“Barry” Obama en Indonesia: Islam, democracia y

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“Barry” Obama en Indonesia:
Islam, democracia y desarrollo
ESADEgeo Position Paper 8
Enero 2011
Jaume Giné Daví
Profesor de la Facultad de Derecho de ESADE
ABSTRACT
• Obama
insistió
en
Indonesia:
“Democracia
e
Islam
son
compatibles”. Pero los radicales presionan al Gobierno y van
ganando apoyo social en el país a costa de los moderados.
• Obama también remarcó que Democracia y desarrollo se refuerzan
mutuamente. Los indonesios votan libre y democráticamente pero
la corrupción sigue siendo un mal endémico, como un tsunami que
no cesa.
• Finalmente repitió que “EEUU no está ni estará nunca en guerra
contra el Islam” y pidió una mayor implicación de los musulmanes
en la lucha antiterrorista. EEUU no puede vencer sólo contra Al
Qaeda y sus aliados.
• Yakarta desea reforzar su alianza estratégica y militar con EEUU. No
quiere quedar a merced de China ni económica ni militarmente.
“Barry” Obama en Indonesia:
Islam, democracia y desarrollo
Barack Obama regresó a la Casa Blanca tras su segunda gira asiática. Antes
ha tenido otras casas. Entre 1967 y 1971 vivió cuatro años de su infancia en un
barrio de Yakarta. Compartió pupitre en la escuela con compañeros de distintas
confesiones religiosas. Le llamaban “Barry”. Cuarenta años después, el 9 de
noviembre de 2010, Barry volvió a Indonesia convertido en presidente de
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EEUU. La visita, aplazada dos veces en marzo y en junio de este año, solo
duró 24 horas.
Indonesia con 240 millones de habitantes, es el cuarto país más poblado del
mundo, enormemente rico en recursos naturales y situado en un enclave
geográfico estratégico en el sudeste asiático. Frente a sus costas de la isla de
Sumatra
pasan
por
los
estrechos
de
Malaca
las
principales
rutas
internacionales de aprovisionamiento energético que desde Oriente Medio
llegan hacia China, Japón y Corea del Sur.
La economía indonesia fue duramente golpeada por la crisis asiática de 1997 y
acabó provocando la caída del régimen de Suharto. Pero no se ha visto apenas
afectada por la actual crisis global y tras crecer un 4,5% en 2009, crecerá un
6% en 2010, impulsada sobre todo por el consumo interno. Sólo China e India
crecen más. Pero Indonesia es la economía más potente entre los miembros
de ASEAN y se sienta en el G20. Su comercio exterior está más orientado
hacia Asia que a Occidente. Sus nexos económicos con China no cesan de
crecer, sobre todo tras la entrada en vigor, el 1 de enero de 2010, del Acuerdo
de libre comercio China-ASEAN. Los indonesios temen con razón que su
mercado sea invadido por más productos baratos chinos, sin competencia. A
las amenazas económicas se suman el rearme de China y sus apetencias
territoriales en el mar de la China. Son factores que impulsan las relaciones
económicas con India, Japón, Corea del Sur y Taiwán. Las inversiones
extranjeras directas alcanzaron los 7.800 millones $ en la primera mitad de
2010, un 40% superior al mismo periodo de 2009. Podrían llegar a 13.100
millones de $ en 2010.
Yakarta quiere reforzar su alianza estratégica con EEUU. No quiere quedar a
merced de China. Aunque tampoco de EEUU. Persigue un juego de equilibrios
entre Washington y Pekín. Obama lo sabe y afirmó en Yakarta ante el
presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono (SBY) que “EEUU no estaba
interesado en contener China”, un mensaje para apaciguar a los chinos, tras el
apoyo explícito de Washington a los deseos indios de sentarse como miembro
permanente en el Consejo de Seguridad de las NNUU.
