la música y la paz - Escola de Cultura de Pau

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LA MÚSICA Y LA PAZ
Alba Sanfeliu, investigadora de la Escuela de Cultura de Paz. Programa de Música, Artes y
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Paz. albasanfeliu@gmail.com
Los roles de la música:
La música es un lenguaje expresivo que permite expresar y comunicar lo que pasa a nuestro
alrededor, a nivel general, sobre el mundo que nos rodea, la época y situaciones que vivimos, siendo
inseparable de la realidad social, política, económica y cultural. A nivel individual también permite
comunicar nuestras emociones, sentimientos, situaciones vividas... teniendo a la vez un papel relevante
en nuestro proceso de socialización.
La música es una forma de comunicación diferente a las palabras, aunque evidentemente hay muchas
canciones que hacen uso de éstas, reforzando el mensaje que se quiere transmitir y subrayando el
significado. En cambio, en las obras de carácter instrumental, es necesario un referente o refuerzo ya
que la música es incapaz de ofrecer un significado único e inequívoco de lo que quiere transmitir.
El arte es aquel medio de expresión que surge de la voluntad de la persona que quiere crear de forma
consciente o inconsciente (o a veces bajo una obligación forzada) alguna obra para intentar describir el
mundo que le rodea o cualquier cosa que le apetezca. El artista nos da a conocer su creación,
convirtiendo su individualidad en social y así compartir ideas y experiencias.
Las artes pueden ser el vehículo para resistir ante la crueldad del mundo, generando valores de
solidaridad, de noviolencia y de diálogo. Es un proceso vivo de creación y dinamismo, de sueño, de
utopía, de emociones, convirtiéndose a veces en el único idioma posible. No sólo describe el mundo,
sino que lo reinventa, lo transforma, invitando a la reflexión y generando preguntas para la vida.
La música es también un medio de comunicación y de sensibilización del público ante los retos del
mundo. Las obras y canciones se convierten en testimonio de los hechos vividos o imaginados, y como
fuente de conocimiento que nos permite construir la realidad social, permitiéndonos también la
reflexión de nuestro entorno.
De todos modos deberemos considerar, tal y como comenta Johan Galtung, uno de los fundadores de
los estudios de paz, "El arte nos transporta a una realidad virtual. El arte es algo que ha tocado nuestra
alma y que la ha movido”. Pero también debemos tener en cuenta que “Esto puede no suceder. Nos
sentamos en un concierto, andamos por una galería de arte, leemos un libro –pero nada toca nuestra
alma, nada nos ha movido. ¿Hay algo erróneo en nosotros? ¿Con el artista? ¿Con la obra de arte? O,
posiblemente desde un ángulo mejor, ¿con la relación? ¿No es el arte correcto para mí, aquí y ahora?
Decir honestamente «No me ha llegado» parece tanto un derecho humano como el derecho a tener
acceso a que te toque, te llegue y te alce el espíritu” (Urbain, et ál. 2008: 54-55).
La música es también un medio de comunicación intergeneracional, que nos permite repensar el
mundo del ayer, del hoy y el del mañana, dándonos la oportunidad de aprender del pasado. A la vez
que se configura como un medio de comunicación intercultural. La música puede unir a las personas,
permitir la comunicación, puede romper barreras... siendo un poderoso medio de participación.
También es un medio de educación ya que haciendo música en grupo podemos aprender valores y
cualidades como saber escuchar y dialogar; aprender a respetar a los demás; aprender a trabajar en
equipo; aprender actitudes solidarias, de compañerismo, de comunicación emocional, de empatía...
tanto a nivel musical como humano. La música genera valores de solidaridad, de noviolencia, de
diálogo, de unidad, reforzando los sentimientos de confianza en uno mismo y en los otros, así como
también el desarrollo de la creatividad y de la imaginación... características importantes a la hora de
abordar la resolución exitosa de un conflicto. La música es también un medio de unión, donde se crea
un sentido de pertenencia a alguna unidad.
