fundiendo sus voluntades

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FUNDIENDO SUS VOLUNTADES
Glosas a Jesús Orta Ruiz -El Indio Naborí-
Odalys Leyva Rosabal
PRÓLOGO
El humanismo de Jesús Orta Ruiz y su expresión culta, nos seduce como a tantos
bardos cubanos y nos invita a glosar sus décimas, llenas de resortes expresivos, de
armonía donde aparece la circunstancia, la existencia con sus requiebros y dolores; el
arte de un poeta que le canta a la vida y a la muerte con la misma fuerza, que funde
sus voluntades para entregar la maestría de sus textos; asume ese aluvión de versos y
cautiva con la magnificencia más vibrante. Es considerado el decimista cubano más
importante del siglo XX. El Día Iberoamericano de la Décima y el verso improvisado se
celebra el 30 de septiembre, en honor a su fecha de nacimiento.
Substancialmente improvisador, con una albacea de reminiscencias, que permitió que
a la velocidad de la luz este poeta lograra juntar sus acordes y ofreciera la décima
penetrante y lista a publicar, es sin dudas el poeta improvisador que más público ha
logrado reunir en la historia de la décima para disfrutar la exquisitez de su oralidad.
En agosto de 1955, en el estadio habanero de Campo Armada, junto al poeta Ángel
Valiente, dejaron para la historia la “Controversia del siglo”, con la participación de
miles de observadores; es un hecho sin precedentes en las reminiscencias de la
décima. Naborí con un caudal de emociones y con su excelente afinación logró atraer
tanto a seguidores de la décima como aquellos que lo descubrían por vez primera; ha
sido el más popular de los improvisadores cubanos, y además el poeta decimista más
glosado.
Contaba Naborí con un estilo elegante y sensible, lleno de imágenes, capaz de
esclarecer el tema más difícil, estaba dotado de un fino humor, fue él quien se adentró
entre la senda de lo culto y lo popular, para procurarse esa voz de pueblo. Es ese
hombre insular, que ha logrado transgredir las fronteras, y hacerse querer en
Hispanoamérica.
Los soportes expresivos de su poética tienen el don de la permanencia, la hilaridad, el
desenfado, la certidumbre que hace palpitar al verso, afirmación de la palabra, énfasis
entre lo inmediato y lo oculto; en sus poemas están los paisajes, los protagonistas de
sus días, la intuición saludable, el placer de lo reflexivamente idílico, los linderos y los
vestigios de un hombre que es capaz de contaminar con su memoria poética a los
acuciosos lectores que toman sus versos y los hacen pulsar como a las cuerdas de un
laúd.
Es una de las voces poéticas más interesantes que ha dado nuestra lengua, su
pensamiento renovador, la singularidad de su poesía, el lado más humano de su decir
es el que ha tocado las fibras de los poetas que lo glosan y quedan genuflexos ante su
obra, el arte de revelar sus textos del alma, su grito poético que transgrede los
umbrales y llega permitiéndonos fundir sus voluntades o fundir las nuestras con todo
el respeto hacía un hombre que cantará por siempre, en ese eterno retorno donde los
seres magnánimos, ofrecen su luz más allá de el pulso del tiempo.
Odalys Leyva Rosabal. (Las Tunas, 21 de abril de 2013.)
I
DE TU INEFABLE SENTIR
ODALYS LEYVA ROSABAL (SAN JOSÉ DE LA PLATA, LAS TUNAS, CUBA, 1969)
A SEMEJANZA DE DIOS
¿Y tu sombra va detrás?
¿A qué sombra te refieres?
tú eres una sombra y eres
una sombra nada más.
Jesús Orta Ruíz.
En realidad no me asombra
ver fantasmas tras de mí.
He descubierto y yo vi
detrás una negra sombra.
Y mi legado que nombra
te pregunta: ¿dónde vas
en ese inusual compás
que más bien es un descuido?
Yo voy con el pecho erguido.
¿y tu sombra va detrás?
No soy la nube del cielo
que va dejando una estela,
tampoco soy la candela
que improvisa su otro vuelo.
Tú no me causas desvelo
si imitas mis pareceres.
Eres mi sombra y prefieres
ser la imagen de otro hombre
pues Dios tiene un solo nombre
¿A qué sombra te refieres?
El Todo busca en los trotes,
en usuales crucigramas,
el pez suelta sus escamas
detrás de tantos barrotes.
Mejor no te pongas motes
que escandalicen los seres.
Son ardides de mujeres
que alocan siempre el retorno.
El cráter no suple al horno
tú eres una sombra y eres.
La imitación de mi verso,
el paso de la obediencia.
La nube nunca es violencia
sólo te vuelve en lo terso
de un maniático universo
que suelta en el éter gas
la noche que poco das.
La selva no tiene adioses
eres sombra de los dioses
una sombra nada más.
NIEBLAS
No hay iris. Se difumina
el color de las violetas
y convivo con siluetas
en un mundo de neblina.
Jesús Orta Ruíz.
Qué triste cuando las flores
se distancian del camino
y hasta el ángel peregrino
duerme sus sueños mejores.
Vuelan libres ruiseñores
donde el arte se encamina.
Y lo sufre la retina
con el árbol de sus cruces,
el ojo cerró sus luces,
no hay iris. Se difumina.
El mar sólo es un sonido
y los arboles la danza
con el aire cuando avanza
hasta formar un quejido.
La nitidez se ha perdido,
el cielo luce sus vetas
con esas dagas secretas
como una enorme partida,
duele al fondo de la vida
el color de las violetas.
Se me escapan los luceros,
el agua trivial del río,
todo se convierte en frío,
en humildes sonajeros.
Los colores y los fieros
empujes de las cometas,
hacen sentenciar las grietas
en mi andar crucificado,
se me desangra el pasado
y convivo con siluetas.
La suerte viene en el todo,
Dios nos brinda la esperanza,
lo fiel que la luz alcanza
más allá del acomodo.
Mi cuerpo sabe el recodo
y con tus ojos camina,
el dolor es ostra fina
orientada en suave brillo,
se me ha perdido el ovillo
en un mundo de neblina.
ISLA DE SUAVES ACUARELAS
Viajera peninsular
¡cómo te has aplatanado!
¿Qué sinsonte enamorado
te dio cita en el palmar?
Jesús Orta Ruiz.
Isla, radiante, emotiva
¿qué estrella busca tu frente?
¿será que nace un torrente
filosofal que se aviva?
El vuelo fiel del escriba
viene en su paso lunar.
El pez que nada en el mar
llora su triste acertijo
Isla, besa el crucifijo,
viajera peninsular.
¿Qué sabes de muro y cruz,
de un demonio mal herido?
Vives el vuelo perdido
que se esconde en su testuz.
Isla, sostén tu capuz,
muestra tu escote dorado,
lo verde en un sueño alado
es un pincel de utopía,
en su leve melodía
como te has aplatanado.
El mar, música entre velas,
peces en la reciedumbre;
el sol navegante cumbre
impregna sus acuarelas.
Duran libres las estelas
de un pensamiento invernado.
La isla tiene un tejado
no de cristal, si de palmas.
¿Quién ilusiona las almas?
¿Qué sinsonte enamorado?
