que, sin lugar a dudas, enriquecen a los pueblos y permanecen en el imaginario colectivo de sus gentes. 22 La política de colonización franquista en el término de Don Benito Capítulo I La transformación agrícola del espacio “Jue´n la joya de las Torbiscas una siesta, cuando´l sol achicharraba; una siesta qu´entumía los sentios el bochorno de la calda; sin arrullos de las tórtolas ni continos sonsonetes de chicharras, sin triníos de cogutas y sin roncos gurrapeos de las ranas; una siesta pa dormía baj´un chopo, panz´arriba, junt´al agua. Luis Chamizo: “La juerza d´un queré” 23 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano 24 La política de colonización franquista en el término de Don Benito 1. Antecedentes históricos del Plan Badajoz. Sin ánimo de ser exhaustivos en la búsqueda de antecedentes históricos, hay que reconocer que, tradicionalmente, se ha visto en las ideas del Regeneracionismo y, más concretamente, en los postulados del aragonés Joaquín Costa, la base de lo que se ha venido en denominar “política hidráulica”. Con el conocido lema “escuela y despensa”, se resumía el sentir de una gran parte de la intelectualidad española de principios del siglo XX que abogaba por la regeneración política del país, al tiempo que demandaba de los poderes públicos una mayor atención al desarrollo económico y cultural de la sociedad. Es ahí, en la cultura y en el desarrollo económico, donde el ideario regeneracionista pondrá toda su atención. Conscientes de la necesidad de reducir las tasas de analfabetismo existentes, defendieron el fomento de la enseñanza primaria gratuita, “escuela”, como uno de los medios fundamentales para alcanzar el progreso. La instalación de nuevas escuelas, así como las mejoras en las condiciones laborales y profesionales de los maestros estarán presentes en sus escritos. Al mismo tiempo, cuando utilizaban el término “despensa” lo hacían tras analizar la realidad de la época, caracterizada por la presencia del hambre entre una amplia capa de la población, el paro, una deficiente estructura de la propiedad agraria y estancamiento económico. De ahí que fuera necesario, entre otras medidas, la intensificación del regadío. 25 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano En este contexto, en 1902, durante el Gobierno de Sagasta, se aprobaba el primer gran proyecto para llevar a cabo la extensión del regadío en España. Obra del Ministro Rafael Gasset, aunque parcialmente modificado en los años 1916 y 1919, estaba destinado a poner en riego cerca de un millón y medio de hectáreas, muchas de ellas, ubicadas en la provincia de Badajoz, concretamente 406.602 ha. De hecho, dentro de dicho Plan se incluía, con el número 30, el llamado “Plan Cijara”. No obstante, hubo que esperar hasta el año 1921 para que fuera redactado el primer proyecto de la presa de Cijara sobre el río Guadiana, en el límite de las provincias de Badajoz y Cáceres, aunque no se comenzaron las obras. A finales de agosto de 1907 se promulgaba la Ley de Colonización y Repoblación Interior auspiciada por el Ministro de Fomento, Augusto González-Besada, y más conocida por ese motivo como “Ley Besada”. Ya en su primer artículo, podemos ver claramente los principales objetivos con los que nacía la citada Ley y que pasaban, entre otras cosas, por repartir tierras incultas pertenecientes al Estado entre familias de labradores pobres: Artículo 1º. Tiene por objeto esta ley arraigar en la Nación a las familias desprovistas de medios de trabajo o de capital para subvenir a las necesidades de la vida, disminuir la emigración, poblar el campo y cultivar tierras incultas o deficientemente explotadas”. 6 6 Ley de Colonización y Repoblación Interior, BOE núm. 251, de 8 de septiembre de 1907, pp. 1.009-1.010 26 La política de colonización franquista en el término de Don Benito Pero, como ha sido puesto de manifiesto, la efectividad de la Ley de 1907 fue escasa en la práctica, puesto que fruto de su aplicación se crearon tan sólo 18 Colonias agrícolas en tierras de ínfima calidad, que ocupaban 11.243 hectáreas y en las que estaban instaladas 1.679 familias.7 La Ley de 1907, así como todos los organismos creados a su amparo, fueron suprimidos con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera. Durante estos años, lo único destacable en la materia que nos ocupa fue