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Ponencia presentada en motivo de la participación en el encuentro organizado por el ICTM, International Council on Traditional
Music, Study Group Applied Ethnomusicology. Ljubljana, Eslovenia, 9-13 Julio 2008.
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¿Qué es la paz?
Sobre la paz, tenemos que saber que las aproximaciones a esta han sido múltiples a lo largo de la
historia, siento interpretada de muchas maneras en cualquier parte del mundo por diferentes actores y
periodos de tiempos. El análisis del concepto lo centraré en Occidente, lugar dónde la paz durante
muchos años se ha entendido como ausencia de guerra y de violencia directa (que es la violencia
física, verbal y psicológica). El concepto se ha interpretado negativamente: la paz es la No guerra. Esta
concepción negativa ha provocado que durante algunos años, la paz, fuera de su contraste con la
guerra, haya carecido de contenido palpable, convirtiéndose en un concepto pasivo, vago, manipulable,
sin dinamismo propio...
A partir de los años 50 se empiezan a cuestionar las limitaciones del concepto de la paz negativa, y
Johan Galtung, empieza a habla de la Paz Positiva, cambiando el objeto central de estudio: ahora ya no
se parte sólo de la violencia directa como única forma de violencia para intentar entender la paz, sino
que se considera como objeto de estudio también la violencia estructural, que es aquella que forma
parte de la estructura social y que impide cubrir las necesidades humanas básicas.
Una concepción amplia, rica, inclusiva y multidimensional de la violencia, nos permitirá concretar una
visión amplia y rica de la paz. Considerando estas otras violencias, podremos ver otros tipos de paz. A
la vez que esta se acompañará de otros muchos conceptos que significarán puntos de partida para
permitirla cómo puede ser la justicia social y el desarrollo, los derechos humanos y la democracia, el
desarme o el respeto al medio ambiente, entre otros.
Posteriormente J. Galtung considera también la violencia cultural que es aquella que hace referencia a
los aspectos de la cultura, el ámbito simbólico de nuestra existencia –religión, ideología, lengua, arte-,
que se pueden utilizar para justificar o legitimar la violencia directa y estructural. Esto será en los años
90, cuando aparece la noción de cultura de paz como alternativa a la violencia cultural. La cultura de
paz es aquella cultura que rechaza la violencia con un compromiso positivo con la práctica de la
noviolencia activa, en desarrollar la capacidad de la generosidad, en escuchar para comprendernos, en
preservar el planeta y en reinventar la solidaridad.
De todos modos, todo y esta concepción, desde hace algunos años se está intentando un cambio
epistemológico en la perspectiva de investigación sobre la paz. Tal y como reivindica Vicent Martínez,
catedrático de filosofía de la Universidad Jaume I de Castelló, España, “parece que los elementos
conceptuales que sirven como indicadores para construir la paz siguen siendo «lo qué no es paz» (...)
No se trata de aprender sobre la paz desde lo que no es paz (la violencia, la guerra, la marginación, la
exclusión, etc.) sino de «hacer explícitas las nociones de paz implícitas en nuestros análisis de la
sociedad actual y en momentos de la historia de las diversas culturas para reconstruirlas como
indicadores positivos de como es posible la convivencia en paz» (...)” (Enciclopedia de paz y conflictos:
2004: 916-919).
Música y paz:
Una vez introducidos los conceptos, me centraré en las relaciones entre la música y la paz. Antes pero
quiero comentar, que del mismo modo que la música puede tener relación con la paz, también la puede
tener con la violencia, y aunque ésta cuestión no la desarrollaré, sí que debemos saber que la música
también se ha utilizado y se sigue utilizando para fomentar el odio, o la venganza, con la voluntad de
humillar, de reprimir, de aterrorizar e incluso de torturar. Tal y como dice George Kent, profesor en el
Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Hawai, “La música es pacífica o no pacífica no
por el carácter inherente de la música en sí misma, sino por la manera como es utilizada. El que la
música sea o no pacífica depende del contexto, pero también depende de como es escuchada. Si es
utilizada para glorificar el mal, no es pacífica. La música puede contribuir a la paz, pero esta
contribución es limitada mientras esté en manos de aquellos que están en el poder” (Urbain, et ál. 2008:
104-107).
