Año I, MADRID 19 DE MAYO DE 1867. N ú m . 20. REVISTA MCETA HDSICAl SEIANARIO DE CRITICA. LITERATIIRA. HISTORIA. BIOGRAFÍA Y BIBLIOGRAFÍA DE LA MUSICA. PRECIOS DE SUSCRICION. ( Un mes EN ESPAÑA, . .{Tresmeses (Un año. . . . ' EN AMERICA YI Un trimestre ESTRANJERO. . j Un año PUNTOS DE SUSCRICION. 8 reales. 21 80 > 2 pfs. 7 SE PUBLICA TODOS LOS DOMINGOS. DIRECTOR: D. MADRID.—REDACCIÓN y ADVIKISTUACIOII, calle Ancha de San Bernardo, niim. 9 PROVINCIAS.—En casa de nueslros corresponsales y principales librerías. JOSÉ PARADA Y BARRETO, el mayor ó menor número de instrumentos que en ella se emplean. Pero creemos que basta considerarla diviDE IOS DIFERENTES GÉNEROS DE COMPOSICIÓN, por José Parada y Bórrelo.—ESTADO dida en música teatral y en música de salón ó de concierACTUAi DEL REAL CONSERVATORIO DE MADRID' por J. V. il.—Los MÁRTIRES DE LA to, para poder apreciar y examinar sus diferentes espeMÚSICA, por T. Taceo, traducción de Osear Camps y Soler.—DICCIONARIO TÉCcies y sus distintas maneras de ser. NICO, HISTÓRICO Y RIOGRAFICO DE LA MÚSICA.—REVISTA DE PROVINCIAS.—NoTlCIAS Las composiciones musicales que pertenecen á la múDEL ESTRANJERO.—GACETILLAS.—ANUNCIOS. sica del género teatral, son la sinfonía, la overtura, la cantata, la oda sinfónica, la ópera y la zarzuela. Al geDE LOS DIFERENTES GÉNEROS DE COMPOSICIÓN. nero de salón ó de concierto, pertenecen el cuarteto instrumental, el quinteto, el concierto propiamente dicho, I. las romanzas, las canciones, las fantasías, variaciones, y La música profana, considerada bajo el punto de vis- otras mil pequeñas piezas vocales é instrumentales, cuta científico, queda de cierto modo inferior á la religio- yos nombres varían al infinito, según lo que espresan ó lo que significan las palabras de que van acompañadas, sa, toda vez que esta, además de exigir genio y talento, requiere también ciencia profunda y vastos conocimien- cuando son vocales. La sinfonía es una composición vasta, en la que el tos del arte. A aquella bástale á veces un genio desenfrenado, que con escasa instrucción se lance lleno de compositor puede lucir toda su habilidad, haciendo reosadía y sin mas norte que su inspiración á crear el atrac- saltar con el mayor primor todas las bellezas de que son tivo, la belleza y la seducción irresistible de los cantos susceptibles los instrumentos, presentando un cuadro esnuevos é inspirados, que arrastran tras sí, no solo á los tenso y variado, que nos deje enteramente complacidos, no inteligentes, sino también á los mas competentes en no solo por los bellos matices de su instrumentación, la materia y á los conocedores de la belleza intrínseca y cuanto por la espresion, la variedad y la grandeza de del verdadero mérito de la música. Pero esto, que pue- toda la obra. La sinfonía se divide en varios trozos ó de tener lugar tratándose de las pasiones humanas y de piezas de dimensiones diferentes; generalmente comienlos sentimientos mundanos, por los que tanto nos inte- za por una corta introducción, de movimiento lento, que resamos y dejamos seducir, no puede suceder tratándo- contrasta con la vivacidad, el brillo y la rapidez del allese de la música religiosa, que siendo la mas alta espre- gro, á que sirve de preparación. Sigue después un ansion de lo que debemos al Supremo Hacedor, requiere dante ó un cantabile, ó bien un adagio seguido de otro por lo grandioso y solemne que es su cometido, hallarse allegro en forma de minueto, y por último, un rondó vivo dotado de un cierto carácter serio y majestuoso, que no y brillante, ó un final lleno de fuego y energía, termipuede obtenerse sino por medio de las bien calculadas nan esta obra, una de las mas importantes sin duda que combinaciones del arte, fundadas en el conocimiento es- abraza el arte de componer. tenso de los principios verdaderos de la ciencia musical. En el siglo XYIIÍ fué cuando comenzó á formarse la sinfonía en Italia con los llamados concerti grossi, comSin embargo de esto, la música profana admite tampuestos por Corelli, Vivaldi y otros compositores é insbién el empleo de todo aquello que pertenece á la parte trumentistas distinguidos de aquella época; pero estos científica de la música; pero aunque es asequible á esta complicación, nunca pueden emplearse en ella cierta cla- primeros ensayos aun distaban mucho de llegar á ser lo se de procedimientos con aquella estension y con aque- que un poco mas tarde fueron las obras de Haydn, Mozart y Beethoven, cuyos genios elevaron la sinfonía á la lla amplitud que en la música religiosa. altura de las grandes concepciones musicales, creando Muchas subdivisiones pudieran hacerse de la música profana, según los diferentes usos á que se destina, los en este género obras sublimes, que han servido y servirán siempre de modelos. lugares donde se ejecuta, la disposición de sus piezas y SUIMARIO. REVISTA El género sinfónico es, sin duda, la base y fundamento de toda la música profana, porque aunque no entra en este género la voz humana, elemento importantísimo que pudiera muy bien figurar en