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DESEMPEÑO LABORAL COLOMBIANO: PRIMER SEMESTRE 2016
Hugo López Castaño, Universidad EAFIT1, agosto 25, 2016
El año pasado el crecimiento real del PIB se redujo sustancialmente: 3.1% vs. 4.4%
en 2014. Durante el año en curso, su crecimiento anual ha seguido aminorándose
(2.5% en el primer trimestre vs. 3.4% en el cuarto 2015) y también, aunque menos, el
del valor agregado urbano real (3.3% vs. 3.7%). En promedio y según las últimas
estimaciones del Banco de la República, durante 2016, la expansión del PIB podría
situarse, alrededor del 2.3%.
La desaceleración económica de 2015 se sintió con toda su fuerza en las zonas rurales:
caída considerable del empleo asalariado; alza del no asalariado, de peor calidad. En
cambio, en las trece ciudades, el impacto sobre el empleo formal, fue más moderado:
cayó en el primer semestre y se recuperó con creces en el segundo, para terminar
creciendo 2.4% vs. 5.0% en 2014. Gracias a ello, la tasa media de desempleo se
mantuvo por debajo del 10% y la informalidad, que había subido hasta el segundo
trimestre, se redujo desde entonces alcanzando para el cuarto un mínimo histórico
desde 2007.
Durante el año en curso la coyuntura laboral campo-ciudad se revirtió. El empleo
asalariado rural recuperó, para abril-junio, el 82.3% de la pérdida experimentada en
2015 gracias a la expansión del cultivo del café. En contraste, frente a las cifras de
octubre-diciembre 2015, el empleo formal en las trece ciudades, cayó 0.6% en el
primer semestre 2016. Paralelamente la tasa desestacionalizada de desempleo, que se
había elevado por encima del 10% en el primer trimestre de este año, volvió a
reducirse en el segundo (9.3% en abril-junio), a cambio de un alza de la informalidad
y, sobre todo, a cambio de la reducción en la tasa laboral de participación.
1. Zonas rurales: después la pausa de marzo-mayo, se prosiguió en junio la
recuperación del empleo asalariado (gráfico 1).
Durante 2015 se perdieron en las zonas rurales 90.200 empleos asalariados, de los
cuales se había recuperado para el primer semestre de este año, el 82.3%, (74.300)
como resultado de la expansión del cultivo y de la cosecha cafetera.
En 2015 el empleo no asalariado rural, presentó grandes fluctuaciones inducidas por
su componente no remunerado (los ayudantes familiares) pero, en promedio aumentó
6.0%. Para el primer semestre del año en curso se había reducido parcialmente, a
pesar de lo cual seguía siendo 5.7% más alto frente al nivel alcanzado a fines del año
pasado.
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Profesor departamento de economía, Universidad EAFIT. Direcciones electrónicas: hlopezc@eafit.edu.co y
hugolopezca@gmail.com
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Corregida por variaciones estacionales la tasa rural total de desempleo se elevó en el
tercer trimestre 2015 y volvió a caer en el cuarto; pero este año volvió a elevarse,
mostrando una ligera reducción en abril-junio. La tasa salariada de desempleo
(desempleados vs ocupados asalariados más desocupados) ha sido mucho más alta
que la tasa total pero tuvo un comportamiento parecido: se elevó en tercer trimestre
2015 y volvió a caer en el cuarto; este año se ha elevado, aunque comenzó a bajar en
abril-junio
Gráfico 1. Principales indicadores laborales rurales
DANE, gran encuesta integrada de hogares; datos publicados. Notas: 1. Empleo asalariado (obreros y
empleados particulares y del gobierno); empleo no asalariado (resto del empleo). 2. Tasa de desempleo total
(desempleados vs. ocupados más desocupados). Tasa asalariada de desempleo (desempleados vs. ocupados
asalariados más desempleados); esta medida alternativa se justifica pues casi todos los desempleados buscan
un trabajo asalariado. 4. Las series se desestacionalizaron usando el método Census X-1.
2. El empleo formal total y por niveles educativos en el conjunto de las trece
principales (ver gráfico 2).
En el agregado de las 13 principales áreas metropolitanas, el empleo formal disminuyó
ligeramente durante el primer semestre del año pasado pero se recuperó, con creces,
durante el segundo. Durante el año en curso, se estancó hasta abril, se redujo en mayo
y repuntó parcialmente en junio. Frente a octubre-diciembre del año pasado cayó 0.6%
en abril-junio últimos.
