GIDYJ XXX Seminario Permanente Jesús G. Amuchastegui (SPA) Título: Identidades y derechos en contextos de conflicto Ponente Invitado: Manuel Restrepo Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia DRAFT REMITIDO POR EL AUTOR. FAVOR NO CITAR Texto base, en Revista CEPA numero 17, Colombia GIDYJ DERECHOS HUMANOS E IDENTIDADES EN CONTEXTOS DE CONFLICTO Manuel Humberto Restrepo Domínguez 1 Contexto de Poder, Capital y Derechos Los derechos humanos entendidos como procesos de lucha por la dignidad humana2y el capital entendido como un sistema de reproducción ampliada y de acumulación de la riqueza por fuera del interés social, constituyen las bases de dos modos de comprender y actuar en el mundo contemporáneo. Los derechos se levantan como pilar sobre el que se sostienen las luchas de los pueblos por su dignidad y modo de ser humanos humanizados por la solidaridad, el respeto y reconocimiento por encima de todo valor, de todo precio, de toda mercancía. El capital es sencillamente la base sobre la cual el mercado construye otra manera de ser de vivir, de soñar y de actuar en la que todo esta asociado a un valor, tiene precio y se convierte en mercancía, con capacidad inclusive para convertir al estado en su propia herramienta reproductora del sistema creado por el. Las identidades, asociadas a grupos, comunidades, sociedades de valores, culturas e intereses específicos, que reclaman el reconocimiento y garantías materiales para mantener su existencia con dignidad y derechos son negadas, perseguidas e incluso exterminadas como efecto de la forma de organización de la sociedad alrededor de las ideas y practicas impuestas por la asociación Estado-mercado, que “exacerba las condiciones de violencia a gran escala debido a que genera una potencial colisión entre la lógica de la incertidumbre y la lógica de lo incompleto”3 Capital y derechos humanos durante las ultimas tres décadas y en especial a partir de la caída del muro de Berlín y entrada en expansión del modelo neoliberal de economía, han convivido en medio de una tensión que políticamente es gestionada, pero que ideológicamente resulta irreconciliable. El capital no ha cesado deintervenir de múltiples maneras para producir un vaciamiento del contenido ideológico y social de los derechos humanos que le permita ponerlos en detrimento, degradarlos, restarles su capacidades para activar luchas sociales y sostener procesos colectivos de resistencias y reducir la potencia humana a la lucha por su propia individualidad y satisfacción de necesidades carentes de deseos. El propósito final del capital es derrotar la memoria que anuncia los derechos, los actualiza y sostiene como herramientas de lucha mas allá de sus propios tiempo y espacio, lo que le valdría para invertir el significado de los derechos y ponerlos a su servicio como fuerza retórica de legitimidad al poder que imponen justamente contra los débilesque han sido sus principales constructores. Son pocas ya las excepciones y mas bien se convierte en regla, que los estados usen la retorica de los derechos como referencia de justificación del terror que imponen para defender el paso destructor del capital. Cada vez se está mas cerca otra vez desde los 1 Profesor Titular de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Facultad de Derecho y Ciencias sociales, Tunja. Dir. Maestría en derechos humanos, Ph.D., en derechos humanos UC3M. Este texto tiene como base de trabajo el titulo el capital principal enemigo de los derechos humanos, publicado en la revista CEPA numero 17 de 2012, Colombia. 