revista - Hemeroteca Digital

Anuncio
Año I,
MADRID 19 DE MAYO DE 1867.
N ú m . 20.
REVISTA
MCETA HDSICAl
SEIANARIO DE CRITICA. LITERATIIRA. HISTORIA. BIOGRAFÍA Y BIBLIOGRAFÍA DE LA MUSICA.
PRECIOS DE SUSCRICION.
( Un mes
EN ESPAÑA, . .{Tresmeses
(Un año. . . . '
EN AMERICA YI Un trimestre
ESTRANJERO. . j Un año
PUNTOS DE SUSCRICION.
8 reales.
21
80 >
2 pfs.
7
SE PUBLICA
TODOS LOS DOMINGOS.
DIRECTOR: D.
MADRID.—REDACCIÓN y ADVIKISTUACIOII, calle Ancha
de San Bernardo, niim. 9
PROVINCIAS.—En casa de nueslros corresponsales y
principales librerías.
JOSÉ PARADA Y BARRETO,
el mayor ó menor número de instrumentos que en ella
se emplean. Pero creemos que basta considerarla diviDE IOS DIFERENTES GÉNEROS DE COMPOSICIÓN, por José Parada y Bórrelo.—ESTADO
dida en música teatral y en música de salón ó de concierACTUAi DEL REAL CONSERVATORIO DE MADRID' por J. V. il.—Los MÁRTIRES DE LA
to, para poder apreciar y examinar sus diferentes espeMÚSICA, por T. Taceo, traducción de Osear Camps y Soler.—DICCIONARIO TÉCcies y sus distintas maneras de ser.
NICO, HISTÓRICO Y RIOGRAFICO DE LA MÚSICA.—REVISTA DE PROVINCIAS.—NoTlCIAS
Las composiciones musicales que pertenecen á la múDEL ESTRANJERO.—GACETILLAS.—ANUNCIOS.
sica del género teatral, son la sinfonía, la overtura, la
cantata, la oda sinfónica, la ópera y la zarzuela. Al geDE LOS DIFERENTES GÉNEROS DE COMPOSICIÓN.
nero de salón ó de concierto, pertenecen el cuarteto instrumental, el quinteto, el concierto propiamente dicho,
I.
las romanzas, las canciones, las fantasías, variaciones, y
La música profana, considerada bajo el punto de vis- otras mil pequeñas piezas vocales é instrumentales, cuta científico, queda de cierto modo inferior á la religio- yos nombres varían al infinito, según lo que espresan ó
lo que significan las palabras de que van acompañadas,
sa, toda vez que esta, además de exigir genio y talento,
requiere también ciencia profunda y vastos conocimien- cuando son vocales.
La sinfonía es una composición vasta, en la que el
tos del arte. A aquella bástale á veces un genio desenfrenado, que con escasa instrucción se lance lleno de compositor puede lucir toda su habilidad, haciendo reosadía y sin mas norte que su inspiración á crear el atrac- saltar con el mayor primor todas las bellezas de que son
tivo, la belleza y la seducción irresistible de los cantos susceptibles los instrumentos, presentando un cuadro esnuevos é inspirados, que arrastran tras sí, no solo á los tenso y variado, que nos deje enteramente complacidos,
no inteligentes, sino también á los mas competentes en no solo por los bellos matices de su instrumentación,
la materia y á los conocedores de la belleza intrínseca y cuanto por la espresion, la variedad y la grandeza de
del verdadero mérito de la música. Pero esto, que pue- toda la obra. La sinfonía se divide en varios trozos ó
de tener lugar tratándose de las pasiones humanas y de piezas de dimensiones diferentes; generalmente comienlos sentimientos mundanos, por los que tanto nos inte- za por una corta introducción, de movimiento lento, que
resamos y dejamos seducir, no puede suceder tratándo- contrasta con la vivacidad, el brillo y la rapidez del allese de la música religiosa, que siendo la mas alta espre- gro, á que sirve de preparación. Sigue después un ansion de lo que debemos al Supremo Hacedor, requiere dante ó un cantabile, ó bien un adagio seguido de otro
por lo grandioso y solemne que es su cometido, hallarse allegro en forma de minueto, y por último, un rondó vivo
dotado de un cierto carácter serio y majestuoso, que no y brillante, ó un final lleno de fuego y energía, termipuede obtenerse sino por medio de las bien calculadas nan esta obra, una de las mas importantes sin duda que
combinaciones del arte, fundadas en el conocimiento es- abraza el arte de componer.
tenso de los principios verdaderos de la ciencia musical.
En el siglo XYIIÍ fué cuando comenzó á formarse la
sinfonía
en Italia con los llamados concerti grossi, comSin embargo de esto, la música profana admite tampuestos
por
Corelli, Vivaldi y otros compositores é insbién el empleo de todo aquello que pertenece á la parte
trumentistas
distinguidos de aquella época; pero estos
científica de la música; pero aunque es asequible á esta
complicación, nunca pueden emplearse en ella cierta cla- primeros ensayos aun distaban mucho de llegar á ser lo
se de procedimientos con aquella estension y con aque- que un poco mas tarde fueron las obras de Haydn, Mozart y Beethoven, cuyos genios elevaron la sinfonía á la
lla amplitud que en la música religiosa.
altura de las grandes concepciones musicales, creando
Muchas subdivisiones pudieran hacerse de la música
profana, según los diferentes usos á que se destina, los en este género obras sublimes, que han servido y servirán siempre de modelos.
lugares donde se ejecuta, la disposición de sus piezas y
SUIMARIO.
