Caracterización de la Sexualidad en Ancianos de la Comunidad Sol Amada. Extraído de www.portalesmedicos.com Est. Daniel Arturo Piñango Delgado. Est. Claudio Julio Fontalvo. Dra. Danet Martinez. Tutora Republica Bolivariana de Venezuela. Ministerio del Popular para la Educación Universitaria. Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt. Programa Nacional de Formación en Medicina Integral Comunitaria RESUMEN Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal, para caracterizar la sexualidad en pacientes de la tercera edad, pertenecientes a la Comunidad Altos del Sol Amada, Maracaibo, Estado Zulia, en el período comprendido entre los meses enero a diciembre del año 2009. El universo de estudio estuvo conformado por 195 ancianos de lo cual se tomo una muestra de 131 pacientes a los que se les aplicó una encuesta diseñada en correspondencia a los objetivos planteados. Se analizaron algunas variables de interés tales como edad, sexo, estado civil, algunas enfermedades crónicas, así como los factores de riesgo externos que influyen negativamente en la sexualidad del adulto mayor entre otras. Los resultados demostraron que el 78.6 de los pacientes tenían actividad sexual. Los restantes refirieron no tenerlas lo que estuvo relacionado con los problemas de salud y el deterioro de la relación matrimonial con 39.2% cada uno. El grupo de edades que predominó fue entre 60 y 69 años con un 61% de los cuales el 46.5% refirieron tener actividad sexual, predominando el sexo masculino con un 58%, El 35.1% de los pacientes que practicaban la actividad sexual presentaban estado civil casados y la enfermedad crónica predominante en los pacientes fueron las degenerativas del SOMA aunque esta no constituyó una limitante para la práctica de la actividad sexual. El 46.5% clasificaron la actividad afectiva relacionada con la actividad sexual como regulares. PALABRAS CLAVE: Tercera Edad. Sexualidad. Actividad Sexual. Problemas de Salud. INTRODUCCIÓN En el mundo, en términos absolutos, el número de personas de 65 años y más se habrá multiplicado aproximadamente por cuatro entre 1955 y 2025 y su proporción frente a la población total va a duplicarse (5,3% en 1955 – 10% en el 2025). (1) El fenómeno del envejecimiento en la población se produce de forma paulatina y en él intervienen la fecundidad, la mortalidad y las migraciones, variables que en acción combinada en el tiempo determinan el crecimiento y la estructura por edades de la población; de suma importancia para la planificación económica y social de cualquier país. (1) Los cambios demográficos en los últimos tiempos se caracterizan por la reducción de las tasas de fecundidad y de mortalidad, lo que modifica la estructura por edades de la población la cual como resultado ha comenzado a experimentar un proceso de “envejecimiento”. (2) Los países de América Latina y el Caribe no están ajenos a estos cambios demográficos, encontrándose un rápido crecimiento del número de adultos mayores debido al mejoramiento de las condiciones de vida de la población, la mayor disponibilidad de servicios de salud que han conducido a una transición demográfica acelerada. Si bien en 1975 la población mayor de 60 años en esta parte de la Región era de 21 millones de personas (6,5% de la población total),en solo 25 años este grupo de población ascendió a 41 millones de personas (8,1% de la población), según proyecciones del Centro de Estudios para América Latina (CEPAL) la tasa de crecimiento poblacional de adultos mayores para el 2021 será de alrededor de 100 millones de personas y en el 2050 de cerca de 200 millones lo que representa el 8,1% de la población total de América Latina. (2) En el Caribe para el 2025 será de 14,1% representando para el 2050 la cuarta parte de la población total (23,4%)2, siendo Cuba, uno de los países mas significativo con una tasa de envejecimiento actual de 14,7%, contando con programas sociales encaminados a garantizar una creciente calidad de vida a los ancianos. (3) En Venezuela, la cantidad de ancianos era de 4,5% de la población general en 1980 y en el 2000 esta cantidad ascendió a de 5,7%, especialmente en el Estado Zulia donde existe una población de 177.154 adultos mayores. (2) En estos momentos la población de sesenta años y más representa 6,5% de la población total, 46% hombres y 54% mujeres. Se espera que para los próximos veinticinco años esta población se triplique, (4) lo que impone numerosos desafíos a los encargados de tomar las decisiones y de decidir las políticas orientadas a satisfacer las necesidades de salud y de consumo de las personas de mayor edad. Si bien el envejecimiento no constituye, en modo alguno, un problema de salud sino un logro alcanzado por la humanidad, en el cual mucho ha tenido que ver el desarrollo científico técnico logrado, no es menos cierto que con este comienzan a proliferar de manera creciente, un grupo de enfermedades crónicas y degenerativas, así como limitaciones conexas a este, que disminuyen en los ancianos la percepción de su salud.(4) En ese grupo de enfermedades crónicas se encuentran las demencias, la diabetes Mellitus, la hipertensión arterial, cardiopatía isquémica y las discapacidades, dolencias de elevada frecuencia en el adulto mayor que constituyen un problema, no solo por su magnitud, sino por su repercusión a nivel individual, familiar y social. (4,5) El patrón de aumento de la población adulta mayor, sumada al tipo de atención requerida con énfasis en los niveles más complejos del sistema, además del incremento en la expectativa de vida, anticipa un congestionamiento, mayor del actual, en los servicios prestadores de salud. (6) En este sentido se hace necesario fortalecer acciones dirigidas a la promoción de estilos de vida saludables, detección temprana y al control oportuno de las patologías más frecuentes, así como apoyar y promover alternativas de atención con énfasis en la comunidad ya que en Venezuela no existe como en Cuba programas de atención a los adultos mayores. (7,8) Según Erikson y Hall, (1987). "La edad adulta tardía es también una época para jugar, para rescatar una cualidad infantil esencial para la creatividad. El tiempo para la procreación ha pasado, pero la creación puede tener lugar todavía. Aún a medida que las funciones del cuerpo se debilitan y la energía sexual puede disminuir, las personas pueden disfrutar ‘una experiencia enriquecida, corporal y mentalmente". (9) Las primeras consideraciones sobre la sexualidad datan desde casi cinco mil años, tan solo se dispone de datos muy limitados sobre la descripción de las conductas y actitudes sexuales, en diversos pueblos con anterioridad al año 1000 Antes de Cristo. La sexualidad varía de una cultura a otra y en el contexto socio-histórico en que se desarrolle. (10) En el Antiguo Testamento, se señalan las normas que regulaban la conducta sexual de la época. En el judaísmo, el matrimonio tenía como finalidad la descendencia y la esposa hebrea tenía el "privilegio" de compartir los favores del esposo con otras esposas secundarias, pero si ella era infiel era apedreada. En la edad Media, la Iglesia refrenda el matrimonio monógamo y declara al instinto sexual como demoníaco. En 1530 la Reforma protestante de Martín Lutero admite el primer divorcio solicitado por Enrique VIII para separarse de Catalina y casarse con Ana Bolena. (10) Actualmente existen muy pocas fuentes estadísticas sobre la sexualidad en la vejez. Es más, las fuentes estadísticas sobre el envejecimiento, tratan múltiples temas (ejercicio físico, hábitos alimentarios, salud, nivel de dependencia, pensiones, etc.) pero rara vez la sexualidad, las fuentes estadísticas sobre el sexo, no suelen incluir a las personas ancianas. ¿Son incompatibles la vejez y el sexo? A la vista de los estudios realizados por equipos especializados en esta materia, parece que no. Entonces, ¿por qué esta carencia?, por lo que identificar el comportamiento de la sexualidad en pacientes de la tercera edad, la práctica o no de la actividad sexual, así como las causas del abandono, lo consideramos de vital importancia por lo que lo tomamos como objetivos de este trabajo. (11,12) Existen conceptos equivocados en que plantean que la actividad sexual debe desaparecer en la edad avanzada como un apagamiento fisiológico inevitable y por lo tanto, desear o hacer en materia sexual después de los 60 años, no es natural, fisiológico, moral socialmente bien visto. De ahí que esta idea de muerte sexual se convierta para muchas personas de ambos sexos en un factor de ansiedad cuando llega a la edad madura y ve aproximarse es etapa crítica, lo que provoca el comienzo de trastornos en la función sexual de índole puramente psíquico. (13, 14) Según los autores Kaplan y Sadock, el 70% de los hombres y el 20% de las mujeres continúan siendo sexualmente activos a partir de los 60 años. De todas maneras, la actividad sexual frecuentemente se ve limitada por la ausencia de pareja y por el estado de salud. (15) El envejecimiento de la población constituye uno de los acontecimientos sociales y demográficos relevantes de las últimas décadas. La creciente población de adultos mayores debe ser integrada al desarrollo y a la modernidad, lo que depende en parte importante del Estado, pero también de los propios adultos mayores (y de los individuos que se aproximan a esa etapa de la vida). (16) El envejecimiento corresponde a una etapa de la vida del individuo en la cual se pierde progresivamente la capacidad de adaptación y la aptitud de reaccionar adecuadamente a los cambios. (17) Tal y como concluyeron los expertos Masters y Johnson, el envejecimiento tiende a disminuir la actividad sexual, pero no a terminar con ella. Además, la forma más eficaz para mantener la actividad sexual en la vejez es practicar el sexo con frecuencia durante la juventud y en la madurez. La asociación que existe entre sexualidad - coito - capacidad reproductiva, y habiendo perdido algunas de esas posibilidades y disminuido otras, lleva a que la sexualidad en el período de la vida denominado Adultez Mayor sea comúnmente negada. Esto se traduce en sufrimiento y una peor calidad de vida de la que sería posible alcanzar en ese momento. (18) En la actualidad la vida cotidiana tanto familiar como institucional y social no está dispuesta a preservar un espacio para la sexualidad del adulto mayor; quienes no sólo generalmente carecen de las condiciones de intimidad necesaria para ella, sino que son juzgados por su familia, profesionales de la salud, y allegados como "viejos verdes" o "viejas locas" si pretenden hacer alguna manifestación pública de ella: ir de la mano, abrazar o besar a una pareja; pretender intimidad con alguien; manifestar deseos de tener una pareja etc. (19,20) La sexualidad puede definirse como un conjunto de mecanismos y reacciones biológicas, psíquicas y emocionales, que si bien se basan en el instinto de reproducción, se hallan presentes durante toda la vida y se manifiestan de muy diversas maneras; de hecho, aunque por un lado constituye un mecanismo de