Agosto de 2015 Boletín nº1 boletin SIENDO TESTIGOS DEL PODER TRANSFORMADOR DEL ARTE CONTENIDO Historia de TAE Estudios en terapia de artes expresivas modalidad semi presencial La terapia de artes expresivas y los desafios y recursos del Perú. Área de acompañamiento terapéutico. Las artes expresivas y el trabajo con comunidades Agosto de 2015 HISTORIA DE TAE La historia de TAE Historia de los inicios de Tae Peru JUDITH ALALU “ No sabíamos qué hacer, dónde vivir, pero había que tomar una decisión y ésta tenía que ver con un sueño que soñamos juntos de regreso en el tren de Suiza. ” Contar la historia de los inicios de Tae Peru , es recordar como ésta se fue tejiendo en el encuentro con personas y momentos inesperados. Quizá lo que sucedió al centro de ésta historia nos haga recordar el valor de buscar siempre lo que hace sentido para uno mismo y la importancia de confiar en la incertidumbre propia de la vida. Alrededor de 1994 estaba estudiando Psicología en la Pontificia Universidad Católica del Perú, me encontraba en el patio de la facultad leyendo los anuncios que siempre se publicaban sobre congresos, talleres y cursos. Fue entonces que leí algo así como “ Charla de Musicoterapia a cargo de Pepe Barcenas” . Sentí que el anuncio despertó algo que había estado dormido pero que formaba parte de mi. Siempre había estado ligada al arte desde chica, la música y la pintura más adelante, me acompañaron y me nutrieron mucho. Comienzo entonces a pensar en que existía la posibilidad de integrar lo que había elegido como carrera con el arte que tanto me inspiraba. Se fue creando un vínculo de amistad y aprendizaje muy intenso con Pepe y en el camino surge el Centro para el desarrollo de las Terapias de Arte. El equipo estuvo conformado por Ximena Maurial, Martin Zavala, Luz María Garrido Leca, Mathilde Hall, Milagros Meza entre otros. Fue un equipo diverso que aportaba desde el saber de cada uno y en el que nos unía nuestro interés de trabajar con las Artes en Terapia. Mathilde se había formado como dramaterapeuta, Luz María era arte terapeuta y Pepe Barcenas era músico y psicólogo habiendo integrado hace varios años ambas disciplinas en el trabajo psiquiátrico con pacientes. Unos años después (1998) tengo el deseo de seguir profundizando y formándome, fue entonces que decido viajar a Buenos Aires a un curso de Musicoterapia, donde conozco a varios musicoterapeutas y los diversos enfoques que tenían en su trabajo con pacientes. Conozco a Romina Bernardini quien integraba un equipo de investigación en Musicoterapia y enseñaba en la universidad de El Salvador. Fue un año muy especial, algo se detuvo en el tiempo y paralelamente a mis estudios, el arte estuvo al centro de mi vida: conciertos, talleres de creación de títeres, clases de pintura, música , etc. También experimenté un proceso de terapia con un musicoterapeuta que me hizo valorar cada vez más la importancia de usar otros lenguajes, como la música en ese momento, en el bienestar humano. De regreso a Lima vuelvo a formar parte de lo que termina siendo “El Equipo de Terapias de Arte” integrado por Pepe Barcenas, Mariana Santistevan, Milagros Meza y Paola Quevedo. Tuve la oportunidad de trabajar en el colegio Ann Sullivan, en la clínica Caravedo con pacientes psiquiátricos y posteriormente con personas de la tercera edad en un hogar de ancianos de la comunidad Judía. Después de algunos años, llegó el momento de separarme nuevamente del Equipo de Terapias de Arte y emprender mi propio rumbo. Sabía que quería seguir profundizando en el uso de las artes en terapia. En un primer inicio la música estuvo al centro de ésta exploración pero ahora me encontraba con el deseo de integrar otras posibilidades artísticas. Es así como por causas del azar decido visitar a una muy buena amiga en Toronto. Un día conversando con un amigo de ella le comento de mi interés y me cuenta que su padre, un reconocido psicoanalista, era muy amigo del director de una escuela de terapia de arte en la ciudad y que me recomendaba ir a conversar con él. Fue así que llegué unos días después a la casa de Stephen Levine y Ellen Levine. Recuerdo la amabilidad con la que me acogieron y la cálida conversación que tuve ese día con Ellen. Ella me contó del Isis Canada ( escuela de Terapia de Artes Expresivas) que dirigían, pero sabía que sería difícil para mi el hecho de tener que trasladarme a vivir a Toronto. Sin embargo existía una alternativa. Ellen veía que yo ya había hecho un recorrido bastante amplio e interesante en Perú y me comentó que había un programa independiente en Suiza, que estaba hecho justamente para personas como yo que ya tenían una Agosto de 2015 HISTORIA DE TAE licenciatura