CULTURA CLÁSICA SEGUNDO GES Segundo GES Cultura Clásica Página 1 ÍNDICE SEGUNDO DE GES TEMA 1 1. El Rapto de Europa Aproximación Inicial Información 2. Los Griegos y los Romanos Aproximación Inicial Información 2.1. ¿Quiénes Eran los Griegos? 2.2. ¿Quiénes Eran los Romanos? Tema 2 1. El Juicio de Paris Aproximación Inicial Información 2. El Matrimonio en Grecia y Roma Información 2.1. El Matrimonio en Grecia 2.2. El Matrimonio en Roma Tema 3 1. Helena de Troya Aproximación Inicial Información 2. La Vida de las Mujeres en Grecia y Roma Información 2.1. La Vida de las Mujeres 2.2. El Divorcio Tema 4 1. El Sacrificio de Ifigenia Aproximación Inicial Información 2. El Culto Privado a los Dioses Aproximación Inicial Información 2.1. Sacrificios y Manifestaciones Religiosas 2.2. Los Cultos Domésticos Romanos Tema 5 1. Los Dioses Combaten bajo los Muros de Troya Aproximación Inicial Segundo GES Cultura Clásica Página 2 Información 2. La Guerra y la Paz en Grecia y Roma Aproximación Inicial Información Grecia Roma Tema 6 1. La Figura de Aquiles Aproximación Inicial Información 2. Las Tácticas Militares en Grecia y Roma Aproximación Inicial Información Tema 7 1. La Caída de Troya Aproximación Inicial Información 2. La Muerte y los Rituales Funerarios Información Tema 8 1. Los Dioses Olímpicos Aproximación Inicial Información Los Doce Grandes Dioses Griegos/Romanos 2. Vestidos y Comidas. El Banquete Información 2.1. El Vestido en Grecia y Roma Grecia Roma 2.2. Las Comidas 2.3. El Banquete Tema 9 1. El Retorno de los Griegos 2. El Comercio y la Navegación Aproximación Inicial Información 2.1. La Navegación 2.2. El Comercio Tema 10 1. Las Aventuras de Ulises Aproximación Inicial Segundo GES Cultura Clásica Página 3 Información 2. El Ocio en Grecia y Roma Aproximación Inicial Información 2.1. Los Juegos 2.2. El Teatro 2.3. Ludi Romani («Juegos Romanos») Tema 11 1. La Leyenda de Eneas Aproximación Inicial Información 2. El Urbanismo en Grecia y Roma Aproximación Inicial Información ANEXOS 1. Dioses y Héroes 2. Mapas Segundo GES Cultura Clásica Página 4 SEGUNDO GES Segundo GES Cultura Clásica Página 5 Segundo GES Cultura Clásica Página 6 1 El Rapto de Europa Los Griegos y los Romanos Segundo GES Cultura Clásica Página 7 Segundo GES Cultura Clásica Página 8 TEMA 1 1. El Rapto de Europa Aproximación Inicial • ¿Qué queremos decir cuando afirmamos que alguien «tiene una fuerza hercúlea», «parece una Venus» o «se ha puesto hecho una furia»? ¿Sabes cuál es el origen de estas expresiones? • ¿Sabes cuál es el origen del nombre del continente europeo? Información Zeus es un incansable conquistador y sus amores con diosas, ninfas y mortales llenan una amplia página de la mitología. En el mito que nos ocupa Zeus ha puesto sus ojos en una bella joven asiática, hija de Agenor, rey de Tiro, en Fenicia, en la cuenca oriental del Mediterráneo. Pide ayuda a su hijo Hermes para la preparación del encuentro y posterior rapto que va a ser de los más historiados porque el dios ha decidido metamorfosearse en un bello toro. Hermes va a ser el encargado de conducir al rebaño de bueyes del rey desde los altos prados hasta la playa cercana, donde Zeus sabía que Europa y otras doncellas de Tiro acudían a pasar la jornada de diversión y asueto. Zeus toma la forma de un toro blanquísimo, de facciones nobles, que no infunde miedo y se aproxima saliendo del rebaño hasta el grupo de las jóvenes. Éstas se asustan al principio pero poco a poco van cogiendo confianza con el manso toro, que Segundo GES acepta sus caricias y las guirnaldas de flores que las muchachas trenzan para colocarlas entre los cuernos. Europa llega a sentarse encima del animal, tan confiada y ajena a lo que le espera. El toro besa los pies de la joven, mientras sus amigas la adornan, y se dispone a continuar su plan. El animal se incorpora y sin demora se lanza al mar con la ansiada carga a su grupa. Las amigas se quedan en la costa, sorprendidas, levantando las manos en gesto de sorpresa y el grupo se introduce en mar abierto donde los Vientos ayudan a avanzar y donde grupos de divinidades marinas surgirán como cortejo. Llegan a las costas de la isla europea de Creta. Allí Europa dará a luz a tres hijos, Minos, Sarpedón y Radamantis, dejando así la estirpe divina en la isla. Pasando el mar el engañoso toro volviendo la cerviz, el pie besaba de la llorosa ninfa que miraba perdido, de las ropas, el decoro, entre las aguas y las hebras de oro, ondas el fresco viento levantaba, a quien con los suspiros ayudaba del mal guardado virginal tesoro. Lope de Vega A c t i v i d a d e s 1. Responde a las siguientes cuestiones: a. ¿Quiénes son los protagonistas de este relato? ¿Qué tipo de personajes protagonizan un mito? ¿Podría ser cualquier persona? b. ¿Qué diferencia encuentras entre una narración histórica y un relato mitológico? 2. Lee ahora estos fragmentos del poeta romano Ovidio: Cultura Clásica Página 9 El insigne padre y soberano de los dioses, cuya diestra esta armada de los fuegos de tres puntas y que con una cabezada sacude el mundo, toma la apariencia de un toro, muge mezclado entre los novillos y va de un lado a otro, espléndido, por la blanda hierba. [...] La hija de Agenor se admira de su hermosura, de que no la ataque ni la embista y, aunque le parece muy manso, al principio teme tocarlo. Se alegra el enamorado [...] y, quitándole poco a poco el miedo, le ofrece el pecho para que lo acaricie con la mano virginal o los cuernos para que los adorne con guirnaldas frescas. Ovidio, Metamorfosis II, 848 ss. 2. Los Griegos y los Romanos Aproximación Inicial • ¿Qué te sugieren los siguientes nombres: Maratón, Atenas, polis, Olimpia? • ¿Qué te sugieren estos nombres: Tíber, bacanal, Senado, acueducto, legión, comicios? Información Júpiter, bajo la forma de un toro, ofreció su lomo a la doncella tiria. Ella con su mano derecha se aferraba a la crin del toro y con la izquierda sujetaba su capa, y su propio miedo le daba un extraño atractivo. Muchas veces encogió sus pies de niña temiendo el contacto del agua que salpicaba, muchas veces el dios sagaz agachó su lomo entre las aguas para que ella se abrazase más fuertemente a su cuello. Al llegar a la playa se puso de pie Júpiter sin cuerno alguno, transformándose de toro en dios. El toro pasó al cielo; a ti, muchacha fenicia, te dejó embarazada Júpiter y la tercera parte de la tierra lleva tu nombre. Ovidio, Fastos V, 605 ss. a. ¿Quién es el insigne padre y soberano de los dioses? ¿Qué son los fuegos de tres puntas? (se refiere al arma que caracteriza a Zeus). b. ¿Por qué dice Ovidio que lleva el nombre de Europa la tercera parte de la tierra? ¿Qué quiere decir el toro pasó al cielo? (Piensa que está relacionado con el Zodiaco). Segundo GES 2.1. ¿Quiénes eran los Griegos? Los griegos eran un pueblo de origen indoeuropeo que, hacia el año 2.000 a. de C., y procedentes del centro de Europa, fueron llegando a la península Balcánica, donde se asentaron y acabaron imponiendo su lengua a los antiguos pobladores. La civilización griega se desarrolló en el Mediterráneo oriental aproximadamente desde el 1.500 al 146 a. de C., época en que Grecia fue incorporada al Imperio romano. La Grecia antigua estaba constituida por ciudades-Estado (poleis) independientes y casi siempre rivales entre sí. La historia de Grecia es la de sus ciudades, entre las que destacan Atenas y Esparta, que encarnan dos formas de vida opuestas y dos maneras antitéticas de entender la relación del ciudadano con el Estado. En Esparta, la necesidad de someter a la población de Mesenia obligó a los espartanos a cerrar fronteras y a organizar su ciudad como un campamento militar. El poder lo ejercían de manera absoluta los éforos, un consejo de cinco ancianos. Los demás ciudadanos dedicaban parte de su vida al entrenamiento y a la práctica de la guerra. Cultura Clásica Página 10 Atenas, por el contrario, fue siempre una ciudad hospitalaria y abierta. Los atenienses se dotaron de un régimen político, al que llamaron democracia, en el que todas las decisiones se tomaban por votación directa. En Atenas, el poder residía en la Asamblea, de la que formaban parte todos los varones mayores de edad e hijos de padre y madre ateniense (las mujeres, los extranjeros y los esclavos carecían del derecho a la ciudadanía). El país de los griegos. Grecia es un país de montañas e islas, de ríos de escaso caudal y pocos terrenos de cultivo. Por la pobreza del suelo se vieron obligados a emigrar y a buscar nuevas tierras donde asentarse: fundaron colonias por Sicilia, el sur de Italia, las costas del Mar Negro y de Anatolia, el norte de África y la península Ibérica. Entre los montes de Grecia destacan: el Olimpo (2.985 m), la sede de los palacios de los dioses; el Parnaso (2.450 m), morada de las Musas; el Taigeto (2.407 m), donde los espartanos abandonaban a los recién nacidos débiles o enfermos; el Ida, en Creta, donde Zeus pasó su infancia. Las islas más conocidas son: Creta, donde reinó el mítico Minos; Chipre, la isla de Afrodita, o Ítaca, la patria de Ulises. La economía griega se basó siempre en la agricultura y el comercio. Los dos cultivos principales eran la vid y el olivo. El legado griego es uno de los pilares de la cultura occidental. Los griegos crearon los conceptos de democracia y libertad de expresión, inventaron la filosofía, desarrollaron las matemáticas, la historia, la geografía, la medicina y otras ciencias, cuyos saberes se expandieron menos en otras culturas por ser el monopolio de castas demasiado cerradas (sacerdotales, la mayoría de las veces). Proporciona- Segundo GES ron más libertad a la actitud humana de búsqueda e investigación de la naturaleza, tratando de explicar el universo con mitos y con la razón. Crearon asimismo nuestros géneros literarios (épica, lírica, tragedia, comedia y novela), marcaron los cánones clásicos en la escultura y la arquitectura, y aportaron una concepción del mundo centrada en el hombre, que conocemos como Humanismo. 2.2. ¿Quiénes eran los Romanos? Los romanos, pueblo también de origen indoeuropeo, iniciaron la penetración en la península Itálica, en sucesivas oleadas, en el siglo X a. de C. Roma fue fundada en el año 753 a. de C. Desde muy pronto conquistó territorios que la llevaron, primero, a adueñarse de la península Itálica y, posteriormente, de las tierras que rodean el Mediterráneo, desde Gran Bretaña hasta los ríos Rhin y Danubio, la península Balcánica, Asia Menor, Siria y Egipto, y todo el norte de África hasta el Sahara. Según la tradición, en sus orígenes Roma fue gobernada sucesivamente por siete reyes, que sentaron las bases de su futura grandeza, hasta que los romanos expulsaron al último de ellos y establecieron un gobierno republicano a finales del siglo VI a. de C., en el que el poder era ejercido por una oligarquía que controlaba el Senado y las Magistraturas. Con el tiempo el régimen republicano se fue deteriorando hasta que, tras una etapa de conflictos sociales que degeneraron en guerras civiles, Octavio Augusto, a finales del siglo I a. de C., instauró un sistema político en el que el Senado y las instituciones republicanas se mantuvieron, pero controladas por una sola persona, el emperador, que recibió el título de princeps, y cuyo poder se basaba en la fidelidad de un ejército disciplinado e imbatible. Cultura Clásica Página 11 Roma dejó de ser una ciudad-Estado para convertirse en la cabeza de un imperio con gran talento militar, colonial y político. A lo largo de muchos siglos dominó los grandes espacios circundantes del Mediterráneo, asimilando la cultura griega, que, fundida con las originales creaciones romanas, supo transmitir, con gran capacidad de aculturación, al conjunto de territorios integrados en su Imperio. Lo que se considera el final de Roma no se debió a la independencia de los distintos territorios, sino a la fragmentación de su economía, a la decadencia en su administración y a la presión sobre sus fronteras de los pueblos bárbaros (germanos, visigodos, etc.). El país de los romanos. El núcleo originario del Imperio romano fue el Lacio, un territorio de unos 1.500 km2 de llanos y suaves colinas, a orillas del río Tíber, en cuya margen izquierda se fundó Roma, una ciudad de pastores y agricultores en origen. Italia tiene un suelo más rico que Grecia, y los romanos dependieron menos del mar que los griegos. Así, aunque la comunicación marítima fue importante, desarrollaron al máximo el sistema de comunicaciones por tierra. El legado romano hizo posible la existencia de la futura cultura europea, gracias al largo periodo de unificación y aculturación que el Imperio supuso. Roma aportó una lengua madre de la que derivan varias lenguas europeas y que se utilizó como lengua internacional de la cultura hasta el siglo XVIII, un concepto de ciudadanía más amplio que el de los griegos, la creación de las instituciones y mecanismos en los que se basan las democracias representativas -aptas para amplios territorios, para los que no sirve la democracia griega, adaptada al gobierno de una pequeña ciudad-; también aportó la planificación urbana, el calendario, las comunicaciones tradicionales entre los distintos territorios Segundo GES y las grandes obras públicas de ingeniería -carreteras, puentes, embalses,...-; creó el derecho occidental que ha inspirado las leyes europeas de la Edad Media a nuestros días, e intentó estructurar un sistema educativo que garantizara unos mínimos de lectura, escritura y cálculo a la población, al menos en las ciudades. Además, los romanos fueron, en buena parte, continuadores, y sobre todo transmisores, de la cultura griega. A c t i v i d a d e s 1. GRECIA a. Origen y procedencia del pueblo griego. b. Duración de la civilización griega hasta convertirse en provincia romana. c. Cómo estaba constituida Grecia. d. Explica la organización política de Atenas. e. Grecia es un país montañoso y con numerosas islas: Señala sus principales montes e islas. f. ¿Cómo era la economía griega? 2. ROMA a. Cuándo se fundó Roma y qué territorios conquistó. b. Explica el primer gobierno de Roma. c. Señala cuándo se fundó la República y quién ejercía el poder. d. Explica la constitución y el funcionamiento del Senado y las Magistraturas. e. Indica quién acabó con el régimen republicano y qué sistema político instauró. f. Resume la evolución de Roma cuando se convirtió en imperio. Cultura Clásica Página 12 g. Indica cuál era el territorio en el que se fundó Roma. h. ¿Cómo era la economía de la ciudad de Roma? El Senado era una asamblea de 300 miembros que hacía las leyes. Principalmente estaba compuesto por los patricios más importantes. Las Magistraturas eran los cargos relacionados con la Administración y dirección política de la ciudad. Destacaban las siguientes: • Cónsules Dirección del Ejército. Normalmente se nombraban dos cónsules anuales. • Censores Revisaban las listas o censos de ciudadanos y del Senado; también decidían las obras públicas costeadas por la República. Eran nombrados dos censores. • Pretores Encargados de presidir los tribunales y ayudantes de los cónsules. Eran ocho, nombrados anualmente. Segundo GES • Ediles Magistrados menores, encargados del orden público. • Cuestores Jueces encargados de la Hacienda Pública y los impuestos. Eran cuatro. • Tribunos de la Plebe Velaban por los intereses del pueblo (plebe), pudiendo vetar las leyes que perjudicasen a la clase plebeya (plebiscito). Eran de cuatro a diez. 1. Explica cómo estaba constituido el Senado y qué función realizaba. 2. Resume las principales Magistraturas y la función de cada una de ellas. 3. Responde a las siguientes cuestiones: a. Resume las principales aportaciones de los griegos a la cultura occidental. b. ¿Por qué la lengua de los romanos se llama latín? c. Resume las principales aportaciones de los romanos a la cultura occidental. Cultura Clásica Página 13 Segundo GES Cultura Clásica Página 14 2 El Juicio de Paris El Matrimonio en Grecia y Roma Segundo GES Cultura Clásica Página 15 Segundo GES Cultura Clásica Página 16 Tema 2 1. El Juicio de Paris Aproximación Inicial • • • ¿Sabes lo que significa que algo se ha convertido en la manzana de la discordia? ¿Sabes quién era Paris? ¿Quiénes eran Hera, Atenea y Afrodita y cómo las llamaban los romanos? Información En la antigüedad mítica se celebraron unas importantes bodas a la que estaban invitados dioses y mortales. Los contrayentes eran Peleo y Tetis, un mortal y una diosa, lo que explica la afluencia de invitados. Tetis, una nereida, hija de Nereo, antiguo y anciano dios del mar, era, por tanto, una divinidad marina e inmortal y Peleo, discípulo del centauro Quirón, era el afortunado mortal que tenía el privilegio de casarse con una diosa. Pero no todos habían sido invitados a la fiesta: la diosa Éride (Discordia) quiso hacer notar su ausencia y se presentó en la fiesta con una manzana de oro que tenía grabada la siguiente frase: «Para la más bella». Lanzó la manzana sobre la mesa donde se sentaban los dioses y se fue. Tres de las diosas presentes en el banquete, Hera (Juno), Atenea (Minerva) y Afrodita (Venus), se creyeron merecedoras del título y se lanzaron a por la manzana. La enojosa situación que se produjo entonces no tenía fácil solución y ni el mismo Zeus (Júpiter) quiso intervenir en una decisión tan comprometida. Segundo GES Encargó a su fiel hijo Hermes (Mercurio) que condujese a las tres diosas al monte Ida, en la llanura de Troya, y se las presentase a Paris, bello joven, hijo del rey Príamo de Troya, que pastoreaba los rebaños reales en aquel lugar. Él debía ser el encargado de dirimir el pleito, según voluntad de Zeus, y así se lo explicó el dios mensajero Hermes al asustado joven. Durante el juicio cada diosa hizo valer sus méritos al título pero además le prometieron a Paris beneficiosos dones si éste fallaba a su favor. Hera se comprometió a hacerle soberano de toda el Asia. Atenea le ofreció la prudencia y la victoria en todos los combates y Afrodita le brindó el amor de la mortal más hermosa de Grecia, Helena de Esparta. Paris dio la manzana a Afrodita, granjeándose así la fiel protección de la diosa para él y los suyos para siempre, y la enemistad de las otras dos diosas lo que quedará reflejado en la Guerra de Troya. A c t i v i d a d e s 1. Lee los siguientes textos y responde por escrito a las cuestiones (acuérdate de subrayar las palabras que no conoces y anotarlas en tu cuaderno junto con su significado). a. El anciano Proteo había vaticinado a Tetis: «Diosa marina, darás a luz un hijo que aventajará a su padre por sus hazañas y su fama será mayor que la de él». Por ello, Júpíter, aunque su corazón ardía de amor por ella, se abstuvo de unirse a Tetis y ordenó a su nieto Peleo que abrazara a la doncella del mar. Ovidio, Metamorfosis XI, 221 ss. Cultura Clásica a. ¿Por qué Júpiter desiste de tener relaciones con Tetis? Página 17 b. ¿Sabes quién era el hijo de Tetis? c. ¿Por qué sabemos que este texto es de un poeta romano? b. ¡Qué canto nupcial resonó [...], cuando en los valles del monte Pelión, en un festín de los dioses, las Musas de bellos rizos y sandalias de oro vinieron a las nupcias de Peleo, celebrando con sus melodiosos tonos a Tetis y al Eácida en el monte de los Centauros [...]! Y con coronas de hierba acudió la ecuestre tropa de los Centauros al banquete de los dioses y cantaban a grandes gritos: «¡Oh hija de Nereo, el centauro Quirón, el adivino que conoce el arte profético de Apolo, ha predicho que darás a luz un hijo que, con sus guerreros armados de lanzas, llegará a la famosa tierra de Príamo, para incendiarla, revestido con una armadura de oro realizada por Hefesto, regalo de su madre, la diosa Tetis». Entonces las divinidades celebraron la feliz boda de la más ilustre de las Nereidas. Eurípides, Ifigenia en ÁuIide, 1.038 ss. a. ¿De qué bodas se habla aquí? b. ¿En qué monte se celebraron? ¿Quiénes vivían allí? c. ¿Por qué se califica de ecuestre tropa a los centauros? d. ¿Quiénes son las Musas? e. ¿Qué predijo el centauro Quirón? f. ¿Cómo se llama el dios que tiene como competencia la adivinación? g. ¿Quién era Príamo? h. ¿A qué se dedica el dios Hefesto? Segundo GES 2. El Matrimonio en Grecia y Roma Información 2.1. El Matrimonio en Grecia El matrimonio era el momento más importante de la vida de una mujer griega y suponía un auténtico cambio social: dejaba de ser una «joven soltera», para integrarse en la etapa adulta y formar parte de la vida de la ciudad. Para los varones, en cambio, resultaba una obligación penosa que debían cumplir para poder transmitir su status social al heredero y asegurar así la continuidad de su unidad familiar. El momento crucial de la vida de un joven no era el matrimonio sino su entrada en la efebía, periodo de preparación para conseguir la condición de «ciudadano», que iniciaba cortando sus cabellos y consagrándolos a Ártemis. La ley ateniense prácticamente obligaba al matrimonio, pues los derechos políticos de los solteros quedaban mermados. El matrimonio griego se basaba en un acuerdo formal entre el novio y el padre de la novia, por el que éste se comprometía a entregar una dote, mientras que el novio no aportaba nada. Era, pues, una transacción entre el suegro y el yerno que se explica en un contexto de reciprocidad generalizada: el padre debía dotar y entregar a su hija del mismo modo que, tiempo atrás, él había recibido la dote y la hija de otro padre. Su compensación era la perspectiva de los nietos, ya que la única finalidad del matrimonio era engendrar hijos legítimos. El matrimonio despertaba en las mujeres griegas una serie de sentimientos contradictorios; por una parte, Cultura Clásica Página 18 cumplían la única misión que la sociedad les confería, pero, por otra, tenían que abandonar la casa de sus padres y el ambiente en el que hasta entonces habían vivido para ir a una casa extraña, la de sus suegros, a vivir con un extraño, su marido, además de tener que superar las aprensiones que les producía la imagen de violencia que asociaban al placer sexual. Los rituales del matrimonio ilustran este doble sentimiento, y en ellos se distinguen dos fases: una, de ruptura y despedida de la niñez, y otra, de entrada al nuevo hogar. El adiós a la infancia lo simbolizaba la novia con la ofrenda de sus juguetes a Ártemis, diosa de la naturaleza salvaje (y, por tanto, de la niñez, considerada como la etapa «salvaje» de la vida humana) y con el baño purificador, que se realizaba en lugares consagrados o con agua de una fuente o un río especiales (por ejemplo: la fuente Calírroe de Atenas). El día de la boda se iniciaba en el gineceo (parte de la casa destinada a las mujeres) donde la novia se vestía en presencia de las demás mujeres de la casa. La prenda más importante era el velo que la cubría entera y que simbolizaba su condición de virgen. Posteriormente tenía lugar una comida que estaba precedida de un sacrificio a las divinidades del matrimonio. En la comida, la joven, por primera vez, abandonaba su vida tranquila y retirada y se convertía en el centro de todas las miradas, de las que sólo la protegía el velo, hasta que al final de la comida el novio la desvelaba. Por la noche tenía lugar la partida hacia la casa del novio, a veces a pie, o, más frecuentemente, en carro. La novia era acompañada por el novio y por un cortejo de jóvenes de ambos sexos que llevaban antorchas, regalos y que tañían la flauta y entonaban can- Segundo GES tos de himeneo (cantos típicos de las bodas). La recién casada era recibida por sus suegros, que le ofrecían el pastel nupcial, hecho de miel y sésamo, alimentos asociados con la fecundidad, y derramaban sobre su cabeza los tragémata (dátiles, nueces e higos), ritual que simbolizaba la integración en su nuevo hogar. Finalmente era conducida al lecho nupcial, donde el novio desataba su cinturón como paso previo a la consumación del matrimonio. Al día siguiente, la novia recibía la visita de sus padres, que le llevaban los regalos nupciales y la dote acordada. La recién casada recibía el nombre de nímfe y, únicamente cuando daba a luz, recibía el nombre de giné, reservado a las esposas que habían culminado con éxito su matrimonio. 2.2. El Matrimonio en Roma Como en Grecia, el matrimonio romano era una cuestión privada y tenía como fin el nacimiento de hijos que aseguraran la continuidad de la familia y los cultos familiares. Iba precedido de la ceremonia de los esponsales, en la que los novios intercambiaban regalos y anillos. La fecha de la boda se fijaba con mucho cuidado, evitando los días de mal augurio. La víspera, la novia consagraba sus juguetes, y su casa era adornada con guirnaldas y flores. La novia vestía una túnica blanca, larga hasta los pies, ceñida por un cinturón anudado de un modo especial, y se cubría con un velo de color anaranjado. La boda consistía en un sacrificio a los dioses, después del cual se firmaban las tabulae nuptiales, (contrato matrimonial), en presencia de testigos. El momento más solemne era cuando la pronuba, (matrona, ca- Cultura Clásica Página 19 sada una sola vez) que hacía de madrina, unía las manos derechas de los novios. Posteriormente, se celebraba el banquete en casa de la novia. Después del banquete, el novio simulaba el rapto de la novia: fingía arrancarla de los brazos de su madre, mientras sus familiares simulaban lloros y lamentos. A continuación, se formaba un cortejo que conducía a la novia hacia la casa del novio. Éste se adelantaba para recibirla en la puerta. Durante el traslado, se daban gritos rituales y se cantaban canciones picarescas. La novia llevaba el huso y la rueca, símbolos de su futura vida doméstica. Al llegar a la casa, el novio le preguntaba cómo se llamaba y ella respondía: ubi tu Caius ego Caía, «si tú eres Gayo, yo soy Gaya». Entonces los acompañantes elevaban a la novia para evitar que tropezara al cruzar el umbral, lo cual habría significado un mal augurio. Al día siguiente, la recién casada, vestida ya de matrona, hacía un sacrificio a los dioses de su nuevo hogar y tenía lugar un banquete al que asistían los familiares más próximos. 2.2.1. Formas Jurídicas del Matrimonio Roma, durante su historia, desarrolló distintas formas legales del matrimonio relacionadas con la tutela de la mujer y el ejercicio de la patria potestad por parte del marido o del padre de la novia. Básicamente estas variantes se resumen en dos: • Matrimonio in manum: la palabra latina manus, en el lenguaje Segundo GES Cultura Clásica • jurídico romano, significa «poder o dominio que uno tiene sobre otro», muy especialmente del marido sobre la mujer, aunque también del dueño sobre los esclavos. En esta forma de matrimonio, que es la más antigua, el padre cedía la patria potestad de la hija al marido; éste era, por tanto, el que tenía dominio absoluto sobre la mujer y era el propietario de sus bienes, incluso de la dote. La mujer pasaba a depender en todo de la familia del marido y quedaba legalmente desvinculada de su familia de origen. Matrimonio sine manu: la esposa seguía sometida a la patria potestad de su padre. Con ello su marido no seria jamás titular de sus bienes y la mujer gozaba de considerables ventajas, pues, según la ley romana, al morir un padre de familia, obtenían derecho de herencia todos los sometidos a su patria potestad. Si la familia tenía recursos, la mujer, en la práctica, disfrutaba de independencia económica y libertad de acción, con la única restricción de que, al morir el padre, era obligatorio que tuviera un tutor legal. Pero la ley llegó a darle incluso la prerrogativa de elegir libremente a ese tutor, con lo que incluso se dieron casos de tutores «a sueldo» que cumplían enteramente la voluntad de la mujer. Este tipo de matrimonio llegó a ser el más común en época clásica. Página 20 3 Helena de Troya La Vida de las Mujeres en Grecia y Roma Segundo GES Cultura Clásica Página 21 Segundo GES Cultura Clásica Página 22 Tema 3 1. Helena de Troya Aproximación Inicial • • • ¿Qué sabes de Helena? ¿Sabes por qué, siendo reina de Esparta, se la conoce como «Helena de Troya»? ¿Qué es una «mujer fatal»? Información Sus padres fueron Zeus y Leda, mujer del rey Tíndaro de Esparta y tuvo tres hermanos: Cástor, Pólux y Clitemnestra. Helena de Troya nació de uno de los huevos que puso Leda cuando fue seducida por Zeus. De pequeña fue raptada por el héroe Teseo que quería casarse con ella, pero sus hermanos la rescataron. Helena provocó el inicio de la guerra de Troya al acompañar a Paris, príncipe de dicha nación, a su patria. Paris la obtuvo gracias a Afrodita, en contraprestación a haber elegido a ésta como la diosa más bella. Ante su huida con Paris, Menelao, su marido, llamó a todos los reyes de Grecia, que se unieron a él para resarcir con una guerra la afrenta de que habían sido objeto por parte de los troyanos. No está totalmente claro el papel que tuvo Helena durante la guerra. Parece ser que se pasaba el día en la torre del palacio de Troya donde tenía un telar con el que tejía todas sus desdichas mientras se lamentaba del instante en que había tenido la debilidad de dar oídos a un extranjero y marcharse con él. Cuando Paris murió, se casó con Deífobo, que también era hijo de Segundo GES Príamo como Paris. Pero cuando Troya fue tomada, Helena entregó a Deífobo de la manera más indigna a los griegos, que lo apuñalaron. De esta forma Helena pretendía reconciliarse con Menelao, y así fue. El hijo de éste, Atreo, la llevó a Grecia junto a él en un viaje complicado porque los dioses provocaron varias tormentas que les hicieron pasar por Chipre, Francia y Egipto. Ya en Esparta fueron muy felices hasta la pronta muerte de Menelao. Entonces fue echada del Peloponeso por indigna y acudió a Rodas donde la recibió la reina Polyxo que la colmó de atenciones a su llegada pero al día siguiente ordenó su ahogamiento en el baño y que muerta fuese colgada de una horca. A c t i v i d a d e s 1. Los siguientes textos muestran la imagen que de Helena da la literatura griega. Léelos y responde a las cuestiones que les siguen (como siempre, subraya y anota en tu cuaderno las palabras que no entiendas). a. Allí sobre las puertas Esceas estaban Príamo [...] y los ancianos del pueblo, los cuales a causa de su vejez no combatían, pero eran buenos arengadores, semejantes a las cigarras, que, posadas en los árboles del bosque, dejan oír su aguda voz. Cuando vieron a Helena, que hacia ellos se encaminaba, se dijeron unos a otros, hablando quedo, estas aladas palabras: «No es reprensible que troyanos y argivos, de hermosas grebas, sufran innumerables males por una mujer como ésta cuyo rostro tanto se parece a las diosas inmortales. Pero aun siendo así, que se vaya en las naves, antes de que llegue a convertirse en una plaga para nosotros y para nuestros hijos». Así hablaban, Príamo llamó a Helena y le dijo: «Ven acá, hija querida; siéntate a mi lado para que veas a tu anterior Cultura Clásica Página 23 marido y a sus parientes y amigos (pues a ti no te considero culpable, sino a los dioses que promovieron contra nosotros la luctuosa guerra de los aqueos), y me digas cómo se llama ese ingente varón, quién es ese aqueo gallardo y alto de cuerpo». Homero, Ilíada III, 146 ss. a. ¿Qué nombre reciben en este texto los griegos? ¿Cuál es su epíteto? b. ¿Cuál es la cualidad que más llama la atención de Helena? c. ¿Es hostil la actitud de los ancianos troyanos hacia Helena? ¿Cómo la calificarías? d. ¿Cuál es la actitud de Príamo hacia Helena? e. ¿Quién es el culpable de la guerra, según Príamo? es una hueste de jinetes, otros una compañía de infantes y otros una flota de naves, pero yo digo que es aquello que se ama. Es muy fácil hacer que cualquiera comprenda esto, pues la que más sobresalía entre los hombres por su belleza, Helena, abandonó a su ilustre marido, y se marchó en una nave a Troya, y no se acordó ni de su hija ni de sus padres pues la trastornó Cipris. Safo, 16 LP a. ¿Qué opinión tiene Safo sobre el amor? b. ¿Helena fue realmente raptada según Safo? c. ¿Censura Safo la conducta de Helena? d. ¿Recuerdas quién es Cipris? e. ¿Qué papel juega Cipris en la conducta de Helena? b. Helena le habló a Héctor con dulces palabras: «¡Cuñado mío, de esta perra maléfica y abominable! ¡Ojalá que, cuando mi madre me dio a luz, un viento tempestuoso se me hubiera llevado al monte o al estruendoso mar, para hacerme juguete de las olas, antes de que tales hechos ocurrieran! Y ya que los dioses determinaron causar estos males [...], entra y siéntate en esta silla, cuñado, que la fatiga te oprime el corazón por mí perra, y por la falta de Alejandro1, a quienes Zeus nos dio la mala suerte, a fin de que a los venideros les sirvamos de asunto para sus cantos». Homero, Ilíada VI, 343 ss. a. ¿Quién es Héctor? b. ¿Qué opinión tiene Helena de su conducta? c. ¿Quiénes son los culpables de la guerra, según Helena? d. ¿Qué crees que significa la última frase a fin de que a los venideros [...] cantos? d. [...] sobresaliente era la belleza de mi hijo y tu ánimo al verlo se convirtió en Cipris; a Afrodita culpan los mortales de todas sus locuras. [...] Al verlo con sus vestidos bárbaros y resplandeciente de oro enloqueciste. Y es que en Argos vivías con escasas pertenencias, pero, si abandonabas Esparta, esperabas que nadarías en la abundancia en la ciudad de los frigios en la que manaba el oro, ¡el palacio de Menelao no te bastaba! [...] Afirmas que mi hijo te raptó. ¿Qué espartano se enteró? ¿Qué gritos de socorro proferiste? Cuando llegaste a Troya y empezó el combate, si te anunciaban una victoria de Menelao, lo ensalzabas para herir a mi hijo por tener un rival de tu amor tan poderoso. Pero, si eran los troyanos quienes tenían éxito, Menelao no valía nada. Eurípides, Las troyanas, 989 ss. c. Unos dicen que lo más hermoso sobre la negra tierra 1 a. ¿Quién habla en este texto? b. ¿A quién se atribuye la responsabilidad de la conducta de Helena: a ella o a Afrodita? Alejandro es Paris. Segundo GES Cultura Clásica Página 24 c. ¿Qué motivación se atribuye a Helena para huir con Paris? 2. La Vida de las Mujeres en Grecia y Roma Información 2.1. La Vida de las Mujeres Tanto en Grecia como en Roma, el status de las mujeres fue siempre el de eternas menores de edad, ya que en todo momento estuvieron sometidas a la autoridad de un varón, el padre, el marido, el hermano mayor o, en su defecto, cualquier otro pariente. Las mujeres carecían por tanto de derechos políticos y jurídicos. Como hemos visto, el matrimonio era el estado al que aspiraba toda mujer. Las obligaciones de las mujeres casadas eran gobernar la casa, vigilar el trabajo de las esclavas y cuidar de los hijos varones mientras eran niños, y de las hijas hasta que se casaban. Su ocupación habitual era el hilado y el tejido. En la Grecia antigua las mujeres pasaban su vida en el gineceo, la parte de la casa reservada para ellas. No acompañaban a sus maridos en sus distracciones y sólo salían para asistir a determinadas fiestas religiosas. Una excepción a esta situación la constituían las mujeres espartanas, ya que, a lo largo de toda su vida, gozaban de una gran libertad, y, dado que sus esposos vivían acuartelados y dedicados totalmente a la vida militar, ellas eran las responsables de todo lo referente a la economía y administración de la casa. Las mujeres romanas gozaban de mucha más libertad que las griegas, sobre todo, una vez casadas. Las matronas romanas acompañaban a Segundo GES sus maridos a los banquetes, al teatro y a las termas y, asimismo, iban de compras por la ciudad y visitaban frecuentemente a sus amigas. Con todo, hay excepciones tanto en Grecia como en Roma, y hubo mujeres que, a pesar de las trabas que la sociedad les imponía, fueron grandes artistas o tuvieron gran influencia en la política. De entre ellas podemos nombrar a: Safo de Lesbos, poetisa muy admirada en vida por los griegos; Aspasia, mujer sabia y entendida en política; Hortensia, que defendió frente a los triunviros los derechos de las mujeres; Sulpicia, poetisa romana; Hipatia, filósofa griega; Julia Domna, que organizaba tertulias literarias, etc. 2.2. El Divorcio El divorcio en la Antigüedad suponía siempre que los hijos se tenían que quedar con el padre y éste tenía que devolver la dote de su esposa. En Grecia, el marido podía divorciarse sin alegar motivo alguno. La falta de hijos podía ser causa de repudio, y el adulterio probado de la esposa obligaba prácticamente al marido a divorciarse o a ser censurado socialmente. También el padre de una mujer casada podía propiciar el divorcio de su hija para casarla con otro hombre. El caso extremo lo constituían las hijas únicas, ya que, en caso de fallecimiento de su padre, se convertían en herederas, por lo que el pariente varón más próximo podía exigir su divorcio para casarse con ellas y administrar así el patrimonio familiar. Las mujeres, sólo en caso de recibir malos tratos por parte del marido, podían recurrir al arconte para pedirle que disolviera su matrimonio. En Roma, dado el carácter privado del matrimonio, el divorcio resultaba fácil y no planteaba problemas jurídicos. Además, era muy frecuente en Cultura Clásica Página 25 la época imperial, y tanto el marido podía repudiar a su esposa como ésta abandonar a su marido: la frase formulada, en el primer caso, era «coge tus cosas y vete» y, en el segundo, «dejo tus cosas contigo». En Grecia, la mujer divorciada estaba socialmente mal vista y también en Roma, donde una mujer univira (de un solo varón) gozaba de gran consideración social. A c t i v i d a d e s 1. Lee atentamente la información anterior y responde a las siguientes cuestiones: a. ¿En qué aspectos ha cambiado la vida de las mujeres desde la Antigüedad hasta nuestros días? b. ¿En tu opinión existe igualdad en nuestra sociedad entre hombres y mujeres? ¿Realizan los mismos trabajos dentro y fuera de casa? ¿Tienen las mismas oportunidades para ocupar idénticos puestos de trabajo? ¿Por qué hay tan pocas mujeres jefes de gobierno, directoras de banco, presidentas de tribunales judiciales o gerentes de grandes empresas? 