Los preparativos para que muchos vengan al reino de los cielos

Anuncio
Los preparativos para que muchos
vengan al reino de los cielos
SERVICIOS MUNDIALES 2016
TERCERA SEMANA
INTRODUCCIÓN
Es hora de pensar en grande, de pensar en alcanzar almas alrededor del mundo. Es
hora de que veamos gente venir de todas las direcciones, como un torrente, hacia el
reino. En las palabras de William Booth, es hora de pensar en “ir por las almas.”
Había una campaña evangelista a nivel divisional en el calendario. El Comandante
Divisional hizo algo inusual. Dedicó un tiempo para llamar personalmente a cada
oficial de Cuerpo para promover las reuniones. Sus preguntas pusieron a cada uno de
los oficiales en aprietos:
“¿Cuántas personas está trayendo?”
LECTURA BÍBLICA
Mateo 8:5-13 (NVI)
ESCRITURAS
Mateo 8:11 (traducción libre)
Este hombre es la vanguardia de
muchos que vendrán de todas
las direcciones, como un torrente
desde el oriente y el occidente.
“¿No puede traer más gente?”
“¿Qué está haciendo para invitar a nuevas personas?”
“¿Necesita ayuda para alquilar un autobús para llevar a la gente?”
¿Por qué haría algo así? Porque quería que las reuniones tuvieran una máxima repercusión. Quería hacer posible que la gente
encontrará a Jesús. Quería que muchos más fueran al reino de los cielos. Quería eliminar cualquier obstáculo que no dejara acudir a la
gente. La campaña resultó en muchas victorias espirituales.
Eso es lo que nosotros también queremos. Queremos preparar el camino para que muchos respondan al Evangelio. Queremos quitar
obstáculos. Queremos que esto pase aquí mismo, en nuestros cuerpos/centros, al igual que en todo el mundo.
Hemos estado viendo durante estas últimas dos semanas la historia —en Mateo 8— del centurión que le pidió ayuda a Jesús. La gente
religiosa lo consideraba un forastero pero, después de escuchar lo que dijo, Jesús declaró que el soldado tenía una fe excepcional. De
hecho, Jesús dijo que la fe de ese forastero se debía considerar como una señal. Era una señal de que muchos de los que las personas
religiosas consideraban forasteros vendrían al reino de los cielos y serían bienvenidos. Luego Jesús continúa describiendo, de una
manera hermosa, el futuro encuentro: el “banquete” de todos aquellos que vendrán al reino de los cielos, el banquete del reino de los
cielos.
Al igual que el Comandante Divisional, cuyo corazón estaba puesto en los preparativos para que muchos vinieran a las reuniones,
nosotros tenemos un papel que desempeñar. Pero, ¿cómo preparamos el camino para que muchos vengan al banquete del reino de
los cielos?
VEAMOS AL MUNDO CON LOS OJOS DE DIOS. NUESTRA VISIÓN
LA FE VERDADERA NOS LLEVA A CONSIDERAR A “OTROS”
¿Cómo prepararnos? Comenzamos viendo al mundo con los ojos de Dios. Lo que Él está haciendo nos motiva a ayudar a la mayor
cantidad posible de esos “otros”. Nuestra fe, en la futura culminación de la misión mundial de Dios, le da dirección a nuestras vidas.
La Biblia nos dice, en respuesta a la expresión de fe del centurión: “Al oír esto, Jesús se asombró” (Mateo 8:10 NVI). Piensen en esto.
La fe del soldado, que Jesús elogió, se ejerció para ayudar a otros que tenían necesidad; no fue para sí mismo. Mi fe puede servir a la
visión de Dios para el mundo. Me puede ayudar a servir a “otros”.
Jesús dijo sobre el centurión: “Este hombre es la vanguardia de muchos que vendrán de todas las direcciones, como un torrente desde
el oriente y el occidente, y que se sentarán en el banquete del reino de los cielos” (Mateo 8:11).
Si meditan en estas palabras, van a empezar a percatarse de que su fe no es privada, personal ni exclusiva. Comenzarán a ver
posibilidades mundiales al aceptar la visión de Dios.
SERMÓN DE LA SEMANA #3
|
PAGÍNA 1 de 6
Los preparativos para que muchos vengan al reino de los cielos
LA VISIÓN QUE NOS AYUDA A SUPERAR OBSTÁCULOS
Hay obstáculos que nos impiden tener este tipo de visión amplia al mundo. Hay personas que sirven de obstáculos. Después de todo,
hay muchos que no tienen ningún interés en el mensaje de Jesús. Dios parece insignificante y sin importancia. A algunos simplemente
no les importa, son hostiles, descuidan lo que han aprendido, ignoran las maravillas de Dios que le rodean, disfrutan un estilo de vida
pecaminoso y no quieren un Salvador. Ese tipo de oposición puede hacer que pierdan de vista el poder de Dios.