Su componente más educado, dotado de alguna formación superior, experimentó el
año pasado una caída media del 1.6%, que fue muy acentuada hasta mediados del año;
desde entonces y hasta fines del año se recuperó parcialmente; pero durante el año en
curso, ante la desaceleración del valor agregado urbano real, ha vuelto a bajar (-0.3%
en abril-junio frente a octubre-diciembre). En 2015 su componente menos educado,
con bachillerato o menos, se elevó considerablemente (7.3%), aunque a un ritmo
anual que, a partir del tercer trimestre fue decreciente y terminó por ser negativo en el
cuarto. Este año ha permanecido estable (variación del 0.1% en abril-junio frente a
octubre-diciembre).
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Gráfico 2. Trece ciudades principales: comportamiento del empleo formal total y por
nivel educativo.
Cálculos de EAFIT basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Empleo formal: ocupados
privados en empresas de más de cinco ocupados (salvo trabajadores sin remuneración en empresas o negocios
de otros hogares), más técnicos y profesionales independientes, más ocupados del gobierno. Sin educación
superior (sin ningún año aprobado en este nivel); con alguna educación superior (con al menos un año aprobado
en el nivel superior)
3. La inflación se ha acelerado; los salarios reales formales han caído (gráfico 3).
La inflación, se aceleró desde 2014; en 2015 osciló alrededor de una media del 4.5%
entre febrero y agosto, antes de elevarse al 6.77% en diciembre; los datos del año en
curso arrojan valores todavía más altos (8.96% en julio). Este bote inflacionario afectó
negativamente el salario mínimo legal y, dependiendo de las particularidades del
mercado laboral en c/ ciudad, también, en principio, los salarios formales reales.
El salario mínimo real (índice=100.0 en enero 2013 y 103.1 en enero 2015) apenas
cayó ligeramente hasta julio del año pasado (102.8); pero para diciembre había bajado
ya a 100.9. Aunque durante el año en curso la revisión del mínimo nominal lo había
vuelto a colocar en 102.6 en enero, la aceleración de la inflación lo volvió a reducir a
100.9 en julio.
En las 13 ciudades, el salario mediano real de los trabajadores formales con alguna
educación superior había caído con la reducción de su ocupación hasta julioseptiembre del año pasado. Desde entonces, empujado por la recuperación parcial de
este tipo de empleo, repuntó con fuerza. Durante el año en curso la nueva
desaceleración en el crecimiento del valor agregado urbano ha vuelto a reducir el
empleo formal más educado; este frenazo estabilizó su salario nominal y, dada la
aceleración inflacionaria, lo redujo en términos reales un 8.3%.
Por su parte, el salario mediano real de los trabajadores formales sin educación.
Superior, que había caído 2.0% entre comienzos y finales de 2014, en 2015
permaneció relativamente estable durante el primer semestre, antes de que, por la
presión de la mayor demanda y la escases de oferta diestra, empezara elevarse,
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volviendo para fines del año 2015 y comienzos de 2016 a un nivel similar al de
comienzos 2014. La respuesta del empleo formal fue una desaceleración en su
crecimiento, desaceleración que, junto con la mayor inflación, permitió bajar otra vez
para marzo-mayo del año en curso sus salarios reales un 3.0%.
Pero el grupo de las 13 ciudades está muy marcado por el de las 4 principales. De
hecho el comportamiento salarial no ha sido el mismo en las 9 ciudades intermedias.
En ellas los salarios reales formales con alguna educación superior o sin ella (aunque
oscilantes) han venido cayendo desde mediados del año pasado, gracias a una intensa
rotación de personal: reemplazo del empleo formal menos educado por más educado
cuando los salarios reales del primero suben y viceversa (ver sección 11 más
adelante).
Gráfico 3. Salario mínimo real y salarios formales reales en trece y nueve ciudades.
