TeMAs Ilustración de LUCIANO LOZANO RAYA insight O resortes emocionales que cautivarán a su cliente Por EDUARDO B. ANDRADE y MARIO CAPIZZANI “N o olvidemos que las pequeñas emociones son los grandes capitanes de nuestras vidas y que las obedecemos sin saberlo”. Aunque Vincent Van Gogh no se hizo famoso por su sabiduría en marketing, esta cita suya muestra que ya en el siglo XIX captó una verdad capital que escapa a muchos hombres y mujeres de negocios hoy en día. Los especialistas en marketing saben desde hace tiempo que las emociones juegan un 58 SEGUNDO tRIMEStRE 2011 NúMERO 9 papel importante en las decisiones de los consumidores: el clásico ejemplo sería la compra impulsiva. Pero la eclosión de los nuevos medios sociales, con sus numerosos puntos y canales de participación, parece cegar a las empresas, impidiéndoles ver algunas verdades intemporales. Como cada vez más consumidores se conectan a Twitter y Facebook para dar rienda suelta a su ira o compartir lo que les gusta, las empresas pueden creer que su tarea más importante es responder a esta avalancha de información generada por consumidores ieseinsight cliente TeMAs insight Solemos fijarnos en la influencia de las emociones intensas, pero ignoramos que los sentimientos más sutiles también pueden afectar a las elecciones y acciones de los consumidores, aunque sea inconscientemente. constantemente conectados, olvidando que algunas cosas, como la volubilidad emocional, no cambian. Las emociones impregnan nuestro día a día, aunque suelen quedar camufladas por lo que en apariencia son elecciones, acciones o circunstancias racionales. Cómo y cuándo nos afectan las emociones –desde las preferencias de compra a las decisiones de inversión– es algo que sigue sorprendiendo y confundiendo a muchos directivos. Cuanto más conscientes seamos de lo maleables que son las decisiones de los consumidores, más podremos aumentar su sensación general de bienestar y satisfacción con los productos y servicios que les ofrezcamos. Tomar medidas para que tengan un estado emocional positivo puede ser muy útil a la hora de asegurar su fidelidad y promover nuestra marca. Basándonos en una exhaustiva revisión de los principios del marketing del comportamiento, examinaremos aquí cinco aspectos clave en los que las emociones afectan al proceso de toma de decisiones. Estas lecciones ayudarán a los directivos a adaptar sus estrategias para mejorar los mensajes y obtener así la respuesta que buscan en las audiencias sensibles a la emotividad. resumen ejecutivo los especialistas en marketing saben desde hace tiempo que las emociones juegan un papel importante en las decisiones de los consumidores. Pero, como indican los últimos hallazgos científicos, su influencia admite muchos más matices y es más compleja de lo que parece. Las reacciones emocionales sutiles suelen dejar más poso que las intensas; los efectos de las emociones efímeras pueden ser duraderos; a veces, la ieseinsight experiencia y la manifestación de emociones negativas pueden ser beneficiosas, y, en general, nos resulta difícil predecir y recordar lo que sentimos. Una mejor comprensión de las emociones ayudará a los directivos a adaptar sus estrategias para afinar los mensajes y obtener la respuesta que buscan, todo ello con el objetivo de maximizar la satisfacción y fidelidad de los clientes en las diferentes fases de la interacción. Los detalles son importantes Los clientes suelen ser bastante conscientes de lo mucho que las emociones intensas afectan a sus decisiones. Por ejemplo, la masificación y las largas colas en las cajas de Ikea pueden hacer que los clientes echen humo. Pero mientras se dirigen a la puerta jurando que nunca más volverán a comprar allí, puede que quieran darse el gusto de comprar impulsivamente para aliviar tanto estrés. ¿Qué ha ocurrido? Solemos fijarnos en la influencia de las emociones intensas, pero ignoramos que los sentimientos más sutiles también pueden afectar a las elecciones y acciones de los consumidores, aunque sea inconscientemente. Las emociones poco profundas, ya sean positivas o negativas, pueden provocar o inhibir acciones en los consumidores de manera tan decisiva como las intensas. A la hora de asegurarse la satisfacción y relax de los clientes cuando