Algunos cristianos permiten que ciertas incertidumbres personales les impidan ver al mundo de la manera en que lo ve Dios. No se
preguntan: “¿cómo puedo tener un efecto positivo en el mundo? ¿Qué papel puedo desempeñar?”
Esta fe de la visión es lo que nos hace volver a considerar que este mensaje es real y suficientemente poderoso para alcanzar a “otros”,
cualquiera sea la situación. Es el mensaje de Dios. Es así que comenzamos a entender que el mismo Evangelio que cambió nuestras
vidas es el portal al poder de Dios que alcanza al mundo entero. Eso incluye personas de otros países y otras culturas.
Con la fe de la visión ustedes empiezan a ver al mundo como cosecha, lo que significa que quieren conseguir a “otros” para el reino.
Deben querer hacer posible que mucha gente venga. Deben querer difundir el mensaje en sus ciudades y alrededor del mundo. Es más,
deben desear tener sillas adicionales porque van a acudir más personas a las reuniones para adorar.
Reafirmemos hoy que el mensaje de Jesús es atractivo, convincente y que tiene el poder del Espíritu Santo; es que se trata de Él.
Recuerden que es Jesús el que puede satisfacer las necesidades de la persona. Dios hará llegar su mensaje al mundo y nosotros
tenemos la oportunidad de participar en ello. Cuando ustedes comprenden el corazón de Dios y ven al mundo a través de sus ojos, la
visión de fe les da poder para seguir adelante.
Esa visión es imprescindible para preparar el camino, de modo que muchos vengan al reino, permitiéndonos así aceptar la tarea que
se nos ha dado.
NUESTRA TAREA: IR POR LAS ALMAS
¿Cómo nos preparamos? Aceptemos la tarea que tenemos como cristianos en cuanto a “ir por las almas”.
Debemos orar y asociarnos con Dios, especialmente dadas las palabras de Jesús: “Este hombre es la vanguardia de muchos que
vendrán de todas las direcciones, como un torrente desde el oriente y el occidente, y que se sentarán en el banquete del reino de los
cielos” (Mateo 8:11). ¿Ven la importancia de invitar a la gente, de hacerles sentir bienvenidos para que puedan entregarse al ministerio
del Espíritu Santo? ¿Entienden lo que el Comandante Divisional estaba tratando de hacer cuando ofreció contratar autobuses para
llevar gente a las reuniones evangelísticas? ¿Captan la tarea que se nos da como cristianos?
Hay una buena ilustración de esta tarea en otra historia que Jesús contó. Nos ayudó a comprender cómo es el reino de los cielos. E
implica el hecho de extender una invitación.
Esa parábola está en Mateo 22. Un rey organizó una gran fiesta, un enorme banquete de bodas en honor a su hijo. Invitó a todos los
que conocía, pero muchos no quisieron ir. Los mensajeros que envió para ver a los invitados fueron despreciados y algunos fueron
asesinados. Entonces el rey envió más mensajeros. Su tarea era invitar a toda persona que hallarán porque la fecha del banquete
estaba cerca y el mismo se preparó para disfrutarse. El versículo 10 de la Nueva Versión Internacional dice: “Así que los siervos salieron
a los caminos y reunieron a todos los que pudieron encontrar [ricos y pobres], buenos y malos [contentos y deprimidos, enfermos y
sanos]. Y se llenó de invitados el salón de bodas.”
Aunque muchos rechazaron su invitación, aún había una boda que celebrar. Todo estaba listo. Se les entregó una invitación a todos
aquellos que no esperaban asistir y respondieron.
Sabemos que muchos en nuestro mundo que están invitados al banquete del reino de los cielos, ignorarán Su invitación. Pero tenemos
el privilegio de invitar a aquellos que no esperaban acudir a dicho banquete. Esto se parece a lo que sucedió en las tempranas épocas
del Ejército de Salvación cuando íbamos a las comunidades e invitábamos a todos los que encontrábamos al reino de los cielos.
Piensen en las semejanzas con el Ejército y ese pasaje bíblico: “[ricos y pobres] buenos y malos [contentos y deprimidos, enfermos y
sanos]. Y el salón de bodas se llenó de invitados.”
