club amigos caste-ok (Page 1) - Universitat Politècnica de Catalunya

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OCTUBRE 2003 NÚMERO 1
UNA PUBLICACIÓN DE L’ESCOLA UNIVERSITÀRIA D’ENGINYERIA
TÈCNICA INDUSTRIAL DE BARCELONA Y EL COL.LEGI D’ENGINYERS
TÈCNICS INDUSTRIALS DE BARCELONA
CON “ENGINY” QUEREMOS CELEBRAR EL
CENTENARIO de la Escola Industrial de Barcelona. Es fruto de una iniciativa conjunta entre la Escola Universitària d’Enginyeria Tècnica Industrial de Barcelona y el Col.legi
d’Enginyers Tècnics Industrials de Barcelona. El objetivo: rendir homenaje al enorme
esfuerzo colectivo a lo largo de estos 100 años
de historia. También pretendemos que estas
páginas estimulen el debate y la divulgación
del papel clave de las tecnologías industriales en la sociedad y, a la vez, que nos sirvan
para recibir orientaciones claras sobre el modelo de formación tecnológica y de práctica
profesional que necesitamos para afrontar
con garantías una sociedad futura sostenible, eficiente, solidaria, participativa, comprometida y, por qué no, festiva.
UN SIGLO
DE
ESCOLA INDUSTRIAL
Las apariciones periódicas de este suplemento nos servirán para hacer un reconocimiento histórico a las personas y las instituciones que han hecho posible la formación
de las diferentes generaciones de técnicos
que han apoyado la evolución tecnológica y
social de nuestro país a lo largo de este siglo. Queremos honrar a todos aquellos que
tendrán su espacio nominal. Y también a
aquellos otros, muchos más, que han hecho
una aportación anónima, pero esencial y
siempre vinculada a aquel espíritu que se invocó en la fundación del Recinto.
Este trabajo homenajeará a las instituciones
que han hecho posible que hoy nuestras escuelas se encuentren en la cima del reconocimiento institucional y social. Han sido
instituciones tanto del ámbito privado y empresarial como del ámbito público, tanto local como mancomunado y nacional. Todas
han construido, como respuesta a los intereses de nuestro país, un modelo educativo
de referencia internacional. Y a pesar del largo periodo negro del franquismo, este modelo ha sido capaz de conseguir y facilitar el
acceso de la sociedad catalana y española al
mundo de las nuevas tecnologías, el conocimiento y la innovación.
También pretendemos estimular el compromiso social, indispensable para garantizar
una evolución solvente de nuestros centros
educativos, de investigación y de transferencia tecnológica.
IMAGEN CEDIDA POR: INSTITUT AMETLLER D’ART HISPÀNIC I ARXIU MAS
ACTO INAUGURAL DE la Escola Elemental del Treball, el 29 de mayo
de 1914. El acto estuvo presidido por Josep Puig i Cadafalch,
entonces diputado provincial en el Congreso de los Diputados,
y Enric Prat de la Riba, elegido en abril de ese mismo año
presidente de la Mancomunitat. En 1904 se fundó la Escola Industrial. El acto dio inicio a las clases.
EL ANÁLISIS
2
LA ENTREVISTA / LA EMPRESA
3
LA OPINIÓN / EL INVENTO / EL RINCÓN 4
EL PERSONAJE / LA CRÓNICA
7
Aprovecharemos la ocasión para pedir a la
sociedad que fije la importancia de una tecnología útil a la hora de crear el modelo formativo, y determine las habilidades que tendrán que desarrollar los ingenieros del
futuro. Es necesario implicar en este proceso a dos sectores clave en la historia de la
pasa a la página 05
EL ANÁLISIS
1904
1905
1906
1907
1908
1909
1910
1911
1912
1913
1914
1915
1916
1917
1918
1919
1920
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1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
1935
1936
1937
1938
1939
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1941
1942
1943
1944
1945
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1948
1949
1950
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1952
1953
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1956
1957
1958
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1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
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1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
Aula informática de l’Escola Industrial remodelada
hace un año. La sala cuenta con 25 ordenadores y tiene capacidad para
48 estudiantes. A la derecha, la Escola d'Indústries Tèxtils, creada en 1909.
IMAGEN CEDIDA POR: INSTITUT AMETLLER D'ART HISPANIC I ARXIU MAS
EL FIN DE LA ETAPA INDUSTRIAL
UNA EVOLUCIÓN NECESARIA
Joan Majó Cruzate
Xavier Marcet Gisbert
La perspectiva que
nos confiere el 100
aniversario de las
enseñanzas de Ingeniería Industrial en el recinto de la Escola Industrial de Barcelona es un buen
motivo para reflexionar sobre el
proceso de cambios que en el pasado, y en el presente, nos sitúan
enlatrayectoriadeloquepodemos
llamar el gran proceso de transformación de la historia de la humanidad.Empezaremosporelpasado para adentrarnos y otear
sucintamente el futuro de transformaciones que se nos ofrece.