2. El historiador Jenofonte nos dice cómo debe ser la perfecta casada: que enseñar a los miembros de la familia lo que deben aprender y gobernarlos con severidad y buen juicio. Jenofonte, Económico VII, 10 a. Escribe en tu cuaderno, en dos columnas diferentes, las virtudes y las obligaciones de la mujer casada, según este texto. b. ¿Cuál sería, en tu opinión, la perfecta casada del siglo XXI? 3. Veamos qué opina Medea, una heroína trágica, de la vida de las mujeres griegas: El ama de casa debe ser casta y prudente, tiene que saber tejer, tener experiencia en la preparación de la lana y dar a cada criada la tarea que le convenga. Debe mantener y usar inteligentemente el dinero y las propiedades adquiridas con el trabajo del marido. Su principal misión es criar y alimentar a los hijos; como la reina de las abejas no sólo tiene que distribuir entre los esclavos, tanto varones como mujeres, los trabajos apropiados, sino atender su salud y bienestar Tiene Segundo GES Cultura Clásica De todo lo que vive y piensa no hay ningún ser más desgraciado que nosotras las mujeres. Primero tenemos que comprar un marido con gran cantidad de riquezas y adquirir un amo de nuestro cuerpo, que es lo más terrible. Lo más importante es adquirir uno bueno o malo, pues para las mujeres es una deshonra separarse de sus maridos y no les es posible repudiarlos [...]. Si tenemos éxito en nuestro esfuerzo y nuestro marido soporta de buen grado el yugo de la convivencia, nuestra vida es envidiable, pero si no, es preferible morir. Un hombre, cuando no es feliz en su vida familiar, se va de casa y calma su disgusto con sus amigos. Pero nosotras sólo podemos mirar a un solo ser. Nos dicen que llevamos en casa una vida libre de peligros, mientras ellos tienen que luchar. ¡Qué estupidez! Preferiría tres veces resistir a pie firme con un escudo que dar a luz una sola vez. Eurípides, Medea, 230-251 a. ¿Por qué cree Medea que la mujer es el ser más desgraciado? b. ¿Qué le ocurre a una mujer griega si se equivoca en la elección del marido? Página 26 4 El Sacrificio de Ifigenia El Culto Privado a los Dioses Segundo GES Cultura Clásica Página 27 Tema 4 1. El Sacrificio de Ifigenia Aproximación Inicial • • • • • • ¿Recuerdas cuál fue el juramento que Tindáreo exigió a los pretendientes de Helena antes de dar a conocer quién era el elegido? ¿Recuerdas quién era Agamenón y de dónde era rey? ¿Recuerdas con quién se casó Helena? ¿Qué sabes de la diosa Ártemis (los romanos la llamaban Diana) y de su esfera de influencia? ¿Sabes lo que es una diana y por qué se llama así? ¿Recuerdas cómo se llamaba el hijo de Tetis y Peleo? Información A c t i v i d a d e s 1. Responde a las siguientes cuestiones: a. Resume quiénes son los siguientes personajes que intervienen en esta historia: Calcante, Clitemnestra, Ifigenia, Aquiles y Ulises. b. ¿Cuál es la cualidad más sobresaliente de Aquiles? ¿Y la de Ulises? 2. Lee los siguientes textos y responde a las cuestiones que les siguen: a. He sido una esposa sin tacha, moderada Las naves griegas se encuentran detenidas. El viento no les es favorable. Un oráculo profetiza que es indispensable hacer un sacrificio. La elegida es Ifigenia, hija de Agamenón. La joven acude al campamento acompañada por su madre Clitemnestra. Las dos creen que han sido llamadas para que Ifigenia se despose con Aquiles. Agamenón tiembla al verlas. Se siente incapaz de asesinar a su hija. Menelao no está dispuesto a rendirse. Le importa poco que en el camino se lleve por delante a su sobrina. Finalmente convence a Agamenón. «¿Cómo vamos a pedir a todos estos príncipes que dejen sus hogares y vayan a perder la vida lejos, si nosotros no les demostramos que somos Segundo GES capaces del mismo sacrificio? No, les demostraremos que somos capaces de un sacrificio mayor». Ifigenia se entera de la verdad. Pide la ayuda de Aquiles y el héroe hace todo lo posible por salvarla. Finalmente, Ifigenia se llena de valor y acude hacia la muerte. Clitemnestra jamás se lo perdonará a Agamenón. en lo que respecta a Afrodita y aumenté tu patrimonio, de modo que te alegrabas, cuando entrabas en casa, y eras feliz, cuando salías de ella. Es raro para un hombre encontrar una esposa así y no lo es el tener una mala mujer Te he dado a luz un hijo además de tres hijas, y de una de ellas tú cruelmente vas a privarme. Y si alguien te pregunta por qué vas a matarla, dime ¿qué vas a contestar? o ¿es preciso que yo hable por ti?: «para que Menelao recupere a Helena». Para ti no está mal que los hijos paguen el precio de una mala mujer [...]. Si vas a la guerra y me dejas en el palacio, ¿qué sentimientos piensas que albergaré, cuando vea vacío el asiento de mi hija y vacías sus habitaciones de doncella? [...] ¡Por los dioses, no me obligues a que sea mala contigo, ni tú mismo lo seas! Eurípides, Ifigenia en Áulide, 1.1 59 ss. Cultura Clásica Página 28 a. ¿Quién habla en este texto y a quién se dirige? b. ¿Por qué dice que ha sido una esposa sin tacha? c. ¿Qué significa moderada en lo que respecta a Afrodita? d. ¿Dónde pasaba la vida una mujer casada? ¿Y un hombre casado? suelo. El sacerdote, tomando el cuchillo, oraba y miraba la garganta para herirla con un golpe certero. Eurípides, Ifigenia en Áulide, 1.566 ss. a. Enumera las acciones rituales que hay que cumplir para llevar a cabo un sacrificio. b. ¿Por qué razón se rocía el altar de la diosa con agua? c. ¿Quiénes son los Atridas? d. ¿Con qué títulos se invoca a Ártemis y por qué? b. ¡Ay de mí!, pues no quiero recordar mis males de entonces. Cuántas veces tendí mis manos hacia el mentón y las rodillas de mi padre y, abrazada a él, le decía así: «Padre, a qué horrible matrimonio me entregas. Mientras tú me das muerte, mi madre y las argivas están cantando los cantos de mi himeneo y todo el palacio resuena con las flautas. Y yo muero por tu culpa. Era Hades, y no Aquiles, el Pelida, el que me prometiste como esposo, mientras con un engaño me llevabas en un carro a una boda de sangre». Eurípides, Ifigenia entre los Tauros, 361 ss. a. ¿Quién habla en este texto? b. ¿Cuál es el nombre de su padre y de su madre? c. ¿Por qué califica el hecho de terrible matrimonio y de bodas de sangre? ¿Quién era el novio prometido? ¿Qué significa que el novio es Hades? d. ¿Por qué se llama a Aquiles «el Pelida»? d. Temo que vayas a creer que los principios de la ciencia son impíos y que te inicias por un camino sacrílego. Bien al contrario, las más de las veces es ella, la religión, la que ha engendrado crímenes e impiedades. De este modo en Áulide, los caudillos más escogidos de los griegos, flor y nata de los héroes, mancharon vergonzosamente con la sangre de Ifigenia el altar de la virgen Trivia. [...] Asida por la mano de hombres, temblorosa, fue conducida al ara [...] para sucumbir, ella que era pura, de la manera más impura. [...] ¡A tantos crímenes pudo inducir la religión! Lucrecio, De rerum natura, I, 80-101 a. ¿Qué opinión tiene Lucrecio del comportamiento de los caudillos griegos? 3. Busca el origen y el significado de las siguientes palabras: pitonisa, apolíneo y diana. 4. Construye tres frases en las que utilices las palabras anteriores. c. Calcante, el adivino, desenvainó con su mano la afilada espada, la depositó en el cesto de oro entre los granos de cebada y colocó sobre la cabeza de la doncella una corona. El hijo de Peleo, cogiendo el cesto y el agua lustral, roció el altar de la diosa y dijo: «Hija de Zeus, tú que cazas animales salvajes y en la noche haces girar el astro luminoso, recibe esta víctima que te ofrecemos el ejército de los aqueos y el rey Agamenón: la sangre pura del hermoso cuello de una doncella. Y concédenos una navegación feliz y destruir con nuestras lanzas las murallas de Troya». Los Atridas y todo el ejército estaban de pie mirando al Segundo GES A c t i v i d a d e s d e R e f u e r z o 1. Realiza la siguiente actividad: a. Lee y prepara un resumen, para exponer en clase, de la historia de Isaac, hijo de Abraham (Génesis, 22), y compárala con la de Ifigenia (razones de la divinidad, mo- Cultura Clásica Página 29 tivaciones del padre, resultado, etc.). 2. El Culto Privado a los Dioses Información 2.1. Sacrificios y Manifestaciones Religiosas En Grecia y Roma las relaciones entre los hombres y los dioses siempre tenían un carácter utilitario: los hombres rendían culto a los dioses a cambio de ser favorecidos por éstos. Generalmente, los hombres se dirigían a los dioses por medio de las plegarias y los sacrificios. Las plegarias consistían en fórmulas muy ritualizadas que solían ir acompañadas de una ofrenda (leche, vino, pasteles de cereales, coronas de flores, etc.). Los sacrificios, que normalmente eran sangrantes, consistían en degollar un animal sin defectos, cuya carne se asaba y se repartía entre los asistentes para consumirla. En Grecia, las vísceras y los huesos se quemaban en honor a la divinidad para la que se llevaba a cabo el sacrificio. Cuando se quemaba el animal entero, el sacrificio se llamaba holocausto. Cuando el número de animales alcanzaba la cifra de cien, el sacrificio recibía el nombre de hecatombe. Cada divinidad requería un tipo de animal. En Roma había unos sacerdotes, llamados arúspices, que examinaban las vísceras del animal; si observaban alguna anomalía, se consideraba un «mal presagio», rechazaban la víctima y se sacrificaba otro animal. Tanto los griegos como los romanos eran muy aficionados a la adivinación, a la que recurrían antes de tomar una decisión importante. En la mitología griega es emblemática la figura del adivino (Calcante, Tiresias, Segundo GES etc.). Los adivinos eran especialistas en descifrar la voluntad de los dioses a través de técnicas adivinatorias que sólo ellos conocían. Entre los romanos, además de los arúspices estaban los augures, sacerdotes encargados oficialmente de presagiar, a través del vuelo de las aves, los acontecimientos favorables o funestos; también interpretaban los sueños y las respuestas de los oráculos. En toda la Antigüedad clásica, los oráculos gozaron de gran credibilidad. Eran lugares en los que una divinidad, a través de un sacerdote o sacerdotisa, respondía a las consultas que se le hacían sobre el pasado, el presente o el futuro. El oráculo griego más famoso fue el de Delfos, donde Apolo vaticinaba por boca de la Pitia. En Roma gozó de gran autoridad la Sibila de Cumas, que adivinaba mediante la consulta de los libros sibilinos o mediante la interpretación del movimiento de las hojas de los árboles. En Grecia también tenían carácter religioso las purificaciones, ceremonias que se realizaban con agua y simbolizaban la limpieza de la mancha que ocasionaba el contacto con realidades consideradas impuras, como todo lo relacionado con el nacimiento y con la muerte. El ritual de purificación era obligatorio antes de dirigirse a los dioses o de entrar en contacto con algo de carácter sagrado. Los romanos dedicaron un mes a las purificaciones (februarius), que era, precisamente, el mes anterior a las campañas militares (martius). Así mismo, también eran un ritual de los griegos las libaciones, que consistían en derramar, en honor de los dioses, unas gotas de cualquier líquido antes de beberlo. 2.2. Los Cultos Domésticos Romanos En todas las casas de Roma se rendía culto a los dioses familiares. El pater familias era el responsable y el que actuaba como sacerdote. Junto al Cultura Clásica Página 30 altar consagrado a la diosa Vesta, había una hornacina (el larario) con las estatuillas de los Lares, dioses familiares, a los que se hacían ofrendas en todas las comidas y celebraciones familiares. Los romanos también rendían culto a los Penates, dioses encargados de abastecer la despensa, y a los Manes, espíritus de los antepasados muertos, a los que se hacían ofrendas para evitar que sus almas anduvieran errantes y se convirtieran en espíritus perniciosos para los vivos. Por eso, una vez al año, en las fiestas funerarias, se llevaban a sus tumbas alimentos, bebidas, flores y regalos, y, diariamente, se les rezaba y se mantenía vivo su recuerdo a través de las mascarillas de cera de los difuntos conservadas en cada hogar. A c t i v i d a d e s 1. Lee atentamente la información anterior y responde a las siguientes cuestiones: a. ¿Cuáles son las manifestaciones religiosas privadas más comunes de griegos y romanos? ¿Cuál es su finalidad? b. ¿Qué es un holocausto? ¿Y una hecatombe? ¿Qué significado tienen hoy día estas dos palabras? Construye dos frases en las que las utilices. c. En la entrada de los templos católicos hay una pila con agua bendita para santiguarse. ¿Cuál crees que es su finalidad? ¿Con qué ceremonia griega relacionarías este ritual? d. ¿Cuál es la finalidad del culto a los Manes? ¿Puede tener éste alguna relación con la creencia en los vampiros y los zombis? Segundo GES e. ¿En la actualidad se sigue rindiendo culto a los muertos? ¿Cómo y cuándo? 2. En el siguiente texto tienes un ejemplo de plegaria que el sacerdote Crises realiza después de ir al campamento griego con regalos para rescatar a su hija y ser despedido de malas maneras por Agamenón: ¡Óyeme, tú, que llevas arco de plata, proteges a Crisa e imperas en Ténedos poderosamente! Si alguna vez adorné tu gracioso templo o quemé en tu honor grasientos muslos de toros o de cabras, cúmpleme este ruego: ¡Paguen los dánaos mis lágrimas con tus flechas! Homero, Ilíada, I, 37 ss. a. ¿Qué aduce Crises para que el dios le haga caso? ¿Cómo calificarías esta relación? b. ¿A qué dios se dirige esta plegaria y por qué sabemos que es él? c. ¿Qué consecuencias tienen las flechas de este dios? 3. Ahora es la poetisa Safo de Lesbos (1, LP) la que dirige una plegaria a la diosa Afrodita: Afrodita inmortal, de artístico trono, tú, hija de Zeus, que trenzas engaños, te ruego que no maltrates, señora, mi ánimo con penas y angustias [...]. Ven ahora a mí y líbrame de mi terrible angustia; haz que consiga cuanto mi alma desea y sé tú misma mi aliada. a. ¿Por qué dirige Safo la plegaria a la diosa Afrodita? b. ¿De qué tipo crees que son las inquietudes que atormentan su alma? 4. En Homero (Ilíada, I, 457 ss.) encontramos descripciones de sacrificios como éste: Cultura Clásica Página 31 Después de esparcir la cebada sobre el altar, cogieron las víctimas por la cabeza, que tiraron hacia atrás, y las degollaron y desollaron. A continuación cortaron los muslos y, después de untarlos con grasa, el anciano los puso sobre la leña encendida y los roció con vino tinto. Quemados los muslos, dividieron lo restante en pedazos muy pequeños, los atravesaron con pinchos, los asaron cuidadosamente y los retiraron del fuego. Terminada esta tarea y preparado el banquete, comieron y nadie careció de su respectiva porción. a. ¿Qué finalidad cumple este tipo de sacrificios en sociedades de economías pobres? b. ¿A qué ritual de la actualidad te recuerda el que los asistentes a un sacrificio coman del animal sacrificado? 5. También en Homero (Ilíada, VI, 266 ss.) se encuentran alusiones a dos rituales de los griegos: Héctor abandona por un momento la batalla y vuelve a Troya, donde su madre le ofrece vino, pero éste lo rechaza. Segundo GES No me atrevo a libar el negro vino en honor de Zeus sin lavarme las manos, ni es lícito orar al Cronida, el de las sombrías nubes, cuando uno está manchado de sangre y polvo. a. ¿Cómo se llaman los dos rituales a los que Héctor se refiere? b. ¿Quién es el Cronida? ¿Por qué Homero lo califica con el epíteto de sombrías nubes? 6. El historiador Heródoto (I, 53) nos ha transmitido alguna de las respuestas del oráculo de Delfos: Creso les ordenó que preguntaran si debía emprender la guerra contra los persas [...]. Esta fue la respuesta del oráculo: si Creso emprendía la guerra contra los persas, destruiría un gran imperio. Cultura Clásica a. ¿Por medio de quién vaticinaba el futuro Apolo en Delfos? b. Creso fue derrotado por los persas. ¿Crees que Apolo dijo la verdad? Página 32 5 Los Dioses Combaten bajo los Muros de Troya La Guerra y la Paz en Grecia y Roma Segundo GES Cultura Clásica Página 33 Segundo GES Cultura Clásica Página 34 Tema 5 1. Los Dioses Combaten bajo los Muros de Troya Aproximación Inicial • • • ¿Qué sabes sobre la guerra de Troya? ¿Cómo te imaginas que era la táctica militar en la época de la guerra de Troya? ¿Conoces algún héroe de la guerra de Troya? Información Lee el siguiente fragmento del canto V de la Ilíada de Homero (subraya, como siempre, las palabras que no conoces para anotarlas en tu cuaderno con su significado). S altó Eneas del carro con el escudo y la larga lanza [...]. Mas Diomedes, el hijo de Tideo, cogiendo una gran piedra que dos de los hombres actuales no podrían llevar y que él manejaba fácilmente, hirió a Eneas en la articulación de la pierna; la áspera piedra desgarró ambos tendones y arrancó la piel. El héroe cayó de rodillas, apoyó la robusta mano en el suelo y la noche oscura cubrió sus ojos. Y allí pereciera Eneas, si al punto no lo hubiese advertido su madre Afrodita, hija de Zeus, que lo había concebido de Anquises, pastor de bueyes. La diosa tendió sus níveos brazos al hijo amado y lo cubrió con una doblez de refulgente manto, para defenderlo de los tiros, no fuera que alguno de los dánaos, de ágiles corceles, clavándole el bronce en el pecho le quitara la vida. Mientras Afrodita sacaba a Eneas de la batalla [...] Diomedes perseguía con el cruel bronce a Cipris, conociendo que era una deidad débil, no de aquellas que imperan en el combate de los hombres, como Atenea o Ares. Tan pronto como llegó a alcanzarla por Segundo GES entre la multitud, el hijo de Tideo, calando la afilada pica, rasguñó la tierna mano de la diosa: la punta atravesó el peplo2 divino, obra de las mismísimas Gracias, y rompió la piel de la palma. Brotó la sangre divina, o por mejor decir, el icor, que tal es lo que tienen los bienaventurados dioses, pues no comen pan ni beben negro vino, y por eso carecen de sangre y son llamados inmortales. La diosa, dando una gran voz, apartó a su hijo, que Febo Apolo recibió en sus brazos y envolvió en una espesa nube, no fuera que alguno de los dánaos, de ágiles corceles, clavándole el bronce en el pecho, le quitara la vida. Y Diomedes, valiente en el combate, dijo gritando: «¡Hija de Zeus, retírate del combate y la pelea! ¿No te basta engañar a las débiles mujeres? Creo que si intervienes en la batalla te dará horror la guerra, aunque te encuentres a gran distancia de donde la haya». Así dijo. La diosa retrocedió turbada y muy afligida; Iris, de pies veloces como el viento, la cogió de la mano, la sacó del tumulto, cuando ya el dolor la abrumaba y la hermosa piel ennegrecía; y como aquella encontrara al furibundo Ares sentado a la izquierda de la batalla, con la lanza y los veloces caballos envueltos en una nube, se hincó de rodillas y le pidió los corceles de áureas bridas. «¡Querido hermano! Compadécete de mí y dame los caballos para que pueda volver al Olimpo, a la mansión de los Inmortales. Me duele mucho la herida que me ha causado el Tidida, quien sería capaz de pelear con el padre Zeus». Dijo, y Ares le cedió los caballos de áureas bridas. Afrodita subió al carro con el corazón afligido; Iris se puso a su lado y, tomando las riendas, azuzó con el látigo a aquellos, que, gozosos, alzaron el vuelo. Pronto llegaron a la morada de los dioses, al alto Olimpo; y la diligente Iris detuvo los caballos, los desunció del carro y les echó un pasto divino. La diosa Afrodita se refugió en el regazo de su madre Dione [...] y con ambas manos restañó el icor; la mano se curó y los acerbos dolores se calmaron [...] y Zeus, llamando a la áurea Afrodita, le dijo: «A ti, hija mía, no te han sido asignadas las acciones bélicas, dedícate a los dulces trabajos del himeneo, y el impetuoso Ares y Atenea cuidarán de aquéllas». 2 El peplo es una especie de túnica que vestían las mujeres griegas. Cultura Clásica Página 35 Así los dioses conversaban. Diomedes atacó a Eneas, no obstante comprender que el mismo Apolo extendía las manos sobre él, pues, impulsado por el deseo de acabar con el héroe y despojarle de sus magníficas armas, ya ni al gran dios respetaba. Tres veces asaltó a Eneas con intención de matarle; tres veces agitó Apolo el refulgente escudo. Y, cuando atacaba por cuarta vez, Apolo, el que hiere de lejos, le increpó con aterradoras voces: «¡Tidida, piénsalo mejor y retírate! No quieras igualarte a los dioses, pues jamás fueron semejantes la raza de los inmortales dioses y la de los hombres que andan por la tierra». Así dijo. El Tidida retrocedió un poco para no atraerse la cólera de Apolo; y el dios, sacando a Eneas del combate, lo llevó al templo que tenía en Pérgamo: dentro de éste, Leto y Ártemís, que se complace en tirar flechas, curaron a Eneas y le aumentaron el vigor y la belleza del cuerpo. Apolo, que lleva arco de plata, formó un simulacro de Eneas y alrededor de éste luchaban aqueos y troyanos. Y Febo Apolo dijo entonces al furibundo Ares: «¡Ares, funesto a los mortales, manchado de homicidios, demoledor de murallas! ¿Quieres entrar en la lucha y sacar a ese hombre, al Tidida, que sería capaz de combatir con el padre Zeus? Primero hirió a Cipris en el puño y luego combatió conmigo». Cuando esto hubo dicho, se sentó en la excelsa Pérgamo. El funesto Ares, tomando la figura de Acamante, caudillo de los tracios, enardeció y exhortó para la lucha a los troyanos [...]. Cuando Hera, la diosa de níveos brazos, vio que morían muchos aqueos en el duro combate, dijo a Atenea estas aladas palabras: «¡Hija de Zeus! Vana será la promesa que hicimos a Menelao de que no se iría sin destruir la bien amurallada Ilión, si dejamos que el pernicioso Ares ejerza sus furores. ¡Ea, pensemos en prestar a Diomedes un poderoso auxilio! [...]». Atenea, hija de Zeus, dejó caer al suelo, en el palacio de su padre, el hermoso peplo bordado que ella misma había tejido y bordado con sus manos; vistió la túnica de Zeus, que amontona las nubes, y se armó para la luctuosa guerra. Suspendió de sus hombros la espantosa égida3 [...]. Cubrió su cabeza con un áureo casco de doble cimera y cuatro abo3 La égida es una especie de piel que sirve de coraza y en donde está la cabeza de la Gorgona. Segundo GES lladuras, apto para resistir la infantería de cien ciudades. Y subiendo al carro, asió la lanza poderosa, larga, fornida, con que la hija del prepotente padre destruye filas enteras de héroes cuando contra ellos monta en cólera. Hera picó con el látigo los corceles, y de propio impulso abriéronse, rechinando, las puertas del cielo de que cuidan las Horas para remover o colocar delante la densa nube [...]. Los corceles volaron gozosos entre la tierra y el estrellado cielo [...]. Tan pronto como ambas divinidades llegaron a Troya, Hera paró el carro en el lugar donde los dos ríos Simois y Escamandro juntan sus aguas; desunció los caballos, los cubrió de espesa niebla, y el Simois hizo nacer la ambrosía para que pacieran. [...] Atenea, la diosa de ojos de lechuza, fue en busca del Tidida y halló a este héroe junto a su carro y sus caballos, refrescando la herida que una flecha le había causado. El sudor le molestaba debajo de la ancha abrazadera del redondo escudo; y alzando éste con su cansada mano la correa se enjugaba la oscura sangre. La diosa apoyó la diestra en el yugo de los caballos y Diomedes le dijo: «Te conozco, oh diosa, hija de Zeus, que lleva la égida. No creas que me domina el terror ni flojedad alguna, sino que recuerdo todavía las órdenes que me diste. No me dejabas combatir con los bienaventurados dioses [...] y ahora retrocedo y he mandado que los argivos se replieguen aquí, porque comprendo que Ares impera en la batalla». Contestó Atenea, la diosa de los brillantes ojos: «Diomedes Tidida, queridísimo a mi corazón, no temas a Ares ni a ninguno de los inmortales; tanto te voy a ayudar ¡Ea! Endereza los caballos contra Ares el primero, hiérele de cerca y no respetes a este furibundo dios, a ese loco voluble y nacido para dañar, que a Hera y a mí nos prometió combatir contra los troyanos a favor de los aqueos, y ahora está con aquéllos y se ha olvidado de sus palabras». Montó la diosa, colocándose al lado del ilustre Diomedes, y el eje de encina recrujió a causa del peso, porque llevaba a una diosa terrible y a un varón fortísimo. Palas Atenea, habiendo cogido el látigo y las riendas, guió los caballos hacía Ares y se puso el casco de Hades para que el furibundo dios no la conociera. [...] Al hallarse a corta distancia, Ares, que deseaba quitar la vida a Diomedes, le dirigió la broncínea lanza, pero Atenea, la diosa de ojos de lechuza, cogiéndola y alejándola del carro, hizo que aquél diera el golpe en vano. A Cultura Clásica Página 36 su vez Diomedes, valiente en el combate, atacó con la broncínea lanza a Ares y Palas Atenea, apuntando al costado del dios, donde el cinturón le ceñía, lo hirió, desgarró la hermosa piel y retiró el arma. Ares gritó como gritarían nueve o diez mil hombres que en la guerra llegaran a las manos; y temblaron, amedrentados, aqueos y troyanos. Ares, cubierto de niebla, se dirigió al anchuroso cielo. El dios llegó en seguida al alto Olimpo, mansión de las divinidades; se sentó con el corazón afligido al lado de Zeus Cronida, mostró la sangre inmortal que manaba de la herida y, suspirando, dijo estas aladas palabras: «¡Padre Zeus! [...] todos estamos airados contigo porque engendraste una hija loca, funesta, que sólo se ocupa de acciones inicuas. Cuantos dioses hay en el Olimpo, todos te obedecen y acatan, pero a ella no la sujetas con palabras ni con obras, sino que la instigas, por ser tú el padre de esa hija perniciosa que ha movido al insolente Diomedes, hijo de Tideo, a combatir con los inmortales dioses. Primero hirió a Cipris en el puño, y después arremetió contra mí. Si no llegan a salvarme mis ligeros pies, hubiera tenido que sufrir padecimientos durante largo tiempo entre espantosos montones de cadáveres, o quedar inválido a causa de las heridas que me hiciera el bronce». Mirándole con torva faz, respondió Zeus, que amontona las nubes: «¡Inconstante! No te lamentes, sentado junto a mí, pues me eres más odioso que ningún otro de los dioses del Olimpo. Siempre te han gustado las riñas, luchas y peleas, y tienes el espíritu soberbio, que nunca cede, de tu madre Hera, a quien apenas puedo dominar con mis palabras. Creo que cuanto te ha ocurrido lo debes a sus consejos. Pero no permitiré que los dolores te atormenten, porque eres de mi linaje, y para mí te parió tu madre. Si, siendo tan perverso, hubieses nacido de cualquier otro dios, tiempo ha que estarías en un abismo más profundo que el de los hijos de Urano». Dijo y mandó a Peán que lo curara. Éste le sanó aplicándole drogas calmantes [...] y Hebe lo lavó y le puso hermosas vestiduras. Y el dios se sentó al lado de Zeus cuando hubieron conseguido que Ares, funesto a los mortales, de matar hombres se abstuviera. (Traducción de L. Segalá) Segundo GES A c t i v i d a d e s 1. Después de leer el texto, responde a las siguientes cuestiones: a. Indica los principales combatientes por ambos bandos. b. ¿Cómo llama Homero a los griegos y a los troyanos? c ¿Qué dioses ayudan a los griegos y cuáles a los troyanos? d. Es un rasgo típico de la poesía homérica describir con un epíteto o frase hecha las cualidades de las personas y objetos. Así, las naves son veleras o cóncavas, los dánaos son de hermosas grebas, las lanzas son broncíneas, etc. Indica a quién corresponden los siguientes epítetos: • de ágiles corceles • de áureas bridas • que lleva arco de plata • la diosa de níveos brazos • valiente en el combate • que se complace en lanzar flechas • manchado de homicidios, funesto a los mortales • la diosa de ojos de lechuza e. ¿Dónde viven los dioses? ¿De qué modo bajan a la tierra? f. Iris es la mensajera de los dioses. A veces los mortales podemos saber cuándo baja a la tierra. ¿Cómo se llama la estela que deja? g. ¿Cuál es la razón, según Homero, para que los dioses sean inmortales? ¿Cómo se llama la comida y bebida de los dioses? Cultura Clásica Página 37 h. ¿Qué es, según Homero, el icor? i. ¿Cómo está caracterizada Afrodita en este pasaje? ¿Son compatibles el amor y la guerra? En los años setenta, durante la guerra de Vietnam, se hizo famosa una frase sobre esto, ¿la conoces? j. Ares y Atenea son los dioses de la guerra, pero representan aspectos distintos de ésta. ¿Cuáles? ¿Qué diferencia ves en la actuación de cada uno de ellos? 2. Resume brevemente el texto. 3. Busca el origen y el significado de las siguientes palabras: irisado, marcial, iris, ambrosía, néctar 4. Hay un día de la semana y un mes dedicados al dios Ares (Marte). ¿Cuáles son? 2. La Guerra y la Paz en Grecia y Roma Información Grecia La paz siempre fue muy valorada entre los griegos, para quienes era sinónimo de «abundancia, vida agradable, alegría y goce de los placeres sencillos de la existencia», frente a la guerra, que era «esfuerzo, dolor y aflicción». Sin embargo, para los griegos de la época clásica, la guerra era el estado natural de las cosas, y la rivalidad entre las diversas poleis (ciudades) fue una constante de su historia. Los griegos iban a la guerra para defender su ciudad del enemigo o para atacar a otra ciudad. En los primeros tiempos el objetivo de la guerra ofensiva era el botín: prisioneros por Segundo GES los que pedir un rescate, ganado capturado, productos de las cosechas, joyas, objetos preciosos y armaduras, aparte de las conquistas territoriales (como la de Mesenia por Esparta) y la consecución de tributos más o menos regulares. Una vez consolidadas las poleis, la guerra ya no tenía como objetivo la conquista, y en el conflicto entre las ciudades no se buscaba tanto aniquilar al adversario o destruir su ejército, como hacerle reconocer la propia superioridad. Esta búsqueda de la hegemonía era el mismo espíritu que presidía los grandes juegos panhelénicos (olímpicos, píticos, etc.), auténticos sucedáneos de la guerra, que, precisamente, se suspendía cuando éstos se celebraban. Una concepción así de la guerra hacía que ésta estuviera ritualizada. Las campañas se iniciaban normalmente en primavera y acababan antes del invierno. Las batallas decisivas se libraban en llanuras escogidas donde las falanges de hoplitas («formación de infantes armados») podían desplegarse y maniobrar; siempre iban precedidas de sacrificios a los dioses. Se avanzaba ordenadamente al encuentro del enemigo y, cuando se producía el choque de los contendientes, lo importante era romper la formación del adversario y provocar su huida, lo que se conseguía con el impulso, la disciplina y la fuerza que daban la medida de la potencia y la cohesión de las respectivas ciudades. Por eso no se perseguía al enemigo, sino que bastaba con deshacer sus filas y hacerse dueño del terreno. La victoria se escenificaba levantando un trofeo (un simple armazón de madera decorado con las armas arrebatadas al enemigo), entonando un peán («himno de victoria») en honor de Apolo o Dioniso y concediendo permiso a los derrotados para recoger los cadáveres de sus muertos. Cultura Clásica Página 38 Esta concepción de la guerra se vino abajo en la época helenística cuando el ejército dejó de estar formado por ciudadanos y se profesionalizó con mercenarios, reclutados para labrar y conservar imperios al servicio de un rey. Roma En Roma, la guerra fue el medio para conseguir su grandeza; primero, conquistando Italia y, posteriormente, el resto del mundo conocido. En un principio, el ejército romano estuvo formado por ciudadanos que, tras las campañas militares, volvían a sus ocupaciones y al cultivo de sus tierras. La política de conquistas que siguieron los gobernantes conformó el carácter de los romanos, puesto que en todas las épocas, pero especialmente en la republicana, inculcaron a sus ciudadanos la arrogancia y la grandeza que suponía ser romano mediante la literatura, la oratoria y la organización administrativa (los territorios conquistados se convertían en provincias romanas y sus habitantes obtenían la ciudadanía romana). Son bien conocidos los discursos-arengas que los generales pronunciaban ante sus soldados con el fin de infundirles valor para luchar por el engrandecimiento de la patria, así como las obras historiográficas que exageraban las victorias romanas y contaban leyendas que enaltecían el valor guerrero. En la época de Augusto, etapa de consolidación del Imperio, ya existía un ejército permanente que recibía una soldada y tenía como profesión la defensa de las fronteras. La organización administrativa del Imperio hizo que el ejército romano no sólo fuera el artífice de la conquista de amplios territorios, sino también un poderoso instrumento de expansión y consolidación de la lengua y la cultura romanas, es decir, el fenómeno que se Segundo GES conoce como la romanización de los territorios. Entre los restos romanos más importantes que nos han quedado, destacan las calzadas, una vasta red de vías de tránsito que el ejército romano fue construyendo conforme conquistaba un territorio para asegurar las comunicaciones y facilitar su defensa. Gracias a esta red de comunicaciones, los romanos lograron resistir el ataque de Aníbal en sus peores momentos. En la actualidad, estas calzadas siguen en uso en muchos lugares de Europa y, en otros, las actuales carreteras o autopistas siguen su mismo curso. A c t i v i d a d e s 1. Tras leer la información anterior, responde a las siguientes cuestiones: a. ¿Cuáles fueron los objetivos de la guerra en los primeros tiempos? b. ¿Y después del establecimiento de la polis? c. Resume cuándo y cómo se desarrollaba una campaña militar. d. ¿Qué papel cumple el ejército en el engrandecimiento de Roma y el establecimiento del Imperio? 2. En el año 415 a. de C., los atenienses rompieron unilateralmente la paz que habían firmado con los espartanos y equiparon una escuadra contra Sicilia, cuyas ciudades eran aliadas de los espartanos. El historiador Tucídides (VI, 24, 3) nos habla de las motivaciones que tuvieron para ello: De todos se apoderó el deseo de embarcarse: en los más viejos porque creían que o conquistarían el país contra el que marchaban o, al menos, un ejército tan numeroso no podía ser derrotado; en los jóvenes por el deseo de ir lejos y conocer otra tierra y porque espera- Cultura Clásica Página 39 ban regresar sanos y salvos; y en la gran masa de soldados porque pensaban volver con dinero a casa y hacer a Atenas más poderosa, lo que les garantizaría una soldada indefinida. a. ¿Cuáles son las motivaciones de los atenienses para declarar la guerra a Sicilia? b. ¿Cuáles son las motivaciones para las guerras actuales? 3. El siguiente texto del historiador Veleyo (Historia romana, 89 ss.) narra las consecuencias positivas de la llamada «paz de Augusto o paz romana». a. Acabaron después de veinte años, las guerras civiles, terminaron las exteriores, fue restablecida la paz [...]; las leyes recobraron su fuerza, los tribunales su autoridad, el senado la majestad, los poderes de los magistrados encontraron los límites originales. Volvió el cultivo a los campos, a la religión el respeto, la tranquilidad a los hombres y a todo el mundo la segura posesión de sus bienes. El mismo emperador Augusto alude con bastante frecuencia en sus memorias a su labor pacificadora: Ponto, se dirige a Arsaces, rey de los Partos, para pedirle ayuda contra los romanos: (Los romanos) no poseyeron nada desde sus comienzos que no fuera robado: casa, mujeres, campos, imperio [...], nacidos como peste para el mundo [...] consideran que todo poder que no les está sometido es su enemigo. [...] Se han hecho poderosos con su atrevimiento, engañando y enlazando una guerra con otra; siguiendo su costumbre todo lo destrozan o aniquilan. b. Tácito (Agricola, 29) expresa la opinión de Calgaco, jefe de los caledonios, vencidos por Roma: Saqueadores del mundo, cuando les faltaron tierras a los que todo devastan, escrutaron el mar. Si el enemigo es rico, codiciosos, si es pobre, despóticos; a quienes no saciará ni el Oriente ni el Occidente. Con falsos nombres llaman imperio al despojar, degollar, arrebatar, y a la soledad, desolación y muerte que crean, las llaman paz. a. ¿Qué hay de cierto en estas opiniones? b. ¿Podrías resumir los aspectos positivos y negativos del Imperio romano? 5. Lee a continuación los siguientes versos, canto a la paz de Tibulo: b. «He pacificado el mar librándolo de piratas»; «he restablecido la paz en las provincias de la Galia e Hispania»; «he pacificado los Alpes». a. ¿Qué trastornos sociales y morales provocan, en tu opinión, las guerras y cuáles son los principales beneficios de la paz? 4. Lee ahora los siguientes textos, en los que se cuenta la opinión de algunos vencidos sobre la guerra de los romanos y la «paz» que ofrecen. a. Salustio, en su Epístola a Mitrídates (16 ss.), cuenta cómo éste, rey del Segundo GES ¿Quién fue el primero en empuñar las terribles espadas? ¡Qué cruel e insensible fue aquél! Entonces nacieron las masacres para el género humano, entonces las guerras, y se abrió el camino más corto para la muerte terrible [...]. Todo es culpa del preciado oro, y no había guerras cuando el vaso de madera de haya se ponía ante los alimentos; no había ciudadelas ni empalizadas, y el pastor se abandonaba tranquilo al sueño entre sus ovejas de varios colores. Entonces yo tendría vida, Valgo, y no conocería las tristes armas, ni oiría la trompeta con el corazón estremecido. Ahora me arrastran a la guerra y cualquier enemigo lleva ya las armas tal vez destinadas a mi costado [...]