la creación, en 1926, de las Confederaciones Hidrográficas a propuesta del ingeniero Manuel Lorenzo Pardo, quien luego tendría gran influencia en la política hidráulica republicana. Con el advenimiento de la Segunda República y la aprobación de la Ley de Reforma Agraria de septiembre de 1932, se retomaban viejas ideas regeneracionistas en cuanto a la necesidad de aumentar la producción y productividad agraria mediante el regadío. En este sentido, la creación del Instituto de Reforma Agraria (IRA) fue un destacado impulso puesto que perseguía, entre otras cosas, un extenso proyecto de colonización y puesta en riego de tierras en la provincia de Badajoz. Un ejemplo de esto que decimos lo constituye la decisión adoptada por el Consejo de Ministros de 10 de mayo de 1952 que autorizaba la construcción del pantano del Cijara. Fue el ingeniero Manuel Lorenzo Pardo quien, en 1933, presentaba en las Cortes un ambicioso plan pero que, por motivos diversos, no tendrá gran incidencia en la práctica. 7 GÓMEZ AYAU, E.: “Reforma agraria y revolución campesina en la España del siglo XX”, en Revista de Estudios Agrosociales, núm. 77, 1971, pp. 7-53, ref. en p. 15 27 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano Aquí encontramos, sin embargo, los trabajos de construcción de la presa de Cijara que, iniciados en febrero de ese mismo año, quedaron inconclusos por el estallido de la Guerra Civil y, posteriormente, objeto de grandes destrozos. A pesar de las escasas realizaciones prácticas que contemplaba el plan de Lorenzo Pardo, lo cierto es que se convertiría, años después, en la base de la política hidráulica del franquismo. Una vez finalizada la contienda fratricida se crea, en octubre de 1939, el Instituto Nacional de Colonización (INC), dependiente del Ministerio de Agricultura, que desde sus inicios se presentará a la opinión pública española como la institución que habría de llevar a cabo la tan añorada reforma, tanto social como económica de la tierra. Y es que, como algunos investigadores han señalado, el Instituto Nacional de Colonización nace en realidad durante la Guerra Civil con el nombre de Servicio Nacional para la Reforma Económica y Social de la Tierra, lo cual da muestras de los objetivos sociales y económicos que se proyectaban conseguir.8 El desarrollo legislativo que el nuevo régimen puso en práctica comenzó con la Ley de Bases de 26 de diciembre de 1939 para la Colonización de Grandes Zonas Regables9. Esta Ley constituye el primer paso en materia de legislación agraria del período franquista, afectando directamente a las estructuras 8 VILLANUEVA PAREDES y LEAL MALDONADO, J.: “La planificación del regadío y de los pueblos de colonización”, en Historia y Evolución de la Colonización Agraria en España. Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; Ministerio para las Administraciones Públicas; Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, vol. III., 1988, p. 23. 9 Ley de Bases para colonización de grandes zonas, BOE, núm. 25, de 25 de enero de 1940, pp. 628-634 28 La política de colonización franquista en el término de Don Benito agrarias. Su finalidad primordial era la de llevar a cabo un vasto programa de colonización y puesta en riego de extensas zonas del territorio nacional que, según se apuntaba en el propio texto legal, redundaría en beneficios económicos y sociales para regiones económicamente deprimidas, a la vez que mejoraría las condiciones de vida de un buen número de españoles. No obstante, su vigencia fue corta ya que otra Ley, promulgada en abril de 1949, vino a derogar, en gran medida, lo contenido en la misma. Un Decreto de julio de 1943 autorizaba al INC para la compra de determinadas fincas al objeto de extender la colonización10. A juicio de Pérez Rubio, debieron ser muchas las ofertas de ventas de grandes fincas por parte de sus dueños puesto que, tan sólo dos años más tarde, aparecía un nuevo Decreto11 por el que se establecían criterios más selectivos de compra y se suspendía temporalmente la admisión de fincas. Según este investigador, a finales de 1944 se habían ofrecido 317 grandes fincas, con una superficie de 268.000 hectáreas, estando localizadas la mayoría de ellas en Andalucía y Extremadura.12 En abril de 1946 aparece un nuevo texto legal que ampliará el intervencionismo del Estado en materia agraria y que va a 10 Se trata del Decreto de 23 de julio de 1942 aparecido en el BOE núm. 218, de 6 de agosto de 1942, p. 5.820 11 Decreto de 5 de julio de 1944, por el que se dictaban normas para la compra y parcelación de fincas por el INC, aparecido en el BOE núm. 208, de 26 de julio de 1944, pp. 5.703-5.705 12 PÉREZ RUBIO, J.A.: Yunteros, braceros y colonos: la política agraria en Extremadura (1940-1975). Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Serie Estudios, 1995, p. 379. 29 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano tener gran repercusión en nuestra zona de estudio. Se trata de la Ley de Expropiación de Fincas Rústicas por Interés Social13. En el preámbulo de la Ley se recogía el interés social como causa justificativa para llevar a cabo las citadas expropiaciones. Una vez expropiadas, esas fincas eran objeto de parcelación o colonización y deberían ser entregadas a nuevos propietarios o colonos en un intento de solucionar, se decía, los graves problemas sociales existentes. No se pretendía, afirmaba, abordar los numerosos aspectos de una honda reforma agraria, sino dar solución a los problemas sociales del campo mediante la expropiación de fincas rústicas. Según se contemplaba, quedaban exceptuadas de la expropiación forzosa las fincas explotadas en cultivo directo y personal, así como aquellas que por su ejemplar explotación se considerasen modelo. También se exceptuaban las fincas que hubieran sido puestas en riego por su propietario, de ahí que bastantes dueños de fincas de tamaño mediano y grande procedieron a solicitar las correspondientes autorizaciones para captar agua de los ríos inmediatos a sus predios. Los propietarios de fincas incluidas en una zona regable tenían derecho a una reserva en ellas que no serían objeto de expropiación. La modulación aplicada por el INC era diferente según la extensión de la finca: si la finca tenía menos de 30 ha los dueños continuaban con toda la propiedad; si la extensión 13 Ley de Expropiación de Fincas Rústicas por Interés Social, BOE núm. 118, de 28 de abril de 1946, pp. 3.087-3.091. Esta misma Ley fue publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz (en adelante BOPB) en el número 101, del día 6 de mayo de 1946. 30 La política de colonización franquista en el término de Don Benito de la finca se encontraba entre 30 y 120 ha, se les reservaban 30 ha; por último, los propietarios con más de 120 ha podían solicitar la excepción y mantener, por tanto, la propiedad del 25 por ciento de la superficie. Aunque la Ley contenía numerosos puntos de interés, hay que referirse a uno de los temas más controvertidos de la misma: el referido al valor de los terrenos a expropiar. El justiprecio de cada finca objeto de expropiación lo realizaban dos peritos: uno nombrado por el propietario de la finca y otro designado por el INC. Para realizar la tasación se tenían en cuenta una serie de criterios: valor catastral de la finca, renta obtenida en el último quinquenio y el valor en venta. El precio definitivo se fijaba siempre que la diferencia entre las dos tasaciones no excediese del 5 por ciento del precio fijado por el perito del INC. Si no fuera así, el Juzgado de Primera Instancia nombraba un tercer perito que emitía su informe. Posteriormente, el INC dictaba resolución atendiendo a los informes emitidos por los tres peritos. Una nueva Ley de expropiación por interés social saldrá a la luz a finales de 195414 que venía a derogar la anterior de 1946. Pues bien, atendiendo a los datos aportados por Lamo de Espinosa, el número total de fincas expropiadas hasta principios de 1955 ascendió a 103, con una superficie de 67.876 ha, de las que se encontraban en Extremadura 22.922 14 Nos estamos refiriendo a la Ley de 16 de diciembre de 1954 sobre expropiación forzosa que fue publicada en el BOE del día 17, pp. 8.261-8.278 31 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano ha, es decir, casi el 34 por ciento de la superficie total, y por las que el INC pagó la suma de 339.915.174 pesetas. 