2 HERRERA FLORES, Joaquín,. “Una visión compleja de los derechos humanos”, en: El vuelo de Anteo, Desclee de Brower, Bilbao, 2000. HERRERA Flores. La Reinvención de los derechos, Atrapasueños, Andalucia, 2008, pp 83 y ss. 3 APPADURAI, Arjun. El Rechazo de las Minorias, Tusquets, Barcelona, 2007, pp 23. GIDYJ espacios del poder basado en el capital a la lógica de Lockeen su afán por hacer saber que los capitalistas tienen derechos sobre sus despojados o que aquello que todavía se encuentre en el llamado estado natural, es decir sin precio ni coste de mercado, deba ser apropiado sin pudor en beneficio de un progreso que apenas alcanza para pocos y asimismo que toda identidad que quiera escapara a los rigores del modelo de integración podrá ser convertida en enemiga, con el agravante que podrá ser tratada como una fiera salvaje que debe ser aniquilada en defensa del genero humano, eso si produciendo la sensación de que es el derecho humano el que aniquila y no el capital. El capital trata por todos los medios de despojar a los derechos de su potencia creadora y de permitir solo el funcionamiento que responda a sus propias necesidades, ofreciendo respuestas incompletas a las demandas del momento. Los grupos sociales colocados en el extremo contrario, reclaman desde el fondo de sus identidades de clase, de raza, de sexo, de territorio y en síntesis de humanos, el cumplimiento del pacto entre clases y llaman a regresar al punto de origen que inventó al estado como estructura política de garantía y salvaguarda de contenidos y garantías para la realización delos derechos.Los derechos son formalmente presentados por el estado como la base de su condición de estado, pero realmente tratados como enemigos sobre los que se aplica la política de terror que persigue, desaparece, mutila o silencia, por encontrarlos del lado de las luchas sociales y populares, del lado de las victimas que denuncian y piden castigo para los responsables del asalto al pacto social o convirtieron lo publico en su botín privado. Conflictos e Identidades Cuando se creía que la imposición del modelo de globalización daba lugar al cese de conflictos, la realidad anuncio sus nuevas formas de existencia. La historia recuperó la memoria de culturas olvidadas, de resistencias oprimidas, de identidades, de diferencias y de modos de ser que no encajaban en lo que pretendía imponerse. La globalización del capital llegó de la mano de su forma especulativa que resultó mas veloz y con mayor capacidad de multiplicación respecto a las formas anteriores, menos palpable, menos material pero mas cruel, mas invasora, mas destructiva a la vez que seductora porque vino aparejada de la revolución tecnológica, de la informática, del mundo virtual, de otras dimensiones invisibles haciendodesaparecer fronteras, reglas, pactos, costumbres y poderes. Los derechos avanzaron como arrastrados a la cola del capital, como una maquina de guerra pero en defensa de la condición del ser humano con dignidad. Derechos y capital crearon los vínculos entre las categorías de mayorías y minorías y sobre estos gravita desde la democracia hasta la barbarie, las dos se mueven en el ámbito frágil de las violencias como señales de delimitación de las dinámicas del nosotros como colectivo y del ellos como lo excluido. Capital y derechos, los dos a velocidades distintas, en direcciones opuestaspermanecen en un sistema circular. Durante el Siglo XIX y comienzos del XX, estuvieron cuando la economía era pensada como el ámbito de reproducción de la vida humana y no como administración de la escasez que degenero en acumulación sin limites de ninguna especie, incluso en contra de la reproducción de la vida humana. Hasta ese momento eran complementarios, aprendían el capital de los derechos y viceversa, el capital aceptó la jornada de ocho horas de trabajo y los derechos a conciliar entre diferentes.El sello de la globalización de finales de siglo XX produjo una integración económica internacional de facto para el capital y de retorica para los derechos incluyendo un modelo de pensamiento único y la perdida de la intima relación Estado-Nación. Los derechos, en el lado contrario pasaron de su condición domestica asociada a la construcción de sujetos GIDYJ y naciones, a la puesta en común de resistencias y luchas contra la hegemoníaafirmando en ellos su potencia liberadora. El capital convirtió a los derechos en su enemigo fundamental y a las minorías en su objeto de guerra y expresión de la barbarie. Derechos y minorías aunque con menos capacidad de acción y seducción le resultan peligrosos al capital, atacan desde el afuera, desde la periferia, se construyen en ella. Los derechos no logran satisfacer los deseos con la misma rapidez