. Tibulo, Elegía, I, 1-10 Cultura Clásica Página 40 a. ¿Cómo calificarías los sentimientos que expresa Tibulo en este texto? Segundo GES Cultura Clásica b. ¿Qué opina de las guerras? ¿Qué es lo que teme? Página 41 Segundo GES Cultura Clásica Página 42 6 La Figura de Aquiles Las Tácticas Militares en Grecia y Roma Segundo GES Cultura Clásica Página 43 Segundo GES Cultura Clásica Página 44 Tema 6 1. La Figura de Aquiles Aproximación Inicial • • • ¿Qué sabes de Aquiles? ¿Cuáles son las cualidades de un héroe? ¿En qué se diferencia un dios de un héroe? Información Lee en voz alta el inicio del canto XXI de la Ilíada de Homero (subraya, como siempre, las palabras que desconoces para anotarlas en tu cuaderno con su significado). El Escamandro persigue a Aquiles A sí que los troyanos llegaron al vado del voraginoso Escamandro (llamado Janto por los dioses), río de hermosas corrientes a quien el inmortal Zeus engendró, [...] cayeron en él con gran estrépito: resonaba la corriente, retumbaban ambas orillas y los teucros nadaban acá y acullá gritando, mientras eran arrastrados en torno a los remolinos. Y la corriente sonora del Janto se llenó por la persecución de Aquiles de hombres y caballos que en el mismo caían confundidos. Aquiles dejó la lanza arrimada a un tamariz de la orilla; saltó al río con sólo la espada y, meditando su corazón acciones crueles, comenzó a herir a diestro y siniestro; al punto se levantó un horrible clamor de los que recibían los golpes y el agua bermejeó con la sangre. Cuando Aquiles tuvo las manos cansadas de matar, cogió, dentro del río, a doce mancebos para inmolarlos más tarde en expiación de la muerte de Patroclo [...] Y el héroe acometió de nuevo a los teucros, para hacer en ellos gran destrozo [...]. Ya más hombres diera muerte el veloz Aquiles si el río de profundos remolinos, irritado y transfigurado en hombre, no le hubiese dicho desde uno de los profundos vórtices: «¡Aquiles! Superas a los demás hombres tanto en el valor como en la comisión de Segundo GES acciones nefandas, porque los propios dioses te prestan constantemente su auxilio. Si el Cronida te ha concedido que destruyas a todos los troyanos, apártalos de mí y ejecuta en la llanura tus proezas. Mi hermosa corriente está llena de cadáveres que obstruyen el cauce y no me dejan verter el agua en el mar divino, y tú sigues matando de un modo atroz, pero iea!, cesa; pues me tienes asombrado». Aquiles, el de los pies ligeros, le respondió: «Se hará, ¡oh Escamandro, hijo de Zeus!, como tú lo ordenas; pero no me abstendré de matar a los altivos troyanos, hasta que los encierre en la ciudad y peleando con Héctor, él me mate a mí o yo acabe con él». Esto dicho, arremetió contra los troyanos, cual si fuese un dios, y saltó desde la escarpada orilla al centro del río. Pero éste le atacó enfurecido; hinchó sus aguas, revolvió la corriente y arrastrando muchos cadáveres de hombres muertos por Aquiles, que había en el cauce, los arrojó a la orilla, mugiendo como un toro; y en tanto, salvaba a los vivos dentro de la hermosa corriente, ocultándolos en los anchos y profundos remolinos. Las revueltas olas rodeaban a Aquiles, la corriente caía sobre su escudo y le empujaba, y el héroe ya no se podía tener en pie. Se asió entonces con ambas manos a un olmo corpulento y frondoso; pero éste, arrancado de raíz, rompió el borde escarpado, oprimió la hermosa corriente con sus muchas ramas, cayó entero en el río y se convirtió en un puente. Aquiles dio un salto, salió del abismo y voló con pie ligero por la llanura. Mas no por eso el gran dios desistió de perseguirle, sino que lanzó tras él olas de sombría cima con el propósito de hacer cesar al divino Aquiles de combatir y de librar de la muerte a los troyanos. El Pelida corría y el bronce resonaba horriblemente sobre su pecho. Procuraba huir, desviándose a un lado; pero la corriente le perseguía con gran ruido [...] y las grandes olas del río, que las celestiales lluvias alimentan, le azotaban los hombros. [...] Aquiles enderezó sus pasos a la llanura inundada por el agua del río, en el cual flotaban cadáveres y hermosas armas de jóvenes muertos en la pelea. El héroe caminaba derechamente, saltando por el agua, pues Atenea le daba mucho brío. El Escamandro no cedía en su furor, sino que, irritado aún más contra el Pelida, hinchaba y levantaba alto sus olas y, a gritos, llamaba al río Simois: Cultura Clásica Página 45 «¡Hermano querido! Juntémonos para contener la fuerza de ese hombre, que pronto tomará la gran ciudad del rey Príamo, pues los teucros no le resistirán en la batalla. Ven al momento en mi auxilio: aumenta tu caudal con el agua de las fuentes, concita a todos los arroyos, levanta grandes olas y arrastra con estrépito troncos y piedras, para que anonademos a ese feroz guerrero que ahora triunfa y piensa en hazañas propias de los dioses. Creo que no le valdrán ni su fuerza, ni su hermosura, ni sus magníficas armas, que han de quedar en el fondo de este lago cubiertas de cieno. A él le envolveré en abundante arena, y ni siquiera sus huesos podrán ser recogidos por los aqueos: tanto limo amontonaré encima. Y tendrá su túmulo aquí mismo, y no necesitará que los aqueos se lo erijan cuando le hagan exequias». Dijo, y, revuelto, arremetió contra Aquiles, alzándose furioso y mugiendo con la espuma, la sangre y los cadáveres. Las purpúreas ondas del río se mantenían levantadas y arrastraban al Pelida. Pero Hera, temiendo que el gran río derribara a Aquiles, gritó a Hefesto, que era su hijo bien amado: «¡Levántate, hijo querido! Pues creemos que el Janto voraginoso es tu igual en el combate. Socorre pronto a Aquiles, haciendo aparecer inmensa llama. Voy a suscitar con el Céfiro y el veloz Noto una gran borrasca para que, viniendo del mar, extienda el destructor incendio y se quemen las cabezas y las armas de los teucros. Tú abrasa los árboles de las orillas del Janto, métele en el fuego y no te dejes persuadir ni con palabras dulces ni con amenazas. No cese tu furia hasta que yo te lo diga gritando; entonces apaga el fuego infatigable». Así dijo; y Hefesto, arrojando una abrasadora llama, incendió primero la llanura y quemó muchos cadáveres de guerreros a quienes había matado Aquiles; se secó el campo, y el agua cristalina dejó de correr. Luego Hefesto dirigió al río la resplandeciente llama y ardieron los olmos, los sauces, los tamariscos, el loto, el junco y la juncia que en abundancia habían crecido junto a la hermosa corriente. Anguilas y peces padecían y saltaban acá y allá, en los remolinos o en la corriente, oprimidos por el soplo del ingenioso Hefesto. Y el río, quemándose también, así hablaba: «¡Hefesto! Ninguno de los dioses te iguala y no quiero luchar contigo ni con tu llama ardiente. Cesa de perseguirme y en seguida el divino Aquiles arroje de la ciudad a los troyanos. ¿Qué interés tengo en la contienda ni en auxiliar a nadie?». Segundo GES Luego dirigió a Hera estas aladas palabras: «Yo cesaré de ayudar a los teucros, si así lo mandas, pero que tu hijo cese también de maltratar mi corriente [...]». Cuando Hera, la diosa de níveos brazos, oyó estas palabras, dijo en seguida a Hefesto, su hijo amado: «¡Hefesto, hijo ilustre!, cesa ya, pues no conviene que a causa de los mortales, a un dios inmortal atormentemos». Así dijo. Hefesto apagó la abrasadora llama y las olas retrocedieron a la hermosa corriente. (Traducción de L. Segalá) A c t i v i d a d e s 1. Después de leer el texto, responde a las siguientes cuestiones: a. ¿Recuerdas cuál fue la relación de Aquiles con Ifigenia? b. ¿Quiénes son los teucros? c. ¿Cómo representan los griegos y los romanos a los ríos? d. ¿Quién es Patroclo? ¿Y Héctor? e. ¿Por qué se irrita tanto el río Escamandro? f. ¿Quiénes son el Céfiro y el Noto? 2. Lee y responde a las cuestiones de los siguientes textos: a. Aquiles arrojó la formidable lanza. Héctor, al verla venir, se inclinó para evitar el golpe; la broncínea lanza se clavó en el suelo, y Palas Atenea la arrancó y devolvió a Aquiles, sin que Héctor lo advirtiese [...]. Héctor, blandiendo la ingente lanza, la despidió sin errar el tiro, pues se clavó en el escudo del Pelida, pero fue rechazada por la rodela [...]. Desenvainó la aguda espada grande y fuerte que llevaba en el costado [...]. Aquiles le embistió, a su vez, con el corazón rebosante de feroz cólera; defendía su pecho con el magnífico escudo labrado y movía el reluciente casco de cuatro abolladuras, haciendo ondear las bellas y abundantes crines de oro que Hefesto había colocado en la cimera, y en su diestra brillaba una pica de larga punta, mientras miraba qué parte del hermoso cuerpo Cultura Clásica Página 46 de Héctor ofrecería menos resistencia. Éste lo tenía protegido por la excelente armadura de bronce que quitó a Patroclo, después de matarle, y sólo quedaba descubierto el lugar en que las clavículas separan el cuello de los hombros, la garganta, que es el sitio por donde más pronto sale el alma: por ahí el divino Aquiles le clavó la pica a Héctor, que ya le atacaba, y la punta, atravesando el delicado cuello, asomó por la nuca. Héctor cayó en el polvo [...] y con desfalleciente voz dijo: «Te lo ruego por tu alma, por tus rodillas y por tus padres. ¡No permitas que los perros me despedacen y devoren junto a las naves aqueas! Acepta el bronce y el oro que en abundancia te darán mi padre y mi venerable madre, y entrega a los míos el cadáver para que lo lleven a mi casa y los troyanos y sus esposas lo entreguen al fuego». Mirándole con torva faz, le contestó Aquiles, el de los pies ligeros: «No me supliques, ¡perro!, por mis rodillas y por mis padres. Ojalá el furor y el coraje me incitaran a cortar tus carnes y a comérmelas crudas. ¡Tales agravios me has inferido! Nadie podrá apartar de tu cabeza a los perros, aunque me traigan diez o veinte veces el debido rescate y me prometan más, aunque Príamo Dardánida ordene rescatarte a peso de oro». Homero, Ilíada, XXII, 273 ss. a. ¿Cuál es la ventaja de Aquiles en este combate? ¿Quién le ayuda? b. ¿Por qué crees que Hefesto había hecho las armas de Aquiles? ¿Qué había pasado con su primera armadura? c. ¿Cómo muere Héctor? d. ¿Cuál es la súplica de Héctor a Aquiles? e. ¿Por qué crees que para un griego tenía tanta importancia que su cadáver recibiera los rituales funerarios? ¿En qué consistían éstos? f. ¿Por qué Aquiles desoye la súplica de Héctor? Segundo GES b. «¡Pelida, aléjate de los troyanos! No te es lícito todavía enviar a los enemigos a la funesta muerte, no vaya a ser que alguno de los inmortales del Olimpo también te ataque». Así habló, pero Aquiles no temió la inmortal voz del dios, más bien, por el contrario, le gritó en su cara: «¡Febo! ¿Por qué me incitas a luchar con los dioses sin quererlo yo? [...] Vuelve a la mansión de los demás dioses, no vaya a ser que te hiera a pesar de ser inmortal». Después de hablar así, se alejó del dios y atacó a los troyanos. Febo, encolerizado en su corazón, [...] disparó una funesta flecha que directa se clavó en el talón de Aquiles. Inmediatamente el dolor penetró en su corazón y cayó al suelo como una torre. Quinto de Esmirna, Posthomérica, III, 40 ss. a. ¿Por qué se irrita Apolo con Aquiles? ¿Por qué no reaccionó de igual manera Ares, cuando fue herido por Diomedes? b. ¿Por qué Apolo elige el talón para herir a Aquiles? c. Vino el alma de Aquiles y lamentándose me dijo estas aladas palabras: «Laertíada, del linaje de Zeus, Odiseo, fecundo en ardides! ¡Desdichado! ¿Cómo te atreves a bajar a la mansión de Hades, donde residen los muertos que están privados de sentido y son imágenes de los hombres que ya fallecieron?». Así se expresó y yo le respondí: «¡Oh Aquiles, [...] eres el más dichoso de todos los hombres que nacieron y han de nacer, puesto que antes, cuando vivías, los argivos te honrábamos como a un dios y ahora, imperas poderosamente sobre los difuntos. Por lo cual, ¡oh Aquiles, no has de entristecerte porque estés muerto!». Así le dije y contestó en seguida: «No intentes consolarme de la muerte, esclarecido Odiseo: preferiría ser labrador y servir a otro, a un hombre indigente que tuviera poco caudal para mantenerse, a reinar sobre todos los muertos». Homero, Odisea, XI, 467 ss. Cultura Clásica a. ¿Dónde iban los humanos al morir, según los griegos? Página 47 ¿Qué vida llevan en el más allá? b. A Aquiles los dioses le dieron a elegir una vida corta, pero gloriosa, o una vida larga y sin fama; ¿qué opina Aquiles de su elección, una vez muerto? ¿Qué opinas tú? 2. Las Tácticas Militares en Grecia y Roma Información En los poemas homéricos, la guerra está en manos de una elite de nobles, a los que Homero llama héroes. Son ellos los que alardean en primera fila de su riqueza, de su poder y de su valor, mientras que el pueblo se limita a ir tras ellos, en formación compacta, para apoyar y aplaudir las hazañas de sus campeones. Ello se debe, entre otras razones, a que los nobles son los únicos poseedores de las armas (unas armas forjadas, a veces, por los mismos dioses, que los asisten en el combate), de escudos gigantescos y carros de guerra (si bien sólo usan éstos como simples medios de transporte para ir o retirarse del campo de batalla). Con la consolidación de la polis, las hazañas individuales dejaban paso a la disciplina colectiva y apareció un nuevo tipo de combatiente: el hoplita. Su equipo consistía en un casco, una coraza, las grebas y un escudo circular hecho de bronce o piel que ya no se colgaba del cuello, sino que se llevaba en el antebrazo izquierdo. De esta nueva utilización del escudo se derivaban dos consecuencias, por un lado, el hoplita sólo disponía del brazo derecho para manejar sus armas defensivas: una lanza y una espada corta para la lucha cuerpo a cuerpo; por otro, la protección de su Segundo GES flanco derecho dependía de su compañero de fila en el interior de una formación compacta, la falange hoplita. Junto con la infantería, con la que durante muchos años Esparta fue invencible, la marina jugó también un importante papel en Grecia. El barco de guerra por excelencia fue el trirreme, un navío extremadamente ligero y rápido, equipado con tres filas de remeros, una vela y un espolón de metal para atacar a las naves enemigas. La poderosa marina ateniense fue la base de la hegemonía de Atenas durante el siglo V a. de C. hasta que fue derrotada por Esparta. En Roma la unidad base del ejército fue la legión, integrada por tres tipos de infantes: los hastati y los príncipes, soldados en la flor de la edad que ocupaban, respectivamente, la primera y la segunda líneas de combate, y los triarii, que eran soldados veteranos que iban en la retaguardia, a la cual rara vez llegaba la lucha. Así, para indicar una situación desesperada, los romanos solían decir: «la lucha llegó hasta los triarii». Cada legión llevaba como marca de identificación un estandarte con un águila de oro o de plata. Durante la república, el ejército era dirigido por uno de los dos cónsules, magistrados elegidos cada año. En el Imperio, el mando del ejército estaba en manos del emperador. Los romanos no eran grandes estrategas, y su superioridad se debía a su disciplina y entrenamiento. Su objetivo en la batalla era romper la línea enemiga por el centro, una táctica que ante un genio militar como Aníbal no tenía ninguna efectividad; así, en la batalla dé Cannas, Aníbal dejó avanzar a los romanos hasta el centro de la línea, mientras concentraba sus fuerzas en las alas de su ejército, con las cuales consiguió rodear a los romanos. Posteriormente, generales brillantes como César o Escipión aprendie- Cultura Clásica Página 48 ron la lección y emplearon otras tácticas. Los romanos fueron excelentes ingenieros y sobresalieron, sobre todo, en construcciones dé asedio, en las que pusieron en juego una combinación de habilidad, disciplina, energía y una gran tenacidad. Para conquistar una ciudad utilizaban dos tácticas: o bien construían rampas y torres para salvar las murallas o, por el contrario, la rodeaban con construcciones defensivas para aislarla e impedir su abastecimiento de víveres hasta que se rendía. Para celebrar la victoria existía una ceremonia, el triunfo, que consistía en una procesión a lo largo de las calles de Roma. A la cabeza iban los magistrados y senadores; tras ellos, era transportado el botín tomado al enemigo y los bueyes blancos destinados al sacrificio. Detrás venían los prisioneros, seguidos del general vencedor sobre un carro dorado tirado por cuatro caballos; éste vestía de forma regia, llevaba el rostro pintado de rojo y en la mano sostenía un cetro y una rama de olivo; a su espalda, un esclavo le murmuraba al oído: «recuerda que sólo eres un hombre». Detrás del general, los soldados, con coronas de laurel, gritaban: ¡lo triomphe! («he aquí el triunfo») y canciones más o menos obscenas. Al llegar al Capitolio, los jefes prisioneros eran ejecutados y, a continuación, se sacrificaban los bueyes en honor de Júpiter. Durante el Imperio, esta ceremonia se reservó sólo para el emperador y su familia. A c t i v i d a d e s 1. Tras leer la información, responde a estas cuestiones: a. ¿Qué es la falange hoplita? b. ¿Qué es una legión? Segundo GES c. ¿De qué tácticas se servían los romanos para conquistar una ciudad? d. ¿Qué es el triunfo? A c t i v i d a d e s d e R e f u e r z o 1. Busca información, realiza un trabajo y prepara un resumen para exponerlo en clase sobre uno de estos dos temas: a. Las conquistas de Alejandro Magno, el guerrero más brillante de la Grecia antigua. b. La conquista de las Galias por Julio César. Batallas míticas La conquista del imperio persa se articuló sobre tres importantes batallas a campo abierto en las que Alejandro no sólo mostró todas sus cualidades y salió vencedor, sino que también certificó el final de una concepción de la guerra en la que la superioridad numérica había sido un hecho decisivo. Río Gránico. En junio del 334 a. C., Alejandro, con un ejército de trece mil infantes y cinco mil jinetes, se enfrentó a la caballería pesada persa, al mando de Memnón de Rodas con cerca de veinte mil buenos jinetes que contaban con la ayuda de veinte mil hoplitas griegos. Pese a la oposición del general Parmenión, que le aconsejó que retrasara el ataque, Alejandro obtuvo una victoria sin paliativos. Tras la victoria se le abrieron las puertas de Lidia y Frigia. En la ciudad de Gordio, cerca de la actual Ankara, desafió la leyenda que decía que quien desatara el nudo que mantenía unido un yugo al carro sería el dueño de Asia. Alejandro, tras un intento fallido de desatar aquel conglomerado de hilachas de cornejo, decidió cortarlo, o simplemente retirar la clavija a la que estaba atado. Pero la versión que dice que cortó el nudo de un tajo fue más famosa y atravesó la historia hasta convertirse en la divisa del rey Fernando el Católico, pues su «tanto monta» significa «da igual» cortar que desatar. La leyenda, sin embargo, nos distrae de las verdaderas intenciones de Alejandro en ese primer año de conquista y ocupación de Asia Menor. Mientras sus generales le pedían enfrentarse en mar abierto a la flota persa, Cultura Clásica Página 49 Alejandro optó por debilitar la capacidad de maniobra de sus enemigos conquistando todos los puertos que utilizaban para su avituallamiento. Isos. En el actual golfo de Izkenderun se produjo en noviembre del 333 a. C. el segundo enfrentamiento en campo abierto contra los persas. El combate fue recreado en el célebre mosaico de Pompeya que reproduce un cuadro monumental de Filomeno de Eretria, y también, a comienzos del siglo XVI, por el pintor alemán Albrecht Altdorfer por encargo del duque Guillermo IV de Baviera. Una consideración exacta de este último cuadro nos posibilita la reconstrucción del transcurso total de la batalla. La fuente utilizada es el historiador Quinto Curcio Rufo, de quien proceden los números de los participantes, de los caídos y de los prisioneros. Las cifras se encuentran consignadas en las banderas del ejército. Se trata de un anacronismo entre muchos que sin embargo no impide hacernos una idea de lo que significó para la memoria militar europea la victoria de Alejandro en ese día. El orden táctico fue excelente. El ejército constaba de 5.300 jinetes y 26.000 infantes. Parmenión estaba al mando del ala izquierda, situada junto a la costa para evitar que su flanco fuese rebasado; en la derecha se situó Alejandro con la caballería tesalia, los arqueros macedonios, los compañeros, la guardia de infantería real, los hipaspistas y tres brigadas de falange formadas en columnas de a ocho. Durante el lento descenso, Alejandro cambió la disposición de sus tropas al comprobar que las fuerzas de Darío III Codomano, muy superiores en número, no tenían en su línea de ataque más hombres que en la línea de frente que se le avecinaba (el mismo error que siglos más tarde costó a Roma la derrota en Cannas frente a Aníbal). El ataque de Alejandro hacia el frente de Darío decidió la jornada. Al ver tan cerca la guardia de caballería, el rey persa dio media vuelta y huyó del campo, mientras que sus tropas iniciaban una desbandada general. Un general clásico hubiera detenido allí la batalla. El triunfo estaba asegurado, pero Alejandro iba a mostrar sus verdaderas intenciones. Comenzó la persecución de las tropas persas ordenando que matasen a todos los que pudiesen. No había cuartel para el vencido. La matanza fue horrible. Una barbaridad. Quizás el número que propuso el filósofo Calístenes fuese exagerado, pero hoy se piensa que murieron en Isos cerca de cien mil persas, frente a los ciento cincuenta jinetes y trescientos in- Segundo GES fantes, más cuatro mil heridos, que tuvo el ejército de Alejandro. Gaugamela. En una llanura situada cerca de Arbela, entre las actuales ciudades iraquíes de Mosul y Arbil, en octubre del 331 a. C. se jugó el destino del imperio persa. En Gaugamela encontramos de nuevo a Alejandro frente a Darío III, que ha acudido a este campo cercano a la ciudad de Nínive convencido de su superioridad, que se manifiesta en la presencia de numerosos carros con guadañas con los que aspiraba a romper las líneas de las falanges. Ambos llegan a la contienda con la convicción de que aquella sería la batalla definitiva, como apreciaron Plutarco y Rufo. El ataque de los persas sobre el flanco izquierdo, al mando como siempre de Parmenión, se llevó a cabo al mismo tiempo que el avance de Alejandro sobre el centro y el ala izquierda de los persas. La situación se hizo crítica, y en el momento en que Darío comenzó a huir una vez superadas sus filas, Alejandro retrocedió en ayuda de su viejo general, pues el ala «rehusada» tenía serias dificultades. Las perspectivas abiertas por esta victoria eran inmensas. Alejandro no las desaprovechó tras su entrada en Babilonia como libertador, escena que recreó Charles le Brun por encargo de Luis XIV. El emperador aboga por una política de integración entre los pueblos que da origen a las famosas bodas de Susa y a su matrimonio con Roxana. Luego sigue su marcha triunfal más allá del Oxus (el actual Amur-Daria), llega a Samarcanda y al Indo, se enfrenta al rey Boro y proclama el sueño de un continente unido bajo su mando. Pero, de repente, todo eso se trunca. La muerte de su amigo Herminión primero y su propia enfermedad más tarde pusieron fin a las conquistas. El balance de esta aventura en Asia en apenas 11 años lo hizo Plutarco con su proverbial estilo: «Experiencias propias de la expedición de Alejando: tormentas, sequías, ríos profundos, cimas sin aves, espectáculos prodigiosos de fieras, formas salvajes de vida, cambios de poderes y dobles traiciones», Alejandro. El dios de la guerra Alejandro Magno quiso ser un héroe como los de Homero. Si lo consiguió o no depende de la opinión que se tenga de su figura y del arte de la guerra que él contribuyó a magnificar. Macedonio por su padre, el rey Filipo II, había heredado el temperamento de la familia real de Épiro, a la que pertenecía su madre, Olimpia. Épiro fue la patria del rey Pirro, que dio nombre a la victoria pírrica, el hombre que convirtió la conquista del mundo a toda costa en la razón de la existencia. Que Cultura Clásica Página 50 el ambicioso joven macedonio en busca de un modelo político mirase hacia la familia materna no es nada extraño, sobre todo si tenemos en cuenta que se proclamaba descendiente de Aquiles, el héroe de la guerra de Troya. En la «Ilíada» de Homero, su obra preferida, encontró Alejandro los mejores argumentos para sus sueños de gloria. A los 14 años entró en la escuela de pajes reales y allí contó con la ayuda de Leónidas hasta que su padre contrató al filósofo Aristóteles para que fuese su tutor. Las lecciones y los seminarios se llevaron a cabo al aíre libre en el templo de las Ninfas cerca de Mieza, un hermoso lugar donde era fácil quedar atrapado en los versos de Píndaro a favor del amor por los muchachos que dieron lugar a numerosos comentarios sobre la pasión del joven príncipe por sus amigos, en particular por Hefestión: un tipo de relaciones que cautivaron al novelista Klaus Mann, convencido de la homosexualidad de Alejandro. A primera vista, lo que el sabio tutor quiso inculcar en su fogoso discípulo no fue solamente conocimientos de cosmología, geografía, botánica, zoología y medicina, sino la idea de que la filosofía es un procedimiento de ejercer la vida política, una manera de suavizar las inclinaciones místicas que Olimpia había fomentado en él cuando niño. Alejandro se dejó seducir por los gustos refinados de su padre, quien condujo a Macedonia a infinidad de artistas, filósofos y hombres de ciencia, atraídos por magníficos salarios, pero nunca olvidó que la religión formaba parte de la vida e hizo constantes sacrificios a los dioses. Quería formar parte del mundo helénico con todas sus consecuencias: ser un griego entre griegos, sin darse cuenta de que su figura representaba todo aquello que los griegos detestaban. Pronto comprendió que Macedonia no era Grecia. Frente al espíritu de las ciudadesEstado y la moral de los individuos que se responsabilizaban libre y respetuosamente de la defensa de sus derechos (y sus privilegios), en su país natal existía una aristocracia terrateniente dedicada a la cría de caballos, sustentada por una población de siervos con escasos (o nulos) intereses en la defensa del territorio y cuyo vértice político era una monarquía hereditaria que pasaba de padres a hijos varones. Aristóteles le hizo comprender la singularidad macedónica en «Sobre la monarquía», una obra que no ha llegado hasta nosotros. Filipo amaba a su hijo y le hizo participar desde el primer momento de sus objetivos políticos. De esa fascinación paterna surge la Segundo GES anécdota de la doma de «Bucéfalo», contada por Filónico de Tesalia. Este prodigioso semental se resistía a cualquier intento de monta, hasta que el joven Alejandro descubrió que el animal se asustaba de su sombra y lo colocó de tal modo que logró dominarlo ante el asombro de los viejos aristócratas, cuyo principal motivo de orgullo era que alguien supiera domar un caballo, como Héctor, el héroe troyano. Un punto fundamental en la corte de Macedonia fue el familiar. ¿Podía un rey como Filipo descuidar el equilibrio entre sus diversas esposas legítimas, los hijos de ellas y unos intrigantes aristócratas llenos de prejuicios ante el proyecto del rey de unir a todos los griegos contra el imperio persa? Un rey inteligente para la guerra y la política puede ser perturbado por las pasiones personales. Su nuevo matrimonio con una plebeya macedonia de nombre Cleopatra, a la que llamó Eurídice en recuerdo de la gran reina madre, provocó las quejas de los sectores conservadores y la ira de Olimpia, que vio peligrar su posición. Se suceden entonces envidias, conjuras de palacio y conspiraciones sobre las que los historiadores no se ponen de acuerdo y donde las leyendas se superponen a los datos. El caso es que en octubre de 336, mientras Filipo realizaba las fiestas en Egea que precedían a la invasión de Asia, Pausanias, un resentido aristócrata macedonio, se acercó al rey y le apuñaló hasta causarle la muerte. Luego fue alcanzado por las lanzas de la guardia, mientras su hijo Alejandro, su joven esposa Cleopatra y su ex mujer Olimpia contemplaban con horror el cadáver del gran Filipo II de Macedonia. La memoria de Filipo se merecía una conquista a la altura de su grandeza, y Alejandro lo revistió de una guerra sagrada panhelénica contra los persas. Mientras susurraba a sus tropas mercenarias el botín que obtendrían de la inmensa riqueza atesorada por la aristocracia aqueménida, en voz alta proclamaba que la expedición era una venganza por el incendio de la Acrópolis, por la esclavización de las ciudades jónicas, por los muertos en Maratón, Salamina, las Termópilas, Platea y tantas batallas que los griegos habían mantenido con los persas durante más de dos siglos. Necesitaba una nación griega libre en armas contra la tiranía, y para ello evocó el mito fundacional, la expedición de los aqueos contra Troya, y pidió ser reconocido como el nuevo Agamenón que conduciría las tropas y las naves más allá del Helesponto. Se hizo nombrar «hegemon», es decir, jefe militar de Cultura Clásica Página 51 los griegos, y se dispuso a llevar a cabo la mayor empresa militar de su tiempo. Alejandro pertenecía a una generación de hombres de guerra que para evitar ser destruidos se convirtieron en una colosal máquina de hacer la guerra preventiva en un territorio lejano. No quería sólo el botín al que aspiraban los terratenientes macedonios y los mercenarios, quería el dominio del mundo, como prueba de que era el libertador de los griegos, el elegido para llevar a las autocracias orientales un soplo de libertad y cultura. Esta dimensión religiosa es parte de la grandeza de Alejandro como estratega, como político, como filósofo aristotélico. Nada más atravesar el Helesponto y poner pie en Asia ordenó sacrificios a los dioses y a los héroes, a Aquiles y a Hércules, de quienes imitaba la forma de entender el mundo. Alejandro demostraba así que no sólo era un joven altamente cualificado para la guerra, sino que había devenido un estratega político para quien los objetivos finales pasaban muy por encima de los éxitos militares. José Enrique Ruiz-Domènec La ambigüedad según Oliver Stone El orgullo y la actitud reivindicativa están devolviendo a los gays la tolerancia que en tiempos de Alejandro Magno no era preciso reclamar. Algo que no parece recordar Yannis Varnakos, portavoz del grupo de abogados griegos que defienden la heterosexualidad sin mácula del bello rey de Macedonia en una época en que los valores en ese terreno eran bien distintos. A «Alejandro», la nueva propuesta de Oliver Stone, de tres horas de duración y 150 millones de dólares de presupuesto, no podían faltarle detractores, escandalizados ante el morbo de Colin Farrell, estampa de la apoteosis masculina, retozando con Hefestión (Jared Leto), su amigo del alma. Olimpia, la inteligente madre del invicto guerrero, ha sido interpretada por Angelina Jolie, mientras que Val Kilmer encarna al padre, Filipo, bastante más bisexual que su hijo. Por si acaso, el actor irlandés ha aclarado que, en aquella época, «compartir entre hombres experiencias intelectuales y físicas era algo muy puro». No todos los actores se han mostrado tan comprensivos como Farrell al interpretar papeles en los que la ambigüedad es un arte. Ramón Novarro, el «sex symbol» gay del cine, protagonizó muy afectadamente en 1926 un «Ben-Hur» que luego le cerró diversas puertas profesionales. Y cuando Charlton Heston fue convocado para encarnar al noble judío en Segundo GES 1959, el director William Wyler ocultó el carácter de la relación mantenida por Ben-Hur y Messala, por si se negaba a «hacer de maricón», en expresión del propio Wyler. En 1956, Richard Burton dio vida a un Alejandro Magno tan volcado en sus guerras que no dedicaba ni un minuto a tales veleidades. También se omitían en una serie televisiva de finales de los 70, coproducida por el gobierno griego. En la visión de Stone se incluyen varios besos a un soldado y a un joven persa, su amante posterior, además de las efusiones con Hefestión y alguna escena ardiente con Roxana, su esposa (Rosario Dawson). Pero también podemos disfrutar de recreaciones minuciosas de la biblioteca de Alejandría y de Babilonia, así como de las extraordinarias dotes de jinete de Farrell, que ha sido instruido por el español Ricardo Cruz en el arte de montar sin silla con cuatro frisones negros que han interpretado el papel de «Bucéfalo», el mítico caballo del héroe. No ha sido fácil coger por los cuernos el toro del sexo entre hombres en la historia del cine. Barry Sander, guionista de un histórico filme gay, «Su otro amor» (1981), manifestaba que «la imagen de los gays en la pantalla ha sido de perversos y asesinos; o monstruos, fantoches, reinonas histéricas, decoradores de interiores o tipos del estilo de «La jaula de las locas» (1978). El cine ha vejado a los gays. O son psicópatas, como en «Vestida para matar», o ruines, como en «JFK», o criminales pervertidos, como en «El silencio de los corderos» o «Instinto básico». Si, como en «Alejandro», el personaje es real, al espino se le multiplican las púas. En «Espartaco» (1960), el general romano Craso fue objeto de un blanqueado hetero, hasta la restauración de la copia en 1991, pero «El león de invierno» ofrecía en el 68 a Ricardo Corazón de León (Anthony Hopkins) cara a cara con su amante, Felipe de Francia (Timothy Dalton). Lawrence de Arabia-Peter O’Toole cosechó su parte alícuota de murmuración mientras daba calabazas a Omar Sharif y perdía el oremus por su joven paje. Y no digamos la obra del director británico Derek Jarman, creador, entre otros, de «Sebastiane» (1971) o «Caravaggio» (1986). En el caso de las mujeres, pocas son las referencias, si exceptuamos a Greta Garbo, quien, como su personaje de lesbiana en «La reina Cristina de Suecia» (1933), se negó a casarse, o Marlene Dietrich, que, vestida con frac y sombrero de copa, besó en la boca a una señorita en «Morocco» (1930). La realizadora Rose Troche rompió en el 94 una inteligente lanza a favor de la diferencia con «Go Cultura Clásica Página 52 fish», y en «Boys don’t cry», cinco años más tarde, Kimberly Pierce relató la historia del joven y apuesto Brandon Tena -por cuya interpretación Hillary Swank obtuvo un Oscar-, de quien, tras ser asesinado, se supo que era una mujer. «El celuloide oculto» (1995), exhaustiva historia en imágenes de la homosexualidad en el cine americano, aporta datos, declaraciones y anécdotas harto reveladores. Tras la revuelta de los homosexuales neoyorquinos contra la policía torturadora, el 28 de junio de 1969, fecha que se conmemora con la celebración del Orgullo Gay, narrados en «Stonewall» (1996), el cine comenzó a caracterizar a los personajes notables en su auténtica dimensión sexual. Una hermosa adaptación de la novela «Dioses y monstruos», de Christopher Bram, en 1999, con la historia de James Whale, el director gay de filmes como «Frankenstein», valió a Bill Condon el Oscar al mejor guión. Ya habíamos visto «Ábrete de orejas», sobre el dramaturgo Joe Orton (Gary Oldman), por no hablar de «Wilde», en 1997, tercer intento de explicar los tortuosos caminos sexuales del escritor inglés, interpretado por Stephen Fry y con Jude Law como su amante, Bosie. A estas alturas, «Alejandro» no descubre nada nuevo, a no ser las mechas rubias aplicadas a su cetrino protagonista. La complicada historia de Basquiat, sobre el Segundo GES artista/amante de Andy Warhol, dio paso a «Antes que anochezca», también dirigida por el pintor neoyorquino Julian Schnabel, responsable del éxito internacional de Javier Bardem como Reynaldo Arenas, el poeta gay cubano. Y hablando de espaldarazos, Antonio Banderas comprobó cómo su personaje de «La ley del deseo» iniciaba su camino hacia Hollywood. Los personajes gays ya reciben honores normales, desde el lanzamiento de Daniel Day Lewis en «Mi hermosa lavandería» o el de River Phoenix y Keanu Reeves en «My own private Idazo» al eco mundial de «La mala educación». Como titulaba Coline Serreau su película sobre dos jóvenes que comparten su relación con una chica: «Pourquoi pas?» («¿Por qué no?»). Nada como contemplar los resueltos pasos de Ludovic, aquel niño determinado a ser niña en «Ma vie en rose», que obtuvo un Globo de Oro a la mejor película extranjera en el 98. Han caído muchas barreras, sí, pero a Rupert Everett acaban de negarle la posibilidad de ser el nuevo 007 por ser gay. A c t i v i d a d e s 1. Haz un pequeño resumen de cada una de estas tres lecturas. Cultura Clásica Página 53 Segundo GES Cultura Clásica Página 54 7 La Caída de Troya La Muerte y los Rituales Funerarios Segundo GES Cultura Clásica Página 55 Segundo GES Cultura Clásica Página 56 Tema 7 1. La Caída de Troya Aproximación Inicial • ¿Qué ocurre cuando, en una guerra, una ciudad es conquistada por los enemigos? Información Las tropas griegas tienen en Aquiles a uno de sus mayores guerreros. Llevan años luchando y por él es que ganan las batallas. Pero Aquiles se niega a seguir combatiendo. Se siente ultrajado porque le han robado a la esclava Briseida. Los griegos sufren terribles derrotas ya que a los troyanos ya no les acobarda la figura de Aquiles. Su amigo Patroclo decide vestirse como él y batallar en su lugar. Va vestido de Aquiles, pero no es Aquiles. Con el disfraz logra hacer huir a muchos troyanos pero no a Héctor, hijo de Príamo. Los dos héroes luchan y Héctor le mata. Aquiles al enterarse arde de furia y regresa al combate. Encuentra a Héctor y lo mata. Lo ata a su carro y lo arrastra por todo el campamento griego. Sólo accede a que se le entierre cuando Príamo acude y le pide piedad para su hijo. Más tarde Aquiles cae en la batalla por una flecha de Paris. La flecha le da en el talón, su punto débil, y muere. El caballo de Troya La guerra no se decide por uno de los dos bandos. Entonces Ulises tiene una idea de las suyas. Hace construir un caballo gigantesco y lo hace pasar por un presente de los Segundo GES griegos hacia la ciudad de Troya. Los troyanos creen en el engaño del caballo y celebran su victoria. Meten el caballo en la ciudad y festejan sin mesura. Pero el caballo no es un regalo. El caballo lleva en su interior a toda la tropa griega esperando el momento adecuado. Cuando los ecos de la celebración se extinguen, los griegos salen de su escondite y atacan a los desprevenidos troyanos. Los troyanos caen derrotados. Los desastres de la guerra Los griegos se comportan como cualquier otro vencedor. No se conforman con ganar la batalla a los guerreros sino que ultrajan a las mujeres y asesinan a los niños. Pero el destino no está dispuesto a perdonar la violencia de los griegos y se encarga de castigarlos por los actos cometidos. Pocos griegos regresan sanos y salvos y de los que lo consiguen no todos sortean la muerte o el destierro. Casandra escapa de la batalla y se refugia en el templo de Atenea, pero Áyax, uno de los griegos, la encuentra y la viola allí mismo. Más tarde pagará el haber cometido aquel acto violento en el templo de Atenea. Luego Casandra es entregada a Agamenón como botín de guerra. Agamenón la hace su amante. Ambos regresan a Grecia y Agamenón es asesinado por su mujer y por el amante de ésta. Casandra corre la misma suerte. Ulises tarda veinte años en llegar a Ítaca y por el camino pierde a todos sus compañeros. Diomedes regresa al hogar para descubir que su esposa planea matarle y quedarse con el poder. Desesperado, él mismo se autodestierra. El regreso de Menelao tampoco es sencillo. Entra en Troya dispuesto a Cultura Clásica Página 57 matar a Helena, pero cuando la encuentra, ella se le muestra desnuda y sugerente. Menelao deja caer la espada y la perdona. Pero antes de regresar él también ha de purificar su culpa. En ello emplea varios años. Hécuba, la esposa de Príamo, tiene que contemplar cómo los griegos arrasan Troya y a sus hijos con ella. Luego es reducida a la esclavitud. En venganza saca los ojos al rey de Tracia y mata a sus hijos. Andrómaca, la esposa de Héctor, tiene que ser testigo del asesinato de su hijo, que es arrojado por las murallas. Luego es entregada al hijo de Aquiles, un chiquillo violento que busca en ella no sólo una amante sino también una madre. El héroe Eneas huye con su anciano padre Anquises y con su hijo Ascanio. Tras mucho vagabundear, crea un reino en Italia. Es el único de los héroes troyanos que sale bien parado. A c t i v i d a d e s 1. Lee y responde a las cuestiones de los siguientes textos: a. Al ver la resplandeciente figura del bien construido caballo la rodearon admirados. Se inició entonces una confusa deliberación, porque unos, fatigados por tantos dolores que la guerra les había producido, miraban con malos ojos al caballo, por ser obra de los aqueos, y querían despeñarlo en una sima profunda o destruirlo con hachas de doble filo; otros, sin embargo, maravillados por aquella obra de arte, eran de la opinión de ofrecer a los inmortales el caballo, digno de Ares, para que fuera en el futuro recuerdo de la guerra argiva. Trifidoro, La toma de Ilión, 183 ss. a. ¿Qué dos opiniones había sobre qué hacer con el caballo? ¿Cuál se impuso? ¿Quiénes avisaron a los troyanos sobre el peligro del caballo? Segundo GES b. Laocoonte, indignado, baja corriendo de lo alto de la ciudad y desde lejos grita: «Desdichados ciudadanos, ¿qué locura tan grande es ésta?, ¿pensáis que los enemigos se han ido? ¿o que alguna ofrenda de los dánaos puede estar libre de engaño?, ¿es así como conocéis a Ulises?; o en este caballo de madera los aqueos se esconden, o es un invento construido contra nuestros muros para espiar nuestras casas y atacar nuestra ciudad, o alguna trampa se oculta en él: no os fiéis del caballo, teucros. Sea lo que sea, temo a los dánaos incluso cuando hacen regalos». Así dijo, y arrojó con gran fuerza contra el costado y el vientre del caballo una enorme lanza. Ésta se quedó clavada vibrando, y al ser golpeado el vientre del caballo, las profundas cavidades lanzaron un gemido [...]