Fuente: DANE; gran encuesta integrada de hogares. Los salarios de los trabajadores formales (en realidad sus
ingresos laborales, porque incluyen tanto los de los asalariados como los de los no asalariados) han sido
obtenidos por EAFIT procesando las cintas de las encuestas del DANE (las que disponemos llegan a la fecha
hasta marzo-mayo 2016). Se trata de las medianas por trimestres móviles estimadas a partir de los datos
salariales que ofrecen los informantes (no se hicieron imputaciones para los no informantes) y que incluyen
remuneraciones en dinero y en especie y diversas prestaciones por las que indaga la encuesta de hogares. Esos
salarios se deflactaron por el IPC nacional.
4. Empleo formal por nivel educativo: los ciclos de largo plazo (gráfico 4).
Desde que, para las 13 ciudades, se tienen estadísticas trimestrales sobre el empleo
formal por niveles educativos, es decir desde 2007 para el volumen y desde 2008 para
sus variaciones anuales, se han experimentado una serie de ciclos que han sido
inversos para el componente dotado de alguna educación superior y para el carente de
ella (panel A). Las cifras sugieren que este año 2016 el ciclo podría comenzar a
cambiar de polaridad.
Las variaciones anuales en el empleo formal más educado obedecen principalmente y
de manera directa a las del valor agregado urbano real (panel B). Las del empleo
formal menos educado, responden de manera inversa y con algún rezago a las de sus
salarios reales (panel C).
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Por el lado del trabajo formal calificado, la desaceleración del valor agregado urbano
en 2015 desplazó hacia abajo la curva de demanda laboral. Dada una curva de oferta
estable, el impacto inicial fue una caída en el empleo y en los salarios reales. Sólo más
tarde, en el segundo semestre, la recuperación parcial que se produjo en valor
agregado urbano, indujo la recuperación también parcial de este empleo y de sus
salarios. Durante el año en curso la nueva desaceleración del valor agregado urbano
ha vuelto a afectar negativamente este componente del empleo formal, lo que, junto
con la elevada inflación, ha generado una caída considerable en sus salarios reales.
Por su lado, para el trabajo formal no calificado, el impacto del shock inflacionario
fue considerable: redujo el salario real desde 2014 y durante la primera mitad de 2015,
es decir desplazó hacia abajo su curva de oferta.
Gráfico 4. Trece ciudades principales: ciclo de largo plazo del empleo formal y
respuesta del empleo por nivel educativo al valor agregado urbano y a los salarios
Cálculos de EAFIT basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares, y en las Cuentas Nacionales
trimestrales recientes. El valor agregado urbano es el total menos el agropecuario y minero. Los salarios
formales han sido estimados por EAFIT con base en las cintas de las encuestas de hogares; se trata de de las
medianas, por trimestres móviles, calculadas a partir de los datos salariales que ofrecen los informantes y que
incluyen remuneraciones en dinero y en especie y diversas prestaciones por las que indaga la encuesta de
hogares; se estimaron en términos reales usando el IPC nacional como deflactor. Las series se
desestacionalizaron usando el método Census X-12.
Dada la curva de demanda y que el impacto salarial opera con algún rezago, el empleo
se elevó durante todo el 2015 y eso a pesar de que su gran dinamismo y la escases de
mano de obra diestra volvieron a elevar los salarios reales en el segundo semestre.
Durante el año en curso el alza salarial anterior frenó la expansión del empleo formal
induciendo una estabilización de los salarios nominales y, dada la aceleración
inflacionaria terminó por generar una reducción en su valor real.
5. Trece ciudades: comportamiento mensual de la participación y el desempleo
en las 13 ciudades (gráfico 5).
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Este año la tasa mensual observada de participación alcanzó un máximo en febrero,
se redujo hasta mayo y volvió a elevarse en junio. Algo similar pasó con el desempleo
mensual observado (que volvió a situarse por encima del 10% en junio). Todo el
mundo comenzó a hablar del alza considerable en el desempleo. Pero
desestacionalizado el desempleo mensual de junio apenas subió ligeramente y se
mantuvo por debajo del 10%.
Si la caída en la participación no se hubiera producido, si hubiera conservado el nivel
de febrero, el desempleo durante este año se habría mantenido por encima del 10%:
11.2% en junio vs. 10.2% observado, es decir un punto porcentual por encima.