REVISTA
El género sinfónico es, sin duda, la base y fundamento de toda la música profana, porque aunque no entra en este género la voz humana, elemento importantísimo que pudiera muy bien figurar en la sinfonía, y que
verdaderamente figura en las llamadas odas-sinfonías,
como son en el Desierto de Felicien David y en el Cristóbal Colon del mismo autor, se puede, no obstante, reasumir en estas composiciones y tratar al hablar de ellas
de la disposición general que deben tener las demás piezas teatrales, sean estas del género de la ópera, de la
zarzuela, de la overtura, etc., pues la sinfonía, siendo en
realidad un poema musical en el que los instrumentos
pueden ser considerados como personajes, que dialogando entre sí, forman, ya dúos, ya tercetos, ya coros numerosos, que responden al diálogo ó conversación que los
instrumentos parecen mantener entre unos y otros, presenta por esto mismo un cuadro lleno de accidentes variados, cuya confección tiene, si se quiere, el mismo
fundamento que el que debe tener una escena ó grande
aria de ópera, en la que los personajes principales, alternando de diversos modos, tanto entre sí como con los
secundarios y con los coros, se unen en un momento
dado á estos y á aquellos, y prorumpen en masa, del mismo modo que en la sinfonía se unen también los instrumentos todos en un tutti final, para formar la conclusión
ó el fin de un período ó parte de la composición.
Es curiosa la siguiente subdivisión que un autor antiguo, el P. Kirker, hizo de los géneros de la música,
reduciéndolos á nueve estilos ó géneros principales, á
los cuales dio los nombres de eclesiástico, canónico, motético, fantástico, madrigalesco, melismático, chorayco,
sinfoniaco y dramático ó recitativo. Los tres primeros los
consideró dignos de la Iglesia, el cuarto no tanto, y los
demás los creyó á propósito st5lo para escitar los goces
frivolos y mundanos. Pero esta nomenclatura antigua y
pintoresca á la vez, así como cualquiera otra que pudiera inventarse con el objeto de clasificar los diversos géneros ó estilos de la música, serian siempre insuficientes
ó poco útiles para llegar al conocimiento exacto de lo
que es una composición musical. Por esto nos parece,
que concretándonos únicamente á un solo género, como
es el sinfónico, en el cual parecen estar basadas todas
las composiciones teatrales, se pueden dar ciertas reglas
generales ó hacer varias observaciones útiles, que nos
hagan comprender del modo mas fácil y sencillo, no solo
la esencia y naturaleza de las composiciones, ya sean estas del género vocal ó instrumental, sino también los
procedimientos mas convenientes que deben emplearse
para que estas tengan toda la mayor belleza y atractivo
posible.
La sinfonía requiere una mano muy ejercitada en la
instrumentación, gran conocimiento de la armonía y mucha delicadeza y tino para saber colocar y manejar con
acierto el claro-oscuro de la música, que consiste en el
uso alternado de lo débil con lo fuerte, de lo grave con
lo agudo y de lo rápido ó ligero con lo pausado ó lento.
Como que en esto de la composición musical puede
muy bien aplicarse aquello de que cada maestrito tiene
su librito, no es posible, por esta razón, dar reglas fijas
acerca de la manera cómo se ha de componer una sinfonía ú otra obra cualquiera de proporciones análogas.
Algunos tratadistas, y en particular Catel, han dado reglas generales sobre la manera de disponer una composición, sobre el giro ó marcha de las modulaciones y
sobre la forma mas propia y conveniente al desarrollo de
las ideas melódicas; pero lo abstracto de los conceptos
musicales, digámoslo así, y lo poco comprensibles que
son cuando se consideran como un lenguaje, que aun-
que en realidad lo es el de la música, no por esto deja
de ser un lenguaje poco inteligible, hace que las reglas
que pudieran darse acerca de este punto serian siempre
de una vaguedad marcada y de una aplicación difícil.
Aunque el discurso musical, considerado en toda su
estension y abrazando todo el desarrollo de una composición tal que una sinfonía, puede muy bien ser analizado de modo que en él se hagan resaltar aquellas partes ó
períodos que parecen como formar el exordio, la esposicion, la proposición ó la confirmación de este mismo
discurso, no seria esto otra cosa en verdad, sino demostrar las semejanzas ó puntos de contacto que existen
entre el lenguaje musical y el lenguaje hablado; pero
nunca nos conducirían tales observaciones á formar un
cuerpo de doctrina sólido, del cual se dedujesen reglas
seguras é infalibles.
No obstante esto, algo puede decirse y no poco sobre las composiciones de cierta estension del género de
la sinfonía ó de la overtura, en las que á escepcion de
las voces, figuran todos los elementos y todos los medios de conmover que el arte posee. Lo primero, para
formar una composición de esta clase, así como cualquiera otra en la que la orquesta desempeñe un papel
importante, es trazar el diseño ó sea dibujar ó trazar
aquellas líneas del cuadro que después han de servir
para ser revestidas con el colorido de la instrumentación,
con el sombreado de los acompañamientos y con el ropaje de la armonía. Este diseño lo forma la melodía ó
canto dominante de la pieza, el cual ha de desarrollarse
y variarse de diversos modos, ya trasladándolo de unos
instrumentos á otros, ya interrumpiéndolo por medio de
los rasgos del bajo, cuyos rasgos forman también parte
de este mismo diseño, ya cambiando la tonalidad, ya
por medio del diálogo ó respuestas y contestaciones de
unos instrumentos y otros. Una vez escrito en la partitura este canto, entrecortado de esta manera, sin acompañamiento de ninguna clase y figurando únicamente sus
frases ó los miembros de ellas, bien en unos instrumentos, bien en otros, bien en el bajo, ya sea este de cuerda, de metal ó de madera, bien en la voz humana si la
hay, se procederá á formar el acompañamiento escribiéndolo primeramente en el cuarteto de cuerda, que es
la base y fundamento de toda la orquesta, así como el
que representa la marcha, el giro y el ritmo general del
acompañamiento.