comunicación interpersonal y está muy ligada a la obtención y ofrecimiento de sensaciones placenteras y gratificantes, por otro puede convertirse en una fuente de inhibición. Su extraordinaria complejidad y participación en múltiples facetas del ser humano hacen que igualmente pueda llegar a relacionarse con términos como frustración, enfermedad. (20) La sexualidad geriátrica puede ser definida como una "expresión psicológica de emociones y compromisos, que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, de amor, de compartir placer con o sin coito. (21) La presencia de relaciones sexuales con regularidad es un signo de salud y vigor, sin que sean importantes las cifras en frecuencia. (22) En la vejez, existe mayor experiencia sexual, mayor entendimiento en la interacción con la pareja, mayor ternura y sabiduría. (22) Como en esta etapa de la vida se agudiza el criterio de la realidad, se toma mayor conciencia de lo que puede y no puede hacerse con el sexo, el erotismo está vigorizado en comparación con el acto sexual propiamente dicho, con una mayor consolidación de la pareja. Al desaparecer los intereses o las preocupaciones reproductivas, la sexualidad en esta etapa de la vida, tiene como único fin el dar y recibir placer. (23) En el tratamiento de la sexualidad en la tercera edad persisten actitudes retrógradas que son muy similares a las que existían en siglos anteriores y que tienden a rechazar, burlarse, o en el mejor de los casos, ignorar la existencia de actividad sexual en las personas mayores. Esta actitud parece tener 2 explicaciones: en primer lugar, la incorrecta asociación que se ha establecido entre sexualidad y reproducción, mediante la cual se considera que solo es normal el sexo durante la edad reproductiva, y por tanto, los ancianos no tienen por qué practicarlo, y en segundo lugar por la existencia del prejuicio viejo = enfermo. (23,24) La actividad sexual en la tercera edad no representa una utopía, pues se ha demostrado que un número considerable de ancianos la realizan, pese a estar influida por un grupo de factores que pueden incluso hacerla desaparecer, y cuyo conocimiento es necesario. Algunos de estos factores son el incremento de la edad, la falta de pareja y las innumerables enfermedades mentales y físicas que influyen negativamente sobre la libido, entre otros. (25) Existen muchos factores que influyen en la actividad sexual de personas entre los 70 y 80 años; pero los dos factores más importantes son una razonable buena salud y el interés por lo sexual, lo que incluye al compañero o compañera sexual. Si bien estos son los factores básicos, debemos considerar ciertos otros factores también importantes como son el estado emocional y afectivo de la pareja, los cuales tienen mayor importancia para la mujer por el contexto social que tiene, especialmente por su papel social (la abuelita es la ternura asexuada). El nivel de actividad sexual mantenido en épocas anteriores es de especial importancia, incluyendo la juventud y la adolescencia. Parece que, en el hombre, este factor es de mayor trascendencia. Cuando la actividad es importante desde la juventud y la adolescencia, se continúa con el mismo ritmo en la madurez y la vejez. No hay actividad de ahorro. Es un mito aquello del desgaste. Es necesario repetirlo, el sexo no se ahorra; se ejercita o desaparece. Otro factor tiene cierta importancia en el desempeño sexual general, pero más importante en la vejez la tranquilidad económica. (26, 27) Para muchas personas, el envejecimiento comienza a manifestarse con una disminución del deseo sexual; este deseo puede comenzar a declinar, en algunas personas, de manera paulatina y suave, mientras que en otras se presentará de manera brusca. Esta forma de presentación de la baja del deseo sexual puede producirse tanto por problemas físicos, de salud, y del ambiente e influencias que rodean al anciano. (28,29) El sexo y la sexualidad son experiencias placenteras, fortificantes, satisfactorias que pueden mejorar los últimos años de su vida y depende no de la edad del individuo sino, de su deseo; el médico de familia puede ser un eficaz instrumento en la educación e instrucción del individuo, mucho antes de llegar a la senectud, para aportar la información sobre los cambios que van a ocurrir en su vida sexual, y que dichas variaciones sean vivenciadas como fenómenos fisiológicos y, de este modo, eliminar falsas concepciones sobre la sexualidad geriátrica. (30) Cada vez es más satisfactorio encontrarse en la consulta con personas en la séptima década de la vida que refieren que mantienen una estupenda vida sexual con su pareja y dentro de un marco de ternura y amor; desgraciadamente, se ven obligadas a no comentarlo pues tienen miedo de caer en el ridículo de las críticas sociales que hacen referencia a viejos que no deberían andar en cosas. Por lo tanto el profesional de la salud, puede contribuir de forma eficaz a la eliminación de tabúes y prejuicios sobre la sexualidad y la vejez, mejorar la calidad de vida de los ancianos y lograr que estas personas estén en condiciones de asumir a lo largo de toda su vida su sexualidad de una forma enriquecedora, placentera y responsable y desarrollar la capacidad de sentir, gozar, amar y ser amado. Por la importancia que representa para la familia, el individuo y la sociedad este problema de salud, nos propusimos conocer algunos elementos relacionados con la actividad sexual de la tercera edad, en la población de la Comunidad Altos del Sol Amada, Maracaibo, Estado Zulia y que estos puedan servir de base para la elaboración de acciones médicas a quienes en el presente y en el futuro mediato les corresponde la honrosa misión de velar por el bienestar, físico y espiritual de esos enormes caudales de amor, sabiduría y experiencia que representan nuestros ancianos. MARCO TEÓRICO El término tercera edad hace referencia a la población de personas mayores y jubiladas, normalmente 65 o más años. Este grupo de edad está creciendo en la pirámide de población o distribución por edades en la estructura de la población, la baja tasa de natalidad y la mejora de la calidad de vida y la esperanza de vida son las causas principales que producen este hecho. Un repaso por la historia de la vejez demuestra que mientras que un habitante de la antigua Roma no superaba el promedio de 20 a 22 años de edad, un ciudadano europeo de 1900 podía vivir hasta los 50. Hoy, según cifras de la Organización de Naciones Unidas, un bebé tiene una expectativa de vida de 81 años si nace en Japón o de 76 si nace en Cuba. (31) Según expertos, las personas estamos programadas para vivir entre 100 y 120 años, pero la edad en la que comienza la vejez aún es incierta, no así aquella en que se inicia el proceso de envejecimiento. "Al nacer se pone en marcha el reloj biológico, en el que la vejez está genéticamente determinada y es la pérdida progresiva de la capacidad de autoregeneración que tienen las células", explicó recientemente el doctor Pablo Argibay, director del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano. El envejecimiento, que para el especialista comienza desde el momento en que nacemos, posee mecanismos genéticos que impiden que las células se renueven ilimitadamente. "El sistema está preparado para que uno viva determinada edad sin grandes cambios degenerativos en el organismo, pues existen formas para retrasar o adelantar el envejecimiento", considera Argibay. (32) Lo primero lo provocan los malos hábitos de vida: fumar, beber en exceso, una alimentación inapropiada, la inactividad física, el estrés y la acumulación de sustancias tóxicas. Lo segundo, en cambio, se logra con un estilo de vida saludable que no solo incluya ejercicio físico regular, sobre todo a partir de los 50 años para prevenir problemas óseos, sino también la actividad intelectual. No hay que olvidar que el ejercicio aumenta la producción de sustancias químicas que alientan el desarrollo de las neuronas y de nuevas conexiones entre ellas, al mismo tiempo que promueve el crecimiento de vasos sanguíneos que nutren a las estructuras existentes. Entre esas estructuras está la ósea, que a partir de los 35 años de edad comienza a envejecer; luego continúa un proceso de reducción lenta que en la mujer se acelera con la menopausia, pero que en el hombre es más demorado. Otros especialistas plantean que para hablar de vejez, biológicamente, no existe una edad establecida, aunque la memoria se mantenga activa, y afirman que este proceso se inicia cuando una persona pierde interés por el entorno y se aísla porque terminaron sus motivaciones en la vida. Por tanto, se puede ser viejo a los 60 o a los 40 años de edad. (33) Desde hace años, por motivos de índole laboral, el inicio de la vejez en muchos países se estableció a los 65 años de edad, y fue Alemania el primer país que planteó un programa de jubilación, el cual estableció que a esa edad decae el nivel de rendimiento físico, psicológico y emocional de la persona. (31) La tercera edad lo estudia la Geriatría y la Gerontología desde puntos de vista de Calidad de vida y fundamentos científicos. La gerontología (de geros, anciano y logos, estudio) es el área de conocimiento que estudia el viejo, la vejez y el envejecimiento. A diferencia de la geriatría -rama de la medicina que se centra en las patologías asociadas a la vejez, y el tratamiento de las mismas-, la gerontología se ocupa, en el área de salud, estrictamente de aspectos de promoción de salud. Por lo demás, aborda aspectos psicológicos, sociales, económicos, demográficos y otros relacionados con el adulto mayor. (34) Diversos factores explican el reciente desarrollo de este tipo de preocupaciones. En primer lugar, la incrementada importancia que ha tomado el envejecimiento de la población. A ello se suman las condiciones de vida actuales de las personas mayores que, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, lo más corriente es que ya no conserven unos vínculos familiares tan estrechos con su familia; de este aislamiento resulta la necesidad de preocuparse por su autonomía económica y por los diferentes problemas vinculados al estado de creciente soledad en la edad en la que se encuentran. (35) La gerontología es un estudio multidisciplinar porque, como toda nueva área de conocimiento, se ha nutrido y nutre del conocimiento aportado por otras. Así, la biología, la sociología, la psicología, la antropología, la demografía, la educación y otros campos del saber vierten su cuota de participación para hacer de la gerontología una realidad como campo de conocimiento independiente. (36) La gerontología incide en la calidad y condiciones de vida del adulto mayor mediante el diseño, ejecución y seguimiento a políticas y programas destinados al beneficio de la población anciana. De esta forma suma vida a los años más que años a la vida; este último sería un objetivo de la geriatría. La gerontología interviene y estudia en diversos campos: • Gerontología biológica o biología del envejecimiento. Éste es un campo de investigación