Eugène Latapi (1824 –1868) Eugène Latapi, 1824 - 1868 En 1854, procedente de Francia, llegó a México a los treinta años de edad Eugène Latapi; se casó con una mexicana y tuvieron seis hijos, de los cuales descienden 550 Latapi mexicanos. Durante los catorce años de vida en el país, Eugène estableció o dirigió negocios de fotografía y de fabricación de vidrio; al mismo tiempo fue testigo de un período de extraordinaria actividad en el México de esos años. Hay indicios de que pertenció a un grupo de socialistas radicales a los cuales los gobiernos conservadores amenazaron con expulsar del país; fue encarcelado y exigió después una indemnización al gobierno de Maximiliano por esa “detención arbitraria”. Personalidad romántica, culta, sensible y compleja, la biografía de Eugène presenta más preguntas que respuestas. Hasta 2000 sus descendientes sabían muy poco sobre él. Varias casualidades detonaron la investigación que ahora se publica, la cual provocó el extraordinario y feliz reencuentro de los Latapí de México y Francia. El estudio transcurrió de sorpresa en sorpresa. Tras la publicación de las dos primeras cartas de Eugène a su padre, se hallaron otras 38 que durmieron durante 150 años en el arcón de una vieja casa familiar en los Pirineos Atlánticos; se abrió así el misterioso universo de la personalidad de Eugène, con múltiples pistas que llevaron a buscar documentos, escritos, actas, periódicos y todo tipo de huellas de su existencia en ambos lados del Atlántico. Reconstrucción de una biografía y de una época, la obra resulta un testimonio excepcional de la búsqueda de raíces familiares y de fidelidad a valores que persisten, así como un álbum de recuerdos que recupera la memoria de un pasado que sigue vivo. Es, también, una contribución historiográfica a la mirada recíproca, y a las sensibilidades francesa y mexicana de mediados del siglo XIX. Elaborado por varios de sus descendientes, este libro contó con la colaboración de investigadores mexicanos y franceses (de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Association pour la Maison de la Mémoire de l’Emigration y la Universidad de Pau), interesados en la extraordinaria vida de Eugène. n N Eugène Latapi (1824 – 1868) Edición privada, no comercial. México, 13 de julio del 2004, 180 aniversario de su natalicio. Portada: pintura anónima de Eugène Latapi, facilitada por Roberto Latapí Fox, bisnieto. Fotografía de Pablo Gómez Gallardo, tataranieto, Diseño de Juan Latapí Ortega, tataranieto. Investigación de la familia para la familia, coordinada por Javier Pérez Siller. Colaboradores En Francia: Anne-Marie Lataste, sobrina tataranieta, transcribió las cartas, contactó a los descendientes de Maurice Latapi Rangel, hijo mayor, y realizó investigaciones en los archivos municipales de Burdeos, Arudy, Izeste y el Centro de Archivos Diplomáticos de Nantes. Alain Lataste, sobrino tataranieto político, diseñó los mapas donde se muestran los viajes de Eugène en Francia y, junto con su hijo Sylvain Lataste, ayudó en la reproducción informática de fotos y documentos. La Association pour la Maison de la Mémoire de l’Emigration (AMME), de Pau. En México: Rosa Isela Elias, Nayeli Cano, Mariel Rodríguez y Pamela Romero apoyaron la investigación documental. Los señores Rafael Rodríguez, propietario de la fábrica Vidrios de Texcoco, y Enrique Alatriste, propietario de la fábrica de vidrio El Crisol, continuadores de la fábrica que poseía Eugène, facilitaron información y documentos muy valiosos. El Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), contribuyó a la coedición del libro y del CD ROM, y el Archivo del Municipio de Texcoco. Traducciones de textos franceses: Eliane Cazanave Tapie y Juan Latapí Sarre, bisnieto. Fotografías antiguas: Álbums de varias familias Latapí Paulina Latapí Escalante: Mexicana, tataranieta de Eugène. Historiadora por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde actualmente es profesora de asignatura en el Colegio de Historia. Ha publicado diversos materiales educativos e impartido conferencias y talleres sobre difusión y enseñanza de la Historia. Autora de varios libros de texto de Historia y Formación Cívica y Ética, realizó la investigación en los archivos mexicanos. Juan Latapí Sarre: Mexicano, bisnieto. Ingeniero mecánico electricista por la UNAM, especializado en siderurgia y fundición. Autor de diversos artículos, conferencias y del libro Compendio de términos siderúrgicos (tres ediciones). Organizó y dirigió varias empresas en México y Colombia. Ha sido presidente de la Sociedad Mexicana de Fundidores, del Instituto Mexicano del Hierro y el Acero, y de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero. Estableció el primer contacto con los parientes franceses en el año 2001. Pablo Latapí Sarre: Mexicano, bisnieto. Por más de 40 años ha sido investigador de las políticas educativas de México y otros países; autor de más de treinta libros, un centenar de artículos especializados y numerosos artículos de divulgación. Es investigador nacional emérito del Sistema Nacional de Investigadores, trabaja en el Centro de Estudios sobre la Universidad, UNAM. Recibió el Premio Nacional de Filosofía, Historia y Ciencias Sociales y recientemente la Medalla Comenius de la UNESCO. Anne-Marie Lataste. Francesa: tataranieta de Joseph Latapi, hermano de Eugène. Consejera en Economía Social y Familiar, actualmente presta sus servicios de acción social en la Caja de Ayuda Familiar de Pau. Ha hecho importantes investigaciones sobre Eugène y la familia en diferentes lugares de Francia y ha obtenido informaciones, documentos y fotografías de los antepasados de la Familia Latapí. Michel Papy: Francés, doctor en historia, especialista en la historia de la región de los Pirineos Atlánticos, maestro honorario de Historia en la Universidad de Pau, fundador y presidente de la Association pour la Maison de la Mémoire de l’Emigration, de Pau. Javier Pérez Siller: Mexicano, sociólogo por la UNAM, doctor en historia por la Universidad de Paris I, es autor de varios artículos y libros sobre el porfiriato y la presencia francesa en México. Ha dado clases en universidades mexicanas y francesas. Trabaja en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP, donde coordina el proyecto México-Francia: memoria de una sensibilidad común, siglos XIX-XX y es miembro del Sistema Nacional de Investigaodres Jeanne Soust: Francesa, maestra de escuela, fue encargada de cursos de Paleografía en los Archivos Departamentales de los Pirineos Atlánticos. Miembro fundador de la Association pour la Maison de la Mémoire de l’Emigration, de Pau. Eugène Latapi Ariane Bruneton-Governatori: Francesa, doctora en Etnología, estudiosa de la correspondencia privada de emigrantes hacia las Américas. Ha sido encargada de cursos en la Universidad de Pau, animadora y fundadora de la Association pour la Maison de la Mémoire de l’Emigration, de Pau. (1824 –1868) Autores Lomo EugèneLatapi (1824 –1868) Coedición privada Familia Latapí Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades A. Juan de Palafox y Mendoza 208 72000 Puebla, Pue. Eugène Latapi:1824 - 1868 1. México, Francia, Primera mitad del siglo XIX, Emigración francesa a México 2. Biografía, Historia de familia, correspondencia privada 3. Fotografía, Industria del vidrio, álbum de familia ISBN: 968-863-761-0 D.R. © Paulina Latapí Escalante Picacho 258 Jardines del Pedregal C.P. México, D.F. Impreso y hecho en México Imprimée et fait au Mexique ÍNDICE Introducción...............................................................................................................................................1-8 I.- Una época clave de la historia: 1848-1870 Javier Pérez Siller.................................................................................................................................................9-47 II.- Itinerario de Eugène Pablo Latapí Sarre y Paulina Latapí Escalante..............................................................................49-90 III.- Entorno sociofamiliar de un emigrante: 1820-1860 Michel Papy..................................................................................................................................91-128 IV.- Carta al señor Latapi Ariane Bruneton-Governatori......................................................................................................129-142 V.- Cartas y palabras: los rostros de Eugène Jeanne Soust................................................................................................................................143-164 VI.- La viuda y los hijos Juan Latapí Sarre.......................................................................................................................165-194 VII.- Reencuentro familiar y nuevo árbol genealógico México Juan Latapí Sarre Francia Anne-Marie Lataste....................................................................................................195-212 De la biografía a la historia de familia Javier Pérez Siller.......................................................................................................................213-220 Anexos: Cronologías: Historia de Francia, vida de Eugène, Historia de México..........................223-240 Fuentes consultadas................................................................................................................241-248 Indice de ilustraciones y documentos..................................................................................249-252 Reencuentro familiar y nuevo árbol l Introducción Entre memoria e historia: circunstancias, azar y coup de chance Introducción l L Introducción L a primera memoria colectiva que los individuos encuentran es la de su familia biológica o adquirida. Esta se apoya en sentimientos, a la vez precisos y sutiles, de parentesco y complicidad que nacen en la convivencia y que se explican por ella. Cada familia tiene una historia singular marcada por los relatos y las narraciones de la vida de sus miembros, por los eventos y acontecimientos, por sus tradiciones y costumbres, por un sistema de valores, principios, creencias y prácticas compartidos. Conjunto que se transmite y reproduce de generación en generación por vía oral —de padres a hijos—, pero también por escritos (actas notariales, cartas, felicitaciones, diarios), por imágenes (fotos, pinturas, vídeos, tarjetas postales, dibujos), por lugares (casa familiar, casa de campo, negocio, cementerio, barrio, ciudad de origen, país natal), por ceremonias, encuentros y rituales (bautizos, comuniones, bodas, aniversarios, celebraciones, convivencias, defunciones...). Dado que la memoria familiar integra y articula los sucesos de sus miembros, tiene un carácter transversal; atraviesa distintas categorías sociales, profesionales y generacionales. Además, tiene la cualidad de extenderse a diferentes territorios, reales o imaginarios. Hay familias cuyas redes de parentesco o amistad trascienden el barrio, sobrepasan la ciudad, alcanzan varios continentes: el tío que vive en otro pueblo, la prima que se fue de viaje a Europa, los amigos extranjeros... La memoria registra, integra, busca articular. Aun cuando alguno de sus miembros se mantenga lejos o tome distancia, ella termina por hacer más cercanos los lugares, más accesibles y aceptables los miembros alejados, los transforma en sitios familiares, personajes recordados. Memoria e identidad familiar van de la mano. Una refuerza la otra y ambas cohesionan cada miembro al conjunto; a cada uno le da seguridad para enfrentar los desafíos que la sociedad le presenta y al mismo tiempo le ofrece material para alimentar la construcción de su memoria individual. La memoria familiar es, sin embargo, cambiante. En realidad cambia con Introducción l los nuevos acontecimientos que cada miembro aporta y con la manera particular de transmitirlos. Se enriquece con eventos que se consideran importantes, dignos de ser recordados y que por diversas vías y variados mecanismos se integran. Sin embargo, no todo es bienvenido en la memoria: hay eventos que se reservan, de “triste memoria”... Existe un proceso complejo, estricto, pero a la vez flexible y lúdico, de selección y clasificación de los acontecimientos y sucesos que deben ser incluidos. En él intervienen las personas que ocupan un rango importante en la jerarquía de la propia familia: patriarcas y personalidades; los viejos, los mayores; aquellos que alcanzaron un prestigio moral, cultural, espiritual, económico; los que lograron un éxito social; los que tienen virtudes como la simpatía o la entrega; así como los que han buscado abrir caminos propios que se alejan de lo usual o conocido y, de cierto modo, se les considera fuera de las normas familiares. Muy a menudo, los actos de esos “anti-héroes” resultan espectaculares, seductores y se convierten en elementos activos en la reconstrucción de la memoria familiar, en la afirmación de sus modelos. Se transforman en “los inolvidables” y sus actos se vuelven memorables o innombrables. En toda familia existe la memoria “oficial” y la que “todos saben”... el tiempo, no obstante, hace su trabajo y permite que ambas memorias se reacomoden según los momentos y exigencias que vive la familia. Historia de una carta: las vías de la memoria La historia de vida de Eugène Latapi pertenece al género de “anti-héroe” y en su época y país natal fue archivada en un arcón donde durmió por más de siglo y medio. El azar y las circunstancias, sazonados por lo que algunos llaman suerte, han querido que esta historia salga a la luz y alcance un brillo no imaginado. Nuestro personaje se ha convertido en el provocador de procesos venturosos para toda la familia y para el lector de este libro. El primero: favoreció el afortunado encuentro entre dos ramas de la familia, francesa y mexicana, que se ignoraban ¡desde hace ciento cincuenta años! Y cuya descendencia, hoy numerosa, descubrió con sorpresa raíces y parientes en ambos lados del Atlántico. Y todo ello sucedió al tratar de dar respuesta a las múltiples incógnitas que Eugène dejó escritas en sus cartas a su padre Jacques. El trabajo de reconstrucción de la historia de su vida está generando otro proceso extraordinario: la reconstrucción y reacomodo de la memoria familiar; al reinventar los cimientos de las raíces familiares, ¿quiénes fueron los ancestros?, al revelar partes de la historia del primer Latapi que llegó a México; los procesos de identificación con tal o cual aspecto de la vida del ancestro Eugène —que resulta nuevo para la memoria ya constituida de sus descendientes— crea nuevas filiaciones, al mismo tiempo que cuestiona los modelos establecidos y provoca reflexiones. Este libro da testimonio de esos procesos. En el principio fue la suerte. En la primavera del año 2001 una copia de dos cartas de Eugène fue transmitida a Paulina Latapi Escalante y leída en una reunión de los Latapí Sarre. Las cartas revelaron aspectos desconocidos e inquietantes sobre un ancestro del que se sabía poco y que se estaba redescubriendo.1 Algunos meses antes Pablo Latapí Sarre recibió copias de los informes del embajador francés, Alexis de Gabriac, donde se menciona un Latapi, Pablo Latapí Sarre escribió un interesante relato, “El redescubrimiento de Eugenio Latapi Loustaunau”, que da luz y testimonio de cómo vivió ese momento. 1 L 4 Introducción presuntamente involucrado con un grupo de socialistas franceses que apoyaban a los liberales mexicanos. Ese grupo estaba a punto de ser expulsado del país o detenido. La carta corroboraba el encarcelamiento y revelaba la relación con Juanita y el nacimiento de su primer hijo, Maurice... Los dos documentos se completaban y dieron fascinantes pistas sobre las probables actividades de Eugène en México: la fotografía, la fábrica de vidrio, la relación con su padre, la fundación de su familia en Texcoco. Explotaron así numerosas hipótesis e inició una formidable aventura de investigación. años más tarde los legó a su primera hija, Anne Léonie. Ella los guardó celosamente en un arcón de la casa familiar de Arudy, Vignalet, donde pasaron rudos inviernos. Hasta que al leerlos su nieta Jeanne —verdadera gouvernante de la casa, hija de Arnaud— escogió las cartas que consideró darían la clave para “encontrar a Eugène”, las trascribió y las entregó a cada uno de sus hijos: Marie, Edmond y Géneviève. Las aventuras de Eugène empezaron a ser conocidas; cuentan que en los años 1970 ya se escuchaba en los cafés de Pau el contenido épico y romanesco de su primera carta.2 Pero nada de eso se sabía en México. Creación de un entusiasta equipo ¿Quién había dado en Francia las copias de las cartas a Javier Pérez Siller?, ¿quién las transmitió a Arian Bruneton-Governatori en Pau? La respuesta fue rápida y la sorpresa que recibió Juan Latapí Sarre, en julio del 2001, fue del tamaño del océano: Anne Marie Lataste había dado la copia a Ariane quien la transmitió a Javier. Pero se trataba de una descendiente directa del hermano de Eugène; ¡una sobrina lejana! Lo significativo del hecho es identificar los caminos misteriosos a través de los cuales se filtra la memoria familiar... Eugène mantuvo una correspondencia epistolar con su padre que duró casi veinte años, de 1850 hasta el fallecimiento de Jacques. La tradición en el Valle de Ossau, región natal de los Latapi, mantiene los derechos de primogenitura, por ello los papeles de familia, incluidas las cartas, fueron entregados a su hermano mayor, Joseph, quien Mientras tanto, en los años 1990 un grupo de académicos ligados a la Universidad de Pau y al Archivo del Departamento de los Pirineos Atlánticos (antes Bajos Pirineos), inició un proyecto de investigación inspirado en el trabajo realizado por la Association Mémoire Collective en Béarn.3 Se trataba de recuperar la memoria de los emigrantes berneses hacia América y, aprovechando la derrama de recursos para festejar los “500 años del Descubrimiento de América”, emprendieron una colecta de papeles de familia de los emigrantes. En 1992 publicaron sus primeros resultados: un boletín con testimonios orales y correspondencia, donde se incluyen las cartas de Eugène.4 Pero nada de esto llegó a México... ¿Qué fue lo que unió el azar y las circunstancias para activar el proceso de búsqueda y reconocimiento? Desde 1997 un grupo de historiadores mexicanos se propuso investigar los problemas que plantea la presencia Entrevistas con Edmond Labedan, Anne-Marie y Alain Lataste, Pau, 24 de nov. del 2001, y con Marie Piussant, París, 30 de nov. 2001. 3 Ver: A. Bruneton-Governatori y A. Blázquez, “La voz de la emigración bernesa hacia América latina a través de la correspondencia (siglos XIX y XX)”, en Memorias del Encuentro Internacional Miradas cruzadas: EuropaAmérica latina al alba del tercer milenio, Perú, San Marcos, 2001, pp.471-483. 4 Du Béarn aux Amériques ! Histoire d’émigrants, Bulletin N° 7 de l’Association Mémoire Collective en Béarn, 1992, p. 175-178. 2 Introducción 5 l de franceses en México; las alteraciones que viven los inmigrantes y la sociedad de recepción, vistos como procesos de construcción de sensibilidades.5 Ellos realizan trabajos a nivel nacional, pero también local, grupal y, desde hace poco, biográfico. En el año 2000, Javier, uno de sus miembros, después de asistir al Coloquio Internacional sobre la emigración bernesa hacia América,6 donde Ariane le dio las cartas, continuó sus pesquisas en Barcelonnette —”capital” del antiguo departamento de Bajos Alpes (hoy Alpes de la Alta Provenza)— lugar de origen de numerosos inmigrantes que llegaron a México en el siglo XIX. Al entrevistar a la descendiente de Aimé Gassier, financiero que vivió en México entre 1850 y 1867, tomó algunas diapositivas de sus retratos. Y al llegar a México se percató que una de ellas tenía una mancha en la esquina inferior izquierda. Al acercarse a la pantalla leyó con verdadera sorpresa: “Latapi y Martel, México, 2a calle de Plateros N° 2”. No podía creerlo: ¡se trataba del autor de las cartas! El terreno estaba ya muy abonado: Paulina, Pablo, Juan y Anne Marie, unidos en la fascinación por descubrir sus raíces, habían iniciado el viaje hacia el pasado, buscando indicios, huellas, documentos. Mientras que los universitarios: Ariane, Michel Papy, Jeanne Soust y Javier no podían más que sumarse; saludar la búsqueda, gozar de cada descubrimiento, aprender de un proceso inédito y aportar sus métodos, conocimientos y experiencias en el estudio del tema. Se creó así un entusiasta equipo de trabajo. ¿Investigación globalizada? La nueva tecnología de la comunicación, la Internet, fue el recurso que aceleró el encuentro entre las familias y facilitó la investigación en ambos lados del Atlántico. Mientras Anne Marie buscaba incansable otras huellas en Francia y transcribía perseverante documentos y cartas, los mexicanos descubrían que aún existía la fábrica de vidrio y que Eugène figuraba, belle et bien, entre los pioneros de la fotografía... No es el propósito detenernos en la historia de la investigación, pero sí enumerar sus momentos estelares. El primero fue la noticia del hallazgo de otras 38 cartas de Eugène a su padre y hermano, guardadas en el arcón de Vignalet que Marie, bisnieta primogénita de Anne Léonie y actual propietaria de la casa familiar, generosamente acordó dar a su hermano Edmond para que las transmitiera a los cousins mexicains. La segunda se derivó de la visita a la fábrica de vidrio de Texcoco, donde se consultaron las actas constitutivas y se permitió digitalizar el libro copiador de cartas del albacea de la Testamentaría de Eugène Latapi, ¡una verdadera mina!. En fin, otro golpe de suerte: Anne Marie logró establecer contacto, telefónico primero, luego en entrevista, con los descendientes de Maurice Latapi Rangel, ¡el hijo primogénito de Eugène! Los hallazgos se sucedieron uno tras otro sorprendiendo cada vez a los miembros del improvisado equipo. Después de tres años de búsqueda en diferentes archivos franceses y Bajo el mismo título: México Francia: memoria de una sensibilidad común, siglos XIX-XX se editó el primer volumen en 1998, y, recientemente, salió su segundo libro, 2004. 6 Se trata del Coloquio Internacional sobre la migración bernesa en América, celebrado en la Universidad de Pau, del 29 al 31 de mayo del 2000. 5 L 6 Introducción mexicanos, donde se encontraron huellas que revelaron aspectos de la compleja personalidad de Eugène, se articuló este libro. El lector atento encontrará algunas repeticiones sobre pasajes de la vida de nuestro personaje, necesarias para capítulos redactados por diferentes personas, así como el uso de criterios sobre la ortografía de algunos nombres —Latapí para la familia mexicana, Latapi, sin acento, para la francesa, no hispanizar los nombres propios, ni de lugares franceses— para guardar cierta homogeneidad. También advertimos que las cartas se citan en varias ocasiones y que su catalogación no se encuentra en el libro, pero las hemos incluido en un CD ROM junto a las cartas del Albacea y todas las fotos de familia. Para alegría de los lectores, el libro cuenta con tres discursos que se complementan y muestran aspectos diferentes de la vida de Eugène: el de los capítulos, descriptivo y analítico; el de las imágenes, que tiene una riqueza exepcional; y el de los pies de ilustraciones, donde se profundiza la información sobre aspectos particulares. La iconografía merece una explicación detallada. Fruto de una minuciosa búsqueda, integra litografías, documentos, periódicos, cartas de Eugène y, sobre todo, una colección excepcional de fotos que dan cuenta de las dos generaciones, mexicana y francesa, de la familia de Eugène, de la Odysée Latapi 2001 y de la convención del 2004 de sus descendientes. El conjunto representa un verdadero álbum de familia. El libro incluye, además, tres cronologías en anexo que permiten ubicar la vida de Eugène en el flujo de las historias de Francia y México. ¿Semblanza?, ¿biografía?, ¿historia de vida? Los siete capítulos son piezas de un rompecabezas y cada uno ofrece elementos para ubicar y comprender al personaje. El primero da una visión global del periodo que vivió Eugène, 1824 a 1870, durante el cual se resuelve la confrontación secular entre dos proyectos políticos: el monárquico y el republicano, y con la Intervención y el Imperio de Maximiliano se unen los destinos de México y Francia. Sitúa al lector en lo que era el México de esa época, la importancia numérica de la “colonia francesa”, los sectores donde habían alcanzado influencia y las densas vicisitudes políticas y militares que pasó el país. ¿De qué manera influyó ese contexto en los derroteros y planes de Eugène? Fruto de los empeños de Pablo y Paulina, el capítulo dos ofrece respuestas a esa pregunta. Sigue el itinerario de Eugène desde su infancia hasta la vida en México, pasando por los viajes de negocios a la Guadeloupe y su búsqueda personal en Francia. Detalla, además, las actividades pioneras en la fotografía, así como la dirección y compra de la fábrica de vidrio de Texcoco y sus proyectos empresariales. Y considera su posible pertenencia, aún no probada, a un grupo de socialistas franceses que ayudaron a los liberales mexicanos. En fin, examina aspectos clave de su conducta: la relación con su padre, el peso de una deuda permanente y sus responsabilidades como jefe de una familia que abandona con frecuencia. El capítulo da luz sobre la naturaleza de Eugène y deja incógnitas abiertas para futuras investigaciones. ¿Cuál fue su vida antes de llegar a México? El tercer capítulo, escrito por Michel Papy, es una pieza de historia regional que nos adentra en el fascinante mundo del Valle de Ossau, en la vida de los pueblos de Izeste, donde nació Eugène, y de Arudy, donde trabajó su padre, así como en las causas de la migración hacia América. Examina el oficio de greffier —que ejercieron el abuelo, el padre, el hermano y el sobrino—, así como las tensiones creadas por la industrialización, las formas de propiedad de la tierra y de transmisión de la herencia. Un medio geográfico, histórico, social y jurídico que Introducción 7 l nos ayuda a comprender la cultura y los valores que pesaron en el proyecto de vida del joven bernés y que lo empujaron al “auto exilio” e influyeron, sin duda, en la construcción de su vida en México. En el cuarto capítulo, Ariane se esfuerza por ubicar a Eugène al interior del conjunto de emigrantes berneses hacia América. Compara el estilo y contenido de sus cartas con las de sus paisanos. Le reprocha no ser como los otros y nos descubre la elegancia de estilo en su escritura, la singularidad de los temas, tan ajenos a los relatos sobre el tiempo, el espacio, la comida o la salud tan frecuentes entres los emigrantes. Lo califica de viajero de negocios que conoce el medio y domina las circunstancias e insiste sobre la compleja relación que mantuvo con su padre. Un esfuerzo por clasificar la correspondencia de Eugène que nos acerca a su singularidad. El quinto capítulo llega más lejos. Jeanne Soust dibuja una semblanza del temperamento y la personalidad de Eugène a través del análisis de los cambios de grafía en la correspondencia con su padre. Revela un Eugène minucioso, respetuoso, con principios fir mes y una actividad sostenida; una mente clara, precisa y metódica; un equilibro armónico entre el ideal y lo instintivo. Destaca la firmeza de carácter y el buen humor. Y logra identificar los ritmos en los cambios de su personalidad que confronta con los acontecimientos que vive. Rasgos que contrastan con el ideal proyectado por Eugène cuando se presenta como “héroe romántico, sensible, exaltado, atento al honor y a sus deberes hacia Juanita”. La vida de Juanita y sus hijos después de la muerte de Eugène es el tema del capítulo seis. Basado en el copiador de cartas del albacea que cubre de 1868 a 1875, Juan reconstruye lo que pasó con los hijos mayores, Maurice y Juan, que Eugène había llevado a París: su regreso a L 8 Introducción México, la sorprendente herencia que legó Madame Boudet a Maurice, y nos avanza una noticia sobre los cuatro hijos restantes. Revela, además, la génesis de la fábrica de vidrio, su funcionamiento y el proceso de liquidación, así como los personajes que estuvieron relacionados con el negocio. Evoca así las vicisitudes que enfrentó una joven viuda para sacar adelante a su familia. El relato del encuentro y la reconstrucción del nuevo árbol genealógico, escrito por el inagotable Juan es el último capítulo. Donde nos invita a vivir, momento a momento, las sorpresas de cada descubrimiento y del acercamiento entre las dos familias, pasando por la recepción oficial en la Municipalidad de Oloron, la gran reunión Odisée Latapi 2001, en Lasseube, que culminó con la entrega de las cartas originales de Eugène. Y concluye con un resumen del número de parientes que se conocieron con esta investigación. El conjunto del libro presenta una historia con múltiples aristas que no logra ser una biografía —trabajo por hacer—, pero al integrar las informaciones sobre el contexto y la vida de Eugène y descubrir sus raíces en Francia y México, cumple el propósito de nutrir la memoria familiar. Destinado a la familia, los especialistas podrán seguir un proceso de escritura del pasado, una forma de autoexamen y reconstrucción de la memoria, escrito y animado por los propios familiares. Método novedoso cuyos éxitos y defectos serán juzgados por los lectores. Javier Pérez Siller San Bartolo Ameyalco, agosto del 2004 I. Una época clave de la historia: 1848-1868 Javier Pérez Siller Una época clave en la historia l z El 12 de junio de 1864, en medio de muestras de algarabía y fiesta, llegaron los emperadores Maximiliano y Carlota a la ciudad de México. Las principales calles por donde pasaron engalanaron sus balcones y levantaron arcos triunfales. Uno de ellos se encontraba en la esquina de Plateros y Alcaicería. Era el arco de los Potosinos, hecho de follaje, con trofeos en las pilastras y la estatua de San Luis rey de Francia por remate. Eugène tenía casi diez años de estancia en el país y había visto cinco cambios de régimen, ¿qué actitud tendría ante ese espectáculo que pasaba frente a su casa? L Javier Pérez Siller E l contexto en ambos países El periodo que va de 1848 a 1868 es una época clave de la historia: se define el futuro del modelo de régimen —monarquista o republicano— que dividió la escena política de Occidente durante el siglo XIX. Francia transita de la Segunda República al Segundo Imperio, y de éste a la Tercera República. Mientras que en México, guardando las diferencias, sucede algo similar. Las historias de los dos países corren paralelas hacia ese proceso de maduración política y quedan unidas por la fracasada intervención francesa 1 en México. En la lucha por dar forma a esas direcciones, sus pueblos comparten, sin embargo, sensibilidades políticas comunes y 1 afirman modelos culturales semejantes. Ambas sociedades van hacia el progreso y procuran alcanzar un estadio superior de “civilización”. La revolución de 1848, “la primavera de los pueblos”, se expandió por Europa. Con ella llega a su fin la época que inició con la Restauración y el tratado de Viena, 1815 — que suprimió las conquistas de la Revolución francesa—, y se abre un periodo donde las luchas sociales y políticas buscan más igualdad y mejores condiciones de vida. Como trasfondo las revoluciones materiales: en la industria, los ferrocarriles y los bancos. Y la expansión de las potencias. En ese 48 inicia en Francia la segunda República, cuyo presidente electo fue Luis Napoleón Bonaparte. Al fin Los franceses prefieren calificarla de “Expedición”. Una época clave en la historia l de su mandato, Bonaparte exige continuar en el poder; como no lo logra da un golpe de estado, el famoso 2 de diciembre de 1852; instaura el régimen Imperial que le confiere el título de Napoleón III (calificado por Víctor Hugo como Napoleón “el pequeño”), con un régimen monárquico y hereditario; aplica una política represiva al interior —que provoca el destierro y exilio de miles de republicanos, anarquistas y comunistas—, fomenta el desarrollo económico y la modernización del país, y aplica un expansionismo —para recuperar el poder que tenía antes de la Restauración— que se tradujo en guerras de conquista o intervenciones políticas en los 2 cinco continentes. Con una economía floreciente, hacia 1865 el Imperio se torna “liberal”, más flexible frente a la presión de republicanos y socialistas, pero sucumbe ante la guerra contra los prusianos. Instaurada el 4 de septiembre de 1870, la Tercera República francesa tardará algunos años en consolidarse y durará hasta 1940. Mientras tanto, en el Nuevo Mundo la expansión viene del norte. La separación de Texas, 1836, la invasión de México por Estados Unidos, con la guerra y la pérdida de la mitad de su territorio, 1847-1848, dejó muy debilitado al gobierno centralista. La pujanza de los conservadores que veían en la monarquía y la tutela europea la única vía para gobernar el país y frenar la expansión norteamericana, ganan terreno. En 1849, éstos obtienen la mayoría en las Cámaras y conquistan el Ayuntamiento de la ciudad de México. Ya consolidados, aprovechan un 2 pronunciamiento en Guadalajara, septiembre de 1852, para exigir el cambio de gobierno y de Constitución. Así, una vez más, el general Antonio López de Santa Anna regresa al poder en abril de 1853, establece una dictadura, con un gobierno dirigido por Lucas Alamán, líder del partido conservador, y aplica una política represiva —lleva al exilio a numerosos liberales— e instaura un remedo de “monarquía” que confiere a Santa Anna el título de “Su Alteza Serenísima”. A la muerte del ilustre Alamán, la dictadura se torna militar. En respuesta, a principios de 1854, los liberales proclaman el Plan de Ayutla, al que se adhieren numerosos gobernadores, y logran derribar la dictadura en agosto de 1855. Con el triunfo de la Revolución de Ayutla se cierra un ciclo de la historia mexicana: termina el orden establecido desde la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821; la generación que luchó por la Independencia se va; queda la vía libre para las nuevas generaciones de conservadores, ahora fervientes monarquistas, y de liberales, republicanos convencidos. Así, el periodo que se abre de 1854 a 1867, se caracteriza por una intensa lucha para enraizar un modelo social y político —inspirado en la historia francesa y norteamericana—, construir en el interior una autoridad reconocida en todo el país y conquistar en el exterior el respeto a la soberanía nacional. Este proceso tiene tres fases: la Reforma 1855 a 1857, donde se aplican leyes dirigidas a secularizar la vida social, se llama a un constituyente y termina con el establecimiento En Europa: Crimea, 1854-56; Italia, 1859; Polonia, 1866; Alemania, 1866 y España, 1869. En África: Argelia, 1857; Senegal, 1862, Obok, 1862; y el Canal de Suez, 1869. En Oriente: China 1857-1860, Saigón, 1862; Camboya, 1863; y la Conchinchina, 1867. En el Pacífico, Nueva Caledonia, 1853. Y en América: apoya financieramente a los Confederados del sur, e interviene militarmente en México, 1861-1867. L 12 Javier Pérez Siller Vista aérea del puerto de Veracruz. Desde el Virreinato, el puerto de Veracruz fue la puerta de entrada. Trescientos años mantuvo el monopolio del comercio, por lo que se construyó como ciudad amurallada. En el siglo XIX mantuvo su preponderancia y siguió siendo el lugar donde llegaban los emigrantes. de una nueva Constitución: liberal, republicana y federalista. La guerra de tres años, 1858-1861, que inicia con la reacción militar de los clericales contra la Constitución, se enfrentan dos gobiernos y termina con el triunfo de los juaristas y la separación de la Iglesia y el Estado. Y la tercera etapa, 18611867, donde conservadores y clericales favorecen la intervención francesa y la instalación del efímero Segundo Imperio contra el cual lucharán, con apoyo de los Estados Unidos, los republicanos. Este momento ter mina en drama, con el fusilamiento de Maximiliano en el Cerro de las Campanas; en algarabía, con la entrada triunfal de Juárez a la ciudad de México, el 17 de julio de 1867; en restauración, con el restablecimiento del gobierno y de las instituciones republicanas; y en reconocimiento externo a la soberanía nacional. Momento que los mexicanos de la época no dudaron en calificar de “Segunda Independencia”. La vida de Eugène Latapi en México, 1854-1868, coincide con ese torbellino cuyo vértice y vórtice se dio sin lugar a dudas en la ciudad de México, y sus alrededores, lugares donde se instaló nuestro personaje. I.-Viaje de Veracruz a México. ¿Qué podría percibir un emigrante francés que llegaba a México a fines de 1854?, ¿cómo era la vida entonces? Embarcado en el Havre, Eugène llegó a Veracruz entre la numerosa tripulación del vapor Léontine a fines de noviembre. Al acercarse a las costas del Golfo, como todos los viajeros de su época, se levantó de madrugada para ver con asombro el magnífico Pico de Orizaba, llamado por los nativos Citlaltépet, más alto que cualquiera de las montañas de su querido valle de Ossau o del famoso Mont Blanc. Pocas horas más tarde, entre el revoloteo de los pelícanos, notó la pequeña isla de Sacrificio y más adelante el sólido fuerte de San Juan de Ulúa, justo frente Una época clave en la historia 13 l a los embarcaderos de Veracruz. A lo lejos, percibió una línea recta del muro de la ciudad por encima de la orilla del agua, y visibles sobre ésta, los tejados planos de las casas, las torres y cúpulas de muchas iglesias. “Todo de piedra gris, sólo resaltaban las losas de colores españolas en los techos de las iglesias, y una o dos banderas en el puerto. No se veía ni un 3 fragmento de vegetación”. Una chalupa lo transportó al muelle y, junto a otros tripulantes desembarcó entre numerosos bultos. Caminó entre una multitud de cargadores descalzos, vestidos con pantalón blanco de manta y el dorso cubierto con un cuero de borrego, que llevaban en sus espaldas pesadas pacas de algodón y, rápida y silenciosamente, las depositaban en largas filas frente a la aduana. Todo era calma y algarabía, novedad y déjà vu por su experiencia en la Guadeloupe. La majestuosidad del puerto le impresionó. Como impresionó a su compatriota Ernest de Vigneaux, quien en su relato Viaje a México describe así la sorpresa: Veracruz se ha desarrollado poco, pero reina en ella cierto aire de opulencia que contrasta singularmente con su poca animación. Sus casas son grandes, elegantes, bien alineadas; hay algunas muy ricamente ornamentadas, balcones cubiertos de ligeras galerías cimbradas y sostenidas por graciosas columnitas, gárgolas gigantescas y curiosamente trabajadas. Sus calles son anchas y bien empedradas, generalmente flanqueadas de portales. El cuidado de su limpieza que no deja nada que desear, está sometido a esos buitres negros y zancudos llamados zopilotes […] Por las noches se posan en las cornisas de los edificios de la 3 manera más singular del mundo. Desde las ventanas de la fonda nos complacíamos todas las tardes en verlos colocarse sobre la cúspide de la catedral y en la torre del palacio del gobernador, dos viejos edificios de fisonomía morisca, situados en la plaza mayor. La plaza del muelle no es fea; sobre todo está muy animada, siendo la puerta que abre sobre el muelle la única comunicación con la rada. Este monumento, visto desde el mar, produce cierto efecto en medio de la aduana y la tesorería; parece una especie de arco triunfal, cuyo pórtico principal está flanqueado por cuatro puertas bajas, rectangulares, coronadas de escudos o bajorrelieves, y separadas por pilastras que sostienen el entablamento. Enfrente está la fonda de San Carlos o Gran Sociedad, la principal después de 4 la fonda de las Diligencias. Veracruz, fundada en la región donde Hernán Cortés desembarcó, fue el puerto que guardó el monopolio del comercio con España. Y durante la primera mitad del siglo XIX todavía concentraba cuatro quintas partes del intercambio mercantil. Por su importancia estratégica estaba rodeada por una muralla. Las defensas, como las murallas, los monumentos y la mayor parte de las casas, fueron hechas con piedra madrepórica, llamada de múcara, que existía en las cercanías. Solamente la cortina de San Fernando que se levanta frente a la ciudad para su protección, cuenta de Vigneaux, “es de piedra dura traída de España poco a poco, según se dice, en la época de la construcción del fuerte, por los barcos de comercio, a los cuales imponía el 5 gobierno este gravamen a título de lastre”. El fuerte de San Juan de Ulúa, completa la E. Burnet Tylor, “Anáhuac o México y los mexicanos, antiguos y modernos”, en Cien viajeros en Veracruz. Crónicas y relatos, T.VI, 1856-1874, Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz, 1992, p. 13. 4 E. de Vigneaux, “Viaje a México”, en Cien viajeros en Veracruz. Crónicas y relatos, T.V, 1836-1854, Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz, 1992, p.319-322. 5 E. de Vigneaux, Op. cit., p. 232. L 14 Javier Pérez Siller Una de las primeras vistas aéreas de la ciudad de México, tomada desde un globo en 1855. Dibujo editado en el taller del famoso litógrafo Joseph Decaen. La ciudad contaba apenas con 200 000 habitantes, se dividía en cuarteles y el clima político era muy activo; los liberales iniciaban la discusión para crear las leyes de Reforma. vigilancia y es la llave del puerto, como éste fue la llave de todo el país. Su población, numerosa a fines del siglo XVIII, se había reducido a la mitad, “menos de 6 diez mil almas”. Radicaban muchos comerciantes extranjeros, en su mayoría españoles, franceses e ingleses, numerosos corredores de bolsa, propietarios, y algunos hacendados o dueños de fábricas de textiles. Si bien era necesario arreglar sus asuntos en el puerto, el clima tropical invitaba a los extranjeros y gente adinerada a radicar una temporada del año en ciudades cercanas. Por su contacto con el exterior, los veracruzanos tenían el privilegio de enterarse de las noticias y adelantos antes que el resto del país. Muchos de ellos se inclinaban por el liberalismo y mantuvieron una participación activa y determinante en la política nacional: Santa Anna, Lerdo de Tejada y Payno fueron algunos ejemplos. Como todos los turistas, Eugène se dirigió a la Casa de las Diligencias para pasar la noche. Era “un verdadero palacio”, con un patio en medio rodeado por un andén con columnas de mármol. Desde ahí partían los carruajes 6 Según Juan N. Almonte en 1852, Veracruz tenía 8 228 habitantes, mientras que Antonio García Cubas, la calcula en 9 647 para 1856. Ver: INEGI, Estadísticas históricas de México, México, inah, 1986, T.1, p. 31. Una época clave en la historia 15 l hacia la ciudad de México. “Sus aposentos, están bien pavimentados y muy altos — comenta de Vigneaux—, viéndose en todo una limpieza admirable”. Este viajero, aristócrata bordelés, había sido secretario del famoso y desgraciado conde Gastón Rousset de Boulbon, quien al frente de doscientos mercenarios intentó varias veces apoderarse de Guaymas y proclamar la República de Sonora, pero fue derrotado y fusilado, ese mismo año de 1854, por el general José María Yánez. Una historia más de filibusteros e invasores que seguramente se comentaba con lujo de detalles en ese tiempo entre los numerosos turistas del hotel. Durante la espera, Eugène aprovechó para ver los más notables edificios del puerto: la aduana, la comisaría, la tesorería, el teatro, el mercado y el muelle. Y se enteró de que contaba con una línea de telégrafo, instalada en 1851, que lo podía comunicar a México, así como de un pequeño tramo de ferrocarril de veinte kilómetros. Por la noche se sorprendió con la iluminación de gas que le permitió admirar algunas iglesias maltratadas, constatar el estado desastroso de los conventos —el dominico, el franciscano, el agustino y el mercedario— y ver con sorpresa la solidez de varios hospitales, como el del ex convento de Belem, convertido en uno de los mejores lazaretos del país. Desde los años 1830, dos médicos franceses, Chavert y Castagné, habían sido encargados por Santa Anna de estudiar y combatir el vómito negro y la fiebre amarilla que, en la estación cálida, diezmaban la 7 población cada año. Esta circunstancia y las continuas guerras que asolaban al puerto, 7 fueron el origen de la crisis demográfica, y hacía que los miembros de la clase adinerada pasaran una temporada en ciudades más clementes como Jalapa, Orizaba o Córdoba. Y aunque la plaga era más peligrosa de junio a octubre, cuando Veracr uz merecía el sobrenombre de ciudad de los muertos, no era muy recomendable para los extranjeros detenerse mucho tiempo en ese lugar. Las diligencias salían todos los días hacia México, excepto los domingos. Los viajeros debían pagar 35 pesos con 4 reales por un asiento que les servía de refugio durante los tres días y medio que duraba el trayecto. A las cuatro de la tarde, movida por ocho caballos, la diligencia salía de Veracruz, y sin detenerse en ninguna parte más que para cambiar monturas, llegaba a Jalapa al día siguiente, a las siete de la mañana. Allí almorzaban los viajeros, y a las diez continuaban el viaje rumbo a Perote, donde llegaban entre las cinco o seis de la tarde para pernoctar. Al día siguiente, a las cuatro de la mañana, continuaba la diligencia a Puebla, para llegar a las cuatro de la tarde, no sin antes haber almorzado en el pueblo de Nopalucan. En Puebla se dormía, y el día siguiente a las cuatro de la mañana partían nuevamente para almorzar en Río Frío a las diez y media, y llegar a las cuatro de la tarde a la ciudad de México. Los viajeros aprovechaban el trayecto para recibir noticias sobre los lugares por donde pasaban. Se enteraban que, por la exuberante vegetación favorecida por su clima, Jalapa era calificada de “pedazo de cielo bajado a la tierra”. Un turista inglés decía que ahí “la naturaleza, madre de todos los arquitectos, ha concebido todos sus modelos de árboles más Sobre estos médicos ver J.Ch. Demard, Une colonie française au Mexique, 1833-1926. Río Nautla. Etapes d’une intégration, Langres, Dominique Guéniot, éditeur, 2000. L 16 Javier Pérez Siller En el Zócalo de la ciudad de México están representados todos los poderes: religioso, en la catedral y el arzobispado; político, en el palacio nacional y el del ayuntamiento; económico en los establecimientos comerciales instalados en los portales de las flores, diputación, mercaderes y las calles aledañas; y popular, con la masiva presencia de personajes representativos de la diversidad étnica y cultural del país. 8 exquisitos”. Al pasar por Perote admiraron la montaña de pórfido basáltico, de más de 4 mil metros, coronada con una roca cortada por la naturaleza en forma de cofre. Y visitaron el castillo; un basto paralelogramo flanqueado por cuatro bastiones y ceñido por un foso, situado en medio de una llanura. En su capilla se guardaban las cenizas del emperador José de Iturbide, fusilado el 19 de julio de 1824, a 9 su regreso del exilio. La impresión fue más honda al llegar a Puebla: ciudad que disputa el segundo puesto con Guadalajara. Al llegar, los pasajeros ven numerosas cúpulas o campanarios de iglesias y conventos que dominan majestuosamente las azoteas. Sus calles son anchas, rectas, limpias, cuidadosamente empedradas con guijarros redondos, dispuestos simétricamente y flanqueadas de buenas aceras. Las casas son altas y bien construidas; muchas fachadas, así como habitaciones particulares, y monumentos públicos o religiosos, están adornadas con azulejos. Ciudad industriosa, en ella se fabrican objetos de barro, de cristal, de cerámica, así como jabón y, sobre todo, textiles: hilos, telas, mantas y estampados confeccionados con máquinas movidas por la 10 fuerza hidráulica, las más modernas del país. Su población era de setenta mil 11 habitantes. Existían numerosas órdenes religiosas, archicofradías y cofradías como la de artesanos, orfebres y sastres, y una nutrida clase acomodada, formada por activos comerciantes, hacendados, clérigos y militares, muchos de ellos muy cultos, ya que, desde la colonia, se caracterizó por sus excelentes centros de educación. Por sus tendencias políticas, las familias ricas se parecían a las de los países europeos: católicas, de ideas avanzadas, algunos militaban por las ideas conservadoras, otros por las liberales, incluso pertenecían al clero o tenían algunos hijos en el ejército o en el convento. La fama de Esteban de Antuñano era conocida por todos los extranjeros. Nativo de Veracruz, hijo de un comerciante español, estableció en Puebla una tienda de telas, fundó la fábrica más moderna de México: La Constancia, y el primer banco de Avío para financiar a la industria. Tenía varias haciendas y, no obstante 8 R. A. Wilson, “México y su religión, con incidentes del viaje por ese país durante parte de los años 18511854”, en Cien viajeros en Veracruz. Crónicas y relatos, T.V, 1836-1854, Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz, 1992, p. p.300. 9 E. Vigneaux, Op. cit., p. 314. 10 E. de Vigneaux, Op. cit., p. 312. 11 INEGI, Op. cit., p. 30. Una época clave en la historia 17 l sus relaciones con el líder conservador Lucas Alamán, con quien compartió su celo por crear una industria, se inclinó por el 12 liberalismo. Sin embargo, numerosas fueron en Puebla las familias acomodadas que apoyaron a la Iglesia y que le heredaron cuantiosas fortunas. Por ello a la ciudad se le 13 calificaba de “la Roma mexicana”. Corrían proverbiales las historias de asaltos a las diligencias al pasar por Río Frío. Los extranjeros eran bajados a punta de pistola, los curas y mujeres maltratados; saqueadas sus pertenencias y, en algunas ocasiones, hasta despojados de sus vestiduras. Si al bandido le gustaban las botas, exigía que se las entregaran. Cuentan que mientras estaban desvalijando los baúles de una diligencia, un artista francés se puso a dibujar a los miembros de la banda. Advertido, el cabecilla le arrancó los dibujos y al verlos, en lugar de reprenderlo, le pregunto con buenos modales cuánto le costaría uno de tamaño entero... la respuesta fue: dejar pasar la diligencia sin pérdidas. Negocio concluido, todos partieron alegres. La ciudad de los Palacios Los viajeros y escritores de la época describen la entrada a la ciudad de México de manera apoteótica. Dejemos que uno de ellos, el arqueólogo y fotógrafo francés, Désiré de Charnay, nos guíe a su llegada en 1857: Al abandonar Río Frío, pasaje culminante de la cadena que separa Puebla de México, el viajero no ve sin aprehensión la diligencia lanzarse a triple galope por la terrible pendiente que lleva a la gran meseta del 12 Anáhuac. En medio de terribles sacudidas, lanzados de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás, los desdichados pasajeros atraviesan estos peligrosos desfiladeros gracias a prodigios de equilibrio, á la protección muy especial de la Providencia y terminan deshechos, molidos, listos para entregar el alma. Pero el primer claro entre los pinos indemniza ampliamente al turista de los sufrimientos pasados. Desde ahí, los ojos dominan todo el valle y éste es, les aseguro, un magnífico espectáculo. A la izquierda en segundo plano, por encima de los pinos de la montaña, el Iztlaccíhuatl deslumbra con el resplandor de su reverberación; el pico se haya por lo menos a cuatro leguas y sin embargo, parece, gracias á la pureza de la atmósfera, que podría tocarse con la mano. Más lejos, en el mismo lado el Popocatepetl, la cima más alta de México […] Más abajo se ve Chalco, contemplándose bajo el sol en las aguas de su laguna; á nuestros pies, Córdoba, Buena Vista y Ayotla. El Peñón, la gran calzada que separa la laguna de Ayotla del lago de Texcoco. En fin, después la reina de las colonias españolas: la ciudad de México, cuyas murallas brillan al sol y cuyas cúpulas centellean. Arriba, la mirada se pierde en los ribazos donde se extienden San Agustín, San Ángel y Tacubaya; un poco á la derecha, el velo de Nuestra Señora de Guadalupe se desprende del fondo negro de la montaña y, atravesando el lago, la sombra de la gran Texcoco nos arranca la última mirada. Por todos lados hay pueblos, villas, lagunas; un panorama espléndido, un reflejo increíble, una riqueza de líneas inaudita. Sobre todo, un sol brillante desparrama profundos tintes que harían desesperar a un pintor. En una palabra, se trata de una avalancha de colores que deslumbran los ojos y alegran el alma; agreguen á esto que estamos por 14 llegar. J. Bazant, Los bienes de la Iglesia en México. 1856-1875, México, Col-Mex, 1971, p.47. Según J. Bazant, en Puebla la Iglesia poseía la mitad de todos los bienes raíces. Op. cit., p. 50. 14 D. de Charney, Ciudades y ruinas americanas, México, CONCACULTA, 1994, p.50-51. 13 L 18 Javier Pérez Siller Fatigados por tres días de ruta, los viajeros llegan por detrás del zócalo de la ciudad, dan vuelta frente a palacio, cruzan el atrio de la catedral hacia el poniente y el carruaje se interna por la calle de Plateros (hoy Madero), para dar otra vuelta al sur en Coliseo (Isabel la Católica) y depositar a los pasajeros en el majestuoso Hotel Iturbide, propiedad de Manuel Escandón, promotor de la compañía de las Diligencias Generales. La carroza se interna en la casa de las Diligencias (16 de Septiembre y Gante), a un costado de la inmensa propiedad del convento de San Francisco. En ese año, la ciudad tenía 200 000 habitantes en el casco viejo, 250 000 con todos 15 los alrededores. Un Manual de viajero de 1857 nos dice que “se divide en 8 cuarteles mayores, 32 menores, 245 manzanas, 304 calles, 140 callejones, 12 puentes, 90 plazas y plazuelas, 12 barrios y cuenta con 4 100 casas 16 de piedra”. A principios de los años 1850 se hicieron muchos trabajos: se introdujo el agua entubada a lo largo del acueducto de San Cosme; se reconstruyeron los mercados de Iturbide y de Villamil; se inauguró el de Santa Catarina. También se embelleció el Palacio Nacional con balcones de bronce, en sustitución de los de hierro. En fin, a pesar de que ya había muerto su iniciador, el señor de la Granja, en 1854 la red de telégrafos ya conectaba la capital con Guanajuato, Querétaro, Celaya e Irapuato e iniciaba la conexión con Morelia. Calle de Roldan. En el siglo XIX la ciudad de México seguía siendo lacustre. Existían numerosos canales por donde transitaban canoas que traían las mercancías hasta el centro. Algunas convertidas en puestos de verduras y flores traídas desde Xochimilco o Texcoco. Uno de esos canales, bautizado acequia real (hoy calle 20 de Nov.) se adentraba en la ciudad y terminaba 20 metros antes del zócalo. México se ganó el calificativo de Ciudad de los Palacios por los numerosos y ostentosos edificios civiles y religiosos que se encuentran en su casco principal. Entre ellos destacan numerosas iglesias, conventos, seminarios, escuelas, etc. Muchos construidos durante los siglos XVI, XVII y XVIII, y pertenecientes a órdenes religiosas que se establecieron durante el virreinato. Entre ellas destacan la de los Franciscanos (1524), los Dominicos (1526), los Agustinos (1579), los Dieguinos (1579), los Carmelitas (1585), los Mercenarios (1593) y la Compañía de Jesús que, expulsada varias veces, fue restablecida por Santa Anna el 19 de septiembre de 1853, un año antes de la llegada de Eugène. También había numerosas congregaciones como la de San Vicente de Paul, establecida en 1844 y la de San Felipe 15 En 1852, Juan N. Almonte la calcula en 170 000, para 1856, Miguel Lerdo de Tejada da la cifra de 185 000, Mientras que Antonio García Cubas la pone en 200 000, para 1857 y 1862. En 1869, da una cifra de 230 000. Ver: INEGI, Op. Cit., T.1, p. 24. 16 Marcos Arróniz, Manual del viajero en México, París, Librería Rosa y Bouret, 1858, edición facsimilar, México, Instituto Mora, 1991, pp. 40-41 Una época clave en la historia 19 l Neri (1697). Además de veintidós conventos de religiosas, entre ellos los de las clarisas, de Santa Isabel, de Corpus Christi, de San Juan de la Penitencia, de Santa Catalina, las Hermanas de la Caridad, entre otros. Así, del mismo modo que las órdenes religiosas competían en la riqueza y monumentalidad de sus templos, conventos, colegios y monasterios, los prósperos mineros, los comerciantes ricos y los nobles de la incipiente aristocracia criolla o mestiza hacían lo mismo con sus mansiones y palacios. La traza urbana era también digna de una gran metrópoli que desafiaba su realidad lacustre. El manual citado describe: El aspecto que presenta la ciudad es hermoso […] Sus calles tan rectas que se descubren en muchas de ellas allá muy lejos los árboles del campo y las montañas del anchuroso valle; á los lados del transeúnte casas hermosas de arquitectura sólida y pintadas de colores muy claros, que por órdenes gubernativas tienen obligación sus dueños de renovar á menudo. Describe además algunos personajes que poblaban las calles, plazas y plazuelas: Las elegantes señoritas mejicanas que por la mañana salen á cumplir con sus devociones á los templos, y cuyo breve pié se mueve con gracia; y muchas van volviendo á renovar el uso de la graciosa mantilla que les da al mismo tiempo un aspecto grave y recogido. Los grupos de indios vendedores con sus trajes de lana azul; los aguadores con el suyo propio original; los rancheros con arreos de campo y sus caballos que lucen la montura mejicana que tiene alguna semejanza con la árabe; todo contribuye a dar un aspecto de grata novedad. 17 Y se detiene en una de las más lujosas calles del centro: En la calle de Plateros se hallan los cajones o tiendas de objetos de más lujo y de las últimas modas francesas, ostentándose en hermosos aparadores de cristales para tentar el apetito de las elegantes damas. Allí también lucen su habilidad en escogidas muestras las hábiles modistas francesas en tiendas notables por el buen gusto. Las peluquerías despliegan en la misma calle sus pomos abrillantados de esencias y pomadas y todas las curiosidades propias del tocador, y también pertenecen a franceses. A cada rato cruzan por allí elegantes y estrepitosos carruajes en que graciosamente reclinadas muestran sus encantos nuestras bellas paisanas, pero se pierden rápidamente como las ilusiones desvanecidas, de esperanza y amor; en México es tan necesario un coche a la aristocracia como en 17 Venecia una góndola. El trazo de la calle de Plateros, que continúa con el nombre de San Francisco (actual Madero), la hace atravesar la ciudad en línea recta de oriente a poniente; fue el eje que unía el Palacio Nacional con la Alameda y, para 1864, con el Castillo de Chapultepec, residencia imperial. Esa calle fue al mismo tiempo centro urbano del poder, símbolo de la opulencia económica y de modernidad cultural. En ella Eugène instaló sus estudios de fotografía durante varios años. Al inicio de la calle se encuentra el famoso Palacio de Romero de Terreros, conocido como Monte de Piedad. Frente a su estudio también se encontraba el Hospital del Espíritu Santo y, a un costado, sobre la calle del mismo nombre (hoy Isabel la Católica), la iglesia del Marcos Arróniz, Manual del viajero en México, París, Librería Rosa y Bouret, 1858, pp. 40-41 L 20 Javier Pérez Siller Mercado de Iturbide. La vida del México profundo se agita en los mercados. Desde su llegada al poder en 1853, Santa Anna inició un programa de obras públicas que incluyó la pavimentación de calles, renovación y creación de mercados. Eugène debió haber visitado alguno de ellos, como este de Iturbide, y admirado la variedad de productos que ahí se exponían a la venta. Espíritu Santo. Ambas fueron fundadas por los Hermanos Hospitalarios, o de San Hipólito. Orden que fue suprimida en 1820. Entonces, el edifico se destinó a una escuela primaria, bajo la dirección de Luis Octaviano Chousel, y luego la ocupó la excelente imprenta 18 de Vicente García Torres. En 1853, por decreto del 6 de julio, el general Santa Anna confiscó esa propiedad y la entregó a los padres de la misión de San Vicente de Paul, de origen galo. Por un tiempo, la iglesia se convirtió en centro de oración para muchos inmigrantes franceses. A un costado, en la esquina con Espíritu Santo (actual Isabel la Católica) se encuentra el Palacio de los Condes de Miravalle. A principios de los años 1840, en esa casa se instaló el Ateneo Literario, asociación fundada por don Ángel Calderón de la Barca, primer ministro plenipotenciario de España después de la Independencia. Su esposa, Fany, animaba las reuniones a las que asistían Juan N. Almonte, Andrés Quintana Roo, y muchos otros. Fany Calderón de la Barca fue cronistas 19 de esa época. Entre los mercados y tianguis que los extranjeros visitaban, destaca el de El Volador, renovado en 1853. Todos asistían para comprar víveres, conocer las frutas coloridas, las extrañas verduras, los insectos comestibles, la variedad de flores y frutas. Pero iban sobre todo para admirar el gigantesco mástil de más de 25 metros de altura, en el que se subían cinco indígenas, ricamente ataviados, para alcanzar una diminuta cruz, clavada en su punta, acomodarse en cada extremo y saltar al vacío, al ritmo de la flauta y un tambor, amarrados de una cuerda que se desenredaba y los depositaba boca abajo en el suelo, sin desnucarse. Como hombre letrado, Eugène no se privó de conocer las escuelas y colegios que había en la ciudad. Visitó el colegio de San Ildefonso, el de San Juan de Letrán, admiró el de Minería, la famosa casa de los Mascarones o de Nilpantongo, así como la Escuela de Medicina, en Santo Domingo, y la Academia Nacional de San Carlos donde se realizaban exposiciones anuales de pintura, escultura y grabado. Como fotógrafo y pintor, Eugène apreció el trabajo que Pelegrín Clavé y el maestro de grabado Jaime Baygally realizaban en la Academia. Seguramente vio algunas de sus obras en la Séptima Muestra, inaugurada en enero de 1855, donde se presentaron, por 18 Algunas viñetas y tipos que utilizamos en este libro fueron copiados del catálogo que usó García Torres en esa época. 19 La Marquesa Calderón de la Barca (Frances Erskine Inglis) mantuvo una correspondencia muy nutrida con su familia, de la que editó un libro: Life in Mexico, del que se han inspirado muchos autores. Una época clave en la historia 21 l segunda vez, los trabajos de grabado: una novedad en México. En ella había muchas obras de artistas franceses, entre los grabados en dulce, “La educación maternal”, de De la Roche, artista de l’École des Beaux Arts de París que presentó, además, grabados en lámina donde están “simbolizadas, dice un crítico en un artículo periodístico aparecido en enero de 1855, las diferentes épocas del arte: la griega, la romana, la gótica y la del renacimiento; y los hermosos grupos de personajes históricos”. Entre los paisajes destacó “El brillante golfo de Nápoles”, del artista francés M. Lapite, así como un cuadro de doña Paz Cervantes que es una vista del Molino de Flores, hermosa posesión de su 20 familia que se encuentra cerca de Texcoco. Tampoco debía desconocer el Museo Nacional, ubicado en el primer piso de la Universidad, a un lado de Palacio. Desde 1854 los objetos que se presentaban —de historia natural y antigua: cuadros de figuras jeroglíficas sobre la emigración de los aztecas; manuscritos en papel de maguey; armas, utensilios, objetos para el culto, ídolos, joyas, adornos, etc.- habían sido remodelados por el conservador José Fernando Ramírez, quien les dio un “verdadero y científico arreglo”. El corazón de la metrópoli Imaginemos un recorrido de Eugène hacia las oficinas de correos para enviar una carta a su padre Jacques. Acostumbrado al ruido de los caballos, del rodar de los coches y del crujido de los carros, del caminar de los paseantes y curiosos que transitan numerosos por la calle de Plateros en dirección a Palacio o a la 20 Alameda, en el zócalo lo invaden los ruidos de los vendedores ambulantes que gritan a todo pulmón y con timbre destemplado, sus mercaderías y los frutos de todas las estaciones. Desde el alba hasta el anochecer en ese lugar se oye el estruendo de mil voces discordantes de personajes vestidos con trajes tradicionales y multicolores que los distinguen unos de otros. Temprano se escucha a los carboneros: Carbosiú (carbón, señor), a las indias que vienen de los establos, mantequía... mantequía de a rial y dia medio...; los carniceros, ¡Cecina buena! ¡Hay sebooooooooo!!! A las indias que intercambian, Tejocotes por venas de chile!!... tequezquite por pan durooo!!! Al pasar por la puerta de catedral un pordiosero con voz mortificante grita blasfemias, mientras un ciego parafrasea una canción por un pedazo de pan. En las esquinas de catedral, señoras gordas de reboso ofrecen: ¿Gordiiitas de horno calieeentes,? Y a un lado se encuentran los poblanos que traen sus manufacturas, Petates de la Pueeeebla!.... jabón de la Pueeeeeebla!, mientras que los indios de Xochimilco les compiten: Petates de cinco vaaaras! Petates de a media y tlaco! Al doblar la calle de Seminario le sorprende una india que le rasga los oídos cuando anuncia: Melcuiiiii! (melcocha), y el quesero que con la fuerza de su gaznate publica: Requesooon y melado buenooo!... requesón y queso frescooo! Casi por alcanzar el Palacio, el meloso clamoreo del dulcero, que según su nomenclatura particular ofrece a dos palaquetaaas!... a dos condumiooos... caramelos de espelma... bocadillo de coco... Y, en la calle de Moneda, al llegar a las oficinas de correos, entonces administrada por Guillermo Prieto, se topa con la trémula y aguardentosa El Universal, México, enero de 1855, en I. Rodríguez Prampolini, La crítica de arte en México en el siglo México, UNAM, 1997, T.1, pp. 378-410. L 22 Javier Pérez Siller XIX, voz de un portador de fortuna que le ofrece hasta por medio real el último billete que me ha quedado para esta tarde... La ciudad con sus ruidos, la ciudad con sus olores, la ciudad con sus colores, la ciudad con sus personajes o tipos mexicanos que fueron verdaderas atracciones para los visitantes. Entre ellos tenemos: el aguador, el charro, el indio, el jaulero, el panadero, la frutera, el cargador, el pollero, el aguador, el velero; los diferentes vendedores: de petates, cabeza de horno, fruta, comida, carbón; así como los policías, el sereno, la china, el ranchero y los vendedores de café que se establecen en los arcos del portal de las Flores o de Diputación. Sin faltar las numerosas religiosas que pasan con hábitos y cofias distintivas de cada orden, así como los párrocos, curas, frailes, seminaristas y monaguillos vestidos impecables. Durante el siglo XIX, las imágenes de estos personajes fueron reproducidas en figurillas de barro para los turistas, así como en grabados y en litografías. Ya en 1860 algunos fotógrafos las retomaron a profusión 21 en las novedosas cartas de visita. Esa heterogeneidad de personajes, a la que se agrega la variedad de etnias indígenas que existían en esa época y pululaban en la metrópoli, fue vista por algunos viajeros y literatos de la época de manera más estructurada. Es el caso del viajero y novelista francés Lucien Biart, quien señala: El ojo menos avezado habría distinguido, entre los transeúntes, las tres clases en que tan marcadamente se divide la nación mexicana: las gentes decentes, Para ningún extranjero pasaba desapercibida la composición multiétnica de la sociedad mexicana. Algunos artistas la expresaron en dibujos y figurillas de barro donde representaban los tipos y trajes más llamativos que calificaron de “mexicanos”. Desde fines de los años 1850 los fotógrafos también los incluyeron en sus temas. Destacan las tarjetas de visita realizadas por Antioco Cruces y Luis Campa. vestidas á la francesa, bastón en mano, calzados y enguantados como lechuguinos parisienses; los artesanos, de chaqueta, sombreros de anchas alas y envueltos en mantas de abigarrado aspecto, y, finalmente, los indios y los mestizos, en calzones, sin camisa ni zapatos, envueltos en jirones de tela 22 horriblemente sucios. Por los mismos años 1850 otro observador, de origen vasco español, Niceto de Zamacois, también articuló la sociedad en grupos o clases según su trabajo y los comparó con los españoles, lo cual resulta ilustrativo: Los indios: corresponden a lo que en España son los leñadores, carboneros, pastores y peones ínfimos en labranza. Son gente tosca y sin instrucción [...] los léperos: 21 Al respecto ver: ¡Las once y serenooo! Tipos mexicanos. siglo XIX, México, FCE, 1994. Lucien Biart, La tierra templada. Escenas de la vida mexicana, 1846-1855, citado por J.E. Covarrubias, Visión extranjera de México, 1840-1867, México, UNAM/MORA, 1998, p.134. 22 Una época clave en la historia 23 l equivalen á los gitanos de otros países [...] la clase artesana: á la altura de la correspondiente europea en cuanto á su ilustración. Clase de los rancheros o labradores: gente robusta, honrada, digna y patriota. La alta o “fina”: sociedad muy educada, excelente en su 23 trato”. La heterogeneidad de la sociedad a la que llegó Eugène era tan amplia, que podemos preguntarnos sobre el medio social en el que se insertó. Y al conocer su origen, su cultura y su idioma, inferir que, al menos en los primeros meses, se relacionó con sus compatriotas, miembros de lo que entonces se denominó “la colonia francesa”. II. El paisaje de franceses en México Aunque gozaba de gran prestigio y algunos de sus miembros habían logrado colocarse en sitios estratégicos, la “colonia francesa” nunca fue numerosa. A fines del Virreinato contaba tan sólo con 800 miembros, pero ya para 1830 su número se había multiplicado y alcanzaba los 6 mil; llegó entonces a ser la primera minoría extranjera del país; los españoles habían sido excluidos de la administración 23 pública, perseguidos y expulsados, por su complicidad con los intentos de España por 24 recuperar su antigua colonia. En el decenio siguiente las cosas cambiaron: la famosa “Guerra de los pasteles” 1838-1839 y las expulsiones de que fueron objeto, provocaron la disminución de galos. Un Registre de la population française levantado por la Legación en 1849 indica que residían en la 25 república 1775 jefes de familia. Desde entonces hasta 1860 su número se estabilizó en 3 mil individuos. Esas cifras son, sin embargo, conservadoras; sólo incluyen a los que fueron reconocidos oficialmente, ya sea porque se inscribieron en la legación —para obtener protección de las autoridades francesas— o tramitaron su carta de seguridad en las oficinas mexicanas, y dista mucho de cubrir la totalidad de galos que radicaba en el país y que se puede calcular en el doble o triple: 26 de seis a ocho mil miembros. No obstante, en 1855, el ministro de Francia en México avanzó la cifra de 12 mil a 15 mil, que resulta 27 exagerada. En todo caso, después de la española, la “colonia francesa” era la minoría 28 extranjera más numerosa. N. De Zamacois, Historia de México, citado por J.E. Covarrubias, Op. cit., p. 149. En la década de 1820 el gobierno español, unido a la Santa Alianza, trató de recuperar las colonias y no reconoció la independencia hasta 1836. Ese clima provocó una reacción en los gobiernos nacionales que primero limitaron a los españoles el derecho a trabajar en puestos públicos, confiscaron sus bienes y terminaron por emitir los decretos de expulsión. 25 J. Pérez Siller (Ed.), Registre des Français au Mexique au 31 avril 1849, Puebla, ICSyH, 2003. 26 En un informe al ministro francés de Relaciones exteriores, el embajador en México, André Levasseur, indica que la cifra de 1737 franceses registrados en la legación en 1849 “no es, a mi parecer, ni la mitad del número de nuestros nacionales que habitan el país”. Ver la introducción al Registre des Français au Mexique au 31 avril 1849, Puebla, ICSyH, 2003, p. 15. 27 J. Covo, “Un grand jounaliste français au Mexique au XIXE siècle: René Masson et Le Trait d’Union”, en Caravelle, Cahiers du Monde Hispanique et Luso-brésilien, Toulouse, Université de Toulouse-le-Mirail, No. 78, 2002, p. 109. 28 Según algunas fuentes en 1855 vivían en el país: 5 141 españoles, 2 048 franceses, 615 ingleses, 581 alemanes, 444 norteamericanos y otros sin definir. Lo que nos da una idea de su importancia entre los inmigrantes de otras nacionalidades. 24 L 24 Javier Pérez Siller La actividad comercial de la ciudad se concentraba en el zócalo y sus calles aledañas. Desde 1830, algunos franceses establecieron en los portales sus cajones de ropa que, en los años 1850, se transformaron en tiendas. A ellos acudía lo más granado de la sociedad. Con base en el Registre... citado se puede hacer una radiografía socio-geográfica de los miembros de la colonia francesa, unos años antes de la llegada de Eugène a México, que comprende: origen, profesión, estado civil, número de hijos y lugar de residencia. En cuanto al origen, esa fuente indica que si llegan provenientes de todo el hexágono, la mayoría es nativa de tres polos: la Haute Saône y la Côte d’Or, 5%; París y sus regiones aledañas, 12%; y la región del sudoeste que comprende los Pirineos Atlánticos, los Altos Pirineos y la 29 Gironde, 29%. Es a este último grupo al que pertenece Eugène, lo que lo hace “representante” de la minoría gala más importante en el México de mediados del siglo XIX. Otro dato significativo es la distribución de sus compatriotas en el territorio mexicano. De acuerdo con el Registre... se asentaron principalmente en los puertos —Veracruz, 18%; Tampico, 8%; Mazatlán, 4%—, en la ciudades mineras —Zacatecas, 4%; Guanajuato, 2%; Chihuahua, 1%—, comerciales o fabriles —Puebla, 4%; Guadalajara, 4%; San Luis Potosí, 1%. Y, además de los colonos que fundaron Jicaltepec, 8%, al norte de Veracruz, un buen número decidió vivir en la metrópoli mexicana, donde se concentró más de un 30 tercio, 36%. En este sentido Eugène también sigue la gran tendencia. Los móviles de la inmigración de franceses hacia México son muy variados y responden a motivos demográficos, económicos, culturales, de coyuntura política, familiares y de relaciones. Es cierto que el siglo XIX se caracteriza por un formidable flujo de hombres, mercancías, capitales y modelos europeos hacia el Nuevo Mundo que se aceleró con las revoluciones de 1848 y los efectos de la industrialización. Para los franceses otro factor importante fue la represión que siguió al golpe de estado de Louis Napoleón, 1851, que significó expulsión y exilio para numerosos liberales, republicanos y socialistas. También los sueños de abandonar la pobreza individual o colectiva, para encontrar una tierra nueva donde “construir un futuro mejor” fue un elemento movilizador. ¡Venid y multiplicaos! La inmigración fue favorecida por una política muy ventajosa. Al igual que los demás gobiernos del Nuevo Mundo, en México se veía la inmigración como un medio para poblar el territorio, explotar sus riquezas y elevar la cultura de los indígenas, considerados 29 Los famosos Barcelonnettes, que para fines del porfiriato fueron la minoría más importante, en esta primera mitad del siglo XIX no llegan ni a 3%. 