William Booth dijo que debemos “ir por las almas e ir por las más perdidas.” Hoy podemos representar los brazos abiertos de Cristo
que dijo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” (Mateo 11:28 NVI). Al entregar esta
invitación, ustedes no podrán decidir quién puede o no asistir al banquete. ¡Es bueno que inviten a todos! Queremos abrir las puertas
de par en par para que la gente se sienta bienvenida. Para ello debemos ponernos a trabajar e invitar a la mayor cantidad posible y de
SERMÓN DE LA SEMANA #3
|
PAGÍNA 2 de 6
Los preparativos para que muchos vengan al reino de los cielos
toda manera posible.
En el Congreso Internacional en Londres, el pasado julio, el Capitán Mike Davis contó sobre su encuentro con un musulmán.
“Aquí en Londres, conocí mucha gente de alrededor del mundo, pero hubo un encuentro que jamás
olvidaré. Entré a un negocio telefónico del centro y me saludó un empleado llamado Zain. Le pregunté si
podía cargar mi celular. Él asintió. Mientras se cargaba mi teléfono, Zain y yo nos pusimos a conversar.
Me preguntó qué estaba haciendo el Ejército de Salvación en ese centro. Le conté que era el 150º
aniversario de la existencia del Ejército de Salvación. Continuamos charlando en cuanto a lo que me
dedicaba. Le expliqué que era una organización religiosa y que yo era un ministro ordenado. Cuando
dije eso, la expresión en su cara cambió rápidamente.
”Zain es musulmán. Cuando se enteró que yo era cristiano, dudó en seguir hablando conmigo. Entonces le
pregunté cuál era su impresión de los cristianos. Zain dijo: “Son críticos y arrogantes.” Luego me preguntó:
“¿Cuál es tu impresión de los musulmanes?” Mi respuesta fue: “No tengo una. Tengo familiares y amigos
que son musulmanes.” Luego Zain preguntó: “¿Me estás diciendo que lo primero que pensaste de mí no
fue: “me pregunto si será musulmán y terrorista?” Le dije: “No, te vi como un ser humano.”
“Continuamos hablando sobre nuestras creencias. Claro que acordamos discrepar al respecto, pero nos
respetamos mutuamente. La conversación duró dos horas. Cuando ya me estaba yendo del negocio,
me detuvo y me dijo: “Gracias por la charla compañero, por no juzgarme y por verme como un tipo
normal. Eres un buen hombre. Me gustaría mantenerme en contacto contigo para seguir hablando sobre
tu fe y el Ejército de Salvación.”
“Hoy volví al centro para despedirme de él antes de regresar a los Estados Unidos. Se sorprendió al
verme, ya que no creyó que iba a cumplir mi palabra, pensó que me había ido del país.”
¿Piensa que el Capitán Davis preparó el camino para alcanzar a este hombre e invitarlo a creer en el Evangelio?
El Mayor Ángelo Rosamilia, antes de su Promoción a la Gloria, era un oficial de un Cuerpo con mucho éxito y una gran congregación
en Queens, Nueva York. Lo llamaban el “gran visionario”. El Teniente Coronel LaMarr, ex comandante divisional, que acompañaba al
Mayor Rosamilia a un evento, relata: “En el camino, saludaba a todos, incluidas personas de negocios, con comentarios como: “Dios lo
necesita, a usted y a sus habilidades, en el Ejército. Lo buscaré la semana que viene.”
¿Ven cómo el Mayor Rosamilia preparaba el camino para el mensaje del Evangelio, mostrando un espíritu acogedor a todos aquellos
con los que se encontraba día tras día?
¿Ansían realmente que “otros” vayan al reino de los cielos? ¿Qué están haciendo al respecto? Es una tarea que se nos ha dado para
ayudar a cumplir con la visión de Dios con el mundo.
El mensaje para nosotros es invitar, invitar, invitar, de toda forma posible. Una gentil invitación puede ayudar a alguien a disponerse
a escuchar la palabra de Dios. Puede hacerla al acompañar a alguien en sus épocas difíciles. Otra forma posible de alcanzar a “otros”
es apoyando al programa de Servicios Mundiales; con lo cual, un Salvacionista que esté sirviendo en otro país tendrá la capacidad de
invitar a “otros”. Una invitación puede hacerse al pedirle a alguien que ayude en el Cuerpo. Cuando alguien siente que lo necesitan y
que lo valoran, puede que se sienta bienvenido. Y, por supuesto, la amabilidad con un niño a veces resulta en una invitación que toda
la familia acepta.