. Laocoonte sacrificaba un toro de gran tamaño para Neptuno, cuando desde la isla de Ténedos dos serpientes se deslizan con inmensos anillos sobre las olas y se dirigen a la orilla. Sus pechos levantados sobre el oleaje y sus crestas sanguíneas sobresalen por encima de las olas. Ante aquella visión huimos espantados. Ellas se dirigen a Laocoonte, y primero alcanzando los cuerpos de sus dos hijos pequeños se enroscan y devoran con un mordisco sus míseros miembros; a continuación se apoderan del propio Laocoonte, que acude corriendo en ayuda de aquéllos con las flechas en las manos, y, después de rodear dos veces su cuerpo y de enroscar por dos veces en torno a su cuello sus espaldas cubiertas de escamas, sus cabezas sobresalen por encima de las olas. Él intenta deshacer con las manos sus nudos [...]. Entonces un temor penetra en los pechos temblorosos de todos y dicen que Laocoonte ha pagado merecidamente su delito por haber golpeado el caballo de madera con su lanza. Hacemos una brecha en las murallas de la ciudad. Todos se ponen a trabajar y deslizan unas ruedas bajo las patas del animal y atan a su cuello cuerdas. El caballo atraviesa nuestros muros preñado de varones armados. A su alrededor jóvenes de ambos sexos cantan himnos sagrados y disfrutan tocando las cuerdas; el caballo avanza y rueda amenazador hasta el centro de la ciudad. [...] Entonces también Casandra, a quien nunca creímos por decisión de un dios, nos anunció el destino que nos aguardaba, pero nosotros, desdichados, para quienes aquél iba a ser el último día, adornamos con guirnaldas festivas los templos de los dioses. Cultura Clásica Página 58 Virgilio, Eneida, II, 41 ss. a. ¿Por qué, pese a las advertencias de Laocoonte, los troyanos deciden introducir el caballo en su ciudad? b. ¿Quién era Casandra? ¿Por qué los troyanos no creyeron sus vaticinios? c. En ese momento, huyendo de la matanza realizada por Pirro, Polites, uno de los hijos de Príamo, a través de los dardos, a través de los enemigos, huye por los largos pórticos y recorre herido los desiertos atrios. Pirro le persigue sediento de sangre, lanza en alto, y está ya a punto de alcanzarlo y de clavársela, cuando Polites logra por fin llegar ante los ojos de sus padres y, en su presencia, se desploma de repente y entrega su alma desde un río de sangre. Entonces Príamo, sin temer su muerte inminente, increpó a ese monstruo diciendo: «Que por este crimen, y por tal osadía, los dioses te lo agradezcan debidamente y te den la recompensa que mereces a ti, que has hecho que yo contemplase la muerte de mi hijo y has manchado con un asesinato el rostro de un padre. No se comportó así con su enemigo Príamo aquel Aquiles de quien tú falsamente te llamas hijo, sino que respetó los derechos de un suplicante, me entregó el cuerpo sin vida de Héctor para que le diera sepultura y me envió de nuevo a mi reino». Así habló el anciano y disparó sin ninguna fuerza un dardo inofensivo que inmediatamente fue rechazado por el bronce con un ruido ronco y quedó suspendido en la rodela del cóncavo escudo. Pirro le contestó: «Ve, pues, y llévale al Pelida, mi padre, esta noticia; no te olvides de contarle mis desmanes y cuán degenerado se ha vuelto Pirro. Pero, antes, muere». Y dicho esto, arrastró hasta el pie mismo de los altares al tembloroso anciano, que resbalaba en la sangre derramada por su hijo, y lo cogió por los cabellos con su mano izquierda y con la derecha desenvainó su brillante espada y se la clavó en el costado hasta la empuñadura. Virgilio, Eneida, II, 747 ss. a. ¿De quién es hijo Pirro? ¿Qué pasó con el cadáver de Héctor? Segundo GES b. ¿En qué consistían los derechos del suplicante? c. ¿Cómo calificas el comportamiento de Pirro? ¿Crees que está de acuerdo con el respeto a los dioses? d. Las divinidades, detrás de las negras nubes, lloraban por la gloriosa Troya, menos Palas, de hermosos bucles, y Hera, que se ufanaban de ver destruida la famosa ciudad de Príamo, descendiente de los dioses. Pero ni la misma Palas se libró de llorar, cuando en su templo a Casandra violó Áyax, el fuerte hijo de Oileo, perturbado en su corazón y en su mente. Posteriormente, la diosa le causó una terrible desgracia para vengarse de la ofensa, pero, en este momento, no soportó ver una acción tan vergonzosa y la cólera se apoderó de ella; desvió su terrible mirada hacia el techo elevado del templo, mientras la divina imagen crujía y el suelo del templo daba fuertes sacudidas, pero Áyax no renuncio a su perversa temeridad, ya que su mente estaba trastornada por Cipris. Quinto de Esmirna, Posthoméricas, XIII, 418 ss. a. ¿Por qué es tan grave la acción de Áyax? ¿Qué consecuencias tendrá en su futuro? b. ¿Crees que la acción de Áyax es obra de Cipris o es un comportamiento frecuente en las guerras? 2. La Muerte y los Rituales Funerarios Información En la Antigüedad clásica la muerte constituía el último acto social de una persona, y estaba rodeada de un ritual que tenía una doble finalidad: despedir y honrar a la persona fallecida y asegurarse de que su alma marchaba al Más Allá y no permanecía en el mundo de los vivos sin reposo, ya Cultura Clásica Página 59 que, en este caso, podría extorsionarlos. Tanto los griegos como los romanos concebían el mundo de ultratumba como un lugar sombrío donde los muertos, privados de la memoria y la consciencia, vagaban como sombras. Se creía que las almas de los muertos eran conducidas por Hermes hasta el Hades, un lugar que recibe el nombre del dios que reina en él, que estaba situado o bien debajo de la tierra, o bien en el extremo occidental del mundo donde fluía el río Océano. A lo largo de toda la Antigüedad se fue configurando una topografía del Hades con numerosas variantes. Para llegar al Hades era necesario vadear numerosos ríos y ser transportado a través de la laguna Estigia (llamada también Aquerusia) por la barca de Caronte (en otras versiones se trataba del río Aqueronte), así como franquear unas enormes puertas de bronce (o acero), protegidas por un terrible guardián4. La parte más profunda del Hades era el Tártaro, un lugar terrible donde los grandes criminales sufrían su castigo. Había también llanuras, como la pradera de los asfódelos o la del Leteo, río en el que los muertos bebían para olvidar los recuerdos de la vida. Enterrar a los muertos con el ritual debido era una obligación ineludible para los antiguos, hasta el punto de que nunca se violó (al menos, no hay noticias de ello) la tregua estipulada, después de cada batalla, para recoger a los muertos de cada ejército. Las mujeres eran las encargadas de preparar el cadáver antes de exponerlo para que los familiares y amigos pudieran despedirse de él. Se creía que el contacto con la muerte producía impureza y, por eso, en la entrada de la casa de la persona fallecida había una vasija con agua para que, al salir, la gente se lavara. Al día siguiente tenía 4 lugar el entierro, se llevaba el cadáver en una especie de andas, seguido del cortejo, formado por familiares y amigos. En Roma, cuando se trataba de alguna personalidad, el cortejo iba precedido por personas que llevaban las máscaras de los antepasados y flautistas y le seguían otras con carteles en los que se indicaban las hazañas y títulos del difunto. El cortejo efectuaba una parada en el Foro y el pariente más cercano pronunciaba un discurso de alabanza (laudatio funebris). Tanto en Grecia como en Roma, en los primeros tiempos, los cadáveres se quemaban y sus cenizas se guardaban en urnas funerarias, después se impuso la práctica de la inhumación, y sobre la tumba se elevaba un túmulo, un montículo de tierra, sobre el que se clavaba una estela funeraria en la que se grababa el epitafio con el nombre y los datos de la persona fallecida. Cuando ésta era rica, las estelas eran impresionantes monumentos que todavía perduran. El luto se manifestaba en Grecia vistiendo ropas negras y cortándose el cabello; en Roma, por el contrario, se dejaban crecer el cabello y la barba. En general, las inscripciones funerarias seguían pautas muy tipificadas, como ocurre hoy día. En Roma, comenzaban con las siglas D.M.S. (deis manibus sacrum, «consagrado a los dioses manes»), a continuación seguían los datos de la persona difunta y de quien dedicaba la lápida y, si no había un epitafio propio, terminaba con una frase formular que también se expresaba en abreviaturas: H.S.E.S.T.T.L. (hic situs est, sit tibi terra levis, «aquí está enterrado, que la tierra te sea leve»). A c t i v i d a d e s 1. Después de leer la información anterior, contrástala con los siguien- El can Cerbero Segundo GES Cultura Clásica Página 60 tes textos y responde a las cuestiones que les siguen: Las Keres eran hermanas de las Moiras (llamadas también Parcas) y pronto simbolizaron la muerte, pero ésta, propiamente dicha, era otro hijo de la Noche: Tánatos («muerte»). Aquí sigue una actuación de Tánatos, en la Ilíada (XVI, 667 ss.), y otra de las Keres en el Escudo (249 ss.) de Hesíodo: a. Zeus le dice a Apolo: «Ve y después de sacar el cadáver de Sarpedón del medio de la batalla, límpiale la negra sangre, úngele con ambrosía, ponle vestiduras divinas y entrégalo a los veloces conductores y hermanos gemelos, Hypnos («sueño») y Tánatos («muerte»). Y éstos lo llevarán a su patria. Allí sus hermanos y amigos le harán las exequias y le levantarán un túmulo, que tales son los honores debidos a los muertos». b. Detrás de los combatientes las negras Keres, rechinando sus blancos dientes, con su terrible mirada, espantosas, sanguinarias y horribles, se peleaban por los que iban cayendo en la batalla. Todas a una se lanzaban a beber la negra sangre y, nada más apoderarse de un cadáver o de un herido, lo atrapaban con sus grandes uñas; y su alma descendía al helado Tártaro. Éstas, después de que saciaban sus entrañas de sangre humana, lo tiraban hacia atrás; y volvían de nuevo a la batalla, lanzándose con ímpetu al griterío y al fragor del combate. a. Los griegos eran ambivalentes con respecto a la muerte en la batalla: daba gloria, pero era terrible, ¿en qué dos figuras simbolizaron cada uno de estos aspectos? Tánatos es una figura masculina, y las Keres, femeninas. ¿Crees que es significativa esta atribución de género? ¿Por qué? Segundo GES 2. En este texto de la Ilíada (XXIII, 65 ss.) el difunto Patroclo se le aparece en sueños a Aquiles y le pide que no demore su ritual funerario: Entonces se le apareció el alma del mísero Patroclo, semejante en todo a cuando vivía, tanto por su estatura y hermosos ojos como por las vestiduras que llevaba; poniéndose sobre la cabeza de Aquiles, le dijo estas palabras: «¿Duermes, Aquiles, y me tienes olvidado? Te cuidabas de mí mientras vivía, y ahora que he muerto me abandonas. Entiérrame cuanto antes, para que pueda pasar las puertas del Hades, pues las almas que son imágenes de los difuntos, me rechazan y no me permiten que atraviese el río y me junte con ellas; y de este modo voy errante por los alrededores del Hades. Dame la mano, te lo pido llorando, pues ya no volveré del Hades cuando hayáis entregado mi cadáver al fuego. [...]». Aquiles, el de los pies ligeros, le respondió: «¿Por qué, amigo querido, vienes a encargarme estas cosas? Te obedeceré y lo cumpliré como lo mandas, pero acércate y abracémonos, aunque sea por breves instantes, para saciarnos de triste llanto». Y diciendo esto le tendió los brazos, pero no consiguió asirlo; el alma se disipó como si fuese humo y penetró en la tierra dando gritos. Aquiles se levantó atónito [...]. Mandó en seguida que los belicosos mirmidones tomaran las armas y montaran en los carros. Iban éstos al frente, los seguía la nube de la copiosa infantería, y en medio de los amigos llevaban a Patroclo, cubierto de cabellos que en su honor se habían cortado. Aquiles le sostenía la cabeza. Cuando llegaron al lugar señalado, dejaron el cadáver en el suelo y amontonaron abundante leña. Entonces Aquiles se cortó su rubia cabellera, que conservaba espléndida para ofrecérsela al río Esperquio cuando volviera de Troya, y la puso en la mano de su querido compañero y a todos les excitó el deseo de llorar. a. ¿Qué valor daban los griegos a los sueños? b. ¿Qué le pide Patroclo a Aquiles? ¿Qué hubiera pasado si el cadáver de Patroclo hubiera quedado insepulto? 3. En este texto de Luciano (Sobre el luto, 2-9) tienes una descripción del reino de los muertos. Cultura Clásica Página 61 Creen que bajo tierra hay un lugar profundo, grande, amplio, oscurísimo y sin sol. Es el Hades [...]. En primer lugar se encuentra la laguna Aquerusia. Nadie la puede cruzar ni vadear sin un barquero, ya que su profundidad no permite atravesarla a pie y su anchura es excesiva para atravesarla a nado y, en fin, ni siquiera las aves muertas pueden alcanzar la otra orilla volando. Inmediatamente junto a la bajada y la puerta, que es de acero, Cerbero, el can de las tres cabezas, fierísimo, muestra su cara amical y pacífica a los que llegan, pero aterroriza a los que quieren huir. Allí imperan Plutón y Perséfone y tienen poder sobre todas las cosas [...]. Los humanos buenos y justos son enviados a los Campos Elíseos, donde llevan una vida felicísima. En cambio, a los malvados los envían al Tártaro, para que reciban el castigo que les corresponde por sus injusticias. Los de vida mediocre, que son la mayoría, andan errantes en el prado, sin cuerpo, todos convertidos en sombras, que con el tacto se deshacen como el humo. Se nutren de las ofrendas y las libaciones que les hacemos en los sepulcros. a. ¿Cómo se llama el guardián del Hades? ¿Se porta igual con los que llegan que con los que quieren huir? b. ¿Dónde van los justos? ¿Y los malvados? c. ¿Por qué se hacen ofrendas y libaciones a los muertos? d. Los romanos llamaron infierno al Hades en su totalidad, denominación que adoptaron los cristianos. ¿Qué diferencia hay entre el infierno romano y el cristiano? 4. En estos dos textos, uno de Homero (Odisea, XI, 15 ss.) y otro de Virgilio (Eneida, VI, 423 ss.), tienes dos descripciones de la entrada del Hades y de algunos de los personajes que tanto Odiseo como Eneas vieron: a. Entonces arribamos a los confines del Océano, de profundas corrientes. Allí está el pueblo de los cimerios entre nieblas y nubes, sin que jamás el sol resplandecien- Segundo GES te los ilumine con sus rayos, pues una noche perniciosa se extiende sobre estos míseros mortales. A este paraje fue nuestro bajel, que sacamos a la playa, y anduvimos a lo largo de la corriente del Océano hasta el lugar indicado por Circe [...]. Después de haber rogado al pueblo de los difuntos, tomé las reses, las degollé encima del hoyo, corrió la negra sangre y al instante se congregaron, saliendo de la Tiniebla, las almas de los fallecidos [...]. Allí vi a Minos, ilustre hijo de Zeus, sentado y empuñando un cetro de oro, pues administraba justicia a los difuntos: éstos, unos sentados y otros en pie a su alrededor, exponían sus causas al soberano en la morada de Hades, de anchas puertas. Vi después al gigantesco Orión, que perseguía por la pradera de los asfódelos las fieras que antes había herido de muerte en las solitarias montañas. [...] Vi también a Tántalo, el cual padecía crueles tormentos, de pie en un lago cuya agua le llegaba a la barba [...]. Vi de igual modo a Sísifo, que padecía duros trabajos empujando con ambas manos una enorme piedra. b. Había una gruta profunda y enorme que se abría con una gran boca, pedregosa, protegida por un negro lago y un bosque tenebroso por encima del cual ningún ave podía desplegar sus alas sin riesgo: tal hedor salía de sus oscuras fauces [...]. En el Aqueronte hierve un turbio remolino de cieno y de impetuosa corriente y vomita toda su arena en el Cocito. Guarda estas aguas y este río un horrible barquero, Caronte, de terrible suciedad; una larga barba cana y descuidada cubre su mentón; sus ardientes ojos se mantienen fijos y una sucia capa cuelga de sus hombros atada con un nudo. Él mismo, con una pértiga, gobierna su nave y con las velas transporta hábilmente los cuerpos en su mohosa barca; es ya viejo, pero posee la vejez fuerte y vigorosa de un dios. Aquí una multitud corría desparramada en dirección a la orilla [...]. Estaban en pie suplicando pasar los primeros y tendían sus manos con deseos de la otra orilla, pero el triste navegante recogía a unos, mientras rechazaba a otros alejándolos de la arena. [...] Eneas conmovido pregunta a su acompañante, la Sibila, el significado de esta escena y ésta le dice: «Toda esta multitud que ves carece de recursos y no ha sido sepultada; éstos a quienes Caronte transporta han sido enterrados. Y no le está permitido pasarlos al otro lado de las terribles orillas y de estas Cultura Clásica Página 62 rocas hasta que sus huesos no descansen en sus sepulcros». a. ¿Cuál es la característica que siempre se destaca del país de los muertos? b. ¿Por qué la sangre atrae a los difuntos? ¿Qué personaje mítico moderno tiene una especial predilección por la sangre? ¿A qué crees que se debe? c. ¿Cómo se llama el barquero que transporta a los muertos? ¿Qué condición es necesaria para ser aceptado en su barca? 5. En una inscripción funeraria procedente de Mérida y dedicada a L. Iulio Amoeno por parte de su madre Casia Amoena aparecía el siguiente texto. Intenta traducirlo Segundo GES con la ayuda de tu profesor o profesora: D.M.S. L. IULIO AMOENO ANN XXIIII H. S. E. S. T. T. L. CASIA AMOENA FILIO PIISIMO FECIT 6. Tu profesor o profesora te explicará el significado de las siguientes expresiones latinas relacionadas con la muerte y que utilizamos todavía hoy. Construye frases con cada una de ellas: rigor mortis, in memoriam, requiescat in pace, corpore insepulto, post mortem Cultura Clásica Página 63 Segundo GES Cultura Clásica Página 64 8 Los Dioses Olímpicos Vestidos y Comidas. El Banquete Segundo GES Cultura Clásica Página 65 Segundo GES Cultura Clásica Página 66 Tema 8 1. Los Dioses Olímpicos Aproximación Inicial • • • • ¿Sabes a qué dioses llamamos olímpicos y por qué se les denomina así? ¿Conoces otras expresiones en que se emplee el adjetivo olímpico? ¿En qué se diferencia un dios de un ser humano? ¿Qué rasgos distinguen a un dios o diosa grecorromanos de la divinidad cristiana, judía o mahometana? Información Los Doce Grandes Griegos/Romanos Dioses AFRODITA / VENUS Es la diosa del amor. Nacida de la espuma del mar de Chipre fecundado por los genitales del Cielo/Urano, arrojado allí por su hijo Crono/Saturno después de haberlo castrado. Afrodita es la «Amante de la sonrisa», «trenzadora de engaños». Durante el juicio de Paris, nada pudo la majestad de la diosa Hera ni la belicosidad de Atenea frente a la seductora belleza. Fue la protectora de Paris y de Troya, y luego del héroe latino Eneas, el hijo de Anquises y fundador simbólico de Roma. Es también la fecundidad en la naturaleza vegetal y animal. La lasciva paloma es su ave. Su hijo es Eros -el latino Cupido-, caprichoso flechero de dos dardos: uno para los amores felices, para los desgraciados el otro. Segundo GES APOLO El dios de la luz, hijo de Zeus y de Latona, nació en la brillante, errática isla de Delos. Se asentó en el santuario de Delfos, tras haber dado muerte a la serpiente Pitón, y estableció allí su principal oráculo como dios de la adivinación y la mántica. Es también el dios de la música, de la medicina y de la poesía y como tal preside el coro de las nueve Musas «coronado de violetas», que viven en el monte Helicón. Su más famoso precepto fue una sensata recomendación psicológica: «Conócete a ti mismo». ARES / MARTE Ares simboliza y es la guerra. Hijo de Zeus y de su legítima esposa Hera, el impetuoso y fornido Ares no conoce en el combate amigos ni enemigos, destruye a todos sin distinción. Por eso Atenea, defensora de la guerra justa, detesta al dios de la guerra gratuita. En ninguna parte de Grecia es bien recibido ni honrado. Es muerte, dolor y destrucción. Algo fanfarrón por sus músculos, obtiene el amor de la bella Afrodita, descontenta de su lisiado esposo, el cojo Hefesto. Cuando los dos amantes fueron sorprendidos en el lecho, sólo las diosas (por pudor) se perdieron el espectáculo mientras todo el Olimpo retumbaba con una risa inextinguible. ARTEMISA / DIANA Hermana de Apolo, amante de los bosques y de la caza. Diosa de la virginidad y de los prados no hollados por el pie del pastor, a la que desagrada la sola presencia del varón. Su más ferviente adorador es el casto y desdichado Hipólito. Cazadora certera, no duda en castigar a quien osa contemplar su virginal desnudez: eso es lo que le ocurrió a Acteón quien, por su atrevimiento, fue transformado en ciervo y devorado por sus propios perros. Cultura Clásica Página 67 ATENEA / MINERVA La diosa Atenea es la inteligencia, y por eso se la hace nacer de la cabeza de Zeus. Es la diosa consejera y protectora de la ciudad y de las instituciones políticas. Introdujo en el Ática el olivo como símbolo de la civilización, y es también la patrona de los hábiles artesanos. Su ciudad es Atenas y su templo es el Partenón. Diosa de la guerra justa. Su dúctil carácter cuadra a la perfección con el del astuto Odiseo, ese héroe de múltiples recursos, el artimañero. DIONISIO / BACO El dios más joven y desenfadado se incorporó al selecto grupo de los Olímpicos en épocas más recientes. Es el dios de la vid y de la yedra, del delirio, del entusiasmo, del éxtasis, de la danza, de la tragedia y de las fiestas. Dos veces nacido (de su madre, Sémele, y del muslo de su padre, Zeus) fue criado por el deforme Sileno. Los romanos le llamaron Liber: liberador de penas y de prejuicios. Armado con el nada belicoso tirso, su culto conquista Grecia y las tierras de Asia hasta la India, precediendo a Alejandro Magno. A su regreso a Tebas se presenta con el cortejo de sus adeptas bacantes en su ciudad natal, donde asistimos al castigo del impío Penteo. Baco no perdona. HADES / PLUTÓN Inexorable e invisible es Hades, dios de la muerte. Nadie ha visto su faz y sobre él caben todo tipo de especulaciones. Son sus dominios las insondables profundidades del Erebo, el lote que le cupo en el reparto, cuando Zeus se hizo cargo del cielo y Poseidón de las aguas. El can Cerbero -perro infernal de tres cabezas- vigila la entrada de su palacio: a todo el que llega le da acogida, y sólo impide la salida a quienes pretenden escapar de los infiernos. El barquero Caronte (tan celoso a la hora de cobrar el precio Segundo GES por la travesía, que los griegos tomaron la costumbre de enterrar a sus deudos con una moneda bajo la lengua para pagar el pasaje a la laguna Estige) le transporta los muertos. Hades es también el rico Plutón: porque la muerte sirve de sustento a la vida. Algunos lo representan con el cuerno de la abundancia (cornucopia). HEFESTOS / VULCANO Hijo de Hera, por quien siempre toma partido cuando ella discute con su marido, Zeus, el rey del Olimpo. Hefestos es el constructor de las sempiternas mansiones del Olimpo, es el dios del fuego, orfebre de las joyas de los dioses y de las armaduras de los héroes. Espléndida de contemplar fue su labor en el escudo de Aquiles, el hijo de la marina Tetis. Pero su más esmerada obra fue Pandora, la primera mujer. Aunque era físicamente poco agraciado, obtuvo en cambio la mano de la sonriente Afrodita. HERA / JUNO Es la legítima esposa de Zeus, malhumorada reina del Olimpo. Protectora del matrimonio, es envidiosa y a veces celosa (desde luego, con motivos) de su donjuanesco marido. Nunca perdonó al pastor troyano Paris que postpusiera su belleza a la de Afrodita en el famoso Juicio de Paris. Odia a las mujeres amadas por su marido y a los hijos que de ellas tuvo: bien lo hubo de sufrir Heracles en sus Doce Trabajos. HERMES / MERCURIO Es el dios mensajero, el que anuncia las noticias, el protector de los caminos y guía del viajero. Hijo de Zeus y de Maya, siendo aún muy niño ya dejó sentir su espíritu inquieto y aventurero: con el caparazón de una tortuga inventó la lira y se la cambió a su hermano Apolo (a quien astutamente le había robado su ganado) por el caduceo o bastón de la concordia. Protector del comercio y de lo que se Cultura Clásica Página 68 pacta en tratos, pasa por ser el inventor de las pesas y medidas usadas en las transacciones comerciales. POSEIDÓN / NEPTUNO El mar «de amplio regazo» es el dominio de Poseidón, sus profundidades lo cobijan, es también el dios de las aguas continentales. Su sonrisa (como la del mar) es abierta y refrescante, pero su cólera -como la de su hermano Zeus- estremece. Infinitas criaturas habitan sus aguas: las Nereidas de argentados pies, el viejo y multiforme Proteo, las seductoras Sirenas, además de su esposa Anfitrite, hermana de Tetis. Padre del cíclope Polifemo, odiaba al astuto Ulises, a quien tanto hizo errar por sus marinos dominios mientras regresaba a su patria Ítaca después de permanecer diez años en el sitio de Troya. ZEUS / JÚPITER Desde su olímpico trono, Zeus, padre de dioses y de hombres, es el soberano de las alturas, «el que amontona las nubes», lanza el rayo y administra la Justicia. Tan sólo contra el Destino no puede combatir. Su carácter enamoradizo le llevó a unirse tanto con diosas como con mujeres mortales, por lo que muchas grandes familias pretendieron contar entre sus antepasados con algún hijo de Zeus/Júpiter. En él se da como en ningún otro dios la mezcla de lo sublime y de lo frívolo. Nombre griego Nombre latino Elementos Ideas que representan Atributos Zeus Júpiter El cielo y el aire El poder El águila, el cetro y el rayo Hera Juno El cielo El matrimonio El pavo real Poseidón Neptuno El mar La cólera El tridente Apolo Febo El Sol Démeter Ceres La Tierra Artemisa Diana Ares Marte Hermes Mercurio Atenea Minerva Afrodita Las artes, las letras y la El arco, la lira y música el laurel La fecundidad El arco y el ciervo El casco y la lanEl odio La guerra za El petaso, el caEl ingenio La actividad, el comercio duceo, las alas en los pies El arco, la lira y La inteligencia La sabiduría el laurel La Luna La caza, la castidad Venus El amor La belleza Hefestos Vulcano El fuego Hestia Vesta El hogar Segundo GES La gavilla La paloma El yunque y el martillo Las virtudes domésticas El fuego sagrado La industria Cultura Clásica Página 69 2. Vestidos y Comidas. El Banquete Información 2.1. El Vestido en Grecia y Roma Grecia En Grecia, la vestimenta de las personas fue variando a lo largo de los siglos, pero, en época clásica, era la siguiente: Los hombres llevaban sólo una túnica. En invierno, un manto sobre los hombros y enrollado alrededor del cuerpo. Otro manto, llamado clámide, sujeto sobre el hombro derecho con una hebilla, se llevaba en los viajes y en la guerra. Las mujeres llevaban una camisola sobre el cuerpo, y por encima, la túnica y el manto. Ésta era una vestimenta más arcaica que el peplo, una larga tela fina rectangular que cubría todo el cuerpo y se ceñía en la cintura, dejando los brazos libres. Los griegos teñían sus ropas de diferentes colores y usaban distintos tipos de sandalias o borceguíes. Roma En Roma, los hombres llevaban sobre la piel una túnica hasta la rodilla, ceñida con un cinturón. Sobre ella vestían la prenda más característica de un ciudadano: la toga. Era una gran pieza de tela semicircular, gruesa y de lana en invierno y fina en verano, enrollada en torno al cuerpo y sobre un hombro; era complicada de colocar, ya que sus abundantes pliegues debían ser arreglados y presentar una caída elegante. Los romanos despreciaban, como prenda ridícula y poco viril, los pantalones o calzones, que usaban los bárbaros. Segundo GES Las mujeres vestían una túnica larga, de lana, lino, algodón o seda. Sobre ella podían llevar un traje largo, la stola, sujeto con un cinturón. Para salir a la calle se ponían por encima un manto o palla, que les cubría la cabeza y la espalda. Todos usaban como calzado solea o sandalias, o calcei, un calzado de cuero que se sujetaban con tiras o cintas alrededor del empeine y el tobillo. Variadas joyas completaban el ornato de las mujeres ricas. Los hombres sólo llevaban un anillo. Son famosos los peinados de las mujeres romanas y el desarrollo de las artes de la peluquería (se podía rizar el cabello, teñirlo, usar postizos o pelucas, etc.). 2.2. Las Comidas La dieta de la antigua Grecia era frugal y poco variada. La comida más importante era la cena, ya que al mediodía se tomaba un ligero almuerzo y por la mañana un trozo de pan mojado en vino, con aceitunas o higos secos. La base de la alimentación la constituían los cereales, las legumbres y las hortalizas, especialmente ajos y cebollas, todo ello condimentado con aceite de oliva. Las frutas frescas, salvo la uva, escaseaban, y se sustituían por higos secos o nueces. El consumo de carne no era muy frecuente, a diferencia del de pescado y queso, que suministraban a los griegos las proteínas necesarias. La miel era muy apreciada, para consumo directo y como principal edulcorante de pasteles y vinos, en la elaboración de refrescos como el hidromiel (como su nombre indica, bebida de agua y miel), etc. Se elaboraban variados vinos, y, como en Roma, se consumían rebajados con agua, o también especiados o aromatizados. Cultura Clásica Página 70 Los romanos, excelentes gastrónomos con una cocina muy elaborada, disponían de todos los productos que hoy día cultivamos en el Mediterráneo, excepto los que nos llegaron de América (patata, tomate, maíz, café, azúcar...) y los cítricos de origen chino y japonés que generalizaron los árabes. Era famosa la abundancia y variedad de los productos hortofrutícolas, procedentes de los fértiles campos del Lacio y la Campania, que se exhibían en los mercados de Roma, cuyos habitantes eran muy amantes de las hortalizas tempranas y las frutas variadas. Eran grandes amantes del pescado, mariscos, ostras y moluscos marinos. Establecían en las costas piscifactorías en las que, incluso, criaban peces. Allí los ponían en salazón y elaboraban el garum, salsa famosísima en toda la Antigüedad, hecha de un triturado de pequeños pescados fermentados (la del sur de Hispania era especialmente apreciada). Al ganado habitual los romanos añadieron el conejo, que consiguieron domesticar (antes sólo era producto de caza). Su repostería elaboraba variados dulces que han perdurado hasta hoy como hojaldres y bizcochos (el bis coctum o pastel «cocido dos veces»). Los romanos ya utilizaban la mayoría de las especias que actualmente conocemos; muchas procedían del comercio con el lejano Oriente. Había puntos notorios de elaboración de vinos con «denominación de origen», envasados, como el aceite, en ánforas. Los romanos nos han transmitido su régimen de comidas, aunque el horario exacto de su realización presente variaciones de unos países a otros: iniciaban el día con un desayuno o lentaculum, a base de queso, pan, tostadas o dulces, etc.; a las doce Segundo GES tomaban un ligero almuerzo o prandium, y la comida más importante era la cena, que, como en la Europa central, era mucho más temprana que la nuestra, y constaba de distintos entrantes, uno o más platos principales de carne o pescado y postres. 2.3. El Banquete En la Antigüedad clásica, el banquete era toda una institución. En Grecia se llamaba simposion («reunión de bebedores») y, en Roma, convivium (algo así como «situación de vida en común» o incluso «acto comunitario vivificador»). Desde la más remota Antigüedad, el banquete no sólo ha sido un rito placentero sino que también ha servido para reforzar la solidaridad de los hombres en momentos cruciales de la vida: sacrificios a los dioses (banquete religioso), bodas (banquetes nupciales), entierros (banquetes funerarios), o cuando se quiere rendir culto a la amistad. El simposio era el banquete típico de la Grecia antigua; los invitados se descalzaban y eran coronados de guirnaldas de flores, se pronunciaban discursos, se cantaban poemas, se establecían juegos, etc. El simposio constaba de dos partes: el deipnon (comida), y el potos (la bebida). Esta segunda parte se iniciaba con una libación en honor de Zeus o de Dioniso, y el canto de un peán en honor de Apolo. Se elegía un simposiarca o director del banquete, que determinaba la proporción de agua que había que mezclar al vino en la cratera y dirigía el entretenimiento. Las mujeres no podían asistir, excepto las flautistas, danzarinas o heteras, a las que se pagaba por amenizar la velada. Un personaje característico, ridiculizado en la comedia, era el parásito (parásitos, de pará, «junto a», y sitos, «trigo, alimento»), que vivía comiendo de los demás, a cambio de sus chistes u otras habilidades. Cultura Clásica Página 71 El ritual era muy similar en Roma, con la diferencia de que las romanas participaban plenamente en él. En ambos casos los participantes comían y bebían reclinados en divanes. Todas las casas acomodadas disponían de una sala, especialmente lujosa, para banquetes (el triclinium de la casa romana), que se celebraban a la hora de la cena y podían prolongarse por espacio de muchas horas. A c t i v i d a d e s 1. Después de leer la información anterior, responde a las siguientes cuestiones: a. Enumera las prendas que componían el vestido en Grecia y Roma. b. En la actualidad, ciertas personas, en determinadas circunstancias, pueden llevar una vestimenta llamada toga. ¿Sabes quiénes? c. La dieta de los griegos era poco variada, pero bastante sana. ¿Por qué? ¿Cómo se llama la dieta que actualmente se considera la más sana? d. ¿A qué crees que se debe la diferencia entre la dieta griega y la romana? e. ¿Quiénes eran los parásitos y por qué se les daba este nombre? ¿Qué entendemos hoy por esta palabra? f. ¿Cuál era el horario de las comidas en la Antigüedad clásica? 