En toda composición instrumental ó vocal, ó de una
y otra clase al mismo tiempo, no debe haber mas que
dos ritmos diferentes, el del canto ó melodía y el de
acompañamiento; pudiendo todo lo mas haber tres cuando de este último se entresaquen ciertas notas, que unidas ó ligadas con otras notas de paso, formen una especie de canto bien ritmado y cadencioso, que es á lo
que se llama bordado, y cuyo destino es dar mayor realce y variedad y enriquecer aún mas la composición.
Este procedimiento se emplea generalmente en los recitados, ó bien para acompañar la voz en la pequeñas arias
ó cavatinas de un movimiento algo ligero; pero en las
grandes arias de movimiento lento seria impropio, porque en estas es preciso dejar á la voz humana sola que
lo esprese todo, sin que sea ofuscada ni interrumpida de
modo alguno por ningún otro canto de la orquesta. El
bordado se emplea también en las composiciones instrumentales; mas en estas, aunque puede producir buen
efecto, su uso espone á veces á involucrar el giro de la
composición, ó á desfigurar la verdadera fisonomía del
canto principal. Los violines son los que forman comunmente el bordado cuando canta la voz humana ; pero en
las composiciones instrumentales, siendo estos los que re- . /
Y GACETA MUSICAL.
presentan á aquella, seria difícil y hasta de mal gusto
darles un canto, mientras las flautas ú oboes hacian al
mismo tiempo otro canto diferente. Por esta razón, estos
instrumentos, así como todos los demás instrumentos
agudos de la orquesta, deben cantar siempre un mismo
canto al unísono, menos en aquellos casos en que haga
solo uno de ellos, debiendo entonces los demás someterse al ritmo general del acompañamiento, según el
timbre, especie ó clase á que pertenezca cada uno.
Una vez formada la armadura ó el esqueleto de la
composición, digámoslo así, por medio del trazado del
diseño, se deberán marcar y tener presente aquellos lugares ó frases en las que han de hacerse oir los fuertísimos ó tuttis de la orquesta, armonizando siempre el cuarteto de cuerda, antes de proceder á instrumentar el
viento, ya sea este de madera ó de metal. Por regla general, se debe procurar siempre ser sumamente sobrio en
el uso de esta última clase de instrumentos, pues su uso
continuado y frecuente quita á la orquesta su verdadera
fisonomía, dándole al mismo tiempo el aspecto trivial
y chabacano de una murga ruidosa. Si se quiere producir efecto con los instrumentos, es preciso hacerlos
callar á largos intervalos, para que sus entradas bien
colocadas produzcan el agrado consiguiente, enriqueciendo la composición y dando nueva vida á la orquesta.
Hay que tener muy en cuenta, para calcular el efecto, no solo la calidad y timbre de cada instrumento, sino
además su número, pues una nota sola tenida por los
violines, que son muchos, será un efecto rico ó un rasgo
de amplitud y sonoridad, mientras esta misma nota, tenida solamente por las flautas, que son pocas, será en la
mayor parte de los casos un efecto pobre, ó un rasgo de
escasa ó ninguna significación. Es preciso también conocer bien la tesitura de los instrumentos, sus recursos,
sus dificultades é imperfecciones, los pasajes á que mas
se prestan, si estos son de velocidad ó de calma, de fuerza ó debilidad, de violencia ó energía; saber el modo
de escribir la música á aquellos que tocan trasportando, conocer las notas buenas ó malas de algunos, los sonidos abiertos ó tapados de las trompas, las notas al aire
de los instrumentos de cuerda, las notas dobles que pueden ó no darse en uno solo de estos instrumentos, y por
último, es preciso conocer á fondo la instrumentación, y
hallarse bien instruido en todo lo que pertenece á este
ramo, tan estenso como útil é importante.
[Se continuará.)
JOSÉ PARADA Y BARRETO.
Una de las zarzuelas que mas popularidad han alcanzado en
España, y que pudo haber servido de punto de partida para mayores progresos del arte nacional, se ha puesto últimamente en
escena en el teatro del Circo, habiendo alcanzado el brillante
éxito que ha obtenido siempre.—Esta zarzuela, que es la titulada
Jugar con fuego, ha sido fielmente interpretada por la Sra. Uzai
y los Sres. Soler y Fernandez, artistas de reconocido mérito en
el género zarzuelesco.—Lastima es que no se escriban ya zarzui'las como Jugar con fuego, y que haya desaparecido el entusiasmo de aquella época propicia en que se estrenó dicha obra»
y que no supieron aprovechar ciertamente los autores de esta y
de otras producciones, que pudieron haber tenido gran influencia en el porvenir de la música española.