30 Ibid, p14. Una época clave en la historia 25 l como un obstáculo para el progreso y la civilización. Inspirados en esas ideas, los gobernantes diseñaron una política de “colonización” muy liberal que se fue restringiendo con los traumas vividos por la separación de Texas, 1836, y la guerra con Estados Unidos, 1847-48. Lucas Alamán sacó las lecciones de la historia y propuso que los colonos que desearan vivir en México no podían aspirar a la propiedad, ni instalarse cerca de las costas y fronteras, y añadió el requisito de “que profesen la religión católica, que tengan un oficio útil y que contribuyan a 31 mejorar la población”. La Ley General de Colonización, decretada el 16 de febrero de 1854 por el gobierno del general Antonio López de Santa Anna integró esas orientaciones. En ella se ofrecían ayudas a los grupos de colonos que desearan instalarse en el país: terrenos, auxilios pecuniarios para el viaje y hasta se nombró a un agente general de colonización en Europa, al que se le entregó cincuenta mil pesos para 32 enganchar familias de colonos. La citada ley estableció, además, la exigencia de inscribirse en las oficinas de la Secretaría de Relaciones Interiores y Exteriores para obtener una “carta de seguridad”. Trámite que fue obligatorio y que los extranjeros residentes en el país deberían cubrir para diciembre de 1854 (se 31 dio una prórroga hasta marzo de 1855), fecha en la que llegó Eugène a México. Acostumbrado a las normas, no le resultó difícil cumplir con esa formalidad. Y tal vez utilizó la vía que un periódico de la ciudad de México sugería en un anuncio, en francés, que apareció desde el 20 de diciembre de 1854 hasta febrero del año siguiente: El que suscribe suplica a los señores extranjeros que deseen encargarle el trámite de sus cartas de seguridad para el año 1855, que dejen sus nombres y direcciones en el depósito de vidrio de los señores Ollin y Cía, en la Primera calle de 33 San Francisco No 15. Firmaba un tal A. Dufour; posiblemente se trataba de Marie Auguste Dufour, un tapicero parisino que llevaba tiempo en México, tenía una familia de 5 hijos, estaba relacionado con un grupo de fabricantes de vidrio de Texcoco y hábilmente buscaba cualquier medio para salir adelante. En ese mismo periódico encontramos otro anuncio de M. Boyer que propone los mismos servicios en la calle de Zuleta (Carranza y Bolívar). El costo del trámite era de 4 pesos, ¡por lo elevado de los impuestos!, más los servicios del trámite. Ver el resumen de la política migratoria que hace el libro de Dieter George Berninger, La inmigración en México (1821-1857), México, SepSetentas, 1974. 32 En esa tónica, es importante señalar —para relacionarlo con las hipótesis sostenidas en el capítulo II— que por decreto del 31 de julio de 1856, Ignacio Comonfort estableció un contrato con el coronel italiano, Luis Massi, para traer hasta doscientos colonos de los estados Sardos —territorios controlados por los republicanos de Garibaldi— que fueron instalados cerca de Papantla, Veracruz. Una noche, los italianos desertaron hacia las grandes ciudades y algunos fundaron, no lejos del primer asentamiento, una pequeñísima colonia que llamaron Villa Luisa Salvador Quevedo y Zubieta, Manuel González y su gobierno en México.. Anticipo a la historia típica de un residente mexicano. Madrid, Espasa-Calpe, 1928, p. 182. 33 Le soussigé pris MM les étrangers qui voudront bien le charger de prendere leurs cartes de sûreté pour l’année 1855, de laisser leurs noms et adresse au dépôt de vers de MM. Ollin et Cie. première rue de San Francisco No 15, toute attention y sera apportée. Le Trait d’Union, 20 déc. 1854, No. 15, Vol. 12. L 26 Javier Pérez Siller La Antigua Fábrica de Francia. Los emigrantes franceses habían logrado establecer muchos negocios, los más importantes y numerosos fueron los cajones de ropa y novedades, donde se vendían productos importados de Europa. Ellos fueron imponiendo la moda en el bien vestir y el confort de una buena casa... Este negocio se encontraba en la misma calle que el estudio de Eugène. Giros, prácticas e influencias Además de la oferta de servicios para cumplir con las formalidades de una política migratoria “liberal”, en México se respiraba un clima muy favorable a la llegada de franceses. Desde la separación de España, las élites buscaron distanciarse de los modelos coloniales para construir un país original e independiente y encontraron en la cultura francesa inspiración para articular y dar forma a sus ideales. Así, los modelos franceses — monárquicos o republicanos— acompañaron la construcción de esos proyectos. Y, por extensión, cada francés que llegaba, aún cuando en su pueblo hubiera dejado colgado el bastón de pastor o sus sabots, era visto como símbolo de esos anhelos, representante de los valores infundidos por “la civilización y la modernidad” y fácilmente podía acceder e influir en las esferas más altas de la sociedad. 34 Así lo percibió Désiré de Charnay en sus memorias sobre la estancia que realizó en el país de 1857 a 1860. La sociedad francesa en México se halla compuesta de gente enérgica que, empezando desde abajo, llegó a la fortuna gracias a un trabajo obstinado y a sus facultades. Casi todos liberales, infunden en México principios que no son del todo del gusto de los 34 conservadores. Esos principios fueron difundidos a través de las prácticas que ejercían los inmigrantes en sus diversos giros y oficios. Muchos galos establecieron comercios en el primer cuadro de la ciudad, que además de ofrecer productos transmitieron modas, ideas, modelos y un estilo de vida. Entre ellos los comercios de ropa, sombreros, telas, paraguas, muebles y novedades fueron los más numerosos. Los hermanos Zolly, por ejemplo, tenían una sombrerería en los portales de D. Charnay, Ciudades y ruinas americanas, México, CONACULTA, 1994, p.58. Una época clave en la historia 27 l Mercaderes casi esquina con Plateros (Madero) que imponía la moda femenina. La firma Ebrard y Portolis con dos grandes tiendas en las calles de San Bernardo (V. Carranza) y en la esquina de Monterilla y Refugio (16 de Sep. y 5 de feb.): Al Puerto de Liverpool y A la Francia Marítima indicaban la forma de vestir y de ajuarear las casas. A ellos les hacía competencia el gran cajón de Jauffred y Ollivier, Ciudad de Londres, que se encontraba en Monterilla (16 de sep.), así como las tiendas, A la Ciudad de México, de Victor Jacod, y La Antigua Fábrica de Francia, que se encontraban en la esquina de Plateros con Mercaderes, y en la 2da calle de San Francisco (ambas en la actual calle de Madero), muy próximas al estudio de Eugène. Otros franceses se dedicaron al sector de servicios: hoteles, restaurantes, bares y cafés donde extranjeros y mexicanos podían conocer los ritmos de vida cotidiana, aprender a degustar productos franceses y reunirse en tertulias amistosas o políticas. Entre ellos destaca la Dulcería Francesa, ubicada en la calle de Puente del Espíritu Santo (I. la Católica y 16 de sep.), centro de reunión de damas beatas de la alta sociedad. Ahí, Thomas Devers proponía: Chocolats, bonbons, desserts, petits-fours, chocolats au vainille, liqueurs... Le competía en exclusividad la Dulcería francesa del Águila de Oro de L. Raynaud y Cía, donde además se podían comprar vinos y licores importados de Francia. Los restaurantes y cafés eran legión y muy apreciados. Los gourmet preferían el Restaurant français de Victor Eternaud, ubicado en la calle de Santo Domingo, así como el Ancien Café du Commerce, en el Portal de Coliseo Viejo (16 sep.). Para los viajeros lo mejor era el restaurante café y Hotel de Bordeaux, en la calle de Zuleta (V. Carranza), los sibaritas y L 28 Javier Pérez Siller tertulianos preferían asistir a La Belle-Union en Espíritu Santo, que proponía pensiones de “a 25 al mes, desayunos a 4 reales y comidas de a 6”. En fin, entre los hoteles más concurridos por los inmigrantes y viajeros se encontraba El Hotel de Paris, en la calle de Tiburcio (R. de Uruguay), que en 1855 había sido “ampliado y renovado”. Aunque existía competencia entre los establecimientos de giros similares, también practicaron la colaboración, ayuda y complicidad. Esto funcionaba según las regiones; entre paisanos del mismo pueblo o parientes se daban la mano. Se traspasaban sus comercios, se apoyaban con dinero o mercancías y hasta formaban sociedades para iniciar negocios, una práctica mercantil que se fue extendiendo y perfeccionando hasta convertirse, durante el porfiriato, en la base para la creación de sociedades anónimas por acciones. Un caso interesante es el de la Dulcería del Paraíso Terrestre, centro de reunión de madres de familia e hijas de los comerciantes del centro, ubicada en la calle del Coliseo Viejo (16 de Sep.), donde Charles Grammond —originario de Loiret, casado, padre de 4 hijos—, además de anunciar que tiene el mejor surtido de dulces, subraya que ha establecido un acuerdo formal con Charles Plaisant, famoso “pastelero egresado de la casa Jean Ricau, establecido en la segunda calle 35 de Plateros, y muy conocido por su trabajo”. Y, añadimos nosotros, apreciado por señoras de alta alcurnia... Cosa contraria sucedía en las cervecerías de Federico Beserrer, de la Plazuela de San Antonio, y en la de Couder y Cía, de la plazuela de la Candelaria, antros donde acudían numerosos tinterillos, empleados públicos, poetastros y trasnochados. Otros inmigrantes se dedicaron a las farmacias, droguerías o venta de productos químicos. Sólo en la calle de Plateros y San Francisco había dos: la de Auguste Frisac y la de Louis Meunier, donde las señoras iban a comprar sus cremas, productos de belleza y algunos remedios y pociones para conservar la salud. El establecimiento más famoso en este ramo fue el de Eugène Maillefert, calle de Tiburcio (R. de Uruguay). Fundado en 1845, era el más antiguo almacén de productos químicos, medicinas y farmacéuticos que también comprendía todos los efectos y enseres para laboratorios, boticas, hospitales, imprentas y las artes: pintura, grabado y hasta la fotografía. La trayectoria de Maillefert es ilustrativa de los pioneros. Originario de la Bourgogne, llegó a México en 1835 con dos hermanos, Charles y Laurent, se asoció a los hermanos Arnaud — famosos padres fundadores del mito de los barcelonnettes—, para crear un cajón de ropa y novedades, Las 36 Siete Puertas, que resultó muy próspero. Pronto se independizó y estableció la droguería, 1845, con sus ahorros se dedicó al mantenimiento de una librería francesa, 1856, en la esquina del Refugio y Puente del Espíritu Santo (Palma y 16 de sep.), y a la edición de obras prácticas. Una de ellas es el famoso 37 Directorio Comercial del Imperio Mexicano. En fin, para belleza los franceses habían ganado fama; sus peluquerías y perfumerías fueron las más concurridas de la ciudad. Entre ellas las mejores eran las de Enrique Escabasse, la de Léon Marcou y la de los Al Puerto de Liverpool. Si al principio la emigración gala a la ciudad de México se dio de forma individual, una vez que los establecimientos comerciales lograron éxito, se abrió la posibilidad de traer otros paisanos de Francia. Así, desde fines de los años cuarenta y principios de los cincuenta del siglo XIX inicia una emigración en cadena que continuará hasta fines del porfiriato. hermanos Macé, todas establecidas entre las calles de San Francisco y Espíritu Santo. A ellas acudía lo más granado de la sociedad, del gobierno y del cuerpo diplomático; encontraban los estilos más actuales para mantener una personalidad elegante y a la moda. No pocos franceses se dedicaron a la pintura, dibujo, grabado y la fotografía. Entre ellos destaca sin duda el nombre y la obra de Joseph Decaen; parisino que llegó a México en 1837 y trabajó en el taller litográfico de Federico Mialhe. Asociado con Auguste Massé, en los años 1840 realiza importantes ediciones ilustradas como: Don Quijote, Gil Blas, Historia de Napoleón, o la famosa obra de Pedro Gualdi, Monumentos de México. Para el decenio siguiente, en sociedad con Auguste 35 “patissier sortant de la maison Jean Ricau, seconde rue de Plateros, et si avantageusement connu par son travail”. Le Trait d’Union, 10 de janvier 1855, Num 21, Vol. 12. 36 Para la historia de los hermanos Arnaud ver: Les Barcelonnettes au Mexique. Récits et témoignages, Barcelonnette, 37 E. Maillefert, Directorio Comercial del Imperio Mexicano, México, 1867. Una época clave en la historia 29 l Debray, es director del Taller litográfico más prestigiado del país. En él se formaron jóvenes que marcarían el arte mexicano: Casimiro Castro, L. Campillo, Louis Aude, M. Serrano y J. Rodríguez. No es extraño que Eugène se haya enterado, en diciembre de 1855, que el ministerio de Fomento escogió una de las obras de Decaen, México y sus alrededores, para ser llevado a la exposición de París; “representará los adelantos que en México se 38 han logrado en el arte de la litografía”. Entre los fotógrafos, los franceses fueron introductores. J.F.L. Prelier, cuatro meses después de su difusión en París, trajo la primera cámara daguerriana a México y en 1840 vendió y rifó varios aparatos. Ya para la época de Eugène, la profesión se había consolidado y existían algunos estudios en el centro. En 1855, el daguerrotipista Emile Mangel Dumesnil abrió su estudio, La Fama de los Retratos, en la calle de Monterilla (hoy 5 de febrero). Mientras que el parisino Jules Michaud, librero, editor, vendedor de substancias químicas para fotógrafos y vistas estereoscópicas, tenía una doraduría, El Antiguo Correo, en la Primera calle de San Francisco (Madero), a una cuadra del de Eugène, donde instaló un estudio de retratos. En 1859 publicó el Álbum fotográfico mexicano, con varias vistas de la ciudad de México y sus alrededores tomadas por Désiré de Charnay, 39 así como un álbum de tipos mexicanos. Otro que coincidió en esa época fue el establecimiento fotográfico de Sangredo, Valleto y Cía, localizado, desde 1860, en la calle de Vergara, casi esquina con San Francisco (Bolívar y Madero). Es indudable que la experiencia de estos pioneros contribuyó a la creación de un oficio que, con el tiempo, empezó a ser valorado como arte. Entre los franceses que se dedicaron a los libros destaca Auguste Massé, originario de los Pirineos, con su célebre Librería Mexicana, ubicada en el ángulo de Mercaderes y Agustinos (16 de sep. y zócalo). Massé ofrecía una gran variedad de libros en francés, español, inglés y latín muy demandados por los establecimientos religiosos. A dos cuadras de donde atendía Eugène, en la Segunda de San Francisco, se encontraba el famoso Cabinet de lecture animado por el parisino Isidoro Devaux, donde se reunía un selecto número de personas, en su mayoría liberales, a intercambiar ideas sobre la literatura. También se hacían traducciones y se impartían cursos de idioma. El profesor Guillaume Langlois daba clases de español, francés e inglés, adaptadas especialmente para los franceses. El Cabinet ofrecía además las más recientes novedades de la edición francesa. En un anuncio aparecido en agosto de 1854 en un diario de la capital se lee: Isidoro Devaux previene a los amantes de la literatura francesa que acaba de recibir las novedades: Boucher — Le Quêteur de Cordouan, intrigues bordelaises. — La femme du Conviet. Molé— Laurence de Montmeylian, Al. Dumas— L’ingénue, moeurs de 1788. Michel— Le nouveau péché original. Lurine— Ici l’on aime, folies du jeun âge. Ferry— La chasse aux cosaques. Chaho— Safer, ou les houirs espagnoles, legendes 40 amoureuses. 38 Le Trait d’Union, 16 dec. 1855, No. 14, Vol. 12. 39 R. Casanova y Olivier Debroise, Sobre la superficie bruñida de un espejo, México, FCE, 1989, p. 54-60. 40 “Isidoro Devaux previent les amateurs de la literature française qu’il vient de recevoir les nouveautés de juillet, parmi lesquels on remarque...” Le Trait d’Union, 25 Nov.. 1854, No. 67, Vol. 12. L 30 Javier Pérez Siller Armería de Morel. Además de las tiendas de ropa y novedades, los emigrantes franceses incursionaron en tros ramos como: los hoteles, restaurantes, bares, chocolaterías, tocinerías, tiendas de vinos, perfumerías, farmacias, droguerías, plomerías, venta de aparatos científicos, maquinaria, etc. Aquí vemos la Gran armería de Morel, antigua de El Águila de Oro, fundada por Joseph Limantour, padre, quien amasó una respetable fortuna con la venta de armas a conservadores y liberales. No sabemos si Eugène era un amante de la literatura, pero por sus escritos suponemos que tenía un cierto nivel cultural que exigía estar al tanto no sólo de las novedades editoriales, sino también de la información de lo que sucedía en México y el mundo. Para satisfacer esa exigencia, es muy probable que haya acudido a la prensa francesa de México. Desde hacía más de veinte años algunos inmigrantes galos habían iniciado esa 41 tradición. El primer periódico en francés editado en la ciudad de México apareció en 1836, bajo el título de El Universal. Fue remplazado en 1838 por Le Courrier du Mexique y en 1849 por Le Trait d’Union. Fundado por René Masson, Le Trait se convirtió en el periódico más influyente, liberal y longevo de todos; llegó hasta 1897, con interrupciones, entre 1861 y principios de 1868, por censura 41 y dificultades económicas. Eugène pudo conocer al menos siete periódicos: L’Estafette, fundado por Charles de Barrès (1859-1866); la Gazette Officielle de l’Empire Mexicain (18631864); l’Ere Nouvelle, de E. Masseras (18641867); La France liberale, de A. Henry (1867); La Tribune, de E. Lefèvre (1867-1868); y Le 42 Nouvelliste de P.A. de Thier (1867). De todos ellos los más importantes e 43 influyentes fueron Le Trait y L’Estafette. El primero, de marcado signo republicano y liberal, cobró mucha influencia durante la Revolución de Ayutla, 1854-55, el periodo de elaboración de la Constitución, y la guerra de Reforma. Mientras que el segundo, animado por Charles de Barrès, antiguo colaborador de Masson y propietario de una imprenta en la calle de D. Juan Manuel (Rep. de Uruguay), compartía las ideas de su colega, pero era más tibio y pasó de la crítica hacia la política conservadora, 1859, al apoyo abierto de los René Masson dans le Trait d’Union. Journal français universel, Sélection et prologue Françoise Dasques, México, CEMCA, 1998. 42 Ver: Laurence Coudart, “Periódicos franceses en la ciudad de México: 1837-1911”, en J. Pérez Siller, México Francia: memoria de una sensibilidad común, siglos XIX-XX”, México, BUAP-CEMCA-El Colegio de San Luis, pp. 107-109. 43 En realidad el fundador de L’Estafette, Charles de Barrès fue colaborador de Le Trait d’Union. En 1856 lanzó el periódico L’Independant, que sólo apareció unos meses antes de fusionarse, el primero de diciembre, con Le Trait . Y que puede considerarse como el antecesor de L’Estafette, que apareció tres años más tarde. Una época clave en la historia 31 l intervencionistas. Se dice que sirvió de eco a 44 los proyectos del Mariscal Bazaine. Los libros, las litografías, las vistas y la prensa no sólo difundieron una sensibilidad en el arte y la cultura, sino que también participaron en la formación de una cultura política y, en cierta medida, contribuyeron al debate político. Reproducción de principios y valores Las prácticas de fotógrafos, libreros y periodistas tuvieron un gran impacto en la difusión de valores y principios. Pero su transmisión y, sobre todo aprendizaje, fue animado por los franceses que se dedicaron a labores educativas. En este sector encontramos profesores, preceptores y, sobre todo, institutrices que ofrecían cursos privados a individuos o familias pudientes. Es muy conocida la historia de Mathieu de Fossey, quien después de escapar de la tragedia de los colonos que se ahogaron en Coatzacoalcos, 1830, se pudo mantener durante algunos años 45 dando clases particulares de francés. Algunos se especializaron en ciertas disciplinas que podían ser útiles para los nuevos comercios. Así vemos a Gustave Desfontaine, por largos años profesor de francés, proponer clases especiales de comercio y fundar una escuela. 44 Para la juventud y la niñez de familias pudientes había verdaderas instituciones como: el Lycée Franco-Mexicano de San Cosme; el Instituto Franco-mexicano dirigido por M. Dalcour, o esta otra institución que recién se inauguró un mes después de la llegada de Eugène: M. Riboulet, nuestro compatriota, exalumno de la Escuela Normal de Macôn, habiendo realizado en Francia sus primeras incursiones en la instrucción pública, y honorablemente conocido, en esa función, en México, acaba de fundar un Colegio en la 2a calle de San Francisco No. 10, antigua casa de correos. 46 Abrirá el 2 de enero de 1855. Algunas mujeres participaron en la educación ofreciendo sus servicios de manera privada o creando también colegios. La decana en este ramo era Isaura de Saint-Vital, que desde los años 1830 fundó una escuela consagrada a la educación de señoritas que se convirtió en toda una institución. A su muerte, acaecida el 9 de febrero de 1855, acudieron numerosas francesas, pero también una legión de mexicanas. Muchas de sus alumnas ya eran madres de familia y exigieron a su hermana, Clemence Saint-Vital de Villard, que sustituyera a Isaura y continuara su labor. Se organizaron y aportaron recursos para la Ver: Laurence Coudart, “Periódicos franceses de la ciudad de México: 1837-1911¨, en J. Pérez Siller (coord.), México Francia: memoria de una sensibilidad común, siglos XIX-XX, México, BUAP-El Colegio de San LuisCEMCA, 1998, pp.103-141. 45 M. de Fossey, Viaje a México, México, CONACULTA, 1994. 46 M. Riboulet, notre compatriote, ancien élève de l’École Normale de Macôn, ayant fait en France ses premiers preuves dans l’instruction publique, et fort honorablemment connu, sous le même rapport à Mexico, vient de fonder un collège dans la 2a rue de San Francisco No. 10, ancienne maison de Courrier. Le Trait d’Union, 20 Dic. 1854, No.15, Vol. 12. 47 Le Trait d’Union, 17 de feb. 1855, No.32, Vol. 12. L 32 Javier Pérez Siller Algunos franceses fueron pioneros en la fotografía. En diciembre de 1839, cuatro meses después de su difusión en París, Prèlier trajo las primeras cámaras daguerrianas a México. Para la época de Eugène, 1855, ya existían algunos estudios como el de Dumesnil, La Fama de los Retratos, y el de Jules Michaud. En 1859 Michaud editó el Álbum fotográfico mexicano, con varias vistas de la ciudad de México y sus alrededores tomadas por Désiré de Charnay, que vemos en este retrato. Arriba, la foto del “Convento de la Merced” aparecida en su Álbum. 47 fundación de la Institución Saint-Vital. Frente a ese vacío, en marzo de 1855 se anunció la creación de otra Institución francesa, dirigida por la señora Esteva de Grammont, en el Portal de Agustinos. Se trataba de una escuela-internado para las jeunnes filles. Poco sabemos de los programas de dichas instituciones, ni del perfil de sus egresadas, pero es seguro que esas escuelas transmitieron saberes, valores y habilidades a jovencitas que, con el tiempo, se transformaron en madres y divulgaron su aprendizaje entre las nuevas familias. Además de esas prácticas, los franceses contaban ya con un lugar propio donde ejercer su sociabilidad. Desde 1842 habían fundado la Association française et suisse de Bienfaisance et de Prévoyance, que tenía el propósito de dar asistencia y ayuda, moral o pecuniaria, a los compatriotas que llegaban al país. Contaba con una Mutuelle que servía de caja de ahorros y de préstamos, y que en esos años resultó muy atractiva para aquellos que no tenían recursos. Estaba dirigida por un Consejo de Administración que se renovaba periódicamente. En 1855 apareció el informe anual del consejo saliente, firmado por su secretario, el comerciante Pierre Martin. En él se da la lista de los nuevos miembros electos del Consejo de Administración: Ch. de Barrès, E. Maillefert, L. Ricou, P. Chabrol, S. Lamy y Thomas Devers. Y se dice que de los antiguos sólo quedaron: J-B Vivent (originario de Oloron Saint Marie, Pirineos), A. Allan, Barbaroux, Gougaud, Fisch y J.B. Fortoul. El comité auxiliar quedó formado Una época clave en la historia 33 l 48 49 por los señores Prélier , I. Devaux y A. Hue. Una semana más tarde fue electa la mesa directiva de la Asociación y quedaron como presidente del Consejo de Administración, Stanislas Lamy, comerciante parisino con cuatro hijos; secretario, Charles de Barrès, nuestro periodista y editor; tesorero, Barbaroux, originario de Barcelonnette; y contable, Isidoro Dévaux, comerciante y animador del Cabinet de lecture. Las prácticas de la Association estaban inspiradas en los principios republicanos de solidaridad que se emparentaban con las teorías socialistas. Así lo vemos en la propuesta de crear una especie de bolsa de trabajo —donde se podían inscribir los que no estuvieran ocupados o presentar solicitudes para contratar según las necesidades— abierta para todos los franceses y suizos. El razonamiento es ilustrativo: “convencidos de que el objetivo de la institución no es solamente el de socorrer, sino también de prevenir la indigencia entre sus 50 miembros”. Pero si las prácticas de algunos de estos inmigrantes siguen la orientación sugerida por Désiré de Charnay, no todos los franceses de México eran liberales, también los había 48 conservadores y monarquistas. En esta primera mitad del siglo XIX la diplomacia francesa en México se caracterizó por tener un origen aristocrático y una actitud conservadora. Unos días después de la llegada de Eugène a Veracruz, desembarcó el nuevo ministro plenipotenciario, Vizconde JeanAlexis de Gabriac, quien presentó sus credenciales el 13 de diciembre de 1854 y ejerció el puesto hasta julio de 1860. Lo sustituyó el Conde Dubois de Saligny, quien fue reemplazado a los tres años por el Marqués de Montholon, acreditado como ministro el 12 de agosto de 1863. Alphonse Dano se hizo cargo de la embajada desde el 25 de febrero de 1865, hasta la caída de Maximiliano. De los cuatro diplomáticos que conoció Eugène, el más activo e influyente fue sin duda el vizconde Alexis de Gabriac; hombre ultra conservador que no tenía ninguna experiencia diplomática, ni conocía los países 51 latinoamericanos. Su correspondencia muestra a alguien preocupado por defender los valores y fueros de la Iglesia católica, y propagar las ideas monarquistas. Como representante del gobierno de Napoleón III, de Gabriac no era bien visto por muchos miembros de la colonia francesa. Sobre todo Es importante señalar que se trata de Louis Prélier, grabador en cobre, instalado en México desde 1837, quien trajo la primera cámara daguerriana en diciembre de 1839 y tomó las primeras vistas de Veracruz y de la ciudad de México. Ver: Rosa Casanova y Olivier Debrois, Op. cit., p.59. 49 Le Trait d’Union , enero 25, No. 26, Vol. 12. 50 En los informes publicados por Le Trait d’Union se dice que el consejo de administración, “convaincu que le but de l’institution est, non seulement de secourrir mais aussi de prévenir l’indigence, autant que possible, a l’honneur d’advertir les Français et Suisses établis à Mexico et dans l’intérieur qu’il est ouvert au Comité un bureau de resnseignements ou de placements ou ceux d’entreux qui sollicitent de l’ouvrage ou des emplois pourront se faire inscrire et donner tous les rénseignements qui leur paraitront convenables”, y añadía que debían dirigirse a M. Devaux, au cabinet de lecture rue de San Francisco. Le Trait d’Union, 17 feb. 1855, No. 32, Vol. 12. 51 Sobre Gabirac existe una interesante memoria de maestría. Ver: Anne-Juliette Chaudieu, “Le ministère de Jean-Alexis de Gabriac au Mexique (1854-1860)”, DEA d’etudes Ibériques, Paris-X Nanterre, 2002. L 34 Javier Pérez Siller por los republicanos, los socialistas y aquellos que creyeron en la “Primavera de los pueblos”, o que habían tenido que dejar su amada Francia exilados por la represión que desató el gobierno después del golpe de estado, del 2 de diciembre de 1851. Eso sugiere algunos motivos para comprender la deficiente relación que existió en este periodo entre los miembros de la colonia y los diplomáticos galos. Y eso sugiere el por qué muchos inmigrantes no hayan querido acercarse a su Legación y dejar huella en sus registros. La “colonia francesa” de Texcoco Sabemos que Eugène también vivió en Texcoco, donde trabajó en una fábrica de vidrio y formó una familia. Por lo que conviene examinar cuál era la situación de los franceses en esa comunidad que apenas en 1861 ganó el título de ciudad. No existe mucha información al respecto pero encontramos un registro de franceses en Texcoco para el año de 1886, que da algunas 52 luces al respecto. Y que permite ver retrospectivamente lo que era 18 años antes. En la lista se cuentan 53 miembros: 12 hombres, 10 mujeres y 31 niños. Una comunidad para nada pequeña, dadas las dimensiones del pueblo. La lista detallada contiene nombre, edad, lugar de nacimiento, estado civil, número de hijos, profesión y residencia. Ahí aprendemos que la colonia francesa cuenta con sólo 13 jefes de familia: siete hombres casados, una viuda y cinco solteros. Los niños son 26. Por medio de las prácticas de los inmigrantes galos, realizadas en sus negocios y actividades, no sólo se introdujeron saberes, técnicas y oficios nuevos, sino que además se transmitieron principios y valores que alimentaron a la sociedad mexicana. Los periódicos, las librerías y las escuelas, participaron también en la reproducción de valores y modelos de vida. De esta comunidad gala llama la atención que la mayoría manifiesta ejercer la profesión de vidriero, lo que hace suponer que trabajan para una fábrica de vidrio, en total ocho. Y de ellos cinco son originarios del mismo pueblo: Rive-de-Gier, en la Loire, cerca de Lyon y Saint Etienne, lo que supone una emigración 52 CADN, Legation française à Mexico, Serie B, carton 81, “Implantation française au Mexique au 30 mai 1886”, y “Recensement des Français et de leurs familles résidants à Texcoco et dans ses localités”. Una época clave en la historia 35 l en cadena. Los cuatro restantes son hijos de dos de ellos. La lista es ilustrativa: Zeller, Jean-Baptiste, 56 años, casado, tiene siete hijos no naturalizados Frantz, Victor, 53 años, casado con tres hijos naturalizados Baichot, Joseph, 44 años, casado, cinco hijos no naturalizados Baichot, Joseph jr., 21 años, nacido en España, naturalizado francés Baichot, Jacob, 19 años, nacido en España naturalizado francés Gagnier, Eugène, 30 años, casado, un hijo Raymond, Jean-Baptiste, 33 años, soltero Rapp, Achiles, 28 años (Aveyron), soltero Por sus edades podemos suponer que Jean Zeller, Victor Franz y Joseph Baichot llegaron en la época en que Eugène vivió en Texcoco (entre 1859 y 1865) y tendrían entre 20 y 30 años. Podemos suponer también que se casaron, tuvieron hijos y vivieron en ese lugar. Y que esas familias y esos niños convivieron con los de Eugène.... pero no dejan de ser suposiciones. En todo caso las preguntas son más numerosas que las respuestas y merece la pena formular algunas: ¿Cuál fue la actitud de Eugène frente a sus compatriotas en la ciudad de México y en Texcoco?, ¿cómo se insertó en ese mundo de inmigrantes al que no sólo pertenecía por cultura y lengua, sino también por complicidad en su auto exilio?, ¿cómo logró formar una familia?, ¿cuál fue el entramado de situaciones políticas y circunstancias en las que tuvo que tomar decisiones y posiciones? 53 III. El paisaje político: dos proyectos de nación En el largo trayecto desde Veracruz a la ciudad de México, Eugène se informó sobre la situación política. Notó la agitación y escuchó hablar sobre el levantamiento del general Juan Álvarez contra el gobierno. Le comentaron que Santa Anna era el hombre fuerte del país, que con principios políticos cambiantes —republicano, centralista, conservador, clerical, militarista y monarquista— pudo dirimir la confrontación entre los dos partidos más antiguos e influyentes: el conservador y el liberal, y pudo controlar los hilos del poder por más de treinta años. Desde marzo de 1854 enfrentaba una oposición armada que se extendía cada día más. Se trataba de un grupo de liberales, encabezados por el viejo insurgente Juan 53 Álvarez que apoyado en militares jóvenes, activos comerciantes, el bajo clero y sectores urbanos se oponía a las pretensiones monárquicas de Santa Anna. En el Plan de Ayutla, este grupo exigía regresar a las libertades civiles, cancelar los fueros de que gozaban el clero y los militares, eliminar la ingerencia de la Iglesia en la vida política, desamortizar sus cuantiosos bienes, dividir la propiedad agraria, garantizar la libertad de cultos y crear un gobierno representativo basado en la división de poderes. Para ello se proponían deponer al “dictador”, llamar a elecciones y establecer un constituyente que redactara una nueva Carta Magna. Las tropas del gobierno no habían podido acabar con ellos. En diciembre la situación era incierta. El general Juan Álvarez participó en la guerra de independencia al lado de Vicente Guerrero. L 36 Javier Pérez Siller la alta sociedad urbana— había alcanzado un gran prestigio. Después de la separación de Texas, 1836, José María Gutiérrez de Estrada había propuesto la idea de establecer una monarquía bajo la protección de alguna casa real europea. Creía que sin el respaldo del Viejo Mundo, el país caería víctima de la expansión de los angloamericanos. La invasión de los Estados Unidos y la pérdida de la mitad del territorio, 1846-1849, dieron razón a esas ideas y fortalecieron la popularidad del partido conservador. Apoyado en una sublevación militar, Santa Anna regresó al poder en abril de 1853 y formó un gobierno bajo la dirección de Lucas Alamán, líder de los conservadores. Alamán quería adoptar un modelo monarquista y apoyarse en Francia para lograrlo. En una conversación con el ministro de ese país, André Levasseur, reveló sus aspiraciones: Animados por sus partidarios, desde la independencia dos proyectos de nación se enfrentaron: el monárquista y el republicano. Ante la separación de Texas, 1836, Gutiérrez Estrada publicó una carta al presidente donde advertía que el país podría ser víctima de la expansión norteamericana y proponía establecer una monarquía católica y absoluta con un príncipe europeo, como remedio para salvar al país. Decía que ese sistema se “acomoda a las tradiciones, a las necesidades y a los intereses de un pueblo que desde su fundación fue gobernado monárquicamente”. También le dijeron que desde los años 1840 el partido conservador —formado por militares de carrera, alto clero, hacendados y …en Francia, sobre todo, fundamos nuestras esperanzas pues sabemos lo que ha hecho y aún puede hacer por nosotros. A la población francesa establecida en nuestro territorio debemos el desarrollo de todas las artes útiles [...] queremos alentar lo más posible la emigración francesa hacia México [...] pero para atraer a los franceses es necesario que les garanticemos una protección fuerte y justa [...] usted sabe cuáles principios políticos queremos hacer prevalecer aquí, son los que su ilustre soberano ha sabido imponer valientemente en Francia y fortalecido en Europa [...] Queremos calcar nuestras instituciones de las de Francia, incluso querríamos seguir su ejemplo hasta 54 el fin estableciendo aquí una monarquía hereditaria... 54 Lilia Díaz, Versión francesa de México. Informes diplomáticos, 1853-1867, México, El Colegio de México, Vol. 1, pp. 42-43. Una época clave en la historia 37 l Sin embargo, una pulmonía cortó la vida de Alamán, y fue remplazado por líderes militaristas que vaciaron de perspectiva sus proyectos: se acentuaron los rasgos represivos, se fortalecieron los fueros de la Iglesia y de los militares y, con la venta del territorio de la Mesilla a los Estados Unidos, por diez millones de pesos, de los cuales solo recibió siete, Santa 55 Anna perdido toda legitimidad. Al llegar a la capital, en esos primeros días de diciembre, Eugène fue testigo de un plebiscito donde se consultaba si Su Alteza Serenísima —título oficial atribuido al presidente Santa Anna— debería o no continuar a gobernar con los poderes y facultades dictatoriales que se le habían 56 atribuido. Los resultados oficiales fueron dados a conocer el sábado 3 de febrero de 1855. Para celebrar la continuidad la ciudad permaneció iluminada hasta el lunes 5, por ser el día de San Felipe de Jesús, beato mexicano... La Revolución, mientras tanto, ganaba adeptos y se extendía a todo el país. El coronel Ignacio Comonofort se había adherido a ella, así como algunos intelectuales de gran prestigio exilados en Nueva Orleáns. Las campañas que dirigieron Comonfort en Michoacán, los triunfos alcanzados por el general Santiago Vidaurri en el Norte y las tentativas de conspiración que estallaron en la ciudad de México, desde julio, obligaron a Su Alteza Serenísima a abdicar. Así, en medio de la algarabía popular que constató Eugène, el 16 55 de septiembre los revolucionarios entraron a la capital. Eligieron un gobierno provisional presidido, primero, por Juan Álvarez y luego por Comonfort, y nombraron ministros a Benito Juárez, Melchor Ocampo, Ponciano Arriaga, Guillermo Prieto y José María Lafragua. El triunfo del Plan de Ayutla significó el inicio de la confrontación entre las nuevas generaciones de liberales y conservadores. Los viejos que habían participado en la independencia y dominado la esena política —representados por Santa Anna y Juan Álvarez— pasaban a la historia, mientras que los jóvenes, evocando modelos monarquistas o republicanos, se empeñaron en diseñar el futuro del país. El proceso abarca tres fases: la de Reforma, 1855 a 1857, donde se confrontan concepciones jurídicas para dar forma y sentido a la sociedad; la guerra de tres años, 1858 a 1861, donde se miden y enfrentan por la vía de las armas; y la de la intervención, 1861 a 1867, donde con el apoyo externo de Napoleón III los conservadores legitiman el Imperio de Maximiliano, y los liberales, apoyados en un complejo juego geopolítico, resisten y alcanzan el triunfo. La lucha por las leyes Una vez en el poder, entre noviembre de 1855 y noviembre de 1857, los liberales pusieron en marcha su reforma en tres frentes: el El 30 de diciembre de 1853 termina el arreglo de una disputa territorial que había “comenzado” en abril entre los gobiernos de Nuevo México y el de Chihuahua. Después de amenazas diplomáticas, movilización del ejército americano a la frontera, el gobierno firmó un tratado y recibió como indemnización 10 millones de pesos. 56 El plebiscito se organizó desde el 1ero de diciembre de 1854. En la Ciudad de México los resultados de la votación fueron: 12452 votos por el SI, y uno por el NO, cifras oficiales.... Le Trait Union, 12 de diciembre de 1854, No. 13, Vol. 12. L 38 Javier Pérez Siller jurídico, el político y el militar. En el terreno jurídico se diseñan, discuten, aprueban y aplican algunas leyes que tienden a separar la Iglesia del Estado —“Ley Juárez” que suprime los fueros militares y eclesiásticos, “Ley Lafragua” que da la libertad de imprenta, “Ley Lerdo” que impone la nacionalización y venta de bienes de la iglesia, “Ley Iglesias” que suprime los derechos y obvenciones parroquiales— , aseguran la secularización de la vida pública y permiten seamortizar algunos bienes de la Iglesia para minar su poder material y “hacer circular la riqueza”. Esta fase concluye el 5 de febrero de 1857 con la aprobación de la Constitución, liberal, republicana y laica; ¡día de San Felipe de Jesús! En el terreno político la agitación fue máxima: se llamó a elecciones para formar al constituyente —que inició sus trabajos el 17 de febrero de 1856—, se for maron numerosos clubes en la capital y principales ciudades del país donde se discutían todo tipo de proyectos. La prensa se convirtió en una generadora de opinión sobre los modelos a seguir. Es el momento de mayor actividad e influencia de los periódicos galos: Le Trait d’Union y L’indépendant. En los foros públicos se respiran las ideas emanadas de la Revolución francesa, sus modelos políticos y sociales, la Declaración de los derechos del hombre, las for mas de gobierno, la 57 distribución de la tierra. Pero también es el momento de mayor crítica por parte de la diplomacia gala hacia el proyecto liberal: se opone a la separación de la Iglesia y el Estado, a la secularización de la La habilidad del general Santa Anna le ayudó para convertirse en mediador necesario entre los partidos y mantener las riendas del poder. Sus posturas republicana, centralista, conservadora, clerical y hasta liberal dependían de las circunstancias. Ofreció apoyo a Maximiliano para combatir a Juárez, al ser rechazado, escribió a Don Benito para ofrecer su espada... vida social, y apoya las gestiones de conservadores —Gutiérrez Estrada, Almonte, Radepont, T. Murphy— que solicitan la intervención de Napoleón III para establecer una monarquía y crear un equilibrio 58 ante las pretensiones de Estados Unidos. En varias ocasiones Alexis de Gabriac acusa a sus compatriotas, en particular a René 57 Para la influencia de los modelos franceses en esta fase ver: J. Covo, Las ideas de la Reforma en México (18551861), México, UNAM, 1983. 58 Ver: Lilia Díaz, “Embajadores de Francia en la Intervención”, en Historia mexicana, México, El Colegio de México, Vol. XXXVIII, No.1, 1988, pp.5-42. Una época clave en la historia 39 l Masson y Charles de Barrès, de tener posiciones “republicanas exaltadas”, de favorecer “la lucha entre castas y grupos” y de ser financiados por Miguel Lerdo de Tejada, ministro de Hacienda.... al punto que el 10 de julio de 1856 un grupo importante de franceses hizo una manifestación, frente a las oficinas de la Legación, para protestar contra su actitud conservadora y la política expansionista de Napoleón III en Italia. El gobierno tuvo que hacer frente a la oposición clerical que se opuso usando todos sus medios para impedir la aplicación de las leyes reformistas. Se negaron a que los burócratas jurasen la Constitución, castigándolos hasta con la excomunión para aqullos que así lo hicieran. Algunos obispos alentaron la subversión y fueron amonestados; el de Puebla, Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos fue expatriado y la Compañía de Jesús fue suprimida. El Papa Pío IX —que enfrentaba las tropas republicanas de Garibaldi con la ayuda francesa— condenó las leyes “Juárez” y “Lerdo”, mientras que en Guadalajara, en una ceremonia solemne, el obispo decretó la excomunión al Presidente y a sus ministros. Los liberales trataron de negociar con la Iglesia, enviaron una representación a Roma para firmar un concordato (práctica que desde Napoleón I, 1803, se venía aplicando) pero no fue recibida por su Santidad. En medio de ese ambiente de oposición creciente, que seguramente constató Eugène, se realizaron las primeras elecciones presidenciales. El 18 de noviembre de 1857, el Congreso declaró presidente constitucional a Ignacio Comonfort y proclamó a Benito Juárez presidente de la Suprema Corte de Justicia. Agotado el terreno de las ideas, de las leyes y de la negociación, la confrontación se L 40 Javier Pérez Siller desplazó al campo militar. Después de dos sublevaciones fallidas —una encabezada por los generales Félix Zuloaga y Haro y Tamariz a fines de 1855, y la otra por el general Orihuela en Puebla, octubre de 1856— los conservadores lanzan el Plan de Tacubaya, en diciembre de 1857, que exige la suspensión de la Constitución y de las leyes reformistas, llama a un nuevo constituyente, pero reconoce la autoridad del presidente. Comonfort titubea, por unos días se unie al Plan, luego se arrepiente y Zuloaga aprovecha para sublevarse en la capital y hacerse cargo del poder Ejecutivo, derogar la Constitución y establecer un régimen conservador. Los republicanos, por su parte, contraatacan. En calidad de presidente de la Suprema Corte de justicia, Benito Juárez reclamó la presidencia —de acuerdo a la Constitución de 1857— y restableció el gobierno constitucional en Guanajuato. Rapidamente su autoridad fue reconocida por muchos gobernadores, pero su debilidad militar lo obligó a peregrinar, de una ciudad a otra, para refugiarse de las tropas conservadoras hasta que llegó a Veracruz, en mayo de 1858, restableció el gobierno y declaró al puerto capital de la República. Un país con dos presidentes Inicia así “la guerra de tres años”, en la que conservadores y republicanos se disputan pedazos de legitimidad y de territorio: los primeros desde la ciudad de México, bajo la presidencia, primero, de Zuloaga, luego, del joven general Miguel Miramón. Y los segundos desde Veracruz, con Benito Juárez y sus ministros. Los conservadores controlan la metrópoli y los estados del centro y el Bajío; los liberales Veracruz, los estados del Golfo “Fue tal el escándalo causado por la Constitución” (Justo Sierra). “Desde que llegó a mis manos […] sentí la necesidad de amonestar a los fieles... no podían prestar el juramento prevenido en ella sin hacerse reos de un pecado muy enorme” (Obispo Munguía). “Usaré todos los medios que caben a mis facultades, para sostener ese Código sagrado cooperando al desarrollo de los principios humanitarios que contiene, a fin de que eche raíces profundas en los corazones de los mexicanos” (Benito Juárez). y del norte. Ambos crean leyes favorables a su proyecto, dirigen la administración, buscan ganar batallas y negocian apoyos externos. La actitud de las potencias ante los dos gobiernos fue distinta. Mientras que España, Estados Unidos y Hamburgo reconocieron a Benito Juárez, las otras, encabezado por Francia, se iclinaron ante Zuloaga y Miramón. Este último negoció el tratado Mont-Almonte con España donde se comprometió a pagar exageradas reclamaciones españolas. A pesar de la protesta del gobierno de Juárez y de algunas potencias, el tratado fue aprobado y firmado en París. Los conservadores lograron así una victoria diplomática que coronaron con un préstamo concedido por el banquero 59 Jean-Baptiste Jecker; a cambio de reconocer una deuda de 15 millones de pesos, el gobierno de Miramón sólo recibió 723 mil en efectivo y 468 mil en vestuario y equipo militar usado. Los Estados Unidos, por su parte, reconocieron al gobierno de Benito Juárez y enviaron a su representante, Robert MacLane, a negociar un tratado que otorgó a Estados Unidos el derecho, a perpetuidad, de tránsito por el istmo de Tehuantepec. El tratado no fue ratificado por el Senado norteamericano, pero dio legitimidad internacional al gobierno republicano y abrió las puertas para apoyos militares y financieros, aunque tuvo —sigue teniendo— un costo político muy alto para los liberales. Fue durante este periodo, —enero de 1858 a diciembre de 1860— cuando las gestiones de la diplomacia francesa se activan. No sólo porque el vizconde de Gabriac difunde sus ideas monarquistas, sino porque apoya las gestiones en Europa de los monarquistas mexicanos y trata de convencer a París de la 59 Jecker nació en territorio francés, ahora suizo, llegó a México en los años 1840, se dedicó al comercio, participó en varias sociedades, la primera Jecker, Labadie y Cavalier, otra la de Jecker, de la Torre y Cía. y apoyó a los filibusteros franceses que invadieron Sonora entre 1852 y 1854. Antes de otorgar el préstamo quebró y se quedó con 113 mil pesos de la Société française et suisse de prévoyance, que se dice que pagó durante el Imperio. Una época clave en la historia 41 l necesidad de una intervención en México, alegando argumentos geoestratégicos: “frenar la influencia angloamericana, establecer un equilibrio y fortalecer la presencia francesa en 60 el Caribe”. Se dedica, además, a denunciar 61 la simpatía pro liberal de algunos franceses. En una carta a París reconoce: “es curioso constatar que hoy los extranjeros están divididos en dos campos: del lado de los conservadores, los españoles; del lado de los 62 radicales, los franceses”. Su influencia entre el cuerpo diplomático y el gobierno de Miramón creció de forma desmedida. Al punto que, a pesar de la insistencia de sus compatriotas para pedir su protección, el periódico Le Trait d’Union fue suspendido por el gobierno conservador y René Masson fue perseguido, encarcelado y se vio obligado a 63 salir en exilio hacia Nueva Orleáns. La guerra entre los proyectos era a muerte. Atrincherados en las dos capitales: México y Veracruz, sus ejércitos trataron de conquistar la plaza enemiga. En 1859, mientras Miramón se lanza contra el puerto, Santos Degollado sitia la capital —de marzo 18 al 11 de abril— pero fue derrotado. En marzo de 1860, Miramón compra unos buques españoles en la Habana, intenta sitiar Veracruz por tierra y 60 atacar por mar, pero la corbeta Saratoga, de la armada de Estados Unidos, los detiene... es el famoso “incidente del puerto de Antón Lizardo” sobre el que José Manuel Hidalgo protestó ante el ministro de relaciones exteriores de Francia y pidió ayuda de Napoleón III para hacer frente a los Estados Unidos que favorecían: […] al partido demagogo de Veracruz [ y] ha tomado la costumbre de hacer todo lo que le plazca en América sin preocuparse ni de Europa ni de la opinión general que tan severamente reprueba sus actos ... México se dirige con firmeza a S.M. el emperador Napoleón, y espera que el gobierno francés no le faltará en estos momentos en que se trata de salvar una nacionalidad de la raza latina y de hacer respetar los 64 derechos de las naciones. En septiembre de 1860, las fuerzas liberales, por su parte, expropian una conducta de plata, de particulares de San Luis Potosí, valuada en más de un millón de pesos que les permitió 65 reorganizar y equipar el ejército. Exhaustas sus arcas, debilitado el gobierno, con soldados desmoralizados, Miramón fue derrotado en diciembre de 1860 en Calpulalpan. El día de Navidad se refugió en la legación francesa, Ver A-J Chaudieu, Ob. cit., p. Es el caso de las denuncias repetidas que envía a París contra los periodistas de Barrès y Masson, y sus compatriotas Latapie, Desfontaines, Bablot, Caire, Laurier, Prager, Isidoro Deveaux, Gustave y Edourd Desfontaines, el Dr. des Nolhac, entre otros... Ver: Francisco López Cámara, “Los socialistas franceses en la Reforma mexicana”, en Historia Mexicana, México, oct-dic 1956, Vol. IX, No 2, pp. 269-273. 62 “Il est curieux de voir aujourd’hui les étrangers divisés en deux camps. Du côté des conservateurs, les Espagnols; du côté des radicaux, les Français”, Carta del 20 de octubre de 1858, citada por Francisco López Cámara, Op. cit., p.270. 63 Sobre la prohibición del periódico, su cambio de nombre, la suspensión definitiva, y el arresto y exilio de Masson ver : F. Dasque, René Masson das le Trait d’Union. Journal français universel, Méixco, CEMCA-UNAM, 1998, pp. 287-289. 64 Lilia Díaz, “Embajadores... Op. cit., p.26. 65 Por este acto Juárez pidió la renuncia de Santos Decollado, quien fue sustituido por González Ortega. 61 L 42 Javier Pérez Siller donde el nuevo ministro, Dubois de Saligny, le ayudó a salir rumbo a Europa; fue recibido como estadista por Napoleón III y la Reina Isabel II. El sueño de una monarquía para México seguía ganando promotores y numerosos adeptos en el Viejo Mundo. El paciente Emperador abandonado El triunfo de los republicanos era efímero. Si Juárez fue recibido con entusiasmo y algarabía el 11 de enero de 1861, en la ciudad de México, la lucha se había desplazado a nivel internacional. Su gobierno podía continuar sembrando la reforma pero no podía tocar los intereses extranjeros. El decreto de suspensión de los pagos de la deuda externa, julio 17, fue dio motivos para que los representantes de Gran Bretaña y Francia se uniesen, rompieran relaciones con el gobierno de Juárez y fabricaran el pretexto de la intervención. Esa noticia activó el anhelo del grupo de mexicanos conservadores que se encontraba en Europa. Los más activos fueron Gutiérrez de Estrada, Juan N. Almonte y José Manuel Hidalgo. Este último se había ganado la simpatía de la emperatriz Eugenia y de Napoleón III . En una entrevista con el emperador se refirió a lo ocurrido en México y señaló: Inglaterra, del mismo modo que Francia y España, irritados por la política de Juárez, enviará barcos a nuestros puertos. Ahí tenemos, Majestad, la intervención inglesa que necesitábamos, Francia no procederá sola […] México ante las tres banderas unidas, reconocería todo el poder y la superioridad de 66 Hasta 1867 los diplomáticos franceses apoyaron las causas de los conservadores. Durante las negociaciones con la comisión tripartita, el conde Dubois de Saligny se opuso a todo entendimiento con el gobierno y presentó exigencias imposibles: el pago de 60 millones de francos por reclamaciones de súbditos franceses y la totalidad de bonos Jecker. Había llegado a México nombrado por recomendación de Morny, medio hermano de NapoleónIII, que poseía un porcentaje de los bonos Jecker... esta alianza y la inmensa mayoría del país podría apoyarse sobre las potencias intervencionistas, aniquilar a los demagogos y proclamar la monarquía, que es lo 66 único que puede salvar a la nación... La convención de Londres, octubre de 1861, entre los representantes de España, Francia y Gran Bretaña fue el pacto para mandar las escuadras a México. Pero la coyuntura internacional ya era favorable. El 12 de abril había estallado la guerra de secesión en Estados Unidos y Napoleón III vio la Citado en Lilia Díaz, “Embajadores...”, Op. cit., pp.36-37. Una época clave en la historia 43 l oportunidad para establecer su arbitraje en América: apoyar las fuerzas del sur esclavista, fortalecer un gobierno estable en México y convertir en realidad su sueño de establecer un Imperio latino. Las escuadras llegaron a Veracruz cuando Juárez había derogado la famosa ley de suspensión de pagos y, a pesar de que ingleses y españoles quedaron satisfechos con el Tratado de la Soledad, Dubois de Saligny —acompañado de Juan N. Almonte recién llegado de Europa— rompió el dialogo y dio la orden para que el ejército francés avanzara. La resistencia en Puebla, al vencer primero a las tropas de Lorencez el 5 de en mayo de 1862 y detener, después, al general Forey con sus treinta mil hombres, en mayo de 1863, fue precaria. Puebla cayó y, al mando del mariscal Bazaine, los franceses ocuparon la ciudad de México el 7 de junio. Para diciembre ya controlaban la mitad del territorio. Se crea entonces la Regencia del Imperio, integrada por Juan N. Almonte, Mariano Salas y el arzobispo Labastida y Dávalos. Y se ofrece el trono a Maximiliano, que desde fines de 1861 espera paciente el momento... Se firman los tratados de Miramar y con el apoyo del Papa Pío IX, cuantiosos recursos otorgados por Napoleón III y el aval de los reyes europeos, la pareja imperial emprende la aventura. Llegan a Veracruz y, ante la solemnidad de la alta sociedad y la febril contemplación del pueblo, el 12 de junio entran a la ciudad de México para tomar posesión de su cargo. La fugaz aventura se desarrolla en tres momentos. Durante el primero, junio de 1864 a febrero de 1865, forma un gobierno mediador —integrado por conservadores, clericales, pero también algunos liberales moderados—, amplía las conquistas militares —del centro y sur, cae prisionero Porfirio Díaz— y aplica una L 44 Javier Pérez Siller política que reconoce la libertad de cultos, legitima la venta de bienes de la iglesia y da protección a las comunidades indígenas. Esto tuvo consecuencias funestas en el segundo momento, de marzo de 1865 a abril de 1866, donde pierde todos sus apoyos: lo abandonan los monarquistas —Gutiérrez Estrada, José Manuel Hidalgo, Francisco Arrangois—; recibe las protestas de la Iglesia —arzobispo Labastida y Dávalos y del Papa Pío IX que rechaza el armisticio propuesto por la comisión imperial— y su fuerza interna se ve totalmente debilitada. La catástrofe inicia desde abril de 1866 y concluye con su fusilamiento. Los republicanos tuvieron fe en la justeza de su proyecto. La victoria, ciertamente heroica, de Ignacio Zaragoza fue espiritual y se convirtió en fuerza movilizadora para la resistencia republicana ante los intervencionistas y para articular la unidad nacional. Frente a la intervención y el Imperio, el gobierno de Juárez retoma la peregrinación y se prepara para una larga resistencia: se establece en San Luis Potosí, luego en Monterrey, finalmente en Chihuahua y se refugia en Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez). Durante tres años, organiza desde ahí la lucha contra la invasión. “La historia nos juzgará” respondió a Maximiliano en una carta donde, además, le reclamó el haber aceptado invadir un país independiente y usurpar el poder legítimamente establecido. La batalla era moral, las armas diplomáticas y la fuerza residía en la dignidad y soberanía de una patria y en la certeza de su nacionalidad. Desde abril de 1865 la situación geopolítica vuelve a cambiar. Alemania va en guerra contra Austria para consolidar su unidad; una potencia emerge. Mientras que en Estados Unidos los unionistas vencen y termina la guerra de secesión. En julio Washington ratifica el reconocimiento del gobierno de Juárez y exige la salida del ejército francés. Todo se acelera en 1866:Napoleón III se da cuenta del enemigo potencial que crece más allá del Rin y busca aliados. En febrero, establece un tratado de amistad con Estados Unidos y fija el retiro de sus tropas de México. Manda un enviado especial para convencer a Maximiliano de abdicar y evitar el drama; hasburgo de origen, su Majestad acepta pacientemente el patíbulo. En la medida que salen las tropas francesas, los republicanos ocupan las plazas, logran sitiar Puebla y vencen los reductos del ejército imperial. El 29 de junio de 1867, en el Cerro de las Campanas concluye la aventura con su vida. “La patria recobrada”, los juaristas entran a la ciudad de México el 17 de julio para restablecer la República, aplicar la Constitución de 1857 y hacer efectivas las leyes de reforma. El proyecto había vencido a su rival, pero aún quedaba el desafío de aplicar normas que distaban mucho de la cultura que tenía la soiedad. El fondo del drama eran los modelos de sociedad que se debatían en occidente: la libertad contra los privilegios, la República contra el Imperio, la tolerancia contra el autoritarismo. Visionario, el gran Victor Hugo lo había preconisado en su carta de 1861 enviada a los poblanos: el atentado contra la República mexicana, continúa el atentado contra la República francesa. Una emboscada completa la otra. El imperio fracasará, así lo espero, en su tentativa infame, y vosotros 67 venceréis. Llegó por fin el 5 de febrero ¡ Día de San... (¡San Felipe de Jesús!), señalado para la evacuación de la capital. Desde muy temprano se quitó la bandera francesa que flotaba en el palacio de Buenavista y poco después las tropas francesas, retirándose de los diversos puntos que ocupaban, se fueron a forma en la calzada de la Piedad y en el Paseo Nuevo [...] las calles por donde tenían que pasar estaban llenas de una inmensa muchedumbre en medio de un gran silencio. (Agustín Rivera). Las concepciones de sociedad que se oponían desde fines del siglo XVIII encontraban tregua: el modelo imperial, monárquico, jerarquizado y autoriatrio quedaba en el pasado, mientras que el modelo republicano, liberal, democrático y tolerante anunciaba el porvenir. Su aplicación mostraría el arduo camino por recorrer. ¿Qué tan consciente fue Eugène de los procesos que vivió el país y de los que fue testigo?, ¿dé que forma participó en ellos?, ¿hasta dónde esos procesos afectaron sus planes o cambiaron su derrotero? 67 «L’attentat contre la République Mexicaine cotinue l’attentat contra la République Française. Un guet-apens complète l’autre. L’Empire échouera, je l’espère, dans sa tentative infâme, et vous vaincrez». Carta de Victor Hugo a los poblanos durante el sitio de 1863. Una época clave en la historia 45 l Gobernantes de México 1. Gral. Antonio López de Santa Anna (20 abr. 1853 al 12 ago. 1854) Gral. Martin Carrera, (15 ago. al 12 sep. 1855) L 46 Javier Pérez Siller Gral. Juan Álvarez (4 oct. a 11 dic. 1855) Gral. Ignacio Comonfort (11 dic. 1855 a 21 ene. 1858) en tiempos de Eugene (1854-1868) Gral. Félix Zuloaga (23 ene. a 2 feb 1859) Gral. Miguel Miramón (2 feb. 1859 a 24 dic. 1860 Lic. Benito Juárez (19 ene 1858 a 18 jul. 1872) Integrantes de la Junta Superior de Gobierno (18 jun. 1863 a 20 may 1864) Gral. Juan N. Almonte Arz. Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos Emperador Maximiliano I Emperatriz Carlota (10 abr. 1864 a 15 may 1867) Nota: Solo presentamos a los más importantes, algunos gobernantes dejaron el puesto un breve tiempo, para simplificar hemos tomado las fechas extremas. El Arzobispo Labastida y Dávalos se separó de la Junta el 28 nov. 1863, en la que también participó Mariano Salas. Una época clave en la historia 47 l II. Itinerario de Eugène Pablo Latapí Sarre Paulina Latapí Escalante El itinerario de Eugène l z Desde su llegada a México Eugène ejerció el arte de la fotografía y se relacionó con el medio, aún incipiente, de fotógrafos. En 1855, se sabe que había siete estudios en las calles más céntricas de la ciudad. Esta foto fue tomada en el estudio de Prevot, ubicado en la calle del Espíritu Santo N° 1 ½, frente al hotel del Bazar, a sólo dos cuadras del lugar donde Eugène instalaría su negocio. L Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante E l descubrimiento del paquete de cartas de Eugène Latapi Loustaunau escritas a su padre, fue decisivo para esclarecer no pocos hechos y circunstancias de su vida en México. Las cartas detonaron la búsqueda y hallazgos, en diversos archivos, de otros documentos que nos permitieron acercarnos a Eugène y comprenderlo inmerso en sus circunstancias. Las cartas Estas cartas,1 escritas a tinta en papel muy delgado, fueron cuidadosamente guardadas por su padre y después por sus descendientes en Arudy. Comprenden 18 años de correspondencia, desde abril de 1850 cuando Eugène se encuentra en Pointe-à-Pitre en Guadeloupe hasta el 12 de diciembre de 1866, Son 38 cartas que hemos numerado en orden cronológico dirigidas a su padre, con excepción de dos a su tío François-Eugène y una a su hermano Joseph. El paquete encontrado incluía otros tres documentos: una comunicación del Courtier de la Bourse, de Bordeaux, a Joseph Latapi sobre la compra de algunas mercancías ordenadas por el tío François-Eugène para ser enviadas a Guadeloupe; el testimonio notarial por el que los hijos de Jacques Latapi se obligan a pagar a su padre, mientras éste viva, 240 francos anuales por haber recibido la herencia de dicho tío; y la carta de Joseph a su hermano Eugène en la que le notifica la muerte de su padre acaecida el 22 de mayo de 1867 (carta escrita el 25 de junio de ese año). Las familias Labedan y Lataste de Pau han recuperado otros documentos y actas civiles, que aportaron importantes precisiones sobre los ascendientes y la familia de Eugène. Sin duda, esta extraordinaria riqueza documental se debe a los hábitos de una familia de greffiers (escribanos forenses) por cuatro generaciones. 1 El itinerario de Eugène l cuando desembarca en Veracruz de regreso de su último viaje a Francia, poco más de un año antes de su muerte (15 de noviembre de 1868). Son documentos notables por su forma y lenguaje que revelan una sólida educación literaria y familiaridad con el género epistolar; obedecen a un acuerdo explícito entre Eugène y su padre de mantener una correspondencia regular (carta 3).2 En ellas trata Eugène los asuntos que considera serán de interés para su padre: estado de salud, situación económica, negocios y proyectos; proporciona también información muy interesante, aunque parca, acerca de su familia y de los acontecimientos políticos de México. Lamentablemente no conocemos ni una sola respuesta de su padre; Eugène alude a ellas y deja ver que había un intercambio epistolar regular, aunque de frecuencia variable: hay una carta en 1851, cinco en 1852, 12 en 1853 (el año con más correspondencia), cuatro en 1854, tres en 1855, pero en los últimos años disminuyen: una en 1856, tres en 1857, una en 1858, una en 1859, una en 1860, una en 1861, ninguna en 1862 ni en 1863, y una para cada año en 1864, 1865 y 1866.3 El correo marítimo, vía Veracruz, Nueva York y París, tomaba sólo tres semanas hasta Izeste y era más confiable que en la actualidad. En esta correspondencia se traduce un sentimiento de respeto y afecto hacia su padre, aunque también una relación conflictiva en la que aparecen resentimientos y reproches, como veremos más adelante; se revelan asimismo rasgos de una personalidad muy definida: un carácter emprendedor y animoso que no se arredra ante las dificultades, un temperamento efusivo y amiguero que presume de sus éxitos, la tendencia a destacar sus cualidades, y una fina sensibilidad por la justicia. Algunos pasajes sugieren otros dos rasgos: la tendencia a balandronear y una imaginación que borda en lo fantasioso. A partir de estos escritos procuraremos, en dos partes: I. Reconstruir el itinerario y los principales hechos de la vida de Eugène. II. Analizar algunas cuestiones más particulares: la relación con su padre, el tema de su deuda con él, los diversos negocios que emprendió en México, y sus opiniones políticas. I. El itinerario De la infancia de Eugène tenemos muy poca información y algunas suposiciones. Nació el 13 de julio de 1824 en Izeste, pueblo que se encuentra a dos kilómetros de Arudy (cabecera cantonal) y a 22 kilómentros de Pau. Perdió a su madre, Anne de Loustaunau, a los nueve años de edad. El padre era greffier, (escribano forense) del Juzgado de Paz de Arudy (circunscripción del Tribunal de Primera Instancia de Oloron), como lo había sido el padre de éste, Joseph, y habrán de serlo también Joseph el hermano mayor de Eugène y el hijo de éste.4 En adelante los números entre paréntesis remiten a la carta referida. Prescindimos de las escritas a su tío François-Eugène en 1850. 4 Disponemos de los nombramientos: el del abuelo de Eugène expedido por Napoleón Bonaparte, Cónsul de Francia el 28 Fructidor de 1799; el de Jacques, expedido por Louis XVIII el 13 de enero de 1819; y el de Joseph, expedido por Louis-Philippe el 22 de mayo de 1843. El significado de la profesión de greffier, que 2 3 L 52 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante El conocimiento de dos cartas de Eugène Latapi a su padre –facilitadas en Pau, por Ariane Bruneton, a Javier Pérez Siller y por éste a la familia Latapí de México-, fue lo que detonó la presente investigación, cuyo principal y feliz resultado fue el reencuentro de los Latapí de ambos lados del Atlántico. Edmond Labedan, entregó a los Latapí de México otras 38 cartas, escritas por Eugène a su padre, hermano y tío, que permanecieron celosamente guardadas durante 150 años en un arcón de la casa Vignalet, en los Pirineos. Este capítulo reconstruye, a partir de dichas cartas, el itinerario de Eugène. Este hermano mayor, Joseph (1815-1897), el preferido del padre, le llevaba nueve años y su hermana Anne-Marie, Annette (1819-1875), a la que siempre tuvo especial afecto (33), cinco. Nada concreto sabemos de su educación, suponemos fue esmerada a juzgar por su manera de escribir y su cultura general. Una pista sería indagar si fue enviado a estudiar a Oloron, donde floreció un colegio de jesuitas cuya construcción aún se muestra,5 o a alguno de los colegios de Pau. Por 1848, cuatro años después del matrimonio de su hermano con Marie Arribere Grammon y cinco después de que éste ha sucedido a su padre en el oficio de greffier, Eugène, de 24 años, decide abandonar el hogar paterno y marcharse a la colonia francesa de Guadeloupe en el Caribe, para trabajar con su tío Francois-Eugène (el cual nunca se casó) en un negocio comercial de importación y exportación. Puede suponerse que esta decisión se debió a la relación afectuosa que tenía con este tío, cuyo nombre llevaba,6 no menos que a la convicción de que en Izeste no tenía mucho futuro, pues Joseph disfrutaba de los privilegios de la primogenitura y Annette, al casarse en 1839 con François Langlet, de oficio capador (hongreur), se había mudado a otra población. Emigrar a las colonias o al Nuevo Mundo, era en esos años una alternativa nada inusual para muchos jóvenes rurales franceses. nosotros habíamos traducido inicialmente como notario, es más amplio y se acerca más a escribano forense. El hijo de Joseph, Jean Baptiste, quien muere sin descendencia en 1883, le sucede en 1873. 5 Los jesuitas habían sido restablecidos en 1815 pero ignoramos cuándo funcionó este colegio. 6 En algunos documentos oficiales y en las primeras cartas, Eugène se firma François-Eugène; después simplemente Eugène o Eug. El itinerario de Eugène 53 l En Pointe-à-Pitre La colonia francesa de Guadeloupe constaba de siete islas, de las cuales las principales eran Basse Terre y Grande Terre cuya cabecera era Point-à-Pitre.7 El cultivo principal era la caña de azúcar. Las condiciones de vida eran muy duras y el clima caluroso y húmedo del trópico agravaba las dificultades. Este clima le vino mal a la salud de Eugène. Desde la primera carta se queja de su enfermedad “…opresión en el pecho, dificultad para respirar y vómitos con sangre...” síntomas probables de tuberculosis que el clima agravaba y de otra dolencia gástrica; el tema de su salud será una constante en toda la correspondencia. Los remedios médicos se reducían a sanguijuelas, pociones calmantes, baños medicinales, aceite de hígado de bacalao y guardar cama.8 La búsqueda de un clima más benévolo será una razón muy poderosa al decidir sobre sus empleos durante el resto de su vida. Pronto Eugène se queda al frente del negocio pues el tío, también por mala salud, decide regresar a Izeste donde muere al poco tiempo. En sus dos primeras cartas, dirigidas al tío, Eugène le da cuenta de algunos pendientes: venta del azúcar, de un carruaje y un caballo, cobro de deudas, etcétera. Tras la muerte del tío, Eugène permanece en Pointe-à-Pitre dos años más; en las cuatro cartas siguientes, escritas desde ese lugar, relata a su padre asuntos de trabajo y le comenta su mal estado de salud. A fines de 1851 regresa también él a Francia en un viaje del que tenemos pocas noticias (6); pero no llegó hasta Izeste, y vuelve a Guadeloupe. Finalmente, el 15 de noviembre de 1852, regresa a Francia en el barco Orinoco con ánimos de permanecer ahí, pues le han ofrecido un buen empleo en una compañía de seguros de Limoges (5). En Limoges A su paso por Southampton, el buque es puesto en cuarentena por el almirantazgo inglés a causa de traer enfermos de fiebre amarilla; días después, precisamente en la fiesta de Navidad, Eugène viaja a Londres, ciudad que le causa gran admiración (8); entra a Francia, pasa por París y se instala inmediatamente en Limoges (9); ya antes (6), Estas islas, descubiertas por Colón en su segundo viaje (4 de noviembre de 1493) fueron ocupadas en 1635 por dos franceses (Jean Duplessis y Charles d’Olive), representantes de la Compañía de las Islas de América. En 1666 la Compañía de las Indias Occidentales sucede a esa y en 1674 vende estos territorios a la corona de Francia. Para trabajar la caña de azúcar se importan esclavos de África de 1660 a 1848. Los ingleses ocupan las islas de 1759 a 1763. Pointe-à-Pitre se funda en 1794. Se anuncia la abolición de la esclavitud en tiempos de la Convención; los finqueros se unen a los ingleses, pero son vencidos por Víctor Hugues con el apoyo de los negros. Sin embargo, en 1802 se restablece la esclavitud; los ingleses vuelven a ocupar las islas en 1810-1814 y en 1815-1816. Finalmente, queda prohibida la trata de negros en 1815 y en 1833 se establece un Consejo Colonial. La abolición definitiva de la esclavitud tiene lugar en 1848 por Shoelcher, por orden de Napoleón III, precisamente por los años en que Eugène llega a la colonia. La producción de azúcar, el principal cultivo, se desploma por 1860. Actualmente, desde 1946, la Guadeloupe es un Departamento de Ultramar; en los ochenta fueron frecuentes los atentados y motines independentistas. La población total de estas islas a mediados del siglo pasado se estima en unos 120 mil habitantes, mezcla de negros, mulatos, creoles (blancos nacidos en las Antillas) y algunos europeos. 