15 Pocos años antes, la Ley de 21 de abril de 1949 sobre Colonización y Distribución de la Propiedad de las Zonas Regables16 reconocía que la colonización proyectada se estaba realizando a un ritmo mucho más lento del inicialmente previsto. De ahora en adelante, todas las colonizaciones de alto interés nacional que se llevaran a cabo se realizan teniendo en cuenta esta ley, convirtiéndose, de esta manera, en el marco legal de las futuras actuaciones del INC. La importancia de esta Ley radica, como bien ha apuntado Pérez Yruela, en que con su puesta en marcha se tendió a repartir tierra entre jornaleros o pequeños propietarios de las zonas puestas en riego por el Estado17. Para algunos autores, su promulgación marcó el inicio de un nuevo período en la política colonizadora franquista al que han denominado “modelo reformista” y que duraría hasta el año 1951.18 Pues bien, una vez declarada una zona de alto interés nacional, el INC llevaba a cabo la redacción del Plan General de Colonización de la zona regable correspondiente. En el 15 LAMO DE ESPINOSA, E.: “La expropiación forzosa de fincas rústicas por causas de interés social a través de la jurisprudencia”, en Revista de Estudios Agrosociales, núm. 10, enero-marzo de 1955, pp. 16 Ley de Colonización y Distribución de la Propiedad de las Zonas Regables BOE núm. 112, de 22 de abril de 1949, pp. 1.805-1.812. Esta Ley fue publicada en el BOPB en varios números aparecidos los días 1, 2, 4, 6, 7, 8 y 9 de junio de 1949. 17 PÉREZ YRUELA, M.: “La reforma agraria en España”, en GÓMEZ BENITO, C. y GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, J. J. (eds.): Agricultura y sociedad en la España contemporánea. Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación-Centro de Investigaciones Sociológicas, 1997, p. 898. 18 JUÁREZ SÁNCHEZ-RUBIO, C. y RODRÍGUEZ CANCHO, M.: “Efectos de la política de colonización...” art. cit., p. 36. 32 La política de colonización franquista en el término de Don Benito mismo se regulaban todos los aspectos necesarios para poner en regadío las nuevas tierras. En el caso que nos ocupa, el Plan del canal de Orellana, fue aprobado por Decreto de 17 de junio de 1955 y en el mismo nos detendremos más adelante. Queremos concluir este apartado con una acertada reflexión, que queremos hacer nuestra, hecha por el profesor López Martos, en el sentido de que las viejas propuestas regeneracionistas sobre la extensión del regadío que los Gobiernos republicanos retomaron, pero que no pudieron llevar a la práctica, fueron ejecutadas en gran medida por la dictadura franquista19. El postulado costista “escuela y despensa”, como remedio a los problemas seculares de España, especialmente los relacionados con la gestión y planificación del agua adquiere, de nuevo, gran protagonismo en tierras dombenitenses durante las primeras décadas del régimen franquista, aunque bajo un nuevo discurso acorde, lógicamente, con el régimen político existente. 19 LÓPEZ MARTOS, J.: “Función socioeconómica de las obras públicas”, en Ambienta: La revista del Ministerio de Medio Ambiente, núm. 65, 2007, pp. 14-23. 33 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano 2. El Plan Badajoz En el año 1945 Franco, con motivo de la visita que hizo a la provincia de Badajoz en el mes de diciembre, encargó la elaboración de un Plan de Ordenación Económico-Social de la provincia, que es un claro precedente de lo que luego conoceremos popularmente como “Plan Badajoz” (Plan de Obras, Colonización, Industrialización y Electrificación de la Provincia de Badajoz). Una Orden de 11 de septiembre de 1951 creaba una Comisión Técnica Mixta encargada de elaborar el Plan Coordinado de obras, colonización, industrialización y electrificación de las Vegas del Guadiana en la provincia de Badajoz. En esos momentos se encontraban muy avanzadas las obras de construcción del embalse de Cijara (finalizarían a primeros de enero de 1956) y casi terminadas las de la zona regable de Montijo: “La preocupación nacional de dar solución en plazo inmediato a los problemas sociales de paro que tiene planteados la provincia de Badajoz obliga a acelerar en lo posible la realización completa del Plan de riegos de las vegas del Guadiana…”20 El Plan Badajoz, aprobado por la Ley de 7 de abril de 195221, según se recogía en el preámbulo, nacía de “la 20 BOE núm. 258, de 15 de septiembre de 1951, p. 4.276 Ley del Plan de Obras, Colonización e Industrialización de la Provincia de Badajoz, BOE núm. 99, de 8 de abril de 1952, p. 1.587. 