Parece que el Sr. Gaztambide ha marchado á Italia, con el
objeto de contratar una buena compañía de opera para el teatro
Rossini de los Campos Elíseos.
Los tan aplaudidos conciertos del Sr. Barbieri comenzarán de
nuevo en los Campos Elíseos á mediados del próximo mes de
Junio.
En el teatro Principal de Barcelona no ha tenido buen éxito
la Favorita, de Douizelti, desempeñada por la Marchisio (Bárbara)
y los Sres. Corsi, Rota y Ordiuas. En cambio, el Otello, desempeñado por las hermanas Marchisio y los Sres. Villani, Corsi y
Ordinas, ha proporcionado gran cosecha de aplausos á estos
distinguidos artistas.
El Regio Coliseo ha terminado la temporada de 1866 á 1867,
con la obra maestra de Mozart. Don Gíomnnt.—Han concluido,
pues, las magnificas representaciones de la primera escena lírica
de España, sin que de ello la música española haya sacado verdaderamente ningún fruto ni provecho. Cantantes estranjeros,
repertorio estranjero y los compositores españoles relegados al
olvido.—No creemos sea este el buen camino para que la música
prospere en nuestro suelo.—El martes ha debido darse en dicho
Coliseo una función eslraordinaria á beneficio del cuerpo de
coros y de los profesores de la orquesta, únicos artistas que
sacan algún producto de ese regio edificio erigido al arte de la
música en España, para que los estranjeros se lleven los diezmos
y primicias, y nos quedemos nosotros aquí con las sobras ó
desperdicios...
En el teatro imperial de la grande Opera en París se preparan algunas obras del antiguo repertorio, entre ellas las del
inmortal Gluck, óperas de gran efecto y aparato y de mucho tiempo no vistas ni oídas.
Los métodos de enseñanza musical presentados por varios
editores en la Esposicion universal de Paris, han quedado fuera
de concurso, no creyéndose ningún jurado autorizado á examinarlos, por no estar comprendidos en el reglamento.—Estrañamos que en una Esposicion, en la que se ha procurado reunir
todos los elementos y todas las manifestaciones del saber, no se
haya dado cabida á esta clase de obras, mucho mas cuando la
música ha figurado en esta Esposicion como en ninguna otra de
las habidas hasta ahora.
Rossini ha recibido un presente del emperador del Brasil,
que consiste en una preciosa caja de maderas preciosas, conteniendo una cierta cantidad de excelente café. El emperador don
Pedro ha enviado al mismo tiempo al ilustre maestro una espresiva carta, en la que le invita á saborear las delicias del excelentísimo café que le ofrece, y que es el mismo que cotidianamente liban sus imperiales labios.
Las hermanas Marchisio han sido contratadas para el teatro
de Palma de Mallorca, á cuyo punto se trasladarán terminada
que sea la temporada del teatro Principal de Barcelona.
En la función dada el viernes por la noche en el Teatro Real,
la señorita Trillo, tan conocida ya del público madrileño por
sus bellas dotes y cualidades artísticas, cantó el tercer acto del
Otello en compañía de Tamberiik y la Didier, habiendo recibido
del público señaladas muestras de aprobación y aprecio. Este
triunfo alcanzado por esta joven artista, que debe sus conocimientos musicales y escénicos al Real Conservatorio de música
y declamación, en donde obtuvo el primer premio de canto hace ya algún tiempo, honra sobre manera al profesorado de este
establecimiento, asi como á la señorita Trillo, que bajo tan
buenos auspicios so presenta en una de jas primeras escenas líricas de Europa. Y es de notar, que mas de un alumno de los
laureados por el Conservatorio de Madrid figuran y han figurado
ya en teatros de no escasa importancia, como son la señorita
Llancs, que ha cantado ya en el teatro Italiano de Paris, la señorita Velasco, en el de Córdoba, y el baritono Sr. Barcena, que recorre actualmente algunos de los principales teatros de Italia,
Los esposos Spezia-Aldighieri, parece han sido contratados
por el Sr. Velasco para la próxima temporada del Teatro Real.
•»
REVISTA
ESTADO ACTUAL DEL REAL CONSERVATORIO
DE MADRID.
misión que nos hemos impuesto de ocuparnos de todo aquello
que sea de verdadero interés para la música española.
J. V. R.
Después del incendio ocurrido en el Real Conservatorio de
música y declamación, nada que sepamos se ha hecho para subsanar de algún modo el contratiempo sufrido por un establecimiento, único en su clase en España, y que aunque no fuese mas
que por esta circunstancia, debería ser mirado con toda la solicitud y esmero que exigen aquellos establecimientos, que á más
de ser útiles y necesarios, honran y dan brillo á la nación.
Pero el Conservatorio permanece cerrado, la única escuela|de
de música que teníamos en España puede decirse que no existe
hoy, y la enseñanza musical se halla interrumpida hasta no sa
bemos cuándo.
Aparte de la significación que esto tiene, por lo que hace al
interés que inspira este arte noble en nuestro país, trae consigo
además los perjuicios y los inconvenientes que una paralización
de esta clase puede acarrear, tanto á ios alumnos como á los
profesores.
Sabemos que el incendio no alcanzó mas que á ciertas dependencias, y que las clases quedaron á salvo, pudiendo muy
bien haber continuado á poco de la ocurrencia; pues si bien las
pérdidas y los daños causados han sido de consideración, el mal
no ha sido de tanta trascendencia como para adoptar una medida cuyas consecuencias no es posible calcular.