que apunta al conocimiento y comprensión de los procesos biológicos que causan el envejecimiento. Los temas incluidos abarcan, los antioxidantes, las células de vástago, los radicales libres, dieta, etc. El tratamiento y estudio de estos aspectos queda a cargo generalmente de médicos geriatras, sin embargo, no deben ser descuidados por los gerontólogos en sus tareas de evaluación y toma de decisiones. • Gerontología social Estudia el lugar y la participación del adulto mayor en sociedad y cómo esta afecta el proceso de envejecimiento. Al respecto, el profesional de la gerontología social debe tener en su haber académico materias como sociología del envejecimiento, trabajo social, estadística, musicoterapia, Psicogerontología. Este profesional enfatiza en su práctica en aspectos de recreación, evaluación de las actividades diarias del adulto mayor, políticas de inserción en los diversos estratos sociales. Teniendo como principal objetivo el mantenimiento del envejeciente dentro del seno familiar. Siendo este último el verdadero receptáculo de cuidados preventivos y apoyo para la mejor calidad de vida a edades tardías. Sin embargo, no siempre los familiares están en condiciones de proveerle al envejeciente de estos cuidados. De allí que el proceso de institucionalización, es decir, el ingreso a los conocidos como asilos, unidades geriátricas o gerontogeriátricas, unidades de larga estancia, entre otros; se presenta como una alternativa. Siendo el ingreso a estos recintos el comienzo de una muerte social que precede a la muerte biológica, dada las malas condiciones higiénicas y de atención que allí se dan en la mayoría de los casos. Esta situación junto con el envejecimiento de la población a nivel mundial, hacen del profesional de la gerontología social un verdadero baluarte en la lucha por las mejores condiciones de vida para los adultos mayores. (30) La gerontología social es la rama de la gerontología que se encarga del desarrollo de la investigación sobre las diversas problemáticas sociales relacionadas con la vejez, así como del diseño y aplicación de acciones tendentes a lograr el bienestar del anciano en el contexto social incidiendo sobre aspectos económicos, protección social, vivienda, educación para la vejez, interacción anciano familiar-comunidad e institucionalización, entre otros. Tiene dos componentes esenciales: investigación y trabajo comunitario, con acentuado énfasis en el área preventiva. La investigación es teórica y diagnóstica, aporta elementos a la práctica gerontológica social, que se canaliza a través del diseño y la aplicación de políticas y programas. Los resultados obtenidos en la evaluación y seguimiento a la práctica vuelven a nutrir al cuerpo de investigación, que obtiene así nuevos elementos de estudio. Se forma así un circuito de conocimiento que enlaza en forma permanente la teoría y la práctica gerontológica. (37) TEORÍAS SOBRE EL ENVEJECIMIENTO De la gran proliferación de teorías del envejecimiento da cuenta Medvedev en un célebre artículo que titula, no exento de cierta sorna An attempt at a rational classification of theories of ageing, donde llega a catalogar hasta 300 teorías distintas. (31) En la actualidad se contempla el envejecimiento como un proceso extremadamente multifactorial, de modo que se han ido abandonando las primeras aproximaciones que establecían una causa concreta, como un único gen o el deterioro de un sistema clave. Las distintas teorías se plantean alguna de las siguientes preguntas: ¿Por qué envejecemos? Que se refiere al esclarecimiento de porqué apareció o no se ha eliminado el fenómeno del envejecimiento a lo largo de la evolución, tratando de dar respuesta al llamado "dilema de Darwin": aquí encontraríamos las llamadas teorías evolutivas., y también ¿Como envejecemos? Que se propone describir los mecanismos moleculares, celulares y sistémicos que desencadenan el envejecimiento. (38) En general, existen dos tendencias aparentemente opuestas que se solapan a los anteriores enfoques: Por una parte, un conjunto de teorías afirma que el envejecimiento es un hecho "programado", lo cual supone que el envejecimiento depende de "relojes biológicos" que regularían la cronología de la longevidad, por ejemplo mediante genes que se activan y desactivan secuencialmente. Otro grupo de teorías, por el contrario, sostiene que no hay nada de programado en el envejecimiento, sino que éste sobreviene por un proceso estocástico de acumulación de daños. Algunos autores reclaman la conciliación de ambas tendencias, contemplando el fenómeno global como un conjunto de interacciones complejas de origen intrínseco (genético), extrínseco (ambiental) y estocástico (daño aleatorio a moléculas vitales). (37) Hablamos también de envejecimiento cuando se operan cambios en las relaciones entre los elementos del sistema de una forma tiempo-dependiente y tales cambios, en ausencia de intervención o cambios extremos en la dinámica del propio sistema, suelen ser irreversibles, de modo que es posible inferir el tiempo transcurrido a partir de la secuencia preestablecida para dichos cambios. En esta primera definición no se incluye ninguna referencia a la naturaleza del sistema material ni al hecho de que los cambios supongan un deterioro, aunque éste último suele ser el caso debido a que las leyes de la termodinámica conducen inexorablemente a un aumento de la entropía. Una definición más estricta se ceñiría precisamente a aquellas evoluciones en los sistemas que supongan un deterioro del mismo, esto es, a la incapacidad para mantener la estructura, la integridad o el orden interno de dicho sistema. Solemos referirnos con el término senescencia al envejecimiento de los seres vivos, y muy especialmente al envejecimiento celular. (37) Este deterioro se debe a la disminución del potencial de reserva que se produce naturalmente en todos los órganos y sistemas del cuerpo con el transcurso de los años. • El envejecimiento es inevitable. • La calidad del envejecimiento dependerá, en gran medida, de cómo hayamos vivido. • Existen aspectos positivos de la vejez, debemos aprender a aprovecharlos. Con el envejecimiento la capacidad de reserva y adaptación a la exigencia se va perdiendo. El adulto mayor puede respirar normalmente y caminar sin problemas, es capaz de estudiar con calma, pero al aumentar las exigencias no le es posible rendir como él quisiera los músculos se debilitan, los movimientos son más lentos, el equilibrio se altera, la audición disminuye y la visión es cada vez más difícil. Pero, en general, son los olvidos y los problemas para leer los primeros síntomas de los años. El envejecimiento de la visión aparece entre los 40 y los 50 años, cuando hay que acercar un periódico o libro para leer. Esto ocurre porque el cristalino se torna menos flexible y no puede enfocar los objetos ni procesar adecuadamente la luz. Como promedio, a los 60 años se necesita tres veces más luz que a los 20 para leer el mismo texto. La memoria, en cambio, comienza a dar síntomas a los 40, cuando los olvidos empiezan a preocupar. Sin embargo, cuando los problemas con ella no surgen como resultado de la depresión, el cansancio o el estrés, se recomienda seguir un programa de estimulación, y entre otras cosas, tener una muy buena agenda o libreta de notas para descargar toda la información. Aparece disnea (sensación de ahogo) al subir escaleras o si intenta correr; es incapaz de memorizar un tema con tanta facilidad como lo hacía antes. Existen aspectos negativos y aspectos positivos del envejecer. Los aspectos negativos son muy conocidos: las enfermedades, la autoimagen negativa, la pérdida de relaciones sociales, la disminución de los ingresos, la cercanía de la muerte. En cambio, suele hacerse menos hincapié en los aspectos positivos: la acumulación de experiencia y sabiduría, la conservación de la capacidad funcional a pesar de las enfermedades, el tiempo libre que permite hacer lo que se desea. (37) El ser humano asume el envejecimiento de acuerdo a sus tradiciones y cultura imperante, mientras que en la antigüedad, los ancianos eran venerados, en la actualidad, la industria de la cosmética gira no solo en torno a la belleza si no que, a evitar las señales del envejecimiento. El hombre o mujer actual enfrenta a la realidad del envejecimiento, es probable que viva la etapa de su jubilación y retiro como una situación de pérdida y minusvalía, como una especie de marginación social. Es fácil que se sienta a sí mismo como alguien que ya no cuenta mucho para los demás porque percibe que los demás no cuentan con él. Y a nivel familiar, que es el lugar donde aún podría sentirse tomado en cuenta, la nueva realidad de la familia nuclear permite que el abuelo vaya poco a poco sintiendo o percibiendo que tampoco en ese ámbito su presencia sea tan necesaria. Es cierto, sin embargo, que esta experiencia negativa de sí mismo, no se aprecia en personas mayores y ancianas que sean más intelectuales o que permanezcan mentalmente activas. Estos hombres y mujeres, ancianos pero mentalmente activos, son también capaces de enfrentarse a la muerte con mayor serenidad que aquellos otros cuya vida carece de sentido según su propia percepción. Al llegar a una edad mayor, la persona va viendo cómo los ambientes van cambiando para ella, y cómo otros le son lejanos o por lo menos le ofrecen menos interés. En realidad esto ha pasado siempre y en cada una de las etapas evolutivas del individuo: nunca los intereses han sido ni serán los mismos para todos o la mayoría de las personas, sean de la edad que sean; pero ahora, a esta edad, el problema se agudiza, pues viene sazonado de otros tintes de marginación social. Por eso el anciano se encuentra sin las herramientas que le permitan un trabajo de adaptación: son las motivaciones o refuerzos sociales. Al carecer de dichas herramientas le es difícil adquirir hábitos nuevos, y por lo tanto, adaptarse a las nuevas circunstancias. (36) Así, puede aparecer como persona algo rígida, "chapada a la antigua", aferrada a su sola experiencia tan importante para él o ella, pero que siente que la sociedad no se la valora en la forma que la persona anciana considera que sería lo justo. La agresividad y fácil irritabilidad (verbal o gestual) que muestran algunas personas mayores, podría estar relacionada con este sentimiento de la propia difícil adaptación, sentimiento que se ve agravado por la pérdida de autonomía económica sufrida por muchos ancianos En la tercera edad la capacidad de estabilidad y continuidad, cualidad que proporciona al anciano la aureola de persona digna de confianza, capaz de recibir confidencias y de entregar consejos sabios. Por eso, el anciano que ha sido bien educado en la verdad, al llegar a esta edad de la última etapa de su vida, sabe sustituir o compensar las pérdidas y defectos, por las ganancias y ventajas; se acomoda y adapta a las carencias, pero de ninguna manera renuncia a las conquistas. (37) En consonancia con la propia verdad, el anciano, apoyado en sus experiencias previas que le