El mar novio caprichoso
seduce la grácil tierra
y de su novia se aferra
para invadir su reposo.
Matrimonio melodioso
donde el agua hecha a cantar.
¿cómo sedujiste al mar
Isla, alegre y vanidosa?
¿Quién te regaló la rosa
te dio cita en el palmar?
RITUAL DE LA PARTIDA
¡Ay, ¿quién le abrió tan de prisa
la tranquera de otro mundo?
¡En qué pozo tan profundo
se le cayó la sonrisa!
Jesús Orta Ruiz.
La Parca, oscura, luctuosa
tiene dolor y abandono.
No soy yo quien desmorono
el llanto infiel de la rosa.
Con el puñal, caprichosa
daña pero nunca avisa.
¿En qué lugar da su risa
a los vivientes humanos
que ya no ciegan sus granos?
¡Ay, ¿quién le abrió tan de prisa.
Tiene un quejido que aborta
los terrores de la mente,
en adagios de serpiente
rompe el ritual, todo corta.
La crueldad nada le importa
en ella nada es fecundo,
confunde lo nauseabundo
con la rigidez del sable.
Abre la muerte culpable
la tranquera de otro mundo.
Nadie sabe la ventaja
de partir hacia otra vida.
¿En qué virtud socorrida
la muerte el sol agasaja?
Sus arpegios no relaja
todo canto es iracundo
confunde a cada segundo,
tapa el ojo con la venda.
¿A dónde lanzó la ofrenda?
¿En qué pozo tan profundo?
Naufraga la flor y el nombre,
el yugo, el envés del rito;
todo pecar es marchito
donde se desnuda el hombre.
Que el augurio no se asombre
se nos fugó la vigilia,
en lo fatal nos exilia,
perdimos la marejada.
y a la esperanza enrejada
se le cayó la sonrisa.
UNA VOZ QUE SE CONMUEVE
Va librando mis pies flojos.
¡Ay, quién me diría que
los ojos que ayer canté
hoy fueran mis propios ojos.
Jesús Orta Ruiz.
En sublime levedad
se mueve la luz del día
y lo que ayer fue utopía
se convierte en realidad.
Vivo la felicidad
que acaricia mis antojos.
Ya no me quedan enojos,
la vida es astro encendido
que apartándome el quejido
va librando mis pies flojos.
La visión tiene su encanto,
es el amor donde Dios
me sacude y luego nos
envuelve en audaz quebranto.
Ayer lo verde era un manto
que me llenaba la fe.
Le pregunté a Dios: ¿por qué
mis ojos no ven la luna
si era mi mejor fortuna?
Hay quién me diría que
tú guiarías mi reflejo,
mis pasos, la misma vida
como suerte socorrida
en el envés de mi espejo.
Se me torna un ovillejo
el verso que no se ve,
en tus ojos va el café
que pruebo de luz temprana,
regresan en la mañana
los ojos que ayer canté.
Transito como si fuera
una voz que se conmueve
entre la lluvia y la nieve
sufriendo la primavera.
Sin ver las flores, la espera
se convierte en desalojos.
¿A dónde los lirios rojos
estremecen mi linaje?
No pensé que tu paisaje
hoy fueran mis propios ojos.
ADVENIMIENTO
Aquí estoy en los felices
días que luego han venido
como el árbol que ha crecido
aferrado a sus raíces.
Jesús Orta Ruiz.
La vida inefable sueño
hace crecer la esperanza,
la nitidez nos alcanza
contra la flecha y el lecho.
¿Quién martiriza el empeño
para cejar los deslices?
Vivimos en los matices
de enamorados retratos.
Estoy en los días gratos,
aquí estoy en los felices.
Cada reino tiene un Rey,
un mando, golpe violento
que crece desde el tormento
para sacudir la grey.
Todo universo es la ley
de Dios en mejor sentido.
¿Existe amor sin Cupido?
Eva le predijo a Adán:
sé que nos faltará el pan.
Días que luego han venido.
Retornan sin dar la seña
los apóstoles de Cristo,
padecemos a Mefisto
y somos del árbol leña.
¿Qué diablo el mundo despeña?
Sin mencionar un cumplido
un ave dañó su nido
y a la muerte nos mudamos;
hacia el altar regresamos
como el árbol que ha crecido.
La isla siempre es mi canto
padeciendo sus dolores,
la isla y sus estertores
con las legiones de espanto.
¿Qué musitado quebranto
necesita meretrices?
Cuando la bandera ices
verás un duende confeso,
sigo de la palma preso
aferrado a sus raíces.
JUICIO DEL ASOMBRO
y si acaso no te asombra
lo que digo que te asombre:
tú eres la sombra de un hombre,
yo soy un hombre sin sombra.
Jesús Orta Ruiz.
Y si acaso no te asombra,
yo me asombro del hechizo
de mi insigne cobertizo
tú vuelves a ser la sombra.
Si en los puntales escombra
el Minotauro es enfado.
El laberinto ha violado
y Ariadna maldice al reo,
te propones Odiseo
me asombra verte asombrado.
Hay un destino letal
es que deshago el entuerto
donde un asombrado muerto
bendice el juicio final.
Ardid de giro infernal
brinda el peñasco sin nombre
con el silbido de un hombre
que ser la imagen disfraza,
adagios de mala raza,
lo que digo que te asombre.
No condeno la ciudad
ni al ángel crucificado
ofrece todo enrejado
un grito de soledad.
Se mutila la otredad
y me duele que se escombre.
El suicida tiene un nombre
que no lo aparta del mal.
Yo soy un ser inmortal
tú eres la sombra de un hombre.
Puede que exista un disparo
que me aleje las gaviotas
y lloren sus alas rotas
los naipes del desamparo.
Tiene la vida un mal faro
que no alumbra sólo escombra
y si acaso no te nombra
el llanto del crucifijo
recuerda que el ángel dijo:
“Yo soy un hombre sin sombra”.
FILOSOFÍAS
Y luego en el ataúd,
velas, flores, lagrimear
y tu ansiedad de cantar
en una blanca quietud.
Jesús Orta Ruiz.
Les traigo mis profecías
vengo con luces y efluvio,
he nadado en el Danubio
y aparté las herejías.
Desterré filosofías
adonde el hambre es laúd
que llora la multitud,
al quejido más amargo.
Primero duró el letargo
y luego vi el ataúd.
Eran tantos los conjuros
que sufrí las maldiciones,
nostálgica de aluviones
maldije piedras y muros.
En el destino hay oscuros
pasos que llegan al mar.
¿Qué me ha trazado el azar?
tal vez una catarata,
la fiera que sufre y mata,
velas, flores, lagrimear.
Quedaron sus sueños mudos
y la voz se fue en el ave,
la atadura fue la clave
que llenó el amor de nudos.
¿Por qué marchó sin saludos
y sin volver al palmar?
Ya no quiere despertar
el ángel de mi quebranto
¿por qué se ha dormido el santo,
y tu ansiedad de cantar?
Ahora tengo la atadura
donde hasta el agua es inerte,
sin ti la lluvia no vierte
¿dónde está tu travesura?
La tarde es una fisura
que no me invita al laúd.
Qué lóbrega lasitud
me deja lo dulce amargo
todo se torna un letargo
en una blanca quietud.