y un trabajo previo desde las artes en terapia. Me propuso cumplir algunos requisitos como las lecturas de algunos libros y la realización de un ensayo así como asistir a un congreso de Terapia de Artes Expresivas en la ciudad de Albany, en Nueva York. Meses después y habiendo ya comprado mi pasaje a Nueva York, ocurre el atentado de las torres gemelas. Fue un momento muy difícil, mis padres no querían que viaje en éste contexto, sin embargo había en mi una intuición muy grande en que algo nuevo se abriría y tenía que necesariamente hacerlo. Cuando llegué a Nueva York al día siguiente del atentado, visité a mi amiga y compañera de universidad , Monica Prado. Ella estaba estudiando en el Laban Bartenief Institute of Movement Studies. Aproveché para visitar su escuela y pasar un tiempo con ella pudiendo conversar antes de irme a Albany, de lo que significaba estar en esos momentos de miedo, fragilidad y caos donde toda la ciudad estaba sufriendo el impacto del terror y compartir con ella lo que habían significado estos estudios para ella. En Albany me reencontré con Steve y Ellen, conocí a Paolo Knill, Markus Alexander y otros terapeutas de Artes Expresivas. El dolor estaba presente en todos, sin embargo la posibilidad de crear belleza desde éste lugar y poner las artes al centro de la experiencia fue sin duda lo que me inspiró y marcó la decisión de continuar por éste camino. Decido hacer los estudios de Maestría en Terapia de Artes Expresivas en el European Graduate School (EGS) en Suiza. El EGS una universidad en medio de los Alpes, un lugar de encuentro y diversidad, de aprendizaje intenso, me fue cautivando y enamorando. La cercanía de los profesores, su metodología de enseñanza, el intercambio de alumnos con sus múltiples saberes, un país que me remontaba a mis orígenes europeos, un encuentro con el disfrute de hacer arte. Sentía que mi alma había encontrado su lugar. Pude hacer grandes amistades y tener encuentros maravillosos. Mi corazón estaba feliz y las tres semanas intensas que viví fueron muy enriquecedoras. Decido irme a vivir a Madrid y así estar cerca de Suiza para los veranos intensivos. Es así como conversando con mi amigo José Miguel Calderon, que se encontraba terminando sus estudios de Maestría en Teoría Psicoanalítica en Londres, surge la idea de encontrarnos en Suiza. Jose estaba haciendo su tesis sobre psicoanálisis y música y sabía que el EGS le encantaría por la gran sensibilidad que tenía con las artes. Jose llegó de visita pero al parecer no le tomó mucho tiempo en decidir que él quería estudiar también allí. Fue así que un año más tarde decidimos postular los dos al programa de doctorado y hacer el CAGS (Certificate of Advance Graduate Studies). Los dos andábamos cautivados por los estudios. Paralelamente se fue construyendo una relación de amor que surgió a la misma vez que estudiábamos. Nos “casamos” en Saas Fee (pequeña ciudad idílica donde se ubica el EGS) en un ritual liderado por Steve Levine junto a todos nuestros compañeros del CAGS . Fue un momento mágico, espiritual y conmovedor. Regresamos de Suiza a Londres, donde Jose Miguel aún vivía. No sabíamos qué hacer, dónde vivir, pero había que tomar una decisión y ésta tenía que ver con un sueño que soñamos juntos de regreso en el tren de Suiza. Crear una institución en Perú donde se pueda estudiar Terapia de Artes Expresivas. Ya habíamos conversado con Paolo Knill y él había mostrado un interés particular por que había vivido muchos años en el Perú. La idea le pareció fascinante y siempre estuvo dispuesto a ayudarnos con este sueño junto a Steve y Ellen Levine. Llegamos a Lima con muchas ganas e inspiración, fuimos a dar charlas a las universidades e iniciamos un primer curso introductorio en Terapia de Artes Expresivas. Este curso se fue repitiendo en el tiempo y la convocatoria empezó a crecer. Decidimos convocar a todos los que habíamos estado conectados con las Artes en Terapia y proponer un encuentro de estudios. Ximena Maurial a quien conocí desde el Centro para el Desarrollo de las Terapias de Arte, se había seguido formando en movimiento Auténtico y Danza Terapia, Monica Prado ya había regresado de estudiar en Nueva York, Pilar Sousa había justo regresado de Estados Unidos de haber estudiado Arte Terapia y Pepe Barcenas continuaba con el Equipo de Terapias de Arte. Nos reuníamos a leer y compartir las ideas de la Terapia de Artes Expresivas y aunque algunos venían de otros acercamientos, la filosofía y visión de la TAE fue interesando a casi todos. Luego de un tiempo coincidimos en el interés de crear una formación . Años más tarde, un nuevo reencuentro sucede con la llegada de Martín Zavala, que había estado