La Revolución Industrial no habría
sido posible sin la existencia de
mano de obra excedentaria gracias a las mejoras en la productividad agrícola, a las reservas de
energía del planeta y al desarrollo
del ingenio necesario para desarrollar ambas cosas. La ingeniería original no era otra que la ingeniería energética, tener capacidad
para aprovechar las reservas
energéticas del planeta y aplicarlas a un nuevo desarrollo que superaba los límites de crecimiento
de las sociedades agrarias.
En los últimos 30 años se ha desarrollado una nueva revolución tecnológica que superará la etapa
iniciadaconlaindustrialización.Es
una revolución simple pero de
enormes consecuencias. Es la revolución de los números. La humanidad ha aprendido a hacer
con los números casi lo que es capazdeimaginar.Hemosaprendido
a procesar números a gran velocidad. Podemos almacenarlos y
transmitirlos a cualquier punto de
la tierra continua e instantáneamente. Es la revolución de la microelectrónica, del chip, de la memoria de silicio, de la fibra óptica.
Tenemoscapacidadparaexpresar
cualquier tipo de información en
forma de números, lo que nos permite pasar de la revolución de los
números, de la informática, a la
revolución de la información.
Yconellonaceunanuevasociedad
que no ve límites a la información
ni al conocimiento, puesto que
cualquier tipo de información o de
conocimiento lo sabemos digitalizar, expresar en números, y esto
nos permite procesarlo, almacenarlo, distribuirlo, recuperarlo y
modificarlosinrestriccionesyaun
coste ridículo. Si la sociedad industrial ha ido estrechamente ligada a la revolución energética, la
sociedad del conocimiento va íntimamente vinculada a la revolución de la información o a lo que
hemos convenido como las Tecnologías de la Información y la
Comunicación.
El cambio que vivimos tendrá sin
duda una magnitud comparable a
la transformación que significó el
paso de la sociedad agraria a la
sociedad industrial. La sociedad
industrial se ha acabado, lo cual
no significará que disminuya la
producción industrial ni que se
terminen las industrias. Sencillamente, la industria será un sector
minoritario de la sociedad de la in-
NACE UNA
NUEVA SOCIEDAD QUE NO
VE LÍMITES A LA
INFORMACIÓN
formación, como la agricultura lo
ha sido de la sociedad industrial.
La sociedad de la información que
emerge se configura como la sociedad del 5-15-80. En los próximos 10 años no más del 5% de la
población se dedicará a la agricultura, aproximadamente un 15% a
la producción de objetos, y el 80%
restante no fabricará ni objetos ni
cultivará alimentos, se dedicará a
la producción de servicios: la pro-
ducción y distribución de información y conocimiento, y los servicios a las personas. El conocimiento, como nuevo factor de
producción, tendrá repercusiones
en el funcionamiento económico
como, entre otras, el cambio del
concepto de trabajo industrial y la
desmaterialización de una parte
importante del consumo.
En el ámbito industrial, la tecnologíaeslaexpresióndelconocimiento que más sustituciones impulsa.
La tecnología permite ahorrar
materiales, mano de obra, energía
y transforma las expectativas de
ocupación.Delaspersonasqueesténocupadasenelsectorindustrial
se esperará básicamente aquella
aportación que no sea sustituible
por tecnología, es decir, no aportacionescalóricas,sinoaportaciones
intelectuales.
Resta aún el último vector que hemos anunciado. Sin duda el descubrimiento del código genético
constituye el umbral de una nueva
era. Se acerca el tiempo en que la
síntesisquenospermitiráproducir
nuevos materiales no será ya de
carácter químico sino biológico,
conlacapacidadquesupondráque
los genes bacteriológicos o de microorganismos produzcan nuevos
tejidos con propiedades que no
poseían ni los naturales ni los sintetizadosquímicamente.Emergerá una nueva actividad económica
vinculada a la biotecnología de dimensionesdifícilesdepreveryque,
combinada con la gran revolución
precedente de la información, nos
permite intuir un futuro de radicales transformaciones.
Hasta ahora hemos hablado de
los límites de la técnica, pero probablemente llega el momento de
hablar de los límites a la técnica.
