Estudios en terapia de arte expresivas

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Agosto de 2015
Boletín nº1
boletin
SIENDO
TESTIGOS
DEL
PODER
TRANSFORMADOR
DEL
ARTE
CONTENIDO
Historia de TAE
Estudios en terapia de artes expresivas
modalidad semi presencial
La terapia de artes expresivas
y los desafios y recursos del Perú.
Área de acompañamiento terapéutico.
Las artes expresivas
y el trabajo con comunidades
Agosto de 2015
HISTORIA DE TAE
La historia de TAE
Historia de los inicios de Tae Peru
JUDITH ALALU
“
No sabíamos qué hacer, dónde vivir, pero
había que tomar una
decisión y ésta tenía
que ver con un sueño
que soñamos juntos de
regreso en el tren de
Suiza.
”
Contar la historia de los inicios de Tae Peru , es recordar como ésta se
fue tejiendo en el encuentro con personas y momentos inesperados.
Quizá lo que sucedió al centro de ésta historia nos haga recordar el
valor de buscar siempre lo que hace sentido para uno mismo y la
importancia de confiar en la incertidumbre propia de la vida.
Alrededor de 1994 estaba estudiando Psicología en la Pontificia
Universidad Católica del Perú, me encontraba en el patio de la facultad
leyendo los anuncios que siempre se publicaban sobre congresos,
talleres y cursos. Fue entonces que leí algo así como “ Charla de
Musicoterapia a cargo de Pepe Barcenas” . Sentí que el anuncio
despertó algo que había estado dormido pero que formaba parte
de mi. Siempre había estado ligada al arte desde chica, la música
y la pintura más adelante, me acompañaron y me nutrieron mucho.
Comienzo entonces a pensar en que existía la posibilidad de integrar lo
que había elegido como carrera con el arte que tanto me inspiraba.
Se fue creando un vínculo de amistad y aprendizaje muy intenso
con Pepe y en el camino surge el Centro para el desarrollo de las
Terapias de Arte. El equipo estuvo conformado por Ximena Maurial,
Martin Zavala, Luz María Garrido Leca, Mathilde Hall, Milagros Meza
entre otros. Fue un equipo diverso que aportaba desde el saber de
cada uno y en el que nos unía nuestro interés de trabajar con las
Artes en Terapia. Mathilde se había formado como dramaterapeuta,
Luz María era arte terapeuta y Pepe Barcenas era músico y psicólogo
habiendo integrado hace varios años ambas disciplinas en el trabajo
psiquiátrico con pacientes.
Unos años después (1998) tengo el deseo de seguir profundizando
y formándome, fue entonces que decido viajar a Buenos Aires a un
curso de Musicoterapia, donde conozco a varios musicoterapeutas y
los diversos enfoques que tenían en su trabajo con pacientes. Conozco
a Romina Bernardini quien integraba un equipo de investigación en
Musicoterapia y enseñaba en la universidad de El Salvador. Fue un
año muy especial, algo se detuvo en el tiempo y paralelamente a
mis estudios, el arte estuvo al centro de mi vida: conciertos, talleres
de creación de títeres, clases de pintura, música , etc. También
experimenté un proceso de terapia con un musicoterapeuta que me
hizo valorar cada vez más la importancia de usar otros lenguajes,
como la música en ese momento, en el bienestar humano.
De regreso a Lima vuelvo a formar parte de lo que termina siendo “El
Equipo de Terapias de Arte” integrado por Pepe Barcenas, Mariana
Santistevan, Milagros Meza y Paola Quevedo. Tuve la oportunidad de
trabajar en el colegio Ann Sullivan, en la clínica Caravedo con pacientes
psiquiátricos y posteriormente con personas de la tercera edad en un
hogar de ancianos de la comunidad Judía.
Después de algunos años, llegó el momento de separarme nuevamente
del Equipo de Terapias de Arte y emprender mi propio rumbo. Sabía
que quería seguir profundizando en el uso de las artes en terapia. En
un primer inicio la música estuvo al centro de ésta exploración pero
ahora me encontraba con el deseo de integrar otras posibilidades
artísticas. Es así como por causas del azar decido visitar a una muy
buena amiga en Toronto. Un día conversando con un amigo de ella
le comento de mi interés y me cuenta que su padre, un reconocido
psicoanalista, era muy amigo del director de una escuela de terapia de
arte en la ciudad y que me recomendaba ir a conversar con él.
Fue así que llegué unos días después a la casa de Stephen Levine y
Ellen Levine. Recuerdo la amabilidad con la que me acogieron y la
cálida conversación que tuve ese día con Ellen. Ella me contó del Isis
Canada ( escuela de Terapia de Artes Expresivas) que dirigían, pero
sabía que sería difícil para mi el hecho de tener que trasladarme a
vivir a Toronto. Sin embargo existía una alternativa. Ellen veía que yo
ya había hecho un recorrido bastante amplio e interesante en Perú
y me comentó que había un programa independiente en Suiza, que
estaba hecho justamente para personas como yo que ya tenían una
Agosto de 2015
HISTORIA DE TAE
licenciatura y un trabajo previo desde las
artes en terapia. Me propuso cumplir algunos
requisitos como las lecturas de algunos libros
y la realización de un ensayo así como asistir
a un congreso de Terapia de Artes Expresivas
en la ciudad de Albany, en Nueva York.