han permitido desarrollar y consolidar sentimientos de autoestima, así como sentimientos positivos acerca del mundo y de las otras personas, es capaz de mantener a estas alturas de su vida, los sentimientos básicos para un ideal funcionamiento y una saludable existencia psíquica hasta el fin de sus días. Hasta hace pocos años se identificaba el envejecimiento con una disminución del interés sexual, pero los médicos aseguran hoy día que ambas situaciones no tienen por qué estar relacionadas. En el siglo XX se empieza a investigar la sexualidad desde un punto de vista más científico. Algunos autores comenzaron a ofrecer una visión más positiva de la sexualidad como por ejemplo: • Balzac, (novelista francés), sugirió que la sociedad hubiese creado sólo a la mujer joven; vio más allá de la reproducción y alabó la creación de una continuidad del deseo, por lo tanto, potencialmente a lo largo de toda la vida; no puso límite de edad al amor. (8) • Jung vio a las personas mayores cómo todavía se esforzaban para desarrollarse a sí mismos, dado que creía que raramente se alcanzaba una personalidad integrada. Dentro de cada persona veía fuerzas y tendencias en conflicto que necesitaban ser reconocidas y reconciliadas. Parte de este reconocimiento se refleja en la tendencia de cada género a expresar rasgos generalmente asociados con el otro sexo. Jung proponía que esta tendencia aparecía por primera vez en la mitad de la vida, y observó que la expresión del potencial de género que estaba oculto aumentaba en la tercera edad. (10) Jung propuso que dentro de cada persona existía una orientación hacia el mundo exterior, que dominó extroversión, y una orientación hacia el interior, el mundo subjetivo, que llamó introversión. En la juventud y en gran parte de la mediana edad, las personas expresan su extroversión. Una vez que la familia ya ha salido adelante y la vida profesional ha llegado a su fin, hombres y mujeres se sienten libres para cultivar sus propias preocupaciones, reflexionar sobre sus valores y explorar su mundo interior. "Para una persona joven", escribió Jung (1969), "es casi un pecado o al menos un peligro preocuparse por ella misma; pero para la persona que está envejeciendo, es un deber y una necesidad dedicar seria atención a sí misma". Este cambio de orientación conduce a las personas mayores a desarrollar con paso firme la tendencia hacia la introversión. (10) Sigmund Freud (1856-1939) las publicaciones de Freud han dado lugar a una corriente del pensamiento, el psicoanálisis que permanece viva y se ha multiplicado en diferentes teorías y posiciones y que ha impregnado toda la cultura del siglo XX. (39) Este autor reconoce la importancia de la sexualidad en la salud y en la enfermedad, al abordar la temática de la sexualidad en la Tercera Edad, nos enfrentamos a un doble inconveniente: ahondar en las particularidades de la vejez, suele resultar una tarea agobiante no sólo por la falta de información y datos investigados al respecto, también porque la problemática de esta etapa es generalmente abordada desde sus caracteres negativos, sin valorizar, ni considerar las ganancias y riquezas que alcanzar dicha etapa trae aparejada. El segundo problema es el referido a la Sexualidad. Si bien estamos habituados a hablar de ella, y desde Freud en adelante abundan autores que han desplegado todo un cuerpo teórico al respecto, analizando la sexualidad, sus manifestaciones, normalidad – anormalidad, etc. y aunque sostenemos enfáticamente la diferencia entre sexualidad y genitalidad, nos cuesta mucho no caer en sistematizaciones que pretenden semejanzas, como si la sexualidad se expresara exclusivamente por medios genitales. (39) En investigación realizada en el año de 1997, por Margarita María Ospina Mejía, sobre "propuesta de un programa de educación sexual para grupos de la tercera edad", constituye un aporte teórico práctico en el campo de la sexualidad en la vejez, porque se basa en experiencias y estudios que ha estado realizando la investigadora a través de un trabajo continuado con el grupo de personas de la tercera edad, que funcionan en la comuna nororiental de Medellín (comuna 2), en los barrios Zamora, Pablo VI y la Frontera, donde se ha detectado cierta problemática a nivel sexual como negación de la sexualidad, poca aceptación de las crisis sexuales que se presentan en la edad madura, la baja autoestima, entre otros. (13) Otra investigación realizada por Olga Eugenia Castaño Valencia sobre "¿Cómo enriquecer la sexualidad en la vejez?", aborda la sexualidad en la vejez en sus aspectos físicos, psicológicos y sociales, el comportamiento sexual, la importancia, los estereotipos, los mitos y los prejuicios en los que ha estado enmarcada, lo cual condicionado la vivencia de la sexualidad en esta etapa del desarrollo humano. Además pretende vincular a la familia en la construcción saludable de la vida sexual de sus miembros, por medio de talleres cuyo objetivo es el desarrollo de una herramienta educativa – preventiva en la educación, formación y la orientación sexual familiar, para que la sexualidad del ser humano sea sana, satisfactoria y placentera en la etapa de vejez. (14) Un reciente estudio norteamericano de la publicación Parade (1999) señalaba que el 55% de las personas entre 65 y 69 años se mantenían sexualmente activas, mientras este porcentaje bajaba al 13% entre los mayores de 85. La frecuencia de las relaciones sexuales varía desde las 2,5 veces al mes para los mayores de 65 hasta las 7,1 veces al mes de la población entre 18 y 65 años, según un estudio de Clements (1966). (17) Existen conceptos equivocados en que se plantean que la actividad sexual debe desaparecer en la edad avanzada como un apagamiento fisiológico inevitable y por lo tanto, desear o hacer en materia sexual después de los 60 años, no es natural, fisiológico, moral, socialmente bien visto. De ahí que esta idea de muerte sexual se convierta para muchas personas de ambos sexos en un factor de ansiedad cuando llega a la edad madura y ve aproximarse esa etapa crítica, lo que provoca el comienzo de trastornos en la función sexual de índole puramente psíquica. (19) Durante la vejez se conserva la capacidad de respuesta sexual en sus tres facetas principales que son: deseo, excitación y orgasmo; sin embargo existen modificaciones que deben ser tomadas en cuenta al igual en la mujer como en el hombre. Se ha expresado que, luego de los veinticinco años, cada ser humano tiene un patrón de conducta diferente. (28) Hasta hace pocos años se creía que la menopausia marcaba el final del goce sexual femenino, debido a que se justificaba la sexualidad como necesaria para acceder a la maternidad. Este es el clima en que fueron educadas las mujeres ancianas de hoy, y aunque el cambio es lento, y progresivo, se debe aceptar que la sexualidad en la Tercer Edad sólo responde al puro deseo de sentir placer, de gozar, de abrazarse a otro cuerpo, de amar. (39) Durante siglos se relacionó la sexualidad con la reproducción, negándole de esta manera el disfrute de la sexualidad al anciano; muchas personas, particularmente jóvenes, siguen viendo la actividad sexual como una facultad que se va desgastando hasta perder todo interés en aquellos que han superado los 60 años, se supone que el deseo siempre se desvanece con la edad. Esta etapa de la vida es valorada por muchos como ausente de manifestaciones sexuales. En general puede decirse que las personas no cambian mucho, sino que envejecen. En consecuencia los individuos que mostraban poca inclinación hacia el sexo en su juventud tienden abandonar este tipo de actividad y ocultarse bajo la protección de la edad. Aquellos con intereses sexuales activos continuarán siendo activos con las limitaciones impuesta por la capacidad física, pero seguirán joven aún con edad avanzada. (40) La valoración de la actividad sexual en el anciano de ambos sexo tiene que incluir un enfoque múltiple, pues más que una afectación intrínseca de la sexualidad lo que existe es una acumulación de factores (enfermedades cardiovasculares, daño en los vasos sanguíneos del área genital, cáncer o enfermedades debilitantes, problema psíquicos, ingestión de medicamentos y de alcohol, así como influencias y hábitos previos),que influyen de forma negativa sobre la actividad sexual y no exactamente la edad. La actividad sexual en esta etapa depende también de características física psicológica y biológicas del individuo, de la existencia de una pareja y de sus características, así como del contexto sociocultural en que está inmerso. La realidad es que el envejecimiento produce ciertos cambios en la fisiología sexual, pero comparado con otros cambios propios de la edad como el ajuste ocular o la capacidad vital, estos cambios son pequeños, la función sexual, vista desde el ángulo del acto sexual, no de la reproducción, se mantiene mucho mejor que otras funciones. (39) Se había considerado que a partir de cierta edad todas las capacidades se deterioran; hoy se sabe que el cambio de las diferentes capacidades no es unidireccional, ni universal, ni irreversible. Debemos llegar a conocer el sentido que cada edad puede tener, en lugar de imponer los valores de otra edad. En las personas mayores la actividad sexual, no es entendida necesariamente como actividad orientada al coito, sino, en un sentido mucho más amplio; se trata del placer del contacto corporal global y la comunicación, así como la seguridad emocional que da el sentirse querido. (40,41) Desde el proceso vital fisiológico, los procesos de envejecimiento sexual comienzan hacia los 30 o 35 años, y siguen un proceso lento, muy variable de unas personas a otras, si comparamos el acto sexual de la juventud y en la vejez la diferencia fundamental es que esta última etapa de la vida cobra más fuerza la cercanía y la intimidad corporal. Podemos entender el sexo como una parte de la personalidad total, algo que aparece en los seres humanos y se mantiene hasta la vejez. Esa tendencia vital de unirse a los demás hombres y mujeres para tener posibilidad de utilizar sus potencias humanas puede encontrarlas en diferentes realidades del amor (amor paternal, amor a Dios, etc.). Sin embargo, la realidad del amor sexual o de pareja es demasiado importante como para aceptar la exclusión de su riqueza. (42) El hombre demanda afecto mientras viva y es capaz de darlo y recibirlo mientras existe. La vida sexual es una necesidad biológica, vital, a cualquier edad y negarlo es negar la condición humana, pero también es una necesidad social en muchos, incluso siendo ancianos. Es además fuente de vitalidad en el sentido de longevidad. Investigadores de la Escuela de Higiene y Salud Pública (Hopkins University), en 1997, han demostrado otra realidad positiva, en cuanto que cuando los adultos mayores se vuelven a casar, disminuye notablemente su índice de mortalidad. (43) Así pues, es amplio el concepto desarrollado y extendido a lo largo de la vida, que no desaparece por ley en ningún momento de esta, cambia, oscila en su presentación a