la sinfonía, y que verdaderamente figura en las llamadas odas-sinfonías, como son en el Desierto de Felicien David y en el Cristóbal Colon del mismo autor, se puede, no obstante, reasumir en estas composiciones y tratar al hablar de ellas de la disposición general que deben tener las demás piezas teatrales, sean estas del género de la ópera, de la zarzuela, de la overtura, etc., pues la sinfonía, siendo en realidad un poema musical en el que los instrumentos pueden ser considerados como personajes, que dialogando entre sí, forman, ya dúos, ya tercetos, ya coros numerosos, que responden al diálogo ó conversación que los instrumentos parecen mantener entre unos y otros, presenta por esto mismo un cuadro lleno de accidentes variados, cuya confección tiene, si se quiere, el mismo fundamento que el que debe tener una escena ó grande aria de ópera, en la que los personajes principales, alternando de diversos modos, tanto entre sí como con los secundarios y con los coros, se unen en un momento dado á estos y á aquellos, y prorumpen en masa, del mismo modo que en la sinfonía se unen también los instrumentos todos en un tutti final, para formar la conclusión ó el fin de un período ó parte de la composición. Es curiosa la siguiente subdivisión que un autor antiguo, el P. Kirker, hizo de los géneros de la música, reduciéndolos á nueve estilos ó géneros principales, á los cuales dio los nombres de eclesiástico, canónico, motético, fantástico, madrigalesco, melismático, chorayco, sinfoniaco y dramático ó recitativo. Los tres primeros los consideró dignos de la Iglesia, el cuarto no tanto, y los demás los creyó á propósito st5lo para escitar los goces frivolos y mundanos. Pero esta nomenclatura antigua y pintoresca á la vez, así como cualquiera otra que pudiera inventarse con el objeto de clasificar los diversos géneros ó estilos de la música, serian siempre insuficientes ó poco útiles para llegar al conocimiento exacto de lo que es una composición musical. Por esto nos parece, que concretándonos únicamente á un solo género, como es el sinfónico, en el cual parecen estar basadas todas las composiciones teatrales, se pueden dar ciertas reglas generales ó hacer varias observaciones útiles, que nos hagan comprender del modo mas fácil y sencillo, no solo la esencia y naturaleza de las composiciones, ya sean estas del género vocal ó instrumental, sino también los procedimientos mas convenientes que deben emplearse para que estas tengan toda la mayor belleza y atractivo posible. La sinfonía requiere una mano muy ejercitada en la instrumentación, gran conocimiento de la armonía y mucha delicadeza y tino para saber colocar y manejar con acierto el claro-oscuro de la música, que consiste en el uso alternado de lo débil con lo fuerte, de lo grave con lo agudo y de lo rápido ó ligero con lo pausado ó lento. Como que en esto de la composición musical puede muy bien aplicarse aquello de que cada maestrito tiene su librito, no es posible, por esta razón, dar reglas fijas acerca de la manera cómo se ha de componer una sinfonía ú otra obra cualquiera de proporciones análogas. Algunos tratadistas, y en particular Catel, han dado reglas generales sobre la manera de disponer una composición, sobre el giro ó marcha de las modulaciones y sobre la forma mas propia y conveniente al desarrollo de las ideas melódicas; pero lo abstracto de los conceptos musicales, digámoslo así, y lo poco comprensibles que son cuando se consideran como un lenguaje, que aun- que en realidad lo es el de la música, no por esto deja de ser un lenguaje poco inteligible, hace que las reglas que pudieran darse acerca de este punto serian siempre de una vaguedad marcada y de una aplicación difícil. Aunque el discurso musical, considerado en toda su estension y abrazando todo el desarrollo de una composición tal que una sinfonía, puede muy bien ser analizado de modo que en él se hagan resaltar aquellas partes ó períodos que parecen como formar el exordio, la esposicion, la proposición ó la confirmación de este mismo discurso, no seria esto otra cosa en verdad, sino demostrar las semejanzas ó puntos de contacto que existen entre el lenguaje musical y el lenguaje hablado; pero nunca nos conducirían tales observaciones á formar un cuerpo de doctrina sólido, del cual se dedujesen reglas seguras é infalibles. No obstante esto, algo puede decirse y no poco sobre las composiciones de cierta estension del género de la sinfonía ó de la overtura, en las que á escepcion de las voces, figuran todos los elementos y todos los medios de conmover que el arte posee. Lo primero, para formar una composición de esta clase, así como cualquiera otra en la que la orquesta desempeñe un papel importante, es trazar el diseño ó sea dibujar ó trazar aquellas líneas del cuadro que después han de servir para ser revestidas con el colorido de la instrumentación, con el sombreado de los acompañamientos y con el ropaje de la armonía. Este diseño lo forma la melodía ó canto dominante de la pieza, el cual ha de desarrollarse y