Realismo y Naturalismo

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Realismo y Naturalismo
Presentación del tema
Esquema de contenidos
1. Circunstancias históricas del Realismo español.
2. El Naturalismo en España.
3. Fernán Caballero.
4. Pedro Antonio de Alarcón.
5. Juan Valera.
6. José María de Pereda.
7. Benito Pérez Galdós.
8. Leopoldo Alas, Clarín.
9. Emilia Pardo Bazán.
10. Vicente Blasco Ibáñez.
11. La poesía del período realista.
12. La crisis del Naturalismo y el resurgimiento
del espiritualismo.
Aunque ya en la etapa posromántica, el costumbrismo
comienza a evolucionar hacia el Realismo con La gaviota
de Fernán Caballero, no será hasta 1870, con La Fontana
de Oro de Galdós, cuando se inicie en España la gran novela realista, una vez cumplido el acontecimiento histórico de la revolución de 1868 que acabó con la monarquía
de Isabel II. Más tarde, la Restauración sirvió de marco al
conflicto entre tradicionalistas y progresistas, que también tuvo su reflejo en la literatura.
El tema estudia a los novelistas más representativos del
período realista: autores de transición como Fernán Caballero y Alarcón; el ya plenamente realista pero de marcada tendencia idealizante Valera; Pereda, exponente de
la novela regionalista; y Galdós y Clarín, culminación de
la gran novela realista. La corriente naturalista está representada por las novelas de Pardo Bazán y de Blasco Ibáñez. El tema termina con una mención de la última fase
del Realismo, el espiritualismo, fruto de la influencia de
los novelistas rusos y los dramaturgos escandinavos.
Recursos metodológicos
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La gaviota (1849) de Fernán Caballero está considerada, a pesar de pertenecer aún al período posromántico,
como la obra que inicia la gran novela realista española. Por su valor documental, puede ser interesante que
los alumnos conozcan el argumento de esta novela, tal
como lo sintetiza Juan Luis Alborg (Historia de la literatura española V. Realismo y Naturalismo. La novela, Gredos) en el documento 1.
Puede leerse a los alumnos el fragmento del documento 2, perteneciente al discurso de ingreso en la Real
Academia de Benito Pérez Galdós, el 7 de febrero de
1897, en el que expuso sus ideas sobre la novela. El
discurso fue contestado por Marcelino Menéndez y
Pelayo.
clases sociales en el período histórico novelado. En el
texto del documento 3, de Juan Oleza (La novela del
XIX. Del parto a la crisis de una ideología, Editorial
Bello), los alumnos hallarán un análisis detallado de
este asunto.
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También de Juan Oleza (op. cit.) es el texto del documento 4, en el que los alumnos podrán encontrar una
caracterización de los personajes de La Regenta, la
obra maestra de Clarín.
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Los pazos de Ulloa es la novela más importante de
Emilia Pardo Bazán y una de las más representativas
del Naturalismo español. Será interesante que los
alumnos conozcan su argumento, que presentamos en
el documento 5 (ver página 40) sintetizado por Felipe
B. Pedraza y Milagros Rodríguez (Manual de literatura española. VII. Época del Realismo, Cénlit).
En los Episodios nacionales Galdós ofrece una pormenorizada visión del papel que juegan las distintas
Otras actividades
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La novela realista tuvo en Francia (Stendhal, Balzac,
Flaubert, Zola) y en Rusia (Dostoievski, Tolstoi) un
florecimiento esplendoroso. Los alumnos podrán realizar algún pequeño trabajo de investigación relacionado
con alguno de estos autores.
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Puede proponerse a los alumnos la lectura de dos
cuentos representativos de la literatura realista: El clavo, de Pedro Antonio Alarcón y Un destripador de
antaño, de Emilia Pardo Bazán. Ambos pueden encontrarse en la colección “Relato corto Aguilar” (números 22 y 12, respectivamente).
Textos y documentos
documento 1
Un joven médico alemán, Fritz Stein, se dirige a España
para servir altruistamente en el ejército español durante la
guerra carlista. Por haber auxiliado a un enemigo herido,
es expulsado del ejército, y tras andar descorazonado por
el país, llega a una aldea de la costa andaluza, Villamar,
donde unas humildes gentes le recogen en trance de extenuación. La sencilla vida de la aldea le reconforta y decide
quedarse allí ejerciendo la medicina. Stein asiste a una muchacha de la que se enamora, Marisalada, hija del pescador Pedro Santaló, a la que llaman “la Gaviota” por su carácter rebelde, su vida libre y su portentosa voz de oro.
Stein y Marisalada contraen matrimonio, a pesar de que el
médico le lleva casi catorce años de edad, y su vida transcurre feliz por algún tiempo. Cierto día, un noble español,
el duque de Almansa, a quien Stein había conocido en su
viaje a España, gravemente herido en una caída de caballo
cerca de Villamar, es curado y hospedado por Stein. Para
agradecer sus cuidados, el duque insiste en llevar al médico y a su mujer a la capital, donde él podrá encontrar ventajas profesionales y Marisalada desarrollar sus dotes artísticas. Tras breve estancia en Sevilla, con la que comienza
la segunda parte de la novela, el matrimonio, protegido por
el duque, se establece en Madrid. Marisalada, que se ha
convertido en una famosa cantante, se enreda en un amor
adúltero con el torero Pepe Vera. Stein, informado por una
rival despechada, abandona a su mujer y embarca para
Cuba donde muere a poco de la fiebre amarilla. El torero
muere de una cornada, y Marisalada, pobre y enferma,
perdida la voz, regresa a Villamar, donde acaba sus días
casada con el hijo del barbero, a quien años antes había
desdeñado.