haciendo un curso de terapia de artes en Dinamarca y regresaba de Londres en su interés también por el psicoanálisis. Ya habíamos vivido juntos algunas experiencias en la época del Centro para el Desarrollo de las Terapias de Arte y había trabajado junto a Monica Prado . Ahora la vida nos volvía a unir para seguir creando. Estos fueron los inicios, los tejidos que se fueron hilvanando, las sincronías en el tiempo de todos aquellos que en un momento coincidimos en nuestra pasión por hacer del arte y la terapia un matrimonio posible. Ahora TAE Perú ya cumple 10 años. Solo me queda agradecer a todos los profesores , alumnos y personal administrativo quienes hicieron posible que este sueño se haga realidad. Gracias por tanta entrega, confianza y sensibilidad que han hecho de la casa TAE un lugar de aprendizaje, vivencias, creación, amor e inspiración permanente. Agosto de 2015 ESTUDIOS SEMIPRESENCIALES Estudios en terapia de arte expresivas Modalidad Semi Presencial MÓNICA PRADO El corazón de TAE Perú está en la educación, ahora luego de 10 años lo podemos nombrar con claridad. Si bien todos quienes creamos esta bella propuesta somos terapeutas y nuestro ejercicio fundamental inicialmente era el trabajo de acompañamiento a otros desde la terapia de artes, en cualquiera de sus ramas, hoy estamos dedicados principalmente a la labor docente. A como guiar y acompañar a otros a ingresar al universo de las artes expresivas para crecer, para desplegar su interior, saludable y creativamente, para escuchar su propia voz y así acompañar a otros luego. El deseo inicial fue que otros pudieran trabajar terapéuticamente desde las artes expresivas, que muchas personas se vean beneficiadas de la posibilidad de acercarse a su dolor desde el lugar de la creación. De hecho, ese sigue siendo el objetivo, sin embargo en el camino nos dimos cuenta que el mejor ejercicio terapéutico residía en la educación. La formación en Terapia de artes expresivas empezó cargada de interés terapéutico, en ese entonces, todo revestido de los confines del consultorio y con una gran influencia de la psicología. De pronto el compromiso de formar gente fue tomando un lugar central en nuestro quehacer cotidiano y esa sed de aprendizaje que siempre tuvimos cada uno de nosotros de manera individual se torno en algo grupal y colectivo. Ahora el aprendizaje estaba relacionado a como acompañar a otros en su proceso de aprender a acompañar. Parecía diferente y sin embargo era similar. Verdaderamente fue análogo y sobretodo artístico y emocional. Poco a poco todo fue mostrándose con claridad, nuestra aproximación terapéutica estaba presente en nuestra labor docente. Desde ahí se fue labrando un cuerpo de conocimiento, un pensamiento conjunto, un hacer cotidiano sostenido por la emoción. Todos nosotros hemos tenido la labor de crear nuestro propio aprendizaje en el campo del arte la salud y la transformación. Hemos tenido que salir fuera en busca del conocimiento, como si fuera una conquista personal, había un sueño fuera, lejos de casa, donde residía el secreto de la transformación, de la posibilidad sanadora del arte. Para cada uno de nosotros el camino ha sido largo y comprometido, caminos satisfactorios y llenos de retos. Regresar a casa con las semillas del conocimiento, con los tesoros saludables de diferentes partes del mundo fue absolutamente productivo, un encuentro de personas afines que se tornó en amistades entrañables y hoy en una familia. Con esta familia hemos construido una casa, una casa de estudios, que dialoga con el anima mundi y que abre su estancia para quienes quieren seguir en la ardua labor de acercarse al conocimiento del ser humano, de su dolor, de su expresión saludable en el mundo y de su misterio. Hoy luego de 10 años y de haber plantado y resguardado esas semilla que trajimos de fuera, miramos hacia dentro de nuestra casa y encontramos que estamos listos, que eso que trajimos de fuera se mezclo con lo que teníamos aquí, lo vimos con otros ojos, lo escuchamos con el corazón más sano y es lo que hoy se ha tornado en una propuesta latinoamericana de Terapia de artes expresivas. Estamos listos para recibir a otros buscadores que como alguna vez nosotros, deben salir de sus ciudades y países en busca de su aprendizaje. Este año entonces hemos iniciado nuestro programa de Estudios en Terapia de Artes Expresivas en la modalidad semi presencial. Un programa que tiene el espíritu de nuestras experiencias personales de aprendizaje en diferentes partes del mundo y especialmente en Saas Fee Suiza, que es nuestro lugar común. Un programa en formato semi presencial de días continuos que con mucho cariño ponemos a disposición de la comunidad