que lo hace el mercado, sus logros demoran y sus éxitos no tienen el eco suficiente, pero aun así resultan peligrosos. Los puntos de encuentro entre capital y derechos, dejaron de ser posibles, hoy son dos lenguajes antagónicos, no existe capitalismo con rostro humano, como tampoco derechos con cuerpo capitalista, es impensable un capital que no produzca alienación, como también es inconcebible hablar de derechos si no son para invocar la desobediencia a cualquier sujeción o la emancipación a cualquier opresión. Las fuerzas productivas organizadas de la manera que lo están hoy ya no retroceden para desarrollarse conforme a las necesidades humanas y de la naturaleza, la maquina del capital no puede detenerse, esta en su máxima velocidad, las fronteras están abiertas a las mercancías de norte a sur bajo el supuesto de que traen progreso pero cerradas a los inmigrantes de sur a nortebajo el supuesto traslado de violencias, y tampoco los derechos pueden retroceder, aunque ya no operen como en periodos anteriores. El capital se vuelca especialmente con un impulso genocida sobre las minorías, bien se trate de “minorías numéricas, culturales o políticas, o que se hayan convertido en minorías por carecer del origen étnico o de la documentación apropiados, o por ser la encarnación visible de alguna historia de violencia o abuso mutuos”4. Volver a armonizar los dos sistemas, el del capital y el de los derechos está en el centro del problema y no hay solución pacifica a la vista, son dos sistemas radicalmente opuestos y sus desencuentros mantienen latente las violencias. Libertad convertida en ley para someter minorías La libertad era un asunto político que se encarnaba en el sujeto y le servía para convertirse en un ser humano autónomo y solidario. Servía para recordarle al ser humano que no es un sujeto, si no hay un proceso en el cual se revela que no puede vivir humanamente sin crearse a sí mismo y que tiene que oponerse a la inercia del sistema si quiere vivir y al oponerse, se desarrolla como sujeto5. La libertad hace que el sujeto exista y haga posible la existencia del mundo y sea la materia sobre la que cada uno/a crea su propio destino. Esa es la idea de libertad que contienen los derechos. Sin embargoel capital la convirtió en un concepto de elección a priori, cuya existencia esta garantizada antes de cualquier acción, sirve para elegir, no para construir. La despojó de sus atributos, la convirtió en un instrumento económico que sirve al triple propósito de formar al cliente, pregonar el fin de la historia,y legitimar la intervención militar en cualquier sociedad en nombre de salvar al genero humano. En el primer caso desaparece el sujeto y el ciudadano y aparece el cliente, el consumidor6; en el segundo es solo una garantía metafísica que se asigna, es una solución abstracta que pertenece per-se a este mundo; el tercero es el que pregona Estados Unidos para erigirse en el juez universal que en nombre de la ley invade para obligar a los pueblos elegidos a ser libres, en nombre del capital. El aniquilamiento es convertido en una consecuencia legal de la imposición de los derechos humanos. 4 APPADURAI. Op cit, pp 57. HERRERA FLORES, Joaquín. De habitaciones propias y otros espacios negados, Universidad de Deusto, Bilbao, 2005. 6 FARIÑAS, María José. Mercado sin ciudadanía, Biblioteca Nueva, Madrid, 2005. 5 GIDYJ La libertad queda convertida en la ley que le permite al capital ignorar o someter a su arbitrio a minorías y pueblos a través de guerras consideradas justas. Quien se separa de la ley del capital no tieneoportunidad para reclamar derecho humano alguno con base en los derechos conquistados. El capital convierte a los propietarios en fuertes grupos de presión y gestión del poder político nacional e internacional y en artífices del mundo libre, en exponentes de la libertad que ofrecen los valores de la acumulación: desregulación, des-localización y des-capitalización social de las economías locales, todos ellos con contenidos de despojo. La libertad del capital no permite adversarios políticos, introduce una idea del bien común, garantizado por la seguridadque