TEMA 4. ORIGEN Y DESTINO DEL MUNDO Introducción La pregunta sobre la existencia misma del mundo, su origen y su destino, es propia de todo ser humano. Por eso la filosofía, la ciencia, el arte y la religión han intentado responder a las preguntas sobre la misma existencia del mundo. Sus posturas son a veces contrapuestas, y el debate entre ciencia y religión es una cuestión de total actualidad. 1. Origen del mundo según la Religión 1.1. ¿CÓMO CONCEBÍAN EL MUNDO LOS ANTIGUOS? Los pueblos de la antigüedad partían de los conocimientos que podían tener de su experiencia limitada del mundo. Así, la imagen del mundo que compartían los pueblos de la antigüedad era: 1. Tripartita: El cosmos se dividía entre el cielo (una “cúpula” de donde descendían las aguas superiores), la tierra (una superficie plana donde vivimos los hombres), y el océano (las aguas inferiores). 2. Geocéntrica: La tierra es el centro del universo, y todo “gira” a su alrededor. 3. Estática: Las cosas son como son y han sido siempre así. Las fuerzas de la naturaleza son inexplicables, y responden a la voluntad de unos dioses que hay que mantener contentos. 4. Mítica: Para explicar su origen, se recurre a mitos. Relatos simbólicos en los que explicarían por qué las cosas son como son, con la intervención de los dioses, personalizaciones de las mismas fuerzas naturales. No son ni contienen afirmaciones científicas. Deben ser interpretados según la época, la religión y la cultura que los generaron. 1.2. FE EN UN DIOS CREADOR (ISRAEL) Entre los pueblos antiguos, Israel compartía esta visión del mundo, pero la fe en un Dios único y aliado de los hombres cambia su relación con el mundo, lo “desmitifica”: las fuerzas naturales (el sol, los mares, las estrellas…) NO son dioses. Adorarlos es “idolatría”, pues sólo hay un Dios verdadero. Esta postura se expresa en los dos primeros capítulos del Génesis, que recogen 2 relatos diferentes sobre la creación del mundo: 1. El himno sacerdotal de la creación (Gn 1,1 – 2,3). Escrito por un grupo de sacerdotes durante el destierro en Babilonia (siglo IV a.C.) Se pasa del caos al orden, a lo largo de seis días, terminando con la creación del ser humano. 2. El relato yahvista (Gn 2,4-25). Escrito cuatros siglos antes que el anterior, por un grupo de sabios conocidos como “yahvistas”, pues llamaban siempre “Yahvé” a Dios. El hombre es creado del barro, y Dios crea un jardín para él y su compañera. Estos relatos no pretenden describir cómo se hizo el mundo, sino transmitir una enseñanza sobre Dios y su relación con el hombre: Frente a otros pueblos que relacionan la creación con la lucha sangrienta entre dioses ambiciosos, Israel cree en un solo Dios amigo de los hombres. Frente a otros pueblos que adoran las fuerzas de la naturaleza, Israel afirma que todo es obra de Dios. Frente a otros pueblos que afirman que el mundo material es malo, la Biblia afirma por 6 veces que el mundo es bueno. Frente a los que endiosaban al hombre, reconoce que es frágil, salido de la tierra; frente a los que lo despreciaban, afirma que su grandeza, alentado por el soplo de Dios. Frente a los que discriminan a la mujer, la Biblia la iguala al hombre como “imagen de Dios”. 2. Origen del mundo según la ciencia 2.1. CONCEPCIÓN MODERNA DEL MUNDO Con Ptolomeo, los griegos ya descubrieron que la tierra no era plana, sino esférica, pero seguían creyendo que el sol giraba a su alrededor (geocentrismo). En los siglos XVI y XVII, Copérnico, Kepler y Galileo hacen ver que es la tierra la que gira alrededor del sol (heliocentrismo). Newton, a comienzos del XVIII, da comienzo a la física moderna y a la explicación científica sobre el sistema solar. En 1798 Laplace expuso su teoría nebular (los astros se forman a partir de nubes de partículas); y a principios de XX, Hubble propuso la teoría del big bang. Darwin y los evolucionistas, a comienzos del XIX, proponen una interpretación evolutiva de la vida, situando al ser humano como el extremo de una de las ramas de la evolución animal. 2.2. CUESTIONAMIENTO RELIGIOSO Cierta mentalidad religiosa fundamentalista, que interpretaba la Biblia en sentido literal, así como una postura totalitarista por parte de la comunidad científica, creó conflictos entre la religión y los nuevos descubrimientos científicos. Poco a poco se ha ido dando un acercamiento de posiciones. Por un lado, los descubrimientos científicos han contribuido a interpretar y conocer mejor la Biblia; por otro lado, la ciencia ha ido reconociendo que no puede explicarlo todo. La ciencia mira el aspecto externo de la realidad, describiéndola con un lenguaje que tiende a ser exacto. La fe mira el aspecto más profundo de la realidad, abriéndose al misterio y utilizando un lenguaje simbólico. Ambas están llamadas a complementarse y colaborar mutuamente. 2.3. IMAGEN MODERNA DEL MUNDO Y FE EN EL DIOS CREADOR La Biblia no es un libro de ciencias, sino un libro de fe. Su intención no es decir cómo es el mundo (su imagen, objeto de las ciencias) sino expresar la fe en Dios, por qué es así el mundo (su sentido, objeto de la fe). Para ello utilizan un lenguaje simbólico y metafórico, no puede leerse al pie de la letra. El creyente de hoy debe descubrir el sentido religioso de la evolución, reconociendo la acción de Dios en el mismo proceso evolutivo. 