tratan con su empresa, conviene prestar atención a esos pequeños resortes que pueden mejorar su estado de ánimo o disipar emociones negativas y, por tanto, potencialmente inhibidoras. Una forma de aumentar el atractivo de su empresa es explorar áreas en las que pueda generar emociones positivas, que conduzcan a valoraciones favorables y aumenten las intenciones de compra. Un aroma y una música agradables pueden hacer que un cliente entre en una tienda. Una sonrisa del tripulante de cabina puede animar a un pasajero a comprar algo del carrito de duty-free. Mejoras sencillas como estas son fáciles de implementar y pueden hacer de un visitante ocasional un cliente para toda la vida. aplique la lección . El entorno desencadena reacciones emocionales sutiles, lo que a su vez afecta a la valoración que hacen los clientes del producto o servicio. Por ello, la clave es identificar esos resortes emocionales en el entorno y utilizarlos sistemáticamente para influir en las decisiones del consumidor. Se sabe desde hace tiempo que la creación de un ambiente agradable con música, perfume, SEGUNDO tRIMEStRE 2011 NúMERO 9 59 TeMAs insight cliente orld Cuando actuamos de determinada manera a causa de una emoción, nos vemos inmersos en una serie de presiones internas y externas que nos empujan a tomar decisiones similares en el futuro. luces u otros efectos provoca reacciones emocionales positivas. Pero la atención al cliente siempre es crucial: pronunciar las palabras adecuadas en el momento oportuno, mantener la calma ante un cliente alterado, hacer un esfuerzo adicional… Si su negocio presenta aspectos que pueden contribuir a un estado emocional negativo, piense en cómo puede influir para que la valoración del ambiente sea positiva. Por ejemplo, puede convertir la frustración en expectativa durante la espera en un restaurante concurrido ofreciendo al cliente un aperitivo o bebida gratuitos. el impacto duradero de las emociones efímeras Muchas compañías ya han comprendido que pueden utilizar las experiencias emocionales cotidianas y poco intensas de los clientes para influir en sus decisiones. Esa influencia a corto plazo puede tener consecuencias duraderas; podemos formarnos una opinión o comprometernos a actuar de una manera determinada al experimentar la emoción inicial, los autores eduardo B. andrade es profesor asociado de Marketing en Haas School of Business (Universidad de California-Berkeley). Es doctor en Marketing por la Universidad de Florida y licenciado en Marketing por École des HEC (Universidad de Montreal) y en Administración de empresas por la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil). Su investigación se centra en el impacto de los estados de ánimo en el comportamiento del consumidor. Es miembro de los consejos editoriales de Journal of Marketing Research y Journal of Consumer Research. 60 mario Capizzani es profesor adjunto de Marketing en el IESE. Es doctor en Administración de empresas por la Universidad de California-Berkeley, MBA del IESE, master en Ingeniería mecánica y aerospacial por la Universidad del Estado de Arizona, y licenciado en Ingeniería mecánica por Calvin College, Estados Unidos. Su principales áreas de interés en la investigación son la economía experimental y del comportamiento, estrategia de marketing y políticas de precios. SEGUNDO tRIMEStRE 2011 NúMERO 9 lo cual afectará a nuestro comportamiento en el futuro. En uno de nuestros estudios recurrimos a un juego clásico de las ciencias sociales, el del ultimátum, para corroborar que el impacto de las emociones en el comportamiento puede ser más duradero que la propia experiencia emocional. En ese juego, una persona (oferente) plantea a otra (receptor) repartirse una cantidad de dinero determinada. Si el receptor tiene la impresión de que el trato es injusto podría rechazar la oferta, con lo que ambos participantes se quedarían sin nada. En nuestro experimento, empezamos manipulando el estado de ánimo de los receptores mostrándoles vídeos que provocaban enfado o felicidad. A continuación, les pedimos que participaran en el juego del ultimátum dos veces. En la primera, el oferente planteaba un reparto injusto del dinero: el 75% para él y el 25% para el receptor. Los receptores enfadados rechazaban este