lo largo del desarrollo vital, tanto por consecuencia de factores psicológicos o sociales como biológicos. Los estudios realizados en poblaciones mayores de 65 años de numerosos países demuestran que después de esa edad se mantiene la actividad sexual en un porciento considerable de casos. Helleger y Mortensen señalan en su trabajo que incluso a los 95 años alrededor de un 40% de las personas estaba interesado en el sexo y alrededor de un 25% mantenían actividad masturbatoria. (44) Brecher encontró en un estudio realizado en 1984 que en un grupo de mayores de 70 años, el 81% de los casados se mantenían sexualmente activos y la utilización de la masturbación como sustituto del coito se calculó en 22% de los casos. (44) En Cuba se concluyo recientemente un estudio en el cual se entrevistaron al 100% de la población mayor de 65 anos de un área de salud del municipio Centro Habana y encontramos que, de 27 entrevistados, 6 (22-%) mantienen actual-mente relaciones sexuales, las cuales son satisfactorias y se realizan utilizando la posición acostados de lado 4 personas, y la posición femenina inferior, 2 personas. (45) Se encontró también que de los ancianos que actualmente no mantienen relaciones sexuales, 6 (22%) conservaron esa práctica después de los 65 años en la siguiente forma: dos hasta los 74 años, y uno por grupo hasta las siguientes edades 68, 78,81 y 82 años. En total, de 27 entrevistados, 12 (44,4%) tuvieron relaciones sexuales más allá de los 65 años y dos viudas (7,49/o) refirieron tener deseo sexual intenso: una se masturba con frecuencia irregular y otra controla sus deseos pensando que no es natural sentirlos a esa edad. (46) Todos estos datos indican claramente que en la tercera edad, hablar de estos aspectos de la sexualidad, no es como algunas personas piensan: "una utopía". En el presente estudio se abordarán los cambios fisiológicos normalmente esperados en el adulto mayor que modifican su sexualidad. Cambios fisiológicos que ocurren con la edad en la tercera edad Existen una serie de cambios fisiológicos que ocurren con la edad. Pero estos no significan muerte sexual. En el hombre dentro de los cambios anatómicos y funcionales tenemos: • Los espermatozoides disminuyen su capacidad de movimiento dentro del semen, que también disminuye en número y calidad, de forma paulatina a partir de los 40 años. Sin embargo más del 50% de los varones de 70 años tiene una abundante espermatogénesis, suficiente para poder mantener una buena capacidad genésica. A los 70 años de edad, los testículos mantienen su tamaño normal, pero existen cambios degenerativos en los tubos seminíferos, aplanamiento del epitelio germinales interrupción de las células germinales. La producción de espermatozoide viene regulada por la hormona FSH, y está a su vez, lo está por el hipotálamo. (47,48) En la producción e semen intervienen tres estructuras: • Las vesículas seminales: que muestran cambios estructurales, entre los que se incluyen lo que se conoce como degeneración amiloidea y la sustitución de sus fibras musculares por tejido conectivo. El liquido seminal normal es muy rico en fructuosa, fuente de energía que favorece la movilidad y el ascenso de los espermatozoides. Se pierde también parte de esa riqueza energética. • La próstata se hace más dura y muestra de forma progresiva cambios degenerativos, cada vez más extensos. Las células glandulares inician su atrofia en torno a los 40-50 años, a los 60 años toda la próstata glandular muestra una deficiencia funcional, y cuando se superan los 65 años, es posible percibir masas duras en un número cada vez mayor de sacos glandulares. • Las glándulas de Cowper, cuya función es producir un líquido alcalino, escaso en su cuantía, pero con la función de neutralizar los restos ácidos urinarios de la uretra distal, apenas producen líquido en los ancianos de edad avanzada. • Cabe decir que con la edad, el líquido seminal se va haciendo más escaso progresivamente, y también más pobre en sus cualidades funcionales. • En la edad avanzada la testosterona disminuye, al mismo tiempo que la actividad sexual del individuo. El papel de la testosterona es muy importante para el mantenimiento de los caracteres sexuales secundarios, aunque no es el único factor que participa en este sentido, porque se ha comprobado que los ancianos con buenos niveles de testosterona muestran una mala respuesta sexual. Las razones podrían ser: • Fallo funcional de las aminas cerebrales, en la vía central dopaminérgica. • Una pérdida de sensibilidad de receptores adrenérgico, hecho que se ha constatado en el curso del envejecimiento, para otras muchas funciones del organismo. Cambios en el comportamiento y en la respuesta sexual: • Más tiempo para lograr la erección (el hombre joven necesita como promedio sólo de 15 a 30 segundos y el anciano puede demorar hasta 10 minutos). • Demora más el tiempo en eyacular, lo cual prolongará más el coito. • La erección del hombre de más de 50 años es menos firme debido a que los vasos sanguíneos no son tan elásticos como antes y los músculos son menos potentes, lo que disminuye la intensidad de erección pero nunca en condiciones de salud le hará perder totalmente la capacidad de un contacto sexual normal. • Disminución del eyaculado en cuanto a su volumen y la fuerza con que es expulsado debido a una menor potencia de los músculos eyaculadores y, por lo tanto, de sus contracciones durante el orgasmo. Este factor es muy poco importante, pues pocas veces los miembros de la pareja se percatan de este detalle. • El periodo de detumescencia del pene, o perdida de la erección después de la eyaculación, se produce con más rapidez, así como el tiempo necesario para lograr la próxima erección (periodo refractario) se prolonga. • Erección pudiera disminuir, perderse o recuperarse en una o múltiple ocasiones durante el acto sexual prolongado y en ocasiones el pene no alcanza una completa ingurgitación hasta momentos antes de la eyaculación. Esto depende también de la intensidad de los estímulos sexuales. • Un elemento funcional que debe tener en cuenta es que las erecciones nocturnas, que en todo hombre se presenta durante las fases de sueño acompañado de movimientos oculares rápidos (fase MOR) sobre todo antes de despertarse, son menos frecuentes e intensa según avanza la edad. Este hecho no es notado por muchos hombres aún en su juventud, por lo que su disminución en la madurez no se refiere con frecuencia. • En el anciano y en el hombre maduro predomina la excitación producida por tocamientos y caricias sobre las zonas erógenas del cuerpo y la estimulación directa de los genitales. El no lograr la erección satisfactoria o total hasta que la compañera le caricias directamente los genitales constituye una expresión de que en esa etapa predominan los reflejos medulares, y no una falta de potencia sexual. • El hombre de edad avanzada puede gozar perfectamente el coito sin llegar necesariamente al orgasmo. • Después de los 60 años se puede eyacular en uno o dos de cada tres coitos y esto no ser causa de insatisfacción. • Las necesidades de contacto sexual en hombres mayores de 60 años de edad puede limitarse a una o dos veces por semana y ser suficiente para su bienestar. • En los ancianos también puede perderse la llamada fase de inevitabilidad eyaculatoria. Esta fase procede en unos escasos segundos a la eyaculación y en ella el hombre se hace consciente de que va a eyacular y no lo puede evitar o controlar. El anciano puede eyacular sin este aviso, que es producto de la contracción de la musculatura de las vías seminales, pero experimenta la segunda fase del orgasmo sin dificultad. • En el hombre mayor de 50 años disminuye la elevación de los testículos dentro del saco escrotal antes de la eyaculación, por la acción de los músculos cremasterianos Dentro de los cambios anatómicos y funcionales en la mujer tenemos: • La redistribución de la grasa, la disminución de la fuerza muscular, la modificación en la distribución del vello, y los cambios osteoarticulares, que favorecen la tendencia a padecer osteoporosis, son algunas modificaciones que van a influir en la actividad sexual. • También son más evidentes los relativos a los caracteres sexuales secundarios y de forma específica a las mamas, cuyo tejido glandular es sustituido por tejido graso y cuya piel pierde elasticidad, en grado suficiente como para deformar de manera importante su posición en el tórax. En el aparato genital, los cambios más significativos son: • Los labios mayores y menores pierden elasticidad y se muestran atrofias progresivas de su capaz dérmicas y epidérmicas, lo mismo que el resto de la vulva. • La vagina con su deprivación estrogénica, tiene menos capacidad para su fluidificación, lo que a su vez facilita infecciones locales. Su mucosa se hace más fina y seca, además pierde longitud, se hace más estrecha y menos elástica y reduce su capacidad de distensión. • El clítoris tiene mayor dificultad para la erección Desde el punto de vista endocrino-metabólico, los cambios más importantes ocurren durante la menopausia, por el cese de producción de estrógeno, que provoca una serie de cambios fisiológicos: • Menos intenso el aumento de tamaño de la mama y se vuelven menos firmes y más planas. • No se observa al principio del coito los cambios tópicos en los labios mayores como: Aplanamiento, separación y elevación y es menor la vasodilatación de los labios menores. Lo primero se debe a la disminución del tejido adiposo y elástico de esa zona. • Debilitamiento de las musculatura vaginal y de la zona perineal, por lo que existe menor contracción de la vagina durante la fase de plataforma orgásmica. • Menor la elevación uterina. • Contracciones uterinas del orgasmo se hacen más débiles y en ocasiones dolorosas por ser más espásticas que rítmicas. Sin embargo estos procesos no eliminan el orgasmo ni suprimen la sensación de placer y por lo tanto el avance de los años no pone un límite preciso a la sexualidad femenina. Es necesario insistir en que estos cambios se dan en distintos grados y aparecen en tiempo claramente diferente dependiendo de numerosos factores que explicaremos posteriormente. • Disminución del vello axilar y púbico. (39,40) Factores que afectan la sexualidad del adulto mayor: Existen otros factores que afectan las relaciones sexuales con la edad avanzada entre ellos están: • Falta de estimulo sexual provocados por una vida sexual monótona y poco variada. • Menor intensidad de las relaciones sociales. • Pérdida de atractivos corporales de la pareja y la creencia de que es incorrecto tener fantasías sexuales en esta época. • Agotamiento físico o psíquico propio de la ancianidad disminuye el interés por el contacto y crea temor por el cansancio extra. • Trabajo, jubilación y aspectos económicos (preocupaciones, personas sometidas a elevadas presiones o demandas laborares e intelectuales derivadas de sus cargos, próximo arribo a la jubilación. Este inminente cambio en su rol social y las preocupaciones derivadas de este, cuando no se