2. Lee ahora este epigrama de Marcial (III, XIV). Si Febo huyó de la mesa y la cena de Tiestes no lo sé: yo huyo, Ligurino, de la tuya. Sin duda es opulenta y bien provista de soberbios manjares, pero nada le acaba de gustar a uno, si te pones a recitar. No quiero que me sirvas rodaballos Segundo GES o un salmonete de dos libras, ni quiero setas, ni quiero ostras: quiero que te calles. a. Según una leyenda, Tiestes se hizo amante de la mujer de su hermano Atreo. Este, como venganza, mató a los hijos de Tiestes y se los sirvió a éste en un guiso. Se dice que el sol, horrorizado, detuvo su carrera en el cielo al contemplar el terrible espectáculo. Explica con tus palabras lo que dicen los dos primeros versos del anterior poema. ¿Recuerdas de quién era padre Atreo? b. En los banquetes actuales, ¿se suele recitar, cantar o pronunciar un discurso? c. ¿Qué es lo que disgusta a Marcial de los banquetes de Ligurino? 3. Lee estos dos textos y comenta si las preocupaciones que reflejan existen ahora: a. METRO. Te traigo a estas señoras, Cerdón, para ver si puedes mostrarles un trabajo digno de tus manos. CERDÓN. Sentaos, Metro... y tú, Pisto, abre el armario de arriba y trae nuestros mejores productos. ¡Ah, querida Metro!, qué trabajos vais a ver. Mira primero este par, Metro, la suela sin defecto alguno y perfectamente ajustada. ¡Miren también ustedes, señoras! Si este par no es de su agrado, el muchacho les sacará otro y otro hasta que se convenzan de que Cerdón no miente. Tráeme todas las cajas de zapatos, Pisto; es preciso que las señoras se vayan a casa bien cargadas. Tenemos calzado de todo tipo: de Sición, de Ambracia, zapatos lisos de color verde loro, cañameñas, chinelas, botas jónicas abotonadas, pantuflas de noche, zapatos de tacón de color cangrejo, sandalias argivas de color escarlata, juveniles, de paseo... Decid de qué tipo os gustan más a cada una de vosotras. Herodas, VII, 1 y ss. Cultura Clásica Página 72 b. Oculta tus defectos y disimula todo lo que puedas las imperfecciones de tu cuerpo: si eres bajita, permanece sentada para que no parezca que estás sentada cuando estás de pie... La que es muy delgada debe llevar vestidos de tejido grueso y un amplio manto que caiga desde los hombros; la que es pálida, que cubra su cuerpo con telas a rayas de color púrpura... Un pie feo pide zapatos blancos como la nieve; unas piernas flacas jamás deben mostrarse sin cintas; a unos hombros puntiagudos les van bien unas ligeras hombreras; el pecho liso debe ir ceñido por un corsé... Ovidio Arte de amar, III, 261-274 4. Consejos de Apicio, un célebre gastrónomo romano, para conservar frescos los alimentos: Receta para que las carnes sin salar se mantengan frescas: se cubre de miel la clase de carne fresca que desees y se conserva en un recipiente: gástala cuando quieras. Esto resulta mejor en invierno: en verano la carne durará sólo unos pocos días. Se puede hacer del mismo modo con la carne cocida. Para que duren más tiempo las tripas de cerdo o ternera y las patas cocidas, sumérgelas en un jarabe hecho de vinagre, sal y miel, de manera que queden cubiertas. Consúmelas cuando quieras y te admirará su sabor. Para que las uvas duren mucho tiempo: elige uvas sanas y sin lesiones, cuécelas en agua de lluvia hasta que ésta se haya reducido a la tercera parte y las colocas en un recipiente junto con el agua de su cocción. Tapa el recipiente y cubre su exterior con una capa de pez, luego enyesa todo su exterior. Se coloca en un sitio fresco, donde no tenga acceso el sol. Cuando quieras, pica el exterior del vaso y ábrelo: encontrarás las uvas frescas y perfectamente verdes. El agua de las uvas la puedes gastar como hidromiel para los enfermos. [...] Para que duren más las manzanas y las granadas se escaldan un momento en agua hirviendo: se sumergen y se sacan al instante, y se mantienen colgadas... Apicio, De re coquinaria, I, 7 y 12 b. ¿Sabes qué es un escabeche y para qué se utiliza en cocina? c. ¿Sabes cómo se llevan a cabo las conservas vegetales? ¿En qué tipo de recipientes se envasan y por qué? 5. Platón (Banquete, 177a y 178c) nos describe un banquete griego: Después de que terminaron de comer, hicieron una libación y, tras entonar el canto en honor del dios y realizar los demás ritos, se dispusieron a beber [...]. Se acordó por todos que no se emborracharían y que cada uno bebería sólo lo que le apeteciera [...]. Pues bien, dijo Erixímaco, una vez hemos convenido que cada uno beba lo que quiera y nadie se exceda, opino que se mande a paseo a la flautista que acaba de entrar. Que se vaya a tocar para sí o, si lo prefiere, para las mujeres que están allá dentro. Nosotros pasaremos la velada en alguna conversación general, y, si no tenéis inconveniente, os propondré el tema [...]. Cada uno de nosotros improvisará por turno un discurso, lo más bello que pueda, en alabanza del amor. Y correrá la voz de izquierda. a. ¿Cuál es la finalidad que persiguen estas recetas? ¿Qué hacemos hoy día para alcanzar ese objetivo? Segundo GES Cultura Clásica a. ¿A qué momento del banquete se refiere el texto? b. ¿En honor de qué dios se entona el canto y cómo se llamaba éste? c. ¿Qué función desempeña Erixímaco en este banquete? (Consulta la información que te proporciona el fragmento anterior). d. En cinco o seis líneas, escribe en tu cuaderno una alabanza al amor. e. ¿Qué papel tenían ciertas mujeres griegas en un simposio? Página 73 Segundo GES Cultura Clásica Página 74 9 El Retorno de los Griegos El Comercio y la Navegación Segundo GES Cultura Clásica Página 75 Segundo GES Cultura Clásica Página 76 b. ¿Cómo llamaron los romanos a Odiseo? c. ¿Cuál es la actitud de Helena al ser rescatada por su marido? Tema 9 1. El Retorno de los Griegos A c t i v i d a d e s 1. Lee detenidamente y responde a las cuestiones de los siguientes textos: a. Los griegos, después de incendiar la ciudad de Troya, se llevaron todas sus riquezas a las naves. Con ellos arrastraban a las troyanas: unas todavía solteras, otras recién sometidas por sus esposos al yugo del amor, otras con canosas trenzas; y otras, más jóvenes, de cuyos pechos les arrebataron a sus hijos, ansiosos de una leche que sería la última en sus labios. También Menelao sacaba a su esposa de la ciudad en llamas, dando fin a su magna empresa. A la divina Casandra la llevaba Agamenón, a Andrómaca, el noble hijo de Aquiles. Por su parte Odiseo arrastraba a la fuerza a Hécuba. Cada uno conducía a una de las troyanas, entre sollozos, hacia sus naves. ¡Qué grandes lamentos los suyos, cuando, en contra de su voluntad, les llegó el día de la esclavitud! Pero a Helena no la envolvían los gemidos. Inquietaban sus entrañas innumerables pensamientos: temía que los aqueos la ultrajaran al llegar a las oscuras naves. Y, con la cabeza cubierta bajo su velo, siguió las huellas de su marido con las mejillas ruborizadas por la vergüenza. A su alrededor las tropas se maravillaban al contemplar el esplendor y la encantadora belleza de aquella mujer sin tacha. Nadie se atrevía a ofenderla con insultos, sino que la miraban embelesados como a una diosa. Pues ya no recordaban sus dolorosas fatigas ni el tumulto de la guerra. Y es que Citerea dispuso así la mente de todos ellos para rendir homenaje a Helena, la de ojos negros, y a Zeus, su padre. Quinto de Esmirna, Posthoméricas, XIV, 7 Eurípides, en Las Troyanas, 721 ss., hace que el heraldo Taltibio comunique a Andrómaca el destino que los griegos han reservado para su hijo, todavía un niño: b. Odiseo impuso su opinión entre todos los griegos argumentando que no hay que dejar crecer al hijo de un padre tan excelente y que hay que arrojarlo desde lo alto de los muros de Troya. Acepta la decisión. No te aferres a él, Andrómaca, y soporta con nobleza tu infortunio. No creas que tienes fuerza ni esperes ninguna ayuda. Tu ciudad ha sido destruida, tu marido ha muerto y tú eres una prisionera. [...]. Por ello te aconsejo que no te resistas ni que hagas nada indigno ni que provoque nuestro odio. Tampoco te aconsejo que lances maldiciones contra los aqueos. Pues, si dices algo que irrite al ejército, tu hijo no recibirá sepultura ni tendrán de él compasión. En cambio, si callas y aceptas tu desgracia, no dejarán su cadáver insepulto y tú misma conseguirás la benevolencia de los aqueos. a. ¿De quién eran esposas Andrómaca y Hécuba? ¿De quién era hija Casandra? Segundo GES Cultura Clásica a. ¿Qué suerte decidieron los griegos para el hijo de Héctor y Andrómaca? ¿Por qué razón? b. ¿Por qué crees que, cuando se tomaba una ciudad, se mataba a los hombres, incluso a los niños, y se hacía prisioneras a las mujeres? ¿Crees que esta diferencia se debía a una mayor valoración social de las mujeres? ¿Ocurre hoy lo mismo? c. ¿Con qué amenaza Taltibio a Andrómaca para que no se resista a entregar a su hijo? Página 77 d. ¿Recuerdas por qué era tan importante para los griegos el ritual funerario? c. Cuando se disiparon las sombras de la noche, los hijos de los aqueos se levantaron de sus lechos, deseosos de volver al hogar. Jubilosos habrían arrastrado las naves hacia el Ponto si no los hubiera detenido el esforzado hijo de Aquiles, que los convocó a una asamblea y les reveló el encargo de su padre: «Oíd todos el mandato de mi glorioso padre, que me comunicó esta noche mientras dormía en mi cama. Pues me aseguró que se encontraba entre los sempiternos inmortales y os exigía a vosotros y al Atrida, vuestro rey, que cogierais del botín de guerra un hermosísimo presente de honor, a Políxena, la de lindo peplo, para llevarla a su tumba y sacrificarla en su honor. Si no le hacéis caso y os embarcáis, os amenaza con encrespar contra vosotros las olas del Ponto y retener aquí durante mucho tiempo a las tropas con sus naves». Cuando llegaron a la tumba del divino Aquiles, su hijo atravesó con la espada la garganta de la doncella, que al instante abandonó la muy amada existencia. [...] Entonces se calmó el oleaje y amainó la terrible borrasca y la bonanza apaciguó las corrientes. Quinto de Esmirna, Posthoméricas, XIV, 228 ss. entregársela, y los dioses hicieron que por fin las nupcias se llevaran a cabo. Mandábala, pues, con caballos y carros, a la ínclita ciudad de los mirmidones donde aquél reinaba. Y al propio tiempo casaba con una hija de Aléctor a su hijo, el fuerte Megapentes, que ya en edad madura había procreado en una esclava; pues a Helena no le concedieron los dioses otra prole que la amable Hermíone la cual tenía la belleza de la áurea Afrodita. (Menelao recibe a los dos forasteros sin preguntarles quiénes son, de acuerdo con las leyes de hospitalidad, pero por el parecido cree reconocer al hijo de Odiseo). Mientras tales pensamientos revolvían en su mente, salió Helena de su perfumada habitación de alto techo, semejante a Ártemis, la que lleva arco de oro. Sus esclavas le pusieron un sillón hermosamente construido, un tapete de lana, un canastillo de plata con los bordes de oro repleto de hilo, que le había regalado la mujer del rey de Egipto, y le colocaron encima la rueca con lana color violáceo. Helena se sentó en el sillón, que estaba provisto de un escabel, y al momento interrogó a su marido por los dos forasteros. Homero, Odisea, IV, 1 ss. a. ¿Qué otro nombre recibía Esparta entre los griegos? b. ¿Cómo se llamaban los hijos de Menelao y con quiénes se casaron? ¿Qué pasó finalmente con Helena? c. Según el texto, ¿cuál era la ocupación habitual de las mujeres, mientras los hombres conversaban? a. ¿Recuerdas cómo se llamaba el hijo de Aquiles? b. ¿Quién es Políxena? ¿A qué otro sacrificio para obtener vientos favorables te recuerda el de Políxena? En la Odisea, Telémaco, hijo de Odiseo, junto con el hijo de Néstor, se dirige a Esparta en busca de noticias de su padre. d. Apenas llegaron a la vasta y cavernosa Lacedemonia, fuéronse derechos a la mansión del glorioso Menelao y lo hallaron con muchos amigos, celebrando el banquete de la doble boda de su hijo y de su ilustre hija. A ésta la enviaba al hijo de Aquiles, el que rompía filas de guerreros; pues allá en Troya prestó su consentimiento y prometió Segundo GES e. Y todos los argivos habrían llegado al sagrado suelo de la Hélade si la hija del tronante Zeus, Atenea, no se hubiera indignado contra ellos. Llena de cólera se plantó junto a Zeus y le dijo: «Padre Zeus, ya nadie venera la justicia ni hay pudor alguno entre los hombres. Yo misma ni me quedaré en el Olimpo ni me llamaré hija tuya, si no puedo castigar las fechorías de los aqueos, porque dentro de mi templo el hijo Cultura Clásica Página 78 de Oileo cometió contra mí una gran falta». [...] Tomó las armas de su padre, sacudió el gran Olimpo y removió las nubes y todo el aire en las alturas. El mar retumbaba con inefables gemidos y levantó olas como montañas. Y para acarrearle a Áyax la muerte y el desastre, lanzó un rayo sobre su nave y la hizo añicos. Y al culpable lo dejó clavado en una aguda roca. Escaparon de la muerte fatal unos pocos, a quienes salvó un dios o un numen valedor Quinto de Esmirna, Posthoméricas, XIV, 420 ss. b. ¿A quién se refiere Casandra en el texto cuando habla de una leona, un lobo y un león? c. ¿Cómo calificas la actitud de Casandra ante su muerte? ¿Cuál es su último deseo? d. ¿Dónde estaba Orestes, el hijo de Agamenón y de Clitemnestra? ¿Por qué Casandra le llama vástago matricida? a. ¿Recuerdas qué había hecho Áyax, el hijo de Oileo, para que Atenea estuviera tan furiosa con él? ¿Cómo murió? g. La misma decisión tomó tu padre contra Esquilo pone en escena a Casandra, ante las puertas del palacio de Micenas, vaticinando la muerte de Agamenón, la suya y las posteriores de Clitemnestra y Egisto. f. ¡Ay, ay, Apolo Licio, ay de mí! ¡Esta leona de dos pies, que con un lobo se acuesta, mientras está ausente el noble león, me va a dar muerte a mí desdichada! Y, afilando el puñal contra su marido, alardea de que éste va a pagar con su vida el haberme traído aquí. [...] Pero no moriremos sin ser vengados por los dioses, pues en su momento llegará nuestro vengador, un retoño matricida que vengará a su padre. Exiliado, vagabundo, desterrado de esta tierra, volverá para culminar los crímenes de su familia. [...] En estas puertas yo saludo la entrada del Hades y suplico recibir un golpe certero, para que, mientras fluye mi sangre trayéndome una muerte rápida, cierre mis ojos sin miedo. Esquilo, Agamenón, 1.256 ss. quienes debían de haberle sido más queridos [...]. Pero él, engañando a mi hija con la promesa de una boda con Aquiles, se la llevó lejos del palacio hasta las naves retenidas en Áulide. Allí la extendió sobre un altar y segó el blanco cuello de Ifigenia [...]. Sin embargo, yo, a pesar de haber recibido esta injusticia, no me habría encolerizado hasta el punto de matar a mi marido. Pero luego vino con una doncella poseída por un dios, una ménade, y la introdujo en su lecho, de modo que éramos dos novias viviendo en una misma casa. Las mujeres somos insensatas, no lo niego. Pero cuando el marido comete el error de despreciar el lecho conyugal, la mujer quiere imitarlo y busca otro amante. ¿Van a estallar, entonces, los reproches contra nosotras, mientras que los hombres, los verdaderos culpables, no van a recibir ninguna censura? [...] ¿Acaso él podía, sin pagar con su vida, dar muerte a mis hijos, y yo debía recibir de él mi castigo? Yo lo maté, tomé el único camino que me era accesible y me dirigí hacia sus enemigos (Egisto). Habla, si te parece, y libremente dime si tu padre no murió con justicia. Eurípides, Electra, 1.012, ss. a. ¿Por qué los ancianos que escuchan a Casandra no hacen nada para evitar la muerte del rey Agamenón y la de la propia Casandra? Segundo GES Cultura Clásica a. ¿Quién habla en este texto y a quién? b. ¿Quién es la doncella poseída por un dios que viene de Troya con Agamenón? ¿Por qué la llama así Clitemnestra? c. Según Homero, fue Egisto quien sedujo a Clitemnestra y dio muerte a Agamenón. Página 79 ¿Coincide esa versión con lo que se dice aquí? d. ¿Cómo justifica Clitemnestra su adulterio y el asesinato de Agamenón? ¿Qué opinas de sus explicaciones? 2. El Comercio y la Navegación Aproximación Inicial • Orestes justifica de este modo el asesinato de Clitemnestra, su madre, a pesar de que ésta intentó disuadirlo mostrándole el pecho, símbolo para los griegos de la maternidad. • • h. Y Clitemnestra -me avergüenza llamarla mi madre- con una relación voluntaria y vergonzosa se unió al lecho de otro hombre. Egisto era el esposo clandestino en el palacio. Yo lo maté y maté a mi madre, cometiendo un acto impío, pero para vengar a mi padre, [...] y con ello he hecho un bien a toda Grecia. Pues, si las mujeres llevan su audacia hasta el punto de asesinar a sus maridos, buscando un refugio frente a sus hijos e intentando despertar su compasión al mostrarles sus pechos, no tendrá ninguna importancia para ellas dar muerte a sus esposos con cualquier pretexto. Yo he destruido esta costumbre. Con justicia odiaba y maté a una madre que, en ausencia de un esposo que era el caudillo de los ejércitos de toda la tierra griega, lo traicionó y no conservó su lecho sin mancilla. Cuando se sintió culpable, no se impuso un castigo a sí misma, sino que, por temor a ser castigada por su marido, condenó y asesinó a mi padre. [...] Por la audacia de ésta me vi privado de padre y me convertí en matricida. Ya ves, Telémaco no ha matado a la esposa de Odiseo, pues ella no sustituyó a su esposo con otro hombre, sino que su lecho permanece intacto. Eurípides, Orestes, 359 ss. a. ¿Qué razones da Orestes para justificar sus crímenes? ¿Qué opinas de sus explicaciones? b. ¿Sabes cómo se llamaba la esposa de Odiseo y madre de Telémaco? ¿Cuál fue su conducta en los veinte años que Odiseo estuvo ausente? Segundo GES ¿Sabes cómo eran las naves de griegos y romanos? ¿Qué tipo de comercio crees que se realizaba en Grecia y Roma? ¿Conoces el nombre de alguna ciudad comercial importante?, ¿y el de alguna colonia de tipo comercial? (Si te sirve de pista, mercado, en griego, es emporion). Información 2.1. La Navegación El mar fue siempre el elemento que les resultó más familiar a los griegos. A lo largo de la historia se sirvieron de él para recolectar sal, obtener alimento, desplazarse y establecer relaciones comerciales. Los griegos siempre fueron marineros prudentes: procuraban navegar sólo de día, arrojaban el ancla por la noche y no salían del puerto durante el invierno. En sus mitos imaginaron el mar poblado de todo tipo de peligros (rocas móviles que chocaban entre sí, torbellinos como el de Caribdis, monstruos como Escila, islas habitadas por seres terribles y malignos, etc.), que sus grandes héroes aventureros, como Odiseo o Jasón, tuvieron que sortear. Por ello, los griegos procuraban no estar demasiados días sin avistar tierra, lo que no les resultaba difícil, debido a la gran cantidad de islas y promontorios del mar que baña Grecia. No sabemos en qué época los habitantes de Grecia se decidieron a construir navíos para surcar el mar. Desde el 2.800 a. de C. encontramos vasijas cretenses por las riberas del Mediterráneo, lo que indica Cultura Clásica Página 80 el dominio que tenían del mar los habitantes de la isla de Creta. Entre los siglos XVIII y XV a. de C. construyeron una brillante civilización y, gracias a su excelente situación geográfica y a su importante flota, establecieron factorías en las costas del mar Egeo y comerciaron con Egipto, Siria y Mesopotamia. Ya en época histórica, desde mediados del siglo VII hasta finales del VI a. de C., los griegos se lanzaron al mar en busca de nuevas tierras donde asentarse, obligados por un crecimiento demográfico que la pobreza del suelo griego no podía abastecer. Este fenómeno se conoce como la gran colonización, y sembró de colonias griegas las costas de Sicilia, el sur de Italia y de Francia, el litoral oriental de España y el Mar Negro. Estas colonias, llamadas apoikía, eran auténticas poleis griegas y se diferenciaban de los asentamientos puramente comerciales (llamados emporion) como Náucratis en Egipto o Empúries en España. Los griegos y los romanos distinguían básicamente dos tipos de naves: las largas, para la guerra, y las mercantes, para el comercio. Las naves mercantes dependían de las velas para desplazarse y eran más redondeadas; en cambio, las naves de guerra se desplazaban con la fuerza de los remos. Frente a las naves fenicias o egipcias, los griegos innovaron creando los llamados birremes y trirremes, naves muy alargadas que no tenían una sola fila de remos a cada lado del barco, sino dos a cada lado, en el caso de los birremes, y tres en el de los trirremes. Cada trirreme ateniense poseía doscientos remos y era tripulado por un número similar de hombres. Estas naves de guerra se utilizaban para atacar desde el mar a las ciudades enemigas, desembarcando la in- Segundo GES fantería y, lógicamente, en las batallas navales. Los griegos, por la pobreza de su suelo, la dificultad de las comunicaciones terrestres y la lentitud de los tiros de bueyes, prefirieron desde muy pronto el tráfico marítimo al transporte terrestre. En cambio, los romanos no fueron grandes marinos, sin embargo, vencieron a los cartagineses y alcanzaron el dominio de todas las tierras ribereñas del mar Mediterráneo, al que llamaron Mare Nostrum. Primero, los romanos imitaron las naves griegas y cartaginenses, pero luego crearon un nuevo tipo de nave: la liburna, muy rápida y ligera, con una sola fila de remeros y una vela cuadrada. Las naves de guerra romanas estaban inspiradas en los birremes y trirremes griegos. Además, poseían muchas naves de transporte, que abastecían regularmente a Roma de todos los productos del Imperio. 2.2. El Comercio La economía griega se basaba tradicionalmente en la agricultura, la ganadería y la pesca. Pero la pobreza del suelo y la abundancia de puertos naturales hicieron del comercio una actividad floreciente desde tiempos antiguos. Atenas, Corinto y varias ciudades de Asia Menor y Sicilia desarrollaron una próspera vida comercial. El puerto de El Pireo se convirtió en uno de los principales centros de tráfico mercantil. De él salía aceite, vino, lana, mármol, armas, artículos de alfarería, utensilios y también objetos de arte, destinados a los mercados extranjeros. Se importaba sobre todo grano de Egipto, Sicilia y las costas del Mar Negro, así como otros productos alimenticios, maderas, hierro, cobre, estaño, además de esclavos, procedentes de las colonias y del extranjero. Cultura Clásica Página 81 En Roma, las conquistas militares produjeron un extraordinario auge del comercio, y, cuando Roma se convirtió en la capital de un gran imperio, a la metrópoli llegaban productos de todo el mundo conocido, y muchas familias amasaron grandes fortunas con la actividad comercial. El puerto de Ostia era uno de los de mayor tráfico comercial; también favorecieron el comercio entre Roma y todos los rincones del Imperio las excelentes vías que se construyeron y la llamada «paz romana», que permitió que los caminos y los mares fueran seguros para el tráfico de mercancías. A pesar de la intensa actividad comercial desplegada por griegos y romanos, no desapareció nunca en el mundo clásico la desconfianza hacia el comerciante; se mantuvo el tópico de considerarlo un hombre que buscaba el lucro sirviéndose de la astucia, el engaño y el fraude. A c t i v i d a d e s 1. A partir de la información anterior responde a las siguientes cuestiones: a. ¿Por qué razón colonizaron los griegos las riberas del Mediterráneo? ¿Conoces algún fenómeno parecido en otras épocas históricas? b. ¿Qué diferencia hay entre una apoikía y un emporion? c. ¿Cómo se llamaban las naves de guerra griegas?, ¿y las romanas? d. ¿En qué se diferenciaban las naves de guerra y las comerciales en la Antigüedad? e. ¿Qué elementos favorecieron el auge del comercio en Roma? f. ¿Cómo llamaron los romanos al mar Mediterráneo y por qué? Segundo GES g. ¿Qué opinión se tenía en Grecia y Roma de los comerciantes? ¿Es la misma que la que tenemos nosotros? 2. Este texto narra cómo los corintios impusieron el arte de la navegación: Se dice que los corintios fueron los primeros que innovaron el arte naval y que fue Corinto el primer lugar de Grecia donde se construyeron trirremes. Y es que Corinto, por estar en el Istmo, fue desde siempre plaza comercial, pues antiguamente tanto los de dentro como los de fuera del Peloponeso se comunicaban unos con otros más por tierra que por mar, a través del territorio de aquéllos, y eran poderosos por su riqueza. Una vez que los griegos se hicieron más navegantes, los corintios se deshicieron de los piratas. Procurándose navíos y convirtiendo su ciudad en un centro de tráfico terrestre y marítimo, la hicieron poderosísima gracias a sus ingresos. Tucídides, 1,13 a. Sitúa en el mapa mudo del Anexo el Peloponeso, Corinto y su Istmo. b. ¿Qué es un trirreme? c. ¿Qué proporcionaba a los corintios grandes ingresos? ¿Crees que es importante la situación geográfica para que exista un gran centro comercial? 3. De este fragmento se deduce la importancia que tenía el puerto de El Pireo para los griegos: Además, como el territorio que ha adquirido cada pueblo no es autosuficiente, sino que carece de unas cosas y tiene excedente de otras, y como es muy difícil encontrar un lugar donde vender unas e importar otras, nuestra ciudad también ayudaba en estas dificultades; pues estableció una especie de mercado en medio de toda Grecia, El Pireo, cuya abundancia es tal que lo que en otros mercados es difícil de encontrar incluso por separado, todo ello es fácil adquirirlo en él. Isócrates, Panegírico, 42 Cultura Clásica Página 82 a. ¿Dónde está el puerto de El Pireo? ¿Existe todavía? b. ¿Qué importancia tiene este puerto para Grecia, según el texto? 4. En este texto de una comedia de Plauto (Anfitrión) habla un dios: mejorar; que veáis crecer continuamente los beneficios en los negocios ya empezados o en los que vais a emprender. Queréis, además, que os traiga buenas noticias: sabéis que los otros dioses me han concedido y conferido el gobierno de las noticias y de las ganancias. Plauto, Anfitrión, 1 ss. Vosotros en vuestros comercios, en las compras y ventas que hacéis, queréis tener mi protección, deseáis que os haga ganar y os favorezca en cualquier circunstancia; deseáis que negocios y cuentas os lleven siempre a a. ¿Qué dios mensajero y patrón de los comerciantes habla en este texto? Segundo GES Cultura Clásica Página 83 Segundo GES Cultura Clásica Página 84 10 Las Aventuras de Ulises El Ocio en Grecia y Roma Segundo GES Cultura Clásica Página 85 Segundo GES Cultura Clásica Página 86 Tema 10 1. Las Aventuras de Ulises Aproximación Inicial • • • El regreso de Ulises a su patria y las múltiples aventuras que corrió están narrados en una obra de Homero. ¿Sabes cuál es su título? Resume brevemente, si las conoces, algunas de estas aventuras. ¿Recuerdas el nombre griego de Ulises?, ¿y el de su mujer y su hijo? Información 1. La vuelta de Ulises Ulises, ya terminada la guerra de Troya, emprendió camino hacia su patria, Itaca, donde se hallaba su esposa, Penélope, su hijo y su anciano padre. En la isla de los cícones, donde los vientos los llevaron, recogió un riquísimo botín para ofrendar a su esposa. Pero cuando estaban por partir, los habitantes de la isla cayeron sobre ellos y mataron a parte de la tripulación. Su siguiente parada fue en la isla de los lotófagos, que se alimentaban con una flor llamada loto que provocaba el olvido del pasado, cercano o remoto, así como los proyectos para el porvenir. Los lotófagos recibieron a los hombres de Ulises con la flor de loto, ellos la aceptaron y olvidaron su deber. 2. Ulises y los cíclopes Ulises cargó con sus hombres hasta las naves, continuando así con su viaje hasta que alcanzó a ver una Segundo GES hermosa isla, y junto a doce de sus compañeros se adentró en ella. No tardaron en ver una cueva llena de quesos y tiernos cabritos: era la cueva del gigante Polifemo, hijo de Poseidón, quien en ese momento no se encontraba allí. Ulises y sus hombres decidieron llevarse algo de la cueva, pero cuando Polifemo entró en ella levantó una enorme piedra tapando la entrada de la cueva, dejando a Ulises y sus hombres dentro de ésta. Polifemo, quien todavía no los había descubierto, empezó a ordeñar a sus animales. Luego, prendió una hoguera que iluminó a los navegantes. Polifemo preguntó quiénes eran, y el muy valiente Ulises le explicó que eran navegantes que venían de la guerra de Troya y que bajo las órdenes de Zeus, le pedían hospitalidad. Polifemo les explicó que los cíclopes no creían en los dioses, por lo que tomando dos navegantes los partió por la mitad y se los comió. Lo mismo sucedió la mañana siguiente, y al terminar de comer salió con sus rebaños. Antes de que volviera, Ulises ya había ideado un plan. Al día siguiente Polifemo comió dos hombres más y al terminar, Ulises le dio a probar vino; el gigante tomó tanto vino que quedó ebrio. Entonces Ulises dijo que su nombre era «Nadie» y que todos lo llamaban así, luego procedió a clavar un palo en el único ojo de Polifemo, quien estaba dormido. Al despertar, Polifemo llamó a sus hermanos, ya que él no podía hallar a los navegantes, sus hermanos preguntaban qué era lo que le ocurría, y éste respondió: «Nadie me ha traicionado». Sin más, los hermanos no lo escucharon. Para asegurarse de que los navegantes no escaparan, corrió la piedra y él mismo tapó la salida de la cueva. Al día siguiente Polifemo salió con su rebaño mientras Ulises y sus hombres se colocaron debajo de los corderos, Cultura Clásica Página 87 logrando así escapar. Al llegar a la nave, Ulises gritó a Polifemo que la persona que lo había dejado ciego se llamaba Ulises. Polifemo pidió a su padre que hiciera lo imposible para que Ulises no llegara a la tierra prometida, y Poseidón lo escuchó. 3. Ulises y Circe Pronto llegaron a la isla gobernada por Eolo, el rey de los vientos. En esta isla no había mal ninguno, y Eolo regaló a Ulises los vientos, envueltos, todos menos el viento del Oeste. Este viento sopló suavemente durante nueve días, se llegaba a ver de cerca la tierra prometida, hasta que la curiosidad de los hombres de Ulises despertó y dejaron escapar todos los vientos, provocando un violento huracán que los llevó hasta la isla de Eolo otra vez. Ellos pararon de nuevo en la isla y le pidieron a su amigo que los ayudase a llegar a su patria, otra vez, pero éste, decepcionado, los echó. Un par de días después llegaron a una isla; todas las naves, excepto la de Ulises, estaban en el puerto. Esta isla estaba habitada por gigantes, que devoraron sin compasión a todas las naves del puerto y a los navegantes que se encontraban en ellas: sólo Ulises y los tripulantes de su nave se salvaron. La próxima isla en la que pararon pertenecía a la maga Circe. Ulises separó a los tripulantes en dos grupos, uno estaba encabezado por él y el otro por Euriloco; el grupo de Euriloco fue el elegido para entrar en la isla. Encontraron el palacio de Circe, al que entraron todos menos Euriloco. Circe les dio a todos una droga para perder la memoria y luego los convirtió en cardos. Al ver que los tripulantes no salían, Euriloco se dirigió a Ulises, quien fue a buscar a los tripulantes. En el camino, encontró a Hermes, quien le dio algunas órdenes para que no le pasara lo mismo que a sus compañe- Segundo GES ros. Ulises cumplió con las órdenes de Hermes, y de esta manera triunfó. No sólo transformó a sus amigos en humanos otra vez, sino que los invitó a un maravilloso festín. Los navegantes pasaron un año en la isla de Circe, hasta que un día comprendieron que era hora de partir. Circe advirtió a los navegantes de todos los peligros que iban a sufrir, y cómo combatirlos. Sin más, partieron. 4. Ulises y las sirenas Uno de los peligros era el de la isla de las sirenas. Emitían un canto irresistible pero en el fondo, aunque eran muy lindas y sus cantos muy dulces, eran malas personas. Siguiendo los consejos de Circe, Ulises se ató y el resto de los tripulantes se taparon los oídos, de esta manera lograron pasar por la isla de las sirenas. Luego remaron con todas sus fuerzas hundiendo los remos, hasta salvar las Rocas Erráticas, donde el agua choca con las rocas formando un gran remolino. 5. Nuevos peligros Más allá había un lugar angosto por el que deberían pasar, en éste habitaban Escila y Caribdis. Escila era una especie de animal que vivía en una cueva, tenía doce patas y doce cabezas, y cada vez que pasaba alguien los devoraba sin piedad, únicamente la parte inferior de su cuerpo permanecía dentro de la cueva. Caribdis era un monstruo que tres veces al día absorbía agua y todo lo que pasaba por la zona, luego lo soltaba, pero convertido en restos informes. Al llegar a la zona, los tripulantes no alcanzaban a ver a Escila, y como un monstruo estaba enfrentado al otro, se corrieron para el lado contrario al del monstruo Caribdis, para evitar ser absorbidos, pero al acercarse salió de la cueva Escila, llegando a atrapar a algunos tripulantes. Cultura Clásica Página 88 Luego llegaron a la isla en donde se guardaban los ganados del Sol; como todos estaban muy cansados decidieron parar y descansar un rato, pero Circe había advertido que si mataban a alguna oveja sólo Ulises llegaría a Itaca. Él había advertido a los tripulantes de esto, pero lo ignoraron y comieron los ganados del Sol. Partieron lo más rápido posible, pero una nube negra apareció arriba de ellos y todos los tripulantes menos Ulises cayeron al mar y murieron. Así, Ulises se dejó arrastrar por los vientos, pero luego se dio cuenta que todo ese tiempo había estado retrocediendo y que se hallaba donde Escila y Caribdis otra vez. Ulises pudo salvarse de estos peligros por segunda vez. Nueve días anduvo de aquí para allá, hasta que ya vencido se chocó contra una isla, la de Calipso. 6. Ulises y Calipso Al llegar a la isla, Calipso, que era temida por todos los hombres, trató con dulzura y cuidó a Ulises durante ocho largos años. Sin embargo él siempre estaba triste. La diosa Atenea sintió mucha pena por él. Ya que Poseidón se había ido, Atenea acudió a los dioses y les explicó la situación de Ulises. Los dioses mandaron a Hermes para que comunicase a Calipso el deseo que ellos tenían de que Ulises volviera a su patria. Aunque esto le dolió mucho, ella ayudó a Ulises a volver a Ítaca. Ulises navegó tranquilo durante 18 días. Al volver, Poseidón comprendió que otros dioses estaban del lado de Ulises y que lo estaban ayudando a llegar a su patria: al verlo tranquilamente viajando hacia la isla de los feacios, se enojó y desató una tormenta encima de él. En ese momento Ulises pensó que hubiera sido mejor morir en Troya que sufrir todo lo que él sufría, hasta que una ola destrozó el barco y tiró al héroe al mar. Segundo GES 7. Atenea protectora La diosa Atenea, dice a Ulises que se saque las ropas mojadas, que se ponga su velo, que nade hasta la tierra y que suelte su velo al mar. Al principio Ulises no obedeció, pero cuando se dio cuenta que no había nada más por hacer decidió obedecerla. Después de una larga lucha, que duró dos días, Atenea logro que dejaran de soplar todos los vientos contra él, menos el viento norte, a quien ordenó que soplara fuerte. Cuando estaba por llegar, temía que una ola lo arrastrara hasta chocarlo con una roca, pero Atenea le dio la idea de que entre una ola y otra nadara rápidamente hasta una roca y se aferrara a ella; así logró pasar ese obstáculo. Luego, intentó buscar el mejor lugar para tocar tierra; cuando pensó que lo había encontrado, se encontró con la desembocadura de un río, pero éste se apiadó de él y sus aguas corrieron con tranquilidad. Moribundo llegó el héroe, mientras las aguas se abrieron para dar paso a Atenea. El héroe, contento, daba gracias a la ninfa. 8. Nausicaa La diosa Atenea le comunicó a Nausicaa que al día siguiente tendría que ir a lavar la ropa con uno de los mejores carros, y le dijo que pronto se iba a casar. Nausicaa obedeció las órdenes, y al día siguiente fue con sus amigas y sus esclavas a lavar la ropa. La reina, madre de Nausicaa, había preparado unos ricos bocados. Al terminar de lavar, colgaron la ropa, y mientras ésta se secaba, comieron y jugaron a la pelota; al ver que la ropa estaba seca, Nausicaa arrojó la pelota a una de las esclavas pero ésta no la atrapó y la pelota cayó al mar, las chicas lanzaron un grito que despertó a Ulises, quien se tapó como pudo y fue donde ellas. Todas se asustaron, excepto Nausicaa, quien le obsequió ropa de su hermano y lo llevó hasta la Cultura Clásica Página 89 entrada de su ciudad; luego, él, caminó hasta el palacio. 9. Ulises entre los feacios Al llegar al palacio, los padres de Nausicaa lo recibieron con riquísimos bocados, le obsequiaron todo lo que necesitaba para llegar a su isla e hicieron varias fiestas en su honor. En la última, se cantaron cánticos referidos a Ulises (los reyes del pueblo no sabían quién era él) y al ver sus lágrimas, tuvo que confesar quién era. En poco tiempo, había partido con un grupo de navegantes a su patria tan querida, Ítaca. Cuando llegaron Ulises dormía, por lo que los marinos lo dejaron durmiendo en su patria. Al despertar, éste no la reconoció y pensó que lo habían engañado; entonces apareció Atenea, y le contó todo lo que había pasado en Ítaca. 