08-10 PORTADA_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 03/03/16 21:03 Página 8 POLÍTICA Comienza la cuenta atrás La votación de investidura fallida de Pedro Sánchez ha puesto en marcha el contador para empezar de nuevo a negociar, si no de cero, sí con casi los mismos interrogantes que hace dos meses. Mariano Rajoy y Albert Rivera se verán en los próximos días sin un objetivo claro, porque necesitan de la concurrencia de los socialistas para sacar adelante un pacto impensable. Podemos mantiene la mano tendida al PSOE pero no ha cambiado sus exigencias que, de momento, conservan el veto a Ciudadanos. Y Sánchez sigue necesitando a Pablo Iglesias para ser presidente pero rechaza la concurrencia de los partidos independentistas en su elección. Quien desbloquee la situación sacará más o menos partido en el Consejo de Ministros, pero lo que sí hará será apuntarse el disputado tanto de la segunda Transición. ALEX PUYOL Dos meses para no ir a elecciones La sesión de investidura de Pedro Sánchez escenificó la soledad política Por Virginia Miranda las fuerzas parlamentarias. Comenzaba así un periodo de prórroga de dos meses que, olo existe un antecedente de la se- si vuelve a quedar en nada, habrá de resolgunda votación de investidura que verse en los penaltis. Esto es, en unas elecse vivió el pasado viernes. Ocu- ciones generales que no está claro que puerrió en la segunda legislatura de dan beneficiar a nadie. José Luis Rodríguez Zapatero, cuando el soMariano Rajoy insiste en la gran coalición cialista no obtuvo la mayoría absoluta ne- de la que viene hablando desde el 21 de dicesaria en la primera convocatoria y tuvo ciembre. Lo hace a pesar de que el acuerdo que esperar a ser elegido presidente por ma- con el PSOE resulta impensable y de que yoría simple. Ciudadanos le ha dicho que no está en conAl no haber en esta ocasión un resultado diciones de liderar ni su partido ni el país. favorable para el candidato, se abre un nuevo y desconocido capítulo. Podemos, el único partido que podría haber cambiado la suerte de Pedro Sánchez, avisó tras el debate del pasado miércoles que su intención era sentarse de nuevo a negociar después de negarle por segunda vez su apoyo, abriendo una nueva etapa entre ambos y entre todas S Voces del PP reconocen los logros de Rajoy pero también admiten la losa de Bárcenas, ‘Gürtel’ o Wert 8 7–13 de marzo de 2016. nº 1145 Pero en política, y más cuando se trata de negociar, existen pocas certezas, y a eso se agarran los populares. El líder conservador se reunirá con Albert Rivera y probablemente con Pedro Sánchez –al cierre de esta edición no se habían cerrado las fechas– para hablar de cesiones; vicepresidencias para cada uno de ellos y reformas. La Ley de Educación, los aforamientos… Pero insiste el Gobierno en que no puede hacer una enmienda a la totalidad a toda una legislatura de cambios legislativos. También hoy es innegociable el nombre del candidato. Rajoy defiende que él ha ganado las elecciones y el partido le apoya; sobre todo la generación más veterana, siendo algunos de los más jóvenes los que no descartan otra solución en conversaciones privadas. Porque el presidente en funciones logró 7,3 millones de votos el 20 de di- en 08-10 PORTADA_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 03/03/16 21:03 Página 9 Un incierto calendario ca en el Congreso de Mariano Rajoy. ciembre y porque ha hecho mucho por la economía española, consideran, pero el peso de Bárcenas, Gürtel o Wert sigue siendo grande. Esa otra solución, en cualquier caso, no pasaría por trasladar a la realidad una de las ficciones favoritas de Albert Rivera: en la serie Borgen, la líder de la tercera fuerza política danesa logra formar Gobierno gracias al fracaso de los partidos mayoritarios y su disposición, desde la moderación, a llegar a acuerdos. La trama podría ser el guión que el presidente de Ciudadanos viene escribiendo desde que diera comienzo el proceso de negociaciones. Pero en el PP resulta “inviable” apoyar al candidato del cuarto partido en la Cámara baja por