Peruana y Latinoamericana para seguir creciendo juntos. Estamos presentes en Perú, Latinoamérica y en el mundo. Bienvenidos! LA TAE Y LOS DESAFÍOS Y RECURSOS DEL PERÚ La terapia de artes expresivas y los desafíos y recursos del Perú JOSÉ MIGUEL CALDERON ¿CÓMO ES HACER TERAPIA DE ARTES EXPRESIVAS EN EL PERÚ? ¿PUEDE NUESTRA DISCIPLINA HACER FRENTE A LOS DESAFÍOS QUE AFRONTAMOS COMO SOCIEDAD? ¿CÓMO LA RIQUEZA HISTÓRICA Y CULTURAL DE NUESTRO PAÍS, PUEDEN ENRIQUECER NUESTRA PRÁCTICA? SON PREGUNTAS ESENCIALES QUE NOS HEMOS VENIDO HACIENDO PROFESORES Y ALUMNOS DESDE QUE EN EL 2005 FUNDAMOS TAE PERÚ. Durante estos 10 años hemos tenido la oportunidad de explorar estas preguntas en las diversas experiencias de docencia, supervisión y acompañamiento terapéutico que hemos tenido en los múltiples talleres, seminarios y trabajos que hemos podido desarrollar. Los alumnos han planteado varias preguntas al respecto y han esbozado diversas hipótesis. Hemos sido testigos también del extraordinario trabajo que desarrollan varias instituciones en todo el país que trabajan desde las artes en un contexto de transformación social donde también se plantean las preguntas mencionadas. Inclusive desarrollamos un seminario en el Cusco donde pudimos explorar el encuentro entre la terapia de artes expresivas y la riqueza cultural de los andes. Agosto de 2015 ¿Qué podemos hacer los terapeutas de artes expresivas frente a esta situación? Aquí puede ayudarnos la ética del encuentro que la palabra quechua tinkuy nos abre. El tinkuy (encuentro) alude al vínculo que se da entre dos polos contradictorios o complementarios. Es un encuentro que puede resultar violento, como cuando dos ríos se unen, pero que trae la esperanza de que surja algo nuevo. El tinkuy favorece el movimiento entre los opuestos y la posibilidad de una coexistencia, donde las diferencias no generen destrucción sino más bien enriquecen nuestra vivencia. Producto de todas estas experiencias es que llego a esbozar algunas respuestas en mi reciente tesis de doctorado en Terapia de Artes Expresivas: “Tinkuy: El Encuentro entre la Terapia de Artes Expresivas y la Imaginería Peruana” que realicé en el European Graduate School, Suiza. Considero este trabajo una cristalización de toda labor realizada estos años conjuntamente con profesores , alumnos y ex alumnos. En este primer boletín que conmemora nuestro décimo aniversario, quisiera nombrar algunas de las conclusiones a las que llego en la tesis. En el trabajo que desarrollamos los terapeutas de artes expresivas debemos considerar lo que denomino la imaginería peruana. Es decir los recursos imaginarios del lugar donde vamos a facilitar una experiencia de artes expresivas: la geografía del lugar, los mitos historias o leyendas que existen, las artes tradicionales presentes, la visión del mundo que tienen las personas con las que vamos a trabajar. Es considerar en nuestro trabajo lo que James Hillman llama el ánima mundi o lo que en nuestra cultura andina se denomina “pacha”. Sin embargo existe un desafío en poder aprovechar la “imaginación de nuestra pacha”. Siguiendo las ideas del sociólogo peruano Aníbal Quijano, las sociedades latinoamericanas están inmersas en lo que el denomina la “colonialidad del poder”. Es decir, las consecuencias de la conquista donde unos pocos dominan a las mayorías siguen presentes. Seguimos entrampados en el abuso, destrucción y sometimiento que instauró Pizarro en su encuentro con Atahualpa en Cajamarca. Así la imaginería de nuestra tierra, las artes y la riqueza cultural de nuestro país, nuestras formas propias de ser y estar, está también colonizada. Este disloque con nuestra pacha nos enferma como individuos y sociedad ya que le estamos dando la espalda a una gran fuente de recursos imaginarios que nos permitirían salir de manera auténtica del trauma instaurado en la conquista. Esto mismo fue lo que inició José María Arguedas con su propuesta de denunciar las diferencias existentes en nuestra sociedad y dar a conocer la belleza de nuestra cultura. Su obra es una propuesta estética frente a la colonialidad del poder que él encarnó. No buscó anular completamente ni responder violentamente a lo que Pizarro inauguró. Tampoco idealizó el legado de Atahaulpa como muchos pretenden al proponer un regreso a la “gloria del imperio Incaico”. Su propuesta fue un tinkuy post moderno entre lo que representan las imágenes de Pizarro y Atahualpa y buscar así una manera creativa de convivencia para encontrar una nueva forma de estar entre los peruanos. Los terapeutas de artes expresivas podemos continuar con la obra iniciada por Arguedas. Estamos llamados, en el trabajo con nuestros pacientes, grupos y