21 34 La política de colonización franquista en el término de Don Benito preocupación de solucionar los problemas sociales planteados en España por medio de un aumento de la riqueza nacional” y se marcaba como objetivo inicial llevarlo a cabo en un plazo de 14 años, es decir, hasta 1965, aunque por circunstancias diversas, como las dos ampliaciones que sufrió, no finalizaría, oficialmente, hasta el año 1975. Entre los objetivos que perseguía el citado Plan Badajoz destacaban la regulación del río Guadiana, la transformación de unas 105.000 ha en regadío y su posterior colonización, y un proceso doble de electrificación e industrialización. Para ello, se proyectó la construcción de los pantanos de Cijara (capacidad 1.500 millones m3), Puerto Peña (contraembalse del Cijara, con 447 m3), Orellana (1.000 millones) y Zújar (248 millones). El plan de industrialización comprendía el establecimiento de nuevas industrias, unas dedicadas expresamente para las obras de colonización y, otras, para la transformación de los productos agrícolas y ganaderos. El proyecto de ley presentado a las Cortes cifró el coste del Plan Badajoz en 5.374 millones de pesetas, de los que 2.612 millones correspondían al capítulo de obras públicas, 1.799 millones para transformación agrícola y colonización, 163 millones para trabajos de repoblación forestal y el resto, unos 1.000 millones de pesetas, para acondicionamiento de la deficitaria red de transportes. 35 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano Ilustración 1. Localización de las zonas regables de las Vegas del Guadiana El Ministro de Obras Públicas, Fernando Suárez de Tangil, más conocido como conde de Vallellano, exponía ante las Cortes algunas de las razones por las que se había proyectado el Plan Badajoz. Comenzaba su intervención reconociendo los graves problemas sociales y económicos que padecían los habitantes de la provincia, que se traducían en un elevado paro estacional motivado, en parte, por el hecho de que tan sólo se cultivaba el 32 por ciento de la superficie agraria. Y terminaba haciendo referencia a la política redentora y paternalista típica del régimen franquista con las siguientes palabras: “Cuando pasados estos años hayan cuajado en realizaciones nuestros proyectos, nuestros hijos o nietos podrán decir: Nuestros antecesores por seguir 36 La política de colonización franquista en el término de Don Benito fidelísimamente las consignas de ese inmenso estadista que se llamó Franco, pudieron laborar con obras de eficacia indiscutible que tiene mayor valor que las más bellas palabras, por la unidad, la grandeza y la libertad de España, que fue siempre el único ideal de su actuación política”.22 El proceso de planificación llevado a cabo por el INC comenzaba la declaración de urgencia de las obras e instalaciones del Plan Badajoz. Seguía luego por los Estudios de Viabilidad y contemplaba una serie de Planes que sucesivamente deberían aprobarse y llevar a la práctica. El Ministerio de Agricultura, mediante Decreto de 26 de julio de 1946, declaraba de Interés Nacional la colonización de las zonas regables de los pantanos de Cijara y del Zújar23. Las zonas afectadas por el canal de la presa de Orellana y por el canal del Zújar comprendían parte de los términos municipales de Miajadas, Villanueva de la Serena, Rena, Villar de Rena, Don Benito, Santa Amalia, Medellín y Guareña, que ocupaban una superficie total de 42.460 hectáreas. Habrá que esperar hasta el año 1955 para que vea la luz el Plan General de Colonización de la zona regable por el Canal de Orellana, mientras que el Plan General del Zújar se aprobaría algo más tarde, en abril de 1963. En ambos, se delimitan las áreas de influencia y se detallan las obras 22 23 Diario Los Sitios, 6 de abril de 1952, p. 7 BOE núm. 229, de 17 de agosto de 1946, pp. 6.331-6.332 37 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano públicas que iban a realizarse, entre otros aspectos que luego veremos. El Plan Coordinado de Obras del Canal de Orellana se dividirá en dos fases: en la primera, puesta en marcha en la primavera de 1957, afectaba a una parte de la zona regable, mientras que la segunda, más extensa, fue puesta en marcha a finales de ese mismo año. Este documento tiene una mayor concreción que los anteriores y es el que más influyó en el término municipal de Don Benito. El Plan Coordinado del Zújar, como hemos comentado, se retrasará en el tiempo y afectará en menor medida al término dombenitense, como luego tendremos ocasión de comprobar. Pues bien, una vez llegados a este punto, el siguiente paso consistía en el proyecto de parcelación de cada uno de los sectores en que se había subdividido la zona regable. Más tarde, el Decreto de puesta en riego de los distintos sectores era el punto final a todo el proceso de colonización. 