No se tratará ya de querer innovar
y no saber cómo, se tratará de que
apesardesaberlo,nosedeberáinnovar mecánicamente, sin las reflexioneséticascorrespondientes.
Más allá de las repercusiones de
la revolución tecnológica y de la
conviccióndequecontinuarásiendoelgranestandartedelprogreso,
la preocupación social sobre la
posibilidad de una nueva fractura
social, entre los que tienen acceso
a las nuevas tecnologías y al conocimiento y los que quedan excluidos de ellos no debe dejar de preocuparnos. A más velocidad se
produzca el cambio, más debe
importarnos, y debemos impulsar más iniciativas para evitar la
fractura social.
La igualdad y la democracia deben fundamentarse en el acceso
equitativo a las posibilidades del
progreso tecnológico y a la capacidad de ejercer un control ético sobre los nuevos escenarios que la
revolución del conocimiento y de
la biotecnología configuran.
1904 CREACIÓN DE L’ESCOLA INDUSTRIAL DE BARCELONA
1908 ALFONSO XIII VISITA LOS TERRENOS DONDE SE UBICARÁ LA ESCOLA
1909 CREACIÓN DE LA ESCOLA D’INDÚSTRIES TÈXTILS
1910 CREACIÓN DEL LABORATORI D’ESTUDIS SUPERIORS DE QUÍMICA
02 I EL ANÁLISIS
ENGINY
LA ENTREVISTA
FRANCESC VILA FEMENIA
“LA FORMACIÓN
CONTINUA ES CLAVE”
JOAN ROSELL
Francesc Vila Femenia
Joan Rosell Lastortras (Barcelona, 1957) es ingeniero industrial por la Universitat Politècnica de Catalunya y, desde 1995, presidente del Foment Nacional del Treball. Rosell está relacionado con la
empresa de embalaje plástico industrial Congost
Plàstic; la de higiene urbana OMB, y con FecsaEndesa. Es consejero de la empresa de consultoría informática Fihoca, de la Immobiliària Colonial,
de la Societat General d'Aigües de Barcelona, de
Siemens y de Endesa Italia. Además, es vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Desde su despacho
de Via Laietana nos explica cómo se pueden relacionar la universidad y la empresa.
¿Cómo ve el empresario catalán a los profesionales que salen de las escuelas de ingeniería?
CuandosehizolaEscolaIndustrialuningenieroera
un generalista y servía absolutamente para todo.
A pesar de que había menos medios, un ingeniero
podía saber construir un puente, poner en marcha
unafábricaocualquieradelantotécnico.Hoyendía,
el ingeniero técnico sigue siendo un generalista,
pero al mismo tiempo hay una especialización
más acusada. Por eso hay tantas divisiones dentro
de la propia especialización que puede ser la ingeniería industrial: la textil, la química, la mecánica,
las nuevas tecnologías, la eléctrica. Y no simplemente éstas, sino que cuando acaban la carrera,
debido a los grandes adelantos tecnológicos, si no
continúan estudiando dentro de su sector, se quedan absolutamente desfasados. Con el título de
ingeniería se da un paso adelante, pero no es definitivo. Ni mucho menos.
¿Qué puede aportar Foment Nacional del Treball
a este perfil de ingeniero?
Tratardeconvenceratodoelmundodeque,poruna
parte, la formación continua es clave, y eso Foment lo está promoviendo en todo tipo de empresas. Y, por otra parte, estamos remarcando la idea
de que hay que ser competitivos y, para serlo, se
debe tener mucha más investigación y desarrollo.
Y ésa es la clave diferencial y de futuro de este país, no sólo que sea un país de investigación y desarrollo sino un país que fabrica productos y es capaz
de inventar otros nuevos.
¿Cómo ve la colaboración actual entre universidad y empresa?
Hace años eran unos grandes desconocidos. Ni se
hablaban. Ahora, la comunicación ha mejorado y
empieza a haber más relación entre la empresa y
la universidad. Pero todavía tiene que haber más en
el futuro. Que no se hayan encontrado antes ha sido un problema de ambas partes. Por ejemplo, yo
mismo venía a la universidad a explicar cosas, probablemente hacía poco que había acabado la carrera y me era mucho más fácil, mucho más familiar y mucho más simple ir a la Escola Industrial y
dar una charla sobre cualquier tema. Además
ibas y te encontrabas como en tu casa. Ahora me
resulta más difícil, más distante. En general, esto
es una cuestión que se debería resolver para que
la gente de la empresa vaya mucho más a la universidad a explicar sus carencias, sus problemas,
sus defectos, y también sus propuestas, que hay
muchas.
¿Participaría hoy Foment en una iniciativa parecida,adaptadaalosnuevostiempos,conlaEscolaIndustrial?