mucho que el pasado miércoles pronunciara un discurso de hombre de Estado y piensan más en soluciones en clave interna. Tras la investidura fallida de Pedro Sánchez ha dado comienzo un inédito periodo de negociaciones de dos meses de plazo que, de no traducirse en la elección de un nuevo presidente del Gobierno, dará lugar a la disolución de las Cortes el 2 de mayo y la convocatoria de elecciones el día 3 para que se celebren el 26 de junio. Para evitar este escenario, los partidos políticos están dando comienzo a las negociaciones y el rey podrá abrir una nueva ronda de consultas para proponer a un candidato a la investidura, que puede ser Pedro Sánchez pero también cualquier otro de los líderes que concurrieron a las elecciones del 20-D. El jefe del Estado podría no hacer nada de esto y dejar correr el plazo para forzar la disolución de las Cortes, una posibilidad que no se contempla y al menos recibirá a los líderes de los partidos políticos para volver a proponerle a Patxi López, presidente del Congreso, el nombre de un candidato. El líder conservador gustó y mucho a la bancada popular en su intervención del pasado miércoles en la que, además de divertir al personal empleando un tono burlón, recordó los 1,7 millones de votos de ventaja del PP frente al PSOE para negar su apoyo a lo que definió con una “amenaza para los intereses de los españoles”. Pero si está en su mano desbloquear un Gobierno de coalición, algunas fuentes populares creen que debería dar un paso atrás. Él insiste en decir que las urnas le dan la razón para ser el candidato, pero si lo hace no sería la primera vez que cambia radicalmente de idea; el pasado enero, un día antes de que terminara la primera ronda de reuniones de Felipe VI con los responsables de las formaciones políticas, Rajoy decía que “evidentemente, me voy a presentar”, a pesar de no haber logrado los apoyos necesarios para ser investido presidente del Gobierno. “Fuerzas las tengo todas”, subrayaba un jueves por la noche. La tarde del viernes, para sorpresa de los populares, declinaba la propuesta del rey alegando precisamente esa falta de apoyos. Además, dicen fuentes de la formación, no hay que desestimar el efecto que puedan tener en Rajoy los consejos de su mujer, hermanos y amigos más íntimos. El presidente, dicen, puede ser permeable a ellos y contaba Casimiro García-Abadillo en el diario El Mundo ya en el mes de enero que le han sugerido echarse a un lado. Así las cosas, con dos líderes por el momento “enrocados” –Pedro Sánchez y Mariano Rajoy– y a falta de sustituto claro para forzar un acuerdo o concurrir a unas nuevas elecciones, en el PP barajan esta última como la opción más probable. De no haber acuerdo de investidura, el 2 de mayo deberían disolverse las Cortes y el presidente en funciones convocaría unos nuevos comicios que, como ya le adelantó Rajoy al primer ministro británico, David Cameron, en la cumbre europea dedicada al Reino Unido, se celebrarían el 26 de junio. Pero que los españoles sean llamados de nuevo a las urnas no es la panacea para casi nadie. En vista de las últimas encuestas y las últimas noticias sobre casos de corrupción, los populares reconocen que obtendrían el mismo resultado o menos que el 20-D. Y algunº 1145. 7–13 de marzo de 2016 9 08-10 PORTADA_14-16 ETA+AGUILAR.qxd 03/03/16 21:03 Página 10 POLÍTICA Albert Rivera mantiene la mano tendida al PP pero no a su líder. Sarcasmo, dureza y mesura en el debate Las palabras “cambio” y “acuerdo” fueron las más repetidas en el discurso de investidura de 96 minutos pronunciado el pasado martes por Pedro Sánchez, un candidato que salió a la tribuna del Congreso enseñando su mejor cara hasta que se vio obligado a cambiar el gesto. Mariano Rajoy, al que se veía relajado sabiéndose actor secundario, tiró de ironía, mucha ironía, para burlarse de ese “gran pacto histórico que los niños estudiarán en las escuelas”, hablando de un “intercambio solemnísimo de carpetas” y comparándolo con el pacto de los toros de Guisando –que, como pretendió decir del actual, según algunos