JUAN LUIS ALBORG
documento 2
Imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla
estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y
las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la marca de raza,
y las viviendas, que son el signo de familia, y la vestidura,
que diseña los últimos trazos externos de la personalidad:
todo esto sin olvidar que debe existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción.
BENITO PÉREZ GALDÓS
documento 3
Hay en los Episodios una exaltación del papel de la clase
media y una denuncia de la inutilidad histórica de la
aristocracia y de la maleabilidad e inconsecuencia del
pueblo, exaltación y denuncia que se identifican con la
exaltación de una España moderna y liberal y la condena
de una España absolutista y estancada. La nobleza, en
los Episodios, “brilla por su inutilidad; nadie sabe hacer
nada, nadie está educado para nada [...] Frente a la inutilidad de la aristocracia, la maleabilidad y peligrosidad
incontrolable del pueblo, que si es capaz de los actos
más heroicos (El dos de Mayo) también lo es de convertirse en “canalla”, “plebe” (El 19 de Marzo). Frente al
papel histórico de la aristocracia y del pueblo, Galdós
exalta el papel de la clase media (Araceli, Benigno Cordero, Monsalud, etc.). [...] La España del pasado es la
España de los aristócratas y de gran parte del pueblo; la
España del futuro se apoya en las clases medias.
JUAN OLEZA
documento 4
La nota fundamental que puede comprobarse en el enjambre de personajes que pulula por La Regenta es la de
su carácter global. Todos los personajes que podemos
encontrar en una pequeña capital de provincias tienen su
representación en la novela, desde el obispo y el cabeza
de la aristocracia hasta el criado, el pícaro y el obrero.
Claro que, dado que la novela centra su mirada en las
clases dirigentes, el mayor esfuerzo de individualización
corresponderá a éstas: el alto clero, la aristocracia, la
alta burguesía, y también al coro de pequeños burgueses,
criados, curas de aldea, etc., que las rodean aspirando a
recoger las migajas del poder. Los personajes se definen
siempre por su situación con respecto a la rígida jerarquía social: el obispo, el magistral, el provisor, el arcediano, el deán, el beneficiado..., el marqués y sus parientes más o menos lejanos, etc. [...]
El esfuerzo por la individualización de cada personaje es
uno de los rasgos más decisivos de La Regenta. Cada
uno de los personajes relevantes en la novela tiene derecho a un pasaje de la misma, más o menos extenso y más
o menos continuo o discontinuo, en el que se muestra su
modo de ser, su vida, sus relaciones habituales y aun las
inhabituales. La talla, la estatura, el aspecto físico, es algo que no se le olvida nunca a Clarín. En los casos de
Ana, Mesía y De Pas, la presencia de lo físico es constante y enormemente expresiva: observamos en cada instante los movimientos de sus cuerpos, los gestos de brazos y
piernas, el modo de andar, las expresiones del rostro.
JUAN OLEZA
documento 5
El joven e ingenuo sacerdote Julián Álvarez llega a casa
de don Pedro Moscoso, marqués de Ulloa, para oficiar
de capellán y ayudarle en la administración. Comienza a
percibir la violencia e inmoralidad que reina en el ambiente. Don Pedro tiene un hijo de la criada Sabel cuyo
padre, el recalcitrante Primitivo, es quien de veras gobierna los pazos.
Julián intenta apartar al amo del pecado. Le anima a que
vaya a pasar unos días a Santiago en casa de su tío don
Manuel Pardo de la Lage; desea, además, que por la vía
del matrimonio cristiano se aleje del amancebamiento.
De las cuatro hermanas Pardo, es Marcelina, Nucha, la
más bondadosa y angelical. El cura, que prácticamente la
venera, influye para que don Pedro la elija a ella.
De vuelta a los pazos, todo sonríe a la pareja que espera
un hijo. Pero Moscoso no se resigna ante la noticia de que
Nucha le ha dado una hembra. Se desentiende de las dos
y reanuda sus relaciones con Sabel. Julián se convierte en
el valedor de las indefensas, cada vez más subyugado por
el dolor y la virtud de Marcelina. La joven esposa no logra reponerse del parto y vive en constante zozobra; teme
que quieran deshacerse de la niña para que Perucho, el
hijo de la criada, sea el heredero. Nucha decide marcharse a casa de su padre con la ayuda de Julián, pero los sorprenden juntos en la iglesia y hacen creer al marqués que
mantienen relaciones amorosas.
El capellán es expulsado de la casa y el obispo lo destierra a un pueblo de las montañas. Marcelina muere seis
meses después. Tras diez años de retiro, Julián es enviado a la parroquia de Ulloa. Nada más llegar, ve a dos
lindos rapaces: Perucho, vestido elegantemente, y la hija
de Marcelina, hecha una pordiosera.
FELIPE B. PEDRAZA Y MILAGROS RODRÍGUEZ
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