Y con cualquier escuela universitaria que crea que
Foment le puede echar una mano. Por interés
propio, porque también nos interesa que haya
muchas escuelas, muy competitivas y que sirvan
al mundo empresarial. Pero antes estaba más
justificada nuestra participación, porque si no se
hacía desde el mundo empresarial no lo podía llevar a cabo nadie más. En estos momentos hay
mucha más gente interesada, incluso personalmente, desde un empresario concreto hasta el
conjunto de Foment del Treball.
¿En Catalunya hay técnicos suficientes o es necesario ir al extranjero a buscarlos?
En Catalunya tenemos muchas titulaciones y universidades de gran calidad. Aquí existe un capital
humano muy importante. Ahora bien, todo lo que
sea bueno y se quiera traer de fuera me parece
fantástico.Lomaloescuandoalgunodelosbuenos
tiene que irse forzosamente a investigar fuera. Éste es uno de los grandes agujeros por donde se
nos va muchísimo capital humano y, con vistas al
futuro, el crecimiento de la economía. Solamente
con que los técnicos que hay aquí no tuvieran que
irse fuera a continuar estudiando o a trabajar yo ya
estaría contento.
CON EL TÍTULO
DE INGENIERÍA
SE DA UN PASO
ADELANTE,
PERO NO ES
DEFINITIVO.
G
LA EMPRESA
LA MAQUINISTA
SÍMBOLO DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
CASTELUCHO / REVISTA METAM DE LA ESCOLA D’APRENENTS
Letícia Rodríguez i Riera
No hace muchos años, los terrenos de La
Maquinista Terrestre y Marítima, en el barrio de Sant Andreu, de Barcelona, símbolo de la Revolución Industrial en Cataluña, se convertían en un centro comercial de 76.000 m2.
Fundada en 1855 y dedicada a la construcción de maquinaria de vapor y eléctrica, estructuras aplicadas a la navegación y maquinaria para ferrocarril, fue pionera en la
Ingeniería Industrial en Barcelona.
El origen de la sociedad fue la fusión de los talleres de
Valentí Esparó i Giral y la sociedad La Barcelonesa, creada en 1838 por Nicolau Tous i Mirapeix y Celedonio Ascacíbar. La fábrica se instaló en una antigua casa de bañosdelaBarceloneta,yconlaexpansiónde1920semovió
a Sant Andreu. Su nacimiento coincidió con el auge de
las construcciones navales de vapor y de ferrocarriles,
que potenció su desarrollo. Superada la gran crisis de
1866-68, la prosperidad de los años de la Restauración
(1875-78) estimuló su expansión, si bien tuvo que sorte-
arnumerosasdificultadesdebidoalarápidaevoluciónde
las necesidades de la industria nacional y a la competencia extranjera. En 1882 recibió el primer pedido para
fabricar locomotoras. Tras los problemas causados por
el proteccionismo, el cambio de siglo abrió una época de
prosperidad. Dos de sus encargos más importantes en
los años 20 fueron la fabricación del Metro de Barcelona
y la construcción de motores Diesel, uno de los ejes de
su producción. Con la Guerra Civil llegó la colectivización, realizada por la Generalitat de Catalunya, y la fabricación de maquinaria de guerra. En los 50 entró un nuevo accionista, la suiza Brown Boveri & Cia. En 1956 fue
declarada empresa de interés nacional. En 1972 el Instituto Nacional de Industria pasó a controlarla y en los siguientes años se sucedieron las compras parciales por
parte de otras sociedades hasta 1993, cuando la entonces accionista mayoritaria, GEC-ALSTHOM, cerró sus
puertas. Habían sido 138 años en Barcelona.
La Maquinista llegó a tener 3.000 empleados;
muchos, formados en su Escola d’Aprenents.