10. La tela de Penélope En ausencia de Ulises, un grupo de hombres había presionado a Penélope a casarse con uno de ellos, pero ésta, hábilmente, propuso algo: dijo que se casaría cuando terminara de tejer una tela, que tejía de día y deshacía por la noche. Todos los muchachos que pretendían a Penélope eran muy codiciosos, lo único que les importaba era el dinero, que disfrutaron por años. Un día estaban todos comiendo hasta que apareció un hermoso guerrero, que era Atenea disfrazada, y Telémaco, el hijo de Ulises, la invitó a pasar. La diosa comentó a Telémaco que su padre estaba vivo, que tenía que madurar y en el Consejo echar a todos esos hombres de su casa. Los hombres no hicieron caso a Telémaco, ni creyeron que Ulises estuviera vivo. 11. Telémaco Atenea propuso a Telémaco emprender un viaje en busca de su padre, ella ya sabía que Ulises estaba en Ítaca, pero le propuso esto para que fuese un muchacho más valiente. Segundo GES Telémaco aceptó la propuesta, debido a sus ansias por ver a su padre. Al partir, pidió a su nodriza que preparase abundante comida para el viaje y que no dijera nada a su madre acerca de su viaje hasta que hubiera partido. La nodriza prometió no decir nada. Un día, mientras los pretendientes de Penélope gozaban de una cena, un señor, a quien Atenea le había pedido prestado la nave, llegó al lugar y preguntó si Atenea había vuelto, porque necesitaba su nave. De esta manera, los pretendientes se enteraron de que Telémaco había partido, y Penélope se entristeció mucho. Mientras tanto, Telémaco estaba junto a Atenea en una isla, en la cual lo trataron bien pero no le supieron dar información alguna sobre Ulises. 12. Ulises en su patria Atenea convirtió a Ulises en un anciano mendigo, le dijo que había un señor en Itaca que había sido fiel a él y a su familia, por lo que podía permanecer junto a él. Mientras tanto, Atenea le comunicó a Telémaco que ya era hora de volver. Apenas llegó, se dirigió al mismo lugar que Ulises sin saber que él estaba allí. Pero como Ulises estaba disfrazado de mendigo, Telémaco no lo reconoció. Al rato, Atenea devolvió a Ulises a su forma natural, y le permitió que dijera a su hijo quién era: muy contentos se abrazaron y pasaron un buen rato. Al otro día, Ulises, disfrazado de mendigo, se dirigió al palacio, donde se encontraba su tan amada esposa y todos sus fastidiosos pretendientes. Al llegar, el único que lo reconoció fue su perro, quien, por el esfuerzo que hizo al menear su cola y su vejez, murió. Apenas llegó, la nodriza le limpió los pies y vio una marca, una marca en el pie de Ulises que siempre lo había distinguido, de esta forma se dio cuenta de quién era ese mendigo. Más tarde, el mendigo recomendó a Penélope que dijera que ella se casaría con quien pudiera Cultura Clásica Página 90 colocar doce flechas, una al lado de la otra, en la pared. Todos pensaron que iba a ser una prueba fácil, pero nadie lo logró, excepto Ulises, quien acabó matando uno por uno a los pretendientes de su esposa. Finalmente, le descubrió a la fiel Penélope su verdadera identidad. A c t i v i d a d e s 1. Lee los siguientes textos y responde por escrito a las cuestiones que siguen a cada uno de ellos. a. Discurrió en su espíritu este engaño: se puso a tejer en el palacio una gran tela sutil e interminable, y al punto nos habló de esta manera: «¡Jóvenes, pretendientes míos! Ya que ha muerto Odiseo, aguardad, para reclamar mi boda, a que acabe este lienzo, a fin de que tenga sudario Laertes cuando lo sorprenda la Parca de la aterradora muerte. ¡No se vaya a indignar alguna de las aqueas del pueblo, si ve enterrar sin mortaja a un hombre que ha poseído tantos bienes! Así dijo, y nuestro ánimo se dejó persuadir. Desde aquel instante pasaba el día tejiendo la gran tela y, por la noche, tan pronto se alumbraba con las antorchas, deshacía lo tejido. De esta suerte logró ocultar el engaño durante un trienio; mas, así que vino el cuarto año, habló una de las mujeres, que conocía muy bien lo que pasaba, y la sorprendimos cuando destejía la espléndida tela. Así fue como, mal de su grado, se vio en la necesidad de acabarla. Homero, Odisea, II, 94 ss. a. ¿Quién crees que es el narrador de este texto? b. ¿Quién tramó el engaño de tejer y destejer el lienzo? ¿Con qué fin? c. ¿Por qué los jóvenes itacenses quieren casarse con Penélope? d. ¿Quién es Laertes? ¿Recuerdas quién era la Parca? Segundo GES b. Después de haber rogado con votos y súplicas al pueblo de los difuntos, tomé las reses, las degollé encima del hoyo, corrió la negra sangre, y al instante se congregaron, saliendo del Erebo, las almas de los muertos [...]. Agitábanse todas con grandísimo murmullo alrededor del hoyo, unas por un lado y otras por otro; y el pálido terror se apoderó de mí [...] y yo, desenvainando la aguda espada me senté y no permití que las inanes cabezas de los muertos se acercaran a la sangre antes de que hubiera interrogado a Tiresias [...]. Vino el alma del tebano Tiresias y me habló de esta manera: «¡Laertíada, Odiseo, fecundo en ardides! Apártate del hoyo y retira la aguda espada, para que, bebiendo la sangre, te revele la verdad de lo que quieres [...]. Buscas la dulce vuelta, pero un dios te la hará difícil; pues no creo que le pases inadvertido al que sacude la tierra, quien te guarda rencor en su corazón, porque se irritó cuando le cegaste a su hijo. Pero aún llegarías a la patria, si quisieras contener tu ánimo y el de tus compañeros así que ancles tu nave en la isla Trinacia, y halléis paciendo las vacas y las ovejas del Sol, que todo lo ve y todo lo oye. Si las dejaras indemnes, aún llegarías a Ítaca, después de soportar muchas fatigas; pero si les causaras daño, desde ahora te anuncio la perdición de la nave y de tus compañeros. Y aunque tú te liberes, llegarás tarde y mal, habiendo perdido a todos tus compañeros, en nave ajena, y hallarás en tu palacio otra plaga: unos hombres soberbios, que se comen tus bienes, y pretenden a tu esposa, a la cual ofrecen regalos de boda [...]». Después vino muy angustiada el alma de Agamenón Atrida y dijo: «[...] Tú acertaste a poseer una esposa virtuosísima. Como la intachable Penélope ha tenido tan excelentes sentimientos y ha guardado tan buena memoria de Odiseo, el varón con quien se casó virgen, jamás se perderá la gloriosa fama de su virtud y los inmortales inspirarán a los hombres cantos en su honor. No se portó así la hija de Tindáreo, que, maquinando inicuas acciones, dio muerte a su marido; por lo cual ha de ser objeto de odiosos cantos y ya acarreó triste fama a las débiles mujeres, sin exceptuar las que son virtuosas». Homero, Odisea, XI, 34 ss. Cultura Clásica Página 91 a. ¿Quién habla en este texto? ¿En dónde tiene lugar la acción? b. ¿Qué te recuerda ese afán de las almas de los muertos por beber la sangre de los animales sacrificados? ¿Qué simboliza la sangre en nuestra cultura? c. ¿Quién es Tiresias? ¿Y el dios que sacude la tierra? d. ¿Quién es el hijo de este dios al que Odiseo cegó? e. ¿Qué ocurre en el palacio de Odiseo durante su ausencia? f. ¿A qué hija de Tindáreo se refiere Agamenón? g. ¿Qué tipo de mujeres simbolizan Penélope y Clitemnestra? h. Comenta la última frase de Agamenón sobre la fama que Clitemnestra ha dado a todas las mujeres, incluso a las virtuosas. cómo, finalmente, llegó a los feacios, quienes le honraron cordialmente, y lo condujeron en una nave a su patria, después de regalarle oro, bronce y vestidos en abundancia. Esto fue lo último que dijo pues ya le vencía el sueño que relaja los miembros y deja el espíritu libre de inquietudes. Homero, Odisea, XXIII, 300 ss. a. ¿Quién es Eolo? ¿Qué sabes de la engañosa Circe? b. ¿Qué es una ninfa? ¿Por qué crees que Odiseo prefiere volver a su pequeña y pobre patria en lugar de disfrutar junto a Calipso del placer, la juventud y la inmortalidad? c. ¿Cómo se llama el rey de los feacios? ¿Y su hija? 2. El Ocio en Grecia y Roma Aproximación Inicial • c. Después de que los esposos hubieron disfrutado del deseable amor, entregáronse al deleite de la conversación. La divina entre las mujeres le contó cuánto había sufrido durante su ausencia y Odiseo le narró sus extraordinarias aventuras; y el sueño no se puso en sus ojos hasta que acabó el relato. Empezó contándole cómo había vencido a los cícones, y le fue refiriendo su llegada al fértil país de los lotófagos, cuánto hizo el Cíclope y cómo él tomó venganza de que le hubiese devorado despiadadamente a sus fuertes compañeros; cómo pasó a la isla de Eolo [...]. Describióle también los engaños y artimañas de Circe, cómo bajó a la lóbrega morada de Hades, cómo oyó más tarde el cantar de las sirenas, cómo pasó por las horrendas Escila y Caribdis, cómo sus compañeros mataron las vacas del sol, cómo llegó a la isla Ogigia y a la ninfa Calipso, la cual lo retuvo en huecas grutas, y le dijo repetidas veces que lo haría inmortal y le eximiría para siempre de la vejez, sin que jamás pudiera infundirle la persuasión en el pecho, y Segundo GES • • • ¿Qué haces en tu tiempo de ocio? Enumera las actividades más frecuentes con las que la gente se divierte en nuestra sociedad. ¿Qué actos tienen lugar en la fiesta mayor de tu localidad y cuál es su origen o significado? ¿Sabes cuál es el origen de los actuales juegos olímpicos? ¿Podrías describir cómo es un teatro griego o romano?, ¿hay alguno cerca de la localidad donde vives? Información «Una vida sin fiestas es un largo camino sin posadas», había escrito el filósofo griego Demócrito. Como en otros lugares, las fiestas en Grecia y Roma tienen un origen religioso. Debido al carácter rural de la primitiva so- Cultura Clásica Página 92 ciedad griega y romana, la mayoría de las grandes fiestas coinciden con las épocas cruciales del año: siembra, siega y vendimia. Lo común a todas las fiestas era el sentimiento de gratitud hacia los dioses y, como ocurre en todos los pueblos del mundo, la alegría colectiva. Procesiones, sacrificios y juegos constituían los actos principales de las celebraciones. 2.1. Los Juegos Los juegos más importantes de la antigua Grecia eran los llamados panhelénicos, en los que tomaba parte la totalidad del mundo griego a través de sus delegados oficiales: se celebraban en Olimpia (juegos olímpicos), Delfos (juegos píticos), en Nemea y en el Istmo de Corinto; dedicados respectivamente a Zeus, Apolo, Zeus y Poseidón. Los juegos olímpicos se celebraban, a partir del año 776 a. de C., y cada cuatro años, en el santuario de Olimpia, entre finales de julio y principios de septiembre. Se realizaba una ceremonia inaugural en la que las delegaciones nacionales desfilaban y realizaban sacrificios y ofrendas a los dioses. Las competiciones deportivas eran muy variadas: carreras pedestres, lanzamiento de jabalina, de disco, salto de altura y longitud, pugilato, etc., pero la competición más espectacular era la carrera de carros. En la ceremonia de clausura, tras una procesión y un banquete, los ganadores recibían las coronas confeccionadas con ramas del olivo sagrado que, según la leyenda, había plantado Hércules. Las mujeres no podían participar en los juegos ni como deportistas ni como espectadoras. No obstante, cada cuatro años y en fechas distintas, las mujeres organizaban los juegos hereos, solo para mujeres, consagrados a la diosa Hera. Para los griegos, dispersos por todo el litoral mediterráneo, los juegos Segundo GES fueron siempre el lazo que les hizo recordar sus intereses comunes, su comunidad de origen y la pertenencia a una cultura con unos ideales que los distinguían de los bárbaros. Por ello, los juegos fueron siempre acompañados de treguas, durante las cuales habría sido sacrílego declarar o continuar una guerra. Los juegos incluían también audiciones musicales (de flauta, lira, cítara, canto y poesía con acompañamiento musical), danzas, recitales poéticos, declamaciones y espectáculos dramáticos. Ello respondía al ideal del hombre clásico, que se expresaba en la máxima mens sana in corpore sano, referida tanto al cultivo armónico del cuerpo (para alcanzar la belleza física y la salud) como de la mente (para alcanzar la belleza moral). 2.2. El Teatro El teatro nació en Grecia relacionado con el culto a Dioniso. En las dos grandes fiestas que tenían lugar en Atenas en honor de este dios (las Grandes Dionisas y las Leneas), al menos desde el 535 a. de C., se celebraban competiciones teatrales. Los autores de comedias y de tragedias presentaban sus obras a los magistrados, los cuales seleccionaban a tres poetas trágicos y tres cómicos, entre los que se elegía a los dos ganadores finales, votados por un jurado seleccionado al azar. El teatro era un espectáculo eminentemente popular, que en Atenas sirvió para formar y entretener a los ciudadanos. Las tragedias tenían como tema los grandes mitos y leyendas, y en ellas se trataban las grandes cuestiones y contradicciones de la vida social, política y religiosa de la Atenas del siglo V a. de C. En las comedias, por el contrario, la acción se situaba en el presente, los personajes y el argumento eran fruto de la fantasía del autor y en ellas todo era risa y Cultura Clásica Página 93 alegría, aunque también se incluían críticas feroces contra ciudadanos concretos o contra las instituciones. El carácter educativo y político del teatro griego fue evolucionando hasta convertirse en algo destinado ya sólo a entretener al público. En Roma, poco a poco, fue perdiendo espectadores hasta convertirse, como ocurre hoy día, en un espectáculo para minorías cultas. 2.3. Ludi Romani Romanos») («Juegos Los romanos fueron grandes aficionados a los combates que se celebraban en el anfiteatro (el más importante fue el anfiteatro Flavio o Coliseo, inaugurado en el 80 d. de C., con una capacidad para 45.000 espectadores), en el que se llevaban a cabo distintos espectáculos: Los combates de gladiadores constituían uno de los espectáculos preferidos por los romanos. Los gladiadores eran hombres condenados a muerte, esclavos castigados por sus dueños u hombres libres muy pobres que probaban suerte en la lucha. Se entrenaban en escuelas especiales. El día del combate realizaban el desfile en la arena y pronunciaban el saludo ritual: Ave, Caesar, morituri te salutant; se examinaban las armas y se sorteaban las parejas de gladiadores. El público empezaba a gritar y animaba al luchador por el que había apostado. Cuando uno de ellos caía vencido al suelo, pedía clemencia al público, aunque la decisión final correspondía al emperador o a las vestales; si el público consideraba que había luchado bien, levantaba el pulgar para solicitar el perdón; pero, si mostraba el pulgar hacia abajo, significaba que se pedía la muerte del vencido, el vencedor lo degollaba y obtenía la palma como símbolo de victoria. Después de muchos combates victoriosos, a un Segundo GES gladiador se le concedía una espada de madera y se le permitía retirarse. Las venationes consistían en una exhibición de animales exóticos, luchas entre animales, combates entre hombres y fieras y ejercicios de doma. Las naumaquias reproducían batallas navales y se ofrecían en pocas ocasiones. Se practicaban en determinados estadios o anfiteatros que podían llenarse de agua, y los combatientes luchaban entre sí simulando batallas navales históricas. El emperador Claudio organizó una naumaquia en la que combatieron 19.000 hombres. Las ejecuciones de los condenados a las bestias era un espectáculo tremendamente cruel, en el que hombres indefensos eran devorados por fieras hambrientas. Pero el espectáculo que encendía más pasiones en Roma eran las carreras de carros, celebradas en el circo. Los carros se llamaban bigas, si estaban tirados por dos caballos, trigas, por tres, y cuadrigas, por cuatro, los más usuales. Cada carro representaba a un bando o facción: los blancos, los verdes, los azules y los rojos. El auriga tenía que ser muy diestro con el látigo y las riendas para controlar a los cuatro caballos a la vez y evitar choques con otros carros. El público realizaba grandes apuestas por su bando preferido y, al final, tras la victoria de un bando, una parte del circo se mostraba pletórica, mientras que los perdedores parecían desesperados. En el Circo Máximo de Roma cabían, en época de Julio César, 150.000 espectadores sentados. Además de estas manifestaciones de ocio institucionalizadas, durante el resto del año, griegos y romanos contaban con la infraestructura necesaria para su ocio: tenían palestras, gimnasios, baños públicos o termas, que favorecían el ejercicio físico, la hi- Cultura Clásica Página 94 giene y el cuidado del cuerpo y fomentaban las relaciones sociales entre los ciudadanos. A c t i v i d a d e s 1. Después de leer la información anterior, responde a las siguientes cuestiones: a. ¿Cuál es la finalidad primitiva de las fiestas? b. ¿Qué competiciones deportivas se realizaban en los antiguos juegos olímpicos? c. ¿Qué significado tenían para los griegos los juegos deportivos? ¿Mantienen el mismo significado los juegos actuales? d. ¿Qué diferencias hay entre una tragedia y una comedia? e. ¿Hay algún espectáculo actual que te recuerde a alguno de los Ludi Romani? 2. En este texto, un griego explica a un extranjero algunas de las competiciones que se realizan en los juegos olímpicos. -El ejercicio que se desarrolla en el lodo se llama lucha y también aquél que se celebra en medio del polvo; al ejercicio que consiste en golpearse uno a otro permaneciendo de pie ambos contendientes lo llamamos pancracio. Tenemos otros ejercicios: el pugilato, el disco, el salto, etc., y de todos ellos organizamos competiciones. El que sale vencedor de la prueba es considerado el mejor en su especialidad y recibe los premios correspondientes. -¿Y cuáles son los premios que otorgáis? -Coronas de olivo en las Olimpiadas, coronas de pino en el Istmo; entretejidas de apio en Nemea; en Delfos manzanas de las consagradas al dios, y ánforas llenas de aceite en las Panateneas. Luciano, Anacarsis, 7, 9 a. ¿Qué competiciones deportivas se describen? ¿Se practican actualmente? Segundo GES b. ¿A qué juegos panhelénicos se refiere el texto? ¿Dónde se celebraban y en honor de qué dios? c. ¿Qué opinas de los premios que se otorgaban y de que los griegos compitieran más por la gloria que por el dinero? ¿Ocurre hoy lo mismo entre los deportistas de elite? 3. Marcial cuenta de qué manera, en una ocasión, dos gladiadores fueron declarados victoriosos. Finalmente se puso fin a este igualado combate: los dos lucharon a la par, ambos cayeron del mismo modo. A los dos les concedió César la palma y la espada de madera: tal recompensa ganaron por su habilidad y valor. Bajo ningún otro príncipe sucedió esto: que dos hombres lucharan y ambos resultaran vencedores. Marcial, Sobre los espectáculos, 29 a. ¿De qué tipo de espectáculo se habla en este texto? b. ¿Qué simboliza la palma y la espada de madera? c. ¿Existen hoy día espectáculos violentos o que inciten a la violencia? 4. Sófocles cuenta la caída de Orestes cuando participaba en una carrera de cuadrigas: Dos cuadrigas corrían parejas y a veces uno, a veces otro, llevaba la ventaja. Pero Orestes, aflojando la rienda izquierda en el preciso momento en que el caballo daba la vuelta, chocó con la meta sin advertirlo. El eje de las ruedas se quiebra y él se cae de la rampa del carro. Se enreda con las bien cortadas riendas y, mientras cae al suelo, los caballos corren desbocados. Los espectadores, al ver que se ha caído del carro, gritan y se lamentan por el infortunado joven. Sigue arrastrado por el suelo con las piernas en alto, hasta que otros aurigas a duras penas detienen la carrera y lo liberan de las riendas. Estaba cubierto de sangre y en un estado tan lastimoso que ninguno de sus amigos lo habría reconocido. Sófocles, Electra, 721 ss. Cultura Clásica Página 95 a. ¿Recuerdas de quién era hijo Orestes? b. ¿Qué es una cuadriga? ¿Quiénes son los aurigas? c. ¿Por qué crees que, en todas las épocas, gustan tanto los deportes de riesgo o los de competición entre equipos o pueblos? 5. En este texto se describe el espectáculo de un condenado a las bestias: Segundo GES Como Prometeo encadenado en la roca alimentó al buitre insaciable con su hígado exuberante, así Lauréolo, atado a una cruz, ofreció sus miembros desnudos a un oso de Calcedonia. Sus miembros desgarrados palpitaban, mientras manaba la sangre, y su cuerpo ya no parecía un cuerpo humano en ninguna de sus partes. Marcial, Espectáculos, VII Cultura Clásica a. ¿Por qué estos espectáculos, soportables para los romanos, no lo son para nosotros? b. ¿Se celebra hoy día algún espectáculo sangriento? Página 96 11 La Leyenda de Eneas El Urbanismo en Grecia y Roma Segundo GES Cultura Clásica Página 97 Segundo GES Cultura Clásica Página 98 Tema 11 1. La Leyenda de Eneas Aproximación Inicial • • • • • ¿Cómo fue el final de la guerra de Troya? ¿Qué fue de la ciudad de Troya? ¿Qué les sucedió a los troyanos tras la guerra? ¿Recuerdas quién era Eneas? ¿Qué sabes de la fundación de Roma? había revelado a Latino que un hombre llegado del mar se desposaría con su hija y crearía un gran imperio en nombre de los latinos. Entonces Turno y Eneas se declaran la guerra y empiezan a batallar durante un buen tiempo. Un día vienen aliados de uno y otro día de otro, y la batalla nunca termina. Mientras, en el cielo, Afrodita y Hera ayudan a unos y a otros sin que Zeus le otorgue la victoria a ninguna. Al final, Eneas mata a Turno en un combate y consigue la mano de Lavinia. Entonces funda un reino que algún día se convertirá en Roma. A c t i v i d a d e s 1. Lee los siguientes textos y responde a sus cuestiones: Información Eneas, príncipe troyano, huye de la ciudad tras haber sido quemada por los aqueos. Se lleva a su padre y a su hijo a rastras, y su mujer le sigue a pocos pasos. Pero ella perece en la oscuridad, y Eneas, desesperado, embarca con otros supervivientes en busca de una nueva tierra. Su enemistad con Hera le lleva a navegar errante durante mucho tiempo, hasta que es arrojado a las costas del norte de África, en Cartago. Allí habita la reina Dido, que se enamora de él y lo retiene largo tiempo. El reino es hospitalario y todos los troyanos quieren quedarse en Cartago, pero Eneas sabe que es en Italia donde debe fundar su imperio. Tras su marcha, Dido se suicida en una pira. En su camino hasta Italia desciende a los infiernos, donde su padre, ya muerto, le revela que fundará un imperio floreciente, Roma, hasta la época de Augusto. Eneas llega al Lacio, donde gobierna el rey Latino. La hija de Latino, Lavinia, está prometida a Turno, el caudillo de los rútulos, pero el oráculo Segundo GES a. Me cubro los anchos hombros y el cuello con la túnica y con una dorada piel de león por encima y tomo sobre mí a mi padre Anquises; el pequeño Julo se coge de mi diestra y me sigue con paso desigual; detrás viene mi esposa Creúsa. Avanzamos por oscuras calles [...]. Próximo ya a las puertas, me figuraba que había llegado al final de mi camino, cuando de pronto me pareció que llegaba a mis oídos un ruido repetido de pisadas y mi padre mirando las sombras grita: «Hijo, huye, hijo; se acercan» [...]. Y mientras a la carrera avanzo por lugares extraviados y me desvío del camino conocido, no sé si mi esposa Creúsa se detuvo arrebatada por un desgraciado destino, o se equivocó de camino, o agotada se sentó. Ni advertí su pérdida, ni pensé en ella hasta que llegamos al cerro de la antigua Ceres y a su sagrado templo [...]. Dejo a la custodia de mis compañeros a mi hijo, a mi padre Anquises y a los Penates troyanos y los oculto en las profundidades de un valle, y ciñendo mis refulgentes armas vuelvo a la ciudad [...]. Y mientras gritaba delirante el nombre de Creúsa y corría sin fin por las casas de la ciudad, apareció ante mis ojos un triste fantasma, la sombra de la misma Creúsa, una imagen más grande de la que yo conocía. Me quedé inmóvil, los cabellos se me erizaron y la voz se me quedó clavada en la garganta. Entonces ella, tratando de Cultura Clásica Página 99 desvanecer mis preocupaciones, me dirigió estas palabras: «¿De qué te sirve, dulce esposo, entregarte a tan loco dolor? Nada de esto sucede sin la aprobación de los dioses; ni puedes llevarte de aquí a Creúsa en tu compañía, ni el mismo rey del celeste Olimpo lo permite. [...] Te están reservados prósperos acontecimientos, un reino, una esposa de regia estirpe; no llores más por tu amada Creúsa. No veré las soberbias mansiones de los aqueos, ni seré esclava de las matronas griegas, yo que soy hija de Príamo y nuera de la divina Venus, sino que la gran madre de los dioses me retiene en estas orillas. Adiós, pues, y conserva siempre el amor a nuestro hijo». Una vez dicho esto, me abandonó cuando deshecho en lágrimas deseaba decirle muchas cosas y se desvaneció en las etéreas brisas. Tres veces intenté echar mis brazos en torno a su cuello; tres veces apresada en vano la sombra se deslizó entre mis manos, como un viento sutil, como un sueño fugaz. Virgilio, Eneida, II, 1.028 ss. a. ¿Recuerdas cuál es el nombre griego de la diosa Ceres? b. ¿Cuál es el parentesco entre Eneas y Príamo? c. ¿Quiénes son Anquises y Julo? d. ¿Quién es Creúsa?, ¿qué le pasó? e. ¿Por qué los dioses no permiten que se salve Creúsa? f. ¿Qué te recuerda el fantasma de Creúsa? g. ¿Qué prósperos acontecimientos le estaban reservados a Eneas? h. ¿A qué reino alude Creúsa para el futuro de Eneas? b. Éste es mi ruego; este profundo lamento mezclo con mi sangre. Odiad vosotros, oh Tirios, desde ahora a su estirpe y a sus descendientes y ofreced vuestro odio como presente a mis cenizas; que no haya nunca amistad ni pactos entre nuestros pueblos. Nazca de nuestro linaje un vengador que persiga a los troyanos con la llama Segundo GES y el hierro ahora y en adelante, en cualquier época en que se enfrenten nuestras fuerzas. Lo imploro, luchen costas contra costas, olas contra olas, armas contra armas; que luchen nuestros pueblos y sus descendientes. Virgilio, Eneida, IV, 621 ss. a. ¿Quién habla en este texto? ¿Por qué habla de sangre y cenizas? b. ¿Quiénes son los tirios? c. ¿Cuál es, según el poeta Virgilio, la razón de la enemistad entre romanos y cartagineses que culminó en las Guerras Púnicas? d. ¿Qué se quiere decir cuando se utiliza la expresión «tirios y troyanos»? c. Una de las laderas de la roca eubea se abre en forma de inmensa caverna, a la que llevan cien anchas bocas con cien puertas, de las que salen con estruendo otras tantas voces, respuestas de la Sibila. Apenas llegaron al umbral, dijo la virgen: «Éste es el momento de consultar los hados: ¡he aquí, he aquí el dios!». Apenas había pronunciado estas palabras a la entrada de la cueva cuando se le inmutó el rostro, perdió el color y se le erizaron los cabellos. Jadeando sin aliento, hinchado el pecho lleno de sacro furor, parece que va creciendo y que su voz no suena ya como la de los demás mortales, porque la inspira la divinidad ya más cercana. Entonces dice: «¿Demoras tus peticiones, troyano Eneas?, ¿las demoras? Ten por cierto que no se abrirán las puertas de este, mi portentoso templo, antes de que las digas». Un terror helado recorrió los duros huesos de los troyanos y de lo hondo de su pecho exhaló Eneas sus plegarias. [...] Entretanto, aún no sometida del todo a Febo, se revuelve como una bacante en su caverna la terrible Sibila, procurando sacudir de su pecho el poderoso espíritu del dios: pero cuanto más ella se resiste, tanto más fatiga él su espumeante boca, domando aquel fiero corazón e imprimiendo en él su espíritu. Se abren por fin las enormes puertas del templo y llevan los aires las respuestas de la Sibila: «¡Oh, tú, Cultura Clásica Página 100 que al fin te libraste de los grandes peligros del mar, otros mayores te aguardan en la tierra! Llegarán, sí, los hijos de Dárdano a los reinos itálicos, arranca de tu pecho ese cuidado. Pero también desearán un día no haber llegado nunca. Veo guerras, horribles guerras, y al Tíber espumeante de sangre: no te faltarán aquí ni el Simois, ni el Janto, ni los campamentos griegos: ya tiene el Lacio otro Aquiles, también hijo de diosa. Tampoco te faltará aquí Juno, eterna enemiga de los troyanos. [...] De nuevo una esposa extranjera, por segunda vez, será causa de tantos males para los troyanos». Virgilio, Eneida, VI, 62 ss. a. ¿A qué se dedica la Sibila?, ¿qué le sucede y por causa de qué dios? ¿Cómo se llama la otra gran profetisa de este dios y en qué lugar profetiza? b. ¿Recuerdas quién es Febo? c. ¿Cuál habrá sido la primera pregunta de Eneas a juzgar por la primera respuesta de la Sibila? d. ¿Con qué compara la Sibila las guerras que le esperan a Eneas? ¿Quién es el nuevo Aquiles? ¿A qué nuevo matrimonio extranjero se refiere y con qué lo compara? d. Allí también entonces el rey Latino, a fin de obtener oráculos, había inmolado, conforme al rito, cien lanudas ovejas [...] cuando de pronto salió de lo más hondo de la selva una voz que decía: «No pienses, hijo mío, en dar a tu hija Lavinia a un esposo latino, ni creas en las ya preparadas bodas. Vendrá un yerno extranjero, con cuya alianza se levantará nuestro nombre hasta las estrellas y cuyos descendientes verán sometidas a sus pies y regidas por sus leyes cuantas naciones contempla el Sol recorriendo uno y otro Océano». Virgilio, Eneida, VII, 131 ss. a. ¿Quiénes son Latino y Lavinia? Segundo GES b. ¿Quiénes son los descendientes de los que se habla? c. ¿De qué naciones y océanos habla? d. ¿Cómo se llama esta clase de respuesta que emite esa extraña voz de lo hondo de la selva? e. Chocan con sus escudos el troyano Eneas y el heroico hijo de Dauno [...]. Da Turno un salto, juzgando la ocasión propicia, y erguido el cuerpo y alta la espada, tira un tajo a Eneas [...]. Mas cuando tuvo que cruzarse con las armas forjadas por Vulcano, aquella espada, obra de un mortal, saltó al primer golpe, frágil como el hielo: sus pedazos resplandecen sobre la roja arena. Huye pues Turno desalentado y sin dirección por todo el campo, en raudos giros [...]. Con no menos ligereza le persigue Eneas [...]. Vuela a semejanza de un negro turbión la mortífera lanza, y traspasando los bordes de la loriga y los siete cercos del escudo, le entra rechinando por mitad del muslo: dobladas las rodillas, cae en tierra herido el gigantesco Turno. Prorrumpen los Rútulos en gemidos [...]. Él, humilde y suplicante, tendiendo a Eneas la vista y las manos desarmadas, dice: «Merezco lo que me sucede, no te imploro, haz uso del derecho que te da la suerte, mas si alguna compasión puede inspirarte un padre desventurado, yo te ruego que te compadezcas de la ancianidad de Dauno: devuélveme a los míos, o por lo menos, devuélveles mi cuerpo exánime. [...] Tuya es Lavinia; no vayan más allá tus rencores». Detúvose el formidable Eneas, suspensa la diestra, indeciso ante lo que debía hacer, y ya empezaban a ablandarle las palabras de Turno, cuando se ofrece a su vista en el pecho caído, reluciendo con sus conocidos resaltos de oro, el infausto talabarte5 del joven Palante, a quien Turno diera muerte después de haberle vencido [...]. No bien Eneas hubo devorado con la vista aquellos despojos, ocasión para él de amargo dolor, inflamado por las Furias y terrible en su cólera, exclamó: «¿De escaparte me hablas cuando te veo vestido con estos despojos de los míos? Palante es quien te inmola con esta herida, y con tu criminal sangre toma venganza». Diciendo 5 Un talabarte es el cinturón que lleva pendientes los tiros de los que se cuelga la espada o el sable. Cultura Clásica Página 101 esto, le hunde ciego de ira la espada en el pecho. Virgilio, Eneida, XII, 1.069 ss. ¿Quién es Turno?, ¿y Dauno? b. ¿Por qué luchan Turno y Eneas? c. ¿Qué le suplica Turno herido a Eneas? d. ¿Qué sentimiento provoca a Eneas esta súplica? e. ¿Qué mueve a Eneas a matar a Turno? f. ¿Sería hoy heroico el comportamiento de Eneas? g. ¿Te recuerda este duelo a algún otro ya conocido? a. ¿Qué era una vestal? b. Tito Livio fue un historiador y no un poeta, como fue Virgilio, ¿qué opina del embarazo de Rhea Silvia y del episodio de la loba? c. ¿Qué dos tradiciones existen sobre la loba? ¿Cuál acabó imponiéndose? d. «Loba» equivale a lupa en latín, pero este término, en la lengua popular, tiene un doble sentido. ¿Sabes qué es un lupanar? e. La Biblia recoge el famoso episodio de un niño que es arrojado al río Nilo. ¿Sabes su nombre? a. f. Sucedió que Rhea Silvia fue violentada y de esta violación resultó madre de dos hijos, y bien por convencimiento propio, o bien porque era más honesto tener a un dios como autor de su culpa, lo cierto es que atribuyó a Marte aquella paternidad desconocida. Pero ni los dioses ni los hombres pudieron librar a la madre ni a los hijos de la crueldad del rey: la vestal fue encadenada y presa, y mandó que se la arrojara al río en unión de sus dos hijos. Mas por maravillosa casualidad, el Tíber se había desbordado, formando en las orillas unas charcas [...], los ejecutores creyeron que en aquellas charcas los niños podían ahogarse y los arrojaron a la primera charca que encontraron [...]. Existe una tradición [...] por la cual una loba sedienta, atraída por el llanto de los niños, bajó de las montañas y cuando se acercó a ellos, de tal manera se amansó, que empezó a amamantarles, y en esta forma fue encontrada por el pastor mayor de los rebaños del rey, que la vio acariciar con su lengua a los niños. Este pastor se dice que se llevó a los niños y los encomendó al cuidado de su mujer, Laurencia. No falta quienes creen que esta Laurencia era una prostituta a quien los pastores llamaban Loba, arrancando de aquí esta maravillosa tradición [...]