trato injusto en mayor cantidad que los receptores contentos. Pese a que el rechazo implicaba quedarse sin nada, los participantes enojados justificaban su decisión por lo injusto de la oferta. Lo más curioso se produjo en la segunda partida, una vez que la reacción emocional inicial se había disipado. En este último juego, pedimos a los receptores que antes estaban enfadados que asumieran el papel de oferente, y la mayoría optó por hacer ofertas más justas. Como tendemos a comportarnos de manera coherente con nuestras acciones pasadas, las reacciones previas de los participantes desencadenadas por una emoción incidental se convirtieron en la base de las decisiones futuras. Cuando los participantes enojados decidieron rechazar la oferta injusta en el primer caso, se vieron a sí mismos como personas justas. Ese comportamiento justo –resultado del enfado que sintieron antes– se trasladó a un escenario futuro. Aunque el enfado inicial que había originado el deseo de justicia había desaparecido, el comportamiento del oferente se guió por la coherencia. ieseinsight TeMAs insight cliente Si las empresas son hábiles ante las emociones negativas de los consumidores, pueden convertir una sensación desagradable en una oportunidad que beneficie a ambas partes. Cuando una emoción nos impele a elegir un proceder, nos vemos inmersos en una serie de presiones internas y externas que nos empujan a tomar decisiones similares en el futuro. El concepto que tenemos de nosotros mismos –como personas justas, generosas o frugales, con conciencia social, conservadoras o amantes de la diversión– y el que queremos que los demás tengan de nosotros nos hacen ser coherentes en nuestras acciones futuras. Otra situación en la que el impacto de las emociones perdura más allá de la experiencia emocional en sí es cuando recordamos la valoración previa de un producto o servicio. Por ejemplo, un anuncio divertido puede hacer que el consumidor valore positivamente un producto. El consumidor recordará en el futuro la emoción positiva provocada por el anuncio, independientemente de su estado emocional actual, y ese momento feliz experimentado en el pasado guiará su siguiente decisión. Así pues, la clave es hallar maneras de conseguir que el consumidor se forme una opinión del producto o servicio mientras está de buen humor, ya que esto influirá posteriormente en su recuerdo e intenciones de compra. Coca-Cola es famosa por poner de buen humor a los espectadores con sus anuncios. Tanto en los años setenta con su canción Al mundo entero o como durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica en 2010, sus anuncios provocan una emoción positiva espontánea. Pero la decisión y la acción de comprar sus productos puede producirse días o semanas después de ver el anuncio. aplique la lección. Aprovéchese del comporta- miento coherente e invite a los consumidores a formarse una opinión cuando estén de buen humor. Las empresas pueden capitalizar la idea de coherencia que las personas tienen de si mismas para atraer clientes. Un buen ejemplo lo tenemos en el marketing de los grupos de interés. En muchos países, los comercios han sustituido las bolsas de plástico desechables por otras de tela reutilizables. Puede que al ieseinsight principio a los consumidores les moleste tener que pagar por una bolsa de tela, pero inevitablemente se sienten bien por su contribución a la protección del medio ambiente. El comportamiento coherente hace acto de presencia en cuanto se ven a sí mismos como personas conscientes de su papel en la reducción de residuos y contaminación. En este caso, el euro que gastan les compromete a tomar decisiones parecidas en el futuro, es decir, la emoción provocada maximiza el beneficio para todos los grupos de interés. experimentar y expresar emociones negativas puede ser positivo Si las empresas actúan hábilmente frente a las emociones negativas de los consumidores, pueden convertir una sensación desagradable en una oportunidad que beneficie a ambas partes. Por ejemplo, facilitando fórmulas para librarse de las sensaciones negativas. A menudo estamos dispuestos a actuar en cuanto nos lo piden, aunque solo sea para sacudirnos de encima un estado de ánimo negativo. Este fenómeno se conoce como “regulación