comunidades, a realizar el tinkuy con nuestra pachaimagienria para salir del entrampamiento de la colonialidad del poder y liberar el gran potencial existente en nuestra capacidad colectiva de imaginar. Agosto de 2015 ÁREA DE ACOMPAÑAMIENTO Área de acompañamiento terapéutico Individual y grupal en TAE Perú. XIMENA MAURIAL TAE Perú cumple 10 años. Momento propicio para detenernos y mirar el camino recorrido y todo lo construido. Nuestra casa ha ido creciendo y diversificándose. Se ha ido llenando de nuevas voces y miradas. En la actualidad nuestra labor principal es la formación de terapeutas. Junto a esta labor fueron emergiendo en el tiempo, diferentes espacios que poco a poco se han ido fortaleciendo. Uno de esos espacios es el Área de Acompañamiento Terapéutico. Este espacio fue surgiendo de una necesidad natural de continuar acompañando procesos de transformación personal ubicando el arte, la imaginación, el juego y la creatividad en el corazón de las sesiones. Personas de diferentes edades fueron acercándose a nuestra casa para pedir un espacio personal o grupal donde poder mirarse desde nuestra filosofía y aproximación a la salud. El espacio de Acompañamiento individual se inició hace 5 años bajo la coordinación de Mónica Prado y el espacio de acompañamiento grupal con niños de 4 a 9 años (distribuidos por edad) lo empecé a organizar hace 3 años. Es este año que he asumido la coordinación del área de Acompañamiento en su totalidad. En un inicio fuimos los 5 socios de TAE Perú quienes empezamos a acompañar los espacios terapéuticos, lo maravilloso ha sido que luego nuestros alumnos graduados o en camino a hacerlo, se fueron sumando a esta labor. Es decir muchos alumnos formados en nuestra casa ahora forman parte del grupo de terapeutas que acompañan procesos de formación y cambio. La imagen que ha surgido de esta experiencia es la de un espiral en continuo movimiento y crecimiento, los que fueron alumnos ahora son colegas. Este espiral en crecimiento va entrelazando círculos de cuidado, presencia, responsabilidad y disposición al encuentro. Círculos donde el despertar los sentidos y facilitar la expresión artística son esenciales. “Al acompañarte, te miro. Al mirarte te descubro. Al descubrirte me descubro en tu mirada. Creamos juntos un espacio. Nos encontramos dispuestos a algo nuevo” En la actualidad son 21 terapeutas formados en TAE Perú quienes nos acompañan en esta labor, contamos con su compromiso, entusiasmo y auténtica disposición, ellos son: Silvia Acosta, Carmen Aldana, Cecilia Antúnez de Mayolo, Alejandra Bonilla, Rosario Bringas, Lourdes Carlín, James Chaytor, Maite Cortez, Shirey Documet, Fernando Escudero, Carmen Aída Febres, Cristina Gutiérrez, Soledad Hamman, Mariana Hupiu, Víctor Miró Quesada, Luisa Montero, Elisabeth Osses, Tania Pezo, Mane Romero, Verónica Roque, Fabián Schiaffino. El trabajo que ellos realizan a su vez es continuamente acompañado en espacios de supervisión que garantizan una formación continua, donde el arte también es protagonista. Es un orgullo observar y estar presente en el proceso de maduración profesional de nuestros ex alumnos. Ingresamos todos en un proceso de transformación personal, el acompañar a los alumnos es un permanente aprendizaje, un reto y una responsabilidad grande, así como una experiencia de mutuo crecimiento. Paolo Knill (2,004) dice que: “para que un encuentro profundo y transformador se dé se necesita un espacio que pueda “contener” las similitudes y las diferencias con respeto”. “Y esto es cierto”, continúa, “para todos los encuentros: los encuentros entre las personas y sus pares, entre las personas y su imaginación, entre las personas y el arte, entre las personas y su llamada “naturaleza”. Los terapeutas de TAE estamos continuamente conectados con el quehacer artístico como parte de nuestra formación lo que fortalece nuestro rol de acompañantes. Cabe preguntarnos, ¿Qué es lo que se espera de un acompañamiento desde las artes expresivas, si todo encuentro como dice Donald Winnicott (1988 ), es una aventura? Acompañar desde las artes expresivas es: Cuidar, avanzar juntos, “estar con” sin tener ninguna certeza de lo que va a suceder. Recibir un gesto y darle un impulso para que se transforme en un sonido, un trazo, una palabra, un movimiento, una acción. Es ser testigo, es crear juntos, es estar presente, desde la mirada, la voz, la escucha de lo que va sucediendo, así como escuchar lo que nos trae lo creado, lo que llamamos “el tercero”. Es recibir con apertura las imágenes que surgen, sean amables, perturbadoras, duras, conflictivas. Es resistir el dolor, el sufrimiento, aceptar el silencio, recibir las lágrimas, cobijar el sufrimiento, para