Meses después y habiendo ya comprado mi
pasaje a Nueva York, ocurre el atentado de
las torres gemelas. Fue un momento muy
difícil, mis padres no querían que viaje en
éste contexto, sin embargo había en mi una
intuición muy grande en que algo nuevo se
abriría y tenía que necesariamente hacerlo.
Cuando llegué a Nueva York al día siguiente
del atentado, visité a mi amiga y compañera
de universidad , Monica Prado. Ella estaba
estudiando en el Laban Bartenief Institute of
Movement Studies. Aproveché para visitar su
escuela y pasar un tiempo con ella pudiendo
conversar antes de irme a Albany, de lo que
significaba estar en esos momentos de
miedo, fragilidad y caos donde toda la ciudad
estaba sufriendo el impacto del terror y
compartir con ella lo que habían significado
estos estudios para ella.
En Albany me reencontré con Steve y Ellen,
conocí a Paolo Knill, Markus Alexander y
otros terapeutas de Artes Expresivas. El dolor
estaba presente en todos, sin embargo la
posibilidad de crear belleza desde éste lugar
y poner las artes al centro de la experiencia
fue sin duda lo que me inspiró y marcó
la decisión de continuar por éste camino.
Decido hacer los estudios de Maestría en
Terapia de Artes Expresivas en el European
Graduate School (EGS) en Suiza.
El EGS una universidad en medio de los
Alpes, un lugar de encuentro y diversidad,
de aprendizaje intenso, me fue cautivando y
enamorando. La cercanía de los profesores,
su metodología de enseñanza, el intercambio
de alumnos con sus múltiples saberes, un
país que me remontaba a mis orígenes
europeos, un encuentro con el disfrute de
hacer arte.
Sentía que mi alma había encontrado su
lugar. Pude hacer grandes amistades y tener
encuentros maravillosos. Mi corazón estaba
feliz y las tres semanas intensas que viví
fueron muy enriquecedoras.
Decido irme a vivir a Madrid y así estar
cerca de Suiza para los veranos intensivos.
Es así como conversando con mi amigo
José Miguel Calderon, que se encontraba
terminando sus estudios de Maestría en
Teoría Psicoanalítica en Londres, surge la
idea de encontrarnos en Suiza. Jose estaba
haciendo su tesis sobre psicoanálisis y
música y sabía que el EGS le encantaría por
la gran sensibilidad que tenía con las artes.
Jose llegó de visita pero al parecer no le
tomó mucho tiempo en decidir que él quería
estudiar también allí.
Fue así que un año más tarde decidimos
postular los dos al programa de doctorado
y hacer el CAGS (Certificate of Advance
Graduate Studies). Los dos andábamos
cautivados por los estudios. Paralelamente se
fue construyendo una relación de amor que
surgió a la misma vez que estudiábamos.
Nos “casamos” en Saas Fee (pequeña ciudad
idílica donde se ubica el EGS) en un ritual
liderado por Steve Levine junto a todos
nuestros compañeros del CAGS . Fue un
momento mágico, espiritual y conmovedor.
Regresamos de Suiza a Londres, donde
Jose Miguel aún vivía. No sabíamos qué
hacer, dónde vivir, pero había que tomar una
decisión y ésta tenía que ver con un sueño
que soñamos juntos de regreso en el tren de
Suiza. Crear una institución en Perú donde se
pueda estudiar Terapia de Artes Expresivas.
Ya habíamos conversado con Paolo Knill y
él había mostrado un interés particular por
que había vivido muchos años en el Perú. La
idea le pareció fascinante y siempre estuvo
dispuesto a ayudarnos con este sueño junto
a Steve y Ellen Levine. Llegamos a Lima
con muchas ganas e inspiración, fuimos a
dar charlas a las universidades e iniciamos
un primer curso introductorio en Terapia
de Artes Expresivas. Este curso se fue
repitiendo en el tiempo y la convocatoria
empezó a crecer.
Decidimos convocar a todos los que
habíamos estado conectados con las Artes
en Terapia y proponer un encuentro de
estudios. Ximena Maurial a quien conocí
desde el Centro para el Desarrollo de las
Terapias de Arte, se había seguido formando
en movimiento Auténtico y Danza Terapia,
Monica Prado ya había regresado de
estudiar en Nueva York, Pilar Sousa había
justo regresado de Estados Unidos de haber
estudiado Arte Terapia y Pepe Barcenas
continuaba con el Equipo de Terapias de Arte.
Nos reuníamos a leer y compartir las ideas
de la Terapia de Artes Expresivas y aunque
algunos venían de otros acercamientos, la
filosofía y visión de la TAE fue interesando a
casi todos. Luego de un tiempo coincidimos
en el interés de crear una formación .