ISLA FRUTECIDA
Pensaste que ya en tu frente
jamás habría una sombra,
que no tendría tu alfombra
de lirios, un cardo hiriente.
Jesús Orta Ruiz.
Hay un cinturón de agua
alrededor de la isla,
un muro que flor aísla
y pesadumbre desagua.
Frutos esconde en su enagua
como pasión reverente,
olas de gracia elocuente
saben de dolor y llanto
un cuerno viste de espanto
pensaste que ya en tu frente.
El cintillo era de ruego,
el árbol de mala espina
soltaba su parafina
a los temores del fuego.
Al mar rugiente me entrego,
maldito dolor que escombra
el dolor que todo nombra
y entre maldiciones pasa.
(Me juraste que en mi casa
jamás habría una sombra).
Quise volar mis deslices,
conocer nuevas ciudades
y dividí mis mitades
sin fraguar otros matices.
(El hombre tiene raíces
que a la multitud asombra
y vuelve a ser lo que nombra
el secreto de Aladino,
la falta de pan y vino
que no tendría tu alfombra).
Se necesita el denuedo,
la gracia de la fortuna,
donde la belleza es una
arboleda contra el miedo.
Tiene el destino un torpedo
donde la arena es caliente.
¿En qué ciudad maldiciente
un juez preñó la ironía?
¿Quién plantó en la luz del día
de lirios, un cardo hiriente?
AÑORADA NIÑEZ
Mi niñez descalza y pura
como la misma ignorancia
me viene por la fragancia
de una guayaba madura.
Jesús Orta Ruiz.
En San José de la Plata
acaricié los bemoles
de los ancestros, los soles
que pinté (¡Cómo arrebata
ver los frutales!) La mata
hizo del indio aventura.
Conocí la desventura
de no jugar con grumetes,
tuvo muy pocos juguetes
mi niñez descalza y pura.
El lápiz y la libreta
no faltaron en mi casa,
la escuela me dijo: pasa,
como quien sacude y reta.
Jugué con una cometa
en el potrero y la estancia.
Tiene la vida una rancia
desnudez, la sed culpable,
un fantasma indeseable
como la misma ignorancia.
Tengo días que convocan
a buscar panes y peces,
pero los mismos reveces
en mi pecho se sofocan.
Los naufragios se desbocan
en ciudad sin elegancia
donde el vino no se escancia
y Cristo llora en el lecho;
a veces lo insatisfecho
me viene por la fragancia.
Dicté en la tierra mis loores
para buscar acertijos
y sufrí los crucifijos
de quien planta sus rencores.
El árbol sabe sus flores,
el diluvio que se cura
más no acierto travesura
que nueva isla pretende.
Trajo la mitad el duende
de una guayaba madura.
SUELTA CHISPAS EN LA ALTURA
Brillan luces voladoras
tan sueltas sobre la casa,
como luminosa masa
partida en tenues auroras.
Jesús Orta Ruiz.
La noche tiembla de encanto
en la piel todo se agita,
y una nube resucita
para esconder el espanto.
No habrá lugar para el llanto
me seducen muchas floras.
En el bajel no hay escoras
solo un fulgor misterioso,
a donde mi vista poso
brillan luces voladoras
El cielo ofrece su lumbre
como amable desatino
para alumbrar el camino
y al llano desde la cumbre.
Existe una pesadumbre
que con el silencio pasa.
Una estrella es leve brasa
que se pierde en la negrura,
sobran chispas en la altura
tan sueltas sobre la casa.
Con una alegre armonía
el hogar brinda su gozo,
las estrellas en el pozo
reflejan su pleitesía.
¿Qué sutil algarabía
muestra la pasión escasa?
El cielo la luz amasa
y borda su grácil huella,
ha enviado una doncella
como luminosa masa.
El patrio el ángel disfruta
aunque padece su mesa
un dolor que el tiempo besa
sin desbordarse la fruta.
Canto mi luz y una gruta
no sucumbe en las demoras.
¿Quién brinda las veladoras
para alumbrar el hastío?
La luna brinda su brío
partida en tenues auroras.
ESPLENDOR A SEMEJANZA DE DIOS
Amor bálsamo en la herida
y sol risueño en La frente
es el Génesis la fuente
universal de la vida.
Jesús Orta Ruiz.
Adán, Eva: dos pecados
la espina que crece doble,
detrás de un ensueño noble
y al frente los lacerados.
El placer en los laureados
ha de bendecir la vida.
El Paraíso la brida
donde el hambre daña al potro,
puso la cura en el otro:
amor, bálsamo en la herida.
El hombre mintió, no reza,
disfruta las bacanales,
sigue la bruma, los males
adonde el Infierno empieza.
Presume con sutileza
el magma, su nuevo ente.
El esplendor de repente
le muestra a su padre Dios;
lleva escondida la tos
y sol risueño en su frente.
Sufre su luz y se exhibe
al transgredir la frontera,
el hombre que reverbera
no siempre de sueños vive.
El amor se desinhibe
y pasa después del lente.
La manzana es esa fuente
con sabores al desnudo,
tiene arpegios, no lo dudo,
es el Génesis la fuente.
Placer, no es esa locura
que echa las pieles al horno,
amor no es ese soborno
de lo que no tienes cura.
Amor es esa ternura
de la boca frutecida,
amor es otra estampida
donde se acaba la herrumbre,
es la más preciada lumbre
universal de la vida.
EL ARTE DEL AMOR
No veas dos unidades
juntas por afinidad,
sino una misma unidad
uniendo sus dos mitades.
Jesús Orta Ruiz.
Vamos juntos hasta el pozo
a vivir los manantiales,
para pulir los cristales
en el más dócil retozo.
Tu cuerpo sublime rozo
y nacen perpetuidades;
trae la luz sublimidades
para alumbrar los gemidos,
nuestros cuerpos van fundidos
no veas dos unidades.
Más allá de la distancia,
del placer y los clamores,
de las manos y sus flores
y de la eterna fragancia.
Cuerpos donde la elegancia
se viste de la lealtad.
No existe la vanidad
el amor es todo exceso,
nuestras bocas dan un beso
juntas por afinidad.
Somos el fragor, la llama,
unidos de pensamiento,
no hay lugar para el lamento,
sólo el amor nos reclama.
Nos guardamos la soflama,
ritos de felicidad.
El amor es libertad,
la perla en igual reinado,
no es un jardín separado
sino una misma unidad.
Si el mar separa la tierra
y nos daña las raíces,
y si aparecen deslices
que nos suelten a la guerra,
de seguro que se aferra
mi ser a tus voluntades.
No habrá sitio para el Hades,
si no una estrella encendida.
¡Somos isla frutecida
uniendo sus dos mitades!
SEMILLA DE TU MIRADA
Sus ojos ebrios de llano
se achican de sol y viento
bajo el amparo mugriento
de un sombrerito de guano.
Jesús Orta Ruíz.
Regresa como ángel puro
cantándole al horizonte
entre el quejido del monte
y en el farallón oscuro.
Supo de cercas y muro
de lo alegre y el desgano
con un verso en cada mano
subió fuerte a la montaña
y temblaron en la hazaña
sus ojos ebrios de llano.
¡Qué mirada de paisaje!
¡Qué galán que no lamenta
el cristal de la tormenta
cuando comienza su viaje!