ENGINY I Anna Martí Vicente:directora I Joan Majó Roca:vicepresidente primero del Consorci Escola Industrial de Barcelona (CEIB) I Josep Villarreal Moreno:director del CEIB I Martí Llorens Morraja:director de la Escola Universitària d’Enginyeria Tècnica Industrial de Barcelona (EUETIB) I Joan Llaverias
Sanmartí:comisionado del Centenario de la EUETIB I Carles Ruiz Moya:secretario académico de la EUETIB I Antoni Carrillo Orozco:decano del Col.legi d’Enginyers Tècnics Industrials de Barcelona (CETIB) I Francesc Vila Femenia:responsable de Comunicación del CETIB I E-MAIL:centenari.euetib@upc.es
LA ENTREVISTA I LA EMPRESA
ENGINY
I 03
LA OPINIÓN
EL VALOR
DE LA COMPLICIDAD
JUAN SOTO
DOCTOR INGENIERO DE
TELECOMUNICACIÓN
PRESIDENTE DE
HEWLETT-PACKARD
ESPAÑOLA DESDE 1994
FECHA DE NACIMIENTO
27 DE MARZO DE 1940
DOCTOR HONORIS CAUSA
POR LA UNIVERSITAT POLITÈCNICA
DE CATALUNYA (UPC)
UNIVERSIDAD Y EMPRESA
RESULTA APASIONANTE comprobar
cómo desde los orígenes del proyecto
encontramos una fórmula de compromiso de la sociedad civil catalana, que siguiendo la tradición aquilatada a lo largo del siglo XIX,
apuesta por la formación tecnológica como forma
de desarrollo. Y así, esa sociedad civil, articulada
por medio de sus principales agrupaciones empresariales, se organiza para armar un complejo
formativo de primer orden para dar respuesta a
las necesidades productivas de su tejido industrial; condición imprescindible en el auge industrial
que se dio en Catalunya. Ese compromiso de la sociedad civil continúa siendo un ejemplo.
Quiero destacar también la innovadora concepción del proyecto formativo que se impulsó, en la
medida en que se abordaron a un tiempo los distintos requisitos exigidos por cada uno de los diferentes niveles de cualificación de los trabajadores.
Se atendía tanto a la formación de los trabajadores
cualificadoscomoaladelosmaestrosdetallerycapataces, y a la de los ingenieros. En la estela de ese
impulso empresarial surgieron iniciativas para
mejorar tecnologías consolidadas en otras partes
de Europa y para aplicar e implementar en Catalunya mejoras tecnológicas que después fueron
exportadas a otras partes del mundo. A la improntaintegradoraseañadiólamodernidadconceptual.
El papel de la transformación industrial y el valor
de referencia que cabe atribuir a la Escola son reivindicables en nuestra sociedad en la medida en
que la mejora de la formación y de la complicidad
entre la universidad y su entorno han de permitir a
nuestra industria mejorar su aportación a la riqueza colectiva, a la que hoy contribuyen sus trabajadores.
EL INVENTO
Es muy sugerente también el papel que juega como plataforma ininterrumpida de apoyo al desarrollo empresarial, y cómo se adapta a su evolución haciendo propios los ciclos de evolución de
las tecnologías clásicas: del vapor a la electricidad; de la tecnología del textil a la de los materiales y el medio ambiente; de la maquinaria de gran
formato y consumo a la regulación automática y la
electrónica de pequeño formato; del taylorismo a
Quién se ha llevado mi queso.
Resaltan la impronta de sus impulsores, fueran
empresarios,especialmentecuandodemostraron
en solitario su fe en el proyecto formativo supliendo el papel del estado garantizando la continuidad
de la actividad académica; o fueran los representantes del gobierno local, con independencia de su
competencia.
Esa extraordinaria tradición se ha mantenido viva
y todavía hoy una parte importante de los recursos
financieros de los centros universitarios de la Escola Industrial proceden de fondos locales de la
Diputació. Y porque con el ímpetu que caracteriza
alaUPCsedesarrollanproyectosdeinnovacióncon
las empresas que han aceptado el reto de la continuidad del proyecto de Prat de la Riba.
En cierta ocasión un admirado visitante de los jardines de Buckingham Palace preguntó al jardinero
elsecretodesuintensogreen,yéstedijo:""Elsecreto
consiste en plantar la pradera, y después sólo hay
que regarla y cortarla durante 200 años".
Pues bien, tras 100 años de práctica hoy encontramos una institución como ésta que, sobre la base
de su tradición, lidera iniciativas como la de la aplicación de los criterios de calidad total en el ejercicio de su actividad, o como la de la aplicación
ejemplar del principio del partenariado en la acti-
vidad propia de sus órganos de gobierno en los que
participan conjuntamente la Generalitat, la Diputació y la Universidad. O como la adaptación curricular o la preparación ejemplar del reto del Espacio Europeo de Educación Superior para anticipar
una programación académica al servicio de las
necesidades de la sociedad. O el impulso de un
programa ejemplar de colaboración y cooperación con la organización profesional colegial, que
posibilita que éste se implique patrimonialmente
en un ambicioso plan de formación a lo largo de toda la vida profesional.
Por fin cabe destacar el entusiasta enfoque de su
Centenarioparapermitirunareflexióncolectivasobre la necesidad de orientar la actividad de nuestras escuelas de Ingeniería hacia las necesidades
tecnológicas del país, con clara voluntad de servicio, con decidida vocación de excelencia, con un
sólido compromiso institucional y con una creciente presencia internacional.
