Un Pueblo, en estado permanente de misión Dimensión Misionera CUADERNILLO SINODAL 10 ¡ Ay de nosotros, si no evangelizamos! El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor Lc. 4, 18-19 PRESENTACIÓN Se acerca ya la fecha de nuestra Asamblea Sinodal. Hemos revisado y hecho discernimiento sobre el ser discípulos; discípulos en comunión que celebran con gozo los dones del Señor. Por eso, nos sabemos enviados en misión para compartir la Buena Noticia, para Evangelizar. En los tres cuadernillos próximos centraremos nuestra atención sobre la misión; sobre las actitudes y medios del evangelizador; sobre las tareas que más urgen en nuestra diócesis en este momento. Recordaremos la enseñanza del Concilio y la bella exhortación Evangelii Nuntiandi: EN del Papa Pablo VI. Con el Directorio General de la Catequesis recogeremos y sistematizaremos esas enseñanzas y recordaremos cómo más recientemente nos las actualizan nuestros obispos en el Documento de Aparecida y en su llamado a una Misión Continental. Como Jesús, sabemos que el Espíritu está sobre nosotros y nos envía para anunciar la Buena Nueva a los pobres e, inseparablemente, para anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dejar en libertad a los oprimidos. Por eso, los tres últimos cuadernillos de nuestro proceso nos llevarán a revisar, a urgir y profundizar la misión de quien nos envía a estar en medio de los hombres como el que sirve. 1. ENCRUCIJADA (Mirar la realidad) 1. En la reunión del grupo de confirmación estaban hablando de la evangelización y surgió una discusión sobre qué era la evangelización. Algunos decían que todas las acciones de la Iglesia eran evangelizadoras; otros que solo las acciones misioneras eran evangelizadoras. El catequista no sabía muy bien cuál de las dos opciones era la correcta, así que quedó de hablarlo con el responsable de la catequesis de confirmación y en la próxima reunión solucionar la duda. Intenten, en dialogo, aclarar las dudas de los jóvenes de confirmación 2. Betsy había regresado después de una experiencia misionera en otro país. Ella era enfermera de profesión y había juntado las vacaciones de dos años para vivir esta experiencia misionera. Hablaba ahora con el sacerdote de la parroquia y le manifestaba que estaba confundida y le solicitaba una aclaración porque antes de esta experiencia pensaba que la labor de los misioneros era sobre todo el anuncio de la Palabra y las celebraciones. Ahora creía entender que esa labor implicaba muchas más cosas sin, por supuesto, olvidarse de estas. ¿Cuáles creen que son las demás acciones que implica la evangelización? 3. En la comunidad de aquella colonia, su consejo de pastoral local se había propuesto realizar una acción misionera. Reunido el consejo para determinar cómo llevar a cabo esta acción misionera, surgieron algunas discusiones. Para algunos miembros del consejo la mejor acción misionera era un mejor testimonio del diario vivir de la comunidad; según otros lo mejor era ir casa por casa anunciando el Evangelio. Algunos pensaban que eran mejor actos multitudinarios; otros decían que era mucho mejor el diálogo persona a persona. Según otros lo mejor era hacerse presente en los medios de comunicación de la colonia; sin embargo otros opinaban que era necesario tener medios de comunicación propios. Dialoguen para intentar clarificar las dudas de el consejo de pastoral local de aquella colonia 4. En la escuela de formación de la parroquia hablaron sobre el proceso evangelizador. El profesor Manuel explicó cómo este proceso se inicia con el testimonio de vida, el diálogo y la acción caritativa que despierta interrogantes en los que no creen en Cristo. Si la persona tiene curiosidad por saber quién es Jesucristo, comienza el primer anuncio con la consiguiente llamada a la conversión. Cuando la persona manifiesta querer formar parte de la comunidad cristiana, esta se preocupa por ofrecerle un catecumenado que le prepare para recibir los sacramentos de iniciación cristiana. Una vez recibidos los sacramentos de iniciación cristiana la persona participa en todas las acciones pastorales de la comunidad y recibe la formación permanente. Vean las diferencias y semejanzas del proceso evangelizador que plantea el profesor de la escuela de formación parroquial con el que viven en su parroquia, colonia o aldea. Dialoguemos sobre lo propuesto anteriormente. 2. BRÚJULA Y MAPA (Juzgar: Conocer la enseñanza de la Iglesia) 1.- Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras. DA 30 ¿Y cuál es esa Buena Noticia? Con el mismo texto de Aparecida recordamos que el Evangelio es Cristo mismo y que por eso “anunciamos a nuestros pueblos que Dios nos ama, que su existencia no es una amenaza para el hombre, que está cerca con el poder salvador y liberador de su Reino, que nos acompaña en la tribulación, que alienta incesantemente nuestra esperanza en medio de todas las pruebas”. Anunciamos al Señor Jesús Resucitado, felicitación de Dios que nos hace renacer y recordamos a Jesús felicitando a pobres, hambrientos, constructores de paz, mansos y humildes de corazón. A Él anunciamos y de Él aprendemos a anunciar la Buena Noticia. 2.- Jesús mismo, Evangelio de Dios, ha sido el primero y el más grande evangelizador. La Evangelli Nuntiandi (EN), reconoce que no es fácil expresar en una síntesis completa el sentido, el contenido, las formas de evangelizar y la práctica de Jesús pero recuerda algunos aspectos esenciales aunque nos advierte que nunca terminaremos de recoger toda la grandeza del Evangelio de Dios y del Evangelizador Cristo Jesús. ¿Qué significado ha tenido la palabra Evangelizar para Cristo? Enumeramos con EN los aspectos esenciales y abreviamos sus explicaciones: a) El anuncio del reino de Dios. Cristo, en cuanto evangelizador, anuncia ante todo un Reino, el Reino de Dios, tan importante que, en relación a él, todo se convierte en "lo demás", que es dado por añadidura . Solamente el Reino es, pues, absoluto y todo el resto es relativo… b) El anuncio de la salvación liberadora. Como núcleo y centro de su Buena Nueva, Jesús anuncia la salvación, ese gran don de Dios que es liberación de todo lo que oprime al hombre, pero que es, sobre todo, liberación del pecado y del maligno, dentro de la alegría de conocer a Dios y de ser conocido por Él, de verlo, de entregarse a Él…Todo esto tiene su arranque durante la vida de Cristo… y será plenamente realizado el día de la venida final del mismo Cristo, cosa que nadie sabe cuándo tendrá lugar, a excepción del Padre . c) A costa de grandes sacrificios. Este Reino y esta salvación —palabras clave en la evangelización de Jesucristo— pueden ser recibidos por todo hombre, como gracia y misericordia; pero a la vez cada uno… los consigue mediante un total cambio interior, que el Evangelio designa con el nombre de metanoia, una conversión radical, una transformación profunda de la mente y del corazón. d) Predicación infatigable. Cristo llevó a cabo esta proclamación del Reino de Dios, mediante la predicación infatigable… Sus palabras desvelan el secreto de Dios, su designio y su promesa, y por eso cambian el corazón del hombre y su destino. e) Signos evangélicos. Pero Él realiza también esta proclamación de la salvación por medio de innumerables signos: enfermos curados, agua convertida en vino, pan multiplicado, muertos que vuelven a la vida y, sobre todo, su propia Resurrección. Y al centro de todo, el signo al que Él atribuye una gran importancia: los pequeños, los pobres, son evangelizados, se convierten en discípulos suyos, se reúnen "en su nombre" en la gran comunidad de los que creen en El…Así termina la revelación, completándola y confirmándola, con la manifestación hecha de Sí mismo, con palabras y obras, con señales y milagros, y de manera particular con su muerte, su resurrección y el envío del Espíritu de Verdad . 3.- La evangelización, vocación propia de la Iglesia Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. La Iglesia lo sabe y, siguiendo a San Pablo, puede decir ahora como en su origen: "Porque, si evangelizo, no es para mí motivo de gloria, sino que se me impone como necesidad. ¡Ay de mí, si no evangelizara!" Entonces, ¿cómo podré merecer alguna recompensa? Dando el Evangelio gratuitamente, y sin hacer valer mis derechos de evangelizador. 1 Cor 9,16-18 Y la Iglesia sabe, también en nuestra Diócesis sabemos, que necesitamos discernir siempre para Evangelizar auténticamente, es decir, anunciar a Jesucristo, Evangelio de Dios y para hacerlo a su modo. Especialmente en la Segunda Carta a los Corintios, San Pablo confronta los modos de hacer de los que con ironía y enojo llama “super-apóstoles”. 2 Cor 11, 6. La lectura de toda la Carta resulta siempre útil pero ahorita recordamos sólo unos pocos versículos que nos ayudan a orar y orientan nuestro discernimiento: No nos pregonamos a nosotros mismos, sino que proclamamos a Cristo Jesús como Señor; y nosotros somos servidores de ustedes por Jesús 2 Cor 4, 5; Con todo, llevamos este tesoro en vasos de barro, para que esta fuerza soberana se vea como obra de Dios y no nuestra. 