El porvenir del arte en España se halla íntimamente ligado con los progresos, con los adelantos y con las peripecias ó
cambios que este establecimiento pueda esperimentar en esa
penosa existencia que ha llevado y aun lleva en nuestro país; y
si al estado poco satisfactorio del arte músico-español se agrega
hoy la disposición adoptada por el gobierno, fuerza es confesar
que la música española atraviesa una época de las mas tristes y
precarias, y por demás desconsoladora para los verdaderos amantes de la prosperidad de este arte.
Desde luego se comprende que para tomar ciertas disposiciones del momento, para zanjar ciertas dificultades y obstáculos
que siempre surgen de siniestros de esta clase, una suspensión
de clases hubiese sido hasta cierto punto indispensable; pero
una vez allanados los obstáculos y visto claramente que el daño
no era suficiente á impedir la continuación de los estudios, debióse haber dado una pequeña tregua, reanudando inmediatamente
las tareas escolásticas, con el objeto de no introducir desaliento
entre los alumnos ni entre los profesores.
Estando próxima la época de los exámenes, y cuando más
necesaria es la asidua asistencia á las clases, entonces se ha dado
una orden que suspende los estudios, y que quita por lo tanto
los medios de poder recoger ó madurar á su debido tiempo los
frutos obtenidos por la constancia y el desvelo de los profesores.
Tamaña determinación, prolongada ya de un modo excesivo, no
puede por menos que llamar la atención de la prensa musical y
de las personas que se interesan por el bien del arte, que ven
en dicha determinación un impedimento puesto á la primera
escuela de música de nuestro país, y un golpe mortal dado al
único centro de donde podría dimanar mañana todo el brillo y
el lustre de nuestro arte nacional.
Cuales sean las miras que el gobierno se lleve al prolongar
este estado de cosas, no es posible saberlas ni penetrarlas, sino
en la suposición de que vayan encaminadas á un cambio de
local, ó bien á una nueva organización del establecimiento. De
todos modos, esto no podría oponerse ni ser un obstáculo para
la continuación de las clases, pues si el gobierno medita una
reorganización del Conservatorio, llévelaá caboenbuen hora, que
falta le hace y no poca á una escuela que adolece de defectos
por todos reconocidos; pero mientras tanto, no ponga trabas ni
impedimentos á los estudios musicales, que no son menos ni
desmerecen en nada de las otras carreras cuya enseñanza costea
el Estado, y que son dignos por más de un concepto de fijar toda su atención.
No queremos decir con esto qiie el gobierno no se halle animado de los mejores deseos por el progreso de la música en
España; pero otras atenciones tal vez le impidan ocuparse como
debiera de este asunto, sobre el cual nos permitimos hacer estas
observaciones en bien y provecho del arte, y cumpliendo con la
L O S M Á R T I F I E S I > E L A IVfÚSIOA (l),
POR
JC. TC A . C: JE o
,
traducción de
ÓSCAR CAMPS Y SOLER.
IX.
Anfossi.—Mozart.
Ni fué bastante, para que callasen los que en todas las épocas
se declaran enemigos de la verdadera belleza, que maniáticos
acusadores de plagios se presidan siempre de un solo hombre ó
de una sola obra, que Pascual Anfossi, con una claridad y un orden admirables, con una pureza de espresion, con un tesoro de
inspiraciones vírgenes y majestuosas, embelleciese la acción del
drama que él trataba y que hermanase admirablemente la flexibilidad de las formas con la grandeza de las ideas.
Se le antepusieron escritorzuelos de poca monta y rancios
teorislas, conservadores acérrimos de los laberintos del contrapunto.
No se quiso aplaudirá este hombre, que con tan acertado criterio convirtió á la mílodía en un elocuente lenguaje que estuviese al alcance de todos, que se limitó á la armonía simple para
la espresion de las ideas serenas y tranquilas, y que supo usar
con mano maestra de los altos recursos de la ciencia para describir los arranques de violentas pasiones. Su Olimpiada está
sembrada de grandiosos conceptos: en ella, el sonido no es el
verdugo del sentimiento, y el amor, la tristeza y la inquietud de
un alma angustiada son interpretadas con notas tiernas, que
conmueven y deleitan á un tiempo. En cambio, se la halló pobre
de ciencia, de artificios'armónicos.
¡Bella obra seria, sin duda, la que contentase á los eruditos,
la que matase al maestro por su ímprobo trabajo, y tuviese el
triste privilegio de narcotizar al auditorio!
Anfossi era un verdadero genio (2).
Cansado de sufrir á sus injustos adversarios, abandonó la Italia, y en i783 obtuvo la plaza de director del teatro Italiano le
Londres, y allí recogió merecidamente aquel fruto que su talento le proporcionó y que cruelmente le disputaron sus connacionales.
Hablemos ahora de aquel prodigio de ciencia musical que á
los seis años de edad asombró al mundo como ejecutante y compositor (3), esto es, de Volfango Amadeo Mozart, que indisputablemente fué el mas grande de todos los compositores del
siglo XVIII.
Este compositor, tan criticado en su.siglo como elogiado eu
el nuestro, compuso de solo catorce años su Milridate, que fué
repetido veinte veces en el teatro de Milán. Este sublime inge.
nio, aplaudido por Ilasse y por Bach, mimado por Metastasio, idolatrado de José II, venerado por el P. Martiní, que vaticinó su
gloria, este sublime ingenio, decimos, que desde el romance á
la tragedia, desde la égogla á la epopeya, desde el wals á la sinfonía, descolló gigante en todos los géneros y sobre todas las
épocas, tuvo también que luchar contra la envidia, y tuvo que
sufrir las injusticias de un público desfavorablemente prevenido
contra él.
