Resumen TEMA 10. Clima y cultura organizacionales. Trabajo presentado como requisito para homologación: Psicología de los grupos y las organizaciones Presentado por: Yuliana María López Vásquez Profesor: José Ramos Facultad de Psicología Universidad de Valencia Julio de 2010 CLIMA Y CULTURA ORGANIZACIONALES: CLIMA ORGANIZACIONAL: La conceptualización de la organización como sistema abierto ha transformado el interés de la psicología industrial por la satisfacción y la motivación laboral, así como el desempeño, en un interés más general que considera la organización como un contexto ambiental de los comportamientos individuales y grupales. La formulación del concepto “clima organizacional” fue consecuencia del haber descubierto que la organización es un entorno psicológicamente significativo para sus miembros. El constructo de “clima” en psicología organizacional ha generado malentendidos y confusiones, la principal razón ha sido la dificultad de formular una definición adecuada. Visto desde la ciencia, el concepto de clima puede resultar ambiguo y de utilidad dudosa, visto desde el sentido común, se puede pensar en su utilidad para integrar el ambiente subjetivo o psicológico de una organización. Existe cierto acuerdo entre los autores en que los elementos básicos del constructo clima organizacional son atributos o conjuntos de atributos del ambiente de trabajo. (2?) En términos generales, casi todas las definiciones de clima organizacional se refieren a procesos perceptivos y subjetivos de los miembros de la organización y que son socialmente compartidos. (1?) En los últimos años diversos autores han trabajado intentando clarificar el concepto de clima, algunos han propuesto términos alternativos que buscan ser menos ambiguos, sin embargo, hasta el momento no existe un concepto que le sustituya, algunos de los otros términos que se han propuesto son: “cultura organizacional” (Argyris 1958), “prestigio organizacional” (Perrow 1961), “personalidad” (Halpin y Croft 1963). Este último concepto es quizás uno de los más adecuados, se centra en la siguiente metáfora: clima organizacional como “personalidad de la organización”, a forma de analogía se puede decir que la personalidad es para el individuo lo que el clima organizacional es para la organización. En palabras de Peiró (1983)… se trata de percepciones, impresiones o imágenes de la realidad organizacional, pero sin olvidar que es considerada como “realidad subjetivada”. El clima de algún modo está basado en atributos del entorno de trabajo, cada sujeto formula y realiza juicios al respecto lo que introduce factores subjetivos y diferenciales, sin embargo, estos factores individuales se combinan con elementos grupales como: fenómeno de mente colectiva, presiones, influencias sociales, etc., lo que permite unificar y establecer dimensiones del clima que son comunes a pesar de las diferencias individuales de la percepción del ambiente de la organización. En este sentido, es decir teniendo en claro que existen dimensiones comunes de la percepción del ambiente o clima, diversos autores se han dado a la tarea de establecer dichas dimensiones, lo que permitirá evaluar la organización, diagnosticar la organización e intervenir en la organización. En resumen se han establecido 5 dimensiones principales de clima organizacional: 1. Autonomía individual: principalmente se refiere a la libertad del individuo para ser su propio jefe y no tener que rendir cuentas constantemente a los superiores. 2. El grado de estructura impuesta sobre la posición ocupada (relación supervisor-subordinado): hace referencia al grado en que los superiores establecen y comunican los objetivos de cada puesto y los métodos adecuados para su consecución. 3. Orientación hacia al logro y la recompensa. 4. Consideración, afecto y apoyo: tiene que ver principalmente con el apoyo que presta el jefe al subordinado. 5. El desarrollo y el progreso en la ocupación: referente al desarrollo de habilidades y oportunidades de aprendizaje, innovación y ensayo de nuevos métodos de trabajo. Algunas de estas dimensiones son similares a las dimensiones estructurales de la organización (p.e: a la formalización, la centralización) por lo cual diversos autores estudiaron las relaciones existentes entre estructura y clima. La visión de clima que se ha planteado insiste en su carácter perceptivo y subjetivo y por tanto, en su origen individual. Sin embargo como ya se ha dicho existen fenómenos grupales que permiten establecer atributos comunes, en conclusión para que un atributo pueda ser considerado parte del clima organizacional tiene que existir un cierto acuerdo entre los individuos que constituyen la organización o un subgrupo dentro de ella. Algunos autores plantearon la existencia de diferencias en la percepción del clima a tres niveles: organizacional, departamental e individual. También se propuso que siendo el clima un atributo organizacional, las diferencias debían ser más débiles que las interorganizacionales. Drexler (1977) realizó un estudio donde confirmó la hipótesis anterior, determinando la varianza en el clima tomando una muestra de 1256 grupos que incluían 6996 individuos pertenecientes