. Tito Livio, Ab urbe condita I, VI-VII Segundo GES 2. El Urbanismo en Grecia y Roma Aproximación Inicial • • • ¿Podrías citar algunos de los servicios de que disponemos hoy día en una ciudad? Enumera las ventajas e inconvenientes de vivir en una ciudad. ¿Cuáles son los mayores problemas que tienen nuestras ciudades?, ¿cuáles crees que eran los de las ciudades de la Antigüedad? Información Suele decirse que el urbanismo moderno y el concepto de ciudad, que tan importantes son en nuestra cultura actual, tienen su origen y fundamento en el mundo grecorromano. Las primeras ciudades no nacieron ni en Grecia ni en Roma, sino que aparecieron en el periodo Neolítico, hacia el 6.500 a. de C., pero éstas, aunque también tenían calles, casas, Cultura Clásica Página 102 murallas, etc., eran diferentes a las nuestras y a las ciudades clásicas grecorromanas, pues no estaban al servicio del ciudadano. La mayoría de las veces, el núcleo principal lo constituía un palacio real o un importante templo, en torno al cual se construyeron las viviendas de numerosos servidores, por lo que estas ciudades son muchas veces agrupamientos de forma globosa, circular u ovalada, sin estructura regular de calles ni especiales servicios municipales para los que allí vivían. En algunas de estas ciudades antiguas se desarrollaron, no obstante, algunos servicios como, por ejemplo, estructuras de desagües canalizados. Pero la ciudad seguía siendo el gran mercado y fuente de servicios de una pequeña minoría. En Grecia existieron ciudadelas amuralladas, en la época micénica (1.500-1.150 a. de C. aproximadamente), cuyo modelo determinó seguramente la estructura de muchas ciudades griegas de época Clásica que habían sido centros más antiguos y evolucionaron a un nuevo tipo de ciudad, la polis, cuando las aldeas circundantes a la ciudadela alta crecieron y acabaron juntándose físicamente entre sí y con la antigua ciudad alta fortificada (a este proceso se le llama sinecismo). Esta última quedó como zona sagrada y de uso público (también defensivo, para refugiarse en situaciones bélicas) y se llamó acrópolis. Los griegos desarrollaron la idea de una comunidad de ciudadanos con idénticos derechos y deberes que culminó con el descubrimiento de la democracia y, en consonancia con ello, la ciudad se configuró como un espacio al servicio de una comunidad de ciudadanos. Su centro natural fue el ágora, la plaza central donde se situaba el mercado y en torno a la cual fueron surgiendo edificios de uso público cada vez más especializados Segundo GES (templos, edificios de administración de justicia, sedes del gobierno donde ejercían sus cargos los ciudadanos electos y los que lo habían obtenido por sorteo, etc.). Una ciudad no se concebía sin un gimnasio o palestra, en el que los ciudadanos cuidaban su estado físico, conversaban y hacían amistades, sin un teatro donde los ciudadanos asistían a representaciones, sin un abastecimiento de agua potable para todos por medio de fuentes públicas, sin un sistema de desagües, etc. Roma también se formó por un proceso de sinecismo. El primer núcleo de lo que seria Roma fue un pequeño recinto cuadrado situado en el monte Palatino y fundado, según la tradición romana, en el 753 a. de C. por Rómulo, al que se unieron una serie de aldeas situadas en varias colinas de los alrededores. Así, se formó el núcleo urbano que se conoce con el nombre de la ciudad de las siete colinas, la futura capital del Imperio. Las ciudades romanas también se entendían como un espacio al servicio del ciudadano; en ellas la gran plaza pública se llamaba foro, y allí estaban el mercado, las basílicas (centros de transacciones comerciales y de administración de justicia), la curia (sede del gobierno municipal), la escuela elemental (Iudus) y los principales templos. Había baños públicos (termas), edificios para espectáculos (teatro, circo o hipódromo, anfiteatro para espectáculos de lucha, etc.) y sistemas de agua canalizada, suministrada por acueductos, así como cloacas o desagües. Las calles se pavimentaban y hasta tenían aceras, y sobre todo, presentaban un trazado regular y racional. Tanto en el mundo griego (en el que había una importante colonización por el Mediterráneo) como en el Imperio romano, se fundaron y construyeron nuevas ciudades. Éstas, cuanto Cultura Clásica Página 103 más recientes eran, más regularmente diseñadas resultaban según un plan lógico previo. En el mundo griego se estableció la llamada planta hipodámica: se atribuyó su creación a un arquitecto de Mileto llamado Hípódamo. Según este modelo, se daba al plano de la ciudad una forma cuadrangular, y la red interna de calles, perpendiculares y paralelas entre sí, formaban una cuadrícula casi perfecta. En el mundo romano se tendía a lo mismo, porque las colonias se construían siguiendo lo que en origen era el plano de un campamento militar. La planta era cuadrada o rectangular, con una gran calle central que la cruzaba de norte a sur, llamada kardo máximo, y otra, perpendicular a la anterior en el centro, llamada decumano máximo. Las demás calles se trazaban paralelas a estas dos formando una cuadrícula, y aproximadamente en el Segundo GES centro del conjunto se situaba el foro. Estas ciudades tenían murallas, pero muchas veces ya no existía una acrópolis, porque eran nuevas, construidas en momentos más pacíficos, y no habían crecido en torno a una fortaleza originaria. La vida urbana se desarrolló, pues, por todas partes en el mundo antiguo y, con ella, surgieron también los inconvenientes que tenía. Así, muchas ciudades crecieron incluso demasiado, se hicieron bulliciosas, llenas de gente, con demasiado ruido del tráfico de personas y carros, etc. Algunos, sobre todo los que económicamente podían permitírselo, se construían una villa en el campo o pasaban temporadas de descanso en pequeñas ciudades provincianas de veraneo, situadas en el monte o cerca del mar. Cultura Clásica Página 104 Anexos 1. Dioses y Héroes 2. Mapas 3. Expresiones Latinas 4. Actividades de Mitología y Gramática Segundo GES Cultura Clásica Página 105 Segundo GES Cultura Clásica Página 106 1. Dioses y Héroes Adonis Joven de singular belleza, hijo del rey de Chipre Ciniras y de su incestuosa unión con su hija Mirra. La propia Afrodita-diosa del amor- se enamoró de él pero su vida fue muy efímera, y después de muerto, Zeus dispuso que pasara seis meses del año con Afrodita y los otros seis en los Infiernos, con Perséfone. Su culto estuvo asociado a la vegetación y las cosechas: la flor que lleva su nombre comparte su belleza y corta vida. Agamenón Rey de Micenas y jefe supremo de la expedición griega, denominada también como aquea, que fue a combatir Troya. Era el hermano de Menelao, el marido de Helena, la que fue responsable última de la guerra recién mencionada. Cuando Agamenón regresó a Micenas después de diez años de ausencia murió asesinado por su esposa Clitemnestra. El hijo de ambos, Orestes tuvo que cargar con la obligación moral de vengar la muerte de su padre, acto que ejecuta con la ayuda de su hermana Electra. Alcinoo Rey de los feacios, pueblo mítico de la Odisea. Su hija Nausicaa descubrió a Odiseo en la playa a la que había llegado como náufrago. Lo condujo a palacio donde su padre lo acogió con los dones de la espiritualidad, facilitándole posteriormente continuar el viaje de regreso a su isla de Ítaca. Las Amazonas Legendario pueblo de mujeres belicosas, no en vano eran hijas del dios de la guerra, Ares. Su nombre parece que significa «sin un pecho» o «mujeres luna». Contra ellas combatieron los más célebres guerreros, dada la fama que tenían de invenci- Segundo GES bles. Uno de los Doce Trabajos de Hércules (Heracles) fue precisamente enfrentar a Hipólita, la reina de las Amazonas. Más tarde, también el rey de Atenas Teseo las derrotó cuando invadieron el Ática. Andrómaca Esposa del príncipe heredero troyano Héctor. Tras la caída de la ciudad, conoció los desastres de lo que es una guerra que arruina a tantos vencedores como a vencidos. Tuvo que ver la muerte de su marido y de su hijo Astiniacte. El célebre pasaje del canto VI de la Ilíada en el que Héctor- con su tremolante casco- se despide de su mujer y de su hijo para acudir al combate, en el que encontrará la muerte, sigue siendo una escena tan actual como patética. Andrómeda Hija del rey de Etiopía. Poseidón castiga al país con la aparición de un monstruo marino. Andrómeda es encadenada y expuesta a este peligro pero afortunadamente aparece el héroe Perseo, que promete liberarla para luego casarse con ella. Perseo, a su vez, se vale de la cabeza de Medusa para petrificar a sus enemigos. Cuando muere Andrómeda es catasterizada (convertida en estrella) en la constelación que lleva su nombre. Por otra parte, algunos autores han querido ver en este mito el origen de la leyenda de San Jorge y el dragón. Anquises Afrodita (Venus para los romanos) se enamoró de Anquises con quien tuvo a Eneas, el fundador de Roma. Uno de los escasos ejemplos en que una diosa se unió a un mortal y tuvo un hijo con él. Pero la diosa le había prohibido que lo divulgara. Anquises, sin embargo, se vanaglorió de Cultura Clásica Página 107 ello ante sus amigos, por lo que fue castigado con la ceguera. Viejo y ciego, es rescatado de la humeante ciudad de Troya por su hijo Eneas, quien lo traslada en sus espaldas hasta las costas itálicas. Anticlea Casada con Laertes, reina de Ítaca que antecedió a Penélope. Fue la madre de Odiseo aunque hay versiones que señalan que el padre de Odiseo fue el astuto Sísifo. Anticlea sufrió tanto por la ausencia de su hijo que se suicidó desesperada al ver que éste no regresaba de la expedición que los griegos habían emprendido contra la ciudad de Troya. Antígona Hija y hermanastra de su padre, Edipo, el cual- no pudiendo evitar su destino- tuvo hijos con su propia madre. La joven Antígona fue el lazarillo de su viejo y desolado padre/hermano, a quien acompañó hasta el final de sus días. En el conflicto que suscitaron sus dos hermanos, Eteocles y Polinices, Antígona antepuso sus obligaciones fraternales- que le exigían respetar leyes morales no escritas- a las leyes positivas del tirano Creonte. Se convirtió así en defensora de las verdades morales frente a los preceptos oficiales y, desde este punto de elegante acracia, prefirió morir. Aquiles Educado por el centauro/médico Quirón, fue el mayor héroe (porque héroe en puridad es sólo quien conoce su destino adverso y está dispuesto a asumirlo) de los que acudieron a Troya. Hijo de la nereida Tetis y del mortal Peleo. Despechado públicamente por Agamenón en lo más íntimo de su honor, se retira del combate y pone en peligro la expedición de los griegos contra Troya. Sólo la muerte de Patroclo (su sentido de la amistad) lo hace reincorporarse al combate. A sus manos muere Héctor y el mismo, «el de Segundo GES velocísimos pies» encuentra la muerte alcanzado desde lejos por una flecha del cobarde Paris. El disparo le alcanzó en el talón, único punto vulnerable de todo su cuerpo. Ariadna Cuando el príncipe ateniense Teseo acude a Creta para acabar con el voraz Minotauro - al que la ciudad de Atenas debía pagar como tributo anual siete jóvenes y siete muchachas- Ariadna, la hija del rey, se enamora del héroe y le entrega un ovillo que lo ayudaría a salir del laberinto tras haber dado muerte al Minotauro. Ambos emprenden el regreso a Atenas, más Teseo le abandona en la isla de Naxos, donde-según otras versiones- la encontró poco después el dios Dionisio. Asclepio / Esculapio Quizás fuera originariamente un mortal que ejerció la medicina con especial acierto. Ascendió pronto a la categoría de héroe y de dios. Apolo, su padre, confió su educación al centauro Quirón, quién le instruyó en la medicina. De entre sus hijos destacaron Macaón y Podalirio (los médicos que aparecen en La Ilíada) así como las personificaciones de Panace e Higica/Salud. Su santuario más famoso estuvo en la ciudad medicinal de Epidauro, en el Sur de Grecia o Peloponeso. En el arte se le representa con un bastón sobre el que se enroscan unas serpientes. Atalanta Expuesta en el monte, fue amamantada por una osa. Vivía dedicada a la caza, desdeñando a los hombres. Ufana de su superioridad, prometió casarse sólo con quien la venciese en la carrera; en caso contrario, daba muerte con su espada al pretendiente. El joven Hipómenes pidió ayuda a Afrodita, quién le facilitó tres manzanas de oro con las que éste distrajo la atención de Atalanta mientras ambos co- Cultura Clásica Página 108 rrían, consiguiendo así alcanzar la meta antes que ella. Atlante Uno de los principales titanes, encargado de vigilar los pilares de la bóveda celeste para impedir que ésta se desplomara. Al frente de los Titanes se rebela contra los dioses Olímpicos. Tras su derrota, es castigado a soportar la bóveda del cielo, postura en la que fue múltiples veces representado por los artistas posteriores. Intentó engañar a Hércules y traspasarle esta pesada tarea aunque no lo consiguió. Quedó petrificado cuando el héroe Perseo le enseñó la cabeza de Gorgona. Atreo Uno de los más famosos personajes de la antigua saga épica. Fue el padre de Agamenón y de Menelao, los dos caudillos griegos que organizaron la expedición griega en contra de Troya. Preparó un banquete a su hermano Tiestes, sirviéndoles la carne de los hijos de éste. Se dice que el sol, horrorizado ante tamaño espectáculo y no queriendo ver, hizo retroceder su curso en el firmamento. Con este incidente se asocia la leyenda de que Atreo sólo llegaría a reinar en la ciudad de Micenas si el sol se ocultaba algún día por el oriente. Murió a manos de su sobrino Egisto. Boreas Es el viento del Norte, hijo de la Aurora/Eos, al igual que Céfiro y Noto. Según cierta tradición mitográfica, se unió a las yeguas de Erictonio, de las que nacieron velocísimos corceles, tan raudos como su padre, el viento. Cadmo Mientras buscaba a su hermana Europa, que había sido raptada, llegó al oráculo de ciudad de Delfos. Allí se le vaticinó que fundara una nueva ciudad donde se topara con una vaca echada en el suelo. Así fue como fun- Segundo GES dó la acrópolis de Tebas. Para conseguir agua tuvo que matar a una serpiente. La diosa Atenea le aconsejó que sembrara los dientes del animal: al hacerlo, vio con asombro que de ellos brotaron un ejército de hombres armados que se pusieron a luchar entre sí. Sólo sobrevivieron cinco, que fueron los antepasados de la nobleza de Tebas. Se casó con Harmonía, la hija de Ares y de Afrodita. Se le atribuye la difusión del alfabeto y el arte de la fundición. Calipso Reina de la isla de Ogigia, situada en los extremos confines del mar, junto a las Columnas de Hércules. En ella desembarcó Ulises cuando regresaba de Troya. Calipso le retiene durante siete años y le promete la inmortalidad si se queda a vivir con ella. Pero el héroe prefiere partir. La ninfa le ayuda entonces a encontrar su barco. Según ciertas versiones, tuvo varios hijos con Ulises, entre ellos, Ausón, héroe que daría nombre a la tierra latina de Ausonia. Casandra Princesa troyana, dotada del arte de la adivinación. Hija del rey Príamo y hermano de Héctor y Paris. Apolo se enamoró de ella y le regaló el don de la profecía, mas al no corresponder Casandra a su amor, el dios la castigó a que nadie le creyera, a pesar de que sus vaticinios se iban a cumplir. Una ocasión célebre fue cuando avisó a los troyanos de que no dieran acogida en la ciudad al Caballo de Troya. Tampoco entonces le hicieron caso, y el consiguiente desenlace fue que del interior del caballo salieron los soldados que acabaron con la ciudad. Cástor Junto a su hermano gemelo, Pólux, recibe el nombre de Dioscuros. Según algunas versiones fueron hijos de Zeus y de Leda y por tanto hermanos de Helena y Clitemnestra. Ambos Cultura Clásica Página 109 gemelos se asocian con la constelación de Géminis. Cástor participó en varias hazañas colectivas: en la cacería del jabalí de Calidón, en el Viaje de los Argonautas, entre otros. Circe Famosa hechicera, hija del Sol/Helio, que vive en una isla solitaria a la que llegan Ulises y sus hombres. Utiliza poderes mágicos para transformar en cerdos a los amigos del héroe. El Dios Hermes le había dado al héroe homérico una planta mágica, llamada «moli», con la que Ulises impidió ser transformado en cerdo. Consigue luego que Circe le devuelva a sus compañeros su forma humana. También participa con sus artes en otras aventuras; así en la expedición de los Argonautas, a través de un ritual purifica a Jasón y a Medea. Clitemnestra Uno de los caracteres femeninos más dramáticos de la saga griega. Hermana de Helena y esposa de Agamenón, es por tanto reina de la importante ciudad de Micenas. Mientras su marido está en la guerra de Troya, comete adulterio con el primo de éste, Egisto, menor que ella y ambos asesinan alevosamente al marido cuando regresa de Troya. Mas el destino tiene previsto que ella misma muera a manos de su hijo Orestes, que se erige así en vengador de la muerte de su padre. Creonte Hermano de Yocasta, reina de Tebas, madre y esposa de Edipo Cuando aparece la Esfinge. A las puertas de la ciudad, prometió la mano de la reina y el propio gobierno a quien adivinara el acertijo de la «perra cantora» Entonces apareció Edipo quien con su inteligencia logró adivinar el enigma. Más tarde, Creonte ocupó dos veces el trono de Tebas: la primera, después del destierro de Edipo y la segunda vez, después que fallecieron los Segundo GES dos hijos de su hermana Yocasta y su unión con Edipo, los herederos Eteocles y Polinices. A su vez condenó a Antígona, hermana de los mencionados recién, a ser sepultada viva. Diversas obras de tragedias se han realizado sobre la base de este último desgraciado suceso. Cronos / Saturno El más joven de los Titanes. Armado con una hoz emascula a su padre. Urano/El Cielo. Una vez hecho dueño y señor de la situación, devora a sus hijos por temor a ser suplantado en el trono-. Pero su mujer-hermana, Rea, se las ingenia para poner a salvo a su nuevo hijo Zeus, dándole a Crono una piedra envuelta entre pañales. Esconde al niño en la isla de Creta, hasta que éste consigue destronar a su padre. Este mito parece tener origen en tradiciones de Asia Menor y es uno de los que mejor representan la suplantación o desalojo de alguien que está en el poder por quien busca acceder a él. Danae El oráculo había vaticinado a su padre, Acrisio, que el hijo de Danae le mataría. Para evitar su propia muerte, Acrisio manda encerrar a su hija en una cámara de bronce. Pero el enamoradizo Zeus consiguió unirse a ella en forma de lluvia de oro, y así nació Perseo. Son muy abundantes las representaciones pictóricas de estas escenas. Dédalo Famoso escultor y arquitecto ateniense. Construyó el laberinto de Creta para encerrar en él al Minotauro, y facilitó a Ariadna el ovillo con que ésta ayudó a Teseo a salir del laberinto. Encerrado junto con su hijo Ícaro por orden del rey en el laberinto, inventó unas alas para escapar. Él consiguió alcanzar las costas de Sicilia, pero su hijo, elevándose de manera irresponsable a demasiada altura, vio Cultura Clásica Página 110 como el calor del sol derretía la cera de sus alas y se precipitó al mar. Deucalión Hijo del célebre titán PrometeoEs el protagonista de la versión griega del mito del diluvio universal, de posible origen oriental. Construyó para sí y su mujer, Pirra, un arca en la que se guareció hasta que las lluvias cesaron. Después de desembarcar, el oráculo les ordenó que arrojasen sobre sus espaldas los «huesos de su madre», enigmática frase que ellos interpretaron de la siguiente manera: nuestra madre es ahora la tierra, y sus hijos las piedras. De las piedras que arrojó Deucalión iban naciendo hombres, de las lanzadas por Pirra, mujeres. Así fue como volvieron a poblar la tierra. Edipo El oráculo había prohibido a Layo tener hijos. Por eso cuando nació Edipo, el niño fue entregado a unos pastores para que lo expusiera en el monte Citerón, de donde fue recogido por alguien que lo llevó ante el rey de la ciudad de Corinto. El destino de Edipo señalaba que él seria el asesino de su padre y que después sería padre de sus hermanos ya que tendría hijos de su madre. Para evitar que se cumpliera semejante oráculo, Edipo huyó de Corinto, y de aquellos que creía eran sus padres. El azar lo conduce al cabo de varios años a que en un cruce de caminos mate a su verdadero padre, Layo, desconociendo su verdadera identidad. Así fue como se presentó en la ciudad de Tebas donde acierta a descifrar un enigma de la Esfinge que tenía tiranizada a la ciudadanía de aquel estado. Como mérito a su hazaña desposa la esposa del rey, Yocasta, quién es su verdadera madre. Cuando se descubre la verdadera situación de sus actuales relaciones familiares parte al destierro, ciego, Segundo GES acompañado de su hermana-hija Antígona como lazarillo. Egeo Padre putativo de Teseo, acogió en Atenas a Medea, abandonada por su esposo Jasón. Envió a su único hijo Teseo a la isla de Creta para que diera muerte al Minotauro. Padre e hijo habían acordado que cuando la nave regresara a Grecia enarbolaría una vela blanca en señal del triunfo de la expedición de Teseo. Este, con la alegría que obtuvo al tener éxito en su empresa de matar al minotauro-olvidó izar la bandera blanca, por lo que Egeo se arrojó al mar en la creencia de que su hijo había muerto en Creta. Egisto Hijo de Tiestes, primo, por tanto, de los reyes de Micenas, Agamenón y Menelao. Por odio a éstos, sedujo a Clitemnestra en ausencia de su esposo Agamenón durante la guerra de Troya. Después de asesinar con su amante al héroe aqueo fue ultimado por su sobrino Orestes. Electra Princesa micénica hija de Agamenón y Clitemnestra. Logró salvar a su hermano Orestes y junto con Pílades, tramaron acabar con la vida de Clitemnestra y Egisto. Se conservan dos piezas dramáticas cuya protagonista es esta heroína trágica descrita por Sófocles y Esquilo. Eneas Famoso personaje troyano, hijo de Anquises y de la diosa Afrodita. Es el único varón de Troya al que aguarda un brillante futuro tras la captura de la ciudad. Abandona los humeantes muros de Troya llevando consigo a su hijo Ascanio, las estatuas de los dioses penates y a su padre, Anquises. Alcanza las costas de Cartago donde conoce a la reina Dido, antes de asentarse definitivamente en la región del Cultura Clásica Página 111 Lacio. Virgilio lo hace su protagonista en «La Envida». Eos La representación de la Aurora, «la de los dedos de rosa» y «la del peplo azafranado» como la llama el poeta Homero. Afrodita la condenó a estar eternamente enamorada. Quizás su más famoso y cruel amor fue con Titono. Para poder estar permanentemente juntos, Eos pidió a Zeus la inmortalidad para Titono, pero se le olvidó pedir que lo conservara joven. Eos contemplaba cada mañana como iba envejeciendo cada vez más su querido Titono, hasta verlo convertido en una cigarra de piel arrugada. Epimeteo Titán poco previsor y necio, hermano de Prometeo. Cuando Zeus creó a la primera mujer, Pandora, como castigo para los hombres, Epimeteo la tomó por esposa, a pesar de los consejos que en contra le daba su hermano. Así, la torpeza de Epimeteo resultó ser fuente de desgracias para los mortales. Erifile Princesa de la ciudad de Argos, casada con el adivino Anfiarao. Depositaria del portentoso collar de Harmonía, regalo que le había hecho el tebano Polinices, con el que obligó a su marido Anfiarao a acudir a luchar a Tebas. Eros / Cupido Aunque para algunos Eros era un primigenio principio cósmico, en la mitología pasa a ser hijo de Ares/Marte y Afrodita/ Venus. Representa la atracción física y sexual de los seres vivos. Generalmente voluble y caprichoso, siempre consigue el objeto de su deseo. Pero sobre todo, Eros es agridulce. En múltiples representaciones se le hace aparecer con su arco, como personaje alado y ciego. Segundo GES Estaciones (la Justicia, el Orden y la Paz) Relacionadas con las funciones de la fertilidad o fecundidad de la naturaleza, se las consideraba hijas de Zeus y de la antigua Temis. Como grupo, se las conocía también con el nombre de Horas: individualmente sus denominaciones eran en este caso respectivamente: Tallo, Brote y Fruto. Algunos artistas las han confundido con las Tres Gracias, que también eran tres hermosas doncellas. Éstige Una de las ninfas, hija de Tetis y de Océano, o según otras versiones de Noche y de Erebo. También es el nombre de la Laguna de los Muertos. Las almas de los difuntos deben cruzarla en el barco de Caronte para alcanzar la orilla del otro mundo. Era costumbre de los dioses y de hombres formular sus juramentos por el agua de esta laguna. Eteocles Uno de los hijos-hermanos de Edipo, rey de Tebas. Tras partir éste al destierro, sus dos hijos, Eteocles y Polinices, acuerdan alternarse en el mando de la ciudad cada uno un año. Comienza el turno Eteocles, pero luego no accede al traspaso del trono a su hermano como correspondía. Polinices acude entonces a la vecina ciudad de Argos para buscar apoyo en su causa. Ambos hermanos se enfrentan en combate y se dan recíproca muerte. El mito enlaza con el de su hermana Antígona. Eurídice Nombre de una dríade (nombre de las ninfas que habitan los árboles del bosque) que murió al ser mordida por una serpiente. Su marido, Orfeo, célebre cantor que con su música seducía a toda la naturaleza, consiguió rescatarla de los Infiernos. Sólo debía cumplir el tabú de no volver la vista hacia atrás durante el camino. Ella de- Cultura Clásica Página 112 sobedeció por lo que tuvo que regresar al mundo subterráneo. En este mito se aborda el problema insoluble de la irreversibilidad de la muerte. Europa Princesa hija del rey de la ciudad de Tiro, de quién se enamoró Zeus. Este se transforma en un apacible toro, a cuyas grupas monta Europa y el Dios la rapta entonces para llevársela a la isla de Creta donde tiene tres hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón. Faetonte / Faetón Hijo de Helios/Sol a quién pidió, como prueba de su paternidad, que le dejara conducir por un día el carro del sol. Pronto, los fogosos caballos de Helios se percatan de que su nuevo auriga es sumamente inexperto en el manejo de las riendas. Ante los excesos de Faetonte, que en su loca carrera puso en peligro a los habitantes de la tierra, Zeus terminó por fulminarlo y derribarlo sobre las aguas del río Erídano. Sus hermanas, las Helíades, lloraron por él lágrimas de ámbar. Fedra Hija del cretense Minos, fue esposa del rey de Atenas, Teseo. Se enamoró de su hijastro, el casto Hipólito. La leyenda corresponde a lo que se conoce en la literatura como el «caso Putifar»: la madrastra que se enamora de su hijastro, éste la desdeña, ella lo calumnia y luego se suicida, provocando el castigo injusto o la muerte de su hijastro. Filoctetes Fue uno de los múltiples pretendientes de Helena. Mordido en el pie por una serpiente, su herida despedía un hedor insoportable, razón por la que sus compañeros lo abandonaron en la isla de Lemnos. Pero el astuto Odiseo supo que Troya no podría caer en manos de los griegos sin la ayuda de Filoctetes, que poseía el arco y las flechas del mismísimo Segundo GES Heracles/Hércules. Finalmente, acudió a Troya, se escondió en el caballo y dio muerte a Paris. Filomela El rey de Atenas, Pandión, tuvo dos hijas, Procne y Filomela. El cuñado de ésta, Tereo, la violó y le cortó la lengua para evitar que ella lo delatara. Filomela bordó el incidente en una tela para informar a su hermana. Procne castigó cruelmente a su marido sirviéndole en la comida carne de su propio hijo. Los dioses finalmente metamorfosearon a Filomela en una golondrina, a Procne en un ruiseñor y a Tereo en una abubilla. Ganímedes Muchacho de gran belleza, del que se prendó Zeus, quién tras adoptar la forma de un águila lo raptó para destinarlo a ser escanciador y copero de los dioses. Son múltiples las representaciones iconográficas de esta leyenda. Gea Denominación de la Tierra, a la que vagamente se considera una divinidad. Desde época muy temprana se la asocia a los juramentos, porque ella conoce todo lo que sucede sobre la faz de la tierra. Unida a Urano engendra a los titanes, más tarde a los Cíclopes de un solo ojo y a los Hecantoquiros, también llamados Centímanos. Gea recibió culto en toda Grecia. Las Gracias Aunque originariamente su número parece ser indefinido, fueron tres las principales y simbolizan la belleza, las diversas artes, y las actividades intelectuales, en general. Participan en las celebraciones y en las fiestas de dioses y hombres. Desde el período helenístico y romano abundaron las representaciones de las Gracias como tres jóvenes desnudas. Cultura Clásica Página 113 Harmonía Casada con Cadmo, el rey tebano, a cuyos esponsales acudieron todos los dioses. Hefesto, el dios orfebre de las joyas divinas, le regaló un collar y Atenea un vestido (regalos que luego demostraron ser funestos para todos los que los poseyeron, como por ejemplo, la princesa Erifile). Hebe Representa la juventud eterna. Ella misma alimenta a los dioses con néctar y ambrosía y así se mantienen eternamente jóvenes. A la muerte de Heracles, el héroe obtiene a Hebe como compañera en el mundo subterráneo. Héctor Principal héroe troyano, digno oponente de Aquiles en el campo de batalla. Se erige como el mayor defensor de su ciudad y cuando muere (la Ilíada concluye con el funeral de Héctor después de que su padre lo rescata del campamento de los griegos) todo el mundo y antes que nadie, su mujer, Andrómaca- comprende que la ruina de Troya es inminente. Héctor mata a Patroclo antes de fallecer a manos de Aquiles. Su padre, el anciano Príamo pacta con Aquiles el rescate del cadáver de su hijo (penúltimo capítulo de «La Ilíada» y quizás el más notable). Helena Hija de Tíndaro -o de Zeus- y de Leda. Pretendida por muchos hombres, al final ella se decidió, sin que sepa claramente las razones, por Menelao, que llegó ser rey consorte de Esparta. Tras el Juicio de Paris, Helena marcha a Troya- lo que provoca la guerra- desde cuyas murallas contempla a veces el asedio de los griegos (también llamados aqueos en las obras homéricas). Tras la caída de la ciudad regresa con su marido a Esparta. Hay variantes en la tradición mitográfica y literaria: la más novedosa es Segundo GES una que alude que Helena nunca estuvo en Troya ni fue causante de la guerra, sino que permaneció retirada en Egipto, donde fue localizada por Menelao al regresar de la guerra. Helio/Sol Hijo de Hiperión, pertenece a la generación de los pre-olímpicos. Se le representa conduciendo diariamente su carro por el arco del cielo, de oriente a poniente. Tuvo siete hijos los que pasaron a llamarse los Helíadas. El relato mitológico más conocido es el que lo vincula a su hijo Faetonte. Heracles / Hércules Hijo de Alcmena y de Zeus. Autor de innumerables hazañas y aventuras, como los Doce Trabajos. Considerado como el héroe helénico por antonomasia su primera proeza la realizó al estrangular las dos serpientes que en despecho la diosa Hera, cónyuge de Zeus, enloquecida por la traición de su esposo, envía para que maten al recién nacido. Heracles realizó muchos otros trabajos y tras su muerte se casó con la diosa Hebe, la eterna juventud. La iconografía le suele representar ataviado con la piel de Nemea, su maza, y su formidable arco. Heracles es el símbolo del héroe esforzado, al que en cierta medida se atrajo a su causa el estoicismo posterior. Hermafrodito Divinidad bisexual. Se enamoró de él la ninfa Salmácide, fusionándose ambos en un solo cuerpo. Se le suele representar con atributos de su doble naturaleza: como un hermoso joven con los pechos desarrollados o como una Afrodita con genitales masculinos. Las Hespérides Ninfas de seductora voz que habitan en Occidente junto a un fabuloso jardín. Su número oscila entre tres y siete. Son las guardianas de un árbol de manzanas doradas del que supuestamente procedían las tres Cultura Clásica Página 114 manzanas de oro con que Hipómenes consiguió vencer en la carrera a Atalanta. También Heracles tuvo como tarea apoderarse de las manzanas del jardín de las Hespérides. Las Híades Portadoras de la lluvia, son unas estrellas que aparecen en Octubre y en primavera, en las dos épocas más lluviosas del año. Hiperión Uno de los Titanes, padre de Helio/ el Sol, Selene/La Luna y Eos/ La Aurora. Hipodamía Hija de Enómao, rey de Pisa. Este retaba a los pretendientes de su hija a una carrera de carros por las proximidades de Olimpia. Muchos jóvenes habían encontrado la muerte en el intento. A pesar de tan macabros precedentes, Pélope aceptó el reto. Sobornó primero al auriga de Enómao, Mírtilo, que sustituyó la clavija de las ruedas del carro de su señor por otras de cera y ganó la apuesta. Ambos fueron los padres, entre otros hijos, de Atreo y de Tiestes. Hipólita Reina de las Amazonas. Uno de los trabajos de Hércules fue arrebatarle el cinturón que le había regalado Ares. Según una versión, Hipólita atacó el Ática en tiempos de Teseo como represalia por haber sido desposeída del cinturón. Según otros autores, Hipólita murió a manos de Hércules. Hipólito Hijo de Teseo, rey de Atenas y de la Amazona Hipólita, de la que heredó su carácter agreste y algo montaraz. Su desprecio por Afrodita y por todo lo que esa diosa representaba fue causa de su ruina. Durante una larga ausencia de Teseo, se despierta en Fedra una violenta pasión por su hijastro, a la que él no corresponde. Al verse despechada, Fedra calumnia a Segundo GES Hipólito ante su padre y luego se suicida. Teseo maldice a su hijo y le causa la muerte. EL joven Hipólito ha desatendido su débito con la diosa del amor, y esto es también imperdonable en un mortal, porque todos los dioses merecen veneración. Hipsípile Reina de las mujeres de la isla de Lemnos. La diosa Afrodita, enojada con las mujeres, hizo que éstas despidieran un nauseabundo olor que alejaba a sus maridos. Ellas reaccionaron matando a todos los hombres de la isla, excepto Hipsípile que se compadeció de su padre y le salvó la vida. Más tarde fue descubierta y pretendieron matarla. Tuvo gemelos con Jasón, el jefe de los argonautas. Ícaro Hijo del famoso escultor y arquitecto, Dédalo. Según cierta tradición fue el primer hombre que trabajó la madera. Fue encerrado en el laberinto de Creta junto a su padre, de donde pudieron salir gracias a que éste fabricó para ambos unas alas. Debido al impulso de sus pocos años, Ícaro no pudo sustraerse al vértigo de la velocidad y de poder volar a su antojo por el cielo. Finalmente murió al precipitarse sobre el mar de Icaria. Ifigenia Hija de los reyes de Micenas, Agamenón y Clitemnestra. Cuando la flota de los griegos se encontraba en el puerto de Áulide a la espera de vientos favorables que les condujera a Troya, el oráculo vaticinó que debía ser sacrificada Ifigenia como víctima propiciatoria. Su propio padre la hizo venir, bajo el engaño de que desposaría a Aquiles. La joven Ifigenia descubre la verdad, pero en vez de huir, acepta generosamente brindar su vida por la colectividad aquea y así permitir que los vientos soplaran en contra de los troyanos que hasta ese momento se veían privilegiados por el Olimpo. Al Cultura Clásica Página 115 final, los dioses la perdonan y evitan su muerte haciendo que un animal sea la víctima. Jasón Héroe tesalio a quien su tío Pelias había arrebatado el trono de Yolcos. Sin duda su hazaña más famosa fue participar como jefe de la expedición de los Argonautas que fueron a buscar el Vellocino de Oro, empresa casi imposible de realizar y en la que a buen seguro podría encontrar la muerte. Embarcó, pues, en la nave «Argo» tras haber reunido a los más valientes héroes de Grecia. Con ayuda de la maga Medea consigue el Vellocino de Oro y emprende su regreso a Grecia. Se casó con Medea a quien más tarde abandonó aunque ella se resarciría luego de esta afrenta. Lábdaco Fue rey de la ciudad de Tebas. Abuelo de Edipo; de él arranca toda su saga mítica, a través del padre de éste, Layo. Laertes Rey de la isla de Ítaca, padre de Odiseo/Ulises, aunque en alguna otra versión éste pudo haber sido hijo de Sísifo. Su figura aparece nebulosamente en «La Odisea», ya viejo, apenado por ver pasar los días sin esperanzas de vivir para asistir al día del regreso de su hijo. Entretanto, vive modestamente apartado del palacio. Layo Padre de Edipo. Enamorado de Crisipo, lo raptó y se atrajo así la maldición. No debería tener hijos, pues de lo contrario el destino había dispuesto que muriera a manos de su propio hijo. Layo, desoyendo el oráculo, concibe con Yocasta(o con Euriclea, de acuerdo a otras versiones) a Edipo. Finalmente el oráculo se cumple y Layo muere de manera accidental a manos de Edipo en una encrucijada de caminos cerca de la ciudad de Tebas. Segundo GES Leda Estuvo casada con Tindáreo y fue la madre de Clitemnestra y de Helena Según otras versiones, fue Zeus quien enamorado de Leda se transformó en un cisne (motivo repetido en el arte numerosas veces) e hizo que Leda pusiera un huevo del que nació Helena: también fue la madre de los Dioscuros. Leto / Latona Una de las Titánides. Su leyenda y su culto estuvieron estrechamente vinculados a la isla de Delos. Amada por Zeus, aguardaba el momento en que debían nacer sus dos hijos, los dioses Apolo y Ártemis. Pero Hera (la legítima esposa de Zeus) a causa de los celos había ordenado que en ningún lugar de la Tierra se acogiera a Leto cuando le llegara la hora de parir. Zeus hizo surgir desde las profundidades del mar una nueva tierra, la isla de Delos, isla errante para que Hera no pudiera enterarse del nacimiento de sus hijos con Leto. Medea Princesa de la región de la Cólquide, nieta del Sol y sobrina de la maga Circe. Su destino está unido al del jefe de los Argonautas, Jasón, de quien se había enamorado y a quien con sus artes mágicas ayudó a hacerse del Vellocino de Oro: Despechada por él, degüella a sus hijos y escapa en un carro de fuego. Como hechicera llevó a cabo varios otros prodigios: así, devolvió la juventud a Esón, su suegro, introduciéndolo en un caldero de agua hirviendo con yerbas o drogas medicinales. Meleagro La diosa Ártemis, dolida porque no le habían tributado los honores debidos, hizo aparecer un jabalí salvaje en las proximidades de Calidón. El príncipe Meleagro reunió a los más valerosos jóvenes de la zona, con cuya ayuda cazó a la bestia. Según una tra- Cultura Clásica Página 116 dición, entre los participantes se hallaba Atalanta, de la que se enamoró el héroe. La cacería del jabalí de Calidón inspiró muchos artistas posteriores. Menelao Hermano de Agamenón, hijo del rey Atreo. De todos los pretendientes de Helena fue él quién consiguió casarse con ella. Durante una visita a la isla de Creta, Paris, un pastor que venía de Troya rapta a Helena, episodio que desencadena la guerra de Troya. Menelao promueve con su hermano la expedición en contra los troyanos. Fue uno de los guerreros que se introdujo en el Caballo de Troya y aunque iba dispuesto a matar a Helena, causante de tantas desgracias para los griegos, cuenta la leyenda que al desnudarse ella en su presencia fue incapaz de ajusticiarla. Memnón Héroe etíope, hijo de Eos (La Aurora) y de Titorio. Acude en defensa de Príamo, rey de los troyanos, y muere a manos de Aquiles, aunque Zeus lo transformó a continuación en inmortal. Su culto se expandió por Egipto, y las estatuas colosales de Memnón, de las que se decía que entonaban un canto cada mañana al salir la aurora, son buena prueba de su difusión por las tierras del Nilo. Metis Una Titánide, representa la prudencia elemental y es la consejera de dioses y mortales. Primera esposa de Zeus. Fue la madre de Atenea, aunque antes de darla a la luz, Zeus engulló a la criatura que estaba a punto de nacer para evitar el destino de ser destronado por uno de sus hijos. Más tarde, Atenea nacerá ya adulta, de la cabeza del propio Zeus. Minos Al pretender el trono de Creta, le promete a Poseidón, el dios del mar sacrificar un toro en su honor. Ante su Segundo GES perjurio, el dios hace que Pasifae, mujer de Minos, se enamore del toro y engendre con él una bestia terrible, el MINOS: Minos encargó al más celebre de los artesanos, Dédalo, que construyera un laberinto para encerrar en él al animal. Minos pasaba por haber sido el inventor de la pederastia así como uno de los jueces de las almas de los muertos. Minotauro Criatura nacida de Pasifae y el Toro de Creta. El ateniense Teseo le dio muerte, liberando a su ciudad del penoso tributo de tener que enviar cada año a siete jóvenes varones y a siete muchachas para ser devoradas por el Minotauro. Las Moiras (Cloto, Láquesis, Átropo) En su origen son divinidades relacionadas con la vida del hombre. Significan «la que hila», «la que asigna el destino» y «la inflexible» y como tales aparecen representadas por artistas plásticos: la duración de la vida y el destino fijo que corresponde a cada mortal. En el poeta Hesíodo se las considera hijas de Zeus y de Temis, y se las vincula a los momentos de especial felicidad para los mortales. Más tarde su personificación se transforma en abstracción: la Necesidad, el Destino. Las Musas Las ninfas de las aguas, dotadas de virtudes proféticas y de la inspiración poética. Se las denominó también Piérides. El Dios Apolo es el que preside su coro. Su número es variable, según versiones. Corresponden a cada una de ellas las siguientes Bellas Artes: a Urania la Astronomía, a Clío, la Historia, a Talía la Comedia, a Melpómene la Tragedia, a Terpsícore el Drama, a Euterpe la Flauta, a Erato la Lírica, a Polimnia la Pantomima y a Calíope la Épica. Cultura Clásica Página 117 Nausícaa Princesa hija de Alcinoo, rey de los feacios, a cuya isla llegó Odiseo cuando intentaba regresar a su patria. Fue la propia diosa Atenea la que