Gráfico 5. Trece ciudades principales: comportamiento mensual de la participación
laboral y el desempleo
Estimaciones de EAFIT con base en DANE, gran encuesta integrada de hogares. Para estimar la tasa de
desempleo con participación constante (la de febrero 1016). Se aplica esta definición: TD*t=1-(Tot / TP*),
donde TD*t (tasa de desempleo con participación constante en el mes t); TOt (tasa de ocupación observada en
el mes t); TP* (tasa de participación en febrero 2016)
6. Trece ciudades principales: desempleo, informalidad y participación laboral
(cifras trimestrales desestacionalizadas; gráfico 6).
En las 13 ciudades principales la tasa trimestral desestacionalizada de desempleo ha
oscilado este año (panel A): se elevó sustancialmente en el primer trimestre (10.6%
en diciembre-febrero; 10.3% en enero-marzo). Después volvió a bajar (9.3% en abriljunio). Cayó tanto para el personal más educado como para el menos educado (panel
B).
Por su parte, el porcentaje de informalidad del empleo (valor desestacionalizado) se
elevó (panel A). Para el personal más educado (panel B) primero subió hasta febreroabril y luego cayó en marzo-mayo; para los menos educados ha subido ligeramente
durante todo el año.
La participación laboral que venía elevándose se redujo bruscamente en mayo y junio
(panel C). La caída en la participación afectó tanto a los más y a los menos educados.
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Los trabajadores se han retirado provisionalmente del mercado laboral por el mal
comportamiento del empleo formal y de la caída en los salarios reales.
Es claro que la reducción del desempleo se originó primero en un alza en la
informalidad y luego y sobretodo en una caída en la participación laboral. De hecho
(paneles D y E) se ha producido un traslado reciente de los desempleados a la
informalidad y sobre todo a la inactividad
• El volumen de desempleados se elevó sustancialmente hasta febrero y desde
entonces ha vuelto a caer sustancialmente: 150.000 desempleados menos entre febrero
y junio (datos desestacionalizados).
• Inicialmente esta reducción obedeció al alza en la informalidad; luego a la caída en
la participación laboral. La reducción acaecida entre febrero y junio se explica en parte
por el traslado de los desempleados a la informalidad (42.000) y, sobre todo por el
traslado a la inactividad (la PEA cayó en 145.000). El volumen de inactivos aumentó
mucho más (207.000) porque muchos se abstuvieron de ingresar al mercado laboral
Gráfico 6. Trece ciudades principales: desempleo, informalidad y participación
laboral (datos trimestrales desestacionalizados).
Fuente: DANE, gran encuesta integrada de hogares (datos publicados) y estimaciones de EAFIT a partir de las
cintas de las encuesta de hogares. A la fecha de la redación de este informe, estas últimas sólo llegan hasta
marzo-mayo 2016.
7. Impactos sobre los ingresos de los hogares.
La evolución reciente del empleo y los salarios reales está afectando los ingresos
laborales reales de los hogares (gráfico 7).
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Los ingresos laborales reales provenientes de trabajadores formales sin educación
superior, que habían subido el año pasado están cayendo (panel A); los prevenientes
de trabajadores formales con alguna educación superior, que se venían recuperando a
finales del año pasado han vuelto a bajar (panel B). Por el lado de los ingresos
informales por hogar, los provenientes de trabajadores sin educación superior (panel
C) han caído fuertemente desde fines del año pasado y los provenientes de
trabajadores con alguna educación superior (panel D) aunque oscilantes son menores
frente a los de finales del año 2015.
En síntesis, los ingresos laborales totales reales por hogar (panel E) han caído. Los
totales provenientes de trabajadores poco educados (panel F) han caído más que los
provenientes de trabajadores con alguna educación superior (panel G). Si las cosas
siguen como van, dado que los hogares más pobres dependen más de los ingresos
aportados por sus miembros menos educados, la pobreza de los hogares podría volver
a elevarse este año y la reducción del GINI que se presentó el año pasado podría
revertirse.
Gráfico 7. Trece ciudades principales: evolución de los ingresos laborales reales de
los hogares.
Fuente: cálculos de EAFIT, los ingresos laborales reales por hogar son el producto del empleo x los salarios
reales medios (no los medianos) deflactados por el IPC nacional.
8. Empleo formal por ramas en las trece ciudades (gráfico 8).
Durante el 2do semestre 2015, la recuperación del empleo formal en las 13 ciudades
había sido muy marcada. Sumando los datos desestacionalizados por ramas se
generaron 168,724 plazas más. Esa dinámica se perdió en el primer semestre del año
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en curso, pues se destruyeron 28,018 plazas.