a 21 organizaciones diferentes. Concluyó que “el clima tiene más varianza atribuible a la organización en su conjunto que a las unidades organizacionales, aunque las diferencias entre estas también existen y resultan significativas” En este sentido el clima puede ser considerado a diferentes niveles de análisis: individual, grupal, unidades funcionales y organizaciones. Un modelo de clima organizacional a partir de la consideración de la organización como sistema abierto fue propuesto por Evan en 1976. Este autor propone que existen una serie de influencias externas que repercuten en el clima que se crea en la organización y que al mismo tiempo este es el resultado de procesos internos a la propia organización. El elemento básico de partida en el modelo de Evan son los fines de la organización que condicionan y repercuten en todos los procesos de la organización como la toma de decisiones, desempeño de roles, desempeño organizacional, hasta finalizar nuevamente en los fines organizacionales. En conclusión el modelo recoge algunos aspectos determinantes del clima organizacional, tanto a nivel individual, como departamental y de la organización en conjunto, así mismo establece la repercusión que ese clima tiene sobre el comportamiento de los miembros y la eficacia consiguiente de la organización en su conjunto. Resumen: El concepto “clima organizacional” surge como consecuencia del descubrir que la organización es un entorno psicológicamente significativo para sus miembros. En términos generales, “clima organizacional” alude a atributos del entorno de trabajo, todo esto a partir de procesos perceptivos, subjetivos y por tanto individuales, sin embargo estos atributos llegan a ser comunes gracias a los fenómenos grupales que le unifican. El clima organizacional es la percepción del ambiente de la organización que es común a todos sus miembros a pesar que existan pequeñas diferencias entre los individuos que la componen, sus unidades funcionales y los grupos que se constituyen. Las dimensiones principales del clima organizacional son. Autonomía, la relación supervisor- subordinado, la orientación al logro y la recompensa, el desarrollo y progreso en la ocupación y la consideración, afecto y apoyo. CULTURA ORGANIZACIONAL: El estudio de la cultura ha sido abordado especialmente por antropólogos, desde varias aproximaciones. Rohner (1984) la ha definido como “la totalidad de significados equivalentes y complementarios aprendidos y mantenidos por una población humana y transmitidos de una generación a otra”. Aspectos importantes de la anterior definición: 1. El concepto hace referencia a contenidos culturales. 2. Implica unos límites sociales o una colectividad que la configura. 3. Supone un proceso de configuración que fundamentalmente consiste en el aprendizaje de significados compartidos. 4. Hace referencia a dimensiones históricas implicadas en la transmisión intergeneracional de sus contenidos. Las definiciones en cuanto a cultura organizacional suelen contemplar los mismos aspectos, además de especificar los aspectos organizacionales sobre los que incide. Diversos autores han citado definiciones de cultura organizacional que contemplan el contenido, el sujeto, los mecanismos psicosociales, los efectos o fines y los aspectos históricos de la cultura. Las aportaciones sobre cultura organizacional se estructuran en dos grandes concepciones de la relación entre organización y cultura: 1. Se percibe esta como una relación de posesión: La organización tiene una o varias culturas que han de ser tenidas en cuenta en un análisis organizacional como elementos de contingencia que permiten comprender más adecuadamente la conducta organizacional. 2. Se concibe como una relación de identificación: La organización es una realidad cultural sociocognitivamente construida y por tanto solo se entenderá adecuadamente desde la metáfora que concibe las organizaciones como culturas. Teniendo en cuenta esta diferenciación de concepciones, que vale la pena resaltar, es la que ocasiona una serie de planteamientos discrepantes al delimitar el concepto de cultura por parte de los diversos autores; explicaremos los aspectos que delimitan el concepto de cultura ( contenidos, sujeto, mecanismos psicosociales, impacto de la cultura, y aspectos históricos y tradición) de acuerdo con cada una de dichas concepciones, refiriéndonos desde su orientación epistemológica a la primera como orientación funcionalista y a la segunda como orientación sociocognitiva. Contenidos: Desde una orientación funcionalista los autores insisten en aspectos de nivel más superficial, las manifestaciones so productos de la cultura organizacional. Desde una orientación sociocognitiva los autores hacen referencia a aspectos más básicos como el sistema de creencias y valores. Niveles desde los que se pueden considerar los contenidos culturales: 1. Nivel observable referido a los productos de la cultura: incluye aspectos como el lenguaje, patrones de cultura, costumbres, símbolos, espacios físicos, mobiliario, decoración, vestidos, recompensas. 