poco a poco ir dándole una forma. Es compartir un estado de ánimo, es hacer compañía, es estar presente, dispuestos a crear y a no crear si es necesario. Construir, “deconstruir” para volver a construir. Es jugar e intentar, fallar y volver a empezar, reconocer el recurso, valorar la debilidad, es imaginar juntos. Blanca Varela en su poema “Tallo de Junco” publicado en su libro “El libro de barro y otros poemas” nos describe desde su poesía el profundo proceso de lo que implica un encuentro verdadero, esencia de todo proceso de acompañamiento. Finalizo entonces con su poema. Tallo de Junco “¿Hay algún ref lejo de tu cara, en el agua? Si yo soy el agua, hay algún reflejo de mí, en ti? Si tú eres el agua, y yo lo soy también, ¿Podemos identificarnos mutuamente? Si somos como se suceden las gotas una tras otra, como el fuego se hace ceniza y las semillas rama entonces, hay algún ref lejo de tu cara en el agua, si tú lo eres, y lo soy yo también? ” Blanca Varela Bibliografía P. Knill, E. Levine, S. Levine. (2004) Principles and practice of Expressive Arts Therapy: Towards a therapeutic aesthetic. Pag 75 - 169. London philadelphia Winnicott, D.W. (1988) La Naturaleza Humana. Buenos Aires: Editorial Paidos. LAS ARTES EXPRESIVAS EN LAS COMUNIDADES Agosto de 2015 Las artes expresivas y el trabajo con comu_ nidades Individual y grupal en TAE Perú. MARTÍN ZAVALA La Terapia de Artes Expresivas (TAE) probablemente es más conocida por su trabajo terapéutico a nivel individual o con pequeños grupos, sean grupos terapéuticos o grupos que asisten a talleres. La TAE, sin embargo, ha estado cada vez más presente en el ámbito comunitario. La imaginación, como esencia del trabajo de la Terapia de Artes Expresivas, permite que los seres humanos nos pongamos en contacto con nuestra capacidad creadora y de transformación. Esta cualidad la hace particularmente relevante en el ámbito social al favorecer a que las personas volvamos a conectarnos con nuestras propias capacidades para actuar y responder, o rehacer, el mundo en el que vivimos. Este breve escrito se propone señalar algunos puntos básicos en relación a la mirada que tiene la Terapia de Artes Expresivas en el trabajo con comunidades. Un punto de partida importante implica el reconocer los propios supuestos que tenemos en relación a algunos conceptos vinculados al campo terapéutico y artístico. Por ejemplo, qué es lo que entendemos por cambio social, por aquello que favorece el bienestar y la salud, lo que es bello, la manera en que se entreteje la cultura, entre otras cosas. Todas las disciplinas desarrollan una serie de principios que guían su práctica y responden a un tiempo y a un conjunto de construcciones sociales. El ámbito terapéutico, así, también responde a su tiempo en la comprensión de aquello que define lo normal o patológico. Resulta importante evaluar nuestros propios supuestos al respecto ya que no hacerlo podría implicar, como señala Dan Hocoy (2007), el que podamos perpetuar el orden social en base a nuestros propios valores y presupuestos culturales. Este autor nos recuerda que las estructuras en las que se basa una sociedad responden a relaciones sociales, políticas y económicas, y por lo tanto a determinadas relaciones de poder, que muchas veces se dan por sentadas. Dichas relaciones tienden a privilegiar a un grupo particular de personas en desmedro de otras, a perpetuar disparidades, a generar rupturas en las relaciones y experiencias y a menospreciar la diferencia y la diversidad. Para Hocoy (2007), este aspecto es especialmente importante en el trabajo de terapeutas de arte ya que la neutralidad política y la pasividad terapéutica solo servirían a las fuerzas omnipresentes de opresión e injusticia. Este autor, siguiendo a James Hillman, nos recuerda que elementos de la sombra de la sociedad se manifiestan en sus instituciones y así también en la mente de los arte terapeutas. Por ello, se hace necesario revisar aquellos aspectos marginalizados de nuestra propia psique para no perpetuar situaciones injustas en nuestro trabajo terapéutico. La falta de atención a dichos aspectos puede devenir en la organización y desarrollo de programas que dejan de lado la voz, recursos y experiencia de la propia comunidad con la que se trabaja. Como ejemplo de ello podemos citar a Derek Summerfield (1999), quien critica algunos presupuestos que se encuentran detrás de algunos programas para atender situaciones de stress post traumático en zonas afectadas por la guerra en diversas partes del mundo. Summerfield nos dice que estos programas muchas veces no consideran la manera que tienen las propias comunidades de restablecer la salud, favorecer el duelo y