LA ESCOLA
LIDERA LA
APLICACIÓN
DE CRITERIOS
DE CALIDAD
TOTAL EN EL
EJERCICIO DE SU
ACTIVIDAD
G
EL RINCÓN
INSTRUMENTO
PLUVIÓGRAFO
INVENTOR
R. JARDÍ BORRÁS
ÉPOCA
AÑOS 20
LA ESCUPIDERA
EL PUNTO DE ENCUENTRO
ENTRADA PRINCIPAL de la Escola Universitària d'Enginyeria Tècnica Industrial de Barcelona. Esta rotonda, conocida como La escupidera por la comunidad universitaria que frecuenta la escuela, es el punto
de encuentro de estudiantes y visitantes. Esta obra está situada en el acceso, justo en el eje de la calle de
Córcega, y fue construida bajo la dirección del arquitecto Joan Rubió i Bellver entre 1927 y 1931, durante la
dictadura de Primo de Rivera, por encargo de la Diputació de Barcelona.
IMAGEN CEDIDA POR: DIPUTACIÓ DE BARCELONA
Este aparato es capaz de
registrar desde las pequeñas
lluvias hasta los chubascos.
INGENIO EXPORTABLE
EL PLUVIÓGRAFO
CORRÍAN LOS AÑOS 20 cuando el doctor Eduardo Fontseré,
director del Servei Meteorològic de Catalunya, encargó al
doctor Ramón Jardí Borrás,
profesor del Instituto de Electricidad y Mecánica Aplicadas y
miembro de la Real Academia
de Ciencias, crear un pluviógrafo de intensidades.
Después de meses de investigación, obtuvieron un modelo
capaz de medir cualquier régimen de lluvia en un tiempo no
superior a 30 segundos, que registraba desde pequeñas lluvias hasta chubascos, y que al
mismo tiempo permitía observar la periodicidad de toda clase de precipitación.
04 I LA OPINIÓN I EL INVENTO I EL RINCÓN
La casa constructora de aparatos meteorológicos J. Richard, de París, incluyó el invento en su catálogo en 1927.
Casella, de Londres, también
lo comercializó en cuatro versiones diferentes. Los dos primeros aparatos fueron para el
Servei Meteorològic de Catalunya y el Observatori Fabra.
ENGINY
EDITORIAL
Escola Industrial: los empresarios y las Administraciones públicas.
de la tarea de innovación y transferencia hecha
en nuestros centros, pero que también son generadores de tecnología. Con ellos debemos de
establecer estrategias de colaboración y complicidad.
De esta manera, una vez al mes, y hasta el próximo verano, encontraréis el suplemento en este diario. Incluirá básicamente un repaso histórico a la Escola y su entorno, una opinión actual
estrechamente vinculada al mundo de la tecnología, un apunte descriptivo sobre las empresas
tecnológicas, entrevistas, la agenda de las actividades del Centenario y un espacio que dará cabida al debate.
Queremos acercarnos a las Administraciones
que hoy tienen la responsabilidad de impulsar
la tecnología, la investigación, el modelo de formación de los ingenieros y su articulación con
la profesión. Les pedimos que se comprometan
a llevar a cabo una tarea de divulgación y pedagogía que nos permita llegar al nivel de desarrollo tecnológico que la sociedad de mañana
nos pide hoy.
Nos dirigimos a toda la sociedad, especialmente a los agentes económicos que son usuarios
directos de los profesionales de la Ingeniería y
Y deseamos iniciar un diálogo con los ciudadanos, que son los beneficiarios o los perjudicados
de la tecnología, y que al mismo tiempo tienen
viene de la página 01
la responsabilidad de transferir a las generaciones futuras un mundo sobre el cual el impacto
de la tecnología no es neutral y sobre el que hoy
es necesario hacer un claro pronunciamiento.
de la gente, una tecnología accesible para todos
y, por lo tanto, no elitista. Que sea próxima y comprensible para que todo el mundo la sienta propia.
Impulsamos esta vía de comunicación porque
creemos que la formación de los futuros ingenieros industriales debe ser útil y nos debe llevar a revisar los procesos de mejora en todos los
ámbitos de la industria de nuestro país.
Una ciencia incluida en unas instituciones universitarias que lideren la configuración del espacio europeo de enseñanza superior, en el que
deben poder desarrollarse de forma natural y
en el que tienen que afrontar los retos de la calidad los técnicos que han de construir el mañana de la sociedad y las bases para su pervivencia.