8 Posteriormente, en la travesía a Inglaterra en 1852, cae enfermo de fiebre amarilla. 7 L 54 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante Nombramientos de greffier, escribano forense de la corte de paz, a favor del abuelo de Eugène, Joseph Latapi. Dice: “Bonaparte, primer Cónsul de la República, nombra al C. Latapi, antiguo escribano, para cumplir la función de escribano de la justicia de paz del Cantón de Arudy, del 1er tribunal de primera instancia del distrito de Oloron, 28 fructidor del año 10 de la República (15 sep. 1802)”. le había advertido a su padre que no podría llegar a verlo en Izeste, pero que procuraría hacerlo en la primera oportunidad (6 y 7). El viaje a bordo del Orinoco le causa gran admiración por la esplendidez de las instalaciones, el servicio y las comidas; se queja de haber sucumbido a la fiebre amarilla, lo cual le ha dejado una gran debilidad y dolores de cabeza (7). Su trabajo en la compañía de seguros, dirigida por M. Charanton (con el cual y con cuya esposa establece una relación de gran afecto) consiste en la administración y, sobre todo, la correspondencia con los clientes; también la dirección e inspección de las oficinas que dependían directamente de la Dirección General (9); aspira a ser nombrado inspector de los establecimientos de la región y con este objetivo emprende el estudio de los códigos civil y de comercio. Sin embargo, su mala salud continúa (10) y por ello, en julio de 1853, parte a Agen para tomar los baños de Cauterets, pasando por Francescas donde vive Annette (13).(ver mapas al final del capítulo) Ya en Francescas invita a su padre a ir a verlo ahí (13), invitación a la que el padre no corresponde. Regresa a Limoges donde se agravan sus dolencias (15, 16) por la El itinerario de Eugène 55 l humedad del clima: sangra por la boca y se siente muy debilitado. Partirá nuevamente a Lot et Garonne para que lo cuide su hermana y volverá a invitar a su padre a visitarlo ahí (17), lo que tampoco sucede. Es ascendido a inspector y secretario del Consejo de Administración de la compañía de seguros, lo cual implica viajar por la región (17); por su precario estado de salud los médicos le recomiendan el clima de Algeria o Italia. Aunque su padre lo invita a curarse en Izeste –lo que él califica como un ofrecimiento “…muy afectuoso…” de toda la familia (18)– no viaja allá por considerar que el clima natal tampoco le sentará bien. Por su mala salud tiene que renunciar al puesto de inspector (20) el cual implicaba viajes continuos, decisión en la que ve “…otra carrera frustrada…” a causa de su salud. En enero de 1854, ya fuera de la compañía de seguros (de la que también se ha retirado por enfermedad su amigo M. Charanton), hace un rápido viaje a Bordeaux relacionado con un asunto pendiente del tío François-Eugène, y se dirige después a París (22) donde consulta a médicos sobre su dolencia “…de pecho y estómago”. Es durante esta estancia en París, que se prolonga varios meses de 1854, cuando aparece México en el horizonte; la posibilidad de viajar a este país se debe, en primer lugar, al buen clima que será beneficioso para su salud (23), por lo cual ha empezado a aprender el arte de la fotografía, con lo que cree que podrá sostenerse al llegar allá; y, en segundo lugar, al proyecto de un negocio, pues dice que hará “…un viaje de exploración, estudiar el país, sondear el terreno y preparar los caminos para una empresa planeada desde París con algunos de mis amigos…” (24); será un viaje de sólo un año. Llegada a México Zarpa de Havre el 3 de noviembre de 1854 en el barco Léontine; es la tercera vez que sale de Francia. Debe haber llegado a Veracruz a fines de noviembre, aunque su documento oficial de ingreso al país, expedido por el gobierno de Santa Anna, está fechado en la ciudad de México el 27 de febrero de 1855; tenía entonces treinta años. México le maravilla: “…la región más bella de la tierra; la naturaleza la ha dotado de sus tesoros y maravillas…” (25). La República Mexicana tenía a la sazón ocho millones de habitantes y su capital unos 170 mil. Calificada por el viajero inglés Charles Joseph Latrobe la Ciudad de los Palacios, contaba con magníficos edificios coloniales que superaban los de las demás capitales de las excolonias españolas; fuera del centro, sin embargo, el desarrollo urbano adolecía de grandes deficiencias.9 Las dificultades políticas del país a raíz de la Guerra de Independencia (1810-1821) habían provocado una gran inestabilidad e inseguridad. Eugène debe haber contado, en la capital, con algunos contactos en la colonia francesa, para orientarse en el nuevo contexto. La ciudad se extendía: por San Cosme hasta la colonia Santa María la Ribera que empezaba a fraccionarse; entre Balderas y Bucareli había ya edificaciones; nuevas construcciones adornaban las calles Ancha (Luis Moya) y Revillagigedo; atrás de la Plaza de Toros se empezaba a fraccionar el Rancho de San Rafael y la colonia de Los Arquitectos. La avenida Reforma aún no se trazaba; ordenó abrirla Maximiliano como Calzada del Emperador. (Enciclopedia de México, 1976: vol. VIII, pp. 507ss.). 9 L 56 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante Instala su estudio de fotografía al cual nos referiremos más adelante; aunque habla de regresar a Francia en julio de ese año, aplaza después la fecha a octubre y no viene a hacerlo sino hasta dos años después, en junio de 1857. El clima de México le sienta espléndidamente y la belleza del país le encanta; la situación política, en cambio, le parece desastrosa: califica a Santa Anna de “…tirano vulgar y cruel que imita a nuestro innoble Napoleón…” (26). Viaje a Nueva York y a París A fines de mayo de 1857, escribe a su padre desde Nueva York (29) donde lleva ya dos meses como turista; su salud ha mejorado notablemente; y en vez de regresar a México decide viajar a Francia por dos o tres meses, lo hace en el vapor Arago que zarpa de Nueva York rumbo al Havre el 2 de junio; será, dice, un viaje de negocios, probablemente para discutir el establecimiento de la sucursal comercial. Ha perdido su pasaporte y demás documentos, pero confía en que la policía le permitirá ingresar a Francia sin ellos. Esta estancia en París, pasando por Bordeaux y Agen, donde esperó sin éxito saludar a su cuñado Langlet, será breve. El proyecto de ir a Izeste en agosto es nuevamente sacrificado (29); se embarca en Havre de regreso a México el 25 de septiembre. “Carta de seguridad” expedida por el gobierno de Santa Anna a favor de Eugène Latapi con su filiación. Este documento que se encuentra en el Archivo General de la Nación está fechado el 27 de febrero de 1855; por sus cartas sabemos que llegó a finales de noviembre del año anterior. En él se plasmaron algunos rasgos físicos como una cicatriz en el “carrillo izquierdo” (del pómulo a abajo de la mandíbula) así como su estatura (1.76 mts.). Quebranto económico Al llegar a México escribe que su socio en la fotografía lo ha robado miserablemente y ha arruinado el negocio; “…tres años de trabajo perdido…” (31). Afirma tener que renunciar a la ambiciosa idea que venía acariciando: realizar un viaje alrededor del mundo tomando fotografías, lo que hubiese sido un El itinerario de Eugène 57 l gran negocio. También dice verse obligado a renunciar al deseo de establecer una empresa comercial dada la inestabilidad del país, pero no pierde la esperanza de tiempos mejores. La guerra civil ha estallado; se combate en Veracruz, Tampico y San Luis Potosí por lo que los negocios se entorpecen seriamente. Por fortuna sus amigos 10 lo apoyan económicamente y le infunden ánimos (32); proyecta dar clases particulares de francés y de química para sostenerse, pero, pese a todo, no pierde la esperanza (32). Esta situación se prolonga por más de un año (incluyendo el episodio de su encarcelamiento), pues en mayo de 1859 (33) informa que aún continúan sus penalidades financieras, en un contexto muy difícil para cualquier negocio debido a las luchas entre los partidos conservador y republicano. La prisión y el encuentro con Juanita En marzo de 1859 Eugène fue arrestado y encarcelado. Ello sucedío en el contexto del sitio que los constitucionalistas impusieron a la capital y que hizo que el gobierno conservador expidiera una ley de excepción por la cual se detuvieron los sospechosos. En mayo de ese año relata que “…acaba de pasar tres semanas en las prisiones políticas bajo el cargo de conspiración contra el gobierno clerical y a favor del partido republicano…” (33). Él considera esta acusación enteramente infundada, pues jamás ha tenido ni siquiera la idea de interferir de cerca o de lejos en los asuntos internos de México; tan fue injusta su detención, argumenta, que lo liberaron sin proceso ulterior. Por esto eleva “…una enérgica protesta contra el gobierno mexicano…” y le reclama diez mil pesos11 de indemnización. Ésta, por cierto, nunca llegó; no fue apoyada por el gobierno de Napoleón III; Eugène siguió pensando que se le pagaría cuando Inglaterra y Francia otorgaran a Maximiliano un préstamo de cien millones de pesos, lo que nunca sucedió. Un año y tres meses después de notificar a su padre su encarcelamiento y liberación (concretamente el 24 de julio de 1860), le escribe (34) informándole que en la prisión conoció a la joven mexicana Juana Rangel (la nombra sólo como Juanita en la carta) con la cual ha tenido ya un hijo y ha decidido Son frecuentes las referencias a sus amigos cuyos nombres no da. Eugène usa la denominación piastras. Respecto al valor del peso de plata mexicano en esa época, no existe una serie histórica de sus equivalencias, pero el peso era firme. A mediados del siglo, cinco pesos equivalían a una libra esterlina (con variaciones de 15 centavos); hasta 1867 había paridad del peso y el dólar. Una especialista, Margarita Guevara, nos proporciona esta cita sobre la equivalencia con el franco: (Expediente número cvviii, 1832: Valor de la moneda mexicana en Europa, 4849, 23, ix, 32: Chaviteau Hnos y Cía. [de París] a Mangino). En respuesta a una consulta, le informa que “…los pesos y la plata, como la grana y cualquier otro fruto o mercancía, varían en sus precios según la escasez o abundancia comparativamente a las necesidades del mercado”. Las variaciones que registra el peso mexicano van de 5.28 francos a 5.38 francos, “y se puede decir que el precio más constante es el de frs. 5.30 por peso fuerte mejicano (sic). La ley de algunos pesos mejicanos es de 900/1000, de otros 898/1000 y de la mayor parte 896/1000. Estos últimos equivalen a diez dineros y 18 ½ grs. españoles. El peso del peso mexicano es, cuando nuevo, sobre 27 gramos. El precio fijo y constante de la plata en Francia es de 218.89 frs. por un kilo de plata de ley o plata virgen. Estos precios corresponden o son equivalentes a los del peso de plata. Mil pesos remitidos por Méjico, por conducto a Veracruz, pagan de flete y derechos de Estado 3%; derechos de exportación en Veracruz 3%; comisión, 10 11 L 58 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante En el centro de la ciudad de México, en la época de Eugène, se concentraron los poderes políticos, religiosos y económicos. En el Portal de Mercaderes había varios “cajones de ropa y novedades” pertenecientes a franceses. Aquí vemos las carrozas de alquiler (taxis de la época) listos para transportar a los paseantes. La foto fue tomada cerca de 1860, desde una torre de catedral y la calle que se ve a la derecha, es la 1ª de Plateros. contraer matrimonio. El relato de este suceso amoroso debe leerse en la carta original (34): Cuando estuve detenido en las prisiones políticas, hace un año y medio, casi todos mis amigos habían sido encarcelados como yo y por consiguiente me encontraba sin recursos y completamente aislado, abandonado en mi celda, cuando un día mi carcelero vino a decirme que mi esposa pedía verme. Me sobrecogió la sorpresa y de mal humor respondí al vigilante que estaba equivocado puesto que yo no era casado y que debía tratarse de otro prisionero que venían a visitar. ¿Pero es usted el señor Latapi, no es así? Es a usted a quien esta dama quiere ver. –Está bien, déjela pasar. Un momento después vi entrar a una joven cubierta con un velo y el carcelero cerró la puerta gritando: “Disponen de media hora para estar juntos”. sacos y mandaderos $15; de modo que sólo se embarcan en Veracruz, satisfechos los derechos y gastos, $920. Flete de Veracruz a Burdeos: 2%; seguro: 2%; comisión de seguro, de venta, etc.: 1%; en todo 5% o sea $46. Restan 874 pesos, que quedan líquidos en París o Burdeos y vendidos a 5.30 frs. Dan por producto 4,632, lo que hace el peso a 4.63 frs. Esta es la base de nuestros cálculos en nuestras especulaciones. Corresponde poco más o menos al cambio de 43 o 44 peniques por peso sobre Londres.” (Citado en: Luis Weckman, Las relaciones franco-mexicanas (1823-1838), Secretaría de Relaciones Exteriores, 1961, tomo I, pp. 246s.). El itinerario de Eugène 59 l Mi misteriosa visitante recorrió su velo hacia atrás y me preguntó si la reconocía. Respondí que jamás la había visto pero no por esto me daba menos gusto su presencia; enseguida quise abrazarla pero ella me rechazó con severidad diciéndome que no era una cortesana; que si le había dicho al carcelero que era mi esposa era porque sólo así podía llegar hasta mí, y que la finalidad de su visita era simplemente cumplir con una deuda de reconocimiento. Entonces ella me recordó que un año antes, aproximadamente, una tarde en que yo me paseaba sólo por un barrio de la ciudad de México, una anciana me había introducido hasta el lecho de su hija agonizante. La pobre madre me había confesado que por su miseria no podía comprar las medicinas prescritas para su hija; y que entonces yo, en un impulso de generosidad, había sacado de mi bolsillo todo el dinero del cual disponía y lo había entregado a la afligida madre. Más tarde, la hija ya aliviada supo quién era yo y sintió un ardiente amor por mí. Y por esto, añadió, “hoy no he temido hacerme pasar por quien no soy para venir a visitarlo a usted ahora que está en desgracia”. Me dijo que era la hija de un general muerto y arruinado por la Revolución, que su nombre y reputación todavía eran influyentes y que ella gestionaría que se me pusiera en libertad. Además, como la alimentación de la prisión es nauseabunda, “le enviaré sus comidas todos los días y vendré a visitarlo los días permitidos, o sea los jueves y domingos.” Dicho esto y habiendo abierto la puerta el carcelero, me tendió la mano y me dijo adiós, al tiempo que de sus grandes ojos negros rodaban dos lágrimas como perlas. Yo permanecí un instante como bajo el hechizo de un hermoso sueño. Lo que acababa de pasar parecía una visión o la escena de una novela, tanto que me quedé casi una hora en un estado de incertidumbre inefable. Sin embargo, había que rendirse a la evidencia; todos los días durante el tiempo que duró mi cautiverio recibí mis dos comidas al día; Juanita fue mi providencia. Diez meses después de nuestro primer encuentro, ella dio a luz un niño magnífico que se parece a usted (padre) como dos gotas de agua. Le he dado mi apellido y hoy me pregunto si debo también dárselo a la madre. Ella no exige nada, se remite a mi corazón, a mi generosidad. ¿Debo pagar con ingratitud tanta entrega y nobleza de alma o más bien debo unir mi destino a esta joven mexicana, la cual no tiene nada para que ofrecerme que su corazón puro y su noble pobreza? Es ésta la cuestión que le planteo. Ahora que usted conoce la historia de esta relación, dígame si es mi deber legitimarla y, en este caso, envíeme por favor todos los documentos necesarios. Espero impacientemente su respuesta, querido padre, y cualquiera que ella sea, la recibiré siempre con gusto y respeto. Su padre le envió los documentos solicitados pero en su respuesta no tuvo ninguna expresión de simpatía ni por Juanita ni por el hijo de ambos, lo cual dolió profundamente a Eugène: “No estaba usted obligado –le contestó– a deshacerse en expresiones de ternura, pero me hubiera contentado con una sola palabra de simpatía por ella…” (35). No conocemos más detalles de su arresto y liberación; al parecer no llegó a haber un proceso judicial formal contra él 12 y los demás Consultamos con dos especialistas en procesos judiciales de ese tiempo, el doctor Jaime del Arenal y la doctora Elisa Speckman (comunicación personal) quienes nos sugirieron revisar los acervos del Archivo de Concentración de la Suprema Corte de Justicia y del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, ambos en el Archivo General de la Nación, así como la Revista de Jurisprudencia en la Hemeroteca Nacional y el Fondo de Presos y detenidos del Archivo del Ayuntamiento del Distrito Federal. Los especialistas nos 12 L 60 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante acusados, que puede suponerse fueron los mismos que mencionaba el embajador de Francia en sus informes a París como socialistas y demagogos. Texcoco Un año y dos meses después de salir de la cárcel, en julio de 1860, Eugène informa ser el “...director de una fábrica de vidrio...” (34), la cual “…de momento ha suspendido sus trabajos pero los reanudará tan pronto se restablezca la paz en el país…”; y estima que este empleo le reportará entre 15 y veinte mil francos al año, lo que era una suma extraordinaria. Seis meses después, el 28 de enero de 1861, afirma (35) que asumirá pronto la dirección de esa fábrica en Texcoco. Para estas fechas ya ha nacido su segundo hijo. La siguiente carta (36) es la única escrita desde Texcoco y está fechada el 1 de diciembre de 1864, aunque sabemos que desde 1858 tenía domicilio allí. 13 Mantenía, sin embargo, otro domicilio de negocios en la capital (Escalerillas 16, que es la actual calle de Guatemala, atrás de Catedral), una Maison de Commerce Latapi, Verde et Cie. dedicada al giro de cristalería, vinculada al negocio de Texcoco. Por esos años retorna la prosperidad para Eugène. Ya en 1864, lastimado por la actitud de reproche de su padre y por la exigencia de éste de pagarle lo que le debe, Eugène presume Sobre Juana Rangel fue poco lo que se encontró en el transcurso de esta investigación. Por su fe de bautizo conocimos su nombre completo, María Juana Tomasa de la Soledad Rangel Montes de Oca y el de sus padres. Tal vez fue así como Eugène la conoció y se enamoró de ella... de sus éxitos económicos (36): tiene, afirma, suficiente dinero para pagar su deuda, cuenta con la fábrica de vidrio cuyo capital es de cincuenta o sesenta mil francos, espera además el pago de veinte mil francos de indemnización del gobierno de México. preveían dificultades en la búsqueda debido, principalmente, a que los archivos no están clasificados ni completos, y de hecho así fue. Los resultados fueron nulos. También consultamos la prensa mexicana y francesa editada en México de los meses de marzo a junio de 1859 y no encontramos nada. 13 En la escritura de venta de la Fábrica de Vidrio Plano de Texcoco del 4 de mayo de 1858, en que Eugène aparece como fiador, se asienta que es vecino de Texcoco; diez años después, el 9 de agosto de 1868, en el contrato de venta de la fábrica a favor de Eugène también se afirma que “…es industrial, vecino de Texcoco y transeúnte en esta capital (México). Documentos notariales relativos a la fábrica de vidrio en poder del señor Enrique Alatriste, fábrica El Crisol, Texcoco, Estado de México. El itinerario de Eugène 61 l También en el orden familiar es ahora muy afortunado: es “…propietario legítimo de una mujer mexicana…” a la que ama, “…una bella mujer, a juzgar por lo que se dice…” que le ha dado ya cuatro hijos varones y espera el quinto, “…todos grandes, gordiflones y bien portados…”; el mayor, Mauricio (único al que menciona por su nombre), estudia en París; es un niño extraordinariamente precoz que le inspira las más bellas esperanzas. Esta carta debió escribirla Eugène en un momento emocional de gran resentimiento contra su padre y quizás animado por un vino generoso; se despide como “…vuestro hijo insumiso pero siempre afectuoso”. Último viaje a Francia Por agosto o septiembre de 1865 (37) Eugène viaja nuevamente a Francia; esta vez será un largo viaje del que regresará hasta diciembre de 1866 (38). Se ignoran los motivos de esta larga ausencia, sobre todo si se considera que dejaba sola a su esposa con cuatro hijos, todos muy pequeños, recuérdese que Mauricio estaba en París. Desde París14 informa a su padre que está planeando una empresa que construirá el ferrocarril de Sonora; también le informa que desde su llegada lo ha atacado una fuerte gastritis, por lo que irá a pasar dos semanas a los manantiales de Vichy antes de regresar a México, donde ha dejado a “…un representante digno de toda mi confianza” (37).15 Como envía a su padre sus buenos deseos de Año Nuevo así como los de su hijo Mauricio, se infiere que éste continuaba viviendo en París. La última carta de Eugène a su padre (38) está escrita al desembarcar en Veracruz; si bien breve, es densa en contenido: el Imperio de Maximiliano está a punto de derrumbarse, Francia retira sus tropas. De sus negocios afirma que una mala noticia la cual temía no resultó ser tan desastrosa y afirma que podrá “recuperarse de este fracaso”, a no ser que este país “…que parece abandonado de Dios y de los hombres” se hunda por completo en el abismo. ¿Regresar a Francia? No lo dudaría, se contesta, si pudiera liquidar todos sus bienes, pero por ahora no es posible. Su inquebrantable fortaleza está intacta: “Esperemos contra toda esperanza es la divisa de los caracteres fuertes que luchan por todos los medios contra la adversidad. Me he visto en situaciones tan desesperadas que nada me sorprende tanto como verme aún de pie.” La frase de despedida parece presagiar que será la última comunicación con su padre, pues éste muere cinco meses después: “Adiós, padre, amistad en su derredor y tenga usted siempre fe en mi ternura inalterable, Eugène.” El final Muy poco tiempo de vida le quedaba también a Eugène. Recibe la noticia de que su padre ha muerto el 22 de mayo de 1867; se la comunica su hermano Joseph en carta del 25 de junio pidiéndole nombre a su representante legal para la sucesión testamentaria; Eugène nombra a su cuñado François Langlet. Hemos identificado los domicilios de Eugène en París, todos por el norte de la ciudad. Encontramos el poder notarial amplio que el 2 de agosto de 1865 otorga a Eugenio Lang, para que atienda sus negocios durante su ausencia: “Poder judicial otorgado para pleitos y administración por D.Eugenio Latapi a favor de D.Eugenio Lang”, Archivo de Notarías del Estado de México, notaría 1, caja 25. 14 15 L 62 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante II. Algunas cuestiones particulares Anuncio aparecido en el periódico L’Estaffete, 15 de marzo de 1860 (venía publicándose desde diciembre de 1859), donde se indica que el negocio de la vidriera de Texcoco abrió una “sucursal de ventas al menudeo en la calle de Escalerillas N° 15, donde encontrarán vidrios de todos tipos al mismo precio que los de otros fabricantes [...] Su variedad en vidrios de colores es de lo más sorprendente”. El padre muere de apoplejía a los 75 años en Arudy y lo entierran en Izeste; la inscripción de su tumba en el cementerio de este su pueblo natal reza así: “Aquí yace Jacques Latapi, muerto el 22 de mayo de 1867 a la edad de 75 años. Que el recuerdo de este hombre de bien sea imborrable en la memoria de sus amigos como en el corazón de sus hijos. Rogad por él.” A su lado está enterrado Joseph, quien muere el 19 de enero de 1897, a la edad de 78 años. Disponemos de la documentación de la sucesión testamentaria, que resumiremos más adelante. Eugène vive dieciocho meses más; muere el 15 de noviembre, casi un año antes de que termine la sucesión. El acta de defunción determina que la causa de su muerte fue una congestión cerebral. Sus restos descansan en el Panteón Francés de La Piedad en la ciudad de México, junto a los de Juanita su esposa. De las cartas se desprenden muchos temas que pueden ser investigados en profundidad. Hemos seleccionado algunos de mayor interés desde la perspectiva de la historia familiar. Aunque la buena suerte guió nuestras indagaciones, los documentos que encontramos en el lapso de tres años tanto en archivos de Francia como de México, no alcanzaron a responder todas nuestras preguntas. En algunos casos hubimos de contentarnos con dejar abiertas hipótesis para ulterior investigación. La relación con su padre Aunque no conocemos ninguna carta de Jacques a su hijo, con base en las de éste, se percibe claramente que entre ellos había una relación tensa y contradictoria: de parte de Eugène se mezclaba un profundo y aun tierno cariño por su padre con un sentimiento, también muy hondo, de reproche e inconformidad; se sentía injustamente tratado. Eugène es el menor de tres hijos; Joseph, el mayor, le lleva nueve años y goza de todos los privilegios de la primogenitura y de la confianza del padre; más adelante le sucederá en el oficio de greffier; la herencia se dividirá en cuatro partes, pues, además de su parte de hijo, se le asigna la parte viril que corresponde al hijo mayor (derecho que el padre le concedió al casarse en 1844); recibe por tanto el doble. Annette le lleva cinco años a Eugène y, al morir la madre, cuando éste tiene sólo nueve años, puede asegurarse que ella la suplió y dedicó a su hermano menor un cariño especial; de aquí que Eugène siempre conservara un gran afecto por ella, y por ello en sus viajes a Francia la visitara varias veces. Annette también recibe del padre al casarse una dote generosa El itinerario de Eugène 63 l de mil francos y un trousseau valuado en 500 francos (cantidades que se le descuentan al momento de calcular la herencia). Eugène, en cambio, no recibe apoyo económico alguno de su padre; probablemente se marcha de la casa paterna a Guadeloupe al sentirse marginado y comprobar que allí no tiene futuro. Situación que se constata aún más al anunciarle a su padre su intención de casarse en México, y percibir la reacción de dureza de Jacques: ni una palabra de afecto o simpatía por Juanita ni por el hijo ya nacido, ni tampoco apoyo económico alguno. La carta más dramática de Eugène (36) es aquella en que echa en cara a su padre su dureza hacia él; establece una comparación –quizás inventada– entre este trato y la manera generosa y afectuosa como su socio y amigo Víctor Frantz es tratado por el suyo en circunstancias similares. “Sólo faltó –le escribe– que me echara encima a los gendarmes” para cobrarle lo que le debía; y añade: “La culpa la tienen las rocas de los Pirineos: ¡son tan duras!” El padre es afectuoso; siempre contesta sus cartas, le da consejos, lo anima; también lo reprende cuando se entera que ha ido a dar a la cárcel. Pero se rehusa a movilizarse cien kilómetros para irlo a ver a Francescas, quizás porque juzga con toda razón que es Eugène quien debe recorrer esa corta distancia para venir a verlo a Izeste, ya que ha hecho la larga travesía desde México. La percepción que pudo tener Jacques de Juanita es también fácilmente imaginable: una mujer mexicana, en primer lugar, que va a visitarlo a la cárcel y le manifiesta estar enamorada de él, y que apenas salido Eugéne de la prisión, empieza a vivir en su compañía a los 16 años y ha dado a luz un hijo fuera de matrimonio y espera otro; una joven, además, sin fortuna, hija de un general arruinado y ya difunto; en suma, muchas circunstancias que ubican a la nueva nuera muy lejos de la imagen ideal que Jacques hubiera podido tener de la esposa de un hijo suyo.16 Hay, pues, una relación tensa entre ambos; para Jacques, Eugène es el hijo rebelde e independiente que no soportó el hogar paterno y se fue a probar fortuna a un país lejano; para Eugène, el padre representa el orden y la estabilidad que él rechaza; lo percibe como censura per manente o como advertencia moral que se cierne sobre sus actos. Pero lo que ahonda esta distancia afectiva entre ambos es el matrimonio de Eugène. Si ya antes evadía encontrarse con su padre cuando iba a Francia, en adelante resentirá aún más el rechazo. Juanita, por supuesto, nunca se comunicó con la familia francesa; Annette misma, parece haber reaccionado como el padre respecto a su cuñada mexicana (34). Las fórmulas de despedida de las cartas son elocuentes: “Je vous embrasse de coeur” o “tendrement” o “affectueusement”. “Tout à vous de coeur”. “Votre affectioné fils”. “Adieu, mon cher père, La esposa de Joseph, en cambio, era la hija del alcalde de Arudy. Solicitamos al Archivo Histórico de SEDENA información sobre el general José Fernando Rangel, del cual conocíamos su nombre a través de la Fe de bautizo de Juana Rangel. (Archivo Histórico del Arzobispado de México, caja 44, rollo 310, partida 74, 8 de marzo de 1840). La respuesta en el oficio 26811/317 fue que “…no se localizaron datos del supuesto general José Fernando Rangel”. En la fe de bautizo referida se encuentra el nombre de pila de Juana Rangel, “María Juana Tomasa de la Soledad”, y también el de su madre María Ignacia Montes de Oca. 16 L 64 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante je vous embrasse de coeur”. “Adieu, amitiés à la famille et à vous de coeur”. “Veuillez bien croire toujours à ma tendresse pour vous.” “Votre fils qui vous aime.” “Adieu, brave et bon père, recevez avec mes souhaits de bonne santé et de longue vie, mes affectueux embrassements que je vous adresse de coeur, ainsi qu’à toute la famille.” “En attendant, je vous dis adieu, ou plutôt au revoir, pour vous embrasser en chair et os comme je vous embrasse ici de coeur.” “Adieu, excellent père, veuillez embrasser tout le monde pour moi et me croire toujours digne de votre affection la plus tendre.” Dos despedidas son excepcionales: cuando está en la miseria, termina así su carta (31): “Enfin, mon pauvre vieux Jacques, tout n’est pas rose dans la vie. Il faut pour apprécier le bonheur avoir éprouvé quelque malheur, c’est là la charme. Ne désespérons pas, allez, nous chanterons encore “elle aime à rire, elle aime à boire”. En attendant, réunissez vous tous en famille –Pellecaas y Pountelous–17 pour boire à ma santé et à ma prosperité. Je vous rendrai la pareille. Amis, il nous faut faire une pause. Bonsoir!” La otra (36) aparece en la carta en que reprocha a su padre su dureza y le presume su buena situación: “En attendant, je boie un verre de Chambartin (vin de Bourgogne que vient de recevoir mon associé, comme souvenir paternel) à votre santé, ainsi qu’à celle de toute la famille. Votre fils insoumis mais toujours affectueux.” La deuda siempre presente y la sucesión testamentaria del padre Esta conflictiva relación se agrava por un asunto económico: el dinero que Eugène debe a su padre –240 francos al año, a partir del 25 de agosto de 1850–, en virtud de la obligación Gaveta con los restos de Eugène Latapi y de Juana Rangel, su esposa, en la Capilla del Panteón Francés de la Piedad, en la ciudad de México (La fecha de nacimiento de Eugène está equivocada: debe ser 1824). impuesta a los tres hijos por el tío FrançoisEugène al heredarlos. Eugène recibió seis mil francos como herencia de este tío, al igual que los otros dos hermanos; es este capital el que le permite emprender sus negocios en México y le otorga independencia.18 Esta deuda está presente a lo largo de toda la correspondencia y es motivo continuo de fricción con su padre quien le exige su pago ante sus morosidades. En agosto de 1853 Eugène envía a su padre dos billetes de cien francos y una letra por otros cincuenta francos que le adeuda un primo suyo en Laruns, con objeto de cubrir la renta de ese año (los diez francos restantes quedarían abonados para el año siguiente) (14); el primo, sin embargo, no reconoce esa deuda de cincuenta francos (16) y Eugène le escribe indignado, pero acepta seguir debiendo a su padre esa cantidad, pago que efectúa cuatro meses después (20). Expresión burlona para designar a los habitantes de Arudy e Izeste. Reparto de herencia de François Latapi: documento notarial del 6 de octubre de 1851, firmado por los herederos; Jacques, Joseph y Eugène Latapi. (Ver imagen del documento en la primera página del capítulo V). 17 18 El itinerario de Eugène 65 l En julio de 1854 reconoce la deuda de ese año (23), pero se excusa de no cubrirla debido a los gastos de instalación que tendrá al llegar a México y los de la atención de su enfermedad; pide que lo espere al mes de octubre; menciona que espera le envíen de Guadeloupe mil francos que le deben y entonces pagará los 240 a su padre. Sin embargo, ya en México, en abril de 1855 (26), reconoce que ese dinero no le fue enviado al padre y le promete enviarle 500 francos en agosto de ese año, para cubrir los dos años que adeuda; su padre no debe tener la menor inquietud por este concepto. Tres meses después le dice que, si ese dinero le urge puede pedírselo al cuñado Langlet quien podrá dárselo y que él le dará instrucciones en este sentido; por “...una suma tan mínima...” los bancos de México no aceptan hacer envíos. Un año más tarde, en julio de 1856 (28), Eugène se pone al corriente de tres años de deuda; envía un giro por 800 francos para cubrir 756 de las tres anualidades más los intereses e instruye a su padre que lo que sobre lo reparta entre los sobrinos de Arudy en recuerdo suyo. Promete ser más puntual en el futuro, pero esta promesa se queda sin cumplir pues le sobreviene la mala fortuna (31 y 32) y por añadidura el incidente de su encarcelamiento (33). En adelante invocará la esperada indemnización de diez mil pesos exigida al gobierno mexicano, como razón para no cubrir su deuda hasta disponer de esa cantidad. En enero de 1861 (35) reconoce su retraso de tres años, pero asegura a su padre que le pagará tan pronto le sea posible, dado que está a punto de entrar como director a la fábrica de Texcoco. 19 Pasaron otros tres años sin que se pusiera al corriente, y a fines de 1864, suponemos que recibe una nueva y enérgica reclamación de su padre, pues estalla en indignación echándole en cara su dureza para con él (36). Podría pagarle, le dice, pero no lo hace porque no quiere; fanfarronea sobre su fortuna y holgura económica. Está en pie la indemnización que espera le pague el gobierno de Maximiliano (ahora es “…de 20 mil pesos…”); si se la pagan en mayo de 1865, hará el soñado viaje alrededor del mundo tomando fotografías. Sin embargo, en diciembre de 1865 (37) informa desde París que esa indemnización no le ha llegado y que por razón de esta deuda no cubierta no quiere presentarse ante su padre. Al volver a México, la situación política por la inminente caída de Maximilano (38) hace inseguros todos los negocios, y ésta es una nueva razón para aplazar el pago de sus adeudos. En la sucesión testamentaria se le descuentan de su parte los 2 mil 340 francos que adeuda; también se le descuentan a Annette 720 y a Joseph mil 200 que también deben al papá. Es probable que Eugène supiera de estos incumplimientos de sus dos hermanos y que Jacques no les exigía su pago como a él, lo que aumentaría su enojo. Es interesante analizar las cuentas de la sucesión testamentaria. Hecho el inventario de bienes inmuebles y el de los créditos que adeudaban los tres hijos y otras varias personas al padre difunto, se acomodan todos los activos de tal modo que se completen las dos cuartas partes del total que corresponden a Joseph y las otras cuartas partes, una para Annette y otra para Eugène; cada cuarta parte representaba 4 mil 180 francos.19 Esta cantidad equivalía al precio de una granja agrícola pequeña en la región. L 66 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante Nombramiento de greffier dado por el rey Louis Philippe que “nombra escribano forense de la justicia de paz del cantón de Arudy al Sr. Latapi (Joseph), antiguo burócrata, en sustitución del Sr. Latapi (Jacques), su padre, quien dimitió. Otorgado en Neuilly, el 22 de mayo de 1843”. Se sabe que Jacques cobró a su hijo el traspaso del puesto que ocupaba. A Annette le restan de esta cantidad la dote de mil francos y el trousseau de 500 que recibió al casarse, así como su adeudo por las rentas no pagadas y le quedan sólo 307 francos, además de tres créditos de deudores particulares que puede cobrar (de 314, mil 338 y 307 francos). Total, recibe 2 mil 266 francos. A Eugène le restan los 2 mil 340 francos de sus rentas no pagadas, con lo cual lo que se le debe pagar son sólo mil 840 francos (de los 4 mil 180 que le corresponden). Esta cantidad se le cubre entregándole cuatro créditos de acreedores del padre: tres de personas particulares (por 109 mil 333 y 336 francos) y uno de 1060 francos del Crédit Foncier de France (que suman mil 838 francos). De esta manera se le cubre la parte de la herencia que le toca. Joseph, en cambio, se queda con todas las propiedades inmuebles y un crédito de un particular; curiosamente no figura la casa de Izeste en la lista de propiedades inmuebles, que probablemente ya había pasado a ser propiedad de Joseph. Nada se dice sobre cómo harán llegar a Eugène los créditos que le corresponden, quizás porque ya sabrían que éste había muerto un año antes; el acta de la sucesión testamentaria se firma el 14 de enero de 1869. Mucho menos hay mención alguna de Juanita; seguramente no le enviaron nada. Llama la atención la esmerada precisión de toda la familia en materia económica. Joseph se hace pagar puntillosamente todos los gastos hechos con motivo de la muerte del padre y de la sucesión (tres francos al campanero, seis al sepulturero, seis por cada viaje a Oloron para hacer trámites, etcétera). Esta actitud es propia de la profesión de greffier. Eugène también le hace notar a su padre (13) que si lo va a ver a Francescas podrá regresar a Izeste en el carruaje de Langlet franc de port, y en los cálculos de sus adeudos siempre incluye la consideración de los intereses. Los negocios Espíritu audaz y emprendedor, Eugène estableció varios negocios durante sus años en México, aprovechando su formación, la cultura de negocios de su familia de origen, sus amistades y sobre todo la experiencia comercial que adquirió en Guadeloupe y en su trabajo en Limoges. El itinerario de Eugène 67 l Para marzo de 1855, apenas cuatro meses después de haber llegado a México, se asocia con un joven de Lyon, apellidado Martel y establecen Latapi y Martel como negocio fotográfico en la segunda calle de Plateros 2. En un anuncio publicado en el periódico El siglo Diez y Nueve repetidamente entre los meses de marzo y noviembre de 1855, Latapi y Martel se presentan como daguerrotipistas y fotógrafos. Anuncian “…retratos con la mayor perfección posible, sobre planchas metálicas, papel, vidrio y lienzo.” Promocionan la reproducción en papel en número infinito y la posibilidad de poder tomar fotografías a domicilio.20 Estos datos dan pie para suponer que aunque manejan el daguerrotipo, promueven “…los adelantos y progresos que se han hecho últimamente…” y que, posiblemente, se refieren a las fotografías producidas con la técnica de colodión húmedo. A diferencia de los daguerrotipos, estas fotografías se podían copiar y, por ende, vender a gran escala. Además, con esta técnica perfeccionada por Frederick Scott Archer en 1851, el negativo era de mejor calidad y se obtenía una gran definición tonal. La toma de la fotografía se realizaba con una placa de vidrio revestida de sales de plata y una solución pegajosa llamada colodión. Las impresiones obtenidas eran de tonos negrosverdosos. Una variante era un colodión brillante que se barnizaba. Se podía o no entonar, en el primer caso las impresiones eran café-rojizas en el segundo café-púrpura o púrpura.21 La única fotografía que hasta la fecha se ha encontrado con el sello de Latapi y Martel retrata a Aimé Gassier, empresario de Barcelonnette, y posiblemente sea colodión brillante.22 Resulta importante, establecer el lugar que ocupa este negocio de Eugène Latapi dentro del contexto de la historia de la fotografía en nuestro país. Como se ha visto, su estudio fue pionero en la introducción de la innovación tecnológica del colodión húmedo. Con esta técnica nació, por una parte, la posibilidad de reproducir en serie copias sobre papel, lo cual es el antecedente de las tarjetas postales cuyo uso se popularizó a finales del siglo XIX. Por otra, se difundió más la fotografía, pues se facilitó su producción y sus costos, en comparación con los daguerrotipos, fueron más reducidos. Además, no sólo introdujeron las nuevas técnicas sino que fueron también un vehículo de constante actualización en materia fotográfica. Latapí y Martel decían pertener a la sociedad fotográfica de París, fundada en 1851 y se consideraban los únicos corresponsales en México. Cada mes recibían un reporte científico con los últimos adelantos así como los materiales necesarios para practicarlos.23 Realizaban tanto miniaturas como retratos tamaño casi natural y Hemerotecas “El siglo Diez y Nueve”, 9 de marzo, 1855. Juan Carlos Marín, Manual de conservación fotográfica, México, INAH, 2001, p.41 y 55. 22 El trabajo de identificación de la técnica de esta fotografía rebasa las intenciones de este libro. Queda en manos de los especialistas en las técnicas fotográficas de esos tiempos determinarlo. Esta fotografía la encontró Javier Pérez Siller, en abril del 2000, al realizar una entrevista a la historiadora Sylvie Patron, descendiente directo de Aimé Gassier, en Barcelonnette. La pudo fotografiar gracias a la amabilidad de Madame Patron. 23 Ma.Fernada Ríos Z., Noticias hemerográficas sobre el uso de la fotografía en México, Tesis para obtener el grado de licenciada en Historia del Arte, México, Universidad Iberoamericana, 1985. 20 AGN, 21 L 68 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante contrataban dibujantes hábiles que los retocaban. Ofrecían también clases de fotografía en ocho sesiones y vendían lo necesario para practicar ese arte. Su negocio fue sumamente próspero. En la carta de Eugène fechada el 3 de abril de 1855 relata que cobraba cien francos por retrato y había días en que lograba hacer tres, “…si bien el 50 por ciento de los ingresos se ocupaba en los materiales y otros gastos”. Si se considera que su pasaje, de primera clase en el Orinoco, de Nueva York al Havre, le costó 800 francos, debe concluirse que el arte fotográfico le deparó muy buenos ingresos .24 Para 1860 en la ciudad de México había siete estudios, uno de ellos era el de Latapí y Martel. Las calles de Plateros (hoy Madero), Escalerillas y otras tres eran las más lujosas. En el mes de enero de 1857 Latapi y Martel publicaron un anuncio en uno de los periódicos de la colonia francesa, L´Estaffeette, en el que avisaban el cambio de domicilio de su negocio a la calle de Alcaicería número 1 (hoy Palma) esquina con Plateros. El nuevo local y su ubicación eran mejores. El anuncio dice textualmente que el cambio obedece a tener “…mayor amplitud y elegancia…”, en “…el ya conocido y renombrado negocio”. En la sesión del 18 de abril de 1865, tenida en Veracruz, la Comisión de Reclamaciones del Imperio examinó la reclamación N° 231 de E. Latapi: “... es motivada por el encarcelamiento y la detención arbitraria de la que fuera víctima, durante el mes de marzo de 1859, y por la cual reclama una indemnización de 6,000 ‘piastras’. Al no venir acompañada, esta reclamación, con los documentos justificativos de los hechos que se alegan, la Comisión decide que el Señor Latapi será invitado a presentar los documentos necesarios”. En él se impartían clases de fotografía y se vendían toda clase de artículos relacionados con este arte.25 En esa época Latapi y Martel realizaron un retrato de Miguel Lerdo de Tejada.26 La situación de prosperidad del negocio fotográfico se enfrentó, sin embargo, a la competencia. Ya preveía esto Eugène en su carta de julio de 1856. 27 Dicha competencia se infiere del análisis de dos expedientes Carta número 28. Hemeroteca Nacional, UNAM, Le Trait d’Union, 2 de junio de 1857 [microfilm 1857-1860]. El anuncio se publicó repetidamente entre los meses de enero y junio. 26 Ma. Fernanda Ríos Z., ibidem, p.64. Se hizo una búsqueda en diversas fototecas para rastrear fotografías tomadas por el estudio de Latapi y Martel. La búsqueda, sin embargo, fue infructuosa. Los acervos fotográficos consultados fueron: Banco de México, Fototeca Casasola, Fototeca Manuel Toussaint (Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM) fototeca Orozco y Berra, Monumentos Históricos del INAH, Museo Nacional de Arte, Museo Franz Mayer y Secretaría de Relaciones Exteriores. Posiblemente la causa de la inexistencia de fotografías firmadas por estos fotógrafos, sea que la mayoría de fotografías de ese tiempo no tiene sello ni firma. La excepción es la fotografía (la única que tenemos) del empresario de Barcelonnette, antes citada. Posiblemente esta fotografía dé la pauta a los especialistas para atribuir otras fotografías al estudio de Latapi y Martel o bien, puedan hallarse otras más en otras colecciones o mexicanas en el extranjero. 27 Cfr. Carta 28. 24 25 El itinerario de Eugène 69 l relativos a problemas por patentes, en los que Eugène Latapi intervino solicitando al Ministro de Industria y Fomento que no otorgara los privilegios de exclusividad solicitados por los franceses Oliver B. Curtis y Roberto Chauner para retratos de bulto, y de Juan Bautista Morales, poblano, para fotografías de tamaño natural. En ambos casos Latapi argumenta que dichos procedimientos ya eran conocidos en Europa y que de otorgarles los privilegios se favorecería la creación de monopolios. Por supuesto que, además, los propios intereses de Latapi y de los estudios ya acreditados se verían afectados. Uno de los documentos presentados por Eugène Latapi tiene al final una nota que dice; “Agregar a sus antecedentes, publíquese y cítese para la junta de reglamento el día 12 del actual”. Estos datos nos permiten saber que Latapi estuvo muy activo en estas gestiones. En 1857 los referidos fotógrafos Curtis y Chauner introdujeron de Estados Unidos a México los tynotipos que resultaron ser la versión barata del colodión.28 Aunque los tynotipos tenían menor calidad que las técnicas usadas por Latapi y Martel el factor precio fue decisivo,29 lo que provocó que el negocio de Latapi y Martel decayera. Por ello, el hecho de que, unos meses después del regreso del viaje que realizó Eugène entre los meses de mayo y septiembre de 1857, escribiera que encontró arruinado su negocio, que su socio le robó y que había perdido tres años de trabajo, 30 posiblemente sea parcialmente cierto, pues una referencia indica que, el negocio que tenía en sociedad con Martel continuaba funcionando en 1860 junto con otros cinco estudios. Y no sólo permanecía sino que seguía siendo uno de los estudios más solicitados en la capital.31 Podemos detenernos un momento a imaginar cómo se desenvolvió la vida de Eugène en esos primeros años de su estancia en México, con su negocio y su domicilio (2da. de Plateros 8 ) en el primer cuadro de la capital. Como ya se dijo en el capítulo I, a nivel nacional, la situación era muy difícil: México tenía poco tiempo de haber padecido las pérdidas territoriales que habían provocado un sentimiento de humillación en la población; además había profundas divisiones internas entre conservadores y liberales, la economía estaba sumida en una crisis. Estas situaciones se agravaron con la Guerra de Reforma. El periodo que siguió a la victoria liberal no trajo la paz social: la violencia era cosa común. Un viajero que estuvo en la ciudad de México cinco meses en 1857 fue el afamado fotógrafo Désiré Charnay. Nos queda la duda de si estuvo o no en contacto con Latapi. Sin embargo podemos pensar que Charnay y lo que él representaba, influyeron en Eugène cuando se quejó ante su padre de su fracaso en el negocio de fotografía y afirmó que tuvo que renunciar a realizar un viaje alrededor del mundo tomando fotografías.32 Además de la ausencia en las cartas de una referencia a Charnay, nos sorprende que Eugène no Ma. Fernanda Ríos Z., Ob.cit., p.67. La competencia también se trasluce en dos pleitos de los cuales tenemos noticias que sostuvo Eugène relativos a patentes. AGN, Solicitud de patentes, Sección Secretaría del Fomento, Oficina de Patentes y Marcas, caja 4, número 350, 8 de marzo de 1858. 29 Ibid pp. 69 y 98. 30 Cfr.Carta 32. 31 Humberto Musacchio, Milenios de México, México, Editorial Raya en el Agua, 2001, tomo 1, p. 1002. 32 Cfr. Carta 31. 28 L 70 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante Anuncio aparecido en varios periódicos de la ciudad de México a principios de 1855 donde se anuncia la instalación del estudio fotográfico de Latapi y Martel en la 2ª Calle de Plateros N° 2. “Acaban de llegar a esta capital los señores Latapi y Martel acreditados daguerrotipistas y fotógrafos de París para los que no era un secreto ninguno de los adelantos y progresos que se han hecho últimamente en este arte, retratan con la mayor perfección posible, sobre placas metálicas, papel, vidrio y lienzo [...] Los retratos hechos en papel pueden sacarse en un número infinito de ejemplares, obteniendo el cliso, y podrán darse tantas copias como se quiera mediante una pequeña retribución”. mencione un fuerte temblor que sacudió a la ciudad de México en 1859. Prosiguiendo con su empresa fotográfica hay que tener en cuenta dos situaciones personales que, posiblemente, afectaron al negocio en el año de 1859: su encarcelamiento y su cambio de residencia a Texcoco. Es probable que estos fuesen factores significativos para que se disolviera la sociedad con Martel. La fotografía, no obstante, cada día fue teniendo más auge en la ciudad y Eugène no se desligó de ella.33 Tiempo después lo encontramos asociado con Jean Baptiste Prebot.34 El domicilio es el mismo que el que tenía con Martel, de lo que inferimos que Latapi no quedó arruinado. Al final, y posiblemente relacionado con su cambio de giro hacia la industria del vidrio en Texcoco, también se disolvió la sociedad con Prebot. En agosto de 1863 en el periódico L´Estafette, encontramos un anuncio de venta o traspaso del negocio Latapi y Prebot.35 Para 1866, en el mismo domicilio, existía ya otro negocio.36 Prebot, no obstante la disolución de la sociedad, continuó con el negocio. Tenemos noticias de que ese año patentó un procedimiento para lustrar fotografías.37 Era el pleno boom de la fotografía debido a la “...instauración del protocolo imperial...”38 pero Eugène ya no se benefició con esto, pues se encontraba radicando en Texcoco dedicado a la empresa de vidrio soplado. Según Olirier Debroise, Fuga Mexicana, Un Recorrido por la Fotografía en México, México, Conaculta, 1994, p.30, en 1860 había más de veinte estudios fotográficos en la ciudad de México. 34 El apellido Prevot aparece en los documentos como Prebot o Prevo. 35 Hemeroteca Nacional, Instituto de Investigaciòn Bibliográfica, UNAM, L´Estafette, el anuncio aparece diario entre el 14 y el 31 de agosto de 1863. 33 El itinerario de Eugène 71 l La fábrica Vidrios de Texcoco La relación de Eugène Latapi con el negocio del vidrio soplado data del mes de mayo de 1858. Latapi funge como fiador en la operación de venta de la fábrica Vidrios de Texcoco de Agustín Ollín a los franceses Eugenio Lang y Juan Séller. Este negocio contaba con un expendio de vidrio en la ciudad de México, en la calle de San Agustín, número tres. Al año siguiente, en el mes de diciembre, lo encontramos en Escalerillas número 15. Promocionan “vidrios blancos de superior calidad, morados, verdes, amarillos, azules y rojos”.39 Esta fábrica ya estaba acreditada. Sabemos que en 1851 en una exhibición de objetos industriales Vidrios de Texcoco obtuvo un premio extraordinario por los objetos que presentó. ¿Cómo se relacionó Eugène con esta empresa? Posiblemente por dos razones, por el vínculo entre la fotografía y el vidrio (la necesidades de éste tanto para los daguerrotipos como para el colodión húmedo) y por el contacto con los inmigrantes franceses que ya trabajaban en la fábrica La Cantabra. En especial, es importante su relación con Víctor Frantz quien había llegado en 1855, junto con el alemán Arthur Joseph Mayer, a trabajar a La Cantabra, instalada por un francés apellidado Bert en 1800.40 Esta fábrica posiblemente se había fusionado con otra de antigua tradición llamada El Crisol.41 Afirmamos esto, pues en los datos estadísticos de 1854 se hace referencia a una sola fábrica de vidrio en Texcoco.42 Un año después de haber sido fiador, sabemos que Latapi pagó los pasajes de Christian Derflingher y otros alemanes apellidados Kurle, Griner y Signar. También llegó Antonio Derflingher, hermano de Christian y yerno de Frantz. De ahí se puede deducir que haya sido Frantz quien recomendara con Latapi a los otros Arturo Aguilar Ochoa, La Fotografía durante el Imperio de Maximiliano, México, UNAM/Instituto de Investigaciones Estéticas, 2001, p. 154. 37 Inventos, patentes y privilegios, México, AGN, 1984, p. 19. 38 Debrois, Ibidem, p. 29. 39 AGN, Hemeroteca, Diario de avisos, c.1858-1860 [documento incompleto]. Hemeroteca Nacional, L’Estafette, 15, 03, 60. Reconstruir la historia del vidrio de Texcoco es un trabajo pendiente para los historiadores. Los datos que se proporcionan en este apartado fueron aportados por la búsqueda en el Archivo Municipal de Texcoco, los documentos notariales en poder del actual dueño de El Crisol, señor Enrique Alatriste y las cartas de la testamentaría que resguarda el señor Rafael Rodríguez, dueño de Vidrios de Texcoco. La única obra que hemos encontrado, que aborda la historia de vidrio en Texcoco (José Rogelio Álvarez, Vidrio Soplado, México, Editorial Novaro / Instituto Mexicano de Cultura, 1968), contiene información incompleta e incluso presenta datos incorrectos. Algunas referencias aisladas las da el texto de Mc. Gowan, Op cit., pp. 218 y 219. 40 Bancroft, Recursos y Desarrollo de México, en Humberto Musacchio, Milenios de México, México, Ed. Raya en el Agua, 2000, tomo 3, p. 3218. 41 El Crisol fue fundada por Guillermo Hay, de nacionalidad belga, en 1749. Gerard l. McGowan (coord.) Historia General del Estado de México, Toluca, Estado de México / Colegio Mexiquense, 1998, p.223.) El libro de actas notariales en poder del señor Enrique Alatriste, contiene documentos relativos al predio que datan del siglo XVI. 42 Anales del Ministerio de Fomento, Industria agrícola, minera, fabril, manufacturera y comercial, y Estadística General de la República Mexicana, México, 1854. 36 L 72 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante trabajadores por ser “expertos sopladores de vidrio”.43 Por otra parte se ve que Eugène está ya involucrado en la administración de la fábrica y cuenta con buenos recursos, obtenidos de su estudio fotográfico, para invertir trayendo trabajadores. El año de 1865 es un año importante en el negocio de vidrio para Latapi. En el mes de mayo tomó en renta la fábrica del señor Labadie, influyente empresario, también francés. Esta negociación realizada mediante un contrato particular estipulaba “…que si conviniese al señor Latapi en cualquier tiempo quedarse con la propiedad de esta fábrica se realizaría la venta por la cantidad de 2 mil 500 pesos”.44 El 15 de julio de ese año se asoció con el italiano Francisco Verde y con el español José Azcona. En la sociedad, además de la fábrica entraron la mina y los molinos de calcedonia que eran importantes para la producción del vidrio.45 Al mes siguiente, entre los días 24 y 30 de agosto, el emperador Maximiliano realizó un viaje a Texcoco. Su secretario particular relata que visitó las escuelas, la cárcel, el hospital y la fabrica de vidrio donde dirigió felicitaciones muy cordiales al propietario, estimulándole a seguir haciendo prosperar esta industria.46 Cabe la posibilidad de que haya visitado Vidrios de Texcoco, pues tenemos noticias de que Guillermo Hay, importante industrial belga A pesar de haber ejercido el oficio de fotógrafo durante casi una década (1854-1863), sólo hemos encontrado una foto tomada por Eugène. Se trata de un retrato de Aimé Gassier, originario de Barcelonnette, empresario futuro diputado y senador, que vivió en México entre 1855 y 1867. En su parte inferior izquierda, se ve un sello donde se lee: “Latapi y Martel, México, 2ª de Plateros N° 2”. Signo de propiedad intelectual que era poco utilizado en esa época. La foto fue tomada entre 1855 y 1856, ya que en 1857, el estudio cambia de domicilio. Carta fechada el 23 de enero de 1869 Carta F25 (y 25 B) del albacea de la testamentaría de Eugène Latapi.. Documentos notariales referentes a Vidrios de Texcoco, en poder del señor Enrique Alatriste en la ciudad de Texcoco. Oficio Público IIB. Notario Ignacio Burgoa. 45 Poder otorgado por Eugène Latapi a favor de Eugenio Lang el 2 de agosto de 1865 (por su viaje a Francia). Archivo de notarías, Toluca, Estado de México. 46 José Luis Blasio, El emperador Maximiliano y su corte, Memorias de un secretario, México, UNAM, 1996, p.94 y 95. 43 44 El itinerario de Eugène 73 l dedicado en Texcoco a la industria de la sal47 y tan cercano a Latapi, que en junio de ese año le había nombrado albacea de su testamento,48 hizo una petición al emperador para que visitara esa fábrica.49 Los historiadores de Texcoco habrán de esclarecer esta hipótesis. Existen registros de que fue tres años después, el 9 de agosto de 1868,50 cuando Eugène compró la fábrica. Fungir legalmente como propietario duró a Latapi escasos tres meses, pues la muerte le sobrevino el 15 de noviembre. La trayectoria de la fábrica tras su deceso es compleja, y puede seguirse en cerca de cien cartas del albacea de su testamento el señor Gustav Guichenné.51 Podemos ahora, como lo hicimos trazando algunas pinceladas de su vida en la ciudad de México, intentar reconstruir el contexto de Texcoco que Eugène y su comunidad de extranjeros, fundamentalmente familias francesas, compartieron. A nivel nacional el país vivió la Guerra de Reforma, el triunfo de Juárez, la intervención francesa, el establecimiento y derrumbe del Segundo Imperio y la Restauración de la República. A nivel regional, Texcoco fue cabecera de uno de los dos distritos en los que, a partir de 1833, estaba dividido el estado de México. A Eugène le tocó vivir el cambio de nombre de Texcoco a Texcoco de Mora en 1861. En las décadas de 1830 y 1840, Texcoco se abrió a la inversión extranjera, otorgando facilidades a los inversionistas.52 Su cercanía con la ciudad de México fue determinante. Los medios de transporte del tiempo de Eugène fueron: canoas o pequeños barcos de vapor en épocas de lluvias53 (en canoa realizó el citado viaje Maximiliano), carretas sujetas a una enorme inseguridad originada por los frecuentes asaltos y, desde agosto de 1859, el ferrocarril.54 Documentos sobre la explotación de las sales contenidas en la laguna. Fondo independiente, Hacienda, Archivo Municipal de Texcoco, 1867, cajas 1858-1911. Se buscaron más detalles sobre la visita para determinar qué fabrica de vidrios visitó, en el Diario del Imperio (1868-1867) y el Periódico Oficial del Imperio (1863-1864), pero ninguno de estos periódicos aporta información al respecto, Fondo Reservado, Hemeroteca Nacional, UNAM. 48 Testamento de Eugenio Latapi del 5 de junio de 1865. Archivo de Notarías del Estado de México, notaría 1 caja 25, legajo 6, fojas 104-111. 49 AGN, Peticiones, Imperio, Galería 5, Vol. 29-90, Exp. 61-64. 50 Oficio público sobre el contrato de venta de la fábrica vendida por Labadie y Cía. a Eugenio Latapi, (II B). En el libro de documentos notariales que está en poder del señor Enrique Alatriste, dueño de El Crisol. 51 El hecho de que el albacea sea el señor Guichenné y no Guillermo Hay, nos lleva a pensar que Eugène Latapi cambió su testamento o hizo uno nuevo. Hasta el momento en que terminamos esta investigación no lo encontramos. Las cartas, copias en papel de arroz, muchas de ellas de difícil grafía, fueron transcritas para esta investigación por Juan Latapí Sarre. Las originales están en poder del señor Rafael Rodríguez, dueño de Vidrios de Texcoco. 52 Gerald McGowan, ibidem, p. 223. 53 Salían del Zócalo capitalino hacia Chalco. Vid. Ezequiel Escurra, De las chinampas a la megalópolis. El medio ambiente en la cuenca de México, México, FCE, SEP, Conacyt, (Colección La ciencia desde México, no. 91), 1990, p.45. 54 En el Diario de Avisos del 20 de abril de 1859 se anuncia “nueva línea de México a Texcoco, salida 7:00 AM., llegada a Texcoco 2:00 p. m”. AGN, Hemeroteca. 47 L 74 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante Anuncio aparecido en el periódico L’Estaffete que señala el cambio de domicilio del negocio de fotografía de Eugène; se publicó repetidamente de enero a junio de 1857. “Dicho cambio –afirma el anuncio- no tiene otro objeto que dar mayor amplitud, elegancia y extensión al ya conocido y renombrado establecimiento”. Otro aspecto fundamental que enlaza la historia personal de Eugène con su tiempo, son las constantes revueltas sociales. Estas revueltas tenían múltiples razones de origen, como el despojo de tierras, la inconformidad por el aumento a impuestos o el descontento de los pueblos con sus gobernantes y líderes políticos. Las décadas de los cincuenta y sesenta fueron las más violentas en cuanto a rebeliones y coinciden justo con el periodo que Latapi vivió en México.55 Las Leyes de Reforma fueron la gota que derramó el vaso, pues las nuevas formas de distribución y posesión de la tierra que empezaron a imponer los liberales afectaron internamente a la organización indígena campesina. Las consecuencias de la eliminación de las propiedades comunales, entre otras, no sólo atentaron contra la vida productiva de los pueblos sino también contra sus demás formas de existencia. Por un lado había enormes despojos de tierras a los campesinos, y por otro, no se había generado un proceso de industrialización regular que absorbiera la fuerza de trabajo desplazada del campo. Por lo tanto, este sector en muchas ocasiones estuvo dispuesto a aceptar las injustas relaciones de trabajo con los hacendados, quienes acumularon muchas tierras que eran de los pueblos. El campesino entonces trabajaba las tierras que antes fueron suyas. Además de los problemas relativos a la tenencia de la tierra, otra razón de los levantamientos fue la búsqueda de autonomía política. Hubieron conflictos electorales, pugnas entre candidatos y caciques, y problemas entre las cabeceras municipales y los pueblos sujetos a ellas por falta de apoyo económico o abusos de autoridad. Lo anterior deriva del tratamiento legal que tuvieron los pueblos de indios desde la Colonia, y que fue justamente un aspecto que atacaron los liberales mediante el argumento de la “igualdad” que proporcionó el concepto de ciudadanos ante la ley. En la búsqueda en fuentes hemerográficas para reconstruir la vida de Eugène Latapi, encontramos Leticia Reina, Las rebeliones campesinas en México 1890-1906, México, Siglo Veintiuno, (Colección América Nuestra, no. 28), 1980, p.20 y ss. 55 El itinerario de Eugène 75 l numerosas noticias sobre conflictos sociales en Texcoco. Esta parte de la historia local que vivió Eugène, es otro aspecto al que nos condujo el proceso de la investigación y queda aún por estudiar y escribirse. Tan sólo dos meses después de su muerte, los trabajadores que Eugène había traído de Francia a la fábrica de vidrio, desobedecen las órdenes del albacea y se ponen a favor de los socios Azcona y Verde, quienes quieren quedarse con ella. Víctor Frantz queda a cargo y, posteriormente, se asocia con Juana Rangel.56 En 1875 establecieron otra fábrica de vidrio en Apipilihuasco. Sobre esto, hallamos un expediente en el Archivo Municipal de Texcoco, que da cuenta de un conflicto originado por el corte de madera del monte de Apipilihuasco. Posiblemente estos problemas para la obtención del combustible, así como las dificultades de transportar el vidrio por las laderas, hayan afectado negativamente a esta fábrica. Encontramos que para 1890 Juana Rangel ya no tenía ninguna participación en los negocios del vidrio. En ese año identificamos cuatro fábricas de vidrio en Texcoco:57 las que suponemos que son: dos de Antonio Derflingher, yerno de Frantz (una de ellas es precisamente la de Apipilihuasco), otra de Azcona (posiblemente sea Vidrios de Texcoco) que después pasó a manos de los Derflingher y una más, denominada Mayer, Hnos y Cía., fundada en 1870 por Arthur Joseph Mayer, el amigo de Eugène, que había llegado con Frantz y tuvo una participación conflictiva en la vida familiar de Eugène tras su muerte. Las dos fábricas de vidrio que existen hoy en Texcoco son Vidrios Texcoco y El Crisol. La disponibilidad del dueño, señor Rafael Rodríguez, de la primera (la heredó de los Derflingher), y Don Enrique Alatriste, dueño en sociedad con su hermano de la segunda a partir de 1957, fue sustancial en el proceso de reconstrucción de esta parte de la vida empresarial de Latapi. El ferrocarril de Sonora Por alguna razón Eugène empezó a especular sobre otro posible negocio: la construcción del ferrocarril de Sonora. Tal vez su interés proviniera de su relación con el señor Labadie de quien, como se dijo, compró Vidrios de Texcoco, pues Labadie tenía fuertes intereses en dicho negocio.58 Quizás su último viaje a París tuvo por objeto entusiasmar a inversionistas franceses para esa aventura; pero el negocio no llegó a realizarse. Sonora se había hecho muy famosa entre los franceses varios años antes por la aventura del Conde Raousset-Boulbon, quien intentó apoderarse de ese territorio so pretexto de protegerlo de los colonizadores americanos; acabó siendo fusilado por el general José Luis Yáñez en Cartas relativas a la testamentaría de Eugène Latapi en poder del señor Rafael Rodríguez de Vidrios de Texcoco, F87-89.(Ver capítulo VI). 57 Archivo Municipal de Texcoco, Fondo México Independiente, Padrones y Circulares , “Cuadro Sinóptico de la Industria Fabril y Manufacturera de este Distrito”, Texcoco, 13 de octubre de 1887, caja 1825-1889. 58 El informe diplomático dirigido a Alphonse Dubois de Saligny dice “estaba fuertemente comprometido en la operación del famoso ferrocarril Veracruz al Pacífico, Sonora y el Istmo de Tehuantepec” (28 de agosto de 1866). En: Lilia Díaz, (comp.) Versión francesa de México. Informes diplomáticos , México, Colegio de México, 1964, 4 volúmenes, v.2, p. 270. Por cierto, que en los referidos informes diplomáticos se afirma que Labadie tuvo relaciones comerciales con Manuel Escandón cuyos negocios se califican como sucios. 56 L 76 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante Guaymas el 12 de agosto de 1854, cuatro meses antes de que Eugène llegara a México.59 Eugène no da mayor información respecto a la empresa con la que está en pláticas en relación con la construcción del ferrocarril de Sonora. Se sabe que el extraño personaje William M. Gwin (ex-senador norteamericano que ambiciona dominar Sonora y propone sus proyectos a sucesivos gobiernos mexicanos, incluyendo a Maximiliano) había impulsado en Estados Unidos, entre 1854 y 1858, la idea de construir una línea ferroviaria transcontinental en el sur del país, que requeriría atravesar los territorios del norte de México; más tarde propuso lo mismo a Napoleón III, a través del medio-hermano de éste, Morny, como parte de un Plan de colonización de Sonora y Chihuahua que fue aprobado por Napoleón III en marzo de 1864.60 Gwin “…soñaba con un ferrocarril que comunicara Mazatlán con la boca del Río del Norte y conectara con los ferrocarriles texanos, con los puertos del norte y del sur”.61 Probablemente estos proyectos tengan relación con la invasión que hace Bazaine de algunas ciudades de Sonora (Hermosillo, Guaymas y Ures) a principios de 1865.62 Maximiliano, sin embargo, vio con desconfianza el proyecto de Gwin; temía que sirviese de pretexto para que se infiltrasen en territorio mexicano exsoldados confederados norteamericanos, y nunca estuvo de acuerdo L´ESTAFETTE Des Deux Mondes Journal Français. Párrafos de un artículo publicado por Eugène en L’Estafette que apareció en la primera plana el 14 de febrero de 1860, en el que narra cómo un indígena se defendió de sus asaltantes: refleja su sensibilidad por la justicia. con la idea de Napoleón III de convertir Sonora en un protectorado francés.63 El interés de Francia por Sonora jugó un papel importante en la decisión de NapoleónIII de intervenir militarmente el país; abundaban las versiones de que ahí había grandes minas de metales preciosos y, por otra parte, se había llegado a la conclusión de que ese territorio podría producir el algodón que requería la industria textil francesa, cuyo abasto de Estados Unidos se hallaba interrumpido Abundantes informes sobre Raousset-Boulbon aparecen en los despachos diplomáticos de la embajada francesa en México en los años 1853 a 1858 (Díaz: 1963). Ver también el artículo dedicado a él en la Enciclopedia de México, 3ª. edición (1976), vol. XI, pp. 66ss. 60 Ana Rosa Suárez Argüello, Un duque norteamericano para Sonora, México, Conaculta, 1990, p.105, 113. 61 Ibidem p. 119. 62 Ibidem p. 98. 63 Gwin logró entrevistarse con Maximiliano en París en marzo de 1864, cuando éste discutió con Napoleón las garantías que le daría al venir a México. Maximiliano llegó a México dos meses después y se negó a recibir a Gwin. Ibidem. p. 127. 59 El itinerario de Eugène 77 l por la Guerra de Secesión. Sonora, además, recibiría inmigrantes latinos que renovarían la sociedad mexicana y sería así pieza fundamental en el propósito de poner un dique a la expansión de los Estados Unidos.64 Con la entrada del ejército francés a la capital en 1863, se desató la especulación de nuevos negocios posibles en manos francesas, entre ellos el de la explotación de las minas de Sonora y del ferrocarril que comunicaría ese territorio.65 De hecho, en el Tratado de la Regencia firmado entre la Regencia y el gobierno de Juárez el 27 de febrero de 1864, México cedía a Francia el derecho de explotación de las minas no denunciadas de Sonora por 15 años. Este beneficio a favor de Francia se anticipó a la llegada de Maximiliano. Paralelamente a estos ambiciosos proyectos por el lado francés, corrían otros semejantes por el lado estadounidense. Los gobiernos de ese país, congruentes con su plan de expander su territorio hasta sus fronteras naturales que incluían los estados del norte de México, elaboraron repetidos proyectos para construir un ferrocarril que uniría el Golfo de México con el Mar de Cortés pasando por Chihuahua y Sonora. A México le interesaba vivamente construir su red ferroviaria, pero la inestabilidad política retrasó estos proyectos hasta el triunfo de la República. En el desarrollo de las líneas del norte tuvieron parte muy activa dos compañías estadounidenses: la Richards, Smith y Brennan, adquirida por el general William S. Rosencranz que había sido ministro plenipotenciario en México en 1868 y 1869, y la Texas International Railway.66 En plena retirada de los franceses, el 5 de abril de 1865, el gobierno en Chihuahua decidió dar la concesión a una compañía representada por el Gral. Trías (en realidad constituida por norteamericanos y presidida por James R. Whitling), para construir un ferrocarril que partiría de Presidio del Norte (Ojinaga) o de Paso del Norte (Ciudad Juárez) hasta Guaymas. Esta compañía no cumplió sus compromisos y contravino varias de las condiciones pactadas, por lo que se le canceló la concesión el 6 de agosto de 1866.67 Este era el contexto en el que Eugène planeaba involucrarse con una compañía para la construcción de ese ferrocarril, compañía probablemente francesa, ya que en París continuó ocupado de este asunto. Ignoramos si al regresar a México en diciembre de 1867 traía algún proyecto más definido. Sus opiniones políticas El que Eugène figure, en los informes que envían los embajadores de Francia a París, en Ibidem, p.76. Ibidem, p. 82 s, 87. 66 Enciclopedia de México, 3ª. edición, vol. 4, 134ss. De 48 líneas concesionadas por el gobierno de México, con once se pretendía ligar a la capital con puntos del Golfo; doce atravesarían de costa a costa; y cuatro irían al Pacífico desde el interior. Muy pocas llegaron a construirse: sólo tres de las primeras, dos de las segundas y ninguna de las últimas. El ferrocarril México-Veracruz (El Mexicano) se terminó en 1873 y se debatió vivamente la construcción de la línea que debía cruzar el Istmo de Tehuantepec. 67 Francisco R. Calderón, La vida económica, México, Ed. Hermes (Colección Historia Moderna de México, dirigida por Daniel Cosío Villegas), 1989, p. 702. 64 65 L 78 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante En esta Primera Calle de Plateros (hoy Madero), que era una de las más lujosas, abrió Eugène su negocio de fotografía en 1855. Esta fotografía corresponde a 1865, unos dos años después de que Eugène se retirara de este negocio. En ella se puede identificar la esquina de Plateros con Alcaicería (hoy Palma) en donde durante siete años estuvo su estudio fotográfico. Además estableció una representación comercial, compró y dirigió una fábrica de vidrio en Texcoco y poco antes de morir se involucró con otros franceses en la introducción del ferrocarril a Sonora. la lista de “nuestros demagogos socialistas” al lado de varios periodistas, y el que haya llegado hasta la cárcel por “conspiración contra el gobierno de México” sugiere que tal vez no fuera tan inocente, como lo afirma al decir que (33) no había tenido ni la idea siquiera de interferir de cerca o de lejos en los asuntos internos del país. Sin embargo, no tenemos otros testimonios de sus actividades políticas ni hemos encontrado, como ya se dijo, documentación relativa a su arresto y encarcelamiento. En esos informes diplomáticos el nombre de Latapi aparece dos veces en reportes firmados por el embajador plenipotenciario Vizconde Alexis de Gabriac: el 19 de agosto de 1856 y dos meses después, el 22 de octubre.68 Se le menciona junto con otros Lilia Díaz, (comp.) Versión francesa de México. Informes diplomáticos (1853-1858), México, El Colegio de México, 1963, 2 volúmenes, p. 314 y p. 350. 