Hubo un tiempo en que Mozart corrió todo París en busca
de un protector, y no lo halló.
Mozart tuvo que solicitar audiencias, que muchas veces le fueron negadas después de largas horas de antesala; tuvo que
arrastrarse por los suelos pidiendo la gracia de que SQ ejecutasen algunas de sus obras, y no alcanzándola, se vio obligado á
refugiarse en Alemania.
Es muy curioso lo que él mismo decía del público que hace 80
años juzgaba sus obras. Hé aquí lo que Mozart escribía en 1788:
\1) Véanse los números C, 7, (j, 12, 15, 16, 18 y 19 de nuestro periódico,
(2) Pirón, Metroman.
(3) Barrington Dulnes: Account of very remarkable young musicien.
Y GACETA MUSICAL.
(París 1.° de Mayo): «Mi sinfonía no ha sido aplaudida; creo que
»ia causa principal de esto sea el tener aquí, como en todas par• tes, muchos enemigos. Si en Paris hubiera quien tuviese oidos
• para oir, corazón para sentir, ó entendiese algo de música, de
• cierto modo me consolarla de la pública desaprobación; pero
"desgraciadamente me hallo entre cafres por lo que .loca á la
• música, etc., etc.Abandonó á París muy descontento, y se colocó al servicio
del arzobispo de Salzsburgo, ala sazón residente en Viena, yall
también le esperaban nuevos sinsabores.
Injuriado y maltratado, tuvo que separarse de aquel prelado.
Los motivos que le indujeron á esto se espresan en un fragmento de otra carta, fechada en Viena en 1?. de Mayo de 1791.
La letra de los cantos, pudiendo tener su influencia en esto
último que acabamos de decir, convendría que encerrase en sí
ciertas máximas alusivas al objeto de estas sociedades; máximas morales relativas al amor al prójimo y al respeto á las
leyes, y máximas encaminadas á inculcar en los ánimos los gérmenes de la religión. Deberían, pues, eliminarse de estas sociedades los cantos belicosos o nacionales, y todo aquello que
pudiese contribuir de algún modo á escitar los ánimos ó exaltar
las pasiones.
De este modo se conseguiría el objeto principal, que no debe
ser otro sino conducir á las masas por ¡el camino del bien, inculcándoles por medio del canto los principios fundamentales
del bienestar social.
Dice asi:
No dudamos que en España haya sociedades que reúnan es«Hé hecho mi dimisión aconsejado por monseñor el arzobistas circunstancias, |y que con el tiempo lleguen á alcanzar el
•po, que en la última audiencia que me concedió me dijo: Busca grado de perfección á que han llegado en otras naciones, de• olro apoyo, sino quieres servirme como yo pretendo. Es muy na- biendo hacer especial mención, entreoirás, del Orfeón leridano,
•tural que, fastidiado y disgustado por las bellas distinciones que
de cuya sociedad leñemos las mejores noticias, tanto acerca de
• me dispensa, llamándome pillastre, graniza, libertino y holga- su organización, como acerca de los adelantos musicales oblerían, renuncie á mi destino y me decida á perder un Mecenas,
nidos en un corto número de años.
• que en tan poca estima me tiene e^tc, etc. (1).
Hace muy poco ha dado esta sociedad un concierto á beneficio
de la ilustre Asociación de damas de Lérida, en el que, según
(Se continuará.)
informes que recibimos de aquella localidad, la sociedad se ha
distinguido por las inequívocas pruebas que ha dado de prosperidad y adelanto. No podía ser de olro modo, hallándose bajo la
REVISTA DE PROVINCIAS.
dirección de un artista de cualidades tan distinguidas como el
señor don Francisco Vidal, á quien felicitamos sinceramente
por
el buen éxito de la sociedad, así como por los notables proSi las sociedades orfeónicas han contribuido tanto en Frangresos que, debidos á su celo y constancia, se notan en el Orcia y en otras naciones á popularizar el estudio de la música, difeón leridano.
fundiendo entre las masas la afición y el gusto por el canto coral, tan á propósito para morigerar las costumbres de jos pueblos
cuando la letra y la música reúnen las circunstancias indispenNOTICIAS DEL ESTRANJERO.
sables para conseguir dicho objeto, en España bien podemos
felicitarnos de que no carecemos enteramente de este medio ciParis. El teatro imperial de la Opera ha dado en la ultima
vilizador, que comienza ya, aunque paulatinamente, á desarrosemana la Africana, cantada por Mlle. Battu, Villaret, Faure,
llarse en nuestro suelo. Reconocida la utilidad de esta clase de
Belvol, Mlle. Sevielli y Caslelmary; D. Carlos, en que Mlle. Mansociedades, vamos á permitirnos h^cer algunas observaciones,
dil ha reemplazado á Mme. Gueymard, por hallarse esta última
que podrán tal vez tomarlas en cuenta aquellos que en provinindispuesta; A/cesíe et /a Source, que ha servido para el debut
cias se dedican al cultivo de este ramo ó especialidad del arte.