Durante el primer semestre de este año, el empleo formal se elevó en cuatro ramas
que, en conjunto, generaron 82.064 nuevas plazas. Las finanzas aportaron 30.124 (el
36.7%), la construcción 32.242 (el 32.0%), el transporte-almacenamiento y
comunicaciones 14.822 (el 18.1%) y eso a pesar de que viene bajando de nivel este
año, y el comercio 10.875 (el 13.3%).
Gráfico 8. Empleo formal por ramas en las trece ciudades principales.
Fuente: cálculos de EAFIT, con base en los datos publicados por el DANE (gran encuesta integrada de hogares).
En cambio las demás ramas se destruyeron este semestre 110.081 plazas formales. De
ellas, los servicios perdieron 66.082 (el 60.8% de la pérdidas totales); los inmuebles
y servicios a las empresas perdieron 24.115 (que representan el 21.9% de las pérdidas
totales); la industria perdió 2993 plazas (el 2.7%%) y las otras ramas (agricultura y
minería suburbanas; electricidad-gas-agua) perdieron 16.082 plazas (el 14.6% de la
pérdida total.
9. Desempeño laboral de las cuatro ciudades principales (gráfico 9).
En el agregado de las cuatro ciudades principales, el empleo formal cayó 0,7% en el
primer semestre. El desempleo subió en enero y febrero (10.4%) por encima del 10%
y después se redujo (9.2% en marzo-mayo; 9.1% en abril-junio), debido a que la
informalidad subió y la participación bajó. El empleo formal se redujo en Bogotá, Cali
y Medellín, pero, aunque ha perdido dinamismo este semestre, creció en Barranquilla.
Por ciudades y comparando las cifras desestacionalizadas de abril-junio con las de
octubre-noviembre, la situación resulta ser la siguiente:
• En
Bogotá la caída del empleo formal fue del 1.1% y ha afectado sus dos
componentes, el menos y el más educado, cuyos salarios reales han bajado. La
informalidad subió hasta abril y después se redujo parcialmente; el desempleo se elevó
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primero hasta enero (10.1%) y luego volvió a caer estabilizándose alrededor del 8.4%
(dato de abril-junio), como fruto de la considerable disminución de la participación
laboral.
• En Cali el empleo formal bajó 1.2% en ese mismo período (la
mayor caída se
produjo en marzo-mayo); el componente dotado de educación superior viene
reduciéndose considerablemente desde el tercer trimestre del año pasado y sus salarios
reales han comenzado a afectarse. El componente menos educado, en cambio, ha
subido aunque está dando signos recientes de desfallecimiento. El desempleo ha
seguido bajando pero la informalidad se ha disparado.
Gráfico 9. Principales variable laborales en las cuatro ciudades principales.
Fuente: Cálculos de EAFIT con base en DANE, gran encuesta integrada de hogares
•En Medellín el empleo formal cayó 1.0% en ese mismo período (pero, en realidad
esa reducción viene acaeciendo desde marzo) arrastrado hacia abajo por su
componente carente de educación superior cuyos salarios reales han caído todo el año
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y cuya tasa de participación ha comenzado a desplomarse (el más educado en cambio
viene recuperándose a costa de salarios reales que siguen bajando). el desempleo subió
hasta marzo y luego se redujo (9.9% en junio), pero la informalidad viene subiendo
desde abril.
•En Barranquilla el empleo formal continuó creciendo (1.0% en ese mismo período)
aunque, visto el semestre en su conjunto, en realidad ha perdido dinamismo frente al
año pasado; su componente menos educado ha bajado de nivel este semestre pero
viene recuperándose (el más educado ha repuntado presionando hacia arriba sus
salarios reales y su participación). El desempleo (8.6% en junio) y la informalidad
han sido oscilantes.
10. Desempeño laboral en las nueve ciudades intermedias (gráfico 10).
Gráfico 10. Principales variables laborales en el agregado de nueve ciudades
intermedias.
Fuente: cálculos de EAFT con base en DANE, gran encuesta integrada de hogares
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En el agregado de las nueve ciudades intermedias (gráfico 10) el empleo formal
aumentó ligeramente (0.4%) entre octubre-diciembre 2015 y abril-junio 2016; el
desempleo que había subido hasta marzo (del 10.1% al 11.0%) se redujo otra vez
(10.3% en junio). La informalidad que inicialmente había subido bajó otra vez gracias
a la reducción en la participación laboral.
