Título de la conferencia: El sueño roto. Breve crónica e la inmigración en el Estrecho” “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos”. Martin Luther King. La historia de la humanidad está estrechamente ligada a las emigraciones. En 1981 España tenía 198.000 emigrantes. La evolución fue la siguiente: -1981 198.042 (0,58%) -2003 2.664.168 (6,24%) -2008 5.220.600 (11,3%) -2009 5.598.691 (12%) -África del Norte: 730.000 (15%) Marruecos y Argelia -África Subsahariana: 190.000 (4,12%) Senegal, Nigeria y Gambia. Razones de la emigración subsahariana. -La debilidad de las economías africanas -Las economías africanas carecen de flexibilidad y a menudo son tributarias de un producto básico único. -La persistencia del proteccionismo agrícola en los países industrializados reduce el acceso a los mercados. -Si a estas limitaciones sumamos el peso de la deuda, en torno a los 300.000 millones de euros. -Una fuerte presión demográfica. -Situación sanitaria inexistente. -Regimenes políticos corruptos. Las dos orillas del Mediterráneo registran la brecha más profunda en cuanto a disparidades económicas en el mundo. Un 45,7% de las personas del África subsahariana ganan menos de 1 dólar al día, y viven por debajo del umbral de la pobreza. Más de 300 millones de seres humanos Dinero de la emigración marroquí: -3.500 millones euros/anuales -2.000 millones en efectivo/anuales Número de emigrante llegados en patera o cayuco: -2008 13.555 -2009 7.400 Fue Felipe González, entonces presidente del Gobierno español, quien, en una entrevista en El País Semanal afirmó: “Si yo fuera un norteafricano de veinte años [y también puede aplicarse a un subsahariano] con siete hermanos y hermanas, estaría en una patera como ésta. Si me devuelven, si tengo la suerte de llegar sin ahogarme, al mes siguiente, estaría de nuevo allí intentando franquear la barrera”. EL ESTRECHO: LA BARRERA Su longitud es de 14,4 km en su parte más angosta, y su profundidad varía entre los 280 m. hasta algo menos de 1000 m., a la altura de la bahía de Algeciras. Su nombre actual procede de la invasión musulmana de la península Ibérica y significa Montaña de Tarik (Djebel Tarik = Gibraltar) por ser el caudillo Tarik el que inició dicha invasión. Su nombre en árabe es “La entrada de la puerta Estrecha”. Las puertas de Maruecos a España estuvieron abiertas durante siglos. El tráfico de marroquíes nunca había sorprendido a los habitantes del sur de España. Tuvo que llegar la Ley de Extranjería, de 1985 (ley Orgánica de los Derechos y Deberes de los trabajadores en España) y, posteriormente, el acuerdo Schengen, firmado por la práctica totalidad de los países de la UE, en 1991, para que los trabajadores del Tercer Mundo se vieran obligados a obtener un visado que les autorizase a permanecer en nuestro territorio. Un documento imposible de conseguir para un africano sin dinero ni influencias. Ese fue el comienzo de la tragedia: el paso de una frontera de 57 kilómetros de largo, que separa África de Europa, y que se convierte en el último y trágico obstáculo para los inmigrantes. Y en ese sentido, Tánger tuvo ahora el “honor” de haberse transformado de capital del mundo hedonista y libre a capital de la inmigración ilegal. Tras la detención en 1996 de dos de los más grandes capos del tráfico de hachís, Abdelaziz el Yajlufi, en Tetuán, y Ahmed Bunekkud, conocido como El Lobo, en Tánger, y la desarticulación de sus respectivas organizaciones, muchos de los componentes de sus bandas pasaron al lucrativo negocio de la inmigración ilegal. El proceso resulta fácil: los emigrantes deben abonar el 50% del “billete”, cuyo precio pode oscilar entre 1.000 y 3.000 euros, para después ser hacinados en pensiones o locales hasta que el patrón de la embarcación decida que es el momento oportuno de zarpar. La playa de Ksar Seghir suele ser el lugar apropiado. Parece sencillo, pero a estas alturas resulta imposible realizar un cálculo ni aproximado de los que han muerto en