historiadores solo fue una maniobra ficticia para legitimar una sucesión– y aquella conjunción planetaria a la que aludió Leire Pajín para acabar llamando “vodevil”, “comedia de enredo” y “bluf” al proceso negociador emprendido por Sánchez que, dijo, la RAE define como “montaje propagan10 dístico destinado a crear un prestigio que posteriormente se revela falso”. El de Pablo Iglesias fue un discurso muy crítico y en ocasiones encendido dirigido también a los suyos; recordó a Salvador Puig Antich, al 15-M, al Pablo Iglesias fundador del PSOE, a la memoria histórica a las víctimas de los desahucios. El líder de Podemos habló para su electorado de izquierda y también al electorado del PSOE, acusando al partido de echarse en brazos de “las oligarquías” pactando con “la naranja mecánica”, sobrenombre con el que Rivera se siente ya identificado. En su último turno, tras las réplicas de Sánchez, pronunció el más agrio de sus comentarios. Lo de relacionar a Felipe González con la cal viva de los GAL provocó la inmediata reacción de la bancada socialista y quedaba claro que el candidato socialista tendría que volverlo a intentar tras la segunda votación. 7–13 de marzo de 2016. nº 1145 Con estos antecedentes y siendo él quien pactó con Sánchez un acuerdo de Gobierno, Albert Rivera lo tuvo fácil para adoptar el papel moderado del debate que viene ensayando desde la precampaña. Pero también supo, sin elevar el tono, atizar a los artífices de la que PSOE y Ciudadanos denominan pinza contra el acuerdo; a Iglesias, que antes había cargado contra el negociador económico de la formación naranja, Luis Garicano, le dijo que prefería contar con un profesor de la London School of Economics “que con Monedero” y se preguntó si, después de defenderle en Twitter, nombraría a Arnaldo Otegi ministro del Interior. A Rajoy le espetó: “Al que le da pereza intentar formar gobierno, por qué va a ser valiente a reformar España de arriba abajo”. Y con la misma desconfianza añadió que “quien no ha sabido ni querido limpiar su casa de corrupción como va a acabar con la corrupción en España”. nos creen que un Gobierno de izquierdas les daría tiempo para renovarse y reforzarse de cara al final de una legislatura breve. Además, de celebrarse unos nuevos comicios y retirarse Rajoy de la primera línea, no ven un suplente dispuesto a enfrentarse a semejante papeleta, por no hablar de los inconvenientes que de manera individual presentan cada uno de los posibles sustitutos [ver número anterior: ¿Quién salva al PP?]. Unas nuevas elecciones tampoco benefician a Ciudadanos. Con la ayuda del Partido Popular, que de cara a las votaciones celebradas la semana pasada puso en marcha la estrategia de acusar a la formación naranja de ser la marca blanca del PSOE, su acuerdo con los socialistas podría pasarles factura entre sus electores de centro derecha. Al partido de Albert Rivera es al que más interesa un acuerdo de Gobierno y, la semana pasada, durante su discurso, el líder catalán contemplaba por primera vez la posibilidad A C’s le interesa un acuerdo de Gobierno y ya acepta que Podemos se sume al pacto con el PSOE de que Podemos se sumara al pacto que había firmado con Pedro Sánchez. También ha evolucionado la posición de Cs desde que en campaña dijera que no entrarían en ningún Ejecutivo que no estuviera presidido por ellos. Por eso y porque gobiernan juntos en cuatro comunidades autónomas, en el PP confían en poder sentarse a negociar a pesar de la línea roja remarcada por Rivera en el debate de investidura: Mariano Rajoy. Desde la formación mantienen los puentes con los populares pero no con su presidente, pero el PP no quiere adelantar acontecimientos hasta que en los próximos días se celebre la reunión de sus líderes. Nuevas negociaciones están en marcha. Desde las reuniones seguidas de fotos y ruedas de prensa hasta las más secretas participadas por actores inesperados, todas ellas tratarán de desbloquear la situación política en España con el tic tac de fondo. O hay presidente en dos meses, o vamos de nuevo a elecciones. l