4, 7; El amor de Cristo nos urge, y afirmamos que si Él murió por todos, entonces todos han muerto. Él murió por todos, para que los que viven no vivan ya para sí mismos, sino para Él, que por ellos murió y resucitó.5,15 Nos dan por muertos, pero vivimos; se suceden los castigos, pero no somos ajusticiados; nos tocan mil penas, y permanecemos alegres. Somos pobres, y enriquecemos a muchos, no tenemos nada, y lo poseemos todo. 6,9-10 El Señor me dijo: «Te basta mi gracia; mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad». Mejor, pues, me preciaré de mis debilidades, para que me cubra la fuerza de Cristo. 10 Por eso acepto con gusto lo que me toca sufrir por Cristo: enfermedades, humillaciones, necesidades, persecuciones y angustias. Pues si me siento débil, entonces es cuando soy fuerte. 12, 9-10 Hacemos una pausa y, quien lo desee, hace eco de uno u otro de estos textos, repitiéndolo en voz alta , sin comentarios. 4.- Y vocación propia de cada discípulo Lo recordamos con Aparecida: Todo discípulo es misionero, pues Jesús lo hace partícipe de su misión, al mismo tiempo que lo vincula a Él como amigo y hermano. De esta manera, como Él es testigo del misterio del Padre, así los discípulos son testigos de la muerte y resurrección del Señor hasta que Él vuelva. Cumplir este encargo no es una tarea opcional, sino parte integrante de la identidad cristiana, porque es la extensión testimonial de la vocación misma. DA 144 Cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en razón de la gratitud y alegría que produce, crece también el ímpetu de comunicar a todos el don de ese encuentro. La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1, 8).DA 145 5.- Llamado al testimonio: Recordemos un lindo texto de la Evangelii Nuntiandi: La Buena Nueva debe ser proclamada en primer lugar, mediante el testimonio. Supongamos un cristiano o un grupo de cristianos - supongamos nuestro grupo sinodal; supongamos los dos mil quinientos grupos sinodales de la Diócesis- que, dentro de la comunidad humana donde viven, manifiestan su capacidad de comprensión y de aceptación, su comunión de vida y de destino con los demás, su solidaridad en los esfuerzos de todos en cuanto existe de noble y bueno. Supongamos además que irradian de manera sencilla y espontánea su fe en los valores que van más allá de los valores corrientes, y su esperanza en algo que no se ve ni osarían soñar. A través de este testimonio sin palabras, estos cristianos hacen plantearse, a quienes contemplan su vida, interrogantes irresistibles: ¿Por qué son así? ¿Por qué viven de esa manera? ¿Qué es o quién es el que los inspira? ¿Por qué están con nosotros? Pues bien, este testimonio constituye ya de por sí una proclamación silenciosa, pero también muy clara y eficaz, de la Buena Nueva… Surgirán otros interrogantes, más profundos y más comprometedores, provocados por este testimonio que comporta presencia, participación, solidaridad y que es un elemento esencial, en general el primero absolutamente en la evangelización. EN 21 Y, sin embargo, esto sigue siendo insuficiente porque : 6.-No hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Nazaret ,Hijo de Dios. La evangelización se realiza como un proceso, por el que la Iglesia, movida por el Espíritu, anuncia y difunde el Evangelio en todo el mundo, de tal modo que cada cristiano y cada comunidad: Da testimonio entre los pueblos de la nueva manera de ser y de vivir que caracteriza a los cristianos; y proclama explícitamente el Evangelio, mediante el “primer anuncio “, llamando a la conversión. Inicia en la fe y vida cristiana, mediante la “ catequesis “ y los “ sacramentos de iniciación”, a los que se convierten a Jesucristo, o a los que reemprenden el camino de su seguimiento, incorporando a unos y reconduciendo a otros a la comunidad cristiana. Alimenta constantemente el don de la comunión en los fieles mediante la educación permanente de la fe: homilía, otras formas del ministerio de la Palabra; los sacramentos y el ejercicio de la caridad; Impulsada por la caridad, impregna y transforma todo el orden temporal, asumiendo y renovando las culturas; y suscita continuamente la misión al enviar a todos los discípulos de Cristo a anunciar el Evangelio, con palabras y obras, por todo el mundo. El proceso evangelizador, por consiguiente, está estructurado en etapas o “momentos esenciales”: 1.- La acción misionera para los no creyentes y para los que viven en la indiferencia religiosa; 2.- La acción de iniciación catequética para los que optan por el Evangelio y para los que necesitan completar o reestructurar su iniciación; y 3.- La acción pastoral para los fieles cristianos ya maduros, en el seno de la comunidad cristiana. Estos momentos, sin embargo, no son etapas cerradas: se reiteran siempre que sea necesario, ya que tratan de dar el alimento evangélico más adecuado al crecimiento espiritual de cada persona o de la misma comunidad. 