1º PA Cuadernillo III - 3º Trimestre- 2015

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INSTITUTO NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
HISTORIA Y GEOGRAFÍA
I AÑO PERITO AUXILIAR
TURNO NOCHE
CUADERNILLO Nº 3
III TRIMESTRE
CICLO LECTIVO 2015
Profesor: Osvaldo M. Castaldi.
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PROGRAMA
UNIDAD I
−
Los Modos de Producción de las Civilizaciones Hidráulicas, la propiedad de la
tierra y el modo de producción asiático y andino.
UNIDAD II
−
−
Las relaciones de parentesco y hospitalidad como regulador de la comunidad en la
Grecia arcaica.
Formas políticas clásicas "Aristocracia, Tiranía, Democracia, Oligarquía".
UNIDAD III
−
−
Orígenes de Roma y el modo de producción esclavista.
El fin del imperio romano y la transformación del modo de producción esclavista al
modo de producción feudal.
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Pautas de trabajo
1.
El alumno debe concurrir a la clase con la carpeta y el material solicitado.
2.
La carpeta debe estar ordenada, completa, prolija y legible (se debe entender lo
que está escrito). Se visará y evaluará periódicamente.
3.
La ausencia en clase no justifica desconocer el tema del día ni tener incompletos
los trabajos y tareas asignadas.
4.
Los trabajos prácticos, guías de estudio, tareas y trabajos de investigación
deberán ser confeccionados y entregados en tiempo y forma; es decir, en la fecha
solicitada y con las características que correspondan a cada trabajo. El incumplimiento
significa una baja en la nota.
5.
El alumno debe respetar el ejercicio del derecho al estudio de sus compañeros.
Criterios de evaluación
1.
Se evaluará cotidianamente: la resolución de problemáticas en forma oral y
escrita; la adquisición de los contenidos de la materia; la participación en clase; el
cumplimiento de normas y consignas; el uso de técnicas grupales; análisis de textos; el
manejo del vocabulario y la ortografía.
2.
Las evaluaciones escritas, correspondientes a cada unidad o a la finalización de
un tema, serán avisadas con anticipación.
3.
El tema del día podrá ser evaluado en forma oral o escrita.
4.
Si durante la evaluación, el alumno procede incorrectamente, la prueba será
retirada y el alumno desaprobado.
5.
Sólo se justificará la ausencia durante la evaluación (avisada con anticipación)
con certificado médico. El recuperatorio se tomará en la clase siguiente.
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El nacimiento de Roma
Hacia el año 753 A.C. se funda, en el centro- sur de la península itálica, la ciudad de
Roma.
Roma se funda en la región donde se encontraba antiguamente un emporio comercial,
donde los griegos y los etruscos intercambiaban sus productos.
La ciudad de Roma es fundada en 753 A.C. y comienza siendo una ciudad estado,
gobernada por una monarquía etrusca.
Entre 616 A.C. y 540 A.C. se va a producir una alianza entre los etruscos y los
cartagineses (Potencia comercial y militar cuya ciudad capital era Cartago) con el fin de
derrotar a los griegos y monopolizar el comercio del mediterráneo centro-oriental.
En 509 A.C. los romanos forman una alianza con los griegos y derrocan a los reyes
etruscos, tomando control de la ciudad, reorganizan el sistema político de Roma y
forman la República.
La República:
La sociedad romana se encontraba dividida en dos clases sociales:
Patricios: este nombre deriva de la palabra “Pater” = “Padre” ya que a esta clase
pertenecían los descendientes de las familias que poseían mayor prestigio,
antiguamente, estas familias eran dirigidas por el hombre de mayor edad, es decir el
padre o padre de familia, en latin “Pater Familias” estas familias importantes se van
uniendo entre sí y trabando alianzas que les permiten sobresalir por encima del resto de
la población, de esta manera los grupos patricios se van a consolidar en grupos de
familias llamados “Gens”. Los ciudadanos pertenecientes a las distintas “Gens”
Formaban la clase de los Patricios.
En general eran grandes terratenientes que no trabajaban intensamente sus tierras, sino
más bien una pequeña parte de ellas que rendía para el sustento de la Gens, se dedicaban
a la actividad política y ocupaban lugares en el senado, que era la institución más
importante en la república, dirigía la política y la economía, las decisiones se tomaban
por votación y sólo los patricios podían acceder al puesto de senador.
Plebeyos: Entre la clase de los plebeyos se encontraban todos los ciudadanos que no
pertenecían, por nacimiento, a la clase de loas patricios, es decir que no provenían de
alguna de las “Gens” fundadoras de Roma.
Entre los plebeyos podían distinguirse los campesinos Ricos (cuya tierra rendía mejores
frutos o bien que poseían mayor extensión de tierras que los demás) y los campesinos
pobres (que hasta el año 326 A.C. podían convertirse en esclavos por deudas).
En la República romana el objetivo de todo ciudadano era lograr aumentar la cantidad
de tierras que se poseían.
El sistema de la república se sostenía sobre la base del trabajo comunitario, las tierras se
encontraban divididas en dos categorías.