2. Nivel apreciativo y valorativo: que permite justificar, dar razón e interpretar los productos mencionados en el nivel anterior. Incluye valores, filosofía, ideologías, expectativas, actitudes, predisposiciones, sistema apreciativo, conocimiento, perspectivas, prioridades y significados. 3. Nivel fundante integrado por supuestos y creencias básicas: aspectos no manifiestos (bien sean los valores o las creencias básicas) esenciales para la comprensión del fenómeno cultural. Otra dimensión que se considera relevante para clarificar los contenidos de una cultura es el grado de universalidad, algunos autores han abordado el problema de análisis cultural buscando sus aspectos más universales (p.e Schein al plantearse las grandes creencias básicas de la cultura organizacional) mientras otros se interesan por aspectos mas específicos de una determinada cultura (p.e los valores específicos de una organización). En conclusión las diversas definiciones ofrecidas permiten analizar los contenidos de una cultura desde distintas perspectivas a veces contrapuestas. Sujeto: Desde una orientación funcionalista se considera la existencia de una única cultura organizacional de mayor o menor fuerza. Desde una orientación sociocognitiva plantean la existencia de múltiples culturas en una misma organización que puedan entrar en conflicto. En todo caso la cultura se produce necesariamente en un ámbito social determinado, su génesis es social, requiere un contexto social e implica una tradición de unas generaciones a otras. La cultura es propiedad de una unidad social definida que tiene una visión compartida del mundo, producto aprendido de su experiencia. Mecanismos psicosociales que posibilitan la configuración de la cultura organizacional: Desde el paradigma clásico se alude a aspectos como el sistema de recompensas o el procesamiento de información. Desde el paradigma sociocognitivo se alude mas a procesos sociocognitivos de dinámica de grupo y de interacción social. Los procesos psicosociales a los que ha recurrido para explicar cómo se llega a compartir una serie de fenómenos mentales por parte de un grupo pueden ser integrados en el concepto de aprendizaje social. Impacto de la cultura organizacional: Desde la perspectiva de que las organizaciones “tienen” cultura, consideran la cultura además como un determinante más, quizás el más importante de toda una serie de efectos y resultados de la organización y de sus miembros: eficacia, productividad, satisfacción, implicación para el trabajo, etc. Desde la perspectiva de la organización como cultura se analizan los resultados y productos como elementos culturales y componentes de la propia realidad cultural de la organización. En suma, la cultura es considerada como elemento importante que incide sobre los procesos psicosociales y sobre la propia conducta organizacional, aunque no los determina totalmente. Se puede diferenciar cuatro dimensiones del impacto de la cultura: 1. Dirección. 2. Amplitud. 3. Fuerza. 4. Sentido. Aspectos históricos y tradición: Las definiciones consideradas prestan relativa atención al aspecto de tradición en la que los miembros de una generación entregan a la siguiente generación sus contenidos, y la perspectiva que se adopta varía en cuanto al alcance temporal que se toma en consideración. El paradigma clásico concede menor importancia a este aspecto que el paradigma sociocognitivo. Con respecto a las posibilidades de cambio cultural, las funciones atribuidas a liderazgo en relación con la cultura y su relevancia en la creación y gestión de la misma, encontramos que también existen diferencias de acuerdo con cada perspectiva. Clásica y sociocognitiva. La aproximación clásica concede un gran peso al papel de los lideres y directivos a la hora de gestionar la cultura, además mantiene que esta puede ser diagnosticada adecuadamente. Por ello han enfatizado en la elaboración de técnicas y estrategias de diagnostico y de intervención para el cambio. La aproximación sociocognitiva considera que la dinámica del cambio implica procesos sociocognitivos de negociación, de poder, de interpretación de la realidad y de las creencias compartidas, y en esos procesos no se reconoce a los directivos tanto protagonismo como en el enfoque clásico. No es el líder el único que constituye la cultura, otros miembros de la organización juegan un papel importante en ese proceso. Resumen: El esfuerzo por clarificar el concepto de cultura organizacional permite poner de relieve las múltiples y contrapuestas definiciones del concepto en lo que se refiere a contenidos, sujeto que la sustenta, mecanismos que la generan y transmiten, como los efectos que producen en la organización y su dimensión histórica. Se puede entonces diferenciar dos perspectivas básicas para comprender las distintas definiciones del concepto: 1. Quienes consideran que la organización “tiene” cultura. 2. Quienes consideran que la organización es cultura. Esta diferenciación permite además comprender la diferencia de opiniones y orientaciones en cuanto al papel del líder en el “cambio cultural”. BIBLIOGRAFIA PEIRO, J.M. (1990). Psicología de las Organizaciones (Tomo II, PP. 503-511) Madrid: UNED, 4ª edición. PEIRO, J.M (1990). Nuevas perspectivas psicosociológicas. (pp. 155-179) Barcelona. PPU 1990.