variarse de diversos modos, ya trasladándolo de unos instrumentos á otros, ya interrumpiéndolo por medio de los rasgos del bajo, cuyos rasgos forman también parte de este mismo diseño, ya cambiando la tonalidad, ya por medio del diálogo ó respuestas y contestaciones de unos instrumentos y otros. Una vez escrito en la partitura este canto, entrecortado de esta manera, sin acompañamiento de ninguna clase y figurando únicamente sus frases ó los miembros de ellas, bien en unos instrumentos, bien en otros, bien en el bajo, ya sea este de cuerda, de metal ó de madera, bien en la voz humana si la hay, se procederá á formar el acompañamiento escribiéndolo primeramente en el cuarteto de cuerda, que es la base y fundamento de toda la orquesta, así como el que representa la marcha, el giro y el ritmo general del acompañamiento. En toda composición instrumental ó vocal, ó de una y otra clase al mismo tiempo, no debe haber mas que dos ritmos diferentes, el del canto ó melodía y el de acompañamiento; pudiendo todo lo mas haber tres cuando de este último se entresaquen ciertas notas, que unidas ó ligadas con otras notas de paso, formen una especie de canto bien ritmado y cadencioso, que es á lo que se llama bordado, y cuyo destino es dar mayor realce y variedad y enriquecer aún mas la composición. Este procedimiento se emplea generalmente en los recitados, ó bien para acompañar la voz en la pequeñas arias ó cavatinas de un movimiento algo ligero; pero en las grandes arias de movimiento lento seria impropio, porque en estas es preciso dejar á la voz humana sola que lo esprese todo, sin que sea ofuscada ni interrumpida de modo alguno por ningún otro canto de la orquesta. El bordado se emplea también en las composiciones instrumentales; mas en estas, aunque puede producir buen efecto, su uso espone á veces á involucrar el giro de la composición, ó á desfigurar la verdadera fisonomía del canto principal. Los violines son los que forman comunmente el bordado cuando canta la voz humana ; pero en las composiciones instrumentales, siendo estos los que re- . / Y GACETA MUSICAL. presentan á aquella, seria difícil y hasta de mal gusto darles un canto, mientras las flautas ú oboes hacian al mismo tiempo otro canto diferente. Por esta razón, estos instrumentos, así como todos los demás instrumentos agudos de la orquesta, deben cantar siempre un mismo canto al unísono, menos en aquellos casos en que haga solo uno de ellos, debiendo entonces los demás someterse al ritmo general del acompañamiento, según el timbre, especie ó clase á que pertenezca cada uno. Una vez formada la armadura ó el esqueleto de la composición, digámoslo así, por medio del trazado del diseño, se deberán marcar y tener presente aquellos lugares ó frases en las que han de hacerse oir los fuertísimos ó tuttis de la orquesta, armonizando siempre el cuarteto de cuerda, antes de proceder á instrumentar el viento, ya sea este de madera ó de metal. Por regla general, se debe procurar siempre ser sumamente sobrio en el uso de esta última clase de instrumentos, pues su uso continuado y frecuente quita á la orquesta su verdadera fisonomía, dándole al mismo tiempo el aspecto trivial y chabacano de una murga ruidosa. Si se quiere producir efecto con los instrumentos, es preciso hacerlos callar á largos intervalos, para que sus entradas bien colocadas produzcan el agrado consiguiente, enriqueciendo la composición y dando nueva vida á la orquesta. Hay que tener muy en cuenta, para calcular el efecto, no solo la calidad y timbre de cada instrumento, sino además su número, pues una nota sola tenida por los violines, que son muchos, será un efecto rico ó un rasgo de amplitud y sonoridad, mientras esta misma nota, tenida solamente por las flautas, que son pocas, será en la mayor parte de los casos un efecto pobre, ó un rasgo de escasa ó ninguna significación. Es preciso también conocer bien la tesitura de los instrumentos, sus recursos, sus dificultades é imperfecciones, los pasajes á que mas se prestan, si estos son de velocidad ó de calma, de fuerza ó debilidad, de violencia ó energía; saber el modo de escribir la música á aquellos que tocan trasportando, conocer las notas buenas ó malas de algunos, los sonidos abiertos ó tapados de las trompas, las notas al aire de los instrumentos de cuerda, las notas dobles que pueden ó no darse en uno solo de estos instrumentos, y por último, es preciso conocer á fondo la instrumentación, y hallarse bien instruido en todo lo que pertenece á este ramo, tan estenso como útil é importante. [Se continuará.) JOSÉ PARADA Y BARRETO. Una de las zarzuelas que mas popularidad han alcanzado en España, y que pudo haber servido de punto de partida para mayores progresos del arte nacional, se ha puesto últimamente en escena en el teatro del Circo, habiendo alcanzado el brillante éxito que ha obtenido siempre.—Esta zarzuela, que es la titulada Jugar con fuego, ha sido fielmente interpretada por la Sra. Uzai y los Sres. Soler y Fernandez, artistas de reconocido mérito en el género zarzuelesco.