Años más tarde, un nuevo reencuentro
sucede con la llegada de Martín Zavala, que
había estado haciendo un curso de terapia de
artes en Dinamarca y regresaba de Londres
en su interés también por el psicoanálisis. Ya
habíamos vivido juntos algunas experiencias
en la época del Centro para el Desarrollo de
las Terapias de Arte y había trabajado junto a
Monica Prado . Ahora la vida nos volvía a unir
para seguir creando.
Estos fueron los inicios, los tejidos que
se fueron hilvanando, las sincronías en el
tiempo de todos aquellos que en un momento
coincidimos en nuestra pasión por hacer
del arte y la terapia un matrimonio posible.
Ahora TAE Perú ya cumple 10 años. Solo me
queda agradecer a todos los profesores ,
alumnos y personal administrativo quienes
hicieron posible que este sueño se haga
realidad. Gracias por tanta entrega, confianza
y sensibilidad que han hecho de la casa TAE
un lugar de aprendizaje, vivencias, creación,
amor e inspiración permanente.
Agosto de 2015
ESTUDIOS SEMIPRESENCIALES
Estudios en terapia
de arte expresivas
Modalidad Semi Presencial
MÓNICA PRADO
El corazón de TAE Perú está en la educación, ahora luego de 10 años lo podemos nombrar con claridad. Si bien todos quienes creamos esta bella
propuesta somos terapeutas y nuestro ejercicio fundamental inicialmente era el trabajo de acompañamiento a otros desde la terapia de artes, en
cualquiera de sus ramas, hoy estamos dedicados principalmente a la labor docente. A como guiar y acompañar a otros a ingresar al universo de las
artes expresivas para crecer, para desplegar su interior, saludable y creativamente, para escuchar su propia voz y así acompañar a otros luego.
El deseo inicial fue que otros pudieran trabajar terapéuticamente desde las artes expresivas, que muchas personas se vean beneficiadas de la
posibilidad de acercarse a su dolor desde el lugar de la creación. De hecho, ese sigue siendo el objetivo, sin embargo en el camino nos dimos cuenta
que el mejor ejercicio terapéutico residía en la educación.
La formación en Terapia de artes expresivas empezó cargada de interés terapéutico, en ese entonces, todo revestido de los confines del consultorio
y con una gran influencia de la psicología. De pronto el compromiso de formar gente fue tomando un lugar central en nuestro quehacer cotidiano
y esa sed de aprendizaje que siempre tuvimos cada uno de nosotros de manera individual se torno en algo grupal y colectivo. Ahora el aprendizaje
estaba relacionado a como acompañar a otros en su proceso de aprender a acompañar. Parecía diferente y sin embargo era similar. Verdaderamente
fue análogo y sobretodo artístico y emocional. Poco a poco todo fue mostrándose con claridad, nuestra aproximación terapéutica estaba presente en
nuestra labor docente. Desde ahí se fue labrando un cuerpo de conocimiento, un pensamiento conjunto, un hacer cotidiano sostenido por la emoción.
Todos nosotros hemos tenido la labor de crear nuestro propio aprendizaje en el campo del arte la salud y la transformación. Hemos tenido que
salir fuera en busca del conocimiento, como si fuera una conquista personal, había un sueño fuera, lejos de casa, donde residía el secreto de la
transformación, de la posibilidad sanadora del arte. Para cada uno de nosotros el camino ha sido largo y comprometido, caminos satisfactorios y
llenos de retos. Regresar a casa con las semillas del conocimiento, con los tesoros saludables de diferentes partes del mundo fue absolutamente
productivo, un encuentro de personas afines que se tornó en amistades entrañables y hoy en una familia.
Con esta familia hemos construido una casa, una casa de estudios, que dialoga con el anima mundi y que abre su estancia para quienes quieren
seguir en la ardua labor de acercarse al conocimiento del ser humano, de su dolor, de su expresión saludable en el mundo y de su misterio.
Hoy luego de 10 años y de haber plantado y resguardado esas semilla que trajimos de fuera, miramos hacia dentro de nuestra casa y encontramos
que estamos listos, que eso que trajimos de fuera se mezclo con lo que teníamos aquí, lo vimos con otros ojos, lo escuchamos con el corazón más
sano y es lo que hoy se ha tornado en una propuesta latinoamericana de Terapia de artes expresivas. Estamos listos para recibir a otros buscadores
que como alguna vez nosotros, deben salir de sus ciudades y países en busca de su aprendizaje.
Este año entonces hemos iniciado nuestro programa de Estudios en Terapia de Artes Expresivas en la modalidad semi presencial. Un programa que
tiene el espíritu de nuestras experiencias personales de aprendizaje en diferentes partes del mundo y especialmente en Saas Fee Suiza, que es
nuestro lugar común. Un programa en formato semi presencial de días continuos que con mucho cariño ponemos a disposición de la comunidad
Peruana y Latinoamericana para seguir creciendo juntos.