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SBY esperaba capitalizar la visita de Obama obteniendo resultados
económicos. Y firmar generosos acuerdos bilaterales en los ámbitos comercial,
educativo e incluso militar. Indonesia necesita exportar más y recibir más
inversiones estadounidenses para favorecer el desarrollo y la modernización
de un país que cuenta con el 70% de la población en la economía informal. Un
maná que sí llega de manos de China. Unos días antes, una delegación china
anunció nuevas inversiones por un valor de 6.600 millones de $ para la mejora
las anquilosadas infraestructuras del país, con especial énfasis en la
construcción de carreteras, puentes y canales. Los chinos no están para la
retórica sino para “hacer negocios”. Y se pasean cargados con una gran bolsa
de divisas por el sudeste asiático. Y ahora también por la Unión Europea.
Pero Obama estaba más interesado en hablar sobre los “valores universales”
que sobre los económicos y comerciales. Tras visitar la mezquita de Istiqlal,
pronunció un gran discurso ante un auditorio de 6.500 personas en la
Universidad de Yakarta. Lo inició con unas palabras en la lengua “bahasa”
recordando su vinculación personal con el país diciendo: “Indonesia es parte de
mi”. Las relaciones entre Islam y Occidente fue el hilo básico de su discurso.
Unas relaciones deterioradas desde hace una década y que para Obama es
prioritario reparar. Reiteró, al igual que en El Cairo en junio de 2009, que
“Democracia e Islam son compatibles”. Indonesia, con 180 millones de
creyentes, es el mayor país musulmán del mundo pero no un estado islámico.
Se reconocen oficialmente en el país la práctica de seis religiones. Para
Obama es un ejemplo de que un Islam democrático y moderno es posible. El
lema del país es “Unidad en la diversidad” y se acepta el pluralismo político y
religioso. En teoría, la religión pertenece al ámbito privado del ciudadano. Pero,
en la práctica, la religión informa e influye intensamente la vida política y social
del país.
Sin embargo, también en Indonesia, los radicales islámicos presionan cada vez
más al Gobierno exigiéndole una mayor presencia del Islam en la vida pública,
con actitudes y acciones cada vez más intolerantes, a menudo violentas, contra
otras confesiones religiosas siendo los cristianos e hinduistas los mas
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afectados. De este modo, los islamistas moderados van cediendo espacio a los
radicales. Estos miran hacia la vecina Malasia, un estado islámico que ha
desarrollado una legislación que incluso no permite la conversión del Islam a
otras religiones. Es evidente que la gran mayoría de los indonesios no quieren
un régimen islámico radical como el de Irán, pero ya no esconden su simpatía
por las actividades sociales que desarrollan algunas organizaciones islamistas.
Internet es su mejor vía de difusión entre los jóvenes. SYD no tiene suficiente
coraje para hacerles frente porque en su Gobierno de coalición hay miembros
de partidos islamistas. El Ejército, que ha vivido un cambio generacional, se
mantiene por ahora fuera de la política, pero sigue siendo una institución clave
y vigilante.
Obama Insistió, como hizo en India, en remarcar que la Democracia forma
parte de los valores universales y constituye el mejor sistema más para
asegurar el desarrollo económico de los países. Democracia y desarrollo se
refuerzan mutuamente pues el progreso sin libertades conduce a una forma
más de pobreza. Indirectamente criticaba la irrupción del modelo chino de
“capitalismo sin pluralismo político”, muy atractivo para los países en vías de
desarrollo. Un modelo que tolera o apoya a regimenes autoritarios como
Birmania y Corea del Norte. Aunque EEUU peca de incoherencia al apoyar
militarmente a Arabia Saudita, un país que financia con sus petrodólares la
expansión del Islam wahabí por toda la región.