afectiva”. En general, nos esforzamos por estar de buen humor y, cuando nos invaden emociones negativas, tomamos medidas para contrarrestarlas. Las aseguradoras nos recuerdan los muchos riesgos que corremos en la vida, pero nos brindan la posibilidad de librarnos de los sentimientos negativos comprando seguridad. Los vendedores de coches o casas, así como muchas otras profesiones, también son hábiles a la hora de inspirar emociones negativas para presionar a los consumidores, sobre todo la ansiedad y el temor a arrepentirse: “si no se decide ya, dejará escapar el coche o la casa de sus sueños”. Su intención es que la emoción negativa provoque una respuesta afirmativa instantánea. Las organizaciones benéficas nos permiten despojarnos de sentimientos de tristeza o culpa donando dinero y ofreciéndonos como voluntarios. De este modo podemos aliviar un sentimiento negativo y, además, repetir una SEGUNDO tRIMEStRE 2011 NúMERO 9 61 TeMAs insight cliente orld El sentido común nos dice que el enfado es malo para los negocios, pero en el juego del ultimátum comprobamos que puede dar sus frutos: a los receptores que expresaron un enfado mayor se les ofreció más dinero. actividad o acción que da continuidad a la emoción positiva. Algunas empresas pueden aplicar este concepto a campañas de marketing en las que una parte de la recaudación de las ventas se destina a una causa. La de American Express en 1983 para restaurar la Estatua de la Libertad es un ejemplo de manual. Cada vez que un cliente utilizaba su tarjeta AmEx, un centavo de la compra iba al fondo de restauración, y se logró recaudar los casi dos millones de dólares que costaba la obra. Además de modificar la forma en que sentimos las emociones, podemos alterar cómo las exteriorizamos. En algunos casos, disimulamos estratégicamente nuestras emociones para influir interesadamente en la reacción de un interlocutor. El ejemplo más evidente es la “cara de póquer” con la que un jugador oculta las emociones que le generan las cartas que le han tocado, una táctica común en los negocios. No solo somos buenos ocultando nuestras emociones, sino también exagerando nuestro estado emocional para obtener algún beneficio. Mediante un juego de ultimátum similar al que mencionábamos antes, descubrimos que los receptores exageraban deliberadamente su enfado para presionar a los oferentes y obtener una propuesta justa. El sentido común nos dice que el enfado es malo para los negocios, pero en este caso esa emoción negativa dio sus frutos: a los receptores que expresaron un enfado mayor se les terminó ofreciendo más dinero. De todas formas, los resultados de nuestros experimentos indican que esta estrategia solo funciona si el enfado de los receptores resulta creíble para el oferente, o sea, cuando no es totalmente fingido. aplique la lección . Algunas empresas han aprendido a manipular el miedo y la angustia (aseguradoras), la culpa y la tristeza (organizaciones benéficas) o el temor al arrepentimiento (inmobiliarias) para animar a los consumidores a comprar sus productos y servicios o hacer donaciones a sus causas. Aun así, para que esto funcione han de tenerse en cuenta dos aspectos críticos. Primero, 62 SEGUNDO tRIMEStRE 2011 NúMERO 9 el intento de provocar la experiencia negativa debe ser sutil. Si el agente inmobiliario presiona demasiado al posible comprador o si la organización benéfica culpa abiertamente al consumidor por vivir bien cuando hay tanta pobreza en el mundo, les puede salir el tiro por la culata. Segundo, el consumidor ha de estar convencido de que su acción aliviará la emoción negativa. La entidad benéfica no solo debe provocar un sentimiento de culpa sutil, sino también transmitir a los consumidores que, si hacen una donación, se sentirán mejor. En cuanto a la expresión de las emociones, hay que conocer los efectos que puede tener sobre las transacciones comerciales. Los consumidores suelen expresar su disgusto cuando hay sobreventa y no pueden embarcar en su vuelo, o cuando el coche de alquiler que han reservado no está listo a tiempo. El resultado normalmente es beneficioso para ellos: un billete de avión gratuito o la mejora del coche reservado, de un Seat Ibiza a un Audi A6, por ejemplo. Esto no siempre es así en las interacciones entre