Estamos presentes en Perú, Latinoamérica y en el mundo.
Bienvenidos!
LA TAE Y LOS DESAFÍOS Y RECURSOS DEL PERÚ
La terapia
de artes
expresivas
y los
desafíos y
recursos
del Perú
JOSÉ MIGUEL CALDERON
¿CÓMO ES HACER
TERAPIA DE ARTES
EXPRESIVAS EN EL
PERÚ? ¿PUEDE
NUESTRA DISCIPLINA
HACER FRENTE A
LOS DESAFÍOS QUE
AFRONTAMOS COMO
SOCIEDAD? ¿CÓMO LA
RIQUEZA HISTÓRICA
Y CULTURAL DE
NUESTRO PAÍS,
PUEDEN ENRIQUECER
NUESTRA PRÁCTICA?
SON PREGUNTAS
ESENCIALES QUE
NOS HEMOS
VENIDO HACIENDO
PROFESORES Y
ALUMNOS DESDE QUE
EN EL 2005 FUNDAMOS
TAE PERÚ.
Durante estos 10 años hemos tenido la
oportunidad de explorar estas preguntas en las
diversas experiencias de docencia, supervisión
y acompañamiento terapéutico que hemos
tenido en los múltiples talleres, seminarios
y trabajos que hemos podido desarrollar. Los
alumnos han planteado varias preguntas al
respecto y han esbozado diversas hipótesis.
Hemos sido testigos también del extraordinario
trabajo que desarrollan varias instituciones
en todo el país que trabajan desde las artes
en un contexto de transformación social
donde también se plantean las preguntas
mencionadas. Inclusive desarrollamos un
seminario en el Cusco donde pudimos
explorar el encuentro entre la terapia de artes
expresivas y la riqueza cultural de los andes.
Agosto de 2015
¿Qué podemos hacer los terapeutas de artes
expresivas frente a esta situación? Aquí
puede ayudarnos la ética del encuentro que
la palabra quechua tinkuy nos abre. El tinkuy
(encuentro) alude al vínculo que se da entre
dos polos contradictorios o complementarios.
Es un encuentro que puede resultar violento,
como cuando dos ríos se unen, pero que trae
la esperanza de que surja algo nuevo. El tinkuy
favorece el movimiento entre los opuestos y
la posibilidad de una coexistencia, donde las
diferencias no generen destrucción sino más
bien enriquecen nuestra vivencia.
Producto de todas estas experiencias es que
llego a esbozar algunas respuestas en mi
reciente tesis de doctorado en Terapia de
Artes Expresivas: “Tinkuy: El Encuentro entre
la Terapia de Artes Expresivas y la Imaginería
Peruana” que realicé en el European Graduate
School, Suiza. Considero este trabajo una
cristalización de toda labor realizada estos
años conjuntamente con profesores , alumnos
y ex alumnos. En este primer boletín que
conmemora nuestro décimo aniversario,
quisiera nombrar algunas de las conclusiones a
las que llego en la tesis.
En el trabajo que desarrollamos los terapeutas
de artes expresivas debemos considerar lo que
denomino la imaginería peruana. Es decir los
recursos imaginarios del lugar donde vamos a
facilitar una experiencia de artes expresivas:
la geografía del lugar, los mitos historias o
leyendas que existen, las artes tradicionales
presentes, la visión del mundo que tienen las
personas con las que vamos a trabajar. Es
considerar en nuestro trabajo lo que James
Hillman llama el ánima mundi o lo que en
nuestra cultura andina se denomina “pacha”.
Sin embargo existe un desafío en poder
aprovechar la “imaginación de nuestra
pacha”. Siguiendo las ideas del sociólogo
peruano Aníbal Quijano, las sociedades
latinoamericanas están inmersas en lo que
el denomina la “colonialidad del poder”. Es
decir, las consecuencias de la conquista donde
unos pocos dominan a las mayorías siguen
presentes. Seguimos entrampados en el abuso,
destrucción y sometimiento que instauró
Pizarro en su encuentro con Atahualpa en
Cajamarca. Así la imaginería de nuestra tierra,
las artes y la riqueza cultural de nuestro país,
nuestras formas propias de ser y estar, está
también colonizada.
Este disloque con nuestra pacha nos enferma
como individuos y sociedad ya que le estamos
dando la espalda a una gran fuente de
recursos imaginarios que nos permitirían salir
de manera auténtica del trauma instaurado en
la conquista.
Esto mismo fue lo que inició José María
Arguedas con su propuesta de denunciar las
diferencias existentes en nuestra sociedad y
dar a conocer la belleza de nuestra cultura.
Su obra es una propuesta estética frente a
la colonialidad del poder que él encarnó. No
buscó anular completamente ni responder
violentamente a lo que Pizarro inauguró.
Tampoco idealizó el legado de Atahaulpa
como muchos pretenden al proponer un
regreso a la “gloria del imperio Incaico”. Su
propuesta fue un tinkuy post moderno entre
lo que representan las imágenes de Pizarro y
Atahualpa y buscar así una manera creativa de
convivencia para encontrar una nueva forma
de estar entre los peruanos.
