Reporte 4 - marcelalvarez

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Política Exterior de Estados Unidos
Reporte de lectura
Aplastando enemigos y América Latina: luchando la
Guerra Fría
A lo largo de la Guerra Fría, Estados Unidos consideró intolerable la instalación de
regímenes radicales en América Latina, como el socialismo, marxismo- leninismo y
cualquiera que fuese de tinte izquierdista, puesto que éstos representaban una amenaza
inminente en contra de la seguridad estadounidense, lo que a su vez violaría los principios
de la Doctrina Monroe. En respuesta a lo anterior, a partir de los años 50’s Estados Unidos
buscó estrategias para prevenir un desenlace negativo y perjudicial a sus intereses, por tanto
los tomadores de decisiones estadounidenses se vieron obligados a intervenir valiéndose de
cualquier estrategia. Cabe resaltar que la manera de actuar de cada presidente
estadounidense fue distinta, pero encaminada al mismo objetivo, es decir, evitar la
propagación de una ideología distinta a la suya.
Los países latinoamericanos que sufrieron un mayor grado de intervencionismo por
parte de Estados Unidos fueron Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador,
Guatemala, Granada, Nicaragua y República Dominicana, entre otros, los cuales adoptaron
diversas posturas para contrarrestar la Guerra Fría, como lo son: a) desafiar a Estados
Unidos y seguir caminos socialistas de cambio político; b) buscar el apoyo de EEUU
sobre la base de la solidaridad anticomunista; o c) forjar una estrategia siendo un tercero o
intermedio con el fin de evitar la alineación con el este u oeste, asegurando así su
independencia económica, política y cultural.
Como un ejemplo de intervencionismo fallido se encuentra el caso cubano durante
el periodo del presidente Eisenhower, quien puso en marcha diversas políticas, las cuales
no tuvieron éxito alguno, con el propósito de contener la ideología nacionalista de Fidel
Castro en Cuba, a quien se le consideraba inapropiado para el poder, ya que su postura iba
en contra de los intereses estadounidenses. Con el tiempo la administración de Eisenhower
perdió relevancia en Cuba, lo que permitió a Castro ocupar el poder de forma permanente.
Sin embargo, a lo largo de su presidencia hubo diversos atentados para derrocarlo, como es
el caso de Bahía de Cochinos, el cual fue un intento fallido de la administración de
Kennedy de una invasión a Cuba por parte de exiliados cubanos entrenados por la CIA. A
pesar de todos los esfuerzos de Washington de intervenir en Cuba, ésta se mostró siempre
poderosa y tenaz en su postura anti- yanqui.
A diferencia del caso Cubano, en República Dominicana se alcanzó el objetivo
fundamental de EE.UU., ya que con los antecedentes de Fidel Castro, la Revolución
Cubana y Bahía de Cochinos EEUU decidió impedir “otra Cuba” en el hemisferio
occidental, pues en el momento que Rafael Leónidas Trujillo fue asesinado, la
administración de Kennedy tomó acción al enviar una fuerza naval para disuadir a los
izquierdistas. Esto causó una división dentro de las fuerzas armadas dominicanas; por un
lado se encontraban los “constitucionalistas”, quienes demandaban la instalación de Juan
Bosch; y por otro estaban los “lealistas” quienes eran pro-Trujillistas. A casusa de esto,
Estados Unidos definió su posición a favor de los lealistas, ya que a Bosch se le
consideraba izquierdista. Finalmente, durante la administración del presidente Lyndon
Johnson y mediante la Organización de Estados Americanos se provocó que República
Dominicana en un principio estuviera gobernada bajo la ocupación militar estadounidense y
posteriormente por la instalación de Joaquín Balaguer, quien había sido en el pasado un
colaborador de Leónidas Trujillo. De esta manera, EE.UU. alcanzó su meta al lograr la
imposición de un régimen que él consideraba adecuado para asegurar sus intereses en el
territorio.
Claramente se puede observar que la postura de Estados Unidos en asuntos
Latinoamericanos siempre fue en busca de intereses propios llevando su individualismo al
máximo, ya que no se preocupó por violar no sólo la soberanía de los mismo, sino también
sus derechos humanos, su economía y su estabilidad política e ideológica. De acuerdo con
el autor Richard Hofstadter en su libro “El estilo paranoico en las políticas americanas y
otros ensayos”, Estados Unidos siempre ha actuado bajo una actitud paranoica en asuntos
de política exterior, puesto que ve al “enemigo” presente en todo el mundo, incluso en su
patio trasero, en otras palabras, “América Latina”. Es por esto, que Peter Smith en su libro
“Garras del águila” muestra que Estados Unidos no sólo se interrelacionaba con potencias
como Gran Bretaña o Francia, sino también con naciones en vías de desarrollo como lo son
los países de América Latina, para asegurar su estancia en el poder como un hegemón y así
ser vista como la ciudad en la colina. Del mismo modo, el autor postula las diferentes
formas y estrategias que utiliza Estados Unidos para intervenir en cada país, puesto que se
enfoca en las necesidades o debilidades de cada uno para así modificar su ideología, es
decir, en algunos países interviene de manera violenta con guerrillas o causando revueltas
internas y en otros, los subministra a con productos o montos económico para derrocar al
gobierno que sea incongruente a sus intereses.
Finalmente, podemos concluir que EE.UU siempre mantuvo la premisa de la Tesis
de la Frontera, ya que además de su clara intervención siempre ha previsto la expansión
tanto de su ideología como de su dominio político, con el propósito de marcar su
excepcionalismo dentro de su esfera de influencia y al mismo tiempo fortalecer su
etnocentrismo. Es por esto, que el papel que Estados Unidos juega es de suma importancia
para los países que lo rodean y que lo ven como el modelo perfecto de democracia al haber
sido el vencedor de la guerra fría contra la influencia soviética en el mundo. De igual modo,
se deja en duda la veracidad del cumplimiento de la Doctrina Monroe debido a los actos
realizados en cada uno de los países intervenidos, puesto que se ha jugado una doble moral,
entre la retórica y la práctica.
Dante Antonio Contreras Ramos
Fernanda López Martínez
Karen Parra Castillo
Mónica Carrillo Ayala
Rosa María Villegas Pavón
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