—Lastima es que no se escriban ya zarzui'las como Jugar con fuego, y que haya desaparecido el entusiasmo de aquella época propicia en que se estrenó dicha obra» y que no supieron aprovechar ciertamente los autores de esta y de otras producciones, que pudieron haber tenido gran influencia en el porvenir de la música española. Parece que el Sr. Gaztambide ha marchado á Italia, con el objeto de contratar una buena compañía de opera para el teatro Rossini de los Campos Elíseos. Los tan aplaudidos conciertos del Sr. Barbieri comenzarán de nuevo en los Campos Elíseos á mediados del próximo mes de Junio. En el teatro Principal de Barcelona no ha tenido buen éxito la Favorita, de Douizelti, desempeñada por la Marchisio (Bárbara) y los Sres. Corsi, Rota y Ordiuas. En cambio, el Otello, desempeñado por las hermanas Marchisio y los Sres. Villani, Corsi y Ordinas, ha proporcionado gran cosecha de aplausos á estos distinguidos artistas. El Regio Coliseo ha terminado la temporada de 1866 á 1867, con la obra maestra de Mozart. Don Gíomnnt.—Han concluido, pues, las magnificas representaciones de la primera escena lírica de España, sin que de ello la música española haya sacado verdaderamente ningún fruto ni provecho. Cantantes estranjeros, repertorio estranjero y los compositores españoles relegados al olvido.—No creemos sea este el buen camino para que la música prospere en nuestro suelo.—El martes ha debido darse en dicho Coliseo una función eslraordinaria á beneficio del cuerpo de coros y de los profesores de la orquesta, únicos artistas que sacan algún producto de ese regio edificio erigido al arte de la música en España, para que los estranjeros se lleven los diezmos y primicias, y nos quedemos nosotros aquí con las sobras ó desperdicios... En el teatro imperial de la grande Opera en París se preparan algunas obras del antiguo repertorio, entre ellas las del inmortal Gluck, óperas de gran efecto y aparato y de mucho tiempo no vistas ni oídas. Los métodos de enseñanza musical presentados por varios editores en la Esposicion universal de Paris, han quedado fuera de concurso, no creyéndose ningún jurado autorizado á examinarlos, por no estar comprendidos en el reglamento.—Estrañamos que en una Esposicion, en la que se ha procurado reunir todos los elementos y todas las manifestaciones del saber, no se haya dado cabida á esta clase de obras, mucho mas cuando la música ha figurado en esta Esposicion como en ninguna otra de las habidas hasta ahora. Rossini ha recibido un presente del emperador del Brasil, que consiste en una preciosa caja de maderas preciosas, conteniendo una cierta cantidad de excelente café. El emperador don Pedro ha enviado al mismo tiempo al ilustre maestro una espresiva carta, en la que le invita á saborear las delicias del excelentísimo café que le ofrece, y que es el mismo que cotidianamente liban sus imperiales labios. Las hermanas Marchisio han sido contratadas para el teatro de Palma de Mallorca, á cuyo punto se trasladarán terminada que sea la temporada del teatro Principal de Barcelona. En la función dada el viernes por la noche en el Teatro Real, la señorita Trillo, tan conocida ya del público madrileño por sus bellas dotes y cualidades artísticas, cantó el tercer acto del Otello en compañía de Tamberiik y la Didier, habiendo recibido del público señaladas muestras de aprobación y aprecio. Este triunfo alcanzado por esta joven artista, que debe sus conocimientos musicales y escénicos al Real Conservatorio de música y declamación, en donde obtuvo el primer premio de canto hace ya algún tiempo, honra sobre manera al profesorado de este establecimiento, asi como á la señorita Trillo, que bajo tan buenos auspicios so presenta en una de jas primeras escenas líricas de Europa. Y es de notar, que mas de un alumno de los laureados por el Conservatorio de Madrid figuran y han figurado ya en teatros de no escasa importancia, como son la señorita Llancs, que ha cantado ya en el teatro Italiano de Paris, la señorita Velasco, en el de Córdoba, y el baritono Sr. Barcena, que recorre actualmente algunos de los principales teatros de Italia, Los esposos Spezia-Aldighieri, parece han sido contratados por el Sr. Velasco para la próxima temporada del Teatro Real. •» REVISTA ESTADO ACTUAL DEL REAL CONSERVATORIO DE MADRID. misión que nos hemos impuesto de ocuparnos de todo aquello que sea de verdadero interés para la música española. J. V. R. Después del incendio ocurrido en el Real Conservatorio de música y declamación, nada que sepamos se ha hecho para subsanar de algún modo el contratiempo sufrido por un establecimiento, único en su clase en España, y que aunque no fuese mas que por esta circunstancia, debería ser mirado con toda la solicitud y esmero que exigen aquellos establecimientos, que á más de ser útiles y necesarios, honran y dan brillo á la nación. Pero el Conservatorio permanece cerrado, la única escuela|de de música que teníamos en España puede decirse que no existe hoy, y la enseñanza musical se halla interrumpida