Los terapeutas de artes expresivas podemos
continuar con la obra iniciada por Arguedas.
Estamos llamados, en el trabajo con nuestros
pacientes, grupos y comunidades, a realizar
el tinkuy con nuestra pachaimagienria para
salir del entrampamiento de la colonialidad del
poder y liberar el gran potencial existente en
nuestra capacidad colectiva de imaginar.
Agosto de 2015
ÁREA DE ACOMPAÑAMIENTO
Área de acompañamiento
terapéutico
Individual y grupal en TAE Perú.
XIMENA MAURIAL
TAE Perú cumple 10 años. Momento propicio
para detenernos y mirar el camino recorrido
y todo lo construido.
Nuestra casa ha ido creciendo y
diversificándose. Se ha ido llenando de
nuevas voces y miradas.
En la actualidad nuestra labor principal es la
formación de terapeutas. Junto a esta labor
fueron emergiendo en el tiempo, diferentes
espacios que poco a poco se han ido
fortaleciendo.
Uno de esos espacios es el Área de
Acompañamiento Terapéutico.
Este espacio fue surgiendo de una necesidad
natural de continuar acompañando procesos
de transformación personal ubicando el arte,
la imaginación, el juego y la creatividad en el
corazón de las sesiones.
Personas de diferentes edades fueron
acercándose a nuestra casa para pedir
un espacio personal o grupal donde
poder mirarse desde nuestra filosofía y
aproximación a la salud.
El espacio de Acompañamiento individual
se inició hace 5 años bajo la coordinación
de Mónica Prado y el espacio de
acompañamiento grupal con niños de 4 a
9 años (distribuidos por edad) lo empecé a
organizar hace 3 años.
Es este año que he asumido la coordinación
del área de Acompañamiento en su totalidad.
En un inicio fuimos los 5 socios de TAE
Perú quienes empezamos a acompañar los
espacios terapéuticos, lo maravilloso ha sido
que luego nuestros alumnos graduados o en
camino a hacerlo, se fueron sumando a esta
labor.
Es decir muchos alumnos formados en
nuestra casa ahora forman parte del grupo
de terapeutas que acompañan procesos
de formación y cambio. La imagen que
ha surgido de esta experiencia es la de
un espiral en continuo movimiento y
crecimiento, los que fueron alumnos ahora
son colegas.
Este espiral en crecimiento va entrelazando
círculos de cuidado, presencia,
responsabilidad y disposición al encuentro.
Círculos donde el despertar los sentidos y
facilitar la expresión artística son esenciales.
“Al acompañarte,
te miro.
Al mirarte
te descubro.
Al descubrirte
me descubro
en tu mirada.
Creamos juntos
un espacio.
Nos encontramos
dispuestos a algo nuevo”
En la actualidad son 21 terapeutas formados
en TAE Perú quienes nos acompañan en
esta labor, contamos con su compromiso,
entusiasmo y auténtica disposición, ellos son:
Silvia Acosta, Carmen Aldana, Cecilia Antúnez
de Mayolo, Alejandra Bonilla, Rosario Bringas,
Lourdes Carlín, James Chaytor, Maite Cortez,
Shirey Documet, Fernando Escudero, Carmen
Aída Febres, Cristina Gutiérrez, Soledad
Hamman, Mariana Hupiu, Víctor Miró
Quesada, Luisa Montero, Elisabeth Osses,
Tania Pezo, Mane Romero, Verónica Roque,
Fabián Schiaffino.
El trabajo que ellos realizan a su vez es
continuamente acompañado en espacios de
supervisión que garantizan una formación
continua, donde el arte también es
protagonista.
Es un orgullo observar y estar presente en
el proceso de maduración profesional de
nuestros ex alumnos.
Ingresamos todos en un proceso de
transformación personal, el acompañar a los
alumnos es un permanente aprendizaje, un
reto y una responsabilidad grande, así como
una experiencia de mutuo crecimiento.
Paolo Knill (2,004) dice que: “para que un
encuentro profundo y transformador se dé se
necesita un espacio que pueda “contener”
las similitudes y las diferencias con respeto”.
“Y esto es cierto”, continúa, “para todos
los encuentros: los encuentros entre las
personas y sus pares, entre las personas
y su imaginación, entre las personas y
el arte, entre las personas y su llamada
“naturaleza”.
Los terapeutas de TAE estamos
continuamente conectados con el quehacer
artístico como parte de nuestra formación lo
que fortalece nuestro rol de acompañantes.
Cabe preguntarnos, ¿Qué es lo que se
espera de un acompañamiento desde las
artes expresivas, si todo encuentro como
dice Donald Winnicott (1988 ), es una
aventura?
Acompañar desde las artes expresivas es:
Cuidar, avanzar juntos, “estar con” sin tener
ninguna certeza de lo que va a suceder.
Recibir un gesto y darle un impulso para que
se transforme en un sonido, un trazo, una
palabra, un movimiento, una acción.