Estamos convencidos de que podemos colocar
las bases tecnológicas para un desarrollo competitivo, sostenible y comprometido con el entorno y con las personas, apto para operar en
una economía globalizada con eficiencia económica y eficacia social. Estamos capacitados para impulsar una tecnología comprometida socialmente y orientada a resolver los problemas
Y aunque consigamos todo esto no habremos
hecho ni la mitad del reconocimiento que hoy,
en su Centenario, se merece el esfuerzo de este país para mantener una institución universitaria al servicio de los retos industriales.
PATROCINIO
A la Diputació de Barcelona:
moltes gràcies
per la vostra tasca de suport al llarg d’aquests 100 anys
1904
2004
ESCOLA UNIVERSITÀRIA D´ENGINYERIA TÈCNICA INDUSTRIAL DE BARCELONA
EDITORIAL I PATROCINIO
ENGINY
I 05
06 I PUBLICIDAD
ENGINY
EL PERSONAJE: ENRIC PRAT DE LA RIBA
IMAGEN CEDIDA POR: LA VANGUARDIA
LA REVOLUCIÓN
POSIBLE
Abril Martí
EN 1917, CATALUNYA vivía una de
las mayores manifestaciones de
luto que se recuerdan. Una multitud acompañaba a Enric Prat de la Riba en su
último paseo entre Castellterçol, donde había
nacido y había elegido morir, y Barcelona,
donde se había forjado como líder de un pueblo.
El sentimiento era tan profundo y auténtico que
tal vez nos cueste de entender a los que vivimos
estos tiempos convulsos de Madrids y Marbellas, de consensos a golpe de amenaza, de
escaso diálogo y excesiva mano dura. No existe
mejor compendio de las virtudes de Prat de la
Riba que la cualidad en la que coinciden todos
sus biógrafos: siempre escogía a la mejor persona para cada cargo, al margen de afiliaciones
políticas o religiosas y de sus simpatías personales. Y esto es como decir, de un plumazo, que
era una persona justa, juiciosa, con mano
izquierda y sentido político, y que no temía que
nadie ensombreciera su figura; lo que le importaba no era el lucimiento personal, sino los proyectos que tenía entre manos. Y no eran pocos.
Con la herencia que dejó nadie diría que solamente vivió 46 años (que su precocidad le llevó
a aprovechar al máximo). Lució conciencia catalanista y arrojo político desde muy joven, y, en
1901, recién estrenados los 30, fue nombrado
secretario general de la Lliga Regionalista. La
política y el periodismo, al frente de La Veu de
Catalunya, centraban su vida. La presidencia de
la Diputació de Barcelona, en 1907 (fue elegido
diputado por primera vez en 1905) y posteriormente la de la Mancomunitat, en 1914, le dieron
alas para emprender su revolución, la revolución de las cosas del día a día: la de la sanidad,
la educación, las infraestructuras, la cobertura
social... La de aquellas cosas, en definitiva, que
construyen el futuro. Un futuro que dependía, no
tenía dudas al respecto, de la formación de los
ciudadanos.
Un grupo de emprendedores catalanes había
constituido, en 1904, un patronato destinado a
crear una gran universidad industrial que formara a los técnicos, desde los aprendices hasta
los ingenieros, que requería el sector catalán,
cada día más importante. El planteamiento era
muy ambicioso, pero la subvención no bastaba
para que la Escola Industrial iniciara su andadura. La presidencia de Prat de la Riba desatascó
la situación: 500.000 pesetas de las de 1907 y su
inmensa capacidad para implicar a sus coetáneos en todo lo que hacía (y su gran audacia para
aceptar la diferencia de opiniones y sacar provecho de ello) dieron a la entidad el primer impulso. En 1909 empezaron las clases de la Escola
d’Indústries Tèxtils; en los siguientes años se le
sumarían ocho enseñanzas más.
El reto requirió todo el talento del presidente de
la Diputació, que demostró una enorme clarividencia en la definición del proyecto: la Escola
Industrial tenía que ser un gran campus a la
europea, con espacios que los estudiantes usaran fuera del tiempo de docencia, y laboratorios
y museos que no sólo sirvieran para aprovechar
mejor las clases, sino para potenciar la investigación. El modelo eran los centros de formación
técnica que había desarrollado Alemania y la
aspiración situaba a Catalunya al nivel de Francia, Inglaterra y Estados Unidos, que trabajaban
con los mismos conceptos que Prat de la Riba.