Muchos indonesios se muestran escépticos sobre los efectos de la democracia
en su nivel y calidad de vida. Pueden votar libre y democráticamente a sus
representantes políticos en unos procesos electorales que permiten la
alternancia en el poder. SBY fue reelegido con más del 60% de los votos en la
primera vuelta de las elecciones presidenciales en agosto de 2009. Se
comprometió a erradicar la corrupción. Pero esta sigue siendo un mal
endémico del país como un tsunami que no cesa y va minando la confianza de
los indonesios en SBY. Según Transparency Internacional 2009, Indonesia
ocupa el 126º lugar entre 163 estados. Según el Doing Business 2010
elaborado por el BM ocupa el 121º lugar entre 183 Estados. La economía crece
pero también las desigualdades territoriales y sociales. Ocupa el 108º lugar
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entre 169 Estados en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD 2010. La
OCDE
recomienda al Gobierno en el informe, OCDE Economic Survey
Indonesia 2010, incrementar las inversiones en las infraestructuras y en la
educación secundaria.
Obama recordó a los 1.500 millones de musulmanes del mundo que “EEUU no
está ni nunca estará en guerra contra el Islam”. Y que la conflictividad actual no
está provocada por las religiones sino por el fanatismo de algunos de sus
grupos o individuos. Obama pidió a los musulmanes una mayor implicación en
la lucha antiterrorista porque EEUU no puede luchar sólo contra Al Qaeda y sus
aliados. Lo recordaba en un país también golpeado, al igual que India, por
atentados terroristas como los acaecidos en Bali en 2002 y 2005. EEUU e
Indonesia han reforzado la cooperación militar. En julio se reanudó la
colaboración entre los militares estadounidenses y Korpassus, las fuerzas
especiales indonesias. Había sido suspendida en 1999 por sus actuaciones
durante la ocupación militar de Timor Oriental.
Pero los mensajes de Obama chocan con la cruda realidad. Muchos
estadounidenses aún identifican erróneamente el Islam con el fanatismo de AlQaeda. Algunos incluso creen que Obama profesa el Islam. Y muchos
musulmanes, también indonesios, identifican EEUU con Israel y siguen
decepcionados por la falta de avances concretos en las negociaciones del
conflicto de Oriente Próximo. Mientras Obama hace llamamientos a favor de la
paz, el Gobierno israelí prosigue con su política de construir en los
asentamientos en los territorios ocupados. Tampoco ayuda la prolongada
presencia e intervención militar de EEUU en Iraq y Afganistán que no ha
logrado pacificar la región, sino todo lo contrario. Se han derrochado una
ingente fortuna en armamento pero no se han afrontado algunas de las causas
del radicalismo en la región como son la extrema pobreza, el analfabetismo y la
falta de oportunidades para salir del subdesarrollo.
Indonesia es un mosaico de islas, pueblos, culturas y lenguas. Pero se ha
constituido gradualmente una identidad nacional indonesia que nació con la
lucha por la independencia. También ha sido un factor positivo la aceptación
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del bahasa como la lengua franca de los indonesios. Pero las tensiones son
múltiples: entre la identidad nacional y las identidades nacionales y culturales
muy arraigadas en las miles de islas del archipiélago; entre el Islam moderado
y el radical; entre los musulmanes (85%) y los ciudadanos de otras
confesiones, principalmente los cristianos y los hinduistas; entre el centralismo
de la isla de Java (130 millones) y la voluntad descentralizadora del resto de
miles de islas; entre el mundo urbano y el rural; entre una clases privilegiadas y
casi la mitad de la población que sobrevive con menos de dos dólares diarios;
entre la tradición y la modernidad, etc.
Este es el país que visitó “Barry” Obama. Solo estuvo 24 horas. Saludó a sus
viejos compañeros de clase. Hoy es el presidente de la nación más poderosa
del mundo. Está perdiendo apoyos políticos tanto dentro como fuera de EEUU.
Pero “Barry” sigue siendo un joven idealista y persistirá en sus esfuerzos
reconciliadores. Volverá el año próximo cuando se celebre en Yakarta la “East
Asian Summit” (EAS), en el marco de ASEAN, cuya presidencia corresponderá
a Indonesia en 2011.
Jaume Giné Daví
Profesor de la Facultad de Derecho de ESADE
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Irene García García
Jr. Research Fellow
ESADE Center for Global Economy and Geopolitics
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