reproduce el imaginario de que los derechos destruyen, impiden el paso constructor de las inversionistas globales y reduce la confianza de los empresarios lo que traerá hambre y miseria.Lo que era justo, ya no lo es, el capital se empecina en señalar a los derechos como artífices de la injusticia, impuso la ley ciega del mercado, convirtió al ser humano en una ausencia7. Los derechos humanos están siendo paulatinamente vaciados de conceptos, valores y practicas sociales, estamos ante una impostura, una suplantación, una inversión. A través del mercado el capital interviene los derechos, obstaculiza su realización. Interviene los sistemas sociales, bloquea lo político, las ideas, las prácticas y las formas de ser y actuar humanos, altera los contextos y dinámicas sociales de minorías y pueblos, crea ambientes adecuados para la opresión y explotación y la ficción de que para reproducirse ya no necesita territorios concretos, ni trabajadores. La realidad material muestra lo contrario, un planeta milimétricamente distribuido, parcelado, ordenado con precisión para ser despojado, sin lugares inhóspitos, lejanos o inaccesibles a los propósitos de la acumulación. Donde sea preciso se aplica un plan de destrucciónreconstrucción. La red del capital esta articulada en un sistema cuyo funcionamiento es el de una red de poder que actúa con base a derechos de los propietarios, de acuerdo a los derechos del mercado, que tienen su propia constitución al seno de la OMC, y que han declarado su independencia del Estado e instituido a la economía como sociedad civil. Ya no es la comunidad política la que define los asuntos de la democracia, no son los partidos, la comunidad económica, es la nueva sociedad civil, conformada por empresas políticas, por medianas empresas electorales y por un amplio numero de consumidores convertidos en clientes electores, o en simples asociados que podrán tener parte de los excedentes. Es la nueva geografía del capital con cuatro grandes bloques (USA, UE, Japón, BRICS) que comparten el núcleo común de la economía de mercado y llevan a la periferia lo político, es decir el campo donde están los derechos, son bloques que Los bloques representan la modernidad liquida8compuesta de variedad de fluidos, de conductas, de empresarios, de socios, de enlaces que no se fijan en un espacio por tiempos prolongados y que no conservan una misma forma durante mucho tiempo. El sistema del capital es un sistema desmontable, alterable, modificable, flexible, adaptable, funciona como un entramado de comandos que actúan en serie o de manera independiente, puede ser iniciado por un individuo, un grupo, una formación social, tiene múltiples entradas y salidas, definen una puesta en escena que cambia rápidamente a diferencia del modelo anterior que era de calco que 7 HINKELAMERT, Franz. “Sobre la reconstitución del pensamiento critico”, Polis, Universidad Bolivariana de Chile, vol 7, numero 21, 2008. HINKELAMERT. Raíces del Pensamiento Crítico, U. Distrital, Colombia, 2013, pp 276 y ss. 8 BAUMAN, Zygmunt. Modernidad Liquida, FCE, Buenos Aires, 2010. BAUMAN. Vida de Consumo, FCE, Buenos Aires, 2010. GIDYJ volvía siempre a lo mismo y que era una buena representación de las economías en la época del Estado-Nación. El sistema se volvió mas liviano y móvil, sus instituciones son frágiles, porosas, permeables a los avances asimétricos de la acumulación, la desigualdad y el debilitamiento de la justicia. La acumulación en la globalización se desarrolla por acuerdos temporales en los que prevalece la delegación de responsabilidades políticas a directivos de instancias regionales como la OEA, que sirven de neutralizadoras de conflictos, a presidentes, gobernadores, alcaldes, que en lo local ejercen el poder con mayor o menor respaldo de los dueños del capital conforme a la efectividad que tengan en desarrollo de las tareas asignadas. El mundo ya no está representado por una indeterminable multiplicidad de voces, pocos deciden, muchos son los ejecutores, los temas se diluyen en cientos de partes y comités. El campo de lo político es delegado a los gobiernos, a quienes corresponde internamente