Encuentren alguna manera de conectarse con la gente. Hallen alguna forma de invitarlos. Puede ser por medio de la Escuela Bíblica
Vacacional, una campaña evangelística, mediante el seguimiento a un beneficiario de Servicios Sociales, música, deportes, escuela
dominical. En resumen, quiten la incomodidad y la rareza que la gente siente cuando viene a la iglesia. Abran sus brazos y provean un
ambiente atractivo y seguro donde la gente pueda bajar la guardia y escuchar al Espíritu. ¡Inviten, inviten, inviten!
Nuestra visión, viendo con los ojos de Dios, hace que abracemos la tarea de alcanzar a la gente. Es así como podemos participar en la
realización del plan de Dios y traer a “otros” al reino.
TRAER A “OTROS” AL REINO, NUESTRO FIN
¿Cómo nos preparamos? Tener nuestra visión clara y aceptar nuestra tarea nos llevarán a concretarla, a resultados reales. Cuando
hagamos lo mejor para invitar a la gente, algunos responderán. En cuanto a aquellos que responden, necesitamos aprovechar cada
SERMÓN DE LA SEMANA #3
|
PAGÍNA 3 de 6
Los preparativos para que muchos vengan al reino de los cielos
oportunidad que tengamos para invitarlos al reino de los cielos, a nacer de nuevo.
Traer gente al banquete del reino de los cielos es una imagen útil y atractiva. Es acogedora en muchos sentidos. Imagínense contarle
a alguien que puede tener un lugar reservado —con nombre y todo— en la celebración de Dios. Ustedes pueden repetir el llamado
acogedor del Espíritu Santo. Su trabajo es ayudar a “otros” a hallar su lugar.
Ustedes se aseguraron de que muchas personas supieran que están invitadas al banquete del reino de los cielos. Les hablaron del
plan de Dios. Sin embargo, tienen que prepararlos. Hay algo que se espera de los invitados. Tienen que poder conocer y respetar al
Invitado de honor. Fueron invitados con este propósito.
Muchas personas que no encajan con el estereotipo de “cristianos” han de invitarse. Recuerden lo que dijo Booth: “ir por almas e ir
por las almas más perdidas.” Queremos que aquellos que acepten nuestra invitación sepan la bendición que es volver a nacer. Una
vez que estén invitados tienen que formar parte de la celebración por voluntad propia. Tienen que decidir si participarán por completo.
Urjámosles a que acepten a Jesús en sus vidas y a que oren para que el Espíritu Santo los convenza y dirija sus pasos.
Jim Elliot afirmó: “Señor, hazme un hombre de crisis. No dejes que sea un poste en el camino, más bien hazme un cruce en el que los
hombres de una forma u otra tengan que enfrentar a Cristo en mí.” Mientras pasamos tiempo con aquellos que responden a nuestra
invitación, intentemos dirigirlos amablemente a que tomen una decisión. Tratemos de ser como el cruce de Jim Elliot en el camino.
En la historia, Jesús contó sobre la celebración de la boda del hijo del rey. El salón del banquete estaba lleno de invitados. ¡No solo
los que se invitaron primero! Incluía a todos aquellos que los siervos habían traído. Pero había una persona que no estaba preparada
para la ocasión. Una que no se vistió de forma apropiada para la fiesta. Aquellos que escuchan la historia sabrían que un rey
acaudalado en esos días proveería la vestimenta para los invitados. Por lo tanto, al no ponerse la ropa para la boda, esa persona le
faltó el respeto al rey. ¿Qué sucedió? Lo echaron de la fiesta, ya que no estaba dispuesto a participar totalmente.
Esto ilustra lo que es verdad hoy en día. Hay algunos que se acercan. Aprecian la bondad de Cristo, pero no están dispuestos a
comprometerse con él, a tener fe en él, a abandonar sus pecados y a volver a nacer. 1 Juan 5:12 (NVI) dice: “El que tiene al Hijo, tiene
la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.” Por eso es que debemos enfocarnos en lograr que las personas tomen una
decisión.
Es nuestro deleite ayudar a “otros” a encontrar y respetar al Invitado de honor en preparación para el banquete del reino de los cielos.
En Isaías 61:10 (NVI) el profeta indicó: “Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de
salvación y me cubrió con el manto de la justicia.” Tanto la expresión “ropas de salvación” como “manto de la justicia” describen lo que
Dios quiere hacer: reemplazar el pecado por la salvación. Ver que eso suceda hace que nuestra meta se cumpla.
Recuerden la ilustración de las Escrituras: “[ricos y pobres] buenos y malos [contentos y deprimidos, enfermos y sanos]. Y se llenó de
invitados el salón de bodas.”