2.4. CREACIÓN EN EVOLUCIÓN Si nadie puede darse la vida a sí mismo, y las cosas no vienen de la nada (sino que evolucionan), entonces la vida empieza “fuera” de nosotros y el mundo empieza “fuera” del mundo. Para el creyente, el mundo y la vida provienen de Dios, somos su creación. La acción creadora de Dios no consiste tanto en “hacer” cosas, sino en hacer que las cosas “sean”. La creación no es algo que aconteció una vez para siempre, sino algo que está aconteciendo siempre. Aunque no se pueda “demostrar” científicamente, es razonable que el mundo y la vida tengan un creador de naturaleza distinta, que esté por encima de ellos. Si yo soy capaz de hacer cosas que tengan una finalidad y un sentido, no puedo admitir que yo mismo haya sido hecho sin finalidad ni sentido. El azar (todo ha sucedido por casualidad) o la necesidad (las cosas no han podido ser de otra manera) dejan a la evolución como una fuerza sin sentido. Los relatos bíblicos de la creación nos transmiten con un lenguaje mítico que todo tiene su fundamento en Dios, y que todo tiene una finalidad. 3. Destino del mundo según la ciencia 3.1. PERSPECTIVAS SOBRE EL FUTURO DEL MUNDO Y LA HUMANIDAD Desde el comienzo, la humanidad se ha preguntado por el futuro y ha intentado adivinarlo (horóscopos, adivinos, quiromancia, magia…) Hoy en día ha cambiado la perspectiva, pero no el interés. ¿Cómo acabará el mundo? 1. Desastre ecológico. Los seres vivos se adaptan a su entorno, el ser humano adapta el entorno a sus necesidades. El progreso humano supone un peligro contra la naturaleza. 2. Desastre bélico. La injusta distribución de los bienes, la injusticia, el hambre… causan guerras que, con las armas modernas, pueden acabar con la vida entera. 3. Catástrofe cósmica. No se descarta algún tipo de catástrofe inevitable 4. Desgaste o consumo de la energía solar. Como toda estrella, el sol un día terminará su ciclo vital y destruirá la tierra 5. Contracción del universo. Cuando el Universo acabe de expandirse, empezará a contraerse (big crunch) y volver a su estado anterior al big bang. Pero ¿qué hay después? Esta pregunta no puede ser contestada por la ciencia. 4. Destino del mundo según la religión 4.1. SIGNOS QUE ANUNCIAN EL FINAL DE LOS TIEMPOS Según la Biblia, el mundo ha tenido un principio, y tendrá un final. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento utilizan imágenes apocalípticas para representar ese final: - El profeta Daniel, durante la represión que sufrieron los judíos por Antioco IV (siglo II a.C.), habla de una gran tribulación, desolación y angustia (Dn 9,27. 12,1). Después aparecerá de entre las nubes “como un Hijo de Hombre” (Dn 7,13) - El profeta Joel, con motivo de unas plagas durante el siglo IV a.C, habla de que se oscurecerá el sol y la luna cambiará en sangre. Dios reunirá a las naciones y las juzgará (Jl 4,2) - Ezequiel, durante la deportación en Babilonia (sigo IV a.C.) habla también de un juicio final donde Dios separará a ovejas de cabritos (Ez 34,17) - Isaías, tras el regreso de Babilonia, habla de un “cielo nuevo y una tierra nueva”, de una alegría perpetua (Is 65 17-25) - Los Evangelios recogen también los discursos del mismo Jesús, utilizando las mismas imágenes que los profetas anteriores. - El Apocalipsis, último libro de la Biblia, describe la persecución de los cristianos, los cuatro jinetes de la peste, el hambre, la guerra y la muerte, la caída de las estrellas… y el nuevo cielo y la nueva tierra, morada de Dios con los hombres. 4.2. INTERPRETACIÓN DE LOS SIGNOS APOCALÍPTICOS Del mismo modo que los textos bíblicos sobre el origen del mundo no son tratados científicos, tampoco los relatos sobre el final del mundo pueden ser leídos al pie de la letra. La Biblia se sirve de símbolos, imágenes y metáforas que hay que interpretar como un testimonio de fe. La Biblia ve el fin del mundo como una culminación de la creación, la plenitud de la obra creadora de Dios. 4.3. LA NUEVA CREACIÓN: UN CIELO NUEVO Y UNA TIERRA NUEVA Según la fe cristiana, la existencia del Universo no es obra de la casualidad, sino que tiene un sentido y un destino, de manera que va evolucionando hacia su plenitud: gracias al impulso creador de Dios tuvo lugar el origen del mundo (cosmogénesis); el mismo impulso que dio lugar a la vida (biogénesis); y, dentro de ella, al hombre (antropogénesis); finalmente, el hombre encuentra su plenitud en Jesús (cristogénesis). La muerte y resurrección de Jesús son el comienzo de una nueva creación. Con Jesús, la historia ya ha entrado en su fase final, pero todavía no ha sido consumada. Será consumada cuando Jesús (imagen del hombre nuevo) venga en gloria: la parusía o segunda venida de Cristo, al final de los tiempos. La escatología (del griego eskhaton) es el conjunto de doctrinas y creencias sobre el fin del mundo; no desde el aspecto físico e histórico, sino como objeto de esperanza basada en la revelación de Dios.