Por ciudades (no se anexan gráficos para no apesantar el texto), el empleo formal ha
bajado en Villavicencio, Ibagué, Bucaramanga y Manizales; se elevó ligeramente en
Pereira, a un ritmo mayor en Cúcuta y de manera muy acentuada en Montería, Pasto
y Cartagena.
• Villavicencio: el empleo formal ha venido cayendo este año (-4.7% entre 2015-T4
y 2016-T2); el desempleo se ha elevado (12.4% en junio), lo mismo que la
informalidad. La participación que había caído está volviendo a subir.
• Ibagué: la reducción del empleo formal entre octubre-diciembre y abril-junio fue
3.9%; la participación ha venido bajando desde marzo; el desempleo creció hasta
marzo y se redujo después (12.1% en junio); la informalidad también ha bajado
• Bucaramanga: la caída del empleo formal fue 3.3%; la tasa de participación viene
cayendo desde marzo; el desempleo pasó del 7.2% al 8.4% (en junio) y la
informalidad ha oscilado.
• Manizales: el empleo formal ha oscilado pero en ese período cayó 1.3%; la
participación se redujo considerablemente; el desempleo se disparó hasta abril, pero
después se redujo (9.3% en junio) y la informalidad se primero subió y luego ha
bajado.
• Pereira: el empleo formal (oscilante) se mantuvo bastante estable hasta mayo y se
recuperó en junio. En el período aumentó 0.8%. La participación subió hasta marzo
y desde entonces ha caído. El desempleo subió hasta marzo y se redujo después
(10.1% en junio); la informalidad subió hasta abril y luego cayó a medida que la
participación laboral bajó
• Cúcuta: en ese mismo período empleo formal aumentó 2.5% (abril-junio fue un
trimestre excelente); el desempleo se redujo hasta mayo pero subió en junio (15.2%)
pero la informalidad que venía subiendo se redujo en junio. Sin embargo la ciudad
sigue siendo, entre las 13 principales, la de mayor desempleo e informalidad
• Montería: el empleo formal, que viene recuperándose desde marzo impulsado por
el sector de los servicios (muy intensivo en trabajo educado, aumentó 4.3% en abriljunio frente a octubre-diciembre; la participación ha subido y el desempleo y la
informalidad que habían subido han vuelo a bajar desde abril.
• Pasto: el empleo formal sigue creciendo (aumentó 5.0% en ese período) lo mismo
que la participación laboral; el desempleo que había subido hasta febrero se redujo
(8.7% en junio) y la informalidad que había subido a comienzos del año ha vuelto a
caer.
• Cartagena: el empleo formal (6.2% entre 2015-T4 y 2016-T2) se ha recuperado de
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su caída del segundo semestre del año pasado, lo que, junto con la reducción en la
participación, le permitió volver a bajar el desempleo (7.8% en junio) y, sobre todo,
la informalidad que se había disparado. La población menos educada, ha soportado
la gran reducción de los salarios reales formales que se ha producido desde mediados
del año pasado porque su valor en mayo (1.18 SML) sigue siendo superior al que
brinda el empleo informal (0.73 SML) cuyos ingresos reales han caído más.
11. Termostato salarial en las ciudades intermedias (gráfico 11).
Casi todas las ciudades intermedias (pero también Medellín) se han dotado de una
especie de termostato salarial (gráfico 11) que controla la evolución de los salarios
formales menos calificados (carentes de educación superior) y que opera de la
siguiente manera:
Gráfico 11 Termostato salarial en las ciudades intermedias.
Fuente: cálculos de EAFT con base en DANE, gran encuesta integrada de hogares
 Cuando el empleo formal menos educado sube (o baja) sus salarios reales tienden
a subir (o a bajar) con un rezago de unos 3 trimestres (panel A).
 Cuando esos salarios reales suben, los empresarios proceden a contratar en un plazo
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breve personal más educado (panel B). El efecto es reducir rápidamente el empleo
formal sin educación superior (panel C).