hasta no sa bemos cuándo. Aparte de la significación que esto tiene, por lo que hace al interés que inspira este arte noble en nuestro país, trae consigo además los perjuicios y los inconvenientes que una paralización de esta clase puede acarrear, tanto á ios alumnos como á los profesores. Sabemos que el incendio no alcanzó mas que á ciertas dependencias, y que las clases quedaron á salvo, pudiendo muy bien haber continuado á poco de la ocurrencia; pues si bien las pérdidas y los daños causados han sido de consideración, el mal no ha sido de tanta trascendencia como para adoptar una medida cuyas consecuencias no es posible calcular. El porvenir del arte en España se halla íntimamente ligado con los progresos, con los adelantos y con las peripecias ó cambios que este establecimiento pueda esperimentar en esa penosa existencia que ha llevado y aun lleva en nuestro país; y si al estado poco satisfactorio del arte músico-español se agrega hoy la disposición adoptada por el gobierno, fuerza es confesar que la música española atraviesa una época de las mas tristes y precarias, y por demás desconsoladora para los verdaderos amantes de la prosperidad de este arte. Desde luego se comprende que para tomar ciertas disposiciones del momento, para zanjar ciertas dificultades y obstáculos que siempre surgen de siniestros de esta clase, una suspensión de clases hubiese sido hasta cierto punto indispensable; pero una vez allanados los obstáculos y visto claramente que el daño no era suficiente á impedir la continuación de los estudios, debióse haber dado una pequeña tregua, reanudando inmediatamente las tareas escolásticas, con el objeto de no introducir desaliento entre los alumnos ni entre los profesores. Estando próxima la época de los exámenes, y cuando más necesaria es la asidua asistencia á las clases, entonces se ha dado una orden que suspende los estudios, y que quita por lo tanto los medios de poder recoger ó madurar á su debido tiempo los frutos obtenidos por la constancia y el desvelo de los profesores. Tamaña determinación, prolongada ya de un modo excesivo, no puede por menos que llamar la atención de la prensa musical y de las personas que se interesan por el bien del arte, que ven en dicha determinación un impedimento puesto á la primera escuela de música de nuestro país, y un golpe mortal dado al único centro de donde podría dimanar mañana todo el brillo y el lustre de nuestro arte nacional. Cuales sean las miras que el gobierno se lleve al prolongar este estado de cosas, no es posible saberlas ni penetrarlas, sino en la suposición de que vayan encaminadas á un cambio de local, ó bien á una nueva organización del establecimiento. De todos modos, esto no podría oponerse ni ser un obstáculo para la continuación de las clases, pues si el gobierno medita una reorganización del Conservatorio, llévelaá caboenbuen hora, que falta le hace y no poca á una escuela que adolece de defectos por todos reconocidos; pero mientras tanto, no ponga trabas ni impedimentos á los estudios musicales, que no son menos ni desmerecen en nada de las otras carreras cuya enseñanza costea el Estado, y que son dignos por más de un concepto de fijar toda su atención. No queremos decir con esto qiie el gobierno no se halle animado de los mejores deseos por el progreso de la música en España; pero otras atenciones tal vez le impidan ocuparse como debiera de este asunto, sobre el cual nos permitimos hacer estas observaciones en bien y provecho del arte, y cumpliendo con la L O S M Á R T I F I E S I > E L A IVfÚSIOA (l), POR JC. TC A . C: JE o , traducción de ÓSCAR CAMPS Y SOLER. IX. Anfossi.—Mozart. Ni fué bastante, para que callasen los que en todas las épocas se declaran enemigos de la verdadera belleza, que maniáticos acusadores de plagios se presidan siempre de un solo hombre ó de una sola obra, que Pascual Anfossi, con una claridad y un orden admirables, con una pureza de espresion, con un tesoro de inspiraciones vírgenes y majestuosas, embelleciese la acción del drama que él trataba y que hermanase admirablemente la flexibilidad de las formas con la grandeza de las ideas. Se le antepusieron escritorzuelos de poca monta y rancios teorislas, conservadores acérrimos de los laberintos del contrapunto. No se quiso aplaudirá este hombre, que con tan acertado criterio convirtió á la mílodía en un elocuente lenguaje que estuviese al alcance de todos, que se limitó á la armonía simple para la espresion de las ideas serenas y tranquilas, y que supo usar con mano maestra de los altos recursos de la ciencia para describir los arranques de violentas pasiones. Su Olimpiada está sembrada de grandiosos conceptos: en ella, el sonido no es el verdugo del sentimiento, y el amor, la tristeza y la inquietud de un alma angustiada son interpretadas con notas tiernas, que conmueven y deleitan á un tiempo. En cambio, se la halló pobre de ciencia, de artificios'armónicos. ¡Bella obra seria, sin duda, la que contentase á los eruditos, la que matase al maestro por su ímprobo trabajo, y