7.- Contenido de la evangelización 7.1 El contenido es Jesucristo La evangelización, ya lo hemos visto, debe contener siempre una clara proclamación de que en Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, se ofrece la salvación a todos los hombres, como don de la gracia y de la misericordia de Dios. No una salvación puramente terrena, a medida de las necesidades materiales o incluso espirituales que se identifican totalmente con los deseos, las esperanzas, los asuntos y las luchas temporales, sino una salvación que desborda todos estos límites para realizarse en una comunión con el único Absoluto, Dios; salvación que comienza ciertamente en esta vida, pero que tiene su cumplimiento en la eternidad. 7.2. Y además… La evangelización incluye: el anuncio profético de un más allá, vocación profunda y definitiva del hombre; el anuncio de la esperanza en las promesas hechas por Dios mediante la Nueva Alianza en Jesucristo; el anuncio del amor de Dios para con nosotros y de nuestro amor hacia Dios; el anuncio del amor fraterno para con todos los hombres ,capacidad de donación y de perdón, de renuncia, de ayuda al hermano que, por descender del amor de Dios, es el núcleo del Evangelio; la predicación del misterio del mal y de la búsqueda activa del bien; la predicación , así mismo, de la búsqueda del mismo Dios a través de la oración, sobre todo de la adoración y de acción de gracias; la predicación de la comunión con ese signo visible del encuentro con Dios que es la Iglesia de Jesucristo; comunión que, a su vez, se expresa mediante la participación en esos otros signos de Cristo, viviente y operante en la Iglesia, que son los sacramentos. 7.3. En conexión necesaria con la promoción humana Entre evangelización y promoción humana, desarrollo y liberación, existen lazos muy fuertes. Porque el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos. Porque no se puede disociar el plan de la Creación del plan de la Redención que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia, a la que hay que combatir y de justicia que hay que restaurar. Porque, ¿cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover, mediante la justicia y la paz, el verdadero, el auténtico crecimiento del hombre? 7.4 Sin reducción ni ambigüedades No puede reducirse a la simple y estrecha dimensión económica, política, social o cultural, sino que debe abarcar al hombre entero, en todas sus dimensiones, incluida su apertura al Absoluto, que es Dios; Está necesariamente unida a una cierta concepción del hombre, a una antropología que no puede nunca sacrificarse a las exigencias de una estrategia cualquiera, de una praxis o de un éxito a corto plazo No se reduce al solo terreno religioso, desinteresándose de los problemas temporales del hombre pero no identifica nunca liberación humana y salvación en Jesucristo. Rechaza la substitución del anuncio del Reino por la proclamación de las liberaciones humanas, y proclama también que su contribución a la liberación no sería completa si descuidara la primacía de anunciar la salvación en Jesucristo. 8. Medios de evangelización Todo lo que hemos leído y meditado hasta ahora nos hace tomar conciencia de que somos discípulos si al mismo tiempo somos misioneros y de que la misión no es hacer publicidad de la Iglesia ni, mucho menos, de nuestro grupo, asociación o movimiento, sino ofrecer a todos el don de la gracia y la misericordia de Dios que es Jesucristo. Esa finalidad de la misión, marca y orienta el estilo y los medios que utilizamos como nos recuerda Aparecida: La fuerza de este anuncio de vida será fecunda si lo hacemos con el estilo adecuado, con las actitudes del Maestro, teniendo siempre a la Eucaristía como fuente y cumbre de toda actividad misionera. Invocamos al Espíritu Santo para poder dar un testimonio de proximidad que entraña cercanía afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión, diálogo, reconciliación, compromiso con la justicia social y capacidad de compartir, como Jesús lo hizo. Él sigue convocando, sigue invitando, sigue ofreciendo incesantemente una vida digna y plena para todos… DA 363 Por eso, el mismo Documento de Aparecida nos urge a “entrar decididamente, con todas las fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe; para someterlo todo al servicio de la instauración del Reino de vida y a una renovación eclesial, que implica reformas espirituales, pastorales y también institucionales” DA 367-368 Recordamos la lista de medios que recoge la EN que nos orientará para concretar propuestas de evangelización que renueven nuestra vida y misión: El testimonio de vida. "El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio". Pablo VI El contacto personal indispensable. Una predicación viva. La homilía. La catequesis. La vivencia de los sacramentos. Su preparación y celebración La utilización de los medios de comunicación social, de Internet. La piedad popular. 