empresas. Estallar de rabia cuando algo no está listo puede ser contraproducente. Es mejor aprender a canalizar las emociones negativas para obtener resultados positivos. Realzar la decepción puede ser mucho más productivo, siempre que sepa jugar sus cartas. ¿Pedirá una prebenda o un descuento a su socio? La solución al enfado posiblemente tenga que partir de uno mismo, así que sea imaginativo y no se ande con rodeos sobre lo que espera conseguir al revelar sus emociones. Recuerdos emocionales sesgados En el plano de los consumidores, sabemos que existen sesgos sistemáticos en cómo recordamos sucesos emocionales. No realizamos una valoración media de la experiencia de consumo –un fin de semana en un hotel, por ejemplo–, sino que tendemos a destacar el punto álgido, la pendiente y el final. No podemos acceder directa o conscientemente a la memoria emocional. Recordamos qué, dónde, cuándo y cómo sucedió algo, es decir, la memoria declarativa, no la emoción ieseinsight TeMAs insight cliente El consumidor puede actuar irracionalmente en un momento de exaltación emocional. Dependiendo del sector y la situación, este comportamiento puede ser perjudicial tanto para él como para la empresa. en sí. Pero esta última sí que influye en nuestro relato posterior de los hechos, y puede condicionar nuestro comportamiento sin que lo sepamos. Cuando echamos mano de ella, la memoria declarativa provoca una nueva emoción, que puede amplificar la que teníamos almacenada. Esto tiene implicaciones para los proveedores de servicios, pues los recuerdos emocionales almacenados afectan al nivel de satisfacción y las compras recurrentes. Este dato es de suma importancia cuando, por su propia naturaleza, el servicio conlleva largas esperas u otras incomodidades. Las empresas deben encontrar la manera de moderar el contenido emocional de estas situaciones, asegurándose de que el cliente vive experiencias positivas durante sus servicios y evitando las negativas en los momentos clave de la interacción. Una experiencia negativa inesperada en el punto álgido podría afectar considerablemente al nivel de satisfacción general. Por la misma razón, los proveedores de servicios cuyos clientes repiten han aprendido cómo orientar las cosas para dejar un buen sabor de boca en sus clientes. aplique la lección . En lugar de volcarse en dar una buena primera impresión, recuerde que la última suele perdurar más en la memoria del consumidor. Pero, ¿cómo elaborar un mensaje positivo que evoque confianza y compromiso o sorprenda agradablemente? Analice las experiencias que sus clientes tienen con su negocio de principio a fin e intente lograr que concluyan en clave positiva. En algunos sectores puede ser un obsequio al final del encuentro. En otros, que el último contacto de sus clientes más importantes sea con sus mejores empleados, capaces de infundir un sentimiento de confianza y buena voluntad. Un gesto singular y positivo al final condiciona sobremanera el recuerdo de los consumidores. Lógicamente, lo contrario –una sorpresa final desagradable o dolorosa– deja muy mal sabor de boca. El grupo estadounidense de casinos Harrah’s ha ideado unas soluciones sofis- ieseinsight ticadas para contrarrestar este efecto. Hace un seguimiento de las pautas de comportamiento de los jugadores y elabora predicciones de su evolución. Gracias a estos datos, ha descubierto que cuando un cliente apuesta demasiado e incurre en pérdidas superiores a un umbral determinado –lo que se conoce como “puntos de dolor”– es menos probable que regrese al casino. Lo último que quiere Harrah’s es que sus clientes se vayan sintiéndose culpables por haber perdido mucho dinero tras jugar en exceso. Para evitarlo, ha formado un equipo de especialistas, llamados “Embajadores de la suerte”, que se acercan a estos clientes y, tras una charla agradable, les ofrecen un almuerzo gratuito en uno de los restaurantes del grupo. De este modo, los clientes acaban sintiendo que han ganado. sentimientos no previstos Los estudios muestran que tendemos a calcular mal el poder e impacto de las emociones tanto en las decisiones de compra cotidianas, relativamente triviales, como en las de mayor peso y a más largo plazo. Piense en ello: ¿cuántas veces compramos exactamente lo que apuntamos