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En la música clásica encontramos numerosos ejemplos, a partir del Renacimiento hasta nuestros días,
de compositores que decidieron o están decidiendo responder musicalmente a los conflictos y
acontecimientos que han sucedido en el mundo, o en sus propios países, utilizando la música como
portavoz de la paz, además de implicarse en algunos casos, en la construcción de un mundo mejor a
título personal (como el caso de Pau Casals). Por ejemplo:
- En el Barroco encontramos algunas composiciones que hacen referencia a la paz Romana, ligada a la
idea de pactum y posterior a la firma de acuerdos de paz que han puesto fin a los conflictos armados.
La paz se interpreta en sentido negativo, definiéndola como ausencia de guerra, sobre todo como
guerra entre estados o de violencia directa.
J. B. Lully, Le temple de la paix.
J. P. Rameau, Naïs, ópera para la paz.
G. F. Händel, Te deum de Utrech i Jubilate. Música para los Reales Fuegos Artificiales
- Encontramos también algunas composiciones destacables de otros periodos, pero sobre todo, será a
partir de la 1ª y 2ª Guerra Mundial que hay una necesidad de reaccionar ante la barbarie, explicando los
horrores de las guerras, obedeciendo a la necesidad de frenarlas y de intentar buscar horizontes de
esperanza en que estas no existieran. Bajo estas premisas, encontramos muchas composiciones que
reflexionan sobre los conflictos armados y la paz, o los derechos humanos, la justicia, la
democracia y libertad, el desarme, la noviolencia, etc. Todas estas composiciones se pueden
enseñar ya sea en escuelas de música, conservatorios o escuelas, llevando a cabo actividades
centradas en la educación por y para la paz.
Los conflictos armados y la paz:
War Requiem, de Britten, o Yo lo vi, de Luis de Pablo
Justicia:
Schonberg, Un superviviente de Varsovia
Michael Tippet, Un niño de nuestro tiempo
Derechos Humanos:
Cristobal Halffter, Yes, speak out, Cantata de los derechos humanos
Democracia y libertad:
Obras de Luigi Dallapiccola y de Gian Carlo Menotti.
Desarme:
Krzyztof Penderecki, Threno para las víctimas de Hiroshima
John Adams y Pete Sellars, Doctor Atomic
Noviolencia:
Philip Glass, Satyagraha, sobre Gandhi y la noviolencia
Lleonard Balada, Sinfonía en negro, sobre MLK
Cristobal Halffter, Gaudium et Spes-Beunza, dedicada a Pepe Beúnza, el primer objetor de
conciencia español
Ya en la música popular y concretamente en la música pop-rock de los últimos 50 años, muchos
cantantes y grupos han compuesto canciones de temáticas relacionadas con la paz, implicándose a
título personal en la celebración de macroconciertos solidarios relacionados con diferentes causas
sociales, siendo la música la portavoz e instrumento de paz. Actualmente también muchas
organizaciones musicales hacen de la música un poderoso medio para reunir a la gente en la
construcción de la cultura de paz.
Muchos cantantes y grupos han destacado por su carrera musical, por los contenidos de paz en sus
canciones y actos, con el objetivo común de construir la paz, implicándose en causas solidarias, justas,
proyectando soluciones y deseos hacia un mundo mejor. Algunos los podemos considerar pacifistas,
otros se han involucrado en movimientos musicales para transformar situaciones políticas, otros en
temas medioambientales, de desarme, de derechos humanos, en la lucha contra la pobreza, la situación
de los menores en distintos lugares del mundo... Hablamos por ejemplo de: Joan Baez, John Lennon,
cantantes de la llamada Nueva canción latinoamericana, o Nova Cançó Catalana, Bono-Uno2, Noa,
Youssou N’Dour, Juanes, REM, Maná, etc.