Ager Públicus (Tierras Públicas): estas tierras ocupaban. Al principio, la mayor
extensión de los dominios romanos, eran trabajadas por los campesinos y el beneficio
obtenido de ellas se utilizaba para sostener al aparato de gobierno, así como para
realizar obras públicas en la ciudad (posteriormente ciudades). También, dependiendo
del desarrollo de la política, parte del ager publicus podía pasar a ser propiedad privada
de algún ciudadano por decisión del senado, convirtiéndose en Ager Privado.
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Ager Privado (Tierras Privadas): estas tierras eran de propiedad privada, algunas
pertenecían a los campesinos y otras a los Patricios. La extensión de estas parcelas
variaba y cualquier ciudadano, ya fuese patricio o plebeyo tenía derecho a poseer más
de una parcela.
El sistema de la antigua república romana hacía que, logrando el apoyo de un grupo
determinado de senadores, un ciudadano podía obtener mayor extensión de tierras o
mayor cantidad de parcelas. El tener más tierras otorgaba al ciudadano mayor prestigio
y el mayor prestigio le permitía conseguir más votos y con ellos más tierra. Es por este
motivo que llamamos a este sistema “Modo de producción político” ya que la única
manera de obtener una cantidad significativa de tierras era participar en la política y la
única forma de participar en la política era poseer una cantidad significativa de tierras.
Esto formaba un círculo vicioso que terminaba por generar un creciente descontento
entre las masas populares, ya que a los plebeyos, al no poder participar del cenado, les
resultaba muy difícil obtener tierras y, con ellas, que se dicten leyes que los favorezcan.
Los Patricios dominaban la política y las tierras. A partir de 494 A.C. la clase de los
Patricios se ve obligada a otorgar algunos triunfos a los plebeyos: se crea el “Concilium
Plebis” o concilio de la plebe y se adoptan las consultas populares (Plebiscitos).
El Concilium Plebis era una institución en la que todo plebeyo podía participar y que
funcionaba con cierta influencia sobre el senado, este último incorpora la figura del
Tribuno de la plebe que, básicamente era un senador, un Patricio, que representaba y
defendía los intereses de la Plebe, que se manifestaba en el Concilium.
El Plebiscito era una instancia de consulta popular que se utilizaba cuando un tema de
difícil resolución no llegaba a definirse en el senado, se convocaba al pueblo y se le
pedía su opinión, la respuesta del pueblo pesaba mucho para los senadores a la hora de
votar.
Estas incorporaciones ayudan a dar mayor movilidad al aparato social, ya que el apoyo
del Concilium Plebis a los intereses de uno u otro grupo de senadores podía asegurarles
a estos el triunfo, prestigio y las tierras que pretendían, a cambio los vencedores
otorgaban a los plebeyos todo tipo de beneficios, inclusive tierras, según requirieran de
su apoyo. A esto es a lo que se llama clientela política.
Los clientes políticos eran los miembros de la plebe que acordaban apoyar a un grupo
determinado de senadores, a cambio de que estos les otorguen determinados beneficios.
Paralelamente se vuelve necesario ampliar la cantidad de tierras disponibles y Roma
comienza, de esta manera, a expandirse, en una primera etapa hasta conquistar toda
Italia.
Este proceso relaja las tensiones en la capital ya que la cantidad de tierras disponibles
aumenta enormemente, pero surge el inconveniente de que los habitantes de los
territorios ocupados son incorporados, en muchos casos como ciudadanos con derechos
particulares, menores que la plena ciudadanía, a esto se lo conoce como comunidades de
derecho latino, estas comunidades van a luchar políticamente por obtener los plenos
derechos de la ciudadanía romana.
En este período los romanos comienzan a tener esclavos, producto de las conquistas.
También los tribunos comienzan a tener el mando de grandes ejércitos de plebeyos y
empiezan a aparecer los intentos por derrocar al senado y centralizar el poder.
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Fin de la República y Nacimiento del Imperio Romano
Los romanos sometieron gradualmente a los ocupantes de la península itálica, la
mayoría emparentadas con las tribus itálicas (de origen indo-europeo; como los
samnitas) pero también etruscos. La última amenaza a la hegemonía de Roma en Italia
llegó cuando Tarentum, una gran colonia griega, ayudó a Pirro de Epiro en 282 AC.
En la última mitad del siglo III AC, Roma se enfrentó con Cartago en las dos primeras
Guerras Púnicas, conquistando Sicilia e Iberia. Después de derrotar a Macedonia y la
Dinastía Seléucida en el siglo II AC, el naciente estado logra una enorme expansión
tanto política como económica, extendiéndose por todo el Mediterráneo.
Guerras Púnicas
(264 AC a 146 AC)
Las Guerras Púnicas fueron una serie de tres guerras que enfrentaron entre los años 264
AC y 146 AC a las dos principales potencias del Mediterráneo de la época: Roma y
Cartago. Reciben su nombre del gentilicio en latín para los habitantes de Cartago,
Punici (del más antiguo Poenici, debido a los ancestros fenicios de Cartago).
La causa principal del enfrentamiento entre ambas fue el conflicto de intereses entre las
existentes colonias de Cartago y la expansión de la República de Roma.