mantener el caos necesario para justificar la existencia de la guerra y sostener los mecanismos de control y vigilancia social. El control social es el mecanismo de garantía para alcanzar la estabilidad política local. Los agentes económicos, movidos por la dinámica del capitalismo global, abarcan espacial y temporalmente el planeta y su participación corresponde a la ejecución de las prácticas capitalistas constituidas por conjuntos de instituciones, que convierten a la ley del mercado los contenidos de los derechos y los instrumentos jurídicos en su fuerza ética, política y social.El capital global se produce como resultado de las conexiones entre los grandes bloques de poder, cuyo comportamiento es el de un sistema abierto, que se mantiene en estado de guerra, aduciendo como lo señaló Locke que todo el mundo está en estado de guerra contra el genero humano, cuando lo real es que son justamente los dueños del capital quienes hacen la guerra, necesitan de la guerra para conquistar el mundo entero y adjudicarse todas las riquezas que le sean posibles. No importa lo que haya que hacer, ya lo han demostrado sus asesinatos, genocidios y sufrimientos provocados, cínicamente calificados con el nombre de daños colaterales, en razón a que consideran que su guerra es justa, inevitable y necesaria para la humanidad. Los dueños del capital imputan a todo el mundo de querer esclavizarlos, robarlos, expropiarlos, secuestrarlos o hacerles daño, para ellos poder esclavizar, robar, secuestrar y hacerle daño a la humanidad, según sus propios términos, en legitima defensa, como lo han mostrado en el campo de batalla en nombre de la guerra preventiva que adelantan los Estados Unidos y sus aliados contra el resto del mundo y cuya primera fase esta en el oriente (Líbano, Siria, Iraq, Afganistán, Libia, Palestina, Irán). La dueños del capital, no conforman un ejercito convencional de burócratas, ni gobiernan por mano propia, ellos trazan estrategias que aplican sus gobernados, quienes ejercen de gobernantes en sus propios países, grandes compañías o en puestos de control geopolítico. Nuevos Sujetos, Nuevo Derecho El marco de legalidad sobre el que se sostiene el capital, desborda la legitimidad de sus actuaciones e incluye la modelación de un sujeto adecuado a la nueva concepcióndel hacer humano dotado de métodos, valores y técnicas.El trabajo que correspondía a la integración compleja del tiempo de la vida y del tiempo de la creación abstracta es convertido solamente a trabajo abstracto, sin tiempo para la vida y la categoría empleo concentra todos nuevos elementos asociados al trabajo. En el lugar que ocupaba el sujeto corporal y concreto el capital modela un sujeto universal y abstracto que tiene entre sus propósitos principales convertirse en un propietario que no valida a los GIDYJ derechos humanoscomo la herramienta de dignificación, aunque no abandona la posibilidad de reconocerlos como esenciales, solo que este proceso ocupa un lugar secundario. Para los dueños del capital los derechos humanos representan la garantía de soporte a su condición de propietario. Podemos estar entonces ante una nueva mentalidad en la que el sujeto invoca al cuerpo, las ideas y las cosas, como su propiedad. El cuerpo es considerado como una propiedad que puede ser aumentada, reducida, vendida o rentada en su totalidad o por partes, el cuerpo es también patrimonio, se vive para producir, situación similar a la vieja esclavitud, esta vez en libertad, sin ataduras. Sobre el cuerpo se conquistan libertades como elegir cuando vender un órgano (un joven en china vendió un riñón para comprar un iPod), alquilar el vientre para gestar un hijo ajeno, vender un hijo (un hombre vendió a uno de sus hijos para alimentar a otros 9), sustituir a un preso y completar la condena, o inmolarse. Con este sujeto de mercado son eliminadas gran parte de las responsabilidades del Estado. Si el sujeto es el propietario, los derechos son un asunto corporativo, ante las zonas grises las empresas negocian. En esa condición de soporte que cumplen todos los derechos protegiendo la propiedad, las instituciones convocan a hablar ya