¿Cómo suena la música de nuestro tiempo?

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Concierto.
¿Cómo suena la música de nuestro tiempo?
eighth blackbird combina el refinamiento del cuarteto de cuerdas con
la energía de una banda de rock y la audacia de una compañía de
teatro experimental. Estos “supermúsicos”, como los llamó Los
Angeles Times, han ganado tres veces el Premio Grammy y son
considerados hoy en día una de las mejores agrupaciones de música
contemporánea de los Estados Unidos. En este concierto
interpretarán obras de quienes son llamados los grandes
compositores del siglo XXI.
Tome nota:

El concierto de eighth blackbird se realizará el próximo miércoles
4 de marzo en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel
Arango. Boletería: $24.000, de venta a través de TU BOLETA.
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En el octavo verso del poema Thirteen ways of looking at a blackbird (Trece maneras de mirar un mirlo), Wallace Stevens
dice: “Conozco tonos ilustres / Y ritmos lúcidos, ineludibles / Pero conozco, también / Que el mirlo pertenece /a lo que
conozco.”
Inspirados por estas palabras, los músicos Michael J. Maccaferri (clarinetes), Tim Munro (flautas), Yvonne Lam (violín y
viola), Matthew Duvall (percusión), Lisa Kaplan (piano) y Nicholas Photinos (violonchelo), crearon en 1996 la agrupación
eighth blackbird (así, todo en minúsculas); su objetivo: “actuar con compromiso y virtuosismo. Ir al ataque. Pasar volando.
Abastecer la música de nuestro tiempo.”
Y ¿cómo suena la música de nuestro tiempo? Parece que la palabra clave es “disonancia” y que está presente por igual en
los sonidos post-punk de Sonic Youth o en las obras académicas de Schoenberg, Messiaen o Xenakis, grandes
compositores del siglo XX. Sin embargo, son repertorio que no se aprecian y reconocen como se debería.
En un artículo publicado por el periódico británico The Guardian (y publicado en español en nuestro blog:
http://bit.ly/1C0ZBzD) el crítico Alex Ross apunta: “Después de todo, los artistas más osados en otros campos han
encontrado una muy diferente acogida. El cuadro más caro jamás pagado fue el arremolinado y abstracto No. 5, de Jackson
Pollock (1948), que en 2006 se vendió por US$140’000.000. Los magnates y emires codician las creaciones de los
arquitectos de vanguardia, y todos los 16 de junio el Ulises de James Joyce continúa inspirando fiestas y brindis. (…) Para
cultivar el público del futuro es necesario que las instituciones musicales construyan más de esos puentes inesperados entre
géneros diferentes.”
Sobre el concierto
Todo el programa medita sobre el tiempo. En palabras del antropólogo Guillermo de Paramo en las Notas al Programa del
concierto afirma: “es tiempo de sustracciones o multiplicaciones, que también son respiros y latidos, o su simple paso
inexorable que se marca y festeja.”
Está divido en dos grandes bloques, el primero: Duetos que cuentan, con obras de Tom Johnson (n. 1939) y estudios para
piano de György Ligeti (1923-2006), arreglados para el ensamble por Lisa Kaplan y Timothy Munro, pianista y flautista de
eighth blackbird respectivamente. El segundo: Canciones de amor y de pérdida, que inicia con el Dúo para corazón y
aliento de Richard Reed Parry (n. 1977), integrante de Arcade Fire, una obra en la que el pianista toca conforme al pulso de
los latidos de su corazón, a veces incluso valiéndose de un estetoscopio; le siguen piezas de Claudio Monteverdi y Carlo
Gesualdo, y finaliza Estas alas rotas de David Lang.
Angélica Rojas – Tatiana Torres | 3431279 / 1329 | prensablaa@gmail.com | www.banrepcultural.org/prensa
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