El primer choque se produjo en Sicilia, parte de la cual se encontraba bajo control
cartaginés. Al principio de la Primera Guerra Púnica, Cartago era el poder dominante en
el Mar Mediterráneo, controlando un extenso imperio marítimo, mientras que Roma era
el poder emergente en Italia. Al final de la Tercera Guerra Púnica, tras la muerte de
centenares de miles de soldados en ambos bandos, Roma conquistó todas las posesiones
cartaginesas y arrasó la ciudad de Cartago, con lo que la facción cartaginesa desapareció
de la historia. La victoriosa Roma emergió como el estado más poderoso del
Mediterráneo occidental. Roma quedó como el poder dominante en el Mediterráneo, y
la más poderosa ciudad del mundo clásico.
Mientras, los conflictos entre patricios y plebeyos caracterizaron la pugna política
interna durante todo el periodo republicano, sólo paulatinamente lograrán los plebeyos
la plena equiparación política (aunque no social).
La expansión militar romana había producido una gran cantidad de prisioneros, los que
eran vendidos como esclavos en el mercado.
La cantidad de esclavos disponibles a precios cada vez más bajos llevó a la población de
Roma, especialmente a los plebeyos a transformar su sistema de producción,
respondiendo a las facilidades que implicaba la mano de obra esclava.
Las grandes extensiones de tierras conocidas como Latifundios, fueron convertidas,
excepto en el caso de los patricios más importantes, en propiedades de menor tamaño
que comenzaron a ser explotadas por mano de obra esclava. Esta es la manera en la que
se forman las “Villas Esclavistas”. Con el impresionante incremento de producción
obtenido por la propagación de las Villas esclavistas comienza a desarrollarse un fuerte
impulso comercial, ya que la producción de los campos rendía un importante excedente.
Ante esta situación muchos plebeyos comenzaron a organizar sus villas hacia el
monocultivo (cultivar una sola variedad agraria) y algunas incluso hacia la ganadería,
con el objetivo de vender el excedente de producción en los mercados de las ciudades
romanas. Esto produjo, con el tiempo, una clase de campesinos ricos que, sobrepasaron
económicamente a las familias patricias, empobrecidas por el mal aprovechamiento de
sus tierras.
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Con el florecimiento de lo comercio en las ciudades nació, en roma la clase de los
“Equites”, salida de la plebe y orientada a las transacciones comerciales y la producción
artesanal. Por otra parte, algunos de los patricios empobrecidos encuentran una
alternativa interesante a su situación desesperada, las hijas de las familias patricias
comienzan a contraer matrimonio con campesinos ricos, de esta unión surge una nueva
clase dominante que terminará por reemplazar por completo al patriciado romano
llamada Nobilitas (nobleza). Los patricios obtenían las riquezas que necesitaban y los
campesinos plebeyos el poder político que reclamaban hacía ya mucho tiempo.
La sociedad romana va a quedar dividida en tres órdenes políticos: Senatorial,
Campesino y Ecuestre. El orden ecuestre estaba formado por los comerciantes, poseían
grandes riquezas y participaban de los ejércitos cuyos comandantes provenían tanto de
la nobilitas como del propio orden ecuestre.
Los generales de los ejércitos romanos estaban encargados de suministrar a sus tropas
todo lo necesario para su subsistencia y, en muchos casos premiaban a los soldados u
oficiales destacados en batalla con tesoros o parcelas de tierra de los territorios
conquistados, esto llevó a que los líderes carismáticos como Mario, Silla y Julio Cesar,
entre otros, tuviesen la lealtad de sus ejércitos a tal punto de que actuaban como
ejércitos personales a las órdenes incuestionadas de sus comandantes. Todo esto
sostenido sobre la base económica del trabajo esclavo debilitó las instituciones de la
república.
La expansión trajo consigo profundos cambios en la sociedad romana.
La inadecuada organización política (pensada para una pequeña ciudad-estado y no para
el gran territorio) se hizo patente para algunos, pero todos los intentos de cambio fueron
bloqueados por el conservadurismo del senado. El enfrentamiento entre las diversas
facciones produce en el siglo I A.C. una crisis institucional, que conducirá a diversas
revueltas, revoluciones y guerras civiles.
Julio Cesar y Pompeyo:
En el año 59 AC Julio César fue electo cónsul. Pompeyo, general de un enorme ejército,
se encontraba en disputa abierta con el Senado por causa del derecho de sus veteranos a
tierras de cultivo. Al mismo tiempo, el antiguo cónsul Marco Licinio Craso, el hombre
más rico de Roma, se encontraba también en dificultades para obtener el tan deseado
comando en la guerra contra el Imperio Persa. Julio César precisaba del dinero de Craso
y de la influencia y popularidad de Pompeyo para alcanzar el poder, así se formó una
alianza informal.
Los historiadores designan esta unión como el primer triunvirato, o el gobierno de los
tres hombres. Para confirmar la alianza, Pompeyo se casó con Julia Caesaris, la única
hija de César, y a pesar de la diferencia de edades y ambiente social el matrimonio fue
un éxito.