68 El itinerario de Eugène 79 l varios franceses residentes en México, empezando por dos periodistas, Masson69 y Barrès.70 Los pasajes son éstos: Los generales Rómulo Díaz De la Vega, Miguel Blanco, hermano del Ministro de Guerra de Santa Anna, (Manuel Gamboa y (Juan) Suárez Navarro, el Canónigo (Velázquez de la) Cadena y otros dos eclesiásticos fueron aprehendidos hace tres días, puestos en un coche y enviados a Veracruz para ser desterrados. En México ya no se sabe dónde poner a los presos políticos. La guerra contra el clero y las clases altas, la persecución de sospechosos, en suma, todas las medidas terroristas de las revoluciones más violentas son puestas en práctica por consejo de los señores Masson, Barrès, Latapie (sic) Desfontaines, Bablot, Caire, Laurier, Pioger y otros franceses que forman aquí el apoyo y el sostén de los radicales más avanzados. (19 de agosto de 1856). Creo mi deber en esta ocasión, señor Conde, pedirle se sirva enviarme instrucciones en el caso de que sean arrestados y expulsados varios de nuestros compatriotas por el gobierno que suceda al actual.71 Han venido ya a decirme en secreto que serán infaliblemente expulsados, cuando retorne la tranquilidad y el orden, los más notables de nuestros demagogos. Los señores Masson y Barrès, periodistas, Pommier y Bablot, corredores de cambio del señor Lerdo, Gambu, Riboulet, Latapi, están más o menos seguros de ser expulsados de México, según lo que entiendo. Me interesa que V.E. se sirva trazarme la línea de conducta a seguir por la legación imperial. Es sin duda un derecho inherente a todo gobierno independiente y libre, pero también es una situación delicada por la que debe pasar un representante extranjero. Sé bien que en la noticia hay cierta notoriedad pública, pero deberemos exigir del gobierno mexicano pruebas que en el fondo puede negarse a darnos, siendo esta especie de procedimiento de policía, de ordinario secreto, o en caso contrario, protestar por la forma. V.E. se servirá decidir lo que juzgue más conveniente. (22 de octubre de 1856)72 Es probable, por tanto, que Eugène estuviera en relación estrecha con este grupo de compatriotas que fueron apresados con él,73 y especialmente con los dos directores de periódicos.74 Un dato intrigante que pudiera confirmar esto, es que, Eugène tenía un expediente individual abierto por el consulado francés en Nueva Orleans (Archives Diplomatiques, Nantes, Nueva Orleans, Series Director-Fundador del periódico Le Trait d’Union que se publicó en México de 1849 a 1897 (variando el nombre entre 1858 y 1859). 70 Director de L’Estafette que se publicó de 1859 a 1866. 71 El Vizconde creía que el gobierno liberal de Ignacio Comonfort, caería ante la rebelión que desató en Puebla, al grito de religión y fueros, el general conservador Osollo. Por ello dice: “...por el gobierno que suceda al actual”. En realidad la rebelión fue derrotada. Sería hasta diciembre, cuando triunfa el Plan de Tacubaya que cae el gobierno de Comonfort y que surgen los dos gobiernos: el liberal de Juárez y el conservador de Zuloaga y Miramón. 72 Lilia Díaz, op.cit., pp. 314, 352. 73 Él afirma que todos sus amigos estaban también presos con él (34). 74 Laurence Coudart, Periódicos franceses de la ciudad de México (1837-1911), 1998, en: Pérez Siller, Javier (coord.), México-Francia. Memoria de una sensibilidad común. Siglos XIX-XX, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, El Colegio de San Luis y CEMCA, México, D.F. Este estudio especializado sobre la prensa francesa en México durante estos años, además de enumerar los más de 24 periódicos franceses que llegaron a publicarse en México (p. 107), caracteriza a los dos periodistas mencionados (p. 119 s.) R. Masson, “republicano – moderado– y liberal..., a pesar de sus declaraciones de neutralidad política, se involucra en los acontecimientos 69 L 80 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante D, Dossier individuel No. 30); este expediente, que data precisamente de 1856, se encuentra vacío.75 Sin embargo, no hemos encontrado aún ningún artículo de Eugène en el Trait d’Union, lo que sería esperable dadas sus dotes literarias, si su relación con Masson hubiese sido muy estrecha. En este periódico aparecen los anuncios de la vidriería y la fotografía a los cuales hemos hecho referencia.Pero, además no encontramos ahí alguna nota necrológica tras la muerte de Eugène. En L’Estafette, en cambio, además del otro anuncio ya mencionado, aparece una carta de Eugène a la redacción, escrita desde Texcoco el 14 de febrero de 1860, en la que narra un incidente de un indígena que se defiende heroicamente de sus asaltantes. Latapi aclara que lo escribió a petición del director del periódico. Seis meses después de salir de la cárcel Eugène comenta (34) que el embajador Vizconde de Gabriac lo acusa de estar en relación “...con los jefes revolucionarios de Grupo de sopladores de la fábrica de Texcoco. De izq. a der., en segundo lugar, Antonio Derflingher, en tercero Eugène y en sexto Víctor Frantz (los demás no identificados). Probablemente esta foto se tomó al efectuarse la compra de la fábrica por Eugène (Fotografía proporcionada por el actual dueño de Vidrios Texcoco, Sr. Rafael Rodríguez Moreno) Francia, Ledru-Rollin, 76 Víctor Hugo y otros...”, por lo que el gobierno francés no podía apoyar su reclamación de indemnización. Tampoco parece que su sucesor, M. de Savigny –pese a que Eugène confiaba en sus virtudes– haya intervenido a internos mexicanos. El periódico Trait d’Union, gran defensor de la Reforma, es importante no sólo para los intereses franceses, sino también para el debate político mexicano en esa época de graves disturbios y censura... Por eso es a veces castigado con multas y suspensiones y conoce varias interrupciones y cambios de título, mientras que su director, con frecuencia perseguido, lo dirige a escondidas en 1858 y lo publica en su exilio veracruzano de 1860 a 1861. Opositor a la intervención francesa, que lo indigna y lo sorprende, deja de aparecer en mayo de 1863. Su silencio durará cinco años.” En cuanto a L’Estafette dirigido por Charles de Barrès, “antiguo y fugaz colaborador de Masson, polemiza con el Trait d’Union, sostiene incondicionalmente la intervención que juzga legítima y necesaria para la protección de los ciudadanos franceses y en la cual quiere ver una ‘declaración de guerra a la doctrina Monroe’. Preconiza una gran colonización europea y la extensión del imperio de Maximiliano con un tono repetidamente injurioso para los mexicanos, y polemiza hasta con los periodistas conservadores.” Es en este último periódico en sus primeros tiempos en el que hallamos el artículo de Latapi. 75 Ariane Bruneton comenta que Eugène o estuvo en Nueva Orleans en 1856 o en ese año era buscado; la fecha coincide con el año en que Gabriac afirma que será próximamente expulsado de México (22 de octubre de 1856). 76 Alexandre-Auguste Ledru-Rollin (1807-1877) se distinguió primero como abogado defensor de los políticos revolucionarios; al caer la monarquía de Julio (1848) formó parte del gobierno provisional que le sucedió; siguió siendo un político socialista radical, fue exiliado a Inglaterra de donde regresó a Francia en 1870. El itinerario de Eugène 81 l favor de esa indemnización. Al respecto existe la hipótesis de que su viaje a Londres en 1852, tuviera que ver con nexos políticos, pues precisamente en ese año se creó ahí una asociación, (Comité de Londres) presidida, entre otros, por Ledru-Rollin, que estaba integrada por políticos de diversas nacionalidades exiliados por su participación en las revoluciones liberales del 1848 y 1849.77 Encontramos también una mención de Eugène en el catálogo de reclamaciones que hacen extranjeros al gobierno de México;78 entre las reclamaciones de súbditos franceses de 1861 y 1862 aparece la que ha hecho el señor Víctor Frantz, “...dependiente de la fábrica Vidrios de Texcoco...”, por los ultrajes recibidos de un coronel Macín. El gobierno de México contesta que en el Ministerio de Relaciones Exteriores no hay constancia de la nacionalidad “ni de Frantz ni de Latapi que lo representaba”, por lo que la demanda no procede.79 Las actividades políticas de Eugène deben inscribirse en el contexto agitado que vivían ambos países por esos años. 80 Algunos indicios de su ideas políticas aparecen esparcidos en la correspondencia: es muy sensible a las injusticias y a los abusos del poder; en Guadeloupe narra haber presenciado una golpiza a un pobre negro sospechoso de espiar a favor de los blancos, que reprimió la policía a duras penas (2); y sigue con gran interés el proceso judicial de unos presos de una isla cercana, Marie Galante, posiblemente acusados de rebelarse contra el gobierno francés (1). En su primer viaje a París se muestra escandalizado de las grandes desigualdades sociales y de la miseria que encuentra “...mientras unos mueren de indigestión, otros mueren de hambre” (22). Al llegar a México dedica una larga carta a describir la situación política del país y no oculta su simpatía por la causa republicana (liberal) en contra del “...partido clerical...” (25). Santa Anna quiere imponerse como emperador, pero lo impedirá “...el patriotismo de los mexicanos...”; ya dos jefes liberales (Alvarez y Ceballos) controlan los estados del sur. Santa Anna “...va a misa, se confiesa y comulga con la conciencia cargada de todos los crímenes y hace cantar el Te Deum a sus cómplices vestidos de sotana...” (25). Expresa a su padre sus opiniones burlonas y despectivas sobre Napoleón III, lo que hace suponer que serían compartidas por la familia de Izeste. La revuelta del partido liberal contra Esta información fue proporcionada por la antropóloga Ariane Bruneton. Payno, 1982, p. 48. 79 Conviene aclarar que no fue Eugène el señor Latapi que Mariano Otero cita en su correspondencia (Tovar De Teresa, 1996: 282) en relación con el llamado incidente Otero provocado por el embajador francés Barón Alleye de Ciprey en el Teatro Nacional y que llevó a la renuncia de Ciprey a su puesto. Este incidente tuvo lugar en 1845, nueve años antes de que Eugène llegara a México. De hecho, Otero escribe equivocadamente el nombre: fue un señor Lestapis quien fungió como representante de Ciprey ante Otero, cuando ambos querían batirse en duelo (Reyes Heroles, 1995, p. 180). 80 F. López Cámara, “Los socialistas franceses en la Reforma mexicana”, Historia Mexicana, oct. dic. 1956,vol. IX, NO. 2, pp. 269-273, comenta el papel de los socialistas franceses en la Reforma y los pasajes de los informes diplomáticos que hemos citado. 77 78 L 82 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante En la notaría de Ignacio Burgoa se encuentra este “Testimonio de la escritura de venta de la Fábrica de vidrio de Texcoco otorgada por el Sr. Don Aristides Subervielle en representación de los señores F. Labadie y Compañía, en liquidación, a favor del Señor Don Eugenio Latapi, México 1868”. (Libro que tiene el Sr. Rafael Alatriste, propietario de la fábrica de vidrio El Crisol). los clericales81 –escribe en abril de 1858– ha sumido al país en una situación de extrema gravedad (32). Consta también otro dato curioso82: que en 1868 Garibaldi envió un grabado con su retrato y firma a los maestros vidrieros de Texcoco para alentar a los artesanos italianos que apoyaban a sus compañeros mexicanos, lo que hace suponer que tal vez el propio Eugène le hubiera pedido este favor poco antes de morir.83 Por otro lado, no hay en toda la correspondencia mención alguna religiosa. Fuera de algunas expresiones banales “...se ve que Dios no tiene empleo para mí allá arriba...” (7), “...el país está abandonado de Dios y de los hombres...” (38), por ejemplo, no hay referencias de carácter religioso, ni siquiera al expresar su esperanza de tiempos mejores; en la Iglesia sólo ve el poder clerical que defiende las injusticias y se opone al progreso. Inclusive la carta que escribe desde Londres el día de Navidad de 1852 (8) no hace mención de la fiesta. Probablemente tampoco su familia de origen fuese muy religiosa; el epitafio de Jacques, salvo por el priez pour lui, destaca que fue hombre de bien y nada más.84 Para terminar, cabe plantear una hipótesis; que los viajes de Eugène hubiesen sido motivados por razones políticas y estuviesen relacionados con los movimientos del grupo de Masson, el director del Trait d’Union. Es una hipótesis difícil de probar. Si Eugène fue encarcelado junto con “todos sus amigos” por razones políticas, y si era mencionado por el embajador Gabriac como perteneciente al grupo de Masson, seguramente estuvo muy cerca de él. Hay inclusive un poema en francés, Después del levantamiento del Plan de Tacubaya, diciembre de 1857, al que se une el Presidente Comonfort para desconocer la Constitución: de su arrepentimiento y del pronunciamiento de Félix Zuloaga, en enero de 1858, el país se encontró con dos presidentes: Juárez por los liberales, y Zuloaga por los conservadores. Se abre así la llamada Guerra de Reforma o Guerra de tres años, a cuyo inicio hace referencia la carta de Eugène. 82 Henestrosa et al., 1994, p. 96. Una copia de este retrato de Garibaldi se encuentra en la fábrica de vidrios de Texcoco, aunque la dedicatoria y fechas son ilegibles. 83 Pudimos ver una copia de este cuadro en la fábrica Vidrios de Texcoco, gracias al señor Rafael Rodríguez. Garibaldi (1807-1882), también escribe en 1867 una encendida carta de felicitación a Benito Juárez por su triunfo. 84 Consta que los hijos de Eugène, Fernando y Juan, fueron hombres creyentes y piadosos, lo que indicaría una influencia en este sentido de su madre. 81 El itinerario de Eugène 83 l firmado por “X” el 5 de febrero de 1868, sobre “la trinidad massoniana”85 en el que se comenta jocosamente que, junto al periodista, figuran otros dos personajes, Eugène y Ernest (sin apellidos) que se identifican profundamente con él y complementan sus cualidades. La descripción de “Eugène” tiene rasgos que corresponden sorprendentemente a los de Eugène Latapi, “...hombre laborioso, pensador, introductor del cristal fino y de la porcelana, cuidadoso para tratar y enviar piezas finas de cristal por los malos caminos de México...”, y se concluye que “...de los tres Masson, Eugène es el más recto; en todo caso, hay que confiar en esta trinidad pues todos ellos son buenos muchachos”. El tercer personaje Ernest, podría ser Ernest Masson, hermano de René y también periodista. Esto no obstante, la fecha de encarcelamiento de Eugène, marzo de 1859, no coincide exactamente con la de ninguno de los diversos arrestos de Masson; inclusive nueve meses antes Masson ha huido a Nueva Orleans y no regresará sino hasta junio de ese año. Masson llega a México cinco años antes que Eugène (funda su periódico el 5 de mayo de 1849, día del aniversario de la muerte de Napoleón I al que muchos revolucionarios seguían rindiéndole culto); es seguro que Eugène, al llegar al país a fines de 1854, haya entrado en contacto con Masson y su grupo. Las menciones de Gabriac de los socialistas son ambas de 1856; en 1857 Masson escribe en su diario sobre las infamias urdidas por el embajador y se defiende de las calumnias que publica otro periódico, El Tiempo. El viaje de Eugène a Nueva York y París (marzo a septiembre de ese año de 1857), tampoco coincide con ningún viaje que conozcamos de Masson, aunque pudo haber estado motivado por la conveniencia de ausentarse del país y quizás se haya detenido en Nueva Orleans (en cuyo consulado francés, como dijimos, se le abrió un expediente) para tomar contacto con otros franceses revoltosos. Del año 1859 sólo tenemos una carta de Eugène a su padre, precisamente aquélla en la que le participa que ha estado encarcelado, le dice que está endeudado y comenta “la revuelta del partido clerical” (la Acordada del General Zuloaga). La primera persecución que sufre en México Masson ha tenido lugar un año antes, en 1858, Zuloaga suspende el periódico (23 de enero) y ordena arrestar a los periodistas, éstos huyen y se reúnen con Juárez en Querétaro; después, en Guadalajara, son arrestados durante la ocupación del general Osollo y luego liberados, y Masson regresa a México hasta el 10 de junio. El 29 de ese mes se ordena a los periodistas salir del país, pero por influencia de Manuel Robles son liberados todos los presos políticos; salen a Nueva Orleans y permanecen allá un año, o sea hasta junio de 1859.86 El encarcelamiento de Eugène se sitúa tres meses antes de este regreso. Tres años más tarde, cuando llegan las tropas francesas, Masson recibe la orden de suspender la publicación del periódico (17 de enero de 1862); se reanuda el 10 de abril, pero el general Parrodi lo cierra nuevamente el 2 de mayo. Cuando cae la capital, Masson y su Françoise Dasques, René Masson dans le Trait d’Union, Journal Francais Universel. Selection et prologue. México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas y Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, 1998, p. 297. 86 Ibidem, 288. 85 L 84 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante El Texcoco de los años 1859-1868 es el de un pueblo apacible, al lado de un lago, donde la gente aún se movía en canoa, por los canales, o en el famoso ferrocarril que, desde su inauguración en 1859, dio un impulso formidable al intercambio entre Texcoco y la ciudad de México. La Hermandad. Primer templo construido en Texcoco por órden de Hernan Cortés. grupo son arrestados y encarcelados, primero en México y luego, por cuatro meses y medio, en San Juan de Ulúa,87 hasta que Bazaine les autoriza salir a Estados Unidos donde permanecen cuatro años y medio; regresan hasta que cae Maximiliano y el Trait d’Union reaparece el 1 de febrero de 1868. Durante estos años de exilio de Masson en Nueva York, se ubica el último viaje de Eugène a Francia, sin duda tocando Nueva York (octubre de 1865 a diciembre de 1866); ignoramos si Eugène visitó a Masson en Nueva York y si en su larga estancia en París hizo alguna gestión a su favor ante los diplomáticos mexicanos.88 En conclusión, si bien hay indicios para afirmar una estrecha vinculación de Eugène con René Masson, el cotejo de fechas de los viajes del primero no permite relacionar estos viajes con los exilios del segundo. Como se ha visto hasta aquí, la falta de documentación más precisa sobre sus ideas o participación política nos han puesto en aprietos para reconstruir este aspecto de su vida. Sin embargo, podemos aventurarnos a imaginar, con base en la percepción que sobre este personaje hemos ido pudiendo construir que, a semejanza del grupo de franceses radicados en México ya fuesen los dedicados mayormente a actividades industrialescomerciales o al periodismo político, Eugène posiblemente vivió dilemas que le condujeron a presentar posturas ambiguas. Si bien sus ideas eran liberales, estando inmerso en una realidad de continuo sobresalto, se vio en la necesidad de negociar con los gobiernos conservadores en función de sus intereses como lo eran la seguridad para sus negocios y su familia. Conviene aclarar, sin embargo, que no sería exacto generalizar la postura a los amigos de Eugène ya que aquí cabrían diversidad de tonalidades. Pensamos que hay indicios para aventurar la hipótesis, por ejemplo, de que las principales intenciones en su viaje a París en 1865, hayan sido el no estar cerca de Maximiliano y el preparar el negocio de la introducción del tren a Sonora; pero tenemos la información ya mencionada de que precisamente en ese año Maximiliano fue a Texcoco y muy posiblemente fue invitado por un amigo cercano de Eugène, a que visitara la fábrica de vidrio que Latapi había arrendado hacía tres meses (con una especie de compromiso de venta por parte del vendedor). Desafortunadamente, no sabemos si Eugène estaba o no allí pues desconocemos la fecha Ibidem, 290. Masson deja de escribir, por un ataque cerebral, el 30 de septiembre de 1874 y muere el 13 de enero de 1875. 87 88 El itinerario de Eugène 85 l exacta de su partida a Francia; de Maximiliano sabemos que estuvo en Texcoco entre el 24 y el 30 de agosto de 1865, pero ignoramos si el viaje de Eugène inició en agosto o en septiembre. Este primer intento de adentrarnos a la vida de Eugène Latapi, de buscar darle rostro partiendo inicialmente de sus cartas, para reconstruir su itinerario e indagar sobre aspectos que emergieron del proceso de investigación, como son sus opiniones políticas, los vaivenes de sus negocios y su aportación al naciente arte de la fotografía, nos permitió ir tejiendo círculos donde se enlazan su historia familiar, local, regional y nacional, precisando circunstancias que nos condujeron a entenderle y ubicarle como un hombre de su tiempo. Sin embargo, nos quedan muchos pendientes que podrían investigarse para lograr comprenderle más cabalmente. Dos miradas que ayudarían en esta tarea serían, por ejemplo, la de la psicohistoria que podría preguntarse ¿cómo influyeron en Eugène las pérdidas que sufrió en su estructura familiar (las muertes de sus abuelas, su madre, su tía materna y la partida de su hermana) y si esto tuvo alguna relación con su venida a América? O bien, desde la historia de las minorías, ¿cómo influyó la minoría francesa en el proceso histórico de Texcoco y qué papel desempeñó Eugène en ello? Cruzando varios aspectos ¿el distanciamiento de su padre estuvo originado por diferencias de ideas políticas? ¿El hermetismo que en ese sentido guardan las cartas refuerza esta hipótesis? L 86 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante Fotografía de Eugène tomada en París cerca de 1866. Y sello de la foto que ilustra la portada de éste capítulo, tomada por el fotógrafo que fue su socio. Una pista de las actividades de Eugène se dirige hacia probables vínculos con republicanos y con los luchadores de la unidad nacional en Italia. Entre ellos el famoso Giussepe Garibaldi, símbolo de la lucha de los republicanos de 1848 y de la construcción de la gran Italia. Esta litografía, enviada por Garibaldi, con su firma, a los trabajadores de la fábrica de vidrio, aún se encuentra en la Fábrica Vidrios de Texcoco. El itinerario de Eugène 87 l Cronología y localización Le Havre Paris France Limoges Bordeaux Francescas Agen Bouscat Pau Cauterets España u Pa de ve Ga Béarn Ga ve D´ Pau O lor on Oloron Abril 1850, viaja a Guadeloupe para estar al frente del negocio de su tío. Dicho negocio se desplomó con la abolición de la esclavitud Eaux Chaudes Louvie Juzon Bielle Oct-Nov 1851 va a Francia y visita Izeste. El viaje fue originado por la sucesión de su tío. L 88 Pablo Latapi Sarre y Paulina Latapi Escalante Hautes Pyrénées Gave D´Ossau España Gave D´Aspe France Arudy Izeste 15 Nov. 1852 viaja a Francia. Trabaja en Limoges en una compañia de seguros. Pasa por Londres, París, Limoges y en Agen busca reposo. Dibujo: Rafael Vázquez Barrón: “Pillo” de los viajes de Eugène Arudy Izeste Nov. 1854 llega a México en el barco Léontine, con la expectativa de poner un negocio. Mar. 1857 viaja a Nueva York dos meses y Jun-Sep. viaja a Francia, está en Havre, Bordeaux y París. Ago. o Sep. 1865 vuelve a Francia visita París y Vichy, planea una empresa de introducción del ferrocarril en Sonora. 1866 Dic. Regresa de otro viaje a París, Francia. El itinerario de Eugène 89 l III. Entorno sociofamiliar de un emigrante Michel Papy entorno sociofamiliar l z “El conjunto de la Galia se divide en tres partes: los belgas habitan la primera; los aquitanos, la segunda; la tercera está habitada por pueblos que se dicen celtas, en su propia lengua, pero que nosotros llamamos galos”. (Julio César, 55 A.C.). “Hemos dado el nombre de aquitanos a los pobladores que ocupan el territorio situado desde el norte de los Pirineos hasta el océano [...] es un pueblo aparte, no sólo por su lengua, sino también por su apariencia física que se asemeja más a la de los iberos que a la de los galos” (Estrabon, 60 A.C.). En esa región de los Bajos Pirineos, hoy Pirineos Atlánticos, viven dos comunidades que reivindican su especificidad: vascos y berneses; cada una con su capital: Bayona y Pau; su lengua y sus costumbres. El presente capítulo describe las características de esta región a mediados del siglo XIX y ubica en ella la infancia de Eugène. L Michel Papy C uando en noviembre de 1854, François-Eugène Latapi se embarca en el Havre para su primera estancia en México, con la idea de “…estudiar el país, sondear el terreno y preparar los caminos para una empresa meditada en París con algunos de mis amigos”, como lo escribe a su padre poco antes de la partida, repite lo que ya es una tradición en su provincia de origen, el Béarn. En esos años del siglo XIX, la partida del hijo de un escribano lejos de su pueblo de origen, llega a ser un fenómeno trivial en Francia. El despoblamiento de las campiñas ya se ha iniciado, y no sólo se manifiesta por la partida de una mano de obra agrícola en lo sucesivo excesiva; se van también muchos artesanos, comerciantes y miembros de las profesiones llamadas liberales. Los pueblos, en los que vivía una población diversa por sus actividades y sus preocupaciones, testimonio de una sociedad viva, van a transformarse poco a poco en medios homogéneos para los campesinos, en cuyo entorno se instalan durante un tiempo algunos funcionarios. La movilidad se encuentra aún en sus inicios. La originalidad del Béarn, y más aún del País Vasco, no reside en el hecho de que se abandone progresivamente la campiña, sino en que el éxodo rural, en lugar de tener como único destino las ciudades vecinas o París, alimenta una emigración lejana. La emigración allende el Atlántico 1 se había vuelto importante desde el siglo anterior, en particular con destino a las Indias occidentales, es decir a las Antillas. Un tío de François- * Traducción del francés por Eliane Cazanave Tapie 1 La bibliografía sobre la emigración vasco-bearnesa a las Américas es tan abundante y variada, que parece inútil proporcionar aquí una idea de conjunto sobre la misma. entorno sociofamiliar l Eugène, portador del mismo nombre, acababa de morir sin heredero directo tras haber testado a favor de los tres hijos de su hermano; de hecho, François-Eugène se había reunido con él, pues la primera carta que conservamos de este último data del 27 de abril de 1850 y fue enviada de Pointe-à-Pitre. Bastante rápido se amplía a todo el contorno del mar del Caribe, las tierras de caña de azúcar, que son entonces la gran especulación, hasta el punto en que se pudo comparar el interés económico de toda esa región con el que representa el Golfo Pérsico en la actualidad. Francia está muy presente en esa región, en Luisiana, que va a ceder en 1803 a Estados Unidos, y en Santo Domingo, en donde los bearneses son particularmente numerosos, pero que se emancipa (de 1791 a 1803) y deja de ser un destino para quien busca fortuna. Pronto México toma el relevo, sobre todo porque después de la guerra de 1846 a 1848, se distancia de los países anglosajones protestantes, modelos de modernidad, a favor de los países con una tradición católica, cuyos inmigrantes busca atraer. A decir verdad, al mismo tiempo los países de la Plata en el extremo sur del continente empiezan a volverse el destino privilegiado de los vascos y de los bearneses, así como California desde los primeros tiempos de la riada hacia el oro, en 1848. Las razones de esta tradición, que después se definirá y adquirirá la suficiente importancia para hacer del departamento de los Bajos Pirineos la primera región francesa por el número de partidas hacia las Américas, son sin duda alguna múltiples. Los contemporáneos se sorprendieron e intentaron explicarlo. Se invoca a menudo la miseria, y es un hecho que de 1854 a 1855 fue un año de escasez, miseria y epidemia, pero el suroeste de Francia no fue el único afectado: L 94 Michel Papy en una carta escrita en París en marzo de 1854, poco antes de su partida, Eugène Latapi describe así la situación en la capital: “El invierno fue sumamente riguroso y la escasez tornó su daño más cruel. Es muy caro vivir en París sobre todo en donde la miseria es más aparente que en provincia”. La miseria no da cuenta de la especificidad vasco bearnesa. De un modo más general, explica tanto menos la emigración porque ésta última no es sólo un hecho de los más pobres; Eugène Latapi es un ejemplo palpable de ello. Muy a menudo se invocaba otra razón que, por su parte, permitiría comprender la originalidad de nuestra región en la totalidad francesa; se trata de un sistema familiar, caracterizado sobre todo por la práctica del heredero único, obligando a los menores que no se desposaban con una heredera, a una situación subalterna o a la emigración. La realidad parece ser mucho más compleja y muchas evidencias contradicen esta visión de los hechos: los menores no emigran más que los primogénitos, y más tarde se asistirá francamente a la partida de familias completas. El tema dista de haberse agotado; nos contentaremos por el momento con describirlo, expresando que la búsqueda de una solución a todo tipo de dificultades, tanto como la voluntad de triunfar, encuentran una respuesta en la emigración, vieja costumbre vinculada, sin duda, con la condición de la tierra; sin olvidar que en las regiones de la montaña, la antigua práctica de la trashumancia hibernal en las laderas y las planicies del Garona, de la que diremos algunas palabras más adelante, acostumbra a partidas lejanas. España fue, asimismo, durante mucho tiempo, uno de los destinos de predilección: los bearneses no van allá sólo para labores de temporada; algunos de ellos, como los capadores, practican oficios que requieren de Vista de los Pirineos desde el castillo de Pau, sede del parlamento de Navarra y capital de la región de Béarn. Región soberana gobernada por los Príncipes de Béarn de 1347 hasta 1620, cuando el rey Louis XIII la anexó y transformó en provincia francesa. De esas montañas, frontera natural con España, descienden muchos torrentes (llamados Gave): el del valle de Ossau pasa por Izeste, pueblo donde nació Eugène; tenía entonces menos de trescientos habitantes. un conocimiento, otros están al servicio o a la cabeza de casas comerciales. Esas actividades suponen movilidad. Los viajes son un horizonte familiar para los bearneses, y el abanico de las direcciones predilectas se amplió progresivamente, a partir de las relaciones con España y las islas del azúcar. El creciente recurso a esa respuesta es uno de los muchos indicios de los trastornos que enfrenta la región en el siglo XIX. Sin embargo, no habrá que buscar en la siguiente descripción claves de lectura, sino simplemente un relato del entorno en el que vivió el joven Eugène.2 Cada lector habrá de buscar en él imágenes sugestivas, de esbozar paralelos con otros hechos conocidos de la vida de nuestro héroe. ****** La Francia de los años de 1820 a 1860 enfrenta todas las mutaciones de la Revolución Industrial; no se trata de la visión del historiador acostumbrado a leer y a reinterpretar el pasado desde la perspectiva del tiempo, sino la comprobación hecha entonces por los contemporáneos. La impresión de vivir nuevos tiempos es general, sin duda más vivaz de lo que es en nuestros días, pues las condiciones de la vida cotidiana se modifican de modo sensible para todos los franceses, incluso para los de las campiñas que constituyen todavía la inmensa mayoría. Dos ejemplos que atañen al marco de la vida cotidiana bastarán para sugerir los cambios en curso: en la construcción, la primera mitad del siglo XIX es la época en la que se termina de instaurar el hábitat rural llamado en la actualidad tradicional, y es así como en el Bearn los techos de pizarra reemplazan definitivamente los de bálago; la transición de lo blando a lo duro y de lo vegetal a lo mineral es más que simbólica. El segundo ejemplo es la vestimenta: el algodón se vuelve el textil más común, en perjuicio del cáñamo, lino y lana, limitados progresivamente a los usos más banales o por el contrario a los más nobles. Para tener un buen conocimiento del medio pirenaico y prepirenaico en los dos primeros tercios del siglo es necesario consultar la gruesa obra de Jean-François Soulet, Les Pyrénées au XIXeme siècle, Toulousse, Eché, 1987, 2 tomos, 478 y 713 pp. 2 XIX, entorno sociofamiliar 95 l Sucede que en Izeste en 1850 se sigue cultivando el lino,3 y el tejido industrial que hasta esa fecha se practicaba en Pau se muda a las nuevas fábricas de Nay. Se continúa hilando la lana en casa. Por el contrario, el tejido rural declina lentamente; sin embargo, según la tradición oral, se consideraba a Izeste un pueblo de tejedores, en el que las ventanas se hacían para per mitir una máxima iluminación de los telares.4 Sin embargo, el lanificio evoluciona de manera espectacular ante la competencia del algodón; el gran centro es la ciudad de Oloron, distante de Izeste unos veinte kilómetros. Hacia 1860, los negociantes oloroneses, dueños de la fábrica de esa ciudad, empiezan a buscar la materia prima en Australia, donde la lana es de mucha mejor calidad. Y la antigua actividad de punto de aguja (polainas, boinas, etcétera) está pasando a la fase industrial, aprovechando la moda de la boina en las clases acomodadas. No hay que imaginar, en una Francia que se mueve, al Béarn como un rincón perdido distante de la capital y fijo en un sueño milenario de eternidad al pie de las montañas. No se debe tomar al pie de la letra la literatura de la época, aun si a menudo se complace en descripciones que sugieren que ahí el tiempo suspendió su vuelo. Cierto es que las imágenes que se dan de la región insisten en ese aspecto: el gusto por la tradición, la ausencia de pasión, cierto conservadurismo social y económico. Es un discurso que se encuentra bajo la pluma de los observadores externos a la región, los administradores por ejemplo, o los turistas viajeros, como los berneses acomodados y cultos. Discurso ambivalente: peyorativo cuando intenta explicar la muy baja industrialización por la falta de espíritu de empresa, positivo cuando cree en la existencia de un temperamento alegre y de una sociedad armoniosa. En ambos casos, esta visión parece superficial. El sentido de empresa es una noción particularmente vaga; no hay razón para limitarla a la empresa industrial, la emigración lejana es también una empresa. La vida de Eugène Latapi presenta un caso entre muchos otros de los nuevos impulsos continuos, que lo sitúan por completo en el clima de la época. El estudio detallado de las casas de comercio bearnesas y de las primeras sociedades industriales sugiere impresiones comparables. En cuanto a la imagen tan difundida de un mundo apacible, imagen en la que concurren tanto los paisajes campestres y montañeses como las estructuras familiares y comunitarias que parecen distantes del individualismo progresista, es resultado de la apertura de la región al mundo. En efecto, en esta primera mitad del siglo, el desarrollo de la organización y explotación de las fuentes termales pone de moda a los Pirineos y se apodera de ellos el romanticismo.5 El Segundo Imperio acentúa aún más la moda de los Pirineos, quizá por el interés personal de Napoleón III en ellos. Retomando una obra inaugurada por el intendente d’Etigny, pone en marcha la carretera de los Pirineos une los valles entre sí por las célebres carreteras que tomó después Picamilh, Statistique genérale des Basses-Pyrénées, Pau, Vignancour, 1858, 2 tomos, cita en tomo 2, p. 360. Jean-Pierre Dugène, Les Inscriptions et décorations de l’habitat rural ossalois, 1986, 171 pp. cita en p. 53. 5 La literatura sobre el tema es abundante. Ver en particular J. Fourcassie, Le romantisme et les Pyrénées, París, 1940, 440 pp.; M. Gaston, Images romantiques des Pyrénées, Pau, 1975, 351 pp.; y M. Chadefaud, Aux origines du tourisme dans le pays de l’Adour, Pau, 1988, 1010 pp. 3 4 L 96 Michel Papy la Tour de France ciclista. En el alto valle de Ossau, los balnearios frecuentados son EauxChaudes (Aguas Calientes) y sobre todo EauxBonnes (Aguas Buenas). Para llegar a ellos, y sin importar el lugar del que se viene, se debe pasar por Louvie-Juzon o Izeste, que se encuentra frente al otro margen del torrente pirenaico. Los indicios concuerdan en decir que de 1830 a 1840 son años en los que se acelera el despegue económico de esos balnearios. Ahora bien, el público que los frecuenta para recuperar la salud y la tranquilidad, se complace viendo en esas regiones el lado negativo del mundo en plena transformación y agitación. Se publican las primeras guías de viaje; una de las más consultadas es la célebre Guide des Pyrénées (Guía de los Pirineos) de Richard,6 cuya primera edición data de 1834. Tuvo el suficiente éxito para que se imprimiera una segunda edición en 1840, luego una tercera en 1845. En realidad, es una obra redactada para uso de quienes frecuentan las aguas, como se dice entonces; es decir, los balnearios. Los trayectos que llevan a esos balnearios se describen mucho más brevemente que los balnearios mismos y sus entornos inmediatos. El propio Eugène Latapi los frecuenta: en julio-agosto de 1853 por consejo de su médico pasa tres semanas “en las aguas de Cauterets”, en compañía de su hermana Anne y de su cuñado François, sin siquiera pasar a ver a su padre, cuando Cauterets está situada en un valle vecino al del torrente pirenaico de Ossau que irriga a Izeste. El valle de Ossau, Vallée d’Ossau, famoso por su belleza natural: altas montañas, nutridos ríos, amplios valles, célebres estaciones termales, densos bosques poblados de variada fauna –aún queda el típico Oso de los Pirineos- y con habitantes cultos y altivos como las rocas de sus montañas. Los ossalois, nombre que se da a los habitantes del valle, quienes vivieron la influencia romana, la ocupación visigoda y la penetración cristiana, hasta que en 1005 se unieron a los berneses. La Guide Richard describe de modo muy breve la carretera que sube el torrente pirenaico de Ossau y lleva a las Eaux-Bonnes y a las Eaux-Chaudes. He aquí lo que dice de la cuenca de Arudy, que comprende los municipios de Arudy, Izeste y Louvie-Juzon y se sitúa en el punto en el que el torrente sale de la montaña: “De Sévignac se desciende a la planicie de Arudy, encantadora llanura situada en la desembocadura de las montañas, y formada por las aguas vagabundas del torrente de Oléron7 que, bajo el puente de Germe, se abrieron un paso a través de las masas calcáreas a las que surcaron profundamente. La bella gruta de Richard, Guide aux Pyrénées, 2a ed. París, 1840, 426 páginas. Las siguientes citas fueron tomadas directamente de las pp. 324-325 y 341-342. 7 Oléron por Oloron. De todas maneras es un error de la guía: se trata en realidad del torrente de Ossau, que al unirse 20 kilómetros río abajo al torrente de Aspe, forma el torrente de Oloron. 6 entorno sociofamiliar 97 l Esbalungue, 8 adornada por numerosas estalactitas, se abre en medio de ese mármol cavernoso; está situada en el territorio de Izeste.9 El pueblo de ese nombre no está separado más que por el torrente del Louvie (en este último municipio) de los bancos de mármol blanco, con escamas grandes y pequeñas, que se presentan a las miradas del observador; encierran bellas canteras, de las que a veces se extraen bloques para escultura”. Como vemos, la descripción es seca, los pueblos parecen no merecer la atención que sí despiertan las curiosidades naturales, y hasta se pasa por alto el burgo principal de Arudy. No son sino lugares de paso obligatorios. Sin embargo, se presta mucho interés a las poblaciones, pero de un modo muy diferente. Las siguientes líneas, tomadas de un capítulo titulado Costumbres del valle de Ossau, son un ejemplar típico de la literatura de viaje relativa a los habitantes de las regiones lejanas: “Todos los viajeros que han recorrido este valle concuerdan en alabar las costumbres de sus montañeses, pueblo con una fisonomía viva, abierta, con el corazón excelente y puro. Nada más raro que encontrar a una joven que se deje seducir. Desde hace mucho tiempo no se ha visto hijo natural. En la iglesia, los hombres están separados de las mujeres. Los hombres ocupan el santuario, las mujeres las dos naves, todas ocultas por grandes chales blancos que dejan ver apenas al forastero su ojo negro y su cara ovalada; parecerían españolas que temen mostrarse ante la mirada de sus celosos esposos. Si el vino no ocasionara aquí algunos raros altercados, tan pronto aplacados como provocados, uno se creería en el verdadero Edén.” La realidad, debe sospecharse, dista bastante de esta encantadora descripción. La descripción psicológica de los pueblos es un género de moda que permite todas las variaciones y que nos parece poco riguroso; así esta descripción de los ossalences por Taine: “Los ossalences suelen tener una fisonomía dulce, inteligente y un poco triste”, descripción complementada un poco más lejos: “Aquí los hombres son flacos y pálidos; sus huesos son salientes, y sus grandes rasgos atormentados como los de sus montañas”.10 Aquí, mi propósito no es comentar la mirada que se tiene de la región y de sus habitantes, más que para precisar que al lado de esa mirada impregnada de afectividad, hay otra, contemporánea y que se pretende de conocimiento científico: es la mirada a la que se puede calificar de etnográfica, la observación de los hábitos y las costumbres de los habitantes, de las curiosidades más visibles –la vestimenta, las fiestas– y más íntimas –las estructuras familiares y comunitarias–. En efecto, estamos exactamente en la época en que Frédéric Le Play publica en Les Ouvriers des deux mondes (Los obreros de los dos mundos) en 1857, la monografía de la familia Mélouga en Cauterets; su estancia en ese balneario fue por tres años contemporánea de la que hizo Eugène con su hermana y su cuñado. Se sabe que Le Play se entusiasmó tanto por lo que vio de esa familia que hizo de ella el modelo familiar ideal y lanzó la moda del sistema pirenaico al que más tarde bautizaría de Esbalungue por Espalungue. Se escribe indiferentemente Iseste e Izeste. La segunda ortografía es hoy día la única oficial. 10 H. Taine, Voyage aux Pyrénées, París, 1863, p. 136. 8 9 L 98 Michel Papy familia-tronco. El tono de su estudio, que sin embargo pretende ser fruto de observaciones rigurosas, recuerda mucho la imagen del verdadero Edén, que daba en 1834 la Guide Richard. Sin embargo, no es necesario que nos detengamos en esta visión, sobre todo porque sin duda alguna el joven François-Eugène Latapi, durante el tiempo que duraron su adolescencia y su formación, no compartió una representación tan idílica de los hechos. Debido a la profesión de su padre –volveremos a ella más adelante– como a sus propias experiencias, percibió las cosas en su trivialidad cotidiana. No retengamos de esta cita, por el momento, más que el hecho de que los Pirineos en general y el Béarn en particular, son conocidos por la buena sociedad y que en sentido inverso, la moda de las Aguas Buenas anima a los pequeños burgos del valle de Ossau. Hay que comprender claramente los estrechos lazos entre esta apertura al exterior y la imagen de tranquilidad, hasta de conservadurismo. Se produjo lo que se puede llamar una folclorización del Béarn. Desde luego, en todas las campiñas de Francia se recogen entonces viejas canciones, bailes tradicionales y demás costumbres; el movimiento se extiende además a toda Europa, pero hay regiones que, más que las demás, son objeto de atención. El Béarn es parte de ellas; sin duda alguna lo debe a la presencia de los balnearios y de los paisajes montañeses. Esa mirada desde afuera contribuyó fuertemente a fijar las llamadas tradiciones, cuya fabricación se debe sin embargo un poco –¿o mucho?– al interés que le prestaban los extranjeros, debido a que se designaba con ese nombre a todos aquellos que no eran de la región, sin importar su nacionalidad, la mayoría de ellos siendo además franceses, parisinos o de otras partes. Lavaderos municipales en la calle principal de Arudy: la tenería era una industria importante. La provincia que deja François-Eugène Latapi es –en una Francia cuya construcción nacional y muy particular mente la representación que se forma de sí misma, están casi terminadas–, una pequeña región a la que se cree identificar claramente mediante algunas nociones clave, por lo demás muy fantasiosas. No es casualidad que esas elaboraciones intelectuales sean contemporáneas de profundos cambios en la vida cotidiana. ******* El Béarn no representa gran cosa en la unidad francesa: sólo 280 mil habitantes en el censo de 1856, de los 36 millones de franceses. entorno sociofamiliar 99 l De ellos, el cantón de Arudy, que corresponde a lo que se llama el Bajo-Ossau, es decir la sección inferior del valle del torrente de Ossau en su parte montañesa, sólo tiene diez mil habitantes. Izeste es el municipio menos poblado, con 483 habitantes exactamente, pero colinda con la cabeza del cantón, Arudy, poblada con mil 878 habitantes, en donde el padre de Eugène ejerce la función de escribano de la justicia de paz. Los dos municipios están tan cerca, que él vive a menos de dos kilómetros de su lugar de trabajo. Desde hace exactamente diez años la población de la provincia ha empezado a disminuir. Este fenómeno preocupa a los administradores. Sin embargo, los inicios de la emigración habían sido vistos más bien con buen ojo pues se pensaba que contribuía a aliviar la miseria. En adelante ya no sucederá lo mismo. Desde hace diez años, el saldo migratorio para el conjunto de la jurisdicción de los Bajos Pirineos, con una población en 1856 de 444 mil habitantes, es de 37 mil 500 desaparecidos. Cierto es que las partidas atañen sobre todo al País Vasco, pero también el Béarn se ve afectado de modo masivo en su parte suroeste, en donde se encuentra precisamente Izeste. Es tanto más desagradable, se piensa, porque la emigración afecta sobre todo a los jóvenes y ese hecho contribuye, sin duda, a explicar el menor número de los nacimientos sobre los decesos, otro motivo de preocupación. Este detalle es más complejo: el municipio mismo de Izeste alcanzó su máximo a partir de 1831. Pero la cuenca de Arudy en su conjunto conoce una evolución demográfica más cambiante y menos negativa que el municipio de Izeste: el máximo de población se da en 1851. De manera general, el éxodo se ve compensado por la instalación de industrias vinculadas con los recursos locales: en particular, marmolerías que pronto se L 100 Michel Papy montarán a escala industrial. El pequeño pueblo de Izeste no se encuentra, pues, aislado, casi colinda con los burgos de Arudy al norte y de Louvie-Juzon al este del otro lado del torrente de Ossau, que son mucho más activos que él. Recordemos que el padre de Eugène Latapi va todos los días a Arudy para trabajar, pues la justicia de paz radica en la cabecera del distrito del cantón. Más allá de Izeste, hay que considerar todo el Bajo Ossau. Lo cierto es que, a mediados del siglo, el máximo de población sugiere cierta miseria; innegable, aunque menor a la de otras regiones francesas. Es lo que se llamó el tiempo de las campiñas llenas. La última gran crisis de desnutrición después de la de 1846 data de 1853 a 1854, y fue seguida por la tercera epidemia de cólera del siglo; esos dos dramas afectaron a la región. Fue la última crisis presentada por los historiadores como una crisis del antiguo régimen económico, caracterizada por un incremento en el precio de los productos alimenticios y una excesiva mortalidad debida a la carestía y a las enfermedades que provoca. Sin embargo, estos dos fenómenos fueron mucho menos marcados que en el momento de las crisis anteriores, prueba de la progresiva construcción de un mercado nacional que estabiliza los precios, los progresos de la medicina, y más aún, de la higiene, tanto en las campiñas como en las ciudades. También es resultado de los progresos de la producción agrícola. Si la mano de obra agrícola empieza a disminuir, se debe a que la tierra produce más con menos hombres. La evolución es poco perceptible a una mirada superficial, pero continua. La emigración no fue la única respuesta a la carga demográfica excesiva. El país se mueve, incluso en el valle de Ossau. Litografías de mediados del siglo XIX con personajes del Béarn. Sus habitantes se dedicaban a la agricultura, al pastoreo de borrego y al artesanado en madera, cerámica y pieles. Esa región conserva aún su lengua, canciones, danzas, fiestas y trajes típicos. ****** Conviene describir la vida material de los habitantes de Izeste; he aquí la tarjeta de identidad del lugar como la elaboró un administrador de la jurisdicción en 1858.11 Izeste: 483 habitantes Situación geográfica. En planicie, a la entrada del valle de Ossau, costeado por el torrente. Monumentos y curiosidades naturales: Una iglesia y un castillo poco notable; una gruta curiosa conocida bajo el nombre de gruta de Espalungue; una haya gigantesca llamada la haya de Bordeu y plantada el día de su nacimiento. 11 En un vivero de peces dependiente de la propiedad del señor de Bordeu, se pierde una derivación del torrente en el suelo para no resurgir a la luz más que en Rébénacq, tras un recorrido subterráneo de 12 kilómetros. Administración: Alcalde, cura, maestro y maestra municipales; servicio cotidiano de la oficina de correo de Arudy, comisaría de policía y brigada de gendarmería de Arudy, a dos kilómetros. Productos agrícolas: trigo candeal, cebada, maíz, lino, papa. Mercados: Arudy, Nay, Oloron. Ferias: Oloron, Pau. Fiesta patronal: San Esteban, el 25 de diciembre. Industria: capadores. H. Taine, Op cit., p. 360. entorno sociofamiliar 101 l Notables: Los señores de Bordeu, Cenan, Laplace; las señoras de Perpigna y Duformanoir. Por escueto que sea, este cuadro no carece de interés. Primero por lo que nos indica acerca de la mirada del administrador. Al lado de su aspecto de catálogo práctico –¿para quién exactamente?– se lee en él la curiosidad de un conocedor de la geología y la botánica, que caracteriza bien a la época. Se ve asimismo el lugar que ocupan en la sociedad los notables, cuando el término ya no tiene significado oficial y legal. Notemos a ese respecto que un escribano de la justicia de paz, aun si se distingue del común de los mortales de un pequeño pueblo, no se cuenta entre los notables. Volviendo al conjunto de los habitantes de Izeste, a sus ocupaciones y a sus medios de subsistencia, es necesario dejar provisionalmente este documento, pudiendo volver a él cuando se presente la oportunidad. No es posible describir con precisión rigurosa las actividades de los habitantes de Izeste, a falta de esa fuente indispensable que son las listas nominativas de los censos de población. Elaboradas cada cinco años, muestran, cuando se redactaron con cuidado –lo que sucede en la mayoría de los casos– una imagen fiel del municipio. Por desgracia ni los archivos provinciales ni los municipales las conservaron.12 En cambio, el registro catastral13 elaborado en 1837, ofrece una imagen de todos los terratenientes del municipio y permite hacerse una idea de la población. En la mayoría de los casos, no se indica la profesión, son campesinos, pero es necesario saber que en las familias campesinas, hay a menudo un hijo o hija menores solteros, que tienen otra actividad: algunos hombres tejen y las mujeres sobre todo hilan. Una pequeña parte no posee propiedades. Sin embargo, parece que no son muchos los jefes de familia en esas condiciones. En efecto, el registro da 140 nombres, de los cuales 120 viven en Izeste, los demás tienen su domicilio en los municipios vecinos, en particular en LouvieJuzon y Arudy. Ahora bien, Izeste cuenta entonces con 550 habitantes; debido al número promedio de personas por hogar en esa época, es difícil evaluar el número de hogares por encima de 120; casi todo el mundo posee algo. Además, hay que precisar que cada uno está inscrito sólo por los bienes que posee en el territorio municipal. Algunos de los hombres que parecen no poseer nada o casi nada, son tal vez propietarios en uno o varios municipios vecinos. Para medir con exactitud habría que buscar a los habitantes de Izeste en los registros catastrales de los demás municipios. Los siguientes datos son, pues, respecto de algunos, inferiores a la realidad. Para atenernos al catastro de Izeste, casi la mitad, 56 de 120, poseen menos de 50 áreas (medida de 100 metros cuadrados), y el 62.5 por ciento de las propiedades, 75 de 120, miden en total menos de una hectárea. Esto corresponde, en el caso de los primeros, a una simple casa con o sin dependencias, un jardín, y una o dos parcelas. En esta categoría están representados, casi siempre, respecto de un Un examen de las actas del estado civil, nacimientos, matrimonios y decesos, podría dar una idea general de las profesiones de los habitantes, a costa de precauciones en la exploración del documento; por desgracia la consulta no está autorizada más que en forma de microfilmes, y la microfilmación fue muy mal hecha, siendo el resultado a menudo casi ilegible, y no permite más que exploraciones parciales, sin gran interés. 13 Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, Izeste, 3P3/1. 12 L 102 Michel Papy Esta litografía de 1834 muestra el tipo de transporte que se utilizó, desde el siglo XVIII hasta fines del XIX, en la región de los Pirineos. Muy probablemente fue el medio que tomaron los Latapi para ir a Bayonne o salir del valle de Ossau. solo individuo, casi todos los pequeños oficios de las campiñas: curtidor, zapatero, almadreñero, carpintero, carpintero de obra, albañil, papelero, calderero, herrero, tallador de piedras, panadero –el único oficio de alimentación presente– y oficios del ámbito textil un poco más numerosos: tejedores y sastres; sin olvidar dos pastores de ovejas y más de la mitad de los sujetos a impuestos cuya profesión no está indicada. Siempre se trata, simplificando, de jornaleros y, en el caso de las viudas, de hilanderas.14 Sin duda alguna hay que contar en el grupo a los hombres que van a trabajar a Arudy, distante, lo recuerdo, menos de dos kilómetros. En efecto, Arudy tiene algunas actividades industriales, explotaciones de mármol, peletería y el curtimiento en blanco, que ocupan en total a unos 200 obreros;15 es más de lo que puede albergar el municipio, por lo que muchos de ellos proceden de los municipios vecinos. De todas maneras, existe en Izeste como en otras partes, toda una categoría de la población de la que se puede afir mar que vive en precariedad. Las hilanderas, debido a la miseria de su sueldo y a su edad, jornaleros y obreros porque deben asegurar la subsistencia de su familia, se emplean aquí y allá en casa de sus vecinos o más lejos, en el mantenimiento de los setos y de las acequias durante la estación mala; así como en las diferentes obras de preparación de los suelos y de cosecha el resto del tiempo. Todos tienen además la posibilidad de enviar algunos animales en busca de su alimento a las laderas y bosques que pertenecen al municipio. Lo mismo sucede con los 13 jefes de hogar que poseen de una a dos hectáreas. Si casi las tres cuartas partes de los habitantes disponen de menos de dos hectáreas, hay que hacer a un lado a los artesanos, que se encuentran todos en ese grupo y cuya principal fuente de ingresos está en su profesión; la jardinería y el aprovechamiento de un campo o de un prado no tienen más que una función de complemento. En ese pequeño mundo de trabajo artesanal, dos profesiones –sastres y tejedores– se distinguen, sin embargo, por el tamaño un poco mayor de su propiedad. Ahora bien, la posesión de tierras es indicativa de importancia social: garantiza a la vez una mayor seguridad y un cierto prestigio. Por ello es necesario señalar la situación muy particular de una profesión de la que hemos hablado poco hasta ahora: los capadores, llamados en otros documentos En los municipios que conservaron las listas nominativas del censo de población, y en donde se les puede comparar con los datos del catastro, se observa que se trata casi sistemáticamente de jornaleros y de hilanderas. De ahí la extrapolación hecha aquí. 15 Picamilh, Op. cit., p. 358. 14 entorno sociofamiliar 103 l castradores, son quienes castran a los animales, reservándose en principio el término de castrador a quienes castran caballos. Oficio calificado, que produce dinero, y para el cual es necesario desplazarse, si es necesario muy lejos. Se sabe, en efecto, que los ossalences se especializaron en ese oficio y que lo ejercían en toda España, donde habían adquirido reputación por su destreza. 16 Izeste es precisamente un pueblo de castradores. En el registro catastral se señalan 12 castradores, ocho poseen más de dos hectáreas, y tres de ellos de cinco a diez hectáreas. Anne Latapi, hermana de Eugène, se casó con un capador y viven en el momento en que Eugène escribe, en Francescas, en Lot-et-Garonne; por su apellido no parece que su esposo sea de Izeste, pero al parecer es claro que ese matrimonio supone relaciones entre el escribano de la justicia de paz, padre de Anne, y el medio local de los castradores. De hecho, la correspondencia de Eugène sugiere que su hermana reside a menudo y conmuta su residencia entre Francescas y Arudy. Los castradores forman parte de la élite del mundo rural: son hombres que viajan, si es necesario lejos de su hogar, y manejan dinero. En el grupo de quienes poseen más de cinco hectáreas, con esos capadores se encuentran 13 labriegos –señalados, repetimos, sin indicación de profesión–, dos rentistas, un dueño, un tejedor, un sastre, y un escribano, quien no es otro que Joseph Latapi. Si por debajo de las cinco hectáreas tenemos todavía a pequeños campesinos, por encima se empieza a encontrar al grupo de los campesinos medios, inclusive acomodados. Lo pequeño de las superficies puede sorprender, pero los datos del catastro de Izeste son un mínimo referente: siendo el territorio municipal muy limitado, existe la posibilidad de que los habitantes posean algunos terrenos en otra parte. También hay que recordar que estos campesinos son ganaderos, que tienen a su disposición no sólo el uso de los bienes municipales como en casi toda Francia, sino sobre todo el de los pastizales de mediana y alta montaña, sin hablar de los terrenos de planicie recorridos por una parte del rebaño durante la trashumancia del invierno. En cuanto a los que no son campesinos, es evidente que no trabajan ellos mismos sus tierras; algunos tienen bienes en otra parte y viven a una escala diferente. Con una propiedad de 5.33 hectáreas, Joseph Latapi se encuentra entre los menos favorecidos de esta categoría –de hecho no se encuentra entre los doce más sujetos a impuestos del municipio, aquellos a los que se consulta cuando han de tomarse decisiones con consecuencias financieras importantes–. Quienes dirigen al pueblo poseen por encima de cinco hectáreas. Con la introducción del sufragio universal masculino en 1848, la ley municipal de 1831 creó un sistema en el que el derecho de voto dependía del censo; sólo los sujetos a mayores impuestos participaban en el escrutinio y podían ser elegidos, siendo el alcalde de todas maneras designado. El límite inferior que daba acceso al voto variaba según el tamaño del municipio; en los pequeños y pobres como Izeste, era más bajo que en otras partes, para permitir un máximo de vida municipal. De todas maneras son los R. Arripe, Les crestadous. L’étonnante histoire des châtreurs de la vallée d’Ossau et de ses environs en terres d’Espagne et du Portugal, Laruns, 1994. 16 L 104 Michel Papy campesinos acomodados quienes tienen las decisiones entre sus manos, quedando los pocos propietarios muy grandes, principalmente para servir de enlace con la autoridad prefectoral. Esos grandes propietarios son los notables mencionados por su nombre en la descripción antes señalada; el que no se distingan en el catastro de los campesinos acomodados, obedece a la dispersión de sus propiedades. Las que poseen en Izeste, las únicas mencionadas en el registro municipal, no constituyen más que una pequeña parte del conjunto. Su vida y su red de relaciones no se mueven a la escala del pueblo; su prestigio y su influencia son, desde luego, grandes pero un tanto ajenos a la vida local. En cambio, son lo bastante conocidos en el exterior para que se mencione su nombre cuando se quiere presentar al pueblo. Algunos de ellos son personalidades bastante célebres, que ayudan a la notoriedad del municipio. Izeste posee una de esas celebridades: Théophile de Bordeu, nacido en Izeste en 1722, fallecido en 1766, tras una carrera que hizo de él uno de los médicos y sabios más conocidos en el siglo XVIII. Colaborador de la Encyclopédie, amigo de Diderot y de D’Alembert, y en cierto momento superintendente del Béarn, volvió a París en donde se transformó en el práctico facultativo más buscado de la capital. Es su nombre el que surge bajo la pluma cuando se evoca Izeste. En una Guide pittoresque du voyageur en France17 que atañe a todas las jurisdicciones, descritas distrito por distrito, Izeste no será señalado, a diferencia de otros burgos más La región del Valle de Ossau tenía una nutrida producción agrícola, pastoreo y explotación de bosques que mantenía un importante intercambio. Los productos eran transportados en carretas y conducido a los pueblos y ciudades para ser vendidos. Así lo muestra esta litografía de los años 1840. importantes, más que por ser la patria de Théophile Bordeu: “Izeste, pueblo situado a 5 leguas ½ de Oloron. Es la patria del célebre Théophile Bordeu, fallecido en París durante su sueño, de una apoplejía fulminante, lo que dio la ocasión de decir entonces que la muerte temió tanto a ese hábil médico, que lo sorprendió mientras dormía”. Por el contrario, los campesinos acomodados, que son económica y socialmente muy inferiores a ellos, tienen en el municipio alianzas que les permiten controlar al pueblo. 18 Además, esos campesinos siguieron monopolizando los consejos municipales después de la instauración del sufragio universal en 1848. En efecto, se comprobó que los electores pobres prefirieron confiar en ellos en vez de encargarse de tareas para las que no se sentían preparados, aunque fuese sólo por falta de tiempo. Sin duda alguna, las relaciones de Guide pittoresque du voyageur en France. Département des Basses-Pyrénées. Sin fecha (al parecer anterior a 1830), p. 21. 18 C. Thibon, Pays de Saulñt. Les Pyrénées audoises au XIXème siècle: les villages et l’État, París, C.N.R.S., 1988. El autor muestra, pp. 196-210, las reglas de elegibilidad de lo que llama la democracia de las casas y subraya sobre todo la importancia de la red de alianzas. 17 entorno sociofamiliar 105 l dependencia de diverso orden –oferta de trabajos temporales, préstamos, etcétera– desempeñaron un papel, sin hablar del prestigio adquirido a la larga por esas familias. Las actividades esenciales son agricultura y ganadería. Éstas están evolucionando y dicha transformación no carece de enfrentamientos en el seno de la comunidad ossalece. Un vivo debate opone desde más o menos 1840 a los municipios del Bajo-Ossau, del cantón de Arudy –del que es parte Izeste– y a los del Alto-Ossau, del cantón de Laruns. Corresponde a los campesinos ganaderos de esa región de montaña adaptarse de la mejor manera a los nuevos tiempos, adoptar la nueva orientación de la economía agrícola. Para comprender los datos del debate, es indispensable tener en mente el funcionamiento de la economía del valle. Hasta fines del siglo XVIII, todo el valle de Ossau tiene una economía pastoril, cuyo funcionamiento es bastante complejo pues descansa en la existencia de pastos lejanos y exige desplazamientos continuos de los rebaños; no se trata de nomadismo, sino de trashumancia. El ganado está constituido por ovejas sobre todo y vacas, pero también caballos y cabras. En otoño y en invierno, de octubre a abril, una parte del ganado es enviada a la planicie; las vacas a la landa de Pont-Long; ese nombre designa un territorio largo –seis a diez kilómetros de ancho y unos treinta kilómetros de largo– al norte colindando con Pau, que es al mismo tiempo la cabeza de distrito de la jurisdicción y la ciudad principal del Béarn, situada también a unos treinta kilómetros de la desembocadura del valle de Ossau. Los derechos de uso de las laderas del Pont-Long los comparten los municipios del valle y los municipios vecinos, entre los cuales se encuentra la ciudad de Pau. Los borregos van mucho más lejos, cruzan L 106 Michel Papy lentamente las laderas, que todavía no son, salvo en algunos lugares, el amplio bosque en que se han transformado, pero que empiezan a conocer esa sorprendente mutación; los animales prosiguen su periplo hasta el valle del Garona y el viñedo bordelés. Por el derecho de pastar dan su estiércol y quesos. Si llega el caso, algunos individuos conducen sus rebaños de cabras a las grandes ciudades, y hasta París, en donde se aprecia la leche de cabra por sus virtudes medicinales. Sin embargo, los caballos y las vacas lecheras permanecen alrededor del pueblo, y algunas veces en torno a los graneros en las cercanas pendientes bajas. En abril y mayo, las ovejas, de regreso de la lejana Gironda –la región del viñedo– se dirigen a esos mismos pastizales de las pendientes bajas. A mediados de mayo el conjunto del rebaño llega a lo que se llama las bajas montañas, por encima de los mil metros de altura. A mediados de julio, es el ascenso general, espectacular, a lo largo de la carretera principal tras haber recorrido los caminos escarpados hacia las estibas de la alta montaña, en donde permanecen los rebaños alrededor de seis semanas, al cuidado de los pastores. Al pasar de agosto a septiembre, descienden a las praderas de las montañas bajas antes de volver al valle. No se trata sino de un esquema general, complejo en su realidad concreta, que es necesario comprender bien si se desea entender el medio social en el que fue criado el joven Latapi. Este sistema social es revelador de mentalidades; por ello pareció indispensable exponerlo lo más claramente posible. Está constituido de reglas imperativas –por ejemplo la fecha del ascenso a las estibas se fija cada año, la introducción del ganado ajeno, es decir perteneciente a dueños de la planicie o de los valles vecinos, está estrictamente reglamentada– y de variaciones La reglamentación de los intercambios fue una tradición impuesta por los príncipes y los señores feudales que gobernaban burgos y pueblos. En los mercados la justicia verificaba los pesos y medidas de los productos. Aquí vemos, en foto reciente, el lugar donde se verificaban los pesos y medidas en el mercado de Arudy. considerables, pues cada dueño y cada comunidad intentan sacar el mejor partido de ese forraje gratuito (o casi porque el derecho que se paga es mínimo). El conjunto descansa en un sistema de propiedad y de usufructo más colectivo que individual. Cada municipio es dueño de una buena parte de los bosques y laderas que lo rodean, pero sobre todo posee pastos en las bajas montañas; en cuanto a las estibas de alta montaña, llamadas montañas generales, son manejadas, conforme a un sistema habitual en el mundo pirenaico, por el conjunto de los municipios del valle reunidos en una asociación llamada Sindicato de Ossau. La comisión sindical administra asimismo las laderas del Pont-Long, cuyo sindicato se dice su dueño, lo que había provocado antes de la Revolución conflictos repetidos y a veces violentos con los municipios del derredor –Pau principalmente– que son también usufructuarios. En el siglo XVIII, los espíritus ilustrados, bajo la influencia del liberalismo y del individualismo crecientes, fustigaron esas prácticas colectivas acusándolas de congelar las iniciativas porque exigían la unanimidad para funcionar. Se predicaba la repartición de las propiedades sindicales entre los municipios y de las propiedades municipales entre los particulares, como pruebas de progreso. Los intendentes y los miembros de la alta sociedad palesa y bearnesa no dejaban de reclamar que se pusiera fin a la propiedad colectiva y se favorecieran los desmontes y las nuevas prácticas agrarias. La Revolución, marcada por esa corriente de pensamiento, prohibe los sindicatos del valle al igual que todas las asociaciones, pero sin llegar a declarar ilegales las prácticas colectivas del mundo rural. Los primeros prefectos, a partir de su instalación en 1800, retomaron el mismo discurso. En realidad, las cosas funcionaron como antes y la ley del 18 de julio de 1837 autorizó de nuevo las comisiones sindicales, como una manera de reconocer la realidad. Sin embargo, la idea de repartición no deja de ganar terreno, y no sólo entre los espíritus ilustrados. Ya desde fines del siglo XVIII, el progreso de las comunicaciones permite una expansión del mercado de la que sacan provecho los municipios del Bajo-Ossau, incluyendo Izeste. Venden cada vez, mas no sólo en el mercado de Arudy, que hasta entonces era su única salida, sino en los mercados de Oloron, Nay y hasta de Pau. Para ello desbrozan las laderas para consagrarlas a cereales –al trigo desde luego, pero también a la cebada, mezclada al trigo para el pan– y el maíz, sembrado en primavera con un cultivo intercalado de frijol, se hace pan mezclándolo con trigo, pero ese alimento es poco apreciado; con él se hace sobre todo metura, una pasta cocida al horno y una tritura hervida semejante a la polenta italiana. Las tierras labradas ocupan, pues, en la parcelación catastral, un lugar mucho más grande que en el Alto Ossau. En la primera mitad del siglo entorno sociofamiliar 107 l la papa toma a su vez un lugar creciente, como cultivo principal u oculto, es decir intercalado entre las hileras de maíz o a las orillas de los campos. Esta evolución se hace en detrimento de la ganadería tradicional, a la que en cambio, el Alto Ossau ha permanecido fiel. Los municipios del Bajo Ossau utilizan menos los pastos de alta montaña, mantienen más en la planicie al ganado, que proporciona el estiércol que permite incrementar los rendimientos agrícolas: los nuevos métodos penetran lenta pero firmemente al Béarn, en todo caso en la cuenca de Arudy. Al mismo tiempo, los municipios vecinos y usufructuarios del Pont-Long, en la planicie próxima a Pau, presionan ante el Sindicato de Ossau para que se repartan las laderas y poder disponer de ellas a su antojo; es decir, desbrozarlas en vez de reservarlas como laderas para uso de los rebaños. También eligen nuevos métodos. En resumidas cuentas, se trata de pasar de un uso extensivo del PontLong a uno intensivo. Sólo se oponen a esta evolución los ganaderos del Alto Ossau apegados a la antigua trashumancia. Esta doble presión alcanza mejores resultados porque las autoridades administrativas comparten desde hace tiempo ese punto de vista, que no habían logrado imponer, pues conocían las resistencias al código forestal de 1827 y sabían que era delicado oponerse de frente a los campesinos de la montaña. En 1853, el valle de Ossau está dividido en dos comisiones sindicales, el Alto y el Bajo Ossau, que comparten los bienes colectivos, a saber el Pont-Long y las montañas generales. El Sindicato del Bajo Ossau aprovecha la oportunidad para vender a los municipios vecinos la parte de las laderas del Pont-Long XIX que le corresponde y para la que no tiene uso, pues ya no envía ganado. Esto se hace el 6 de noviembre de 1865: las 1,018 hectáreas de terreno de las que disponía son vendidas al señor Sellier, director de la Compañía de Irrigación por 695 mil francos. Pero esto no le basta; sigue presionando a las autoridades para obtener también la repartición de los municipios de las montañas generales que le fueron otorgados. El argumento expuesto en esta oportunidad ilustra en términos muy claros el debate económico de esa época. Se trata de un informe redactado entre 1862 y 1863: “Ya no es posible que una población se aísle en su rincón, en sus ideas y sus viejos hábitos, para dejar pasar el movimiento industrial, comercial y agrícola. Las barreras han caído, o caen por todas partes, y quienes se rezagan a lo largo del camino corren el gran peligro de ser golpeados violentamente, y de padecer cruelmente. Los pueblos, y por consiguiente las pequeñas fracciones de pueblos, son empujados, de grado o por fuerza, hacia la senda poderosa y sin límites del progreso; hay que avanzar, trabajar, inventar y producir, so pena de ser aplastado.” Sigue una evocación de las posibilidades que ofrece la explotación de las bellezas y recursos naturales: a saber el turismo –aunque no se emplee la palabra–, el termalismo y la explotación de las minas, canteras y bosques. También hay que fomentar la industria creando vías de comunicación. “Para llegar a ese resultado, es necesario que los viejos prejuicios se derrumben, es necesario que toda indivisión cese... La propiedad debe pertenecer exclusivamente a cada municipio.” 19 Se leen claramente en este texto las ideas del liberalismo económico, que impregnan tanto a los espíritus que hasta los partidarios Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, 3 Z 105, Informe sobre la división de las Altas Montañas indivisas entre los municipios del valle de Ossau formando el Sindicato del Bajo Ossau. 