Sobra decir que los recursos con que contaba la
Diputació estaban a años luz de los que tenían
estos países, pero el esfuerzo catalán fue más
que notable: para establecer la Escola d’Indústries Tèxtils, por ejemplo, se compró a Inglaterra
la maquinaria de una sección industrial completa para que los estudiantes tuvieran la oportunidad de aprender en las condiciones más similares a las que se encontrarían después en su
actividad profesional.
Poco a poco la Escola Industrial llegó a convertirse en lo que Prat tenía en la cabeza: en sus
propias palabras, un gran centro en el que se
formaran “artesanos e industriales de todo tipo,
tanto de las profesiones en las que la habilidad
del hombre lo es todo como de aquellas en las
que todo es la máquina”, un centro donde debían tener cabida “obreros y patrones”, al que
estaba llamada “la juventud de todas las regiones españolas”.
Necesitaríamos páginas y páginas para recoger el legado de Prat de la Riba: habría que
hablar de la creación de l’Institut d’Estudis
Catalans, la Biblioteca de Catalunya y la red de
Biblioteques Populars, de su compromiso con
la reforma ortográfica y de la enorme variedad
de centros docentes en los que aparece la
mano del político de una u otra forma, desde la
Escola Catalana d’Art Dramàtic hasta la de
Bibliotecàries. Una obra, además, que no terminó con su labor de gestor. En ella hay que
destacar también la faceta teórica: decenas de
textos (manifiestos, memorias, estatutos y su
gran obra, La Nacionalitat Catalana, publicada
en 1906) que le sirvieron para articular un pensamiento nacionalista moderno y que lo han
llevado hasta nuestros días como un ejemplo
de hombre de compromiso, con las proporciones justas de realismo y utopía.
LA CRÓNICA
“VOLVERÍA A LA
CALLE URGELL”
URGELL CRUCE
con Córcega. Escola Industrial. Final
años 60. Los recuerdos se agolpan en el disco duro emocional
pugnando por una línea en este
breverelato.Miquelay,Tremosa,
Aguer, Cumella, Ybero, Bladó,
Corrales, apellidos de profesores. Puigpey, Gumersindo Vide
–desaparecidos de la agenda-,
Sales Sans, Rebassa Ferrer,
Jordi Ribes, Martí Jaume y Martí de Espulgues, Julia Abós, Eva
Bastida, Griselda Cloquell, Facundo Rojo Gil, Alfonseda y Pellicer –estos últimos, jugadores
del Barça- nombres de alumnos. Todas las chicas en Química y Textil, una sola en Electróni-
ca, ninguna en Mecánica. ¡Qué
paisaje!
Integrales trigonométricas,
TransformadadeLaplace,Series
de Fourier y perspectiva caballera, tortura china. Matemática de
conjuntos recién descubierta en
época de Sirex, Mustangs y Brincos. Y el sistema binario presentándose en sociedad.
Frasesinolvidables.Miquelaydixit: “Buen examen, joven. Tiene
un ocho. El nueve me lo reservo
para mí y el 10 es para Dios” .
Concurso de grafittis de los suspendidos en los servicios. “Si los
cabrones volaran, (el de Física)
sería jefe de escuadrilla”. Consejo sabio de Bladó en Organi-
EL PERSONAJE I LA CRÓNICA
zación Industrial: “Cuando lleguen recién graduados a una fábrica localicen inmediatamente
al Martínez. Hay un Martínez en
cada taller. Lo sabe todo de la
historia práctica de allí y ustedes sólo teoría. El Martínez será
su mejor aliado. Cuídenlo”. Un
día que hizo época: la madrugadaquelosamericanosllegarona
la Luna. La noche siguiente, la
mayoría soñó con trabajar algún
día en la NASA, aunque Houston
quedaba lejos de Cornellá. Más
lejos todavía que hoy.
He vuelto allí varias veces. Me
he asomado a las inmensas aulas de dibujo, a los talleres y sobre todo a la Biblioteca de la Es-
MANUEL CAMPO VIDAL
INGENIERO TÉCNICO INDUSTRIAL
EN ELECTRÓNICA INDUSTRIAL
PROMOCIÓN DE 1970
cola del Treball, que recorrimos
estudiando mesa a mesa. Recorriendo el paseo nostálgico, articulado entre los viejos edificios
y la memoria personal.
A veces me preguntan jóvenes
estudiantes de Comunicación o
de Ciencias Sociales de qué me
sirvió estudiar Electrónica Industrial si después me dediqué
al Periodismo y la Sociología.
Suelo responder que es bueno
no faltar a clase el día que explican el Discurso del Método Descartes. Todo en la vida no se puede representar en ordenadas y
abcisas pero a los que les quedó
esa asignatura pendiente se les
nota, aunque hagan poesía.
ENGINY
I 07
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