Después de un año difícil como cónsul, César recibió poderes proconsulares para
gobernar las provincias de Galia Cisalpina (actualmente al sur de Francia) e Iliria (la
costa de Dalmacia) por cinco años. Una gobernación pacífica no se adecuaba bien a su
personalidad y César inició las Guerra de las Galias (58 AC - 49 AC), donde conquistó
la Galia (el resto de la actual Francia), parte de Germania e hizo una breve visita a las
islas británicas.
El aumento de su poder fue mal visto por los senadores romanos que temían a la
popularidad de César, le ordenaron que no retornara a Roma y que entregase las dos
terceras partes de su ejército a Pompeyo, Cesar se rehusó con el apoyo incondicional de
sus tropas y regresó a roma donde luchó contra los ejércitos de la ciudad, incluidos los
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de su aliado Pompeyo que huyó hacia Egipto donde fue asesinado por el faraón
Ptolomeo XIII. Este hecho enfureció a César, que esperaba ofrecer a Pompeyo el perdón
político y depuso al faraón, colocando en su lugar a su hermana Cleopatra.
Terminada la guerra civil César se dedicó a organizar la República:
Corrigió el calendario, Completó el Senado, creó nuevos patricios, compartió con el
pueblo el derecho de elección de magistrados; de modo que, exceptuando sus
competidores al consulado, los demás candidatos los designaban por mitades, el pueblo
y él.
Estableció la contratación a extranjeros en las legiones y crea el cargo de imperator, que
sería el comandante del ejército.
Estableció la ciudadanía a los habitantes de la Galia Cisalpina.
Inició la reconstrucción de Cartago y Corinto y creó en Roma la primera biblioteca
pública.
Distribuyó a 80 000 ciudadanos en las colonias de ultramar, y para que no quedase
exhausta la población en Roma, decretó que ningún ciudadano mayor de 20 años y
menor de 60 años, que no estuviese obligado por un cargo publico, permaneciese más
de 3 años fuera de Italia.
Concedió el derecho de ciudadanía a cuantos practicaban medicina en Roma o
cultivaban las artes literarias.
César fue el primer hombre vivo en aparecer en una moneda romana Republicana.
Estableció impuestos sobre las mercancías extranjeras. Mandaba a los mercados
guardias que secuestraban los artículos prohibidos y los llevaban a su casa, yendo
algunas veces soldados a recoger en los comedores lo que había escapado a la vigilancia
de los guardias.
Tras el asesinato de Julio César 15 de marzo de 44 AC, se inicia un nuevo ciclo de
guerras civiles que termina con el ascenso al poder del sobrino de César, César
Augusto, quién es considerado como el primer, y más importante de los emperadores
romanos, aunque él mismo no se consideró como tal durante su reinado, prefiriendo
usar el título republicano tradicional de princeps civium (esto es, el primero de los
ciudadanos). Augusto mantuvo externamente las instituciones republicanas, pero en
realidad reinó como un dictador durante más de 40 años. Acabó con un siglo de guerras
civiles y dio a Roma una era de paz (Pax Romana), prosperidad y grandeza imperial.
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Imperio romano
César Augusto, abolirá la república y consolidará un gobierno unipersonal y
centralizado de todo el territorio, conocido como Imperio Romano. A partir de este
momento, la estabilidad política del imperio quedará ligada al carácter de los
emperadores que sucederán a Augusto, alternándose los periodos de paz y prosperidad
con las épocas de crisis.
Augusto, que inaugura la dinastía Julio-Claudia, representa el periodo de máximo
esplendor del imperio. A esta dinastía, terminada en el año 68 por Nerón y su disputa
con las sectas cristianas que lo llevan a incendiar la capital con la intención de culpar a
los cristianos por el atentado, pero que, al ser descubierto, se suicida.
Le seguirá el periodo de inestabilidad conocido como el año de los cuatro emperadores,
donde se impondrá Vespasiano, que inaugurará la dinastía Flavia, de origen no
patricio.
Les seguirán del año 96 al 180 los llamados "cinco emperadores buenos": Nerva,
Trajano, Adriano, Antonio Pío y Marco Aurelio, durante el reinado de Aurelio los
dominios de roma alcanzan su máxima extensión.
Primera tetrarquía
Al principio del siglo IV, el imperio estaba gobernado por una tetrarquía: dos augustos,
Diocleciano y Maximiano, y dos césares, Constancio Cloro y Galerio, compartían el
poder. El joven Constantino sirvió en la corte de Diocleciano en Nicomedia tras el
nombramiento de su padre como uno de los dos césares de la Tetrarquía en 293.
Segunda tetrarquía
El año 305 marcó el final de la primera tetrarquía con la renuncia de los dos augustos
Diocleciano y Maximiano. De esta forma los dos césares accedieron a la categoría de
augusto y dos oficiales ilirios fueron nombrados nuevos césar. La segunda tetrarquía
quedaba así formada: Constancio Cloro y Severo II, como augusto y césar
respectivamente, en occidente y Galerio y Maximino Daya en la parte oriental del
imperio.