El lirismo de equipaje
suprime todo tormento
sin vacilar el lamento
echa flor de la semilla
y los potros de la orilla
se achican de sol y viento.
Toda la sustancia humana
busca briznas en su aureola;
la piel su llanto no inmola
la libertad le desgrana.
El placer de la sabana
es el más grato aposento,
un fruto para el sediento,
verdor de sublime trigo
¿quién ha perdido un amigo
bajo el amparo mugriento?
Marcha y vienen adivinos
a nombrarle su algazara;
¿Qué duende es el qué dispara
y llora sus torbellinos?
¿quién soslayó sus caminos
sin salvar el eco humano?
¿qué noble pincel ufano
desnudó su cabellera?
¿quién pintó la primavera
de un sombrerito de guano?
LOS REYES Y SUS MALES
En aquellos tiempos rudos
en que apenas el pan tuve,
por estas calles anduve
niño con los pies desnudos.
Jesús Orta Ruíz.
(Me lo dijo Miguelito una noche de luna llena).
Lo triste bajó de arriba,
la carencia hasta del credo
donde musitaba el miedo
como barco a la deriva.
Como quien el mal derriba
vi de la soga los nudos.
El tiempo nos trajo crudos
designios de los adioses
y se marcharon los dioses
en aquellos tiempos rudos.
Engañé con los cristales
a los amantes del brillo,
lloré como monaguillo
el áspid de tantos males.
Los reyes todos iguales
vieron que hasta el astro sube
y de la tierra a la nube
se desafió la pobreza
hubo días de fiereza
en que apenas el pan tuve.
Lo celestial del engaño
quiso parar los jazmines
quedamos como arlequines
en otro espacio aledaño.
En las cruces del estaño
no hubo Dios, sólo un querube,
me desafió pero hube
de saltar cada frontera,
con la vista prisionera
por estas calles anduve.
Duele ver a las vidrieras
llenas de dulces tan finos,
ser un niño en los caminos
que traduce las banderas.
Un niño con sus maneras
de desafiar los escudos;
un ángel sin los menudos
para comprar la esperanza
y logro ser en la danza
niño con los pies desnudos.
VOCABLOS CON VIDA.
Me queda por decir no sé qué cosa
que me parece inusitada y bella.
He gastado palabras como estrella,
Rocío, rosicler, sonrisa, rosa.
Jesus Orta Ruíz.
A través de las dudas tú me llamas
y no sostengo copas de amargura;
el dolor de mi piel, sales supura,
y el árbol ha perdido nuevas ramas.
Puede el pez maldecir a sus escamas
negar de lo inefable la tortura,
el astro en mi endeblez no tiene cura,
tampoco negaré si tú me amas.
He buscado en el tiempo toda huella,
me queda por decir no sé qué cosa
he gastado palabras como estrella.
Tal vez de la frontera soy la esposa,
la guitarra pactando su querella
la sangre encarnecida por la rosa.
HUELLAS DEL ALMA
Y en lo pobre del verso y de la prosa
no he logrado atrapar el alma de ella.
La he visto fugitiva mariposa
o pájaro con alas de centella.
Jesús Orta Ruíz.
Huyendo del demonio que me acosa
abrí los pedregales del recuerdo,
tú estás en las sonatas que ahora pierdo
y en lo pobre del verso y de la prosa.
Una dama sin luz es caprichosa
¿quién dice que mis labios siempre muerdo?
Habló un hombre de paz: “claro concuerdo,
la he visto fugitiva mariposa.”
El mundo en su bregar duele la huella,
Un hombre mira al cielo, da su grito:
“no he logrado atrapar el alma de ella”.
Será que el bienestar el alma cella,
una paloma salta al infinito
o pájaro con alas de centella.
SENETUD
Cuando callo, la escucho y la medito
pero se pierde en el poema escrito.
Me queda poco tiempo de palabra.
Me desespera lo que nunca encuentro,
¿y he de morir sin que mi mano abra
puertas al ave que me canta adentro.
Jesús Orta Ruíz.
En su ausencia mi llanto se revela
pero se pierde en el poema escrito,
he llorado su andar el infinito
que no logro alumbrar con una vela.
La vida en sus puntales, la secuela:
es puente a los volcanes, lo marchito
cuando callo la escucho y la medito
al derrumbe floral de la acuarela.
Es el feroz sollozo de la noche,
me queda poco tiempo de palabra
existe algún enigma junto al broche.
El signo no será de abracadabra,
la puerta no ha cedido ante el derroche
y he de morir sin que mi mano abra.
SUEÑOS A LO INMENSO
De aquí soñando mañanas
esplendidas de futuro
salí con un bosque oscuro
y aquí estoy, bosque de canas.
Jesús Orta Ruíz.
El viento, piedra desnuda
subleva todo murmullo,
como el ser que sin orgullo
en los arboles se escuda.
El estertor que sacuda
todas las glorias tempranas
temblará con las paganas
formas de adorar el cielo
mientras yo sostengo el vuelo
de aquí, soñando mañanas.
La magia tiene una esquiva
forma de andar el retozo
la piedra sale del pozo
y se nos muestra evasiva.
Sigo la orilla más viva
para sacudir el muro.
El cobarde es inseguro
a todo le ve su roca
mi cuerpo las sendas toca
espléndidas del futuro.
El espejo trae violines,
la cabellera incendiada,
¿Qué suerte disimulada
me azota los querubines?
He de pasar los jardines
sin quedarme en el cianuro,
ni en el dolor prematuro.
Toda cruz tiene su invierno
aunque fustigo el Infierno
salí con un bosque oscuro.
Una ciudad es linaje
de seres, lo diferente,
cada hombre es otro puente
para descubrir el viaje.
El polvo sabe el encaje,
viejo de sendas humanas:
la muerte y sus caravanas
le dan al siglo raíz;
yo aparté la cicatriz
y aquí estoy bosque de canas.
ESCALADA
El progreso me ha borrado
la cañada y la arboleda
pero mi recuerdo queda
todo como dibujado.
Jesús Orta Ruíz.
Nací flecha en los temores,
viví de adentro hacia afuera
no maldije la frontera,
me bebí los sinsabores.
Hoy me azotan estertores,
laberinto imaginado,
¿Por qué pasar el cercado
infiel de lo necesario,
cuando un astro lapidario
el progreso me ha borrado?
Siento la paz fecundada
del dolor como descuido,
para entregar el gemido
sólo me falta la espada.
Una cerca imaginada
en mi vientre se remeda
y me ahogo en la humareda
como cisne es sueño magro
y me sobra del milagro
la cañada y la arboleda.
Vivir la luz del progreso
es acertar en la cumbre,
transfigurar la costumbre
vivir con la isla en peso.
Las alas son lo no preso,
lo vivo que nada enreda,
los arpegios del aeda
con su suerte prometida ;
tuve el albor, la salida
pero en mi recuerdo queda.
La paloma con sus alas,
feliz de todo destello,
el ritual junto a lo bello,
pero el demonio: las balas.
Borde fatal donde exhalas
el partir con el pecado.
Todo regreso es lo amado,
cada partir la herejía,
queda el paisaje en la vía
todo como dibujado.
ESCULTOR
La vida nos da una piedra tosca
cuando entramos
en su taller difícil.