de Mlle. Granzow, y los Hugonotes, por Mme. Gueymard, restaLa música tiene otro objeto además del de recrear ó distraer
blecida ya, Faure, Obin y Caslelmary. Las representaciones de
la iii'.aginacion y el oido por medio de sus armoniosas consoestas óperas han sido espléndidas, y han variado hasta cierto
nancias. Este arte, cuya seducción es irresistible para las orgapunto la constante alternativa de D. Carlos y la Africana.~Ea
nizaciones delicadas, lo es igualmente para toda clase de indiel teatro de la Opera cómica se han interrumpido las represenviduos que reúnan las condiciones de bondad de carácter, afataciones de VEtoile du Nord, á causa de una indisposición del
bilidad y sentimientos francos y leales. Muchos loman la músitenor ürosti.—El teatro Italiano ha vuelto á abrir sus puertas
ca por broma ó por cosa de pura distracción ó entretenimiento,
bajo la dirección de otra empresa, poniendo en escena la Sonámy no debe ser asi por cierto, porque [aunque este arle se presta
bula, que ha sido debidamente interpretada por la Castri y la
en sus infinitos modos de manifestarse, y se^ acomoda por su
Marcus, Gardoni y Agnesí. La nueva empresa ha disminuido nonaturaleza, á todas las disposiciones en que pueda hallarse el
tablemente el precio de las localidades.—flomeo et Julielte sigue
espíritu humano, no por esto debe ser la ocupación ó el ejerciá la orden del día en el teatro Lírico. A la cuarta representación
cio del canto un motivo de chanzonetas ó burlas, como se obMlle. Aliñe Lámbele reemplazó á Mlle. Daram en la parte de Steserva á veces en aquellas reuniones de aficionados, en donde
fano, á causa de una súbita indisposición de esta última.—Las
la mayor parte de ellos no comprenden ni saben el fin ú objeto
Fantaisies-Parisiennes han dado últimamente Le Calife de Bagprincipal que debe tener el canto múltiple ó en reunión.
dad para el deftHÍ de un joven tenor, laureado del conservatorio, de quien se dice mucho bien. Las bailarínas españolas siNo quiere decir esto, que la franqueza y la jovialidad no reiguen siendo cada vez mas aplaudidas en este último teatro.
nen por todas partes, sino que muchos, al verse en una sociedad de canto, y á veces siendo no mas que simples oyentes ó
curiosos, turban con sus dichos y ocurrencias el orden y la
Li¿ndres. El gran acontecimiento de la semana ha sido la
compostura de aquellos que con buena fé y llenos de verdaentrada
de Adelina Patli en el teatro de Covenl-Garden. La pardera vocación se entregan á tan útil como provechoso ejercicio.
le de Rosina en el Barbero le ha valido uno de aquellos grandes
Esto, que parece una cosa insignificante, ha dado lugar en algutriunfos á que la joven diva está ya acostumbrada; bravos llenos
nas ocasiones á desacuerdos é inconveniencias, que han entorde
entusiasmo, flores, lluvia de aplausos, llamadas á la escena
pecido la marcha de tan benéficas sociedades.
y
todas
aquellas demostraciones á que el público la llene ya
Las discusiones acaloradas sobre cosas ajenas á la música,
acostumbrada, y que la diva indudablemente se merece, sobre
y el tratar ú ocuparse de asuntos enteramente estraños al arle,
todo cuando despliega lodos los recursos de su canto mágico y
y que están en oposición abierta con el objeto .que estas sociemaravilloso.—Cotogni en la parte de Fígaro la ha secundado addades deben proponerse, ha contribuido también en mas de un
mirablemente, contribuyendo en mucho al brillante éxito de la
caso á desnaturalizar las aspiraciones y el carácter de estas asorepresentación.
ciaciones, contribuyendo á su mayor descrédito y desprestigio.
Esto debe evitarse de todo punto, si ha de conseguirse el fin beLeipsig. Cincuenta representaciones de la Africana han tenéfico, civilizador y humanitario á que estas reuniones deben
nido lugar desde el 12 de Febrero de 1866 hasta el 5 de Mayo
aspirar.
del 67. Ninguna ópera ha alcanzado aqui igual número de representaciones en el mismo espacio de tiempo.
Vinckler. Magas. Enciehf. 7, an. 180t.
REVISTA
Hilan. La compañía Meynadier, en el teatro Re, ha puesto
en escena con gran éxito La Belle Helene y Barbe Bleu, de Offenbach, desempeñando las partes principales Mmes. Goby-Fontanelles, Lamallercé, Jaillet y MM. Menjaud y Chambery.—La Societá del qtuirtetlo ha hecho nuevas tentativas con mejor éxito
que las anteriores, habiendo conseguido por fln hacer gustar al
público algunas composiciones clásicas alemanas.
po, y nadie se apercibió de semejante cosa, á no ser el profesor
cuando vio que concluyó de tocar media hora antes que sus
compañeros!!...
Aprendiz de piano. Rossini decía un día á Marmontel, profesor de piano del conservatorio de Paris: «Se dice generalmente que mis piezas para piano no están bien digitadas, y esto no
es muy difícil, porque en verdad, yo soy un pianista de cuarto
Ferrara. La ópera Los Hugonotes, desconocida aqui, ha ob- orden. Será, pues, necesario, para ver de corregir esta falta, que
pida mi admisión en el conservatorio.
tenido un inmenso éxito, habiéndose ya dado varias represenPero hé ahí que un hermoso dia pide y obtiene licencia Rostaciones seguidas, y mostrándose cada vez el público mas entusini para ser admitido como oyente en la clase de Marmontel.
siasmado por la obra maestra de Meyerbeer.