Sin embargo, Constancio Cloro cayó enfermo durante una expedición contra los pictos
en Caledonia, muriendo el 25 de julio de 306. Su hijo Constantino se encontraba junto a
él en su lecho de muerte en Eboracum (actual ciudad de York, Inglaterra), en la Britania
romana, donde su leal general Croco, de ascendencia alemana, y las tropas leales a la
memoria de su padre le proclamaron augusto (emperador). Simultáneamente, el césar
occidental Severo II, era proclamado augusto por Galerio. Ese mismo año el pueblo de
Roma nombra emperador a Majencio, hijo del anterior tetrarca Maximiano. Este último
regresa también a la escena política reclamando el título de Augusto.
Comienza así un período de 20 años de conflicto que culminará con la asunción del
poder absoluto por Constantino el Grande (Solana 2003). De este primer grupo de
contendientes el primero en caer fue Severo traicionado por sus tropas; mientras que por
su parte Constantino y Maximiano concertaban una alianza. Al final del año 307 había 4
augustos: Constantino, Majencio, Maximiano y Galerio y un solo césar, Maximino
Daya.
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A pesar de la mediación de Diocleciano, al final del año 310 la situación era aún más
confusa con 7 Augustos: Constantino, Majencio, Maximiano, Galerio, Maximino,
Licinio al que había introducido en la pugna Diocleciano y Domicio Alejandro, vicario
de África autoproclamado Augusto.
En este entorno convulso comenzaron a desaparecer candidatos: Domicio Alejandro fue
asesinado por orden de Majencio; Maximiano se suicidó asediado por Constantino y
Galerio falleció por causas naturales.
Triarquía (311 – 313)
Finalmente, Majencio fue relegado por los tres augustos restantes y finalmente vencido
por Constantino en la batalla del puente Milvio, en las afueras de Roma, el 28 de
octubre de 312. Una nueva alianza entre Constantino y Licinio selló el destino de
Maximino que se suicidó tras ser vencido por Licinio en 313.
Diarquía (314 – 326)
A partir de este punto el imperio quedaba dividido entre Licinio, en oriente, y
Constantino en Occidente. Tras enfrentamientos iniciales, ambos firmaron la paz en
Serdica en 317. Durante este período ambos nombraron césares según su conveniencia
entre los miembros de su familia y círculo de confianza. En el año 324, nuevos
enfrentamientos terminaron con la victoria de Constantino sobre Licinio en
Adrianópolis y Crisópolis.
Gobierno de Constantino (326 – 337)
Durante el reinado de Constantino se introdujeron importantes cambios que afectaron a
todos los ámbitos de la sociedad del imperio romano.
Reformó la corte, las leyes y la estructura del ejército.
Constantino gobernó el imperio desde Bizancio a la que cambió el nombre por
Constantinopla (ciudad de Constantino). Falleció, por enfermedad en 337, 31 años
después de haber sido nombrado emperador en Britania.
El Colonato:
Con el aumento de los conflictos internos fue necesario incrementar los beneficios
otorgados a las guarniciones de las provincias romanas, especialmente aquellas que
guardaban las fronteras del imperio. Para sostener el inmenso aparato militar se
utilizaron dos vías, por un lado se otorgaron tierras en las provincias a los comandantes
y oficiales de las diferentes guarniciones, así como también a los oficiales del ejército
regular romano. Y por otro lado, se incrementaron constantemente los dos impuestos
principales que regían en el imperio: La Capitatio (impuesto per cápita, por persona) y
el impuesto a la propiedad (de la tierra). La ineficiente burocracia implementada por los
emperadores romanos para controlar la percepción de las obligaciones impositivas llevó
a una recaudación deficiente que se intentó paliar mediante el aumento incesante de las
cargas impositivas. Sumando el hecho de que, tras la conversión del imperio al
cristianismo, instaurando el catolicismo como religión oficial, apareció un nuevo grupo
de ciudadanos privilegiados, los cuales vivían subsidiados por el estado romano. Los
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sacerdotes del culto pagano eran mantenidos por los tributos de los fieles, la iglesia
romana recibirá su sustento del tesoro del estado, es decir, de los impuestos.
Para la misma época se había impuesto, en los dominios romanos de África, una forma
de organizar la producción que difería de la villa del sistema esclavista, utilizada
principalmente en roma y la península itálica. A los campesinos de África se los
denominaba Coloni (Colonos) y el sistema del Colonato se basaba en un acuerdo entre
los grandes terratenientes y los campesinos que resultaba, frente a la carga impositiva
del estado, beneficioso para ambos. Los Campesinos entregaban sus tierras al
terrateniente, conservando una pequeña parte que trabajaban para su sustento y donde
construían sus viviendas, a esto se agregaba el compromiso de trabajar durante una
buena parte de la jornada los campos para entregar el producto de los mismos al
terrateniente o señor de la tierra. A cambio el terrateniente se hacía cargo de las
obligaciones de los impuestos a la tierra y de la capitatio de sus colonos.
Este sistema comenzó a expandirse rápidamente a través del imperio, especialmente en
las zonas de menor riqueza, ya que significaba, para los campesinos, la manera de
evadir el pago de los imposibles impuestos que demandaba el imperio y, por otro lado,
para los señores representaba una forma de obtener tierras y mano de obra sin correr con
los gastos de la compra de esclavos, herramientas y sin tener la necesidad de alimentar a
los trabajadores como sucedía en el caso de la villa esclavista.