esta preparado para afrontarlo, actúan de igual manera en lo relativo al sexo. • Viudez: los sentimientos afectivos desencadenados por la pérdida del cónyuge se hacen evidentes y se agrega en ocasiones a un periodo prolongado de inactividad sexual. • Enfermedades físicas y mentales: Toda enfermedad debilitante o que afecte el psiquismo, por diferentes mecanismos, pueden dar al trato con toda actividad sexual. La Diabetes Mellitus es un ejemplo típico por mecanismos vasculares y neurogénicos pueden producir perdida de la erección o presencia de eyaculación retrógrada por falta de cierre del esfínter vesical durante el orgasmo. • Medicamentos: Antidepresivos tricíclicos, fenotiacinas, agentes bloqueadores colinérgicos, benzodizepinas, narcóticos, inhibidores de la IMAO, una adecuada elección del fármaco por el médico, el ajuste de las dosis mínimas necesarias y la discusión franca con el paciente sobre su actividad sexual pueden disminuir las posibilidades de disfunción sexual por las drogas. • Alcoholismo: Los cambios hormonales y metabólicos que afectan a todo el organismo, y en especial al sistema nervioso central (SNC) y periférico, disminución de la testosterona y ACTH, temblor extrapiramidal, neuritis alcohólica provocan trastorno de la erección en el hombre y deprimen la libido en cualquier edad. • Creencias religiosas: Consideran el sexo como algo pecaminoso con exclusión de su valor reproductivo, o que debe ser limitado dentro de estrictas reglas. • Temor al desempeño: El miedo a fallar a no tener erección o a no hacer "un buen papel". En la mujer por temor a que su cuerpo o su desempeño no sean del agrado de su compañero. Podemos afirmar que un hombre o una mujer sanos físicamente y psíquicamente entre 50 y 70 años o incluso en edades avanzadas pueden mantener un determinado nivel de actividad sexual. • Deterioro de la relación matrimonial: este aspecto es uno de los que más se ve en las consultas como causa de trastornos sexuales en la ancianidad e influye entre otros en la monotonía de la relación sexual y en los problemas de la comunicación. • Sexo: es muy común que la pauta sexual de la pareja sea impuesta por el hombre, dado a que ese es el papel que se le asigna la sociedad y se da el caso de que la mujer pueda quedar por debajo de sus deseos o aceptar la actividad, para mantenerse a tono con su pareja. • Condiciones domésticas: es muy frecuente en nuestro país que coincidan tres generaciones habitando la misma casa y generalmente los ancianos tiene que compartir su habitación con otra persona, pues no se piensa que ellos necesitan privacidad. • El nivel de actividad sexual mantenido en épocas anteriores es de especial importancia, incluyendo la juventud y la adolescencia. Parece que, en el hombre, este factor es de mayor trascendencia. Cuando la actividad es importante desde la juventud y la adolescencia, se continúa con el mismo ritmo en la madurez y la vejez. • La información y educación sexual, pues la pareja mayor debe saber que, a su edad, existen algunos cambios en la respuesta sexual. (47) Caracterización de la actividad sexual en el adulto mayor Cambios en la actividad sexual en el sexo masculino: • Se produce una disminución paulatina de la actividad sexual, midiendo el número de eyaculaciones por unidad de tiempo. • Disminución de la fortaleza y frecuencia de las contracciones de la musculatura estriada de la pelvis. • Apreciación subjetiva de la percepción de una menor intensidad de placer derivada del orgasmo. • Menor frecuencia de eyaculación precoz. Cambios en la respuesta y en la actividad sexual en el sexo femenino: • La excitación es más lenta (hasta 5 min.). • Disminución en el número de coitos, y a la vez existe un aumento de la frecuencia de prácticas masturbadoras en la mujer. • El deseo sexual: Generalmente nunca se pierde, al contrario en muchas personas aumenta, y se mantiene adecuadamente y permite a las parejas o a los individuos mantenerse con una suficiente capacidad de relaciones sexuales. • El orgasmo: Podemos asegurar sin temor a equivocarnos que las mujeres guardan su capacidad de tener orgasmos inclusive en edades muy avanzadas, aún mas allá de los setenta años. (47) Actualmente, la sociedad de consumo impulsa a reemplazar "lo viejo" y "al viejo" por un ejército de desocupados jóvenes, por lo que envejecer en los países en desarrollo como Venezuela es un modo de supervivencia, el resultado de la suerte, o un logro reservado para aquellos mejor dotados genéticamente. (46) Por el contrario, en Cuba el vocablo vejez no significa desamparo ni pobreza, pues desde hace más de cuatro décadas se amplía y desarrolla un sistema de salud que protege y ayuda a las personas de la tercera edad, a partir de diversas instituciones especializadas al respecto y personal altamente calificado. Se observa que con el decursar de los años el hombre se ha enfrentado de una forma súbita a una prolongación de su capacidad fisiológica y un patrón contráctil donde se integran rígidos conceptos sobre sexo, trasmitidas de otras generaciones y que muchas veces resultan falsas. (48) La atención al anciano ha alcanzado logros notables en nuestro país, sin embargo en el abordaje de la sexualidad en la tercera edad persisten actitudes retrógradas que son muy similares a las que existían en siglos anteriores y que tienden a rechazar, burlarse o en el mejor de los casos ignorar la existencia de actividad sexual en las personas mayores de 60 años. El desarrollo sexual humano es un proceso que abarca toda la vida, caracterizándose por cambios continuos a través de toda la existencia. Cada persona tiene actividades y creencias sexuales procesadas a través de una perspectiva individual, la cual se confirma por experiencias personales tanto íntimas como sociales, considerando imposible entender la sexualidad humana sin reconocer su naturaleza multidimensional, en la que entra en juego elementos biológicos, psicológicos y culturales existiendo la tendencia de ignorar, subestimar y en algunos casos de mal interpretar las capacidades, deseos y necesidades de los ancianos en la esfera sexual. (48) En Venezuela así como en Cuba se escucha a muchos jóvenes que se sorprenden y avergüenzan al ver las ostensibles manifestaciones de cariño de los mayores y se producen comentarios agresivos e irónicos como son: “Hay que comportase de acuerdo a su edad”, “Ustedes ya no están para eso”, “Eso es de viejo verde.”, etc. En el estudio de la sexualidad de las personas de la tercera edad, se muestra que éstas, con relativa buena salud y que gusten del sexo, son capaces de mantener su actividad sexual. Dependiendo esta capacidad de la vida pasada y de la actitud con respecto a la ancianidad en su conjunto y en particular de sus propias creencias e imágenes. En la vejez, existe mayor experiencia sexual, mayor entendimiento en la interacción con la pareja, mayor ternura y sabiduría. Como en esta etapa de la vida se agudiza el criterio de la realidad, se toma mayor conciencia de lo que puede y no puede hacerse con el sexo, el erotismo está vigorizado en comparación con el acto sexual propiamente dicho, con una mayor consolidación de la pareja. Al desaparecer los intereses o las preocupaciones reproductivas, la sexualidad en esta etapa de la vida, tiene como único fin el dar y recibir placer. (46) Otra cosa es conocerse, gustarse porque se sabe todo del otro, haber profundizado en todos los aspectos y posibilidades del encanto amoroso. La sexualidad en la madurez ofrece a las parejas experimentadas esta riqueza. Se conocen hasta en los detalles más mínimos, cada uno tiene una experiencia completa del cuerpo del otro, sabe exactamente cómo darle placer. Basta con un gesto, una mirada, una sonrisa para desencadenar la magia que lleva a alcanzar el máximo gozo. (46) La autora considera que al conocer el envejecimiento poblacional, la ciencia que lo estudia y los principales cambios que se producen en esta etapa tan importante de la vida considero que a partir de los 50 años de edad deben de iniciarse consultas de prevención, que incluyan controles para determinar si la salud ósea, cardiovascular, cerebral o sexual es la adecuada para la edad o si ya hay signos de envejecimiento acelerado, además de un reordenamiento de la alimentación, que incluya frutas, verduras y cereales integrales, etc. Debemos aprender a envejecer. Tratar de detener este proceso es utópico y no se resuelve con visitas de médico en médico o de geriatra en geriatra. En general, el adulto mayor y en particular los enfermos, urgen de un buen trato, necesitan una buena nutrición, condiciones físicas adecuadas y una convivencia inmejorable. La información sobre los cambios sexuales asociados al proceso de envejecimiento así como las diferentes opciones de tratamiento debieran formar parte de los conocimientos que debe saber un médico y la sociedad en la que el paciente pueda conocer y discutir no sólo con el mismo médico, sino con su pareja por lo que cabe recalcar que la sexualidad no sólo es el contacto sexual sino que involucra al afecto y los sentimientos, incluyendo una simple caricia, un tomarse de las manos o un simple beso. Considera que la sexualidad del adulto mayor es plena y satisfactoria a lo largo de la vida siempre y cuando no existan enfermedades que invaliden esta función por lo que este tiene derecho de disfrutar plenamente de ella. Cada edad tiene riquezas que ofrecernos y vivir plenamente significa saber apreciarlas y disfrutarlas. Quienes viven mal la sexualidad en su etapa de la madurez son aquellas personas que se han quedado limitadas a un modelo juvenil o incluso adolescente de las relaciones amorosas y sexuales. .Si se deja que hablen los cuerpos, el sexo maduro da respuestas extraordinarias en intensidad y satisfacción. Todo está permitido, todo es posible. Ahora más que nunca. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN. General: Caracterizar la sexualidad de los ancianos pertenecientes a la comunidad Altos del Sol Amada, ASIC La Chamarreta, Maracaibo, Venezuela Año 2009 Específicos: 1. Distribuir la población según variables demográficas, biológicas y sociofamiliares de los pacientes con 60 años y más. 2. Describir las características más relevantes de las relaciones sexuales de la población de estudio. DISEÑO METODOLOGICO Se realizó un estudio descriptivo, corte transversal, para caracterizar la sexualidad en un grupo de pacientes de 60 años y más, pertenecientes a la Comunidad Altos del Sol Amada, ASIC: La Chamarreta, Municipio Maracaibo, Estado Zulia, en el periodo comprendido desde enero hasta diciembre del año 2009 POBLACIÓN Y MUESTRA DEL ESTUDIO El universo de estudio estuvo conformado por 195 personas pertenecientes a la tercera edad (85 femeninos y 110 masculinos), que se atienden en los consultorios Altos del Sol Amada; a los cuales se les aplicó una encuesta previa solicitud del consentimiento informado (Anexo 2). La muestra la constituyeron 131 ancianos y para el cálculo de la misma se utilizó el criterio de Sierra Bravo (1996) para poblaciones finitas, (23) Formula de Sierra Bravo (1996): n= [4.p.q.N] / [E2 (N-1) + 4.p.q] Donde: n: es el tamaño muestral a calcularse 4: es una constante p y q: es la proporción de éxito y fracaso, representada por p=50 y q=50 E2: es el error admitido N: es el tamaño de la población La ejecución de la anterior fórmula, determinó los siguientes resultados: n= [4x50x50x195] / [52 (195-1) + (4x50x50)] n= 1950000/14850 = 131.31 ≈ 131 Se realizó un muestreo estratificado proporcional con una proporción del 67%, quedando, 55 mujeres y 76 hombres, luego se incluyeron en cada grupo los ancianos seleccionados a través del listado de los pacientes geriátricos según sexo que cumplieran con los criterios de inclusión Cálculo del porcentaje de la población muestral 195:100 como 131 es a X 195 pacientes------100% 131 pacientes------- X X = [131 x 100]/195 = 67% Criterio de Inclusión • Consentimiento informado de los individuos (Anexo 1) • Con edades de 60 años y más. • Sin limitaciones psíquicas o mentales. • Pertenecientes a la Comunidad Altos del Sol Amada, Maracaibo. Criterio de exclusión • Que no cumplan con los criterios antes mencionados • Que no deseen participar en la investigación. DEFINICIÓN DE VARIABLES. del universo. Para dar salida a los objetivos propuestos se recogieron algunas variables de interés mediante la planilla encuesta (Anexo 2): • Edad: (variable cuantitativa continua) Medida en años, se consideró la que tenían los pacientes en el momento de la recolección de los datos, se conformo una escala abierta con intervalos de igual amplitud para agruparlos por grupos de edades: 60-69 70-79 80-89 90 y + años años años años • Sexo: Para ello se tomó en cuenta sexo biológico reconocido: (variable cualitativa nominal dicotómica ) Masculino. Femenino. • Estado Civil: Se tendrán en cuenta solo 4 de los concebidos socialmente: (variable cualitativa nominal politómica) Soltero. Nunca se ha casado. Con pareja estable: Cuando existió una relación de pareja estable viviendo bajo el mismo techo legalizada o no ante la ley. Viudo. Había fallecido su pareja legal pero tenía o no relaciones ocasionales. Divorciado. Cuando se encontraba legalmente separado después de haber sido casado y con relaciones ocasionales. • Enfermedades Crónicas (variable cualitativa nominal politómica): Se tuvieron en cuenta las exploradas en el cuestionario • Actividad sexual: Se tuvo en cuenta si los ancianos tienen o no relaciones sexuales, independientemente del resultado. (variable cualitativa ordinal dicotómica). • Relación afectiva de la pareja: Constituye un factor determinante en la sexualidad, utilizándose las siguientes categorías: (variable cualitativa ordinal politómica). Buena: Cuando existió confianza entre ambos, buena comunicación, apoyo mutuo, predominio del afecto y la comprensión. Regular: Cuando existió confianza y/o apoyo entre ambos miembros de la pareja, pero una pobre comunicación en el plano verbal y afectivo. Mala: Cuando no existió confianza, ni apoyo entre los miembros de la pareja, con una comunicación verbal y afectiva deficiente, predominio de la indiferencia y sentimientos de la soledad. • Factores externos: (variable cualitativa nominal politómica). Constituyen un factor importante en el abandono de la actividad sexual, se tomo en cuenta la causa más importante considerada por el paciente, tales como: ♣ Falta de privacidad. ♣ Deterioro de las relaciones matrimoniales. ♣ Falta de pareja. ♣ Prejuicios sociales. ♣ Problemas de salud. ♣ Otras (Adicciones y violencia familiar). TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS DE OBTENCIÓN DE LA INFORMACIÓN La información se recogió por el propio autor de la investigación, mediante la entrevista medica sostenida con los pacientes para el llenado de la planilla encuesta (Anexo 2), la cual fue tomada de trabajos realizados por otros autores (46) por lo que no necesita validación pues fue aplicada a grupos de ancianos con resultados similares, todas la preguntas fueron llenadas en el primer contacto con los pacientes donde sostuvimos una conversación detallada con cada uno, con el objetivo de obtener datos que pudieran enriquecer la investigación. Se realizó una revisión bibliográfica exhaustiva y actualizada sobre el tema, apoyándonos fundamentalmente en Internet; lo cual nos permitió un correcto análisis y discusión de los resultados obtenidos. DEL PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN. La información obtenida se procesó de forma computarizada, a través del paquete estadístico SPSS versión 11.5, en el cual se creó una base de datos para su posterior análisis, los resultados obtenidos se presentan en tablas de contingencias de doble entrada, diseñadas fundamentalmente para identificar cualquier tipo de modificación significativa, utilizando el método porcentual para el procesamiento estadístico Los resultados que se muestran en tablas se comparan con resultados obtenidos en estudios similares, Los mismos se expresaron en números absolutos y porcientos lo que nos permitió dar salida al objetivo propuesto y así emitir las conclusiones y recomendaciones. CONSIDERACIONES ÉTICAS. Para poder llevar a cabo la investigación con éxito le pedimos a cada uno de los ancianos su consentimiento (Anexo 1) para participar en el estudio, respetando en todo momento su decisión. Se les explicó además las características de la misma informándoles el objetivo fundamental del trabajo y los posibles beneficios que se obtendrían una vez finalizado el mismo, se les explico además que los datos que se obtuvieron en el presente estudio será respetada en las publicaciones que se generen y se respetará su confidencialidad. Para facilitar la obtención de los datos se solicitó además la autorización a la Coordinación Docente de la ASIC La Chamarreta para poder reunir a los ancianos y que los mismos acudieran de manera formal y sistemática. MÉTODOS EMPLEADOS. Como toda investigación de salud, desempeñan un papel fundamental los métodos empíricos, estadísticos y teóricos, en la presente investigación los mismos fueron aplicados como a continuación se exponen: Métodos Teóricos. Estos métodos permitieron la construcción y desarrollo de la teoría científica y el enfoque general para abordar este problema científico. Entre los cuales se aplicaron: Los métodos teóricos de la ciencia utilizados fueron: el analítico - sintético, el inductivo deductivo, el histórico – lógico, estos permitieron el camino para alcanzar los resultados. • Método Analítico Sintético: este nos permitió analizar la información de la literatura consultada, así como los datos obtenidos con la aplicación de los métodos empíricos y obtener una información racional, permitiendo diagnosticar y sintetizar el objeto de estudio, utilizándose desde la revisión bibliográfica, documental, hasta la formación de los aspectos teóricos fundamentales sobre el tema abordado. • Método Inductivo deductivo: lo utilizamos para conocer la base de la descripción de, los datos empíricos obtenidos, establecer generalizaciones, deducir de los datos y de las teorías existentes, conocer las características fundamentales del objeto de estudio. • Histórico lógico: Para captar el desenvolvimiento histórico de las variables y del objeto de estudio. Cumpliéndose debido a que se inicia de una revisión exhaustiva de toda la evolución de concepciones que ha tenido la sexualidad y la ancianidad en el desarrollo de la humanidad Métodos Empíricos. Permitieron la obtención y elaboración de los datos y fueron: Métodos de Observación Científica y la aplicación de la encuesta en los pacientes, que posibilitaron el diagnóstico, sobre el nivel de partida de la investigación. • Métodos de Observación Científica. Este método se aplicó en la investigación, ya que al observarse la presencia de personas de 60 años y mas que hacían referencia a dificultados en su sexualidad, motivó al autor para la realización de este estudio. o Entrevista médica. Se utilizó como parte del método de observación científica, es el registro primario donde se recolectaron los datos de cada uno de los pacientes, que permitieron realizar posteriormente un análisis de los mismos. • Métodos de Medición Estadística: Cumplieron una función relevante en la investigación ya que contribuyeron a la tabulación, procesamiento y generalizaciones apropiadas a partir de los mismos. En esta investigación, se aplicaron los métodos descriptivos, lo que permitieron tabular los distintos datos del tema objeto de esta investigación, se expresaron en por cientos y frecuencia, utilizando los datos provenientes de los pacientes, permitiéndole al consultor de la tesis, extraer sus propias conclusiones y recomendaciones. RESULTADOS Y DISCUSIÓN DE LA INVESTIGACIÓN Al abordar la temática de la sexualidad en la Tercera Edad, en Venezuela nos enfrentamos a un doble inconveniente: ahondar en las particularidades de la vejez, suele resultar una tarea agobiante no sólo por la falta de información y datos investigados al respecto, también porque la problemática de esta etapa es generalmente abordada desde sus caracteres negativos, sin valorizar, ni considerar las ganancias y riquezas que alcanza dicha etapa. La palabra sexualidad no designa solamente las actividades y el placer dependientes del aparato genital, sino toda una serie de excitaciones y actividades existentes desde la infancia, que producen un placer que no puede reducirse a la satisfacción de una necesidad fisiológica fundamental y que se encuentra también a título de componentes en la forma llamada normal del amor sexual. (24) Además, debemos convenir que existe una enorme importancia en la información y educación sexual, pues la pareja mayor debe saber que, a su edad, existen algunos cambios en la respuesta sexual. Entre los que están: en el hombre; el tiempo para lograr la erección es más largo, demora más el tiempo en eyacular, lo cual prolongará más el coito, la erección es menos firme debido a que los vasos sanguíneos no son tan elásticos como antes y los músculos son menos potentes, disminución del eyaculado en cuanto a su volumen y la fuerza con que es expulsado debido a una menor potencia de los músculos eyaculadores y, por lo tanto, de sus contracciones durante el orgasmo, etc.; en la mujer debido a los cambios estrogénicos los labios mayores y menores pierden elasticidad, la vagina tiene menos capacidad para su fluidificación, la mucosa se hace más fina y seca entre otros. (26,27) La actividad sexual constituye un fenómeno natural que para algunos está llena de prejuicios, lo que conlleva a la no realización de la misma de una manera abierta y sin tabúes, es debido a ello, que por lo general durante la ancianidad se reduce la práctica de las relaciones sexuales, ya que son vistas el sexo y la vejez como factores incompatibles, afirmación que necesita de un análisis Tabla 1. Actividad sexual según la edad. y discusión exhaustivo. De los 131 casos estudiados, 103 mantenían relaciones sexuales lo que no corresponde con las experiencias propias de otras investigaciones como