Jesús Orta Ruíz.
La vida nos da una piedra
tosca cuando entramos, rudos,
soltamos los pies desnudos
y acariciamos la hiedra.
¡Qué cincel el que se arredra
a desafiar a lo inerte!
(Los martillos de la suerte
son gloria del grabador
que cincela el escozor
inhumano de la muerte).
NOCHE DE TOROS
Surge la luna.
del toro de la noche
cuernos que alumbran.
Ladran los perros.
Se asustan de la noche
y el silencio.
Los gallos cantan
Miden de pico a pico
la madrugada.
(Hai- ku) de Jesús Orta Ruíz.
Surge la luna del toro
de la noche que hechizada
se sacude la cornada
entre el fragor y el decoro.
Toro y Hombre: el acaloro,
cuernos que alumbran la suerte,
¿quién los demonios advierte?
ladran los perros se asustan,
los gallos cantan, disgustan
y el torero se divierte.
Referencias
González Sanchez Ronel
Árbol de la esperanza, Antología de décimas hispanoamericanas, (Editorial Arte y Literatura,
La Habana 2008).
Orta Fidel Antonio
El telescopio de la hormiga. Los periodos creativos del Indio Naborí (Frente de Afirmación
Hispanista de México, 2013).
II
VIDA INTOCABLE QUE TOCA.
Lorenzo Suarez Crespo (pinar del Río, )
LA MALARA
Malara que das acento
al acordeón de mis rimas,
presiento que me caminas
poro a poro en cada aliento.
Te escucho latir y siento
en caricias tu cendal
que bate al viento, ritual
en divina evocación,
musa por inspiración,
mística como el raudal.
Te supe de luz y aroma
en lo más virtual de un drama
cuando el recuerdo se inflama
y la nostalgia se doma.
La fúlgida luz asoma
la vocación donde alternas
los goces en que gobiernas
y sin proyectos manidos
vas borrando los olvidos
de aguas que corren internas.
En un cósmico latido,
la voz perdida del viento
o el renglón amarillento
de un poemario dormido.
Siempre estás, nunca te has ido,
con esas alas te internas
en gamas de luz tan tiernas
que en tu prisma iridiscente
asumes el subconsciente
en las profundas cavernas.
Catedral de los aedas,
en los diez salmos del templo,
desde niño te contemplo
en todo lo que remedas.
Cuánta remembranza hospedas:
lo supremo, lo abismal,
cierto, dudoso, irreal…,
duende sin más equipajes
arropado en los mensajes
del misterio universal.
…mística como el raudal
de aguas que corren internas
en las profundas cavernas
del misterio universal. -1Jesús Orta Ruiz
A LORCA
Luna blanca de verano,
desde tu magia secreta
dime, ¿dónde está el poeta
del romancero gitano? (2)
-Jesús Orta Ruiz
Federico, en los claveles
más rojos de tu silencio
con qué dolor reverencio
la sangre de los pinceles.
El plomo de los infieles
mutiló el lirio en tu mano,
tembló en su mutis lo arcano
y en la bruma que te asiste
jamás te vimos más triste,
luna blanca de verano
No pudo ser más cortante
la espada sobre los toros,
lágrimas en ojos moros
bajo el signo delirante.
Granada en aquel instante,
ebria de luz y violeta,
vio temblar cada glorieta
y agujereados tus nardos
en un rebotar de dardos
desde tu magia secreta.
España se resentía
de amapolas y encinares,
te amputaron los cantares
de antigua gitanería.
La Parca se asombraría
del filo de la saeta,
simplificaron tu meta
y ante el juicio de la espada,
quién no preguntó en Granada:
dime, ¿dónde está el poeta?
Después la palabra ciega
con sus filos de guadaña,
el luto de toda España
a desmemorias se niega.
El universo despliega
el justo clamor humano,
más que tarde bien temprano
acuña en sello de amor
al más excelso cantor
del romancero gitano.
FLOR ABIERTA
- A Paula Figueroa
Así como flor abierta
a tres abejas sonoras
el alma vive a estas horas
en que la sangre despierta. (3)
Jesús Orta Ruiz
1.
He conocido a una anciana
que va tejiéndole al día
con hilos de poesía
un crisol de filigrana.
Con la bondad que desgrana
es la luz menos incierta
y en cuanto su voz concierta
amor del hijo, el esposo,
ofrece el álbum suntuoso
así como flor abierta
2.
Sus manos, toda dulzura,
se esmeran en el cortijo
junto al esposo y al hijo
con la bendición más pura.
Con qué infinita ternura
va alimentando en sus horas
páginas consoladoras
y en la Biblia, texto impar,
con Dios, familia y hogar
a tres abejas sonoras
3.
A sus ojos de luz clara
las Musas suelen volver
y en su voz hacen tañer
el verso con que soñara.
Como si se despertara
en repetidas auroras,
ungida de aves cantoras,
burlando las soledades
en sus íntimas saudades
el alma vive a estas horas
4.
Cuídela el Dios venerado
desde su regia atalaya
y allá en el reino no haya
tesoro más anhelado.
A esta anciana que he cantado
diez campanadas de alerta
llegue el verso hasta su puerta
con un mensaje genuino,
justo al momento divino
en que la sangre despierta.
EN EL ARA DEL AMOR
…que la musa se levante.
en el ara del amor
y que coloque una flor
en cada verso que cante. (4)
-Jesús Orta Ruiz
Gravita el silencio, cede
al dolor que agrieta el alma…
¿cómo dominar la calma
cuando la pena la agrede?
Es posible que no quede
la palabra dominante
o acaso en luz, rutilante,
calle el verso su tañido,
mas no impedirá el olvido
que la musa se levante.
Cuando en mis versos tejí
en todo instante madejas
de versos, cuántas añejas
ilusiones concebí.
Lo fugaz, lo baladí
no opacó nunca el fulgor
de estas rimas donde en flor
el árbol de mi existencia
sorbió su grávida esencia
en el ara del amor.
Versos penetran lo inerte
para darle luz, acento
al más denodado aliento
de vida frente la muerte.
A quien ungiera la suerte
con preceptos de un Dador,
un ángel, un trovador,
mezcla de humano y divino,
déjame orar por tu sino
y que coloque una flor.
Por no llegar hasta el cielo
podría omitir tu nombre
para que nadie se asombre
cuando moje mi pañuelo.
Solo seguiré tu vuelo
del tropo más desafiante
y así cuando se levante
mi voz ante los abrojos,
le daré luz a tus ojos
en cada verso que cante.
DEL AMOR
Amor…¿qué cosa es amor?
tal vez la ley misteriosa.
que enseñó a la mariposa.
el secreto de la flor. (5)
-Jesús Orta Ruiz
Es en su efluvio el perfume
como bálsamo a tu piel,
hace más plácida y fiel
la caricia que lo asume.
Imposible que se abrume
mi numen de trovador
y en el sublime esplendor
que todo tu ser provoca,
sueles oír de mi boca…
Amor…¿qué cosa es amor?
Con la ingenuidad del ave
columpiándose en la rama
vienes en trino a mi cama
con la placidez más suave.
No hay un remedo más grave
que esa voz tan melodiosa,
rima de alondra, de diosa
que viene de los arcanos
para dejar en mis manos
tal vez la ley misteriosa.