Es ser testigo, es crear juntos, es estar
presente, desde la mirada, la voz, la escucha
de lo que va sucediendo, así como escuchar
lo que nos trae lo creado, lo que llamamos
“el tercero”.
Es recibir con apertura las imágenes que
surgen, sean amables, perturbadoras, duras,
conflictivas.
Es resistir el dolor, el sufrimiento, aceptar
el silencio, recibir las lágrimas, cobijar el
sufrimiento, para poco a poco ir dándole una
forma.
Es compartir un estado de ánimo, es hacer
compañía, es estar presente, dispuestos a
crear y a no crear si es necesario. Construir,
“deconstruir” para volver a construir.
Es jugar e intentar, fallar y volver a empezar,
reconocer el recurso, valorar la debilidad, es
imaginar juntos.
Blanca Varela en su poema “Tallo de
Junco” publicado en su libro “El libro de
barro y otros poemas” nos describe desde
su poesía el profundo proceso de lo que
implica un encuentro verdadero, esencia de
todo proceso de acompañamiento. Finalizo
entonces con su poema.
Tallo de Junco
“¿Hay algún ref lejo de tu cara, en el
agua?
Si yo soy el agua, hay algún reflejo
de mí, en ti?
Si tú eres el agua,
y yo lo soy también,
¿Podemos identificarnos
mutuamente?
Si somos como se suceden
las gotas una tras otra,
como el fuego se hace
ceniza y las semillas rama
entonces, hay algún ref lejo de tu
cara en el agua,
si tú lo eres,
y lo soy yo también? ”
Blanca Varela
Bibliografía P. Knill, E. Levine, S. Levine. (2004) Principles and practice of Expressive Arts Therapy:
Towards a therapeutic aesthetic. Pag 75 - 169. London philadelphia
Winnicott, D.W. (1988) La Naturaleza Humana. Buenos Aires: Editorial Paidos.
LAS ARTES EXPRESIVAS EN LAS COMUNIDADES
Agosto de 2015
Las
artes
expresivas
y el
trabajo
con
comu_
nidades
Individual y grupal en TAE Perú.
MARTÍN ZAVALA
La Terapia de Artes Expresivas (TAE) probablemente es más conocida
por su trabajo terapéutico a nivel individual o con pequeños grupos,
sean grupos terapéuticos o grupos que asisten a talleres. La TAE, sin
embargo, ha estado cada vez más presente en el ámbito comunitario.
La imaginación, como esencia del trabajo de la Terapia de Artes
Expresivas, permite que los seres humanos nos pongamos en contacto
con nuestra capacidad creadora y de transformación. Esta cualidad
la hace particularmente relevante en el ámbito social al favorecer
a que las personas volvamos a conectarnos con nuestras propias
capacidades para actuar y responder, o rehacer, el mundo en el que
vivimos.
Este breve escrito se propone señalar algunos puntos básicos en
relación a la mirada que tiene la Terapia de Artes Expresivas en el
trabajo con comunidades.
Un punto de partida importante implica el reconocer los propios
supuestos que tenemos en relación a algunos conceptos vinculados al
campo terapéutico y artístico. Por ejemplo, qué es lo que entendemos
por cambio social, por aquello que favorece el bienestar y la salud,
lo que es bello, la manera en que se entreteje la cultura, entre otras
cosas.
Todas las disciplinas desarrollan una serie de principios que guían su
práctica y responden a un tiempo y a un conjunto de construcciones
sociales. El ámbito terapéutico, así, también responde a su tiempo en la
comprensión de aquello que define lo normal o patológico.
Resulta importante evaluar nuestros propios supuestos al respecto ya
que no hacerlo podría implicar, como señala Dan Hocoy (2007), el que
podamos perpetuar el orden social en base a nuestros propios valores
y presupuestos culturales. Este autor nos recuerda que las estructuras
en las que se basa una sociedad responden a relaciones sociales,
políticas y económicas, y por lo tanto a determinadas relaciones de
poder, que muchas veces se dan por sentadas. Dichas relaciones
tienden a privilegiar a un grupo particular de personas en desmedro de
otras, a perpetuar disparidades, a generar rupturas en las relaciones y
experiencias y a menospreciar la diferencia y la diversidad.
Para Hocoy (2007), este aspecto es especialmente importante en
el trabajo de terapeutas de arte ya que la neutralidad política y la
pasividad terapéutica solo servirían a las fuerzas omnipresentes
de opresión e injusticia. Este autor, siguiendo a James Hillman, nos
recuerda que elementos de la sombra de la sociedad se manifiestan
en sus instituciones y así también en la mente de los arte terapeutas.
Por ello, se hace necesario revisar aquellos aspectos marginalizados
de nuestra propia psique para no perpetuar situaciones injustas en
nuestro trabajo terapéutico.
La falta de atención a dichos aspectos puede devenir en la
organización y desarrollo de programas que dejan de lado la voz,
recursos y experiencia de la propia comunidad con la que se trabaja.