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Son figuras relevantes que han encontrado un canal de comunicación que les permite decir y hacer lo
que quieren, siendo conscientes (o no) de que sus actos pueden tener repercusión o implicaciones,
incluso crear referencias a nivel social, político, ideológico o cultural. A menudo sus actuaciones son
cuestionadas. Sus estilos de vida, excesos, excentricidades, contradicciones, oportunismo o afán de
protagonismo para no quedarse al margen de ciertas iniciativas musicales, también son importantes
hechos a considerar sobre su relevancia.
En la música pop-rock se han venido celebrando también diferentes macroconciertos relacionados
con causas sociales. La celebración de estos supone ser la activación de un gran recurso de
sensibilización que intenta despertar la atención y consciencia social sobre algún tema en concreto, así
como también la recaudación de dinero para la causa (con las pertinentes críticas, en algunos casos, de
que no se sabe donde han ido a parar los fondos recaudados; o sobre la lentitud de entrega de los
fondos conseguidos). De todos modos, se pone en evidencia la respuesta solidaria proveniente de
países lejanos de los focos o causas que han llevado a la celebración de estos conciertos. La música se
establece como el canal para atraer a la gente de otras culturas a solidarizarse con las situaciones que
están viviendo otras personas. Se facilita un espacio de encuentro entre individuos de diferentes
culturas y formas de entender. Estos conciertos se han celebrado para mostrar la disconformidad y
cuestionar tanto desde el ámbito musical como social, los conflictos armados, mostrando el apoyo a las
víctimas de éstos; también para informar sobre crisis humanitarias (alimentarias; de grandes
movimientos de desplazados internos o refugiados; del SIDA); o para denunciar ciertas situaciones
políticas así como para exigir la libertad de víctimas de regímenes políticos o de condenados a muerte,
o el derecho de los pueblos a elegir su propio destino.
Conciertos para la paz y en contra de la
guerra:
Concierto para el desarme:
Conciertos para afrontar crisis
humanitarias:
Escenarios post-conflicto:
Para el hambre:
Para el VIH/SIDA:
Para la situación de los menores en
distintas partes del mundo:
Conciertos para los derechos humanos:
Para denunciar situaciones políticas y exigir la
libertad de víctimas de regímenes políticos o
de condenados a muerte:
Exigir el derecho a recuperar la independencia:
1969- Festival de Woodstock
1978- One Love Concert, Jamaica.
2005- War Don Don, The peace Festival. Freetown:
2008- La paz sin fronteras. Pont internacional Simón
Bolívar, entre Colòmbia i Venezuela.
1979- No Nukes.
1971- Concierto para Bangladesh.
1979- Concierto para kampuchea.
1985- Live aid concert.
2003- A birr for a compatriot.
2005- Live 8.
1992- Freddie Mercury Tribute Concert for AIDS
Awareness.
2004- 46664 Give one Minute of your life to stop
AIDS
2004- We are the future
1986- Conspiracy of hope
1988- Human Rights Now!
1985, Artists United Against Apartheid.
1986, Freedom Festival on Clapham Common.
1988, Nelson Mandela 70 Th Birthday Tribute
Concert
1997, Benefit Concert for Mumia Abu-Jamal.
1996-1999-Tibetan Freedom Concert.
En estos conciertos se reúne mucha gente, que asiste ya sea para disfrutar de la música; para ver a los
grupos musicales; por entretenimiento; por empatía con el tema de propuesta, etc. Durante el desarrollo
de estos, se deben tener en cuenta las proclamas o comentarios que hacen los propios cantantes, así
como la información que quizás aparecerá en algunas pantallas instaladas en el recinto, o en los stands
de información de las organizaciones que apoyan al tema que ha motivado la realización del concierto...