Fue acaso la conjunción
de la caricia y del beso,
la añoranza, el embeleso,
lo divino de la unción.
Quizás vino en la oración
de un Dios que jamás reposa
en dádivas cuando osa
darnos en don que redime
el secreto más sublime
que enseñó a la mariposa.
Vienes en vuelos de musa
emergida de las aguas
al batir de las enaguas
entre la bruma difusa.
Con qué encantadora excusa
de inexplicable candor,
mensajera del amor
en cuando tocas mi helecho
para tatuarme en el pecho
el secreto de la flor.
DE LA MUERTE
…es para el místico anhelo
camino de salvación,
una breve transición
entre la tierra y el cielo. (6)
-Jesús Orta Ruiz
El tiempo nos atropella
la piel. Acaso percibo
en el espacio en que escribo
la más diminuta huella.
Viene la angustia, con ella
la muerte de corto vuelo
y al cubrirnos con su velo
notamos con desconfianza
lo frágil que la esperanza
es para el místico anhelo.
En piedra el silencio acaba
como el desdén que la incrusta,
el azote de la fusta
en sus ritmos con la aldaba.
La tecla del viento graba
cada fúnebre oración,
luego el ritual, el panteón
de las flores frescas se viste
sabiendo que ya no existe
camino de salvación.
Se queda vacío el nido,
hasta el aire se enrarece,
sola la rama se mece,
el tiempo se ha detenido.
Cesa en la sangre el latido
y ya roto el diapasón
en el oscuro rincón
desde su opaca quietud,
experimenta el laúd
una breve transición.
Aunque la vida es tan breve
y el dolor pérfido, brusco,
Dios del cielo, no te busco
amén de la Parca aleve.
Quizás mi plegaria eleve
como antídoto en su vuelo
sin quejas o desconsuelo
y para bien de los sabios,
con diez versos en mis labios
entre la tierra y el cielo.
LA NOVIA DEL LAÚD
Guitarra, con tu virtud
y tu cintura mulata,
en noche de serenata
eres novia del laúd. (7)
-Jesús Orta Ruiz
1.Cuando el penacho se inclina
de la palma a tu llamado,
hay cantos de enamorado
en la choza campesina.
Tus cuerdas de seda fina
suelen quebrar la quietud
y en toda su magnitud
en la noche más hermosa,
emerges como una Diosa,
guitarra, con tu virtud
2.Siempre hay un trino en la cuerda;
en tu garganta, el amor
y la voz del trovador
que algún romance recuerda.
Aunque en la noche se pierda
la nota que se dilata,
la luna en galas de plata
al compás de una canción
te besará el diapasón
y tu cintura mulata.
3.Acunan al corazón
los dedos que te acarician
cuando las cuerdas inician
joyas de la inspiración.
Cobras igual dimensión
cuando el silencio que te ata
se quiebra en la cabalgata
lírica de algún poeta
y vibras linda y coqueta
en noche de serenata
4.Arca sonora del trino,
inspiración del poeta,
se armoniza en tu silueta
algo mágico, divino.
Pero, guitarra, es tu sino,
más que acordes en alud,
imantada en lasitud
basta que en amor te des,
pues al bautizo del tres
eres novia del laúd.
BANDERA PATRIA
…linda enseña mejicana.
dulce bandera de gloria.
en el mástil de la historia.
flotando está su sotana. (8)
-Jesús Orta Ruiz
Cuando pienso en el Castillo
de Chapultepec, ¡qué historia!
Fueron medallas de gloria
que aún conservan su brillo.
Párvulo cada gatillo
en la odisea espartana.
¡Cuánta juventud desgrana
la sangre por tu satín
al vuelo en cada fortín,
linda enseña mejicana.
Patriotismo a todo trance
con la Patria en cada herida,
una voluntad suicida
matiza el épico lance.
Sin meditar en su alcance
más que el temor fue la euforia,
la perla frente a la escoria,
más que el arrojo el calibre
y hacerte volar más libre,
dulce bandera de gloria.
Fue el legítimo legado
de evocación por Morelos
y en los férvidos anhelos
de un Juárez ya idolatrado.
Ante el invasor osado
y el luto en constante noria
jamás fuiste tan notoria
ni más hermoso blasón,
al flotar tu pabellón
en el mástil de la historia.
En letras rojas escrito
otro libro tan sagrado
con el afán denodado
de un patriotismo infinito.
De Lares volvió aquel grito
de infantes en la mañana.
Es la estirpe mejicana
que nuevos Hidalgos ve
si en los templos de la fe
flotando está su sotana.
POETA
…la esperanza es una oruga,
fino estuche sin abrir
donde late el porvenir
de alas en risueña fuga. (9)
-Jesús Orta Ruiz
El corazón del poeta
es el templo de lo humano,
hace el fruto más temprano
en su lid por toda meta.
Su alimento es la saeta
de un tiempo que se nos fuga
y en el jardín donde enjuga
el lagrimal de la vida
en un alarde suicida
la esperanza es una oruga.
Desde oruga a mariposa,
frágiles en primavera,
la musa más lisonjera
en nuestro numen se posa.
Quizás no sea otra cosa
que un diamante por pulir
y al no poder discernir
secreto tan sorprendente,
se nos antoja la mente
fino estuche sin abrir.
Ávido de los planetas
hasta el mismo subconsciente
hay una intención latente
entre heridas y violetas.
Sus sueños como siluetas
apenas sin advertir
siempre dispuesto a partir
retando en cada jornada
entre la rosa y la espada
donde late el porvenir.
En un viaje a la semilla
la vida vemos pasar
cuando acaso al regresar
todo recuerdo se astilla.
Un duende de fe se ovilla
donde el pasado conjuga
la mariposa y la oruga,
remedo de inicio a fin,
y el alma es un querubín
de alas en risueña fuga.
MELANCOLIA
Con esa melancolía
de un crepúsculo muriente
en la calma opalescente
de un melancólico día. (10)
Jesús Orta Ruiz
Cuando la angustia nos tala
la sonrisa es lento duelo,
se humedece algún pañuelo,
la alegría pierde un ala.
El alma su pena exhala,
un espacio se vacía…
¿Qué humano evitar podría
del corazón su gemido
cuando el requiebro lo ha herido
con esa melancolía?
Si el sol vaga entre las nubes,
si el ave añora su trino,
si no encuentra el peregrino
el halo de los querubes.
Si acaso por más que subes
tu oración de penitente
se te muestra irreverente
el sol con su profecía,
solo verás la agonía
de un crepúsculo muriente.
Algún poema se queda
junto a un pétalo marchito
cuando la mudez de un grito
viejos romances remeda.
Amaina en la rosaleda
el botón adolescente
y lo que fue floreciente,
de colorido vitral,
deja su imagen virtual
en la calma opalescente.
No hay que ser mago, profeta,
perito en artes de amor
ni estilista en el temblor
orlado de una cuarteta.
Basta el alma de un poeta
y una página vacía,
esa añoranza tardía
en la mudez de la pluma
para sumirse en la bruma
de un melancólico día.
ATARDECER
¿Recuerdas? Por la espesura
cuando comenzó a llover,
nos echamos a correr.