hacer uso de encuentros sociales que poco a poco permitan atender el daño o favorezcan la recuperación de la salud. Cuestiona el presupuesto, occidental, de que la atención a las personas que han sido diagnosticadas como personas traumatizadas implica verbalizar y ventilar las experiencias vividas. Estas reflexiones nos invitan a considerar cuáles son los supuestos que guían nuestra práctica, principalmente en relación a aquellos temas que se encuentran manifiestos en sociedades y culturas latinoamericanas como la discriminación, el racismo, la violencia, la pobreza, la administración y acceso a los sistemas de salud, el lugar de la “medicina alternativa” y su relación con la medicina “oficial”, entre muchos otros. En nuestro propósito de colaborar a que una determinada comunidad fortalezca o recupere su bienestar no podemos asumir que esta comulgue con nuestros presupuestos, ideas y posibles “verdades”. Por otro lado, debemos reconocer que muchas veces somos vistos como los expertos que llevamos soluciones a la comunidad. Y dentro de esa perspectiva podemos desarrollar programas y actividades que suponemos necesarias para el grupo humano con el que trabajamos sin antes identificar, junto con la comunidad, cuáles son las necesidades que se tienen y cuáles son los recursos con los que cuentan para satisfacerlas. Es más, dentro de esta perspectiva no llegamos a considerar que nuestro trabajo algunas veces no logrará solucionar las dificultades existentes. Muchas veces nos cuesta aceptar que nuestro esfuerzo permitirá (y no hay que tomarlo como “tan solo”) identificar algunas vías para fortalecer aquello que la propia comunidad considera se encuentra frágil, sin que esto signifique una solución o un punto final a las dificultades que se hayan encontrado. Las artes tienen la posibilidad de favorecer un encuentro. Un encuentro profundo, donde tanto nosotros, terapeutas de arte, como la comunidad traemos nuestra experiencia y conocimiento para juntos hacer algo que permita atender las dificultades existentes. Cada quien con su propia estética, con su propia vivencia de lo bello. Cada quien con su manera de afrontar y de entender la vida, con su propia manera de acercase a la salud, la paz, el conflicto, la enfermedad, entre muchos otros temas. Nos hemos acercado a este aprendizaje permanente gracias a la posibilidad de acompañar, en estos 10 años de TAE Perú, a diferentes comunidades y grupos que buscan mejorar sus condiciones de vida. A modo de ejemplo, podemos mencionar el acompañamiento a grupos de jóvenes que trabajaban con niños y niñas de diferentes barrios de Ica luego del terremoto del 2007 junto a Save The Children y la Coordinadora de Derechos Humanos de Ica. Este trabajo nos permitió conocer su manera de realizar actividades con los niños, niñas y comunidades en general a fin de atender el impacto que el terremoto había ocasionado. Primero, fue necesario atenderlos para que luego ellos encuentren su propia manera de acercarse a las comunidades a través de obras de teatro, pasacalles, títeres. Se llevaron a cabo diversos talleres para hacer más efectivo su trabajo y acompañamiento. Como parte del mismo proyecto, tuvimos la oportunidad de trabajar con un grupo amplio de profesores de colegio que buscaban acompañar emocionalmente a sus alumnos y poder hacer frente al impacto que el terremoto había ocasionado. Es dejar que las imágenes guíen nuestro hacer arte En Loreto, tomamos contacto con diversas instituciones que trabajan con las artes en diferentes comunidades. La idea era propiciar el intercambio de experiencias entre estas instituciones para que puedan identificar sus capacidades al desarrollar sus programas y promover espacios saludables en la ciudad. Este proyecto lamentablemente no pudo desarrollarse debido a problemas de gestión en el gobierno regional, institución que nos convocó. A pesar de ello, felizmente aun mantenemos contacto con algunas de estas instituciones y seguimos sorprendiéndonos por sus iniciativas y por su apuesta a la salud desde las artes. Tuvimos también la suerte de conocer de cerca el trabajo de muchas instituciones que llevan el arte a diversas comunidades de Lima. En un valioso programa desarrollado por la anterior gestión de la Municipalidad de Lima, llamado Cultura Viva Comunitaria, tomamos contacto con muchas iniciativas que apuestan por el poder transformador del arte. Desarrollamos dos cursos para dar a conocer algunos aspectos prácticos de la terapia de artes expresivas a fin de que puedan potenciar el aspecto terapéutico en su labor. Sentimos mucho agradecimiento a estos encuentros ya que nos permiten nutrirnos de su experiencia y revisar permanentemente nuestra