en sueños indujo a la joven a acercarse a la playa, donde acababa de desembarcar náufrago el astuto Odiseo. Al punto quedó enamorado del héroe, aunque no pudo impedir que éste reemprendiera su viaje de retorno a su amada patria, Ítaca. Neoptólemo Hijo del valeroso Aquiles, había nacido en la isla de Esciros. A la muerte de Aquiles Troya aún no había sido capturada, y según se decía no caería en manos de los griegos sin el concurso del joven Neoptólemo: «joven guerrero». Las Nereidas Grupo poco individualizado de divinidades marinas. Todas ellas son hijas del viejo señor de los mares, Nereo. Se han catalogado más de setenta. No obstante, algunas generaron ciertos mitos y hazañas propias, por ejemplo, Tetis, la madre de Aquiles, la bella Galatea, compañera del Tosco Polifemo, entre otras. Néstor Célebre y venerable anciano que aparece ya en «La Ilíada» y «La Odisea» homéricas como sereno consejero. Su palacio se encontraba en la apacible bahía de Pilo. De joven, intervino en la lucha contra los Centauros, en la cacería del jabalí de Calidón y, ya anciano, en la expedición a Troya. Níobe Casada con Anfión, tuvo siete hijos y siete hijas, lo que la hizo ufanarse de su prole. Llegó así a considerarse más feliz que la diosa Leto, quien solamente había tenido dos hijos: Apolo y Ártemis. SIn embargo, éstos hicieron justicia a su madre, Leto, pues asaetearon sin compasión a los Segundo GES catorce hijos de Níobe. Zeus la transformó finalmente en la roca de Sípilo. Odiseo / Ulises Protagonista de «La Odisea», varón provisto de una aguda astucia por excelencia manejaba a su arbitrio decenas de artimañas para combatir la guerra y para su propia supervivencia. Es un nuevo tipo de héroe, muy diferente del carácter monolítico de Aquiles, por ejemplo. Participa en la expedición a Troya en tanto que rey de la isla de Ítaca. Sufre mil peripecias y desventuras durante los diez años que tardó en regresar de Troya a Ítaca. Visitó a los legendarios cíclopes, bajó al reino infernal para entrevistarse con el adivino Tiresias, cruzó el mar por donde viven las hechiceras sirenas cantoras, transita entre Escila y Caribdis, entre otros sitios. En fin, mientras duran estos vagabundeos, su único hijo, Telémaco, ha salido en su busca. Ulises se presenta finalmente en Ítaca disfrazado de mendigo, ya que quiere comprobar quiénes de sus servidores le continúan siendo fieles. Es reconocido por su vieja aya Euriclea, y con la ayuda de su hijo castiga a los pretendientes de su esposa Penélope que en su ausencia aspiran a ser esposos de ésta además de dar de baja gran parte de los bienes de Odiseo. Orestes Hijo del rey de Micenas, Agamenón. Cuando era pequeño su madre Clitemnestra asesinó a Agamenón que acababa de regresar de Troya. Su hermana Electra logra que el niño encuentre refugio en Crisa, donde se hizo amigo de Pílades. Acude al santuario profético de Delfos a preguntar cuál es su deber tras la muerte de su padre. Por orden del oráculo mata a su madre Clitemnestra y a su amante, Egisto, tío en segundo grado suyo con la ayuda de Electra y de su inseparable amigo Pílades. Pero no acaban allí sus problemas. Las diosas de la locu- Cultura Clásica Página 118 ra, las siniestras Erinias, le persiguen noche y día. Orestes llega a enloquecer y sólo encontrará el sosiego si resulta absuelto ante el tribunal ateniense del Areópago. Los votos resultan empatados, y sólo la diosa Atenea lo exculpa deshaciendo con su voto de calidad el empate. Orfeo Príncipe tracio, famoso poeta y músico. Tocaba la lira, con la que según la tradición atraía a las fieras y encantaba a quien le oía. Inventó o perfeccionó la cítara y participó en la expedición de los Argonautas como timonel de la nave Argo, aunque la leyenda más famosa es la que lo enlaza con su mujer Eurídice, quien mordida por una serpiente, hubo de descender al mundo infernal. De allí la rescata Orfeo, aunque su intento se frustra al final. En torno a su persona se generó toda la teología órfica. Palamedes Héroe famoso por su astucia y su aguda inteligencia. Comparte (o disputa) con Cadmo el haber inventado las letras del alfabeto. Otros le atribuyen la invención de la balanza, los dados, las medidas y las monedas. Cuando estalló la guerra de Troya, Odiseo se finge loco para no tener que acudir al combate, pero Palamedes descubre su engaño. Más tarde Odiseo lo calumniará diciendo que los troyanos habían pactado con Palamedes. Este muere finalmente lapidado. Pandora Deseoso Zeus de castigar ejemplarmente a los hombres, encarga al dios artesano Hefesto que fabrique una figura de arcilla con forma de mujer. Así nació, según algunas versiones, Pandora. Se la ofreció como esposa al necio titán Epimeteo, hermano del astuto Prometeo. Llevada de su curiosidad destapó una tinaja en la que estaban encerrados todos los males y calamidades, que empezaron a Segundo GES esparcirse sobre la tierra. Sólo permaneció en su interior la preciada ESPERANZA. El arte ha representado esta leyenda con diversas variantes iconográficas. Paris Príncipe troyano, hijo de Príamo y de la reina Hécuba. Fue el protagonista del famoso Juicio que lleva su nombre y en el que se granjeó los odios de la diosa Atenea y Hera. Sedujo a Helena y la raptó -aunque existen algunas versiones que difieren de este hecho- desencadenándose así la guerra de Troya. Aunque su comportamiento como guerrero no es muy brillante fue quien dio muerte finalmente al invencible Aquiles con una flecha insertada en su único sitio vulnerable: su talón. Pasífae Junto con su hermana Circe y su sobrina Medea es el prototipo de magas y hechiceras. Casada con el rey cretense Minos, concibió una pasión antinatural por el Toro de Creta. Unida a este animal fue como engendró al Minotauro. Patroclo El mejor compañero de Aquiles. Cuando los griegos están sufriendo un serio revés ante los muros de Troya porque Aquiles les ha retirado su apoyo indignado porque Agamenón se apropió de su amante, es entonces cuando Patroclo, viendo lo desesperado de la situación, le solicita a Aquiles que le preste sus armas para acudir a la primera fila de combate con la esperanza de que el enemigo huirá sólo con ver la imagen de «Aquiles» reincorporado a la lucha. Disfrazado con ellas Patroclo se enfrenta a Héctor y muere en combate. Es la muerte de su querido amigo y compañero lo que finalmente decide a Aquiles a incorporarse al combate para ultimar al príncipe heredero de Troya, Héctor. Luego Cultura Clásica Página 119 se organizaron unos majestuosos funerales en homenaje a Patroclo. Peleo El más justo de los mortales. Obtuvo por ello la mano de la nereida Tetis. Ambos fueron los padres del héroe, Aquiles. Participó en la cacería del jabalí de Calidón y en la expedición de los Argonautas. Después de muerto se volvió a reunir con Tetis, quien consiguió hacerlo inmortal. Penélope Fiel esposa de Odiseo/Ulises, a quien aguarda tejiendo el sudario de Laertes, anciano padre del héroe. Penélope deshace durante la noche la labor tejida durante el día. Mientras transcurren estos veinte largos años de ausencia de su marido es acosada por múltiples pretendientes, cuyos requerimientos desoye. Finalmente regresa Ulises disfrazado de mendigo y tras una famosa escena de reconocimiento ambos se reencuentran. Pentesilea Reina de las Amazonas, que acudió en ayuda de Troya tras la muerte de Héctor. Se enfrentó a Aquiles en cuyas manos muere. La tradición embelleció este trágico encuentro entre estos dos grandes protagonistas. Perséfone / Proserpina Hija de Zeus y de Deméter. Mientras recogía flores un día acompañado de la ninfa Liana fue raptada por el dios del mundo subterráneo Hades. Su madre la localiza en los Infiernos y suplica a Hades que se la devuelva. Al negarse éste, Perséfone deberá compartir su existencia entre ambos mundos: medio año a la luz del sol y otro medio en el mundo de las sombras. Su culto estuvo asociado a los ciclos de la vegetación y a los Misterios de Eleusis. En Roma se la conoció con el nombre de Proserpina. Segundo GES Perseo Hijo de Dánae, hija del rey Acrisio. Un oráculo había advertido a éste que moriría a manos de un hijo de Dánae, por lo que había advertido a ésta fue encerrada en una cámara de bronce. Mas el enamorado Zeus la visitó en forma de lluvia de oro con la que fecunda a Dánae, de quien nace `Perseo. Arrojadas al mar la madre y el niño por orden de Acrisio, fueron rescatados por el pescador Dictis. Siendo ya joven Perseo consigue cortar la cabeza a la Gorgona Medusa ayudado por la diosa Atenea y rescata a Andrómeda. Lanzando el disco en unos juegos deportivos mata accidentalmente a su abuelo Acrisio, cumpliéndose así el oráculo. Pigmalión Enamorado de una estatua de Afrodita que el mismo había fabricado con mucho cariño le solicitó a la diosa que le diera por esposa a una mujer que se asemejara lo más posible a su estatua. Afrodita accedió de una manera singular al ruego de este artista enamorado: insufló vida a la figura que él mismo había modelado. Pigmalión la llamó a partir de entonces Galatea (distinta de la ninfa del mismo nombre, amada por Polifemo). La literatura y el arte posteriores se hicieron eco repetidas veces de esta hermosa leyenda. Las Pléyades (Alcíone, Celeno, Estérope, Electra, Maya, Mérope, Taigete) Eran hijas de Atlante. Compartieron con la diosa Ártemis la afición por la caza y una cierta aversión a los hombres. Orión (otro personaje que aparece vinculado a la astrología, pues él mismo fue transformado en la constelación que lleva su nombre) las persiguió durante cinco años hasta que Zeus las metamorfoseó en constelaciones. En otra versión se convirtieron en palomas. Cultura Clásica Página 120 Polifemo Uno de los Cíclopes, salvajes gigantes de «un solo ojo» que habitan en la isla de Sicilia. Durante su viaje de regreso, Odiseo y sus compañeros se topan con el siniestro Polifemo, que los encierra en el interior de su gruta y va devorando de dos en dos a los hombres de Odiseo hasta que éste consigue, con su astucia, emborracharlo y dejarlo ciego tras haberle clavado el tronco de un inmenso pino en su único ojo. Según otra tradición más erudita, el agraz Polifemo se enamora de la delicada ninfa Galatea. Polinices Uno de los hijos/hermanos de Edipo. Tras haberlo maldecido Edipo, ambos hermanos habían pactado reinar alternativamente cada uno un año sobre la ciudad de Tebas. Habiendo transcurrido el primer mandato de Eteocles, correspondía entonces el reinado a Polinices. Como Eteocles se negara a ceder el poder, Polinices marchó a Argos en busca de ayuda. Ambos hermanos se dieron muerte ante los muros de la ciudad. El nuevo soberano de Tebas, Creonte, tío de los descendientes de Edipo, prohíbe dar sepultura al cadáver de Polinices. Sólo su hermana Antígona se preocupó de darle fraternal sepultura a su cadáver. Políxena La menor de los hijos de Príamo, rey de Troya, y de Hécuba. En algunas de las versiones posteriores a los poemas épicos de Homero, se la sacrifica en la tumba de Aquiles, probablemente haciéndose eco de una leyenda romántica en la que el héroe se había enamorado de Políxena. Príamo Reinaba en la ciudad de Troya cuando ésta fue atacada y destruida por los griegos acaudillados por Agamenón. En los poemas homéricos se nos presenta como un anciano bondaSegundo GES doso, padre de múltiples hijos. Hace gala de una gran humanidad cuando se entrevista con el joven Aquiles, a quién acude para suplicarle el cadáver de su hijo Héctor, olvidando su rango y prestigio soberano. No sobrevivió a la caída de su querida ciudad. Prometeo Su nombre significa «el previsor». Sin duda fue el Titán más benefactor de la humanidad. Robó a Zeus el fuego de los dioses para regalarlo y distribuirlo a los hombres. Aquí el fuego no es un elemento meramente físico, sino que tras él subyace todo el símbolo de la inteligencia y del progreso (el fuego permite cocinar los alimentos, fundir los metales, cocer el barro de las vasijas en los alfares entre otras cosas). No es de extrañar por tanto que Prometeo fuera el patrono de las artes en el barrio ateniense del Cerámico. Tras el robo del fuego, que por sobretodo simboliza la sabiduría, la inteligencia pura, Zeus quiere castigar espectacularmente a Prometeo por lo que decide encadenarlo en las montañas del Cáucaso, donde un águila roerá a diario el hígado del Titán (hígado que se regenerará en la misma proporción por las noches) hasta que Heracles finalmente lo libere. Para castigar a los hombres, Zeus maquina crear a la primera mujer, Pandora, una suerte de Eva de la mitología griega. Prometeo es el protagonista de tres obras o de una trilogía de Esquilo de la cual sólo una ha llegado hasta nuestras manos: «Prometeo Encadenado». Psique Joven de extraordinaria belleza que despertó los celos de la propia diosa Afrodita. Envió ésta a su hijo Eros/Cupido para que le disparara con su amoroso arco, y fue él mismo quien cayó presa del amor de Psique, hasta el extremo de que tuvo que acudir Cultura Clásica Página 121 ante Zeus para pedirle que le permitiera casarse con una mortal. Se la representa frecuentemente en arte como una mariposa. Este personaje pertenece más a la tradición latina que a la griega. Radamantis Hermano del rey Minos, fue legislador en Creta. Oficia en los Infiernos como juez de las almas de los muertos en Asia y África, mientras que a Éaco corresponden los de Europa, y a Minos aquellos que solicitan una revisión o recurso de su caso. Selene / Luna Hija del Titán Hiperión y de Tía, hermana por tanto de Helio/ El Sol y Eos/Aurora. Sus rituales eran mágicos. Tuvo amores con Endimión, un mortal que mientras dormía fue raptado y conducido a la Luna. Semele Hija del rey de Tebas, Cadmo, fue la madre del dios Dionisio. Hacía alardes de mantener relaciones con un dios que la visitaba de incógnito. Fue inducida por Hera a verificar la identidad de su amante supuestamente divino. Apareció el propio Zeus, quién con su rayo fulminó mortalmente a Sémele. Antes de que una nueva tragedia se llevara a efecto, intervino el dios Hermes (Mercurio para los latinos), quién logró salvar al hijo que estaba esperando Sémele y lo transplantó en el muslo de Zeus. De allí que el hijo de Sémele y de Zeus, Dionisio (o Baco, el dios del vino y de la alegría) lleve el epíteto frecuente de «dos veces nacido». Sísifo El más astuto de los hombres. Fundador de la ciudad de Corinto y de los juegos Ístmicos que en ella se celebraban. Vio cómo Zeus raptaba y seducía a la ninfa Egina y se lo contó todo al padre de ella, el dios Asopo, a cambio de que ésta hiciera brotar en la Segundo GES rocosa y adusta acrópolis de Corinto un manantial de agua potable. Zeus, encolerizado, le impuso un castigo ejemplar y eterno: empujar una roca hasta la cima de un monte, desde donde continuamente se precipita por la otra ladera. Según algunas versiones fue padre del no menos astuto héroe Odiseo/Ulises. Tántalo Reinaba en la región del monte Sípilo, en la región de Lidia. Sometió a prueba la sabiduría de la diosa ofreciéndoles la carne de su hijo Pélope. En otras versiones Tántalo robó a los dioses su divina comida y tras haberla probado el mismo-se la regaló a los mortales. Fue castigado a sufrir eterna sed y hambre. Los dioses lo maniataron con el agua hasta el cuello en un bosque cuyos árboles, cuajados de fruta, alzaban sus ramas cada vez que Tántalo trataba de alcanzarlas; cuando intentaba sorber el agua, ésta se filtraba por la tierra hasta bajar de nivel. Telémaco Hijo del héroe Odiseo y de Penélope. Viendo que su padre no regresaba cuando ya lo habían hecho otros supervivientes de la guerra de Troya, decide partir en su busca siguiendo los consejos y bajo la protección de la diosa Atenea. Se entrevista con los héroes Néstor y Menelao, quienes le relatan múltiples aventuras de su desaparecido padre. A su regreso a Ítaca tiene que evitar la emboscada que le han tendido los pretendientes de su madre; encuentra a su padre disfrazado de mendigo, se reconocen y entre ambos traman la muerte de aquellos. Temis Divinidad primitiva relacionada con la diosa de la Tierra, Gea. Algunos relatos la vinculan a la época más antigua de Delfos como sede profética de la adivinación y los oráculos. Más tarde personifica el concepto de la Justicia. Fue madre del astuto Prometeo, Cultura Clásica Página 122 así como de las Estaciones, de las Moiras y de las Hespérides (según versiones). Tereo Rey de Tracia. Fue transformado en abubilla como castigo por lo que hizo a Procne y Filomela. Teseo Rey héroe nacional ateniense, hijo del rey Egeo(o del dios Poseidón). La tradición le hizo amigo y compañero de aventuras de Heracles/Hércules. Una de sus más notables hazañas fue castigar al bandido Procrustes, quien disponía de dos lechos (uno de talla grande y otro de talla pequeña) en los que hacía acostarse a los viajeros que pasaban por sus dominios: a los que eran altos los reducía hasta que cupieran en la cama pequeña, y a los de baja estatura los estiraba hasta ajustarlos a la grande. Teseo lo castigó aplicándole este mismo método. Más tarde acude a Creta, da muerte al Minotauro y se casa con Ariadna. Luchó también contra las Amazonas, y ayudó a Pirítoo en su combate contra los Centauros. Tetis Nereida de singular belleza, de la que enamoraron tanto Zeus como Poseidón. Quienes sin embargo renunciaron a casarse con ella por temor a que se cumpliera el anuncio del oráculo. Vaticinaba éste que el hijo que de ella naciera sería muy superior a su padre. Dicho vaticinio resultaba muy peligroso para Zeus quien había desalojado del poder a su padre, Crono/Saturno. En compensación Tetis se casó con el más justo de los hombres, Peleo, con quien fue la madre de Aquiles. Por múltiples medios (según algunas versiones) buscó conferir la inmortalidad a su hijo, al que introdujo en las aguas de la laguna Estigia. Sólo el talón de Aquiles quedó sin entrar en contacto con las aguas in- Segundo GES mortales. Sólo en esa parte del cuerpo iba a resultar vulnerable el héroe. Tiresias Adivino tebano, ciego de legendaria fama. Las fuentes antiguas dan como causa de su ceguera diversas versiones: contempló un día a Atenea bañándose desnuda y la diosa lo castigó con la ceguera; según otros, vio un día dos serpientes copulando en el campo, las golpeó con su bastón y se vio transformado en una mujer; al cabo de siete años se repitió el incidente, y ahora fue restituido a su carácter de varón. Por eso era la persona más adecuada para dictaminar si es el hombre o la mujer quien goza más en el acto sexual. Afirmó que era la mujer. La diosa Hera, indignada, lo cegó, aunque Zeus lo compensó con el arte de la adivinación. Padre y abuelo de adivinos famosos, profetizó hasta en el Hades. Titono La Aurora, Eos, enamorada de Titono pidió a Zeus para su amante la inmortalidad, pero olvidó solicitar para el también la juventud. Titono envejeció hasta convertirse en cigarra. El mito refleja como ningún otro la tristeza de la vejez, cuando ésta se hace peor que la muerte. Urano Personificación del cielo como primigenio elemento masculino. Fue destronado por su hijo Crono/Saturno, que lo emasculó cortándole los genitales con una hoz gigantesca (en griego drépanon). Los genitales de Urano fecundaron el mar, de cuya espuma salió la diosa Afrodita. Yocasta Princesa y reina tebana. Su destino estuvo fatalmente vinculado al de su hijo Edipo. Ella es la primera en darse cuenta de que Edipo, su actual marido y padre de sus hijos, era también al mismo tiempo hijo suyo, y más Cultura Clásica Página 123 aún, que Edipo es el asesino de su propio padre, Layo. Intenta ayudarle en su tragedia, pero al no conseguir Segundo GES nada, decide suicidarse en el interior del palacio de Tebas. Cultura Clásica Página 124 El Mundo Mediterráneo 2. Mapas Segundo GES Cultura Clásica Página 125 Alturas superiores a 500 m ▲ Mapa Físico Mapa Político Segundo GES Cultura Clásica Página 126 Segundo GES Cultura Clásica Página 127 Segundo GES Cultura Clásica Página 128 3. Expresiones Latinas A continuación exponemos las principales locuciones latinas que podemos encontrar en cartas, documentos oficiales y en cualquier otro ámbito, pues son expresiones que todos solemos utilizar en algún momento de nuestra vida. Algunas son muy conocidas y otras no lo son tanto. A contrario sensu: en sentido contrario A posteriori: a posteridad, después de. Anno Dómini: en el año del Señor. Abreviatura: A.D. Ab initio: desde el principio. Ab intestato: sin dejar testamento. Ad hoc: para un fin determinado (especializado, no en general), especialmente para (sin consideración para el resto), improvisado. Ad infinitum: al infinito. Ad interin: provisionalmente. Ad livitum: a voluntad, a elección. Ad pedem literae: al pie de la letra. Ad valorem: según el valor. Ad fortiori: por fuerza, con mayor fuerza. Ad latere: del lado, de cerca. Ad maiórem Dei glóriam: a mayor gloria de Dios. Abreviatura: A.M.D.G. A priori: con anterioridad, antes de. Ante merídiem: antemeridiano, antes del medio día. Abreviatura: A.M. Apud: apoyado por. Abreviatura: AP. Bona fide: de buena fe. Ceteris paribus: estando igual lo demás. Circa: próxima, cerca de, alrededor de. Abreviatura: CA. Cogito, ergo sum: pienso, luego existo. Conditio sine qua non: condición sin la cual no (necesaria). Segundo GES Confere: confronte, confróntese, compárese. Abreviatura: cf./cfr. Corpus delicti: cuerpo del delito. De facto: de hecho. De jure: de derecho, jurídicamente. Dura lex sed lex: dura es la ley, pero es ley. Erga omnes: ante todos. Errare humanum est: es propio del hombre equivocarse. Et alteri: desde ahora. Et alii: y otros. Abreviatura: et.al. Et sequens: y siguientes. Abreviatura: et.seq. Ex nunc: desde ahora. Ex post facto: después de haberlo hecho. Ex tunc: desde entonces. Ex profeso: a propósito, con particular intención.. Exemple gratia: por ejemplo. Abreviatura: e.g. Fecit: hizo. Abreviatura: fec. Grosso modo: a grandes rasgos, aproximadamente. Ibidem: allí, en el mismo lugar. Abreviatura: ib. ó ibid. Idem: el mismo, lo mismo. Abreviatura: id. Id est, ita est: esto es, en otras palabras. Abreviatura: i.e. In abstracto: en lo abstracto. In anima vili: con ánimo vil, de mala intención. In dubio pro reo: en la duda se favorece al reo. In extenso: por entero, con todos sus pormenores. Cultura Clásica Página 129 In extremis: en los últimos instantes de la existencia, en desesperadas condiciones. In fine: al final. In fraganti, in flagranti: al momento en que se comete el delito, con las manos en la masa. In loco: en el mismo lugar. In memoriam: en recuerdo de. In mente: en la mente, en la cabeza. In procedendo: en el procedimiento. Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum: Jesús de Nazaret Rey de los Judíos. (Se suele colocar en la parte de arriba de la cruz). Abreviatura: INRI. In situ: en el mismo sitio. Inter alia: entre otras cosas. Inter vivos: entre vivos. In re: sobre la cosa, a propósito de. In vitro: en probeta, en el laboratorio. Ipso facto: inmediatamente, en el acto. Item: también, además. Abreviatura: it. Ius cogen: derecho imperativo. Ius gentium: derecho de gentes. Ius puniendi: derecho de castigar. Lapsus calami: error de pluma, de escritura. Lapsus linguae: error de palabra. Lato sensu: en sentido lato, sentido amplio. Lex posterior derogat priori: la ley posterior deroga a la anterior, la ley más reciente substituye a la más vieja. Locus citatus: lugar o locución citada. Abreviatura: l.c. ó loc.it. Magister dixit: el maestro ha dicho. Meridiem, meridies: mediodía. Abreviatura: m. Modus vivendi: modo de vida. Mortis causa: causa de muerte. Segundo GES Motu propio: de propia, libre y espontánea voluntad. Mutatis mutandis: cambiando lo que se debe cambiar. Non liquet: no está claro. Non plus ultra: no más allá. Nota bene: nótese bien. Abreviatura: n.b. Numerus clausus: número cerrado. Opus citatus: obra citada. Abreviatura: op. cit. Pacta sur servanda: los pactos deben cumplirse. Passim: aquí y allá, en varias partes. Per se: por sí, por sí mismo. Per capita: por cabeza, por cada persona. Post data: después de lo dicho, igual que post scriptum. Abreviatura: P.D. Post scriptum: después de lo escrito, igual que post data. Abreviatura: P.S. Praxis: práctica. Per analogiam: análogo. Prima facie: a primera vista. Pro forma: por la forma, formato. Quod erat demostrandum: lo cual había que demostrar (probar). Abreviatura: Q.E.D. Quod videm: el cual vemos. Abreviatura: q.v. Ratio legis: la razón de la ley, la raíz de la ley. Ratione materiae: en razón de la materia, basado en la materia. Rebus sic stantibus: estando así las cosas. Requiescat in pace: descanse en paz. Abreviatura: R.I.P. Sic: así, de esta manera. Sine data: sin fecha [de edición o de impresión]. Abreviatura: s.d. Sine qua non: sin la cual (necesaria). Cultura Clásica Página 130 Societatis Iesus: Sociedad de Jesús, Jesuita. Abreviatura: S.J. ó S.I. Status quo: en el estado en que (están, las cosas). Stricto sensu: en sentido restringido. Sui generis: de su propio género, único. Suo tempore: a su tiempo. Supra: arriba, encima, más que. Ultima ratio: la razón última, la razón absoluta (Dios, Rey). Segundo GES Ultra vires: por encima de las fuerzas. Ut supra: como arriba. Vox populi, vox Dei: voz popular, voz de Dios. Veni, vidi, vinci: vine, vi, vencí. Verbi gratia: por ejemplo. Abreviatura: v.gr. Vide: véase. Abreviatura: vid. Versus: en dirección a, hacia, opuesto a. Abreviatura: v.s. Cultura Clásica Página 131 4. Actividades de Mitología y Gramática Actividades sobre el Universo Religioso 1) Relaciona las palabras de una columna con las de la otra: báquico: bien formado, adonis: Caos (1) Crono (2) Politeísta (3) Gea (4) Urano (5) Teogonía (6) Genealogía (7) 4) Compara el ritual de una misa con el de un sacrificio realizado a un dios griego. 5) ¿Qué semejanzas y diferencias puedes encontrar entre un sacerdote católico y uno pagano? 6) ¿En qué se parecen los cultos mistéricos a las actividades de las sectas actuales? 7) Los nombres de los dioses romanos están presentes en muchas palabras usuales. Averigua qué nombres de divinidades romanas son elemento importante de las palabras siguientes: ( ) Todos los dioses. ( ) Tierra. ( ) Cielo. ( ) Desorden. ( ) Que cree en varios dioses. ( ) Linaje. ( ) Origen de los dioses. 2) Comprueba si las atribuciones de las divinidades siguientes se corresponden con las que aparecen en la columna de al lado. Pon V si está bien, F si está mal. Atenea: diosa de la guerra. Gea: esposa de Zeus. Hades: dios de los seísmos. Poseidón: dios del vino. Deméter: diosa de la agricultura. Hermes: dios de los muertos. Dionisio: dios mensajero. Maya: hija de Atlas. Hera: diosa de la tierra. 3) Averigua cuáles son los nombres de las divinidades griegas que se usan, aisladas o formando parte de una palabra, como sinónimos de las siguientes: club, tertulia: excitante, estimulante: andrógino, bisexual: secreto, cerrado: celestial: confusión, lío: descripción de la Tierra: Segundo GES At........... …………síaco ............afrodita ............tico ..............nico C....... .......grafía ..............íaco ap............. vulcanismo: junio: cereal: plutonio: venéreo: marcial: jovial: marzo: neptúnico: saturnino: bacanal: apolíneo: 8) Asocia los símbolos siguientes con el correspondiente nombre de las divinidades romanas y griegas: Cultura Clásica rayo: llama: pavo real: hoz y espigas: Página 132 casco y lanza: sol, lira y laúd: tenazas y martillo: tridente: lechuza: caduceo y sandalias aladas: carcaj: LATÍN Dies Lunea Dies Martis concha: 9) Haz un resumen de las principales hazañas de alguno de los dioses mencionados. 10) Completa los espacios en blanco del cuadro: Dies Mercurii Dies Iovis Dies Veneris Dies Saturni Sabbatum Dies Solis Dies Dominica CASTELLANO CATALÁN GALLEGO Divendres Luns FRANCÉS ITALIANO Xoves Mercredi Lunedi Domenica Montag Sonntag INGLÉS ALEMÁN 11) ¿Por qué los astrólogos eran populares en Roma y lo continúan siendo? 12) Haz una colección de signos del zodíaco y escribe el nombre de cada signo y el tiempo del año que corresponde a cada uno. 13) ¿Por qué crees que la gente más culta encontraba más ayuda en la filosofía que en la religión? 14) ¿Por qué los cultos mitraicos eran tan populares entre los romanos? 15) ¿Qué opinión tenían los romanos de los judíos? 16) ¿A qué crees que es debida la rápida expansión del cristianismo por todo el ámbito del Imperio Romano? MATERIAL ro; Diálogos, de Platón; La ciudad de Dios, de S. Agustín; Odas, de Horacio; Historia, de Tácito; Cartas a Lucilio, de Séneca; Bucólicas, de Virgilio; Anales, de Tácito; Diálogo de los dioses, de Luciano; Metamorfosis, de Ovidio; Anfitrión, de Plauto; El asno de oro, de Apuleyo; Eneida, de Virgilio; Odisea, de Homero; El Banquete, de Platón. - Diapositivas: Guía didáctica elaborada por el Museo del Prado sobre cuadros de tema mitológico. - Audiciones: «Júpiter», de Mozart, Sinfonía nº 41 en Do mayor; «Los planetas», de G. Holst; «Lamento de Ariadna», de Monteverdi; «Orfeo y Eurídice», de Gluck. - Películas: «Furia de Titanes», Desmond Davis. - Libros: Teogonía, de Hesíodo; Historia, de Herodoto; Ilíada, de Home- Segundo GES Cultura Clásica Página 133 Actividades sobre la Repercusión en la Cultura Occidental de la Mitología Clásica 1) La siguiente relación de palabras o expresiones hace alusión a algún mito. Todas ellas aparecen en el lenguaje publicitario. ¿Serías capaz de establecer la relación? «eres un arpía»: «talón de Aquiles»: «manzana de la discordia»: «caballo de Troya»: «tirios y troyanos»: «fue una odisea»: «cantos de sirena»: «la caja de Pandora»: «sembrar dientes de dragón»: «estar entre los brazos Morfeo»: Titanlux – Titanic – Clío – Pegaso – Orión – Ajax – Harmonía – Dafne – Amaltea – Júpiter – Parabellum - Lacryma Christi – Vita – Albal – Lenor – Politos – Sponte(x) – Vim – Andros – Estivalia – Lux. 2) Intenta averiguar con qué nombres mitológicos están relacionados los siguientes elementos químicos: Niobio – Promecio – Tantalio – Titanio – Cadmio. 6) Proyección de la película «Orfeo», de Cocteau. Establece un debate después de la misma. 7) Sobre el texto del Soneto XV de Garcilaso de la Vega contesta a las siguientes preguntas: 3) Intenta averiguar con qué astros están relacionados los siguientes elementos químicos: - Mercurio – Paladio – Plutonio – Selenio – Uranio. 4) Explica las siguientes metonimias: - Vulcano: fuego. Baco: vino. Ceres: pan. Venus: amor. Marte: guerra. de ¿Quién es el personaje cuyas quejas y lamentos enfrenaron el curso de los ríos e hicieron que los tigres y peñascos escucharan? ¿Qué son los reinos del espanto? ¿Quién bajó a ellos y por qué? Explica de dónde viene el dicho «la música amansa las fieras». 8) Audición de «Penélope», de Joan Manuel Serrat. 5) Intenta explicar las siguientes expresiones del lenguaje coloquial: Segundo GES Cultura Clásica Página 134 Actividades sobre Tecnicismos y Cultismos Españoles Derivados del Griego y del Latín. Locuciones Latinas. 1) Observa las siguientes palabras y subraya el elemento que tienen en común. ¿Qué significado tiene ese elemento? Paleografía – Demografía – Etnografía – Criptografía – Pornografía – Historiografía – Megalomanía – Mitomanía – Cleptomanía – Toxicomanía – Antropofagia – Antropología – Antropopiteco – Antropoide – Misántropo – Filántropo. ...................: horror al agua. ...................: arte de leer la escritura antigua. ...................: descripción de las razas. ...................: escritura secreta o en clave. 4) Completa las siguientes definiciones: Ej.: Aerolito: ....piedra...... que cae del ...aire..(cielo)... Aeronáutica: ................. de la navegación por .............. Dinamita: sustancia de gran ................ explosiva. Termodinámica: ciencia que estudia la ..................... producida por el .................... Cosmografía: ...................... astronómica del mundo. ....................: mundo pequeño. Macrocosmos: mundo ................ o universo. Geología: ciencia que estudia la formación de las capas de la ................ Microscopio: aparato que sirve para ................ objetos ....................... Astronomía: ciencia que estudia las ..................... de los ................. ...................: comunicación escrita con signos convencionales a larga distancia. Antropomorfo: que tiene forma de ................. 2) Escribe el significado de los siguientes elementos: Demo-: Filo-: Clepto-: Miso-: Antropo-: Xeno-: -cracia: -fobia: Megalo-: Paleo-: 3) Escribe la palabra técnica que corresponda a cada significado. Ej.: Monarquía: gobierno en manos de una sola persona. ...................: culto o adoración a las imágenes. ...................: relativo a la Edad de piedra nueva o pulimentada. ...................: estudio de las razas. ...................: matrimonio de un hombre con una sola mujer. Segundo GES 5) Utiliza la palabra técnica para cada proposición según su contexto: Ej.: Cultura Clásica Página 135 Los ....cosmonautas..... viajaron al espacio sin ningún contratiempo. a) cosmonautas b) viajeros c) tripulantes - Para conocer el grado de temperatura de un enfermo los médicos utilizan el ..................... a) barómetro b) sismógrafo c) termómetro - Los ................... con frecuencia destruyen ciudades enteras por la enorme fuerza de sus vientos en forma de círculo. a) terremotos b) maremotos c) ciclones - El ....................... es muy empleado en la astronomía. a) telégrafo b) microscopio c) telescopio - Amorfo significa sin .................... a) forma b) imagen c) color - El ........................ es una doctrina que predica la existencia de muchos dioses. a) politeísmo b) monoteísmo c) ateísmo - Es famosa la ....................... nacional por su gran variedad de cuadros. a) hemeroteca b) biblioteca c) pinacoteca - En Europa muchas personas son ......................... ya que la cercanía de su país con otros los hace aprender muchas lenguas. a) políglotas b) polimorfas c) monótonas Segundo GES - Voy a hacer una ................... de Benito Juárez. a) coreografía b) autobiografía c) biografía 6) Selecciona la respuesta correcta: Ej.: Un cambio cuantitativo se refiere a: a) Cantidad; b) Calidad; c) Aspecto. - Un cambio cualitativo se refiere a: a) Cantidad; b) Calidad; c) Aspecto. - Un aspecto cognoscitivo se refiere a: a) Memoria; b) Conocimiento; c) Voluntad. - Sustancia blanquecina parecida a la clara del huevo: Albúmina; b) Tripsina; c) Bilirrubina. - En forma de cabello: a) Auriforme; b) Cauliforme; c) Capiliforme. - Entre las costillas: a) Subcostal; b) Intercostal; c) Supracostal. - Que se alimenta de frutos: a) Herbívoro; b) Frugívoro; c) Vermívoro. 7) Sustituye lo subrayado por otra expresión más técnica. Ej.: En la Edad Media se practicaban exorcismos: MEDIEVO. Cultura Clásica o Ricardo siempre ha manifestado enemistad para con los ricos: o El que mató a su padre no debe andar lejos: o Se hace necesario construir más conductos artificiales de agua para incrementar la productividad agrícola del país: o Los que pertenecen al signo simbolizado por un flechador, tendrán hoy éxito en sus relaciones comerciales: Página 136 o Guadalajara, cabecera del Estado de Jalisco, es una ciudad muy hermosa: o La marcha mortuoria se detuvo para bajar el cadáver: o El trabajo diario mantiene el cuerpo en buen estado de salud física y mental: o Las noches de luna llena son bastante hermosas: o Los restos fósiles se convirtieron en piedra, en el transcurso de varios miles de años: o La región del sur del país se mantendrá con escasas lluvias por la mañana y tarde: 8) Relaciona ambas columnas: 1) (d) Bacilo 2) ( ) Genuflexión 3) ( ) Óseo 4) ( ) Cruento 5) ( ) Acerbo 6) ( ) Capilar 7) ( ) Rótula 8) ( ) Subcostal 9) ( ) Virulento 10) ( ) Cápsula b) Cedere: «moverse» c) Caedere: «matar» - INDUCCIÓN: a) Ducere: «conducir» b) Ferre: «llevar» c) Laedere: «herir» - LESIÓN: a) Vacare: «descansar» b) Laedere: «herir» c) Audire: «oír» - LOCUTORIO: a) Loqui: «hablar» b) Fugare: «fugarse» c) Laedere: «herir» 10) Relaciona la columna de la izquierda con la de la derecha formando palabras (sólo las que creas que existen en el diccionario). a) Agrio b) Cajita c) Relativo a los huesos d) Bacteria en forma de bastón e) Hueso de la rodilla f) Relativo al cabello g) Venenoso h) Sangriento i) Flexión de la rodilla j) Debajo de las costillas Bi Co-con Ex Pro De-des Re In 9) Busca el significado de las siguientes palabras y precisar el verbo latino del cual se originan. Ej.: BACTERICIDA: «Que mata bacterias» a) Audire: «oír» b) Caedere: «matar» c) Videre: «ver» - ANTECEDENTE: a) Audire: «oír» b) Ferre: «producir» c) Cedere: «ceder» - EXCEDERSE: a) Vacare: «descansar» Segundo GES spirar forme vivir cidir volver vestir clamar lingüe lateral estructurar halar vocar mover ligar ceptor meter 11) Anota Falso (F) o Verdadero (V) en las traducciones de las siguientes locuciones: - Cultura Clásica Divide et vinces: Anticipadamente Casus belli: Caso de guerra Página 137 - Dura lex, sed lex: Dorada medianía Ad valorem: Según el valor A priori: Con experiencia R.I.P.: se murió In situ: en el lugar Homo sapiens: hombre astuto Cogito, ergo sum: Pienso, luego existo Nota bene: Buena calificación 12) Escribe Bien (B) o Mal (M) en las locuciones usadas en las siguientes oraciones: Segundo GES Cultura Clásica - El Tribunal Supremo anunció que aplicaría toda la ley, ya que dura lex, sed lex ( ). - El alumno entró a su examen diciendo: alea iacta est ( ). - Inusitadamente el locutor dijo: «he tenido un imperdonable lapsus linguis» ( ). - Terminando su carta, Alejandra olvidó un asunto importante y anotando al final, R.I.P., escribió lo que había olvidado ( ). - Al comprobar la existencia de un sujeto pensante, Descartes dijo: «Cogito, ergo sum». ( ). Página 138