¡Qué dulce el agua, qué pura! (11)
-Jesús Orta Ruiz
Fueron las rondas de mayo
en una eclosión de aromas,
atardecer de palomas,
la brisa en tibio desmayo.
Los juncos formando un cayo,
los patos buscando altura
en repentina premura
como golpeos de aldaba,
era yo que te esperaba…
¿Recuerdas? Por la espesura.
Lo encapotado del cielo
en la ausencia de la luz
y el horizonte un capuz
para el palmar con su velo.
Tus manos como señuelo
de aromado rosicler
no tardé mucho en tener
aún más ardientes que frías
apretadas a las mías
cuando comenzó a llover.
Tendidos sobre el helecho,
fusión para los dos seres,
jamás los atardeceres
tuvieron más tibio lecho.
Apenas sentí en tu pecho
dos campanillas tañer
busqué tus labios y al ver
recíproca la ventura,
en corceles de locura
nos echamos acorrer.
¡Qué ocaso para el idilio!
¡Qué atardecer de la entrega!
como barca que navega
del puerto pidiendo auxilio.
Quizás oda de Virgilio
de bucólica tersura…
¿Cómo olvidar la aventura,
suave gemir de los dos
y bendecidos por Dios,
¡qué dulce el agua, qué pura!
DULCE RUMOR
Dulce rumor de mis venas
más que voz de mi garganta,
no es mi boca la que canta
cuando en mi garganta suenas. (12)
Jesús Orta Ruiz
Arpegios que van por dentro,
notas que en lírica calma
musicalizando el alma
vierten su luz desde el centro.
Qué evocación cada encuentro
de mi playa en sus arenas,
entre alegrías y penas
como el más caro tesoro,
caricias de poro a poro,
dulce rumor de mis venas.
Es el enigma del sino,
los colores de un Tiziano,
la suave paz del verano
en lo agorero de un trino.
Es la huella en el camino,
acaso la fe que imanta.
Por condición la más santa
evocación de un querube
y en busca del cielo sube,
más que voz, de mi garganta.
Cuando en lo vasto del ser
el amor cala tan hondo
parece que toca el fondo
del alma que lo hace arder.
Raudo brota y al romper
esa magia que lo encanta,
su próvida luz es tanta
que en sus himnos más lejanos,
cantan los duendes arcanos,
no es mi boca la que canta.
Verso mío, te bendigo,
eres mi luz, mi sendero,
de mi brújula el lucero
que da a mi esperanza abrigo.
Verso que asumes conmigo
contigo rompen cadenas
entre lirios y azucenas
mis estrofas en el rito
de su rumbo a lo infinito
cuando en mi garganta suenas.
EL SEMBRADOR
Aguarda tu empeño puro
como el corazón del fuego:
arado, semilla, riego
en la tierra del futuro. (13)
Jesús Orta Ruiz
Naborí, palabra fina,
indio de lanza sonora,
con qué vitrales de aurora
tu recuerdo me ilumina.
Te veo en la cartulina
con aureolas de futuro,
dándole luz a lo oscuro
lo mismo que un sol inerte,
porque hasta la propia muerte
aguarda tu empeño puro.
Estás vivo en el laúd,
en la guitarra, en el tres,
pues la serenata es
tu sueño en la plenitud.
Estás en la juventud
con tan especial apego
que eres sabio y desde luego,
en devoción que no peca ,
estás ardiendo en la Meca
como el corazón de fuego.
Estás en el campesino,
en su bucólico ambiente
desde el alba hasta el poniente
entre el arado y el trino;
en los albures del sino,
en el vidente, en el ciego,
en la oración, en el ruego
bajo un cielo policromo
tan huésped del surco como
arado, semilla, riego.
Cuando hacia los libros voy
y veo una frase tuya,
dejo que el verso me fluya
y a tus recuerdos me doy.
No sé si era, si soy,
si me demoro o me apuro,
pero en tu sabio conjuro,
Dador de las maravillas,
sigues sembrando semillas
en la tierra del futuro.
Referencias.
1.- Página 22, libro Décimas rescatadas del aire y del olvido. Colección Fuente Viva. La
Habana, 1997. Fundación Fernando Ortiz.
2.- Pagina 64, Libro De la máscara y la voz. Cuadernos de Veracruz, 2006.
(3).- Versos tomados de la oralidad en versión y testimonio del poeta Juan Cecilio
Cruz, de Bahía Honda.
(4) Página 15, libro Décimas rescatadas del aire y del olvido. Colección Fuente Viva. La
Habana, 1997. Fundación Fernando Ortiz.
(5) Página 38. Libro Décimas para la Historia. Edición y prólogo de Maximiano Trapero.
Centro de Cultura Popular Canaria, 1997.
(6).- Página 51. Libro Décimas para la Historia. Edición y prólogo de Maximiano
Trapero. Centro de Cultura Popular Canaria, 1997.
(7).- Versos tomados de la oralidad en versión y testimonio del poeta Bernardo
Puentes Sierra, de Bahía Honda.
(8).- Página 67. Libro Décimas para la Historia. Edición y prólogo de Maximiano
Trapero. Centro de Cultura Popular Canaria, 1997.
(9).- Página 87. Libro Décimas para la Historia. Edición y prólogo de Maximiano
Trapero. Centro de Cultura Popular Canaria, 1997.
(10) Página 15, libro Décimas rescatadas del aire y del olvido. Colección Fuente Viva.
La Habana, 1997. Fundación Fernando Ortiz.
(11) Página 91. Libro Viajera Peninsular. Editorial Letras Cubanas, 1990.
(12) Página 93. Libro Viajera Peninsular. Editorial Letras Cubanas, 1990.
(13).- Página 321. Libro Cristal de aumento. Editorial Letras Cubanas, 2004.
Odalys Leyva Rosabal: (Nació en Jobabo, Las Tunas 1969), desarrolló su vida literaria en Guáimaro,
Camagüey. Es Poeta, narradora, investigadora y antóloga. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de
Cuba (UNEAC) y de la Unión Nacional de Historiadores e Investigadores de Cuba (UNIHC).
Es la Presidenta del Grupo Internacional “Décima al Filo”. Es miembro de los grupos “Escuela Holguinera de la
décima”, del Grupo Iberoamericano “Amigos de la décima Espinel- Cucalambé”, de Las Tunas, miembro de
honor del grupo Decimistico “Luis Gómez” de Cienfuegos, miembro del grupo “Aladécima de Ciudad de la
Habana. Ha obtenido diversos reconocimientos en concursos literarios, entre ellos: Premio “Armando Leyva”,
en poesía, (Holguín 2001), Premio “Fiestas Iberoamericanas de la décima, (Holguín, 2002), Premio Nacional
“Décima Joven de Cuba” (Las Tunas, 2003), Premio “Portus Patris”, (Las Tunas, 2003), Premio “Poesía Erótica”,
(Camaguey, 2004), Gran Premio “Poesía de Amor”, (Camaguey, 2004 y 2006), Premio de Ensayo “Escardó In
memoriam” (UNEAC Camagüey, 2004 y 2007), Premio Nacional “Ala Décima” (Ciudad de La Habana, 2004),
Premio Nacional de Ensayos “Todo Décima” (Las Tunas, 2004 y 2007), Premio Nacional de poesía “Úrsula
Céspedes de Escanaverino” (Cienfuegos, 2005), Segundo Premio en el Certamen Internacional de Poesía
“Azahar” (España, 2005). Obtuvo el Segundo Premio en el Concurso Iberoamericano de Décima Escrita
“Cucalambé” (Las Tunas, 2005, 2006 y 2007 y Primer premio en el 2008), Premio de cuento “Raúl González de
Cascorro”, (Camagüey, 2008), Premio de cuento “La llama Doble (2009), Premio de cuento “Guáimaro al centro
de todo, (2010) entre muchos otros, fue la primer finalista en el concurso internacional Carta Lírica (Estados
Unidos, 2012).