práctica a fin de permitir que la comunidad recupere o fortalezca su propia voz, su capacidad de responder al mundo, que identifique y reconozca sus propios recursos y pueda verse a sí misma con la capacidad suficiente de re-hacer y transformar las condiciones de vida en las que se encuentra. El rol del terapeuta de artes expresivas será el de conocer a la comunidad con la que va a trabajar. Algunas personas sugieren tener diferentes miradas de la comunidad en relación a la salud (lo normal, lo patológico, las formas de curación, etc.), las artes (las diversas estéticas, el rol de las artes en la comunidad, las celebraciones, las fiestas, la forma en que se enseñan, etc.), la niñez (la crianza, el trato, la educación, la familia, etc.), la espiritualidad (el rol de lo religioso, lo sagrado, los rituales, etc.), entre otros. No se trata, así, que nosotros impongamos una manera de crear, sino de invitar a las personas a imaginar a través de diferentes maneras de hacer arte llevándolas a cabo. Todo esto implica no ir con un programa previamente armado. Si vamos con ideas preconcebidas o con un plan organizado de antemano, lo que vamos a terminar haciendo es imponer una forma de hacer las cosas en base a lo que suponemos es bueno para las personas con las que vamos a trabajar. Se trata, como dijimos anteriormente, de un encuentro, donde las artes ayudarán a que este se genere y se sostenga. Nuestra propuesta debe ser entendida como una invitación a crear, donde lo que vaya a surgir es desconocido. Esto implica ir abiertos, sin aferrarse a nada, sin presupuestos. Estar abiertos a la sorpresa, a permitirnos estar en caos para posibilitar la llegada de un orden cuando este deba llegar, sin anticiparnos a su llegada. Esta experiencia nos ha permitido afirmar la disposición y actitud que los facilitadores de artes expresivas deben ejercer en el encuentro comunitario. Esta disposición se halla dentro de lo que Paolo Knill (2005), creador de la Terapia de Artes Expresivas, llama responsabilidad estética. Esta responsabilidad está basada en el profundo involucramiento con lo que puede emerger del proceso creativo. Es decir, ser artistas plenos. Con la sensibilidad despierta y el amor entregado hacia la creación. Es así que con la sensibilidad y el amor hacia lo que se está creando podremos permitir que las artes se manifiesten en su verdadera esencia, sin ideas preconcebidas, no partiendo desde la idea sino desde el hacer. Nuestro rol implica ingresar a un escenario donde nada está dicho, donde somos incapaces de predecir y controlar lo que vaya a suceder. Dejar de lado nuestro deseo omnipotente de controlar el resultado de las cosas. Esto es “hacer sin hacer”, es estar en diálogo abierto y sincero con las imágenes que vayan surgiendo y atendiéndolas sin dirigirlas rápido y a destiempo hacia lo que uno cree ya posee significado. Es dejar que las imágenes guíen nuestro hacer arte y es saber despedirse de la imagen cuando ésta ha sido alcanzada. Es tener fe en que una sorpresa pueda llegar sin que haya sido imaginada por nadie, ni siquiera por nosotros mismos (Levine, 2011). Esta manera de crear en el trabajo comunitario va a permitir que las personas, tanto por la experiencia vivida como por la reflexión que de ésta se derive, se puedan reconectar con los recursos que cuentan para atender y enfrentar los problemas existentes. La experiencia artística habrá permitido que se tenga consciencia de algunas posibilidades antes inexploradas y que ahora están a su disposición para trascender sus limitaciones o dificultades. BIBLIOGRAFIA Hocoy, Dan. “Art therapy as a Tool for Social Change. A Conceptual Model”, pp. 21 – 39. En: Kaplan, Frances F. (Ed.) Art Therapy and Social Action. Londres: JKP, 2007. Knill, Paolo J. “Foundations for a Theory of Practice”, pp. 75 – 170. En: Knill, P., Levine, E., Levine, S. K. Principles and Practice of Expressive Arts Therapy. Toward a Therapeutic Aesthetic. Londres: JKP, 2005 Levine, Stephen K. “Art Opens the World: Expressive Arts and Social Action”, pp. 21 - 30. En: Levine, Ellen G. y Levine, Stephen K. (Ed.) Art in Action. Expressive Arts Therapy and Social Change. Londres: JKP,2011. Summerfield, Derek. “A critique of seven assumptions behind psychological trauma programmes in war-affected areas”, pp. 1449- 1462. En: Social Science & Medicine 48, 1999. Celebración guarecida tibieza abre salva estremece nostalgia recién nacida vieja quimera recibimiento fiesta ofrenda desdentado amor cosquilla pellizco acto de fe Odette Vélez Valcarcel. www.taeperu.org Calle Ayacucho 166 Miraflores (511) 241 4452 (511) RPC 987 222 555 informes@taeperu.org Todos los derechos reservados TAE PERU © 2014