no de políticas basadas en derechos, si no de políticas con enfoque de derechos. Al cambiar el sujeto, se tiende a fortalecer la capacidad del individuo respecto a la idea de libertad, pero a la vez a negar, limitar o liquidar su potencia humana creadora de dignidad que emerge de los derechos humanos. La sustancia del capital convierte en cotidiana la existencia de la seguridad y esta en argumento de la guerra, que rompe la distinción entre civiles y militares, entre combatientes y no combatientes para atravesar todos los sistemas de la vida. La guerra se presenta como la posibilidad para mantener la tranquilidad que antes ofrecían los derechos. Va acompañada del ojo del gran hermano que hace presencia universal para vigilar todos los espacios. Las cosas aparecenposibles para el propietario, no para el desposeído, convertido en un sospechoso para el propietario. Es la manera simple de enseñar la formula que legitima la política de terror de que no puede haber ninguna libertad para los enemigos de la libertadcomo señalaba Locke, que en este caso son los desposeídos, o de que no puede haber ninguna tolerancia para los enemigos de la tolerancia como lo señalo Popper, o simplemente de que ante el crecimiento de la violencia propiciada por los desposeídos contra el sistema se aumente el numero de cárceles como indica habermas. Es la manera sencilla de exponer que para el capital los derechos humanos solo tienen importancia cuando le sean útiles al capital, y cuando no serán usados para justificar el terror bajo la formula de la legitima violación de los derechos humanos en nombre de los mismos derechos humanos, con la argucia de borrar los derechos de las personas para sustituirlos por los derechos del sistema. Las minorías, debido a su ubicación en la insegura zona gris que se extiende entre los ciudadanos propiamente dichos y la humanidad en general, promueven nuevos modos de análisis de las obligaciones del estado, así como los limites de la humanidad política9, las minorías son construidas para poner a la luz unas historias y justificar otras, las minorías se crean por decisiones estratégicas a menudo a cargo de las elites para producir la violencia que se necesita en el ámbito nacional. Políticas por fuera de lo político El capital organiza al sistema social con las reglas del mercado y fija políticas por fuera de lo político para en nombre del interés general proyectar las estrategias de acumulación privada del capital y sacar a los derechos humanos del núcleo de 9 APPADURAID. Op cit, p 61. GIDYJ organización de la vida social y de las formas de comunicación. La sociedad es organizada conforme a las formas del mercado, carentes del sentido de solidaridad que exigen las sociedades de derechos y se alienta la idea de que las oportunidades están en el mercado.La mano invisible del modelo anterior deja paso a la voz de las mercancías que modulan la conciencia en el mercado libre que no responde a reglas éticas, la seducen con los ritmos de la libertad de elección y la oportunidad de satisfacerlo todo con un poco de seguridad. Hay un vaciamiento de lo humano que hay en cada persona respecto al otro, una ausencia de ser humano en colectivo y en su lugar es colocada la presencia del capital. Lo público, que era la referencia del colectivo, de las sumas históricas y las conquistas sociales es tomado por asalto por lo privado. Las instituciones públicas cooptadas y puestas al servicio del interés privado en nombre del interés general. La democracia es asociada a procesos electorales y mecanismos de una participación conducida por las elites del poder que en nombre de los derechos humanos tratan de legitimarse y de ser necesario actuar contra los enemigos del genero humano, contra las fieras salvajes a las que se debe destruir, es decir a quienes se rebelen contra él, ya no necesariamente porque acudan a las armas, si no porque entren en desobediencia. La idea de la democracia del demos y del kratos,resulta confusa, nadie la invoca, tampoco ladefinida por la igualdad (Touraine). Al capital le interesa que el aparato de Estado sea útil a la acumulación (lo de débil o fuerte es