este empeño. En el Zoco Chico es relativamente fácil entrar en contacto con las organizaciones de tráfico de ilegales. La cafetería de la pensión Fuentes es una referencia obligada para este asunto, al igual que el café Marsá, el Jafa, el Menara, o las estaciones de autobuses o del tren, donde los contactos seleccionan a sus posibles clientes ofreciéndoles bruler (quemar) la frontera. Hace algunos años las pensiones de Tánger estaban abarrotadas de africanos subsaharianos. Ellos fueron los protagonistas de los primeros viajes en pateras. Pero el escándalo que levantaron los medios de comunicación ante las numerosas muertes que hubo, y las presiones diplomáticas, motivaron que el Gobierno marroquí detuviese a más de 2.000 subsaharianos a finales de 1992, encerrándoles en la plaza de toros, para después repatriarles a sus respectivos países. Por ese tiempo también se firmó el Tratado de Buena Voluntad y el Convenio de Readmisión entre España y Marruecos, que señalaba que Maruecos debería aceptar a los emigrantes que llegasen de España procedentes de su territorio. Desde entonces, las pateras que salen de Tánger sólo transportan, en su mayoría, ciudadanos marroquíes. Los emigrantes procedentes del sur de África tuvieron que buscar otras vías de escape, y las encontraron en Ceuta y Melilla. Ksar Seguir (castillo pequeño) es, hoy en día, un pueblo de gran interés arqueológico. Las excavaciones que se hicieron entre 1972 y 1977 -cuenta la historia de este lugar-, así como sus actividades portuarias y militares, estuvieron estrechamente ligadas a la península Ibérica. En estas campiñas tuvo lugar en 1578 la histórica batalla de Alcazarquivir. De la que salió victorioso el nuevo rey Abdul Abbas Ahmed, llamado Almanzor (el Victorioso), que fue considerado el soberano más destacado de la dinastía Saadiana. En su reinado (1578-1603) se realizó la organización administrativa marroquí, que perduraría hasta el siglo XX, sobre la base de una federación de las tribus unidas por el "Makhzen", compuesto por ministros, personal de palacio, oficiales y gobernadores. El número de fallecidos, nos recuerdan en la página de Internet solidaridad.net, no se puede reducir a los que reposan en las entrañas del Estrecho. Hay cientos, miles de personas con las vidas segadas por los ejes de los camiones en los que pretendían cruzar clandestinamente la frontera, asfixiados en contenedores de mercancías, destrozados por los motores de un trasbordador, ahogados tras saltar de un barco de pasajeros para hacer el último trecho a nado y burlar así a la policía. Sin olvidar las víctimas anónimas acuchilladas por las mafias marroquíes; arrojados al mar desde mercantes al ser descubiertos como polizontes. Y a todos éstos hay que sumar todos los africanos que cayeron asesinados en el camino o murieron víctimas de la malaria, las guerras, el hambre o la sed en una peligrosa travesía de miles de kilómetros por África. La Asociación de Emigrantes Marroquíes de España (AEME) habla noventa. de 6.000 desde comienzos de los Mientras, el Ministerio del Interior niega tener alguna información al respecto. Escuché en Tánger historias a cuál de ellas más dramática: me dijeron que la mayoría de los emigrantes no sabía nadar y que cuando, a escasos metros de las playas españolas, se les obliga a lanzarse al agua, muchos caen, presas de la tensión y el miedo, como auténticos “fardos” al fondo del océano. (DIAPO) Según el director de la Media Luna Roja mauritana, parece que un 40% de las embarcaciones que salen de Mauritania hacia las Canarias (un periplo de al menos 1.000 kilómetros a través del Atlántico) naufraga durante la travesía. En su opinión, los africanos que asumen tales riesgos están dispuestos a todo para llegar a Europa, atraídos por la esperanza de una vida mejor: “Para ellos, es como jugar a la ruleta rusa: o lo hago, o muero”. Andrés Renato. (Resumen de la conferencia pronunciada el pasado 21 de enero, en el Club Rotary Madrid-Castilla)