tuviese el triste privilegio de narcotizar al auditorio! Anfossi era un verdadero genio (2). Cansado de sufrir á sus injustos adversarios, abandonó la Italia, y en i783 obtuvo la plaza de director del teatro Italiano le Londres, y allí recogió merecidamente aquel fruto que su talento le proporcionó y que cruelmente le disputaron sus connacionales. Hablemos ahora de aquel prodigio de ciencia musical que á los seis años de edad asombró al mundo como ejecutante y compositor (3), esto es, de Volfango Amadeo Mozart, que indisputablemente fué el mas grande de todos los compositores del siglo XVIII. Este compositor, tan criticado en su.siglo como elogiado eu el nuestro, compuso de solo catorce años su Milridate, que fué repetido veinte veces en el teatro de Milán. Este sublime inge. nio, aplaudido por Ilasse y por Bach, mimado por Metastasio, idolatrado de José II, venerado por el P. Martiní, que vaticinó su gloria, este sublime ingenio, decimos, que desde el romance á la tragedia, desde la égogla á la epopeya, desde el wals á la sinfonía, descolló gigante en todos los géneros y sobre todas las épocas, tuvo también que luchar contra la envidia, y tuvo que sufrir las injusticias de un público desfavorablemente prevenido contra él. Hubo un tiempo en que Mozart corrió todo París en busca de un protector, y no lo halló. Mozart tuvo que solicitar audiencias, que muchas veces le fueron negadas después de largas horas de antesala; tuvo que arrastrarse por los suelos pidiendo la gracia de que SQ ejecutasen algunas de sus obras, y no alcanzándola, se vio obligado á refugiarse en Alemania. Es muy curioso lo que él mismo decía del público que hace 80 años juzgaba sus obras. Hé aquí lo que Mozart escribía en 1788: \1) Véanse los números C, 7, (j, 12, 15, 16, 18 y 19 de nuestro periódico, (2) Pirón, Metroman. (3) Barrington Dulnes: Account of very remarkable young musicien. Y GACETA MUSICAL. (París 1.° de Mayo): «Mi sinfonía no ha sido aplaudida; creo que »ia causa principal de esto sea el tener aquí, como en todas par• tes, muchos enemigos. Si en Paris hubiera quien tuviese oidos • para oir, corazón para sentir, ó entendiese algo de música, de • cierto modo me consolarla de la pública desaprobación; pero "desgraciadamente me hallo entre cafres por lo que .loca á la • música, etc., etc.Abandonó á París muy descontento, y se colocó al servicio del arzobispo de Salzsburgo, ala sazón residente en Viena, yall también le esperaban nuevos sinsabores. Injuriado y maltratado, tuvo que separarse de aquel prelado. Los motivos que le indujeron á esto se espresan en un fragmento de otra carta, fechada en Viena en 1?. de Mayo de 1791. La letra de los cantos, pudiendo tener su influencia en esto último que acabamos de decir, convendría que encerrase en sí ciertas máximas alusivas al objeto de estas sociedades; máximas morales relativas al amor al prójimo y al respeto á las leyes, y máximas encaminadas á inculcar en los ánimos los gérmenes de la religión. Deberían, pues, eliminarse de estas sociedades los cantos belicosos o nacionales, y todo aquello que pudiese contribuir de algún modo á escitar los ánimos ó exaltar las pasiones. De este modo se conseguiría el objeto principal, que no debe ser otro sino conducir á las masas por ¡el camino del bien, inculcándoles por medio del canto los principios fundamentales del bienestar social. Dice asi: No dudamos que en España haya sociedades que reúnan es«Hé hecho mi dimisión aconsejado por monseñor el arzobistas circunstancias, |y que con el tiempo lleguen á alcanzar el •po, que en la última audiencia que me concedió me dijo: Busca grado de perfección á que han llegado en otras naciones, de• olro apoyo, sino quieres servirme como yo pretendo. Es muy na- biendo hacer especial mención, entreoirás, del Orfeón leridano, •tural que, fastidiado y disgustado por las bellas distinciones que de cuya sociedad leñemos las mejores noticias, tanto acerca de • me dispensa, llamándome pillastre, graniza, libertino y holga- su organización, como acerca de los adelantos musicales oblerían, renuncie á mi destino y me decida á perder un Mecenas, nidos en un corto número de años. • que en tan poca estima me tiene e^tc, etc. (1). Hace muy poco ha dado esta sociedad un concierto á beneficio de la ilustre Asociación de damas de Lérida, en el que, según (Se continuará.) informes que recibimos de aquella localidad, la sociedad se ha distinguido por las inequívocas pruebas que ha dado de prosperidad y adelanto. No podía ser de olro modo, hallándose bajo la REVISTA DE PROVINCIAS. dirección de un artista de cualidades tan distinguidas como el señor don Francisco Vidal, á quien felicitamos sinceramente por el buen éxito de la sociedad, así como por los notables proSi las sociedades orfeónicas han contribuido tanto en Frangresos que, debidos á su celo y constancia, se notan en el Orcia y en otras naciones á popularizar el estudio de la música, difeón leridano. fundiendo entre las masas la afición y el gusto por el canto coral, tan á propósito para