un asunto interno), y contar con gobiernos capaces de cumplir la misión confiada por el poder global, que ya no corresponde con el “deber primordial de defensa de los intereses nacionales”10. El sujeto social es un primer derrotado, se le busca separar de sus raíces de identidad y cultura, con lo cual resulta mas sencillo negarle su posibilidad de realización de la dignidad humana, es separado de su colectivo, obligado a vivir por fuera de sí mismo una realidad idealizada. El capital ahonda la fragmentación entre sujeto social y sujeto político. El sujeto es sometido a vivir una época prefabricada con los materiales de desecho del capital y de la iglesia que se encargan de reproducir sistemas de vida en los que se entrecruzan partes de realidades bíblicas con realidades virtuales. Las formas de vida son resquebrajadas, al igual que las formas de reproducción tradicionales de la sociedad industrial, superadas por las dinámicas del capital especulativo y financiero. El capital no pertenece a ningún lugar, no tiene compromiso con ninguna patria, ni con ninguna entidad humana. El capitalista deja de ser una persona del lugar, se convierte en parte de un megaestado. El trabajador en cambio tiene lugar, es una pieza de engranaje, controlada, medible, previsible, un aprendiz que adquiere la sensación de que el tamaño del mundo se ha contraído, los días son mas cortos y hay mas proximidad. Los Inversionistas globales van a donde las tasas de ganancias son más altas en búsqueda de individuos excluidos del sistema y forzados por la necesidad generen plusvalía y reclamen del trabajo no su derecho si no su libertad. A los gobernantes se les hace participes del interés trasnacional y se les brinda protección jurídica y reconocimiento político a cambio de garantías para que lo privado se apropie de los bienes públicos y amplié sus limites interviniendo el orden simbólico y discursivo del colectivo social. Los potentados se atribuyen ser herederos de la tradición liberal de los derechos y hacer de ellos un botín que legitima sus actuaciones en democracia y bajo el manto del estado de derecho. El estado adecua los sistemas del derecho penal a las necesidades de protección del capital y convierte al contrato mercantil en fundamento de un pacto social sin la ética de lo humano, ni la política del conflicto y las instituciones globales, mantienen sus funciones pero actúan como correas de trasmisión-imposición de los fuertes hacia los débiles. 10 TODOROV, Tzvetan. El nuevo desorden mundial, Península, Barcelona, 2008, p 47 GIDYJ Lo público es convertido de naturaleza política-colectiva a naturaleza económica de interés privado y los derechos humanos despojados de su capacidad de conducción de las políticas públicas y de la organización de la vida social. El pensamiento neoliberal señala que esto ocurre porque los hombres están gobernados por las señales abstractas de los precios que rigen la oferta y la demanda de las cosas en el mercado y sirven al enorme campo de la gran sociedadextendida gracias a las mercancías, que rompen las fronteras de las soberanías nacionales, provocan fisuras en las ideologías y crean la nueva religión del mercado y del consumismo. Esta sucesión de factores desborda al estado al que solo le queda la opción de comportarse como una empresa de servicios para el gran capital, y una agencia de seguridad para obstaculizar las utopías de la justicia social y la democracia real que quedan bajo el ataque totalitario del capital global, que destruye los tejidos de la solidaridad, de lo político y de lo público y se enfoca a procesos de personalización y a la estrategia global de mutación hacia el individualismo total11 sobre el que se modelan las instituciones en base a las aspiraciones de los individuos y se pulveriza el ideal de subordinación de lo individual a las reglas colectivas, la realización personal se convierte en valor fundamental aunque simultáneamente se florezca la homogeneización y las nuevas formas de control. Estos son los cimientos del nuevo fundamentalismo de mercado y democracia. La identidad es buscada solo en presente, alejada de la universalidad