19 L 108 Michel Papy de las protecciones y reglamentaciones las presentan en esa época como provisionales, hasta que sea posible abrir plenamente las puertas a la libertad y a la iniciativa. Más aún, el progreso es considerado como un movimiento poderoso, ineluctable y apremiante a la vez, si se comprende bien como el motor y el objetivo de la lucha por la vida. Desde luego hay que imaginar que el joven hijo del escribano de la justicia de paz del cantón de Arudy, estaba al tanto de los asuntos que se debatían aquí. No sabemos cuándo salió hacia la Guadeloupe, ya que su primera carta escrita en Pointe-à-Pitre en 1850, no dice nada a este respecto. Tiene entonces 26 años. Tampoco sabemos en dónde fue formado –volveremos al tema–, pero es claro que el medio familiar en el que vivió le permitía estar al tanto de las evoluciones en curso, sobre todo porque se traducen en tomas de posición públicas y cambios institucionales. Estas observaciones equivalen a decir que la formación del joven Eugène no se limitó a sus años de colegio, y a los contactos personales que pudo tener desde que se emancipó de la tutela paterna. Su formación se inició con el conocimiento que adquirió de las transformaciones que sacudían al pequeño mundo de su infancia. Ahí había una especie de telón de modernidad, que contribuía a moldear las mentes. De hecho es una vieja historia que permite comprender, por ejemplo, que desde el inicio de la Revolución había en todos los burgos de cierta importancia, hombres dispuestos a seguir los acontecimientos políticos y estaban en contacto con los clubes parisinos para la difusión de las noticias y de las ideas. Hay que recordar que los pueblos, debido a una diversidad sociológica que no han perdido todavía a mediados del siglo XIX, tienen una Vignalet, nombre dado a la casa de los Brousset en Arudy. La hija de Joseph Latapi, Anne Léonie (1845-1933) se casó con Auguste Brousset (1839-1915), comerciante de vinos, que heredó esta casa. Desde fines del siglo XIX se convirtió en el refugio veraniego de sus descendientes. La primogénita, Léonie heredó y guardó celosamente las cartas de Eugène. Marie Labedan de Piussan, tiene actualmente la propiedad de esa casa. franja de su población apta para traducir al vocabulario letrado y con los argumentos de moda las aspiraciones colectivas y la defensa de los intereses contra los vecinos o contra la administración. El debate entre iniciativa y reglamentación, entre tradición y modernidad está presente a todos los niveles. No es todo: las oposiciones no sólo se manifiestan entre el alto y bajo valle de Ossau, lo que podría hacer pensar en una aparente unanimidad de cada uno de los dos campos en el asunto de la gestión de los bienes colectivos. Existen también oposiciones en el seno de cada pueblo. No se habla aquí de las querellas más íntimas, sino sólo de las que tienen un impacto económico. La tendencia general a la repartición de los bienes colectivos atañe a todos, incluso a las propiedades municipales, consideradas también como un obstáculo a los desbroces y a toda explotación intensiva. Se describe sin matices la siguiente doble igualdad: propiedad colectiva = utilización extensiva; propiedad privada = entorno sociofamiliar 109 l utilización intensiva. Desde esta perspectiva, se comprende hasta que punto el hecho de que las montañas generales y el Pont-Long sean propiedad de una colectividad de colectividades, sea considerado el colmo de lo irracional, un desperdicio. Las diatribas contra ese sistema transmiten una verdadera indignación, se mide con ellas la amplitud del abismo que separa a los hombres de progreso de aquellos que se obstinan en mantener prácticas que a sus ojos dieron pruebas de sus aptitudes. Regresando a las discrepancias internas del pueblo, hay que recordar que hubo en el Béarn durante el primer tercio del siglo un movimiento de apropiación de los bienes municipales, del que en general sacaron provecho no quienes los necesitaban más, es decir los jornaleros que no poseían más que una casa, un pedazo de terreno y el derecho de hacer pastar un poco de ganado en las tierras municipales sino quienes tenían los medios de desbrozar y cultivar las laderas. Son los campesinos más acomodados, o si se prefiere los menos pobres, quienes controlan a los consejos municipales. Son ellos quienes deciden las enajenaciones de los bienes del municipio. A decir verdad, no siempre pasan por la vía legal; muchos desbroces se hacen sin la mínima autorización, a reserva de ser, a veces, mas no siempre, ratificados y regularizados después. Nadie en el cantón está más al tanto de esos asuntos que el juez de paz y su escribano. Vimos que el municipio de Izeste es pobre. La búsqueda de recursos complementarios se impone más que en otras partes, lo que explica que sea un pueblo de capadores, pues el oficio exige sobre todo una gran destreza. Se comprende también que los campesinos pobres, jornaleros y pequeños terratenientes, estén particularmente apegados al derecho de uso de los ejidos, sin los cuales no se puede L 110 Michel Papy garantizar su subsistencia. Ahora bien, el municipio posee la mitad del territorio municipal, exactamente 333 hectáreas de 672, porcentaje excepcional fuera de la alta montaña. Existe otra fuente de conflictos: los que acontecen en el seno de las familias. Evoqué más arriba el tema de las estructuras familiares, el sistema que Frédéric Le Play llamó la familia-tronco y del que hizo un modelo que propuso a la admiración del legislador. El asunto atañe a todo el fenómeno de la emigración, pues Le Play, retomando y elaborando teóricamente reflexiones anteriores, describe ese sistema como factor al mismo tiempo de conservación social y de dinamismo, este último manifestado sobre todo por la emigración de los hijos menores sin tierra; por esta razón el sistema es notable, pues conciliaría rasgos de comportamiento habitualmente incompatibles. La imagen del tronco sugiere la continua partida de los nuevos retoños sin que se vea afectado. Se pueden presentar las grandes líneas de ese sistema familiar, aunque su funcionamiento sea en el detalle bastante complejo. Los bienes son divididos de manera muy desigual entre los hijos; en particular, las tierras son para un heredero único, los demás hijos se contentan con bienes muebles, algunas cabezas de ganado que les dan la posibilidad de vivir, además de recurrir a la renta de sus brazos. Disposición complementaria importante: el matrimonio entre un heredero y una heredera es muy desaprobado por la costumbre, lo que equivale a decir que ese sistema, desigual en el seno de la familia, es igualitario en el seno de la comunidad, pues no permite que se constituyan fortunas demasiado grandes mediante los matrimonios. De ello resulta que un hijo o hija menor, que no heredan, siempre tienen el recurso de desposar a una heredera Izeste, lugar de origen de los Latapi, es un pequeño pueblo del valle de Ossau, cerca de una gruta llamada Espalungue, célebre por los restos prehistóricos ahí encontrados. Se dice que por su amplitud (17 metros de altura) en ella se refugiaron diez mil sarracenos expulsados de España. Desde el siglo XI, con ayuda de la población, los monjes desviaron el torrente Geteu y recuperaron ricas tierras de labor. Cuenta con una abadía laica, una bella iglesia y mantuvo cierta autonomía. En nombre de los fueros atribuidos a los berneses, desde el siglo XVII, Izeste tenía el derecho a ejercer la justicia en lo civil, criminal y político. Tradición que ejercieron el abuelo, el padre y el hermano de Eugène como escribanos. o a un heredero y de transformarse así en terratenientes. Sin embargo, quedan hijos e hijas menores que no cuentan con esa oportunidad; los cuales son puestos en el mercado laboral, se vuelven pastores asalariados, jornaleros, obreros, o emigran. Pero la solidaridad familiar es una obligación; impone al padre de familia y a su heredero asegurar la subsistencia de los hijos o hijas menores que no pudieran o no desearan abandonar la casa y emanciparse, o también que hubieran fracasado y se encontraran sin recursos; esos hijos e hijas menores gozan entonces de lo que se llama el derecho de silla. La primogenitura crea responsabilidades. Acabo de hablar de primogenitura, pues en el lenguaje común, primogénito equivale a heredero. La realidad no es tan simple. Es posible que haya existido en el pasado la primogenitura integral, es decir la entrega de los bienes al primer nacido sin importar su sexo. En el siglo XIX, el hecho es rarísimo y se prefiere a los varones. Pero cuando se analiza el destino de una casa, se percibe que no siempre es el primogénito el que permanece y sucede a los padres. Lo importante es saber si la regla de la herencia, correspondiente por derecho al primogénito, es imperativa y se aplica, sin importar la voluntad del padre y la del hijo o hija mayor, pues eso se vive como una pesada carga y el heredero puede sentirse tentado a irse. De hecho, la regla no es tan rigurosa; existe debate, conflicto latente, salvo si todos los hijos se ponen de acuerdo, lo que a menudo parece presionado por el juicio de la comunidad. Es una fuente de tensiones. Hay más: ese sistema ya no es legal desde la Revolución que instauró la repartición igual, de conformidad además con lo que sucedía en la mayoría de las provincias francesas. El Código Civil de Napoleón volvió un poco atrás autorizando al padre de familia a privilegiar a uno de sus herederos, pero todavía está lejos la antigua costumbre. El estudio de las sucesiones en el siglo XIX sugiere que subsistió la práctica de una repartición muy desigual, gracias a la complicidad del notario, que sobreestimaba el valor de los bienes entorno sociofamiliar 111 l dejados a los hijos menores, y al silencio de estos últimos. Esto no quita que la ley les permite oponerse a dichos acuerdos familiares. Llegaba a darse el caso. Justamente, Le Play hace de ello una de las causas de lo que llama la ruina del mundo rural por culpa de la Revolución, que, dice, fue una máquina para destruir la tierra y endeudar al campesino, que queda obligado a rembolsar a sus hermanos y hermanas. Esta presentación de las cosas es hoy día discutida por diversas razones que no se expondrán aquí. Ciertas ideas de Le Play fueron criticadas muy pronto, incluso por algunos de sus alumnos, en particular uno de ellos, Fernand Batel, magistrado palense, buen conocedor del valle de Ossau que estudió siguiendo las grandes líneas del método de Le Play,20 y se opuso vivamente a su maestro sobre un tema que aquí nos interesa directamente, a saber, los estrechos lazos que veía Le Play entre ese modelo familiar de la familia-tronco y el dinamismo, que para él encuentra su principal manifestación en la emigración, producto natural del sistema del heredero único. Para Batel, que se apoya en su conocimiento de la región, la unidad doméstica pirenaica está demasiado marcada por el espíritu colectivo y por la tradición para ser verdaderamente un tronco que dé origen a nuevos árboles, un factor de dinamismo favorecedor de una emigración creadora de riqueza. Es cierto que Batel, fundador en Pau de un diario católico partidario de la República, combatía los puntos de vista de los tradicionalistas y que una viva polémica lo opuso al diario conservador palense. Sus ideas lo distanciaban sobre este punto de las de Le Play. Parecería que en uno y en otro, las posiciones ideológicas interferían con las conclusiones del trabajo de campo. Vieja historia... Me parece poco posible ahondar en este tema. Sobre todo porque río arriba, si puede decirse, se plantean asuntos previos: ¿qué realidades se ocultan detrás de este esquema? En efecto, quedan muchos puntos por aclarar. Le Play escogía a una familia que se le había señalado y hacía de ella un estudio monográfico; Batel aborda el problema desde un ángulo más general, pero se contenta con ilustrar su demostración con ejemplos precisos, sin que se tenga la menor idea de su validez. Diversos trabajos sugieren que en las regiones en las que dominaban esas estructuras familiares, ese modo de repartición fue frecuente en las familias del campesinado acomodado, que a menudo se las arregló para eludir la ley haciendo aceptar el hecho a sus hijos menores; fue un medio para mantener sus posiciones en el pueblo; debido a ello, esas familias parecen haber conocido una mayor estabilidad que las demás. Pero aún en ese marco, hay que recordar que el heredero no es sistemáticamente el primogénito –las indagaciones lo muestran–, de manera que puede serlo el preferido, o el que desea permanecer, suponiendo que uno de los hijos quiera quedarse, y suponiendo también que sólo sea uno. Lo importante es que no hay ningún automatismo, una regla imperativa que se impone a todos y evita los desacuerdos. Lo que se impone es el principio, no su aplicación. F. Batel, “La vallée d’Ossau, étude sur la population originaire et la prétendue famille-souche des Pyrénées”, en La Science sociale en siete artículos, de abril de 1892 a junio de 1893. Una versión abreviada de este texto fue objeto de un libro, La vallée pyrénéenne: Ossau, París, Firmin-Didot, 1894. 20 L 112 Michel Papy No es todo: ¿qué sucede con una familia cuyo ingreso principal no es la tierra? ¿qué pasa con el conjunto de aquellos pequeños artesanos y jornaleros, que tenían tan poco para transmitir a sus hijos? ¿y con los que, mucho más acomodados, viven sobre todo de una actividad exterior a las labores agrícolas? Los capadores, por ejemplo, o el escribano de la justicia de paz. ¿Esta práctica de la repartición desigual estaba o no arraigada en los Latapi? Lo que se sabe de las mentalidades colectivas permite la siguiente hipótesis: el sistema familiar pirenaico funcionaba mal que bien en la clase media, con tantos arreglos que si se hiciera de él un estudio estadístico –suponiendo el seguimiento integral de todas las familias sin ninguna excepción, cualesquiera que fueran sus actividades e ingresos, y ello en todos sus descendientes, asimismo sin ninguna excepción– se le encontraría una baja realidad estadística. En cambio, se impone sin duda alguna como modelo ideal, incluso fuera del medio campesino, incluso también cuando se abandona. Las cartas de los emigrados lo traslucen. He aquí un ejemplo patente en muchos aspectos:21 Maurice P., es el primogénito de un maestro de Ogeu, pueblo grande en los márgenes del torrente de Ossau, pero fuera del valle de Ossau propiamente dicho, en la parte de la planicie, a unos diez kilómetros de Izeste, río abajo, a medio camino sobre la carretera de Oloron. En 1860 parte hacia Uruguay, en donde se transforma en ganadero, primero como peón, luego por cuenta propia. No da noticias suyas hasta once años después, sin siquiera informar que está casado, lo que se sabe sólo por un hermano menor que se Alcaldía de Izeste, lugar donde se llevan, desde la Revolución de 1789, los registros civiles de la población, muy frecuentado por los escribanos. En sus archivos se encuentran los originales de actas de nacimiento, matrimonio y defunción de todos los Latapi, así como documentos oficiales firmados por Jacques y Joseph. El pórtico del edificio es una joya de arte regional. expatrió a su vez a Uruguay en cuanto tuvo noticias de su hermano mayor; además ambos, allá, se encuentran lejos el uno del otro y casi no se ven. Otro hijo parte más tarde hacia California. En resumidas cuentas, un solo hijo se queda en Francia, el último. Tras haber sido seminarista, luego maestro, termina siendo profesor en Libourne, cerca de Bordeaux. Es M. Papy, “Lettres d’émigrés et typologie de l’émigration. Le cas des Béarnais aux Amériques (18501920)”, pp. 453-466 en Correspondre jadis et naguère, París, Ed. Du C.T.H.S., 1997, pp. 459-460. 21 entorno sociofamiliar 113 l el ejemplo típico de una familia dispersa, aun cuando el padre señala su apego a la unidad y a la continuidad de la célula familiar. Por suerte se dispone del borrador de sus cartas: “Según el antiguo uso de la progenie, deseo que seas nuestro heredero... Así no apresurarías demasiado los preparativos de viaje a fin de que no estés ausente en el momento de ese llamado irrevocable”, escribe a su primogénito, evocando el momento de su muerte y sin darse cuenta que su hijo no considera en lo absoluto el regreso. “No esperes ser rico”, añade. Es cierto que en esa familia sólo hay pocos bienes inmobiliarios por distribuir. Sin embargo, curiosamente, es ese jefe de familia quien, de todos aquellos cuyas cartas reunimos, expresa más claramente su apego al modo de transmisión del patrimonio. ¿Cuál es el valor representativo de semejante documento? Es muy difícil de decidir. Las cartas, a pesar de su discreción sobre asuntos íntimos, sugieren la existencia de fallas en las estructuras familiares, que la tradición pretendía sólidas. Es muy posible que esas fallas estén precisamente vinculadas con el peso de las tradiciones en las mentes. El caso de Eugène Latapi y de sus relaciones con su padre puede eventualmente ser aclarado por semejantes hipótesis. El hermano mayor Joseph, quien en virtud de una costumbre a menudo respetada, lleva el mismo nombre que su abuelo, el primer escribano de la familia, siguió la senda trazada por la familia por voluntad, por comodidad, por conformidad con la tradición o por alguna otra razón. Adquiere el cargo en 1843 por el precio de 2 mil 500 francos,22 el monto se fija en función del ingreso en el que se confía y 22 sucede a su padre Jacques quien había renunciado. Cuando él mismo renuncia en 1873 y su propio hijo Jean-Baptiste se presenta como candidato a su sucesión, el precio de cesión se fija en 4 mil francos. A título indicativo, el ingreso catastral de los bienes inmobiliarios del padre eran en 1837 de 196.27 francos, lo que da, sobre las bases en vigor de esa época, en la que el ingreso era por principio considerado como equivalente al 5 por ciento del capital, un capital de aproximadamente 4 mil francos. Como el padre cedió después algunas parcelas de tierra al dueño del castillo de Izeste, no hereda la totalidad a su muerte en 1863. Pero en el registro catastral no hay huella de los terrenos atribuidos a su hija o a su hijo menor. La hija Anne se casó con un capador del mismo medio social, como vimos antes, dotada –podemos suponerlo– como convenía. La tradición establecía que las disposiciones de familia se hicieran con motivo del matrimonio del primogénito, digamos más exactamente del heredero. Joseph se casó el 7 de febrero de 1844, había sucedido a su padre en el cargo de escribano el 4 de mayo de 1843, momento que debe corresponder a su proyecto de matrimonio. Eugène tiene entonces 19 años, y no sabemos ni dónde vive ni qué hace. No conocemos las decisiones tomadas respecto de la repartición de los bienes, pero parece que lo anterior aclara singularmente el contenido de algunas cartas de Eugène a su padre. La carta del 1 de diciembre de 1864 contiene una cita de un recado enviado por el padre, en el que recuerda a su hijo que está obligado a pagarle anualmente como coheredero de su tío fallecido una renta de Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, 2 U 178. L 114 Michel Papy Vista general de la fachada y la puerta de la casa de Jacques Latapi en Izeste, situada en la calle principal del pueblo, que un clérigo erudito de la Edad Media bautizó con el nombre de Hic siste! (detente aquí). A dos propiedades de ahí, se encuentra la morada de Théophile Bordeu, famoso médico de la corte de Luis XVI, calificado como el Voltaire de la medicina, quien recomendaba a sus enfermos tratarse con aguas termales, en particular las del valle de Ossau: Eaux-Chaudes y Eaux-Bonnes, muy frecuentadas por Eugène. 240 francos. Eugène lleva siete años sin pagar y por consiguiente debe 1680 francos que el padre le insta a pagar sin más retraso. “Es una pena, comenta Eugène, que usted no haya agregado: ‘si no te envío a los gendarmes’, eso habría terminado bien su frase paterna”. El tono indica la profundidad de la herida en el alma de Eugène, y abordamos aquí un ámbito en el que las explicaciones históricosociológicas son impotentes. Pero si evidentemente son incapaces de llegar al fondo de las cosas –las biografías y monografías en general procuran situar a los individuos frente al misterio de la vida– indican un contexto material, cuantitativo, en el que las ideas se encarnan en la materia. Ahora bien, el sistema familiar pirenaico y el contenido de las cartas de Eugène se aclaran el uno al otro de modo singular. Releamos las cartas del 28 de enero de 1861 y del 1 de diciembre de 1864. “A mi vez, permítame hacerle una simple pregunta”, dice en la primera, “¿Tengo según la conciencia, según la naturaleza, según la vulgar justicia, los mismos derechos que mi hermano y mi hermana, a vuestro afecto y a vuestra ayuda paterna? Si contesta afirmativamente, tengo el derecho de preguntarle por qué dotó a los demás en tanto que a mí parece querer tratarme como un acreedor que ordena el pago a su deudor. Es cierto que sus deberes hacia mí son facultativos y no obligatorios, mientras yo estoy obligado por la ley a ser exacto en los vencimientos de su renta”. Entonces tiene tres años de retraso en el pago, pero se muestra dispuesto a honrar su deuda. Casi cuatro años más tarde, el tono ha cambiado. Ahora tiene siete años de atraso en sus pagos y anuncia que no los abonará: “Le debo, pues, 1680 francos que podría pagarle de inmediato si lo deseara, pero no quiero; es una idea como otra”. Y para poner entorno sociofamiliar 115 l los puntos sobre las ies, hizo preceder el anuncio de su decisión por una comparación –la palabra está escrita en letras grandes– con la carta que su socio acaba de recibir de su padre. Es lo bastante explícita para merecer una cita completa: “Mi querido hijo, después de las privaciones y de las miserias que tuviste que soportar en estos últimos años de revolución del país en el que vives, acabas de casarte y no debes tener dinero de sobra, por ello te envío 4 mil francos para la dote, monto igual al que di a cada uno de tus hermanos el día de su matrimonio. Añado a este envío de dinero, mi querido hijo, todos mis deseos para tu felicidad y no tengo mayor deseo que el de besarte así como a tu esposa antes de morir”. El comentario que da él mismo de este ejemplo de amor paterno es el siguiente: “Por lo que antecede, usted verá que los papás son como los días: se suceden, pero no se parecen. La culpa es quizás de las rocas de los Pirineos, ¡son tan duras!” ¿Habría imaginado esta carta para hacer comprender a su padre lo que esperaba de él? Así pues, en el momento de decidir sobre los asuntos familiares, sin duda con motivo del matrimonio del primogénito, el mayor de los hijos heredó; la segunda, una hija, se casó, tal vez con un heredero, en todo caso fue colocada, y el último fue hecho a un lado, recibiendo al parecer mucho menos de lo que recibieron los otros dos. Todo esto debió hacerse, conforme a las reglas, con la complicidad del notario, como se hacía en semejantes casos cuando se apegaban a los viejos hábitos con desdeño del texto de la ley. El padre no debe, pues, legalmente nada a su hijo menor, como lo reconoce Eugène. Lo que el antiguo derecho pirenaico sugiere es la profundidad del malentendido entre padre e hijo. En realidad el padre no puede tener el sentimiento de haber sido injusto; lo que hizo L 116 Michel Papy caía de su peso, y los hijos e hijas menores suelen aceptarlo, de grado o por fuerza. Asimismo lo que invoca Eugène contra la costumbre, es una especie de derecho natural, el corazón, pero también la ley, otra ley: “…la conciencia, la naturaleza, la vulgar justicia”. La comparación con la repartición igualitaria de la que gozó su socio, pone en relieve la originalidad de la costumbre pirenaica. Se puede imaginar que, conscientemente o no, (parece muy consciente), es ella el blanco de la dureza de corazón que le reprocha a su padre: “La culpa es tal vez de la influencia (de las rocas) de los Pirineos, ¡son tan duras!”. Pues hay que comprender bien que al desfavorecer al benjamín, el que no va a seguir la carrera paterna, Jacques Latapi actúa como conviene; los sentimientos de afecto no deben mezclarse con los asuntos de herencia. Podemos imaginar al escribano de la justicia de paz de Arudy como moderno en su visión de los asuntos agrícolas y tradicional en su comportamiento familiar; nada que no sea muy trivial en esta aparente contradicción, en esas respuestas diferenciadas ante situaciones diversas. Se puede imaginar al padre tan atento a su hijo menor como a los otros. Al mismo tiempo, el vínculo que establece el hijo entre sentimientos y dotación, lo proyecta tal vez a otro mundo en el que no tiene ya puntos de referencia. Eugène se comporta abiertamente como hijo rebelde, a su padre y a la costumbre; por ello también es hijo de su época pues, si se cree a muchos de sus contemporáneos, existieron conflictos de este tipo y tal vez se multiplicaron en la medida en que desde inicios del siglo la ley daba a los desfavorecidos la posibilidad de exigir una repartición más igualitaria. Desde este punto de vista es sorprendente que el éxito financiero de Eugène lo refuerce en su determinación, Acta de nacimiento de Eugène localizada en el archivo de la municipalidad de Izeste: nació el 13 de julio de 1824, a las cuatro de la mañana. Según los astrólogos, su signo del zodiaco fue Cáncer y “pertenece a la generación que recibió la influencia de Plutón en Aries: sembradora de semillas, buscadora de nuevos caminos, pero impaciente e impulsiva”. entorno sociofamiliar 117 l cuando por el contrario la esperanza de lograr su vida exiliándose era considerada como un estimulante para el no-heredero y lo llevaba a aceptar ser desfavorecido; y cuando triunfaba eso era visto como prueba de la legitimidad de la costumbre, que exigía del jefe de familia recibir al que se veía obligado, por la desgracia o alguna otra circunstancia, a volver a casa. Eugène se comporta a la inversa. En enero de 1861, sus asuntos van mal, pero espera una recuperación pues la Revolución ha terminado, “…y tendré la satisfacción de pagarle íntegramente capital e intereses”. No se rebela abiertamente más que en su carta de diciembre de 1864, al mismo tiempo que anuncia su éxito financiero y social; hasta habla de su matrimonio en términos de triunfo afectivo, defendiendo, al parecer también sobre este punto, las reacciones contrarias a las de su padre: “Dueño legítimo de una mujer mexicana a la que amo”. Al negarse a pagar cuando puede hacerlo, invierte radicalmente la situación, ya que lo hace en el momento mismo en el que podría al fin aceptar la antigua repartición; cuando el viejo principio puede finalmente ser aplicado, es el momento en que está en mejor posición para rechazarlo. Este rechazo se manifiesta en su última proposición, en la que invierte su postura, lo que puede hacer ahora que la enunció sin dar más razón que su propia voluntad. El gobierno mexicano le debe en principio 20 mil francos “…a título de indemnización por el encarcelamiento arbitrario del que fui víctima en 1859 y es de esa cantidad como le pagaré no sólo los siete años transcurridos sino también siete años por venir.” Es muy difícil medir exactamente la parte de ironía contenida en esta promesa; lo esencial es que al presentar su decisión como irrevocable y soberana, enuncia claramente otra ley que la inspirada por “…las rocas de los Pirineos... tan duras”, en donde la regla colectiva se impone a cada uno. Es pues necesario distinguir bien lo que es casi universal e intemporal en esta historia de relaciones entre un padre y un hijo que se considera despojado, y lo que debe vincularse con el contexto geográfico e histórico. En efecto, Eugène Latapi y su padre son pirenaicos que viven un tipo de enfrentamiento como tuvo que haber muchos en el siglo XIX. La ruptura con la costumbre está de cierta manera inscrita en la costumbre, que creó un contexto en el que la decisión de partir puede ser interpretada como señal de aceptación del destino o como un gesto de rebelión; ambos están íntimamente mezclados. ****** En esta pequeña parte del Béarn, este pedazo del valle de Ossau, que dista de ser un paraíso sereno en el que nada sucedería si no es el paso de las estaciones (según la imagen que difunden las guías, pero que a su manera conoce las agitaciones del siglo), el escribano de la justicia de paz está particularmente bien situado para conocer sus contornos y sus arcanos. Las justicias de paz23 fueron creadas desde inicios de la Revolución por la Asamblea Constituyente. La idea fue tomada de Holanda. Se trataba de remplazar las antiguas justicias de pueblo, suprimidas como todas las instituciones del antiguo régimen, por M. Berthelot y varios, La Grande Encyclopédie, inventaire raisonné des sciences, des lettres et des arts, par une société de savants et de gens de lettres, tomo XI, París, 1895. El artículo “jueces de paz” se encuentra en pp. 240-244. 23 L 118 Michel Papy Firmas de Eugène, Jacques y Joseph Latapi asentadas en el documento notarial donde se distribuyeron la herencia legada por su tío François. Arudy, 6 de octubre de 1851. Esta fue la última vez que Eugène estuvo en Izeste, a pesar de que realizó diversos viajes a regiones francesas muy próximas. magistrados populares cercanos a los administrados y destinados por su autoridad paterna a anticipar los procesos más que a juzgarlos. La ley del 16-24 de agosto de 1790 crea un juez de paz por cantón, circunscripción que a su vez acaba de ser creada. Debe ser auxiliado por lo menos por dos asesores. Todos son elegidos por sufragio universal por dos años. La Ley del 19 vendimiario año IV (11 de octubre de 1795) crea un escribano, es decir un secretario, destinado a cada juez de paz, nombrado y revocado por él, y un ordenanza. Los siguientes años introducen dos importantes innovaciones: en el año IX, se suprimen los asesores, y eso incrementa la importancia del escribano, quien en lo sucesivo es el único que auxilia al juez cuando emite sus juicios. El senado-consulto del 16 termidor año X (4 de agosto de 1802) vuelve al carácter democrático de las disposiciones originales: quita la elección directa del juez de paz a los ciudadanos, que ya sólo tienen el derecho de presentar candidatos. El Imperio irá más lejos: es el jefe del Estado –en realidad su representante en las jurisdicciones, que es el prefecto– quien nombra y revoca este cargo. El juez de paz debe llevar a cabo dos audiencias públicas por semana en la sede de la justicia de paz, o en caso necesario en su domicilio; eventualmente puede hacer justicia en los lugares de litigio si las circunstancias lo exigen, pero no por ello se trata de una justicia itinerante. Es primero y ante todo un conciliador para los asuntos más comunes. Juzga también sobre pequeños procesos civiles en materia mobiliaria, salvo cuestiones relativas al estado de las personas y de los asuntos inmobiliarios y comerciales. Trata las disputas entre patrones y obreros cuando no hay tribunal de conciliación laboral. La ley del 25 de mayo de 1838 amplió sus competencias a asuntos un poco más importantes, en particular los actos de posesión y deslinde de las propiedades que exigen muy a menudo el examen del lugar y el conocimiento de los usos y reglamentos locales, y los procesos que nacen de las reparaciones a cuenta del inquilino que enfrentan a propietarios y arrendatarios, o a inquilinos en general. A título excepcional, la ley le atribuyó ciertos actos de jurisdicción graciosa, actos de notoriedad para quienes quieren casarse y no pueden procurarse su acta de nacimiento, actas de emancipación, etcétera. Es el juez de las multas y forma el tribunal de policía con el comisario de policía y el escribano, y en este marco puede imponer pequeñas multas, y hasta la pena de encarcelamiento por cinco años o más. Sin embargo, las infracciones forestales, particularmente numerosas, no son de su competencia. La importancia del juez de paz en el cantón es recalcada por el hecho de que actúa casi impunemente, pues sus juicios no pueden ser atacados ante un tribunal supremo (de casación), lo que es una sorprendente entorno sociofamiliar 119 l derogación del derecho común y le da una gran independencia. Es cierto que si viola la ley muy a menudo, se le recuerda que no es inamovible. El juez de paz es en efecto uno de los notables del cantón. Es en ese medio donde es reclutado. No se exige un conocimiento particular del derecho; en cambio, es bueno, lo vimos, estar familiarizado con los usos locales en materia de derecho rural, arriendos, etcétera. Una notabilidad bien implantada en el cantón puede resultar más útil que ser especialista. Los candidatos a esta función proceden de diversos horizontes profesionales: pueden ser personas que conocen el derecho, abogados, notarios, administradores y médicos. El examen de los expedientes de candidaturas24 muestra que la calidad del contacto con la población es tan apreciada como las competencias técnicas. Se prefiere a tal médico pues ningún otro “podría reunir en el mismo grado las condiciones que dan el ascendente sobre las poblaciones”; y tal antiguo subprefecto es considerado “buen jurisconsulto a menudo consultado por las poblaciones”. La justicia de paz es la oficina en la que se conocen mejor los asuntos del cantón. Es el lugar al que se llevan los desacuerdos entre familias o individuos y encuentran a veces una solución más o menos amigable. Se sabe que en los municipios rurales, ese papel de consejero y conciliador se reserva al alcalde, aún cuando eso no entra para nada en sus atribuciones oficiales. Se le pide que sea como un padre para sus administrados; es muy a menudo sobre esa base que se juzga, así como sobre su capacidad para servir de 24 inter mediario entre la población y la administración prefectoral para transmitir quejas, peticiones y obtener las ayudas. Ahora bien, el cantón es una unidad de vida muy concreta, en todo caso en la montaña bearnesa; se vio al Bajo Ossau, es decir el cantón de Arudy, expresarse con una sola voz frente al Alto Ossau –el cantón de Laruns– o a los representantes del Estado. Puede sorprender la ausencia en el sistema administrativo francés de una institución representativa al nivel del cantón. La experiencia fue intentada por el Directorio en 1795 pero fue abandonada cinco años después por el Consulado. Desde esa fecha, Francia fue uno de los pocos países que tenía como estructura administrativa de base una entidad tan pequeña como el municipio, cuando el cantón era también, por la misma razón, una realidad en la vida cotidiana de las campiñas. A escala del cantón, el juez de paz es, pues, el único representante y el único garante de esa realidad superior que es en toda sociedad el buen orden del mundo. Por su origen y por su conocimiento de las costumbres del país, pertenece al medio local, en el que está mucho más arraigado que los grandes notables, quienes por sus propiedades y relaciones viven a otra escala. Por su nominación y por la ley que asume, pertenece al mundo del poder superior. Por el poder, es un intermediario inevitable, pues es considerado un buen conocedor de las poblaciones. Es a él a quien se dirige la administración cuando siente la necesidad de ello. Cuando en 1848, la Asamblea Nacional originada en la Revolución de febrero lanza en todo el país una encuesta económica y social cantón por Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, 3 Z 519. L 120 Michel Papy Jacques Latapi (1795-1867), padre de Eugène, fue hijo de Joseph (1755-1818), también escribano, y de Claire Bordelongue (1768-1828). A la edad de 20 años se casó con Anne Loustaunau (1791-1833). En su contrato de matrimonio, a cambio de heredar la casa Loustaunau, de Izeste, se compromete a mantener de por vida a su suegra, Anne Jaulet Ayxage (1755-1825) y a su cuñada Marie (17791849). En las cartas se evidencia una relación tensa y conflictiva entre Jacques y Eugène, lo admira y lo respeta, pero le guarda un profundo resentimiento. Joseph Latapi (1816-1894), hermano mayor de Eugène, sucede al padre en el oficio de escribano en el juzgado de paz y, y heredará -costumbre arraigada en los Pirineos-, además de una parte del patrimonio igual a la de los demás, la parte viril por ser el primogénito. Se casó con Marie Arribere-Gramon (1824-1898), joven acomodada, hija de un propietario que fue alcalde de Izeste.Tuvieron dos hijos: Anne-Léonie y Jean Baptiste. Este último heredó el oficio de escribano -pagando 4 mil pesos a su padre- y no lo transmitió por no tener descendencia. cantón, son los jueces de paz quienes se encargan de la operación. También para las poblaciones, es uno de los mejores conocedores de los hombres y de las leyes. Posee una evidente autoridad, pero debe estar cerca de su gente. La función se quiso primero como una función de conciliación, y al parecer así fue. Se sabe que los bearneses tenían una sólida reputación de picapleitos. Cualquiera que sea la realidad tras esta reputación, se vio que las oportunidades de conflictos de todo tipo no faltaban en ese siglo en el que la evolución general de las costumbres y de las leyes chocaba de frente con hábitos bien arraigados, en un mundo de campiñas pobladas en exceso a pesar de los inicios de un éxodo definitivo. En semejante contexto, el papel del juez de paz es esencial. Ahora bien, el escribano es el secretario de ese personaje central de la vida social. Y más que su secretario, es su colaborador, sin pertenecer realmente al mismo mundo que él, entorno sociofamiliar 121 l aunque algunos escribanos forenses hayan accedido, en la jurisdicción, a las funciones de juez de paz; no fue así con ninguno de los que en la familia Latapi ocuparon sucesivamente la escribanía de Arudy. El escribano es un funcionario público25 instituido ante cada jurisdicción para guardar el depósito de los archivos y minutas y servir de secretario. No es un magistrado, pero forma parte del tribunal en el que ejerce. Toma la pluma en la audiencia, toma nota de todo lo que en ella sucede, personas presentes, incidentes, juicios y decisiones pronunciados; son notas que, vueltas a copiar en la hoja de la audiencia, dan fe. Ninguna acta del juez es válida si él no fue auxiliado por el escribano que le da autenticidad. Puede servir de intermediario entre el juez y la parte que se queja de él, lo rechaza o le ordena juzgar. Como guardián del depósito de las actas y minutas, puede entregar copia de ellas a quienes lo reclaman. En fin, es responsable de los diversos objetos depositados en la escribanía, cuerpos del delito en las discrepancias entre las personas, objetos embargados o confiscados; también es él quien guarda los duplicados de los registros del estado civil. El conjunto de esas responsabilidades hace de él una personalidad en el cantón. Es dueño de su cargo, que compra a su predecesor, y sin embargo es revocable. No debe tener lazos familiares con el juez de quien es el auxiliar. Al principio nombrado por el juez al lado de quien ejerce, es después, como el propio juez, designado por el jefe del Estado. Al ser nominado, paga el monto que representa el valor de su cargo. Recibe un sueldo; además percibe una retribución fijada por la ley, por cada copia de un acta de la justicia de paz. Tiene una responsabilidad pecuniaria, y debido a ello debe depositar un afianzamiento en la Caja de Depósitos y Consignaciones. Presta juramento de cumplir fielmente las funciones que le son confiadas. Debido a sus responsabilidades, algunas funciones le quedan prohibidas: las de notario, de alcalde, de subprefecto, prefecto, etcétera. Al igual que en el caso de los jueces de paz, no se exige diploma; pero ésta es una regla general en todos los sectores de la administración. Una buena salud es indispensable; así en el cantón de Arudy, la administración desecha la candidatura del secretario de la alcaldía de Arudy, pues “…estando absolutamente tullido de sus piernas, no podría auxiliar al señor juez de paz en los transportes a los lugares litigiosos que en el cantón son a veces bastante frecuentes así como las aposiciones de precintos”.26 Hay que satisfacer algunas condiciones para poder postular: tener por lo menos 25 años y haber trabajado cierto tiempo en un bufete de procurador judicial, de ujier, de notario, de perito tasador, en una escribanía o con un recaudador del Registro. Esta disposición favorece desde luego a aquellos quienes el medio familiar permite semejante formación. Como además el escribano en funciones tiene el derecho de presentar a su sucesor para su aceptación por parte del gobierno, se comprende que se hayan constituido dinastías de escribanos forenses. Es el caso de la familia Latapi. Desde la creación de la función de escribano de los jueces de paz el 19 vendimiario año IV (11 de octubre de 1795), M. Berthelot y varios, Op. cit., tomo IX, París, 1894. El artículo “escribano” está en pp. 354-355. Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, 2 U 178. 25 26 L 122 Michel Papy Tumba del padre y del hermano mayor de Eugène, en el cementerio de Izeste. En el epitafio del padre se lee: “Que el recuerdo de este hombre de bien sea imborrable, tanto en la memoria de sus amigos, como en el corazón de sus hijos. Rogad por él.” Ambos fueron más longevos que Eugène: el padre murió a los 72 años y el hermano a los 78. ocupa el cargo en el cantón de Arudy. El primero es el abuelo de Eugène, Joseph Latapi, quien ocupa la función hasta una fecha que no es posible definir. Su hijo Jacques lo sucede, y posteriormente él mismo cede el cargo a su hijo Joseph, hermano mayor de Eugène. Entonces Jacques no tiene más que 48 años y su primogénito 27 años. A su vez, este segundo Joseph verá a su propio hijo Jean-Baptiste sucederlo en 1873. Jean-Baptiste tiene apenas 25 años, la edad mínima requerida para cumplir la función; es aún soltero, como lo era su padre en las mismas circunstancias. Una de sus ventajas frente a sus competidores es que “…trabajó constantemente con su padre, escribano titulado, y dio pruebas de inteligencia y de capacidad”. La dinastía termina al morir Jean-Baptiste en 1883 sin hijos. Se encuentra en la misma época un escribano de la justicia de paz del cantón de Oloron-oeste, quien lleva el mismo nombre, pero con la ortografía de Latapie; ¿se trata de parientes? Se desprenden varios hechos de esta breve enumeración. El primero es que la familia Latapi está sólidamente implantada como una familia campesina. Cuatro escribanos forenses se sucedieron de padre a hijo en el mismo cantón durante casi todo el siglo XIX. Toman posesión de su cargo jóvenes, y lo rescinden cuando todavía son capaces de ejercer su actividad, pero eso permite al hijo, que ya los secundó, postular en cuanto alcanza la edad legal, y obtener el cargo, con el respaldo de la opinión del escribano dimisionario. La función se presenta como un negocio que se transmite de una generación a otra, como los bienes inmobiliarios entre los campesinos. Se puede suponer que el monto que el nuevo escribano debe pagar a su antecesor está incluido en la parte que él mismo hereda, y el derecho de primogenitura existe aquí también, entendiéndose que, como en el mundo campesino, el heredero no es a veces el primogénito, sino el que eligió quedarse, o el que fue designado para quedarse. Los demás hijos son invitados aquí a partir, o toman por ellos mismos esa decisión en un gesto que podemos interpretar de diversas maneras, como se sugerió antes. De hecho, en la generación que precedió a la de FrançoisEugène, el hermano de su padre Jacques, llamado también François-Eugène partió para la isla de Guadeloupe, en donde su sobrino se reunió con él y morirá en Izeste sin heredero directo. Según todas las probabilidades, el hijo entorno sociofamiliar 123 l menor inicia su carrera de emigrado sobre las huellas de este otro hijo menor que era su tío. Es tal vez en la familia Latapi una tradición muy reciente, pero se inscribe en una larga serie, si deseamos situarnos en el contexto bernés. La analogía termina ahí; las vidas del tío y del sobrino divergen visiblemente después, y de todas maneras no se puede diluir una historia individual en series estadísticas. ****** Se puede plantear un último tema, cuya respuesta ayudaría a comprender la vida de Eugène, el de su formación, su educación en un sentido más general. No tenemos ningún dato a ese respecto y sólo podemos emitir hipótesis. El medio familiar fue sin duda favorable a una buena formación de base. Su padre, escribano, pertenece tanto por su fortuna como por las relaciones que establece –por ejemplo al casar a su hija con un capador– a la élite del cantón, a ese mundo en el que se encuentran, al lado de los castradores, los campesinos acomodados que tienen el poder. Desde 1820 es consejero municipal de Izeste; su hijo Joseph lo será también. Pero si por su nivel económico la familia pertenece al grupo de los campesinos acomodados, por su nivel cultural se le puede suponer bastante por encima de ellos. En el expediente administrativo que atañe a su nieto JeanBaptiste se lee que “los individuos disponibles y aptos a secundar al señor juez de paz ya sea en Arudy o en el cantón son difíciles de encontrar por no decir que no existen en lo absoluto”.27 Eso fue escrito más tarde, en 1874. Así era con más razón veinte años antes. 27 28 Lo que diferencia a la familia Latapi de las demás familias del pueblo y la asemeja al grupo muy limitado de los grandes notables antes mencionados, va mucho más allá de la práctica de la escritura, pues ésta está bastante difundida. Ya en los años de 1830, el porcentaje de hombres capaces de firmar es muy superior al promedio y superó al 80 por ciento en los años de 1850. En cambio, entre las mujeres, la gran mayoría no sabe firmar en los años de 1830, y todavía más de la mitad veinte años después. De hecho Anne, la hermana de Joseph y de Eugène, no sabe escribir: no firma el inventario elaborado por el notario de los bienes del padre en 1867.28 Lo esencial de lo que distingue a la familia Latapi de las familias campesinas no está ahí. La diferencia procede del dominio de lo escrito, la práctica de la lectura, la naturaleza de los textos leídos, es decir, la soltura general frente al mundo de lo escrito. Es lo que expresa el extracto anterior del expediente de JeanBaptiste Latapi. Hay que decir que la lengua hablada en Izeste no es el francés, sino el bearnés. No porque se ignore el francés; en el Bearn, es bien dominado, inclusive es la lengua en la que se componen ciertas canciones que forman parte entonces del repertorio popular, muy particularmente en el valle de Ossau. Así es con la canción Autrefois le trône de France (antaño el trono de Francia), que transmite la nostalgia de la epopeya imperial y subraya por contraste la pequeñez de los reyes que sucedieron a Napoleón. Fue a su manera una canción de oposición al régimen de la Restauración, así como a la Monarquía de Julio; es evidente que entre los Latapi se practica el bernés. En la misma época, aún en Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, ibid. Archivos departamentales de los Pirineos Atlánticos, III e 17120. Dato señalado por Ariane Bruneton. L 124 Michel Papy Pau, en donde sin embargo se instaura una vida mundana para las distracciones de los ricos invernantes, que constituyen la riqueza y dan renombre a la ciudad, se sigue hablando bearnés en el mundo de los abogados, médicos y demás letrados. Lo que no quiere decir que el francés ésta en esos medios sobre un pie de igualdad con la lengua local, y eso basta para diferenciarlos. Al parecer la primera mitad del siglo XIX es la época en que el francés empieza a suplantar al bearnés en la élite cultural de la provincia. Un notable palense hablando de los años de 1820 escribe: “Se hablaba francés lo menos posible, y ¡qué francés burlesco! Dábamos un epíteto malicioso a quienes no hablaban nuestro patois: los llamábamos francimanos”. Pero observa ya un cambio en 1840.29 Acerca del tema de los estudios seguidos por un hijo de escribano en los años de 1830 y 1840, nos vemos reducidos a las conjeturas. En las dos ciudades gemelas de Oloron y de Sainte-Marie, distantes veinte kilómetros, se encuentran tres establecimientos de enseñanza libre, las instituciones Dalmais, Périssé y SainteMarie. Pau, cabeza de distrito de la jurisdicción, distante 25 o treinta kilómetros, tiene un liceo imperial fundado en 1803. Cuenta entre los primeros liceos fundados en Francia por el Consulado. Es muy posible que Eugène Latapi haya estudiado ahí sus humanidades. En 1856, después de la época en que tal vez lo frecuentó, tiene veinte profesores y alrededor de 300 alumnos, de los cuales las ocho novenas partes hacen estudios clásicos, la restante novena realiza una preparación comercial.30 La ciudad de Pau se encuentra en plena trasformación en los años en los que tal vez vivió ahí. Está convirtiéndose en uno de los principales destinos de una clientela rica y ociosa procedente de toda Europa, pero sobre todo de la Inglaterra triunfante, que frecuenta durante la bella estación los balnearios que prosperan en los Pirineos, y durante el invierno, algunas ciudades en donde los atrae la suavidad real o supuesta del clima. Pau conoce un crecimiento excepcional; se encuentra en pleno Bearn, una imagen del mundo nuevo que se instaura, más exactamente, de su cara favorable. Es también el lugar de una vida política, la de una cabeza de distrito de jurisdicción, sede del principal diario local, el que difunde las noticias nacionales e internacionales y suele apoyar sin pestañear al gobierno, sin importar los cambios de la coyuntura política. En Pau, ese diario, al que se suele llamar el diario de la prefectura, es el antiguo Journal des Pyrénées (Diario de los Pirineos), nacido en 1800, transformado durante la Restauración en Le Memorial, que aprobó los gobiernos de la Restauración, y luego –después de 1830– los de la Monarquía de Julio, antes de aliarse en 1848 a la República, para aceptar al fin el régimen de Napoleón III. El hecho es trivial en la historia de la prensa provincial. Sin embargo, eso no reflejaba el estado de los espíritus. En una ciudad tan tranquila como Pau, varios incidentes habían mostrado que fermentaban otras ideas bajo la aparente tranquilidad; así fueron los de julio-agosto de 1824, que había conocido el joven oficial M. Papy, “Les mutations des deux derniers siècles”, en P. Tucoo-Chala y otros, Histoire de Pau, Toulouse, 1989, pp. 163-303, cita en p. 215. 30 Picamilh, Op. cit., pp. 68-70. 29 entorno sociofamiliar 125 l Alfred de Vigny, en la guarnición de la región, y que hacía entonces sus inicios en la poesía. Son contemporáneos del nacimiento de François-Eugène. Los hombres que criticaban el régimen monárquico, o por lo menos a sus sucesivos gobiernos, no carecían de voz. La liberalización relativa introducida por la Monarquía de Julio, había permitido a partir de 1830 la creación de un diario de oposición dinástica, Le Montagnard des Pyrénées (El Montañés de los Pirineos), convertido diez años después en L’Observateur des Pyrénées (El Observador de los Pirineos). Citando frecuentemente a Le National, opuesto a la enseñanza católica y favorable a la escuela municipal, y partidario de una ampliación del sufragio –el cual era muy limitado, salvo para las elecciones municipales, cuando se le había ampliado por la necesidad de encontrar electores– llegó a proclamar en 1847 el sufragio universal masculino en el caso de las municipales, e igualaba en importancia, a fines de la Monarquía de Julio, a Le Memorial gubernamental. En 1848, apoyó a Cavaignac contra Luis Napoleón Bonaparte, quien fue sin embargo elegido por un amplio margen, tanto en los Bajos Pirineos como en el resto del país. Son conocidas las ambigüedades de esa elección; detrás de Luis Napoleón se encontraban al lado de los conservadores, otros nostálgicos de la revolución y del imperio, que a menudo estaban mezclados en las representaciones mentales. La popularidad del sobrino del Emperador explica que el plebiscito subsiguiente al golpe de Estado del 2 de diciembre de 1851 haya sido un éxito total; ¡en la misma Izeste hubo un solo opositor sobre 99 votantes! Esto no significa una adhesión a las ideas conser vadoras. L’Observateur des Pyrénées desapareció después L 126 Michel Papy del golpe de Estado, y Le Memorial volvió a ser el único diario del Béarn. La calidad de las informaciones y de los debates se resintió por ello, pero no era un fiel reflejo de las opiniones. De todo ello hay que señalar que más allá de las apariencias, el partido del orden no monopoliza la opinión y que el partido del movimiento está bien presente. Después de la caída inesperada del Segundo Imperio debido a la derrota militar, los espíritus serán muy pronto convencidos por la nueva República. Hablé antes de los animados debates que oponían en el valle de Ossau a los partidarios del mantenimiento de la trashumancia estival e hibernal, que suponía que no se tocaran los bienes colectivos y a los partidarios de una agricultura más rentable que reclamaban su división. La divergencia entre conservadores y modernistas sobre esta cuestión no guarda correspondencia con las discrepancias políticas. Cualesquiera que sean sus opciones en el aspecto ideológico, la mayoría de quienes se interesaban en las cuestiones económicas eran favorables a la modernidad y por tanto a la división. En su espíritu, el progreso pasaba por ahí. Sin duda alguna no es en ese aspecto, por el contrario, en el que Eugène Latapi debía distinguirse de sus compatriotas letrados. Si así fue, y al parecer así sucedió, debe ser por el carácter radical de sus ideas políticas. En el interior del mundo de los oponentes dinásticos –que eran bastante numerosos– de quienes se adherirán más tarde a una República conservadora, había un pequeño grupo de radicales. En realidad, tenemos muy pocos datos sobre lo que esto representaba en el Béarn, y qué contactos locales pudo tener Eugène. Sin duda, más bien hay que buscarlos a nivel nacional, sobre todo porque partió joven. Es uno de los campos en los que la indagación se encuentra todavía en sus inicios, campo tanto más oscuro porque las cartas que tenemos de él guardan silencio sobre estos asuntos, que debieron plantear entre su padre y él tantos temas delicados como los relativos a la transmisión de los bienes familiares. Se comprueba que la historia general y la historia familiar se mezclan a veces de diversas maneras. ****** ¿Qué balance sacar de estos cuantos datos sobre el entorno de la niñez de FrançoisEugène Latapi? El Béarn en general y el valle de Ossau en particular son lugares bien localizados en la Francia de la Monarquía y del Segundo Imperio. El desarrollo del termalismo y del turismo podría bastar para explicar el fenómeno. La región saca de ello notoriedad y animación estacional. Reputada tranquila y distante de las pasiones del siglo, en realidad se vio cruzada por las evoluciones bastante rápidas que imponía la modernidad en marcha. Muy lejos de haber vivido la trastornada historia social de las regiones de gran industria, no conoció esas transformaciones más que en la forma muy a menudo oculta que tuvieron en el mundo de las campiñas, pero ellas fueron muy reales, duras y generadoras de conflictos como en otras partes. Hasta vale preguntarnos si ganaron en intensidad las oposiciones internas ante las rigideces de las estructuras familiares y socioeconómicas. El entorno en el que Eugène vivió su tierna infancia estaba cruzado por tensiones y contradicciones, que pueden haber afectado al adolescente, tanto por el conocimiento que tenía de ellas como por las repercusiones que probablemente tuvieron para su familia y él mismo. Más allá, en lo que se refiere a la educación que recibió, casi no sabemos nada, salvo la existencia en el Béarn de instancias abiertas a los grandes debates de ideas. De todas maneras, los destinos individuales, pensamientos, palabras, acciones, forman parte de un contexto que sólo se puede describir mediante la observación. entorno sociofamiliar 127 l Los franceses en Texcoco Registro de franceses y de su familia residentes en Texcoco y en sus localidades, 1886. En 1858, Eugène es nombrado director de la fábrica de vidrio de Texcoco. Se sabe que para mejorar la industria, hizo venir de Europa a varios maestros vidrieros. Instalado con Juanita en esa ciudad, formó su familia y mantuvo estrecho contacto con la comunidad francesa local; los hijos de sus socios y empleados jugaron con los suyos. En el registro vemos que más de la mitad de franceses residentes en Texcoco son originarios de Rive-de-Gier, pueblo cercano a las ciudades de St. Etienne y Lyon; todos ellos declaran la profesión de vidriero; trabajaron en la fábrica de Eugène. Entre estos se encuentran sus socios y amigos: Jean Zeller, Joseph Boichot y sus hijos, y Victor Frantz e hijos. La hija de este último, Marie, se casó con el señor Derflingher quien, años después de la muerte de Eugène, resultará el dueño de la fábrica. L 128 Michel Papy IV. Carta al señor Latapi Ariane Bruneton-Governatori Carta al señor Latapi l z Carta original de Eugène a su padre Jacques, del 24 de julio de 1860. Una copia de ésta regresó a México a finales del año 2000 y desató la investigación. En ella narra su encarcelamiento injustificado, la manera cómo conoció a Juanita en la cárcel, reconoce su Mea Culpa, y anuncia que nació su hijo; que se le parece como dos gotas de agua. (Ver texto en el capítulo II). L Ariane Bruneton-Governatori O loron, 1 de agosto de 2002* Señor: Tengo varias preguntas que hacerle y para comprender mejor el sentido de mi diligencia permítame antes presentarme. Soy, se puede decir, la persona encargada de clasificar y ordenar el rastro que nos dejaron las personas que, como usted, partieron de esta región del suroeste de Francia hace muchos años, cruzaron los océanos y llegaron a vivir a lejanos lugares. La huella se pudo seguir esencialmente por sus cartas, periódicos, relatos, fotografías y, en suma, toda clase de documentos que hablan, o se les hace hablar, sobre el fenómeno que llamamos emigración. Dar a conocer este material, está en vías de concretarse a través de una Casa de la Memoria de la Emigración que se está organizando en Oloron, no muy lejos de su Izeste: ¡Esa “...otra capital del mundo...” junto con París, como usted bien lo dijo! En efecto, si todo el mundo está de acuerdo en pensar que los hombres tienen siempre su propia historia y ninguna vida se parece a otra, no parecería inútil reunir en un mismo lugar los escritos de los propios emigrados, para recordar y no olvidar este fenómeno, que aun siendo colectivo presenta for mas y características muy diversas. Tengo a mi cargo la responsabilidad de insertar la colección de sus treinta y ocho cartas en el contexto de aproximadamente otras mil. Y si habitualmente no encuentro mayor dificultad en ubicar el lugar de asignación a las correspondencias reunidas en esa Casa, en el caso de usted encuentro algunas dificultades. * Traducción del francés por Juan Latapí Sarre Carta al señor Latapi l Porque su singularidad, me atrevo a decir, es tan flagrante que no sé si debo clasificarlo en una categoría, o si usted representa, al menos por los documentos que hasta el día de hoy tenemos a nuestra disposición, el punto extremo de un continuum decididamente muy vasto. Tal vez sea la elegancia de su estilo, el itinerario personal y peripecias, o también su personalidad lo que me ocasiona esta manera de sentir. No cabe duda de que es un poco de todo al mismo tiempo. Digamos que para explicarle mi perplejidad me atengo a las cartas (y algunas otras informaciones reunidas en los archivos). Por esto, al ponerlas en la perspectiva de las cartas de los otros, usando en este caso una amalgama que espero ellos me disculpen, a continuación le pido su opinión. En primer lugar, los otros escriben en francés igual que usted, pero bañado en el bearnais de la vida diaria; como los demás, incluye como prueba un proverbio en una de sus cartas, el cual nos ha sido difícil comprender.1 Sin embargo, la duración del aprendizaje escolar de los otros era inferior a la suya, y sobre todo de menor avance; sus misivas muestran la marca de un parto difícil. La ortografía de los demás, a veces, está cerca de la fonética, su sintaxis, su ausencia de puntuación, su caligrafía –por cierto, a este respecto me permito unirme a la aseveración benevolente de una profesora de escuela o institutriz 2 sobre la suya– hace difícil la comprensión, la cual se aclara si la lectura se hace en voz alta, lo que es sin duda la situación general; pero no es el caso de las de usted, ciertamente leídas y releídas en silencio y en la intimidad. Al comienzo de casi todas las cartas ellos utilizan una especie de trampolín que les permite entrar al agua, diríamos sumergirse en la escritura: una fórmula, cualquier tipo de recurso “Queridos padres, les escribo las palabras de esta carta para hacerles saber el estado de mi salud, que es buena, y espero que al presente ustedes se encontrarán en el mismo estado como los dejé”. Ellos la modulan al hilo del intercambio epistolar, pero es de rigor en la introducción. Eso mismo caracteriza un modelo de carta popular que circulaba en un ambiente marcadamente europeo.3 Usted está lejos de ese género de preámbulo. Por sus estudios seguramente está en guardia contra su empleo, como sinónimo de vulgaridad. En la misma forma usted se cuida bien de enviar saludos a sus conocidos, dirigiéndoles en cambio solo unos buenos días. Pero me atrevo a afirmar que hay otra razón por la que no utiliza esa entrada de materia ritual y es porque usted no tenía buena salud. Seguramente, mientras que los otros se callan en caso de enfer medad, no dándole importancia, usted se complace en entrar en detalles. ¿Se imagina usted el efecto y la inquietud de su lector? Según la evidencia, hace mucho tiempo que ese problema de salud lo trae usted a flor de piel, y haría mal en no tocar ese punto; eso mismo es el motor, al menos aparente, de sus peregrinaciones. No importa, usted podría Que bau mey u goli á las mas que ue toudo a las brenos. Ver el Capítulo V, de Jeanne Soust. 3 A. Bruneton-Governatori y B. Moreux, Un modelo epistolario popular-las cartas de emigrados berneaises, en Etnologías de Escrituras Cotidianas, Paris, Edición de La Maison de Sciences de l’Homme, 1997. 1 2 L 132 Ariane Bruneton-Governatori escoger ser más discreto. Si no lo hace, según observo, es por dos razones. La primera, porque usted comparte el aire del tiempo que hace que la enfermedad, y particularmente la que a usted le toca –¿una tisis pulmonar?– sea un signo de distinción característico en las personas de letras, generalizado en cierta élite. Su amigo monsieur Charanton, el director de la compañía de seguros ¿no estaba acaso como usted sujeto a una salud delicada? Esa hipótesis es sólo eso, pero puedo asegurarle que sus compatriotas de origen campesino no estarían dispuestos a mostrar una constitución enferma, por temor –como le dice a su padre a propósito de la prisión– “...de manchar el apellido que usted me dio”. Para ellos la salud era una cuestión de sangre y linaje cuya reputación no debería ser dañada por la mala constitución de uno de sus miembros. Tema que se silenciaba, casi como tabú. La segunda sería que sus cartas, contrariamente a las de los otros, estaban realmente destinadas a su padre y sólo a él, y no corrían el riesgo de ser leídas a la comunidad, de modo que su contenido fuese divulgado fuera del círculo familiar. No veo a su padre, como es el caso del escribano forense de Lasseube, a 12 kilómetros de Oloron, escribiendo a sus hijos en Montevideo en 1866 “Voy a comunicar inmediatamente tu carta a los vecinos cercanos Piquet y Cabarrouy, así como a monsieur Doumecq, juez de paz, que me solicita frecuentemente noticias tuyas”. Por lo demás ¿qué beneficio podría obtener la comunidad? Usted nunca anima o desamina a nadie a emigrar; no se lee de su pluma, por ejemplo, el consejo de los hijos del escribano forenese ya citado, como de otros muchos, lo cual me lleva a compararlos Matasello de Arudy del 15 de marzo de 1853. Sobre de la carta dirigida a su padre desde Point-à-Pitre, del 26 de septiembre de 1852. En el reverso de la hoja donde escribía la carta, se ponía la dirección, así servía al mismo tiempo de sobre. Aquí vemos un ejemplo con la carta de Eugène a su padre, que cuenta con matasellos, destinatario y lacre que utilizaba al cerrarla. Carta al señor Latapi 133 l con usted. “Se me olvidaba decir, querido padre, que ponga en conocimiento de toda la gente joven de Laussebe, que si se vienen a Montevideo, los que apenas saben cuidar corderos obtendrán hasta cien francos al mes y los que tengan una profesión mucho más” (S.L. 1865, Montevideo). 4 En suma, contrariamente a un buen número de los que partieron jóvenes, usted no se sentía investido de una misión de explorador; sus estudios lo habrían distanciado de la comunidad, su mala salud lo habría hecho descartarse de bueno para el servicio; usted no compartió su complicidad de clase ni de conscripto. Sus saludos a otras personas son pocos y breves, limitados a la familia y “...a todos aquellos que no me han olvidado...” que usted no menciona sino una vez. Los otros, al principio al menos, hacen una larga y precisa enumeración de sus camaradas y conocidos a quienes envían saludos. Pero usted tampoco está animado por un proyecto utópico fourierista que busque aliviar la miseria del mundo, como algunos de sus compatriotas, el doctor Brougnes, de Caixon de los altos Pirineos; o Alexis Peyret de SerresCastet, cerca de Pau, quien fundó las colonias de Villa Elisa y de San José en Argentina; o el mismo Stephan Guénot, de el Alto Saonois, del que seguramente oyó hablar en México. No le reprocho esto; simplemente hago constar cuáles son sus ideas y ambiciones de armonía y justicia social –no se puede olvidar la fórmula que le sugiere la miseria parisina, y sin duda el remedio que usted propone: “Si lo superfluo tuviera un límite, pudiera ser que cada quien tuviera lo necesario”– el cual no pasaría por la emigración. 