APLICACIÓN
Se les ha enviado a traer a “otros” al reino. Ver con los ojos de Dios hará que vayan a sus vecindarios, a su mundo. También los
motivará a equipar a aquellos que están haciéndolo por ustedes en otras partes del mundo al dar con generosidad. Comiencen a
pensar en grande, en “el mundo entero redimido,” como lo dice la canción del fundador: “O Boundless Salvation” [Sin límite océano de
amor y salvación, canción # 207, Cancionero del Ejército de Salvación].
Mediten en lo que están haciendo para invitar a “otros” al banquete. Por ejemplo, sus acciones deben desencadenar esta idea:
“¡Necesito arreglar más sillas para acomodar a más personas en nuestro Cuerpo! ¡Hemos invitado a mucha gente!” ¿A quiénes han
invitado ustedes?
Cuándo escuchan la frase de William Booth, “ir por las almas”, ¿cómo reaccionan? ¿Intentarán ayudar con paciencia a aquellos que
acepten su invitación a tomar la decisión correcta, la cual es si aceptarán o no a Jesús en sus vidas?
Recuerden, el día en que todos nos reunamos en el banquete del reino de los cielos, el día en que muchos forasteros vendrán de todas
las direcciones, como un torrente desde el oriente y el occidente para asistir al banquete, serán bendecidos sabiendo que hicieron todo
lo que pudieron para invitar a “otros” y para preparar el camino para ellos.
SERMÓN DE LA SEMANA #3
|
PAGÍNA 4 de 6
Los preparativos para que muchos vengan al reino de los cielos
CANCIONES Y COROS
SASB 945/935 “Whosoever Heareth”
HR 424 “Siervos de Jesús, hombres de verdad”
HR 605 “El mundo dice que nada aprovechamos” (Coro)
SERMÓN DE LA SEMANA #3
|
PAGÍNA 5 de 6
Ideas para el tiempo de los niños
SERVICIOS MUNDIALES 2016
SEMANA #3
(Nota para el narrador: Traiga un globo terráqueo o un mapa para usar durante el
tiempo de los niños.)
Nos han pedido que seamos amigos especiales con el Ejército de Salvación en otros
países. Estos son: Zambia, Medio Oriente (Kuwait/Emiratos Árabes Unidos), México,
Corea (con Mongolia) e India Central. Se llaman nuestros Compañeros en la Misión.
¿Pueden encontrar estos lugares en el globo terráqueo? Vamos a ubicar también
nuestra ciudad.
(Nota para el narrador: Ayude a los niños a encontrar su ubicación en el globo. Luego
señale otro país o países en donde el Ejército de Salvación alcance a otros niños.)
En todos esos países hay jóvenes soldados. El joven soldado hace esta promesa:
“Porque Jesús es mi Salvador, seré Su amado y obediente hijo(a) y trataré de ayudar
a otros para que le sigan.” Imagínense a todos esos jóvenes soldados en estos países,
cumpliendo esta promesa y tratando de ayudar a otros a que le sigan. Imagínenselos
haciendo muchos amigos porque están cumpliendo su promesa.
¿QUIÉNES PUEDEN SER
NUESTROS AMIGOS?
Para acompañar el sermón
“Los preparativos para que muchos
vengan al reino de los cielos”
Estas ideas para el tiempo de los
niños corresponden a los temas
de las reuniones de santidad en
la serie de sermones “El banquete
del reino de los cielos”.
Reúna a los niños cada semana y
hágalos partícipes de la conversación.
RELATE UNA HISTORIA DE LA BIBLIA
Un día cuando Jesús estaba enseñando, la gente trajo niños y bebés para que lo conocieran. Algunos pensaron que no debían
molestar a Jesús, pero Él no estaba de acuerdo. Él quería que los niños se le acercaran. La Biblia dice: “Entonces Jesús llamó a los
niños y dijo a los discípulos: ´Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como
estos niños” (Lucas 18:16, NTV).
Jesús quiere que veamos que todos los niños y que todas las personas son importantes para Él ¡y también deben ser lo para
nosotros! Pueden ser nuestros amigos. ¿No es maravilloso saber que hay amigos aquí en nuestra ciudad de nuestro Ejército de
Salvación tanto como jóvenes soldados alrededor del mundo que también aman a Jesús?
Ustedes también tienen un montón de amigos, ¿verdad? ¿Han invitado a sus amigos a venir a la iglesia? ¿Los han ayudado a que sigan
a Jesús? Recuerden que Jesús dijo: “Dejen que los niños vengan a mí.”
SERMÓN DE LA SEMANA #3
|
PAGÍNA 6 de 6
Descargar