que motivaba las acciones sociales e individuales de la fase anterior. El individuo conminado a abandonar la historia y el futuro, pero también el interés social, a separar de su lenguaje los significados esenciales de lo político y lo público, se trata de lograr un sujeto abstracto y universal pero sin sujeto real. Los objetivos superiores del capital en cabeza de los dueños del capital es la deconstrucción de lo público y la eliminación del sujeto. Liquidar al sujeto es liquidar la democracia en el sentido de una participación real en los asuntos públicos. El punto uno de la nueva constitución política global del mercado sería pregonar que el homo sapiens desde es solo un homo economicus, un trabajador adaptable, un factor de capital variable, en síntesis capital humano. Si esto ocurre se habrá terminado la tarea de vaciar los derechos alcanzados en 200 años de lucha y poner toda resistencia social bajo tutela del gran capital.Los derechos humanos en el proceso de de-construcción de lo público y por efecto de la cooptación institucional van a la periferia. No sirven al propósito de producir plusvalíarepercuten negativamente sobre la cuota de ganancia, a mas garantías para los derechos, menor capacidad de acumulación individual, mas justicia en el sistema laboral. Los derechos humanos, a través de sus sistemas se constituyen en un freno a la enajenación y la eliminación de garantías para vivir con dignidad. Tienen el encargo de guardar viva la memoria de las responsabilidades del estado conforme al pacto social, ese es su referente, no son las constituciones políticas, ni los códigos normativos. Pero a la vez le indican a la sociedad que sin derechos la democracia es retórica y sin luchas los derechos no existen. Son una fuerza emancipadora en el seno de los pueblos y símbolo de garantía para asumir el papel antagónico ante los procesos de privatización de lo público. Sirven al propósito de continuar los procesos de liberarnos tanto del Estado que ejerce terror, como del tipo de individualización que esta ligado a él. Los derechos humanos resultan contrarios al sometimiento y a la enajenación, eso los convierte en los principales enemigos del mercado. Sin embargo la tarea de los derechos en su propia construcción esta incompleta, hay que volver a reconocerlos como los resultados provisionales de las luchas sociales por la dignidad humana, a vincularlos como fundamento teórico-práctico de las resistencias y minorías locales, incorporar las 11 LIPOVETSKY, Gilles. La Era del Vacío, Anagrama, Barcelona, 1986, pp 7 y ss. GIDYJ reivindicaciones de las mayorías, de los pueblos, de los grupos que aun falta por incluir y que no logran todavía comunicar sus debilidades, su vulnerabilidad y exclusión. Aún faltan derechos para no dejar olvidar, para que los daños y la barbarie no se repitan. Los derechos son el punto de confluencia para crear nuevos derechos, para invocar otra vez la resistencia a la opresión y para resistir a la sociedad del capital que incomunica. Con apoyo en los derechos ya conquistados están en marcha los derechos indígenas, de las mujeres, derechos por la diversidad sexual, por la laicidad de los Estados, por la posibilidad de disentir y rebelarse, por identidades por los números pequeños que impiden el paso de la totalidad o la pureza. Estamos ante la suplantación de la política por la economía en la conducción de la vida social de los pueblos y la declaratoria de guerra a los derechos (y a sus defensores/as) como enemigos fundamentales del capital. Dos siglos después de su reconocimiento inicial, los derechos han cambiado con el ritmo del cambio de las sociedades, pero con mayor lentitud de la que avanza el capital, que se apropio del tiempo y del espacio y envió a los derechos al margen, a la periferia, desde allí hay que entenderlos y seguirlos luchando. Ahí están los derechos, presentes, entre los millones de inconformes, de excluidos, de gentes comunes y corrientes, en las calles de Madrid, de New York, de Londres, de Atenas, de Barcelona, de Santiago, de Bogotá, ahogando con gritos por dignidad la paz perpetua que creía haber conquistado el capital.