La difusión de este sistema, unido a la corrupción generalizada de los funcionarios
romanos terminó por debilitar la defensa de las fronteras del imperio y devastó la base
económica de la administración central, dejando a Roma vulnerable a la penetración de
ejércitos enemigos y, en caso de ser atacada, sin capacidad económica de
reconstrucción.
Con el surgimiento del colonato y la ruralización de la sociedad tras la crisis del siglo
III, surgió una nueva estructura social más polarizada. En la cúspide de la pirámide
social se encontraban los grandes latifundistas que, además de tierras y fincas
amuralladas, poseían ejércitos privados y recaudaban los impuestos en sus territorios.
Por debajo de ellos se hallaban los campesinos independientes empobrecidos, los
colonos, y los esclavos. Poco a poco, la condición de los colonos fue empeorando, hasta
que no pudieron abandonar las tierras que trabajaban. Esto se agravó con la reforma de
Diocleciano, quien, para lograr un recuento preciso de los impuestos, obligaba a los
trabajadores a permanecer en las parcelas que cultivaban. Así se perfilaron procesos
económicos y sociales que se retomarían siglos posteriores, este es el caso del
feudalismo
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Invasiones bárbaras
Etapa pacífica
Los germanos eran pueblos del norte y este de Europa. Habitaban tierras pobres
cubiertas por bosques y pantanos, que dificultaban las prácticas agrícolas.
Si bien Roma rara vez pudo traspasar la frontera que separaba el área romana del área
germana, hacía tiempo que estaba en contacto con los germanos y los admitía en su
suelo. Esta línea divisoria corría a lo largo de los ríos Rhin y Danubio. Desde el siglo II
los germanos habían comenzado a ingresar en grupos reducidos en el territorio del
Imperio romano, atraídos por tierras más fértiles. Algunos germanos se convirtieron en
colonos; otros ingresaban al ejército romano en calidad de aliados. A cambio de servir
en el ejército y defender las fronteras, los aliados recibían tierras y ganado.
A fines del siglo IV, creció la presencia de germanos dentro de las fronteras del
Imperio. La mayoría de ellos se instalaron en áreas rurales y, aprovechando el
debilitamiento del poder imperial, continuaron teniendo sus propias leyes y se
gobernaban por sus propios jefes. Los germanos mantuvieron sus costumbres, no
hablaban latín y, en el aspecto religioso eran paganos y herejes.
Al comienzo, Roma no midió las posibles consecuencias de la presencia germana dentro
del Imperio, ya que los pueblos no estaban unidos entre sí y las rivalidades entre ellos
eran hábilmente explotadas por los romanos. Sin embargo, a causa de su creciente
debilidad y de los problemas internos, el Imperio no reaccionó a tiempo cuando se
produjeron nuevas y más violentas invasiones.
Etapa violenta.
Los godos fueron uno de los primeros pueblos que entraron en el Imperio, en un
comienzo eran un pueblo tranquilo de agricultores que vivía en comunidades rurales y
que viajaban individualmente dentro de los límites del Imperio Romano. La migración
de los godos obedeció a la presión de los hunos desde el este y no fue de modo agresivo
contra los romanos; esto únicamente sucedió cuando los godos fueron maltratados y
oprimidos por los romanos al cruzar el Danubio.
En 401 los godos pactan con el emperador Arcadio (que se había quedado el Imperio
Romano de Oriente) una alianza pacífica, para así en 402 conducir al ejército godo a
través de Macedonia, Tracia, Fócida y Beocia, para llegar hasta la Península Itálica
donde es vencido por Estilicón el 6 de abril de 402 en la batalla de Pollentia. Un año
más tarde los godos vuelven a invadir Italia y establecen su capital en la región de
Dalmacia.
A partir de allí se dirigieron a Roma saqueando la ciudad durante seis días en agosto de
410 y llevándose consigo como botín a la hermana del emperador, Gala Placidia.
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Otros pueblos
A fines del 406 una gran invasión de pueblos germánicos, principalmente vándalos,
suevos y burgundios cruzaron el Rhin, traspasaron las posiciones defensivas romanas,
capturaron ciudades del nortre de la Galia y avanzaron hacia el suroeste. En el 409 las
ciudades de Aquitania se vieron amenazadas y los suevos y vándalos prosiguieron su
camino a través de los Pirineos dirigiéndose hacie Hispania. En pocos años los bárbaros
fueron construyendo reinos que compitieron por las mejores tierras y despojaron y
dispersaron a los terratenientes romanos.
Los campesinos romanos aceptaron de buen grado a sus nuevos señores ya que éstos,
acostumbrados a una organización similar a la del colonato, permitieron mantener el
mismo arreglo que los campesinos tenían con los señores romanos.
Al mismo tiempo la inquietud local en Britania y las incursiones sajonas a lo largo de la
línea costera provocaron una serie de proclamaciones imperiales, como resultado de las
cuales el usurpador Constantino III cruzó las Galias, estableció su corte en Arlés y
pronto expandió su poder a Hispania. Coincidió este momento, con la invasión de
Alarico, por lo que el gobierno romano no pudo hacer mucho para luchar con dicha
usurpación de las Galias. Después de la proclamación de Constantino III, Britania
estuvo gobernada por reyezuelos locales más o menos continuadores del poder romano,
y desde mediados del siglo V fue progresivamente ocupada por los sajones desde el
este.