4 Por el contrario, como los otros emigrados, usted se encuentra aprisionado en las mallas de un pacto epistolar, de una necesaria continuidad que da a entender también que usted lleva un registro de sus envíos; acuse de recibo, agradecimiento, excusarse por no haber escrito antes o al contrario reproches, palabras claves todas ellas que aseguran un seguimiento de la comunicación. Por esta razón usted suele empezar sus cartas por estos temas, lo cual le da oportunidad de ¡meter el pie en el estribo! Falta decidirse porque, como escribe uno de ellos, “Se pasa un día, pasa otro, después pasan también los meses”. Sin embargo, analizándolo de cerca, percibo dos etapas en la correspondencia con su padre, muy diferentes, que tienen cada uno su propia sonoridad cuando se les compara con las cartas de los otros. La primera cubre esos dos años en que usted flota, si se puede decir, entre la reanudación de su estatus de dependiente negociante en Guadeloupe después de la muerte de su tío, y la esperanza de una carrera en una compañía de seguros de Limoges (diciembre del 51 a diciembre del 53, cartas 5 a 22); la segunda empieza con su visita y estancia en París para el aprendizaje de la fotografía, hasta el final en México (marzo del 54 a octubre del 66, cartas 23 a 40). Al principio usted mantiene una relación con su padre que yo calificaría de un buen nivel de reconocimiento recíproco, filial, y paternal. ¿Podemos plantear una suposición y a la vez hacerle una pregunta? Hemos corregido la ortografía de las citas de otras cartas. L 134 Ariane Bruneton-Governatori Sobre de la carta enviada el 11 de marzo de 1853 desde Limoges, donde se lee: Monsieur Jacques Latapi / Basses Pyrenée/Iseste A la muerte de su madre, a la edad de nueve años, estaban en casa su hermana Anna y su tía materna que lo acompañaban, pero la elección de su padre es enviarlo a un internado. Por eso no tiene nada de extraordinario que pueda seguir sus estudios y avanzar en ellos, mientras su hermana Anne declara no saber firmar cuando su padre muere en 1867.5 Su hermana se casa primero, en 1839, repartiendo su tiempo entre Bearn y Lot-etGarone; su hermano mayor en 1844 y acaba de remplazar a su padre en el oficio de escribano forense un año antes, de manera que con su esposa continuará viviendo en el mismo hogar y disfrutando la misma comida. Usted, siguiendo los caminos de otros hijos del país, se embarca para las islas, portando cierto equipaje, para reunirse con el hermano soltero de su padre. Esta relación con un tío 5 es frecuente; el joven Bourdenne que viaja con usted de regreso a la Guadeloupe, después de la muerte de su tío, se beneficia de su experiencia y de su amigo íntimo, el capitán, siguiendo el mismo patrón. Con referencia a los viajes usted parece un viejo trotamundo de mar. La relación que usted hace de la travesía es más que lapidaria; todo es sencillamente feliz, pero también peligroso, puesto que se menciona un verdadero rito de pasaje (¡cuando un rayo cae a 20 metros del barco y más tarde 200 toneladas de agua entran en la escotilla!) En otra ocasión, diferente a los otros que evocan el mareo “...en el comienzo de mi viaje estuve bastante enfermo, de hecho vomité con frecuencia...” y los alimentos malos y corrientes “...en la mañana café con queso, o té o sardinas; para cenar un cuarto de vino, sopa Inventario post-mortem. III E 17120, acta número 144 (ADPA). Carta al señor Latapi 135 l hecha con zanahorias y patatas, además de puerco salado, en la noche morcilla con patatas o arroz en conserva...”, ¡usted por el contrario habla de cubiertos de plata y un grupo musical! Son condiciones muy favorables en las que viaja –basta ver el costo (850 francos) que representa más que el salario anual de un escribano forense (600 francos)– usted escoge pasar por el Havre, lo cual no hace la mayoría que se embarca en Burdeos, y uno se da cuenta que el viaje inicial es superior al de los demás. Hace el viaje como un hombre de negocios, beneficiándose de sus conocimientos, estando al corriente de los movimientos en los puertos. ¡Seguramente no utiliza los ser vicios de un agente de emigración! Volviendo a su padre, podemos suponer que posiblemente no tiene mucha relación con él; es su tío quien le hizo el relevo, y cuando muere, –sin que usted tome ventaja de su testamento, sólo un lugar allá, en su exilio voluntario– es a partir de ese momento cuando busca a su padre como un corresponsal y una referencia. “Me dará gusto que no dude en que mantenga con usted una correspondencia frecuente, pero depende de usted que así sea”. ¿Por qué menciona esto? Cuando dice ”...hace diez años, ¿recuerda que le escribía con frecuencia y largamente, cartas a las que jamás respondió?” Como ellas no llegaron, estoy obligada a preguntarle ¿hubo una ruptura entre ustedes por alguna razón que ignoramos y es posible que quizá nos la comunique? o ¿es que usted siempre se sentía invisible a los ojos de su padre, que no se ocupaba realmente más que de sus dos hijos mayores? En este caso, podríamos eventualmente comprender, e interpretar, lo que en las cartas de ese periodo, lo mismo que en el siguiente, aparece frecuentemente como exageración o una jactancia. L 136 Ariane Bruneton-Governatori Pero regresemos al contenido de las cartas, porque me doy cuenta de que cedo insensiblemente a las consideraciones psicológicas y a los eventos de su vida, lo cual no estaba previsto. Así es que en ese período usted ajusta cuentas regularmente con su padre, le pide consejo, muy contento de comunicarle sus logros, avances y esperanzas. Es también durante esos años cuando sus problemas de salud son más detallados; por lo mismo ¿será usted sujeto de ternura? ¡ Decididamente esa salud, es verdaderamente un tema fuera de lo normal ! Se encuentra lejos, sin embargo, de todo lo que dice sobre las personas que se interesan en usted, porque tiene un amigo y protector en la persona del director de la compañía de seguros; posiblemente él lo sabe. Pero su reserva es igualmente grande en relación con los negocios que usted continúa teniendo en Guadeloupe y que comenta con su hermano. Los otros, sobre todo al principio de su separación, cuando parten jóvenes, buscan también el pretexto en la escritura de una carta, para tocar el punto y comunicar las etapas exitosas realizadas. Esos hijos escriben desde la Guadeloupe; “Me da gusto, queridos padres, poner en su conocimiento que no estoy mal, mi trabajo es mandar, ustedes recuerdan que eso me convenía mucho” (P.B. 1846); y otro, el hijo del escribano forense de Lasseube: “Tengo el gusto, querido padre, de darle la buena nueva que después de un año, igual que Joseph (mi hermano) nos hemos establecido y tenemos una posición brillante” (S.L. 1871); otro comenta con su padre, como bien nacido, su regreso para hacer el servicio militar. Usted sabe también escribir sólo por el placer de hacerlo; algo que los otros nunca hacen. Esto se evidencia particularmente antes Sobre de la carta a su tío François Latapi, en visita a Izeste, el 10 de mayo de 1850, con sellos de Gironde y Bordeaux. Es la primera de la serie de 38 cartas. de llegar a Londres y visitar esa ciudad. No solamente prueba usted la dicha de escribir, utilizando repetidamente yo ví como un efecto de estilo en su relato, acompañado por el “Adiós, porque es media noche. Me estoy cayendo de sueño y cansancio”. Usted sitúa bien la escritura de esa carta, que no contiene nada de esencial, sólo como un pasatiempo. Se parece a esas buenas cartas, las que recibe de su padre, que califica así dos veces, esas correspondencias familiares burguesas que se utilizan en el siglo XIX como un rasgo de actividad social, de placer y de descanso. En esas cartas, como en muchas otras que describen su llegada a México, no deja de escribir lo que descubre, para compartir, ponerse a usted mismo en escena y transmitir lo que ve desde su ventana. Ahora bien, eso es una cosa poco común en las cartas de los emigrados, la preocupación por señalar a los que se quedaron en su país la realidad de la diferencia. Muy pocos se detienen, o se Matasello de Arudy con fecha del 14 de junio de 1857, fecha en que llegó la carta; ¡tardó sólo un mes! Medio matasello de Veracruz con fecha del año 1855. Carta al señor Latapi 137 l entregan a esas descripciones y, menos aún, utilizan la comparación, como usted lo hace dos veces; la primera cuando evoca la verdadera ciudad flotante que constituye su barco, capaz de alojar dos mil personas “dos veces la población de Izeste”; la segunda, la mención de los volcanes de México que tienen “tres veces la altura del Pico de Midi”. ¿No son esas palabras para describir su asombro, lo que ellos sienten? ¿Acaso están desorientados al punto de no encontrarse? ¿No saben ellos por dónde comenzar o sintetizar? Todo esto debe influir, pero mi familiaridad con las otras cartas me dirige a otra hipótesis: si los otros no buscan contar ni describir los paisajes y sus nuevas impresiones, ¿será que han sido mal recibidos por el país y ellos lo saben? ¿por qué? Porque dar a ver es compartir, es hacer que el otro viaje en espíritu, con la imaginación en esos reportes epistolarios; el emigrado, cuando escribe, hace un recorrido por su país, no busca que su familia se transporte a lo lejos. Por esto resulta que la materia de sus cartas, fuera de aquellas noticias ligadas a su posición, al trabajo, al establecimiento del que partió, gira alrededor de la casa natal y de su país de origen. ¡De tal suerte que esos documentos nos aportan cantidad de informaciones sobre la vida en Bearn en esos años! ¡Pero bajo ese ángulo, usted es realmente diferente y poco reactivo! ¡Todo lo que sabemos de su padre y de su pueblo, es un fuerte catarro que menciona en el invierno de 1854, la quiebra de un tal Beterous y la muerte del pobre monsieur Bordenave! Algunas alusiones a hechos diversos, al clima, la evocación de problemas políticos (que rinden generalmente cuentas de las dificultades que experimenta un emigrado, como es su caso) y de noticias concernientes a los otros países forman parte también de sus L 138 Ariane Bruneton-Governatori misivas. Usted no se escapa a la regla, dando las noticias de Bourdenne o del “pobre viejo Lartigue llamado Paché”. Aprovecho para informarle que ese que se presenta como instructor de la delegación en México para hacerse registrar, al igual que otros 125 de su departamento entre 1845 y1852, señalado como portador de cicatrices y portador de un pasaporte emitido en Bordeaux en 1846, muere finalmente en el hospital francés en 1879, ¡más de diez años después que usted! Pero lo que distingue siempre a los emigrados es el reconocimiento de la deuda que tienen con sus padres por razón de sus sacrificios. Solamente para que ese reconocimiento filial no se reduzca a meras palabras, se entiende, considerando que la deuda se duplica, como ellos lo dicen, lo acompañan de un “pequeño recuerdo”, de un “pequeño aguinaldo del primer día de año”, de un “auxilio”, de “cualquier cosa”, de “bien pocas cosas”, del “fruto de mis ahorros”, un “servicio”, un “regalo”, una “pequeña recompensa”, en suma del envío de una cierta cantidad de dinero. Los padres, si es necesario, saben reclamarlo, algunas veces en forma muy apesadumbrada y con cierta culpabilidad. Los hijos, en cierta forma, ¿no fueron acaso enviados a América para eso? A veces, ellos se absuelven: “Fiel a mis compromisos, me apresuro, igual que Joseph, a enviarles un giro por 500 francos a ser pagado en Pau por el banquero al que ustedes decidan presentarlo. Usted verá, querida madre, que sus dos hijos, aunque alejados del seno de sus afectos, vienen a darle testimonio de su amor filial y así aliviar las penas y dolores que le ocasiona su edad avanzada” ( J . B . Argentina, 1892). A veces, se sienten mal por no cumplir su compromiso: “Yo les diría que al presente no he podido obtener grandes ganancias en mi Uno de los sobres, fechado el 30 de abril de 1858, que conservó un timbre de color verde, donde se lee: Correos de Méjico, precio de dos reales, con la efigie de Hidalgo. En febrero de 1856 se estableció en México el uso del franqueo previo y de las primeras estampillas, como ésta, que empezaron a circular en agosto de ese mismo año. Matasello de Limoges con fecha del 17 de abril de 1853 . trabajo. Actualmente tengo la esperanza de reunir algunos fondos. Tan pronto pueda hacerlo, créame, querida madre, que tendré el cuidado de pasarle el fruto de mis ahorros” (J.C. Argentina, 1858). Otras veces encuentran excusas: “Querida madre, veo que está usted inquieta porque no le he enviado nada hasta ahora. Puede estar segura de que no es mi culpa, solamente espero juntar, supongamos, una suma de mil francos para hacerle llegar cuando menos la mitad. Desde que estoy en este país el tipo de cambio del oro está muy caro para cambiar la moneda local. Espero que día con día cambie para poder enviarle algo” (J.B. Argentina, 1889). Y algunos encuentran maliciosamente (un poco como usted) ¡el pretexto de no querer enviar un giro muy pequeño! “No es con dinero con lo que yo pudiera pagar las penas que usted ha pasado por mí” (J.B. 1891). Entre su padre y usted también existe un asunto de dinero. No sería raro leer de vuestra pluma esta proposición de un hijo de escribano forense (¡siempre él!): “Querido padre, yo le aconsejo hacer a un lado la alcaldía con el fin de que pueda pasar los días de su vejez mejor de lo que lo ha hecho hasta el presente. Le hago una promesa, querido padre, a mi nombre y al de mis hermanos, de que no le faltará nada; si necesita cualquier cosa sólo tiene que escribirnos y al momento le será enviada” (S.L. Montevideo, 1866) ¡Pero si este extracto de carta es verdad, y no pura invención, como usted lo hace con la carta del padre de Victor Frantz recurso hábil pero posiblemente también el único para atreverse a decirle a su Carta al señor Latapi 139 l padre que usted encuentra injusto o, a partir de ese momento, infundado el pago de esa renta, considerando las cargas de familia! En realidad, a partir de su estancia en París esa cuestión no cesará de interferir en sus intercambios, tomando un lugar prioritario aun cuando no sea evocada. ¿Que usted no tiene dinero? no escribe. ¿Lo tiene, o busca enviarlo? ¡escribe! Como los demás, está dividido entre la dignidad de anunciar que va saliendo adelante en la vida, que ya gana bien o aun muy bien (¡tres fotografías por día, pagadas a cien francos cada una, lo cual permite que la deuda equivalga a menos de un día de trabajo!) y entonces la ausencia de excusas para honrar las deudas (ya sean morales o reales) o bien el riesgo de ver que lleguen innumerables llamadas de socorro. Esa cuestión del envío de subsidios pulula en los reportes, pero la obligación no se cumple por razón de los compromisos: matrimonio, arribo de los hijos, instalación; para ellos como para usted, las preocupaciones se inician a partir de entonces, los intercambios se agotan; el adulto se afirma y L 140 Ariane Bruneton-Governatori en la configuración particular que es la suya, se manifiesta por la sublevación y el rechazo a cumplir sus compromisos, “Mi pobre viejo Jacques” escribe usted, ¡qué evolución! Pero me doy cuenta de que mi carta se alarga, se alarga y que voy a pasarme de las dos dobles páginas. Es tiempo de terminar. Me pregunto ahora si tengo todavía necesidad de su consejo acerca del lugar que debo asignarle en esta Casa de la Memoria de la Emigración. A pesar de las preguntas que quedan en suspenso, nosotros tenemos que notar, probándolo todo a lo largo de esta comparación, que su diferencia sobre el fondo de semejanzas, reside en la calidad esencial de las cartas que tenemos de usted, que impide la confusión, que distingue los matices, que pone en relieve la pluralidad. ¡Sin duda alguna, su lugar está aquí! Esperando no haberlo importunado con mi palabrería y ofendido de alguna manera, le ruego crea, señor, en mi gran simpatía y en que nos reencontraremos en el más allá. Ariane Bruneton-Governatori Tipos de papel y membretes utilizados por Eugène Tipo de papel, donde vemos un intaglio con las iniciales de Eugène grabadas en relieve: E L Segundo tipo de papel con intaglio, donde vemos las iniciales grabadas en relieve y con un marco en forma de corazón Único ejemplar de papel membretado, de la Compañía de Seguros donde trabajó Eugène en Limoges entre 1852 y 1853. Tercer tipo de papel con un anagrama, donde se incluyen las iniciales de Eugène entrelazadas en color rojo Lacre rectangular que utilizaba Eugène Latapi para cerrar los sobres y que lleva sus iniciales: E L Carta al señor Latapi 141 l V. Cartas y palabras: los rostros de Eugène Jeanne Soust Carta y palabras: los rostros de Eugène l z Acta notarial firmada en Arudy el 6 de octubre de 1851, donde se establece el reparto de la herencia del tío François Latapi. Los beneficiarios: Joseph, Anne y Eugène aceptan recibir seis mil francos cada uno y pagar la renta anual de 240 francos a su padre Jacques, heredero universal, a partir del 25 de agosto de 1850. Éste es el origen de una deuda permanente que afectará mucho las relaciones entre Eugène y su padre. L Jeanne Soust Si me dio tanto gusto leer las cartas de Eugène se debe a que, de un extremo a otro, son la oportunidad de un diálogo con mi lengua materna, lengua rica, joven y bella. H ace unos doce años conocí a François-Eugène Latapi, en el momento de la publicación de su carta del 24 de julio de 1860 en la revista de la AMCB1, y el personaje me interesó o más bien intrigó. Su aventura poco trivial aguzó mi curiosidad pero no creí volverlo a encontrar. ¿Casualidad? Helo aquí de nuevo presente en estas 38 cartas entre las que aparece in extenso la carta antes citada. Su vida es rica en acontecimientos: viajes, cambios de país, de rumbo, numerosos problemas de salud, severos reveses de fortuna; pero una esperanza inalterable lo habita. Su correspondencia, en su evolución cronológica, al capricho de las vicisitudes de la suerte, se muestra reveladora de su personalidad. La impresión repentina –que influirá en las siguientes apreciaciones–es producida por la primera carta de François-Eugène a su tío, fechada el 27 de abril de 1850; carta-faro elegida como ejemplar porque está impregnada de las reglas epistolares recibidas. Obedece a las normas dictadas por la escuela, pero también a los principios inculcados por el medio familiar. Una herencia de hombres de lo escrito: abuelo, padre,2 hermano mayor, Traducción del francés por Eliane Cazanova Tapie AMCB : Du Béarn aux Amérigues! Histoires d´émigrants, Bulletin No. 7 de Association Mémoire Collective en Béarn, 1992 . 2 Un documento personal fechado el 16 de noviembre de 1830 permite la comparación entre la escritura de Eugène y la de su padre: semejanza del grafismo de las mayúsculas, en particular de la G con trazo acortado y la misma nitidez. * 1 Carta y palabras: los rostros de Eugène l todos escribanos forenses en el tribunal de justicia de paz de Arudy; de ahí el método, el esmero, la claridad adquiridos, las muestras de respeto hacia el destinatario. El sentido común exige que el formato de la carta sea proporcional a la importancia del texto; aquí, este último se somete a las exigencias del pliegue en el que en una de las hojas, después del doblado, se inscribe la dirección del destinatario; así el espacio útil se reduce a tres páginas, lo que condiciona la disposición material de la carta, el grafismo, pero también verbo y pensamiento. Habiendo establecido esta condición previa, señalemos lo que nos revela el escritor a lo largo de la carta. Ante todo la impresión de conjunto: una armonía entre el negro y el blanco, blanco suavemente patinado por el tiempo que atenúa el contraste. Los márgenes, las líneas escritas, los blancos y los negros se organizan, se individualizan en el texto. El ceremonial de esta primera carta sigue el modelo clásico todavía empleado en la actualidad: el encabezado, tomado del mundo de los negocios, para evitar toda confusión precisa el lugar y la fecha; el punto final señala el hábito de minuciosidad de FrançoisEugène. Más abajo, el sobrescrito se destaca bien y marca la deferencia, el respeto que se debe a alguien de más edad; sin embargo, no hay obsequiosidad excesiva que requiera un intervalo más grande, ¿tal vez una amabilidad un poco interesada ya que su tío le cede su comercio en la Isla Guadeloupe? Luego el cuerpo de la carta se desarrolla respetando márgenes, puntos y apartes pertinentes, indicios muy expresivos. Los márgenes están reducidos por deseo de economía de espacio, pero más seguramente por reacción al cúmulo de preceptos epistolares impuestos en su infancia. El margen izquierdo estrecho, regularmente respetado, indica firmeza de principios; una actividad bien sostenida, lo que confirma y refuerza la dirección resuelta de las líneas y su paralelismo. El margen derecho –casi inexistente– no es de origen escolar, es personal y correctamente manejado: los caracteres finales están trazados con tanta regularidad como los iniciales; esta constancia en el dominio del espacio da testimonio de una mente clara, precisa y metódica. En fin, la despedida y firma, muy breves, son fórmula de saludo cuando uno se despide de alguien, trivial aún en el siglo XIX. La escritura –una cursiva que justifica su nombre pues fluye– se estira en líneas rectas, sin el apoyo de algún rayado,3 de una elegancia casi femenina, halaga el ojo, y uno se complace imaginando una mano fina, ágil, nerviosa, cuyo trazo vivo y seguro sigue el ritmo del pensamiento. A pesar de su rapidez esa mano hace trazos gruesos y perfiles, se inclina regularmente a la derecha, se proyecta hacia el exterior y el porvenir. Los trazos verticales y palos bien proporcionados son de buena calidad, mientras éstos se elevan hacia el ideal, esos se sumergen hacia lo instintivo en un equilibrio armonioso. Así las interlíneas están ocupadas A la gente que tiene personalidad e iniciativa le gusta cierta autonomía y rechaza el papel rayado; hasta hace relativamente poco tiempo, se aprendía a escribir derecho en clase. En tiempos más lejanos, esto se hacía en el scriptorium de los copistas. 3 L 146 Jeanne Soust Point-à-Pitre le 10 Mai 1850 / a su tío “Querido Tío, si un día desapareciera la confianza de la tierra, no será en las colonias donde podremos encontrarla…”/Mon Cher Oncle, /Si la bonne foi disparaît jamais de la terre, ce n’est pas aux colonies qu’on la retrouvera à coup sûr... Point-à-Pitre 15 Dbre 1851/ A su padre: “Acabo de llegar a mi puesto después de 36 días en el mar. La travesía fue exitosa, aunque estuvimos a punto de morir a causa de un rayo que cayó aproximadamente a 20 metros del navío” / Je viens d’arriver à mon poste mon cher père après 36 jours de mer. La traversée a été assez heureuse quoique nous ayons failli périr par un coup de foudre qui est tombé à 20 mètre environ du navire. sin traslape que moleste. Esas cualidades del grafismo ponen en relieve la precisión de la vista, la igualdad relativa del humor, la seguridad del trabajo de la mente así como la firmeza de carácter de Eugène. Las mayúsculas clásicas encantan por la audacia del trazo; la elegancia de sus curvas demuestra gran familiaridad con lo escrito,4 así como sentido estético. Sin embargo, Eugène sabe distanciarse del modelo convencional y se toma cierta libertad al capricho de su fantasía. Un gancho izquierdo descendente marca cada final en s; el palo de la t es muy bajo; aquí y allá, una d frívola se transforma en voluta rompiendo la simpleza de la línea, y una s inicial pretenciosa posa como uncial. En cuanto a esa G lisiada sin piernas, ¿quién la identificará amputada Es en las mayúsculas y en su empleo donde a menudo tropiezan nuestros bearneses emigrados en el mismo período. 4 Carta y palabras: los rostros de Eugène 147 l como está de su pata?5 A veces Eugène juega con formas arcaicas para gran perjuicio del transcriptor: r, v, signos dobles er, es ... ¡un verdadero rompecabezas! Pero hay que ir rápido, tan rápido como la palabra: la escritura se abrevia, a veces las sílabas se presentarán por medio de una sola letra: comment (como) acortado se vuelve comt y courant (corriente): court... El discurso se desarrolla como una conversación en un tono simple y natural: son esencialmente informaciones susceptibles de interesar a su tío (cuidado de cortesía merecida, de deferencia), al mismo tiempo carta íntima y carta de negocios. Eugène hace avanzar su propósito por párrafos señalados por sangrías retraídas del margen izquierdo, cuyas mayúsculas estrictamente alineadas afirman su respeto a las convenciones literarias y sociales. Cada párrafo aborda un tema diferente. El primero, preludio habitual de nuestros escritores bearneses (5), trata de la salud del escritor quien, a su decir, parece bastante aleatoria; ello disculpa, sin que se formule, el probable retraso de su correo. Las informaciones subsiguientes atañen más directamente al tío, antiguo comerciante en las islas: la catastrófica sequía conducente a la agonía en la Guadeloupe, la desastrosa situación financiera provocada por elecciones sociales, una descripción clara de la actividad comercial condicionada por los acontecimientos, las transacciones hechas a nombre del tío, la liquidación de los bienes pequeños dejados en depósito. En fin, las noticias y la conclusión detallada de los asuntos políticos y coloniales que atañen a la isla. Eugène revela aquí su talento como narrador de los hechos precisos y detalles pintorescos (su liquidación de las ventas del caballo, damajuanas, tela azul, quejas de María), cualidades que se precisarán en las siguientes cartas, virtudes de un verdadero reportero moderno. De golpe, inesperado, cae un pequeño despido “Adiós, de corazón”: el adiós acostumbrado, luego ese silencio de la coma y, como con pesar, ese toque sensible, aunque trillado, del corazón. Salvo tres cartas, de las cuales dos se dirigen a su tío (abril-mayo de 1850) y una a su hermano Joseph (20 de enero de1855), un lote de 35 cartas que se escalonan a lo largo de 16 años (1850-1866) constituye la correspondencia entre Eugène y su padre. Aunque incompleta, esta serie da testimonio de una relación epistolar continua; sin embargo, sus huecos no permiten analizar más que la frecuencia de las cartas efectivamente guardadas e intercambiadas: dos o tres por mes hasta la llegada a Limoges en donde el ritmo se acelera –una carta mensual a lo largo del año de 1853– para minimizarse en los golpes duros: “Como no me gusta afligir a quienes amo con el relato de mis sinsabores y de mis desgracias no encontrará mal que ya no le escriba hasta el tiempo de la prosperidad” (30 de abril de 1858). La puntualidad de los intercambios epistolares, tal como podemos percibir, está sujeta a variaciones. En los años 1852-1853, obedece a la regla clásica: la estricta cortesía establecía entonces que toda carta recibiera respuesta en un plazo de ocho días, lapso Esta forma de G se encuentra trazada por Jacques Latapi, padre de François-Eugène en el documento citado en la nota 2. 5 L 148 Jeanne Soust Limoges 8 Janvier 1853/ A su padre : “Heme aquí, querido padre, instalado en Limoges desde hace cuatro o cinco días, dedicado a la nueva carrera que he escogido”./ Me voici, cher père, installé à Limoges depuis quatre ou cinq jours et lancé dans la nouvelle carrière que j’ai embrassée. Limoges, 19 7bre 1853/ A su padre : “Tengo una grave enfermedad, querido padre” Je relève d’une grave maladie mon cher père. considerado necesario para calmar la emoción cuando la carta recibida había herido o disgustado. Eugène aprecia la exactitud de la correspondencia paterna, se dice sensible pues reconoce en ello “una dulce prueba del apego y del afecto” que le tiene (26 de julio de 1852). Si la respuesta tarda “lo acusa interiormente de indiferencia para con él” pero reconoce su error. Llega el tiempo de las pausas, las que Eugène atribuye a la enfermedad, a la búsqueda de una profesión, a las gestiones indispensables; el de las playas de silencio –el tiempo debilita las mejores resoluciones– y el disparo de advertencia: “Más vale tarde que nunca” lanzado rabiosamente después del reproche paterno del 30 de julio de 1856. En fin, el abismo: una ausencia que resplandece, no una presencia que se apaga... “Hoy cambiamos los papeles (...) usted rejuveneció y yo envejecí”. A lo largo de esta correspondencia de dieciséis años se inscribe una época de la vida de Eugène que lo conduce del final de la Carta y palabras: los rostros de Eugène 149 l adolescencia a la edad adulta, período en el que se perfila y luego se forja la personalidad, en el que se construye la vida material y social. Mediante rebotes sucesivos, sus cartas revelan un caminar penoso, sembrado de ardides. Eugène nace con un prejuicio mayor: es el tercer hijo de Jacques Latapi, un hijo menor que no gozará ni de las mismas atenciones ni de los mismos privilegios que su hermano mayor Joseph6 cuyo destino está ya trazado: éste será formado e instruido con vistas a la sucesión de su padre en la función de escribano forense de la justicia de paz, cargo que ocupa en 1843. ¿Una ventaja? Tal vez... ¡pero a costa de cortarle las alas! Privado de la presencia materna en su niñez, Eugène siempre está en busca si no de ternura por lo menos de atención. “Cuando era joven, hace diez años, ¿recuerda usted que le escribía muy frecuentes y muy largas cartas que usted nunca contestaba?”, reprocha a su padre (28 de mayo de 1857). Pero se presenta una escapatoria: alcanzar a su tío comerciante en la Guadeloupe. En su primera carta lo vemos muy al tanto de los acontecimientos de la isla, de la situación personal del tío, y entendemos la elección voluntaria que le garantiza un modo de vivir: la certeza de una existencia cómoda, de un status social honorable, con muchos amigos y no de los menos favorecidos. ¿Es ésta su intención secreta? A partir de diciembre de 1851 se operan cambios en su correspondencia. Adiós al esmero, al orden, a la seguridad de la mano, a las reglas canónicas... es más, el encabezado (señal de respeto) se incorpora al texto. La escritura traiciona la gran excitación de Eugène. Se alarga en forma exagerada, se exaspera y proyecta trazos verticales y palos grotescos, a pesar de que sus particularidades siguen identificando al escritor. Es cierto que François-Eugène acaba de llegar a Pointe-àPitre tras treinta y seis días de travesía por mar. Sin duda regresa del pueblo en el que falleció su tío, entonces ¿pesadumbre? ¿nostalgia? ¿escogió este exilio voluntario como lo precisa? En la segunda carta, la escritura ha mejorado, aunque los palos lanzados demasiado alto muestran todavía mucho nerviosismo: la agitación de la mente predomina sobre la mano que pierde su control. Mas ¿cómo quedarse impasible cuando todo participa en la angustia? Primero una salud muy deteriorada, como nos enteramos desde la primera carta: dolores de estómago, pecho débil, vómitos de sangre; ¿hemoptisis? ¿tuberculosis? Esas afecciones influirán en la escritura que al capricho de los accesos se crispará o se aplanará. Expresará el sufrimiento –lo que vela el pudor–, por su parte las palabras se alinearán en boletines de salud con desprendimiento, casi indiferencia. La enfermedad omnipresente, obsesiva, aparece al principio de muchas cartas como un leitmotiv. Se impone, invade el espacio del relato, barre con cualquier otro propósito, tal vez eco de un sufrimiento oculto, el del niño ignorado (28 de mayo de 1857). En sus frases agudas obnubila cualquier otro pensamiento y anula todo proyecto de porvenir. El 19 de septiembre de 1853 después de dos pleuresías dice: “es pues necesario que levante mi tienda y vaya a acampar en otra parte”, y el 9 de diciembre de 1853 abandona, en efecto, su En su carta del 28 de enero de 1861, Eugène hace vivos reproches a su padre: “¿No tengo según la conciencia, según la naturaleza, según la vulgar justicia los mismos derechos que mi hermano y mi hermana a su afecto, a su ayuda paterna?” 6 L 150 Jeanne Soust Paris 1er Mars 1854/ A su padre : “Fui negligente hacia usted querido padre. En efecto, hace mucho tiempo que no le escribo, pero usted debe ser justo para no atribuir mi silencio ni a la indiferencia ni al olvido”/ J’ai été bien négligent envers vous mon cher père. Voilà en effet bien long temps que je ne vous ai écrit, mais vous serez assez juste, pour n’attribuer mon silence ni à l’indifférence ni à l’oubli. Havre 2 7bre 1854/ “Heme aquí, querido padre, en la víspera de dejar Francia por tercera ocasión. El navío Léontine que me llevará a México zarpará mañana por la mañana”/ Me voici à la veille, mon cher père, de quitter la France pour la troisième fois. Le navire Léontine qui m’emporte au Mexique mettra à la voile demain matin cargo en Limoges; “¡de nuevo una carrera truncada para mí!”, se subleva. A veces la enfermedad se insinúa en formas larvadas; entonces, a lo largo de la carta, Eugène evoca su cansancio, su debilidad, su febrilidad; sin embargo el tono jamás es plañidero, ni patético. Levantándose de la fiebre amarilla ironiza: “parece que Dios no tiene trabajo que darme allá arriba puesto que me deja aquí abajo” (20 de diciembre de 1952). La multiplicidad de sus males no lo agobia, a veces hasta parece estimular sus fuerzas vivas hasta el punto en que no duda en clamar: “también está escrito, creo, que Carta y palabras: los rostros de Eugène 151 l ninguna (enfermedad) podrá matarme” (12 de febrero de 1853). Es cierto que Eugène lucha con los medios de la medicina de entonces: sanguijuelas, aceite de hígado de bacalao, en su opinión remedios ineficaces. A veces sus males se exacerban. Se encarnizan hasta el punto de “hacerle la vida de más en más insoportable” (6 de septiembre de 1853). Algunos días después alcanzan su paroxismo: en la carta del 19 de septiembre de 1853, Eugène pierde sangre a pesar de todo y lo lleva a un estado de debilidad que da piedad. ¿Quién no se asustaría? La sangre es savia de la vida. Su derrame no dejó de vincularse con visiones de muerte; su flujo evita toda regulación y presenta los peligros, además de los síntomas, de una enfermedad entonces espantosa: la tuberculosis.7 “La enfermedad que me afecta no es de las que el aire natal puede aliviar ni sanar” (14 de octubre de 1853). Aquí no hay enfermedad imaginaria, ni desidia ni remilgo. Eugène no es el sensible (delicado), el amanerado (niño de complexión delicada) de quienes se burlan nuestros bearneses. En nuestros valles, el mundo campesino quiere ignorar la enfer medad considerada degradante para el individuo, pero también para el linaje. Con una salud tan calamitosa, ¿cómo concebir el porvenir? La homeopatía está en sus balbuceos.8 Eugène prueba fortuna, se pone en manos de un médico parisino y... ¡sana! ¡increíble! ¡inesperado! Sobre todo porque ese milagro se efectúa en cinco meses (duración del tratamiento homeopático), ¿habrían preparado el terreno las medicaciones anteriores? Esta información despierta el malestar que, a lo largo de las cartas, se insinuó, creó un ambiente malsano. ¿Jugaría Eugène con su enfermedad? No un odioso chantaje, pero sí tal vez, las angustias provocadas por resentimientos hacia ese padre que en su juventud jamás contestaba sus largas y frecuentes cartas (22 de mayo de 1857). En conjunto, el discurso trata del devenir y porvenir de Eugène, gran preocupación sujeta a su salud que restringe la elección, ésta asimismo sometida a sus aspiraciones pues apunta alto: una posición, palabra significativa, bien establecida como el estado que se forja con trabajo, constancia en el esfuerzo; palabra cargada del mérito personal, pero también de la mirada de los demás; palabra repetida, precisada, bien específica de su ambición. Ya posee, en la Guadeloupe, una “posición que sin ser muy brillante” le ofrece oportunidades de éxito; equilibra entre lo tienes y lo tendrás pero enfrenta el riesgo... Opta por un cargo muy ambicionado con el “deseo de hacerse lo más pronto posible de una posición en la administración de los seguros”. Esta carta fechada el 8 de enero de 1853 magnifica tanto al empleador –uno de sus amigos– como al empleo, y anuncia todo un programa: “la correspondencia –su especialidad–, la dirección y la inspección de los despachos bajo la autoridad del Director General”, el estudio de los códigos civil y de comercio. Un entusiasmo juvenil aguzado por la esperanza “de subir de grado, de ser nombrado inspector” y, además, el deseo de En el siglo XIX, la tos persistente aterrorizaba: las enfermedades pulmonares causaban casi la tercera parte de los decesos. A partir de los primeros 25 años, la tuberculosis ya ha eliminado a la décima parte de la población; de los 15 a los 30 años, la mitad de los decesos son obra suya. 8 Nacida en 1835, la homeopatía se implantó con dificultades: después del rechazo de la Academia de Medicina, Guizot apoya a Hahnemann sabio de gran mérito. 7 L 152 Jeanne Soust Mexico le 3 Avril 1855/ A su padre : “Querido padre, aún cuando no he recibido respuesta a la carta que tuve el placer de escribirle, a fines de enero, aprovecho con diligencia la ocasión de enviarle estas líneas...”/ Mon cher père, / Bien que je n’aie pas encore reçu la réponse à la lettre que j’ai eu le plaisir de vous écrire, fin janvier dernier, je saisis avec empressement l’occasion de vous adresser ces lignes. Mexico 30 Juillet 1856 / A su padre: “Dice el proverbio, más vale tarde que nunca, mi querido papá”/ Le proverbe dit, mieux vaut tard que jamais, mon cher papa. interesar a su padre, como prueba esta solicitud de correspondencia íntima con él. Pero la enfermedad interviene, obstruye sus proyectos; sin embargo, debe ceder a la obstinación de Eugène pues “no hay obstáculo para quien quiere bien” y hace suyo el precepto de su padre “Valor, paciencia y sigo mi camino.” Sin embargo el mal triunfa, trunca la carrera de Eugène. Una carrera significa etapas por recorrer, luego “una salud a prueba del frío, del cansancio”: entonces renuncia a ese “empleo”. Sin embargo, antes de la curación, Eugène forma nuevos proyectos en París: entrar a una empresa comercial de gran porvenir. ¿Seguro? ¿Necesidad de consolarse y de tranquilizar a su padre? Mientras restablece sus fuerzas, descubre una ocupación que orientará temporalmente su porvenir: la fotografía, que en 1854 está aún en la etapa del daguerrotipo. Eugène no da ninguna indicación respecto de su aprendizaje, de sus dificultades, pero afirma que “adquirió cierta fuerza en ese arte” (26 de julio de 1854). Carta y palabras: los rostros de Eugène 153 l La fotografía lo atrae por dos de sus aspectos: por un lado el arte, la alegría de la creación –y conocemos su sensibilidad a la luz, a los juegos de los contrastes, a la vida que muestran sus descripciones– por otro, el deseo prosaico de ingreso: “ganaré sumas fabulosas con mi talento de fotógrafo”. ¡Castillos en el aire... en México! En realidad una fuente de avatares en la que su arte no será motivo de discusión, más bien su afición por la novedad, la libertad de una vida plenamente asumida, fuera de lo común. El 2 de septiembre de 1854, víspera de su partida hacia México, presenta a su padre el resumen de sus proyectos: “preparar las vías para una gran empresa meditada en París”, proyectos ambiciosos pero vagos, inquietantes también; una empresa exige esfuerzos continuos. Ahora bien, Eugène se considera no apto para un trabajo asiduo al que estaría sometido. Sin embargo, el calificativo meditada especifica que esa empresa fue larga y maduramente pensada; ¡que el padre se serene! En julio de 1855, para Eugène la fotografía perdió su prestigio, se vulgarizó y ya es del dominio público, no es un arte, sólo una profesión precaria. Entonces empiezan en México los problemas, las rebeliones, las revoluciones y para él la época de las incertidumbres, de los titubeos. Su escritura alargada, relajada, con líneas descendentes da testimonio de cierto desasosiego. En ese 31 de diciembre el balance de sus actividades es desastroso. Lejos de dejarse abatir, cambia el fusil de hombro, renuncia al comercio, abandona las combinaciones demasiado peregrinas (ese proyecto ambicioso tanto como original de una colección de fotos de todo el mundo). Sabiduría... Recuerdos... “Cuando todo va mal se recuerda la lengua materna, la que nos provee las palabras, las ensoñaciones y los reniegos que consuelan” (Jules Superbielle).9 Al igual que el escritor, en el momento del desastre, Eugène rememora aquel proverbio bearnés que apela a la sabiduría Que bau men u goli a las mas que ua toude a las brumas, literalmente: Más vale un petirrojo en las manos que un cernícalo en las brumas. O también esos apodos de Pele-caas y Pounxous (malos peleteros y lenguas de víbora) que se lanzan como burlas, injurias y que lo corrobora este dicho bernés: Quien pasa por Izeste sin ser criticado puede pasar por el infierno sin quemarse. La suerte se encarniza. Eugène está “arruinado, perseguido, desesperado”, peor aún, pasa por la cárcel. De repente el destino lo conduce a una aventura singular: ¿romántica, novelesca o... simplemente trivial? Preciso... Eugène, él, se presenta como héroe romántico, sensible, exaltado, atento al honor y a sus deberes hacia Juanita. ¡Al fin el puerto! Hace el balance de su situación –un éxito tanto en el aspecto familiar como financiero– recalca su posición, “una de las más ambicionadas aquí”. Pero la tregua será breve; en su última carta anuncia un nuevo fracaso mientras su esperanza permanece inquebrantable. “Esperemos contra toda esperanza, es el lema de los caracteres fuertes”. Lo dejamos sobre esa convicción que no dejó de clamar a lo largo de sus cartas. Falsa salida. El lector ha caído en la trampa: el personaje de Eugène lo intriga, entonces entra al juego de la lengua, selecciona –elección Jules Superbielle nació en Montevideo, Uruguay, y murió en París en 1960. Tiene una estela en el cementerio de Arudy (Pirineos Atlánticos). 9 L 154 Jeanne Soust Paris 18 Septiembre 1857/ A su padre: “Mi querido padre, heme aquí, desde la noche de ayer, en mi París bien amado”/ Mon cher Père, /Me voici rentré dans mon Paris bien aimé depuis hier soir. Mexico 31 Octobre 1857/ A su padre : “Mi querido padre, hace un año, navegaba en plena prosperidad y parecía entrever un futuro cercano con una posición pecuniaria independiente...”/ Mon cher Père, Il y a un an. Je voguais en pleine prospérité et il me semblait entrevoir dans un avenir prochain une position pécuniairement indépendante. Carta y palabras: los rostros de Eugène 155 l delicada– y al final decide y recuerda palabras clave, por lo menos lo supone. Amigo: “Nada es más común que ese nombre, nada es más raro que la realidad” (La Fontaine). Lous amics, espés semitas e clas sourtiz. Los amigos nutridos sembrados y escasos, salidos como el grano de las siembras. (Dicho bernés que concretiza, aclara esta verdad). Amigo, palabra tan del gusto de Eugène y para el lector una de las claves de acceso a su personalidad. Él diferencia a sus amigos. Ante todo los compatriotas de Izeste, jóvenes emigrados o veteranos de la emigración, nombrados por ser habituales de la casa paterna, de los “Paisanos”, objetos de sus atenciones y a veces de sus consejos, siempre con calidez humana. Vienen los anónimos numerosos, amigos confirmados: los de París, de México, del bordelés y de otras partes... Desde luego, lazos profesionales entre gente del comercio sin duda con afinidades comunes; ¿quién sabe? Ideologías compartidas...10 De todas maneras, una red eficaz de fieles que interviene en los momentos críticos, prodiga pareceres y ánimos, llegando hasta el apoyo pecuniario. En fin, en el pináculo, los íntimos, los que ocupan un lugar privilegiado interior y oculto a las miradas, secreto. Esta intimidad se ve reforzada por el lugar que le asigna Eugène para tornar lo abstracto más sensible: el adjetivo íntimo precede al nombre, recalca su caracterización, entra en unión con el nombre amigo con el que se combina. Las dos palabras pueden hasta fundirse si, deslizando sobre el encuentro de las vocales e-a, el lector refuerza la intimidad. Si marca el hiato (¡pretencioso!) recalca el íntimo. ¿Qué deseaba Eugène? Natural en el siglo XIX, el adjetivo antepuesto es actualmente percibido como anticuado, amanerado, una nada pedante. Sin duda haría suya esta definición del verdadero amigo según La Fontaine: “Busca sus necesidades en el fondo de su corazón, le ahorra el pudor de descubrírselas usted mismo”.11 Afecto-ternura: dos sentimientos que se encuentran, se cruzan o se unen, cercanos y sin embargo diferentes: el afecto es prueba del dulce cariño paterno; la ternura, promesa ofrecida, sin cesar renovada, inalterable ternura, prueba de amor filial. Al mismo tiempo búsqueda y don, se respaldan para dar testimonio de la sensibilidad de Eugène. La voz de la ternura, tan suave para el oído, lo arrulla como los cantos ligeros de las aves, se funde en el corazón de las frescas corolas, primavera evocada y deseada en los días dolorosos de la enfermedad. Se desliza hacia el amor filial, se integra a él una sola vez nombrado. ¿La pluma de Eugène se negaría a escribir amor? cuatro vocales encerrando una consonante bastan para el amor-pasión amado y temido, demasiado loco, demasiado embrujador, contra el cual hay que mantener la razón. Pero Juanita toma la decisión. No teme insistir en la violencia del sentimiento, él que emplea el pleonasmo “se prendió de un ardiente amor por mí” (se enamoró de manera demasiado pobre y trivial, por lo que Eugène encarece el adjetivo ardiente, exaltado por su posición delante del nombre amor). Después de 1848, grupos militares luchan a favor del romanticismo, recomiendan las virtudes cívicas, el apostolado humanitario, la emancipación de las naciones y se apasionan por la libertad. 11 Fábula “Los dos amigos” de Jean de Lafontaine (1621-1695). 10 L 156 Jeanne Soust Mexico 30 Avril 1858/ “A su padre : Mi querido padre, los días se siguen y se repiten por la miseria en México”/ Mon cher père, Les jours se suivent et se ressemblent par la misère au Mexique. Texcoco 1er Dbre 1864/ A su padre: “Recibí, mi querido padre, su carta de septiembre”/ J’ai reçu, mon cher père, votre lettre de 7 bre. Carta y palabras: los rostros de Eugène 157 l Maneras de hablar Leer las cartas de Eugène es acompañarlo en sus peregrinaciones, sus esperanzas, sus desengaños, es también embarcarse para un paseo al país de las palabras, de su magia. Un estilo al mismo tiempo simple, porque es natural, y rico por variado; personal y convencional dada la observación de las reglas enseñadas. Más allá, es un acto de amor a su lengua materna. Eugène revela sus talentos de narrador; verdadero reportero, sabe hacer compartir sus emociones artísticas. En su viaje de descubrimiento de México (2 de enero de 1855), se maravilla frente a los paisajes grandiosos que se desplegaban ante sus ojos. Escuchen las palabras que se estiran como el panorama... A veces pone en escena instantes dramáticos, como el huracán que asola la Guadaloupe. Eugène describe sus perjuicios en una larga frase que se extiende como la lista de los daños, efecto reforzado por la enumeración ternaria de los verbos en tiempo pasivo cuyos participios pasados arrancados, pulverizados y barridos, deslastrados del verbo ser, se empujan, se atropellan hasta esa imagen evocadora como el polvo más fino. ¡Arte! Eugène emplea con gusto ese principio básico en francés: lo mejor o lo más importante para el final. “Voy a estudiar el país, sondear el terreno y preparar las vías para una gran empresa meditada en París” (2 de septiembre de 1854); o lo peor, ese crescendo del horror: “Pandillas de ladrones y de asesinos detienen, despojan y masacran a los viajeros en las ciudades y en las carreteras” (2 de enero de 1855). De Santa Rosa, en unas cuantas líneas, puede presentar un espectáculo. La puesta en escena en la que es espectador y luego la L 158 Jeanne Soust primera secuencia: el barco en peligro; segunda secuencia: la intervención de los espectadores, su fracaso; en el último acto la desaparición del barco y de sus ocupantes. Una composición clásica pero adornada con las sutilezas de su estilo, aquí destaca el manejo de los tiempos de los verbos en lo que sobresale. Primero, el pasado compuesto asistí en cierta manera fija el tiempo seguido por el imperfecto mirábamos que lo inmoviliza; de repente, rápido, un presente percibimos; de regreso al imperfecto hacían para una situación de peligro cuya angustia se marca en la duración; luego el pasado simple desaparecieron más rápido en ese momento de pánico. A veces, como para sacudir la indiferencia paterna, Eugène intenta una descripción original según la ocasión: su viaje a bordo del Orinoco, su visita a Londres. El primero, verdadero reportaje tanto por las informaciones técnicas respecto del navío: tonelaje, fuerza, velocidad, como por la opulencia revelada: la riqueza de la platería, el resplandor del cristal, los músicos y el precio extraordinario de los lugares que indica la clase de barco. Sin embargo, la tempestad y el peligro corrido son tratados sin énfasis, sin exageración y el relato termina con una pirueta “por fin llegamos, olvidemos el pasado”. Un bonito relato que alimentará las conversaciones familiares, incitará la curiosidad de los vecinos (en Izeste, en “el Valle”, los “primeros vecinos” comparten los acontecimientos dichosos o aciagos) de los que Eugène se volverá el héroe. De un género diferente, esta visita guiada de Londres a la que Eugène lleva a su padre con el deseo evidente de agradarle. Un paseo en busca de los monumentos notables, de los recuerdos históricos. Uno corre, se sofoca, tras todos esos vi. ¿Una negligencia? ¿una solución Paris le 29 Dbre 1865/ A su padre : “Mis ocupaciones y el estado de mi salud, me impidieron, mi querido padre, ir a abrazarlo este fin de año”/ Mes occupations et l’état de ma santé, m’ont empêché, mon cher père, d’aller vous embrasser cette fin d’année. de facilidad? El artificio del escritor presuroso que se cae de cansancio y de sueño. El lenguaje de las locuciones Podemos interrogarnos sobre la abundancia de las locuciones: los proverbios, las máximas, los adagios, los dichos –pero no es necesario preocuparse por sutiles distinciones-; Eugène los incluye en su propósito de modo muy natural. “Populares” en este siglo XIX , pertenecen actualmente a nuestro patrimonio lingüístico del que son un florón. Llamadas expresiones estereotipadas, rebuscadas en las imágenes que constituyen nuestro paisaje cultural, hoy ya no son más que expresiones mecánicas cuyo sentido original perdió su frescura. A veces pintorescas y hasta chuscas: jalar al diablo por la cola, ajetrearse como un diablo en una pila de agua bendita, pasar el arma a la izquierda... otras gráficas: echar un trago de la gran tasa, tener pan sobre la plancha... o proverbiales: más vale tarde que nunca, piedra que rueda no acumula musgo... ¡además hay que limitarse! Sin embargo, presten atención particular a ese escollo que inicia una controversia entre padre e hijo, un consejo paterno y, para Eugène, la oportunidad de justificarse. Algunas expresiones hacen referencia a su erudición: el Orinoco tiene un falso aire de Torre de Babel, su carcelero se parece al perro Cancerbero guardián de los Infiernos y él mismo se siente como el Pont-Neuf (Puente Nuevo). Eugène las introduce con soltura; las descubre para todas las situaciones; formulan de manera clara y concisa lo que se tiene dificultad de decir, evitan un lenguaje demasiado personal. Demuestran, si es necesario, que Eugène sigue dominando un francés que no tiene una sola arruga. La firma Para un grafólogo, el trazo de pluma de la firma cristaliza las tendencias expresivas del escritor. Éste firma con un gesto rutinario, repetitivo, pero eficaz y rápido, susceptible de revelar su personalidad. ¡El lector ordinario sólo distingue evidencias! La señal discreta de Eugène prudentemente alineada a la derecha se pega Carta y palabras: los rostros de Eugène 159 l al texto, se distancia de él apenas, fiel a ella misma. Sin embargo... Al igual que se reconoce una voz familiar, la escritura basta para identificar a sus íntimos. Ahora bien, Eugène inscribe el patronímico que lo clasifica, especifica su pertenencia a un grupo, su estrecho lazo con ese grupo cerrado en torno a él. ¿Busca Eugène asentar su posición en el linaje de los Latapi? ¿Desea recordarle a ese padre olvidadizo que es su hijo con pleno derecho? Tal vez no es éste más que el acto habitual de los emigrados: ¿la certidumbre de la transmisión contra vientos y mareas de su correo? La firma debe ser, en la medida de lo posible, la réplica fiel del modelo que se trazó el signatario. Ahora bien, la de Eugène varía tanto en su estructura como en su grafismo, una evolución significativa de la representación de sus dos nombres. De éstos, la posteridad no conservó más que Eugène: sin embargo, L 160 Jeanne Soust en el momento de su nacimiento recibió también el nombre de François, de su tío, hermano de su padre y sin ninguna duda su padrino. Primero, la abreviatura F. E. (FrançoisEugène), luego F. Eug. cuya letra g infla su curva, se alarga, toma importancia. Eugène afirma su personalidad. Sin embargo, cuando escribe a su hermano Joseph (20 de enero de 1854) establece el F Eug. como un niño pillado. Luego, en dos ocasiones, fir mará familiarmente Eugène en el momento de intercambios epistolarios bastante agresivos con su padre. Tanto una señal de ternura, como un pesar... La rúbrica en fin, simple, más o menos basada en las circunstancias, de la que una onda suaviza la verticalidad. Pero cedamos el relato a la imagen y apreciemos: -la delicadeza de la F hecha de un solo trazo -la elegancia de la unión EL -A lo largo del tiempo, evolución... -ternura Aquí termina, querido Eugène, este sorprendente viaje. Con usted, su afecta lectora conoció la Guadeloupe y sus huracanes, navegó a bordo del suntuoso Orinoco, vivió en Limoges, arrastró su lasitud y compartió su melancolía, residió en su París bien amado, deambuló en las calles de Londres y galereó en México... La Señora Suerte le tendía la mano, luego se obstinaba... mientras en la lejanía se perfilaba Sonora. Ahora, tenga la bondad de disculparme el haberlo plagiado descaradamente: al igual que usted en Londres ¡me caigo de cansancio! Hasta luego, en Izeste, cuando con sus parientes y amigos, nos uniremos a la primavera, su primavera y su alegre cortejo de cantos de aves y de flores. Suya de corazón, Jeanne. Carta y palabras: los rostros de Eugène 161 l Las despedidas utilizadas por Eugène A su tío: “Adiós de todo corazón”/adieu, de coeur/ F E Latapi. (27 abr. 1850) A su padre: “Cariños a toda la familia y a mis amigos y camaradas/ Lo abrazo con el corazón” /Amitiés à toute la famille et à mes amis et camarades. /Je vous embrasse de coeur/ F E Latapi. (12 abr. 1852) A su padre: “Adiós mi buen padre, lo abrazo con todo mi corazón así como a toda la familia” Adieu mon bon pater, je vous embrasse de tout mon coeur ainsi que toute la famille. / F E Latapi. (8 oct. 1853) A su padre: “Adiós valiente y buen padre, con mis deseos de buena salud y larga vida, reciba mis afectuosos abrazos de corazón, así como a toda la familia”/Adieu brave et bon père, recevez avec mes souhaits de bonne santé et de longue vie, mes affectueux embrassements que je vous adresse de coeur ainsi qu’à toute la famille./ Eug Latapi.( 30 jul. 1855) L 162 Jeanne Soust donde notamos los cambios de ánimo y de firma A su padre: “Amigo, es necesario hacer una pausa, buenas noches” /Amis, il nous faut faire une pause./ Bonsoir/ Eug Latapi. (30 abr. 1858) A su padre: “Ruego acepte y transmita a todos mis sentimientos afectuosos” / Veuillez bien agréer et faire agréer à tous, mes sentiments affectueux./ Eug Latapi. (1 dic. 1864) A su padre: “Vuestro hijo insumiso pero siempre afectuoso” /Votre fils insoumis mais toujours affectueux./ Eugène. (29 dic. 1865) A su padre: “Adiós padre, amistad alrededor suyo y crea siempre en mi inalterable ternura” / Adieu Père, amitiés autour de vous et croyez toujours à mon inaltérable tendresse./Eug Latapi. (12 dic. 1866) Carta y palabras: los rostros de Eugène 163 l VI. La viuda y los hijos Juan Latapí Sarre La viuda y los hijos l z El albacea de Eugène, señor Guichenné , tuvo el cuidado de guardar copias de todas las cartas que enviaba en un libro copiador que conserva el señor Rodríguez, dueño actual de la fábrica Vidrios de Texcoco. De esas cartas, la mayoría trata de la sucesión, con el fin de salvar la propiedad de la fábrica para la familia; otras son escritas por instrucciones de Juanita sobre asuntos de la testamentaría; y otras se refieren a los dos hijos mayores, Maurice y Juan (de siete y cinco años respectivamente) que Eugène se llevó a vivir a París. Al morir Eugène, Juanita da instrucciones de que ambos vayan a estudiar a un colegio en Bayonne y posteriormente regresen a México. Aquí la vemos con el resto de sus hijos, alrededor de 1870. L Juan Latapi Sarre S e tiene poca información sobre Juanita Rangel: varias fotografías que la muestran en diferentes etapas de su vida, en algunas se observa muy joven –posiblemente como la conoció Eugène–, en otras aparece cuando sus hijos eran mayores; su acta de nacimiento, y una serie de cartas posteriores a la muerte de Eugène, son la fuente de mayor conocimiento. El actual dueño de la fábrica Vidrios de Texcoco, Don Rafael Rodríguez, tiene en su poder un libro con copias de la época en papel de arroz, que contiene cerca de 140 cartas escritas, en su mayor parte, por Gustav Guichenné, albacea de la testamentaría de Eugenio Latapi y tutor de sus seis hijos. Visitamos dicha fábrica Paulina Latapi Escalante, Pablo Latapi Sarre, Javier Pérez Siller y yo, habiendo sacado fotografías digitales de las cartas. También nos mostró una fotografía donde aparece Eugène como soplador de vidrio, por el año de 1865. De todas las cartas, 13 son parcialmente ilegibles y otra, la F74, totalmente ilegible.1 Treinta están escritas en francés y se refieren, principalmente, a los niños Mauricio y Juan Latapi Rangel que se encontraban en Francia; en su mayoría, fueron enviadas a Emile Détroyat, tío del albacea, que vivía en Bayona. Los escritos en español refieren asuntos de la fábrica y se dirigen, principalmente, a Víctor Frantz. Dos de estas cartas se encuentran firmadas por Juanita Rangel de Latapi. El conjunto de cartas se incluye en el CD ROM, con un índice y su númeración correspondiente; codificada F, hoja, y su número. 1 La viuda y los hijos l Protagonistas de la correspondencia Además de Juanita Rangel de Latapí y los niños Mauricio y Juan, en las cartas aparecen de manera central las siguientes personas: Gustav Guichenné, oriundo de Bayonne –donde vivía su mamá– fue amigo de Eugène, albacea de la testamentaría de 1868 a 1874 y tutor de los seis niños. Conocía al director del Colegio de St. Louis Gonzague. Llevaba 20 años en México y se fue a vivir a la capital después de residir en Veracruz. En México se hace dueño de la Mercería de la Ciudad de México en la calle de Plateros, que posterior mente cambia a la calle de Flamencos con el nombre de Mercería del Norte. Es muy enérgico y recto en su oficio de albacea; sin embargo, en lo familiar es muy amable y cariñoso. Su esposa se llama Caroline y tienen cuatro hijos. Entre 1869 y 1874 muere su madre en Francia. Madame Boudet, originaria de Bordeaux y radicada en París. Su nombre de soltera era Elizabeth Brulator y nació el 5 de enero de 1818. El único hijo que tuvo murió a los tres años. Aparentemente era amiga de Eugène y con ella se encuentra viviendo Mauricio al morir su padre. Madame Boudet muere en Bordeaux el 24 de enero de 1871; entre los hallazgos de nuestra investigación se encuentra su testamento. E. Eugenio Lafenêtre, radicado en México y hombre de confianza de Guichenné, pues en su ausencia firma las cartas de la testamentaría en varias ocasiones, además de llevar la contabilidad de la fábrica. Arthur Joseph Mayer, de la firma A. Mayer et Frères et C. de París, muy conocido L 168 Juan Latapi Sarre de Eugène, manejaba sus finanzas en París. Se encarga de los dos niños, inicialmente en febrero de 1869, después de que Mauricio se separa de madame Boudet. Emile Duviard, de Lyon, amigo de Eugène y de Guichenné, quien le informa sobre las enfermedades y forma como murió Eugène. J.B. Lafenêtre, de París, hermano de Eugenio Lafenêtre, en quien deposita Guichenné su confianza para retirar a los niños de la tutela de Arthur Mayer y enviarlos a Bayonne en noviembre de 1869. Cumple su encargo y entrega cuentas detalladas sobre el mismo. Emile Détroyat, de Bayonne, tío de Guichenné y banquero de oficio, a quien Guichenné escribe cartas muy cariñosas, y envía dinero periódicamente para los gastos de educación de los niños. Él se encarga de inscribirlos en el Colegio de St. Louis Gonzague, en Bayonne. Arnaud Détroyat, es hijo de Emile y primo de Guichenné, por lo que apoya directamente algunos asuntos de los niños en Bayonne entre 1871 y 1874. Víctor Frantz, amigo de Eugène, quien a su muerte se hace cargo de la fábrica de vidrio; después forma una sociedad con Juanita para rentar y operar la fábrica. Al poco tiempo, en julio de 1871, se extingue esta sociedad y se queda él solo manejando la fábrica, teniendo como fiador a José Azcona. José Azcona, de la firma Verde y Azcona, socio de Eugène, hace maniobras para tratar de quedarse con la fábrica, por lo cual Guichenné entabla juicio en su contra durante 1869. Sin embargo, es el fiador de Víctor Frantz cuando éste alquila la fábrica. Señores Kurle, Griner, Signard y Derflingher, sopladores de vidrio en la fábrica de Texcoco, a quienes Eugène les pagó su pasaje a México; a la muerte de éste, desobedecen las órdenes de Guichenné, y brindan apoyo a José Azcona. M. Libaut, suegro de Víctor Frantz y hombre de confianza que se encuentra en la fábrica, colaborando con el primero. Paulina Latapí Escalante junto con Juan y Pablo Latapí Sarre examinan algunas de las cartas del albacea de Eugène encontradas en Texcoco (2002). Javier Álvarez, a la muerte de Eugène está a cargo de la fábrica en Texcoco. Agustín Ollín, dueño de la fábrica, la vende en mayo de 1858 a Juan B. Zeller y Eugenio Lang, siendo fiador Eugène. Eugenio Lang y Juan B. Zeller, amigos de Eugène, aparecen como compradores de la fábrica. Aparentemente trabajaban allí. Las cartas en francés Con base en las cartas escritas por Gustav Guichenné a Francia y en informaciones adicionales, es posible reconstruir algunos episodios de la vida de Mauricio y Juan Latapi Rangel, hijos de Eugène, en el período de 1868 a 1874. Mauricio, el mayor, nace el 6 de julio de 1859; Juan, el segundo, nace el 6 de octubre de 1860. En una carta escrita desde Texcoco, el 1 de diciembre de 1864, Eugène le comenta a su padre que su hijo mayor se encuentra en París donde estudiará el 8° grado, ese hijo “…que tiene precocidad, es extraordinario y me da bellas esperanzas”. Mauricio tenía Firmas de Juanita R. de Latapi y del albacea de la testamentaría de E. Latapi, Gustave Guichenné La viuda y los hijos 169 l solamente 5 años en 1864. En lo que corresponde a Juan, no es posible determinar fecha y circunstancias de su llegada a París. Eugène muere en México el 15 de noviembre de 1868 cuando Mauricio, que tenía entonces 9 años, se encuentra en París con madame Boudet y Juan, de 8, se encuentra también en esa ciudad, aparentemente con Arthur Mayer, después de haber estado con madame Boudet. Parece ser que Arthur Mayer conocía bien a madame Boudet. En las dos primeras cartas, escritas por Gustave Guichenné, fechadas ambas el 27 de noviembre de 1868, y dirigidas a Arthur Mayer et Frères et C., en París, sólo quince días después de la muerte de Eugène, participa dicho fallecimiento así como su nombramiento como albacea y tutor de los seis niños; hace referencia a las órdenes de Juanita para que se retire inmediatamente a Mauricio del lado de madame Boudet, se reúna con su hermano Juan, y “…le hagan olvidar los malos hábitos que haya aprendido, de manera que la olvide, pues no tiene nada que ver con ella, ya que si Latapi le tenía cierto aprecio, él no le tiene ningún respeto”, igualmente solicita la cuenta de los gastos efectuados en provecho de los niños. El 6 de diciembre de 1868 le escribe a su amigo Duviard, de Lyon, quien había estado anteriormente en México y también era amigo de Eugène, participándole su muerte, cuya causa fue hidropesía, que ocasionó un tapón cerebral (el acta de defunción dice que la causa fue una hemiplejia). Le menciona que Eugène llevaba dos años enfermo del hígado y cuatro meses antes el doctor le había comunicado que debía guardar reposo si no quería morir en poco tiempo; inclusive “Eugène sabía que estaba perdido”. En esa L 170 Juan Latapi Sarre misma carta menciona que en los veinte años que lleva en México no había visto una situación tan mala, por la inseguridad existente, los ladrones y plagiarios y un gobierno de sinvergüenzas. Tres meses después, el 9 de febrero de 1869, escribe nuevamente a Arthur Mayer, diciéndole que Juanita lamenta que aún no haya podido retirar a Mauricio del lado de madame Boudet, por encontrarse ésta fuera de París. También solicita la cuenta del dinero que le administraba a Eugène, ya que encontró un papel en donde consta que le había mandado mil 500 piastres. Juanita destaca las atenciones que le han dado a Juan y pide le agradezcan a éste la carta de pésame enviada. El 27 de febrero, por carta escrita a Arthur Mayer, reconoce el hecho de que haya retirado a Mauricio del hogar de madame Boudet, (transcurridos tres meses de haber hecho la solicitud). A través suyo, la madre manda decir al hijo que lo quiere mucho. Finalmente, aprovecha la carta para agradecer lo cariñosos que él y la señora Mayer han sido con los niños; y nuevamente solicita el estado de cuenta del dinero de Eugène. En junio le envía a Arthur Mayer una carta de Juanita para sus hijos y una pequeña cantidad de dinero para Mauricio con motivo del día de su santo. Ese mismo mes se dirige a J.B. Lafenêtre, de París, presentándose y solicitando investigue con Mayer lo ocurrido con las mil 500 piastres (5 mil francos) que le había enviado Eugène. El 3 de agosto se dirige a Arthur Mayer, que se encontraba en México, pidiéndole una carta para la persona a quien había dejado los niños; de manera que se los entregara junto con su ropa, libros y otros objetos, al comisionado que él nombraría. Solicita A una edad muy temprano, Eugène envió a su primogénito, Maurice (en la primera foto) a que se educara en Francia. En una carta comenta a su padre: Cet enfant dont la précocité est extraordinaire me donne les plus belles esperances (Este niño cuya precocidad es extraordinaria, me da las más bellas esperanzas”). Se sabe que también viajó con Maurice y Juan en París. En la segunda foto vemos a Juan; fue tomada en París por Vaury &Cia, 7 rue des Filles du Calvaire, en 1865. también una cuenta pormenorizada de los gastos que deben ser cubiertos. El 9 de agosto escribe tres cartas, la primera a la firma A. Mayer, Frères et C. presentando a J.B. Lafenêtre; adjunta una carta con la autorización de Juanita para que le entreguen a los niños y sus pertenencias. De nuevo insiste en que mande un estado de los recursos de Eugène. En la misma fecha le escribe a J.B. Lafenêtre pidiéndole recoger a Mauricio y Juan, de diez y nueve años respectivamente, en la oficina de Arthur Mayer, en donde llevan varios meses por estar asistiendo a la escuela. Comenta que Mayer ya no está en París (apareció en México) y ordena que los niños no lo vuelvan a ver. Igualmente le informa que habiendo solicitado el pago de los gastos realizados por ellos, está dispuesto a cumplir tan pronto envíe la cuenta detallada. Por lo mismo, remite una copia certificada de su título de tutor así como una carta autorizándolo para retirar a los niños. Después deberá mandarlos a Bayonne para lo cual adjunta 300 francos para gastos. En la misma fecha escribe a su tío Emile Détroyat, banquero de Bayonne, para que solicite al Abad Labouret, superior del Colegio de St. Louis Gonzague, a quien La viuda y los hijos 171 l aparentemente conoce, que Mauricio y Juan ingresen como internos y reciban un trato cariñoso. Envía dinero para los gastos del colegio, ropa, etcétera; y solicita abrir una cuenta para la transferencia de dinero según los requerimientos que surjan. Así mismo, adjunta las actas de bautizo de los niños, mismas que le acaba de enviar el cura de Texcoco, las cuales seguramente solicitarán en el colegio. El 25 de agosto escribe nuevamente a Arthur Mayer en México, para recordarle que desde noviembre 27 del año anterior le ha estado pidiendo la cuenta corriente del dinero que manejaba de Eugène, sin tener respuesta. Hace referencia a su negativa formal a devolver a los niños mientras no se liquide lo que se le adeuda; sin embargo, no le ha presentado dicha cuenta. Por lo mismo, amenaza con proceder contra ellos por ocultación de menores, exigiendo daños y perjuicios por lo que su conducta origine a la testamentaría. El 25 de noviembre escribe a J.B. Lafenêtre acusando recibo de su carta del 14 de octubre, en donde le anunció que los niños habían llegado bien a Bayonne (inclusive visitaron a la mamá de Guichenné), a donde aparentemente los llevó personalmente. También Juanita recibió una carta de sus hijos, “…la cual había esperado ansiosamente durante siete meses, y esto le quita los malos sentimientos sobre lo que les habían inculcado en París”. Menciona que tanto él como Juanita están muy agradecidos por la forma como cumplió esa delicada misión, habiendo inscrito finalmente a los niños en el Colegio de St. Louis Gonzague. Textualmente le dice: “…estaba muy preocupado de ver a esos niños perderse en París con madame Boudet, en un futuro L 172 Juan Latapi Sarre entenderán en su joven corazón que los sentimientos sagrados deben ser para su verdadera madre, circunstancia que me es revelada por la correspondencia del difunto, y que justifica la energía con la que insistí para borrarles los malos consejos de Arthur Mayer y madame Boudet; éste fue el deseo de su padre en su lecho de muerte” (aquí hay que recordar que Eugène murió de repente y no en su cama). Acusa recibo de 101 francos que le sobraron a J.B. Lafenêtre de los trescientos que le había enviado, así como de varias notas. Ésta es la última correspondencia con J.B. Lafenêtre, quien, como puede apreciarse, era un hombre recto que cumplió, desinteresadamente, con la complicada misión de retirar a los niños de Arthur Mayer y hacerlos llegar a Bayonne. En noviembre 29 le escribe a Emile Détroyat, refiriéndose a una carta del 14 de octubre, en la cual le comunicó que los niños llegaron a Bayonne bien y con buena salud, e ingresaron al colegio el día 7 de ese mes, lo cual significa que tardaron cerca de un año después de la muerte de Eugène, para incorporarse al colegio en Bayonne. Reconoce que aprendieron en París buenas nociones de latín y da instrucciones para que se les entregue cuarenta francos a cada uno, con motivo del año nuevo. Refiere que Juanita piensa siempre en sus queridos niños y espera todas las semanas cartas de ellos. Finalmente, envía saludos a su madre y a su primo Arnaud. Todas las cartas a su tío las termina con un afectuoso “Adios mi querido tío. Tu devoto sobrino”. El 29 de septiembre de 1870 hace cuentas con su tío de los recursos que ha mandado y los gastos realizados: ajuar, 350 francos; dos uniformes, 130 francos; primer trimestre del mucho, y en el triste estado en que se encuentran las provincias, donde la fuerza bruta y la guerra son una cosa bárbara, un juego terrible donde se pierde mucho. Pide paciencia y confía en que Dios la proteja. El 29 de agosto de 1871 relata a su tío: “Arnaud me escribió que una dama, madame Boudet, murió en Bordeaux y dejó su fortuna, o una parte de ella, al joven Mauricio Latapi; aquí remito un oficio hecho delante del Cónsul de Francia en México, por el cual te otorgo todo el poder para conseguir ese dinero, o arreglar el asunto de la manera más conveniente, a fin de asegurar los derechos de Mauricio. Te pido que me tengas al corriente de lo que hagas”. Solicita el envío de la cuenta general de los jóvenes Latapi para poner la suya al corriente, y le informa que la señora Latapi desea le entregue a Juan veinte francos con Juan y Maurice Latapí Rangel en el colegio Saint Louis Gonzague en Bayonne alrededor de 1876. colegio 496.25 francos; envío a los niños de su mamá, ochenta francos; total, 1,056.25 francos. Gustav Guichenné aprovecha el medio para solicitar una estricta economía, aunque los niños estén en una posición económica favorable. Como Juanita cree que deben seguir una carrera comercial o industrial, considera que el latín no es útil, por lo que es mejor estudien matemáticas y francés, ya que es probable que a su regreso ingresen a la fábrica de vidrio que les pertenece. Refiriéndose a la familia propia, plantea que su valiente mamá debe ser fuerte, ya que él se encuentra en un lugar donde los negocios son malos y le es imposible desarrollar otras actividades. Comenta sobre la situación de la pobre Francia, a la que aman Con la ayuda de Anne Marie Lataste se logró entrar en contacto con los descendientes directos de Maurice Latapi Rangel (1859-1884). En la foto vemos a la esposa de Maurice, Marguerite Demouly (1864-1889) con sus dos hijos, Marguerite Anne Jeanne (1883-1957) y Pierre Eugène (1882-1960). La viuda y los hijos 173 l motivo del día de su santo. El 10 de enero de 1872 manda a su tío copia de la cuenta de Mauricio y Juan, cortada al 19 de octubre, y le adjunta un giro por ochenta libras esterlinas, (todo el dinero que envió fue en libras esterlinas). Guichenné comenta que en los asuntos de una sucesión hace falta que todo esté en orden y “…los puntos sobre las íes”; pide de nuevo una copia del estado de cuenta al corriente bajo el nombre de Mauricio y Juan Latapi, sin que aparezca su nombre, y finalmente ofrece disculpas por molestarlo con esas bagatelas. El 6 de febrero de ese año, Guichenné le confirma a Emile Détroyat su último envío de dinero, y solicita le exprese al director del Colegio de St. Louis que no continúen los jóvenes Latapi con las clases de latín, y que Arnaud personalmente los examine para ver si están aprovechando la instrucción que están recibiendo “…a costo de grandes sacrificios”. (Por tener el libro de misa de Juan, sabemos que hizo su Primera Comunión el 26 de mayo de 1872; en el libro hay una estampita como recuerdo del padre Labeyre). El 30 de abril escribe a su tío acusando recibo de una carta de Arnaud del 10 de marzo, en la cual demanda un documento que lo acredite como albacea y tutor de los menores Latapi, para poder arreglar la sucesión de la viuda de Boudet. Guichenné envía copia certificada del testamento de Eugène, legalizada por el Cónsul de Francia en México. Para terminar, transmite saludos a sus primos Arnaud, Cecile y Lucy. El 15 de septiembre de 1872 escribe una carta al Ministro de Finanzas de Francia. Dice textualmente: “G. Guichenné, negociante en México tiene el honor de exponerle el caso del joven L 174 Juan Latapi Sarre Mauricio Latapi, del cual soy tutor desde hace tres años, habiéndole dejado en el testamento la señora viuda Boudet, muerta en Bordeaux el 24 de enero de 1871, el usufructo de una sucesión consistente en mobiliario y valores industriales por ocho o nueve mil francos, y dos casas que según reporte tienen valor de dos mil trescientos francos. “Que por la lejanía de su residencia y la inseguridad de las comunicaciones, en las cuales a partir del primer semestre de 1872 más de cien veces fueron suspendidos los correos a México, así como el robo de correspondencias, no recibió el aviso legal enviado a su pupilo indicando que debería pagar los derechos de sucesión, para lo cual se ha vencido el plazo. “En espera de que esta observación sea suficiente para justificar ante Vuestra Excelencia una omisión que no dependía de él evitar, la cual será remitida en su momento. Falta que el Cónsul de Francia reúna al Consejo Familiar para dar un poder al señor Emile Détroyat, banquero de Bayonne, para tomar posesión de los bienes de la sucesión por cuenta del menor, y de pagar cuanto antes la suma que se adeuda.” El 13 de septiembre le confirma a su tío el envío de la copia certificada del testamento de Eugène, al mismo tiempo que adjunta: 1.- Copia de la solicitud que, por conducto del Consulado de Francia en México, le envió al Ministro de Finanzas en París, para que disculpe a Mauricio por su tardanza en el pago del impuesto. 2.- Acta del Consulado de Francia por la cual el Consejo Familiar lo autoriza a hipotecar los bienes de la sucesión de madame Boudet, por cuenta de Mauricio, para pagar los derechos de sucesión acumulados con el tiempo. Juan Latapí Rangel (1860-1903) se casó con Guadalupe Toussaint (1873-1955) 3.