38 La política de colonización franquista en el término de Don Benito 3. El Plan General de Colonización del canal de Orellana. El 17 de junio de 1955 el Ministro de Agricultura, Rafael Cavestany, firmaba el Decreto por el que se aprobaba el Plan General de Colonización de la zona Regable por el canal de Orellana24. Dicho Plan había sido redactado por el Instituto Nacional de Colonización conforme al artículo 4º de la Ley de 21 de abril de 1949, antes comentada. Entre las directrices que guiaban el citado Plan podemos destacar las siguientes: La zona regable por el canal de Orellana ocupaba una extensión de 77.300 ha, comprendiendo parte de los términos municipales de Navalvillar de Pela, Orellana la Vieja, Acedera, Villar de Rena, Villanueva de la Serena, Rena, Don Benito, Medellín, Santa Amalia, Guareña y San Pedro de Mérida, todos ellos en la provincia de Badajoz. También afectaba a los términos de Madrigalejo, Alcollarín, El Campo, Miajadas y Almoharín, pertenecientes a la de Cáceres. La zona regable se subdividía en varios sectores, entre los que citamos los nuevos pueblos de colonización que se proyectaron en el término de Don Benito: • Subzona A. Esta zona ocupaba los terrenos comprendidos entre el canal de Orellana y los ríos Guadiana, Ruecas y Gargáligas, que abarcaba una extensión de 8.800 24 Plan General de Colonización de la Zona Regable de Orellana, BOE núm. 186, de 5 de julio de 1955, pp. 4.045-4.052. Toda la información que exponemos sobre las zonas afectadas por el canal de Orellana proceden de esta fuente directa. 39 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano hectáreas. En este sector se encontraba bastante avanzada la construcción de la nueva población de Valdivia y se proyectó la construcción de los nuevos pueblos de Huerta del Guadiana y Ruecas, ambos en término de Don Benito. • Subzona B. Terrenos delimitados por el canal de Orellana, los ríos Gargáligas y Ruecas, con una superficie de 6.100 hectáreas. En este espacio se proyectó la construcción de los núcleos de Zurbarán y El Torviscal. • Subzona C. Terrenos situados entre el canal de Orellana y los ríos Ruecas y Alcollarín, con una superficie de 6.330 hectáreas. Ilustración 2. Zona regable del Canal de Orellana Fuente: Centro de Estudios Agrarios. Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural de la Junta de Extremadura. 40 La política de colonización franquista en el término de Don Benito • Subzona D. Terrenos limitados por el canal de Orellana, los ríos Alcollarín y Ruecas y el arroyo de Matapeces, con una extensión de 7.560 hectáreas, hallándose incluidos en esta subzona los pueblos de Rena y Villar de Rena. • Subzona E. Terrenos comprendidos entre el canal de Orellana, arroyo Matapeces, ríos Ruecas, Guadiana y Búrdalo y arroyo del Hornillo, con superficie de 19.530 hectáreas. En esta zona se encontraba el pueblo de Santa Amalia y se diseñó la construcción de tres nuevos núcleos: Vivares, Hernán Cortés y Valdehornillos. • Subzona F. Terrenos situados entre el canal de Orellana, arroyo del Hornillo y río Búrdalo, con una extensión de 4.485 hectáreas. • Subzona G. Terrenos delimitados por el canal de Orellana, ríos Búrdalo y Guadiana y arroyo de la Fresneda, con superficie de 11.005 hectáreas. En esta zona se proyectaron los pueblos de Conquista del Guadiana y Alonso de Ojeda. • Subzona H. Terrenos comprendidos entre el canal de Orellana, canal secundario número dos y ríos Cubilar y Gargáligas, con extensión de 2.990 hectáreas. Aquí se ubicaría, posteriormente, el nuevo núcleo de Gargáligas. • Subzona I. Terrenos situados entre el canal de Orellana, canal secundario número tres y ríos Cubilar y Gargáligas, con superficie de 7.005 hectáreas. • Subzona J. Terrenos comprendidos entre la traza del canal de Orellana, canal secundario número cuatro y río 41 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano Ruecas, con superficie de 865 hectáreas. En esta subzona se encontraba enclavado