En las Galias, Armónica y buena parte de la región central de la provincia fueron
controladas a partir del 410 por insurgentes conocidos como bacaudos o por los
enclaves germanos establecidos localmente.
En el 429 los vándalos pasaron de Hispania a África y en pocos años se abrieron camino
hacia Cartago. Una expedición enviada desde Oriente ofreció alguna resistencia al
avance de los vándalos, pero en el 435 cayeron la parte oriental de Mauritania, Numidia,
y dos años más tarde, Cartago.
Invasiones hunas
En el 420, los hunos se establecieron en las llanuras de Hungría, al norte del Danubio.
Desde allí comenzaron a entrar en territorio romano, lo que amenazó la ruta terrestre
entre Oriente y Occidente, que en el siglo IV había sido la columna vertebral del
Imperio así como el acceso tradicional a las bases de reclutamiento. En el 430 el
gobierno romano pactó con el rey huno, Rua, una serie de acuerdos que implicaba pagos
de subsidios; pacto que se mantuvo con sus sucesores, Bleda y Atila. En el 441 estalló
la guerra abierta, Atila tomó las ciudades de Sirmium, Margus, Naissus y Filipópolis; lo
que terminó, en el 449 con un incremento en el pago de los subsidios, y la evacuación
romana de los territorios situados a la ribera del Danubio.
Tras un acuerdo con la corte de Constantinopla, Atila avanzó hacia la Galia pero fue
derrotado en los Campos Cataláunicos por las fuerzas combinadas de romanos
visigodos y burgundios. Entonces decidió invadir Italia: saqueó Aquileya, Milán y
Ticinum. Pero, Atila se detuvo en el Po, adonde acudió una embajada formada, entre
otros, por el papa León I. Tras el encuentro inició la retirada sin reclamar los territorios
que deseaba.
Se han ofrecido muchas explicaciones para este hecho. Puede que las epidemias y
hambrunas que coincidieron con su invasión debilitaran su ejército, o que las tropas que
Marciano, emperador de Oriente envió al otro lado del Danubio le forzaran a regresar, o
quizá ambas cosas. Seguramente la indudable personalidad de San León Magno tuvo
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que ver con la retirada de Atila de la península. Finalmente Atila murió en el 453 y con
él, el poder de los hunos.
Caída del Imperio Romano de Occidente
La dinastía de Teodosio en Occidente terminó con el asesinato de Valentiniano II en el
455, sucedido por varios emperadores de corta vida. León, el emperador de Oriente,
provocó la instalación en Occidente de Antemio. Pero Antemio fue asesinado y Anicio
Olibrio se convirtió en Emperador. Tras la muerte de éste pocos meses después, el
gobierno oriental envió a Julio Nepote como sucesor de Olibrio. Nepote fue desposeído
por el general Orestes, que instaló a su propio hijo, Rómulo Augusto al cargo imperial.
Odoacro depuso a Rómulo y gobernó como agente del emperador romano de oriente,
dándose el título de rex Italiae (Rey de Italia). Fue asesinado por Teodorico el Grande,
rey de los godos que se quedó con todo su reino.
El imperio occidental y el poderío de Roma ya no se recuperarían, al menos no hasta el
reinado de los Francos bajo el rey Carlos, más conocido como Carlomagno, nombrado
emperador en el año 800, imperio que no fue tal, sino que marcó la restauración de la
iglesia cristiana y la transición hacia el modo de producción feudal. El imperio
Carolingio no perduró más allá de la vida de Carlos.
Mapas de las Invasiones más importantes:
Imperio de Atila (Hunos)
Expansión de los Godos
Expansión de los Suevos, Vascones, Visigodos, Alones y Vándalos
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Los pueblos que invadieron los territorios romanos, principalmente los de origen
germánico, removieron a los nobles romanos de sus fortalezas y los reemplazaron con
sus propios notables. Lo curioso es que la organización social de los germanos no
difería mucho de los colonatos romanos, por lo cual les resultó conveniente mantener el
sistema ya emplazado. Por otro lado, para los campesinos la llegada de los señores
germanos fue casi una bendición pues su relación de vasallaje que les imponía trabajar
una porción de las tierras para tributar al señor no cambió pero, con la caída del
gobierno centralizado de Roma, desaparecieron los impuestos per. Cápita o por cabeza
(Capitatio) quitándoles un peso de encima. Por otra parte la presencia de los germanos y
sus ejércitos, de carácter personal, les aseguraban la defensa frente a otros invasores que
buscara saquear las tierras y las aldeas.
Los Francos
Los francos, pueblo germano, estuvieron gobernados por varios reyes durante años
hasta la unificación que hizo Clodoveo, nieto de Meroveo y fundador de la dinastía
Merovingia. Bajo su mando expulsó del reino de Tolosa a los visigodos en el año 800
D.C.