Y por supuesto, las canciones y las palabras que los cantantes compartirán con el público a lo largo de
este, que pueden tener la capacidad de impactar a la gente. Con las canciones se proclaman
intenciones sociales, transmitiendo valores, percepciones... a través del imaginario o de la realidad. Hay
algunas canciones que pueden tener un impacto social, político o ideológico y afectar al curso de la
sociedad humana, transformando o perpetuando las diferentes realidades sociales. Algunas han
marcado un punto de inflexión creando un antes y un después desde el momento que se han cantado o
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tocado por primera vez, convirtiéndose en la banda sonora de la época, describiendo el mundo a tiempo
de pasado, presente y futuro y llamando la atención sobre algún tema relacionado con la paz (cómo por
ejemplo Imagine de John Lennon, o Biko de Peter Gabriel, o They dance alone, de Sting...). Las
canciones también pueden atraer a algunas personas a implicarse en ciertas causas, ya que son
portadoras de mensajes emocionales.
Aparte de la implicación personal de los artistas, o de la celebración de estos conciertos, actualmente
en el mundo se están llevando a cabo muchas iniciativas musicales en contextos de conflicto armado,
de rehabilitación posbélica o de paz imperfecta, que utilizan la música para llevar a cabo actividades
dirigidas hacia la busca de la paz y la resolución de conflictos.
Encontramos organizaciones que se centran en el potencial de la música como instrumento de
formación y de educación por y para la paz, permitiendo trabajar habilidades como favorecer a la
comunicación, crear sentimiento de grupo, trabajar la cooperación, y a partir de la música, transformar la
realidad social, alejando a los jóvenes de la violencia. Es el caso del Sistema Nacional de Orquestas
Juveniles e infantiles de Venezuela, fundado por José Antonio Abreu, o el proyecto musical de Carlinhos
Brown llamado La Timbalada.
También encontramos organizaciones que utilizan la música para potenciar la comunicación a varios
niveles (musical, humano, cultural...) entre las personas, algunas de ellas enfrentadas por conflictos que
han llevado a la pérdida de comunicación, o incluso a la negación de ésta. La música intenta romper
barreras construidas, configurándose como un elemento de conciliación entre culturas que parecen
irreconciliables, como por ejemplo la orquesta-taller West Eastern Divan creada por Edward Said y
Daniel Barenboim.
También hay músicos actualmente que a título personal se implican o se han implicado en la
construcción de la paz con la música, respondiendo con la creatividad musical para transformar las
situaciones de extrema violencia que están viviendo. Como es el caso de Vedran Smailovic, César
López, o Emmanuel Jal y Abdel Gadir Salim.
Y también existen muchas iniciativas dónde la música es utilizada con finalidades terapéuticas en
países que viven en situación de conflicto armado o de rehabilitación posbélica, como ocurrió en
Bosnia-Herzegovina, o proyectos que se llevan a cabo en la franja de Gaza; o en Sierra Leona; así
como también en centros de tratamiento para las víctimas de la tortura.
Ya para finalizar quiero decir que es evidente que la música por sí sola no nos traerá la paz al mundo,
pero considerando el panorama actual a nivel mundial, y a sabiendas de que los conflictos acontecen
más y más numerosos y violentos en nuestros días, es importante que exploremos y apliquemos las
oportunidades y potencialidades del poder de la música para una transformación de conflictos pacífica y
efectiva, apoyándola y promoviéndola, ya que se configura como referente indispensable para intentar
transformar y reinventar el mundo en el que vivimos, y en el que queremos vivir.
Bibliografía:
Enciclopedia de Paz y Conflictos (2004). Granada: Universidad de Granada, Instituto de la paz y los
conflictos. Colección Eirene.
Sanfeliu, Alba. Música i pau. Recerca d’investigació, Escola de Cultura de Pau, 2003-2004.
VV.AA. (2008) Music and conflict transformation. Harmonies and dissonances in geopolitics. Edited by
Olivier Urbain. London, I. B. Tauris & Co Ltd.
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