- Un poder a nombre de Emile Détroyat para hipotecar los bienes, pagar los derechos, etcétera. Considera que con esto se arreglará el asunto y el tío podrá hipotecar las casas, así como vender el mobiliario, el cual es innecesario conservar para Mauricio. Con ese dinero podrá pagar lo que haga falta, además de amortizar la hipoteca con lo que produzcan las casas. Le otorga completa libertad para actuar como considere conveniente, y expresa efusivamente su agradecimiento por el apoyo brindado. El 30 de enero de 1873 acusa recibo de dos cartas de su tío Emile, la primera con la cuenta corriente de los jóvenes Latapi con saldo en su contra, por lo que le envía un giro por 120 libras esterlinas. Sobre la segunda, admite que con la cantidad de las rentas, más las ventas, aún se hace necesario vender algunos valores industriales para cubrir los derechos de la sucesión de madame Boudet a Mauricio. Espera que esto se hará y recibirá con placer esa noticia. Guichenné solicita que encargue a una persona de toda su confianza en Bordeaux el cobro de las rentas de las casas de Mauricio, y se lleven cuentas separadas, una para Juan y otra para Mauricio. Aprovecha para enviar saludos de parte de su esposa Caroline y sus cuatro pequeños sobrinos. Guadalupe Toussaint con sus hijos: Luis (1903-1995), Enrique (1897-1971), Mauricio (1890-1929), Juan (1894-1966), Margarita (1899-1994), tocando el piano. La viuda y los hijos 175 l En abril 15 de 1873 escribe a su tío Détroyat quien, según le comunicó Arnaud, observa por la carta del notario de Bordeaux que, de acuerdo con la ley francesa, es la señora Latapi la tutora de los niños. Por lo tanto, remite un poder de la señora, por el cual le otorga todas las facultades necesarias para gestionar, administrar y arreglar por cuenta de Mauricio la sucesión. Con gusto recibió la noticia de que, por juicio del tribunal de Bordeaux, el notario de esa ciudad le permite hacer reparaciones y vender el mobiliario de Neully, así como recibir las rentas. No olvida solicitarle la cuenta pendiente de1,902 francos que pagó por la pensión al colegio. El 1 de diciembre le comunica a Détroyat que espera con impaciencia noticias suyas, para saber si todo está en orden y arreglar definitivamente la sucesión, le pide envío de las cuentas de Mauricio y Juan cerradas al 31 de ese mes. Con fecha 31 de marzo de 1874 acusa recibo de las cartas del 11 de enero y 16 de febrero. En la primera recibió la cuenta cerrada al 31 de diciembre, existiendo un saldo a favor del tío de 5 mil 214.10 francos y en la segunda una nota por 704.35 francos pagada por cuenta de los dos jóvenes. Lamenta enterarse de que la sucesión de madame Boudet no pudiera arreglarse, haciendo imposible disponer de lo que corresponde a Mauricio. Pide, por lo mismo, se sigan haciendo todos los esfuerzos posibles para alcanzar el objetivo. Observa con tristeza que “…el asunto está bien enredado en los ministerios de la administración francesa” y lleva mucho tiempo liquidar una pequeña sucesión, sobre la cual cobran unos derechos exorbitantes. El 29 de agosto de ese mismo año confirma recibo de las cartas del 16 de mayo, L 176 Juan Latapi Sarre 27 de abril y 28 de mayo; de esta última toma nota del pago al colegio por 814.15 francos. Se vuelve a lamentar porque el tío mismo no ha podido arreglar la sucesión y le pide todos sus esfuerzos para otorgar la posesión del legado de madame Boudet a Mauricio. Le envía un giro por 200 libras esterlinas. “Como es tiempo de que estos jóvenes regresen para estar cerca de su madre, favor de comprar dos pasajes de 2ª clase para un barco de vapor de la línea francesa Mrs. Quenel Hce. para salir de Pavillac el 14 de octubre. Los pasajes deben costar 600 francos y se podrá regatear el precio si es posible. El barco llegará a Veracruz después de tocar Point-à-Pitre, St. Pierre y Kingston. Trata de conseguir una recomendación con el capitán a fin de que los traten lo mejor posible y, sobre todo, que no desembarquen en las escalas. “Supongo que los pasajeros de 2ª tienen derecho al comedor y no comer con la tripulación. Si no es así compra los pasajes de 1ª de 800 francos, aunque por razón de economía prefiero la 2ª clase, si es que tienen derecho al comedor, como me lo aseguró el agente de la compañía en México. Deseo también que los jóvenes traigan toda su ropa, linos en cantidad suficiente, dos juegos de ropa de vestir (saco y pantalón) y tres pares de botines cada uno. Además su madre pide que les des treinta francos a cada uno para que compren unas bagatelas para sus hermanos y hermana. Que lleven un pequeño Atlas de Marrans, de C. & Hachette, y los números del último año (1873) del Journal Ilustré, las oficinas están en París, rue Luger 3, puente S. Michel, director J. Moyuracq, y la anualidad cuesta tres francos. Perdona tanta molestia por lo que hace falta a los jóvenes Latapi. “Hazlos partir de Bayonne a tiempo para que se presenten en el barco en Pavillac, Fernando Latapí Rangel (1862-1929) y su esposa Pilar Contreras (1877-1957). portando una carta para el agente y así cumplan con las formalidades necesarias para embarcarse; y sobre todo una buena recomendación para el capitán del barco. “Por el Paquebot de St. Nazaire del 20 de octubre, avísame sin falta sobre su embarque hacia México, espero tu aviso para que yo Fernando (1902 -1989) Víctor (1910 -1994) pueda dar en Veracruz las órdenes necesarias para que los trasladen a México. En la misma carta envíame la cuenta corriente para que te pague el saldo que te adeudaré. Puedes incluir alguna remesa para Félix Détroyat, quien se está portando como una roca, empleado en un molino a las puertas de México. Pilar (1912-2000) Alberto (1917) La viuda y los hijos 177 l “Ayer en la tarde uno de mis compatriotas, M. Paulat, murió de repente en su cama, después de hacer su paseo de la tarde sin el mínimo incidente, esta mañana lo encontraron muerto. Mañana por la mañana lo acompañaremos al Panteón Francés.” Además, le pide que envíe con los jóvenes Latapi su fotografía, misma que le había prometido y desea tener en su poder. El 31 de diciembre de 1874 escribe la última carta. Hace referencia a una fechada el 14 de octubre, la cual recibió con las cuentas diversas, y le envía 200 libras. Dice textualmente: “Mauricio y Juan llegaron a México en la primera quincena de diciembre después de un largo viaje, ya que se embarcaron el 14 de octubre en Pavillac. Te agradezco las buenas medidas tomadas para su embarque. Los jóvenes ya están al lado de su madre, Juan colocado en un buen almacén de bonetería, y Mauricio entrará probablemente a un almacén de novedades. Se ven fuertes y bien educados sin embargo no he tenido tiempo de examinar su instrucción, lo cual haré en estos días, esperando que no hayan perdido el tiempo. “Como estos jóvenes, sus cuatro hermanos y su madre, se encuentran en una situación muy precaria, de nuevo te pido hacer todo lo posible para que puedas entrar en posesión de la sucesión dejada por la señora viuda de Boudet a Mauricio, y te ruego hagas todo lo que puedas para ayudar a esta pobre familia, a la cual le hace mucha falta el dinero. “Como te he dicho desde hace tiempo, es necesario que se arregle esa sucesión ya que estoy sorprendido por el retraso. Te pido un gran esfuerzo. L 178 Juan Latapi Sarre “Lamento que cuando salieron estos jóvenes, tú no tuvieras a la mano las fotografías de cada uno de ustedes, porque el grupo que me enviaste, y el cual agradezco, no está muy claro y no se distinguen las personas. Como quiero tener una buena fotografía, sobre todo tuya y de mis primos, te agradeceré que la obtengas cuando Arnaud y su señora regresen a tu lado, la metas en un sobre, enviándola a Mr. Rousseau Oliver y Cia. en París, para que me la hagan llegar en la caja que me mandan cada mes en el vapor de St. Nazaire. Si también tuvieras una fotografía reciente de mi pobre madre, te agradeceré la adjuntes, posiblemente mi tía Bergeret tenga alguna.” Hasta aquí las cartas. Cabe hacer notar que los niños estuvieron alejados de su madre más de seis años, por lo que seguramente parecían más franceses que mexicanos. La familia Latapi Rangel Juanita Rangel Montes de Oca Nació el 6 de marzo de 1840 y fue bautizada en la Parroquia de San José, hoy día calle de Ayuntamiento en el centro de la ciudad de México, que era en esa época un barrio indígena. Su nombre completo fue María Juana Tomasa de la Soledad. Debe haber conocido a Eugène hacia 1858, y seguramente estaba enamorada de él, además de admirarlo (a él y a Francia), ya que permitió que sus dos primeros hijos se fueran a ese país muy pequeños. Los demás hijos hablaban bien el francés e, inclusive, Eugenio fue a especializarse como médico a ese país. En las diferentes fotos que tenemos de ella se observa, con Gabriela Latapí Rangel (1865-1951) con su hijo José Jiménez Latapí (1900-1959), llamado cariñosamente “Don Difi”. los años, su envejecimiento y ceño fruncido. Muere en 1888 cuando sus hijos eran mayores, y sus restos se encuentran, junto a los de Eugène, en un nicho en el Panteón Francés de la ciudad de México. Mauricio Lo único que conocíamos de Mauricio era su imagen, que aparece en una fotografía sacada aproximadamente en 1875, con su mamá y todos sus hermanos; tenía más o menos 16 años. Hasta el año 2001 se localizó, en Burdeos, su acta de matrimonio con Marie Gábriele Marguerite Delmouly fechada el 1 de septiembre de 1881, la cual, en parte, textualmente dice: “En esa fecha se registró un contrato de matrimonio bajo el régimen de comunidad de ‘adquiridos emolumentos’ que pertenecerán a futuro si no tienen hijos y el usufructo solamente de la parte precedente si tienen hijos, entre Maximilian Eupheme Maurice Latapi, rentista de Bordeaux, Camino Fosses N° 47 y Marie Gabrielle Marguerite Delmouny, sin profesión, hija de Pierre Adolphe Delmouny comerciante de pianos en Bordeaux, y de Anne Caperonny, su esposa, habitantes de Burdeos, Camino Fosses N°47. Aportan: el futuro (esposo) 1.- Sus efectos personales valuados en 800 francos 2.- El usufructo para toda la vida de dos casas en Bordeaux, calle Bouffard N° 60 y calle Porte Dijais N° 12, provenientes de legado hecho para el futuro (esposo) por madame Boudet, según testamento depositado en el despacho de monsieur Rabion, notario de Bordeaux, en 1870. Usufructo valuado en 40,000 francos. Total 40,800 francos. La futura (esposa) aporta sus ropas y linos valuados en 2,000 francos Total 42,800 francos Donación a la futura (esposa) por parte de su padre y madre, en adelanto a lo que será la sucesión de los dos, objetos y mobiliario valuados en 3 mil francos autorizado por el notario de Burdeos el 29 de agosto de 1881.” Se deduce que Mauricio regresó a Francia muy joven. Murió en 1884 a los 25 años y su esposa poco tiempo después, dejando un La viuda y los hijos 179 l niño, Pierre Eugène, y una niña, Marguerite Anne Jeanne, de los cuales descienden respectivamente Maurice Latapi, que vive en Rennes y los Souleau de París. Por cartas existentes sabemos que Fernando Latapi Rangel sostuvo correspondencia con sus sobrinos, los hijos de Mauricio. Juan A su regreso de Francia, Juan, cuyo nombre completo fue Jean François, vivió en México al lado de su mamá y hermanos; se casó el 25 de enero de 1890 con Guadalupe Toussaint, habiendo realizado su viaje de bodas a Francia. En enero de 1893 solicitó la ciudadanía mexicana aduciendo que tenía un hijo mexicano. Fue dueño de la bonetería (bastones, paraguas y guantes) La Esfinge en la calle del Refugio, ciudad de México. Es probable que Juanita –quien murió en 1888– haya conocido a su nuera. Juan muere el 15 de abril de 1903 de tifoidea a los 41 años, dejando cuatro hijos, Mauricio, Juan, Enrique y Margarita muy pequeños, y Luis quien nacería después. Se sabe que Juan fue hombre de orden y un buen católico; inclusive cuando murió, en la cartera que aún conserva la familia, llevaba varias estampas y oraciones, siendo una de ellas la de una imagen de la Virgen que encontraron unos pastorcitos en Betharram, Béarn. Fernando Nació en 1864 y se casó con Pilar Contreras, originaria de Tlacotalpan, Veracruz; tuvieron cuatro hijos (Víctor, Fernando, Pilar y Alberto); Víctor tuvo un hijo adoptivo. Fernando fue un notable médico dermatólogo quien descubrió la curación de la lepra, se casó con Clemencia Espinosa y no tuvieron hijos. Pilar se casó con Jorge Roca y tuvieron cinco hijos, Alberto tiene cuatro hijos. Sabemos, por cartas en poder de los Souleau, que en los años 1906 a 1910 Fernando Latapi Rangel se escribía con la hija de Mauricio su hermano, quien vivía en Francia, a quien le daba consejos por ser recién casada. Tuvo una mercería llamada El Globo en la ciudad de México y publicó una serie de tarjetas postales con vistas de diferentes ciudades y lugares de la República Mexicana, mismas que son de colección en la actualidad. Gabriela Nació en 1865 y casó con José Jiménez Rionda de ascendencia andaluza. Tuvieron un hijo, José Jiménez Latapí, quien fue un conocido cronista y filósofo de la tauromaquia, bohemio y periodista de una gran cultura, y muy buen hijo, quien no se casó ni tuvo descendencia. Gabriela murió el 28 de octubre de 1951. Florentin Víctor Eugenio Nació el 5 de noviembre de 1861, y se sabe poco de él. Se casó con Guadalupe Trell y no tuvo descendencia. L 180 Juan Latapi Sarre Nació el 18 de julio de 1868 en Texcoco, y estudió en la Facultad de Medicina de la UNAM , posteriormente se especializó en dermatología en París. En México fue profesor en la Escuela Normal y fundó la Inspección Médica Escolar. En 1903 Eugenio Latapí Rangel (1868-1944) con su esposa Aurora Estévez (1895-1956). Nacido en Texcoco, Eugenio, hijo menor, llegó a ser eminente cirujano. Especializado en dermatología en París, fue profesor de fisiología, medicina doméstica e higiene escolar. Miembro del Consejo Superior de Educación, estableció la cédula sanitaria, antecedente de la tarjeta de salud. Y dirigió la Sociedad Mexicana de Dermatología. Una policlínica, en la calle de Guatemala de la ciudad de México, lleva su nombre. enseñaba Acústica en el Conservatorio Nacional de Música. Fue miembro del Consejo Superior de Educación Pública, habiendo sido el médico que inició en el país la Tar jeta de Salud. Fue profesor de Dermatología en la UNAM y presidente de la Sociedad Mexicana de Dermatología. Se casó con Aurora Estévez y tuvieron cinco hijos: Aurora Eugenia (Geni), Eugenio (Coco, médico), Carmela, Ernesto (abogado) y Javier 1 (arquitecto). Eugenio murió el 21 de noviembre de 1944.1 Después de la muerte de Eugène, llegó a México un nieto de su hermano Joseph, Joseph Brousset Latapi, quien se casó con Elisa Trigos, oriunda de Veracruz. Al enviudar Joseph regresó a Francia y posteriormente dos de sus hijos, Marguerite y Albert retornaron a México. Ignoramos si tuvieron contacto con la familia Latapi. Cabe hacer notar que conocí a los cuatro últimos. Véase árbol genealógico. La viuda y los hijos 181 l Actualmente viven en México sus descendientes, las familias Brousset, Izquierdo Brousset, Garcicrespo Izquierdo y Caballero Brousset con los cuales establecimos contacto a fines de 2001, asistieron a la reunión Latapi en febrero de 2002 y en el 2004. También tenemos relación en Francia con Anita Ruiz Brousset y con Yvette Condou Brousset, esta última, hija de Elisita Brousset Trigos. Cartas en español Basándonos en las cartas enviadas de Texcoco y otras informaciones, hemos reconstruido una etapa de la historia de la fábrica de vidrio durante y después de la vida de Eugène. Según testimonios notariales, la fábrica fue fundada en Texcoco por la Orden de los Dominicos en 1595, en el sitio donde actualmente está la fábrica Vidrios de Texcoco. Años después aparece como dueño en 1850 el general Martín Carrera, quien fue gobernador, militar y político del Distrito Federal, fabricante de armas, y finalmente, en agosto y septiembre de 1855, Presidente de la República. El 4 de mayo de 1858, el señor Agustín Ollín vende la fábrica a Eugenio Lang y Juan Bautista Séller en 2 mil 500 pesos. El precio se convino en el equivalente a mil 800 cajas de vidrios planos, para entregar a razón de ochenta mensuales. Aparecen como fiadores Eugène Latapi (quien, como garantía, entrega su pasaporte a falta de propiedades) y Santiago Pachod (quien hipoteca su casa ubicada en la Plazuela de San Pablo, Distrito Federal). La venta incluía las tierras, refractarios y los cajones pertenecientes a la fábrica en la capital, así como una mina de cuarzo. L 182 Juan Latapi Sarre Aparentemente, el verdadero dueño era Eugène, ya que en esa época los franceses no podían tener propiedades. Más tarde figura como dueño, debido probablemente a que, pasado el imperio de Maximiliano, se revocó esa prohibición. El 9 de agosto de 1868 se queda como dueño de la fábrica Eugène, haciendo valer un contrato privado en el que mencionaba que si le conviniese en cualquier tiempo quedarse con la propiedad, se efectuaría la venta, en 2 mil 500 pesos, por los señores S. Labadie y compañía; allí Eugène aparece como industrial y vecino de Texcoco. Al morir Eugène unos meses después, el 15 de noviembre de 1868 (según su acta de defunción por una hemiplejia, en una cafetería situada en la calle de la Pila Seca en la ciudad de México), el albacea y tutor de los niños, Gustav Guichenné, se hace cargo de la fábrica y escribe una serie de cartas en español. La mayoría de esa cartas son dirigidas a Víctor Frantz como “Muy señor mío y estimado amigo”. En esa fecha Juanita y sus cuatro hijos menores viven en Texcoco. A continuación se presenta un extracto de dichas cartas, especificando cuando no son firmadas por el albacea. Hemos omitido una serie de cartas que se refieren a cobranzas y otros asuntos cotidianos de la fábrica, así como las cartas dirigidas a Francia, que se citan anteriormente. Año de 1868 El 19 de noviembre escribe la primera carta de negocios y el 21 de ese mes se dirige al señor Javier Álvarez, quien aparece como el interventor del negocio, diciéndole que en su calidad de albacea y tutor, y como amigos del pobre Latapi, deben cuidar los intereses de los niños Latapi. Solicita vigile que la Hijos de Eugenio Latapí Rangel y Aurora Estévez: Carmela (1917-2002), Aurora-Eugenia (1911-2000), Ernesto (1919 - ), Javier (1922- ) y Eugenio (1915-1994). Se sabe que Aurora Eugenia fue fotógrafa vanguardista en los años 1920 y 1930, calificada de ultramoderna, su obra causó fuertes polémicas. Expuso al lado de grandes maestros como Manual Alvarez Bravo y Agustín Jiménez, y del escultor Guillermo Toussaint. Ejerció su carrera de 1920 a 1950. Tal vez fue inspirada por los recuerdos que sobre su abuelo escuchó de niña. fábrica marche bien y que le envíe el último balance. El 25 de ese mismo mes escribe a Verde y Azcona, socios de Eugène, refiriéndose a un dinero que tienen en caja perteneciente a la fábrica y solicitando que se deposite en la firma Casa Lascurain para poder disponer de él. En el mes de diciembre es muy activo y escribe un gran número de cartas. Se dirije a Javier Álvarez para que le diga a Don Juanito que visitará el panteón con el herrero, para que le pongan un barandal de fierro a la tumba de Eugène. Sigue dando órdenes sobre la operación y administración de la fábrica. Escribe a Arthur Mayer, sobre materiales de importación, refractarios, que le habían vendido a la fábrica. Menciona a Javier Álvarez una caja de madera que se extravió y una cadena que Azcona puso a disposición de la señora Latapi. El día 11 comunica que irán a la fábrica los señores Frantz, Azcona y Verde para que envíe el guayín a la estación Tepexpam del ferrocarril. En esa fecha pide a Víctor Frantz y Lafenêtre que acompañen a José Azcona, quien era socio del finado Latapi, para practicar un balance. Al señor Ignacio Díaz Trujeque le pide, que junto con el señor Ventura Alcerreca, practique un avalúo de los muebles que pertenecen a la testamentaría. Comunica a Jesús Álvarez que regresará Alcérreca para continuar el avalúo, “…con Miguel le debe mandar los cinco pesos para los cigarros que le pidió” (a los pocos días le envía ochenta cajetillas). Al señor Ramón Alba le solicita el envío del inventario que practicó de los bienes de la compañía Latapi, Verde y Azcona, para someterlo al juez. El día último del año le La viuda y los hijos 183 l solicita a Jesús Alvarez le envíe los apuntes que dejó pendientes, ropa de cama, libros y armas, todos pertenecientes a Eugène Latapi. Año de 1869 El 4 de enero demanda información a Jesús Álvarez sobre los linderos de la fábrica, incluyendo los nombres de los dueños de los terrenos adyacentes. Allí mismo le envía a Venine la orden de que cuide el cuarto de crisoles, no dejando entrar a nadie, bajo su responsabilidad, y advierte que las únicas personas a las que les puede entregar pequeñas sumas de dinero son: Venine, los cuatro sopladores italianos, los dos aplanadores, la señora Latapi y a él mismo. Al licenciado Carmelo Prado envía el balance al 30 de junio practicado por Latapi, Verde y Azcona. A Ventura Alcérreca le aclara que también es propiedad de la fábrica la explotación de la mina de caledonia de Salachica, que se encuentra en el Cerro de San Pablo, en la hacienda propiedad de los señores Olvera, a tres leguas de Texcoco. El 16 de ese mes se dirige nuevamente al licenciado Carmelo Prado, para decirle que personalmente le propuso al señor Azcona “…el nombramiento de un árbitro, seleccionado entre cinco personas, pero éste le contestó que no aceptaba a ninguno de ellos, por lo que se ve que lo que quiere es ganar tiempo”. También le envió el señor Azcona cien pesos, diciéndole que era el valor de la renta de la fábrica correspondiente al mes anterior, mismos que él rechazó planteando que la fábrica no estaba rentada a nadie. Considera que solamente lo están entreteniendo y que ha llegado el momento de obrar por la vía judicial, por lo que instruye al interventor, señor Álvarez, para que suspenda todos los L 184 Juan Latapi Sarre trabajos emprendidos por él, o por el señor Azcona, afirmando que le están ocasionando perjuicios a la testamentaría. Esa orden debe acatarse cuanto antes porque le han anunciado que el día 20 van a soplar vidrio; si esto sucede se tendrán que introducir al horno los seis crisoles que tienen un valor de 240 pesos, sin contar el material que contienen, debiéndose evitar esa pérdida. Se debe actuar con premura ya que esos señores sólo lo están engañando para ganar tiempo. En esa misma fecha comunica al señor Álvarez que se ha enterado de que están dando pasos para iniciar la operación de la fábrica, y que él (Guichenné) es el único que puede dar órdenes, pues la fábrica pertenece a la testamentaría, por lo tanto, deben obedecerle. Expresa que la sociedad Verde, Azcona y Latapi se terminó a la muerte de Eugène y por lo tanto, los hace responsables de cualquier acción que tomen. El 23 de enero se dirige a Kurle, Griner, Signard y Derflingher, expresando que con sorpresa se ha enterado de que el día 19 han metido los crisoles al horno, y han empezado a soplar vidrio por órdenes de Verde y Azcona; por lo que deben recordar que fueron contratados por el difunto Latapi, quien les pagó sus pasajes de Europa a México. En este caso, teniendo él sus contratos, están obligados a obedecerlo por ser albacea. Deben dejar de trabajar inmediatamente, haciéndolos responsables de su conducta. El 26 de enero le dice a Víctor Frantz que se traslade a la fábrica de Texcoco, para hacerse cargo de ella, dándole amplias facultades para que represente allí a los menores Latapi, sustituyendo a Jesús Álvarez. Dos días después escribe al licenciado Carmelo Prado informando que ya notificó a Verde y Azcona que deben suspender los En una carta a su padre, Eugène atribuye a Juanita un origen modesto y poca instrucción que contrasta con la actividad que ella desplegó al enviudar en 1868. Desde entonces pudo sacar adelante su familia, conducir con éxito la ejecución del testamento, los negocios de la fábrica, enviar sus hijos mayores a estudiar a Francia y transmitir una educación con valores morales y espirituales a sus hijos. trabajos en la fábrica, pero a pesar de ello siguen con la intención de fabricar y sacar vidrio. Lo exhorta a dar los pasos convenientes a los intereses que representa. En marzo escribe a Juanita, recomendando acepte que el señor Álvarez pague la contribución sobre fincas a la aduana, por cuenta de la testamentaría, al mismo tiempo que agradece y retorna las expresiones de afecto que le envió a su familia. El 9 de julio envía carta a Víctor Frantz, quien aparentemente ya se hizo cargo de la fábrica, remitiendo telas para tamices. Le expresa que si el juez lo apremia mucho, que pague los 525 pesos de las diligencias que practicó. Hace acuse de recibo del giro que le mandó para el pago de rayas, y muestra su alegría al saber que en dos meses podrán estar soplando vidrio. A partir de ese momento varias veces le comunica que no ha recibido cartas para él, procedentes de Francia. El 13 de ese mismo mes, comenta a Frantz estar enterado de que estuvo el juez en la fábrica, por encargo de Álvarez, para certificar que se están utilizando materiales de la empresa; lo cual no tiene importancia porque ese señor no firmó el inventario. Le recomienda siga utilizando todo lo que requiera para trabajar; también comenta que la señora Latapi regresará al otro día a Texcoco y es probable que en pocos días se vaya a radicar definitivamente a México. Le habla de la importancia de que se alivie. El día 14 escribe a Víctor Frantz una carta en francés, confidencial, comunicándole que es necesario, cuanto antes, hacer efectivo ante notario el contrato de la Sociedad Viuda de Latapi y Frantz y que no conviene hacerlo en Texcoco, ya que todo el pueblo se enteraría, por lo que le pide que se traslade a México para hacerlo. Comenta que convino con Ollín que cuando regrese la viuda, en cinco o seis días, lo firmen ambos bajo su supervisión; para ello, comunicó ya a la viuda la conveniencia de que se mude a la ciudad de México, por lo que partirá al día siguiente para traer a su familia y los muebles, pues la casa que le consiguió está lista. En la misma fecha se dirige al general Tuñón Cañedo para cobrarle cincuenta pesos que le entregó Latapi, poco antes de la rendición de México. Al mismo tiempo, el 3 de agosto dice a Frantz que se da por enterado de los pesares y malos ratos que le ha ocasionado Lang, por lo que hizo bien en La viuda y los hijos 185 l acusarlo en el juzgado por las infamias que ha cometido. Espera que lo dejen vivir en paz con la circular que consiguió de la autoridad, para que no pase a sus oficinas ninguna persona ajena a la fábrica. Le aconseja no excederse o abusar de sus esfuerzos manuales. Le comenta que Azcona no pudo llevar el avalúo que ofreció y está próximo a terminar ante el Tribunal Superior, el cual ha mandado entregarle el haber de la testamentaría, por lo que está furioso (Azcona). Cuando sea necesaria su presencia en esos juzgados, él irá para arreglar los libros y todo lo necesario. El 10 de agosto escribe al señor Álvarez por conducto de Víctor Frantz, pidiendo aclare las entregas de dinero que le ha hecho a la viuda, 125 pesos, correspondientes al valor de un caballo que le había vendido Eugène. El 18 de ese mes se dirige al señor Mayer para reclamarle que entregue a Juanita una serie de objetos que había dejado guardados en su casa desde noviembre del año anterior, pues éstos le hacen mucha falta, amenazando con una demanda ante un juez, en caso de negarse. Tres días después plantea a Víctor Frantz que se da por enterado de que están preparando la molienda para cargar los crisoles. Le envía 200 pesos (193 en oro y siete en plata) para cubrirle un pago que hizo. Acusa recibo del croquis de la mina, disgustándose porque Azcona la está escarbando y anuncia medidas para impedir las actividades. En varias cartas trata pormenores relacionados con el manejo de la fábrica. El 26 de agosto dice a Víctor Frantz, que en caso de que le hagan falta los molinos que se encuentran desarmados en la fábrica, y que son propiedad de Azcona, ya tiene una cotización del señor Bearang, para fabricarle L 186 Juan Latapi Sarre dos molinos iguales a los de Azcona, entregando el primero en ocho días y el segundo en doce. Enviará también unas piedras para los molinos que tiene en su poder. Además, le hace llegar un copiador de cartas con una botella de tinta simpática, cuyo uso le explicará el señor Libault. El último de ese mes, al mismo Frantz le anuncia que va a regresar el juez Soidor Guerrero, pues su suplente les hizo una mala jugada y Lafenêtre en breve irá a levantar los sellos. Le recomienda patience et bon courage. El 3 de septiembre le dice a Víctor Frantz que no será hasta dentro de unos días cuando podrá desocupar la pieza que necesita para armar los molinos. Menciona que hizo bien en rechazarle a Álvarez sus pretensiones, pues en el inventario no figura ni la leña ni la basura, así como tampoco el animal muerto. De manera que si Álvarez sorprende al juez, diga que tiene órdenes de no dejar entrar a nadie ajeno a la fábrica, por lo que no tiene que ver lo perteneciente a Azcona y Verde. Pronto le enviará el reloj que mandó componer. También le solicita una relación de las cantidades que ha recibido para cuadrar las cuentas. El 22 de ese mes confirma que el juicio ya fue enviado a Puebla, por lo que espera que pronto se podrán levantar los sellos. El 4 de octubre expresa que está en pláticas para llegar a un acuerdo con Azcona. Si necesita dinero puede ir al Molino de las Flores a ver al señor Solac, quien se lo entregará con una orden a su cargo. En el traslado de metálico debe guardar sigilo y tomar todas las precauciones. El 13 de octubre le comunica que aún no ha llegado en el paquete (barco) el aplanador que había encargado. Cinco días después le menciona que le mandó con Felipe Rangel una carta que seguramente es sobre el aplanador. Comenta que el tribunal ya falló a su favor y espera que pronto se puedan quitar los sellos del horno; que va a promover la oposición a la denuncia que Azcona y Verde hicieron de la mina de Caledonia. Pero que guarde silencio sobre ese asunto. El 20 de octubre le envía un cañón de plomo y un medio cuero. Le confirma las instrucciones que mandó con Libault, para que si Azcona y Verde llegan a sacar cajas de vidrio, las haga seguir, inclusive hasta la ciudad de México, para saber cuál es su destino. El 29 del mismo mes, de nuevo envía a Frantz el periódico con la ley en donde se publicó el aviso de denuncia de la mina por Azcona y Verde, pidiéndole que presente un escrito de oposición firmado por Lafenêtre. El 2 de noviembre acusa recibo de una carta en la que se le avisa que Azcona y Verde evacuaron la fábrica y entregaron las llaves, así como muebles y otros objetos. Siente mucho que el hermano de Frantz no le pueda enviar el aplanador de Francia. El 5 de ese mes le dice que se alegra de que al día siguiente van a encender el horno. También refiere que la presión de un exhorto que está ejerciendo Luis Cabrera seguramente es otra pillada de Verde y Azcona, y solicita información sobre el juzgado en el cual se presentó en México. Un día después se dirige al señor Dupre, en Puebla, sobre un pedido de 200 cajas de vidrio, y sus entregas. Agradece que haya recomendado al señor Trasloseros como proveedor de Tequesquite. El 10 de noviembre, Lafenêtre escribe al señor Felipe Enciso sobre la fábrica, diciendo que según una cláusula del convenio celebrado entre la testamentaría Latapi y los señores Verde y Azcona, éstos se reservan el derecho de reclamar objetos que comprueben son de su Rama Souleau-Latapi, descendientes de Marguerite-AnneJeanne Latapi (1883-1937), hija de Maurice Latapi Rangel, y de Charles Souleau (18??-1921). Los Souleau también se han alegrado mucho del reencuentro con la rama mexicana. propiedad, pero que no se dejen enredar en ese asunto, ya que debe tratarse en un juzgado de México. En esa misma fecha le pide a Víctor Frantz un apunte con los objetos que no figuraron en el inventario. Menciona que le entregó dinero a Felipe Rangel de Texcoco. El 3 de diciembre se dirige Lafenêtre a Señora Viuda de Latapi y Frantz con referencia al Tequesquite. Es decir, ya está operando la Sociedad entre Juanita y Víctor Frantz, rentándole la fábrica a la testamentaría. El 6 del mismo mes de nuevo escribe diciendo que envía el testimonio de la escritura de arrendamiento de la fábrica. La viuda y los hijos 187 l Año de 1870 El 7 de febrero escribe Guichenné a Víctor Frantz sobre el nuevo pleito que iniciaron Verde y Azcona, pues alegan que no se les entregaron objetos de su propiedad, y le pide aclaraciones. El 9 de mayo escribe a Cornelio Prado diciendo que en vista del aprecio que le tiene por asuntos de la testamentaría, con mucho gusto le hará un precio especial por unos velocípedos que vende en su negocio particular Mercería de la Ciudad de México. El 25 de septiembre se dirige a Lafenêtre en Atlixco, Puebla, en relación con una reclamación que hace el dependiente Enciso referente a su sueldo, el cual había convenido en presencia del señor Ollín. Año de 1871 En marzo 15 se dirige a Tuñón Cañedo, expresando que como albacea de la testamentaría, se encontró un pagaré fechado el 5 de diciembre de 1861, por el cual le debía a Eugène 637 pesos, mismos que le pide pague. El 25 de mayo solicita de nuevo a Frantz la cuenta corriente y le pregunta cómo le va a pagar lo que debe. Aparentemente ya no está asociado con Juanita. El 9 de junio se dirige a Frantz secamente, sólo como señor mío y le dice que envió a cobrar al señor Azcona, que es su fiador, la renta de la fábrica, y le dijeron que ellos no tenían por qué pagarla y que su empleado, el señor Libaut, también dijo que no la podía pagar. Esto es completamente contrario a lo que habían convenido, o sea que se pagarían las rentas por adelantado, habiendo ya transcurrido 18 días del primer mes de arrendamiento. Le pide aclarar este asunto para evitar que se repita en lo sucesivo. L 188 Juan Latapi Sarre El 3 de julio escribe a Felipe Rangel diciéndole que, en calidad de su representante, de acuerdo con el contrato de arrendamiento de la fábrica de vidrios perteneciente a los menores Latapi, se debe practicar un inventario de la fábrica y la finca, todo lo cual debe estar en buen estado. Ya que Víctor Frantz se hizo cargo de las obligaciones del contrato de la extinguida firma Viuda Latapi y Frantz, deben correr por su cuenta las composturas y reparaciones. Con esa lista se determinará lo que pertenece a la viuda y a la testamentaría, lo cual deberá sacarse y guardarse en un lugar que la viuda y él determinen en Texcoco. En esa misma fecha envía a Felipe Rangel una carta poder para realizar el inventario. También le escribe a Frantz diciéndole que debe practicar el inventario en compañía de Rangel y lo regaña por no haber pagado a tiempo la contribución predial, ya que ahora deberá pagar, además, una multa del 10 por ciento. El 4 de agosto plantea a Víctor Frantz que no se explica por qué se ha tardado quince días en mandarle un inventario que ya había firmado Vidal y Castañeda. Aprovecha para decirle que está retrasado en el pago de la renta. Año de 1872 El 18 de enero escribe a J.D.Villenave que se enteró por Juanita de que ya tiene trabajo y, por lo tanto, debe pagarle aunque sea en abonos la letra (que él ya cubrió) por 500 pesos que había avalado Eugène. El 15 de febrero vuelve a dirigirse a este señor diciendo que no ha contestado su carta anterior y no quiere verse en la necesidad de comunicarlo a sus patrones, los señores Garnier y Raynaud. Eugène y Juanita alrededor de 1868 El 12 de junio recuerda a Frantz que, como se acerca la temporada de lluvias, debe hacer las composturas necesarias a los edificios. También refiere que Azcona mencionó que la contribución predial subió de tres o cuatro pesos a seis y pide el envío de los comprobantes. Año de 1873 El 22 de abril escribe a Víctor Frantz comentando la visita de su suegro, el señor Libaut, y está de acuerdo con que la testamentaría pague los sesenta pesos por arreglos a la casa habitación. Se da por enterado de que antes de las aguas quedarán hechos los arreglos a los techos, así como otras composturas del edificio. El 3 de mayo le vuelve a insistir sobre los mismos asuntos. El 9 de mayo le comunica el apoyo de noventa pesos, en pro de la amistad y buena armonía que debe existir entre ellos, para ayudar a las reparaciones del edificio y queden terminadas antes de las aguas. Le menciona que, por otra parte, se equivocó y no le corresponde pagar los arreglos de la casa habitación por lo que retira ese ofrecimiento. El 18 de julio menciona que cuando mandó cobrar la renta en días pasados, le dijeron que le iban a deducir el arreglo de los edificios, con lo cual no está de acuerdo. Solicita el recibo de los $ 617.91 que ha devengado de la testamentaría, así como la cuenta corriente que hizo Libaut. El 23 de septiembre expresa que ya se ha tardado demasiado en mandarle los recibos antes mencionados. Año de 1874 El 23 de febrero le dice que no contestó las tres últimas cartas del año anterior. Pero La viuda y los hijos 189 l que el principal objeto de esa carta es que, de acuerdo con el contrato de arrendamiento que celebraron el 30 de mayo de 1871, el día 31 de mayo se vence el plazo de tres años forzosos de renta, por lo que desea saber si va a hacer efectiva la opción de arrendamiento voluntario por otros dos años. En la siguiente carta (sin fecha) Juanita se dirige a Telésforo Tuñón Cañedo diciendo que, como sólo le ha abonado diez pesos en junio de 1871 de los 637 pesos de su deuda, hace un nuevo llamamiento a su buen corazón para que le siga abonando, y envíe los pagos a su nombre a Fisher y Cia. Sucesores. El 27 de marzo Juanita se dirige a Villenave para decirle que, como sólo ha abonado cuarenta pesos de su deuda, va a proceder a embargar su sueldo. Y el 6 de abril da poder al licenciado Francisco Algara para que lo demande judicialmente. En carta sin fecha dirigida al señor Eduardo Trejo, informa que el sábado siguiente irá Juanita a Texcoco y, en su representación, irá el licenciado Don Vidal de Castañeda y Nájera para que les entreguen la fábrica, esperando que esto se haga amistosamente. En julio 17 se dirige a Víctor Frantz, pidiendo le diga qué día va a entregar la fábrica, para poder liquidar la cuenta de arrendamiento con el señor Eduardo Trejo, apoderado de José Azcona, quien además es su fiador. Pues aunque se hizo un reconocimiento del importe de las obras que se deben hacer para poner la fábrica en el estado en que la recibió, ya que ha seguido ocupándola y trabajándola, es indispensable, para los intereses de la testamentaría, saber cuándo la va a desocupar y poner a su disposición, pues tiene una persona que se interesa por ella. L 190 Juan Latapi Sarre Año de 1875 El 19 de mayo se dirige al señor Macedonio Uribe de Texcoco, en relación a la franquicia de las contribuciones de la antigua fábrica de vidrios perteneciente a los menores Latapi. El 14 y el 17 de junio vuelve a escribir al señor Uribe sobre el mismo asunto. El 19 de junio le escribe Juanita al señor Felipe Enciso diciendo que no le puede prestar un molde para hacer vidrio acanalado, ya que lo tiene en trato, junto con unas ruedas de fierro, a una persona que se interesa por él. Sin embargo, debe decirle cuánto da por él, ya que si el precio es más conveniente se lo puede vender a él. (En esta carta la letra es diferente a la de la firma). En julio 8 le escribe al licenciado D. Vidal y Castañeda remitiéndole copia de la cuenta de división y partición de los bienes de la testamentaría, cuentas del albaceazgo aprobadas por el juez en marzo de 1874 y cuenta que debe presentar a la aprobación del juez de todo el efectivo que ha entregado a la viuda, lo cual pertenece a los menores Latapi. Que cuando le avise, irán a su oficina la viuda y él para firmar el escrito que deben presentar. Le envía saludos a su señora. El 24 de julio se dirige a Macedonio Uribe, quien está arreglando el pago de contribuciones. Y en agosto 25 se da por enterado de que sólo se pagarán seis pesos como contribución mensual, sobre el terreno valuado en 400 pesos, como propiedad rústica. Año de 1876 La última carta de Guichenné, fechada en marzo 9, dirigida a Macedonio Uribe, dice que de acuerdo con la Ley de Contribuciones quedan exceptuados de actos de pagos, los capitales de menos de cinco mil pesos, por lo que considera que quedará exceptuada la arruinada fábrica perteneciente a los menores Latapi, pues a la vista está que el edificio no vale cinco mil pesos y por cuatro mil se vendería de mil amores. Recurre a su eficacia bondadosa para que den los pasos necesarios y no sufra algún gravamen esa desgraciada familia. Le agradece sus gestiones a nombre de la viuda y de sus hijos. Por lo que se observa, a pesar de haber ganado los pleitos a Azcona, no lograron administrar satisfactoriamente y sacar adelante la fábrica ni Guichenné, ni Frantz, ni Juanita. Se deduce que Guichenné era una persona honesta y realizó su papel de albacea con mucho interés (no se equivocó Eugène al designarlo albacea en su testamento), sin embargo, como comerciante, no tenía experiencia como administrador industrial, además que lo trataba de hacer a distancia. Pensamos que deben haber vendido la propiedad en Texcoco en una pequeña cantidad. Se puede deducir que la compró posteriormente Derflingher, yerno de Frantz, ya que en la actualidad pertenece a sus descendientes, quienes la operan en los mismos terrenos y edificios en donde estuvo establecida la antigua fábrica durante la gestión de Eugène. La viuda y los hijos 191 l Primera Generación Juanita, viuda, con sus hijos, 1878. Maurice Latapi Rangel (1859-1884) L 192 Juan Latapi Sarre Juan Latapi Rangel (1860-1903) de Latapi en México Víctor Latapi Rangel (1861-19??) Fernando Latapi Rangel (1862-1929) Gabriela Latapi Rangel (1865-1951) Eugenio Latapi Rangel (1868-1942) La viuda y los hijos 193 l VII. Reencuentro familiar y nuevo árbol geneálogico Juan Latapí Sarre Anne-Marie Lataste Reencuentro familiar y nuevo árbol l z Las dos ramas de la familia Latapi se encuentran después de 150 años. Establecido el contacto entre las familias de México y Francia, cuatro Latapí Sarre (Ana, Pablo, Juan y Andrés) viajaron a Pau en septiembre de 2001 para encontrarse con sus parientes. Éstos los recibieron con gran afecto; fue un evento histórico para ambas familias. L Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste Donde mejor canta un pájaro es en su árbol genealógico. J. Cocteau. E n la familia Latapi de México, se sabía muy poco sobre el primer Latapi que emigró de Francia a México: Eugène. Fue a principios del año 2001 cuando llegaron a nuestras manos dos cartas, fechadas en 1860, en las cuales Eugène se dirigía a su padre enterándolo de su situación y actividades en México. Estas cartas nos sorprendieron al ser leídas en una reunión familiar. En ellas se mencionaba que fueron entregadas por Anne Marie Lataste. Así fue como empezamos a saber algo de él. Por conducto de Javier Pérez Siller, a mediados de julio del 2001 obtuvimos la dirección electrónica de la persona que entregó dichas cartas a la antropóloga Ariane Bruneton, radicada en Pau, quien las había publicado en 1992.1 El 24 de julio se inició la comunicación entre Anne Marie Labedan de Lataste de Pau, Francia, y Juan Latapi Sarre de México. Las sorpresas, interés y emociones fueron en aumento conforme se investigaba y conocía más información, hasta culminar con una reunión de las dos familias, misma que se celebró en Laussebe, cerca de Pau, el 22 de septiembre de ese año. Cabe mencionar que todo esto se facilitó por la era de las computadoras. A continuación se transcribe un resumen, por orden cronológico, de los comentarios sobre la correspondencia entre Anne Marie y Juan (omitiéndose las cartas que escribió Eugène, ya que éstas figuran en otro capítulo). AMCB, Du Béarn aux Amériques-Histoires d’émigrants, Bulletin N° 7 de l’Association Mémoire Collective en Béarn, 1992, pp. 175-176. 1 Reencuentro familiar y nuevo árbol l Juan Latapí (JL): Tan pronto obtuve la dirección electrónica de Anne Marie Lataste, decidí escribirle, sin saber siquiera si me contestaría, ya que su apellido no me decía nada. Le pregunté sobre nuestro parentesco y también sobre la existencia de otros parientes en Francia. Yo tenía planeado con anterioridad viajar en septiembre a Francia y tratar de indagar algo sobre los Latapí, habiendo hecho contacto con el Centre Généalogique des Pyrenées-Atlantiques, con sede en Pau. Por fortuna, ahora ya tenía una pista segura. Anne Marie (AM): El 23 de julio de 2001, Ariane Bruneton me telefoneó para anunciarme una noticia extraordinaria. Acababa de recibir un e-mail de Juan Latapi; él buscaba contactar a los primos que tenían las dos magníficas y preciosas cartas de su bisabuelo Eugène. No podía creer, después de tantos años, que nuestra familia estaba a punto de descubrir finalmente la descendencia de Eugène y darle así seguimiento a esa bella historia descrita en las cartas de 1860. ¿Quién era Juan Latapí? Estaba impaciente y entusiasmada por conocerlo. Una parte de mi historia familiar, se iba a encontrar de pronto proyectada 150 años atrás. Mi dirección le fue enviada por Ariane y al día siguiente, recibí el mensaje tan esperado: “Querida señora, Ariane Bruneton me dio su dirección. Gracias por las dos cartas de Eugène, que fueron una grata sorpresa para toda la familia. Tenemos poca información sobre él. Probablemente porque murió cuando sus hijos eran pequeños. Nuestra familia es numerosa, católica, con buena posición económica, unida y llevamos con orgullo el apellido Latapí.” (24 de julio). Leí y releí esas primeras líneas escritas, afortunadamente, en francés. Sorprendido, al igual que nosotros, por las dos famosas cartas, Juan buscaba conocer nuestro parentesco con Eugène y saber si existían otros parientes en Francia. En México tenían muy poca información sobre su antepasado Eugène. Inmediatamente le comuniqué la buena noticia a toda mi familia, la cual se regocijó, sin poder creerlo. ¿Cómo responderle a Juan? Nosotros sólo conocíamos unas cuantas cosas de nuestra liga del parentesco. Con mis padres reuní los elementos del árbol genealógico que nos había platicado mi abuela para poder clarificar las diferentes ramas familiares y así encontrar nuestras raíces. Esas cuantas líneas de Juan nos motivaron para conocer más y, al día siguiente, partimos hacia Izeste en donde esperábamos encontrar datos adicionales. Sorpresivamente nos enteramos con gusto que los Latapí de México formaban una familia numerosa y que planeaban venir a conocernos en septiembre. JL: Me sorprendió recibir inmediatamente la contestación de Anne Marie aclarando el parentesco. “Querido Juan, ¡Qué alegría poder leer tu e-mail en francés!, respondo a tus dos preguntas. Sobre ‘mi relación familiar con Eugène Latapi’, voy a intentar hacer un árbol genealógico simplificado, mismo que completaré en un próximo mail: “Así que Eugène Latapi fue tío de mi bisabuela Léonie Latapi. El hijo de Léonie, Joseph Brousset, a su vez, se casó en México con Elisa Trigos, y tuvieron 6 hijos. Algunos de sus descendientes viven en México y otros en Francia. Enviaré detalles y direcciones tan pronto haga contacto con mi prima Yvette, hija de Elisita, que vive cerca de Pau. “Estoy sorprendida; resulta que, además de los parientes franceses, tenemos familiares en México, de los cuales no sabíamos nada. L 198 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste Anne-Léonie-Ménagère Latapi de Brousset (1845-1933) hija primogénita de Joseph, se casó con Simeon August Brousset, (1839-1915). Vivieron en la casa Vignalet, en Arudy. En esta foto, tomada a la muerte de Joseph, 1894, vemos a su esposa Marie Arribere-Gramon (1824-1898) rodeada de sus nietos Brousset-Latapi. Arriba: Arnaud (1867-1907), Siméon Auguste, Jean Baptiste (1875-1894) que murió de fiebre amarilla en Veracruz. Mismo fin tuvo su hermano Pierre que se encontraba en México. Las mujeres: Anne-Léonie, Marie Arribere-Gramon y MarieMélanie (1874-1933), esposa de Arnaud y abuela de AnneMarie Lataste. Abajo Félicien (1888-1969). Además existen más parientes en Francia, descendientes de Joseph y Felicien Brousset. A todos nos dará mucho gusto conocerte en septiembre. Mientras, tendremos tiempo de intercambiar datos sobre la familia Latapi.” (25 de julio). JL: Además me pidió información sobre los descendientes de Eugène; me sorprendió la certeza del parentesco y me dio mucho gusto la familiaridad que, desde un principio, mostraba en sus cartas. Se notó el interés por indagar más sobre el tema. Tuve la sensación de que se iniciaba un episodio interesante, en el cual se aclararían muchas dudas y mitos. Inmediatamente me comuniqué con Pablo, mi hermano, para comentarle esta carta y para empezar a planear el viaje. Deduje que los parientes franceses tampoco habían indagado mayormente sobre sus antepasados Latapi. AM: Dos días más tarde una nueva comunicación de México llegó a mi computadora. Parece que Juan entendió bien el árbol genealógico sintetizado que le envié. Espontáneamente escribió: “…tu pronta respuesta me llenó de gusto al poder reencontrar a los primos después de 150 años. Tanto mi padre como mi madre eran descendientes de franceses. Mis hermanos y yo estudiamos en escuelas francesas aquí. Mi relación contigo está clara: soy tu tío”. Me dio gusto esta afectuosa aseveración que confirmó la autenticidad de nuestra relación familiar. Además describió con precisión la descendencia de Eugène, así como el número de personas importantes de la familia, lo cual nos dejó impresionados. JL: La respuesta de Anne Marie no se hizo esperar: “Con mucho gusto leímos y releímos tu carta. Nos da un gran placer conocer por fin la descendencia de Eugène Latapi. Cuando la hermana de mi abuela nos dio las cartas Reencuentro familiar y nuevo árbol 199 l de Eugène, hace veinte años, no nos imaginamos encontrar hoy día 300 primos. Esperamos la visita en septiembre con mucha impaciencia, y pensamos que tres días es poco para retomar 150 años.” Nos pedía que se prolongara nuestra estancia allá, “…para que mis hermanos, hermanas y primas estén libres. Hemos comenzado las investigaciones para encontrar elementos y si es posible fotos de la familia. Esta mañana fui a Izeste con mi padre, Edmond, y encontramos en el cementerio la tumba donde están enterrados Jacques y Joseph Latapi (padre y hermano de Eugène). Igualmente consultamos el registro de nacimientos en la alcaldía de Izeste. Con mucha emoción encontramos las actas de nacimiento de Joseph, quien nació el 1 de diciembre de 1816; de Anne, el 25 de marzo de 1819; y François Eugène el 13 de julio de 1824. “Su madre, esposa de Jacques Latapi, se llamó Anne Loustaunau. “Por fin conocimos el segundo apellido de Eugène, lo cual aclara ciertos mitos”. Vamos a continuar las investigaciones, mi padre encontró la casa de la familia y muchos recuerdos de su infancia, que comentará con ustedes. Izeste es un pequeño pueblito en los Pirineos, situado en el Valle d’Ossau a 25 kilómetros de Pau.” (28 de julio). A continuación describió a su familia, padres y hermanos; todos ellos viven en Pau a excepción de su hermano menor, Jean, quien vive en Canadá. En esta carta empieza a brotar infor mación sobre nuestros antepasados; se observa que han tomado en serio la investigación. La descripción de la familia Labedan me va dando una idea de cómo son esos nuevos parientes; se parecen mucho a los Latapí de México. Me dio gusto su sugerencia para prolongar la visita con objeto de recuperar 150 años. A partir de ese momento, le envié copia de las cartas de Anne Marie a Pablo mi hermano, para hacerlo partícipe de estas novedades. AM: Juan escribió, “…nosotros siempre tuvimos la idea de que el apellido Latapi se escribía con una ‘e’ al final y que Eugène se la quitó”. El 30 de julio, menos de una semana después de nuestro contacto, se iniciaron las investigaciones, tanto en México como en Francia. Juan informa: “…dos de mis sobrinas encontraron, con los actuales propietarios, el certificado de compra de la fábrica de vidrio en Texcoco en 1858”. Piensa fotografiar una pintura de Eugène que tiene uno de sus primos. ¡Así podremos verificar la imagen que tenemos de él! Tienen también la copia de un libro en donde mencionan dos veces el nombre Latapi, como un radical de izquierda enemigo del gobierno. Eugène es un personaje apasionante que no acaba de sorprendernos, ya se metió en nuestros espíritus y ha movilizado a toda la familia. ¡Las piezas del rompecabezas familiar empiezan a encajar mientras estamos descubriendo la existencia de un gran hombre de hautes lettres! JL: A unos días de haber hecho el primer contacto ya tenemos una buena comunicación y, en nuestra familia, hay mucho interés en seguir investigando para saber más sobre el bisabuelo. Todos mis hermanos se sorprendieron al conocer las noticias. AM: “Gracias por las fotos. Sus investigaciones son también apasionantes, es maravilloso el haberte conocido, reconstruir y localizar poco a poco la historia familiar. En las actas que hemos consultado en la alcaldía de Izeste, el apellido Latapi nunca estuvo escrito con una ‘e’. Hemos L 200 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste Joseph Brousset (1868-1933), nieto de Joseph Latapi, hermano de Eugène, vino a México a principios del siglo XX se casó con Elisa Trigo en 1894 y tuvo cinco hijos: Joseph, Elisita, Marguerite, Auguste y Albert. Fue cónsul de Francia en Veracruz, miembro de la Association française, belge et suisse de Bienfaisance y alojó en su casa a las primeras religiosas de St. Joseph de Lyon que llegaron al país para fundar el ”Colegio Francés para señoritas” (actualmente Colegio Francés de El Pedregal). Las ramas Brousset de Francia y de México han seguido con gran interés la investigación sobre Eugène. descubierto que Eugène se llamó François Eugène. Su mamá, Anne Loustaunau, murió joven, el 1 de diciembre de 1833 cuando Eugène sólo tenía nueve años. Su padre Jacques fue greffier del cantón de Arudy, profesión en la que lo sucedió su hijo Joseph. Encontramos, igualmente, el acta de nacimiento de una hermana de Jacques llamada Jeanne Marie, nacida el 4 de septiembre de 1796. Los padres de Jacques y Jeanne Marie se llamaron Joseph Latapi (agricultor de oficio) y Anne Bordelongue. “Joseph (hermano de Eugène) se casó con Marie Gramon el 7 de febrero de 1844; Anne Léonie nació el 1 de marzo de 1845; Jean Baptiste nació el 24 de junio de 1848. No hemos encontrado datos del último hermano, François. Tengo dos muy buenas sorpresas: “A) Mi tía Marie ha localizado más cartas de Eugène, ¡es increíble!, las escribió a su padre y a su hermano. Aún no las tengo en mis manos pero mi papá las va a ir a buscar”. “B) Mi prima Yvette (hija de Elisita) regresó de vacaciones y me dio por teléfono los nombres y coordenadas de los primos mexicanos, también me contó su historia: Joseph Brousset, hijo de Anne Léonie Latapi, emigró a México donde se casó con Elisa Trigos y tuvieron seis hijos: Joseph, Elisita, Auguste, Marguerite, Albert y François. Elisa Trigos murió cuando nació François; después de la muerte, Joseph Brousset se regresó con su familia a vivir a Arudy (a dos kilómetros de Izeste) con su madre Anne Léonie y su cuñada Marie (mi bisabuela), que siendo viuda vivía con tres hijas. Mi abuela y sus hermanas convivieron muchos años con los primos mexicanos”. “Joseph, el mayor, murió en 1914; Elisita se casó en Arudy y se repatrió a México (Yvette nació en 1925) y posteriormente regresaron a Arudy en 1932; Auguste se quedó en Francia; Marguerite y Albert se regresaron a México; François murió sin dejar hijos; Marguerite Brousset se casó con Juan Izquierdo, y tuvieron tres hijos.” (3 de agosto). JL: Es sorprendente saber que tenemos otros parientes en México, a quienes no conocemos, y aunque no lleven el apellido Latapi, trataremos de contactarlos. En esta carta se sigue observando el gran interés que Reencuentro familiar y nuevo árbol 201 l Anne Marie y su papá tienen en obtener información sobre la familia, lo cual no les había interesado anteriormente. Los nombres de los abuelos de Eugène, así como el de su mamá, vienen a ser en este momento grandes hallazgos. AM: A principios de agosto las ligas familiares se estrechan rápidamente. Juan ya hizo contacto con la familia Brousset de México, quienes también se sintieron sorprendidos. Curiosamente, tanto en México como en Francia tenemos nombres comunes: Juan, Juan Bautista, Ana María, Eugène, Genoveva, José, Francisco, María, Felipe, Santiago, Juana y Alejandro. JL: Anne Marie nos comunica las novedades: “Visitamos la alcaldía de Izeste y el apellido Latapi nunca llevó una ‘e’ al final. La mamá de Eugène murió cuando él tenía nueve años y su hermano Joseph se casó con Marie Gramon”. Y la gran sorpresa, su tía Marie encontró 39 cartas que Eugène escribió a su papá y a su hermano, las primeras desde las Islas Guadeloupe. Estas cartas, a pesar de tener 150 años, están bien conservadas; seguramente nos van a dar mucha infor mación sobre su vida. ¡Esto es extraordinario! Por otra parte, hemos ido agregando los nuevos datos al árbol genealógico de la familia”. (3 de agosto). También me envió una foto de su familia: sus padres, hermanos y hermanas, cuñados, sobrinos y su esposo Alain Lataste, así como de sus hijos Sylvain y Alexandre. Por mi parte, le envié una foto de los ocho Latapí-Sarre. Seguimos preparando el viaje, para lo cual estoy animando a mis hermanos para que nos acompañen, también lo comenté con mis primos Roberto Latapí Fox y Jaime Latapí. AM: La transcripción de las primeras cartas les ha permitido descubrir la vida de Eugène cuando tenía solo 26 años. Juan me dice (agosto 14) que su familia me ha nombrado transcriptora oficial de la familia. Ese honor me hace sentir calificada con el grado al que súbitamente he sido promovida. Esto me motiva en mi lucha diaria con el teclado de mi computadora, la cual no ha comprendido por qué de repente se ha visto asaltada con tanto trabajo. Juan informa que, además de Pablo y su esposa María Matilde que viajarán a Europa en esas fechas, al viaje se nos unirá su hija Genoveva, quien se encuentra estudiando en Inglaterra. Esta noticia nos da gusto ya que vamos a conocer a un Latapi de mi generación. JL: Anne Marie ha empezado el laborioso trabajo de transcribir y enviarnos las cartas de Eugène que, a los 26 años, se hizo cargo del negocio comercial de su tío en las Islas Guadeloupe. Mientras tanto el tío muere y él se enferma, aparentemente de fiebre amarilla; finalmente decide liquidar el negocio y regresar a Francia. Son cuatro cartas escritas desde esa colonia francesa, otra desde el barco Orinoco a su regreso, y una más desde Londres en donde desembarcó. Roberto Latapí Fox nos invitó a su casa para ver la pintura de Eugène. Este cuadro fue propiedad de la tía Gabriela Latapí Rangel y posterior mente de Margarita Latapí Toussaint. AM: De una y otra parte del Atlántico, cada quien pone su piedra para reconstruir la vida de Eugène. Paulina, sobrina de Juan, encontró el documento de registro de entrada a México fechado el 27 de febrero de 1855, en el cual se describen sus señas particulares: altura 1.76 m, edad 29 años, color ordinario, ojos pardos, nariz mediana, pelo castaño, signos particulares: una cicatriz en el carrillo derecho. Juan informa que Anita, su hermana, ha decidido hacer el viaje con ellos a Pau. L 202 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste El encuentro de las dos ramas Latapi en el terruño de sus ancestros, también fue un acontecimiento importante para las autoridades locales, quienes organizaron una recepción en el palacio municipal de la ciudad de Oloron. En la sala Louis Barthou, el alcalde, junto a otras autoridades, dio la bienvenida a los Latapí mexicanos. En la foto vemos la salida de los asistentes a la memorable ceremonia. Caemos en la cuenta del impacto que han tenido estas cartas y el entusiasmo que han desatado. ¿Acaso no será este viaje un regreso a las fuentes? JL: Nos envía Anne Marie las cartas escritas desde Limoges, Bordeaux, París, Lot et Garone y la última desde el Havre el día en que se embarca para México. También recibimos los datos de la herencia de su tío. “Estamos muy contentos de poder conocerlos próximamente, los esperamos impacientes para recibirlos y atenderlos en la búsqueda de sus raíces”. (17 de agosto). AM: A menos de un mes del reencuentro todo parece acelerarse. La sed de conocer, tratar de encontrar el menor detalle que nos permita conocer mejor nuestra historia familiar, se ha convertido en el centro de nuestras preocupaciones. Juan ha estado enviando a todos los Latapí boletines con los comentarios sobre los hallazgos. Por otra parte se saben pocas cosas de Mauricio, hijo mayor de Eugène, del cual sólo se tiene una foto con su hermano Juan, cuando estudiaban en Bayonne. Ésta es una pista a seguir ya que Bayonne se encuentra a cien kilómetros de Pau y allí es posible encontrar otros elementos. La reunión familiar en Pau será un evento muy importante; mientras trabajamos en la elaboración de un expediente, un álbum fotográfico y el programa del viaje. Su entusiasmo debe satisfacerse, en su búsqueda, como la de nosotros, por recobrar el tiempo perdido. JL: Anne Marie envío la transcripción de la totalidad de las cartas de México (agosto 19); en ellas se muestra que su vida transcurría Reencuentro familiar y nuevo árbol 203 l con gran movimiento, su audacia, valor, ideas y ambiciones, lo colocan como un personaje famoso de la familia Latapí. Lástima que no pudo lograr todos sus proyectos. Sin embargo, quedan muchas dudas y preguntas sin respuesta. Alain, marido de Anne, nos envió un mapa del sur de Francia indicando los lugares que se mencionan en las cartas, lo cual nos ayudará a situar a Eugène en sus viajes. AM: El entusiasmo aumenta día con día. Un sobrino fotografió la pintura de Eugène que está en la casa de un primo. Estamos impacientes de ver cómo era este ancestro ya que hemos buscado en vano su fotografía en la casa de la familia en Arudy. En Francia tenemos sus cartas, en México tienen su imagen; las dos se complementan. Es como si se recogieran las piezas de un pasado desarticulado y olvidado. El intercambio continúa. Las informaciones fluyen diariamente. “La fábrica de vidrio en Texcoco fue adquirida por Eugène en 1858 y se revendió en junio de 1869. También tenemos el libro de Primera Comunión de su hijo Juan, fechado en mayo de 1872 en Bayonne, y un libro de misa de 1874, mismos que mi papá Juan Latapi Toussaint me heredó. Esto confirma la foto de Mauricio y Juan en Bayonne; debemos continuar las investigaciones en ese sentido, aunque parece ser que los archivos han sido destruidos, lo cual impide que avancemos más rápido”. JL: “Después de un mes hemos reconstruido una parte de nuestra historia familiar y aún quedan muchas interrogaciones. Hace 150 años las cartas tardaban dos meses entre Francia y México. Las investigaciones que ustedes han hecho son interesantes y, estoy segura que, después de estudiar las cartas detenidamente, encontrarán más datos. Eugène fue un personaje fuera de lo común y su vida la de un verdadero romano. Mi padre ha encontrado una serie de documentos; un contrato de matrimonio (escrito en bernés), actas de sucesión, la sucesión testamentaria de los herederos de Jacques Latapi (en la cual Eugène se hace representar por su cuñado François Langlet). También envío el borrador de la carta en la cual Joseph le comunica a Eugène la muerte de su papá. Con toda esta información nos vamos formando una idea de la vida del bisabuelo, quien era un viajero incansable y ya había formado una familia con Juanita Rangel. Estoy recolectando en la familia fotografías de Eugène, Juanita y sus hijos y, sorpresivamente, hemos encontrado bastante material, distribuido entre las diferentes ramas familiares.” (22 de agosto). AM: Juan comenta que ha venido muchas veces a Francia, tanto de trabajo como de turismo, pero nunca al Suroeste, ya que ignoraba la existencia de sus primos. “Sentimos que Eugène no nos reuniera antes. Mi hermano Andrés confirma que también hará el viaje a Pau”. Estamos a 27 de agosto y posiblemente vamos a tener en nuestra tierra bernesa a toda la familia Latapi. ¿Cuántos vendrán? Quizás tengamos que rentar un vehículo para transportar a nuestros huéspedes. Hemos decidido que esta reunión histórica se llamará Odisea Latapi y presagia una serie de aventuras y descubrimientos. Por otro lado, encontramos una foto antigua, sin nombre, pero dudamos que sea de Eugène ya que no coincide con los datos del certificado de entrada a México. Por eso esperamos con impaciencia la fotografía de la pintura. JL: A principios de septiembre se inicia la salida, Pablo ya salió para Europa. Mi L 204 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste Algunos periódicos locales (Sud Ouest, La République des Pyrenées, L´Eclaire ) dedicaron espacio para difundir la noticia sobre el encuentro. Calificaron de histórica, de importante para conocer los flujos migratorios de los berneses, en fin rehicieron la historia: “Cuatro mexicanos apellidados Latapi encontraron en Oloron sus lejanos parientes. Todo comenzó en realidad con Eugène Latapi que en 1854...” La fecha del encuentro fue el jueves 20 de septiembre de 2001. Reencuentro familiar y nuevo árbol 205 l preocupación está centrada en el viaje y la reunión Odisea Latapi. Mis hijos Gonzalo e Ivonne han mandado hacer unas playeras con la leyenda ODISEA LATAPI 2001. Aprovechando la cercanía de las fiestas patrias voy a llevar adornos mexicanos incluyendo un adorno de papel picado. También será imprescindible una botella de tequila. Todo parece indicar que Anita, mi hermana, también viajará. Esto le da un cariz especial al viaje, ya que los hermanos no habíamos hecho un viaje juntos desde que éramos niños. La frecuente comunicación con mi sobrina Anne Marie nos ha dado mucha familiaridad y, debo confesar, que me he encariñado con ella. AM: El entusiasmo de la Odisea Latapi se ha extendido; Carmelita, hija de Anita que vive en Canadá, está también considerando la posibilidad de unirse al grupo. Estamos reflexionando activamente en la organización para que se desarrolle lo mejor posible. Unos días después, nos dice Juan que ni Anita ni Carmelita vendrán debido a un problema de salud de su esposo Agustín. Esta triste decepción nos recuerda una frase de Eugène en uno de sus últimos escritos: esperar contra toda esperanza. JL: Finalmente Anita decide acompañarnos. Así que el 16 de septiembre saldremos para Francia, Andrés, Anita y yo para llegar el 21 a Pau. Allí llegarán directamente Pablo y María Matilde que se encuentran en Praga, en donde le entregaron a Pablo un importante premio como reconocimiento a su labor en el campo de la educación. Genoveva viajará de York, en donde estudia, para llegar a Pau el 23. Anne Marie me dice que han planeado la reunión Odisea Latapi para ese día. Debemos hacer todavía arreglos para el viaje. Con datos obtenidos en el último mes estamos actualizando el árbol genealógico ya que debo hablar sobre ese tema. Observamos sorprendidos cómo ha crecido dicho árbol. (7 de septiembre). AM: Como el encendido de una mecha, se ha iniciado la cuenta regresiva. Solamente nueve cortos días nos separan del reencuentro. Juan me dice que está actualizando el árbol genealógico con cierta sorpresa. Parece que los Latapí son más prolíficos de lo que creía. La tensión aumenta y la movilización de todos para este reencuentro es impresionante. Después de muchas semanas los intercambios por Internet nos han permitido crear entre nosotros una complicidad y un deseo recíproco de conocer mejor nuestras raíces familiares. Espontáneamente hemos tejido una fuerte liga familiar y un profundo afecto que se deja ver en los correos por Querida sobrina y Querido tío Juan. JL: Hablé con Andrés y Anita; estamos de acuerdo con que el ataque terrorista en Nueva York no nos va a detener, quizá sólo nos origine molestias en los aeropuertos. Ya ter miné el árbol genealógico y nos encontramos con más de trescientos descendientes de Eugène. Las reservaciones de hoteles, tanto en París como en Pau, están confirmadas. Por una casualidad hemos escogido en Pau el hotel El Renacimiento. (13 de septiembre). AM: Hace unos días, los acontecimientos del 11 de septiembre nos hicieron pensar que nuestro reencuentro no se llevaría a cabo. Afortunadamente no altera los planes, y con gusto sabemos que finalmente Anita podrá participar en el viaje. Juan confirma, y describe, los planes del viaje. Él nos precisa que con expectación se espera una fecha histórica, lo cual confirma el carácter excepcional de nuestro reencuentro. Los L 206 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste En 1957, Carmen Latapí Estévez, hija de Eugenio Latapí Rangel, y su esposo Carlos Belauzarán reconstruyeron un árbol genealógico con lo que entonces se sabía sobre Eugène y sus descendientes. sentimientos de nerviosismo y de entusiasmo de nuestros primos del otro lado del mar son idénticos a los nuestros, en menos de una semana estaremos reunidos. JL: Recibo la última comunicación de Anne Marie. Todo está listo, todo parece marchar bien. Ahora la pregunta es ¿cómo serán nuestros parientes franceses y cómo nos recibirán? El optimismo nos hace pensar que el reanudar el contacto entre los descendientes de Jacques, Eugène y Joseph será un hecho maravilloso y, además será precisamente en la tierra donde nacieron. De no saber ni el nombre correcto del bisabuelo, en poco tiempo hemos aprendido muchas cosas de su vida y estamos descubriendo nuestras raíces, así como a otra parte de la familia. (14 de septiembre). AM: Último e-mail antes de su salida, nuestra próxima comunicación será verbal, en el aeropuerto de Pau-Pyrenées. ¡Es increíble y formidable, todo ha sucedido muy rápido, en menos de dos meses, no por correo marítimo sino por e-mails! Es una verdadera dicha que un día de julio encontré, y reencontré a un tío y a toda una familia en México, esto es un verdadero tesoro que no olvidaré ni olvidaremos jamás. El reencuentro A media mañana del día 20 de septiembre de 2001, llegaron al Aeropuerto de PauPyrenées: Anita, Andrés y Juan Latapi Sarre. Allí los recibieron entusiastamente, con banderitas mexicanas, Anne Marie y Alain su marido, Edmond Labedan y Jeanne su esposa, Ariane Bruneton, Sylvain y Alexandre Lataste. Desde el primer momento se estableció entre todos una corriente de afecto y familiaridad. Pablo Latapí Sarre y María Matilde llegaron al hotel al medio día, después hubo una comida en casa de los Labedan con un delicioso Confit de Canard acompañado de vinos Jurançon y Madiran, así como un queso de leche de brebis (borrego), todos de la región. Durante esos días el grupo visitó Izeste (en donde visitaron la tumba de Jacques y Reencuentro familiar y nuevo árbol 207 l Joseph, así como la casa donde nació Eugène), Arudy, Biele, Eaux Chaudes y Bayonne. Subieron a los Pirineos y en Oloron-Ste Marie fueron recibidos por el alcalde en una ceremonia for mal de bienvenida, en donde, además, les ofrecieron una comida, con el platillo típico de la región, el garbure. Oficialmente Edmond Labedan hizo entrega, a los familiares mexicanos, de los originales de las cartas de Eugène, las cuales fueron recibidas como un tesoro. El 22 se celebró la Odisea Latapi en la granja de Geneviève Labedan y su esposo Michel, en Lasseube, con asistencia de todos los Labedan (excepto Jean, quien telefoneó desde Canadá), todos se pusieron las playeras que llevaron de México. También asistieron Yvette Condou Brousset con su marido Ivon (quienes viven en Tolouse) y Ariane Bruneton. A la hora de la comida llegó Genoveva Latapí desde Inglaterra. Se remató con una comida y hubo discursos, cantos, regalos y, sobre todo, gran alegría y euforia. Fue un gran reencuentro de las familias francesa y mexicana, reunidas por primera vez después de 150 años, aunque, por su trato, parecía que hacía poco tiempo que dejaron de verse, dejando en sus corazones gratos recuerdos. El día 23, antes de separarse, todo el grupo asistió a una misa en Lourdes. De esta forma se inició una nueva relación, que ya se ha extendido a los miembros de la familia y que, seguramente continuará en las siguientes generaciones. 3 Reconstrucción del árbol genealógico A principios del Año 2001, en el árbol genealógico de la familia Latapi habíamos detectado 592 familiares, descendientes de Eugène Latapi y su esposa Juanita Rangel. Después del descubrimiento de las cartas de Eugène y las investigaciones realizadas, tanto en México como en Francia, encontramos la existencia de otros 304 parientes, remontándonos al abuelo de Eugène, Joseph Latapi y su esposa Claire Bordelonge, incluyendo a Joseph Latapi Loustaunau y sus descendientes, entre los que están los Labedan y los Brousset, tanto de México como de Francia. También se incluyeron los descendientes de Mauricio Latapi Rangel, los cuales desconocíamos, y que habitan en Francia y Alemania. Posteriormente encontramos en México a Rolando Latapí y su familia, hijo adoptivo de Víctor Latapí Contreras. El árbol genealógico aumentó de 546 a 839 personas. En la Convención Latapí celebrada en febrero de 2002 ya asistieron parientes de nuevo encuentro, lográndose una asistencia de 280 personas. A continuación se presenta un cuadro sintetizado mostrando, por una parte, los familiares ya conocidos y por otra, los parientes encontrados a partir de la fecha referida. Solamente se mencionan los nombres de las cuatro primeras generaciones y, en las demás, se muestran solo cifras.3 Compilado por Juan Gómez Gallardo. L 208 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste Maurice Latapí (de Rennes). Anne-Marie Lataste se dio a la tarea de buscar a los descendientes de Mauricio Latapí Rangel. Con apoyo en el directorio telefónico y con un golpe de suerte, contactó en Rennes a Maurice (en la fotografía), nieto de Mauricio Latapi Rangel e hijo de Marguerite-Anne-Jeanne. Este escribió emocionado (7 de febrero de 2002) “Jamás encontraremos las palabras para expresarles a Anne-Marie y Alain Lataste nuestra inmensa gratitud e infinito reconocimiento, y los acompañamos en la gran felicidad de sentirse finalmente reunidos. Dejo al destino la alegría de reunirnos lo más rápidamente posible sea en Europa o en América, a fin de que podamos reencontrarnos y descubrirnos ante los inmensos recuerdos que compartimos.” (...) “¡Qué increíble felicidad nos concede el Cielo a todos, por arriba de los océanos, de reencontrarnos, unidos tan fraternalmente los unos a los otros, por los fuertes lazos del corazón y por el “oro de la memoria” que hace volver a la vida a nuestros queridos antepasados! Nuestros corazones permanecen afectuosos, cómplices y vivos, a pesar de los años que vuelan. Es un milagro del amor que nuestros sentimientos y pensamientos cancelen el tiempo y las distancias.”. En septiembre de 2003, Juan Latapí Sarre lo contactó personalmente en Francia. En la investigación sobre Eugène participaron varios investigadores de la Universidad de Pau especializados en la emigración francesa hacia América Latina, entre ellos Ariane Bruneton (en la foto), Michel Papy y Jeanne Soust. Ariane, con Edmond y Jeanne Labedan, comenta la pintura de Eugène –sostenida por Anne-Marie- que adorna la portada de este libro. Contamos con la generosa colaboración de Javier Pérez Siller quien acompañó y coordinó el proceso de investigación, redacción y edición de este libro. Su publicación se hace en homenaje al 180 aniversario del natalicio de Eugène Latapi: 13 de julio de 2004. Reencuentro familiar y nuevo árbol 209 l Convención L 210 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste Latapí 2004 Asistentes a la “Convención Latapí ” de febrero de 2004 que reunió a 280 miembros de la familia; en ella se informó de la investigación en curso sobre Eugène y se obtuvo el apoyo financiero para la publicación de este libro, en Edición no comercial. A la Convención anterior (2002) vinieron a México, en representación de la rama francesa, Anne-Marie y Alain Lataste. Reencuentro familiar y nuevo árbol 211 l Resumen del árbol genealógico de la familia Latapí (nueve generaciones) 1a 2a 3a 4a Joseph Latapi 0 Claire Bordelongue Jacques Latapi Joseph Latapi Anne Léonie Latapi Anne Loustaunau Marie Arribere Simeon A. Brousset Jean Baptiste Latapi Marie Eugene Turon Anne M. Latapi François Langlet Eugène Latapí Juanita Rangel Maurice Latapi Marguerite Delmouly Víctor Latapí Guadalupe Trell Fernando Latapí Pilar Contreras Gabriela Latapí José Jiménez Eugenio Latapí Aurora Estévez 0 Totales conocidos actualmente 2 5 0 4 8 30 46 28 10 47 88 197 4 0 10 17 26 17 1 0 11 25 37 23 0 0 2 5 4 Se conocieron a partir de la investigación 0 8 14 34 65 56 0 Juan Latapí Guadalupe Toussaint Janne M. Latapi Jean P. Mirande François Latapi 5a 6a 7a 8a 9a Total 9 12 22 64 111 84 293 2 11 32 89 251 237 6 20 44 111 315 348 88 839 4 546 En este resumen actualizado del árbol genealógico se distinguen los descendientes mexicanos de Eugène que se conocían antes de esta investigación (en normales), y los que ahora conocemos (en negro). El total de Latapí mexicanos vivos es actualmente de más de 500, e incluye miembros de la segunda generación hasta la séptima. Notas: 1.- Incluye a los parientes políticos. 2.- Actualmente viven 730 miembros de la familia. 3.