un estudio realizado en Cuba donde se observó que de 92 casos estudiados solo 18 pacientes mantuvieron relaciones sexuales. (30) Resaltan aquellos con edades entre los 60 y 69 años donde de un total de 80 ancianos en este grupo 61 (46.5%) revelaron la realización de esta actividad encontrando también que a partir de los 90 años solo mostraron disposición para participar en la investigación 3 pacientes y ninguno de ellos tenían actividad sexual. Estos resultados coinciden con un reciente estudio norteamericano de la publicación Parade donde se señala que el 55% de las personas entre 65 y 69 años se mantenían sexualmente activas, mientras este porcentaje bajaba al 13% entre los mayores de 85 años. (15) Sin embargo debemos detenernos a pensar, si han llegado a ser lo más fructíferas posibles, teniendo en cuenta algunos factores que pueden entorpecer la intimidad de las parejas. Tabla 2. Actividad sexual según el sexo. En la vejez el sexo masculino se encuentra con una mayor disposición para realizar sexo aunque en ocasiones los propios cambios fisiológicos del organismo no le permiten llevarlo a cabo. Sin embargo, pudimos observar que de 76 ancianos del sexo masculino, 54 (41.2%) mantenían relaciones sexuales, aspecto que se comportó de modo similar en el sexo femenino donde de 55 ancianas 49 (37.4%) la realizaban, lo que no coincide con la investigación llevada a cabo en Stanford (EEUU) donde se demostró que el 48% de las mujeres mayores de 60 años estudiadas sintieron una disminución del interés sexual. Tabla 3. Población según estado civil y práctica de actividad sexual. El estado civil en la tercera edad no constituye un elemento importante para la realización de la actividad sexual, pues durante este periodo de la vida, se busca compañía y no se tienen en cuenta algunos elementos legales como este. Sin embargo los resultados de la encuesta arrojan que el mayor número de los ancianos que mantuvieron la práctica de la actividad sexual correspondió a aquellos cuyo estado civil era casado (46) (35.1%), esto puede deberse a la estabilidad de la pareja, a la mayor confianza por el tiempo que llevan conviviendo juntos y otros elementos del ámbito familiar que pueden favorecer a la consumación del acto. Además es posible que como la mayor población de ancianos correspondían a este grupo, por eso los resultados revelan una mayor proporción de los mismos, aunque es importante destacar que coincide plenamente con la literatura revisada. (28, 29) Por otra parte se mostró en nuestro estudio que los ancianos solteros también se mantienen practicando relaciones sexuales pues de los 35, 31 (23.6%) la practicaban y estamos seguros que en este caso llevan la vanguardia los del sexo masculino, pues por lo general son los que viven con menos prejuicios y tratan de buscar mujeres más jóvenes para mantener su virilidad, 31 coincidiendo con estudios realizados en la provincia de Pinar del Río (Cuba) donde se encontró que el 37,5% de los pacientes masculinos solteros tienen Tabla 4. Población según enfermedades crónicas y actividad sexual. práctica sexual. (46) Los sexólogos plantean que son muy pocas las patologías que contraindican las relaciones sexuales porque incluso el infarto agudo del miocardio y la trombosis cerebral después de la fase aguda se pueden tener relaciones sexuales, otros autores consideran que las valvulopatías sí provocan en ocasiones tendencias a la eliminación de la actividad sexual. (23) Las enfermedades degenerativas del SOMA (artrosis, artritis, osteoporosis) muchas veces limitan en los ancianos la realización de actividad sexual, es el mayor por ciento de las enfermedades crónicas que afecta a este grupo con un 63 pacientes, pero sin embargo no es lo que más los aleja del sexo, pues el 43.5% de los ancianos que sufren de estas enfermedades realizan actividad sexual, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus son las patologías que se encuentran también con frecuencia en los pacientes (35 y 21) de los cuales el (16.3% y 12.2%) respectivamente la realizan. No es difícil observar que estas enfermedades son las que menos entorpecen la actividad sexual en este período de la vida, pues a ellos les queda claro que no son una limitante para llevar a cabo esta práctica. (38) Tabla 5. Población según relaciones afectivas con la pareja. Algunos autores señalan que la conducta sexual del anciano puede verse influenciada por un grupo de factores que se involucran íntimamente y por lo general nada tienen que ver con las enfermedades crónicas que padecen. (24) Al analizar la actividad afectiva de la pareja relacionada con la práctica de actividad sexual, se encontró que 61 (46.5%) pacientes clasifican las relaciones afectivas como regulares dada fundamentalmente por la pérdida de la privacidad, la presencia de enfermedades crónicas y el desconocimiento de los cambios fisiológicos en la sexualidad del anciano. Llama la atención que de los 28 pacientes que no practican la actividad sexual 19 de ellos refieren tener relaciones afectivas malas para un 14.5%. Estos resultados no coinciden con lo revisado en la literatura de nuestro país donde se trata como una dimensión importante el bienestar de la tercera edad. (38, 46) Debemos convenir que existe una enorme importancia en la información y educación sexual, pues la pareja mayor debe saber que, a su edad, existen algunos cambios en la respuesta sexual. Entre los que están: en el hombre; el tiempo para lograr la erección es más largo, demora más el tiempo en eyacular, lo cual prolongará más el coito, la erección es menos firme debido a que los vasos sanguíneos no son tan elásticos como antes y los músculos son menos potentes, disminución del eyaculado en cuanto a su volumen y la fuerza con que es expulsado debido a una menor potencia de los músculos eyaculadores y, por lo tanto, de sus contracciones durante el orgasmo, etc.; en la mujer debido a los cambios estrogenitos los labios mayores y menores pierden elasticidad, la vagina tiene menos capacidad para su fluidificación, la mucosa se hace más fina y seca entre otros. (26,27) A pesar de ser cierto de que la disminución de la producción de estrógeno en el periodo post menopáusico disminuye el trofismo vaginal y su secreción, se ha comprobado que las mujeres mayores que con una frecuente actividad sexual, presentan una mucosa más gruesa y rugosa que aquellas con vida sexual pobre, esto indica que la actividad sexual contribuye a los cambios evolutivos vaginales. (17) Todo ello denota la falta de conocimientos de la población sobre este tema y nos lleva a pensar en la posibilidad de promover actividades con las comunidades venezolanas que lleven implícito intervenciones educativas que abarquen estos aspectos. Tabla 6. Causas asociadas al abandono de la actividad sexual según sexo. Al reflejar las causas del abandono de la práctica sexual según sexo estando reflejado solo los pacientes que refirieron no mantener relaciones sexuales 28 pacientes (6 femeninos y 22 masculinos ), se evidenció que el mayor número de ancianos 11 refirió que la causa fundamental del abandono de la actividad sexual fueron los problemas de salud con un 39.2% al igual que el deterioro de las relaciones matrimoniales, teniendo gran influencia la monotonía de las relaciones sexuales y los problemas de comunicación, porque solo se habla de las dificultades de la casa y los hijos pero no de los problemas de interés para ambos miembros de la pareja, en tercer lugar la falta de privacidad causada fundamentalmente por el aumento del núcleo familiar, por lo que la sexualidad no puede vivenciarse como algo satisfactorio. CONCLUSIONES Se evidenció un porciento significativo de ancianos con vida sexual activa en las edades comprendidas entre los 60 y 69 años de edad, como resultado de una mayor estabilidad en la pareja. Las enfermedades crónicas más frecuentes en este grupo de ancianos correspondió a las enfermedades degenerativas del SOMA, las que no constituyeron un elemento negativo importante en la práctica de la actividad sexual. El abandono de la actividad sexual obedeció fundamentalmente a los problemas de salud y deterioro de las relaciones matrimoniales. RECOMENDACIONES Realizar estudios de intervención educativa comunitaria sobre sexualidad y los cambios en la respuesta sexual humana en la tercera edad, que permitan modificar hábitos y modo de pensar de estos individuos. Realizar trabajos educativos con los adolescentes y adultos jóvenes sobre sexualidad en la tercera edad. ANEXO 1 CONSENTIMIENTO INFORMADO Titulo de Comunidad la Investigación: Altos del Sol Caracterización Amada. ASIC: de La la sexualidad Chamarreta, en ancianos. Maracaibo, Zulia. Yo: _____________________________________________________ después de haber escuchado la explicación de la doctora y conociendo la importancia que tiene para la investigación científica este trabajo doy mi conformidad para participar en dicho estudio conociendo que mi no participación en el estudio o mi salida de este no afectara mi asistencia médica en caso necesario y que se respetara mi confidencialidad. ___________________________ Firma del paciente ANEXO 2 Encuesta: Edad: ______ Sexo: ______ Estado Civil: (marque con una X) 1. Soltero (a) ______ 2. Viudo (a) ______ 3. Con pareja (a) ______ 4. Divorciado (a) ______ Enfermedades que padece: (marque con una X) a) Enfermedades degenerativas del SOMA b) Hipertensión arterial (HTA) ______ c) Cardiopatía Isquémica ______ d) Neurosis ______ e) Discapacidades ______ f) Diabetes Mellitus ______ g) Otras ______ Mantiene relacione sexuales activas: (marque con una X) 1.- SI ______ 2.- NO ______ Si responde No conteste la siguiente pregunta ¿Cual es la causa más importante del abandono? (marque con una X) a)____ Falta de pareja. b)____ Falta de privacidad. c)____ Deterioro en las relaciones matrimoniales. d)____ Problemas de salud. e)____ Prejuicios sociales f)____ Otras: (adicciones y violencia) ¿Cómo considera sus relaciones afectivas con su pareja? (Marque con una X) a) ______ Buena: Cuando existe confianza entre ambos, buena comunicación, apoyo mutuo, predominio del afecto y la comprensión. b) ______ Regular: Cuando existió confianza y apoyo entre ambos miembros de la pareja, pero una pobre comunicación en el plano verbal y afectivo (falta de caricias, palabras que demuestren afecto y cariño. c) ______ Malas: Cuando no existe confianza, ni apoyo entre los miembros de la pareja, con una comunicación verbal y afectiva deficiente y predominio de la indiferencia y sentimientos de la soledad. BIBLIOGRAFÍA 1. Sarmiento Brooks GV, Pagola Leiva J, Oramas Hernández L. La sexualidad en el adulto mayor. Sexología y Sociedad. Agosto 10 (1): 29. 2005 2. Comisión para América Latina y el Caribe. América Latina y el Caribe: el envejecimiento de la población 1950–2050. Boletín Demográfico. 2003;(72). Citada el 15 de abril de 2005. Disponible en: http://www.eclac .org/cgi-bin/get. 3. Oficina Nacional de Estadística. El Envejecimiento en Cuba. 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