Como ejemplo de ello podemos citar a Derek Summerfield (1999),
quien critica algunos presupuestos que se encuentran detrás
de algunos programas para atender situaciones de stress post
traumático en zonas afectadas por la guerra en diversas partes del
mundo. Summerfield nos dice que estos programas muchas veces
no consideran la manera que tienen las propias comunidades de
restablecer la salud, favorecer el duelo y hacer uso de encuentros
sociales que poco a poco permitan atender el daño o favorezcan la
recuperación de la salud. Cuestiona el presupuesto, occidental, de que
la atención a las personas que han sido diagnosticadas como personas
traumatizadas implica verbalizar y ventilar las experiencias vividas.
Estas reflexiones nos invitan a considerar cuáles son los supuestos
que guían nuestra práctica, principalmente en relación a aquellos
temas que se encuentran manifiestos en sociedades y culturas
latinoamericanas como la discriminación, el racismo, la violencia,
la pobreza, la administración y acceso a los sistemas de salud, el
lugar de la “medicina alternativa” y su relación con la medicina
“oficial”, entre muchos otros. En nuestro propósito de colaborar a que
una determinada comunidad fortalezca o recupere su bienestar no
podemos asumir que esta comulgue con nuestros presupuestos, ideas
y posibles “verdades”.
Por otro lado, debemos reconocer que muchas veces somos vistos
como los expertos que llevamos soluciones a la comunidad. Y dentro
de esa perspectiva podemos desarrollar programas y actividades
que suponemos necesarias para el grupo humano con el que
trabajamos sin antes identificar, junto con la comunidad, cuáles son
las necesidades que se tienen y cuáles son los recursos con los que
cuentan para satisfacerlas. Es más, dentro de esta perspectiva no
llegamos a considerar que nuestro trabajo algunas veces no logrará
solucionar las dificultades existentes. Muchas veces nos cuesta aceptar
que nuestro esfuerzo permitirá (y no hay que tomarlo como “tan solo”)
identificar algunas vías para fortalecer aquello que la propia comunidad
considera se encuentra frágil, sin que esto signifique una solución o un
punto final a las dificultades que se hayan encontrado.
Las artes tienen la posibilidad de favorecer un encuentro. Un encuentro
profundo, donde tanto nosotros, terapeutas de arte, como la comunidad
traemos nuestra experiencia y conocimiento para juntos hacer algo que
permita atender las dificultades existentes. Cada quien con su propia
estética, con su propia vivencia de lo bello. Cada quien con su manera
de afrontar y de entender la vida, con su propia manera de acercase a
la salud, la paz, el conflicto, la enfermedad, entre muchos otros temas.
Nos hemos acercado a este aprendizaje permanente gracias a la
posibilidad de acompañar, en estos 10 años de TAE Perú, a diferentes
comunidades y grupos que buscan mejorar sus condiciones de vida.
A modo de ejemplo, podemos mencionar el acompañamiento a grupos
de jóvenes que trabajaban con niños y niñas de diferentes barrios
de Ica luego del terremoto del 2007 junto a Save The Children y la
Coordinadora de Derechos Humanos de Ica. Este trabajo nos permitió
conocer su manera de realizar actividades con los niños, niñas y
comunidades en general a fin de atender el impacto que el terremoto
había ocasionado. Primero, fue necesario atenderlos para que luego
ellos encuentren su propia manera de acercarse a las comunidades
a través de obras de teatro, pasacalles, títeres. Se llevaron a cabo
diversos talleres para hacer más efectivo su trabajo y acompañamiento.
Como parte del mismo proyecto, tuvimos la oportunidad de trabajar con
un grupo amplio de profesores de colegio que buscaban acompañar
emocionalmente a sus alumnos y poder hacer frente al impacto que el
terremoto había ocasionado.
Es dejar que
las imágenes
guíen nuestro
hacer arte
En Loreto, tomamos contacto con diversas instituciones que trabajan
con las artes en diferentes comunidades. La idea era propiciar el
intercambio de experiencias entre estas instituciones para que puedan
identificar sus capacidades al desarrollar sus programas y promover
espacios saludables en la ciudad. Este proyecto lamentablemente
no pudo desarrollarse debido a problemas de gestión en el gobierno
regional, institución que nos convocó. A pesar de ello, felizmente aun
mantenemos contacto con algunas de estas instituciones y seguimos
sorprendiéndonos por sus iniciativas y por su apuesta a la salud desde
las artes.
Tuvimos también la suerte de conocer de cerca el trabajo de
muchas instituciones que llevan el arte a diversas comunidades de
Lima. En un valioso programa desarrollado por la anterior gestión
de la Municipalidad de Lima, llamado Cultura Viva Comunitaria,
tomamos contacto con muchas iniciativas que apuestan por el poder
transformador del arte. Desarrollamos dos cursos para dar a conocer
algunos aspectos prácticos de la terapia de artes expresivas a fin de
que puedan potenciar el aspecto terapéutico en su labor.