- Elaborado en Mayo de 2004 L 212 Juan Latapí Sarre y Anne-Marie Lataste De la biografía a la historia de familia Javier Pérez Siller De la biografía a la historia de familia l L Javier Pérez Siller Existen familias sin historia pero no hay familias sin memoria. as relaciones entre la historia de vida y la social son tan complejas que no se pueden limitar a los acontecimientos del individuo y de la sociedad; ¿quién condiciona a quién? La pregunta es pertinente ¿hasta dónde el individuo puede influir en los procesos de la sociedad en que vive?, ¿cuáles son los límites que tiene?, ¿de qué manera los procesos sociales e históricos reducen o potencian sus capacidades? A lo largo del libro nos hemos enterado del contexto histórico, social, político, cultural y familiar en el que vivió Eugène, de su itinerario, sus empeños y personalidad. Sin embargo, la falta de información —de materia histórica— nos obliga a describir su vida y presentarla al interior del conjunto, mientras que lo óptimo sería identificar la relación del hombre con su tiempo, la influencia del tiempo y las circunstancias sobre el hombre y su obra; comprender el sentido y significado de una vida, revelar su mensaje. L Métodos y fuentes novedosas La reconstrucción del pasado se hace a partir de las huellas que los hombres dejan a lo largo de sus vidas. Eso constituye la materia histórica que orienta y limita la comprensión del pasado, y exige el uso de métodos adecuados. Para esta investigación fueron cuatro las fuentes principales que pudimos explotar, algunas de ellas poco utilizadas por los investigadores, como son: la correspondencia privada, en este caso las cartas a su padre Jacques; la correspondencia legal, el libro de cartas del albacea; las fotos de familia; y una impresionante documentación de la época. Las fuentes han condicionado el estudio y tienen su impacto no sólo en la escritura de sus resultados, con estilos que varían según el temperamento de cada autor de capítulo, sino en el alcance y penetración sobre la historia de vida de nuestro personaje. Las cartas nos acercan a lo íntimo, al gesto solitario del que De la biografía a la historia de familia l replegado sobre sí desea comunicar a otro su realidad, sus vivencias, sus emociones, transmitirle sus afectos. Así imaginamos la relación que tenía con su padre, los reproches, pero también el respeto y el profundo cariño. Esta veta de los afectos de Eugène ha sido poco explotada en el libro, aunque está bien representada. La correspondencia epistolar da para más y su empleo en la investigación es novedoso pero limitado. Lo mismo se puede decir de las cartas del albacea que merecen una mayor atención. Ellas pueden revelar las redes de relaciones que Eugène estableció desde su práctica como director primero, y propietario después, de la fábrica de vidrio. Y enriquecer así la historia sobre la actividad empresarial que logró desarrollar. No sólo para responder a preguntas elementales como la importancia que tenía la fábrica en Texcoco, su impacto local, regional y nacional, sino para ver el conjunto de relaciones humanas que se esconde tras una práctica económica, sus implicaciones sociales y familiares. Toda una red de sociabilidad basada en intereses, anhelos y afectos que se tejen cuando el hombre trabaja, gana el pan de cada día, sustenta una familia y busca legarle un patrimonio... Las fotografías de familia son un género de fuente para el investigador poco utilizada 1 en historia. El esfuerzo que representa arrancar las fotos de un viejo álbum no es físico, sino emocional, pues se desprende y se confía a otro la imagen de nosotros mismos, de nuestra memoria familiar. En este libro ellas forman, ahora, un verdadero álbum de familia que muestra los rostros y posturas de los miembros de tres generaciones de Latapí que merecen atención particular, un estudio detallado no sólo a nivel de su manufactura, pues se trata de fotos tomadas en los orígenes de esa práctica y que nos permiten cuestionar el medio y preguntar ¿qué relaciones tuvieron esos fotógrafos con el daguerrotipista Eugène?, ¿cuál era el comercio de retratos en esa época?, ¿hasta qué punto el retrato se convierte en elemento íntimo y se introduce en la esfera privada del hogar? También habría que verlas con la mirada del que lee en las imágenes lo que ellas enuncian: momentos fijos, cristalizados, poses que revelan personalidades, formas de ser; grupos que se reúnen en ocasiones memorables y quedan para la posteridad... Como señala Ariane “hay fuentes —para la historia de los hombres— que se esconden, otras que duermen, otras en fin que no 2 queremos ver”. Las cartas, el libro del albacea y las fotografías de familia son de ese género. Si pudimos conseguir esas raras fuentes fue gracias al método que seguimos: reconstruir la historia familiar con los mismos familiares. Un gesto usual al interior de algunas familias que buscan sus raíces, pero que articulado con el quehacer del historiador puede dar resultados extraordinarios. 1 El colombiano Armando Silva nos regaló un libro pionero en este género de estudios, Ver: Álbum de familia. La imagen de nosotros mismos, Bogotá, Grupo Editorial Norma, 1998. 2 A. Bruneton Governatori, “Lettres et correspondances d’émigrés (XIXe-XXe siècles). Une source à recueillir et exploter”, en Par monts et par vaux. Migration et voyages, Montbrison, VIII Festival d’Histoire, 2001, pp.85-105. L 216 Javier Pérez Siller Luces y sombras: pistas para comprender al personaje Eugène Latapi Loustaunau nació en 1824, pertenece a una generación de pioneros que se lanzan a descubrir nuevos mundos, a sembrar semillas, hacer proyectos, una generación impaciente, impulsiva que emprendió muchas cosas, pero que no las consolidó como: el 48, la primavera de los pueblos o la Reforma mexicana... Se trata de una generación de cambio, sembradora de esperanzas. ¿Fue Eugène un representante de esa generación? Al igual que su acta de nacimiento, que una parte queda en una hoja y la otra en el dorso, así transcurrió su vida entre Francia y México; vivió en dos realidades. En este libro poco logramos investigar sobre la vida en Francia, en Bayona, en Eaux Chaudes, en Arudy, en Izeste. Las huellas que poseemos nos autorizan a seguir su itinerario a partir de los 26 años y, con más certezas, de su llegada a México, a los 30; un hombre ya maduro para la época. Pero no sabemos ¿cómo vivió su infancia?, ¿qué ambiente tenía en casa?, ¿qué tipo de estudios realizó?, ¿en qué momento se desprendió de su familia?, ¿cuál fue su evolución sentimental?, ¿qué relaciones afectivas, sociales y políticas tejió?... numerosas incógnitas que quedan por investigar y que nos devolverían a un hombre de carne, huesos, espíritu y pasiones. En su itinerario mexicano aún hay sombras. Su quehacer como fotógrafo no ha sido evaluado. Vimos que entre 1855 y 1863 participó en la creación de un oficio artísticocomercial que iniciaba en México, pero ignoramos hasta qué punto contribuyó a él: ¿cuáles fueron sus aportaciones?, ¿cómo desarrolló su práctica?, ¿cuáles sus relaciones con el medio de fotógrafos?, ¿qué clientela tuvo? Suponemos que tenía una clientela adinerada que le dejó ganancias suficientes para financiar sus numerosos viajes, por lo que nos preguntamos: ¿estableció alguna relación con esos personajes que lo consolidaron como fotógrafo y le abrieron el mundo empresarial o político? Y, después de ocho años de ejercer un oficio, tristeza para el investigador, ¡sólo tenemos una foto! a pesar de que se consultaron numerosos fondos de imágenes. Urge continuar la búsqueda en colecciones privadas o familiares. También merece la pena ver más a fondo las relaciones que Eugène estableció con sus compatriotas. Si no fue un elemento típico — emigrante en cadena, por razones de pobreza, con oficios mínimos, etc...—, su caso es significativo para la historia de la emigración francesa hacia México y aporta muchas luces sobre las relaciones al interior de la “colonia” y la integración de los galos a la sociedad de recepción. En sus diversas prácticas lo vemos asociado con franceses: en la fotografía, primero con Martel y luego con Prevot; en la fábrica de vidrio, lo vemos junto a Zoller, Mayer y Frantz; escribió un artículo para L’Estaffete; fue electo vocal de la Societé de Bienfaisance. Lo que sugiere una “carrera” in crescendo al interior de la “colonia francesa” donde fue respetado, conocido y alcanzó un lugar entre los miembros más activos; ¿hasta qué punto es una carrera singular para otros inmigrantes?, si su nivel cultural y económico lo favorecieron ¿pesaría también su origen regional? Con esas prácticas permaneció unido a su cultura materna, pero a diferencia de muchos compatriotas que como norma idealizaron la endogamia, Eugène forma una familia mexicana, ¡y qué familia!; lo que sugiere una voluntad de integrarse a la sociedad de De la biografía a la historia de familia 217 l recepción y, desgraciadamente, no conocemos su vida ni entre la sociedad metropolitana, ni la de Texcoco; seguramente asistió en más de una ocasión a fiestas sociales, conciertos, ceremonias, obras de teatro, exposiciones, otro campo virgen a explorar. Lo mismo puede decirse del proyecto sobre el ferrocarril de Sonora, del que no contamos con evidencias concretas. En fin, quedan aún sombras sobre su participación con el grupo de franceses socialistas, en particular con René Masson. Un tema apasionante que en sí mismo merece ser indagado, pues si ciertamente fue encarcelado por el gobierno conservador en marzo de 1859 —junto a sus “amigos” que se considera son esos compatriotas perseguidos por su militancia en la causa republicana—, él mismo reconoce que su detención fue injustificada y exige una indemnización a la Comisión Imperial de Reclamaciones. Además, es muy extraño que si colaboró con Masson, no aparezca en su periódico ninguna noticia necrológica después de su muerte. Si perteneció a ese grupo o no, es la pregunta para investigar y devolvernos el ambiente de esa generación de sembradores y luchadores por un cambio... Eugène en la intimidad familiar El temperamento, la personalidad y el genio de Eugène emergen como temas a descubrir en su itinerario, pero poco sabemos sobre cómo se nutrieron y las tensiones que desarrolló. Un caso excepcional es la relación que estableció con su familia de Izeste, ¿por qué no regresó jamás a su pueblo?, en otros términos ¿cuáles fueron las razones de la separación familiar por varias generaciones? L 218 Javier Pérez Siller El libro aporta algunas pistas: la relación conflictiva con Jacques, la preferencia que éste tenía por su primogénito Joseph, el sentirse relegado y sin futuro, la deuda permanente con su padre, aspectos que ciertamente se redimensionan con la falta de tendresse hacia Juanita y su familia mexicana. Hay, sin embargo, otras pistas que pueden relativizar el peso de esas circunstancias. Por ejemplo, no se ha indagado la relación entre los hermanos. Eugène manifiesta más cariño por Annette, a quien visitó en dos ocasiones antes de instalarse en México, y notifica un encuentro fallido con su cuñado François Langlet, mientras que jamás regresó a Izeste desde la muerte de su tío François, en 1851. ¿Cuál es el motivo para no ir a su casa materna a pesar de estar a unos cuantos kilómetros de ella, en un viaje desde México? La relación con Joseph puede dar algunas respuestas. En dos ocasiones sus cartas revelan fricciones entre ambos: la primera es cuando le reclama la inversión de un dinero común en la compra de un terreno, “me hubiera rendido más en la Guadeloupe”. La segunda es a la muerte de su padre cuando Joseph le pide una carta poder para solucionar la herencia en un tono casi amenazador. Sombras sobre las relaciones familiares a indagar aún y cuyas consecuencias se reflejaron en la ignorancia entre sus descendientes que viven en México: los Latapí y los Brousette. Y que con esta investigación ¡se re-descubrieron! Sombra más inquietante fue el paradero de su primogénito Maurice y encontrar la razón por la que se quedó a vivir en Francia. Sabemos del esfuerzo de Eugène por darle una educación sólida, imaginamos los sacrificios de Juanita al verse separada de su primogénito a una temprana edad, y luego de Juan, su segundo hijo. Los dos regresan a México. Pero Maurice parte nuevamente; desconocemos los motivos, aunque sabemos que Madame Boudet, persona a quien Eugène confió la educación de sus hijos en París, legó una herencia respetable a Maurice... Hay indicios de que la relación con México no se rompió. En la investigación se encontraron tres cartas postales de Fernando Latapí Rangel a su sobrina Marguerite, hija de Maurice, a quien, por cierto, Fernando envió un ropón para el bautizo de sus hijos. Historias memorables y afectivas que portan los objetos: ¡sus descendientes aún lo utilizaron el año pasado! aunque la relación ya se había 3 perdido. Mayor oscuridad pesa, desgraciadamente, sobre la historia de Juanita. La investigación no aporta elementos para conocer su vida, su origen, el medio familiar en el que nació y se desarrolló. No sabemos siquiera la composición de su familia y quedan dudas sobre el nombre de sus padres. ¿Cómo se conocieron realmente?, ¿cuál fue su relación amorosa con Eugène?, ¿cuál su afecto maternal? La vemos junto al albacea recuperando el patrimonio, pero no más. Lo que sí sabemos de Juanita es que logró consolidar una familia, cimentar en cada uno de sus miembros valores y principios tan sólidos que se han transmitido ya a varias generaciones. Aplicó con todas sus fuerzas la conseja de los pedagogos: “al educar a tus hijos piensa en tus nietos...” Indagar el pasado es verse por dentro El método de reconstruir el pasado con la conciencia de que somos sus portadores, genera procesos profundos. Fue un procedimiento de reconstrucción de la memoria que pasó de la búsqueda de documentos, a las emociones que despertaron las nuevas informaciones sobre el pasado de Eugène y a los encuentros entre sus descendientes, hasta entonces desconocidos; las imágenes que se tenían sobre el pasado familiar se van transformando, las nuevas fantasías se abren paso deshaciendo algunos mitos, creando otros, mientras se fortalece un nuevo sentimiento de pertenencia e identidad. De la biografía se transita así a la historia de familia. Y la familia, se puede convertir en laboratorio para estudiar la sociedad y sus mecanismos, para comprenderse como sujeto histórico. ¿Será que la globalización tiene un impacto profundo en la seguridad de las personas y las motiva a replegarse en los rincones donde se nutre su identidad? La búsqueda de los orígenes es el gesto que reproducen los individuos, los grupos y las sociedades cuando se han sacudido los cimientos que mantenían su estabilidad. Y hoy se vive un cambio no sólo de generación, de modas intelectuales o culturales, de ideologías y paradigmas, se vive un cambio de horizonte histórico que exige redefinir las relaciones que mantienen los individuos con su entorno, con el “otro”, con los “otros”, con la sociedad, 3 Relata Juan Latapí Sarre que el ropón fue utilizado por Bertrand Souleau, bisnieto de Marguerite, el año pasado al bautizar a su hija Agate. De la biografía a la historia de familia 219 l con la naturaleza y con su pasado. ¿Qué relaciones fomentar para este nuevo milenio?, ¿cuál será el lugar que ocuparán los individuos y el rol de las familias en él? El resultado más trascendente de esta investigación puede dar algunas respuestas. Me refiero al encuentro entre individuos, ahora familia, que no se conocían. Como lo refiere Pablo: “no sólo fue un encuentro para identificarnos como parientes, sino un verdadero reencuentro de familias muy semejantes, con valores humanos y cristianos que compartimos. El aprecio y el afecto fueron creciendo por ambos lados a medida que nos L 220 Javier Pérez Siller conocíamos mejor...”. Y lo confirma Anne Marie: “mis familiares se interesaron mucho, me preguntan sobre las nuevas informaciones y me dicen que debemos escribirlo”. La identificación y la emoción se genera por la comunión en principios, valores, prácticas y, ahora, por la titánica tarea de reconstruir la memoria familiar. De hecho, para gozo de todos, el 16 de octubre próximo se prepara el encuentro histórico entre todas las ramas de la familia, la cita será en Izeste. Será un evento memorable y un espacio más donde continuará el gesto de reconstruir la memoria familiar... CRONOLOGÍAS* Francia Eugène Latapi México 1815 Junio 8: Inicia la Segunda Restauración. El gobierno de Louis XVIII (1814-1824) aplica una política de terror blanco contra los revolucionarios y adeptos a Napoléon (setenta mil arrestos y muchos generales bonapartistas fusilados). Septiembre 28: Se crea la Santa Alianza, dirigida por Austria: agrupa a Rusia y Prusia. Se les une España y Francia. Reprimirá movimientos nacionalistas entre 1821 y 1849, y amenazará las independencias de las antiguas colonias hispanas. Abril 20: Matrimonio de Jacques Latapi, de 20 años, y Anne Loustaunau de 24. En el contrato se estipula que, a cambio de heredar la casa Loustaunau, Jacques se compromete a mantener y dar techo a su suegra Anne de 60 años, y a su cuñada Marie de 36, mientras vivan. Diciembre 22: Después de suceder a Hidalgo en la dirección del movimiento insurgente, emitir los Sentimientos a la Nación en el Congreso de Chilpancingo, septiembre 1813, y redactar la primera Constitución mexicana, Apatzingán, el “Siervo de la Nación”, José María Morelos fue aprehendido y fusilado por las tropas realistas. Termina así una etapa de la lucha armada y popular por la independencia. 1816 Abolición del divorcio en Francia. Diciembre 1: Nace el hermano mayor de Eugène, Joseph, en Izeste. Muere Joseph Latapi, abuelo de Eugène. Llega a México el Virrey Juan Ruíz de Apodaca, con ánimo conciliador, para sustituir a José María Calleja, perseguidor de los insurgentes. 1819 Enero 13: Jacques es nombrado greffier du juge de paix du Canton d’Arudy. Marzo 25 Nace su hermana Anne. 1821 Desde la invasión de España por las tropas de Napoléon, 1808, el imperio español vive un proceso de desarticulación. Entre 1821 y 1830 se consuma el nacimiento de nuevos países. Mayo 5: Napoleón I muere cautivo en Santa Elena. La Revolución Liberal inicia en Europa, y con ella el mito del gran general. * Agosto 24: Firma de los tratados de Córdoba y el recién llegado nuevo Vir rey, Juan de O’Donojú que reconocen la independencia, aunque “se ofrecerá la corona al rey Fernando VII o al que las cortes del Imperio designen”. Septiembre 27: Entrada triunfal del Ejército Trigarante a la ciudad de México, con Iturbide como jefe supremo. Se consuma la Independencia. Elaboración y diseño de Javier Pérez Siller con la ayuda de Paulina Latapi Escalante Cronologías l Francia Eugène Latapi México 1822 Octubre-Dic: Congreso de la Santa Alianza en Verona. Francia es encargada de poner fin a la revolución liberal en España y restablecer la monarquía. Diciembre 12 Los Estados Unidos reconocen las independencias de los nuevos países de América. Julio 21: Agustín de Iturbide es coronado emperador de México. Diciembre 2: En Veracruz, el general Antonio López de Santa Anna se levanta en ar mas y pide el restablecimiento del Congreso y la República, disueltas por Iturbide el 2 de noviembre. 1823 Septiembre 22: Las tropas francesas ayudan a Fernando VII para recuperar el trono de España. Diciembre 2 El presidente de Estados Unidos se opone a toda intervención europea en América y se compromete a no intervenir en los problemas europeos. Abril: El levantamiento de Casa Mata, dirigido por Santa Anna, Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, triunfa; se elige un Congreso y un Supremo Poder Ejecutivo. 1824 Septiembre 16: Muere Louis XVIII, lo reemplaza su her mano bajo el nombre de Charles X, que gobernará de 1824 a 1830, apoyado en la Iglesia y los ultra conservadores. Julio 13: Nace Eugène en Izeste a las cuatro de la mañana. En la casa viven: abuela materna, Anne, tía materna, Marie, mamá, papá y dos hermanos mayores: Joseph de ocho años, y Anne, de cinco. Octubre 4: Se promulga la segunda Constitución del país: republicana, federalista y bicameral, con periodos presidenciales de cuatro años y México vicepresidencia. Guadalupe Victoria (Miguel Fernández Félix) es electo primer presidente y Nicolás Bravo, vicepresidente. 1825 Abril 27: Se vota una ley para indemnizar a los ricos que emigraron y fueron expoliados por la revolución. En total reciben 30 millones de francos de renta. Marzo 24: Muere Anne Jaulet Ayxage, la abuela materna. Eugène tiene ocho meses. Enero La Gran Bretaña reconoce la independencia de México y Colombia. Noviembre 18 Se rinde el último reducto español en México, ubicado en San Juan de Ulúa. 1827 Mayo 8: Sebastián Camacho, Ministro de Relaciones Exteriores, firma en París un acuerdo comercial y de amistad con Francia. Diciembre 1: Alexandre Martin es nombrado cónsul general en México. Diciembre 20: El Congreso decreta la expulsión parcial de los españoles de México decreta la expulsión parcial de los españoles de México. L 224 Cronologías Francia Eugène Latapi México 1828 Abril 29: Muere Claire Bordelongue, abuela paterna. Eugène tiene tres años con nueve meses. 1830 Agosto 28: Presionado por los intereses comerciales, Louis-Philippe reconoce la Independencia de México y desecha la política que lo ligaba a España y la Santa Alianza, opuestos a esa medida. Mayo 16: Charles X disuelve la Asamblea Nacional, censura la libertad de prensa y restringe el voto. Junio-Julio El ejército francés conquista Argelia y establece una colonia. Julio 26-29: Sublevación que se generaliza en las principales ciudades (Paris, Lyon, Marseille, etcétera); jornadas que se conocen bajo el nombre de Les trois glorieuses. Agosto 9: Charles X es obligado a abdicar.Louis Philippe d’Orleans, el rey burgués lo remplaza. Inicia la Monarquía de julio (1830-1848) que aplica una política de conciliación e industrialización. 1831 Marzo 13: Representantes de México y Francia, firman un tratado comercial que no será ratificado por el Congreso mexicano. Noviembre 21-24: Revuelta de los tejedores de seda en Lyon, les canuts, que fueron reprimidos en un baño de sangre. 1832 Tras la muerte del duque de Reichstadt (1811-1832), hijo de Napoléon I y María Luisa de Austria, el sobrino del emperador, Luis Napoleón Bonaparte, asume el liderazgo de la causa bonapartista. 1833 Diciembre 1: Muere su madre, Anne Loustaunau. Eugène tiene nueve años y cuatro meses. Marzo 30: Antonio López de Santa Anna es electo presidente; gobernará (1833-1835) junto con Valentín Gómez Farías, como vicepresidente. Aplicación de las primeras reformas liberales. Cronologías 225 l Francia Eugène Latapi México 1834 Abril 29: Antonio López de Santa Anna disuelve las Cámaras y llama a un constituyente. Agosto 4: Convención provisional entre México y Francia, que no será ratificado por el Congreso mexicano. Abril 10-14: Grandes sublevaciones en Paris y Lyon contra la ley del 10 de abril que limita los derechos de asociación. Fueron duramente reprimidas. 1835 Julio 22: Fernando Manguino, ministro Plenipotenciario de México es recibido por el gobierno francés. Noviembre 7: Texas declara separarse de México, si éste abandona el sistema federal. Julio 28: En un clima de represión contra la oposición y de manifestaciones obreras, se da un atentado fallido contra el rey, LouisPhilippe. 1836 La Santa Sede reconoce la Independencia de México. Abril 22: En la campaña contra los tejanos Santa Anna fue hecho prisionero, ordena el retiro de las tropas y firma los tratados de Velasco. Diciembre 28: Mediante la firma de un tratado de amistad y comercio España reconoce la Independencia. Octubre 31: Luis Napoléon Bonaparte fracasa en su intento golpista en Estrasburgo: se exilia en Inglaterra. 1838 Abril 16: Inicia la Guerra de los pasteles: al mando de una escuadra, desde febrero el Barón Deffaudis había mandado un ultimátum para exigir el pago de reclamaciones, e inicia un bloqueo al puerto de Veracruz que durará cinco meses. Noviembre 27: Dirigidas por Baudin con el príncipe de Joinville, hijo del rey de Francia, la escuadra francesa toman San Juan de Ulúa. Tres días después, México declara la guerra a Francia. Diciembre 5: En su retirada de Veracruz, los franceses disparan un cañonazo que hiere a Santa Anna y le hace perder una pierna. L 226 Cronologías Francia Eugène Latapi México 1839 Julio 15: Se casa su hermana Anne, llamada cariñosamente Annette, con François Langlet. Eugène tiene 15 años. Marzo 9: Firma del tratado de paz que será ratificado el 18 por la Cámara mexicana y por París el 6 de agosto: Septiembre 25: Pago de la última de tres partes de indemnización mexicana a los franceses. 1840 Agosto 6: El príncipe Luis Napoléon Bonaparte desembarca en Pas-deCalais, se dirige a Boulogne para dar un golpe de estado que fracasa. Detenido y juzgado, fue condenado a prisión perpetua. Se escapa en 1846 y se refugia en Inglaterra. Diciembre 15: Fueron trasladadas las cenizas de Napoléon Ier al cuartel de Los Inválidos. A pesar de las protestas de México, Inglaterra reconoce a Texas como República Independiente. 1841 Enero 13: Victor Hugo es elegido Paire de Francia. Sepiembre 17: En Yucatán continúa la pretensión independentista; representantes del gobierno separatista firman un tratado de comercio, amistad y ayuda con la República de Texas. 1842 Julio 9: El gobierno, encabezado por Guizot y Soult, logra una pequeña victoria en las elecciones legislativas. Las ideas socialistas y republicanas (Ledru-Rollin) ganan terreno. Se promulga una ley que permite a los extranjeros la posesión de bienes raíces. Diciembre 23: Se crea una asamblea con ochenta notables. 1843 Mayo 22: Su hermano Joseph, antiguo burócrata, es nombrado greffier para remplazar a su padre quien renunció al puesto. Joseph indemniza a su padre por el puesto con 2500 francos. Marzo: Santa Anna regresa al poder que ocupará hasta el 4 de octubre. Junio 12: Se promulga la constitución centralista conocida como Bases de Organización Política de la República Mexicana que suprime al Supremo Poder Conservador. Cronologías 227 l Francia Eugène Latapi México 1844 Febrero 7: Se casa su hermano Joseph con Marie Arribere Gramond. Eugène tiene 20 años. Diciembre 6: Sube al poder José Joaquín de Herrera. Texas solicita su anexión a los Estados Unidos. 1845 Diciembre 2: Con la elección de James K. Polk, partidario del expansionismo, Texas es aceptado como el 28 estado de la Unión. Propone a los representantes de México la compra de California y Nuevo México. Junio 3: Una ley de amnistía permite que Santa Anna, prisionero desde el 6 de diciembre de 1844, salga a La Habana en exilio. . 1846 Mayo 11: Bajo el pretexto de incidentes en la frontera, el presidente de Estados Unidos declara la guerra a México. Las hostilidades inician el 18 de mayo. De Junio a diciembre el ejercito americano ocupa parte del territorio y bloquea Veracruz. Junio 12 Es reelecto Paredes Arrillaga por un Congreso Extraordinario. Pide licencia para dirigir las tropas contra Estados Unidos. Agosto: Mariano Salas se pronuncia en la Ciudadela para entregar el poder a Santa Anna y Gómez Farías. En diciembre 26 el Congreso los nombra Presidente y Vicepresidente. 1847 Junio 4: Víctor Hugo pronuncia un discurso en la Cámara de paires de Francia sobre la familia Bonaparte, donde reclama poner fin al exilio de Louis Napoléon. L 228 Cronologías Enero 26: Sublevación de los Polkos contra la venta de bienes de la Iglesia decretada para hacer frente a los gastos de guerra. Marzo 28: El general Scott toma Veracruz y avanza hacia México. Abril 2: Santa Anna regresa del frente de batalla y anula el decreto de confiscación de bienes de la Iglesia. Mayo 21: Se restaura el federalismo mediante el Acta Constitutiva y de Reformas que adopta la Constitución de 1824; durará hasta 1853. Francia Eugène Latapi México 1847 Septiembre 14: Después de la derrota del Castillo de Chapultepec (Niños Héroes), los yankees toman Palacio Nacional, Santa Anna renuncia a la presidencia, Manuel de la Peña y Peña establece su gobierno en Querétaro. 1848 Febrero 24: Inician las revoluciones populares en toda Europa, La primavera de los pueblos. La guardia nacional de París se une a los manifestantes y obligan a LouisPhilippe a abdicar. Fin de la monarquía. En el Hôtel-de-Ville, V. Raspail proclama la República, y se forma un gobierno con la participación de: Lamartine, LedruRollin, Arago, Garnier-Pagès, Marie, Louis Blanc y el mecánico Albert. Mayo 27: Ante la sublevación de los esclavos, que exigen la aplicación del decreto de abolición de a esclavitud del 25 de abril, la administración colonial de la isla de Guadeloupe impone la liberación de los esclavos. Junio 4: Ministro del interior del gobierno provisional, Ledru-Rolland organiza las primeras elecciones generales con voto universal. Junio 26: En París, una insureeción obrera que pide trabajo es duramente reprimida. Se cuentan más de cinco mil víctimas, 11 mil arrestos y cuatro mil 300 deportados. Agosto 1: Aparición del periódico L’Evenement favorable a la candidatura de Louis Napoléon y dirigido por el hijo de Victor Hugo. Diciembre 10: candidato del partido del Orden, Louis Napoléon Bonaparte, que había regresado el 25 de febrero de su exilio en Inglaterra, fue electo presidente de la República por un periodo de cuatro años. Febrero 2: Se firma El Tratado de Paz, Amistad y Límites, Guadalupe Hidalgo, con Estados Unidos. México pierde los territorios de Texas, Nuevo México y Alta California y recibe 15 millones de pesos. El tratado fue ratificado por el Congreso mexicano el 30 mayo. Junio 3: José Joaquín de Herrera es electo Presidente. Junio 12: Las tropas de Estados Unidos salen de la ciudad de México. El 30 de julio se embarcan en el Puerto de Veracruz. Cronologías 229 l Francia Eugène Latapi México 1849 Febrero: En medio de un movimiento popular, Mazzini proclama la república italiana y propone un programa de unidad. El Papa Pío IX busca la ayuda militar de Austria, Francia y Nápoles. Garibaldi rechaza las tropas francesas y vence en Valletri a Nápoles. Mayo13: Elecciones legislativas: Ledru-Rollan y Victor Hugo son electos, este último se acerca a las posiciones de izquierda. Junio 13: Marcha organizada por la izquierda para protestar por el envío de tropas a Roma. Julio: Entran las tropas francesas a Roma, luchan contra las fuerzas republicanas para defender al Papa. Garibaldi se refugia en Saint-Martin. El 19 de octubre Victor Hugo pronuncia un discurso contra esta política. Octubre 31: El presidente Louis Napoléon disuelve el gobierno y establece uno nuevo de liberación. Noviembre 23: Muere Marie, su tía materna. Eugène tiene 25 años. En la casa suponemos que sólo queda Jacques, su padre, aunque también podrían vivir su hermano Joseph y su esposa. Euapi 1850 Mayo 31: La Cámara de diputados reduce el derecho a voto a más de tres millones de personas, al aumentar los requisitos censatarios (más de tres años de domicilio fijo). Abril: Se encuentra en la Guadeloupe, en El Canal, al frente de un negocio de materias coloniales de su tío François Latapi, quien exporta azúcar al continente y está en Izeste, gravemente enfermo. Agosto 25: Muere su tío François en Izeste. Hereda a Theophile Pitat, de El Canal, Guadeloupe, seis mil francos. El resto fue dividido entre sus sobrinos. Eugène hereda seis mil francos, por los que tiene que pagar una renta anual de 240 francos a su padre Jacques. Per manece en Guadeloupe para ar reglar la liquidación del negocio de su tío. 1851 Enero 3: El presidente Louis Napoléon toma la dirección del ejército. L 230 Cronologías Noviembre 9: Regresa a Pointe-àPitre, la Guadeloupe, de un viaje a Francia, para arreglar la sucesión de El Partido Conservador conquista el Ayuntamiento de la ciudad de México y parte importante de la Cámara de Diputados. Francia Eugène Latapi México 1851 Abril: Instalación de un gobierno conservador que sustituye al formado el 24 de enero. Julio 17: Discurso de Victor Hugo contra la revisión a la Constitución y las aspiraciones imperiales del Príncipe-presidente a permanecer en el poder. Julio 18: La Cámara de Diputados rechaza la revisión a la Constitución Republicana, para ampliar el periodo presidencial más allá de los cuatro años. Diciembre 2: Para mantenerse en el poder, Luis Napoléon y el duque de Morny organizan un golpe de estado contra la Asamblea. Inicia la persecución de la oposición que será muy activa en provincia (protestas en la Drôme y Basses-Alpes). Diciembre 3: Abolición de la libertad de prensa. Victor Hugo, Ledru-Rollan y muchos republicanos intentan organizar la resistencia. El 11 parten en exilio a Bruselas, luego a Londres. Diciembre 20 El gobierno organiza un plebiscito para legitimar el golpe de estado. La mayoría se proclama por el sí, 7.4 millones, contra 0.6. Se cuentan en más de dos mil los muertos durante la “consulta”. su tío François en Izeste (último viaje a su pueblo natal). Enero 8: El Congreso nombra al general Mariano Arista Presidente Constitucional. Forma un gobierno con elementos moderados, liberales puros y conservadores. 1852 Enero: Se establece una nueva Constitución; el Presidente del Ejecutivo dura diez años. Febrero 3: Se desata la represión: veinte mil arrestados y diez mil deportados en Argelia, Guyana o expulsados de Francia (muchos emigran a países de América). Agosto 1: Victor Hugo y los suyos mudan su exilio a Jersey, en Inglaterra. Escribe el panfleto Napoléon le Petit. Noviembre 7: El imperio es restablecido por plebiscito. Napoléon III es ungido Emperador. El gobierno francés crea un presidio en la Isla del Diablo, Guayana Diciembre 1: Decide irse de la Guadeloupe por problemas de salud, se embarca en el Orinoco rumbo a Francia, sobrevive de fiebre amarilla (¿tuberculosis?, ¿hemoptisis?). Septiembre 13: Apoyado por varios estados, los militares líderes del Plan del Hospicio exigen la renuncia del presidente, que se derogue la Constitución y el retorno del general Santa Anna. Octubre 24: Con un cuerpo armado de doscientos franceses, el conde GastónRaousset-Boulbon desembarca en Guaymas y proclama la independencia de Sonora. Es rechazado por las tropas mexicanas y huye del país. Cronologías 231 l Francia Eugène Latapi México 1853 francesa. Recibirá a los deportados de la revolución de 1848 y los opositores al imperio. En este año suman ya más de 18 mil personas. Enero 29: Boda de Louis Napoléon Bonaparte con la española Eugenia de Montijo. Enero: Se va a Limoges a trabajar en la Compagine d’Assurance Mutuelle, dirigida por M. Charanton, uno de sus amigos. Julio: Buscando curarse viaja a Agen, para ir a los baños de Cauterets, y visitar a su hermana Annette, en Francescas, Lot-et-Garone (misma región donde vive su padre, pero no va a visitarlo). Octubre: Lo ascienden de puesto en la compañía de seguros: inspector y secretario del Consejo de Administración. Está muy enfermo y le recomiendan buscar otro clima. Nuevamente viaja a Francescas, Lotet-Garone, donde pasa diez días con su hermana Annette. Tampoco va a Izeste para ver a su padre, al que agradece y rechaza la oferta de vivir en la casa paterna. Diciembre:Renuncia al puesto de inspector de la compañía de seguros. Abril 20: Regresa al poder (después de dos años de exilio en Turbaco, Colombia) el general Santa Anna, forma un gobierno conservador. Abril 23: Se dieron a conocer las Bases para la Administración de la República. Se aplica una política represiva contra la prensa y los republicanos; muchos líderes liberales salen al exilio. Diciembre 30: Por diez millones de pesos, el gobierno vende el territorio de la Mesilla (100 mil kilómetros) a los Estados Unidos. 1854 Inicia la intervención y conquista militar francesa de Argelia que terminará en 1865. Guerra de Crimea (1854-56): Francia y Gran Bretaña se alían contra Rusia; sitio de Sebastopol. L 232 Cronologías Enero 1: Se disgusta con su hermano Joseph porque decide invertir un capital común en la compra de un terreno en Buscat. Eugène le reclama: Je comptais sur ces fonds pour augmenter d’autant mes affaires de la Guadeloupe et voilà qu’ils se trouvent dans quelques hectares de terre qui ne rapporteront pas plus de 2% tandis que là bas, ils m’auraient rapporté 30 à 40%. (Contaba con esos fondos para aumentar mis negocios en la Guadaloupe y he aquí que ahora se encuentran en algunas hectáreas de tierra que no producen más que 2%, mientras que allá, me hubieran reportado de 30 a 40%). Enero 22: Visita a Annette en Francescas, Lot-et-Garone, y tampoco va a Izeste. Febrero fines: Llega a París para consultar a un médico homeópata. Observa y denuncia la desigualdad social y la miseria de la gente. Marzo 11: Juan Álvarez e Ignacio Comonfort adhieren al levantamiento del Plan de Ayutla contra el gobierno de Santa Anna. Mayo 8: Después de varios meses de invasión de Baja California y partes de Sonora (desde noviembre 1853), el filibustero William Walker, que se hacía llamar Presidente de la República de Sonora y Sinaloa, fue expulsado del territorio mexicano. Julio 13: El general Rómulo de la Vega y la guarnición de la ciudad de México se unen al Plan de Ayutla. Agosto 12: El conde Gastón Rousset de Boulbon, al mando de un grupo de franceses, desembarca por segunda vez en Guaymas. Fue vencido por las tropas mexicanas y fusilado. Sepiembre 16: En el gran Teatro de Santa Anna se estrena el Himno Nacional Mexicano, aún vigente. Diciembre 4: El vizconde Alexis de Gabriac, Ministro Plenipotenciario de Francia Eugène Latapi México 1854 Jul.-Sep: La homeopatía tiene sus efectos: “je suis entièrement guéri”. Su corresponsal y amigo Ch. Géraud, recibió mil francos de sus negocios en Guadeloupe. Inicia sus estudios de fotografía y piensa ir a México en busca de un clima favorable a su salud. Nov. 3 Sale del puerto de Havre, en el navío Léontine. Llega a México a fines de mes o principios de diciembre. Francia, llega a Veracruz, para sustituir a André Levasseur. 1855 Abril 9: Carta de Victor Hugo a Louis Napoleón a propósito de su viaje a Londres. Febrero 27: Matriculación ante el gobierno mexicano. Pone su estudio de fotografía en la 2ª. Calle de Plateros no. 2, actualmente Madero, en sociedad con un francés de Lyon de apellido Martel. En las calles del centro de la ciudad sólo existen siete estudios de fotografía. Mar.-May.: Le va muy bien en la fotografía; saca anuncios en varios periódicos como El Siglo Diez y Nueve, El Universal y Le Trait d’Union. Realiza retratos sobre planchas metálicas, papel, vidrio y lienzo. Y en especial aquellos que se pueden reproducir de forma infinita y enviar por correo... introduce la carta de visita que se acaba de patentar en Francia, 1854. Junio: Se da cuenta de que la fotografía “pronto dejará de ser buen neg ocio”. Pretende poner una sucursal de una compañía de París, de la que será director. Agosto 9: Después de varias derrotas, Santa Anna abdica y se embarca, el día 18, en Veracr uz, r umbo a Colombia. Un congreso nombra presidente interino al general Martín Carrera hasta septiembre 11. Agosto 13: La guarnición de la ciudad de México se pronunció a favor del Plan de Ayutla. Sepiembre 16: Los liberales ocupan la ciudad de México. Octubre 4: Los representantes de los estados nombran presidente a Juan Álvarez. Se convocan elecciones para formar un Congreso Constituyente. Noviembre 25: Benito Juárez decreta una ley que suprime los fueros eclesiásticos y militares. Diciembre 11: Ignacio Comonfort es nombrado presidente en sustitución de Juan Álvarez. Diciembre 12: Encabezados por Haro y Tamariz y el general Félix Zuloaga, los conser vadores desconocen al gobierno y proclaman el Plan de Zacapoaxtla que exige la vigencia de las Bases Orgánicas de 1843. Cronologías 233 l Francia Eugène Latapi México 1856 Marzo 16: Nace en París el príncipe imperial: Eugène Louis Napoléon. Junio 30: Envía a su padre 800 francos para pagar la renta de 1854, 1855 y 1856, por la herencia de su tío François. Le pide “repartir equitativamente lo que sobre entre sus sobrinos de Izeste y Araudy, para que se acuerden de él” (carta 29). Febrero: Instalación del Congreso Constituyente en la ciudad de México. Mayo El obispo de Puebla, Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, es expatriado por participar en la rebelión de Zacapoaxtla. Junio 26: Ley Lerdo que decreta la desamortización de los bienes de las corporaciones religiosas y civiles. Agosto: El Papa Pío IX condena la “Ley Juárez” y la “Ley Lerdo”. El obispo de Guadalajara decreta la excomunión del presidente y sus ministros. 1857 Febrero 28: El emperador de Austria, Francisco José nombra a Maximiliano de Habsburgo gobernador de las provincias de Lombardía y Venecia. Julio 27: Maximiliano de Habsburgo y la princesa Carlota de Bélgica contraen matrimonio. Enero: Cambia de dirección su estudio fotográfico, en la esquina de la Segunda de Plateros, entrada por Alcaicería No.1, actualmente Palma. Vendía artículos de fotografía y daba clases. Mar.-May.: Viaja a Estados Unidos como turista. Jun.-Sep.: Se embarca para Francia. Está en Havre, Burdeos y París. No va a Izeste. Octubre: Regresa a México y encuentra arruinado su negocio de fotografía... su socio “le robó...” (carta 32). Febrero 5: Se jura la Constitución Política de la República Mexicana, de corte republicana y federal, que confirma la secularización y protege las garantías individuales. Noviembre 18: El Congreso Constituyente declara presidente constitucional a Ignacio Comonfort y a Benito Juárez presidente de la Suprema Corte de Justicia. Diciembre 17: Plan de Tacubaya proclamado por Félix Zuloaga, que se opone a la aplicación de la Constitución y propone llamar a un nuevo constituyente. El presidente Comonfort apoya el Plan, encarcela a Juárez, y continúa al frente del poder. 1858 Enero 14: Napoléon III escapa a un atentado del nacionalista Orsini, que le reprocha haber traicionado la independencia italiana. Julio 13: Entrevista de Plomblières entre Napoléon III y Cavour, el emperador apoyará el Piamonte contra Austria para crear un estado confederado italiano bajo la presidencia del Papa (de los Alpes al Adriático). Acuerdan la distribución de Italia: el Piamonte se anexa L 234 Cronologías Vive en Texcoco (no sabemos a partir de cuándo). Marzo 8: Interviene en una disputa por patentes fotográficas. Eugène se opone a la solicitud de patente que presentó Juan Bautista Morales para hacer daguerrotipos o fotografías de tamaño natural, Morales “intenta obtener un monopolio que afectaría a los fotógrafos”. Mayo: Según escritura pública No. 84, del notario José M. Guerrero, Enero 11: Félix Zuloaga se pronuncia en la Ciudadela contra el presidente Comonfort, y se hace cargo del Poder Ejecutivo; establece un régimen conservador, gobernará desde la ciudad de México del 23 de enero al 23 de diciembre. Enero 19: Liberado por Comonfort, Benito Juárez sale para Querétaro en calidad de defensor de la Constitución y se refugia en Guanajuato. Su autoridad de Presidente es reconocida por varios gobernadores. Francia Eugène Latapi México 1858 territorios austriacos (Lombardía y Venecia), Parma, Modena, el norte de los Estados de la Iglesia; la Toscana se integra a Italia central. Y Francia recibirá Nice y la Saboya. aparece, junto con Santiago Pachard, como fiador en la compra de la fábrica de vidrio de Texcoco que realizan Eugenio Lang y J. B. Zeller a Agustín Ollín y Cia. La garantía de Eugène es su pasaporte. Enero 22: Zuloaga es nombrado presidente por los conservadores, deroga la Constitución de 1857, suspende la ley de secularización de bienes de la iglesia y envía tropas para combatir a los liberales. Mayo 4: Perseguido por el ejército conser vador, después de una peregrinación, Juárez se establece en Veracruz, donde es reconocido Jefe Supremo de la República. 1859 Mayo 3: Francia declara la guerra a Austria para defender el Piamonte, según los acuerdos de Plomblière. Junio 8: Los franco-piamonteses ganan la batalla de Magenta contra los austriacos y toman Milán. Prusia se moviliza para ayudar a Austria. Julio 12: Acuerdos de Villafranca: Francia abandona a los piamonteses y negocia con Austria por temor a la entrada de Prusia en el conflicto. Agosto 15: Napoléon III acuerda la amnistía a los proscritos de 1851, con el fin de atemperar con los republicanos. Victor Hugo rechaza la amnistía. Noviembre 10: Tratado de Zurich que pone fin a la guerra contra Austria. Francia abandona la idea de defender una Italia unificada, a pesar de los plebiscitos a favor de Piamonte celebrados en Bologne, Toscana, Parma y Modena. Cavour renuncia en signo de protesta. Marzo: Permaneció tres semanas en la cárcel; en una carta dice que por problemas políticos, en otra que su arresto fue totalmente injustificado. Señala, además, que conoció a Juana Rangel y se une a ella. Julio 6: Nace su primer hijo, Maximilien Eugène Maurice. Diciembre 1: La vidriería de Texcoco anuncia, en el periódico L’Estafette, que abrió una tienda de venta al menudeo, en Escalerilla No. 5, actualmente Guatemala, en la ciudad de México (se publica hasta octubre de 1860). Febrero 2: Miguel Miramón se hace cargo del gobierno conservador, hasta el 13 de agosto de 1860. Marzo: Miramón fracasa en su intento por tomar Veracruz. Abril 6: El gobierno de Benito Juárez es reconocido por los Estados Unidos como legítimo. Abril 11: La capital fue sitiada por los liberales (desde el 20 de marzo), gracias a los refuerzos de los generales Leonardo Márquez y Miramón derrotan a los liberales en Tacubaya y fusilan a todos los prisioneros, incluyendo a médicos. Julio 12: En Veracruz, el gobierno liberal decreta las Leyes de Reforma; separación de la Iglesia y el Estado, así como la nacionalización de bienes de la Iglesia. Septiembre 26: El gobierno conser vador es reconocido por España. Octubre 14: Miramón recibe un préstamo de 723 mil pesos en efectivo y 468 mil en vestuario y equipo militar usados, del banquero Jecker; a cambio entrega 15 millones de pesos en bonos de la deuda pública. 1860 Enero 20: Victor Emmanuel II llama a Cavour a dirigir el gobierno para que continúe con la unificación de Italia. Febrero 14: En l’Estafette aparece un artículo de Eugène sobre un robo a un indígena. Agosto 31: Eugène fue elegido consejero de la Asossiation Française, Marzo 6: Miramón sitia el Puerto de Veracruz, sede del poder liberal, compra dos buques en La Habana para atacar por mar, pero fueron Cronologías 235 l Francia Eugène Latapi México 1860 Marzo 24: Tratado de Turín: Francia reconoce la anexión de Par ma, Modena, la Toscana y la Romaña al Piamonte. Abril 15: De acuerdo con el tratado de Turín, un plebiscito favorable hace que Nice y Saboya sean anexadas a Francia. Diciembre 24: Maximiliano y Carlota se instalan en el castillo de Miramar, cerca de Trieste, Italia. Suisse et Bèlge de Bienfaisance. (L’Estafette). Octubre 6: Nace su segundo hijo, Jean François. Octubre 23: En una carta, después del mea culpa por su relación con Juana Rangel y haber tenido un hijo, solicita a su padre los documentos para contraer matrimonio. interceptados por la armada de Estados Unidos. Junio 28: Llega a Veracruz el Conde Dubois de Saligny, nuevo Ministro Plenipotenciario de Francia en México, en sustitución del Conde Alexis de Gabriac. 1861 Febrero 18: En Turín el parlamento proclama la Unidad Italiana. Abril 12: En Estados Unidos inicia la guerra de secesión que opone a los Unionistas (del norte industrial) con los confederados (del sur esclavista). Julio 27: Francia e Inglaterra rompen relaciones con México en protesta por la suspensión de pagos de la deuda decretada por el gobierno de Benito Juárez. Sepiembre 1: En Biarritz, el conservador mexicano José Manuel Hidalgo propone a Napoléon III y a la emperatriz Eugenia la idea de intervenir, e instaurar el Imperio en México. Octubre 4: En Miramar, el ministro de asuntos exteriores de Austria informa a Maximiliano y Carlota los planes de Napoléon III para México. Octubre 31 En Londres, los representantes de Francia, Gran Bretaña y España fir man una Convención para exigir a México el pago de la deuda. Noviembre: Once barcos franceses salen de Tulon rumbo a México. Noviembre 5: Nace su tercer hijo, Florentin Víctor. Diciembre 22: Las tropas liberales derrotan a Miguel Miramón en Calpulalpan; es el fin de la dualidad de poderes y de la guerra. Enero 11: Entrada triunfal de Benito Juárez a la ciudad de México, se restablecen los poderes republicanos. Junio 11: El Congreso declara Presidente de la República a Benito Juárez: toma posesión el 15 de junio. Julio 17: El Congreso emite un decreto que suspende por dos años el pago de la deuda externa. Noviembre 23: El gobierno de Juárez deroga el decreto del 17 de julio sobre la suspensión de la deuda. 1862 Agoosto 28: Con cuatro mil camisas rojas, Garibaldi intenta tomar Roma, como lo deseaba el parlamento de Turín, pero es derrotado en Calabria. L 236 Cronologías Nace su cuarto hijo, Fernando. Enero 14: Los representantes de las potencias extranjeras envían un ultimátum a Juárez. Febrero 19: Las tres potencias firman el “Tratado de La Soledad”: se Francia Eugène Latapi México 1862 reconoce la soberanía de México y el gobierno de Juárez pagará las reclamaciones y deudas. Abril 9: Se disuelve la Alianza Tripartita. Francia reniega el “Tratado de La Soledad” y ordena el avance de tres mil soldados hacia Puebla. Mayo 5: En Puebla, el general Ignacio Zaragoza vence a los franceses. Septiembre 21: Desembarcan en Veracruz más de 30 mil soldados bajo las órdenes del general Forey. 1863 Intervención de tropas francesas en la guerra de Polonia. Mayo 31: La oposición gana terreno en las elecciones legislativas francesas: obtiene dos millones de votos, contra 5.5 de los candidatos oficiales. Agosto 14-31: Aparece un anuncio de venta o traspaso del negocio de fotografía de Latapi y Prebot, en L’Estafette. Mayo 17: Después de un sitio de casi sesenta días, el ejército francés toma la ciudad de Puebla. Mayo 31: Sin fuerza para defender la capital, el gobierno de Juárez se establece en San Luis Potosí, donde permanece hasta diciembre. Luego se establece en Saltillo, 9 de enero de 1864. Junio 7: Las tropas del general Achiles Bazaine entran a la ciudad de México. Junio 13: Por decreto, Forey crea la Regencia del Imperio ofrecen el trono a Maximilaino. 1864 Marzo 5: En París, Maximiliano y Carlota se reúnen con Napoléon III. Abril 10: Con la firma del tratado de Miramar, Maximiliano renuncia a la sucesión al trono de Austria, acepta protección y financiamiento franceses para establecer el Imperio en México. Abril 14: Maximiliano y Carlota salen de Trieste, ven a Pío IX en Roma, y se embarcan para México el 21 de abril. Septiembre: Convención entre el Piemonte y Francia, ésta retira las tropas de Italia, mientras que el Piemonte se compromete a defender el estado pontifical. La capital se transfiere de Turín a Florencia. Febrero 4: En la parroquia de Texcoco, Eugène solicita permiso para casarse con Juana Rangel Montes de Oca, hija de José Fernando Rangel e Ignacia Montes de Oca, quien se encuentra gravemente enferma. Declara ser católico, apostólico, romano, soltero, con domicilio, desde hace cinco años, en Texcoco. Afirma que tiene cuatro hijos y que su mujer está embarazada. Abril 3: Perseguido, Juárez establece su gobierno en Monterrey. Abril 10: Maximiliano acepta el trono de México y firma los “tratados de Miramar.” Mayo 28: Llegan a Veracruz Maximiliano y Carlota. Junio 12: Maximiliano y Carlota entran a la ciudad de México. El ejército conservador controla ya 18 de los 25 departamentos del territorio nacional. Agosto 15: Benito Juárez es atacado en Guadalajara y sale para Chihuahua, donde establece su gobierno. Cronologías 237 l Francia Eugène Latapi México 1865 Abril 9: Fin de la “Guerra de secesión” en Estados Unidos: los Unionistas triunfan e imponen la libertad a los esclavos en los estados del sur. Octubre 4: Bismarck se reúne con Napoléon III en Biarrtiz; obtiene una promesa de neutralidad en la guerra que prepara contra Austria y en su política de unidad de Alemania. Nace su quinto hijo, Gabriela Abril 18: En la sesión de la Comisión de Reclamaciones del Imperio, se da una negativa a la solicitud de indemnización, de 6 mil pesos, por el encarcelamiento injustificado del que fue víctima y lo invitan a presentar pruebas. Mayo: Eugène adquiere en forma de arriendo la fábrica de Vidrio de Texcoco por 2 mil pesos, que paga de contado. Da como domicilio la calle de Plateros N° 8. Octubre: Viaja a París y se lamenta de no haber podido ir a ver a su padre. Febrero 26: Maximiliano dicta la ley de tolerancia de cultos y de desamortización de bienes de la Iglesia. Abril 10: Se expide el Estatuto Provisional del Imperio Mexicano. Junio 8: El Papa Pío IX rechaza el proyecto de concordato presentado por la comisión imperial mexicana. Junio 27: Maximiliano fija el monto de las reclamaciones francesas; no incluye los bonos Jecker, ni la demanda de Eugène Latapi. Julio 16: Se ratifica el reconocimiento del gobierno de Juárez por los Estados Unidos quien exige la salida del ejército francés de México. 1866 Julio 3: La guerra de Prusia contra Austria, iniciada el 8 de abril, encuentra su fin en la batalla de Sadowa. Bismarck impone la unidad en torno a Prusia y anexa los estados alemanes vencidos. La fuerza de los prusianos empieza a inquietar a Napoléon III. Octubre 12: Regresa de su viaje por Francia y desembarca en Veracruz. En el directorio comercial del Imperio aparece la Cristalería Latapi, Verde y Azcona, Cía. Febrero: Tratado de amistad entre el Emperador de Francia y el Presidente de los Estados Unidos, donde se establece el retiro de las tropas francesas en México. Junio 17: Juárez regresa a Chihuahua y establece su gobierno. Octubre 25: Ante el Consejo de Ministros, Maximiliano decide no abdicar. Diciembre 18: Parten los primeros contingentes de soldados franceses 1867 Tercer desembarco de Garibaldi contra Roma, que es detenido y vencido por las tropas francesas en Mentana. Abril 1: Inicia la Exposición Universal de París, inaugurada por Napoléon III . En una visita que celebra el 1 de julio, recibirá la noticia de la ejecución de Maximiliano en México. L 238 Cronologías Mayo 22: Muere su padre Jacques, cuando cenaba con su nieta Léonie, en la casa Vignalet, de Arudy, y es enterrado en Izeste. En su tumba se lee: “Aquí yace Jacques Latapi, muerto el 22 de mayo de 1867 a la edad de 75 años. Que el recuerdo de este hombre de bien sea imborrable en la memoria de sus amigos como en el corazón de sus hijos. Rogad por él.” Junio 25: Recibe una carta de su hermano Joseph donde le anuncia la muerte de su padre, le explica los problemas de la sucesión y urge le envíe un poder notarial. El tono es Enero 22: Los liberales recuperan las plazas abandonadas por el ejército francés en el norte. Juárez establece el gobierno en Zacatecas, luego, 11 marzo, en San Luis Potosí. Febrero 5: Bazaine sale de la ciudad de México con su ejército, se embarcan en Veracruz el 11 de marzo. Abril 2: Después de mantenerla sitiada, la ciudad de Puebla cae en manos del general Porfirio Díaz. Mayo 15: Después de dos meses de sitio a la ciudad de Querétaro, Maximiliano y los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía fueron Francia Eugène Latapi México 1867 amenazador: J’aime la voie de la conciliation j’espère que nous en terminerons, j’abhorre les procès qui me regardent… / me gusta la vía de la conciliación espero que nostros terminaremos, odio los pleitos en mi contra...). aprehendidos. El 29 de junio fueron fusilados. Julio 15: Entrada triunfal del presidente Benito Juárez a la ciudad de México. Noviembre 28: Salen de Veracruz en La Novara, rumbo a Europa, los restos de Maximiliano. Diciembre 20: Fueron electos Benito Juárez como Presidente de la República y Sebastián Lerdo de Tejada como Presidente de la Suprema Corte de Justicia: inicia la Restauración de la República. 1868 Mayo 11: Ley favorable a la libertad de prensa. Los republicanos ganan terreno. Noviembre 2: Manifestación republicana ante la tumba de Alphose Baudin; León Gambetta impugna el régimen imperial francés. Julio 18: Nace su sexto hijo, Eugenio Felis. Fueron testigos: Eugenio Lang, francés, artesano, casado y con residencia en Texcoco, y el comerciante Carlos Rotinat, de México. Agosto: Compra la fábrica de vidrio de Texcoco, paga a Aristides Subervielle, representante de la casa F. Labadia y Cia., en liquidación. Noviembre 15: Muere Eugène a las cinco de la tarde, en un bar de la calle de La Pila Seca (actualmente Rep. de Chile, entre Belisario Domínguez y Rep. de Perú), en la ciudad de México. Al revisar noviembre y diciembre, no se encontró ninguna nota necrológica sobre Eugène en el periódico francés Le Trait d’Union. Sus restos, junto con los de Juana Rangel, están en la Capilla del Panteón Francés de la Piedad, en un nicho. Fueron exhumados en 1904 y depositados ahí. . Cronologías 239 l FUENTES UTILIZADAS 1 I. ARCHIVOS EN MÉXICO: AADF: Archivos del Ayuntamiento del Distrito Federal, Sección: Siglo XIX Presos, detenidos, 1850-1857, 1860-1870 AGISUD: Archivos Genealógicos de la Iglesia de los Santos de los Últimos días, Salt Lake City, EUA y Tlalnepantla, Edo. Méx. Catálogos genealógicos de América Latina, México 1850-1890. Sección: Microfilms. Solicitudes y matrimonios en la ciudad de México y Texcoco.1860-1875 Secciones: Bautismos, hijos legítimos e ilegítimos en Texcoco de Mora, 1850-1869 AGN: Archivo General de la Nación, México, D.F. Administración Pública: Justicia 1821-1863 Justicia e Imperio, 1861-1867 Justicia Siglo XIX, 1829-1920 Industrias Nuevas, 1846-1881 Movimientos marítimos, pasaportes y cartas de seguridad, 1854-1856 Juntas de Fomento y Tribunales Mercantiles. Patentes 1858- 1859 Archivo Personal del Mariscal Bazaine Gobernación, Extranjeros, 1857-1859 Segundo Imperio: Solicitudes y Peticiones Solicitudes de reos franceses Guía de forasteros Archivo de Concentración de la Suprema Corte de Justicia 1857-1859 AHAM: Archivo Histórico del Arzobispado de México, México, D.F. Sección: Bautismos. Micropelículas de Parroquias de la Cd. de México, 1560-1960 AHDF: Archivo Histórico del Distrito Federal, México, D.F. Cárceles y Juzgados, 1800-1883 Presos, detenidos y sentenciados, 1856-1860 AHSEDENA: Archivo histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, México, D.F. Sección: Siglo XIX Ingreso de militares 1830-1840 AMT: Archivo Municipal de Texcoco, Texcoco, Edo. Méx. 1 La información que contiene este libro es fruto de la consulta de diversos fondos de archivos, documentos, periódicos de la época y bibliografía. Dado que toda investigación es incompleta nos pareció adecuado advertir a los que deseen continuarla las fuentes que consultamos, con el objeto de no repetir esfuerzos. Fuentes 241 l Registro Civil: Libros de nacimientos de 1862-1869 Libros de fallecimientos 1863-1875 Justicia 1858 México independiente 1858-1899 Hacienda, 1864 Conflicto por el corte de madera en un monte de Apipilihuasco, 1864 Padrones y circular de pueblos y barrios 1860-1887 Registro civil, estadísticas, 1860, libros de nacimientos y fallecimientos, 1862-1880 Estadísticas de la población de Texcoco 1800-1890 Fondo independiente: 1824-1890 ANEM: Archivo de Notarías del Estado de México, Toluca, Edo. Méx. Testamentos. Poderes notariales. Transacciones mercantiles. Siglo XIX. ARE: Archivo de Relaciones Exteriores, México,D.F. Extranjeros, peticiones, 1855-1859 Documentación del Embajador M. Gabriac, 1858-1859 COLMEX: El Colegio de México, México, D.F. Microfilms de los Archives du Ministaire des Affaires Etrangères, 1853-1868. DP: Documentos privados sobre la propiedad de la Fábrica de Vidrio de Texcoco pertenecientes al Sr. Rafael Rodríguez, Texcoco, Edo. Méx. LAN: Libro de actas notariales sobre la propiedad de la Fábrica de vidrios de Texcoco, en posesión del Sr. Enrique Alatriste, Texcoco, Edo. Méx. LC: Libro copiador de cartas de la testamentaría de Eugène Latapi, copia en papel arroz, en posesión del Sr. Rafael Rodríguez, Texcoco, Edo. de México. EN FRANCIA: AMAE: Archives du Ministère des Affaires Etrangères, Quai d’Orsay, Paris. AMI: Archives de la Mairie d’Izeste. CADN: Centre des Archives Diplomatiques de Nantes, Francia. Legation de France à Mexico 1829-1900 Series A y B II. HEMEROTECAS Hemeroteca del AGN, México, D.F. El Aprendiz, 1859 Boletín de noticias, 1860 Diario de Avisos, 1855, 1857, 1858, 1859 (incompleto) El Momo, 1859 El Monitor Republicano, 1859 El Pájaro Verde, 1855, 1858 La Sociedad: Periódico político 1859 El Siglo Diez y Nueve, 1854, 1855, 1858, 1859 El Tiempo, 1857-1858 L 242 Fuentes Diario del Imperio, 1867 Periódico Oficial del Imperio, 1865-1867 El correo de México, 1865 Periódico oficial del gobierno constitucionalista de la República Mexicana, 1864-1866 Periódicos editados por franceses en la ciudad de México: L´Estafette, enero a diciembre, 1860, y enero a 15 de abril, 1861 Le Trait d´Union, 20 de marzo a 16 junio, 1858 (incompleto) y de septiembre a noviembre, 1859 (incompleto). CEMCA: Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, México, D.F. Colección “Lartilleux” Le Trait d´Union, mayo a octubre 1857, febrero a septiembre, 1861 octubre de 1868 a mayo de 1869. HM: Hemeroteca Nacional, (UNAM), México, D.F. Diario de avisos, 1859 (incompleto) El Universal, junio a octubre, 1858; septiembre, 1859 (incompleto) El Heraldo, 1858 a 1860 Periódicos editados por franceses en la Cd. de México: Le Trait d´Union, 4 noviembre de 1856 al 31 de mayo de 1857; enero-marzo, 1858, 1859 (incompleto) L´Estafette, enero-diciembre, 1863; 28 junio-noviembre, 1864; julio1865 a junio 1866. III. FOTOTECAS AFMUNAL: Acervo fotográfico del Museo Nacional de Arte, México, D.F. AHSRE: Archivo histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores, México, D.F. CI: Centro de la Imagen, México, D.F. Colección 1888-1917 FBNM: Fototeca del Banco Nacional de México, México, D.F. FC: Fototeca Casasola, México, D.F. y Pachuca, Hidalgo. Sección: Fotografía del siglo XIX. FMT: Fototeca Manuel Toussaint del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, México, D.F. Colecciones: Enrique Bordes Mangel Abelardo Carrillo y Gariel Colección Fotografía Mexicana en el siglo XIX y XX-Katy y José Horna-Luis Márquez Romay Julio Michaud José Verde Orive Márquez-Orozco Manuel Toussaint Salvador Toscano MMH-INAH: Fototeca de monumentos históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Fuentes 243 l IV. BIBLIOGRAFÍA Fuentes Primarias: Arróniz, Marcos, Manual del viajero en México, México, Ed. Facs. de la de 1858, Instituto José Ma. Luis Mora, 1991. Basch, Samuel, Karl Siegfried, Riten Von, Recuerdos de México, memorias del médico ordinario del emperador Maximiliano. México, Imprenta del Comercio, 1870. Batel, F., “La vallée d’Ossau, étude sur la population originaire et la prétendue famille-souche des Pyrénées”, en la Science sociale en sept articles, Paris, avril 1892- juin1893. Berthelot et al. “Escribano”, en La grande Encyclopédie, inventaire raisonné des sciences, des lettres et des arts, par une société de savants et de gens de lettres. 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Decaen, Portal de Coliseo Viejo, tomada de Nación de Imágenes...Op.cit., p.194 P. 21 “Mercado de Iturbide”, Litografía de J. Decaen, Portal de Coliseo Viejo, tomada de Nación de Imágenes...Op.cit., p. 67, P. 23 Trajes mexicanos, Litografía J. Decaen, Portal de Coliseo Viejo, tomada de Nación de Imágenes...Op.cit., p.198 P. 25 Casa municipal, Litografía J. Decaen, Portal de Coliseo Viejo, tomada de Nación de Imágenes...Op.cit., p.188 P. 27 Publicidad de la Antiguas fábrica de Francia , tomada del Directorio del Comercio del Imperio Mexicano, México, Ed. Facs. Instituto Mora, 1992, p. 193. P. 29 Publicidad de Al Puerto de Liverpool, tomada de Directorio...Op.cit., p.201. P. 31 Foto de la Armería de Morel, Guillermo Tovar y de Teresa, ...Op. cit., p.115. P. 33 Retrato de Désiré de Charnay, tomado de N. Broc, Amerique, Dictionnaire illustré des explorateurs et grands voyageurs Francais du XIX siècle, Paris, Editions du CTHS, 1999, p.69. Y foto de Désiré de Charnay del Convento de la Merced, 1857-1859, Albúmina, tomada del Album fotográfico mexicano, Col. DDF, aparecida en O. Debroise, Fuga mexicana, México, CONACULTA, 1998. P. 35 Anuncios publicitarios: “Colegio Franco-Mexicano”, “Eugenio Crombe”, “Librería Mexicana”, tomados del Directorio... Op. cit., p. 222. P. 37 José María Gutiérez Estrada, Esther Acevedo, Testimonio artístico de un episodio fugaz (18641867), México, Museo Nacional de Aarte, 1995, p.169. P. 39 “He aquí mi pabellón tricolor”, caricatura de Escalante aparecedia en La Orquesta, tomada de Nación de Imágenes...Op.cit., p.262. P. 41 “La Constitución de 1857”, Caricatura aparecida en El Ahuizote, México, 5 de febrero de 1874. P. 43 Dubois de Saligny, tomada de México a través de los siglos, México, Editorial Cumbre, 1976. P. 45 Evacuación de las tropas francesas, Antonio Arriaga, La Patria Recobrada, México, FCE, 1867, p. 236. P.P. 46-47 Gral. Juan Alvarez, Gral. Ignacio Comonfort, Gral. Juan N. Almonte, tomadas de Nación de Imágenes... Op. cit., pp. 218-220, 222 y 226. Gral. Antonio López de Santa Anna, Gral. Martin Carrera, Gral. Félix Zuloaga, Arz. Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, tomadas de México a través de los siglos, México, Editorial Cumbre, 1976, T. VIII, snp, y T. IX, p. 58 y 137. Gral. Miguel Miramón, Lic. Benito Juárez tomados de E. Krauze y F. Zerón Medina, Porfirio. LaGuerra, México, Clío, 1993, p.32. Carlota y Maximiliano I, Identificación y crédito de ilustraciones 249 l Testimonio artístico de un episodio fugaz (1864-1867), México, Museo Nacional de Arte, 1995, p.38. P. 49: Foto de Eugène tomada por Prevot. P. 53: Edmond Labedan y el arcón de Vignalet. Foto de Pablo Latapí Sarre. P. 55: Copia del Nombramientos de Greffier transmitido por Anne-Marie Lataste. P. 57: Copia de la carta de seguridad encontrada en el Archivo General de la Nación. P. 59: Vista del Portal de mercaderes, tomada de Guillermo Tovar y de Teresa, ... Op. cit., p.44. P. 61: Juanita con Rebozo (foto coloreada de álbum de familia). P. 63: Anuncio del periódico francés, L’Estaffete, 15 de marzo de 1860. P. 65: La lápida de la gaveta de Eugène y Juanita, foto de Paulina Latapí. P. 67: Nombramiento de Greffier de 1843, documento aportado por Anne-Marie Lataste. P. 69: Resolución de la Comisión Imperial de Reclamaciones, documento transmitido por JeanChirstophe Demard, obtenido en el Centre des Archives Diplomatiques de Nantes. P. 71: Anuncio aparecido en el periódico mexicano El Siglo Diez y Nueve, 1855. P. 73: Foto de Aimé Gassier tomada por Eugène Latapi y facilitada por Sylvie Patron, en Barcelonnette. P. 75: Anuncio aparecido en el periódico francés L’Estaffete, enero 1857. P. 77: Extracto de un artículo de Eugène aparecido en el periódico francés L’Estaffete, el 14 de febrero de 1860. P. 79: Foto de la 1ª calle de Plateros, tomada de Guillermo Tovar y de Teresa, ...Op. cit., p.56. P. 81: Grupo de sopladores, foto perteneciente al Sr. Rafael Rodríguez Moreno, Vidrios Texcoco, foto tomada por Javier Pérez Siller, en adelante: JPS. P. 83: Testimonio de la escritura de venta de la Fábrica de vidrio de Texcoco, propiedad del señor Rafael Alatriste, fábrica de vídrio El Crisol. P. 85: Litografía de la iglesia de Texcoco, foto JPS. P. 87: Litografía de G. Garibaldi, perteneciente a la fábrica de Vídrios de Texcoco, foto JPS; foto de Eugène Latapi tomada por Penabert et Cía, Paris, albúm familiar; sello de la foto de Eugène, álbum familiar. P. 88-89 Dibujo de Rafael Vázquez Barrau: «Pillo». P. 91: Departamento de Basses Pyrénées, litografía francesa de fines del XIX, foto JPS. P. 93: Vista de los Pirineos, Litografía francesa de medidos del siglo XIX, foto JPS. P. 97: El valle de Ossau, Litografía francesa de mediados del siglo XIX, foto JPS. P. 99: Lavaderos municipales en la calle principal de Arudy: tarjeta postal de fines del siglo XIX. P. 101: Litografías francesa de mediados del siglo XIX con personajes del Béarn, foto JPS. P. 103: Litografía francesa de 1834, foto JPS. P. 105: Litografía francesa de fines de los años 1840, foto JPS. P. 107: El mercado de Arudy, foto JPS. P. 109: Vignalet, foto JPS. P. 111: Panorama de Izeste, foto JPS. P. 113: Alcaldía de Izeste, foto JPS. P. 115: Vista general de la fachada y la puerta de la casa de Jacques Latapi en Izeste. fotos JPS. P. 117: Acta de nacimiento de Eugène localizada en el Archivo de la Municipalidad de Izeste, foto JPS. P. 119: Firmas de Eugène, Jacques y Joseph Latapi, documento del Archivo Familiar Latapi. (carta 40, página 2, en adelante L40.P.2) P. 121: Jacques y Joseph Latapi fotos transmitidas por Anne Marie Lataste. P. 123: Tumba de Jacques y Joseph Latapi en Izeste. Foto de Pablo Latapí Sarre. L 250 Identificación y crédito de ilustraciones P. 128: Recensssement des Francais et de leur famille résidents à Texcoco, Centre des Archives Diplomatiques de Nantes. P. 129: Carta de Eugène a su padre Jacques, del 24 de julio de 1860. Archivo de la familia. ( L35: P.1) P. 133: Matasello de Arudy; carta de Eugène a su padre, del 15 de marzo de 1853. (L12: P3); sobre de la carta de Eugène a su padre del 26 de septiembre de 1852. (L6: P.4). P. 135: Carta de Eugène a su padre del 11 de marzo de 1853 (L11: P.3). P. 137: Sobre de la carta a su tío Francois Latapi, del 10 de mayo de 1850 (L2: P4), matasello de Arudy de una carta de Eugène a su padre, del 28 de mayo de 1857. (L30: P4); medio matasello de Veracruz, de una carta de Eugène a su padre del 30 de julio de 1855 (L28: P4) P. 141: Carta de Eugène a su padre del 11 de marzo de 1852, (L12: P.1); intaglio de la carta de Eugène a su padre del 26 de julio de 1854. (detalle... L24: P1); intaglio de la carta de Eugène a su padre del 7 de octubre de 1857 (detalle L31: P1); lacre rectangular que utilizaba Eugène para cerrar los sobres , carta a su padre del 30 de abril de (L33: P.4); papel con un anagrama. Carta de Eugène a su padre del 12 de octubre de 1866. (L39: P.1) P. 129: Sobre de una carta del 14 de mayo de 1857. (L30: P4). P. 139: Sobres de la carta del 30 de abril de 1858 (L32: P4) y matasello de Limoges con fecha del 17 de abril de 1853. (L11: P.3). P. 143: Acta notarial del 6 de octubre de 1851, Archivo familiar (L40: P1). P. 147: Carta de Eugène a su tío Francois, del 10 de mayo del 1850 (L2: P1) y carta de Eugène a su padre, del 15 diciembre de 1851 (L4: P.1). P. 149: Carta de Eugène a su padre, del 8 de enero de 1853 (L10: P1) y carta de Eugène a su padre del 19 de septiembre de 1853 (L17: P1). P. 151: Carta de Eugène a su padre del 1ero de marzo de 1854 (L23: P1) y carta de Eugène a su padre del 2 de septiembre de 1854 (L25: P1). P. 153: Carta de Eugène a su padre del 3 de abril de 1855 (27P: 1) y carta de Eugène a su padre del 30 de julio de 1856 (L29: P1). P. 155: Carta de Eugène a su padre del 18 de setiembre de 1857 (L31: P1) y carta de Eugène a su padre del 31 de octubre de 1857 (L32: P1). P. 157: Carta de Eugène a su padre del 30 de abril de 1858 (L33: P1) y carta de Eugène a su padre del 1ero de diciembre de 1864 (37: P1). P. 159: Carta de Eugène a su padre del 29 de diciembre de 1865 (L38: P1). P. 161: Firmas de Eugène. P.P. 162-163: Carta de Eugène a su tío Francois del 27 de abril de 1850 (L1: P4); carta de Eugène a su padre del 12 de abril de 1852) (L4: P2); carta de Eugène a su padre del 8 de octubre de 1853 (L17: P3); carta de Eugène a su padre del 30 de julio de 1855 (L27: P.3); carta de Eugène a su padre del 30 de abril de 1858 (L32: P3); carta de Eugène a su padre del 1 de diciembre de 1864 (L36: P4); carta de Eugène a su padre del 29 de diciembre de 1865 (L37: P5); carta de Eugène a su padre del 12 de diciembre de 1866 (L39: P1). P. 165: Juanita con sus hijos foto álbum familiar. P. 169: Paulina Latapí Escalante junto con Juan y Pablo Latapí Sarre, foto JPS; firmas de Juana R. de Latapi, en el Libro copiador de cartas del albacea, foto JPS; firma del Albacea, Gustave Guichenné, Copiador de cartas, foto JPS. P. 171: Foto de Maurice Latapi Rangel, álbum familiar y foto de Juan Latapi Rangel, álbum familiar. Identificación y crédito de ilustraciones 251 l P. 173: Marie-Gabrielle-Margueritte Demouly y sus hijos, foto de álbum familiar, foto de Juan y Maurice Latapi en Bayonne. P. 175: Juan Latapi Rangel y Guadalupe Toussaint; y Guadalupe Toussaint y sus hijos, fotos de álbum familiar. P. 177: Fernando Latapí Rangel, foto álbum familiar y Pilar Contreras, foto de álbum familiar. P. 179: José Jiménez y Gabriela Latapí Rangel, fotos de álbum familiar. P. 181: Eugenio Latapi Rangel; y Aurora Estévez, fotos de álbum familiar. P. 183: Hijos de Eugenio Latapi y Aurora Estévez, foto de álbum familiar. P. 185: Juana Rangel, foto álbum familiar. P. 187: Familia Souleau-Latapi, foto de álbum familiar. P. 189: Eugène y Juanita, fotos de la “Genealogía de la familia Latapí. 5 generaciones hasta 21 de dic. de 1957”. PP. 192-193: Juanita viuda con sus hijos en 1870, foto de Valleto, álbum familiar. P. 195: “Odyssée 2001”: el reencuentro, foto Pablo Latapí Sarre. P. 197: Anne-Léonie-Ménagère Latapi de Brousset (1845-1933); y familia Brousset-Latapi, fotos transmitidas por Anne-Marie Lataste. P. 201: Joseph Brousset, foto transmitida por Anne Marie Lataste. P. 203: A la salida de la Alcaldía de Oloron, foto Juan Latapí Sarre. P. 205: Recorte de periódicos, transmitidos por Juan Latapí Sarre. P. 207: Fotos de identidad tomadas de la Genealogía de la familia Latapí, 5 generaciones, hasta diciembre de 1957. P. 209: Maurice Latapi (de Rennes); los Labedan y Ariane Bruneton; y Pablo Latapí Sarre, Javier Pérez Siller y Pualina Latapi Escalante, fotos de Juan Latapi Sarre. PP. 210-211: Fotos de la Convenciones Latapí en México 2004. L 252 Identificación y crédito de ilustraciones