Ha publicado en Cuba los libros: Meditación del cuerpo (editorial Ácana, Camagüey, 2005), Ciudad para
Giselle (editorial Sanlope, Las Tunas, 2005), Convicta de la gloria (Ediciones Holguín, 2007), Diálogo
sagrado de las vírgenes (editorial Ácana, 2008) y Los Césares perdidos (editorial Sanlope, Las Tunas, 2009)
y El Frente de Afirmación Hispanista de México ha publicado sus libros: Antología O T y C en las décimas de
Odalys Leyva (2005), Antología de la poesía O T y C de Odalys Leyva (2005), Crónicas de las pirámides
del fuego (2006), Presagio que intimida las raíces (2006). Pacanda (2008), Antología de la poesía erótica
de Odalys Leyva, (2009), Controversia y aplomo, (2010) en coatoría con la escritora española Isabel Diez.
Cuatro voces y un concierto, Ediciones Proyectarte México, (2010), Los Guevos de Machu Picho, teatro
malárico y otras representaciones, (2010), Antología Cuatro poetas de Oriente, ambos por el FAH de
México (2012), Antología de Sonetos Oral Traumáticos, FAH de México (2012).Hizo la selección de textos y
el prólogo de: Antología tanática de la décima en Cuba (tomos I y II, 2007), y la Antología femenina cubana
de décimas y malaras, (2008).
Está incluida en la Antología Sonetos a la Buena Muerte (2011) (de siete poetas internacionales con
cincuenta sonetos.) Textos suyos y críticas sobre su obra aparecen en diferentes revistas y periódicos de Cuba
y el extranjero dentro de ellos en las revistas: Antenas, de Camagüey, Ámbito de Holguín, Quehacer de Las
Tunas, La Jiribilla de la Habana, de España en las revistas: Azahar, La Fuente, Águilas Noticias, de Águilas,
Murcia, Letras Uruguay de Montevideo, Granada Costa, de Granada, Papel Literario de Málaga; así como en
Norte de México, La Urpila de Uruguay, Carta Lírica, de Estados Unidos, y en los periódicos: Adelante de
Camaguey, Ahora de Holguín, 26 de Las Tunas, Trabajadores, de la Habana, El Sol de México, Chile
Informa, de Quebec (Canadá), entre otros. Dictó una Conferencia sobre la décima escrita por mujeres en Cuba
en el Museo de Arte Colonial de Morelia, Michoacán, México, (2005) y Realizó un periplo por diferentes Estados
Mexicanos invitada por el Frente de Afirmación hispanista que incluyó lecturas de poesías y presentaciones de
libros, en Octubre (2007). Participó en el Coloquio Internacional sobre Poesía Tanática, en Morelia, Michoacán,
México, 2009, participó en un coloquio sobre poesía en Valle de Bravo, México (2011). Participó en un
encuentro poético internacional en Valle de Bravo en mayo de (2012). Tiene varios libros inéditos en los
géneros de poesía, cuento, crónica, ensayo y novela.
Email: odalysleyva@pprincipe.cult.cu
Lorenzo Virgilio Suárez Crespo (Bahía Honda, 12 de junio de 1943.)
Licenciado en Humanidades. Miembro de la UNEAC, escritor y promotor cultural que ha obtenido, entre otros,
Premio Nacional La Rosa Blanca, 1994, con su libro Ofrenda Lírica (poesía para niños), Premio Nacional de
Cultura Comunitaria, 1999, en la categoría de Personalidad, Premio Nacional Olga Alonso, 2000 como instructor
de literatura, Premio Memoria Viva, 2010 por sus investigaciones, Distinción Nacional Honrar Honra, de la
Sociedad Cultural José Martí, 2011 y Premio Internacional de Cuento Carmen Báez, de Morelia, Michoacán,
México, 2005.
En 2012 se le confiere el Premio Hispanoamericano José Vasconcelos, Medalla de Oro del Frente de Afirmación
Hispanista, A.C. de México.
Desde 1973 hasta años recientes, como escritor ha participado en numerosos eventos provinciales y nacionales
de literatura en los que ha obtenido premios y menciones.
Su obra aparece en diversas antologías nacionales y de otros países como Puerto Rico, España, Estados
Unidos, México, Argentina, Uruguay. Tiene más de diez libros publicados en Cuba y otros países como México
en los géneros de poesía, décima, investigación, cuento, literatura para niños y antologías.
Entre estas publicaciones están:
--Para niños y jóvenes: Una pluma en la corriente (Ediciones Matanzas,1985), Ofrenda lírica, (Editorial Gente
Nueva 1994) Daniela va al preescolar (Editorial Gente Nueva, 2008), Leyenda de los números,( Ediciones
Loynaz, 1994) Regalo, (Ediciones Loynaz, 1997) Cantos del Pequeño Juglar,( Ediciones Loynaz, 2003) Donde
vuela el colibrí, Editorial Isla de la Juventud, 2003) Los Pequeños Gigantes (Ediciones Loynaz,2003 ) ,Sin más
abras ni cadabras (Editorial Cauce, 2005).
--Para adultos, Versiones de la nostalgia,(Ediciones Loynaz, 2007)
El Frente de Afirmación Hispanista de México le publicó las Antologías de la Décima y la Poesía Cósmica de
Pinar del Río en 2004 y 2005 respectivamente.
En 2008 le publicó el libro Malaras refraneras.
En 2010 se le publica por la misma editorial la antología de poesía Sonetos, Malaras y otros Cantos al Valle de
Viñales, libros a cuyas presentaciones en México ha asistido invitado por el Frente de Afirmación Hispanista de
México.
En 2012, con el sello del Frente de Afirmación Hispanista de México, se publica el libro Malaras Refraneras del
Cancionero Hispano dedicadas a la Mujer y al Matrimonio.
Ha participado en varias ediciones de la Jornada Nacional Cucalambeana y la Feria Nacional de Arte Popular en
sus eventos teóricos con textos de investigación.
Actualmente atiende como artista el Proyecto Cultural la Casa de la Décima Celestino García de Pinar del Río,
ubicada en el Reparto Celso Maragoto, teléfono 775297, calle 7ma final.
Atiende además varios proyectos culturales con niños y adolescentes en la UNEAC, el Centro Hermanos Loynaz,
El Museo Guiteras, el Museo Provincial de Historia y la Escuela Seminternado Hermanos Cruz.
E-mail lorenzosuarezc@yahoo.es Domicilio: Kilómetro 1½ Carretera a Viñales. Calle A No.45 esquina a 7ma.
Reparto Comandante Pinares. Pinar del Río. CP-20100. CUBA
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