¡Qué ejemplo y qué lección!
Auber, al acordarle licencia, hizo constar, que el nuevo alumno no estaría obligado á asistir á clase con la exactitud que sus
condiscípulos.
Poco después se verificó en casa de Rossini una brillante
¡Qné tal música seria! Después del solemne fiasco que Ri- soiré. El nuevo alumno del conservatorio correspondió debidamente á las esperanzas que había dado de sí. Tres veces se sencardo Wagner (el ponliflce de la música del porvenir) hizo en
tó al piano y tres veces fué objeto de tales entusiastas demosParis con su Tanhduser, se esperaba ansiosamente el resultado
de su última ópera, Tristano ed Isolda, puesta en ensayo en el traciones, que animaron sobremanera al pianista novel. Entre
otras cosas, ejecutó una pequeña fanfarre, esto es, una pequeteatro de la corte de Monaco.
ña obra maestra, capaz de asustar á los mas grandes pianistas
Aunque en Viena, después de sesenta ensayos, fué declarada
habidos y por haber.
esta obra inejecutable, se quiso hacer una última tentativa en
este teatro, valiéndose al efecto de cantantes escriturados ad hoc.
Pasaron quince dias desde que se verificó la prueba general, y
Por todo lo no firmado, el Editor, B . Eslava.
todavía no se pensaba en su ejecución. La noche de su estreno un
primer clarinete volvió inadvertidamente dos hojas á un tiemMADRID, 1867.—IMPRENTA DE SANTOS LÍRXÉ, FLOR BAJA, NIÍJI. 26.
GACETILLAS.
ANUNCIOS.
Reales.
OBRAS PARA PIANO
LA CELEBRE CONCERTISTA TERESA CARRENO.
Caprieho polka, ejecutada por el gran pianista Gotssclialk
30 rs.
-Reminiscencias de Norma, fantasía
56 •
Poliía de concierto
20 »
Balada de concierto
30 •
•je corbeille de .flenrs, gran wals
30 •
Afinde dar pronta salida al gran número de ejemp'ares que
de estas obras tenemos, obtendrán en ellas los señores profesores y aficionados un 50 por 100 de rebaja.
Almacén de música y fábrica de pianos de B . Eslava.
MEVAS PÜBIICACMES HECHAS POR EL EDITOR
B.
ESLAVA.
ZUBIAURRE.—Blancallor, nocturno melódico y
espresivo
(f.) 10
SKOCZDOPOLE.—El Jaleo de Jerez, capricho español
[f.J 8
El Ole, baile característico
(f.) 8
MUSEO CLÁSICO DE LOS PIANISTAS.
Reales.
HAYDN.—Sonata primera en do mayor. Precio fijo. 6
»
Sonata segunda
Precio fijo. 6
CHOPIN.—RondóIrlllantc, ópera primera. Precio fijo. 6
Grandes variaciones sobre el Don Juan de
Mozart
Precio fijo. 10
BEETHOVEN.—Sonata primera en fa menor. (Fijo). 8
MOZART.—Fantasía y Sonata primera. Precio fijo. 12
ENSEÑANZA.
DE «RMONU, CONTRAPUNTO, FUGA Y COMPOSICIÓN POR CORRESPONDENCU,
OBRAS DE PIANO.
Reales,
ARRIÓLA.—l,a «Iota Aragonesa, transcripción brillante de salón. Nueva y elegante edición, [m. d.). . . 10
ASCHER.—Dama española, capricho de salón, (f.) 14
BKYER.—Repertorio de Los jóvenes pianistas. LA SONÁMBULA, fantasía
Id. id. LA TRAVIATA,
(f.)
fantasía
CROISEZ.—Halte des Bohemien».
DUVERNOY.—l,a moda de Italia, RIGOLETTO, fantasía
HERNÁNDEZ.—BoñdeAa ilaiagueAa, tipo puro
de nuestros cantos de Andalucía. Edición elegante con
litografía
(m. d.).
FUMAGALU.—Gran Adagio flnai del Poiíwíto. preciosa pieza de concierto (mediana dificultad, casi difícil)
MATA.—La Tempestad,' poema descriptivo.. (m. d.)
MARCAiLHOU.—1.a Indiana, célebre gran wals. (f.J
LEIBACH.-l»Plmer bolero brillante.
.
Quinto nocturno
{f.)
ZABALZA.—EspaAa y sns cantares, potpurri brillante (nueva edición)
(/•.;
, ^
12
14
16
16
dirigida por
r>OIV J O S É
F»I3Vlllill. A,
PROFESOR PRIMER PREMIO DEL CONSBRTATORIO.
Esta escuela, que cuenta ya cinco años de existencia, sigue
dando los mas excelentes resultados. Su objeto principal es difundir en toda España las verdaderas doctrinas del arte. La obra
de testo es la Escuela de armonia y composición del maestro Eslava.
Los que deseen ser inscritos en esta enseñanza, pueden hacerlo en cualquiera de los almacenes de música de Sbdrid.
16
20
14
14
14
14
14
DON CARLOS,
OPERA NUEVA DE VERDI.
Se halla de venta cuanto se ha publicado hasta hoy
en Paris, en el almacén de música de B. Eslava, calle
de San Bernardo, núm. 9.
Descargar