Los sucesores de Clodoveo fueron llamados emperadores vagos, puesto que se
despreocuparon de los temas de gobierno y los dejaron en manos del cirviente del
palacio, que significaba algo así como el primer oficial del castillo, es decir un general
de ejércitos que cumplía también funciones administrativas, los cirvientes asumieron el
poder administrativo y militar, constituyéndose en una dinastía paralela a la que reinaba.
Carlomagno
Carlos I el Grande, llamado Carlomagno (747/748 según algunas fuentes – 28 de enero
de 814), rey de los francos (768 – 814), rey de los lombardos (774 – 814).
Fundó el llamado Imperio Carolingio (considerado el Imperio Romano de Occidente
restaurado).
En política exterior, Carlomagno emprendió una serie de agresivas campañas militares
destinadas a expandir sus fronteras. De esta manera sometió a los lombardos,
haciéndolos desaparecer de la Historia. En España, peleó contra los árabes e incluso
intentó apoderarse de Zaragoza en 778, pero su retaguardia fue atacada en Roncesvalles
y debió conformarse con crear la Marca Hispánica en el norte de Cataluña, Aragón y
Navarra. En Alemania, sometió a los sajones y guerreó hasta alcanzar Hungría, donde
aniquiló a los ávaros para siempre.
Carlomagno creó el condado como unidad administrativa básica del imperio, a cargo de
un conde, y fundó varias marcas, cada una de las cuales estaba al mando de un marqués.
Al mismo tiempo creó un cuerpo de inspectores, los missi dominici, encargados de
someter a obediencia a los nobles y las autoridades locales.
Carlomagno fue un defensor de la cultura, creó la Escuela Palatina en Aquisgrán, su
ciudad capital, y llamó para dirigirla a Alcuino de York, uno de los más importantes
sabios cristianos de su tiempo.
Durante este período las abadías y monasterios de la iglesia católica cumplieron la
función de conectar las diferentes regiones de Europa, sirviendo como descanso para los
viajeros, fuente de información y reservorios de la cultura de la antigua Roma, sin
embargo la descentralización política hizo peligrar la perdurabilidad de la iglesia
romana en más de una ocasión.
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Carlomagno no gobernaba con total autoridad sobre sus nobles como lo habían hecho
los emperadores romanos, sino que, por el contrario, le resultaba indispensable renovar,
año a año, la alianza con sus condes, gobernadores, marqueses e incluso con sus propios
comandantes de ejército para asegurar la continuidad de su poder y para contar con
tropas y abastecimientos suficientes para mantener y acrecentar los territorios de su
imperio. Mientras no fuesen convocados por el rey, los nobles condes y marqueses
gobernaban sus territorios según sus propias decisiones y sin consultar sus políticas con
la capital, sus obligaciones consistían en acudir al llamado anual del rey y pagar los
tributos correspondientes a cada región, también se comprometían cada año a enviar
tropas y provisiones para las campaña militares de Carlomagno.
Carlomagno se dedicó a unificar a todos los reinos cristianos de Europa y reorganizar
los territorios del antiguo Imperio Romano de occidente.
Se hizo proclamar emperador por el papa León III el día de Navidad del año 800 en la
iglesia de San Pedro, en Roma. Fue uno de los mayores líderes militares de la Edad
Media. Como rey, revivió el espíritu político y cultural que había desaparecido con la
caída del Imperio Romano de Occidente.
La fama de Carlomagno y los caballeros de su corte dio lugar a una serie de leyendas y
mitos, muchos de los cuales se recogieron en poemas épicos y libros de caballerías,
tanto en Alemania y Francia como en España, Italia y Portugal.
Bajo el gobierno de Carlomagno y por encargo del emperador,
Alcuino de York, inventó una nueva caligrafía en letra minúscula que permitió traducir
gran cantidad de textos del latín a la lengua de cada región, logrando así extender la
cultura a todos los rincones del reino. A esta letra se la llamó nueva letra romana y es la
que utilizamos hoy en día.
El sistema carolingio funcionó bien en vida de Carlomagno, gracias a su mano de
hierro, pero una vez fallecido, su sucesor, el débil Ludovico Pío, fue incapaz de
contener la desintegración del Imperio, que se dividiría definitivamente por el Tratado
de Verdún en el año 843 dando paso a una mayor regionalización de los territorios y
descentralización política, lo que sentaría las bases del modo de producción Feudal.
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TRABAJOS PRACTICOS III TRIMESTRE
Trabajo práctico Nº 1
1. ¿Por qué era tan importante la participación política en la república romana?
2. Explicar la transformación de la sociedad política de la república a la sociedad
esclavista del imperio.
3. Explicar la expansión y el éxito del imperio romano y los problemas que
comienzan a plantearse como consecuencia de ese crecimiento.
Trabajo práctico Nº 2
1. ¿Cómo afecta el cristianismo a la sociedad romana y por qué se adopta como
religión oficial a partir del gobierno de Constantino?
2. Explicar la caída del imperio romano de occidente.
3. ¿Qué era el colonato y que ventajas tenía en comparación con el esclavismo?
4. ¿Por qué la llegada de los pueblos germánicos a las provincias romanas es
aceptada por los campesinos locales?
5. Explicar las transformaciones sociopolíticas que trae el imperio de Carlomagno.
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