el pueblo de Madrigalejo. • Subzona K. Terrenos delimitados por la traza del canal de Orellana, canal secundario número cinco y río Ruecas, con superficie de 2.630 hectáreas. Las obras necesarias para la transformación en regadío y colonización de la zona regable por el canal de Orellana se clasificaron en varios tipos: a) Obras de interés general para la zona: • Entre las numerosas obras que afectaban a los nuevos regadíos podemos destacar las grandes obras hidráulicas de la presa de Cijara, que estaba ya prácticamente terminada; el contraembalse de Puerto Peña; la presa de embalse y derivación de Orellana que estaba en construcción, así como una extensa red de acequias y desagües. Otras obras tenían que ver con la red de caminos generales y vecinales entre los principales núcleos de población, así como la culminación de la línea del ferrocarril entre Villanueva de la Serena y Talavera de la Reina. • Caminos generales; defensa de márgenes y protección contra las crecidas de los ríos Guadiana, Gargáligas, Cubilar, Ruecas, Alcollarín y Búrdalo. • Abastecimiento de agua potable, alcantarillado, acometida de energía eléctrica y obras de pavimentación en los nuevos núcleos urbanos que debían construirse. • También se incluían en el Plan la construcción de edificios sociales: administrativos, casa y almacén para la 42 La política de colonización franquista en el término de Don Benito Hermandad sindical, iglesia y casa rectoral, escuelas y viviendas de maestros, consultorio y vivienda del médico, etc. • Repoblaciones forestales en masa, bosquetes de protección en los nuevos pueblos. b) Obras de interés común para los sectores en que se subdividían las subzonas consideradas: • Redes de acequias, desagües y caminos rurales necesarios para el acceso a las distintas unidades susceptibles de riego. • Obras de nivelación, planeamiento y abancalamiento de terrenos. • Plantaciones lineales. c) Obras de interés agrícola privado: • Viviendas y dependencias agrícolas para los colonos en los nuevos núcleos de población, así como en las parcelas cuando estas queden fuera del área de influencia de aquéllos. Se consideraban como obras e instalaciones complementarias: • Viviendas con locales para comercios y artesanías en los nuevos pueblos. • Nuevas industrias agrícolas. • Centros de formación de colonos. Las obras de interés general y de interés común eran proyectadas y ejecutadas por los Ministerios de Obras Públicas y de Agricultura de forma conjunta. Por su parte, las obras de interés agrícola privado fueron ejecutadas por el INC o por los particulares, según proyectos presentados y que debían ser aprobados por el citado organismo. Por lo que respecta a los nuevos núcleos de población, hay que decir que se proyectó la construcción de 19 poblaciones, 43 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano además de la finalización del núcleo de Valdivia. Estos nuevos pueblos eran los de Huerta del Guadiana, Ruecas, Zurbarán, Torviscal, Vivares, Hernán Cortés, Alonso de Ojeda, Conquista del Guadiana y Gargáligas (dentro del término de Don Benito), Pizarro (en El Campo), Cijara y Puebla de Alcollarín (en Villar de Rena), Casar de Miajadas (en Miajadas), Valdehornillos y Yelbes (en Santa Amalia), Orellana del Caudillo y Torrefresneda (en Guareña), Vegas Altas (en Navalvillar de Pela) y Los Guadalperales (en Acedera). La ubicación aproximada que se pensó para cada uno de los pueblos localizados en el término de Don Benito era como sigue: - Huerta del Guadiana. En la subzona A, a un kilómetro al Sur del camino de Orellana de la Sierra a Orellana la Vieja. - Ruecas. También en la subzona A, al Norte y en las proximidades de la variante de la carretera nacional 430, en el tramo de Santa Amalia a Valdivia. - Zurbarán. En la subzona B, al Norte del arroyo de la Balsa y al Este del camino de Madrigalejo a Mata. - El Torviscal. También en la subzona B. - Vivares. En la subzona E, al Oeste del “camino del Molino Nuevo” a “Arenillas”. - Hernán Cortés. En la subzona E, al Norte e inmediato a la variante de la carretera nacional 430. - Valdehornillos. En la subzona E, términos de Santa Amalia y de Don Benito, en el camino de Santa Amalia a Miajadas. 