Sentimos mucho agradecimiento a estos encuentros ya que nos
permiten nutrirnos de su experiencia y revisar permanentemente
nuestra práctica a fin de permitir que la comunidad recupere o
fortalezca su propia voz, su capacidad de responder al mundo, que
identifique y reconozca sus propios recursos y pueda verse a sí misma
con la capacidad suficiente de re-hacer y transformar las condiciones
de vida en las que se encuentra.
El rol del terapeuta de artes expresivas será el de conocer a la
comunidad con la que va a trabajar. Algunas personas sugieren tener
diferentes miradas de la comunidad en relación a la salud (lo normal,
lo patológico, las formas de curación, etc.), las artes (las diversas
estéticas, el rol de las artes en la comunidad, las celebraciones, las
fiestas, la forma en que se enseñan, etc.), la niñez (la crianza, el trato,
la educación, la familia, etc.), la espiritualidad (el rol de lo religioso, lo
sagrado, los rituales, etc.), entre otros.
No se trata, así, que nosotros impongamos una manera de crear, sino
de invitar a las personas a imaginar a través de diferentes maneras de
hacer arte llevándolas a cabo. Todo esto implica no ir con un programa
previamente armado. Si vamos con ideas preconcebidas o con un plan
organizado de antemano, lo que vamos a terminar haciendo es imponer
una forma de hacer las cosas en base a lo que suponemos es bueno
para las personas con las que vamos a trabajar. Se trata, como dijimos
anteriormente, de un encuentro, donde las artes ayudarán a que este
se genere y se sostenga.
Nuestra propuesta debe ser entendida como una invitación a crear,
donde lo que vaya a surgir es desconocido. Esto implica ir abiertos,
sin aferrarse a nada, sin presupuestos. Estar abiertos a la sorpresa, a
permitirnos estar en caos para posibilitar la llegada de un orden cuando
este deba llegar, sin anticiparnos a su llegada.
Esta experiencia nos ha permitido afirmar la disposición y actitud que
los facilitadores de artes expresivas deben ejercer en el encuentro
comunitario.
Esta disposición se halla dentro de lo que Paolo Knill (2005), creador
de la Terapia de Artes Expresivas, llama responsabilidad estética. Esta
responsabilidad está basada en el profundo involucramiento con lo
que puede emerger del proceso creativo. Es decir, ser artistas plenos.
Con la sensibilidad despierta y el amor entregado hacia la creación.
Es así que con la sensibilidad y el amor hacia lo que se está creando
podremos permitir que las artes se manifiesten en su verdadera
esencia, sin ideas preconcebidas, no partiendo desde la idea sino
desde el hacer.
Nuestro rol implica ingresar a un escenario donde nada está dicho,
donde somos incapaces de predecir y controlar lo que vaya a suceder.
Dejar de lado nuestro deseo omnipotente de controlar el resultado
de las cosas. Esto es “hacer sin hacer”, es estar en diálogo abierto
y sincero con las imágenes que vayan surgiendo y atendiéndolas
sin dirigirlas rápido y a destiempo hacia lo que uno cree ya posee
significado. Es dejar que las imágenes guíen nuestro hacer arte y es
saber despedirse de la imagen cuando ésta ha sido alcanzada. Es tener
fe en que una sorpresa pueda llegar sin que haya sido imaginada por
nadie, ni siquiera por nosotros mismos (Levine, 2011).
Esta manera de crear en el trabajo comunitario va a permitir que las
personas, tanto por la experiencia vivida como por la reflexión que de
ésta se derive, se puedan reconectar con los recursos que cuentan
para atender y enfrentar los problemas existentes. La experiencia
artística habrá permitido que se tenga consciencia de algunas
posibilidades antes inexploradas y que ahora están a su disposición
para trascender sus limitaciones o dificultades.
BIBLIOGRAFIA Hocoy, Dan. “Art therapy as a Tool for Social Change. A Conceptual Model”, pp. 21 – 39. En: Kaplan, Frances F. (Ed.) Art Therapy and
Social Action. Londres: JKP, 2007.
Knill, Paolo J. “Foundations for a Theory of Practice”, pp. 75 – 170. En: Knill, P., Levine, E., Levine, S. K. Principles and Practice of Expressive Arts
Therapy. Toward a Therapeutic Aesthetic. Londres: JKP, 2005
Levine, Stephen K. “Art Opens the World: Expressive Arts and Social Action”, pp. 21 - 30. En: Levine, Ellen G. y Levine, Stephen K. (Ed.) Art in Action.
Expressive Arts Therapy and Social Change. Londres: JKP,2011.
Summerfield, Derek. “A critique of seven assumptions behind psychological trauma programmes in war-affected areas”, pp. 1449- 1462. En: Social
Science & Medicine 48, 1999.
Celebración
guarecida
tibieza
abre
salva
estremece
nostalgia recién nacida
vieja quimera
recibimiento
fiesta
ofrenda
desdentado amor
cosquilla
pellizco
acto de fe
Odette Vélez Valcarcel.
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