morigerar las costumbres de jos pueblos cuando la letra y la música reúnen las circunstancias indispenNOTICIAS DEL ESTRANJERO. sables para conseguir dicho objeto, en España bien podemos felicitarnos de que no carecemos enteramente de este medio ciParis. El teatro imperial de la Opera ha dado en la ultima vilizador, que comienza ya, aunque paulatinamente, á desarrosemana la Africana, cantada por Mlle. Battu, Villaret, Faure, llarse en nuestro suelo. Reconocida la utilidad de esta clase de Belvol, Mlle. Sevielli y Caslelmary; D. Carlos, en que Mlle. Mansociedades, vamos á permitirnos h^cer algunas observaciones, dil ha reemplazado á Mme. Gueymard, por hallarse esta última que podrán tal vez tomarlas en cuenta aquellos que en provinindispuesta; A/cesíe et /a Source, que ha servido para el debut cias se dedican al cultivo de este ramo ó especialidad del arte. de Mlle. Granzow, y los Hugonotes, por Mme. Gueymard, restaLa música tiene otro objeto además del de recrear ó distraer blecida ya, Faure, Obin y Caslelmary. Las representaciones de la iii'.aginacion y el oido por medio de sus armoniosas consoestas óperas han sido espléndidas, y han variado hasta cierto nancias. Este arte, cuya seducción es irresistible para las orgapunto la constante alternativa de D. Carlos y la Africana.~Ea nizaciones delicadas, lo es igualmente para toda clase de indiel teatro de la Opera cómica se han interrumpido las represenviduos que reúnan las condiciones de bondad de carácter, afataciones de VEtoile du Nord, á causa de una indisposición del bilidad y sentimientos francos y leales. Muchos loman la músitenor ürosti.—El teatro Italiano ha vuelto á abrir sus puertas ca por broma ó por cosa de pura distracción ó entretenimiento, bajo la dirección de otra empresa, poniendo en escena la Sonámy no debe ser asi por cierto, porque [aunque este arle se presta bula, que ha sido debidamente interpretada por la Castri y la en sus infinitos modos de manifestarse, y se^ acomoda por su Marcus, Gardoni y Agnesí. La nueva empresa ha disminuido nonaturaleza, á todas las disposiciones en que pueda hallarse el tablemente el precio de las localidades.—flomeo et Julielte sigue espíritu humano, no por esto debe ser la ocupación ó el ejerciá la orden del día en el teatro Lírico. A la cuarta representación cio del canto un motivo de chanzonetas ó burlas, como se obMlle. Aliñe Lámbele reemplazó á Mlle. Daram en la parte de Steserva á veces en aquellas reuniones de aficionados, en donde fano, á causa de una súbita indisposición de esta última.—Las la mayor parte de ellos no comprenden ni saben el fin ú objeto Fantaisies-Parisiennes han dado últimamente Le Calife de Bagprincipal que debe tener el canto múltiple ó en reunión. dad para el deftHÍ de un joven tenor, laureado del conservatorio, de quien se dice mucho bien. Las bailarínas españolas siNo quiere decir esto, que la franqueza y la jovialidad no reiguen siendo cada vez mas aplaudidas en este último teatro. nen por todas partes, sino que muchos, al verse en una sociedad de canto, y á veces siendo no mas que simples oyentes ó curiosos, turban con sus dichos y ocurrencias el orden y la Li¿ndres. El gran acontecimiento de la semana ha sido la compostura de aquellos que con buena fé y llenos de verdaentrada de Adelina Patli en el teatro de Covenl-Garden. La pardera vocación se entregan á tan útil como provechoso ejercicio. le de Rosina en el Barbero le ha valido uno de aquellos grandes Esto, que parece una cosa insignificante, ha dado lugar en algutriunfos á que la joven diva está ya acostumbrada; bravos llenos nas ocasiones á desacuerdos é inconveniencias, que han entorde entusiasmo, flores, lluvia de aplausos, llamadas á la escena pecido la marcha de tan benéficas sociedades. y todas aquellas demostraciones á que el público la llene ya Las discusiones acaloradas sobre cosas ajenas á la música, acostumbrada, y que la diva indudablemente se merece, sobre y el tratar ú ocuparse de asuntos enteramente estraños al arle, todo cuando despliega lodos los recursos de su canto mágico y y que están en oposición abierta con el objeto .que estas sociemaravilloso.—Cotogni en la parte de Fígaro la ha secundado addades deben proponerse, ha contribuido también en mas de un mirablemente, contribuyendo en mucho al brillante éxito de la caso á desnaturalizar las aspiraciones y el carácter de estas asorepresentación. ciaciones, contribuyendo á su mayor descrédito y desprestigio. Esto debe evitarse de todo punto, si ha de conseguirse el fin beLeipsig. Cincuenta representaciones de la Africana han tenéfico, civilizador y humanitario á que estas reuniones deben nido lugar desde el 12 de Febrero de 1866 hasta el 5 de Mayo aspirar. del 67. Ninguna ópera ha alcanzado aqui igual número de representaciones en el mismo espacio de tiempo. Vinckler. Magas. Enciehf. 7, an. 180t. REVISTA Hilan. La compañía Meynadier, en el teatro Re, ha puesto en escena con gran éxito La Belle Helene y Barbe Bleu, de Offenbach, desempeñando las partes principales Mmes. Goby-Fontanelles, Lamallercé, Jaillet y MM. Menjaud y Chambery.