sumario EDITORIAL ¿Puede la sugestión curar las enfermedades de la piel? El poder de la mente sobre el cuerpo ha sido y es todavía un tema polémico para los científicos. Prácticamente en imposible conciliar las dos posturas dentro de la comunidad científica: la de los creyentes en la curación –o al menos la mejoría– de las enfermedades a través de mecanismos psíquicos, y la de los incrédulos en todo aquello que no se pueda demostrar de forma objetiva, esto es, mediante ensayos clínicos o estudios diseñados de acuerdo a las normas de la medicina basada en la evidencia (1). Sin embargo, no hace mucho tiempo que fue publicado un artículo que establecía una puerta de comunicación entre ambas posturas. En el estudio se contabilizaban el número de linfocitos en un grupo de personas. Este recuento se volvía a hacer tras un período de tiempo, en el que la mitad de los individuos habían estado sometidos a situaciones alegres, cómicas y agradables, que les llevaron a reír intensamente. Al comparar el número de linfocitos de los dos grupos, se comprobó que habían aumentado en los que más habían reído. La conclusión era, evidentemente, que la risa –el bienestar, la felicidad– mejora la situación inmunológica del individuo. Era la primera vez que se podía demostrar de forma objetiva, con pruebas numéricas, la influencia de la mente en la salud humana. Mucho antes, unas veces de forma intuitiva, otras de forma empírica, se han intentado utilizar diferentes métodos psicológicos a modo de herramientas terapéuticas. Uno de los mas conocidos –y también más manipulados fraudulentamente– es la hipnosis. El sujeto hipnotizado se encuentra en un estado mental peculiar, inducido por técnicas de sugestión y caracterizado por un sueño incompleto que permite el contacto con el hipnotizador a través de diversas percepciones. Las conservación del tono muscular permite gestos y acciones automáticas, e incluso obedecer a las órdenes que se le manden, siempre que no sean incompatibles con su propia conciencia. Las principales aplicaciones médicas de la hipnosis se encuentran en el campo de la anestesia, a la que complementan, y en el de la psiquiatría en determinados procedimientos psicoterápicos como el narcoanálisis como técnica psicoanalítica, o las terapias conductistas, por ejemplo, para intentar dejar de fumar. Sin embargo también ha sido y es usada en el tratamiento de enfermedades dermatológicas, sobre todo en aque- llas que empeoran o se modifican con los cambios emocionales o situaciones estresantes. Tres figuras clásicas de la ciencia dermatológica, –Bloch, Sulzberger y Wolf– utilizaron la sugestión, una forma menor de hipnosis, en el tratamiento de las verrugas de origen vírico, publicando sus buenos resultados en los años 1927 y 1935 (2,3). Pero más recientemente, la influencia de la mente sobre la piel ha merecido la atención de los dematólogos de nuevo. En los artículos publicados por Shenefelt (4) y por Koo et al (5) se analiza esta influencia en todas la enfermedades cutáneas en las que se ha mostrado útil de forma razonablemente científica, aún a sabiendas de lo difícil que es establecer estudios comparativos con otros métodos médicos o quirúrgicos. Tal es el caso del acné excoriado, esto es, aquella forma de acné que en la que el adolescente manipula constantemente los granitos produciéndose heridas y costras de forma compulsiva; o de la tricotilomanía, la alopecia que se produce el mismo paciente al arrancarse el pelo repetitiva e inconscientemente (6). Otras veces los procesos cutáneos susceptibles de tratarse con hipnosis, son aquellos en los que el estrés es determinante en la aparición, mantenimiento o exacerbación de las lesiones. Tal es el caso de la psoriasis, cuyas lesiones se intensifican con la tensión emocional; la hiperhidrosis producida ante situaciones mínimamente tensas, como saludar o preguntar por una dirección a un desconocido; la dermatitis atópica en la que el picor, la inquietud que genera, y el rascado inevitable, inducen nuevas lesiones (7). A este respecto, en un trabajo publicado en 1995 en el British Journal of Dermatology (8) se expusieron los resultados de un ensayo clínico en el que se trataron 18 pacientes adultos con eccema atópico extenso y duradero, con hipnosis y corticoides tópicos, comparando los resultados con los de otro grupo similar al que se trató sólo con tratamiento corticoideo. La mejoría del primer grupo fue estadísticamente significativa. Pero también a veces mejoran los procesos en los que aparentemente al menos, no juega ningún papel el psiquismo, como por ejemplo son las verrugas vulgares por el virus del papiloma humano, aunque no se conozca el mecanismo por el que esto ocurre. Han sido muchos los casos de curación de verrugas referidos por los médicos y por la población general. Pero los 155 sumario Vol. 4, Núm. 3. Abril 2001 mas paradigmáticos fueron los que publicaron SinclairGieben y Chaimers en The Lancet en 1959, cuando consiguieron hacer desaparecer por sugestión, intencionadamente, las verrugas de una sola mano, en una serie de personas que tenían verrugas en las dos (9). La hipnoterapia en la práctica dermatológica ha de considerarse como un complemento a la terapéutica convencional, útil en algunos pacientes seleccionados con enfermedades de clara implicación psicosomática. Entre sus ventajas se encuentran la ausencia de toxicidad o de incompatibilidad con otros tratamientos. El inconveniente mayor es la dificultad de algunos individuos para "dejarse hipnotizar" por su personalidad difícilmente sugestionable, así como la escasez de expertos con una formación científica, seria y rigurosa, que en su defecto, pueden convertir esta técnica en un espectáculo circense, o lo que es peor, en un claro fraude para la salud. A. Guerra Tapia Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. Bibliografía 1. Rasmussen JE. Psychosomatic dermatology. is it relevant? Arch Dermatol 1990;126:90-93. 2. Blocho B. ‹ber die heilung der warzen durch suggestion. Klin Wochenschr 1927;6:2271-2275. 3. Sulzberger MB, Wolf J. The treatment of warts by suggestion. Med Rec 1934;140:552-556. 4. Shenefelt PD. Hipnosis in Dermato- 156 logy. Arch Dermatol 2000;136:393-399. 5. Koo J, Do J, Sue Lee Ch. Psychodermatology. J Am Acad Dermatol 2000;43:848-853. 6. Guerra Tapia A. Quién debe tratar la Tricotilomanía? Revista Internacional de Dermatología y Dermocosmética Clínica 1999;2:127-128. 7. Gupta MA, Gupta AK, Schork NJ, Ellis CN. Depression modulates pruritus perception: a study of pruritus in psoriasis, atopic dermatitis and chronic idiopathic urticaria. Psychosom Med 1994;56:36-40. 8. Stewart AC, Thomas SE. Hypnotherapy as a treatment for atopic dermatitis in adults and children. Br J Dermatol 1995;132:778-783. 9. Sinclair-Gieben ACH, Chalmers D. Evaluation of treatment of warts by hipnosis. Lancet 1959;2:480-482.