44 La política de colonización franquista en el término de Don Benito - Conquista del Guadiana. En la subzona G, a quinientos metros a la izquierda de la carretera N-V, a la altura del punto kilométrico 305. - Alonso de Ojeda. En la subzona G, en las proximidades del cruce del camino del “Cuadrado de Almoharín” a Santa Amalia con la línea divisoria de las provincias de Cáceres y Badajoz. - Gargáligas. En la subzona H, en las proximidades del vado del “camino del Tamborilero”, al sur del río Gargáligas. La situación definitiva de los nuevos pueblos, no obstante, quedó definida en el Plan Coordinado de Obras que debía redactarse posteriormente y en el que luego nos detendremos. Este Plan contemplaba que se llevaría a cabo en dos fases: la primera, que comprendía las subzonas A, B, H, I y J, que afectaba a los pueblos de Ruecas, Zurbarán, El Torviscal y Gargáligas; y la segunda, las restantes, que por lo que se refiere al término de Don Benito afectaba a los núcleos de Vivares, Hernán Cortés y Valdehornillos (Subzona E) y Conquista del Guadiana (Subzona G). Por otro lado, atendiendo a la productividad de la tierra, y a efectos de la aplicación de los precios máximos y mínimos en secano abonables a los propietarios, se establecieron las siguientes clases para las tierras afectadas por el canal de Orellana: a) Clase primera. Labor primera. • Color rojizo, gran fertilidad, mucho fondo, consistencia media, textura franca. Son tierras que admitían el cultivo de año y vez, con barbecho semillado en el 50% como mínimo. 45 J. A. Ruiz Rodríguez, J. C. Pulido Gómez, Fco. Javier Caballero Babiano Sólo se encontraban en los términos de Acedera y Madrigalejo. • Color blanco amarillento, buena fertilidad, mucho fondo, sueltas, textura franco-arenosa. Susceptibles de cultivo de año y vez con barbecho semillado hasta el 50% como máximo. Estas tierras se localizaban en las vegas comprendidas entre los ríos Ruecas y Guadiana, hasta el límite de los términos de Don Benito y Villanueva de la Serena. b) Clase segunda. Labor segunda. • Tierras de vega, con fertilidad media, sueltas, con predominio de arena, susceptibles de cultivo de año y vez, semillando el barbecho como máximo el 50% sin cultivar. Correspondía con las tierras de vega de la finca Encomienda, en Villanueva de la Serena, y otras zonas de los términos municipales de Acedera y Navalvillar de Pela. c) Clase tercera. Labor tercera • Tierras de vegas de poca fertilidad, profundas, ligeras, textura arenosa, susceptible de cultivo de año y vez con barbecho blanco, o bien en giros de tres y cuatro hojas. Eran las tierras que más abundan en la zona regable por el canal de Orellana. d) Clase cuarta. Labor cuarta • Tierras que no eran susceptibles de cultivo regular, con suelo de poco espesor, abundancia de elementos gruesos y cubiertas, en general, de monte bajo. e) Clase quinta. Pastos 46 La política de colonización franquista en el término de Don Benito • Se trataba de tierras sin suelo que no podían cultivarse. Los pastos de esta zona eran también pobres por tratarse de formaciones rocosas. Uno de los apartados que tuvieron bastante repercusión entre muchos propietarios de tierras afectadas por el Plan de Colonización del canal de Orellana tenía que ver con las unidades de explotación, según se tratase de “Tierras en reserva”, de “Tierras en exceso” o “Tierras exceptuadas”. Las “Tierras en reserva” eran las tierras que quedaban en poder del propietario después del proceso de expropiación o cesión al INC. Así, se dispuso que en las tierras que se reservasen a los propietarios las unidades de explotación serían de extensión variable, pero ajustadas a la parcelación técnica de la zona. Por su parte, las “Tierras en exceso” eran las que quedaban en poder del INC dentro de la zona que había sido declarada de Interés Nacional y que constituirán, posteriormente, las parcelas que serán entregadas a los colonos. Pues bien, en las tierras declaradas en exceso, la superficie de cada uno de los tipos de unidades fue la siguiente: unidad de tipo medio (mínima de 4 a 5 hectáreas; máximo de 8 a 10 hectáreas). Al huerto familiar, por su parte, se le asignaban hasta 40 centiáreas. Por último, las “Tierras exceptuadas” eran las que el INC no declaraba en exceso por encontrarse en aquellos momentos regadas o cultivadas intensamente por sus dueños. En cuanto a los criterios y normas para la selección de los colonos, hay que decir que se tuvieron en cuenta aquellas 47