en la lista de la compra? ¿Por qué terminamos adquiriendo cosas que sabemos que no necesitamos o no nos podemos permitir? O, tras hacer números, ¿de verdad merece la pena mantener esa póliza a todo riesgo o esas acciones que no hacen sino perder valor? En nuestras investigaciones hemos comprobado que incluso calculamos mal nuestras reacciones emocionales a acontecimientos que no llegan a producirse. Un ejemplo: dos personas deciden no invertir en una empresa arriesgada. Más tarde, una de ellas descubre que podría haber ganado mucho dinero y la otra que podría haberlo perdido todo. Aunque en realidad ninguna de las dos arriesgó nada y su dinero está intacto, la que lo habría perdido todo se siente mejor que la que podría haber sacado pingües beneficios. Incluso aunque tracemos un plan al detalle y nos comprometamos a llevarlo a cabo, acabamos realizando revisiones imprevistas por no SEGUNDO tRIMEStRE 2011 NúMERO 9 63 cliente orld TeMAs insight La elaboración de un mapa emocional permite modificar las fuentes y el momento en que se producen las reacciones emocionales para maximizar la satisfacción y fidelidad del cliente. haber tenido en cuenta cómo nos sentiríamos más adelante. Una posible explicación de por qué la razón adopta un papel secundario en la toma de decisiones es el vacío de empatía en frío y en caliente. Cuando pensamos en frío, es decir, cuando somos lógicos, nos cuesta imaginar cómo el dolor, la frustración o la decepción –es decir, un estado anímico “caliente”– se impondrá a nuestra razón y guiará nuestros planes. La aversión que experimentamos nos lleva a tomar medidas para restaurar el estado de satisfacción o equilibrio previo. En el caso de los jugadores, la frustración les lleva a correr más riesgos con la esperanza de compensar las pérdidas. Si vamos al supermercado con el estómago vacío, compraremos más comida de la que podemos consumir. Los inversores se aferran a las acciones con las que pierden dinero durante demasiado tiempo porque mientras las pérdidas lo sean solo “en papel”, la decepción no es la misma que cuando se lo dicen a su cónyuge o las incluyen en su declaración de la renta. Los estudiantes que se entusiasman al visitar su futuro campus universitario ni se imaginan que en un año sus emociones serán muy diferentes. el mapa de las emociones figura 1 Para las empresas, reconocer que las emociones desempeñan un papel más importante y complejo en la toma de decisiones es el primer paso para estudiar y desarrollar técnicas con las que relacionarse mejor con los clientes. ¿Por qué y cómo nos desviamos de nuestros planes? ¿Por qué no somos más conscientes del influjo que tienen las emociones en nuestro futuro? Para responder a estas preguntas, realizamos varios experimentos mediante tres apuestas secuenciales. Descubrimos que en la fase de planificación los participantes se muestran conservadores. Imaginan que apostarán menos tras una pérdida prevista y la misma cantidad tras una ganancia prevista. Pero cuando experimentan esa pérdida en la primera apuesta, revisan su plan conservador: en lugar de jugar con menos, terminan apostando una cantidad considerablemente mayor. Esta desviación resultó especialmente marcada en los participantes que en la fase de planificación habían subestimado la intensidad de su reacción emocional a las pérdidas. aplique la lección . Los consumidores pueden actuar irracionalmente en un momento de exaltación emocional. A no ser que esté en juego un compromiso importante, la desviación del plan se producirá cuando las emo- idEntifiqUE E intERVEnGA En LoS MoMEntoS cLAVE dE LA RELAciÓn EntRE SU EMPRESA Y EL cLiEntE. 1 ¿Qué mejoras puede aplicar para promover un ambiente positivo? ¿En qué momentos de su relación? 64 2 ¿Qué elementos pueden ayudar a que los clientes hagan sus valoraciones cuando están relajados y de buen humor? ¿Cuáles facilitarán un comportamiento coherente? SEGUNDO tRIMEStRE 2011 NúMERO 9 3 ¿Detecta oportunidades para eliminar o calmar los estados emocionales negativos? 4 ¿Brinda a sus clientes la posibilidad de dominar sus impulsos para que no tomen decisiones en caliente de las que luego puedan arrepentirse? 