 Con ello logran bajar otra vez los salarios reales de los menos educados (panel D)
Esto explica que, a diferencia de lo ocurrido en las cuatro ciudades principales (salvo
quizá en Medellín) los salarios formales de este personal hayan bajado durante todo
el año pasado en vez de elevarse en el segundo semestre, pero tiene un costo: implica
una elevada rotación de personal
12. Conclusiones.
1. El año pasado el crecimiento del PIB real se redujo sustancialmente: 3.1% vs. 4.4%
en 2014. Durante el año en curso ha seguido aminorándose (2.5% en el 1er trimestre
vs. 3.4% en el 4to 2015) y también; aunque menos, el crecimiento del valor agregado
urbano real (3.3% vs. 3.7%). En promedio y según las últimas estimaciones del Banco
de la República, durante 2016, el crecimiento del PIB podría situarse, alrededor del
2.3%
2. La desaceleración económica de 2015 se sintió con toda fuerza en las zonas rurales:
haciendo caer considerablemente el empleo asalariado. En las 13 ciudades, su impacto
sobre el E. formal, fue más moderado: cayó en el primer semestre y se recuperó con
creces en el segundo. Gracias a ello, la tasa media de desempleo se mantuvo por
debajo del 10% y la informalidad, que había subido hasta el 2do trimestre, se redujo
desde entonces alcanzando para el 4to un mínimo histórico desde 2007.
3. Durante el primer semestre del año en curso, la coyuntura laboral campo-ciudad se
ha revertido. En los seis primeros meses el empleo asalariado rural recuperó el 82.3%
de las pérdidas del 2015 gracias a la expansión del cultivo del café. En contraste, el
empleo formal en las trece ciudades, se redujo 0.6% en el primer semestre. Ha caído
en Bogotá, Cali y Medellín, pero, aunque ha perdido dinamismo, siguió creciendo en
Barranquilla. En el agregado de las 9 ciudades intermedias el E. formal apenas
aumentó ligeramente (0,4%). Cayó en Villavicencio, Ibagué, Bucaramanga y
Manizales; se elevó ligeramente en Pereira, a un ritmo mayor en Cúcuta y de manera
muy acentuada en Montería, Pasto y Cartagena.
Paralelamente la tasa desestacionalizada de desempleo que, se había elevado por
encima del 10% en el primer trimestre de este año; volvió a reducirse para el segundo
trimestre (9.3%) a cambio de un alza de la informalidad y, sobre todo, a cambio de la
reducción en la tasa de participación.
4. El empleo formal con alguna educación superior, es muy sensible al valor agregado
real urbano: había caído durante el 1er semestre 2015. Durante el 2do semestre se
recuperó parcialmente, entre otros factores por el repunte del valor agregado real
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urbano (3.4% anual vs 2.9% en el primer semestre). Durante el año en curso la nueva
desaceleración en el crecimiento del valor agregado urbano ha vuelto a reducir ese
empleo en las trece ciudades (-0.3% entre octubre-diciembre 2015 y abril-junio 2016).
Ese frenazo estabilizó sus salarios nominales y, dada la aceleración inflacionaria de
este año redujo sus salarios reales un 8.3% (marzo-mayo vs octubre-diciembre).
5. Por su parte, el empleo formal carente de educación superior es menos sensible al
PIB y más a sus salarios reales: la aceleración inflacionaria había hecho caer estos
últimos en 2014 y, en 2015, permitió estabilizarlos hasta mediados del año. Como su
demanda laboral responde, con algún rezago, a sus salarios, este empleo creció
rápidamente el año pasado. Con todo, terminó por tropezar con la escasez de mano de
obra diestra (muchos informales y desempleados poco educados; muy poco
adiestrados en los oficios requeridos); por eso sus salarios reales volvieron a elevarse
en las 13 ciudades, alcanzando en el cuarto trimestre 2015 los niveles de 2013. La
respuesta del empleo formal fue una brusca reducción a finales del año pasado,
reducción que, junto con la mayor inflación, permitió bajar otra vez sus salarios reales
que, entre el 4to trimestre 2015 y marzo-mayo 2016, perdieron 3.0%.
6. Este año, los ingresos laborales reales totales por hogar han caído. Los
provenientes de trabajadores poco educados se han reducido más que los provenientes
de trabajadores con alguna educación superior. Si las cosas siguen como van, dado
que los hogares más pobres dependen más de los ingresos aportados por sus miembros
poco educados, la pobreza podría volver a elevarse y la reducción del GINI que se
presentó el año pasado podría revertirse.
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