3. EN CAMINO (Actuar: Nuestras Propuestas) Recordando todo lo trabajado en el tema, hacemos propuestas no para hacer un “mercadeo religioso” más productivo sino para ser fieles al envío de Jesús y a su misión; para llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad; para, por la sola fuerza divina del Mensaje, convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están comprometidos, su vida y ambiente concretos. EN 18 En los dos cuadernillos siguientes seguiremos reflexionando y haciendo propuestas sobre los retos que suponen las nuevas culturas y sobre cómo transmitir la Buena Noticia especialmente a los jóvenes. Ahora, siguiendo el listado de medios de la EN, nos preguntamos: ¿Qué hemos de testimoniar especialmente en nuestro Departamento de Cortés, en nuestro municipio, en esta colonia? ¿Qué comportamientos de los católicos resultan testimonio eficaz y qué otros son anti-testimonio y deben cambiarse? ¿Cómo son nuestros contactos personales con quienes no experimentan la salvación de Dios, que viven sin esperanza, que destruyen su vida y dañan a los hermanos? ¿Qué capacidad de acogida tiene nuestra comunidad eclesial, nuestro grupo? ¿Cómo podemos mejorar? ¿En qué aspectos debe insistir la predicación entre nosotros? La predicación de presbíteros, de Delegados de la Palabra ¿qué debe de cuidar más? ¿Qué consideramos necesario para mejorar la predicación? ¿Necesitamos realizar más momentos de predicación ¿Con qué contenidos, con qué recursos? ¿Cómo integrar la predicación con todos los demás medios de evangelización? Concretamente las homilías ¿actualizan para los presentes la Palabra de Dios o son muy generales? ¿Su duración es adecuada? ¿Se percibe con claridad lo que se anuncia? ¿Hay catequesis y catequistas para iniciar a niños, a jóvenes y a adultos en la Buena Noticia? ¿Se cuida la catequesis ocasional con motivo de fiestas familiares, de situaciones de duelo, de situaciones de enfermedad ? ¿Cómo convocar más catequistas en todos los niveles y cuidar su preparación? ¿El modo de celebrar los sacramentos es evangelizador o rutinario? ¿Cómo cuidar las celebraciones especialmente cuando acuden personas no evangelizadas? ¿Cómo evitar que los sacramentos, especialmente la eucaristía, sean un puro rito social que se realiza en cualquier ambiente? ¿La utilización de los MCS en nuestra Diócesis es la adecuada? ¿La programación de las emisoras ayuda a acercar la Buena Noticia a los que no la conocen o solo nos entretiene a los de dentro? ¿En qué dimensiones debe insistir esa programación? incidir más a través de los nuevos medios? Entre ¿Cómo nosotros las expresiones de piedad popular están más centradas en el uso de bendiciones y agua bendita, en visitas a algunos templos e imágenes de santos, en rezos con ocasión de muertes ¿Cómo renovar esas expresiones de piedad popular? ¿ Qué otras expresiones religiosas hemos de cuidar? ¿Cómo suscitar y preparar más misioneros en nuestra comunidad y en nuestra Diócesis? 4. ORACIÓN PLEGARIA DE LA MISIÓN CONTINENTAL Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos, aunque no siempre hayamos sabido reconocerte. Tú eres la Luz en nuestros corazones, y nos das tu ardor con la certeza de la Pascua. Tú nos confortas en la fracción del pan, para anunciar a nuestros hermanos que en verdad Tú has resucitado y nos has dado la misión de ser testigos de tu victoria. Quédate con nosotros, Señor, Tú eres la Verdad misma, eres el revelador del Padre, ilumina Tú nuestras mentes con tu Palabra; ayúdanos a sentir la belleza de creer en ti. Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares para que caminen unidos, y en ellos nazca la vida humana generosamente; quédate, Jesús, con nuestros niños y convoca a nuestros jóvenes para construir contigo el mundo nuevo. Quédate, Señor, con aquellos a quienes en nuestras sociedades se les niega justicia y libertad; quédate con los pobres y humildes, con los ancianos y enfermos. Fortalece nuestra fe de discípulos siempre atentos a tu voz de Buen Pastor. Envíanos como tus alegres misioneros, para que nuestros pueblos, en ti adoren al Padre, por el Espíritu Santo. A María, tu Madre y nuestra Madre, Señora de Guadalupe, Mujer vestida de Sol, confiamos el Pueblo de Dios peregrino en este inicio del tercer milenio cristiano. Amén. (Tomado del magisterio de Benedicto XVI en Aparecida)