5 ¿Ha pensado cómo generar confianza o sorprender gratamente, sobre todo al final de los encuentros? ieseinsight TeMAs insight cliente ciones provoquen reacciones impulsivas. Dependiendo del sector y la situación, este comportamiento puede ser perjudicial tanto para el consumidor como para la empresa. Un ejemplo directamente relacionado con nuestras apuestas secuenciales son las loterías estatales. En Estados Unidos recaudaron más de 56.000 millones de dólares y reportaron unos beneficios de más de 17.000 millones a los gobiernos de los estados en 2006. Si los juegos introducidos para recaudar dinero son secuenciales, pueden inducir al consumidor a gastar en demasía, a menudo entre los ciudadanos más desfavorecidos, lo que pone en entredicho su diseño, dirigido supuestamente a maximizar el bienestar. Desde luego, para los inversores, aferrarse a acciones con las que pierden dinero o lo contrario, vender demasiado pronto acciones con las que ganan para sentirse orgullosos o evitar el posible sentimiento de vergüenza por posteriores pérdidas, no es ni racional ni beneficioso para su cartera. Puede que los consumidores necesiten algo parecido a los “Embajadores de la suerte” de Harrah’s, un recordatorio amistoso que rompa el hechizo de la emoción y evite daños excesivos a su bienestar financiero. Es algo que los bancos y las entidades crediticias no hicieron en los años previos a la reciente crisis financiera global, cuando faltaron a su deber de rebatir la falsa ilusión de que cualquiera podía ser propietario. De todas formas, en general el sector financiero brinda a sus clientes la posibilidad de domar sus emociones y el gasto impulsivo. Los bancos nos invitan a hacer aportaciones automáticas a planes de pensiones o nos recuerdan que debemos destinar más dinero al fondo destinado a la educación superior de nuestros hijos. Siguen la misma lógica los programas de autoexclusión para jugadores compulsivos, quienes, en frío, pueden hacer que un casino les prohíba la entrada si sufren una recaída. Además de las intervenciones, el empleo de técnicas de compromiso previo puede hacer que los clientes recuperen o no pierdan el norte y, de ese modo, aumentar su nivel de satisfacción. Lograr que se comprometan a seguir estrategias de ahorro impide descubiertos a fin de mes o esas extravagancias del periodo navideño y el consiguiente arrepentimiento que solo alivian los buenos propósitos de Año Nuevo. Analice qué aspectos de su negocio predisponen a impulsos emocionales perjudiciales ieseinsight para los consumidores y, por tanto, para su empresa si a la larga los acaba perdiendo. Mapa emocional No hay duda de que las emociones influyen en las decisiones de los consumidores, pero, como indican los últimos estudios científicos, ese impacto admite muchos más matices y es más complejo de lo que parece. Para aprovechar al máximo las ventajas, las empresas han de identificar y gestionar hábilmente esas emociones (ver la figura 1). La elaboración de un mapa emocional permite identificar las principales fuentes de emoción que experimentará el consumidor cuando interactúe con la empresa. Esa información ayuda a modificar las fuentes y el momento en que se producen las reacciones emocionales con el fin de maximizar la satisfacción y fidelidad del cliente en cada una de las fases de la relación con él. Para lograrlo es necesario comprender cómo y cuándo las emociones operan e influyen en el comportamiento. Este artículo es un primer paso en esa dirección. Ahora es su turno. para saBer más n n n n n Andrade, E. B. y Van Boven, L. “Feelings Not Foregone: Underestimating Affective Reactions to What Does Not Happen”. Psychological Science 21, nº 5 (2010): pp. 706-711. Andrade, E. B. y Ho, t. H. “Gaming Emotions in Social Interactions”, Journal of Consumer Research 36 (diciembre de 2009): pp. 539-552. Andrade, E. B. y Iyer, G. “Planned Versus Actual Betting in Sequential Gambles”. Journal of Marketing Research 46 (junio de 2009): pp. 372-383. Andrade, E. B. y Ariely, D. “the Enduring Impact of transient Emotions on Decision Making”. Organization Behavior and Human Decision Processes 109 (2009): pp. 1-8. Andrade, E. B. “Behavioral Consequences of Affect: Combining Evaluative and Regulatory Mechanisms”. Journal of Consumer Research 32 (diciembre de 2005): pp. 355-362. 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