—La Societá del qtuirtetlo ha hecho nuevas tentativas con mejor éxito que las anteriores, habiendo conseguido por fln hacer gustar al público algunas composiciones clásicas alemanas. po, y nadie se apercibió de semejante cosa, á no ser el profesor cuando vio que concluyó de tocar media hora antes que sus compañeros!!... Aprendiz de piano. Rossini decía un día á Marmontel, profesor de piano del conservatorio de Paris: «Se dice generalmente que mis piezas para piano no están bien digitadas, y esto no es muy difícil, porque en verdad, yo soy un pianista de cuarto Ferrara. La ópera Los Hugonotes, desconocida aqui, ha ob- orden. Será, pues, necesario, para ver de corregir esta falta, que pida mi admisión en el conservatorio. tenido un inmenso éxito, habiéndose ya dado varias represenPero hé ahí que un hermoso dia pide y obtiene licencia Rostaciones seguidas, y mostrándose cada vez el público mas entusini para ser admitido como oyente en la clase de Marmontel. siasmado por la obra maestra de Meyerbeer. ¡Qué ejemplo y qué lección! Auber, al acordarle licencia, hizo constar, que el nuevo alumno no estaría obligado á asistir á clase con la exactitud que sus condiscípulos. Poco después se verificó en casa de Rossini una brillante ¡Qné tal música seria! Después del solemne fiasco que Ri- soiré. El nuevo alumno del conservatorio correspondió debidamente á las esperanzas que había dado de sí. Tres veces se sencardo Wagner (el ponliflce de la música del porvenir) hizo en tó al piano y tres veces fué objeto de tales entusiastas demosParis con su Tanhduser, se esperaba ansiosamente el resultado de su última ópera, Tristano ed Isolda, puesta en ensayo en el traciones, que animaron sobremanera al pianista novel. Entre otras cosas, ejecutó una pequeña fanfarre, esto es, una pequeteatro de la corte de Monaco. ña obra maestra, capaz de asustar á los mas grandes pianistas Aunque en Viena, después de sesenta ensayos, fué declarada habidos y por haber. esta obra inejecutable, se quiso hacer una última tentativa en este teatro, valiéndose al efecto de cantantes escriturados ad hoc. Pasaron quince dias desde que se verificó la prueba general, y Por todo lo no firmado, el Editor, B . Eslava. todavía no se pensaba en su ejecución. La noche de su estreno un primer clarinete volvió inadvertidamente dos hojas á un tiemMADRID, 1867.—IMPRENTA DE SANTOS LÍRXÉ, FLOR BAJA, NIÍJI. 26. GACETILLAS. ANUNCIOS. Reales. OBRAS PARA PIANO LA CELEBRE CONCERTISTA TERESA CARRENO. Caprieho polka, ejecutada por el gran pianista Gotssclialk 30 rs. -Reminiscencias de Norma, fantasía 56 • Poliía de concierto 20 » Balada de concierto 30 • •je corbeille de .flenrs, gran wals 30 • Afinde dar pronta salida al gran número de ejemp'ares que de estas obras tenemos, obtendrán en ellas los señores profesores y aficionados un 50 por 100 de rebaja. Almacén de música y fábrica de pianos de B . Eslava. MEVAS PÜBIICACMES HECHAS POR EL EDITOR B. ESLAVA. ZUBIAURRE.—Blancallor, nocturno melódico y espresivo (f.) 10 SKOCZDOPOLE.—El Jaleo de Jerez, capricho español [f.J 8 El Ole, baile característico (f.) 8 MUSEO CLÁSICO DE LOS PIANISTAS. Reales. HAYDN.—Sonata primera en do mayor. Precio fijo. 6 » Sonata segunda Precio fijo. 6 CHOPIN.—RondóIrlllantc, ópera primera. Precio fijo. 6 Grandes variaciones sobre el Don Juan de Mozart Precio fijo. 10 BEETHOVEN.—Sonata primera en fa menor. (Fijo). 8 MOZART.—Fantasía y Sonata primera. Precio fijo. 12 ENSEÑANZA. DE «RMONU, CONTRAPUNTO, FUGA Y COMPOSICIÓN POR CORRESPONDENCU, OBRAS DE PIANO. Reales, ARRIÓLA.—l,a «Iota Aragonesa, transcripción brillante de salón. Nueva y elegante edición, [m. d.). . . 10 ASCHER.—Dama española, capricho de salón, (f.) 14 BKYER.—Repertorio de Los jóvenes pianistas. LA SONÁMBULA, fantasía Id. id. LA TRAVIATA, (f.) fantasía CROISEZ.—Halte des Bohemien». DUVERNOY.—l,a moda de Italia, RIGOLETTO, fantasía HERNÁNDEZ.—BoñdeAa ilaiagueAa, tipo puro de nuestros cantos de Andalucía. Edición elegante con litografía (m. d.). FUMAGALU.—Gran Adagio flnai del Poiíwíto. preciosa pieza de concierto (mediana dificultad, casi difícil) MATA.—La Tempestad,' poema descriptivo.. (m. d.) MARCAiLHOU.—1.a Indiana, célebre gran wals. (f.J LEIBACH.-l»Plmer bolero brillante. . Quinto nocturno {f.) ZABALZA.—EspaAa y sns cantares, potpurri brillante (nueva edición) (/•.; , ^ 12 14 16 16 dirigida por r>OIV J O S É F»I3Vlllill. A, PROFESOR PRIMER PREMIO DEL CONSBRTATORIO. Esta escuela, que cuenta ya cinco años de existencia, sigue dando los mas excelentes resultados. Su objeto principal es difundir en toda España las verdaderas doctrinas del arte. La obra de testo es la Escuela de armonia y composición del maestro Eslava. Los que deseen ser inscritos en esta enseñanza, pueden hacerlo en cualquiera de los almacenes de música de Sbdrid. 16 20 14 14 14 14 14 DON CARLOS, OPERA NUEVA DE VERDI. Se halla de venta cuanto se ha publicado hasta hoy en Paris, en el almacén de música de B. Eslava, calle de San Bernardo, núm. 9.